Está en la página 1de 52

Luis Humberto Crosthwaite

Libros de

Luis Humberto Crosthwaite

en Tusquets Editores

ANDANZAS
Instrucciones para cruzar la frontera
Estrella de la calle sexta

Aparta de mí este cáliz

'1
Tijuana: crimen y olvido

:1
1

I
FÁBULA

Idos de la mente

Instrucciones para cruzar la frontera

t
r

FÁBULA

TUSQl!o~r?s
'1 I
Índice

Recomendaciones . 13

1..,
t La fila . 19

El largo camino a la ciudadanía . 29

El hombre muerto pide disculpas . 35

Muerte y esperanza en la frontera norte .. 45

La edición en Joaquín Mortiz, S.A. de c.v.

Editorial Planeta Mexicana, S.A. c.v., octubre de 2002


Mínima historia . 51

La edición en Fábula en Tusquets Editores México: junio de 2011


Corriendo hacia el fuego . 61

Todos los ángeles extraviados . 67

© Luis Humberto Crosthwaite Plumita consentida, plumita de mi vida .. 79

La silla vacía . . . . . . . . . . . 83

~
El autor agradece a YaelWeiss su valioso apoyo en esta segunda versión de
Instrucciones para cruzar lafrontera.
El suave ritmo que hay en sus pestañas . 109

Diseño de la colección: Pierluigi Cerri Diez minutos de futuro


. 115

Ambiente de fiesta en la playa


. 153

t
Reservados todos los derechos de esta edición para

BONUS TRAcK
©Tusquets Editores México, S.A. de c.v.

Campeche 280-301 y 302 - 06100 México, D.F.


Misa fronteriza
Te!. 5574-6379 Fax 5584-1335

www.tusquetseditores.com

1. Confiteor . 161

11. Evangélium . 163

ISBN: 978-607-421-275-4
111. Homilía . 167

Impresión: Litográfica Ingramex S.A. de c.v. - Centeno 162-1 - México, D.F. IV. Oración de los fieles . 171

Impreso en México
V. Liturgia de las palabras:
primera lectura . 175
VI. Liturgia de las palabras:
segunda lectura . 179
183
VII. Credo
VIII. Eucaristía
.
. 185
11
.~
IX. Pater Noster . 189 ,
X. Agnus dei . 193
XI. Conversio . 195 j
1""
XII. Despedida . 201
'1
A la memoria del maestro
Álvaro Rendón Moreno,
feroz amigo, lector y crítico,
abatido por las balas
I
que asesinan a México,
1
I . el 25 de abril de 2011
¡

I
r •

~~

I
Que las palabras pasen como aeroplanos
por encima de las fronteras y las aduanas y
aterricen en todos los campos.

Vicente Huidobro

Quiero recordarle al gringo, yo no crucé la


frontera, la frontera me cruzó.

Enrique Valencia

Los Tigres del Norte

t
Recomendaciones

Piensa en esto: de preferencia no lo hagas.


La verdad es que no vale la pena el ajetreo. Te lo
dice quien confiesa haber cruzado la frontera unas ca­
torce mil setecientas ochenta y ocho veces durante su
vida, por trabajo, por ansiedad o por fastidio.
Atravesar una línea divisoria requiere de un es­
fuerzo intelectual, un conocimiento de que las naciones
tienen puertas que se abren y se cierran; una idea fija de
que un país, cualquiera que éste sea, se guarda el derecho
de admisión a sus jardines y podría echarte de ellos a la
primera provocación.
No obstante, si recibes un llamado poderoso -como
de sirenas, como de imán- y decides cruzar la frontera,
te sugiero tomar en cuenta las siguientes recomenda­
Clones:

• Se requiere que portes un documento que acre­


dite tu nacionalidad y tus intenciones. Nada
molesta más a los guardianes que una persona
con objetivos poco claros. Debes ingresar al país

13
vecino porque vas de compras (cuando hay espe­ Quieren tener el gusto de arrojarte a los leones.
ciales en las tiendas departamentales), para lavar
tu ropa sucia (porque las aguas allá son más pul­ • La paciencia puede ser útil antes de cruzar la
cras), para ir a Disneylandia (<<el lugar más feliz frontera. Si lo haces en automóvil o caminando,
del mundo»); en fin, para realizar faenas que no la espera podría ser infinita. Serás un integrante
comprometan el statu qua de lasociedadque visitas. más de una eterna fila que no parece tener prin­
cipio ni fin. Llévate una novela voluminosa, un
• Está prohibido para el extranjero, y te lo señalarán radio, unas barajas, algún compañero con quién
con sus grandes dedos, recibir dinero a cambio de jugar una ronda de dominó o Monopolio.
trabajo o trabajar a cambio de lo que sea. Por lo
tanto, si cruzas para desempeñar una labor de la­ • Aunque es dificil lograrlo, intenta asomarte para
vaplatos, recolector de basura, mesero, sirvienta, ver cuál de los dos tipos de guardianes cuida la
oficinista, cajero, escritor, etcétera, deberás llevar fila donde te encuentras. Procura que sea Adua­
a la mano una ficción que contarles, no importa na, de lo contrario tendrás problemas. En caso
que sea la misma cada vez. de enfrentarte a un Migra, pídele a Dios que no
pertenezca a lo que en el país vecino se conoce
• Es fundamental saber que las puertas están cus­ como «minoría», y de preferencia que no tenga
todiadas por dos tipos de guardianes: unos lla­ ascendencia latinoamericana: se dice que son los
mados «Aduana» y otros llamados «Migra». Los peores porque saben que alguien los vigila para
I
• primeros se interesan por lo que llevas contigo, que cumplan cabalmente con su deber.
que no sea fruta, que no sea droga; ellos suelen
ser descorteses porque es parte de su trabajo, • Si cruzas en automóvil, que no te extrañe que
pero te dejan pasar algunas veces sin consultar algunos Aduanas se acerquen con un perro para
tus documentos, sin mirarte los ojos, sin pensar que husmee tus alrededores. No te sientas humi­
en tu vida. Los segundos, en cambio, son seres llado si el perro orina una de tus llantas. Tampoco
terribles. Auscultan tu mirada intentando en­ sientas gusto.
contrar propósitos ulteriores. Quieren quebrarte,
quieren hacerte confesar que buscas trabajo pues • Al enfrentarte a uno de esos guardianes, debes lle­
apenas te alcanza para mantener a tu familia. var el pasaporte en la mano y la mente en blanco.

14 15
Lo más apropiado es estar convencido de que índole que requiere de una serie distinta de recomen­
ellos son seres omnipotentes, deidades, césares daciones.
caprichosos capaces de arrojarte de su imperio.
Lo mejor es entregarte a sus designios, por más
absurdos que éstos parezcan .

• Un diálogo típico podría ser así:


-¿Qré trae de México?
-Nada.
-¿Qré trae de México?
I'r
-Nada.
-Tiene que contestar «sí» o «no». ¿Qré trae
de México?
-No.
-Está bien. Puede pasar.

Espero que estos consejos resulten útiles. Procura


llevarlos en una bolsa y repasarlos antes de intentar el
ingreso al país vecino.
~, Hay quienes opinan que trasponer la frontera es
un arte, que no debe ser un acto sencillo como el

~ que se describe en este texto, que debe requerir cierto


esfuerzo de la imaginación. Por eso algunas personas
de alma aventurera prefieren hacerlo por espacios re­
motos, de difícil acceso; lugares que son custodiados
con recelo por los más amplios recursos tecnológicos,
helicópteros y patrullas ansiosas de comenzar la ca­
cería.
Cruzar por esos extremos es una hazaña de otra

16 17
La fila

And this long line of cars


is all because of you.

Cake

1 Estoy haciendo fila, haciendo fila, estoy haciendo


i~r 1:1
111 fila para salir del país. Es algo natural, cosa de todos
'I
,1 los días. A mi izquierda, una familia en una vagoneta
Nissan; a mi derecha, un gringo de lentes oscuros en
1 un Mitsubishi deportivo. Por el retrovisor veo a una
muchacha en un Volkswagen.Adelante, un Toyota.
Vamos a salir del país y es algo natural, cosa de todos
los días.
1 Me gustaría que avanzara, pero esta hilera no tiene
1

~~ l prisa. Ni siquieraporque hace un calor que nos estruja.


El calor es como un pariente gordo, efusivo, imperti­
nente.
¿cuánto tiempo ha transcurrido? Alguien, en un
f
lugar indefinido, se atreve a pitar y el sonido es corto
y tímido, temeroso de las consecuencias. La mucha­
cha, el gringo, la familia, cada quien en su automóvil,
volteamos a buscar el sonido. Alrededor hay coches
Ford, camionetas Plymouth y Chevrolet.

19
La fila no avanza la del gringo. Es un acto loco que se topa con la furia
de unas Hummers. Piso el acelerador para adelan­
tarme hasta un punto que le impida retroceder. El
Algunas personas salen de sus automóviles y mi­ gringo no conoce la misericordia y le tapa el acceso.
ran hacia la puerta. El paisaje se evapora. ¿Qtién nos El Toyota se vuelve una isla. Lo conduce una mujer.
está deteniendo? A lo lejos, nada responde a nuestra Parece que no entiende. No sabe qué hacer. Intenta
pregunta, sólo el calor que nos abraza. regresar, no puede. Nuestra fila sigue su camino. No
El tiempo se marcha. Nos abandona en medio de esta estoy seguro: creo que ella se lo merece por intentar
laguna, náufragos, olvidados. La familia del Nissan es la abandonar la fila: no estoy seguro: creo que su acto
I· primera en mostrar síntomas de desesperación. Una niña fue como una traición, digna de castigo: no estoy se­
1 ¡:!!
llora inconsolable adentro de la vagoneta. Sus herma­ guro.
l
nos y sus papás tratan de calmarla. El gringo enciende Avanzamos. La señora se queda atrás, en medio del
!
i11i

su radio y nos hace una demostración de las detona­ mar. Suplica a cada uno de los conductores y nada ob­
ciones de su estéreo. La muchacha cierra el vidrio de tiene a cambio.
su ventana. Su Volkswagen no tiene refrigeración. Ella j Ahora, delante de mí se encuentra un pick-up Ram,
suda y suda y suda. alto, de grandes ruedas. Al volante, un hombre con som­
De pronto, ante la maravilla de conductores y pa­ brero tejano. Atrás, la muchacha se peina, se arregla el
sajeros, la fila del gringo se mueve unos centímetros. maquillaje que comienza a escurrir. El sudor me atrapa
Eso nos despierta, nos da ánimo, nos llena de esperan­ ~ la cara. La música del gringo es insistente y punzante.
'1
~· za. La garita se vuelve un objeto palpable; de pronto el
optimismo nos hace sentir que alguien pudiera estirar
el brazo y tocarla. j La fila no avanza

