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7 de agosto de 2017
Autor: Belen Larrea.
Uruguay entre 1930 y 1958
Historia. Belen Larrea. 6to Social Humanístico 1.
Índice
1930
Crisis económica.
Terra
Rincón del Bonete.
La oposición,
Presidencia constitucional
ANCAP
CONAPROLE
Senado de medio y medio
Alfredo Baldomir
Amezaga
Batlle Berre
Neobatllismo
Trueba
Consejo Nacional de Gobierno (1952-1955)
Uruguay entre 1930 y 1958 | 07/08/2017
Colegiados colorados
El colegiado conservador
El colegiado de la 15
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1930
En nuestro país al igual que en EEUU, la década de los años 20 y más, constituyó los "años locos".
Nuestro país estaba siendo dirigido por un Consejo Nacional de Administración, que según la Constitución de 1918
el poder ejecutivo estaba compartido por el Presidente de la República y el Consejo Nacional de Administración.
El Consejo estuvo integrado por 9 integrantes electos popularmente por 6 años, renovados por terceras partes cada
dos años, no pudiendo ser reelectos sin intermediar dos años entre la elección y el cese de su cargo. El cargo de
Presidente del Consejo correspondía al candidato del lema más votado en la elección bienal. Al Consejo Nacional
de Administración le correspondía lo relativo a la Instrucción Pública, Obras Públicas, Trabajo, Industrias,
Hacienda, Asistencia e Higiene y preparaba el presupuesto general de la Nación. Mientras que el Presidente de la
República era elegido directamente por el pueblo y duraba cuatro años en sus funciones. Nombraba y destituía a los
titulares de los Ministerios del Interior, Relaciones Exteriores y Guerra, que estaban bajo su dependencia.
Pero aun después de tanta prosperidad, Uruguay se vio sacudido por una crisis económica y política como nunca
había visto. La crisis económica mundial iniciada en 1929 en Estados Unidos, repercutió en el Uruguay a partir de
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1930-31. El descenso del precio de las materias primas y alimentos que el Uruguay exportaba, y las restricciones
del comercio internacional, generaron aumento de la desocupación y caída del ingreso.
La lucha por la distribución del mismo se acentuó entre los grupos sociales y el reformismo social batllista fue
enjuiciado duramente por ineficaz y populista por las gremiales de estancieros y comerciantes que criticaban el peso
impositivo de un Estado que no controlaban.
Crisis económica.
La crisis económica americana afecto al mundo de formas increíbles, y aún más a un pequeño país que vivía de las
exportaciones de alimentos. Se produjo una crisis de artículos de primera necesidad, tanto de alimentos como de
materias prima, nadie tenía dinero para comprar en el exterior, por lo que el mercado internacional sufrió una
sacudida, y un paro. Los precios de cualquier producto comenzaron su caída libre, nada daba ganancias. Lo que
supuso el hundimiento de Uruguay, un país que dependía del comercio exterior.
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Terra.
Con las consecuencias de la crisis económica, Terra ya en 1930 comienza a culpar a la organización constitucional
por todas las penurias del pueblo, es decir, la culpa de los efectos económicos era debido a que él no podía controlar
la economía. El afirmaba que si solo una persona (el presidente)
manejara la economía, y no un grupo de personas, estas crisis se pudo
haber evitado.
2) Intervención de las cárceles para evitar la fuga de delincuentes (otro rumor que circulaba decía que los colegialistas
soltarían a los presos para crear un clima de inestabilidad el día de la marcha).
3) Intervención policial de UTE y las aguas corrientes para asegurar los servicios telefónicos y telegráficos y el
suministro de energía eléctrica y agua.
Ese mismo día Terra se instaló en el Cuartel de Bomberos con una importante fuerza policial. Mientras tanto la
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Asamblea General, en la madrugada del día 31, rechazó las medidas tomadas por el presidente y exigió que las
levantara. Votaron esta resolución los representantes batllistas netos, nacionalistas independientes, cívicos,
comunistas y socialistas. Se opusieron, o sea que apoyaron las medidas de Terra, los terristas, los riveristas y los
herreristas. Terra mantuvo las medidas y además resolvió:
- formar una Junta de Gobierno integrada por representantes de los sectores políticos que lo apoyaban. Esta Junta
de Gobierno asesoraría al presidente y formaría una lista de nombres para formar una Asamblea Deliberante que
reformaría la Constitución. El golpe había sido dado.
