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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR

FACULTAD DE TEOLOGÍA

LA HISTORIA DE UN GRAN AMOR


Experiencia Espiritual del Padre Ricardo Falla, S.J.

TESIS
LICENCIATURA EN TEOLOGÍA

MATILDE CONSUELO ORTIZ PINEDA


Carné: 22760-06

Guatemala, febrero de 2012


Campus Central
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE TEOLOGÍA

LA HISTORIA DE UN GRAN AMOR,


Experiencia Espiritual del Padre Ricardo Falla S.J.

TESIS

Presentada al Consejo de la Facultad de Teología

Por:

MATILDE CONSUELO ORTIZ PINEDA

Carné: 22760-06
Previo a conferírsele el grado académico y título profesional de:
LICENCIADA EN TEOLOGÍA

Guatemala, febrero de 2012

Campus Central
AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR

Rector P. Rolando Enrique Alvarado López, S.J.


Vicerrector Académico Dra. Lucrecia Méndez de Penedo
Vicerrector de Investigación y Proyección P. Carlos Cabarrús Pellecer, S.J.
Vicerrector de Integración Universitaria P. Eduardo Valdés Barría, S.J.
Vicerrector Administrativo Lic. Ariel Rivera Arias
Secretaria General Licda. Fabiola de la Luz Padilla

CONSEJO DE LA FACULTAD DE TEOLOGÍA

Decano M.A. Rodolfo Alberto Marín Angulo


Secretario Lic. Guillermo Enrique Téllez
Director del ICCRE Lic. José Antonio Revuelta, F.S.C.
Directora Licenciatura en Teología M.A. María de la Luz Ortiz Martínez
Director del Diplomado en Teología Lic. Francisco Romero González
Director del Profesorado en Filosofía M.A. Agustín Maté Mansilla

ASESORA DE TESIS
M.A. María de la Luz Ortiz Martínez

REVISOR DE TESIS
Lic. Edwin Estuardo Martínez García

ii
iii
iv
AGRADECIMIENTOS
A DIOS:
Que me ha dado la vida, la fe y la esperanza de poder ser edificadora de su Reino.

A MI ESPOSO: MYNOR RAFAEL FUENTES OROZCO


Por su cariño y apoyo incondicional a lo largo de mi carrera.

A MIS HIJOS: MYNOR ROBERTO Y MARILIA


Que son mi orgullo y mi fortaleza, ya que sé con certeza que han logrado alcanzar
sus sueños y sus realidades a través de su esfuerzo, lucha y vivo ejemplo de sus
padres.

A MIS PADRES: RAFAEL ORTIZ MURALLES Y CRISTINA PINEDA DE ORTIZ


Por ser ellos quienes que me brindaron su cariño y sus primeras enseñanzas en el
amor a Dios, educándome en el amor y la honestidad.

A MIS HERMANOS: EVILIO Y OTTO


Con la certeza que están siempre conmigo

A MIS HERMANAS: ORBE, ELIDA, ZOILY, MIRIAM Y CRISTY


Con todo el amor que les tengo

A LA COMPAÑÍA DE JESÚS, ESPECIALMENTE A LOS SACERDOTES LUIS


GUTIÉREZ, EDUARDO VALDÉS, JOSÉ ANTONIO PACHECO Y JOSÉ MARÍA
ANDRÉS
Por su amistad y sabias enseñanzas

AL PADRE RICARDO FALLA


Por su testimonio de vida, que ha sido la fuente inspiradora para este trabajo

A LA LICENCIADA MARÍA DE LA LUZ ORTIZ


Por su amistad y dedicación en la asesoría de mi tesis

A MIS COMPAÑEROS DE LA LICENCIATURA EN TEOLOGÍA


Gracias por su amistad y los momentos compartidos.

A LOS MIEMBROS DEL GRUPO RABBI


Compañeros de faena en mi labor pastoral.

v
ÍNDICE

CONTENIDO PÁGINA

INTRODUCCIÓN............................................................................................. 1

CAPÍTULO I
EL ENAMORAMIENTO
1. Retrospectiva………………………………………………………………….... 6
2. El enamoramiento....………………………………………………………....... 7
2.1. El encuentro........................................................................................ 9
2.2. La decisión........................................................................................... 10

CAPÍTULO II
EL NOVIAZGO
1. La primera separación............................................................................... 14

2. El anhelo de regresar................................................................................ 15

3. El plan terminado....................................................................................... 16

4. El aval para volver a verla......................................................................... 17

5. El retorno................................................................................................... 18

6. La demostración de amor........................................................................ 19

CAPÍTULO III
EL MATRIMONIO
1. El compromiso........................................................................................... 25

2. La entrega.................................................................................................. 27

3. La convivencia........................................................................................... 29

4. La intimidad............................................................................................... 31

5. La crisis..................................................................................................... 34

6. La separación............................................................................................ 35

vi
CAPÍTULO IV
LA DESPEDIDA
1. El sello en el corazón.................................................................................. 37

2. La llamada de la Amada............................................................................. 38

3. El otro esposo............................................................................................. 40

4. Los cambios de la esposa.......................................................................... 42

5. La segunda separación.............................................................................. 47

6. El segundo y último retorno........................................................................ 50

7. El adiós definitivo........................................................................................ 54

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.................................................. 56

BIBLIOGRAFÍA................................................................................................ 60

vii
RESUMEN

En el presente trabajo titulado LA HISTORIA DE UN GRAN AMOR Experiencia


Espiritual del Padre Ricardo Falla, S.J. se ha querido profundizar sobre las vivencias
de un sacerdote jesuita guatemalteco en su búsqueda de una vida de entrega y
seguimiento a Jesús de forma radical, en este caso, junto a los indígenas y
campesinos de Quiché que tuvieron que interrumpir su vida pacífica por la irrupción
de la violencia, del destierro y la guerra. Su forma de proceder refleja la manera
cómo Dios con amor y ternura lo llama, seduce y enamora, para entregarse
totalmente a la causa de su Reino, ofreciendo su vida por el amor a los suyos, opción
derivada de su consagración bautismal que lo lleva a asumir la persona de Cristo.
Las cuatro etapas o momentos que se presentan: Enamoramiento, Noviazgo,
Matrimonio y Despedida, exponen momentos personales en los cuales se ve
reflejada la fuente inspiradora de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola,
colocando el Principio y Fundamento ignaciano que lo orienta y conduce a la
experiencia de conocerse internamente y reconocer la invitación de Jesús a
colaborar en bajar de la cruz a los sufrientes del momento para encaminarlos a una
vida de resurrección. Como fruto de esta investigación se pretende que las
generaciones jóvenes reconozcan en la experiencia de Ricardo Falla el modelo de un
verdadero cristiano y lo que implica vivir la vida en Cristo de acuerdo a los valores del
Reino.

viii
INTRODUCCIÓN

Una espiritualidad es un modo de vivir la vida cristiana. El Evangelio tiene muchas


riquezas y se puede vivir desde muchos ángulos. San Ignacio de Loyola, como
muchos otros santos, miró a Cristo y su Evangelio desde su propio punto de vista,
fue Dios mismo quien dirigió su mirada y quien lo inspiró a compartirla con otros.

El P. Ricardo Falla1, impregnado desde ese modo de proceder, también empieza a


ver a Cristo a través de lo que él llamará El Evangelio “Los refugiados hacían
referencia a la terrible masacre de San Francisco Nentón, ocurrida en 1982. Al
escucharla, salí con una responsabilidad sobre los hombros, la de contar a otros lo
oído. Se trataba del arranque de lo que después yo llamaría el evangelio”2 y que el
presente trabajo describirá como el Evangelio del Padre Marcos.

Su obra Historia de un Gran Amor, que es su evangelio, no es un simple documento


escrito por un autor y basado en otras fuentes literarias, sino nace de una fuerte
experiencia que se desarrolla en Ixcán, una comunidad del Departamento del
Quiché, al Nororiente de la Capital de Guatemala.

La obra recoge sus vivencias como sacerdote y como testigo de la masacre de un


pueblo indígena. Esa experiencia le exige asumir la responsabilidad de transmitirla
tal y como sucedieron las cosas, con un estilo propio y exacto, desde la perspectiva
de guatemalteco, antropólogo, sacerdote e ignaciano.3

Una de las formas de conocer la cultura de un país, es a través de la lectura y


Ricardo Falla, a pesar de haber realizado sus estudios fuera de Guatemala, investiga
sobre sus raíces, se interesa en la lectura del libro sagrado de los Mayas Quichés,

1
Ricardo Falla, sacerdote jesuita y antropólogo guatemalteco, realizó estudios en
Humanidades Clásicas, Filosofía, Teología y Antropología. Ha sido catedrático en diferentes
universidades jesuitas de Centro América y en la Universidad de San Carlos de Guatemala.
2
FALLA, R., Historia de un gran Amor, USAC , Guatemala, 1995, Pág. 18
3
Es sacerdote de la Compañía de Jesús, se identifica con la espiritualidad de San Ignacio de Loyola
1
llamado también Libro del Consejo o de la Comunidad, en esta obra entiende el
origen de esa civilización y cultura indígena.

Como antropólogo, el conocimiento del ser humano lo lleva a comprender


perfectamente, con una visión clara e integradora, la postura de esa comunidad
indígena frente a su entorno social, religioso; su relación con la naturaleza, cultura y
el modelo de dignidad que asumen, llevándolo a sentirse y hacerse parte de esa
comunidad.

En su vocación de sacerdote, pastor y evangelista, descubre en esas comunidades


abandonadas por las autoridades gubernamentales, desconocidas y olvidadas por
gran parte de la población guatemalteca; el verdadero rostro del Dios de Jesús, a tal
extremo de identificarse con ellos familiarizándose con sus costumbres, inclusive con
su sudor y olor, aprendiendo a leer en sus miradas la forma de pensar con respecto
al sufrimiento, a la tristeza, a la alegría, en fin, a conocer las diferentes emociones
que experimentaba su amada comunidad.

En el desarrollo de esta obra, el Padre Ricardo Falla describe cuatro momentos más
importantes dentro de esa historia, sobre los cuales se hará un acercamiento
descriptivo y analítico. Este será el hilo conductor de la presente tesis.

El acercamiento a estos períodos permitirá analizar detenidamente las cuatro fases


de esta historia de amor, que se va escribiendo a través del diario vivir, además de
descubrir y profundizar en cada una de las etapas, la forma en que se puede vivir el
amor verdadero en medio de la adversidad.

En cierto sentido, permitirá comprender y asumir el sentido de la Buena Noticia de


Amor del Padre Marcos,4 desde una experiencia personal y comunitaria; este será el
objetivo principal del trabajo.

La distribución de la tesis se ha hecho de acuerdo al desarrollo de la obra del Padre


Falla, por lo que en el primer capítulo El Enamoramiento, refleja la forma en que el

4
Padre Marcos pseudónimo de Ricardo Falla durante el tiempo que convive con las CPR.

2
Padre Marcos conoce a las Comunidades, a través la lectura del Popol Vuh, Ese
acercamiento es la clave para que sin haberlas visto ya le agraden. Se irá
vislumbrando la ansiedad del primer encuentro con su comunidad a la que llamará su
Amada y cómo al verla y convivir con ella, reafirma su deseo de conocer más
profundamente al pueblo indígena de Guatemala, cuando aún no eran conocidas
como CPR5,

El segundo capítulo, El Noviazgo, nos muestra de manera amplia el proceso de


discernimiento de Ricardo Falla durante el tiempo que permanece en México, el
deseo vehemente de regresar a Guatemala y entablar una relación personal con las
comunidades indígenas, es la etapa en la que quiere estar junto a ellas, acariciarlas,
sentir su presencia y acompañarlas.

El Matrimonio, corresponde al tercer capítulo, en el cual a través de una experiencia


espiritual, Ricardo Falla, se entrega completamente a las que ya son conocidas como
CPR. Es el sí definitivo a su Amada, refleja la bella experiencia de un amor gratuito,
fiel y recíproco, unión bendita por Dios.

En el último capítulo, La Despedida, se trata de proyectar la prueba de amor más


grande para el Padre Marcos, quien deja a las CPR porque sabe que con su
presencia en la selva de Ixcán, su Amada corre aún más peligro, ya que el ejército lo
persigue y lo identifica no como el Padre Marcos sino como el Comandante
Guerrillero mexicano Marcos.

El presente trabajo se realiza como un aporte personal, que trata de presentar de


manera profunda y vivencial la Espiritualidad Ignaciana a los jóvenes de una
Parroquia jesuita en Guatemala.

El mismo pretende también, que los miembros de la Pastoral Juvenil de la Parroquia


San Antonio de Padua, ubicada en la zona 6 de la ciudad de Guatemala, puedan

5
Comunidades de Población en Resistencia.

3
captar y discernir sobre el modo de proceder propio de un seguidor de Jesús,
plasmado en el deseo de amar y servir del sacerdote jesuita Ricardo Falla, desde su
experiencia de acompañamiento pastoral a las Comunidades de Población en
Resistencia durante la época del conflicto armado en Guatemala.

Tomando como referencia principal su obra Historia de un gran Amor, se intenta


conocer más a fondo las diferentes etapas y estrategias de su experiencia espiritual
en las CPR del Ixcán, Municipio del Quiché.

Por tratarse de un trabajo monográfico, en el cual se tomará como base la obra


arriba mencionada y el texto bíblico del Cantar de los Cantares, la bibliografía
consultada no será muy extensa, sin embargo se trata de enriquecer la misma con la
aportación de otros autores.

Se pretende también que los jóvenes tengan un acercamiento a las vivencias de la


época del conflicto armado en Guatemala y comprendan que es un tiempo en el que
fueron violados los derechos de los pueblos indígenas, por tomar la decisión de no
salir de sus tierra, de permanecer, en este caso, en el territorio de Ixcán, en sus
comunidades, en medio de la lucha sangrienta entre la guerrilla y el ejército
guatemalteco. Estos grupos son conocidos como Comunidades de Población en
Resistencia.

