Está en la página 1de 356

Salud Mental

en Medicina
contribución del psicoanálisis al campo de la salud

Héctor A. Ferrari

ERRNVPHGLFRVRUJ
La presente es una publicación de:

Ferrari, Héctor A.
6DOXGPHQWDOHQPHGLFLQDDHG5RVDULR&RUSXV/LEURV0pGLFRV\&LHQWt¿FRV
356 p. ; 24x16 cm.

,6%1

1. Salud Mental. I. Título


&''

DERECHOS RESERVADOS
‹&RUSXV(GLWRULDO\'LVWULEXLGRUD
editorial@corpuslibros.com.ar
hferrari@corpuslibros.com.ar
www.corpuslibros.com.ar
6XLSDFKD7HO)D[  
6/5. 5RVDULR$UJHQWLQD

Editor: Esteban Oscar Mestre

7LUDGDHMHPSODUHV
6HWHUPLQyGHLPSULPLUHQPD\RGH
5RVDULR$UJHQWLQD

No está permitida la reproducción total o parcial de esta


obra, ni su tratamiento o transmisión por cualquier medio
o método, sin autorización escrita de la Editorial.

NOTA
La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán
cambios de la terapéutica. El autor y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosificación
medicamentosa sean precisos y acordes con los establecidos en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los
posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores, ni cualquier otra persona que haya participado
en la preparación de la obra garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa.
Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la
hoja de información que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de esta
obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones para
su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente.
También deberá consultarse a los organismos de control de medicamentos de cada país para obtener información
sobre los valores normales y medicamentos permitidos o recomendados.
El autor

DR. HÉCTOR A. FERRARI

Médico psicoanalista
Miembro titular en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica
de Buenos Aires y ex-Presidente
Rector del Instituto Universitario de Salud Mental de APdeBA
Profesor Titular Consulto del Departamento de Salud Mental
de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires
Ex Director del Departamento de Salud Mental
de la Facultad de Medicina de Buenos Aires
Autor en colaboración de varios libros de interés en el tema:
Interconsulta Médico-Psicológica en el marco Hospitalario,
Asistencia Institucional, Aportes del Psicoanálisis a la Medicina
y numerosas publicaciones sobre las relaciones entre
Psicoanálisis, Universidad y Medicina
Colaboradores

NORA BARUGEL
Médica psicoanalista.
Miembro titular con función didáctica de la
Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, APdeBA
Especialista en niñez y adolescencia de la Asociación Psicoanalítica Internacional
Profesora titular del Instituto Universitario de Buenos Aires, IUSAM

ANA COLL
0pGLFDJLQHFyORJD\REVWHWUD0pGLFDGHSODQWDGHOD'LYLVLyQ2EVWHWULFLD
del Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires

&RRUGLQDGRUDGHOÈUHD2EVWpWULFDGHO3URJUDPDGH$GROHVFHQFLDGHGLFKRKRVSLWDO
3UHVLGHQWDGHOD6RFLHGDG$UJHQWLQDGH*LQHFRORJtD,QIDQWR-XYHQLO  
OXHJRLQWHJUDQWHGHVX&RPLWp&LHQWt¿FR
&RRUGLQDGRUDGHO&XUVRGH(GXFDFLyQD'LVWDQFLD*LQHFRORJtD,QIDQWR-XYHQLO
de dicha Sociedad

MÓNICA SEREBRIANY
Médica
Especialista en Psiquiatría
Psicoanalista: Miembro Adherente de la Asociación Psicoanalítica
GH%XHQRV$LUHV 
3URIHVRUD$GMXQWDGH6DOXG0HQWDOHQOD)DFXOWDGGH0HGLFLQDGHOD8%$ 
'RFHQWHGHSRVJUDGR 

MARÍA KUITCA
Médica psicoanalista
Miembro titular en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires
Profesora del Instituto Universitario de APdeBA
Especialista en Violencia Familiar y Abuso Sexual
Índice General

PRÓLOGO...................................................15 EL TEMA DEL BIENESTAR .................................45


LO INCONSCIENTE Y EL LLAMADO SENTIDO
NOTA A LA SEGUNDA EDICIÓN................19 COMÚN...................................................46
LA SALUD MENTAL COMO VÉRTICE DE
I. SALUD MENTAL EN MEDICINA .........21 ............................................47
OBSERVACIÓN
BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICA ......................21 LA SALUD MENTAL Y LAS NECESIDADES
LA MEDICINA ...............................................22 HUMANAS................................................48
LA PSIQUIATRÍA ............................................23 SALUD MENTAL, UNA CONTRIBUCIÓN DEL
EL NACIMIENTO DEL PSICOANÁLISIS....................25 PSICOANÁLISIS A LA MEDICINA.....................49
LA CONTRIBUCIÓN DE OTRAS DISCIPLINAS A EL MÉTODO PSICOANALÍTICO COMO
LA SALUD MENTAL ..................................26 INSTRUMENTO DE INVESTIGACIÓN .................51
DE LA SALUD MENTAL A LA MEDICINA .............27
EN TORNO AL CONCEPTO DE SALUD....................29 IV. EL CONCEPTO
LA SALUD COMO ESTADO Y COMO PSICOANALÍTICO DE SEXUALIDAD...........53
SIGNIFICADO............................................29 UNA INTRODUCCIÓN........................................53
SALUD Y ENFERMEDAD....................................30 LA OPINIÓN POPULAR DE LA SEXUALIDAD.............53
UNA HIPÓTESIS FUNDAMENTAL..........................33 EL PUNTO DE VISTA DEL PSICOANÁLISIS...............54
EL SALTO A LA HUMANIZACIÓN:
II. SALUD MENTAL..................................35 DEL INSTINTO... .......................................57
UNA PROPUESTA DE DEFINICIÓN ........................35 ...A LA PULSIÓN ............................................58
DOS ASPECTOS EN SALUD MENTAL.....................37 LA ENERGÍA PSÍQUICA Y LA INVESTIDURA ............59
UN CAMPO DE REFERENCIA ESPECÍFICO LA PULSIÓN Y EL YO ......................................60
EN SALUD MENTAL: MEDICINA.........................38 PULSIONES SEXUALES Y DE
EDUCACIÓN MÉDICA Y SALUD MENTAL ..............40 AUTOCONSERVACIÓN .................................61
EL NARCISISMO .............................................62
III. PROBLEMÁSTICAS EN TORNO PULSIONES DE VIDA Y PULSIONES DE
A LA SALUD MENTAL ..............................43 MUERTE .................................................62
DIFICULTADES CON SU OBJETO ..........................43 LA IMPORTANCIA DEL CONCEPTO DE
LA CUESTIÓN DE LOS IDEALES...........................44 PULSIÓN .................................................63
ADELANTANDO LA ESTRUCTURA TRIPARTITA, CONSCIENTE, PRECONSCIENTE E
EL ELLO.................................................64 INCONSCIENTE..........................................95
FUNCIONAMIENTO PRIMARIO Y SECUNDARIO .........97
V. EL DESARROLLO PSICOSEXUAL LOS PRINCIPIOS DEL FUNCIONAMIENTO
INFANTIL ....................................................65 PSÍQUICO.................................................97
LA AMNESIA INFANTIL ....................................65 ACERCA DE UN MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DE
LA ETAPA ORAL .............................................66 PLACER Y LA REPETICIÓN...........................99
LA ETAPA ANAL.............................................67 EL PUNTO DE VISTA DINÁMICO...........................99
LA ETAPA FÁLICA...........................................68 EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO........................99
EL COMPLEJO DE EDIPO...................................69 EL PUNTO DE VISTA ESTRUCTURAL: YO,
EL COMPLEJO DE EDIPO EN SU VALOR ELLO Y SUPERYÓ ...................................100
ESTRUCTURANTE ......................................72 UNA REFERENCIA AL CONCEPTO DE
VARIACIONES SOBRE LA TEMÁTICA EDÍFICA .........73 APARATO PSÍQUICO..................................100
EL ROL DEL OBJETO EN LA SEXUALIDAD:
LA SEDUCCIÓN.........................................73 IX. EL YO EN SU RELACIÓN
CON EL CUERPO ......................................103
VI. TEORÍAS SEXUALES EL YO CORPORAL ........................................103
INFANTILES ................................................75 EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO DE LA
EL YO Y SUS LÍMITES .....................................75 ENFERMEDAD Y DEL CUERPO .....................104
EL DESEO DE SABER .......................................76 EL YO Y EL CUERPO .....................................105
TEORÍAS SEXUALES INFANTILES .........................77 REITERANDO UN ITINERARIO...........................106
LA ESCENA PRIMARIA......................................77 LA IMAGEN CORPORAL DEL YO .......................108
LA SEXUALIDAD INFANTIL EN LOS JUEGOS: CIERTAS ENFERMEDADES LA PONEN EN
EL JUEGO DEL DOCTOR...............................78 PRIMER PLANO .......................................110
LOS SENTIMIENTOS DE COMPASIÓN Y LA IMAGEN CORPORAL EN MEDICINA Y EN
EL MÉDICO .............................................81 SALUD MENTAL.....................................112
IMPORTANCIA DEL TEMA DE LA SEXUALIDAD EL EXAMEN MÉDICO DEL CUERPO.....................113
PARA LA MEDICINA...................................82
X. EL YO Y EL CUERPO EN
VII. EL YO, ESTRUCTURA Y RELACIÓN CON LOS AFECTOS (I) .........115
FUNCIONAMIENTO (I) ..............................85 INTRODUCCÍON AL TEMA ...............................115
ESTRUCTURA Y FUNCIONES DEL YO....................86 LA EXPERIENCIA DE DOLOR.............................117
GÉNESIS DEL YO ...........................................87 EL PROBLEMA TEÓRICO .................................119
1. EL YO Y EL CUERPO...............................88 EL DOLOR EN LA PRÁCTICA
2. EL YO Y LAS IDENTIFICACIONES................88 PSICOTERAPÉUTICA .................................119
EL YO Y EL NARCISISMO..................................89 UN BREVE PASAJE POR LA FISIOLOGÍA DEL
LA TENDENCIA A LA SÍNTESIS Y A LA DOLOR .................................................120
COHERENCIA EN EL YO ..............................89 UNA COMPRENSIÓN MÁS ABARCATIVA PARA
EL YO Y EL LENGUAJE ....................................90 EL DOLOR .............................................121
EL YO, LA ANGUSTIA Y LOS MECANISMOS EL PACIENTE PROPENSO AL DOLOR ...................122
DE DEFENSA ............................................90 EL MÉDICO FRENTE AL DOLOR CRÓNICO.............122
EL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA DEL YO: ASCO Y REPUGNANCIA: LA FANTASÍA DE
EL SUPERYÓ............................................93 SUCIEDAD .............................................123

VIII. EL YO, ESTRUCTURA Y XI. EL YO Y EL CUERPO EN


FUNCIONAMIENTO (II).............................95 RELACIÓN CON LOS AFECTOS (II) .......127
LA ANGUSTIA: EL YO FRENTE AL PELIGRO .........127 LOS MOMENTOS INICIALES DEL YO NO
MIEDO Y ANGUSTIA......................................127 ESTÁN INTEGRADOS.................................165
EL ATAQUE DE ANGUSTIA...............................129 EL OBJETO APARECE Y DESAPARECE..................167
CONSIDERACIONES TEÓRICAS SOBRE
LA ANGUSTIA.........................................130 XV. ADOLESCENCIA:
EL PÁNICO, EL TERROR, EL HORROR, UNA ETAPA DE LA VIDA,
LO SINIESTRO.........................................131 UN ESTADO DE LA MENTE.......................171
EL SENTIMIENTO DE VERGÜENZA: INTRODUCCIÓN.............................................171
LA EXPULSIÓN DEL PARAÍSO ......................132 EL PERÍODO DE LATENCIA...............................171
LA AGRESIVIDAD .........................................133 LA ADOLESCENCIA COMO ESTAPA... ..................172
LA AGRESIÓN EN LA RELACIÓN MÉDICO- CON LA PUBERTAD CAMBIA TODO,
PACIENTE..............................................136 EN ESPECIAL EL CUERPO...........................173
LA DIMENSIÓN ESTÉTICA DEL CUERPO: LA ADOLESCENCIA REACTIVA SITUACIONES
DE LO BELLO A LO DEFORME .....................137 DEL PASADO ..........................................174
DE LA SEXUALIDAD INFANTIL A LA
XII. VÍNCULO TEMPRANO: SEXUALIDAD ADULTA ..............................175
EMBARAZO Y PARTO (I) .........................139 LA ADOLESCENCIA ES UNA CRISIS,
ALGUNAS CONSIDERACIONES UNA CRISIS DE IDENTIDAD..........................176
METODOLÓGICAS ....................................140 EL ADOLESCENTE EN EL GRUPO Y EL GRUPO
EN LOS ORÍGENES DEL VÍNCULO TEMPRANO: ADOLESCENTE........................................177
EL PERÍODO PRENATAL .............................142 EL ADOLESCENTE EN EL MUNDO ......................178
EL EMBARAZO ............................................143 PARA EL ADOLESCENTE, LA VIDA ES ACCIÓN ......178
LA VIDA PRENATAL Y EL VÍNCULO ...Y LA ADOLESCENCIA COMO ESTADO
CON LA MADRE ......................................145 MENTAL ...............................................179
LA EXPERIENCIA DEL PARTO Y SU EL ADOLESCENTE Y LA MEDICINA....................179
SIGNIFICADO PARA LA SALUD MENTAL .........147 EL ADOLESCENTE FRENTE AL MÉDICO ...............180
EL PADRE ..................................................148 EL MÉDICO FRENTE AL ADOLESCENTE ..............181
EL FINAL DE LA ADOLESCENCIA,
XIII. ASPECTOS MANIFIESTOS EL COMIENZO DE LA ADULTEZ ...................181
DEL VÍNCULO TEMPRANO (II)..............151
LO OBSERVABLE EN LA RELACIÓN XVI. ACERCA DEL DORMIR
TEMPRANA............................................151 Y DEL SOÑAR ...........................................183
LA EXPERIENCIA DE LA LACTANCIA Y EL DORMIR COMO ESTADO SUBJETIVO................183
EL SER TENIDO EN BRAZOS .......................153 TRATANDO DE CONCILIAR EL SUEÑO .................185
EN EL ORIGEN DE LA COMUNICACIÓN: EL LA VIGILIA Y SUS PROBLEMAS.........................187
LLANTO, LA SONRISA, LA MIRADA...............154 ACERCA DE LOS SUEÑOS................................187
MÁS SOBRE LOS AFECTOS DURANTE
EL PRIMER AÑO DE VIDA ..........................156 XVII. SALUD MENTAL EN LA
ACERCA DEL BEBÉ .......................................157 ETAPA ADULTA DE LA VIDA:
DIFERENCIAS INDIVIDUALES EN EL RECIÉN LA ADULTEZ..............................................191
NACIDO ................................................158 UNA APROXIMACIÓN GENERAL ........................192
LA ADULTEZ Y ALGUNOS MOMENTOS
XIV. VÍNCULO TEMPRANO (III) ........161 ESPECÍFICOS DE LA ETAPA ADULTA ..............198
ALGUNOS ESTADOS SUBJETIVOS DEL BEBÉ..........161 LA CRISIS DE LA MITAD DE LA VIDA .................199
ACERCA DEL NACIMIENTO DEL YO...................164 LA TRANSICIÓN A LA ADULTEZ TARDÍA Y
EL ESTADO DE DESAMPARO Y EL LA VEJEZ ..............................................201
SENTIMIENTO DE OMNIPOTENCIA.................164
XVIII. LOGROS Y DESAFÍOS EN ACERCA DE LOS MITOS SOBRE LOS
LA ETAPA ADULTA DE LA VIDA .............203 POSIBLES ORÍGENES DE LA FAMILIA .............239
LA SEXUALIDAD GENITAL ADULTA....................203 LA FAMILIA Y LOS LAZOS DE PARENTESCO..........241
EN TORNO A LO MASCULINO Y
LO FEMENINO.........................................205 XXII. LA FAMILIA Y LA PAREJA
LA CUESTIÓN DE LA RELACIÓN SEXUAL .............205 EN LA PRÁCTICA MÉDICA ......................245
EL OBJETO DE AMOR Y DE DESEO.....................207 LA FAMILIA EN LA PRÁCTICA MÉDICA................245
LA SEXUALIDAD EN LA ENTREVISTA ALGUNOS EJEMPLOS......................................247
MÉDICA................................................207 EL VÍNCULO DE PAREJA Y SU PATOLOGÍA............250
LA FUNCIÓN PARENTAL EN LA ADULTEZ.............208 MODELOS DE VÍNCULOS.................................252
EL NIÑO MALTRATADO...................................209 TERCERIDAD AMPLIADA ............................252
NUEVAS FORMAS DE PARENTALIDAD..................211 TERCERIDAD LIMITADA .............................253
EL SIGNIFICADO DEL TRABAJO PARA LA ESTRUCTURA DUAL..................................253
SALUD MENTAL ......................................211 EL YO CORPORAL EN LA PAREJA......................254
...Y ALGUNAS NOTAS REFERIDAS AL LA MEDICINA EXPANDE LOS LÍMITES DE
TRABAJO MÉDICO....................................212 LA BIOLOGÍA .........................................255
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE
DINERO ................................................214 XXIII. EL GRUPO HUMANO,
LA SOCIEDAD, LA CULTURA
XIX. EL FINAL DE LA VIDA: Y LA SALUD ..............................................257
LA MUERTE ..............................................217 INTRODUCCIÓN............................................257
EL SIGNIFICADO DE LA MUERTE .......................217 EL GRUPO HUMANO.......................................258
LA EXPERIENCIA DE LA MUERTE EN GRUPO PRIMARIO Y SECUNDARIO .....................259
MEDICINA.............................................219 EL EJEMPLO DE GRUPO EN MEDICINA: EL
LA MUERTE PARA EL SENTIDO DE LA VIDA..........219 EQUIPO INTERDISCIPLINARIO......................259
LA IDEA DE LA PROPIA MUERTE .......................221 FACTORES SOCIALES Y SALUD .........................260
DE LOS ORÍGENES DEL MIEDO A LA LA DECISIÓN Y EL MOMENTO DE
MUERTE................................................221 CONSULTAR............................................261
PROCESOS DE DUELO: SU IMPORTANCIA EN ROL SOCIAL DE ENFERMO...............................261
LA SALUD Y LA ENFERMEDAD ....................223 INTERVENCIONES PSICOSOCIALES Y SALUD..........262
EL PACIENTE QUE VA A MORIR: LA LA PRESENCIA DE LOS VALORES DE
MEDICALIZACIÓN DE LA MUERTE ................226 LA CULTURA EN LA SALUD Y LA
ENFERMEDAD.........................................262
XX. DEL CICLO VITAL HUMANO SALUD MENTAL Y MEDICINAS
EN SALUD MENTAL................................231 ALTERNATIVAS.......................................264
EL MODELO DEL DESARROLLO PARA LA ¿POR QUÉ SON ATRACTIVAS LAS
SALUD MENTAL .....................................232 MEDICINAS ALTERNATIVAS?......................265
EL CICLO VITAL ES EL PRESENTE......................233 ¿QUÉ NOS DISPONE PARA LAS CREENCIAS
¿QUÉ PROMUEVE, ESTIMULA O INHIBE LOS EN LAS MEDICINAS ALTERNATIVAS?............267
CAMBIOS?.............................................234 EL MÉDICO FRENTE A LAS MEDICINAS
LOS ESTADIOS DEL CICLO Y LAS CRISIS ALTERNATIVAS.......................................268
VITALES................................................235 CURACIONES RELIGIOSAS Y MÁGICAS................269

XXI. DINÁMICA DE LA XXIV. ACERCA DE LA


ESTRUCTURA Y DE LAS VOCACIÓN MÉDICA .................................273
RELACIONES FAMILIARES ......................237 LA ELECCIÓN DE CARRERA PROFESIONAL............274
DE LA FAMILIA DE ORIGEN A LA ACTUAL ...........238
MECANISMOS PSICOLÓGICOS QUE PSICODINAMISMOS EN EL GRUPO
SOSTIENEN LA VOCACIÓN MÉDICA...............278 ABUSADOR........................................312
EL IMPULSO A LA REPARACIÓN ........................278 DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO....................313
LAS ACTIVIDADES SUBLIMATORIAS....................280 BIBLIOGRAFÍA ........................................314
CONCLUSIONES FINALES.................................280 EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA....................314
INTRODUCCIÓN........................................314
XXV. LA ENTREVISTA MÉDICA: ASPECTOS PERINATALES.............................314
CONSIDERACIONES GENERALES............283 ALGUNOS ASPECTOS PSICOSOCIALES.............315
INTRODUCCIÓN............................................283 ATENCIÓN DEL EMBARAZO, PARTO Y
¿QUÉ ES UNA ENTREVISTA?.............................284 .........................................316
PUERPERIO
EL MODELO TEÓRICO DE LA ENTREVISTA UN CASO A MODO DE EJEMPLO....................317
MÉDICA................................................284 CONCLUSIÓN..........................................318
INTERROGATORIO, ANAMNESIS, BIBLIOGRAFÍA.........................................318
CONSULTA, PRESTACIÓN, ENTREVISTA.........286 LA ANOREXIA NERVIOSA Y LA BULIMIA..............319
LOS PROTAGONISTAS DE LA ENTREVISTA ANOREXIA NERVIOSA................................319
MÉDICA................................................287 BULIMIA ...............................................320
EL MOTIVO DE CONSULTA...............................288 BIBLIOGRAFÍA.........................................321
LAS EXPECTATIVAS PREVIAS A LA
ENTREVISTA ..........................................289 XXVIII. ENFERMEDADES
EL LUGAR DEL MÉDICO Y SU DOBLE PSICOSOMÁTICAS
FUNCIÓN...............................................290 Y MEDICINA PSICOSOMÁTICA ..............323
EL CUMPLIMIENTO DE LAS INDICACIONES LA CONCEPCIÓN DE ENFERMEDAD
MÉDICAS...............................................292 PSICOSOMÁTICA EN MEDICINA:
EL EJE MENTE-CUERPO..............................323
XXVI. PSICODINAMISMOS COMENTARIOS Y CRÍTICAS..............................327
FUNDAMENTALES DE LA LA PSICOSOMÁTICA EN EL EJE DE LA
ENTREVISTA MÉDICA...............................295 RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE......................328
A. DE LA TÉCNICA DE LA ENTREVISTA...............296
INICIANDO LA ENTREVISTA.........................297 XXIX. ALGUNAS
ESTRUCTURANDO LA ENTREVISTA................299 CONTRIBUCIONES DEL
LA TERMINACIÓN DE LA ENTREVISTA............300 PSICOANÁLISIS A LA
B. EL VÍNCULO EMOCIONAL: MEDICINA PSICOSOMÁTICA..................331
TRANSFERENCIA Y LA ENFERMEDAD CORPORAL Y EL
CONTRATRANSFERENCIA ...........................301 PROBLEMA DE LA SIMBOLIZACIÓN...............332
C. EL ENCUADRE MÉDICO ..............................303 ALGUNAS ESCUELAS PSICOANALÍTICAS EN
EL ENCUADRE COMO ORGANIZADOR.............304 PSICOSOMÁTICA......................................334
EL ENCUADRE COMO CONTINENTE ...............305 OTROS APORTES DEL PSICOANÁLISIS DE
LA DIMENSIÓN ÉTICA DEL ENCUADRE ...........306 UTILIDAD PARA LA MEDICINA.....................335
A MANERA DE SÍNTESIS SOBRE
XXVII. TEMÁTICAS PSICOSOMÁTICA.....................................337
ESPECÍFICAS
EN SALUD MENTAL................................309 XXX. LA SALUD MENTAL
ABUSO SEXUAL INFANTO-JUVENIL ....................309 PSICOPATOLOGÍA ..........................339
Y LA
ANTECEDENTES HISTÓRICOS.......................309 NORMALIDAD Y PSICOPATOLOGÍA ....................339
LA CONCEPCIÓN PSICOANALÍTICA DEL SALUD MENTAL Y PSICOPATOLOGÍA .................339
ABUSO SEXUAL .................................310 INTRODUCCIÓN A LAS NEUROSIS.......................340
SINTOMATOLOGÍA.....................................311
PSICOSIS: LOS CONCEPTOS TEÓRICOS LA ESCISIÓN O LA MENTE PARTIDA...............348
FUNDAMENTALES....................................345 LA TRANSFERENCIA Y LA PSICOSIS...............348
EL YO FRENTE A LA REALIDAD
EN LA PSICOSIS ......................................345 EPÍLOGO...................................................349
LA PROYECCIÓN......................................346
PSICOSIS Y LENGUAJE ...............................347 ÍNDICE ALFABÉTICO........................................353
Prólogo

3RFDVSURIHVLRQHVVRQFDSDFHVGHJHQHUDUXQLQWHUpVFLHQWt¿FRWDQLQWHQVR\XQFRP-
promiso personal tan apasionado como la Medicina. Pocas demandan tanto vocacio-
QDOPHQWH\GHPDQHUDWDQH[LJHQWHDODVSHUVRQDVTXHVHFRQVDJUDQDHOOD&RPR
parte integrante de esta institución, siento una gran admiración por la tarea médica,
SXHVWDDOVHUYLFLRGHDOLYLDUHOVXIULPLHQWRKXPDQR\WHQJRXQSURIXQGRUHVSHWRSRU
ODIRUPDHQTXHORVPpGLFRVDIURQWDQODVGL¿FXOWDGHVTXHVXHOHQHQFRQWUDUGXUDQWHVX
ejercicio.
(VWH OLEUR HVWi SHQVDGR SDUD ORV PpGLFRV \ SDUD ORV TXH HVWiQ HQ HO SURFHVR GH
llegar a serlo. También para los profesionales del campo de la Salud Mental (psicoa-
QDOLVWDVSVLFyORJRVSVLTXLDWUDV LQWHUHVDGRVHQORVWHPDVGHODIRUPDFLyQPpGLFD
'HVGHKDFHGpFDGDVORVPpGLFRVFXHQWDQFRQFRQRFLPLHQWRVFLHQWt¿FRV\WpFQLFRV
FDGD YH] PiV DVRPEURVRV TXH OHV SURYHH OD HQVHxDQ]D WUDGLFLRQDO GH OD 0HGLFLQD
3RUODVFRQWULEXFLRQHVWHyULFDV\FOtQLFDVTXHOD0HGLFLQDKDFHDODFRPSUHQVLyQGH
ORVSURFHVRVSDWROyJLFRVVXHMHUFLFLRJDQyHQREMHWLYLGDG\ULJRUPHWRGROyJLFR/DV
&LHQFLDV%iVLFDVDYHFHVGHQRPLQDGDVµGXUDV¶VRQODVTXHPiVKDQFRQWULEXLGRGHV-
GHOD%LRORJtDDHVWHSHU¿OGHOD0HGLFLQD %LRPHGLFLQD 
Al mismo tiempo, la relación asistencial es el meridiano por donde pasa el trabajo
PpGLFR\HOLQVWUXPHQWRPiVLPSRUWDQWHSDUDVRVWHQHUOR1DGDGHORTXHSLHQVHVLHQWD
RGHFLGDHOPpGLFRWLHQHVHQWLGRVLQRGHVGHHVHOXJDUUHTXLHUHGHOPpGLFRFRQRFHUD
ODSHUVRQDGHVXSDFLHQWHDQWHVGHTXHUHUVDEHUTXpWLHQHPDQHMDUODLQWLPLGDGGHHVD
UHODFLyQWDQHVSHFLDOFRQWHQHUODPRYLOL]DFLyQDIHFWLYDTXHVHGDHQVXLQWHULRU

Porque los problemas de salud y enfermedad comprometen niveles profundos,


infantiles e irracionales de la mente, que tienen que ver con el dolor, la mutilación
y el desamparo.

(QHVWDWDUHDHOPpGLFRHVWiH[SXHVWRSHUVRQDOPHQWH\este punto ha sido el más


descuidado de la formación médica /D PDQHUD PiV H¿FD] GH SURWHJHUVH HV VDEHU
KDVWDGRQGHOHVHDSRVLEOHTXpRFXUUHHQODLQWLPLGDGGHVXSDFLHQWHGHVtPLVPR\
en el vínculo entre ambos.

La mayor contribución que se puede hacer a la difícil tarea que tienen los médicos
HVD\XGDUORVDHQWHQGHUODFRPSOHMLGDGSVLFROyJLFD\HPRFLRQDOGHOHMHUFLFLRGH
su profesión.

(VWDVFRQVLGHUDFLRQHVYDOHQSDUDMXVWL¿FDUODLQWURGXFFLyQGHODSalud Mental en
Medicina \ FRQ HOOD YROYHU D SRQHU HO WUDEDMR FOtQLFR EDMR HO SDUDGLJPD GH TXH OD
vida mental da valor a la vida. Salud Mental es parte del campo de las llamadas
&LHQFLDV6RFLDOHVR+XPDQtVWLFDVFX\DSDUWLFLSDFLyQHQODIRUPDFLyQPpGLFDHVWDQ
LPSUHVFLQGLEOHFRPRODGHODV&LHQFLDV%LROyJLFDV$YHFHVDODV&LHQFLDV6RFLDOHV
VHODVFRQVLGHUDGHVSHFWLYDPHQWHFRPRµEODQGDV¶(VWDGLIHUHQFLDHQWUH&LHQFLDVHV
WRWDOPHQWHLQDSURSLDGDSDUDOD0HGLFLQD7DOFRPRIXHUDVHxDODGRSRUXQGHVWDFDGR
FOtQLFR1RUPDQ&RXVLQ³HQORVDxRVVLJXLHQWHVDORVGHOD)DFXOWDGPXFKRGHORTXH
KDEtDPRVFRQVLGHUDGRFRQRFLPLHQWRµGXUR¶UHVXOWyIUiJLORGHIHFWXRVR\PXFKRGHOR
TXHKDEtDPRVFRQVLGHUDGRµEODQGR¶UHVXOWyVHUGXUDEOH\HVHQFLDO´1
/RV WHPDV GH ORV TXH VH RFXSD IXQGDPHQWDOPHQWH Salud Mental en Medicina
FDStWXORV,,,\,,, JLUDQHQWRUQRDORVprocesos de salud y enfermedad, tal como
ORUHJLVWUDQORH[SHULPHQWDQ\ORUHVXHOYHQODVSHUVRQDVGHVGHVXiPELWRSULYDGR
tQWLPR\SHUVRQDODTXpOTXHVHFRPSDUWHVyORSDUFLDOPHQWHFRQORVRWURV4XpHVVD-
OXGFyPRODYLYHQTXpLPSRUWDQFLDOHGDQTXpVLHQWHQFXDQGRVLHQWHQODDPHQD]D
GHSHUGHUOD\TXpKDFHQSDUDUHFXSHUDUOD(QWUHRWUDVFRVDVFyPRVHSHUFLEHQODV
VHxDOHVFRUSRUDOHVFyPRHO<RODVWUDPLWDLQWHUQDPHQWHVLDOHUWDQRDODUPDQVLVRQ
FRPSDUWLGDVFXiQGR\SRUTXpOOHYDQDFRQVXOWDU<FXDQGRVHFRQVXOWDTXpSDVD
en la entrevista médica FDStWXORV;;9\;;9, FXiOHVVRQORVLQVWUXPHQWRVFRQORV
TXHHOPpGLFRDEDUFDODcrisisSRUODTXHDWUDYLHVDHOSDFLHQWHHQHVHPRPHQWRGH
su ciclo vital FDStWXOR;; FXiOHVVXUHVSXHVWDDIHFWLYDIUHQWHDODPLVPDFyPROD
FRQWLHQH\HODERUDSDUDHYHQWXDOPHQWHD\XGDUHQVXUHVROXFLyQ6XSRQHVRVWHQHU

una hipótesis fundamental: existe una relación muy íntima entre el estado de
salud o enfermedad de una persona y el momento vital por el que atraviesa
FDStWXOR, 

3DUDH[SOLFDUHOFRPSRUWDPLHQWRKXPDQRODWHRUtDSVLFRDQDOtWLFDLQWURGXMRFRQ-
ceptos tales como el determinismo psíquico\HOinconsciente\DPSOLyHOFRQFHSWR
GHVH[XDOLGDG$EULyWRGRXQSDQRUDPDQXHYRHQWRUQRDOVLJQL¿FDGRGHODsexua-
lidad infantil FDStWXORV,99\9, <FRQHOODODHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWRGHO
<RIUHQWHDORLQFRQVFLHQWHHOFRQÀLFWR\HOUROGHODDQJXVWLD en la dinámica mental
FDStWXORV9,,\9,,, 3DUDOD0HGLFLQDHVHVSHFLDOPHQWHLPSRUWDQWHFRQVLGHUDUHO
DWUDYHVDPLHQWRGHOFXHUSRELROyJLFRSRUHOGHVHR\ODFRQIRUPDFLyQGHXQDDQDWR-
PtDIDQWDVPiWLFDDEHUUDQWHTXHHOSDFLHQWHLQWURGXFHHQODFRQVXOWDFRPRcuerpo
HUyJHQR FDStWXOR,; <FRQODVLPXOWiQHDUHODFLyQGHO<RFRQHOFXHUSR\ORVREMH-
tos, los afectos: el dolor, la angustia, el asco, la vergüenza, la agresividad, los celos,
HWFpWHUD FDStWXORV;\,; 
1
Cousin, Norman. +HDG)LUVW7KH%LRORJ\RI+RSH(3'XWWRQ1HZ<RUN
De todos los vínculos humanos, el más importante es el del bebé con sus padres,
HQHVSHFLDOHOTXHWLHQHFRQODPDPi6HORFRQRFHFRPRvínculo temprano (capítulos
;,,;,,,\;,9 \KDEUiTXHUHIHULUVHHVSHFLDOPHQWHDpO

Es un aporte fundamental de las últimas décadas haber establecido que los primeros
años de la vida mental del niño son decisivos para la salud mental del adulto.

'HpOVXUJHQODVSULPLWLYDVHVWUXFWXUDVPHQWDOHVTXHORLUiQFRQVWLWX\HQGRFRPR
VXMHWRKXPDQR\GHVGHHOTXHVHUHODFLRQDUiFRQORVREMHWRVSDUHQWDOHV/XHJRVHVXFH-
den las otras etapas del ciclo vital, la adolescencia con su crisis de identidad (capítulo
;9 ODadultezFRQVXVGHVDItRVHVSHFt¿FRV FDStWXORV;9,,\;9,,, \ODYHMH]/D
muerte FDStWXOR;,; HVHO¿QGHOFLFOR3HURODPXHUWHWDPELpQLPSRUWDHQYLGDSRU
ODWUDVFHQGHQFLDGHODVSpUGLGDV\HOSURFHVRGHGXHORQHFHVDULRSDUDHODERUDUODV
Es de destacar la importancia de los estados subjetivos relacionados con el dormir
\el soñarSDUDODVDOXG FDStWXOR;9, 
La familia\ODSDUHMDUHTXLHUHQXQDFRQVLGHUDFLyQHVSHFLDO(OPpGLFRSXHGHFDS-
WDUODIXHU]DGHODHVWUXFWXUDIDPLOLDUTXHHQOD]DLQFRQVFLHQWHPHQWHDVXVLQWHJUDQWHV
LQFOX\pQGRORDpOPLVPR FDStWXORV;;,\;;,, 

La idea es que la dinámica familiar está comprometida en la aparición de la enfer-


medad en las alternativas de su evolución y en su pronóstico eventual.

([LVWHHQDOJXQDVSHUVRQDVXQDGLVSRQLELOLGDGSRWHQFLDOTXHWLHQGHDD\XGDUVRFRUUHU
FXLGDUDXQRWURHQQHFHVLGDG6HWUDWDGHXQDFDSDFLGDGDVLVWHQFLDOTXHIXQFLRQDFRPR
Q~FOHRGHLQWHUHVHV\GHFRQÀLFWRVTXHDOLPHQWDQODvocación médica FDStWXOR;;,9 
En los capítulos sobre Psicosomática ;;,,,\;;,; VHGHPXHVWUDFyPRHOYtQFXOR
médico paciente permite ubicar la relación mente-cuerpo en el eje sujeto-objeto donde
SXHGHQVHULQWHJUDGRVIDFWRUHVSVLFRELRVRFLDOHVHQSUREOHPDVGHVDOXG\HQIHUPHGDG
<HQHOVLJXLHQWH ;;; ODFRQYHQLHQFLDGHUHODWLYL]DUODDQWLQRPLDnormalidad vs.
enfermedad, por la de salud y enfermedad.
(VWHWUDEDMRHVHOUHVXOWDGRGHXQDODUJDH[SHULHQFLDDVLVWHQFLDO\GRFHQWH6HJXUD-
mente no será de fácil lectura dada la naturaleza de los temas tratados. He preferido,
SRUODWUDVFHQGHQFLDGHORVFRQFHSWRVHQMXHJRQRVLPSOL¿FDUHOQLYHOH[SRVLWLYRHQOD
FRQ¿DQ]DTXHVLUYDSDUDHVWLPXODUOHFWXUDVFRPSOHPHQWDULDV7DPELpQHVSHURTXHHO
WH[WRVHDORVX¿FLHQWHPHQWHVXJHUHQWHFRPRSDUDVRUWHDUORVREVWiFXORVTXHVLHPSUHVH
HQFXHQWUDQDODKRUDGHWUDWDUFRQFHSWRVTXHHPRFLRQDOPHQWHFRPSURPHWHQ
&RPR3URIHVRU7LWXODUGH6DOXG0HQWDOGHOD)DFXOWDGGH0HGLFLQDGH%XHQRV$L-
res he contado con la colaboración docente de un numeroso grupo de psicoanalistas
TXHPHKDQD\XGDGRDSHQVDUHVWRVWHPDV/DVLQQXPHUDEOHVKRUDVGHGLVFXVLyQTXH
he tenido con ellos han sido un complemento insustituible para poner en claro las
LGHDV/HVDJUDGH]FRSURIXQGDPHQWHVXGHGLFDFLyQ\HPSHxR
El libro es un aporte a la Medicina con las ideas provenientes del campo de la
6DOXG0HQWDO0XFKDGHODSUREOHPiWLFDTXHSODQWHDHVWiSHQVDGDGHVGHHO3VLFRD-
QiOLVLV(QHVHVHQWLGRVHMXVWL¿FDHQWHQGHUORFRPRXQDFRQWULEXFLyQGHO3VLFRDQiOLVLV
DXQFDPSRDItQHOGHOD6DOXG&RPRSVLFRDQDOLVWDVR\PLHPEURWLWXODUHQIXQFLyQ
GLGiFWLFDGHOD$VRFLDFLyQ3VLFRDQDOtWLFDGH%XHQRV$LUHVVRFLHGDGFRPSRQHQWHGHOD
Asociación Psicoanalítica Internacional.
'HWRGRORTXHGHERDPLVPDHVWURVTXLHURUHFRQRFHUHVSHFLDOPHQWHDORV'UHV
/DZUHQFH.XELH\+RUDFLR(WFKHJR\HQ$GHPiVFXDQGRXQDQDOLVWDSURGXFHXQWUD-
EDMRFLHQWt¿FRGHDOJXQDPDQHUDORVLHQWHDVRFLDGRFRQODH[SHULHQFLDGHVXSURSLR
DQiOLVLVSHUVRQDOHQPLFDVRSRUWRGRORTXHKDVLJQL¿FDGRDGHPiVGHVXEHQH¿FLR
terapéutico, de estímulo para pensar. Mi agradecimiento entonces para mis analistas,
DTXLHQHVDODKRUDGHWHUPLQDUHVWDREUDWHQJRHVSHFLDOPHQWHHQFXHQWD

Buenos Aires, marzo de 1996


Nota para la Segunda Edición

&RQODLGHDGHFRPSOHPHQWDUHOWH[WRDQWHULRUHQHVWDHGLFLyQVHKDQDJUHJDGRDORV
DQWHULRUHVWUHVQXHYRVFDStWXORV8QRVHRFXSDGHODVDOXG\HQIHUPHGDGGHVGHHOSXQ-
to de vista de OD6RFLHGDGORV*UXSRV\ODV,QVWLWXFLRQHV FDStWXOR;;,,, $VLPLVPRVH
unieron contribuciones en un capítulo dedicado a temas especiales como Embarazo
AdolescenteSRUOD'UD$QD&ROOAbuso SexualSRUOD'UD0DU\.XLWFD\Ano-
rexia NerviosaSRUHO'U+pFWRU)HUUDUL\OD'UD1RUD%DUXJHO FDStWXOR;;9,, $O
capítulo sobre )DPLOLD\3DUHMDVHOHDJUHJyXQDQXHYDVHFFLyQVREUH³0RGDOLGDGHV
GHYtQFXOR´TXHDSRUWyOD'UD0yQLFD6HUHEULDQ\7RGRVHOORVTXHJHQWLOPHQWHVH
DYLQLHURQDHQULTXHFHUHVWHWH[WRVRQGHVWDFDGRVSURIHVLRQDOHVGHOFDPSRGHODVDOXG
DTXLHQHVOHVDJUDGH]FRHVSHFLDOPHQWHVXFRODERUDFLyQ
(OUHVWRGHOOLEURIXHPRGL¿FDGRFRUUHJLGR\DFWXDOL]DGRFXDQGRHUDQHFHVDULR
0XFKDVSDUWHVIXHURQUHHVFULWDVSDUDKDFHUVXOHFWXUDPiViJLO(QODPD\RUtDGHORV
FDStWXORVVHLQFOX\HURQHStJUDIHVFRQWH[WRVRFLWDVGHPpGLFRVIDPRVRVFX\RFRQWH-
QLGRFRLQFLGHFRQORGHVDUUROODGRHQHOWH[WR(VXQDPDQHUDGHGHPRVWUDUTXHORV
JUDQGHVFOtQLFRVGHOD0HGLFLQDVLHPSUHWXYLHURQHQFXHQWDORVSULQFLSLRVHQTXHVH
funda la Salud Mental.2

%XHQRV$LUHVDEULOGH

2
La mayoría pertenece al libro 0HGLFLQHLQ4XRWDWLRQV9LHZVRI+HDOWKDQG'LVHDVH7KURXJKWKH$JHV, editado por E Huth y
70XUUD\7KH$PHULFDQ&ROOHJHRI3K\VLFLDQV$PHULFDQSoc of Internal Medicine)LODGHO¿D
I
Salud Mental en Medicina

La vida mental da valor a la vida.

Breve introducción ELROyJLFRV SVLFROyJLFRV \ VRFLDOHV TXH OD


histórica sostienen. En este sentido, la salud ya no es
PiVDOJRTXHFRPSHWHH[FOXVLYDPHQWHDOD
Las enfermedades, con sus secuelas de su- Medicina y a los médicos.
frimiento mental, daño corporal y amenaza (VWHGLItFLOSDVDMHQXQFDGHOWRGRORJUD-
de muerte, han acompañado al ser humano do, ha sido acompañado y asistido por la
desde tiempos inmemoriales. La Medicina FUHFLHQWHSUHRFXSDFLyQJHQHUDGDHQHOPXQ-
se ha ocupado de aliviar, curar y prevenir do en torno a la salud mental de las perso-
las enfermedades con los procedimientos nas, a cómo cuidarla y preservarla y a cómo
disponibles más adelantados de cada época. evitar el desarrollo de los trastornos menta-
(QODHUDPRGHUQDODHQIHUPHGDGELROyJLFD OHV QHXURVLV SVLFRVLV SVLFRSDWtDV UHWDUGR
y sus cuidados fueron su centro de interés e PHQWDOHWFpWHUD ,QLFLDOPHQWHVHGHQRPLQy
LQYHVWLJDFLyQFDVLH[FOXVLYRV/DPHWRGROR- Higiene Mental DO PRYLPLHQWR FLHQWt¿FR
JtDXWLOL]DGDHOPpWRGRFLHQWt¿FR que se ocupó de estos temas y más reciente-
Paralelamente, en los últimos cien años mente Salud Mental. El concepto represen-
se fue conformando, tanto dentro como fue- ta una importante aspiración humana:
ra de la Medicina, un movimiento que ha
puesto más el acento en la salud que en la Salud mental es la posibilidad de lo-
enfermedad, en preservar, cuidar y mante- grar un estado de relativo bienestar en
ner la salud de las personas, las familias y HOTXHXQVXMHWRKXPDQRSXHGDIXQFLR-
OD FRPXQLGDG HQ JHQHUDO \ WRPDU PHGLGDV nar en el mejor nivel de su capacidad
de prevención para evitar la enfermedad. PHQWDO HPRFLRQDO  \ FRUSRUDO DQWH OD
(VWHSDVDMHTXHYDde curar la enfermedad variedad de situaciones favorables o
a proteger la salud, implica un cambio sus- DGYHUVDVTXHOHWRTXHYLYLU
tancial. Supone salir de una determinación
H[FOXVLYDPHQWH ELROyJLFD GH OD HQIHUPH- Es considerada una condición del indi-
GDG %LRPHGLFLQD  D XQD FRQFHSFLyQ PiV viduo, relativa a sus recursos personales y
amplia de la salud, con los componentes al contexto familiar y socioambiental que lo
⎛22 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

URGHD,PSOLFDDVLJQDUYDORUDODYLGDPHQ- FLHQWt¿FD DO VXIULPLHQWR JHQHUDGR SRU ODV


WDO \ HPRFLRQDO LQGLYLGXDO R JUXSDO \ GH- enfermedades. Por otro lado, muchas de las
fenderla como un bien comunitario. Incluye llamadas Medicinas Alternativas de hoy se
todas las medidas tomadas para promover basan en la explotación de la persistencia de
y preservar la salud, prevenir su pérdida y FRPSRQHQWHV PiJLFRUHOLJLRVRV HQ OD FRQ-
recuperarla cuando la enfermedad se mani- cepción de las enfermedades.
¿HVWD
'HODVGHVJUDFLDVHLQIRUWXQLRVDORVTXH
los seres humanos se ven sometidos, los La Medicina
más amenazantes son aquéllos en torno a
su salud, con sus secuelas de dolor, sufri- (QORVGRVRWUHV~OWLPRVVLJORVOD0HGLFLQD
miento y amenaza de muerte. Hasta hace VHIXHRUJDQL]DQGRFRQORVDYDQFHVSURYH-
muy poco tiempo no se disponía de recur- QLHQWHV GHO PpWRGR FLHQWt¿FR &RQ 6\GHQ-
VRV WpFQLFRV \ FLHQWt¿FRV HVSHFt¿FRV SDUD KDP  VHLPSXVRODLGHDGHFOD-
FRPEDWLU HO SDGHFLPLHQWR TXH JHQHUDQ ODV VL¿FDUODVHQIHUPHGDGHVVREUHODEDVHGHORV
enfermedades. Padecer es “sentir física y VtQWRPDV\VLJQRVSUHVHQWHV3RUHOFDPLQR
corporalmente un daño, dolor, enfermedad, GHODVUHODFLRQHVFOtQLFRSDWROyJLFDVVHGH-
SHQDRFDVWLJRVHQWLUORVDJUDYLRVLQMXULDV mostró que los síntomas suelen tener como
y pesares que se experimentan” y también EDVHOHVLRQHVDQDWyPLFDV/XHJRVHKL]ROX-
“estar poseído de una cosa nociva o desven- JDUHQODSDWRORJtDDODVDOWHUDFLRQHVIXQFLR-
WDMRVDVRSRUWDUWROHUDU\VXIULU´1 QDOHVGHORUJDQLVPR0iVWDUGHVREUHYLQRHO
/D GH¿QLFLyQ LQFOX\H VLQ GLVFULPLQDU GHVFXEULPLHQWR GH ORV IDFWRUHV HWLROyJLFRV
fuentes corporales y mentales del sufrimien- GHDOJXQDVHQIHUPHGDGHV\HOFRPLHQ]RGH
WR\HQVX~OWLPDSDUWHVXJLHUHXQDLQWHUSUH- ORV DYDQFHV HQ ODV WHUDSpXWLFDV HVSHFt¿FDV
tación posible: padecer es estar expuesto para cada una de ellas.
pasivamente a una intrusión que viene de En todo este recorrido, la Medicina se
afuera y toma posesión de una persona in- inspiró con los aportes provenientes del
defensa. Tal es, a menudo, la sensación que PRYLPLHQWRFLHQWt¿FRFRQRFLGRFRPRpo-
tiene el enfermo. sitivismo. Como teoría del saber, el positi-
'HVGHXQSULQFLSLRVHOHDGMXGLFyDOSD- vismo es un sistema de pensamiento que
GHFLPLHQWRWRGRWLSRGHVLJQL¿FDFLRQHVHQ recurre al método experimental, rechaza
ODVPiVDQWLJXDVSUHGRPLQDEDODYLVLyQDQL- toda noción a priori o concepto universal
mista de un mundo del que había que prote- y absoluto. Tratando de desprenderse de
JHUVHSRUPHGLRGHODPDJLD\ODKHFKLFHUtD ideas o creencias sobrenaturales, el positi-
El padecimiento también estaba unido a YLVPRVRVWLHQHTXHHO~QLFRREMHWRGHFR-
LGHDVUHOLJLRVDVTXHOLJDEDQODHQIHUPHGDG nocimiento son los hechos, las relaciones
con el bien y el mal. Con el tiempo, pre- entre ellos y la búsqueda de causas natura-
GRPLQDURQ FRQFHSFLRQHV PiV FLHQWt¿FDV \ OHVFRQPpWRGRVREMHWLYRV\PHQVXUDEOHV
VR¿VWLFDGDV VLQ TXH SRU HVR VH GHMDUDQ GH (VWDV LGHDV WXYLHURQ GHVGH HO VLJOR SDVD-
ODGRORVDQWLJXRVFRPSRQHQWHV GRXQDJUDQLQÀXHQFLDVREUHOD0HGLFLQD
Es que todo padecimiento produce una 3RU HMHPSOR HQ $OHPDQLD OD (VFXHOD GH
intensa movilización emocional y la im- +HOPKROW] GHIHQGtD ¿UPHPHQWH HO deter-
periosa búsqueda de cualquier tipo de so- minismo VHJ~Q HO TXH WRGRV \ FDGD XQR
lución, racional o irracional. La Medicina de los acontecimientos del universo están
ha sido la aproximación más racional y sometidos a las leyes naturales y combatía
1
'LFFLRQDULRGHOD/HQJXD(VSDxROD(VSDVD&DOSH6$0DGULG
⎛ I Salud Mental en Medicina 23⎞

el vitalismo, para el que los fenómenos que LQWHJUDUDQLYHOGHODSHUVRQDFRQRFLPLHQWRV


VHYHUL¿FDQHQHORUJDQLVPRHQODVDOXGR cada vez más sectorizados.
en la enfermedad se explican por la acción Por las contribuciones teóricas y clíni-
de fuerzas vitales propias de los seres vi- cas que la Medicina hizo a la comprensión
vos y no por las fuerzas de la materia. El GH ODV HQIHUPHGDGHV VX HMHUFLFLR JDQy HQ
positivismo sostiene ardorosamente la idea REMHWLYLGDG FUHGLELOLGDG \ ULJRU FLHQWt¿FR
GHTXHQRH[LVWHQHQHORUJDQLVPRKXPDQR \ORVSDFLHQWHVVHEHQH¿FLDURQFRQXQDYD-
RWUDV IXHU]DV DFWLYDV TXH ODV ¿VLFRTXtPL- riedad importante de recursos terapéuticos.
cas. En la misma línea cabe mencionar al Lamentablemente en cambio, se perdió en
¿VLyORJRIUDQFpV&O%HUQDUG   DOJXQDPHGLGDHOWUDWRFOtQLFRSHUVRQDOL]D-
TXLHQGLRXQJUDQLPSXOVRHOmétodo H[SH- GRVHMHUDUTXL]yODHQIHUPHGDGSRUVREUHOD
rimental en Medicina. SHUVRQDTXHODVXIUH\VHGHVFXLGyXQHMHUFL-
Fue en este naciente contexto histórico cio que tiene que tratar con la salud y el su-
que la Medicina se ocupó de estudiar cien- frimiento frente a su pérdida. Así están las
Wt¿FDPHQWH ODV enfermedades. De forma cosas en la actualidad, tanto en nuestro país
SDXODWLQD ODV IXH RUGHQDQGR \ FODVL¿FDQ- como en el mundo, pese a reiterados recla-
GRHQHQWLGDGHVQRVROyJLFDVGHVFULELyVXV PRVSRUPHMRUDUODFDOLGDGGHODDVLVWHQFLD
VtQWRPDV\VLJQRVGH¿QLyVtQGURPHVSDUD médica. Los nuevos sistemas de prestación
hacer diagnósticos e intentar establecer te- PpGLFDKDQDJUDYDGRHVWDWHQGHQFLD
rapéuticas HVSHFt¿FDV 3HUR HQ HO tQWHULQ
hubo un deslizamiento a constituir a la en-
fermedad en una cosa, un ser, una entidad, La Psiquiatría
una esencia.
Mientras esto ocurría en el ámbito de la
/D0HGLFLQDVHFRQFHQWUyHQODmaqui- Medicina clínica, las enfermedades menta-
QDULDELROyJLFD pero se desentendió del OHV SVLFRVLV QHXURVLV GHPHQFLDV HWFpWH-
FRQGXFWRUGHOVXMHWRGHODH[SHULHQFLD UD FRPHQ]DEDQDUHFLELUXQWDUGtRUHFRQR-
GHODVDOXG\ODHQIHUPHGDG cimiento por parte de la ciencia. Durante
VLJORV OD HQIHUPHGDG PHQWDO KDEtD VLGR
El médico moderno perdió interés en el DWULEXLGD D FDXVDV VREUHQDWXUDOHV EUXMH-
padecimiento y lo desplazó hacia una espe- ría, posesión demoníaca, etcétera y los
FLHGHRQWRORJtDGHODVHQIHUPHGDGHV\DVX enfermos mentales habían sido considera-
FODVL¿FDFLyQ&RPRGLFH&ODYUHXOHOVDEHU dos con una mezcla de temor y rechazo.
médico terminó siendo “un saber sobre la Al paciente se lo aislaba o quedaba libra-
enfermedad, no sobre el hombre, que no do a curanderos, hechiceros o sacerdotes.
interesa al médico sino como terreno en el /XHJR DSDUHFLHURQ ORV JUDQGHV KRVSLFLRV
que evoluciona la enfermedad”.2 verdaderos depósitos humanos donde los
En las últimas décadas, la imposibilidad enfermos recibían un trato indiscrimina-
de abarcar el creciente conocimiento que GR\KXPLOODQWH\VHORVFRQ¿QDEDGHSRU
SURYLHQHGHODVLQYHVWLJDFLRQHVGHODV&LHQ- vida. Se utilizaba con ellos los métodos
cias Básicas y el incremento de recursos más cruentos porque no se los consideraba
WpFQLFRV FDGD YH] PiV VR¿VWLFDGRV OOHYy seres humanos. La reacción frente a esta
DOD0HGLFLQDDIUDJPHQWDUVXHMHUFLFLRHQ situación no se hizo esperar.
una multitud de especialidades y subespe- (QHQORTXHVHUHFXHUGDFRPRXQ
cialidades. Al especialista se le hizo difícil acto más simbólico que efectivo, Pinel cor-

2
Clavreul, Jean. El orden médico$UJRW%DUFHORQD
⎛24 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

tó las cadenas con que se aprisionaba a los deshumanizantes del trato asilar y no de las
alienados. Se abandonaron paulatinamente de la propia enfermedad.
pero no del todo los métodos carcelarios, el 3RFRGHVSXpV\XQSRFRDOPDUJHQGHOD
paciente mental empezó a ser considerado Psiquiatría y la Medicina se puso en marcha,
como enfermo y sus derechos comenzaron SRUHOLPSXOVRKXPDQLWDULRGHSHUVRQDMHVUH-
D VHU UHVSHWDGRV 6H IXH RUJDQL]DQGR XQD levantes de la época, un movimiento en defen-
especialidad de la Medicina para su trata- sa de los postulados de lo que empezaba a de-
miento, la 3VLTXLDWUtD. QRPLQDUVH+LJLHQH0HQWDO0RLVpV6KHSSDUG
)XHHQHOFXUVRGHOVLJORSDVDGRFXDQGR XQ¿OiQWURSRFXiTXHURGH%DOWLPRUHOHJyGL-
FRPHQ]DURQDXWLOL]DUVHFULWHULRVFLHQWt¿FRV nero para la construcción de un hospital a con-
PiVULJXURVRVSDUDORVHQIHUPRVPHQWDOHV dición de “que brindara cuidado humanitario”
la observación clínica y la correlación con a los pacientes mentales; empezó a funcionar
OD DQDWRPtD SDWROyJLFD GHO FHUHEUR (Q HQ\IXHXQPRGHORGHDWHQFLyQSDUDVX
 *ULHVLQJHU XQ LPSRUWDQWH PpGLFR época.4 Clifford Beers, de Connecticut, publi-
GHODpSRFDD¿UPyTXHODVHQIHUPHGDGHV FyHQXQUHODWRGHVXH[SHULHQFLDFRPR
mentales son enfermedades del cerebro. paciente en The mind that found itself y moto-
$XQTXH VH DGPLWtD FLHUWD LQÀXHQFLD GH UL]yODUHDOL]DFLyQGHFRQJUHVRVQDFLRQDOHVH
IDFWRUHVDPELHQWDOHVRSVLFROyJLFRVVHLQ- internacionales sobre el tema.
terpretaba a la enfermedad mental como el /XHJR YLQLHURQ ORV GHYDVWDGRUHV UHVXO-
UHVXOWDGRGHFLHUWDVFDXVDVGHRULJHQELR- WDGRV GH OD ,, *XHUUD 0XQGLDO  
OyJLFRODKHUHQFLDODGHJHQHUDFLyQOHVLR- Con la fundación de las Naciones Unidas,
nes cerebrales, tóxicas, etcétera.3 En esta ORVFRQFHSWRVGHVDOXGHKLJLHQHPHQWDOOR-
concepción, que aún prevalece en ciertos JUDURQDFHSWDFLyQXQLYHUVDO'H¿QLGDSRUOD
PHGLRVHOVXMHWRSDGHFtDSDVLYDPHQWHXQD FRQVWLWXFLyQGHOD2UJDQL]DFLyQ0XQGLDOGH
HQIHUPHGDG PHQWDO QR HUD VXMHWR GH HOOD la Salud en 1946,
'XUDQWHHVHSHULRGRODVJUDQGHVLQVWLWXFLR-
nes manicomiales continuaron asistiendo a /DVDOXGHVXQHVWDGRGHFRPSOHWRELHQ-
los pacientes ahora con un trato humano HVWDUItVLFRPHQWDO\VRFLDO\QRPHUD-
más respetuoso. PHQWHODDXVHQFLDGHHQIHUPHGDG/D
Mientras tanto, el psiquiatra era un alie- salud de todos es fundamental para el
nista frustrado en sus posibilidades terapéu- ORJURGHODSD]\ODVHJXULGDG\GHSHQ-
WLFDV6XiPELWRGHWUDEDMRHUDHOKRVSLFLR GHGHODPi[LPDFRRSHUDFLyQGHORVLQ-
con mayoría de pacientes inactivos, aislados GLYLGXRV\HOHVWDGR
e incomunicados, de paso FRQWULEX\HQGRD
ODFURQL¿FDFLyQGHORVWUDVWRUQRVPHQWDOHV (VWDGH¿QLFLyQVLELHQIXHFULWLFDGDSRU
en internaciones de por vida. Lentamente se LGHDOLVWDUHÀHMDEDODLPSRUWDQFLDFUHFLHQWH
empezó a tomar conciencia de la situación acordada en el mundo al concepto de salud.
y de la necesidad de instrumentar cambios Relacionaba la salud con las condiciones
\ SURWHJHU ORV GHUHFKRV GH ORV DOLHQDGRV para la paz y no solo con las acciones de los
como se los llamaba en esos tiempos. Fue individuos sino también de los Estados.
XQGHVFXEULPLHQWRGHJUDQLPSRUWDQFLDUH- Por esos años, se creó en los Estados
FRQRFHUTXHHOJUDGRGHGHWHULRURPHQWDO\ Unidos el Instituto Nacional de Salud Men-
la pérdida de socialización de los pacientes tal. En nuestro país, un Instituto similar co-
era en parte el producto de las condiciones ordinó y dio un fuerte impulso a las políticas

3
&LHQDxRVGHVSXpVHVWDFRQFHSFLyQH[FOXVLYDPHQWHELROyJLFDGHODHQIHUPHGDGPHQWDOTXLHUHYROYHUDLPSRQHUVH
4
The Sheppard and Enoch Pratt Hospital, Towson, Maryland, USA.
⎛ I Salud Mental en Medicina 25⎞

nacionales de Salud Mental. Fue desmante- HOHFWULFLGDG PDVDMHV HWFpWHUD (Q 
lado durante última dictadura militar y pudo estuvo en París para estudiar varios meses
ser recuperado con la democracia. con Charcot, profesor de la famosa Escuela
de la Salpetrière donde se familiarizó con
la histeria y el uso de la hipnosis. Antes de
El nacimiento del Psicoanálisis abandonar París trazó el esbozo de un traba-
MRXQHVWXGLRFRPSDUDWLYRGHODVSDUiOLVLV
La concepción de Salud Mental tuvo en KLVWpULFDV \ RUJiQLFDV TXH UHVXOWDUtD PH-
sus comienzos una connotación humanita- morable para la Medicina porque permitió
ria: devolver a los pacientes psiquiátricos empezar a entender las diferencias entre
su condición humana. Pero se requerían FXHUSRELROyJLFR\FXHUSRKXPDQR.5 Por un
además nuevas ideas que le dieran al mo- tiempo Freud trató de hacer desaparecer los
YLPLHQWR XQ FRQWHQLGR PiV FLHQWt¿FR (VH VtQWRPDV QHXUyWLFRV PHGLDQWH OD VXJHVWLyQ
impulso provino de cambios fundamentales KLSQyWLFDFRQUHVXOWDGRVYDULDEOHV(Q
que se dieron desde las primeras décadas YLDMyD1DQF\\SURIXQGL]yHOHVWXGLRGHOD
GHO VLJOR EDMR OD LQÀXHQFLD UHYROXFLRQDULD hipnosis con Berhein y Liébault, compro-
del Psicoanálisis. bando sus limitaciones.
6LJPXQG)UHXG  KL]RVXFD- $ VX YXHOWD GH 3DUtV VX DPLJR %UHXHU
rrera médica en la Escuela de Medicina en un clínico vienés de considerable talento le
Viena y tuvo una parte de su formación en contó la experiencia que había tenido hacía
HOODERUDWRULRGH)LVLRORJtDGH%UFNHXQD DxRVFRQXQDSDFLHQWH OXHJRODIDPRVD$QD
de las autoridades médicas más importan- 2 6XVVtQWRPDVHUDQcontracturas de las
WHV GH VX pSRFD %UFNH HVWDED WRWDOPHQWH H[WUHPLGDGHV WUDVWRUQRV GH OD PRYLOLGDG
consustanciado con las ideas de la Escuela RFXODU\GHODYLVLyQGL¿FXOWDGHQPDQWHQHU
de Helmholtz. Freud se interesó por la his- OD FDEH]D HUJXLGD WRV QHUYLRVD DQRUH[LD
WRORJtDGHOVLVWHPDQHUYLRVRFHQWUDOHQDQL- ausencias, etcétera. Habían comenzado
males y en los seres humanos, campo al que FXDQGRODMRYHQFXLGDEDDVXSDGUHGXUDQWH
DSRUWyLPSRUWDQWHVLQYHVWLJDFLRQHV3XEOLFy XQDODUJDHQIHUPHGDGGHODTXH¿QDOPHQWH
WUDEDMRVLPSRUWDQWHVHQWUHRWURVXQRVREUH éste murió. Breuer asistió a la paciente dia-
las afasias (Q  HVWXGLDQGR ODV SUR- riamente, en oportunidades dos veces al día
piedades de la cocaína descubrió su poder GXUDQWHPXFKRVPHVHV$OJXQRVGHORVVtQ-
DQHVWHVLDQWH SHUR GHWXYR VX LQYHVWLJDFLyQ WRPDVGHVDSDUHFLHURQFXDQGREDMRKLSQRVLV
a causa de su compromiso matrimonial. ella fue capaz de recordar las situaciones y
Publicó importantes contribuciones sobre expresar las emociones de cada una de las
encefalopatías infantiles. oportunidades en que se habían producido
(Q  SRU UD]RQHV GH VXEVLVWHQFLD los síntomas por primera vez. Breuer se
SDVyDODSUiFWLFDGHOD1HXURORJtDFOtQLFD dio cuenta de que el recordar bajo hipnosis
YHU FDStWXOR ;;,9 9RFDFLyQ 0pGLFD y tenía efecto curativo 6LQ HPEDUJR WHUPL-
al estudio de las enfermedades nerviosas, nó de modo abrupto la experiencia cuando
empezando a tratar pacientes que hoy se FRQVWDWy TXH OD SDFLHQWH KDEtD PHMRUDGR
reconocerían como neuróticos y psicóticos. pero que ambos se habían involucrado emo-
Al principio utilizó en los neuróticos los cionalmente sin poder darse cuenta porqué.
métodos de tratamiento considerados como Como suele suceder en estos casos, olvidó
PiVFLHQWt¿FRVSDUDVXpSRFDFRPREDxRV el incidente hasta que se lo contó a Freud

5
 )UHXG 6 ³$OJXQDV FRQVLGHUDFLRQHV FRQ PLUDV D XQ HVWXGLR FRPSDUDWLYR GH ODV SDUiOLVLV PRWULFHV RUJiQLFDV H KLVWpULFDV´
 (QObra completa7RPR,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV  
⎛26 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

años después. Buena parte de los desarro- WUDVFHQGHQFLDHQRUPH\DTXHFRQGXMHURQal


llos freudianos sobre el concepto de trans- reconocimiento de lo inconsciente.
ferencia nacieron a partir de ese tipo de ob- Como tantas veces en la historia de la
servaciones. ciencia, el descubrimiento de un método
Por ese entonces, Freud pensaba que nuevo abrió un campo de observación y
ODV SVLFRQHXURVLV VH GHEtDQ DO ROYLGR UH- conceptos e hizo posible construir hipótesis
SUHVLyQ  GH H[SHULHQFLDV WUDXPiWLFDV GHO FLHQWt¿FDVYiOLGDVVREUHREMHWRVTXHQRKD-
pasado que retornaban como síntomas. EtDQVLGRSUHYLDPHQWHFRPSUHQGLGRV$OJX-
Entonces empezó a aplicar la hipnosis, no QRVGHVXVSRVWXODGRVWXYLHURQ\VLJXHQWH-
para suprimir los síntomas sino para recor- QLHQGRXQDVLJQL¿FDWLYDWUDVFHQGHQFLDSDUD
GDU H[SHULHQFLDV SDWyJHQDV DFWLYDPHQWH la Medicina en que la persona pasó a ser
ROYLGDGDV HVWHUHFXUVRIXHFRQRFLGRFRPR HQIRFDGDFRPRXQVXMHWRHQUHODFLyQFRQVX
método catártico 3HURFRQHOWLHPSRWXYR contexto vincular sociocultural.
que abandonar también la hipnosis porque
no le era fácil inducirla en sus pacientes Se empezó a tener en cuenta, entre otras
y no tenía efectos duraderos. Comprobó cosas, el funcionamiento inconscien-
que podía prescindir de ella y levantar la te de la mente, el reconocimiento de
DPQHVLDVLVHHMHUFtDSUHVLyQVREUHODIUHQ- OD VH[XDOLGDG LQIDQWLO HO FXHUSR FRPR
WH \ OH H[LJtD DO SDFLHQWH TXH UHFRUGDUD FXHUSRHUyJHQRHOUROGHOFRQÀLFWRHQ
procedimiento al que también renunció. OD FRQVWLWXFLyQ GHO SVLTXLVPR KXPDQR
Finalmente creó un método especial que \HQHVSHFLDOGHO&RPSOHMRGH(GLSRHO
denominó el método de la asociación libre <R FRPR SUHFLSLWDGR GH LGHQWL¿FDFLR-
o regla fundamental. QHV OD DQJXVWLD \ ORV PHFDQLVPRV GH
GHIHQVD TXH SURWHJHQ DO <R SHUR SRU
3HGLUOH DO SDFLHQWH TXH GLMHUD WRGR OR VREUHWRGDVODVFRVDVODYLWDOLGDG\SR-
TXHWHQtDTXHGHFLUOLEUHPHQWHVLQH[L- tencialidad del vínculo humano a partir
JHQFLDVVLQLQÀXHQFLDVQLSUHVLRQHVGH del descubrimiento de la transferencia.
QLQJXQD QDWXUDOH]D 4XH FRPXQLFDUD
WRGRVVXVSHQVDPLHQWRVDXQTXHIXHUDQ El Psicoanálisis contribuyó a tomar con-
triviales, desagradables o absurdos. ciencia de la importancia de las experien-
cias de la infancia para el desarrollo de los
El postulado del GHWHUPLQLVPR SVtTXL- seres humanos, como resultado de una serie
co implicaba que todo lo expresado por el de factores ambientales y accidentales y no
paciente en esas condiciones estaba incons- GHSDXWDV¿MDVFRQJpQLWDVHLQPXWDEOHV,Q-
cientemente en relación con dos cosas, los WURGXMRHOFRQFHSWRGHseries complementa-
PRWLYRVGHVXHQIHUPHGDG\ODSHUVRQDGHO rias y con el de pulsión la posibilidad de la
PpGLFRTXHODWUDWDED.66HLQDXJXUyDVtXQ LQWHJUDFLyQPHQWHFXHUSR
procedimiento de observación de los fenó-
PHQRVSVLFROyJLFRVel método psicoanalí-
tico YHUFDStWXOR,,, . Aquellos datos de la La contribución
mente que el paciente aportaba en esas con- de otras disciplinas
diciones y que hasta entonces habían sido a la Salud Mental
desechados por la ciencia como irrelevantes
–como los sueños, los actos fallidos y los El impacto del Psicoanálisis sobre la ciencia
síntomas neuróticos– pasaron a tener una \ODFXOWXUDGHHVWHVLJORIXHLPSUHVLRQDQWH

6
)UHXG6³/DLQWHUSUHWDFLyQGHORVVXHxRV´  (QObra completa Tomo V. Amorrortu, Buenos Aires, 1992; 525.
⎛ I Salud Mental en Medicina 27⎞

en especial sobre el campo de la salud y la DPSOLDQGRVREUHODEDVHGHODH¿FDFLDWHUD-


enfermedad, donde se le sumó el aporte de SpXWLFDGHFRPSUHQGHUDOVXMHWR\DOYtQFXOR
OD3VLFRORJtD6RFLDO SRUTXHWRGD3VLFRORJtD humano. Pero lo más importante fue que
HV6RFLDO ORVGDWRVGHOD$QWURSRORJtD\OD
6RFLRORJtD TXH HVWXGLDURQ \ HVFODUHFLHURQ al transformar la enfermedad de un
la importancia de los factores sociocultura- hecho biológico en un hecho social,
les y económicos. OD0HGLFLQDWXYRTXHFRQVLGHUDUODGL-
(ODSRUWHGHOD3VLFRORJtDGHORV*UXSRV PHQVLyQ GH OD VDOXG \ FXLGDUOD SDUD
y las Instituciones YHUFDStWXOR;;;,,, re- disminuir los riesgos de perderla.
VXOWyHQULTXHFHGRUD8QSVLFRDQDOLVWDDUJHQ-
tino, Enrique Pichón Riviere fue un notable Esta idea iba a tener importantes conse-
pionero en el estudio de situaciones manico- FXHQFLDVHQHOWUDEDMRFOtQLFR&RPRDSOLFD-
PLDOHVTXHFRQVXWUDEDMRDVLVWHQFLDOFRQWUL- ción de los conceptos renovadores de Salud
buyó a cambiar. Destacó la idea de enferme- 0HQWDOVXUJLHURQQXHYDViUHDVGHDFWLYLGDG
dad única, la importancia de los vínculos, de en torno a la prevención y la atención pri-
ORVSURFHVRVJUXSDOHV\GHSVLFRORJtDVRFLDO maria de la salud.
/D PHQWH \ OD HQIHUPHGDG PHQWDO GHMDURQ
GHVHUDOJRDEVWUDFWR\DLVODGRHQODPHGLGD
en que la persona pasó a ser enfocada como De la Salud Mental
una totalidad inseparable de su contexto so- a la Medicina
ciocultural. Los comportamientos pudieron
ser reformulados como relaciones vinculares Las ideas procedentes del Psicoanálisis y de
que ayudan a enfermar o curar.7 otros campos cuestionaron la concepción
tradicional exclusivamente biomédica de la
3DUWLHQGRGHOLQGLYLGXRSRUHOJUXSR\ enfermedad somática, al principio, con la
ODIDPLOLDVHOOHJyDODVLQVWLWXFLRQHV\D aparición de la que se denominó Medicina
ODFRPXQLGDGTXHHVGRQGHRSHUDQORV Psicosomática. Abordaba una serie de enti-
IDFWRUHVTXHWDPELpQOOHYDQDODFRQVXO- dades clínicas de cuya naturaleza emocio-
ta médica. QDOQRFDEUtDQGXGDVSRUHMHPSORHODVPD
la hipertensión esencial, la úlcera péptica
La propia Psiquiatría se renovó en una y la artritis reumatoidea. Eran parte de una
FRQFHSFLyQGLIHUHQWHGHVXHMHUFLFLRODOOD- lista que se fue ampliando con el tiempo y
mada Psiquiatría Dinámica tuvo que hacer VRQHQJHQHUDOHQIHUPHGDGHVFUyQLFDVJUD-
LQWHUYHQLU PRWLYDFLRQHV SVLFROyJLFDV LQ- ves, remitentes, que evolucionan de manera
FRQVFLHQWHV HQ OD 3VLFRSDWRORJtD 'HVSXpV intercurrente y donde la incertidumbre en
GH OD 6HJXQGD *XHUUD 0XQGLDO FDPELDURQ el pronóstico es a menudo la única certi-
ORV OXJDUHV GRQGH HO SVLTXLDWUD \ HO SVLFy- dumbre. Comprometen personalmente mu-
ORJR SRGtDQ RSHUDU SDVDURQ D ORV 'LVSHQ- cho más que otras al médico que las asiste
sarios, Centros de Salud Mental, Escuelas, y por esa razón fueron las que en principio
etcétera pero en especial a los servicios de OR PRWLYDURQ D FRQVXOWDU DO SVLFRSDWyORJR
Psicopatología de los hospitales generales Con el tiempo se fueron incluyendo otras
que empezaban a hacer su aparición. Su tra- enfermedades, porque la práctica totalidad
EDMRVHIXHHQULTXHFLHQGRFRQODLQWHJUDFLyQ PDQLIHVWDEDDOJ~QFRPSRQHQWHHPRFLRQDO
interdisciplinaria en equipos con sus cole- Con la Medicina Psicosomática se in-
JDVPpGLFRVVXLQVWUXPHQWDOWpFQLFRVHIXH WURGXMRHQ0HGLFLQDHOFRQFHSWRGHpsico-

7
Pichon-Riviére, E. El proceso grupal1XHYD9LVLyQ%XHQRV$LUHV
⎛28 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

génesisFLHUWDVFRQVWHODFLRQHVSVLFROyJLFDV interconsulta médico psicológica, conce-


comenzaron a ser consideradas parte de la bida como un instrumento para abordar
HWLRORJtD GH ODV HQIHUPHGDGHV FRUSRUDOHV VLWXDFLRQHVGHFRQÀLFWRGHODUHODFLyQPp-
Una aplicación de estos conceptos fue pro- dico paciente en el marco hospitalario.
SLFLDUXQDERUGDMHholístico GHholos, tota-
OLGDG HQODPHGLFLQDFOtQLFDSDUDLQWHQWDU El supuesto básico de la Interconsulta es
superar la disociación mente-cuerpo presen- que la tarea médica, tal como es concebida
te en la medicina tradicional. Más adelante y llevada a cabo por el profesional, en al-
VHYHUiVLQHPEDUJRTXHWRGDFRQFHSFLyQ JXQRVFDVRVRULJLQDRWHUPLQDHQXQDFULVLV
WRWDOL]DGRUDFRUUHHOULHVJRGHVHULOXVRULD emocional de la relación médico paciente
La conceptualización psicosomática, HQTXHHO,QWHUFRQVXOWRUGHOiUHDSVLFROyJL-
DXQTXH ULFD \ HVWLPXODQWH VH IXH DJRWDQGR ca puede asistir al médico en la asistencia y
con el tiempo no sin antes haber transitado ayudarlo a entender, entre otras cosas
SRU VRFLHGDGHV FLHQWt¿FDV \ UHYLVWDV HQ ODV
TXH VH GHVSOHJDURQ VXV LGHDV -HUDUTXL]DED la importancia de la llamada relación
las emociones como “el villano del drama transferencia-contratransferencia en el
psicosómatico”. Debió conformarse con un YtQFXORPpGLFRSDFLHQWH\GHSDVRTXHHO
impacto de relativo poder en la clínica, por- VLJQL¿FDGRGHOHQIHUPDUHQODYLGDGHODV
TXHVXHMHEiVLFRGHUHIHUHQFLDHUDXQSHQVD- personas es tan importante como los de-
miento causal, mecánico, simplista, estable- terminantes biológicos de la enfermedad
ciendo correlatividades entre aspectos psico-
OyJLFRV\YDULDEOHVFOtQLFDV\GHODERUDWRULR También se pudo cuestionar en profundi-
HQOXJDUGHHQIDWL]DUHOHMHVXMHWRREMHWRTXH dad la naturaleza de la concepción con que
es el de la relación vincular médico pacien- el médico realizaba su tarea y la importan-
WH(OFRQFHSWRGHSVLFRJpQHVLVWHUDSpXWLFD cia del marco institucionalHQODRUJDQL]D-
\ PHWRGROyJLFDPHQWH LQVX¿FLHQWH UHVXOWy ción y resolución de la enfermedad.9 James
muy criticado. Pero los pro y contras de la Holliday, un sanitarista escocés pionero en
concepción psicosomática, deben quedar HVWHFDPSRVXJLULyTXHXQDVRFLHGDGFDUDF-
para más adelante YHUFDStWXOR;;,; . WHUL]DGD SRU VX GHVLQWHJUDFLyQ FRQWULEX\H
/D3VLTXLDWUtD'LQiPLFDORJUyHVWDEOHFHU- a enfermar a sus miembros. En la década
VH QRVLQIXHUWHVUHVLVWHQFLDV HQORV+RVSL- de los sesenta, principalmente en Estados
WDOHV*HQHUDOHVFRPR6HUYLFLRVGH3VLFRSD- Unidos, nació el movimiento de los Centros
WRORJtDRGH6DOXG0HQWDO(QQXHVWURSDtV GH6DOXG0HQWDO&RPXQLWDULD &RPPXQLW\
HOVHUYLFLRGH3VLFRSDWRORJtDGHO3ROLFOtQLFR 0HQWDO+HDOWK&HQWHUV 
GH /DQ~V EDMR OD GLUHFFLyQ GHO 3URI 0DX- En estos años se hicieron intentos por me-
ULFLR *ROGHQEHUJ IXH SLRQHUR HQ VX JpQHUR MRUDUHOFXUUtFXOXPPpGLFR\SRUGDUXQDIRU-
SDUD/DWLQRDPpULFD6HRUJDQL]DURQDGHPiV PDFLyQPiVFRPSOHWDHLQWHJUDODORVIXWXURV
los llamados Centros de Salud o Centros Co- médicos. Pasó por incluir adiestramiento en
PXQLWDULRV'HHVWDPDQHUDHOSVLFRSDWyORJR PDWHULDV FRPR 3VLFRORJtD 0pGLFD 3VLFRVH-
con orientación psicoanalítica pudo empezar PLRORJtD$QWURSRORJtD 6RFLRORJtD \ 0HGL-
a colaborar con la actividad de la clínica mé- FLQD)DPLOLDU)XHURQPRGL¿FDFLRQHVLPSRU-
GLFDDWUDYpVGHORVOODPDGRVJUXSRV%DOLQW\ tantes que no pudieron alcanzar del todo sus
en especial con la llamada REMHWLYRVSRUYDULDVUD]RQHVIDOWDGHDGHFXD-


Ferrari H, Luchina L, Luchina N. Interconsulta médico psicológica en el marco hospitalario. Nueva Visión, Buenos Aires, 1971.
9
Ferrari H, Luchina L, Luchina N. Asistencia institucional. Nueva Visión, Buenos Aires, 1972.

Halliday, J. 3V\FKRVRFLDO0HGLFLQHDVWXG\RIDVLFNVRFLHW\1RUWRQ1HZ<RUN
⎛ I Salud Mental en Medicina 29⎞

da formulación teórica que pudiera plasmarse (Q HVWH LQWHQWR GH WUDQVIRUPDU DO HMHU-
HQXQHQIRTXHLQWHJUDGRUH[SHULHQFLDVOLPLWD- cicio profesional médico en un enfoque
das en el tiempo, escasa repercusión clínica, PiV LQWHJUDGR \ SHUVRQDO TXH UHVSHWH ORV
HWFpWHUD6HSURSXVRFRPR¿QDOLGDGagregar requerimientos de la salud mental de los
RVXPDUORSVLFROyJLFRORVRFLDOORDQWURSR- pacientes y de los propios médicos, los re-
OyJLFRVLQSRGHULQWHJUDUORGHOWRGRHQODFOt- sultados han sido lentos y poco sostenidos.
QLFD(QORV~OWLPRVDxRVVHKDJHQHUDOL]DGR 6HUHTXLHUHPiVTXHQDGDXQDFRQFHSFLyQ
en las Escuelas de Medicina de todo el mundo WHyULFDTXHUHIRUPXOHODVSURSXHVWDVVREUH
la necesidad de encarar ambiciosos planes de VDOXG\HQIHUPHGDG. Es aquí donde los cri-
UHIRUPDFXUULFXODUEDVDGRVHQJHQHUDOHQla terios de Salud Mental pueden encontrar su
resolución de problemas. Un importante sec- inserción en la Medicina y en el campo de
WRUGHQWURGHODPLVPDVHPDQL¿HVWDDIDYRUGH la Salud Pública.
una Medicina basada en la evidencia.
La Medicina forma parte del amplio
campo de la Salud Pública, que abarca “la En torno al
suma de la salud de los individuos que com- concepto de salud
ponen una comunidad”. Este sector Salud, a
FDUJRGHRUJDQL]DFLRQHVHLQVWLWXFLRQHVQD- 3UHVHUYDUODVDOXG\FXUDUODHQIHUPHGDG
cionales e internacionales, públicas o priva- la Medicina todavía está buscando una solución
GDVWLHQHSRU¿QDOLGDGGLVHxDUHLPSOHPHQ- FLHQWt¿FDDHVWHSUREOHPDTXHQRVKDFRQIURQWDGR
WDU SROtWLFDV \ DFFLRQHV HQ VDOXG \ DVLJQDU desde los inicios.
recursos, siempre necesariamente escasos.
La tendencia más reciente es marchar CLAUDE BERNARD, Introduction to the
hacia concepciones cada vez más modernas 6WXG\RI([SHULPHQWDO0HGLFLQH 
de Medicina Social, con énfasis en los pro-
JUDPDV GH SUHYHQFLyQ SUHVWDQGR FUHFLHQWH Es difícil precisar el concepto de sa-
DWHQFLyQ D ODV HVWUDWHJLDV GH $WHQFLyQ 3UL- lud. Como se señaló al principio, el interés
maria de la Salud tal como se recomendara humano por cuidar y preservar la salud es
en la Conferencia Mundial de Alma Ata, históricamente más reciente que su preocu-
³6DOXG SDUD WRGRV HQ HO DxR ´   pación por las enfermedades. La problemá-
Conforman intentos de renovar y humanizar tica acerca de la salud, si bien está siempre
las prácticas de la Medicina tradicional, re- SUHVHQWHVXUJHFRQPiVIUHFXHQFLDDQWHOD
LQFRUSRUDUDOPpGLFRJHQHUDO\DOPpGLFRGH amenaza de perderla, es decir, cuando apa-
IDPLOLD1RHVpVWHHOOXJDUSDUDHIHFWXDUXQ rece la enfermedad en el horizonte de la
DQiOLVLVGHVXH¿FDFLDSHURKD\LQVDWLVIDFFLyQ YLGD &RPR GLMR - %LOOLQJV ³&XDQGR XQ
JHQHUDOL]DGDHQFXDQWRDVXVUHVXOWDGRV6XV hombre pierde su salud es cuando comienza
SURSXHVWDV D PHQXGR HVWiQ DOHMDGDV GH ODV a preocuparse por ella”.11
necesidades puntuales y concretas que plan-
tea en la comunidad el padecimiento huma-
QRRWLHQHQUHODWLYDH¿FDFLDSDUDVRVWHQHUOD La salud como estado
salud. Mucho tiene que ver en esto el tipo de y como significado
RUJDQL]DFLyQLQVWLWXFLRQDOGHODVSUHVWDFLRQHV
PpGLFDV S~EOLFD SUHSDJD REUDV VRFLDOHV Para la Medicina la salud es un estado que
HWFpWHUD TXHGHSHQGHGHIDFWRUHVSROtWLFRV\ VHGH¿QHSRUODDXVHQFLDGHVtQWRPDV\GH
económicos. VLJQRV GH HQIHUPHGDG FRUSRUDO &RQ VXV

%LOOLQJV-(Q'D\'8QFOH6DP¶VDQG8QFOH-RVK1HZ(QJODQG:LW%RVWRQ/LWWOH%URZQSiJLQD
11
⎛30 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

SURFHGLPLHQWRV GLDJQyVWLFRV HYDO~D HO or- ser el fondo silencioso donde se recortan
ganismo y si sus funcionamientos son nor- FDGD WDQWR ODV ¿JXUDV GH¿QLGDV \ UXLGRVDV
PDOHVFRUURERUDHVWDFRQGLFLyQ\FHUWL¿FD GHODVHQIHUPHGDGHV HQSOXUDO 3HUVLVWHOD
el estado de salud de la persona. idea de que la salud es la ausencia de enfer-
En la concepción que sostiene el ima- PHGDGRHOQHJDWLYRGHODPLVPD/HULFKH
JLQDULRSRSXODUODVDOXGVHGH¿QHFRPROD GH¿QtD D OD VDOXG D ¿QHV GHO VLJOR ;9,,,
FRQGLFLyQHQTXHHOVHUKXPDQRHMHUFHQRU- FRPRHOVLOHQFLRGHORVyUJDQRV'HVGHHVD
malmente sus funciones, libre de malesta- concepción, no hay casi posibilidades de
res, dolores o penurias. Medicina preventiva o de políticas de aten-
Además de ser considerada un estado, ción primaria. Pero, en cuanto el enfermar
la salud importa como VLJQL¿FDGR, esto es, GHMD GH VHU SDWULPRQLR H[FOXVLYR GHO iUHD
SRUORTXHSXHGHVLJQL¿FDUHQHVSHFLDOSDUD corporal e incluye lo personal y social, la
HO VXMHWR \ VX IDPLOLD 3DUD OD PD\RUtD OD salud se transforma en un concepto operati-
salud es un bien preciado cuya pérdida se YR\SOHQRGHVLJQL¿FDGR
teme. Enfermar puede suponer estar aban- /DGH¿QLFLyQGHOD206VREUHVDOXGFL-
donado a fuerzas desconocidas o malévo- tada antes es importante por incluir el bien-
ODVTXHDPHQD]DQODLQWHJULGDGFRUSRUDOOR HVWDUFRPRXQLQGLFDGRUVXEMHWLYRGHODVD-
SHUVLJXHQ OR KDFHQ VHQWLU FXOSDEOH R UHV- lud. Pero no conocemos de un bienestar para
ponsable. el ser humano que sea completo y duradero.
Por el contrario, es posible que el bienestar
Paradójicamente, algunas personas no WHQJD SRU FRQGLFLyQ HO FRQWUDVWH FRQ RWUDV
WROHUDQ OR TXH OD VDOXG VLJQL¿FD FRPR sensaciones, incluso penosas.13 Además, es
ELHQHVWDU \ SDUHFHQ HVWDU PiV D JXVWR arbitrario separarlo en ItVLFR PHQWDO \ VR-
en la enfermedad, el padecimiento o el cial. Se pueden pensar como áreas desde las
sufrimiento. cuales ese supuesto bienestar puede mante-
nerse o perturbarse pero en sí dice poco en
Esta predilección rompe con el supuesto UHODFLyQFRQGH¿QLUVDOXG
de sentido común de que las personas bus-
can necesariamente la salud y que, como
consecuencia, habrían de colaborar sin re- Salud y enfermedad
sistencia con los médicos en recuperarla.
/D GHGLFDFLyQ FLHQWt¿FD SRU OD VDOXG /DGHVGLFKDPHQWDOSXHGHVHUFRPSDWLEOH
como patrimonio de la comunidad y como con una salud física espléndida
UHVSRQVDELOLGDG GH ORV JRELHUQRV DSHQDV \ODIHOLFLGDGSXHGHKDELWDU
WLHQH SRFR PiV GH XQ VLJOR GH H[LVWHQFLD en un cuerpo enfermo.
,QLFLDOPHQWH HVWXYR OLJDGD DO FXLGDGR DP-
ELHQWDO\GHODKLJLHQHS~EOLFD12 La Medi- DR. RENE DUBOS,
cina tradicional tiene centrado su interés en Men, Medicine and Environment 
el tratamiento de las enfermedades y pese a
las manifestaciones en contrario, le resulta 6HSXHGHGH¿QLUODVDOXGFRPRHODOFDQFHGH
difícil ocuparse de la promoción y preven- la capacidad física, mental y social de una
FLyQ GH OD VDOXG 1R WLHQH XQD GH¿QLFLyQ persona para percibir, responder, adecuarse
precisa y abarcativa de lo que es salud. Para y recuperarse de factores potencialmente
OD 0HGLFLQD OD VDOXG HQ VLQJXODU  SDUHFH SDWyJHQRV

12
Sonis, A. $FWLYLGDGHV\7pFQLFDVGH6DOXG3~EOLFD(O$WHQHR%XHQRV$LUHV7RPR,
13
)UHXG6LJPXQG³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ I Salud Mental en Medicina 31⎞

(VWDGH¿QLFLyQWRPDHQFXHQWD mico, relativo e inestable entre condiciones


‡ 3RU XQ ODGR el alcance de las capa- que la mantienen y factores que la amena-
cidades de la persona: comprende tanto zan. Si los múltiples factores son muy ad-
ORVPRQWDMHVKHUHGLWDULRVODVGLVSRVLFLRQHV versos o superan el alcance de la capacidad
FRQJpQLWDVORVPHFDQLVPRVELROyJLFRVORV del individuo para enfrentarlos, pueden apa-
UHFXUVRVLQPXQLWDULRVFRPRORVUDVJRVSHU- UHFHUSURFHVRVSDWROyJLFRVTXHVHFRQVWLWX-
sonales, familiares, sociales, etcétera que yen en la enfermedad.
WLHQGHQDSURWHJHUODVDOXG5HFLHQWHPHQWH 7DQWRHOVXMHWRFRPRHODPELHQWHHVWiQ
KD DSDUHFLGR HQ QXPHURVRV WUDEDMRV Pp- expuestos a cambios, esperados e inespera-
dicos un nuevo concepto, el de resiliencia GRVV~ELWRVRJUDGXDOHV\ODVDOXGRODHQ-
resilience GH¿QLGRFRPRODFDSDFLGDGGH fermedad dependen de la capacidad de ade-
XQD SHUVRQD GH WROHUDU VLWXDFLRQHV SDWyJH- FXDUVH8QVXMHWRSXHGHHVWDUbien dentro de
nas sin enfermarse. sus demandas físicas habituales pero tener
‡ 3DUD percibir, responder, adecuarse un infarto cuando una competencia deporti-
\ UHFXSHUDUVH VH UH¿HUH D FyPR OD SHUVR- YDWLHQHSDUDpOXQVLJQL¿FDGRTXHOHLPSOL-
QD PiV HVWULFWDPHQWH VX<R (ver capítulo TXHSRUHMHPSORXQDH[LJHQFLDGHVPHGLGD
9,,, comprende, interpreta y en base a ello 8QMRYHQSXHGHDSDUHQWHPHQWHWUDQVLWDUVX
responde a hechos que comprometen su sa- adolescencia en familia bien adaptado pero
OXGVLGHPDQHUDÀH[LEOHRLQÀH[LEOHVLVH VXIULUXQDSVLFRVLVDJXGDFXDQGRSRUFXDO-
adecua pasiva o activamente, si dispone de quier circunstancia se lo separa de ella.
vínculos que lo asisten o lo dañan. Es decir, Además, hay observaciones clínicas que
cómo la persona hace intervenir sus recur- VXJLHUHQ TXH la salud en un sector puede
sos en favor o en contra de su salud. La per- alternar con enfermedad en otroSRUHMHP-
sona es parte activa de la interacción con el SORHODJUDYDPLHQWRGHODFROLWLVXOFHURVDGH
HQWRUQR\DODYH]HVVX<RHOTXHORVLJQL¿- XQSDFLHQWHSXHGHFRLQFLGLUFRQODPHMRUtD
ca. El sentido que le da a sus circunstancias de la depresión que venía sufriendo. Una
presentes depende de su historia pasada y LQWHUIHUHQFLD VRPiWLFD JUDYH XQD TXHPD-
de sus fantasías inconscientes. Es en este lu- GXUD SXHGH PHMRUDU XQD SVLFRVLV FUyQLFD
gar donde Salud Mental encuentra un lugar Una crisis familiar puede terminar en una
especial en Medicina. LQWHUYHQFLyQTXLU~UJLFDSRUXQDDSHQGLFLWLV
‡ /RV IDFWRUHV SRWHQFLDOPHQWH SDWyJH- del miembro familiar más vulnerable. Es-
nos que amenazan la salud son de todo tipo, tas observaciones son muy ricas y permiten
GHVGHKHUHGLWDULRVJHQpWLFRVLQPXQLWDULRV especulaciones teóricas que dan cuenta de
ELROyJLFRV Wy[LFRV TXH FRPR HWLRORJtD OD FRPSOHMDVUHODFLRQHVHQWUHODVDOXG\ODSD-
Medicina conoce tan bien, hasta los emocio- WRORJtDHQHOiUHDGHORVIHQyPHQRVVRPiWL-
nales, familiares, y los del contexto social, FRVSVLFROyJLFRV\IDPLOLDUHV
económico y político. El Yo de la persona Salud y enfermedad no son conceptos
SXHGH LQWHUSUHWDU DOJXQRV FRPR SDWyJHQRV DEVROXWRV QL VH GH¿QHQ SRU RSRVLFLyQ 1R
VLQ VHUOR R VHU SDWyJHQRV VLQ UHFRQRFHUOR son dos caras de la misma moneda. Tal vez,
Considerar la multiplicidad de los hechos nunca se está ni totalmente sano ni total-
reduce la necesidad de buscar explicacio- mente enfermo. Son términos que mantienen
nes monocausales y unidireccionales para una relación dinámica entre sí. ¿Es posible
ODVDOXG\ODHQIHUPHGDGSRUHMHPSORTXH plantear falta GH VDOXG HQ DOJXLHQ VLQ TXH
GHWHUPLQDGDSDWRORJtDHPSH]y³DSXQWRGH esté necesariamente enfermo? ¿Las náuseas
partida de...” y por una sola causa. de la embarazada del primer trimestre son
(QODGH¿QLFLyQSUHYLDla salud es en- XQ VLJQR GH HQIHUPHGDG R GH VDOXG" 8QD
tendida como resultado del equilibrio diná- DOHUJLD GH OD LQIDQFLD GHELGD D XQ DOpUJH-
⎛32 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

QR~QLFRSXHGHGHVDSDUHFHUVLHOVXMHWRQR Es que en el tema de la salud y la enfer-


vuelve a tomar contacto con ella. Pero años medad interviene, además, lo mental, que
después, si se contacta nuevamente puede incluye los comportamientos, y éstos no se
WHQHUXQDUHDFFLyQDOpUJLFDFDWDVWUy¿FDHQ GHWHFWDQFRQSUXHEDVGLDJQyVWLFDVGHODER-
HOtQWHULQ¢HVWDEDVDQR"8QDLQJHVWDPRGH- UDWRULRSRUVR¿VWLFDGDVTXHVHDQ&RPROR
rada de alcohol pueden producir un estado dicen Costa y López15, “Existen numerosos
GH HPEULDJXH] WUDQVLWRULD TXH GLItFLOPHQWH testimonios históricos de que, en concre-
pueda considerase enfermedad. Se pueden WR OD JHQWH KD VLGR VLHPSUH PiV R PHQRV
sufrir trastornos, pero son temporarios. La consciente de la relación existente entre su
LQJHVWDH[FHVLYD\UHSHWLGDSXHGHFRQGXFLU JUDGR GH VDOXG \ ELHQHVWDU R PDOHVWDU \ HO
a una enfermedad, el alcoholismo, con ma- tipo de costumbres y estilo de vida,... En un
nifestaciones que pueden pasar a ser irre- momento en que la especie humana realiza
versibles. Para ser considerada enfermedad UiSLGRVSURJUHVRVWHFQROyJLFRVHQHOiPELWR
se requiere cierta intensidad y persistencia ELRTXtPLFRHQ]LPROyJLFRLQPXQRJHQpWLFR
en sus manifestaciones. \PROHFXODUTXHOHRWRUJDQXQPD\RUFRQ-
La relación entre condiciones físicas y la trol sobre la vida y la muerte, de la salud y
salud se problematiza en ciertas circunstan- la enfermedad, se alzan los comportamien-
FLDVXQGLVFDSDFLWDGRFRQVHULDVGH¿FLHQ- WRV FRPR ORV JUDQGHV UHVSRQVDEOHV GH OD
cias funcionales puede intervenir en compe- vida y la muerte, de la salud y la enferme-
tencias deportivas y llevar una vida lo más dad... Antes del carcinoma pulmonar está
saludable posible, etcétera Quién se recu- el comportamiento de fumador. Antes del
pera de un accidente cerebro vascular puede FRPDGLDEpWLFRHVWiODLQJHVWDH[FHVLYDRHO
TXHGDUFRQXQDKHPLSOHMtDLPSRUWDQWHSHUR descuido de la dieta. Antes del embarazo no
preservar su salud. Salud y condición física deseado está la actitud hacia la sexualidad,
no siempre son sinónimas. antes de las enfermedades cardiovasculares
A veces esto último se demuestra dra- HVWiQODVGLHWDVKLSHUJUDVDVHWFpWHUD´
máticamente en los llamados FKHTXHRV GH Es un avance importante el presentar
la salud donde el médico recurre a exáme- los problemas de salud dentro de los va-
nes físicos, análisis de laboratorio u otras riados estilos de vida o comportamientos.
SUXHEDVGLDJQyVWLFDV\VHDSR\DIXHUWHPHQ- La prevención que pretende el médico
te en los resultados para decidir entre salud tiene en el comportamiento de su pacien-
y enfermedad. Si considera a la salud como te un tope. Porque cuando se habla de
el resultado de las condiciones físicas ex- comportamientos se hace referencia a las
clusivamente puede llevarse una sorpresa: FRQGXFWDVPDQL¿HVWDVTXHQRVHFDPELDQ
ODH[SHULHQFLDDYHFHVUHJLVWUDTXHORVUHVXO- fácilmente ni son del todo accesibles a
tados negativos de un chequeo son inexpli- los consejos de los familiares o de los mé-
FDEOHPHQWHVHJXLGRVSRUXQDSDWRORJtDFOt- dicos 3RU HVR ODV WHRUtDV FRJQLWLYDV GHO
QLFDWRWDOPHQWHLQHVSHUDGDSRUHMHPSORXQ comportamiento tienen aquí su límite (ver
infarto masivo de miocardio. Los propios FDStWXOR;; .
médicos lo reconocen: “Mis observaciones
clínicas me llevan a sostener que una sen- (VTXHFRPRVHYHUiDORODUJRGHHVWH
sación de salud desmedida en un paciente, WH[WRWDQWRFRPRHOFRPSRUWDPLHQWRHQ
JHQHUDOPHQWHSUHVDJLDRXQLQIDUWRGHPLR- VtSRUHYLGHQWHTXHVHDORTXHLPSRUWD
cardio o una incipiente hipomanía”.14 HVVXVLJQL¿FDFLyQLQFRQVFLHQWH

14
0LOOHU+(Q0F/DFKODQ*0F.HRZQ70HGLFDO+LVWRU\DQG0HGLFDO&DUH. Oxford Univ. Press, 1971.
15
Costa M. y E. López. 6DOXG&RPXQLWDULD(05RFD%DUFHORQD
⎛ I Salud Mental en Medicina 33⎞

El efecto nocivo de un comportamiento DOHPSH]DUDWHQHUUHODFLRQHVVH[XDOHV


no siempre se detecta en los chequeos de FRQ XQD SHUVRQD TXH KDEtD FRQRFLGR
rutina y mucho menos se los interpreta en hacía poco pensó en la necesidad de
VX SRWHQFLDOLGDG SDWyJHQD 3RU WRPDU XQR SURWHJHUVH ³6DEtD TXH WHQtD TXH FXL-
GH ORV HMHPSORV GDGRV GHO GLDEpWLFR TXH darme, pero no pude interrumpir, no
descuida su dieta y se expone a una crisis TXHUtD DUUXLQDU HO PRPHQWR´ VH OD-
KLSHUJOLFpPLFD VH QHFHVLWD VDEHU TXp KDFH mentaba después.
con lo que hace, porqué y a quién se lo
hace, qué respuestas tiene de su ambiente (VWH HMHPSOR PXHVWUD FRPR WDQWRV
familiar, qué sentimientos de desaliento o otros, la poca trascendencia que se le pue-
GHDJUHVLyQH[SUHVDHWFpWHUD&RPRVHGLMR de dar a una información esencial, vital,
antes, el análisis de la vida mental permite frente a la trama de poderosos factores
explicar comportamientos paradójicos: emocionales.

$XQTXHVHDXQELHQSUHFLDGRODVDOXG
no es siempre bienvenida, ni se la busca Una hipótesis fundamental
ni se teme necesariamente su pérdida.
6HGLMRTXHODVDOXGGHSHQGHGHORVUHFXUVRV
Son interesantes los estudios del efecto PiV YDULDGRV GHO VXMHWR SDUD HQIUHQWDUVH \
que sobre la salud tiene la pérdida de una SURWHJHUVHIUHQWHDIDFWRUHVP~OWLSOHVTXHOR
persona importante en la vida.16 Proponen, afectan. Pero, entre todos, es la calidad de
SRUHMHPSORTXHODOHXFHPLDHOOLQIRPD\ ORVYtQFXORVTXHHOVXMHWRHVWDEOHFHFRQORV
la colitis ulcerosa aparecen a continuación REMHWRVKXPDQRVVLJQL¿FDWLYRVGHVXHQWRU-
GHXQDH[SHULHQFLDTXHSXHGHVLJQL¿FDUXQD no uno de los factores fundamentales para
pérdida. Más recientemente se puso de ma- preservar la salud o perderla.
QL¿HVWRODLPSRUWDQFLDGHFLHUWRVPRPHQWRV
críticos caracterizados como el de darse por ([LVWH XQD UHODFLyQ PX\ tQWLPD HQWUH HO
vencido JLYLQJXSFRPSOH[ SURSLFLRVSDUD HVWDGRGHVDOXGGHXQDSHUVRQD\HOPR-
la aparición de enfermedades. PHQWRYLWDOTXHDWUDYLHVD$~QFXDQGRQR
Tampoco basta la información que se se conozcan en detalle los mecanismos in-
brinda, por completa que sea. Los factores YROXFUDGRV\DYHFHVSDVHGHVDSHUFLELGR
pasionales que desatan los temas de salud y la enfermedad amenaza con frecuencia
enfermedad en las personas son muy fuer- HQPHGLRGHXQDFULVLVYLWDOTXHHOVXMHWR
tes. Este hecho es indispensable para tener transita sin poder elaborar.
en cuenta en las campañas de prevención
del SIDA: El recorrido de este capítulo quiso re-
ÀHMDU FRPR OR GLFH OD FLWD GHO HStJUDIH HO
8QDDGROHVFHQWHLQWHOLJHQWH\PX\ELHQ valor que para la vida tiene la vida mental,
LQIRUPDGDGHORVULHVJRVFRQWDEDTXH en la salud y la enfermedad.

16
 6FKDPHOH$ ³*LYLQJ XS DV D ¿QDO FRPPRQ SDWKZD\ LQ FKDQJHV LQ KHDOWK´ (Q /LSRVZVN\ = 3V\FKRVRFLDO DVSHFWV RI
SK\VLFDOLOOQHVV6.DUJHU%DVLOHD
II
Salud Mental

Una propuesta de definición FRQVXFXHUSR \FRQVXVREMHWRVGRQGHSXH-


GHSHUFLELUVHQWLUSHQVDU\UHFRUGDU \ROYL-
7RGDSRVLEOHGH¿QLFLyQGH6DOXG0HQWDOHV GDU ORYLYLGR9LUWXDOTXLHUHGHFLUXQOXJDU
SUREOHPiWLFD \ FRPSOHMD 1LQJXQD SXHGH GHH[LVWHQFLDDSDUHQWHQRUHDODXQTXHWHQJD
dar cuenta de todo el campo que abarca la la virtud de producir efectos. Lo mental ha-
6DOXG0HQWDO6HKDVXJHULGRODVLJXLHQWH bla de la capacidad de simbolización del ser
humano, de aquello que le permite acceder y
(VWDGR GH UHODWLYR HTXLOLEULR H LQWH- compartir la cultura y la socialización y que
JUDFLyQ GH ORV HOHPHQWRV FRQÀLFWLYRV lo separa del resto de los animales. Salud
FRQVWLWXWLYRVGHOVXMHWRGHODFXOWXUD\ Mental hace referencia al estado o situación
GHORVJUXSRV±HTXLOLEULRHLQWHJUDFLyQ de la vida mental de la persona.
progredientes; con crisis previsibles e b.&XDOL¿FDODYLGDPHQWDOGHODSHUVRQD
imprevisibles, registrables subjetiva u LQWHUURJDVREUHVXcalidad de vida, trata de
REMHWLYDPHQWH±HQORVTXHODVSHUVRQDV comprender OR TXH HV YDOLRVR LPSRUWDQWH
o los grupos participan activamente en útil, destacado para esa persona, no para el
sus propios cambios o en los de su en- observador. Lo que puede ser saludable para
torno social.1 una persona puede ser perjudicial para otra.
(OFXDOL¿FDUODYLGDPHQWDOSODQWHDXQGLOH-
(VWD GH¿QLFLyQ SURYLVRULD \ DELHUWD PDHVDEULUMXLFLRDWULEXLUOHFRVDV\HOULHVJR
PHUHFHORVVLJXLHQWHVFRPHQWDULRV de deslizarse a un problema de valores: qué
es bueno o malo o mejor o peor, cómo se de-
a. Más allá de sus múltiples acepciones, termina y por quién –si la misma persona, su
lo mental interesa como concepto operativo: familia, la comunidad social, el profesional
la mente es el lugar virtual desde donde el que lo asiste– 9HUFDStWXOR,,, .
<RRWRUJDVHQWLGRDODH[SHULHQFLDGRQGHVH c. Considera al Yo de la persona como
vincula consigo mismo (en estrecha relación VXMHWR SRURSRVLFLyQDSHUVRQDFRPRRE-

1
6DOXG0HQWDOGH¿QLFLRQHV\SUREOHPDV'LUHFFLyQ1DFGH6DOXG0HQWDO'LUHFWRU'U9*DOOL%XHQRV$LUHV
⎛36 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

MHWR  HQ VX VXEMHWLYLGDG VXV H[SHULHQFLDV YtQFXORV1RVGHWHUPLQDFRPRVXMHWRVUDGL-


sus fantasías, su historia única e irrepetible. FDOPHQWH GLYLGLGRV YXOQHUDEOHV D LQÀXHQ-
FLDV LQFRQVFLHQWHV (O FRQÀLFWR PRWRU GH
(VWH WH[WR XELFD DO <R FRPR HO OXJDU crecimiento y salud o de detenimiento y pa-
TXH VLQJXODUL]D VXEMHWLYL]D SHUVRQD- WRORJtDWUDQVLWDHQYtQFXORVLQWUDHLQWHUSHU-
OL]DODH[SHULHQFLDPHQWDO\DOTXHVH VRQDOHV&RPRORGLFH+(WFKHJR\HQ³(O
hace referencia en primera persona del KRPEUHHVXQVHUHQFRQÀLFWRFRQVXQDWXUD-
singular. OH]D\FX\DQDWXUDOH]DHVHOFRQÀLFWR´2 Está
implícita la concepción del funcionamiento
d. Salud Mental toma especialmente en dinámico de la mente, esto es, de fuerzas
consideración el concepto de vínculo, como que se contraponen y luchan entre sí. El Yo
fundante de las estructuras mentales y a su de la persona está enfrentado a lo reprimido
vez, sostén de las mismas. LQFRQVFLHQWHSHURH[SXHVWRDVXLQÀXHQFLD
En efecto, el proceso de humanización Por eso, cuando habla, no siempre sabe lo
LPSOLFD FUHFHU \ GHVDUUROODUVH SVLFROyJL- que quiere ni quiere lo que pide.
camente en un contexto de relaciones fa- f. Considera a las personas en el desarro-
PLOLDUHV FX\D SURJUHVLYD LQWHUQDOL]DFLyQ llo de las etapas sucesivas de un ciclo vital,
irá constituyendo las estructuras mentales lo que permite la inclusión de la historia en
GHO VXMHWR 'H WRGRV ORV YtQFXORV ORV PiV HOGHYHQLUKXPDQR\HOSDVDMHGHODVJHQH-
WHPSUDQRVFRQORVREMHWRVSULPDULRVWLHQHQ raciones.
una importancia muy especial. La impron-
WDSVLFROyJLFD\HPRFLRQDOJHVWDGDGXUDQWH Para el médico supone escuchar la his-
los primeros tiempos tenderá a cambiar y WRULDGHXQDYLGD\HOPRPHQWRYLWDOHQ
PRGL¿FDUVHRDUHSHWLUVH\SHUSHWXDUVH/D TXHWUDQVFXUUH biografía \QRVyOROD
noción psicoanalítica de transferencia se historia de unos síntomas (patografía 
UH¿HUHDHVWD~OWLPDSRVLELOLGDGDODLQVLV-
tencia de las experiencias del pasado más El ciclo vital es además afectado por
allá de las circunstancias del presente. En FULVLVSUHYLVLEOHV FRPRSRUHMHPSORODDGR-
HVWDVLWXDFLyQVHSRQHHQMXHJRODGLDOpFWLFD lescencia, la edad media de la vida, o impre-
entre la apertura a los cambios o el cierre en YLVLEOHV FRPR HQIHUPHGDGHV VHSDUDFLyQ
la repetición. PXHUWHHWFpWHUD 
Además, la vida mental está sostenida
HQ JUDGR YDULDEOH SRU XQ SURFHVR GH YLQ- /DVFULVLVVRQPRPHQWRVHVSHFLDOPHQWH
culaciones humanas afectivas, solidarias y YXOQHUDEOHV HQ ORV TXH VH MXHJD HO GH-
de apoyo, necesarias para la salud, el cre- sarrollo o la regresión, el cambio o la
cimiento y la realización de los proyectos repetición, el crecimiento o el deterio-
de vida. Cuando este sostén se debilita, se ro, la salud o la enfermedad.
pierde o entra en crisis, la enfermedad ame-
naza. Sea como fuere, ésta es la incidencia g. /D LGHD SUHVHQWH HQ OD GH¿QLFLyQ HV
GHODGLPHQVLyQIDPLOLDUJUXSDORVRFLDOHQ que la salud mental es parte de un proceso
la salud mental de las personas. que hay que considerar en el tiempo, que
e. Tiene en cuenta HO FRQÀLFWR LQFRQV- tiende a la salud en la medida en que predo-
ciente, que es el aspecto constitutivo más PLQHQWHQGHQFLDVLQWHJUDGRUDVHQHTXLOLEULR
importante de la vida mental y que está dinámico inestable con toda suerte de facto-
siempre necesariamente involucrado en los res que conducen al desequilibrio.

2
(WFKHJR\HQ+³3VLFRDQiOLVLVKR\\PDxDQD´ Rev. de Psicoanál;9
⎛ II Salud Mental 37⎞

h. Se mencionan indicadores que pueden el ámbito de la privacidad y de la intimi-


VHU WRPDGRV FRPR H[SUHVLyQ VXEMHWLYD GH dad personal.
salud mental: bienestar, placer, confort, lo-
gros, etcétera. Su interpretación es polémica. ¢3RU TXp HVWD SUREOHPiWLFD SRU TXp
Implica dar reconocimiento a los tendencias DKRUD HQ HVWD SHUVRQD \ FRQ HVWD VL-
personales o deseos en el recorrido que ha- tuación?
cen por el camino de su satisfacción o insa-
tisfacción, correlato inevitable de las expe- Incluye la dimensión de lo social, porque
riencias de la vida. Supone tener en cuenta a el campo de la salud puede ser comprendi-
ODSHUVRQDFRPRVXMHWRGHVHDQWHSHUPDQHQ- do en todas sus implicancias con respecto a
temente tensado por sus deseos conscientes un sistema de valores en cada época y cultu-
o inconscientes y por las posibilidades de ra determinada, que pesan fuertemente a la
su realización. Desde el punto de vista de hora de decidir qué es salud, qué es enfer-
la salud, el ser humano no sólo transita un medad y con qué recursos se las trata.
ciclo vital sino que recorre un SUR\HFWRVLJ-
QL¿FDWLYR HQ DFXHUGR R GHVDFXHUGR FRQ ORV
deseos que lo sustentan y las posibilidades Dos aspectos
\GL¿FXOWDGHVWDQWRLQWHUQDVFRPRH[WHUQDV en Salud Mental
para concretarlo.
i. La toma en consideración de la salud Cuando se hace referencia a Salud Mental
PHQWDOSHUPLWHDOVXMHWRXQUROSURWDJyQLFR están presentes dos aspectos no separables
a través de la participación activa en el con- GHO WRGR 8QR GH HOORV VH LQWHUURJD DFHUFD
texto en que le toca vivir. Salud mental es de qué es la salud mental y el otro acerca
sostén de la autonomía, la responsabilidad de cómo se la preserva. Aunque ambos es-
y el estar a cargo de uno mismo. Estos ele- tán íntimamente relacionados, constituye
mentos se detallan al tratar adultez. Incluye un problema el que compartan el mismo
permitirse el cuidado de los demás cuando QRPEUH 3RUORWDQWRGHDKRUDHQPiV\GH
sea necesario. manera arbitraria se los discrimina con mi-
La participación activa supone una acti- Q~VFXODV\PD\~VFXODVUHVSHFWLYDPHQWH
tud transformadora de las circunstancias, a D  /D VDOXG PHQWDO FRPR DTXHOOR TXH
diferencia de estar adaptado sumisamente al FXDOL¿FDHOHVWDGRGHODYLGDPHQWDO\GHVX
propio entorno. Cuestiona criterios de salud IXQFLRQDPLHQWR HQ HO QLYHO LQGLYLGXDO ver
basados en que la norma es lo normal. supra  +DFH UHIHUHQFLD D YLYHQFLDV SVLFR-
Si se tienen en cuenta estas ideas en el OyJLFDV\HPRFLRQDOHVTXHGDQFXHQWDGHOD
iUHD GH OD 0HGLFLQD VH JHQHUD XQD H[SH- H[SHULHQFLDVXEMHWLYDGHODVSHUVRQDV
riencia que tiende al cuidado personalizado, La idea de salud mental evoca de inme-
a reconocer y responder a las necesidades GLDWR HQIHUPHGDG PHQWDO DOJR TXH SXHGH
individuales, a recuperar la dimensión hu- FUHDU HTXtYRFRV 5HÀHMD HO KHFKR GH TXH
PDQD FRQ XQD PHWRGRORJtD DFRUGH UHFXU- VDOXG\HQIHUPHGDGPHQWDOQRVRQFRQFHS-
sos humanos y su movilización. WRVH[FOX\HQWHV sino de relativa presencia en
/D VDOXG PHQWDO QR HV XQ ELHQ VROLWD- FDGDVXMHWR/DVDOXGPHQWDOWLHQHDOD3VL-
rio, sino solidario DOJR D FRPSDUWLU TXH quiatría como uno de sus bordes.
VH SXHGH JHQHUDU \ GHVDUUROODU HQ ORV LQ- E  3HUR OD 6DOXG 0HQWDO HV WDPELpQ
dividuos dentro de un contexto familiar y XQ HVSDFLR GH UHÀH[LyQ LQWHUGLVFLSOLQDULR
VRFLDO GRQGH SUHGRPLQH XQD RUJDQL]DFLyQ impreciso en sus contornos, que no cabe
democrática de la vida. Circula en la di- por ahora delimitar, que desde actividades
PHQVLyQGHORJUXSDOD~QFXDQGRUHFRQRFH SVLTXLiWULFDV VH KD GHVSOHJDGR HQ DEDQLFR
⎛38 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

KDFLD FDPSRV FRQWLJXRV \ D SDUWLU GH XQD Todas las actividades humanas pueden
nueva conceptualización, ha profundiza- VHU EHQH¿FLDULDV GH ODV SURSXHVWDV GH
do el estudio de la salud en cualquiera de Salud Mental, en especial las institu-
VXVPDQLIHVWDFLRQHVRUJDQL]DQGRXQQXHYR FLRQDOHV\FRPXQLWDULDV.
nivel de acciones “tendientes a fomentar,
SURWHJHU FRQVHUYDU \ UHVWDEOHFHU OD VDOXG Desde el punto de vista operacional,
mental del hombre”. En este sentido, 6DOXG0HQWDOHVXQFRQMXQWRGHHVWUDWHJLDV
y actividades que apuntan al cuidado de la
Salud Mental es un instrumento metodo- vida mental, a crear condiciones de bienes-
OyJLFRSDUDDQDOL]DU\FRPSUHQGHUWHyUL- WDUSRVLELOLWDUODVDOXG\UHGXFLUHOULHVJRGH
FDPHQWHORVSUREOHPDVGHODVDOXG\XQD enfermar. Es también estudiar las condicio-
propuesta de acción para poder abordar- nes en que se desarrolla la vida de las perso-
los de manera interdisciplinaria. nas, sus necesidades y recursos y el efecto
TXHVREUHHOODVWLHQHODRUJDQL]DFLyQGHORV
Es un campo de prácticas sociales y JUXSRVHLQVWLWXFLRQHVHQORVTXHSDUWLFLSDQ
como tal, ocupa un espacio que revela un como miembros y de las tareas en que están
FDUiFWHULQGHIHFWLEOHPHQWHSROtWLFRVXMHWR involucradas.
entonces a factores de poder.3 El poder se
FRQFLEH FRPR XQ LQJUHGLHQWH XQLYHUVDO \
ubicuo de las relaciones humanas, presen- Un campo de referencia
te en las estructuras mentales individuales, específico en Salud Mental:
JUXSDOHVHLQVWLWXFLRQDOHV/RTXHVXE\DFH Medicina
al poder es una dinámica de fuerzas. Lo
HMHUFHQ TXLHQHV WUDWDQ GH GREOHJDU GRPL- 6HKDQVHxDODGRDOJXQDVLGHDVEiVLFDVDFHU-
nar, violentar al otro con los medios más ca de lo que es Salud Mental. Naturalmente
GLVtPLOHV6DOXGPHQWDOVHLQWHUURJDVREUH son para fecundar la comprensión de am-
este poder instrumentado de manera su- plios campos de la acción humana. Como
til, tiránica o despótica y de cómo soste- se recordó recientemente en el documento
ner otra concepción de poder basada en el citado con anterioridad “desde un punto de
interés de la comunidad y de los derechos vista operacional, debe entenderse por cui-
KXPDQRVSRUPHGLRGHODOH\ODMXVWLFLD\ GDGRGHODVDOXGPHQWDODOFRQMXQWRGHDF-
el derecho. tividades basadas en un repertorio variable
Los problemas de la salud mental pue- GH FRQRFLPLHQWRV FXOWXUDOHV \ FLHQWt¿FRV
den plantearse en todos los ámbitos, aun en TXH WLHQHQ FRPR REMHWLYR IRPHQWDU SUR-
los más disímiles: centros de maternidad, WHJHU FRQVHUYDU UHVWDEOHFHU \ UHKDELOLWDU
nurseriesHVFXHODViPELWRVMXGLFLDOHVFHQ- ODVDOXGPHQWDOGHODVSHUVRQDV\RJUXSRV
tros de rehabilitación, de tercera edad, de KXPDQRV´ (VWD DPELFLRVD GH¿QLFLyQ SRU
enfermos crónicos, etcétera Con una suerte supuesto excede el campo de la Salud tanto
de licencia semántica, se puede decir que conceptual como operativamente e implica
Salud Mental es una aproximación mental UHFRQRFHUVXSRVLEOHDFFLyQHLQÀXHQFLDHQ
GLFKR HQ HO VHQWLGR GH OR VXEMHWLYR GH OR sectores como los de la educación, la políti-
SHUVRQDO DORVSUREOHPDVGHODsalud en las FDODHFRORJtDODVRFLRORJtD\RWURVGHORV
personas en cualquiera de los contextos a que a su vez recibe importantes aportes.
TXHSHUWHQHFHQ PpGLFRGRFHQWHFRPXQL- Pero es en el sector Salud donde su in-
WDULRVRFLDO  VHUFLyQHVPiVVLJQL¿FDWLYD\DTXHSRUUD]R-

3
Stolkiner, A. “Prácticas en Salud Mental”, 5HYOQY\(GXFHQ(QI0HGHOOtQ9,
⎛ II Salud Mental 39⎞

QHVKLVWyULFDVVXUJLyFRPRH[WHQVLyQGHODV Es teniendo en cuenta la salud mental que


DFWLYLGDGHVSVLTXLiWULFDV DXQFXDQGRDKRUD tienen sentido procedimientos como la pro-
son estas acciones las que corresponde sean ¿OD[LV GHO SDUWR OD WpFQLFD GHO URRPLQJ LQ
evaluadas y consideradas con los criterios los cuidados preoperatorios, los grupos de
GH6DOXG0HQWDO (OVHFWRU6DOXGHVDPSOLR UHÀH[LyQ para los equipos médicos y tantos
y abarca todas las actividades públicas y otros. Su opinión puede colaborar en enri-
privadas, personales o institucionales refe- quecer los difíciles problemas éticos que los
ridas al cuidado de la salud de las personas SURJUHVRVGHODFLHQFLDKDQSURYRFDGRODIHU-
en su sentido más amplio y en ella deben tilización asistida, el tema del aborto, el ma-
tener inserción las ideas de Salud Mental. QLSXOHRJHQpWLFRODLGHQWLGDGVH[XDOHWFpWHUD
Dentro de este sector, la Medicina ocupa Los recursos disponibles en Salud Mental son
XQOXJDUSUHSRQGHUDQWHFRPRRUJDQL]DFLyQ H¿FDFHVSDUDKDFHUterapia de la tarea.
LQVWLWXFLRQDODODTXHODVRFLHGDGGHOHJyHO Incluir los conceptos de Salud Mental en
cuidado de la salud y la asistencia de las en- HOWUDEDMRPpGLFRHVtener al médico como
fermedades. su destinatario privilegiado. Le ayudará a
FRPSUHQGHU PHMRU ODV GLItFLOHV VLWXDFLRQHV
Es en este entrecruzamiento particular clínicas que le toca enfrentar, a operar en
TXHVHGDHQWUHOD0HGLFLQD\OD6DOXG ODV PHMRUHV FRQGLFLRQHV SRVLEOHV SDUD TXH
Mental donde sus ideas pueden hacer VXWDUHDUHVXOWHPHQRVGHVJDVWDQWH\SRUHO
aportes valiosos en cuanto a reformu- FRQWUDULRVHDPiVJUDWL¿FDQWH
ODUODWHRUtD\SUiFWLFDPpGLFD
Una práctica médica inspirada en es-
En el sector médico puede, entre otras WRVSUHFHSWRVOHD\XGDDOPpGLFRDHQ-
cosas: evaluar cómo se cumplen los ob- WHQGHUTXHHVWDPELpQVXSURSLDVDOXG
MHWLYRV GH DVLVWLU \ SUHYHQLU R FyPR VH PHQWDOODTXHHVWiHQMXHJR.
GHVYLUW~DQ \ JHQHUDQ SDWRORJtD 3XHGH
contribuir al estudio de las instituciones Los temas de los que se ocupa funda-
médicas y de sus necesidades, y al análi- mentalmente Salud Mental en Medicina
sis de los propósitos explícitos e implícitos JLUDQHQWRUQRD
GH VX IXQFLRQDPLHQWR 8QD PHMRU XWLOL]D- D HOSURFHVRGHOHQIHUPDUFyPRORUH-
ción de los recursos profesionales permi- JLVWUDQORH[SHULPHQWDQ\ORUHVXHOYHQODV
tiría reducir sustancialmente los siempre personas desde su ámbito privado, íntimo,
FUHFLHQWHV JDVWRV HQ 0HGLFLQD HO UHFXUVR VXEMHWLYRDTXpOTXHVHFRPSDUWHVyORSDU-
humano es relativamente económico si se cialmente en la relación con los otros.
ORFRPSDUDFRQHOWHFQROyJLFRDPHQXGR E TXpHVVDOXGFyPRODYLYHQODVSHU-
HOLQGLFDGRSRUGH¿QLFLyQ\PXFKDVYHFHV sonas, qué importancia le dan, qué sienten
el único efectivo. Desde Salud Mental se FXDQGRVXUJHODDPHQD]DGHSHUGHUOD\TXp
pueden preparar los equipos de salud para hacen para recuperarla.
detectar en su tarea factores emocionales F FyPRVRQSHUFLELGDVSRUHO<RODVVH-
de todo tipo y ayudarlos en su resolución. ñales corporales, cómo se las tramita inter-
Se puede colaborar en la disminución de namente, si alertan o alarman, si son com-
ODLDWURJHQLDJHQHUDGDSRUODXWLOL]DFLyQGH partidas, cuándo y porqué llevan a consultar
los propios recursos asistenciales. Salud o a evitar hacerlo.
0HQWDOSXHGHFRQWULEXLUDGHVSOD]DUHOHMH G FXiQGRVHFRQVXOWDTXpSDVDHQODHQ-
asistencial del modelo tradicional centrado trevista médica, cuáles son los instrumentos
en la enfermedad-hospital al de salud-co- con los que el médico abarca la crisis vital
munidad. GHVSOHJDGDSRUVXSDFLHQWHFXiOHVVXUHV-
⎛40 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

puesta afectiva frente a la misma, cómo la Hoy, uno de los temas más polémicos
contiene y elabora para eventualmente ayu- en Medicina es el de la educación. Un
darlo en su resolución. creciente malestar con la formación que
H  WHQHU HQ FXHQWD OD WUDVFHQGHQFLD GHO
se brinda en las Escuelas de Medicina ha
contacto humano y la comunicación verbal impulsado cambios y reformas curricu-
HQHOPDUFRUHJXODGRUGHODHQWUHYLVWDPpGLFD lares. Se trata de un problema muy com-
(VWiQHQMXHJRYtQFXORVKXPDQRVUHODFLRQHV SOHMR GH QR IiFLO VROXFLyQ \ TXH WLHQH
interpersonales, su índole intersubjetiva, en innumerables facetas. Una de ellas fue
HVSHFLDOODTXHHOSDFLHQWHGHVSOLHJDFRQVX VHxDODGDSRU:0D\RHQSHURWLH-
familia, con su médico, los equipos médicos QHYLJHQFLDDFWXDO³(OPD\RUGHIHFWRHQ
\OD0HGLFLQD³/DHQIHUPHGDG±GLMR%DOLQW la educación médica es que le prestamos
en una referencia siempre recordada– es demasiada atención a desarrollar la me-
DTXHOORTXHVHGHVSOLHJDHQHOYtQFXOR´ moria y muy poca a desarrollar la men-
I WHQHUSUHVHQWHODVHPRFLRQHVHQODWD- te; ponemos mucho esfuerzo en adquirir
rea médica: el dolor, el sufrimiento, la con- conocimiento y muy poco a la aplicación
¿DQ]DODGHVFRQ¿DQ]DHOGHVDPSDUR3RU- del conocimiento”.5
que participan en el proceso de enfermar, de $OJXQDV (VFXHODV GH 0HGLFLQD SDUD
UHFXSHUDUVH R GH VHJXLU HQIHUPR ODV HPR- favorecer la aplicación del conocimiento
FLRQHVVRQHVWDGRVTXHFXDOL¿FDQODVH[SH- han propuesto, entre otros, el método ba-
riencias humanas, circulan en los vínculos a sado en la resolución de problemas. En
ORVTXHOHVGDQVHQWLGR\H¿FDFLD. La parti- cuanto a desarrollar la mente se requie-
cipación corporal de las emociones las hace UH XQD IRUPDFLyQ GLULJLGD QR VROR D PH-
HVSHFLDOPHQWHVLJQL¿FDWLYDVHQ0HGLFLQD morizar conocimientos sino a aprender a
J  FRQVLGHUDU SULRULWDULDPHQWH HO HIHFWRpensar, aprender a aprender, a emplear
que esta tarea tiene sobre el propio médico, ORDSUHQGLGR\DWUDQVIRUPDUORHQSURSLR.
sobre su vida personal, familiar y en especial /D PHWRGRORJtD \ ORV SULQFLSLRV VRVWHQL-
sobre su salud. Pocas veces se ha tenido en GRVHQ6DOXG0HQWDOVRQFRQJUXHQWHVFRQ
cuenta el efecto que el enfermar tiene sobre estos modernos postulados de educación
el propio médico, a pesar de ser una expe- médica.
riencia habitual. Cuando ocurre, el médico (QHODxROD)DFXOWDGGH0HGLFLQD
siente que “No nos corresponde enfermar- de Buenos Aires aprobó un nuevo plan de
nos. Les corresponde a ellos, los pacientes. HVWXGLRVHQFX\RVFRQVLGHUDQGRVVHGH¿QtD
Necesitamos permiso para enfermarnos y re- HOSHU¿OGHOIXWXURPpGLFR9DOHODSHQDUH-
conocer que no somos sobrehumanos”.4 SHWLUDOJXQRVSXQWRV
³4XHHOREMHWLYRGHHVWD)DFXOWDGHVIRU-
mar un profesional adecuado a las necesida-
Educación Médica des del país, consustanciado con la realidad
y Salud Mental de su comunidad lo que implica que ese
profesional:
/D0HGLFLQDSXHGHVHUDSUHQGLGDSHURQRSXHGH - esté sensibilizado y dispuesto al bien
VHUUHDOPHQWHHQVHxDGD común,
HQIRTXHHQIRUPDLQWHJUDODOVHUKXPD-
DR. MARK ALTSCHULE, no al que asiste, considerando sus aspectos
0HGLFDO&RXQWHUSRLQW  ELROyJLFRVSVLFROyJLFRV\VRFLDOHV

4
0F.HYLWW&00RUJDQ³,OOQHVVGRHV¶WEHORQJWRXV´-56RF0HG
5
0D\R:LOOLDP&ROOHFWHG3DSHUVRIWKH0D\R &OLQLFDQG0D\R)RXQGDWLRQ, 1933.
⎛ II Salud Mental 41⎞

- sea capaz de asistir al hombre sano re- - posea la capacidad de resolver proble-
valorizando su acción en lo que respecta a mas prácticos en las especialidades funda-
la medicina preventiva y primaria, mentales de las ciencias médicas,
- participe en la acción educadora de la HVWpFDSDFLWDGRHQHOPDQHMRGHODPH-
VRFLHGDGDFX\RVLQWHJUDQWHVGHEHFRQFLHQ- WRGRORJtDFLHQWt¿FD\GHVDUUROOHXQDDFWLWXG
tizar sobre sus responsabilidades y deberes SRVLWLYDKDFLDODLQYHVWLJDFLyQEiVLFD\FOt-
en el cuidado de su propia salud, nica”.
- se encuentre entrenado dentro de un Examinando estos requisitos de la for-
equipo de profesionales de la salud, así mación médica se nota la pertinencia de las
FRPR SDUD LQWHJUDU HTXLSRV LQWHUGLVFLSOL- ideas de Salud Mental en el contexto de la
narios en su acción de cuidado de la salud enseñanza de la Medicina. Por eso, ese mis-
comunitaria, mo año se incorporó a la Facultad el Depar-
 HVWp FDSDFLWDGR SDUD HO PDQHMR GH VL- tamento de Salud Mental.
tuaciones asistenciales comunes o reversi- Pero Salud Mental no es una nueva es-
bles y para realizar interconsultas ante si- pecialidad de la Medicina buscando un lu-
WXDFLRQHVFRPSOHMDVRGHDOWRULHVJR JDUHQWUHRWUDVSXHVGHHVDPDQHUDVHGHV-
- desarrolle una actitud positiva perma- virtúan sus presupuestos. Sus fundamentos
nente para la incorporación de conocimien- son para tenerlos presentes en todo el de-
WRFLHQWt¿FRV\WpFQLFRV sarrollo curricular.
III
Problemáticas en torno
a la salud mental
&RPRPpGLFRSUH¿HURVHUKXPDQRHQYH]GHHQFLFORSpGLFR
6LHPSUHSXHGREXVFDUODLQIRUPDFLyQSHUR
¢GyQGHSXHGRFRQVHJXLUKXPDQLGDG"

DR. WILLIAM CROSBY, )RUXPRQ0HGLFLQH (1980)

Dificultades con su objeto LPDJLQDULR VRFLDO /D 6DOXG 0HQWDO WLHQH


que ver con temas de ODVH[XDOLGDGLQIDQWLO
 (Q0HGLFLQDORVHVWXGLRVTXHSURYLHQHQ \ODVH[XDOLGDGDGXOWDODSDUHMDODIDPLOLD
GHOiPELWRGHODV&LHQFLDV%LROyJLFDVFRPR la adolescencia, la vejez, la muerte en los
la tasa de colesterol o los niveles de ácido TXHFDGDSHUVRQD³WLHQHDOJRSHUVRQDOSDUD
~ULFR HQ VDQJUH JDUDQWL]DQ VXV UHVXOWDGRV decir”. Por lo tanto, las ideas que tienen que
FRQXQPpWRGRFLHQWt¿FREDVDGRHQODFXDQ- ver con la Salud Mental no son conocimien-
WL¿FDFLyQYHUL¿FDFLyQ\SUHGLFFLyQGHVXV tos desapasionadamente aceptados como
GDWRV/RVREMHWRVDORVTXHKDFHUHIHUHQFLD otros que no requieren de tanto compromiso
6DOXG0HQWDOWLHQHQRWURHVWDWXWRFLHQWt¿FR personal.
&RQVLGHUDGRV FRPR REMHWRV subjetivos, la
salud y la enfermedad no muestran la men- (VSRUHVWDUD]yQTXHDYHFHVHOPpGL-
VXUDELOLGDG X REMHWLYLGDG GH DTXpOORV De- co busca poner distancia emocional en
EHQVHUDERUGDGRVFRQHOPpWRGRFLHQWt¿FR, VXWDUHD\UHIXJLDUVHHQXQHVTXHPDUH-
pero un método basado en una teoría y una ferencial básicamente biomédico donde
PHWRGRORJtD DGHFXDGD D ODV FDUDFWHUtVWLFDV sólo cuente OR ELROyJLFR relativizando
GHVXREMHWRPiVEDVDGRHQFXDOLGDGHVTXH ORSHUVRQDO\VXEMHWLYR.
en cantidades, más cerca de las particula-
ridades de las Ciencias Sociales que de la Los conocimientos de Salud Mental
%LRORJtD&RPRWRGDVODVYHFHVHQODVTXH GHEHQ GHVSOD]DU D RWURV PiV DUUDLJDGRV
LQWHUYLHQHQFXDOLGDGHVRVLJQL¿FDFLRQHVHQ lo que requiere siempre de un esfuerzo de
ciencia, se plantea el problema de cómo ga- GHVDORMR /D PLUDGD SVLFROyJLFD de cada
UDQWL]DUODVYHUGDGHVTXHVHHQXQFLDQ. persona no es inocente, está compuesta de
 6REUHFULWHULRVGHVDOXG\HQIHUPHGDG LGHDV SUHVXSXHVWDV \ SUHMXLFLRV LPSOtFLWRV
FDGDVXMHWRWLHQHLGHDV\FRQYLFFLRQHVHPR- 1R HV WHVWLJR SDVLYR GH XQ HVSHFWiFXOR
cionales muy fuertes, conscientes o incons- VLQRVXMHWRDFWLYRGHXQDHODERUDFLyQLQWHU-
cientes, racionales o no, sostenidas además SUHWDWLYDHQODTXHVHMXHJDODSHUVRQDGHO
por mitos familiares o las producidas por el observador. Si todo método de estudio su-
⎛44 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

pone una interpretación de los hechos, en ble o no, etcétera. En cuestiones de salud y
Salud Mental la llamada ecuación personal enfermedad los ideales pueden operar como
YDORUHVUDFLRQDOHVRLUUDFLRQDOHVTXHOXHJR
GHO REVHUYDGRU HV HVHQFLDO OD REMHWLYLGDG
es relativa y requiere de un procedimiento: IXQFLRQDQ FRPR PHWDV TXH VXMHWDQ D XQ
analizar el propio instrumento de observa- ideal normativo, personal o familiar, prove-
ción. Pero, además, esto es lo que se recla- nientes de la historia personal e inscriptas
ma del estudiante y del médico: que en todo socialmente en los discursos dominantes:
momento se reconozca no sólo observador, del orden médico, la moral convencional o
sino también participante y por ende se ODVFRQYLFFLRQHVUHOLJLRVDV
PDQWHQJD DOHUWD D OD UHVSXHVWD HPRFLRQDO 6H GH¿HQGHQ SRVWXODGRV FRPR PHWDV
que su paciente le provoca. ideales a alcanzar, se sostiene la defensa de
 (Q0HGLFLQDXQDGHULYDFLyQGHHVWD valores en sí como el bienestar, la felicidad,
situación es la desvalorización de los con- HOGHVDUUROORODDGDSWDFLyQODLQWHJUDFLyQ
ceptos de Salud Mental en detrimento de la unidad, la familia, el amor, la hetero-
RWURVVXSXHVWDPHQWHPiV³FLHQWt¿FRV\RE- VH[XDOLGDG OD ¿GHOLGDG (O LGHDO HV OR TXH
MHWLYRV´6HGHVWDFDlo objetivo en desmedro se propone como modelo absoluto o perfec-
de lo subjetivo. Debe recordarse sin embar- to y supone la adhesión a un valor que se
JRTXH³ODYLGDPHQWDOHVORTXHGDYDORUD considera único e irreemplazable. Una vez
la vida” y que fuera de ese contexto no hay GH¿QLGR SDVD D VHU REMHWR GH YHQHUDFLyQ
nada que merezca ser tenido en cuenta. El y proselitismo, es decir, a ser impuesto y
médico lo necesita como criterio en su ta- FRPSDUWLGR JUXSDOPHQWH &RQVLGpUHVH SRU
rea, para su persona y la de su paciente. Es HMHPSOR HO PRGHOR HVWpWLFR GH EHOOH]D IH-
que salud sin tener en cuenta la vida mental menina de nuestros días.
no es concebible. Sin estos aportes la Medi- La profesión médica es a menudo idea-
FLQDFRUUHHOULHVJRGHVHUXQDSUiFWLFDWpF- lizada al extremo, incluso por los mismos
nicamente exitosa pero destinada a frustrar médicos. T. Harrison, autor de un célebre
DVXVSURWDJRQLVWDV OLEURGH0HGLFLQD,QWHUQDOHtGRSRUJHQHUD-
FLRQHVGHHVWXGLDQWHVORGLFHDVt³1LQJXQD
/DV &LHQFLDV %LROyJLFDV WLHQHQ OD WHQ- RSRUWXQLGDG UHVSRQVDELOLGDG X REOLJDFLyQ
dencia a evacuar al sujeto del discurso, mayor puede caer sobre el ser humano que
GDGR TXH ODV YHUGDGHV TXH HQXQFLDQ va a ser médico. En el cuidado del que su-
GHEHQ VHU LQGHSHQGLHQWHV GH TXLpQ ODV fre necesita destreza técnica, conocimiento
enuncia. En Salud Mental cuenta tanto FLHQWt¿FR \ FRPSUHQVLyQ KXPDQD $TXpO
lo observado como el observador. En TXHKDFHHVWRFRQFRUDMHKXPLOGDG\VDEL-
Medicina también. duría proveerá un servicio único a sus se-
PHMDQWHV\FRQVWUXLUiXQDHVWUXFWXUDGHFD-
rácter fuerte dentro de sí mismo. El médico
La cuestión de los ideales deberá pedir al destino no más que esto y
deberá conformarse con nada menos”.1
La mente humana opera en un sector im- (OLPDJLQDULRFROHFWLYR\ODSURSLD0H-
portante de su estructura proponiéndose GLFLQDHOHYDQDODFDWHJRUtDGHLGHDODOPp-
ideales sostenidos con toda la fuerza del dico que tiene que tratar de ser en su tarea
DPRUSURSLR narcisismo GHVGHORVTXHVH WRGR OR KXPDQR DEQHJDGR FRPSUHQVLYR
SUHMX]JD\GHFLGHVREUHORTXHVHFRQVLGHUD GHVSUHQGLGR \ VDFUL¿FDGR TXH SXHGD VLQ
normal o anormal, bueno o malo, acepta- intereses personales o materiales.
1
Harrison, T. Principles of Internal Medicine3KLODGHOSKLD%ODNLVWRQ
⎛ III Problemáticas en torno a Salud Mental 45⎞

(QODSUiFWLFDHOH[LJHQWHWUDEDMRPpGL- malestar puede ser eliminado ni siempre se


FRUHÀHMDODLPSRVLELOLGDGGHSURSRQHUVH desea el bienestar.
este modelo de ser humano RFXDOTXLHU - Los seres humanos aspiran a la felici-
otro de perfección inalcanzable. dad o, en su versión atenuada, el bienestar
en sus dos aspectos: por un lado evitar el
7DOYH]HVLPSRVLEOHSDUDHOVXMHWRKX- dolor y el displacer, por el otro procurarse
mano prescindir de los valores, que presio- VHQVDFLRQHVSODFHQWHUDVHVWHREMHWLYRYLWDO
nan fuertemente en su conducta. El proble- TXHULJHWRGRSRGHURVRORVIXQFLRQDPLHQWRV
PDFRQVLVWHHQGHWHUPLQDUGHVGHTXpOXJDU\ mentales, se conoce como principio de pla-
con qué razones son sostenidos. Además, se cer-displacer3HUR³HVWHSURJUDPDHQWUDHQ
advierte cómo ciertos valores tradicionales querella con el mundo entero, con el macro-
resultan fuertemente estremecidos frente a cosmos tanto como con el microcosmos. Es
temas como el aborto, la homosexualidad, absolutamente irrealizable, las disposicio-
las neosexualidades, el suicidio asistido, la nes del Todo –sin excepción– lo contrarían.
GURJDGLFFLyQHWFpWHUD Se diría que el propósito de que el hombre
En el capítulo I se postuló una idea que sea dichoso no está contenido en el plan de
contenía un enunciado: “la vida mental da la Creación. Lo que en sentido estricto se
valor a la vida”. Es un valor de inspiración llama felicidad corresponde a la satisfac-
LQWHJUDGRUDHQ0HGLFLQDVXSRQHDUPRQL]DU ción más bien repentina de necesidades re-
HQODFOtQLFDHOFRQMXQWRGHDVSHFWRVTXHOD WHQLGDVFRQDOWRJUDGRGHHVWDVLV\SRUVX
FRPSRQHQ ELROyJLFRVSVLFROyJLFRVVRFLD- propia naturaleza solo es posible como un
OHV  VLQ TXH QLQJXQR SUHYDOH]FD VREUH ORV fenómeno episódico”.2
demás. Todo este texto propone un desarro-  /RV REMHWRV KXPDQRV PiV VLJQL¿FDWL-
llo para fundamentarlo y una serie de con- vos para la constitución de la mente huma-
ceptos para sostenerlo. na, asociados a las tempranas experiencias
de satisfacción están irremediablemente
perdidos, no por un accidente de la historia
El tema del bienestar personal sino como hecho de estructura ori-
JLQDULD6RQSDUWHGHOSDVDGR\IXHQWHJHQH-
&RPRVHDSXQWyPiVDUULEDXQDGH¿QLFLyQ UDGRUDGHQRVWDOJLD6RQLQFRQVFLHQWHPHQWH
de Salud Mental proponía el bienestar como buscados en un deslizamiento permanente
XQD DVSLUDFLyQ GHVHDEOH SDUD HO VXMHWR KX- KDFLDRWURVREMHWRV\JHQHUDQODQHFHVLGDG
PDQR6LQHPEDUJRVHFXHVWLRQD\WUD]DORV de conformarse con sustitutos.
límites de este supuesto porque podría caer /DFRQVWLWXFLyQGHOVXMHWRFRPRKXPD-
en su idealización. Las posibilidades de lo- no requiere de una división, de una alteri-
JUDUbienestar son escasas y, además, es ne- GDGRULJLQDULDTXHDOLPHQWDODVHQVDFLyQGH
FHVDULRFRQVLGHUDUHQHOVXMHWRODVYDULDGDV la presencia de un Otro radical y extraño en
fuentes de malestar. Porque: HO<RORLQFRQVFLHQWH\KDFHGLItFLOORJUDU
la sensación de identidad o coherencia en la
- El bienestar propuesto como índice de vida mental.
salud mental es matizado por el malestar, - La dinámica de los deseos inconscien-
VXUJLGRGHODLQVHUFLyQLUUHGXFLEOHGHOKRP- tes, su carácter indestructible, la imposibili-
bre en la cultura y por la distancia infran- dad de verlos satisfechos del todo introdu-
queable que se da entre la satisfacción que cen un elemento de malestar sólo atenuado
EXVFD\ODTXHHIHFWLYDPHQWHORJUD1RWRGR por su renuncia y por la aceptación de fuen-
2
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛46 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

WHVVXVWLWXWDVGHJUDWL¿FDFLyQ0XFKRGHOD - alternar entre las posibilidades de pensar


dramática de la compulsión a la repetición UHÀH[LYDPHQWHRDFWXDULPSXOVLYDPHQWH
HQ OD YLGD \ OD GL¿FXOWDG GHO FDPELR WLHQH UHSHWLUH[SHULHQFLDVRUHFUHDUODVLQGDJDU
que ver con esta problemática. o reprimir, incorporar lo nuevo o expul-
- La presencia universal en la mente de sarlo,
un más allá, de aquello que por no haber - comprometerse en la búsqueda de la ver-
SRGLGR VHU VLJQL¿FDGR FRPSUHQGLGR  HQ dad, el conocimiento y la responsabili-
las experiencias del pasado reaparece como GDGRGHMDUVHVHGXFLUSRUHOIDQDWLVPROD
WUDXPiWLFR\DPHQD]DQWH\VHKDFHSUHVHQ- mentira o la falsedad.
WHHQORVVXHxRVGHDQJXVWLDODFRPSXOVLyQ - comprender que los sentimientos no son
a repetir lo mismo, la vivencia de lo sinies- datos de la evidencia sino que son com-
tro, HWFpWHUD(O<RWHQGUiTXHWROHUDUFRQ- SOHMRV \ SDUDGRMDOHV SUREOHPDWL]DQ FR-
YLYLUFRQHOPDOHVWDUTXHOHJHQHUDQHVWRV sas tales como que la alegría no siempre
aspectos irreductibles pero no podrá elimi- VLJXH DO p[LWR OD tristeza no es la única
narlos. respuesta frente a la pérdida ni el temor se
- La noción de desarrollo de la personali- DVRFLDQHFHVDULDPHQWHDOSHOLJUR
dad no es similar a la de desarrollo evolutivo - donde conocer es, en principio, conocerse.
HQELRORJtD(OSDVDGRORTXHDSDUHQWHPHQWH Se funda en la búsqueda de la verdad en la
parece quedar atrás, es un pasado residual relación vincular. La verdad no es del mé-
TXHOOHJDGRHOFDVRinsiste. No importa qué dico ni del paciente sino del consenso que
JUDGR GH PDGXUH] DOFDQFH OD PHQWH OR LQ- pudieran establecer en torno al sentido y
fantil, lo irracional, los modos primitivos de al alcance de los hechos que les toca vivir,
funcionamiento estarán siempre al acecho. de los problemas médicos que tienen que
Se muestran en los sueños, en la vida coti- HQIUHQWDU\TXHPDUFDQXQGHVWLQRVLQJX-
diana, en los síntomas neuróticos. lar. Y aunque esta postura es básicamente
Cuando se plantea el bienestar de la per- ética por su reconocimiento de la verdad,
sona como meta deseable pero difícilmente
DOFDQ]DEOHVHGDFXHQWDGHODGL¿FXOWDGGH 6DOXG0HQWDOQRHVXQDpWLFDVLQRTXH
ORVREVWiFXORV\GHODPDJQLWXGGHODVIXHU- tiene una postura ética, donde lo bueno
]DVHQSXJQD&XDQGRVHSURSRQHUHLQWURGX- no forma parte de un sistema ideal sos-
cir en la Medicina un trato personalizado y WHQLGR FRPR ¿Q ~OWLPR VLQR TXH HV HO
humano, se hace en el entendimiento de lo conocimiento de las verdaderas condi-
FRQÀLFWLYRTXHVLJQL¿FDHOser humano. Tan- FLRQHVSRVLELOLGDGHV\OLPLWDFLRQHVGHO
to para el médico como para el paciente, es: ejercicio médico.

