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CAPÍTULO 6

¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada?

1. Movimientos sociales: un breve racconto teórico

La expansión de los derechos se vincula a luchas sociales,


y las luchas suponen procesos de organización
de actores políticos y sociales.
NORA BRITOS (2003)

Al igual que el concepto de sociedad civil, la noción de movi-


mientos sociales presenta un carácter polisémico y su encuadre
varía según el contexto sociohistórico en el que tienen lugar y el
marco conceptual con el que se los analiza.
Las décadas de los sesenta y setenta en Europa fueron tiem-
pos fecundos para la conformación y extensión de acciones
colectivas y movimientos sociales que postulaban temáticas,
metodologías de visibilización y confrontación novedosas, por
fuera de los colectivos que hasta entonces habían caracterizado
la dinámica sociopolítica, esto es, partidos políticos, sindicatos y
el movimiento obrero. Mediante lógicas de accionar más de tipo
cultural (movimientos hippies, liberación sexual, feminismo,
movimiento estudiantil) o lógicas más bien políticas (insubordi-
nación civil contra la guerra de Vietnam, movimientos pacifista,
ecologista y antinuclear), pusieron de manifiesto una amplia
gama de conflictos sociales pero también expresaron discursos
propositivos con gran fuerza ilocutoria e impacto en la esfera
pública. Para las ciencias sociales fue necesario repensar estas
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formas no institucionalizadas de protesta y de acción colectiva entonces aceptado como normativo; 3) que implica una ruptura de
desde otro ángulo que el de ejemplos de comportamientos “des- los límites del sistema de normas y relaciones sociales en el que se
viados” o el de las masas irracionales que seguían a algún líder desarrolla su acción; 4) que tiene capacidad para producir nuevas
carismático. normas y legitimaciones en la sociedad. (Laraña, 1999: 126)
Los diferentes enfoques teóricos sobre el origen, alcance y
finalidad de los movimientos sociales son múltiples: modelo de La capacidad de instituir normas, actualizar o remozar valo-
la elección racional, movilización de recursos, estructura de oportuni- res, promover derechos y tensar la legitimidad social se relacio-
dades políticas (McAdam,1995), predominantes en Estados na con la facultad para promover una “redefinición colectiva de
Unidos de América, o el de los nuevos movimientos sociales (Offe, una condición que en un tiempo fue considerada como una des-
1988), la teoría de los marcos interactivos de interpretación o fra- gracia y pasa a concebirse como injusticia”, lo que da cuenta de
ming (Snow et al, 1986) o la perspectiva constructivista (Touraine procesos que vinculan situaciones particulares y personales con
1994, Melucci, 1980 y 1984). Independientemente de cuál de cuestiones públicas y colectivas (Turner, citado en Laraña, 1999:
ellos se trate, se considera que en todo comportamiento colecti- 53). En algunas instancias organizativas que aquí se analizan,
vo existe una tensión subyacente: los individuos se unen para este “pasaje” entre lo personal y lo colectivo ha sido un compo-
actuar cuando algo funciona mal en su ambiente social o las per- nente importante para la conformación y consolidación de
sonas se unen por sufrir injusticias (Ibarra y Tejerina, 1998). colectivos vinculados con derechos humanos, organizaciones
Cada una de las orientaciones mencionadas surgieron como GLTTT, ONG-Sida y Mujer, pero también es el caso de algu-
contramodelo al pensamiento preponderante hasta los años nos de los movimientos de trabajadores desocupados que, ade-
sesenta en su respectivo ámbito geográfico (Riechman y más, son concebidos por sus participantes como un espacio for-
Fernández Buey, 1994; Laraña, 1999). En tanto, en los Estados mativo y de inclusión social (Giarraca y cols., 2001; Auyero,
Unidos, el enfoque estructural-funcionalista percibía la acción 2003 y Contreras, 2003).
colectiva como conducta desviada, peligrosa e irracional en S. Wallace (1999) indica que los estudios de este tipo de fenó-
Europa, a través de la categoría de nuevos movimientos sociales y menos frecuentemente utilizan tres conceptos distintos para
del denominado paradigma de la identidad, que englobarían los definir la movilización de los ciudadanos: comportamiento colecti-
trabajos de Touraine, Offe y Melucci. Se cuestionaba al marxis- vo, acción colectiva y movimientos sociales. En algunos casos, el
mo al sostener que la división de las clases sociales no constitu- movimiento social se incluye como una forma de comportamiento
ye el único conflicto real y estructural de la sociedad, iluminan- colectivo; o movimiento social y acción colectiva son sinónimos al
do la importancia de problemáticas de género, étnicas y otras referirse a una forma de acción poco organizada y no institucio-
formas de solidaridad que, con una lógica cultural, demandan el nal y, en otros, el movimiento social es un tipo de acción colectiva.
respeto de las diferencias. Marcuse y Touraine “se destacaron en Lo que poseen en común estas modalidades de acción colectiva
la labor explicativa y subrayaron, especialmente, la nueva dimen- es el escenario público en el que se despliegan y constituyen,
sión cultural de estos movimientos y el potencial anticapitalista para F. Naishtat (2005: 369), una especie de
que contenían” (Wallace, 1999: 332).
Un intento integrador de los distintos matices es la definición dispositivos de fuerza ilocucionaria de una enunciación colectiva
de Laraña, quien concibe los movimientos como una forma de que se inscribe en el espacio público como acto performativo de un
acción colectiva: “nosotros”, y, en calidad de tal, interpela a la sociedad y a las insti-
tuciones del Estado [denunciando] ante un público ilimitado los
1) que apela a la solidaridad para promover o impedir cambios bloqueos característicos de una situación. (Naishtat, 2005: 372)
sociales; 2) cuya existencia es en sí misma una forma de percibir la
realidad ya que vuelve controvertido un aspecto de ésta, hasta Acción colectiva, movimientos sociales, protestas, revueltas,
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tienden a manejarse como términos intercambiables. Indudable- Aunque recurran a acciones estratégicas con el fin de promo-
mente, la acción colectiva alude a movilizaciones o apariciones ver sus objetivos, el contenido fundamental del accionar de estos
en la esfera pública a través de marchas, declaraciones, “escra- actores es la búsqueda de reconocimiento, es decir, la aceptación
ches”, revueltas, cortes de ruta, bloqueo de calles, solicitadas, pública y la eventual institucionalización de sus demandas
actos públicos, e implican intencionalidades de oposición o de (Olvera Rivera, 1999). En este sentido, si bien se plantean con
apoyo a cuestiones vinculadas con problemáticas sociales, eco- autonomía frente al Estado y a los partidos políticos y desde
nómicas, culturales o políticas de “todos” o de colectivos socia- identidades “no políticas”, un movimiento social se transforma en
les particulares. Las demandas y los reclamos constituyen acciones un movimiento político cuando sus reivindicaciones, en principio
colectivas que pueden tener diferente grado de organicidad y sectoriales, se expresan como “derechos” o reivindicaciones arti-
temporalidad, y las acciones de protesta no son privativas de los culadas para toda la comunidad (o amplios sectores) y correlati-
movimientos sociales. Los “saqueos” a comercios pueden ser vamente buscan inscribirlas en las instituciones políticas y arti-
entendidos como acciones de protesta llevadas a cabo por grupos cularlas con las luchas de otras fuerzas no sólo políticas sino tam-
organizados o por acciones espontáneas, por colectivos nuclea- bién sociales (Gilly, 1993; Wallace et al., 1999 348).
dos a partir de necesidades (ollas populares, comedores) o por un La mayoría de los rasgos descritos son compartidos, en tér-
sufrimiento común que podría haber sido evitado o por indivi- minos de prácticas sociales, por las ONG y los movimientos
duos que espontáneamente se suman y pueden expresar o no sociales, en tanto ambos son caracterizados conceptualmente
valores opuestos o refractarios a determinadas medidas o inac- con referencia a objetivos, accionar, estrategias, motivación, sen-
ciones gubernamentales. Los procesos de lucha y resistencia sibilización y entendimiento público, oportunidad política, etcé-
manifiesta se dan en un contexto cargado de conflictividades tera. No se trata de fenómenos opuestos sino muchas veces con-
diferenciales y cuestionamientos a legitimidades múltiples. Es vergentes, puesto que un movimiento social está conformado
decir, todas estas manifestaciones aluden a la sociedad civil en por adherentes individuales y por organizaciones de variado
movimiento, aunque no todas ellas constituyen expresión de tipo; y en instancias de protesta social o de desobediencia civil
movimientos sociales (clásicos, nuevos o contemporáneos), ya pueden incluirse en acciones colectivas otros grupos así como
que no poseen “una estructura participativa como consecuencia excluirse algunos de sus participantes más regulares.
de su propio objeto y experiencia de vida, organización y lucha, Finalmente, resulta pertinente diferenciar ciertas denomina-
su propia temporalidad definida por su acción, formas en el ciones para no repetir la confusión observada en algunos de los
espacio cultural y efectos sociales específicos como resultado de textos consultados. Hay acuerdo con el concepto de movimientos
un campo de conflictos” (Alonso, 1999: 12). sociales “clásicos”, referido al accionar y objetivos del movimiento
Con fundamentos y orígenes diversos, la noción de movi- obrero o al feminismo preocupado por la igualdad política. Al
miento social supone algún tipo de identidad, un nosotros que hablar de “nuevos” movimientos sociales (NMS) se acordaba, al
aglutina, algún grado y clase de organización y alguna nota que menos hasta los años noventa, con los rasgos que caracterizaran
muestre la búsqueda de alguna reivindicación (en general secto- Offe y Touraine cuando dan cuenta de un nuevo tipo de actor
rial) y un “hacer” autónomo frecuentemente respecto al Estado, colectivo que se mueve con una lógica cultural o política, según
los partidos políticos y/o las organizaciones sindicales. A diferen- los casos, centrada en el derecho a la diferencia más que en recla-
cia tal vez de unas pocas acciones puntuales de protesta masiva, mos por la igualdad y que se vinculan con las capas medias de los
otro tipo de colectivos (movimientos sociales, redes asociativas, países industrializados. Desde los inicios de los 1990, con la
foros, etcétera), difícilmente puedan desarrollarse apoyados sola- emergencia en América Latina de una importante gama de
mente en una estructura de oportunidad política y en una estra- movimientos sociales, se los tipifica también como “nuevos” sin
tegia discursiva; necesitan estructuras de movilización (McAdam, tener en cuenta que existe una importante diferencia entre los
1998) en tanto recursos organizativos y acciones concretas. NMS de los países desarrollados y los del Tercer Mundo. En los
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primeros se expresó en los años setenta un cuestionamiento a las cia, marcaron un hito que sirvió como estrategia de demanda por
percibidas limitaciones del Estado Benefactor, a los excesos des- parte de los actores sociales ante situaciones similares. (Di Marco et
tructivos de la producción industrial y al concepto dominante de al., 2003b: 49)
progreso material sobre la naturaleza (Offe, 1988). Esta crítica se
fundaba en la seguridad e institucionalización de los derechos En nuestra región, con tantas necesidades insatisfechas y
civiles, políticos y sociales y en la permanencia de las institucio- demandas no resueltas en el marco de una crisis en los sistemas
nes democráticas. En cambio, en nuestra región, se asiste a la de representación política, resulta inadecuado pensar la consti-
presencia de movimientos que expresan ese contenido pero, tución de un sujeto colectivo que demande exitosamente sólo en
especialmente a partir de los años ochenta, la conciencia y el el plano de las identidades y desde una lógica predominante-
reclamo por constituir la ciudadanía, es decir, de generalizar la mente cultural. Los prerrequisitos necesarios para ello no están
aplicación de los derechos que formalmente admite o protege el dados y pareciera que en América Latina, en los últimos tiem-
orden legal. Mientras que en el norte la democracia ha sido el pos, tienden a combinarse entre los sectores populares las luchas
prerrequisito para la existencia de estos movimientos sociales de por el reconocimiento de identidades y derechos con las deman-
tipo cultural, en el resto del mundo este tipo de sujetos colecti- das por redistribución. La asociación de procesos de construc-
vos tienen que combinar las tareas democráticas y culturales con ción de identidades y respeto por las diferencias con luchas por
las demandas económicas y sociales. la igualdad y políticas de justicia social resulta una fuerte y nove-
Se trata de no homologar categorías y, en ese sentido, aquí se dosa característica de los movimientos como los Sin Tierra en
optará por la designación de movimientos sociales “contemporáneos”, Brasil, los zapatistas mexicanos y algunos de los movimientos de
ya que en Latinoamérica es imposible ignorar la dimensión de trabajadores desocupados de la Argentina.
conflicto presente en la acción colectiva, sobre todo en países en Este sentido de tomar el “particular” como un “universal” y
los cuales prolongados períodos sin vigencia de la ley, en “esta- combinar la lógica cultural con la política, el reclamo de la iden-
do de excepción” (Agamben, 2004), han reducido el espacio de tidad con el de la igualdad, se expresa claramente en el relato del
autonomía de la sociedad civil, casi erradicado la esfera pública. Subcomandante Marcos del Ejército Zapatista:
O en sociedades como la argentina, con décadas de empobreci-
miento y sus efectos sobre los niveles de integración social. Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en
Europa, chicano en San Isidro, anarquista en España, palestino en
También desde la perspectiva de G. Di Marco et al. (2003b: 40)
Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, judío en Alemania,
los movimientos sociales emergentes presentan ambos aspectos, feminista en los partidos políticos, comunista en la postguerra fría,
entrelazados identidad y estrategia política, pero la nota distintiva preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, ama
es la de ser posibilitadores de la articulación de identidades múlti- de casa un sábado por la noche, guerrillero en el México de fin del
ples (de género, de generaciones, de clase) “en el mismo espacio siglo XX, huelguista en la CTM, machista en el movimiento femi-
donde se construye una identidad que se constituye en esa multi- nista, mujer sola en el metro a las 10 p.m., jubilado en plantón en el
