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Universidad de El Salvador.

Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales.


Escuela de Ciencias Jurídicas.
Departamento de Derecho Privado y Procesal.
Ciclo I - 2018

Integrantes: Callejas Contreras, Yesenia Abigail CC15140


Cardoza Nuila, Ricardo Alexander CN17004
Chávez Interiano, Milagro de María CI17001
Hernández García, Julio César HG16012
Rivas Henríquez, Pamela Nallely RH17005

Docente: Lic. Wilfredo Estrada Monterrosa

Tema: La Pluralidad de las Partes

Grupo: 3 Sub – Grupo: 10

Curso: Teoría General del Proceso

Ciudad Universitaria, Viernes 20 de Abril de 2018


PLURALIDAD DE LAS PARTES PROCESALES

Las partes procesales son las personas que intervienen en un proceso judicial
para reclamar una determinada pretensión o para resistirse a la pretensión
formulada por otro sujeto. A la persona que ejercita la acción se le llama “actor”
(el que “actúa”) “parte actora” o bien “demandante” mientras que a la persona
que se resiste a una acción se la llama parte demandada o simplemente
“demandado”.
Pluralidad de partes
La pluralidad de partes constituye un fenómeno procesal de singular importancia
dada la peculiar complicación que experimenta el régimen jurídico del proceso
esto significa que la pluralidad de partes no se resuelve por una mera
yuxtaposición de situaciones procesales simples sino que varían estas mismas
situaciones en cuanto que se modifican las que corren entre las partes
adversarias y se crean otras entre las partes comunes a tal efecto se impone una
neta diferenciación entre dos supuestos de pluralidad de partes:
a. En que las distintas partes aparecen en un mismo plano de igualdad, los
distintos sujetos son los titulares de la pretensión o pretensiones
deducidas o las personas frente a las que la pretensión se deduce.
Podemos decir que acá se da pluralidad de partes principales y estos
ostentan una posición jurídica calificada como la titularidad de derechos
derivados del acto. Se habla del Litisconsorcio.
b. Cuando aparecen en distinto plano, al lado de aquellos aparecen otros en
posición subordinada, que coadyuvan a la pretensión o a la oposición a la
pretensión. Aquí aparecen al lado de las partes principales otras qué
llamamos partes accesorias, estos ostentan simple interés en el
mantenimiento del acto. Esta se llama, según la doctrina, Intervención
adhesiva o coadyuvancia.
Esta basado en el principio de la dualidad de partes, pues aun cuando se de la
existencia de dos o más sujetos, todos ellos se agruparán en aquellas posiciones
de ataque y defensa inherentes a la dualidad de partes. Pues incluso en aquellos
casos en que un tercero surge para formular una pretensión frente a los que
en un proceso existente mantienen las posiciones enfrentadas de demandante y
demandado, surge un proceso nuevo (la tercería), en que los antiguos
contendientes pasan a ocupar la posición procesal de demandados ante la
pretensión formulada por el tercero.

El Litisconsorcio.
Como ya hemos señalado, nuestro derecho procesal se rige por el principio de
dualidad de partes de manera que sólo hay dos posiciones jurídicas básicas:
la de demandante y la de demandado. Sin embargo, puede haber más de dos
personas en el proceso, lo que implica que hay varios demandantes o varios
demandados. Llamamos a esta situación "Litisconsorcio", que etimológicamente
viene de “litis” (palabra latina que significa proceso) y “consorcio” (qué es un
grupo de personas que comparten la misma suerte) metafóricamente, se
considera que las partes comparten la misma suerte si están en la misma
posición jurídica tanto de demandante como de demandado, aunque eso no
siempre es así exactamente.
El litisconsorcio implica pluralidad de partes principales bien de
demandantes (Litisconsorcio activo), bien de demandados (Litisconsorcio
Pasivo), bien de demandantes y demandados (Litisconsorcio Mixto).
En el litisconsorcio, pues, las partes múltiples aparecen en el proceso en un
plano de igualdad.

