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DE WUDANG (I)
Las Trece Posturas
Jordi Vilà
de Hubei, habla de la Forma de las 13 Posturas, calificada por los máximos responsables de Wudang
como "el Taijiquan original". En este artículo deseamos presentar por vez primera a los lectores de
habla hispana este singular método.
El estilo Sanfeng de Taijiquan (Tai-ch'i) es una de las ramas principales de las numerosas artes marciales
practicadas por los taoístas de Wudang, reclamándose heredero directo de las enseñanzas originales del
alquimista y monje Zhang Sanfeng1- .Según una conocida leyenda, Zhang Sanfeng ideó la forma de unificar
las enseñanzas del taoísmo, la medicina tradicional y las artes marciales en un solo conjunto después de ser
testigo de la lucha entre una urraca y una serpiente 2- . A partir de aquí, diseñó un método consistente en 13
posturas, basado en la interacción de los polos complementarios Yin-Yang y que combinaba armónicamente
la acción y la calma, que se sumó a otros estilos de boxeo taoísta transmitidos exclusivamente entre los
monjes durante siglos. No es posible confirmar la veracidad de estos hechos, pero la realidad es que los
Se dice de los estilos de Wudang que son suaves por fuera, pero que por dentro demuestran gran firmeza.
Esta dureza se refiere al Qi, la energía interna que recorre el cuerpo de todos los seres vivos, y que puede ser
cultivada mediante métodos esenciales de entrenamiento, como la meditación, la alquimia interna, el Qigong o
el Taijiquan. Por eso los taoístas explican que del Taiji de Wudang tiene una triple naturaleza: combativa,
artística y de educación física y mental.
La práctica de estilos internos permite cultivar este Qi, de modo que los órganos internos y los músculos
reciben una "presión" extra que les permite trabajar con más eficacia, por lo que el interior del cuerpo se ve
fortalecido, mientras que la apariencia externa es suave y relajada. El monje taoísta Zhong Yunlong,
responsable de la Sala de Artes Marciales de Zixiao Gong, el Palacio de la Nube Púrpura, compara los
movimientos de estos estilos con el rayo en su espontaneidad, rapidez y electricidad, y con el trueno cuando
su energía se exterioriza (fa jin)3-.
Aspectos marciales
Los monjes taoístas llaman a esta serie "estilo interno de primera generación" (diyi dai neijia quan). Según
ellos, este estilo se fue transmitiendo en el Palacio Zixiao desde la dinastía Ming y ha permanecido
relativamente intocado hasta nuestros días. Se trata de una forma corta, compuesta por varios grupos de
movimientos diseñados para estudiar exhaustivamente los principales métodos de lucha del Taiji de Sanfeng,
mediante series cortas y simples, que reciben cada una un nombre específico que describe la intención
general de cada grupo.
Cultivo interno
Seguir a la Naturaleza es lo mejor si se desea fortalecer el cuerpo y mejorar las condiciones de vida. Nuestro
cuerpo se comunica con el Yang puro que baja del Cielo a través de la cabeza y nuestros pies se vinculan al
Yin que sube de la Tierra. Gracias a esta conexión el Qi circulará suave y armónicamente y nos protegerá de
ciertas enfermedades. El Taoísmo nos ha legado el siguiente verso: "Existen medicinas para la longevidad
dentro de nuestro propio cuerpo. ¿Por qué nos molestamos en ir a buscarlas en el exterior?".
Como la forma de las Trece Posturas está estrechamente relacionada con el taoísmo se fundamenta en el
cultivo del Elixir alquímico, la nutrición del principio vital, el mantenimiento de la salud, el fomento de la
Durante la práctica habrá que concentrarse en armonizar el movimiento físico y la intención mental,
practicando movimientos fluidos, sin interrupción alguna, como nubes flotando y agua fluyendo, ocultando la
fuerza como envolviendo una aguja de acero en algodón y respirando con naturalidad llevando la energía
hasta el Dantian7-. Gracias a la práctica continuada, el aliento se hace cada vez más sutil, más tranquilo y
suave, de acuerdo a los métodos de enseñanza de Wudang que insisten en que cuanto más lenta y relajada
la respiración, más nivel (gongfu) se consigue.
Para el maestro Zhong, no hay peor error que permitir la dispersión de los pensamientos. El cuerpo estará
relajado (song), la mente serena (jing) y la respiración natural (ziran). La actitud deberá estar influida por los
cuatro grandes temas de la energética taoísta: tu na o respiración profunda y cultivo del Dantian, dao yin,
conducción de la energía mediante la intención por la "órbita microcósmica", cai bu, absorción de la energía
natural y tonificación de la propia vitalidad y hun yuan o estado de unión entre la energía mezclada y la
energía pura, un estado puramente meditativo.