plicidad y no en identidades sectoriales”. Observan que el movi- Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado,
miento de derechos humanos y el de mujeres orientaron su acción médico sin plaza. (Subcomandante Marcos, comunicado del
hacia el poder, las instituciones y hacia la transformación de las 28/05/1994, en www.wikipedia.org/wiki)
relaciones sociales y de las normas y valores que las regulan, y
señalan que esta doble orientación resulta central en las acciones Un tipo ejemplar de integración de problemáticas y reivindi-
de los actuales movimientos sociales en el país: caciones de diversa índole y escala es el Foro Social Mundial,
movimiento contra la globalización neoliberal, que en uno de
Las marchas promovidas por estos en la defensa de la vida, como sus típicos llamamientos convoca “a la movilización contra la
metodología de reclamo por el esclarecimiento, la verdad y la justi- guerra, el neoliberalismo, la explotación y exclusión por otro
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mundo posible” (enero de 2005). En su agenda de lucha incluye 2. Reclamos y demandas. ¿Acción comunicativa o sólo
no sólo la cancelación de la deuda externa de los países del Sur, estratégica?
apoyando a los movimientos sociales de este hemisferio para que
se declaren deudores de las deudas históricas, sociales y ecológi- De acuerdo con Naishtat (2005), puede trazarse una diferen-
cas; y se manifiesta por el cese de proyectos y acuerdos que faci- ciación entre las acciones colectivas que se enmarcan en el dere-
litan el saqueo de recursos de esa zona, se declara contra las gue- cho privado (el campo asociativo no lucrativo, institucionaliza-
rras y en pro del desarme y la desmilitarización y exige la refor- do) y “aquellas que surgen informalmente en la esfera pública
ma agraria y el acceso de los campesinos a la tierra y la garantía como respuesta a una disrupción en la comunicación entre par-
de soberanía alimentaria. También promociona las campañas de ticulares y los poderes públicos, que se dirigen a diversas audien-
acciones feministas globales contra el tráfico sexual reconocien- cias que, como “terceros”, mediarían indirectamente entre el
do la diversidad de opción sexual, y contra las “exclusiones por grupo o colectivo en cuestión y las modificaciones que se requie-
identidad, género y homofobia. Juntaremos nuestras voces en con- ren. “Son de este tipo las huelgas, las protestas cívicas o aquellas
tra de todas las formas de mercantilización del cuerpo, de la mujeres y acciones más continuadas y de alcance más vasto, como los
de las personas GLBT” (la cursiva es nuestra). movimientos sociales” (Naishtat, 2005: 369).
Rastreando las continuidades históricas presentes en las Desde la instancia de la sociedad civil como movimiento (Cohen
diversas formas de lucha en la sociedad argentina, Di Marco et y Arato, 1992 /2001) la acción colectiva se entiende como expre-
al. (2003a) sostienen la existencia de un hilo conductor que vin- sión no de un problema o necesidad a resolver “solidariamente”
cula al movimiento de derechos humanos, especialmente sino como manifestación de una tensión o conflicto, en virtud
Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, los movimientos por la del cual las personas y los grupos se unen para actuar frente a una
defensa de la educación pública, las marchas de silencio, las injusticia, contra el sentido de una política, un uso irracional de
“puebladas”, las resistencias sociales al modelo neoliberal, tanto los recursos naturales o un problema de aplicación tecnológica.
las iniciales, vinculadas a su propia instalación, como las de También contra la guerra, la subordinación de la mujer, los dere-
segunda fase, relacionadas con las consecuencias de su instala- chos humanos o por la liberación sexual como bandera del movi-
ción. Asimismo, en su estudio sobre la protesta social, F. miento gay de la década de 1970.
Schuster (2005) recuerda el significado “oblicuo” de los movi- En América Latina, a partir de los procesos de transición
mientos sociales: no sólo son entendibles como movimientos de democrática y el reconocimiento de los derechos humanos como
demanda, sino como lugares de constitución de nuevas subjeti- un eje que legitima reivindicaciones, la noción de ciudadanía se
vidades y experiencias; implicancia altamente reconocida en la redefine y se convierte en un eje articulador de demandas y
literatura y en los colectivos de mujeres, GLTT y Redes de PVV. luchas políticas por parte de movimientos populares, sectores
En síntesis, sin pretender historiar la acción colectiva y la excluidos, partidos de izquierda, y posee una fuerte presencia en
protesta social, en las últimas décadas en la Argentina el escena- los reclamos y protestas de un amplio abanico de grupos. Es
rio de movilización y confrontación ha sido muy heterogéneo en dable constatar el impacto de los movimientos de mujeres, de
sus objetivos y su metodología. En las siguientes páginas se tra- minorías étnicas, de homosexuales, de ambientalistas, todos los
tará de dilucidar hasta qué punto el campo no gubernamental en cuales desencadenaron un debate en torno al estatuto conceptual
las temáticas seleccionadas acompañó estos procesos o siguió y al significado político de la sociedad civil. De algún modo, las
una dinámica y metodología de acción distinta que las diferenció acciones de protesta pública de los sectores autorganizados, de
y separó de la conflictividad social y política que caracterizó a participación directa, como han sido en la Argentina desde fines
nuestra sociedad en los inicios del siglo XXI. de los 1990 los movimientos de desocupados, las asambleas
barriales u otro modo de demanda pública forman, siguiendo a
Tarso Genro (2002), un sistema de presencias, sin la mediación de
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los partidos políticos y por fuera de la cultura de la representa- Mientras en la primera mitad de la década del 1990 la protes-
ción política. ta obrera y los movimientos populares se debilitan en la
En la etapa actual del capitalismo periférico y la globalización Argentina, los colectivos de lesbianas y gays se multiplican a la
financiera, las luchas a través de reclamos y demandas se expre- vez que cambian los ejes de las reivindicaciones de estos últimos,
san en enfrentamientos y articulaciones entre la sociedad civil y absorbidos por la lucha contra el sida. Se produce, de este modo,
el Estado para posicionar, defender, esgrimir derechos, más que una despolitización de la demanda por el reconocimiento de la
para la confrontación directa con el sistema económico. diversidad sexual, lo que facilita la incorporación a la ciudadanía
En la Argentina, las ONG-Sida hasta mediados de los años de las organizaciones de gays y lesbianas a través del la institu-
noventa, y las de Mujer y Diversidad sexual con mayor énfasis cionalización como personas jurídicas, aunque sólo reciente-
desde el 2000, han sido activos protagonistas en la sensibiliza- mente se ha permitido la institucionalización de algunas asocia-
ción y la movilización en torno a derechos humanos y de la ciones travestis ya que era sospechada de su dudosa vinculación
salud, aunque puntuales y referidos a su objeto de intervención. con el “bien común”, según un polémico dictamen judicial.
Empero, la presencia de organizaciones y de grupos vinculados Los movimientos feministas y de mujeres visibilizan la proble-
con el complejo VIH-sida instituyendo significados en la esfera mática del lesbianismo en el marco más general de la subordina-
pública en procura de reconocimientos culturales, jurídicos y ción femenina y los sistemas de sexo-género. Las demandas por
sociales no ha sido uniforme. En las siguientes páginas se dife- derechos civiles se expresan como incidencia hacia su instituciona-
rencian las prácticas características de los tres conjuntos temáti- lización por medio del lobby, la conformación de redes y los recla-
cos objetos de este trabajo. mos judiciales. Paralelamente a las reivindicaciones de derechos,
se van registrando prácticas políticas menos formales direcciona-
das al reconocimiento social, al nivel de la vida cotidiana, pero que
2.1. Demandas, reclamos y disputas en el campo de la diversidad sexual también buscan la integración jurídica, tales como matrimonio,
derecho a la adopción, beneficios sociales, ente otros (Pecheny,
Siguiendo a Pecheny (2001), en América Latina, las llamadas 2004a). En un lapso relativamente corto, entre 1989 y el 2004,
“minorías sexuales” se movilizaron y demandaron durante la once países (salvo Canadá, todos europeos) promulgaron leyes
década de los ochenta por protección en términos de derechos que posibilitan la unión entre parejas del mismo sexo. De acuerdo
negativos (no discriminación), mientras que en los años noventa con el análisis de Kollman (2004), esta situación se corresponde
buscaron el reconocimiento de derechos positivos, con temáticas con el crecimiento del trabajo de las organizaciones de GLTTT
diferenciales: el tema del Sida para los varones gays, la opresión unidas por redes de advocay internacional. La tarea clave de dicha
de género para las mujeres lesbianas, el reconocimiento de iden- red ha sido convencer a los decisores de políticas respecto a que el
tidades inscriptas en el cuerpo (travestis, transexuales, transgé- matrimonio es un derecho humano y que todos los estados demo-
neros) en la actualidad. Basándose, en parte, en el enfoque de la cráticos lo deben aprobar. Promoviendo la igualdad, el proceso
estructura de oportunidades, S. Brown (2002) analiza el activis- implica redefinir una institución cultural como un derecho, más
mo lésbico y gay en la Argentina e indica su desaparición duran- que introducir derechos individuales per se dentro de sistemas que
te los años de la última dictadura militar y su emergencia poste- históricamente no los han reconocido. En la Argentina, las luchas
rior, con la conformación de una Coordinadora de Grupos Gays. de las redes confrontativas vinculadas a los movimientos de muje-
Con el retorno de la democracia se produce un renacimiento del res y de GLTTT obtuvieron en los cinco últimos años interesan-
activismo debido “tanto a la continua represión como a las nue- tes logros, sobre todo aquellos referidos a legislación sobre dere-
vas libertades” (Brown, 2002: 121). En 1984 se conforma la chos sexuales y reproductivos, y la primera ley en Latinoamérica
Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y su reconocimiento que, en la Ciudad de Buenos Aires, reconoce la unión civil entre
legal demorará hasta 1992. personas con prácticas homosexuales.
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Ampliando el análisis a una muestra más amplia compuesta • El reconocimiento de la propia identidad y al efectivo ejercicio
por 10 ONG-DSx, todas coinciden en una visión crítica respec- del derecho a la integridad física y a la autonomía. En los gru-
to del accionar estatal sobre la diversidad sexual y, con modali- pos de travestis, transexuales e intersex se considera la
dades diferenciales, inscriben la centralidad de sus demandas en demanda fundamental, sin cuyo cumplimiento ninguna de
la necesidad de reconocimiento. Si bien es posible identificar en las las demás les resulta posible. Entre los conjuntos travestis
organizaciones una constelación de posturas que van desde se defiende el reconocimiento del cuerpo como propiedad
aquellas de tipo más “integracionistas” –que procuran la no dis- de cada mujer, no como objeto de control del Estado y las
criminación, la tolerancia y la negación de la diferencia (en las instituciones. Algunas militan por el derecho al aborto y
más antiguas e institucionalizadas)– la meta del logro de la igual- reclaman el cese de la violencia institucional que se ejerce
dad en la diversidad parece ser la que marca la tendencia general sobre ellas junto con el ejercicio de los derechos políticos, por
(Grigaitis, 2005b). carecer de documentación acorde con el sexo reasignado.
La demanda por el reconocimiento de la diversidad no se diri- • La aceptación de necesidades y problemáticas específicas para
ge únicamente al Estado; su consecución es visualizada como un cada identidad sexual: tratamientos y conocimiento adecua-
complejo proceso a través del cual la diferencia sexual resulte do para abordar la situación de transexuales e intersex; la
socialmente aceptada, proceso en el que, para algunos, aquel juega vinculación existente entre travestismo y prostitución;
un rol fundamental al constituirse en instancia legitimadora: abordajes de prevención y atención de la salud diferentes.
• La efectivización de los derechos universales a la salud y la edu-
El reconocimiento te cambia la mentalidad también porque ya no cación, a través de la generación de políticas públicas que con-
sos el despreciado sino que si el Estado te reconoce, sos ciudadano templen la diversidad. Se demanda educación sexual y for-
por lo menos ya no es que la costumbre te sigue determinando... mación de profesionales de la salud capaces de trabajar
(DSx 18, AC, D, V) desde criterios no homofóbicos y en temáticas de escaso o
nulo desarrollo, como la intersexualidad.
En los testimonios de integrantes y directivos de las institu- • La generación de políticas públicas, programas y/o proyectos y
ciones entrevistadas puede diferenciarse una amplia gama de servicios para poblaciones específicas: esta demanda aparece
demandas1 hacia el Estado, las que exigirían, asimismo, profun- especialmente vinculada con la temática de VIH-sida.
dos cambios culturales: Todas las organizaciones coinciden en señalar la necesidad
de abordajes “situados” y la mayoría ubica como grupo
• El reconocimiento de derechos civiles: derechos hereditarios, más vulnerable en cuanto a esta problemática a las traves-
de pensión, de propiedad, de adopción; documentación tis y transexuales femeninas. Se promueve el acceso a tra-
acorde a la identidad sexual; de no discriminación. tamientos hormonales y quirúrgicos para aquellas perso-
nas transgenéricas que quieran realizar la reasignación
sexual.
1. Si bien reconociendo que resulta dificultoso separar en lo fáctico
acciones de distinto tipo, a los fines de este análisis se categorizan como Para ampliar el panorama en torno a las demandas, los recla-
demandas aquellas solicitudes, petitorios, interpelaciones, reivindicaciones y mos y los enfrentamientos que efectúa el campo de las organiza-
acciones concretas tendientes al reconocimiento de “nuevos” derechos y ciones con trabajo en diversidad sexual, genérica y corporal, se
necesidades que aún no están contemplados en leyes y/o políticas públicas. presentan los principales resultados del análisis efectuado a un
Como reclamos se consignan comentarios, noticias, artículos periodísticos, corpus conformado por una muestra de 500 mensajes seleccio-
solicitadas, denuncias, reivindicaciones y acciones concretas contra injusti- nados de una base de datos (Lista Movimiento) integrada por
cias y/o al incumplimiento de derechos adquiridos formalmente y con ante- aproximadamente 10.000 mensajes intercambiados entre colec-
rioridad.
270 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 271