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Con dichas afirmaciones comienza su “carrera” hacia la presidencia, el 31 de marzo de 1933, con el apoyo de la
Policía, dirigida por su cuñado, Alfredo Baldomir, el Ejército y el sector mayoritario del Partido Nacional, dirigido
por Luis Alberto de Herrera, dio un Golpe de Estado por el que se disolvió el Parlamento y se censuró la prensa.
Ese día el presidente Terra disuelve las cámaras legislativas y cesa en sus cargos a los integrantes del Consejo Nacional
de Administración. El mismo 31 de marzo comienzan las persecuciones y detenciones políticas, y culmina
trágicamente con el suicidio del ex presidente y consejero de la República, Baltasar Brum, que de esta manera marcó
su protesta por el quiebre institucional.
Este golpe y el gobierno resultante, de Terra, hasta 1938, aunque represor del movimiento obrero y los partidos de
izquierda y "progresistas", y desconocedor en muchos planos, de los derechos individuales, demostraron también
la originalidad de la historia uruguaya. El golpe había sido protagonizado por un presidente civil y dado con la
aprobación del ejército pero sin su intervención directa, había contado con el apoyo de arte de los partidos políticos
tradicionales y además, procurado la legitimación inmediata de las urnas convocando a elecciones ya en 1933.
La política exterior de la Dictadura de Terra fue de alineación con EE. UU. E Inglaterra en sus comienzos. Roosevelt
visita Uruguay en 1936. En 1935 pacta el pago de la deuda con Inglaterra y compra de carbón. El pago se realiza en
especies, sobre todo carne condensada y enlatada. Rompe relaciones con la URSS en 1935 y la República española.
Al mismo tiempo establece estrechos vínculos con la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler, de quien obtiene
fondos para la construcción de la presa Rincón del Bonete.
La oposición.
Las medidas de quienes se oponían al golpe de estado fueron escasas y
carentes de eficacia. La prensa se vio maniatada por la censura previa, muchos
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A esto hay que agregar la apatía popular. Las razones pueden ser varias: indiferencia y cansancio de la actividad
política, preocupación por los problemas económicos cotidianos que los sectores populares no vinculaban con los
sucesos políticos, apoyo a una “salida” sin detenerse a pensar cual era esa salida. La prensa adicta al régimen (que no
tenía censuras para atacar a los sectores desplazados del gobierno) se encargó de resaltar el lleno total del auditorio
del Sodre o la gran concurrencia que el día 2 de abril tuvo un partido entre Peñarol y Flamengo en el Estadio
Centenario.
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Presidencia constitucional.
ANCAP
Sin embargo hay una diferencia con el período anterior: si bien el estado mantiene su intervención en la economía
y en algunos casos la reafirma, en general se detiene el “reformismo batllista”. La extensión de las empresas del
CONAPROLE
A fines de la década del 20 y comienzos de la del 30, se crearon varias empresas dedicadas a la lechería. Hubo una
gran competencia entre las empresas que se dedicaban a procesar la leche (pasterización), así como un
enfrentamiento entre los diversos sectores: tamberos, intermediarios y empresas procesadoras. Algunos sectores
políticos reclamaban que el estado interviniera para terminar con el caos que es situación provocaba.
En 1935 el gobierno presentó un proyecto para racionalizar la comercialización de la leche, asegurando la higiene
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y controlando los precios. Se creaba una cooperativa, integrada por productores lecheros, la Cooperativa Nacional
de Productores de Leche (CONAPROLE) que recibiría capital del estado y tendría algunos beneficios como el
monopolio de la venta en Montevideo. Cualquier productor de leche del país podría ser socio de la cooperativa; su
derecho a voto dentro de ella estaba en relación a la cantidad de leche que aportaba. Esto daba el dominio de
CONAPROLE a los grandes productores que eran los que más cantidad de litros de leche aportaban.
CONAPROLE se instalaba con capital proporcionado por el estado, pero su dirección quedaba en manos de
productores remitentes de leche. Esta mezcla de capital estatal y privado, donde el primero servía de soporte al
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segundo para luego apartarse y dejar la empresa en manos privadas, fue
característico de un sector político como el terrismo que, aunque provenía
del batllismo, no adoptó su estatismo y defendió al capital privado. Es
además característico de la época de crisis, donde el estado intervino para
“ordenar” la economía, no con la finalidad de socializar los medios de
producción sino para encausar el capital privado.