El problema radica en la manera de enfrentar ese reto, es por ello que surgen las
preguntas: ¿Cómo vivenciar esta experiencia? ¿Cómo transmitirla?

Respondiendo a esas interrogantes, el objetivo principal de este sencillo proyecto es


presentar a los jóvenes el modelo de seguimiento de Jesús, a través de una persona
concreta, quien desde un modo propio de proceder, ha entregado su vida dirigida por
el Espíritu Santo, llevando el Evangelio a los hermanos de un área marginada y
olvidada durante el conflicto armado guatemalteco: las CPR del Ixcán.

4
Es importante analizar cada uno de los capítulos, de manera que el joven encuentre
sentido a la experiencia que se presenta desde la obra Historia de un Gran Amor, y
le ayude a valorar de manera crítica, por un lado, la valentía de las CPR de enfrentar
un problema de discriminación racial y despojo de su identidad como pueblo maya y
por otro lado, la manera cómo logran vivir su espiritualidad en medio del conflicto.

No se pretende hacer un análisis crítico del libro Historia de un gran Amor, sino más
bien se apoya en el relato de la obra y la experiencia del autor para conocer más a
fondo algunos rasgos de la espiritualidad ignaciana como el discernimiento, la
importancia de la oración, la misión de amor y servicio, propia de los sacerdotes
jesuitas.

Por otro lado, se proyecta compartir con la pastoral juvenil de una parroquia jesuita,
en este caso la parroquia San Antonio de Padua, el itinerario realizado por el Padre
Ricardo Falla, haciendo un recorrido de las diferentes etapas, por las que atraviesan
las Comunidades de Población en Resistencia del Ixcán, Quiché, previo a ser
reconocidas pública y jurídicamente.

5
CAPÍTULO I

EL ENAMORAMIENTO

1. RETROSPECTIVA

“Me robaste el corazón novia mía, me robaste el corazón con una sola mirada tuya,
con uno de los hilos del collar” (Cantar 4,9)

El Cantar de los Cantares relata la forma en que la novia roba el corazón de su


amado con una mirada. Historia de un Gran Amor nos muestra la misma, como el
mirar de verdad, que en la pedagogía ignaciana se comprende como
contemplación.

Dios mira de verdad al mundo y lo ve desconcertado, desorientado, se preocupa de


sus hijos porque los ama y por ello se encarna, para mostrarles una mirada nueva.

Lo central e importante de la experiencia del Padre Ricardo Falla, está en tener la


capacidad de mirar de verdad a las comunidades indígenas del Ixcán, hecho que lo
lleva comprender la verdadera mirada del Padre, quien quiere situarlo junto al Hijo,
como se expresa en la Congregación General 32, n.14: “Ignacio y los otros primeros
compañeros, quisieron en la experiencia espiritual de los Ejercicios, mirar
atentamente al mundo de su tiempo para descubrir sus interpelaciones.
Contemplaban detenidamente cómo las tres personas divinas miraban toda la
planicie o redondez de todo el mundo lleno de hombres y decidían que la segunda
Persona se haga hombre para salvar el género de Dios”6, encomendándole la misión
de conocer y acompañar, a los indígenas de las comunidades indígenas de Ixcán.

A través de la lectura del Popol Vuh7, el Padre Ricardo Falla tiene su primer
encuentro con las comunidades indígenas, considerándolo como un libro inmortal

6
Nuestra Vida de Jesuitas, Provincia de España de la Compañía de Jesús, 1990, Pág. 161
7
Popol = comunidad, consejo y Vuh = libro del Consejo o libro de la comunidad. Este libro sagrado
es un compendio de leyendas maya-quichés, (Guatemala), donde se narra el génesis del mundo y las
diversas civilizaciones; su importancia está en el lenguaje y sentido netamente religioso, que pasa de
la tradición oral a la escrita, por eso se le llama el Libro Sagrado o Biblia de los mayas K´iche´s
6
desde el momento en que le causa un efecto profundo y abrumador, pues a través
de él empieza a conocer a la que sería su Amada.

Esa profunda experiencia y estudios realizados, se transforman en la necesidad de


tener un acercamiento a los pobres, a la manera de Jesús, estando en ese momento
en Europa.

Esta etapa le lleva a tener un cambio significativo en su actitud, trabajando


arduamente en vacaciones con pico y pala en las carreteras de España, observando
una realidad distinta y viviéndola en carne propia.

Ricardo Falla tiene un cambio radical de visión, la cual decide ya no abandonar, sino
al contrario, retomar el reto de buscar y conocer a las comunidades indígenas de
Guatemala.

2. EL ENAMORAMIENTO

Dios acompaña a su pueblo a lo largo de la historia y se revela en un ser humano


concreto, Jesús de Nazaret. Ricardo Falla atraviesa por una experiencia similar a la
de Jesús, que lo sitúa frente a un pueblo al cual él llama su Amada.

La posición de este sacerdote jesuita se puede interpretar desde la pregunta ¿Se


puede alguien enamorar de una comunidad que está atravesando por tantos
problemas y conflictos? y la respuesta es afirmativa. Dios se enamora de la
humanidad, Jesús expresa el amor del Padre “Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo
como a ti mismo” (Lc 10, 27). Durante su misión, en el contexto social de la
Palestina del siglo I, y en su opción preferencial por los pobres y oprimidos,
muestran ese amor exclusivo de Dios para los marginados y excluidos
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán
saciados” (Mt 5,6).

7
Jesús antes de iniciar su misión se adentra en ese pueblo, cumpliendo con su
compromiso social de ser parte activa de su comunidad y es así como desde su
propia experiencia de vida, descubre su misión: “El niño crecía y se fortalecía,
llenándose de sabiduría y la gracia estaba sobre él”. (Lc 2, 19).

Paralelamente, como cualquier otro enamorado, es cuando Ricardo Falla comienza a


escribir una verdadera historia de amor, la cual curiosamente se inicia a distancia,
pues cuando lee el Popol Vuh, él se encuentra en Austria. “Para rescatar los
orígenes de este amor, tengo que regresar hasta los días de estudio de teología en
Innsbruck, Austria, de 1961 a 1965. En este tiempo no había CPR, pero había pueblo
indígena que desde lejos me comenzó a mirar cuando empecé a estudiar el
maravilloso libro del Popol Vuh o Pop Vuh, como dicen ahora”8

“No os fijéis en que estoy morena, es que el sol me ha quemado. Los hijos de mi
madre se airaron contra mí, me pusieron a guardar las viñas ¡Mi propia viña no la
había guardado! (Cantar de los Cantares,1,5). En un proceso de enamoramiento
verdadero, el aspecto físico, no es importante, cuando se tiene la certeza que la
persona elegida es la indicada para iniciar una relación. El autor, aún sin haber
llegado a conocerla, siente que ya existe esa química entre dos enamorados y
continúa sintiendo la llamada a acercarse a los indígenas de Guatemala.

La piel tostada por el sol, el olor a trabajo, las mujeres con su belleza tan natural, la
cultura de ese pueblo, que se ha mostrado a través de sus ancestros. La necesidad
de conocer a ese pueblo, de saber qué piensa, qué siente, se convierte en una
necesidad que cada día se vuelve más exigente.

Como ese lenguaje de amor apasionado que narra el Cantar de los Cantares, así es
el entusiasmo que se va despertando en el autor, por acercarse a conocer a los
miembros de esa cultura, que desde la distancia, lo llaman a través de las noticias
que va teniendo sobre ella.

8
FALLA, R., Historia de un gran Amor, USAC , Guatemala, 1995, Pág. 12

8
Empieza una apasionada historia de amor, en la cual las comunidades indígenas,
tomarán la figura de mujer, de la Amada, “el libro de los Cantares revela una
perspectiva de mujer innegablemente femenina, que ayuda a hombres y mujeres a
creer en la conciencia de su ser como persona. En el valor de su cuerpo, de sus
deseos y de sus manifestaciones de amor”. 9

El padre Falla presenta esta figura, pues su atención se centra en ella, en el deseo
de tenerla a su lado, de conocerla mejor, La Amada lo llama sin saberlo, pues aún no
lo conoce, pero un amor fraterno y verdadero ha iniciado por parte del él.

2.1 El Encuentro

Estando ya en Guatemala, con el primer contacto con los quichés de San Antonio
Ilotenango, tiene la oportunidad de conocer su cultura ancestral y en ese
acercamiento se enamora de ese pueblo y decide que hará lo posible por llevarle la
Buena Noticia, a pesar de las circunstancias adversas en que vive. Es la primera
etapa de su “Evangelio de Amor”, la cual hace recordar el inicio del evangelio de San
Marcos: “Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios, conforme a lo escrito
por el profeta Isaías: “Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu
camino. Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, rectificad sus
sendas” (M. 1, 1-3).

Gracias a la mediación de los Misioneros del Sagrado Corazón en 1970 entra en


contacto con la Amada, y ese momento es clave y fundamental en el inicio de su
relación, “¡Qué bella eres amada mía, qué bella eres! ¡Palomas son tus ojos!
(Cantares 1,15), es el momento en que su corazón se inflama de felicidad, porque
por fin conoce a las personas por quienes tanto se interesa y ahora definitivamente le
roban el corazón.

9
Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, RIBLA, Quito, 2003 , Pág. 61

9
Dentro de la relación que se va tejiendo, el Padre Falla conoce la realidad en la que
viven, las necesidades que tienen y presiente que ya la suerte está echada, pues
comienzan los primeros ataques del ejército.

“Entonces, sentí que esa mirada me desnudaba profundamente, con un dolor de


muerte que me exigía, y que coincidía con la llamada de Dios que me pedía
vaciarme completamente”10.

Al inicio de una relación de pareja, normalmente se espera un tiempo para


entregarse por completo, y compartir una vida en común, en este caso, él decide
darse incondicionalmente, despojarse de sí mismo, proceso propio de la pedagogía
ignaciana “Sólo desprendiéndose de todo lo que uno es y tiene, recibirá todo de Dios
en la fe, y podrá darse por entero a los hermanos en el amor”. 11

Ese contacto es especial, pues ya la convivencia con las comunidades, lleva al autor
a discernir y profundizar la realidad de los indígenas guatemaltecos. Tiene la
oportunidad de convivir con algunas familias, de conocer su interior y descubrir
desde su realidad, el dolor que comienza a marcarlas cuando perdían a sus seres
queridos a raíz de las matanzas que ya se iniciaban por parte del ejército.

No obstante, su Amada aún no tiene el nombre de las CPR12, en ese momento es


un pueblo que todavía no está organizado para hacer frente al ejército, pues no
conoce los planes siniestros que comienzan a gestarse contra esa población.

2.2 La Decisión

Por diferentes circunstancias, los Superiores de la Compañía de Jesús le piden


marchar a Nicaragua, para colaborar en un proceso de construcción; fiel a su voto de
obediencia se marcha a ese país, sin embargo, algunas circunstancias lo fueron

10
FALLA, R., Historia de un gran Amor, Pág. 13
11
Nuestra Vida de Jesuitas, Pág. 156
12
Comunidades de Población en Resistencia

10
amarrando para regresar a Guatemala, como lo fue la invitación para que visitara
como sacerdote y antropólogo algunas zonas campesinas.

Asimismo, otros compañeros jesuitas que habían tenido que dejar Guatemala y
estaban en Nicaragua, lo invitan a diseñar un proyecto de servicio pastoral a las
áreas de guerra, pero cada uno con una idea distinta a la de él, quien lo único que
desea es imitar el ejemplo de Jesucristo, que en su contexto histórico se sitúa entre
los pobres y desvalidos, pero desde una visión de pastor, de servicio, de humildad,
tratando de acompañar y llevar esperanza a su pueblo que está sufriendo. “Y donde
quiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las
plazas y le pedían poder tocar siquiera la orla de su manto; y cuando le tocaban,
quedaban curados” (Mc 6,56).

Uno de los acontecimientos más fuertes que llevan al padre Falla regresar es la
decisión del sacerdote jesuita Fernando Hoyos, que en 1980 le comunica que se
unirá a la lucha armada en un lugar de la montaña guatemalteca, y que ya no podría
cumplir con sus funciones dentro de la Congregación.

Se da cuenta que hay otros hermanos dispuestos a dar la vida por las comunidades
en represión, pero no en sintonía con la opción de Jesús, que era el Reino y no la
lucha. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los
pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la
vista a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos” (Cl. 4, 18-19).

El Padre Hoyos se apasiona tanto de la revolución, que deja la Compañía de Jesús,


para unirse de lleno a la lucha guerrillera , ya que como jesuita no podía involucrarse
de forma exclusiva, por lo que se dedica por completo a atender y ayudar a los
insurgentes. Este hecho, conmueve al Padre Falla y decide asumir el reto de
acompañar y atender a las CPR sin abandonar el sacerdocio, intentando desde su
propia identidad ignaciana y sacerdotal, acompañar a sus hermanos indígenas
víctimas del conflicto armado, en la disposición de dar la vida si es necesario.
“Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierde su vida por mí, ése
la salvará” (Lc 9,24).
11
“El Apóstol de la Compañía, en fuerza de su vocación, está llamado a ser
contemplativo en la acción[…] En esta nuestra íntima unión con Cristo, la vida de
oración y la vida del ministerio apostólico no se separan sino que constituyen algo
uno e indiviso”13 .

Ricardo Falla, describe otro gran acontecimiento que lo hala de vuelta a Guatemala,
“cuando el Cuache fue secuestrado en 1981 y nuestra presencia en Guatemala se
hizo cada vez más débil. Yo sentí con más urgencia la llamada a volver”14

Este hecho que lo consternó y le exigió su regreso a Guatemala; el sacerdote jesuita


Luis Eduardo Pellecer, “capturado por el Ejército y exhibido meses después en una
conferencia de prensa montada por el gobierno. Bajo presiones que en muchos
sectores se calificaron de “lavado de cerebro” confesó su pertenencia a la
insurgencia e hizo declaraciones en que presentó la relación de otros religiosos y
comunidades cristianas con las fuerzas opositoras, en términos que comprometían
severamente a la Iglesia Católica local”.15

Estos sucesos, despiertan sentimientos profundos que continúan llamándolo a


Guatemala. “Oh ven amado mío, salgamos al campo, pasaremos la noche en las
aldeas, de mañana iremos a las viñas” (Cantares 7, 12).

