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PODER JUDICIAL

MENDOZA
EXPTE. N° 262876 “CFJ y RFC c/ CMV p/ acción preventiva”

Mendoza, 13 de febrero de 2019.


Y VISTOS:
Estos autos arriba intitulados, en estado de dictar sentencia de fs. 65, de los que;
RESULTA:
I.- Que a fojas 3/5 de estos autos se presentan Gerónimo Lucero, Francisco Julián
Chiarello, Danilo Piccioni, y Germán Eneas Español y Facundo Rivera, todos por sí, con
el patrocinio letrado de la Dra. Bárbara Virginia Peñalosa y manifiestan que viene a
promover acción preventiva de daños en los términos del artículo 1711 y concordantes
del Código Civil y Comercial de la Nación (CCyCN) y artículo 3 del Código Procesal
Civil, Comercial y Tributario de Mendoza (CPCCyT), en contra de María Victoria Coria.
Persiguen que se evite la continuación y agravamiento del daño que ha provocado
con la incorporación de sus nombres en una lista titulada “ABRO HILO CON
MACHOS/ABUSADORES DE MENDOZA” publicadas en perfil de Twitter
“@Tori_Coria”, perteneciente a la demandada.
Solicitan se imprima a la acción preventiva trámite de ley corriendo el traslado la
demanda con habilitación de días y horas inhábiles y feria judicial
II.- Que a fs. 7/8 el tribunal ordena los trámites de la acción de la tutela preventiva,
entre ellos, traslado a la contraria, integración de litis con los representantes legales de los
menores de edad, intervención del Ministerio Pupilar y de la Dirección de la Mujer,
Género y Diversidad “Dra. Carmen María Argibay”, convocatoria a audiencia prevista en
los art. 3 ap. II inc. 2 “E” del CPCCyT, habilitación de feria, reserva de las actuaciones
con recaratulación de la consignación de iniciales de las partes, notificaciones de oficio
por el tribunal, etc.
A fs. 10 se presenta nuevamente la Dra. Bárbara Peñalosa por los actores,
denuncia datos personales de sus representados y da cumplimiento con las diligencias
previas ordenada por el tribunal (entre ellas, denuncia del domicilio de la demandada, ante
el fracaso de la diligencia de notificación), las que son proveídas conforme resoluciones
de fs. 12 y 13.
A fs. 20, se glosa notificación a la demandada, diligencia practicada en fecha 18
de diciembre de 2018.
III.- Que a fs. 24/34 se presenta María Victoria Coria con el patrocinio letrado de
las Dras. Patricia González Prado y Florencia Alderisi, fijan domicilio legal contestan
demanda y plantean -en primer término- el caso abstracto.

Dicen –en lo que resulta de relevancia al planteo del caso abstracto- que el hilo de
Twitter que publicó la joven María Victoria Coria de 20 años fue borrado el día
20/12/2018, con lo cual el objeto de la tutela preventiva se encuentra cumplido, toda vez
que hoy no existe en internet el perfil Tori Coria, ni el referido hilo.
Además, señala que en el caso de Facundo Rivero, menos causa existe aún para
litigar porque Victoria Coria pidió disculpas públicas ante un pedido que este hizo y lo
publicó en redes, como surge de las capturas y audios acompañados.
En toda su manifestación a lo largo de su contestación de demanda, ampara su
actuar dentro de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la Mujer, la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra la Mujer, Ley de Protección Integral a las Mujeres (Ley 26485), y demás
normativa vinculada a la problemática.
IV.- Del pedido de declaración del caso abstracto, conforme providencia de fs. 36
se da vista a los actores y se ordenan sucesivas vistas: Dirección de la Mujer, Género y
Diversidad “Dra. Carmen María Argibay”; Ministerio Público Pupilar; Ministerio Público
Fiscal.
A fs. 37 el suscripto hace saber que resolverá como Juez Natural de la causa, sin
perjuicio de la Feria Judicial de Enero de 2.019, conforme disposición de
Superintendencia de la Suprema Corte de Mendoza, permaneciendo durante los días 2 al
4 de enero de 2.019.