Con todas los cambios que se estaban dando en el Uruguay, uno de sus
escultores más reconocidos no sucumbió al pánico de la nueva era, y
continuo con la creación de su arte; Edmundo Prati Mattje. Creador del
monumento a San Martin y muchos otros.
Siendo Jefe de Policía de Montevideo, Baldomir contribuyó en forma fundamental al golpe de Estado terrista que
El 21 de febrero de 1942, fue autor del denominado “golpe bueno”, que restableció derechos constitucionales a
través de la promulgación de una nueva Constitución en 1942. Parte de estos habían sido suprimidos durante la
reforma de 1934 propiciada por la dictadura de Terra iniciada en 1933.
Amézaga
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Juan José de Amézaga Landaraso (Montevideo, 28 de enero de 1881 - Ib., 20 de agosto de 1956) fue un político y
jurista uruguayo. Presidente Constitucional de Uruguay desde el 1 de marzo de 1943 al 1 de marzo de 1947. Se
plebiscito en noviembre, con el retorno a la democracia, junto a las elecciones nacionales y resultó aprobado por
una mayoría abrumadora. La fórmula colorada Amézaga-Guani con el lema “Amézaga, candidato de la democracia”,
derrotó a las demás y se consagró electa para asumir la presidencia.
Asumió la presidencia de Uruguay el 1 de marzo de 1943. Siendo presidente de la República normalizó la situación
política del país tras los golpes de estado. Llegó a ser un gran impulsor de las obras públicas de estado, con lo que
logró abatir enormemente los índices de desocupación. En su gobierno creó las leyes de Consejos de Salarios,
Licencia anual, indemnización por despido e igualdad de los derechos de la mujer. En política internacional Amézaga
se alineó abiertamente con Estados Unidos, mejorando la política internacional del país que en aquel momento
predominaba sus lazos con el Reino Unido.
Durante el período de su gobierno, solicitó a su amigo Aarón Anchorena que donara su establecimiento ubicado en
el departamento de Colonia al gobierno uruguayo, lo que éste accedió a su solicitud.
Batlle Berres
Asumió la Presidencia de la República a la muerte de Berreta el 2 de agosto de 1947, desarrollando una política
estatista y proteccionista, que en varios aspectos continuó la política
de sustitución de importaciones creada en los
sustitución de importaciones y el número de obreros aumento con Juan José Batlle Berres
espectacularidad.
Otra vez, el país de los años 50 parecía recordar al país de los años 20. El desarrollo cultural era muy importante y
el analfabetismo tendía a desaparecer. Desde el gobierno se insistía en que el Uruguay era la Suiza de América, tanto
por la continuidad de su democracia, como por la fuerza de su clase media y hasta por el Ejecutivo Colegiado que
lo regía.
Neobatllismo
Desde los últimos años de la década del 40 el Uruguay conoció un proceso político, que impulsó la industrialización
del país y que, a través de la difusión de ciertos compuestos ideológicos y de una particular visión de las relaciones
entre la economía, el Estado y la sociedad, propuso un modelo de desarrollo al cual se ha dado en llamar "neo-
batllismo".
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Este proyecto político estuvo personificado en la figura de Luis Batlle Berres, y deseoso de dar nueva vida a un
movimiento que había entrado en crisis al cambiar brutalmente los datos políticos y económicos. La idea central del
pensamiento "neobatllista" era llegar al desarrollo económico y a la justicia social en un marco de democracia y
libertad.
Para conciliar los términos de esta ecuación se consideraba imprescindible extender y profundizar el proceso de
industrialización, como medio de obtener el desarrollo económico, redistribuir el ingreso para lograr,
simultáneamente, más justicia social y una mayor demanda en el mercado interno. Por último se veía esa justicia
social como la garantía del sistema democrático y la libertad. Como corolario de esa visión del país, se adjudicaba al
Estado la función de custodia de los grandes intereses económicos de la República y de protección de los débiles,
quienes no estaban en condiciones de enfrentar sin ayuda la pura lógica del mercado.
En el desarrollo de la industria fue donde el neobatllismo concentró la mayor parte de sus energías. Se insistió en
promover la expansión de las industrias ya instaladas y en la creación de otras nuevas, al amparo de un fuerte
proteccionismo basado fundamentalmente en la política cambiaria. La muy importante cantidad de reservas, en
medios de pago internacionales, que se había acumulado durante la guerra, había permitido, entre otras cosas, el
abastecimiento en bienes de capital, materias primas y combustibles, que resultaron vitales para este crecimiento
industrial.
