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Una introducción a la apologética

Por, Matt Slick

La palabra “apologética” viene de la palabra griega “apología”, y significa “una defensa verbal”.
Se usa ocho veces en el Nuevo Testamento: Hechos 22:1; 25:16; 1ª Corintios 9:3; 2ª Corintios
10:5-6; Filipenses 1:7; 2ª Timoteo 4:16 y 1ª Pedro 3:15. Pero es este último versículo el que
está más asociado con la apologética cristiana.

 “sino santificad al Mesías como Señor en vuestros corazones, y estad siempre prestos
para presentar defensa ante todo el que os demande razón acerca de la esperanza que
hay en vosotros” (1ª Pedro 3:15 - BTX Biblia Textual).

“La apologética es la obra de convencer a las personas que cambien sus propios puntos de
vista.”

Por lo tanto, la apologética cristiana es esa rama del cristianismo que trata con responder
cualquiera crítica que se opone o cuestiona la revelación de Dios en Cristo y en Su Palabra.
Esto podría incluir el estudiar temas como la transmisión de los manuscritos bíblicos,
la filosofía, la biología, las matemáticas, la evolución y la lógica. Pero también consiste en
responder preguntas acerca de Jesús o de un pasaje de la Biblia. El último caso es tal vez el
más común y Ud. no tiene que leer cantidad de libros para hacerlo.

La apologética puede ser defensiva y ofensiva. Filipenses 1:7 nos da instrucciones del lado
defensivo:

 “Y me es justo sentir esto acerca de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón,
pues tanto en mis prisiones como en la defensa y consolidación del evangelio, todos
vosotros sois copartícipes de mi gracia”.

2ª Corintios 10:5 nos muestra el lado ofensivo:

 “destruyendo razonamientos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de


Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia del Mesías”.

El apologeta puede y debe defender sus razones para creer (1ª Pedro 3:15); pero él también
puede atacar; puede buscar aquellos que se oponen al cristianismo (2ª Corintios 10:5-6); pero
por supuesto que él debe estar preparado para hacerlo de antemano con mansedumbre.

La apologética es la obra de convencer a las personas que cambien sus propios puntos de vista.
En esto, se asemeja a la predicación ya que su objetivo final es la defensa y presentación de la
validez y necesidad del evangelio. Es un intento para persuadir al oyente para que cambie sus
creencias y viva conforme a la verdad bíblica y llegue a una relación salvadora en Cristo.

Básicamente, la apologética puede ser evidencia ―con frecuencia llamada “clásica” o


“presuposicional”. La apologética evidencial trata con la evidencia del cristianismo:
la resurrección de Jesús, los manuscritos bíblicos, el cumplimiento de la profecía, los milagros,
etc. La apologética presuposicional trata con las presuposiciones de aquellos que se oponen al
cristianismo, ya que estas afectan la forma como se ve la evidencia desde el punto de vista de
las personas y la razón.
Algunas áreas de debate dentro de la apologética cristiana tratan con el uso de la evidencia, la
razón, la filosofía, etc. ¿Deberá la apologética usar solamente aquellos criterios que son
aceptables a los no creyentes? ¿Nos está permitido usar la Biblia para defender nuestra
posición o debemos hablar del cristianismo sin esta? ¿Es la sola razón suficiente para probar la
existencia de Dios o la verdad del cristianismo? ¿Cuánta razón y evidencia deberán ser usadas
a la luz de la enseñanza de las Escrituras de que es Dios quien abre la mente de las personas
para entenderlas? ¿Qué papel juega la oración, usando la Biblia y la naturaleza pecadora del
no creyente, al testificar? ¿Cómo interactúan estos factores para traer a un no creyente a
la fe? Las preguntas son fáciles, más no las respuestas.

Jesús escogió a una persona religiosa altamente educada como apóstol. Esta persona fue
Pablo. El resto de ellos fueron también pecadores: Un recolector de impuestos, un doctor, etc.
Ellos fueron personas normales que estuvieron disponibles y dispuestas a ser usadas por el
Señor. Fueron llenos del Espíritu de Dios, y fueron usados como vasos de Dios. Dios usa todas
las cosas para Su gloria; por lo tanto, cuando nosotros hacemos apologética, lo hacemos por
fe.

El Señor ha llamado a cada cristiano para que esté listo para hacer defensa de su fe. Esto
significa que usted está llamado a dar respuestas razonables a preguntas con relación al
cristianismo. Ahora bien, esto no significa que deba tener un Doctorado o que necesariamente
tiene que ir a un seminario. Sin embargo, esto significa que usted deberá estar dispuesto a dar
al menos una respuesta a sus creencias. Si ve que no puede, entones, ore bastante a Dios y
empiece a estudiar.

¿Qué estudiar?

Usted debe orar y preguntarle al Señor que le muestre lo que Él quiere que sepa. Pídale que le
dé una carga de lo que debe aprender, sin importar cuál sea esta. Sólo pídale. En cualquier
cosa en la que se interese es lo que deberá aprender ya que es probable que sea algo que Dios
quiere que usted conozca para ser usado posteriormente. Es como tener las herramientas en
una caja de herramientas. Entre más tenga, más trabajo podrá llevar a cabo.

Otra forma de saber lo que Dios quiere que usted estudie es por medio de las circunstancias.
Digamos que un testigo de Jehová llega a la puerta de su casa y discute con usted acerca de
la deidad de Cristo y descubre que no sabe cómo defenderla bíblicamente. En este caso,
reconocerá que necesita estudiar versículos bíblicos que enseñen que Dios se encarnó en la
persona de Jesús. O tal vez un compañero de trabajo le pregunta el por qué sabe que la Biblia
es verdadera. Si usted no tiene una respuesta, ore y empiece a investigar. Vaya a una librería
cristiana y compre algunos libros acerca del tema para que aprenda.

Algunas veces Dios hará que un versículo o tema en la Biblia se avive dentro de usted, el cual le
parecerá interesante. Busque algún comentario acerca de la Biblia y léalo. Puede preguntarles
a otros acerca de esto, aún al pastor donde se congregue. Al hacerlo, se está preparando por
medio del aprendizaje para estar listo a responder preguntas y señalarles a las personas la
verdad de Cristo. Será sorprendido de los muchos detalles que Dios puede usar para ayudarlo
al testificar, incluso, a través de esos aparentes momentos extraños cuando los versículos que
ha estudiado se vuelven rhema en su vida.

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