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Qué Es La Eupraxofía
Qué Es La Eupraxofía
Qué Es La Eupraxofía
El humanismo construido en esta forma tiene muchas similitudes con los sistemas
tradicionales de la creencia religiosa: El Cristianismo, el Judaísmo, el Hinduísmo, el Islam
y el Budismo; porque cada uno de ellos da un sentido a la vida. Paul Tillich, el teólogo
protestante existencialista, definió la religión como la que expresa nuestra "preocupación
fundamental" -sea la moralidad de Jesús o Buda, o una de tipo sofisticada, científica,
secular y postmoderna4. En este sentido, se dice que el humanismo cumple funciones
psicológicas, sociológicas y existenciales similares a las de los sistemas de creencias teístas.
De manera interesante la mayor parte de las organizaciones humanistas norteamericanas
han seguido el modelo religioso, intentando crear sociedades, capítulos o iglesias que
realicen las funciones de las religiones tradicionales -aunque sin su contenido-.
Pienso que esta interpretación del humanismo es profundamente defectuosa porque encubre
diferencias importantes entre el teísmo y el humanismo. El término humanismo secular ha
sido introducido para distinguirlo del humanismo religioso. Sidney Hook, Joseph Fletcher,
Corliss Lamont y otros humanistas importantes sostienen que el humanismo es un punto de
vista secular filosófico, científico y ético5. Niegan que tenga algunas de las características
esenciales de la religión. en particular, el humanismo no afirma la existencia de un dios u
otras realidades sagradas, ni trae consigo los símbolos o funciones distintivos de las
religiones tradicionales. Mucho de los precursores del humanismo contemporáneo -Marx,
Nietzsche, Freud, Sartre, Russell- han sido fuertes críticos de la religión teísta, la que
consideraban divisoria e ilusoria; sugirieron nuevas direcciones, siguiendo la razón, para la
humanidad6.
¿Es posible llevar a una vida auténtica sin religiosidad? O ¿existen algunas funciones
inherentes a la condición humana que sólo un sistema de creencias y prácticas religiosas
pueden llenar? Los humanistas deploran el hecho que los sistemas religiosos ortodoxos
persisten a pesar de las masivas críticas elevadas contra ellos a través del tiempo por los
filósofos y científicos escépticos. Están consternados cuando viejas formas religiosas son
abandonadas, nuevos cultos de la sin razón con frecuencia se levantan para tomar su lugar.
¿Son los humanos por naturaleza animales religiosos? ¿No seguirá el humanismo como una
guía que lleva a la buena vida tropezando hasta que empiece a pronunciarse sobre estos
asuntos? En La tentación trascendental: Una crítica de la religión y lo paranormal 7 he
tratado sobremanera con estas interrogantes, apuntando a una necesidad más profunda para
lo trascendental dentro del corazón del hombre, manifestándose a través de la historia en
varias formas religiosas. Las religiones son proyecciones de fantasías queridas; los sistemas
de creencia y práctica que persisten aparentemente satisfacen algunas necesidades
profundamente humanas. ¿Podemos sustituir los equivalentes morales por las religiones
tradicionales? ¿Pueden dar significado a la vida? ¿Pueden inspirar a los hombres y las
mujeres a completar sus más altas aspiraciones sin ninguna fijación trascendental? ¿Pueden
los seres humanos llevar vidas responsables sin un soporte sobrebenatural para la ética?
Respondo: Sí. En El fruto prohibido: La ética del Humanismo 8, he delineado una filosofía
humanista, ética. Sostengo que hay decencias morales comunes (esto es, principios
generales éticos que gobiernan las interacciones sociales) que son ampliamente reconocidos
y seguidos en las culturas humanas. Además, es posible para los individuos llevar vidas de
excelencia y respetar los derechos ajenos sin pretensiones teístas o sanciones.
Una nueva dimensión ha sido añadida a este argumento por el hecho que muchas críticos
conservadores del humanismo aceptan ahora la afirmación primigenia que el humanismo es
una religión. Esto es paradójico, porque los humanistas liberales religiosos habían argüído
previamente, contra la oposición de los teístas, que un sistema de creencias sin Dios
funcionaba religiosamente y que tenía derecho a todas las exenciones y privilegios que
disfrutaban las religiones teístas.