- estar permanentemente movilizado y


afectado por FRQÀLFWRV, tanto conscientes Lo inconsciente y el
como inconscientes, llamado sentido común
- estar dividido por los enfrentamientos en-
tre HODPRU\HORGLRORVVHQWLPLHQWRVGH Ante la actitud sorprendida de su gine-
culpa, la angustia y otras emociones no cólogo, su paciente, una joven médica
menos intensas. defendía su necesidad de higienizar
- estar expuesto a las partes racionales pero sus genitales antes de tener relacio-
también irracionales de la mente, a las QHVVH[XDOHVFUHtDTXHHUDGHsentido
FUHHQFLDVPiJLFDV\ORVSRVWXODGRVLGHR- común TXH WRGR HO PXQGR OR KDFtD R
OyJLFRVFRQORVTXHODparte más madura GHEtDKDFHUOR\ORUDFLRQDOL]DEDHQWpU-
del Yo debe convivir, minos de la higiene.
⎛ III Problemáticas en torno a Salud Mental 47⎞

El médico se enfrenta en su tarea con mo- La Salud Mental como


PHQWRVGHJUDYHUHVSRQVDELOLGDGGRQGHVHYH vértice de observación
FRPSURPHWLGRHQGHFLVLRQHVFRPSOHMDVGHOD
vida de sus pacientes. Puesto ante la necesi- La llamada mirada médica, que observa los
dad de intervenir a menudo queda atrapado fenómenos de la enfermedad y los compren-
y a su vez responde desde la razonabilidad de de determinada manera, se transforma y
del sentido común. El llamado sentido co- enriquece si cambia su vértice de observa-
mún es aquel que supuestamente comparte ción. No se trata de agregados psicobioso-
el común GH OD JHQWH7LHQGH D OD JHQHUDOL- ciales, ni de sumar aspectos psicológicos,
]DFLyQ\DHOXGLUORSHUVRQDO\VXEMHWLYRGH FRPRDPHQXGRVHSURSXJQD
cada situación. Es aquel que va conforme al
buen juicio natural, al consenso social de va- Un nuevo vértice propone la reformu-
lores y conocimientos, al que tiene en cuenta lación de los mismos fenómenos de la
las circunstancias de la realidad externa, los VDOXG\ODHQIHUPHGDGFRQODLQFOXVLyQ
GHVHRVPDQL¿HVWRVDOFRQRFLPLHQWRREYLRH de los conceptos integradores de Salud
LQPHGLDWR GH ODV FRVDV HQ ¿Q WRGR DTXHOOR Mental. Esto permite a la mirada mé-
que aparentemente puede estar dándole un dica colocarse en un nuevo vértice de
sentido común a una situación. observación.
A partir de reconocer la presencia de una
otra realidad, la UHDOLGDGSVtTXLFD inconscien- El concepto de vértice, introducido por
te y de su fuerza determinante, cada situación :%LRQ3VHUH¿HUHDOSXQWRGHYLVWDRSHUV-
VHKDFHPiVFRPSOHMDSHURVHHQULTXHFH\SUR- pectiva desde la que se trata de comprender
fundiza su comprensión. Para mencionar un primero y comunicar después una determi-
HMHPSORHOSURSyVLWRGHLQWHUUXPSLUXQHPED- QDGDH[SHULHQFLDSRUHMHPSORODGHHVWDUHQ-
UD]RQRGHVHDGRMX]JDGRFRPRLQFRQYHQLHQWH fermo. Médico y paciente pueden tener cada
\FRQHODFXHUGRIXQGDPHQWDGRGHODSDUHMD uno su propio vértice con respecto a la expe-
SXHGHWHUPLQDUVLQHPEDUJRHQXQGXHORGH riencia que comparten y mantener una dis-
imprevisibles consecuencias para la salud WDQFLD~WLOTXHOHVSHUPLWDVHJXLUHQFRQWDFWR
mental de ambos miembros. Las decisiones aun sin coincidir. Pero los vértices pueden
médicas, para ser más meditadas, requieren ser tan distantes que se hace imposible una
tomar en cuenta la dimensión de la realidad relación entre ellos. En este último caso, por
VXEMHWLYDTXHDOJXQDVYHFHVWLHQHSRFRRQDGD HMHPSORSXHGHTXHHOPpGLFRVHH[SOLTXHOD
que ver con el sentido común. Tiene que ver HQIHUPHGDG GHVGH OD FDXVDOLGDG ELROyJLFD
FRQVLJQL¿FDGRVTXHSURYLHQHQGHODUHDOLGDG PLHQWUDV HO SDFLHQWH PDQL¿HVWH XQD PXOWL-
psíquica inconsciente. GHWHUPLQDFLyQGHVLJQL¿FDGRV(OHQFXHQWUR
entre ambos será un no encuentro.
/DUHDOLGDGSVtTXLFDGHODSDFLHQWHPHQ- Cambiar de vértice implica proponer un
cionada al principio era la fantasía de salto entre una concepción y otra. Se debe
XQLQWHULRUVXFLRTXHSRGtDcontaminar plantear el problema de cómo se puede rea-
VX VH[XDOLGDG H LPSHGLUOD SRU OR TXH OL]DU HO SDVDMH FXiQWD UHVLVWHQFLD JHQHUD \
debía higienizarse antes de un contacto cuál puede ser la relación con otros vértices,
indefectiblemente. Por fortuna, el médi- SRUHMHPSORHOELROyJLFRHOHFRQyPLFRHO
co pudo detectar su propia sorpresa e social o el político; si puede haber relacio-
indagar más a fondo en la situación de nes de exclusión, complementariedad o in-
VXSDFLHQWH1RVLHPSUHRFXUUHDVt WHJUDFLyQHQWUHORVPLVPRV
3
%LRQ:Atención e interpretación%XHQRV$LUHV3DLGyV
⎛48 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Un vértice constituye un centro de ob- nistas de explicar los hechos que observan.
VHUYDFLyQXQFRQMXQWRGHLGHDVGHVGHGRQ- 7RGDREVHUYDFLyQFLHQWt¿FDFRUUHHOULHVJR
GHHVSRVLEOHKDFHULQWHOLJLEOHVIHQyPHQRV GH LGHRORJL]DUVH 6LHPSUH TXH IXHUD SRVL-
que antes no eran visibles o en los que no se ble debería contener pautas que permitan
reparaba. No debe ser confundido con las VXFXHVWLRQDPLHQWRHLQGDJDUHQVXVIXQGD-
teorías que ese mismo vértice utiliza. mentos.

6DOXG0HQWDOHVXQYpUWLFHTXHREOLJD-
WRULDPHQWH LQFOX\H ODV UHODFLRQHV YLQ- La Salud Mental
culares para entender los fenómenos de y las necesidades humanas
OD VDOXG \ GH OD HQIHUPHGDG 5HTXLHUH
de la escucha, no solo de la mirada mé- Desde su propio vértice de observación, Sa-
dica. OXG0HQWDOSRQHGHPDQL¿HVWRODVQHFHVLGD-
GHVGHODVSHUVRQDVGHORVJUXSRV\ODVFR-
eVH HV HO HMH DOUHGHGRU GHO TXH VH DUWL- munidades y abre la posibilidad de escuchar-
FXODQ \ VLJQL¿FDQ ORV GHPiV IHQyPHQRV ODV'HHVWHPRGRDVSLUDDPHMRUDUODFDOLGDG
'H HVWD PDQHUD OD LQWHJUDFLyQ QR HV VyOR GHYLGDQRLPSRUWDEDMRTXpFLUFXQVWDQFLDV
PHQWHFXHUSRRORQRUPDO\ORSDWROyJLFR políticas, sociales, económicas. En Medicina
VLQR WDPELpQ OD GHO LQGLYLGXR \ VX JUXSR tiene en cuenta la crisis que supone el enfer-
GHOJUXSR\ODVRFLHGDGHWFpWHUD mar, cómo sobrellevar esa situación, cómo
movilizar todos los recursos posibles. Pero,
(O YpUWLFH HQ 6DOXG 0HQWDO HV HO TXH ¿qué son las necesidades humanas, cómo se
provee una escucha de comprensión ODVGH¿QH\FyPRVHUHVSRQGHDHOODV"VRQ
SVLFROyJLFD WRGDDSUR[LPDFLyQFLHQWt- LQWHUURJDQWHVLPSRUWDQWHV
¿FDODWLHQH QRHVSHFLDOPHQWHGLULJLGD 6HJ~Q OD &HSDXU las necesidades hu-
a ORSVLFROyJLFR sino a la manera como PDQDVVRQSRFDV¿QLWDV\FODVL¿FDEOHVKDQ
VHDWULEX\HQVLJQL¿FDGRVDOSURFHVRGH sido las mismas en todas las épocas y cultu-
ODVDOXG\ODHQIHUPHGDG ras, acompañan al hombre desde el comien-
zo de la historia.4 Lo que cambia a través
Un problema consiste en aferrarse a un del tiempo y las culturas es la diversidad de
determinado vértice y suponer que las cosas los medios y maneras de satisfacerlas a los
y las causas de las cosas comienzan “en el que llama satisfactores. Éstos son formas
SXQWRGHSDUWLGDGH´HOOXJDUGHVGHGRQGHVH de ser, tener, hacer y estar, de carácter indi-
las mira. La Medicina medicalizada ordena vidual o colectivo conducentes a la realiza-
XQDVHULHGHH[SOLFDFLRQHVGRQGHORELROyJL- FLyQ VDWLVIDFFLyQ GHODVQHFHVLGDGHV8QR
FRGDFXHQWDGHORELROyJLFRFRQH[FOXVLYL- GHORVDVSHFWRVTXHGH¿QHXQDFXOWXUDHVOD
dad. Cierta versión deformada de Psicolo- elección y la predilección por determinados
JtD HO SVLFRORJLVPR DVXPH H[SOLFDFLRQHV satisfactores y la posibilidad de tener acceso
cerradas en sí mismas. Una determinada a los mismos. Lo que está culturalmente de-
postura desde lo social postula el proceso terminado no son las necesidades humanas
de salud y enfermedad desde “el acontecer fundamentales sino los satisfactores de esas
HFRQyPLFRSROtWLFRRLGHROyJLFRGHODVR- necesidades y los bienes económicos dispo-
FLHGDG´VLQWHQHUHQFXHQWDODVLQJXODULGDG nibles para administrarlos. La interrelación
de otros determinantes. Fácilmente los vér- entre necesidades, satisfactores y bienes
tices se transforman en maneras reduccio- económicos es permanente y dinámica.
4
Desarrollos a escala humana1XHYD<RUN)XQGDFLyQ'+DPPDUVNMROG
⎛ III Problemáticas en torno a Salud Mental 49⎞

&RQORVGHELGRVUHVJXDUGRVGHPDQHUD dades humanas, su modo de cumplimien-


provisoria, las necesidades de los seres hu- to o de frustración, la manera subjetiva
PDQRVVHGH¿QHQDVtsubsistencia, protec- de manifestarlas, destacando el valor del
ción, afecto, entendimiento, ocio, creación, YtQFXORKXPDQRFRPRHOOXJDUSDUDH[-
SDUWLFLSDFLyQ LGHQWLGDG \ OLEHUWDG. Cada presarlas. El médico debe saber escuchar
XQD GH HOODV LGHQWL¿FDGDV FRQ XQ QRPEUH TXHWLSRGHQHFHVLGDGHVVHSRQHQHQMXH-
VXSRQHHOGHVDUUROORGHFRPSOHMRVSURFHVRV JR\FyPRUHVSRQGHUDHOODV/DSDODEUD
HPRFLRQDOHVFX\DWUD\HFWRULDGLQiPLFRJH- es esencial para entenderlas.
nética ha sido minuciosamente trazada por
el Psicoanálisis.
Cualquier necesidad humana no adecua- Salud Mental,
GDPHQWHVDWLVIHFKD \QLQJXQDQXQFDORHV una contribución del
GHO WRGR  UHYHOD FDUHQFLD 3LpQVHVH HQ ODV Psicoanálisis a la Medicina
necesidades múltiples movilizadas en torno
D ORV SUREOHPDV GH VDOXG &XDQGR DOJXLHQ (O3VLFRDQiOLVLVLQWURGXMRVXSURSLRPRGH-
se enferma aparecen necesidades de subsis- lo para entender el psiquismo y sus teorías
tencia si se acompañan de falta de alimenta- acerca de cómo y porqué enferman las per-
FLyQDEULJRWUDEDMRGHprotección sin una sonas. Como procedimiento terapéutico tra-
adecuada cobertura social o profesional, de EDMDFRQORVDVSHFWRVPHQWDOHVHQIHUPRV\
afecto sin cuidado emocional personalizado, con ODGLVSRVLFLyQKDFLDHOFUHFLPLHQWR\OD
de entendimiento si sus reclamos de estar al salud. Aún cuando no hay muchas alusio-
tanto de lo que pasa no son escuchados o nes directas a la salud mental, toda la teoría
son desatendidos, de participación si se lo psicoanalítica la tiene fuertemente en cuen-
PDUJLQDGHGHFLVLRQHVTXHFRPSURPHWHQVX WD9pDVHSRUHMHPSOR0HODQLH.OHLQ5 En
vida, de identidad si no se lo reconoce en parte aparece aludida en términos de crite-
VXVLQJXODULGDGFRPRSDFLHQWH\DVt3HUR rios de curación en el análisis, aunque no
también las necesidades del médico se po- sea exactamente lo mismo.
QHQHQMXHJRHQVXWDUHDFRPRSRUHMHPSOR Las ideas del Psicoanálisis revoluciona-
de identidad, de entendimiento, de afecto, ron y fertilizaron amplios campos del saber,
etcétera. Es necesario destacar el tremendo entre otros, el movimiento en Salud Men-
desafío que representa la tarea de responder tal. Su procedencia y validez proviene de su
a las necesidades humanas. FRQWH[WRRULJLQDOODVHVLyQDQDOtWLFD
(Q JHQHUDO cuando no se contemplan
ODV QHFHVLGDGHV KXPDQDV DXQTXH PiV QR &XDQGR ODV LGHDV SVLFRDQDOtWLFDV se
sea mínimamente se genera patología mé- aplicanHQXQFRQWH[WRGLIHUHQWHDOGHOD
GLFD R VH DJUDYD OD \D H[LVWHQWH. Por otra VHVLyQSVLFRDQDOtWLFDVHKDEODGHH[WHQ-
SDUWH DVt FRPR SRU GH¿QLFLyQ ODV QHFHVL- sión del Psicoanálisis.
dades son sentidas como carencias –como
falta de algo–, son también movilizadoras y Si las necesidades humanas se expresan
PRWLYDGRUDVJHQHUDGRUDVGHUHFXUVRV básicamente en el vínculo con los demás,
para su comprensión profunda en el cam-
/DYLGDPHQWDOHVSDUDHO<RSHUFHSFLyQ po de la Salud Mental, el Psicoanálisis es la
de carencias, realización de necesidades UHIHUHQFLD REOLJDGD 1R KD\ SUiFWLFDPHQWH
\ HOHFFLyQ SRVLEOH GH VDWLVIDFFLRQHV /D QLQJ~QWHPDGHODWHRUtDSVLFRDQDOtWLFDTXH
VDOXGPHQWDOWLHQHTXHYHUFRQODVQHFHVL- QRWHQJDDOJRTXHYHUFRQHOODEn ese sen-
5
.OHLQ0³6DOXGPHQWDO´(Q2EUDV&RPSOHWDV9,%XHQRV$LUHV3DLGyV
⎛50 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

tido Salud Mental es una contribución de el cuidado ambiental o con una interacción
conceptos del Psicoanálisis al campo de la entre ambos.
salud3RUFLWDUDOJXQRVHMHPSORV Pero en lo que todos están de acuerdo es
en que la calidad, cantidad y trascendencia
 /DLGHDGHinconsciente permite tener GH ODV H[SHULHQFLDV FRQ ORV REMHWRV FRPR
HQFXHQWDQRVyORHOQLYHOPDQL¿HVWRGHOD su introyección y permanencia interna, ha-
conducta, sino el latente, aquél que está más FHQ D OD LQWHJUDFLyQ \ OD HVWDELOLGDG GH OD
allá de los datos aparentes. Su inclusión re- mente y son decisivas a la hora de atravesar
sulta inevitable para comprender la comple- los inevitables sufrimientos y frustraciones
MLGDGGHODFRQGXFWDKXPDQD posteriores de la vida.
 /DDPSOLDFLyQGHOFRQFHSWRGHVH[XD-
(VLPSUHVFLQGLEOHTXHHOPpGLFRUHJLV- lidad y en especial, la inclusión de la VH[XD-
WUH RSRUORPHQRVLQWX\D ODSUHVHQFLD lidad infantil, las teorías sexuales infantiles
de lo inconsciente en los procesos de y desarrollos posteriores son conceptos
VDOXG\HQIHUPHGDG fértiles para explorar en el campo de la ta-
rea asistencial médica. Permite entender el
 /DWUDVFHQGHQFLDTXHHO3VLFRDQiOLVLV cuerpo humano como cuerpo erógeno y no
le da a la idea de vínculo o relación con los sólo como una serie de mecanismos bioló-
REMHWRV KXPDQRV &RQVLGHUD HO YtQFXOR QR JLFRV
como la interacción de un sistema de con-  /DWHRUtDSVLFRDQDOtWLFDGHODVSXOVLR-
ductas sino como la manifestación de una nes, especialmente la SXOVLyQ VH[XDO, per-
relación intersubjetiva donde está presente mite cuestionar la clásica disociación men-
XQ PXQGR LQWHUQR GH VLJQL¿FDGRV LQFRQV- te-cuerpo y abre puentes conceptuales para
cientes. Y el más importante, por antonoma- H[SOLFDUVXLQWHJUDFLyQ/DOODPDGDpulsión
sia, es el vínculo temprano6, estructurante de muerte es un concepto altamente especu-
del Yo. Más tarde, los vínculos del pasado lativo y no reconocido universalmente en-
VHYHUiQGHVSOHJDGRVHQHOSUHVHQWHHQODGL- WUHSVLFRDQDOLVWDV6LQHPEDUJRVXXWLOLGDG
mensión de la transferencia y de la contra- para la explicación de ciertas situaciones de
transferencia. Los vínculos humanos pue- OD SDWRORJtD GRQGH SUHGRPLQD OR DXWRGHV-
den contribuir a la salud o la enfermedad y tructivo merece por lo menos ser contem-
en esta noción reside en parte el potencial plada.
WHUDSpXWLFRRLDWURJpQLFRGHODUHODFLyQFRQ  /DVSXOVLRQHVLQFRQVFLHQWHVFRQGXFHQ
el médico. DODFRQVLGHUDFLyQGHODJpQHVLVHVWUXFWXUD
 &XDOTXLHUDVHDQODVWHRUtDVSVLFRDQD- y funcionamientos del Yo. Interviene la di-
líticas acerca de las etapas tempranas, todas QiPLFDGHOFRQÀLFWR\HOUROGHODDQJXVWLD
reconocen para la salud la necesidad de que  /Dcompulsión a la repetición, estu-
las experiencias buenas o JUDWL¿FDGRUDV, en diada por el Psicoanálisis, es una tendencia
especial las tempranas, puedan dar cuenta presente en la mente que fuerza la reitera-
de las malas o frustrantes. Qué es lo que ción de situaciones y experiencias pasadas
determina que una experiencia sea lo uno más allá de las circunstancias del presente.
o lo otro o ambas depende de muchas co- $OJXQRVYHQHQORVIHQyPHQRVGHODUHSH-
VDV\ORVSVLFRDQDOLVWDVVHJ~QVXIRUPDFLyQ tición la presencia de la pulsión de muer-
acentúan los llamados aspectos internos te. Desde la vida cotidiana a la más franca
GHO RUGHQ GH OD GLQiPLFD GH ODV IDQWDVtDV SDWRORJtDKD\HYLGHQFLDVGHWRGRWLSRGHVX
LQFRQVFLHQWHV RORVTXHWLHQHQTXHYHUFRQ SUHVHQFLDD~QSDUDHOOHJR
6
Bowlby, J. /D6DOXG0HQWDO\ORVFXLGDGRVPDWHUQRV. Buenos Aires, Humanitas, 1964.
⎛ III Problemáticas en torno a Salud Mental 51⎞

En Medicina hay un campo fértil para Las premisas del método en que se basa
estudiar los frecuentes fenómenos de la re- el Psicoanálisis y que lo avalan como ins-
SHWLFLyQ GH ORV TXH KD\ PXFKRV HMHPSORV WUXPHQWRGHLQYHVWLJDFLyQVRQ
FRPRHOGHOSDFLHQWHGHODSROLFLUXJtDRORV D /DFRQVWDQFLDGHODVLWXDFLyQDQDOtWL-
múltiples traumatismos o el síndrome de FD VHWWLQJ , por la que una serie de variables
predilection to death. GH WLHPSR OXJDU IUHFXHQFLD GHO FRQWDFWR
actitud del analista, se mantienen relativa-
$OJXQDVGHHVWDVLGHDVGHO3VLFRDQiOLVLV mente estables. La constancia de las varia-
son aplicables a la comprensión de los fenó- blesGHVSHMDHOFDPSRSDUDODLQYHVWLJDFLyQ
menos del campo de la salud y sirven para GHOSURFHVRDQDOtWLFRTXHVHGHVSOLHJDHQVX
profundizar la mirada que la Medicina pue- interior.
GHGDUOHDVXWDUHD6HSULYLOHJLDORVLQJXODU E /DUHJODGHODasociación libre: el pa-
frente a lo universal, la cualidad frente a la ciente se permite expresar todos las ideas
cantidad, la verdad sobre el conocimiento. y sentimientos que vienen a la mente, sin
/RVPpGLFRVVHSUHJXQWDQDFHUFDGHOPpWR- coerción ni censuras.
GRFLHQWt¿FRTXHDYDODDO3VLFRDQiOLVLV\VL F  3RU OD UHJOD GH abstinencia, el ana-
está a la altura del que tienen las Ciencias lista se abstiene de cualquier tipo de ma-
básicas o duras. Es necesario destacar que nipulación activa y responde a las necesi-
se trata de campos y de saberes diferentes dades y demandas del paciente sólo por el
que no cabe oponer sino complementar. recurso de
G ODinterpretación del sentido incons-
ciente que tienen las comunicaciones del
El Método Psicoanalítico paciente, utilizado como su único instru-
como instrumento mento de intervención. El análisis e inter-
de investigación pretación de la transferencia es un punto
crucial de este proceso.
Además de un método terapéutico, el Psi- (VWDPHWRGRORJtDEiVLFDGHWUDEDMRSHU-
FRDQiOLVLVHVXQSURFHGLPLHQWRGHLQYHVWLJD- mite la observación detallada de un proceso
ción de la mente humana. Como tal, consta analítico, a través de un periodo de años y
GHWRGRVORVUHFDXGRVTXHOHDVHJXUDQXQD de continuado contacto, a veces diario.
ULJXURVDPHWRGRORJtDFLHQWt¿FDDGHFXDGDDO
REMHWR GH LQGDJDFLyQ HO LQFRQVFLHQWH \ VX /DULJXURVLGDGGHOPpWRGRSVLFRDQDOt-
participación en la vida mental. El método WLFRDVHJXUDODFDOLGDG\YHUDFLGDGGH
DVHJXUD ODV PiV HVWULFWDV FRQGLFLRQHV SDUD ODVKLSyWHVLVFLHQWt¿FDVTXHPDQHMDGH
la observación y la comprensión de los fe- ODVTXHRWURVFDPSRVGHOVDEHUVHKDQ
nómenos mentales y sus datos vienen sien- EHQH¿FLDGR HQ HVWH FDVR HO GH 6DOXG
do corroborados y ampliados desde hace Mental en Medicina.
más de cien años.7

7
.XELH/³3V\FKRDQDO\VLVDQGVFLHQWL¿FPHWKRG´(Q3V\FKRDQDO\VLVVFLHQWL¿FPHWKRGDQGSKLORVRSK\1HZ<RUN*URYH
Press, 1961.
IV
El concepto psicoanalítico
de sexualidad

Una introducción PpGLFRGHEHHQIUHQWDUVHVRQHQHPLJRVGHOD


salud. Por eso, comprenderlos y saber mane-
La Medicina, con el auxilio de las Ciencias MDUORVHVHVHQFLDOHQODSUiFWLFDPpGLFD3HUR
%iVLFDV HVWXGLD ORV PHFDQLVPRV ELROyJL- ¿qué determina una conducta?
cos de las enfermedades. Para el médico,
conocerlos en detalle es tan esencial como 3DUD H[SOLFDU HO FRPSRUWDPLHQWR KX-
comprender las necesidades TXH PDQL¿HV- mano, la teoría psicoanalítica introdu-
tan los pacientes en la consulta. Percibir lo jo hipótesis tales como el determinismo
TXHHOSDFLHQWHQHFHVLWD\SRUFRQVLJXLHQWH SVtTXLFR\HOLQFRQVFLHQWH(QUHODFLyQ
lo que piensa, siente y hace en esa circuns- FRQDPEDVSRUXQODGRDPSOLy\SUR-
tancia requiere del médico entender las mo- IXQGL]yHOFRQFHSWRGHVH[XDOLGDG\SRU
tivaciones que subyacen a sus necesidades, otro puso de relieve la importancia del
la VLJQL¿FDFLyQ consciente e inconsciente <RVXVIXQFLRQHV\GHIHQVDV
que les atribuye, los REMHWRV \ PRGRV que
utiliza para resolverlas, los afectos que las
DFRPSDxDQ LQFOX\pQGRVHDpOPLVPRFRPR La opinión popular
REVHUYDGRU SDUWLFLSDQWH  (VWH FRQMXQWR GH de la sexualidad
DFFLRQHVSRUPHGLRGHODVTXHHOVXMHWRKX-
mano trata de resolver las tensiones que lo ¿Por qué comenzar con el estudio de la
motivan y de realizar sus posibilidades se sexualidad, en especial la sexualidad infan-
denomina conducta o comportamiento. til, para estudiar los funcionamientos men-
3RUHMHPSORWRGRVORVGHWHUPLQDQWHVSVL- WDOHV"¢3DUDTXpHVQHFHVDULRFRQRFHUDOJR
FROyJLFRV FRQVFLHQWHV H LQFRQVFLHQWHV TXH TXHHQDSDULHQFLDSDUHFHHVWDUWDQDOHMDGRGH
se movilizan alrededor de decidir el cómo, la práctica médica? Porque la sexualidad,
cuándo y SRUTXp de una consulta médica. Y entendida como psicosexualidad, es uno
cómo se responde a la consulta y a sus in- de los ingredientes fundamentales de la
dicaciones. Es reconocido por la Medicina mente humana y esencial para entenderla.
que ciertos comportamientos con los que el Pero para eso hay que ampliar el concepto
⎛54 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

de sexualidad de los límites estrechos que le experiencias de placer siendo el coito y la


RWRUJDHOFRQRFLPLHQWRYXOJDU SURFUHDFLyQDOJXQDVGHVXVSRVLELOLGDGHV
El punto de vista popular entiende la &RPR OR VHxDOD )UHXG ³(Q JHQHUDO QR
sexualidad normal o natural como un ins- carecemos de orientación acerca de lo que
tintoHVGHFLUXQPRQWDMHFDUDFWHUtVWLFRGH los hombres llaman sexual. Para todas las
la especie, un comportamiento preformado necesidades prácticas de la vida cotidiana,
para llevar a cabo con un objeto XQDSDUHMD EDVWDUiDOJRTXHFRPELQHODVUHIHUHQFLDVD
GHO VH[R RSXHVWR  XQ SURSyVLWR R ¿Q rela- ODRSRVLFLyQHQWUHORVVH[RVDODJDQDQFLD
WLYDPHQWH¿MR ODXQLyQGHORVJHQLWDOHVHQ de placer, a la función de la reproducción y
HO FRLWR  6H FUHH TXH IDOWD HQ DEVROXWR HQ al carácter de lo indecoroso que ha de man-
la infancia, que se inicia en la adolescen- tenerse en secreto”.2 Con sus contribucio-
FLDTXHVHPDQL¿HVWDHQORVIHQyPHQRVGH nes mediante el Psicoanálisis, el concepto
DWUDFFLyQTXHXQVH[RHMHUFHVREUHHORWUR\ de sexualidad ha sufrido una verdadera mu-
TXHVX¿QHVODFySXOD&XDQGRHOGLFFLRQD- tación, porque:
ULRUHFRJHHVWDLGHDSRSXODUGHVH[XDOLGDG
ODGH¿QHFRPR³HOFRQMXQWRGHFRQGLFLRQHV D  ,QWURGXMR HO FRQFHSWR GH VH[XDOLGDG LQ-
DQDWyPLFDV \ ¿VLROyJLFDV TXH FDUDFWHUL]DQ fantil. /D VH[XDOLGDG QR VH PDQL¿HVWD
a cada sexo”.1 Por lo tanto, con ese térmi- por primera vez en la adolescencia sino
QR GHVLJQD VRODPHQWH ODV DFWLYLGDGHV \ HO desde el comienzo de la vida. No sólo
placer dependiente del funcionamiento del SRU HO UHJLVWUR HQ HO QLxR GH H[FLWDFLR-
DSDUDWRJHQLWDO QHV JHQLWDOHV SUHFRFHV HUHFFLyQ PDV-
Cualquier desviación de esta sexualidad WXUEDFLyQ HWFpWHUD  VLQR SRU OD UHJXODU
considerada normal HQ WpUPLQRV GH REMHWR intervención de otras zonas corporales
KHWHURVH[XDO  R GHO ¿Q FRLWR  VH FDOL¿FD no genitales, la boca, el ano, los pechos,
como una anormalidad, una perversión KR- etcétera, que simbólicamente pueden
PRVH[XDOLGDGIHWLFKLVPRHWFpWHUD 3HUGX- SDVDUDUHSUHVHQWDUORVJHQLWDOHV
ra a nivel social la connotación de lo sexual E 3ODQWHDXQD\RWUDYH]³ODH[LVWHQFLDGH
como indecente, sucio, prohibido. También la sexualidad como una fuerza poderosa
HQ DOJXQRV LQGLYLGXRV VL SHUVLVWHQ FRPSR- en la mente de los niños y de los adul-
nentes mentales infantiles e inmaduros. tos”3DODTXHGHVLJQDFRQHOQRPEUHGH
libido. Su presencia como deseos en la
Esta idea corriente o vulgar acerca de sexualidad infantil y adulta y su trascen-
ODVH[XDOLGDGHVWDPELpQVRVWHQLGDGHV- dencia para la vida de las personas no
GHODV&LHQFLDV%iVLFDV SXHGHGHVFRQRFHUVH3RQHGHPDQL¿HVWR
el polo pulsional de la persona.
F  3RU RSRVLFLyQ VLUYLy SDUD GHVWDFDU XQ
El punto de vista otro sector: el Yo, el polo defensivo de
del Psicoanálisis la persona que se enfrenta con las ex-
periencias de la sexualidad infantil y se
6L ELHQ HQ OD HVFDOD ELROyJLFD OD DFWLYLGDG GH¿HQGHGHHOODVcuando le generan an-
sexual posibilita la reproducción de la espe- gustia por el mecanismo de la represión.
cie, el Psicoanálisis sostiene que en el ser En estas condiciones la represión, como
humano la sexualidad está centrada en una fuerza psíquica muy poderosa, las

1
'LFFLRQDULRGHOD/HQJXD(VSDxROD0DGULG(VSDVD&DOSH6$
)UHXG6³&RQIHUHQFLDVGH,QWURGXFFLyQDO3VLFRDQiOLVLV´  (Q2EUD&RPSOHWD;9,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
2

3
Meltzer, D. /RVHVWDGRVVH[XDOHVGHODPHQWH%XHQRV$LUHV.DUJLHPDQ
⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG 55⎞

GHVDORMDGHODFRQFLHQFLD\SRUWDQWRGH Es en función de los estados mentales


SRGHU PDQLIHVWDUVH FRQ REMHWRV HQ DF- que la caracterizan que es necesario ocupar-
FLRQHVHVSHFt¿FDV3RUORWDQWR se de la sexualidad y no de las actividades
RFRQGXFWDVPDQL¿HVWDVDTXHGDQOXJDU1R
OD VH[XDOLGDG HV OD E~VTXHGD GH H[SH- son las prácticas habitualmente llamadas
riencias de placer pero su contracara sexuales las que aquí interesan sino la pre-
es la angustia. Para protegerse de la sencia movilizadora de la sexualidad en los
DQJXVWLD HO <R XWLOL]D PHFDQLVPRV GH procesos mentales y afectivos de todo tipo.
GHIHQVDFX\RSURWRWLSRHVODUHSUHVLyQ Desde esta perspectiva,
SDUD SHUPLWLU H[SUHVDU VX VH[XDOLGDG
GHQWURGHFLHUWRVOtPLWHV\PRGDOLGDGHV ODVH[XDOLGDGDODTXHVHKDFHUHIHUHQ-
cia en estos capítulos es algo a ser in-
Frente a la actividad defensiva del Yo, IHULGRFRQVWUXLGRTXHQRIRUPDSDUWH
la sexualidad infantil irá quedando atrás, necesariamente de conductas o acti-
LQFDSD] GH VHU FRQVFLHQWH SHUR H¿FD] SDUD WXGHVVH[XDOHVPDQL¿HVWDVFRQODVTXH
H[SUHVDUVH SRU PHGLRV LQGLUHFWRV PiV HV- habitualmente se la relaciona.
pecialmente en ORVVXHxRVDFWRVIDOOLGRV\
síntomas neuróticos  De esta manera, el concepto de sexuali-
dad se ha transformado en H[WHQVLyQ y sig-
Por la represión, lo inconsciente se QL¿FDGR3RUGLItFLOTXHVHD¿MDUVXVOtPLWHV
constituirá como un sector escindido HQHOFDPLQRKDFLDXQDGH¿QLFLyQVHSXHGHQ
GHO <R VREUH HO TXH pVWH QR WHQGUi \D HQXPHUDUDOJXQDVGHVXVSULQFLSDOHVFDUDF-
PiV LQMHUHQFLD SHUR GH FX\RV HIHFWRV terísticas:
seguirá siendo vulnerable en todo mo-  &XDQGRHVFRQVLGHUDGDGHVGHODJHQHUDOL-
mento. zación más amplia, ODVH[XDOLGDGVHUHSUH-
VHQWDFRPRXQDVHULHGHHVWDGRVGHH[FL-
G  /D LGHD GH VH[XDOLGDG LQFOX\y IHQyPH- tación asociados a estímulos corporales o
nos que no estaban previamente de- SVLFROyJLFRVTXHJHQHUDQXQDWHQVLyQGLV-
QRWDGRV FRPR VH[XDOHV 3RU HMHPSOR placentera que requiere ser aliviada.
mostró cómo los síntomas neuróticos
REVHVLRQHV IRELDV KLVWHULD  pueden 6XEMHWLYDPHQWH HO DOLYLR VH PDQL¿HV-
VHUUHDOL]DFLRQHVGHGHVHRVVH[XDOHVUH- WD FRPR VHQVDFLRQHV GH SODFHU R TXH
SULPLGRVFRQORVTXHHOSDFLHQWHSXHGH orientan fuertemente al sujeto en su
H[SHULPHQWDU XQD VDWLVIDFFLyQ LQFRQV- E~VTXHGD
ciente, una de las razones de por qué,
aunque le hacen sufrir, al Yo le cuesta Al hablar de placer se incluyen senti-
tanto abandonarlos. Señaló la transición mientos referidos a sensualidad, a goce,
JUDGXDO HQWUH OD VH[XDOLGDG QRUPDO \ deleite, bienestar, gusto, anhelo, deseo, que
neurótica, y a ésta como al negativo de van desde una simple satisfacción hasta la
la perversión. voluptuosidad más intensa.
H  'HVFXEULy TXH FLHUWDV SURGXFFLRQHV KX-
manas como la creación artística, la En el ser humano el abanico de sensa-
LQYHVWLJDFLyQ FLHQWt¿FD R la actividad FLRQHVTXHSXHGHQGDUOXJDUDOSODFHU
profesionalKDOODQVXHQHUJtDHQODIXHU- HV WDQ DPSOLRTXHLQFOX\HKDVWDDTXH-
za de la pulsión sexual que ha tomado el OODV GHVDJUDGDEOHV TXH JHQHUDQ GRORU
camino de la sublimación (ver Vocación SXQWR DO TXH HO PpGLFR QHFHVLWD HVWDU
0pGLFDFDStWXOR;;,9 . especialmente atento.
⎛56 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

  $SR\DGD RULJLQDOPHQWH HQ QHFHVLGDGHV dad infantil con los padres, el llamado
GHO UHJLVWUR GH OR YLWDO DOLPHQWDFLyQ &RPSOHMRGH Edipo/XHJRVHDSDFLJXD
defecación, micción y otras necesidades SHURQRVHH[WLQJXHHQHOperíodo de la-
ELROyJLFDV ODVH[XDOLGDGLQIDQWLOUiSLGD- tencia, para irrumpir en la adolescencia
mente se independiza de ellas. %URWD por WUDV OD PDGXUH] GH ORV yUJDQRV JHQLWD-
la excitabilidad de distintas zonas corpo- OHV(VWDFDUDFWHUtVWLFD~QLFDGHOJpQHUR
UDOHVHQHVSHFLDOHQORVRUL¿FLRVTXHVH KXPDQR REOLJD DO KRPEUH D FRPHQ]DU
constituyen en las llamadas zonas eró- su sexualidad dos veces, con el período
genas. Es provocada por las incitaciones de latencia de por medio. Toda esa com-
más o menos encubiertas provenientes SOHMDWUD\HFWRULDVHGHQRPLQDdesarrollo
del mundo adulto, en especial por las SVLFRVH[XDO.
manipulaciones corporales provenientes   /D KLVWRULD SVLFRVH[XDO GHO VXMHWR YD D
de los cuidados y suministros parenta- GHWHUPLQDU ODV FRQGLFLRQHV TXH UHJXOD-
les. Estos cuidados ubican al niño desde rán estrictamente la elección de objeto
el comienzo de la vida en el universo de amor y la modalidad de la actividad
fantasmático de las aspiraciones y de- sexual en el adulto. Los efectos de la
seos de los padres. sexualidad infantil se harán conocer en
  6HGHVSOLHJDHQWpUPLQRVGHorganizacio- la vida erótica adulta como deseos, que
nes libidinales oral, anal, uretral, fálica, HQIRUPDPDQL¿HVWDRHQFXELHUWDSRUHO
caracterizadas por diferentes componen- <R\VXVGHIHQVDVUHJLUiQODVWHQGHQFLDV
tes o pulsiones parciales, experiencias de que aspiran a restablecer compulsiva-
placer de zonas corporales, relaciones de mente la satisfacción de las necesidades
REMHWR \ DQVLHGDGHV FDUDFWHUtVWLFDV HV- GH DFXHUGR D ORV VLJQRV OLJDGRV D ODV
tructuradas como fantasías inconscientes. primitivas experiencias de placer de la
Éstas forman el contenido de los procesos VH[XDOLGDG LQIDQWLO \ FRQ ORV REMHWRV D
mentales más primitivos, se relacionan ellas enlazados. Compulsivamente quie-
RULJLQDULDPHQWHFRQSURFHVRVFRUSRUDOHV re decir que las experiencias tenderán
FRQREMHWRVTXHle hacen o a los que se a repetirse en la modalidad y variedad
le hacen GHWHUPLQDGDV FRVDV 3RU HMHP- conocidas en el pasado. De esa manera,
plo, en torno a la experiencia con la ali- la fuerza del pasado se hará sentir en el
mentación, el bebé puede experimentar presente y determinará los fenómenos
que se traga canibalísticamente el pecho conocidos como transferencia.
materno, que puede expulsarlo, sentirse   $WUDYHVDGDHQODLQIDQFLDSRUODrepresión,
atacado por él, etcétera. /DV IDQWDVtDV la sexualidad se asociará a lo sucio, feo,
inconscientes son organizaciones menta- DVTXHURVR. A nivel social se expresará en
OHV SULPLWLYDV DSR\DGDV LQLFLDOPHQWH HQ los innumerables tabúes que pesan sobre
GHWHUPLQDGRVSURFHVRVFRUSRUDOHVTXHOH ella, en el disgusto, el rechazo, el pudor
¿MDQXQGHWHUPLQDGRDUJXPHQWRRJXLyQ TXHJHQHUD1RVHSRGUiQWUDWDUGHVDSD-
imaginativo. sionadamente los temas vinculados a la
  (O GHVDUUROOR GH OD YLGD HUyWLFD WLHQGH sexualidad, ni siquiera en Medicina.
JUDGXDOPHQWH KDFLD OD XQL¿FDFLyQ GH Se sostiene que la actitud social hacia
los componentes parciales de las dis- la sexualidad ha cambiado últimamen-
WLQWDVRUJDQL]DFLRQHVOLELGLQDOHVSUHYLDV te, que se ha liberalizado, siendo más
\ D VHU SXHVWR HQ OD IDVH IiOLFD EDMR OD franca y más abierta. Debe recordarse,
SULPDFtD GH ORV JHQLWDOHV PLHQWUDV VH VLQHPEDUJRTXHOLEHUDUODFRQGXFWDQR
alcanza, aproximadamente entre los 3 VLJQL¿FDQHFHVDULDPHQWHOLEUDUDOGHVHR
y 5 años la culminación de la sexuali- de la represión y de sus efectos.
⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG 57⎞

  (VLQKHUHQWHDOGHVDUUROORSVLFRVH[XDOTXH HVSHFt¿FDPHQWH KXPDQR QR FRQVWLWX\H


ORV GHVHRV VH[XDOHV LQIDQWLOHV RUJDQL]D- todo. Siempre hay una otra cosa a la que
dos como fantasías inconscientes queden eventualmente puede estar enfrentada.
inevitablemente vinculados a lo prohibi-
do a través de normas y admoniciones (QSULQFLSLRDSRGHUHVSVtTXLFRVTXH
que provienen de los padres, educadores, VH KDQ LGR LQVWDODQGR HQ HO <R HQ HO
HWFpWHUD /D UHVROXFLyQ GHO FRPSOHMR GH WUDQVFXUVR GHO GHVDUUROOR SVLFRVH[XDO
(GLSR LQVWDODUi SDUD VLHPSUH OD LQÀXHQ- \ TXH D OD PDQHUD GH GLTXHV H[LJHQ
cia parental y social como una estructu- renunciar a buena parte de las mani-
UDGHQWURGHOSURSLR<RGHOVXMHWRTXHVH IHVWDFLRQHVGHODVH[XDOLGDGLQIDQWLOR
denomina conciencia moral o Superyó y le demandan transformar sus aspira-
que impondrá al Yo valores e ideales. El ciones. Esta renuncia resulta reforza-
GHVHR\OD/H\ ODVQRUPDVORVOtPLWHV  da por el proceso de educación paren-
PDUFKDUiQVLHPSUHMXQWRV WDO6LQHPEDUJRODVH[LJHQFLDVGHODV
SXOVLRQHV QR VH DFDOODQ DXQTXH SHU-
1XHYDPHQWHVHKDFHQRWDUODSDUWLFLSD- PDQH]FDQ LQFRQVFLHQWHV \ SUHVHUYDQ
FLyQGHO<R\VXVGHIHQVDVHQHVWDWUDQV- H¿FDFLDSDUDODYLGDPHQWDOGHOVXMHWR
formación de las tendencias originarias /DVIXHU]DVSURYHQLHQWHVGHODVH[XD-
GHODVH[XDOLGDGLQIDQWLO OLGDG\ODVGHO<RVHHQIUHQWDQSHUPD-
QHQWHPHQWHFRPRFRQÀLFWRSVtTXLFR
  (Q HO DGXOWR OD VH[XDOLGDG LQIDQWLO OOH-
JDUi D WHQHU DOJXQR GH HVWRV GHVWLQRV Dentro de esta concepción más abarca-
XQOXJDUHQODVDFWLYLGDGHVGHOOODPDGR dora de la sexualidad, la Medicina que se
placer preliminar GH OD VH[XDOLGDG JH- ocupa de la salud y de la enfermedad y don-
QLWDO FRQWHPSODUWRFDUEHVDUDOREMHWR GH OD FRQVWLWXFLyQ GHO VXMHWR SVtTXLFR HVWi
HWFpWHUD DSDUHFHUiVLPEyOLFDPHQWHHQ- presente, no puede eludir su estudio.
cubierta en los síntomas neuróticos, de
PDQHUDPDQL¿HVWDHQODVperversiones o
en actividades intelectuales o artísticas El salto a la humanización:
GHOUHJLVWURGHODsublimación. del instinto...

Este cambio conceptual introducido por (OWpUPLQRLQVWLQWRTXLHUHGHFLULPSXO-


el Psicoanálisis, que ha sido y es fuerte- VR\VLUYHSDUDGDUFXHQWDGHHVTXHPDV
mente resistido, permite entender por qué de comportamiento en los animales,
la sexualidad está presente como VLJQL¿FD- TXHYDUtDQSRFRGHXQLQGLYLGXRDRWUR
do en todas las manifestaciones humanas: TXH VH GHVDUUROODQ VHJ~Q XQD VHFXHQ-
en los comportamientos, en la salud, en la FLD HVWHUHRWLSDGD \ ¿MD \ TXH SDUHFHQ
SDWRORJtD HQ OD HGXFDFLyQ HQ OD FULDQ]D UHVSRQGHU D XQD PHWD R ¿QDOLGDG VHD
GHORVQLxRVHQODPRUDOODUHOLJLyQHQODV preservar el individuo o la especie.
producciones de la cultura, en los fenóme-
nos sociales. Todos los hechos humanos de 7LQEHUJHQKDGH¿QLGRODFRQGXFWDLQVWLQ-
FDUiFWHUSVLFROyJLFRRVRFLDOWLHQHQXQDVLJ- tiva de esta manera: “Son mecanismos del
QL¿FDFLyQ VH[XDO R SXHGHQ VHU HQWHQGLGRV 6LVWHPD 1HUYLRVR &HQWUDO MHUiUTXLFDPHQWH
desde las pulsiones sexuales y las transfor- RUJDQL]DGRV VHQVLEOHV D FLHUWRV LPSXOVRV
PDFLRQHVTXHOHVH[LJHQHO<R\ODFXOWXUD SUHSDUDWRULRV\GHVHQFDGHQDQWHVGHRULJHQ
Por otra parte, si bien la sexualidad par- interno y externo, a los cuales responden
ticipa en todo aquello que caracteriza a lo SRUPHGLRGHDFFLRQHVFRRUGLQDGDVFX\D¿-
⎛58 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

nalidad es contribuir al mantenimiento del cialmente determinada como el instinto.


individuo y la especie”.4 Interesa observar 1RHVDOJRTXHVHDREVHUYDEOHVXSRQH-
en escala animal la relación entre la función PRVVXH[LVWHQFLDGHWUiVGHORVPiVYD-
reproductora necesaria para la sobrevida de riados comportamientos humanos.
la especie y las conductas sexuales. El de-
sarrollo de la evolución hace que en los ani- El concepto de pulsión se descompone
males superiores, la actividad sexual no esté GHODVLJXLHQWHPDQHUD
asociada exclusivamente a la reproducción  Empuje es el factor motor de la pulsión,
sino también forme parte de la tendencia a OD IXHU]D TXH VLJQL¿FD SDUD OD PHQWH
ODRUJDQL]DFLyQVRFLDOTXHOOHYDDSURGXFLU XQDH[LJHQFLDGHWUDEDMR\DOTXHVLHQWH
relaciones más permanentes entre los ma- como una necesidad perentoria a la que
chos y hembras adultos, esto es, a un cierto WLHQH TXH GDU FXUVR 6XEMHWLYDPHQWH HV
tipo de vida familiar.5 percibido como afecto.
 /Dfuente de la pulsión es un estado de
excitación que proviene del interior del
...a la pulsión cuerpo. Es un proceso somático loca-
OL]DGRHQXQyUJDQRRHQXQDSDUWHGHO
¢([LVWH HQ HO KRPEUH DOJR TXH GHWHUPLQH cuerpo que produce un impulso. En
¿VLROyJLFD JHQpWLFDPHQWH VXV FRPSRUWD- HVHQFLDHQODSXOVLyQKD\DOJRTXHOOHYD
mientos como en los animales? La respues- DORUJDQLVPRDDFWXDUXQDIXHU]DFDSD]
ta no puede ser unívoca. Cuando en la es- de manifestarse en una conducta que lle-
FDODELROyJLFDVHSDVDDOQLYHOKXPDQRKD\ va a suprimir la excitación interna.
un salto cualitativo: a diferencia del mundo  )LQ o meta es el acto o acción por el que
DQLPDOHQHOVXMHWRKXPDQRVLHPSUHSDUWL- se suprime la excitación y a través del
cipa la vida mental y vida mental es historia, que la pulsión se satisface. Es aque-
H[SHULHQFLDFRQORVREMHWRVGHDPRUVXEMH- llo por lo que la fuente se conoce, por
tividad, acceso a los lazos sociales. Para ex- HMHPSORODVXFFLyQFRPRPHWDDSXQWDD
SOLFDUHVWHSDVDMHDGLIHUHQFLDGHOLQVWLQWR la boca como fuente para la pulsión de
se hace intervenir a la pulsión trieb en ale- alimentación. El chupeteo es la meta de
mán, driveHQLQJOpV XQFRQFHSWRIURQWHUL- ODSXOVLyQRUDO(O¿QGHODSXOVLyQHVH[-
]RHQWUHORELROyJLFR\ORPHQWDO presado en una fantasía inconsciente de
FLHUWD DFFLyQ LPDJLQDWLYD FLHUWR JXLyQ
/DSXOVLyQHVXQLPSXOVRXQDWHQGHQFLD FDOFDGRGHDOJXQDDFWLYLGDGFRUSRUDO
una fuerza proveniente del interior del  (Oobjeto de la pulsión es aquello hacia lo
RUJDQLVPR TXH OOHJD D OD PHQWH \ D OD que la acción apunta y le permite alcan-
TXHOHGHPDQGDXQWUDEDMR1RHVWiLQL- zar su meta, el alivio de la tensión inter-

4
7LQEHUJHQ17KH6WXG\RI,QVWLQFW. Oxford: Clarendon, 1951.
5
(QPXFKRVDQLPDOHVODFRQGXFWDVH[XDOSDUHFHHVWDUDOVHUYLFLRH[FOXVLYRGHDVHJXUDUODIHUWLOL]DFLyQ\QDGDPiV(QPXFKRV
URHGRUHVODKHPEUDH[KLEHFRQGXFWDVVH[XDOHVSRUVyORDOJXQDVKRUDVLQPHGLDWDPHQWHDQWHVGHODRYXODFLyQORTXHDVHJXUD
ODVPHMRUHVFRQGLFLRQHVGHIHUWLOL]DFLyQ$GHPiVODFRQGXFWDVH[XDOVHSUHVHQWDSRUODQRFKHFXDQGRORVDQLPDOHVHVWiQPiV
DFWLYRV\DXQDKRUDHQTXHVHHQFXHQWUDQDUHVJXDUGRGHSUHGDGRUHV8QDYH]TXHODIHUWLOL]DFLyQWXYROXJDUQRKD\PiVRSRUWX-
QLGDGGHHVWDEOHFHUXQYtQFXORVH[XDOFRQHOPDFKRKDVWDTXHHOHPEDUD]ROOHJDDVXWpUPLQR3HURKD\PDPtIHURVHQORVTXHOD
FRQGXFWDVH[XDOVHSURORQJDPiVDOOiGHODVQHFHVLGDGHVGHODIHUWLOL]DFLyQ\HQORVTXHODUHODFLyQVH[XDOHQWUHPDFKR\KHPEUD
WLHQGHDVHUPiVHVWDEOH\ORVOOHYDDHVWDUMXQWRVWRGRHODxRFRPRSRUHMHPSORHQORVORERV(QORVSULPDWHVODWHQGHQFLDHQ
ODKHPEUDHVDSHUPDQHFHUUHFHSWLYDDLPSXOVRVVH[XDOHVSRUSHUtRGRVODUJRVGHPDQHUDTXHVXDFWLYLGDGVH[XDOQRVHOLPLWD
con exclusividad al período de celo. Compárese con la sexualidad en el hombre.
⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG 59⎞

QD\VXHIHFWRVXEMHWLYRHQODPHQWHOD el Yo el que, como resultado de su historia,


VDWLVIDFFLyQ (V HO REMHWR GH OD SDVLyQ GHWHUPLQDTXHODSXOVLyQVH¿MHDXQREMHWR
3DUD OD SXOVLyQ VH[XDO HO REMHWR SXHGH TXHHQHOSDVDGROHKDJDUDQWL]DGRODVDWLV-
ser una persona total, una parte de ella facción.
o el propio Yo. Pero siempre se tratará El concepto de ¿MDFLyQ explica conoci-
GHORVREMHWRVTXHLQWHUHVDQDODSXOVLyQ GRVGDWRVGHODH[SHULHQFLDWRGRVXMHWRKX-
sobre todo de los primeros, la madre y mano se halla marcado por sus experiencias
los otros de su entorno, los que formarán LQIDQWLOHV SHUPDQHFH ¿MDGR HQ IRUPD PiV
SDUWHGHOJXLyQIDQWDVPiWLFRLQLFLDOGHO o menos disfrazada a modos de satisfac-
niño. El objeto es lo más variable de la FLyQWLSRVGHREMHWR\GHUHODFLyQDUFDLFRV
SXOVLyQ QR VH HQFXHQWUD RULJLQDOPHQWH Tiende a la repetición de las experiencias
enlazado a ella como en el instinto sino SDVDGDV\H[SOLFDODUHVLVWHQFLDGHOVXMHWRD
subordinado como consecuencia de su desprenderse de ellas.
adecuación a la búsqueda de la satisfac-
ción. Esto quiere decir que se lo puede
FDPELDU EDMR OD VROD FRQGLFLyQ GH TXH La energía psíquica
VLJDSURFXUDQGRVDWLVIDFFLyQ y la investidura

&RQWUDULDPHQWH DO LQVWLQWR GH ORV DQL- En tanto la pulsión es concebida como una
males, en el sujeto humano el objeto es IXHU]D XQ LPSXOVR XQ HPSXMH IXH QHFH-
inicialmente contingente. Pero sucesi- sario suponer una energía psíquica, que es
YDVH[SHULHQFLDVFRQpOJHQHUDQIDQWD- parte de la pulsión o deriva de ella, capaz de
VtDVTXH¿MDQODSXOVLyQ JHQHUDUWUDEDMRPHQWDO6HWUDWDVyORGHXQD
formulación hipotética pero útil para expli-
/DRULJLQDOLGDGGHODWHVLVIUHXGLDQDHV car ciertos hechos de la clínica. /DHQHUJtD
haber señalado que, a diferencia del ins- GHODSXOVLyQVH[XDOHVODOLELGR.
tinto, la pulsión o impulsión en el hombre Se supone que recuerdos, fantasías o
es una fuerza relativamente indeterminada LGHDVUHODFLRQDGRVFRQREMHWRVHVWiQinves-
HQ FXDQWR DO FRPSRUWDPLHQWR TXH RULJLQD tidos GH XQ TXDQWXP GH HQHUJtD OLELGLQDO
WDQWRFRPRDOREMHWRTXHSURSRUFLRQDODVD- que proviene de las pulsiones sexuales y
tisfacción. del que depende la importancia y trascen-
dencia de los mismos para la vida mental
(QRWUDVSDODEUDVGH¿QHDODSXOVLyQHO GH XQ VXMHWR VX YDORU SVtTXLFR o afectivo.
carácter poco preciso pero imperioso del Cuanto más investidos, tanto mayor es su
impulso motivante, la contingencia del valor. Cuando ocurre lo contrario se habla
REMHWR\ODYDULDELOLGDGGHODVPHWDV.6 de desinvestiduraORVREMHWRVQRLQWHUHVDQ
no importan.
Dado el proceso de simbolización, al Para el niño, la madre es un importan-
REMHWRVHORSXHGHUHHPSOD]DUDORODUJRGH WH REMHWR GH VXV SXOVLRQHV SRU HVR tendrá
los destinos que conoce la pulsión ORTXHQR investidos fuertemente los pensamientos,
H[FOX\HTXHODSXOVLyQWHUPLQHSRU¿MDUVHD deseos y fantasías asociados con ella. Si el
un objeto típico o a una determinada mo- QLxR VH GH¿HQGH FRQWUD HOORV VREUHYLHQH
dalidad de satisfacción /D SXOVLyQ VH ¿MD XQ FRQÀLFWR FRQ OD PDGUH ORV SHQVDPLHQ-
DXQDIDQWDVtDHVGHFLUDXQJXLyQLPDJL- tos eróticos referidos a ella pueden perder
nativo por el que busca la satisfacción. Es VX LQYHVWLGXUD VHU GHVDORMDGRV GHO SHQVD-
6
Freud, S. Ibidem, 1917.
⎛60 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

miento consciente. Este mecanismo, cuya Las necesidades corporales, concebidas


expresión clínica es el olvido, se denomina como factores cuantitativos, pasan a ser
represiónXQHMHPSORGHOSURFHVRPHQFLR- FXDOL¿FDGDV en la mente, por lo que pueden
nado más arriba. ser reconocidas y percibidas por las ideas
que las representan. ¿Qué quiere decir que
/DSHUVRQDFRQXQDHQIHUPHGDGLQYLVWH SDVHQDVHUFXDOL¿FDGDVVLJQL¿FDGDV"4XH
LQWHQVDPHQWHWRGRORTXHWLHQHTXHYHU ORVSULPLWLYRVLPSXOVRVRULJLQDOPHQWHSRFR
con ella: el malestar, el dolor, la inca- determinados son modelados por las expe-
SDFLGDGHOWUDWDPLHQWR\SRUVXSXHV- riencias y la socialización. Experiencias
to al médico. que se han inscripto como engramas psí-
TXLFRV que de ahora en más van a plantear
La pulsión tenderá a adherirse, esto es, a en forma de GHVHRVHVSHFt¿FRV los modos y
LQYHVWLULQWHQVDPHQWHGHWHUPLQDGRVREMHWRV ORVREMHWRVFRQTXLHQHVVHKDQGHVDWLVIDFHU
y modos de satisfacción a los que les cos- ¿Cómo ocurre?
WDUiUHQXQFLDU/RVREMHWRVGHOFRPSOHMRGH Las primerísimas experiencias son las
Edipo implican fuertes investiduras que se más importantes porque a la vez que son re-
hace difícil abandonar. Cuanto más intensa- JLVWUDGDVFRQWULEX\HQDODRUJDQL]DFLyQFR-
PHQWHHVWpOLJDGRHOQLxRDODPDPiPiVOH nocida como DSDUDWRSVtTXLFR. Es útil con-
costará en el futuro investirRWUDPXMHU(VWR siderar esas experiencias tempranas como
forma parte del concepto de ¿MDFLyQ. IRUPDQGR SDUWH GH XQ HQJUDPD GH KXHOODV
asociadas solidariamente en el que intervie-
QH   HO UHJLVWUR TXH HO EHEp KDFH GH VXV
La pulsión y el Yo primeras necesidades\XUJHQFLDVFRUSRUD-
OHVHOKDPEUHSRUHMHPSOR el modo de
/DSXOVLyQVH[XDOFRPRHVWtPXORHQGyJH- ser satisfechas, lo relacionado a la succión,
no no se halla determinada, lo que la de- SHURWDPELpQWRGRHOUHJLVWURGHVHQVDFLRQHV
termina en el hombre es lo que proviene de asociadas placenteramente a la lactancia; y
la vida mental, de sus experiencias, de sus  el objetoTXHSDUDHOUHJLVWURGHOEHEpODV
IDQWDVtDVHVGHFLUFLHUWRJXLyQLPDJLQDWLYR hizo posible, el pecho de la madre.
TXH¿MDODPRGDOLGDG\HOREMHWRen su histo-
ria. Las pulsiones aportan desde el interior Su inscripción simultánea en forma de
XQÀXMRGHH[FLWDFLyQXQDWHQVLyQVHQWLGD una triple huella conocida como viven-
como tensión de necesidad de la que no se cia de satisfacción organiza los prime-
SXHGH HVFDSDU \ TXH UHTXLHUH TXH VH KDJD URVHQJUDPDVPHQWDOHVTXHOHGDQDOVX-
DOJR DO UHVSHFWR 6HUi HO <R OD LQVWDQFLD MHWRQRVyORHOUHJLVWURGHODH[SHULHQFLD
HQFDUJDGD GHO FyPR FXiQGR \ FRQ TXLpQ VLQRTXHORLQLFLDQHQVXVLJQL¿FDGR
hacerlo. O, por el contrario, de cómo pro-
hibirse hacerlo(QHOPHMRUGHORVFDVRVHO $ SDUWLU GH HQWRQFHV KD\ PHPRULD HQ
UHVXOWDGR¿QDOVHUiXQDWUDQVDFFLyQHQWUHOD forma de archivos de huellas mnémicas que
pulsión y el Yo. FDGD WDQWR VH UHRUJDQL]DQ  pero no nece-
En la medida en que las demandas pulsio- VDULDPHQWH UHFXHUGR GH HVDV H[SHULHQFLDV.
QDOHVVHOLJDQDUHSUHVHQWDFLRQHVPHQWDOHVR Persiste una fuerte tendencia a reiterarlas
LGHDV TXH VRQ WUDQVIRUPDFLRQHV GHULYDGDV LQFRQVFLHQWHPHQWH VHJ~Q ORV PRGRV \ ORV
GHKXHOODVGHH[SHULHQFLDVGHVDWLVIDFFLyQ  REMHWRV TXH DOJXQD YH] FRQWULEX\HURQ D OD
estas representaciones asumen de ahora en satisfacción de las necesidades. Eventual-
PiVHO¿Q\ODGLUHFFLyQGHORVLPSXOVRVTXH mente, con el tiempo y si se pudieran poner
han sido delegados en ellas. HQSDODEUDVHOVLJQL¿FDGRVHUi³(VWDVHQVD-
⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG 61⎞

FLyQGHPDOHVWDUTXHWHQJRHVKDPEUHQHFH- ODVRSRUWXQLGDGHVTXHOHRWRUJDRGHODVTXH
VLWRTXHUHDSDUH]FDHVHREMHWRTXHODFDOPH OR SULYD OD UHDOLGDG /D UHÀH[LyQ OD RSRU-
HO DOLPHQWR TXH DSDFLJXD 3HUR WDPELpQ HO WXQLGDG R OD FRQYHQLHQFLD TXH VLJQL¿FD OD
SHFKRRVXEURJDGRVTXHPHJHQHUDURQHQVX introducción del principio de realidad per-
momento un placer que deseo reiterar”. PLWLUiTXHSXHGDVHUVDWLVIHFKRFRQREMHWRV
Las experiencias vividas han provocado provenientes de la realidad. En conclusión,
HOVXUJLPLHQWRGHUHSUHVHQWDFLRQHVLQWHULR-
rizadas en el espacio de la mente, represen- HVHO<RTXHHQIXQFLyQGHVXH[SHULHQ-
taciones de deseoRUJDQL]DGDVHQODIRUPD FLD \ VX KLVWRULD SHUPLWLUi HQ HO PH-
GH XQ JXLyQ IDQWDVPiWLFR TXH GH DKRUD HQ MRUGHORVFDVRVTXHODUHVSXHVWDDOD
PiV SUHVLGLUiQ HQ HO VXMHWR OD E~VTXHGD demanda de la pulsión, inicialmente
GH REMHWRV \ GH PRGRV TXH VH DVHPHMHQ R LQHVSHFt¿FDVHHVSHFL¿TXHHQGHVHRV\
evoquen a las primeras experiencias de sa- IDQWDVtDVeVWRVFRQVWLWX\HQODEDVHGH
tisfacción. En tiempo y forma, la ausencia OD VLQJXODULGDG KXPDQD TXH ORV VHUHV
del objeto deseado, cuando se lo necesite, humanos sean tan diferentes unos a
va poner en marcha el importante proceso otros.
de simbolización FDSDFLGDG SULYDWLYD GHO
KRPEUHGHUHSUHVHQWDUODDXVHQFLD \ODEDVH
GHVXVORJURVPiVQRWRULRV(OWpUPLQRde- Pulsiones sexuales
mandaGHVLJQDODLQVHUFLyQGHOGHVHRHQOD y de autoconservación
relación con los demás.
/RPHQWDORHO<RTXHHVVXSDUWHRUJD- 6L ODV SXOVLRQHV VH RULJLQDQ HQ HVWtPXORV
nizada, asume la tarea de encontrar respues- internos, ¿cuántas son y de qué manera cla-
ta a las necesidades pulsionales. Lo corpo- VL¿FDUODV"(QXQDSULPHUDSRVWXODFLyQIUHX-
ral se ha desplazado a sus representantes diana las pulsiones de autoconservación
psíquicos, entendiendo por tal una especie VHUYtDQDODVJUDQGHVQHFHVLGDGHVGHODYLGD
de delegado que representa los intereses de QXWULFLyQGHIHFDFLyQHPLVLyQGHRULQDYL-
la pulsión en la mente a los que ésta debe VLyQGRPLQLRPXVFXODUHWFpWHUD VXPRGHOR
GDUDOJ~QWLSRGHUHVSXHVWD era el hambre, su función la alimentación,
VXREMHWRHODOLPHQWRVXPHWDODLQJHVWLyQ
El conjunto de las primeras huellas de 5HTXLHUHQGHREMHWRVGHODUHDOLGDGSDUDVD-
H[SHULHQFLDVGHVDWLVIDFFLyQODLQWHUQD- tisfacerse, de manera más o menos imperio-
OL]DFLyQHLGHQWL¿FDFLyQFRQORVREMHWRV sa. Tal vez en el nivel humano, las pulsiones
FRQ ODV TXH WXYLHURQ OXJDU FRQIRUPDQ o necesidades de la autoconservación estén
los núcleos PiVSULPLWLYRVGHO<R tan revestidas por las sexuales que se hace
muy difícil su reconocimiento aislado. En la
(O FXHUSR ELROyJLFR \ VXV QHFHVLGD- DQRUH[LD QHUYLRVD SRU HMHPSOR HO KDPEUH
GHVVLJXHQUHJXODGRVSRUla tendencia a la SXHGHVHUQHJDGDDOSXQWRGHODPXHUWHSRU
homeostasis pero estarán de ahora en más inanición. Es por eso que en el ser humano el
DWUDYHVDGRVSRUHOVLJQL¿FDGRGHODVH[SH- QLYHOH[FOXVLYDPHQWHELROyJLFRQRH[LVWH(V
ULHQFLDV\SRUHOUHJLVWURTXHGHODVPLVPDV otro efecto del salto a la humanización.
ocurre en el Yo. En tanto psíquicas, pasan Y ODVSXOVLRQHVVH[XDOHV, que pueden en-
DHVWDUUHJXODGDVSRURWUDWHQGHQFLDODWHQ- tretenerse con la vida de fantasía durante un
dencia al placer, y a evitar el displacer, a ser ODUJRWLHPSRGHPDQHUDDXWRHUyWLFDPDQWH-
buscadas por el camino que les marca el de- nerse activas en la fantasía. En realidad, la
VHRTXHVHULJHSRUHOSULQFLSLRGHSODFHU\ pulsión sexual es considerada la pulsión por
displacer. Más tarde deberá tener en cuenta excelencia. Aporta ese plus que le da a la
⎛62 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

vida mental, en más o en menos, esa notoria pulsiones de muerte. Ambas participarían
característica de desmesura. VLHPSUH HQ IRUPD FRQMXQWD DXQTXH PH]-
(Q HVWH HVTXHPD GXDO OD DJUHVLYLGDG FODGDVHQJUDGRYDULDEOH/DVpulsiones de
TXH RULJLQDULDPHQWH HVWDED GHVWLQDGD D vida incluyen ahora a las sexuales y a las
DSRGHUDUVHGHOREMHWRHVFRQFHELGDFRPR GHDXWRFRQVHUYDFLyQTXHHVWiQMXQWDV\QR
parte de las pulsiones sexuales. El compo- enfrentadas, como antes, todas al servicio
QHQWHDJUHVLYRGHODVH[XDOLGDGGHYLHQHHQ de la vida y de la preservación de la salud.
sadismo(MHUFLGRFRQWUDVtPLVPRHVma- Freud incluye entre las pulsiones de vida, o
VRTXLVPR. como parte de ellas a la “pulsión de sanar,
a la que debemos nuestras curaciones –uni-
da a nuestros auxilios terapéuticos– quizá
El narcisismo sea el resto de esta facultad desarrollada de
PDQHUDWDQJUDQGLRVDHQORVDQLPDOHVLQIH-
/D SULPHUD PRGL¿FDFLyQ GH HVWD FODVL¿FD- riores”. La Medicina siempre ha tenido en
ción de las pulsiones fue el descubrimiento cuenta el poder autocurativo presente en el
del narcisismo. Se revelaba en los fenóme- cuerpo.
QRV GH HPEHOHVDPLHQWR TXH DOJXQDV SHU- /DV VHJXQGDV ODV SXOVLRQHV GH PXHUWH
sonas tienen con el propio cuerpo al que WLHQHQ SRU ¿QDOLGDG OD DXWRGLVROXFLyQ OD
DFDULFLDQEHVDQRFRQWHPSODQFRQDJUDGR DXWRGHVWUXFFLyQ\HOUHWRUQRDORLQRUJiQL-
WRPiQGRORFRPRXQREMHWRVH[XDO/DPLV- co. Para no sucumbir a ellas, el Yo debe
PDSXOVLyQVH[XDOGLULJLGDDORVREMHWRVH[- necesariamente proyectarlas al exterior
WHUQRVHQHVWHFDVRVHGLULJHDOSURSLR<R con el auxilio de las pulsiones de vida.
HVHODPRUDVtPLVPRDODLPDJHQGHXQR Una parte de las pulsiones de muerte sobre
mismo. Se expresa en el mito de Narciso. ORVREMHWRVH[WHUQRVVHPDQL¿HVWDHQWRQFHV
Cuando predomina sobre el amor a los de- como agresividad/DDJUHVLyQH[SUHVDUtD
PiVVHORFDOL¿FDGHegoísmo. la fuerza de la pulsión de muerte sobre los
demás. Pero, ocurre que también tiene otro
)UHXGGHVFXEULyTXHXQDGHODVFRVDVTXH destino:
le ocurren a la persona con la enferme-
GDG FRUSRUDO HV XQD LQWHQVL¿FDFLyQ GH /DVRFLDOL]DFLyQGHOVHUKXPDQRLPSOL-
VXQDUFLVLVPRVHRFXSDHQH[FOXVLYLGDG FDODLQWUR\HFFLyQGHORVREMHWRVSDUHQ-
de su dolencia por encima de todas sus WDOHV\ODYXHOWDGHODDJUHVLYLGDGVREUH
RWUDVFRVDV&HVDGHDPDU\GHLQWHUHVDU- sí mismo, nuevamente sobre el propio
VHSRUORVGHPiVPLHQWUDVVXIUH\VyORVH <R &XDQGR OD PLVPD HV LQWHQVD QX-
SUHRFXSD SRU pO &XDQGR VH UHVWDEOHFH merosas observaciones reconocen en
vuelve a sus intereses cotidianos.7 este movimiento un punto débil para
la salud: genera sentimientos de culpa
LQFRQVFLHQWHVPX\LQWHQVRVTXHVHPD-
Pulsiones de vida QL¿HVWDQ FRPR QHFHVLGDG GH FDVWLJR
y pulsiones de muerte accidentes o alguna enfermedad grave
FRPRODPHODQFROtD\XQRGHVXVGHVHQ-
0iV WDUGH )UHXG LQWURGXMR RWUR GXDOLVPR laces, el suicidio.
pulsional: las pulsiones de vida frente a las

7
Freud S. “Introducción del Narcisismo”, 1914. En: 2EUD&RPSOHWD;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV

Freud, S. “Nuevas Conferencias de Introducción al Psicoanálisis”, 1933. Conf. 32 En: 2EUD&RPSOHWD;;,,$PRUURUWX
%XHQRV$LUHV
⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG 63⎞

La pulsión de muerte es un concepto al- QLYHOELROyJLFRSRUTXHGDFXHQWDGHFyPR


tamente especulativo y rechazado hasta por las necesidades internas se mediatizan a
DOJXQRV SVLFRDQDOLVWDV &RPR GLFH )UHXG través de complicadas representaciones de
“¡Rara pulsión esa que se dedicaría a des- deseo o se independizan de ellas dando lu-
WUXLUVXSURSLDPRUDGD´\FLWDXQHMHPSOR JDUDODVLQ¿QLWDVSRVLELOLGDGHVKXPDQDVGH
GHOD)LVLRORJtDODPXFRVDJiVWULFDTXHVH desarrollo. Ayuda a entender la sexualidad
GLJLHUHDVtPLVPD96LQHPEDUJRVDOYDQGR KXPDQDFRPRHOGHVSOLHJXHGHXQproceso
la distancia porque pertenecen a hechos con SVLFRVH[XDO, que se inicia en la infancia en
contextos distintos, el concepto de pulsión WRUQRDODVJUDQGHVQHFHVLGDGHVGHODYLGD
GHPXHUWHKDFHSHQVDUSRUDQDORJtDHQODV pero que se autonomiza rápidamente de
enfermedades autoinmunitarias, donde en ellas en la medida en que empieza a inter-
ocasiones, por razones que no están claras venir la búsqueda de placer.
en la actualidad, se desarrolla una respuesta La noción de pulsión sexual rompe en
inmunitaria de DWDTXHFRQWUDODVSURSLDVFp- el ser humano con el concepto de un orden
lulas de la persona, como en la enfermedad ELROyJLFR SXUR /D ERFD VLUYH SDUD FRPHU
GH*UDYHVGH+DVKLPRWRODFROLWLVXOFHUR- SDUD LQFRUSRUDU REMHWRV SDUD H[SXOVDUORV
VD OD LOHtWLV UHJLRQDO HO OXSXV HULWHPDWRVR
pero también para besar, para hablar; los
sistémico, etcétera. RMRVQRVRORSHUFLEHQODVPRGL¿FDFLRQHVGHO
(Q%LRORJtDVHFRQRFHGHVGHKDFHPiV mundo externo necesarias para la sobrevida
de una década la presencia de procesos de VLQR WDPELpQ ODV FXDOLGDGHV GH ORV REMHWRV
PXHUWHHQHVWUXFWXUDVRUJiQLFDVTXHVHsui- eróticos necesarios para la satisfacción o
cidan para preservar la vida. Se supone que para tragarseDOREMHWRFRQODPLUDGDFRPR
el malfuncionamiento de este mecanismo, VLHORMRIXHUDXQDERFD
que se denomina apóptosis JHQHUD SDWROR- (OFRQFHSWRGHSXOVLyQELVDJUDROtPLWH
JtDGHWLSRDXWRLQPXQH\WXPRUDO HQWUHORSVtTXLFR\ORVRPiWLFRGHMDDELHU-
WRXQJUDQHQLJPDFX\DUHVROXFLyQGHSHQ-
GHGHOOXJDUGHVGHGRQGHVHORSLHQVH(Q
La importancia HIHFWRHOSDVDMHDODKXPDQL]DFLyQSRGUtD
del concepto de pulsión entenderse de dos maneras: 1. Desde una
RULHQWDFLyQ HWROyJLFD HQ HO PDUFR GH OD
Con la utilización del concepto de pulsión se evolución darwiniana de las especies, lo
introduce un modelo para entender ciertos FDUDFWHUtVWLFDPHQWH KXPDQR VXUJLUtD JUD-
hechos del nivel humano y conviene mante- dualmente desde lo corporal, la pulsión
nerlo. Como dice Laplanche “la noción de engarza al cuerpo en la mente y sus ne-
pulsión da razón del hecho de que no somos cesidades mandan. Los animales superio-
causa de nosotros mismos sino que somos UHVWHQGUtDQDOJ~QWLSRGHYLGDPHQWDO\HO
WRWDOPHQWHHPSXMDGRV´ La verdadera fuer- hombre resabios de vida instintiva animal.
]DTXHHPSXMDHVODGHODVUHSUHVHQWDFLRQHV 2. Desde una concepción más estructura-
de deseo desde el momento en que éstas que- lista y hermenéutica se piensa que habría
dan, en cierto sentido, separadas por haber XQVDOWRLUUHGXFWLEOHXQDUXSWXUDRQWROyJL-
sido reprimidas y por estar ancladas en deter- ca del hombre con su herencia animal. La
PLQDGDV]RQDFRUSRUDOHVRHUyJHQDV SULPDFtDGHOOHQJXDMHVHUtDODLPSURQWDGHO
La pulsión como concepto ayuda a des- hombre y la clave de su socialización. El
mantelar al de instinto, a desvincularlo del GHEDWHVLJXHDELHUWR

9
Ibidem, 1933.

Laplanche, J. 1XHYRV)XQGDPHQWRVSDUDHO3VLFRDQiOLVLV%XHQRV$LUHV$PRUURUWX
⎛64 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Adelantando la estructura nudo se expresa en términos como: “No sé


tripartita, el Ello SRUTXp OR KLFH´ ³IXH DOJR VXSHULRU D PL´
“me sobrepasó”, “me vino no sé de dónde”,
En el capítulo VII se incluirá en detalle el etcétera. En ese sector, la persona no vive
punto de vista estructural del aparato psí- sino que siente que es vivida por poderes
quico. Pero corresponde cerrar éste, que es- LJQRWRVHLQYHQFLEOHVla fuerza de lo desco-
tuvo dedicado al estudio de las pulsiones, nocido, las pasiones.
con una referencia anticipada a lo que se En el sector del Ello reinan los represen-
conocerá como Ello. tantes psíquicos inconscientes de las pul-
Freud11 WRPy XQD LGHD GH * *URGGHFN siones, coexistiendo de manera anárquica,
SDUD GHVLJQDU FRPR Ello al polo pulsional sin suprimirse ni excluirse mutuamente. Su
de la persona: aquello impersonal que em- modo de funcionamiento es el del proceso
SXMDTXHLPSXOVDVLQVDEHUELHQHQTXpGL- primario YHUFDStWXOR9,, . Se supone que
rección. No hay idea de un sujeto en el Ello, el Ello está disponible al nacer y que de él
por eso su denominación como pronombre VHGLIHUHQFLDUiJUDGXDOPHQWHHO<RDWUDYpV
QHXWUR7DOODVHQVDFLyQVXEMHWLYDTXHDPH- de la percepción.

)UHXG6³(O<R\HO(OOR´  (Q2EUD&RPSOHWD;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV


11
V
El desarrollo
psicosexual infantil

Este capítulo contiene un breve resumen del la sexualidad infantil es mala y de todas ma-
desarrollo de la sexualidad infantil desde el neras no existe. Es más,
punto de vista del Psicoanálisis. Para su
estudio completo conviene remitirse a sus Para el mundo de los adultos la infan-
fuentes clásicas.1 cia está recubierta con una idealización
$ SDUWLU GH ODV LQYHVWLJDFLRQHV GHO 3VL- TXH OD SUHVHQWD FRPR LQRFHQWH SXUD \
coanálisis se empezó a estudiar el desplie- OLPSLDPLHQWUDVTXH la sexualidad es fea
JXHGHODVH[XDOLGDGGHVGHODWHPSUDQDLQ- y sucia.
fancia hasta la adultez. En el mismo pueden
reconocerse dos comienzos: el de la VH[XD-
lidad infantil que abarca los primeros años La amnesia infantil
\FXOPLQDFRQHO&RPSOHMRGH(GLSRHQWUH
ORVWUHV\FLQFRDxRV/XHJRGHXQUHODWLYR En esta postura se reconoce en parte el efecto
DSDFLJXDPLHQWR OODPDGR período de laten- de la llamada amnesia infantil. Fue Freud el
ciaUHVXUJHHQODSXEHUWDG\HQODDGROHV- que llamó la atención sobre este fenómeno
cencia, donde se reinicia como VH[XDOLGDG desconcertante: los seres humanos no pue-
genital adulta. den recordar su infancia sino a partir de los
Si bien las manifestaciones de la sexua- seis u ocho años. Antes sólo retienen en su
lidad infantil pueden ser reconocidas por PHPRULD DOJXQRV UHWD]RV IUDJPHQWDULRV GH
cualquier observador, la tendencia indivi- recuerdos deformados, a menudo referido a
dual y social tanto histórica como actual es detalles o situaciones indiferentes pero que
QHJDUODV\UHGXFLUODVDIHQyPHQRVDLVODGRV encubren episodios de enorme trascendencia
Los padres, los educadores y los adultos en SDUDHOVXMHWRTXHpVWHQRUHFXHUGD6LQHP-
JHQHUDODGRSWDQXQDDFWLWXGFRQWUDGLFWRULD EDUJR TXLHQ HVWi HQ FRQWDFWR FRQ QLxRV GH

1
&RQV~OWHVHHQHVSHFLDO)UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´  ³3XOVLRQHV\'HVWLQRVGH3XOVLyQ´  \³&RQ-
IHUHQFLDVGH,QWURGXFFLyQDO3VLFRDQiOLVLV´  &RQIHUHQFLDV\(Q2EUD&RPSOHWD9,,;,9\;9,$PRUURUWX
Buenos Aires, 1992.
⎛66 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

cualquier edad, aun la más temprana, puede /XHJR VDWLVIHFKD OD QHFHVLGDG GH DOL-
DWHVWLJXDUTXHVRQFDSDFHVGHORVPiVDOWRV mento, el chupar el seno materno se conti-
rendimientos mentales, de los que no está núa con el chupetear, que inicia no porque
excluida una excelente memoria. La con- WHQJD\DKDPEUHVLQRSRUUHLWHUDUXQDH[-
clusión es que las vivencias de la infancia se periencia de placer que se suministra a sí
cubren activamente en un determinado mo- mismo. Se sirve de la mano, el dedo del pie
mento con un manto de olvido por el efecto o de cualquier otra parte de su cuerpo y así
de fuerzas psíquicas muy poderosas que se ORJUDVDWLVIDFHUVHDYHFHVDSDFLJXDUVHRWUDV
LQVWDODQSURJUHVLYDPHQWHHQHO<R RGRUPLUVH(OSODFHU¢HVDOJRVLPSOHPHQ-
te mecánico, rítmico, local?, ¿o interviene
El mecanismo psicológico en juego se DOJ~Q WLSR GH DFWLYLGDG PHQWDO UXGLPHQWD-
GHQRPLQD UHSUHVLyQ LPSLGH TXH HVRV ria en el recuerdoGHXQREMHWRTXHDQWHVOR
recuerdos e impresiones accedan a la KL]R SRVLEOH" (Q JHQHUDO VH DFHSWD TXH HV
conciencia o los desaloja si han llegado a esto último lo que ocurre.
HOOD3HURQRHYLWDTXHWHQJDQRWURVHIHF- El bebé ha comenzado a realizar acti-
tos sobre la vida mental del sujeto en eta- vidades que le sirven para procurar placer,
SDVXOWHULRUHV&RPR\DIXHVHxDODGRVH el que ha experimentado en ocasión de la
trata de un proceso de desinvestidura. DOLPHQWDFLyQ DO SHFKR SHUR TXH OXHJR KD
separado de esa condición. Inicialmente
Como se ha mencionado varias veces, lo las sensaciones de placer se localizan en
TXHHVWiHQMXHJRHQODVH[XDOLGDGVRQH[SH- la zona bucolabial, la primera zona eróge-
ULHQFLDVGHSODFHU(VGLItFLOGH¿QLUHOSODFHU naFRQVLGHUiQGRVHHOSODFHUORJUDGRSRUHO
aun cuando todos lo reconocen por experien- acto de chupetear como placer sexual de
cia. El placer más intenso es el que procura el la etapa oral. No tarda el niño en reempla-
coito, concomitante en el adulto de la activi- zar el pecho materno por una zona de su
GDGGHORVyUJDQRVJHQLWDOHV3HURODVH[SH- propio cuerpo. De este modo se brinda a
ULHQFLDVGHSODFHUGHODGXOWRWLHQHQVXVRUtJH- sí mismo sensaciones de placer sin nece-
nes históricos en sus experiencias infantiles VLGDG GH UHFXUULU D ORV REMHWRV GHO PXQGR
\VXHQXPHUDFLyQHVLQ¿QLWD7DPELpQORVRQ H[WHULRU LQWHQVL¿FDQGR HO HVWtPXOR GH OD
las posibilidades de displacer. H[FLWDFLyQDOSRGHUGLVSRQHUGHXQDVHJXQ-
GD ]RQD FRUSRUDO SRU HMHPSOR VX GHGR R
el pie, etcétera. Es como si la sexualidad,
La etapa oral en su búsqueda de experiencias de placer,
hubiera brotado de una función vital del
Las primeras manifestaciones de la sexua- orden de la autoconservación, la alimenta-
lidad aparecen en el niño de pecho en re- ción al pecho, se hubiera DSR\DGR en ella,
lación con otras funciones vitales y con los SDUDOXHJRLQGHSHQGL]DUVHHQXQDDFWLYLGDG
cuidados maternos y se la conoce como la autoerótica.
fase oral(OHMHPSORGHOFKXSHWHRVHWRPD El bebé satisface así con el pecho dos
como modelo. La experiencia de la alimen- JUDQGHVQHFHVLGDGHVGHVXYLGDDWUDYpVGH
tación al pecho es el centro de la vida men- acciones cuya importancia psíquica perdu-
tal del bebé y su principal interés. rarán para siempre. Es, en efecto el punto
de partida de toda la vida sexual y el ideal
&XDQGR GHVSXpV GH PDPDU VH TXHGD MDPiVDOFDQ]DGRGHWRGDVDWLVIDFFLyQVH[XDO
dormido sobre el seno materno, presenta XOWHULRULGHDODOTXHODLPDJLQDFLyQDVSLUD
XQDH[SUHVLyQGHJRFH\SODFHUSDUHFLGD HQPRPHQWRGHJUDQQHFHVLGDG\SULYDFLyQ
a la del adulto después de un orgasmo. De este modo,
⎛ V (OGHVDUUROORSVLFRVH[XDOLQIDQWLO 67⎞

HO SHFKR PDWHUQR FRQVWLWX\H HO SULPHU GHVDSDUHFHUORVREMHWRVTXHLQFRUSRUD\DVL-


REMHWR GH OD SXOVLyQ VH[XDO \ SRVHH milándolos dentro de sí. Desplazada hacia
FRPRWDOXQDHQRUPHLPSRUWDQFLDTXH otras zonas, la modalidad incorporativa
actúa sobre toda elección ulterior de SXHGH XWLOL]DUVH HQ OD YLVLyQ SRU HMHPSOR
REMHWRVGHDPRU\HMHUFHJUDQLQÀXHQ- el bebé se traga concretamente a la mamá
FLDHQWRGDVVXVWUDQVIRUPDFLRQHV\VXV con la mirada. La versión atenuada, expre-
sustituciones. sada verbalmente en el adulto sería: “me la
FRPHUtDFRQORVRMRV´
Es característica de esta fase y de las que 8Q PHFDQLVPR PiV SVLFROyJLFR EDVD-
VLJXHQHOOODPDGRautoerotismo: el chupeteo do en el mismo proceso se conoce como
es una actividad rítmica, que se satisface en introyecciónSRUpOHOVXMHWRKDFHSDVDUD
el propio cuerpo, que nace y muere en una VXLQWHULRUDREMHWRVH[WHUQRVVXVIXQFLRQHV
zona corporal determinada, que carece de o cualidades. La LGHQWL¿FDFLyQ del Yo pri-
XQD¿QDOLGDGYLWDOSHURTXHHVWiYLQFXODGR PLWLYR FRQ HVRV REMHWRV IXQFLRQHV R FXD-
a la vida de fantasía del bebé. El autoero- lidades LQWUR\HFWDGDVFRQWULEX\HDPDQHMDU
tismo es un estado en que cada una de las ODVVLWXDFLRQHVGHFRQÀLFWR\DQVLHGDGRORV
pulsiones se satisface en el propio cuerpo, VHQWLPLHQWRVGHLQWHJUDFLyQ\FUHFLPLHQWR
VLQRUJDQL]DFLyQGHFRQMXQWRHQHVWDGRGH
IUDJPHQWDFLyQ GHO SODFHU PiV YLQFXODGR D
XQyUJDQRTXHDXQDIXQFLyQ3RUHVRWDP- La etapa anal
bién se lo denomina placer de órgano.
Las llamadas zonas erógenas son re- &RQ HO WLHPSR XQD VHJXQGD ]RQD HUyJHQD
JLRQHVFRUSRUDOHVFXWiQHRPXFRVDVDYHFHV toma la primacía, sin que la primera desapa-
RUL¿FLDOHV VXVFHSWLEOHV GH VHU DVLHQWR GH rezca del todo, y con ello se inicia la etapa
sensaciones de placer. Son las que polari- anal. El niño se ha hecho un poco más autó-
zan los cuidados maternos por ser zonas de nomo, es menos dependiente, al mismo tiem-
importancia vital. po que reconoce a su madre como una per-
sona diferente y separada de él. Experimenta
Apoyo, autoerotismo y zona erógena sensaciones de placer con la eliminación de
GH¿QHQ ODV FDUDFWHUtVWLFDV GH OD IDVH OD RULQD erotismo uretral  \ GH ORV H[FUH-
RUDO\GHODVGHPiVIDVHVGHODVH[XDOL- PHQWRV erotismo anal \WUDWDUiGHREWHQHU
dad infantil: placer parcial, fragmenta- de estos actos toda la satisfacción posible.
rio, ligado a un órgano determinado. %DMR OD SUHVLyQ GHO DPELHQWH LQLFLDUi HO
proceso del control de esfínteres, ocasión en
Se ha hecho referencia a una modali- que tendrá la percepción de un nuevo poder,
dad de placer de la etapa oral vinculada al el de retener las heces y oponerse a la madre
chupeteo, que se reconocerá en el adulto RGHGREOHJDUVHDODGHPDQGDSRUVXDPRU
en múltiples manifestaciones de las que el La actitud de la madre será importante para
besar es una de ellas. Hay otra caracterís- HOYDORUTXHHOQLxROHDVLJQHDORVFRQWHQLGRV
tica de esta etapa que concierne al modo corporales de su interior, si son cosas buenas,
HVSHFt¿FR GH OD UHODFLyQ GH REMHWR GH HVWH apreciadas que puede ofrecer o por el contra-
período, la incorporación ORV REMHWRV HQ ULRREMHWRVVXFLRV\KDVWDSHOLJURVRV
ODHWDSDRUDOEXVFDQVHUWUDJDGRVLQJHULGRV El niño no siente en principio repugnan-
VHJ~Q HO PRGHOR SUHYDOHQWH GHO PRPHQWR cia por sus excrementos, a los que conside-
la alimentación. Se basa en el mecanismo ra una parte de su propio cuerpo, se separa
GHODLQJHVWLyQRUDO(OEHEpVLHQWHXQJUDQ GH HOORV FRQ GL¿FXOWDG R ORV XWLOL]D FRPR
placer llevándose todo a la boca, haciendo regalo a las personas que más quiere.
⎛68 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Se entabla entonces, en torno al pro- QRUHFRQRFHODGLIHUHQFLDGHVH[RVDWUL-


ceso de control de esfínteres, la lucha EX\HQGR D DPERV HO LGpQWLFR yUJDQR
entre mantener sus fuentes de placer o VH[XDOPDVFXOLQRGHWHUPLQDQGRODSUL-
renunciar a ellas en pos del amor del PDFtDGHXQVRORVH[R(VSRUHVRTXH
objeto. esta etapa suele denominarse también
etapa fálica.
(QOXJDUGHVHQWLUSODFHUIUHQWHDORVH[-
crementos experimentará repugnancia, sen- A partir de ahora es necesario describir
sación que nunca lo abandonará, serán sucios separadamente qué le ocurre a los niños y
todos los contenidos del interior del cuerpo, a las niñas. Cuando el varón está expuesto
la limpieza y la pulcritud una de las deman- D SHUFLELU HQ VXV KHUPDQDV R DPLJXLWDV OD
GDVVRFLDOHVDODVTXHGHEHUiVXMHWDUVHFRQXQ ausencia de pene comienza:
PHQRURPD\RUJUDGRGHVRPHWLPLHQWR(ver D 3RUQHJDUVHDOWHVWLPRQLRGHVXVVHQWLGRV
FDStWXORV,;\; . El placer puede ahora pro- SXHVQRSXHGHLPDJLQDUVHXQVHUKXPD-
venir de mantenerse limpio, de ser ordenado no desprovisto de una parte del cuerpo
\SXOFURFRPRORGHPDQGDHOREMHWREntre al que él atribuye tan importante valor.
ODVHQVDFLyQGHSODFHUFRQORVH[FUHPHQWRV Desmiente sus percepciones. Crea frente
\ODUHSXJQDQFLDLQWHUYLQRODUHSUHVLyQDOD al impacto toda clase de teorías que den
PDQHUDGHXQGLTXHSDUDFRQWHQHUOD. Poste- FXHQWD GH HVWD VLWXDFLyQ DOJXQD GH ODV
ULRUPHQWH HO GLQHUR \ VX PDQHMR DVXPLUiQ que suelen perdurar inconscientemente
DOJXQRGHORVVLJQL¿FDGRVFRQTXHVRQYLYL- hasta la edad adulta. El falo es una de
GRVORVREMHWRVGHHVWDHWDSD HOODVUHSUHVHQWDORVDWULEXWRVRORVVLJ-
QL¿FDGRV TXH VH OH RWRUJDQ DO SHQH OR
que resalta de su valor simbólico como
La etapa fálica potencia, fecundidad, autoridad, etcéte-
ra. En principio es atribuido a todos los
7RGDVODV]RQDVHUyJHQDVQRVRQLJXDOPHQWH VHUHVKXPDQRVYDURQHV\PXMHUHVORSR-
excitables. Con el tiempo el niño, a fuerza seen.
de explorar su propio cuerpo, se encuentra E 3HURHOQLxRWDPELpQHVWiEDMRHOHIHFWR
FRQORVJHQLWDOHVTXHQRWDUGDQHQRFXSDU de ciertas amenazas externas que le fue-
el interés y la modalidad a través de la que URQ GLULJLGDV HQ RFDVLyQ GH OD DWHQFLyQ
busca experiencias de placer. De esta mane- excesiva que le dedicara a su pene y cae
UDLQJUHVDDRWUDIDVHXRUJDQL]DFLyQGHQR- de esta manera en lo que se denomina el
minada etapa genital infantil. Aun cuando complejo de castración cuya evolución
ha dado muestra precoz de curiosidad acer- y resolución determinará en parte el de-
ca de la sexualidad, es en esta etapa que la sarrollo de su sexualidad. Por las amena-
PLVPD\ORVGHVHRVGHLQYHVWLJDFLyQVHKD- ]DVWHPHOOHJDUDSHUGHUXQyUJDQRYDOR-
FHQ PXFKR PiV PDQL¿HVWRV HO LQWHUpV GHO rado narcisísticamente y necesario para
niño por saber se centra apasionadamente su satisfacción. En ese momento están
HQORVJHQLWDOHVSURSLRV\HQORVGHVXVKHU- involucrados los deseos incestuosos del
PDQRVKHUPDQDVDPLJXLWRV\SRUVXSXHVWR FRPSOHMRGH(GLSR YHULQIUD .
en los de sus padres, curiosidad acompaña- /DV QLxDV TXH FRQVLGHUDQ XQ VLJQR GH
da de una intensa actividad masturbatoria. inferioridad la falta de aquello que a los va-
3DUDDOJXQRVDXWRUHVVLJXLHQGRD)UHXG URQFLWRVORVKDFHVHQWLUWDQRUJXOORVRVSXH-
KDVWDHVHPRPHQWRHOQLxRVLELHQGLVWLQJXH den terminar envidiando la posesión de este
YDURQHV\PXMHUHV\HPSOHDDGHFXDGDPHQWH yUJDQR envidia del pene  (O FOtWRULV SXH-
HOJpQHURPDVFXOLQR\IHPHQLQRHQVXGHFLU de reemplazar en la niña pequeña el pene
⎛ V (OGHVDUUROORSVLFRVH[XDOLQIDQWLO 69⎞

GHOYDUyQVLHQGRHOyUJDQRGHVXDFWLYLGDG mente buscados y no hay zona o función


autoerótica. La femineidad adulta requiere corporal que de una u otra manera no parti-
que esta sensibilidad clitoridiana se traslade cipe de la actividad sexual.
HQODDGROHVFHQFLDDODYDJLQDD~QFXDQGR
el clítoris puede preservar buena parte de su Se habla así de una erogeneidad general
sensibilidad. del cuerpo, esto es, de una capacidad por
/DDPHQD]DGHFDVWUDFLyQVHPDQL¿HVWD ODTXHODVH[XDOLGDGVXUJHGHFXDOTXLH-
entonces como un aspecto de las relaciones ra de sus áreas o actividades. El cuerpo
LQWHUVXEMHWLYDV HQ ODV TXH VH HVWUXFWXUD \ humano, sostenido por sus basamentos
exterioriza el deseo sexual del ser humano. biológicos, es un cuerpo erógeno.
/XHJRGHEHUHÀHMDUVHHQHORUGHQGHODFXO-
tura, donde el derechoHODFFHVRDDOJRYD
DOOHYDUVLHPSUHDSDUHMDGDXQDprohibición. El Complejo de Edipo

(QODDPHQD]DGHFDVWUDFLyQTXHFHU- /DV UHODFLRQHV GH REMHWR PiV LPSRUWDQWHV


WL¿FDODSURKLELFLyQGHOLQFHVWRVHLQV- MXQWRFRQODVDQVLHGDGHVWtSLFDVGHODHWDSD
WLWX\HODIXQFLyQGHOD/H\FRPRDTXHO IiOLFDVHDJUXSDQHQORTXHVHFRQRFHFRPR
LQVWUXPHQWR TXH LQVWDXUD HO RUGHQ KX- Complejo de Edipo y son cruciales para el
PDQR\UHJXODVXVLQWHUFDPELRV GHVDUUROORSVLFROyJLFRGHOQLxR6XGHVHQOD-
ce tendrá todo tipo de consecuencias emo-
Otras actividades infantiles se transfor- FLRQDOHVSDUDODYLGDDGXOWD3ULPHURDOJX-
man en fuentes de intensa actividad sexual nos hechos de la observación directa.
como la de mirar o ser mirado, sufrir o $OOOHJDUDORVGRVRWUHVDxRVGHHGDGHO
hacer sufrir, tocar o ser tocado. Se obser- QLxROOHJDDWHQHUXQ<RPiVLQWHJUDGRPiV
YDQFODUDPHQWHHQORVMXHJRVLQIDQWLOHV6H experimentado, más desarrollado que antes.
SHUFLEHQ HQ HOODV ORV JpUPHQHV GH DOJXQDV 3RUHMHPSORODVGLVWLQWDVpartes del cuerpo
DFWLYLGDGHVOLELGLQDOHVTXHOXHJRGHVHUVX- de la madre, sus variados estados de ánimo,
primidas SRUHIHFWRGHODUHSUHVLyQGHO<R, sus roles opuestos de madre buenaTXHJUD-
WHQGUiQDOJXQRGHORVGHVWLQRVVLJXLHQWHV WL¿FD\madre mala que frustra son reconoci-
dos por el niño como pertenecientes al mis-
D IRUPDUSDUWHGHORVMXHJRVSUHSDUDWRULRV PRREMHWR/DVUHODFLRQHVVRQPiVVRVWHQLGDV
de actividades sexuales adultas, como \SHUPDQHQWHVDXQHQDXVHQFLDGHOREMHWR\
un importante componente del llamado WROHUDPHMRUODVHSDUDFLyQ6HKDHVWDELOL]DGR
placer preliminar del coito: besar, mirar, la capacidad iniciada en la etapa anal para
ser mirado, acariciar, etcétera GLVWLQJXLUHQWUHpO\ORVREMHWRV\FRQFHELUORV
E HOUHWRUQDUGHODUHSUHVLyQLQIDQWLO\PDQL- más totales y diferentes de él.
festarse de manera encubierta en VXHxRV 6LQHPEDUJRFRPRVHVHxDODPiVDEDMR
actos fallidos o síntomas neuróticos UHVWRVGHSHQVDPLHQWRPiJLFROROOHYDQWR-
F VLVHLQGHSHQGL]DQ\HMHUFHQODSULPDFtD GDYtDDDWULEXLUDORVREMHWRV\ODVFRVDVVXV
GH OD VH[XDOLGDG HQ JUDGR H[WUHPR \ propias ideas y sentimientos. Puede tener
reemplazan al coito, se conocen con el conocimiento más preciso de sus pasiones
nombre de SHUYHUVLRQHVVH[XDOHV como y de sus sentimientos de amor y odio. Ha
voyerismo, exhibicionismo, sadismo, mantenido hasta el momento con la madre
masoquismo, etcétera una relación llamada dual, esto quiere decir
En realidad cualquier actividad vital exclusiva y excluyente. Con el padre tam-
SXHGH GDU OXJDU D VHQWLPLHQWRV GH LQWHQVR bién tiene esa misma característica, aunque
SODFHU TXH SXHGHQ OOHJDU D VHU SURIXQGD- tal vez inicialmente no tan intensa.
⎛70 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Cuando estas dos corrientes afectivas, ha- VHQWLPLHQWRVKRVWLOHVSRUHOREMHWRDPDGR\


FLDDOSDGUH\KDFLDODPDGUHVHLQWHJUDQHQ amorosos por el odiado. Se trata entonces de
su mente, la relación con sus padres se em- las versiones GLUHFWDHLQYHUWLGDGHO&RPSOHMR
pieza a triangularizar, comienza una nueva de Edipo, que deriva en una fuerte ambivalen-
etapa. Pues este niño quiere tener a la madre cia del niño hacia ambos padres. La misma es
para sí solo, con un apasionamiento sensual uno de los motivos de la declinación o repre-
GHOTXHQRFDEHQGXGDV\KDFHUODREMHWRGH sión del Edipo, porque el odio y el amor por el
XQD FXULRVLGDG VH[XDO LQQHJDEOH /D PDGUH SURJHQLWRUGHOPLVPRVH[RVHWUDVIRUPDUiHQ
OOHJDDVHUXQYHUGDGHURobjeto de amor para XQDLGHQWL¿FDFLyQFRQpO
HOQLxRFX\RKDOOD]JRHVWiPDUFDGRSRUODV
decisivas experiencias previas con ella, en /RVVHQWLPLHQWRVGHO&RPSOHMRGH(GL-
especial por la relación con el pecho. Desa- SRHODPRUHORGLRORVFHORV\ODULYD-
rrolla un deseo de tener su amor y admiración OLGDG VHUiQ HO GUDPD PiV LQWHQVR TXH
H[FOXVLYRVDOJ~QWLSRGHJUDWL¿FDFLyQDVXV MDPiVKD\DQYLYLGR\VXVHIHFWRVVHKD-
GHVHRVJHQLWDOHVUHFLHQWHPHQWHGHVSHUWDGRV rán sentir toda la vida.
VHUJUDQGHFRPRSDSi\KDFHUDOJRRVFXUD-
mente vislumbrado: lo que el padre le hace a Por razones que se mencionan más ade-
la madre, inclusive el darle bebés. lante, se trata de una experiencia de alcan-
Desde esa apasionada relación con la ces universales, QRDOJRTXHOHRFXUUHVyOR
madre, el padre o los hermanos comien- a algunas personas. Es su resolución o su
zan a ser sentidos como intrusos a quienes disolución lo que marca diferencias.
se desea reemplazar, hacer desaparecer o
TXH VH PXHUDQ$O QLxR OR HQRMD FXDOTXLHU 3RU RWUD SDUWH FDEH PHQFLRQDU TXH
muestra de afecto entre los padres. No debe acceder a la triangularidad edípica
quedar duda de la intensidad y fuerza de los VXSRQHORJURVHYLWDUTXHGDUDWUDSDGR
VHQWLPLHQWRVSXHVWRVHQMXHJR en una situación dual narcisista con el
objeto materno ciertamente peligrosa
Se trata de un apasionamiento sensual, \VRIRFDQWHSDUDHOGHVDUUROORLQIDQWLO
FRUSRUDOFRQODPDGUH\GHFHORVULYD- DEULUDFFHVRDODSOXUDOLGDG\ODVGLIH-
OLGDG\RGLRDVHVLQRFRQHOSDGUH rencias generacionales.

La niña tiene idénticos sentimientos 6LPXOWiQHDPHQWH DO &RPSOHMR GH (GL-


amorosos hacia el padre y trata de sacar po, opera el temor a la castración. Como
del medio a la madre. Tanto el niño como VH GLMR DQWHV HV XQD WHRUtD VH[XDO LQIDQWLO
la niña sufren mucho durante este período, que resulta de la percepción de la diferencia
WLHQHQ VXHxRV GH DQJXVWLD R PDQLIHVWDFLR- de sexos y de las amenazas formuladas o
nes sintomáticas. Estos sentimientos se LPSOtFLWDVTXHHOQLxRVLHQWHGLULJLGDVSRU
DFRPSDxDQSRUORUHJXODUFRQXQDDFWLYLGDG VXVLPSXOVRVJHQLWDOHVSURKLELGRV(OWHPRU
masturbatoria muy intensa. funciona de manera diferente en los varones
/RVLPSXOVRVQXFOHDUHVGHO&RPSOHMRGH y en las niñas.
Edipo son entonces las fantasías incestuosas El niño teme las consecuencias de que
con el padre de sexo opuesto y los deseos de VXV LPSXOVRV VLJQL¿TXHQ OD SpUGLGD GH VX
muerte con el rival del mismo sexo, y lleva ese pene, al que valora tanto. Sus propias ob-
QRPEUHHQDOXVLyQDODOH\HQGDJULHJDGH(GL- servaciones lo convencen de esta posibili-
po, inmortalizada por Sófocles. La situación GDGVXVGHVHRVHGtSLFRVHQWUDQHQFRQÀLFWR
GH FRQÀLFWR HV D~Q PiV FRPSOHMD SRU FXDQ- y esto lo lleva eventualmente a abandonar-
to, tanto la niña como el niño, tienen también los o a mantenerlos inconscientes en base a
⎛ V (OGHVDUUROORSVLFRVH[XDOLQIDQWLO 71⎞

operaciones defensivas del Yo, con lo que SOHMRGH(GLSRHOQLxRVHLGHQWL¿FDFRQ


sus efectos tardíos se harán efectivos más HOORV \ VH WUDQVIRUPD VHJ~Q HO PRGHOR
adelante. GHORTXHVXVSDGUHVVLJQL¿FDQSDUDpO
(QODQLxDODVLWXDFLyQHVDOJRPiVFRP-
plicada. De entrada no puede sino recono- $VtHQOXJDUGHGHVHDUXRGLDUDVXVSD-
FHU TXH QR KD VLGR SURYLVWD GH HVH yUJDQR dres, que él cree prohíben y repudian sus de-
tan preciado como el del varón, lo que la seos, se torna como ellos en el rechazo de
lleva a profundos sentimientos de envidia. HVRVGHVHRVFRPRUHVXOWDGRGHLGHQWL¿FDUVH
Se torna hostil contra la madre por haber con los aspectos prohibidores de los padres.
permitido que naciera en esas condiciones
y así, desilusionada con ella, busca al padre (O6XSHU\yHQWRQFHVFRQVLVWHRULJLQD-
FRPRVXSULQFLSDOREMHWRGHDPRU\HVSHUD riamente en la internalización de los
RFXSDUHOOXJDUGHODPDGUHFRQpO\WHQHU aspectos morales de los padres, mien-
KLMRVGHpO1RUPDOPHQWHUHFKD]DGDHQVXV WUDVGHFOLQDHO&RPSOHMRGH(GLSRGX-
LPSXOVRVPRUWL¿FDGDSRUVXVVHQWLPLHQWRV rante la fase fálica.
HQYLGLRVRV \ SRU HO WHPRU DO GDxR JHQLWDO
FRQVLJXLHQWHDOGHVHRGHVHUSHQHWUDGDHLP- Este desarrollo supone la instalación de
SUHJQDGD SRU HO SDGUH OD QHQD WDPELpQ HV una Ley interna, a la que de ahora en más,
forzada a renunciar a sus deseos edípicos o HOQLxRVXMHWDUiVXVDFFLRQHV1RVHUH¿HUH
reprimirlos. D OD OH\ HQ WpUPLQRV MXUtGLFRV DXQTXH HV-
De esta manera, tanto para el varón WpQHPSDUHQWDGDVVLQRDODYLJHQFLDGHXQD
como para la nena, el deseo va a estar li- QRUPDOL]DFLyQ TXH GH KHFKR UHJXOD SDUD
gado a la prohibición, a la efectividad de lo FDGDVXMHWRORVIXQFLRQDPLHQWRVKXPDQRV\
que se conoce como la Ley, en obediencia a determina ORTXHOHHVWiRQRSHUPLWLGR.
la ley de prohibición del incesto. &XDQGR HQ OD DGROHVFHQFLD UHVXUMD HO
Con el declinar de los impulsos edípi- SUREOHPDGHODHOHFFLyQGHREMHWRGHDPRU
cos en ambos sexos, la masturbación ge- ODSUHVHQFLDGHOFRPSOHMRVHDWHVWLJXDUiLQ-
nital que era su complemento, disminuye conscientemente en la marca edípica que
o temporariamente desaparece hasta la pu- GHWHQWDUi pO R ORV REMHWRV HOHJLGRV /D UH-
bertad. Las fantasías que la acompañaron solución de la crisis edípica también permi-
se reprimen y un importantísimo nuevo WLUi HO DFFHVR D OD JHQLWDOLGDG \ DO WLSR GH
GHVDUUROORWLHQHOXJDUODGLIHUHQFLDFLyQGH JHQLWDOLGDG GH TXH VH WUDWH /DV LGHQWL¿FD-
una superestructura mental, que toma a su ciones cruzadas con los padres supondrán
FDUJR ODV IXQFLRQHV KDELWXDOPHQWH DWULEXL- OD LGHQWL¿FDFLyQ FRQ DVSHFWRV PDVFXOLQRV
das a la conciencia, en términos técnicos, \IHPHQLQRVHQMXHJRSHURFRQHOSUHGRPL-
el Superyó. Estas funciones, que responden nio de uno de ellos para la identidad sexual
a operaciones parcialmente inconscientes adulta.
incluyen: la autoobservación crítica, el ad-
PLQLVWUDUSUHPLRV\FDVWLJRVLQFOX\HQGRHO En ambas situaciones, el complejo de
DXWRFDVWLJRODGHPDQGDGHDUUHSHQWLPLHQWR Edipo resulta crucial en la orientación
y reparación por supuestas o reales malas GHOGHVHRVH[XDOKXPDQR\ODVPRGDOL-
acciones, el amor propio o autoestima en dades de su satisfacción.
función de la conducta observada.
La heterosexualidad, la homosexualidad
En el proceso de abandonar o reprimir o sus variantes polimorfas infantiles y per-
ORVGHVHRVLQFHVWXRVRV\DVHVLQRVYLYL- versas de la sexualidad no son una dispo-
dos en relación con los objetos del com- sición con la que se nace, sino el resultado
⎛72 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

de la resolución de la crisis edípica y de las impedir que la familia absorba unos intere-
LGHQWL¿FDFLRQHV UHVXOWDQWHV )LQDOPHQWH HO ses que le hacen falta para establecer unida-
FRPSOHMRGH(GLSRWLHQHXQDIXHUWHLQÀXHQ- des sociales superiores, y por eso en todos
cia sobre la estructuración de la personali- los individuos, pero especialmente en los
dad, sobre la internalización de la autoridad muchachos adolescentes, echa mano a to-
HQHOVXMHWRHQODFRQIRUPDFLyQGHORVLGHD- GRV ORV UHFXUVRV SDUD DÀRMDU ORV OD]RV TXH
les, que compartirá o confrontará con su mantienen con la familia, los únicos decisi-
familia, con la sociedad, etcétera. El niño, vos en la infancia”.3
al atravesarlo, está en camino de la socia- /D UHVROXFLyQ GHO &RPSOHMR GH (GLSR
lización. permite una salida de las relaciones prima-
rias. La prohibición del incesto es una exi-
JHQFLDDODIDPLOLDSDUDTXHQRVHFLHUUHVR-
El Complejo de Edipo EUHVtPLVPD\VHGLVSRQJDDOLQWHUFDPELR
en su valor estructurante que es la otra dimensión del Edipo consi-
derado como estructura. La prohibición del
Es posible aún entender el Edipo desde otro incesto es una constante de toda sociedad
iQJXOR FRPSOHPHQWDULR GHO DQWHULRU 0iV humana, la posibilidad de su ordenamiento
allá de constatarlo en función de cierta evo- y el acceso a la socialización.
lución de la familia y en sus miembros, que 6HKDVXJHULGRTXHHOPDQWHQLPLHQWRGH
se acepte o se rechace la universalidad de ODH[RJDPLDOHRWRUJyDOKRPEUHXQDKHWH-
su presencia, es necesario considerarlo por URJHQHLGDG \ HQWUHFUX]DPLHQWRV D HVFDOD
VXYDORUGHHVWUXFWXUDXQDTXHDVLJQDUROHV ELROyJLFDTXHOHSHUPLWLyGHVDUUROORVHYROX-
y distribuye funciones y que da cuenta del tivos nunca alcanzados por sus antecesores.
SDVDMH GH XQD VH[XDOLGDG LQIDQWLO SROLPRU- La sociedad se conformó como un espacio
ID]RQDO\IUDJPHQWDULDDXQDRUJDQL]DGD GRQGHKD\OXJDUSDUDODSUHVHQFLDGHXQter-
LQWHJUDGDEDMRODpJLGDJHQLWDO\HOLPSHULR cero virtual, la Ley, a la que en principio sus
GHODGLIHUHQFLDGHORVVH[RV\GHODVJHQH- LQWHJUDQWHVVHVXMHWDQ
raciones. Es estructurante en función de las Desde las fantasías incestuosas de todo
LGHQWL¿FDFLRQHVGHOVXMHWR\GHFLHUWDSRVL- tipo a su represión y su reaparición en sín-
FLyQGHpVWHHQHOWULiQJXORFRQVXVSDGUHV WRPDV R HQ WDUHDV VXEOLPDGDV GHVSOHJDGDV
Como señala Laplanche, descubierto en lo social hay toda una distancia marca-
FRPR WULiQJXOR HO &RPSOHMR GH (GLSR HV da por la prohibición del incesto. Para sus
importante como estructura de prohibición SURSyVLWRVODVRFLHGDGWLHQHUHJXODGRVORV
y de intercambio. En efecto, todo el “movi- intercambios entre sus miembros, lo que les
miento del Edipo consiste en prohibirse a sí está o no permitido hacer.
mismo, en llevar en sí mismo una prohibi- (Q HO HMHUFLFLR GH OD WDUHD PpGLFD OD
FLyQODSURKLELFLyQGHOLQFHVWRTXHREOLJD UHODFLyQ PpGLFRSDFLHQWH SXHGH OOHJDU
a buscar en otra parte... es una estructura D WHQHU XQ SRVLEOH VLJQL¿FDGR LQFHVWXR-
que se reproduce a sí misma porque lleva VR3RUHVRXQDUHJODLPSOtFLWDSURKtEHD
en su seno la prohibición de continuarse tal los médicos atender a los familiares más
cual”.2 próximos. Con el resto de los pacientes, el
En ese sentido, al decir de Freud, a la encuadre y el rol profesional preservan la
tendencia al incesto ha de oponerse “una relación para que no se contamine ni se co-
H[LJHQFLDFXOWXUDOGHODVRFLHGDGWLHQHTXH metan abusos.

2
Laplanche, J. /D6H[XDOLGDG%XHQRV$LUHV1XHYD9LVLyQ
3
)UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´  (Q2EUD&RPSOHWD9,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ V (OGHVDUUROORSVLFRVH[XDOLQIDQWLO 73⎞

Variaciones sobre humillado, abusado o criticado en la rela-


la temática edípica ción con el papá, en especial cuando éste
FRPSLWH FRQ VX KLMR SRU ORV IDYRUHV GH OD
/D VDOLGD GHO FRPSOHMR GH (GLSR SODQWHD madre, puede sentir dudas acerca de su au-
SDUDHOQLxRRODQLxDXQDLQ¿QLWDYDULHGDG toestima, su masculinidad, su competencia
GH SRVLELOLGDGHV DOJXQDV GH ODV FXDOHV VH YDURQLO HWFpWHUD 3XHGH QHJDU HVWRV VHQWL-
GHWHFWDUiQ HQ HO DGXOWR FRPR UDVJRV SVL- PLHQWRV GH VHU DYHUJRQ]DGR \ KXPLOODGR
FROyJLFRV PX\ LQWHQVRV TXH PDUFDUiQ VXV por el padre con una huida, compensando
relaciones interpersonales: sentimientos H[DJHUDGDPHQWH VX PDVFXOLQLGDG &RPR
inconscientes de envidia, rivalidad, celos, adultos se los puede reconocer necesitando
LQVHJXULGDG FXOSD FRQÀLFWRV DFHUFD GHO siempre probar su virilidad en conductas
p[LWRHOIUDFDVRHWFpWHUD. Solo a título de DJUHVLYDV KLSHUVH[XDOHV R GH ULHVJR SHUR
HMHPSOR que ocultan su debilidad.
$YHFHVGL¿FXOWDGHVHQHOSHULRGRGHODV 2WURHMHPSORFOiVLFRHQHODGXOWRWDQWR
UHODFLRQHV SUHHGtSLFDV WRGD OD HWDSDV OLEL- YDURQHVFRPRPXMHUHVLQYROXFUDUVHUHSHWL-
GLQDOHV SUHYLDV  DIHFWDQ OD UHVROXFLyQ GHO GDPHQWH FRQ SHUVRQDV TXH SRU DOJXQD UD-
FRPSOHMRGH(GLSR/DQLxDTXHKDVHQWLGR zón “no están disponibles” o no se pueden
a la madre como fría, rechazante o no dis- tener. Como una reiteración de la necesidad
ponible para ella, frustrada en sus necesida- IUXVWUDGDGHORJUDUDPRUGHOSDGUHGHOVH[R
des de amor y suministros maternos puede opuesto que nunca se resolvió. Un desenla-
volcarse al padre, prematura e intensamen- FHWtSLFRGHORJUDUHODPRUGHHVHWDQDQ-
te, en una relación edípica extremadamente KHODGRREMHWRSLHUGHQLQWHUpVGHLQPHGLDWR
HURWL]DGD FRQ pO TXH RFXOWD ORV FRQÀLFWRV y reinician la búsqueda con idénticos resul-
de la relación con la madre. En un esfuerzo tados.
SRUJDQDUVHODDWHQFLyQH[FOXVLYDGHOSDGUH
puede transformarse en una niñita muy se-
ductora, dramática, demostrativa, aniñada, El rol del objeto en la
que busca su atención todo el tiempo. Estas sexualidad: la seducción
FDUDFWHUtVWLFDV¿QDOPHQWHVHWUDQVIRUPDQHQ
UDVJRV SHUPDQHQWHV &XDQGR DGXOWDV HVWDV Cuando se hace referencia a lo pulsional
PXMHUHVVHPXHVWUDQHQFLHUWRVHQWLGRPX\ en la sexualidad puede suponerse errónea-
seductoras, femeninas, pero inconsciente- mente que se considera su desarrollo casi
mente ponen su sexualidad y seducción al FRQLQGHSHQGHQFLDGHOREMHWR6LQHPEDUJR
VHUYLFLRGHORJUDUGHOYDUyQODDWHQFLyQ\HO HQ OD GH¿QLFLyQ YHU FDStWXOR ,9 se hizo
amor que no han tenido de su madre. Las mención de “las incitaciones más o menos
relaciones sexuales adultas con el hombre encubiertas del mundo adulto... habiéndose
se utilizan para obtener vicariamente sumi- XELFDGRHOVXMHWRHQHOXQLYHUVRIDQWDVPi-
QLVWURV DIHFWLYRV VHU DOLPHQWDGD DPDGD tico del mundo de los padres”. Es tiempo
DWHQGLGD HQ WpUPLQRV RUDOHV  2WUR GHVWLQR GHYROYHUDORWURSURWDJRQLVWDHOSURJHQLWRU
de este problema puede ser la frigidez. TXLHQYDDVHUHOREMHWRDVHUUHSUHVHQWDGR
Una variante del Edipo en el varón: por el deseo del niño.
cuando ha sentido o ha vivido al padre De entrada hay que mencionar que el
como ausente y éste no le provee un mo- bebé humano está, en el límite de su pre-
GHOR LGHQWL¿FDWRULR VRVWHQLEOH HO QLxR VH maturez, confrontado con el mundo de los
LQYROXFUD \ VH LGHQWL¿FD LQWHQVDPHQWH FRQ adultos, con sus deseos y pasiones. Más
ODPDGUHGDQGROXJDUDXQQLxRdelicado o concretamente con los deseos inconscientes
afeminado. Si además el varón se ha sentido de los padres donde interviene, en especial
⎛74 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

la madre con sus deseos reprimidos proce- anal. Finalmente se puede mencionar que
dentes de su propio complejo de Edipo. Re- ODVSURSLDVWHQGHQFLDVGHOFRPSOHMRGH(GL-
primidos quiere decir entre otras cosas que po positivo son reforzadas por el padre, a
los desconoce conscientemente pero que se TXLHQ YDQ GLULJLGDV HQ IXQFLyQ GH VX SUR-
hacen sentir en sus actos y cuidados, de la pia constelación edípica: la mamá preferirá
misma manera en que los deseos reprimidos al varoncito y el papá a la niña. En todas
se pueden dar a conocer de manera enmas- estas situaciones el bebé y el niño estarán
carada en un acto fallido. También podrían prematuramente expuestos a los deseos de
estar resueltos o sublimados. los adultos. En el borde, esta situación pue-
$~Q DQWHV GH QDFHU HO EHEp HVWDUi VLJ- GHJHQHUDUVLWXDFLRQHVGHDEXVRVH[XDO(ver
QL¿FDGR GHVGH HO XQLYHUVR SDVLRQDO GH VXV FDStWXOR;;9,, .
SDGUHV\WHQGUi\DXQOXJDUDVLJQDGRHQVXV
deseos y frustraciones. Para la madre, con 6HGHQRPLQDVHGXFFLyQDOHIHFWRTXHOD
frecuencia el bebé será el falo del que se VH[XDOLGDGDGXOWDGHPDQHUDODWHQWHR
sintió carente y con él recuperará una sen- PDQL¿HVWDHMHUFHVREUHHOPHQRUHVWL-
sación de ilusoria completud narcisista, ilu- mulando sus deseos.
VRULDSRUTXHHOEHEpHQVXVLQJXODULGDGQR
hará más que frustrarla demostrándole que Si se extremaran estos datos, podría su-
no lo es. Cuando el bebé nace la madre se ponerse que la sexualidad del niño viene
dedica a sus cuidados, de manera que pue- WRGDHOODHVWUXFWXUDGDFRPRDOJRSURFHGHQWH
GHQ VXV GHVHRV KDFHUVH PDQL¿HVWRV )UHXG del exterior, por la presencia de la sexualidad
KD VHxDODGR TXH ³OD PDGUH GLULJH VREUH HO GHOREMHWRSRUODUHODFLyQHQWUHORVSDGUHV\
niño sentimientos que brotan de su propia el deseo de los mismos, que son anteriores
vida sexual, lo acaricia, lo besa y lo mece al niño y, en cierta medida, le dan forma.
y claramente lo toma como sustituto de un Pero se debe tener también en cuenta todo
REMHWRVH[XDOGHSOHQRGHUHFKR´4 La madre lo señalado en torno a la pulsión sexual y
se horrorizaría probablemente al conocer HOSDSHOGHODV]RQDVHUyJHQDV6RORGHHVWD
esta explicación. Pero, la madre, “cuando manera, de la intervención de sus fuentes
enseña al niño a amar, no hace sino cumplir LQWHUQDV\GHODDFFLyQGHOREMHWRVHSXHGH
su cometido; es que debe convertirse en un entender la conformación de esta poderosa
KRPEUHtQWHJURGRWDGRGHXQDHQpUJLFDQH- fuerza que resulta ser la sexualidad, y cuya
cesidad sexual, y consumar en su vida todo presencia se hace sentir en todo y por todo.
DTXHOORKDFLDORFXDOODSXOVLyQHPSXMDDORV 7DPELpQVHKDGHMDGRFRQVWDQFLDGHHVDRWUD
seres humanos”.5 fuerza proveniente del Yo que se le opone
También se hizo mención antes de la por medio de mecanismos de defensa, en
LPSRUWDQFLD GHO URO GHO REMHWR HQ OD HWDSD especial la represión.

