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Contrato-Didactico Efectos y Paradojas
Contrato-Didactico Efectos y Paradojas
Guy Brousseau
Cuando los profesores hacen cosas, que al analizarlas nos parecen “tontas,
carentes de sentido, contraproducentes para el aprendizaje, invierten mucho
tiempo y energía en hacerlas. El hecho de que mucha gente dedique mucho
tiempo a algo, basta para hacernos sospechar que deben haber razones
poderosas para que lo hagan (no es gratuito, ni azaroso).
EL EFECTO TOPAZE
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Para evitar el efecto Topaze burdo, como el caso de los “moutons” el profesor va a
inventar procedimientos, va a analizarlos de maneras más finas.
Ante una pregunta o un problema que el alumno no puede resolver o resuelve mal,
muchas veces el profesor repite la pregunta de una manera distinta o da al alumno
especies de “pistas” para que éste pueda dar la respuesta correcta.
El alumno, ante un “problema de resta”, realiza una suma. Al ver esto, el profesor
le dice: “no, no fíjate bien, ¿ganó las canicas o las perdió? Si el alumno, a pesar
de reconocer que las perdió (porque eso dice el texto) no da con su error, el
profesor podrá agregar: “las perdió, entonces hay que hacer una… una… una…
rrr…?
Nos preguntamos que está detrás de este fenómeno: ¿Por qué el profesor actúa
de esta manera aparentemente ilógica, en vez de no dar la respuesta en lo
absoluto y replantear su trabajo de enseñanza sobre el tema, o, en última
instancia, dar la respuesta abiertamente.
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El profesor piensa que el alumno sí sabe pero que está atorado por una
laguna en la memoria. Considera que ayudándole a recordar, evocando un
conocimiento que tiene escondido se le resuelve el obstáculo. A esto subyace
el creer que el conocimiento se tiene en la memoria y que la dificultad estriba
en el acto de recordar.
EL EFECTO JOURDAIN
(De El burgués gentil/hombre, de Moliere).
un niño usa dos de ellos para trazar una línea, y, en otro momento los vuelve a
usar, pero en distinto orden, para trazar otra línea igual. Un profesor o un
matemático pueden saber que esas acciones están relacionadas con la propiedad
banales.
Con frecuencia, en las clases, el profesor plantea una situación abierta (en la que
los alumnos puedan optar por diversas vías de acción para resolver el problema
planteado). El alumno realiza una acción banal, cuyo sentido (para el propio
unas reglas para manipularlas. Luego se le dice: “usted hizo Un grupo de Klein”,
apropiación de ese saber por parte de los alumnos el profesor comienza a insistir
cuadrito, hay que hacer tal cosa. La actividad se convierte en una serie de rituales,
donde el estricto cumplimiento de cada paso garantiza una ejecución correcta del
alumnos sepan. Lo importante es que hagan lo que tienen que hacer (ejecución
EL EFECTO DE ANALOGIA.
(Raymond Devos hace referencia al autor de la historia “un extremo de palo, los dos
extremos”).
Dienes convierte esto en un método científico ”la realidad está “estructurada”, hay
que encontrar, descubrir, despejar esas estructuras: eso es hacer matemáticas.
Entonces, se camuflagea una estructura en situaciones donde se hace variar lo
“no pertinente” (situaciones isomorfas); el niño debe adivinar lo que hay en común
en ellas.
EL EFECTO DIENES.
Es una sofisticación del efecto R. Revos. Este efecto describe el hecho de “quitar
al profesor la responsabilidad de que los niños aprendan algo” dándole un
preventiva ley natural que generaliza que los niños aprenderán por sí solos.
Ejemplo
Explicación de que un palito tiene dos extremos, si lo parto en dos, cada extremo
tendrá a su vez dos extremos, etc.
Ante un interlocutor que no entiende, para explicarle, dice: una varita tiene dos
extremos, si la parto en dos, cada extremo tendrá a su vez dos extremos, etc.
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Equivalente a la estrategia, en los niños pequeños, de repetir la explicación subiendo el tono de la voz, para que otro niño
la entienda.
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En educación se suele encubrir lo que se quiere decir a los alumnos bajo la forma
de analogías.