Para comprender mejor esta disposición a regresar junto a las Comunidades


indígenas, se tiene que tomar la posición de un joven enamorado, pero no cegado ni
encaprichado por ese sentimiento, sino, convencido de que en ese deseo hay que
percibir la presencia de Dios, que tiene un propósito para todos.

La oración lleva al autor a reconocer el deseo de Dios de situarlo junto al Hijo, de


elegirlo como la persona que tendrá el privilegio de amar hasta el extremo, de ofrecer
su propia vida, por los demás.

13
Nuestra Vida de Jesuitas, Pág. 169
14
FALLA, R., Pág. 15
15
ALONSO, P., En el nombre de la Crisis, Artemis y Edinter, Guatemala ,1998., Pág. 245

12
Una de las características del enamoramiento, es el deseo constante de ver al ser
que se ama, pero si en ese momento preciso no es posible tenerla cerca y si el amor
es verdadero, el mismo se tiene que seguir cultivando y motivando, a través del
recuerdo.

La mirada penetrante de las comunidades, representadas por la morena tostada por


el sol del Cantar de los Cantares, está grabada en la mente y en el corazón del autor,
la necesidad de atención pastoral que tienen estas comunidades indígenas le
preocupan, desde su vocación de sacerdote y a través de su proceso de la oración y
reflexión, reconoce la llamada del Padre para acompañar a ese pueblo, siendo ésta,
otra característica de un sacerdote jesuita. “Tenemos la necesidad de oración
personal para la familiaridad con Dios, que consiste en encontrar a Dios en todas las
cosas y a todas en El. Ejemplo insigne nos dio de ellas el mismo Cristo”.16

El autor constantemente recurre a imágenes poéticas para referirse a personas,


situaciones o cosas, que le permiten expresar sus sentimientos; de esa cuenta su
referencia a las comunidades indígenas que se convierten en su Amada y el collar
que desea poner en su cuello, es la forma de expresar el amor que siente por esas
comunidades y cómo éstas le corresponden.

Si bien el Padre Falla se encuentra fuera de Guatemala en ese momento, su corazón


permanece junto a las comunidades indígenas, pues está completamente unido a
ese pueblo. A ejemplo de Jesús tiene conciencia de que hay otros hermanos más
necesitados de su acompañamiento, es prudente y obediente, acata las
recomendaciones de su Superior, quien le pide que abandone las comunidades
indígenas, por lo cual se marcha a México, esperando su nuevo destino. “Y recorría
los pueblos del contorno enseñando” (Mc 6, 1).

16
Nuestra Vida de Jesuitas, Pág.170

13
CAPÍTULO II
EL NOVIAZGO

“¡Qué hermosos tus amores, amada mía! ¡Qué hermosos tus amores! ¡Más que el
vino! ¡Y la fragancia de tus perfumes más que todos los bálsamos!” (Cantar de los
Cantares 4,10)

1. LA PRIMERA SEPARACIÓN

Esta separación que el Padre Falla sufre por recomendaciones de sus superiores, es
muy parecida a la de un enamorado, pero a la vez, Falla tiene conciencia de que en
ese momento no puede estar con la persona que desea, y lo acepta, con la
esperanza de que el momento oportuno pronto llegará. Al marcharse va consciente
de que esa población rural necesita sacerdotes y catequistas que permanezcan al
sector, pues la Iglesia como institución no puede atenderlas. “La retirada en 1980 de
sacerdotes y religiosos del Quiché, como consecuencia del hostigamiento a que les
estaba sometiendo el ejército, dejó a la región sin la presencia de una instancia
moderadora que era, sobre todo un recurso para una población que en su mayoría
deseaba mantenerse al margen del conflicto”17

Esta realidad de las comunidades indígenas la describe como “Una situación


tremenda para ella. En la desesperación se cortó las venas, pero yo cambié de
rumbo. La fe me guiaba, me jalonaba. No sé si hice lo correcto. Creo que sí, creo,
porque no tengo evidencias, y sentí que hacía una Alianza con Yahvé, el
innombrable, y que él se encargaba de ella mejor de lo que yo mismo podría hacerlo.
Ella me dijo; Falla, Falla, vas a caer en brazos de otra, pero no, Yahvé sería garante
que esto no sucediera” 18

17
ALONSO , P., En el nombre de la Crisis, Pág. 232
18
FALLA, R. La fe que hace Justicia La Justicia que busca a Dios, Revista de Espiritualidad Ignaciana.
Suguna Ramanathan, 2006, Pág. 63
14
Dedicar un tiempo a la oración y discernimiento al realizar sus Ejercicios
Espirituales, le ayuda a encontrar paz interior, a renovar fuerzas físicas y
espirituales. “Íntimamente fortalecidos y renovados por la oración y los Sacramentos,
convertimos la acción apostólica en una forma de unión con Dios”19 Después de este
proceso, es enviado a Nicaragua para trabajar en la reforma agraria en la época del
gobierno Sandinista.

En ese país realiza la misión que se le encomiendan sus Superiores, sin embargo,
cada día sueña con su Amada, con la esperanza que regresará con ella en el
momento en que se considere conveniente. Indudablemente es un hombre paciente,
y por qué no decirlo, enamorado; en ocasiones le inquieta el deseo de estar junto a
las comunidades, pues aunque el tiempo pasa, él no se olvida, al contrario, no deja
de pensarlas, de preocuparse por ellas, siempre las tiene presente en sus oraciones,
así como Jesús oraba por las necesidades de su pueblo “De madrugada, cuando
todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y se fue a un lugar solitario donde se
puso a orar” (Mc 1, 35).

2. EL ANHELO DE REGRESAR

El padre Ricardo Falla tiene conocimiento de que un grupo de comunidades


indígenas guatemaltecas, está resistiendo en la selva, pues no quiere salir para
México. En ese momento, bajo la iluminación del Espíritu Santo y tomando en cuenta
la opinión de otros jesuitas elabora un plan de pastoral, consecuente con los valores
e identidad de la Compañía de Jesús, y que pueden responder a las necesidades de
las comunidades que se encontraban en resistencia.

19
Nuestra Vida de Jesuitas, Pág. 174
15
La chispa del amor vuelve a florecer y en su interior se despierta nuevamente la
ilusión de trabajar por su amada. Sabe que las comunidades indígenas están en
peligro, resistiendo en la selva, tratando de defender sus tierras, su cultura, todo lo
que les pertenece.

Nuevamente recuerda su mirada, pero de otra manera, de una forma que le exige
regresar para estar con ellas “Así como la mirada de amor que me había agarrado el
corazón, primero con un sentimiento estético y luego con una exigencia que me
llevaba a la muerte interior”20.

Propio de la espiritualidad ignaciana es la oración y la meditación, Ricardo Falla a


través de las mismas, va descubriendo la exigencia que lo hace morir interiormente,
para poder entregarse a su pueblo completamente, para iniciar una experiencia de
fe, imitando a Jesús de Nazaret, “Van a una propiedad, llama Getsemaní, y dice a
sus discípulos, sentaos mientras yo hago oración” (Mc 14,20).

3. EL PLAN TERMINADO

Para este momento y a través de estas circunstancias, el padre Ricardo Falla


comprende que el Plan Pastoral hay que echarlo a andar, expresado en la metáfora
del collar que está terminado y listo para ser colocado en el cuello de su Amada.
”Esas circunstancias, como hilos del collar, me fueron llevando a la práctica de un
plan de pastoral determinado”21

La misión de pastor, le indica que es el tiempo indicado para presentar a sus


superiores el plan elaborado, el cual ha fraguado y trazado desde su visión de pastor

20
FALLA, R., Pág. 17
21
Ídem, Pág. 18

16
enamorado quien definitivamente ya no puede dejar a su comunidad, el amor de
pastor lo llama, siente la necesidad de estar junto a ese pueblo desvalido.

Lo especial de ese plan pastoral, es que fue confeccionado a la luz del amor
incondicional y el deseo de regresar, pero a la vez desde su visión pastoral; es un
proyecto de amor que él cree que podrá ejecutar dentro de las Comunidades. Este
es el principio, de muchas muestras de cariño y cuidados que en adelante tendrá
para las CPR.

“Graciosas son tus mejillas entre los zarcillos, y tu cuello entre los collares. Zarcillos
de oro haremos para ti con cuentas de plata” (Cantar de los cantares 1, 10-11).
Como enamorado además de llevar el collar, también quiere llevar los zarcillos, el
Padre Falla quiere regresar junto a las comunidades con un regalo espiritual que las
haga sentirse felices y ante todo, que las ayude a encontrar la presencia del Dios de
Jesús entre la guerra y la violencia.

4. EL AVAL PARA VOLVER A VERLAS

Para poner en marcha el plan de pastoral, recibe la autorización del Superior de la


Compañía de Jesús para ir por tres meses, hace los contactos necesarios con la
guerrilla mexicana para entrar clandestinamente a Guatemala y reunirse con ese
grupo.

Allí inicia la segunda fase de su Evangelio a ejemplo y seguimiento de Jesús, quien


“De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y se fue a un
lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al
encontrarle, le dicen: Todos te buscan. El contesta: Vayamos a otra parte, a los
pueblos vecinos, para qué también predique; pues para eso he salido. Y recorrió toda
Galilea, predicando en sinagogas y expulsando a los demonios” (Mc 1,35-39).

17
El amor de Ricardo Falla, es un amor sin límites, en ese momento está dispuesto a
dejar comodidades, amigos y todo lo que le rodea, el cariño hacia las comunidades
indígenas no puede medirse.

Es similar a la etapa en la persona está decidida a presentarse frente a quien ama y


declararle su amor, un amor que está dispuesto a trascender, a entregar lo mejor de
sí mismo, para estar cerca la persona que se ama y que lo necesita. Este es su
sentimiento, presentarse ante las CPR y mostrarles su amor y solidaridad, en este
momento que está atravesando por momentos difíciles.

5. EL RETORNO

“Los centinelas me encontraron, los que hacen la ronda en la ciudad, habéis visto al
amado de mi alma” (Cantar de los cantares 3,3,)

De regreso a Guatemala, con su plan pastoral esbozado y con la certeza de poder


encontrarse rápidamente con las Comunidades Indígenas, se frustran todos sus
deseos, la Amada a quien tanto desea ver está en peligro de muerte, la alegría de
volver a ver a los indígenas, se torna en desolación.

El ejército inicia una política de arrasamiento, asumiendo que las comunidades


indígenas no acatan las órdenes del gobierno. “Me golpearon y me hirieron. Los que
cuidan la entrada de la ciudad me arrancaron el velo con violencia” (Cantar de los
cantares, 5,7)

En los años de exacerbación del enfrentamiento (1978-1983), el Ejército identificó a


los mayas como grupo afín a la guerrilla. En la mayoría de los casos, este estigma
entre las comunidades mayas y la insurgencia fue intencionadamente exagerada por
el Estado que, apoyándose en tradicionales prejuicios racistas, la utilizó para eliminar
las posibilidades presentes y futuras de que la población maya prestara ayuda o se
incorporara a cualquier proyecto insurgente. Con las masacres, las operaciones de

18
tierra arrasada, el secuestro y ejecución de autoridades, líderes mayas y guías
espirituales, no sólo se buscaba quebrar las bases sociales de la guerrilla, sino
desestructurar, ante todo, los valores culturales que aseguraban la cohesión y la
acción colectiva de las comunidades indígenas.22

El gobierno del General Romeo Lucas García, desde su perspectiva, asumió que era
hora de someter a los pueblos indígenas, callarlos y desaparecerlos, tomando la
decisión de arrasar con todas las comunidades rurales en donde había presencia de
la insurgencia.

“Lo que caracteriza esta nueva fase es el acento en la intención de controlar a la


población y formar aldeas estratégicas con patrullas civiles, cosa que no le es posible
en la mayoría de los casos. Entonces como respuesta a la reacción de huída de la
población o simplemente o simplemente a la reacción de haber desobedecido una
llamada, el ejército arrasa poblados vacíos o masacra genocidamente a su población
si están ocupados, como el caso terrible de los mames de Piedras Blancas con la
intención de controlar a la población y formar aldeas estratégicas con patrullas”23

La entrega incondicional muchas veces hace sufrir y, Ricardo Falla, enfrenta este
sentimiento, su corazón se entristece al observar la realidad de las personas que
ama y a quienes ha elegido, para acompañar y ayudar durante el conflicto armado.

6. LA DEMOSTRACIÓN DE AMOR

¿Cómo le declara su amor? No renuncia a estar junto a su comunidad, ya las


condiciones son distintas, pero él las asume. Decide entregarle el Plan Pastoral,
expresado metafóricamente como un collar y declararle su amor a través de su
acompañamiento incondicional. Marcos es el pseudónimo que elige para estar junto
a Ella, así será reconocido por los miembros de las comunidades indígenas.
22
ASTURIAS, S., Estrategia Militar Prueba Pericial 1, Guatemala, recuperado el 4 de agosto de 2010
de http://mugengainetik.org/archivos/tribunal 20, conciencia.pdf
23
FALLA, R., Masacres de la selva, USAC, Guatemala, 1992, Pág. 220
19
A pesar de no poder poner en marcha el plan como había diseñado, decide quedarse
allí e implementar lo que se pueda. Así como Jesús, cuando recorre toda Galilea “Se
marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea,
atravesando la Decápolis”. (Mc 7,31).

Como el Maestro él también siente la necesidad de recorrer las comunidades, de


estar junto a su Amada para demostrarle su amor cortejándola y ayudándola en lo
que pueda.

