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MONOGRAFIA
En cumplimiento parcial de los requisitos
para el curso Consejería Pastoral
Presentado al profesor Javier Lara
BOSQUEJO
Introducción
1. ¿Qué es el temor?
2. ¿Qué es la ansiedad?
Conclusión
Bibliografía
1
EL TEMOR Y LA ANSIEDAD
Introducción
congregantes por el hecho que somos personas que interactuamos unos con otros y en cierta forma
Es importante entender que el hombre vive bajo emociones que rigen el andar diario. Entonces
puede surgir la pregunta ¿qué son las emociones? El autor Jonathan Edwards menciona lo siguiente:
“Las emociones son las actuaciones enérgicas de las inclinaciones y la voluntad del alma.” 1 Por lo
que podemos entender que es un impulso que nos lleva hacia donde el alma indica.
De acuerdo con Edwards, Dios ha dado al alma humana dos capacidades centrales. La primera
es entendimiento a través del cual examinamos y juzgamos las cosas. La segunda capacidad nos
permite observar las cosas, no como espectadores indiferentes, sino como quienes, agradados o no
agradados, gustando o no gustando, las aprobamos o rechazamos. A veces llamamos a esta segunda
mente ejerce su inclinación o voluntad, nos es común referirnos a la mente como el corazón. Las
capacidades del alma son, pues, las del entendimiento, y de la voluntad para responder a aquello que
entiende.2
Entre las virtudes que constituyen el carácter cristiano maduro, algunas llevan nombres de
emociones: gratitud, esperanza, paz, gozo, contrición y compasión. Otras virtudes, como la paciencia,
la perseverancia, la valentía y el dominio propio, claramente no son emociones (tal vez se pueden
llamar “fortalezas”). La humildad es aún otra clase de virtud, y parece ser una disposición a no
1
Jonathan Edwards, Los afectos religiosos: La válida experiencia cristiana (Publicaciones Faro de Gracia:
Graham, NC, 2011), 12.
2
Ibíd, 12–13.
2
experimentar ciertas emociones, como la envidia y el odioso orgullo. Las virtudes que son emociones
son centrales entre las cualidades de la personalidad cristiana que el apóstol Pablo llama el fruto del
Espíritu Santo.3 Dios nos diseñó con esta gran capacidad. Las emociones son esenciales en la vida del
creyente, siempre y cuando caminemos bajo la dirección de Dios y las apliquemos para su gloria en
todo momento. Hoy día encontramos, tristemente, iglesias que tratan de apagar este sentimiento y/o
virtud que Dios ha puesto en nosotros para su gloria, por temor a caer en el extremo del
emocionalismo o fanatismo, ya que hay personas que dejan de usar su mente racional y comienzan a
Sin embargo, dentro de la gran variedad de emociones que podemos encontrar en los seres
humanos, en este estudio nos vamos a centrar en el Temor y la Ansiedad. Los cuales, en sí no son
emociones incorrectas, solo cuando no son controlados y salen de los parámetros, provocando así,
1. ¿Qué es el temor?
El temor lo podemos considerar como el miedo que se siente cuando algo perjudicial o
negativo ocurre o haya ocurrido4 June Hunt, en su libro “100 claves bíblicas para la consejería”
menciona que “el temor puede convertirse en una fuerza paralizante que lo conducirá a las
Cuando una tormenta se aproxima, el temor puede ser el candado que cierre su mente o una ruidosa
Sin lugar a duda todas las personas en algún momento de su vida han pasado por este
sentimiento, es algo nato que si no lo controlamos puede ser perjudicial para nuestro andar diario.
3
Robert C. Roberts, «Las emociones y la doctrina cristiana», Kairós 41: Julio-Diciembre, 2007, 122–123.
4
Núria Lucena Cayuela, Diccionario general de la lengua española Vox (Barcelona: VOX, 1997).
5
June Hunt. 100 Claves Bíblicas para Consejería. (Dallas, TX: Esperanza para el corazón, 1990–2011).