tivos y participantes de GLTTTI, entre enero del 2000 y mayo diferenciación numérica a favor de la primera, a la exis-
2005. tencia simultánea y paralela de la marcha y la contramar-
Los reclamos, liderados por las instituciones que integran la cha. Desde debates acerca de la pertinencia de plantear las
muestra de ONG no específicas, sobresalen en la problemática diferencias por dentro o por fuera del sistema; la crítica a
del VIH-sida. Son denuncias y llamadas de atención sobre pro- la marcha oficial por mercantilizada y vacía de contenido
visión y/o calidad de medicamentos, discriminación hacia las y, a su vez, el reparo a la contramarcha porque supone una
personas con prácticas homosexuales por ser excluidas como fragmentación poco estratégica del campo, hasta el deba-
donantes de sangre, discriminación en la atención médica por te sobre la noción identitaria de “orgullo”. Se discute
parte de las obras sociales y prepagas. Hacia el propio sector, las también sobre el origen y destino de la financiación y par-
discusiones internas han pasado por la pertinencia de la catego- ticipación de empresas durante la celebración. Consignas
ría promovida por ONUSIDA de “hombre sexo con hombres” divergentes simbolizan las diferencias:
(que diluiría las identidades) por debates sobre la financiación de
acciones, el carácter burocratizador y despolitizador del trabajo
Marcha del Orgullo gay Contramarcha
en prevención del VIH-sida, el destino de subsidios y la hones-
tidad de los militantes (Insausti, 2005). En los grupos “alternati-
Voten nuestras leyes. 2008 ¡Unámonos en la lucha contra el
vos” del campo GLTTT el reclamo fundamental ha sido la dero-
capitalismo y el patriarcado!
gación de los códigos contravencionales represivos y la libera-
ción de los presos políticos.
Nuestro festejo es reclamo: 2007 En contra de la cooptación de la
Las demandas relativas a la unión civil, importantes hasta el
igualdad, libertad, diversidad. federación y la burocracia homo-
año 2003, la actual reivindicación del derecho a la adopción por
sexual.
parte de parejas del mismo sexo han sido objeto de discusiones
conceptuales y grupales con diverso grado de enfrentamiento.
Somos todos y todas maravillo- 2006 30 años del golpe y siguen repri-
Mientras en los colectivos gays más antiguos se considera un
samente diferentes. miendo.
logro la sanción de la Ley de Unión Civil en la Ciudad de
Buenos Aires y los avances en la Cámara de Diputados, algunos
Queremos los mismos dere- 2005 Por la libertad de los presos polí-
grupos gays lésbicos y de travestis relativizan su importancia por
chos. ticos.
su carácter reducido y circunscrito a lo local; por una pondera-
ción diferencial de los derechos civiles frente a los derechos
Toda la sociedad por el derecho 2004 Contra el código contravencional
humanos, por la implicancia secundaria de la ley frente a la vio-
a la diversidad. Unión Civil en reformado. ¿Unión Civil en el país
lencia policial contra las travestis y por sus efectos de “normali-
todo el país. de la represión?
zación” sobre el colectivo.
Para comprender la dinámica del campo y la posibilidad de
Vamos por todos nuestros dere- 2003 Contra el capitalismo y el patriar-
sostener ciertos reclamos y demandas, es necesario incluir la con-
chos. cado.
flictividad y divergencia que existe entre grupos, aunque sólo se
hará referencia a las dos cuestiones actualmente más importantes:
• Al interior del sector, se protesta por el comportamiento
• La forma de organización, las consignas y las actividades transfóbico, homocéntrico y por la invisibilización de las agen-
conexas a la Marcha del Orgullo GLTT resulta un even- das trans y lésbicas por parte del movimiento gay, aunque estas
to que visibiliza diferencias político-ideológicas y es moti- últimas, a su vez, intentan diferenciarse de las demandas de las
vo de disputas que han llevado desde 2003, con una clara personas travestis.
272 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 273

El enfrentamiento y la oposición son tan agudos que Pecheny en conflictividad interna pero también en acciones constantes de
reconoce que el tipo de interrelación que se da en los movimien- lobby, de presión política y de reclamos judiciales. Un activismo
tos por los derechos sexuales “parece guiada según una lógica que se despliega mayoritariamente en demandas por integración
como la del dilema de los prisioneros: un juego en que el egoís- social con presencia regular en diferentes organismos públicos
mo aparece como la estrategia racional dominante y que tiene un (matrimonio, adopción, seguridad social para las parejas, cambios
resultado colectivo e individual que aunque no es el peor posi- de identidad, reconocimiento jurídico, seguridad frente a abusos
ble, tampoco es el mejor” y reconoce que “muchos son los ejem- de las fuerzas policiales, etc.) y, minoritariamente, en una cierta
plos en distintos países y en la región en los cuales una lógica de vigilancia respecto del cumplimiento por parte del Estado de la
gallinas lleva a la auto-destrucción de organizaciones, redes, provisión de medicamentos específicos. Concomitantemente, y
marchas, revistas, etcétera. (Pecheny, 2003: 7) concentrada en algunas ONG-DSx, ejecución de actividades de
prevención primaria y secundaria de ITS.
En sentido similar, Insausti (2005) argumenta que el estallido
de la diversidad ocurrido en los noventa y cuya expansión aún
continúa, no devino sólo de la apertura a la diferencia que signi- 2.2. Demandas, conflictos y reclamos en el campo de las ONG-Mujer
ficó la emergencia de ideas posmodernas y del paradigma neoli-
beral, sino de la reacción de cientos de activistas y colectivos que Desde mediados de la década de 1980, en un contexto de
no se sentían interpretados por las políticas de las organizacio- cambios estructurales vinculados con la globalización neoliberal
nes que, con pretensiones de falsa universalidad, decían repre- y los procesos de democratización en curso, en la mayoría de
sentarlos. Pecheny hipotetiza, siguiendo al países de América Latina, el movimiento de mujeres –que se
había movilizado a través de las sufragistas de principios y
Habermas de la teoría comunicativa, que las descoordinaciones de mediados del siglo XX resurge en las reivindicaciones por los
los miembros y organizaciones de los movimientos sociales se expli- derechos humanos y la participación de las madres, abuelas y
can no sólo por desacuerdos en términos estratégicos (instrumenta- familiares de las víctimas de las dictaduras y se diversifica en
les) o normativos, sino por desacuerdos en términos dramatúrgicos, varios feminismos que implementan diferentes estrategias de
es decir referidos a la presunción de autenticidad o sinceridad de los
lucha. Teniendo en cuenta los casos estudiados en la Argentina,
participantes de la acción colectiva. (Pecheny, 2003: 8)
Chile, Colombia y Perú, Panfichi (2002) recupera las afirmacio-
nes de S. Álvarez (1998) y reconoce que el feminismo ha dejado
El debate en torno a cuestiones teóricas y estratégicas es
de ser un movimiento social unitario para convertirse en un
imprescindible para generar acuerdos, un “nosotros” e identida-
expansivo, policéntrico y heterogéneo campo de acción que pre-
des en crecimiento, y también para incidir en la legislación, en el
senta como eje común la lucha por la “igualdad de oportunida-
diseño de políticas y en la asignación de recursos. Y no privativo
des” y la promoción de los derechos de las mujeres, en tanto que
del campo de la diversidad sexual, lo cierto es que la conflictivi-
la cuestión de la articulación/autonomía con el Estado es el prin-
dad y la suspicacia entre organizaciones se acrecienta en la medi-
cipal factor de diferenciación dentro de movimientos y ONG
da en que existen recursos materiales o simbólicos en forma de
feministas.
viajes, posiciones de poder, representaciones, congresos, etcéte-
No todo accionar colectivo de las mujeres puede ser caracte-
ra, con lo cual la acción de entendimiento y comunicación se
rizado como feminista. Vargas (1993) visualizó para América
encuentra bloqueada y los caminos para la acción colectiva con-
Latina la presencia de tres orientaciones: una vertiente feminis-
junta, con toda su potencia ilocucionaria, se debilitan.
ta, una popular y urbana, y una vertiente que actúa dentro de los
De todos modos, interesa rescatar que el campo de la diver-
partidos políticos y sindicatos. La autora aclara que estas orien-
sidad sexual, junto con el de las mujeres, es actualmente uno de
taciones se cruzan entre sí, no siendo, por lo tanto, comporta-
los sectores que muestra un activismo sostenido que se expresa
274 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 275

mientos estancos. Asimismo se presentan posiciones divergentes subsidios internacionales, el interés gubernamental por imple-
en torno al contenido y el alcance de las políticas públicas y a la mentar programas destinados a las mujeres ha promovido la
perspectiva de género, ya que pueden diferenciarse dos orienta- interrelación con ONG para el asesoramiento y la prestación de
ciones: por un lado, quienes consideran que para mejorar las servicios orientados a la población femenina. La creciente
condiciones de vida de las mujeres se requieren políticas públicas dependencia de algunas organizaciones de los programas finan-
específicas para las mujeres (tesis acorde con las postulaciones de ciados por el Estado amenaza la “doble identidad” de las ONG
los organismos internacionales y apoyada por muchas organiza- feministas y su carácter “híbrido” puesto que, por un lado, tra-
ciones de mujeres) y, por el otro, quienes creen que la dimensión bajan asistiendo a grupos desprotegidos pero, por otro, bregan
de género debe ser impartida desde la política macroeconómica: “para alterar las relaciones de poder de género”, percibiéndose a
la vez “como parte de un movimiento de mujeres mayor que
La dimensión de género sólo puede ser pensada desde una política abarca a otros feminismos” (Álvarez, 1998: 21). La lucha de las
macroeconómica con un claro componente redistributivo que recu- ONG por sobrevivir, sumada a la tendencia del Estado a utilizar-
pere la noción de Estado como instrumento de interés público. […] las como un canal para sustituirlo en la provisión de ciertos ser-
Sólo en la medida en que la ciudadanía sea una realidad sin distin- vicios sociales, limita el aspecto movimientista de esa “doble
ción de diferencia sexual, será posible establecer políticas públicas
identidad”. Se reconoce que la capacidad crítica hacia las políti-
desde una perspectiva de género. (Birgin, 1992: 34)
cas gubernamentales y hacia las relaciones de poder se desdibu-
jaron durante los años noventa, centralizándose el accionar en el
Resulta difícil pensar políticas enfocadas en la equidad de
espacio institucional, con menor presencia en el espacio público
género importadas del Primer Mundo en países donde ese ideal
(Belotti, 1996). Con referencia a esta problemática, M. C. Feijoo
está lejos de concretarse, lo cual sin embargo no implica la posi-
(2002) resume el “estado de situación” del movimiento de muje-
bilidad de pelear por él.
res teniendo en cuenta los debates desarrollados en las Jornadas
En América Latina, a diferencia de lo que sucede en los países cen-
“Relaciones de Género y Exclusión en la Argentina de los ‘90”,
trales, las políticas sociales no responden a un efecto de retorno de organizadas por ADEUEM (una asociación de especialistas en
un derecho exigido por los actores sociales que ya gozan de ciuda- estudios de mujer), que permiten caracterizar la percepción de un
danía, sino que se espera precisamente de las políticas sociales que sector importante del feminismo argentino. En dicha oportuni-
se construyan en inclusoras de actores y en constructoras de ciuda- dad (1996) se reconoció: 1) la pérdida de la calle como espacio
danos. (Tajer, 2000: 148) público y de interpelación social; 2) el desarrollo de ámbitos ins-
titucionales sustitutivos del espacio público; 3) la ausencia de con-
La influencia de un movimiento como el feminista trascien- traofertas feministas que equilibraran al feminismo instituciona-
de los momentos de acción pública y su incidencia en “períodos lizado; 4) la limitación de la política del movimiento al logro de
de latencia” continúa en forma de “laboratorios culturales” reformas legales, evaluadas como estrategias de cambio; y 5) en
(Melucci, 1994), a través de redes y foros que nuclean grupos forma minoritaria, la restricción de la modalidad “ongeísta”
relativamente pequeños y muy comprometidos (De Miguel, como única estrategia del movimiento (Feijoo, 2002: 200).
2002). También se constituyen a nivel regional en redes asocia- En cuanto al trabajo en red como una forma de acción colec-
tivas o confrontativas para la acción y discusión de diversas pro- tiva, B. Shepard (2003), en su investigación sobre las redes rei-
blemáticas de género, como la Red de Salud de la Mujer en vindicativas de ONG en América Latina, reconoce que la mayo-
América Latina y el Caribe, la Red de Educación Popular entre ría opera en contextos políticos muy variables y complejos, sin
Mujeres (CEPEM) y la Red Latinoamericana y del Caribe con- consenso en el interior del movimiento respecto de las estrate-
tra la Violencia Doméstica y Sexual. gias políticas a seguir; estrategias que cubren un amplio espectro
Alentado por condicionamientos fijados a través de créditos o de actividades: desde el seguimiento de acuerdos internacionales
276 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 277

