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El documento resume la conferencia del maestro Zaffaroni donde discute varios temas relacionados con el derecho penal. Zaffaroni argumenta que el poder punitivo del estado no está legitimado y debe estar sujeto a límites racionales. También critica la importación indiscriminada de sistemas penales de otros países sin considerar las realidades sociales y políticas locales. Zaffaroni aboga por un enfoque del derecho penal que sea más humano, eficiente y acorde a las necesidades de cada sociedad.
El documento resume la conferencia del maestro Zaffaroni donde discute varios temas relacionados con el derecho penal. Zaffaroni argumenta que el poder punitivo del estado no está legitimado y debe estar sujeto a límites racionales. También critica la importación indiscriminada de sistemas penales de otros países sin considerar las realidades sociales y políticas locales. Zaffaroni aboga por un enfoque del derecho penal que sea más humano, eficiente y acorde a las necesidades de cada sociedad.
El documento resume la conferencia del maestro Zaffaroni donde discute varios temas relacionados con el derecho penal. Zaffaroni argumenta que el poder punitivo del estado no está legitimado y debe estar sujeto a límites racionales. También critica la importación indiscriminada de sistemas penales de otros países sin considerar las realidades sociales y políticas locales. Zaffaroni aboga por un enfoque del derecho penal que sea más humano, eficiente y acorde a las necesidades de cada sociedad.
Hay mucho que hablar respecto de la conferencia del maestro
Zaffaroni, y hago referencia en primer momento a la introducción del
maestro, donde hace referencia a que la necesidad de la realidad actual ya ha adelantado a aquella respuesta que nuestras sociedades están daño, y como el virus ha establecido en algunas personas una percepción aparentemente bélica, pero que solo enaltece aquella mutación y capacidad de adaptabilidad del planeta a lo que surgen nuevos virus de igual manera, entonces esto nos deja una expectativa de cómo debemos responder al final de esta crisis, tanto social como en el aspecto jurídico.
Pero surgen muchas preguntas de como los juristas tenemos
participación, y se pregunta el maestro ¿Qué leyes estamos interpretando? Recordando que quienes hacen las leyes es producto de la política y el resultado de la aplicación a través de las sentencias es un acto político, es un acto de gobierno.
Acota el maestro que se ha tratado de legitimar el Derecho Penal, con
la idea de que es el ejercicio del poder punitivo del Estado, pero que no es sino una fracción o una parte de este, pero es que el operador jurídico no hace ejercicio de este poder punitivo, sino los organismos ejecutivos como la policía, la función jurisdiccional ejerce el ejercicio del poder jurídico, es acotamiento del poner punitivo, y hace un ejemplo de un semáforo judicial, en resumen, una regulación de aquel poder punitivo del estado, un límite.
Desbocar el poner punitivo genera un estado criminal, donde no
existen limitaciones al estado y crea atropellos incesantes como las SS, o la Gestapo, entendiendo que el ejercicio de este poder no ha sido sino un desarrollo de brutalidades a las cuales se hace caso omiso, y que incluso actualmente es violencia, convierte este poder punitivo en estado como homicida, y critica mucho que los sistemas penitenciarios incluso se podrían convertir en campos de concentración. El maestro acerco su discurso a la negación del intento histórico de los penalistas de legitimar el poder punitivo, sino, cambiar el paradigma, establecer una legitimación del poder jurídico, establece en la actualidad, el derecho penal aparentemente juega una suerte de protección de los Bienes Jurídicos pero en realidad no es el bien jurídico individual, sino aquellos intereses que el Estado trata de proteger.
En el íter lógico del discursivo plantea la necesidad de la
racionalización de los límites que acoten el poder punitivo del Estado, para limitar aquella violencia o selectividad que existe dentro de este poder punitivo, esta racionalización no es solo observar la realidad como lo haría una ciencia social, sino ejercer el poder discursivo racional, donde si bien es cierto no vamos a cambiar la realidad, este discurso resultará en una apropiación por parte de los aplicadores del derecho, al menos en países que sus modelos de estado sean más abiertos.