4
IbidemSiJ
5
IbidemSiJ
VI
Teorías sexuales
infantiles

/DPHQWHKXPDQDVHYDGHVDUUROODQGRJUD- el pronombre personal en primera persona,


dualmente por efecto del encuentro entre \RFXDQGRVHUH¿HUHDVtPLVPR
los estímulos o impulsos derivados de su El cuerpo, como parte sustancial de ese
SURSLRFXHUSR SXOVLRQHV \GHODVH[SHULHQ- VHQWLPLHQWRVHKDYXHOWRXQREMHWRGHVLJ-
FLDVFRQORVREMHWRVGHOPXQGR(VWHHQWUH- QL¿FDFLyQ SDUD VX SHUVRQD GHVGH VLHPSUH
FUX]DPLHQWRWHQGUiOXJDUHQXQHVSDFLRYLU- KDVLGRHOOXJDUHQTXHUHJLVWUDH[SHULHQFLDV
WXDO QDFLPLHQWR SURJUHVLYR GH XQD HVWUXF- GH VDWLVIDFFLyQ \ GHVFDUJDV SODFHQWHUDV GH
tura que será denominada DSDUDWRSVtTXLFR. tensión a través de sus diferentes zonas eró-
&RPRWRGRHVSDFLRVHOHLPDJLQDQOtPLWHV JHQDV7DPELpQGHGRORU
uno interior hacia el cuerpo y otro hacia el Como fuente de placer y de dolor, el
mundo externo. cuerpo tiene sus propios reclamos, llama la
DWHQFLyQ VREUH Vt \ VREUH DOJXQDV ]RQDV \
yUJDQRVSULYLOHJLDGRV\VHYDWUDQVIRUPDQ-
El Yo y sus límites GRHQXQREMHWRYDOLRVR\VLJQL¿FDWLYRSDUD
HO<R (O QLxR WRPD JUDGXDO FRQRFLPLHQWR
En ese desarrollo, el Yo del bebé deberá de que es un ser humano encarnado.
descubrir sus límites y tendrá que hacer las
primeras diferencias entre lo interno y lo H[- (O QLxR YD LPDJLQDQGR VX FXHUSR \ HO
terno, de lo que es para él Yo y no-Yo. Ini- de los demás, cómo funciona, cómo se
cialmente esta discriminación es precaria o VLHQWHYLYLHQGRHQpO\TXpFRVDVVXSRQH
LQH[LVWHQWH(QHVHSHUtRGRGDOXJDUDODima- contiene su interior.
gen animistaGHOPXQGRSRUHMHPSOR&XDQ-
do recién comienza a hablar se nombra en /RVGLEXMRV\FRPHQWDULRVGHQLxRVGHHVD
WHUFHUDSHUVRQD/XHJRORVOtPLWHVVHUiQPiV edad y aun mayores, muestran que tiene una
HVWDEOHVSHURVLHPSUHVXMHWRVDTXHYXHOYDQD LPDJHQ GH FDYLGDG LQWHULRU XQD HVSHFLH GH
ERUUDUVHWRWDORSDUFLDOPHQWH(QHOVHJXQGR caverna recubierta con envoltorios donde ubi-
y tercer año, el sentimiento de sí mismo o self FDQyUJDQRVFRQGXFWRVVDQJUHH[FUHPHQWRV
se incrementa y el niño lo acentúa utilizando alimentos, bebés, de acuerdo a una anatomía
⎛76 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

fantasmática. Se acompaña de la sensación de WDQGRGHH[SOLFDUVH\DYHULJXDUWRGR&RQ


estar cerrado y sellado herméticamente, salvo XQ PiV ¿UPH VHQWLPLHQWR GH Vt PLVPR
VXVRUL¿FLRVQDWXUDOHVVHQVDFLyQTXHHVSXHVWD KDELHQGRVX<RDGTXLULGRXQPD\RUJUDGR
a prueba con cuanta herida o lesión acontece. GH FRKHUHQFLD H LQWHJUDFLyQ FXDQGR VDEH
(QWRQFHVH[LJHTXHODPLVPDOHVHDUHSDUDGD PHMRUTXLpQ es él, su curiosidad se abre a la
de inmediato, de lo contrario provoca una ex- PXOWLSOLFLGDGGHORVHQLJPDVTXHHQIUHQWD
SORVLyQHPRFLRQDOTXHQRJXDUGDUHODFLyQFRQ En ese momento, el niño se muestra como
ODPDJQLWXGGHOGDxR XQ LQYHVWLJDGRU XQ FLHQWt¿FR XQ H[SHUL-
El límite corporal es puesto a prueba y mentador. Tiene una ponderable capacidad
HQDOJRMXHJDQDTXtODVDQVLHGDGHVGHFDVWUD- para hacer observaciones y para tratar de
ción, que expresan la amenaza a un cuerpo H[SOLFDUVHWRGRORTXHOHUHVXOWDHQLJPiWL-
FX\D LQWHJULGDG QHFHVLWD VHU VRVWHQLGD FRQ co. Su actividad en la vida cotidiana y en
devoción de totalidad narcisista. En el adulto, ORV MXHJRV OR PXHVWUD HQ OD E~VTXHGD GHO
la ilusión de un continente corporal herméti- porqué de las cosas, cómo funcionan y qué
camente cerrado se verá amenazada numero- tienen adentro.
sas veces, en especial cuando se requiera una
RSHUDFLyQTXLU~UJLFD/DDQDWRPtDIDQWDVPi- (QSULQFLSLRHOQLxRWLHQGHDGDUVHH[-
tica primitiva puede reaparecer en estados de plicaciones con una visión antropomór-
JUDYHSDWRORJtDPHQWDORFRUSRUDO ¿FD GHO PXQGR D FRPSUHQGHU ORV VX-
FHVRVGHODYLGDORLQH[SOLFDEOHFRPR
Una paciente joven, emocionalmente causado por la actividad humana, la
perturbada consultaba con frecuencia propia o la de algún otro. Es una visión
DORWRUULQRODULQJyORJRSRUORTXHHOOD animista del mundo.
denominaba IDULQJLWLV, sensación de
dolor\FRQJHVWLyQde garganta. Pedía (VXQDSURORQJDFLyQGHFUHHQFLDVHJRFpQ-
WUDWDPLHQWRSDUDXQPDOHVWDUTXHDWUL- WULFDV R GH OD PHJDORPDQtD LQIDQWLO TXH OR
buía a JpUPHQHV. El médico no siem- YH\HQWLHQGHWRGRDVXLPDJHQ\VHPHMDQ]D
SUH HQFRQWUDED VLJQRV RUJiQLFRV TXH VLVHGHWLHQHDHVWXGLDUXQiUEROVHSXHGH
avalaran los síntomas pero la medi- sorprender de que tiene brazos pero no pier-
FDED/RVHSLVRGLRVRFXUUtDQUHJXODU- nas; una tormenta es el producto de alguien
mente después de mantener relaciones HQRMDGR HQ HO FLHOR  $WULEX\H FXDOLGDGHV
VH[XDOHV SRU ODV TXH H[SUHVDED XQ humanas a la naturaleza, sus propios de-
GLVJXVWR PDQL¿HVWR MXQWR FRQ OD VHQ- seos a los fenómenos observados. Da forma
sación de ser invadida en su interior y funcionamientos corporales a todo tipo
SRUHVSHUPDHOHTXLYDOHQWHGHORVJpU- de cosas. Utiliza en parte la causalidad del
PHQHV£TXHOHOOHJDEDQDODJDUJDQWD SHQVDPLHQWRPiJLFR
desde la vagina! En otras oportunida- Como muchos de sus conocimientos pre-
des consultaba cuando tenía sensa- vios derivan de las observaciones hechas
FLRQHV GH KRUPLJXHR HQ ODV PDQRV \ en experiencias de su propio cuerpo y su
como presentía TXHLEDDWHQHUFLVWLWLV funcionamiento, extiende sus explicaciones
consultaba al urólogo. en base a esos conocimientos. Lo que re-
VXOWDGHVXDIiQLQYHVWLJDGRUHVXQDPH]FOD
FRPSOHMDGHYHUGDGHVLQWXLGDVGHGXFFLRQHV
El deseo de saber erróneas y explicaciones que le aporta el
mundo de los adultos. Si bien con la edad
En un período más avanzado de la infan- HVWDYLVLyQWLHQGHJUDGXDOPHQWHDFRUUHJLUVH
cia vemos al niño, como al primitivo, tra- nunca se pierde del todo.
⎛ VI 7HRUtDVVH[XDOHVLQIDQWLOHV 77⎞

Se ha supuesto que en la base de esta ac- La escena primaria


WLWXG LQYHVWLJDGRUD WHPSUDQD GHO QLxR KD\
un componente pulsional, mezcla de la ne- 1RHVLPSUREDEOHTXHDOJXQDYH]VRUSUHQGD
cesidad de aprehender y el placer de ver a el acto sexual de los padres, se excite frente
ORV REMHWRV TXH JHQHUDQ FXULRVLGDG 6H OD a la escena, vea en ella una cierta violen-
denomina pulsión de saber. Cuando la cu- cia y se forme una falsa concepción sádi-
riosidad se contamina de otras tendencias, ca del coito. 3HURORPiVIUHFXHQWHHVTXH
SRUHMHPSORViGLFDVODDFWLWXGLQYHVWLJDGR- se la imagine. El interés se extiende a las
UDSXHGHLQKLELUVHORTXHUHVXOWDHQJUDYHV ropas íntimas de los padres, a la aparición
SUREOHPDVGHDSUHQGL]DMHHQHOQLxR GH LQGLFLRV GH VDQJUH HQ ODV ViEDQDV D OD
estimulación no sólo visual sino también
acústica pues en buena medida son a veces
Teorías sexuales infantiles los ruidos que provienen del dormitorio los
que mantienen la atención del niño.
/RVSUREOHPDVPiVIDVFLQDQWHVGHOPR-
PHQWRVRQSDUDHOQLxRVDEHUFyPRIXH /D escena primaria es una fantasía
HQJHQGUDGRGHGyQGHYLHQH\HOHQLJPD FUHDGD LQFRQVFLHQWHPHQWH SRU HO QLxR
GHODVGLIHUHQFLDVVH[XDOHV(QHOLQWHQ- basada en indicios, circunstancias o
to de darles respuesta irá creando sus deseos de estar presente durante la re-
SURSLDV WHRUtDV TXH VH FRQRFHQ FRPR ODFLyQVH[XDOGHORVSDGUHV
teorías sexuales infantiles.
De manera harto incompleta y distorsio-
La aparición de otros hermanos, por los nada va acercándose al conocimiento de los
que expresa una franca y a veces encubierta hechos sexuales y de la anatomía corporal y
hostilidad o la posibilidad de que esto ocu- GHVXVIXQFLRQDPLHQWRVKDVWDOOHJDUDWHQHU
UUD OH SODQWHD DO QLxR XQ SULPHU \ PDJQR una idea más cercana a los mismos, sin per-
SUREOHPD FyPR \ GH GyQGH OOHJDQ SDUD der la impronta infantil y fantaseada, aun
FRPSDUWLU VX UHLQDGR (V XQ LQWHUURJDQWH de adulto. Las teorías sexuales infantiles,
que los adultos suelen escamotear con res- aquéllas por las que los niños se responden
puestas fabuladas y que resultan poco creí- los dilemas que les crea la diferencia de los
bles. La curiosidad se despierta porque se VH[RV \ OD SURFHGHQFLD GH ORV QLxRV GHMDQ
ve conmovido en su narcisismo y su pen- XQDPDUFDSDUDVLHPSUH/DLQYHVWLJDFLyQD
samiento es puesto a funcionar para evitar que lo conduce su curiosidad se ve frustrada
H[SRQHUVHDXQDQXHYDVLWXDFLyQGHVDJUDGD- por las explicaciones a las que recurre y a
ble. La curiosidad retoma el interés por todo errores inspirados por fantasías acerca de su
DTXHOORWDQHQLJPiWLFRTXHLPDJLQDRFXUUH propia sexualidad.
en el interior de la mamá y en el dormitorio (QSULPHUOXJDUGHVFRQRFHODVGLIHUHQ-
de los padres. El descubrimiento de que el FLDV VH[XDOHV GHVGH VX YLVLyQ HJRFpQWULFD
bebé se forma dentro del vientre de la madre entiende que todos los cuerpos humanos o
lo realiza el niño por sí mismo, casi puede animales están hechos de la misma manera
OOHJDU D UHVROYHU HO SUREOHPD \ QXPHURVDV \VRQLJXDOHVSRVHHQXQDFDEH]DGRVEUD-
observaciones prueban que percibe la situa- zos, dos piernas… ¡un pene! Tiene del pene
ción y se da cuenta de ella. una especial valoración porque es sede de
(QFLHUWRPRPHQWROHRWRUJDXQOXJDUHQ intensas excitaciones y sensaciones placen-
estas fantasías al padre y a su función en teras –etapa fálica– YHU FDStWXOR 9 . En-
la aparición de los niños pero no acierta a WUHJDGR DKRUD D XQD IUDQFD DFWLYLGDG PDV-
saber en qué consiste su intervención. turbatoria, puede que haya recibido de los
⎛78 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

adultos amenazas directas o encubiertas de tar cavilaciones y dudas que duran toda la
castración, amenazas que al principio no lo vida desplazada a otros terrenos. Además,
convencen del todo. VXVJHQLWDOHVHOSHQHHQHVSHFLDOHVVHGHGH
Por observaciones directas de niños pe- muy intensas excitaciones, de oscuros de-
queños, se conoce que las primeras obser- seos de penetrar con él en algo que por el
YDFLRQHVGHODVGLIHUHQFLDVJHQLWDOHVSURGX- momento desconoce.
cen reacciones de sorpresa y shock intensos Asimismo el desconocimiento de la va-
TXHDSRVWHULRULKDFHQFUHtEOHVODVDPHQD- JLQD OOHYD D RWUD WHRUtD OD GHO parto anal:
zas previas. Si es un niño el que observa a el niño es expulsado como un excremento,
la niña, piensa que a ella le falta DOJR (Q como un bebé fecal, lo que hace que los
su afán de explicarlo apela a ciertos razona- hombres también puedan parir por el ano
PLHQWRVORSXHGHKDEHUSHUGLGRDOJXLHQVH y apelando a sus conocimientos corporales
ORSXHGHKDEHUDUUDQFDGRHWFpWHUD,PDJLQD suponer que el embarazo ocurrió por im-
TXHDOJRVLPLODUSXHGHSDVDUOHDpO3XHGH SUHJQDFLyQRUDOSRUDOJ~QDOLPHQWRTXHIXH
experimentar horror al suponer mutilada a LQJHULGR (O SDSHO GHO SDGUH GHO VHPHQ \
ODPXMHUHOPLVPRKRUURUTXHVHQWLUiFXDQ- de los testículos serán descubrimientos más
GR GH DGXOWR HQFXHQWUH DOJXLHQ UHDOPHQWH tardíos.
mutilado o discapacitado o cuando él mis- Finalmente otra de las teorías que sos-
mo pueda estar en esa situación. tiene el desconocimiento parcial del niño lo
Si es la niña la que observa, supone que lleva a suponer la naturaleza sádica del coi-
HOQLxRWLHQHDOJRTXHDHOODOHIDOWDTXHHVWi to, en base a indicios y observaciones par-
GDxDGDTXHDOJRVHOHKDTXLWDGRRFXOSDD FLDOHV FRPR XQD SDUWH YLROHQWD \ DJUHVLYD
la madre por traerla al mundo sin terminar. que vence a otra, como la lucha cuerpo a
Como comparte con el niño la elevada valo- cuerpo que el niño tiene con sus compañe-
UDFLyQRWRUJDGDDOSHQHODQLxDPXHVWUDXQD URVGHMXHJR/DHVFHQDVH[XDOHQWUHORVSD-
DFHQWXDGDHQYLGLDSRUDOJRTXHGHVHDWHQHU dres se interpreta con violencia y sadismo,
\QRWLHQH HQYLGLDGHOSHQH  proveniente en parte de los propios impul-
3DUD PDQWHQHU OD FUHHQFLD RULJLQDO HO VRVDJUHVLYRVGHOQLxR
QLxRVLJXHVRVWHQLHQGRODLOXVLyQGHXQVROR
sexo: o se lo tiene o no, alternativa que se
plantea como fálico o castrado. Una posi- La sexualidad infantil
ble salida para el varón es falsear, no dar en los juegos:
crédito a sus sentidos, renegar la percepción el juego del doctor
GHORTXHKDYLVWR RQRKDYLVWR \GHVFR-
nocer la diferencia. Se consuela con que le (O MXHJR HV XQ PRPHQWR SDUWLFXODUPHQWH
va a crecer. O una parte de su mente puede fecundo del desarrollo del niño y de la rela-
aceptar la diferencia y otra mantener oculta FLyQFRQVXPDGUH(VDOJRGHODQDWXUDOH]D
XQDIDQWDVtDGHPXMHUFRQSHQHRmujer fáli- de un como si que ocupa a niños y adultos.
ca que aparece en los sueños y fantasías de Es la búsqueda de placer lo que motiva a
ORVDGXOWRVRHQODSVLFRSDWRORJtD&XDQGR MXJDUGHDFXHUGRFRQODWHQGHQFLDSUHGRPL-
la ilusión fálica se enfrenta con los hechos nante de la vida mental.
GHODDQDWRPtDHOSUREOHPDVHDJXGL]D 6LQ HPEDUJR XQD REVHUYDFLyQ PiV
/DGL¿FXOWDGHQDFHSWDUODSUHVHQFLDGH SUHFLVD PXHVWUD TXH ORV MXHJRV LQIDQWLOHV
OD YDJLQD SRQH GH DOJXQD PDQHUD XQ REV- tienen propósitos serios y de mucho valor
WiFXOR D ODV LQYHVWLJDFLRQHV GHO QLxR TXH para la vida emocional de los niños: sirven
QRVHLPDJLQDFyPRSXHGHODPXMHUTXHGDU para elaborar las ansiedades habituales que
embarazada y la frustración puede alimen- acompañan al desarrollo o para recuperarse
⎛ VI 7HRUtDVVH[XDOHVLQIDQWLOHV 79⎞

de situaciones dolorosas o traumáticas. Los niños se ocupa en especial del equivalente al


niños expresan sus impulsos y emociones examen físico que hace el médico: se ocupa
LQFRQVFLHQWHV HQ HO MXHJR GH XQD PDQHUD GHLQVSHFFLRQDUH[SORUDUORVRUL¿FLRVGHV-
más o menos encubierta, como si se tratara QXGDUVH\WRFDUORVJHQLWDOHV3RUORWDQWR
de un sueño. Tal es el caso de jugar al papá tratan de satisfacer su curiosidad sexual,
\ D OD PDPi \ GH MXJDU DO GRFWRU, ambos que les está prohibida por los mayores.
PX\OLJDGRVHQWUHVt Haciendo de médico, a quien supues-
tamente le está permitido ver y conocerlo
6L HO GRFWRU H[DPLQD OD JDUJDQWD GHO todo, el niño elude las prohibiciones y al
QLxR R OR VRPHWH D XQD SHTXHxD RSH- mismo tiempo los sentimientos de culpa li-
ración, con toda certeza esta vivencia JDGRVDVXWUDQVJUHVLyQ/DVIDQWDVtDVVREUH
espantable pasará a ser el contenido el coito y el embarazo, los misterios de la
GHOSUy[LPRMXHJR.1 diferencia de sexos y el nacimiento de los
EHEpVDSDUHFHQEDMRIRUPDVGLVIUD]DGDVHQ
Como el rol médico está universalmen- HOMXHJR\HQODLGHQWL¿FDFLyQGHOQLxRFRQ
WHGLIXQGLGRHOMXHJRGHOGRFWRURFXSDFRQ DOJXLHQTXHVXSRQHsabe de esas cosas, no
frecuencia a los niños, que tienen muchas sólo por ser adulto sino además por ser mé-
PDQHUDV GH MXJDUOR (O QLxR MXHJD DOWHUQD- GLFR $OJXQDV YHFHV OD enfermedad en el
tivamente a ser médico o paciente. A veces MXHJRSXHGHUHSUHVHQWDUHOHPEDUD]RGHOD
HOMXHJRRFXUUHGHVSXpVGHXQDSHQRVDHQ- madre, sobre la que recae el deseo de cu-
IHUPHGDGRSRUDOJXQDLQWHUYHQFLyQPpGLFD ración.
FUXHQWD(QHVWHFDVRHOMXHJR\VXUHLWHUD- El niño se muestra apasionadamente
ción tienen el propósito de ir aliviando el involucrado en su curiosidad sexual y el
efecto traumático de la experiencia hasta su MXHJRGHOGRFWRUOHVLUYHSDUDEODQTXHDUORV
desaparición. sentimientos de culpa que le acarrea. Más
tarde, la curiosidad sexual sufrirá las con-
&XDOTXLHUHSLVRGLRVXIULGRSDVLYDPHQ- secuencias inevitables del olvido, pero en
te es transformado por el infantil sujeto parte retornará sublimada para que en el
HQXQDVLWXDFLyQTXHpOUHSLWHSHURDF- adulto médico no sea culposa y prohibida
tivamente, en un juego. VLQRTXHSXHGDHMHUFHUVHFRPRXQDQHFHVL-
dad imprescindible del acto médico.
No es infrecuente ver cómo niños que La concepción sádica del coito reapa-
SDVDURQ DOJ~Q VXFHVR GHVDJUDGDEOH FRQ HO UHFH HQ ORV REMHWRV GHO MXHJR MHULQJDV
médico, al volver a casa maltratan médica- termómetros, cuchillos, enemas, etcétera,
mente a sus hermanos más chicos al identi- utilizados como instrumentos fálicos para
¿FDUVHFRQVXDJUHVRURFRQVXDJUHVLyQ(O SHQHWUDU FRUWDU H[SORUDU FXDOTXLHU RUL¿FLR
QLxRLQWURGXFHGHQWURGHVtDOJXQDFDUDFWH- HQIRUPDYLROHQWD2WUDVYHFHVODDJUHVLyQ
UtVWLFDGHODSHUVRQDTXHOHSURGXMRDQJXVWLD VHHMHUFHVREUHXQDPXxHFDTXHSXHGHSHU-
\ DO HMHFXWDU HO URO GH DJUHVRU DVXPLHQGR GHU VXV PLHPEURV R OOHJDU D SHUHFHU HQ OD
VXVDWULEXWRVRLPLWDQGRVXVDJUHVLRQHVSDVD intervención TXLU~UJLFD, que es una clara
de persona amenazada a ser la que amena- DOXVLyQDHMHUFHUDFWLYDPHQWHODFDVWUDFLyQ
]D 7DPELpQ VH YHQJD VREUH XQ RWUR GH OD o evitar sobre sí sus temidos efectos.
experiencia sufrida. (QRWUDPDQLIHVWDFLyQGHOMXHJRHOQLxR
3HURQRHVpVWHHO~QLFRVLJQL¿FDGRGHO se ocupa de limpiar al enfermo, lo baña, lo
MXHJR2WUDVYHFHVHOMXHJRGHOGRFWRUGHORV alimenta y controla sus evacuaciones. Le

1
)UHXG6³0iVDOOiGHO3ULQFLSLRGH3ODFHU´  (Q2EUD&RPSOHWD;9,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛80 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

hace tomar remedios, le toma la tempera- y omnisciente como él, con lo que borra ilu-
tura y lo cuida como a un bebé. Lo asiste VRULDPHQWHODVSHQRVDVGLIHUHQFLDVJHQHUDFLR-
en las múltiples modalidades que recuerdan nales y atenúa sus propios sentimientos de in-
claramente los cuidados que recibió de la IHULRULGDG(QORVMXHJRVLQIDQWLOHVVHSXHGHQ
madre en otros tiempos y que reproduce a detectar fácilmente estos temas.
WUDYpV GH XQD LGHQWL¿FDFLyQ FRQ HOOD 0X- (QHOMXHJRGHOGRFWRUHQWRQFHVHOLQ-
chos de estos cuidados que fueron vividos IDQWHGRPLQDH[SHULHQFLDVWUDXPiWLFDVJUD-
FRPRPiJLFRVHQVXPRPHQWRUHLWHUDQHQ WL¿FDDOJXQRVGHVXVLPSXOVRVUHSULPLGRVH
HOMXHJRHVDPDJLD(OPpGLFRDOTXHMXHJD LGHQWL¿FiQGRVH FRQ ORV PD\RUHV VH VLHQWH
el niño representa al padre y también a la fuerte y omnipotente como ellos, superan-
madre primordial. do su sentimiento de indefensión y desva-
limiento. Pero cuando como adulto cae en-
El imaginario popular retiene estos dos fermo, también reaparecen esos sentimien-
DVSHFWRVGHULYDGRVGHODVH[SHULHQFLDV tos y la relación médico paciente tiende a
infantiles en la función médica: la pro- estructurarse sobre ese fondo de poder y
WHFFLyQ GH OD DXWRULGDG SDWHUQD \ OD RPQLVFLHQFLDTXHHOSDFLHQWHRWRUJD\HVSH-
magia de los cuidados maternos. ra que el médico asuma.
7DPSRFRHOWHPRUGHMDGHHVWDUSUHVHQ-
De esta manera se pasa insensiblemente te. El temor al médico en el adulto es un
GHOMXHJRGHOGRFWRUDOGHPDPi\SDSiFRQ sentimiento fácilmente detectable. Impide
el que los niños parecen entretenerse tanto: que se lo cuestione o se trata de no contra-
MXJDUDHVWDUHQIDPLOLDKDFHU\FULDUQLxRV riarlo porque no se lo puede tolerar como
,PLWDQDORVSDGUHVLPDJLQDQFyPRKDFHQ HQHPLJR (O PpGLFR QR HV VyOR OD SHUVRQD
en la intimidad y por tanto satisfacen su cu- que ayuda sino también la que amenaza, en
riosidad y la que les despierta el dormito- especial en aquellas situaciones donde la
rio, las cosas que ocurren en él y los ruidos enfermedad tiene para el paciente un claro
que de él provienen a la noche. Los niños VLJQL¿FDGR GH FDVWLJR SRU VHQWLPLHQWRV GH
MXHJDQDOWHUQDWLYDPHQWHDHVWHMXHJRTXHD culpa. Con el poder que el paciente le atri-
veces asume características sádicas, y al del buye inconscientemente, el médico puede
doctor. conocer las faltas que el paciente se imputa
&XDQGRMXHJDDOPpGLFRHOQLxRVHFR- \VHUFDVWLJDGRSRUHOODV
ORFDHQHOOXJDUGHOSDGUHGHPRVWUDQGRTXH En resumen, la otra escenaGHOMXHJRGHO
QROHWHPHTXHKDOOHJDGRDVHUWDQIXHUWH GRFWRUPXHVWUDDOQLxRMXJDQGRWDPELpQDO
tan poderoso y tan cruel como él. Disminu- papá y la mamá pero alrededor de una tarea,
ye así el temor que le tiene, en especial su ODWDUHDPpGLFDWDOFRPRpOVHODLPDJLQD
DQJXVWLDGHFDVWUDFLyQORVWHPRUHVDVHUKH- Participan todas las tendencias y las fanta-
rido, violado o amenazado por el padre. VtDVTXHLQWHUYLHQHQHQHOFRPSOHMRGH(GL-
&RPRORVXJLHUH6LPPHO2, autor de un im- po. La repetición de la llamada escena pri-
SRUWDQWHWUDEDMRVREUHHOWHPDHOQLxRSUH¿H- mariaLGHQWL¿FDGRHOmédico con el padre
UHVHUPpGLFRHQOXJDUGHSDFLHQWHHQRWUDV y el paciente con la madre, pasando de la
palabras ser activo más que pasivo. A través VLWXDFLyQGHVDJUDGDEOHGHVHUWHVWLJRSDVLYR
GHLGHQWL¿FDUVHFRQHOSDGUHPpGLFRQRVyOR a la de tener un rol activo, como adulto y
supera su miedo hacia éste, sino siente que FRPRPpGLFR(OMXHJRSXHGHWDPELpQJUD-
puede acercarse a su madre, que adquiere po- WL¿FDUDTXLHQWLHQHXQUROSDVLYRHOOXJDU
der sobre ella. También se siente omnipotente de la madre en la escena primaria.

2
6LPPHO(³7KHGRFWRUVJDPHLOOQHVVDQGWKHSURIHVVLyQRI0HGLFLQH´,QW-RI3V\FKRDQ  
⎛ VI 7HRUtDVVH[XDOHVLQIDQWLOHV 81⎞

Pero hay otro aspecto que merece ser te- FRPRHOUDGLyORJRQRHVWDED´ODVUHWLUy


nido en cuenta. Muchos adultos continúan GHODFXEHWD\GHWHFWyXQDPDQFKDHQOD
³FRPRVLHVWXYLHUDQMXJDQGR´DOGRFWRUVRQ LPDJHQSXOPRQDUFX\DYLVLyQOROOHYyDO
ORV TXH DFRQVHMDQ GDQ UHFRPHQGDFLRQHV margen de la lipotimia. Una nueva pla-
PpGLFDVVXJLHUHQGLHWDVUHPHGLRVHWFpWH- ca, esta vez con el radiólogo, demostró
ra, a los demás, pero rara vez consultan. Es- TXH VyOR HUD XQD LPDJHQ VREUHLPSUHVD
tán literalmente al día con cuanta informa- ³SUREDEOHPHQWHGHOSH]yQHQHOHQWUHFUX-
FLyQGHGLYXOJDFLyQPpGLFDDSDUHFH(QHO ]DPLHQWRGHGRVFRVWLOODV´ 8QDOLJHUD
MXHJRSHURFRPRDGXOWRVVLJXHQHYLWDQGR GL¿FXOWDG SDUD UHVSLUDU SRU OD QDUL] OR
asumirse como pacientes para eludir senti- OOHYy D KDFHUVH SODFDV TXH PRVWUDEDQ
mientos de indefensión cuando los amenaza ³XQ VHQR YHODGR SUREDEOHPHQWH SRU XQ
DOJXQDHQIHUPHGDGDSHODQGRDODDXWRFXUD SyOLSR´&RQVXOWyDYDULRVDPLJRVKDVWD
Con llamativa frecuencia los médicos tam- TXHVHFRORFyHQXQDVLWXDFLyQGRQGHOD
bién tienden a tratarse a sí mismos y a auto- única posible salida era la operación del
medicarse, por lo menos inicialmente. pólipo, de naturaleza bastante cruenta e
Otro desarrollo posible: cuando la identi- innecesaria. Por suerte, se pudo evitar a
¿FDFLyQFRQOD¿JXUDPpGLFRSDWHUQDHVWDQ tiempo. El malestar desapareció en pocas
fuerte que entra en competencia y rivalidad VHPDQDV(QFDGDXQRGHHVWRV\YDULRV
FRQHOPpGLFRTXHORDVLVWHJHQHUDQGRWRGR episodios más, MXJDEDal doctor mientras
tipo de enfrentamientos a veces abiertos o evitaba los médicos, creaba situaciones
más a menudo encubiertos. En estos casos dramáticas para él, a veces peligrosas.
el paciente se atrinchera en la postura de que 3DUHFtDTXHSDUWHGHOMXHJRFRQVLVWtDHQ
QDGLHPHMRUTXHpOPLVPRVDEHFyPRWUDWDU- el alivio de poder salir de ellas.
lo1XQFDGHMDUiGHVHUVXSURSLRPpGLFR
8QD OHMDQD UHPLQLVFHQFLD GHO MXHJR GHO Debe quedar bien en claro que el ejerci-
GRFWRU HQ HO DGXOWR DVt FRPR HO MXHJR HQ cio de la Medicina no es un juego ni para el
los niños es una respuesta a situaciones pe- médico ni para el paciente. Pero se mueven
nosas o traumáticas efectivamente vividas, en la relación entre ambos pasiones e impul-
DOJXQDVYHFHVHOVXMHWRUHSLWHFRPSXOVLYD- sos que participan de la misma desde otro
mente episodios médicos a los que impul- escenario. Múltiples indicios de su presen-
san efectivamente una extraña mezcla de cia fantasmática se percibirán en esa rela-
azar y necesidad: FLyQ(OMXHJRGHOGRFWRUGHORVQLxRVSRQH
en escena esos sentimientos y da cuenta de
Un médico pasaba episodios verdadera- la procedencia de los mismos desde los pro-
PHQWH GUDPiWLFRV D ORV TXH FRQWULEXtD pios componentes de la sexualidad infantil,
MXJDQGRDOGRFWRUGHVtPLVPR (QFRQ- HQHVSHFLDOORVGHOFRPSOHMRGH(GLSR
WUiQGRVHGHYLDMHVRORHQHOH[WUDQMHURHQ
una visita social a un colega aprovechó
SDUDKDFHUVHH[DPLQDUXQnevus. El cole- Los sentimientos
JDSRUVXSXHVWRORH[WUDMR\ORVSULPHURV de compasión y el médico
hallazgos sugirieron la posibilidad de un
melanoma. Durante días vivió en un esta- Es interesante observar cómo en ciertos mo-
GRGHPi[LPRWHUURUVRORDLVODGRKDVWD PHQWRVHOMXHJRGHOGRFWRUDVXPHRWURFDUiF-
TXHVHDFODUyHOGLDJQyVWLFR 7UDEDMD- WHUHOQLxRSDUHFHDQJXVWLDGRLQTXLHWRVXIUH
EDHQHOKRVSLWDOGHPDQHUDTXHXQDYH] inconscientemente por las consecuencias de
SRUXQDWRVTXHQRVHFDOPDEDpOPLVPR VX DJUHVLyQ SDUHFH DSHQDGR \ GRORULGR \ HO
VH KL]R KDFHU XQDV SODFDV GH WyUD[ ³\ MXHJRPXHVWUDVXQHFHVLGDGGHUHSDUDURUHSR-
⎛82 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

ner lo dañado a través de la posibilidad que le Medicina no parece incluirla entre sus pre-
RWRUJDHOUROPpGLFR4XLHUHDOLYLDUHOGRORU RFXSDFLRQHV3XHGHOOHJDUDFRQVLGHUDUODHQ
suturar heridas, curar enfermedades, etcéte- ORVFRQWHQLGRVDVLJQDGRVDFLHUWRVWHPDVGH
ra. Aparecen los sentimientos de compasión SDWRORJtD SVLTXLiWULFD R IRUHQVH SRU HMHP-
por el otro que sufre y a quien hay que ayudar plo las aberraciones o perversiones o en la
SDUDUHFXSHUDUVH/DFRPSDVLyQHVWiOLJDGDD consideración que le presta a las enferme-
sentimientos de culpa por impulsos destruc- GDGHV GH WUDQVPLVLyQ VH[XDO 6LQ HPEDUJR
WLYRV DFWXDGRV R LPDJLQDGRV \ VXSRQH XQD otros hechos de la Medicina requieren que la
LGHQWL¿FDFLyQFRQHORWURTXHHVHOGHVWLQDWDULR sexualidad sea pensada desde la perspectiva
GHODDJUHVLyQUHDORIDQWDVHDGD DPSOLDGDVXJHULGDHQFDStWXORVDQWHULRUHV
Ha sido dicho que el rol médico apare-
FLy DQWURSROyJLFDPHQWH HQ OD KLVWRULD KX- D (QOD0HGLFLQDDYHFHVHVWiSUHVHQWHOD
mana cuando el hombre primitivo fue capaz idea de que el paciente dispone de una
GHFRQWHQHUVXDJUHVLyQHLGHQWL¿FDUVHFRQ VHULHGHDSDUDWRV\PRQWDMHVELROyJLFRV
la víctima por compasión. Los sentimientos perfectamente calibrados en la salud y
compasivos son esenciales en la Medicina y que se descomponen en la enfermedad.
esto lo reconocen los propios médicos. En No se hace intervenir a la vida mental
relación con la experiencia del Internado ni a su participación en los procesos de
Médico, dice el Dr. R. Pullen: salud y enfermedad. Falta el TXLpQ de la
conducta y esto requiere de una concep-
/D FXDOLGDG PiV JUDQGH TXH HO HVWX- ción del paciente como una persona, de
diante debe desarrollar es la compasión XQ<RDFDUJRTXHVHKDHVWUXFWXUDGRHQ
SRU HO HQIHUPR HO DÀLJLGR HO TXH VX- estrecho contacto con las demandas pul-
IUH1LQJ~QDWULEXWRLQGLYLGXDOHVPiV sionales. Entonces, el desarrollo psico-
GHPDQGDQWH PiV GLItFLO GH DGTXLULU \ sexual no puede estar excluido.
PiV H[LJHQWH GH VRVWHQHU TXH HO OD]R
TXHH[LVWHHQWUHSDFLHQWH\PpGLFR.3 E  /D HOHFFLyQ GH REMHWR GH DPRU WLHQH HQ
HOVXMHWRXQDODUJDKLVWRULDTXHGHSHQGH
La compasión por su paciente es un as- de sus elecciones previas en consonan-
pecto esencial de su tarea pero si emana de cia con su desarrollo psicosexual y con
abrumadores sentimientos de culpa puede la manera con que aspira recrear situa-
DIHFWDUOR JHQHUDQGR LPSXOVRV UHSDUDWRULRV ciones de placer y bienestar. Determina
desmedidos e irracionales, como el que se ha DTXLpQVHDFHSWD\VHUHFKD]DVHDPD
denominado furor curandis. También, si sus o se odia, se confía o desconfía. En su
LPSXOVRV DJUHVLYRV QR HVWiQ DGHFXDGDPHQ- momento, la elección de médico y la
WH LQWHJUDGRV ORV P~OWLSOHV SURFHGLPLHQWRV relación con él estará condicionada por
FUXHQWRVDORVTXHORREOLJDVXSURIHVLyQVH- muchas razones conscientes e incons-
UiQSDUDpOIXHQWHGHFRQÀLFWR\VXIULPLHQWR cientes pero la misma sólo se podrá sos-
tener en función de esa historia previa...
y de la actitud del médico.
Importancia del tema de la
sexualidad para la Medicina F /DUHODFLyQPpGLFRSDFLHQWHHVXQYtQFX-
ORGRQGHVHPDQL¿HVWDQORVFRPSRQHQWHV
Cuando la sexualidad es considerada des- emocionales de la transferencia y con-
GH HO SXQWR GH YLVWD YXOJDU R FRUULHQWH OD tratransferencia. No son otra cosa que

3
Roscoe Pullen. The Internship6SULQJ¿HOG,OOLQRLV&KDUOHV&7KRPDVSiJLQD
⎛ VI 7HRUtDVVH[XDOHVLQIDQWLOHV 83⎞

aspectos del pasado en el presente. En H /D0HGLFLQDWUDEDMDFRQHOFRQFHSWRGH


buena medida participan los impulsos y FXHUSRELROyJLFRSHURHQUHDOLGDGHQVX
deseos de la sexualidad infantil sin que práctica se enfrenta permanentemente
médico y paciente sean conscientes de FRQXQFXHUSRHUyJHQRTXHQRHVSRVLEOH
los mismos, aunque sientan la plenitud comprender sin tener en cuenta el con-
de sus efectos. cepto de sexualidad. Están naturalmente
La relación médico paciente estará ex- HQMXHJRODQRFLyQGHLPDJLQDULRFRUSR-
puesta a las alternativas pasionales y UDO OtPLWHV FRUSRUDOHV ]RQDV HUyJHQDV
reclamos de amor encubiertos en la cuerpo deseante, etcétera.
PDQLIHVWDFLyQGHVtQWRPDV\H[LJHQFLDV El Psicoanálisis sacó a la luz esa anato-
de cuya naturaleza libidinal caben po- PtD VXEMHWLYD R IDQWDVPiWLFD 3RU RWUD
cas dudas. Los deseos y demandas del parte, el examen físico pondrá al médico
paciente estarán permanentemente en y al paciente en condiciones de explorar
escena, explícita o implícitamente y ha- y manipular el cuerpo, contacto que mo-
blar de deseos es referirse a sexualidad vilizará en ambos deseos cuya naturale-
infantil. Los reclamos que un paciente le ]D VHQVXDO VHUi UHJXODUPHQWH FRQWHQLGD
hace al médico pueden parecer adultos por el encuadre profesional que permite
pero a veces conllevan un contenido la- la tarea médica.
WHQWH GH RULJHQ LQIDQWLO TXH HQ DOJXQRV
casos pueden alcanzar una dimensión I  (O WRPDU FRQRFLPLHQWR GH ODV GLIHUHQ-
psicótica. Muchas de las querellas por cias sexuales corporales supone un
mala prácticaSXHGHQWHQHUHVWHRULJHQ proceso cuya elaboración atraviesa
ansiedades muy intensas vinculadas
G  (Q RFDVLRQHV SXHGHQ VXUJLU HQ OD UHOD- con la amenaza de castración, ansie-
ción médico paciente, por efecto de una dades que quedan incluidas en el re-
actitud seductora proveniente de uno JLVWURFRUSRUDOGHO<RFRPRXQSRVWH-
o de ambos, sentimientos abiertamen- ULRUSHOLJURSDUDVXLQWHJULGDG\HQOD
te eróticos, compartidos o no.4 Cuando IRUPDFRPRGHDKRUDHQPiVVHGLEXMH
HQ DOJXQD FLUFXQVWDQFLD VH SDVD D XQD VX DQDWRPtD LPDJLQDULD ,QJUHVDUiQ
abierta erotización de la tarea no hace inevitablemente en exploraciones y
más que mostrar por vía de excepción manipulaciones corporales médicas,
los componentes latentes de la sexuali- VREUHWRGRTXLU~UJLFDV
GDG HQ MXHJR +DELWXDOPHQWH IUHQWH D
la actitud francamente seductora de una J (OSUREOHPDGHODUHODFLyQmente-cuer-
paciente, el médico puede responder con po WDQ DQWLJXR FRPR LUUHVXHOWR SXH-
un intenso malestar personal, sufrir un GH VHU DERUGDGR HQ PHMRUHV WpUPLQRV
VHULR FRQÀLFWR LQWHUQR TXH OR DPHQD]D cuando se incluye el concepto de pul-
en su identidad personal y médica. sión PHFDQLVPR TXH H[SUHVD HO JUD-
Otras veces, puede pasar al acto y com- do de la demanda que el cuerpo hace
prometerse en relaciones sexuales abier- sobre el Yo para que éste dé cuenta de
tas. Cuando esto ocurre, los efectos son la misma. El Yo, además, está relacio-
deteriorantes para la tarea que ambos QDGRFRQORVREMHWRV&RQHOFRQFHSWR
comparten, en un sentido similar a con- de pulsión se trasciende al nivel estric-
VXPDUHOLQFHVWRVHYLRODXQD/H\ GLFKR tamente humano sin desprenderse del
HQVHQWLGRpWLFR VHGHVWUX\HODWDUHD nivel corporal.

4
)UHXG6³3XQWXDOL]DFLRQHVVREUHHO$PRUGH7UDQVIHUHQFLD´  (Q2EUDV&RPSOHWDV;,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛84 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

K (O3VLFRDQiOLVLVPXHVWUDTXHORVVtQWR- ble para la satisfacción. La existencia y


mas de las neurosis son realizaciones la frecuencia de las perversiones sexuales
de deseos sexuales, de procedencia PXHVWUDQTXHH[LVWHXQDJUDQYDULDELOLGDG
infantil y que cuando están claramen- HQFXDQWRDODHOHFFLyQGHREMHWRVH[XDO\
te estructurados requieren tratamiento en cuanto al modo de utilizarlo para lo-
HVSHFt¿FR 3HUR ORV DVSHFWRV QHXUyWL- JUDUODVDWLVIDFFLyQ
cos de la conducta normal aparecen re-
JXODUPHQWH HQ OD FRQVXOWD PpGLFD /D En general, por las cualidades con las
expresión de los síntomas por parte del TXHVHDVRFLDODVH[XDOLGDG DOJRVXFLR
paciente acarrea demandas infantiles y \YHUJRQ]DQWH ODHQWUHYLVWDPpGLFDHOX-
deseos insatisfechos que van a compli- GHORVWHPDVUHIHULGRVDODYLGDVH[XDO
car inevitablemente la tarea del médi- del paciente.
FR /RV SDFLHQWHV H[LJHQ DPRU DWHQ-
ción, protección, exclusividad, pero M  $FWXDOPHQWH HO WHPD GH OD LGHQWLGDG
también ser rechazados, maltratados o sexual se plantea en numerosas circuns-
DJUHGLGRV tancias en las que el médico es llevado a
intervenir profesionalmente. Para poner
L  /D FOtQLFD VH HQIUHQWD FRQ VLWXDFLRQHV GH un caso extremo, el llamado transexual
transición entre la sexualidad normal y primario se siente por errorDORMDGRHQ
la perversa: aparición de perversiones un cuerpo que sexualmente no le corres-
temporales cuando resulta imposible una SRQGHVLQTXHVHOHGHWHFWHQLQJXQDDQR-
satisfacción habitual, actividades que PDOtD RUJiQLFD TXH OR MXVWL¿TXH +DFH
preparan el coito como placer prelimi- estallar el criterio meramente anatómico
nar, las mismas que se encuentran en las RJHQLWDOFRQTXHSUHWHQGDHQWHQGHUVHOD
perversiones como condición indispensa- sexualidad.
VII
El Yo, estructura
y funcionamiento (I)

En capítulos anteriores se hizo una reseña (O <R HV VXMHWR SRU RSRVLFLyQ D REMHWR
de la presencia de las pulsiones sexuales como experiencia interior a H[WHULRU. Pero a
como determinantes del desarrollo mental. VXYH]VLHQGRVXMHWRHO<RVHWRPDDVtPLV-
Se demostró que OD VH[XDOLGDG FRQVWLWX\H PRFRPRREMHWRHQODPHGLGDHQTXHWLHQH
originariamente el eje pulsional del mismo. conciencia de sí. El Yo deviene parcialmente
Se mencionó también la presencia de otras consciente de sí mismo y de sus contenidos
fuerzas o poderes psíquicos, los que a ma- fundamentalmente por la operación del len-
nera de GLTXHV tratan de contener o impo- JXDMHVHUH¿HUHDVtPLVPRFRPRDXQREMH-
ner a las pulsiones ciertas transformaciones to. Puede hablar acerca de su hablar, pensar
DVFR SXGRU YHUJHQ]D WDE~ GHO LQFHVWR acerca de lo que está pensando, darse cuenta
PRUDOLGDG (OQ~FOHRGHHVDVIXHU]DVFRQV- GHORTXHSHUFLEHRVLHQWH\DVt3RUHMHPSOR
tituyen el Yo que mantiene relaciones bási- ³(VWDED <R SHQVDQGRFRPR <R PHVHQWtD
FDPHQWHFRQÀLFWLYDVFRQHOSRORSXOVLRQDO con relación a estudiar Medicina”.
En sentido amplio, el Yo se asume como
(O <R HV HO SROR SHUVRQDO GHIHQVLYR representante de los intereses, de las nece-
D YHFHV UDFLRQDO GHO VXMHWR &RQWUDVWD sidades de toda la persona y del intercam-
con el polo pulsional, impersonal, pa- ELR FRQ VXV VHPHMDQWHV 3DUHFH UHVSRQGHU
sional, irracional. por la totalidad. El Yo se experimenta a sí
mismo, es aproximadamente el sí mismo,
Éste es el momento de ocuparse un poco el self GH ORV DQJORVDMRQHV (O<R SHUFLEH
más en detalle del Yo, de su estructura y fun- siente, interpreta, recuerda y responde a las
cionamiento. La idea de un Yo tiene instala- experiencias que le toca vivir, incluyendo
GDHQVXFHQWURODPDUFDGHORSHUVRQDO mi sus propias vivencias corporales.
persona  GH OD LQWHULRULGDG mi intimidad 
ODVXEMHWLYLGDG mí mismo <RHVHOWpUPLQR 3RUHMHPSORHO<RHVODLQVWDQFLDTXH
SRUHOTXHHOVXMHWRVHGHQRWDDVtPLVPR(Q WUDPLWDLQWHUQD\H[WHUQDPHQWHODVDODU-
ODYLGDFRWLGLDQDGHVLJQDSXUD\VLPSOHPHQ- PDVFRUSRUDOHVSDUDVHUH[SUHVDGDVDO
te al individuo en primera persona. médico en calidad de síntomas.
⎛86 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

+D\ QHFHVDULDPHQWH DPELJHGDGHV HQ VXVLWXDFLyQ5HVSRQGHSRUpO\SRUHO


HVWDGH¿QLFLyQGHO<RTXHDSXQWDQDOQ~FOHR UHVWRGHODVRWUDVSDUWHVDODVTXHHVWi
GHVXSUREOHPiWLFD8QDSULPHUDDPELJH- HQIUHQWDGR \ D ODV TXH D PHQXGR TXH-
dad: HOUHSUHVHQWDUDXQDSDUWH\DVXYH]DO da sometido. Solo conoce parcialmente
WRGRHOHVWDUHQUHODFLyQFRQORVREMHWRV\ sus motivaciones.
a su vez, considerarse a sí mismo como un
objeto. También situarse en esa doble con- Esto explica al médico que escucha por-
dición en relación con el cuerpo: HO<RHVHO qué a veces percibe discrepancias entre lo
FXHUSR\DVXYH]ORUHSUHVHQWD. que el paciente dice y lo que hace, entre lo
(VWR FRQGXFH D XQD VHJXQGD DPELJH- que dice una vez y lo que dice otra, entre
dad. En el sentido amplio del término, el Yo lo que QRGLFH\ parece decir3RUHMHPSOR
aparece como el centro de todas las expe- DTXpOTXHGH¿HQGHDSDVLRQDGDPHQWHSDUDVt
ULHQFLDVGHOVXMHWR\DFDUJRGHHOODV3HUR una postura ética a ultranza, que denuncia
el descubrimiento de lo inconsciente pone las faltas de los demás, mientras relata sin
de relieve que el Yo es sólo parcialmente escrúpulos su doble vida amorosa.
consciente, está descentrado del núcleo de En esto hay una invitación al médico a
las experiencias inconscientes y a menudo escuchar, más allá de lo que dice el Yo R¿-
a merced de ellas. Se ilusiona creyéndose cial del paciente, lo proveniente del incons-
dueño de sí mismo pero no lo es. ciente. Pero con una nota de prudencia: re-
(O<RQRORHVWRGRQLHVWiDFDUJR GH cordar que si el paciente es enfrentado con
todo, pero se asume como el todo. Está di- ORTXHSDUHFHGHFLU\QRGLFH, puede que lo
YLGLGR\HQGLVFRUGLDFRQVLJRPLVPR(VWi UHFKDFHDLUDGDPHQWH LQWHUYLHQHQlas resis-
vinculado con otros tres sectores con los tenciasDODWRPDGHFRQFLHQFLD 
TXHDYHFHVHQWUDHQFRQÀLFWR(VWRVRWURV
VHFWRUHVVRQ ODVGHPDQGDV\UHVWULFFLR-
nes que la realidad y el mundo H[WHULRU le Estructura
SODQWHDQ¢TXpKDUiFRQHOODV"¢LJQRUDUODV y funciones del Yo
R PRGL¿FDUODV" ¢DGHFXDUVH R DGDSWDUVH"
¢KXLURHQIUHQWDUODV" ODVXUJHQFLDVGHVXV $OJXQDGHODVIXQFLRQHVGHO<RTXHORUHOD-
propias pulsiones a las que está expuesto y cionan con el medio son:
de las que no puede escapar. Frente a este
ÀDQFRLQWHUQRFXHQWDFRQODVHxDOGH angus- D ODDGTXLVLFLyQJUDGXDOGHFRQWUROYROXQ-
tia para alertarse y una variedad de defensas tario sobre la musculatura, control mo-
TXHVHPHQFLRQDQPDVDGHODQWH\ FRQODV tor que le acerca autonomía y posibili-
H[LJHQFLDVTXHOHSODQWHDQORVLGHDOHV\ORV dad de desplazamiento para alcanzar lo
valores de su propia conciencia o 6XSHU\y. que necesita.
(O <R HVWi HQ DUPRQtD R HQ FRQÀLFWR FRQ E  IXQFLRQHV sensoperceptivas que le irán
esas otras partes y las más de las veces lo informando de las posibilidades y ries-
desconoce. Es en su condición de referente JRV GHO PHGLR DPELHQWH OD LPSRUWDQWH
PDQL¿HVWRGHODSHUVRQDHQVXFDUiFWHUR¿- cualidad de concienciaTXHVHOHDJUHJD
cial y a su vez descentrado de sus motiva- y la posibilidad de atención que el Yo
FLRQHVLQFRQVFLHQWHVTXHOOHJDDODFRQVXOWD les presta o que no les presta.
médica. Es importante saber que F LUFRQWDQGRFRQXQDUFKLYRGHKXHOODVGH
las experiencias ya vividas y que le per-
(O<RTXHVHSUHVHQWD\KDEODHQODFRQ- mitirán por lo menos la posibilidad de la
VXOWDQRHVVLHPSUHHOGXHxRGHVtPLVPR IXQFLyQGHODPHPRULD\GHODSUHQGL]DMH
QLHVWiWRWDO\DEVROXWDPHQWHDFDUJRGH ORVUHFXHUGRVPiVWHPSUDQRVVRQORVGH
⎛ VII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR , 87⎞

las primitivas experiencias de satisfac- estrecha que se establece entre el Yo y el


FLyQ  cuerpo permite hablar de un <R FRUSRUDO
G  HO GHVDUUROOR GH afectos que utilizará YHUFDStWXOR9,,, .
como señales de comunicación para él y Más allá de las controversias acerca del
para los demás. momento de su aparición, el Yo nace en el
H LUJUDGXDOPHQWHPRGL¿FDQGRHOWRGRSR- contexto emocional del vínculo temprano
deroso principio de placer en el princi- YHU FDStWXOR ;,9 . Para resumirlo en una
pio de realidad. Inicialmente la actitud fórmula,
del primitivo Yo hacia el medio y los
REMHWRVSDUHFHGHFLU³TXLHURORTXHQH- Entre las urgencias pulsionales pro-
cesito, lo quiero ya, lo quiero como sea, YHQLHQWHV GHO LQWHULRU GHO FXHUSR \ ODV
hasta lo puedo alucinar”. Esa tendencia H[SHULHQFLDVJHQHUDGDVHQUHODFLyQFRQ
VH WHQGUi TXH LU PRGL¿FDQGR GH IRUPD ORV REMHWRV SULPDULRV GHO PXQGR H[WH-
JUDGXDOFRQHVER]RVSULPLWLYRVGHSHQ- ULRUHODGHQWUR\HODIXHUD SDUDHORE-
samiento: “quiero pero puedo esperar, VHUYDGRUH[WHUQR VHLUiHVWDEOHFLHQGR
me puedo conformar con otras cosas, una organización particular, una ins-
con lo disponible, con lo que pueda en- WDQFLDSVtTXLFDTXHHQORVXFHVLYRGH-
contrar”. berá mediar entre ambas. A ese distrito
I ODDSDULFLyQGHXQDSDXVDHQWUHVXVQH- de nuestra vida anímica le llamamos
cesidades apremiantes y la satisfacción, <RFX\DHVWUXFWXUD\IXQFLRQHVFREUD-
entre deseos y alucinación, para que en UiQFUHFLHQWHLPSRUWDQFLD'HVGHHO<R
DXVHQFLDGHOREMHWRGHVHDGRVXUMDODFD- WHQGUi OXJDU OD VLJQL¿FDFLyQ GH XQD
pacidad de simbolizar y con ella la fun- serie de sensaciones provenientes del
ción del pensamiento. El pensamiento FXHUSR TXH VH LQWHJUDUiQ HQ pO FRPR
reemplazará a la alucinación, contendrá imagen corporal.
ODVXUJHQFLDV\D\XGDUiDXWLOL]DUHOPH-
GLRSDUDHQFRQWUDUFRQWLHPSRDOJRSD- (O <R FRPR HVWUXFWXUD LUi SURJUHVLYD-
recido a lo que se necesita. La capacidad PHQWH GLIHUHQFLiQGRVH GH ORV REMHWRV HQ
para pensar alcanzará su plenitud con el la medida en que se fortalecen los límites
acceso a la palabra y la adquisición del HQWUHHO<R\HOQR<R (QFLHUWDVFRQGL-
lenguaje, el medio de comunicación hu- ciones, como en la psicosis, esta discri-
mano por excelencia. minación se puede volver a perder. Y se
Todas estas funciones del Yo comien- irá diferenciando del propio cuerpo en el
zan de una manera primitiva, rudimentaria que está encarnado. Podrá establecer una
y evolucionan, maduran en la medida que inadecuada relación con él como en la hi-
el niño crece y es sostenido en un vínculo pocondría.
VLJQL¿FDWLYR ¢&yPR VH ORJUD HO FUHFLPLHQWR \ PD-
duración del Yo? Si bien hay factores con-
JpQLWRV \ FRQVWLWXFLRQDOHV )UHXG HVWDED
Génesis del Yo interesado en señalar los que tienen que
ver con las experiencias. Una de ellas es la
(O <R GHEH VX JpQHVLV D ODV H[SHULHQFLDV relación con el cuerpo, que ocupa y ocupa-
FRQORVREMHWRV\FRQsu cuerpo. Por lo tan- Ui XQ OXJDU PX\ HVSHFLDO HQ OD IRUPDFLyQ
to el concepto de Yo permite modelizar una del Yo. La otra tiene que ver con ser el Yo
LQWHJUDFLyQ WDQ QHFHVDULD D WHQHU HQ FXHQ- XQSUHFLSLWDGRGHLGHQWL¿FDFLRQHVFRQORV
ta en Medicina, donde el cuerpo tiene una REMHWRV$PERVWHPDVVHDQDOL]DQDFRQWL-
presencia predominante. Esa relación tan nuación:
⎛88 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

1. EL YO Y EL CUERPO PRGL¿FDWRWDORSDUFLDOPHQWHVHJ~QHOPR-
delo del otro.
En relación a su inserción en el cuerpo,
Freud dice “El Yo deriva en última instan- (O <R WLHQH TXH YHU FRQ OD LGHQWL¿FD-
cia de sensaciones corporales, principal- FLyQ XQ PHFDQLVPR TXH OR FRQIRUPD
PHQWH ODV TXH SDUWHQ GH OD VXSHU¿FLH GHO \ HVWUXFWXUD D LPDJHQ \ VHPHMDQ]D GH
cuerpo. Cabe considerarlo, entonces, como ORVREMHWRVFRQORVTXHHVWiRHVWXYRHQ
OD SUR\HFFLyQ SVtTXLFD GH OD VXSHU¿FLH GHO contacto emocional.
cuerpo, además de representar, como se ha
YLVWRDQWHVODVXSHU¿FLHGHODSDUDWRSVtTXL- ,GHQWL¿FDFLRQHV PX\ SUHFRFHV FRPR
co”.1 Lo visual permite al Yo aprehender su parte de las experiencias más tempranas, con
cuerpo como otro objeto y tener de él, por ORVREMHWRVSULPLWLYRVTXHORYDQDGLHVWUDQ-
las percepciones táctiles, dos sensaciones, do en la instrumentación y maduración de
percibir a la vez del interior y del exterior. las funciones que lo sostienen: percepción,
Por último, la vivencia de dolor participa atención, memoria, pensamiento, coordina-
GHODRUJDQL]DFLyQGHO<RSRUTXHHOGRORU FLyQ PRWRUD HWFpWHUD (Q LGHQWL¿FDFLRQHV
es irrupción y presencia de un límite cor- concebidas como límite, como envoltura,
poral. Cuando hay dolor, el cuerpo VLHQWH\ aportando a la creciente diferenciación en-
se siente. El dolor, o necesidades corpora- tre su adentro y el afuera.
les como el hambre de las que no se puede En la matriz del vínculo temprano, se
escapar, llevan a que sea necesario al Yo, aprecian las evidencias de esta tendencia: el
LPSHULRVDPHQWHKDFHUDOJRFRQHOODV EHEpHPSLH]DDVRQUHtUDMXJDUDKDFHUJHV-
tos, sonidos parecidos a los de las personas
(O <R HV HO TXH HVWDUi HQFDUJDGR GH TXHDPD$GRPLQDU\GLULJLUVXVPRYLPLHQ-
RFXSDUVHGHTXpHVORTXHKD\TXHKD- WRV \ VX FXHUSR HQ DFFLRQHV VLJQL¿FDWLYDV
cer con las necesidades, con la tensión para el entorno. Y muy importante, cuando
TXH SODQWHDQ GH FyPR FXiQGR \ FRQ OOHJDHOPRPHQWRODDGTXLVLFLyQGHOOHQJXD-
TXLpQUHDOL]DUOR MHDSUHQGHDhablar con el acento, el timbre,
la pronunciación, la entonación de los adul-
Hay partes del cuerpo que adquieren tem- WRVTXHORURGHDQ,GHQWL¿FDFLRQHVTXHVXU-
pranamente una importancia especial para el JHQHQHOPDUFRGHUHODFLRQHVGRQGHDPDHV
GHVDUUROORGHO<RSRUTXHVRQIXHQWHGHJUD- amado y se ama a sí mismo. Con el tiempo se
WL¿FDFLyQFRPRODV]RQDVHUyJHQDVTXHLUiQ QRWDUiTXHWDPELpQOOHJDDLGHQWL¿FDUVHFRQ
DVRFLDGDVDLPSRUWDQWHVORJURVHQHOiUHDGH REMHWRVTXHRGLDRTXHORRGLDQ.
ODFRRUGLQDFLyQVHQVRULDO\PRWRUDDORVUH- /DVLGHQWL¿FDFLRQHVGHO<RFRQHOHQWRU-
FXHUGRV\HOUHFRQRFLPLHQWRGHORVREMHWRV, QR \ VXV REMHWRV VH PDQWLHQH WRGD OD YLGD
HWFpWHUDSRUHMHPSORODTXHVHHVWDEOHFHHQ- pero cada época le marcará características y
tre la boca, la mano y la mirada. PRGDOLGDGHVGLIHUHQWHVSRUHMHPSORHQWUH
ORV\DxRVORVREMHWRVSDUHQWDOHVSDVDQ
2. EL YO Y LAS IDENTIFICACIONES DIRUPDUSDUWHGHO<RSRULGHQWL¿FDFLyQ(O
GHVWLQRGHOFRPSOHMRGH(GLSRHVVXWUDQV-
Pero en el desarrollo del Yo no sólo inter- IRUPDFLyQSRULGHQWL¿FDFLyQHQXQDQXHYD
vienen las experiencias corporales sino la subestructura del Yo, el Superyó. En la ado-
LGHQWL¿FDFLyQ FRQ ORV REMHWRV /D LGHQWL¿- OHVFHQFLD OD LGHQWL¿FDFLyQ RFXUUH FRQ ORV
FDFLyQHVXQSURFHVRSRUHOTXHHOVXMHWRVH SHUVRQDMHVLGRODWUDGRVGHOPRPHQWR
1
)UHXG6³(O<R\HO(OOR´  (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHVQRWD
⎛ VII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR , 89⎞

/DLGHQWL¿FDFLyQSXHGHRFXUULUWDPELpQ 3DUDOD0HGLFLQDHQWRQFHVHVWRVLJQL¿-
GHVSXpV GH OD SpUGLGD GHO REMHWR HQ FXDO- ca que enfermar o curar, no sólo es función
quier momento de la vida, pero las más tem- GHODDJUHVLyQGHGLYHUVRVDJHQWHVHWLROyJL-
pranas son las más importantes. La muerte cos contra las condiciones vitales o bioló-
RODGHVDSDULFLyQGHMDQXQDIXHUWHWHQGHQFLD JLFDVsino también efecto del estado de los
D LGHQWL¿FDUVH FRQ HO REMHWR SHUGLGR 3RU OD]RVOLELGLQDOHVGHO<RFRQVLJRPLVPR\FRQ
HMHPSORHOKLMRVHSXHGHWRUQDUXQDUpSOLFD sus objetos. Tendrá esto una consecuencia
del padre después de su fallecimiento. importante en la evolución de los procesos
SDWROyJLFRV GH tQGROH FRUSRUDO 0iV WDUGH
&XDOTXLHUD VHD OD VLWXDFLyQ HQ OD TXH el estado y la calidad de los vínculos entre
RFXUUH HO SURFHVR GH LGHQWL¿FDFLyQ HO HOPpGLFR\HOSDFLHQWHLQÀXHQFLDUiQGHFL-
UHVXOWDGRVHUiTXHHO<RVHPRGL¿FD\VH didamente en el curso de la enfermedad.
WUDQVIRUPD VLJQL¿FDWLYDPHQWH VLJXLHQ- 'HHVWDPDQHUDSXHGHQWHQHUOXJDUPH-
do el modelo del objeto. MRUtDVLQHVSHUDGDVRGHUUXPEHVLUUHFXSHUD-
bles. Como dice Freud “es muy posible que
el designio de sanar o la voluntad de morir
El Yo y el narcisismo QR GHMHQ GH LQÀXLU VREUH HO GHVHQODFH LQ-
FOXVRHQFDVRVJUDYHV\GHOLFDGRV´2 LWiOLFDV
El estudio del narcisismo aportó una nueva GHO DXWRU  (Q DPERV HVWiQ LQYROXFUDGRV
GLPHQVLyQDODJpQHVLVGHO<R(O<RQRVyOR entre otras cosas, los sentimientos de amor
DPDDVXVREMHWRV\QHFHVLWDVHUDPDGRSRU DVtPLVPR ODDXWRHVWLPD 
ellos, sino que se instituye él mismo como El amor al Yo, si es excesivo, tiene su pato-
XQ REMHWR GH DPRU 7RGR OR TXH OH RFXUUD ORJtDDOLPHQWDODPHJDORPDQtD\ODRPQLSR-
es dimensionado en función del amor o del WHQFLDHQODVSVLFRVLVRUHFDUJDOLELGLQDOPHQWH
RGLRTXHVHWHQJDDVtPLVPR3RUHMHPSOR DORVyUJDQRVGHOFXHUSR KLSRFRQGUtD 
ODV IXQFLRQHV YLWDOHV ELROyJLFDV GpELOHV H
LQPDGXUDV DO SULQFLSLR VRQ JUDGXDOPHQWH
asumidas por el Yo y mantenidas con su La tendencia a la síntesis
sustento libidinal. y a la coherencia en el Yo

Desde el inicio, el bebé no sólo vive o En la medida en que se desarrolla y madu-


sobrevive por el soporte de las pulsio- ra, el Yo se trasforma en una estructura que
nes de autoconservación sino por las WLHQGH D GDU FRKHUHQFLD H LQWHOLJLELOLGDG D
vicisitudes de sus vínculos de amor, por VXVYLYHQFLDVLQWHJUDUODVDVXRUJDQL]DFLyQ
HODPRUDVtPLVPR\SRUHODPRUGHORV y sintetizarlas aun a costa de perder credi-
GHPiV\DORVGHPiV bilidad. Es interesante reconocerlo en el pa-
ciente. La experiencia de enfermar lo toma
Desde temprano, no sólo come por ham- a menudo por sorpresa y de improviso, por
bre para preservar la vida sino por amor a la ORTXHHO<RGHLQPHGLDWRFRPLHQ]DDDVLJ-
vida, a la vida del Yo, lo que éste representa QDUOH VLJQL¿FDGRV SHUVRQDOHV SDUD KDFHUOD
\SRUHODPRUGHORVREMHWRV(O<RKDWR- comprensible: la enfermedad pasa a repre-
PDGRDVXFDUJRYLFDULDPHQWHFRQDSR\R VHQWDU XQ FDVWLJR SDUD VXV FXOSDV XQ HQH-
libidinal narcisista, los intereses vitales. Si PLJRFRQTXLHQHQRMDUVHDOJXLHQFRQTXLHQ
VHTXLHUHVHFXLGD\GHMDTXHORFXLGHQ2 pelear, una parte débil que hay que ocultar o
se deja morir por desamor u odio. GHODTXHKD\TXHDYHUJRQ]DUVHXQDSpUGLGD

2
)UHXG6³7UDWDPLHQWRSVtTXLFR´  (QObras completas,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛90 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

que entristece, un esfuerzo para vencer, una durez e indefensión. Ha debido pasar por
excusa para evitar los desafíos temidos, et- verdaderas situaciones traumáticas que
FpWHUD/DHQIHUPHGDGVHLQWHJUDGHQWURGHO OR KDQ GHVERUGDGR GH DQJXVWLD DQJXVWLD
<RDXQPXQGRGHVLJQL¿FDGRVSHUVRQDOHV\ WUDXPiWLFD  FX\R SURWRWLSR LQLFLDO KD VLGR
relaciones vinculares. la situación del nacimiento. Ha sufrido la
La tendencia del Yo a dar unidad y cohe- SURJUHVLYDGHOLPLWDFLyQGHXQVHFWRUFRQHO
rencia a sus experiencias es ilusoria. El Yo que el Yo se enfrenta, lo reprimido incons-
debe responder a tendencias contrapuestas, ciente.
DSHODUDVROXFLRQHVGHFRPSURPLVR(VOyJLFR Más tarde, a favor de su creciente ma-
y racional, pero también inconscientemente GXUH] H LQWHJUDFLyQ KD SRGLGR DQWLFLSDUVH
XVDODUD]yQSDUDHQJDxDURHQJDxDUVH D ODV VLWXDFLRQHV TXH SRGUtDQ OOHJDU D VHU
SHOLJURVDV 8WLOL]D HQWRQFHV XQD SHTXHxD
PXHVWUD GH DQJXVWLD FRPR señal, lo que
El Yo y el lenguaje SHUPLWHDO<RLQKLELUORVLPSXOVRVREMHWDGRV
si supone que lo expondrán a una situación
eOQDFHGHQWURGHXQOHQJXDMHTXHORDQWHFH- traumática.
GH OD OHQJXD PDWHUQD  \ TXH GHEH DSUHQGHU 6LHO<RMX]JDTXHDOJXQRVLPSXOVRVVH-
GHORVREMHWRVSDUHQWDOHV(O<RVHHQFDUJDGH UiQ SHOLJURVRV FRQ OD D\XGD GHO SULQFLSLR
HVWHDSUHQGL]DMHGHOOHQJXDMHTXHDVXYH]OH GHSODFHUGLVSODFHULQWHQWDUiSURWHJHUVHSRU
va a dar expresión verbal al Yo en sus ideas, medio de distintas modalidades defensivas.
demandas y deseos. Sin las palabras del len- 3DUDHVRDSUHQGHDXWLOL]DUODDQJXVWLDFRPR
JXDMHHOYHUGDGHURFDPSRGHOVLJQL¿FDGRQR señal, la señal de angustia.
existiría. El Yo no solo debe aprender el len-
JXDMHVLQRhabitarlo, sentirlo y hacerlo propio. (QHOFXUVRGHVXGHVDUUROORHO<RDSUHQ-
Las palabras posibilitan al Yo tomar concien- GHDUHFRQRFHUVLWXDFLRQHVSHOLJURVDV\
cia de las cosas, pero en especial de sí mismo, ODVVLJQL¿FDFRPRXQSHOLJURSRWHQFLDO
de sus propios pensamientos y afectos. SDUDpO&XDQGRDQWLFLSDXQDVLWXDFLyQ
Las palabras permiten nombrar y repre- peligrosa dispone de la capacidad de
sentarVLPEyOLFDPHQWHDORVREMHWRV3HURD SURGXFLU DQJXVWLD HQ SHTXHxDV GRVLV
veces se las usa de manera concreta, como para poder defenderse.
SRUHMHPSORHQORVFKLVWHVRFRPRORKDFHQ
los niños. Para conocer su estado de ánimo Hay una secuencia característica de si-
OHSUHJXQWDQDXQDQLxDHQIHUPDGHDxRV WXDFLRQHV GH SHOLJUR HQ OD LQIDQFLD TXH HO
³¢&yPRHVWiV"´\UHVSRQGH³6HQWDGD´ Yo aprenderá a temer y que persistirán in-
&RQHOOHQJXDMHODFRPXQLFDFLyQKXPDQD conscientemente a través de la vida: temor
DOFDQ]DVXH[SUHVLyQPiVUH¿QDGDasí como a la ausencia del objeto, a la pérdida de su
ODPi[LPDSRVLELOLGDGGHOPDOHQWHQGLGR. El DPRU D OD FDVWUDFLyQ \ D OD FUtWLFD GH OD
OHQJXDMHIDFXOWDODSRVLELOLGDGGHFRPXQLFDU- conciencia moral.
VHXRFXOWDUVHSHUPLWHORVMXHJRVGHSDODEUDV 3RUHMHPSORHOFDVRGHXQQLxRGHGRVR
la metáfora, los chistes... y la mentira. tres años al que le nace un hermano. Es espe-
UDEOHODHPHUJHQFLDGHRGLR\KRVWLOLGDGFRQHO
UHFLpQOOHJDGRTXHUHUKDFHUTXHGHVDSDUH]FD
El Yo, la angustia \DHVDHGDGSDUDODPHQWHLQIDQWLOVLJQL¿-
y los mecanismos de defensa ca TXHVHPXHUD VDWLVIDFHUHVWRVLPSXOVRV
HQ DFWLWXGHV GLUHFWDPHQWH DJUHVLYDV FRQWUD
Durante el proceso de su desarrollo, el Yo él. Pero, pronto percibirá que estas actitudes
ha vivido pasivamente situaciones de inma- son severamente penadas por sus padres y
⎛ VII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR , 91⎞

SRUODVLPiJHQHVLQWHUQDOL]DGDVTXHWLHQHGH caso lo reprimido puede retornar como


ellos. El niño se sentirá amenazado y vivirá síntomas neuróticos. Es un síntoma, de-
FRQDQJXVWLDODSRVLELOLGDGGHODSpUGLGDGH rivado de la represión que un paciente
VXDPRUVLVHHQWUHJDDVXVLPSXOVRVRVLP- olvide tomar una medicación imprescin-
plemente sentirá que condenan sus deseos dible para su vida.
DXQTXH QR ORV PDQL¿HVWH 8QD SRVLELOLGDG La actividad represiva del Yo tam-
es que excluya de su conciencia esos deseos bién es inconsciente, de manera que
por el mecanismo de la represión, no pensará HOFRQÀLFWRHQWUHORUHSULPLGR\ORTXH
más en ellos lo que le impedirá llevarlos a la lo reprime es desconocido para él. Es
DFFLyQ7DOYH]LQWHQVL¿TXHFRQVFLHQWHPHQWH sólo consciente de sus resultados, por
su amor por el bebé en actitudes cuidadosas, HMHPSOR TXH QR UHFXHUGD DOJR /R UH-
FDULxRVDV LGHQWL¿FiQGRVH FRQ ORV FXLGDGRV primido es separado funcionalmente
maternos y con la obvia aprobación de los del Yo, como las memorias, fantasías
SDGUHV4XHGHVSODFHHORGLRDREMHWRVVXVWL- y emociones íntimamente asociadas a
tutos. Habrá utilizado la represión, la forma- la pulsión rechazada. Así, el Yo pierde
ción reactiva, la LGHQWL¿FDFLyQ y el despla- SDUWHGHVXRUJDQL]DFLyQ\HODFHUYRGH
zamiento(QVXLQFRQVFLHQWHVLQHPEDUJR experiencias de que podría disponer.
ORVLPSXOVRVUHSULPLGRVKRVWLOHVVHJXLUiQDF- Por eso, si bien la represión puede ser
WLYRV\WDOYH]UHVXUMDQHQHOIXWXURHQDOJXQD una defensa exitosa contra la pulsión,
DFWLYLGDGFRPSHWLWLYDHQWUHSDUHV/OHJDUiD el resultado es que el Yo sale debilita-
sentirse personalmente responsable de su de- do, pierde libertad de acción, se restrin-
VDSDULFLyQVLDOJXQRGHHOORVPXHUH JHHQSRVLELOLGDGHV
El Yo puede usar cualquier cosa que   formación reactiva: cuando coexisten
esté a su alcance que le sirva para evitar si- XQSDUGHDFWLWXGHVRSXHVWDVSRUHMHP-
WXDFLRQHV GH SHOLJUR TXH OR DPHQDFHQ FRQ plo amor y odio, una se mantiene repri-
DQJXVWLD VXSULPLU LGHDV FRQVFLHQWHPHQWH PLGDHQODPHGLGDTXHODRWUDVHH[DJHUD
desviar la atención, etcétera. Pero la mayo- conscientemente. La crueldad resulta
ría de las veces recurre automática e incons- reemplazada por la gentilezaH[DJHUDGD
cientemente a mecanismos de defensa. Es el placer por la suciedad por la obsesión
EXHQRUHSDVDUDOJXQRGHHOORV con la limpieza, el desorden por el orden
 represión:HVGHVDORMDUGHODFRQFLHQFLD H[WUHPR, el sometimiento por la rebel-
las ideas que representan a un impulso día, la pasividad por la actividad. Pero
inconciliable con otras tendencias del en cualquiera de estos casos puede ser al
Yo. También las emociones, deseos o UHYpVVHJ~QTXpVHDORPiVWHPLGRSRU
fantasías asociados con él que no van el Yo. Este mecanismo se detecta por su
a poder pasar a la acción. Una idea re- H[DJHUDFLyQ
primida es una idea olvidada. El deseo   aislamiento: común en los obsesivos,
reprimido se supone activo y dispuesto en especial con el afecto. En estos casos
a entrar en la conciencia en cuanto el Yo una fantasía o idea, un recuerdo prove-
VH GHVFXLGH SRU HMHPSOR HQ HO GRUPLU niente del inconsciente puede acceder a
Por eso, el Yo no sólo reprime al impul- la conciencia, pero la emoción, dolorosa
so sino que también se le opone en for- o erótica, no aparece. La idea es cons-
ma permanente. Si amenaza con reapa- FLHQWHSHURGHMDDODSHUVRQDfría Se trata
recer en la conciencia, deberá renovar la GH VXMHWRV TXH JHQHUDOPHQWH H[SUHVDQ
represión o apelar a otros mecanismos y poco los sentimientos. Pero también hay
restablecer la defensa. La represión pue- OXJDU SDUD OD XWLOL]DFLyQ VDOXGDEOH GH
de ser exitosa o fracasar. En este último este mecanismo.
⎛92 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Cualquier médico involucrado en pro- KHFKRV KDFH FRPR TXH ODV GLIHUHQFLDV
cedimientos cruentos necesita utilizar QRH[LVWHQ(VXQPHFDQLVPRPX\JUDYH
esta defensa dentro de ciertos límites por sus consecuencias, porque aunque
para poder realizar adecuadamente su con cualquier defensa que utilice el Yo
WDUHD$VtORH[SUHVDXQFLUXMDQR³(QOD SDJDXQSUHFLRFRQpVWHVHDIHFWDVXUH-
sala de operaciones el paciente debe ser lación con la realidad. En consecuencia
anestesiado para que no sienta dolor. aparece en las psicosis y en las perver-
(OFLUXMDQRWDPELpQGHEHHVWDUDQHVWH- siones.
siado, aislado del calor emocional del El Yo puede también tratar de desmentir
hecho, de manera que pueda realizar sus alarmas corporales, esto es, no pres-
el acto de abrir el cuerpo humano, que WDUDWHQFLyQDVLJQRVTXHVHxDODQDOJX-
VL VH OR GHVSRMDUD GHO SURSyVLWR SRU HO na afección corporal con las previsibles
cual se lleva a cabo, no es otra cosa que consecuencias para la salud.
dañar y violentar. Un acto de barbarie.  proyección: HOVXMHWRDWULEX\HXQGHVHRR
$VtHOFLUXMDQRSRQHXQDFRUD]DTXHOH un impulso reprimido propio a otra per-
LPSLGH VHQWLU (V OR TXH RWRUJD D PX- sona. Es habitual en todo tipo de situa-
FKRVFLUXMDQRVODDSDULHQFLDGHLQVHQVL- ciones normales, culpar, imputar, acusar
bilidad”.3 a otro de impulsos propios no tolerados.
Un otro sentido del aislamiento: un pen- /RVQLxRVUHFXUUHQUHJXODUPHQWHDpO(Q
samiento es separado del que lo prece- los celos es común atribuir los impulsos
GH\GHOTXHORVLJXH/DLGHDHVWUDWDGD GHLQ¿GHOLGDGDODSDUHMD&RPRPHFD-
como intocable, no causa consecuencias. nismo extremo interviene en los delirios
$OJXQDVSHUVRQDVFXDQGRVHHQWHUDQGH paranoicos.
que padecen cáncer, parecen aceptar la  conversión: un mecanismo por el que un
idea sin mucha repercusión emocional, FRQÀLFWRLQFRQVFLHQWHVHH[SUHVDVLPEy-
sin darse del todo cuenta de lo que eso OLFDPHQWH HQ HO FXHUSR R HQ DOJXQR GH
VLJQL¿FD sus funcionamientos.
 anulación: se realiza una acción que tie-
ne el propósito de desmentir o anular las 6H SRGUtDQ VHJXLU HQXPHUDQGR YDULRV
intenciones dañinas, sexuales u hostiles más, pero en lo esencial todos parecen mos-
TXHHOVXMHWRKDLPDJLQDGRLQFRQVFLHQ- trar esta situación: lo reprimido inconsciente
WHPHQWHFRQWUDDOJXLHQ(VWHPHFDQLVPR TXLHUHH[SUHVDUVHLPSRQHUVXVH[LJHQFLDV\
WLHQH XQD EDVH PiJLFD LQIDQWLO (VWi HQ pasar a la acción. El <R amenazado por la
el proceder de innumerables rituales que DQJXVWLDVHGH¿HQGHGHYDULDVPDQHUDVXWL-
las personas realizan para protegerse de lizando mecanismos SDUDGHFLUTXHQR QR
las enfermedades. se entera, se entera pero no lo siente, siente
  desmentida o renegación: un mecanis- lo contrario de lo que debería, lo descono-
mo por el que se desmienten hechos, FHVLHQWHTXHHVGHRWURORPDQL¿HVWDHQHO
VLWXDFLRQHV R UHDOLGDGHV GHVDJUDGDEOHV FXHUSRHWFpWHUD 
al Yo. Si esos aspectos fueran reconoci- (VWDVLWXDFLyQGHFRQÀLFWRHQWUHODVSXO-
dos, producirían una ansiedad intolera- VLRQHV\HO<RVHFRPSOHML]DD~QPiVSRU-
ble. Clásicamente se sostiene que el Yo que siempre interviene la conciencia moral
puede apelar a ella frente al problema o Superyó, una nueva discriminación fun-
que le plantea la diferencia de sexos y cional dentro del Yo.
ODDQJXVWLDGHFDVWUDFLyQdesconoce los

3
Selzer, Richard. The Surgeon as Writer 6SHHFKJLYHQWRWKH+XPDQLWLHV6\PSRVLXP 'DOKRXVLH8QLYHUVLW\+DOLID[&DQDGD
⎛ VII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR , 93⎞

El desarrollo WLHUQD FRQ HOORV ,QWHUYLHQH OD DQJXVWLD GH


de la conciencia del Yo: castración que amenaza al pene del niño y
el Superyó FRQGDxRJHQLWDODODQLxDSDUDTXHUHQXQFLH
DORVREMHWRVLQFHVWXRVRV(QOXJDUGHDPDU\
El ser humano tiene una dimensión desco- odiar a sus padres, que él creía que se oponían
nocida para el resto de los animales: la de \FDVWLJDEDQHVRVGHVHRVXQDSDUWHGHVX<R
HYDOXDU VX FRPSRUWDPLHQWR \ HO DMHQR HQ VHWUDQVIRUPDVHJ~QHOPRGHORSDUHQWDO
términos de lo que está bien y de lo que está
mal. Buena parte de su bienestar y de su (O 6XSHU\y R FRQFLHQFLD VH FRQVWLWX\H
VDOXGJLUDHQWRUQRDORVUHVXOWDGRVGHHVWD SRU ORV DVSHFWRV PRUDOHV \ SURKLELGR-
RSHUDFLyQHQHOTXHHQWUDQHQMXHJRvalores. res de las imágenes internalizadas de
La cría humana no nace con un sentimien- ORV SDGUHV &RQ HO 6XSHU\y ORV SDGUHV
to innato de lo que está bien y lo que está están alojados de manera permanente
mal. No hay una facultad natural de discer- HQODPHQWH\DVHJXUDQODSURKLELFLyQ
QLUOR VLQR TXH HV DOJR TXH VH DGTXLHUH HQ sin su presencia.
ORVSULPHURVDxRV\SRUODLQÀXHQFLDGHORV
padres: /RVSDGUHVGLVFLSOLQDQDVXVKLMRVFRPR
ellos fueron educados. El niño internaliza el
(QHOSHUtRGRGHGHSHQGHQFLD\GHVDP- 6XSHU\y GH ORV SDGUHV VXV YDORUHV \ H[L-
paro lo malo es originariamente, aque- JHQFLDV  \ GH HVWD PDQHUD VH WUDQVPLWHQ
llo por lo que uno es amenazado con la FyGLJRV PRUDOHV GH JHQHUDFLyQ HQ JHQHUD-
pérdida de amor, se debe evitar come- ción. (O 6XSHU\y HV XQ EDOXDUWH GH OD WUD-
terlo por temor a esa pérdida.4 GLFLyQ\GHOSDVDGR. Con este desarrollo, el
Superyó ayuda al Yo en su lucha contra los
Desde los primeros tiempos, el Yo ha LPSXOVRV VH[XDOHV \ DJUHVLYRV SURKLELGRV
sido requerido por las demandas y prohibi- pero pierde independencia y libertad para
FLRQHVGHORVSDGUHVIUHQWHDODVH[LJHQFLDV VXVJUDWL¿FDFLRQHVKDDGTXLULGRXQDOLDGR
SXOVLRQDOHV SRU HMHPSOR ODV UHIHULGDV DO pero tiene un dueño a quien de ahora en más
control de esfínteres. Hasta entonces ha de- debe dar cuenta no sólo de sus acciones sino
pendido de su presencia externa para obe- también de sus pensamientos.
decer y demostrar buena conducta.
Hacia los 3 ó 4 años, la moral pasará a (O<RGHEHVRPHWHUVHDORVLPSHUDWLYRV
VHU XQD H[LJHQFLD LQWHUQD \ HO QLxR VHQWLUi de su conciencia moral como a las de-
que las acciones por las que tiene que arre- PDQGDVGHODUHDOLGDGH[WHUQD\GHODV
pentirse y sentirse culpable provienen de él. pulsiones.
Ha internalizado la autoridad y el control de
los padres en forma permanente, en espe- La severidad con que el Yo es tratado por
FLDOFRPRDGPRQLFLRQHVYHUEDOHV ODvoz de el Superyó no es la exacta réplica de cómo
OD FRQFLHQFLD  TXH OH H[LJHQ REHGLHQFLD \ los padres trataron al niño sino la medida de
sometimiento a los valores morales que cir- sus propios deseos agresivos contra ellos.
culan en la familia y en la sociedad. De esta manera, el Superyó del niño puede
$ODEDQGRQDUORVREMHWRVGHODVSDVLRQHV OOHJDUDVHUPX\ViGLFR\FUXHOFRQSDGUHV
edípicas, el amor incestuoso y el odio asesi- que lo trataron amorosamente. Más tarde
QRODUHODFLyQVHWUDQVIRUPDHQLGHQWL¿FDFLR- VH OH DJUHJDQ DO 6XSHU\y RWUDV LQÀXHQFLDV
nes mientras perdura el resto de la relación como los maestros, los líderes, etcétera.

4
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛94 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

A partir de la consolidación del Su- /DQHFHVLGDGLQFRQVFLHQWHGHFDVWLJRHO


peryó entonces, el adulto se controla, se FULPLQDOTXHEXVFDTXHORDWUDSHQODV
FULWLFDVHYLJLODSRUWHPRUDSHUGHUDPRU neurosis de destino, la accidentología,
de su conciencia, su bienestar depende de etcétera, son parte de la patología de
VHURQRDSUREDGRSRUHOOD ³HVWDUHQSD] HVWDLQVWDQFLDTXHGHEHVHUUHFRQRFLGD
FRQODFRQFLHQFLD´ (VWRVIXQFLRQDPLHQ- SRUHOPpGLFRFRPRFXDOTXLHURWUDHQ-
WRV JHQHUDQ ORV GRORURVRV sentimientos fermedad.
de culpa y remordimiento inconsciente,
H[LJHQH[SLDFLyQDWUDYpVGHOFDVWLJRDX- Con el transcurso de la vida, la evolución
WRLQÀLJLGR \ OD LQWHJUDFLyQ FRQ DVSHFWRV PiV PDGXURV
El Superyó evoluciona en el transcurso de la mente, el Superyó se puede mostrar
de la vida, pero retiene aspectos primitivos más tolerante, menos implacable, más racio-
TXH IXQFLRQDQ VHJ~Q OD OH\ GHO WDOLyQ GHO nal y justo en sus relaciones con el yo y con
RMR SRU RMR ³OR TXH PH KLFLVWH WH KDJR´ ORVGHPiV/DOH\GHOWDOLyQDWHQ~DVXYLJHQ-
6HGHEHSDJDUSRUORKHFKRFRQXQFDVWLJR cia. Un desarrollo que, cuando ocurre, habla
similar, un concepto primitivo infantil de en favor de la salud mental del individuo.
MXVWLFLD La profesión médica es fuente de fuertes
Con el Superyó no hay posibilidades de sentimientos de responsabilidad y culpa: “No-
que el Yo se oculte, aun sus deseos incons- sotros los médicos nadamos en un mar de cul-
cientes son detectados y se sufren las conse- pa... Es porque tenemos que darle una mano
cuencias. Como para los primitivos niveles D OD JHQWH \ WHPHPRV TXH VXUMDQ FRPSOLFD-
infantiles tampoco hay discriminación entre ciones como resultado de nuestra acción. Un
HOGHVHR\HODFWRHO6XSHU\yFDVWLJDWDQWRD FLUXMDQRVHKDFHVREUHORVUHVWRVGHXQPRQWyQ
lo uno como a lo otro: a veces la persona no de pacientes que han sobrevivido a sus erro-
sabe que desea, ni que lo que desea está pro- res. Si bien odiamos nuestra culpa y es difícil
KLELGRSHURHO6XSHU\yORFDVWLJDSRULJXDO sobrellevarla día a día, la necesitamos. Porque
SRU OD RPQLSRWHQFLD GHVHDU DOJR HV GDUOR VLQHVDFXOSDHVWDUtDPRVH[SXHVWRVFRPRJUX-
por realizado. SRDOGHVHQIUHQRGHODJHQWH´5

5
7UDXWPDQQ- HG Healing Arts in Dialogue6RXWKHUQ,OOLQRLV8QLYHUVLW\3UHVV
VIII
El Yo, estructura
y funcionamiento (II)

Consciente, preconsciente explicación pero que están determinados y


e inconsciente pueden ser explicados, encontrarles senti-
do recurriendo a la noción de inconsciente.
El más audaz y revolucionario de los des- ¿Qué quiere decir determinados?
cubrimientos freudianos fue el postular que
ORSVtTXLFR no es sinónimo de consciente y )UHXGVHDSR\yHQODKLSyWHVLVGHO prin-
que la mayoría de los funcionamientos psí- cipio del determinismo SVtTXLFR SDUD
quicos transcurren más allá de la concien- SRVWXODUTXHFRPRHQODUHDOLGDGPDWH-
cia. Descriptivamente, se hizo necesario ULDOFDGDDFRQWHFLPLHQWRSVtTXLFRHVWi
GLVWLQJXLU HQ SULPHU OXJDU HQWUH SURFHVRV relacionado con otros, la discontinui-
psíquicos conscientes e inconscientes. La GDGQRH[LVWHQLQJ~QIHQyPHQRPHQWDO
conciencia RWRUJD FXDOLGDG D FLHUWRV SUR- por absurdo o irracional es accidental
cesos psíquicos que se hacen accesibles a RVHH[SOLFDSRUHOD]DU
nuestra percepción interna, pero la cualidad
GH FRQFLHQFLD HV XQD H[FHSFLyQ HQ OXJDU (O VXMHWR HVWi GHWHUPLQDGR R PXOWLGH-
GH XQ DWULEXWR UHJXODU GH ORV PLVPRV /RV terminado por eventos previos, no hay libre
procesos inconscientesVRQGHXQDVLJQL¿- DOEHGUtR3HVHDTXHORGHWHUPLQDQHOVXMHWR
cación aún mayor que los conscientes. Lo desconoce sus motivaciones más profundas
verdaderamente psíquico es inconsciente de las que no es consciente ni puede serlo
porque de su contenido proviene su máxi- porque una serie de fuerzas o tendencias
PDH¿FDFLD mentales contrarias se lo impide. Pero sus
Pero, si solo tenemos acceso a los pro- efectos se hacen sentir de muchas maneras.
cesos psíquicos conscientes, ¿cuál es la Los datos mentales aparentemente absurdos
comprobación de la presencia de procesos WLHQHQH[SOLFDFLyQ3RUHMHPSORORVolvidos
psíquicos inconscientes? Del estudio de los accidentales son provocados por un deseo o
sueños, los actos fallidos y los síntomas intención inconsciente. Un caso habitual, el
QHXUyWLFRV TXH VXUJHQ FRPR HOHPHQWRV paciente que parece olvidar una cita impor-
aparentemente absurdos, sin sentido, sin tante con el médico. Los VXHxRV, más allá
⎛96 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

de su aparente contenido absurdo, tienen SRUGHPiVVLJQL¿FDWLYDVREUHSHQVDPLHQWRV


VHQWLGR \ XQD UHODFLyQ VLJQL¿FDWLYD FRQ HO y sentimientos conscientes que expresa el
resto de la vida del soñante. Los síntomas VXMHWRVLQTXHpVWHORDGYLHUWDQLTXLHUDDG-
neuróticos también. vertirlo y menos aún cuando un otro se lo
La aparente discontinuidad de la vida señala. Así ocurre:
mental se debe a la presencia de procesos ‡ (QORVVXHxRVFXDQGRGXUDQWHHOGRUPLU
psíquicos inconscientes que no tienen cua- la actividad inconsciente de la mente re-
OLGDGGHFRQFLHQFLD\HQDOJXQRVFDVRVQROD FRJHVHQVDFLRQHVGHODYLJLOLD\ODDFWLYL-
van a tener nunca. No hay manera de obser- dad de deseos pretéritos, realiza un sutil
varlos directamente, no se descubren, sólo \ FRPSOHMR WUDEDMR HODERUDWLYR GHO TXH
VH LQ¿HUHQ /DV resistencias a aceptarlos el durmiente no se entera, transforma
por parte de la conciencia son intensas. Se HVRVGDWRVHQXQDVHULHGHLPiJHQHVYL-
SRQHQGHPDQL¿HVWRFRQXQSURFHGLPLHQWR suales que constituyen el sueño, del que
especial como el Psicoanálisis: HOVXMHWRWRPDFRQFLHQFLDPLHQWUDVVLJXH
durmiendo.
Si un sujeto, en las condiciones metodo- ‡ (Q OR FRWLGLDQR OR LQFRQVFLHQWH HVWi
lógicas especiales del tratamiento analí- siempre presente como funcionamien-
tico, se coloca en la situación de asociar to mental pero se expresa en errores,
OLEUHPHQWHVLHYLWDODGLUHFFLyQ\HOFRQ- equivocaciones, accidentes y olvidos en
trol consciente de sus pensamientos, lo IRUPDPDQL¿HVWD\DFFHVLEOHDFXDOTXLH-
TXHSLHQVD\GLFHEDMRHVDVFLUFXQVWDQ- UD(QWUHLQQXPHUDEOHVHMHPSORV)UHXG
cias está determinado por la dinámica menciona el caso de un médico que en
de los procesos inconscientes. varias ocasiones indicó Belladona en
GRVLVSHOLJURVDVSRUerrorDPXMHUHVGH
Para una mayor precisión es necesario HGDG\GHELyVDOLUFRUULHQGRDFRUUHJLUOR
hacer una nueva diferenciación. Dentro de 3XGRDO¿QGDUVHFXHQWDGHTXHHOHUURU
los procesos mentales inconscientes los QR HUD DMHQR D OD UHODFLyQ DPELYDOHQWH
KD\D preconscientes, pensamientos, pro- que tenía con su anciana madre ni con el
pósitos y recuerdos que son inconscientes nombre al que la medicación hacía refe-
pero pueden hacerse conscientes espontá- rencia.1
neamente o por el esfuerzo de la atención.
Todo el mundo tiene experiencia directa de /DFRQFLHQFLD\ORSVtTXLFRQRVRQVL-
HOORVE inconscientes propiamente dichos QyQLPRV QL VLTXLHUD SHUWHQHFHQ D OD
o reprimidos, aquéllos que nunca fueron PLVPDFDWHJRUtDORSVtTXLFRVHUH¿HUH
conscientes o que si lo fueron han sido a procesos, la conciencia es sólo una
GHVDORMDGRVGHODFRQFLHQFLDSRUXQDIXHU- FXDOLGDGGHORVPLVPRVTXHSXHGHHVWDU
za poderosa. Pueden hacerse conscientes o no estar presente.
en ciertas circunstancias, con un esfuerzo
FRQVLGHUDEOH SRU HMHPSOR FRQ HO PpWRGR (VWD GLYLVLyQ HVWD HVFLVLyQ GHMD IXHUD
psicoanalítico. La hipótesis del inconscien- del Yo un sector reprimido inconsciente de-
WHVHVRVWLHQHHQEDVHDXQDVHULHGHFRQMH- venido extraterritorial sobre el que no ten-
turas derivadas de una experiencia analítica GUiFRQWUROQLLQÀXHQFLDSHURGHVGHHOTXH
sólida de más de cien años. se verá afectado. Además, tendrá un tipo de
Las ideas, fantasías o recuerdos incons- funcionamiento diferente al de lo conscien-
cientes reprimidos HMHUFHQ XQD LQÀXHQFLD te y lo preconsciente.

1
)UHXG6³3VLFRSDWRORJtDGHODYLGDFRWLGLDQD´  (Q2EUD&RPSOHWD VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
⎛ VIII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR ,, 97⎞

Funcionamiento primario Es un pensamiento comúnmente utiliza-


y secundario do en la poesía, en los chistes, en los juegos
de palabras, en la propaganda comercial
Lo reprimido inconsciente funciona con pro- cuando está sutilmente encubierta con el
ceso primario. Se llama así por aparecer pri- proceso secundario. El predominio y exclu-
mariamente en el desarrollo. Las pulsiones sividad del proceso primario sobre el Yo lo
\ VXV UHSUHVHQWDQWHV SVtTXLFRV WUDEDMDQ GH KDFHSDWROyJLFR
acuerdo con él. También el Yo en los primeros Pertenecen al proceso primario dos me-
WLHPSRVFXDQGRVXRUJDQL]DFLyQHVUHFLHQWHH FDQLVPRVTXHVHKDFHQHFHVDULRGH¿QLU el
LQPDGXUD\HVWUHFKDPHQWHOLJDGDDODVPLVPDV desplazamiento, la sustitución de una idea o
\HQDWHQFLyQDOSULQFLSLRGHSODFHU/XHJRHO LPDJHQSRURWUDTXHODUHSUHVHQWD\DODTXH
Yo, en el sector consciente y preconsciente está asociativamente enlazada, como la parte
VHPDQHMDFRQHOproceso secundario cuando SRU HO WRGR   la condensación, un proce-
respeta el principio de realidad. De todas ma- so por el que se representan varias ideas o
neras por momentos vuelve a ser copado por LPiJHQHVSRUXQDSDODEUDRSRUXQDLPDJHQ
el efecto de las pulsiones reprimidas y reapa- Ambos mecanismos son comunes en los sue-
rece el proceso primario en el funcionamiento ños y otras formas del inconsciente.
de productos del inconsciente como los sue-
ños, actos fallidos y síntomas.
(Q OR HVHQFLDO VH UH¿HUH D GRV WLSRV R Los principios del
modos de pensamiento: funcionamiento psíquico

D  el proceso secundario es familiar a to- /RSVtTXLFRVHUHJXODSRUprincipios gene-


dos porque está próximo a la experien- rales o tendencias que presiden y orientan
cia cotidiana, en los modos consciente su funcionamiento. Con el primero se intro-
y preconsciente de funcionamiento, bá- duce una polaridad que va del placer al dis-
sicamente verbal\TXHVLJXHODVUHJODV placer. Se conoce como principio de placer
habituales de la VLQWD[LV y de la lógica. – displacer.
E  HO proceso primario es típico y normal
de lo reprimido inconsciente, de los orí- Desde los orígenes, el conjunto de la
JHQHVGHO<RSULPLWLYRSXHGHPiVWDUGH DFWLYLGDG SVtTXLFD WLHQH SRU ¿QDOLGDG
SHUVLVWLUHQDOJXQDPHGLGDHQHODGXOWR\ SURFXUDUVHQVDFLRQHVGHSODFHU\HYLWDU
MXJDUXQSDSHOLPSRUWDQWHSHURVXERUGL- el displacer.
nado. El proceso primario produce una
LPSUHVLyQ GH DOJR H[WUDxR \ DEVXUGR (VWH SULQFLSLR JRELHUQD OD DFWLYLGDG GH
porque es un pensamiento donde las pulsiones, de los procesos inconscientes
asociados a ellas, residuo de una fase del
KD\DXVHQFLDGHQHJDWLYRFRQGLFLRQDOHVX GHVDUUROORFXDQGRHUDQORV~QLFRV SURFHVRV
RWUDVFRQMXQFLRQHVFDOL¿FDGRUDV7HQGHQ- SULPDULRV 7DPELpQORVHVWDGLRVWHPSUDQRV
cias opuestas pueden persistir lado a lado, e inmaduros del Yo cuando estaba discrimi-
LGHDVFRQWUDGLFWRULDVSXHGHQFRH[LVWLUSD- nándose de ellos. Cuando el bebé siente dis-
Ft¿FDPHQWH/DUHSUHVHQWDFLyQSRUDQDOR- SODFHU WUDWD GH DQXODUOR JULWDQGR OORUDQGR
JtDHVIUHFXHQWHXQDSDUWHSXHGHVLJQL¿FDU pataleando. Puede recurrir a la alucinación
al todo. Varios pensamientos pueden estar SDUDODVDWLVIDFFLyQGHVHDGD ODTXHWXYRFRQ
UHSUHVHQWDGRVSRUXQRVROR/RYLVXDOSUH- HOREMHWRTXHORFDOPy (OPDQWHQLPLHQWR
YDOHFH1RKD\VHQWLGRGHWLHPSRRGHSDVR de este funcionamiento a ultranza no puede
GHOWLHPSRKD\XQHWHUQRSHUSHWXR sino terminar en la decepción.
⎛98 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

/DHPHUJHQFLDVLPXOWiQHDGHODVSXOVLR- ODV LPSUHVLRQHV GHVDJUDGDEOHV DOHMDUVH GH


nes de autoconservación plantea demandas la realidad si es insoportable, calmarse con
SHUHQWRULDVDOHQWRUQRDOUHTXHULUREMHWRVGH HQVXHxRVGLXUQRVRVRxDUFRQDOJRPiVSOD-
la realidad esenciales para la sobrevida. La centero.
realidad entonces no se puede eludir. Pero Si una persona detecta un malestar
con las pulsiones sexuales el Yo se puede corporal puede inicialmente desear que
entretener un tiempo más porque la fantasía desaparezca, olvidarse de él, atribuírselo
\ HO DXWRHURWLVPR SHUPLWHQ VHJXLU IXQFLR- DDOJXLHQTXHOHTXLHUHKDFHUXQGDxRilu-
nando en base al principio de placer-displa- sionarseFRQORVSRGHUHVPiJLFRVGHDOJXQD
cer. En la fantasía, las pulsiones sexuales se autoprescripción, etcétera. Puede buscar a
GDQHOJXVWRGHGDUVHHOJXVWR un curador que le prometa hacer desapare-
Con el desarrollo y la madurez corres- cer el malestar por medio de la creencia en
ponde un aumento de la importancia de la DOJXQD VXVWDQFLD FRQ SRGHUHV VREUHQDWXUD-
realidad exterior, también para las pulsiones les, etcétera. En todo caso, tratará de evitar
VH[XDOHV(OSULQFLSLRGHSODFHUVHPRGL¿FD el displacer de la noticia y aliviarse recu-
WHQGHUi D ORV PLVPRV ¿QHV SHUR adecuán- UULHQGR D OR TXH OD PHQWH OH VXJLHUH FRPR
dose a las condiciones impuestas por el deseable.
PXQGR H[WHUQR. El placer inmediato será Si en cambio esta persona se atiene más
abandonado en favor de un placer ulterior al principio de realidad tendrá que tolerar el
PiV VHJXUR SRU XQ URGHR D WUDYpV GH ODV GLVSODFHUTXHOHJHQHUDODDPHQD]DGHHVWDU
condiciones que impone la realidad. Y el Yo enfermo, darle crédito a las señales de alar-
³\DQRVHUHSUHVHQWDUi VRODPHQWH ORTXHHV PD \ HYHQWXDOPHQWH HOHJLU D DOJXLHQ TXH
DJUDGDEOH VLQR OR TXH HV UHDO DXQTXH VHD pueda ayudarlo a resolverlas.
GHVDJUDGDEOH´2 El principio de realidad El principio de placer ilusiona con la
PRGL¿FDSHURQRGHVWURQDDOWRGRSRGHURVR IHOLFLGDG\HOJRFHSHURKDFHYXOQHUDEOHDO
principio de placer. VXMHWR\ORH[SRQHDODLQIHOLFLGDG/DWDUHD
(QHVWDPRGL¿FDFLyQHO<RHVDX[LOLDGR SURJUHVLYD GHO SULQFLSLR GH UHDOLGDG QR HV
por la maduración de las funciones que lo XQLIRUPHQLJHQHUDOORVLPSXOVRVTXHJHQH-
conectan con la realidad: la percepción, la ran ilusiones son muy poderosos, la necesi-
conciencia, la atención, la memoria, el jui- dad de evadir el displacer muy fuerte.
cio, la acción adecuadaD¿QHV<WDPELpQ
por el pensamiento: Por otra parte, es necesario consignar
TXH FXDQGR VH KDEOD GH SULQFLSLR GH
El pensamiento está dotado de cuali- UHDOLGDGODUHDOLGDGTXHLPSRUWDHV la
GDGHV FRQ ODV TXH HO <R SXHGH WROHUDU VLJQL¿FDFLyQ SVLFROyJLFD TXH HO <R OH
ODWHQVLyQTXHOHFUHDQODVQHFHVLGDGHV DWULEX\H(QRWUDVSDODEUDVODUHDOLGDG
SXHGH GLIHULUODV \ DQWLFLSDU OD DFFLyQ TXHWRPDHQFXHQWDHO<RHVSHUVRQDO\
motora para buscar el modo, el mo- cabe esperar, lo más consensuada posi-
PHQWR\HOREMHWRPiVDSURSLDGRSDUD ble con el resto de los otros.
conseguir lo deseado.
(QFLHUWRVFDVRVHO<RSXHGHVHJXLUUHIX-
En el adulto que respeta el principio de JLDGRHQVXHxRVSODFHQWHURVFRPRHQODQHX-
realidad, el principio de placer se puede se- rosis o crear autocráticamente su propia rea-
JXLUPDQLIHVWDQGRSRUODWHQGHQFLDDQHJDU lidad, como en los delirios de las psicosis.

2
)UHXG6³)RUPXODFLRQHVVREUHORVGRVSULQFLSLRVGHODFDHFHUSVtTXLFR´  (Q2EUD&RPSOHWD;,,$PRUURUWX%XHQRV
Aires, 1992.
⎛ VIII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR ,, 99⎞

Acerca de un Más allá del (O FRQÀLFWR SVtTXLFR H[SUHVD IXHU]DV


Principio de Placer y LQWHUQDV FRQWUDGLFWRULDV SRU HMHPSOR HQWUH
la repetición un deseo proveniente de lo pulsional y su
SURKLELFLyQ GHVGH OD H[LJHQFLD PRUDO $
Es ciertamente una sorpresa detectar a veces se oponen deseos contrarios entre sí,
YHFHVTXHHO<RQRVyOREXVFDORGHVHD- otras veces se enfrentan con lo prohibido.
ble, lo placentero, lo posible. También /D VH[XDOLGDG \ VXV H[LJHQFLDV VRQ SDUD
lo indeseable, lo doloroso, lo traumá- Freud uno de los polos dinámicos de todo
tico, en ocasiones con una tenacidad FRQÀLFWR/RVFRQÀLFWRVSVtTXLFRVPiVLP-
UHSHWLWLYDTXHDVRPEUD portantes son inconscientes y se conocen
por sus consecuencias, en la formación de
Contra todas las evidencias, no aprende síntomas, sueños, actos fallidos, etcétera.
de las experiencias del pasado, las reitera. A (OWpUPLQRGLQiPLFRVLUYHSDUDFDOL¿FDU
veces la repetición tiene que ver con senti- especialmente al funcionamiento incons-
mientos de culpa, con la posibilidad de do- FLHQWHTXHHMHUFHXQDDFFLyQGXUDGHUDTXH
minar experiencias penosas, etcétera. Pero REOLJDDIXHU]DVGHRWURVVHFWRUHVTXHVHOH
otras veces, parece KDFHUORSRUTXHVt. Así se RSRQJDQ SDUD LPSHGLU VX DFFHVR D OD FRQ-
pueden explicar la reincidencia de conduc- FLHQFLDVLpVWDJHQHUDUDGLVSODFHU
WDVLQDGDSWDGDVTXHVHUHSLWHQWUiJLFDPHQWH
la reproducción de fracasos, de accidentes,
de enfermedades. Se habla entonces de El punto de vista
compulsión a la repetición, revelando una económico
necesidad de repetir que trasciende, que va
más allá del principio de placer. A menudo Cuando se dice “esta idea es más fuerte que
la persona lo atribuye al destino, al azar, a la
yo, se me impone, no puedo contra ella”,
presencia de lo fatídico en la vida. FXDQGR DOJ~Q DFRQWHFLPLHQWR TXH GHEHUtD
Al médico estos hechos lo confrontan KDEHU FRQPRYLGR GHMD indiferente, cuan-
diariamente en la clínica: cómo explicar la do por el contrario un hecho en apariencia
WHQGHQFLDGHOVXMHWRDOVXIULPLHQWRDOGRORUDQRGLQRJHQHUDXQDUHDFFLyQDIHFWLYDFDWDV-
DODXWRFDVWLJRDOPDVRTXLVPRDODXWRGHV- WUy¿FDFXDQGRVHORJUDDOLYLRdescargando
precio, la insistencia en el fracaso, el recha-en palabras un suceso traumático retenido
zo del éxito, la evocación melancólica de en la memoria, cuando en el duelo se retira
ORVGHVDVWUHVGHOSDVDGRHOJXVWRSRUODGH- transitoriamente el interés por el mundo y
cepción, lo atractivo del suicidio, en suma WRGD OD HQHUJtD VH FRQVXPH HQ HODERUDU OD
la insistencia de la repetición de lo displa- SpUGLGDGHOREMHWRHQWRGDVHOODVKDFHPRV
centero. ¿Qué se puede hacer frente a ello? mención a experiencias cotidianas, que
GDQODLPSUHVLyQGHKDFHUUHIHUHQFLDDDOJR
cuantitativoFLHUWDHQHUJtDRSHUDQGRGHQWUR
El punto de vista dinámico GHO DSDUDWR PHQWDO TXH LQWHQVL¿FD DOJXQDV
ideas, se retira de otras, se distribuye de ma-
Los fenómenos psíquicos son la resultan- nera inapropiada, etcétera. Parece provenir
te por un lado, de fuerzas –en especial de de excitaciones desde el mundo exterior
RULJHQ SXOVLRQDO TXH HMHUFHQ SUHVLyQ± D FRQORVREMHWRVVLJQL¿FDWLYRV RHQHVSH-
las que se le oponen otras. Por lo tanto, las cial, desde el interior derivada de las pul-
fuerzas o tensiones que se movilizan a me- siones. Esta cantidad es la que fuerza al psi-
QXGRHQWUDQHQSXJQDHQWUHVt\VXUHVXOWDGR quismo a trabajarSDUDKDFHUDOJRFRQHOOD\
es el FRQÀLFWRSVtTXLFR. PDQWHQHUHVDFDQWLGDGHQHOQLYHOPiVEDMR
⎛100 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

posible, salir del displacer de su aumento al sus experiencias con el cuerpo. Representa
bienestar de su disminución. lo personal, la historia, la racionalidad, la
OyJLFD\ODH[SHULHQFLD. Su actividad es en
El punto de vista económico es una hi- SDUWHFRQVFLHQWH SHUFHSFLyQDWHQFLyQPH-
pótesis según la cual en los procesos moria, pensamiento, acceso a la motilidad,
SVtTXLFRV FLUFXOD \ VH GLVWULEX\H XQD ORV DIHFWRV  \ HQ SDUWH LQFRQVFLHQWH SRU
cierta cantidad de energía de origen HMHPSORORVPHFDQLVPRVGHGHIHQVD\FLHU-
SXOVLRQDO TXH SXHGH DXPHQWDU GLVPL- tos afectos. En el Yo predomina el principio
nuir, trasladarse, transformarse, etcé- de realidad sin que el principio de placer lo
tera. abandone del todo. Al Yo le corresponde
mediar entre los otros sectores del aparato
Se introduce así en el modelo del psi- psíquico, entre el Ello y la realidad exter-
quismo la referencia a una cantidad, que es QDHQJHQHUDOHQFRQGLFLRQHVHQODVTXHQR
hipotética, porque aunque tiene todas sus VLHPSUH SXHGH LPSRQHUVH /XHJR WDPELpQ
características, no es mensurable. Se trata debe enfrentar al Superyó.
del punto de vista económico del funciona- El SuperyóHVXQDPRGL¿FDFLyQGHO<R
miento mental. provocada por la internalización de las fuer-
zas represoras que han actuado en el curso
del desarrollo psicosexual, en especial los
El punto de vista estructural: SDGUHVGHOFRPSOHMRGH(GLSR$SDUWLUGHVX
Yo, Ello y Superyó discriminación, una parte del Yo, en calidad
GH FRQFLHQFLD YLJLOD DFXVD REVHUYD SUR-
En 1923 Freud expuso el punto de vista es- KtEH FULWLFD DO UHVWR 6L HQWUD HQ FRQÀLFWR
tructural del funcionamiento mental.3 Re- con el Yo, su presencia se hace sentir como
DJUXSy ORV GLVWLQWRV HVSDFLRV \ IXQFLRQHV sentimiento de culpa/DD¿QLGDGSURIXQGD
psíquicas de una manera que aquí conviene que tiene con el Ello se debe a que es el
repasar someramente. SURGXFWR GH OD LGHQWL¿FDFLyQ GHO QLxR FRQ
'H¿QLyDOElloFRPRHOOXJDUGHGRQGH ORV LPSXOVRV VH[XDOHV \ DJUHVLYRV GH ORV
proviene lo más impersonal, involuntario, SDGUHV $PERV UHSUHVHQWDQ ODV LQÀXHQFLDV
pasional e inconscienteGHOVXMHWR(VODIRU- del pasado, el Ello la herencia, el Superyó
ma primitiva del funcionamiento psíquico, ODV LQÀXHQFLDV SDUHQWDOHV IDPLOLDUHV \ VR-
tal como se supone en el recién nacido, tal ciales.
YH]WDPELpQHQODYLGDLQWUDXWHULQD/XHJR
expuesto al mundo exterior sufre sucesivas
diferenciaciones de donde derivan ulterior- Una referencia al concepto
mente el Yo y el Superyó. Dinámicamente de aparato psíquico
está compuesto por las pulsiones, sexuales
\ DJUHVLYDV \ SRU ORV GHVHRV UHSULPLGRV Se puede intentar dar una cierta visión de
Domina con exclusividad en este sector del FRQMXQWRGHORVP~OWLSOHVHOHPHQWRV\IXQ-
aparato psíquico el proceso primario y el cionamientos psíquicos mencionados en
principio de placer. éste y en capítulos anteriores haciendo refe-
El Yo se diferencia del Ello por el con- rencia al llamado aparato psíquico. Se trata
tacto con la realidad, por el predominio del GHXQPRGHORXQD¿FFLyQXQDFRQVWUXFFLyQ
SURFHVRVHFXQGDULR\FUHFHSRUODLGHQWL¿FD- auxiliar. Plantea el supuesto de un aparato,
FLyQFRQORVREMHWRVPLHQWUDVVHHQFDUQDSRU extendido en un espacio virtual, compuesto

3
)UHXG6³(O<R\HO(OOR´  (Q2EUD&RPSOHWD;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ VIII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR ,, 101⎞

FRQDUUHJORDFLHUWRV¿QHVTXHVRORHQGHWHU- DQWH OD SpUGLGD 3RU OD QRFKH SDUD VHJXLU


PLQDGROXJDU\EDMRFLHUWDVFRQGLFLRQHVGD GXUPLHQGRUHDOL]DXQDODERUHOWUDEDMRGHO
nacimiento a los fenómenos de la concien- sueño, para que los estímulos que lo pertur-
FLDORV~QLFRVFRQRFLGRVSRUHOVXMHWR2WUD EHQVH¿JXUHQHQODSDQWDOODGHOVXHxRVLQ
de sus denominaciones es aparato anímico despertarlo. A través de sueños repetitivos
porque el núcleo de su actividad es anímico que retornan al momento del trauma realiza
H LQFRQVFLHQWH OD TXH HVWi DJLWDGD SRU SD- HO WUDEDMR GH HODERUDU VLWXDFLRQHV WUDXPi-
siones o fuerzas difícilmente dominables. WLFDV 6XJLHUH OD LGHD GH HPSUHQGHU WDUHDV
Ambas son preferibles a aparato mental, FX\DIXQFLyQHVPDQWHQHUDOQLYHOPiVEDMR
TXHVHUH¿HUHPiVDORLQWHOHFWXDODORTXH SRVLEOHODHQHUJtDLQWHUQD
WLHQHIRUPD\RUJDQL]DFLyQ (O DSDUDWR HVWi FRPSXHVWR GH OXJDUHV
La referencia a un aparato es metafórica. cuya sistematización explica cómo se ha-
3UHWHQGH KDFHU LQWHOLJLEOH OD FRPSOHMLGDG cen conscientes ciertos contenidos menta-
del funcionamiento psíquico, dividiéndo- OHVRVHUHSULPHVXHPHUJHQFLD lo tópico 
lo y atribuyendo cada función a una parte cómo el aparato funciona entre la tensión
constitutiva de dicho aparato. Da idea de que le plantean los deseos que quieren reali-
FLHUWD GLVSRVLFLyQ X RUJDQL]DFLyQ LQWHUQD ]DUVHDWRGDFRVWD\ODSRVLELOLGDGGHORJUDU
con lugares HVSHFt¿FRV \ DVLJQD XQ RUGHQ DOJR HTXLYDOHQWH HQ OD UHDOLGDG principios
FURQROyJLFRGHVXFHVLyQHVSHFt¿FROXJDUHV de funcionamiento  FyPR VXV GLVWLQWRV
que no deben interpretarse en sentido anató- FRPSRQHQWHV VH HQIUHQWDQ FRPR FRQÀLFWR
mico aunque su soporte es sin duda el siste- \ HPHUJHQ FRPR VtQWRPDV lo dinámico 
ma nervioso central. FRPRWRGRDSDUDWRTXHUHDOL]DWUDEDMRVXSR-
Se representa como un aparato o un QHXWLOL]DUHQHUJtDHQHUJtDSVtTXLFDTXHJH-
LQVWUXPHQWR FDSD] GH UHDOL]DU XQ WUDEDMR D QHUD ODV LQYHVWLGXUDV \ GHVLQYHVWLGXUDV lo
partir de sucesivas transformaciones que económico VHGHVFULEHQHQpOODVFDUDFWH-
RFXUUHQHQVXLQWHULRUSRUHMHPSORHOWUD- rísticas de cada una de sus subestructuras y
EDMR GHO GXHOR HV OD HODERUDFLyQ TXH KDFH ODUHODFLyQHQWUHVXVSDUWHV la estructura 
IX
El Yo en su relación
con el cuerpo

El Yo corporal WDFLyQTXHSXGLHUDOOHJDUDWHQHUHOVtQWRPD
en términos vinculares.
El motivo de consulta médica más frecuente
tiene que ver con malestares y preocupacio- El cuidado médico, en especial por el
nes referidas al cuerpo. El cuerpo es fuente FRQWDFWRFRUSRUDOTXHLPSOLFDPRYLOL-
de dolor y sufrimiento, también de placer za en el paciente el anhelo primitivo de
y bienestar. En especial, el dolor corporal compartir el cuerpo del otro, de resta-
es un sentimiento imperativo que reclama blecer la díada con el objeto materno
medidas inmediatas. Por el contrario, el SDUDDWHQXDUHOPDOHVWDU\SURFXUDUVH
silencio de los órganos es apreciado como alivio.
VLJQRGHVDOXG
Por cierto, los signos de alarma que pro- Los momentos más tempranos en los
vienen del cuerpo informan de su vulnera- TXH HO FXHUSR GHO VHPHMDQWH VH DUULPy DO
bilidad somática, de las amenazas a la vida, SURSLR SDUD FXLGDU SURWHJHU \ DWHQGHU GX-
del transcurrir irreversible del tiempo, de la rante ODH[SHULHQFLDGHGHVDPSDURGHMDQOD
limitación de la existencia, etcétera. Será de vivencia de un cuerpo para dos, de una piel
mucha importancia saber cómo y cuándo el en común, de un anhelo de fusión.1 En el
Yo de la persona percibe y da cuenta de esos contacto corporal con el médico está la viva
VLJQRVGHalerta, cómo los atenúa hasta re- PDWHULDOLGDGGHXQVHPHMDQWH\VXLQFLGHQ-
QHJDUGHHOORVRFyPRORVDPSOL¿FDDOSXQWR cia en la realidad psíquica.
de la alarma. Ciertos pacientes se desilusionan si el
Una parte de la tarea médica es decodi- médico no los toca u omite revisarlos. Es
¿FDU HVWDV VLWXDFLRQHV \ SDUD HVR HO PpGL- bueno recordar las palabras de un destacado
co necesita toda la sutileza de su escucha FOtQLFR ³eVWH HV SLHQVR HO PiV DQWLJXR \
FOtQLFD/RTXHSULPHURHVWiHQMXHJRHVOD más efectivo acto del médico, el tocar. A al-
VHPLRORJtDFRUSRUDO\VHJXQGRODLQWHUSUH- JXQDVSHUVRQDVQROHVJXVWDVHUPDQRVHDGDV

1
0F'RXJDOO-Teatros del cuerpo. -<HEHQHV0DGULG(VSDxD
⎛104 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

por otros, pero nunca, o casi nunca a los en- XQGHVRUGHQRUJiQLFR/DSDWRORJtDVRPiWLFD


fermos. Ellos necesitan ser tocados y parte H[SOLFD HO HQIHUPDU KXPDQR VHJ~Q ORV WUHV
del desánimo de estar enfermo es la falta de modos cardinales de su constitución: el in-
un contacto humano estrecho”.2 PXQLWDULRHOIXQFLRQDO\HOPHWDEyOLFRGHJH-
También es necesario tener presente el nerativo, entendido desde la coexistencia de
cuerpo del médico en la consulta. Se dice a ODVWUHVJUDQGHVPHQWDOLGDGHVGHOSHQVDPLHQ-
veces que el médico le pone el cuerpo a su to médico: ODDQDWRPRFOtQLFDOD¿VLRSDWROy-
paciente, como función de sostén, de amor y JLFD\ODHWLRSDWRJpQLFD. Una alteración bio-
TXtPLFD\ELRItVLFDGDOXJDUHQODVFpOXODV\
protección. Se acerca para cuidar, aliviar, asis-
ORVKXPRUHVDDOWHUDFLRQHVPRUIROyJLFDVPiV
tir. El cuerpo del médico representa la posibi-
OLGDGGHFRQWDFWR\JDUDQWtDGHVREUHYLYHQFLDRPHQRVGXUDGHUDV SDUDHOSDWyORJRODVle-
La formación médica, que comienza con siones \DWUDVWRUQRVIXQFLRQDOHVPiVRPH-
la anatomía del cadáver, se ocupa poco del QRVJUDYHV SDUDHOFOtQLFRORVsíntomas TXH
cuerpo humano vivo como un ser de de- transcurren hacia la curación o la muerte del
seos. Al estudiante, el impacto de la clínica WHUULWRULRRUJiQLFRDIHFWDGRRGHORUJDQLVPR
lo enfrenta con su propio cuerpo, a menudo entero, lesiones que pueden ser resueltas con
expresado en los conocidos síntomas hipo- mecanismos de carácter biofísico y bioquí-
FRQGUtDFRV TXH SDGHFH HQ DOJ~Q PRPHQWR PLFR SDUDHOFOtQLFRODterapéutica 
GH VX FDUUHUD $OJXQRV WLHQHQ GL¿FXOWDGHV En esta concepción de la enfermedad
SDUDLQLFLDUVHHQHODSUHQGL]DMHGHOH[DPHQ FRPR GHVRUGHQ RUJiQLFR PXFKRV PpGLFRV
físico o para tocar al paciente, que no siem- DFWXDOHVYHQHOIXQGDPHQWRFLHQWt¿FRSDUDVX
SUHVHUHVXHOYHFXDQGROOHJDQDPpGLFRV$ tratamiento. Se la ha denominado el modelo
YHFHVHOFRQÀLFWRYLQFXODGRDWRFDUHOFXHU- biomédicoGLULJLGRDORVDVSHFWRVELROyJLFRV
po toma la forma disfrazada de discusión de la enfermedad con prescindencia de quién
FLHQWt¿FD SRU HMHPSOR KDVWD QR KDFH PX-
es aquél que la sufre. Pero, ¿puede decirse
cho tiempo se debatía si se debía o no se de- que esto sea toda la enfermedad y más aún
EtDKDFHUWDFWRYDJLQDODXQDHPEDUD]DGD siendo un hombre quién la padece?
(Q0HGLFLQDODIRUPXODFLyQFLHQWt¿FDGH /DVHJXQGDPDQHUDGHHQWHQGHUODSDU-
la enfermedad está íntimamente asociada a ticipación del cuerpo en la enfermedad in-
una determinada concepción de cuerpo y de WHQWD UHVSRQGHU HVD SUHJXQWD 'LFH /DtQ
cuál es la relación que este cuerpo tiene con ³DGHPiVGHVHUXQGHVRUGHQRUJiQLFRODHQ-
su titular. Por eso es importante entender. fermedad es siempre y por esencia un modo
de vivir, de vivir claro está, humanamente”.
'H HVWD PDQHUD VH SDVD GHO RUJDQLVPR HQ
El conocimiento TXH VH LQVWDOD OD HQIHUPHGDG DO VXMHWR TXH
científico de la la padece.
enfermedad y del cuerpo /D LQWURGXFFLyQ GHO VXMHWR HQ 0HGLFL-
na no es nueva si se tiene en cuenta que la
6HJ~Q/DtQ(QWUDOJRHOFRQRFLPLHQWRFLHQ- misma siempre consideró la dimensión per-
Wt¿FR PRGHUQR GH OD HQIHUPHGDG FRUSRUDO VRQDOHQODFOtQLFD$OJXLHQYHQtDDFRQWDU
puede entenderse de dos maneras: como acerca de la enfermedad y el médico intuía
desorden orgánico o como modo de vivir.3 que tenía mucho que ver con ella. Pero lo
Para el primero, la enfermedad es siempre que es relativamente reciente como postu-
del cuerpo, primaria y fundamentalmente es ODFLyQFLHQWt¿FD es la idea de

2
Lewis, T. 7KH<RXQJHVW6FLHQFH1RWHVRID0HGLFLQH Watcher9LNLQJ1HZ<RUN
3
/DtQ(QWUDOJR3Historia de la Medicina6DOYDW%DUFHORQD
⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR 105⎞

incluir al sujeto como sujeto de la en- como una parte especializada, verdadera
IHUPHGDG\QRDOJXLHQH[WUDxRRDMHQR SURORQJDFLyQ GHO LQGLYLGXR HQFDUJDGR
a ella. de ciertas funciones adaptativas, en es-
pecial las de mediar las relaciones con el
Sin duda esta innovación provino de HQWRUQR DWHQFLyQ PHPRULD PRWLOLGDG
varios campos del saber, incluido el de la SHQVDPLHQWRHWFpWHUD /DVH[SHULHQFLDV
Salud Mental y se extendió, no sin resisten- con la realidad tendrían importancia en
cias, a toda la Medicina como concepción esta diferenciación funcional a través de
del enfermar. Cuando se dice que la enfer- los aparatos de la percepción en las vi-
medad es además un modo de vivir, se debe YHQFLDVFRQHOREMHWR
entender como un modo de vivir en víncu- En esta concepción, no hay saltos cualita-
ORVFRQORVRWURVVLJQL¿FDWLYRV tivos de lo corporal a lo mental sino una
El problema central de esta manera de FLHUWDUHODFLyQGHFRQWLJLGDGDXQTXHGH
HQWHQGHUODSDWRORJtDFRUSRUDO³FRQVLVWHHQ naturaleza desconocida. De esta mane-
VDEHU ULJXURVD \ FLHQWt¿FDPHQWH GH TXp UDHO<RWLHQHXQDUHODFLyQGHVHUFRQVX
modo se personaliza el cuerpo, cómo los cuerpo: el Yo esFXHUSR\FXDQGRVXUJHHO
SURFHVRV VRPiWLFRV VH LQWHJUDQ HQ OD YLGD malestar corporal, HOPDOHVWDUHV<R.
personal de su titular, así en la salud como
HQODHQIHUPHGDG´ /DtQ(QWUDOJRS  E HQHORWURUHJLVWURHO<RQRHVFRQFHELGR
o, en otras palabras: FRPR XQD SURORQJDFLyQ GHO LQGLYLGXR
sino como un desplazamiento metafóri-
(OVXMHWRGHOSDGHFLPLHQWRHOTXHYLYH FRGHpORGHVXLPDJHQDXQRWUROXJDU
DTXHOORDTXHGDPRVHOQRPEUHGHHQ- virtual. En este sentido el Yo sería una
fermedad, puede ser visto como un ver- HVSHFLHGHPHWiIRUDGHORUJDQLVPRFRQ
dadero quién \QRVyORXQ qué sustan- XQDLPDJHQGHVtKHFKDDVHPHMDQ]DGHO
tivado. IXQFLRQDPLHQWR GHO RUJDQLVPR (O <R
tiene acá una relación mediatizada con
Pero entonces se requiere una concep- VXFXHUSRWLHQHDVXFXHUSRVHUH¿HUHD
WXDOL]DFLyQ GRQGH VH SXHGD LQWHJUDU OD HQ- él, habla de él, transmite lo que siente su
fermedad simultáneamente como proceso FXHUSRHWFpWHUD\FXDQGRVXUJHHOPD-
RUJiQLFR \ FRPR H[SHULHQFLD GH YLGD 5H- lestar corporal, es del cuerpo. Los dos
quiere repensar la concepción de enferme- UHJLVWURV H[SUHVDQ XQD GREOH UHODFLyQ
dad y del cuerpo de quien la padece. VLPXOWiQHDGHVHU\GHWHQHU entre el Yo
y su cuerpo.
En el capítulo anterior se hizo referen-
El Yo y el cuerpo cia a un modelo para pensar la génesis del
<RHQVXYtQFXORVLPXOWiQHRFRQHOFXHUSR
(QXQDSULPHUDDSUR[LPDFLyQVLJXLHQGRD \FRQORVREMHWRV. Se estudió cómo el Yo se
J. Laplanche4, se podría pensar al Yo en su HVWUXFWXUDHQVXH[SHULHQFLDFRQORVREMH-
UHODFLyQFRQHOFXHUSRFRPRHQGRVUHJLV- tos mientras se encarna al mismo tiempo
WURVUHODWLYDPHQWHKHWHURJpQHRV en el cuerpo. En este capítulo se estudia
más especialmente OD UHODFLyQ TXH HO <R
D  HQ HO SULPHUR VH FRQVLGHUD TXH HO <R tiene con su cuerpo, tan estrechamente li-
VH YD GLIHUHQFLDQGR SURJUHVLYDPHQWH JDGR D pO TXH PHUHFH VHU GHQRPLQDGR Yo
D SDUWLU GH OD VXSHU¿FLH GHO RUJDQLVPR corporal.

