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Uruguay entre 1930 y 1958

Desde la dictadura de Terra hasta el 2do colegiado colorado.

6TO SOCIAL HUMANISTICO 1

7 de agosto de 2017
Autor: Belen Larrea.
Uruguay entre 1930 y 1958
Historia. Belen Larrea. 6to Social Humanístico 1.

Índice

 1930
 Crisis económica.
 Terra
 Rincón del Bonete.
 La oposición,
 Presidencia constitucional
 ANCAP
 CONAPROLE
 Senado de medio y medio
 Alfredo Baldomir
 Amezaga
 Batlle Berre
 Neobatllismo
 Trueba
 Consejo Nacional de Gobierno (1952-1955)
Uruguay entre 1930 y 1958 | 07/08/2017

 Colegiados colorados
 El colegiado conservador
 El colegiado de la 15

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1930
En nuestro país al igual que en EEUU, la década de los años 20 y más, constituyó los "años locos".

La prosperidad económica, las mejoras de las condiciones de vida, la


frecuencia de los contactos con el extranjero, contribuyeron a
transformar la forma de vida de la sociedad uruguaya. Fue un año
renovador para Uruguay, como anfitrión y ganador de la primera copa
mundial, ganamos reconocimiento en el globo. La extensión de la
educación impulsó la construcción de la Facultad de Medicina, el edificio
de la Universidad, el Instituto Vázquez Acevedo entre otros. Se
construyeron el Hospital de Niños, el Hospital Militar, el Palacio Salvo
inaugurado en 1928. En la vida artística, Juana de Ibarborou publicaba su
segundo poema La rosa de los vientos.

El crecimiento demográfico que el país experimentó (2 millones en


1930) y la llegada de la última oleada migratoria, le imprimieron a la
ciudad un nuevo ritmo. En esta década, Gardel adquirió fama,
comenzaron a imprimirse sus discos. Se trasladó a Europa done
popularizó el tango y se convirtió en ídolos de multitudes. En lo político
no fue año tranquilo, la intervención estatal comenzó. La gestión
financiera del Estado (Banco de la República, 1896 y Banco Hipotecario, Cartel del campeonato mundial de
1912), comercial (Banco de Seguros, 1911), e industrial (energía futbol de 1930
eléctrica y teléfonos, 1912, combustibles y petróleo, 1931), se constituyó en un elemento definitorio de la relación
entre sociedad civil y Estado en todo el siglo XX.

Nuestro país estaba siendo dirigido por un Consejo Nacional de Administración, que según la Constitución de 1918
el poder ejecutivo estaba compartido por el Presidente de la República y el Consejo Nacional de Administración.
El Consejo estuvo integrado por 9 integrantes electos popularmente por 6 años, renovados por terceras partes cada
dos años, no pudiendo ser reelectos sin intermediar dos años entre la elección y el cese de su cargo. El cargo de
Presidente del Consejo correspondía al candidato del lema más votado en la elección bienal. Al Consejo Nacional
de Administración le correspondía lo relativo a la Instrucción Pública, Obras Públicas, Trabajo, Industrias,
Hacienda, Asistencia e Higiene y preparaba el presupuesto general de la Nación. Mientras que el Presidente de la
República era elegido directamente por el pueblo y duraba cuatro años en sus funciones. Nombraba y destituía a los
titulares de los Ministerios del Interior, Relaciones Exteriores y Guerra, que estaban bajo su dependencia.

Pero aun después de tanta prosperidad, Uruguay se vio sacudido por una crisis económica y política como nunca
había visto. La crisis económica mundial iniciada en 1929 en Estados Unidos, repercutió en el Uruguay a partir de
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1930-31. El descenso del precio de las materias primas y alimentos que el Uruguay exportaba, y las restricciones
del comercio internacional, generaron aumento de la desocupación y caída del ingreso.