Hay que iniciar comprendiendo que la pena no es legitimada, no es la
legitimación del poder punitivo, esta es un hecho político, es una realidad que está implícita en la sociedad, y se compara la guerra, que su legitimación o no, no la desaparece, sino que el interés que se busca es una suerte de “humanización” o una especie de función “civilizadora” de estos hechos políticos, que son por su naturaleza brutales y violentos, que si no fuera porque el derecho se inmiscuye como el derecho internacional humanitario que no niega la guerra sino afirma que seguirá existiendo entonces hagámosla en mayor o menor medida más civilizada.
La realidad jurídica deberá permear las realidades sociales y cita a
Welzel, diciendo que la realidad jurídica cualquier invento del derecho deberá tener como limites las realidades sociales, no inventar cosas que traten de deslegitimar las realidades, en búsqueda de una sociedad casi idílica, negando que hay cosas que seguirán pasando independientemente de nuestro pensamiento, por eso el derecho deberá acoplarse a la realidad para racionalizarla y no para negarla.
El maestro hace referencia al futuro de la dogmática penal, aquel
discurso deberá corresponder a las necesidades de nuestras realidades políticas, esos límites que se deben establecer al poder punitivo del estado es distinta a la limitación europea, dejar de importar absolutamente sistemas ajenos al nuestro, que se hicieron con base en realidades totalmente ajenas a las nuestras, hablamos que la historia de Latinoamérica han tenido distintos conflictos bélicos que producen distintas respuestas y distintos límites, que no atenderían a los alcances que a veces le han dado los estados han realizado en nuestros contextos.
El maestro hizo referencia al modelo acusatorio de los procesos
penales, como un modelo que provee más garantías, porque en el inquisitorio era donde solo habían papeles y no personas, pero el acusatorio en teoría es muy bueno, pero en la práctica no es sino dependiente de la cantidad de dinero que se quiera o pueda invertir en la aplicación de este sistema, lo que hacemos es usar un juicio abreviado y llega a un juicio donde lo que se hace un juego de negociación y se termina en una suerte de condenar a personas sin el juicio que garantice su defensa.
Lo procesos penales deberán ser más expeditos, más humanos, como
en Inglaterra, que no se lleva a un proceso penal acusatorio, se imponen multas, si se pudiera reducir el área del derecho penal, a conductas de tipo contravenciones administrativas, y mejorar un presupuesto se podría ver una aplicación más coherente y que cumpliera más con los fines que el derecho penal busca, en la actualidad, tratar de convertir todo en delito y llevarlo por un proceso penal de plenario, solo desgasta el sistema judicial y será imposible lograr perseguir todas las conductas que contravengan la ley, es por eso que se debe hacer eficiente este tipo de tipificación de conductas reprochables según el maestro Zaffaroni, ya que sería la única manera que se podría salir adelante en este aspecto.
Entendiendo a la pena como un hecho de poder, sus usos pueden
variar, porque no es lo mismo la finalidad para un agresor de distintos tipos de delitos, pero en ese orden de ideas el delito es una abstracción que se instaura en una ley, pero socialmente es percibido de forma distinta, y las consecuencias son diferentes, entonces el mantener la pena con ciertas finalidades será cerrar a aquel ejercicio del poder frente a conductas reprochables.
En cuanto a la culpabilidad, si realmente somos autónomos o
estamos determinados, más allá partimos del hecho que algún grado de autonomía tenemos en el quehacer diario y a la hora de afrontar conflictos, no podemos hacer todo lo que se nos ocurra, estaríamos locos, sabemos que tenemos límites, no obstante hay una minoría que actúa con la torpeza que le ha sido determinada, por esa diferencia social, no es lo mismo, alguien de una zona marginal que alguien con dinero.
En Latinoamérica podría haber un sistema eficiente pero debe ser
construido entendiendo la realidad, ya no se debe importar todo lo que se hace en otros países, se debe seguir un proyecto de política criminal, pero es muy difícil pensar que un solo sistema podría ser aplicable en razón de la riqueza cultural, lo que se debe buscar un sistema más humano y más real.