A fs. 38 se presentan los actores y contentan vista ordenada.
Manifiestan que la sola acción de que la demandada haya cerrado su cuenta de
Twitter no ha frenado a propagación del daño y que además se debe advertir que los
actores han solicitado una retractación y disculpa pública por parte de Victoria Coria. Pide
que mientras ello no suceda, no se declare el proceso en abstracto.
A fs. 43 se celebra la audiencia con las abogadas de las partes, la Dra. Stella Spezia
por la Dirección de la Mujer y el suscripto a cargo de la causa. Se procede a escuchar la
posición de las partes, diálogo e intercambio de posiciones en la cual ambas
abogadas manifiestan el estado de angustia y delicado de salud de uno de los chicos y de
la joven, dándose un cuarto intermedio hasta el día próximo. Allí comparecen la Dra.
Florencia Alderisi, la Dra. Barbara Peñaloza y la Dra. Stella Spezia, y ambas partes, de
común acuerdo, solicitan una nueva audiencia.
En dicho acto se agrega informe de la Dirección de la Mujer, Género y Diversidad,
el que se encuentra reservado en despacho, sin glosarse al expediente en atención a la
confidencialidad del mismo, y se dispone que la audiencia sea sin la presencia de las
partes involucradas para no revictimizar a los jóvenes.
A fs. 45 la Sra. Asesora de Menores asume la representación y asistencia de los
menores Germán Eneas Español y Franco Julián Chiarello.
A fs. 48 obra nueva audiencia celebrada con la presencia de las abogadas de las
partes (Dras. Bárbara Peñaloza, Florencia Alderisi y Patricia González Prado), la Dra.
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Stella Spezia por la Dirección de la Mujer, Género y Diversidad, la Dra. Bárbara
González, Asesora de Menores, ejerciendo representación complementarias por los
actores menores de edad y suscripto, juez de la causa. Allí la Dra. González Prado por
María Victoria Coria (demandada) propone como fórmula conciliatoria elaborar una
reflexión la cual sería puesta a consideración de la parte actora, tanto en su contenido
como en las
posibles formas de exteriorización. A continuación la Dra. Peñaloza (por los actores)
expresa que su parte colaborará a los efectos que los derechos de sus representados queden
satisfechos.
A fs. 49 se agrega acta de comparecencia de los menores Español y Chiarello ante
la Sra. Asesora de Menores, Dra. Bárbara Gisela González, oportunidad en donde son
escuchados conforme al derecho que los asiste y se manifiestan sobre los hechos de la
causa.
A fs. 51 obra nueva audiencia en donde las abogadas de María Victoria Coria
acompañan la propuesta de reflexión, la que es puesta a consideración de la Dra. Peñaloza
y Asesora de Menores.
A fs. 52 se presenta la abogada de los actores e indica que sus representados han
rechazado las propuestas de reflexión pública ofrecida por la demandada, en razón de que
los actores coinciden que el tenor de la misma los re-victimiza y temen que hacer una
publicación de esa naturaleza vuelve a sobreexponerlos y a hacerlos objetos de burlas y
comentarios hirientes.
A fs. 56/58 emite su dictamen la Sra. Asesora de Menores.
A fs. 59/62 la Dra. Florencia Alderisi acompaña un escrito de reflexión pública
como fórmula conciliatoria que había propuesto, informa el fracaso del intento de
avenimiento entre las partes y solicita se llame autos para resolver.
A fs. 65 queda la causa en estado de resolver.
CONSIDERANDO:
I.- Naturaleza jurídica de la acción preventiva del daño.
Siguiendo a Sandra Wierzba (Manual de Obligaciones Civiles y Comerciales
según el nuevo CCyCN, Ed. Abeledo Perrot, pág. 259 y sgtes., 2017), la idea de
reparación ha dejado ya de ser excluyente en materia de responsabilidad civil, en un
contexto en el cual no sólo el patrimonio requiere de tutela, sino que se impone una mayor
protección de los derechos personalísimos de los individuos y de los derechos de
incidencia colectiva.