No avanza Estoy tratando de recordar por qué estoy aquí,


saliendo del país. Otro claxon lejano. Puedo ver a mi
alrededor que algunas filas comienzan a moverse. La
El Toyota delante de mí es el segundo en dar mues­
tras de angustia. Intenta salirse de nuestra fila e invadir i niña sigue llorando, inconsolable. Su familia la ignora.
Al principio había vendedores. Trato de hacer me-

20 21
moria. Caminaban junto a esas Hummers, ofrecían ta la garita; es una ramificación intentando seducir a
revistasy periódicos. Al principio nos ofrecían sarapes otras líneas. El hombre ruega que lo dejen pasar, se
y figuras de yeso. Al principio, eso fue al principio. quita el sombrero, solicita amabilidad. La muchacha
Ahora estamos solos. Veo Hummers enormes que hace lo mismo. Me decepciona la cobardía de ambos.
parecen no tener conductores. Hummers de colores Esperaba solidaridad, que se hundieran con el barco,
cuya carrocería brilla bajo el sol. que continuáramos ahí hasta el último momento. Es­
El hombre del sombrero desciende de su enorme túpidos. La muchacha ensaya una espléndida sonrisa
pick-up y camina rumbo a la puerta. ¿q_yé tal si la lí­ con cada automovilista. Me repugna su actitud. La
nea avanzara y otro carro nos invadiera? ¿q_yé intenta familia se pierde adelante, adelante, adelante. El hom­
ese hombre? ¿Está loco? La muchacha se ve preocu­ bre del sombrero texano se ha cansado de ser amable
11 lii!¡
:11
pada, temerosa. Su cara pide ayuda, me pide ayuda. y avanza sin misericordia. El pick-up penetra el guar­
I"
11' Quiero pisar el acelerador, pisarlo hasta el fondo, aca­ j dafango de un gringo. Ha sido un golpe contundente.
bar con esta larga espera. Me asomo por la ventana
y no puedo ver al hombre. ¿Dónde está? Se apodera
i La sonrisa de la muchacha finalmente cautiva a un
conductor. Los veo, asquerosos, por mi retrovisor.
de mí una valentía abrupta y desencadeno un pitido, ¿Q_yépromesas se hacen con la mirada? Estúpidos.
luego otro y otro. El sonido se mezcla con el calor, El conductor le da el paso, pero no esperaba que yo
se mezcla con las otras filas, los otros automóviles, estuviera viéndolos, midiendo sus pasos, calculando.
los otros conductores. El hombre regresa al pick-up y Un movimiento exacto del volante y gano el espacio
estoy convencido de que me odia. de la muchacha en la otra fila. Ella trata de seguirme.
Su admirador se adelanta y no la deja pasar. Apenas
~
quedaba un lugar disponible. Lo siento, estúpida.
La niña deja de llorar cuando Luego las Hummers, esos poderosos gigantes, parecen
su mamá le da un golpe en la cara sonreír. Ella me odia, lo sé. ¿crees que me importa?
El gringo se enfrenta al hombre del sombrero. Se
avientan palabras que cortan, rasgan, forcejean. Los
¿ves mis manos? Están húmedas, se resbalan en el veo quedarse atrás; se lo merecen. Delante de mí, una
volante. Ya no escucho la música del gringo, perdida vieja en un Mercedes Benz. Atrás, un gordo inmenso
adelante. Antes que nosotros, el hombre del sombrero en un pequeño Renault.
descubre que nuestra fila no es real, que no llega has-

22 23
tero la siente, mi cuerpo derritiéndose, mi cuerpo
No avanza volviéndose líquido. rnstoy ahí? Salgo de mi carro,
quiero saber con certeza dónde estoy. Pitidos-claxon.
Dónde está la puerta. Pitidos-pitidos. Dónde está el
¿Qyién está en el umbral? Imagino al guardián juez que dictará mi sentencia. Quiero saber, quiero
con su uniforme azul, decidiendo quién es virtuoso, saberlo ahora. Claxon-pitidos-ruido. Una persona se
quién es maligno, quién entra a su país, quién se re­ aproxima, siento su mano en mi brazo. Furia-ruido­
gresa.Aún no lo puedo ver; sin embargo, su presencia trastorno. Golpearla es lo único que puedo hacer,
cercana inunda el ambiente mientras el calor, el calor. patearla, someterla hasta que caiga al suelo. La fila
Treshileras a la izquierda, unas mujeres se pelean, se mueve. Regreso a mi carro y desato la furia de su
I( 1:11¡1

i'·I se jalan el cabello, se golpean. La gente ríe, las motiva motor para que la mujer se levante y me deje pasar.
¡1·111
'I,' a continuar con el pleito. Un niño ladra desde un Lo hace apresurada y cojeando cuando siente que mi
i!

Honda. Ladra como loco, como niño, como perro, auto está casi encima de ella.
ladra. Es gracioso, muy gracioso, y mis manos no Imagino al guardián revisando mi pasaporte, exa­
dejan de sudar. Mis manos se convierten en agua, 1 minándolo a contraluz,buscando cualquiermotivo para
en mar violento, en tempestad. Puedo ver cómo se
f no dejarmeentrar,cualquierinsignificanterazón para de­
í
derriten, se desvanecen las líneas, se caen las uñas. En­
tonces comprendo que sin líneas en la mano no tengo
l volverme.Yaestoy ahí, mi corazón lo sientey acelerasu
ritmo. El anhelo, el anhelo. ¿cuánto falta?
destino, no tengo vida ni muerte, nada de qué asirme, Un hombre desconocido se acerca a mi coche y
sólo esta fila, este anhelo de llegar a la frontera, cruzar, arremete la puerta con sus puños. Busca detenerme.
f dejar esta nación, entrar a la otra. Estúpido. No hay forma. No puede, no lo va a hacer.
Un metal cerca de mi mano se estrella en su cara, se
hunde en su cara.
Aquí está mi pasaporte Faltan cuatro, tres. Casi estoy ahí. ¿Dónde está
mi pasaporte? Mi pasaporte. ¿Lo perdí? A través del
retrovisor, el gordo del Renault parece mostrármelo
Por algún lugar indefinido se escucha un grito, un con sorna. Míralo, míralo. ¿Lo tiene en la mano? Veo
grito que no inspira temor ni compasión, un grito. que enciende un cerillo,veo el fuego,se ríe, carcajadas,
La garita está cerca, la siento cercana, mi cuerpo en- se ríe. Faltan dos, uno. El calor se eleva por encima

24 25
de nosotros. Nos cubre un silencio largo. Una Hum­ Me asomo por la ventana y contemplo el mar: las
rner, otra Hurnrner. El silencio es eterno, desmedido. olas acercándose/alejándose sobre la arena.
Observo a mi alrededor, observo arriba, abajo. Mi Voy a caminar por la playa, dejaré que el agua es-
pasaporte está en el piso. Aquí está el pasaporte. pumosa toque mis pies.
El guardián es rubio, tiene los ojos verdes. Sonreiré.
- Where areyou going? -me pregunta. Me sentaré y la brisa cubrirá mi cuerpo.
-What areyou bringing.from Mexico? -pregunta el
1 - ------ - ----- -- 1 guardián-. Canyo u hear me?
A lo lejos descubro a la mujer que me arna.
1¡ Ahí viene, por la playa.
Espera. Se acerca, se sienta a mi lado.
Antes de cruzar la frontera, mira a tu alrededor. Sus manos en mi cabello; sus manos en mi cara.
Luz atrás; luz a la derecha e izquierda. Frente a ti -Todo está bien -me dice-, no tienes por qué
sólo está la frontera, la entrada al país vecino. preocuparte. Todo está bien.
Ahora mira los ojos del guardián. Asómate aden­ Sus palabras tienen una suavidad que estremece.
tro de esos iris de color azul. Al centro una pupila que La dulzura de su voz me alimenta. Tiene razón.
se expande, oscura, que se abre inmensa y te invita a No tengo palabras para responder.
entrar. Mira en su interior. Sólo silencio. Un silencio placentero.
Ahí encontrarás un amanecer sin ruidos y una Mirarnos las olas durante varios minutos.
casa junto al mar. Reconocernos la paz que hay alrededor nuestro,
~
¿Lo ves? las olas, el mar que se extiende hasta el horizonte.
Si te acercas,por una de las ventanas podrás ver el Luego nos levantarnos de la arena, nos tornarnos
interior de esa casa. de la mano y regresamos a casa.
Fíjate bien. Eres tú.
¿Puedes mirarme?
Estoy despertando.
Me levanto de la cama, voy a la cocina y bebo una Para Johnny B. Lloro
taza de café.
Aspiro su aroma.

26 27
El largo camino a la ciudadanía

1. Desde niño adora todo lo relativo a Estados Uni­


1, 1·.1·¡111
·'11
11¡. dos de América, considera que es el mejor lugar
,1li• del universo. No se puede decir que sus padres
le hayan inculcado este amor al país vecino, más
bien es una circunstancia que se apoderó de él
sin una explicación clara, una situación normal
y cotidiana.

2. Ve la televisión como otros estudian la Biblia.


t La cultura norteamericana penetra en sus entra­
ñas como una luz que llega del cielo preguntan­
do «épor qué me buscas?».Toda su vida tratará
de responder a esa pregunta.

3. Desde muy temprana edad descubreque esmexi­


cano, lo cual considera un gran inconveniente.
Se reúne con otros que piensan igual que él.
Busca cualquier pretexto para cruzar la frontera.
En el norte se siente mejor, más libre. Atraviesa
los centros comerciales.Maldice su destino.