La lucha por la distribución del mismo se acentuó entre los grupos sociales y el reformismo social batllista fue
enjuiciado duramente por ineficaz y populista por las gremiales de estancieros y comerciantes que criticaban el peso
impositivo de un Estado que no controlaban.

Crisis económica.
La crisis económica americana afecto al mundo de formas increíbles, y aún más a un pequeño país que vivía de las
exportaciones de alimentos. Se produjo una crisis de artículos de primera necesidad, tanto de alimentos como de
materias prima, nadie tenía dinero para comprar en el exterior, por lo que el mercado internacional sufrió una
sacudida, y un paro. Los precios de cualquier producto comenzaron su caída libre, nada daba ganancias. Lo que
supuso el hundimiento de Uruguay, un país que dependía del comercio exterior.

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Terra.
Con las consecuencias de la crisis económica, Terra ya en 1930 comienza a culpar a la organización constitucional
por todas las penurias del pueblo, es decir, la culpa de los efectos económicos era debido a que él no podía controlar
la economía. El afirmaba que si solo una persona (el presidente)
manejara la economía, y no un grupo de personas, estas crisis se pudo
haber evitado.

Con el deseo de cambiar la constitución empieza en setiembre de


1931, siete meses Después de asumir la presidencia, Terra inició una
campaña para reformar la constitución. Comenzó recorriendo el
interior del país, donde era menor la influencia del batllismo neto,
logrando la adhesión de los enemigos del colegiado y de la política
reformista. Como el sistema de reforma constitucional era muy
largo, Terra consideraba que se debía recurrir a un plebiscito directo,
una forma rápida de “salvar al país”.

La campaña para reformar la constitución se incrementó con el paso


de los meses y a medida que la depresión se hizo sentir más en los
bolsillos de los ciudadanos. En el discurso de Terra se asoció cada vez
la reforma de la constitución con la “salvación nacional”. Era evidente
que Terra y quienes lo apoyaban quería “desempatar” la situación
política eliminando la influencia en el gobierno de los batllistas netos.
Gabriel Terra
Pero para cambiarlo por la vía legal no tenían mayoría. En las sombras
se iba gestando el cambio por medio de la fuerza; tanto los sectores empresariales, como el riverismo y el
herrerismo, presionaban a Terra para que este se definiera. Los sucesos del 30 y el 31 de marzo de 1933.- En la
tarde del 31 de marzo el presidente Terra dirigió un mensaje a la Asamblea General comunicando una serie de
medidas extraordinarias que se tomaban para evitar desórdenes:

1) Censura previa de la prensa que atribuya propósitos dictatoriales al gobierno.

2) Intervención de las cárceles para evitar la fuga de delincuentes (otro rumor que circulaba decía que los colegialistas
soltarían a los presos para crear un clima de inestabilidad el día de la marcha).

3) Intervención policial de UTE y las aguas corrientes para asegurar los servicios telefónicos y telegráficos y el
suministro de energía eléctrica y agua.

Ese mismo día Terra se instaló en el Cuartel de Bomberos con una importante fuerza policial. Mientras tanto la
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Asamblea General, en la madrugada del día 31, rechazó las medidas tomadas por el presidente y exigió que las
levantara. Votaron esta resolución los representantes batllistas netos, nacionalistas independientes, cívicos,
comunistas y socialistas. Se opusieron, o sea que apoyaron las medidas de Terra, los terristas, los riveristas y los
herreristas. Terra mantuvo las medidas y además resolvió:

- disolver al Consejo de Administración Nacional;

- disolver a la Asamblea General;

- encarcelar a los dirigentes políticos opositores;

- formar una Junta de Gobierno integrada por representantes de los sectores políticos que lo apoyaban. Esta Junta
de Gobierno asesoraría al presidente y formaría una lista de nombres para formar una Asamblea Deliberante que
reformaría la Constitución. El golpe había sido dado.