Hoy nos enfrentamos a un nuevo desafío, porque los teístas conservadores no sólo dicen
que están de acuerdo con esta postura sino que van más allá: Aún el humanismo secular,
insisten, es una "religión", y como tal debe estar rodeada por todos los límites fijados sobre
las religiones teístas en las sociedades democráticas. Este argumento es particularmente
mordaz el contexto estadounidense, porque la Primera Enmienda de la Constitución de los
EE.UU. explícitamente prohíbe el establecimiento de una religión 9. Los críticos del
humanismo sostienen que ha sido un establecimiento de facto del humanismo secular en el
mundo moderno, especialmente en las escuelas públicas y el sistema judicial. Si el
humanismo secular es una religión, insisten, entonces no tiene derecho a un lugar
privilegiado; por ejemplo, no puede ser enseñado a los jóvenes, usando fondos públicos y
bajo la apariencia de neutralidad10.
Sin duda este argumento está limitado en su alcance a las actuales batallas políticas y
legales en los EE.UU. y pasará con el tiempo. Pero hay un asunto más profundo que
probablemente va a continuar teniendo importancia teórica y práctica, esto es, ¿tiene una
visión científica del mundo, una teoría ética naturalista o una ideología política democrática
necesidad de tener significado y funciones "religiosas"? ¿Y este componente religioso
esencial e inevitable en las filosofías seculares? los críticos del humanismo secular y el
modernismo tales como Richhard Neuhaus deploran el hecho que la religión haya sido
excluida de una influencia mayor en las sociedades democráticas abiertas, modernas y
democráticas,11 y están determinados a restaurarla a la vida pública. En la posición extrema
los críticos del humanismo científico consideran la evolución sólo una teoría, a la par con el
creacionismo, una que expresa la predisposición de "la religión del humanismo secular".
¿Se hallan el cultivo de la educación moral y del desarrollo de la inteligencia crítica en los
jóvenes religiosos, como sostienen? ¿El estudio de las ciencias sociales y la enseñanza de
historia -o ciertamente algo o todo lo que sea neutral a la Biblia o que prepara para el
academicismo crítico y ciencia- tienen que ser considerados "secular" o "humanista", y por
lo tanto "religioso"?
Los críticos poco compasivos han señalado la aparición de los héroes del marxismo que
reemplazan a los santos, el desarrollo de un nuevo dogma y credo (la dialéctica), y la
necesidad de una burocracia partidaria que construya instituciones controladoras para
suplantar las de las iglesias tradicionales. Los ideales marxistas parecen proveer con mucho
una fe inspiradora, y un fervor revolucionario que motiva al sacerdote -comisario. Esto fue
especialmente cierto en las versiones leninista, stalinista y maoista del marxista, pero no de
las variedades socialistas democráticas, las cuales renunciaron explícitamente al culto de la
personalidad y las estructuras totalitarias hubo un gran desencanto con las versiones
totalitarias dogmáticas del marxismo. La desilución y la paralización han sobrepasado el
fervor revolucionario de las primeras generaciones. Se hicieron reformas significativas en
el mundo marxista y lo que siguió y es conocido por todos.
Hemos estado planteando grandes interrogantes, que depende en parte del significado del
término religión. ¿Son religiones el Budismo Zen y el Confucionismo? Y si lo son, ¿por
qué no el Epicureanismo y el Estoicismo? Después de todo, son sistemas prácticos de
creencia que abogan por una visión ética y una forma de vida. Y si éstas lo hacen, ¿Por qué
no el humanismo y el marxismo? ¿Puede [el término] religión ser ampliado para que
abarque a todos estos sistemas, o debería ser usado en un sentido más restringido? Una vez
fui persuadido a extender el término religioso para incorporar una amplia variedad de
creencias y prácticas humanistas, porque noté el compromiso apasionado que el humanismo
puede producir12. Si nada más, me parecía entonces una sabia estrategia a adoptar por el
movimiento humanista, esto es considerarse a sí mismo una religión del futuro13.