1' 29
f,'
~
amigos que ya casi recibe los documentos. El
4. Quiere ser «emigrado» porque sabe que es un «ya casi» se alarga, se estira hasta que deja una
paso preliminar para llegar a la ciudadanía. Ha­ sombra en su estado de ánimo.
bría sido más fácil si sus papás hubieran decidido
emigrarse desde un principio. ¿ Qué es eso de tra­ 8. Termina casándose con una amiga de la secun­
bajar en Estados Unidos sin buscar la legalización? daria que volvió a encontrar después de mu­
Ellos no tuvieron la visión ni la ambición. Se re­ cho tiempo. Hace unos años pensaba esperar
signa. Termina por conformarse con su mexica­ hasta que llegara su green card. Intentó cortejar
nidad. Se dice: ser mexicano no es malo, pero ser a algunas gringas en busca de un matrimonio
1, U.S. citizen es mejor. ¿ Qué va a ser de mis papás por converuencia.
cuando envejezcan? ¿o_yién va a cuidar de ellos?
En Estados Unidos la vida está resuelta; puedes 9. Al principio no le causó gracia encontrarse con
comprar una casa, un automóvil nuevo; tus hijos su amiga de secundaria. El pasado le molesta­
pueden estudiar en las mejores escuelas; servicio ba por razones que no tiene caso mencionar.
médico gratuito; una pensión del gobierno du­ Después se enteró de que ella era emigrada,
rante tu vejez. sólo que había decidido vivir en México. Qué
absurdo. Ni siquiera trabajaba en Estados Uni­
5. Procura pasar el tiempo con sus parientes emi­ dos, teniendo la oportunidad de hacerlo. Aun­
grados, los que ya han llegado a la cima. Cada que no la considera una persona inteligente,
domingo come carne asada en sus casas y anhela siente nacer dentro de él un extraño amor hacia
una vida americana como la de ellos. Se ríe por­ ella, una sensación poderosa que lo obliga a
que los niños no pronuncian bien el español. Se buscarla con mayor frecuencia.
dice: si yo fuera emigrado, les inculcaría a mis
hijos el amor a sus dos patrias. 10. El matrimonio acelera los trámites. Mientras
llegan sus papeles, la pareja tiene que cruzar la
6. Americano es una palabra que lo enaltece. frontera por separado. No está bien visto por
los oficiales de Aduana que una muchacha emi­
7. Tramita su emigración en el consulado. Llena la grada viaje en el mismo auto con un marido
solicitud con detenimiento y espera. Dice a sus que sólo tiene pasaporte.

30 31
-¿Dónde vives? cina, descubre que existe el mismo número de
-En México. mexicanos, filipinos y coreanos. Es un asunto
_¿y tu esposa? de estadística. A los patrones les hacía falta un
-En Los Ángeles. «hispano».
-rnstán casados y no viven juntos?
Prefiere dejar que su esposa cruce en el carro y 6. Su esposa y él deciden comprar una casa que
él caminando. Después se reúnen en San Ysidro, pagarán a lo largo de su vida. Ella está emba­
junto al Burger King. Ahí varios hombres esperan razada. El niño no tendrá que sufrir las mismas
a sus esposas. Es un pequeño inconveniente. pesadumbres, será americano desde su naci­
11 miento.
9. El día que recibe sus papeles de emigración
y puede ver su fotografía radiante en la green 5. Los fines de semana visita a sus padres.
card, se siente el hombre más feliz del mundo.
Inmediatamente busca trabajo. Sabe que en
j
¡ii
-Cuando ustedesquieran, empezamos el trámite
para ustedes-les dice.
.:,
Estados Unidos recibirá un sueldo mayor del Pero los viejos no quieren moverse de su casa.
que ganaba en México. Comprende que no No saben, o no quieren entender, que México no
podrá ocupar el mismo puesto que le ofrecía su cuida a los ancianos, los deja morir. En Estados
profesión en su tierra natal. Ahora tiene que ser Unidos...
auxiliar,personaje secundario.
4. Como era de suponerse,la emigraciónera sólo un
~
8. Repasa los periódicos en busca de ofertas, hace estadoprovisional.Llegael día en que sereconoce
citas. Dialoga con prospectos, presume su inglés legalmentesu ciudadanía.
perfecto. Acude al servicio de desempleados.
Le empiezan a pagar una modesta mensualidad 3. Los hijos crecen. Cada domingo la familia pre­
mientras consigue trabajo; le da gusto entrar para carne asada en el jardín de su casa. Llegan
de esta manera a la burocracia estadounidense. a visitarlo parientes que él gustosamente recibe.
Sabe que en México no tendría tal oportunidad. A cada uno le habla de las maravillasde ser ame­
ricano. Los parientes anhelan ser como él.
7.Cuando al fin consigue un trabajo en una ofi-

32 33
2. Los visitantes sonríen cuando escuchan que los El hombre muerto pide disculpas
niños no pronuncian bien el español.

l. Cuando está solo, el citizen pone sus viejos


discos de Pedro Infante. Las canciones que le l.~
recuerdan a su padre. Nadie sabía nada del muerto,
salvo «que venía de la frontera».

Borges

1,
Para Lilia O'Hara Es un hombre que aparenta mi edad, serio y bien
vestido. Nos hemos visto con simpatía desde hace
unos meses que empezamos a coincidir en exposicio­
nes y eventos literarios. No hemos cruzado palabra
hasta ahora. Lo saludo con naturalidad y sonrío cuan­
do se acerca.
Su mirada triste, apenada. Pone su mano en mi
hombro como si estuvieraa punto de darme el pésame
o la noticia de una tragedia,como si fuera a confiarme
un asunto íntimo.
f
Me acerco a usted para hacerle manifiesto
que soy admirador de su obra. Sinceramente
ledigo que sus historias me han conmovido de
una manera muy profunda.

Hoy no es un día distinto a los demás; diría, más


bien, que desde un tiempo atrás mi vida ha comenza­
do a repetirse hora con hora. Pudo haberme dicho lo
mismo ayer o antier. Observo mi reloj sólo como parte

34 35
muy acá y saco la otra pluma, la que siempre traigo La silla vacía
guardada en el calcetín, la námber tu, y escribo en
mi libreta todo lo que me da la gana. Y la Placa se
da cuenta de volada y dice: «Wachen, ai ta ese bato,
trae otra pluma». Pero de aquí que llegan, yo ando en
otro lugar y nunca mencuentran porque el bailongo
ya está al máximo. Lo único que hallan es un papel
donde yo estaba, y una cosa escrita en ese papel, y
ellos leen, y se encabronan porque saben que viene
de la inspiración de la pluma námber tu del mero 1
mero Escritor, y el papel dice simplemente: «CU-LE­
ROS». y veo desde lejos que lo rompen, y yo mestoy AAA: ¿Qyé ves ahí?
riendo, y todavía me duele, pero no dejo de reírme y zzz: Nada.
J,
de bailar rodeado de morras alivianadas la música del AAA: ¿Qyé ves?
1,,1
'1."¡I
,11
chaparrito Manu Chao. zzz: Te digo que nada.
;1":,1
AAA: Haz un esfuerzo.
I i': zzz: No veo nada.
AAA: ¿Ya vas a empezar?
Para Yael Weiss zzz: ¿Con qué?
AAA: Con el rechazo.
zzz: No.
AAA: Con la negación.
zzz: N...
AAA: ...
zzz: Es que no puedo. Ahora no puedo.
AAA: ¿Qyé ves ahí?
zzz: Nada.
AAA: ¿Qyé ves?
zzz: Una silla, veo una silla.

82
83
AAA:No te estás esforzando. Cierra los ojos. AAA: Háblame de ella.
zzz: Para qué. zzz: ¿Ella? Parece que estamos hablando de una
mujer,
AAA: Así se te ha hecho más fácil en otras ocasiones.
AAA: Vida, barrera, Frontera. Usas sustantivos feme­
zzz: Pero ahora no puedo.
AAA: ¿Q1é ves?
ninos. ¿Te sientes presionado por una mujer?
zzz: Una silla, ya te dije, una silla vacía. zzz: No.
AAA: Por lo tanto no estamos hablando de una mu­
AAA: No estás avanzando.
zzz: Tienes razón. A veces siento que no estamos jer, éverdad? Te decía: describe esa barrera, háblame de
avanzando. la Frontera.
AAA: No estoy avanzando.
zzz: Sería más fácil si fuera una mujer. Te podría
zzz: No estás avanzando. hablar del color de sus uñas, de sus aretes, sus pulseras,
AAA: Juegas.
sus anillos. La manera en que se viste: falda, pantalón.
zzz: No. Sus zapatos.
AAA: Objetos.
AAA: Entonces, équé ves ahí?
zzz: ... zzz: ¿Q1é?
AAA: Mencionaste objetos. Háblame de ella, de la
AAA: Te espero.
zzz: .. Frontera. Descríbela por dentro. Imagínala.
"1'

AAA: .
zzz: No puedo. No tiene ...
AAA: ...
zzz: '"
AAA: ¿De qué estábamos hablando?
zzz: No se puede hablar de ella. No.
AAA: ¿Q1é ves ahí?
zzz: De lo mismo, de mí.
AAA: Bien. Me estabas diciendo que ...
zzz: ...
AAA: En esa silla, delante de ti. Imagina a la Fron­
zzz: ...que la vida me presiona, que siento una ba­
rrera, una Frontera que me delimita. tera. Quiero que la veas, que la sientas, que le hables.
AAA: Bien. Háblame de esa Frontera.
¿Puedes verla?
zzz: Te dije que es imaginaria, que no puedo hablar zzz: No tanto como verla; pero creo que sí puedo
de ella. hablar de ella.
AAA: No me lo digas a mí.
AAA: ¿No puedes hablar de lo imaginario?
zzz: ... zzz: Eh... No sé qué decirle.

85
84
AAA: A ella.
zzz: No sé qué decirte.
AAA: Sigue.
zzz: Siento que me presionas.
AAA: ¿Cuánto tiempo tienes de conocerla?
zzz: Mucho. Muchísimo.
AAA: No me lo digas a mí.

11

zzz: Ya lo sabes. Te conozco desde hace años,


desde la infancia. Tengo una memoria vaga de no­
sotros jugando en el jardín de mi casa. Yo era un
niño solitario. Tú eras una Frontera solitaria. En ese
" tiempo eras mi Frontera favorita, no conocía a otra. Le
hablaba a mi mamá de ti y ella pensaba que eran fan­
tasías de niños. No se dio cuenta de cuando dejé de
mencionarte; aún estabas conmigo, en mi cabeza, en

I
mi corazón. Eras una demarcación, pero deseabas ser
como yo. Fuimos adolescentes y tuvimos las mismas
experiencias, los mismos descubrimientos. Entonces
yo necesité libertad, requerí espacios más amplios
para desenvolverme. (Siempre he necesitado liber­
tad. Autonomía.) Ahí fue cuando sentí por primera
vez tu autoridad. Y traté de rebelarme. En vano. Salí
de la escuela, busqué trabajo, traté de hacer una vida
normal. Procuré enamorarme de una mujer, una de las
secretarias de la oficina donde trabajaba. ¿Me dejarías

86 87
1,,,
'(
11'

enamorarme, me permitirías besarla? Por supuesto '1'"


\",
¡,il!'
que no. Eras una Frontera inflexible y por más que te I!.
insistiera no lograba que me soltaras, no podía ir más 1;",

allá del perímetro que marcabas a mi alrededor. Pensé i!~


que eras mi amiga, pero querías de mí algo más que lil,'.'
amistad. Me restringías. No me permitiste amar a esa
1!I'li';:
mujer, ni a ninguna otra. !,I
""

I,,¡
1'1"

III

AAA: ¿Qué pasaría si la llamaras de otra forma?


zzz: ¿Cómo?
AAA: Llamarla «Frontera» o «barrera» lleva en sí un
.:
1"
I ,'il
contexto específico; implica, desde la palabra misma,
1"

11
1
,1
1

que es necesario franquearla. Ahora bien, si la llamaras


,

de otra manera...
zzz: Una Frontera es una Frontera, es un límite, es
un confín; no puedo llamarla Margarita o José Agus­
tín. Tengo que llamar a las ideas por su nombre, éno
me dijiste eso alguna vez?
AAA: Continúa.
zzz: .
AAA: .
zzz: oo.