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Con dichas afirmaciones comienza su “carrera” hacia la presidencia, el 31 de marzo de 1933, con el apoyo de la
Policía, dirigida por su cuñado, Alfredo Baldomir, el Ejército y el sector mayoritario del Partido Nacional, dirigido
por Luis Alberto de Herrera, dio un Golpe de Estado por el que se disolvió el Parlamento y se censuró la prensa.
Ese día el presidente Terra disuelve las cámaras legislativas y cesa en sus cargos a los integrantes del Consejo Nacional
de Administración. El mismo 31 de marzo comienzan las persecuciones y detenciones políticas, y culmina
trágicamente con el suicidio del ex presidente y consejero de la República, Baltasar Brum, que de esta manera marcó
su protesta por el quiebre institucional.

Este golpe y el gobierno resultante, de Terra, hasta 1938, aunque represor del movimiento obrero y los partidos de
izquierda y "progresistas", y desconocedor en muchos planos, de los derechos individuales, demostraron también
la originalidad de la historia uruguaya. El golpe había sido protagonizado por un presidente civil y dado con la
aprobación del ejército pero sin su intervención directa, había contado con el apoyo de arte de los partidos políticos
tradicionales y además, procurado la legitimación inmediata de las urnas convocando a elecciones ya en 1933.

La política exterior de la Dictadura de Terra fue de alineación con EE. UU. E Inglaterra en sus comienzos. Roosevelt
visita Uruguay en 1936. En 1935 pacta el pago de la deuda con Inglaterra y compra de carbón. El pago se realiza en
especies, sobre todo carne condensada y enlatada. Rompe relaciones con la URSS en 1935 y la República española.
Al mismo tiempo establece estrechos vínculos con la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler, de quien obtiene
fondos para la construcción de la presa Rincón del Bonete.

Rincón del Bonete


La represa de Rincón del Bonete, es una central hidroeléctrica pensada en 1904 por el ingeniero uruguayo Víctor
Sudriers, proyectada por el ingeniero alemán Adolfo Ludín en 1933 e inaugurada el 21 de diciembre de 1945.
Pertenece a la empresa estatal de energía de Uruguay, UTE. Se ubica en el
curso del Río Negro, pocos kilómetros aguas arriba de Paso de los Toros, y
su embalse es el de mayor capacidad en el país.

Gabriel Terra reforma la Constitución en 1934, y el 27 de marzo de 1938 se


producen las elecciones nacionales, a las que no concurren el Nacionalismo
Independiente y el Batllismo. Alfredo Baldomir adquiere sin mayores
problemas la mayoría de los votos emitidos y se convierte en Presidente de
la República el 19 de julio de 1938.

La oposición.
Las medidas de quienes se oponían al golpe de estado fueron escasas y
carentes de eficacia. La prensa se vio maniatada por la censura previa, muchos
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dirigentes fueron detenidos o salieron del país, los sectores políticos


Represa Rincón del Bonete contrarios al golpe estaban divididos y lo mismo sucedía con los sindicatos.

La Universidad fue un centro de agitación anti golpista pero su incidencia era


reducida y tan sólo se evidenció en el paro estudiantil decidido por la FEUU (Federación de Estudiantes
Universitarios del Uruguay).

A esto hay que agregar la apatía popular. Las razones pueden ser varias: indiferencia y cansancio de la actividad
política, preocupación por los problemas económicos cotidianos que los sectores populares no vinculaban con los
sucesos políticos, apoyo a una “salida” sin detenerse a pensar cual era esa salida. La prensa adicta al régimen (que no
tenía censuras para atacar a los sectores desplazados del gobierno) se encargó de resaltar el lleno total del auditorio
del Sodre o la gran concurrencia que el día 2 de abril tuvo un partido entre Peñarol y Flamengo en el Estadio
Centenario.