Según la calidad de las partes procesales se dividen en:


a. Litisconsorcio Activo: se da siempre que varios sujetos deducen una o
varias pretensiones en relación con un acto o en relación de varios
actos entre los que existe la conexión directa que permita la
acumulación. Aún cuando no se regule expresamente en alguno de los
ordenamientos jurídicos del proceso administrativo, no ofrece duda su
admisibilidad con carácter general, en aplicación de las normas sobre
acumulación o de las del proceso civil con carácter supletorio.
b. Litisconsorcio pasivo: consiste en el grupo de personas que están
siendo demandadas sobre el cual recae la pretensión o las
pretensiones.
c. Litisconsorcio mixto: esta figura se encuentra cuando tanto la parte
demandada como la parte demandante está formada por un grupo
de personas.
Nuestro Código Procesal Civil y Mercantil hace una clasificación del litisconsorcio
en base a la vinculación de los sujetos a la pretensión:
a. Litisconsorcio Necesario: Regulado en el art. 76 del Código Procesal Civil
y Mercantil, que expresa que estamos frente a un litisconsorcio necesario
cuando una relación jurídica indivisible pertenezca a varias
personas de modo que la sentencia extenderá sus efectos a todas
ellas y deberán demandar o ser demandados de forma conjunta,
quiere decir que este tipo de litisconsorcio viene impuesto por la ley o por
los principios generales del derecho. Por ejemplo, en un juicio por
homicidio se determina que los imputados deben ser dos pues se cree
que ambos fueron co-autores del hecho, esta vendría siendo una relación
indivisible pues se asume que ambos han violado el derecho a la vida de
la víctima y así no es necesario hacer dos procesos para su juzgamiento
individual si se les atribuye el mismo hecho.
b. Litisconsorcio Voluntario: Contemplado en el art. 80 del Código Procesal
Civil y Mercantil, que deja abierta la posibilidad de comparecer en el
proceso varias personas, tanto como demandantes o demandados,
cuando las pretensiones que se ejerciten provengan de un mismo
título o causa de pedir, estándose las reglas sobre acumulación de
pretensiones.
La ley no impone que todas las partes litiguen en un mismo proceso. Si
lo hacen así es por la simple decisión de las mismas, pero cabe
mencionar que también podrá acordarse de oficio, así como puede
acordarse la acumulación objetiva siempre que exista entre los actos que
motivan el proceso una conexión directa, siendo el fundamento de ello
el principio de economía procesal.
Para determinar si el litisconsorcio debe ser voluntario o necesario se debe
tomar en cuenta la divisibilidad de un derecho y que este depende de la
naturaleza del mismo, así en principio, los derechos de naturaleza personal
son indivisibles en cambio los derechos de naturaleza patrimonial si pueden
ser divididos, sin embargo no existen reglas generales o excepciones fijas
porque la divisibilidad del derecho deberá ser analizado en cada caso en
concreto, pero si se debe determinar que la división de un derecho no depende
de los sujetos que gozan de él sino del derecho como tal, así una persona puede
gozar de un derecho es que en sí mismo es divisible y a su vez dos o más
personas pueden ser titulares de un mismo derecho que no admite cálculo de