AAA: ¿Qpé pasó?

zzz: Me cortaste la aviada.

AAA: ¿Te la corté yo?

zzz: Pues sí, ahora nuevamente es una silla vacía.

88 89
No veo otra cosa. AAA: Hazlo.
AAA: ¿No ves o no quieres ver? zzz: oo,
zzz: Ya no se me ocurre qué decirle. AAA: Nada te cuesta intentarlo.
AAA: Bien. zzz: oo,
zzz: mien qué? AAA: Bien, ahora responde a esto: écrees que es justo
AAA: El siguiente paso consiste en que te sientes en lo que se dijo de ti?
la silla vacía y ocupes el lugar de la Frontera. zzz:oo'

zzz: ¿Qté quieres que haga?


AAA: Quiero que se inviertan los papeles, que seas
la Frontera y respondas a las acusaciones que acabas
de hacer.
zzz: ¿Acusaciones?
AAA: Las historias tienen más de una versión.
zzz: ¿Qtieres que yo sea la Frontera?
,1
1
AAA: Así es.
1'1
, '1
Ilr,l,
zzz: Para qué.
1

AAA: Quiero que hables, Frontera, quiero que res­


pondas a todo eso que te han estado diciendo. ¿Crees
que es justo?
zzz: ¿Yo me siento en esa silla?
AAA:Sí.
zzz: ¿Yo contesto como la Frontera?
AAA:Sí.
zzz: ¿Cómo vaya hacer eso?, yo soy yo, yo no soy
ella.
AAA: Inténtalo. Siéntate ahí.
zzz: Imposible.
AAA: ¿No te puedes sentar ahí?
zzz: Bueno, sentarme ... eso sí puedo.

90 91
AAA: .,.
FNT: .•.
AAA: ¿Tengo que ganar algo?
FNT: .
AAA: .
FNT: .
AAA: La satisfacción de haberte ayudado.
FNT: Y supongo que también una compensación
económica.
IV AAA: ...
FNT: .•.
AAA: ¿Es justo? AAA: Recibo honorarios, si a eso te refieres.
FNT: No.
FNT: Él te paga.
AAA: Me interesa tu punto de vista. AAA:Sí.
FNT: ¿Por qué? FNT: Y si él te paga, éacaso no debo suponer que ese
,í'
'1
'1,1 AAA: Creo que tienes mucho que decir. detalle podría enturbiar tu objetividad?
FNT: Puede ser. Pero, équé me gano con decirlo? AAA: ¿Te preocupa eso?
AAA: ¿No tienes deseos de que alguien te escuche? FNT: .,.
FNT: A mí nadie me escucha. AAA: Mi trabajo depende de la objetividad, sin im­
AAA: Ahora tienes la oportunidad de hablar. portar quién me pague.
FNT: '.'
FNT: .'. I

AAA: ¿Qué pasa? AAA: Dime, éson válidos sus reproches? l

FNT: Me parece sospechoso.


FNT: ."
AAA: ¿Q¡.é es sospechoso? AAA: Fue bastante duro contigo. ¿Estás de acuerdo
FNT: Nadie se ha interesado, mucho menos él. con lo que dijo?
AAA: A mí me interesa. FNT: Exageró.
FNT: ¿Por qué?
AAA: Explícame.
AAA: Quiero ayudarte. FNT: Simplificó.
FNT: Y qué ganas con ello. AAA: ¿De qué manera?

92 93
FNT: No ha visto su participación.
MA: .
MA: ¿A qué te refieres con «participación»?
FNT: .
FNT: Me refiero a lo nuestro, nuestra relación, nues­
MA: .
tra interdependencia. No hay Frontera si no existe la FNT: ¿Reales cómo? Él habla así a veces, como tú,
necesidad de cruzar. Existen los cercos para mantener incomprensible.
afuera lo que no se desea adentro, cierto; pero esas ba­ MA: ¿Qyé te dice que te parece «incomprensible»?
rreras no tendrían razón de ser, un sentido, si alguien FNT: Cambias de tema, no me haces caso. No me
no intentara cruzarlas. O sea, el límite prevalece por­ dijiste a qué te referías con «reales»; quieres en cambio
que hay quien desea traspasarlo. Toda Frontera existe que yo te explique...
sólo en la imaginación del que desea franquearla. Es un MA: ¿Te molesta explicarme?
invento del que vive enfrentándose a ella. Un binomio FNT: No acostumbro hablar. Casi no opino. Mi opi­
perfecto. nión no vale.
AM: Es una tesis interesante. ¿Puedes decirme un MA: ¿Eso crees?
poco más? FNT: ¿Tú, no?
" y FNT: Ya dije demasiado. MA: No, ya te dije que me interesa lo que piensas,
'1,1
MA: Tu argumento es ambiguo. quiero saber tu versión.
FNT: ¿Ambiguo o interesante? FNT: Ajá.
MA: Interesante y ambiguo. MA: ¿Desde cuándo se conocen?
FNT: ... FNT: ¿Qyiénes?
MA: Los límites no siempre están en la imagina­ MA: Ustedes.
ción. Algunos son bastante palpables y se establecen FNT: Te refieres a la silla vacía.
por distintas razones. MA: Tú sabes a qué me refiero.
FNT: Es tu punto de vista, no vaya discutir. FNT: Sí, sí, claro. Me pareció escucharlo decir que
MA: Percibo que tratas de decir que todas las Fron­ desde la infancia, éno? Desde entonces, pues.
teras están en la cabeza, producto de uno mismo. MA: ...
FNT:Sí. FNT: O antes. Sí, antes. A él le daría terror saber que
MA: Eso es cierto en algunos casos; en otros, las nos conocemos desde que nació, que nacimos juntos,
Fronteras son reales. de la misma madre, en el mismo momento.
FNT: ¿A qué te refieres con «reales»? MA: ...

94 95

.~
~---
",.
FNT: Es complicado.
AAA: ..•
Hubo momentos felicesentre nosotros. Hubo...
FNT:
Pero él cambió.
AAA: ¿Sólo él?
FNT: Llamarme Frontera, eso es reciente. Empezó
a llamarme así cuando comprendió que su vida no
funcionaba.

v
zzz: Yo también tengo derecho a opinar.
AAA: oo.
FNT: .

l'
zzz: ..
,'¡I,

'1
1,
AAA: Estoy hablando con la Frontera. Tuviste tu opor­
tunidad, ahora quiero hablar con ella.
zzz: Pero está tergiversando.
FNT: No deja hablar, le gusta estar interrumpiendo,
lo hace siempre.
AAA: ¿«Siempre»?

96
97
Siempre. Más que un momento, más que dos
FNT:
momentos... siempre.
AAA: Sigue.
zzz: Insisto que quiero opinar. No puedo permitir
que siga si me acusa de lo que no hice.
FNT: Para que veas quién es Frontera de quién.
zzz: No tiene nada que ver con eso. Sólo quiero
que me escuches.
AAA: Aquí primero habla uno y luego el otro.
FNT: Nos tenemos miedo. VI
AAA: ¿Quiénes?
FNT: Tú sabes. zzz: Necesito que me deje respirar, que me deje al
AAA: ... menos un tiempo.
FNT: Nos tenemos miedo. AAA: ¿Qpé sientes?
zzz: Eso ...
I
,, , I AAA: Ponlo en palabras, équé es «eso»?
zzz: Asfixia, siento que me asfixia.
AAA: mn dónde lo sientes?
zzz: Es mentira lo que dice.
AAA: ...
zzz: Si ella me deja respiraré al fin, podré moverme
con libertad.
AAA: ¿Te impide moverte?
zzz: Es una Frontera.
AAA: Es tu Frontera.
zzz: No es mía. Ella llegó a mí. Ella mebuscó.
AAA: ...
zzz: He tratado de alcanzarla. He querido tenerla.
Nada es posible con ella. Se va, se aleja, cambia su for­

98
99
ma. Se mueve cuando menos lo espero. Se modifica.
AAA: ¿Cómo es que hace eso tu Frontera?
zzz: No sé, se mueve. No puedo traspasarla si está
en constante movimiento. No puedo trascenderla si
está en constante crecimiento: se expande.
AAA: ¿Podrías aclarar?
zzz: No me entiendes. Claro, ni yo mismo me en­
tiendo. Es complicado. Es tan sólo una Frontera. Es
posible que ni siquiera sea eso.

VII

FNT: Él me invitó.
AAA: Dijiste conocerlo desde antes de su infancia ...
FNT: Sí, pero porque él me invitó.
,1
1',
AAA: Explícate.
FNT: Creerías que estoy loca.
AAA: No juzgaré, no es mi papel.
FNT: No me dirías nada, pero creerías que estoy
loca. ¿Para qué te digo? Lo único importante es que él
me invitó.
zzz: Eso es absurdo. Ni llegó antes, ni la invité. ;111

¿Cómo iba a invitarla antes de nacer, antes de ser un


niño capaz de hablar y de jugar? Imposible.
AAA: ¿Por qué crees que dice eso?
zzz: Porque está loca. Porque me quiere tener pri­
sionero.
AAA: ¿Prisionero?
zzz: Es la Frontera. No hay forma de traspasarla. Es

1i

un límite, te lo dije. 'li


I
'
100 111,

101
il'
!III

111 1

','
Ya hablamos de esto. ¿No quieres atravesar esa
AAA:
Frontera, no quieres llegar al otro lado? Depende de ti.
zzz: ¿y ella qué? ¿Por qué yo tengo la única respon­
sabilidad? No es justo. No la invité, llegó, se quedó,
estrechó sus límites y ahora yo soy el único responsa­
ble. Eso me estás diciendo, éverdadr, éeso quieres que
confiese?

