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EL K’ATAYLA

En épocas antañas, un joven que llego a ser yerno de una familia


que vivía en la selva, cuenta la historia que su suegra y su esposa
le habían pedido al joven, que trabaje y que haga la chacra, en
efecto el joven iba trabajar todos los días, pero el joven vencido
por la haraganería y la florera, no hizo nada.
Un día sus suegros fueron a verificar el trabajo que hacía, y por
sorpresa no encontraron ningún trabajo, ninguna chacra, en
consecuencia empezaron a reclamarle tratándole de vago, ocioso
y demás adjetivos, a causa esto le habían pedido que se aleje de
su hija y que se vaya de la casa.
Un día el joven se fue de la casa sin aviso alguno, con dirección a
la chacra, mientras estaba sentado al pie de un árbol, melancólico
y meditabundo, hablando solo, en esos momentos se acercaron
cientos de mosquitos, ellos le preguntaron, qué porque estaba así,
el joven les conto el porqué de su llanto, luego los mosquitos le
ofrecieron un contrato, en donde el joven pedía a los mosquitos
que le hagan un roce de una hectárea, a cambio de que los
mosquitos succionarían toda la sangre del joven, el contrato
quedo firmado por ambas partes.
Los mosquitos eran tan artos que en un abrir y cerrar de ojos, los
hicieron el roce, luego pidieron que el joven cumpla con la otra
parte del contrato y enseguida, fue succionado por los mosquitos.
Al ver que ya no regresaba a casa, enseguida los suegros salieron
en busca de su yerno, llegando al lugar de trabajo del joven,
encontraron un roce tan grande que jamás habrían imaginado que
este lograría, la suegra se arrepintió por todo los maltratos que le
había dado, empezaron a llamarlo con gritos, pero ya nadie
contestaba, solamente al medio del roce había una mata de chima
en su rojo exacto, a tanto llamar la suegra, se convirtió en un
pájaro, se fue volando y cantando k´atayla, k´atayla, K´atayla… en
busca de su joven yerno. Sin embargo el joven había quedado
convertido en una mata de chima, es por eso que la pepa de la
chima, tiene forma de calavera.
Recopilado por: BELLIDO, Lisbeth

CISCO MOROK´O
Dicen que en el cerro Capac Ork´o, dentro de las entrañas del
cerro salía Cisko Morok´o, que con ayuda del demonio, se
proyectaba en sueños y apariciones fantasmales; junto con su
legado de mineros condenados, que cegados por la riqueza del
precioso metal, fueron engullidos por la Pachamama hasta lo más
profundo del averno, condenados a seguir en su labor eterna con
el duende.
En mis momentos de juventud y fuerza, que siendo yo un joven
inexperto, que nadeta sabía yo del juaniquillo, fui con el Pascal mi
padrino a trabajar en mis momentos libres, pa no perder el
tiempo. Ya que no conocí, ni tengo a mi papa “chaimanta nischuta
llaquikuni”.
Siguiendo mi relato, que el día y la fecha ya olvidados están por mi
vejez y mi mente frágil, estaba yo y el pascal y sus criados
trabajando en la mina. Después de trabajar toda la mañana me
despierta el Pascal diciéndome: hamuy waway kayta rikuchiita
munani, yo chiquillo insolente lo seguí. El Pascal me enseño el arte
del cachorreo por casi una hora, ya estábamos por regresar a los
toldos, cuando vimos que en el hueco del cerro había una luz aun,
siendo ya eso de la media noche, fuimos a ver lo que era aquello.
Al llegar al lugar vimos algo sorprendente ahí dentro, había una
cantidad inmensa de oro, mi tío Pascal como encantado, se
adentró al interior, hasta que ya no pude divisarlo, yo me quede
paralizado sin poderme mover apenas podía respirar, pero de
pronto sentí que alguien se acercaba hacia mí, era el Pascal con su
cara fantasmal, pálida y blanca me sonreía maliciosamente, se
acercó más y me dio un pequeño soplido y no recuerdo más. Al
día siguiente me encontraron los criados apenas un con vida y me
dijeron que al Pascal se lo había tragado la pacha mama.
Recopilado por: BARREDA, Brayan

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