En la práctica se coordinan forma, intención y energía, unificando el trabajo del cuerpo y la mente. Los
movimientos deben ser continuos, como nubes flotando o agua que fluye, con relajación y naturalidad.
Durante la acción y la quietud se es como una aguja de acero envuelta en algodón, con suavidad dentro de la
dureza y viceversa, armonizando ambas entre sí y ocultando la fuerza profundamente en el interior. La
respiración es profunda, fina, larga y homogénea; la apertura y el cierre tienen lugar espontáneamente; el
ascenso y el descenso son naturales. Se insiste en que cuanto más lenta y relajada sea la respiración, más
nivel se consigue. Las trece acciones aparecen definidas con claridad en la forma de 108 movimientos y su
práctica individual proporciona información adicional sobre las aplicaciones marciales, la estrategia y las
tácticas del Taijiquan.
Tan se refiere a estirar el brazo para atacar la barbilla o la cara del oponente y consiste en un
encadenamiento de las posturas "látigo simple", "la grulla blanca hace brillar sus alas", "tocar el caballo por
encima" y "empujón". Todas contienen distintos tipos de empujón o anhorizontales, descendentes o laterales
que permiten dominar al contrario desalojándolo de su posición. Se sigue el adagio de la segunda fórmula del
Taiji: "Todas las articulaciones del cuerpo deberán conectarse ajustadamente, sin permitir ni siquiera una
interrupción del grosor de un pelo".
Este conjunto entrena los ataques de puño y desplazamientos hacia atrás, enseñando a manejar la energía
del codo o zhou mediante distintos tipos de acción. Se dice en la Fórmula de las Ocho Palabras: "Golpea con
el codo como un buey inclinando su cabeza; las flores se van abriendo sin parar, de modo espontáneo". Lo
que parece en principio una defensa por encima de la cabeza con el antebrazo, puede ser en realidad la
captura de una patada del adversario con un movimiento envolvente.
Trabaja la energía del hombro o kao y recurre al "paso de las siete estrellas" de Wudang Taiji. Este paso es
un tipo de desplazamiento especial sobre el suelo y no una posición de los pies como en otros estilos. El
movimiento es idéntico al "el caballo salvaje separa la crin" que aparece en la tercera parte de la forma de 108
movimientos. El uso del hombro refleja la enseñanza expuesta en el Canto antiguo de las Trece Posturas:
"para golpear con el hombro debes buscar primero el triángulo; éste se forma introduciendo tu pie entre las
caderas de tu oponente".
ncluye el movimiento de ondular las manos como nubes y permite entrenar el paso de avanzar o jin. Aunque
en la forma larga la acción de mano-nube se realiza con un paso lateral, en las Trece Posturas se entrena su
aplicación "real" mediante avances continuos que utilizan el paso de persecución. Tal y como explica la
segunda fórmula del Taiji: "Los avances y los retrocesos deberán realizarse en el momento oportuno y usando
la postura adecuada; si no encontramos ni el momento ni la postura adecuada, nuestro cuerpo se sentirá
disperso y confuso".
11) SHUANG TUI SHI - Postura de empuje con las dos manos
Esta serie incluye la energía del paso de "vigilar a la
izquierda" o gu. La fuerza del empuje o la captura del adversario se disuelve mediante una acción expansiva y
se le devuelve a través del paso de persecución y un empujón que contiene un elemento circular, para poder
romper la raíz del adversario con facilidad. De acuerdo a la cuarta fórmula del Taiji: "Si se examina el dicho
"usar cuatro onzas para desplazar mil kilos" veremos que ilustra la idea de vencer sin recurrir a la fuerza".
Conclusión
Salud y combate, armonía entre el aspecto cultural y el guerrero: he aquí la etiqueta de denominación de
origen para un Taijiquan de calidad superior. Los monjes de Wudang aprenden primero una forma larga para
acondicionar el cuerpo, la mente y la respiración, desarrollando un conjunto de actitudes y habilidades
correctas que les beneficiará de forma global tanto en la salud como en el combate. Pero para poder
desarrollar un buen nivel de lucha hay que concentrarse en pocas técnicas y trabajarlas de manera exhaustiva
hasta agotar sus posibilidades. La forma de las Trece Posturas no es simplemente un medio por el cual el
practicante puede cultivar la salud y desarrollar su personalidad; es también, y quizá sobre todo, una puerta
dorada que permite descubrir las técnicas fundamentales del Taijiquan aplicadas al combate.