También desea escribir sobre lo que a Ella le está sucediendo, por ello necesita
visitar a todas, para no centrarse sólo en un hecho represivo, en una masacre, sino
abarcar una zona más amplia, estaba dispuesto a correr el riesgo, pues para
comprender cómo todas las masacres se entrelazaban en un sólo plan, el tenía que
estar allí.

Admira a las comunidades indígenas por su sentido de solidaridad y fraternidad,


imitando el ejemplo de las primeras comunidades cristianas “Todos los creyentes
vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y
repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno” (Hech. 2, 44).

Observa el funcionamiento colectivo de esa pequeña sociedad, que tiene la


estructura de una pequeña iglesia, y su aislamiento del resto de la sociedad
guatemalteca, pues sólo se relaciona y tiene noticias de los hermanos que se
encuentran en México y con los que retornan para unirse a ella; también lo
deslumbra la valentía y organización que demuestra frente a los ataques del ejército.

“Estos campamentos eran de gente civil. El testigo llama a esta gente “población” y la
distingue de la guerrilla, aunque a veces llame a la población con el sobrenombre de
compañeros. La solidaridad desarrollada en la montaña daba pie para generalizar

20
ese nuevo nombre entre la población civil. Su principal defensa no eran las armas,
sino, como dijimos, la huida y la información sobre la ubicación del ejército24”

Esas peculiaridades, además de la belleza natural de sus habitantes, su piel tostada


por el sol, sus ojos que reflejan incertidumbre, le infunden el valor necesario para
iniciar en ese lugar un trabajo de amor, acompañamiento y seguimiento.

Esta muestra de entrega incondicional, confirman la relación que desea iniciar con su
Amada, es allí cuando deciden iniciar una relación basada en el amor y en el
servicio, mostrando otra característica de la espiritualidad ignaciana. “Muy
frecuentemente nos encontramos aislados, sin contacto real con la increencia y con
las consecuencias concretas y cotidianas de la justicia y la opresión. Una inserción
más resuelta entre ellos será un “test” decisivo de nuestra fe, de nuestra esperanza y
de nuestra caridad apostólica”25

Ese proceso que se describe como El Noviazgo es como un camino lleno de espinas.
En primer lugar tiene que adaptarse al ambiente, en donde la selva, la lluvia y los
zancudos no tienen compasión de nadie.

La desesperación, la incomodidad, el hambre, la sed y el cansancio en varias


oportunidades le causan angustia; muchas veces le cuestiona su decisión de estar
allí y comprende que la fuerza del amor mueve montañas y cuando ese cariño se
quiere demostrar, no importa la humillación, no valen los títulos adquiridos,
simplemente el presente y la necesidad de amar y sentirse amado, mostrando así
otra característica de los sacerdotes jesuitas. “Nuestra consagración a Dios,
efectivamente es un repudio de los ídolos que el mundo está siempre tentado de
adorar: dinero, placer, prestigio, poderío”.26

24
FALLA, R., Masacres de la selva, Pág. 138
25
Nuestra Vida de Jesuitas, Pág.163
26
Ídem, Pág. 176

21
Las comunidades indígenas, también le responden, ya lo han aceptado como Novio,
ahora también ellas lo aman y desean estar junto a él con la misma pasión que él
siente, también ellas lo esperan, desean que las acompañe, que las siga, “Ya viene
mi Amado, ya escucho su voz, viene saltando sobre los montes, viene saltando por
las colinas. Mi amado es un venado” (Cantar de los Cantares, 2,8).

Las comunidades lo llaman “venadito”, ya que él tiene que andar así como un
venado, saltando, evitando caer en trampas, dando tumbos, aferrándose a las raíces
de los árboles, y es precisamente en ese contexto donde siente que él es sólo
instrumento, que el verdadero Amado es Dios.

Así es la etapa del noviazgo, no importa lo que haya que soportar para visitar a la
persona que se ama, la lluvia, el sol, el peligro, no juegan un papel importante en
deseo de estar junto a la persona amada y ese es precisamente el sentimiento de
Ricardo Falla por las comunidades indígenas.

Junto a él llega un ex seminarista indígena, un joven fornido acostumbrado a la vida


del campo; también narra que había otro sacerdote que llevaba algunos meses en la
resistencia. Sin embargo, no se menciona ni los nombres de pila, ni los pseudónimos
de los otros acompañantes, solamente describe que eran mucho más jóvenes que él.

Los tres juntos realizan su plan de trabajo e inician su gira, “partiendo de las
comunidades que se encuentran en el centro del área. Nos dirigimos hacia el sur,
hacia Xalbal. Cruzando la famosa carretera transversal que nunca fue terminada”.27

Parte del plan diseñado, consiste en permanecer dos o tres días en cada comunidad,
animar a las personas, celebrar Misa y en el caso del autor entrevistar y escribir
sobre las experiencias de las Comunidades Indígenas.

27
FALLA, R., Historia de un gran Amor, Pág. 26
22
Durante esta etapa, el P. Falla, se siente como un débil Apóstol, quien es esperado
y soñado por ese pueblo; también se encuentra con el recuerdo de alguien que
también derramó su sangre por el amor a esas personas y a quien aún recuerdan
con gran ternura. “Pero lo curioso es que Romeo me había soñado “canche” y alto”, y
yo no era ni una cosa ni la otra, aunque sí llevaba ropa negra. ¿Por qué canche y
alto? Pronto fui entreviendo la imagen de un gringo muy querido para todos los que
estaban escondidos bajo la selva”28

Las comunidades guardan un recuerdo muy bonito de un hombre, de un sacerdote


estadounidense muy querido, el Padre Guillermo Woods29 quien fue abatido por el
ejército. El preparó el camino para que otros sacerdotes y colaboradores puedan
ser aceptados entre las comunidades, prueba de ello es la recepción de aprecio y
armonía hacia Ricardo Falla y sus acompañantes.

A pesar de haber transcurrido cinco años las comunidades aún están tristes por el
recuerdo del Padre Woods, pero continúan trabajando y luchando por sus tierras. En
ese período el autor reconoce el propósito que tiene Dios para él y se siente
privilegiado de haber sido elegido para esa misión que enmarca perfectamente con
su carisma ignaciano “en todo amar y servir”.

Es en ese momento cuando comprende que debe permanecer allí, es tiempo de


iniciar una nueva etapa, en donde si bien el autor no pretende llenar el vacío,
dejado por el Padre Guillermo Woods, necesita estar dentro de las comunidades,

28
Ídem, Pág. 27
29
El Padre Woods, sacerdote estadounidense pertenecía a la congregación de Maryknoll, llega a
Guatemala para prestar sus servicios en Huehuetenango. Muere en un accidente aéreo inexplicable
el 11 de noviembre de 1976, posiblemente es ametrallado su avión, en las montañas de San Juan
Cotzal, Quiché con el que mueren los cuatro compatriotas que viajan en el mismo avión.
Excombatiente norteamericano en Vietnam. Es pionero de la evangelización en la zona del Ixcán y
promotor de cooperativas. Memoria de todos los extranjeros solidarios del pueblo Latinoamericano
caídos en la lucha por la justicia

23
siendo parte de ellas, ya no sólo como el enamorado, sino como el novio que desea
estar junto a su Amada, para apoyarla.

En este capítulo se demuestra la fuerza espiritual de Ricardo Falla y las personas


que lo ayudaron a no claudicar. Inician a trabajar el Plan de Pastoral no de la manera
en que querían, pero lo ejecutan de acuerdo a las necesidades que se presentan en
ese momento histórico.

Este modo de proceder, es muy significativo y digno de imitar, porque a pesar de las
dificultades, si se cuenta con la fuerza espiritual y se está enfocado en un ideal,
aunque el camino es difícil, se puede trabajar de manera eficaz, en la transformación
de la realidad existente, para ayudar a los que deben ser la opción principal para los
cristianos: los marginados y desvalidos de la sociedad.

Aquí Ricardo Falla, ya está locamente enamorado y completamente comprometido


con las comunidades indígenas, ya el Padre lo ha puesto en el camino junto al Hijo y
él responde con alegría, se decide a seguir el ejemplo de Jesús, consciente de las
condiciones en que se encuentra “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz y sígame” (M. 16,24). Ricardo Falla está dispuesto a dar su
vida por las comunidades que tanto ama.

24
CAPÍTULO III
EL MATRIMONIO

1. EL COMPROMISO
“Mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado él pastorea entre los lirios) (Cantar de
los Cantares 2, 16).

Durante la etapa del noviazgo los enamorados se llegan a conocer profundamente,


comienzan a compartir sus gustos, inquietudes y planes. El tiempo se vuelve corto
para estar juntos y se siente la necesidad de no separarse más.

Estando ya dentro de la selva de Ixcán, conociendo a fondo a las que se les conoce
como Comunidades de Población en Resistencia, Ricardo Falla se considera ya
parte de las mismas, su misión es muy clara, él quiere al igual que Jesús estar con
su pueblo en todo momento, no le importa correr los riesgos que sean necesarios,
pero no desea separarse de él. “Continuaron el camino subiendo a Jerusalén y Jesús
marchaba delante de ellos“ (Mc 10,32).

Su deseo de continuar junto a su Comunidad, lo llevan a adquirir un mayor


compromiso, necesita que Ella se sienta segura junto a él, que le brinde su cariño y
confianza.

Como jesuita tiene clara su labor misionera: “un jesuita es esencialmente un hombre
con una misión: una misión que recibe directamente del Santo Padre y de sus
superiores religiosos, pero radicalmente del mismo Cristo, el Enviado del Padre”30

En ese momento, cuando siente que el amor le penetra en el corazón, es la época


de mayor peligro en la selva de Ixcán.

30
Nuestra Vida de Jesuitas, Provincia de España de la Compañía de Jesús, 1990, Pág.159

25
En su informe de 1985, decía la Comisión Internacional de Derechos Humanos “Es un
hecho incontrovertible que ningún sector ha sido más afectado por la violencia durante
los últimos años como lo ha sido la población campesina y la raza indígena de
Guatemala. La guerra ha dejado en el campo un saldo de muertes y destrucción sin
precedentes. Los bombardeos, saqueos y quema de aldeas, la destrucción de
cosechas y demás fuentes de trabajo, el asedio, hostilidad y el asesinato masivo a sus
pobladores, dejó sin hogar y sin tierra a la mayoría de los afectados, generando entre
otras reacciones la fuga masiva de miles de indígenas y campesinos guatemaltecos,
creando entre los que se quedaron o volvieron, uno de los más graves y angustiosos
problemas sociales de toda su historia.

La fuga de cientos de miles de campesinos los llevó a todos los rincones de su tierra y
a países vecinos, Un porcentaje menos de los afectados, unas cincuenta mil personas
totalmente desposeídas se escapó a zonas selváticas del Departamento del Quiché,
unos en la Sierra Ixil y otras en el Ixcán, fronterizo con México, pasando esos años
escondidos del mundo exterior y fuera de control gubernamental.

La vida de esas cincuenta mil personas que buscaban refugio en las selvas y en las
montañas del norte del Quiché se desarrolló en condiciones materiales infrahumanas,
pero a la vez creando un profundo vínculo organizacional” 31

En medio de esta realidad tan triste es cuando florece más el amor entre Ricardo
Falla y las CPR, como en todo matrimonio donde existe verdadero amor, los
problemas y las angustias afianzan más el amor, le dan fuerza a la pareja para
continuar unidos enfrentando las adversidades.

31
Comisión Internacional de los Derechos Humanos

26
2. LA ENTREGA

“Grábame como un tatuaje en tu corazón, como un tatuaje sobre tu brazo, porque es


fuerte el amor, como la muerte y tenaz la pasión como el infierno”. Cantar de los
cantares, (8,6)

Cuando el autor cita el tatuaje, hace referencia al amor y compromiso que como
esposo y pastor tiene con las CPR, explica el tatuaje con una paradoja, pues a la vez
que duele por la forma en la que ha sido tatuado, ya que los elementos utilizados
han sido el fuego lanzado por el ejército y la insurgencia y la sangre derramada por
los miembros de las comunidades. “Es difícil explicar cómo sentí este tatuaje. Como
tatuaje venía con fuego o con sangre, pero como tatuaje en el corazón, producía
amor” 32

Cuando existe amor verdadero la persona se entrega en su totalidad, Ricardo Falla lo


hace, no sólo como hombre enamorado, responsable, sino también como sacerdote,
porque a pesar de las dificultades, procura brindar seguridad y fortaleza por medio
los sacramentos a las CPR.

El sentido de los sacramentos en ésta época, evocan el de las primeras


comunidades cristianas, perseguidas. Que se ha fortalecido cada vez con la fracción
del pan y la palabra de Dios. “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles,
a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones” (Hech 2,42).

Para la celebración de la Eucaristía, no se podía contar con vino y hostias, como se


acostumbra tradicionalmente, pero ese no era obstáculo para vivir el más importante
de los sacramentos para los cristianos: La Eucaristía.

Estos elementos sacramentales no eran asequibles en la selva del Ixcán, pues aún
no tenía contacto con el exterior para poder adquirirlos regularmente.

32
FALLA, R., Historia de un gran Amor, USAC, Guatemala 1995, Pág. 28

27
Es por ello, que siguiendo el ejemplo de Jesús, cuando da de comer a sus
seguidores “Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al
cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos
para que los fueran sirviendo a la gente” (Lc 9,16). En algunas ocasiones Ricardo
Falla, para saciar el apetito espiritual de sus hermanos utilizó tortillas quemadas y
agua de caña para la consagración, los que se convierten en el alimento corporal y
espiritual para las CPR.

