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Algunos centros
artesanales se
mantienen apegados a
los moldes, diseños y
acabados tradicionales,
pero debido a la
utilización de nuevos
materiales que se han
industrializado, la
producción de artículos
cerámicos a decrecido.
Los ceramistas
mexicanos aplican
diversas técnicas para la
manufactura de objetos.
La técnicas mas usada
es el moldeado a mano,
después la técnica del molde, y por ultimo el torneado; el cual se utiliza
en su mayoría para elaborar vasijas.
En Oaxaca, se agrega
arena o plumilla de tule, al
barro para tener más
cohesión.
Técnicas:
Cerámicas de temperatura baja,
como la terracota, barnizada, y
cerámicas de alta temperatura, se
cuecen hasta el punto de
vitrificación y son, por lo tanto muy
duras y no porosas (Gres) y la
porcelana.
Las variedades de alta temperatura
se originan en China.
Tonalá produce la cerámica
vidriada de petatillo: jarros
chocolateros, llamados
calderetas, ollas, jarros y
platones, decorados con
líneas entrecruzadas donde
destacan motivos florales y
animales.
La alfarería de Talavera es un
arte ligado históricamente a
ciertos espacios: la cocina, la
iglesia y el convento, la
fachada de la casa y su interior. Más el espacio del taller, donde los
rituales centenarios de las manos del artesano buscando repetir y al
mismo tiempo crear las formas, se llevan a cabo cotidianamente.
Vidrio
El vidrio a diferencia de otras
artesanías no tuvo orígenes locales.
Los primeros productores fueron
españoles, llegados a la ciudad de
puebla. Posteriormente, se
instalaron fábricas en las ciudades
de México, Guadalajara y Texcoco.
Actualmente es muy difundida está
actividad, y existen fábricas en
diversas ciudades.
Con el vidrio soplado se hacen: botellas, vasos, jarras, platos, copas, etc.
Con telar de cintura se elaboran una gran variedad de prendas. Las más
comunes son: rebozos, bufandas, pañoletas, huipiles, vestidos, blusas,
camisas, chalecos, fajas, cotones, manteles, etc. El telar de cintura de
un extremo va amarrado al talle de la artesana, consiste de dos barras
de madera paralelas llamadas "enjulios", sobre los cuales se tiende la
urdimbre, al otro extremo se amarra a un lugar fijo, mueble, árbol o
argolla. Paralelamente a estas barras, se introducen palitos con distintas
funciones como el machete, la varilla de paso y el lizo.
Madera
Tradicionalmente la talla es sobre
la madera de Tlaxixtle, pro pia de
la región de Tizatlán. Actualmente
se utilizan además madera de
sabino, cedro, entre otras, se
elaboran bastones, bates,
llaveros, teponaxtles,
portaplumas, varas con
personajes, escudos y personajes
tlaxcaltecas, trompos y baleros,
entre otras.
Sin duda uno de los trabajos artesanales más apreciados del Valle del
Mezquital es el que se realiza cerca de Ixmiquilpan, en El Nith, donde sus
habitantes elaboran delicadas cajitas, marcos, crucifijos y réplicas en miniatura
de instrumentos musicales de madera con incrustaciones de hueso y de
concha de abulón, la cual obtienen del lejano puerto de Ensenada, Baja
California. Las conchas son cortadas en tiras y luego se les van dando las
formas necesarias con una segueta hasta lograr el diseño deseado, que
después pegarán en el objeto de madera.
Metalistería
Desde su supuesto origen en el norte de la zona central andina alrededor del
700 a.C., el trabajo del metal se extendió hacia el
área intermedia y alcanzó Mesoamérica alrededor
del 1000 d.C. Debido a la insaciable sed de oro y
plata de los europeos durante la conquista y
después de ella, la mayoría de los objetos que no
estaban enterrados o escondidos fueron fundidos
por los conquistadores españoles y transportados
como lingotes a España. Aunque las culturas
prehispánicas no conocían el hierro ni el acero,
habían trabajado mucho el cobre y habían
descubierto la aleación del bronce alrededor del
1000 d.C. La tumbaga, una aleación de cobre y
oro, se utilizó en Perú, Colombia y Ecuador. Se
aplicaron muchas técnicas para trabajar el metal,
que iban desde la cera perdida, hasta la
soldadura, el repujado y el grabado. Los trabajos
en metal solían estar grabados, chapados en oro o
decorados con incrustaciones de piedras y
conchas de mar.
Para los antebrazos se elaboraba un tipo de pulsera que los ceñía. Las que
proceden de la tumba 7, o bien son lisas, con la pared curva, o muestran el
elegante ritmo de banda que se entrelaza a manera de meandros. En las
muñecas, las pulseras son aros de una elegante simplicidad. Sabemos también
que muchas de las pulseras, al igual que los collares, presentaban
combinaciones de diversas cuentas con sus respectivos colgantes de cascabel,
los cuales producían sonoros tintineos con el movimiento.
