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Dossier Acto Cultural PDF
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Datos de Contacto
GRUPO ACTORAL 80
www.grupoactoral80.com
Desde 1993 el Grupo está dirigido por Héctor Manrique reconocido hombre de
teatro, responsable de montajes de gran repercusión en la cartelera nacional.
A mediados de los años 20, la Sociedad Louis Pasteur, antes Sociedad Heredia,
para el fomento de las artes, las ciencias y las industrias de San Rafael de Ejido
celebra sus cincuenta años de existencia con la escenificación del drama
histórico Colón Cristóbal, el genovés alucinado. Durante la representación
del acto cultural los seis miembros de la Junta Directiva, se van descubriendo a
sí mismos frente a los asistentes, develando sus vidas precarias, sus
abandonos, sus anhelos y sus miserias. Mientras más se esfuerzan por
representar la grandeza de Colón y su descubrimiento, más los arropa la propia
pequeñez de un pueblo que encierra un pasado, un presente y un futuro que
los ahoga.
REQUERIMIENTOS TÉCNICOS
MONTAJE: A la italiana.
24 Fresneles.
12 elipsoidales de 26°
Colores: Filtros Lee o Rosco 09 (ámbar), 201 (azul), 52 (lavanda).
Cónsola programable de 24 canales.
16 Fresnel de 6´ de 750W
8 elipsoidales de 50°
3 elipsoidales de 26°
Cónsola programable de 24 canales.
2 Lámparas colgantes
Colores: Filtros Lee o Rosco 09 (ámbar), 201 (azul), 52 (lavanda).
Requerimientos de sonido:
Un CD player Denon.
Sistema de amplificación.
2 Monitores
Los miembros de la junta directiva de “la Sociedad Luis Pasteur, antes Sociedad
Heredia, para el fomento de las artes, las ciencias y las industrias de San Rafael
de Ejido”, intentan escenificar un homenaje al navegante que llegó a las costas
de este continente cinco siglos atrás, pero se encuentran con el desconcierto de
sus ideas y experiencias. De forma involuntaria, se van despojando de sus
mentiras durante la representación —con el temor constante de que ya no
queden espectadores en la sala— para desnudar poco a poco la fragilidad de
sus vidas, para poner de relieve sus miserias, en abierto contraste con la
grandeza del “genovés alucinado”. Un recurso textual no sólo válido sino
necesario en la pieza de Cabrujas. Entre las vidas de Cosme Paraima, Herminia
Briceño, Antonieta Parissí, Purificación Chocano, Amadeo Mier y Francisco
Xavier de Dios se teje un entramado dramático lindante con la desesperación y
la tristeza.
Acto cultural vuelve para encontrarse con nuevos espectadores que viven en
una Venezuela particularmente distinta. Aunque parezca mentira, los más
jóvenes no pueden poseer un recuerdo de Cabrujas, ni en el teatro ni la
televisión, ni en el cine ni en sus textos periodísticos. Tal vez por eso se ha
operado en los últimos años el rescate de su obra, a través de la labor de varios
compiladores. Pero no sólo han cambiado los espectadores, también nuestra
realidad. No estamos en el país dominado por Gómez ni el gobernado por
Carlos Andrés Pérez. Ahora tenemos un país que chapotea en el
neoautoritarismo en busca del totalitarismo. Es para ponernos a pensar.
ACTO CULTURAL, de José Ignacio Cabrujas. Producción del Grupo Actoral 80.
Dirección: Héctor Manrique. Música original: Aquiles Báez. Dirección de arte y
vestuario: Eva Ivanyi. Realización de utilería: Oscar Salomón. Diseño gráfico:
Manuel González. En el espacio Plural del Trasnocho Cultural. Sábados y
domingos a las 4:00 p.m.
Hace dos semanas, el "pernicioso" Grupo Actoral 80, bajo la dirección de Héctor
Manrique, puso de nuevo en escena la obra de José Ignacio Cabrujas, Acto
Cultural, con la excelente interpretación de Samantha Castillo, Melissa Wolff,
Angélica Arteaga, Juvel Vielma, Daniel Rodríguez y Juan Vicente Pérez.
Sin duda alguna, esta creación teatral tiene hoy plena vigencia y actualidad y,
al retratar las historias del pequeño pueblo de San Rafael de Ejido y de su
"Sociedad Luis Pasteur, antes sociedad Heredia, para el fomento de las Artes,
las Ciencias y las Industrias", nos coloca brutalmente ante lo que somos o ante
la ignorancia de ello ya que, como le dice uno de los personajes, Amadeo Mier,
a Cosme Paraima: "yo no sé lo que somos... honestamente no lo sé".
