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ANTIPIRETICO

El dolor se define como una sensación molesta de intensidad muy variable. En


realidad el dolor es un sistema que tiene nuestro organismo de alertarnos de que
algo va mal. Por otra parte, se llama fiebre al aumento de la temperatura del cuerpo
por encima de lo normal, es decir, por encima de los 37º. Para mantener esta
temperatura corporal nuestro organismo produce una serie de procesos que aportan
calor. Los medicamentos que se emplean para tratar el dolor se llaman analgésicos,
y los que actúan reduciendo la fiebre se conocen como antipiréticos.

Algunos fármacos nos sirven para combatir tanto la fiebre como el dolor, pues
poseen ambas propiedades. Estos medicamentos actúan en dos direcciones. En
primer lugar inhibiendo unas sustancias que se liberan en el tejido dañado que son
responsables del dolor. Por otra parte potencian una serie de mecanismos
encaminados a eliminar el exceso de temperatura del organismo, combatiendo así
la fiebre. Los medicamentos más utilizados con acción antipirética y analgésica que
no precisan de receta médica son el ácido acetil salicílico y el paracetamol.

EL ÁCIDO ACETIL SALICÍLICO

Además de ser bueno en el tratamiento de la fiebre y el dolor, tiene acción


antiinflamatoria. Se aconseja ser tomado junto a las comidas o con un gran vaso de
agua, no debe administrarse en caso de úlcera gastrointestinal, ni en niños
pequeños en caso de que padezcan alguna enfermedad vírica, como gripe o
varicela. En cuanto a su posología en el caso de adultos se suele administrar entre
medio y un gramo cada 4 o 6 horas. Aunque siempre se valorará el estado del
paciente, así como el grado de dolor, fiebre o inflamación.

EL PARACETAMOL

También posee actividad analgésica y antipirética, pero no antiinflamatoria. Al igual


que el ácido acetil salicílico debe ser ingerido al menos con un vaso de agua, para
evitar molestias estomacales. No debemos prolongar más de diez días el uso de
paracetamol, ni cuando la fiebre sea muy alta, o se prolongue más de 3 días. En el
caso de los niños, el paracetamol se presenta en gotas, jarabe y supositorios para
facilitar su administración.

Tanto el paracetamol como el ácido acetilsalicílico se pueden adquirir sin receta, por
lo que en este tipo de medicamentos es más importante aún el consejo del
farmacéutico ya que en la mayoría de las ocasiones es el único profesional sanitario
al que consultamos. Además, aunque se trate de medicamentos que no precisan de
receta, tienen actividad farmacológica, y por lo tanto además de ayudarnos, pueden
provocar efectos indeseados si no los utilizamos correctamente.

QUÉ SON LOS ANTIINFLAMATORIOS

Los antiinflamatorios son los medicamentos cuya función es la de detener o reducir


la inflamación de una parte concreta del organismo. Esto suele conllevar una
disminución del dolor asociado, produciendo también un efecto analgésico. Por
ejemplo, al reducir la inflamación de la garganta, el dolor y malestar también se
reducen. Otra función de los antiinflamatorios es la de servir como antitérmicos para
combatir la fiebre.
Hay dos grandes tipos de antiinflamatorios: los cortico esteroides, cuyo principio
activo es la cortisona o sus derivados, y los llamados “AINES” (Antiinflamatorios No
Esteroideos), entre los que se encuentran estos principios activos bastante
comunes: ibuprofeno, dexketoprofeno o naproxeno.
Por sus efectos secundarios, los antiinflamatorios con cortisona solo se suelen
recetar para casos muy específicos. Por el contrario, los AINES son más populares
porque tienen una mejor tolerabilidad. Pero no hay que confiarse, ya que un exceso
o mal consumo puede provocar problemas en el sistema digestivo, deteriorar el
riñón y aumentar la presión arterial. Por esta razón, aunque sean medicamentos
cotidianos, es muy importante seguir las indicaciones de los profesionales
sanitarios.