proporción.
Doctrinalmente también existe la posibilidad de unir estos tipos de litisconsorcio:
a. Litisconsorcio Activo Voluntario: es cuando varias personas
voluntariamente ejercen la acción contra un único demandado en un
mismo proceso. Ejemplo: un empresario que lleva tres meses sin pagar
a sus 10 trabajadores, de manera que estos plantean una demanda
conjunta o plural en la que todos piden lo dejado de recibir.
b. Litisconsorcio Activo Necesario: en este caso es obligatorio que varias
personas actúan conjuntamente para poder plantear la pretensión,
vale decir que apenas existe en la práctica.
c. Litisconsorcio pasivo necesario: en este tipo de litisconsorcio es
necesario demandar a varias personas para que la relación procesal
quede válidamente constituida, ejemplo: cuando un hombre reconoce
voluntariamente a un niño o niña como su hijo siendo este no suyo y
posteriormente este hijo promueve un proceso de impugnación de
reconocimiento voluntario de paternidad se debe configurar un
litisconsorcio necesario pasivo en el que se demanda el falso padre y a la
madre. Se demanda al padre por haber reconocido a un hijo que
realmente no le pertenecía y a la madre por consentir en que éste lo
hiciera.
Procedimiento
El litisconsorcio comporta particularidades de importancia en el procedimiento.
a. Iniciación
La iniciación del proceso puede proceder de uno o de todos los litisconsortes.
Sobre todo en aquellos casos en que ha habido un proceso anterior en el que se
produjo el litisconsorcio.
Iniciados procesos distintos por demandantes entre los que se dan los requisitos
del litisconsorcio activo, la acumulación sucesiva acordada ulteriormente, de
oficio o a instancia de parte, determinará la pluralidad de partes en el proceso
cumulativo.
b. Desarrollo
En el desarrollo del proceso, cada uno de los litisconsortes puede formular
sus alegaciones y sus peticiones y prácticas de prueba. Aunque litigasen
con una misma representación, voluntariamente o por imposición del órgano
jurisdiccional, se da la independencia de actuación.
c. Terminación
La terminación normal —sentencia— opera frente a todos los litisconsortes.
Ahora bien, su contenido puede ser distinto para cada parte en el
litisconsorcio voluntario, no así en el necesario: la anulación del acto objeto
de impugnación constituirá un pronunciamiento único que afectará por igual a
todos los demandantes titulares de derechos subjetivos derivados de aquél.
Los actos de terminación anormal del proceso —desistimiento, allanamiento,
etc.— pueden proceder de uno de ellos.
d. Efectos
En la cuestión de los Efectos Declarativos: cosa juzgada. En tanto que la
sentencia no sea firme, podrá deducir contra ella los recursos admisibles
cada uno de los litisconsortes con independencia de los demás: si se trata
de litisconsorcio necesario. Efectos Ejecutivos: cada uno de los
litisconsortes puede promover, con independencia de los demás, las
medidas encaminadas a la plena efectividad del fallo, ante el tribunal
sentenciador o ante los órganos competentes en cada caso. Efectos
Económicos: Las costas se reparten en partes iguales en caso que los
litisconsortes hayan actuado en un conjunto con temeridad o mala fe.