La consideración de las normas fundamentales en materia civil, genera profundas
modificaciones en las formas de realizar el valor Justicia, que no pueden quedar limitadas
a las soluciones ex post facto y de corte exclusivamente patrimonial propias de función
resarcitoria de la materia bajo estudio. Es así que las funciones de prevención y disuasiva
cuentan ya con un espacio específico en la reflexión jurídica y presencia destacada en
materias de desarrollo relativamente reciente aunque de gran relevancia, como el derecho
ambiental y del consumidor (Lorenzetti, Picasso).
El tema de la prevención fue discutido en variados Congresos y Jornadas. Así, por
ejemplo, en las IX Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Mar del Plata, 1983), se sostuvo
que "según el caso, podrá solicitarse la prevención del daño, su cesación o su reparación";
en las XXIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil (San Miguel de Tucumán, 2011), la
Comisión nro. 8 sobre Daños afirmó que "La función preventiva es prioritaria en el
derecho de daños", que "Los principios de prevención y precaución se inscriben dentro de
esa función" y que "Dichos principios proyectan su operatividad en el campo sustancial y
procesal"; y en las III Jornadas Marplatenses de Responsabilidad Civil y Seguros (Mar
del Plata, 2012), se dijo que "La Comisión considera apropiada la recepción por el
Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación (en adelante Proyecto 2012) de la
función tripartita de la responsabilidad civil y el reconocimiento de idéntica jerarquía a
cada una de ellas, ya que se tutela el patrimonio, la persona y los derechos de incidencia
colectiva".
Por su parte, en los Fundamentos del Anteproyecto del nuevo Código se expresa
que "La necesidad de una diversidad de finalidades se aprecia si... no sólo se tutela el
patrimonio, sino también la persona y los derechos de incidencia colectiva, poniéndose de
relieve la función preventiva de la responsabilidad civil en materia de derechos
personalísimos al expresar: "Cuando se trata de la persona, hay resarcimiento pero
también prevención, y en muchos aspectos, como el honor, la privacidad, la identidad,
esta última es mucho más eficaz". Con relación a los derechos de incidencia colectiva, se
afirma: "...surge con claridad que la prevención es prioritaria y precede a la reparación,
sobre todo cuando se trata de bienes que no se pueden recomponer fácilmente".
Y se ha hecho referencia a la prevención en tres sentidos (Seguí):
1) en alusión a las medidas técnicas idóneas para prevenir el daño, propias del
derecho administrativo;
2) en su carácter de consecuencia indirecta del resarcimiento;
3) en relación con una nueva especie de tutela, conocida como "tutela inhibitoria",
consistente en una acción preventiva directa destinada a evitar el daño.
Pensamos que se impone además pensar la prevención como deber genérico
explícito, impuesto ampliamente a los individuos de la comunidad, según surge del art.
1710 CCyCN y veremos más adelante.
Se observa así que el Código crea un sistema complejo de funciones de la
responsabilidad, debiendo interpretarse que la aplicación de una u otra función
dependerán de las circunstancias del caso y de la naturaleza de los derechos e intereses en
juego.
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El nuevo Código establece un deber que recae sobre toda persona, en cuanto de
ella dependa (art. 1710 CCyCN), de: a) Evitar la producción de daños injustificados; b)
Adoptar medidas razonables, de buena fe y conforme a las circunstancias, para evitar
daños o disminuir su magnitud, con derecho a reembolso de los gastos incurridos
conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa, si un tercero fuere responsable de la
implementación de tales medidas; c) No agravar los daños ya producidos.
Al analizar estos parámetros, la doctrina se ha detenido a diferenciar las
características de la prevención del daño, de las propias de su resarcimiento. En este
sentido, por ejemplo, se ha dicho que al valorar el daño a prevenir, no interesan sus
consecuencias (inmediatas, mediatas o casuales), sino esencialmente su previsibilidad. Es
decir, deben considerarse todas las consecuencias del posible daño, sin distinción, además
de su extensión temporal y espacial, de tal modo de tomar las medidas razonables para
disminuir su magnitud (Galdós-Blanco, Seguí).