4
Laplanche, J. 9LGD\PXHUWHHQ3VLFRDQiOLVLV Amorrortu, Buenos Aires, 1973.
⎛106 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Cabe reiterar una cita de Freud: “El yo es D GHOFXHUSRGHOD%LRORJtDDOcuerpo hu-


sobre todo una esencia cuerpo; no es sólo una mano
HVHQFLDVXSHU¿FLHVLQRpOPLVPRODSUR\HF-  (OEHEpYLHQHSURYLVWRGHPRQWDMHVFX\R
FLyQGHXQDVXSHU¿FLH´53RUHVRVHGLMRTXH funcionamiento de base es la homeosta-
sis SRU OD TXH D¿QDGRV VLVWHPDV ELROy-
/DVH[SHULHQFLDVWHPSUDQDVGHOFXHUSR JLFRV VH DXWRUUHJXODQ FRQ HO DSRUWH GH
con los objetos primarios determinan ORVLQWHUFDPELRVTXHWLHQHQOXJDUFRQHO
OD HPHUJHQFLD GH XQ <R GHVGH HO FXDO medio ambiente. Forman parte de varia-
WLHQHOXJDUODVLJQL¿FDFLyQGHXQDVHULH EOHVQHXUR¿VLROyJLFDVHQGRFULQDV\KRU-
de sensaciones provenientes del cuerpo monales que se apoyan en una serie de
TXHVHLQWHJUDUiQDpOFRPRVX,PDJHQ UHVSXHVWDVUHÀHMDVLQQDWDVGHODVTXHHO
&RUSRUDO EHEpGLVSRQH(OUHÀHMRGHsucción y los
movimientos mano-boca aparecen ya en
En todo este proceso de la incorporación HO~WHURFRPRORVSUHFXUVRUHVGHDOJXQDV
del cuerpo al Yo interviene la simbolización, de las actividades y movimientos posna-
que hace que los estímulos provenientes del tales.
cuerpo sean VLJQL¿FDGRV por el Yo.  3HURHVWDVFRQVWDQWHVELROyJLFDVVRQLP-
perfectas en el lactante, su estabilización
De esta manera, los estímulos corpo- HVJUDGXDO\HQEXHQDPHGLGDHVRVHOR-
UDOHVQRWLHQHQQXQFDPiVTXHYHUGL- JUDFRQXQDDGHFXDGDpresencia mater-
rectamente con el cuerpo como cosa en na. Desde el vamos, los mecanismos y
sí sino con su metaforización, con los ORVULWPRVELROyJLFRVTXHWLHQHQFLHUWR
VLJQL¿FDGRVTXHHO<ROHVDWULEX\H\FRQ JUDGRGHDXWRQRPtDGHSHQGHQGHODSUH-
ORVTXHORVUHFXEUHGHVHQWLGR VHQFLD\VXPLQLVWURVGHOREMHWRPDWHUQR
para su funcionamiento y equilibrio.
(QVLWXDFLRQHVSDWROyJLFDVHVWDVLJQL¿-
cación del cuerpo por el Yo puede perderse (QHOFXHUSRKXPDQRKD\XQRUGHQELR-
WHPSRUDOPHQWHGDQGRRULJHQDVHQVDFLRQHV OyJLFRHQMXHJRTXHORVVHUHVKXPDQRV
de H[WUDxDPLHQWR y ajenidad corporal. En comparten con el resto de los animales,
los trastornos de despersonalización, el SHURTXHHVWiGHVGHHOFRPLHQ]RUHJX-
paciente siente cambios en su cuerpo, por ODGR\HVWDELOL]DGRHQHOYtQFXORFRQHO
HMHPSOR TXH VXV H[WUHPLGDGHV VRQ PiV objeto materno.
JUDQGHVRPiVSHTXHxDVTXHORQRUPDO(Q
casos extremos, que VX \R HVWi WRWDOPHQWH E  HO FXHUSR KXPDQR \ el desamparo ori-
IXHUD GH VX FXHUSR TXH QR OH SHUWHQHFH \ ginario
TXHSXHGHREVHUYDUORDGLVWDQFLD. El bebé nace en estado prematuro. Por más
TXHGLVSRQJDGHPRQWDMHVDGDSWDWLYRV\GH
mecanismos homeostáticos que funcionan
Reiterando un itinerario FRPRGHUHORMHUtDDOFRPLHQ]R

$QWHVGHSURVHJXLU\DXQDULHVJRGHUHSH- el cuerpo del lactante es el de un ser


tir, se hace necesario mencionar temas ya desvalido, profundamente dependiente
desarrollados pero que ahora pueden ser de los cuidados maternos. Es la condi-
vistos a la luz de las relaciones entre el Yo FLyQGHXQVHULQFDSD]GHD\XGDUVHGH
y el cuerpo: DX[LOLDUVHGHVRVWHQHUVHDVtPLVPR
5
)UHXG6³(O<R\HO(OOR´  (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR 107⎞

 7LHQHQHFHVLGDGGHD\XGDDMHQDH[SHUL- tica. Estudió 164 niños en dos institu-


mentada, para la sobrevida. Inicialmente ciones, comparados con 34 criados en
GpELO \ YXOQHUDEOH HO FXHUSR ELROyJLFR VXV KRJDUHV (O UHVXOWDGR PiV LPSRU-
requiere del auxilio de un otro humano. tante fue que el cociente de crecimiento
de los niños en una de las instituciones
F HQWUHHOGHVDPSDUR\la omnipotencia cayó a la mitad el primer año de vida y
La mamá sabe qué necesita su bebé o DODPLWDGGHHVRHOVHJXQGR/RVEHEpV
por lo menos cree poder saber sus nece- eran además muy susceptibles a las en-
sidades. Lo sabe además por su historia, IHUPHGDGHV \ PRVWUDURQ XQ DOWR JUDGR
cuando su madre hizo lo propio con ella. de mortalidad. En ambas instituciones
*ULWRV OODQWR PRYLPLHQWRV XQD DJLWD- se les proveía con buena comida, cui-
ción desordenada que la madre aprende dado médico y de enfermería. Pero en
rápidamente a reconocer e interpretar en una de ellas el cuidado principal que-
VXHVSHFL¿FLGDG\GRQGHWDPELpQLQWHU- daba en manos de las madres y en el
vienen sus propios deseos. RWUR D FDUJR GH GLOLJHQWHV HQIHUPHUDV
Por sus cuidados frente al estado de Spitz concluyó que el deterioro y la fal-
desamparo, la madre representa la omni- WD GH GHVDUUROOR GH XQR GH ORV JUXSRV
potencia frente a la impotencia del bebé. se debían a la ausencia de los cuidados
(YHQWXDOPHQWHHQWUDHQMXHJRODLGHQWL- maternos.
¿FDFLyQGHOEHEpFRQHOVHQWLPLHQWRGH La satisfacción de las necesidades no
RPQLSRWHQFLD DORMDGR HQ HO REMHWR PD- puede pasar solamente por los suminis-
terno, en especial el pecho nutricio. El tros y cuidados básicos para que funcio-
bebé no podría soportar su indefensión QHQ ORV PRQWDMHV FRUSRUDOHV VLQR TXH
HLQVLJQL¿FDQFLDVLQDSHODUDVHQWLPLHQ- aquéllas deben desde el principio ser ad-
WRVGHRPQLSRWHQFLDTXHHQHOPHMRUGH PLQLVWUDGDVSRUODPDGUHRSRUDOJXLHQ
los casos, se atenuarán con el tiempo sin que la sustituya en la recreación de un
OOHJDUDGHVDSDUHFHUQXQFDGHOWRGR/D vínculo emocional. Las experiencias de
VLWXDFLyQGHMDUiODKXHOODGH Spitz demostraron el valor de la asisten-
cia para la salud y la sobrevida pero no
un estado afectivo, mezcla de desampa- de cualquier ayuda.
UR\RPQLSRWHQFLDTXHQXQFDORDEDQ-  3HUR¢TXpWLHQHGHHVSHFL¿FRHOFXLGDGR
GRQDUiJHQHUDGRUGHVHQWLPLHQWRVTXH materno en relación al crecimiento cor-
lo dividirán en el futuro entre permitir poral, la salud y el sostenimiento del or-
UHFLELUDX[LOLRDMHQRRUHFXUULUGHIHQVL- den vital? Fundamentalmente los deseos
YDPHQWHDXQDDXWRVX¿FLHQFLDLOXVRULD maternos hacia su bebé.
la más de las veces.
H  HOFXHUSRKXPDQRHVun cuerpo erógeno
G ORHVSHFt¿FRGHOcuidado materno  3DUD HQWHQGHU HO SDVDMH GH FXHUSR ELR-
El bebé necesita asistencia pero no le sir- OyJLFR D FXHUSR KXPDQR HV QHFHVDULR
ve cualquier ayuda. El cuidado no sólo señalar que éste es un cuerpo erógeno,
debe provenir de persona experimentada como tal asiento de deseos y fantasías.
VLQR GH DOJXLHQ HPRFLRQDOPHQWH VLJQL- 6X JpQHVLV HV OD VH[XDOLGDG LQIDQWLO
¿FDWLYR OD PDGUH R OD TXH FXPSOH HVD cuyo desarrollo se estudió con más deta-
función. OOHHQRWUROXJDU$FiVHORPHQFLRQDSRU
En este punto son relevantes los estu- su relación al cuerpo del bebé y por su
dios de R. Spitz de 1945 en adelante relación con los deseos maternos.
sobre KRVSLWDOLVPR\GHSUHVLyQDQDFOt-
⎛108 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

/DVH[XDOLGDGDSDUHFHFRPRXQ efecto El placer de tocar o tocarse resulta atra-


PDUJLQDO de zonas corporales privile- YHVDGRSRUORTXHGHVGHHOREMHWR\GHVGH
giadas, en especial las de los alrededo- la propia actividad fantasmática del niño
UHVGHORVRUL¿FLRVFRUSRUDOHVODERFD estará permitido o prohibido de ahora en
el ano, los genitales, etcétera, por la más. Estas situaciones se preservan in-
acentuación de los aportes e intercam- FRQVFLHQWHPHQWH WRGD OD YLGD \ UHJXODQ
ELRVIXQFLRQDOHVTXHRFXUUHQHQHOSD- las relaciones del adulto con su cuerpo.
VDMHGHOH[WHULRUDOLQWHULRU\YLFHYHUVD No tienen porqué sorprender entonces las
junto con los manipuleos maternos. GL¿FXOWDGHV \ FRQÀLFWRV GHO DGXOWR TXH
VHPDQL¿HVWDQHQWRUQRDODDFWLYLGDGGHO
I  HOFXHUSR\RWURVLQWHUHVHVde la sexuali- tocar o ser tocado, mirar o ser mirado, de
dad infantil las que nadie está exento, por supuesto
Buena parte de la actividad sexual fan- el paciente pero también el médico, que
WiVPDWLFD WHQGUi FRPR HMH WHPiWLFR la necesita recurrir a ella como parte de su
curiosidad por el interior del cuerpo rutina. La Medicina tiene que tener en
PDWHUQRHORULJHQGHORVQLxRVODDFWL- cuenta zonas y actividades del cuerpo
YLGDGVH[XDOGHORVSDGUHV, etcétera. En HUyJHQR HVSHFLDOPHQWH VHQVLEOHV SDUD HO
HOQLxRVHKDFHPDQL¿HVWDHQODE~VTXHGD manipuleo como ORVRUL¿FLRVODVPDPDV
de actividades placenteras en zonas del HOURVWURORVJHQLWDOHV\]RQDVDG\DFHQ-
cuerpo propio y en el de los otros, pero tes3RUHMHPSORHOFDVRGH
también en HOPLUDU\VHUPLUDGRWRFDU
\ VHU WRFDGR SURYRFDU \ H[SHULPHQWDU XQ SDFLHQWH TXH GHVDUUROOy XQD LPSR-
dolor, de lo que la observación de cual- WHQFLD VH[XDO IXQFLRQDO \ WUDQVLWRULD
TXLHUDFWLYLGDGGHMXHJRGDFXHQWD GHVSXpV GH XQD LQWHUYHQFLyQ TXLU~UJL-
Por su importancia en Medicina es útil ca por hernia inguinal. Una operación
volver a referirse a la actividad infantil TXLU~UJLFDSXHGHVHUWUDXPiWLFDSRUVX
del tocar o ser tocado. En un primer mo- SUR[LPLGDGDOD]RQDJHQLWDOiUHDVHQ-
mento el bebé tiene un acceso irrestricto VLEOHDFXDOTXLHUPDQLSXODFLyQ
a su cuerpo y al de la madre, en espe-
cial en coincidencia con la función de la
lactancia. La madre lo toca, lo mece, lo La imagen corporal del Yo
DFDULFLDORVRVWLHQH¿UPHPHQWHDEUD]D-
do a su cuerpo, hay un contacto piel a El cuerpo, como preocupación, es traído ver-
SLHOGHXQDGLPHQVLyQVHQVRULDO\HUyJH- balmente a la consulta. El Yo de la persona
QDPX\LQWHQVD DXQTXHWDPELpQSXHGH GLDORJDFRQVXPpGLFR\mete el cuerpo en la
VHUIUtD\GLVWDQWH (OWLHPSRLQWURGXFH conversación, hace referencias a él, lo descri-
XQDVHJXQGDHWDSDHODFFHVRDOSHFKRVH be con sus propias palabras, introduce imá-
UHVWULQJHPiVWDUGHORTXHVHFRQVLGHUD JHQHV\H[SOLFDFLRQHVGHVXIXQFLRQDPLHQWR
sucioQRVHWRFDFRQODVKHFHVQRVHMXH- Lo imagina de una manera personal.
JDORVJHQLWDOHVQRVHDFDULFLDQ
/Dimagen del cuerpo es el cuerpo sen-
,QWHUYLHQHXQFyGLJRTXHSDVDDUHJOD- WLGR SRU HO <R GHVGH DGHQWUR GHVGH OD
PHQWDUODVFDWHJRUtDVGHORTXHVHSXH- subjetividad. Tiene profundas raíces
GH\ORTXHQRVHSXHGHWRFDUORTXHVH inconscientes con su contenido de fan-
SXHGH \ OR TXH QR VH SXHGH PLUDU )L- WDVtDVSUHMXLFLRV\DQVLHGDGHV(VGHV-
QDOPHQWHDTXHOORHQORTXHQLVLTXLHUD GHHVHOXJDUTXHVHKDFHSUHVHQWHHQOD
se puede pensar. consulta.
⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR 109⎞

(Q DOJ~Q PRPHQWR GH OD HQWUHYLVWD HO PHQHVSDUDLQYHVWLJDUXQDSRVLEOHOHVLyQ


médico se dispone a examinar de cerca el cardiaca, entre otros a una cinecoro-
cuerpo del que el paciente habla, tocarlo, QDULRJUDItD &XHQWD FyPR ORV PpGL-
mirarlo, auscultarlo, etcétera. Ahora el cuer- cos, para WUDQTXLOL]DUOR \ HQWUHWHQHUOR
po asume corporeidad, con características OH DFHUFDURQ OD SDQWDOOD FRQ OD LPDJHQ
concretas, palpables, mensurables. También cardiaca. Al paciente le parecía ver una
es abordado por instrumentos y exámenes SHTXHxD ¿JXUD QR UHFRQRFLEOH DOJR GH
GH ODERUDWRULR FDGD YH] PiV VR¿VWLFDGRV color pulsando mientras era asaltado por
SDUD GLDJQRVWLFDU TXp SDVD HQ VX LQWHULRU un miedo terrible a que el mecanismo
3HURHQHOSDFLHQWHVHJXLUiWHQLHQGRYLJHQ- que veía en movimiento “pudiera lle-
cia la imagen de su cuerpo con todos los JDU D SDUDUVH´ < PLHQWUDV HO UHJLVWUR
VHQWLPLHQWRV\SUHMXLFLRVDFHUFDGHOSHOLJUR de su presión arterial se incrementaba
con que lo ve amenazado. Es parte de una LPDJLQDEDTXH³DOJRGHODQDWXUDOH]DGH
EXHQDWDUHDPpGLFDHOSURFXUDULQWHJUDUHV- la maldad que siempre temía ser parte
tos dos sectores de la experiencia médica. A GHPtSXGLHUDOOHJDUDYLVXDOL]DUVHHQOD
PDQHUDGHHMHPSORV pantalla”. No sólo intervenía el temor a
  XQD MRYHQ PDPi FRQVXOWD SRU VHJXQGD ODPXHUWHODIDQWDVtDGHOGDxRDXWRLQÀL-
vez al pediatra porque le parece “que su JLGR VLQR WDPELpQ HQFRQWUy H[SUHVLyQ
bebé de cuatro semanas de edad tiene su preocupación por la potencia sexual,
HOYLHQWUHÀRMRÀiFLGRFRPRGHIRUPD- DIHFWDGDVHJ~QpOVXSRQtDSRUODPHGLFD-
do...”. El examen del bebé no mostraba ción hipotensora que recibía.
QLQJXQR GH ORV DODUPDQWHV VLJQRV FRQ   OD LPDJHQ FRUSRUDO FDPELD GUDPiWLFD-
que lo percibía la mamá. El pediatra se mente durante el embarazo, en especial
SUHJXQWDED GH TXp YLHQWUH HVWDED KD- la percepción de su forma y de sus lí-
EODQGRHVWDPXMHU/XHJRGHXQSDUWROD mites. Una primípara de 33 años, sin
puérpera pasa por momentos de incerti- sobrepeso, comenzó a sentirlo de un
dumbre y preocupación en relación a su día para otro: la hacían sentir deforme,
FXHUSR 3XHGH TXH VH SUHJXQWH ³¢TXH- enorme, torpe como una foca, no podía
GDUpELHQ HVWpWLFDPHQWHVHJXLUpVLHQGR calcular sus desplazamientos, se trope-
deseable sexualmente?” Pero lo intere- zaba con las personas, no podía medir
sante del caso es que esta madre lo ex- bien por dónde podía pasar, no podía
presase a través del cuerpo del bebé, al PDQHMDU HO DXWR SRUTXH VHQWtD TXH ORV
que se sentía unida aún y del que el parto RWURVFRFKHVVHOH³DFHUFDEDQ´SHOLJUR-
la había separado recientemente. samente y se sentía encerrada. Además,
 XQPpGLFRFDUGLyORJRVHGHVSORPDV~EL- sentía los cambios con la sensación de
tamente en la calle, con un dolor inten- que afeaban y deformaban su cuerpo al
sísimo que no puede localizar al prin- TXH QXQFD UHFXSHUDUtD VX LGHDOL]DGR \
cipio y sensación de muerte inminente. admirado cuerpo infantil, ilusoriamente
Todavía en el suelo, le parece reconocer vivido como irresistible 
el dolor en la zona precordial y tiene el   XQD MRYHQ PXMHU FXHQWD TXH HQ VX SUL-
convencimiento de haber padecido un mer embarazo tuvo mellizos, que sentía
infarto. Se levanta y cae nuevamente que no daba abasto con la lactancia, los
SRU XQ QXHYR GRORU TXH ¿QDOPHQWH VH bebés requerían tanta alimentación al
GHPXHVWUD RULJLQDGR SRU XQD UXSWXUD pecho TXH YDULDV YHFHV VH GHVYDQHFLy
traumática del talón de Aquiles. mientras los amamantaba. El desmayo
  XQ SDFLHQWH FRQ KLSHUWHQVLyQ HVHQFLDO es la pérdida involuntaria y transitoria de
acentuada, fue sometido a varios exá- la conciencia del Yo. En este caso, pro-
⎛110 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

EDEOHPHQWHODPXMHUVHVHQWtDH[SXHVWD LPDJHQFRUSRUDOFRQPiVGUDPDWLVPR$Vt
ante la sensación de ser vaciada corpo- SRUHMHPSOR
ralmente, a quedar “exprimida como un
OLPyQ´VHJ~QGHFtD  'HVGHTXHIXHUHFRQRFLGRSRUHOFLUXMDQR
  XQD SDFLHQWH DQRUp[LFD GH  DxRV FRQ $PEURVLR3DUpHQHOVLJOR;9,FRQRFH-
menos de 45 kilos, después de morder mos el tema del miembro fantasmaOXHJR
DSHQDVXQDJDOOHWLWDVHVLHQWHgorda, dice de una amputación, el paciente continúa
TXHORVGHPiVWDPELpQODYHUiQJRUGDSRU teniendo sensaciones de la parte perdida,
lo que termina provocándose vómitos. siendo a menudo fuente de intensos do-
 XQDPXMHUGHDxRVYLYHVXFXHUSRORV lores. Es también común en operaciones
días previos a su menstruación de esta de mama, nariz, etcétera. El fenómeno
manera: “Estoy toda hinchada, llena de puede durar meses y hasta años y señala
OtTXLGRVFRQJHVWLRQDGDSRUWRGRVODGRV la necesidad del Yo de mantener la inte-
ORV JHQLWDOHV \ HO DEGRPHQ OD JDUJDQ- JULGDGGHVXVOtPLWHVFRUSRUDOHVPiVDOOi
WDODYLVWDVHPHQXEODQRPHGHMDYHU de su permanencia física.
bien, no puedo enfocar las letras, como
si tuviera los vidrios empañados”. La /DLPDJHQGHOFXHUSRGDFXHQWDGHXQOtPLWH
sensación de ser una bolsa hinchada de SVLFROyJLFRHQWUHHODGHQWUR\HODIXHUDTXH
líquidos en el premenstruo disparaba SXHGHRQRFRLQFLGLUFRQHOTXHOHPDUFDOD
numerosas consultas, incluyendo al of- VXSHU¿FLHFRUSRUDO ODSLHO\ODVPXFRVDV 
WDOPyORJRTXHQRGDEDFRQODFRUUHFFLyQ
visual adecuada. /DVHIUDFFLRQHVYLROHQWDVGHODVXSHU¿FLH
corporal constituyen situaciones traumáti-
(VWRV HMHPSORV PXHVWUDQ OD GLPHQVLyQ cas y la experiencia de miembro fantasma
PDQL¿HVWDGHODimagen corporal, cuyas raí- UHVWLWX\HGHPDQHUDGHOLUDQWHVXLQWHJULGDG
ces profundas son inconscientes. El nombre $YHFHVRFXUUHXQDVLWXDFLyQSDUDGyMLFDHO
GHLPDJHQSXHGHOOHJDUDGHVDFUHGLWDUHOFRQ- PLHPEUR IDQWDVPD PDQWLHQH XQD LPDJHQ
FHSWRFRPRDOJRirreal o meramente inven- SDWROyJLFDOXHJRGHUHFXSHUDGDODVDOXG
tado. Nada más equivocado. Para entender a
ese cuerpo que trae el paciente a la consulta 'HVSXpV GH VHU RSHUDGR H[LWRVDPHQ-
hay que tener en cuenta una otra realidad te de una tenosinovitis palmar (dedo
que incluye pero trasciende la material y que JDWLOOR  XQ SDFLHQWH VRxDED UHLWHUDGD-
constituye la realidad psíquica, desde la que PHQWHTXHSDGHFtDODPLVPDOLPLWDFLyQ
se experimentan e interpretan los fenómenos IXQFLRQDOTXHKDEtDWHQLGRKDVWDHOPR-
del mundo externo y del mundo interior, in- mento de la operación.
cluyendo los del propio cuerpo.
 3DUDODOODPDGDhisteria de conver-
sión)UHXGSXGRGLVWLQJXLU\DD¿QHVGHO
Ciertas enfermedades VLJORSDVDGRODGLIHUHQFLDHQWUHODHVWUXF-
la ponen en primer plano WXUDFRUSRUDOWDOFRPRORUHYHODHOGLDJUD-
PD DQDWyPLFR \ ¿VLROyJLFR \ HO IXQFLR-
$OJXQDV SDWRORJtDV FXHVWLRQDQ OD FRQFHS- QDPLHQWR QRUPDO R SDWROyJLFR TXH PiV
FLyQ GH FXHUSR ELROyJLFR FRQ TXH WUDEDMD responde a una anatomía fantasmática,
la Medicina e introducen la temática de la ilusoria.6 Puede tratarse de una ceguera

6
 )UHXG 6 ³$OJXQDV FRQVLGHUDFLRQHV FRQ PLUDV D XQ HVWXGLR FRPSDUDWLYR GH ODV SDUiOLVLV PRWULFHV RUJiQLFDV H KLVWpULFDV´
 (QObras completas Tomo I. Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR 111⎞

histérica, parálisis musculares o áreas XQDKHULGDSURIXQGDHQXQSLHTXHUH-


de anestesia o hiperestesia sin que se en- TXLHUHVXWXUDHLQPRYLOL]DFLyQSRUGRV
cuentren alteraciones somáticas recono- VHPDQDV(VWDEDPX\HQRMDGRFRQVLJR
cibles ni que coincidan con el trazado de PLVPR SRUTXH QR VH SRGtD H[SOLFDU OR
ODVYtDVQHXUROyJLFDVGHLQHUYDFLyQ VXFHGLGR /H FRQWy DO PpGLFR TXH KD-
A partir del estudio de la histeria, bía pasado bien sus vacaciones, salvo
se pudo conceptualizar al cuerpo como los últimos días, cuando retornaron sus
un FXHUSRVLJQL¿FDGR SRUTXHHOIXQFLR- preocupaciones por ciertos problemas
namiento de sus partes no es sólo bio- TXH KDEtD GHMDGR SHQGLHQWHV 5HFRUGy
OyJLFR VLQR WDPELpQ SDVD D UHSUHVHQWDU TXH HQ XQ PRPHQWR VH GHEDWtD HQWUH
H[SHULHQFLDV socializado SRUTXHHVHO enfrentarlos dolorosamente o patear
resultado de vivencias con los otros hu- las cosas para adelante. Estaba en ese
PDQRV \VH[XDOL]DGR HQWDQWRHVFHQD- dilema cuando le ocurrió el accidente,
ULRGHIDQWDVtDVGHVHRV\IUXVWUDFLRQHV  HMHPSOR GH FyPR VH SXHGHQ H[SUHVDU
VLPEyOLFDPHQWHVLWXDFLRQHVGHFRQÀLF-
8QDMRYHQVROWHUDTXHGDHPEDUD]DGD\ to a través de la vía corporal.
VXUHDFFLyQHVGHVRUSUHVD\FRQVWHUQD-
FLyQSRUTXHQRORHVSHUDEDQLGHVHDED  6LODKLVWHULDH[SUHVDSDWRORJtDVLQOHVLyQ
4XHUtD WHUPLQDU FRQ pO FXDQWR DQWHV somática, por el contrario, severa pato-
QRSDUHFtDTXHVHOHKXELHUD instalado ORJtDFRUSRUDOSXHGHOOHJDUDVHUQHJDGD
en ningún momento en su mente, con RLJQRUDGDSRUHOSDFLHQWH(Q0HGLFLQD
las connotaciones emocionales consi- se conocen estas situaciones desde que
guientes. 1RSRGtDWRPDUVHWLHPSRSDUD Babinski describió pacientes con severa
pensar ni considerar sus sentimientos. KHPLSOHMtDTXH³FUHtDQSRGHUPRYLOL]DUVH
5HDOL]yHODERUWRLPSXOVLYDPHQWH\VLQ sin problemas”. Desde entonces, sabemos
remordimientos. Varias semanas des- TXHORVSDFLHQWHVSXHGHQQHJDUFRQFRQ-
pués, cuando comenzó a conectarse vicción cualquier tipo de discapacidad
FRQVXVVHQWLPLHQWRVGXUDQWHXQ¿QGH FRUSRUDO FRPR DIDVLD VRUGHUD FHJXHUD
semana tuvo un episodio de un terrible \ RWUDV SDWRORJtDV VRPiWLFDV VHYHUDV (O
dolor HQODIRVDLOtDFDGHUHFKDTXHGXUR paciente puede estar convencido de que
varias horas, necesitó de una consulta la pierna que no se mueve le pertenece
FRQXQFLUXMDQRTXHODWXYRLQWHUQDGD a otro o la describe reduplicada. En otro
HQREVHUYDFLyQYDULDVKRUDVKDVWDTXH caso puede admitir que no mueve las
GHFLGLyQRLQWHUYHQLUODSRUTXHQRKDEtD SLHUQDV SHUR QHJDU TXH HVWpQ SDUDOL]D-
QLQJ~QRWURVLJQR/HFRQWyDVXFOtQL- das. El paciente con severas quemaduras
FRXQVXHxRGHHVDQRFKHTXHODPRV- SXHGHQHJDUTXHHVWpGHV¿JXUDGR7RGRV
WUDEDUHYLVDQGR\WUDWDQGRGHRUGHQDU esos fenómenos se conocen en Medicina
cajones del ropero con ropa sucia para como anosognosia y, si bien inicialmente
WLUDU&XDQGRSXGRSRU¿QWRPDUFRQ- se los atribuyó a daño del lóbulo tempo-
tacto con sus sentimientos dolorosos, el ral, se pueden interpretar como un intento
síntoma desapareció. GHUHRUJDQL]DUVLPEyOLFDPHQWHODLPDJHQ
corporal dañada. Es más fuerte la necesi-
/DPLVPDQRFKHGHVXUHJUHVRGHYDFD- GDG GH SUHVHUYDU XQD LOXVRULD LQWHJULGDG
ciones, un hombre joven tropieza mien- GH OD LPDJHQ FRUSRUDO TXH HO UHFRQRFL-
tras bajaba una escalera de su casa, miento de su pérdida.
XQ WUD\HFWR TXH KDEtD UHFRUULGR DQWH- El desconocimiento por el Yo de un tras-
ULRUPHQWH LQ¿QLGDG GH YHFHV 6H KDFH WRUQRFRUSRUDOPDQL¿HVWRHVVyORSRVLEOH
⎛112 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

SRU OD SXHVWD HQ MXHJR GH PHFDQLVPRV EDMRFRQWUROYROXQWDULR\VRQVLPXODFLR-


defensivos muy primitivos como la re- QHV R PHQWLUDV GHVWLQDGDV D HQJDxDU D
QHJDFLyQ R desmentida GH XQ IUDJPHQWR ORV PpGLFRV (Q JHQHUDO SHUHJULQDQ GH
de realidad dolorosa con un simultáneo consulta en consulta y hay una historia
sentimiento de omnipotencia que permite previa de múltiples hospitalizaciones.
una reconstrucción ilusoria del daño. El Cuando un adulto impone esta situación
fenómeno del miembro fantasma puede clínica en un niño, los pediatras se en-
VHUXQDIRUPDWHPSRUDULDGHDQRVRJQRVLD cuentran ante un Síndrome Facticio por
procuración.
 (QODPLVPDOtQHDFDEHFRQVLGHUDUDORV
fenómenos de la hipocondría: breve-
mente se trata de un paciente, visitante La imagen corporal en
asiduo de los médicos, que hace de sus Medicina y en Salud Mental
TXHMDVFRUSRUDOHVXQFXOWRVLQTXHVHUH-
YHOHSDWRORJtDRUJiQLFDDORVH[iPHQHV 8Q YpUWLFH H[FOXVLYDPHQWH ELROyJLFR GH OD
FOtQLFRV P~OWLSOHV 6LJQRV \ VHQVDFLR- Medicina propone pensar el cuerpo desde
nes corporales son interpretadas como la vertiente de su realidad material como un
anormales: un dolor leve, una molestia, REMHWR FRQFUHWR VHSDUDGR GH OtPLWHV SUH-
latidos del corazón, movimientos de los cisos, capaz de ser abordado y medido en
LQWHVWLQRV HWFpWHUD FRQ OR TXH MXVWL¿FD VXV YDULDEOHV ELROyJLFDV IXQGDPHQWDOHV (O
ODLGHDGHSDGHFHUJUDYHVHQIHUPHGDGHV cuerpo de esa Medicina es un cuerpo públi-
/D DQVLHGDG TXH DOJXQDV YHFHV GLVPL- co que puede ser explorado como un cuerpo
QX\H IUHQWH D ORV UHVXOWDGRV QHJDWLYRV ItVLFR TXH IXQFLRQD VHJ~Q ODV OH\HV FLHQ-
GH ODV SUXHEDV GLDJQyVWLFDV UHDSDUHFH Wt¿FRQDWXUDOHV \ GRQGH HO PpGLFR HVSHUD
VLHPSUH D SHVDU GH ORV UHDVHJXURV GHO corroborar una enfermedad o su ausencia.
médico. /RVHMHPSORVPHQFLRQDGRVPXHVWUDQFyPR
FLHUWDSDWRORJtDJUDYHFX\DLPDJHQFRUSRUDO
 /DVPDQLIHVWDFLRQHVFOtQLFDVGHODKLSR- introduce el paciente en la consulta ha pro-
condría varían desde la simple tendencia blematizado esta concepción.
D RFXSDUVH H[DJHUDGDPHQWH GHO FXHUSR La imagen corporal o esquema corpo-
y sus funcionamientos hasta verdaderos ral, como se la denominó otras veces, fue
delirios somáticos: el paciente hace pa- estudiada en Medicina por muchos autores.
sar todas sus preocupaciones alrededor Se la ha tenido en cuenta en especial en sus
GH DOJXQD TXHMD VRPiWLFD 6H SDVD OD DVSHFWRV HPEULROyJLFRV QHXUR¿VLROyJLFRV
vida observándose y consultando por al- QHXUROyJLFRV SVLFROyJLFRV \ SVLTXLiWULFRV
JXQDVLQJXODULGDGFRUSRUDOXQDFLFDWUL] También el valor de las percepciones de los
XQD YHUUXJD OD IRUPD \ WDPDxR GH ORV yUJDQRV GH ORV VHQWLGRV SDUD VX FRQWRUQR
pechos, de la nariz, etcétera. En casos el efecto de las sensaciones táctiles y ci-
extremos dice que no tiene pulmones o nestésicas, las provenientes de la postura y
que sus vísceras están podridas, etcétera de los movimientos, etcétera, así como la
6tQGURPHGH&RWDUG  participación de las experiencias familiares
y el efecto que tiene lo cultural en sus ma-
 (OOODPDGR6tQGURPH)DFWLFLR R)LFWL- nifestaciones.
FLR ODYROXQWDULDSURGXFFLyQGHVLJQRV Desde la perspectiva de Salud Mental, la
VtQWRPDV R HQIHUPHGDGHV VLQ QLQJ~Q llamada imagen corporal remite a las fanta-
motivo aparente, salvo el de actuar el rol sías conscientes e inconscientes que el Yo
de paciente. Los síntomas parecen estar de la persona tiene de su cuerpo y funcio-
⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR 113⎞

namientos, de cómo está instalado en él, de (Q HO FDPLQR KDFLD XQD PD\RU LQWHJUL-
los límites que determinan un adentro y un GDG\XQLGDGODLPDJHQFRUSRUDOQHFHVLWDUi
DIXHUDGHODVHQVDFLyQGHLQWHJULGDG\XQL- atravesar el resto del desarrollo psicosexual:
dad que aporta al sentimiento de identidad el momento crucial de la FRQÀLFWLYDHGtSL-
del Yo cuando esos límites están preserva- ca, en cuyo curso el cuerpo deberá ser asu-
dos y de la facilidad con que se pierden, tan- mido en términos de identidad masculina o
WR HQ OD QRUPDOLGDG FRPR HQ OD SDWRORJtD femenina; durante la adolescencia, donde
6HWUDWDGHODLPDJHQGHXQFXHUSRprivado ODLPDJHQFRUSRUDOVXIULUiXQDUHRUGHQDFLyQ
RSVLFROyJLFRHQWDQWRVyORHOSDFLHQWHWLHQH GH¿QLWLYD QR VLQ DQWHV SDVDU SRU HSLVRGLRV
DFFHVR\SXHGHGDUFXHQWDGHpOHQVXVLQJX- FUtWLFRV HO UHFXUVR GH ODV GLHWDV ODV DOWHU-
laridad. Es en esta doble condición del cuer- nativas del peso corporal, el pedido de ciru-
SRFRPRREMHWRS~EOLFR\VLPXOWiQHDPHQWH JtDHWFpWHUD en la mitad de la vida donde
privado, que la tarea médica de corroborar recrudecerán los problemas estéticos, en la
XQDHQIHUPHGDGVHKDFHPX\FRPSOHMD vejez, cuando el cuerpo entrará en decaden-
/DLPDJHQFRUSRUDOVXSRQHHOHVWDEOHFL- cia, etcétera.
miento de un adentro y un afuera, separados En pocas palabras, el Yo vive instalado
por un límite psicológico que en el tiempo en un cuerpo del que tiene toda clase de re-
tiende a coincidir, aunque no siempre, con el ferencias y estimulaciones. El Yo es parte
TXHLPSRQHQORVWHJXPHQWRVFRUSRUDOHV/D \GHVWLQDWDULRGHHVHUHJLVWURFRUSRUDOHVWi
LPDJHQFRUSRUDOQRVHDMXVWDHVWULFWDPHQWH HQFDUJDGR GH UHFLELUOR H interpretarlo y,
ni al contorno ni a la estructura somática. si es necesario, traerlo a la consulta. Pero,
'DGR TXH VX RULJHQ HV IUDJPHQWDULR \ para reiterar, así como no se concibe un Yo
con asiento en distintas zonas corporales, sin cuerpo, el Yo es también, sobre todo una
las primeras vivencias con el cuerpo son esencia cuerpo con lo que damos cuenta de
WDPELpQ SDUFLDOHV \ QR LQWHJUDGDV HQ XQ XQDFRPSOHMDLQWHUUHODFLyQ
todo. Tendrá que pasar un tiempo para que
se constituya en una totalidad con límites
PiVGH¿QLGRV\SUHFLVRV El examen médico
del cuerpo
Simultáneamente a su estructuración,
HO<ROHDSRUWDDODVH[SHULHQFLDVFRU- En un momento de la consulta, el mé-
SRUDOHVXQDVHQVDFLyQGHXQLGDG\WRWD- GLFR VH GLVSRQH D H[DPLQDU HO FXHUSR
OLGDGDWUDYpVGHODPRU\GHODIHFWRFRQ del paciente. Se le invita a desvestirse
TXHORWUDWD/HRWRUJDDVXFXHUSRXQD WRWDORSDUFLDOPHQWH\SRUORJHQHUDOD
envoltura narcisista. DFRVWDUVHHQXQDFDPLOOD5HTXLHUHFRQ-
GLFLRQHVGHFRQIRUW\SULYDFLGDG(QHVWD
Sueños y experiencias psicóticas apor- posición el paciente se siente totalmen-
tan una semblanza impactante del estadio WHH[SXHVWRYXOQHUDEOH\HOVHQWLPLHQWR
SUHYLRDVXXQL¿FDFLyQGHcuerpo fragmen- GH LQFRPRGLGDG HV Pi[LPR (O PpGLFR
tado en que se experimenta la sensación de WRFDPLUDH[SORUDHOFXHUSR\H[DPLQD
desmembramiento y estallido corporal. Lo ORV RUL¿FLRV (O SDFLHQWH WLHQH VX DWHQ-
mismo ocurre en pacientes que van a estar FLyQSXHVWDHQHOURVWURGHOPpGLFR\HQ
H[SXHVWRVDFLUXJtDPD\RU\YLYHQODRSHUD- VXVH[SUHVLRQHVDODHVSHUDGHSRGHULQ-
ción con la ansiedad de una intrusión violen- terpretarlas. Mientras tanto, el diálogo
ta que los va a despedazar. Estas situaciones verbal entre ambos puede continuar o
son las que hacen necesaria la preparación no. Algunos médicos lo transforman en
SVLFROyJLFDSUHTXLU~UJLFD algo intrascendente con la idea de dis-
⎛114 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

traer al paciente. En esos casos sucede SRQLELOLGDG R GL¿FXOWDG D H[SORUDU WRFDU


TXHHVpOTXLHQQRSXHGHWROHUDUHOJUDGR PDQLSXODUFLHUWDViUHDV6HGLMRSHURFRQ-
GHFRQWDFWRTXHSDVDDKRUDSRUHOFXHU- viene recordar que hay médicos a quienes
po de ambos. Es, sin embargo, recomen- cuesta más que a otros el examen físico, no
GDEOHTXHHOGLiORJRSXHGDVHJXLUFRPR WROHUDQODLQWLPLGDGTXHSURYRFDROHVJH-
VLHPSUHFHQWUDGRHQODWDUHDH[SUHVDQ- nera un rechazo apenas disimulable.
GRORTXHKDFHHQSDODEUDVDQWLFLSDQGR Pero el examen físico puede tener otras
PDQLREUDV\GDQGRUHDVHJXURVPtQLPRV VLJQL¿FDFLRQHV VL DOJXLHQ REVHUYDUD HVD
SDUDODDQVLHGDGTXHGHVSLHUWDODH[SOR- parte del acto médico sin saber de qué se
ración de áreas sensibles. trata, una persona desnuda siendo atenta-
mente mirada, tocada, manipulada dentro
Aparte de ser un instrumento al servicio GHORVRUL¿FLRVPiVVHQVLEOHVSRGUtDVXSR-
GHOWUDEDMRPpGLFRGHOTXHHOPpGLFRHVSHUD ner la naturaleza sexual de la escena y la
datos, el examen físico tiene otras connota- SUHVHQFLDHQODPLVPDFRPRXQHFROHMDQR
ciones. Puede tener en sí un efecto terapéuti- de todas las tendencias de la sexualidad in-
FRSRVLWLYROHMDQDPHQWHHQOD]DGRDODVFDUL- fantil. El observador inadvertido supondría
FLDVPDWHUQDVTXHDOJXQDYH]WUDMHURQDOLYLR ELHQSXHVDOJXQDVRWRGDVHVWDUtDQSUHVHQ-
al sufrimiento. La mayor parte de las formas tes operando como fantasías, las más de las
de la Medicina tradicional incluyen el acto YHFHV GHVFRQRFLGDV SRU ORV SURWDJRQLVWDV
de tocar dentro de sus ritos por el efecto má- JHQHUDQGRVHQVDFLRQHVGHSODFHUSHURVREUH
JLFRTXHFRQOOHYD3DUDRWURVHOVHUWRFDGR WRGRGHGRORURDQJXVWLD
puede ser amenazante, seductor, intolerable, Estos sentimientos, si bien presentes,
HWFpWHUD$OJXQRVSDFLHQWHVVHVLHQWHQGHFHS- son contenidos por el encuadre profesio-
cionados cuando no son examinados. nal TXH ¿MD D OD UHODFLyQ PpGLFR SDFLHQWH
¿QHV\REMHWLYRVPX\HVWULFWRV(OHQFXDGUH
8Q SDFLHQWH TXH OXHJR GH GRV SDURV IXQFLRQDFRPRXQUHVJXDUGRGHODDFWLYLGDG
cardiorrespiratorios estuvo en terapia adulta, a la manera como la ley de prohibi-
LQWHQVLYDHQWUHODYLGD\ODPXHUWHUH- ción del incesto impidió las manifestacio-
cordaba una vez recuperado, como en QHVHQGRJiPLFDV GHODVH[XDOLGDGLQIDQWLO
XQVXHxRHOYDORUGHVHUWRPDGRGHOD Esto no evita en ciertos casos que la rela-
mano por una enfermera en momentos ción médico paciente se vuelva a sexuali-
TXHVHQWtD³TXHODYLGDVHPHLED´ zar, que aparezcan elementos francamente
eróticos como reacción a situaciones men-
También importan los sentimientos del tales de dolor y sufrimiento frente a la tarea
médico en relación al examen físico, su dis- que tienen que realizar.
X
El Yo y el cuerpo
en relación con los afectos (I)

Introducción al tema tiva a impresiones, ideas o recuerdos, que


produce fenómenos viscerales que percibe
En la relación médico-paciente se movilizan HOVXMHWR\FRQIUHFXHQFLDVHWUDGXFHHQJHV-
afectos, emociones y sentimientos, que van tos, actitudes u otras formas de expresión...”.
VXUJLHQGRHQWRUQRDOYtQFXORTXHHVWDEOHFHQ El sentimiento, o lo que se siente, expresa
y a la tarea que comparten. El médico no HQFLHUWDPHGLGDHOUHJLVWURGHVHQVDFLRQHV
sólo percibe lo que siente su paciente sino SHUFLELGDVSRUHOVXMHWREl humor, ánimo o
que anticipa lo que va a sentir. Evalúa si la talante es un estado emocional sostenido y
respuesta emocional es o no adecuada, si es dominante en el tiempo, como ser irritable,
intensa, débil o ausente. En Medicina, el es- H[SDQVLYRGHSUHVLYRMXELORVRHWFpWHUD(V
tudio de las emociones es indispensable. una tendencia persistente a percibir, inter-
pretar y responder de manera selectiva a los
/RV DIHFWRV HPRFLRQHV R VHQWLPLHQWRV estímulos en términos de dicho estado.
VRQSURFHVRVTXHOHDSRUWDQDODVH[SH- $OJXQDVWHRUtDVSVLFRDQDOtWLFDVVRVWLHQHQ
riencias de la vida mental una cualidad que los afectos son el resultado de procesos
R WRQR VLQJXODU 6LQJXODU TXLHUH GHFLU que acompañan los movimientos pulsiona-
ODPDQHUD~QLFDSHUVRQDO\SULYDGDGH OHV \ TXH MXQWR D VX WUiQVLWR PHQWDO WLHQH
ser vividas. Son parte esencial de la re- HIHFWRHVWDGHVFDUJDLQWHUQDGHORVPLVPRV
ODFLyQ TXH HO <R WLHQH FRQVLJR PLVPR en dirección al cuerpo, acompañados de la
FRQVXFXHUSR\FRQORVRWURV cualidad placer-displacer. Cuanto mayor y
más profunda sea la elaboración mental que
/RVVXFHVRVGHODYLGDDGTXLHUHQVLJQL- HOVXMHWRKDFHGHVXVH[SHULHQFLDVDIHFWLYDV
¿FDGR SRU VX FXDOLGDG HPRFLRQDO (Q WpU- más capaz será de mentalizarlas, simboli-
minos estrictos, el afecto es lo que afecta zarlas y expresarlas en palabras. Cuanto
la vida mental, la resonancia emocional de más sean matizadas y contenidas, menor el
las experiencias, cuánto importan las cosas SRVLEOHHIHFWRSDWyJHQRTXHSXGLHUDQWHQHU
vividas. /DHPRFLyQ es “un estado de ánimo sobre el cuerpo, menor la posibilidad de da-
caracterizado por una conmoción consecu- ñarlo. El efecto de emociones fuertes como
⎛116 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

la ira, el odio, la angustia crónica, la culpa, de procesos defensivos, puede interpre-


LQDGHFXDGDPHQWHSURFHVDGDVSRUHOVXMHWR tarlos adecuada o inadecuadamente. Por
ha sido señalado como partícipe de cierta HMHPSORHVFRQRFLGRFyPRHODIHFWRGH
SDWRORJtDFRUSRUDO la depresión puede estar enmascarado o
Los afectos acompañan las experiencias sólo estar expresado en sus equivalentes
YLWDOHV GHO VXMHWR ([SUHVDQ OD SUHVHQFLD FRUSRUDOHV FRPR IDWLJD DSDWtD LQVRP-
emocional de los vínculos del pasado que se nio. Ciertos ideales culturales valoran la
reactivan en el presente con sus concomi- libre expresión de los afectos, otros su
WDQWHVFRUSRUDOHV(OOHQJXDMHUHFRJHHOVHQ- control.
tido concreto y metafórico de esta relación  3RUGH¿QLFLyQORVDIHFWRV\VHQWLPLHQ-
FRQHOFXHUSR3RUHMHPSORVHQWLPLHQWRVGH tos son sentidosSRUHOVXMHWRDIHFWDQOD
UHPRUGLPLHQWR PRUGHU GHGLVJXVWR JXV- FRQVFLHQFLD3RUHVRQRGHMDGHVHUXQ
WRIHR GHOiVWLPD ODVWLPDGXUD GHSXGRU contrasentido cuando a menudo se habla
SDUWHVJHQLWDOHV HWFpWHUD de sentimientos inconscientes, donde al
Los afectos son experiencias psicoló- sujeto lo afectan los efectos de las emo-
JLFDV FRPSOHMDV GH ORV TXH SDUWLFLSDQ WUHV ciones sin enterarse de ellas consciente-
componentes: mente.3RUHMHPSORHOVXMHWRQRVHSHU-
cata de sus sentimientos de culpa sino
D XQWRQRRPDWL]TXHOHDSRUWDXQDFXDOL- GH VX QHFHVLGDG GH FDVWLJR TXH SXHGH
dad distintiva a la experiencia: traduce manifestarse por una reiterada disposi-
HO DVSHFWR VXEMHWLYR GHO DIHFWR 'HVGH ción a accidentarse.
este punto de vista, Se denomina DOH[LWLPLDDODGL¿FXOWDGR
incapacidad en expresar o darse cuenta
los afectos se han ordenado en una se- de una emoción, un sentimiento o un es-
ULH R VHFXHQFLD TXH YD GHVGH OD H[SH- tado de ánimo determinado. Estos temas
ULHQFLD GH GLVSODFHU H[WUHPR KDVWD OD son relevantes en Medicina porque toda
GHPi[LPRSODFHUFRQYDORUHVLQWHUPH- una corriente de observaciones da cuen-
dios ubicados entre ambos pero no de WD GH HVWD SDWRORJtD GH ODV HPRFLRQHV
PDQHUD¿MD participando en las enfermedades de la
Clínica Médica.1
 3RUHMHPSORHOGRORUFRQXQDFXDOLGDG
de displacer muy especial puede correr- F  ODV PDQLIHVWDFLRQHV FRUSRUDOHV HQ ODV
se hacia el placer si se erotiza. El dolor emociones. Casi todos los estados afecti-
SXHGHLQWHQVL¿FDUVHFRQDQJXVWLD/DDQ- vos de una persona se exteriorizan como
JXVWLD WDPELpQ SXHGH HQ FLHUWRV FDVRV WHQVLyQRUHODMDPLHQWRGHVXPXVFXODWXUD
OOHJDUDerotizarse. SRUODRULHQWDFLyQGHVXVRMRVODLQJXUJL-
tación de su piel, la actividad de su apa-
E XQDLGHDRVHULHGHLGHDVDVRFLDGDVTXH rato vocal, de sus miembros, ante todo de
dan cuenta a la conciencia del tipo o ca- sus manos... “En ciertos estados anímicos
lidad del afecto sentido. Implica la lec- denominados afectos, la coparticipación
tura y reconocimiento que el Yo hace de GHO FXHUSR HV WDQ OODPDWLYD \ WDQ JUDQ-
sus sentimientos y emociones. El senti- GH TXH PXFKRV LQYHVWLJDGRUHV GHO DOPD
GRTXHHOVXMHWROHGDDVXVDIHFWRVGH- dieron en pensar que la naturaleza de los
SHQGHGHFyPRIXHURQFRGL¿FDGRVHQVX afectos consistiría sólo en estas exteriori-
historia personal y familiar. Por el efecto zaciones corporales suyas. Es cosa sabida
1
6LYDN5\$:LDWHU$OH[LWLPLDODGL¿FXOWDGSDUDYHUEDOL]DUDIHFWRV. Paidós, Buenos Aires, 1997.
⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , 117⎞

cuan extraordinarias alteraciones se pro- FR(OGLFFLRQDULRUHFRJHHVWDVGRVDFHSFLR-


ducen en la circulación, en las secrecio- nes, entre otras: el dolor es una “sensación
nes, en los estados de excitación de los PROHVWD\DÀLFWLYDGHXQDSDUWHGHOFXHUSR
P~VFXORVYROXQWDULRVEDMRODLQÀXHQFLD por causa interior o exterior… es un senti-
SRUHMHPSORGHOPLHGRGHODLUDGHODV PLHQWRSHQD\FRQJRMDTXHVHSDGHFHHQHO
cuitas del alma, del arrobamiento sexual ánimo...”. Nótese que para el dolor corporal
y de otras emociones”.2 se habla de sensación y para el otro de esta-
Estas manifestaciones corporales del dos afectivos.
afecto lo hacen evidente a los demás, a Si bien la Medicina necesita a menudo
YHFHVPX\DSHVDUGHOVXMHWR/DVHPLR- GLVWLQJXLU DPERV HVWDGRV FRPR SDUWH GH
ORJtDPpGLFDVHGHWLHQHHQHVWRVVLJQRV ORV SURFHGLPLHQWRV GLDJQyVWLFRV WUDWDQGR
FRUSRUDOHV WUDQVSLUDFLyQ FRORU GH OD GH YHUL¿FDU HO RULJHQ R OD IXHQWH GH GRORU
SLHO HUHFFLyQ SLORVD HWFpWHUD  SDUD FR- FRPR mental o corporal  SRU DKRUD FRQ-
QRFHUORVDIHFWRV6LQHPEDUJRHOSULQ- YHQGUtD PDQWHQHU DPERV VHQWLGRV GHMiQ-
cipal mecanismo de acceso a las emo- dolos abiertos, sin discriminarlos. El dolor
ciones del otro es la empatía. HVWiPXFKRPHMRULQWHUSUHWDGRHQHVWDFRQ-
cepción abarcativa, aunque sea de límites
/D HPSDWtD R LGHQWL¿FDFLyQ HPSiWLFD imprecisos.
permite resonar emocionalmente en
simpatía FRQ HO RWUR 6LJQL¿FD XELFDU (OGRORUHVH[SHULPHQWDGR\UHJLVWUDGR
psicológicamente al otro en uno, vincu- FRPRXQIHQyPHQRHPRFLRQDO\SVLFR-
OiQGRVHFRQORTXHVLHQWH\ODPDQHUD lógico de sufrimiento donde casi siem-
cómo lo siente. pre lo corporal está representado, pero
no siempre involucrado.

La experiencia de dolor El dolor tiene “una cualidad muy parti-


FXODUTXHVHKDFHUHFRQRFHUMXQWRDOGLVSOD-
Dolor es un término que remite a una ex- cer... es el más imperioso de todos los pro-
periencia humana universalmente recono- cesos...”.3 Es decir, reclama medidas inme-
cida y compartida. En efecto, cuando una diatas, hay que ocuparse de él sin dilaciones,
SHUVRQD VH TXHMD GH GRORU WRGR HO PXQGR tanto el que lo padece como el que lo asiste,
sabe de qué se trata, reconoce en él una de lo que introduce una tensión muy especial
ODVFDXVDVGHVXIULPLHQWRPiVJHQHUDOL]DGD entre médico y paciente. En atención al prin-
6LQ HPEDUJR VH SODQWHDQ QXPHURVDV SUH- cipio de placer-displacer hay una decidida
JXQWDVDFHUFDGHOGRORUGHVXQDWXUDOH]DGH tendencia mental a huir del dolor. Pero si se
VXVPHFDQLVPRVGHVXHQLJPiWLFDDUWLFXOD- erotiza se lo puede buscar y disfrutar.
ción entre la mente y el cuerpo, etcétera. A 'HVGH HO SXQWR GH YLVWD ELROyJLFR HO
ODKRUDGHH[SUHVDUORVHUHFXUUHDLPiJHQHV GRORU IRUPD SDUWH GH PRQWDMHV SURWHFWRUHV
RUHFXHUGRVGHDOJ~QGDxRFRUSRUDOSDVDGR GHORUJDQLVPRTXHDGYLHUWHQVREUHODSRVL-
duele como XQDTXHPDGXUDHVDJXGRFRPR bilidad de daños o pérdidas de la estructura
XQDSXxDODGD, se siente como una presión, corporal, en especial en lo que hace a sus lí-
como una brasa caliente, etcétera. mites. El dolor es una señal de que han sido
(O OHQJXDMH FRP~Q XVD LQGLVWLQWDPHQWH sobrepasados, y en ese sentido tiene valor
el término dolor para lo corporal o lo aními- para la sobrevida.

2
)UHXG6³7UDWDPLHQWRSVtTXLFR´  (Q2EUD&RPSOHWD7RPR,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
3
)UHXG6³3UR\HFWRGH3VLFRORJtD´  (Q2EUD&RPSOHWD Tomo I. Amorrortu, Buenos Aires, 1992;351 y 365.
⎛118 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Para el médico, el dolor es una experien- (V XQ LQVWUXPHQWR SDUD LQÀXLU PDQLSXODU
cia de encuentro cotidiano con el sufrimien- H[LJLUHQORVYtQFXORV(OGRORUSXHGHWHQHU
to, pero que también tiene un enorme valor XQDVLJQL¿FDFLyQJUXSDO
SDUD VX WUDEDMR 'LFH &KDUOHV 0D\R GH OD
Clínica Mayo “De todos los síntomas por &XDQGRHQXQDFRQJUHJDFLyQUHOLJLRVD
los que el médico es consultado, el dolor, de XQDGHVXVPLHPEURVFD\yHQIHUPDGH
una forma u otra, es el más común y el más cáncer, la comunidad trató de alentaría
XUJHQWH $SURSLDGDPHQWH YDORUDGR VREUH- FRQHODUJXPHQWRGHTXH³LEDDWDUGDU
sale entre los fenómenos sensoriales como HQPRULU\VXIULUtDPXFKRGRORU´£$Vt
JXtDGLDJQyVWLFDGHODHQIHUPHGDG´4 VHLEDDJDQDUHO&LHOR
3HURVLHVLQWHQVRSURORQJDGR\QRVH
SXHGHFDOPDUSXHGHDFHOHUDUHO¿QGHXQD 3RUORGHPiVHOVXMHWRVHTXHMDGHGRORU
HQIHUPHGDG WHUPLQDO +D\ LQYHVWLJDFLRQHV OD TXHMD H[SUHVD HO PDOHVWDU FRUSRUDO SHUR
FOtQLFDV \ GH ODERUDWRULR TXH VXJLHUHQ TXH WDPELpQ HO UHFODPR R DFXVDFLyQ GLULJLGR D
FXDQGR HV PX\ IXHUWH \ SURORQJDGR SXHGH DOJXLHQ (Q FDVR H[WUHPR HVWH ~OWLPR DV-
acelerar el crecimiento tumoral o la apari- pecto suele transformarse en TXHUHOOD. Así,
ción de metástasis.5 el dolor expresa siempre los dos sentidos en
Las experiencias de dolor están presen- TXHHVXVDGRHQODGH¿QLFLyQSRSXODU
tes desde el comienzo de la vida. Para el Yo Tempranamente, el dolor se acompaña de
LPSOLFDQDPHQD]DDODLQWHJULGDGFRUSRUDO IDQWDVtDV GH DJUHVLyQ \ GDxR (Q RFDVLRQHV
OD JHQHUDFLyQ GH XQ HVWDGR DIHFWLYR PX\ se presta a ser erotizado, todo esto por su-
HVSHFLDOFDUDFWHUL]DGRSRUODXUJHQFLDXQD SXHVWRHQUHODFLyQFRQORVREMHWRVSULPLWLYRV
tendencia a huir de la fuente de dolor y la de amor y odio. El dolor está tan relacionado
imperativa presencia y participación de ob- con los vínculos tempranos que inevitable-
MHWRVTXHFDOPHQRDOLYLHQ$VXYH]HOGR- mente está fuertemente expuesto a los efec-
lor parece desempeñar un importante papel WRVGHODVXJHVWLyQFRPRVHFRPSUXHEDFRQ
HQ OD JpQHVLV FRUSRUDO GHO<R ³\ HO PRGR el resultado terapéutico de la utilización de
en que a raíz de enfermedades dolorosas placebos y de la hipnosis. El dolor es tam-
XQRDGTXLHUHQXHYDQRWLFLDGHVXVyUJDQRV bién asociado a experiencias de pérdida, rea-
es quizá arquetípico del modo en que uno OHVRIDQWDVHDGDVGHHVRVREMHWRV
OOHJD HQ JHQHUDO D OD UHSUHVHQWDFLyQ GH VX
propio cuerpo”.6 El dolor del duelo es el prototipo del
El dolor va a formar parte de un sistema GRORUPHQWDO\DYHFHVHOGXHORSXHGH
de comunicaciones que reclama asistencia pasar a estar representado por algún
para el sufrimiento, tanto aquél provocado dolor corporal.
GHVGHIXHQWHVFRUSRUDOHVFRPRHOTXHVHJH-
nera en las relaciones humanas. Dolor y ali- 8QPpGLFRJLQHFyORJRUH¿HUHHVWDH[SH-
vio entran en la formación de experiencias ULHQFLD HQWUD XQD MRYHQ PXMHU GRFHQWH D
interpersonales tempranas, sentimientos a la que él conocía por haberla atendido pre-
los que se van a asociar conceptos de bue- viamente. Camina torcida y con muestras
QRPDORSUHPLRFDVWLJRH[SLDFLyQp[LWR GHJUDQVXIULPLHQWRFXHQWDTXH³GHVGHKDFH
fracaso(OGRORUVHPDQL¿HVWDFRPRXQPH- varios días está contracturada y que tiene un
GLR H[FHOHQWH SDUD DOLYLDU R JHQHUDU FXOSD JUDQGRORUTXHOHFRUUHSRUODHVSDOGDKDVWD

4
0D\R&K³3URF,QWHUVWDWH3RVWJUDGXDWH´0HG$VVRF1RUWK$P
5
“Can pain kill?” Editorial revista Pain
6
)UHXG6³(O<R\HO(OOR´  (Q2EUD&RPSOHWD7RPR;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , 119⎞

los ovarios que le impide deambular”. No   SXHGH GHMDU DO SDFLHQWH indiferente,
pudo dar más detalles de las condiciones en FRPRHQODKLVWHULDRH[DJHUDQGRHOVXIUL-
que apareció el dolor. Había sido medicada miento hasta la tortura, como en ciertos de-
GtDV DQWHV SRU VX FOtQLFR VLQ VHQWLU QLQJ~Q lirios somáticos;
DOLYLR (O JLQHFyORJR VH VLQWLy LQFOLQDGR   VH OR SXHGH desconocer al punto de
a ocuparse del malestar, pese a que no lo SDVDU GHVDSHUFLELGR FRPR HQ DOJXQRV LQ-
sentía de su incumbencia. Decidió exami- fartos de miocardio;
narla y al presionar ambas manos sobre la  HVreferido a otras zonas que aparen-
espalda, la paciente se sacudió como en una temente no le corresponden sin que se com-
convulsión mientras exclamaba: “¡Se me SUHQGDGHOWRGRVXUHFRUULGRRVHPDQL¿HVWD
murió un alumno, se me murió un alum- diferido en el tiempo, a veces mucho des-
no...!” Llorando desconsoladamente contó pués del suceso al que se lo atribuye;
la muerte accidental de un adolescente ha-  VHORsufre o se lo gozaVHJ~QLQWHU-
cía una semana. El dolor le había empezado YHQJDODVH[XDOLGDGVHtransforma en otros
cuando abandonó el velatorio del chico. El DIHFWRVFRPRDQJXVWLDGHSUHVLyQRDOUHYpV
médico pudo recordar con ella pérdidas pa- Puede el dolor ser provocado o H[DFHUEDGR
sadas. La había empezado a atender por dos GLULJLHQGRODDWHQFLyQVREUHpOSHURWDPELpQ
abortos espontáneos porque no podía rete- desaparecer al apartarse ésta: el soldado no
ner el feto, de los que sufrió mucho y que la siente el dolor de sus heridas en el ardor del
OOHYDURQDDGRSWDUXQQLxR/XHJRHOODWXYR FRPEDWHVLQRFXDQGRpVWH¿QDOL]D
otro niño sano. Dos años atrás había sufrido   ORV SURFHGLPLHQWRV TXLU~UJLFRV QR
la pérdida de un bebé a término por estran- VLHPSUHORJUDQVHUHIHFWLYRVHQsuprimirlo a
JXODPLHQWRGHOFRUGyQ'XUDQWHODHQWUHYLV- pesar de haberse seccionado las vías anató-
ta lloró mucho, se alivió un tanto y el dolor micas del dolor en distintos puntos de toda
comenzó a desaparecer. ¡El médico tenía la su trayectoria.
impresión de haber participado involunta-
riamente de un exorcismo! (O GRORU HV XQ VHQWLPLHQWR TXH D PH-
QXGR GHMD SHUSOHMR DO SDFLHQWH TXH OR
VXIUH\DOPpGLFRTXHORDWLHQGH
El problema teórico

Los hechos de la clínica son tan variados, El dolor en la práctica


polimorfos y desconcertantes que es difícil psicoterapéutica
SRVWXODU XQD WHRUtD JHQHUDO GHO GRORU (Q
efecto, La práctica psicoanalítica permite la
 DOJXQDVYHFHVDSDUHFHdesproporcio- REVHUYDFLyQ \ HO VHJXLPLHQWR GH H[SH-
nadoDOHVWtPXORPDQL¿HVWRFRPRHQODFDX- ULHQFLDV GH GRORU FRQ JUDQ SUHFLVLyQ (O
VDOJLDXQVtQGURPHGHGRORUSRVWUDXPiWLFR cuerpo se mete HQ HO GLiORJR FRQ FLHUWD
que se presenta después de una lesión ner- UHJXODULGDG\FRQpOODH[SHULHQFLDGHGR-
viosa. Se lo siente más intenso e insoporta- lor. No hay semana en la que no aparezca
ble cuando va asociado a una enfermedad DOJ~Q GRORU VHYHUR R WULYLDO 1R KD\ SD-
terminal como el cáncer; FLHQWH TXH QR WUDQVLWH SRU DOJ~Q WLSR GH
 no se registra cuando debería, como H[SHULHQFLDGHGRORUIXJD]RSHUVLVWHQWH
en ciertas mutilaciones que el psicótico se $PHQXGRHOGRORUSXHGHVHULQWHJUDGRDO
DXWRLQÀLJH resto de las experiencias personales que
  GXUDQWH XQ ODUJR WLHPSR SXHGH VHU el paciente está viviendo, en especial con
fantasma de un miembro amputado; el analista. En este caso,
⎛120 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

HOGRORUHVVLJQL¿FDGR ORTXHQRTXLHUH HVWtPXORVGRORURVRV(OVLVWHPDVHUtDUHJX-


GHFLUFDXVDGR GHVGHODVYLFLVLWXGHVGHOD lado a su vez por un mecanismo de control
relación transferencial con el analista. central, que desde las estructuras neuroló-
JLFDVVXSHULRUHVDFWLYDRGHVDFWLYDODVFRP-
En este contexto psicoterapeútico el do- puertas.
lor siempre es, no se plantea necesariamente Más recientemente se mencionan di-
HOSUREOHPDGHYHUL¿FDUORRQR(VWRPDGR ferentes nociceptores que reacionan a los
por lo que es, un dato privado, personal, in- estímulos y transmiten a la médula espinal
WHJUDGRDODYLGDIDQWDVPiWLFDGHOSDFLHQWH DWUDYpVGHODV¿EUDV& GHVPLHOLQL]DGDV\
La mayor parte de estos dolores desapare- SDUDUHVSXHVWDOHQWD \ODV$G PLHOLQL]DGDV
cen si son elaborados por el proceso dentro \SDUDUHVSXHVWDPiVUiSLGD /XHJRWRPDQ
GHOTXHWLHQHQOXJDU las vías espinotalámica y espinorreticular.
/D SUHJXQWD HVHQFLDO HQ HVWH PDUFR HV Después de ser procesadas las señales en el
TXLpQHVHOVXMHWRGHOGRORUHQUHODFLyQFRQ WiODPR\RWUDViUHDVOOHJDQDOVLVWHPDOtP-
VXVFRQÀLFWRVSHUVRQDOHV\DTXLpQYDGLULJL- bico y la corteza somatosensorial, involu-
GDODTXHMD(VWDSUHRFXSDFLyQQRVHGHVHQ- crados en lo que se supone son los aspectos
WLHQGHGHOSRVLEOHRULJHQFRUSRUDOGHOGRORU cualitativos del dolor. Muchas sustancias
requiere del analista estar atento a esta posi- químicas modulan la experiencia del do-
ELOLGDGSDUDTXHHOSURSLRSDFLHQWHODWHQJD lor a nivel local de los nociceptores: pros-
en cuenta y consulte si es necesario. WDJODQGLQD VHURWRQLQD KLVWDPLQD SRWDVLR
etcétera. Pero todo el sistema funciona en
ambas direcciones y los niveles superiores
Un breve pasaje por SXHGHQ QHXWUDOL]DU GLVPLQXLU R DPSOL¿FDU
la fisiología del dolor el dolor que proviene de la periferia.
La necesidad de esclarecer los mecanis-
/D0HGLFLQD\HQHVSHFLDOOD)LVLRORJtDUHD- mos y las vías de transmisión del dolor en
OL]DQSHUPDQHQWHVLQYHVWLJDFLRQHVVREUHORV Medicina es importante por cuanto en Clí-
mecanismos del dolor, su percepción peri- nica Médica se observa que cada proceso
férica, los nociceptores, las vías de conduc- SDWROyJLFR YD DFRPSDxDGR GH FLHUWR WLSR
FLyQ\ORVFHQWURVHQFDUJDGRVGHVXUHFHS- UHODWLYDPHQWH HVSHFt¿FR GH GRORU $Vt HO
ción, el dolor lento y el rápido, el tema del dolor del infarto de miocardio es diferente
dolor referido, etcétera. Quizá uno de los al del cólico renal o al de una úlcera per-
descubrimientos recientes más fascinantes forada. La descripción del dolor por el pa-
VHD HO GH ORV RSLiFHRV HQGyJHQRV 3HUR HO ciente contiene estos elementos que le dan
conocimiento de la conducción del dolor es su marca periférica, le aportan característi-
todavía en parte especulativo. cas de intensidad, frecuencia, modalidad y
(OWHPDGHOD¿VLRORJtDGHOGRORUQRHVWi localización, lo que los hace relativamente
FHUUDGR (Q  5 0HO]DFN \ 3 :DOO7 LGHQWL¿FDEOHV SDUD HO GLDJQyVWLFR 3DUD OD
propusieron la teoría del control de entra- Medicina, los estímulos serán traducidos o
daFRPRXQLQJHQLRVRGLVSRVLWLYRTXHIXQ- expresados en función de los mecanismos
FLRQDDQLYHOGHODVXVWDQFLDJHODWLQRVDGH de recepción central, para el caso entiénda-
la médula, que modula el input periférico, se el sistema nervioso central. La crítica a
abriendo o cerrando las compuertas a los esta concepción pasa por saber qué es peri-

7
0HO]DFN53:DOO³3DLQPHFKDQLVPVDQHZWKHRU\´Science

%URVH:'6SLHJHO³1HXURSV\FKLDWU\DVSHFWVRISDLQPDQDJHPHQW´(Q+DOHV5 HG 7H[WERRNRI1HXURSV\FKLDWU\. Ameri-
FDQ3V\FKLDWULF3UHVV86$
⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , 121⎞

férico, pero sobre todo qué es central para )UHXG TXH IXH XQ QHXUyORJR EULOODQWH
entender las características y modalidades SURSXVRHQXQPHFDQLVPRGHSURWHF-
del dolor. ción del Yo frente a los estímulos externos,
una especie de pantalla protectora que
/RFHQWUDOVHUH¿HUHDOVLVWHPDQHUYLRVR reduciría drásticamente su intensidad, un
central. Pero central es también lo per- PRGHORWHyULFRTXHDQLYHOSVLFROyJLFRUH-
WLQHQWHDO<RGHODSHUVRQDTXLpQHVHO cuerda al de Melzack. La ruptura puntual o
TXHGLFH³PHGXHOH´HVGHFLUHOTXLpQ limitada de este mecanismo periférico daría
GHOGRORUDTXLpQVHORGLFHTXHHVSHUD OXJDUDOGRORU9
de él. Frente a la experiencia de dolor, el Yo se
GH¿HQGHRFXSiQGRVHWRGRHOWLHPSRGHpO\
absorbiendo todos sus intereses. Dice Freud
Una comprensión más ³OD SHUVRQD DÀLJLGD SRU XQ GRORU RUJiQLFR
abarcativa para el dolor \SRUVHQVDFLRQHVSHQRVDVUHVLJQDVXLQWH-
rés por todas las cosas del mundo exterior
Se hace necesario trascender el esquema que no se relacionen con su sufrimiento...”
PHUDPHQWHQHXUR¿VLROyJLFRSDUDFRPSUHQ- lo que empobrece el resto de sus intereses
der el dolor. Para ello se requiere entender vitales y no se ocupa sino del dolor y de
que el dolor no es una sensación que pro- DTXHOORVREMHWRVTXHSXHGHQDOLYLDUOR(O<R
YLHQH VLPSOHPHQWH GHO FXHUSR ELROyJLFR establece una especie de nuevo límite inter-
VLQRTXHVHWUDWDGHXQDIHFWRFRPSOHMRTXH no y se ocupa de sostenerlo a expensas del
remite a un Yo corporal. El Yo percibe, in- empobrecimiento del resto de sus funciona-
terpreta y localiza un estímulo displaciente mientos. Esta acción central del Yo frente
que denomina dolor, en función de su histo- al dolor también recuerda las propuestas de
ria y experiencias previas. Para eso lo com- ORVPRGHORV¿VLROyJLFRV
para con sus vivencias pasadas de dolor y Considerar ODH[SHULHQFLDGHGRORU como
reclama el alivio que otrora provino de sus XQDIHFWRVXSRQHSHQVDUODFRPRD XQHVWD-
REMHWRVGHDPRU7DPELpQGLVSRQHGHPHFD- GR HPRFLRQDO FRQ XQD FXDOLGDG HVSHFt¿FD
QLVPRV SVLFROyJLFRV GHULYDGRV GH DTXHOOD de sufrimiento, a menudo intolerable pero
UHJXODUH[FOXVLyQGHORSHQRVR TXHORSXH- TXH SDUDGyMLFDPHQWH SXHGH OOHJDU KDVWD HO
GHQOOHYDUDSHUFLELUORLQWHUSUHWDUORH[DJH- JRFHE ODUHSUHVHQWDFLyQVLPXOWiQHDGHXQ
rarlo, anularlo y localizarlo bien o mal. Por área corporal DIHFWDGD F  MXQWR FRQ HO UH-
la misma razón las personas varían en su JLVWURGHVXVLJQL¿FDGRHQXQDH[SHULHQFLD
capacidad de tolerarlo y sobrellevarlo. vincular.
(O<RHPHUJHGHVGHODVH[SHULHQFLDVGHO ¢4Xp WLHQHQ HQ FRP~Q HO GRORU DJXGR
FXHUSRFRQORVREMHWRV\DODYH]VLJQL¿FD consecutivo a la pérdida de una persona
los estímulos provenientes del cuerpo, en amada con el dolor lacerante de una perfo-
un proceso simultáneo y recíproco. Este UDFLyQ GH HVWyPDJR" $SDUHQWHPHQWH SRFR
Yo se percibe a sí mismo como una unidad, TXHYHU6LQHPEDUJR)UHXGVHSODQWHDHOLQ-
SURWHJLGRSRUHQYROWRULRVRWHJXPHQWRVTXH WHUURJDQWHGHSRUTXpHOOHQJXDMHKDFUHDGR
IRUPDQSDUWHGHVXVXSHU¿FLHFRUSRUDO el concepto de dolor interior o anímico que
tiene que ver con experiencias de pérdida
(O GRORU HV XQD DODUPD TXH FXHVWLRQD R GHOREMHWRHTXLSDUiQGRORDOGHGRORUItVLFR
DPHQD]DODLQWHJULGDG\ODXQLGDGGHO<R UHODFLRQDGR FRQ DPHQD]DV D OD LQWHJULGDG

9
)UHXG6³3UR\HFWRGH3VLFRORJtD´  (Q2EUD&RPSOHWD Tomo I. Amorrortu, Buenos Aires, 1992.

)UHXG6³,QWURGXFFLyQGHO1DUFLVLVPR´  (Q2EUD&RPSOHWD7RPR;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛122 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

FRUSRUDO 6XJLHUH DO UHVSHFWR TXH HO GRORU importante en estos casos y su resultante, el
físico nace de una elevada investidura del GRORU FRPR FDVWLJR 1R HV UDUR HQFRQWUDU
OXJDUGRORURVRTXHDXPHQWDFDGDYH]PiV\ historias de maltrato, o padres que también
vacía por así decirlo al resto del Yo. Sabido sufren de dolor. El dolor tiende a aparecer
es que cuando se padecen intensos dolores cuando las circunstancias vitales comien-
HQ ORV yUJDQRV LQWHUQRV VXUJHQ UHSUHVHQWD- ]DQDPHMRUDU\QRVDWLVIDFHQODVQHFHVLGD-
ciones de tales partes en el Yo, inexistentes des inconscientes de sufrimiento. También
en el representar consciente. frente a pérdidas, reales o fantaseadas, en el
7DPELpQ HO KHFKR VLQJXODU GH TXH ORV duelo o en los aniversarios. La localización
GRORUHVItVLFRVQRDOFDQFHQMDPiVVXPi[L- GHOGRORUSXHGHWHQHUTXHYHUFRQDOJXQDGH
ma intensidad cuando la atención se halla estas circunstancias: haber sido experimen-
acaparada con otros intereses se explica por WDGRSRUDOJXLHQVLJQL¿FDWLYRRHOSDFLHQWH
la elevada concentración de la investidura KDEHUGHVHDGRTXHORVXIULHUDHQLGHQWL¿FD-
HQODUHSUHVHQWDFLyQSVtTXLFDGHOOXJDUGR- ción con él.
loroso. En este punto parece insertarse la (VWDFRQFHSFLyQKDVLGRFRQ¿UPDGDSRU
DQDORJtD TXH KD SHUPLWLGR OD WUDQVIHUHQFLD DOJXQRV\FULWLFDGDSRURWURV(VGLItFLOLPD-
GH VLJQL¿FDGR GH OD VHQVDFLyQ GRORURVD DO JLQDUXQSHU¿OHVSHFt¿FRGHXQSDFLHQWHGH
terreno anímico. La representación de un dolor tipo. En todo caso, cualquier persona
REMHWRLQWHQVDPHQWHQHFHVLWDGR \DXVHQWH  comparte mecanismos que la hacen propen-
que crece de continuo, crea las mismas con- sa al dolor y al sufrimiento. Con frecuencia
GLFLRQHVSVLFROyJLFDVTXHODLQYHVWLGXUDGHO las cosas ocurren así: una persona con una
OXJDUGHOFXHUSRKHULGR11 vida poco exitosa sufre un daño corporal, a
YHFHVLPSRUWDQWHDYHFHVLQVLJQL¿FDQWH$O
(QRWUDVSDODEUDVHO<RHVWiWDQGRORUR- tiempo aparecen dolores relacionados o no
samente ocupado en el duelo con el ob- FRQHVHDQWHFHGHQWH<FRQHOGRORUOOHJDDO
jeto perdido como cuando se ocupa tan médico.
SULRULWDULDPHQWHGHOFXHUSRGDxDGR

El médico frente
El paciente al dolor crónico
propenso al dolor
El dolor considerado como un afecto es un
*(QJHOVGHVFULELyHQXQJUXSRGHSDFLHQ- dato privado. El médico frente al dolor cró-
WHV FLHUWDV FDUDFWHUtVWLFDV TXH ORV GH¿QtDQ QLFRVHSURSRQHUHFRQRFHUORLGHQWL¿FDUOR\
como de dolor propenso pain prone 12 En YHUL¿FDUOR/RUHPLWHDXQFXHUSRELROyJLFR
su mayoría, estos pacientes sufren repe- para pesquisar alteraciones somáticas que
tidamente de uno u otro trastorno doloro- GHQFXHQWDGHpO([SORUDLQYHVWLJDXVDSUR-
VRDOJXQDVYHFHVFRQ\DYHFHVVLQQLQJ~Q FHGLPLHQWRVDX[LOLDUHVGLDJQyVWLFRVFDGDYH]
FDPELRSDWROyJLFRUHFRQRFLEOH$HVWRV~O- PiVVR¿VWLFDGRV/RVUHVXOWDGRVSXHGHQVHU
WLPRVVHORVFODVL¿FDFRPRVXIULHQGRGHdo- QHJDWLYRVRGHVFRQFHUWDQWHV/DUHVSXHVWDD
lor psicógeno.13 Los sentimientos de culpa ODWHUDSpXWLFDHVHUUiWLFD(ODOLYLRQROOHJD
FRQVFLHQWHVRLQFRQVFLHQWHVMXHJDQXQSDSHO HOSDFLHQWHVHTXHMD$OJXQDVYHFHV

)UHXG6³,QKLELFLyQVtQWRPD\DQJXVWLD´  (Q2EUD&RPSOHWD7RPR;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV


11

12
(QJHO*/³3V\FKRJHQLF´SDLQDQGWKHSDLQSURQHSDWLHQW$P-0HG
13
  (O'60,9KDEODGH7UDVWRUQRSRU'RORUVLHOGRORUHVFOtQLFDPHQWHSUHGRPLQDQWHVLFDXVDDQJXVWLDGHPDQHUDVXV-
WDQFLDO\VLORVIDFWRUHVSVLFROyJLFRVWLHQHXQUROHQHOFRPLHQ]RRHQODPDQLIHVWDFLyQGHOGRORU
⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , 123⎞

el médico termina sintiéndose frustrado En general, el asco o la repugnancia


HLPSRWHQWHLQFDSD]\SRFRH[LWRVR(O aparecen como reacción ante situacio-
dolor, desvinculado o no de sus fuen- QHV HQTXHHVWiLPSOLFDGDODVXFLHGDG
tes corporales, pasa a tramitarse en la como fantasía.
relación. El alivio solicitado puede ser
SHUPDQHQWHPHQWH VDERWHDGR SRUTXH La saliva limpia de una persona, que
PiVLPSRUWDQWHHVTXHMDUVH\FXOSDUD VyOR FRQWLHQH DJXD VDOHV HQ]LPDV \ FpOX-
TXLHQ³ORGHMDVXIULU´ las, es sucia para otra. El moco es sólo un
montón de células descamadas de la nariz
Ahora, el dolor se incrementa o se alivia TXHORVGHGRVQRGHEHQKXUJDU/DFRPLGD
al compás que le marca la relación. En su SXHGHHVWDUSUHSDUDGDGHORPHMRUSHURORV
desconcierto, el médico puede reiterar con- restos en el plato no se toleran y hay que
VXOWDV \ RWURV SURFHGLPLHQWRV GLDJQyVWLFRV cambiarlo si se sirve otra comida. Hay par-
RTXLU~UJLFRVDPHQXGRFUXHQWRVTXHSXH- tes de los animales que no se utilizan para la
GHQVHUELHQYHQLGRVHQDOJXLHQTXHHVSHUDHO comida: la cabeza, los testículos, el trasero,
DOLYLRDOGRORUSRUHOVXIULPLHQWR/DVTXHMDV etcétera.
por el dolor se han transformado en TXHUHOODV Hay rituales religiosos que llevan al ex-
DYHFHVSDVDQDOWHUUHQROHJDO ODUHODFLyQ tremo la separación entre lo que está per-
FRQHOPpGLFRHQXQDSHOHDHQODTXHDOJXQR mitido comer y lo que está prohibido y las
de los dos puede resultar derrotado. condiciones a las que debe someterse su
Esta situación se puede FURQL¿FDU o una preparación. Separan así lo que está sucio o
derivación posibilita que se reitere en otro contaminado de lo que no lo está. Cuando
YtQFXOR/DQHFHVLGDGGHOPpGLFRGHYHUL¿- un estudiante se descuida y absorbe en una
FDUHWLROyJLFDPHQWHHOGRORUVHKDWUDQVIRU- pipeta orina para un examen, el asco que le
mado en una trampa. El tan frecuente dolor provoca puede durar semanas. Pero la orina
GH HVSDOGD ORZ EDFN SDLQ  HV XQ HMHPSOR HV VyOR DJXD VDOHV \ DOJXQDV FpOXODV 8QD
entre muchos de este desarrollo. persona dudaría en usar el mismo cepillo de
dientes de la persona amada. Cabellos en la
bañera la ensucian.
Asco y repugnancia: Todo lo que entra en el cuerpo sale sucio
la fantasía de suciedad \ FRQWDPLQDGR /RV DJXMHURV \ DEHUWXUDV
corporales son sucios, ensucian y condu-
El asco es una sensación displacentera de cen a un interior sucio como los productos
UHFKD]RGHGLVJXVWR gusto feoHQODERFD  corporales, el sudor, la transpiración, la piel
acompañada de una tendencia a sentir náu- descamada, la cera del oído, la orina, las
seas o vomitar como reacción corporal, heces, el semen. Hay toallas para la cara y
DQWHFRVDVXREMHWRV/DUHSXJQDQFLD es una otras para el resto del cuerpo. En las fan-
aversión que se siente ante situaciones o tasías infantiles, los contenidos corporales
personas. se trasforman en instrumentos malévolos
En ambos casos, la tendencia del Yo de destrucción, quemando, corroyendo, es-
es a expulsar o poner distancia. Como en tallando.
otros afectos, una fantasía inconsciente Es como si el cuerpo todo funcionara
anuda experiencias corporales y vincula- como una fábrica de suciedad14, además,
UHV ³HVWHWLSRPHGDDVFR´³HVWRPHUH- FRQ FRQWHQLGRV SHOLJURVRV FDSDFHV GH VHU
SXJQD´  XWLOL]DGRV HQ ORV YtQFXORV FRQ ORV REMHWRV
14
.XELH/³/DIDQWDVtDGHVXFLHGDG´Rev. de Psicoanálisis7RPR91ž  
⎛124 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

de dañarlos o dañar al Yo. En estas fanta- SXUL¿FDFLyQ. Por el contrario, a veces los
sías basan las madres que tienen un control excrementos y líquidos corporales pueden
WLUiQLFRVREUHVXVKLMRVFLHUWDVSUiFWLFDVRE- ser idealizados y valorados. Osler, un clí-
VHVLYDVHQUHODFLyQFRQODUHJXODULGDGGHOD nico famoso, encontró en documentos anti-
HYDFXDFLyQ SDUD TXH PDQWHQJDQ limpio el JXRVTXHVHDFRQVHMDEDHOXVRGHH[FUHFHQ-
intestino y de paso, limpia la mente y que cias corporales como recursos terapéuticos
FRQGXFHDORVULWXDOHVHVFDWROyJLFRVXQLYHU- para todo tipo de males: la saliva, la orina,
VDOHVTXHWLHQHQOXJDUHQHOEDxR/DVSDUWHV la bilis, las heces, etcétera.
descubiertas del cuerpo son más limpias que No se reconocen situaciones innatas en-
las que se cubren para ocultar la sexualidad tre lo sucio y lo limpio sino que es el Yo
\ORVRUL¿FLRV3HURDTXHOODVHVWiQH[SXHV- quien inviste de esas cualidades a su cuerpo,
WDVDUHSUHVHQWDUDODVRFXOWDV SRUHMHPSOR DVXVFRQWHQLGRV\DORVREMHWRVGHOPXQGR
ODQDUL]DOSHQH  Inicialmente la madre tiene un contacto des-
1RHVDMHQDDWRGDHVWDWHPiWLFDODQH- provisto de asco con las secreciones de su
FHVLGDGHQHVSHFLDOHQODPXMHUGHOXVRGH bebé, las heces, la orina, los vómitos. Pero
cosméticos y perfumes. La menstruación no ocurre siempre con todas las madres.
ensuciaDODPXMHUSRUORTXHHQRWUDVFXO- Las experiencias infantiles tienen mucho
turas se la aislaba durante el periodo. Pero, que ver en este desarrollo entre suciedad y
D~Q KR\ PXFKDV SDUHMDV HYLWDQ OD VH[XDOL- limpieza: la educación de los esfínteres, la
dad esos días con los supuestos más extra- prohibición de observar las funciones ex-
YDJDQWHV/DFLUFXQFLVLyQVHUDFLRQDOL]DFRQ cretoras, el curiosear todo menos el cuerpo,
ODWHRUtDGHTXHHOSUHSXFLRMXQWDVXFLHGDG mirar o fantasear la salida de los líquidos
+D\FLUXMDQRVTXHODSUDFWLFDQSDUDSUHYH- misteriosos, la secreta curiosidad por los
QLUFiQFHU £ $PHQXGRVHLGHDOL]DHOFXHU- RUL¿FLRV\SRUORTXHVDOHGHHOORVORVROR-
po como lindo SHUR ORV JHQLWDOHV VRQ IHRV res frente a la ropa interior de los padres,
y sucios. ODVHQVDFLyQGHSHOLJURTXHDFRPSDxDIDQ-
/D 0HGLFLQD GHQRPLQD D ORV yUJDQRV WDVtDVFRSURIiJLFDVFDQLEDOtVWLFDV\ODYHU-
JHQLWDOHV H[WHUQRV FRPR ODV SDUWHV SXGHQ- JHQ]DHODVFR\ODDPHQD]DTXHVLJQL¿FDQ
das, y lo pudendo son las “partes secretas, En relación con los impulsos canibalísticos
siniestras del ser humano… torpe, feo, que y el asco, véanse estos dos casos.
FDXVDYHUJHQ]DSXGRU´/DVDOXGKDVLGR Una nena de 12 años, a quien le habían
GH¿QLGD GHVGH OR OLPSLR SRUTXH OR VXFLR H[WLUSDGR HO KtJDGR HQIHUPR SUHJXQWDED
la sexualidad, la masturbación enferman. qué harían con él. ¿Se lo comerían? ¿Lo
Es por lo menos curioso que en este último tirarían a la basura? ¿Lo conservarían en
sentido, el movimiento precursor de la Sa- formol? ¿Lo incinerarían? Sentía que era un
lud Mental se llamara Higiene Mental. pedazo de ella.15
Pero también se pueden recordar cier- En un conocido hospital pediátrico de
tas teorías médicas que preconizan una Buenos Aires, para entrenarse en la ciru-
supuesta DXWRLQWR[LFDFLyQ intestinal como JtDGHWUDQVSODQWHVGHKtJDGRORVPpGLFRV
explicación de innumerables males y los re- practican previamente con cerdos de veinte
PHGLRVFRQVLJXLHQWHV XVRULWXDOGHHQHPDV a veinticinco kilos: la anatomía de la cavi-
LUULJDFLRQHV\SXUJDVHWFpWHUD /D0HGLFL- dad abdominal es parecida a la de los puer-
na hipocrática racionalizó el sentido de la cos. Después de la operación, el personal no
medicación catártica, el remedio catártico come la carne de esos cerdos, aduce moti-
VHFRQYLUWLyHQSXUJDQWH\ODSXUJDFLyQHQ vos tóxicos, el anestésico, los antibióticos...
15
$OJXQRVSDFLHQWHVTXHYDQDVHUDPSXWDGRVIDQWDVHDQFRQDUUHJORVIXQHUDULRVSDUDHOPLHPEURVHFFLRQDGR
⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , 125⎞

como si la carne comprada no contuviera (OJXDUGDSROYREODQFRHVVXHPEOHPD\OD


DGLWLYRVWy[LFRV³3LHQVRTXHODUHSXJQDQ- ULJXURVD DVHSVLD GHO TXLUyIDQR VX Pi[LPD
cia proviene de la ceremonia médica: no se expresión.
puede comer lo que fue puesto sobre una El examen físico pone al médico en
mesa de operaciones, es carne interdicta, un contacto con el cuerpo del paciente y sus
acto de canibalismo”.16 productos. Está expuesto a tocar, oler,
A partir de un severo sistema de adver- SDOSDU VXV VHFUHFLRQHV VDQJXLQROHQWDV
tencias familiares y a favor de una dispo- SXUXOHQWDVPDOROLHQWHVDXUJLUVXVFDYL-
VLFLyQ RUJiQLFD HO QLxR DSUHQGH D KXLU GH GDGHV\ORVRUL¿FLRVDVHUVDOSLFDGRFRQ
DTXHOORTXHVHVLJQL¿FDFRPRsucio y a tra- vómitos incoercibles, secreciones nausea-
tar de cultivar lo limpio, lo que puede tocar, EXQGDVRWHMLGRVSXWUHIDFWRV(OJUDGRGH
oler, llevar a la boca, o sólo mirar. La sen- tolerancia a estas situaciones marcará su
sación de limpieza UHVXOWD GHO SURJUHVLYR desempeño. Es comprensible que haya
DEDQGRQR GH ODV DQWLJXDV ]RQDV HUyJHQDV médicos a quienes les cueste sobrellevar
que han devenido sucias y de todas aquellas esta parte de su tarea. Son parte de las si-
experiencias a las que están asociadas, en tuaciones movilizadas de la relación mé-
especial la masturbación. dico-paciente.

/DOLPSLH]DDSDUHFHFRPRXQDUHDFFLyQ 8QDPpGLFDUHODWDTXHFXDQGRFXUVDED
antagónica frente al interés previo por *LQHFRORJtDQRSRGtDWROHUDUORV³ÀXL-
ODV FRVDV VXFLDV PHFDQLVPR TXH FR- dos densos, las lesiones desagradables
nocemos con el nombre de formación GHO H[DPHQ JLQHFROyJLFR´ 5HFRUGDED
reactiva, tendencia psicológica de sen- HO FDVR GH XQD PXMHU FRQ ³XQ WXPRU
tido opuesto a un deseo, en este caso TXHOHVDOtDGHODYDJLQDWRGRSRGULGR
HO GH HQVXFLDU R HQVXFLDUVH \ TXH VH XQDSRUTXHUtD´FX\RUHFXHUGROHLPSL-
FRQVWLWX\HFRQWUDpVWHSDUDUHIRU]DUVX GLyDOLPHQWDUVHSRUXQWLHPSR³/DYD-
represión. JLQD HV PX\ IHD FXDQGR HVWi DIHFWDGD
SRU DOJR SRU ÀXLGRV PDOROLHQWHV 1R
Lo que una vez fue placentero para el PH H[SOLFR FyPR ORV JLQHFyORJRV SXH-
niño es vivido ahora con repulsión y asco. GHQ WHQHU UHODFLRQHV VH[XDOHV GHVSXpV
La limpieza, como el orden, es una medida GHODVFRVDVTXHYHQ´
de las imposiciones de la cultura y del propio
desarrollo libidinal: “en la naturaleza no hay 3DUD WHUPLQDU FRQ HVWD SDUWH GHVDJUD-
nada que pueda denominarse limpieza”.17 dable de la tarea médica, que suele causar
La necesidad de preservarse limpio y de tanto rechazo, vale la pena recordar las pa-
FXLGDU OD KLJLHQH SHUVRQDO IXH DEULpQGRVH labras de T. Harrison: “El paciente no es
camino en la historia cultural de la huma- XQD PHUD FROHFFLyQ GH VtQWRPDV VLJQRV
nidad y los descubrimientos fundamentales IXQFLRQHVDOWHUDGDVyUJDQRVGDxDGRV\SHU-
GHO VLJOR SDVDGR \ GH pVWH VREUH PLFURRU- turbaciones emocionales. Es un ser humano
JDQLVPRVSDWyJHQRV\VXLPSRUWDQFLDHQOD atemorizado, esperanzado, buscando alivio,
0HGLFLQDOHRWRUJDURQXQDDPSOLD\PHUHFL- D\XGD \ UHDVHJXUR 3DUD HO PpGLFR FRPR
GDFUHGLELOLGDGDODKLJLHQHTXHOD0HGLFL- SDUDHODQWURSyORJRQDGDKXPDQRGHEHVHU
QDHULJLyHQIXQGDPHQWRGHODSUHYHQFLyQ extraño o repulsivo”.

16
Relato del Dr. Carlos Chernov, en &ODUtQVXSOHPHQWROLWHUDULRGHOGHDJRVWRGH
17
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (Q2EUD&RPSOHWD7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV

Harrison, T. Principles of Internal Medicine.%ODNLVWRQ3KLODGHOSKLD
XI
El Yo y el cuerpo
en relación con los afectos (II)

La angustia: Aparece como una desazón, un malestar,


el Yo frente al peligro una incomodidad SURJUHVLYD TXH SHUWXUED
ODYLGDGHUHODFLyQ2WUDVYHFHVODDQJXVWLD
/DSURIHVLyQPpGLFDHVQREOH LQXQGDDOVXMHWREUXVFD\GUDPiWLFDPHQWH\
\SODFHQWHUDSHURWUDEDMRVD no le resulta posible escapar de este senti-
\OOHQDGHDQJXVWLD miento de desgarramiento interior, profun-
GR\SHQHWUDQWH(OVXMHWRQROOHJDDFRP-
A. SYMINTON, prender bien lo que le pasa ni sabe a qué
)DPLOLDU0HGLFDO4XRWDWLRQV atribuirlo. A veces, hasta desconoce que eso
TXHVLHQWHVHOODPDDQJXVWLD(VDOJRSDUHFL-
do al miedo pero a menudo se acompaña de
La angustia GHOODWtQangustiaDQJRV- una cualidad especial que se describe como
WXUDGL¿FXOWDG HVXQDH[SHULHQFLDKXPDQD H[WUDxDWHUURUt¿FDRHVSDQWRVD.
universal. Es uno de los afectos más reco-
nocidos, participa tanto de la salud como
de la enfermedad. De los afectos quizá sea Miedo y angustia
HOPiVLQHVSHFt¿FRPiVUXGLPHQWDULRPiV
RULJLQDOPiVOLJDGRDPDQLIHVWDFLRQHVFRU- (O<RHVVLQGLFDGRQRVyORFRPROXJDUGHOD
SRUDOHV6HFRQRFHTXHODDQJXVWLDVHWUDV- DQJXVWLDVLQRFRPRFDXVDSRVLEOHGHpVWD
forma en otros afectos, pero no que otros en efecto, en el curso de su desarrollo, el
DIHFWRVVHWUDVIRUPHQHQDQJXVWLD Yo estuvo expuesto a sufrir experiencias de
angustia traumática frente a estímulos ex-
/DDQJXVWLDHVXQDVHQVDFLyQGHGLVSOD- ternos pero en especial internos, es decir, de
FHUFRQXQDWRQDOLGDGHVSHFt¿FDFXDQ- sus propias demandas pulsionales. Aprende
do alcanza intensidad es un malestar JUDGXDOPHQWHDXWLOL]DUXQDSHTXHxDPXHV-
LQTXLHWDQWH XQ SHOLJUR DPHQD]DGRU tra de angustia VHxDO para alertarse y activa-
desconocido, el anuncio de una fatali- mente prepararse frente a los distintos peli-
dad inminente. JURVTXHGHEHHQIUHQWDUHQEDVHDmecanis-
⎛128 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

mos de defensa a los que puede recurrir, en FLyQXQGHVJDUURDODLQWHJULGDGFRUSRUDO


especial la represión. XQD SRVLEOH GHVLQWHJUDFLyQ GHO <R HWFp-
/DDQJXVWLDSRGUiVHUXWLOL]DGDHQDGHODQ- WHUD +DVWD HO FLUXMDQR SXHGH VHU HO UH-
te por el Yo como señal anticipada y evitar SUHVHQWDQWH GH XQD ¿JXUD PXWLODGRUD GHO
HVWDUH[SXHVWRDHOODGHPDQHUDFDWDVWUy¿FD pasado. Por eso, cuando el miedo tiene
Si la represión y otros mecanismos son exi- una dimensión inconsciente, el paciente
WRVRVHO<RSXHGHFRQWHQHUORVFRQÀLFWRVTXH no siempre responde a las intervenciones
OHJHQHUDQDQJXVWLD\HYLWDUOD/RKDELWXDOHV UHDVHJXUDGRUDV GHO PpGLFR EDVDGDV HQ
que las demandas pulsionales se renueven y apelaciones a la razón. En ocasiones se
estos mecanismos no alcancen, en cuyo caso observa una transición del miedo a una si-
ODDQJXVWLDSXHGHVHUODSULPHUDPDQLIHVWD- WXDFLyQIyELFDDOJXQRVSDFLHQWHVQRSXH-
ción del fracaso de la lucha del Yo. Es posi- den tolerar la sensación de encierro que
EOHTXHVHPDQL¿HVWHHQXQSULPHUPRPHQWR JHQHUDHOSURFHGLPLHQWRGHODUHVRQDQFLD
como DQJXVWLD OLEUHPHQWH ÀRWDQWH, esto es, PDJQpWLFD
VLQHVWDUOLJDGDDQLQJXQDLGHDRUHSUHVHQWD- &XDQGRHO<RQRSXHGHOOHJDUDFRQWH-
ción en especial. Éste sería el estadio clínico QHUODVLWXDFLyQTXHJHQHUDDQJXVWLDRHO
de la llamada crisis de angustia y puede to- sostén que podría provenir de un vínculo
mar proporciones importantes. PpGLFRRIDPLOLDUQRHVVX¿FLHQWHSXHGH
/DDQJXVWLDHVWiUHODFLRQDGDFRQHOmie- OOHJDU D VHU GHVERUGDGR SRU HO GHVDUUROOR
do, que es un fenómeno corriente y al que GHDQJXVWLDTXHSRUVXPDJQLWXGVHFR-
es útil compararla. noce como pánico o terror (ver más ade-
ODQWH .
El miedo, llamado a veces angustia
ante lo real, es la reacción frente a un 3DUD HO <R HO SiQLFR VLJQL¿FD KDEHU
SHOLJURH[WHUQRUHDODXQGDxRHVSHUD- sido desbordado en sus defensas e in-
GRSUHYLVWRTXHDPHQD]DDOVXMHWR FOX\HHOIDFWRUGHIDOWDGHSUHSDUDFLyQ\
sorpresa: la angustia, devenida en pá-
3RU HMHPSOR FXDQGR XQD SHUVRQD GHEH nico puede llegar a ser desorganizante
DIURQWDU XQD JUDYH RSHUDFLyQ DSDUHFH FRPR para la mente.
DOJR UDFLRQDO \ FRPSUHQVLEOH \ HQ JHQHUDO
KDFLD DKt VH GLULJH OD DFWLYLGDG GHO PpGLFR
A menudo la vivencia de haber pasado
para atenuar el miedo. Pero no es infrecuente
o tener que pasar por un terror sobreco-
QRWDUTXHHOPLHGRGHVHPERFDHQDOJRLQGR- JHGRU QR VH SXHGH LQLFLDOPHQWH H[SUHVDU
HQSDODEUDV(VSDUWHGHHVDGHVRUJDQL]D-
mable, incontrolable, cuya presencia ya exce-
GHODPDJQLWXGHVSHUDEOH\VHxDODODSUHVHQFLD
ción la imposibilidad de pensar. El poder
de componentes fantasmáticos inconscientes SRQHUORJUDGXDOPHQWHen palabras ayuda
TXHWUDQVIRUPDQHOPLHGRHQDQJXVWLD(VLP-a superarlo y a elaborar la experiencia.
portante para el médico recordar: A su vez, con palabras se puede ayudar
a prevenirlo: mientras médico y pacien-
Detrás de cada temor ante lo real se te anticipan un posible suceso penoso,
GLEXMDXQDDQJXVWLDPiVDUFDLFDFX\D FLHUWD VHQVDFLyQ GH DQJXVWLD SURWHJH DO
presencia le pone una nota irracional paciente del pánico en la medida en que
al miedo. ayuda a hablar sobre lo peor. De ahí la
importancia de las preparaciones previas
3RU FDVR XQD RSHUDFLyQ TXLU~UJLFD para todo tipo de procedimiento médico
puede pasar a ser vivida como una pene- R TXLU~UJLFR TXH SRWHQFLDOPHQWH UHVXOWH
tración violenta, una amenaza de castra- traumático.
⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, 129⎞

El ataque de angustia mecimiento y cosquilleo de pies y manos,


con menos frecuencia contracciones muscu-
/DV FULVLV DJXGDV GH DQJXVWLD VRQ GH WDO lares, incluso tetania, mareos. Los síntomas
PDJQLWXG FRPR SDUD TXH DSDUH]FDQ HQ OD JDVWURLQWHVWLQDOHV WDPELpQ HVWiQ SUHVHQWHV
práctica médica de manera relativamente como diarreas, espasmos o dolores cólicos,
frecuente. Sus manifestaciones se hacen etcétera. Todas estas manifestaciones de la
sentir en especial en el cuerpo. A veces de DQJXVWLDTXHUHPLWHQDVtQWRPDVFRUSRUDOHV
XQDPDQHUDV~ELWDVLQOOHJDUDVHUUHFRQRFL- pueden aparecer con relativa frecuencia en
GDFRPRDQJXVWLDHOSDFLHQWHVLHQWHFUHFHU ODFRQVXOWDPpGLFD\KDVWDGL¿FXOWDUOHGLDJ-
un intenso terror asociado a la percepción QyVWLFR3RURWURODGRFRPRVHGHMyGLFKR
GH XQ SHOLJUR LQPLQHQWH DFRPSDxDGR GH
DOJXQRGHORVVLJXLHQWHVVtQWRPDVVXGRUD- inducen en el médico una tendencia im-
FLyQPDUHRVYpUWLJRVRLQHVWDELOLGDGHQOD SHULRVDDUHVROYHUDOJRXQDH[SHFWDWLYD
marcha, dolor precordial, temblor, pareste- DQVLRVDXQDGL¿FXOWDGSDUDSHQVDU\XQD
VLDVSDOSLWDFLRQHVGL¿FXOWDGSDUDUHVSLUDU WHQGHQFLDDDFWXDUHQOXJDUGHUHÀH[LR-
etcétera. El miedo a morir, a enloquecer o a QDUTXHQROHKDFHELHQDODWDUHDPpGLFD
perder el control son situaciones típicas. El Debe ocuparse en modular la ansiedad
SDFLHQWH VH VLHQWH FRPSHOLGR D KDFHU DOJR del paciente, hacerla manejable.
VLQVDEHUTXpWLHQHXQDVHQVDFLyQGHXUJHQ-
FLD\SUHPXUDTXHWLHQGHDFRQWDJLDUDORV (O VLJXLHQWH HV XQ HMHPSOR GH XQD WUD-
demás, incluyendo al médico. \HFWRULD FOtQLFD VLQJXODU FX\D HYROXFLyQ
/RVHSLVRGLRVGHDQJXVWLDVHPDQL¿HVWDQ GLROXJDUDVHQVDFLRQHVGHGHVFRQFLHUWRHQ
FRPRDJXGRVRFUyQLFRVSXHGHQFRPHQ]DU los médicos tratantes. Hace pensar en la
de manera brusca o solapada, típicamente FRPSOHMLGDGGLDJQyVWLFDGHFLHUWDVVLWXDFLR-
HQ DGXOWRV MyYHQHV HQ PXMHUHV HVSHFLDO- nes donde la presencia de la ansiedad o su
PHQWH /D DQJXVWLD HV XQ DIHFWR DO TXH HO ausencia aparente son determinantes:
SDFLHQWH WUDWD GH DVLJQDU VHQWLGR UiSLGD- 8QSDFLHQWHPpGLFRFOtQLFRGHDxRV
mente, en especial en sus manifestaciones de edad, hacía varios años que estaba con-
corporales: le parece estar ante la muerte WURODGR SRU XQ QyGXOR GH WLURLGHV EHQLJQR
inminente, siente que se puede caer pero no y moderado hipertiroidismo. Cuando su
se cae, siente la cabeza vacía, va a tener un FOtQLFR UHJLVWUy XQ VHJXQGR QyGXOR OD LQ-
ataque al corazón. Los síntomas cardiacos GLFDFLyQ TXLU~UJLFD QR VH KL]R HVSHUDU 6H
son la percepción que el paciente tiene de practicó una tiroidectomía parcial, en vista
los cambios que percibe en el funciona- GH TXH HO DQiOLVLV DQDWRPRSDWROyJLFR RSH-
miento cardiaco, a medida que su corazón UDWRULRFRUURERUDEDHOQyGXOREHQLJQR6LQ
late con mayor frecuencia. La sensación HPEDUJRGtDVGHVSXpVHODQiOLVLVSDWROyJL-
puede ser de vacío en el pecho o de opre- co posterior mostró la presencia inesperada
VLyQ/RVGRORUHVSUHFRUGLDOHVVRQDJXGRV\ GHWHMLGRFDQFHURVR(OSDFLHQWHIXHUHDVH-
punzantes, pueden irradiarse al hombro y al JXUDGRSRUVXFOtQLFR\SRUVXHQGRFULQyOR-
brazo izquierdo como si fuera a tener un in- JRSURIHVLRQDOHVDPERVPX\SUHVWLJLRVRV
IDUWR/RVVtQWRPDVUHVSLUDWRULRVVHUH¿HUHQ acerca de que el resultado no alteraba para
D GL¿FXOWDG SDUD UHVSLUDU GLVQHD VXVSLURV nada el pronóstico inicial, dadas las carac-
frecuentes y la sensación de no poder contar WHUtVWLFDVGHHVWHWLSRGHFDUFLQRPDGHEDMD
con plenitud inspiratoria. PDOLJQLGDG\VLQPHWiVWDVLV
Estas condiciones llevan a menudo a un El paciente pareció recibir bien los re-
síndrome de hiperventilación donde la alca- sultados, no dio indicios de estar demasia-
ORVLVDJUHJDVHQVDFLRQHVDGLFLRQDOHVHQWX- do afectado por el impacto emocional de
⎛130 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

la noticia. Respondió razonablemente bien CONSIDERACIONES TEÓRICAS


\VHGLVSXVRDOSDVRVLJXLHQWHTXHFRQVLV- SOBRE LA ANGUSTIA
tía en barrerHOUHVWRGHWHMLGRWLURLGHRFRQ
yodo radioactivo. Unos días después del /DDQJXVWLDHVXQDIHFWRTXHWLHQHXQOXJDU
procedimiento comenzó a tener molestias FHQWUDO HQ OD GLQiPLFD PHQWDO GHO VXMHWR \
precordiales que lo alarmaron creciente- en sus relaciones con los demás. La actual
PHQWH 8Q (&* LQLFLDO UHJLVWUy DOWHUDFLR- WHRUtD GH OD DQJXVWLD HQ 3VLFRDQiOLVLV GDWD
nes de conducción por las que fue medi- de 1924.1 Se plantea en la perspectiva del
cado con vasodilatadores y su actividad <R IUHQWH DO SHOLJUR LQWHUQR R HQ OD SUHSD-
ItVLFD VHYHUDPHQWH UHVWULQJLGD PLHQWUDV ración para enfrentarlo. Freud consideraba
ORVHSLVRGLRVGHDQJRUVHKDFtDQPiV\PiV OD DQJXVWLD FRPR XQD GLVSRVLFLyQ LQQDWD
HVSHFt¿FRV LUUDGLDFLyQDOEUD]RL]TXLHUGR GH EDVH ELROyJLFD HO RUJDQLVPR KXPDQR
HWFpWHUD  9DULRV GtDV GHVSXpV WXYR OXJDU HVWi FRQJpQLWDPHQWH SURYLVWR FRQ OD FDSD-
XQ (&* GH HVIXHU]R FRQ UHVXOWDGR QRU- cidad para reaccionar psíquica y corporal-
PDO 6LQ HPEDUJR ODV FULVLV FRQWLQXDEDQ PHQWH FRQ DQJXVWLD 3URSXVR UHODFLRQDU OD
los dolores no cedían, por momentos re- DSDULFLyQGHODDQJXVWLDFRQGRVPRPHQWRV
TXLULyPHGLGDVGHHPHUJHQFLD(&*HQHO SVLFROyJLFRV la situación traumática y la
momento de la crisis, amenaza de interna- situación de peligro.
ción, etcétera. Un mes después de haber
FRPHQ]DGRVHUHDOL]yXQQXHYR(&*FRQ D HQXQSULPHUWLHPSRHOEHEpGHVDUUROOD
FiPDUD JDPPD TXH UHVXOWy GH DEVROXWD DQJXVWLD automáticamente cuando su Yo
normalidad. A partir de ese momento, las débil e inmaduro es desbordado por un
crisis desaparecieron. Una interconsulta LQÀXMR GH H[FLWDFLyQ WDQ JUDQGH TXH QR
SVLFROyJLFDVHSUHJXQWDEDVLODPDQHUDGH SXHGHPDQHMDUQLGRPLQDU8QDVLWXDFLyQ
vivir los acontecimientos médicos y qui- así se denomina traumática. El prototipo
U~UJLFRVGHHVWHSDFLHQWHVLQWLHPSRSDUD GHHVWDVLWXDFLyQHVODDQJXVWLDGHOQDFL-
una elaboración o contención efectiva, dio miento cuando el bebé resultó inundado
OXJDUDHSLVRGLRVGRQGHODDQJXVWLDYLYLGD de estímulos en el momento culminante
sin tiempo para ser procesada mentalmen- de su inermidad.
WHVHH[SUHVDEDHQGHVFDUJDVTXHVHPDQL-  /DDQJXVWLDDXWRPiWLFDHVFDUDFWHUtVWLFDGH
festaron por su contenido corporal. la infancia por la inmadurez \ GHELOLGDG
Otro tema interesante para la Medicina: la GHO <R que lo expone a situaciones trau-
DQJXVWLDSXHGHDVRFLDUVHUiSLGDPHQWHDLGHDV máticas. Éstas pueden proceder de fuentes
o situaciones nuevas que pasan a ser temidas H[WHUQDV SHUR JHQHUDOPHQWH SURYLHQHQ GH
y evitadas a la manera de las fobias. De tiem- las pulsiones. El niño que siente amena-
po en tiempo, ciertas enfermedades pasaron ]DGDVXVJUDWL¿FDFLRQHVSXOVLRQDOHVVHYH
socialmente a ser consideradas con pánico y GHVERUGDGRSRUDQJXVWLD6LELHQODDQJXV-
terror: en su momento fue la VL¿ORIRELD, lue- tia traumática es esperable en los primeros
JR ODV cancerofobias y más recientemente, años del desarrollo, dadas las condiciones
las fobias al SIDA. En estos casos, el miedo de debilidad yoica, puede reaparecer en
natural a exponerse a cualquier enfermedad, cualquier momento de la vida si esas mis-
por terrible que sea, se transforma en una mas condiciones se reiteran.
fobia desde la que se reclaman cuidados es-
SHFLDOHVPpWRGRVH[DJHUDGRV\WDQIXHUDGH E  FRQ HO WUDQVFXUVR GHO WLHPSR HO<R GHO
OXJDUTXHGHODWDQVXFRQWHQLGRLUUDFLRQDO bebé se fortalece y aprende a anticipar el
1
)UHXG6³,QKLELFLyQVtQWRPD\DQJXVWLD´  (QObra completa7RPR;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, 131⎞

DGYHQLPLHQWRGHXQDVLWXDFLyQSHOLJURVD al servicio del Yo y de su fortalecimiento


y reacciona ante ella con una pequeña aunque si excede su función puede caer en
VHxDOGH angustia. Como la señal de an- IUDQFDSDWRORJtD3RUHVRVHVRVWLHQHTXH
JXVWLDHVGLVSODFHQWHUDOHVLUYHDO<RGH
alarma para prepararse ante situaciones la angustia, en condiciones óptimas, fa-
\DUHFRQRFLGDVSRUpOFRPRSHOLJURVDV< FLOLWDHOGHVDUUROORHPRFLRQDOGHO<R HV
¿cuáles son aquellas experiencias que ha PRWRUGHOFUHFLPLHQWR SHURORDIHFWDVL
HPSH]DGR D VLJQL¿FDU FRPR SHOLJURVDV" VXLQWHQVLGDGHVWDOTXHORGHVERUGD\OR
Las más importantes y que irá viviendo desorganiza.
en el transcurso del desarrollo son:

En primer término, la angustia por la


DXVHQFLDGHOREMHWR PDGUH ODDQJXV- El pánico, el terror,
tia por la pérdida del amor del objeto, el horror, lo siniestro
la angustia ante la posibilidad de la
SpUGLGD FRUSRUDO FDVWUDFLyQ  R DOJX- +D\DOJXQDVH[SHULHQFLDVHPRFLRQDOHVTXH
QD PXWLODFLyQ HTXLYDOHQWHOD DQJXVWLD JHQHUDQ VLWXDFLRQHV GH JUDQ DQJXVWLD TXH
ante la pérdida del amor de la concien- VRQYLYLGDVGHPDQHUDPX\DJXGDPX\LQ-
FLDPRUDOR6XSHU\y FXOSD  tensa y que tienen matices diferenciales que
ODVGLVWLQJXHQ
/D SULPHUD GH HOODV FURQROyJLFDPHQWH  $VtSRUHMHPSORORVDWDTXHVGHpánico
es la separación de la persona que es impor- GHO GLRV 3DQ D TXLHQ DWULEXtDQ ORV UXL-
WDQWH SDUD HO EHEp FRPR IXHQWH GH JUDWL¿- GRVTXHUHWXPEDEDQHQPRQWHV\YDOOHV 
FDFLyQHVODDQJXVWLDTXHVHVLHQWHIUHQWHD JHQHUDQKR\ORVFRQRFLGRVSDQLFDWWDFNV
la pérdida de objeto/DVLJXLHQWHVLWXDFLyQ YHUVXSUD .
GHSHOLJURSDUDHO<RHVODSpUGLGDGHODPRU   2WUDV VLWXDFLRQHV VH YLYHQ FRQ horror o
proveniente de la persona amada. Aun cuan- espanto WHUURU DVRPEUR FRQVWHUQDFLyQ 
do ella esté presente, el niño puede temer la o resultan espeluznantes DTXHOODVTXHSR-
pérdida de su amor/DVLWXDFLyQGHSHOLJUR QHQORVSHORVGHSXQWD El espanto se anu-
TXHVLJXHHVSDUDHOYDUyQODSpUGLGDGHVX da al complejo de castración. El horror a
SHQHHQODPXMHUXQDPXWLODFLyQHTXLYDOHQ- OD PXMHU R HO PHQRVSUHFLR D HOOD GHULYDQ
WH /D ~OWLPD HV OD DPHQD]D R FDVWLJR SRU del convencimiento acerca de la carencia
el Superyó y el sentimiento de culpa con- GHSHQH/RVJHQLWDOHVGHODPXMHUmuti-
VLJXLHQWH lados, despiertan horror en el varón, que
(VWDVVLWXDFLRQHVGHSHOLJURVRQSURSLDV en la adolescencia pueden ser fuente de
del desarrollo infantil pero su presencia per- LPSRWHQFLDKRPRVH[XDOLGDG\PLVRJLQLD
durará inconscientemente toda la vida y la Las formaciones hermafroditas casi siem-
importancia relativa de cada una dependerá SUHJHQHUDQWHUURU(OKRUURUDODFDVWUDFLyQ
de las características emocionales de cada se desplaza a sus equivalentes simbólicos,
persona. En la clínica pueden detectarse FRPRSRUHMHPSORHOHVSDQWRDODPXWLOD-
FRQFLHUWDUHJXODULGDG ción corporal, el miedo a las heridas, en es-
Pero también es de destacar el rol de la SHFLDODSHUGHUODYLVWDHWFpWHUD1LQJXQD
DQJXVWLD HQ HO GHVDUUROOR LQIDQWLO DO SHUPL- PXWLODFLyQHVSDQWDPiVTXHODGHORVRMRV
tir al Yo contener o inhibir sus impulsos, El horror se puede provocar en el otro para
lo que es necesario para su crecimiento, su evitar el propio, caso del exhibicionista al
madurez y por lo tanto para su salud mental. PRVWUDUORVJHQLWDOHVEl horror a la sangre
/DDQJXVWLDHVODFRQWUDFDUDGHOGHVHRHVWi se expresa en especial en el temor supers-
⎛132 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

ticioso a la menstruación y a la necesidad )UHXGVHSUHJXQWyEDMRTXHFRQGLFLRQHV


de aislarla durante la misma y de evitar ODVFRVDVIDPLOLDUHVFRWLGLDQDV\FRQR-
las relaciones sexuales. Pero también en FLGDVSXHGHQUHVXOWDUWDQH[WUDxDVWDQ
la frecuencia con que las personas se des- ajenas, tan siniestras o espantosas.
YDQHFHQIUHQWHDXQDH[WUDFFLyQGHVDQJUH
DXQTXHVHDPtQLPD$OJXQRVtabúes tienen Es desde los años de la represión infantil
SRU REMHWR HO HYLWDU FDHU HQ HVWRV HVWDGRV de donde retornan sentimientos que alimen-
emocionales de terror, como el tabú del tan lo siniestro: retornan de la represión las
LQFHVWRFRQORVPXHUWRVGHODYLUJLQLGDG FUHHQFLDVHQHODQLPLVPRODPDJLDODRP-
etcétera. Cuando el tabú se rompe, el ho- nipotencia del pensamiento. En cuanto nos
UURUVHSRQHGHPDQL¿HVWR VXFHGHDOJRTXHSDUHFHFRQ¿UPDUODVYLHMDV
 +D\RWUDVYLYHQFLDVTXHWLHQHQXQQ~FOHR convicciones abandonadas experimentamos
emocional particular y propio, que se de- lo siniestro. En los años infantiles, el niño
¿QHFRPRsiniestro u ominoso. Freud2 ob- no suele trazar límites muy precisos entre lo
servó que ciertas situaciones familiares y animado y lo inanimado.
FRQRFLGDVSDUDXQVXMHWROHSRGtDQJHQHUDU
súbitamente espanto o terror con un ma-
tiz siniestro u ominoso. Señala numerosos El sentimiento de vergüenza:
REMHWRV\VLWXDFLRQHVGRQGHHVHVHQWLPLHQ- la expulsión del Paraíso
WRHPHUJHSRUHMHPSORFXDQGRVHGXGDVL
DOJXLHQHIHFWLYDPHQWHHVXQDSHUVRQDRXQ La vergüenza es un sentimiento que se ex-
autómata, si una muñeca está animada o presa en forma de humillación, de estar en
inanimada, los fenómenos de sensación del falta, con culpa, etcétera, por ideas o accio-
doble, la percepción de un otroVHPHMDQWH nes deshonrosas, reales o fantaseadas referi-
a uno, de su desdoblamiento. También es das a la propia persona y que ésta teme que
conocido el impacto siniestro que causa la otros conozcan. En ese sentido se acom-
repetición de lo similar que tiene un tinte paña de la necesidad de aislarse, ocultarse
demoníaco, el retorno involuntario a un R SRQHUVH D UHVJXDUGR GH OD PLUDGD DMHQD
PLVPROXJDUORVSUHVHQWLPLHQWRVTXHapa- $YHUJRQ]DUVH HV QR TXHUHU VHU YLVWR (V
rentementeVHFRQ¿UPDQ1LTXpKDEODUGH como sentir el cuerpo expuesto, por lo tanto
la visión de los miembros separados, una está relacionado con la desnudez corporal.
cabeza cortada, una mano desprendida. La Nuevamente, como con otros afectos,
UHSUHVHQWDFLyQ RPLQRVD GH DOJR DQLPDGR
en lo inanimado reaparece en la represen- OD YHUJHQ]D H[SUHVD VLPXOWiQHDPHQWH
tación del terror a ser enterrado vivo tras un sentimiento vincular (por ejemplo,
una muerte aparente. ³GHEHUtDVDYHUJRQ]DUWH´ \XQDDFWL-
El médico, el paciente y su familia se WXGFRUSRUDO RFXOWDPLHQWR 
enfrentan cotidianamente con vivencias
emocionales siniestras de este tipo, deri- (QODYHUJHQ]DODPDUFDFRUSRUDOPiV
vadas de la práctica médica y que en lo YLVLEOHHVHOHQURMHFLPLHQWRGHODVPHMLOODV
esencial tienen que ver con la enfermedad TXHGHODWDDOVXMHWRDSHVDUGHVtPLVPR(Q
SRU OD PXWLODFLyQ HO GDxR FRUSRUDO  OD el límite se puede transformar en un sínto-
VH[XDOLGDG SRUODFDVWUDFLyQODGLIHUHQ- ma temido que se conoce en Medicina como
FLDGHVH[RV ODPXHUWH SRUHOFDGiYHUHO eritrofobia6LELHQHOURVWURHVHOOXJDUPiV
PiVDOOiODVREUHYLGD  GHVFXELHUWRDODPLUDGDGHORWURODYHUJHQ-
2
)UHXG6³/RRPLQRVR´  (QObra completa7RPR;9,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, 133⎞

za está asociada con las partes habitualmen- PHFDQLVPRV GH DXWRUUHJXODFLyQ 3HUR VHD
WHFXELHUWDVGHOFXHUSRORVJHQLWDOHV\RWUDV TXHQHFHVLWHRQRDEULJDUVHORFLHUWRHVTXH
]RQDVHUyJHQDVHQHVSHFLDOODVGHOHURWLVPR VLHPSUHUHVXOWDQFXELHUWRVORVJHQLWDOHV(O
uretral. ocultamiento, aunque sea reducido a su mí-
/RV VHQWLPLHQWRV GH YHUJHQ]D GHULYDQ nima expresión, incentiva el deseo, encubre
por lo tanto, de componentes de la sexuali- HOREMHWRDODPLUDGD
dad infantil que habiendo sido una vez pla- Un momento decisivo de la entrevista
centeros fueron reprimidos. Al principio, el médica, el examen físico. El médico necesi-
QLxRSHTXHxRQRWLHQHGL¿FXOWDGHVHQSDVHDU ta mirar, tocar, palpar el cuerpo del paciente
VXGHVQXGH]JR]DUGHHOOD\HQH[SRQHUSOD- para lo que éste es invitado a desnudarse.
FHQWHUDPHQWHVXFXHUSRHQHVSHFLDOVXVJH- En este ceremonial tan necesario pueden
nitales, a la mirada de los adultos. Le encan- HVWDUSUHVHQWHVORVVHQWLPLHQWRVGHYHUJHQ-
ta mostrarse y ser mirado. Inicialmente no ]D TXH UHTXLHUHQ GH XQ PDQHMR GLVFUHWR
FRQRFHQDGDGHORUHIHULGRDODYHUJHQ]D 7DPELpQHOPpGLFRSXHGHWHQHUGL¿FXOWDGHV
personales ante la desnudez, evitarla hasta
Esta situación evoca al mito del Paraíso OD H[DJHUDFLyQ SDUD HYLWDU GHVHRV YR\HULV-
original donde la desnudez no avergon- WDVLQFRQVFLHQWHVTXHOOHJXHQDVH[XDOL]DUHO
]DEDKDVWDTXHVHSHUGLyODLQRFHQFLD vínculo. Numerosos chistes circulan frente
LQWHUYLQR OD VH[XDOLGDG \ VH GHELHURQ a esta posibilidad, a la que el encuadre pro-
tapar los genitales. fesional le pone límites.
En otro orden de cosas, el testimonio de
En determinado momento de la infancia, pacientes que han pasado por Terapia Inten-
VHHULJHHOVHQWLPLHQWRGHYHUJHQ]DTXHUH- siva da cuenta del malestar que han sentido
clama desde el interior del niño y desde los por haber estado expuestos desaprensiva-
padres cubrirse. De esta manera se contiene mente a la desnudez.
el deseo de andar desnudo aun cuando se
PDQL¿HVWHPiVWDUGHHQVXHxRV\IDQWDVtDV
En efecto, el sueño de merodear desnudo y La agresividad
DYHUJRQ]DGRHQWUHXQDPXOWLWXGGHH[WUDxRV
e indiferentes es universal. No hay duda de que los impulsos agresivos
&XDQGRODVH[XDOLGDGVHRUJDQL]DFRP- tienen en los vínculos humanos una presen-
pulsivamente en el adulto alrededor de la cia básica, universal y permanente y sus
QHFHVLGDGGHPRVWUDUORVJHQLWDOHVVHKDEOD consecuencias son determinantes para la
de H[KLELFLRQLVPR y se trata de una perver- VDOXGPHQWDOGHODVSHUVRQDVORVJUXSRVODV
sión. El par complementario es el YR\HXULV- FRPXQLGDGHV2ULJLQDULDPHQWHODDJUHVLYL-
moHOSODFHUGHPLUDUHOFXHUSR\ORVJHQL- dad está vinculada al cuerpo por los dispo-
WDOHVDMHQRV sitivos musculares y osteoarticulares pero
)LORJHQpWLFDPHQWH VH KD SODQWHDGR XQ VXVLJQL¿FDFLyQH[FHGHHVHiPELWR3RUHP-
tiempo mítico relacionado con la aparición SH]DUXQLQWHQWRGHGH¿QLFLyQ
GHOVHQWLPLHQWRGHYHUJHQ]DHQHOKRPEUH
ocurrió supuestamente con el abandono de /DDJUHVLYLGDGHVODWHQGHQFLDGLULJLGD
la posición cuadrúpeda y la adopción de la D GDxDU GHVWUXLU SHUMXGLFDU ODVWLPDU
SRVLFLyQHUHFWDGHMDQGRDOGHVFXELHUWRVXV arruinar a un otro, en realidad o en
JHQLWDOHV7DPELpQVHSXHGHWHQHUHQFXHQWD fantasía.
que el animal humano es uno de los pocos
PDPtIHURV FDUHQWHV GH SHODMH HQ HO FXHUSR Puede tratarse de conductas motoras ac-
y que cubrirse fue una necesidad de los tivas u otras equivalentes: por la palabra o
⎛134 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

por el silencio, por la actividad o la pasivi- tres puntos dilemáticos de particular relevan-
dad, por el sarcasmo, la ironía, la burla, el cia para ser considerados en Salud Mental.
chiste, el desprecio.
Lo que la caracteriza es su intención la- 1. En favor de la vida o de la muerte
tente u oculta y no la forma en que se mani- En la vida cotidiana se observan dos aspec-
¿HVWD8QDFRQGXFWDDSDUHQWHPHQWHSURWHF- WRVGHODDJUHVLYLGDG
WRUDGHXQDPDGUHSXHGHUHVXOWDUDJUHVLYDR
GDxDUDVXKLMR6LELHQORTXHVHGHQRPLQD D ODDJUHVLyQDOLDGDDO<RXWLOL]DGDDOVHU-
agresión tiene estatus propio, también for- vicio de la sobrevida, de la autodefensa,
PD SDUWH GH HPRFLRQHV GH GLVWLQWR VLJQR GH OD DXWRD¿UPDFLyQ SHUVRQDO R VRFLDO
como ira, rabia, celos, odio, hostilidad, en- TXH SDUHFH DMXVWDGD \ UD]RQDEOH D ODV
vidia. Comparten el carácter destructivo o causas que la desatan. Hay momentos
GDxLQR KDFLD HO REMHWR TXH VH WHPDWL]D HQ en que resulta ser la única respuesta sa-
forma diferente en cada una. ludable frente a una amenaza. Tiende a
En los celosODDJUHVLyQYDGLULJLGDDXQ frenar la violencia de los otros y brin-
tercero en una relación amorosa; en la envi- GDU SURWHFFLyQ IUHQWH D ODV LQMXVWLFLDV
diaKD\TXHGHVWUXLUDTXLHQSRVHHDOJRYD- VLQ HOOD HO VXMHWR TXHGDUtD H[SXHVWR \
lioso para uno. A su vez, el sarcasmo puede vulnerable. Está al servicio de la vida,
ser una versión atenuada de la envidia. Se GH DXWRD¿UPDUVH \ GH QR HQWUHJDUVH D
SXHGHFRQVLGHUDUODDJUHVLyQXQDIXHU]DSXO- las propias partes malas cuando amena-
VLRQDOQRHVSHFt¿FDTXHVXE\DFHDWRGDVHV- zan tomar control y seducenDOVXMHWRD
tas emociones: por eso se habla de impulsos abandonarse o someterse. Alimenta los
agresivos. PRYLPLHQWRVVRFLDOHVFRQWUDODLQMXVWLFLD
&RQ OD DJUHVLyQ QR VH SXHGH GHMDU GH y el maltrato. Es una parte importante de
mencionar la ambivalencia de los senti- la lucha por la vida y contra las adver-
mientos, es decir, la presencia simultánea sidades.
HQODUHODFLyQFRQXQPLVPRREMHWRGHWHQ-  6HJ~Q FLHUWRV HVWXGLRV HO VHQWLPLHQWR GH
dencias y actitudes opuestas, en especial de UDELDD\XGDSRUHMHPSORDVREUHSRQHUVH
amor y odio (V XQ LQJUHGLHQWH XQLYHUVDO a las penurias de una enfermedad crónica.
en las relaciones humanas y de importancia También, el médico debe poder aceptar el
fundamental en la salud y la Psicopatolo- HQRMRTXHVXUJHHQHOSDFLHQWHIUHQWHDVL-
JtD$VLPLVPRODDJUHVLyQLQWHUURJDVREUH tuaciones o prácticas médicas que resultan
ODYLJHQFLDGHla maldad en la constitución ser inevitablemente humillantes para él.
GHOVXMHWRKXPDQR\VXSDUWLFLSDFLyQHQORV
IHQyPHQRV VRFLDOHV PX\ FRQRFLGRV JHQR- E ODYLROHQFLDODKRVWLOLGDG\ODDJUHVLYLGDG
cidio, exterminio, matanza, etcétera. KDFLD ORV RWURV TXH VRQ ORV LQJUHGLHQWHV
La separación, el abuso y el abandono FRWLGLDQRVGHODYLGDDOJXQRVYLYLGRVFRQ
JHQHUDQ QR VyOR DQVLHGDG VLQR KRVWLOLGDG \ una intencionalidad destructiva placente-
odio en los niños. Para ellos una salida posi- ra. Aparecen como deseos destructivos
ble es LGHQWL¿FDUVHFRQHODJUHVRU, pasar de y tienen XQ VLJQL¿FDGR SDUD HO VXMHWR \
víctima a victimario, de sufrir pasivamente para quien los padece. Cuando la sexuali-
DKDFHUVXIULU&XDQGROOHJDQDDGXOWRVPDO- GDGLQWHUYLHQHORVLPSUHJQDHOVDGLVPR
WUDWDQDVXYH]2WURGHVWLQRHOQLxRGLULJHOD Pero, más allá de estas situaciones tam-
DJUHVLyQUHFLELGDHQFRQGXFWDVGHGDxRDXWR- bién está la furia destructiva que termina
LQÀLJLGDV\se castiga como lo castigan. en el crimen cruel, depravado, violento,
(OWHPDGHODDJUHVLYLGDGHVFRPSOHMRH carente de sentido, desvinculado, despro-
LQDEDUFDEOH 3DUD UHÀH[LRQDU VH SURSRQHQ porcionado a las causas que lo desenca-
⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, 135⎞

denaron. Está al servicio de la muerte y 3HUR KD\ TXH GHVWDFDU DOJR FDUDFWHUtV-
del sin sentido. WLFDPHQWH KXPDQR OD DJUHVLyQ WDPELpQ VH
(VWDDJUHVLYLGDGQRHVDMHQDDOWHPDGHO UHSOLHJDVREUHHOVXMHWRTXLHQVHWRPDDVt
narcisismo. Dice Freud “aun en la más PLVPRFRPRREMHWRGHODDJUHVLyQDODYH]
FLHJDIXULDGHVWUXFWLYDQRVHSXHGHGHMDU TXH GHWLHQH OD DJUHVLYLGDG KDFLD HO REMHWR
de reconocer que su satisfacción se acom- ODGLULJHVREUHVtPLVPRFRQFRQVHFXHQFLDV
paña de extraordinario placer narcisista, para él y para su salud.
pues ofrece al Yo la realización de sus De este modo, en un determinado mo-
más arcaicos deseos de omnipotencia”.3 PHQWR GHO GHVDUUROOR LQIDQWLO OD DJUHVLYL-
Reparar en ciertos crímenes recientes GDGHVLQWUR\HFWDGDLQWHUQDOL]DGDGLULJLGD
de esos adolescentes que matan porque contra el propio Yo, vuelta en realidad al
“quieren ser famosos” impone una nota OXJDU GH GRQGH SURFHGH ,QFRUSRUiQGRVH D
de precaución hacia esas vastas síntesis una parte de éste, en calidad de Superyó,
TXH SURSRQHQ FLHUWRV JUXSRV HVRWpULFRV se opone a la parte restante y asumiendo la
ciertas sectas, donde los vínculos narci- función de conciencia moralYDDGHVSOHJDU
VLVWDVWHUPLQDQHQDJUHVLyQ\PXHUWH/D IUHQWHDO<RODPLVPDGXUDDJUHVLYLGDGTXH
DJUHVLyQDFiHVEiVLFDRULJLQDOQRUHVXO- pOGHEXHQJUDGRKDEUtDVDWLVIHFKRHQLQGL-
ta del contraataque o de la frustración. El viduos extraños.4
RWURHOVHPHMDQWHHVWiVLHPSUHDKtFRPR Si bien esta internalización es un proce-
SRORGHODDJUHVLYLGDGGHFDGDXQR so muy complicado cuyos detalles son men-
FLRQDGRVHQRWUROXJDUWLHQHFRQVHFXHQFLDV
Estos dos aspectos son como los dos SDUD OD VDOXG PHQWDO \ OD SDWRORJtD \ UR]D
extremos en que se moviliza la inmensa temas importantes de la Medicina: el ma-
JDPDGHODDJUHVLyQKXPDQD\SURSRQHQ¿- QHMRGHODDJUHVLyQ\ODKRVWLOLGDGGLULJLGRV
QHV LQFRQFLOLDEOHV (Q HO PHGLR OD LQ¿QLWD hacia el propio sujeto, los sentimientos in-
variedad de instrumentos que utilizan los FRQVFLHQWHV GH FXOSD \ VXV FRQVHFXHQFLDV
seres humanos para sobrevivir, molestarse la necesidad de castigo, el duelo patológico,
y lastimarse mutuamente. Es difícil suponer la melancolía, el suicidio, las tendencias al
cómo ambos pueden responder a un mismo DXWRGDxRORVDFFLGHQWHVHOUHIXJLDUVHHQ
mecanismo. ODHQIHUPHGDGHOPDVRTXLVPRFLHUWDSDWR-
logía corporal, etcétera.
2. Dos direcciones: contra el objeto 3RUHMHPSORHQla enfermedad corona-
o contra el sujeto ria, el paciente tipo A es el que se supone tie-
/RVLPSXOVRVDJUHVLYRVLQWHUYLHQHQSUHFR]- QHPD\RUULHVJRSRUVHUFRPSHWLWLYRDJUH-
PHQWHHQHOGHVDUUROORGHOVXMHWRHQWUHRWUDV VLYRHQODE~VTXHGDGHOp[LWRFRQFRQÀLFWRV
FRVDVSDUWLFLSDQGHXQFRPSOLFDGRMXHJRGH para triunfar.5 La hipertensión esencial se
unión y discriminación con la sexualidad, REVHUYD HQ SHUVRQDV TXH WLHQHQ FRQÀLFWRV
WLHQHQFRPRGHVWLQDWDULRVREMHWRVDORVTXH entre sus deseos pasivo-dependientes y la
KDFHUYtFWLPDGHDWDTXHVUHDOHVRLPDJLQD- sofocación de impulsos hostiles y coléricos.
rios, a veces con instrumentos corporales: En la alergia, el prurito generalizado y en
con la boca, los dientes, con el ano o los la artritis reumatoidea también participa el
JHQLWDOHV FRQÀLFWRFRQODKRVWLOLGDG\ODDJUHVLYLGDG

3
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
4
Ibidem
5
'HPEURVNL70\FRO³&RPSRQHQWVRIW\SH$KRVWLOLW\DQGDQJHULQUHODWLRQVKLSWRDQJLRJUDSK\F¿QGLQJV´3V\FKRVRP0HG.

⎛136 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

3. Dos orígenes: ¿pulsional o vincular? 0HGLFLQDQRHVDMHQD6XJLHUHTXHHOEHEp


Se han planteado dos teorías sobre los orí- QRVyORHVDJUHVLYRFRQORVREMHWRVTXHOR
JHQHVGHODDJUHVLYLGDGKXPDQDla primera frustran sino £WDPELpQFRQDTXHOORVTXHOR
SRQHHODFHQWRHQORVYtQFXORVODDJUHVLyQ TXLHUHQ \ TXH OR TXLHUHQ ELHQ, que puede
VXUJLUtD HQ UHVSXHVWD D ODV IUXVWUDFLRQHV D querer atacar y arruinar sus fuentes de vida,
las pruebas y sufrimientos a las que somete VXVREMHWRVGHDPRUFRQXQVHQWLPLHQWRTXH
la vida, desde las experiencias más tempra- toma la forma de envidia.
nas hasta las más recientes. No se trata sólo
GHODVFRWLGLDQDVVLQRTXHVXRULJHQVHUH- Entonces, la agresividad, ¿es la res-
monta a una frustración fundamental, en el puesta del bebé a una falla ambiental
inicio de la vida, la reacción por un medio o es una falla del bebé en hacer uso del
ambiente temprano que inevitablemente re- DPRUGHTXHGLVSRQH"3RUHOPRPHQWR
sultará frustrante. es necesario considerar ambas teorías
/D DJUHVLyQ VHUtD OD UHDFFLyQ D OD GH- FRPRFRPSOHPHQWDULDVQRFRPRH[FOX-
SHQGHQFLDDEVROXWDGHOREMHWRPDWHUQR\D \HQWHV
las alternativas de la relación, entre las que
más cuentan están las separaciones. La re-
ODFLyQFRQORVREMHWRVHQWRQFHVFRQVWLWX\H La agresión en
el determinante esencial que contribuye o la relación médico-paciente
perturba la salud mental de la persona. Esta
WHRUtDSXHGHGDUFXHQWDGHODDJUHVLyQFRPR $YHFHVDOJXQRVSDFLHQWHVUHDFFLRQDQFRQ
VLJQR GH YLGD FRPR GHIHQVD \ SURWHFFLyQ UDELD\KRVWLOLGDG cuando se enferman. La
de las tendencias a preservar la vida, como GLULJHQHQWRGDVGLUHFFLRQHVFXOSDQDOGHV-
autodefensa. tino, a Dios, a la mala suerte, a miembros
Pero esta teoría no explica del todo la de la familia, a los ancestros, a las perso-
destructividad extrema que a diario se co- nas sanas. También a los médicos por las
noce en la forma de la violencia más despia- restricciones que imponen, al malestar que
dada, de crímenes bestiales, de destrucción VXUJHGHORVSURFHGLPLHQWRVGLDJQyVWLFRV\
extrema, donde las circunstancias proponen terapéuticos, a sus limitaciones humanas,
la excusa pero no la explican. ¿Es necesario HWFpWHUD (YHQWXDOPHQWH SXHGHQ GLULJLU HO
DSHODUDDOJXQDH[SOLFDFLyQPiVUDGLFDO" odio contra sí mismos. Estas situaciones
Por eso, la segunda teoría pone el acento complican el cuidado médico y en ocasio-
HQODVSXOVLRQHVVXUJLUtDGHPDQHUDLQQDWD nes el destino de la enfermedad. Con todo,
en todos los individuos, de manera pulsio- DOJXQRVHVWXGLRVVXJLHUHQXQPHMRUSURQyV-
nal: como destructividad originariamente tico cuando el paciente reacciona con rabia
GLULJLGD DO SURSLR LQGLYLGXR GHO TXH EXVFD que cuando se deprime.
su aniquilación. En su versión extrema se $OJXQRV FUtWLFRV FXOSDQ D OD 0HGLFL-
la conoce como pulsión de muerte.6 Para na de ser un poder hegemónicoHMHUFLHQGR
evitar la autodestrucción, al nacer sería de- violencia sobre el paciente por un hecho
ÀH[LRQDGD SRU OD SXOVLyQ GH YLGD KDFLD HO de estructura: el de asumir un conocimien-
H[WHULRUSDUDSRGHUVREUHYLYLU&RQORVREMH- WRFLHQWt¿FRFRPRVDEHUDEVROXWRDOTXHHO
tos externos se da a conocer como impulsos paciente debe rendirse y someterse sin con-
agresivos6XLQWURGXFFLyQKDGDGROXJDUD templaciones. En ocasiones individuales,
interminables polémicas, pero la sostienen SDUDSRQHURWURHMHPSORHQHOPpGLFRSXH-
DOJXQRVKHFKRVGHODFOtQLFDGHORVTXHOD den aparecer conductas, sutil o abiertamen-

6
)UHXG6³0iVDOOiGHOSULQFLSLRGHOSODFHU´  (QObra completa7RPR;9,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, 137⎞

te hostiles, encubiertas con propósitos tera- tu”, son atributos que el sujeto le otorga a
péuticos o altruistas que se conocen como ODVFRVDVHQWUHRWUDVDVXFXHUSR\DOGHORV
furor curandis. demás. Por lo tanto, la apreciación estética
3HURFRQYLHQHUHFRUGDUTXHVLKD\YLR- TXHHOVXMHWRKDFHGHVXFXHUSRHVDOWDPHQWH
lencia en la relación médico-paciente, no LQGLYLGXDO \ VXEMHWLYD FRQ HO DJUHJDGR GH
tiene una sola dirección DOJXQRV HVWXGLRV los valores que provienen de factores fami-
revelan que una de las principales fuentes liares y sociales.
GHHVWUpVGHOWUDEDMRPpGLFRHVODSRVLELOL- Belleza y fealdad tienen relación con
dad de ataque físico contra el médico \VX sentimientos de autoestima donde entran en
familia.7 Otra forma de amenaza reciente es MXHJR LQYHVWLGXUDV QDUFLVLVWDV 8Q DVSHFWR
ODGHORVMXLFLRVGHPDODSUiFWLFD7DPELpQ del mito de Narciso es el embelesamiento
el paciente que responde con una recaída con el propio cuerpo. Narcisismo es una pa-
cuando está a punto de recuperarse incluye ODEUD TXH 1lFNH LQWURGXMR D SULQFLSLRV GH
al médico en un circuito de odio, culpa y VLJOR SDUD UHIHULUVH D OD DFWLWXG GH DOJXQDV
FDVWLJRGRQGHODDJUHVLyQQXQFDIDOWD)LQDO- personas con respecto a su cuerpo, al que
mente, está en la experiencia de todo clínico tratan como otras tratan el cuerpo de aque-
HODVLVWLUDDOJ~QSDFLHQWHTXHQRUHVSRQGHD llos con el que tienen una relación sexual.
QDGD\TXHORKDFHWHVWLJRLPSRWHQWHGHVX /R PLUDQ DFDULFLDQ \ PLPDQ FRPR DOJR
predilección para la muerte \ OR VXPHUJH plenamente satisfactorio.
HQXQDQJXVWLRVRUHSODQWHRGHVXLGHQWLGDG
médica. (V SRVLEOH TXH DTXHOOR D OR TXH VH OH
asigna la cualidad de bello provenga,
HQ OR SURIXQGR GH ODV H[SHULHQFLDV
La dimensión estética erógenas de la relación más temprana
del cuerpo: FRQHOREMHWRTXHOHRWRUJDURQDOJRGHO
de lo bello a lo deforme RUGHQ GH OD IDVFLQDFLyQ UHYHODFLyQ \
misterio.
Uno de los factores más tenidos en cuenta
SRUHOVXMHWRHQVXVUHODFLRQHVSHUVRQDOHVHV Para Freud, la belleza deriva del cam-
la apreciación estética que hace del cuerpo SR GH ORV VHQWLPLHQWRV VH[XDOHV 2ULJLQD-
SURSLR\DMHQRVHQWLPLHQWRVTXHFRQFLHUQHQ riamente belleza y atracción son atributos
a la belleza, la fealdad o la deformidad cor- GHO REMHWR VH[XDO ORV encantos GHO REMHWR
poral. Es mucho lo que está involucrado en son estimulantes y resultan sexualmente
esa dimensión, ya sea como fuente de bien- excitantes.9 También participan los encan-
HVWDU\FRQIRUWRGHPDOHVWDU\PRUWL¿FDFLyQ WRVTXHHOVXMHWRDVLJQDDVXSURSLRFXHUSR
especialmente en estos tiempos en que el para, través de ellos, sentirse aceptado, re-
cuidado de la estética corporal asume social- conocido, valorizado, etcétera. Pero cuando
mente proporciones de delirio colectivo. faltan aparecen sentimientos referidos a la
Pero, por empezar, es difícil precisar fealdadTXHVHDWULEX\HDOFXHUSRRDDOJXQD
TXp HV EHOOH]D SXHV DXQTXH VH OD GH¿QH de sus partes.
FRPR³ODFXDOLGDGRDJUHJDGRGHFXDOLGDGHV La Medicina participa en estos temas
en una cosa, que da placer a los sentidos o cuando por una de sus especialidades es lla-
exalta placenteramente la mente o el espíri- mada a remediar el sentimiento de fealdad:

7
Mawardi, B “Satisfaction, dissatisfaction and causes of stress in medical practice”. -$0$

:HEVWHU¶V1HZ&ROOHJLDWH'LFWLRQDU\ 2ndHG6SULQJ¿HOGV0DVV86$
9
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛138 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

ODFLUXJtDHVWpWLFD+D\DFXHUGRJHQHUDOGH ración se pasaba el día entero contro-


que el éxito de sus procedimientos depen- lándose la cicatriz, para ella ostensible
GH GH SRGHU FRPSUHQGHU OD SVLFRORJtD GHO \GHFRQVLGHUDEOHJURVRU6HTXHMDEDGH
paciente y de una buena relación paciente TXHOHKDEtDTXHGDGRHQXQOXJDU visible,
FLUXMDQRSOiVWLFR la veía deforme, le aplicaba todo tipo de
(O FLUXMDQR SOiVWLFR HV OODPDGR D LQWHU- cremas para hacerla desaparecer, vigila-
venir para aliviar cierto malestar emocional ED³SDUDTXHQRVHHVFDSDUDQ´ODVVLOL-
que una persona tiene en relación con la FRQDVVHLPDJLQDEDTXHODSUyWHVLVVHOH
HVWpWLFD GH VX FXHUSR 3RU WRPDU XQ HMHP- VDOtD GH OXJDU ³SRU HO PRGR HQ TXH PH
plo frecuente, la rinoplastia. El paciente TXHGy OD FiSVXOD´ 9LYtD REVHVLRQDGD
reclama corrección para un defecto que su- FRQ³HVHH[WUDxRFXHUSRTXHWHQJREDMR
puestamente lo afecta en su capacidad para ODV PDPDV´ \ VL OR LED D SRGHU WROHUDU
vivir una vida confortable. Inclusive puede WRGDODYLGD&RPSDUDEDWRGRHOWLHPSR
VHUTXHQROHSDUH]FDDOFLUXMDQRXQSURFH- ODVIRWRVSUHYLDV\SRVWHULRUHVDODLQWHU-
dimiento necesario, que reconozca un sínto- YHQFLyQ7HUPLQyH[LJLHQGRQXHYDVRSH-
ma en el pedido pero que consienta a él. El raciones. Una evaluación psicológica
VHJXLPLHQWRSRVWHULRULQGLFDFRQIUHFXHQFLD WDUGtDUHYHOyTXHFRQVLGHUDEDDWRGRVX
que la operación ayudó a restablecer cierta cuerpo como deforme, desproporcionado
sensación de bienestar y autoestima, más en HQDOWXUDFRQODVFDGHUDVWRUFLGDV³PH
PXMHUHVTXHHQKRPEUHV3HURSXHGHWDP- YHRSHURQRWHQJRSURSRUFLRQHVTXHUUtD
bién desenmascarar una depresión latente o VHU\RSHURFRQRWURFXHUSR´6XLOXVLyQ
precipitar una psicosis. era cambiarlo totalmente con cirugía.
Una alta proporción de pacientes opera-
dos padecen de trastornos emocionales pos- (O SUREOHPD HV PiV FRPSOHMR FXDQGR
TXLU~UJLFRVUHODFLRQDGRVFRQODPDQHUDHQ HVWiHQMXHJRXQDGHIRUPLGDGFRUSRUDOPiV
TXH VRQ YLYLGRV ORV FDPELRV GH OD LPDJHQ notoria o mutilante, pérdida de miembros,
FRUSRUDO(QDOJXQRVFDVRVODLQWHUYHQFLyQ quemaduras o cicatrices deformantes, et-
HVWpWLFDSRQHGHPDQL¿HVWRun delirio somá- cétera. El impacto emocional es de horror,
tico. asociado a veces con sentimientos demo-
níacos que tienen que ver con un ancestral
(V OR TXH RFXUULy FRQ XQD MRYHQ GH  temor a la castración. La literatura de terror
DxRV TXH UHTXLULy LPSXOVLYDPHQWH XQD GHPXHVWUD HQ XQD YDULHGDG GH SHUVRQDMHV
plástica de mamas. Durante su adoles- HO LPSDFWR DPHQD]DQWH \ WHUURUt¿FR GHO
cencia se había pasado todo el tiempo DPSXWDGR (O$KDE GH 0HOYLOOH HO /RQJ
SHQVDQGR TXH HUD chata TXH WHQtD ORV -RKQ 6LOYHU GH 6WHYHQVRQ HO JHQHUDO $
pechos chiquitosTXHQRHUDGHVHDEOHDO 6PLWK GH 3RH  (V QXHYDPHQWH HO FXHUSR
QRYLR &UHtD TXH LED D WHQHU DOLYLR FRQ esta vez mutilado, el provocador de afec-
posterioridad a la operación pero nunca tos muy intensos del orden de lo siniestro
OH OOHJy /RV PHVHV VLJXLHQWHV D OD RSH- YHUVXSUD .