QUÉ SON LOS ANALGÉSICOS

La palabra analgésico tiene su origen en el prefijo griego en, que significa negación,
y en algos, que significa dolor. Así que, como bien indica su origen,
son medicamentos que reducen o alivian el dolor, ya sea de cabeza, muscular o de
articulación, entre otros. Además, sirven para tratar la fiebre alta porque al igual que
los antiinflamatorios son antitérmicos.
Hay diferentes tipos de analgésicos. Los más comunes son los que están en el
grupo de los Antiinflamatorios No Esteroideos (AINE), como el paracetamol.
También están los opiáceos débiles, como los que llevan codeína o oxicodona; los
opiáceos fuertes, como la morfina o el fentanilo; y por último los fármacos
coadyuvantes, que son los que buscan aumentar la eficacia analgésica de los otros
medicamentos. Excepto los primeros, los analgésicos que se encuentran en los
otros grupos sólo se pueden obtener por prescripción médica y bajo un estricto
control debido a su potencia y posibles riesgos.
En general, el consumo de analgésicos es bastante seguro, incluso durante el
embarazo y la lactancia, aunque siempre debe consultar primero con un profesional
sanitario.
Los antibióticos no son la solución para todo, de hecho, este tipo de medicamentos
sólo mata a las bacterias. El resfriado común, la gripe y la bronquitis son dolencias
causadas por virus y, por lo tanto, los antibióticos no están indicados para su
tratamiento. Estas son, además, las patologías en las que con más frecuencia se
emplean antibióticos de manera innecesaria y, por lo tanto, errónea.

Josep María Cots, coordinador del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la


Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, explica que "el resfriado
común da mucha sintomatología nasal y de garganta. Mocos, dolor de garganta, la
nariz taponada, dolor de cabeza leve y poca fiebre son sus síntomas característicos".

Por su parte, la gripe "ocasiona malestar general, dolor muscular y fiebre alta, pero
no hay mucha mucosidad, no se tapona mucho la nariz, no hay dolor de garganta y
no es habitual tener mucha tos".

DOLENCIAS VIRICAS Y BACTERIANAS

Con la bronquitis se tiene mucha tos y bastante moco, pero prácticamente


no hay fiebre. "Es una infección de los bronquios producida por un virus",
señala el facultativo.
El doctor Cots afirma que la mayor parte de las infecciones que trata el
médico de familia están producidas por virus. Así, subraya que "la mayoría
de otitis y sinusitis tienen un origen vírico. Algunas pueden ser bacterianas,
pero es el médico quien debe valorar sus síntomas para determinar su
origen y prescribir antibióticos cuando sea necesario".

Lo mismo ocurre con las faringoamigdalitis, que son víricas en su mayoría,


pero algunas están producidas por bacterias. "En este caso, existe un test
que se realiza tocando la amígdala con un escobillón y que permite saber si
hay una bacteria o un virus", indica el especialista.

Por su parte, la bronquitis aguda es de origen vírico. "Sin embargo, la


neumonía es bacteriana y tiene que tratarse con antibióticos".

Cots aclara que el 90% de las infecciones respiratorias son víricas, mientras
que en las infecciones de orina el germen más frecuente es la bacteria. "Son
las mujeres quienes más padecen este tipo de dolencia. De hecho, de cada
diez infecciones de orina, siete u ocho se dan en mujeres".

La cistitis típica de la mujer se caracteriza porque esta tiene que orinar más
veces y cuando lo hace siente molestias. El doctor apunta que "existe una
prueba que consiste en poner la orina sobre una tira para saber si hay una
infección bacteriana".

Pero siempre debe ser un médico quien determine si los antibióticos son
necesarios o no. "Nunca hay que auto medicarse con antibióticos"

El especialista aclara que este tipo de medicamentos deben usarse siempre


con receta y prescripción médica. "Tienes que ir al médico y explicarle tus
síntomas para que él valore si con dichos síntomas está indicado darte un
antibiótico", precisa.

Cots aclara que tomarse un antibiótico cuando no está indicado origina dos
problemas. Por un lado, la patología que esa persona tiene no va a mejorar.
Pero, además, se expone a los posibles efectos secundarios del fármaco.

"Ese antibiótico que no hacía falta haberse tomado puede producir diarrea
porque destruye la flora que tenemos en el colon", apunta.

El especialista afirma también que la mayoría de los efectos secundarios de


estos medicamentos tienen que ver con problemas digestivos, dolor
abdominal y diarrea. Pero también pueden generar otras infecciones. "En
la mujer, es muy típico que, a raíz de tomar un antibiótico, se le produzca
una infección vaginal", manifiesta.

ANTIDEPRESIVO
Los antidepresivos son medicinas que receta un médico para tratar la depresión.
Estos medicamentos ayudan a mejorar la forma en que el cerebro utiliza ciertas
sustancias químicas naturales. Pueden tardar varias semanas en hacer efecto.
Existen muchos tipos de antidepresivos. A veces, es necesario probar más de uno
hasta encontrar el que surta un mejor efecto.
Estos medicamentos pueden causar algunos efectos secundarios menores que, en
general, no duran mucho tiempo. Por ejemplo: dolor de cabeza, náuseas, problemas
para dormir, inquietud y problemas sexuales. Infórmele al médico si tiene cualquier
efecto secundario. También debe informarle al médico si toma otras medicinas,
vitaminas o suplementos herbarios.