El Código de Derecho Canónico en el numeral 924, inciso 1 dice: “El sacrosanto


Sacrificio Eucarístico se debe celebrar con pan y vino, al cual se ha de mezclar un
poco de agua. Inciso 2: El pan ha de ser exclusivamente de trigo y hecho
recientemente, de manera que no haya ningún peligro de corrupción. Inciso 3: El vino
debe ser natural, del fruto de la vid y no corrompido”33

Una norma vigente, sin embargo, cuando se carece de pan y vino, como lo que se
describe anteriormente, el sacrificio es válido, pues la presencia de Dios se da,
porque Dios está junto a los perseguidos y los que sufren injusticias, pues ellos
también tienen derecho a ser atendidos espiritualmente. Así lo cita el Código de
Derecho Canónico en el numeral 213 “Los fieles tienen derecho de recibir de los
Pastores sagrados, la ayuda de los bienes espirituales de la Iglesia, principalmente la
palabra de Dios y los Sacramentos”34

Es necesario comprender que en el contexto de las CPR, Ricardo Falla tiene que
cumplir su ministerio y por eso celebra con elementos que las leyes de la Iglesia no
autorizan. Sin embargo, cada celebración eucarística oficiada con estas especies, es
validada más adelante por el Obispo del Quiché, Mons. Julio Cabrera, cuando el
autor le describe las circunstancias en las que se realizaron.

33
BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS, Código de Derecho Canónico, Editorial Católica, S.A.,
Madrid 1983, Pág.461
34
Ídem, Pág. 139

28
“Le dije que durante la ofensiva se nos habían acabado las hostias y el vino y que
había consagrado con tortillitas de tostadas de maíz y agua de caña”35

Así es el amor del esposo por la amada, no duda en demostrárselo, porque en su


corazón está el amor por esas comunidades indígenas, que tanto necesitan
acompañamiento espiritual incondicional.

3. LA CONVIVENCIA

Ante la realidad que vive junto a las CPR y al igual que Jesús cuando se encuentra
en el Getsemaní, “Mi alma está muy triste hasta el punto de morir, quedaos aquí y
velad”, (Mc 14,14), el padre Falla se siente triste, esa tristeza se debe a que le
hubiera gustado estar junto a sus hermanos indígenas en otra situación, poder tener
una relación normal un lugar fijo dónde brindar una atención pastoral adecuada, sin
embargo, ante la persecución deben estar trasladándose continuamente para no ser
sorprendidos por los miembros del ejército.

En el diario vivir junto a su Amada, como él llama a las comunidades, tiene la


oportunidad de observar escenas muy crueles y tristes, como el arrasamiento de
algunas comunidades por miembros del ejército, matando y haciendo de ese lugar un
infierno. “Cuatro hechos contribuyeron durante los meses de junio a octubre de 1982
a hacer más pesado el manto de sombra sobre la gente del Ixcán Grande. El
primero, es la quema de la cooperativa más importante Mayalán (7 y 8 de junio); el
segundo, es el destacamiento del ejército sobre el poblado de Ixtahuatán Chiquitito
(13 de julio); el tercero, es el patrullaje intenso y cruel del ejército con este nuevo
destacamiento y el cuarto el establecimiento de la primera aldea estratégica exitosa
en el parcelamiento evangélico de Samaritano (fines de octubre), desde donde se

35
FALLA, R., Pág. 63

29
aumentará en extensión e intensidad el patrullaje para capturar o masacrar a la
oblación escondida en la montaña”36

Junto a un seminarista y otro sacerdote cuyos nombres no son revelados, realizan la


tarea de desplazarse en las diferentes comunidades, organizando los equipos de
pastoral y catequesis, celebrando los sacramentos y en el caso del autor a realizando
entrevistas sobre la realidad en la que se encuentran y el dolor que sienten al perder
a su familiares y amigos en esa guerra, estas entrevistas le ayudarán más adelante a
escribir sobre las comunidades indígenas.

Jesús en su misión de acompañar a su pueblo es perseguido y apresado “Ellos le


echaron mano y le prendieron” (Mc 14, 46). El Padre Ricardo Falla, también es
víctima de acecho por parte del ejército. En septiembre de 1983 sufre en carne
propia esa persecución. Visitando la comunidad de Benito él y otros catequistas, son
víctimas de un ataque armado y tienen que huir, durante esa persecución sufren
momentos de susto, angustia, muertes, secuestros, hambre; es decir un infierno, en
medio del cual el autor se sentía perdido, pero no cesaba en su objetivo de continuar
con el ejemplo de Jesús en su pastoreo hacia las Comunidades de Población en
Resistencia.

“El infierno en que nos encontrábamos era tal, porque el ejército campeaba por la
selva con soberana impunidad para atacar a las comunidades civiles”37 ”El ejército no
se detiene, pasea por la selva, su misión es localizar y atacar a las poblaciones
civiles, utilizando la estrategia de acercarse en grupo pequeño de 10 ó 15 para
observar y así después dependiendo del tamaño de la población atacar con los
elementos necesarios, para desaparecerlas, sin piedad ni consideración.

En una ocasión estando en la Comunidad llamada Bonifacio llega el aviso de que el


ejército se encuentra muy cerca, por lo cual tienen que salir huyendo entre la milpa,
después metiéndose entre los arroyos, tratando de no dejar huellas, los soldados no
pudieron rastrearlos.
36
FALLA, R., Pág. 199
37
Ídem, Pág. 30
30
Así es la vida de las CPR con un sin fin de inconvenientes y vicisitudes que no les
permiten tener una vida normal, pero cada vez más convencidos de que Jesús está
caminando junto a ellos.

En cada huída se encuentran con sucesos tristes y emotivos, que forman parte de
su historia personal y comunitaria:“En la huída encontrábamos escenas
conmovedoras, como la de una anciana medio ciega y descalza que no podía salir
del arroyo, porque se resbalaba en las orillas. Seguramente se sentía como en un
pesadilla –porque a mí me pasó esto otra vez- tratando de correr sin poder avanzar,
desesperándose hasta llorar de impotencia, porque su marido, otro anciano, no la
podía sacar del atolladero y pensaba que tal vez los soldados estaban más cerca de
lo que realmente estaba, pues era sordo”.38

4. LA INTIMIDAD

“La voz de mi Amado, Helo aquí que viene” (Cantar de los Cantares 2,1).

En la travesía por la selva del Ixcán, las CPR al darse cuenta que Ricardo Falla y sus
acompañantes, no son miembros del ejército, les brindan alojamiento, bebida y
comida, él como pastor de las comunidades se siente feliz y reconoce el amor
sincero y sencillo de sus comunidades que sufren, las que se alegran al verlo, que le
da seguridad y paz en medio de tanta violencia y como toda relación profunda,
existen momentos agradables y de cercanos, donde el amor verdadero se manifiesta
en detalles pequeños entre los que se aman, quienes disfrutan minuto a minuto, el
amor y el cariño mutuo, cuando al calor de una fogata, comparten sus sueños y
deseos. (cf. Jn 21, 1-17).

Después de las persecuciones y cuando encuentran un lugar seguro, todos están


rendidos, se sienten protegidos en la oscuridad, por fin pueden tener un espacio de

38
FALLA, R., Historia de un gran amor, USAC, Guatemala, 1995, Pág. 30

31
convivencia, los cuales en medio de tanta angustia, suelen ser muy agradables, las
mujeres encienden el fuego, los hombres chapean los lugares para dormir, y los
niños también ayudan y juegan buscando hojas grandes para hacer una alfombra y
así poder descansar, arman sus pequeñas champas y las cubren con nylon, costales
o lo que tengan a la mano, para protegerse del sereno.

Es el encuentro familiar especial, la oscuridad les sirve de resguardo contra sus


enemigos. El panorama se disfruta, el momento de tomar el caldo de hierbas caliente
es esperado por todos, el mismo sabe a manjar, igual que el Manhá (como decían
los israelitas en su lengua), pero hay algo que lo hace aún mas apetitoso y es el
amor del pueblo, esa dulzura especial, la sonrisa de las mujeres al cocinarlo y
servirlo, ese sabor es el sabor especial.

“Entonces comencé yo a descubrir lo que significaba el maná para los israelitas,


cuando a las 9 de la noche. Muy tarde para las costumbres de esa gente, nos
llamaron para darnos de comer tortillas y unas hierbas cocidas en un caldo bien
caliente”39

Ese alimento se convierte en alimento, pues brinda la fuerza necesaria para


continuaren la mañana siguiente en el camino, también es alimento espiritual, pues
el amor que muestra su comunidad, lo llena profundamente y le proporciona la
entereza necesaria, para no desfallecer en su trabajo pastoral acompañando a ese
pueblo tan desvalido, olvidado y alejado del resto del mundo.

La noche se convierte en el momento más esperado, pues el ejército no se arriesga


a perseguirlos, es el espacio que tienen las CPR para dialogar y compartir la faena
del día, también para planificar la forma en la que continuarán con su huída del
enemigo que los acecha.

En más de una oportunidad la incapacidad de comunicar el amor cristiano como él


quisiera, se apodera del autor, pues desea brindarle a las CPR una vivienda digna,
comida, asistencia médica, desea hacer vida el Evangelio donde se promulga la

39
FALLA, R., Pág. 32
32
justicia, igualdad y solidaridad, también el carisma de Ignaciano de Loyola de Amar y
Servir con excelencia.

Esa experiencia el autor la describe como impotencia. “Esas carreras eran de


sálvese quien pueda y en la huída nos encontramos más escenas que partían el
corazón, como la de la mujer del arroyo que dijimos arriba. Allí comencé a entender
otra experiencia, la de la impotencia”40

Esa misma sensación lo sacude cuando llegan las noticias de las personas que son
asesinadas en las comunidades, mujeres que intentan huir, son heridas, después
violadas y luego asesinadas y como si no fuera suficiente, desorejadas y les quitan
el cuero cabelludo, trofeos para los soldados, los cuales eran mostrados a sus
oficiales.

Sin embargo, la realidad es muy distinta, lo único que él puede hacer es continuar
con su trabajo pastoral, acompañando, sin aportar ningún bien material, sólo su
compañía, preguntándose si de algo sirve, pero las CPR le muestran un profundo
agradecimiento, pues por el simple hecho de caminar junto a ellas, le están muy
agradecidos.

Las CPR nunca abandonan al Padre Falla y a sus acompañantes, procurándoles lo


necesario para subsistir, a cambio de nada y ese es el amor verdadero, el cual el
autor aún hoy recuerda.

Así continúa un largo trayecto de visitas, de caminos largos, pero a la vez de gran
satisfacción, pues en ningún momento deja sola a su Esposa y mientras más las
conoce, se identifica aún más con ella, pues esas comunidades, son víctimas
inocentes de una guerra sin cuartel.

40
Cfr. Pág. 33
33
5. LA CRISIS

En noviembre de 1983 por razones de la propia seguridad del autor, la guerrilla


decide que salga del territorio, al principio no acepta, pero después de un proceso de
oración y discernimiento, por fin obedece.

“En la oración mental nos damos a Dios y procuramos, apoyarnos en la gracia de


Dios, verlo todo a la luz de Cristo. Con la ayuda de la oración mental, nuestra vida
concreta es informada e iluminada por la historia de salvación, y se somete además
al examen y a la interpelación divinas; y del Señor esperamos recibir esa liberad y
esa dirección de espíritus que son necesarias para el ministerio del Evangelio”41

Cambia de planes y de rumbo y se une a la marcha de los refugiados que se dirigen


hacia México, abandonando sus propiedades. Se adhiere a un grupo de 140
personas formados por 21 familias de 6 campamentos distintos, algunos habían
caminado dos días para reunirse con los demás.

“Como a las diez de la mañana comenzó la marcha lenta, ordenada, hacia la


frontera. Cada grupo proveniente de campamento distinto tenía su coordinador, por
si acaso había un ataque y un desparramamiento. Y toda la columna llevaba un
coordinador llamado Ezequiel, quien presentaría lista de todos ante la migración
mexicana” 42

El viaje se realiza en penosas condiciones, pues tienen que cargar con todas las
pertenencias que puedan, además de los niños pequeños. En el camino tienen que ir
cortando las ramas para no enredarse o cortarse.

Durante esta marcha en los rostros sufrientes el autor siente la presencia de Dios, en
su diario va anotando los movimientos, los gestos, las escenas que se realizan
durante ese éxodo hacia México.

41
Nuestra Vida de Jesuitas, Pág.159
42
Cfr. FALLA, R., Pág. 35

34
Hace contacto con la gente, conociendo y anotando sus inquietudes, comparten lo
poco que tienen para comer durante el trayecto, hasta que por fin llegan a la frontera,
sin embargo, no la cruzan, en espera de otro grupo que los alcanzará.

En la frontera acampan, con la rutina de siempre, chapeando el lugar donde


dormirán, llevando las hojas para elaborar las improvisadas camas y cenando la
deliciosa hierba de “quilete dulce”. Esta escena recrea la frase de San Juan de la
Cruz “la cena que recrea y enamora”.43 Es la última cena en su tierra, en Guatemala,
sin embargo no se veían lágrimas en los rostros de las CPR.

6. LA SEPARACIÓN

De viva voz, en una plática sostenida con el autor, expresa que el momento más
duro que le toca vivir junto a las CPR, es cuando llegan a la frontera y empiezan las
despedidas y las lágrimas, él también se despide, pues deja Guatemala y al
observar cada escena, le vienen al recuerdo escenas de separaciones
desgarradoras que a lo largo de su vida le tocan vivir. Especialmente al ver a un
padre despedirse de su hija, recuerda su niñez y la muerte temprana de su mamá.

Cuando entran a México, Ezequiel, el encargado, presenta las credenciales y entran


los refugiados, sin embargo el P. Falla se queda en la frontera; no puede entrar con
el grupo, tiene que pasar la noche él solo, pues será hasta el día siguiente cuando
lleguen a recogerlo.

Esa noche después de despedirse de cada una de las personas, siente deseos de
llorar, pero no lo hace, no puede quebrantarse ante sus acompañantes, al contrario
desea infundirles valor y aunque el corazón se desgarra, demuestra entereza y
valentía al despedirse de la comunidad, su esposa fiel.

43
Cfr. Pág. 37

35
Al quedarse solo, desde la frontera, se apodera de él un fuerte sentimiento de
tristeza e impotencia, al igual que Jesús cuando llega a Jerusalén “Al acercarse y ver
la ciudad lloró por ella” (Lc 19,41), él también al quedarse completamente sólo llora
amargamente.