hasta asesorías, capacitación, campañas de sensibilización y mujeres mostraron un movimiento fecundo en programas y acti-
defensa de derechos, así como la conformación de comités mul- vismo (Di Marco, 2003a). En ocasión de los debates por la ley de
tisectoriales a nivel local. Compartiendo la preocupación de salud sexual y reproductiva, el intento de modificación del artí-
Chejter y Laudano sobre las implicancias de algunos ejes de culo referido a la educación sexual y en la campaña por la despe-
acción, Shepard acertadamente observa que las ONG mayorita- nalización/legalización del aborto, un grupo de mujeres y de
riamente profesionales, que reclaman por los derechos de la ONG “volvieron a la calle” y puede observarse, además de algu-
mujer, no siempre trabajan sobre las problemáticas prioritarias nas pertenencias dobles, que la mayoría de las consignas feminis-
de los sectores populares más sensibilizados por temas como el tas de los años ochenta sobre estos temas han sido apropiadas
acceso a la salud, con o sin programas de aborto. Con la prome- por el movimiento de mujeres.
sa del “enfoque de género” incluida entre los objetivos de la Aunque las redes asociativas y los documentos internaciona-
reforma del sector Salud impulsada en la región por el Banco les sostienen la necesidad de una estrategia integral para el pleno
Mundial, entiende que poco se luchó desde estas organizaciones desarrollo humano, político y social, y plantean como indispen-
y redes por acceso y cobertura universal. Recién a partir de los sable la promoción de la equidad de género, la superación de la
efectos comprobados de esa cobertura se verifican acciones de discriminación contra las mujeres y las niñas, la igualdad de
denuncia más en el plano de las redes que de ONG específicas. oportunidad y trabajo en las leyes y las políticas públicas, la pro-
Sin embargo, también es posible observar que, a partir de los moción de las mujeres en espacios de decisión, el acceso y el
“encuadres” y “prácticas óptimas” sustentadas por las agencias mejoramiento de las condiciones y el mercado de trabajo, el
internacionales (OMS, UNIFEM, ONUSIDA, BM, BID), en pleno derecho a una vida libre de violencia y explotación, etcé-
ocasiones se han logrado “neutralizar” valores tradicionales o tera, lo paradójico es que en lo local la “táctica” política predo-
religiosos y avanzar en el debate público sobre los derechos de minante en la mayoría de las organizaciones que conforman el
salud sexual y reproductiva, difusión del uso del preservativo o área “filofeminista” de la mujer (como en las de la DSxy el VIH-
ampliación del acceso a medicamentos antirretrovirales. Varios sida temáticas), la lucha sostenida es puntual y específica, sin
autores muestran la coincidencia existente entre la reivindica- construcción de alianzas con otros sectores ni manifestación aso-
ción del movimiento feminista por el derecho de la mujer a deci- ciada de reclamos. En el relevamiento efectuado ha sido posible
dir sobre su propio cuerpo con el interés y el apoyo de los orga- registrar apoyo de las ONG-Sida y de las redes de PVVS a favor
nismos internacionales en proyectos de ONG relacionados con de los derechos sexuales y reproductivos y por la provisión con-
el control de la fecundidad, como una forma de luchar contra la tinua de anticonceptivos en los hospitales públicos, pero no se
pobreza (Alonso Sierra, 2002). advierte la misma preocupación por parte de la mayoría de las
Sin negar las conciliaciones ni la fragmentación que produje- ONG-Mujer cuando se reclama por cuestiones viculadas al
ron la academización, el ingreso de feministas a funciones VIH-sida. Esta modalidad de operar tan específica aisló a los dis-
gubernamentales y el efecto de la “ongeización” sobre el femi- tintos conjuntos temáticos y ha debilitado su accionar puesto
nismo latinoamericano, proceso de pasaje de la “insubordinación que en forma separada de otros colectivos, como estrategia polí-
a la institucionalización del movimiento feminista” en la carac- tica predominante, cada quien debe enfrentarse en forma aislada
terización de D’ Atri (2003), las mujeres conforman uno de los con “oponentes” que en muchos casos resultan ser los mismos.
pocos colectivos que en la Argentina tuvieron, en los últimos El “derecho a tener derecho sobre sus propios cuerpos” es
veinte años, una presencia regular y sostenida en la lucha por sus actualmente el reclamo más importante en torno a los derechos
derechos y por la no discriminación. El divorcio vincular y la sexuales y reproductivos que dinamizan el movimiento de muje-
patria potestad compartida, la ley de cupos, las acciones de sen- res en América Latina que gira en torno a la demanda por la des-
sibilización y “cabildeo” sobre la violencia doméstica, el acoso penalización/legalización del aborto. El carácter político de estas
sexual, los derechos reproductivos, el cuidado de la salud de las acciones colectivas y de sus fundamentos son claramente perci-
278 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 279

bidos desde otros posicionamientos ideológicos. Se trata de pectiva de género como “una de las armas ideológicas más peligro-
organizaciones integradas también por mujeres que no incluyen sas para destruir la vida y la familia, y por ende, la sociedad”. Se
en sus objetivos ni en sus prácticas la perspectiva de género. trata de un concepto muy en boga en los ámbitos del feminismo
Dirigen sus acciones hacia las mujeres a partir de su rol de espo- antivida, según el cual “las diferencias entre hombres y mujeres res-
ponden a una estructura cultural, social y psicológica y no a condi-
sa y madre, privilegiando una vocación de servicio asociada con
ciones biológicas”. De esta forma, “la sociedad inventa las diferen-
el estereotipo maternal. La mujer es identificada con el “dar”, cias entre los sexos y estos no tienen un origen natural. Como resul-
con disposición permanente para atender y cuidar, el servicio tado, la perspectiva de género niega que, biológicamente hablando,
como sinónimo de gratificación personal y el afecto como ele- los seres humanos se distingan simplemente en dos sexos: masculi-
mento de cohesión fundamental (Córdoba, 2004). Desde media- no y femenino, y afirma que son más las combinaciones que resul-
dos de la década de 1980, su acción colectiva ha estado vincula- tan de las áreas fisiológicas del ‘sexo biológico’, es decir, de los órga-
da a la oposición a las leyes del divorcio, pro derecho al nonato, nos sexuales internos y externos”, agregó el autor. […] “El cuerpo y
contra las leyes de salud sexual y reproductiva, contra la despe- la naturaleza humana, en sus expresiones de feminidad y masculini-
nalización del aborto, para citar las cuestiones más ligadas a la dad, pierden toda su relevancia moral, para convertirse en puro ins-
salud. Mayoritariamente se identifican y se movilizan confron- trumento al servicio del placer egoísta”. “Pero -agrega Castañeda-
tando con las propuestas de profundización de los derechos no se trata solamente de una justificación ideológica del hedonismo,
es decir, del lesbianismo, el homosexualismo, la anticoncepción, el
sexuales y reproductivos de las mujeres, e integran agrupaciones
aborto, etc., sino de todo un programa para ‘reconstruir’ la socie-
pertenecientes a la iglesia católica argentina donde, asimismo, dad, imponiéndole una nueva forma de ver y vivir la sexualidad”. El
imperan actitudes homofóbicas y travestofóbicas. concepto de familia “es vaciado de su contenido tradicional para dar
Desde hace años, los enfrentamientos en torno a los temas y pie a ‘uniones’ de homosexuales y lesbianas, con los mismos dere-
los alcances de la ciudadanía han sido importantes. Las pugnas chos que las familias normales”.
en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y en el Congreso
Nacional cuando se debatía la cuestión de los derechos sexuales Los conflictos se amplifican cada vez que se intenta avanzar en
y reproductivos, como en su momento fue la ley de divorcio vin- el cumplimiento del Programa de Salud Sexual y Reproductiva, y
cular, y las presiones y contrapresiones para modificar el Código son recurrentes las manifestaciones en contrario desde algunos
de Convivencia, que regulaba las normativas vinculadas al ejer- obispados que recriminan la política de salud del gobierno en esta
cicio de la prostitución, dan cuenta de confrontaciones cuerpo- temática. Valiéndose de una caprichosa interpretación de la “obje-
a-cuerpo, una suerte de “guerra ideológica“ que se ha multipli- ción de conciencia”, personal médico de hospitales públicos se
cado en los últimos encuentros nacionales de mujeres. han negado a realizar algunas intervenciones y prácticas médicas
Vinculado con el sector “tradicional” del campo asociativo y previstas por la ley, sin derivar, como corresponde.2 La influencia
con grupos de la Acción Católica Argentina, la institución no
gubernamental Pro Vida difundió un artículo en el que advierte 2. Cesilini y Gherardi sostienen que la objeción de conciencia constitu-
que la “perspectiva de género” es el arma más peligrosa contra la ye una “acción privada” de los médicos amparada por el art. 19 de la
vida y la familia. Por la claridad argumentativa de la “proclama”, Constitución Nacional que, como tal, no puede ser cuestionada por las
transcribimos los párrafos muy elocuentes en los cuales, todo mix- autoridades públicas, siempre y cuando no afecte a terceros. “La negativa a
turado. Su autor carga significados y responsabilidades a los que no brindar tratamiento en los hospitales públicos tiene un claro efecto adver-
tienen prácticas sexuales heteronómicas y a todo aquel sospechado so sobre los derechos civiles de la población, en particular, sobre los secto-
de no encuadrarse en los lineamientos de la teología oficial: res de más bajos recursos de la sociedad que concurren a los hospitales.
Esto es lo que el Estado tuvo en miras de proteger con la sanción de la ley”.
(BUENOS AIRES, 18 Febrero 2004). En un artículo difundido por Si el médico en cuestión objeta, por ejemplo, la entrega de anticonceptivos,
la organización Pro Vida, el autor A. Castañeda consideró la pers- debería asegurarse que el paciente tenga la posibilidad de consultar a otro
colega que no sea objetor y sobre la base de las dos posturas, tome una deci-
280 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 281