3
El creyente no está exento de esta emoción, debemos saber que la Biblia nos habla de que el
temor piadoso es una parte principal de la verdadera religión. Un nombre que las Escrituras
frecuentemente dan a los creyentes es “temerosos de Dios”, o, “los que temen a Jehová”. Por esto la
verdadera piedad a veces se conoce como “el temor de Dios”.6 Sin embargo, a causa del pecado, el
hombre ha dejado el sentimiento del temor reverente a Dios y lo ha vuelto miedo, trayendo
En ocasiones las consecuencias de esta emoción nos pueden llevar al desespero o pánico
cuando no sabemos controlarlo y cuando permitimos que permanezca rigiendo nuestra vida por largo
tiempo. El Señor nos ha diseñado con esta emoción, con el fin de protegernos al enfrentar un peligro
Hay personas que viven con la mentalidad errónea de pensar que “Como no puedo tener
control de mis temores, entonces voy a tratar de evitar todas las situaciones de temor”. Sin embargo,
debemos tener claro lo que la Biblia enseñan sobre este tema. Pablo dice en 2 Timoteo 1:7 que “Dios
no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” El dominio
propio nos lo ha dado el Señor precisamente para poder controlar las emociones y vivir con la
mentalidad correcta, la cual es saber que es posible enfrentar los temores siendo fortalecido en el
Señor (Is 43:1-2). Si Cristo vive en nosotros, podemos centrar nuestra atención en su perfecto amor,
de esa forma podemos entonces vivir su paz cuando nos encontremos en alguna situación que nos
atemorice.7
6
Jonathan Edwards, Los afectos religiosos: La válida experiencia cristiana (Publicaciones Faro de Gracia:
Graham, NC, 2011), 15.
7
June Hunt, 100 Claves Bíblicas para Consejería, vol. 92 (Dallas, TX: Esperanza para el corazón, 1990–
2011), 16.
4
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor
lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”. (1 Juan 4:18)
carácter del Dios de la Biblia y en la seguridad de su amor por el individuo. Si nuestra percepción de
Dios es que “él no está para nosotros” estaremos a merced de nuestras propias fuerzas en las cuales
que respondemos ante el temor a menudo está directamente relacionada con lo que nosotros creemos
acerca de Dios y lo que creemos de sus promesas respecto a nosotros y nuestra vida.8
Muchas veces este temor no controlado trae como consecuencia otra emoción que se llama
ansiedad. Es común que estas emociones vayan de la mano cuando nos hemos dejado llevar por el
sentimiento de miedo incontrolable. La ansiedad surge cuando nos envuelve la intriga de lo porvenir
debido a la falta de confianza en el Señor. El temor y la ansiedad son emociones que han sido puestas
para beneficio de la persona, sin embargo, en muchas situaciones solo dañan el corazón del creyente
2. ¿Qué es la ansiedad?
psicología, la ansiedad es como un paraguas que cubre diversos grados de ansiedad y temor, desde el
más leve hasta el más extremo. ¡Periódicamente sentimos ansiedad! Pero mientras la ansiedad se
8
June Hunt, 100 Claves Bíblicas para Consejería, vol. 92 (Dallas, TX: Esperanza para el corazón, 1990–
2011), 12.
9
American Psychiatric Association, Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4th ed., text
revision (Washington, D.C.: American Psychiatric Association, 2000), 429.
5
pueda controlar y no se vuelva extrema o excesiva, no interferirá con nuestras actividades normales
diarias. La palabra en español “ansiedad” se deriva del vocablo latín angere que significa “ahorcar o
ahogar”.10 La continua ansiedad provoca que las preocupaciones y las intranquilidades van ahogando
de manera peligrosa el aplicar la Palabra de Dios en la vida, y, por consiguiente, dejar de tener una
La ansiedad viene cuando los pensamientos de nuestra mente y los sentimientos del corazón
tiran hacia diferentes direcciones y nos destrozan. La mente piensa respecto a los problemas y estos
sentimientos pesan en el corazón creando un círculo vicioso que destruye nuestro estado emocional.
Nuestra mente nos dice que no deberíamos afanarnos, pero a menudo no podemos controlar la
La ansiedad nos lleva a tener un resultado incierto, una continua preocupación de que algo va
a ocurrir que puede dañarnos, sin embargo, nunca hay seguridad de que eso va a suceder. A ciencia
cierta no se sabe si pasará o no, pero esa incertidumbre solo alimenta más la ansiedad, provocando un
La ansiedad también puede traer consecuencias en el aspecto físico. Los dolores de cabeza, la
falta de aire y dolores musculares son algunos de los padecimientos que, a causa de la presión y el
incontrolable sentimiento, puede traer a la persona. Esto se puede volver peligroso debido a que las
personas comienzan a tratar esos dolores con medicinas sin saber que hay algo más que lo provoca.