VIII

FNT: Me pedías que estuviera a tu lado, que te


protegiera. Mis límites fueron los primeros y fueron
límites amorosos. ¿Por qué crees que eras un niño tan
bueno, que tu mamá no te regañaba? Acuérdate. Pien­
sa en lo rápido que aprendías. ¿Cómo crees que se
aprende? Con límites. El aprendizaje sin dolor surge
de mí. Pude haber sido cruel contigo, pero no lo fui.
No te regañaban, ¿verdad? Casi nunca. A veces, jun­
tos, hicimos cosas malas. Te dejé entrar y salir muchas
veces, muchas. Pero eso ya no lo recuerdas. Piensa
en esto: équién me invitó? Tú. No hay más. Y no
mientas. Besaste mujeres. Les hiciste el amor. Si no te
gustó o si te gustó tanto que te asustó, no fue culpa
mía. ¿Por qué no lo dices? Dilo, es el momento. Yo
diré mi parte. Ahora te asusta, como todo. Ahora te
parece ridículo. Eso ya no es culpa mía.

102 103
1

No olvides que la confrontación es una parte esencial


del proceso. ¿No quieres cruzar esa Frontera? ¿No
quieres cruzar todas las Fronteras que te encuentres?
zzz: oo.

AM: Es cuestión de paciencia.

zzz: oo.

AM: Nos vemos la próxima semana.

zzz:oo'

IX

AM:¿Qt1é pasa?

zzz: Esto es insoportable. No puedo seguir.

AM: ¿Qt1é te sucede?


zzz: ¿Cómo se atreve a decir eso de mí?
AM: Tú también has tenido oportunidad de hablar.
zzz: y todavía quiere decir más. La conozco, sé de
lo que es capaz ...
AM: Explícate.
zzz: No creo que sea necesario. No creo que sea
posible. ¿Para qué? Ya viste cómo es. Refutaría lo que
digo. No se conforma con ser Frontera, no se limita a
limitarme, quiere ser parte de mí, quiere que me con­ :1

vierta en ella.
AM:oo.
zzz: No la dejaré, no lo haré, no puedo.
AM: ¿«No puedo» o «no quiero»?
zzz: Estoy cansado.
AM: Está bien. Continuamos la siguiente semana.
'1

104 I 105
FNT: La silla vacía.
AAA: Eso es, la silla vacía.

Para Julieta García González


y Hebert Axel González

x
AAA: ¿Qyé pasa, olvidaste algo?
FNT: Tienes razón.
AAA: ¿Cómo dices?
FNT: No es un asunto sencillo.
AAA: •..
FNT: Ahora lo entiendo.
AAA: ¿Qyé entiendes?
FNT: ...
AAA: ..•
FNT: Tengo algo que
decirte, algo que ni él mismo sabe.
AAA: ¿Me lo quieres decir ahora?
FNT: Si tienes tiempo.
AAA: Claro. Ya te dije que quiero ayudar.
FNT: Es un secreto muy guardado.
AAA: Bien. Pero ya sabes: no me lo digas a mí...
FNT: ¿A la silla vacía?
AAA: Exacto. Imagínalo ahí. Dile lo que quieras. No
habrá más interrupciones.

106 107

Illi
Ililll ll
,

I:',111'11

¡¡:
Después, alguien condujo a los delegados ha­ ~ BONUSTRACK
cia la playa. Los reporteros tomaron fotos. 1
1111111
1!1

111:111
Era muy extraño ver a zapatistas en ese lugar:
sus pasamontañas, sus paliacates rojos. Sus pies ,''"11'111
1¡1!

descalzos sobre la arena. ;;1¡1!

1111111

Se pararon, sin saberlo, en el mismo lugar 11


l i~
1

'I
donde 111,¡',

1:!1

(1) había sido la boda, Misa fronteriza 111'1'11


I''"
(2) había muerto la ballena, ¡1!111

1ili'
(3) se había ahogado un hombre. Evangelio para leer y cantar con sombrero 1!1
¡;

y tequila en todos los rincones del planeta.


Alrededor había niños que jugaban, familias
que se bañaban, ambiente de fiesta en la playa. i;I''
l!I

¡,111,

1j¡

Para Lolita Bosch


y el fáder Martín

158 159
r
~ l. Confiteor 1

,,I

1¡ 111!

I:'
!,,
1,

li11 1

¡lil'
:'/1
ll'
11

Bienvenidos todos a esta misa fronteriza :l 1

]ll,11
!11!

ll¡i
[Haciendo la señal de la cruz, bendiciendo al público.]
111111:

11:

En el norte 1;1

Estados 11¡,

Unidos, en el sur México;


en medio,
de este
a oeste,
una franja.

Yo confieso, ante la Frontera todopoderosa y ante


ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensa­
miento, palabra, obra y omisión, y que seguiré ha­
ciéndolo por los siglos de los siglos. Por tu culpa, por
tu culpa, por tu grande culpa, Frontera entre México
y Estados Unidos. Por eso ruego a todos los santos, y
a los que se dicen santos, que intercedan por mí y que
tengan misericordia de estas palabras.

111111

161
t!
li 1:

111·,

1
11! 1111
l1
1
'111'
'll,'1,I
'!111
11:111

Hermanos: mi nombre es Luisumberto y soy fron­ II. Evangélium 1

terizo. :1111,11
,'¡11

'11,,:
Me declaro así, abiertamente, sin pena ni gloria. 1'11

' il''
Confieso ante ustedes que mi religión es la fron­ 1'1!111

tera. Monotemático, me dicen. Aburro y divierto a '1l1,,j


p,
quienes me escuchan. Proclamo en las esquinas de las 111¡

calles más transitadas, en las cantinas, en las catedrales, 1:''

en las universidades, la Buena Nueva de este muro que 1


i',

me atraviesa el cuerpo como atraviesa al continente


americano. Estoy biseccionado entre dos países y dos Lectura del evangelio según Luisumberto. Donde 11

culturas, me declaro triunfador y derrotado en la gue­ se habla de la música como pista sonora de la vida.
rra de los cowboys contra mariachis. Amén.

[Cantando lo que está en cursivas hasta elfinal de este


apartado.]

En el principio fue José Alfredo Jiménez.


YJosé Alfredo estaba junto a Dios, y José Alfredo
era Dios.
Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida; si nos de­
jan, nos vamos a vivir a un mundo nuevo ...
Las canciones del señor Jiménez, himnos mexica­ 1111¡,

nos cada una de ellas, canto al corazón destrozado, 1.111·1.,li

!'::r
111
música para levantar tequila y brindar por ella. Si te 1.1·,,1.'

cuentan que me vieron muy borracho, orgullosamente diles ¡1,


'iI'1 ~1 1

que espor ti. El mariachi suena como trompetas en los


1.:11,
jardines de Jericó. En una rocola cualquiera, presiona 111
11

la combinación para escoger la melodía que le dé paz ¡11,11

al desdichado y esperanza al dolido. Porqueyo tendré 1,111.!ll

11~1 ¡,

,11

162 163 1¡11

1·11¡

l1i'I'
1¡¡¡1:
el valor de no negarlo. Música y voz se conjugan en el
'~

flor de piel y el corazón del mexicano se transformó


r
11
11,11,
1111

lf
sentimiento de un pueblo, prédica en la voz de sus 1
cuando se me acabó lafuerza de mi mano izquierda. Para
apóstoles, llámense Chavela Vargas,Lola Beltrán, Lu­ ~~
ello, para promulgar este sufrimiento, José Alfredo re­ l

cha Villa o Jorge Negrete.José Alfredo encontró la ma­ quería una banda de charros, igual de machos e igual ~
11111¡1

111
nera de abrirle el pecho a los machos más machos para de llorones que él, con sombrero enorme y trajecito
encontrar en ellos las fibras más lloronas y sensibles ajustado, violines, trompetas, guitarras, guitarrones y
~
del corazón. El más rudo de los rudos se hinca ante la vihuelas, los instrumentos del sentimiento mexicano. I
belleza de la mujer que lo ha tratado mal y ruega por Y junto a José Alfredo, continuando su credo y su i
un beso, un besito tan siquiera. dolor, otros siguieron sus pasos: Cuco Sánchez, Mi­ 111

Me cansé de rogarle, me cansé de decirle. El mexicano guel Aceves Mejía, Vicente Fernández, entre muchos ,,1,1111

cansado rogó y rogó, pero nunca dejó de hacerlo. otros. Y junto a ellos, haciéndonos llorar, dándonos
11:1
!1
1 '
Abandonado, olvidado en el rincón de una cantina, el ese permiso, y sin dejar de ser macho, y sin dejar de
111':.1

macho de los machos, icono de la mexicanidad puede ser mexicano, está el mariachi, emblema de México. ~
llorar porque el maestroJiménez le da permiso. Guitarras de medianoche que vibran bajo la luna. 111:

En otro tiempo, qué esperanza que un charro Con esa voz y con ese sentimiento, el mariachi rei­ '.ji

chillara por una vieja que le ha pagado mal. El charro nó como amo y señor de las tierras mexicanas...
111

se reponía de sus penas como si se hubiera caído de Hasta que llegaron los cowboys. 1

un caballo, simplemente sacudiéndose los pantalones 1

y con un trago de tequila se buscaba a la mujer que


sigue. En cambio, en cambio, en cambio José Alfredo
¡¡

nos brindó la oportunidad de sentir ese dolor. Él es


el terapeuta de México. Nos dijo que chillar liberaba, ,JI
que hacer una rabieta de vez en cuando o sufrir así no­
más porque sí no era nada de qué apenarse. Incluso el
charro, el más charro de todos, el más macho de todos,
podía soltar el llanto como se suelta la rienda de un
caballo blanco.
Siempre caigo en los mismos errores, no importa, lo
confieso abiertamente. La debilidad del macho está a
,11'
164 165
¡11,

¡lj
i11I::

ll 1l
.,,,
11
J
1
III. Homilía ~
l' .. i.
':I;

~
1''1
I
~

~
~
"1
1
'.·...!'

