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1135771
Electiva: Ejercer con Ética la Psicología
Programa de psicología
Facultad de Psicología
Universidad San Buenaventura
ENSAYO
POR QUÉ EL CONSENTIMIENTO INFORMADO
«La frase consentimiento informado está retumbando en nuestros oídos desde ya hace
algunos años, como aquel proceso de la relación médico paciente en que el primero
informa al segundo, los procedimientos diagnósticos y/o terapéuticos que se le indican, sus
riesgos, beneficios y alternativas, con el objeto de obtener su consentimiento, en forma
previa, realizándose de esta manera el principio bioético y jurídico, de la autonomía del
paciente.».
Tras una serie de sucesos e irregularidades nocivas para el sujeto, ocurridas a lo largo
de la historia, surge la necesidad de proteger a los miembros participantes en intervenciones
y recopilación de datos para la investigación, es entonces cuando emerge el consentimiento
informado, como un proceso de trámite y diálogo, en el cual el participante podrá estar
informado sobre los procedimientos y fines de la investigación, para decidir finalmente si
desea hacer parte de dicha actividad.
Sucesos que cruzan abiertamente los límites de la ética en el trabajo con los seres
humanos, como los procedimientos altamente cuestionables y perjudiciales que se llevaron a
cabo durante la segunda guerra mundial, y demás intentos de despersonalización e ignorancia
en torno a lo que podría resumirse como la dignidad del participante.
En el proceso histórico que tiene este documento legal, es posible ubicar diversas
causas por las cuales se hizo necesaria su ceración e inscripción en todo protocolo de
intervención o investigación. Por un lado, corresponde a la preservación de los derechos
humanos, emergentes tras la segunda guerra mundial, ya que la dignidad, la privacidad, el
buen nombre, la autonomía y demás derechos, estaban siendo vulnerados por parte de
algunos profesionales que realizaban prácticas inadecuadas en sus pacientes, entre los años
de 1933 y 1945, durante el conocido holocausto Nazi.
En consecuencia con lo anterior, este documento debe de cumplir, con dos partes, la
primera corresponde a los datos del usuario, procedimientos, justificación y consecuencias,
por otro lado, el permiso dado por el paciente al profesional, de realizar los procesos
mencionados en el mismo.
A partir de esto, es posible pensarse la relevancia que tiene lo que es la formalización
de un consenso entre las partes, para obtener lo que se conocía como estado social de
derechos, el cual reconoció valores del individuo como un sujeto con un componente social
que a barca rasgos de identificación y vínculos para permitir un proceso beneficioso tanto
para el intervenido como para el que interviene.
En cierto modo se podría mirar como un proceso partidario de una necesidad política
de exigir seguridad y un rigor profesional a lo que son prácticas hacia personas.
La capacidad de intervenir, opinar y decidir sobre los procesos en los cuales se será
sometido un paciente, da cierto control que permita también haber una retroalimentación y
mayor cercanía por el mismo hecho de darle una palabra y lugar a la persona que está siendo
participe de manera voluntaria. Hacía mucho tiempo atrás, donde había problemas de orden
público, apelaciones y fallos contra valores humanos, que dejaban en duda el profesionalismo
y el lugar de importancia que tenían esas prácticas.
Ávalos, N., & Tapia, S. (2013). Consentimiento informado: síntesis de teoría actual y
recomendaciones. Revista Chilena de Cirugía, 448-453.