Ahora pienso que esta línea de razonamiento era y es falaz. Porque si argüimos de esta
forma, entonces debemos preguntar, "¿Qué no es religión?" Si hay algo que expresa nuestra
preocupación fundamental" tiene que ser visto como una religión entonces este termino no
podría aplicarse al libertarianismo socialismo, ateismo, femenismo, vegetarianismo; esto es,
cualquier movimiento que exprese los ideales y las aspiraciones más altas, que dé dirección
y significado y provea una forma de vida?
Si es así, entonces virtualmente nada puede ser considerado una religión, tanto como sea
tomada apasionada y seriamente. ¿Entonces por qué no la ciencia, la historia, el ajedrez, los
deportes, el sexo, o alguna actividad a la cual empeñamos nuestro más profundo
compromiso? El talón de Aquiles de este argumento es que las religiones teístas han sido
transformadas históricamente al asumir las funciones no religiosas morales, psicológicas,
sociológicas que rodean todo. El hecho que las religiones pueden compartir estas funciones
con otros intereses e instituciones humanos no hace a estos otros intereses e instituciones
religiosos.
La Eupraxofía definida
Si el humanismo no es una religión, ¿qué es? Desafortunadamente, no hay palabra
adecuada en el idioma inglés para describirlo plenamente -aunque hay palabras en otros
lenguajes que si lo hacen-. El humanismo combina, como argüiré, un método e
investigación, una visión cósmica del mundo, una postura de vida, un conjunto de valores
sociales. El holandés, por ejemplo, tiene la palabra levensbeschowing, que puede traducirse
como "reflexión sobre, consideración de, o visión de la vida." El holandés también tiene el
adjetivo levensovertuiging, que es más fuerte que levenschouwing porque overtuiging
significa "conviction". Por eso no hay sugerencias religiosas. La religión en holandés es
godsdienst, que quiere decir "servicio a Dios". El inglés no tiene tal terminología.
De acuerdo con esto, pienso que acuñar un nuevo término en orden de distinguir las
creencias y prácticas no teístas de otros sistemas de creencias y prácticas, un término que
podría ser usado en muchos lenguajes. La mejor propuesta es combinar raíces griegas. He
propuesto el término eupraxofía que significa "buena sabiduría práctica". Eupraxofía se
deriva de las siguientes raíces: eu-, praxis, y sophia. Eu- es un prefijo que significa
"bueno", "muy bien", "ventajosos". Se combina en palabras tales como eudaemonia, que
significa "bienestar" o "felicidad"; además es usado en eutanasia, e(u)logio, euforia, etc.
Praxis (o prassein) se refiere a la "acción, al hacer, o práctica". Eupraxia significa "acción
correcta" o "buena conducta". El sufijo sofía se deriva de sophos ("sabio") y significa
"sabiduría". Este sufijo aparece en el término filosofía, que combina philos ("amor") y sofía
("sabiduría") que significa "amor a la sabiduría".
En su sentido original, la filosofía, como metafísica o "la ciencia del ser", investigaba los
principios y categorías generales por las cuales podemos entender la naturaleza e interpretar
la realidad. Los filósofos clásicos intentaron elaborar un sistema de la naturaleza en los
cuales ciertos principios fueron considerados básicos. La metafísica ha estado en constante
descrédito en los tiempos modernos, particularmente en manos de los críticos escépticos.
Por lo menos la metafísica analiza e interpreta los conceptos básicos de las ciencias, intenta
vislumbrar algún sentido de ellas, y, si es posible, unificarlas. Esta es una tarea compleja
hoy porque de la continua proliferación de nuevos campos de aprendizaje y la enorme
dificultad de cualquier mente de ser capaz de dominar el expansivo corpus del
conocimiento.