Nótese que el deber en cuestión se impone con carácter general y se refiere tanto
a acciones sobre cosas (ej., cierre provisorio de un pozo observado en la vereda luego de
un temporal), como sobre personas (ej., atención de un vecino con capacidades físicas
disminuidas hasta la llegada de los apoyos necesarios). A su vez, se relaciona con daños
aún no sucedidos, concomitantes o aún posteriores a la acción preventiva, en la medida
en que el deber se extiende a su evitación, no agravamiento y disminución del perjuicio.
Así las cosas, este instituto se vincula de algún modo con variadas figuras jurídicas
tradicionales: las causales de justificación del obrar antijurídico (arts. 911CCiv. VS, y
1718, inc. c], CCyCN), la gestión de negocios ajenos (arts. 2288 y ss., CCiv. VS, y 1781
a 1790 CCyCN), el deber de asistencia y salvamento (arts. 72 y concs. ley 17.418/1967);
aunque parece desde ahora imponerse de un modo más extenso.
El tema de la prevención ha sido abordado tanto por la doctrina del derecho
privado como por los autores del derecho procesal, entre variados expertos. En general,
se observó una insuficiencia del solo resarcimiento y de los procedimientos judiciales
clásicos, para dar respuesta a la responsabilidad civil en su nueva concepción.
Desde el ámbito civil, la doctrina nacional concibió un nuevo sistema de tutela de
los derechos en el ámbito privado: la tutela civil inhibitoria (Lorenzetti, Nicolau, Seguí,
Zavala de González). Se entendió que para que ésta procediera, debían presentarse los
siguientes requisitos:
1) la antijuridicidad, propia de la causación del daño amenazado (ej., ilicitud
propia de los severos daños derivados de la radicación de una industria minera de
extracción de oro a cielo abierto);
2) la amenaza del daño, aún no materializado, y
3) la previsibilidad del daño o de su continuación, según las reglas de la causalidad
adecuada.
El nuevo Código avanza en ese sentido, al regular una acción preventiva genérica,
en los siguientes términos: "La acción preventiva procede cuando una acción u omisión
antijurídica hace previsible la producción de un daño, su continuación o agravamiento.
No es exigible la concurrencia de ningún factor de atribución" (art. 1711). Este tipo de
tutela no exige un factor de atribución de responsabilidad, ya que si bien tales factores
constituyen fundamentos para reconocer la reparación del daño, resultan ajenos a la idea
de prevención.
Serán legitimadas para reclamar aquellas personas que acrediten un interés
razonable en la prevención del daño (art. 1712 CCyCN). La Constitución Nacional (art.
43) y la Ley de Defensa del Consumidor 24.240 (art. 52, texto según ley 26.361/2008),
entre otras disposiciones, ofrecen un detalle concreto sobre quiénes podrían ser estas
personas: los afectados, las asociaciones que propendan a los fines que la acción relevante
compromete, el defensor del pueblo, la autoridad de aplicación nacional o local, el
ministerio público, etcétera.
Si bien el nuevo Código no contempla los detalles del proceso en cuestión, fija los
alcances esenciales de la sentencia (art. 1713 CCyCN), orientando su puesta en práctica
y futura regulación especial. En este sentido establece que de acogerse la acción, dicha
sentencia deberá:
a) Disponer obligaciones de dar, de hacer o de no hacer: según corresponda y a
pedido de parte o de oficio, en forma definitiva o provisoria.
b) Ponderar los criterios de menor restricción posible y de medio más idóneo para
asegurar la eficacia en la obtención de la finalidad. Mediante esta expresión, sin duda se
asigna al magistrado una función amplia y creadora, pudiendo él decidir cuál es la orden
que mejor se adapta para el fin perseguido, y siendo ésta susceptible de ser revisada o
adaptada posteriormente. La amplitud señalada exigirá a su vez una gran prudencia de
parte del juez, ya que este tipo de acciones en muchos casos supondrán un enfrentamiento
entre el derecho a continuar viviendo en un ambiente lo más sano posible y el derecho a
desarrollar una actividad productiva.