Varias son Ias técnicas que el platero emplea para trabajar y decorar Ios
metales preciosos. Entre ellas destaca Ia filigrana, que consiste en estirar
barras de oro o plata hasta formar delgados filamentos de diferentes grosores,
con Ios que se delinean y rellenan distintas figuras. Uno de Ios pasos críticos es
el proceso de soldadura, donde el artesano está obligado a recurrir a su
máxima capacidad de improvisación. La filigrana es un arte distintivo de Ias
antiguas zonas henequenera y azucarera, madres de regulares fortunas.
El laminado, el troquelado y el
grabado con buril son técnicas
que generalmente se aplican
juntas y dan por resultado joyas
como Ios llamados aderezos o
"campechanas ", denominadas
así por ser características de Ia
zona de Campeche. Están conformadas por una sucesión de láminas grabadas
con motivos vegetales y llevan un pasador en fonna de hojas de vid, detalle
que inmediatamente nos remite a su origen europeo.
Para producir sus obras, Ios plateros disponen de un pequeño taller -por lo
regular montado en el rincón de una habitación- que consta de una o dos
mesas con sus respectivas sillas y el yunque o tas. Dispuestos en las mesas se
hallan todas las sencillas herramientas y medios de trabajo -muchas veces de
fabricación casera-, con ayuda de los cuales los artistas logran las finas joyas
que contrastan con su modesta cuna.
Cestería y Afines
La vida cotidiana de los ixcatecos está ligada desde tiempos remotos a un
elemento natural de gran valor simbólico: la palma, planta que abunda en sus
montañas y la que hasta hace unas décadas era utilizada en casi todas sus
actividades. El recién nacido recibía un petate de palma y este mismo era la
mortaja que lo transportaba al otro mundo al morir. Quién no recuerda la frase:
“ya se petateó fulanito”.
Miniaturas
Deidades, flores, animales y las más variadas representaciones del quehacer
humano han sido reproducidas en todas las civilizaciones: China, India, Persia y
Egipto entre las más antiguas nos han legado infinidad de ejemplos. En México
algunos descubrimientos arqueológicos han sacado a la luz objetos miniatura
en ofrendas funerarias de diversas culturas.
Entre los cronistas deI siglo XVI, fray Bernardino de Sahagún dejó constancia de
que a los niños recién nacidos se les daban miniaturas de objetos utilizados en
los oficios que les corresponderían de acuerdo con su sexo: a los hombres,
aperos de labranza y otros relacionados con acciones guerreras, como escudos,
lanzas, arcos, mientras que a Ias niñas se les obsequiaban utensilios propios de
labores textiles, como telares, malacates y husos. Una reminiscencia de esta
costumbre se conserva entre aIgunos grupos étnicos de Yucatán y Veracruz.
Los "milagritos" de plomo, que hace varios años los fieles en agradecimiento a
los favores recibidos (como el alivio de un brazo, pierna u ojos) prendían con un
alfiler y listón en los santos, han ido desapareciendo de los mercados populares
(sobre todo de aquellos que se instalan cerca de algún templo donde se
veneran imágenes de gran arraigo, como el Santuario de Chalma o el de Los
Remedios), y en su lugar encontramos figuras recortadas de hojalata, cobre e
incluso moldeadas en cera.
Son varias Ias miniaturas que se elaboran para celebrar algunas fiestas
populares. EI Día de Muertos, por ejemplo, los mercados se ven invadidos por
muertecitas que son usadas para regalar o como adorno de Ias ofrendas, y en
Corpus abundan Ias mulitas de hojas de maíz con huacales cargados de
juguetes. El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, se acostumbra
bromear con amigos y familiares, a quienes se les pide algo prestado y se les
devuelve en miniatura el o los objetos o dinero facilitados por Ias víctimas.
Juguetería
La fabricación de los juguetes tradicionales
mexicanos continúa en anos de artesanos,
quienes realizan piezas verdaderamente
hermosas, artísticas. La mayoría de los
productores de estos juguetes aprenden a
hacerlos en el seno de la familia, por lo que el
oficio de diseñador ha pasado de generación en
generación.
Desde la época del México antiguo hasta nuestros días, el juguete está
presente en la sociedad aunque con funciones y formas de
representación diferentes. Los juguetes tradicionales nunca han perdido
su popularidad y se han adaptado a las costumbres de cada región. Hoy
en día la mecánica y la electrónica son elementos básicos en la industria
del juguete. Sin embargo, son irremplazables los trompos, los muñecos
de barro, las pirinolas, las sonajas, los dados, las matracas, los
papalotes, los soldados de plomo, los trenes de madera, los yoyos y los
barcos lámina.
Balero
Lotería
Marioneta
Matraca
Perinola
Piñatas
Silbato
Sonaja Boxeadores
Tablitas Gallitos
Trompo Matatena
Viborita Caballitos de madera
Yo-yo Canicas
Carritos y trenes de madera Resorteras
Máscaras Rehilete
Muñecas de cartón y tela Casas de muñeca
Escaleras
Talabartería
La talabartería es una artesanía heredada de España, que se integró
totalmente al país para satisfacer necesidades de la población. Se
manufacturan excelentes piezas de bolsas, maletines, cinturones,
carteras, huaraches y monturas para caballos, en las poblaciones de
Ejutla de Crespo, Tlaxiaco y en el Barrio de Jalatlaco, en la Ciudad de
Oaxaca.