10
National Women’s Health Resource Center, “Anxiety Disorders,” Healthywomen.org,
http://www.healthywomen.org/healthtopics/anxietydisorders. Consultado el 3 de marzo de 2019.
11
Warren W. Wiersbe, Bosquejos expositivos de la Biblia: Antiguo y Nuevo Testamento, electronic ed.
(Nashville: Editorial Caribe, 1995), Flp 4.
6
Una persona con ansiedad excesiva puede llegar a tener un desorden de pensamientos,
sentimientos y actitudes, lo cual provoca que la persona no viva de manera normal. Es común que
estas personas se sientan aisladas, solas, y pensando que no hay ninguna solución a sus problemas.
Para ser más específicos y con el fin de estar al tanto de nuestra vida emocional, es
recomendable identificar cuáles son los desordenes de ansiedad en la vida del hombre. June Hunt los
• Fobias
• Desórdenes de pánico
• Desórdenes obsesivo-compulsivos
Entre otros, estos pueden ser condiciones del hombre al exceder los límites y perder el control
en las emociones. Dios no desea que estemos ansiosos en exceso, inquietos, aprensivos y
preocupados. Él quiere que estos síntomas nos sirvan de señal y advertencia de que estamos
Normalmente vemos los problemas de ansiedad como algo terrenal que solo está en el exterior,
pero realmente estas emociones surgen de un problema en el interior, es algo más espiritual, lo de
12
June Hunt, 100 Claves Bíblicas para Consejería, vol. 92 (Dallas, TX: Esperanza para el corazón, 1990–
2011), 1–3.
7
afuera es solo la punta del iceberg de algo más grande que se encuentra dentro de las personas con
esta dificultad.
La ansiedad por los problemas inmediatos indica una falta de fe (Mt 6:30), pero sentir ansiedad
por problemas aún lejanos es una necedad. Perdemos sueño y malgastamos energía preocupándonos
por eventualidades que todavía no se han hecho realidad y que quizás no se materialicen nunca.13
Jesús enseña sobre este tema para que aprendamos a depender del Señor ante las circunstancias de la
vida. Dios es quien nos cuida, provee y santifica. Pero separados de él, nada podemos nosotros hacer
(Jn 15:5).
En la batalla contra la ansiedad y el temor nuestra única salida es el consejo que nos da el
apóstol Pedro en 1 Pedro 5:7 donde dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene
cuidado de vosotros.”14 Debemos tener claro que nuestra vida como creyentes es completamente
dependiente de Dios. Si el sentimiento de ansiedad o temor nos invaden es porque hemos dejado de
Con Jesús, las ansiedades están en buenas manos, porque Él se compadece de los sufrimientos
(He. 4:15); dispone todas las cosas para el bien del que ama al Señor (Ro. 8:28); consuela en medio
del sufrimiento (2 Co. 1:4); emplea las pruebas para darnos constancia en la vida (Stg. 1:1–5); nos
regala abundante misericordia y gracia en la hora de necesidad (He. 4:16); es decir, Él cuida de
nosotros (1 P. 5:7).15
13
David F. Burt, Primero su reino, Mateo 6:1–34, vol. 4, Comentario Ampliado del Nuevo Testamento
(Barcelona: Publicaciones Andamio, 2000), 183.
14
Todos los textos bíblicos serán tomados de la Versión Reina Valera 1960, salvo en los casos que se diga lo
contrario.
15
Jaime Mirón, ¿Estoy preparado para la guerra espiritual? (Miami, Florida: Editorial Unilit, 2001), 74.
8
Cuando experimentamos gozo en nuestro corazón que viene de parte de Dios la vida la vemos
de forma diferente y en lugar de temor y ansiedad, nuestro lamento se convierte en gozo. La Palabra
de Dios es la que nos debe confortar cada día para poder experimentar su paz.
Conclusión
La infidelidad y el temor van de la mano porque el pecado sabotea nuestra relación con Dios.
Tan pronto como Adán y Eva fueron infieles a Dios, cambiaron su fe en temor. Su comunión con
Dios se vio quebrantada, se volvieron temerosos y se escondieron. Sabían que habían pecado y que
merecían el desagrado y disciplina de Dios. Como resultado de ello, la muerte pasó a toda la
humanidad. Todos hemos nacido con el estigma de la muerte y todos estamos destinados a ella.