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Presidencia constitucional.
ANCAP
Sin embargo hay una diferencia con el período anterior: si bien el estado mantiene su intervención en la economía
y en algunos casos la reafirma, en general se detiene el “reformismo batllista”. La extensión de las empresas del

estado fue limitada por la propia


constitución aprobada en 1934,
que estipulaba mayorías
especiales en las cámaras para la
creación de nuevos organismos
estatales. Para integrar los
directorios Terra designó a
figuras que provenían de las
empresas privadas, interesados
en detener el estatismo. Además
la llamada “ley Baltar” de 1936
impedía que los entes del estado
formaran monopolios por
Estación prototipo de ANCAP decisión de sus directorios.
Dicha ley lleva el nombre del
diputado riverista que la propuso y apuntaba contra ANCAP, porque, de acuerdo a la ley que creó a este organismo
estatal, podía establecer el monopolio de las importaciones de petróleo cuando la refinería produjera la mitad de la
nafta consumida en el país. La presión de las empresas petroleras multinacionales, obtuvo como resultado la ley
Baltar que impedía que se constituyera ese monopolio estatal y las filiales de la Standard Oil y de la Shell pudieron
seguir vendiendo combustible dentro del Uruguay. La producción de energía hidroeléctrica, junto con la refinación
de petróleo por parte de ANCAP, redujeron los costos provocados por la importación de combustibles y
favorecieron el crecimiento de la industria.

CONAPROLE
A fines de la década del 20 y comienzos de la del 30, se crearon varias empresas dedicadas a la lechería. Hubo una
gran competencia entre las empresas que se dedicaban a procesar la leche (pasterización), así como un
enfrentamiento entre los diversos sectores: tamberos, intermediarios y empresas procesadoras. Algunos sectores
políticos reclamaban que el estado interviniera para terminar con el caos que es situación provocaba.

En 1935 el gobierno presentó un proyecto para racionalizar la comercialización de la leche, asegurando la higiene
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y controlando los precios. Se creaba una cooperativa, integrada por productores lecheros, la Cooperativa Nacional
de Productores de Leche (CONAPROLE) que recibiría capital del estado y tendría algunos beneficios como el
monopolio de la venta en Montevideo. Cualquier productor de leche del país podría ser socio de la cooperativa; su
derecho a voto dentro de ella estaba en relación a la cantidad de leche que aportaba. Esto daba el dominio de
CONAPROLE a los grandes productores que eran los que más cantidad de litros de leche aportaban.

CONAPROLE se instalaba con capital proporcionado por el estado, pero su dirección quedaba en manos de
productores remitentes de leche. Esta mezcla de capital estatal y privado, donde el primero servía de soporte al

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segundo para luego apartarse y dejar la empresa en manos privadas, fue
característico de un sector político como el terrismo que, aunque provenía
del batllismo, no adoptó su estatismo y defendió al capital privado. Es
además característico de la época de crisis, donde el estado intervino para
“ordenar” la economía, no con la finalidad de socializar los medios de
producción sino para encausar el capital privado.

Con todas los cambios que se estaban dando en el Uruguay, uno de sus
escultores más reconocidos no sucumbió al pánico de la nueva era, y
continuo con la creación de su arte; Edmundo Prati Mattje. Creador del
monumento a San Martin y muchos otros.

Senado de medio y medio


La Constitución de 1934 creó el denominado vulgarmente Senado de
medio y medio, compuesto en un plano de igualdad por terristas y
herreristas. Herrera fue hasta ese entonces constituyente y senador. La
nueva Constitución de 1942 eliminó el «Senado de medio y medio» y
liquidó el esquema de poder que Herrera había montado con Terra.
Prati con Arturo Frondizi (a la izquierda)
en su estudio en Montevideo, de fondo el
Alfredo Baldomir monumento a José de San Martín.
Alfredo Baldomir Ferrari (Paysandú, 27 de agosto de 1884 - Montevideo,
24 de febrero de 1948) militar, arquitecto y político uruguayo. Presidente entre 1938 y 1942, fue el autor del golpe
de estado de 1942 que restableció derechos suprimidos en la Dictadura de Terra.