de factores de poder tradicionales en la Argentina y su peso en los morir” y “Despenalización del aborto garantizando su práctica
partidos políticos y los medios de comunicación es tan alta que gratuita en hospitales públicos” ampliará el espectro de los acto-
recién a fines de 2006 se logró refrendar en el Poder Legislativo res sociales que se movilizan en torno a los derechos sexuales y
el Protocolo Facultativo de la Convención de Eliminación de reproductivos y en vinculación con el derecho a la salud o si, por
Todas Formas de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW), el contrario, limitará la posibilidad de alianzas. A pesar del apoyo
que permite a las mujeres apelar ante las instancias internaciona- explícito del anterior Ministro de Salud por la despenalización,
les cuando los mecanismos nacionales no resulten efectivos para la recomposición de los elencos ministeriales y de algunas rela-
garantizar sus derechos. ciones iglesia-gobierno introduce dudas sobre su factibilidad…
Si bien la ley 25.673 de Salud Sexual y Reproductiva no se
cumplimenta debidamente, teniendo en cuenta su promulga-
ción, los avances logrados al haberse incluido los materiales de 2.3. Demandas, reclamos y conflictos en el campo de las ONG-Sida
anticoncepción dentro del Plan Remediar y la obligación de su
provisión por parte del sistema de seguridad social, casi todas las Sin considerar aquí los organismos de derechos humanos, las
organizaciones entrevistadas estiman que su aprobación ha teni- instituciones que trabajan en las temáticas del VIH-sida se cons-
do que ver con el ejercicio de los derechos de ciudadanía de una tituyeron en grupos de presión manifiesta colocando en el esce-
sociedad civil movilizada y, en este caso, liderada por grupos de nario público, desde fines de los años ochenta, cuestiones de alta
mujeres (institucionalizados o no) con el apoyo de las ONG de significación social que hacen a la calidad de vida y a la dignidad
derechos humanos y algunos organismos públicos como la de las personas vinculadas a temáticas de salud, género y sexua-
Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires, centros académicos y lidad, entre otras. Junto con los avances en la respuesta médica
normativas de Conferencias Internacionales. al padecimiento por la aplicación progresiva de los medicamen-
De los tres conjuntos temáticos cuyas acciones se interrela- tos antirretrovirales y la existencia de fuentes de financiamiento
cionan con la problemática del VIH-sida, han sido los colectivos para el desarrollo de actividades de prevención, se verifica en el
de mujeres quienes mantuvieron una presencia más regular en la campo de las ONG con trabajo en sida una modificación en sus
esfera pública y, al menos entre quienes defienden los derechos demandas y reclamos, a la par que se incrementa hacia el inte-
sexuales y reproductivos como campo de construcción de ciuda- rior del sector la conflictividad y el cuestionamiento recíproco.
danía, fueron los que menor grado de visibilidad en sus disputas Si bien la ley 23.798 sancionada en agosto de 1990 y parcial-
o internas tuvieron. Tal vez la existencia de poderosos “oponen- mente reglamentada un año después responsabiliza al Estado en
tes” colabore en la unidad. Queda pendiente el interrogante lo atinente a la provisión de elementos en hospitales, en lo edu-
sobre si el tema instalado con fuerza en el último lustro en la cativo y preventivo, en la implementación de campañas, en la
agenda de muchas de las ONG-Mujer vinculadas con el campo capacitación de personal, tanto el personal médico (Biagini,
de la salud y los grupos de feministas que se expresa en las con- 2000) como los integrantes de las organizaciones estudiadas sos-
signas “Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no tienen que el accionar del Programa Nacional de Sida no acom-
pañó al desarrollo de la epidemia en términos de prevención,
diagnóstico y asistencia. La introducción de las terapias combi-
sión propia. “El derecho a la reserva de conciencia es un derecho constitu- nadas movilizó el activismo con respecto al acceso al tratamien-
cional que no tiene por qué incluirse en Salud Reproductiva –agregó to no sólo en términos de voces colectivas sino también a través
Maffia. En todo caso, cualquier persona tiene derecho a hacer una objeción de la vía jurídica en lo que constituyó, por su trascendencia, el
de conciencia, pero a nivel personal y no institucional: hay muchos jefes de más importantes reclamo organizado: la presentación de un
servicio y directores de hospitales que por ser objetores de conciencia a
recurso de amparo en representación de PVVS por parte de un
título personal, obstaculizan institucionalmente las prácticas con las que no
acuerdan”. (Nota periodística, recibida por e-mail, 2005)
grupo de organizaciones ubicadas en Ciudad de Buenos Aires
282 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 283

(véase el capítulo 5). En un contexto nacional e internacional en 1990. Por otro lado, la circulación de recursos destinados a las
el cual se promovían y aplicaban en el Sector Salud medidas neo- ONG a través del LUSIDA (1998-2002), GTZ, ONUSIDA y la
liberales de “desguace del Estado”, el referido fallo supuso un importante financiación para acciones de prevención primaria y
“quiebre” y una nota diferencial cuyo resultado no puede atri- secundaria por parte del Fondo Global de Lucha contra el sida,
buirse a la mera fuerza del campo asociativo ni a posturas de una TBC y Malaria (2003-2008). Ambas circunstancias coadyuvaron
Corte Suprema vigía atenta y cuidadosa de las políticas de priva- a una relativa desmovilización de las organizaciones, reducción
tización y reducción de servicios públicos. de demandas y reclamos públicos. A partir de 2000, se tratará de
El dictamen a favor de la demanda de la sociedad civil cons- “esporádicos” impulsos, en general alrededor de fechas específi-
tituye una elocuente expresión de la diferencial construcción del cas y de temáticas acotadas, protagonizados más por las redes de
sida respecto de otras enfermedades. La propia Ley de Sida que PVVS que por las ONG específicas o no específicas, si bien en
fija la obligatoriedad del Estado en materia de atención médica la Argentina se producía uno de los momentos más agudos de la
y prevención –más allá de las fallas o irregularidades en las ges- protesta social.
tiones gubernamentales– constituye un claro ejemplo de cober- Una forma de caracterizar a las instituciones, grupos y colec-
tura universal, que la diferencia de las políticas focalizadas tivos es conocer los temas que incluyen en sus agendas, la visión
ampliamente promovidas por el Banco Mundial. Incluso, con que construyen sobre ellos y las formas en que se comunican.
anterioridad del mencionado fallo, el Programa Nacional de Con la finalidad de apreciar cómo se “exhiben” en términos rela-
Sida fue cubriendo desde 1996 la mayoría de los tratamientos, tivamente públicos y con qué problemáticas se comprometen, se
habiéndose logrado igual abordaje en el área de la medicina pri- recopilaron y clasificaron los mensajes que circularon durante
vada y las obras sociales, aunque con un peculiar sistema de rein- los años 2003 y 2005 en el e-group del Foro de ONG de
tegro, lo que supone que se financia con rentas generales a todas Argentina con trabajo en VIH-sida. 4
las personas, tengan o no cobertura y medios económicos sufi- Dicha lista inicia en setiembre de 2001 como una herramienta
cientes mientras, por el contrario, el sistema de salud experimen- para estimular la comunicación entre las distintas regiones del país
taba una fuerte precarización y una disminución en la accesibili- y como un medio para la conformación del Foro Nacional de
dad a la asistencia pública para otros padecimientos. Un dato ONG con trabajo en sida, el que se constituirá en un referente con
elocuente lo constituye el hecho de que las erogaciones de dicho representatividad nacional para encarar estrategias de trabajo,
Programa (alrededor del 95% son gastos corrientes, o sea, medi- sobre todo las vinculadas a convocatorias y presentación de pro-
camentos e insumos) representan algo más del 10% del presu- puestas ante el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la
puesto total de salud para un padecimiento que no llega al 1% Tuberculosis y la Malaria y para nombrar delegados a organismos
de la población total.3 nacionales, regionales o internacionales (MCP; Grupo Temático;
Dos puntos de inflexión son posibles de determinar respecto MERCOSUR; ONUSIDA; etcétera).
al VIH-sida y a la acción colectiva. Por un lado, el aumento en El e-group del Foro de ONG con alrededor de 260 organiza-
la provisión de los antirretrovirales delinea un programa de salud ciones inscriptas, es utilizado como un canal de comunicación
más acorde con las políticas del Estado benefactor que las que para exponer y denunciar la situación de las PVVS, reclamar por
caracterizaron el accionar del gobierno durante la década de la situación de los estudios de carga viral o el suministro de los
medicamentos pero, especialmente, circulan asuntos vinculados
con información internacional de noticias y eventos, presenta-
3. Según datos de la Dirección de Programación y Control ción de proyectos, resoluciones del MCP y problemas vincula-
Presupuestario del Ministerio de Salud de la Nación, el crédito vigente del dos con los tiempos y el carácter de las convocatorias a proyec-
Programa Lucha Contra Sida y ETS para el ejercicio 2003 y 2007 repre-
sentó, respectivamente, el 13% y el 12% del monto asignado a la
Administración Central del referido ministerio para el mismo período. 4. Foro de ONG VIH-sida: http://www.eListas.net/lista/foroONG.
284 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 285

tos de prevención primaria y secundaria. También, es el espacio Momento de gran impugnación hacia los representantes del
donde se expresan disputas y conflictos entre las organizaciones Foro de ONG y al conjunto de integrantes del MCP, incluidos
y se exponen alianzas, internas y animosidades con un tono cer- los evaluadores externos, fue la comunicación de las propuestas
cano, en ocasiones, a la “artillería pesada”. seleccionadas en el marco de la primera convocatoria del Fondo
Los reclamos centralmente denuncian inoperancia y falta de (agosto-setiembre de 2003) ya que, sin previo aviso, se modifica-
presupuesto del Programa de Sida de la provincia de Buenos ron los criterios de selección según zonas. Esta situación propi-
Aires, deficiente distribución de los ARV en distintas regiones ció la incriminación por incumplimiento de los mandatos dele-
sanitarias, inadecuada atención médica en hospitales. Hay cuestio- gados por las ONG a sus representantes y las sospechas de que
namientos a la calidad de los medicamentos, protestas por las con- estos se “autoaprobaron” los proyectos culpabilizándose, al inte-
diciones sanitarias y de alimentación en que viven las PVVS en rior del sector, cuestiones derivadas de cambios en los propios
cárceles y comisarías, reclamos por irregular provisión de preser- criterios del Fondo Mundial y de lineamientos poco claros por
vativos en esas situaciones, falta de reactivos y otros insumos para parte del Programa Nacional.
análisis de carga viral en efectores públicos. Finalmente, advierten En el informe de Consultoría Técnica realizado por consul-
sobre la existencia de pruebas clínicas (prelaborales) en forma tores externos unos meses después del cierre de la primera con-
encubierta, y situaciones de discriminación. vocatoria de proyectos, las conclusiones fueron altamente críti-
Sin embargo, las cuestiones centrales que se discuten (la dis- cas hacia el funcionamiento del MCP puesto que:
tribución del presupuesto del Programa Nacional de Sida, los
fondos otorgados a los distintos objetivos de la Propuesta Se ha producido una confusión de roles, el órgano de la
Argentina del Fondo Mundial, evaluaciones negativas de los Conducción Superior ha realizado funciones propias de un órga-
proyectos presentados por alguna ONG) adquieren particular no de evaluación. Ello ha derivado en que se ha puesto en discu-
trascendencia porque generan acalorados “debates” caracteriza- sión la existencia del conflicto de intereses, situación que no ha
sido resuelta adecuadamente, influyendo para ello que el proble-
dos por un alto grado de confrontación y suspicacia.
ma devenía de una deficiencia estructural en la forma en que fue
Con frecuencia se trata de controversias en torno a recursos organizado el sistema. […] Es necesario incorporar un órgano de
financieros y simbólicos; conexiones e información que, en vez evaluación al sistema, dotándolo de una suficiente independencia,
de socializarse, son sospechadas de ser apropiadas para beneficio el cual debiera incluir el respeto por sus decisiones. Tampoco se
del endogrupo o de la institución. La situación económica críti- han dispuesto instancias para procesar los disensos. (Rodríguez et
ca, el desempleo y la “profesionalización” han atentado, asimis- al., 2003: 22).
mo, contra la posibilidad de contar con voluntarios para el sos-
tén de las acciones. De ahí también la importancia otorgada a la Es interesante destacar que la conformación del MCP de la
forma en que se eligen los proyectos; se administren y distribu- Argentina presenta peculiaridades respecto de los de otros paí-
yen los recursos o el conflicto que generan las dudas sobre su ses, ya que tiene un carácter multisectorial con una importante
destino; la selección de los proyectos cuando no la legitimidad presencia de PVV y de ONG: de un total de quince integrantes,
de evaluadores, técnicos e integrantes del propio MCP. Fuente originalmente siete son representantes de la sociedad civil.
de polémica ha sido la reducida participación que denuncian las Posteriormente se aprobó la incorporación de la Red de
ONG del interior del país, que consideran que no se toman en Personas Transexuales y la Asociación Nacional de Mujeres
cuenta sus propuestas, que las decisiones quedan en manos de Meretrices de la Argentina (AMMAR). En otros países, la
unos pocos representantes de las ONG de Buenos Aires las que, estructuración es más verticalista y depende de las designaciones
en general, tienen una estructura y apoyatura institucional de de autoridades gubernamentales, sin convocatorias públicas de
mayor envergadura, para no mencionar la conflictividad existen- proyectos ni instancias de evaluación.
te entre el ámbito de las ONG y las Redes de PVVS. Y con un discurso también promovido por la parcialidad de
286 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 287