Es importante que continúe tomando las medicinas, aunque se sienta mejor y no


deje de tomarlas sin hablar con el médico. Generalmente, los antidepresivos deben
interrumpirse gradualmente.

ANTIÁCIDOS Y ANTIULCEROSOS

Dos grupos distintos de tipos de medicamentos, pero que comparten funciones


similares: la disminución de las secreciones gástricas. Si disminuye la acidez, se
previene la aparición de úlceras. Un ejemplo conocido es el Omeprazol.
En estos fármacos, los efectos secundarios más importantes son las alteraciones
del tránsito intestinal (diarrea o estreñimiento).

ANTIALÉRGICOS

En esta categoría se agrupan fármacos que tienen la finalidad de combatir los


efectos negativos de las reacciones alérgicas o la hipersensibilidad.
Los más populares son los fármacos de la familia de antihistamínicos, cuyo
mecanismo de acción influye sobre la histamina, la cual tiene un importante papel
en las alergias. Sus reacciones adversas son mínimas, pero puede ocasionar
diarrea, somnolencia, fatiga o cefaleas.

ANTIDIARREICOS Y LAXANTES

Los antidiarreicos son tipos de medicamentos que tienen como propósito aliviar y
detener los efectos de la diarrea. Los más utilizados actualmente son fármacos que
inhiben la motilidad del intestino, lo que favorece la retención para conseguir una
mayor consistencia y volumen en las heces. Las reacciones adversas de estos
fármacos son mínimas, aunque se han registrado algunas como el dolor abdominal
o el estreñimiento.
En cambio, los laxantes son recetados para el caso contrario, en otras palabras,
para resolver problemas de estreñimiento por un aumento del movimiento intestinal
o por lubricación. Su uso debe ser moderado y como apoyo, porque un tratamiento
prolongado hace que el intestino no trabaje correctamente, disminuyendo su
capacidad de absorción de nutrientes.

ANTI INFECCIOSOS

Este tipo de medicamentos están recetados para hacer frente a infecciones.


Dependiendo del agente infeccioso, se clasifican en antibióticos (contra bacterias),
antifúngicos (contra hongos), antivirales (contra virus) y antiparasitarios (contra
parásitos).
La automedicación no está aconsejada, por lo que siempre se necesita receta
médica. El mayor efecto secundario, sobre todo en el caso de los antibióticos, es
que ejercen una selección artificial sobre los agentes infecciosos.
Por ejemplo, en el caso de las bacterias, dentro de una mismo tipo de bacteria,
pueden existir cepas que resisten el efecto de un antibiótico concreto. Al utilizar ese
antibiótico de forma abusiva, mueren todas las bacterias salvo las que presentan
resistencia, por lo que al final dejará de tener efecto.

ANTITUSIVOS Y MUCOLÍTICOS

Son fármacos que se recetan para tratar de reducir la tos no productiva, es decir,
que no libera mucosidad. Se debe tener sumo cuidado con su dosis, ya que algunos
de ellos, como la codeína, producen adicción.
En cuanto a los mucolíticos, son medicamentos que se recomiendan cuando la
mucosidad dificulta una respiración correcta. Sus efectos secundarios son menores,
como cefaleas o reacciones alérgicas.

ANESTÉSICOS
Los anestésicos se utilizan para reducir la actividad del sistema nervioso
central (formado por el encéfalo y la médula espinal) con el objetivo
de permitir intervenciones médicas dolorosas, como las cirugías.

Los anestésicos más usados incluyen el halothano, el tiopental, la ketamina,


el óxido nitroso (anestésicos generales), la lidocaína, la bupivacaína (locales),
el diazepam y la morfina (sedantes preoperatorios).

ANALGÉSICOS, ANTIPIRÉTICOS, ANTIINFLAMATORIOS, ANTIGOTOSOS Y


ANTIRREUMÁTICOS

En este grupo encontramos los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)


como el ibuprofeno, la aspirina (ácido acetilsalicílico) y el paracetamol, los
analgésicos opiáceos (codeína, morfina), los antigotosos como el alopurinol
y los antirreumáticos, por ejemplo la cloroquina.

ANTÍDOTOS

Los antídotos son un tipo de medicamento que se usa para mitigar los efectos
del contacto con un determinado tóxico (o sustancia venenosa). Algunos
ejemplos son la acetilcisteína, la atropina, la naloxona, la penicilamina o el
carbón activado, un antídoto inespecífico.

