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Organización Mundial del Movimiento Scout: La responsabilidad de ser un

voluntariado diferente

Alba Rocío Ramírez Rodríguez


Febrero 2019

Universidad de La Salle
Facultad de Filosofía
Especialización en Voluntariado
Asignatura Voluntariado en Contexto
Abstract ii

La Organización Mundial del Movimiento Scout realiza voluntariado en dos líneas, una
enmarcada dentro del voluntariado tradicional que todos conocemos, en el cual la acción
voluntaria se dirige a población en condición de vulnerabilidad, y otra línea enmarcada en la
transición que ha tenido el voluntariado en la actualidad, desde la cual el voluntariado de los
adultos pertenecientes al Movimiento se dirige hacia los niños y jóvenes sujetos y participantes
del Programa Scout. Esto hace que el voluntariado dentro de la Organización no se conciba en
muchos ámbitos como tal y no se le dé el tratamiento que debe dársele dependiendo de en cual
línea se desempeñen los voluntarios, ni se tome en cuenta la responsabilidad que como
Organización se tiene con los miembros juveniles asociados y con la sociedad en general.

La tarea de diferenciar estas dos líneas de acción y encaminar adecuadamente el quehacer


y la forma de participación de los voluntarios en cada una de ellas, debe ser de quienes dirigen
cada estamento de la Organización, partiendo de un claro entendimiento de lo que es y no es el
voluntariado y teniendo en cuenta la misión que como Organización tenemos.
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Organización Mundial del Movimiento Scout: La responsabilidad de ser un


voluntariado diferente

La misión del Movimiento Scout es “Contribuir a la educación de los jóvenes,

mediante un sistema de valores basado en la Promesa y la Ley Scout, para ayudar a

construir un mundo mejor en el que las personas se sientan realizadas como individuos y

jueguen un papel constructivo en la sociedad”.

Desde la misión del Movimiento podemos diferenciar claramente dos tipos de

acción voluntaria dentro de él: una llevada a cabo por los Adultos en su rol de dirigentes,

que buscan educar a los jóvenes participantes en el Movimiento Scout, como ciudadanos

que puedan reconocerse como gestores de su propio desarrollo y el de sus comunidades, a

través de la adhesión voluntaria a un sistema de valores reflejados en la Ley y la Promesa

Scout, utilizando un método educativo llamado Método Scout que hace de nuestro

Movimiento algo único, que logra persistir a través del tiempo. Esta acción voluntaria

que viene desarrollándose en el Movimiento Scout desde sus inicios, se acerca a la

concepción actual de Voluntariado, a pesar de estar llevándose a cabo desde hace más de

un siglo. En ella el voluntariado se concibe como una acción dirigida a pares (los niños y

jóvenes que participan del Movimiento Scout y que generalmente no se encuentran en

condición de inferioridad o vulnerabilidad de manera alguna), en donde los mismos

receptores de la acción voluntaria están implicados en ella, es decir que son tenidos en

cuenta para la toma de las decisiones que tienen que ver con su propia educación.

El otro tipo de acción voluntaria es la que realizan los jóvenes partir de su

empoderamiento de los valores y principios Scouts, a través de diferentes acciones que


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conllevan al despertar de una conciencia solidaria actuando en favor de personas o

comunidades menos favorecidas, en donde los individuos o colectivos son receptores

pasivos de la ayuda, asimilándose esto a la concepción tradicional del Voluntariado y que

también viene desarrollándose en el Movimiento desde el momento mismo de su

creación.

Estos dos tipos de Voluntariado se superponen dentro del vasto universo que representa

el Movimiento Scout a nivel mundial, nacional y local, y se constituye en un reto la tarea

de diferenciarlos y formarnos frente a cada uno de estos, tarea que debe preocuparnos y

ocuparnos como Organización, basados en la responsabilidad que frente a ello tenemos,

entendiendo como lo plantean Caride Gómez y López Paz en su libro Ocio y

Voluntariado Social (2002), que la formación del Voluntariado es necesaria y debe darse

en los ámbitos humano, asociativo, técnico y socio – cultural, haciendo que día a día

nuestras actividades, proyectos y programas vayan encaminados a acercarnos a una

cultura solidaria y participativa, a pesar de estar inmersos en un mundo globalizado,

altamente tecnológico y capitalista, que genera desapegos en las personas hacia todo lo

que les rodea incluyendo sus semejantes y haciendo que de manera generalizada

tengamos algo que los autores llaman una “doble moral” al actuar de una manera en

nuestra vida profesional pública (luchando a toda costa por alcanzar el éxito) y de otra

manera muy diferente en nuestra vida privada donde ejercemos el voluntariado

(practicando la ayuda, la compasión y la solidaridad). Es precisamente en este punto

donde el Movimiento Scout debe diferenciarse de cualquier otro tipo de Organización