El Estado tuvo una función esencial en la industrialización. No sólo a través de las medidas proteccionistas, sino en
las políticas redistributivas que aseguraron una capacidad de consumo importante a la población. Único medio
viable, dadas las circunstancias, de compensar la estrechez del mercado interno. La salida al mercado internacional
era poco verosímil dado el bajo nivel de competitividad de la mayor parte de la industria nacional, creada y
mantenida al abrigo de las barreras aduaneras.
La función del Estado como empresario y empleador continuó su extensión en este período, dado que, al finalizar
la guerra mundial, Inglaterra tenía una importante deuda con el Uruguay (aproximadamente 17 millones de libras
esterlinas) que resolvió, en parte, cediendo algunas empresas de servicios públicos al Estado uruguayo. Tales fue el
caso de la empresa de aguas corrientes y de la de tranvías, algún tiempo después se sumaría también la compañía de
ferrocarriles.
El neobatllismo hizo evidentes esfuerzos para promover una mayor justicia social. Lo que en términos ideológicos
era un fin en sí, en el aspecto económico se revelaba también un medio indispensable para "crear mercado". En esta
obra de justicia social, redistribución de ingresos o creación de mercado, según prefiera verse, el gobierno utilizó
diversos medios.
Desde el Estado, con la incorporación de nuevas actividades empresariales, las nuevas estructuras burocráticas
creadas dieron abundante empleo para ubicar los sectores sociales desocupados. Por otro lado, con el apoyo dado a
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las industrias a través del control de cambios, éstas pudieron crecer e incorporar mano de obra. En un sentido más
directo, durante el período neobatllista se amplió sustancialmente la legislación social; se aumentaron las bolsas de
trabajo, hubo favorables consejos de salarios y se aprobó la ley de seguro de paro. Hubo aumentos salariales y se
redujeron los precios, mediante subsidios, de los artículos de primera necesidad.
El tema de la justicia social tomaba un lugar preferencial en el esquema neobatllista porque, aparte de un apoyo
fundamental al crecimiento industrial, era percibido como la fuente más segura de estabilidad política. Convencido
de que todas las sociedades se transforman por evolución o revolución, el Presidente Luis Batlle defendía la idea de
que la anticipación a los reclamos populares era el camino más seguro para una democracia durable y para la paz
social. Según sus propias palabras, en el discurso de asunción del mando, "apresurarse a ser justos es luchar por el
orden y es asegurar el orden"
Trueba
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Andrés Martínez Trueba fue un profesor, químico y político uruguayo, presidente constitucional entre 1951 y 1952,
y presidente del Consejo Nacional de Gobierno entre 1952 y 1955. Encabezó la fórmula presidencial del Batllismo
"Lista 15" en las elecciones de 1950, acompañado por Alfeo Brum. Electo Presidente de la república, propuso una
reforma constitucional para instalar el Poder Ejecutivo colegiado, realizando así su deber de intérprete fiel del
ideario batllista de José Batlle y Ordóñez, lo que lo distanció del líder de su sector.
Una vez consagrada la nueva Constitución de 1952, abandonó la Presidencia de la República (ejecutivo unipersonal)
para integrar el primer Consejo Nacional de Gobierno (ejecutivo colegiado) durante el resto del período
constitucional.
Seis consejeros por la mayoría colorada, Andrés Martínez Trueba (que lo presidió), Antonio Rubio,
Francisco Forteza, Héctor Álvarez Cina, Luis Alberto Brause y Eduardo Blanco Acevedo;
y tres por la minoría blanca: Álvaro Vargas Guillemette (quien falleció en 1954; siendo sustituido por Justo
Alonso), Martín Recaredo Echegoyen y Roberto Berro.
Esta Carta Magna sustituyó a la anterior Constitución de 1942. Fue el resultado de un pacto político entre el
presidente Andrés Martínez Trueba, la Lista 14 y el blanco Luis Alberto de Herrera, con el cometido de restarle
poder a Luis Batlle Berres. Esta vez, en cambio, el poder ejecutivo pasó a ser totalmente colectivo, no existiendo
en absoluto la figura del Presidente de la República. El Consejo Nacional de Gobierno era presidido de manera
anualmente rotativa por uno de sus miembros, que era denominado Presidente del Consejo Nacional de Gobierno.