ANTICONVULSIVOS (O ANTIEPILÉPTICOS)

Estos medicamentos se usan para tratar las convulsiones propias de la


epilepsia y de otros trastornos, así como para el trastorno bipolar; esto se
debe a sus efectos estabilizadores sobre el estado de ánimo. La
carbamazepina, el valproato o ácido valproico y el fenobarbital son tres
anticonvulsivos muy comunes.
ANTIINFECCIOSOS

Dentro de esta categoría se engloban todos los tipos de medicamento que se


usan para combatir los síntomas de infecciones causadas por cualquier clase
de patógeno.

La amoxicilina, la ionizada, el fluconazol o el Aciclovir, así como múltiples


derivados de la penicilina, son buenos ejemplos de fármacos anti infecciosos,
aunque existen muchísimos puesto que hay un gran número de agentes que
pueden causar infecciones (bacterias, hongos, virus, etc.).

ANTIMIGRAÑOSOS

El medicamento más recomendado por la OMS para tratar la migraña es el


propanolol, que se emplea también en múltiples alteraciones
cardiovasculares. Para el tratamiento del dolor una vez se han producido los
ataques, se incluyen en esta categoría el paracetamol y la aspirina.

ANTINEOPLÁSICOS, INMUNODEPRESORES Y FÁRMACOS PARA CUIDADOS


PALIATIVOS

Los inmunodepresores se usan para reducir la actividad del sistema inmune


y evitar así que el organismo rechace los trasplantes de órganos o de médula
ósea. Los citotóxicos o antineoplásicos combaten los tumores malignos en
casos de cáncer. Por último, los fármacos usados en cuidados paliativos
incluyen elementos de otras categorías, como los analgésicos.

ANTIPARKINSONIANOS

La levo dopa, la carbidopa o el viperino alivian los síntomas de la enfermedad


de Parkinson. El mecanismo por el que ejercen sus efectos es la potenciación
de la actividad del neurotransmisor dopamina, relacionado con el movimiento
entre otros procesos.

ANTIANÉMICOS Y MEDICAMENTOS QUE AFECTAN A LA COAGULACIÓN

El ácido fólico, la sal ferrosa y la hidroxocobalamina son fármacos que tratan


la anemia, mientras que entre los medicamentos que afectan a la coagulación
la OMS destaca la warfarina, la fitomenadiona, la heparina sódica y el sulfato
de portaminas.

MEDICAMENTOS CARDIOVASCULARES

La doceava categoría del listado de medicamentos esenciales de la OMS


incluye todos los fármacos que se usan para tratar alteraciones circulatorias,
como la hipertensión (atenolol, enalapril, amlodipino), la arritmia (digoxina,
lidocaína, adrenalina), la insuficiencia cardíaca (furosemida,
hidroclorotiazida) o la angina de pecho (atenolol, dinitrato de isosorbida).

Los medicamentos tópicos son aquellos que se aplican de forma directa


sobre la piel. Así, por ejemplo, el miconazol combate los hongos, el cloruro
de metilrosanilina trata las infecciones y la betametasona reduce la
inflamación.
DESINFECTANTES Y ANTISÉPTICOS

Los desinfectantes (como el cloroxilenol o el glutaral) son compuestos que


interfieren con la proliferación de microorganismos en fase vegetativa para
que no perjudiquen la salud de la persona. Los antisépticos son un tipo de
desinfectante que mata a los patógenos o que hace que no puedan
desarrollarse, e incluyen el etanol, la povidona yodada y la clorhexidina.

DIURÉTICOS
Los medicamentos diuréticos más recomendados por la OMS son la
furosemida y la hidroclorotiazida, aunque la Organización también destaca la
amilorida, la espironolactona y el manitol.

MEDICAMENTOS GASTROINTESTINALES

En esta categoría se incluyen los antieméticos como la metoclopramida (que


en España se comercializa como Primperan) y la prometazina, que sirven
para aliviar las náuseas y los vómitos, así como los laxantes (p. e. el sen), los
antidiarreicos, los antiácidos (p. e. la ranitidina) y antiinflamatorios como la
sulfasalazina y la hidrocortisona.

HORMONAS, OTROS MEDICAMENTOS ENDOCRINOS Y ANTICONCEPTIVOS

La decimoctava división de la lista de la OMS incluye las hormonas


suprarrenales, las hormonas tiroideas y los antitiroideos, andrógenos como la
testosterona, estrógenos como el etinilestradiol, progestágenos como la
noretisterona, los anticonceptivos hormonales (orales e inyectables), los
dispositivos intrauterinos y los métodos de barrera (preservativos y
diafragmas), entre otros medicamentos.