Ahora bien, con base en el texto del art. 1713 citado, se ha interpretado que existe
la posibilidad de ejercer dos tipos de acciones, una de carácter definitivo y otra de orden
provisorio. Pero ambas tendrán carácter preventivo y podrán materializarse por medio de
mandatos de innovar y de no innovar (Lorenzetti).
En la primera, para que un magistrado ordene la prevención final del daño, será
necesario el trámite de un proceso de conocimiento, en el cual luego de la oposición de
defensas y pruebas exhaustivas, podrá dictarse una sentencia definitiva, con alcances de
cosa juzgada.
En cambio, en la tutela preventiva, los tiempos, defensas y probanzas serán
acotados, para que pueda alcanzarse la tutela efectiva del derecho amenazado. Esta acción
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en muchos casos será más ajustada a la naturaleza específica de los derechos involucrados
(ej., derechos personalísimos). Podrá tramitar por vía cautelar, cuyo procedimiento es
sumario y breve desde el punto de vista temporal. En este caso, además de acreditarse los
presupuestos de hecho y de derecho que hagan a su procedencia, deberá probarse el
peligro en la demora.
Así, por ejemplo, ante un ataque a la intimidad, la tutela preventiva habilitará a la
Justicia a disponer diversos mecanismos para evitar la continuación o agravamiento de un
daño, como ordenar el cese o la suspensión de la perturbación, o la llamada acción
preventiva de cese del ataque (ej., prohibición de publicar cualquier material fotográfico
en estado de desnudez de una persona). Ello será así, sin perjuicio de otras medidas que
también podrá garantizar un tribunal, como el derecho a réplica (que da al damnificado
derecho de responder aquello que de él se ha dicho) y asimismo, la publicación de una
sentencia condenatoria (Iturbide-Pereira), cuya función podrá ser eminentemente
reparatoria.
Las múltiples acciones preventivas tendientes a evitar, o bien poner fin a la
difusión de información vía internet, cuando ésta es lesiva para los derechos
personalísimos y en muchos casos, falsa (ej., de modelos y actrices cuyas figuras se
asocian con contenidos pornográficos o bien al ejercicio de la prostitución), han dado
lugar a decisiones de diverso tenor, destacándose el reciente fallo de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en los autos "Rodríguez, María Belén v. Google Inc. y otro y otros
s/daños y perjuicios (Exp. R. 522. XLIX. REX, fallo del 28/10/2014). En este caso, se
reclamó que los buscadores de Internet aplicarán filtros o bloqueos de vinculación, a título
de tutela preventiva, con el objeto de evitar que se produjera la repetición de la difusión
de información lesiva para los derechos de la reclamante. El Máximo Tribunal sostuvo
que cuando estaba en juego la libertad de expresión, toda restricción, sanción o limitación
a la libertad de expresión debía ser de interpretación restrictiva, por la trascendencia que
en la sociedad contemporánea tiene la información y la comunicación, afirmando que "en
un país donde rige ostensiblemente el dogma de la soberanía del pueblo, la censura no es
solamente un peligro, sino un absurdo", para rechazar ese aspecto del reclamo.
II.- Solución del caso:
Adelanto opinión respecto de que, en consideración al instituto analizado, daré
una solución de carácter definitivo y otra de orden provisorio.
a) Solución de carácter definitivo, como pacificación del conflicto en donde se
encuentran involucrados intereses de menores y jóvenes:
Como lo advertido en las extensas audiencias que he mantenido con las partes, a
mi modo de entender, se deben ponderar las siguientes cuestiones:
1) Es un caso difícil;
2) Existe una tensión entre la tutela de los distintos derechos e intereses en pugna,
por un lado derecho a la dignidad, honor, reputación, imagen e identidad afectados en los
actores, y por otro, los derechos que emergen de la normativa de género y violencia de la
mujer que abandera la demandada y libertad de expresión;
3) De cara a las manifestaciones de ambas partes del proceso, los jóvenes actores y
la joven demandada se encuentran profundamente afectados psíquica, emocional y
físicamente por los acontecimientos sucedidos, por lo que los efectos de una resolución
deben discernirse con mucha precaución, diligencia, cuidado y atención, a fin de evitar
una profundización del conflicto y una re-victimización, que en definitiva atente con la
salud y personalidad de los jóvenes involucrados.