'11I

11¡1
1¡,'1,I
:11¡

~
Hermanos: [
1.1.111

~
Mi nombre es Luisumberto y mi religión es la 1
,,,,
,,,

frontera. No se dejen engañar: soy más alto de lo que


I~~
ijl.
parezco, menos bruto, más miope, mejor esposo, peor
1!11... 11

amante, enaltecido padre de familia, ridículo come­ 11

'
diante de palabras.
Estoy ante ustedes, tal como soy, biseccionado,
dividido entre el aquí y el allá. ¿Les dije que estoy bi­
seccionado? ¿qyieren que les muestre mi bisección?
(Pausa.) Atraviesami alma de un extremo a otro. Es la
frontera, brother, la traigo tatuada en el brazo; la fronte­ ,,,

~·1
ra, baby, la llevo atravesadaen el pescuezo; la frontera, '' 1

míster, se me ha metido al corazón y ahí está clavada.Y 1


1
,,~'¡,
1'
ahí es donde la quiero. ,,11¡

Mi nombre es Luisumberto y cargo la frontera en 1if

mis bolsillos,hecha pedazos; doblada para que no haga 1

11

bulto y me dejen cruzar con ella en las aduanas del 11;,

1 111
mundo. Mírenme. Cierren los ojos y mírenme. Imagi­ 1

nen el planeta Tierra,el hemisferionorte, el continente I~


1

americano: ahí donde se acaba la riqueza y empieza la '¡1~¡


1:1

167

'
!111
1
1
'11
,.,
podredumbre: ahí mero, miren ustedes, acérquense, éla alambre, corno de gallinero. Los que cruzaban a través
ven?: [Murmullo.] ésa es la frontera, mi fronterita precio­ del alambre les llamaban «pollos». Los que cruzaban
sa: pequeña, sonriente, llorona, llorona de mis amores. por el río les decían «mojados». Y los que los ayuda­
Y si ustedes pueden imaginar un mapa de México, ban a cruzar, los que les enseñaban la ruta a cambio
pónganrne en la esquina superior izquierda, por favor, de unos cuantos dólares, a esos les decían «polleros» o
en el hombro, ahí empieza y termina esa patria mía, «coyotes».
ahí empieza y termina un límite territorial, donde mi Hoy en día el gran río continúa separando a dos
México es gringo y donde el gringo es un poco mexi­ países; sin embargo, donde antes era tela de alambre
cano. ahora es un muro imponente; y si logras cruzar ese
Desde muy chiquito, cómo explicarles, me dije­ muro, hay otro, más grande; y si logras cruzar ése, más
ron que la frontera sirve para dividir familias. Mis vale que te eches a correr porque los guardianas te es­
tías vivían en los United States, mientras mi mamá y tán buscando con sus helicópteros y sus camionetas y
yo vivíamos en México. Cada domingo visitábamos sus radares y sus macanas y sus pistolotas.
a las tías, cada domingo comenzaba el peregrinaje y [Con énfasis, como sifuera cierto.]
la enorme fila para cruzar al norte y el pasaporte y el «Échense a correr que ahí viene la Migra»
sabor de los dulces que tanto me gustaban. Y todos se echan a correr, unos pallá, otros pacá
Pero en realidad ese muro no dividía; al contrario, porque ahí vienen los agentes de la Migra y están de
cruzando la frontera, mis tías seguían hablando espa­ mal humor.
ñol y seguían escuchando música mexicana y seguían
festejando con ese gusto y esa pasión por la fiesta que
sólo he conocido en ellas.
¿yo qué sabía entonces que aparte del país del nor­
te y aparte del país del sur existía esa tierra de nadie y
de todos que se llama Frontera?
Cuando era niño ni siquiera escuchábamos decir
«frontera», le decíamos «la línea», y la línea estaba ahí
para cruzarse de aquí para allá y de allá para acá.
En aquella época la línea era principalmente un
enorme río; pero cerca de donde yo vivía era tela de

168 169
~
IV. Oración de los fieles

11
~
·11
~
jl'llll,

¡!
l·I': 1,
1
1'1

Oremos: !1¡1

1:1

~
Nos quitaron mucha tierra, l' I
,i111'
luego nos echaron de esa tierra. 11:1·1

·1·'1
Quisimos regresar 1
·,·1

y todavía lo estarnos haciendo. líl


Nos golpean, I¡'
1111
nos dicen puercos mexicanos,
~·1
I!
váyanse de aquí.
~¡11

[Como si respondieran en coro.] i~


Pero seguirnos cruzando. l
I' ,, j
1,1• 1,

Nos dicen frijoleros grasosos,


nada tienen que hacer
I~
111¡

en la tierra de la libertad. ~·1


0111·
The land cf thefree. 1,'
j:¡·
!lii
1,1:
Pero seguirnos cruzando.
'.~ •111
l ¡i'·
¡,¡I·
!i~
171
lr'I· 1:

~:

I
,l·!1'1·

11111
T1 ¡1i¡

1;111

!:!¡1

Construyeron un muro de concreto nadie se atreve, i¡11

l:,1'
y dijeron con esto decían ellos.
ya no van a cruzar
los desgraciados. Pero seguimos cruzando, y por ahí empezamos a
morir. Miles de latinoamericanos han muerto intentan­
Pero seguimos cruzando. do cruzar la frontera entre México y Estados Unidos a
través del gran desierto. El frío, el calor insoportable, el
Levantaron detrás de ese muro desierto, el río, las montañas nos están tragando.
otra gran muralla
y dijeron ahora sí, Pero seguimos cruzando.
ahora sí los vamos a detener.

Pero seguimos cruzando.

Intensificaron el patrullaje,
reclutaron a más hombres,
sobrevolaron helicópteros
para que fuera más difícil
acercarnos a las ciudades
y a los campos agrícolas
que nos dan trabajo.

Nos detuvieron un poco, es cierto.


Pero decidimos entonces
cruzar por el desierto,
por las montañas,
por donde ellos decían
que la naturaleza nos impediría el paso.
Nadie cruza por ahí,

173
172
'T'1 W'I

1!111

V. Liturgia de las palabras: ,,

:1::
primera lectura
1

!1¡lt

1lli',:1

:¡11
i!I
i'¡i
1!1
11!¡

¡11i¡1:

11¡,11
En el principio fue José Alfredo Jiménez ... I!°'

Pero José Alfredo nunca se imaginó que en el norte


de México; o sea, en el sur de Estados Unidos, se fra­ fl'' I'
,:

1'1

guaba una nueva cultura, y de esa cultura brotaría un


~11il'1
sonido nuevo. il1'I
11!11

111 ¡

Bendita sea por siempre nuestra música. 1111'1¡:,¡

111

El acordeón nos llegó de Texas y el bajo sexto nos 11'1'1!


111

llegó de México. Ya existían desde hace mucho, pero ,11¡


1
!¡11

1,

fue ahí, en la frontera, donde se conocieron, se enamo­


raron y se pusieron a cantar.
i '11

Bendita sea por siempre nuestra música.

Acordeón y bajo sexto es el mínimo requerido para


hacer una banda de música norteña. Y luego la voz de
preferencia gangosa, sin entrenamiento, una voz que
desate sentimiento y sepa contarnos hazañas de ídolos,
de hombres valientes, de mujeres redentoras.

175
,,, ll·l·"·I

otra vez hasta el cansancio, hasta la aburrición, hasta


Bendita sea por siempre nuestra música. que se empieza a creer que nada de eso tiene sentido y 1
¡
1111

se dejaría la música por completo si no fuera porque los 1

La ropa es importante para un músico norteño. Po­ parroquianos piden más y más, y muchas veces están 11·,~
1111..·

drías ser un virtuoso del acordeón; pero si no llevas el borrachos e insisten con la misma, la misma canción.1 l
i 1 ·~

traje adecuado, nada tiene sentido: sombrero tipo Stet­ Ésa que me habla de Josefina, mi viejo amor tras­
son, pantalones de mezclilla, camisas texanas, chalequi­ papelado. 11
ji
to de piel y grandes hebillas de cinturón con imágenes Ésa otra que trae memorias de Julieta, la que se fue ~
de caballos u hojas de mariguana. Sin olvidar las botas sin dejarme su retrato. 1
picudas como para matar cucarachas en las esquinas. O O una canción genérica, dedicada a todas ellas, a
sea, un auténtico cowboy. cualquiera. ~t
O una que se refiera a mí, que soy todos ellos, que !i
Bendita sea por siempre nuestra música. soy cualquiera. 11!
11¡
¿cómo se llama la canción? ·'''1
'11

Y luego el nombre, no olviden que el nombre tam­ No importa. 11111':

!li111
bién es importante. El dueto o la banda de cowboys Es la misma. 1

deben tener el nombre preciso para triunfar. Puedes car­ Una vez tras otra, la misma. :11¡1

gar orgullosamente tu lugar de origen (los Tucanes de Ésa que me trae recuerdos de Aurorita, mi mamá. 1.111

Tijuana, los Cadetes de Linares, los Invasores de Nuevo Esa otra que me reúne con mi familia, que está le-
~

l
León) o puedes usar cualquier nombre y simplemente jos, añorando mi regreso. i
'

agregarle la palabra «norte» (los Tigres del Norte, los Algo bailable, por favor, que envuelva de felicidad
I ·•
11:• Bravos del Norte, los Huracanes del Norte) o bien, a estas ganas de comer, para que se me olvide el hambre,
falta de imaginación, puedes usar tu nombre de pila aunque sea unos momentos.
1
~
(Carlos y José, Luis y Julián, Miguel y Miguel). En manos de un músico fronterizo, Mexican Cote­
boy, esa canción llenará por unos instantes el agujero
Bendita sea por siempre nuestra música. que va creciendo en el corazón de los hombres y muje-

Se tocan los instrumentos una vez tras otra, la mis­ 1


Tomado de Idos de la mente: la increíble y (a veces) triste historia de 1
:11

ma tonada, los dedos sobre botones o cuerdas, una y Ramón y Cornelio (Tusquets, 2010). i¡111

1111'
176 177 111

111

'I

11
,,,..,

res que están lejos de sus tierras.Y no habrá oscuridad. VI. Liturgia de las palabras:
Y no habrá soledad. Y no habrá silencio. segunda lectura

Luisumberto acaba de comprar un sombrero, su


primer sombrero.2 Y es un sombrero perfecto, su­
perlativo. En la tienda primero se midió otros, no
quería darle importancia. Unos le quedaban muy
grandes y otros muy chicos. No quería que ese som­
brero perfecto sintiera que era el único en el mun­
do, no lo quería hacer presumido y vanidoso antes
de tiempo. Es como cuando te gusta una persona
y no se lo quieres demostrar muy pronto para que
el asunto no sea tan sencillo; se sabe que el placer
1

es mutuo pero es mucho más rico el rodeo que la


línea recta. Y Luisumberto rodeó los otros sombre­
1 '
ros, coqueteó con ellos, como si quisiera invitarlos
a bailar, uno por uno hasta que no quedó otro más ¡1:1¡,

que ese sombrero espléndido. Claro que si fuera il"

una persona, seguramente se hubiera enfadado con


la espera y se hubiera negado a bailar. Pero como

2
Paráfrasis de "El primer sombrero", tomado de Idos de la mente:
la increíbley (a veces) triste historia de Ramón y Cornelio (Tusquets, 2010).