Siendo Jefe de Policía de Montevideo, Baldomir contribuyó en forma fundamental al golpe de Estado terrista que

terminó instaurando la respectiva dictadura. Durante ese período


ocupó el Ministerio de Defensa y fue ascendido a General.

En 1938 asumió la Presidencia de la República para el período 1938


- 1942. El general Baldomir disolvió el Parlamento y lo reemplazó
con un Consejo de Estado, compuesto por partidarios del ex-
presidente Batlle y otros Colorados, en febrero de 1942. Este golpe
de estado fue ejecutado sin violencia ni mayores abusos y destinado a
evitar que la crisis institucional se radicalizara. Los Batllistas y
comunistas adhirieron la decisión de Baldomir, pero los socialistas le
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acusaron de ser uno de los protagonistas del golpe de estado de 1933.

Su gobierno endureció sus relaciones diplomáticas con los países del


Eje, cuyo hecho más sobresaliente fue dar refugio al Acorazado
alemán Almirante Graf von Spee. Este navío entró al puerto de
Montevideo para reparaciones, pero, ante la presión interna y de
EEUU y Gran Bretaña, Baldomir se vio obligado a dar plazo de salida
ALFREDO BALDOMIR a la nave alemana.

El 21 de febrero de 1942, fue autor del denominado “golpe bueno”, que restableció derechos constitucionales a
través de la promulgación de una nueva Constitución en 1942. Parte de estos habían sido suprimidos durante la
reforma de 1934 propiciada por la dictadura de Terra iniciada en 1933.

Amézaga

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Juan José de Amézaga Landaraso (Montevideo, 28 de enero de 1881 - Ib., 20 de agosto de 1956) fue un político y
jurista uruguayo. Presidente Constitucional de Uruguay desde el 1 de marzo de 1943 al 1 de marzo de 1947. Se
plebiscito en noviembre, con el retorno a la democracia, junto a las elecciones nacionales y resultó aprobado por
una mayoría abrumadora. La fórmula colorada Amézaga-Guani con el lema “Amézaga, candidato de la democracia”,
derrotó a las demás y se consagró electa para asumir la presidencia.

Asumió la presidencia de Uruguay el 1 de marzo de 1943. Siendo presidente de la República normalizó la situación
política del país tras los golpes de estado. Llegó a ser un gran impulsor de las obras públicas de estado, con lo que
logró abatir enormemente los índices de desocupación. En su gobierno creó las leyes de Consejos de Salarios,
Licencia anual, indemnización por despido e igualdad de los derechos de la mujer. En política internacional Amézaga
se alineó abiertamente con Estados Unidos, mejorando la política internacional del país que en aquel momento
predominaba sus lazos con el Reino Unido.

Durante el período de su gobierno, solicitó a su amigo Aarón Anchorena que donara su establecimiento ubicado en
el departamento de Colonia al gobierno uruguayo, lo que éste accedió a su solicitud.

Batlle Berres
Asumió la Presidencia de la República a la muerte de Berreta el 2 de agosto de 1947, desarrollando una política
estatista y proteccionista, que en varios aspectos continuó la política
de sustitución de importaciones creada en los

años 1930. Esto se llamó Neobatllismo. Bajo el gobierno de Luis


Batlle Berres (1947-1951), la prosperidad económica se consolidó
por los crecientes beneficios que deparó a las exportaciones
uruguayas la guerra de Corea (1950-1953). En 1952 se adoptó una
nueva Constitución que implantó una estructura colegiada de nueve
miembros para el Poder Ejecutivo, seis de ellos para el partido
mayoritario y tres para el que le siguiera en votos.

La intervención del Estado en la economía recibió un nuevo impulso


con la nacionalización de las empresas británicas (ferrocarriles y aguas
corrientes, 1949). En realidad, Gran Bretaña pagó de esa manera al
Uruguay la deuda que había contraído por el suministro de carnes
uruguayas durante la II Guerra Mundial.

La prosperidad económica y el impulso del gobierno de este segundo


batllismo consolidaron un vigoroso crecimiento de la industria de
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sustitución de importaciones y el número de obreros aumento con Juan José Batlle Berres
espectacularidad.