4) En la presente acción, no pueden haber vencedores, ni vencidos; desde que ello –
conforme a las manifestaciones de las abogadas en las distintas audiencias celebradas, por
los hechos posteriores a lo sucedido, que no reproduzco porque deben ser guardados para
preservar la intimidad de los jóvenes- implicaría una re-victimización y agudización del
conflicto.
4) La problemática en mucho más profunda y merece un amplio debe social, cultural
con educación adecuada al nuevo paradigma.
5) El fenómeno de las redes sociales es complejo y las formas de lo que Enrique
Zuleta Puceiro llama “la acción directa de los agentes” desborda los espacios legislativo,
gubernamental y judicial (“Sociedad, Derecho y Justicia”, Maestría en Magistratura y
Gestión Judicial, UNCuyo, 5 y 6 de mayo 2006).
Expuestas estas consideraciones, debo decir que las cuestiones planteadas
posteriores al pedido de declaración en abstracto, exceden el marco de la presente tutela
preventiva, desde que existe una limitación procesal en cuanto a su objeto.
La posición de la actora, respecto de la fórmula conciliatoria que propone,
consistente en retractación y disculpa pública por parte de la demandada son propias de
acciones de fondo (como por ej. las del art. 1770 del CCyCN, entre otras, y de las que he
pasado revista al explicar la naturaleza jurídica del instituto), y que resultan ajena presente
acción preventiva, desde que son procesos de conocimiento que necesitan debate y prueba
mayor.
En el presente caso, la demandada antes de contestar la demanda ha cesado en la
actividad puesta de manifiesto por la actora, en cuanto a que el hilo de Twitter que publicó
María Victoria Coria fue borrado el día 20/12/2018, con lo cual efectivamente el objeto
de la tutela preventiva se encuentra cumplido, toda vez que hoy no existe en internet el
perfil Tori Coria, ni el referido hilo, como denunciado la demandada y ha podido
corroborar la actora.
En consecuencia, entiendo que corresponde declarar el caso abstracto.
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Así, el supuesto que la doctrina califica como "moot cases" o "caso abstracto" se
configura cuando no existe discusión real entre el actor y el demandado, ya porque el
juicio es ficticio desde su comienzo, o porque a raíz de acontecimientos subsiguientes se
ha extinguido la controversia o ha cesado de existir la causa de la acción; o donde las
cuestiones a decidir son enteramente abstractas.
Sobre el tema en cuestión la jurisprudencia norteamericana ha declarado que el
juicio se ha convertido en un “moot case” cuando ha sobrevenido, entre otros, algunos de
los siguientes acontecimientos: transacción, desistimiento del recurso, allanamiento de las
pretensiones del recurrente, confusión. (Ver Esteban Imaz y Ricardo E. Rey en " El
Recurso Extraordinario" 2º edición-"Nuevas Ediciones", págs. 60 y 61, 1962).
Nuestros tribunales han tenido oportunidad de expedirse sobre el tema al resolver:
".... Ante la desaparición del interés que sustenta la controversia (art. 41 CPC) el Juzgador
se encuentra inhabilitado para ejercer su jurisdicción, no pudiendo exigirse
pronunciamiento sobre lo que ya ha dejado de existir; sobre una cuestión que ha devenido
abstracta, por haber desaparecido el fundamento y contenido de la pretensión. (INST.
MONS. ORZALY Y OTS. EN J.: 56987, LA HOZ c/ SIND. OBR. Y EMPL. DE LA
INDUSTRIA DE LA CARNE Y OT. p/ Camb Terc Cámara Civil 2 LA 076 Pag. 070)
Siguiendo el criterio expuesto, entiendo que en el caso de autos, el hecho de que
la demandada haya borrado su hilo Twitter, torna abstracta la cuestión a resolver en esta
causa, y sabido es que los jueces no resuelven sobre cuestiones abstractas sino con
intereses legales concretos.