Cabrujas nos habla de nuestra manera de ser y del proyecto fantasioso de vida
que nos hemos trazado a través de un "Colón, Cristóbal, el Genovés Alucinado"
que -como lo apunto yo ahora- según la versión oficial, no descubrió nada o
solo descubrió un pueblo valiente que se resistió, y fue bajado a mandarriazos
del pedestal en el que se encontraba pacíficamente en la Plaza Venezuela,
acusado de genocidio.
Formando parte del Acto, que se lleva a cabo en San Rafael de Ejido, nos
identificamos con cada uno de los actores para vivir sus conflictos, sus
frustraciones y sus delirios. Ellos han fracasado, pero se asoma la esperanza ya
que "hemos vivido otras crisis y saldremos adelante. Además, un gobernador
no es eterno y la pintura de Leonardo da Vinci sí", como dice Amadeo; aunque
la respuesta de Cosme no deja de ser absolutamente preocupante: "¿Y
nosotros somos la pintura de Leonardo da Vinci?".
Sin duda, hoy vivimos nuestro acto cultural en esta pequeña aldea llamada
Venezuela, con un Cristóbal Colón defenestrado y con personajes de una
sociedad que languidece en su propia vergüenza, en medio de discursos
altisonantes y nombre pomposos, con invocaciones de proezas de papel y a la
espera de un futuro mejor, quedando para la reflexión la propuesta final de la
obra: "un minuto de silencio".
José Ignacio Cabrujas escribió Acto Cultural página por página. Pues sí, cada
día llegaba con una parte nueva para cada personaje, muchos de los cuales
fueron escritos a la medida del elenco original. Así lo recuerda Tania Sarabia,
quien interpretó a Purificación Chocano en la primera versión de 1976.
"Ese personaje no existía pero fue tanto lo que le insistí a José Ignacio que me
dio a Purificación. Él me regaló ese personaje y con este me dio una manera de
vivir y ganarme la vida", recuerda con cariño la actriz.
Algunos ya no están: Cabrujas hizo a Cosme Paraima hasta que llegó Fausto
Verdial de Europa. Ambos dejaron de existir, así como Rafael Briceño, que
interpretó a Amadeo Mier.
"Herminia me gustó desde que lo leí. Creo que ella funciona como la esperanza,
vive de sueños y de embellecer y enriquecer su vida", cuenta, al tiempo que
considera que la pieza no es pesimista sino realista.
"Es una obra siempre vigente cuya realidad no se ha perdido", comenta Lozada.
"Su vigencia es producto de la visión que siempre tuvo José Ignacio, el país no
ha cambiado, sólo cumple ciclos".
Eva Ivanyi fue la productora y vestuarista del montaje original. Hoy diseña los
ropajes de la propuesta que presenta el Grupo Actoral 80.
Para entonces, Eva Ivanyi estaba casada con José Ignacio Cabrujas, quien
compartía su tiempo entre RCTV y El Nuevo Grupo. Ella gerenciaba el Ballet
Internacional de Caracas y colaboraba con la compañía de teatro de su esposo.
Dos épocas, dos maneras de hacer teatro y de pensar reviven en las tablas
caraqueñas a través de la dramaturgia de José Ignacio Cabrujas y William
Shakespeare. En el este de la cuidad el Grupo Actoral Ochenta presenta una
temporada de Acto Cultural, y en el oeste el Teatro San Martín de Caracas
interpreta Otelo.
"Mi relación personal con la obra es desde hace muchos años. Es una pieza que
leo y releo y que me gusta. Además es actual porque habla del país que somos
y de la precariedad que nos cobija", señala Manrique.
CUATRO PERSPECTIVAS DEL DRAMA Este año el Teatro San Martín de Caracas
inició su temporada con el estreno de Otelo, la cual se presenta dentro del
Proyecto Shakespeare 4x4 iniciado en 2010 con Romeo y Julieta. Desde el
pasado 28 de enero la pieza, dirigida por Luis Domingo González, es
representada por Ludwig Pineda, David Villegas, José Gregorio Martínez y
Mariana Alviares.
Las funciones son los viernes y sábados, a las 8:00 pm, y los domingos a las
6:00 pm.
