Está en la página 1de 4

Alejandro Varona

1135771
Electiva: Ejercer con Ética la Psicología
Programa de psicología
Facultad de Psicología
Universidad San Buenaventura

ENSAYO
POR QUÉ EL CONSENTIMIENTO INFORMADO

«La frase consentimiento informado está retumbando en nuestros oídos desde ya hace
algunos años, como aquel proceso de la relación médico paciente en que el primero
informa al segundo, los procedimientos diagnósticos y/o terapéuticos que se le indican, sus
riesgos, beneficios y alternativas, con el objeto de obtener su consentimiento, en forma
previa, realizándose de esta manera el principio bioético y jurídico, de la autonomía del
paciente.».

(Ávalos & Tapia, 2013)

Tras una serie de sucesos e irregularidades nocivas para el sujeto, ocurridas a lo largo
de la historia, surge la necesidad de proteger a los miembros participantes en intervenciones
y recopilación de datos para la investigación, es entonces cuando emerge el consentimiento
informado, como un proceso de trámite y diálogo, en el cual el participante podrá estar
informado sobre los procedimientos y fines de la investigación, para decidir finalmente si
desea hacer parte de dicha actividad.

Sucesos que cruzan abiertamente los límites de la ética en el trabajo con los seres
humanos, como los procedimientos altamente cuestionables y perjudiciales que se llevaron a
cabo durante la segunda guerra mundial, y demás intentos de despersonalización e ignorancia
en torno a lo que podría resumirse como la dignidad del participante.

El consentimiento informado, entonces, se expresa como un documento legal el cual


debe estipular de manera clara y resumida el procedimiento, las técnicas, los resultados y los
posibles efectos adversos a los que puede verse involucrado el sujeto en el desarrollo de la
intervención que realiza el profesional en psicología (o cualquier otro profesional que trabaje
con la psique de los individuos), convirtiéndose por un lado, en un mecanismo de protección
para el profesional en términos de evadir procesos legales por malos procedimientos, y por
otro lado, se convierte en uno de los deberes del psicólogo y un principal derecho para el
paciente.

En el proceso histórico que tiene este documento legal, es posible ubicar diversas
causas por las cuales se hizo necesaria su ceración e inscripción en todo protocolo de
intervención o investigación. Por un lado, corresponde a la preservación de los derechos
humanos, emergentes tras la segunda guerra mundial, ya que la dignidad, la privacidad, el
buen nombre, la autonomía y demás derechos, estaban siendo vulnerados por parte de
algunos profesionales que realizaban prácticas inadecuadas en sus pacientes, entre los años
de 1933 y 1945, durante el conocido holocausto Nazi.

Pues bien, centrándonos en Colombia, la Corte Constitucional estableció en el 2011,


una línea jurisprudencial con disposiciones ético-morales que determinan los principios que
rigen la actividad del psicólogo, sus deberes y especificaciones sobre su qué-hacer, regulando
la los procesos llevados a cabo por los profesionales que trabajan en el área de la salud y
acordando por medio de un documento legal, la voluntariedad de ambas partes, por realizar
procedimientos médicos o psicológicos en el marco de la intervención y la investigación con
población.

Existen algunas consideraciones generales que deben de ser tenidas en cuenta en el


momento de realizar un consentimiento informado: Los pacientes en pleno uso de sus
facultades tienen el derecho moral y legal de tomar sus propias decisiones y estas tienen
prioridad sobre las del médico o la familia; El consentimiento informado es el pilar
fundamental del principio de autonomía. Es decir, que es una decisión y un acto sin
restricciones internas ni externas; El consentimiento por sí solo no protege suficientemente
al sujeto y, por ello, siempre debe ir acompañado de una evaluación ética, y por último, la
firma del profesional debe aparecer en todo consentimiento informado, ya que el mismo no
puede eludir su responsabilidad ética y legal.

En consecuencia con lo anterior, este documento debe de cumplir, con dos partes, la
primera corresponde a los datos del usuario, procedimientos, justificación y consecuencias,
por otro lado, el permiso dado por el paciente al profesional, de realizar los procesos
mencionados en el mismo.
A partir de esto, es posible pensarse la relevancia que tiene lo que es la formalización
de un consenso entre las partes, para obtener lo que se conocía como estado social de
derechos, el cual reconoció valores del individuo como un sujeto con un componente social
que a barca rasgos de identificación y vínculos para permitir un proceso beneficioso tanto
para el intervenido como para el que interviene.

Teniendo esto en cuenta, también se puede pensar que el consentimiento informado


permitió un reconocimiento a nivel científico la validez y juicio imparcial que se presentaba
en los momentos de intervenir, recopilar o indagar información la cual pertenecía a un
individuo particular. Gracias a esto, también se lograba observar como lentamente, las
intervenciones y proyectos se volvían cada vez más “humanos” con el fin de guardar un rigor
moral que impida volverse dañino o degradante para el entrevistado.

En cierto modo se podría mirar como un proceso partidario de una necesidad política
de exigir seguridad y un rigor profesional a lo que son prácticas hacia personas.

La capacidad de intervenir, opinar y decidir sobre los procesos en los cuales se será
sometido un paciente, da cierto control que permita también haber una retroalimentación y
mayor cercanía por el mismo hecho de darle una palabra y lugar a la persona que está siendo
participe de manera voluntaria. Hacía mucho tiempo atrás, donde había problemas de orden
público, apelaciones y fallos contra valores humanos, que dejaban en duda el profesionalismo
y el lugar de importancia que tenían esas prácticas.

Por otro lado, es la garantía de anonimato que ofrece un consentimiento informado a


la hora de ser partícipe de una investigación sea cual sea su corte, muestra una respuesta
directa a una necesidad que una sociedad, en función de la propiedad privada, exige como un
derecho perfectamente válido.

Como conclusión se observa que el consentimiento fue un hecho y apuesta de la


psicología, a ser una disciplina completamente inclusiva y en busca de resolver demandas
sociales y políticas, con miras a ejercer un qué-hacer investigativo y de intervención mediado
por la ética, la privacidad, el anonimato, la información pertinente y la participación
voluntaria de los sujetos en dichos procesos, procurando siempre que el desarrollo sea
consistente a lo estipulado en dicho consentimiento.
Referencias Bibliográficas:

Ávalos, N., & Tapia, S. (2013). Consentimiento informado: síntesis de teoría actual y
recomendaciones. Revista Chilena de Cirugía, 448-453.

Docente a Cargo. (Pendiente) ¿Por qué el consentimiento informado? Material obtenido en


clase, 1-8.

También podría gustarte