las internas, conjuntamente con la realidad de los mandatos ven- Programa Nacional de Sida, de recursos financieros pertenecien-
cidos de los representantes, se concluye: tes al Fondo Global, denuncia que se acompaña de sospechas por
claudicaciones y concesiones en el manejo de los fondos desde
En la medida en que los mismos que dicen ser referentes del Foro áreas comunitarias hacia áreas de bajo manejo del gobierno por
estén sentados en el MCP, no habrá Foro que sea herramienta inde- parte de representantes del Foro de las ONG de Sida que están
pendiente del control del Estado ni herramienta para impulsar los cuestionados por no haber renovado sus mandatos vencidos:
reclamos de la gente. (Directivo ONG, 17/10/2004)
No estamos hablando de un programa de gobierno y de la sociedad
Las ONG de Sida y las Redes de PVV, durante el período civil pidiendo cosas a autoridades constitucionalmente elegidas,
2003-2007, sin presencia en los medios de comunicación y con estamos hablando de un proyecto que fue construido fundamental-
carácter más reservado, orientaron su accionar hacia reclamos mente por la sociedad civil, que fue aprobado gracias a ello ya que
específicos dirigidos al ámbito nacional o provincial de los en aquel tiempo nadie en el mundo creía en ninguna autoridad
Programas de Sida (información direccionada al propio e-group, argentina, y respecto al cual las organizaciones de la comunidad
notas presentadas a mesas de entrada de organismos guberna- tenemos el derecho de controlar hasta en sus más mínimos detalles,
mentales y lobby con funcionarios públicos, presencia grupal proponer y ser escuchado. (S 8, F, D, V, marzo de 2003)
frente a los edificios públicos, reclamos en jornadas y eventos de
Los mismos problemas en la adquisición de medicamentos, la
la temática). De la totalidad de mensajes relevados entre 2003 y
misma falta de control en la calidad, la misma ausencia de campañas
2005 hemos ubicado una sola advertencia sobre la inexistencia nacionales de prevención... Sólo que ahora los responsables serán
de articulación entre dichos programas y el de Salud Sexual y las “ONG” que administren los recursos del Fondo Global, a quie-
Reproductiva, así como reducidas las acciones tendientes al con- nes el gobierno de turno podrá usar de chivo expiatorio por su falta
trol temprano del embarazo y, por tanto, de la transmisión de políticas serias en la materia... Es otra oportunidad desperdicia-
materno infantil (Fundación RED, 25/11/04). da. R.V. (mail Foro ONG-sida 21/10/2003)
Los llamamientos respecto del incumplimiento de la legisla-
ción vigente se sostienen en la defensa de la calidad de vida de Los “fuegos de artillería” hacia el gobierno nacional por
las PVV ante dificultades en la provisión regular de medicamen- parte de las ONG-Sida se han limitado en los últimos años a los
tos. Intermitentemente, se demandaba por la promulgación de la ámbitos ministeriales o al propio e-group, sin repercusiones en la
Ley de bioequivalencia y biodisponibilidad a fin de contar con esfera pública, lo que debilita la presencia y potencia ilocutoria
drogas con garantías de seguridad y equivalente eficacia terapéu- de los reclamos. No se encuentran solicitudes para agilizar el sis-
tica. En esta temática, en los últimos cuatro años han sido más tema de análisis de carga viral o la accesibilidad a los efectores
activas las redes de PVV (Redar + y la Red Bonaerense de PVV), públicos de atención médica. En agosto de 2005, y sólo por un
con mayor nivel de confrontación hacia el Programa Nacional. período muy breve, se reposicionan en la lista del Foro algunas
Se valen, asimismo, de recursos de amparos presentados por per- propuestas para implementar, con otro tipo de políticas sociales,
sonas individuales a la Defensoría del Pueblo, Poder Ciudadano, mejores condiciones de vida, trabajo y alimentación de los afec-
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), por ejemplo, tados, un tema descuidado en años anteriores. Salvo casos aisla-
para garantizar la provisión de medicamentos específicos que dos, tampoco se han manifestado por modificaciones en el siste-
aquel reemplaza con copias, y denuncian, asimismo, la falta de ma sanitario y por políticas de salud que supongan demandas por
cobertura para la realización de estudios de genotipificación para cobertura universal o, como se analiza en la próxima más adelan-
casos de fallos terapéuticos. te, se hayan integrado con otros actores sociales para reclamos
Una cuestión de recurrente controversia entre las ONG, aun- por esas cuestiones.
que minoritaria, refiere a la posible o real utilización, por parte del Los reclamos de las ONG-Mujer también remiten a proble-
288 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 289

máticas sectoriales y están generalmente encabezados por orga- La protesta social, siguiendo a Naishtat, se caracteriza por la
nizaciones que trabajan esas temáticas de manera específica.
Resaltan las demandas en torno a derechos sobre salud sexual y triangularidad enunciativa que es propia de la retórica y que involu-
reproductiva planteada desde el Foro por los Derechos cra los casos del discurso en los que los públicos y los auditorios son
Reproductivos, las luchas de Católicas por el Derecho a Decidir una figura co-constitutiva. Desde esta perspectiva, la capacidad de
contra la intervención del sector conservador de la Iglesia. la protesta para generar nuevos públicos implica operaciones de
reconfiguración de nuevos marcos temáticos y de nuevas compren-
Cuando los reclamos responden a cuestiones enmarcadas en
siones. (Naishtat, 2005: 374)
fechas paradigmáticas (“Día Internacional de la Mujer”, “Día de
Acción Internacional por la Salud de la Mujer”) o surgen de
En síntesis, para el caso de las ONG-Sida, la acción colecti-
acontecimientos o situaciones particulares, participan mayor
va crecientemente circunscripta a ámbitos de reclamo, presión y
diversidad de organizaciones aunque pocas veces su presencia se
lobby “no manifiesto” pareciera haber producido un debilita-
mantiene con el mismo énfasis en el tiempo, con excepción de la
miento de la fuerza que las había caracterizado en períodos ante-
campaña por la legalización del aborto a escala nacional llevada
riores, puesto que ha restringido su capacidad para generar un
a cabo en distintos ámbitos desde el último semestre de 2005.
público susceptible de apropiarse del reclamo. No sucede lo
El accionar de las ONG excede las reivindicaciones y discu-
mismo con la cuestión Mujer ya que, y para una variedad más
siones que puedan generarse dentro de las listas de distribución
amplia de problemas, presenta una mayor visibilidad y perma-
de correos, sin embargo, estas constituyen un valioso medio de
nencia en los medios de comunicación. Sólo con reclamos aco-
comunicación entre organizaciones de orígenes diversos pero
tados a los tratamientos específicos al VIH y a derechos vincula-
que trabajan en las mismas problemáticas.
dos a colectivos particulares que, en comparación con otros
La crítica y los debates aportan a los procesos de democrati-
padecimientos o problemáticas sociales, ha tenido mayor reco-
zación y tarea de “vigilancia” y control social, y, aunque concen-
nocimiento y cobertura, la posibilidad de generar articulaciones
trados en el caso del Foro de ONG a unas pocas y activas orga-
con otros actores sociales y políticos se ha reducido en el campo
nizaciones, evidencian también la disconformidad y el temor a la
del sida, en comparación con las temáticas y prácticas del movi-
cooptación y al prebendalismo. Sin embargo, la vigilancia, el
miento de mujeres y de los grupos GLTTI que presentan una
estar alerta sobre el destino de los millones de dólares prove-
alta carga simbólica en la que se enfrentan posiciones ideológi-
nientes del Fondo Global, en una sociedad como la Argentina,
cas que cuestionan el orden tutelar tradicionalmente articulado
donde prima la desconfianza, contribuyó a debilitar el carácter
con la trampa de la moral única (Nugent, 2005).
movimientista y confrontativo que tenía la sociedad civil en torno
al sida respecto de las políticas públicas y propició la fragmenta-
ción de fuerzas tanto en las ONG específicas como también en
6.3. Protesta social y estrategias de lucha
las no específicas:
Unidos en lo público, los individuos crean y recrean, median-
Y, yo detecto una hegemónica lógica que llamo fund raising logic (a
propósito en inglés), que crea una interacción perversa entre pares te palabras y hechos contingentes, las leyes e instituciones que
por dinero, privilegios, viajes y cargos. No es para echar culpas a estructuran la vida colectiva, regulan sus conflictos y des-
personas, sino para entender lógicas, las cuales son tan funcionales acuerdos recurrentes y tejen las narraciones de su historia.
al neoliberalismo y tan comprensibles en un contexto de empobre- (YOUNG, citado por Grassi, 2004: 31)
cimiento. El sida trajo dinero, y el dinero soluciones y problemas.
Habrá que saber cómo actuar ética y políticamente, e intelectual-
mente ante eso. (Participante del Primer Foro de Ciudadanía Sistematizando el ciclo de protestas sociales iniciado en la
Sexual sobre Diversidad Sexual, 2004). Argentina en 1996, con los primeros piquetes y puebladas en el
290 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 291

interior del país a partir de las privatizaciones de las empresas del estrategia política de organización popular que intentó nuclear a
Estado en servicios públicos, petróleo y transporte, Seoane los participantes también en torno de otras necesidades (salud,
(2004: 5) advierte un educación, vivienda). Los medios utilizados para lograr dichos
objetivos son diversas formas de protesta y lucha social, entre las
proceso de articulación de nuevas prácticas colectivas, de nuevos que se destacan las medidas conocidas como “piquetes” o cortes
movimientos asociados a nuevas formas de organización, de lucha y de rutas que lo distinguen de otro tipo de organizaciones.
de inscripciones programáticas e identitarias, que daban cuenta y Mayoritariamente reclamaban un modelo de Estado de bienestar
emergían frente a las realidades sociales forjadas por las políticas que implementara políticas globales de inclusión. Hay grupos
neoliberales.
autónomos, con perfiles anarquistas; los hay con vinculación a
partidos en general de izquierda y, como el caso de Barrios de Pie
Se trata de otro tipo de actores no gubernamentales que están entre el 2004 y el 2008, ha direccionado desde el Estado políticas
luchando contra la injusticia, la pobreza, el desempleo y la exclu- sociales siendo, de todos modos, el movimiento que más se ha
sión social. Más próximos a las formas movimientistas de protes- preocupado por las temáticas de salud y educación popular.
ta, levantan también el tema identitario pero vinculado a condicio- En la Argentina, Grimberg (2003) observa desde fines de los
nes de vida y trabajo y reconfiguran la idea del excluido o del de- noventa, a través de los movimientos de trabajadores desocupa-
socupado a través de un variado sentido de derechos (De Piero, dos y las asambleas barriales, un proceso de politización de los
2004). Las movilizaciones, huelgas, cortes de ruta, cacerolazos, problemas de la salud en múltiples y diversas prácticas, que abar-
ocupaciones de oficinas públicas y empresas abandonadas por sus can tanto acciones de confrontación como iniciativas cotidianas,
propietarios que culminaron hacia fines del 2001 con la aparición, y propone que:
en el terreno de la acción colectiva de los sectores medios urbanos,
dan cuenta de fenómenos de protesta social que presentan algunos Esta área de prácticas definidas como “salud” se constituye en espa-
de los rasgos que tipifican a los movimientos sociales latinoameri- cio de resistencia, demanda y protesta social, a la vez que en eje
canos que confrontan con el orden neoliberal: los colectivos se organizador de nuevas prácticas y nuevos actores y en eje moviliza-
configuran territorialmente a partir de un espacio geográfico y dor en la coyuntura. (Grimberg, 2003: 3)
comunitario particular, se reivindican modelos organizativos horizon-
tales y asamblearios, y se incentivan procesos de apropiación societal de A partir de 1998, con cobertura mayor desde el 2002, se eje-
la cuestión pública (Seoane, 2004). cutan por parte del gobierno nacional y con fondos provenien-
Se trata de grupos no institucionalizados, organizaciones de tes de créditos internacionales programas que suministran un
base, barriales y locales de distinto tipo, en su formato de asam- estipendio mensual a los trabajadores “desocupados”, la mayor
bleas barriales autoconvocadas, Movimientos de Trabajadores parte de los cuales se vehiculiza en forma bastante clientelar a
Desocupados que, parafraseando a Habermas (1990: 460), “en los través de los gobiernos provinciales y municipales, los partidos
instantes críticos de una historia acelerada, pese a su escasa com- políticos y las legislaturas. En el momento de mayor incidencia
plejidad organizativa, a su débil capacidad de acción y a sus des- de su accionar, se calcula que sólo el 5% del total se canalizaba a
ventajas estructurales”, invirtieron la dirección de los circuitos de través de grupos movilizados en torno a la figura del “piquetero”
comunicación convencionalmente consolidados en el espacio de y de los movimientos de trabajadores desocupados. Si bien son
la opinión pública y en el sistema político. En lo manifiesto, el objeto de captación por parte de partidos políticos y gobiernos
objetivo principal de este tipo de movimientos es lograr para sus de todos los niveles (De Piero, 2004) y establecen relaciones ins-
integrantes la obtención de planes de ayuda social otorgados por trumentales con ambos, en muchos casos, en el día a día, están
el Estado, ya sea a nivel nacional o provincial, a cambio de algún construyendo un nuevo estilo de hacer política. En sus orígenes,
tipo de prestación laboral por parte de los beneficiarios. De modo pusieron en cuestión la democracia representativa y lucharon
latente, y según los diversos encuadramientos, configuraron una por formas más directas de participación.
292 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 293