Con la teoría de Dienes el maestro adopta algo que ya era parte de su práctica. El
alumno reconoce la intención del maestro de que debe buscar lo parecido, en
cosas diferentes.
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El efecto Dienes actúa debido a que se les da una ley natural a los profesores. El
profesor queda descargado de la necesidad de negociar el contrato didáctico. El
alumno ahora va a aprender solo, basta presentarle ejemplos de las nociones que
se quiere que aprenda.
En sus cursos universitario Papy utilizaba un método ligado a los grafos para
explicar la teoría de conjuntos. Los dibujitos le servían para aclarar las fórmulas
matemáticas, como recursos.
Como producto de una ideología que sustentaba “se determinó una reforma de los
programas según la cual había que enseñar conjuntos a los alumnos de primaria.
Papy organizó cursos para maestros en los que les explica sus dibujitos. Surge la
necesidad de desarrollar un vocabulario para hablar de esas cosas (de los
dibujos). La diferencia entre la teoría de conjunto para los matemáticos y para los
maestros y alumnos es que para estos últimos el control semántico desaparece
(no pueden recurrir al significado de términos que están manejando para controlar
la validez de sus afirmaciones. Pero cuando se producen errores hace falta
recurrir al control semántico, averiguar de qué estamos hablando.2
Durante diez años tiene lugar una negociación respecto al objeto de la enseñanza,
en la “matemática moderna”. Se va desarrollando una cadena de convenciones
que pasa a sustituir al conocimiento matemático, y esto es el efecto Papy. Algo
que inicialmente era una técnica para enseñar otra cosa, se transforma en objeto
didáctico. La noción misma de conjunto adquiere una significación metafórica:
“estar juntos, hay varios objetos que están juntos”. Lo mismo pasa con otras
nociones como referencial, frontera (que en teoría de conjuntos no tiene sentido),
interior, exterior. Dentro de un conjunto un elemento genérico X no se puede
poner. Pero como los niños no entienden esto se ponen todos los elementos. Papy
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El paso de una actividad banal a una actividad científica (deductiva) implica una pérdida de control semántico para
basarse en el control sintáctico.
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El discurso del maestro denomina y explica los dibujos. Las relaciones reflexivas
se descartan porque son muy complicadas (aparecen demasiados bucles)
Establecido este contrato “defectuoso”, entre alguien que ofrece un servicio y otro
que lo demanda, pero no sabe exactamente lo que va a recibir, el maestro
comienza a actuar para que el alumno aprenda (a enseñar). La acción del maestro
persigue la finalidad de poner en actividad al alumno, actividad a través de la cual
se supone que va a aprender. Pero si el alumno actúa porque el maestro le dice
que lo haga, haciendo lo que cree que el maestro quiere que él haga, aprende
nada. El curso de su actividad no queda bajo el control del propio alumno sino del
deseo del maestro, interpretado por el alumno. Hace cosas que ya sabe hacer (o
trata de hacer cosas que no sabe) orientado por las instrucciones del maestro, o
por su interpretación personal de las mismas. Las hace porque el maestro dijo que
había que hacerlas, no porque él crea que son pertinentes. Realiza acciones que,
para él, carecen de significado, puesto que lo único que persigue con ellas es
complacer al maestro. Vemos pues que, al acatar el C.D. sometiéndose
(voluntariamente) a la voluntad del maestro, el alumno se evade de la posibilidad
de aprender lo que el maestro ofrece enseñarle. Demostrando que quiere
aprender lo que el maestro quiere que aprenda, el alumno hace lo que él cree que
el maestro quiere que haga y no lo que él cree que hay que hacer, frente a la
situación planteada. Mientras el C.D. siga vigente; implica una dependencia del
alumno respecto al deseo del maestro que obstaculizará su aprendizaje. Para que
el aprendizaje se produzca, es indispensable que tenga lugar una ruptura del C.D.
Cuando el C.D. se rompe el alumno recupera su autonomía, se introduce en la
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situación que le ha sido “devuelta” por el maestro y decide qué acciones realizar,
en función de su criterio personal (sin preguntarse o dar importancia a lo que
quiere el maestro). Si la situación didáctica ha sido bien diseñada, permitirá que el
alumno se dé cuenta de los efectos de sus diferentes acciones y las modifique, en
procura de un objetivo que la propia situación le permite discernir si ha sido o no
logrado.