0H\HU(³0RWLYDWLRQDOSDWWHUQVLQSDWLHQWVVHHNLQJSODVWLFVXUJHU\´3V\FKRVRP0HG;;,,
XII
Vínculo temprano:
Embarazo y Parto (I)

De todos los vínculos humanos, el del bebé QR SDUD VX HVWXGLR FLHQWt¿FR VH GHVFXLGD-
con sus padres es, quizá, el más importan- ra tanto este tramo de la vida y se dedicara
te, en especial el que tiene con su madre. tan poca atención al tipo de cuidados que
'H pO VXUJHQ ODV SULPLWLYDV HVWUXFWXUDV EULQGDQORVSDGUHV$OJRKDWHQLGRTXHYHU
mentales que lo van constituyendo como HQHVWRHOPHFDQLVPRSVLFROyJLFRGHODre-
VXMHWR \ GHVGH ODV TXH VH UHODFLRQDUi FRQ presión y su consecuencia, la llamada am-
ORVREMHWRVSDUHQWDOHV$VXYH]ODPDGUH nesia infantil que cubre las experiencias de
vive la maternidad y la crianza del bebé los primeros años de la vida con un manto
como experiencias que tendrán para ella de olvido.1 Hoy hay más conciencia de los
profundas consecuencias y que le darán efectos del maltrato en los niños, del abuso
una nueva dimensión a su propia vida sexual o del abandono.
mental. La función del padre ocupará un 6LQ HPEDUJR QR VRQ ODV JUDQGHV GHV-
OXJDU GH FUHFLHQWH LPSRUWDQFLD MXQWR D OD viaciones de la conducta adulta con los
GtDGDPDGUHKLMR niños lo que convoca su estudio sino el
El vínculo temprano es un proceso emo- análisis minucioso y microscópico de un
FLRQDO FRPSOHMR VXV SURWDJRQLVWDV HVWiQ vínculo que en su habitualidad muestra
inmersos en una interacción recíproca muy toda su trascendencia para la vida mental:
intensa. En el bebé serán años cruciales para para el bienestar, el crecimiento y la salud
el desarrollo de su personalidad: ciertas fun- o para el malestar, el deterioro y la enfer-
ciones del Yo como la percepción, el pensa- PHGDG 'HVGH OXHJR QR WRGR SXHGH VHU
miento, la formación de símbolos, la verbali- remitido a los primeros tiempos. Muchas
zación, la movilidad, las emociones, etcétera, FRVDVPiVOHVXFHGHQDOVXMHWRHQVXYLGD
DSDUHFHUiQJUDGXDOPHQWHHQHOFRQWH[WRGHOD pero la impronta de las experiencias tem-
UHODFLyQFRQORVREMHWRVSDUHQWDOHV pranas nunca perderá el valor que tuvieron
Es sorprendente que hasta hace poco inicialmente.
no se tuviera en cuenta el vínculo tempra-
1
)UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´  (QObra completa Tomo VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
⎛140 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Ha sido un aporte fundamental del Psi- resultados son ya clásicos y ampliamente


FRDQiOLVLV\GHRWUDVGLVFLSOLQDV FRPR difundidos.2
la Pedagogía, la Puericultura, la Pe- E  HQ VHJXQGR WpUPLQR HQ OD UHODFLyQ Pp-
GLDWUtDHWFpWHUD KDEHUHVWDEOHFLGRTXH dico paciente, el médico verá reapare-
ORVSULPHURVDxRVGHODYLGDPHQWDOGHO cer procesos emocionales primitivos, a
QLxRVRQGHFLVLYRVSDUDODVDOXGPHQWDO menudo irracionales, que provienen de
del adulto. vivencias tempranas, aparentemente su-
peradas. Pero es más, se sentirá él mis-
La relación madre bebé es, primero y mo involucrado en esos procesos de los
principal, una relación de intimidad, qui- que participará inconscientemente. La
zá la de mayor intimidad en la vida puesto tarea clínica le demostrará la turbulencia
que nace de la experiencia de compartir un emocional a la que está expuesto y que se
cuerpo. El desarrollo corporal y la salud HVFDSDGHODREMHWLYLGDGFLHQWt¿FDSRVLWL-
mental del bebé dependerán básicamente YLVWDDODTXHGHVHDUHGXFLUVXWUDEDMR6L
de lo que ocurra en la intimidad de esta re- el estudio de la relación médico paciente
lación. En el vínculo temprano, es la madre es inevitable en la Medicina de hoy, el
quien auxilia al bebé para que las emocio- vínculo temprano le aporta su dimensión
QHV TXH JHQHUDQ ODV H[SHULHQFLDV SXHGDQ esencial. La relación médico-paciente no
OOHJDUDVHUVHQWLGDVSHQVDGDV\HYHQWXDO- VyORSRQHGHPDQL¿HVWRORVDVSHFWRVDGXO-
mente verbalizadas. Es una matriz vincular WRV GH VXV LQWHJUDQWHV ORV TXH VH KDFHQ
capaz de transformar las experiencias vivi- FDUJRGHODWDUHDPpGLFDGHXQDPDQHUD
GDV HQ QLYHOHV FUHFLHQWHV GH VLJQL¿FDFLyQ u otra, los vínculos más primitivos nunca
\ VR¿VWLFDFLyQ KDVWD TXH HO QLxR OR SXHGD GHMDQGHHVWDUSUHVHQWHVFRPRtransferen-
hacer de manera autónoma por sí mismo. cia y contratransferencia. Así, el médico
En el vínculo temprano, el bebé humano SXHGH FRPSUHQGHU PHMRU ORV HOHPHQWRV
desarrolla los instrumentos mentales que lo más pasionales de la relación y sus ma-
FDSDFLWDQSDUDHOLQWHUFDPELRVLJQL¿FDWLYR nifestaciones más irracionales. Por tanto,
FRQVXVVHPHMDQWHV ODH[SHULHQFLDSVLFROyJLFDTXHVXSRQHHO
Para la Medicina, el estudio del vínculo HQIHUPDUSXHGHSHUGHUDOJRGHVXQDWXUD-
temprano importa porque: leza inquietante si pasa a ser entendida y
D ORVVXFHVRVHPRFLRQDOHVTXHHQpORFXUUHQ contenida en la relación con el médico.
determinan en buena medida el futuro de
los procesos de salud y enfermedad, men-
WDORFRUSRUDO)XHDSDUWLUGHOD,,*XHUUD Algunas consideraciones
Mundial donde se multiplicaron las inves- metodológicas
WLJDFLRQHVWHQGLHQWHVDGHPRVWUDUHOHIHF-
to que tienen los sucesos infantiles sobre Una somera observación de una madre sos-
la vida adulta. Precisamente, las secuelas teniendo a su bebé los muestra a ambos su-
GHYDVWDGRUDVGHODJXHUUDLPSXOVDURQDOD PHUJLGRVHQXQDLQWHQVDUHODFLyQHPRFLRQDO
Comisión Social de las Naciones Unidas compartiendo momentos mutuos de intimi-
\DOD2UJDQL]DFLyQ0XQGLDOGHOD6DOXG dad, necesidades y afectos. Las palabras y
D HQFDUJDU HVWXGLRV VREUH ORV HIHFWRV GH DFWLWXGHV XVDGDV SRU OD PDGUH LUiQ VLJQL¿-
la privación de los cuidados maternos, FDQGRJUDGXDOPHQWHODYLGDPHQWDOGHOEHEp
HVWXGLRV UHDOL]DGRV EDMR OD GLUHFFLyQ GH y contribuyendo a conformar su estructura
un psicoanalista, el Dr. John Bowlby. Los mental. El estudio de cualquier vínculo se

2
Bowlby, J. /RVFXLGDGRVPDWHUQRV\ODVDOXGPHQWDO Ed. Humanitas, Buenos Aires, 1964.
⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , 141⎞

ORJUD D WUDYpV GHO WHVWLPRQLR YHUEDO GH VXV 1. Estudios directos de observación de
SURWDJRQLVWDV/DVOLPLWDFLRQHVGHHVWHDERU- bebés: en las últimas décadas se han multi-
GDMH VRQ FRQRFLGDV /DV GL¿FXOWDGHV SDUD plicado los estudios de la díada madre bebé
LQYHVWLJDUHOYtQFXORWHPSUDQRVRQPD\RUHV DWUDYpVGHREVHUYDFLRQHV\VHJXLPLHQWRGH
porque es de naturaleza básicamente pre ver- todo tipo, con el invalorable auxilio de mé-
bal, por lo menos para el bebé y por lo tanto todos audiovisuales. El momento de la lac-
inaccesible para la comunicación por el len- tancia es uno de los más interesantes. Son
JXDMH¢&yPRGDUFXHQWDGHWRGDODVXWLOH]D\ especialmente importantes los realizados por
FRPSOHMLGDGGHHVWHFOLPDHPRFLRQDO" HTXLSRV LQWHUGLVFLSOLQDULRV LQWHJUDGRV SRU
psicoanalistas.4 En nuestro país el Dr. Mi-
Para comprenderlo, es necesario no JXHO +RIIPDQQ $VRFLDFLyQ 3VLFRDQDOtWLFD
tomar al bebé aisladamente sino junto GH%XHQRV$LUHV KDWUDEDMDGRPXFKR\WLHQH
DODPDGUH\VXVFXLGDGRVFRPRVLVH numerosas contribuciones en este campo. El
WUDWDUDGHXQDXQLGDGLQGLVROXEOH+D\ REMHWLYRHVHOHVWXGLRGHODLQWHUDFFLyQWHP-
TXHFRQVLGHUDUODYLGDPHQWDOGHODPD- prana tratando de inferir el nivel fantasmá-
GUH\GHOEHEp\SRUWDQWRODLQWHUDFFLyQ tico que sólo un observador especialmente
fantasmática entre ambos. FDOL¿FDGRSXHGHGHWHFWDU6HEDVDQHQREVHU-
vaciones directas que se realizan sobre el lla-
Cuidado materno no es sólo darle de co- mado bebé realFXDOTXLHUDVHDHOVLJQL¿FDGR
mer, cambiarlo y ponerlo a dormir. El cuida- que se le quiera dar a este término. Por cier-
do materno tiene importancia en tanto está to, si bien se trata de observaciones directas,
LQVFULSWRHQXQXQLYHUVRSOHWyULFRGHVLJQL- es obvio que requieren de la interpretación
¿FDGRV SURYHQLHQWH GH OD SURSLD YLGD PHQ- del observador.
tal de la madre. Son sus deseos y emociones
ORTXHHVWiHQMXHJRTXpGLFH\FyPRVHOR Una mamá tiene su bebé al pecho,
transmite al bebé. Cómo estimula en él sus TXLHQ HVWi FKXSDQGR UHJXODU \ YLJR-
apetencias y competencias, mientras inhibe URVDPHQWH 6LQ TXH DO SDUHFHU PHGLH
otras. El bebé comienza a participar y res- QLQJ~QLQGLFLRPDQL¿HVWRODPDGUHLQ-
ponder a la mamá, pero también a estimular- WHUUXPSH\OHUHWLUDHOSHFKR(OEHEp
ODFRQVXGHVDUUROORLPDJLQDWLYRLQFLSLHQWH UHVSRQGHOORUDQGR&XDQGRHOODTXLHUH
Cuando se habla de interacción en el reanudar el amamantamiento, el bebé
YtQFXORWHPSUDQRQRVHUH¿HUHDOVLPSOHHIHF- VLJXHIDVWLGLDGR\QRVHTXLHUHYROYHU
to de una conducta sobre la otra, sino de los DSUHQGHU&XDQGRVHOHSUHJXQWDSRU
VLJQL¿FDGRV LQWHUFDPELDGRV +D\ TXH WHQHU VXDFWLWXGODPDPiH[SOLFDTXHWHQtD
en cuenta la dimensión mental de los prota- WHPRU TXH HO EHEp VH DWUDJDQWDUD. Ha
JRQLVWDV'HPRGRTXHFRPRORGLFH/HERYL- reaccionado con angustia ante su pro-
ci, “el ámbito psíquico del bebé se constituye pia avidez. El bebé perdió súbitamen-
sobre la creación del deseo de la madre y por WH OD FRQWLQXLGDG GH XQD H[SHULHQFLD
VXSDUWHODYLGDPHQWDOGHODPDGUHFDHEDMROD SODFHQWHUD\OHFXHVWDUHDQXGDUtD/D
LQÀXHQFLDGHOGHVHQYROYLPLHQWRGHVXEHEp´3 madre, frente a la respuesta del bebé,
Ubicado en esta perspectiva, los conoci- FUHH FRQ¿UPDU VX WHRUtD HO PDOHVWDU
mientos del vínculo temprano provienen de GHOKLMRVHGHEtDDTXH chupaba H[FH-
estudios que tienen fuentes múltiples: sivamente.
3
Lebovici, S. (OODFWDQWHVXPDGUH\HOSVLFRDQDOLVWD$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
4
9HUSRUHM%LFN(³1RWDVVREUHODREVHUYDFLyQGHODFWDQWHVHQODHQVHxDQ]DGHO3VLFRDQiOLVLV´,QW-RI3V\FKRDQ;/9
³1RWHVRQLQIDQWREVHUYDWLRQLQSV\FKRDQDO\WLFWUDLQLQJ´HQ,QW-3V\FKR$QDO
⎛142 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

2. La teoría psicoanalítica: el psicoaná- FLHQWt¿FDVFRPRODEtología, la Psicología


lisis de adultos pero en especial el de niños Comparada, la Antropología, etcétera.
KDWUDWDGRGHUHFRQVWUXLUORVRUtJHQHVGHOD
vida mental. Se basa en dos postulados: pri-
mero, nada de lo que ha sucedido en el pa- En los orígenes del vínculo
VDGRVHERUUDMDPiVQRLPSRUWDFXDQWHP- temprano:
SUDQRKD\DRFXUULGR\VHJXQGRHOSDVDGR el período prenatal
cuando no puede recordarse, en circunstan-
cias apropiadas tiende a repetirse, en este El deseo de maternidad aparece temprana-
caso en la propia situación analítica. Han mente como un fuerte impulso a concebir,
VLGRORVSDFLHQWHVJUDYHVHQDQiOLVLVHVSH- a procrear, a dar vida a la vida. En la edad
cialmente los psicóticos los que más han DGXOWD VH FRQFUHWD HQ OD JHVWDFLyQ FXLGD-
contribuido a formulaciones que dan cuenta GR \ FULDQ]DGH ORV KLMRV$XQTXH SDUD DO-
de los desarrollos mentales más precoces. JXQRVVHWUDWDGHXQDSXOVLyQXQLYHUVDOVH
Las teorías del desarrollo temprano han lle- FRUUHVSRQGHFRQXQGHVHRTXHVHJHQHUDHQ
vado a reconstruir lo que se conoce como las experiencias tempranas de la niña, pero
el bebé del psicoanálisis. Por este proce- también del varón.
dimiento se accede a estados mentales y Con la fantasmática propia de las teorías
emocionales primitivos vividos en relación sexuales infantiles, este deseo atraviesa los
DREMHWRVDUFDLFRV PRPHQWRVFUXFLDOHVGHOFRPSOHMRGH(GLSR
Cuando la niña se compara con el varonci-
Importante: cuando más adelante se to, percibe su falta de pene. Su decepción
haga referencia a la participación la aparta de la madre y la acerca al padre.
GHIDQWDVtDV\GHVHRVGHOEHEpRGHOD Su situación edípica culmina en una identi-
madre, es para mostrar algunas situa- ¿FDFLyQFRQODPDGUH\en el deseo de tener
ciones prototípicas, de ninguna mane- un hijo del padre.56HJ~QRWURVDXWRUHVVX
UD ~QLFDV R H[FOXVLYDV VH PHQFLRQDQ decepción con la madre es aún más tempra-
como ejemplo a título ilustrativo. Aun- na y conduce a la niña a desear tener dentro
TXH OD SUHVHQFLD GH IDQWDVtDV SULPLWL- de sí un bebé que representa el pene paterno
vas es determinante de toda conducta FRPRREMHWRGHDPRU6 El jugar a la familia,
humana, los niveles de funcionamiento que la niña comparte con sus hermanos y
LQFRQVFLHQWHVQRVHPDQL¿HVWDQGLUHFWD- DPLJRVKDFHUcomo si fueran papá y mamá,
mente en los comportamientos cotidia- constituye en la infancia un referente mani-
QRVVLQRDWUDYpVGHWUDQVIRUPDFLRQHV\ ¿HVWRPiVGHOdeseo de ser madre.
GHULYDGRVFRPRORVVXHxRVDFWRVIDOOL- 1R GHMDQ GH HVWDU SUHVHQWHV IDQWDVtDV
GRV \ VtQWRPDV TXH ORV WRUQDQ LUUHFR- primitivas de la sexualidad y el parto, por
QRFLEOHVVDOYRSDUDPpWRGRVPX\HVSH- HMHPSORXQDFRQFHSFLyQYLROHQWDGHOFRLWR
cializados como el Psicoanálisis. FRPR LPSUHJQDFLyQ RUDO R FRPR SHQHWUD-
ción anal forzada, y tampoco de persistir la
3. Las observaciones que provienen WHRUtDLQIDQWLOGHODFORDFDMXQWRDIDQWDVtDV
de los aportes de la Psicología Infantil, de parto anal. A veces el bebé fantaseado
cuyo representante más destacado fue Jean por la niña puede ser equiparado incons-
3LDJHW   \ GH RWUD GLVFLSOLQDV FLHQWHPHQWH D KHFHV VXFLDV \ SHOLJURVDV OR

5
)UHXG6³$OJXQDVFRQVHFXHQFLDVSVtTXLFDVGHODGLIHUHQFLDDQDWyPLFDHQWUHORVVH[RV´  (QObra completa Tomo
;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
6
.OHLQ0(O3VLFRDQiOLVLVGHQLxRV. Cap. 9 Paidós, Buenos Aires, 1932.
⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , 143⎞

TXHODFRQGXFHDWHPRUHVGHOOHJDUDWHQHU VLJQRVGHHPEDUD]RGHVXPXMHU couvade 


un niño horrible y malformado. El deseo infantil de dar un bebé a la madre
Con la elaboración de estas fantasías, y advendrá cuando adulto, deseo de paterni-
la culpa y ansiedad que la acompañan, el dad SDUD SRGHU FRPSDUWLU FRQ VX SDUHMD HO
deseo de maternidad, que forma parte in- embarazo.
WHJUDO GH OD femineidad, se abrirá camino
hacia formas más adultas, realistas y cons-
cientes en la adolescencia, cuando la niña El embarazo
ya esté en condiciones de tener acceso a la
VH[XDOLGDGUHDODXQDHOHFFLyQH[RJiPLFD\ &XDQGRODPXMHUTXHGDHPEDUD]DGDLPSUH-
a quedar embarazada. YLVWDPHQWHRFRPRUHVXOWDGRGHXQDSODQL¿-
Con este recorrido previo y como todo FDFLyQ OD SRVLELOLGDG GHO KLMR IXWXUR FREUD
GHVHR QR HVWi QXQFD OLEUH GH FRQÀLFWRV \ vida y el deseo de maternidad se hace deseo
ambivalencias. Su elaboración forma parte GHKLMR$OJXQDVPXMHUHVHVSHFLDOPHQWHODV
de la problemática del acceso a la feminei- multíparas se dan cuenta de su embarazo
GDG TXH OH UHTXLHUH D OD PXMHU HQWUH RWUDV tempranamente, porque lo reconocen en sen-
cosas, renunciar o transformar sus aspectos VDFLRQHV FRUSRUDOHV (O KLMR imaginario, el
PDVFXOLQRV 3RU pVWH R DOJ~Q RWUR PRWLYR TXHSURYLHQHGHVXVIDQWDVtDV\MXHJRVLQIDQ-
SXHGHTXHHOGHVHRGHPDWHUQLGDGQROOHJXH tiles inviste rápidamente su embarazo hasta
DKDFHUVHXQOXJDUHQODFRQFLHQFLDRTXHGH el momento en que el hijo real comienza a
SRVWHUJDGRFRQWRGRWLSRGHUDFLRQDOL]DFLR- hacer sentir su presencia dentro de ella. Un
nes. Por otra parte, su concreción puede es- momento importante de este encuentro ocu-
WDULQKLELGDFRPRVXFHGHHQDOJXQDVVLWXD- rre cuando siente los primeros movimientos
ciones de infertilidad. La posibilidad real de del feto alrededor del cuarto o quinto mes.
ODPDWHUQLGDGHQIUHQWDDODMRYHQPXMHUFRQ
tener que renunciar o aplazar otros intere- Una embarazada lo describía con sen-
ses personales o profesionales. Si estas si- VDFLRQHVPX\SODFHQWHUDV³HOEHEpPH
tuaciones no se resuelven a tiempo, la edad WRFDSRUGHQWURHVFRPRXQDFDULFLD´
puede sorprenderla en el límite de las posi- /R LPDJLQDED QDGDQGR WUDWDQGR GH
ELOLGDGHVELROyJLFDVSDUDSURFUHDU FRQVHJXLUVH XQ OXJDU &XDQGR WXYR XQ
3RUORJHQHUDOHOGHVHRVHDEUHSDVR¿- HSLVRGLRGHGLDUUHDV\HOIHWRFRPHQ]yD
nalmente por las estructuras mentales más PRYHUVHPiVGHORKDELWXDOVHQWtDTXHOH
adultas con una fuerte intensidad. Los sue- SURWHVWDEDSRUVXVH[FHVRVDOLPHQWLFLRV
ños, a veces, dan cuenta del deseo de ma- \FXDQGRWHQtDERUERULVPRV\RWURVUXL-
ternidad o anuncian el embarazo. Freud GRV DEGRPLQDOHV SHQVDED TXH HO EHEp
UHODWD TXH OD HVSRVD GH XQ DPLJR UHFLpQ VH VHQWtD ³FRPR HQ HO PHGLR GH XQD
casada, soñó que estaba teniendo su perio- WRUPHQWD´&XDQGRLQLFLyORVHMHUFLFLRV
GR PHQVWUXDO OR TXH HQ HO OHQJXDMH GH ORV para aprender a pujar se le endurecía
sueños más allá de otros determinantes, sig- HOYLHQWUHGHWDOPDQHUDTXHWHPtDTXH
QL¿FDED no tener el periodo, es decir, estar el bebé se sintiera amenazado por una
embarazada.7 SUHPDWXUDH[SXOVLyQ6XSURSLDPDGUH
En el varoncito, el deseo de materni- SRUHOFRQWUDULROHKDEtDFRQWDGRTXH
dad con el tiempo encontrará sustitutos. En FXDQGR OD HVWDED JHVWDQGR ³VH PRYtD
ciertas culturas primitivas el hombre acom- WDQWRTXHOHKDFtDSHUGHUHOHTXLOLEULR\
pañará la situación padeciendo los mismos XQDYH]ODWLUyDOVXHOR´ £ 
7
)UHXG6³/DLQWHUSUHWDFLyQGHORVVXHxRV´  (QObra completa Tomos V y IV. Amorrortu, Buenos Aires,1992.
⎛144 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

/DSUiFWLFDUXWLQDULDGHODHFRJUDItDEULQ- sin duda son las renovadas investiduras


GDHQODVLPiJHQHVQXHYDVSRVLELOLGDGHVGH QDUFLVLVWDV\REMHWDOHVTXHOHGDQDODIXWXUD
¿JXUDFLyQ /DV PDGUHV dibujan al feto en madre una sensación de creciente vitalidad.
OD SDQWDOOD \ OR LPDJLQDQ GH ODV PDQHUDV Se siente plena, radiante, completa...
más diversas. Las posibilidades actuales de
conocer tempranamente el sexo del bebé 6LQ HPEDUJR PXFKRV WHPRUHV \ DQJXV-
le permiten incluirlo en sus ensoñaciones. tias le acechan: la expectativa de cómo le irá
Mientras transcurre el embarazo, la madre en el parto, si será capaz de ser buena madre,
WLHQHXQGLiORJRtQWLPRFRQVXEHEpSUHYp VLVHUiPHMRUGHORTXHIXHFRQHOODVXSURSLD
VXDVSHFWRSDUHFLGRDDOJXLHQVLJQL¿FDWLYR madre, cómo se ocupará del bebé, si se va a
para ella, le predice una vida, anticipa cómo dar cuenta de lo que éste necesite, etcétera.
OR YD D WUDWDU VH LPDJLQD FULiQGROR VHJ~Q (QWDQWRSUHGRPLQHQWHQGHQFLDVUHJUHVLYDV
sus propias experiencias infantiles, el tipo se va a sentir vulnerable y expuesta y con
de cuidados que tendrá con él y cómo el una creciente necesidad de cuidado. Su reno-
bebé le responderá. En todo momento la vada relación temprana con su propia madre
PDGUHPDQWHQGUiUHODFLRQHVUHDOHVRLPDJL- la sensibiliza y le marca el sendero por don-
narias con el bebé de su embarazo. Sus de- de debe recorrer su identidad como futura
seos, tanto como los del padre, tendrán una madre. Se acrecientan sus necesidades oral-
presencia decisiva en la futura vida mental dependientes de suministros narcisistas que
del niño. SXHGHQOOHJDUDGDUDOJXQRVVtQWRPDVFRPR
Ambos padres, al darle un nombre, lo vómitos, pica*, etcétera.
ubican dentro de su constelación familiar y Los cambios corporales que se suceden
HVWDDVLJQDFLyQHVDVLPLVPRDSURSLDGDSDUD OH DSRUWDQ VHQVDFLRQHV QXHYDV VH PRGL¿FD
SHUFLELUTXpOXJDURFXSDUiODFULDWXUDHQOD HQVXFRQWRUQRXQDLPDJHQSODFHQWHUD\RU-
vida fantasmática de los padres. JXOORVDFRPRPDPiSXHGHDOWHUQDUFRQRWUD
0XFKDV PXMHUHV YLYHQ EXHQD SDUWH GH YXOQHUDEOH \ GHVYDORUL]DGD FRPR PXMHU 6H
su embarazo con una creciente sensación de SXHGH VHQWLU LQVHJXUD GH VX VH[XDOLGDG WH-
ELHQHVWDU$OJXQDVGHVXVDQJXVWLDVSUHYLDV mer que no volverá a ser deseable, que su
parecen desaparecer, ciertos síntomas neu- cuerpo se arruinará por culpa del embarazo.
róticos también. Retrospectivamente dicen Por otra parte experimenta sensaciones nue-
TXH QXQFD VH VLQWLHURQ PHMRU TXH FXDQGR vas en relación con la preparación para la
HVWDEDQ HPEDUD]DGDV (Q DOJXQDV VH GLUtD lactancia, como el crecimiento de los pechos
que el embarazo funciona a la manera de o la erotización de los pezones. La preocu-
una histeria de conversiónVHDOHJUDQGHVX pación con su cuerpo, pero en especial por
HVWDGRGHSOHQLWXGGHVXFDSDFLGDGLQWHJUD- su vientre y por lo misterioso que sucede en
dora. Como también subyacen movimientos su interior moviliza sus ansiedades acerca
hormonales y metabólicos necesarios para del cuerpo materno y sus contenidos. Si tuvo
el crecimiento del bebé, se ha mencionado abortos previos puede revivirlos con tristeza
DODLQWHQVL¿FDFLyQGHODIDVHGHODSURJHV- FRPRSpUGLGDVLPSRUWDQWHVTXHDORPHMRUQR
terona como contribución al bienestar de la sintió en su momento. Pueden aparecer pre-
embarazada.9 Pero, ocupaciones inconscientes de cómo quedó


.XELH/&RPXQLFDFLyQSHUVRQDO4XLHUHGHFLUHOHPEDUD]RIXQFLRQDQGRFRPRXQDGHIHQVDSVLFROyJLFDTXHSURWHJHGHFRQ-
ÀLFWRVSUHYLRV\DOLYLDODDQJXVWLDTXHSRGUtDGHULYDUGHHOORV
9
Benedek, T. “Sexual functions in women”. En: Arieti, S. American +DQGERRNRI3V\FKLDWW\, Basic Books, New York, 1959.
* PicaHVHODSHWLWRSRUVXVWDQFLDVQRFRPHVWLEOHV HMFDUEyQWLHUUDWL]D RXQDSHWLWRDQRUPDOSRUDOJXQRVSURGXFWRVFRPHV-
WLEOHVTXHVHFRQVLGHUDQSHOLJURVRV
⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , 145⎞

su interior después de los abortos, si sucio o TXHGDED³TXLHWLWRGXUDQWH\GHVSXpV´


dañado y si le afectará al bebé. Otra paciente en su último mes de em-
La ambivalencia con el bebé estará pre- barazo, realizó un monitoreo fetal de
sente en tanto la maternidad sea un deseo rutina: durante el mismo observó con
ODUJDPHQWH DFDULFLDGR \ XQD DPHQD]D HQ VRUSUHVD FyPR FDGD YH] TXH HOOD \ HO
acecho. Con el amor podrá también sentir HVSRVRTXHHVWDEDWDPELpQSUHVHQWHVH
rechazo y hostilidad por él. Inconsciente- EHVDEDQ \ DEUD]DEDQ ORV PRYLPLHQWRV
menteORVLJQL¿FDUiFRPRHOSHQHGHVHDGR fetales aumentaban, mientras el ritmo
de su infancia, como la belleza envidiada de FDUGLDFRGHOIHWRSDVDEDGHD
la madre, como una parte de ella buena e SXOVRV /D VHFXHQFLD VH UHSLWLy YDULDV
idealizada, como una parte mala, persecuto- YHFHV (O IXWXUR SDSi FRPHQWy TXH VX
ria, devoradora o como las heces de un em- hijo estaba celoso.
barazo anal. &RQVFLHQWHPHQWH alimentará
fantasías de tener un tumor o un monstruo
deforme que aparecerá en sueños y fantasías La vida prenatal
ROHH[LJLUiDOPpGLFRHVWXGLRVSDUDGHWHFWDU y el vínculo con la madre
SRVLEOHVGHIHFWRVFRQJpQLWRVPiVDOOiGHOR
UD]RQDEOH3RUHOFRQWUDULRLPDJLQDUiSDUD Mientras tanto, ¿qué está pasando en el
VXKLMRXQIXWXURJUDQGLRVRTXHFROPDUiWR- útero con el bebé? ¿Cuánto de vida mental
das sus expectativas y la recompensará por SRGHPRVLPDJLQDUHQpOTXpSHUFLEHGHVX
todas sus decepciones pasadas. ámbito, qué características tiene la interac-
'HVGH XQD FRPSOHMD FRQVWHODFLyQ HPR- ción con la mamá, qué consecuencias le trae
FLRQDO OD HPEDUD]DGD HQWDEOD HVWD VLQJXODU para su vida futura?
UHODFLyQ FRQ HO KLMR D OD TXH JUDGXDOPHQWH Los adultos comparten fantasías uni-
HVWDUiSREODQGRGHVLJQL¿FDGRV\TXHWHQGUi versales de su primera morada. De ellas
tanta trascendencia para la vida mental del se alimenta el mito del paraíso perdido,
EHEp/RHQYXHOYHHQWRGRXQWUDEDMRGHHQ- FRPROXJDUDSDFLEOH\VLOHQFLRVRXQDHV-
soñación consciente e inconsciente, le habla pecie de Nirvana, prototipo de un estado
\DYHFHVFRPSDUWHFRQHOSDGUHHVWHGLiORJR narcisista donde se ven colmados todos
eVWHSDUWLFLSDUiGHOPLVPRVHVHQWLUiRUJX- los deseos y necesidades. El dormir se
lloso de su futura paternidad y en disponibi- suele representar como una vuelta noc-
OLGDGSDUDHMHUFHUODRVHVHQWLUiH[FOXLGR\ turna al seno materno. Sueños y fantasías
FHORVRVHJ~QVXSURSLDFRQVWHODFLyQHGtSLFD DWHVWLJXDQHVWHGHVHRGHYROYHUDOVLOHQFLR
La relación entre ambos padres necesitará de de la vida intrauterina, a su quietud, a ve-
XQOXJDUWHUFHURKDVWDHQWRQFHVYLUWXDOSDUD ces con la esperanza de un renacimiento a
TXHHOIXWXURKLMRSXHGDLURFXSiQGROR(VWD XQDYLGDPHMRU
UHXELFDFLyQ QR GHMDUi GH SURYRFDU WHQVLR- Como puede advertirse, hay mucho de
QHVHQODSDUHMD\KDVWDFDPELRVHQVXYLGD no vida en esta fantasía o directamente de
sexual. Podrán manifestarlo como falta de muerte. Freud dice sobre este tema: “No fue
GHVHRRGHRUJDVPR/DSUHVHQFLDGHOKLMRVH sino hasta hace poco que aprendí a apreciar
KDUiVHQWLUGHVGHWHPSUDQRHQODSDUHMDGH la importancia de fantasías y pensamientos
una u otra manera. inconscientes acerca de la vida en el vientre
materno. Contiene una explicación de los
8QD HPEDUD]DGD FRQWDED TXH FXDQGR WHUURUHV TXH PXFKD JHQWH WLHQH D VHU HQWH-
WHQtD UHODFLRQHV VH[XDOHV HVWDED PX\ rrada viva; también aporta las bases incons-
atenta a los movimientos del feto, no- cientes más profundas para la creencia en la
WDQGRTXHHQHVDVVLWXDFLRQHVHOEHEpVH sobrevida después de la muerte, la cual me-
⎛146 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

ramente representa una proyección al futuro materna. También se conocen otras con la
de esa vida ominosa previa al nacimiento. música o el canto. Habrá que ser natural-
Por lo tanto, el acto del nacimiento es la pri- mente cauteloso con la interpretación de
PHUD H[SHULHQFLD GH DQJXVWLD GH HVWD PD- los resultados.12 Pero como también señala
QHUD HO RULJHQ \ HO SURWRWLSR GHO DIHFWR GH Lebovici, “la voz humana constituye una de
DQJXVWLD´ Le llama vida ominosa, esto es, las modalidades de la impresión sonora que
infausta o siniestra YHUFDStWXOR;, . SUHSDUDDOIXWXUREHEpSDUDODHVSHFL¿FLGDG
Pero, más allá de las ideas o fantasías con de la relación con la madre”.13 Los bebés
TXHORVDGXOWRVVHUH¿HUHQDVXYLGDSUHQDWDO reconocen la voz materna a los 5 días de
la evidencia de la vinculación en esos mo- QDFHU VH FKXSDQ PiV HO SXOJDU FXDQGR OD
mentos de la madre con el feto está fuera de escuchan que con la voz de un extraño.14
cuestión. Como lo dice Lebovici, “la riqueza Se conocen los efectos que sobre los mo-
GH ORV LQWHUFDPELRV HQ ORV LQPHQVRV ODJRV vimientos fetales y el ritmo cardíaco del feto
VDQJXtQHRVIHWRSODFHQWDULRVSURGXFLUiLPSRU- tienen ciertos acontecimientos emocionales
tantes consecuencias en la madre y en quien VXIULGRV SRU OD PDGUH SRU HMHPSOR OD SpU-
KDEUiUHVXOWDGRVHUVXKLMR´11 El feto se pone dida del esposo, la muerte de un familiar, un
GHPDQL¿HVWRSXHGHSHUFLELUVHHQORVPRYL- accidente violento, etcétera. En estos casos,
mientos que produce, por la relación que se el efecto sobre el feto, medido sobre varia-
nota entre su actividad y las circunstancias de EOHVFRUSRUDOHVHVPiVLQWHQVR\SURORQJDGR
ODYLGDGHODPDGUH3RUHMHPSORODPDGUHFR- que sobre la madre.15 La clínica da cuenta de
mienza a notar cuando su bebé tiene hipo y le ODVFRQVHFXHQFLDVTXHSXHGHQOOHJDUDWHQHU
GDDOKHFKRWRGRWLSRGHVLJQL¿FDFLRQHV HQODPDGUHODPXHUWHGHOHVSRVRRDOJXQRGH
3RU LQYHVWLJDFLRQHV UHFLHQWHV VH VDEH sus padres, el impacto sobre su embarazo y
que el bebé es incitado por múltiples estí- ODFULDQ]DVXEVLJXLHQWHGHOQLxR(VSRVLEOH
mulos, táctiles, térmicos, de equilibrio. El suponer en estos casos que el duelo materno
IHWRGHJOXWH\HVVHQVLEOHDGLVWLQWRVHVWtPX- SXHGHOOHJDUDGHVLQYHVWLUODLQWHQVtVLPDFR-
ORVJXVWDWLYRV2\HGLVWLQJXH\UHVSRQGHD nexión emocional que mantenía con su bebé
numerosos ruidos que produce la madre o y a desvincularla de él.
que vienen del exterior. Por supuesto, la po- El periodo prenatal es muy importante
VLELOLGDGGHSHUFLELUQRDEUHMXLFLRVREUHVX en el establecimiento de los fundamentos de
HVWDWXVFRPRVXMHWRGHODSHUFHSFLyQ la salud mental para el bebé que va a na-
Desde los 6 meses es posible advertir cer. El cuidado del estado emocional de la
PRGL¿FDFLRQHVGHOULWPRFDUGLDFRDQWHGH- madre, de sus temores y esperanzas es una
terminados sonidos: responde con una ace- parte esencial de la tarea médica. Su deseo
leración frente a los ruidos que se trasmiten GHPDWHUQLGDGKDFXOPLQDGRHQODJHVWDFLyQ
SRUORVWHMLGRVPDWHUQRV6HKDQKHFKRH[- GH XQ KLMR HVSHUDGR DGRUDGR LGHDOL]DGR
periencias para tratar de precisar cómo sería pero también desconocido, temido, fuente
escuchar la voz humana desde la cavidad GHPDOHVWDU\GHDQJXVWLD(OSHULRGRVLJXH

)UHXG6³/D,QWHUSUHWDFLyQGHORVVXHxRV´  (QObra completa Tomo V. Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
11
Lebovici, S. Ibidem
12
8QDPDPiOHDGYHUWtDDVXKLMDHPEDUD]DGDTXHVHFXLGDUDGHSURQXQFLDUSDODEUDVREVFHQDV£SRUTXHHOEHEpODVSRGtDHVFX-
char!
13
Lebovici, S. Ibidem
14
0HKtHU-\RWURV³,QIDQWUHFRJQLWLRQRIPRWKHUV¶YRLFH´Percepcion  
15
6RQWDJ/:3RVVLEOHUHODWLRQVKLSRISUHQDWDOHQYLURPHQWWRVFKL]RSKUHQLDHQ(WLRORJ\RI6FKL]RSKUHQLD, Don Jackson, Basic
%RRNV1HZ<RUN
⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , 147⎞

FRQODLQLFLDFLyQGHOWUDEDMRGHSDUWR\FXO- XQDSDUWHGHVt´RFRPRDOJRSDUHFLGRHQ
mina con el alumbramiento. el límite a vivencias de despersonalización o
de quiebra del sentido de continuidad exis-
tencial. Frente a esta situación, de fuertes
La experiencia del parto dolores y emociones intensas, el bebé será
y su significado su recompensa por la experiencia pasada o
para la salud mental el culpable de lo que le pasa. Pero con todo,
preferirá no perderse la experiencia: la anes-
(O YtQFXOR TXH OD PXMHU HPEDUD]DGD WLHQH WHVLDSRUHMHPSOROHSULYDGUDPDWLFLGDGD
con su bebé sufre un cambio dramático al VXVYLYHQFLDV\OHJHQHUDODVHQVDFLyQGHQR
atravesar la experiencia del parto. Para la haber participado activamente en el parto.
madre se trata de una vivencia extrema, $ RWUDV VLQ HPEDUJR QR KDEUi PDQHUD GH
intensa, profundamente dolorosa pero tam- convencerlas de no recurrir a ella.
bién muy placentera y de la que nunca se Como fue ya mencionado, se ha asociado
ROYLGDUi(OQDFLPLHQWRGHOEHEpOHRWRUJD- HO GHVDUUROOR GH DQJXVWLD HQ HO VHU KXPDQR
rá sentido a esta situación límite por la que a la experiencia del trauma del nacimiento.
está atravesando. Al bebé recién nacido se lo supone inundado
Durante el embarazo ha sentido crecien- por estimulaciones que lo sobrepasan, que no
WHVWHPRUHVSRUODOOHJDGDGHHVWHPRPHQWR SXHGHGHULYDURFRQWURODU6HMXVWL¿FDLJXDO-
TXH DQWLFLSD OD HPHUJHQFLD GH HPRFLRQHV mente considerar a la experiencia del parto
YLROHQWDV\GHULHVJRGHPXHUWHSDUDHOOD\ como traumática para la madre. Se trata de
para el bebé. Ahora que ha comenzado el un verdadero estado de shock emocional que
WUDEDMRGHSDUWR\ODVFRQWUDFFLRQHVVHKD- tendrá consecuencias duraderas por el resto
FHQFDGDYH]PiVIUHFXHQWHVODDQJXVWLDHV GH VX H[LVWHQFLD &XDQGR OR HODERUH MXQWR
considerable. DODH[SHULHQFLDGHOFXLGDGRGHVXVKLMRVOH
permitirá crecer y profundizar el sentido de
(QHOSDUWRGRORUSODFHU\DQJXVWLDVH su vida. Como con otros impactos emocio-
potencian recíprocamente. Dolor inso- QDOPHQWHIXHUWHVHQODYLGDGHODPXMHUQDGD
portable, despedazante, pero también VHUiLJXDOGHVGHHQWRQFHV
RUJiVPLFRTXHPRYLOL]DIDQWDVtDVUHIH- El parto inicia el precocísimo vínculo
UHQWHV DO FXHUSR \ D VX LQWHJULGDG GH GH OD PDGUH FRQ VX KLMR IXHUD GHO YLHQWUH
YDFLDPLHQWR\GHFDVWUDFLyQ/DDFWLWXG El bebé participa con su grito inaugural. A
\ODSDODEUDFiOLGD\DIHFWXRVDGHOREV- partir de ese llanto se empiezan a atribuir
WHWUD\ODSDUWHUDVHUiQHVHQFLDOHVSDUD VLJQL¿FDGRVDODVPDQLIHVWDFLRQHVGHOEHEp
D\XGDUOD D DWUDYHVDU HVWRV PRPHQWRV lo que lo va humanizando tempranamente,
cruciales. incluyéndolo en el proceso de socialización.
El momento inicial frente al hijo real recién
0XFKDV GH HVWDV VLWXDFLRQHV JHQHUDQ QDFLGRJHQHUDXQSURFHVRUHODFLRQDOQXHYR
FRPSOLFDFLRQHVHQHOWUDEDMRGHSDUWR3RU DOJRGLVWLQWRGHOHPEDUD]RGDFRPLHQ]RKD\
eso la introducción de procedimientos pre- TXH KDFHUOH OXJDU PHQWDO DO EHEp GLIHUHQWH
vios que preparan a la embarazada para to- del que se pensó que sería. El dolor y el parto
lerar la experiencia y en especial el dolor. KDQ SXHVWR ¿Q D OR LPDJLQDGR OR UHDO KDFH
Una vez pasado, la parturienta describe los irrupción. Familiarizada con su bebé dentro
PRPHQWRV SRVWHULRUHV FRPR ³XQ GHVJDUUR de ella, también lo tiene ahora como un ob-
un desprendimiento, una ruptura, un perder MHWRUHDOGHVFRQRFLGRHLQLFLDOPHQWHDMHQR16
16
8QDHPEDUD]DGDVHLPDJLQDEDGLFLpQGROHDVXEHEpFXDQGRVHORHQWUHJDUDQ³$VtTXHHUDVDVtSRU¿QVpFyPRVRV´
⎛148 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

+DVWDSXHGHLPDJLQDUTXHQRHVVXEHEpTXH la puérpera atraviesa un proceso de


VHORKDQFDPELDGRRUREDGR&LHUWRJUDGRGH GXHORSRUVXJUDYLGH]SHUGLGD\SRUHO
desilusión es inevitable. KLMRLPDJLQDULRTXHHUDSHUIHFWRLGHDO
La madre al principio parece desconcer- FRPSOHWR YDUyQ \ PXMHU 'HEH DKRUD
WDGD VXHOH H[SHULPHQWDU GL¿FXOWDGHV HPR- hacer un espacio al hijo recién nacido,
cionales antes de percibirlo como propio, UHLQYHVWLUHQpOVXVDQKHORV\GHVHRVOR
VH VLHQWH DOHMDGD H[KDXVWD QR LQWHUHVDGD cual implica un fuerte cambio en su di-
Mientras el bebé, en las horas inmediatas, námica mental.
pasa un tiempo en calma, durmiendo para
recuperarse, ella siente su cuerpo dolorido, Y con esto hace una fuerte recomenda-
quiere descansar. Pero es llamada a cuidar FLyQ³(QYLUWXGGHHVWHWUDEDMRGHUHRUJDQL-
del bebé, que pronto tiene hambre, llora, zación es importante que en el periodo sen-
debe ser cambiado. Si hasta el parto estuvo sible de conmoción psicoafectiva del pos-
DQJXVWLDGD SRU VX LQWHJULGDG FRUSRUDO \ OD SDUWRODPDGUHWHQJDSRUORPHQRVODRSRU-
GHVXEHEp UHLWHUDGDPHQWHSUHJXQWDVLHVWi tunidad de brindar sus cuidados al recién
completo, si no está despedazado y necesita QDFLGR´ SiJ &REUDQDVtLPSRUWDQFLD
YHUOR SDUD FHUWL¿FDU TXH HVWi LQWDFWR  DKRUD las prácticas del rooming-in, que consisten
está inquieta por los primeros contactos con HQGHMDUDOEHEpHQODKDELWDFLyQGHODPDGUH
él. Para la madre el nacimiento de un bebé \RUJDQL]DUFRQWDFWRVFXWiQHRVSLHODSLHO
VDQR VLJQL¿FD TXH HO LQWHULRU GH VX FXHUSR durante varias horas al día, el recién nacido
y los bebés que contiene están ilesos y bien es colocado sobre el vientre de la madre.
hechos, lo que es para ella sumamente recon-
fortante porque refuta muchos de sus temo-
res previos. El padre
Tiene muchos motivos para amarlo, para
FXLGDUOR SDUD SURWHJHUOR \ WDPELpQ SDUD ÒOWLPDPHQWHFRQFLHUWRDWUDVRORVLQYHVWLJD-
odiarlo &RPR VXJLHUH :LQQLFRWW HO EHEp dores se han ocupado de estudiar las reaccio-
“no es la propia concepción mental de la QHVGHOSDGUHDQWHHOHPEDUD]RGHVXSDUHMD\
PDGUHQRHVHOGHVXVMXHJRVLQIDQWLOHVQR HOQDFLPLHQWRGHVXKLMR/DPDWHULDOL]DFLyQ
HVSURGXFLGRPiJLFDPHQWHLQWHU¿HUHHQVX de su paternidad conmueve profundamente
YLGDSULYDGDHVXQSHOLJURSDUDVXFXHUSR VXYLGDHPRFLRQDO\FRPSDUWHFRQODPXMHU
le hace daño en los pezones, la muerde... et- muchas de las expectativas favorables, pero
cétera”.17 Lo ama, pero inconscientemente WDPELpQDYHFHVORVWHPRUHVGHOOHJDUDWHQHU
OR RGLD SRU ORV DJUDYLRV TXH HO QLxR OH LQ- un bebé anormal, monstruoso, como conse-
ÀLJHDVX<R\DVXQDUFLVLVPR/DPDGUH cuencia de deseos sádicos no conscientes,
VLQHPEDUJRWLHQHODSRVLELOLGDGGHVREUH- que en su infancia pudo haber tenido contra
ponerse a esos sentimientos y canalizar su el vientre materno. Es posible que se pre-
amor a través de los cuidados del bebé, con JXQWHLQFRQVFLHQWHPHQWHGXUDQWHHOHPEDUD-
ORVTXHpVWHFUHFH\VHEHQH¿FLD zo sobre el destino de los contenidos que él
De esta constelación emocional se nutre LQWURGXMRHQHOYLHQWUHGHODPXMHUVXSHQH
HQ DOJXQDV FLUFXQVWDQFLDV OD DÀLFFLyQ SRV su esperma. También el tener un bebé sano
parto, con su sensación de vacío y pérdida representa para el padre un alivio. Con el he-
que reedita carencias tempranas con la pro- cho de salir el bebé del vientre también sien-
SLDPDGUH6HJ~Q/HERYLFL WHTXHUHFXSHUD³DOJRGHVtPLVPR´GHORTXH

17
:LQQLFRWW'³2GLRHQODFRQWUDWUDQVIHUHQFLD´(Q(VFULWRVGH3HGLDWUtD\3VLFRDQiOLVLV(G/DLD%DUFHORQD

Lebovici, S. Op. cit.
⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , 149⎞

estuvo separado a pesar de que él también lo veer apoyo, sostén y contención a la díada
había hecho posible. madre-bebé para que ésta se desarrolle en
Estas condiciones y otras tal vez expli- ODVPHMRUHVFRQGLFLRQHVSRVLEOHV
quen las vivencias que los padres expresan Inmediatamente después del parto, la
DUDt]GHOQDFLPLHQWRGHVXKLMRUH¿HUHQXQ PDPi SXHGH WHQHU XQD GL¿FXOWDG LQLFLDO
sentimiento de exaltación extrema, de ple- SDUDOOHJDUDVHQWLU\YLYLUDVXEHEpFRPR
QLWXG FRQ XQ JUDQ DXPHQWR GH VX DXWRHV- SURSLR$OJRSDUHFLGRFRQRWURVLJQRVX-
WLPDHVWiQOOHQRVGHHQHUJtDGHIXHU]DGH cede con el padre. A partir de ese momen-
SUR\HFWRV HWFpWHUD $OJXQRV LQYHVWLJDGR- to, se empiezan a recomponer los vínculos.
UHV VH SUHJXQWDQ VREUH XQD SRVLEOH GHSUH- No mucho después, el bebé participará ac-
sión subyacente a estas manifestaciones, el tivamente, sobre todo por medio de la mi-
HTXLYDOHQWH GH OD DÀLFFLyQ SRVSDUWR HQ OD rada, en marcar su presencia, dar muestras
madre. También se ha detectado frente a la de reciprocidad en el vínculo con ellos y
H[SHULHQFLD GHO SDUWR FLHUWR JUDGR GH GHV- empezar el intercambio de afectos. Para la
SHUVRQDOL]DFLyQVHPHMDQWHDOVXIULGRSRUOD PDGUH\HOSDGUHVLJQL¿FDFRPHQ]DUDVHU
madre.19 UHFRQRFLGRV HQ VX LGHQWLGDG FRPR SURJH-
6HDFRPRVHDKD\FRQVHQVRJHQHUDOL]D- nitores. Este sentimiento tranquiliza y pre-
do sobre el valor trascendente de la función dispone favorablemente para la etapa que
del padre durante este periodo: el de pro- VLJXH

19
*UHHQEHUJ010RUULV³(QJURVVPHQWWKHQHZERUQLPSDFWXSRQGHIDWKHU´$P-RI2UWKRSV\FK 1974;V,44.
XIII
Aspectos manifiestos
del vínculo temprano (II)

En el estudio del vínculo temprano entre A su vez, el bebé también es fuente de


HO EHEp \ VXV SDGUHV HV SRVLEOH GLVWLQJXLU estímulos para la madre, aunque más no
D VXVaspectosPDQL¿HVWRV\IHQRPHQROy- sea por el hecho de dormir, llorar o ma-
JLFRV\E ODSRVLEOHUHFRQVWUXFFLyQGHORV mar. Es de suponer que el bebé no está
estados subjetivos más primitivos del bebé, HQFHUUDGR RULJLQDULDPHQWH HQ XQD móna-
sus vivencias mentales más tempranas. El da narcisista sino, por el contrario, abier-
modelo teóricoTXHGDFXHQWDGHODJpQHVLV WR HQ VX VXEMHWLYLGDG DO PXQGR GH ORV
y desarrollo de las estructuras mentales fue REMHWRV VXV VHPHMDQWHV 6LHQGR TXH HQ
estudiado en capítulos anteriores (ver capí- pO DOWHUQDQ ORV HVWDGRV GH YLJLOLD FRQ ORV
WXORV,9D; . GHOVXHxRVHVXSRQHTXHWHQJDGHHQWUD-
da por lo menos, un estado rudimentario
de conciencia perceptiva, una especie de
Lo observable sensación de presencia en el mundo.1 Lo
en la relación temprana interesante de señalar

Cuando la madre sostiene por primera vez es el nacimiento del bebé a la vida men-
a su recién nacido en brazos, le sonríe, lo WDOODVSULPHUDVVHxDOHVGHODSUHVHQFLD
toca, lo acaricia, lo mima, lo arrulla, le GHXQ<RSRUGpELO\IUiJLOTXHLQLFLDO-
brinda su calor, su olor. Son estímulos que mente pudiera ser.
el bebé puede recibir porque, desde el pe-
ríodo fetal y más a partir del nacimiento, Desde él se entabla las precocísima rela-
está en condiciones de hacerlo. Las ex- ción entre el bebé y su madre, ya fuera del
periencias de los primeros momentos del ámbito uterino. La madre lo recibe y desde
bebé son de vivencias y sensaciones cor- VX SURSLD DWULEXFLyQ GH VLJQL¿FDGRV YD UH-
porales. conociendo TXLpQ es su bebé:

1
/DJDFKH'³/DSV\FKDQDO\VHHWODVWUXFWXUHGHODSHUVRQDOLWH´(Q/DSODQFKH-1XHYRVIXQGDPHQWRVSDUDHO3VLFRDQiOLVLV.
$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛152 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Una mamá notó en los primeros días de VX EHEp \ WHQHUOR HQ OD FDPD MXQWR D HOODV
ODFWDQFLDTXH³DSDUWLUGHOPRPHQWRHQ ORVGtDVTXHVHJXtDQDOSDUWRFXDQGRHUDQHQ-
TXH OD OHFKH UHHPSOD]y DO FDORVWUR £PL trevistadas con el bebé, pasados treinta días,
nena empezó a sonreírme cuando mama- QRWDEDQVLJQL¿FDWLYDVGLIHUHQFLDVVHPDQWH-
ED´&UHtDTXHODEHEDOHHVWDEDUHFRQR- QtDQPiVFHUFDGHOEHEpWHQGtDQDDSDFLJXDU-
FLGD\VHORKDFtDVDEHUFRQXQDVRQULVD lo, mostraban más interés y participación. Es
decir, habían establecido un vínculo con el
Se puede suponer que esta mamá desea- bebé de más cuidado. Al año, la tendencia se
ba saber, porque tenía dudas, si ella había había acentuado. Con éstas y otras observa-
estado alimentando satisfactoriamente bien ciones nacieron las técnicas del rooming in.
a su bebé. Este dato no iba a tardar en ha- Entre los animales, se denomina im-
cerse sentir en la forma en que se iría or- pronta DO DSUHQGL]DMH UHDOL]DGR GXUDQWH XQ
JDQL]DQGRODUHODFLyQHQWUHDPEDV/DVLQ- determinado período sensible de la vida del
quietudes maternas siempre encuentran la individuo, que se conserva toda la vida y no
manera de expresarse: VH ROYLGD MDPiV 'LFKR DSUHQGL]DMH QR VH
realiza fuera de los períodos sensibles, de
Otra mamá probó su leche para saber si ahí su importancia. En el nivel humano, al
era dulce. Había escuchado en el grupo período que comprende las primeras horas
GHHPEDUD]DGDVGHOTXHSDUWLFLSyTXHDO- y días después del parto se le ha llamado el
gunos bebés pueden recibir de sus madres período sensible de la relación madre-bebé.
leche salada \PRULUSRUGHVKLGUDWDFLyQ Se ha explicado esta sensibilidad en base a
PRGHORVHWROyJLFRV\DOLPSDFWRWUHPHQGR
Se conocen estudios2 sobre los primeros que tiene la experiencia del parto y los mo-
PRPHQWRVTXHVLJXHQDOQDFLPLHQWRFXDQGR PHQWRVTXHOHVLJXHQTXHGHMDQXQOD]RLQL-
OHHQWUHJDQHOEHEpDODPDGUH$XQFXDQGR FLDO¿UPHPHQWHHVWDEOHFLGRSDUDHOIXWXUR
las observaciones pueden ser muy diferen- /DPDGUHWRPDDVXFDUJRODWDUHDGHFULDU
tes, las madres comienzan a tocar a sus be- a su bebé, alimentarlo, cuidarlo, proveer a sus
bés con la punta de los dedos, pasando a un necesidades con una especial predisposición
FRQWDFWRFRQODSDOPDGHODPDQR\OXHJRDO emocional que se ha ido acentuando desde los
LQWHUpVSRUODPLUDGDGHOEHEp(QJHQHUDOHO últimos meses del embarazo. Es de recordar
contacto corporal inicial con la madre apaci- TXpFRPSOHMRSXHGHOOHJDUDVHUHOOD]RDIHF-
JXDDOEHEp6LpVWDOHRIUHFHHOSHFKRORTXH tivo de la madre con su bebé, compuesto de
el bebé hace es lamer el pezón de la madre intensos impulsos de amor, odio y temores,
varias veces. De ahí en más, el contacto cor- UDFLRQDOHVHLUUDFLRQDOHV(QHOPHMRUGHORV
SRUDOHQWUHDPERVVLJQDUiXQDUHODFLyQGHXQ FDVRV VH HQWUHJD SRU HQWHUR D OD FULDQ]D FRQ
DOWRJUDGRGHLQWLPLGDG\TXHVHUiSRUWDGRUD DSDVLRQDPLHQWR\GHGLFDFLyQUHOHJDQGRWRGD
de precoces procesos de comunicación. otra preocupación personal, en un estado
Otros estudios han señalado la importan- como de sensibilidad exaltada, adaptándose
cia del contacto inicial con la madre: dos pe- delicada y sensiblemente a su bebé.
GLDWUDVQRUWHDPHULFDQRV.ODXV\.HQQHO3 hi-
cieron una experiencia que demostró que las Winnicott denomina a este estado men-
madres que podían tener más contacto con tal de la madre preocupación maternal

2
.ODXV\FRO³'RHVKXPDQPDWHUQDOEHKDYLRUDIWHUGHOLYHU\VKRZDFKDUDFWHULVWLFSDWWHUQ"´(QParent-infant interaction.
Ciba Foundation, 1976.
3
.ODXV0\-.HQQHO0DWHUQDOLQIDQWERQGLQJWKHLPSDFWRIHDUO\VHSDUDWLRQRUORVVRIDPLO\GHYHORSPHQW. Mosby, Saint
Louis, 1976.
⎛ XIII $VSHFWRVPDQL¿HVWRVGHOYtQFXORWHPSUDQR , 153⎞

primaria \ORGHVFULEHFRPRXQDVXHUWH sea el que lo muestra en todo su esplendor


GHUHSOHJDUVHVREUHHOODPLVPDTXHOH porque reúne de manera natural los compo-
aporta al bebé el marco emocional en nentes esenciales de la interacción entre la
HOTXHVXVWHQGHQFLDVDOGHVDUUROORFR- madre y su bebé. La postura adoptada por la
menzarán a desplegarse. madre y la manera como lo sostiene expresa
VXDFWLWXGKDFLDHODPDPDQWDPLHQWRVXJUD-
6XFHGHTXHODVYLYHQFLDVUHJUHVLYDVSUH- do de comodidad o incomodidad, su mayor
sentes desde el comienzo del embarazo se o menor distancia afectiva con la experien-
han ido acentuando y le permiten ocuparse cia, su capacidad para contribuir a que sea
de esta tarea con XQLQWHUpVGRPLQDQWH\H[- una vivencia de bienestar o malestar para su
clusivo. Pasado unos meses, la madre se re- bebé.
cupera de este estado tan parecido a una ob- (O PRGR HQ TXH OD PDGUH PDQHMD ORV
sesión y hasta se olvida de él por completo. DVSHFWRVHVSHFt¿FRVGHODODFWDQFLD±FyPR
3DUDTXHVHSXHGDDGDSWDUDODVLQ¿QLWDV sostiene al bebé, cómo le ofrece el pezón,
sutilezas de los cuidados maternos, la ma- FyPRVHDGDSWDDODIUHFXHQFLD\UHJXODUL-
GUH GLVSRQH GHO PHFDQLVPR SVLFROyJLFR GH dad del ritmo de succión, si interrumpe en
ODLGHQWL¿FDFLyQRGHXQDGHVXVYDULHGDGHV el momento adecuado, su paciencia o impa-
que se conoce como empatía, por el que pue- ciencia, etcétera– depende de su capacidad
GHSRQHUVHLPDJLQDULDPHQWHHQHOOXJDUGHO de contacto, nivel de ansiedad y experiencia
bebé, intuir sus necesidades y responder a previa. Esta situación la remite inconscien-
ellas recurriendo inconscientemente a su pro- temente a la relación que tuvo al pecho con
pio repertorio de experiencias tempranas. su propia madre.
El momento de la lactancia incluye mi-
Se llama empatía a un tipo particular radas, caricias y sonrisas recíprocas, pala-
GH LGHQWL¿FDFLyQ SDUFLDO \ WHPSRUDULD bras de la madre y sonidos del bebé, siem-
FRQRWUD SHUVRQD \TXHGHVHPSHxDXQ pre y cuando la relación transcurra armo-
papel central en la comprensión de los niosamente. Lo habitual es que la situación
sentimientos del objeto. Sin perder su permita momentos compartidos de profun-
identidad ni confundirse con él, puede do placer y bienestar, signados por su alto
WROHUDUTXHVHERUUHQSDUFLDOPHQWHORV FRQWHQLGRVHGXFWRU\HUyWLFR.
OtPLWHVHQWUHHOOD\VXEHEp 3RU RWUD SDUWH OD WDUHD HV DJRWDGRUD OD
demanda del bebé es permanente, los afectos
Este mecanismo es esencial para mante- tiernos se mezclan por momentos con frus-
QHUHOFRQWDFWRSHURDOJXQDVPDGUHVHPR- tración y rabia. Toda esta relación requiere
FLRQDOPHQWHLQHVWDEOHVQRSXHGHQORJUDUOR de un fuerte sostén ambiental, en especial por
temen descompensarse y ponen distancia parte del padre, que debe, sorteando sus sen-
prematuramente con su niño. timientos de exclusión, contener a ambos.
Pero fuera de la situación alimentaria,
queda el resto de las actividades de la ma-
La experiencia dre, en situaciones más o menos típicas, por
de la lactancia HMHPSORHOFDPELRGHSDxDOHVHOEDxRHO
y el ser tenido en brazos tranquilizarlo y hacerlo dormir, el levantar-
lo y tenerlo en brazos. Sobre esto último, se
De todos los momentos por los que pasa el han observado formas diferentes de tener el
vínculo temprano, tal vez el de la lactancia bebé en brazos.
4
:LQQLFRWW'3UHRFXSDFLyQPDWHUQDOSULPDULDHQ(VWXGLRVGH3HGLDWUtD\3VLFRDQiOLVLV. Ed. Laia, Barcelona, 1956.
⎛154 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Pero lo que interesa, más que el com- la nursery. El llanto es el medio por el que,
portamiento en sí, es el diálogo corporal LQLFLDOPHQWHGHXQDPDQHUDLQHVSHFt¿FDHO
TXHPDGUHHKLMRPDQWLHQHQDWUDYpVGHGLV- EHEpH[SUHVDVXPDOHVWDUPHGLDQWHJULWRV\
tintas posturas \ WRQR PXVFXODU HO JUDGR pataleos. La madre, atenta a su bebé, irá in-
de bienestar o malestar que interviene, los dividualizando y discriminando sus estados
sentimientos y los afectos que circulan por HPRFLRQDOHVDWUDYpVGHDVLJQDUOHVXQDVLJ-
la relación. El sostenimiento y el manipu- QL¿FDFLyQ HQ IXQFLyQ GH VX SURSLR PXQGR
leo corporal materno han sido metaforiza- de experiencias. En ese sentido, la madre se
dos con un término que se ha popularizado DQWLFLSD\JUDGXDOPHQWHLQWURGXFHDVXEHEp
como holding. en la posibilidad de nominar o poner pala-
bras a sus necesidades, mucho antes de que
+ROGLQJes la manera de aludir a una el bebé pueda entenderlas.
situación donde el bebé se puede sentir /RV JULWRV GHO EHEp YDUtDQ GHVGH XQD
adecuadamente contenido en los bra- TXHMDGHLQWHQVLGDGUHJXODUDORVTXHWUDQV-
]RVGHODPDGUHTXHLQWHUQDOL]DFRPR PLWHQXQDLQWHQVDDÀLFFLyQ3RUDOJXQDVLQ-
EUD]RV LPDJLQDULRV TXH OR DEDUFDQ \ YHVWLJDFLRQHVUHFLHQWHVVHVDEHTXH
lo sostienen emocionalmente. Un hol-
GLQJDGHFXDGRSHUPLWHTXHWHQJDOXJDU los lactantes en condición de riesgo por
la integración de los primeros estados alguna enfermedad lo delatan por la
mentales del bebé. calidad del sonido del llanto: más agu-
GR ODVWLPRVR SHQHWUDQWH \ JHQHUDGRU
Importantes referencias teóricas se des- de sensaciones de malestar en el obser-
prenden de este concepto, no sólo para el YDGRUORTXHSDUDXQHTXLSRSHGLiWULFR
vínculo temprano, sino para la relación tiene un valor incalculable.5
médico-paciente. En momentos críticos,
el médico tendrá que asumir la función de Pero no sólo importa la calidad del llan-
sostener y contener al paciente, de hacer de WRGHOEHEpVLQRHOKHFKRGHTXHODUHJXOD-
holding YHUFDStWXOR;;9,, . ridad y prontitud de la respuesta materna se
asocia a la disminución de su frecuencia y
duración, sobre todo cuando es el indicio de
En el origen de la una actitud profunda y comprometida de la
comunicación: el llanto, madre frente a su bebé.
la sonrisa, la mirada Vale la pena citar las conclusiones a que
OOHJD /HERYLFL HQ EDVH D FLHUWRV HVWXGLRV
Se diferencian tres niveles de la naciente la prontitud de la respuesta de la madre a
comunicación entre la madre y su bebé: el ORVJULWRVGHVXEHEpHVWLPXODHQpVWHHOGH-
llantoRJULWRGHOODFWDQWHTXHDOHUWDVREUH sarrollo de modalidades de comunicación
VXDÀLFFLyQODsonrisa, que marca su bien- más ricas y variadas. Los lactantes a quie-
estar; y la miradaTXHUHÀHMDHOFOLPDHPR- nes durante los meses iniciales sus madres
cional de la relación. dispensaron un holding rico y tierno parece
/RVDGXOWRVVRQPX\VHQVLEOHVDORVJUL- TXHVHGLHUDQSRUVDWLVIHFKRVKDFLDHO¿QDO
tos de un lactante. Los padres mucho más, del primer año, con contactos físicos de fre-
en especial las madres que pueden recono- cuencia asombrosamente escasa. Aunque
FHUHQWUHORVGHPiVORVJULWRVGHVXEHEpHQ VLJXHQ HQFRQWUDQGR DJUDGDEOH TXH VH ORV

5
=HVNLQG3\%/HVWHU³$FRXVWLFIHDWXUHVDQGDXGLWRU\SHUFHSWLRQVRIWKHFULHVRIQHZERUQVZLWKSUHQDWDODQGSHULQDWDO
complications”. &KLOGGHYHORSPHQW9
⎛ XIII $VSHFWRVPDQL¿HVWRVGHOYtQFXORWHPSUDQR , 155⎞

alce, también son capaces de apartarse de pueden provocarla. Al aparecer la primera


la madre para explorar el ambiente con in- sonrisa, los padres sienten que su bebé es un
dependencia. ser humano que ya es capaz de expresarse.
A la inversa, los bebés que durante sus &XDQGRODPDGUHEXVFDODPLUDGDGHVXKLMR
meses iniciales no disfrutaron de un holding \OHRWRUJDVHQWLGRODPLUDGDGHOEHEpHP-
VHPHMDQWHWLHQGHQKDFLDHO¿QDOGHVXSUL- pieza a tener para ella valor de palabra.
mer año, a mostrarse ambivalentes hacia los No hay un modelo típico de mirada mu-
contactos físicos. No tienen una reacción tua: existen múltiples variaciones pero nun-
IDYRUDEOHFXDQGRVHORVGHMDHQHOVXHOR\ ca pierde su valor afectivo y comunicacional
QRPDQL¿HVWDQLQGHSHQGHQFLDEstas obser- primario. Un bebé que mira intensamente a
YDFLRQHVFKRFDQFRQODPX\GLIXQGLGDVX- su mamá la incorporaHQVXLQWHULRUMXQWR
SRVLFLyQGHTXHORVHVIXHU]RVGHODVPDGUHV con su mirada, su sonrisa, el bienestar del
por consolar a sus lactantes terminan por momento.
PDOFULDUORV\SRULQWHQVL¿FDUVXVOODQWRV.6 (VLQWHUHVDQWHSUHJXQWDUVHTXpve el bebé
La mirada, en especial la mirada recí- HQHOURVWURGHVXPDGUH':LQQLFRWWVX-
proca, es uno de los medios de comunica- JLHUHTXH³SRUORJHQHUDOVHYHDVtPLVPR
ción más emotivos entre la madre y su bebé. En otras palabras, la madre lo mira y lo que
'HVGHPHGLDGRVGHODVHJXQGDVHPDQDORV ella expresa fácilmente se relaciona con lo
EHEpVWLHQGHQD¿MDULQWHQVDPHQWHODPLUDGD TXHYHHQpO´XQURVWURTXHORUHÀHMH\TXH
en el rostro de la madre. Forma parte del contribuya a encontrar a su persona, poder
PRPHQWRGHODODFWDQFLD\ODPDGUHDVLJQD existir y sentirse real. El rostro de la madre
JUDQLPSRUWDQFLDDOKHFKRGHTXHVXEHEpOD HVHOSUHFXUVRUGHXQHVSHMRGRQGHUHÀHMDU-
mire durante la misma. Las madres miran VH &RPR HV GH VXSRQHU FRQ QLxRV FLHJRV
mucho a sus bebés. Pero es el momento en de nacimiento se perturba esta modalidad
que el bebé la mira “como si la reconocie- comunicativa con la madre. Pero también
VH´FXDQGRODPDGUHSDUHFHGH¿QLWLYDPHQWH con madres que no pueden dar de vuelta lo
familiarizada con él, lo siente una persona y TXHUHFLEHQRVyORUHÀHMDQVXSURSLRHVWDGR
se disipan los restos del sentimiento de aje- de ánimo y no el del bebé. “Si el rostro de
nidad que la inquietaban desde el nacimien- la madre no responde [la madre como], un
to. Pasarán unos meses hasta que el bebé dé HVSHMRVHUiDOJRTXHVHPLUDQRDOJRGHQWUR
LQGLFLRVGH¿QLWLYRVGHSRGHUUHFRQRFHUDVX de lo cual se mira”.
mamá. A partir de la mirada mutua se dis- (O JULWR \ HO OODQWR VHUiQ VLHPSUH PD-
ponen a compartir sentimientos amorosos neras de expresar el sufrimiento y el dolor.
muy intensos. La sonrisa entre la mamá y su La mirada y la sonrisa permiten el recono-
bebé es uno de los desenlaces más felices. FLPLHQWRPXWXR6HUiQLQJUHGLHQWHVIXQGD-
Es durante la cuarta semana de vida que mentales de toda vinculación posterior. Su
OD PLUDGD UHFtSURFD HV OR HVSHFt¿FR SDUD DXVHQFLDVLJQL¿FDUiIDOWDGHFRQWDFWRHPR-
provocar la sonrisa.7 Al principio se ma- cional y empobrecimiento de la relación.
QL¿HVWD GH PDQHUD UHJXODU DQWH FXDOTXLHU En las manifestaciones habituales de la
rostro humano que se muestre de frente. relación médico-paciente, éste necesitará
,QLFLDOPHQWHORVRMRV\ODIUHQWHGHOREMHWR encontrar en el médico una persona sensible

6
Lebovici, S. (OODFWDQWHVXPDGUH\HOSVLFRDQDOLVWD$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
7
:ROII3³2EVHUYDWLRQVRQWKHHDUO\GHYHORSPHQWRIVPLOLQJ´(Q)RVV%HG'HWHUPLQDQWVRILQIDQW%HKDYLRU:LOH\1HZ
York, 1963.

:LQQLFRWW'³3DSHOGHOHVSHMRGHODPDGUH\ODIDPLOLDHQHOGHVDUUROORGHOQLxR´(Q5HDOLGDG\MXHJR*UDQLFD(GLWRU
Barcelona, 1972.
⎛156 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

a su escucha, capaz con su actitud de ate- UHJLVWUDQGRPHQWDOPHQWH6XPXQGRVHLUi


nuar su sufrimiento. A menudo el pacien- SREODQGR GH SDODEUDV TXH JUDGXDOPHQWH
te escruta silenciosamente en el rostro del con el tiempo él aprenderá a utilizar.
PpGLFRVHxDOHVTXHFRQ¿UPHQRGLVLSHQVXV Al comienzo, las emociones del bebé son
temores. La mirada mutua le dará sentido, intensas, y poco discriminadas y de alto con-
profundidad y tranquilidad a la relación. La WUDVWH$SDUWLUGHOVHJXQGRPHVSDUHFHQH[-
sonrisa favorecerá la empatía YHUVXSUD y perimentar una evolución hacia la aparición
el acercamiento. La calidad de la relación de sentimientos cada vez más sutiles y varia-
que se establezca dependerá de la presencia GRV\HVRVHPDQL¿HVWDHQORVjuegos que la
GHHVWRVFRPSRQHQWHVJHQHUDGRVHQODPD- mamá tiene con el bebé. Una vez concluida
WUL]RULJLQDULDGHODFRQVWLWXFLyQGHOSVLTXLV- OD DOLPHQWDFLyQ SUDFWLFDQ XQ GLiORJR HVHQ-
mo, la relación temprana. cialmente afectivo como una de las primeras
IRUPDVGHOOHQJXDMHKXPDQR<PLHQWUDVHQ
las primeras semanas no parece reconocer a
Más sobre los afectos su madre como una persona separada de él
durante el primer año de vida que satisface sus necesidades, participa de
experiencias e impresiones con ella donde
/DPLUDGDORVJHVWRVODPtPLFDODYRFD- YDQDVRFLDGDVVXLPDJHQFRQVHQWLPLHQWRVGH
lización, las manos y el contacto corporal placer y protección. Una prueba de que no
son los medios más expresivos para que la reconoce aún a su mamá como persona total
madre y el bebé intercambien sus estados es que responde, con una sonrisa cuando está
emocionales casi de una manera exclusi- satisfecho y contento, a FXDOTXLHUURVWURKX-
va y excluyente. Los afectos no son el re- mano que se le acerca.
sultado de la interacción entre ambos sino Con el correr de los meses, a favor de
PiVELHQDOJRTXHORVDFRPSDxDHLQFOXVR SURFHVRVGHLQWHJUDFLyQLQWHUQDTXHVHGHV-
los determina. Lo sustancial de la comu- criben más adelante, todos los que le rodean
QLFDFLyQVHUH¿HUHEiVLFDPHQWHDVXVSUR- advierten que el bebé empieza a reconocer a
WDJRQLVWDV OR TXH PiV DWUDH HO LQWHUpV GH su madre: en el último trimestre del primer
ambos son ellos mismos. El bebé expresa año, cuando es más consciente de la distin-
VXVDIHFWRVGHPDQHUDGLUHFWDOORUDJULWD ción entre él y la madre, y entre la madre y
VHDJLWDVHVRQUtHVHWUDQTXLOL]DHWFpWHUD los otros, puede representarse la separación
y estos estados tienden a dibujarse en el con ella como una eventual posibilidad.
rostro, y así pueden empezar a ser reco-
nocidos. Un nuevo afecto viene a notarse con
La madre resulta plenamente activada nitidez: el miedo frente a la presencia
por la expresión visible de esta afectividad; GHXQH[WUDxRODOODPDGDangustia del
y por estar en condiciones de ponerse en el octavo mes.
OXJDUGHVXEHEpORVUHÀHMDHQVXSURSLRURV-
tro FRPR VL IXHUD VX HVSHMR /D madre lo A diferencia de lo que venía ocurriendo
UHFRQRFHDpOHQHOOD\HOEHEpVHUHFRQRFH hasta ese momento, que el bebé podía estar
en ellaeVWHHVHOFDPLQRTXHVLJXHODPD- HQEUD]RVGHFXDOTXLHUDDKRUDVHDQJXVWLD\
GUH SDUD GHFLUOH D VX KLMR TXH HVWi DOHJUH llora con un desconocido. Podría suponer-
contento, furioso, molesto, etcétera, y poder se que su reacción es de miedo frente a un
actuar en consecuencia. Para la madre, hay H[WUDxR6LQHPEDUJRes la ausencia de la
una palabra que nomina cada uno de esos PDGUH OD TXH OR DQJXVWLD. La aparición de
sentimientos y una respuesta asistencial una persona extraña tiene el efecto de con-
que el bebé irá lentamente incorporando, YHUWLUDODPDGUHDXVHQWHHQHOREMHWRSUR-
⎛ XIII $VSHFWRVPDQL¿HVWRVGHOYtQFXORWHPSUDQR , 157⎞

tector que anhela tener con él. No sólo llora WLFLSDUVH UHÀH[LYDPHQWH D OD DFFLyQ SXHGH
sino que experimenta un intenso sufrimien- GHVSOHJDUVHDGHFXDGDPHQWH
to cuando la madre no está.

/D DQJXVWLD GHO RFWDYR PHV HV XQR GH Acerca del bebé
ORVUHIHUHQWHVFOtQLFRVPDQL¿HVWRVGHOR
TXHIXHWHPDWL]DGRHQRWUROXJDUFRPR El bebé que recibe en sus brazos la mamá
angustia ante la pérdida de objeto. HV XQ RUJDQLVPR SURYLVWR GH XQD VHULH GH
PRQWDMHV TXH OH DVHJXUDQ HQ HO PRPHQWR
3RU HVD pSRFD ORV MXHJRV GH OD PDGUH del nacimiento un mínimo de autonomía y
FRQHOEHEpJLUDQHQWRUQRDODH[SHULHQFLD IXQFLRQDPLHQWR UHJXODGR SRU PHFDQLVPRV
de separación y su elaboración por el bebé. homeostáticos, que mantienen el equilibrio
La madre aparece y desaparece hasta que o el retorno a él. Dispone de aparatos de la
el niño puede atenuar y dominar los efec- percepción, de la memoria, de la motrici-
WRVGHODOHMDPLHQWRPDWHUQR(OSURSLREHEp GDG QLYHOHV GH GHVFDUJD GH QHFHVLGDGHV \
MXHJDDKDFHUDSDUHFHU\GHVDSDUHFHUFRVDV afectos, tolerancia a la frustración, fuerza de
Este momento puede coincidir con el deste- ORVLPSXOVRVOLELGLQDOHV\DJUHVLYRVHWFpWH-
te y el comienzo de la alimentación sólida. UD6LUYHQDODJUDWL¿FDFLyQGHODVSXOVLRQHV
Mientras come, el bebé tira al suelo todo lo \ EULQGDQ FLHUWD JDUDQWtD GH DGDSWDFLyQ DO
que tiene a mano y celebraFRQM~ELORTXHHO ambiente y a la sobrevida. Intervienen:
DGXOWRMXHJXHDVXUHDSDULFLyQ  ORVSURJUDPDVJHQpWLFRVORVQLYHOHVHWR-
Un poco más adelante, con sus precarios OyJLFRV ORV GLVSRVLWLYRV KHUHGLWDULRV \
medios de locomoción inicia la época en constitucionales. Se le supone también
TXH WDPELpQ HVWi WUDWDQGR GH DOHMDUVH ItVL- una disposición mental innata que puesta
camente de la madre, empezando a H[SOR- en contacto con las realizaciones de la ex-
rarHLQYHVWLJDUHOPXQGRTXHHVWiPiVDOOi periencia puede representarse y reconocer
de su relación con ella. Si la madre puede REMHWRVHQHVSHFLDOHOSHFKRPDWHUQRHQ
aceptar estos primeros intentos de autono- su capacidad continente.
mía sin sentirse abandonada, el bebé estará  PRQWDMHVGHQLYHO¿VLROyJLFRSDUDHOPDQ-
libre para interesarse por otras cosas de su WHQLPLHQWR GH ODV FRQVWDQWHV ELROyJLFDV
ambiente y actuará en consecuencia. FRPRSRUHMHPSORODVWDVDVGHVXVWDQFLDV
Stern llama sintonía emocional a la ca- HQ VDQJUH JDV FDUEyQLFR JOXFRVD UHJX-
SDFLGDG HPSiWLFD TXH VH GHVSOLHJD HQ HO ladas por mecanismos bien conocidos de
vínculo entre la madre y el bebé y que es IHHGEDFN/DUHJXODFLyQKRPHRVWiWLFDFR-
tan necesario para un adecuado desarrollo PLHQ]DHQHOSODQRGHORYHJHWDWLYR\FRP-
HPRFLRQDO\FRJQLWLYR9 Si la madre respon- SUHQGHODVJUDQGHVUHJXODFLRQHVDOLPHQWL-
de en sintonía permitirá al bebé internali- cia, cardiovascular, respiratoria, del sueño,
]DU UHFXUVRV SVLFROyJLFRV HVHQFLDOHV SDUD \OXHJRSXHGHLQFOXLUODUHJXODFLyQGHORV
VX YLGD PHQWDO 3RU LGHQWL¿FDFLyQ ORV QL- movimientos corporales, el nivel de alerta
ños aprenden de sus padres, en el seno del y atención, etcétera. Es importante reiterar
entorno familiar, a modular, a contener y a ORGLFKRHQRWUROXJDU FDStWXOR,; 
FXDOL¿FDU VXV HPRFLRQHV D SRGHU UHFRQR-
FHUODV\QRPLQDUODV (QHVWDVFRQGLFLRQHV TXH HVDV FRQVWDQWHV VRQ LPSHUIHFWDV H
la posibilidad de pensar, discriminar y an- inestables en un organismo biológica-

9
Stern, D. The Interpersonal World of the Infant%DVLF%RRNV1HZ<RUN

0RQH\.\UOH5³&RJQLWLYHGHYHORSPHQW´,QW-3V\FKRDQDO
⎛158 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

PHQWH LQPDGXUR TXH VX UHJXODFLyQ HV den a demostrar la presencia de diferencias
SURJUHVLYD\GHSHQGHHQEXHQDPHGLGD LQGLYLGXDOHV VLJQL¿FDWLYDV HQ HO FRPSRUWD-
de la capacidad homeostática del bebé PLHQWRGHORVEHEpVDOQDFHUSRUHMHPSOR
\GHODLQWHUQDOL]DFLyQGHODHVWDELOLGDG en relación con el llanto, la irritabilidad, la
TXHSURSRUFLRQDODSUHVHQFLDGHOREMHWR motricidad, la fuerza de la succión, las ca-
PDWHUQR\ODWROHUDQFLDDVXDXVHQFLD pacidades sensoriales, etcétera.12
Lo importante sobre el llanto no es sólo
 IXQFLRQDPLHQWRVLQVWLQWLYRVSVLFR¿VLROy- que hay bebés que lloran o son más irritables
JLFRVSUHFRQVXPDWRULRVTXHSRUHMHPSOR TXHRWURVVLQRHOJUDGRGHconsolabilidad, la
participan en la lactancia.11 En la concep- aptitud de un bebé para ser reconfortado y
tualización psicoanalítica, estos niveles tranquilizado por un adulto. Y en este factor
están en la base de las llamadas pulsiones hay también diferencias marcadas. Un estu-
de autoconservaciónTXHGHVLJQDQDOFRQ- dio demostró, con bebés de 2 ó 3 días, que
MXQWRGHODVQHFHVLGDGHVFRUSRUDOHVTXHVH FXDQGRXQDWpFQLFDGHDSDFLJXDPLHQWRWHQtD
precisan para la conservación de la vida p[LWR SRU HMHPSOR XQ FKXSHWH HQGXO]DGR
del individuo. también lo tenía con otros procedimientos.
 8QODFWDQWHQRHVXQRUJDQLVPRTXHHVWi A la inversa, al bebé que no se tranquiliza-
FHUUDGRVREUHVtPLVPRQLGHQLQJXQDPD- ba con un medio, tampoco le resultaban los
nera una tabula rasa. Pero está desadapta- otros.13
GRRWLHQHXQJUDGRGHLQPDGXUH]Rpre- Para la madre, tener un bebé que respon-
maturación importante. Está enfrentado de a sus intentos de consolarlo, contribuye
DWDUHDVGHXQJUDGRGHH[LJHQFLDTXHOR favorablemente a su relación con él porque
superan para el nivel de desarrollo de que LQFUHPHQWDODFRQ¿DQ]DTXHVHRWRUJDFRPR
GLVSRQH DO QDFHU 1HFHVLWD D\XGD DMHQD madre y eso va a incidir favorablemente en
de lo contrario no podría sobrevivir. En el vínculo. También se han señalado dife-
cierto sentido, en toda la escala animal la rencias importantes en la capacidad del bebé
cría nace inmadura, tarda horas o días en para el autoconsuelo, esto es, para tranqui-
valerse por sí misma, pero la cría huma- OL]DUVHSRUVXVSURSLRVPHGLRVSRUHMHPSOR
QD WDUGD DxRV HQ ORJUDU FLHUWR JUDGR GH por la succión espontánea de la mano o el
autonomía. SXOJDU \ VREUHSRQHUVH D VXV YLYHQFLDV GH
malestar, por lo menos transitoriamente.
Se han señalado también distintos nive-
Diferencias individuales OHV GH FRQFLHQFLD YLJLODQFLD R DOHUWD HQ HO
en el recién nacido recién nacido, en número de seis estados:
VXHxRSURIXQGRVXHxROLJHURVRPQROLHQWR
Todo bebé interviene de entrada en la rela- despierto y tranquilo, despierto e intranqui-
ción con la madre, pero no todos lo hacen lo y de máxima excitación.14 Hay bebés que
de la misma manera. Esto tendrá importan- duermen casi todo el tiempo, otros están
tes consecuencias sobre la respuesta mater- somnolientos o irritables o pasan de un es-
QD$OJXQDVLQYHVWLJDFLRQHVUHFLHQWHVWLHQ- WDGRDRWURIiFLOPHQWH'HVGHOXHJRTXHOD

3RUHMHPSORVHOODPDrooting KRFLFDU DXQFRPSRUWDPLHQWRSURJUDPDGRGHORVPDPtIHURV\HOKRPEUH(QORVEHEpVKX-


11

manos se caracteriza por el hecho de que un niño tenido en brazos contra el pecho de un adulto vuelve la cabeza en busca del
pezón, paso previo a la succión.
12
/HERYLFL62SFLW
13
%LUQV%\FRO³7KHHIIHFWLYLQHVVRIYDULRXVVRRWKLQJWHFKQLTXHVRQKXPDQQHRQDWHV´3V\FKRVRP0HG9
14
:ROI3³2EVHUYDWLRQVRQQHZERUQLQIDQWV´3V\FKRVRPDWLF0HG 9 
⎛ XIII $VSHFWRVPDQL¿HVWRVGHOYtQFXORWHPSUDQR , 159⎞

conexión de la madre con el bebé y su ca- variables inmediatamente interactúan con la


pacidad de ir amoldándose en cada una de madre y sus respuestas determinarán su ul-
estas situaciones es también diferente. terior destino. La relación con la madre, en
la que las diferencias individuales del bebé
(O RULJHQ GH pVWDV \ RWUDV GLIHUHQFLDV se hacen sentir inicialmente, se internaliza
LQGLYLGXDOHV SDUHFH GHEHUVH DO HTXL- OXHJRFRPRHVWUXFWXUDPHQWDO3RUHMHPSOR
SDPLHQWRJHQpWLFR\DLQÀXHQFLDVGHOD ODSUHVHQFLD\IRUWDOH]DGHXQREMHWRLQWHULRU
vida intrauterina, no sólo por condicio- que consuela tendrá profundas consecuen-
QHV LQIHFFLRVDV WUDXPiWLFDV R Wy[LFDV cias cuando se trate de enfrentar un dolor.
del medio, sino también por efectos de- /RV UXGLPHQWRV RULJLQDULRV GH OR TXH IXH
pendientes del estado emocional de la denominado consolabilidad VH LQWHJUDUi HQ
madre. numerosas experiencias posteriores y se hará
SUHVHQWHSRUHMHPSORHQODPDQHUDHQTXH
Lo importante es que, más allá de recono- un futuro paciente afrontará los sufrimientos
cer el valor de estas diferencias al nacer, que de su enfermedad y como responderá a los
no hacen más que demostrar lo obvio, estas intentos del médico para llevarle alivio.
XIV
Vínculo Temprano (III)

Algunos estados 6RQSUHJXQWDVFUXFLDOHVGHQRIiFLOUHV-


subjetivos del bebé SXHVWD55ROODQGLPDJLQDEDSRpWLFDPHQ-
WHDOJXQRVGHORVVHQWLPLHQWRVSRUORVTXH
El recorrido realizado hasta ahora de la re- puede pasar el niño después de nacer:
lación de la madre con su niño fue hecho en
EDVH D OD VHOHFFLyQ GH DOJXQRV GH VXV PR- (OEHEpVHGHVSLHUWD\OORUDVXPLUDGD
mentos más destacados, recurriendo sobre LQGHFLVD VH DJLWD £4Xp HVSDQWR /DV
todo a los métodos de observación directa. tinieblas, el brutal resplandor de las
El bebé es estudiado en sus expresiones lámparas, las alucinaciones de un cere-
PDQL¿HVWDVPLHQWUDVVHDOLPHQWDDOSHFKR bro apenas libre del caos, el hervidero
FXDQGROORUDFXDQGRHQEUD]RVVHDSDFLJXD GHODQRFKHDEUXPDGRUDTXHOHURGHD
cuando se duerme, etcétera. Mientras tanto la sombra sin fondo de donde surgen,
VHUHJLVWUDFyPRODPDPiUHVSRQGH\SDUWL- como cegadores destellos de luz, sen-
cipa con él. De la observación de la interac- VDFLRQHVDJXGDVGRORUHV\IDQWDVPDV
FLyQVHKDFtDQFRQMHWXUDVDFHUFDGHORTXH DTXHOORV HQRUPHV URVWURV TXH VH LQFOL-
podría estar pasando entre ambos. QDQ VREUH pO DTXHOORV RMRV TXH OR HV-
Acceder a la intimidad de los estados men- FXGULxDQ TXH SHQHWUDQ HQ VX VHU \ pO
tales de la madre en esos momentos es más QRSXHGHFRPSUHQGHU1RWLHQHIXHU]D
sencillo, por lo menos a aquellos de los que para gritar. El terror lo deja inmóvil...1
tiene conciencia. Pero, para las vivencias del
bebé hay que hacer suposiciones y plantear (QEDVHDGDWRVFLHQWt¿FRVGLVSRQLEOHVHV
hipótesis acerca de cómo vive sus emociones, SRVLEOHPHQFLRQDUDOJXQRVSURFHVRVGHODLQ-
FyPR ODV SHUFLEH FyPR UHJLVWUD VXV HVWDGRV cipiente vida mental del bebé tal como pueden
GHPDOHVWDURELHQHVWDUFyPRYDRUJDQL]DQGR ser inferidos. Pero como se trata de hacer in-
VXVXEMHWLYLGDGFyPRVRQVXVSULPLWLYDVUHOD- WHUYHQLUODVXEMHWLYLGDGGHOEHEpKD\TXHUHFX-
FLRQHVFRQORVREMHWRVGHsu mundo. UULUDPRGHORVWHyULFRVTXHGHDOJXQDPDQHUD
1
Romain Rolland, -XDQ&ULVWyEDO. Librería Hachette, Buenos Aires, 1947.
⎛162 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

GHQFXHQWDGHODHPHUJHQFLDGHODYLGDPHQWDO FDRVODOX]GHXQRVRMRVTXHOHVRQUtHQ
en el lactante. Intervienen métodos muy espe- amistosamente, el torrente del placer
cializados como el Psicoanálisis, por necesi- TXH VDOLHQGR GHO FXHUSR PDWHUQR GHO
GDGVHDSHODDWHRUtDVPX\VR¿VWLFDGDV seno hinchado de leche, se difunde por
Para dar una idea del cambio con esta VX FXHUSR OD IXHU]D TXH KD\ HQ pO OD
perspectiva, más que de las experiencias IXHU]DHQRUPHHLQFRQVFLHQWHTXHVHYD
madre-bebé se habla de la relación del bebé DPRQWRQDQGR HO KLUYLHQWH RFpDQR TXH
con el pecho. UXJHHQODHVWUHFKDSULVLyQGHDTXHOGp-
ELO FXHUSR GH QLxR 4XLHQ SXGLHUD OHHU
&RQ HVWH QRPEUH VH KDFH UHIHUHQFLD D en él, vería mundos medio sepultados en
un conjunto de engramas emocionales ODVRPEUDQHEXORVDVTXHVHRUJDQL]DQ
\SHUFHSWLYRVTXHVHVXSRQHRFXSDQLQL- un universo en vías de formación. Su ser
cialmente toda la vida mental del bebé QRWLHQHOtPLWHV(VWRGRORTXHHV
\ TXH LUiQ FRQ HO WLHPSR LQWHJUDQGR
RWURVDVSHFWRVGHODLPDJHQTXHpOWLHQH Precisamente aludiendo a los concep-
de la madre. tos mencionados en esta última frase, R.
5ROODQG OH KDEOy D )UHXG HQ XQD FDUWD 
Para el bebé es la parte de la mamá con  GHXQVHQWLPLHQWRTXHFRPSDUWHQ
la que tomará inicialmente contacto. Es por VHJ~QpOWRGRVORVVHUHVKXPDQRVde eter-
eso denominado el primero de los objetos nidad, de algo sin límites ni barreras, en
parciales.2 El bebé necesita del pecho entre cierto modo oceánico, de una unión mística
otras cosas porque lo alivia de malestares con el mundo, lo que para él estaría en la
de los que al principio no tiene mucha no- EDVHGHORVVHQWLPLHQWRVUHOLJLRVRV
ción. En la medida en que el pecho es vivido Por el contrario, para Freud3 se trataría
como capaz de tolerarlos y le devuelve una GHOVHQWLPLHQWRRULJLQDULRGHmismidad o de
sensación que los hace más soportables, el sí mismo. Inicialmente, en el bebé, ese sen-
lactante puede ir reconociendo la naturaleza timiento es de abarcarlo todo, de no tener
de los mismos. Es como si el pecho pensa- OtPLWHVGHVHUWRGRORTXHHVWDOFRPR5R-
ra inicialmente por él que no puede, hasta lland lo describe, pero en el adulto estaría
TXHDSURSLiQGRVHGHpOHLQWHJUiQGRORFRPR considerablemente reducido. En el enamo-
parte de las experiencias de su incipiente nú- ramiento, al menos mientras dura, se tiene
cleo del Yo, puede el bebé empezar a reco- esa vivencia de unión total con el mundo y
nocer qué le sucede mientras se siente cada VXVREMHWRV$OJXQRVUHFXUVRVGHODV0HGL-
vez más fortalecido. En el capítulo anterior cinas Alternativas intentan recuperarlo para
se hizo referencia a la capacidad innata del VXV¿QHV YHUFDStWXOR;;, .
bebé para reconocerHVWHREMHWRWDQHVHQFLDO +D\ DOJXQRV SXQWRV GH FRQWURYHUVLD HQ
SDUDpO+HDTXtFRPR55ROODQGLPDJLQDOD las teorías que postulan modelos de víncu-
relación con el pecho: los tempranos y que marcan diferencias en
la interpretación de las observaciones. Por
&ODPRUHV PRYLEOHV VRPEUDV IRUPDV HMHPSOR
TXH KDFHQ KRUULEOHV PXHFDV GRORUHV
WHUURUHV ULVDV VXHxRV \ XQD VXFHVLyQ   1R HV IXHQWH GH SROpPLFD HO HIHFWR
GHGtDV\QRFKHV<HQPHGLRGHDTXHO que tienen las experiencias con el ob-

2
Se trata de una parte desde el punto de vista del adulto, no para el bebé, y basada en percepciones parciales en razón de la
LQPDGXUH]QHXUR¿VLROyJLFD\GHOGHVDUUROORHPRFLRQDOSULPLWLYR
3
)UHXG6³(O0DOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XIV 9tQFXORWHPSUDQR ,,, 163⎞

MHWR PDWHUQR SDUD OD YLGD PHQWDO GHO ODVH[SHULHQFLDVIUXVWUDQWHVFRQHOREMHWR


EHEp+D\DFXHUGRJHQHUDOL]DGRGHVX externo, sino de fuentes pulsionales de
impacto sobre las vivencias infantiles su propio interior, en especial las que lo
y su trascendencia en la salud mental amenazan con la destrucción. Un Yo tem-
GHO QLxR 3HUR SDUD DOJXQRV DXWRUHV prano interpreta sus experiencias en base
FRPR ' :LQQLFRWW HV OD FDOLGDG GHO a recursos tan primitivos que las distor-
medio ambiente que rodea al niño y el siona de manera fantasmática. Como lo
cuidado que provee lo que él denomina refería R. Rolland:
una madre suficientemente buena con-
dición para un desarrollo en salud. Los &ODPRUHV PRYLEOHV VRPEUDV IRUPDV
SUREOHPDV VXUJHQ FRQ ORV IDOORV GH OD TXH KDFHQ KRUULEOHV PXHFDV GRORUHV
crianza.4 WHUURUHVULVDVVXHxRV
Por el contrario, otros autores, especial-
PHQWH0.OHLQVLQGHVFRQRFHUHOHIHFWR  0XQGRGHOTXHODVYLYHQFLDVFRQHOREMH-
de las experiencias con la madre, rescatan to materno van a rescatarlo:
el efecto de las fantasías tempranas que
van a interactuar con las experiencias ex- \HQHOPHGLRGHDTXHOFDRVXQRVRMRV
WHUQDVSDUDDOWHUDUPRGL¿FDURFRUUHJLUVX TXHOHVRQUtHQDPLVWRVDPHQWH
VLJQL¿FDGR(QHVSHFLDOHOSDSHOGHWHUPL-
QDQWHTXHMXHJDla envidia temprana (ver y del que depende imperiosamente. Aún
FDStWXOR;, . DVtVHSXHGHOOHJDUDVXSRQHUHQHOEHEp
sentimientos encontrados de amor, odio o
En este caso, no está en juego sólo la envidia hacia:
conducta de la madre, sino cómo la in-
terpreta el bebé en base a sus propias HOWRUUHQWHGHSODFHUTXHVDOLHQGRGHO
situaciones internas. cuerpo materno, del seno hinchado de
leche, se difunde por su cuerpo, la fuer-
 (VWR TXLHUH GHFLU SRU HMHPSOR TXH XQD ]DTXHKD\HQpO
madre puede concretamente maltratar a
su bebé durante la crianza. Pero el bebé  2WURVDXWRUHVFRPR:LQQLFRWWVXSRQHQ
puede inconscientemente maltratar a una TXH OD DFWLYLGDG GHO<R FRPLHQ]D DOJ~Q
madre que lo trata bien \SRUSUR\HFFLyQ tiempo después del nacimiento, pasa pri-
FUHHUTXHWLHQHXQDPDGUHTXHORPDOWUD- mero por un período inicial de dependen-
ta. Entiéndase que buen trato y mal trato cia absoluta de la madre, ocupado por ac-
son términos relativos. Esta diferencia tividades autoeróticas. En esta posición,
HVWiHQUHODFLyQFRQHOVLJXLHQWHSXQWR el destino emocional del bebé está total-
PHQWHOLJDGRDORVFXLGDGRVPDWHUQRV\D
 (OPRPHQWRGHODDSDULFLyQGHO<R$O- que no habiendo un Yo de inicio, no hay
JXQRVDXWRUHVFRPR0HODQLH.OHLQ\VXV UHODFLyQGHREMHWR
VHJXLGRUHV GH OD OODPDGD (VFXHOD ,QJOH-
sa de Psicoanálisis, postulan un Yo muy  (QODPLVPDOtQHDVHGLVFXWHVLODDJUHVL-
temprano, presente desde el momento YLGDGVXUJHHQHOEHEpFRPRXQDUHVSXHV-
del nacimiento, que tiene que defender- ta a las inevitables frustraciones de toda
VHGHHQWUDGDGHODDQJXVWLDTXHOHJHQH- índole a las se verá invariablemente ex-
ran situaciones que provienen no sólo de puesto durante la crianza o por el contra-
4
:LQQLFRWW2(OSURFHVRGHPDGXUDFLyQHQHOQLxR. Ed. Laia, Barcelona, 1965.
⎛164 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

rio forma parte de impulsos innatos, del El estado de desamparo


orden de una pulsión agresiva GHULYDGD y el sentimiento
GHXQDSXOVLyQGHPXHUWH (QHVWHFDVR de omnipotencia
ODDJUHVLYLGDGMXJDUtDFRPRXQDYDULDEOH
independiente en la conducta, aunque en La amenaza de cualquier enfermedad, so-
interacción con el medio. EUHWRGRVLUHYLVWHFLHUWDJUDYHGDGVXSRQH
Por importantes que parezcan las diferen- una situación prototípica donde se revive un
cias teóricas entre autores, se ha acumulado sentimiento de indefensión, desvalimiento e
una impresionante cantidad de datos pro- impotencia y que reclama la actuación de
venientes de la reconstrucción de las expe- REMHWRVTXHDVLVWDQD\XGHQ\SURWHMDQVHD
riencias tempranas de personas en análisis, médico, enfermera o familiar.
en especial de aquellas severamente pertur- 2ULJLQDULDPHQWH HO EHEp KXPDQR QDFH
EDGDVTXHSHUPLWHQFRQMHWXUDVFRQXQDOWR incapaz de emprender acciones coordinadas
JUDGRGHFUHGLELOLGDG(VHQEDVHDHVDVVy- \H¿FDFHVSDUDSRQHU¿QDODVQHFHVLGDGHV
lidas observaciones que se pueden sostener TXHHPHUJHQGHVXLQWHULRURGHORVSHOLJURV
ODVSRVWXODFLRQHVVLJXLHQWHV que lo acechan del exterior. Es totalmente
GHSHQGLHQWHGHRWUDSHUVRQDHOREMHWRPD-
ternal, para la satisfacción y la asistencia de
Acerca del nacimiento sus necesidades básicas, sin cuyo cuidado
del Yo no podría sobrevivir.
Es posible relacionar el sentimiento de
Se ha mencionado que desde el nacimien- GHVDPSDURFRQXQIDFWRUELROyJLFRODprema-
to, y aún en la vida intrauterina, el bebé turidad del ser humano, denominado neote-
tiene todos los aparatos disponibles para nia, que lo hace dependiente de la asistencia
devenir una persona y que en realidad, DMHQDSRUXQWLHPSRLQXVXDOPHQWHODUJR\GHMD
como dice Freud en una cita muy recorda- inscripta en su vida mental, de manera inde-
da, “existe mayor continuidad entre la vida leble, la importancia que para él va a tener,
intrauterina y la primera infancia de lo que GHDKRUDHQPiVHOOXJDUGHOVHPHMDQWHFRPR
nos permite creer la impresionante cesura DVLVWHQWH SDUD DX[LOLDUOR SURWHJHUOR \ GHIHQ-
del nacimiento”.5 derlo.
Es importante determinar el momento del
nacimiento del bebé a la vida psicológica, el Más tarde, ese lugar tan importante de
momento mítico pero no menos trascendente asistente lo ocupará el médico, como
HQTXHSDVDDVHUVXMHWRGHsus experiencias SHUVRQD SURIHVLRQDOPHQWH H[SHULPHQ-
\SRUHQGHODLQWURGXFFLyQGHODVXEMHWLYLGDG tada para responder con acciones mé-
HQGH¿QLWLYDODDSDULFLyQGHO<RHQHOLQIDQWH GLFDVHVSHFt¿FDV
Todo hace suponer que, si no antes, por lo
PHQRV DO QDFHU KD\ VX¿FLHQWH<R UXGLPHQ- El estado de desamparo, propio de la de-
WDULR\IUiJLOFRPRSDUDVXIULUHOSHVRGHOD pendencia total de la cría humana, es una
experiencia del nacimiento y del cambio im- situación evidente para el observador. Pero
SUHVLRQDQWHTXHVLJQL¿FDHQVXVFRQGLFLRQHV al ser humano le llevará tiempo y dolor el
GH YLGD /RV REVWHWUDV \ QHRQDWyORJRV KDQ reconocerse necesitado. Por el contrario,
tomado debida nota de esta situación al ins- RULJLQDULDPHQWHUHLQDQsentimientos de om-
trumentar medidas que atenúan en el bebé el nipotencia TXH GH DOJXQD PDQHUD VRQ VX
LPSDFWRGHHVHSDVDMH contra réplica:
5
)UHXG6³,QKLELFLyQVtQWRPD\DQJXVWLD´  (QObra completa7RPR;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XIV 9tQFXORWHPSUDQR ,,, 165⎞

Una parte de la primitiva organización GLFLQDXQDUHOLJLyQFRPRORVXJLHUHQFLHUWDV


PHQWDORSHUDEDMRHOVXSXHVWRGHTXHOR FUtWLFDV OLJHUDV 6RQ SDUWH GH XQD UHODFLyQ
TXHTXLHUHORJUDUORORJUDTXHQRKD\ TXHVHHVWUXFWXUDVHJ~QVXVSUHFXUVRUHVUH-
OtPLWHVDVXVGHVHRVTXHVXSRGHUVREUH PRWRV\GHFX\RVLQJUHGLHQWHVSXHGHQXWULU-
ORVRWURVTXHORIUXVWUDQ\VREUHODQD- se el deseo de verse auxiliado en el desam-
WXUDOH]DLQGyPLWDHVLQ¿QLWR SDURSRUXQD¿JXUDWRGRSRGHURVDSRUTXLHQ
simultáneamente se busca ser querido y se
Renunciar a esta suerte de megalomanía teme ser abandonado. Idénticos sentimien-
no será sencillo y la clínica muestra que nun- tos son vividos por el médico.
FDVHODDEDQGRQDGHOWRGR HOHTXLYDOHQWHH[-
tremo en el adulto es el delirio de grandeza 
Simultáneamente, implica la creencia iluso- Los momentos iniciales del
ria del niño en la omnipotencia de aquellos a Yo no están integrados
FX\RFXLGDGRHVWXYRHQSULPHUOXJDUODPD-
dre, quien le dio la impresión de que cono- Se ha dicho anteriormente lo difícil que es
cía y cubría todas sus necesidades mientras reconstruir los estados mentales más pri-
HOSDGUHORFXLGDED\SURWHJtD&XDQGRHVWR mitivos, que se pierden en la penumbra de
ocurre, la relación está expuesta al temor que los primeros tiempos. Como decía Rolland:
JHQHUDQHVWDV¿JXUDVTXHSRUSUR\HFFLyQVH “Quién pudiera leer en él [bebé] vería mun-
han hecho tan poderosas y de cuyo amor se dos medio sepultados en la sombra, nebulo-
QHFHVLWDWDQWR6HFUHDXQHQJUDPDGHUHSUH- VDVTXHVHRUJDQL]DQXQXQLYHUVRHQYtDVGH
sentaciones nacidas en la necesidad de hacer formación...”
tolerable la indefensión humana, la que se Otras líneas teóricas en Psicoanálisis
siente ante el infortunio, la crueldad del des- han contribuido a dar su propia versión de
tino, el dolor y el sufrimiento, que inevita- los estadios iniciales y a profundizar en la
blemente va a reaparecer ante la experiencia reconstrucción de los hechos. Y aunque no
del enfermar. son del todo coincidentes con otras de este
Se puede pensar una estructura mental WH[WRYDOHODSHQDPHQFLRQDUDTXtDOJXQDV
primitiva RUJDQL]DGD DOHJyULFDPHQWH HQ LGHDVSURFHGHQWHVGHHVDVIXHQWHV3RUHMHP-
XQHMHvertical una parte de sí impotente y SOR0HODQLH.OHLQ\OD(VFXHOD,QJOHVDGH
GHVYDOLGD DEDMR XQD ¿JXUD RPQLSRWHQWH \ Psicoanálisis7 suponen en el bebé un Yo
todopoderosa arriba. Freud ha visto en esta WHPSUDQRVX¿FLHQWHPHQWHGpELO\H[SXHVWR
situación el núcleo que alimenta los senti- desde el nacimiento a fuertes sensaciones
PLHQWRV UHOLJLRVRV FRQVLGHUDED TXH HQ OD de ansiedad provenientes de sus impulsos y
creencia de un Dios padre al que se teme y de la realidad, capaz de utilizar mecanismos
QHFHVLWDDODYH]TXHSXHGHSURWHJHUFRP- de defensa muy primitivos. Por estar preca-
pensar las frustraciones, aliviar las penas, se ULDPHQWHLQWHJUDGRSHUFLEHVXVH[SHULHQFLDV
H[SUHVDODQRVWDOJLDGHOSDGUHWRGRSRGHURVR HPRFLRQDOHV\FRJQLWLYDVGHPDQHUDSDUFLDO
de la infancia.6 \IUDJPHQWDULD
Los sentimientos de extremo desvali- La temprana vida fantasmática del Yo
PLHQWRSRUXQODGR\GHQHJDFLyQRPQLSR- LQWHUSUHWD VXEMHWLYDPHQWH OD H[SHULHQFLD \
tente por otro son de aparición frecuente en en consecuencia, los cuidados maternos son
el vínculo médico-paciente. La omnipoten- vividos de acuerdo a la misma. Sensacio-
cia no es exclusividad del médico ni la Me- nes de todo tipo serán objetos a los que se
6
)UHXG6³(OSRUYHQLUGHXQDLOXVLyQ´  (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
7
6HJDO$³,QWURGXFFLyQDODREUDGH0HODQLH.OHLQ´(Q.OHLQ0Obras completas. Paidós, Buenos Aires, 1977.
⎛166 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

atribuyen intenciones hostiles o protectoras. experiencias buenas y malas, para mante-


Un malestar, un dolor, una molestia, el frío, nerlas lo más apartadas posible, escindidas.
pasan a ser objetos malévolos, como algo 3RU RWUD SDUWH \ FRQ HO PLVPR ¿Q XWLOL]DU
que provoca daño intencionalmente; por los mecanismos de proyección e introyec-
el contrario, la leche, el cuidado, el cariño, FLyQEDVDGRVHQHOPRGHORELROyJLFRGHOD
HODOLYLRVRQREMHWRVEXHQRV\UHTXHULGRV LQJHVWLyQ\ODHOLPLQDFLyQ(OEHEpVHOOHYD
TXHSURWHJHQ\GDQYLGD/DVXUJHQFLDVGHO todo a la boca, el pezón, el pecho, la mamá,
KDPEUH SXHGHQ VHU VHQWLGDV FRPR DJHQWHV VXVRQULVDVXVJHVWRVVXVRVWpQel mundo
H[WUDxRV TXH PXHUGHQ FDUFRPHQ GHVJD- entero. Pero también incorpora a través de
rran dentro de sí y frente a los que el Yo está VXPLUDGDGHVXVRUL¿FLRVGHODSLHO$VX
indefenso. vez expulsa fuera de su Yo todo lo que le
(VWR SXHGH H[SOLFDU DOJXQRV FDVRV GH UHVXOWDLQWROHUDEOHPDORRSHOLJURVR
trastornos tempranos de la alimentación. Al principio habrá muchas mamás para
La observación directa ha mostrado bebés el bebé con quien relacionarse: la mamá que
FRQ WRGR WLSR GH GL¿FXOWDGHV DOLPHQWLFLDVle alivia el hambre, la que lo hace esperar,
inclusive que interrumpen la lactancia, que la que parece HQRMDGD R FRQWHQWD FXDQGR
no se pueden prender al pecho, aun cuan- pO HVWi HQRMDGR R FRQWHQWR /D LQWHJUDFLyQ
do la asistencia materna parece óptima. La temprana del Yo, que trata de sobreponerse
interpretación de la experiencia depende DODVH[SHULHQFLDVGLVRFLDGDVRQRLQWHJUD-
entonces no sólo de la calidad del cuidado das es un proceso de maduración emocional
materno sino de la intensa vida emocional TXHVHYDORJUDQGRDIDYRUGHOFUHFLPLHQWR\
del bebé y de lo que percibe internamente desarrollo del bebé y por las repetidas expe-
como amenazas. ULHQFLDVFRQODPDGUHTXHUHVXOWDQVX¿FLHQ-
'HVGHVXHVWDGRGHPX\GpELOLQWHJULGDG temente interiorizadas y recordadas como
responde a ellas con ansiedad muy intensa, para perdurar dentro de él.
que le requiere precoces defensas para ate- $ IDYRU GH XQD PD\RU LQWHJUDFLyQ HO
QXDUOD6HVLHQWHDPHQD]DGRSRUORVREMHWRV bebé empieza a ser capaz de reconocer que
que él mismo siente hostiles, que puedan la madre ausente reaparece, que le demues-
OOHJDUDGHVWUXLUOR WUDTXHHVWHPSRUDULD\QRGH¿QLWLYDTXHVX
amor y cariño por ella es más fuerte que su
6H WUDWD GH XQ WLSR GH DQVLHGDG TXH RGLRSRUVXDXVHQFLDTXHHVSHUDUQRVLJQL¿-
YLVWDGHVGHHODGXOWR VHSRGUtDOODPDU ca morirse de hambre, que la mamá a la que
persecutoria SRUTXHHVORPiVFHUFDQR atacaba y la que sentía que lo atacaba cuan-
a sentirse abrumado por un peligro GRHVWDEDHQRMDGRHVODPLVPDTXHTXLHUH\
proveniente de un objeto malo, agresi- necesita.
YR\KRVWLO El bebé también irá adquiriendo la sen-
sación de continuidad temporal de sus ex-
El adulto puede vivenciar a veces este SHULHQFLDV &RQ HO SURFHVR GH LQWHJUDFLyQ
tipo de ansiedad cuando trasforma su en- HPRFLRQDO WLHQH OXJDU XQD VLPXOWiQHD \
IHUPHGDG FRUSRUDO HQ XQ HQHPLJR TXH OR JUDGXDOGLVFULPLQDFLyQ(MHPSORVGHVGHOD
WRUWXUD \ SHUVLJXH LQWHUQDPHQWH ,GpQWLFRV sensación indistinta de unidad bocapezón a
sentimientos persecutorios puede vivir el una lenta diferenciación que le permita re-
hipocondríaco con su cuerpo. FRQRFHUHOTXpGHpO\HOTXpGHOREMHWRGH
El bebé necesita entonces defenderse, quién la boca y de quién el pezón.
SRQHU GLVWDQFLD SURWHJHUVH FRQ ORV UHFXU- Más tarde podrá discriminar el malestar
sos primitivos de que dispone. Por un lado, que proviene de su cuerpo del que provie-
extremar la disociación en su mente entre ne de sus estados mentales. El proceso de
⎛ XIV 9tQFXORWHPSUDQR ,,, 167⎞

LQWHJUDFLyQ \ GLVFULPLQDFLyQ TXH LQLFLD HO buirle un ideal de perfección se le hacía muy
Yo al nacer estará expuesto de por vida a difícil el trato con él, le temía y lo eludía.
distintas vicisitudes, tanto normales como (QHOSURFHVRGHVXLQWHJUDFLyQ\GLIH-
SDWROyJLFDV renciación, el Yo requiere comenzar a di-
(O<RVHKDEUiLGRLQWHJUDQGRFUHFLHQGR IHUHQFLDUVXVH[SHULHQFLDVGHODVDMHQDVlo
a partir de que sus experiencias buenas su- TXHHV<RGHORTXHQRORHV. Se trata nada
peren a las malas. La capacidad de tolerar la más ni nada menos de adquirir una noción
frustración, de disminuir el malestar, de cal- de límite con el exterior, una especie de piel
marse o ser calmado reaparece en momentos SVLFROyJLFD TXH UHFUHH XQ HVSDFLR LQWHULRU
críticos cuando amenaza una enfermedad y donde ubicar sus experiencias, que le dé
VH QHFHVLWD GH XQ REMHWR interior estable y una noción de adentro y afuera, una especie
fuerte como para enfrentar las penurias del de envoltorio. Se trata de un proceso que ya
VXIULPLHQWR/DVDOXGPHQWDOHVXQUHÀHMRGHO fue mencionado al hablar de imagen corpo-
desarrollo favorable de este proceso. UDO YHUFDStWXOR,; .
6LQHPEDUJRDVSHFWRVGLVRFLDGRVHQHO (V XQ ORJUR TXH YD D FRQVHJXLU HQ HO
<RGHODGXOWRVRQXQKDOOD]JRSHUPDQHQWH transcurso de múltiples experiencias: cuan-
quien tuvo una pérdida personal que por un do está en brazos de la madre, cuando es
ODGR UHFRQRFH \ VLPXOWiQHDPHQWH QLHJD arropado o envuelto, cuando es sostenido.
aquél que admite que tiene una enferme- Pero es a partir de imaginarle un espacio a
dad fatal y al mismo tiempo está conven- la madre que el bebé interioriza uno similar
cido de su inmortalidad. A veces aparecen para sí mismo, en el que contener sus vi-
como puntos de vista contradictorios que YHQFLDVLQWHUQDVPDQWHQHUODVMXQWDVHYLWDU
conviven, separados e incompatibles sin que se desparramen como ocurre a veces en
FRQÀLFWR(QFDVRVH[WUHPRVODLQWHJUDFLyQ momentos de extrema tensión.
se pierde y el Yo vive la experiencia de sen- /DLQWHJUDFLyQLQLFLDOGHO<RVHKDFHHQ
WLUVHIUDJPHQWDGRRHQSHGD]RVHQFDVRVGH base a la introyección de experiencias con
HVWDUH[SXHVWRDJUDQDQVLHGDGFRPRVXFH- XQ REMHWR PDWHUQR bueno que lo sostiene,
GHHQFLHUWDSDWRORJtDFRUSRUDO que mantiene su cohesión, contiene sus ex-
En la práctica médica, el paciente puede periencias y puede tal vez pensar por él si
excluir de la relación con el médico los as- es necesario.
pectos críticos o amenazantes, transformar- Pero el Yo del adulto en situaciones de
ORHQXQD¿JXUDLGHDOL]DGDSHURGLVWDQWH\ HVWUpV IDWLJD R HQIHUPHGDG SXHGH SHUGHU
GHGLItFLODFFHVR8QHMHPSOR ese sentimiento de unidad y cohesión y
tener la sensación de que se desploma, se
Una paciente, después de cierto tiempo GHUUXPED\VHGHVLQWHJUD&XDQGRODHQIHU-
de atenderse con su médico le hace este medad corporal amenaza los límites del Yo,
FRPHQWDULR ³<R VLHPSUH SHQVp TXH OD DQJXVWLD GHVERUGD \ WLHQH TXH HQWUDU HQ
WRGRV ORV KRPEUHV VRQ XQD SRUTXHUtD MXHJRFRPRODPDGUHHQVXPRPHQWRODFD-
TXHVHDEXVDQGHXQD8GQR8GHV pacidad contenedora del médico para poner
PpGLFRHVXQSURIHVLRQDO\PHVLHQWR QXHYDPHQWH³FDGDFRVDHQVXOXJDU´
VHJXUDSDUDPtXVWHGHVSHUIHFWR´

$WUDYpVGHXQDJHQHUDOL]DFLyQLQFOXtDHQ El objeto aparece


WRGRVORVKRPEUHVDVSHFWRVSHOLJURVRVFRQFHU- y desaparece
nientes a la sexualidad. Lo excluía al médico
GLVRFLDQGRVXLPDJHQPLHQWUDVLGHDOL]DEDVX El niño ha vivido los primeros meses como
¿JXUD SURIHVLRQDO 6LPXOWiQHDPHQWH DO DWUL- un ir y venir un tanto caótico de experiencias,
⎛168 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

GH REMHWRV TXH DSDUHFHQ \ GHVDSDUHFHQ HQ teriores cuando ahora parece frustrar-
el marco de procesos mentales de creciente OR &DGD YH] UHFRQRFH PiV \ PiV TXH
LQWHJUDFLyQ\GLIHUHQFLDFLyQ&RQHOWLHPSR pO HV OD SHUVRQD TXH DPD \ RGLD D OD
comienza a haber cambios en lo que hace al SHUVRQDTXHHVODPLVPDODPDGUH
UHFRQRFLPLHQWRGHOREMHWRPDWHUQR
6H HQIUHQWD DVt FRQ FRQÀLFWRV YLQFXOD-
Empieza a relacionarse no sólo con el dos con su propia ambivalencia. Teme la
pezón, el pecho, el rostro o las manos SpUGLGDGHVXPDPiGHVXDPRU\VHDQJXV-
separadamente, sino con la mamá como tia si no está. Es aquí donde puede ubicarse
XQ WRGR (VWR VXSRQH TXH OD UHFRQRFH rudimentos del sentimiento de culpa y pre-
como objeto total, discriminándose de cursores del Superyó, por un cierto recono-
ella gradualmente. cimiento de haber atacado aquello que más
quería YHUFDStWXOR9,, .
Es el momento en que la extraña y se (VWH SURFHVR GH JUDGXDO LQWHJUDFLyQ \
DQJXVWLD HQ SUHVHQFLD GH XQ GHVFRQRFLGR fortalecimiento del Yo, está relacionado con
6LJQL¿FDUHFRQRFHUODFRPRSHUVRQDVHSDUD- ODLQWUR\HFFLyQHLGHQWL¿FDFLyQFRQODPD-
da, con vida propia, con otras relaciones, el GUHFRPRREMHWREXHQRTXHQHFHVLWDWHQHU\
SDGUHHQSULPHUOXJDU\VHQWLUVHGHVDPSD- JXDUGDUGHQWURGHVtDOWLHPSRTXHGHVFX-
rado sin ella. La madre como persona total bre cuánto depende de ella, cuan pendiente
quiere decir que puede ser sentida a veces está de su presencia y su ausencia. Siendo
como buena, a veces como mala, que puede parte de su propio Yo, la ausencia materna
estar presente o ausente. SXHGHOOHJDUDKDFHUSHOLJUDUODWUDQTXLOLGDG
La tendencia hacia la totalización en la y armonía de su mundo interior, en la me-
SHUFHSFLyQGHOREMHWRVHDFRPSDxDFRQXQ GLGD HQ TXH VLHQWD WULVWH]D \ QRVWDOJLD SRU
cambio fundamental en el Yo del bebé, que lo perdido, y experimente culpa frente a la
WDPELpQWLHQGHKDFLDODLQWHJUDFLyQ\XQL¿- pérdida, como si fuera responsable de ella.
cación de sus estados mentales, escindién- (VWD DQJXVWLD WLHQH XQ PDWL] GH WULVWH]D \
dose cada vez menos. La fuerza de sus ex- constituye un aspecto del duelo por la desa-
SHULHQFLDVEXHQDVORFRQGXFHJUDGXDOPHQWH SDULFLyQGHOREMHWRDPDGR
KDFLDXQDVLPXOWiQHDLQWHJUDFLyQGHVX<R /DVHQVDFLyQGHKDEHUGDxDGRDOREMHWR
\ GHO REMHWR 6H GLFH TXH WROHUD PHMRU VXV querido impulsa sentimientos reparadores
propios sentimientos destructivos y con eso que tratan de compensar lo perdido y des-
tiende al crecimiento y desarrollo. Disminu- WUXLGRGHYROYHUOHYLGDHLQWHJULGDG(OGR-
ye así las distorsiones y deformaciones con ORUGHOGXHORLPSXOVDDUHFRPSRQHUDMXQWDU
que había interpretado sus experiencias pre- y restaurar lo perdido (ver su relación con
YLDV\SXHGHWHQHUXQDPHMRUUHODFLyQFRQ HOWHPDGHOD9RFDFLyQFDStWXOR;;9 . Este
la realidad, en especial su propia realidad desarrollo, que es vivido con ansiedades
psíquica ya que empieza a distinguir entre muy intensas, permite a su vez una creciente
VXVIDQWDVtDV\ODUHDOLGDGH[WHUQD. capacidad de simbolización, de pensamien-
Las experiencias con la madre, su reapari- WR\DEVWUDFFLyQTXHDFHOHUDODLQWHJUDFLyQ\
ción después de cada ausencia, su atención y el desarrollo de la mente del bebé.
cuidados reducen la creencia del bebé en la om-
nipotencia y destructividad de sus impulsos. /DVDQVLHGDGHVGHHVWDHWDSDFRQHOWLQ-
WHGHSUHVLYRTXHODVFDUDFWHUL]DVHFRQR-
Al percibir a la mamá como objeto to- cen comoDQJXVWLDVGHSUHVLYDV\PXFKR
tal, el bebé puede tenerla presente en la WLHQHQTXHYHUFRQODVH[SHULHQFLDVTXH
DXVHQFLD UHFRUGDU JUDWL¿FDFLRQHV DQ- HO<RYLYHIUHQWHDFDGDVHSDUDFLyQ
⎛ XIV 9tQFXORWHPSUDQR ,,, 169⎞

Pueden reconocerse más tarde en el 1RHVLQIUHFXHQWHREVHUYDUTXHODSDWR-


DGXOWR SRU HMHPSOR DSDUHFHQ FXDQGR YD logía corporal de un paciente se agra-
culminado la entrevista médica o frente a va en situaciones donde ve peligrar la
XQDLQWHUUXSFLyQSRUYLDMHRYDFDFLRQHV/D HVWDELOLGDG\FRQWLQXLGDGGHODUHODFLyQ
necesidad de la cercanía del médico, de re- con su médico.
TXHULUVXSUHVHQFLDGHWHPHUVXDOHMDPLHQ-
to, su enfado o indiferencia son sentidos /RVHVWDGRVHPRFLRQDOHVVLJQDGRVSRUOD
FRPR OD DPHQD]D GH SHUGHU XQD ¿JXUD D ansiedad frente a la separación y las pérdi-
la que se necesita imperiosamente. Para el GDV MXQWR D ORV VHQWLPLHQWRV GH VROHGDG \
PpGLFRVLJQL¿FDFXLGDUHVSHFLDOPHQWHHVRV de aislamiento, están asociados al conocido
momentos, atenuar su impacto, brindar rea- LQFUHPHQWRGHODXUJHQFLDV\FRQVXOWDVPp-
VHJXURVGLVSRQHUSUy[LPRVHQFXHQWURVHW- GLFDVGXUDQWHORVGtDVIHULDGRV\ORV¿QHVGH
cétera. semana.
XV
Adolescencia:
una etapa de la vida,
un estado de la mente

Introducción
Los profundos y tormentosos cambios
Vista desde el ciclo vital humano, la ado- HPRFLRQDOHVTXHVHPDQL¿HVWDQHQODDGR-
lescencia es la edad que sucede a la niñez lescencia, por momentos de una dimensión
y que transcurre desde los inicios de la SDUHFLGD D OD GH XQD SVLFRVLV JHQHUDQ LQ-
pubertad hasta la edad adulta. Abarca un TXLHWXG SRU OD VDOXG PHQWDO GHO MRYHQ \ OD
período de rápido crecimiento corporal y necesidad de consultas. Por otro lado, las
GH FDPELRV SVLFROyJLFRV SURIXQGRV TXH UiSLGDV PRGL¿FDFLRQHV FRUSRUDOHV OH SUR-
deben ser elaborados en el curso de unos vocarán malestares físicos donde el médico
pocos años. será llamado a intervenir. Trastornos de la
&DGD VXMHWR SDVDUi SRU HVWD HWDSD GH DOLPHQWDFLyQHPEDUD]RQRGHVHDGRGURJD-
turbulencia emocional, su familia resultará dicción y el HIV serán los principales moti-
comprometida por este momento crítico y vos de preocupación.
la sociedad se verá enfrentada con los fe-
nómenos derivados del mundo adolescen-
te y no podrá permanecer indiferente ante El período de latencia
HOORV(QVXUDt]HWLPROyJLFDDGROHVFHQFLD
quiere decir crecimiento y padecimiento. Por sus características, el contraste mayor
El adolescente sufre SRUWRGRORTXHGHMD de la adolescencia se pone de relieve cuan-
de su infancia y SRU WRGR OR TXH WRGDYtD do se la compara con la etapa anterior, la la-
adolece SDUD OOHJDU D VHU DGXOWR GH ado- tencia, que aproximadamente coincide con
lecer, penar y padecer por lo que a uno le el período de escolaridad primaria.
IDOWD  'HVSXpVGHOWRUPHQWRVRSDVDMHHPRFLR-
nal por los decisivos momentos del com-
/D DGROHVFHQFLD HV XQD FULVLV FRQ XQ SOHMRGH(GLSRHQWUHORV\DxRVDSUR[L-
enorme potencial de desarrollo para la madamente, el desarrollo psicosexual del
VDOXG\WDPELpQXQPRPHQWRGHYXOQH- QLxR VH DSDFLJXD \ HQFXHQWUD UHIXJLR HQ
rabilidad para la enfermedad. mecanismos mentales que le traen una paz
⎛172 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

relativa frente al sufrimiento de los celos, la procreación. Las estructuras mentales del
envidia y la exclusión. púber sienten un fuerte impacto y deben
3DUDHOODWHQWHORVSDGUHVVLJXHQVLHQGR FRQVDJUDUVH D ODV WUDQVIRUPDFLRQHV QHFH-
VXVREMHWRVPiVLPSRUWDQWHVORVDGPLUDOHV sarias para ponerse al día con los cambios.
debe obediencia y si se porta bien y les hace El desafío es tremendo.
caso, supone que todo va a andar en la vida La etapa previa e inmediata, la latencia,
\YDDOOHJDUDVDEHUWRGRORTXHHOORVVDEHQ culminación del mundo infantil en que vivía
La escolaridad primaria refuerza estas ten- y crecía cuidado por sus padres, es la que
dencias: el saber proviene de los mayores, resulta conmovida. Pasarán varios años an-
los que saben y pueden y de esta posición se WHVTXHSXHGDHODERUDUDOJXQRVGHORVFDP-
alimenta una ilusión de certeza acerca de un bios sufridos. En ese tiempo, el adolescente
conocimiento que no se cuestiona. se dedicará a cuestionar todo lo que la so-
Para mantenerla, el latente debe tener ciedad tiene de cuestionable. La sociedad le
HQVXPHQWHIXHUWHPHQWHVHSDUDGDVFDWHJR- RWRUJDXQWLHPSRDODGROHVFHQWHDODHVSHUD
rías fundamentales tales como: VH[XDOQR GHTXHGHYHQJDXQPLHPEURUHVSRQVDEOHGH
VH[XDO, QLxRDGXOWR, bueno-malo, masculi- la misma, comparta sus ideales y acepte las
no-femenino en el sentido de que o se es lo UHJODVGHMXHJRHVWDEOHFLGDV/DDGROHVFHQ-
uno o se es lo otroVLQOXJDUSDUDODDPEL- cia es una moratoria:LQQLFRWW GHFtD TXH
JHGDGQLSDUDODGXGD6LHVWDVFDUDFWHUtVWL- HODGROHVFHQWHWHQtDTXHQDYHJDUDWUDYpVGH
FDVVRQOOHYDGDVDODH[DJHUDFLyQKDFHQGHO los doldrumsHQVXGREOHVHQWLGRHQLQJOpV
niño de la latencia un pseudoadulto porque transitar en el desánimo y la tristeza como
su ideal infantil es la imitación obsesiva de en los tranquilos mares ecuatoriales, donde
sus padres. Es un mundo de relativa calma, prevalece la calma chicha.1
orden y cordura que la pubertad hace esta- Cada adolescente enfrenta los cambios
OODU\FRQODSXEHUWDGVHLQDXJXUDODDGROHV- asociados a la pubertad con el equipamien-
cencia temprana. to emocional que deriva de sus experiencias
previas, su capacidad de tolerar el malestar
\ODVVLWXDFLRQHVGHDQJXVWLD7DPELpQLP-
La adolescencia porta con qué tipo de comprensión y con-
como etapa... tención familiar cuenta; pero aun en las
circunstancias ambientales más favorables,
La adolescencia es una etapa que pertenece el adolescente tiene muchas situaciones
D OD VHJXQGD GpFDGD GH OD YLGD \ XQ esta- personales que resolver por su cuenta, aun-
do mentalTXHSXHGHHPHUJHUHQFXDOTXLHU que por necesidad involucre a los otros, en
momento de la vida. Como etapa, cubre el especial a sus familiares más próximos.
período de crecimiento corporal, donde el Pero, al cabo de esta etapa, la adolescen-
cuerpo infantil se transforma hasta alcanzar cia, por lo menos en sus manifestaciones
UiSLGDPHQWHVXIRUPDGH¿QLWLYD\DGXOWD PiVUXLGRVDVVHDSDFLJXD\HOVXMHWRSDVDUi
Concomitantemente se producen im- a ser un joven adulto, tratando de hacerse
portantes cambios endocrino-metabólicos, XQOXJDUHQHOPXQGRDGXOWRFRQORVDGXOWRV
aparecen los FDUDFWHUHV VH[XDOHV VHFXQ- Cuando culmine con esta etapa, el adoles-
darios, etcétera. El pleno desarrollo del FHQWHKDEUiDWUDYHVDGRSRUHOGHVDItRGH 
DSDUDWRJHQLWDOODmenarca en las niñas y desprenderse emocionalmente de los pa-
la H\DFXODFLyQ en el varón, los acerca a la dres de la infancia que fueron su fuente de
posibilidad de UHODFLRQHV VH[XDOHV \ D la cuidado y amparo y a su vez destinatarios
1
:LQQLFRWW'³6WUXJJOLQJWKURXJKWKHGROGUXPV´1HZ6RFLHW\ abril 25, 1963.
⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente 173⎞

de sus fantasías sexuales. Su mundo infan- QLxDVORORJUDQXQSRFRDQWHVTXHORVYDUR-


WLOGHEHUiDGTXLULUXQQXHYRVLJQL¿FDGR  nes. La menarca hace su aparición: la niña
GH¿QLU XQD LGHQWLGDG sexual dentro de las revive la relación temprana con su madre,
adquisiciones de una nueva identidad como ODVIDQWDVtDVWHPLGDVGHGHVÀRUDFLyQ\SH-
adulto y en el marco de los cambios corpo- netración de su cuerpo y la ansiedad en tor-
UDOHV\HPRFLRQDOHVTXHVRVWHQJDQODHIHF- no a la femineidad y la maternidad futuras.
tiva capacidad de realizar una vida erótica, El desvelo por las inevitables variaciones
asumir la sexualidad y la posibilidad de la del ciclo menstrual, por el desarrollo de los
SURFUHDFLyQ   pasar de una situación de VHQRV SRU OD ¿JXUD \ VL VHUi VH[XDOPHQWH
dependencia a la de una relativa autonomía deseable, etcétera.
mental y emocional, al iniciar los preparati- Entre los varones preocupan las variacio-
vos para insertarse en la vida adulta, resuel- QHVGHGHVDUUROORVH[XDOODSRWHQFLDJHQLWDO
to entre otros temas por la elección de una y con el advenimiento de la fuerza física los
pareja y de encontrar los medios materiales LPSXOVRVDJUHVLYRVVHWRUQDQSHOLJURVRV\OD
para sustentarse en el mundo. violencia una posibilidad de matar. La H\D-
0LHQWUDV WDQWR \ SRU DOJXQRV DxRV HO
culación, sentida al principio como pérdida
adolescente estará tironeado entre volver a vaciamiento GHEHUiJUDGXDOPHQWHVHUUH-
ser el niño que fue, ser uno entre otros ado- VLJQL¿FDGDHQVXYDORUJHQLWDO\FRQpOGH
lescentes, comenzar a ser un miembro del penetración y paternidad potencial.
mundo adulto... o permanecer aislado. Los cambios corporales son marcados
y amenazantes. El adolescente se siente tan
extraño que puede pasar horas frente al es-
Con la pubertad cambia todo, SHMRDEDQGRQDUVHDODVXFLHGDGQRTXHUHU
en especial el cuerpo FDPELDUGHURSDGHVFXLGDUVXKLJLHQH3XH-
GHQVXUJLUP~OWLSOHVTXHMDVKLSRFRQGUtDFDVR
Los cambios corporales se suceden de ma- PDOHVWDUHVHUUiWLFRVRDOJXQDSUHRFXSDFLyQ
nera impresionante y para el púber pare- SXQWXDOSRUDOJ~QDVSHFWRGHVXFXHUSRHO
cen no terminar nunca. El cuerpo del niño DFQpFRPRSDWRORJtDHVWpWLFDGHV¿JXUDWLYD
desaparece y tras ciertas transformaciones varias formas de dismenorrea y trastornos
adopta el tamaño y forma adulta. La estatu- de la alimentación por la experimentación
ra, peso, musculatura, contextura, forma y con todo tipo de dietas. El cuerpo le sirve
el desarrollo de caracteres sexuales vienen GH PHGLR GH H[SUHVLyQ SULYLOHJLDGR FRQ
acompañados de fuerte impacto emocional ODV SHUVRQDV PiV DOOHJDGDV HQ VXV IRUPDV
HQODLPDJHQFRUSRUDO(Vla imagen de un extremas como intentos de suicidio o auto
FXHUSRLQIDQWLOTXHVHSLHUGH, como fuente mutilación.
TXH DOJXQD YH] IXH GH VHQWLPLHQWRV LOXVR- (OGHVDUUROORItVLFRQRVLHPSUHSURJUHVD
rios de FRPSOHWXG\ELVH[XDOLGDG. en la forma esperada. A veces asume carac-
terísticas transitorias del sexo opuesto: a
(O DGROHVFHQWH SHUFLEH TXH VX FXHUSR DOJXQRVYDURQHVOHVSUHRFXSDSRUHMHPSOR
VHYDWUDQVIRUPDQGRPLHQWUDVWLHQHTXH HOFUHFLPLHQWRSDVDMHURGHORVSH]RQHVROD
hacer el duelo por el cuerpo perdido de DGLSRVLGDGHQHOWRUVREDMRTXHDFHQW~DXQ
la infancia. FRQWRUQR IHPHQLQR TXH OXHJR GHVDSDUHFH
A las niñas se les tolera más un transitorio
Lo toman por sorpresa la aparición del estilo de WRPER\.
vello pubiano, el aumento de los senos, el Los cambios corporales movilizan in-
cambio de la voz, la barba, etcétera. El cre- conscientemente ansiedades de castración
FLPLHQWRFRUSRUDOHVUiSLGR\GHVLJXDOODV y requieren ser procesados emocionalmen-
⎛174 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

WH(OVXMHWRVHYDDGHFXDQGRDHOORVQRVLQ en dos frentes: con los padres reales, de los


padecer sensaciones corporales penosas, que necesita desprenderse y diferenciarse y
erráticas, que pueden terminar en consultas con los padres internos, de los que no puede
que parecenQRHVWDUMXVWL¿FDGDV(ODGROHV- UHSOHJDUVHVLQSHOLJURSXHVORFRQHFWDQFRQ
cente percibe no ser ya el mismo ni habitar los impulsos y prohibiciones del pasado.
un cuerpo que le pertenece. ¢'H TXLpQ HV $OJXQRV DGROHVFHQWHV QR YDQ D WROHUDU
este cuerpo?SDUHFHSUHJXQWDUVHVLQVDEHU- esta exacerbación edípica y volverán men-
lo. Pasará un tiempo antes de hacerlo suyo WDOPHQWH D UHIXJLDUVH HQ ORV WLHPSRV PiV
PLHQWUDVYDGH¿QLHQGRVXLGHQWLGDGVH[XDO tranquilos de la latencia. O en la confusión
y su cuerpo presiona para ser sentido, como TXHVXSRQHODUHHPHUJHQFLDGHDVSHFWRVGL-
masculino o femenino, como lo uno o lo sociados en la mente que se movilizan fren-
otroVLQDPELJHGDGHV WHDODHQRUPHRODGHGHVHRVJHQLWDOHV(Q
otros casos, puede que la crisis se soslaye
RVHSRVWHUJXH/DHPHUJHQFLDSOHQDGHGH-
La adolescencia reactiva VHRV\HOYDFtRTXHJHQHUDHOGXHORSRUORV
situaciones del pasado padres de la infancia impulsará esa hambre
de objetos TXH VH PDQL¿HVWD FRQ DQJXVWLD
La crisis adolescente moviliza situaciones TXH UHFODPD HPSDUHMDUVH DWUDtGRV DO SULQ-
GHODVH[XDOLGDGLQIDQWLOTXHJLUDQHQWRUQR FLSLRSRUODQHFHVLGDGGHHQFRQWUDU¿JXUDV
a la bisexualidad, la diferencia de los sexos LGHDOHVDOJXQDVGHHOODVLQDOFDQ]DEOHVtGR-
\HOHQLJPDGHODSURFUHDFLyQ/DE~VTXHGD ORVGHOPRPHQWRKpURHVREMHWRGHLQWHQVR
HPHUJHQWHGHORVSULPHURVREMHWRVVH[XDOHV apasionamiento y devoción.
del adolescente muestra la marca incestuosa $ODROHDGDGHLPSXOVRVJHQLWDOHVVHVX-
GHODVUHODFLRQHVWULDQJXODUHVQRUHVXHOWDVGHO man los que perduran de la sexualidad in-
FRPSOHMRGH(GLSR³(OKHFKRGHTXHHOSUL- fantil: los deseos orales que aparecen en la
PHUHQDPRUDPLHQWRVHULRGHOMRYHQFRPRHV bulimia, la anorexia, la toxicomanía, los de-
WDQIUHFXHQWHVHGLULMDDXQDPXMHUPDGXUD\ VHRVDQDOHVGHODVXFLHGDGHOYDJDEXQGHROD
el de la muchacha a un hombre mayor, dota- violencia y el sadismo, las perversiones que
do de autoridad, es un claro eco de esta fase SURYLHQHQGHODHWDSDIiOLFRJHQLWDODFHQWXD-
del desarrollo: pueden revivirles en efecto, la das por la liberalización de las costumbres.
LPDJHQGHODPDGUH\GHOSDGUH´2 (OFRQVLJXLHQWH\QHFHVDULRGHVSHJXHGH
Partiendo de la relativa quietud sexual ODV¿JXUDVSDUHQWDOHVSXHGHOOHYDUDODUHDF-
de la latencia, el adolescente recibe el pleno tivación de otras modalidades de relación
impacto de los requerimientos pulsionales aún más tempranas, las llamadas diádicas
JHQLWDOHV $O SULQFLSLR SHUFLEH HO HPSXMH o narcisistas:
GH ORV GHVHRV JHQLWDOHV FRPR H[FLWDFLyQ
SRFR HVSHFt¿FD HQ HO VHQWLGR GH TXH GL- A la espera de encontrar en el mundo
YHUVDVHPRFLRQHVFRPRODLUDODDQJXVWLD H[WHUQR ¿JXUDV TXH UHHPSODFHQ D ORV
o el miedo pueden excitarlo o confundirlo. padres edípicos, el adolescente se pue-
Tampoco sabe bien cómo canalizar sus im- de recoger sobre sí mismo, remontarse
SXOVRV3HQHWUDUVHUSHQHWUDGRODDQJXVWLD DpSRFDVGRQGHHUDODMR\DODSHUODD
GH FDVWUDFLyQ VH PDQL¿HVWDQ FRPR SUREOH- los ojos de su madre: buscar recuperar
mas con repercusiones corporales. la completud narcisista, la perfección,
La reactivación inconsciente de deseos ser el único, el ideal, el más fuerte, el
HGtSLFRV JHQHUD SUREOHPDV FRQ ORV SDGUHV más hermoso, el mejor.