Con lágrimas en los ojos expresa que es uno de los momentos más duros que le ha
tocado vivir, no deseaba separarse de las comunidades, pero debía hacerlo, por
obediencia y por el bien de esas personas.

Recuerda que la soledad de la noche lo hacen caer a en la cuenta que Dios lo ha


privilegiado, regalándole ese lapso de acompañamiento a las Comunidades de
Población en Resistencia, expresa que en ese momento reconoce que el Padre le
había respondido, situándolo junto al Hijo, invitándolo a imitar el ejemplo de Jesús en
su entrega incondicional a los hermanos necesitados. “Porque como el Padre
resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da la vida por lo que quiere”
(Jn 5,21).

Escribir durante varias horas pasando en limpio todas las entrevistas recogidas
durante el camino, meditar y escuchar el silencio de la noche, lo llevan a descubrir
que Dios tiene un propósito para él y que recurrirá a su Superior para poder volver a
Guatemala.

“No tenía hambre. Sólo hice un poquito de leche con pinol que olía a kerosene y,
cuando cayó la noche, descansé. Pensé si tal vez venía un tigre de verdad, no uno
metafórico, pero la noche fue tranquila, aunque llovía, y yo tenía una paz
impresionante. Estaba en una soledad completa, en el umbral de dos países, ni en
México ni en Guatemala, sino en la frontera. Estaba en el umbral de mi mundo”44

En el año 1984 el Padre Ricardo Falla, entra a México sólo, los refugiados
permanecen en la frontera de ese país y las CPR se quedan en Guatemala.

44
Cfr. Pág. 41

36
CAPÍTULO IV
LA DESPEDIDA

1. EL SELLO EN EL CORAZÓN

“Pónme cual sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo. Porque es fuerte el
amor como la muerte, implacable como el seol la pasión” (Cantar de los Cantares
8,6).

Las Comunidades de Población en Resistencia, se encuentra ya como un sello en el


corazón de Ricardo Falla, un sello que nadie puede borrar, pues es de sangre y de
un profundo agradecimiento por haber compartido con ellas tantas experiencias.

Sabe que va a regresar junto a ellas. Es ahí donde quiere y debe estar, por eso, con
el sello en el corazón y la mirada interior siempre puesta en cada una de ellas,
continúa realizando el trabajo que la Compañía de Jesús le encomienda, pero en
ningún momento puede sacar de su mente el destino de las CPR.

Tres años pasa el autor ordenando el material que reunió en su diario vivir junto a
ellas, al cual llama el Diario de Campo “El conjunto de todos estos apuntes formó lo
que yo llamé el Diario de Campo. Era el documento donde se halla la fuente de la
inspiración personal para el cántico que deseaba componer”45

Además de la tradición oral y de la teoría que acumula en el tiempo que permanece


en ellas, también recurre a las fuentes escritas como periódicos y revistas, para
situar el tiempo exacto los acontecimientos narrados, también visita en Londres los
archivos de Amnistía Internacional.

45
FALLA, R., Historia de un gran Amor, USAC, Guatemala 1995, Pág. 44

37
Fruto de esa experiencia de investigación social y antropológica, serán los libros
Masacres de la Selva y la obra que se está analizando en este trabajo: Historia de un
gran amor.

En las obras de Ricardo Falla, se plasman acontecimientos que más adelante serán
retomados por la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala para
elaborar los informes del REHMI.

2. LA LLAMADA DE LA AMADA

¡La voz de mi amado! Helo aquí que ya viene, saltando por los montes, brincando por
los collados” (Cantar de los Cantares, 2,1)

Si bien el amor nunca ha disminuido, el Pastor pendiente como el primer día en que
conoció a sus comunidades tan amadas.

En 1986 se inicia la preparación de un Nuevo Plan Pastoral de Acompañamiento


entre el Comité de Parcelarios de Ixcán, la autoridad de la CPR y un grupo de la
Iglesia, Ricardo Falla se ofrece para su ejecución, con la fe y esperanza de que sus
superiores, después de dos años, en los cuales se ha dedicado únicamente a
escribir, le permitan regresar a la selva del Ixcán y así continuar con el trabajo
pastoral con las Comunidades de Población en Resistencia.

No obstante, no recibe la autorización de regresar, es enviado a Honduras y desde


ese país se mantiene viajando al Ixcán cada tres meses, visitando a las comunidades
de Refugiados que se encuentran en Chiapas y Quintana Roo, esperando el
momento de poder regresar a Guatemala.

Necesita ver a sus comunidades, estar con ellas, acompañarlas aunque sea en
pequeños lapsos de tiempo, porque son parte de su vida. Si bien el matrimonio entre
Ricardo y Falla y las CPR atraviesa por momentos difíciles, el amor continúa
floreciendo.

38
En esas visitas, ratifica su deseo de continuar plasmando en sus obras, la historia
concreta de esas personas, para que no sea olvidada en el futuro; el compromiso
con el pueblo indígena de Ixcán no consiste sólo en preocuparse por las
comunidades indígenas, internamente, desea realizar de la mejor manera posible su
trabajo como escritor y transmitir a otros la figura de las CPR, para que las conozcan
y para que no sean olvidadas a través de la historia.

Durante este lapso, Ricardo Falla hace vida las palabras de Jesús con respecto al
matrimonio “De manera que ya no son dos sino una sola carne. Pues bien, lo que
Dios unió no lo separe el hombre” (Mc 10, 8).

Al no poder abandonar a las CPR decide colaborar en la ejecución de ese Plan


Pastoral de Acompañamiento, esperando poder regresar pronto a su lado.

Demuestra una actitud de humildad y obediencia, porque aunque su deseo de


regresar al Ixcán definitivamente lo inquieta y desborda, él no pierde la perspectiva
de que es un sacerdote jesuita y que siempre tiene que estar dispuesto a la decisión
de sus superiores.

Al igual que Ricardo Falla, el sacerdote Luis Gurriagán también tiene la intención de
ir al Ixcán para acompañar a las CPR. “Su primera intención era formar un equipo
con el jesuita guatemalteco Ricardo Falla, con quien tenía amistad desde los años
sesenta. Falla, apasionado antropólogo era amigo de Ignacio Ellacuría y de otros
jesuitas de la Universidad de El Salvador. Entre 1981 y 1982 había pasado varios
meses en Ixcán. Pero esta vez su Compañía le puso trabas”46

La paciencia y la esperanza son virtudes que Ricardo Falla muestra en estos años,
en los que guarda la esperanza de regresar a Guatemala, pero sabe esperar el
momento indicado, pues está seguro que el Padre lo llevará junto a la amada cuando
Él lo considere conveniente.

46
SANTOS, C., Guatemala. El silencio del Gallo, A&M Gráphic, S.L. , Barcelona, 2007, Pág. 286
39
“Nuestro servicio de la fe y nuestro servicio de los hombres, no obstaculizan nuestra
unión con Dios, sino que unen nuestra acción a la acción salvífica de Cristo en la
historia”:47

Desde su modo de proceder, es fiel a la identidad ignaciana y está consciente de su


compromiso cristiano de brindar amor a quien más lo necesita, imitando siempre a
Jesús, siempre entregado a los demás.

3. EL OTRO ESPOSO

“Mi amado es trigueño claro, inconfundible entre miles de hombres” (Cantar de los
Cantares 5,10)

Después de esa larga espera, por fin recibe la autorización para regresa a Ixcán en
Julio de 1987; en el acuerdo con la Compañía de Jesús de permanecer por un año
renovable, al año forzosamente tenía que salir a evaluar.

La Compañía de Jesús conoce los riesgos que supone el volver a internarse en la


selva de Ixcán, pero lo dejan en libertad de hacerlo, no de manera definitiva, sino
temporal.

Esta es una característica de dicha Congregación, la de evaluar anualmente el


trabajo de los sacerdotes que se encuentran dentro de sus obras o bien que están
llevando a cabo una misión especial, como es el caso de Ricardo Falla.

“La formación continua se consigue principalmente por la constante evaluación y


reflexión sobre el propio apostolado bajo la luz de la fe y con la ayuda de la
comunidad apostólica”48

A su regreso es recibido por el Padre Luis Gurriagán, Misionero del Sagrado


Corazón, a quien en su obra el autor simplemente llama “Julio". “Lo encontré allí con

47
Nuestra Vida de Jesuitas, Provincia de España de la Compañía de Jesús, 1990, Pág. 176
48
Ídem Pág. 206
40
su pipa en la mano, “inconfundible entre miles de hombres”. Estaba enamorado.
Locamente enamorado de las CPR. Ya se había acostumbrado a la vida de la selva,
para lo cual tenía preparación de experiencias anteriores. Comía ya cinco tortillas por
tiempo, señal para las todo santeras de que ya no estaba triste. Mucha gente llegaba
a platicar con él decía que nunca saldría del lugar, que allí moriría y allí quería ser
enterrado”49

Existe otro Pastor, el cual ha llegado antes que él, Ricardo Falla lo conoce y se
alegra que existan otras personas que amen tanto como él a las CPR.

Sin embargo, como todo enamorado está un poco celoso, la razón de sus celos es
darse cuenta que Julio estará con su Amada comunidad, por tiempo indefinido y él al
año tiene que salir, dejarlas.

Por la misma situación, desea aprovechar el tiempo junto a las comunidades y


recuperar el tiempo perdido, en ese momento siente, que las CPR, ya no lo
reconocen como el esposo original, según palabras del autor, y él desea que su amor
vuelva a ser el mismo, recuperar la pasión, que también en él ha disminuido por la
distancia.

Para esa época las Comunidades de Población en Resistencia han avanzado mucho
en su organización, ya hay más gente; la reubicación forzada de los campamentos
de refugiados en la selva mexicana del Marqués de Comillas, no es aceptada por
muchos de ellos, por lo cual regresan a Guatemala. La población asciende ya seis
mil habitantes. “El año 1985 que resintió la vuelta de los refugiados con más bocas
que cultivos había quedado atrás, ahora había mucha producción”50

El área está más tranquila, existe un equipo de educación, promotores de salud, y ya


hay un poco de medicina. Una de las funciones del Comité de Parcelarios de Ixcán
es encargarse de canalizar las ayudas solidarias y comprar artículos como botas,
machetes y ropa.

49
FALLA, R., Historia de un gran Amor, Pág. 50
50
Ídem, Pág. 51
41
Ahora se pueden realizar eventos deportivos y bailes nocturnos con grabadora o
marimba. Las CPR escondidas en la selva, desarrollaban un estilo de vida propio.

“Cuando salía del cuartel la patrulla, la noticia se extendía rápidamente por todas las
comunidades, cuya coordinación era perfecta. Tenían incluso un órgano rector, el
Comité de Parcelarios de Ixcán, CPI que era la autoridad civil suprema de la región.
Sus miembros elegidos en asamblea, trabajaban juntos en un lugar incierto en la
jungla”51

Julio, es un hombre muy activo, dispuesto a dar su vida por las CPR, ya tiene
organizada la Iglesia, con base a su experiencia pastoral, crea un modelo de
comunidad de acuerdo a la cultura y necesidades de las CPR.

4. LOS CAMBIOS DE LA ESPOSA

“Qué lindos son tus pies en las sandalias, las curvas de tus caderas son como
collares obra de manos de artista” (Cantar de los Cantares, 7,2).

La esposa, tratada así por el autor, ha sufrido cambios, ahora las CPR cuentan con
una pastoral más organizada, en cada comunidad hay una capilla de techo de
láminas y existe un depósito subterráneo en donde se guardan las cosas de la
iglesia, como las guías de las celebraciones y las hojas de cantos.

En cuanto a la inscripción de los bautizos y matrimonios los mismos son enviados al


Obispo de Chiapas, Samuel Ruiz quien a petición del Padre Julio había aceptado.
“Le pasaría los datos sobre matrimonios, bautizos y demás, para el oportuno
registro”52

Después de haber estado durante tres años ordenando el material para escribir las
vivencias de las CPR, regresa con una actitud investigativa. “Al volver, me costó
retomar el hilo, no tanto porque las cosas estuvieran más estructuradas, sino porque

51
SANTOS, C., Guatemala. El silencio del Gallo, Pág. 289
52
Ídem Pág. 286
42
me brotaba una actitud espontánea de investigación, que es como un hábito que
puede resultar pesado en la acción”53

Como Jesús, Ricardo Falla también atraviesa momentos difíciles, el trabajo es


diferente, muchas personas no lo conocen, le cuesta ponerse al día en los
acontecimientos actuales. “Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se
les acercó y se puso a caminar a su lado, pero algo impedía que sus ojos lo
reconocieran” (Lc 24. 15-16). En esta instancia el padre Falla donde recurre a la
oración, para comprender qué debe hacer y qué camino debe tomar.

“En la oración mental nos damos a Dios y procuramos, apoyados en la gracia de


Dios, verlo todo a la luz de Cristo”54

Como en un matrimonio, después de un tiempo de separación, es difícil volver a


acoplarse como pareja, sobre todo, cuando se atraviesan situaciones difíciles, sin
embargo, después que ambos se sobreponen a esa situación, el amor entre ellos
surge y el reencuentro comienza a disfrutarse.

Ricardo Falla después de orar y discernir, ve todo muy claro y decide renunciar a su
labor de investigación y dedicarse a realizar su labor pastoral.

“Entonces fui entrando poco a poco en la dinámica de la acción, tratando de


aprender de Julio y sugiriéndole posibles cambios, que él aceptaba, porque era muy
abierto. Para comenzar dispusimos dividirnos el área en una primera gira, que
empezamos a fines de septiembre. El giraría por las comunidades del norte y yo por
las del sur, con el plan de luego juntarnos en el centro a evaluar. Cada visita estaba
muy planificada y de antemano enviamos correos a todas las comunidades
indicándoles las fechas en que llegaríamos. Sin embargo, ya nunca nos veríamos,
pues la ofensiva de fin de año vino a descalabrar todos nuestros planes y él no pudo
quedar a morir junto a su amada”55

53
FALLA, R., Historia de un gran Amor, USAC , Guatemala, 1995, Pág. 52
54
Nuestra Vida de Jesuitas, Pág. 173
55
FALLA, R., Pág. 53
43
Hablar de ofensiva del ejército significa tiempo de angustia, huir, esconderse, quedar
sin comida debido a la quema de la siembra, dolor de perder a seres queridos, esta
es la realidad que viven las CPR en cada uno de esos ataques.