A través de los Movimientos de Trabajadores Desocupados acuerdo con las características territoriales, en algunos movi-
nucleados en la Coordinadora Aníbal Verón, la Corriente mientos se impulsan programas destinados a atemperar la vio-
Clasista y Combativa, la Federación de Tierra y Vivienda, en lencia familiar, postas o locales para atención clínica, pediátrica
Barrios de Pie en el Movimiento Tierra y Liberación y en algu- y ginecológica, alfabetización de adultos, etc. Empero, persiste
nas empresas recuperadas, desde los sucesos del 19 y 20 de una “visión estereotipada con respecto a los valores y normas
diciembre del 2001 estos colectivos tomaron de una manera más que sustentan las relaciones de género” y “resulta difícil aún
global la temática de la salud bregando por políticas alimentarias, abandonar ciertos mitos del modelo tradicional” (Di Marco et
acceso al sistema de salud y cobertura universal e incluyeron gra- al., 2003b: 180) aunque tampoco se puede obviar el desarrollo de
dualmente la prevención del VIH-sida, el tema de la salud repro- un “proceso de conquista” y de empoderamiento de un nuevo
ductiva y la problemática del uso abusivo de sustancias legales y espacio, fuera de lo doméstico (Contreras, 2003). “Rebelión en
no legales. Sus acciones incluyen la capacitación a integrantes de el piquete”, anunció el diario:
las comisiones de salud y género que funcionan a nivel barrial,
desarrollando así una interesante herramienta organizativa y de Imponiéndose sobre los chistes fáciles de sus propios compañeros,
movilización hacia adentro y hacia fuera del movimiento. las mujeres de los distintos movimientos de trabajadores desocupa-
Con distinto grado de desarrollo y sistematicidad, hacia el dos Aníbal Verón comenzaron a juntarse en asambleas de mujeres
interior de los colectivos nombrados las acciones de sensibiliza- para exigir más participación en los espacios en que se toman deci-
siones. Porque ellas, dicen, “saben de poner el cuerpo, pero están
ción y capacitación posibilitan a las familias la apropiación de
aprendiendo a hacer oír sus voces. (Página 12, 2 de julio, 2004)
saberes y prácticas que ayudan a prevenir situaciones de riesgo;
al exterior, a partir de diagnósticos de situaciones específicas de Entre 2001 y 2002 operaron cambios que tuvieron que ver con una
daño (bajo peso, desnutrición, violencia doméstica, alcoholis- mayor visibilidad de las mujeres de los sectores populares en rela-
mo), permiten estructurar demandas y acciones de presión ción con sus carencias y necesidades. En los barrios no sólo se deja-
colectiva en el nivel municipal para obtener alimentos, medica- ron oír sus voces de protesta frente a la borrachera de sus compañe-
mentos, materiales anticonceptivos y atención médica.5 De ros, también se empezó a señalar a los golpeadores, a los violentos.
(Elsa Schvartzman, comunicación oral, mayo de 2006)
5. Resulta elocuente el testimonio de una referente comunitaria de
Barrios de Pie quien comentaba, en un relato surgido de una observación El espectro organizativo y los fines que las movilizan son
de campo, los diversos tipos de reclamos y acciones de presión directa - diversos. Algunas organizaciones se limitan a pedir subsidios y
corte de avenidas, escraches ante edificios públicos, amenaza de convocar a canalizan demandas dentro de un sistema similar al clientelar
los medios de comunicación, etc.- que deben realizar para que algunos
utilizado por los partidos políticos tradicionales; otras realizan
gobiernos municipales admitan las problemáticas locales de salud. En oca-
sión de informar sobre el resultado de un relevamiento de talla y peso en
un trabajo comunitario con horizontalidad asamblearia con
niños menores de 15 años realizado por dicha organización en el marco de acciones dirigidas a suplir las necesidades de las familias parti-
la Campaña General San Martín (2003-2004), los datos indicaban proble- cipantes demandando planes sociales, bolsones de comida,
mas de crecimiento en más de la tercera parte de los encuestados, el secre- comedores comunitarios y generando emprendimientos pro-
tario de salud de un municipio expresó que la información no era válida, ductivos para la propia sustentación. Finalmente, aquellas que
que en la “Cava” (una conocida villa miseria de un distrito del Gran Buenos tienen una
Aires) no se registraban esos índices de desnutrición y que la información
obedecía a que los niños medidos y pesados “debían ser hijos de jockeys” conformación más autónoma e independiente suponen que el recla-
(sic). Para conseguir que les sean colocados DIU, el grupo de promotoras y mo para el otorgamiento de planes sociales las coloca en una situa-
vecinas debieron pasar por instancias de movilización, presión y amenazas
cuando no se cumple con lo acordado; aunque los materiales sean provistos demoras y dilaciones para su colocación en los servicios de salud y, en algu-
por el Programa Nacional de Salud y Recreación Responsable se registran nos casos, se pretendió arancelar la prestación.
294 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 295

ción de degradación, por lo cual desarrollan emprendimientos basa- Sala de Salud del Barrio María Elena (La Matanza), Pro-Cátedra
dos en una economía social y solidaria. [...] Sus luchas están centra- de Salud y DDHH de la Facultad de Medicina, Asambleas de
das en la exigencia al Estado del cumplimiento de políticas de las Ramos Mejía y Villa Sarmiento, CICOP, y, por el Hospital Nac.
cuales es responsable: salud, educación, etcétera. (Di Marco et al., Prof. A. Posadas: Agrupación “13 de Agosto”, Asociación de
2003b: 173) Profesionales y ATE/CTA Gran Morón. Barrios de Pie, los
Movimientos de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón de
En la Argentina los movimientos sociales que en el actual Almirante Brown y Varela, el Movimiento Sin Trabajo Teresa
ciclo de protesta impulsaron demandas globales de salud perte- Vive, el Movimiento Teresa Rodríguez, el Movimiento de
necen a sectores populares y reclaman políticas inclusivas, un siste- Emprendedores Comunitarios de La Matanza, noviembre 2003).
ma de salud accesible y con cobertura universal. Su presencia en los
Foros sociales de Salud realizados en Buenos Aires o en las mar- También los convocantes apuntan a redefinir aspectos más
chas organizadas por trabajadores de los hospitales del Gran amplios de política de salud pública, tales como demandas de:
Buenos Aires da cuenta de un eje de reivindicación importante
– control de la gestión de los centros, hospitalarios y secretarías de
durante el período 2002-2005, aunque en situación de declina- salud por las organizaciones populares, asambleas, multisectoria-
ción desde el último semestre de ese año. Varios de los movi- les y barriales;
mientos de trabajadores desocupados han adherido y participa- – producción de medicamentos, vacunas e insumos a partir de uni-
do en diferentes ciudades del país a favor de la campaña por la versidades, hospitales, institutos nacionales, provinciales y muni-
legalización del aborto, aunque difícilmente pueda registrarse la cipales, etc. con financiamiento estatal y distribución “gratuita y
presencia de los colectivos de mujeres, gays, redes u ONG-Sida completa” en los centros de atención primaria y hospitales;
cuando aquellos se movilizan en pos de sus reclamos. – aumento del presupuesto dedicado a la salud pública, y según los
Las organizaciones que integran el Foro Social de la Salud, la agrupamientos, bajo control de las organizaciones populares,
Comisión Interhospitalaria del Conurbano Provincial (CICOP) barriales, etcétera;
y la Intersalud de Asambleas Barriales denunciaron las implican- – garantía de prestaciones para discapacitados y pacientes con
enfermedades crónicas;
cias del Plan Federal de Salud, como una criatura creada por el
– otras demandas se relacionan con el PAMI y con los trabajado-
Banco Mundial para perpetuar la desigualdad y la dependencia, res de la salud (aumento remuneraciones, capacitación, condi-
copiada de la propuesta de Colombia. ciones dignas de trabajo, cobertura de vacantes y aumento de
Más allá de las diferencias, las demandas de salud promueven emergencia).
una salud pública, gratuita, igualitaria y accesible. Algunos de
estos objetivos fueron de carácter inmediato: En varias provincias se ha denunciado la precariedad en el
acceso a los sistemas de salud que tienen los habitantes de los
– resolver el problema del hambre; alimentos a todos los comedo- barrios, y desde las organizaciones barriales que integran los
res barriales, escolares, hospitalarios, salas de atención primaria,
movimientos de trabajadores desocupados se implementan pro-
instituciones de ancianos, albergues, cajas de alimentos para des-
nutridos y todo otro sistema en forma “inmediata”;
puestas “para dar respuestas inmediatas”, a través de la capacita-
– implementar el “boleto sanitario” para la atención ambulatoria y ción de Promotores de Salud, para lo cual se organizaron comi-
hospitalaria; siones de salud, educación y mujer integradas por los vecinos
– gratuidad en las prestaciones; contra el arancelamiento abierto o interesados. En el caso de Barrios de Pie, las acciones de capaci-
encubierto del sistema público. tación se han extendido a temáticas de salud sexual y reproduc-
– funcionamiento completo, con dotaciones de trabajadores de la tiva, prevención del VIH-sida, salud bucal, control de peso y
salud adecuadas, de los centros, salas de salud y hospitales públicos. talla, encuestas sobre el estado del sistema sanitario provincial y
(Convocantes: II Foro Social de la Salud: Intersalud del Oeste, de las unidades sanitarias. En el área de educación, también
296 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 297

algunos colectivos, frecuentemente con colaboración de univer- LUSIDA (entre 1998 y 2001) y se implementaban los subsidios
sidades públicas, han realizados campañas de alfabetización de financiados por el Fondo Mundial (2003-07), el nivel de con-
adultos utilizando el método de alfabetización cubano. frontación entre las ONG-Sida y el Estado disminuyó significa-
Recientemente, impulsado por los MTD se ha creado el tivamente, al tiempo que las luchas sociales se incrementaban y
Bachillerato popular de adultos, basado en la pedagogía de la se reagrupaban movimientos sociales y sindicatos en todo el país.
educación popular. A diferencia del “dar caritativo”, lo intere- La mayoría de las ONG relacionadas con las temáticas seleccio-
sante es que estas acciones no se realizan para suplir la acción nadas no estuvieron presentes en el escenario público de debate
estatal sino para favorecer la idea de la salud como un derecho general por reivindicaciones extrasectoriales y macrosociales, lo
social y politizar las demandas y reclamos en torno a cuestiones que denota y refuerza la fragmentación social y política operada
de salud y medio ambiente. durante la década de 1990.
En el período analizado, frente a las convocatorias, denuncias Si bien en el campo de las ONG de promoción y desarrollo
y llamamientos vinculados con las políticas de salud se han regis- se valoriza una racionalidad menos ligada a la conquista del
trado aisladas adhesiones entre los mensajes que circulan en el e- Estado, del poder y más orientada a una búsqueda de mayor
group del Foro Argentino de ONG-Sida, unas pocas menciones autonomía, democracia y pluralismo, a la vez se muestra debili-
críticas al Plan Federal de Salud y prácticamente ninguna comu- dad a la hora de modificar políticas globales (García Delgado,
nicación la Red Informativa de Mujeres de Argentina (RIMA), 1994). Cabría preguntarse si esta debilidad guarda relación con
como si fuera posible en ambos casos, velar por la prevención las apelaciones por demandas centradas en objetivos “particula-
primaria y secundaria del VIH-sida o separar las reivindicacio- ristas” como son, por ejemplo, la lucha por la implementación de
nes a favor de la educación sexual y el aborto seguro y gratuito programas y una legislación que contemple sólo las necesidades
de la situación de los servicios públicos de atención médica, dos y problemáticas de la población que integra su campo de acción.
de los ítems temáticos más frecuentes en las respectivas listas. A
su vez, desde el 2003 se observa una fuerte presencia del activis- Hoy los “viejos” actores sociales –partidos, sindicatos, empresarios,
mo femenino en torno a la campaña por la legalización del abor- cooperativas, grupos de presión- y los nuevos animadores –medios
to, seguro y gratuito, situación que se refleja profusamente en concentrados, ONG, piqueteros, grupos de desempleados, autoges-
RIMA pero pasa casi inadvertida entre los mensajes que circula- tionarios- no se ven como partes de un mismo proceso de construc-
ción social; se soportan, se usan, se excluyen, pero no pueden arti-
ron en el Foro de ONG-Sida.
cular sus preferencias e intereses en un espacio público de acumula-
Es decir, mientras los movimientos piqueteros y las organiza- ción social. (García Delgado, 2005: 18)
ciones sociales de base reclaman políticas inclusivas, un sistema de
salud accesible y con cobertura universal, las ONG están dedicadas a Las prácticas, las alianzas, los objetivos y la presencia de las
la ejecución de proyectos y cierto control social de las políticas ONG en la escena pública han variado. En el marco del proce-
públicas, como es el caso de las ONG-Sida y DSx respecto del so histórico de su conformación, cada uno de estos grupos temá-
Fondo Mundial y del Programa Nacional de Sida y las de muje- ticos parte de una situación particular y, por las variadas impli-
res, que están monitoreando el cumplimiento del Programa y la cancias de cada área, también presentan diferencias y semejanzas
legislación vinculada con salud sexual y reproductiva. con respecto a los modelos de referencia y a los organismos o
La Argentina ha experimentado conmociones sociales y agencias internacionales que suelen enmarcar su accionar. Para
zozobras constantes entre la desocupación forzosa, las ganancias comprender los diversos alineamientos que hemos observado
inescrupulosas y el ajuste económico sistemático. Se realizaron entre los tres tipos de ONG, hay que considerar como una varia-
infinidad de marchas de distintos sectores vinculados al mundo ble interviniente la respuesta diferente que ha tenido el Estado
del trabajo, la justicia, la cultura y la educación. Excepto algunas en la temática del VIH-sida en comparación con cuestiones más
acciones puntuales durante el período en que se ejecutaba el negadas o inapropiadamente tratadas (género y salud reproduc-
298 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 299