)UHXG6³7UHV(QVD\RVSDUDXQD7HRUtD6H[XDO´  (QObra completa7RPR9,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV


2
⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente 175⎞

Se retrae, se esconde en su mundo in- y aceptación de la diferencia de sexos, el


WHULRU\SDVDODUJDVKRUDVHQH[TXLVLWDVHQ- DVXPLUHOSURSLR\HOGHODSDUHMD<FRQ
soñaciones. Cuando sale, vuelca estos ca- la aceptación de la alteridad, el recono-
UDFWHUHVHQVXVYtQFXORVFRQVXVREMHWRVORV cimiento del sexo opuesto en uno y el de
que han de ser vistos como XQGREOHFRQ¿U- uno en el otro, como aceptación simbóli-
matorio de sí mismo. Se anda buscando en ca de la sexualidad de ambos padres.
los compañeros, en los ídolos, en el amor E /DSOHQDUHDOL]DFLyQGHOcoito, su culmi-
o en cualquier actividad. $PDU OR TXH VH nación en un orgasmo pleno y la posibi-
desea ser$VtVHFRQVDJUDDXQDPLJRGHO lidad de la procreación. El apareamiento
DOPDFRPRXQGREOHJHPHODUTXHORHVWRGR HV QHFHVDULR SDUD JHQHUDU XQ FOLPD GH
y único, con quien se hace un pacto de por LQWLPLGDGHQODSDUHMDGRQGHFRPLHQFHD
vida3RVHVXHxDFRQXQDSDUHMDDPHQXGR WHQHU OXJDU HVD PL[WXUD GH VHQWLPLHQWRV
inalcanzable, lo que por el momento puede tiernos y sensuales, en una atmósfera de
HQWRUSHFHU HO KDOOD]JR GH XQD RSFLyQ PiV SDWHUQLGDGIXWXUDTXHGpOXJDUDOGHVDUUR-
realista. llo y al crecimiento mental.
Lo que caracteriza a estos vínculos idea-  (OHQFXHQWURFRQHVWHQXHYRREMHWRTXHVH
lesHQORVTXHHOVXMHWRVHWRPDFRPRPR- busca es en parte un reencuentro que vie-
delo, es su intensidad pasional, ser todo o QHDUHSUHVHQWDUORVREMHWRVGHOSDVDGR\
nada, posesivos, exclusivos, sin matices. Y DOLYLDUiHOGXHORSRUORVREMHWRVSHUGLGRV
HQHVRHVWULEDVXH[WUHPDIUDJLOLGDG de la infancia. Pero antes tendrá que re-
correr un camino de experiencias, pleno
/RV YtQFXORV QDUFLVLVWDV D ORV TXH HO de incertidumbres, sobresaltos y dudas:
adolescente recurre defensivamente, se ¢WHQGUi XQ SDUHMD SRGUi UHWHQHUOD VHUi
pierden ante la más mínima decepción heterosexual, homosexual o sólo se que-
RGHVHQFDQWRUHDOR¿JXUDGD3RUHVR rrá a sí mismo?
VXHOHQ VHU WUDQVLWRULRV IUXVWUDQWHV \
dolorosos. (OUHVROYHUHVWHFRQÀLFWR\DFFHGHUDOD
VH[XDOLGDGSOHQDVLJQL¿FDSDUDHODGR-
OHVFHQWH SRGHU UHQXQFLDU D OD VH[XD-
De la sexualidad infantil lidad fantaseada con la pareja de los
a la sexualidad adulta SDGUHVGHVXVFRPSRQHQWHVLQIDQWLOHV\
en su lugar aceptarla como fuente ins-
Al principio de la adolescencia reaparece en SLUDGRUD GH OD TXH GH DKRUD HQ PiV
SOHQRODRUJDQL]DFLyQJHQLWDOTXHYDDWHQHU será la propia.
TXH LU GHVSRMiQGRVH GH VXV FRQQRWDFLRQHV
infantiles para ponerse al servicio de nuevas &RQHOWLHPSRWHQGUiTXHOOHJDUDDFHSWDU
metas de la sexualidad adulta: las diferencias, el asumir el propio sexo y el
UHFRQRFLPLHQWRGHORSXHVWRHQHOHMHUFLFLR
D  /D WUDEDMRVD IXVLyQ GH OD FRUULHQWH VHQ- GHXQDVH[XDOLGDGTXHSRVLELOLWHODLQWHJUD-
sual y tierna de la sexualidad permitirá ción y recreación de los aspectos masculi-
HO KDOOD]JR GH XQ objeto erótico con el nos y femeninos de ambosHQODSDUHMD
TXH VH WHQJD XQ YtQFXOR QR VROR VH[XDO La masturbación reaparece en la ado-
sino amoroso. La apertura hacia la rela- lescencia como una manifestación de los
FLyQDPRURVDSOHQDH[LJHODHODERUDFLyQ FRQÀLFWRV HQ WRUQR D OD VH[XDOLGDG 3UR-
3
0DQW\NRZ%6GH³(ODPLJRtQWLPRGHODDGROHVFHQFLDVXOXJDUHQHOSURFHVRSVLFRDQDOtWLFR´Psicoanálisis;,,,
4
Meltzer, D. (VWDGRVVH[XDOHVGHODPHQWH.DUJLHPDQ%XHQRV$LUHV
⎛176 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

YLHQH GH XQD ODUJD KLVWRULD GH VHQVDFLRQHV GDGH[LVWHQFLDOSRUODTXHHOVXMHWRVH


autoeróticas y experiencias de la infancia. UHFRQRFHDVtPLVPR\ORUHFRQRFHQD
(VXQDDFWLYLGDGHVSHFt¿FDGHHVWDHWDSD\ SHVDU GH ORV FDPELRV TXH VLPXOWiQHD-
WLHQHDVXIDYRUHOFRQWULEXLUDODLQWHJUDFLyQ PHQWHH[SHULPHQWD
GHODVGLVWLQWDVSXOVLRQHVSUHJHQLWDOHVEDMR
ODSULPDFtDJHQLWDO53HURSRUHVWDUOLJDGDD Le permite sentirse el mismo que fue y
ORVREMHWRVLQFHVWXRVRVVHWUDVIRUPDHQXQD que previsiblemente será, proyectado al fu-
DFWLYLGDGTXHJHQHUDDQVLHGDG\VHQWLPLHQWR WXUR/DLGHQWLGDGGH¿QHODVXPDGHODVH[-
de culpa inconsciente, lo que puede derivar SHULHQFLDVGHOVXMHWRFRQORVREMHWRVSRUODV
entre otras cosas en todo tipo de síntomas TXHVHLGHQWL¿FDDVtPLVPR\ORLGHQWL¿FDQ
neuróticos e hipocondríacos o en una ten- Por lo tanto,
dencia a accidentarse.
Más que una manera de satisfacción HOVHQWLPLHQWRGHLGHQWLGDGVHFRQVWUX\H
sexual es una forma de liberarse de la ex- HQ EDVH D LGHQWL¿FDFLRQHV TXH HQ SDU-
citación o de los variados afectos con que WHVHPDQWLHQHQLQYDULDEOHV\HQSDUWH
inicialmente el adolescente la confunde. FDPELDQ\VHPRGL¿FDQ
Cuando trata de evitar el dolor que impli-
ca la renuncia a los padres y a la sexuali- /DLGHQWL¿FDFLyQHVXQPHFDQLVPRPHQ-
dad infantil, la masturbación aparece como tal automático e inconsciente que admite dos
consuelo. Le aporta la ilusión de ser todo PRGDOLGDGHV HO<RGHOVXMHWRVHWUDQVIRU-
D OD YH] HO QLxR DXWRVX¿FLHQWH \ HO DGXOWR PDVHJ~QHOPRGHORGHOREMHWR VHLGHQWL¿FD
sin todavía serlo. La masturbación tiene un al otro en uno 6LHQODEDVHGHHVWHPHFD-
propósito experimental, pronto se da cuen- nismo predomina un lazo de amor, lo que se
WDGHTXHJHQHUDLQWHQVRVFRQÀLFWRV\WUDWD WRPHGHOREMHWRVHDVLPLODUiDO<R\ORKDUi
de controlarla. Entonces se torna fácilmente crecer. Si en cambio predomina el odio, el
compulsiva por lo que aparece como un sin <RVHLGHQWL¿FDUiFRQDOJ~QDVSHFWRFRQHO
sentido más en su vida. Si insiste en evitar- TXHHVWDUiHQFRQÀLFWR HO<RGHOREMHWRHV
la, entabla una batalla que se puede expre- WUDWDGRFRPRHOGHOVXMHWRHO<RVHFRQIXQGH
sar como extrema ansiedad o de otra ma- GHIHQVLYDPHQWHFRQpO VHLGHQWL¿FDDXQRHQ
nera en síntomas corporales o equivalentes el otro, una de cuyas consecuencias es em-
FRPSXOVLYRVFRPRMXJXHWHDUFRQWRGRWLSR SREUHFHUDO<R 8QHMHPSORGHHVWD~OWLPD
GH REMHWRV KXUJDUVH OD QDUL] OD URSD ORV PRGDOLGDGVHPDQL¿HVWDHQODGLQiPLFDGHO
útiles, etcétera. DGROHVFHQWHHQORVJUXSRV YHULQIUD .
La identidad sufre distintas alternativas
DORODUJRGHODYLGD\HQWUDHQFULVLVFXDQGR
La adolescencia es una VHYHQDPHQD]DGDVODVLGHQWL¿FDFLRQHVTXH
crisis, una crisis de identidad la sustentan.

En la mayoría de los adolescentes, la identi- En el adolescente, por los cambios


GDGHQWUDUHJXODUPHQWHHQFULVLV3HUR¢TXp FRUSRUDOHVTXHH[SHULPHQWD\SRUORV
es la identidad? En cualquier etapa de la TXH VXIUH VX UHODFLyQ FRQ ORV REMHWRV
vida, parentales, entran en crisis las iden-
WL¿FDFLRQHV OR TXH HQ RFDVLRQHV VLJ-
la identidad es un sentimiento complejo QL¿FD GHVLGHQWL¿FDUVH  \ FRQ HOODV OD
TXHEULQGDXQDVHQVDFLyQGHFRQWLQXL- identidad.
5
Bios, P. “On Adolescence”. 7KH)UHH3UHVV 1962;159.
⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente 177⎞

En efecto, pierde el sentimiento de sí 3UR\HFWD HQ ORV LQWHJUDQWHV GHO JUXSR


PLVPR self  FRQ HO TXH HVWDED IDPLOLDUL- ORVFRQÀLFWRVUHIHUHQWHVDODGHQWUR\HO
zado, cambia la naturaleza del lazo con los DIXHUDORPDVFXOLQR\IHPHQLQRDGXOWR
SDGUHVGHODLQIDQFLD\ORVVLJQL¿FDGRVFRQ \QLxRDFWLYR\SDVLYRGHSHQGHQFLD\
que investía su propio cuerpo. Tiene que DXWRQRPtDOREXHQR\PDORHQHOPDU-
terminar de resolver su sexualidad infantil y co del despliegue de impulsos grupales
QHFHVLWDDFFHGHUDDOJRUDGLFDOPHQWHQXHYR TXHSXHGHQOOHJDUDVHUDQWLVRFLDOHVR
que aún no conoce. Aspira a salir del espa- francamente delictivos.
cio familiar y está aún perdido en un medio
social que no domina. Las diversas tendencias presentes en el
Debe abandonar modelos del pasado JUXSRSXHGHQVHUDVXPLGDVSRUHOPLHPEUR
PX\OLJDGRVDORVSDGUHV\FUHDUORVVX\RV DGROHVFHQWHPiVHQIHUPR&XDQGRHQHOJUX-
propios. &RQVFLHQWHPHQWH, el adolescente SROOHJDQDOH[WUHPRDOOtPLWHHVFXDQGRVH
parece rechazar casi todo lo proveniente de sienten vivir. Cada uno sostiene al miembro
los padres mientras que inconscientemente TXHDFW~DSRUORVGHPiV(OJUXSROHDSRUWD
está abocado al doloroso dilema de lo que conocimientos que el adolescente no quiere
YDDDFHSWDUUHFKD]DURPRGL¿FDUGHFDGD recibir de otros, menos de los padres u otros
uno de ellos como parte de sí. A veces se adultos. Comparten entre ellos las primeras
YDDGH¿QLUSRUORRSXHVWRDORTXHVXSRQH experiencias: la menarca, las salidas, los
que se espera de él en una especie de iden- manoseos corporales, la masturbación, las
tidad negativa. En el borde, la anorexia del UHODFLRQHVVH[XDOHVODVGURJDV
DGROHVFHQWH WHVWL¿FD VX WHUFD YROXQWDG GH (OJUXSRDGROHVFHQWHHVXQJUXSRGHLQ-
no ser. GLYLGXRVDLVODGRVVRVWHQLGRSRUDOJXQRVLQ-
Los cambios súbitos e inesperados que tereses en común, pero con poca dinámica
experimenta hacen que su identidad entre LQWHUQDORTXHQRTXLHUHGHFLUTXHHQDOJX-
en crisis, se desconozca a sí mismo y ex- QRVFDVRVORVYtQFXORVTXHHQpOVHJHQHUDQ
perimente fuertes sentimientos de H[WUDxD- no puedan durar toda la vida.
miento en su persona al punto de que no lle- (QJHQHUDODOSULQFLSLRORVLQWHJUDQWHV
JXHDVDEHUTXLpQHVQLORTXHVHHVSHUDGH GHOJUXSRSHUWHQHFHQDOPLVPRVH[RSRUORV
él, una especie de identidad difusa.6 A veces temores que la sexualidad despierta. Pero
el adolescente no siente en él esa continui- SURQWRHOSDVDMHSRUFLHUWDUHODFLyQKRPR-
GDGHQWUHHOTXHVHFRPSURPHWLyDDOJR\HO sexual en las pandillas se disuelve en favor
que no lo pudo cumplir. del apareamiento heterosexual. Entonces,
GHOJUXSRHPHUJHQODVSDUHMDVDODVXSHU¿FLH
GHODYLGDDGXOWD$OJXQRVVHDQLPDQDQWHV
El adolescente en el grupo el resto puede considerarlo como traición y
y el grupo adolescente DEDQGRQRKDVWDTXHRWURVORVVLJXHQSRUHO
camino que los más audaces abrieron a los
Al comienzo, el adolescente tiende a in- demás.
WHJUDU XQD YLGD VRFLDO HQ JUXSRV EDUUDV R /RV SULPHURV HPSDUHMDPLHQWRV SODQ-
patotas que es útil porque le brinda límites tean toda clase de dudas repetidas hasta la
al desborde emocional que no puede conte- obsesión. Se instalan inicialmente como
ner en su mente. Lo alivia depositar en sus HMHPSORGHYtQFXORVQDUFLVLVWDV YHUVXSUD ,
compinches aspectos mentales contradicto- están sostenidos por toda clase de idealiza-
rios no resueltos aún en él. FLRQHVTXHKDFHQDSDUHFHUDOREMHWRGHDPRU
6
(ULNVRQ(³7KH3UREOHPRIHJRLGHQWLW\´-RXURIWKH$P3V\FK$VV  
⎛178 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

FRPR³HO~QLFRHQHOPXQGR´³DO¿QHQFRQ- que cuestiona lo establecido aporta un in-


tré la perfección”, para desilusionarse en el JUHGLHQWH FXHVWLRQDGRU D OD GLQiPLFD \ DO
mayor de los desconsuelos y reanudar poco FDPELRVRFLDO:LQQLFRWVHxDODTXHHVLP-
GHVSXpV OD E~VTXHGD (Q DOJXQRV FDVRV OD portante que esta sociedad le brinde al ado-
E~VTXHGD GH REMHWR SXHGH VHU GHIHQVLYD lescente un tiempo a la espera de las trans-
ante la soledad o como huida prematura de IRUPDFLRQHVTXHOHRWRUJDUiQHOHVWDWXVGH
ODyUELWDGHORVSDGUHVDODTXHVLHQWHQDJR- adulto.
biante. 3HURQRHVXQDDFWLWXGJUDWXLWDHODGXO-
to debe aceptar el elemento de tensión que
supone el mundo adolescente en su seno, el
El adolescente en el mundo SUHFLRTXHSDJDSRUHVWDFRQFHVLyQHVTXH
debe aprender a convivir y aceptar que hay
La sociedad, en distintas épocas y contextos, un potencial violento en ella. La sociedad
ha enfrentado los cambios que la conmocio- SXHGHWHQHUPXFKDVYHQWDMDVHQWROHUDUHVWH
nan por medio de rituales o ceremonias de mundo que convive en su seno si no se en-
SDVDMHTXHGHDOJXQDPDQHUDDWHQ~DQHOLP- trampa en esa mezcla de desafío y depen-
pacto emocional en la medida que resulta dencia que le propone el adolescente.7 Para
UHJODPHQWDGR6RQritos de iniciación o de el adolescente, este tiempo de espera puede
tránsito donde el propósito es pasar de un UHVXOWDUDQJXVWLRVRSRUTXHQRSXHGHWROHUDU
estado a otro sin solución de continuidad: el ODVGXGDV\ODVLQFHUWLGXPEUHVGHORTXHVLJ-
QLxRHVDGXOWRGHJROSHRDGTXLHUHXQDLGHQ- QL¿FDHVWDUHQWUiQVLWR&RPRQRVRSRUWDOD
WLGDGVH[XDO~QLFDHLQHTXtYRFDTXHORGHMD espera, el remedio es la acción.
a salvo del doloroso periodo de transición
con sólo pasar una ceremonia.
&RPR HMHPSOR GH ULWRV LQLFLiWLFRV HQ Para el adolescente,
Medicina, hasta hace poco, se realizaban la vida es acción
HQ ODV JXDUGLDV FHUHPRQLDV FRQ ORV SUDFWL-
FDQWHVUHFLpQLQJUHVDGRVHQFX\DQRFKHGH /DDGROHVFHQFLDH[WHULRUL]DVXVFRQÀLFWRVHQ
EDXWLVPR GHEtDQ SDVDU SRU DOJXQD SUXHED la acción e involucra en ello a los que tiene
PX\H[LJHQWHDIURQWDUXQSHOLJURRDOJXQD a su lado. Tiene poca capacidad para con-
VLWXDFLyQOtPLWHTXHOHRWRUJDEDDOLQLFLDGR tenerlos con el pensamiento y poco tiempo
si pasaba, el peldaño inferior en la escala SDUDODUHÀH[LyQSXHVOHUHVXOWDLQWROHUDEOH
hacia el estatus de médicoDQWHVDODGHOR¿- SRUORGRORURVD3RUHMHPSORVXVQHFHVLGD-
FLDOTXHRWRUJDEDOD)DFXOWDGGH0HGLFLQD des infantiles de dependencia por un lado y
(OFDQGLGDWRDGTXLUtDGHJROSHORVEODVRQHV sus deseos de autonomía por otro se ponen
de una nueva hermandad, la médica y tenía GHPDQL¿HVWRHQXQDOXFKDGHVSLDGDGD\VLQ
desde entonces, el derecho de hacer lo mis- cuartel con los adultos en torno a los límites
PRDORVTXHOOHJDEDQGHVSXpVGHpO GHKRUDULRGLQHURFRPSDxtDHWFpWHUD 
La sociedad occidental ha perdido la Puede utilizar el espacio social con con-
FRVWXPEUHGHULWXDOL]DUHOSDVDMHDGROHVFHQ- ductas francamente antisociales que pare-
WH /H RWRUJD XQ WLHPSR D OD HVSHUD GH VX cen inconscientemente destinadas a provo-
crecimiento y maduración. El mundo adul- FDUDDOJXQDDXWRULGDGH[WHUQDTXHORD\XGH
to puede preservar los limites del mundo DUHFXSHUDUORVOtPLWHV$OJXQDVYHFHVHVWDV
adolescente, cuidar el desarrollo de lo que conductas aparatosas ceden pronto con ayu-
contiene como torbellino. El adolescente, da psicoterapéutica.
7
:LQQLFRWW'Op. cit. 1963.
⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente 179⎞

Solo parece sentirse real y él mismo si El adulto racionaliza estas conductas ado-
se pone a prueba, si rechaza el rol que, él lescentes con el “solo se vive una vez”. Se
VXSRQH ORV DGXOWRV OH DVLJQDQ 6ROR DFHS- trata de una adolescencia tardía: esta situa-
ta pasar por todo lo que hay que pasar, sin FLyQHVWDOODIUHQWHDIUXVWUDFLRQHVOLJDGDVD
TXH QLQJ~Q RWUR SXHGD YLYLUOR SRU pO QL OH la vida amorosa o profesional, donde no se
indique qué tiene que hacer. Por supuesto, WROHUD HO YHUVH UHGXFLGR D OR TXH VH HV D
la transición a formas fronterizas de acción WHQHUTXHSRQHUOtPLWHDODVIDQWDVtDVQDUFL-
está siempre presente, tanto en los desarro- sistas de renovación perpetua, mientras la
llos en salud cuanto en los que bordean la irreversibilidad del paso del tiempo se hace
SDWRORJtDGHODGHOLQFXHQFLDRODGURJDGLF- sentir.
ción. Para la Medicina se trata de una situa-
ción importante porque marca la disposi-
FLyQ D OD DSDULFLyQ GH SDWRORJtD FRUSRUDO
...y la adolescencia RPHQWDOHVSHFt¿FDGHODHGDGPHGLDGHOD
como estado mental vida –hipertensión, úlcera, depresión o ac-
tuaciones– YHUFDStWXOR;9,, .
Pero la adolescencia no es sólo una crisis Muestra cuán necesario es que los ado-
que se vive en un período circunscrito de OHVFHQWHVWHQJDQVXDGROHVFHQFLDHQVXPR-
la vida. Es un estado mental de turbulencia mento, cuando los cambios corporales lo
emocional, de cambios imprevisibles y de requieren y la familia y la sociedad se lo
crecimiento potencial que confronta con los SHUPLWHQ DXQTXHVHDDUHJDxDGLHQWHV 
valores establecidos. Como estado mental
puede cuestionar la estabilidad de la identi-
dad en cualquier momento de la vida. En ese El adolescente
sentido, la adolescencia, como potencial de y la Medicina
la mente para crecer y renovarse nunca ter-
mina y en buena hora. Retroactivamente, La adolescencia es un momento del ciclo
YLWDOFRQULHVJRVHVSHFt¿FRVSRUORVTXHOD
el adulto vive la adolescencia como la Medicina es llamada a intervenir con fre-
siempre renovada posibilidad de cam- FXHQFLD6RORVHPHQFLRQDQDOJXQRV
ELRUHMXYHQHFLPLHQWR\FUHFLPLHQWRHQ Es un período crítico para iniciarse en
ODYLGDGHMDUHOSDVDGR\FRPHQ]DUGH ODH[SHULPHQWDFLyQFRQGURJDVDYHFHVHQ
vuelta. una típica secuencia: tabaco, alcohol, ma-
rihuana, sedantes, psicofármacos, cocaína,
$OJXQDVWHQGHQFLDVDFWXDOHVIDPLOLDUHV HWFpWHUD (O DELHUWR GHVDItR \ OD QHJDFLyQ
y sociales tienden a anticipar la adolescen- omnipotente de la muerte llevan a altas ta-
FLDDDFHOHUDUVXSDVDMH3XHGHQFRQVHJXLU sas de muerte por accidentes y suicidio.
una adolescencia prematura. Cuando no Embarazos cada vez más tempranos se
culmina adecuadamente, la vida entera se han convertido en un verdadero problema
trasforma en una adolescencia intermina- de salud por la morbilidad física, psico-
ble 3RU HO FRQWUDULR DOJXQRV VXMHWRV SRV- OyJLFD VRFLRHFRQyPLFD LQYROXFUDGD HQ OD
WHUJDQODFULVLVSRUGL¿FXOWDGHVHPRFLRQDOHV adolescencia. Casi un cuarto de todas las
\PiVWDUGHSXHGHQUHFDHUHQDOJRSDUHFLGR adolescentes en Estados Unidos se emba-
a ella, pero a destiempo, en la mitad de la UD]D DQWHV GH ORV  DxRV VROR OD PLWDG
YLGD \ FRQ VXV SURSLRV KLMRV DGROHVFHQWHV de esos embarazos resultan viables. De

%URRNV*XQQ-³&KDVH/DQVGDOH3O&KLOGUHQKDYLQJFKLOGUHQHIIHFWVRQWKHIDPLO\V\VWHP´Pediatr Ann

⎛180 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

acuerdo a un estudio reciente, de los estu- si se impone con fuerza será vivida como
diantes adolescentes sexualmente activos, una muestra de desamor. Lo puede sen-
VyORHOGHODVPXMHUHV\HOGHORV WLU FRPR DOJXLHQ TXH TXLHUH DUUDQFDUOH
varones usaban métodos anticonceptivos.9 información o secretos sobre la mastur-
Las complicaciones médicas del embarazo bación. Otras veces podrá proponer una
adolescente son 4 ó 5 veces mayores. La relación como entre pares y se sentirá
prevención de los embarazos no deseados ofendido si no se la acepta. Puede que
es un tema frecuente en la adolescencia: desconfíe de un médico que él crea que
cuando ocurren requieren sostén emocio- “se lo sabe todo”.
nal y ayuda para explorar opciones como El adolescente no siempre desea ser
el aborto, adopción, matrimonio o mater- comprendido porque está en una etapa de
nidad soltera. descubrimiento personal, comprometido
7DPELpQHVFRPSOHMRHOPDQHMRGHODV en una experiencia de vida. No quiere so-
enfermedades de transmisión sexual, como luciones y menos soluciones falsas, acep-
HOKHUSHV\HO+,9'DGRHOODUJRSHULRGR ta sólo aquello que siente real: encontrar
de incubación del HIV, muchos adultos VXSURSLR<RDTXLHQVHUOH¿HO1RWROHUD
MyYHQHV HQIHUPRV VH SUHVXPHQ LQIHFWDGRV ayuda porque todavía no acepta compro-
durante los años de su adolescencia. El nú- misos. Rechaza lo que se le ofrece como
mero de casos entre los adolescentes au- sustitutos vicarios. Debe empezar por
PHQWy GUDPiWLFDPHQWH HQ ((88 XQ  el comienzo, como si no pudiera tomar
HQWUH\\HVODVpSWLPDFDXVDGH nada de nadie. Lo del otro no sirve y es
muerte entre los 15 y los 24 años. Propor- rechazado. Para él, la experiencia no es
FLRQDOPHQWH FRQ UHODFLyQ DO JUXSR DGXOWR WUDQVPLVLEOH SRUTXH OD YLGD HV DOJR SDUD
YDURQHV   HO ULHVJR GH LQIHFFLyQ HV ser vivida, no contada por los demás. “La
PD\RUHQWUHODVPXMHUHVDGROHVFHQWHV YD- buena onda no se mide, se vive”.11 Es útil
URQHV  que el médico recuerde que el adolescente
en ocasiones,

El adolescente QHFHVLWDGHVD¿DUHQXQFRQWH[WRGRQGH
frente al médico SXHGD FRQ¿DU HQ TXH VXV QHFHVLGDGHV
VHUiQ UHVSRQGLGDV \ FRQWHQLGDV SRU HO
El adolescente mira con recelo al mundo mundo de los adultos.
de los adultos y sus representantes: por un
WLHPSROOHJDDFUHHUTXHellos lo tienen todo, El adolescente quiere tomar una res-
dinero, poder, sexualidad y no lo quieren SRQVDELOLGDGFUHFLHQWHHQHOPDQHMRGHVX
compartir con ellos. cuerpo y su salud. La pérdida de la au-
Con el médico puede establecer un tonomía y la privacidad que la enferme-
vínculo donde muestre una fuerte ten- dad supone le es especialmente doloro-
dencia a desconocerlo en su rol profe- sa. Cuando es crónica e inhabilitante, se
sional o una tendencia a utilizarlo en el siente humillado y diferente. Puede evi-
cumplimiento de sus ideales. Puede sen- tar cumplir los requisitos del tratamiento
tir una especial intolerancia a la asime- o sabotearlos, a veces con ayuda de los
tría de la relación médico-paciente, que pares.

9
³&HQWHUIRUGLVHDVHFRQWUROVH[XDOEHKDYLRUDPRQJKLJKVFKRROVWXGHQWV´-$0$

%RZOHU\FRO³+,9 $LGVGXULQJDGROHVFHQFHLQ86WDWHVLQFULVLQJULVN´-$GROHVFHQFH 1992;15:345,371.
11
'HXQDDGROHVFHQWH3DRODOXHJRGHOWUiJLFRLQFHQGLRHQXQDGLVFRWHTXH/D1DFLyQ;,,
⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente 181⎞

El médico frente a una profunda revisión de sus ideales,


al adolescente FRQYLFFLRQHV\YDORUHVFRPRSDVRSUH-
vio a decidir si está en condiciones de
El médico puede responder al adolescente tratarlo.
desde su rol profesional, pero inconsciente-
PHQWHGHVGHHOOXJDUTXHIXHVXSURSLDDGR-
OHVFHQFLD3XHGHD HVWDUWHQWDGRDjugar el El final de la adolescencia,
rol de autoridad y ayudar a enderezar al ado- el comienzo de la adultez
lescente o querer funcionar en alianza con
ORVSDGUHVE LQYHUWLUODVJHQHUDFLRQHV\IDQ- (OWUiQVLWRDODDGXOWH]HVJUDGXDO\GLItFLO
tasear que su paciente adolescente representa de precisar. El proceso de la adolescencia
XQD¿JXUDSDUHQWDOSURKLELGDF SXHGHWUD- DOFDQ]DDOJXQDGHVXVPHWDV\GHMDLQFXP-
tarlo como un adulto y no detectar sus nece- SOLGDVRWUDV/RVLQWHQWRVUHJUHVLYRVDOSD-
VLGDGHVGHGHSHQGHQFLD\GHVYDOLPLHQWRG  sado que intentaron soslayar el sufrimiento
incentivar inconscientemente una actividad VHUHVXHOYHQHOLPSXOVRSURJUHVLYRDOFUH-
sexual, normal o promiscua, o condenarla cimiento se reanuda, asoman los primeros
VXWLOPHQWHH SXHGHHQYLGLDUTXHOHOOHJXHQ ORJURVHQHOiUHDGHODYLGDDPRURVD\YRFD-
DOMRYHQORVPHMRUHVDxRVGHODYLGDFXDQGR cional, indicadores de los cambios internos
pOGHMyDWUiVORVVX\RVKDFHWLHPSRI SXHGH ocurridos.
WUDWDU GH DSODFDUOR DSDFLJXDUOR LGHDOL]DUOR /RV REMHWRV SDUHQWDOHV LQWHUQRV SRU
suponerlo fuerte, sexualmente poderoso. haber atenuado sus atributos todopodero-
(Q WRGR FDVR OD JUDQ DPHQD]D SDUD HO sos, permiten LGHQWL¿FDFLRQHV PDWL]DGDV,
médico es la parte del adulto que no tuvo su LQWHJUDFLyQ \ DVLPLODFLyQ GH FXDOLGDGHV
adolescencia, que lo lleve a sentirse resen- anteriormente incompatibles en una nueva
WLGRFRQHVWRVMyYHQHVTXHVHWRPDQWLHPSR \RULJLQDOFRQ¿JXUDFLyQTXHGDOXJDUHQHO
para encontrar una solución para ellos. El MRYHQ D una nueva identidad, dentro de la
WHPDHVFyPRHQIUHQWDUHOGHVDItRHQOXJDU que sentirse “como en casa”.
GH VXSRQHU TXH WLHQH TXH KDFHU DOJR SDUD Al cuestionar las relaciones basadas en
tratar de curarlo de la adolescencia. ODYHUWLFDOLGDGHOMRYHQTXHYDFDPLQRDOD
Por todas esas consideraciones, el trato adultez se inspira ahora en ideales propios,
del médico con el adolescente no es cosa no en la obediencia y el temor a los padres.
fácil: (QHOPHMRUGHORVFDVRVpVWRVVHWUDQVIRU-
PDQLQWHUQDPHQWHHQ¿JXUDVGHSURWHFFLyQ
/RV WHPDV SRU ORV TXH HO DGROHVFHQWH TXHDOLHQWDQHOGHVSOLHJXHGHODVFDSDFLGD-
FRQVXOWD GURJDV VH[XDOLGDG HPEDUD- GHV\WDOHQWRVGHOVXMHWRTXHVHSRQGUiQHQ
zo, aborto, etcétera, obligan al médico MXHJRHQXQSUR\HFWRYLWDOGHIXWXUR.
XVI
Acerca del dormir
y del soñar

6LHOVXHxRIXHUD FRPRGLFHQ Pero no es sólo su carácter de necesidad


una tregua, un puro reposo somática la que convoca su estudio. El dor-
GHODPHQWH¢SRUTXpVLWHGHVSLHUWDQ mir, un período que abarca un tercio de la
bruscamente, sientes H[LVWHQFLDKXPDQDGHQLQJXQDPDQHUDSXH-
TXHWHKDQUREDGRXQDIRUWXQD" de ser indiferente para la Medicina y sus
cuidados.
J. L. BORGES, “El Sueño” El dormir es un estado normal, recu-
rrente, reversible y espontáneo, caracte-
La alternancia periódica entre vigilia UL]DGR SRU YDULDEOHV ¿VLROyJLFDV FRQGXF-
y reposo es la manifestación más llama- tuales y subjetivas. Durante el estado de
WLYDGHFLHUWRVFLFORVELROyJLFRV&RPROD UHSRVR HPHUJHQ sueños que expresan as-
temperatura, los procesos metabólicos y SHFWRVVLJQL¿FDWLYRVGHODYLGDPHQWDOGHO
endocrinos forman parte de los llamados soñante.
ritmos circadianos. En distintos momen-
tos del día hay diferencias en los nive- En este capítulo se hace referencia al
les de alerta, atención y concentración, GRUPLU FRPR H[SHULHQFLD VXEMHWLYD \
GRQGH DOJXQDV SHUVRQDV ULQGHQ PHMRU a la importancia de la función de los
TXHRWUDV WUDEDMRHVWXGLRHWFpWHUD 3RU VXHxRVSDUDODVDOXGPHQWDOGHODVSHU-
la noche también varían los niveles de sonas.
profundidad del reposo. Por lo tanto, el
UHSRVR\ODYLJLOLDVRQHVWDGRVTXHPiV
allá de sus obvias diferencias deben ser El dormir
FRQVLGHUDGRVHQFRQMXQWRFRQXQDYLVLyQ como estado subjetivo
LQWHJUDGRUD
'HVGHODGpFDGDGHOVHFRQRFHTXHHO 3DUD HO LPDJLQDULR SRSXODU HO GRUPLU
dormir es un fenómeno activo, no pasivo, tiene que ver con la necesidad de un
FX\D ¿VLRORJtD FDUGLRYDVFXODU UHVSLUDWRULD descanso reparador por la actividad de
\ QHXURTXtPLFD GL¿HUH GH OD GH OD YLJLOLD XQDYLJLOLDGHODTXHKD\TXHUHFXSHUDU-
⎛184 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

se. 1(VYLYLGRFRPRHOHQWUHJDUVHSDVLYD ySWLPDVSDUDODSURGXFFLyQLPDJLQDWLYDGH


y placenteramente al reposo. Parece ser la mente.
una necesidad corporal aunque no está 'HQWURGHOD3VLFRSDWRORJtDVHVDEHGHO
claro aún del todo de qué tipo. 2 Como SVLFyWLFR TXH QR SXHGH GLVWLQJXLU SRU PR-
TXLHUD TXH VHD HOOD VH H[SUHVD VXEMHWL- mentos si está dormido o despierto, una de
vamente como deseo de dormir, a ins- las razones por las que no sueña. Puede te-
tancias del cual el ser humano se permi- QHUDOXFLQDFLRQHVHQOXJDUGHVXHxRV&XDQ-
te diariamente el reposo. GRVHUHFXSHUDGHVXHSLVRGLRDJXGRYXHOYH
/DUHODFLyQVXHxRYLJLOLDQRWLHQHHOVHQ- D VRxDU (VWRV HMHPSORV SHUPLWHQ PDWL]DU
tido de una exclusión total y recíproca. Apa- GHVGHHOSXQWRGHYLVWDVXEMHWLYRODVGLIH-
rentemente las diferencias entre dormir y es- rencias entre vida diurna y nocturna. Seña-
tar despierto parecen obvias: como opuesto la, además, que la conciencia no es sinóni-
DODYLJLOLDHOGRUPLUUHPLWHDODDXVHQFLDGH mo de lo psíquico, sino uno de sus atributos
conciencia, a la interrupción de los estímulos posibles y que de hecho puede faltar.
perceptivos y a la parálisis de la motilidad El estado mental del Yo cuando duer-
voluntaria. Pero no hay que extremar estas me se caracteriza por un retiro casi total
diferencias pues existen hechos que la ate- del mundo que lo rodea y el cese de todo
núan: en la noche, los sueños despiertan al interés por él. Se clausura a los estímulos
VXMHWRPRPHQWiQHDPHQWHPLHQWUDVOHSHUPL- perceptivos que provienen del exterior, no
WHQ VHJXLU GXUPLHQGR &RPR OR GLFH )UHXG hace caso para nada de las sensaciones que
SiJ ³WRGRHOWLHPSRTXHGXUDHOGRUPLU le sobrevienen mientras duerme. Cuando
sabemos que soñamos con la misma certeza por su intensidad no puede menos que reco-
con que sabemos que dormimos”.3 nocerlos, busca interpretarlos de tal modo
Pero, ¿cómo es que se puede tener con- que los estímulos aparezcan en una situa-
ciencia estando dormido? En el estado de ción deseada como parte de un sueño, com-
reposo la vida mental inconsciente es capaz SDWLEOH FRQ VHJXLU GXUPLHQGR XQ WLHPSR
GH H[WHQVRV UHQGLPLHQWRV SDUD OD YLJLOLD PiV 3DUDGyMLFDPHQWH DOJXQRV HVWtPXORV
de los que la actividad onírica revela sólo externos poco audibles, si son VLJQL¿FDWLYRV
IUDJPHQWRV $ VX YH] PXFKRV HVWDGRV GH SXHGHQGHVSHUWDUFRPRDODPDGUHXQOLJHUR
YLJLOLDSRVHHQSRUPRPHQWRVXQDFXDOLGDG movimiento del bebé. Asimismo la motili-
onírica especial con un trasfondo de enso- dad activa está excluida, adoptándose una
xDFLyQ FDUDFWHUtVWLFD TXH ORV XELFD MXQWR postura acorde con la necesidad de reposo.
al sueño, entre los fenómenos de la mente
que comparten un estado de transición entre 'HPDQHUDTXHHO<RFODXVXUDSHUFHS-
el estar plenamente dormido o plenamente FLyQ\PRWLOLGDGVHFLHUUDVREUHVtPLV-
despierto/DODERUFLHQWt¿FDRODFUHDFLyQ PR\VHHQWUHJDDOUHSRVRDQKHODGRSRU
OLWHUDULDSXHGHQVXUJLUHQHVDVFRQGLFLRQHV un deseo consciente de dormir.

1
$VtORIXHWDPELpQSDUDORVFLHQWt¿FRVKDVWDTXHODLQWURGXFFLyQGHO((*\HOHVWXGLRGHORVIHQyPHQRV5(0 UDSLGH\H
movement HQODGpFDGDGHOFLQFXHQWDGHVFXEULHURQHQHOGRUPLUSHUtRGRVTXHVHDVHPHMDEDQPiVDODYLJLOLDODOODPDGDIDVH
paradojal VXHxRSDUDGRMDO PLHQWUDVHOQR5(0HVWDEDPiVOLJDGRDOUHSRVRUHSDUDGRU VXHxROHQWR 6HFRPSUREyWDPELpQ
TXHORVVXHxRVRFXUUHQHQHOSHUtRGR5HPHQHODGHORVFDVRV
2
/DGHSULYDFLyQSURORQJDGDGHOGRUPLUHQUDWDVSRUDGtDVFRQPRYLOLGDGIRU]DGDKDUHVXOWDGRHQGHELOLWDFLyQVHYHUD\
PXHUWHGHORVDQLPDOHVSHURQRGHORVWHVWLJRVeVWDV\RWUDVH[SHULHQFLDVDSR\DQODLGHDGHTXHHOGRUPLUHVXQDIXQFLyQ¿VLROy-
JLFDYLWDO6HFRQRFHXQDH[SHULHQFLDGHXQHVWXGLDQWHGHDxRVTXHHVWXYRKVVLQGRUPLUOXHJRGXUPLyKVVHJXLGDV
/RVHVWXGLRVGHSULYDFLyQGHOVXHxRQRUHYHODQHIHFWRVHVSHFt¿FRVDODUJRSOD]R
3
)UHXG6³/DLQWHUSUHWDFLyQGHORVVXHxRV´  (QObra completa Tomo V y VI. Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
⎛ XVI $FHUFDGHOGRUPLU\GHOVRxDU 185⎞

Todo deseo es un intento de recrear una temor es muy intenso, el ceremonial pue-
situación pasada vivida de forma placen- de convertirse en una manifestación de una
tera. En relación con el deseo de dormir, fobia al dormir la persona no puede irse a
)UHXGGLFHTXH³DOQDFHUVHKDHQJHQGUD- dormir, una condición común en los niños.
GRXQDSXOVLyQDUHJUHVDUDODYLGDLQWUDX- $OJXQDVSHUVRQDVVHGXHUPHQGHJROSH
terina abandonada, una pulsión de dormir. caen de una manera súbita, otras lo sienten
(O GRUPLU HV XQ UHJUHVR WDO DO VHQR PDWHU- GHPDQHUDJUDGXDOFRQGHVSHUWDUHVLQWHUPL-
QR´ SiJ 4 Cumple las condiciones de tentes.
estado de paz, de calidez y de apartarse de
los estímulos. Muchos hombres vuelven a &RQHOGRUPLUVHUHODMDVLQGHVDSDUHFHU
adoptar dormidos una posición fetal. del todo la censura GHO<RTXHGXUDQWH
(O <R VH HQWUHJD DO GHVHR GH GRUPLU \ el día ha permanecido operante auto-
lo realiza produciendo en su interior las máticamente en todo momento impi-
alteraciones que lo hacen posible. En el diendo la aparición de ideas o deseos
dormir se recrea un estado donde todos los incompatibles con él.
intereses del Yo estarán volcados sobre sí
PLVPR QDUFLVLVPR  7DPELpQ VH YXHOYH D Por esa razón, puede que el Yo experi-
un funcionamiento primitivo de realización PHQWH WHPRUHV D HQWUHJDUVH DO GRUPLU SRU
alucinatoria de los deseos, lo que permite sentirse expuesto a tentaciones prohibidas: a
la transformación de ideas abstractas de GHVHRVOLELGLQDOHVRDJUHVLYRVLQFRQVFLHQWHV
ODYLJLOLDHQODVLPiJHQHVFRQFUHWDVGHORV y su correlato, la masturbación, poluciones
sueños: los pensamientos se representan en nocturnas o lo que a veces son su equivalente
LPiJHQHVTXHVHSUR\HFWDQHQXQDHVSHFLH en los niños, la enuresis. Por momentos, la
de pantalla, ODSDQWDOODGHOVXHxR. persona puede temer dormir por terror a so-
xDUDODVSHVDGLOODVDOFDVWLJRTXHVXSRQHQ
FLHUWRV GHVHRV 'RUPLU SXHGH VLJQL¿FDU QR
Tratando de despertar, una variación del temor a la muer-
conciliar el sueño te. O por el temor a los cambios regresivos
que le ocurren al Yo en el adormecimiento
El deseo de dormir, por placentero que sea TXHVHH[SUHVDQFRPRVHQVDFLRQHVGHFDHU-
a la hora de realizarse, no está exento de VH KXQGLUVH IXHUWHV VDFXGRQHV  HO GRUPLU
FRQWUDULHGDGHV $O LUVH D GRUPLU DOJXQDV puede ser vivido como la posibilidad de un
personas cuidan que se establezcan deter- temido descontrol cercano a la psicosis.
minadas condiciones: cada noche repiten Durante el adormecimiento pueden
de la misma manera una serie de actos cuyo HPHUJHU LGHDV TXH VH PXGDQ HQ LPiJHQHV
incumplimiento les molesta. Se conocen visuales y acústicas, alucinaciones hipna-
como ceremoniales del dormir. Son rituales gógicas TXH VXHOHQ DSDUHFHU HQ DOJXQDV
que denuncian el período sensible que hay SHUVRQDVD~QGHVSXpVGHDEULUORVRMRV/RV
TXH WUDQVLWDU GH OD YLJLOLD DO GRUPLU FRPR WHPDVGHHVWDVLPiJHQHVOXHJRVHFRQWLQ~DQ
SRWHQFLDOPHQWH JHQHUDGRU GH DQVLHGDG (O HQORVVXHxRV$OJXQRVinsomnios llamados
ULWXDO HV XQD GHIHQVD TXH VH JHQHUD DQWH de comienzo son típicos del inicio del dor-
una situación temida. Una persona normal PLUPiVIUHFXHQWHVHQSHUVRQDVMyYHQHV\
SXHGH FDPELDUORV OOHJDGR HO FDVR SHUR HO tienen que ver con situaciones de ansiedad.
neurótico no, los realiza compulsivamente Las experiencias del despertar también
y los cubre de racionalizaciones. Cuando el merecen ser comentadas. A una paciente de
4
)UHXG6³(VTXHPDGHOSVLFRDQiOLVLV´  (QObra completa7RPR;;,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛186 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

DxRVFDVDGDVLQKLMRVSRUXQDHVWHULOLGDG Otras personas, por el contrario, utilizan


que no pudo superar, se le descubrió inespe- el dormir como una defensa frente a una
radamente un cáncer de mama. Fue operada UHDOLGDG GHVDJUDGDEOH /RV DGROHVFHQWHV
y a continuación empezó a recibir quimio- WLHQHQ GL¿FXOWDGHV FRQ HO GHVSHUWDU HQ OD
terapia, que le ocasionaba mucho malestar PDxDQD\VLJXHQGXUPLHQGRWRGRHOGtD(Q
y le provocaba trastornos con el reposo (ver ellos puede tener que ver con demarcar su
VXVVXHxRVLQIUD . propio mundo, el nocturno, como diferente
al de los adultos.
Al despertar en esos días, percibía un Cuánto necesita dormir una persona es
FXHUSR GXUPLHQGR DO ODGR VX\R TXH DOJR VXMHWR D YDULDFLRQHV LQGLYLGXDOHV \ DO
creía HUDHOGHVXPDGUHDTXLHQDxRUD- momento del ciclo vital.5 También importa
EDLQWHQVDPHQWHHVHVRVPRPHQWRV/D la calidad del reposo y sus trastornos. ¿Qué
PDGUHKDEtDPXHUWRPXFKRVDxRVDWUiV VLJQL¿FD GRUPLU bien, pesado, ligero, pro-
GH FiQFHU /H OOHYDED YDULRV PLQXWRV fundoHWFpWHUD"¢'HTXpGHSHQGHHOJUDGR
darse cuenta FRQWHUURUGHTXHVHWUDWD- VXEMHWLYR GH SURIXQGLGDG GHO UHSRVR" 6H
ba del esposo, la sensación de perple- KD VXJHULGR TXH OD VDWLVIDFFLyQ VH[XDO HV
MLGDG \ GHVFRQFLHUWR OH GXUDED YDULDV HO PHMRU VRPQtIHUR \ OD SRVLELOLGDG GH XQ
horas. También revivía los momentos VXHxRSURIXQGR HQODOtQHDGHOPRGHORGH
HQTXHVHLEDDODFDPDGHVXVSDGUHV ODVDWLVIDFFLyQRUDOGHOEHEpDOSHFKR 3RU
FXDQGRGHQLxDHVWDEDHQIHUPD el contrario, la insatisfacción sexual sería
como la imposibilidad de conciliarlo. Hay
A menudo es un sueño el que anuncia pacientes que sufren de pseudo insomnio:
HOGHVSHUWDU\ODVLPiJHQHVVXHOHQSHUGXUDU VHTXHMDQGHTXHQRGXHUPHQSHURDOJXQRV
\DFRQORVRMRVDELHUWRValucinaciones hip- indicios demuestran que sí lo hacen.6
nopómpicas. A veces es también un sueño Toda una serie de manifestaciones clíni-
que trata de evitar el despertar y el Yo pue- FDVVHxDODQXQGRUPLULQWUDQTXLORD apnea
GHDXQTXHVHDWHPSRUDOPHQWHVHJXLUFXP- del sueño, durante el reposo se notan pau-
pliendo su deseo de dormir. Aunque no se VDVSURORQJDGDVGHODUHVSLUDFLyQURQTXLGRV
lo recuerde, el afecto con que fue vivido un VRQRURV YRFDOL]DFLyQ QRFWXUQD DV¿[LD Ft-
sueño puede perdurar durante todo el día. clica que puede derivar en arritmias cardía-
Una relativa inhibición motora que so- cas, sudoración profusa, cefalea matinal. El
breviene al despertar suele aterrorizar a paciente se despierta varias veces, el reposo
ciertas personas cuando por unos instantes es pobre, la somnolencia diurna su resulta-
no pueden recuperar el control de su cuer- do. Se deterioran las relaciones personales
po. El comienzo del día es particularmente GHOSDFLHQWH\HOUHQGLPLHQWRFRJQLWLYRE 
difícil para aquellos con tendencia a la de- somniloquios, la persona habla en sueños,
presión que suelen despertarse muy tem- GLFH FRVDV FRKHUHQWHV R LQFRKHUHQWHV F 
prano, los llamados insomnios del trans- bruxismo, contraer la mandíbula y rechi-
FXUVR GHO VXHxR, más frecuentes en edad QDUGHORVGLHQWHVORTXHDODODUJDGHULYD
avanzada. HQ GDxR GHQWDO G  mioclonías nocturnas,

5
/DFDQWLGDGGHWLHPSRGHGLFDGRDGRUPLUHVPD\RUHQODLQIDQFLDHVWDEOHHQODYLGDDGXOWD\GLVPLQX\HKDFLDODYHMH](O
SRUFHQWDMHGHSHULRGRV5(0\HOHVWDGLRGHOQR5(0 VXHxRSURIXQGR HVPD\RUHQODLQIDQFLD\GHFOLQDFRQODHGDG6WRXGH-
mire, A. +XPDQ%HKDYLRU/LSSLQFRWW&R)LODGHOSKLD86$
6
(QWpUPLQRVVXEMHWLYRVORVGXUPLHQWHVDTXLHQHVVHGHVSLHUWDHQSHULRGR5(0GHVFULEHQHOGRUPLUFRPRprofundo y los no-
REM como ligeroORTXHSDUHFHSDUDGyMLFRGHOVXHxRSDUDGRMDO7DOYH]WHQJDTXHYHUODVHQVDFLyQGHSURIXQGLGDGFRQHVWDU
VXPHUJLGRHQVXHxRVPX\YtYLGRVHQHVHPRPHQWR
⎛ XVI $FHUFDGHOGRUPLU\GHOVRxDU 187⎞

SDWHDURWRUFHUODVH[WUHPLGDGHVFDGDy GLPLHQWRPHQWDO\FRJQLWLYRVRQLPSRUWDQ-
VHJXQGRVGHVSHUWDUUHSHWLGRKLSHUVRP- WHVSXHGHQJHQHUDUSUREOHPDVGHWUDEDMRR
QROHQFLDGLXUQDH piernas inquietas, ocu- accidentes de tránsito; ciertos estados emo-
rre antes de ir a dormir, los pacientes notan cionales como la depresión o la ansiedad la
sensaciones en las piernas que los incomo- disminuyen.
dan y empiezan a patear, estirar las piernas 0XFKDVGURJDVFDXVDQH[FHVLYDVRPQR-
WUDWDQGRGHFDOPDUVHI VRQLPSRUWDQWHVGH lencia diurna, como los ansiolíticos, el al-
FRQVLJQDUODVpesadillas y el pavor noctur- FRKROODVGURJDVDQWLKLSHUWHQVLYDVDOJXQRV
no, etcétera.7 antidepresivos, etcétera. Se puede padecer
VRPQROHQFLD\JDQDVLUUHVLVWLEOHVGHGRUPLU
De relevancia médica es la irrupción du- GXUDQWHHOGtD(QJUDGRH[WUHPRVHGHQR-
UDQWHHOVXHxRGHDWDTXHVGHDQJLQDGH mina narcolepsia: adormecimiento diurno
pecho, úlcera duodenal, asma nocturna, persistente acompañado de siestas breves
descargas epilépticas, hemoglobinuria que despiertan, cataplexia, alucinaciones,
SDUR[tVWLFD /D KLSHUVRPQLD FRPR parálisis del sueño, dormir intranquilo.
síntoma de la tensión premenstrual jun-
to a un apetito voraz. El período previo
a la psicosis puede ser precedido por la Acerca de los sueños
LUUXSFLyQGHSHVDGLOODV/RVWUDVWRUQRV
del reposo aumentan la vulnerabilidad De todas las molestias que le provocaba el
DODVHQIHUPHGDGHVFDUGLRYDVFXODUHV\ tratamiento con quimioterapia, la paciente
el riesgo de muerte. mencionada anteriormente sufría mucho
con la pérdida del cabello. En esos días con-
eVWRV\RWURVHMHPSORVPiVVHxDODQFRQ tó un sueño:
toda claridad que ciertos procesos relativos
DOGRUPLU\HOWUDEDMRHODERUDWLYRGHOVXHxR 6RxpTXHPHLEDDGRUPLU\FXDQGRDOD
SXHGHQHVWDULQYROXFUDGRVHQODSDWRORJtDGH PDxDQD PH GHVSHUWDED PH PLUDED HQ
la clínica médica y psiquiátrica. En palabras HO HVSHMR \ PH YHtD FRQ XQD FDEHOOHUD
de Aldous Huxley “que no estemos más en- hermosa, de color plateado, me ponía
fermos y más locos de lo que estamos es PX\FRQWHQWD$OPLUDUPiVDWHQWDPHQ-
debido exclusivamente a la más bendita y WH YHtD TXH ORV FDEHOORV QR PH QDFtDQ
EHQGHFLGDGHWRGDVODVJUDFLDVQDWXUDOHVHO KDVWDODVLHQ\PHGHMDEDQXQFDVTXHWH
dormir”. superior pelado...

/DVLPiJHQHVH[SUHVDEDQHOGHVHRGHOD
La vigilia y sus problemas YLJLOLDGHTXLWDUGHODYLVWDPiJLFDPHQWHOD
calvicie que la martirizaba, de recuperar el
&RPR IXH FRQVLJQDGR DQWHV ODV SHUVRQDV cabello, de que le creciera rápido, como “de
ÀXFW~DQVXQLYHOGHDOHUWD\GHFRQFLHQFLD la noche a la mañana”. Que también desapa-
durante el día. A veces tiene que ver con reciera, por supuesto, el cáncer que padecía.
OD FDOLGDG GHO UHSRVR ORJUDGR GXUDQWH HO La expresión “no me nacían” se refería a la
GRUPLUORVHIHFWRVQHJDWLYRVVREUHHOUHQ- interrupción de dos embarazos previos que

7
El pavor nocturno se produce al comienzo del dormir, durante la activación de la fase 4 del noREM: el niño suele despertarse
FRQXQJULWRGHWHUURUVLQUHFRUGDUORTXHVRxDED/DVSHVDGLOODVTXHRFXUUHQHQSHUtRGRV5(0WDPELpQGHVSLHUWDQDOVXMHWR
TXHUHFXHUGDVXFRQWHQLGRFDWDVWUy¿FR

Huxley, A. En: Coren, S. Sleep Thieves. The Free Press, New York, 1996;175.
⎛188 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

WHUPLQDURQHQDERUWRV6HYHtDHQHOHVSHMR XQDVXFHVLyQGHLPiJHQHVYLVXDOHVTXH
con el color de cabellos de la madre, muer- las representan de manera enmascara-
ta también de cáncer años antes. Recordó da de modo de resultar irreconocible.
que la sesión del día anterior el médico le
había dicho cosas que le parecieron tiradas (OFRQWHQLGRPDQL¿HVWRHVHOTXHVHUH-
de los pelos, que se quería sacar de la cabe- cuerda al despertar y el que se relata. Por
za. El casquete calvo también tenía que ver efecto de la censura, que se recupera al des-
con estar expuesta, a la intemperie, como pertar, el sueño puede olvidarse en parte o
en otros momentos de desamparo: cuando del todo. Por el contrario, ciertos sueños
en su infancia tuvo varias internaciones se recuerdan toda la vida. Mientras sueña,
SDUD FRUUHJLU TXLU~UJLFDPHQWH XQ GHIHFWR HO VRxDQWH FUHH ¿UPHPHQWH HQ OD UHDOLGDG
FRQJpQLWR 5HFRUGy TXH FXDQGR QDFLy XQ de lo que sueña porque intervienen restos
hermano menor y se sintió despechada en perceptivos que se hacen creíbles al Yo.
sus impulsos edípicos, también GHVHy TXH A veces, esta credibilidad puede ser pues-
él desapareciera. Hubo muchas otras aso- WDGHIHQVLYDPHQWHHQWHODGHMXLFLR\VLUYH
ciaciones... para desacreditarlo con un “esto no es
En este sueño, como en otros, la pacien- PiVTXHXQVXHxR´(O<RFRQVLJXHDVtQR
te continúa en el reposo las ideas, preocu- SUHRFXSDUVHSRUpO\SRUORTXHVLJQL¿FD
SDFLRQHV \ WHPRUHV GH OD YLJLOLD 6H OODPD El contenido latente está constituido
restos diurnos a esta presencia de lo recien- SRU D  LPSUHVLRQHV VHQVRULDOHV QRFWXUQDV
te que busca en el sueño una expresión. El TXHOOHJDQDORVDSDUDWRVSHUFHSWLYRVFODX-
VXHxRORVUHFRJH\HQDVRFLDFLyQFRQGHVHRV surados en el dormir. Provienen del exterior
disfrazados por la censura y recuerdos in- –como los ruidos, la luz, el frío, el calor– o
fantiles traumáticos son expresados visual- GHOLQWHULRU±FRPRHOKDPEUHODVXUJHQFLDV
mente en una especie de escenario. urinarias, sexuales, el dolor, etcétera. Si son
LQWHQVRV SXHGHQ OOHJDU D GHVSHUWDU DXQTXH
(OVXHxRHVHOUHVXOWDGRGHODDFWLYLGDG HV QRWDEOH FyPR DOJXQDV SHUVRQDV SXHGHQ
SVtTXLFDLQFRQVFLHQWHHQHOUHSRVRDFWL- VHJXLU GRUPLGDV HQ PHGLR GH JUDYHV FRQ-
YLGDGTXHDPHQD]DFRQLQWHUUXPSLUOR(Q mociones.
OXJDUGHGHVSHUWDUVHHOVXMHWRVXHxD &LHUWRV HVWtPXORV VLQ HPEDUJR ORJUDQ
incluirse en el contenido latente del sueño:
Se llama FRQWHQLGRPDQL¿HVWR del sue- E ORVSUREOHPDVWHPRUHVGHVHRVORVSHQ-
ño a la experiencia alucinatoria consciente samientos inconclusos, los intereses y las
TXHHOVXMHWRWLHQHGXUDQWHHOUHSRVR\TXH preocupaciones del día, WRGR DTXHOOR TXH
recuerda total o parcialmente al despertar. interesa a la actividad diurna actual del so-
Los deseos y pensamientos inconscientes xDQWHF HOHOHPHQWRPiVLPSRUWDQWHSDUDOD
constituyen el contenido latente o, en otras formación del sueño: los deseos reprimidos
SDODEUDV OR TXH HO VXHxR VLJQL¿FD &RPR infantiles que provienen del pasado, están
estos deseos e ideas están reprimidos no DFWLYRVWRGRHOWLHPSR\SURYHHQODHQHUJtD
pueden manifestarse directamente salvo de SDUDJHQHUDUHOVXHxR
una manera disfrazada o encubierta. /RV GHVHRV UHSULPLGRV SXJQDQ SRU H[-
presarse todo el tiempo y despertar al dur-
Un trabajo de elaboración transforma PLHQWH(QHOWUDEDMRGHOVXHxRHQFXHQWUDQ
HOFRQWHQLGRODWHQWHGHOVXHxRXQDVHULH una fantasía realizadora de deseo cuya
GHLGHDV\SUHRFXSDFLRQHVGHODYLJLOLD JUDWL¿FDFLyQSHUPLWHVXGHVFDUJD\GHHVWD
D ODV TXH OHV VRQ WUDQVIHULGRV GHVHRV PDQHUD SLHUGHQ SDUWH GH VX XUJHQFLD \ VX
UHSULPLGRVHQHOFRQWHQLGRPDQL¿HVWR poder de despertar. Como la motilidad está
⎛ XVI $FHUFDGHOGRUPLU\GHOVRxDU 189⎞

bloqueada, para que los deseos se cumplan SHUPLWHXQDHODERUDFLyQGHVXVFRQÀLF-


encuentran una fantasía como sustituto que WRV\GHVXVWHQVLRQHV(QSULQFLSLRVR-
ORVUHDOL]DHQLPiJHQHV xDUHVH[SUHVLyQGHXQDIXQFLyQPHQWDO
3HURSRUORJHQHUDOHOVXHxRTXHVHUH- TXHHVWiGHOODGRGHODVDOXG
FXHUGDQRWLHQHQDGDGHJUDWL¿FDQWHVLQRWRGR
lo contrario, no parece expresar deseos cum- Si bien para Freud HOVXHxRHVHOJXDU-
plidos. Más bien, parece absurdo, irrecono- dián del reposo, también tiene una impor-
FLEOH\DPHQXGRQRUHWLHQHQLQJ~QFDUiFWHU tante función elaborativa, esencial para la
SODFHQWHUR (O WUDEDMR GHO VXHxR OHV FUHD D salud de la mente. El insomnio, el sonam-
los deseos un disfraz, una distorsión que los bulismo, las pesadillas, los VXHxRVEODQFRV
KDFHLUUHFRQRFLEOHV¢&yPRORORJUD" DWHVWLJXDQHOIUDFDVRGHOWUDEDMRGHOVXHxR\
D  SRU SHUWHQHFHU D OR UHSULPLGR SDUWH GHO su puesta fuera de circulación en cuyo caso
contenido latente del sueño ya está ex- no cumple su función protectora de la salud.
presado de manera tal que resulta irreco- Todo este tema se relaciona con las expe-
nocible. Las ideas y preocupaciones del riencias de deprivación onírica, donde a los
día, los otros componentes del contenido VXMHWRV VH ORV SRQH HQ FRQGLFLRQHV H[SHUL-
ODWHQWH VH WUDQVIRUPDQ HQ LPiJHQHV YL- mentales en que no pueden soñar.9
VXDOHVVHJXLGDVSRUODcondensación y el De particular importancia para la Medi-
desplazamiento de todos los elementos de FLQDVRQODVVLWXDFLRQHVWUDXPiWLFDVJUDYHV
la fantasía realizadora de deseos. SHUVRQDVH[SXHVWDVDJUDYHVDFFLGHQWHVH[-
E  HO <R HVWi LQWHUHVDGR HQ QR SHUPLWLU OD plosiones, conmociones, choques, etcétera.
HPHUJHQFLD GH GHVHRV UHSULPLGRV R GH A continuación la persona tiene VXHxRVWUDX-
ideas que causen displacer. Por lo tanto, máticos que al principio lo despiertan cada
DXQGXUPLHQGRHMHUFHVREUHHOVXHxRXQD noche. Pueden hacerle revivir el momento
especie de censura que aunque disminui- del trauma con la posibilidad de elaborarlo
da por el reposo, ayuda a que el deseo se JUDGXDOPHQWHKDVWDKDFHUGHVDSDUHFHUVXLP-
exprese pero de manera irreconocible. pacto inicial. La secuencia de estos sueños
F ¿QDOPHQWHFXDQGRHOVXHxRVHPDQL¿HV- PXHVWUDXQDSURJUHVLyQHQHOVHQWLGRGHXQD
ta como tal, el Yo puede tratar de hacerlo PHMRUtDWHUDSpXWLFD7DPELpQODVVLWXDFLRQHV
FRPSUHQVLEOH DJUHJDUOH sentido OyJLFR GHJUDYHVHQIHUPHGDGHVDJXGDVTXHDSDUHFHQ
racional, tornarlo menos absurdo, lo que súbitamente, operaciones mayores, etcétera,
se conoce como elaboración secundaria. SXHGHQJHQHUDUVXHxRVTXHVHUHSLWHQQRFKH
Los sueños comparten con la transfe- tras noche, como intentos de elaborar su im-
renciaXQDVLQJXODUPDQHUDGHKDFHUXQD SDFWRVRUSUHVLYR\GHVRUJDQL]DQWH
puesta al día del pasado, recreando vi- (VSRVLEOHTXHHOVRxDQWHWHQJDXQVDEHU
vencias traumáticas y deseos infantiles sobre el sueño que hay que permitirle que
con las circunstancias del presente que descubra. Se ha mencionado el valor pro-
interesan y preocupan al soñante. En los nóstico y terapéutico del sueño en las en-
sueños del análisis, el analista siempre IHUPHGDGHV(Q*UHFLDORVSDFLHQWHVLEDQD
está incluido en el contenido latente. soñar en el templo, durmiendo en espera de
un dios para curarse. Es útil mencionar la
6HORVUHFXHUGHRQRHVPX\LPSRUWDQWH FDSDFLGDG GLDJQyVWLFD GHO VXHxR FRQRFLGD
TXH XQD SHUVRQD SXHGD VRxDU SXHV OH GHVGHODDQWLJHGDGHQHOVXHxRORVSDGH-
9
Deprivación de los sueños: ahora se sabe que también se sueña en los noREM y la supresión de los REM no son perturbadores
y hasta pueden ser positivos para la depresión: si se utiliza como terapéutica la abstinencia de dormir, tras una noche sin reposo
VHPHMRUDODGHSUHVLyQ
⎛190 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

cimientos corporales incipientes se sienten tia se erotizaba en el sueño al transformarlo


antes muchas veces y con mayor nitidez que HQXQD¿JXUDSDWHUQDO\VHGXFWRUD6HPXHV-
HQODYLJLOLDWRGDVODVVHQVDFLRQHVFRUSRUD- tra el delicado trabajo de elaboración que
OHVVHUHSUHVHQWDQDJLJDQWDGDVDODPDQHUD el sueño realiza con la ayuda del funciona-
de la hipocondría; permite el conocimiento PLHQWRGHOSURFHVRSULPDULR FRQGHQVDFLyQ
anticipado de alteraciones corporales que GHVSOD]DPLHQWR HWFpWHUD  \ FRPR SXGR
HQ OD YLJLOLD SDVDUtDQ GHVDSHUFLELGDV 8QD contener, por lo menos en parte los temores
enfermedad mental puede comenzar con un \DQJXVWLDVGHODSDFLHQWH
sueño y retener una idea delirante prove- (OVXHxRHVXQHQLJPDDGHYHODUTXHLQ-
niente de éste. WHUURJDDFHUFDGHVXVSRVLEOHVVLJQL¿FDGRV
/XHJRGHODTXLPLRWHUDSLDODPLVPDSD- a quién van destinados y quién puede en-
ciente del sueño anterior empezó con apli- tenderlos. Los sueños reciben una particular
caciones de rayos. En un momento le apa- atención en Psicoanálisis donde su conteni-
reció una erisipela en un pie por lo que se le do puede ser descifrado con un método muy
indicó tres aplicaciones de benzetadil. Con ULJXURVR
OD VHJXQGD WXYR XQD FRPSOLFDFLyQ GHULYD-
da de la inyección: un dolor lacerante en la $XQTXHHOPpGLFRQRQHFHVLWHLQWHUSUH-
QDOJDLUUDGLDGRDODSLHUQDTXHQROHSHUPL- tarlos, debe prestar su escucha cuando
tía tenerse en pie y la inmovilizó por varias DSDUHFHQ\UHFRUGDUHOHQRUPHVLJQL¿-
semanas. La paciente pensaba en la próxi- FDGRTXHODIXQFLyQGHVRxDUWLHQHSDUD
ma aplicación con terror. Unas horas antes la salud mental del paciente.
de ir al médico para la inyección, mientras
HVSHUDEDDQJXVWLDGDGRUPLWyXQRVPLQXWRV Desde los años cincuenta, los investi-
y soñó: JDGRUHVGHVFXEULHURQGXUDQWHHOUHSRVRORV
períodos de movimientos rápidos de los
Mi mamá estaba barriendo el balcón de RMRV 5(0  DOWHUQDQGR FRQ RWURV GRQGH
PL FDVD \R GHVGH HO OLYLQJ OD PLUDED QRVHSURGXFtDQ QR5(0 &RQHO((*VH
PHDJDUUDEDSRUTXHPHUHWRUFtDDOFD- SXGLHURQGLVWLQJXLUGLVWLQWRVWUD]DGRVHOpF-
PLQDU\PHSRGtDFDHUGHVSXpVLEDDO tricos que demuestran diferentes etapas del
PpGLFRSDUHFtDPX\SDWHUQDOPHVRQ- dormir, caracterizadas por su nivel de pro-
UHtD GXOFHPHQWH PH TXHUtD VHGXFLU fundidad. Se puede hablar de una verdadera
0H GHVSHUWp PiV WUDQTXLOD \ PH IXL D DUTXLWHFWXUD GHO HVWDGR GH UHSRVR que ha
GDUODLQ\HFFLyQ SHUPLWLGR LGHQWL¿FDU DXQTXH QR VLHPSUH 
en qué momentos se sueña, cuándo no y qué
(O VXHxR DOXGH SOiVWLFDPHQWH D GL¿FXO- HIHFWRVJHQHUDHOLQWHUUXPSLUH[SHULPHQWDO-
tades que había tenido últimamente para mente el reposo y el soñar.
sostenerse frente a esta adversidad. Contó
que evitaba el balcón porque tenía miedo a Sin embargo, a pesar de todos los datos
caerse, una referencia a ideas de suicidio. TXHDSRUWDQODV1HXURFLHQFLDVVREUHHO
Comentó que la mamá cuando vivía siem- GRUPLU\ORVVXHxRVSDUDVDEHUFRQTXp
pre la contenía y en el sueño parecía estar VXHxDXQSDFLHQWHSDUDFRPSUHQGHUVX
entre ella y el vacíoSURWHJLpQGROD5HFRUGy VLJQL¿FDGR\HOVHQWLGRTXHWLHQHSDUD
palabras del médico que le estaban aplican- VXYLGDHVQHFHVDULRTXHVHGHVSLHUWH
do rayos para barrer la presencia de restos TXHORUHFXHUGHTXHDVRFLHOLEUHPHQWH
de células cancerosas, la tarea que la mamá VXVLGHDVDOVXHxR\ORFXHQWHDXQDQD-
realizaba en el sueño. La relación temida OLVWDFDOL¿FDGRTXHORSXHGDD\XGDUD
FRQHOPpGLFRTXHOHJHQHUDEDWDQWDDQJXV- interpretarlo.
XVII
Salud Mental
en la etapa adulta de la vida:
la adultez

Cuando culmina la adolescencia el ser hu- (Q OD HWDSD DGXOWD SXHGHQ FRH[LVWLU
PDQRLQJUHVDHQODetapa adulta de la vida, funcionamientos infantiles e inmaduros
ODTXHHQHOPHMRUGHORVFDVRVSRGUiGXUDU con otros más maduros e integrados.
varias décadas. Para la Medicina el prototi- &XDQGRHVWRV~OWLPRVOOHJDQDWHQHUHO
po de paciente en esa etapa es una persona predominio, sostienen un estado mental
de sexo masculino y reserva la niñez, la mu- propiamente referido como de adultez.
MHURODYHMH]DODVHVSHFLDOLGDGHV&RQIRU-
me a un modelo de pensamiento prevalente, Si bien la adultez, como estado de la
adulto es aquel individuo que ha alcanzado mente se esboza muy tempranamente y se
VXIRUPDFRUSRUDOGH¿QLWLYDPDGXUH]ELROy- detecta hasta en los niños pequeños2, es en
JLFD\SOHQLWXGUDFLRQDO6LQHPEDUJRKDFH la etapa adulta de la vida donde enfrenta sus
\DWLHPSRTXHVHUDGXOWRQRVHKRPRORJDD GHVDItRVHVSHFt¿FRV&RPRWRGDDGTXLVLFLyQ
madurez o a racionalidad. UHFLHQWHGHOGHVDUUROORUHVXOWDIUiJLOHLQHVWD-
Las fases anteriores del desarrollo cor- ble, por lo que puede perderse o sucumbir a
SRUDO KXPDQR QR VH FRQVHUYDQ HQ QLQJ~Q estados previos, en especial frente a situacio-
sentido, desembocan en las posteriores, a nes adversas. A veces se la menciona como
las que le sirven de material. Por el contra- parte adulta de la personalidad en atención
rio, las adquisiciones mentales correspon- a su necesaria convivencia con aspectos in-
dientes a épocas pasadas no desaparecen fantiles y adolescentes. En ocasiones puede
del todo. “En la vida anímica no puede se- resultar contaminada con elementos de la
pultarse nada de lo que una vez se formó, SVLFRSDWRORJtDD~QGHQDWXUDOH]DSVLFyWLFD
WRGRVHFRQVHUYDGHDOJ~QPRGR\SXHGHVHU Hasta no hace mucho tiempo se pensaba
traído a la luz de nuevo en circunstancias que con la adultez se alcanzaba un estado
DSURSLDGDV SRU HMHPSOR HQ YLUWXG GH XQD de relativa estabilidad de las estructuras
UHJUHVLyQGHVX¿FLHQWHDOFDQFH´1 PHQWDOHVDOTXHVHOOHJDEDOXHJRGHOFUHFL-

1
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
2
Harris M, D Meítzer. )DPLOLD\FRPXQLGDG6SDWLD
⎛192 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

miento de la niñez y la adolescencia. Hoy salud mental. No es fácil precisar las carac-
se la reconoce como un devenir de trans- WHUtVWLFDVTXHODGH¿QHQ1LHYLWDUSURSRQHU
IRUPDFLRQHV \ UHJUHVLRQHV XQ SHUtRGR GH XQDVXHUWHGHSHU¿OLGHDORGHVHDEOHVLQKD-
profundos cambios y posibilidad de nuevos FHU LQWHUYHQLU WHRUtDV YDORUHV R LGHRORJtDV
ORJURV 5HVXOWD FRQPRFLRQDGD SRU FRQÀLF- a priori. Alcanzar la adultez no es efecto
WRVUHIHULGRVDOHPSDUHMDPLHQWRODVUHODFLR- GHO VLPSOH SDVDMH GHO WLHPSR7DPSRFR GH
nes sexuales adultas, el establecimiento de transitar meramente por las experiencias de
la familia, la paternidad, la elaboración de la vida.
un proyecto de vida, la reacción frente a las
SpUGLGDV\DOSDVDMHGHOWLHPSRODLQVHUFLyQ /RV FDPLQRV TXH FDGD SHUVRQD WLHQH
laboral o profesional, etcétera. Inclusive se para recorrer su vida de adulto son sin-
SXHGHGLVWLQJXLUXQPRPHQWRPX\HVSHFLDO JXODUHVHLQ¿QLWRV/DDGXOWH]HVXQHVWD-
como el de la crisis de la mitad de la vida. GRPHQWDOSRVLEOH(VHVSHUDEOHTXHFDVL
QXQFDVHODDOFDQFHSOHQDPHQWH\PXFKR
Éstos son algunos de los puntos de la PHQRVGHXQDYH]\SDUDVLHPSUH
HWDSDDGXOWDTXHVRQSRVLELOLGDGGHFUH-
FLPLHQWRRGHYXOQHUDELOLGDG\GRQGHOD El tema de la adultezGHMDSHQGLHQWHXQ
adultez es puesta a prueba. A menudo sinnúmero de problemas que no pueden te-
se pueden generar en ellos problemas QHU XQD GH¿QLFLyQ FRQFUHWD $ PDQHUD GH
GHVDOXGSRUORVTXHOD0HGLFLQDHVOOD- XQD DSUR[LPDFLyQ JHQHUDO \ VLHPSUH FRQ-
mada a intervenir. siderándola como estado mental, la adultez
supone una serie de transformaciones en las
A diferencia de los cambios rápidos y estructuras mentales del pasado. Es,
profundos de la infancia y los turbulentos
de la adolescencia, la adultez aspira a darle D HOUHVXOWDGRGHFDPELRVTXHKDQHVWD-
continuidad, estabilidad y profundidad a la do ocurriendo en las relaciones internas con
existencia. Depende de la vitalidad de las ORVREMHWRVGHOSDVDGRTXHH[SOLFDODWUDQV-
experiencias pasadas y presentes con los IRUPDFLyQJUDGXDOTXHVHREVHUYDHQODUH-
ODFLyQPDQL¿HVWDFRQORVSDGUHVDQWHVORV
REMHWRVGHODYLGDLQWHULRU\H[WHULRU&RPR
lo señala Meltzer “la parte o estado mental padres internos habían sido sentidos como
adulto que es capaz de aprender de la expe- una relación autoritaria ante la que sólo ca-
riencia crece en fuerza de manera constante bría someterse o rebelarse, que proponían
con el paso del tiempo, instalándose ‘en el metas idealizadas que debían ser cumplidas
PXQGR FRPR HQ VX FDVD¶ &RPR VX VHJX-LQH[RUDEOHPHQWH RSHUDQGR EDMR WHPRU DO
ridad y estabilidad está construida interna-FDVWLJRRODQHFHVLGDGGHDPRU
mente, puede tolerar cambios extremos en Este tipo de relación alcanzó su pun-
HO PHGLR DPELHQWH OD JXHUUD \ OD SD] OD
to crítico durante la adolescencia. Ahora,
ORVFRQÀLFWRVFRQORVSDGUHVHQWRUQRDOD
IHOLFLGDG\ODWUDJHGLDODVDOXG\ODHQIHU-
medad”3 VXEUD\DGRSURSLR  dependencia se calman y mientras se ate-
núan los reproches del pasado se insinúa
una mayor tendencia a la autonomía, a la
Una aproximación general emancipación, a una relación de mutuali-
dad y de comprensión hacia ellos. De ver
Ciertamente, en la etapa adulta de la vida, el mundo desde la perspectiva de los valo-
adultezVHDSUR[LPDSHURQRVHKRPRORJDD res parentales, de suponer que si se cum-

3
Harris M, D Meítzer. Op. cit
⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez 193⎞

ple con ellos, automáticamente vienen los QDSRUHMHPSORSHUFLEHQFyPRVHPRGL¿FD


premios, se pasará a tener que asumir los VXUHODFLyQFRQHODSUHQGL]DMHHQHVRVDxRV
propios. pasan de una posición de pasividad, con un
(OTXHORVSDGUHVQRJDUDQWLFHQPiVOD SURIHVRUDOTXHOHDVLJQDQWRGRHOVDEHU\HO
VHJXULGDG HQ WpUPLQRV DEVROXWRV LQWURGXFH FRQRFLPLHQWRPRWLYDGRVSRUODVH[LJHQFLDV
XQD VHQVDFLyQ GH IUDJLOLGDG SRGHU VHU VR- de las notas y los exámenes, a una relación
brellevada requiere aceptar de ahora en más más madura, a considerarlo el tutor de una
la dependencia de una buena relación inter- IRUPDFLyQHOJDUDQWHHQHOFDPLQRDUHFR-
na con ellos. Sin que las polémicas del pa- UUHUKDFLDXQFRQRFLPLHQWRTXHQRVHDJR-
VDGRHVWpQFODXVXUDGDVGH¿QLWLYDPHQWHORV tará nunca.
FDPELRVSHUPLWHQHVWDUHQPHMRUHVWpUPLQRV (QHOSDVDMHde ser estudiante a ser mé-
con ellos. De esta manera, dicoODLGHQWL¿FDFLyQFRQHOPHQWRU4, mar-
cada por los cambios en la relación paren-
en la adultez los objetos parentales pa- WDODOLPHQWD\PRGL¿FDHOLGHDOLVPRGHORV
san a ser fuente de inspiración, de an- primeros tiempos y ayuda en la transición
KHORV\GHUHFRQRFLPLHQWRSRUORTXHVH hacia formas más realistas pero también
les adeuda. El sujeto comienza a sentir- más personales de funcionamiento clínico.
se motivado por un creciente sentimien-
to de responsabilidad personal hacia su &RQORVDxRVGHH[SHULHQFLDPpGLFDHO
SURSLDYLGD\ODVFRVDVTXHHPSUHQGH alcance de este cambio aparecerá re-
OR TXH VH FRQVWLWX\H HQ OD SULQFLSDO ÀHMDGR HQ XQ FUHFLHQWH sentimiento de
fuente de su autoestima. responsabilidadTXHSHUPLWLUiDOPpGL-
co sentirse DFDUJRGHXQSDFLHQWH\QR
Se diría que, con la adultez, la relación sólo de una enfermedad.
FRQ¿JXUDVGHDXWRULGDGSDVDGHWHQHUXQD
impronta de verticalidad como la vivida Mientras tanto, como estudiante de
con los padres, a una de mayor horizonta- 0HGLFLQD GLVSRQH GH WRGR XQ ODUJR SHULR-
lidadPiVIUDWHUQDPiVVLPpWULFDHLJXDOL- GR GH DSUHQGL]DMH H[SHULPHQWD GLVWLQWDV
taria, donde circule menos el poder del au- técnicas y va conformando su propio estilo
toritarismo y más el reconocimiento de la SHUVRQDO &RPR GLMHUD XQ GHVWDFDGR FOtQL-
necesidad de la autoridadRWRUJDGD\HMHU- co “Los conocimientos le pueden permitir
cida entre los hermanos YHUFDStWXOR;9, . DOHVWXGLDQWH PHPRUL]DUODWRWDOLGDGGHOD
5HFRUGDU VLQ HPEDUJR TXH ODV FDUDFWHUtVWL- AnatomíaGH*UD\RHO3ULQFLSLR\3UiFWL-
cas pasadas nunca se pierden del todo y re- ca de la Medicina de Osler, pero solo cier-
aparecen en cualquier momento: momentos WDVDELGXUtD ZLVGRP SXHGHHQVHxDUOHTXp
de autoritarismo y autoridad se renuevan en hacer con lo aprendido”.5 Aunque sabiduría
la mente sin cesar. o madurez no sean términos apropiados, la
/RV DxRV XQLYHUVLWDULRV GHO SDVDMH GHO cita alude a la transformación interior y si-
DGROHVFHQWH DO DGXOWR MRYHQ UHYHODQ ORV lenciosa que debe ocurrir en el médico entre
cambios internos a los que se hizo referen- la mera incorporación de conocimientos y
FLD YDUtD OD SHUVSHFWLYD GH OD ¿JXUD RP- HOGHVDUUROORGHXQDGHFXDGRMXLFLRFOtQLFR
nisciente del profesor que sabe todo a otra que le demanda la profesión.
más próxima, más fraterna, más falible, que 6HQWLGRFRPRDOJRGLVUXSWLYRHVDYHFHV
D\XGD a pensar. Los estudiantes de Medici- la tendencia de estos momentos a cambiar

4
0HQWRUFRQVHMHURRJXtD0pQWRUDPLJRGH8OLVHVFX\D¿JXUDWRPy0LQHUYDSDUDJXLDUHLQVWUXLUD7HOpPDFR
5
Robertson, D. “Can a Doctor be a Humanist?” En: 7KH0HUU\+HDUW. McClelland & Stewart, Toronto, 1994.
⎛194 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

de una tarea a otra, de un interés apasiona- GHQ MXJDU QL WHQHU RFLR HQ HO HVWXGLR R HO
do a otro, de enamorarse transitoriamente WUDEDMRDOTXHVRQDGLFWRV0iVWDUGHVHUiQ
de una especialidad médica y pasar rápida- sobreadaptados a la realidad, pero vulnera-
mente a otra. bles a la enfermedad somática.6 El síndro-
El retraso en iniciar las transformacio- PHGH3HWHU3DQHVODKLVWRULDGHXQVXMHWR
nes que demandan estos momentos de la que se fabrica una falsa identidad de adulto
YLGD LQGLFD FRQÀLFWRV TXH QR KDQ SHUPL- mientras la verdadera es la de un chico que
tido una buena resolución emocional del no quiere crecer.7(QHOFDStWXOR;;9,,,VH
YtQFXOR FRQ ODV ¿JXUDV SDUHQWDOHV (Q OR señala la relación entre pseudomadurez y
PDQL¿HVWR HO MRYHQ VH SXHGH LU GHO KRJDU anorexia nerviosa.
establecerse solo para intentar su indepen-
GHQFLDRSHUPDQHFHUFRQORVSDGUHVVHJ~Q E  D OD HWDSD DGXOWD OOHJDQ UHPDQHQWHV
su propio tiempo personal. A veces, el des- del narcisismo infantil, con sus expectativas
prendimiento es forzado, como cuando tie- RPQLSRWHQWHV VXV GHPDQGDV HJRtVWDV \ VX
ne que distanciarse de la familia para iniciar FDUJD GH LGHDOL]DFLRQHV (QWUH RWUDV FRVDV
ODFDUUHUD\ODVLWXDFLyQJHQHUDVtQWRPDV son aquellos aspectos mentales que hacen
VHQWLUDO<RPX\VREHUELR\DUURJDQWHSUH-
Permanezca o no con los padres, si la WHQGHUVHUXQR\~QLFR/HFRQ¿HUHQXQSR-
separación no ha sido elaborada inter- der ilusorio, como estando por encima de
QDPHQWHVHYHUiUHÀHMDGDHQGHSUHVLyQ todo lo demás y sin importarle los demás.
SUREOHPDV FRQ HO HVWXGLR GL¿FXOWDGHV Sostiene creencias enraizadas en conviccio-
en establecer una pareja, no poder em- nes personales poco sustentadas pero que
pezar a tener ingresos propios. Puede resisten nuevos conocimientos y el aprendi-
RULJLQDUFRQGXFWDVUHJUHVLYDVGHPD\RU ]DMHSRUODH[SHULHQFLD
GHSHQGHQFLD\FXLGDGRLQIDQWLOROOHJDU (Q HO DGXOWR KDFH TXH OOHJXHQ D FRQYL-
hasta el abandono de los estudios. vir ideas y prácticas razonables con otras
poco fundamentadas y hasta irracionales.
2WUDV YHFHV HO FRQÀLFWR VH UHVXHOYH /RV FLHQWt¿FRV HQWUH ORV TXH VH FXHQWD HO
por el contrario, disparando una búsqueda médico, no están exceptuados de esta po-
precoz de supuesta autonomía e indepen- sibilidad.
dencia, más allá de lo que las condiciones
emocionales pudieran sostener. Ya desde La adultez supone alejarse de los fun-
ODLQIDQFLDDOJXQRVMyYHQHVKDQDSHODGRD FLRQDPLHQWRV QDUFLVLVWDV GHO <R DWH-
conductas basadas en la ilusión inconscien- QXDUVXVH[LJHQFLDVWRUQDUVHPiVPR-
te de ser sus propios padres y han aparecido GHVWR \ PiV FRQVFLHQWH GH ODV SURSLDV
como adultos precoces. limitaciones. Aceptar, las más de las ve-
/D SVLFRSDWRORJtD VXE\DFHQWH SXHGH FHVFRQGRORUTXH los datos TXHSURYLH-
ser variada pero estos pseudo adultos o QHQGHODH[SHULHQFLDSXHGHQFRQPRYHU
pseudomaduros que han perdido sus raíces \ GHVSOD]DU FRQYLFFLRQHV SHUVRQDOHV D
LQIDQWLOHV FXDQGR OOHJDQ D OD HWDSD DGXOWD ODVTXHVHYLYHDIHUUDGRVLQVXVWHQWR
aparecen como responsables, competentes,
autónomos pero sin vida interior. Parecen 3HUPLWH RWRUJDU PD\RU UHFRQRFLPLHQWR
DXWyPDWDV LGHQWL¿FDGRV FRQ XQD ¿JXUD y libertad a los otros con los que se vincula,
LGHDO GH WRWDO DXWRVX¿FLHQFLD SHUR QR SXH- en la medida que se percibe más discrimi-

6
Liberman D. y otros. 'HOFXHUSRDOVtPERORVREUHDGDSWDFLyQ\HQIHUPHGDGSVLFRVRPiWLFD(7ULHE/XJDU
7
.LOH\'7KH3HWHU3DQV\QGURPH'RGG0HDG1HZ<RUN
⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez 195⎞

nado y separado de ellos. Cuando los celos noción de tiempo que aúne y discrimine el
y la envidia disminuyen se puede recibir pasado del presente y de un proyecto de
de los demás y darles en retribución. En la futuro; poder conciliar los aspectos pasio-
adultez, “la persona no es obediente, pero sí nales con los más racionales de la mente;
puede acceder a recibir órdenes, no puede discriminar lo que le corresponde a uno y
LJQRUDUXQDREVHUYDFLyQGHVDJUDGDEOHDXQ- lo que corresponde a los demás con los que
que sí puede perdonar fácilmente a la per- XQRVHLGHQWL¿FDVLQFRQIXQGLUVHLQWHJUDU
sona en cuestión; no olvida, pero sí puede la idea de la muerte propia en uno y discri-
GHMDUGHODGRORSDVDGRSRUFRQVLGHUDUTXH PLQDUOD GH OD DMHQD OD TXH SRU HMHPSOR
ya no es más relevante”. VHUiSDUDHOPpGLFRODGHOSDFLHQWH FRQ-
vivir y atenuar con el amor los impulsos
&RPRSDUWHGHODVWUDQVIRUPDFLRQHVGHO destructivos, los aspectos buenos y malos
narcisismo, se debe incluir la pérdida de sí mismo y de los demás; tolerar la exis-
JUDGXDOGHODLOXVLyQLQIDQWLOGHTXHVH tencia de múltiples realidades coexistiendo
HVGXHxRGHOFXHUSRGHTXHODPXHUWH dentro de cada uno.
\ODVHQIHUPHGDGHVVRQVLHPSUHDMHQDV
3HUPLWH XQD PD\RU DFHSWDFLyQ GH OR /D LQWHJUDFLyQ HV SRVLEOH FXDQGR VH
D]DURVRRLPSUHYLVLEOHTXHDFRQWHFHHQ puede atravesar la angustia destina-
la vida, como por ejemplo enfermar. GDDHYLWDUTXHVHSRQJDQHQFRQWDFWR
DVSHFWRV GH OD PHQWH TXH HQ SULQFLSLR
F VLELHQODWHQGHQFLDDODintegración y parecían inconciliables.
la simultánea diferenciación de las estruc-
turas mentales del Yo está presente desde la 8QD WHQGHQFLD FUHFLHQWH D OD LQWHJUD-
infancia, en la etapa adulta se acentúa y en ción permite asumir responsabilidad por la
FRQMXQFLyQDUPRQLRVDSHURLQHVWDEOHGH¿- realidad psíquica de cada uno, hacerse más
QH XQR GH ORV LQJUHGLHQWHV GH la madurez FDUJRGHXQRPLVPR\GHOPXQGRH[WHUQR
emocional. En el médico este proceso es esencial. El
sentimiento de responsabilidad alimenta un
,QWHJUDU \ GLVFULPLQDU VXSRQH SDUD HO profundo contenido éticoDOHMHUFLFLRGHVX
<R WRPDU FRQFLHQFLD GH ORV FRQÀLFWRV profesión. “La formación ética del médico
conciliar deseos contradictorios o ar- QRSXHGHTXHGDUOLPLWDGDDHQVHxDUOHDOJX-
PRQL]DUDVSHFWRVGHVFRQRFLGRV\DOD QDVSRFDVUHJODVSUHYLDPHQWHHVWDEOHFLGDV
vez, tolerar las diferencias, entre sí mis- debe alentar una lúcida comprensión inter-
PR\ORVRWURV na de la relación entre el médico y el pa-
FLHQWHGHODGLJQLGDGGHpVWH\GHODOFDQFH
(V SRU HMHPSOR DVXPLU XQD LGHQWL- de los servicios que aquél puede brindarle.
dad sexual adulta con componentes de la 3RU HVWH PHGLR PiV VHJXUDPHQWH TXH SRU
sexualidad infantil, incluyendo remanentes XQFyGLJRGHpWLFDVHGHVDUUROODUiXQSUR-
GHODELVH[XDOLGDGRULJLQDULDTXHVHSXHGD fundo sentimiento de responsabilidad, esen-
UHWHQHU DOJR GH ORV DVSHFWRV PHQWDOHV LQ- cial para cada médico”.9
IDQWLOHVVLQWUDQVIRUPDUVHHQXQQLxR SRU /R FRQWUDULR D LQWHJUDFLyQ HV PDQWHQHU
HMHPSORXQDPRPHQWiQHDLQFOLQDFLyQDOD DVSHFWRVPHQWDOHVGLVRFLDGRVQRLQWHJUDGRV
VHQVRULDOLGDGDODGHVSUHRFXSDFLyQDOMX- RSHRUGHVLQWHJUDGRVFRPRHQORVIXQFLR-
JXHWHRDHYLWDUHOGRORU GLVSRQHUGHXQD namientos neuróticos y psicóticos.


Harris M, D Meítzer. Op. cit.
9
+DPEXUJHU-(Q:ROVWHQKROPH (G Ethics in Medical Progress. Ciba Foundation Symposium, 1966.
⎛196 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

G  OD VDOXG PHQWDO R OD SVLFRSDWRORJtD VLQRWDPELpQGHVLJQL¿FDGRVTXHOHRWRUJD


del adulto, depende de la fuerza emocional la realidad interior, se crea una sensación de
FRQ TXH VH VRVWHQJDQ ODV HVWUXFWXUDV GH la profundidad que contribuye a darle sentido
adultezHQHO<RGHTXHPDQWHQJDQVXSUL- DODYLGD3RUHOFRQWUDULRODVXSHU¿FLDOLGDG
PDFtDVREUHRWUDVSDUWHVLQIDQWLOHV\HJRtV- impide el contacto con la vida interior y el
tas. Está relacionado con lo que a menudo conocimiento de los demás.
se denomina la fuerza GHO <R. Esta fuerza
GHULYDGHODLQWHJUDFLyQ\ODLGHQWL¿FDFLyQ 6RQ SpUGLGDV UHDOHV R IDQWDVHDGDV \
FRQODSDUHMDGHORVSDGUHVQRVyORFRQFDGD SURFHVRV GH GXHOR ORV TXH LQWHUYLHQHQ
uno de ellos, y de las experiencias buenas DFi &DGD QXHYR SDVR HQ OD YLGD UH-
OLJDGDVDODDXWRHVWLPDHOELHQHVWDU\ODVD- TXLHUHGHVXHODERUDFLyQ\DVLPLODFLyQ
tisfacción. Su eventual superación supone la posi-
ELOLGDGGHQXHYRVORJURV\XQDSURIXQ-
(O SUHGRPLQLR GH HVWDV H[SHULHQFLDV dización del sentido de la vida propia.
consolida unVHQWLPLHQWRGHLQWHJUDFLyQ
HQ OD PHQWH TXH VH YD SURIXQGL]DQGR I ODVH[XDOLGDGDGXOWDHVXQFRPSRQHQWH
con el tiempo, esencial para enfrentar esencial de la adultez que debe mencionar-
ODVGHPDQGDVORVORJURV\ORVLQIRUWX- se aquí. En atención a su importancia, su
nios de la vida. FRQVLGHUDFLyQVHUiDPSOLDGDHQODVHJXQGD
parte YHUFDStWXORVLJXLHQWH .
H ODVWUDQVIRUPDFLRQHVGHla adultez su- Ya desde la adolescencia y los primeros
SRQHQXQDJUDGXDOWHQGHQFLDKDFLDODVH[SH- tiempos de la etapa adulta, la experimenta-
riencias interiores, profundas, a la búsque- ción acompaña intentos de establecer rela-
da de sentido de la propia vida, correlato de ciones de intimidad FRQ REMHWRV VH[XDOHV
tomar contacto con el paso del tiempo y la GRQGHODSRVLELOLGDGGHFRQMXJDUVHQWLPLHQ-
¿QLWXGGHODYLGD(YLWDTXHHOp[LWRH[WHUQR tos sensuales y afectuosos está puesta a prue-
se transforme en el centro exclusivo de las ba. Mientras la pareja ideal con la marca edí-
VDWLVIDFFLRQHV (O VXMHWR GHMD GH GHSHQGHU pica del pasado espera ser hallada en la reali-
WDQWRGHORVGHPiV\HVWiPiVDJXVWRHQVX dad, la sexualidad y el amor son explorados
VROHGDGRODWROHUDPHMRU en relaciones variadas donde intervienen el
Tal como fue señalado en un apartado enamoramiento y la desilusión.
anterior, estos cambios permiten tener as- Es toda una tarea poder sostener un
piraciones de carácter ético, basado en un YtQFXOR DIHFWLYR H[RJiPLFR GH FLHUWD HV-
sentimiento de responsabilidad personal en tabilidad que tolere la intimidad y la coti-
OXJDUGHHVWDUUHJLGRSRUXQDmoralOLJDGD dianidad, el amor y el deseo, donde se abra
DODVH[LJHQFLDVSDUHQWDOHV'HVGHXQOXJDU OD H[SHFWDWLYD QHFHVDULD SDUD LPDJLQDU OD
de adultez se puede evitar echar sistemáti- FRQIRUPDFLyQGHXQDIDPLOLDHQTXHWHQJD
camente culpas al otro, al Destino o a las OXJDUODSURFUHDFLyQ\FULDQ]DGHORVKLMRV
calamidades. RGHDOJ~QRWURSUR\HFWRYLWDOHQHOTXHOD
Esto requiere que pasen a predominar JHVWDFLyQLQWHUYHQJD
ORV SURFHVRV SVLFROyJLFRV LQWUR\HFWLYRV HQ
OXJDU GH ORV SUR\HFWLYRV FRQ WRGR DTXHOOR 3DUDODDGXOWH]ODJHVWDFLyQ\FULDQ]D
del mundo que pasa a formar parte de la GHORVKLMRVVHUiQSUHRFXSDFLyQ\FHQ-
propia interioridad. Las experiencias buenas tro de la vida emocional durante las
LQWUR\HFWDGDVEULQGDQELHQHVWDUFRQ¿DQ]D\ GpFDGDV PHGLDV GH OD YLGD DXQTXH QR
estabilidad a la mente. Cuando el mundo ex- siempre resulten logrados ni reconoci-
terno no es sólo un mundo de percepciones dos por el individuo.
⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez 197⎞

El compañerismo afectivo en la sexua- Tolerar OD WHQVLyQ HQWUH OR GHVHDEOH \


OLGDGJHQHUDHOLQWHUpVSRUODIDPLOLDSRGHU lo alcanzable en el mundo permite ver las
SHQVDUHQORVKLMRVSULPHURHQVXVORJURV situaciones displacenteras en una luz más
más tarde en su bienestar y felicidad. Sin optimista. Adecuarse no es adaptarse, sino
HPEDUJR HV QHFHVDULR WDPELpQ UHFRQRFHU vivir en el mundo con la posibilidad de in-
el creciente número de personas que están WHQWDUPRGL¿FDUORHQlo posible más que en
satisfechas con acceder a otras formas de lo deseable YHU3ULQFLSLRGH3ODFHU\3ULQ-
sexualidad o con conformar otro tipo de fa- FLSLRGH5HDOLGDG .
milias que no son las tradicionales, o para Las fantasías y deseos infantiles persis-
TXLHQHVWHQHUKLMRVQRVXSRQHXQDPHWDGH- WHQHQODDGXOWH]SHURVLKDQWHQLGRDOJ~Q
seable. tipo de elaboración, pueden ser fuente de
intereses y actividades que enriquecen a
J  ODV LGHDV VHQWLPLHQWRV \ H[SHULHQ- la persona. Esto requiere aceptar sustitutos
FLDV LQWHUQDV GHO VXMHWR FRQ VX GLPHQVLyQ adecuados, renunciar a lo que no va a poder
inconsciente tienen una presencia tan con- VHUORTXHTXHGyDWUiVORTXHQRVHORJUy
creta, tan inexorable, tan real, que son +DEUiSRUHVRHQHODGXOWRDOJRGHGRORU\
comparables a las experiencias que tiene QRVWDOJLDSRUSODFHUHVSHUGLGRVSURYHQLHQ-
con la realidad material del mundo que lo tes de fantasías infantiles pero posibilidad
rodea. Se la denomina UHDOLGDG SVtTXLFD, GH UHHQFRQWUDUORV HQ RWURV REMHWRV \ VLWXD-
para diferenciarla de la UHDOLGDG H[WHUQD. ciones más adecuados a esta etapa de la
Ambas están presentes siempre en la vida. vida.
6LQHPEDUJR
/D FDSDFLGDG GH DFHSWDU VXVWLWXWRV
así como es notorio el predominio de la SHUPLWHDEULUQXHYRVFDPSRVGHH[SOR-
UHDOLGDGSVtTXLFDHQODVHVWUXFWXUDVLQ- UDFLyQGHLQWHUHVHV\ODJUDGXDOUHVLJ-
IDQWLOHVHQODDGXOWH]ODUHDOLGDGH[WHU- nación de posibilidades irrealizables,
QD\ODUHVSRQVDELOLGDGIUHQWHDOPXQGR SRUTXH todo no se puede.
FREUDQXQQXHYRVLJQL¿FDGR
K SXHGHVHUXQORJURGHODDGXOWH]SRGHU
(VWR VXSRQH XQD JUDGXDO DFHSWDFLyQ GH sobrellevar la soledad y los dolorosos sen-
las condiciones y limitaciones que impone timientos que la acompañan. Tiene que ver
al Yo la realidad externa, que impulsa no con la capacidad de estar a solas o, de lo
una adaptación sumisa sino proyectos via- contrario, con su fracaso.
bles que pueden recrearla y transformarla. /DVROHGDGWLHQHXQODUJRUHFRUULGRHQOD
La realidad psicosocial del adulto desplaza mente, resultado de las experiencias con la
a la vida de la fantasía y de los ensueños in- VHSDUDFLyQGHORVREMHWRVGHDPRU\RGLR\
IDQWLOHV\WLHQHPiVYLJRUFRPRYDVWRFDP- lo que ocurrió con ellos: ¿se pudo sobrevivir
po para las realizaciones concretas. sin su presencia, sin su ayuda, sin su amor?
¿Qué se hizo de ellos, se los hizo desapare-
/RVDVSHFWRVLQIDQWLOHVTXHSHUVLVWHQHQ cer, se los atacó, se los mató? ¿Qué quedó
HO <R GHO DGXOWR LPSXOVDQ D OD UHSHWL- GHHOORVGHQWURGHOVXMHWR"6LSUHGRPLQDURQ
FLyQ GHO SDVDGR QR LPSRUWD EDMR TXp los sentimientos hostiles en la separación,
FLUFXQVWDQFLDV/RVDVSHFWRVPiVDGXO- la soledad se hace intolerable por la perse-
WRV DSUHQGHQ GH ODV H[SHULHQFLDV GHO FXFLyQ TXH JHQHUD R ELHQ VL IXH HO DPRU
SDVDGR OR TXH SHUPLWH HO FUHFLPLHQWR VHUHSDUyDUUHJOy\UHVWDXUyODUHODFLyQFRQ
HPRFLRQDO OD HVWDELOLGDG \ ORV FDP- HOREMHWR\VXSpUGLGDODVROHGDGWHQGUiXQ
bios. tinte más depresivo.
⎛198 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

/DFDSDFLGDGGHHVWDUDVRODVHVODSRVL- consultas. También él mismo conocerá la


bilidad de sentirse internamente acom- soledad que implican en su tarea los mo-
SDxDGRD~QFXDQGRODSHUVRQDHVWpVROD mentos de asumir decisiones fundamenta-
5HÀHMDODPDQHUDTXHWLHQHHOREMHWRGH les para su paciente, como internarlo, inter-
SHUGXUDUHQDUPRQtDGHQWURGHO<RHVWp venirlo, etcétera. En ese caso, cuando está
o no presente afuera. Permite tolerar la VROR D TXLpQ UHPLWLUVH VLQR D VXV REMHWRV
soledad o hacerla más llevadera. FRQ¿DEOHVVXIRUPDFLyQVXVPDHVWURVVXV
¿JXUDV GH LGHQWL¿FDFLyQ SHUR TXH SXHGHQ
En la adolescencia, la soledad puede ser no estar presentes en ese momento.
WDQ SHQRVD FRPR GHVJDUUDGRUD OOHYDU GHO He aquí cómo un médico describe la so-
aislamiento extremo a estar colgado de los ledad de la profesión: “La soledad esencial
DPLJRV WRGR HO WLHPSR KDFHU LPSRVLEOH HO GHOPpGLFRTXHHVFRQFLHQWHWUDEDMDQGRHQ
estudiar a solas, tener que recurrir a activi- lo que de necesidad es un rol altamente in-
GDGHV GHVWUXFWLYDV D OD DOLDQ]D FRQ DOJ~Q dividual, abrumado por los secretos de sus
REMHWR FRPR ODV GURJDV SDUD ORJUDU FLHUWD pacientes, imposibilitado de compartir sus
protección ilusoria contra ella, a la mastur- SHQVDPLHQWRVHLGHDVFRQDOJXLHQSHURSRU
bación compulsiva, etcétera. VREUH WRGR HQFRQWUDQGR SRFD R QLQJXQD
8QDJUDGXDOHODERUDFLyQGHODVSpUGLGDV comprensión de su función tan particular o
en especial en ocasión de la crisis de la mi- GHORHVHQFLDOGHVXWUDEDMRHQWUHVXVDPL-
WDGGHODYLGDD¿DQ]DDODGXOWRHQODFDSD- JRVDXQHQVXSURSLDIDPLOLDH[FHSWRHQDO-
cidad de estar solo, de tolerar una soledad JXQDDIRUWXQDGDVLWXDFLyQFRQVXSDUHMD´
con un tinte depresivo, que pueda sostener
FDPELRV \ WUDQVIRUPDFLRQHV ORJURV \ UHV-
ponsabilidad con uno y los demás, evaluar La adultez y algunos
lo alcanzado, tener respeto por la vida, si es momentos específicos
SRVLEOHKDVWDJUDWLWXGSRUVXEHOOH]D de la etapa adulta
Cierta necesidad saludable de estar a solas
es fácilmente contrastada con la arrogancia /DDGXOWH]FRQODVFDUDFWHUtVWLFDVGH¿QLGDV
de quien no quiere estar con los demás o se más arriba, se acentúa y consolida como es-
MDFWDGHQRQHFHVLWDUORV2GHTXLpQVHpega tado mental con el transcurso de los años.
compulsivamente a los demás, se derrumba
sin ellos, no puede rendir a solas, tolerar el /D PD\RU SDUWH GH ORV DXWRUHV GLVWLQ-
RFLRVROLWDULRRSUHVFLQGLUGHOWUDEDMR gue: la adultez tempranaGHVGHOD¿QD-
lización de la adolescencia hasta pro-
/DVROHGDGHVXQVHQWLPLHQWRGHOTXHHO PHGLDUORVWUHLQWDTXHFXOPLQDFRQOD
sujeto puede necesitar defenderse, del crisis de la mitad de la vida./HVLJXHla
TXHQRSXHGHOLEUDVHQLD~QHQSUHVHQ- adultez madura, TXHDEDUFDODGpFDGD
cia de otras personas, o por el contrario GH ORV FXDUHQWD \ FLQFXHQWD GRQGH VH
SXHGHWROHUDUFRPRSDUWHGHVXVDOXG\ D¿UPDQ VXV ORJURV \ OXHJR la adultez
logros productivos. tardíaHQWUHORVVHVHQWD\VHWHQWD

El médico se va a enfrentar muchas La mayoría de las decisiones importan-


veces con la soledad en sus pacientes, las tes que afectarán al individuo el resto de
coartadas que utilizan para eludirla, inclu- su vida se toman en la adultez temprana.
sive a través de múltiples e interminables $ JUDQGHV UDVJRV VH OD KD YLVWR FRPR XQ


6FDUOHW(*5RODQG(Q6LFNQHVVDQG+HDOWK5HÀHFWLRQVRQWKH0HGLFDO3URIHVVLRQ. McClelland & Stwart, Toronto, 1972.
⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez 199⎞

momento caracterizado por el idealismo, el en la tarea. La imposibilidad de hacer este


optimismo, por la creencia en la bondad in- SDVDMHUHVXOWDDYHFHVHQSRVWHUJDFLRQHVGR-
herente al hombre. Un problema que tiene lorosas.
para resolver es el de la capacidad de inti- 6L ELHQ FRPR VH GLMR DQWHV la adultez
PDUFRQODSDUHMDVH[XDO\HQYtQFXORVGH puede empezar a formarse muy temprano, es
amistad adultos. posible que no se consolide hasta no haber
6HJ~Q *RXOG11 HO DGXOWR MRYHQ YLYH OD experimentado una pérdida, especialmente
ilusión de la seguridad absoluta basado en la muerte de uno o ambos padres. Cuando
una serie de presupuestos como: “siempre pVWDOOHJDSRUGRORURVDTXHIXHUHD\XGDD
perteneceré a mis padres y, si creo en su alcanzar el sentimiento de ser responsable
YHUVLyQ GH OD UHDOLGDG VL KDJR ODV FRVDV D SRUHOPXQGRFRPRDOJRSURSLRDFDUJRGH
su manera, con poder y perseverancia con- VXSURSLDIDPLOLDVLQHVWDUPiVEDMRHODP-
VHJXLUpUHVXOWDGRVODYLGDHVVLPSOHQRKD\ SDURGHODV¿JXUDVSDUHQWDOHVYLYLHQWHV
fuerzas desconocidas en mí, no hay reali- Pese a los cambios en el transcurso de la
dades contradictorias coexistiendo en mi adultez temprana, la mayoría de los adultos
vida; no hay demonio en mí ni muerte en el VLJXH VLHQGR DGROHVFHQWH HQ VX HVWUXFWXUD
mundo”. Supuestos de los que deberá des- personal hasta la mitad de la vida donde
prenderse lentamente. Hay apoyos apasio- ODQHFHVLGDGGHXQDPD\RULQWHJUDFLyQFR-
nados a causas idealistas y oposición a todo mienza y dispara una crisis. Entonces, o se
lo que parece malo XUJHQFLD LPSDFLHQFLD YXHOYHDODULJLGH]GHODODWHQFLDRVHDFHQ-
por realizar las metas propuestas. Está muy túa la estructura adolescente, o el desafío
ocupado en realizar las opciones acerca de impulsa nuevos crecimientos. Es,
la profesión y la familia sin detenerse de-
masiado por el sentido de las mismas.
La crisis de la mitad
Durante la adultez temprana parece de la vida
más evidente la negación de la muerte
SURSLD\GHORVFRPSRQHQWHVGHVWUXFWL- En la mitad de la vida, “el individuo ha de-
vos de la personalidad. MDGRGHFUHFHU\HPSLH]DDHQYHMHFHUGHEH
enfrentar una nueva serie de circunstancias
Promediando la tercera década la identi- externas, la primera fase de la adultez ha sido
dad adulta tiende a consolidarse, a manifes- vivida. La familia y la ocupación estableci-
tarse externamente en instalar una familia GD RGHEHUtDKDEHUORVLGR DPHQRVTXHOD
y coronar una actividad ocupacional o pro- DGDSWDFLyQ GHO LQGLYLGXR KXELHVH IDOODGR 
IHVLRQDO /RV ULWRV GH SDVDMH SXHGHQ VHU HO ORV SDGUHV KDQ HQYHMHFLGR ORV KLMRV HVWiQ
PDWULPRQLRRODJUDGXDFLyQTXHIRUPDOL]D HQHOXPEUDOGHVHUDGXOWRVODMXYHQWXG\OD
XQDQXHYDDFWLYLGDGSRUHMHPSORODPpGLFD niñez están en el pasado, fueron y deman-
y cancela la de estudiante. Los estudiantes dan ser duelados. La meta de una adultez
GHPHGLFLQDRHOPpGLFRMRYHQHPSLH]DQD independiente y madura se presenta como
VHQWLUVHVHJXURVHQWRPDUVXVSURSLDVGHFL- ODWDUHDSVLFROyJLFDPiVLPSRUWDQWH´12
siones clínicas y necesitan menos al mentor. La mayoría de los estudios sobre adultez,
(OWUDEDMRFOtQLFRFRPLHQ]DDVHUJUDWL¿FDQ- FRQFXHUGDQHQXQDJUDGXDOSpUGLGDGHODVLOX-
te por una nueva sensación de competencia siones y del sentimiento de invulnerabilidad

*RXtG5³7UDQVIRUPDWLRQDOWDVNVLQDGXOWKRRG´(QThe course of life9RO,,,$GXOWKRRGDQGWKHDJLQJSURFHVV1,0+


11

1HZ<RUN86$
12
Jaques, E. “The midlife crisis”. En: The course of life9RO,,,$GXOKRDGDQGWKHDJLQJSURFHVV1,0+1HZ<RUN
⎛200 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

SURPHGLDQGRODGpFDGDGHORVDxRV6HDO- mente reconciliables. La visión de la vida


FDQ]DXQDHGDGGRQGHVHKDQORJUDGRSRVLFLR- VH WRUQD PiV WUiJLFD PiV sagrada, menos
QHVHQHOPXQGRTXHIXHURQLPDJLQDGDVFRPR romántica de lo que era en los primeros
satisfactorias una década antes y que ahora no tiempos de la adultez.
lo son tanto o han perdido su atractivo. Los hi-
MRVHVWiQSUy[LPRVDVHUDGROHVFHQWHV\SODQ- Sin embargo, muchos adultos pueden
tean su propia visión del mundo. seguir con sus progresos personales
Al adulto lo alcanza la idea de que “ya \ SURIHVLRQDOHV H[WHUQRV LQPHUVRV HQ
QR VR\ PiV MRYHQ´ 3UHJXQWDV DFHUFD GHO FRPSURPLVRV VXSHU¿FLDOHV VLQ WLHPSR
sentido de lo hecho, valores, estilos de vida SDUDODUHÀH[LyQVLQWRPDUFRQFLHQFLD
son abordadas por la parte de la mente más GHORVFRQÀLFWRVRGHVXVHIHFWRV
adulta y más madura. ¿Qué ha hecho de su
vida y qué VLJQL¿FDGR tiene? El tiempo hace La crisis puede mostrarse en los intentos
sentir su apremio. GHSHUSHWXDUVHMRYHQHQSUHRFXSDFLRQHVKL-
La idea de la mortalidad personal limi- pocondríacas con la salud y la apariencia,
ta el pacto de inmunidad creado en torno al HQ OD HPHUJHQFLD GH SURPLVFXLGDG VH[XDO
WUDEDMR,QWHUYLHQHHOJUDGXDOHQYHMHFLPLHQ- SDUDUHFXSHUDULOXVRULDPHQWHSRWHQFLD\MX-
WR GH ORV SDGUHV TXH H[LJH UHYHUWLU HO FXL- ventud, en el vacío y la falta de disfrute en
dado hacia ellos o tal vez su muerte. Ya no ODYLGDHQODDSDULFLyQGHFUHHQFLDVUHOLJLR-
VHSXHGHGHFLU³WHQJRWRGDODYLGDSRUGH- sas, místicas y desarrollos esotéricos.
lante”. El “compromiso con el matrimonio, (O VLJQL¿FDGR \ UHFRQRFLPLHQWR GH OD
la profesión y los roles están todos íntima- muerte personal como parte de la realidad
PHQWHOLJDGRVDXQDGH¿QLFLyQGHVtPLVPR psíquica es tema central y crucial de este
que es el único self que hemos conocido, momento de la vida. La idea de inmortalidad
pero que puede no ser el único que todavía LQIDQWLOOLJDGDDORVREMHWRVSULPDULRVLGHDOL-
es posible”.13 ]DGRV H LQGHVWUXFWLEOHV WLHQH TXH PLWLJDUVH
6XUJHQKHFKRVTXHLQWHUUXPSHQODVLOX- Su atenuación es un alivio que trae cambios
siones previas, nuevas realidades hacen su IDYRUDEOHV3RUHMHPSORHQHOPpGLFR
DSDULFLyQ VLJQRV GH HQYHMHFLPLHQWR UHV-
SRQVDELOLGDGHVKDFLDORVSDGUHV\ORVKLMRV XQPD\RUUHFRQRFLPLHQWRGHODSURSLD
Es una época donde una enfermedad, el in- PXHUWH OH SHUPLWH SURIXQGL]DU \ HQUL-
farto de miocardio, puede hacer su aparición TXHFHUHOWUDEDMRFOtQLFRWHQHUXQDFHU-
y acentúa la idea de que la muerte propia es FDPLHQWRPiVUHDOLVWD\FRPSURPHWLGR
inevitable. Enfrentarse cara a cara con és- con su tarea, un menor grado de om-
tas y otras heridas narcisistas ayuda a que nipotencia e idealización. También un
cedan las fantasías de que la vida brinda po- PD\RUJUDGRGHLGHQWL¿FDFLyQODFDS-
VLELOLGDGHVLQ¿QLWDVORTXHQHFHVDULDPHQWH tación sutil de las posibilidades vitales
lleva a revisarla. Así, cada aspecto de ella del paciente, un sentimiento más pro-
será cuestionado en términos de los límites fundo de su responsabilidad, tolerancia
DVRFLDGRVFRQOD¿QLWXG a las manifestaciones desesperanzadas,
La crisis requiere elaborar una nueva no abandonarlo en su soledad, hacerse
LQWHJUDFLyQ GH SRODULGDGHV FRQÀLFWLYDV GHO FDUJRLQWHJUDOPHQWHGHpO\OOHJDGRHO
VXMHWRFRPRDPRU\RGLRPDVFXOLQRIHPH- FDVRD\XGDUORDPRULUHQOXJDUGHQH-
nino, éxito o fracaso, hasta hacerlas parcial- gar su muerte.14
13
Ibidem
14
Luchina, I. “Identidad médica y relación médico paciente”. Revista de Psicoan;;9\
⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez 201⎞

La transición a la adultez GDGHVWLPXODRYLYL¿FDDVXVPLHPEURVPiV


tardía y la vejez adultos. Los años requieren la recreación de
una nueva red social de soporte para la per-
/DWUDJHGLDGHODYHMH]QRHVTXHXQR VRQDTXHHQYHMHFH/DSRVLELOLGDGGHHMHUFHU
HVYLHMRVLQRTXHXQRHVMRYHQ el rol de abuelo permite recrear la relación
FRQORVKLMRVGHVGHRWUDSHUVSHFWLYD
OSCAR WILDE,
(OUHWUDWRGH'RULDQ*UD\ /RV IUDFDVRV SHUVRQDOHV ODV SpUGLGDV
el retiro laboral, el no poder delegar el
En las últimas décadas de la vida los so- poder, el prestigio o la responsabilidad a
portes familiares y sociales hasta entonces la nueva generación inciden fuertemente
SUHVHQWHVVHGHVYDQHFHQRGHVDSDUHFHQJUD- HQODVDOXG\UHVXOWDQHQGHSUHVLRQHV
GXDOPHQWH /RV VDFUL¿FLRV GH HVWH SHULRGR
en términos de pérdidas, enfermedades y El aislamiento familiar y social o la dis-
GHWHULRURItVLFRVRQJUDQGHV6LQHPEDUJR minución de las capacidades perceptivas y
DOJXQDVSHUVRQDVUHVSRQGHQDHVWDVFLUFXQV- mentales son una amenaza al sentimiento
tancias como a un desafío que requiere la GH LQWHJULGDG JDQDGR (Q HO PHMRU GH ORV
búsqueda de nuevos recursos para restable- FDVRV OD JHQWH PD\RU SXHGH H[SHULPHQWDU
cer la autoestima, que permitan mantener la las múltiples enfermedades a que expone
LGHQWLGDG DPHQD]DGD$OJXQRV SXHGHQ KD- la edad como una especie de desafío que
FHUGHHVWDVSpUGLGDVORJURVTXHOHGDQD~Q SRQH D SUXHED VX LQWHJULGDG VX FDSDFLGDG
más profundidad al sentido de la vida. Una de superar la pasividad y el desamparo que
tarea de esta etapa consiste en mantener una lo acompañan.
sensación de integridad o de entereza inter-
na YHUVXSUD frente a las adversidades. (VPXFKRORTXHSXHGHKDFHUHOPpGLFR
en estos casos para poder sostener el
El sentimiento de integridad implica sentimiento de integridad amenazado,
mantener un cierto grado de dignidad \SUHVHUYDUXQDYLGDGLJQDPiVDOOiGH
personal, de reconciliación con uno ODVSHQXULDV\PLVHULDVGHODVP~OWLSOHV
mismo, de poder contemplar su ciclo HQIHUPHGDGHVGHHVDpSRFD3XHGHD\X-
YLWDO FRQ VXV ORJURV \ IUDFDVRV GH WR- dar a corregir o revertir los efectos de
PDU FRQFLHQFLD GH ORV OtPLWHV \ GH OR ODSpUGLGDRGLVPLQXFLyQGHIXQFLRQHV\
GLItFLOTXHKDVLGRUHQXQFLDUDHOORV KDELOLGDGHV \ HQFRQWUDU FRPSHQVDFLR-
QHVH[SORUDUQXHYRVLQWHUHVHV
'HMDULUODRPQLSRWHQFLDGHXQDYH]\SDUD
siempre da un sentido de orden, de unidad En esta etapa de la vida, a veces man-
y de haber tenido una vida única. Se toma WHQHU OD LQWHJULGDG SHUVRQDO HV VHQWLGR
QRWDGHOFDPELRJHQHUDFLRQDO\ODQHFHVLGDG como dar batalla contra la adversidad; y
de reconstruir nuevas funciones y un nuevo SXHGH JHQHUDU XQ VHQWLPLHQWR GH ELHQHVWDU
OXJDUHQODYLGDSDUDQRVHUPHUDPHQWHGHV- SRU OR DOFDQ]DGR HQ OD YLGD \ JUDWLWXG SRU
plazado. Se hace sentir la necesidad de ser su belleza. O por el contrario, sumir en la
transmisor de la experiencia y de aportar una desesperación 6HJ~Q (ULNVRQ integridad
cierta sabiduría a los avatares de la vida. vs. desesperación es el dilema de la última
Lo que le ocurra en esta época a la per- fase de la vida.15 El aislamiento es la ame-
sona también depende de cuanto la socie- QD]DPiVJUDQGHGHODJHQWHPD\RUIUHQWHD
15
Erikson, E. &KLOGKRRGDQGVRFLHW\::1RUWRQ1HZ<RUN
⎛202 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

la enfermedad y la muerte. La hipocondría, 'HWXVSRVWULPHUtDV\DJRQtDV


XQD GH ODV VDOLGDV SRVLEOHV +D OOHJDGR HO \DWHFHUFDOR~OWLPR(VODFDVD
PRPHQWR HQ TXH FRPR OR GLFH %RUJHV GH GRQGHWXOHQWD\EUHYHWDUGHSDVD
manera poética, \ODFDOOHTXHYHVWRGRVORVGtDV

<DSXHGHVYHUHOWUiJLFRHVFHQDULR J. L. BORGES,
\FDGDFRVDHQHOOXJDUGHELGR ³$TXLHQ\DQRHVMRYHQ´
XVIII
Logros y desafíos
en la etapa adulta de la vida

(Q OD HWDSD DGXOWD VH OH SODQWHDQ DO VXMHWR desafío para la mente: la adultez detenta las
humano una serie de situaciones especí- condiciones de salud mental más apropia-
¿FDV HQWUH ODV TXH IXQGDPHQWDOPHQWH VH das para la elaboración favorable de estas
cuentan: FLUFXQVWDQFLDV \ D VX YH] VH YHUi EHQH¿-
FLDGDFRQVXVORJURVGHORFRQWUDULRVHUiQ
(ODVXPLUODVH[XDOLGDGJHQLWDOODSR- áreas de funcionamiento perturbado o sin-
sibilidad de formar una familia, la pro- tomático.
FUHDFLyQ\DFFHGHUDODIXQFLyQSDUHQ-
WDO HO WHQHU TXH WHQHU XQD RFXSDFLyQ
VHDODERUDOSURIHVLRQDORGHFXDOTXLHU La sexualidad
RWUDtQGROHFRQODTXHVRVWHQHUVHHFR- genital adulta
nómicamente.
/D HWDSD DGXOWD GH OD YLGD SHUPLWH HO
La sexualidad del adulto lo acerca a las DFFHVR D XQD VH[XDOLGDG TXH SXHGH
experiencias del embarazo, el parto y la VHU HQ OR PDQL¿HVWR JHQLWDO \ KHWHUR-
crianza de los niños. Sus necesidades afec- VH[XDO
WLYDV OR HPSXMDQ DO HPSDUHMDPLHQWR D OD
IRUPDFLyQGHXQDIDPLOLDFRQVXVORJURV\ Pero en el recorrido que se hizo de la
sus crisis, que pueden desembocar en la se- VH[XDOLGDG HQ HO VXMHWR KXPDQR TXHGy HQ
SDUDFLyQRHOGLYRUFLR/DH[LJHQFLDGHXQ claro que ésta no obedece a un instinto bio-
LQJUHVR GLJQR SDUD VRVWHQHUVH OR H[SRQH D OyJLFR QL D XQ HVTXHPD SUHIRUPDGR QL D
condiciones laborales cada vez más preca- una maduración natural ni viene soldada a
rias o a los efectos devastadores que podría XQREMHWRGHOVH[RRSXHVWR
tener el desempleo sobre su autoestima. Con el soporte de la fantasía y de los de-
Son alternativas de la vida con las que VHRV LQIDQWLOHV HQ OD LQIDQFLD HVWi GLULJLGD
el adulto se va a encontrar, que lo pondrán a DODSRVLELOLGDGGHJR]DUFRQFXDOTXLHURE-
SUXHED\DODVTXHGHEHUiGDUDOJ~QWLSRGH MHWR \ GH OD PDQHUD TXH VHD 3DUD FRQRFHU
respuesta. A su vez, cada una de ellas es un el placer, debe transitar por diferentes zo-
⎛204 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

nas corporales y atravesar distintas etapas. F  XQ SRFR PiV DGHODQWH GXUDQWHla etapa
Pero también enfrentar obstáculos, padecer genital infantil WHQGUi OXJDU la elección
FRQÀLFWRVPRPHQWRVTXHVHUiQVHxDOL]DGRV de objetoH[WHUQRSHURHQGRJiPLFRSXHV
SRU HO <R FRQ DQJXVWLD. Se dice entonces VHWUDWDGHORVSDGUHVHOFRPSOHMRGH(GL-
que en su recorrido inicial la sexualidad es po y de castración que en lo fundamental
LQIDQWLO \ SROLPRUID. Sólo ulteriormente se va a enlazar el deseo a la Ley. Su resolu-
VLUYHGHORVJHQLWDOHVVLQTXHHOUHVWRGHOR ción tiene un alcance estructural decisivo
TXHIXHURQVXVSUHFXUVRUHVLQIDQWLOHV\SROL- SDUDODGH¿QLWLYDRULHQWDFLyQGHOGHVHR\
morfos desaparezcan del todo. OD LGHQWLGDG VH[XDO HO ³VR\ XQ YDUyQ´
Además, hablar de acceso a lo genital ³VR\XQDQHQD´ 
\ KHWHURVH[XDO supone un destino posible
entre otros, incierto en la mayoría de los G  HQ la adolescencia reaparecen incons-
FDVRV/DHOHFFLyQGHREMHWRTXHGDVXSXHV- cientemente en escena por un tiempo
tamente acotada al sexo opuesto y la mayor ORVREMHWRVLQFHVWXRVRVGHOSDVDGRHVHO
SDUWH GH ODV DFWLYLGDGHV H[WUDJHQLWDOHV VRQ tiempo en el que la corriente tierna de
prohibidas como perversiones. Pero hasta el DPRU \ GHO GHVHR GHEHQ LQWHJUDUVH HQ
DPRU JHQLWDO \ KHWHURVH[XDO ~QLFR TXH KD XQ REMHWR H[WHULRU DO VXMHWR \ DGHPiV
escapado a la proscripción, es limitado por externo al círculo familiar. Para eso la
las restricciones que le imponen la legitimi- JUDQWDUHDFRQVLVWLUiHQVHSDUDUVHGHORV
GDGVRFLDO\ODPRQRJDPLD. padres transformando la relación inter-
El Psicoanálisis se ha referido a la cul- na que se tiene con ellos. El sentimiento
minación del desarrollo psicosexual huma- de soledad proviene de la elaboración de
no como a la etapa genital del adulto. Sería ORVGXHORVFRQORVREMHWRVGHOSDVDGR\
XQ ORJUR SRVSXEHUDO XQD ~OWLPD IDVH GHO es la que impulsa en parte la búsqueda
desarrollo libidinal que de todas maneras de nuevos vínculos de amor.
llevará la marca de las anteriores:
/DHWDSDDGXOWDSHUPLWHHQHOPHMRUGH
D GHOautoerotismo: el tránsito de la sexua- ORVFDVRVTXHVHORJUHXQQXHYRUHFRQRFL-
OLGDGSRU]RQDVFRUSRUDOHVHUyJHQDVSUH- miento de las diferencias sexuales, que lo
JHQLWDOHVPDUFDGDSRUHOUHSOLHJXHVREUH masculino y lo femenino adquieran pleno
VtPLVPD QDUFLVLVPR \OLJDGDDREMHWRV VLJQL¿FDGRTXHVHSHUPLWDXQDHOHFFLyQGH
de la fantasía que de ahora en más orien- SDUHMD QR LQFHVWXRVD GRQGH VH LQWHJUH XQ
tan el camino cuando de la búsqueda de REMHWRGHDPRUFRQTXLHQWHQHUYLGDVH[XDO
placer se trata. apareciendo la reproducción como la posi-
ELOLGDGGHXQQXHYR¿QHQODYLGD6RQWR-
E  PiV R PHQRV VLPXOWiQHDPHQWH HO VXMHWR GRVORJURVTXHD¿DQ]DUiQla adultez como
va a tomar a toda su persona LQFOX\HQGR estado mental. Por sobre todo, en el adulto,
VXFXHUSR FRPRPHWDOLELGLQDO\REMHWRGH ³ODQHFHVLGDGGHXQREMHWRGHDPRUGHOVH[R
amor, lo que se constituye como narcisis- RSXHVWR VH DUUDLJD HQ XQ SURIXQGR VHQWLGR
mo, estado que no lo abandonará nunca del GH VROHGDG \ XQD LQFOLQDFLyQ WUiJLFD TXH
WRGR 3RVWHULRUPHQWH D OD KRUD GH HOHJLU SXHGH VRFDYDU OD DOHJUtD GH YLYLU KDFLHQ-
REMHWRGHDPRU\GHGHVHRWHQGHUiDSUH- GR TXH UHVXOWH GLItFLO HQFRQWUDU XQ REMHWR
IHULUDDOJXLHQFRQIRUPHa lo él supone fue de amor con necesidades equivalentes para
en el pasado, es ahora o desearía ser en el una exclusiva intimidad”.1 Encontrarlo no
IXWXUR HOHFFLyQQDUFLVLVWDGHREMHWR  es nada fácil, como se verá a continuación.