Otra vez, el país de los años 50 parecía recordar al país de los años 20. El desarrollo cultural era muy importante y
el analfabetismo tendía a desaparecer. Desde el gobierno se insistía en que el Uruguay era la Suiza de América, tanto
por la continuidad de su democracia, como por la fuerza de su clase media y hasta por el Ejecutivo Colegiado que
lo regía.

Neobatllismo
Desde los últimos años de la década del 40 el Uruguay conoció un proceso político, que impulsó la industrialización
del país y que, a través de la difusión de ciertos compuestos ideológicos y de una particular visión de las relaciones
entre la economía, el Estado y la sociedad, propuso un modelo de desarrollo al cual se ha dado en llamar "neo-
batllismo".

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Este proyecto político estuvo personificado en la figura de Luis Batlle Berres, y deseoso de dar nueva vida a un
movimiento que había entrado en crisis al cambiar brutalmente los datos políticos y económicos. La idea central del
pensamiento "neobatllista" era llegar al desarrollo económico y a la justicia social en un marco de democracia y
libertad.

Para conciliar los términos de esta ecuación se consideraba imprescindible extender y profundizar el proceso de
industrialización, como medio de obtener el desarrollo económico, redistribuir el ingreso para lograr,
simultáneamente, más justicia social y una mayor demanda en el mercado interno. Por último se veía esa justicia
social como la garantía del sistema democrático y la libertad. Como corolario de esa visión del país, se adjudicaba al
Estado la función de custodia de los grandes intereses económicos de la República y de protección de los débiles,
quienes no estaban en condiciones de enfrentar sin ayuda la pura lógica del mercado.

En el desarrollo de la industria fue donde el neobatllismo concentró la mayor parte de sus energías. Se insistió en
promover la expansión de las industrias ya instaladas y en la creación de otras nuevas, al amparo de un fuerte
proteccionismo basado fundamentalmente en la política cambiaria. La muy importante cantidad de reservas, en
medios de pago internacionales, que se había acumulado durante la guerra, había permitido, entre otras cosas, el
abastecimiento en bienes de capital, materias primas y combustibles, que resultaron vitales para este crecimiento
industrial.

El Estado tuvo una función esencial en la industrialización. No sólo a través de las medidas proteccionistas, sino en
las políticas redistributivas que aseguraron una capacidad de consumo importante a la población. Único medio
viable, dadas las circunstancias, de compensar la estrechez del mercado interno. La salida al mercado internacional
era poco verosímil dado el bajo nivel de competitividad de la mayor parte de la industria nacional, creada y
mantenida al abrigo de las barreras aduaneras.

La función del Estado como empresario y empleador continuó su extensión en este período, dado que, al finalizar
la guerra mundial, Inglaterra tenía una importante deuda con el Uruguay (aproximadamente 17 millones de libras
esterlinas) que resolvió, en parte, cediendo algunas empresas de servicios públicos al Estado uruguayo. Tales fue el
caso de la empresa de aguas corrientes y de la de tranvías, algún tiempo después se sumaría también la compañía de
ferrocarriles.

El neobatllismo hizo evidentes esfuerzos para promover una mayor justicia social. Lo que en términos ideológicos
era un fin en sí, en el aspecto económico se revelaba también un medio indispensable para "crear mercado". En esta
obra de justicia social, redistribución de ingresos o creación de mercado, según prefiera verse, el gobierno utilizó
diversos medios.

Desde el Estado, con la incorporación de nuevas actividades empresariales, las nuevas estructuras burocráticas
creadas dieron abundante empleo para ubicar los sectores sociales desocupados. Por otro lado, con el apoyo dado a
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las industrias a través del control de cambios, éstas pudieron crecer e incorporar mano de obra. En un sentido más
directo, durante el período neobatllista se amplió sustancialmente la legislación social; se aumentaron las bolsas de
trabajo, hubo favorables consejos de salarios y se aprobó la ley de seguro de paro. Hubo aumentos salariales y se
redujeron los precios, mediante subsidios, de los artículos de primera necesidad.