Los soldados comienzan a concentrarse a finales de 1987, para dar inicio a la


ofensiva de fin de año, en la que participarán 2 mil soldados, que quieren acabar con
la guerrilla y vaciar el área de la población civil.

El gobierno que ordenó esta ofensiva fue el mismo que puso los cimientos para
lograr la paz. La ofensiva es muy fuerte, muy diferente a las anteriores en las cuales
Ricardo Falla había estado en 1983; aumentó el número de soldados y de medios
bélicos. Sin embargo, la guerrilla estaba mejor armada y con mayor organización, lo
cual favoreció la resistencia de la CPR de mantenerse en el área. “Mientras Cerezo
se reunía con otros presidentes centroamericanos en Esquipulas para buscar la paz
en la región, los militares seguían aplicando su proyecto de tres patas: la
militarización del país, el enriquecimientos de los altos mandos y la política de Tierra
Arrasada”56

Durante la ofensiva, el padre Julio se encuentra en las comunidades del norte y


Ricardo Falla en las del sur, por lo que el padre Julio tiene que salir para México
porque es allí donde primero se realizan los ataques, sin embargo, regresa ya que al
igual que el autor quiere estar en el centro del remolino.

Se mantienen en comunicación gracias a los correos civiles que mantienen las


comunidades. Cuando el ataque en el sur va a iniciar, la guerrilla le informa a
Ricardo Falla que debe salir hacia el norte lejos del ejército. Pero después de
discernir llega a la conclusión que de nada sirve la Pastoral de Resistencia si el
pastor sale huyendo ante el peligro, por lo que apela y a diferencia de 1983, se le
permite permanecer junto a las Comunidades del sur.

56
SANTOS, C., Pág. 317

44
“Ven novia mía, mi prometida, baja de las cumbres del Hermón donde están las
cuevas de los leones y las montañas de los leopardos” (Cantar de los Cantares, 4,8)

En el conflicto armado cuando las CPR se refieren al ejército, los tildan de fieras,
comparándolos con leones, leopardos, depredadores, que tienen la necesidad de
destruir, de matar, de ver correr sangre.

Este verso del Cantar de los Cantares, encaja perfectamente tanto con el amor del
autor por las comunidades, como el de la incertidumbre en que se encuentran al
tener que esperar el ataque inminente del ejército, sin poder hacer nada para
evitarlo.

En este lapso de espera, no se puede realizar el trabajo pastoral, por lo que Ricardo
Falla tiene que quedarse en una de las comunidades del sur, desea salir a tapiscar,
pero no se lo permiten, ya que el ejército puede llegar en cualquier momento.

“Entonces quedé como vago en el campamento de la comunidad. Pero se me


permitió conocer a cada una de las personas, comenzando por los niños,
entreteniéndome con ellos en grupitos de dos o tres. Algunos niños lloraban al
verme, con barbas y anteojos, blanco, distinto, muy distinto a su gente. Se
asustaban, su corazoncito les hacía “pum, pum” me dijo una mujer ixil. Esos niños
más ariscos eran el objetivo de mi compañía espiritual”.57

Hacerse amigo de los niños, es el puente que lo lleva a las madres, así empieza
nuevamente su acercamiento a estos miembros de las CPR, aprovechando el tiempo
para seguir investigando, conviviendo con las mujeres y los niños y aprendiendo
cada día de sus costumbres y su cultura.

57
FALLA, R., Pág. 56

45
Su misión, es con todos, él reconoce en la niñez, el rostro más bello de la que él
considera su Esposa, brindándoles un lugar privilegiado en su corazón, igual que lo
hace Jesús. “Dejad que los niños vengan a mí, no se los impidáis, porque de los que
son como éstos es el Reino de Dios” (Mc 10,14).

Algunos de los niños que conoció Ricardo Falla, mueren durante el conflicto armado,
otros son separados de sus familias y adoptados por familias nacionales o
extranjeras. Esta etapa los marca, pues no tienen la oportunidad de hacer una vida
normal.

El sentirse aceptado por las mujeres y los niños, profundiza más su amor por las
CPR, pues se siente ya como parte de la familia que forman esas comunidades.

El 17 de octubre de 1986 se realiza el primer bombardeo, se tienen preparadas las


trincheras bajo tierra, como estrategia se les pone a los niños un palito sobre entre
los dientes para que no les revienten los tímpanos.

Durante los ataques, se resguardan diez personas en cada trinchera, y a Ricardo


Falla lo animan las sonrisas algunas mujeres quienes le transmiten paz y
tranquilidad, a la vez que lo animan a dar gracias a Dios porque continúan vivos.

Las comunidades diseñan su plan de emergencia, que consiste en escapar de forma


ordenada del campamento hacia otro sitio más profundo en la selva, el caminar junto
a ellas, seguirlas por la selva, nos muestran los lazos de amistad y de amor que
cada vez se vuelven más fuertes en ese proceso de seguimiento del autor hacia las
CPR, es decir un camino que lo llevan a la opción de continuar con ellas, no sólo un
año, sino por el tiempo que ellas lo necesiten.

Cuando las ofensivas se intensifican, abandonan los campamentos del sur, en


marchas penosas muy similares a las que hizo el autor con las Comunidades en el
año 1983.
46
“Volviendo a sentir que el Padre me había puesto con su Hijo. Comencé a
sistematizar todas las estas experiencias de crisis en una petición que Ignacio
aprendió a hacer después de su conversión, que era de “conocimiento interno del
Señor que por mí se ha hecho hombre, para más amarlo y seguirlo” Muchas veces
oré de esta manera pidiendo que todos mis esfuerzos se encaminaran a conocer
profundamente a este pueblo” 58

Al inicio del capítulo se mencionó que el padre Julio es quien organiza a las CPR y
que Ricardo Falla llega a ayudarle en lo que ya tiene implementado. Sin embargo,
cuando Julio se enferma gravemente debido a una úlcera sangrante, tiene que salir
del área y Ricardo Falla se queda solo al frente de la pastoral de las CPR del Ixcán.

“Las Navidades de 1987 y las primeras semanas de 1988, las pasé en México D.F.
con mis compañeros de la IGE59, que en enero celebraran su asamblea anual. En
esos días me acordaba de Ricardo Falla, que se había quedado en la selva”60

Ricardo Falla queda solo, pero más enamorado que nunca, comprende el
compromiso que tiene y gustosamente lo acepta, reorganiza el Equipo de Trabajo
Pastoral, comienza a activar de nuevo todo el trabajo pastoral en la medida que
podían, sin embargo, ahora que ya conocen la fuerza de la ofensiva, encuentran la
forma de evadirla y así realizar su tarea evangelizadora.

5. LA SEGUNDA SEPARACIÓN

“Mi amado ha salido a su jardín… y anda en busca de los lirios” (Cantar de los
cantares, 6,2).

58
FALLA, R., Pág. 59
59
Estas siglas significan Iglesia Guatemalteca en el Exilio
60
SANTOS, C., Pág. 316
47
Cumplido el año sale de las CPR tal como lo había convenido con sus superiores e
inicia lo él llama metafóricamente, la recolección de los lirios, que son las
circunstancias pastorales que ayudarán a las CPR al regresar a la Selva del Ixcán. El
total de estas circunstancias son tomadas por el autor como un ramo de lirios que
quiere ofrecer a su comunidad amada.

Inicia la recolección de los lirios con visita que realiza es a Mons. Julio Cabrera
Obispo del Quiché, a quien él llama el “el mero esposo”61

En su visita da a conoce al Obispo las circunstancias en las que tiene que celebrar
los sacramentos en la selva del Ixcán, especialmente la Eucaristía. “Le dije que
durante la ofensiva se nos habían acabado las hostias y el vino y que había
consagrado con tortillitas de tostadas de maíz y agua de caña. Le dije que habíamos
admitido a la eucaristía, previa reunión con los catequistas, a algunos que, siendo
casados y estando la primera mujer separada de ellos por la guerra, habían tomado
a otra mujer. Le dije que habíamos cambiado los evangelios de los domingos,
respetando las grandes festividades del año litúrgico, pero no lo determinado para
cada domingo, porque los evangelios que estábamos usando decían más al
momento de la gente. Todo lo aprobó, todo lo comprendió emocionado, porque
sentía en el alma a su pequeña esposa”62

Durante ese encuentro le informa sobre la situación militar y política de la zona, de


los riesgos de la pastoral que era una pastoral personalizada, ya que las CPR son
una gran familia, le presenta unas cartas de los coordinadores de los catequistas
pidiéndoles que las visite y les imparta el sacramento de la confirmación.

Monseñor Cabrera, le indica que en ese momento es imposible realizar la visita, pues
peligraría toda la diócesis, tampoco autoriza la visita del Padre Falla a las

61
FALLA, R., Pág. 63
62
Ídem, Pág. 64
48
comunidades de la sierra, ya que éstas serán atendidas pastoralmente por otro
equipo pastoral.

Poder informar de lo que estaba sucediendo y recibir la venia de todas las


alteraciones litúrgicas de Monseñor Julio Cabrera, es para Ricardo Falle el primer
lirio para su amada CPR.

El segundo lirio es que durante el tiempo que él ha permanecido en las CPR, ha


habido cambio de Superior en la Compañía de Jesús y cuando llega a El Salvador
se entera que el Superior ha decidido sacarlo de la selva de Ixcán.

Durante la entrevista personal con el Provincial, le explica sus argumentos para


regresar junto a las CPR, por lo cual se le permite que los presente ante la consulta
de Provincia, de donde sale la decisión unánime de permitirle esa misión por un
tiempo indefinido.

Este es el segundo lirio y sin duda, el que le causa mayor alegría y satisfacción a
Ricardo Falla, pues ya no tendrá que separarse de su comunidad.

El tercer lirio que recoge, es la reunión con sus hermanos jesuitas que lo apoyaban,
quienes le comparten que existe un proyecto de formación de una organización
popular y religiosa con una concepción ecuménica, lo que le parece bien, y así
unificar esfuerzos con los que trabajan con refugiados.

Otros lirios que recoge, antes de regresar al Ixcan, es un proyector de pilas, un


módulo solar, baterías recargables y filminas del Antiguo Testamento, una cámara
fotográfica, cuadros de la vida de Jesús para los niños y un texto de historia maya.

49
6. EL SEGUNDO Y ÚLTIMO RETORNO

“Paloma mía en las grietas de la roca, en escarpados escondrijos muéstrame tu


semblante, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce, y gracioso tu semblante”
(Cantar de los Cantares 2, 14)

Después de dos meses de ausencia en septiembre de 1988, el regreso de Ricardo


Falla causa mucha alegría a las CPR y sobre todo para él quien en la ausencia
siempre los tuvo presentes y ahora está listo para trabajar con mucho ánimo.

Lleva consigo el ramo de logros y se los entrega a su amada comunidad, va feliz


porque ya no tiene que separarse de ella, su deseo es estar para siempre junto a las
CPR. “Pasó el invierno, pasaron las tormentas y los aires que desbarataron la
montaña se alejaron. Pasó el gran peligro de la ofensiva que duró seis meses”63

En este espacio Ricardo Falla y las CPR, tienen tiempo de descanso y de paz: cesan
los bombardeos, se respira paz y armonía en el campo, se siente el olor de las
flores, de la hierba, los árboles comenzaron a dar frutos.

Interiormente el autor se queja de no poder tener una vida normal, un tiempo de


tregua, porque eso es lo que él desea, poder ser el esposo, el amigo, el sacerdote,
todo lo que pueda darles a las CPR le parece poco, está profunda y sinceramente
unido a su gente, que es todo para él.

Esta unión se va haciendo cada vez más fuerte, para Ricardo Falla, su sueño es
realidad, está junto a su Amada de carne y hueso, puede tocarla, hablarle, quererla y
acompañarla. El trabajo pastoral que se realiza durante los dos años posteriores a la
ofensiva es de mucho compromiso cristiano y de beneficio para espiritual y material
para los miembros de las CPR.

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FALLA, R., Pág. 67

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Se comienzan a planificar cursillos de la Iglesia Primitiva basado en el Libro de los
Hechos de los Apóstoles, se renuevan los métodos de clases con los niños y de
reuniones de mujeres ayudándose con los materiales llevados por Ricardo Falla y se
comienzan a visitar las comunidades de la Sierra para celebrar bautizos.

En 1990 cae el socialismo en la Europa del Este y Frente Sandinista en Nicaragua


pierde las elecciones, las CPR se ven afectadas por este último hecho ya que se han
identificado con la revolución nicaragüense.

EL Padre Falla vive esa caída a la vez que en 1989 en El Salvador son asesinados
seis sacerdotes jesuitas, entre ellos Ignacio Ellacuría, situación que lo golpea con
mucha fuerza, ya que ese Teólogo de la Liberación, era su amigo y su compañero de
Congregación y era un amigo que siempre lo apoyó en sus decisiones.

Por otro lado, el ansia de su declaración pública ante el pueblo de Guatemala y ante
el mundo, se prioriza en las CPR, surge la esperanza a raíz de un equipo pastoral en
la Aldea Xalbal, donde parece que la Iglesia servirá de mediadora.

En 1991 las comunidades de Ixcán son reconocidas públicamente, después de diez


años de existencia. El documento, que contenía muchas y variadas reivindicaciones
es la demanda de la CPR como población civil, a la vez que exige el retiro de los
cuarteles militares y el respeto a los derechos humanos.