1
Harris M, D Meltzer. )DPLOLD\FRPXQLGDG6SDWLD(G%XHQRV$LUHV
⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD 205⎞

En torno a lo masculino Es el inicio de la construcción de la


y lo femenino LGHQWLGDG VH[XDO D WUDYpV GHO OHQJXDMH ODV
actitudes, los deseos, las expectativas de los
En lo esencial, lo masculino y lo feme- padres y de los otros en el entorno social, en
nino no son reducibles al sexo anatómi- EDVHDOGLPRU¿VPRGHODUHVSXHVWDKXPDQD
co.2 3RU HVR XQD GH¿QLFLyQ HQ WpUPLQRV a los caracteres sexuales del individuo. Mu-
SVLFROyJLFRV HV PX\ GLItFLO OD virilidad, FKRV WUDEDMRV HVWDEOHFLHURQ OD SUHFRFLGDG
la actividad, la agresividadQRVRQUDVJRV GHODGLVWLQFLyQGHJpQHURTXHUHDOL]DWRGR
exclusivamente masculinos ni su presen- niño o niña en su desarrollo. El sentimiento
FLD GH¿QH DO KRPEUH 1L OD pasividad, la que se instala tempranamente en el niño y
receptividad, la delicadeza son femeninos ORDFRPSDxDWRGRHOWLHPSR ³VR\XQQHQH´
QLGH¿QHQODPXMHU7DPSRFRHOGHVHRGH R³VR\QHQD´ VHGHQRPLQDidentidad de gé-
penetrar o ser penetrado puesto que pue- nero.
den formar parte en ambosGHVXVXEMHWL- 6L HVWD LGHQWLGDG GH JpQHUR \ HO VH[R
vidad y no pueden ser caracterizados des- DQDWyPLFR FRLQFLGHQ PHMRU SDUD pO SXHVWR
de su rol social, cambiante en cada época que en ese caso, la diferenciación anatómi-
y en cada cultura. FDYDOGUiFRPRFRQ¿UPDFLyQGHVXLGHQWL-
Lo masculino y lo femenino son parte GDG(OSUREOHPDDTXtSODQWHDGRVHUH¿HUH
GHORVSURFHVRVLGHQWL¿FDWRULRVHQWRUQRDOD DDTXHOORTXHKDFHTXHFDGDFXDOVRVWHQJD
VDOLGDGHOFRPSOHMRGH(GLSRHQVXYHUVLyQ una identidad sexual y del encuentro que de
SRVLWLYD\QHJDWLYD/DFRQVWLWXFLyQGHHVWD este modo se posibilita a su deseo en una
identidad está articulada con la fase fálica y UHODFLyQ /D LGHQWLGDG GH JpQHUR OD IHPL-
HOFRPSOHMRGHFDVWUDFLyQ neidad o masculinidad construida en la re-
Pero es cierto también que reconocerse ODFLyQKXPDQD\SRUPHGLRGHOOHQJXDMHHV
YDUyQRPXMHUGHSHQGHGHODVLPEROL]DFLyQ tan fuerte que puede tener el poder de torcer
HVWR HV GH OD DWULEXFLyQ GH XQ VLJQL¿FDGR los destinos anatómicos que la naturaleza le
la sexualidad implica, en su despertar y de- KDEtD¿MDGR SRUHMHPSORHQORVWUDQVH[XD-
sarrollo la relación con un otro, TXHFXDQGR OHVSULPDULRV 
habla desea. Cada ser humano viene a ocu-
SDUXQOXJDUTXHOHKDVLGRDVLJQDGRSRUHO
GHVHRSDUHQWDO\TXHORVLW~DFRPRDOJXLHQ La cuestión
que en el mundo se ha de reconocer como de la relación sexual
YDUyQRPXMHU
+DFHDOJXQDVGpFDGDVVHLQWURGXMRGHVGH La relación sexual consiste en una serie de
OD JUDPiWLFD HO FRQFHSWR GH género, como actividades preliminares que conducen en
un suplemento al concepto de sexualidad. FDGD XQR GH ORV LQWHJUDQWHV GH OD SDUHMD D
Con él también se hace referencia a lo mas- una fase de incremento de la excitación, el
FXOLQR\ORIHPHQLQR. DSDUHDPLHQWR GH ORV JHQLWDOHV HQ el coito
que culmina en la plenitud de la excitación
/DGH¿QLFLyQPiVVHQFLOODGHJpQHURHV en una experiencia conocida como orgasmo
ODGHDTXHOVH[RDVLJQDGRFRQVWUXLGR DO TXH VLJXH XQ SHULRGR GH GHWXPHVFHQFLD
FRQ¿JXUDGRHQHVSHFLDOSRUORVSURJH- \UHODMDFLyQ0iVTXHODDFWLYLGDGHQVtHV
nitores, a partir de la forma de los ór- LPSRUWDQWHVHJXLUORVFRPSRQHQWHVPHQWD-
JDQRVJHQLWDOHVH[WHUQRVGHOEHEp les de esta experiencia.
2
Una prueba contundente son los llamados WUDQVH[XDOHVSULPDULRV donde no hay correspondencia entre el sexo anatómico y
la identidad sexual.
⎛206 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

La actividad sexual del adulto no pro- preceden las relaciones sexuales, pero que
YLHQHGHXQDSUHQGL]DMHFRJQLWLYRQRQHFH- imponen ciertas modalidades al recorrido
sita ser enseñada en su dimensión de com- de la excitación.
SRUWDPLHQWR(ODGXOWRVHLGHQWL¿FDFRQVXV &DGD FXDO VHJ~Q HO PRPHQWR \ OD SD-
SDGUHVLQWHUQRVFRQHOJXLyQHVFpQLFRTXH UHMDWLHQHVXVcondiciones para sostener su
le aportan sus fantasías, en sus papeles mas- GHVHR \ FRQVXPDU HO JRFH OX] RVFXULGDG
culino y femenino, actividad y pasividad de silencio, música, determinada postura o
por medio, como los remanentes de una bi- ]RQD FRUSRUDO HQ XQ UHSHUWRULR LQ¿QLWR GH
VH[XDOLGDGELHQLQWHJUDGD(VHVHQFLDOPHQ- posibilidades.
WHXQHVWDGRPHQWDOGHO<RTXHVHPDQL¿HVWD
en determinadas conductas que dan expre- &XDQGR FXDOTXLHUD GH HVWDV FRQGLFLR-
sión al deseo sexual o lo impiden. nes pasa de ser mera preferencia a ne-
cesaria imposición (debe ser de esa ma-
/DH[SHULHQFLDTXHHODPRUJHQLWDODVH- nera \QRSXHGHVHUGHQLQJXQDRWUD VH
gura al ser humano adulto es la de una HQWUDHQHOFDPSRGHODQHXURVLV&XDQ-
intensa vivencia de satisfacción. El ero- do esas condiciones violentan la sub-
tismo genital se coloca así en el centro jetividad de la pareja, se puede entrar
de la vida interior. directamente en el de la perversión.

3HURSRUORSURQWRFDEHSUHJXQWDUVHVL /D SDUHMD HV HQ SDUWH UHSUHVHQWDQWH GH


hay una relación en la relación sexual o es, ORV REMHWRV GHO SDVDGR 'DGD OD FRQVWUXF-
HQ HO PHMRU GH ORV FDVRV XQ DFWR SHUVRQDO FLyQ VXEMHWLYD GH OD VH[XDOLGDG HV GLItFLO
meramente compartido. Como fue señalado ODYLYHQFLDGHFRPSOHWXGHQODSDUHMDROD
PiVDUULEDSDUDODUHODFLyQVH[XDOJHQLWDOHO relación de complementariedad que permita
VXMHWR GHEH DWUDYHVDU HVWRV DQXGDPLHQWRV ODXQLyQTXHFDGDXQRGHHOORVSDUHFHH[LJLU
D HOGHOautoerotismoTXHOLJDODVH[XDOL- con frecuencia para la vida sexual: más pa-
dad a las fantasías y a las zonas corporales rece una versión idealizada que los testimo-
propias para poder pasar al cuerpo de un QLRVFOtQLFRVVHHQFDUJDQGHGHVPHQWLU
REMHWRajenoE HOQDUFLVLVPRDOTXHOHUH-
VXOWD QHFHVDULR EXVFDU OR LGpQWLFR HQ OXJDU 3RUTXHHOSODFHUHVODPHWDUDGLFDOGH
de lo diferenteF ODDWUDFFLyQKHWHURVH[XDO ODVH[XDOLGDG\ORVGHVHRVVRQGLIHUHQ-
a la que también hay que encontrarle expli- tes, no complementarios o idénticos al
cación. GHORWUR(QHODFWRVH[XDOHVWiQMXQWRV
$OJXQRV GH ORV HVWDGLRV VHUiQ SUHYLD- \DVXYH]FDGDXQRHQORVX\R
mente recorridos durante la fase preliminar
del coito con la ayuda de actividades que a Como parte de la vida adulta, el coito es
la manera de ritos de la sexualidad infantil DOJRYLYLGRFRPRVHULRYLJRUL]DQWHUHQRYD-
revividos del pasado contribuyan a incre- GRU(QODPHGLGDHQTXHKD\HQHORUJDVPR
mentar la excitación: es el momento del una experiencia de pérdida momentánea de
placer preliminar mutuo, en el mirar, besar, ORVOtPLWHVSVLFROyJLFRVXQDLGHQWL¿FDFLyQ
tocar, explorar o sus equivalentes pasivos, FRQ HO FRVPRV VH DSRGHUD GHO VXMHWR HQ HO
ser mirado, tocado, etcétera. De esta ma- VHQWLGRGHDOJRTXHORWUDVFLHQGH\ORFRP-
nera, la vida sexual está irremediablemen- promete de manera total.
te contaminada por las experiencias de la 6LQHPEDUJRODVSRVLELOLGDGHVGHDFFH-
sexualidad infantil porque la mayor parte de VRDpOVRQOLPLWDGDVEDMRHOLPSHULRGHOD
sus tendencias se incorporan en el momento moral social actual y los condicionamientos
de los necesarios juegos preliminares que que plantea el desarrollo psicosexual hasta
⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD 207⎞

su culminación en el adulto, no son de ex- DTXHOORVTXHSRUDOJXQDFDUDFWHUtVWLFDHVWiQ


WUDxDUODVGL¿FXOWDGHVTXHWLHQHHOYDUyQFRQ DVRFLDGRV D REMHWRV GHO SDVDGR 1R IDOWD D
VX SRWHQFLD JHQLWDO \ OD PXMHU HQ DOFDQ]DU YHFHVDOJXQDcondición fetichista como un
HORUJDVPR/DLPSRWHQFLD\ODIULJLGH]VRQ UDVJR DQDWyPLFR R GH FDUiFWHU HQ OD HOHF-
síntomas relativamente frecuentes. ción, tan imprescindible como absoluta-
(Q HO PRPHQWR GHO RUJDVPR VH H[SHUL- PHQWHLQFRQVFLHQWHSDUDHOVXMHWR
menta una pérdida de límites yoicos. Para
DOJXQRVHVWDSpUGLGDHVXQDDPHQD]DWDOTXH /DYLGDHUyWLFDGHODGXOWRGHPXHVWUDOR
VH DVHPHMD D OD PXHUWH \ SXHGH QR VHU WR- GLItFLOTXHHVKDFHUTXHDPRU\GHVHRVH
lerada. Cuanto más débiles las estructuras DQXGHQHQHOPLVPRFRPSDxHUR
PHQWDOHV GHO VXMHWR PiV IUiJLOHV VXV OtPL-
WHV PiV GLItFLO OD HQWUHJD D OD H[SHULHQFLDEstarán aquellos entonces, que sólo pue-
GHO RUJDVPR (V SDUWLFXODUPHQWH GLItFLO GHden desear a quién no aman, lo que revela las
ORJUDU HQ DTXHOODV SHUVRQDV HQ ODV TXH HO
GL¿FXOWDGHVHQIXVLRQDUODVFRUULHQWHVWLHUQD
SODFHUVLJQL¿FDXQSHOLJURLQWROHUDEOH y sensual de la vida amorosa. La discordia
El orgasmo SHUPLWH OD UHODMDFLyQ \ HO HQWUH DPRU \ GHVHR WDPELpQ VH PDQL¿HVWD
descanso. Por el contrario, dada las caracte- FRPRVREUHHVWLPDFLyQGHOREMHWRGHDPRU\
UtVWLFDVGHODVH[XDOLGDGTXHLQWHJUDDYHFHV GHQLJUDFLyQ GHO DPRU VH[XDO HO KRPEUH VH
SXHGHGDUOXJDUDXQVHQWLPLHQWRLQFRQIRUWD- PRVWUDUiSRWHQWHFRQPXMHUHVTXHGHVSUHFLD
ble de haber perdido un deseo muy valioso, con quienes se permitirá experimentar el de-
DOJR TXH OR PDQWHQtD DO VXMHWR WDQ OLJDGR D
seo y placer pero impotente con la que ama.
ODYLGD$YHFHVKDVWDGDOXJDUDFLHUWDVHQ- Con aquellas consentirá modalidades per-
VDFLyQGHYDFtR\GHWULVWH]D8QYLHMRSUR- versasTXHQRVHWROHUDFRQPXMHUHVDODVTXH
verbio romano lo expresa: post coitum omne respeta. Por último, está la situación donde la
animal triste. Por otra parte, la insatisfacciónPXMHUSDUDVHUREMHWRGHDPRUQRGHEHHV-
FRQHORUJDVPRSXHGHUHDSDUHFHUHQODQHFH- tar libre, se desea a aquella sobre la que otro
VLGDGSRVWHULRUGHUHFDHUHQDOJXQDDFWLYLGDG hombre puede hacer valer derechos. El amor
masturbatoria o polución nocturna. DODSURVWLWXWDDODGRQFHOODRDODYLUJHQHV
todo uno, la variedad de libretos escénicos
que intervienen para ubicar la coexistencia
El objeto de amor y de deseo del amor y el deseo en personas diferentes.3
Es importante para la salud de los inte-
Simultáneamente al recorrido de la sexuali- JUDQWHVGHODSDUHMD\HOJRFHGHODH[SHULHQ-
dad, el Yo vive experiencias con las perso- cia que el peso de la fantasía y del autoero-
QDVFRPRREMHWRVGHDPRU/DQHFHVLGDGGH tismo no se introduzca con violencia en la
XQREMHWRGHDPRUORYXHOYHGHSHQGLHQWHGH mente del compañero, que se respete su in-
PDQHUDULHVJRVDORH[SRQHDVXDEDQGRQR WLPLGDG\VXSURSLDFDSDFLGDGGHJR]DU
DODLQ¿GHOLGDGRDVXPXHUWH
En la adolescencia es cuando se incluirá
DXQREMHWRGHDPRUH[RJiPLFRHQHOFDPSR La sexualidad
GHOGHVHRVH[XDO¢$TXLpQYDDHOHJLU"$TXt en la entrevista médica
el pasado también hará sentir sus condicio-
QHV\ODVLPSRQHVLQTXHDPHQXGRHOVXMHWR Dadas las actuales condiciones de la práctica
OR VRVSHFKH 6H HOLJH LQFRQVFLHQWHPHQWH D médica parece cada vez más difícil la intro-

3
)UHXG6³6REUHXQWLSRSDUWLFXODUGHHOHFFLyQGHREMHWRHQHOKRPEUH´  \³6REUHODPiVJHQHUDOL]DGDGHJUDGDFLyQGH
ODYLGDDPRURVD´  (QObra completa ;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛208 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

ducción de la problemática de la sexualidad YHUGDGHUDPHQWH LPSRUWD HV VX VLJQL¿FDGR


en el marco de la entrevista médica. Para que HQ HVSHFLDO LQFRQVFLHQWH 3DUD GDU DOJXQD
aparezca se requiere tiempo y que el paciente ilustración: una actividad heterosexual muy
pueda sortear sus resistencias. Pero, activa puede expresar necesidades homo-
sexuales o encubrir otras fantasías perversas;
HV HO PpGLFR TXLHQ SXHGH HVWDU SRFR un coito puede tener el sentido de una mas-
GLVSXHVWRDWRFDUWHPDVTXHVHUH¿HUHQ WXUEDFLyQVHSXHGHGHFODUDUWHQHURUJDVPRV
D OD VH[XDOLGDG SRU QR FRQVLGHUDUOD sin saber en realidad de qué se trata.
pertinente a su tarea. 3RU WDQWR OD FRQVXOWD TXH VXUJH HQ
ocasiones acerca de la normalidad o anor-
No se trata sólo de incluir los aspectos malidad de XQD FRQGXFWD VH[XDO debe ser
HVSHFt¿FRVRQRYHGRVRVGHDFWXDOLGDGFRPR evacuada con prudencia. Casi siempre hay
el HIV o la prevención del embarazo no de- FRQÀLFWRVGHSRUPHGLRTXHQRSXHGHQVHU
seado, sino de estar alerta a las condiciones resueltos fácilmente por el médico, pero es
de la vida sexual del paciente sin tal vez ni imprescindible que los sepa y que los tome
VLTXLHUDSUHJXQWDUORV, tales como en cuenta. Por lo mismo, tampoco se co-
UULJHQ solamente con técnicas o prácticas
OD HGDG GH FRPLHQ]R GH OD SXEHUWDG \ TXHPRGL¿TXHQFRQGXFWDVFRPRVXJLHUHOD
GH OD VH[XDOLGDG ODV FDUDFWHUtVWLFDV VH[RORJtD SDUD DOJXQDV GLVIXQFLRQHV FRPR
GH ORV SULPHURV YtQFXORV DPRURVRV \ ODLPSRWHQFLDRODIULJLGH]+D\FRQÀLFWRV
de los actuales, la actitud acerca de la emocionales de por medio.
masturbación, historia de enfermeda-
des venéreas, episodios de seducción Un hombre de mediana edad, de es-
RYLROHQFLDVH[XDOLQIDQWLOSUHGRPLQLR FDVRVUHFXUVRVSVLFROyJLFRV\OLPLWDGD
de pautas de atracción hetero u ho- educación, desarrolló una impotencia
PRVH[XDO IUHFXHQFLD GH OD DFWLYLGDG UHSHQWLQD FRQ VX HVSRVD FRQ OD TXH
VH[XDO \ FRQVHFXHQFLDV HPRFLRQDOHV QXQFDKDEtDWHQLGRSUREOHPDV/RDWUL-
placer o dolor, métodos de control de EXtDDTXHHOODKDEtDFRPHQ]DGRDWR-
la natalidad, actitud de los padres ha- mar píldoras anticonceptivas, para él
FLDHOVH[RFRQÀLFWRVFRQODSDUHMDHQ una especie de hormonas TXH absorbía
UHODFLyQ FRQ OD VH[XDOLGDG HO HVWDGR SRUODYDJLQDHQHOFRLWR\ORSRGtDQOOH-
HPRFLRQDOSRVWHULRUDOFRLWR/DFUHHQ- gar a femineizar. Participaban diversos
cia sobre la interferencia de alguna en- FRQÀLFWRVLQFRQVFLHQWHVUHIHULGRVDGH-
fermedad o medicación sobre el deseo. VHRVSDVLYRVDQJXVWLDGHFDVWUDFLyQ\
Para el varón, problemas con lograr o el tabú del contagio.
mantener la erección, el momento de la
H\DFXODFLyQODFDSDFLGDGGHORJUDUHO
RUJDVPR\ODVFRQGLFLRQHVTXHORKDFHQ La función parental
posible. Para la mujer, la posibilidad de en la adultez
H[FLWDUVHODOXEULFDFLyQHODOFDQ]DUHO
orgasmo, la presencia de dolor, etcéte- (QDOJ~QPRPHQWRHVHVSHUDEOHGHODGXOWR
UD/DHGDGGHODPHQDUFD\ODKLVWRULD que esté dispuesto a asumir la procreación
menstrual, abortos, pérdidas. y la crianza de los niños, esto es, el deseo
GHDOLPHQWDUSURWHJHU\DVXPLUHOFXLGDGR
Con todo, lo que el médico debe recor- de un infante dependiente y desamparado.
GDUHVTXHORTXHSXHGHUHJLVWUDUVRQSDXWDV En otros casos, es posible que un embara-
PDQL¿HVWDV GH FRQGXFWD VH[XDO TXH OR TXH ]RELROyJLFRVRUSUHQGDFXDQGRD~QQRVHKD
⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD 209⎞

abierto a la conciencia el espacio necesario necesidad irreemplazable de los primeros


SDUDSHQVDUHQORVKLMRV tiempos. El niño aparece también como pro-
La paternidad supone la oportunidad de SLHGDGGHORVSDGUHVDTXLHQHVVHJ~QHOFyGL-
revivir acontecimientos pasados; de revertir JRUHOLJLRVRdeberá honrar pero a quien sólo
el rol con los padres con la posibilidad de recientemente se le reconocen derechos.
VHQWLUVHUPHMRULJXDORSHRUTXHHOORVGH (VWD LPDJHQ SXHGH HQFXEULU GHVHRV
tener la posibilidad única de una relación DVHVLQRV TXH VH DOEHUJDQ FRQWUD ORV EHEpV
íntima con un ser humano totalmente de- como resultado de la culpa edípica, como
pendiente que representará su propia inde- una necesidad de ocultar las pruebas del
IHQVLyQ GH SRGHU LGHQWL¿FDUVH FRQ HO QLxR incesto y el crimen edípico. El niño debe
y disfrutar vicariamente de cosas que no se ser amado y necesita ser educado por sus
dieron o no se recibieron en su momento. SDGUHV SHUR HQ HO tQWHULQ HVWi VXMHWR D VXV
/D SDWHUQLGDG H[LJH XQD FRPSOHPHQWD- impulsos posesivos, crueles o antisociales.
FLyQ DGLFLRQDO HQ OD SDUHMD (O KLMR HV XQD Lo que conduce a...
irrupción en su intimidad que debe ser tra-
mitada. La paternidad será otra de las pro-
fesiones imposibles donde la adultez será El niño maltratado
SXHVWDDSUXHEDGHVGHRWURVÀDQFRVTXHOH
SODQWHDUiQFRQÀLFWRVODLQHUPLGDGGHOEHEp /RV VRFLyORJRV FRQVLGHUDQ TXH OD IXQFLyQ
SXHGHDFWLYDUODDJUHVLyQGHORVSDGUHVGHV- primaria y fundamental de la familia es la
pertar envidia por tener que proveer a las crianza de los niños en un clima de afecto
necesidades infantiles si las propias no fue- y tolerancia. Los psicoanalistas estarían de
ron adecuadamente satisfechas, ser vivido acuerdo en esa postura: para el niño es una
como una amenaza y experimentar celos JDUDQWtD GH VX IXWXUD VDOXG PHQWDO SDUD HO
y sentimientos competitivos, interferir con DGXOWR VX YLGD PHQWDO JLUD HQ WRUQR DO VLJ-
ORVGHVHRVGHTXHUHUVHJXLUVLHQGRXQDQHQD QL¿FDGRTXHWLHQHODFULDQ]D\HOFXLGDGRGH
o un nene, de ser incapaz de tolerar una re- los niños, no sólo en su actitud sino como
JUHVLyQFRQWURODGDTXHWROHUHODLGHQWL¿FD- XQDGLVSRVLFLyQPHQWDO(QHOFDStWXOR;,,,
ción con su bebé. se hizo referencia a la importancia de la sin-
1RVHGHEHGHMDUGHPHQFLRQDUSRUVXV tonía emocional de los padres que brinda las
FRQVHFXHQFLDVODSHUVLVWHQFLDHQHOLPDJL- PHMRUHVFRQGLFLRQHVSDUDHOGHVDUUROORHPR-
nario social de la idealización sacrosanta de cional de niño. El síndrome del niño maltra-
la función parental, en especial la materna, WDGR WKH EDWWHUHG FKLOG V\QGURPH  HV SDUD-
WDQH[DJHUDGDGHIHQVLYDUHDFWLYD(VWiED- GyMLFDPHQWHODSHUYHUVLyQGHHVDIXQFLyQ
sada en un reconocimiento de la perdurabi- Se trata del maltrato intencional y ma-
lidad de por vida del lazo afectivo con los QL¿HVWRGHXQDGXOWRSDGUHRVXVWLWXWRTXH
padres, de su irracionalidad a veces cercana provoca dolor y sufrimiento en el niño. El
a la crueldad. Alimenta el tema de los pa- QLxRSXHGHVHUGHVFXLGDGRLJQRUDGRDEDQ-
dres como dedicados o devotos, de la madre GRQDGR R FDVWLJDGR 3XHGH VHU WUDWDGR SRU
GHORVVDFUL¿FLRVDOWUXLVWDVTXHGHMDGHODGR sus padres de manera inconsistente, irracio-
intereses y actitudes personales al servicio nal o directamente psicótica. La crueldad o
del amor por el niño. En sus ideales mater- el abuso pueden administrarse de muchas
nales está cercana a un deslizamiento maso- maneras: violencia física o verbal, seduc-
quista en el rol parental, como ser sufriente ción sexual, incesto o violación, depriva-
que debe tolerar cualquier cosa. ción de necesidades básicas, entre otros.
La madre y el padre también tienden a También pueden ser víctimas de rituales
continuar el vínculo parental más allá de su VDWiQLFRV\VDFUL¿FLRV
⎛210 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

+D\XQHOHPHQWRHVHQFLDOHQHVWDWUiJL- VH[XDOHV \ DJUHVLYDV \ TXHGD H[SXHVWR D


FDVLWXDFLyQHOQLxRTXHHVH[WUHPDGD- responder con explosiones afectivas de
mente dependiente de los cuidados de JUDQ LQWHQVLGDG TXH OR GHVERUGDQ (VWRV
XQIDPLOLDUDGXOWRDOTXHTXLHUH\QHFH- episodios son a menudo expresión, en otro
sita, resulta abusado por él. contexto y ante el menor estímulo, de la re-
SHWLFLyQ GH OD VLWXDFLyQ WUDXPiWLFD   VXV
Se supone que la frecuencia es muy alta4 procesos de pensamiento, su posibilidad de
pero no se conocen datos precisos porque concentrarse, de prestar atención o memori-
HQVXJUDQPD\RUtDHVDOJRTXHQRVHGHQXQ- zar quedan afectados o desbordados por la
FLD7LHQGHDVHUQHJDGR\RFXOWDGRFRQOD emocionalidad. Por lo tanto tiene problemas
FRPSOLFLGDGGHODSDUHMDGHORVDPLJRVGH FRQHODSUHQGL]DMHHQODHVFXHOD WLHQGHD
los docentes y hasta del propio pediatra. volcar violencia sobre sí mismo, en conduc-
+D\HQJHQHUDOXQDFRQVSLUDFLyQGHVL- WDV DXWRGHVWUXFWLYDV R GDxR DXWRLQÀLJLGR
lencio en torno al problema. Se ha observa- GLFHSDUDGyMLFDPHQWH³FXDQGRPHODVWLPR
GRTXHDOJXQRVSDGUHVFDVWLJDQDVXVQLxRV PHKDFHVHQWLUELHQPHVLHQWRYLYR´  D
cuando están sobrepasados y descontrola- menudo tiene serios problemas en su capa-
dos por sus propias situaciones de ansiedad FLGDGSDUDMXJDU RVHUHWUDH\VHDtVODRHV
e intentan inconscientemente recuperar el YLROHQWR\DWHPRUL]DDORVRWURVQLxRV \VH
control imponiéndolo sobre el niño inde- SLHUGHORVHIHFWRVEHQH¿FLRVRVTXHHOMXHJR
IHQVR GH PDQHUD YLROHQWD $OJXQRV HVWX- EULQGD WLHQHGL¿FXOWDGHVHQH[SUHVDUYHU-
dios recientes demuestran que son padres balmente sus emociones, sus necesidades
que han sido maltratados en su propia in- corporales o poder describir sus sentimien-
IDQFLD\ORUHLWHUDQFRQVXVKLMRVFUH\HQGR tos, lo que lo expone a problemas somáticos
TXHHVWiQHMHUFLHQGRXQGHUHFKRSDUHQWDODO D UHSHWLFLyQ   OD GL¿FXOWDG HQ FRQVRODUVH
FDVWLJDUORV2WUDVYHFHVLPSOLFDQGHPDQGDV o tener padres que lo consuelen lo expone
tiránicas sobre el niño que pudo haber sido a explorar en el futuro con el alcohol y las
deseado para compensar o restituir ideales GURJDV   TXHGD FRQ XQD WHQGHQFLD D SD-
imposibles de ser cumplidos. decer estados disociados de conciencia o
El abuso del poder parental puede estar amnesia para las situaciones traumáticas vi-
tratando de revertir el Yo desamparado del YLGDV VHKDVXSXHVWRUHFLHQWHPHQWHTXH
DGXOWR,GHDOHVFRQÀLFWLYRVVHWUDVPLWHQHQ la situación traumática tiene efectos somáti-
actitudes contradictorias, permisivas o ex- FRVFRPRWUDVWRUQRRGDxRQHXURELROyJLFR
cesivamente prohibitivas, que alternan entre elevados niveles de cortisol circulando que
HOFDVWLJR\ODVHGXFFLyQWHQHUORHQFXHQWD GDxDQ FpOXODV GHO KLSRFDPSR R VH JHQHUD
y rechazarlo. Valores opuestos de protec- lateralización hemisférica con predominio
FLyQ \ FDVWLJR EDVDGRV HQ LGHQWL¿FDFLRQHV del lóbulo derecho.
QRLQWHJUDGDVFRH[LVWHQFRQVXQHJDFLyQ(O $ ODUJR SOD]R ORV HIHFWRV GHO PDOWUDWR
niño maltratado puede representar no sólo HQODLQIDQFLDSXHGHQVHUORVVLJXLHQWHV 
los aspectos alienados de la madre sino los HIHFWRVVREUHODSHUVRQD\FLHUWRVUDVJRVGH
de la madre de la madre. SHUVRQDOLGDG GHVFRQ¿DQ]D VHQVLELOLGDG
El niño maltratado queda expuesto en GL¿FXOWDG HQ DSDFLJXDUVH VHQWLUVH WUDLFLR-
estas condiciones a una situación traumá- nado o traicionar. Puede estar relacionado
tica que tiene una serie de manifestaciones con manifestaciones neuróticas, psicóticas
FOtQLFDV   SLHUGH HQ SDUWH OD FDSDFLGDG o con lo que en la actualidad se denomina
de controlar sus respuestas emocionales, Trastorno Postraumático   D YHFHV ORV
4
7KH86'HSDUWPHQWRI+HDOWK +XPDQ6HUYLFHVLQIRUPyHQGHQLxRVJUDYHPHQWHPDOWUDWDGRV
⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD 211⎞

recuerdos de las escenas traumáticas retor- $OJXQDV SHUVRQDV HQIUHQWDQ HVWH GHVD-
QDQDORODUJRGHODYLGDVRUSUHVLYDPHQWHD fío con éxito, pero pocas sin experimentar
la conciencia con una cualidad sensorial y el sobre esfuerzo adicional que representa
perceptiva muy vívida, sin poder ser ubica- atender en soledad las necesidades del niño
GDVHQWLHPSR\OXJDU PXFKRVHVWXGLRV que a menudo entran en contradicción con
muestran la relación entre haber sido abu- las propias. En estas condiciones se puede
sado y la tendencia a victimizar a los otros. VREUHFDUJDUDOQLxRFRQH[LJHQFLDVRKDFHU-
Los criminales tienen historias de abuso y lo el centro de las necesidades del adulto.
YLROHQFLDIDPLOLDUHQXQD JUDQ SURSRUFLyQ En todo caso, se hará notar la falta de un
Por el contrario, las personas abusadas en otro que pueda funcionar para la crianza
su infancia pueden tender a ubicarse nueva FRPR XQ WHUFHUR 6LQ HPEDUJR FDUHFHPRV
HLQFRQVFLHQWHPHQWHHQHOOXJDUGHYtFWLPD GHGDWRVVREUHORVHIHFWRVDODUJRSOD]RVR-
3RU HMHPSOR HVWDGtVWLFDPHQWH ODV PXMHUHV bre la salud mental de los niños criados en
que sufren violación o intentos de violación, estas condiciones.
en la niñez han sido víctimas de incesto fa- (QODDFWXDOLGDGSDUHMDVGHOHVELDQDVR
miliar y no relacionan ambas situaciones.5 JD\VKDQGHFLGLGRDGRSWDU\FULDUKLMRV$O-
JXQRV QLxRV SURYLHQHQ GH XQ PDWULPRQLR
(OGHVHRGHSDWHUQLGDGLQVSLUD\DVSL- anterior heterosexual interrumpido y son
ra hacia el cumplimiento de los ideales FULDGRV SRU OD QXHYD SDUHMD KRPRVH[XDO
parentales, pero sin una mente adulta Por el momento, no existe evidencia o in-
TXHFXOWLYHHOFXLGDGR\ODSURWHFFLyQ GLFDFLyQ GH¿QLWLYD GH TXH OD RULHQWDFLyQ
HO QLxR SXHGH VXIULU HO HPEDWH GH ODV homosexual de un adulto le impida per
QHFHVLGDGHVQDUFLVLVWDV\GHORVLPSXO- se brindar cuidados parentales adecuados
VRVVH[XDOHV\DJUHVLYRVGHORVSDGUHV a un niño.6 6LQ HPEDUJR VRQ GH HVSHUDU
provenientes de sus propias situaciones QXHYRV HVWXGLRV H LQYHVWLJDFLRQHV HQ HVWH
infantiles de maltrato. campo.

Nuevas formas El significado del trabajo


de parentalidad para la salud mental

La familia nuclear típica, padre, madre y sus (O DGXOWR RFXSD JUDQ SDUWH GH VX WLHPSR
QLxRV ELROyJLFRV FRQWLQ~D VLHQGR FDGD YH] y de su mente en actividades laborales o
menos frecuente. Recientemente se cono- profesionales (V IXHQWH GH XQD JUDQ SDUWH
cen nuevas formas de acceder a la parenta- de su bienestar o de su malestar. Por consi-
lidad. Estas situaciones han venido a poner JXLHQWHHOWUDEDMRWLHQHPXFKRTXHYHUFRQ
en cuestión valores tradicionales referidos al la salud mental y no sólo por su condición
PDWULPRQLRODSDUHMD\ODFULDQ]DGHORVKL- GHVRVWpQHQODYLGD3DUDDOJXQRVHOWUDEDMR
MRV$OJXQDVSHUVRQDVHQHVSHFLDOPXMHUHV es sometimiento y obligación. Por el con-
GHFLGHQVHUPDGUHVVROWHUDVHQJHQGUDUKLMRV trario, una profesión puede permitir que la
y enfrentar la crianza del niño sin la presen- tarea que demanda la vocación sea vivida
cia del padre. Otras veces, como resultado de con carácter de DSDVLRQDPLHQWR \ GLVIUXWH
un embarazo no deseado, la madre excluye personal. Otros se relacionan con el traba-
al padre de la crianza o éste desaparece. MRGHPDQHUDFRPSXOVLYDFRPRSDUWHGHOD
5
Russell, D. 7KH6HFUHW7UDXPD,QFHVWLQWKH/LYHVRI*LUOV :RPHQ%DVLF%RRNV1HZ<RUN
6
3DWWHUVRQ&-³&KLOGUHQRIOHVELDQVDQGJD\SDUHQWV´&KLOG'HY
⎛212 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

FRQÀLFWLYLGDGTXHJHQHUD\RWURVGHPDQHUD UHVSHFWR DO PXQGR \ OD FRRSHUDFLyQ


DGLFWLYD ZRUNDKROLF  DPLVWRVD TXH KDFH SRVLEOH HO WUDEDMR
(VGHGHVWDFDUHOVLJQL¿FDGRTXHSDUDOD Tiende a ser una actividad útil para
PHQWHWLHQHXQDDFWLYLGDGRXQWUDEDMR\OD TXLHQODUHDOL]DSHURQHFHVLWDWDPELpQ
relación que implica con el mundo exter- VHUSRUORPHQRVDOJRJUDWL¿FDQWH
QR6HJ~Q)UHXG7³QLQJXQDRWUDWpFQLFDGH
FRQGXFFLyQGHODYLGDOLJDDOLQGLYLGXRWDQ (OWUDEDMRSURYHHHVWDWXVGLQHURDXWRHV-
¿UPHPHQWH D OD UHDOLGDG FRPR OD LQVLVWHQ- WLPD JUXSR VRFLDO \ GH SDUHV &RPR WRGD
FLDHQHOWUDEDMRTXHORLQVHUWDVHJXURHQOD WDUHDKXPDQDVLJQL¿FDPXFKDVFRVDVSDUD
comunidad humana”. La persona desplaza DOJXQRVVHWUDQVIRUPDHQXQDDFWLYLGDGTXH
VREUHHOWUDEDMR\VREUHORVYtQFXORVFRQpO YDDRWRUJDULQPXQLGDGPiJLFDSDUDGHIHQ-
HQOD]DGRVFRPSRQHQWHVOLELGLQDOHVDJUHVL- derse de lo azaroso de la condición humana.
YRV FRPSHWLWLYRV HJRtVWDV R HUyWLFRV SUR- 6XH[SUHVLyQH[WUHPDHVFLHUWDSDWRORJtDOD
venientes de su vida interior. Por ellos tran- DGLFFLyQGRQGHHOWUDEDMRQRHVDOJRTXHse
VLWDQFRQÀLFWRVTXHORSHUWXUEDQLQKLEHQR KDFHVLQRDOJRTXHVHHV.
LPSLGHQHQHOWUDEDMR
(QORVSULPHURVDxRVHOQLxRMXHJDPH- Por otro lado, la interrupción de la
tido en su mundo, como en los sueños, a la actividad laboral o la amenaza de su
HODERUDFLyQ GH VXV FRQÀLFWRV LQWHUQRV /D pérdida tienen consecuencias devasta-
GLVSRVLFLyQDORTXHHVFRQVLGHUDGRWUDEDMR doras para la salud mental del adulto.
a rendir en tareas serias, hacia el afuera, se
inicia tempranamente en la latencia con la /DFDSDFLGDGSDUDHOWUDEDMRSXHGHYHU-
UHVROXFLyQ GHO FRPSOHMR GH (GLSR \ OD LQ- se afectada de diferentes maneras y resultar
troyección de los ideales y valores paren- en su inhibición D  FXDQGR LQWHUYLHQH XQD
WDOHV TXH LPSRQHQ ODV SULPHUDV H[LJHQFLDV HURWL]DFLyQ IXHUD GH OXJDU FRPR D YHFHV
de producción, la tarea escolar, ordenar el VXFHGHHQFLHUWDVVLWXDFLRQHVQHXUyWLFDVE 
cuarto, etcétera. Desde estos comienzos se cuando el Yo está absorbido en una labor
YDDFHQWXDQGRODGLVSRVLFLyQDOWUDEDMR\D psíquica de particular intensidad, como por
GHVSOD]DUJUDGXDOPHQWHHOMXHJR HMHPSORHQXQGXHOR\F FXDQGRORVORJURV
Con el transcurso de los años variará su \ p[LWRV TXH SRGUtDQ REWHQHUVH GHO WUDEDMR
motivación: inicialmente la tarea impulsada son evitados por ser sentidos con culpa y
por un principio infantil basado en la obe- remordimiento.
GLHQFLD HO WHPRU DO FDVWLJR R OD QHFHVLGDG
GHDPRUGHREMHWRVLGHDOL]DGRVTXHH[LJHQ
la perfección para responder más tarde, en ...y algunas notas
ODDGXOWH]DXQRWURSULQFLSLREDVDGRHQ¿- referidas al trabajo médico
delidad a métodos, capacidades y responsa-
bilidad propia. 6H KD HVWXGLDGR PXFKR HO JUDGR GH VDWLV-
IDFFLyQHLQVDWLVIDFFLyQTXHJHQHUDODWDUHD
Para la adultez, el trabajo o la profe- PpGLFD /RV PpGLFRV VH TXHMDQ XQLYHUVDO-
VLyQUHÀHMDXQDLPDJHQGHDFWLWXGSD- mente de falta de tiempo para estar con sus
UHQWDO GH µSDGUHV EXHQRV WUDEDMDQGR SDFLHQWHV H[FHVR GH WUDEDMR R GHO VRPHWL-
MXQWRVSDUDVRVWHQHU\DOLPHQWDUDORV miento que imponen los sistemas asisten-
KLMRV¶7LHQHTXHYHUFRQSURYHHUDODV ciales por una práctica actual alienante. De
necesidades, asumir responsabilidad tener que priorizar técnicas de laboratorio
7
)UHXG6³(O0DOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa ;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD 213⎞

y máquinas nuevas que no permiten invo- tasa de suicidios, sobre todo entre las médi-
lucrarse con el paciente. La ruptura de la cas solteras en la edad media de la vida. Se
tradicional relación médico paciente no les lo ha asociado a un trastorno afectivo pre-
permite una buena resolución de las ansie- dominante. También es alta en los médicos
dades intervinientes en el acto médico. En YDURQHVSHURPHQRUDOGHODVPXMHUHV11
las actuales condiciones de su práctica, Es necesario ocuparse también de la re-
lación entre la Medicina y la familia del mé-
HO PpGLFR UHVXOWD H[FHVLYDPHQWH FDU- dico. A menudo el médico proviene de una
JDGRGHODVSUR\HFFLRQHVHLQTXLHWXGHV familia de médicos, a veces hasta de la mis-
del paciente sin tener el tiempo, ni po- ma especialidad que constituyen una estir-
der hacérselo, para contenerlas, elabo- pe. En este caso la Medicina ha sido sentida
UDUODV\GHYROYHUODVWHUDSpXWLFDPHQWH IXHUWHPHQWH FRPR REMHWR GH XQ GHVHR GHO
SDGUHTXHHOKLMRGHEHKDFHUSURSLR6XSRQH
3HUR WDPELpQ ORV PpGLFRV WLHQHQ GL¿- LGHQWL¿FDUVHFRQHOSDGUH\FRPSHWLUFRQpO
cultades especiales con el ocio. Un estudio También es interesante el efecto que tiene
LQGLFD TXH OD UHDFFLyQ JHQHUDO GHO PpGLFR VREUHHOGHVWLQRSURIHVLRQDOGHORVKLMRVXQD
frente a una situación de estrés personal es SDUHMD GH SDGUHV PpGLFRV VL OD SDVLyQ GH
incrementar su tarea profesional HQ OXJDU ORV SDGUHV SRU OD 0HGLFLQD HV WDO ³QXQFD
de hacerse un tiempo libre y descansar. Se VHKDEOyGHRWUDFRVDHQPLFDVD´ TXHGH-
siente culpable de abandonar a sus pacien- ben convertirse en médicos para participar
WHV\HQWUDHQFRQÀLFWRFRQODVQHFHVLGDGHV HQSDUWHHQORVLQWHUHVHVGHODSDUHMD$YH-
no atendidas de su propia familia. FHVODVSDUHMDVTXHFRPSDUWHQOD0HGLFLQD
6H KDQ VHxDODGR ORV UDVJRV FRPSXOVL- como profesión se conocieron en la carrera
vos de la personalidad médica en la triada y se unieron como para acompañarse sobre
GHGXGDFXOSD\H[DJHUDGDUHVSRQVDELOLGDG el modelo de un vínculo fraterno y darse
como dando cuenta de un cierto someti- apoyo emocional frente a una carrera que
miento a su tarea clínica.9 Como también de JHQHUDLQTXLHWXGHV
FLHUWRVUDVJRVTXHHQVXHMHUFLFLRORKDFHQ Se ha reconocido que los estudiantes de
un profesional exitoso, pero que en su tra- Medicina que mantienen una relación de
to con la familia constituyen un handicap: SDUHMDHVWDEOHVRSRUWDQPHMRUHOestrés indu-
SRUHMHPSORODWHQGHQFLDDOFRQWURODOSHU- dablemente asociado a los años de estudios
feccionismo, a contener los sentimientos, médicos por sobre los que no la tienen. Se
mantener distancia emocional, a competir, KDSUHJXQWDGRVLHVHOUHVXOWDGRGHODFRQ-
a dedicarse completamente a sus pacientes tención que la experiencia de vida familiar
y retacearse a los suyos. posibilita o simplemente que HOPD\RUJUD-
La insatisfacción con la Medicina como do de adultez le permite enfrentar el costo
profesión ha llevado a estudiar el tema del HPRFLRQDO GH OD FDUUHUD \ OOHJDU DO HPSD-
suicidio entre los médicos: en comparación UHMDPLHQWR $OJXQRV HVWXGLRV VXJLHUHQ OR
FRQ OD SREODFLyQ JHQHUDO KD\ XQD PD\RU primero.12


.UDNRZVNL $ ³6WUHVV DQG WKH SUDFWLFH RI 0HGLFLQH ,, 6WUHVVRUV VWUHVVHV DQG VWUDLQV´ 3V\FKRWKHU 3V\FKRVRP

9
*DEEDUG*³7KHURORIFRPSXOVLYHQHVVLQWKHQRUPDOSK\VLFLDQ´-$0$

(OOLV-',QERG\³3V\FKRWKHUDS\ZLWKSK\VLFLDQV¶IDPLOLHVZKHQDWWULEXWHVLQPHGLFDOSUDFWLFHEHFRPHVOLDELOLWLHVLQIDPLO\
life”. $P-3V\FKRWKHU ;/,, 
11
Steppacher A, J Mausner. “Suicide in male and female physicians”. -$0$  
12
Comms A, E Fawzy. “The effect of marital status on stress in medical school”. $P-3V\FKLDWU\
⎛214 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Se ha hecho notar la participación cre- WLHQH XQ VLJQL¿FDGR \ XQ YDORU personal
FLHQWHGHODPXMHUHQOD0HGLFLQD\HOHVWUpV para cada uno. Es en este sentido que está
a que se expone, en especial referido al cui- UHODFLRQDGR FRQ ORV REMHWRV \ DFWLYLGDGHV
dado de los niños si queda embarazada. La de la fase sádicoanal del desarrollo psico-
médica puede experimentar mayor tensión sexual. En este plano, el dinero es tratado
SVLFROyJLFDFXDQGRVRVSHFKDTXHVXVVXSH- con el mismo falso pudor e insinceridad
riores médicos le pierden el respeto porque FRQTXHVHWUDWDDODVH[XDOLGDGDOJRVXFLR
consideran que la maternidad reduce su \YHUJRQ]DQWH
compromiso con la Medicina.13 Entonces, el dinero no es sólo importan-
WH SRU OR TXH YDOH VLQR SRU OR TXH VLJQL¿-
ca, por lo que hace y por la manera como
Algunas consideraciones interviene en las relaciones personales: es
sobre dinero XVDGRFRPRKHFHV HOURxRVR, para dominar,
FRUURPSHUVRERUQDU el cagador UHWHQLGR
por avaricia, evacuado en el despilfarro,
Mucha gente ambiciosa se pasa la primera parte utilizado en la apropiación del otro por el
de la vida arruinando su salud GLQHURHOUHJDWHRODPDQLSXODFLyQ(OGLQH-
SDUDJDQDUGLQHUR\ODVHJXQGDSDUWHJDVWDQGR URDGHPiVSXHGHHVWDUVLJQL¿FDGRFRQXQD
ese dinero para recuperar la salud. marca personal:

DR. BASHIR QURESHI, Una paciente con una incapacitante


-RXUQDORIWKH5R\DO6RFRI0HGLFLQH, 1997 artritis reumatoidea tenía un empleo en
HOTXHVHVHQWtD maltratada \PDOSDJD
(V LPSRVLEOH GHMDU HO WHPD GH OD etapa Terminó debiendo al médico una impor-
adulta VLQ KDFHU DOJXQD UHIHUHQFLD VREUH WDQWHVXPDSRUFRQVXOWDVTXHUHTXHUtD
dinero. El individuo tiene una importante UHJXODUPHQWH HQ ODV TXH VH VHQWtD PDO
relación con el tema del dinero. En parte se DWHQGLGD &XDQGR FRQVLJXLy RWUR HP-
YLQFXODFRQpODWUDYpVGHOWUDEDMR\VXVLQ- SOHR GRQGH HUD PiV YDORUDGD \ PHMRU
JUHVRV9DOHODSHQDVHxDODUORVLJXLHQWH retribuida, siguió arrastrando la deuda,
(O GLQHUR WLHQH XQD GREOH YHUWLHQWH D  SDJDQGRDOPpGLFRH[FOXVLYDPHQWHFRQ
considerado desde las necesidades de la ORV LQJUHVRV OLPLWDGRV TXH SURYHQtDQ
autoconservación es un medio de inter- del primero, con dinero marcado como
cambio que le provee a la persona sustento GHPDOWUDWR$VtH[SUHVDEDDOPpGLFRVX
para sus requerimientos básicos. El valor propio maltrato hacia él.
TXH VH OH DVLJQD HV DUELWUDULR impersonal
\ HV ¿MDGR SRU XQD DXWRULGDG HFRQyPLFD Un último punto: hay una creciente ten-
&RQ pO SDJD \ OH SDJDQ (V UHÀHMR GH OD GHQFLDHQ0HGLFLQDDTXHLQWHUYHQJDQWHU-
realidad material donde cuenta el nivel de FHURV HQ UHODFLyQ FRQ HO SDJR GH VHUYLFLRV
LQJUHVRVODHVWDELOLGDGRODDPHQD]DGHVX PpGLFRV LQVWLWXFLRQHV JUHPLRV SUHSDJDV
pérdida, el desempleo, el despido, etcé- HWFpWHUD  (O tercero pagador impone sus
tera. La salud mental se ve directamente propias condiciones en relación a la asisten-
afectada por cada una de estas situaciones, cia misma, que a menudo poco o nada tie-
HVSHFLDOPHQWHFXDQGRVHWUDWDGHOMHIHGHOD nen que ver con las necesidades del médico
IDPLOLDE VLPXOWiQHDPHQWHHOPDQHMRGHO y del paciente, lo que constituye una fuente
dinero es siempre libidinizado, es decir, de malestar en ambos. A veces es para ellos
13
.HOQHU025RVHQWKDO³3RVWJUDGXDWHPHGLFDOWUDLQLQJ6WUHVV 0DUULDJH´&DQ-3V\FK  
⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD 215⎞

casi imposible no entrar en una especie de xDU D TXLHQ ORV SHUMXGLFD VLQR SDUD SRGHU
pacto perverso FRQ PDQLSXODFLyQ GH ER- llevar adelante la tarea en condiciones ho-
QRVWLHPSRGLQHURHWFpWHUD QRSDUDHQJD- norables.
XIX
El final de la vida:
La Muerte

9HUVRV)DPD\%HOOH]DVRQGHYHUGDG &RPR HV QRWRULR VX GH¿QLFLyQ YD DVR-


intensos pero la Muerte es más intensa. ciada a la de vida, la que a su vez, en situa-
/D0XHUWHHVHODOWRSUHFLRGHOD9LGD ciones límite, tampoco es fácil de precisar.

JOHN KEATS
“¿Por qué me he reído esta noche?”, El significado de la muerte

Desde el vértice de la salud mental, la muer-


En Salud Mental se estudian las experien- WHHVPXFKRPiVTXHXQSUREOHPDELROyJL-
cias emocionales por las que el ser huma- FRODPXHUWHVLJQL¿FDGHMDUGHH[LVWLUDOJR
no transita en su ciclo vital. Éste comienza que al ser humano le resulta difícilmente
con las expectativas y deseos parentales pensable. Requiere representarse la nada,
GXUDQWH OD YLGD LQWUDXWHULQD VLJXH FRQ HO HOYDFtRORQHJDWLYRORLQH[LVWHQWHORTXH
nacimiento y el establecimiento de los deja de ser)LJXUDWLYDPHQWHVHODPHQFLR-
vínculos tempranos; el desarrollo psico- na como tránsito a un otro estado, trance o
sexual de la primera infancia que culmina partida, un retorno al comienzo. Alude a lo
con la problemática edípica; la crisis de la perecedero, a lo que tiene término.
adolescencia, las realizaciones de la edad 3DUDGyMLFDPHQWH VX SUHVHQFLD PDUFD
adulta, la formación de la familia y la pro- una ausencia y como tal está asociada a
FUHDFLyQ&XDQGROOHJDDODYHMH]\GHQR sentimientos muy fuertes que implican fal-
KDEHURFXUULGRDQWHVHOFLFORYLWDO¿QDOL]D ta, separación, desaparición o abandono,
con la muerte. como también fugacidad del tiempo, iner-
PLGDG\SHTXHxH] nihil TXHVHH[SUHVDQHQ
/DPXHUWHHVFRQVLGHUDGDFRPRODFH- los sueños y fantasías de las personas y en
VDFLyQRH[WLQFLyQGHODYLGD7DPELpQ ODVFUHDFLRQHVGHODPLWRORJtDSRSXODU
como la pérdida irreversible de las fun- ,JXDO TXH FRQ DTXHOODV RWUDV FLUFXQVWDQ-
FLRQHVTXHODVRVWLHQHQ cias del ciclo vital que conmocionan violen-
WDPHQWH OD PHQWH KXPDQD ±OD JHVWDFLyQ HO
⎛218 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

nacimiento, la sexualidad–, las sociedades de La erotizaciónGHOVLJQL¿FDGRGHODPXHU-


todos los tiempos se han servido de rituales WH OH DJUHJD ORV LQJUHGLHQWHV PyUELGRV HO
y tradiciones para atenuar el impacto de su sufrimiento se mezcla con el placer, la ago-
presencia y tratar de dominarla con creencias nía con el orgasmo, con la voluptuosidad la
en el más allá y en la vida después del ¿QGHO muerte(QHODUWHVHPDQL¿HVWDQHVWRVWHPDV
mundo$~Q DVt MDPiV HV VHQWLGD FRPR XQ TXH UHYHODQ OD PXHUWH MXQWR DO JRFH HO GH-
IHQyPHQRQDWXUDOVLJXHVLHQGRXQDGHVJUD- seo y al sufrimiento. En la literatura, el Mar-
cia que podría haberse evitado: para la mente qués de Sade es su expresión más acabada.
KXPDQD DSDUHFH UHJXODUPHQWH DVRFLDGD DO /RV p[WDVLV UHOLJLRVRV OR VRQ GH DPRU \ GH
pecado, al mal y a la enfermedad. Es impor- PXHUWH(QORVOtPLWHVGHODSDWRORJtDHVWiHO
WDQWHFRQVLJQDUTXHHOKXPDQRHVHO~QLFRVHU VDGRPDVRTXLVPR y cuando el cuerpo muerto
viviente que entierra a sus muertos. VH FRQYLHUWH HQ REMHWR GH GHVHR DSDUHFH OD
)XHUHSUHVHQWDGDHQOD0LWRORJtDFOiVLFD QHFUR¿OLD como perversión.
SRUODV0RLUDVGLYLQLGDGHVJULHJDVWHPLEOHV En el funcionamiento de las partes más
WUHVEHOODVPXMHUHVRKHUPDQDVTXHDOQDFHU primitivas de la mente, la muerte no apa-
DVLJQDEDQ DO QLxR HO GRQ TXH LED D FRUUHV-rece como un estado total y absoluto, sino
ponderle en la vida.1 6LJQL¿FDEDQ SDUD HO más bien como un estado mixto, mezcla
hombre el Destino inexorable, la Fatalidad. GHYLGD\PXHUWHDOJRGHODQDWXUDOH]DGH
7DQDWRVKLMRGHODQRFKH\KHUPDQRJHPH- lo muertovivoTXHFXDQGRVHPDQL¿HVWDHQ
ORGHOVXHxRHVVXPHQVDMHUR(Q5RPDODV IDQWDVtDV\OH\HQGDVJHQHUDVHQVDFLRQHVGH
Parcas, aunque en principio parecen ser las lo siniestro.
divinidades del nacimiento, acaban siendo /RVPpGLFRVGHOVLJOR;9,,HPSH]DURQ
ODVGLRVDVGHO'HVWLQR\FRPRODVJULHJDVVRQ DLQWHUYHQLUHQODFHUWL¿FDFLyQGHODVLQKX-
WUHVPXMHUHVKLODQGHUDVTXHSUHVLGHQHOQDFL- PDFLRQHV DQWH HO SiQLFR TXH JHQHUDED HO
miento, el matrimonio y la muerte. La Parca SHOLJUR GH OD PXHUWH DSDUHQWH \ HO WHUURU D
HVWDPELpQ$IURGLWDDPHQXGRXQDPXMHUMR- VHUHQWHUUDGRYLYR(QHOVLJORSDVDGRORV
YHQ\KHUPRVD-RKQ.HDWVODGHVFULEHDVtHQ médicos pusieron mucha pasión en deter-
su poema “La Bella Dama sin Piedad”: minar que la muerte era un estado absoluto
que ocurre cuando se detiene la máquina
Encontré a una dama en los campos ELROyJLFD\TXHQRSXHGHKDEHUHVWDGRVLQ-
PX\KHUPRVDFRPRGRQFHOODGHXQFXHQWR termedios. El cuerpo se descompone y la
su cabello era largo, SXWUHIDFFLyQHVHO~QLFRVLJQRGHPXHUWHGH
VXVSLHVOLJHURV\VXVRMRVVDOYDMHV« WRGRHORUJDQLVPR(QFDPELRHQODVFRQ-
cepciones populares el alma quedó para el
/XHJR GH UHVDOWDU OD EHOOH]D \ IDVFLQD- más alláODWUDQVPLJUDFLyQODUHOLJLyQ
ción de su presencia, aparece la inmiseri- Hasta hace unas décadas, la Medicina
cordia, la impiedad de la muerte representa- que se había dedicado tanto al estudio cien-
GDFRPRRWURDVSHFWRGHODPXMHUPDGUHHQ Wt¿FR GH OD HQIHUPHGDG OH KDEtD DVLJQDGR
cuyo seno se teme quedar atrapado: SRFROXJDUDODPXHUWH3RUVXSXHVWRGHVGH
mucho tiempo atrás se había ocupado del
<DOOtPHDUUXOOyKDVWDTXHGDUGRUPLGR cadáver, sobre todo a partir del descubri-
\DOOtVRxp£$KDGLyVGRORU miento de la importancia de la anatomía pa-
HO~OWLPRVXHxRTXHMDPiVVRxp WROyJLFD\GHODQHFHVLGDGGHLUDODPHVDGH
HQODIUtDODGHUDGHODFROLQD« autopsia a aprender de los errores.

1
/DSUHVHQFLDIHPHQLQDHQODYLGD\HQODPXHUWHVHUHÀHMDHQHVWHUHYHODGRUFRPHQWDULRGHXQHVWXGLDQWHIUHQWHDXQFDGiYHU
HQODPRUJXHSHQVDUTXHHVWHFXHUSRIXHXQDYH]HOGHXQQLxRDOTXHODPDPiOROOHYDEDGHODPDQR
⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH 219⎞

6LQHPEDUJRel cadáver no es la muer- QRHVVyORSRUODHQIHUPHGDGTXHFDEH


te, es sólo su constatación. En una crítica tal RFXSDUVHGHODPXHUWHVLQRSRUORTXH
YH]H[DJHUDGDVHKDVHxDODGRTXH³VLELHQHO VLJQL¿FD SDUD OD YLGD GH OD SHUVRQD \
DQiOLVLVGHOFDGiYHUOHHQVHxDDOJROD0H- SRU OR TXH OH DFRQWHFH D ORV VREUHYL-
GLFLQDLJQRUDODPXHUWHHQVXHVSHFL¿FLGDG vientes.
y sólo se ocupa de sus causas, esto es, de
las enfermedades... no es el cuerpo muerto La muerte, como expresión inevitable
lo que le interesa, sino lo que en él puede GHO¿QGHOFLFORYLWDOHVWiLQFOXLGDHQDOJX-
leer... El cuerpo es el sitio donde se inscribe na de estas tres perspectivas:
la enfermedad”.2 La Medicina tampoco ha D OD SUHVHQFLD HPRFLRQDO TXH WLHQH FRPR
tomado muy en cuenta las perturbaciones representación o idea, HOVLJQL¿FDGRGHOD
emocionales que la experiencia de la mor- muerte propia para la vida, aquella que
JXHSURYRFDHQVXVHVWXGLDQWHV3 La muerte FRPRSRVLELOLGDGYDDSDUHFLHQGRJUDGXDO-
en Medicina todavía se considera un fenó- PHQWH HQ OD FRQFLHQFLD VHJ~Q SDVDQ ORV
PHQRPDUJLQDOGHVXSUiFWLFDDOJRPROHVWR años.
hasta un fracaso. Lo que debería estar pre- E HQHOHIHFWRTXHFRPRdueloGHMDFDHUOD
sente entre los presupuestos médico-asis- muerte sobre los sobrevivientes cuando
tenciales ha sido remitido recientemente a pierden un ser querido. Los procesos de
XQD QXHYD HVSHFLDOLGDG OD 7DQDWRORJtD \ duelo y la manera como se elaboren ten-
sus cuidados. drán importantes efectos y consecuencias
(Q OD ~OWLPD SDUWH GHO VLJOR ;; QXHYRV sobre su vida mental y su salud.
desarrollos en el área de cuidados intensivos F  FXDQGR OD PXHUWH QR HV VyOR XQD SRVL-
\HPHUJHQFLDVKDQWRUQDGRLQHYLWDEOHTXHOD ELOLGDG OHMDQD R DMHQD VLQR XQD DPHQD]D
Medicina se ocupara de la muerte y de preci- verdadera, como en el padecimiento de
VDUODGH¿QLFLyQGHmuerte cerebral.4 La mo- enfermedades terminales. En este caso,
GHUQD WHFQRORJtD PpGLFD KD VDOYDGR PXFKDV la muerte es una experiencia próxima y
YLGDV SHUR KD GHMDGR DOJXQRV SDFLHQWHV FRQ son los sentimientos de la persona que va
muerte cerebral. Los transplantes también han a morir y los de su entorno los que están
PXOWLSOLFDGRORVSUREOHPDVpWLFRV\OHJDOHVHQ HQMXHJRODGLJQLGDGGHODPXHUWHIUHQWH
torno a constatar la muerte del donante. al proceso de medicalización que la vida
que ha sufrido en los últimos tiempos.

La experiencia
de la muerte en Medicina La muerte
para el sentido de la vida
(V GHVGH OXHJR FLHUWR TXH OD HQIHUPHGDG
puede tener en la muerte uno de sus desen- Aun cuando las personas estén dispuestas a
laces. Pero, como dice el Dr. Matko Maru- admitir que la muerte es el desenlace natu-
VLF  ³1LQJXQDHQIHUPHGDGHVPRUWDO ral y universal de la vida, en realidad sue-
la vida es mortal”. En Medicina, len conducirse de manera muy diferente. El

2
Clavreul, Jean. El Orden Médico.$UJRW%DUFHORQD
3
 3RU HMHPSOR DQRUH[LD WUDQVLWRULD LQKLELFLyQ SDUD FRPHU FDUQH TXH GXUD D YHFHV GH¿QLWLYDPHQWH DEDQGRQR GH OD FDUUHUD
etcétera.
4
Por una parte, la muerte es un procesoQRWRGRVORVDSDUDWRVRIXQFLRQDPLHQWRVFRUSRUDOHVFHVDQDOPLVPRWLHPSRDOJXQRV
VREUHYLYHQODPXHUWHGHORUJDQLVPRXQWLHPSRYDULDEOHRSXHGHQVHUPDQWHQLGRVSRUPHGLRVDUWL¿FLDOHV3HURKD\XQSXQWRGH
no retorno, un momento crítico cuya presencia marca la irreversibilidad del proceso: The brain death sindrome.
⎛220 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

“todos hemos de morir” termina por ser una JHQHUDDQJXVWLDSRUTXHODGLPHQVLyQPiJLFD


D¿UPDFLyQ FRQYHQFLRQDO +D\ XQD SDWHQ- de la mente lo lleva a confundir deseo con
te inclinación a prescindir de su aparición realidad. La socialización humana ha im-
inoportuna, a eliminarla de la vida, a no SXHVWRFRQPXFKDGL¿FXOWDGHOno matarás.
querer saber nada de su molesta presencia. De la ambivalencia de los sentimientos
Cuando el testimonio de su cercanía VXUJLyODFUHHQFLDHQHOmás allá, la idea de
HV LUUHEDWLEOH VH VXHOH LQWHUURJDU VREUH VX la sobrevida, el temor a los muertos. Toda-
causa. Parece que siempre tiene que haberla vía perviven creencias populares de que los
SDUDODPXHUWH ODHQIHUPHGDGXQDFFLGHQ- PXHUWRVVRQHQHPLJRVGHORVYLYRV
WHODLQIHFFLyQODYHMH]HWFpWHUD DVtVHOH
TXLWDDOJRGHORIDWtGLFRHQVXDSDULFLyQ 8QDPpGLFDFDVDGDFXHQWDTXHHVWDQGR
Freud dice que nuestro inconsciente es en cama por un malestar pasajero la vi-
tan inaccesible a la representación de la VLWyODPDPiPXMHUPX\VXSHUVWLFLRVD
PXHUWH SURSLD WDQ VDQJXLQDULR FRQWUD ORV YLXGDGHVGHKDFtDDxRVTXLHQQRTXH-
extraños, y tan ambivalente en cuanto a las ría sentarse en la cama para charlar
personas queridas como lo fue el hombre FRQ HOOD ³SRUTXH SRGtD FRQWDJLDUOH OD
primordial.5 La experiencia de la muerte YLXGH]´6LORKDFtDODYLGDGHO\HUQR
DMHQDOOHJyWHPSUDQDPHQWHDFRQRFLPLHQWR SHOLJUDED/DFDPDGHXQDSDUHMDMRYHQ
del hombre. Es más, él mismo la provocó, es también el lugar de la tentación para
SDUWLFLSy GH HOOD FRPR VHU VDQJXLQDULR \ una viuda, ejemplo de la dimensión má-
violento que era. La muerte, la de los de- JLFD GH OD UHODFLyQ FRQ ORV PXHUWRV \
PiVVXVH[WUDxRV\HQHPLJRVOHHUDJUDWD del tabú del contacto.
se complacía en matar.
$~Q KR\ HO LQFRQVFLHQWH VLJXH DOEHU- /D UHODFLyQ FRQ OD PXHUWH RULJLQD VHQ-
JDQGR GHVHRV DVHVLQRV WDQ LQWHQVRV FRPR timientos siniestros: ante la presencia del
los que tuvieron nuestros antepasados. El cadáver, la posibilidad del retorno de lo
problema se le presentó al hombre con la muerto vivo, los espíritus y los fantasmas.
muerte de sus seres queridos, con las per- &RPRHQHOVDOYDMHHQHOKRPEUHFLYLOL]DGR
sonas de su entorno que perdía, a las que el temor a la muerte es tan primitivo que
quería intensamente pero también odiaba. toca aquellos residuos de actividad mental
/D DPELYDOHQFLD SULPRUGLDO JHQHUDED VHQ- DQLPLVWDFRPRORPiJLFR\ODRPQLSRWHQ-
timientos de culpa muy intensos frente a FLD TXH YXHOYHQ D OD VXSHU¿FLH FRPR VHQ-
la persona que la muerte le arrancaba. Los timientos ominosos.6(ODFFLRQDUFLHQWt¿FR
mismos sentimientos perduran en las es- de los médicos no es una excepción:
tructuras profundas del hombre actual.
En una sala de un hospital general, los
/RVGHVHRVGHPXHUWHFRQWUDORVGHPiV residentes de clínica médica trataban
VRQ UHFRQRFLEOHV \ RSHUDWLYRV WRGR HO de sobreponerse a una inusual epide-
WLHPSRHQHOLQFRQVFLHQWHGHIRUPDGRV\ mia de fallecimientos, algunos tan ines-
transformados por procesos defensivos. perados como desconcertantes. Esca-
seando los soportes especiales para la
/RV QLxRV ORV PDQL¿HVWDQ DELHUWDPHQWH DGPLQLVWUDFLyQ GH OtTXLGRV SDUHQWDOHV
Cuando el adulto los detecta en sí mismo le se comenzó por necesidad a utilizar

5
)UHXG6³'HJXHUUD\PXHUWH7HPDVGHDFWXDOLGDG´  (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
6
$OJXQRVHVWXGLDQWHVWROHUDQPHMRUODH[SHULHQFLDGHODPRUJXHFXDQGRHOFDGiYHUHVWiGHVFXELHUWR&XDQGRHVWiFXELHUWROD
sensación siniestra frente a la muerte es mayor que cuando no lo está.
⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH 221⎞

uno improvisado de madera en forma Este hecho irrefutable de la mente ali-


GHFUX](PSH]DURQDREVHUYDUTXHDO mentaría la creencia ilusoria en la propia in-
SDFLHQWH D TXLHQ VH OR FRORFDEDQ HUD mortalidad e invulnerabilidad, sentimientos
candidato a morir e hicieron todo tipo RULJLQDGRVHQH[SHULHQFLDVWHPSUDQDV3XH-
GHSUXHEDV\FRQWUDSUXHEDVFLHQWt¿FDV GHFRQWULEXLUMXQWRDRWURVIDFWRUHVGLQiPL-
SDUDYHUL¿FDUOR7RGRGHQWURGHXQFOL- cos a sentimientos omnipotentes de que “a
PDIHVWLYRQRH[HQWRGHSUHRFXSDFLyQ mí no puede pasarme nada” y manifestarse
en actitudes que más que heroicas son suici-
das. Piénsese en el obstáculo que esto puede
La idea de la propia muerte VLJQL¿FDUSDUDHOUHFRQRFLPLHQWRGHODVDODU-
mas corporales que preanuncian una enfer-
Si bien la persona reconoce la experiencia medad. O la actitud de abierto desafío sui-
GHODPXHUWHDMHQDRGHSpUGLGDVHTXLYDOHQ- cida que el paciente adopta cuando desoye
tes, en cambio la propia muerte, la idea de DGYHUWHQFLDVPpGLFDVIUHQWHDSHOLJURVFRPR
cesar de existir, aparece como mero cono- el de una posible muerte súbita.
FLPLHQWRLQWHOHFWXDODOJR LQFUHtEOHR DIHF-
tivamente distante. Cuando se lo intenta se
puede observar que se continúa siendo mero De los orígenes
HVSHFWDGRUSHURQRVXMHWRGHODPLVPD/D del miedo a la muerte
persona no hace más que desdoblarse en al-
JXLHQTXHVHimagina cómo sería morirse. $PXFKRVPpGLFRVQRVDWHUURUL]DODPXHUWH\HO
Para Freud no puede haber idea de la PRULU/DVSHUVRQDVQHFHVLWDQXQLQFUHtEOHPRQWR
muerte propia en el inconsciente porque GHDSR\RFXDQGRVHPXHUHQ
nuestras representaciones mentales pro- <XQPpGLFRDWHUURUL]DGRQRVHORSXHGHEULQGDU
vienen de experiencias efectivamente ocu-
rridas o derivadas de ellas. ¿Cuál sería la DR. PHILIP ROTH,
KXHOODGHODH[SHULHQFLDTXHOOHJDUtDDUH- 7KH$QDWRP\/HVVRQ
presentar a la muerte propia si nunca fue
experimentada? Con la palabra muerte alu- Si la idea de la muerte propia es tan in-
GLPRVDDOJRGHORTXHQRSRGHPRVWHQHU YHURVtPLO¢TXpOXJDURFXSDHQWRQFHVHOWDQ
QDGDUHJLVWUDGRFRPRH[SHULHQFLDHPRFLR- frecuente temor a la muerte? ¿Se puede, se-
nal, sino tan sólo un mero conocimiento. J~QXQDH[SUHVLyQFRUULHQWHHVWDUmuerto de
El QRKD\YLGDFRPRODQHJDFLyQRODQDGD miedo R SHRU OOHJDU D PRULU GH PLHGR" 6H
serían pensables como meras palabras del recuerdan los casos de muerte voodu donde
RUGHQGHOOHQJXDMHSHURQRDVRFLDGDVDUH- una persona con una mentalidad primitiva al
presentaciones inconscientes. URPSHUXQDSURKLELFLyQSXHGHSDJDUFRQVX
Pero también desde la Medicina se reco- muerte.)UHQWHDXQDLQWHUYHQFLyQTXLU~UJLFD
noce esta situación en términos similares: importante temores incontrolables de muerte
³1LQJXQR GH QRVRWURV DSDUHFH SVLFROyJL- SXHGHQVHUDXJXULRGHFRPSOLFDFLRQHVSRV
camente capaz de enfrentarse con el pen- operatorias si no son tenidos en cuenta.
samiento de su propia muerte, con la idea
de una permanente inconciencia en la cual /DDQJXVWLDTXHSXHGHWRPDUODIRUPD
no hay ni vacío ni hueco, en el cual simple- de miedo a la muerte es un elemento
mente hay nada”.7 GLDJQyVWLFR\SURQyVWLFRFOtQLFRLPSRU-
7
Nuland, S. +RZZHGLH5HÀHFWLRQVRQ/LIH)LQDO&KDSWHU.QRSI1HZ<RUN

&DQQRQ:³9RRGXGHDWK´Amer Anthrop 1942;44:169.
⎛222 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

tante. Debe ser escuchado atentamente tación violenta, mientras retiene la capa-
\WHQLGRPX\HQFXHQWD cidad de experimentar la persecución y el
tormento a la que es sometido”.9$OJXQRV
&OiVLFDPHQWH OD DQJXVWLD IUHQWH DO GR- analistas sostienen que es la manifestación
lor del infarto cardiaco va acompañada de GH XQD IXHU]D VDOYDMH \ GHVWUXFWLYD TXH
sensaciones descritas como de muerte in- llaman pulsión de muerte y que en lucha
minente (VWi OLJDGD D OD DPHQD]D GH IDQ- con los impulsos vitales, pulsión de vida,
WDVtDVSULPLWLYDVGHGHVLQWHJUDFLyQFRUSRUDO JHQHUDQ XQ SULPLWLYR WHPRU D OD PXHUWH
del Yo que toman la forma de vivencia de en la forma de terror al aniquilamiento. En
muerte propia. este caso, el temor a la muerte es conside-
Que una persona pueda sobrellevar ex- UDGRXQDDQJXVWLDSULPRUGLDOTXHGHDOJX-
SHULHQFLDV WUDXPiWLFDV JUDYHV FRPR XQD QDPDQHUDVLJQDODYLGDHPRFLRQDOGHODV
enfermedad o una operación, con sus terro- personas YHU 6H[XDOLGDG ,QIDQWLO . Es la
UHVFRQVLJXLHQWHVHOWHPRUDODPXHUWHHQWUH mamá la que con su capacidad de estar en
otros, depende de la FRPSDxtD interna y ex- FRQWDFWR HQVLQWRQtDDIHFWLYD FRQVXEHEp
WHUQDFRQTXHFXHQWDHQODIRUPDGHREMHWRV SXHGH DWHQXDU HVDV DQJXVWLDV GH PXHUWH
GHDPRUTXHORDPSDUHQ\SURWHMDQ(ver el hasta hacerlas tolerables y eventualmente
VXHxR GH OD SDFLHQWH FRQ FiQFHU FDStWXOR pensables.
;9, . Así puede atenuar el posible impacto (OKRPEUHHODERUDJUDGXDOPHQWH\KDVWD
GHVRUJDQL]DQWH GH XQD HQIHUPHGDG WROHUDU donde se lo permiten sus temores la idea de
el miedo a la muerte y en consecuencia me- ODPXHUWHSURSLD&RQHOWLHPSRSXHGHORJUDU
MRUDUHOSURQyVWLFR una cierta aceptación no meramente intelec-
El temor consciente a la muerte, tan co- tual de la misma. La actitud hacia la muerte
mún y difundido expresa miedos referidos, HMHUFH XQD SRGHURVD LQÀXHQFLD ³OD YLGD VH
SRUHMHPSORDIDQWDVtDVFODXVWURIyELFDVRGH empobrece, pierde interés, cuando la máxi-
FDVWLJRSRUHOGHVWLQRUHSUHVHQWDQWHGHORV PDDSXHVWDHQHOMXHJRGHODYLGDTXHHVOD
padres que amenazan con equivalentes de YLGDPLVPDQRSXHGHDUULHVJDUVH´
ODFDVWUDFLyQ(QHVWHVHQWLGRODDQJXVWLDde
muerte puede encubrir otros miedos y estar Admitir la muerte dentro de las posibi-
reforzada desde sus raíces inconscientes. OLGDGHVGHODYLGDSHUPLWHSURIXQGL]DU\
Pero no todos los psicoanalistas esta- valorar el sentido de la misma.
rían de acuerdo con la idea de que en el
LQFRQVFLHQWHIDOWDUHJLVWURGHPXHUWH2WURV (VWRVHPDQL¿HVWDSRUORJHQHUDOHQHOSH-
VRVWLHQHQ TXH \D HQ HO EHEp MXQWR FRQ OD riodo medio de la etapa adulta, cuando la lla-
SHUFHSFLyQGHODYLGDSXHGHKDEHUDOJRGH mada crisis de la mitad de la vida, como cul-
la naturaleza de un reconocimiento de la minación de la manera como vienen siendo
muerte en la forma de un terror que amena- elaboradas las pérdidas. Sucede que la acepta-
]DODH[LVWHQFLD6HWUDWDUtDGHXQDDQJXVWLD ción emocional de la muerte permite valorizar
tan intensa y primitiva que conmociona el la vida, darle una dimensión más profunda.
SUHFDULR VHQWLPLHQWR GH LQWHJULGDG GHO <R
con la sensación de su aniquilamiento. 7RPDU FRQFLHQFLD GH OD ¿QLWXG GH OD
6HJ~Q-DTXHV³HVXQDIDQWDVtDLQFRQV- YLGDSHUPLWHDSUHFLDUOD\HQULTXHFHUOD
ciente de inmovilización y desamparo, en SHUGLpQGRVHODLOXVLyQGHTXHODPLVPD
la cual el self HV VXMHWR GH XQD IUDJPHQ- es eterna.
9
Jaques, E. “The midlife crisis”. En: The course of life9RO,,,$GXOWKRRGDQGWKHDJLQJSURFHVV1,0+1HZ<RUN

)UHXG6³'HJXHUUD\PXHUWH7HPDVGHDFWXDOLGDG´  (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH 223⎞

En otras palabras, se necesita que la cionales. La pérdida de la salud también


persona, promediando su ciclo vital, lo re- puede disparar un proceso de duelo.
conozca como propio, el que le ha tocado El Yo temprano e indefenso sufre el
vivir, que será ese y no otro, que no podrá efecto de las pérdidas cuando su estruc-
UHLQLFLDUOR QL UHHPSOD]DUOR QL SURORQJDUOR turación es aún precaria y pasa por situa-
PiV DOOi GHO ¿QDO TXH VH DYLVRUD 3DUD HVRFLRQHV GRQGH HO REMHWR QHFHVLWDGR VH GHV-
se requieren varias cosas, incluso una cierta vanece de su campo de experiencia emo-
asimilación de las pérdidas pasadas que se cional. Tiende a vivir las pérdidas como
dieron en la forma de heridas narcisistas u experiencias malas FRQ REMHWRV malos o,
REMHWDOHV(OGXHORDVHPHMDQ]DGHOSURFHVR por el contrario, a superarlas en un proceso
GLJHVWLYRHODERUDODVSpUGLGDV\ODVWUDVIRU- GH FUHFLHQWH LQWHJUDFLyQ FRQ H[SHULHQFLDV
PDFRQHOWLHPSRHQDOJRFRQYDORUnutritivo \REMHWRVbuenos. El destete marca un hito
para la vida mental. Y con él, la admisión de fundamental para las experiencias de pér-
que ORTXHKDFHYDOLRVDODYLGDHVSDUDGyML- dida.
camente su transitoriedad.11 Por eso es ne- 0iVWDUGHORVREMHWRVSDUHQWDOHVVHSLHU-
cesario analizar cómo operan los procesos GHQFRPRREMHWRVHGtSLFRVVHGXHODQ\VH
de duelo en la mente. transforman en estructuras superyoicas que
YLJLODQ\FRQWURODQDO<R(QODDGROHVFHQ-
FLDVHYXHOYHQDKDFHUGXHORVSRUORVREMHWRV
Procesos de duelo: parentales de la infancia. Pero no hay mo-
su importancia en la salud mento de la vida mental donde no se esté
y la enfermedad SDVDQGRSRUDOJ~QWLSRGHSpUGLGDODMXYHQ-
tud, la menstruación, el cuerpo, la capaci-
La constitución de las estructuras mentales GDGGHWHQHUKLMRVODOOHJDGDGH¿QGHDxR
GHO<RVXSRQHVXJUDGXDOHVWDEOHFLPLHQWRD etcétera. Lo importante es determinar cómo
partir de experiencias vitales en el vínculo hace la mente para elaborar esas pérdidas, si
FRQORVREMHWRVHQWUHODVTXHRFXSDXQOXJDU sucumbe a ellas o puede transformarlas en
importante la elaboración de las pérdidas. FUHFLPLHQWR\ORJURV
El Yo las siente como carencias, privación o
IDOWDGHDOJRTXHVHWHQtD\FRQORTXHFRQ- (OWUDEDMRSRUHOTXHHO<RWUDWDGHVR-
taba previamente. breponerse a sus pérdidas se denomina
GXHOR/DVDOXGPHQWDOGHSHQGHHQWUH
Toda la vida mental supone un interjue- otras cosas, de la resolución de los pro-
JRGLQiPLFRSHUPDQHQWHHQWUHORTXHVH cesos de duelo.
YDSHUGLHQGRRGHMDQGRDWUiV\ORTXH
VHYDDGTXLULHQGR\DVLPLODQGR El duelo es la respuesta a todo tipo de
pérdidas, pero las más intensamente sen-
/R VLQJXODU HV TXH SDUWH GH OR SHUGLGR WLGDV VH UH¿HUHQ D REMHWRV TXHULGRV TXH VH
ayuda a conformar las estructuras menta- SLHUGHQ7DPELpQVHGXHODSRUREMHWRVRGLD-
les del Yo por procesos de internalización dos. Se pueden perder otras cosas, ideales o
HLGHQWL¿FDFLyQHQPRPHQWRVFUXFLDOHVGHO materiales, partes del cuerpo u otros valores.
desarrollo. Las pérdidas pueden ser de todo (OWUiPLWHGHODYLGDUHTXLHUHTXHVHKDJDQ
tipo, pero no hay duda que las que son deci- microduelos diarios. Pero no todos tienen el
VLYDVVHUH¿HUHQDREMHWRVKXPDQRVFRQORV carácter tan irreversible que tiene la muerte,
que había lazos previos intensamente emo- TXHRULJLQDORVJUDQGHVGXHORV

)UHXG6³/DWUDQVLWRULHGDG´  (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV


11
⎛224 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

El duelo ante la muerte se expresa con excesivas, complica el proceso de duelo.


PDQLIHVWDFLRQHVGHGRORUDÀLFFLyQWULVWH]D La relación previa era ambivalente. Amor
(OVXMHWRVLHQWHODIDOWDGHOREMHWRVXDEDQ- y odio entablan un combate: duelo es tam-
dono. Si lo pone en palabras suele expre- bién lucha o pelea a consecuencia de un
VDUORDVt³3RUTXpPHGHMDVWHSRUTXpPH desafío. En ese caso el duelo puede eter-
DEDQGRQDVWH´$SDUHFHQODVTXHMDVVHTXH- nizarse en lo que conocemos como duelo
MDGHOGRORUTXHORFRQVXPH\VHTXHMDGH patológico \ HV SXHVWR GH PDQL¿HVWR HQ
aquél que lo provoca. El duelo permite que ORV DXWRUUHSURFKHV ³0H GHMDVWH SRUTXH
estos sentimientos de pérdida sean procesa- QRWHFXLGpORVX¿FLHQWHWHIXLVWHSRUTXH
GRVHQHOWLHPSRSRUXQWUDEDMRLQWHUQRHQ no te merezco, soy responsable, lo hubie-
el que está profundamente comprometida ra podido evitar...”. Predomina el temor
la mente y que, para hacer esa labor, reti- SRUHOKDEHUGDxDGRDOREMHWRODFXOSD\
ra transitoriamente sus intereses del mundo UHSURFKHVFRQVLJXLHQWHV\ODQHFHVLGDGGH
externo. Si parece deprimido es porque se restaurarlo a través de un duelo que pue-
está ocupando de otra cosa: qué hacer con de eternizarse porque simultáneamente se
ese vínculo afectivo que perdura interna- lo odia.
mente, mientras la realidad le muestra la E FXDQGRHOREMHWRSHUGLGRKDEtDVLGRHOH-
inexorabilidad de su pérdida. Mientras tan- JLGR SRU UHSUHVHQWDU DO VXMHWR PLVPR
to, el mundo parece vacío. cosa que se conoce como elección narci-
(O WUDEDMR GHO GXHOR SRQH HQ HYLGHQFLD sista. La naturaleza narcisista previa del
OD VROLGH] GHO OD]R FRQ HO REMHWR \ OR TXH YtQFXORJHQHUDQRXQDHODERUDFLyQGHVX
es puesto a prueba con su pérdida. Pero la pérdida sino su introyección en el Yo. El
UHDOLGDGQRSUHYDOHFHGHJROSHODPHQWHVH REMHWRHQWHURSHUGLGRFDHHQHO<R\ORV
OLEHUDGHDSRFRDWUDYpVGHXQWUDEDMRTXH autorreproches que sobrevienen a su pér-
debe realizarse en detalle: ocuparse de cada GLGDYDQHQUHDOLGDGGLULJLGRVDpO³VR\
uno de los innumerables recuerdos, recorrer FXOSDEOHGHORTXHSDVyVR\LQGLJQRQR
las experiencias pasadas compartidas y con sirvo para nada, no merezco perdón...”.
el tiempo liberarse en una especie de des- La manifestación clínica es la melancolía
PDQWHODPLHQWRGHODLPDJHQGHOREMHWRSHU- y el suicidio puede ser uno de los desen-
GLGR,QWHULQDPHQWHSXHGHLGHQWL¿FDUVHFRQ laces.
DOJXQRGHVXVUDVJRVItVLFRVRSVLFROyJLFRV
RHYRFDUORDOSXQWRGHODDOXFLQDFLyQ DYH- /DV IDQWDVtDV FDQLEDOtVWLFDV LQFRQV-
FHVOHSDUHFHYHUORXRtUOR RQHJDUVXSpU- FLHQWHVPX\SULPLWLYDVTXHDFRPSDxDQ
GLGDGHPDQHUDGHOLUDQWH vive, está por ahí, el duelo son parte de los fenómenos de
HQDOJ~QOXJDU (QFRQGLFLRQHVQRUPDOHVOD LQWUR\HFFLyQRLQFRUSRUDFLyQGHORVRE-
labor termina en unos meses o años. MHWRV DO <R \ FOtQLFDPHQWH SXHGHQ GDU
OXJDUDODDQRUH[LDRODEXOLPLDFDUDF-
/R TXH FRPSOLFD HO SURFHVR GH GXHOR terística del mismo.
es la naturaleza del vínculo previo con
HOREMHWRSHUGLGR¢3RUTXpVHORHOLJLy A veces ocurre que frente a la naturaleza
como objeto de amor, cuánto odio pre- dolorosa del duelo, éste puede ser retarda-
YLRFRH[LVWtD YtQFXORDPELYDOHQWH RVL do, inhibido o negado, esto último al punto
HVHREMHWRORUHSUHVHQWDEDDO<RPLVPR de una falsa euforia o de la exaltación ma-
YtQFXORQDUFLVLVWD " níaca. En todo caso, hay ausencia de ma-
nifestaciones de duelo donde era esperable.
D ODSUHVHQFLDVLPXOWiQHDQRVyORGHDPRU En otras situaciones se presentan duelos
sino de odio, este último en cantidades anticipados SRU HMHPSOR HQ ODV SHUVRQDV
⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH 225⎞

R IDPLOLDUHV TXH HVWiQ D FDUJR GH SDFLHQ- \PXWXDPHQWHLQYDOLGDQWH(QORV~OWL-


tes que van a morir. En estos casos, ocurre PRVGRVDxRVFRPHQ]yFRQPRYLPLHQ-
un lento desasimiento afectivo previo a la WRV PXVFXODUHV LQYROXQWDULRV \ FRQ XQ
muerte. Pero al duelo pueden complicarlo profundo deterioro mental, medido con
los deseos inconscientes de muerte frente a SUXHEDV SVLFROyJLFDV 8Q H[KDXVWLYR
la espera dolorosa. H[DPHQ GLDJQRVWLFy XQD HQIHUPHGDG
El proceso de duelo puede estar pertur- QHXUROyJLFD GHPHQFLDQWH &XDQGR VH
bado por mecanismos defensivos que nie- FRQVLGHUDED VX LQWHUQDFLyQ GH¿QLWLYD
JDQODSpUGLGDORTXHSXHGHVHUSRWHQFLDO- SRU OR TXH SDUHFtD XQD VLWXDFLyQ FUH-
PHQWH SDWyJHQR SDUD OD VDOXG (Q DOJXQRV cientemente irreversible perdió al ma-
casos, en especial en los niños, la mente rido en circunstancias trágicas. Ambos
por un lado parece aceptar, reconocer la IXHURQDWDFDGRV\HOPDULGRDVHVLQDGR
pérdida, hacer el duelo, y simultáneamente &RQWUDWRGRVORVSURQyVWLFRVODSDFLHQ-
mantener la convicción ilusoria de que la te asombró por su capacidad de recibir
SHUVRQDSHUGLGDVLJXHFRQYLGD(VFRPRVL \ HODERUDU HO LPSDFWR WUDXPiWLFR FRQ
IUHQWHDODPDJQLWXGGHODSpUGLGDODPHQWH el tiempo desaparecieron los síntomas
VHGHVJDUUD\VLQGDUVHFXHQWDPDQWLHQHIXQ- SUHVXPLEOHPHQWHRUJiQLFRV\UHFXSHUy
cionamientos incompatibles como efecto de un grado de lucidez previamente desco-
una escisión. Esta situación puede perdurar nocido en ella.
toda la vida.
/RVGXHORV\DVHDQUHFLHQWHVRDQWLJXRV A menudo se malinterpreta el duelo nor-
mal elaborados tienen mucha importancia mal que una persona debe pasar como si fuera
en Medicina. El comienzo de cierta patolo- una clase de enfermedad que hay que tratar.
JtDFRUSRUDOVXHOHHVWDUHQOD]DGDDORVPLV- $GHPiVGHODVGHIHQVDVSVLFROyJLFDVTXHHO
mos. La llamada reacción aniversario es el VXMHWRHPSOHDHOHQWRUQRHQJHQHUDOHVSRFR
GHVHQFDGHQDPLHQWR GH DOJ~Q WLSR GH WUDV- propicio al duelo. Se ha hecho notar que en
torno mental o corporal que aparece con la la actualidad, el duelo es tan poco aceptable
fecha del fallecimiento o a la edad que tenía por la sociedad como la sexualidad lo fue en
la persona que murió. Puede conducir por ODpSRFDYLFWRULDQD'HVGHODVLPSOL¿FDFLyQ
LGHQWL¿FDFLyQDWUDVWRUQRVVLPLODUHVDORVGH GHORVULWXDOHVIXQHUDULRVFRPRSRUHMHPSOR
la persona muerta o a reacciones aparente- HOVHSHOLRIXHUDGHOKRJDUHQOXJDUHVHVSHFLD-
mente inexplicables. les, la desaparición del luto, la incineración
En los duelos recientes, el sobrevivien- HQ OXJDU GH OD LQKXPDFLyQ (O VLOHQFLR HQ
te, en especial el viudo, está en una situa- torno al sobreviviente y la sutil imposición,
ción particularmente vulnerable.12 3DUHMDV de la que a veces participan los médicos en
casadas por décadas pueden morir con po- el sentido de que el dolor no debe manifes-
cos meses de separación. Por el contrario, la tarse o de que se necesita ser fuerte, tienden
muerte de uno de ellos puede llevar a cam- a aislar a la persona en duelo y son factores
bios espectaculares. TXHMXHJDQDIDYRUGHQHJDUORFRQODVFRQVH-
FXHQFLDVSDWROyJLFDVTXHSXHGHWUDHU(OPp-
8QDSDFLHQWHGHPiVGHDxRVKDEtD dico puede colaborar en legitimar el duelo,
estado enferma de una gravísima neuro- HQOXJDUGHQHJDUOR
sis obsesiva casi toda la vida. Mantenía Un proceso de duelo requiere de condi-
con el esposo una relación dependiente ciones externas e internas para un desarro-
12
8QDHQFXHVWDGHHQ*DOHVPRVWUyTXHODPRUWDOLGDGGHORVYLXGRVDVFHQGtDDOHOSULPHUDxRFRQWUDGHOD
PXHVWUDWHVWLJRHVGHFLUHUDGLH]YHFHVPD\RU5HHV\/XWNLQV³0RUWDOLW\RI%HUHDYPHQW´%ULW0HG-RXUQDO, 4.
⎛226 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

llo favorable y hace a la salud mental de dental. Frente a la muerte, la sociedad no


la persona. Cuando culmina al cabo de un WLHQH SDXVDV SDUHFH TXH WRGR VLJXH LJXDO
WLHPSRPiVRPHQRVSURORQJDGRpVWDSXH- Inadvertidamente, la Medicina ha participa-
de salir emocionalmente renovada y hasta do de estos cambios.
cierto punto enriquecida por la experiencia. Hoy en día la Medicina interviene acti-
Como parte de su tarea, del trato que tuvo vamente en la vida diaria y cotidiana con
con los familiares de su paciente fallecido, VXVFRQVHMRV\RSLQLRQHV1RKD\QDGDGHOD
el médico debería cuando puede y es nece- vida moderna de las personas que no haya
sario, estar atento al proceso de duelo de los merecido su intervención: recomienda die-
sobrevivientes. WDV RSLQD VREUH HO WUDEDMR ODV UHODFLRQHV
sexuales, el dormir. La opinión médica se
busca activamente para todo, modela nues-
El paciente que va a morir: tro modo de vivir, nuestra concepción de la
la medicalización vida, como debemos comportarnos, etcéte-
de la muerte UD6HKDFULWLFDGRHVWDH[DJHUDGDSUHVHQ-
cia, en especial de sus aspectos técnicos,
En un momento de la vida, frente a una que se inmiscuye en la intimidad de la vida
enfermedad terminal o en circunstancias cotidiana con el nombre de medicalización
JUDYHVHO¿QGHODH[LVWHQFLDVHWUDQVIRUPD de la vida. El efecto de su presencia en el
HQDOJRFRQFUHWR\SRVLEOHSDUDODSHUVRQD cuidado del paciente terminal ha deter-
¿Cómo se transitan esos momentos? minado la llamada medicalización de la
Hasta poco más o menos la primera muerte.
JXHUUDPXQGLDOODPXHUWHHUDXQDFRQWHFL- (QSULPHUOXJDUHOSDFLHQWHQRHVDGYHU-
miento público, social, del que participaba tido ni puesto al tanto de su situación. En
la comunidad entera. El paciente en trance JHQHUDOQRVHOHGLFHFXiOHVVRQODVFLUFXQV-
de morir era avisado, sabía de su destino y tancias por las que está pasando. El enfermo
tomaba sus últimas disposiciones. Hasta ha- no parece con necesidad de ser avisado de
bía un momento de despedida que le daba a VXJUDYHGDG/DIDPLOLDHOPpGLFR\KDVWDHO
la muerte un sentido postrero. Podía tener propio paciente son cómplices de un oculta-
IUHQWHDVXPXHUWHXQURODFWLYR\GLJQR6H miento que comienza y que va a enviar la
hacía caso a la muerte, el momento supre- mención de la muerte a la clandestinidad.
PR JUDYH \ WHUULEOH QR HUD WUDWDGR D OD OL- &RQIUHFXHQFLDVHFXHQWDFRPRXQORJUR
JHUD1RVHDSDUWDEDDODSHUVRQDGHHOODQL el que la persona haya muerto “sin que se
VH IDOVL¿FDEDQ VXV DSDULHQFLDV (O SHULRGR hubiera dado cuenta...”. Se terminaron las
GHGXHOROHVHJXtDFRQYLVLWDVDOFHPHQWH- GHVSHGLGDV\HOGLiORJRHVUHHPSOD]DGRSRU
ULRDODIDPLOLDHWFpWHUD7RGRHOJUXSRVR- la mentira y el disimulo. Todos saben que
cial se conmocionaba: no sólo una persona VDEHQSHURMXHJDQDTXHQRFRQRFHQORTXH
desaparecía, sino que la sociedad también va a pasar. El enfermo terminal es tratado y
había sido alcanzada por la pérdida que cuidado como un niño, forzando aun más
necesitaba cicatrizar. Había una relación ODVWHQGHQFLDVUHJUHVLYDVTXHODHQIHUPHGDG
permanente entre la muerte y la sociedad. LPSRQH1RVHWROHUDODJUDYHGDGGHVXHVWD-
1RHVVHJXURTXHHVWHPRGHORTXHD~QWLHQH GRVHUHEDMDHODFWRVROHPQHGHORTXHHUDOD
YLJHQFLDHQYDVWRVOXJDUHVGHOPXQGRYD\D muerte. Antes que cuidado de una persona
a desaparecer. TXHYDDPRULUODWpFQLFDPpGLFDVHGLULJH
Pero, un tipo absolutamente nuevo de a tratar las manifestaciones de una enferme-
morir ocupa nuestra época, en las zonas dad y se recubre la muerte próxima por los
técnicamente avanzadas del mundo occi- cuidados de la misma.
⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH 227⎞

El proceso de medicalización de la alimentación parenteral, lleno de aparatos


PXHUWH VH DFHQWXy D SDUWLU GH ORV DxRV  PpGLFRV GH JUDQ SUHFLVLyQ SHUR aislado.
cuando el paciente fue, cada vez con mayor Con la familia sólo permitida de visita por
IUHFXHQFLDDPRULUDOKRVSLWDO/RVSURJUH- pocos minutos en el día. Para el personal
VRVWpFQLFRVGHWRGRWLSRODFLUXJtDODVWpF- médico, es deseable que el paciente pueda
nicas de reanimación, las de supresión del morir sin darse cuenta.
dolor, etcétera, han facilitado este desarrollo Hay una manera prevista y esperable de
HQODPHGLGDTXHDOLYLDEDQODVDJRQtDV\HO PRULU QR HPRFLRQDUVH VHJXLU LJQRUiQGR-
VXIULPLHQWR ([SOLFD OD LPDJHQ ODPHQWDEOH la, no molestar las rutinas hospitalarias. La
del moribundo rodeado de tubos y aparatos, muerte ideal es la de aquel que parece que
en la soledad de su espléndido aislamiento, QRYDDPRULU\TXHGLVLPXODPHMRUFXDQWR
con cuidados profesionales asépticos y con- menos sabe que va a morir. “La muerte es
tactos familiares efímeros. UHJXODGD \ RUJDQL]DGD SRU XQD EXURFUDFLD
Pero también la familia contribuyó a cuya competencia y humanidad no pueden
este desarrollo: no pudo tolerar los cuidados impedirle tratar a la muerte como cosa, una
terminales, la suciedad, los excrementos y cosa que debe molestarle lo menos posible,
RORUHV GH ORV PRPHQWRV ¿QDOHV OD UHSXJ- SDUDHOLQWHUpVJHQHUDO´15
nancia de una muerte próxima que se ha /D 0HGLFLQD GHO VLJOR ;,; LPSXVR OD
hecho fea y sucia que chocan con un mundo YHUVLyQ GH OD PXHUWH ELROyJLFD OD PXHU-
aséptico que hace de la limpieza un valor te como un instante, donde la máquina se
TXHOD0HGLFLQD\HOKRVSLWDOGH¿HQGHQ/D detiene y se inicia la descomposición. Los
IDPLOLDGHMyGHWROHUDUODSUR[LPLGDGGHOVX- nuevos adelantos médicos han extendido lo
frimiento y la posibilidad de aliviarlo con que antes se consideraba la muerte como un
su presencia. Se ha acentuado “la inconve- instanteHQXQSURFHVRWHPSRUDOFX\R¿QDO
QLHQFLDGHODHQIHUPHGDGJUDYHGHODUHSXJ- HOPpGLFRSXHGHSRVWHUJDUDODUJDURDFRUWDU
nancia física que provoca, de la necesidad (O IDOOHFLPLHQWR VLJXH VLHQGR XQ LQVWDQWH
de ocultarla a los demás y a uno mismo. En SHURHOWLHPSRGHODPXHUWHVHKDDODUJDGR
su conciencia moral la familia confunde su a expensas del más acá y subdividido: está
intolerancia inconfesada con los aspectos ODPXHUWHFHUHEUDOELROyJLFDFHOXODUODGHO
VyUGLGRVGHODHQIHUPHGDGFRQODVH[LJHQ- ((* HWFpWHUD 3RU ORV DGHODQWRV PpGLFRV
FLDVGHODOLPSLH]D\ODKLJLHQH´13 el momento de la muerte se puede exten-
El hospital es el asilo donde se oculta la GHUSRUDOJXQDVKRUDVGtDVRDxRVLQFOXVLYH
PXHUWHGHVFDUJDQGRDODIDPLOLDHQEXHQD con la esperanza de que una embarazada
FRQFLHQFLD GH XQD DVLVWHQFLD GHVJDQDGD14 con muerte cerebral pueda dar a luz. La-
Se terminó la muerte compartida, la des- PHQWDEOHPHQWH D YHFHV HVWD SURORQJDFLyQ
SHGLGD ORV PRPHQWRV ¿QDOHV HQ HO KRJDU se ha transformado en una meta en sí. Esta
(OKRVSLWDOHVHOOXJDUGHODPXHUWHSUHYLVWD HVFHQDVX¿FLHQWHPHQWHGLIXQGLGDHVWiUHFL-
\ DQXQFLDGD \ FRPR HQ JHQHUDO HVWi RUJD- biendo una crítica creciente en términos de
nizado para tratar enfermedades tolera mal ODGLJQLGDGGHODPXHUWHTXHSURSRQH\GH
HVWRVGHVHQODFHV/DLPDJHQTXHFLUFXODS~- quitarle a la fase terminal de la vida el sen-
blicamente es la del paciente en Terapia In- tido que ésta tiene. Se la denomina encarni-
tensiva, rodeado de tubos, canalizado, con zamiento terapéutico.

13
Aries, P. El hombre ante la muerte7DXUXV0DGULG
14
(QVHGHWHFWyHQ1HZ<RUNTXHHOGHODVSHUVRQDVPRUtDQHQHOKRVSLWDO\VyORHOWHQtDQXQIDPLOLDUSUHVHQWH
en esos momentos. Aries, P. Op.citSiJ
15
Aries, P. Op. cit.SiJ
⎛228 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

También se interviene en el sentido de su necesidad de contacto o de desvincula-


acortar la vida de manera encubierta con el ción, de conocer su estado o de ocultarlo,
eufemismo de desconectar al paciente con GHUHFRQRFHUORRGHQHJDUOR$PHQXGRVL-
DQDOJpVLFRV\WUDQTXLOL]DQWHVTXHGHSULPHQ PXOWiQHDPHQWHDFHSWDODPXHUWH\ODQLHJD
los centros respiratorios. Como siempre es la verdad la que está en
MXHJR \ FyPR DGPLQLVWUDUOD 6L HV SRVLEOH
Una médica se involucró personalmen- que el médico pueda elaborar con el pacien-
te mucho en el cuidado médico de su te el advenimiento de una buena muerte.
padre, afectado por un mieloma termi-
QDO )UHQWH D GRORUHV DWURFHV LPSRVL- 8QDEXHQDPXHUWHUHTXLHUHTXHHVHVX-
EOHV GH VRSRUWDU DFHSWy TXH UHFLELHUD jeto sea deseado hasta su último suspi-
XQSRWHQWHVHGDQWHDVDELHQGDVGHTXH URTXHHORWURLQWHUHVDGRHQpOVHSUHVWH
OH SURYRFDUtD XQD XUHPLD IDWDO &XDQ- a devolverle una imagen estimada de sí
GRVHORDSOLFDURQ\HQWUyHQHVWXSRUVH \ VRVWHQJD XQ JHQXLQR GHVHR GH HVFX-
GHVHVSHUy \ TXLVR VDOYDUOR FRQ HO HP- charlo o de estar con él en su tránsito
SOHRGHXQDVRQGD YHVLFDO\£DGPLQLV- a la muerte.
trándole diuréticos!
Empezar entre médico y paciente a
Todo esto puede ocultar el hecho de que nombrar OD PXHUWH HQ VXV P~OWLSOHV VLJQL-
la muerte, si bien inevitable, puede tener su ¿FDFLRQHVSHURWDPELpQKDFLpQGRODFLUFXODU
tiempo personal donde también participe en silencio: en la mirada, en compartir sen-
el paciente, como cuando hace esperar a la timientos, en el reconocimiento mudo de la
PXHUWHKDVWDODOOHJDGDGHXQIDPLOLDUFX\D SURSLD¿QLWXG
presencia para ese momento era muy desea- Como respuesta a la medicalización de
GD +D\ PXFKRV DVSHFWRV HQ MXHJR GHVGH la muerte han aparecido tendencias en favor
OXHJR FRQVLGHUDFLRQHV pWLFDV LPSRUWDQWHV de devolverle a los momentos de la muerte
que pueden ser pensadas desde los criterios ODGLJQLGDG\HOVHQWLGRTXHKDEtDHPSH]D-
de la Salud Mental. GRDSHUGHU$OJXQRVWUDEDMRVFDSLWDOHVVR-
¿Es posible hablar de preservar la salud EUHHOWHPDFRPRHOGH(.XEOHU5RVVKDQ
mental de quien está atravesando esas peno- sido esenciales en esta dirección. Ella tam-
sas circunstancias y de quienes lo acompa- bién dice: “Aquellos que tienen la valentía
ñan? En principio es tratar de que la Medi- y el amor de sentarse con el paciente que
cina y el médico tomen en cuenta la calidad va a morir en ‘el silencio que va más allá
de vida del paciente que va a morir y las ex- GHODVSDODEUDV¶VDEUiQTXHHVHPRPHQWRQR
periencias de los que le sobreviven, los que HVDWHUURUL]DGRUQLGRORURVRVLQRODSDFt¿FD
le asistieron una vez que la muerte ocurre. cesación de las funciones vitales”.17
3DUD GH¿QLU FDOLGDG GH YLGD HV QHFHVD- Pero también son los médicos y los
rio incluir al paciente y no sólo los intereses equipos médicos los que están expuestos,
médicos o la conveniencia de la familia. No lo quieran o no, a los efectos de la cerca-
hay porqué tener a un equipo especializado nía de la muerte. La modalidad del duelo
para estas circunstancias, sino respetar los VRSRUWDGRSRUHOPpGLFRQRGL¿HUHDXQTXH
estados mentales por los que se pasa en estas DPHQXGRSUHYDOHFHQSURFHVRVGHQHJDFLyQ
FRQGLFLRQHVGHDJUHVLyQGHGHVHVSHUDQ]D muy intensos. La muerte del paciente suele
GHQHJRFLDFLyQ\GHVSUHRFXSDFLyQ$FHSWDU ser un acontecimiento conmocionante para

16
Alizade, A. “El paciente por morir”. Psicoanálisis1ž ;9 
17
.XEOHU5RVV(2QGHDWKDQGG\QJ McMillan, New York, 1969.
⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH 229⎞

el médico. Cuando las pérdidas son reite- PiVGHODPLWDGHOUHSRUWyODH[-


UDGDVFRPRHQDOJXQDVHVSHFLDOLGDGHVORV periencia de burnout en su vida profesional.
HIHFWRV SXHGHQ VHU PDQL¿HVWRV \ FXHVWLR- Para aliviarlo, la mayoría reclamaba más
narse la vocación. Una especialidad crítica tiempo personal o más vacaciones u otros
HQHVHVHQWLGRHVOD2QFRORJtD factores. 1LHQODVUHVSXHVWDVGHORVFRQVXO-
El llamado burnout KD VLGR GH¿QL- tados ni en los comentarios de los autores
do como el resultado del estrés en la vida se hacía mención de la muerte reiterada
profesional del médico derivando en apa- como un elemento a considerar en la espe-
tía, desinterés en la práctica, aburrimiento, cialidad.
desilusión y depresión que no sólo afecta el En Medicina, enfermedad y muerte son
cuidado asistencial sino su vida personal. SDUWH GH VX WUDEDMR FRWLGLDQR $ PHQXGR
Fue estudiado en otras áreas críticas de la conviven y sólo el vértice de la salud, de
Medicina, como la atención de niños con la salud mental atenúa sus efectos para pa-
¿EURVLV TXtVWLFD SHUR SRFR HQ 2QFRORJtD cientes y médicos. Desde su perspectiva, la
En un estudio reciente, sobre una muestra PXHUWHHVHO¿QDOGHODYLGDSHURQRHVOD
GHPLORQFyORJRVFRQVXOWDGRVUHVSRQGLyHO ¿QDOLGDGGHODYLGD.


:KLSSHQ'*&DQHOORV³%XUQRXWV\QGURPHLQWKHSUDFWLFHRIRQFRORJ\´-&OLQ2QF  
XX
Del ciclo vital humano
en Salud Mental

/DVDOXGPHQWDOQRHVWDQVyORXQSURGXFWRGHOD de cada estadio del ciclo vital. El consi-


SHUVRQDOLGDGPDGXUDVLQRTXHHQFLHUWRPRGR derarlos, relativiza los conceptos de salud
se aplica a cada momento y enfermedad y los contextualiza en la di-
del desarrollo del individuo. mensión del tiempo en que la persona vive.
Los momentos de transición del ciclo vital
M. KLEIN1 son especialmente vulnerables para la apa-
rición de enfermedades.
La consideración del paciente como per-
sona ha tornado imprescindible incorporar En parte, la salud mental es la capa-
el estudio del ciclo vital humano y sus es- FLGDG GH DGHFXDUVH \ VREUHSRQHUVH D
tadios: la infancia, la niñez, la latencia, la ORVFDPELRV\ORVYDULDGRVGHVDItRVTXH
adolescencia, la adultez temprana, la mitad proponen distintos momentos del ciclo
de la vida, la madurez. YLWDO\DVXYH]VRQVXUHVXOWDGR/DHQ-
Se denomina Ciclo Vital a la serie de fermedad puede ser su fracaso.
cambios o estadios que el ser humano pasa
HQHOFDPLQRTXHWUDQVFXUUHGHVGHVXJHV- El estudio del ciclo vital no lleva más
WDFLyQKDVWDODPXHUWH(QDOJ~QPRPHQWR GH FLHQ DxRV +DVWD HO VLJOR SDVDGR QL OD
del mismo, tiene posibilidad de reprodu- infancia era reconocida con necesidades
FLUVH HV GHFLU HQJHQGUDU \ FULDU QXHYRV propias.2 Freud fue el primero en ocuparse
seres que reinician un nuevo ciclo y que GH HVWH FDPSR FXDQGR LQWURGXMR OD QRFLyQ
conviven con otros en una secuencia de de IDVHV GH XQ GHVDUUROOR SVLFRVH[XDO que
JHQHUDFLRQHV(VLPSRUWDQWHTXHHOPpGLFR culminaban en la adolescencia.3 Mahler
sepa ubicar a su paciente en las comple- ordenó sus observaciones de la infancia en
MLGDGHVELROyJLFDVSVLFROyJLFDV\VRFLDOHV términos de procesos de separación e indi-

1
.OHLQ0³6DOXG0HQWDO´(QObra completa9,3DLGyV%XHQRV$LUHV
2
/HYLQ5³(O3VLFRDQiOLVLV\VXUHODFLyQFRQODKLVWRULDGHODLQIDQFLD´;9,6LPSRVLR,QWHQ$SGHED%XHQRV$LUHV
3
)UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´  (QObra completa VII. Amorrortu, Buenos Aires. 1992.
⎛232 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

viduación.4:LQQLFRWWGHVFULEHXQDVHFXHQ- zan sus potencialidades, adquieren nuevas


cia que va desde la dependencia absoluta, funciones, maduran hacia formas adultas.
pasando por una etapa de dependencia re- Evolucionan desde niveles simples ha-
lativa hasta la independencia.5 Supone ade- FLD QLYHOHV GH GLIHUHQFLDFLyQ H LQWHJUDFLyQ
más que entre el potencial heredado por la FDGDYH]PiVFRPSOHMRV6HJ~QHVWHPRGH-
FULDWXUDTXHQROOHJDUiDVHUXQDFULDWXUDD lo, el desarrollo sería un proceso lineal de
PHQRVTXHYD\DOLJDGDDOFXLGDGRPDWHUQR FUHFLPLHQWR LQWHJUDFLyQ \ GLIHUHQFLDFLyQ
KD\XQDWHQGHQFLDDOGHVDUUROOR\DOFUHFL- de funciones y estructuras. Aunque pasa a
miento.6 Erikson estudió el sentimiento de través de una serie de estadios que son re-
identidad en cada momento del ciclo vital JXODUPHQWHFRQVWDQWHVSDUDWRGRVVHUtDXQ
y fue el primero en considerar su totalidad desarrollo personal y único. Cada etapa tie-
FRPRXQSURFHVRFRQWLQXRHQHOSDUDGLJPD ne sus propias condiciones y recursos, sus
de las ocho edades del hombre.7 propias pruebas y demandas, distintas de
Últimamente, la etapa adulta y en espe- las otras. Un ciclo vital normal sería sinó-
cial la edad media de la vida, comenzó a re- nimo de crecimiento y desarrollo, aunque
lacionarse con desafíos, tareas y crisis: ocu- también puede detenerse o inhibirse.
pación, matrimonio, embarazo, paternidad, Como en parte este modelo ha sido toma-
HQIHUPHGDGHV\PXHUWHV/DYHMH]WDPELpQ GR SUHVWDGR GH OD %LRORJtD UHVXOWD QRWRULD-
ha recibido mucha atención. PHQWHLQVX¿FLHQWHSDUDDEDUFDUODFRPSOHML-
En conclusión, se fue haciendo cada vez GDGGHOQLYHOKXPDQR$OJXQRVHMHPSORV
más claro que el desarrollo continúa de una La idea de desarrollo supone nuevas ad-
manera activa a través de toda la vida y que quisiciones, crecimiento y tendencia hacia
los cambios en las funciones y las estructu- DGHODQWH3HURKDFLDDGHODQWHSXHGHVLJQL¿-
ras mentales no se detienen una vez alcan- car anticiparse, en ciertos casos saltear eta-
zada la adolescencia. pas, como el niño precoz que se transforma
prematuramente en un pseudomaduro, o el
púber que elude la crisis de la adolescencia
El modelo del desarrollo SDUD YLYLUOD OXHJR HQ OD HGDG PHGLD GH OD
para la salud mental vida.
En todo momento hay movimientos
Para comprender los cambios que ocurren SURJUHVLYRV SHUR WDPELpQ UHJUHVLYRV /D
HQODYLGDPHQWDODORODUJRGHOFLFORYLWDO regresión es la reaparición de conductas
humano se ha recurrido al concepto de de- tempranas o infantiles para enfrentar situa-
sarrollo: las personas se desarrollan en el FLRQHV GH DQJXVWLD 3RU HMHPSOR FXDQGR
curso de su vida en una secuencia ordenada nace un nuevo niño en la familia, el her-
de etapas FURQROyJLFDV TXH YDQ VXUJLHQGR mano mayor puede adoptar actitudes del
VREUHODVSUHYLDVSRUHMHPSORDODODWHQFLD recién nacido. También el padre puede se-
OHVLJXHODDGROHVFHQFLD\DpVWDODDGXOWH] FUHWDPHQWHFHODUDVXKLMRSRUODDWHQFLyQ
temprana. Lo que suceda en una será deci- que recibe de la madre y ésta a su vez,
VLYRSDUDODVLJXLHQWH$VtDSDUWLUGHOQDFL- puede estar más necesitada de ser cuidada
miento, las personas crecen, cambian, reali- y nutrida que el bebé que alimenta. Otros

4
0DOKHU03LQH)%HUJPDQ$7KHSV\FKRORJLFDOELUWKRIWKHKXPDQLQIDQW. International Press, New York, 1975.
5
:LQQLFRWW'³'HODGHSHQGHQFLDDODLQGHSHQGHQFLDHQHOGHVDUUROORGHOLQGLYLGXR´(QEl proceso de maduración en el
QLxR E Laia, Barcelona, 1963.
6
:LQQLFRWW'³/DWHRUtDGHODUHODFLyQSDWHUQR¿OLDO´Ibídem, 1963.
7
Erikson, E. El ciclo vital completado3DLGyV
⎛ XX Del ciclo vital humano en Salud Mental 233⎞

HMHPSORV HO VXMHWR TXH HQ OD HGDG PHGLD El ciclo vital es el presente
de la vida apela a recursos más propios de
la adolescencia, el adulto pseudomaduro Como indica su nombre, ciclo implica un
que retiene características de la latencia y SHUtRGR GH WLHPSR (O <R GH FDGD VXMHWR
TXHQRTXLHUHFUHFHUHOYLHMRTXHUHLWHUDOD procede de acuerdo a su propio tiempo per-
problemática adolescente. sonal. Lo que caracteriza al ciclo vital hu-
7HQGHQFLDV UHJUHVLYDV SXHGHQ H[SUHVDU mano es el transcurrir simultáneamente en
SDWRORJtD JUDYH SHUR WDPELpQ si son tem- diferentes escalas de tiempo FURQROyJLFR
porales una disposición al servicio de ade- ELROyJLFRSVLFROyJLFR
FXDUVHDXQDVLWXDFLyQQXHYDSRUHMHPSOR
el paciente que ante una enfermedad pue- 7DPELpQ WUDQVFXUUH HQ DTXHOOD GLPHQ-
de permitirse expresar conductas infantiles sión de la vida mental donde paradó-
como modo de ser cuidado y atendido. A MLFDPHQWHQRKD\UHJLVWURGHWLHPSRHO
veces, el paciente que tiene una enfermedad inconsciente.
puede expresar sus necesidades de una ma-
QHUD LQIDQWLO GHPDQGDV H[FHVLYDV LUUDFLR- En cada tramo de la vida de una perso-
QDOHVFDSULFKRVDVHWFpWHUD  na están presentes las situaciones y acon-
(Q RWUR OXJDU VH KD PHQFLRQDGR OD tecimientos de la realidad de su momen-
transferencia como modos pasados de to actual. Pero, también están los modos
relación que se reiteran, que impiden el y vivencias de relación del ciclo vital ya
cambio y repiten modos inadecuados de vividos en el pasado como la infancia y la
UHVROXFLyQ GH FRQÀLFWRV 3HUR SDUDGyML- adolescencia y también los por venir para
camente, la transferencia también puede pO GHULYDGRV GH ODV H[SHULHQFLDV TXH HO
ser entendida como un intento de repetir sujeto ha tenido con las etapas del ciclo
HOSDVDGRSDUDFDPELDUORSDUDPRGL¿FDU- YLWDO GH VXV SDGUHV TXH pO WRGDYtD QR KD
OR HQ HO SUHVHQWH &RPR HMHPSOR GH HVWR vivido (con la madurez, la vejez, la muer-
último, el adolescente puede apelar a con- WHGHVXVSDGUHV . La transferencia repite y
ductas de acción, propias de épocas más revive parte de sus relaciones pasadas, con
WHPSUDQDV HQ OXJDU GH OD comunicación expectativas y afectos apropiados a esos
verbal como manera de expresar sus nue- tiempos. Así, por la transferencia, la vida
vas necesidades. PHQWDOGHXQDSHUVRQDDORMDHQHOSUHVHQWH
En conclusión, no siempre cambios en la multiplicidad de las etapas YLYLGDV\SRU
HO VHQWLGR SURJUHVLYR VLJQL¿FDQ VDOXG QL vivir de su ciclo vital. Las mismas consi-
HQ VHQWLGR UHJUHVLYR HQIHUPHGDG 3RU HVR deraciones cuentan para el momento del
DOJXQRV DXWRUHV HQ OXJDU GH GHVDUUROOR VH ciclo vital del médico.
UH¿HUHQDORVDFRQWHFLPLHQWRVGHOFLFORYLWDO Un concepto que rompe la concepción
como a un proceso en el que conviven una de la linealidad del tiempo mental es el de
sucesión de estados mentales. retroactividad. En varias partes del texto
se ha hecho mención a la importancia de la
9LVWDV GHVGH OD WUD\HFWRULD GH VX FLFOR historia de la persona, a la acción del pa-
vital, las personas a veces cambian, sado sobre su presente. Anterioridad es la
FRQ IUHFXHQFLD UHSLWHQ \ QR VLHPSUH precedencia temporal de un acontecimiento
DSUHQGHQGHVXVH[SHULHQFLDV FRQUHVSHFWRDRWUR,JXDOPHQWHLPSRUWDQWH
es destacar como,

.LQJ3³7KHOLIHF\FOHDVLQGLFDWHGE\WKHQDWXUHRIWKHWUDQVIHUHQFHLQ7KHSV\FKRDQDO\VLVRIWKHPLGGOHDJHGDQGWKHHOGHU-
ly”. ,QW-3V\FKDQDO
⎛234 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

SRUDFFLyQUHWURDFWLYD UHWURDFWLYLGDG  nuevas estructuras y funciones, promovidos


YLYHQFLDV LPSUHVLRQHV \ UHFXHUGRV GHO SRUODSUHVHQFLDGHOREMHWR7DPELpQVRQHO
SDVDGR VRQ PRGL¿FDGRV XOWHULRUPHQWH resultado de renunciar a la madre y que la
HQIXQFLyQGHODVH[SHULHQFLDVDFWXDOHV PDGUHUHQXQFLHHQWLHPSR\IRUPDDHMHUFHU
o del acceso a un nuevo período del ci- VXUROGHREMHWRDVLVWHQWHSDUDSHUPLWtUVHOR
FORYLWDO(QWRQFHVHOSDVDGRDGTXLHUH JUDGXDOPHQWH DO QLxR /D IXQFLyQ SDWHUQD
QXHYRVHQWLGR\DVXYH]XQDQXHYDH¿- HV FUXFLDO HQ HVD HQFUXFLMDGD /D LQFRUSR-
cacia para el presente. ración de funciones, habilidades y talentos
aumentan la fuerza y la autonomía del Yo
Ciclo vital es concepción de temporali- HQ UHODFLyQ FRQ ORV REMHWRV (O SURFHVR GH
dad pero no sólo como desarrollo y madura- aprendizaje cumple un rol esencial.
FLyQFURQROyJLFDVLQRFRPRanterioridad o Tras la renuncia a los padres del comple-
posterioridad, repetición o cambio, lentitud MR GH (GLSR VREUHYLHQH VX LQWHUQDOL]DFLyQ
o precipitación, retrospección o anticipa- en la estructura del Yo conocida como el
ción. 6XSHU\y\ODVLQVWDQFLDVpWLFDV/XHJRGHOD
relativa quietud del púber, en el adolescente
los cambios y el crecimiento mental respon-
¿Qué promueve, estimula GHQ DO LQWHQWR GH UHIRUPXODU HVDV LGHQWL¿-
o inhibe los cambios? FDFLRQHVWHPSUDQDVHQXQDQXHYDFRQ¿JX-
ración de identidad. Más tarde la adultez
/DYLGDPHQWDOHVXQSHUPDQHQWHMXHJRGL- temprana supone el intento de desprenderse
námico entre la tendencia a preservar la es- GH HVDV LGHQWL¿FDFLRQHV GHVLGHQWL¿FDUVH 
WDELOLGDGORJUDGD\ODWHQGHQFLDDOFDPELR y asumir cualidades y talentos propios ins-
La estabilidad es inestable y los cambios, a pirados pero no impuestos SRU ORV REMHWRV
menudo, resistidos. VLJQL¿FDWLYRVGHOSDVDGR
(OUROGHODLGHQWL¿FDFLyQ\GHODVSpUGL-
Se denomina identidad de una persona das como formadoras de nuevas estructuras
DO VHQWLPLHQWR GH SHUFLELUVH \ UHFRQR- psíquicas es conocido desde que Freud dio
cerse igual a sí misma a través de los cuenta del proceso de duelo.9 En el curso de
P~OWLSOHVFDPELRVTXHOHSURSRQHFDGD la vida, las pérdidas –y hay innumerables
época de su ciclo vital. oportunidades de padecerlas– promueven
cambios o los incitan, siempre y cuando se
¿Qué cosa motiva los cambios que se permita un dejar irDOREMHWRSHUGLGR3XHGH
GDQDORODUJRGHODYLGD"3RUORFRPSOHMD tratarse de pérdidas esperables o no: perso-
VHUtD LPSRVLEOH UHVSRQGHU HVD SUHJXQWD$ nas amadas, pérdida de una función, de la
OR VXPR VH SRGUtDQ HMHPSOL¿FDU ORV DFRQ- salud, de una parte corporal.
WHFLPLHQWRV PiV VDOLHQWHV \ FDWHJRUL]DUORV No siempre es posible determinar por-
como provenientes de los vínculos psicoló- qué las respuestas personales frente a las
JLFRVGHODUHODFLyQFRQHOFXHUSR\GHODV SpUGLGDVSXHGHQVHUWDQGLIHUHQWHV$OJXQDV
GHPDQGDV\H[LJHQFLDVVRFLDOHV: personas responden a los duelos con creci-
D  HQ WRGR PRPHQWR el rol del objeto: miento y se revitalizan y otras sucumben a
desde la temprana relación madre bebé y la depresión, se retraen o se inhiben.
GHPiVUHODFLRQHVVLJQL¿FDWLYDVHOGHVDUUR- E  ORV cambios biológicos demandan
llo y crecimiento mental supone por intro- a las estructuras mentales que se adecuen
\HFFLyQ H LGHQWL¿FDFLyQ OD DGTXLVLFLyQ GH y acompañen sus desarrollos, en especial
9
)UHXG6³'XHOR\PHODQFROtD´  (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XX Del ciclo vital humano en Salud Mental 235⎞

LPSRQHQ H[LJHQFLDV HQ ORV SULPHURV DxRV periodo de transición entre períodos o es-
de vida. Se ha propuesto que la represión tadios es necesario para adecuarse a nuevas
RULJLQDULDSRUODTXHVHLQVWDODODYLGDPHQ- H[LJHQFLDV \ GHPDQGDV 5HTXLHUH WLHPSR
WDOHVXQGHVDUUROORELROyJLFR¿MDGRSRUOD poder desprenderse de una situación pasada
herencia. También el recorrido corporal y adaptarse a otra nueva.
SRUODV]RQDVHUyJHQDVSDUHFHHVWDUHQSDUWH Otras veces los cambios, por el contra-
ELROyJLFDPHQWHGHWHUPLQDGR ULR UHÀHMDQ WXUEXOHQFLD HPRFLRQDO \ SVL-
Las consecuencias psíquicas de las di- FROyJLFD \ VHxDODQ XQ SHUtRGR GH FULVLV
ferencias sexuales anatómicas tienen un ya sean internos como externos enfrentan
impacto decisivo para los desarrollos en tor- a la estructura mental y emocional del Yo
no a la femineidad y la masculinidad. Pero FRQ H[LJHQFLDV TXH VREUHSDVDQ OD FDSDFL-
también, años después, con la menarca, la dad de adecuarse a ellos y sobreviene una
eyaculación, los caracteres sexuales secun- crisis. En Medicina crisis es el momento
darios imponen en la adolescencia la tarea de de cambio en una enfermedad que indica
acompañar y procesar los cambios. Cuando VLHOUHVXOWDGRVHUiSDUDPHMRUDURHPSHR-
en la etapa de la adultez tardía las funciones rar, un momento decisivo para el proceso
ELROyJLFDVGHFOLQDQSXHGHQVHUXQLQFHQWLYR SDWROyJLFR
para el crecimiento mental y la búsqueda de El concepto de crisis como modelo es
QXHYRVORJURVRXQDQHFHVLGDGSDWROyJLFDGH utilizado para dar cuenta de situaciones
retornar a estructuras del pasado. particularmente críticas del ciclo vital hu-
F WRGRVORVGHVDItRVGHPDQGDV\H[SHF- PDQR$OJXQDV FULVLV VRQ HVSHUDEOHV RWUDV
tativas que vienen del entorno social: el des- inesperadas o imprevisibles. Los momentos
tete en el bebé, el control de esfínteres del del ciclo vital de una persona se cruzan con
niño, el inicio de la escolaridad y la adapta- ODGHORVIDPLOLDUHVSUy[LPRV3RUHMHPSOR
FLyQDOFROHJLRGHOS~EHUHODGROHVFHQWHTXH la turbulencia emocional del adolescente se
inicia las relaciones sexuales, el adulto que enfrenta con la problemática de la mitad de
VH UHFLEH \ GHEH EXVFDU XQ WUDEDMR TXH VH la vida de los padres.
casa, que debe pensar una familia, la crian- Los cambios posibles del desarrollo, a
]DGHORVQLxRVHOYLHMRTXHVHGHEHDGHFXDU VX YH] GHVHDGRV \ WHPLGRV JHQHUDQ FRQ-
a un rol de relativa pasividad. Estas situa- ÀLFWRV GHO WLSR WHPRU D OD DSUREDFLyQ R
ciones proponen cambios que requieren ser GHVDSUREDFLyQDODSpUGLGDGHODVHJXULGDG
UHVSRQGLGRVRULJLQDQFRQÀLFWRV\FULVLV experimentada previamente, al fracaso o la
En conclusión, los estímulos que pro- DQJXVWLD SRU OD SRVLELOLGDG GH p[LWR D ORV
mueven los cambios del desarrollo pertur- efectos que tendrán sobre los otros, a los lo-
ban las condiciones de equilibrio previas y JURVFRPRWULXQIRVWHPLGRVDODFXOSDSRU
estimulan a adecuarse a las nuevas condi- VREUHYLYLUSRUJR]DUGHOp[LWRSRUDEDQGR-
ciones o, de lo contrario, desestabilizan y nar a los padres, etcétera.
JHQHUDQXQDFULVLV
$ORMDGDHQXQFXHUSRTXHVHDWLHQHDODV
UHJODV\OLPLWDFLRQHVGHOGHVDUUROORELR-
Los estadios del ciclo lógico, la vida mental de las personas
y las crisis vitales puede ser pensada como una estructura
TXH D OR ODUJR GHO FLFOR YLWDO \ HQ UH-
Hay determinados momentos del ciclo vi- ODFLyQFRQORVREMHWRVVLJQL¿FDWLYRVGH
tal relativamente apacibles y estables. Un VXYLGDDODVGHPDQGDV\H[SHFWDWLYDV

)UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´  (QObra completa VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
⎛236 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

sociales, crece o se detiene, progresa o FULVLVRODVVXSHUD6DOXG\HQIHUPHGDG


regresa, se estabiliza o cambia, apren- se gestan en el interior de este tejido
GHGHODVH[SHULHQFLDVRODVUHSLWHVXIUH vital.
XXI
Dinámica de la estructura
y de las relaciones familiares
Dr. Héctor A. Ferrari
Dra. Mónica Serebriany

7RGDVRFLHGDGWLHQHRUJDQL]DGDDOJXQDIRU- emocionales de los miembros y mantener


PDGHSDUHMDPDWULPRQLDO/DIDPLOLDTXH y trasmitir los contenidos de la cultura a la
VHRULJLQDHQHOODHVXQDGHODVLQVWLWXFLR- que pertenecen. Más allá de cómo aparece
QHVKXPDQDVPiVDQWLJXDV\KDSHUGXUDGRD HQ OR PDQL¿HVWR VHD FRPR IDPLOLD XQLGD
través de los tiempos y de las culturas más DXWRULWDULD WUDQVJUHVRUD GLVJUHJDGD SRVH-
GLIHUHQWHV )DPLOLD GHO ODWtQ KRJDU R FDVD VLYDDEDQGRQDQWHHWFpWHUD 
y de famulus, sirviente. También hacía re-
IHUHQFLDHQWUHORVURPDQRV\HQ,QJODWHUUD lo importante es la estructura de víncu-
KDVWDKDFHSRFRVVLJORVDOJUXSRTXHFRQYL- ORVTXHHQOD]DLQFRQVFLHQWHPHQWHDVXV
YtDEDMRXQPLVPRWHFKR integrantes.