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Voluntaria, propendiendo por desarrollar tanto en los Adultos Voluntarios, como en los

jóvenes participantes, una conciencia moral y política en donde la nueva cultura del

“hazlo tú mismo” implique que como ciudadanos tomamos un papel político, no

partidista, dentro de la sociedad y entendemos que la Promesa y la Ley Scout son el

marco diferenciador frente a cualquier otra organización y se constituyen en la brújula

que nos debe guiar para actuar de manera acorde con los principios propios del

Escultismo.

Frente al tipo de Voluntariado que ejercemos como Adultos con los niños y jóvenes

participantes del Movimiento Scout, tenemos una amplia responsabilidad, pues somos

nosotros quienes como personas estimulantes y no interferentes en los procesos

educativos no formales que llevamos a cabo, transmitimos a ellos el deber ser de su

actuación frente a lo que significan inherentemente la Ley y la Promesa Scout que cada

uno ha aceptado de manera libre y voluntaria y en lo que contrariamente a lo que muchos

Adultos creen, no se trata de venderles la idea errónea que ser Scout es ser apolíticos,

pues formar ciudadanos apolíticos es desde el concepto mismo de ciudadanía algo

imposible. Por otra parte, debemos hacer que el Voluntariado ejercido por los niños,

jóvenes y adultos pertenecientes al Movimiento, encaminado a la satisfacción de

necesidades en poblaciones que pueden ser la propia comunidad donde se encuentran los

Scouts o en comunidades diferentes, sea un Voluntariado sin daño, que no busque

solamente dar soluciones inmediatistas a problemas reales, si no que más allá de eso

busque impulsar el ejercicio de una ciudadanía activa y responsable que genere un


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contrapeso frente a lo que el Estado no hace en busca de una sociedad más justa y

equitativa. Las herramientas para lograr esto son la esencia misma del Movimiento Scout

y deben promover en nuestros jóvenes un cambio en la manera de pensar y de actuar, sin

importar la condición socio-económica y cultural, en el que se privilegie el vínculo entre

las personas y se tenga una plena conciencia del impacto que las pequeñas o grandes

acciones como Scouts pueden generar, teniendo en cuenta la imagen y el reconocimiento

que el Movimiento tiene y el hecho de ser la Organización Juvenil más grande del

mundo.

Como lo expresa la ponencia El papel del Voluntariado en el Siglo XXI, llevada a cabo

en el Congreso de Voluntariado de Bilbao, en noviembre de 2012, somos responsables de

la sociedad que se está gestando aquí y ahora, no solo como individuos, si no como

Organización, y tenemos la responsabilidad histórica de fomentar en nuestros jóvenes el

hábito de ser participativos, solidarios y responsables frente a las acciones que se puedan

tomar para hacer una sociedad menos desigual, que no sea el de simples ejecutores de

tareas, que hacia el futuro nos haga superar el reto de tener voluntarios que no entiendan

su acción voluntaria como el simple hecho de pertenecer a una organización voluntaria, el

reto de capitalizar los valores propios del Escultismo, el reto de educar hacia un

verdadero liderazgo ético y participativo, y que nos permita fortalecernos como sociedad

civil y vivenciar diariamente en cada una de nuestras actuaciones que estamos dispuestos

a ser Siempre Mejores, a estar Siempre Listos y a Servir de la mejor manera posible para

nuestra comunidad y en especial para nosotros mismos como individuos.


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Lista de referencias

Ayala, V. (2012). El papel del Voluntariado en el siglo XXI.

Caride Gómez, J., López Paz, J. (2002). Ocio y voluntariado Social. Búsquedas para un
equilibrio integrador.

Vallaeys, Francois. Voluntariado solidario: ventajas y peligros.


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