178 179
.......,

era un sombrero, estaba dispuestísimo. Y más que Sombrero sobre el corazón: posición durante una
colocárselo en la cabeza, para Luisumberto fue un declaración amorosa.
acto de coronación. Sombrero en la mano, de un lado a otro, abanicán­
[Extrae sombrero texano y se corona a sí mismo como dose: función del sombrero durante un día caluroso.
Napoleón.] Sombrero se lanza con la mano derecha para que
Se lo puso y modeló frente al espejo. vueley caigaperfectamenteen un gancho del perchero.
[Realizandolapantomima.] Siguiente compra: un perchero para poner mi
Sombrero ligeramente de lado. sombrero adorado.
Sombrero inclinado hacia enfrente, tapándole los
ojos, dándole airesmisteriosos.
Sombrero hacia atrás, dejando a la vista un me­
chón de cabello.
Sombrero sobre su pecho, sostenido por sus dos
manos en señal de respeto.
Sombrero levantándose como para saludar.
Luis corriendo con sombrero.
Luis esquivando un golpe sin perder sombrero.
Haciendo una caravana al público con sombrero
en la mano.
No es fácil de explicar la relación de un hombre
con su sombrero. Es un objeto que siempre va a estar
, .,
1,¡• ahí, muy cerca del cerebro. Lo pone sobre una mesa
y se sienta. Observa cómo lo acaricia la luz y cómo
proyecta una sombra elegante.
Lo cuelga en la esquina del respaldo de una silla:
posición del sombrero durante un juego de póker.
Sombrero abajo, brazo recto, mano izquierda sos­
teniéndolo: posición del sombrero en la iglesia,duran­
te misa.

180 181
"""

VII. Credo

,1

Creo en una sola Frontera, tierra de nadie, espa­


cio, área, río, muro: límite norte de México, límite sur
de los Estados Unidos, orilla del mar que no es del
todo agua y no es del todo arena, donde la esperanza
y la desesperanza son amantes y se toman de la mano.
Frontera: división, muro latente, línea divisoria,
culo y corazón de Latinoamérica.
Ahí, ahí la vida arde, duele, pero también se goza.
La música de la frontera es para todos y todos bailan
y todos se dejan llevar por esa tierra de incertidumbre,
a veces desierto, a veces río, a veces ciudad, a veces
pueblo, a veces rancho. Tres mil ciento sesenta y nue­
ve kilómetros de franja y de ilusiones rotas. La central
de autobuses más grande del mundo. Lugar para no
quedarse, transitoria, parada de ferrocarril
donde la gente espera,
donde la gente espera,
donde la gente espera.
Motel para un par de horas es la frontera, guarida
de la dicha y la desdicha, albergue temporal para el

183
-.....,

caminante, para el que huye, para el que busca. Puerta VIII. Eucaristía
de entrada y salida.
Muro que no cae, muro que crece.
Respóndame a esta pregunta, señor, señora: cuan­
do haya cruzado ese muro infame, ées segura la feli­
cidad?
Los nuevos conquistadores desean encontrar los
huertos donde el dólar crece en los árboles, donde
igual se pizcan legumbres que billetes verdes. Tan
sólo cruzar esa frontera, tan sólo franquear ese límite; Ésta es palabra del señor:
lo demás, lo de menos. Estaba un grupo de trabajadores, contemplando
Dicen que allá, en los United States of America, la ese muro que es la Frontera, preparándose para cru­
vida es mucho más sencilla, la vida es cristalina. zarlo, esperando el mejor momento de la oscuridad.
Dicen que allá, los patrones gringos nada más nos De repente, uno entre ellos, llamado Jesús, ése que
esperan para darnos trabajo y un poco que comer. había decidido mostrarles el camino porque ya había
Dicen que allá matan a las personas por tener la cruzado varias veces, extrajo de su morral un poco de
piel más oscura. comida para compartir entre sus compañeros.
Dicen que allá hay cazadores, rancheros pistoleros Porque él mismo, llegada la hora en que había de
que resguardan la frontera como si fuéramos coyotes cruzar la frontera, habiendo dirigido a los suyos hasta
detrás de su ganado. ese lugar donde se decía que no había tanta vigilancia,
Dicen que allá nos achacan los males del mundo. extrajo los últimos alimentos que le restaban.
Dicen que allá, compadre, es mejor que México, [Extrayendo una tortilla tostada, alzándola y partién­
y aunque yo deje mi tierra, y aunque deje mi familia, dola en dos.]
por un puñado de monedas, todo será por su bienes­ Y mientras cenaba, tomó la tortilla, la partió y se
tar, todo será por darles algo de comer, todo será por la dio a sus compañeros, mientras decía:
ellos. «Tomady comed todos de ella porque esto es lo
Amén. último que nos queda y la jornada es muy larga.»
Del mismo modo, acabada la cena, sacó una bote­
lla de tequila de su morral, y dando gracias de nuevo,

184 185
"I"'"!

la pasó a sus compañeros diciendo [tomando tequila queriendo que los demás sufrieran por su culpa, le
directamente de la botella]: dijo al migra:
«Tomady bebed de este tequila, producto del aga­ [Con acento español, como el Cristo de Marcelino,
ve y de mucho trabajo bajo el sol, producto de cam­ pan y vino.]
pesinos explotados para que unos cuantos se puedan «Yosoy ese que buscáis».
divertir,» Entonces los golpes fueron para él, los azotes y el
Así pues, con mucha seriedad, empezaron ellos el dolor de todos los mexicanos: uno, dos, tres, cuatro,
recorrido. Saltaron ese muro cabrón, uno a uno. Y cinco, seis, siete... los tres agentes se turnaron entre
cuando el hombre llamado Jesús les decía «corred», ellos. Gotas de sudor y rabia recorrían sus rostros
ellos corrían. Y cuando el señor Jesús decía: «escón­ blancos. Y le dijeron todo tipo de vituperios en inglés.
danse entre los matorrales», ellos se escondían. Y lo patearon hasta el cansancio, porque se decían
Ésta es... palabra del señor. entre ellos: «écómo vamos a dejar que un mexicano,
Sin embargo la tecnología y las camionetas nue­ un simple mexicanito se burle de nosotrosr»
vas de la Migra y los helicópteros que sobrevolaban Y no dejaron de golpearlo hasta que llegó el silen­
pronto dieron con ellos. Y el señor Jesús exclamó: cio. Hasta que Jesús no respiró más.
«Córranle, cabrones, sálveseel que pueda». Y muchos [Extendiendo los brazos, cuerpo en cruz.]
de ellos lograron ponerse a salvo, llegar a los campos
agrícolas, trabajar por unos cuantos dólares. Recibe
Pero otros, entre ellos Jesús, fueron capturados en tus
por los agentes de inmigración. manos
\,
[En un español mal pronunciado, tipo gringo.] este sacrificio, para alabanza y gloria de su
«¿Q:tién de ustedes es el líder?», preguntó el migra nombre,
más grandote. para nuestro
Pero nadie contestaba. bien
«¿Quién de ustedes es el que los trajo aquí?» y el de
Y nadie contestaba. toda la
Entonces los agentes comenzaron con la golpi­ Santa
za, así, así, cada golpe era un incendio en el cuerpo, Frontera.
puñetazos, patadas, macanazos. Hasta que Jesús, no Amén

186 187
""""1

IX. Pater Noster


Sus compañeros creyeron que sufrirían el mismo
destino de Jesús, pero la sed de los agentes de migra­
ción estaba colmada. Los subieron a una camioneta,
de esas que llaman perreras, y los retacharon para
México.
Cuando llegaron a la ciudad fronteriza, la historia
pronto corrió entre las cantinas. Uno que se llamaba
Pedro lo negó tres veces, dijo «yo no conozco a ese
Chuy, no lo conozco, no lo conozco». Digamos con fe y esperanza:
Aunque era su compadre. [Antebrazos alzados, palmas hacia arriba.]
Pero otro que se llamaba Pablo, que ni siquiera
estuvo ahí, ni siquiera lo conoció, fue quien lo hizo Frontera Nuestra que estás en la Tierra,
famoso. Escribió un corrido que después grabaron los dividiendo al mundo,
Tigres del Norte para gloria de los inmigrantes indocu­ inventada por las culturas ricas
mentados. Para gloria de todos ellos. para mantener afuera a las pobres.
Amén. Maldita sea tu presencia segregadora,
pero bendita sea tu presencia
porque nos has dado vida a nosotros,
los fronterizos.
No nos impidas cruzarte
porque cruzarte es nuestro regocijo
y nuestra necesidad:
más allá de tus confines
se encuentra el pan de cada día.
Perdona a los que nos ofenden,
impidiéndonos el paso,
ya que nosotros
no podemos perdonarlos.

188 189
,
11[!11.

No nos dejes caer en tentación, [Como haciendo coro.] Y con su espíritu.


y líbranos del mal. Daos fraternalmente la paz. i,11

"I''
·'.'.11!,¡,

Líbranos de toda la violencia contra inocentes; líbra­ [El oficiante se asoma a ver si losfieles se dan la mano; si '1111111

nos del narcotráfico y la inseguridad de los que vienen no lo hacen, lesmuestra cómo hacerlo. Espera unos momentos, ·1il11 1

a vender drogas para el feliz consumo de los estadouni­ luegoprosigue.] !111,111

,11

denses. Toda la cocaína y mariguana que se aspira y


fuma en Estados Unidos pasa por mi ciudad, dejando
un rastro de sangre. Por eso digo: está bien que la fu­
men, pero éno podrían cultivarla ellos mismos?
Mueren policías en la Frontera; mueren periodistas
en la Frontera; mueren hombres y mujeres, cadáveres se
acumulan en el río, en el desierto, en las grandes ciuda­
des fronterizas desde Tijuana hasta Matamoros, desde
San Ysidro hasta Brownsville. La violencia se ha metido
a todos los rincones de nuestras vidas y nuestros sueños.
Yo recuerdo cuando no era así, cuando podías salir
de tu casa, salir a la calle en la noche, festejar, disfrutar
sin sentirte amenazado. Yo recuerdo esos tiempos y me
1

1
pregunto si mis hijos me creerán cuando les diga que
1 fue así.
1 ' Señores estadounidenses: iRegrésenme mi país, por
favor! Cultiven su propia hierba y su propio polvo;
¿qué no ven el daño que nos hacen? iHagan algo! La
violencia día a día nos está matando.

Que la paz regrese a nuestra frontera.


Que la paz regrese a las fronteras.
La paz sea siempre con vosotros.