La Intervención Adhesiva o Coadyuvancia.


Coadyuvante es la persona que interviene en el proceso en posición
subordinada de las partes principales. Esa intervención sucede en nombre
propio con objeto de ayudar con sus alegaciones y pruebas a una de las
partes pero sin asumir la posición de parte en sentido estricto.
El coadyuvante se halla ligado secundariamente a la posición de otra parte
principal, colaborando con ella de modo instrumentalmente simple.
Al contrario que la parte en sentido estricto (parte principal), el coadyuvante no
puede disponer del objeto del proceso, es decir, de la pretensión. Así, no
podrá desistir de la acción (si se sale del proceso este seguir adelante con la
parte principal), ni tampoco transigir (llegar a un acuerdo para finalizar el
proceso), o recurrir por sí solo una sentencia que estima desfavorable. En
cambio, el desistimiento o la transacción de la parte principal a la que se ha
adherido sí que afectan al coadyuvante.
El supuesto de la coadyuvancia sólo se permite cuando la ley lo autoriza
expresamente, aunque mayormente se es utilizado por el demandado.
Naturaleza Jurídica:
El coadyuvante es una parte accesoria; la mayor parte de la doctrina y de la
jurisprudencia configura el coadyuvante como una parte subordinada a la
posición de una parte principal y se habla de su «misión estrictamente
cooperadora»
Fundamento:
Se ha justificado la figura del coadyuvante porque entraña la salvaguardia y
protección de quienes puedan resultar afectados por la sentencia que se dicte y
porque, mediante su intervención, se logra la mejor tutela del interés
general que se actúa en todo proceso, al dotar al órgano jurisdiccional de
elementos de juicio más completo.
Plazo:
No existe ningún límite temporal a la comparecencia del coadyuvante. Este
podrá comparecer en cualquier momento del procedimiento, desde que
tenga conocimiento de la existencia del proceso hasta que se dicte
sentencia. Ahora bien, si los coadyuvantes pueden comparecer en cualquier
momento del procedimiento, su comparecencia no implicará la interrupción ni
retrocesión de aquél, lo que es una consecuencia del principio de preclusión.
En los ordenamientos en que el coadyuvante se configura como interviniente
adhesivo, a diferencia del litisconsorte, no podrá interponer recurso de apelación
con independencia de la parte principal, lo que, recientemente, ha sido criticado,
en aplicación del derecho constitucional a la tutela efectiva por los tribunales de
derecho o intereses legítimos.
Comparecencia del coadyuvante.
Como antes se ha dicho, el coadyuvante podrá comparecer en cualquier
momento del procedimiento lo que hará mediante escrito sencillo, en que
alegando la existencia de interés en la anulación del acto o en el
mantenimiento del acto o disposición (según los casos) solicitará que se le
tenga por parte coadyuvante.
Si el fundamento de la intervención adhesiva no es otro que dar la posibilidad a
todos aquellos que tengan interés en que prospere una pretensión de
comparecer al lado de una parte principal, ninguna razón impide que, una vez
dictada sentencia, si se interpone recurso de apelación, comparezca en esta
segunda instancia quien no lo hubiera hecho en el primero.
El coadyuvante y el proceso.
Una vez personado y tenido por parte, el coadyuvante podrá intervenir en
todas aquellas fases del proceso pendientes de realización, pero no en
aquellas que hubieren concluido. Podrá, con independencia de la parte
principal, formular cuantas alegaciones y proponer cuantas pruebas considere
necesarias en orden a la estimación o desestimación de la pretensión.
En los ordenamientos en que el coadyuvante se configura como interviniente
adhesivo, a diferencia del litisconsorte, no podrá interponer recurso de
apelación con independencia de la parte principal.
En cuanto a la terminación del proceso, el coadyuvante no podrá desistir o
allanarse y desistida o allanada la parte principal, los efectos se extenderán
al coadyuvante.
Efectos.
Efectos Jurídicos: Hay que recordar que en la intervención adhesiva, a diferencia
del litisconsorcio, existe pluralidad de partes accesorias, pues el interviniente no
es más que un sujeto que coadyuva a que prospere la pretensión principal, y
este no resulta directamente afectado por la sentencia. No le alcanza la
eficacia jurídica de la sentencia. Conviene sin embargo distinguir entre:
efectos jurídicos-materiales: La posible eficacia de la sentencia en las
relaciones jurídico-materiales no alcanzará al coadyuvante al menos de una
manera directa, inmediata, aun en el supuesto de que la sentencia fuere
desfavorable para la parte principal coadyuvada solamente podrá derivarse
algún perjuicio y Efectos jurídicos-procesales: Tampoco le alcanza al
coadyuvante la eficacia jurídico-procesal de la sentencia, tanto en su faceta
declarativa como en la ejecutiva. Quiere decir que al coadyuvante no le
afecta la cosa juzgada. Pues para la determinación de la identidad de las
partes, lo que condiciona la eficacia de la cosa juzgada, se tienen en cuenta las
partes principales. En consecuencia, no podrá invocarse la excepción de la cosa
juzgada en proceso incoado por el coadyuvante aun cuando se de la identidad
objetiva. Solamente podrá afectar la sentencia al coadyuvante como a quien
no lo fue en los supuestos en que el ordenamiento reconozca a la sentencia
eficacia erga omnes. El coadyuvante puede promover con independencia
de la parte principal, las medidas encaminadas a ejecutar el fallo e
intervenir en todos los incidentes de ejecución que se promuevan por la
parte principal o por otro coadyuvante.
Efectos Económicos: Dado el carácter de parte accesoria, no devengará ni
abonara costas más que por razón de los incidentes que promueva con
independencia de la parte principal.

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