En los tiempos que corren pareciera que, más que nunca, los venezolanos,
creadores y público, están llamados a hurgar en su dramaturgia y en su arte
para hallar las características que históricamente los han dibujado como pueblo
y así entenderse, reconocerse. En todo caso, los integrantes del Grupo Actoral
80 reconocen que, de buscarse, el venezolano debe hacerlo en obras como
Acto cultural de José Ignacio Cabrujas, que hoy reestrenan.
"Cuando uno ve Acto cultural se encuentra con el tema del desarraigo. Vemos a
personas que no están cómodas consigo mismas, a las que no les gusta lo que
son. José Ignacio ha escrito sobre los grandes fracasados. Si tú ves Hamlet, es
un fracaso; si lees Macbeth es igual. Las historias bonitas interesan muy poco.
Acto cultural habla del fracaso que somos como país y como seres humanos. El
fracaso que somos por no saber quiénes somos, porque carecemos de
identidad. En suma, somos una pretensión", apunta Manrique.
El elenco destaca como atributo del montaje que Manrique, aunque es exigente
con los actores, confía en ellos, y les da libertad de creación para construir sus
personajes.
Paradójicamente, algunos de los “rescatistas” de hoy día juzgaron, allá por los
años setenta, que el otrora promisorio Cabrujas de “Los Insurgentes” y “En
nombre del rey”, había devenido autor de sainetes, que el oficio de escribidor
de telenovelas había contaminado al dramaturgo y degradado su obra. Lo
despachaban – lo desahuciaban, mejor dicho– como una cruza de Carlos
Arniches y Rafael Guinand ofuscada por la ópera.
Tanto es así que, solo a título de ejemplo mencionaré el hecho de que una
sosegada entrevista sobre el Estado venezolano, en el curso de la cual
Cabrujas expresó jovial, apacible pero jocundamente sus ideas sobre la
mascarada venezolana, tal como dictaba su hechicero talante de conversador
inolvidable, fue recogida por el gobierno de Lusinchi ni más menos que como
una dictadura hace recoger un libelo inflamador. Digámoslo todo: Carmelo
Lauría, el Gran Inquisidor de aquel episodio, tuvo razón en retener la edición
del disolvente ensayo verbalizado por Cabrujas que todavía se lee con sumo
provecho y permite entender porqué los polvos de CAP, Lusinchi, Herrera y
una vez más CAP trajeron los polvos del chavismo.
Ninguna de sus obras teatrales condensa mejor el iluminador escarnio que hace
Cabrujas de una “sociedad a medio hornear”, para usar la expresión de V.S.
Naipaul, y la ternura con que se inclina hacia sus semejantes y sus sueños y
sus mistificaciones que “Acto Cultural”.
Estrenada en los años setenta, ha vuelto a las tablas desde ayer sábado, en la
Sala Plural de Trasnocho. Esta vez la puesta en escena corresponde al Grupo
Actoral 80, que dirige mi fraterno amigo Héctor Manrique, a quien por mal
nombre llaman “Chiqui”. Encuentro mucha justicia poética en hecho de que
esta regocijante y agridulce pieza sobre la Sociedad Luis Pasteur (antes
Sociedad Heredia) para el Fomento de las Artes, las Ciencias y las Industrias de
San Rafael de Ejido, sea reestrenada por una extraordinaria compañía de
repertorio, despojada del magro subsidio que recibía del estado en razón de lo
que, según los comisarios culturales del régimen chavista, el Grupo Actoral 80
se dedica a formas “perniciosas de cultura”.
Cuando usted lea esta nota, ya yo habré ido a verla y reído y reído y una vez
más reído y también llorado, como cuando Cosme Paraima dice, al disculparse
con Amadeo Mier (Juvel Vielma): “Quisiera inventar cualquier culpa y
colgármela como una traje de costumbre. Y no puedo. Alli está la Plaza Bolívar
si te sirve. El campanario si te sirve. Una cuesta. Un asno. Un bastón… si te
sirve. Y yo que me engaño y soy eso. Y nada más que eso”.
Cabrujas, cual Pirandello, hace teatro dentro del teatro para presentar a los seis
miembros de la Sociedad Luis Pasteur para el Fomento de las Artes, las Ciencias
y las Industrias de San Rafael de Ejido, celebrando su 50 aniversario con la
obra Colón Cristóbal, el genovés alucinado. Durante la representación del acto
los miembros de la Junta Directiva se van descubriendo a sí mismos frente a los
asistentes, mostrando su ternura pero también sus miserias, contradicciones y
frustraciones.
Azparren recuerda que Cabrujas siempre sintió fascinación por los seres
fracasados y Acto cultural es una muestra.