Una distinción básica puede ser hecha entre moralidad tradicional, la cual se refiere a las
concepciones mortales que justamente prevalecen en un grupo cultural dado, y la ética, que
envuelve un componente reflexivo y crítico. Hoy, muchos filósofos interesados con la ética
enfatizan la necesidad por la racionalidad ética -pero virtualmente en su propio interés- y
muchos esquivan hacer alguna recomendación concreta más allá de esto al tratar con
problemas que surgen en la moral tradicional. Esto es particularmente cierto en las
universidades y escuelas superiores, donde la filosofía es enseñada como una disciplina
académica, donde los filósofos hacen investigación filosofica y publican sus disquisiciones
en revistas académicas, y donde los profesores de filosofía no tienen posiciones claramente
definidas. Consideran su método pedagógico básico que sea una presentación de teorías
filosóficas alternativas y no intentan inculcar ningún conjunto de creencias o de valores;
esto es, no buscan persuadir a sus estudiantes ni al público en general para que acepten su
perspectiva filosófica. Ya que su tarea es la investigación pura, similar a la de otras
disciplinas, tales como la historia y las ciencias naturales y sociales, pueden retirarse a
salvo al aislamiento espléndido en una torre de marfil -filósofos qua filósofos- y no tienen
que vindicar sus posiciones personales. La virtud de esta forma de filosofía es la del
profesor que imparte amor a la sabiduría y las características del pensamiento crítico sin
imponer sus inclinaciones en el estudiante. El/la profesor(a) no desea indoctrinar o
propagandizar a favor de una particular panorama cósmico. El o ella quiere ser "objetivo";
puede sentirse temeroso de represalías de aquellos que apoyan la sabiduría convencional
del día. Sin embargo, esta clase de sabiduría no satisface las más profundas inquietudes de
los estudiantes y de los hombres y mujeres comunes y corrientes. No presenta ninguna
visión del mundo; no defiende una teoría de significado y verdad; no busca persuadir a
otros de la racionabilidad [reasonableness] comparativa de la propia ideología considerada
normativa o social. La filosofía, como amor a la sabiduría, aparte de estar comprometida
con el análisis crítico imparcial y objetivo, debe ser neutral. No puede tomar posición; no
puede trazar ninguna conclusión normativa de sus análisis formales. Es con mucho una
empresa cognitiva; no envuelve ningún componente anímico o emotivo. No busca mover
convicciones o inspirar compromisos.
¡Cuán lejos la filosofía ha ido de la visión socrática de la buena vida! Para Sócrates, la
filosofía tuvo directa relevancia con cómo deberíamos vivir. Sostuvo que la vida no
examinada no es valiosa de vivirse, y quiso morir por sus convicciones. La Ética de
Spinoza parece haber expresado tanto una filosofía y una euparaxofía, la menos
implícitamente. Aún podríamos decir que muchos o la mayoría de los sistemas filosóficos
tenían implícitamente una función pragmática y que su tarea era proveer una alternativa a la
religión y una guía a la ética y la política. La sabiduría contemplativa fue con frecuencia
una máscara para propósitos utilitarios más profundos. Marx claramente marcó un
rompimiento con el modo contemplativo de la filosofía, particularmente cuando dijo que la
tarea de la filosofía no era simplemente interpretar el mundo sino también ¡cambiarlo! La
filosofía en este sentido tiene significado trascendental -como la tuvo para Nietzsche,
Schopenhauer, Russell, Sartre, Dewey, y otros-. Lamentablemente hoy ha llegado a unirse a
la academia y corromperse por la especialización estrecha. La filosofía ha perdido ante la
religión y la ideología, que compiten por las almas de los hombres y las mujeres que
actualmente dirigen el día. Esto es porque necesitamos tomar nuevas direcciones y
encontrar una nueva aproximación.
Las filosofías no eupráxicas están poco dispuestas a afirmar esta convicción. Examinan
todos los lados del asunto, ven los límites y peligros de cada uno, pero están poco
dispuestas a tomar postura sobre alguna. Como ya he dicho, esto tiene algún mérito; porque
la mente abierta debe reconocer que puede estar equivocada y que sus opiniones pueden
haber sido modificadas a la luz de nuevos argumentos o evidencias. por eso, uno necesita
ser escéptico -pero no al precio de perder toda convicción-. El eupraxofo hace una elección
-la más razonable a la luz de la evidencia disponible- y esto lo capacita a actuar. Después de
todo, lo s teólogos, políticos, generales, ingenieros, hombres de negocios, abogados,
doctores, artistas, poetas, y los hombre y mujeres sencillos tienen creencias y actúan. ¿Por
qué negar este derecho al filósofo-eupraxofo? Seguramente, sin embargo, las creencias de
uno deberían estar basadas en la razón, la inteligencia crítica, y la sabiduría. Esto es a lo
que se refiere el sufijo sofía. La sabiduría en el amplio sentido incluye no sólo al juicio
filosófico y práctico, sino también a la comprensión científica.
Notas: