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2. La situación de enunciación
La situación de enunciación de este tipo de discurso implica que los interlocutores no comparten el mismo punto
de vista con respecto a un tema determinado. Es importante destacar que generalmente los contenidos que se
desarrollan en la argumentación son polémicos, es decir, no hay consenso claro sobre ellos.
El hecho de que no exista acuerdo sobre un tema requiere que los interlocutores establezcan un diálogo, esto es,
tanto el emisor como el receptor son activos, pues, por un lado, el hablante debe desarrollar una serie de
estrategias discursivas que demuestren y apoyen sus puntos de vista (una estrategia fundamental es que los
argumentos seleccionados sean adecuados para el receptor) y, por otro, el oyente decide si acepta o no las ideas
defendidas por el emisor.
Es importante destacar que el poder de decisión por parte del oyente y la necesidad del hablante de elaborar
estrategias para convencerlo o persuadirlo evidencian que la relación establecida entre ellos es simétrica. Si, por
el contrario, fuera una relación asimétrica, el emisor solo impondría su punto de vista, revelando su jerarquía frente
al receptor.
3. Estructura del discurso argumentativo
La estructura del discurso argumentativo está constituida por tres categorías:
Tesis: hipótesis o premisa a demostrar.
Argumentos: “En sentido lógico, es el razonamiento utilizado para probar o refutar una tesis o para
convencer a alguien de la veracidad o validez de un aserto. En la Retórica grecolatina se denominaba
“argumento” la serie de razonamientos deductivos basados en los datos de causa, que, en el discurso
forense, se aducían como pruebas racionales (probationes) en la defensa de inocencia –o culpabilidad- del
acusado.” (Estébanez: 55 – 56).
Conclusión: Por lo general, valida la hipótesis o tesis, sea esta explícita o implícita.
A continuación se presenta un discurso argumentativo con la identificación de sus categorías:
Actualmente la mujer sigue en desventaja con respecto al hombre (TESIS). Esto se fundamenta en que el 98% de
las riquezas de la tierra está en manos de los hombres (ARGUMENTO 1) y el 80% de las personas más pobres
son mujeres (ARGUMENTO2).
Por consiguiente, la condición económica de la mujer es muy precaria en comparación con la que evidencian los
hombres (CONCLUSIÓN).
Es importante destacar que la conclusión de este discurso no es exactamente igual a la tesis defendida, sino que
la amplía y la hace derivar de los argumentos.
Estrategia.
El esquema básico de todo texto argumentativo (sea oral o escrito) es el siguiente:
Como ves, mediante la relación entre el punto de vista y el argumento se busca llegar a una conclusión lógica
que tenga la propiedad de ser considerada una verdad. Por ejemplo:
Este esquema básico puede tener diversas variaciones y cambios, dependiendo del texto, pero en esencia
se mantiene lo central, es decir, que el punto de vista es defendido por los argumentos, con la finalidad de llegar
a una conclusión que sea considerada aceptable y lógica.
En los textos argumentativos, es posible reconocer distintos tipos de relaciones entre los argumentos y el punto
de vista. Es útil reconocer estos esquemas, pues a través de ellos es posible determinar la calidad de los
argumentos, que depende exclusivamente de las relaciones lógicas que se generen entre la tesis y la conclusión.
Los distintos tipos de relaciones son conocidos como esquemas argumentativos. Son tres: sintomático,
instrumental y analógico.
Las siguientes fórmulas te ayudarán a identificar las estructuras de los esquemas argumentativos y a evaluar la
calidad de los argumentos:
Para reconocer una relación sintomática
Pregúntate si el o los síntomas son suficientes para lo que se afirma.
Ejemplo:
Será más caro vivir el próximo mes, porque aumentará el precio del azúcar, del pan y de la luz.
• ¿Son suficientes estos síntomas para afirmar que “será más caro vivir”?
Actividad
Lee el siguiente texto y desarrolla las actividades que aparecen a continuación:
Patriotas y hospitalarios
Guía de Chile
La topografía chilena es tan variada como su gente. Sin embargo, lo que los une desde el minero del cobre en el
norte hasta el pescador en las costas de Chiloé, desde el oficinista de Santiago hasta el ovejero en Tierra del
Fuego, es su fuerte sentimiento patriótico. Obviamente, este patriotismo llega a aflorar especialmente al hablar de
un país vecino o durante un partido de futbol de la selección nacional. Si, a pesar de todas las diferencias
regionales y sociales, existe algo así como un carácter nacional chileno, este es marcado por dos extremos: por
una parte, existe el gran complejo de inferioridad que surge del aislamiento histórico de Chile, de lo insignificante
que resultaba ser el “país en el fin del mundo” dentro de la comunidad internacional. Este complejo fue a través
de los siglos alimentado también por la pobreza de la gente y su visión pesimista de sus propias perspectivas. Por
otra parte, hay un gran orgullo de Chile y de todo lo que han logrado y logran los chilenos, a pesar de las
condiciones adversas. Esto explica el culto alrededor de algunas pocas estrellas y celebridades en el futbol, el
tenis, la televisión o la literatura.
La competencia capitalista y la economía de mercado no han podido destruir un rasgo importante de la mentalidad
chilena: el permanente apoyo mutuo que no solo se limita al círculo familiar, sino que se extiende más allá de el.
Una prueba fehaciente de ello es el éxito de campanas de caridad de fundaciones y organizaciones que trabajan
en el ámbito social. Esta solidaridad contrasta con la despreocupación generalizada en planificar y ahorrar para el
futuro. En otras palabras: el chileno no se preocupa mucho por su futuro lejano y no piensa mucho en prevención.
Está acostumbrado a convivir con desastres naturales (terremotos, temporales, sequias) y si suceden, se levanta,
se sacude y sigue adelante.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar la cordial hospitalidad de los chilenos. Con brazos abiertos fueron
recibidos los inmigrantes europeos, a quienes se les otorgaron los mismos derechos ciudadanos que a cualquier
chileno. El visitante extranjero puede tener confianza de que en Chile será bienvenido en forma cordial y
hospitalaria. Si vas para Chile, reza una melancólica canción del folclor nacional, en la cual el cantante exiliado le
pide al viajante que va a su tierra que le envíe saludos a su amada. Y finaliza diciendo, como quieren en Chile, al
amigo cuando es forastero.