Yoyiana Ahumana cree que Acto cultural es la obra más compleja de Cabrujas y
así lo planteó en su tesis de maestría en Literatura Latinoamericana de la USB.
El montaje de esta obra no es para nada fortuito, ya que fue luego del estreno
en la Sala Juana Sujo que la idea de presentarla de nuevo germinó en la cabeza
de Manrique, quien mantiene un nexo especial con el texto de Cabrujas, y
quien además considera "que para el país es una obra necesaria" reflexionando
en torno al contexto social, cultural y político en el que Venezuela se encuentra
actualmente.
Con ésta, ya serían tres las obras de Cabrujas que el Grupo Actoral 80 ha
llevado a las tablas y la segunda que dirige Manrique, ya que la primera estuvo
a cargo del fundador del grupo Jean Carlos Gené, quien en la actualidad reside
en Buenos Aires.
Se trata de una iniciativa del Grupo Actoral 80 de llevar a las tablas, por
primera vez, la pieza Acto Cultural de José Ignacio Cabrujas (1937-1995).
Más allá de haber tenido ese "fantasma" rondándole a sus musas, Manrique
explica que mantiene un nexo especial con este texto estrenado en agosto de
1976, en la Sala Juana Sujo.
"En realidad con esta obra tengo una larga relación, primero como espectador
del montaje original y después, es ese tipo de relaciones que uno va teniendo
con los espectáculos que le gustan a uno", asegura.
Precisamente, esa primera vez que la pieza llegó a las tablas de la mano del El
Nuevo Grupo de Venezuela y que contó con las interpretaciones de María
Cristina Lozada, Perla Vonasek, Tania Sarabia, Rafael Briceño, Fausto Verdial y
Walter Berrutti, bajo la tutela del mismísimo José Ignacio Cabrujas, marcó al
director de esta la propuesta del 2011.
Tomar una pieza de esta relevancia y llevarla de nuevo a las tablas es, cuando
menos, un reto. Y justamente así lo ha tomado Manrique, quien ya puso sobre
las tablas otras obras de Cabrujas en oportunidades anteriores con el GA80: El
día que me quieras (2006) y El americano ilustrado (2000).
Sin embargo, Manrique no esconde que se trata de una labor minuciosa. "Es
una historia difícil de ir desentramando para darle vida, porque la palabra
escrita es desde el punto de vista teatral algo muerto. Ese proceso ha sido
largo".
La nueva generación del GA80 presenta una pieza emblemática de Cabrujas, de quien se
cumplieron en octubre 15 años de su partida (Nicola Rocco)
Héctor Manrique, quien también estará como actor en Baraka de María Goos en
Teatro Trasnocho, dirige el montaje que cuenta con las actuaciones de Juvel
Vielma, Melissa Wolf, Angélica Arteaga, Samantha Castillo, Juan Vicente Pérez y
Daniel Rodríguez.
"Esta era una pieza a la que le tenía ganas desde hace muchos años. Tiene que
ver con la precariedad que somos como país, con la pretensión y cómo la
realidad nos presenta ante el público como somos en nuestras más profundas
miserias", comenta Manrique.
Para el director, se muestra en la obra a una cultura no como lo que es, sino
como lo que creemos que es.
Acto cultural es teatro dentro del teatro lo que implica algunos retos. "Esta es
una obra enormemente compleja, difícil, porque más que un doble, hay un
triple escenario: ellos como funcionarios, como personajes y como lo que
representan en la obra".
Para Chocrón hay tres ritos: "el presente; el pasado histórico; y el vivir sin
presente o futuro, sólo con un pasado que agobia y frustra".
Todo el texto es poesía. Poesía que uno como venezolano la siente cerca, pero
que tampoco debe ser extraña para un forastero. Las palabras cabalgan en las
lenguas de los actores. De aquí la grandiosidad del teatro de nuestro
dramaturgo fallecido, que según se cuenta entre sus pupilos, escribió muchas
de sus escenas durante los ensayos y creó muchos personajes para su gente
querida.
6 de marzo de 2011
Sobre la dirección, Manrique declaró que nunca tiene “una visión preconcebida”
e intenta “ir armando el espectáculo”, con el trabajo que hace “con los actores
y el equipo de creativos, a partir de las propuestas de cada uno”.
