Que alegría hay en la familia cuando un miembro vuelve después de mucho
tiempo sin verlo, emociona, alegra y llega de gozo el corazón de aquellos que lo aman. Todo padre se siente gozoso cuando sus hijos vuelven a casa, el corazón de un padre o de una madre siempre está pendiente del hijo que no está, del hijo que está lejos y mucho más del hijo o la hija que sabemos que no anda por un buen camino. En el texto que hemos leído Dios no dice a cada uno de nosotros: vuelve a Jehová tu Dios, vuelve a tu iglesia, vuelve al servicio que has abandonado, vuelve a tu estilo de vida cristiano. Pero también nos hace reflexionar que alejarnos de Dios nos lleva a una vida de pecado y nos hace caer. ¿En que hemos caído? en el desánimo, en el materialismo, en la comodidad, en el enfriamiento espiritual, en vicios. Por eso es que es tan necesario atender el llamado de Dios a nuestra vida, es necesario que como hijos de Dios volvamos a la casa de nuestro padre, no sigamos viviendo la vida la vida que estamos viviendo lejos de Dios. La palabra de Dios nos enseña cómo podemos volver a la casa de nuestro Dios, veamos en la parábola del hijo prodigo las bendiciones que trae a nuestra vida el volver a los caminos de Dios.
I) PARA VOLVER ES NECESARIO RECONOCER NUESTRA CONDICION
-Versiculo 17
Volviendo en sí, es decir reacciono, reconoció el fondo donde había llegado, se
quitó la venda de sus ojos, se dio cuenta de la realidad de su vida. Mientras no querramos aceptar el estado real de nuestra vida sin Dios no podremos tomar la decisión de volver a sus caminos. Pensemos de donde hemos caído, reconozcamos lo que hemos perdido, démonos cuenta la paz que teníamos, el gozo que había en nuestra vida, la prosperidad que disfrutábamos, la unidad que había en nuestro hogar. Dios no nos ha tomado por hijos para que vivamos la vida de fracaso y miseria que estamos viviendo por no tener la humildad de volver a sus caminos, de tomar la decisión de someternos a su voluntad. Todo hijo de Dios tiene que anhelar estar en la casa de su padre. (salmo 84:1-4) II) PARA VOLVER NECESITAMOS TOMAR UNA DECISIÓN Y UNA ACCION VALIENTE Versiculo 18-20
El versículo 18 y 19 es solamente un plan, pero el versículo 20 es acción.
Cuantos cristianos nos hemos quedado con el deseo de volver a nuestro hogar, de volver a nuestro ministerio, de volver a nuestra iglesia, tenemos la buena intención, pero tenemos un tremendo obstáculo: orgullo Las decisiones que no se transforman en acciones no sirven de nada, en cristo no se trata de anhelarlo, se trata de hacerlo, VOLVAMOS HOY
III) NUESTRO PADRE CELESTIAL SE GOZA DE TODO HIJO QUE VUELVE
Versiculo 20
Cuando el padre lo vio fue movido a misericordia, el hijo que merecía un
castigo, el hijo que debía ser reprendido, humillado, fue recibido con los brazos amorosos de su padre. Así es nuestro Dios (Oseas 14:4) nos recibe no porque seamos buenos, sino porque nos ama, tiene misericordia de nosotros no porque lo merecemos sino porque somos sus hijos. Vuelva a su servicio en la iglesia, que no le importe la crítica, que no le importe el que dirán, aunque “Algunos no le parezca bien” solo hay un rostro que nos debe importar: el rostro de nuestro padre celestial.
IV) NUESTRO PADRE TIENE BENDICIONES DE BIEN PARA TODOS AQUELLOS
QUE VUELVEN SALMO 21:3 / LUCAS 15:22
1. El mejor vestido (Isaías 61:10) el vestido de salvación
2. El anillo en el dedo (Génesis 41:42) autoridad, estatus 3. Calzado en los pies (efesios 6:15) ya no más esclavo pues los esclavos andaban descalzos, hoy tenemos un nuevo caminar, tenemos testimonio del evangelio de Dios en nuestra vida.