“La publicación del documento del documento fue acompañada por la salida de los
primeros delegados de las CPR a la capital, donde darían a conocer ante el pueblo
de Guatemala y ante personalidades y grupos extranjeros lo que eran ellas,
intentando a la vez organizar una visita de una Comisión, que llamaría la
Multipartita”64

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FALLA, R., Pág. 81

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El 10 de agosto de 1991 se realiza la esperada visita, 24 personas nacionales e
internaciones, miembros de la iglesia católica y evangélica, llegan al Ixcán. El ejército
realiza acciones violentas para interrumpir la visita, como el lanzamiento de bombas,
el asesinato de Julio Quevedo, Promotor de Cáritas del Quiché, noticias confusas en
los radioperiódicos anunciando que la visita no se llevaría a cabo.

Pero los ataques del ejército no funcionan y la Comisión se presenta en agosto y


esto representa un gran consuelo y despierta mucha esperanza en las CPR.

En la visita Ricardo Falla no se muestra, permanece alejado tomando fotografías. La


razón para no declarar su presencia es porque se puede poner en peligro su acción
pastoral dentro de las CPR, lo que puede causar que el ejército reaccione contra la
diócesis del Quiché o contra sus agentes de pastoral.

Esta visita le causa sentimientos encontrados, pues se siente feliz que por fin se
llegue hasta las CPR, pero este hecho lo hace prever que era el principio de la
finalización de su acompañamiento, pues ve muy cerca el momento de que a esas
personas las atienda la Iglesia por lo legal, a través de su Obispo.

Con la única persona con la que platica es con Mons. Álvaro Ramazzini, Obispo de
San Marcos, quien se acerca a él por la noche, junto con tres catequistas que lo
acompañan.

Las visitas se repiten, la segunda se realiza en noviembre y la tercera en marzo de


1992, en la cual, llega por primera vez el Obispo del Quiché, el mero esposo de las
comunidades, como lo llama el padre Falla. Llega como lo dice el Cantar de los
Cantares “Yo soy el narciso de Sarón y el lirio de los valles, como el lirio entre los
cardos así mi Amada entre las mozas” (Cantar de los Cantares 2,1).

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Él es el último lirio que quiere ofrecer a las CPR, es el mejor regalo para los
miembros de esas comunidades indígenas, que ansiaban su presencia y su cariño.
Ahora por fin se sienten felices, de que él las visite, que las conozca y que las
escuche. Para los miembros de las CPR la visita de Mons. Julio Cabrera es de gran
trascendencia, se sienten animados, protegidos e importantes, pues el Obispo ya los
conoce y habla con ellos.

En ese mismo año se inician las negociaciones de paz y el retorno de algunos


refugiados de las CPR al Ixcán. Al mismo tiempo que el ejército lanza dos operativos,
uno en julio contra la comunidad de Los Ángeles y el segundo en noviembre, en el
cual son quemadas las comunidades de Cuarto Pueblo 1 y 2, el domingo 29 de
noviembre.

El 1 de diciembre, el ejército se acerca a la comunidad de los Ángeles para


quemarla, entonces encuentra la cueva donde se guardan las cosas de la Iglesia,
sacan lo que les interesa y el resto lo queman. “El ejército dedujo que yo estaba en el
lugar y que fungía como Padre Marcos. Eso fue correcto. Pero también pretendió
deducir, no sé si engañándose a sí mismo o mintiendo, que yo era comandante
guerrillero”65

Se inicia una serie de acusaciones contra el comandante Marcos, por lo cual decide
salir, no por seguridad propia, ya que las CPR le brindaban la protección necesaria,
sino porque desea informar personalmente a la Conferencia Episcopal de Guatemala
de lo acontecido.

65
FALLA, R., Pág. 92
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7. EL ADIOS DEFINITIVO

“Salí la mañana de Navidad, cargado de tamales para el camino”66

Estando fuera tiene permiso del Provincial para regresar en Semana Santa, sin
embargo, se le transmite el deseo de la Conferencia Episcopal de que ya no regrese
para salvaguardar su integridad física.

Impugna esta decisión ante el Obispo del Quiché, indicándole que él quiere ser un
pastor auténtico y por eso desea permanecer en las CPR, que no le parece correcto
salir huyendo y dejando desatendidas pastoralmente a esas personas.

Mons. Julio Cabrera le argumenta que él es el verdadero responsable de las CPR, y


que las CPR seguirían siendo atendidas pastoralmente desde las diócesis del
Quiché.

Nuevamente acata las órdenes y con el corazón dolido, abandona a las CPR del
Ixcan. Durante una plática les indica que él nos las deja, que son las circunstancias y
su obediencia a la jerarquía de la Iglesia la razón por las que tiene que abandonarlas
definitivamente.

Se entera de que muchas personas en las CPR se ponen tristes al saber que no va a
regresar, le escriben cartas, pero de todas Ricardo Falla recuerda particularmente la
de un Kechí que dice así: “Yo cuando escuché, me dijo el Pedro Tomás, “el padre ya
no va a llegar, dice conmigo. Estamos trabajando en la playa. El mismo rato me pone
como bolo. Me quedé triste por usted, Entró la noche. Yo salí de la casa. Empecé a
llorar. Me agarró más el dolor, Nunca te voy a ver, porque usted sabe como vivo yo
en mi casa67”

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FALLA, R., Pág. 93
67
Ídem
54
En su despedida Ricardo Falla inspirado por su Maestro, anima a las CPR a que
estén siempre alerta, organizados y que continúen trabajando con los nuevos
responsables de la pastoral. “Estén atentos y vigilad, porque ignoráis cuando será el
momento. Al igual que un hombre se ausenta: deja su casa, da atribuciones a sus
siervos, a cada uno su trabajo y ordena al portero que vele. Velad, por tanto, ya que
no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a la media noche, o al
cantar del gallo, o de madrugada”. No sea que llegue de improviso y os encuentre
dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos digo: ¡Velad¡ (Mc 13. 33-37).

La relación entre Ricardo Falla y las CPR ha sido como de la de enamorados, novios
y esposos. “Yo por mi parte no podía dejar de pensar en ella y hablar de ella”68

La esposa por su parte dice “Abrí la puerta a mi amado, pero mi amado se había ido
de largo. El alma se me salió a su huida. Le busqué desesperada y no lo hallé. Lo
llamé y no me respondió” (Cantar de los Cantares, 5,6)

68
Ídem, Pág.94
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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

CONCLUSIONES

1. Con el aporte del Evangelio del Padre Marcos (Padre Ricardo Falla) se recoge
el itinerario vivido por un cristiano, en su búsqueda de una vida de entrega y
seguimiento a Jesús de forma radical, en el saber estar con los más
desprotegidos, en este caso, los indígenas y campesinos de Quiché que
tuvieron que interrumpir su vida pacífica por la irrupción de la violencia, del
destierro y la guerra.

2. Este nuevo evangelio refleja también, la manera cómo Dios con amor y
ternura, llama, seduce y enamora a su elegido, dispuesto a darse totalmente a
la causa del Reino; y al mismo tiempo a ofrecer su vida por el amor a los
suyos si es preciso, pues su opción se deriva de su consagración bautismal
que lo ha llevado a asumir la persona de Cristo.

3. Las cuatro etapas o momentos de la obra Historia de un gran amor, también


llamado por el mismo Ricardo Falla, el Evangelio: Enamoramiento, Noviazgo,
Matrimonio y Despedida, expone momentos personales a través de los cuales
Dios se manifiesta en la persona y le va animando a confiar completamente en
Él y al servicio incondicional a los demás.

4. Siendo Marcos (Padre Ricardo Falla) un jesuita vive las cuatro etapas con las
Comunidades de Pueblos en Resistencia del Ixcán, desde la fuerza
inspiradora de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, colocando
el Principio y Fundamento ignaciano que le orienta y conduce a la experiencia
de reconocer su pecado y desde allí, el conocimiento interno de Jesús, en
querer colaborar en bajar de su cruz a los sufrientes de ese momento, para
encaminarlos a una vida transformada y resucitada.
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5. La experiencia espiritual del Padre Ricardo Falla refleja también cómo a mayor
conocimiento interno de Jesús, mayor entrega y servicio incondicional; pero
por otra parte, también el cómo acompañar y sentir las heridas de los que
sufren persecución, ayuda a sanar las propias heridas y, por lo tanto, a
madurar y crecer en lo humano y espiritual.

6. Ricardo Falla se convierte en un profeta por excelencia, en el sentido de que


trata de reivindicar la condición de hijos de Dios, en el acompañamiento a la
población indígena y excluida. Sus acciones fueron una denuncia profética,
tanto al interior de la Compañía de Jesús, como para la misma Iglesia;
arriesgando su vida por querer vivir con radicalidad su búsqueda de un Reino
Nuevo, siguiendo los pasos de Jesús, anunciando la esperanza, denunciando
la indiferencia de una sociedad, y con su proceder, cuestionando internamente
a muchos cristianos.

7. Hay muchas razones para considerar que la obra Historia de un gran amor
recoge la experiencia fuerte y profunda de alguien que en el servicio,
encuentra el rostro de Jesús en el dolor, sufrimiento y la persecución de un
pueblo inocente, moviéndole interiormente a vivir desde la experiencia de
encarnación e inculturación.

8. Al mismo tiempo esta obra contiene el conjunto de aspectos de un auténtico


seguidor de Jesús:
a. Optar incondicionalmente por los pobres y acompañarlos en el difícil
camino.
b. Estar en profunda comunión con Dios a través de la oración constante,
especialmente en los momentos límites y para pedir siempre la gracia
de “ser puesto con el Hijo”, a ejemplo de San Ignacio de Loyola.

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c. Del discernimiento en la toma de decisiones difíciles, que le devolvería
la dignidad y el bienestar a un pueblo desterrado y humillado.

9. Historia de un gran amor, es una historia válida para que las generaciones
jóvenes aprendan que ser cristiano no es sólo portar un crucifijo en el cuello, a
participar en grupos juveniles, formar parte de las jornadas juveniles o
cualquier actividad que lleve a una labor social, si no que ser cristiano implica
vivir la vida en Cristo, a optar por su causa, amar y servir sin esperar
recompensa, a vivir de acuerdo a los valores del Reino.

RECOMENDACIONES

1. Favorecer en los espacios de formación para jóvenes, en las propuestas


catequéticas y pastorales, un seguimiento de Jesús más encarnado en la
historia, para que desde allí, se le conozca, se le ame y siga con
responsabilidad y entrega generosa.

2. Los 4 momentos que describe el Evangelio del Padre Marcos, pueden ser
elementos para un itinerario espiritual de seguimiento de Jesús, en el
acompañamiento a los jóvenes y comunidades más desprotegidas, como
opción fundamental.

3. Identificar las experiencias reales vividas, en este caso, por un cristiano,


guatemalteco y reconocer que para la Parroquia San Antonio de Padua de la
zona 6, de esta capital, también pueden ser de validez las 4 etapas del
proceso descritas en la obra de Historia de un gran amor.

4. A base de diversos materiales didácticos y virtuales (textos bíblicos,


fotopalabras, guías de reflexión, videos, etc.) y a través de la metodología ver,

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juzgar y actuar, se puedan ir reconociendo en cada una de las 4 etapas del
Evangelio del Amor, la manera tan variada y diversa que puede favorecer el
seguimiento más radical y profético de Jesús en la vida diaria, en la vida
personal y comunitaria de los jóvenes, especialmente.

5. Desde la lectura del Evangelio del Amor, reconocer los rasgos de una
espiritualidad encarnada y desde los pobres, generando desde allí propuesta
formativas para Talleres en los que se resalte a Jesús entre los pobres,
creando conciencia general del problema de la violencia, de la guerra, de la
pobreza, de la marginación, de la exclusión y desde allí lanzar un grito
profético ante la realidad actual en Guatemala.

6. Propiciar un encuentro personal con el padre Ricardo Falla, para que los
jóvenes puedan escuchar su testimonio de seguimiento a Jesús desde la de
entrega incondicional, el estar con los pobres viviendo en pobreza y humildad
y comprender cómo desde allí, se puede ayudar a transformar las realidades
injustas, recuperando la señal concreta para saber reconocer en los rostros
sufrientes, los rasgos del rostro de Jesús, hasta el día de hoy.

7. La lectura y estudio del Evangelio del Padre Marcos, puede generar entre los
jóvenes de la Parroquia San Antonio, experiencias sensibles al conocer la
historia y la realidad actual, donde el dolor y la muerte ha permeado a la
sociedad guatemalteca durante largo tiempo; y al mismo tiempo esta obra,
pueda lograr concientizar a las nuevas generaciones, de la necesidad de
conocer las raíces del mal, para no repetir las mismas historias en el futuro.

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BIBLIOGRAFÍA
LIBROS

 ALONSO, P., En el nombre de la Crisis, Artemis y Edinter, Guatemala, 1998

 FALLA, R., Historia de un gran Amor, USAC , Guatemala, 1995

 FALLA, R., Masacres de la Selva, USAC, Guatemala, 1992

 Nuestra Vida de Jesuitas, Provincia de España de la Compañía de Jesús,


1990

 SANTOS, C., Guatemala. El silencio del Gallo, A&M Gráphic, S.L. , Barcelona,
2007

OTRAS FUENTES

 ALONSO, S., Biblia del Peregrino, Mensajero, Bilbao, 2002

 ASTURIAS, S., Estrategia Militar Prueba Pericial 1, Guatemala, recuperado el


4 de agosto de 2010 de http://mugengainetik.org/archivos/tribunal 20,
conciencia.pdf

 BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS, Código de Derecho Canónico,


Editorial Católica, S.A., Madrid, 1983

 DE PAULA, E., Una lectura del Cantar de los Cantares, Revista de


Interpretación Bíblica Latinoamericana, RIBLA, Quito, 2003

60
 Entrevista personal con el Padre Ricardo Falla, el 19 de agosto de 2011 en las
instalaciones de la Parroquia San Antonio

 La fe que hace Justicia La Justicia que busca a Dios, Revista de Espiritualidad


Ignaciana, Suguna Ramanathan, 2006

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