190 191
.,.,.,

X. Agnus dei
··~

r
i''
..¡11·!.lll

1¡:!li

1li'1:

i,111
1:11•1

'11

111

111

·I
11·
11

!I
Frontera que quita el pecado del mundo, ten pie­
dad de nosotros.
Frontera que quita el pecado del mundo, ten pie­ 11

dad de nosotros.
Frontera que quita el pecado del mundo, dichosos
los invitados a cruzarte.
Ésta es la madre de todas las fronteras.
Y todas las fronteras somos una sola.
[Se adapta a la guerra en turno, incluyendo u omitiendo 1

fronteras.] I~
l'I
Frontera entre India y Pakistán, ruega por nosotros. ~
Frontera entre las dos Irlandas, ruega por nosotros.
Frontera entre Israel y Palestina, ruega por nosotros. ~
Frontera entre México y Guatemala, ruega por no- 'rl

sotros. lrll 1

Frontera entre Europa y África, ruega por nosotros.


Fronteras entre Estados Unidos y el resto del mun­
r111
do, rueguen por nosotros.
Fronteras de la pobreza, de la necesidad, de la igno­
·1~'
:1f¡¡1
minia, rueguen por nosotros. ~11
~
ll,1Ji'¡

193 1_,.¡¡.I

1,111,
:1,
111,

i~
lh·~
l,11111
----1,'
Todos somos la misma frontera. XI. Conversio '1111

Pero la mía es la madre de todas ellas.


Peregrino del mundo, recorro las ciudades para dar
a conocer el evangelio. Que yo era incrédulo pero aho­
ra tengo el corazón encendido de pasión.
Señora, por favor escúcheme. Usted que es ama de 11'
'1 ·1,
1
1'
/!'1
casa y que se siente sola, incluso rodeada de niños.
lj'111
Señorita, por favor, usted que camina con la cabeza 'l!I,
en alto y no voltea a verme porque cree que halagaré
su cuerpo delicioso. Carta del apóstol san Luisumberto a los... [Genti­
Señor repartidor de Coca-Cola. licio del lugar donde se lee.]
Señor banquero.
Señora profesora. De Luisumberto, llamado por voluntad del Señor
Señorita prostituta. a ser apóstol de la frontera y su música.
Vengo a estas tierras a proclamar la verdad y esa ver­
dad es indivisible, alimenta a los que tienen hambre, A los [gentilicio] que consagrados por ser... [se 1
da esperanza a los que les falta fe. adapta a la situación], serán llamados también fron­ ~
terizos. ~
- :¡'

J
[Casual.] Quizá deba explicarme. Para mí el rocan­
íll!
rol era la única verdad. Yoera uno de esos rocanrole­
11
ros ortodoxos, rudos e implacables. Usaba pantalones
¡1
de mezclilla raídos y camisetas con la efigie de Jim
Morrison. Tenía el cabello largo, no me bañaba, no J1l
me cepillaba los dientes. ~
·1..
1

Me deleitaban los Beatles,los Rolling Stones, San­ 1¡·1


1:•'
::!11
tana, los Who y todo aquel buen rock que, según yo, 1.'I'

circulaba en el aire antes de la llegada de la música dis­


co, que había mandado todo a la mierda.
IM
~I
1.1.....
I' ~.•

i~il :!i
11·.··..
l1!¡i
194 195 ,,¡I,
,1
1.l¡J,·
1

ii

l t~
No lo hubiera admitido en aquel entonces, mi Hacía un calor insoportable, incluso en la noche,
pasado pagano, pero ser un rocanrolero de línea dura que yo resistía escuchando canciones de Led Zeppelin
tenía sus desventajas sociales. Si algún amigo me in­ en mi viejo aparato de ocho tracks. De pronto se apagó
vitaba a una fiesta en su casa, se daba por hecho que la música, el Volkswagen dejó de funcionar y cayó so­
yo llegaría con mis discos, rigurosamente elepés, y no bre mí una intensa luz proveniente del cielo.
permitiría que se tocara otra cosa. Salí del carro bastante asustado, quise huir pero la
Comencé a perder amigos, incluso a los que yo luz me tumbó.
consideraba mis aliados más cercanos. Ellos se volvían Hombre de poca fe, creí que se trataba de uno de
progresistas, escuchaban grupos nuevos, techno, hip los tantos objetos voladores no identificados que más
hop, electrónica, rock en español y luego intentaban de un ranchero había mencionado que se avistaba en
convencerme de nuevas bandas que, según ellos, se­ esa parte del desierto. Pero no.
1111
guían los caminos de Dylan y Bowie. Era mucho más que eso. Una intensa luz y una
:1
No hice caso de sus palabras, los llamaba traidores, intensa voz que me decía [con voz de Dios enpelícula de
les retiraba la palabra y me encerraba en mi casa, abra­ CecileB. De Mille]: «Luisumberto, Luisumberto, épor
zando mis elepés de Abby Road y Let it Bleed. Me sentía qué me persigues?» 11

cada vez más solo, convencido de tener razón. La voz era clara y, a pesar de que aparentaba venir I'
1j11
No me importaba ser el último rocanrolero del desde muy lejos, la escuchaba como un murmullo cer­
planeta; si así fuera, ni modo. Nadie me doblegaría. cano. «¿Yo?»,le dije. «Yono persigo a naiden. Yo sólo
Nadie. voy pallá, rumbo a Damasco».
Hasta que sucedió. Guardé silencio y la voz también guardó silencio.
Y lo documento aquí, en esta capilla/universidad/ Nos quedamos callados un rato.
l'l11

capital, para ojos y oídos de todos. Hasta que pregunté: «Y a todo esto, équién es usté
Porque una vez fui ciego y ahora he encontrado el y qué se trae por estos lugares?»
1111

Verdadero Camino. Una vez, sin saberlo, naufragaba, y [De nuevo con voz divina.] «Yosoy el pastor que anda
1.1.',.I

ahora he descubierto tierra firme, mi hogar, mi cabaña, en busca de su oveja descarriada. Ahora, jubiloso por 11
i11
11:

mi destino. haberla encontrado. Soy José Alfredo jiménez.» 1

¡¡¡111

No hace mucho tiempo viajaba a través del desierto Si existía un mexicano que no sabía quién era ese 1¡¡:1

en mi viejo Volkswagen, rumbo a un poblado llamado tal José Alfredo, era yo. A mí que me preguntaran los
!.1111
Damasco, donde debía realizar algunas diligencias. signos zodiacales de los John, Paul, George y Ringo.
,,

1111
1


196 197
¡:
1.1.1,

,11111
1111
[lil
¡¡·.

Era tan ignorante en aquella época que ni siquiera


I{
día te inviten a... [nombre del lugar donde se celebra esta
sabía quién era el Señor. misa.]»
No sabía de sus canciones, de su pasión y de su Llegué a Damasco en la mañana y me compré
muerte: sacrificio para salvar a los pecadores, aquellos lo necesario: botas de punta y un sombrero cowboy,
que se habían alejado de la Verdadera Música, como pantalones de mezclilla nuevos, cinturón grueso con
yo, corno tantos otros. hebilla plateada, un discman y hartos cidís de grupos
Porque Él bien me lo dijo aquella noche, rumbo a como los Huracanes del Norte, los Tiranos del Norte,
Damasco, «sólo la Música de la Frontera es la Palabra, los Relámpagos del Norte.
sólo en sus corridos, en sus cumbias, polkas, chotís y Mis amigos se sorprendieron al principio; pero me
en los ritmos del acordeón y bajo sexto se puede en­ aceptaron al darse cuenta de que era mucho más tole­
contrar el auténtico significado de la vida». rante y buena persona con ellos.
«Pero yo quién soy, Señor, un humilde rocanrolero. Mi labor evangelizadora ha sido tranquila. Cada
Seguramente hay otros en el mundo, más capacitados domingo recorro las casas y hablo de mis creencias y
para difundir Su música» de las palabras del Señor.
Me resistí. Estaba cabrón cambiar así, de la noche «En el principio fue José Alfredo jiménez.»
a la mañana. Yo qué sabía de esas cosas. Para mí era Y alguna gente me escucha y exclama «aleluya». Y
música horrible, como los vallenatos y la salsa y el otra gente, cada vez más poca, me dice «Sorry, en este
merengue y todo aquello que no tuviera un requinto hogar sólo se escucha a Lady Ga Ca». Otras personas
eléctrico y una batería. No me daba cuenta de que yo ni siquiera abren las puertas de su casa cuando por la
era el candidato ideal: si un rocanrolero ultra, como ventana observan mi ropa y mi paquete decidís.
1

yo, pregonaba la música de los Tigres del Norte y los Contento y en paz con el mundo sigo mi largo i'
Relámpagos del Norte y los Bravos del Norte, más de camino. El desierto se extiende mucho más allá de los 'I
ji
uno sabría que ésa era la verdadera verdad y se conver­ Estados Unidos, mi destino es recorrer el mundo, lle­
,111
tiría a la Causa sin pensarlo dos veces. vando como armas sólo la Palabra y la Música.
llr
«No dudes», me dijo el Señor. «Yomismo, en una Amén.
~
~
época, me desvié del Camino creyendo que el sonido 1
de mariachi era mejor que el de los Mexican Cotoboys»
~
«Pero ahora quiero que recorras el mundo, quiero
que pregones en nombre mío.» «Quizás, quizás algún ~
11~
~
198 199 ~r· 11¡,
1

~1
1
~
XII. Despedida

Hermanos en la fe:
[Eefórico.]
Yacon ésta me despido, pero pronto doy la vuelta.
Sólo resta invitarlos a cruzar la Frontera.
Cuando ustedes vean una; cuando estén frente a
ella y sientan el poderoso llamado, no se aten a los
mástiles, no cierren los ojos, no pasen de largo con
gran indiferencia; arrójense,más bien.
Crucen, crucen, crucen.
Que no quede una frontera en este mundo sin
cruzar, crúcenlas todas, que al fin para eso están ahí.
Para eso delimitan, para eso nos restringen, nos retan,
nos agreden. Para eso, para que crucemos la línea que
forman, para desaparecerlaen el momento que la tras­
pasamos.
Y si alguien les impide el paso, ustedes pasen.
Y si les dicen que no lo hagan, ustedes pasen.
Y si les dicen que nada tienen que hacer ahí, uste­
des pasen.
El mundo es de todos.

201
11

Y - todos - estamos - invitados - a - la - fiesta.

[Haciendo la señal de la cruz, bendiciendo al público.]

En el
norte
los Estados Unidos, en el sur México;
en medio,
de este
a oeste,
una
Frontera.

Hermanos, vayamos en paz, esta misa ha termi­


nado.

'%

También podría gustarte