La breve novela Pedro Páramo se compone de 63 micronarraciones o unidades narrativas.
Cada micronarración es un logrado microrrelato que se relaciona con las otras unidades, con diferentes elementos de la obra y con la novela entera. Los flashbacks muy frecuentes interrumpen la marcha cronológica de la obra. En los recuerdos de algunos personajes se hallan los hechos retrotraídos al presente. De entre los aspectos técnicos que aparecen en la novela los más destacados son: el entrecruce de dos historias diferentes, el desorden cronológico, las elipsis narrativas entre secuencias, las descripciones sobrias. Pero quizá sea el monólogo interior la modalidad narrativa más destacada en la obra de Rulfo. Mediante estos monólogos interiores, el lector se introduce en la vida privada de los personajes. Se reproduce su mundo interior. El monólogo es un discurso que carece de una organización lógica, a través del cual, los personajes expresan sus pensamientos en su estado más puro. La crítica, al analizar la novela de Rulfo, diferencia entre el monólogo tradicional, en el cual se muestran los pensamientos más superficiales del personaje, y el monólogo interior, donde se presentan los pensamientos más íntimos y más cercanos al subconsciente. En el primero de los casos, podemos citar los monólogos de personajes secundarios como el padre Rentería o Fulgor Sedano. En cuanto a los monólogos interiores, destacan los de Susana San Juan, aunque también los de Pedro Páramo. Por otro lado, analizando el narrador, hay que mencionar que Juan Rulfo emplea en esta obra el Perspectivismo Múltiple, esto se muestra cuando los personajes han vivido un mismo hecho o circunstancia y cada uno narra lo sucedido.