Afortunadamente, por la gracia de Dios no tenemos que morir espiritualmente (estar separados de
alejamiento de Dios. Satanás es muy sutil en poner ideas y pensamientos en nuestra mente que nos
hacen sentir desprotegidos y rechazados. Este sentimiento nos aleja del Señor a tal grado que puede
destruirnos espiritualmente. Y eso es lo que busca el enemigo, siendo el padre de la mentira (Jn 8:44).
Como ya mencionamos anteriormente, estas emociones las tenemos todos los seres humanos
ya que así fue el diseño de Dios, dándonos un sentido de protección y reacción ante situaciones
16
Raúl Caballero Yoccou, Del púlpito al corazón, Primera edición (Miami, FL: Editorial Unilit, 1994), 46.
17
June Hunt, 100 Claves Bíblicas para Consejería, vol. 92 (Dallas, TX: Esperanza para el corazón, 1990–
2011), 18.
9
difíciles y peligrosas, pero el pecado en nuestro corazón lo ha vuelto un desorden que nos afecta en
Necesitamos conocer nuestra identidad en Cristo, y todo lo que somos en Él, y no solo conocerlo,
sino también creerlo y vivirlo, sabiendo que, si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro
8:31).
Cuando conocemos la verdad y actuamos con base a ella, podemos vencer el temor. La fuente
de la verdad es Aquel que dijo ser el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14:6). La fuente donde
encontramos la verdad de Dios es su palabra, la Biblia. Debemos identificar las mentiras que subyacen
tras los temores para comenzar a reemplazarlas con la verdad. Porque solamente al conocer la verdad,
Juan Calvino dijo: “Cuando la luz de la divina providencia ilumina el alma del creyente, éste
es aliviado y libertado, no sólo del temor y de la ansiedad extremos que anteriormente le oprimían,
sino de toda preocupación. Porque, así como se estremece justamente ante la sola idea del azar, así
Cuando se siguen las direcciones bíblicas de cumplir los deberes de amar en lugar de seguir
los sentimientos de temor, los cuales conducen a dejar nuestras responsabilidades, entonces se puede
descubrir que los viejos patrones de conducta morirán rápido. Sin duda habrá caídas, pero debemos
18
June Hunt, 100 Claves Bíblicas para Consejería, vol. 92 (Dallas, TX: Esperanza para el corazón, 1990–
2011), 20.
19
Elliot Ritzema et al., eds., 300 citas para predicadores de los reformadores, trad. Salvador A. Gomez y Juan
Terranova, Serie Pastorum (Bellingham, WA: Lexham Press, 2013).
20
Jay Adams, Como vencer el miedo (Guadalupe, Costa Rica: CLIR, 2008), 18.
10
Bibliografía
Libros
Adams, Jay, Como vencer el miedo (Guadalupe, Costa Rica: CLIR, 2008)
American Psychiatric Association, Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4th ed.,
text revision (Washington, D.C.: American Psychiatric Association, 2000)
Burt, David F., Primero su reino, Mateo 6:1–34, vol. 4, Comentario Ampliado del Nuevo
Testamento (Barcelona: Publicaciones Andamio, 2000)
Caballero Yoccou, Raúl, Del púlpito al corazón, Primera edición (Miami, FL: Editorial Unilit,
1994)
Cayuela, Núria Lucena, Diccionario general de la lengua española Vox (Barcelona: VOX, 1997).
Edwards, Jonathan, Los afectos religiosos: La válida experiencia cristiana (Publicaciones Faro de
Gracia: Graham, NC, 2011)
Hunt, June. 100 Claves Bíblicas para Consejería. (Dallas, TX: Esperanza para el corazón, 1990–
2011).
Mirón, Jaime, ¿Estoy preparado para la guerra espiritual? (Miami, Florida: Editorial Unilit, 2001)
Ritzema, Elliot, 300 citas para predicadores de los reformadores, trad. Salvador A. Gomez y Juan
Terranova, Serie Pastorum (Bellingham, WA: Lexham Press, 2013).
Roberts, Robert C., «Las emociones y la doctrina cristiana», Kairós 41: Julio-diciembre, 2007,
122–123.
Wiersbe, Warren W., Bosquejos expositivos de la Biblia: Antiguo y Nuevo Testamento, electronic
ed. (Nashville: Editorial Caribe, 1995), Flp 4.
Internet