En la práctica, esta formación gubernamental resultó inadecuada, con un funcionamiento lento y pesado. No pocas
veces, las decisiones en el seno del Consejo se estancaban por falta de mayoría para votar, o inclusive llegó a suceder
que la postura del Presidente del Consejo Nacional de Gobierno quedase en minoría.
Estuvo en vigencia durante 15 años, en los comicios de 1954, 1958 y 1962. Hasta que un plebiscito coincidente con
las elecciones de 1967 hizo que entrase en vigencia la Constitución de 1967, con lo cual se suprimió el ejecutivo
colegiado.
Colegiados colorados
La principal novedad de la constitución de 1952 era que en el Poder Ejecutivo, en lugar de un presidente, había un
Consejo Nacional de Gobierno compuesto por 9 miembros: 6 por el partido más votado y 3 por el que le seguía en
votos. También las Intendencias se integraban en forma colegiada.
El primer Consejo Nacional de Gobierno no fue elegido por la ciudadanía sino por la Asamblea General. Le
correspondieron 6 integrantes al P. Colorado y 3 al P. Nacional. El nuevo gobierno debió enfrentar las dificultades
económicas y sociales que vinieron después de la guerra de Corea y que anunciaban los problemas mayores que
vendrían en la segunda mitad de los años 50. Cayeron los precios de los productos exportados por Uruguay y
comenzó a disminuir el salario real. Diversos gremios comenzaron a realizar reclamos y huelgas. El Consejo de
Gobierno recurrió a tomar medidas prontas de seguridad que estaban previstas en la constitución para casos de grave
conmoción interna. De esta forma declaró ilegales algunas huelgas, clausuró locales sindicales, detuvo dirigentes
obreros. Los sindicatos se movilizaron no sólo por reclamos salariales al disminuir su poder adquisitivo sino en
defensa de sus derechos sindicales como la huelga de funcionarios públicos.
Luis Batlle desde el diario “Acción” hábilmente fue marcando aquellos puntos en los que discrepaba con el
gobierno. Así mantuvo su popularidad intacta para las elecciones de 1954 en las que triunfó nuevamente el P.
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Colorado distanciándose claramente la lista 15 del resto de las listas coloradas. En el P. Nacional bajaron los sufragios
herreristas que casi fueron igualados por los de Fernández Crespo.
Pero la situación ya no era la misma de años anteriores. Políticamente Luis Batlle no tenía una mayoría
parlamentaria por lo tanto se veía obligado a negociar acuerdos con la lista 14. Económicamente Uruguay ya no
tenía los ingresos que habían dejado la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Corea. La situación internacional
había cambiado: Europa había culminado su reconstrucción y su producción comenzaba a competir; el Fondo
Monetario Internacional comenzaba a ejercer presión sobre América Latina.
Los sectores sociales desconformes reaccionaron en defensa de sus intereses. Los estancieros que siempre se
habían opuesto a las medidas de Luis Batlle y en especial al contralor de las exportaciones y los tipos de cambio
múltiples, retenían la venta de lana presionando al gobierno para que este les pagara más pesos por los dólares que
ellos recibían de las exportaciones o vendían el ganado a Brasil de contrabando para obtener más ganancia y dejaban
sin carne a los frigoríficos y a la población. Fue en el campo donde se formó el movimiento más crítico hacia la
política económica del neobatllismo al formarse la Liga Federal de Acción Ruralista dirigida por Benito Nardone.
Este, a través de una audición en CX4 Radio Rural y con el nombre de “Chico-Tazo” realizó una campaña de
desprestigio no sólo del gobierno, sino del estado benefactor, del estatismo batllista y del sistema político en general.
El prestigio creciente de Nardone en la campaña lo hizo imprescindible para los sectores más conservadores opuestos
a las reformas neobatllista a las que consideraba “socializantes” (llamaban a los quincistas “comunistas chapa 15").
Por su parte los industriales, grandes beneficiados de la política de Luis Batlle, al ver reducidas sus ganancias, ya
no aceptaron fácilmente las leyes que beneficiaban a los trabajadores. Estos a su vez, al ver disminuir su salario real,
aumentaron las movilizaciones y huelgas que, en el año 1958, coincidieron con las protestas estudiantiles que
reclamaban la autonomía universitaria.
Tras 2 colegiados con errores y victorias, en 1958, los colorados son suplantados por los blancos en la casa de
gobierno. Uruguay entre 1930 y 1958 | 07/08/2017
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