OXITÓCICOS Y ANTIOXITÓCICOS

Los medicamentos oxitócicos (ergometrina y oxitocina) se usan para


estimular las contracciones del útero con el objetivo de favorecer el parto o
de reducir la hemorragia derivada de éste. Por contra, los anti oxitócicos
previenen los partos prematuros; dentro de esta clase, la OMS incluye el
nifedipino como medicamento esencial.

MEDICAMENTOS PSICOTERAPÉUTICOS

Existen muchos tipos de psicofármacos que tratan distintos problemas


psicológicos: los antidepresivos (amitriptilina, fluoxetina), los ansiolíticos y
sedantes (diazepam, lorazepam), los antipsicóticos (haloperidol,
clorpromazina)... Los antiepilépticos (valproato, carbamazepina) se
administran como estabilizadores del ánimo en casos de trastorno bipolar.

MEDICAMENTOS QUE ACTÚAN EN LAS VÍAS RESPIRATORIAS

Dentro de esta categoría, la OMS destaca especialmente los medicamentos


que se emplean para tratar el asma y la neumopatía obstructiva crónica, entre
los cuales encontramos el salbutamol, que se comercializa como “Ventolin”,
y la beclometasona.
VITAMINAS YMINERALES

Las vitaminas A (retinol), B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B6 (piridoxina), B12


(ácido fólico), C (ácido ascórbico), D2 (ergocalciferol), D3 (colecalciferol) o K
se administran para tratar estados de desnutrición específicos. Algo similar
se puede decir de minerales como el gluconato cálcico, el yodo y el floruro
sódic.

FARMACOLIGIA

Según su etimología, la palabra Farmacología proviene de los griegos “Pharmacon”


que significa “Fármaco” y “Logos” que significa “Ciencia“. Antes de continuar, es
necesario definir brevemente lo que es un fármaco, se trata pues de
una sustancia química, altamente sintetizada con el fin de disminuir alguna
dolencia característica de una enfermedad. Los fármacos son ampliamente
diversificados, establecidos desde la época prehistórica y con antecedentes
netamente naturales, los fármacos son la cura de las enfermedades.

QUÉ ES LA FARMACOLOGÍA

Se trata de una ciencia que analiza y descifra los aspectos más relevantes de la
química con el fin de poder producir estructuras moleculares de cepas de
enfermedades en forma de retrovirus, para así poder combatir los síntomas y
afecciones de una enfermedad. La farmacología es una ciencia de amplio espectro
que analiza elementos químicos, sus combinaciones y sus efectos en los seres
vivos, con el fin benéfico de siempre, buscar soluciones de enfermedad. La
farmacología utiliza métodos de investigación y experimentos, basados en los
fundamentos establecidos por la enfermedad para lo que son diseñados, esta visión,
permite que la farmacología cope todos los recursos posibles para afrontar cualquier
anomalía o variante en la enfermedad.

Se identifican los síntomas de la enfermedad, si es infeccioso o viral, luego se ubica


en la naturaleza biológica alguna planta u organismo biológico que en su
composición contengan sustancias que funcionen como controlador o dominante de
la enfermedad. Un ejemplo claro de este procedimiento es la elaboración de
la Penicilina, este antibiótico de amplio espectro, famoso por la cantidad de
infecciones que son controla fue obtenido gracias a los estudios de un moho
conseguido en un pan podrido, estos estudios concebidos en el siglo pasado han
evolucionado gracias a la microbiología y la tecnología celular. La farmacología
estudia también la manera en la que los medicamentos actúan sobre el metabolismo
de los seres humanos, es por eso que son de vital importancia descubrir las
maneras correctas en como el cuerpo deben absorber los fármacos, pues la
respuestas que el organismo puede dar dependiendo de la manera en la que se
apliquen pueden ser relevantes para el cuerpo.

COMO FUNCIONA LA FARMACOLOGIA

La farmacología (del griego, pharmacon (pάρμακον), fármaco, y logos (yόγος),


ciencia) es la ciencia que estudia la historia, el origen, las propiedades físicas y
químicas, la presentación, los efectos bioquímicos y fisiológicos, los mecanismos
de acción, la absorción, la distribución, la biotransformación y la excreción así como
el uso terapéutico de las sustancias químicas que interactúan con los organismos
vivos. La farmacología estudia como interactúa el fármaco con el organismo, sus
acciones y propiedades. En un sentido más estricto, se considera la farmacología
como el estudio de los fármacos, sea que esas tengan efectos beneficiosos o bien
tóxicos.

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