tiva, penalización del consumo de drogas no legales, etcétera). En su carácter de coordinador de los foros regionales, Pablo
En el caso del VIH-sida, pareciera que el curso de la epide- Bergel reseña las principales conclusiones a las que se arribó en
mia y los progresos médicos condicionaron las formas de traba- el área de la salud:
jo y el tipo de actividades predominantes (de movilización, de
asistencia emocional, de advocacy), y las interacciones tanto al • Se considera la salud un derecho inalienable para la ciudadanía,
interior de la esfera no gubernamental como entre esta y el y para el Estado una obligación inexcusable.
Estado, en función de las cuales se desplegaron variables estraté- • Se solicita o propone una articulación que tenga como cabeza al
gicas de transacción, negociación y articulación. Junto con la sector público pero apoyado por el sector privado y las obras
sociales.
mediatización que el fenómeno Sida ha tenido desde su inicio,
• Poner énfasis en la prevención, promoción de los agentes de
en el potenciamiento de sus luchas convergieron variados proce- salud y contención en la familia, en la comunidad, en las ONG.
sos: la identidad y el peso social de los primeros casos; el accio- • Capacitación y fortalecimiento para atención primaria de la
nar de los movimientos de DDHH y la comunidad gay; una salud, antes de que se produzca la enfermedad, y, al mismo tiem-
legislación apropiada y, a partir de 1996, la eficacia de los nuevos po, para prevenir las enfermedades evitables.
tratamientos y la propia presión de la industria farmacéutica. • Construcción de obras de saneamiento básico y agua potable,
Más allá de compartir las consideraciones acerca de los con- cloacas y residuos en los barrios y sectores populares que care-
dicionamientos que, por vía del Banco Mundial se ejercen res- cen de ello.
pecto de proyectos, estrategias de abordaje y destinatarios que • Participación en definición, control y gestión de los programas
también son formas de cooptación y disciplinamiento, no pode- y de los proyectos de inversión en el área salud.
mos dejar de mencionar también las transacciones, las oposicio- • Perspectiva de género en salud: énfasis en programas materno-
infantiles y en programas de salud reproductiva.
nes y las resistencias que se expresan desde estas instituciones
• Campañas para la concientización en el uso de medicamentos.
(Biagini, 2002). Elaboración y distribución de monodrogas.
Como ejemplo de los diversos tipos de articulación, puede
mencionarse el proceso consultivo no vinculante convocado por Asimismo, fue planteada la reivindicación del protagonismo
el Banco Mundial en la Argentina para sondear las opiniones central del Estado en el diseño y elaboración de la agenda de las
acerca de su Estrategia de Asistencia al País, durante los meses políticas públicas, no sólo con relación al Banco Mundial sino
de febrero y marzo de 2000. La posición de una amplia gama respecto de las políticas públicas en general y a cualquier orga-
temática de ONG y OSC convocadas fue altamente crítica: se nismo de financiamiento del cual se necesite para poder imple-
responsabiliza al Banco Mundial por acompañar, coexistir, tolerar o mentarlas. No obstante, los participantes señalaron que esa fun-
impulsar ese mismo modelo que produce la exclusión social. Se resalta ción protagónica del Estado
el carácter político del problema y se postula el rol activo del
Estado, como instrumento de esta voluntad de cambio: tiene que estar sostenida en un llamado a una amplia convocatoria
a participar en la construcción de la agenda con los distintos secto-
Argentina no es pobre ni estructuralmente inviable; es un país injus- res de la sociedad civil y los distintos sectores de la comunidad.
to, y socialmente insostenible. El “núcleo duro” de esta problemá- (Baima de Borri et al, 2000: 12-13)
tica no se sitúa en los parámetros de la ciencia económica, sino en
la voluntad social y la decisión política de cambiar la lógica vigente.
En sentido contrario, existe otra serie de importantes organi-
[…] Se demanda una creciente participación de la sociedad civil en
la creación y control de los proyectos y políticas públicas en gene-
zaciones de la sociedad civil “caritativas” financiadas con recur-
ral, incluyendo en ellas a los proyectos financiados por el propio sos públicos y que reemplazan programas universales por accio-
B.M. al que se le realizó una fuerte apelación en este sentido, así nes focalizadas. Son las que rechazaron en el 2001 un tímido
como a los gobiernos en general. proyecto de ley para proteger al voluntario con un seguro de
300 Graciela Biagini ¿Sociedad civil en movimiento o inmovilizada? 301

riesgo laboral. La mayoría perteneciente a organizaciones que comunicativa. Pese a su origen reciente, además de la carga de
conforman el Foro del Sector Social. Con cargos directivos en estigmatización que aún soporta, la pronta categorización como
su mayoría de carácter no electivo, se proclamaban “Todas enfermedad que ha tenido la infección por VIH-sida, fenómeno
somos voluntarias”, desde fundaciones que hacen uso privado de en el cual no está exenta la influencia de la medicina, la industria
un espacio público, el profesional que encuadra su ejercicio pro- de los medicamentos y la sostenida presión de organismos inter-
fesional bajo la forma de asociación civil hasta la dama de neo- nacionales como la OMS, ONUSIDA y el BM, lo cierto es que
beneficencia aggiornada con la categoría de Tercer sector res- la capacidad que han mostrado las ONG-Sida ha sido más alta y
ponsabilizando al Estado de lo que tiene que ver con “privadas” superior su entretejido de alianzas que aquellas, por ejemplo, vin-
estrategias económicas. Hace décadas que las luchas sociales y culadas con la temática de la salud reproductiva o el consumo de
las reivindicaciones colectivas no remiten a un conflicto político sustancias no legales. El juego de influencias y cooptaciones no
único (capitalismo vs. socialismo, lucha de clases, liberación o son sólo prácticas del Estado. Los laboratorios medicinales tienen
dependencia) ni se expresan de modo unificado. sino que se des- aceitadas estrategias para empoderar grupos y para persuadir a los
pliegan en una variedad de “temas, contenidos y sujetos” pero, profesionales de la medicina, estrategias que han llevado a que
como claramente advierte Naishtat: algunas de las ONG y redes anteriormente más “combativas”
tengan hoy un discurso “privadamente” medicalizado. Las reac-
Un tema puede ser perfectamente específico y, sin embargo, la ciones cerradas de algunas de estas instituciones a tímidas y con-
demanda susceptible de un ascenso en generalidad según pretensio- fiables propuestas para iniciar estudios sobre las posibilidades de
nes de justicia pública, como ha sido el caso de las llamadas “marchas que el Estado argentino produzca algunos antirretrovirales reali-
del silencio” hace un lustro en Catamarca. (Naishtat, 2005: 411) zadas, en el contexto de la comisión del VIH-sida que se organi-
zó en el II Foro Social de la Salud (2003), configura un claro
No se trata de homogeneizar a los actores, o pretender que ejemplo de la situación que estamos describiendo.
cada uno de ellos actúe y se direccione en el mismo sentido, inde- Después de los hechos de los días 19 y 20 de diciembre de
pendientemente del campo de fuerzas en el que se instale y de su 2001, para dar una respuesta específica a la problemática de la
perfil político ideológico. Sin embargo, la acción colectiva debe atención médica y la medicación, durante los primeros meses del
exponer “razones” de suficiente fuerza simbólica para que opere gobierno provisional (2002) se conformó un Comité de Crisis en
en la esfera pública y pueda “generar un público susceptible de el ámbito del Ministerio de Salud. La parcialidad de la reivindi-
apropiar el reclamo” (Naishtat, 2005: 372); en fin, trascender cación llegó al punto de haberse aceptado, vía el Banco Mundial,
necesidades e intereses puntuales y desarrollar “triangularidad la posibilidad de garantizar la provisión de la medicación hasta
enunciativa” que posibilite la co-constitución de públicos, la cre- diciembre del 2003 a expensas de la reducción presupuestaria del
ciente difusión de una percepción de injusticia y que facilite su programa de comedores comunitarios, “aparente solución” que
posterior apropiación y resolución por parte del sistema político. aseguraba la provisión de los medicamentos pero también garan-
Desde el marco de los derechos humanos, la igualdad y el res- tizaba el cobro de cuantiosas ganancias para la industria farmaco-
peto a la diferencia, estos rasgos y esta fuerza los tienen en la lógica multinacional. Pocos meses después se realizó una Marcha
Argentina buena parte de la “causa” de las mujeres y de los gru- Nacional por la Salud organizada por la Asociación de
pos gays, y lo habrían perdido los colectivos de sida que medica- Trabajadores del Estado y la CICOP levantando una serie de
lizaron su discurso, rutinizaron y profesionalizaron sus prácticas reclamos, pero ninguna de las ONG-Sida ni las redes estuvieron
y crecientemente alejaron sus reclamos de la esfera pública.6 En presentes. En tanto, con el apoyo de los representantes locales de
el sentido de Habermas, ha habido más acción estratégica que

6. En algunos voluntarios que participan en las ONG entrevistadas se vida un simple accidente en un transporte público llevando insumos para
manifiesta también la preocupación sobre los riesgos que supone sobre su las PVVS internados en un hospital.
302 Graciela Biagini

ONUSIDA, en medio de luchas cuasi canibalísticas entre redes de


ONG para posicionarse en la Mesa Nacional del Foro de ONG
de Sida y para desempeñar diversos roles fuera y dentro del país,
la Argentina obtuvo el importante subsidio del Fondo Mundial de
Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Como fuera ya
expuesto, durante cinco años, a través de la administración del
PNUD y, desde inicios de 2006 con la de UBATEC, con “fiscali-
zación” del Estado fueron implementados por la sociedad civil casi
veinte millones de dólares. De ahí la importancia que ha adquiri-
do no sólo la acción estratégica en tanto lógica política y comuni-
cacional sino también la producción de ciertos servicios “preven-
tivos” como práctica predominante.
Nuestros hallazgos coinciden con lo relatado en el Brasil
acerca de la desmovilización que producen los proyectos con
financiación externa o estatal, y coincidimos con Câmara (2002)
sobre lo atípico que han sido en ambos países las políticas fren-
te al sida en el contexto del ajuste y la reforma neoliberal del
Estado, puesto que presentan características más vinculadas con
el modelo del Estado de bienestar que aquellas alentadas para
nuestra región por los organismos financieros internacionales.
En síntesis, en la última década, entre la lucha de las ONG
por sobrevivir y la tendencia del Estado a utilizarlas como un
canal para sustituirlo como proveedor de ciertos servicios socia-
les, lo característico fue una creciente especialización temática y
focalización en acciones puntuales que ha contribuido a consolidar y
profundizar la fragmentación de esfuerzos y luchas sociales y, en
cierta forma, aisló a las organizaciones y redes de PVVS de otros
reclamos colectivos a favor de un sistema de salud pública acce-
sible y con cobertura universal.
La provisión de servicios especializados debilitó su tarea de
advocacy y de construcción de ciudadanía, poniendo en peligro el
aspecto “movimentista” y la capacidad crítica activa hacia las polí-
ticas y programas gubernamentales que, con el pretexto de aumen-
tar el acceso de la población a los tratamientos –como el Plan
Remediar en el que más en la letra que en la realidad se incluye la
provisión de anticonceptivos– o los créditos blandos provistos por
el Banco Mundial o el BID para asegurar la compra de medica-
mentos a la industria farmacológica internacional, se comprome-
tieron por décadas los recursos públicos que son derivados a labo-
ratorios internacionales sin aumentar la capacidad productiva local.

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