El tema de la justicia social tomaba un lugar preferencial en el esquema neobatllista porque, aparte de un apoyo
fundamental al crecimiento industrial, era percibido como la fuente más segura de estabilidad política. Convencido
de que todas las sociedades se transforman por evolución o revolución, el Presidente Luis Batlle defendía la idea de
que la anticipación a los reclamos populares era el camino más seguro para una democracia durable y para la paz
social. Según sus propias palabras, en el discurso de asunción del mando, "apresurarse a ser justos es luchar por el
orden y es asegurar el orden"

Trueba

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Andrés Martínez Trueba fue un profesor, químico y político uruguayo, presidente constitucional entre 1951 y 1952,
y presidente del Consejo Nacional de Gobierno entre 1952 y 1955. Encabezó la fórmula presidencial del Batllismo
"Lista 15" en las elecciones de 1950, acompañado por Alfeo Brum. Electo Presidente de la república, propuso una
reforma constitucional para instalar el Poder Ejecutivo colegiado, realizando así su deber de intérprete fiel del
ideario batllista de José Batlle y Ordóñez, lo que lo distanció del líder de su sector.

Una vez consagrada la nueva Constitución de 1952, abandonó la Presidencia de la República (ejecutivo unipersonal)
para integrar el primer Consejo Nacional de Gobierno (ejecutivo colegiado) durante el resto del período
constitucional.

Consejo Nacional de Gobierno 1952 -1955


La integración del primer ejecutivo colegiado según la nueva carta magna, fue la siguiente:

 Seis consejeros por la mayoría colorada, Andrés Martínez Trueba (que lo presidió), Antonio Rubio,
Francisco Forteza, Héctor Álvarez Cina, Luis Alberto Brause y Eduardo Blanco Acevedo;
 y tres por la minoría blanca: Álvaro Vargas Guillemette (quien falleció en 1954; siendo sustituido por Justo
Alonso), Martín Recaredo Echegoyen y Roberto Berro.

Esta Carta Magna sustituyó a la anterior Constitución de 1942. Fue el resultado de un pacto político entre el
presidente Andrés Martínez Trueba, la Lista 14 y el blanco Luis Alberto de Herrera, con el cometido de restarle
poder a Luis Batlle Berres. Esta vez, en cambio, el poder ejecutivo pasó a ser totalmente colectivo, no existiendo
en absoluto la figura del Presidente de la República. El Consejo Nacional de Gobierno era presidido de manera
anualmente rotativa por uno de sus miembros, que era denominado Presidente del Consejo Nacional de Gobierno.

En la práctica, esta formación gubernamental resultó inadecuada, con un funcionamiento lento y pesado. No pocas
veces, las decisiones en el seno del Consejo se estancaban por falta de mayoría para votar, o inclusive llegó a suceder
que la postura del Presidente del Consejo Nacional de Gobierno quedase en minoría.

Estuvo en vigencia durante 15 años, en los comicios de 1954, 1958 y 1962. Hasta que un plebiscito coincidente con
las elecciones de 1967 hizo que entrase en vigencia la Constitución de 1967, con lo cual se suprimió el ejecutivo
colegiado.

Colegiados colorados
La principal novedad de la constitución de 1952 era que en el Poder Ejecutivo, en lugar de un presidente, había un
Consejo Nacional de Gobierno compuesto por 9 miembros: 6 por el partido más votado y 3 por el que le seguía en
votos. También las Intendencias se integraban en forma colegiada.

