n los libros de historia se dice que el 13 de septiembre de 1847, los Niños Héroes murieron en

defensa del Castillo de Chapultepec e incluso afirman que fue Juan Escutia quien prefirió lanzarse y
morir envuelto en la bandera de México antes que verla mancillada por los estadounidenses.

Sin embargo, queda en el aire la pregunta si es mito o fue realidad, por ello es necesario investigar
más allá de los libros de historia oficial.

Según Milenio, el historiador Alejandro Rosasnos, ofrece una explicación que echa por tierra el
mito de los Niños Héroes que todos conocen y aprendieron con fervor.

Según el historiador, “en aras de la construcción del altar de la patria”, muchas historias se
exageraron, otras fueron distorsionadas.

Sin duda alguna, Juan Escutia, junto con Francisco Márquez, Juan de la Barrera, Vicente Suárez,
Fernando Montes de Oca y Agustín Melgar, son “héroes” por el solo hecho de quedarse en el
Castillo y defenderlo, sin embargo, la historia que se menciona en los libros es, de acuerdo con
Rosas, un mito con el cual se buscaba sembrar en los mexicanos un desmedido amor por la patria.

Los hechos son, que por ejemplo, Juan Escutia, nunca se sacrificó por la bandera nacional, sino que
cayó abatido junto con Francisco Márquez y Fernando Montes de Oca cuando intentaban huir
hacia el Jardín Botánico.

El origen del mito, según Alejandro Rosas, se relaciona con la visita del presidente de EU, Harry S.
Truman, en 1947, durante el centenario de la guerra entre México y Estados Unidos.

Truman depositó una ofrenda a los caídos que mucho ofendió el ánimo de los mexicanos y para
calmarlos, bajo el gobierno del presidente Miguel Alemán, se difundió la noticia del hallazgo de
seis cráneos al pie del cerro de Chapultepec, mismos que, casi por decreto, fueron reconocidos
como de aquellos seis Niños Héroes que murieron por México.

Científicamente nunca se comprobó a quienes pertenecían los cráneos, sin embargo, adquirieron
un carácter de leyenda.

Este jueves 13 de septiembre se conmemora la gesta heroica realizada por los cadetes mexicanos
en el Castillo de Chapultepec en 1847.