b) Solución de carácter provisorio
No obstante lo resuelto, y como lo advertido insistentemente en las audiencias
mantenidas con las letradas de las partes y distintos órganos interdiciplinarios, en el
presente proceso, por su naturaleza y la tensión de derechos existentes, no puede haber
vencedores, ni vencidos, por lo que como “medida de protección” se encomienda a las
abogadas patrocinantes de las partes como auxiliares de la justicia (y más allá de la
declaración de sustracción de materia litigiosa decretada), el acompañamiento y
observancia por el término del presente año calendario con informe mensuales respecto
del estado de salud y problemática de re-victimización de los jóvenes María Victoria,
Gerónimo, Franco Julián, Danilo, Germán y Facundo, en relación a los informe especiales
que tengo y el problema de salud que han denunciado y manifestado.
También el seguimiento deberá hacerse por la Dirección de la Mujer, Género y
Diversidad “Dra. Carmen María Argibay” y por la Sra. Asesora de Menores hasta que los
adolescentes Germán Eneas Español y Franco Julián Chiarello cumplan la mayoría de
edad.
Finalmente, participo de la corriente doctrina que entiende que la tutela preventiva
tiene naturaleza cautelar, por tanto corresponde advertir que puede retirarse la solicitud,
cuando se hubiera modificado la situación de hecho o derecho, sujetándose al mismo
trámite (art. 112 inc. VII del CPCCyT).
III.- Costas:
Atento a como ha quedado resuelta la cuestión, corresponde imponer las costas
por el orden causado respecto de la declaración del caso abstracto, de conformidad a lo
establecido por el art. 35 y 36 inc. VIII CPCCyT que dispone: “En el caso de sustracción
de materia litigiosa las costas serán impuestas en el orden causado, salvo que la actitud
de alguno de los litigantes justifique condenarlo en costas”.
Siendo que este presupuesto final de la norma, en mi criterio no se da, desde que
la demandada ha colaborado en el proceso y ha ofrecido una propuesta de reflexión
acompañada por sus letradas patrocinantes, con la expresa anuencia y participación de la
Dirección de la Mujer, Género y Diversidad “Dra. Carmen María Argibay”, corresponde
subsumir el caso en la primera parte de la norma procesal citada.
Los honorarios profesionales serán regulados conforme las pautas del art. 9 de la
Ley 9.131, por entender –y cómo lo he anticipado- que el presente proceso tiene
naturaleza cautelar, a cuyo efecto debe tenerse en consideración la efectiva labor
desarrollada por los letrados intervinientes, y la situación económica y social de las partes.
No obstante, habiéndose decretado un periodo de observación hasta fin de año,
con informe mensual de las letradas patrocinantes, la regulación definitiva deberá
realizarse al finalizar de dicho periodo.
Por todo lo expuesto;
RESUELVO:
1).- DECLARAR, por las razones expuestas en los considerando de la presente
resolución, que la cuestión ha devenido abstracta por sustracción sobreviniente de la
materia objeto del litigio.
2).- DISPONER (sin perjuicio de lo resuelto, en atención a la naturaleza y la
tensión de derechos existentes, en carácter de solución provisoria y como “medida de
protección”), ENCOMENDAR a las abogadas patrocinantes de las partes como auxiliares
de la justicia, el acompañamiento y observancia por el término del presente año
calendario, con informe mensuales, respecto del estado de salud y problemática de re-
victimización de los jóvenes María Victoria, Gerónimo, Franco Julián, Danilo, Germán y
Facundo. Dicho seguimiento deberá hacerse también por la Dirección de la Mujer, Género
y Diversidad “Dra. Carmen María Argibay” y por la Sra. Asesora de Menores hasta que
los adolescentes Germán y Franco Julián cumplan la mayoría de edad.
3) Imponer las costas por su orden, conforme expuesto punto III de los
considerando de la presente resolución (art. 35 y 36 inc. VIII CPCCyT), sin perjuicio de
las demás costas que se puedan generar (art. 112 inc. VII del CPCCyT).
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4) Diferir la regulación de honorarios hasta la oportunidad en que haya concluido
el periodo de observación de la medida de protección y conforme a las pautas indicadas
en los considerando de la presente resolución.
REGÍSTRESE. NOTIFIQUESE.-

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