El colegiado conservador (1952 -54)


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El primer Consejo Nacional de Gobierno no fue elegido por la ciudadanía sino por la Asamblea General. Le
correspondieron 6 integrantes al P. Colorado y 3 al P. Nacional. El nuevo gobierno debió enfrentar las dificultades
económicas y sociales que vinieron después de la guerra de Corea y que anunciaban los problemas mayores que
vendrían en la segunda mitad de los años 50. Cayeron los precios de los productos exportados por Uruguay y
comenzó a disminuir el salario real. Diversos gremios comenzaron a realizar reclamos y huelgas. El Consejo de
Gobierno recurrió a tomar medidas prontas de seguridad que estaban previstas en la constitución para casos de grave
conmoción interna. De esta forma declaró ilegales algunas huelgas, clausuró locales sindicales, detuvo dirigentes
obreros. Los sindicatos se movilizaron no sólo por reclamos salariales al disminuir su poder adquisitivo sino en
defensa de sus derechos sindicales como la huelga de funcionarios públicos.

Luis Batlle desde el diario “Acción” hábilmente fue marcando aquellos puntos en los que discrepaba con el
gobierno. Así mantuvo su popularidad intacta para las elecciones de 1954 en las que triunfó nuevamente el P.

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Colorado distanciándose claramente la lista 15 del resto de las listas coloradas. En el P. Nacional bajaron los sufragios
herreristas que casi fueron igualados por los de Fernández Crespo.

El colegiado de la 15 (1954 -58)


El triunfo de Luis Batlle demostró el peso de su figura y el apoyo popular a su propuesta de retornar al diálogo con
el movimiento sindical y a mantener el “estado benefactor” a pesar del clientelismo político y las denuncias de
corrupción. “Luisito”, como se le llamaba popularmente, intentó retomar el camino andado durante su presidencia.
Se dio nuevo impulso a las industrias en especial las que usaban materia prima nacional como la lana y se buscó abrir
mercados para las exportaciones. El propio Luis Batlle viajó a EEUU para reclamar la apertura de aquel país a los
textiles uruguayos.

Pero la situación ya no era la misma de años anteriores. Políticamente Luis Batlle no tenía una mayoría
parlamentaria por lo tanto se veía obligado a negociar acuerdos con la lista 14. Económicamente Uruguay ya no
tenía los ingresos que habían dejado la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Corea. La situación internacional
había cambiado: Europa había culminado su reconstrucción y su producción comenzaba a competir; el Fondo
Monetario Internacional comenzaba a ejercer presión sobre América Latina.

Los sectores sociales desconformes reaccionaron en defensa de sus intereses. Los estancieros que siempre se
habían opuesto a las medidas de Luis Batlle y en especial al contralor de las exportaciones y los tipos de cambio
múltiples, retenían la venta de lana presionando al gobierno para que este les pagara más pesos por los dólares que
ellos recibían de las exportaciones o vendían el ganado a Brasil de contrabando para obtener más ganancia y dejaban
sin carne a los frigoríficos y a la población. Fue en el campo donde se formó el movimiento más crítico hacia la
política económica del neobatllismo al formarse la Liga Federal de Acción Ruralista dirigida por Benito Nardone.
Este, a través de una audición en CX4 Radio Rural y con el nombre de “Chico-Tazo” realizó una campaña de
desprestigio no sólo del gobierno, sino del estado benefactor, del estatismo batllista y del sistema político en general.
El prestigio creciente de Nardone en la campaña lo hizo imprescindible para los sectores más conservadores opuestos
a las reformas neobatllista a las que consideraba “socializantes” (llamaban a los quincistas “comunistas chapa 15").

Por su parte los industriales, grandes beneficiados de la política de Luis Batlle, al ver reducidas sus ganancias, ya
no aceptaron fácilmente las leyes que beneficiaban a los trabajadores. Estos a su vez, al ver disminuir su salario real,
aumentaron las movilizaciones y huelgas que, en el año 1958, coincidieron con las protestas estudiantiles que
reclamaban la autonomía universitaria.

Tras 2 colegiados con errores y victorias, en 1958, los colorados son suplantados por los blancos en la casa de
gobierno. Uruguay entre 1930 y 1958 | 07/08/2017

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