ESPECTADORES Y CRÍTICOS
El crítico Rodolfo Izaguirre, quien se encontraba entre el público de la función
del sábado pasado de Acto cultural, recordó el primer montaje que se hizo con
el gran actor Fausto Verdial en el papel de Cosme Paraima -en el reparto actual
están Daniel Rodríguez y Juan Vicente Pérez (quienes alternan también el rol de
Francisco Xavier de Dios). “Esta obra sigue siendo de una actualidad en todo el
sentido. Lo que más impresiona de esto es que al fin de cuentas, la reflexión de
Cabrujas, sería ¿a quién le importa toda esta cosa de la cultura?”. Agregó que
la obra maneja el sentido del humor y tiene “unos diálogos que solo José
Ignacio Cabrujas era capaz de escribir”. Sobre la propuesta escénica de
Manrique, opinó que “supo interpretar realmente ese texto y le ha dado una
gran fuerza, en el que el humor y la tragedia conmueven muchísimo, porque
ellos están representando una historia de Colón absurda, y al mismo tiempo
están aflorando sus propias penurias, dificultades y tristezas”.
Bolívar comentó que Acto cultural la ha visto en varias ocasiones, pero cada vez
que la vuelve a ver siente “que el texto es muy grande, es universal porque
aunque está centrado en Ejido, realmente Cabrujas logra exportar ese
sentimiento, y se hace una obra universal”.
“Es un honor para uno como director de teatro y de cine hacer algo siempre
con las obras de Cabrujas”, finalizó.
UN RETO ACTORAL
La actriz Angélica Arteaga, quien personifica a Purificación Chocano, expresó
que fue “un reto muy grande”. La actriz Tania Sarabia, quien encarnó a
Purificación en su estreno en 1976, colaboró con el GA80, y por eso mismo para
Arteaga fue “un compromiso mayor”. Explicó que “fue un trabajo muy largo,
estuvimos casi un año ensayando”. “Es un personaje difícil, es una obra difícil”.
Añadió que la dificultad estriba en que la obra tiene “tres escenarios de cada
personaje, el personaje que interpreta a otro personaje, el personaje de
Purificación y además de Purificación, la secretaria de la Sociedad Louis
Pasteur”. Precisó que la dificultad aumenta porque “el público está metido en el
espectáculo”.
En síntesis dos espectáculos que no se pueden dejar pasar por alto y a los que
por su contenido y alta factura de dirección, producción, actuaciones y estética,
dan un gran empuje a nuestro golpeado teatro que se resiste desde su
trinchera, el escenario, contando por fin lo que nos pasa.
L.A.R
Cultura reveladora
Por Joaquín Lugo
Acto cultural
Por Leonardo Azparren Jiménez
José Ignacio Cabrujas fue un hombre y un creador asediado por sus tormentos,
que hacen pensar en una inmensa soledad interior. Cuando cumplió cincuenta
años, declaró: "Esa es la historia de mi vida: querer ser amado por todo el
mundo". Su vocación de escritor, a partir de Víctor Hugo, no excluyó su rechazo
a la cultura: "La cultura nunca me ha explicado a mí mi vida". A esta polaridad
añadió su crisis política: "Cuando en el 68 el partido comunista dice: `paz
democrática’, la estampida fue muy grande, se acabó, la estampida fue al
mundo individual". Había sido comunista "porque yo vivía en Catia". Antes fue
formado por los jesuitas: "Era creyente; hacía, como todos allí, los famosísimos
ejercicios espirituales y creía absolutamente en la religión".
Para él "no hay nada más parecido a una religión que el comunismo, el
comunismo es la última religión que el hombre ha creado".
Con este bagaje intelectual y existencial se hizo hombre de teatro; al inicio bajo
la influencia de su maestro, Nicolás Curiel: "El teatro que yo hice en ese
momento era muy de definiciones políticas y de requisitoria contra ese
imperialismo".
La metáfora del país, tan compenetrada con lo que somos, no sólo muestra el
fracaso de un proyecto sustentado en palabras sin correlato con la realidad.
En los actores advertimos, en primer lugar, algún exceso físico cuando son los
miembros de la junta directiva, mientras que cuando son los personajes de la
obra logran mejor la parodia. Es un elenco homogéneo y sin desniveles en sus
interrelaciones, aunque sin mucha profundidad en la interpretación de la
semántica del texto. Joven, sin duda, como se observa en la administración de
sus recursos expresivos, el elenco mantiene el ritmo impuesto por la dirección
y, lo más importante, más allá de la crítica, la atención del espectador.
Sin embargo, ahí está el público, confirmando que José Ignacio Cabrujas nos es
indispensable.
Tal Cual, 13 de marzo de 2011