/DIDPLOLDQXFOHDUVHGH¿QHFRPRFRQV- La combinación de vínculos familiares


tituida por sujetos relacionados entre sí inconscientes explica la estructura original
por dos tipos diferentes de vínculos: uno por un lado y las características que apare-
de ellos denominado de alianza (entre FHQHQORPDQL¿HVWRSRURWURla unión o la
PDULGR\PXMHU GLVWLQWRGHOGHconsan- disgregación, la estabilidad o la inestabili-
guinidad TXHDEDUFDHOGH¿OLDFLyQTXH dad, la tendencia a invadirse, a aislarse, a
OLJD D SDGUHV H KLMRV \ HO fraterno TXH abandonar o sostenerse los miembros recí-
OLJDDORVKHUPDQRVHQWUHVt  procamente. Esto quiere decir que, aunque
lo desconoce, parte de lo que siente, dice
La llamada familia ampliada incluye R KDFH XQ VXMHWR HVWi VLJQL¿FDGR GHVGH VX
otros vínculos del parentesco: ORVTXHSUR- pertenencia familiar inconsciente.
vienen de las familias de origen de los pa- La descripción familiar a la que se hace
dres, transformados por la nueva familia en referencia en este capítulo es un modelo.
abuelos, tíos, primos, etcétera. La familia Otros distintos suelen ser pensados como
VLUYHDORVSURSyVLWRVGHOLJDUDORVFyQ\X- derivados del anterior: el constituido en
JHV\SURFUHDUFXLGDUORVQLxRVVRFLDOL]DU- segundas nupcias, con hijos de matrimo-
los, sostener las necesidades materiales y nios anteriores, por un solo progenitor, la
⎛238 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

PDGUHVROWHUDODPXMHUVROWHUDTXHVHHP- /XHJR GH DWUDYHVDU \ GHMDU DWUiV VX


baraza sólo para ser madre, la pareja de DGROHVFHQFLD HO<R GHO MRYHQ GHEH UHFR-
KRPRVH[XDOHVTXHDGRSWDQQLxRVODIDPLOLD rrer el camino hacia estructuras menta-
FRPSXHVWD FRQFRQFXELQDV HWFpWHUD OHV PiV DGXOWDV \ KDFHUVH XQ OXJDU HQ HO
$OJXQDV HVWDGtVWLFDV DFWXDOHV PXHVWUDQPXQGR3RUPRPHQWRVHVWHSDVDMHSXHGH
que más de la mitad de los matrimonios VHU GRORURVR \ HO VXMHWR TXHUHU IUHQWH DO
termina en divorcio1 KHFKR TXH MXQWR FRQFUHFLPLHQWR GHIHQGHUVH HQ XQD UHJUH-
otros como el cambio de la situación so- sión hacia períodos ya vividos, como por
HMHPSORXQDODWHQFLDUtJLGD3HURVLORJUD
FLRHFRQyPLFD GH OD PXMHU GXUDQWH HO VLJOR
;; GLR OXJDU D QXHYDV IRUPDV GH XQLyQ
atenuar el remanente de la omnipoten-
(Q ORV FDVRV GH VHJXQGRV PDWULPRQLRV ODV
cia del pasado y elaborar el resto de su
propuestas teóricas clásicas para entender la sexualidad infantil, a la vez que le hace
familia y explicar su estructura y funciona- XQOXJDUHQWUHORVUHFODPRVGHODQDFLHQWH
miento necesitan ser ampliadas y reformu- VH[XDOLGDGDGXOWDVHQWLUiMXQWRFRQODXU-
ladas. JHQFLD GHO DSDUHDPLHQWR OD LOXVLyQ GH OD
Por otro lado, una tendencia creciente de paternidad potencial.
la sociedad actual sobre todo en la población Sobreviene entonces un estado mental
urbana, es la de la no convivencia en pare- GHLQWHQVDE~VTXHGDGHREMHWRVTXHUHHP-
MDUHVXOWDGRGHXQDE~VTXHGDGHDXWRQRPtD placen a los primarios y que sean aptos para
TXHHQFRQMXQWRSXHGDFUHDUVHXQYtQFXOR
LQGLYLGXDO R GH XQD PD\RU GL¿FXOWDG SDUD
la construcción y estabilización de vínculos TXH FRQWHQJD OD SRVLELOLGDG GH UHHQFRQ-
que incluyan la intimidad sexual. WUDU HV GHFLU UHHGLWDU UHSHWLU DOJR GH OR
conocido en el marco de una experiencia
vincular inédita y novedosa. Aparece en el
De la familia de origen KRUL]RQWHXQDSDUHMDHQXQDHOHFFLyQH[R-
a la actual JiPLFDTXHSXHGHRQROOHJDUDHVWDELOL]DU-
se en un vínculo de alianza y formar una
1LQJXQDFXOWXUDSUHVFLQGHGHDOJXQDIRUPD nueva familia.
de estructura familiar. En 1949, el antropó-
ORJR*HRUJH0XUGRFNVREUHODEDVHGHXQ El pasaje de la familia de origen a la
HVWXGLRTXHLQFOXtDDVRFLHGDGHVSXEOL- QXHYDRGHODHQGRJDPLDDODH[RJDPLD
có un informe en el que constataba la uni- HVWiUHJXODGRSRUODOH\GHSURKLELFLyQ
versalidad de la familia nuclear.2 Aun con GHO LQFHVWR TXH LPSLGH ODV UHODFLRQHV
excepciones, una persona nace y crece en VH[XDOHV HQ ORV YtQFXORV FRQVDQJXt-
un medio familiar, su núcleo familiar de ori- neos.
gen al que está unida por vínculos consan-
guíneos1DFHWDPELpQSVLFROyJLFDPHQWHHQ Se trata de una Ley no formulada explí-
el seno de su familia y su vida mental será citamente pero cuyo alcance simbólico es
en parte la internalización de la experiencia LQDSHODEOH /D SDUHMD KHWHURVH[XDO OD TXH
WHPSUDQDFRQHOOXJDUTXHOHHVDVLJQDGRHQ puede procrear, es “desde el punto de vista
HOFRQMXQWR\HQSDUWHUHVXOWDGRGHVXSDX- psicoanalítico la manera de vincular de for-
latina transformación por el crecimiento y ma estable y complementaria la diferencia
cambios de su propio ciclo vital. de sexos”.3
1
Stoudemire, A. Human behavior. An introduction to medical students-%/LSSLQFRWW&)LODGHOSKLD86$
2
0XUGRFN*(Q³6RFLDOVWUXFWXUH´FLWDGRHQOD(QFLFORSHGLD%ULWiQLFD, 1994.
3
3XJHW-,%HUHQVWHLQPsicoanálisis de la pareja matrimonial3DLGyV%XHQRV$LUHV
⎛ XXI 'LQQiPLFDGHODHVWUXFWXUD\GHODVUHODFLRQHVIDPLOLDUHV 239⎞

En los primeros tiempos una condición Lo central del problema de la conso-


PX\HVSHFLDOSRVLELOLWDODUHODFLyQGHSDUHMD lidación matrimonial consiste en la nece-
HQXQHVWDGRTXHIXVLRQDODVXEMHWLYLGDGGH VLGDG GHO SURJUHVLYR HQVDPEOH HQWUH ODV
ambos: HVWUXFWXUDV IDPLOLDUHV GH RULJHQ GH FDGD
PLHPEUR GH OD SDUHMD TXH YDQ D GHVSOH-
el enamoramiento, un estado mental JDUVHHQODQXHYDHVWUXFWXUDYLQFXODU/D
TXHLPSOLFDQHFHVDULDPHQWHXQDFLHUWD RWUDSDUWHUHVLGHHQODHOHFFLyQGHREMHWR
FXRWDGHFRQIXVLyQHQHOTXHHOVXMHWR que se ha hecho y su aptitud para favore-
cae fascinado ante los encantos del ob- cer y estimular los cambios psíquicos que
MHWR \ HQ XQ HVWDGR GH H[DOWDFLyQ PX\ LPSOLFDHOSDVDMHSURJUHVLYRGHOSUHGRPL-
HVSHFLDO TXH VH SDUHFH PXFKR D XQD QLRGHODHVWUXFWXUDIDPLOLDUGHRULJHQDOD
REVHVLyQPDJQL¿FDVXVYDORUHVHOHYiQ- DFWXDO \ HO GHVSOLHJXH GH ODV HVWUXFWXUDV
dolo a la categoría de único e impres- mentales de la adultez. Pero si la estruc-
cindible. WXUDIDPLOLDUGHRULJHQSHUVLVWHPiVRPH-
QRVLQWDFWDVLGHVGHHOSDVDGRUHJXODORV
Con el enamoramiento, retorna la idea- QXHYRVLQWHUFDPELRVHOYtQFXORGHSDUHMD
OL]DFLyQGHORVREMHWRVGHOSDVDGR\VHOHV WHQGUi SRFD YLGD R OD WHQGUi SODJDGD GH
HQFXHQWUDXQQXHYRGHVWLQRHQODSDUHMD(O FRQÀLFWRV
REMHWR HOHJLGR JHQHUDOPHQWH IRUPD SDUWH
GHOPLVPRJUXSRVRFLDOpWQLFRRUHOLJLRVR El llamado vínculo avunculado YHU
TXHHOGHRULJHQ\VLQRORHVVHORSXHGH infra GH¿QHHOSHVRGHODVHVWUXFWXUDV
YLYLU FRPR XQD WUDVJUHVLyQ 6LQ HPEDUJR familiares de origen, en especial la ma-
con cierta frecuencia se observa que una terna, sobre la nueva alianza.4
WUDVJUHVLyQ GH HVH X RWUR RUGHQ HV FRQGL-
ción necesaria para que se consolide la Como se mencionó en el capítulo ante-
unión. ULRUFRQODSDUHMDVHHVWDEOHFHUiXQHVSDFLR
&XDQGRHOVXMHWRGHVSLHUWHGHVXHQFDQ- YLQFXODUDFRPSDUWLUTXHVHYDDGHVSOHJDU
dilamiento, y esto sucederá tarde o tem- en la clínica de ODVUHODFLRQHVVH[XDOHVGH
prano, el vínculo pasará por un momento ODYLGDFRWLGLDQDHQFRP~Q\GHXQSUR\HFWR
critico: puede perdurar transitando del ena- compartido de futuro, fundamentalmente la
moramiento al amor, puede sucumbir a la SRVLELOLGDG GH WHQHU R QR WHQHU KLMRV5 Los
decepción que implica aceptar los límites detalles provenientes de estas áreas sumi-
que la realidad impone a la omnipotencia QLVWUDUiQORPiVVLJQL¿FDWLYRGHODVHPLROR-
infantil o puede ser abandonado por las ca- JtDGHOFRQÀLFWRPDWULPRQLDO\hacia ellos
racterísticas que hicieron posible su com- debe dirigir el médico su escucha en la en-
binación. Si ésta no favorece los cambios trevista.
QHFHVDULRVSDUDHOFUHFLPLHQWRGHODSDUHMD
la repetición queda como funcionamiento
predominante, desvitalizando la relación, lo Acerca de los mitos sobre
que puede terminar o no en una separación. los posibles orígenes
6LHVWDGL¿FXOWDGHQFDPELRHVVXSHUDGDHO de la familia
vínculo de amor perdurable pone de mani-
¿HVWRHOYLJRUGHOSUR\HFWRRULJLQDOFRPSDU- &XDQGR ORV HWyORJRV HVWXGLDQ OD FRQGXFWD
tido. de los animales superiores mencionan un
4
Ibídem.
5
Ibídem.
⎛240 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

FLHUWRWLSRGHRUJDQL]DFLyQsocial.6 Sin em- satisfacer mientras no se halle completada


EDUJRDHVFDODKXPDQDVXVDOFDQFHVVRQLQ- SRUHOPDWULPRQLR TXHHVXQDLPDJHQLP-
comparables. Siendo una producción social, SHUIHFWDGHODQGUyJLQR ´
¢FyPRGDUFXHQWDGHVXVRUtJHQHV"(OSDVD- /RVDQWLJXRVJULHJRVH[SOLFDEDQHORUL-
MHGHODQDWXUDOH]DDODFXOWXUDDIRUPDVGH JHQGHOPDWULPRQLRDWUDYpVGHOPLWRGH&p-
RUJDQL]DFLyQVRFLDO\IDPLOLDUFRPRODVTXH crope, a su vez, su padre ancestral y primer
FRQRFHPRVKR\HVDOJRTXHVHSLHUGHHQOD rey de los atenienses, a quien se atribuía la
OHMDQtDGHORVWLHPSRV3XHGHKDEHUVLGRXQ institución del matrimonio. Se suponía que
desarrollo del Neolítico, donde parece ha- no sabía quién había sido su propio padre
EHU H[LVWLGR HQ VXV IRUPDV PRQRJiPLFD \ ya que en aquella época la cópula era pro-
SROLJiPLFD7 miscua y al azar. El advenimiento del ma-
Los mitos son creaciones colectivas trimonio tendría que ver con el reconoci-
que la humanidad utiliza a la manera de sue- miento de que los seres humanos nacían de
xRVSDUDH[SOLFDUVHORVHQLJPDVTXHODKDQ dos personas y limitando la sexualidad de
perturbado desde siempre y también para ODVPXMHUHVORVKRPEUHVSXGLHURQDFFHGHU
GDUFXHQWDGHOSDVDMHGHXQDIRUPDGHRUJD- DODIXQFLyQSDGUHSDUDFRQVXVKLMRV³/RV
QL]DFLyQVRFLDODRWUDGLIHUHQWH(QDOJXQRV KRPEUHVVHFDVDEDQGHPDQHUDGHDVHJXUDU
FDVRVODH[SOLFDFLyQVHUH¿HUHDDOJ~QDQ- DDOJXQRVGHVXVKLMRVTXHIXHUDQFRQVLGHUD-
KHORUHPDQHQWHYLQFXODGRFRQODRUJDQL]D- GRVOHJtWLPRV\DVtSRGHUFHGHUOHVSURSLHGD-
FLyQSULPLWLYD3RUHMHPSORHOPLWRGHOan- des en la forma de dote”.9 Incluye aspectos
dróginoFRPRXQVHU~QLFRTXHLQWHJUDHQ del contrato social que va más allá del inter-
sí los opuestos y en un cuerpo ambos sexos, cambio sexual.
está representado en numerosas deidades 6HJ~Q XQD HODERUDGD KLSyWHVLV GHO SVL-
KHUPDIURGLWDVSRUHMHPSORHQ(JLSWRHQOD FRDQiOLVLV OD FRQVWLWXFLyQ RULJLQDULD GH
India o en México en Quetzacóatl. la familia estuvo vinculada a la evolución
También en (O EDQTXHWH, Platón dice sufrida por el deseo sexual del hombre pri-
que los dioses formaron primitivamente al mitivo TXHGHMyGHVHUXQDXUJHQFLDFtFOLFD
KRPEUH HQ ¿JXUD HVIpULFD LQWHJUDQGR HQ u ocasional para instalarse como una ne-
un cuerpo los dos sexos. Cualquiera sea la cesidad permanente. El macho comenzó a
versión de la leyenda, cuando se separaron tener motivos para retener a una hembra a
las partes se buscaron nuevamente porque su lado la que a su vez, no queriendo sepa-
HOLQGLYLGXRVHPDQL¿HVWDH[LVWHQFLDOPHQWH UDUVHGHVXSUROHLQGHIHQVDVHYLRREOLJDGD
HQ IRUPD HVFLQGLGD RULJHQ GH VXIULPLHQWR DSHUPDQHFHUMXQWRDOPDFKRPiVIXHUWH(O
H LQTXLHWXG \ ³QLQJXQD IHOLFLGDG VH SXHGH poder y la fuerza de este padre primitivo era

6
(OPRQRFKLOOyQSRUHMHPSORYLYHHQJUXSRHQORViUEROHVGHDPEXOD\VHDOLPHQWDMXQWRDORVGHPiV/DUHODFLyQPiVSUR-
PLQHQWHGHOJUXSR\OD~QLFDHVSHFt¿FDHVHQWUHODKHPEUD\su cría. La lleva a todas partes con ella, la alimenta hasta los dos
años, la levanta cuando se cae de un árbol, está dedicada a su cuidado personal. Cuando la hembra está en celo, se aproxima a
cualquier macho cercano e inicia una actividad sexual. Cuando éste está saciado ella se aproxima a otro, pero no hay evidencia
GHFHORVRGHTXHXQPDFKRVHDSUHIHULGRDRWUR/DUHODFLyQVH[XDOHVSRUORWDQWRWHPSRUDULD\QRHVSHFt¿FD(QFRQWUDVWH
HOPDQGULOPDFKRHVIHUR]PHQWHSRVHVLYRGHODKHPEUD3HOHDQHQWUHHOORVKDVWDODPXHUWHWUDWDQGRGHUHWHQHUOD(QDOJXQRV
primates, existe una tendencia considerable en ciertos machos a permanecer asociados a ciertas hembras. La actividad sexual
SDUHFHVHUYLUSDUDDOJRPiVTXHODUHSURGXFFLyQ\SHUPLWLUUHODFLRQHVPiVHVWDEOHV\SHUPDQHQWHVHQWUHORVVH[RV/RVPHQFLR-
QDGRVQRVRQPiVTXHLQGLFLRVUXGLPHQWDULRVGHRUJDQL]DFLyQIDPLOLDUSULPLWLYDDQLYHODQLPDO
7
Mc Nalí Burns, E. Western civilizations::1RUWRQ &R1HZ<RUN

Cirlot, JE. Diccionario de símbolosDUWtFXOR³(O$QGUyJLQR´(/DERU%DUFHORQD
9
IbídemQRWD
⎛ XXI 'LQQiPLFDGHODHVWUXFWXUD\GHODVUHODFLRQHVIDPLOLDUHV 241⎞

ilimitado. En celosa custodia retenía para sí VXUJLyXQDWHQGHQFLDDUHVXFLWDUHODQWLJXR


DWRGDVODVPXMHUHV\H[SXOVDEDDORVKLMRV ideal del padre.12 Su desaparición había
varones conforme iban creciendo. provocado una DxRUDQ]D que encontró su
/DIDVHVLJXLHQWHFRQVLVWLyHQODVDOLDQ- H[SUHVLyQHQOD¿JXUDGHXQ'LRVHQORVVLV-
zas fraternas: los hermanos descubrieron WHPDV UHOLJLRVRV &RQ OD LQVWDODFLyQ GH ODV
que podían, asociados, ser más poderosos divinidades paternas fue transformándose
que el padre a quien asesinaron y devora- la sociedad huérfana de padre hasta reapa-
URQ SRQLHQGR DVt ¿Q D OD KRUGD SDWHUQD recer en un orden patriarcal.
Después de haberle suprimido y de haber La familia pasó a constituir una repro-
satisfecho sus sentimientos de odio tenían ducción de la horda primitiva y devolvió al
que imponerse los sentimientos cariñosos SDGUHSDUWHGHVXVDQWLJXRVGHUHFKRV+XER
hacia él. pues, nuevamente padres, pero las conquis-
A consecuencia de este proceso afectivo tas sociales del clan fraternal no se perdie-
nació el remordimiento y la conciencia de ron y la distancia de hecho que existió entre
culpa y de esta manera el padre muerto ad- el nuevo padre de familia y el padre sobera-
quirió un poder mayor del que había poseí- no absoluto de la horda primitiva era lo bas-
do en vida. Entonces, lo que el padre había WDQWHJUDQGHFRPRSDUDJDUDQWL]DUODSHUVLV-
impedido anteriormente se lo prohibieron WHQFLDGHODQHFHVLGDGUHOLJLRVD\GHODPRU
ORVKLMRVDVtPLVPRV11 ¿OLDOVLHPSUHGHVSLHUWRHLQVDWLVIHFKR13
La fase totémica de la cultura se basa en
las restricciones que los hermanos hubieron
de imponerse mutuamente para consolidar La familia y los lazos
este nuevo sistema basado en la prohibi- de parentesco
ción de matar al padre y tener relaciones
incestuosas. Ambos deseos coinciden con 7RGD RUJDQL]DFLyQ JUXSDO KXPDQD HV XQD
ORV TXH IRUPDQ HO Q~FOHR GHO FRPSOHMR GH creación de alto valor simbólico. Se basa
Edipo en el inconsciente individual. De esta HQODSRVLELOLGDGGHGLVFULPLQDUVHPHMDQ]DV
manera los hombres primitivos, si querían GHGLIHUHQFLDVHQODDWULEXFLyQGHVLJQL¿FD-
YLYLU MXQWRV GHVSXpV GH KDEHU SDVDGR SRU GRVHQODLQVWLWXFLyQGHUHJODVTXHULJHQORV
JUDQGHVGLVFRUGLDVQRWHQtDQRWUDVROXFLyQ intercambios, en su observación tanto en el
que la prohibición del incesto, con lo que VHQWLGRGHREHGHFHUODVFRPRGHWUDQVJUHGLU-
asumían colectivamente la función de re- las. La familia es una de esas creaciones.
QXQFLDU SDUD Vt D ODV PXMHUHV GHVHDGDV GHO La diferencia entre los vínculos consan-
SURSLRJUXSRIDPLOLDU JXtQHRV\ORVTXHQRORVRQDEUHHOHVSDFLR
Los hermanos que se habían reunido necesario para la aparición de una prohibi-
SDUD FRQVXPDU HO FULPHQ DEULJDEDQ HO GH- ción: la del incesto y con ella el reconoci-
seo de ser tan fuertes y poderosos como el PLHQWRGHORVKLMRVFRPRWDOHVMXQWRFRQHO
desaparecido padre. Pero nadie podía ni LPSHUDWLYRVRFLDOGHODH[RJDPLDODSDUHMD
debía alcanzar nunca más el poder paterno, VH[XDOIXHUDGHOJUXSRIDPLOLDU(Otabú del
REMHWR GHO GHVHR GH WRGRV /D SULPLWLYD incesto es universal porque todas las socie-
LJXDOGDGGHPRFUiWLFDGHWRGRVORVKHUPDQRV dades lo reconocen. La forma que adopta en
QRSXGRVHUPDQWHQLGDDODODUJD\HQWRQFHV cada una de ellas es diferente: los parientes


)UHXG6³(O0DOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
)UHXG6³7RWHP\WDE~´  Ibídem;,,,
11

12
Freud, S. Ibídem  ;,,,
13
Freud, S. Ibídem  ;,,,
⎛242 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

considerados cercanos que quedan proscri- médico se abstenga de tratar a sus familia-
tos para el intercambio sexual varían de una res directos. La experiencia demuestra que
cultura a otra. este principio no es siempre respetado. Para
PHQFLRQDUXQHMHPSOR
El parentesco es un sistema de vínculos
entre personas conectadas por el matri- un médico recién recibido fue operado
PRQLR\RSRUDQWHSDVDGRVFRPXQHV de hemorroides por su propio padre,
FLUXMDQR D TXLHQ OR XQtD XQD UHODFLyQ
Pero dentro de la estructura de parentes- GH VRPHWLPLHQWR \ VXPLVLyQ $PERV
co de cada cultura, el límite a menudo pasa KDEtDQ FRLQFLGLGR HQ TXH QLQJ~Q RWUR
por lo que se consideran primos cruzados podría reemplazar al padre como médi-
que son proscritos o prohibidos para el ma- FR(QORVPHVHVTXHVLJXLHURQDOSRV
trimonio. El tabú del incesto es considerado operatorio el paciente desarrolló una
FRPRXQDUHJODJHQHUDO\HVFRQVWLWXWLYRGH LPSRWHQFLD VH[XDO TXH UHTXLULy D\XGD
la cultura humana. SVLFRWHUDSpXWLFD /D H[SHULHQFLD IXH
Visto desde el punto de vista individual YLYLGDFRPRXQDYLRODFLyQ\HOHTXLYD-
este tema está relacionado con el destino lente de una castración.
de los deseos incestuosos en el marco de la
UHVROXFLyQ GHO FRPSOHMR GH (GLSR 6HJ~Q Este caso sirve para ilustrar cómo una
la teoría psicoanalítica, los primeros de- situación en un determinado vínculo pasa
VHRVVRQGLULJLGRVDORVREMHWRVSULPDULRV\ D WHQHU XQD VLJQL¿FDFLyQ LQFHVWXRVD VL VH
solamente al incorporar la prohibición con WUDVJUHGHQFLHUWRVOtPLWHVORVGHOHQFXDGUH
el crecimiento y la madurez emocional se SURSLRV GH HVH YtQFXOR MXVWDPHQWH SRUTXH
JHQHUD OD SRVLELOLGDG GH OD VDOLGD H[RJi- es vivida como el equivalente de una viola-
PLFD6HJ~Q)UHXGODVDOLGDGHO(GLSRHV ción, aunque no se realice concretamente.
GLIHUHQWHHQHOYDUyQ\HQODPXMHU(OFRP- 8QDQWURSyORJR&/pYL6WUDXVVSURSX-
SOHMRGHFDVWUDFLyQHQHOYDUyQHVXQYHFWRU VR OD KLSyWHVLV GH OD UHJOD GH LQWHUFDPELR
sumamente poderoso que lo impulsa a la basado en la idea de la circulación de las
renuncia a las aspiraciones incestuosas en PXMHUHV14 Puso de relieve el contrato so-
relación a la madre; en cambio en la niña cial inconsciente por el que se intercambian
ODVDOLGDHVPiVJUDGXDOHLQDFDEDGD4XH- PXMHUHV$GLIHUHQFLDORVKRPEUHVGHVSUHQ-
dan en posiciones diferentes de tal modo didos de sus familias serian tomadores de
que resulta coherente que en una mayoría PXMHUHV/DLPSRVLFLyQGHODSHOOLGRSDWHU-
GHFDVRVVHDHOKRPEUHTXLHQSXHGDHMHU- QR D ORV KLMRV \ QR GHO PDWHUQR VDOYR HQ
FHUXQDIXQFLyQGHFRUWHHQWUHVXPXMHU\ VHJXQGROXJDU DSR\DHVWDKLSyWHVLVFRPR
ODIDPLOLDGHRULJHQGHpVWDUHWHQLGDPiV una necesidad de la función de corte del
cerca de sus padres por su propio desarro- YLQFXORHQGRJiPLFRGHODPXMHUFRQVXID-
OORSVLFRVH[XDODOTXHVHDJUHJDQIDFWRUHV PLOLDGHRULJHQ
WUDQVXEMHWLYRV FRPR ORV FXOWXUDOHV \ OD Su hipótesis enfatiza el papel de un lu-
educación. JDUSDUWLFXODUHOGHOavunculado. En latín,
/DSRVLELOLGDGGHTXHHOWUDEDMRPpGLFR el avunculus era el tío materno, para el que
se complique por estar expuesto emocional- QR H[LVWH XQD GHQRPLQDFLyQ HVSHFt¿FD HQ
mente a las demandas de la dinámica fami- castellano. La descripción inicial del papel
liar es el fundamento por el que la Medici- del hermano de la madre la hizo Radcliffe
na sostiene como un principio ético que el Brown en 1924 y Lévi-Strauss la toma de él
14
Lévi-Strauss, C. /DVHVWUXFWXUDVHOHPHQWDOHVGHSDUHQWHVFR. Paidós, Buenos Aires, 1946.
⎛ XXI 'LQQiPLFDGHODHVWUXFWXUD\GHODVUHODFLRQHVIDPLOLDUHV 243⎞

incluyéndolo en la estructura de parentesco. el tío materno. I. Berenstein piensa que


&RPR OXJDU HQ OD WUDPD GH SDUHQWHVFR HO debería entenderse desde el punto de vista
vínculo avunculado quedaría en oposición de la totalidad de la estructura familiar y
al vínculo de alianza matrimonial. En cali- no solamente como un vínculo aislado.15
dad de representante de la familia materna Desde esta óptica podría pensarse en el
GHRULJHQVXIXQFLyQHVODGHFHGHUDVXKHU- pariente de más peso en la estructura fa-
mana a un hombre en función de un contra- miliar inconsciente como el avunculado
to social inconsciente. TXHIDFLOLWDRGL¿FXOWDODVDOLDQ]DVGHOVX-
MHWR
/D UHJOD GH LQWHUFDPELR VH UH¿HUH D XQ
SDVDMH TXH YD GH OD IDPLOLD GH RULJHQ /DFOtQLFDPXHVWUDVLWXDFLRQHVGRQGHHO
hacia un vínculo de alianza, asiento de YtQFXORPX\IXHUWHGHXQSDFLHQWHFRQ
XQQXHYRQ~FOHRIDPLOLDU\TXHVXHOHQR un representante de la familia de origen
cumplirse en forma totalmente acabada. puede facilitar o entorpecer la necesa-
ria alianza de trabajo con su médico.
6HWUDWDGHXQSDVDMHFRPSOHMR\GLItFLO
que implica cambios muy profundos en la Aunque actualmente esta hipótesis del
YLGDDIHFWLYDGHVXVSURWDJRQLVWDV avúnculo ha sido relativizada, explica la
El avúnculo, el dador en la estructu- PD\RULQÀXHQFLDTXHVXHOHHMHUFHUODIDPL-
UDRULJLQDULDTXHSHUPLWHRGL¿FXOWDXQD lia materna en los núcleos familiares de re-
nueva alianza podría ser un otro, no sólo ciente formación.

15
Berenstein, I. )DPLOLD\HQIHUPHGDGPHQWDO, Psicoanálisis de la estructura familiar inconsciente, Psicoanalizar una familia,
3DLGyV%V$V\UHVSHFWLYDPHQWH
XXII
La Familia y la Pareja
en la práctica médica
Dr. Héctor A. Ferrari
Dra. Mónica Serebriany

La familia ciones, casamientos, muertes, etcétera, y


en la práctica médica de cómo esas situaciones incidían sobre
ORVGHPiV'HVGHHVDSRVLFLyQSULYLOHJLDGD
En la actualidad, cierto tipo de práctica pro- podía observar cómo los procesos de sa-
fesional médica tiende a hacer desaparecer lud y enfermedad estaban incluidos en si-
la persona del paciente o transformarlo en WXDFLRQHVGHFULVLVIDPLOLDUHLQWXLUDOJXQD
mero portador de una enfermedad. Des- clase de asociación con ellas. La asistencia
de esta óptica, tampoco el familiar parece médica actual, en especial por el efecto de
WHQHU XQ OXJDU LPSRUWDQWH HQ OD PHQWH GHO la especialización ha hecho que se pierda
médico. esa perspectiva y por tanto la riqueza de
observaciones que permite.1
/DIDPLOLDSDVDDVHUPHUDREVHUYDGR- No es sólo una buena asistencia la que
UDGHODVLWXDFLyQXQDX[LOLDUSDUDFRQ- HVWiHQMXHJR+D\WDPELpQXQDIXHUWHMXV-
feccionar una historia clínica o peor WL¿FDFLyQ FLHQWt¿FD SDUD UHFXSHUDU HVH URO
aún, una presencia molesta. perdido:

No siempre fue así. En distintas épo- Observando a la familia como una


cas se han hecho intentos para recuperar unidad, teniendo en cuenta a sus
un rol perdido: médico de familia. En otros PLHPEURV\DVHDTXHHVWpQSUHVHQWHVR
tiempos, el médico de cabecera era el mé- TXHQRORHVWpQHOPpGLFRWLHQHODSR-
dico de toda la familia. Los conocía per- sibilidad de integrar las emergencias
sonalmente y en su intimidad. Solía hacer corporales individuales a las circuns-
visitas a domicilio. Estaba al tanto de la WDQFLDVYLWDOHVSRUODVTXHDWUDYLHVDHO
historia de cada uno y de las alternativas Q~FOHRIDPLOLDU\GHHVWDPDQHUDFRP-
de su ciclo vital: embarazo, parto, opera- prenderlas mejor.

1
(Q86$HQODGpFDGDGHOKDEtDVRORXQGHPpGLFRVJHQHUDOHVHOUHVWRHUDQHVSHFLDOLVWDVPLHQWUDVTXHKDFHFLHQ
años era al revés.
⎛246 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Le permite tener un importante lugar de IDPLOLDOHDVLJQD\SRUPRPHQWRVOHLPSRQH


proveedor de cuidados GH RUJDQL]DGRU GH y que lo apartarían del encuadre médico que
un campo de tarea y contribuir a los desa- necesita mantener. Esto es particularmente
rrollos en salud. La familia es transmisora importante, ya que el simple mantenimien-
de YDORUHV\ creencias profundamente arrai- WRFODURGHOHQFXDGUHPpGLFRWLHQHH¿FDFLD
JDGRVHQWRUQRDVDOXG\HQIHUPHGDG(VHQ psicoterapéutica.
la familia donde los hábitos y actitudes acer- Como parte de su evaluación del con-
ca de la salud son incorporados: el valor de WH[WR IDPLOLDU HO PpGLFR SXHGH LGHQWL¿FDU
DDOJ~QPLHPEURFRQTXLHQWUDEDMDUFRQHO
los alimentos, la actitud hacia las dietas, el
cuidado corporal, la importancia de la ac- propósito de movilizar a la familia en torno
tividad física, del descanso, del alcohol, del
a las metas del tratamiento y neutralizar el
tabaco, etcétera. Hay familias inclinadas a VDERWHR ¿MR R PRPHQWiQHR GH DOJ~Q RWUR
ODH[SUHVLyQGHVXVFRQÀLFWRVDWUDYpVGHODV
miembro.
TXHMDV FRUSRUDOHV \ GHO lenguaje hipocon- Esta disposición mental del médico
dríaco 2WUDV WLHQGHQ D QHJDU WRGR OR TXH
como observador puede estar obstaculiza-
WHQJDTXHYHUFRQHOFXLGDGRGHOFXHUSR da por defensas que bloquean su capacidad
Cuando el médico se acerca con una dis- para percibir los vínculos familiares y que
posición receptiva en relación a la familia SURFHGHQ D VHSDUDU DOJR TXH IRUPD SDUWH
del paciente, notará también cómo queda de una totalidad mayor que los abarca. Así
expuesto a los efectos de la dinámica fa- como existe una disociación mente-cuerpo,
miliar: será reconocido, respetado, recibirá en este caso puede operar una disociación
PXHVWUDVGHJUDWLWXGSXHGHYHUVHPDQLSX- mente-mente que impide captar y entender
lado, expulsado, endiosado, rechazado, tra- los fenómenos producidos por el conjun-
JDGRLJQRUDGRRVXIULUWRGRWLSRGHFRQVH- to de los vínculos familiares en su enorme
cuencias como un miembro más y esto por FRPSOHMLGDG
haber sido ubicado inconscientemente en +D\XQUHFRQRFLPLHQWRJHQHUDOL]DGRGH
un lugar al que la familia lo ha habilitado. que toda enfermedad corporal pone en cri-
sis la estructura personal y familiar de quien
Es necesario tener en cuenta la estruc- la padece y que ello incide sobre el curso
WXUD\ODGLQiPLFDIDPLOLDUHQORVSUR- GHODPLVPD$OJXQRVHVWXGLRVPXHVWUDQOD
FHVRV GH VDOXG \ HQIHUPHGDG \ FyPR LQÀXHQFLDGHODIDPLOLDHQODHYROXFLyQGH
tanto en situaciones leves como graves, una enfermedad crónica, como el asma, el
ODIXQFLyQ\ODWDUHDGHOPpGLFRVHSXH- FiQFHUODLQVX¿FLHQFLDUHQDO3RUHMHPSOR
de ver favorecida o complicada por el FRPRWRGRGLDEHWyORJRVDEHODGLVIXQFLyQ
contacto con ella. IDPLOLDU FRQÀLFWRV FUyQLFRV URO SDUHQWDO
inadecuado, padre ausente, falta de compro-
Si el médico puede reconocer sus pro- PLVRIDPLOLDU VHFRUUHODFLRQDFRQHOFXUVR
pios sentimientos en relación con el trato desfavorable del control de la diabetes.2
TXHODIDPLOLDOHRWRUJDSXHGHGDUVHFXHQ- A su vez, distintas características de la
ta de que lo que pasa con él también pasa evolución de la enfermedad plantean so-
entre los miembros de la familia. De esta EUHODIDPLOLDLPSDFWRVGLIHUHQWHVD VLHV
PDQHUDSXHGHVRVWHQHUVXOXJDUSURWHJHUVX aguda como en el infarto de miocardio, la
función de proveedor de cuidados y evitar hernia de disco o gradual como en el SIDA,
asumir inconscientemente los roles que la ODDUWULWLVUHXPDWRLGHE VLHVincapacitante

2
:KLWH..ROPDQ0/:H[OHU/3³8QVWDEOHGLDEHWHVDQGXQVWDEOHIDPLOLHV$SV\FKRVRFLDOHYDOXDWLRQRIGLDEHWLFFKLOGUHQ
with recurrent ketoacidosis”. Pediatrics
⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD 247⎞

como en el Parkinson, la esclerosis múltiple estar cumpliendo un síntoma para la fami-


o si no lo es, como el lupus, la hipertensión; lia. Esto es observado especialmente en el
F VLHVconstante, como en una malforma- caso de los trastornos mentales, en el asma
FLyQFRQJpQLWDRG VLHVrecurrente como de los niños, etcétera.
OD JRWD OD PLJUDxD /D SUHVHQFLD IDPLOLDU
en cuanto a la necesidad de su participación Por último vale la pena tener presen-
activa en tareas concretas es más evidente WH VLWXDFLRQHV TXH SXHGDQ DOHUWDU DO
HQODVHQIHUPHGDGHVFUyQLFDVFRQDJXGL]D- clínico a tener en cuenta a la familia
FLRQHVSHULyGLFDVSRUHMHPSORFROLWLVXOFH- \HYHQWXDOPHQWHKDFHUTXHFRQFXUUDD
rosa, hipertensión, asma.3 ODFRQVXOWDD XQDHQIHUPHGDGTXHQR
Se reconoce menos que, a veces, la en- responde de la forma prevista o lo hace
fermedad corporal sea el desenlace de una GHPDQHUDSDUDGRMDOE DTXHOODVSUH-
crisis familiar y que la padezca el miem- YLDPHQWHEDMRFRQWURO\TXHV~ELWDPHQ-
bro más vulnerable HQ VHQWLGR JHQpWLFR WHVHKDQKHFKRGLItFLOHVGHPDQHMDUF 
ELROyJLFR R HPRFLRQDO  R HO más vulnera- muchas visitas médicas por síntomas
do GHVGHODSURSLDGLQiPLFDIDPLOLDU 3RU P~OWLSOHV \ GLIXVRV G  DOJXQRV VtQWR-
HMHPSORXQRGHORVPLHPEURVGHODIDPLOLD PDVTXHOODPHQODDWHQFLyQSRUVXSHU-
puede necesitar considerarse el más fuerte y sistencia como dolor crónico, fatiga,
además soportar la presión familiar incons- insomnio, depresión, angustia perma-
FLHQWHGH WHQHU TXH VHUOR 3DUDGyMLFDPHQWH nente, etcétera.
el permitirse percibir alarmas corporales
que lo declaren vulnerable y enfermo puede
ser un indicio de salud de su parte y posi- Algunos ejemplos
bilitará un reacomodamiento de roles en el
resto. Un paciente de 43 años estaba siendo aten-
dido por su clínico desde hacía dos años
(VWUXFWXUD\GLQiPLFDIDPLOLDUSRUXQ FXDQGRWXYRXQDJUDYHFULVLVKHSiWLFDDFRQ-
ODGR \ HQIHUPHGDG FRUSRUDO DXQTXH secuencia de su alcoholismo y una diabetes.
pVWD LQFOX\D OD SUHGLVSRVLFLyQ RUJi- Últimamente su situación había estado com-
QLFD OD LQÀXHQFLD JHQpWLFD HWFpWHUD  SHQVDGD (O PpGLFR FRQRFtD ORV FRQÀLFWRV
por otro, se involucran recíprocamente, matrimoniales del paciente a pesar de que la
tanto en la aparición de la enfermedad PXMHU UDUDPHQWH OR DFRPSDxDED HQ ODV YL-
como en las alternativas de su evolu- sitas médicas. Imprevistamente, un análisis
FLyQ\SURQyVWLFR de rutina mostró un aumento considerable
GHODJOXFHPLDVLQDSDUHQWHMXVWL¿FDFLyQ(O
(QDOJXQRVFDVRVODHQIHUPHGDG\DOJX- paciente no hacía más que insistir en que
nos síntomas somáticos tienen una función “todo estaba bien”. Al médico le llamaba la
DGDSWDWLYD GHQWUR GH OD IDPLOLD \ HVWiQ DO atención, mientras escuchaba al paciente,
servicio de mantener una precaria esta- que reiterara una y otra vez “que no había
bilidad. Así, la enfermedad de uno de sus KHFKRQDGDSDUDDEDQGRQDUHOUpJLPHQ´H
PLHPEURV SXHGH VHU DOJR GH OR TXH OD ID- LQGDJyVREUHHOSRUTXpGHODLQVLVWHQFLDHQ
milia no quiera o no pueda desprenderse OD SDODEUD DEDQGRQR &XDQGR OH SUHJXQWy
porque en la interacción familiar le sirve a por la familia, rompió en llanto y contó que
su propia homeostasis. El médico hace bien ODHVSRVD\VXVGRVKLMRVORKDEtDQGHMDGR
HQWRQFHVHQSUHJXQWDUVHTXpIXQFLyQSXHGH varias semanas atrás.
3
5ROODQG-³7RZDUGDSV\FKRORJLFDOW\SRORJ\RIFKURQLFDQGOLIHWKUHDWHQLQJLOOQHVV´)DP6\VW0HG
⎛248 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

8QHMHFXWLYRGHDxRVUHFLEtDDWHQFLyQ tener un infarto. Pero ante su sorpresa, to-


PpGLFDSRUXQDKLSHUWHQVLyQDUWHULDOJUDYH dos los exámenes clínicos y de laboratorio
con medicación hipotensora. Un tiempo UHVXOWDURQ QHJDWLYRV \ OXHJR GH XQRV GtDV
después apareció con la esposa en la con- GH LQWHUQDFLyQ \ FLHUWD PHMRUtD GHO FXDGUR
sulta, contando que no tenían relaciones clínico, el hombre fue dado de alta y deri-
sexuales por la impotencia de él, que ad- vado a un psicoterapeuta a quien también se
MXGLFDURQLQLFLDOPHQWHDODPHGLFDFLyQ(Q SUHVHQWDURQMXQWRV
una exploración más profunda de la intimi- (QODHQWUHYLVWDFRQHOWHUDSHXWDVXUJLy
GDGGHHVWDSDUHMDVXUJLyTXHFXDQGRLEDQD que durante años habían mantenido una
iniciar relaciones sexuales, él tenía erección apariencia de estabilidad vincular pero a
\VHDJLWDEDYLVLEOHPHQWH(OODOHKDEtDGL- distancia, de dependencia mutua extrema
FKR DOJXQD YH] ³TXH VH FXLGDUD TXH WHQtD DXQFXDQGRHQODVXSHU¿FLHHORWURQRHVWD-
miedo que él se pudiera morir en el coito”. ba ni existía. Él, de 65 años, era un “hombre
(QUHDOLGDGHVWDPXMHUWHQtDVHULDVGL¿FXO- GHDFHURGHDFDEDOOR´GHJUDQGHVSOLHJXH
tades sexuales y los temores de muerte eran físico, pero últimamente había empezado a
expresión de su terror frente a la pérdida de tener ideas de ruina, sentimientos de tristeza
OtPLWHVTXHOHVLJQL¿FDEDODSUR[LPLGDGGHO y soledad, acompañado con amenazas muy
RUJDVPRGHIHQVLYDPHQWHSUR\HFWDGRHQpO concretas de suicidio. También expresaba el
como temor a la muerte. GHVHRGHYHQGHUHOFDPSRMXELODUVH\WUDVOD-
8QPDWULPRQLRFRQPiVGHDxRVGH GDUVHD%XHQRV$LUHVDYLYLUFRQVXPXMHUH
FDVDGRVFRQGRVKLMRVFRQVXOWDDXQUHFRQR- KLMRHQIRUPDSHUPDQHQWH(QODHQWUHYLVWD
cido clínico porque el marido sentía dolores ODPXMHUGLH]DxRVPHQRUTXHpOQRVHGDED
SUHFRUGLDOHVXQDJUDQDQVLHGDG\VHQVDFLyQ por enterada de estos planteos aunque por
de muerte inminente. El clínico los conocía su actitud se notaba un violento rechazo. Se
de años por haberlos atendido muchas ve- mostraba fría y distante, con odio conteni-
ces. El paciente es dueño de una estancia y GR/DDQJXVWLDGHVERUGDQWHGHOPDULGRODV
SDVDODPD\RUSDUWHGHOWLHPSR³WUDEDMDQGR ideas de suicidio claramente expresadas y
GHVRODVROHQHOOD´9LDMDFDGDWUHVRFXDWUR ODSRFDFRQWLQHQFLDIDPLOLDUDXJXUDEDQXQD
semanas a Buenos Aires y se queda uno o catástrofe inminente. Se paseaba inquieto,
GRVGtDVFRQVXPXMHU\XQKLMRVROWHURTXH no podía estar sentado, se frotaba las manos
YLYHFRQHOOD(VWHKLMRWLHQHVHULRVHQIUHQ- con ansiedad y se apretaba la zona precor-
tamientos con el padre. dial.
El clínico sabía que tenían esta situación Para el terapeuta la sensación que le
matrimonial estable, un tipo de vínculo de trasmitía el paciente era de que podía tener
FDUDFWHUtVWLFDVIXVLRQDOHVWROHUDGRJUDFLDVD un infarto en cualquier momento aunque los
ODGLVWDQFLDJHRJUi¿FD&DGDXQRWHQtDHVWL- más exhaustivos análisis recientes habían
los y proyectos individuales sin referencia UHVXOWDGRQHJDWLYRV7RPyPHGLGDVWHUDSpX-
el uno para el otro ni tener nada en común, WLFDVDGLFLRQDOHV\FLWyDODSDUHMDSDUDGRV
VDOYRORVKLMRV6LQHPEDUJRVHJXtDQFRQ- días después. Pero no concurrieron: cuando
siderándose casados. La falta de cotidianei- el terapeuta se comunicó con el clínico, le
dad y aparente carencia de proyecto com- informó que la esposa había fallecido al día
partido encubría una unión muy particular. VLJXLHQWHGHODHQWUHYLVWD£GHXQLQIDUWRPD-
Llamaba la atención la presencia de ambos sivo de miocardio!
en la consulta. 8QRVGtDVGHVSXpVORVKLMRVDQWHODLQ-
El clínico consideró que el paciente de- sistencia del padre, le permiten volver al
EtDVHULQWHUQDGRGHXUJHQFLDSRUTXHSUHVX- FDPSRGRQGHLQHVSHUDGDPHQWHVHGHVFDUJD
mía la posibilidad de que tuviera o fuera a un tiro de escopeta en el área precordial,
⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD 249⎞

VLHQGR GH QXHYR LQWHUQDGR /XHJR GH GRV les vulnerables en el límite de la vida y la
semanas de internación el clínico recurre PXHUWH1LHOGLDJQyVWLFRPpGLFRFRPSOHWR
una vez más al terapeuta, quien ve al pa- QL HO GLDJQyVWLFR SVLFRSDWROyJLFR DLVODGD-
ciente antes del alta. El paciente está cal- mente dan cuenta de la situación. Decir que
mo, arrepentido de lo hecho, ni una palabra HO SDFLHQWH GHO HMHPSOR SDGHFtD XQD PH-
DFHUFDGHODPXHUWHGHODPXMHUKDFHSUR- ODQFROtD FRQ WHQGHQFLDV VXLFLGDV GHVGH OD
mesas de volver a la actividad y rechaza de SVLFRSDWRORJtD QRDJRWDODVFDUDFWHUtVWLFDV
plano la propuesta de hacer un tratamiento de esta relación vincular, ni la sutileza de
SVLFRWHUDSpXWLFR/XHJR\DHQODFDVDORV los mecanismos proyectivos e introyectivos
acontecimientos se precipitan: llueven lla- de impulsos asesinos que culminaron en un
madas telefónicas al clínico y al terapeuta, doble suicidio-homicidio inconscientemen-
³TXHHVWDEDPX\DQJXVWLDGRPX\GRORULGR WHFRPSDUWLGR6HUHTXLHUHGHXQGLDJQyVWL-
HQ OD ]RQD SUHFRUGLDO WRGDYtD WHQtD UHVWRV co de situación que incorpore a la persona
GH OD SHUGLJRQDGD  QR GRUPtD GH QRFKH \ del paciente, que incluya a la familia y a la
tenía crisis convulsivas”. sutileza de los mecanismos familiares invo-
Ambos fueron a visitarlo esa noche: lucrados.
estaba muy mal, se levantaba, transpiraba 8Q PpGLFR MRYHQ KHPDWyORJR EULOODQ-
profusamente, caminaba de forma errática WHUHFLELyXQDSDFLHQWHGHDxRVDODTXH
SUHVD GH XQD DQJXVWLD GHVERUGDQWH &DGD GLDJQRVWLFy XQ FDUFLQRPD GH PpGXOD yVHD
tanto se contraía en un espasmo convulsi- GH JUDQ PDOLJQLGDG (VWD PXMHU HVWDED GL-
vo mientras se sostenía el pecho con las dos YRUFLDGD \ WHQtD WUHV KLMRV GH ORV TXH HO
manos en una mueca de dolor muy inten- menor era un médico de carrera en ascen-
so. Todo duraba unos minutos y se repetía GHQFLD(OKHPDWyORJRWHQtDGL¿FXOWDGHVHQ
UHJXODUPHQWH GHMiQGROR H[KDXVWR &RQ HO establecer contacto con ellos salvo con el
transcurrir de la entrevista, PD\RU HO ~QLFR TXH SDUHFtD KDFHUVH FDUJR
GHODVLWXDFLyQ$ODJUDYDUVHHOFXDGUR\VHU
ORVHVSDVPRVFRQYXOVLYRVTXHSDUHFtDQ internada la paciente, el médico dio orden a
H[SUHVDUHOPRPHQWRWUDXPiWLFRGHOLQ- ORVKLMRVGHQRGHMDUODVRODSRUORTXHGH-
IDUWRGHODPXMHU\GHVXSURSLRLQWHQWR bían turnarse para acompañarla. Una noche,
de suicidio se fueron espaciando has- VLQHPEDUJRHOODORVFRQYHQFLyGHTXHSUH-
WD TXH SXGR GRUPLUVH DOFDQ]DGR SRU fería la compañía de una enfermera. Insistió
ODPHGLFDFLyQVHGDQWHTXHORVFOtQLFRV hasta que, contraviniendo la indicación del
venían administrando. Horas después PpGLFR OD GHMDURQ$ OD PDGUXJDGD OODPy
IDOOHFtDHQHOVXHxR desesperada al médico sintiendo que se mo-
ría. Mientras la trasladaban a Terapia Inten-
Los médicos estuvieron llamados a siva, decía al personal de enfermería que la
VHU SRFR PiV R PHQRV WHVWLJRV SDVLYRV GH llevaba: “Estoy totalmente sola, ustedes son
XQ GHVHQODFH HQ VX WUDPR ¿QDO HO GH XQD mi única familia...”
doble muerte en un vínculo matrimonial $OJXQRVGDWRVGHODKLVWRULDLQIDQWLOSR-
amenazado por la inminencia de cambios. nen luz sobre los acontecimientos relatados.
En toda estructura vincular, y en especial 3RUORSURQWRDOQDFHUKDEtDVLGRHQWUHJDGD
la familiar, se intercambian y estabilizan por su propia madre, aduciendo que tenía
e inmovilizan aspectos no reconocidos de GHPDVLDGRVKLMRVSDUDFULDUDXQDKHUPDQD
cada uno y proyectados en el otro. Cuando WtD GH OD SDFLHQWH  5HVXOWD VRUSUHQGHQWH
sobreviene una movilización que amenaza pensar que así como comenzó su vida, con
HOHTXLOLEULRVXUJHQVLWXDFLRQHVFUtWLFDVTXH una sustitución de sus verdaderos padres
pueden comprometer estructuras corpora- por sus tíos, debía terminarla llamando mi
⎛250 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

única familiaDTXLHQHVHVWDEDQHQFDUJDGRV además de los resultados terapéuticos asis-


de atenderla pero que no eran sus familia- WHQFLDOHVWXYLHURQXQDLQÀXHQFLDLPSRUWDQ-
UHV(OMRYHQKHPDWyORJRDFXGLyDOOODPDGR te en la comprensión de los vínculos, en la
sintiendo que él debía salvarla, pero no sólo prevención en salud mental, en la educación
FRPRPpGLFRVLQRFRPRKLMR+DEtDWHQLGR \HQODFXOWXUDHQJHQHUDO
una pelea con el clínico que la atendía sobre El vínculo que se constituye en una re-
aspectos del tratamiento, en un momento ODFLyQGHSDUHMDHVDOJRPiVTXHODVXPDGH
de desborde para ambos, que reproducía las las características personales de cada uno de
FDUDFWHUtVWLFDV TXH WHQtDQ ORV KLMRV GH HVWD VXVLQWHJUDQWHV(QWUHORVPLHPEURVGHXQD
PXMHU HQ SDUWH DOUHGHGRU GH XQD PDUFDGD SDUHMDVHHVWDEOHFHXQHVSDFLRYLQFXODU~QL-
preferencia hacia el menor. Clínico y hema- FRHLQpGLWRGHULYDGRGHODFRQMXQFLyQGHOD
WyORJR VLQ DGYHUWLU TXH HVWDEDQ GHMiQGRVH totalidad de los elementos que deben com-
WUDJDU SRU XQD HVWUXFWXUD IDPLOLDU VLJQDGD partir y que se van a detectar especialmente
por la ausencia de un orden paterno, que en la clínica de ODVUHODFLRQHVVH[XDOHVGH
quedaba reemplazada por los celos y riva- ODYLGDFRWLGLDQDHQFRP~Q\GHXQSUR\HF-
OLGDGHQWUHKHUPDQRVOLJDGRVDODSUHIHUHQ- to compartido de futuro.4 /RV HPHUJHQWHV
cia materna, quedaron impedidos de poder provenientes de estas áreas suministrarán
FRQIRUPDU XQ HTXLSR GH WUDEDMR PLHQWUDV OR PiV VLJQL¿FDWLYR GH OD VHPLRORJtD GHO
peleaban entre ellos. La paciente falleció YtQFXORGHSDUHMD\hacia ellas debe dirigir
poco después, acentuándose la desunión en el médico su escucha en la entrevista.
la familia, con reproches y acusaciones re- Freud consideró a la relación amorosa
cíprocas entre los hermanos. heterosexual como la más amplia, variada y
rica de las posibilidades eróticas del indivi-
duo: mucho más que la satisfacción de tener
El vínculo de pareja XQREMHWRVH[XDO\HOSODFHUTXHpVWHSXHGH
y su patología EULQGDU(OYtQFXORHQVXFRQMXQWRLPSOLFD
un contacto físico y psíquico, en forma de
'HVGH KDFH DOJR PiV GH PHGLR VLJOR HO LQWHUFDPELRVFRPSOHMRVTXHPRGL¿FDQDORV
Psicoanálisis extendió sus formulaciones PLHPEURVGHODSDUHMD\FRQWULEX\HDVXGH-
teóricas al ámbito de los vínculos, trascen- sarrollo mental o a su empobrecimiento y
diendo el terreno en que Freud inició sus D~QVXGHVWUXFFLyQVHJ~QVHDODFDOLGDGGHO
descubrimientos: la perspectiva del psiquis- vínculo. La armonía entre los componentes
PRLQGLYLGXDO$¿QHVGHODGpFDGDGHO SRVLWLYR\QHJDWLYRGHODHVWUXFWXUDFLyQHGt-
los psicoanalistas empezaron a asistir tera- SLFDRVXUHODFLyQFRQÀLFWLYDVHUiQGH¿QLWR-
SpXWLFDPHQWHDJUXSRV\XQRVDxRVGHVSXpV ULRVWDQWRHQODHOHFFLyQGHOREMHWRGHDPRU
WDPELpQDSDUHMDV\IDPLOLDV)XHQHFHVDULR como en las características del vínculo.
estudiar y entender la dinámica de cada tipo (O YtQFXOR GH SDUHMD DORMD FRPSRUWD-
de vínculo. Creados los encuadres terapéu- PLHQWRVGHOSDVDGRUHJUHVLYRVUHWRxRVGH
ticos correspondientes y desarrolladas téc- la sexualidad infantil de cada uno de sus
QLFDV GH DERUGDMH DGHFXDGDV VH SXGR GDU miembros mientras la parte adulta crece y
respuesta a las necesidades de tratamiento se desarrolla. El vínculo puede ser entendi-
de estos nuevos pacientes ORV JUXSRV ODV do como una institución y como tal requiere
SDUHMDVODVIDPLOLDV GHXQHQFXDGUHGHQWURGHOTXHVHGHVSOHJDUi
La ampliación de los conocimientos psi- el proceso emocional que relaciona a los in-
coanalíticos teóricos, clínicos y técnicos, WHJUDQWHVGHODSDUHMD
4
3XJHW-,%HUHQVWHLQPsicoanálisis de la pareja matrimonial3DLGyV%XHQRV$LUHV
⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD 251⎞

(OYtQFXORLQVWLWX\HXQFRQMXQWRGHUH- atenúa y expone al compañero a la soledad.


JODVH[SOtFLWDVHLPSOtFLWDVTXHDQLYHO Ambos tipos de territorio, los compartibles
consciente e inconsciente regulan las \ORVQRFRPSDUWLEOHVSXHGHQVHURULJHQGH
FRQGXFWDVPDQL¿HVWDVGHXQRSDUDFRQ FRQÀLFWRV
el otro. /RV YtQFXORV VH ULJHQ SRU UHJODV R HV-
tipulaciones inconscientes que son las que
El encuadre matrimonial ha sido pacta- dan cuenta del funcionamiento de la pare-
do de inicio y de manera inconsciente, esto MD 6RQ HTXLYDOHQWHV D XQ FRQWUDWR ODV GH-
HV VLQ TXH VXV SURWDJRQLVWDV FRQR]FDQ ORV nominamos acuerdos YHUVDQ DFHUFD GH OR
FRPSRQHQWHVPiVVLJQL¿FDWLYRVGHOYtQFXOR FRPSDUWLEOH \pactos DFHUFDGHORLQFRP-
que los une. Lo que ocurra de allí en más SDUWLEOH 
VHUiREMHWRGHVXFHVLYDVHODERUDFLRQHVHQODV
TXHODSUHVHQFLDHLQÀXHQFLDGHODVHVWUXFWX- (OFRQMXQWRGHORVSDFWRV\DFXHUGRVGH
UDVIDPLOLDUHVGHRULJHQVHLUiQDWHQXDQGRR un vínculo da cuenta de su estructura,
por el contrario, acentuando, contribuyendo TXH QR HV FRQRFLGD SRU ORV PLHPEURV
DODVWHPiWLFDVTXHDOLPHQWDQORVFRQÀLFWRV de la pareja, es inconsciente. Ha sido
En cada caso pueden predominar afectos llamado zócalo inconsciente.
tanto amorosos como hostiles, y variar esa
FDUDFWHUtVWLFDRQRDORODUJRGHOWLHPSR Los acuerdos provienen del deseo de
+DEUiOXJDUSDUDHOFUHFLPLHQWRGHDP- combinarse en lo que pueden compartir,
ERV PLHPEURV GH OD SDUHMD SRU LJXDO R GH permiten el desarrollo de proyectos y facili-
uno a expensas del otro o para la repetición WDQODHODERUDFLyQ\VROXFLyQGHFRQÀLFWRV
de pautas pasadas. El tratamiento de lo sen- )DYRUHFHQXQDRUJDQL]DFLyQYLQFXODUVREUH
WLGRFRPRVHPHMDQWH\GHORGLIHUHQWHVHUi la base de una complementariedad, que de-
clave de este desarrollo. Demasiado de lo EHUtDVHUH¿FD]SDUDVRVWHQHUXQFUHFLPLHQ-
diferente puede llevar a la distancia y a la to vincular. Lo contrario sería la repetición
incomunicación y de lo semejante a la con- LQGLYLGXDOGHPRGHORVSULPLWLYRV8QHMHP-
fusión e indiscriminación. plo de esto es cuando un miembro de la
En todo vínculo es posible compartir SDUHMD GH¿HQGH XQ PRGHOR SURYHQLHQWH GH
DOJXQRV WHUULWRULRV PHQWDOHV \ FRUSRUDOHV VXIDPLOLDGHRULJHQ\SUHVLRQDDORWURSDUD
RWURVVyORHQSDUWH\DOJXQRVVRQLQFRPSDU- TXHVHDGDSWHDVXIXQFLRQDPLHQWRHQOXJDU
WLEOHV $OJXQRV HMHPSORV GH OR TXH SXHGH GH EXVFDU OD FUHDFLyQ GH SDXWDV FRQMXQWDV
compartirse: proyectos, ideas y sentimien- que sean nuevas para ambos y diferentes de
tos, en la comunicación verbal y afectiva, las que cada uno tenía antes del estableci-
ya sean de uno o de ambos; el cuerpo en miento del vínculo.
las relaciones sexuales aunque solo hasta Los pactosSXHGHQHQDOJXQRVFDVRVUH-
cierto punto. Son incompartibles: las sensa- forzar los acuerdos. Pero el intento de com-
ciones corporales aunque se pueda comuni- SDUWLUORLQFRPSDUWLEOHREOLJDDORVVXMHWRVD
car acerca de ellas, la historia previa al es- realizar concesiones para satisfacer el deseo
tablecimiento del vínculo, los vínculos con del otro poniéndose en posición favorable.
otros, pasados o presentes, que podrán com- Es decir, que hay adaptación para no crecer,
partirse en cierta medida pero nunca com- QRFDPELDUTXHQRDSDUH]FDDOJRQXHYRHQ
pletamente, etcétera. El reconocimiento de el vínculo.
lo incompartible, al poner en contacto con
los límites del vínculo, expone a la soledad 6L VRQ SDFWRV OR TXH SUHGRPLQD HQ OD
y el desamparo, ya que el vínculo no puede estructura de un vínculo, el deseo no
evitarlos. En ese sentido, el otro del vínculo HVFRPSDUWLGRVLQRTXHVHWUDWDGHGRV
⎛252 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

deseos distintos realizados merced a la tiempo y ponen en evidencia la estructura


D\XGDGHORWURLQWHJUDQWHGHODSDUHMD del vínculo.
&DGDXQRFRPRSUyWHVLVGHORWUR /DV SDUHMDV FRQ PD\RU SRVLELOLGDG GH
maduración y cambios pueden acceder a
$XQTXHORVPLHPEURVGHODSDUHMDQROR PiVPRGL¿FDFLRQHVGHOYtQFXORDWUDYpVGHO
puedan saber conscientemente, están unidos WLHPSR(QHOSRORRSXHVWRODULJLGH]GHXQ
SRUDOJRGHORUGHQGHODFRQYHQLHQFLDHVWRV YtQFXOR\ODGL¿FXOWDGHQFDPELDUSDUDKD-
YtQFXORVVHURPSHQFXDQGRSRUDOJ~QPRWL- cerlo más profundo, más satisfactorio y más
vo la ayuda que se intercambia no se puede adecuado a las necesidades y condiciones
sostener. La ayuda de la que hablamos tie- de cada momento son índices de inmadurez
ne que ver muchas veces con la realización o directamente de enfermedad.
IDQWDVHDGDGHDOJ~QGHVHRLQFRQVFLHQWH $PRGRGHHMHPSORSRGHPRVFRQVLGH-
8QHMHPSORSRGUtDVHU³VpSDUDPtHVH rar en forma muy esquemática tres modelos
REMHWRGpELO\GHVDPSDUDGRDOTXH\RSXHGD GH YtQFXOR FODVL¿FDGRV VHJ~Q VX IXQFLR-
SURWHJHUSDUDVHQWLUPHGHHVHPRGRSRGH- QDPLHQWR SUHGRPLQDQWH 6H KDQ GHVLJQDGR
roso, un verdadero salvador”. Una enfer- FRPRD WHUFHULGDGDPSOLDGDGHFDUDFWHUtV-
PHGDGHQHVHPLHPEURGHODSDUHMDSRGUtD ticas casi ideales, inalcanzables en su totali-
acentuar esta situación. Un vínculo así se GDGORVRWURVGRVPX\SDWROyJLFRVVRQE 
URPSHUtDVLHOTXHRFXSDEDHOOXJDUGHOGpELO WHUFHULGDGOLPLWDGD\F HVWUXFWXUDGXDO
FRPLHQ]DSRUHMHPSORDIRUWDOHFHUVHFRPR
VXFHGHUtDVLREWLHQHp[LWRVHQDOJ~QWHUUHQR TERCERIDAD AMPLIADA
VLJQL¿FDWLYR 3UHGRPLQD OD LOXVLyQ GH SR-
VHHUXQREMHWR HOotroGHODSDUHMD TXHGHEH Se trata de un vínculo en el que se pueden
OXHJRUHVSRQGHUPiVDHVDLOXVLyQTXHDVX REVHUYDUGRVVXMHWRVIXQFLRQDQGRFRQEXHQ
propia realidad. En estos casos, los choques nivel de discriminación, en el que cada uno
en el vínculo son en base a las particularida- tiene a la vez una representación de sí mis-
GHVUHDOHVGHOREMHWRVHOHUHSURFKD\FULWLFD mo y del otro pudiendo diferenciar lo seme-
TXHQRUHVSRQGDDODLOXVLyQTXHGH¿QLyOD MDQWH\ORGLIHUHQWHHQWUHDPERV(OOHQJXDMH
elección. La base son sentimientos intensos adquiere su máximo valor: pueden hablar
GHFHORV\HQYLGLDTXHVHLQWHQVL¿FDQFXDQ- satisfactoriamente de cada situación que se
GRODH[FOXVLyQ\ORVOtPLWHVHQJHQHUDOVRQ plantea entre ambos. Los desacuerdos o di-
vividos como una dolorosa exposición al ferencias son un estímulo para crear nuevas
vacío, al pánico y al desamparo. pautas.
&DGD XQR DFHSWD DOJR GHVFRQRFLGR HQ
el otro y que se produzcan cambios en lo
Modelos de vínculos conocido. Admiten sin hostilidad que haya
espacios terceros y sentimientos de exclu-
&XDQGR GRV VXMHWRV VH XQHQ SDUD IRUPDU sión. Las emociones circulantes son las
XQDSDUHMDORKDFHQVHJ~QXQPRGHORTXH pertenecientes a la resolución del Edipo y
HQDOJRHV~QLFRHLUUHSHWLEOH6LQHPEDUJR a la serie de la ternura y el cariño. Hay in-
se pueden estudiar los modelos de vínculos terés por el otro, reciprocidad y capacidad
TXH XQHQ D ODV SDUHMDV D SDUWLU GH GH¿QLU GHKDFHUVHFDUJRGHORTXHDORWUROHVXFH-
\HVWXGLDUORVSDUiPHWURVPHQWDOHV LQGLYL- GHSUHGRPLQDQODLGHQWL¿FDFLyQHPSiWLFD
GXDOHV \ YLQFXODUHV  GH VX IXQFLRQDPLHQWR y los sentimientos protectores de cada uno
que se consideran esenciales. Se observan hacia el otro. Se toleran y aceptan la sole-
maneras o modalidades de relación que dad y aun el desamparo como un aspecto
VH UHSLWHQ VLVWHPiWLFDPHQWH D OR ODUJR GHO inevitable de la vida; se busca, se reconoce
⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD 253⎞

\VHDJUDGHFHOREHQp¿FRGHOYtQFXORFRPR funciones como anticipación y adivinación.


solución siempre parcial del sufrimiento. 'HVHRGHVHUHOXQRODLPDJHQHVSHFXODUGHO
La sexualidad es plena, fuente renovada de otro, la mirada sirve para descartar diferen-
placer y vía de comunicación profunda. El cias, y para mirar sólo lo que ilusoriamen-
KLMRRORVKLMRVVRQSDUDVHUFRPSDUWLGRV WHHVVHPHMDQWHDO\R. Ofrecen a la mirada
aceptando ser excluido de una parte de su DTXHOOR TXH D VX YH] HV VHPHMDQWH DO RWUR
vida. (O OHQJXDMH HV PtQLPR ,PSRVLELOLGDG GH
FRPSDUWLUXQHVSDFLRWHUFHUR XQKLMRXRWUR
TERCERIDAD LIMITADA WLSR GH HVSDFLR WHUFHUR  &DGD XQR SXHGH
HVWDUFRQHFWDGRFRQXQREMHWRLPDJLQDGR\
Se trata de un vínculo donde no pueden de- rechazar al real permanentemente cuando
MDUGHVHUVLHPSUHWUHVHQODUHDOLGDGFRQ- VHDFHUFDSRUTXHQRFRLQFLGHFRQHOLPDJL-
FUHWD R HQ OD LPDJLQDFLyQ /DV VLWXDFLRQHV nado.
GHODSDUHMDVRQXQDHVFHQDGHVWLQDGDDXQ Frente a lo diferente, el equilibrio emo-
WHUFHURTXHSXHGHHVWDUSHURHQHOOXJDUGHO cional se hace inestable. Con frecuencia:
excluido. El sentimiento predominante es el YLROHQFLD DJUHVLyQ HQ IRUPD GH UHSURFKHV
de celos, y se confunde con el amor: si es FRQVWDQWHVRELHQGLVWDQFLDHPRFLRQDO\R
muy intenso, se toma por un amor apasiona- JHRJUi¿FD HVFDVRV LQWHUFDPELRV (O SDVR
GR(OUROGHOTXHJHQHUDORVFHORVSXHGHVHU del tiempo está anulado. Soledad y desam-
¿MRRDOWHUQDGRHQWUHDPERVPLHPEURVGHOD SDURHVWiQGHVPHQWLGRV+LMRSDUDVHUQH-
SDUHMD+D\XQDSHUPDQHQWHHURWL]DFLyQGH JDGR/RVKLMRVTXHRFXSDQHVHOXJDUHQOD
la situación de a tres. No se toleran la so- familia presentan enfermedades mentales
OHGDGQLHOGHVDPSDURTXHHVWiQQHJDGRV JUDYHV
la excitación sexual y los celos casi perma- A veces, cuando sobreviene una crisis o
nentes sirven para llenar el vacío, así como VHSDUDFLyQDOJXQRRDPERVLQWHJUDQWHVGH
las conductas perversas cuando las hay. La ODSDUHMDDSDUHFHGHVFRQRFLGRRVHYHUDPHQ-
ausencia, en vez de ser entendida y sentida te perturbado. Previo a eso la estructura vin-
como tal, es vivida como una presencia in- cular hace síntoma, mostrando y expresando
WUXVDTXHHVWLPXODHOVXUJLPLHQWRGHH[FLWD- HOGHWHULRURXQHQFXDGUHHQWHODGHMXLFLR
ción y celos. UHVTXHEUDMDPLHQWR GHO DFXHUGR EiVLFR TXH
Existen varios subtipos de este tipo de ORVXQtD \GHEHKDEHUFLHUWRDFXHUGRKDVWD
vínculo: pervertidor-pervertido, celoso-ce- SDUD ORV GHVDFXHUGRV  (Q DOJ~Q PRPHQWR
OyJHQRLQKLELGRULQKLELGRHWF(OKLMRSDUD SXHGHTXHHVWDVVLWXDFLRQHVGHFRQÀLFWRHQ
ser aliado de uno u otro, para ser excluido. ODSDUHMDOHOOHJXHQDOPpGLFR
(MHPSOR XQ SDFLHQWH MRYHQ GHVDUUROOD
ESTRUCTURA DUAL una miastenia gravis e internado, sus crisis
YDQVLHQGRGRPLQDGDVJUDGXDOPHQWHHOXVR
En esta estructura predomina la fusión de de medicación es cada vez menor. En un
ORVLQWHJUDQWHVGHODSDUHMDSRULGHDOL]DFLyQ momento y contra todos los pronósticos, se
PXWXD GH DOJ~Q UDVJR SDUFLDO 6H IXHU]D UHDJXGL]DQVXVFULVLVGHGHELOLGDGPXVFXODU
XQDVLPHWUtDHQHOYtQFXORTXHVHPHMDDORV incapacidad para sostenerse, etcétera. Ate-
PHOOL]RV HQ RSRVLFLyQ D OD DVLPHWUtD TXH morizado reclama a la enfermera a su lado
LPSOLFDODFRPSOHPHQWDULHGDG (OYtQFXOR y se hace necesario un uso creciente de me-
funciona con la menor cantidad de indicios dicación. Un residente comenzó a notar que
diferenciales. Se desmienten las particulari- HVDVFULVLVQRSDUHFtDQVHUDMHQDVDODVYLVL-
GDGHVGHFDGDXQR(OFyGLJRSDUDLQVWDODU tas que su esposa le hacía y a cierta actitud
OD FRPXQLFDFLyQ HV PtQLPR 6H DGMXGLFDQ de FRTXHWHR con otros pacientes varones in-
⎛254 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

ternados a quienes, decía, “quería llevarles corporales íntimas y reiteradas, apoyadas


alivio”. Esto ponía al paciente en un estado en necesidades y deseos. La principal: las
GH IXULD VLOHQFLRVD /D PXMHU QR RFXOWDED relaciones sexuales, que culminan en una
un comportamiento hostil hacia el paciente YLYHQFLDIXVLRQDORUJLiVWLFDTXHVXSRQHXQD
desde que éste enfermara. En una entrevis- momentánea pérdida de límites. La deman-
ta con ella, el médico tratante percibía que da de ternura por medio de las caricias, los
HVWDPXMHUHVWDEDWHUULEOHPHQWHDQJXVWLDGD abrazos que representan sostén, la satisfac-
TXH HURWL]DED GHIHQVLYDPHQWH VX DQJXVWLD ción de necesidades mutuas y los cuidados
frente a este hombre enfermo e impotente a KDFHQ TXH FRQ OD FRQYLYHQFLD SURORQJDGD
causa de su enfermedad. Le terminó confe- los límites del Yo corporal de uno se am-
sando que ella necesitaba a un hombre a su plíen para incluir al cuerpo del otro y se
lado, no a un niño, a un hombre que la cui- construya en parte como representación de
GDUDTXHODKLFLHUDVHQWLUPXMHU\OHUHODWy un cuerpo compartido, un cuerpo Yo que in-
VXHxRVGHPXHUWH6LQOOHJDUDGDUVHFXHQWD FOX\HDOGHODSDUHMD/DDSDULFLyQGHORVKL-
GLVSXWDEDFRQVXPDULGRHQIHUPRXQOXJDU MRVKDFHPiVLQWHQVDHVWDIDQWDVtDGHXQ<R
de cuidado infantil. Resentida, saboteaba corporal compartido. En realidad, se apoya
los cuidados y la medicación mientras co- a la vez que se diferencia de las experien-
queteaba con otros pacientes. cias vinculares de fusión y de sostén con el
(OPpGLFRLGHQWL¿FDGRFRQHOSDFLHQWH REMHWRSULPDULR
sentía un rechazo hacia ella, se aliaba con Este Yo corporal que incluye la repre-
él, la excluía en el trato. Pero las medidas VHQWDFLyQ YLQFXODU FRQ OD SDUHMD VXIUH ODV
que tomaba con su paciente no daban el irrupciones de la realidad provenientes del
UHVXOWDGR HVSHUDGR SRU OR TXH H[SHULPHQ- DGHQWURRGHODIXHUD3RUHMHPSORVLODSDUH-
taba un molesto sentimiento de impotencia MDVHVHSDUDGHPDQHUDWHPSRUDULDRGH¿QL-
terapéutica. El médico requirió de todo un WLYDSXHGHQDSDUHFHUHQDOJXQRVFDVRVPD-
WUDEDMR DGLFLRQDO SDUD UHFRPSRQHU OD UHOD- nifestaciones de H[WUDxDPLHQWR FRUSRUDO,
ción con el paciente, incluir a la esposa en el de partes faltantes, equivalente a miembro
SURFHVRDVLVWHQFLDO\UHFXSHUDUVXOXJDUGH fantasma después de una amputación.5
médico con los límites y distancia adecuada Cuando el cuerpo de uno de los miem-
hasta que las crisis volvieron a ser cada vez bros sufre una enfermedad, un daño o un
más esporádicas y requerir menos medica- GRORU FRUSRUDO LPSRUWDQWH GD OXJDU D XQD
ción. WHQVLyQ FRQÀLFWLYD TXH QR VLHPSUH HV ELHQ
elaborada por el otro de la relación. La si-
tuación de soledad frente al desamparo, el
El Yo corporal en la pareja tomar contacto con la experiencia del límite
LQIUDQTXHDEOHGHOFXHUSRELROyJLFRGHORWUR
(QRWUROXJDU YHUFDStWXOR9,,, se hizo re- la amenaza que el daño del otro sea vivido
ferencia a primitivas experiencias corpora- como propio hace que puedan ocurrir fun-
OHVGHLQWHUFDPELRFRQORVREMHWRVGDQGROX- FLRQDPLHQWRVYLQFXODUHVUHJUHVLYRVTXHVH
JDUDOVLPXOWiQHRSURFHVRGHVLPEROL]DFLyQ PRYLOLFHODUHODFLyQHQHOHMHH[FOXVLYRGHO
GHXQDLPDJHQFRUSRUDO\GHXQ<RTXHVH amparo y del desamparo, que se desmienta
FRQ¿JXUD\GHVDUUROODDSDUWLUGHHOODVDOD ODVLQJXODULGDGGHORVFXHUSRVTXHVHSDVH
YH]TXHODVUHJLVWUD a una relación fusional en que uno se mete
(O YtQFXOR GH SDUHMD LQFOX\H HQWUH ORV totalmente en el otro, hasta hacerlo desapa-
adultos un intercambio de experiencias UHFHU9pDVHHVWHHMHPSOR

5
Ibídem.
⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD 255⎞

8QDPXMHUMRYHQVHKDEtDFDVDGRFRQXQ ción y eventualmente requirió ser derivada


GLDEpWLFRMXYHQLODPERVFDVLDGROHVFHQWHV a un psicoterapeuta. El médico percibía al-
Ella fue advertida de las posibles complica- JXQDUHODFLyQHQWUHODSpUGLGDVXIULGDHQOD
ciones de un casamiento con una persona infancia y su actitud ante la enfermedad del
tan enferma, pero “decidí que eso era lo que marido.
TXHUtD´7HQtDDKRUDDxRV\KDEtDSHUGL- (VWH FDVR PXHVWUD XQD SDUHMD XQLGD DO-
do a la madre cuando tenía sólo 5 años, lue- rededor de las vivencias de desamparo y
JRGHXQDSHQRVDHQIHUPHGDGH[SHULHQFLD desvalimiento provenientes de la historia
TXHODGHMyFRQXQDGLVSRVLFLyQTXHUHVXOWy personal de cada uno. Pero ella imponía a la
inconscientemente atractiva para su futuro enfermedad de él sus propios aspectos ne-
marido, dada su propia enfermedad. FHVLWDGRVDORVTXHOXHJRWUDWDEDGHFRQWUR-
Él, de 32 años, padecía en ese momento lar férreamente en el vínculo matrimonial.
XQD GLDEHWHV FRQ JUDYHV FRPSOLFDFLRQHV \ En estas condiciones la diabetes no podía
XQDFHJXHUDLQFLSLHQWH/DKLVWRULDHUDTXH VLQRDJUDYDUVH
ella se había dedicado a él y a su cuidado
SRUFRPSOHWR7XYLHURQGRVKLMRV\HOODGH
PRGR JUDGXDO OOHJy D FRQWURODU WRWDOPHQ- La Medicina expande
te la situación familiar, desplazándolo y los límites de la biología
reduciéndolo a la pasividad, mientras iba
asumiendo un rol cada vez más activo, en- Los modernos procedimientos anticoncep-
FDUJiQGRVHGHWRGR\GHWRGRV(OSDFLHQWH tivos han tenido un impacto importante en
TXH KDEtD ORJUDGR SHVH D VX HQIHUPHGDG ODIRUPDFLyQ\SODQL¿FDFLyQIDPLOLDU([LV-
XQSXHVWRHMHFXWLYRPX\LPSRUWDQWHHQXQD WHQ FOtQLFDV HVSHFt¿FDPHQWH GHGLFDGDV D
HPSUHVDWXYRTXHVHUMXELODGRSRULQYDOLGH] HVH¿Q$GHPiVKDQFRQWULEXLGRDFDPELRV
&XDQGR HOOD RFXSy HVH FDUJR, el paciente referidos a modos y costumbres de vivir la
WXYR XQD FULVLV KLSRJOXFpPLFD JUDYtVLPD VH[XDOLGDG OD SDUHMD HO PDWULPRQLR HWFp-
FRQULHVJRGHPXHUWH\GHELyVHULQWHUQDGR WHUD3RURWUDSDUWHSDUDODVSDUHMDVTXHQR
El médico pudo reconocer en esta ac- SRGtDQ WHQHU KLMRV R WHQtDQ GL¿FXOWDGHV OD
titud aparentemente abnegada GH OD PXMHU Medicina dispone de una serie de procedi-
una tendencia a asumir férreamente el con- mientos que han extendido las posibilida-
WURO IDPLOLDU TXH KDEtD ORJUDGR VRPHWHU \ GHVELROyJLFDVKDVWDOtPLWHVGRQGHVHFXHV-
UHGXFLUDOPDULGRHQIHUPRDXQOXJDUFDGD tionan sus fundamentos éticos y se debaten
YH]PiVGHSHQGLHQWH/XHJRGHUHFXSHUDUVH QRUPDVOHJDOHV
HOSDFLHQWHGHODFULVLVHOPpGLFRWUDEDMyHQ $OJXQRV HMHPSORV OD LQVHPLQDFLyQ DU-
el sentido de poder introducir medidas de WL¿FLDOEHEpVGHSUREHWDPDGUHVVXEURJD-
rehabilitación y recuperación ya que su mu- das, alquiler de vientre, bancos de esperma,
MHUORKDEtDUHGXFLGRSUiFWLFDPHQWHDOUROGH plantean problemas entre pater SDGUH VR-
LQYiOLGR3HURVHHQFRQWUyFRQ¿UPHVUHVLV- FLDO  \ JHQLWRU SDGUH ELROyJLFR  \ PDGUH
tencias de su parte, con amenaza de separa- ELROyJLFDQXWULHQWH\VRFLDO
XXIII
El grupo humano, la sociedad,
la cultura y la salud

Introducción FXQGDULRVIRUPDOHVRLQIRUPDOHVRUJDQL]D-
dos o no. La sociedadHVHOPD\RUJUXSRGH
Es importante considerar la salud y la enfer- referencia del individuo. Dentro de la mis-
medad no solo desde el punto de vista de la ma pertenece a una clase económico social,
SVLFRORJtDGHOLQGLYLGXR VLDFDVRHVRIXHUD vive en ciertas comunidades, participa de
SRVLEOH VLQRWDPELpQGHVGHODSHUVSHFWLYD una determinada cultura WUDEDMD HQ equi-
GHORVJUXSRVHLQVWLWXFLRQHVHQORVTXHHVWi pos LQWHJUD grupos formales o informa-
incluido. La salud de las personas depende les, se asocia a corporaciones, es miembro
HQSDUWHGHVXSHUWHQHQFLDDHVWDVRUJDQL]D- de instituciones PpGLFDV GRFHQWHV JUH-
ciones sociales. PLDOHV VHLQFOX\HHQcongregaciones VR-
6HJ~Q)UHXG³HQODYLGDDQtPLFDGHOLQ- FLDOHVSROtWLFDVUHOLJLRVDV HWFpWHUD
GLYLGXRHORWURFXHQWDFRQWRWDOUHJXODULGDG (QORVJUXSRVQXPHURVRVFDUDFWHUtVWLFRV
FRPR PRGHOR FRPR REMHWR FRPR DX[LOLDU GHORVJUDQGHVPRYLPLHQWRVGHmasas, pue-
y como rival, y por eso desde el comienzo GHOOHJDUDVHQWLUSHQVDU\DFWXDUGHPDQHUD
PLVPR OD SVLFRORJtD LQGLYLGXDO HV VLPXOWi- muy diferente de lo que lo haría en soledad.
QHDPHQWH SVLFRORJtD VRFLDO HQ HVWH VHQWLGR (QODPDVDODTXHVHFRQIRUPDSRUHMHPSOR
PiVODWRSHURHQWHUDPHQWHOHJtWLPR´<PiV en un estadio deportivo, su afectividad está
DGHODQWH DJUHJD ³/D 3VLFRORJtD FROHFWLYD LQWHQVL¿FDGD\VXDFWLYLGDGLQWHOHFWXDOVHYH
VRFLDO FRQVLGHUDDOLQGLYLGXRFRPRPLHP- reducida.
bro de una tribu, un pueblo, de una casta, de (QFDGDXQRGHHVWRVOXJDUHVHOVXMHWR
una clase social, de una institución o como es atravesado por valores, normas, creen-
elemento de una multitud humana, que en un FLDV LGHRORJtDV WUDGLFLRQHV HVWLORV GH
PRPHQWRGDGR\FRQXQGHWHUPLQDGR¿QVH YLGDHWFpWHUDTXHHQGH¿QLWLYDORFRQ¿JX-
RUJDQL]DHQXQDPDVDRFROHFWLYLGDG´1 UDQ1LQJXQDGHHVWDVVLWXDFLRQHVJUXSDOHV
/D6RFLRORJtDHVWXGLDORVJUXSRVKXPD- HV DMHQD D ORV SURFHVRV GH VDOXG \ HQIHU-
QRV JUDQGHV R SHTXHxRV SULPDULRV R VH- medad.

)UHXG6³3VLFRORJtDGHODV0DVDV\$QiOLVLVGHO<R´  (QObra completa;9,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV


1
⎛258 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

/D LGHD FHQWUDO GH HVWDV FRQVLGHUD- PDU HO SURSLR<R GHO VXMHWR DQiORJDPHQWH
FLRQHV HV TXH XQ JUXSR KXPDQR HQ DORWURWRPDGRFRPRPRGHOR(QHOJUXSR
FXDOTXLHUD GH ODV FRQ¿JXUDFLRQHV TXH HOLQGLYLGXRGHVFXEUHXQUDVJRFRP~QFRQ
DGRSWHHVDOJRPiVTXHODVXPDGHVXV RWUDSHUVRQDTXHQRHVREMHWRGHVXVSXOVLR-
integrantes considerados individual- nes sexuales.
PHQWH\TXHHVWDPDQHUDGHDJUXSDUVH
\GHRUJDQL]DUVHLQFLGHHQORVSURFHVRV El grupo es una reunión de individuos
GHVDOXG\HQIHUPHGDG TXH KDQ UHHPSOD]DGR VX LGHDO GHO <R
por el mismo objeto, el líder, a conse-
cuencia del cual se ha establecido entre
El grupo humano HOORV XQD LGHQWL¿FDFLyQ SDUFLDO \ UHFt-
proca.
/RVVHUHVKXPDQRVVRQDQLPDOHVJUHJDULRV
tienden a estar en compañía, a permanecer La camaradería, el compañerismo, la
unidos, a reunirse formal o informalmente, DPLVWDG VXUJHQ HQ ORV JUXSRV SRU LGHQWL¿-
HVSRQWiQHD R GHOLEHUDGDPHQWH 6H FRQJUH- cación recíproca entre los miembros. La
JDQHQgruposJUDQGHVRSHTXHxRV/RVLQ- hostilidad, presente en todo tipo de vínculo,
WHJUDQWHVGHXQJUXSRWLHQGHQDLGHQWL¿FDUVH se reprime y se establecen lazos sociales.
recíprocamente entre ellos por ideas, intere- La rivalidad, los celos desaparecen por lo
ses, valores, creencias, acciones en común, PHQRV HQ OR PDQL¿HVWR SRU LGHQWL¿FDFLyQ
etcétera, y en torno a un líder que los re- 7RGRV VRQ LJXDOHV \ VH UHFRQRFH XQ ~QLFR
presente. Los individuos también pueden MHIH&RPSDUWHQODLOXVLyQGHTXHWRGRVVRQ
DLVODUVHPDUJLQDUVHRH[FOXLUVHGHORVJUX- DPDGRVSRULJXDOFRQDPRUMXVWR\HTXLWD-
pos, sea defensivamente por temor a perder WLYRSRUHOOtGHUGHOJUXSRRTXLHQRFXSHVX
VXLGHQWLGDGVHDSDUDSURWHJHUVXQHFHVDULD OXJDU/DKRVWLOLGDG\ODULYDOLGDGFRQWHQLGD
DXWRQRPtD'HHVWDPDQHUDVHJHQHUDXQD y transformada en amistad están en la base
FLHUWDWHQVLyQHQWUHSHUWHQHFHUDORVJUXSRV de los sentimientos sociales.
\SRGHUORJUDULQGHSHQGHQFLDGHHOORV La teoría psicoanalítica supone que la
¢3RUTXpVHDJUXSDQORVVHUHVKXPDQRV" vida en sociedad reposa sobre la renuncia
Se supone que a nivel humano no existe un a las necesidades pulsionales, sexuales y
LQVWLQWR JUHJDULR VLQR lazos psicológicos DJUHVLYDVDODHQGRJDPLDDODVSHUYHUVLR-
TXH KDFHQ TXH ODV SHUVRQDV VH MXQWHQ \ VH nes. Todos los esfuerzos de la educación
DJUXSHQ(OEHEpKXPDQRKDFUHFLGR\VHKD HVWiQGHWUiVGHHVWRVREMHWLYRV\HQODH[DO-
GHVDUUROODGRSVLFROyJLFDPHQWHHQPHGLRGH tación de ciertos valores compartidos. Por
una trama de intensos vínculos con sus ob- HMHPSORQXHVWUDVRFLHGDGWUDWDGHLPSRQHU
MHWRVSULPDULRV(QODPHGLGDHQTXHVHYD VLQ PXFKR p[LWR  HO LGHDO GH TXH HO DPRU
VRFLDOL]DQGRGHVSOLHJDOD]RVDIHFWLYRVFRQ GHEH VHU KHWHURVH[XDO H[RJiPLFR JHQLWDO
REMHWRVGHQWUR\OXHJRIXHUDGHOHQWRUQRID- PRQRJiPLFR\OHJtWLPR
PLOLDU7DPELpQVHYDLQWHJUDQGRDGLVWLQWRV Debe asimismo reconocerse al hombre
JUXSRVVRFLDOHVDORVTXHVHYLQFXODSRUHO XQDEXHQDFXRWDGHDJUHVLYLGDG\XQDSUR-
amor que cohesiona entre sí a sus miem- verbial hostilidad. Los preceptos culturales
bros. \UHOLJLRVRVLPSRQHQHYLWDUODDQLTXLODFLyQ
/DHVHQFLDGHODIRUPDFLyQJUXSDOUHSR- HQWUH ODV SHUVRQDV H[LJHQ LGHQWL¿FDFLRQHV
sa en el establecimiento de lazos libidinales entre ellos, y que se entablen vínculos amis-
HQWUH ORV LQWHJUDQWHV \ HQWUH FDGD XQR GH WRVRV ³$PDRV ORV XQRV D ORV RWURV´  (V
HOORV\HOOtGHU/DLGHQWL¿FDFLyQHVRWUDIRU- SRVLEOHTXHRULJLQDULDPHQWHODYLGDKXPD-
ma de enlace afectivo, que aspira a confor- na en común solo se tornara posible cuando
⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG 259⎞

VHOOHJyDUHXQLUXQDPD\RUtDPiVSRGHURVD OLGDGHV6HJHQHUDQOD]RVSHUVRQDOHVLQWHQ-
que cada uno de los individuos, que permitió sos, emocionales, donde todos se conocen.
sostener la idea de la Justicia y el Derecho /D IDPLOLD HV IXQGDPHQWDOPHQWH XQ JUXSR
SDUDWRGRVHQOXJDUGHGLULPLUORVFRQÀLFWRV primario.
individualmente por la fuerza bruta. Los grupos secundariosSHUVLJXHQ¿QHV
Al servicio de la libido, la cultura se im- determinados con una estructura de funcio-
pone sobre la humanidad para contener la QDPLHQWRTXHULJHQODVUHODFLRQHVHQWUHODV
OXFKD GH WRGRV FRQWUD WRGRV 6LQ HPEDUJR partes y determinan los roles de las perso-
ese ideal se rompe permanentemente y los nas. Tienen una tarea de por medio. Son los
seres humanos tienden a resolver sus con- JUXSRV TXH LQWHJUDQ ODV JUDQGHV RUJDQL]D-
ÀLFWRV SRU HO SRGHU GH OD IXHU]D HQ OXJDU FLRQHV R LQVWLWXFLRQHV PpGLFDV MXUtGLFDV
GHOSRGHUGHODMXVWLFLD'HVGHVXOXJDUHQ SROtWLFDVUHOLJLRVDVHWFpWHUD $GLIHUHQFLD
OD IDPLOLD ORV QLxRV VH LGHQWL¿FDQ HQWUH Vt GHORVJUXSRVSULPDULRVHQORVVHFXQGDULRV
\ GHVGH DKt FODPDQ SRU MXVWLFLD VL XQR QR las relaciones entre los individuos son más
HV HO SUHIHULGR GH ORV SDGUHV TXH QLQJXQR formales o impersonales. Uno de los ries-
ORVHD(OVHQWLPLHQWRGHMXVWLFLDVRFLDOVLJ- JRV HV TXH VH EXURFUDWLFHQ R TXH XQ JUX-
QL¿FDTXHQRVUHKXVDPRVFRVDVDQRVRWURV SRVHFXQGDULRRGHWUDEDMRVHWUDQVIRUPHD
mismos para que los demás tampoco pue- YHFHVHQJUXSRSULPDULR&XDQGRHOORRFX-
dan reclamar. rre, los vínculos se contaminan, se viven
La sociedad se vale de un poderoso re- LQFRQVFLHQWHPHQWHFRPRREMHWRVIDPLOLDUHV
FXUVRSDUDQHXWUDOL]DUODDJUHVLyQHQWUHVXV ORTXHSURYRFDWRGRWLSRGHFRQÀLFWRV$Vt
PLHPEURVHVLQWHUQDOL]DGDGLULJLGDFRQWUD VXFHGHDYHFHVSRUHMHPSORHQORVHTXLSRV
el propio Yo, incorporándose al Superyó el médicos.
PLVPR JUDGR GH DJUHVLYLGDG GLULJLGR SUH-
viamente a las otras personas. El precio que
VHSDJDHVHOVHQWLPLHQWRGHFXOSD\ODQH- El ejemplo de grupo
FHVLGDGGHFDVWLJR3HRUD~QSRUTXHODFRQ- en Medicina:
ciencia moral o Superyó equipara el deseo el equipo interdisciplinario
con su realización.
En la Medicina moderna, el crecimiento
3RUHVDVFRQVLGHUDFLRQHVHVTXHODLQ- de las Ciencias Básicas y el formidable de-
serción del hombre en la cultura le ge-VDUUROORWHFQROyJLFRKDQJHQHUDGRHOIHQy-
nera inevitablemente malestar, puesto meno de la sobre especialización y la consi-
TXHGHEHHYLWDUDTXHOORTXHPiVGHVHD JXLHQWHIUDJPHQWDFLyQGHOFXLGDGRPpGLFR
\FRQIRUPDUVHFRQVXVWLWXWRV2 Atrás ha quedado la asistencia individual y
artesanal del paciente.
Hoy es cada vez más necesario que el
Grupo primario médico entre a formar parte de equipos in-
y secundario terdisciplinarios, conformados por varios
especialistas y distintos auxiliares de la
6H GLVWLQJXHQ ORV grupos primarios y se- PHGLFLQD6HWUDWDGHXQJUXSRVHFXQGDULR
cundarios. Los primariosVRQJUXSRVHQORV que debe funcionar de manera estable, tie-
que la relación entre sus miembros es di- QHGH¿QLGRFODUDPHQWHXQSURSyVLWR\XQD
recta. Se caracterizan por una asociación y tarea en común y con un líder. Otras veces
cooperación íntima, de fusión de individua- VHLQWHJUDGHPDQHUDLQIRUPDO\SRULPSR-
2
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛260 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

sición de las circunstancias. Las relaciones ble o esporádica, a los equipos médicos, en
entre los miembros tienden a profundizar- VXVQHFHVLGDGHV\FRQÀLFWRV
VHFRQHOWLHPSR\WRUQDUVHFRQÀLFWLYDV$
PHQXGR VH JHQHUDQ OXFKDV HQWUH GLVWLQWRV &RQOD,QWHUFRQVXOWDPpGLFRSVLFROyJL-
sectores que no comparten el mismo es- FD VH FRQWULEX\H D EULQGDU XQD PHMRU
TXHPD UHIHUHQFLDO HO PpGLFR \ HO SVLFR- DVLVWHQFLD \ D FXLGDU OD VDOXG PHQWDO
OyJLFR RGLVWLQWRVHQIRTXHV JHQHUDOLVWDR GHOHTXLSRPpGLFR\GHVXVLQWHJUDQWHV
HVSHFLDOLVWD  R VXSXHVWDV MHUDUTXtDV Pp-
GLFRV R SDUDPpGLFRV  R WDUHDV LQVDOXEUHV
FXLGDGRVLQWHQVLYRVXRQFROyJLFRV RSUR- Factores sociales y salud
blemas institucionales. En todas estas cir-
FXQVWDQFLDVVHSXHGHQJHQHUDUFRQÀLFWRV\ El llamado modelo biopsicosocial sostiene
luchas de poder donde el narcisismo de los TXHORVSURFHVRVELROyJLFRVHPRFLRQDOHV\
PLHPEURVKDFHHVWUDJRV sociales están involucrados en el desarro-
(O WLSR GH OLGHUD]JR PpGLFR GHPRFUi- llo, curso y pronóstico de las enfermeda-
WLFR PHVLiQLFR DXWRULWDULR HWFpWHUD  GHEH GHV \ TXH VH UHTXLHUH XQ DERUGDMH FOtQLFR
ser analizado porque en buena medida LQWHJUDOGHOSDFLHQWH/DVYDULDEOHVVRFLD-
dará cuenta del funcionamiento y del ren- les son tan importantes en los procesos de
GLPLHQWR GHO HTXLSR 1XPHURVRV WUDEDMRV VDOXG\HQIHUPHGDGFRPRODVELROyJLFDV\
FLHQWt¿FRVGHPXHVWUDQODLQFLGHQFLDGHHVRV SVLFROyJLFDV
FRQÀLFWRV HQWUH SDUHV \ FRQ HO OtGHU VREUH Una manera de corroborar esta hipótesis
ODWDUHDPpGLFD$VXYH]FRPRHOWUDEDMR es recurrir al estudio de la relación de da-
PpGLFR HQ HVRV FDVRV HV GH DOWD FRPSOHML- WRV HSLGHPLROyJLFRV HQWUH JUXSRV VRFLDOHV
GDG VX UHVXOWDGR VH UHÀHMDUi VREUH HO IXQ- y pautas de salud y enfermedad. Se cruzan
cionamiento del equipo.3 También se hace YDULDEOHV HSLGHPLROyJLFDV GH HGDG VH[R
PHQFLyQDOVXIULPLHQWRGHVXVLQWHJUDQWHV\ raza y variables socioeconómicas. Pero
la pérdida de su calidad de vida. Un destino WDPELpQKD\JUDQFDQWLGDGGHHVWXGLRVTXH
posible: el burnout. UHODFLRQDQ ODV YDULDEOHV ELROyJLFDV FRQ ODV
Se han propuesto numerosos procedi- psicosociales.
mientos para superar los problemas que se Edad: La incidencia de enfermedades
JHQHUDQ HQ ORV HTXLSRV LQWHUGLVFLSOLQDULRV depende de la edad. En la infancia prevale-
El enfoque tradicional es el del llamado FHQODVHQIHUPHGDGHVDJXGDVHLQIHFFLRVDV
grupo Balint: un analista se reúne perió- Entre las personas mayores de 65 años, el
GLFDPHQWH FRQ ORV LQWHJUDQWHV GHO HTXLSR  SDGHFH HQIHUPHGDGHV HQ ODV TXH SUH-
SDUDH[SORUDU\UHVROYHUORVFRQÀLFWRV\ODV valecen las crónicas –artritis, hipertensión,
DQVLHGDGHVTXHVHJHQHUDQHQHOWUDQVFXUVR enfermedad cardíaca, cataratas.5
de la tarea médica. Más recientemente, en La edad y la mayor expectativa de vida:
nuestro país hay una experiencia muy rica &DGDYH]HVPD\RUODSURSRUFLyQGHJHQWH
\ YDULDGD JHQHUDGD FRQ OD OODPDGD Inter- GH HGDG HQ  XQ QRUWHDPHULFDQR YLYtD
consulta médico psicológica4: el servicio XQSURPHGLRGHDxRVDKRUDPiVGH
GH3VLFRSDWRORJtDGHOKRVSLWDOJHQHUDOWLHQH *pQHUR/DVPXMHUHVYLYHQPiVTXHORV
DVXFDUJRODWDUHDGHDVLVWLUGHPDQHUDHVWD- hombres; al nacer tienen una expectativa

3
&DIIDUDWWL1)HUUDUL+/XFKLPQD1³$VSHFWRV3VLFROyJLFRVHQOD8QLGDG&RURQDULD´(Q%HUWRODVL&-7URQJpUnidad
&RURQDULD5ROGHOD(QIHUPHUD Intermédica Ed., Buenos Aires, 1972.
4
Ferrari H, Luchina I, Luchina N. Interconsulta Médico Psicológica en el Marco Hospitalario. Nueva Visión, Bs. As., 1971.
5
&RFNHUKDPP:&0HGLFDO6RFLRORJ\(GJOHZRRG&OLIIV1-3UHQWLFH+DOO
⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG 261⎞

GH YLGD GH  FRPSDUDGD FRQ  GH El acceso a los servicios médicos se ha
ORV YDURQHV   /RV KRPEUHV WLHQHQ deteriorado en los últimos años para las per-
PD\RUWDVDGHPRUWDOLGDGTXHODVPXMHUHV VRQDVFRQEDMRVLQJUHVRV7LHQHQPHQRVUH-
pero éstas tienen mayor morbilidad e ín- FXUVRVQRSXHGHQSDJDUHOWUDQVSRUWHUHFR-
dices de consulta a los servicios médicos. nocen menos los síntomas, no pueden salir
¿Por qué? El estilo de vida del hombre, GHOWUDEDMRROHVFXHVWDFRQFXUULUDVHUYLFLRV
RFXSDFLRQHV PiV ULHVJRVDV PiV GURJDV \ públicos sobresaturados. Muchos de ellos
alcohol. En cualquier edad, los hombres ya vienen tratados por un curador o healer.
tienen mayores tasas de enfermedades (Q((88XQDGHFDGDSHUVRQDVFDUHFH
del corazón, cáncer, accidentes cerebro- de cobertura médica y depende de hospita-
YDVFXODUHV MXQWR D KRPLFLGLRV VXLFLGLRV OHVS~EOLFRVPDODWHQGLGRV(QOD$UJHQWLQD
\ DFFLGHQWHV /D PXMHU UHVWULQJH PiV VXV los índices son peores.
actividades por problemas de salud, pierde &XDQGR ODV SHUVRQDV WLHQHQ DOJ~Q PD-
PiVGtDVGHWUDEDMRHVWiPiVHQFDPDTXH lestar lo comentan primero a sus familiares,
HOKRPEUH/DPXMHUGREODODVYLVLWDVDORV DPLJRV FRPSDxHURV GH WUDEDMR 6H HVWD-
médicos y pasa más días internada que el blece toda una red social de personas que
KRPEUH VL VH H[FOX\HQ ORV SUREOHPDV GH UHDFFLRQDQ±KDFHQVXJHUHQFLDVLQGLFDQPH-
UHSURGXFFLyQHVHO 8VDPiVUHFHWDV dicamentos, recomiendan curadores, médi-
y psicofármacos que el hombre.6 Pero, a cos, etcétera– a través de la que se evacua
diferencia del hombre, tiende a estar más el problema y se le da respuesta. Si es una
OLJDGDDXQVRORPpGLFR FRQJUHJDFLyQVHDRQRUHOLJLRVDVXSHVRHV
&RQUHODFLyQDODSDUHMDHOKRPEUHVRO- GHFLVLYR D OD KRUD GH ODV GH¿QLFLRQHV SRU
WHUR WLHQH XQ ULHVJR PD\RU VREUH VX VDOXG HMHPSORGLULJLUDOSDFLHQWHKDFLDOD0HGL-
TXHODPXMHUVROWHUD(OHVWLORGHYLGDFDP- FLQDR¿FLDORDDOJXQRGHORVFDPLQRVTXH
bia para el hombre dramáticamente con la ofrecen las Medicinas Alternativas. Si el
SDUHMD\FRQODSDWHUQLGDG/DPXMHUQRSD- SDFLHQWHOOHJDDOPpGLFRHQHVWDVFRQGLFLR-
UHFHGHULYDUHVWRVEHQH¿FLRVSDUDVXVDOXG nes, es esencial que éste conozca todo ese
entorno social, pueda que necesite incluirlo
más que excluirlo, mientras su relación con
La decisión y HOSDFLHQWHVHD¿DQ]D
el momento de consultar

Para un paciente que está sufriendo un in- Rol social de enfermo


farto consultar tempranamente es decisivo.
La mortalidad de las consultas tempranas )XH GHVFULWR SRU HO VRFLyORJR 7DOERWW 3DU-
HQHOLQIDUWRHVGHXQ\ODVWDUGtDVGH son, en 1951: en las sociedades occidenta-
2SHUDQIDFWRUHVSVLFROyJLFRVFRPRHO OHVODSHUVRQDTXHHQIHUPDWLHQHRWRUJDGRV
PHFDQLVPR GH OD QHJDFLyQ SHUR WDPELpQ dos derechos: está exceptuada de activida-
factores sociales: se recurre más rápido si GHVVRFLDOHVGHWUDEDMRGHUHVSRQVDELOLGDG
ODSDUHMDHVWiSUHVHQWHVLRFXUUHGXUDQWHOD y no puede ser culpabilizada ni responsabi-
VHPDQDPiVHQHOWUDEDMRTXHHQFDVDPH- lizada por su condición de enferma. A cam-
QRVVLHVHQHO¿QGHVHPDQDVLHOSDFLHQWH ELRODVRFLHGDGHVSHUDTXHQRVHUHVLJQHD
SHUWHQHFHDXQDFODVHVRFLRHFRQyPLFDEDMD su enfermedad, que colabore con el médico
o a una sociedad que valora el estoicismo y la familia en ponerse bien. Los pacientes
frente al dolor. que no cooperan son FDxRV lo que a veces
6
9HUEUXJJH/0³*HQGHUDQG+HDOWKDQXSGDWHRQK\SRWKHVHVDQGHYLGHQFH´-+HDOWK6RF%HKDY
⎛262 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

DXWRUL]D DO PpGLFR D KDFHUOR REMHWR GH VX tra vida de nuestros antepasados animales
hostilidad.7 \ TXH VLUYHQ D GRV ¿QHV OD SURWHFFLyQ GHO
¿Cómo sienten las personas el cuidado VHUKXPDQRIUHQWHDODQDWXUDOH]D\ODUHJX-
VRFLDOGHVXVDOXG"+DPHMRUDGRPXFKROD lación de los vínculos recíprocos entre los
H[SHFWDWLYD GH YLGD OD WHFQRORJtD PpGLFD hombres”.9 Cultura y civilización son dis-
hay un menor índice de mortandad, pero los tintos nombres con los que se denomina al
síntomas y el malestar con el cuidado de la proceso de humanización que nos aparta de
salud es creciente. Tiene que ver con pro- la naturaleza. Aunque hay diferencias entre
EOHPDVFUyQLFRV\FRQFLHUWDUHGH¿QLFLyQGH ellos no es esencial a nuestro propósito ha-
TXHMDVRPDOHVWDUHVLQHVSHFt¿FRVFRPRen- cer distinciones.
fermedadSRUHMHPSORORZEDFNSDLQ. /DFXOWXUDVHGH¿QHFRPRODFDSDFLGDG
exclusivamente humana de crear y transmi-
WLUGHJHQHUDFLyQHQJHQHUDFLyQXQPHGLR
Intervenciones distinto al natural y en el que el individuo
psicosociales y salud transita su existencia, como diversidad de
ideas, criterios y conductas de diferentes
El valor de incluir variables sociales en el estu- JUXSRV GH VHUHV KXPDQRV DTXHOOR TXH ORV
dio de las enfermedades es su respuesta favora- caracteriza. Son los modos predominantes
ble a intervenciones psicoterapéuticas. Proveer de vida en una sociedad dada, marca se-
WUDWDPLHQWRSVLFROyJLFRDSDFLHQWHVFRQSUREOH- PHMDQ]DV\GLIHUHQFLDVHQWUHFRPXQLGDGHV
mas de salud mental reduce el uso de cuidados JUXSRVVRFLDOHVHWQLDVHWFpWHUDIXQGDPHQ-
médicos, especialmente primarios. Lo mismo talmente valores.
ocurre con enfermedades como diabetes, hi- Los valores culturales circulan amplia-
pertensión y enfermedades crónicas respirato- mente en la sociedad sin que nos demos
rias con menor costo médico. cuenta cuán atrapados estamos en ellos.
+D\XQWUDEDMRFOiVLFRGH6SLHJHOVREUH Pero, ¿cómo se instalan los valores en la
HOWHPDWRPDURQSDFLHQWHVFRQFiQFHUGH mente y cómo nos determinan? Fue men-
SHFKR \ PHWiVWDVLV HQ JUXSRV WHUDSpXWLFRV FLRQDGRHQRWUROXJDUTXHHQODFXOPLQDFLyQ
GHDSR\RGXUDQWHXQDxRFRQXQJUXSRGH GHO&RPSOHMRGH(GLSRVHLQWUR\HFWDDORV
SDFLHQWHVFRQWURO$ORVDxRVGHOHVWX- padres como Superyó o conciencia moral y
GLRODVPXMHUHVGHOSULPHUJUXSRKDEtDQYL- con ellos los valores sociales y familiares
vido 36,6 meses de promedio, tuvieron una que representan. Una parte del mismo, de-
PHMRUFDOLGDGGHYLGDPLHQWUDVHQHOJUXSR nominado Ideal del Yo, incorpora los valo-
FRQWUROODVREUHYLGDIXHGHPHVHV UHVRLGHDOHVDORVTXHHO<RGHEHUiVXMHWDUVH
en adelante, los atesora como valiosos por-
TXHHVWiQFDUJDGRVGHOQDUFLVLVPRLQIDQWLO
La presencia de los valores Los valores funcionan como fundamento de
de la cultura en la salud y la concepción del mundo y de la vida.
la enfermedad Los valores de la cultura se comunican
GH JHQHUDFLyQ HQ JHQHUDFLyQ GH SDGUHV D
6HJ~Q)UHXGODFXOWXUDGHVLJQD³ODVXPDGH KLMRVDWUDYpVGHORVPRGHORVLGHQWL¿FDWR-
operaciones y normas que distancian nues- ULRVIDPLOLDUHV\SRUORJHQHUDOVLQFXHVWLR-

7
Parsons, T. The Social Sistem. The Free Press, New York, 1951.

6SLJHO'.UDHPHU+&%ORRP-5³(IIHFWRISV\FKRVRFLDOWUHDWPHQWRQVXUYLYDORISDWLHQWVZLWKPHWDVWDWLFEUHDVWFDQFHU´
/DQFHW
9
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG 263⎞

namientos. La transmisión es inconsciente, WUDWDPLHQWR 6X SUHVHQFLD VH PDQL¿HVWD


SURYHHXQFRQWH[WRGHVLJQL¿FDGRVTXHDWUD- en la pluralidad de procedencias étnicas
YLHVDQDORVVXMHWRVTXHODFRPSRQHQFRPR y niveles socioculturales en los hospitales
YtQFXORV WUDQVXEMHWLYRV 6H FRPSDUWHQ FRQ públicos. La cultura tiene también valores
los otros a través del lenguaje, principal sobre lo que es útil, como las manifesta-
instrumento de comunicación de valores ciones del orden y la limpieza, o aparen-
FXOWXUDOHV (O OHQJXDMH SUHH[LVWH DO LQGLYL- temente inútil, como la belleza. El orden
duo y lo trasciende después de su muerte. permite el máximo aprovechamiento del
espacio y del tiempo. La limpieza sustenta
En tanto se despliega en el tiempo, la ODVSUiFWLFDVKLJLpQLFDVGHOD0HGLFLQD¢<
cultura es historia: el hombre es un ser la belleza?
VRFLDO GH YDORUHV FXOWXUDOHV \ GH KLV- Se han señalado ciertos valores cultura-
toria. OHVUHOLJLRVRVUHODFLRQDGRVFRQODVDOXGSRU
HMHPSOR ORV GH la ética judeocristiana de
&DGD FXOWXUD GH¿QH \ SULRUL]D FLHUWRV UHVLJQDFLyQ\VRPHWLPLHQWRDOVXIULPLHQWR
valores sociales: las creaciones ideales del para la salud y la enfermedad suponen que
KRPEUH3RUHMHPSORODLGHDGHODSHUIHF- Dios ama a los necesitados, a los humildes
ción del individuo o de la humanidad ente- y enfermos, a los que le temen. Si uno está
UDGHOSURJUHVRFXOWXUDOODVLOXVLRQHVUHOL- enfermo, Dios lo va a tratar con conside-
JLRVDVR¿ORVy¿FDVORVPDQGDPLHQWRVFXO- ración, será perdonado, ayudado, le estará
turales, qué sentido tiene la vida, la muer- permitido ser pasivo, dependiente, ser rele-
te, los derechos humanos o la salud para vado de su responsabilidad. El desampara-
FDGD FRPXQLGDG ¢4Xp YDORU VH OH RWRUJD GRWLHQHXQYDORUPHULWRULR KD\UHIHUHQFLDV
a la vida humana o a la vida mental, como HQHO$QWLJXR\1XHYR7HVWDPHQWR 
consideración fundamental o como valor Variadas culturas proveen modelos ex-
supremo? ¿Qué valores tienen prioridad en plicativos diferentes para la salud y la en-
la relación médico paciente, los éticos o los IHUPHGDG )RVWHU KD GLVWLQJXLGR HQWUH sis-
económicos? temas médicos personalísticos y natura-
Los procesos de salud y enfermedad lísticos basados en la orientación predomi-
WLHQHQOXJDUHQHOVHQRGHXQDGHWHUPLQDGD nante de la teoría de la enfermedad. En los
FXOWXUDTXHOHVDVLJQDYDORUHVGHWHUPLQDGRV primeros, la enfermedad es entendida como
,QFOX\H FUHHQFLDV \ FRQYLFFLRQHV DUUDLJD- el resultado de fuerzas sobrenaturales que
GDV DFHUFD GH OR TXH HV VDOXG \ HQIHUPH- DWDFDQFRQPDJLDREUXMHUtDROLJDGDDXQ
GDG OR TXH HV QRUPDO R SDWROyJLFR R TXp destino malévolo, donde el tratamiento con-
importancia se le debe dar a la prevención. siste en rituales o trance para sobreponerse
$ YHFHV HQWUDQ HQ FRQÀLFWR SRU HMHPSOR a esas fuerzas. Los sistemas naturalísticos,
durante bastante tiempo, las convicciones que incluyen las medicinas tradicionales, se
UHOLJLRVDVVHHQIUHQWDURQFRQORVQHFHVDULRV basan en el balance de los elementos corpo-
planes de prevención del SIDA. rales, la pérdida de equilibrio en la enferme-
Además, cada cultura tiene pautas de dad; la responsabilidad es del paciente, el
vida referidas a la crianza de los niños, las examen de los síntomas y la terapia tienden
dietas, la actitud frente al cuidado corpo- a restaurar el balance natural del cuerpo. La
UDOHOFLJDUULOORHODOFRKROODVGURJDVOD concepción cultural predominante se asocia
sexualidad, el duelo, etcétera, la decisión a la interpretación personal que el paciente
de consultar, a quién, cuándo, el tipo de le da a la enfermedad.

)RVWHU*0³'LVHDVHHWLRORJLHVLQQRQ:HVWHUQ0HGLFDO6\VWHPV´Am Anth
⎛264 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Hay variaciones culturales en la actitud Salud Mental


frente al dolor y la manera de comunicar- y Medicinas Alternativas
OR6LELHQORVSDFLHQWHVLWDOLDQRV\MXGtRV
norteamericanos se describen como emo- A menudo los tratamientos no convencionales
tivos frente al dolor, los primeros parecen hacen sentir mejor a la gente, aun cuando
más preocupados por un alivio inmediato ODVWHRUtDVTXHORVDFRPSDxDQVHDQLQJHQXDV
PLHQWUDVORVVHJXQGRVHVWiQPiVDQVLRVRV
por las implicancias del dolor para la salud DR. E. CAMPION,
y el bienestar de la familia. Los norteame- 1HZ(QJODQG-RXUQDORI0HGLFLQH, 1993
ULFDQRV HQ FDPELR SUH¿HUHQ QR TXHMDUVH
porque “no vale la pena” y se limitan a co- Las llamadas Medicinas Alternativas,
municar el dolor.11 QRFRQYHQFLRQDOHVRQRR¿FLDOHVVRQGL-
ItFLOHVGHGH¿QLUSRUTXHDEDUFDQXQJUXSR
El modelo biomédico, tal como se lo PX\JUDQGH\KHWHURJpQHRGHSUiFWLFDV\
conoce en las naciones industrializadas, FUHHQFLDV$OJXQDV ELHQ FRQRFLGDV RWUDV
funciona también como una subcultura, un misteriosas o esotéricas, unas inocuas,
FyGLJR TXH LQFOX\H FUHHQFLDV YDORUHV \ RWUDVSHOLJURVDV6HUH¿HUHQDDFWLYLGDGHV
prácticas que sus cultores creen absoluta- en torno a la salud y las enfermedades con
mente FLHQWt¿FDV\REMHWLYDV6LQHPEDUJR ODV TXH OD FRPXQLGDG PpGLFD HQ JHQHUDO
ORV HVWXGLRV GH $QWURSRORJtD 0pGLFD KDQ no está de acuerdo, ni se las enseña sis-
demostrado que este modelo biomédico pre- temáticamente en las escuelas médicas.
dominante hoy en Medicina es el producto 6LQHPEDUJRODPLWDGGHVXVSUDFWLFDQWHV
de un contexto cultural especial similar al VRQPpGLFRVHOUHVWRQRHVWiR¿FLDOPHQWH
GHRWURWLSRGHFUHHQFLDV6HRULJLQyFXDQ- acreditado. Se incluyen, para mencionar
GRHOGXDOLVPRPHQWHFXHUSRLQ¿OWUyEXHQD solo unas pocas:
SDUWHGHOSHQVDPLHQWRGH2FFLGHQWH\MXQWR
con el positivismo formó parte esencial de /DVTXHUHTXLHUHQHOR¿FLRGHXQ cura-
la tradicional teoría biomédica. Una de sus dor FRPR OD DFXSXQWXUD TXLURSUiF-
ideas, sostenida como un valor no demostra- tica, técnicas de relajación, hipnosis,
do, es que la enfermedad es un proceso que masajes, homeopatía, cura espiritual,
DWDFDHOFXHUSRELROyJLFRFRQH[FOXVLYLGDG bioenergética, cura religiosa etcétera.
\pVWHGHEHVHUVRORHOREMHWRGHO¿QWHUDSpX- /DVTXHSXHGHQautoadministrarse, una
tico. Pero el propio sistema biomédico no variedad de recursos supuestamente
es uniforme en occidente: hay culturas bio- terapéuticos FRPR ODV ÀRUHV GH %DFK
PpGLFDVGLIHUHQFLDOHVVHJ~QGLVWLQWRVSDtVHV la macrobiótica, las megavitaminas,
y tradiciones médicas, como se nota en la \HUEDV PHGLFLQDOHV VXSOHPHQWRV GLH-
distinta aproximación clínica y terapéutica téticos.
FRQ TXH HQ GLIHUHQWHV OXJDUHV VH WUDWDQ ODV
mismas enfermedades. Estas prácticas están sumamente difun-
Las llamadas Medicinas Alternativas y didas. Un estudio reciente12 reveló que so-
ODVFXUDFLRQHVUHOLJLRVDVVRQXQHMHPSORGH EUHHQWUHYLVWDGRVGHFDGDPDQL-
la presencia cultural de valores y creencias festó haber utilizado por lo menos una te-
en torno a la salud y la enfermedad. rapia no convencional el año anterior y un

=ERURZVNL0³&XOWXUDOFRPSRQHQWVLQUHVSRQVHWRSDLQ´-6RF,VVXHV
11

12
(LVHQEHUJ'0\RWURV³8QFRQYHQWLRQDO0HGLFLQHLQWKH8QLWHG6WDWHV3UHYDOHQFHFRVWVDQGSDWWHUQVRIXVH´1(QJO-
Med 
⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG 265⎞

tercio de ellos había visitado a un curador YHJHWDULDQDV FXDOTXLHUFRVDTXHVHDPH-


no médico. La mayoría usaba las terapias QRVDUWL¿FLDOPHQRVHODERUDGRORFUXGR
no convencionales para malestares cróni- sobre lo cocido. Hablan de estar en paz
FRV GRORUGHHVSDOGDDOHUJLDVDUWULWLVLQ- con la naturaleza y unido a ella de una
somnio, dolor de cabeza, presión arterial, manera trascendente. Los remedios son
PDOHVWDUHV JiVWULFRV  PHQRV SDUD SURFH- naturales ODV KLHUEDV HO FDUWtODJR GH WL-
sos que amenazan la vida, como cáncer burón, la crotoxina, las Flores de Bach, el
o tumores. De los que utilizaban terapias /DHWULOHHWFpWHUD<DORVJUDQGHVPpGLFRV
QRFRQYHQFLRQDOHVHQGROHQFLDVJUDYHVHO hacían referencia a los poderes curativos
WDPELpQEXVFDEDWUDWDPLHQWRPpGLFR GH OD QDWXUDOH]D +LSyFUDWHV 
6LQHPEDUJRel 72% de éstos no informa- $& GHFtD³(OPpGLFRDVLVWHODQDWXUD-
EDDOPpGLFRTXHVHJXtDRWURVWUDWDPLHQWRV leza cura”.
alternativos. Las proyecciones del estudio En esta visión optimista y favorable de
DODSREODFLyQJHQHUDOHQ((88PXHVWUDQ lo natural se desmienten sus aspectos
que se recurre más a los curadores que a SHOLJURVRV Wy[LFRV \ DPHQD]DQWHV TXH
ORVPpGLFRV\TXHVHJDVWDPiVGLQHURHQ KD\ TXH DSODFDU QHXWUDOL]DU DSDFLJXDU
ellos que en todas las hospitalizaciones FRQ FRQMXURV (Q OD GHIHQVD VDFUDOL]DGD
PpGLFDV XQ VHJXLPLHQWR UHFLHQWH GH HVWH de la naturaleza contra la cultura reen-
HVWXGLR DFHQWXDED ODV FLIUDV  (O WUDEDMR FRQWUDPRV HO PDOHVWDU TXH JHQHUD YLYLU
VXJLHUHTXHHOPpGLFRGHEHLQWHUHVDUVHSRU en sociedad por el renunciamiento pul-
el uso de recursos no convencionales, en- sional que nos impone.14 /D LGHD GH OD
tender de estas prácticas y discutirlas con madre tierra bondadosa, nutritiva, sabia,
su paciente. TXH FUtD FXLGD \ SURWHJH VXVWHQWD HVWDV
creencias(QWUHORVHFRORJLVWDVHQFRQWUD-
mos una pasión similar puesta al servicio
¿Por qué son atractivas de una noble causa.
las Medicinas Alternativas?
  /D LGHD GHO vitalismo, la creencia en
La mayoría de las llamadas Medicinas Al- HQHUJtDVFDPSRVPDJQpWLFRVRQGDVSR-
WHUQDWLYDVVHFRQJUHJDQDOUHGHGRUGHODGH- deres, a veces cósmicos o astrales, que
fensa de una serie de ideas que las hacen favorecen la vida o la atacan. Con esta
atractivas para la mente humana.13 El poder FRQFHSFLyQUHQDFHHOYLHMRYLWDOLVPRGH
persuasivo de estas ideas no es meramen- OD 0HGLFLQD GHO VLJOR SDVDGR 3DUD HO
te intelectual sino básicamente emocional, LPDJLQDULRSRSXODUHVWDVfuerzas pueden
de fuerte raíces inconscientes, por lo tanto, provenir de la propia mente como ener-
GLItFLOPHQWH UD]RQDEOHV 6RQ LGHDV OLJDGDV JtDVpositivas, que tienen un poder cura-
a deseos poderosos, tanto para el paciente tivo que hay que cultivar, o como fuer-
FRPRSDUDDOPpGLFR$OJXQDVGHHOODVVRQ zas negativas provenientes del entorno
GHODVTXHKD\TXHSURWHJHUVH6HWUDWD
 $SHODQDODLGHDGHlo natural porque es tal vez de XQDRVFXUDDXWRSHUFHSFLyQ\
LQRFHQWHSXURRUJiQLFRUXGRHQOXJDUGH HODERUDFLyQ GH OD OXFKD TXH OLEUDQ HQ
ORWy[LFRVLQWpWLFRWHFQROyJLFRRSURFH- FDGDXQRGHQRVRWURVORTXH)UHXGWHR-
VDGR3URSXJQDQODDOLPHQWDFLyQnatural, rizó como las míticas pulsiones de vida
ODVPHJDYLWDPLQDVODVGLHWDV HQHVSHFLDO o muerte.

13
.DSWFKXN7(LVHQEHUJ'³7KH3HUVXDVLYH$SSHDORI$OWHUQDWLYH0HGLFLQH´Ann Intern Med
14
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛266 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

 (OXVRGHORFLHQWt¿FRRPHMRUGHOcien- del sentirse enfermo y le dan un sentido


WL¿FLVPR –Ciencias de la Homeopatía, que, se supone, contribuye a la curación;
Ciencias Psíquicas, Ciencias de la Mente, aluden al sentido último de las experien-
Ciencias Ocultas, etcétera– refuerza su FLDVTXHHQJHQHUDOQRWLHQHQUHVSXHVWD\
FUHGLELOLGDG OHJLWLPD \ DXWRUL]D VX HMHU- PHQRVGHVGHOD0HGLFLQDR¿FLDOODYLGD
cicio. Pero es una apelación a ORFLHQWt¿FR la muerte, la enfermedad, la sexualidad,
muy particular. La verdad está centrada etcétera. Mientras las Medicinas Alterna-
en la experiencia personal, última e in- tivas dan VLJQL¿FDGR a la enfermedad, la
GLVFXWLEOH 6XV VXSXHVWRV QR JHQHUDQ XQ R¿FLDOOHDVLJQDVRORcausas.
escepticismo radical y las evidencias con- Un paciente contaba de su experiencia
WUDULDVVRQGHQHJDGDV6LODFLHQFLDWUDGL- cuando enfermó de un linfosarcoma y
FLRQDOH[FOX\HDOVXMHWRGHVXGLVFXUVROD se involucró con Medicinas Alternati-
0HGLFLQD$OWHUQDWLYD HQWURQL]D DO VXMHWR vas: “Buscaba un porqué, un para qué,
de la experiencia, a sus creencias y con- un sentido de la trascendencia, superar
YLFFLRQHVVLQQHFHVLGDGGHGDWRVREMHWL- HVWD YLGD KDFHU DOJR LQPDQHQWH LQPRU-
vos ni refutación. Sus recomendaciones tal, buscaba superpoderes, eternizar lo
no provienen de experiencias randomiza- conocido, un universo donde me sintiera
GDV FRQWURODGDV FRQ PXHVWUDV D FLHJDV cómodo, iba a charlas, quería tener una
2SHUD OD SDUWH PiJLFD GH OD PHQWH \ HO visión más abarcativa de las cosas, hacia
poder de la certeza. La falta de evidencias FDXVDV PiV JOREDOHV 8QR QR VH EDQFD
GHODH¿FDFLDVHJXULGDGREHQH¿FLRHQODV lo transitorio, lo inestable, busca a Dios
Medicinas Alternativas no parecen alterar VLQLQWHUPHGLDULRV.ULVKQDPXUWLHOKLQ-
DOS~EOLFRTXHODVVLJXHFRQVXPLHQGR GXLVPR FRQVHJXLU XQ HVWDGR VXSHULRU DO
El éxito de las Medicinas Alternativas servicio de la templanza, evitar la carne
pone en cuestión el modelo biomédico SRUTXHSURGXFHDJUHVLYLGDGTXHDJUDYDOD
LPSHUDQWH FRPR LQVX¿FLHQWH \ UHGXF- enfermedad”.
cionista. Por otro lado, en la Medicina
R¿FLDOKDFUHFLGRXQPRYLPLHQWRTXHYD  /D0HGLFLQDR¿FLDOVHRFXSDGHODVHQIHU-
en busca de evidencias para su práctica. medades, poco de los padecimientos y me-
Es un reconocimiento de que no siempre nos de la salud. La curación es el restable-
los médicos actúan en base a datos cien- FLPLHQWRGHODVHVWUXFWXUDVELROyJLFDVFRQ
Wt¿FRV WHUDSpXWLFDV ELROyJLFDV /DV $OWHUQDWLYDV
salen en defensa de la salud y la preven-
 /DGHIHQVDGHODespiritualidad: ofrecen ción. El acento está puesto en sanar más
XQD FRQFHSFLyQ FXDVL UHOLJLRVD QR FRQ- que en curar, sobre todo en la autocura y
YHQFLRQDOTXHGDVLJQL¿FDGRDORRPLQR- promoción de la salud. Sanar es recuperar
so y desconocido del enfermar, acercan la salud, es reconocer que en el proceso
DODH[SHULHQFLDGHORVDJUDGR\ODXQLyQ intervienen muchos más factores que los
mística con el universo y con lo divino. DJHQWHVELROyJLFRVORVGHODSHUVRQDWRWDO
0HGLWDFLyQ \RJD \ YHJHWDULDQLVPR VRQ KROLVPR GHOKDFHUVHFDUJRGHODVDOXGD
adoptados en un deseo de perfección y través de prácticas de autoayuda. Para ellas,
trascendencia, el triunfo del espíritu sobre la salud es vivir en armonía, en equilibrio
el cuerpo. Las ideas sobre salud van de FRQODQDWXUDOH]DSUDFWLFDUHMHUFLFLRVOOH-
OD PDQR GH VLVWHPDV UHOLJLRVRV HO WDRtV- var una vida sin estrés. “Por un mundo sin
mo, el hinduismo, etcétera. Las ideas, cáncer” dicen los defensores del Laetrile;
ORV YDORUHV \ ODV FUHHQFLDV UHOLJLRVDV R DVtFRQVLJXHQFDSWDUODDFHSWDFLyQGHXQD
PHWDItVLFDV UHRUJDQL]DQ OD H[SHULHQFLD JUDQFOLHQWHOD
⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG 267⎞

 7RGRSDFLHQWHWLHQHXQDLGHDRfantasía FLyQ GH SHOLJURV DQJXVWLD WUDXPiWLFD \


consciente e inconsciente de la enfer- GHSHQGHQFLDGHXQREMHWR~QLFRDVLVWHQWH
medadTXHSDGHFHJHQHUDOPHQWHDOHMDGD para sacarlo de este estado. En el adulto
del modelo biomédico y más cerca del se recurre a un médico, un sanador o un
que proponen las Medicinas Alternativas. curador.
Cobran fuerza creencias como “me en-
IHUPp SRUTXH PH EDMDURQ ODV GHIHQVDV´   -XQWR DO GHVDPSDUR HO narcisismo, el
³ODV PHJDYLWDPLQDV VRQ GHIHQVRUDV GH DPRUDODLPDJHQGHXQRPLVPRHQWHUD
PL FXHUSR´ ³QHFHVLWR TXH HO KtJDGR PH VLQ ¿VXUDV 2ULJLQDULDPHQWH FRQVWLWXLGR
desintoxique de la polución ambiental”, en interiorización de una relación con
³ORVDQWLR[LGDQWHVPHSURWHJHQODVFpOX- un otro al que se le proyecta omnipoten-
las”, “la oxidación de las membranas hace FLD JHQHUD HQ HO DGXOWR XQD WHQGHQFLD D
TXH pVWDV VH GDxHQ \ JHQHUHQ FiQFHU´ creer en las totalidades ilusorias, en las
³KD\TXHSURWHJHUHOHTXLOLEULRLQHVWDEOH experiencias oceánicas HO<RVHVXPHUJH
GHO FXHUSR \ KD\ TXH YLJLODUOR´ ³FRPHU VLQOtPLWHVHQHO&RVPRV 6LUYHGHIHQVL-
FDUQHPHKDFHDJUHVLYR´HWFpWHUD YDPHQWH SDUD QHJDU OD IDOWD OD YXOQHUD-
bilidad, la carencia, la precariedad de la
 /DV0HGLFLQDV$OWHUQDWLYDVGDQXQOXJDU H[LVWHQFLD OD ¿QLWXG \ HO SHOLJUR GH OD
PiVDPSOLRDOSRGHU\H¿FDFLDGHODpala- enfermedad. Promueve una vuelta hacia
bra y a la persona que la emite, al poder uno mismo: autoayuda, autosanación, au-
terapéutico de la relación que se entabla, totransformación. La realidad psíquica se
aunque a menudo se torne abusivo, con impone a la realidad de los hechos dolo-
técnicas de sometimiento y dominación. rosos.
3HUR DWUDHQ SRUTXH RWRUJDQ PiV WLHPSR Con el narcisismo, la omnipotencia de las
más participación en el proceso de la sa- ideas que tiende a creer que los deseos
QDFLyQ healing  PiV DWHQFLyQ SHUVRQD- VRQPiVIXHUWHVTXHORVKHFKRV ³VLORGH-
OL]DGD /D 0HGLFLQD R¿FLDO GHEH UHSODQ- VHRFRQPXFKDIXHU]DPHYR\DFXUDU´ \
tearse el proceso de la curación no solo ODPDJLDFRPRXQDWpFQLFDSDUDGRPLQDU
FRPRXQSURFHVRGHODELRORJtD5HFXSH- PHQWDOPHQWH HO PXQGR HQ OXJDU GH TXH-
rar la salud con la asistencia de un otro dar expuestos y a merced de poderes que
VLJQL¿FDWLYRHOPpGLFR\VXSDODEUD nos trascienden. El narcisismo apunta a
la ampliación del campo de la conciencia
como causa de transformaciones positi-
¿Qué nos dispone para las vas para la salud, instaura un Yo de un in-
creencias en las Medicinas terior perfecto, sabio, completo, sano, ar-
Alternativas? mónico y un exterior no-Yo amenazante,
hostil, enfermo; coincide con el estadio
 /DH[SHULHQFLDLQIDQWLOGHOGHVDPSDURVH QDUFLVLVWDGHO<RGHSODFHUSXUL¿FDGR15
UHDQLPDDQWHHOSHOLJURTXHWRGDHQIHUPH- A través de distintos procedimientos y
dad supone. El desamparo es una expe- técnicas, las Medicinas Alternativas pro-
riencia universal, prototipo de situación mueven la reconstitución de un estado
WUDXPiWLFDJHQHUDGRUDGHDQJXVWLD(OLQ- narcisista ilusorio de búsqueda de uni-
fante depende totalmente de otra persona GDG WRWDOLGDG HTXLOLEULR FRKHUHQFLD \
para satisfacer sus necesidades o para la armonía. Para aquellos amenazados por
sobrevida por su prematuridad, percep- la enfermedad es un consuelo que aporta

15
)UHXG6³3XOVLRQHV\GHVWLQRVGHSXOVLyQ´  (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛268 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

bienestar, a menudo transitorio e ilusorio, Su extendida utilización tiene que ver


SHURQRPHQRVH¿FD] FRQODLQVDWLVIDFFLyQGHOFXLGDGRR¿FLDOHO
PDOHVWDUFRQODSUiFWLFDPpGLFDWHFQL¿FDGD
 (Oobjeto único. Con la amenaza del en- y la diferencia entre el modelo explicativo
fermar se renueva el reclamo de un ob- del paciente y del médico, además, con la
MHWRRPQLSRWHQWH\RPQLVFLHQWHTXHQRV disposición mental de los pacientes a prác-
VDTXHGHOGHVDPSDUR\GHOSHOLJUR2XQR WLFDV LOXVRULDV VXJHVWLYDV TXH PRYLOL]DQ
HV HVH REMHWR TXH OR SXHGH WRGR único necesidades primitivas de resoluciones má-
TXH HV XQR PLVPR  R OR GHOHJD HQ XQR JLFDV EDVDGDV HQ XQD ¿JXUD RPQLSRWHQWH
de los innumerables curadores que tiene La oscura autopercepción del inconsciente
a mano. El narcisismo instala relaciones se proyecta al mundo en estas concepcio-
GH REMHWR IXHUWHV PDVLYDV SHUR HItPH- nes. Los aspectos narcisistas primitivos de
ras, por eso la autoestima que alimentan la mente hacen el resto.
ODV0HGLFLQDV$OWHUQDWLYDVVHDJRWDUiSL- Recientemente se ha tratado de evitar
damente, sus cultores la consumen suce- OD LQFRPXQLFDFLyQ \ FLHUWD DFWLWXG R¿FLDO
sivamente. No se desilusionan de ellas ni ante las medicinas alternativas: de esto no
HQWDEODQMXLFLRVGHPDODSUiFWLFD VHKDEOD(LVHQEHUJ16SRUHMHPSORSURSRQH
TXH HO PpGLFR GLDORJXH \ SUHJXQWH DFHUFD
 /XHJRHOWHPDGHOcuerpo erógeno. La del empleo de las terapias que el paciente
Medicina solo tiene en cuenta el cuerpo estaría interesado en usar y que lo aconse-
ELROyJLFR1RVHSXHGHHQWHQGHUHODWUDF- MH<TXHHOPpGLFRODVVXSHUYLVHGHDOJXQD
tivo de la mesoterapia sin reconocer la manera, pero que no se desentienda, que
FXDOLGDGHUyJHQD GHOFXHUSR DWUDYHVDGR comprenda la actitud del paciente cuando
por deseos referidos a la sexualidad in- rechaza terapias convencionales: a veces
IDQWLO \ D ODV ]RQDV HUyJHQDV  \ OD IDFL- ULHVJRVDVQRVLHPSUHH¿FDFHV\FDGDWDQWR
lidad con que por esta razón puede ser SHRUTXHODHQIHUPHGDG5HFRJLyLQQXPHUD-
estimulado. EOHVFUtWLFDVGHVXVFROHJDVPpGLFRV17
.OHLQPDQ \ DVRFLDGRV han tratado de
KDFHU PDQL¿HVWR OR TXH OODPDQ HO Modelo
El médico frente a H[SOLFDWLYR GH HQIHUPHGDG TXH HO SDFLHQ-
las Medicinas Alternativas te tiene, que en buena medida responde a
FUHHQFLDVSHUVRQDOHV\FXOWXUDOHV6XJLHUHQ
El atractivo de las Medicinas Alternati- TXHSDUDSRQHUORGHPDQL¿HVWRHQODHQWUH-
YDVQRWLHQHTXHYHUFRQVXHILFDFLD SR- YLVWDVHKDJDQHVWDVSUHJXQWDVDOSDFLHQWH
cas veces han sido científicamente eva-
OXDGDV VLQRFRQHOSRGHUGHODVFUHHQFLDV ¢4XpSLHQVDTXHKDFDXVDGRVXSUREOH-
culturales y personales. La necesidad de PD"¢SRUTXpHPSH]yFXDQGRHPSH]y"
incorporar poder fálico a través de me- ¢TXp OH KDFH OD HQIHUPHGDG D XVWHG"
JDYLWDPLQDVHQXQDVRFLHGDGHPDVFXODGD ¢FyPR"¢TXpSLHQVDGHODJUDYHGDGGH
o el beneficio de suprimir las carencias VXHQIHUPHGDG"¢FXiOHVHOPD\RUSUR-
emocionales con suplementos alimen- EOHPDTXHOHFDXVD"¢TXpHVORTXHPiV
WLFLRV TXH HQ JHQHUDO HVWiQ GH PiV  HV WHPHGHVXHQIHUPHGDG"¢TXpFODVHGH
muy fuerte. tratamiento le gustaría recibir?
16
(LVHQEHUJ'³$GYLVLQJSDWLHQWVZKRVHHNDOWHUQDWLYHVPHGLFDOWKHUDSLHV´Ann of Int Medicine 1997;127:61-69.
17
Letters, Annals of Internal Medicine,IHEUHUR

.OHLQPDQ$(LVHQEHUJ/*RRG%³&XOWXUH,OOQHVVDQG&DUH´Ann Int Med
⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG 269⎞

Es interesante que el clínico, durante la PDJQHWL]DDORVFUH\HQWHV\TXHLQYRFDQGRD


FRQVXOWDWHQJDHQFXHQWDHVWDVSUHJXQWDV\ DOJXQDGHHVDV¿JXUDVVHDUURJDSRGHUHVGH
otras similares pues le ayudarán a entender cura. La fe de los participantes se potencia
FyPRVHLPDJLQDHOHQIHUPRVXSDGHFLPLHQ- HQ UHXQLRQHVJUXSDOHV/D,JOHVLDFDULVPi-
to y su idea de curación. Reforzará su rela- WLFDHVXQHMHPSOR7DPELpQFDEHPHQFLR-
ción con él y evitara consultas alternativas. QDUDJUXSRVHVRWpULFRVFRPROD(VFXHODGH
El médico debe tenerlas presente ante 9LGDORVJUXSRVGH,QVLJKWOD7HRVRItD
VLWXDFLRQHVJUDYHVWHUPLQDOHVSRUHMHPSOR Todos estos sistemas comparten la mis-
RQFROyJLFDV3XHGHSUHJXQWDUVREUHHOFRQ- PD LGHRORJtD HVWiQ FHQWUDGRV HQ HO FXLGD-
sumo de Medicinas Alternativas porque su do de sí mismo, hay que quererse mucho,
presencia es una evidencia o un síntoma que por encima de todo lo demás, expandir los
remite al estado de la relación con él, y al límites de la conciencia. El hombre es su
momento que está atravesando el paciente: propio Dios. No hay límites con la realidad
de desamparo, de necesidad de una relación FyVPLFD$OJXQRV WRPDQ HO FDPLQR GH ORV
totalizadora, de compensar las carencias, de DVWURV OD DVWURORJtD  +D\ TXH FRQRFHU HO
TXpVLJQL¿FDVXHQIHUPHGDG cuerpo y su interior y prestarse para eso a
El impacto de la enfermedad en el he- WRGRWLSRGHSURFHGLPLHQWRVDOJXQDVYHFHV
PDWyORJR OR SXHGH OOHYDU D UHQHJDU GH OD SHUYHUVRVDPDQRVGHOOtGHUGHODFRQJUHJD-
situación emocional por la que atraviesa el ción. Se supone que toda enfermedad puede
paciente. Necesita tomar conciencia de que curarse, que solo falta tener voluntad para
administra tratamientos paliativos, no cura- ORJUDU XQD EXHQD YLGD KD\ TXH WHQHU DU-
WLYRV (O RQFyORJR WLHQH GHQWUR GH OD 0H- monía para tener salud, si se pierde, uno se
dicina que practica, alternativas en sus de- enferma. “Creamos nuestras enfermedades
FLVLRQHVXQDVPiVJUDYHVTXHRWUDVORTXH –dicen– podemos curarnos con la voluntad.
supone que aquello que no puede darle a un Hay que pensar en positivo”. Se acompañan
paciente terminal, éste lo buscará en otros GH LGHDV DFHUFD GH OD UHHQFDUQDFLyQ DOJX-
lados. Necesita pensar en lo que sí puede QDVFHUFDQDVDORVFXUDQWLVPRRODEUXMHUtD
darle, no un cuidado sobrenatural sino un RWUDVPiVEHQLJQDVEDVDGDVHQHOSRGHUGH
cuidado asistencial adecuado a su situación, la naturaleza que lo cura todo. Se trata de
\WHQHUFRQ¿DQ]DHQORTXHSXHGHGDUOHHO entrar en trance, en p[WDVLV o en un estado
efecto terapéutico de su persona, el poder místico. En la unión o fusión mística con
de su palabra, estar, acompañar, compren- XQ REMHWR LGHDOL]DGR WRGRSRGHURVR VH UH-
der, asistir, cuidar, etcétera. conoce la persistencia de un estado mental
infantil omnipotente que sacó inicialmente
del desamparo.
Curaciones religiosas /RV SXHEORV SULPLWLYRV \ OD SDUWH SUL-
y mágicas PLWLYD GH OD PHQWH  SXHEODQ HO PXQGR GH
LQ¿QLWRVHVStULWXVEHQp¿FRVRPDOp¿FRV6H
(Q DOJXQRV HVWUDWRV FXOWXUDOHV \ D WUDYpV está expuesto a ellos. Es una interpreta-
de todas las clases sociales, predominan las ción animista de la naturaleza y está en
explicaciones de la enfermedad basadas en la base de las supersticiones. La creencia
el predominio de fuerzas sobrenaturales. La en los espíritus es una proyección al mundo
enfermedad es vista como pérdida del alma, externo de nuestros propios pensamientos y
SRVHVLyQSRUIXHU]DVGHPRQtDFDVRPiJLFDV GHVHRV/DHVWUDWHJLDGHODFRQFHSFLyQDQL-
DODVTXHVHWUDQVJUHGLy3XHGHQUHFXUULUD PLVWDGHOPXQGRHVODKHFKLFHUtD\ODPDJLD
cultos curativos que apelan a Cristo, al Es- es la técnica para controlar las ánimas, los
píritu Santo o a Satán. Hay un mediador que PDOH¿FLRVORVGHPRQLRVHWFpWHUD
⎛270 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

8QD SUiFWLFD PiJLFD FRQVLVWH HQ UHSUH- JUHGLGRXQWDE~GHODFRPXQLGDGRFXDQGR


VHQWDU DO HQHPLJR SRU XQD SDUWH XQD IRWR WHPHHVWDUHPEUXMDGR/DPXHUWHSRUWHPRU
una prenda o por el nombre y operar so- no es desconocida en Occidente. Es difícil
bre ella. Es parte del proceso primario de VXSRQHUHOPHFDQLVPRELROyJLFRDXQTXHVH
la mente creer que se puede reemplazar KDVXSXHVWRDOJXQDIDOODGHORVPHFDQLVPRV
concretamente una parte por el todo. En la adaptativos. Es útil recordar lo que ocurre
PDJLDLPLWDWLYDVHUHDOL]DXQDFWRSDUHFLGR FXDQGRXQDQFLDQRHVVHJUHJDGRGHOJUXSR
DOTXHVHSUHWHQGHLQÀXLUSRUHMHPSORORV IDPLOLDUSRUXQDLQWHUQDFLyQJHULiWULFD\VH
FOtQLFRV DQWLJXRV DFRQVHMDEDQ KDFHU FRUUHU muere.
HODJXDGHXQDFDQLOODDXQSDFLHQWHTXHQR
SRGtDRULQDU&RQODPDJLDVHLQWHQWDLPSR- Demonio: Las creencias en el demonio
QHUDORVREMHWRVGHODUHDOLGDGH[WHUQDODV están sumamente extendidas. Los hay bue-
leyes de la vida psíquica. nos y malos. Sirven para explicar la pose-
Es parte de cierto acervo cultural creer sión y las enfermedades. En la Edad Media
que los seres humanos están animados por menudeaban las acusaciones de relaciones
almasTXHSXHGHQDEDQGRQDUHOFXHUSR FDVR VH[XDOHVHQWUHODPXMHU\HOGHPRQLR'RV
GHOVXVWR PLJUDUWUDQVPLJUDURUHDSDUHFHU PRQMHV GRPLQLFRV SXEOLFDURQ HQ  HO
en otras vidas como reencarnación. Se trata 0DOOHXV0DOH¿FRUXP, un libro que demues-
de sortear la inevitabilidad de la muerte. WUD OD H[LVWHQFLD GH ODV EUXMDV VX GLDJQyV-
Los afroamericanos en Estados Unidos WLFR FOtQLFR HO SURFHGLPLHQWR OHJDO SDUD
parecen más inclinados a suponer que las procesarlas y el tratamiento correspondien-
enfermedades pueden ser sobrenaturales, WH$VtIXHFRPRPXFKDVPXMHUHVIXHURQD
LQFOX\HQGRODEUXMHUtD\ODVLQÀXHQFLDVVD- SDUDUDODKRJXHUD$OGHPRQLRVHOHDWULEX-
tánicas, buscando el auxilio de curadores yeron y se le atribuyen enfermedades men-
UHOLJLRVRV 7DPELpQ SUHVWDQ DWHQFLyQ D OD WDOHV ODORFXUDODHSLOHSVLDODFDWDOHSVLDHO
FRQGLFLyQGHODVDQJUH/DHQIHUPHGDGHP- p[WDVLV $~QHQQXHVWURVGtDVVHSUDFWLFDQ
SLH]DFXDQGR³ODVDQJUHVHVXEHDODFDEH]D´ exorcismos; a veces el demonio toma la for-
provocando la muerte. Es malo que la san- PDGHXQDQLPDOODOLFDQWURStD OREL]yQHQ
JUH VHD PX\ HVSHVD y puede afectar el co- QXHVWURPHGLR 
UD]yQ0XFKDVPXMHUHVGHFRORUGHVFRQItDQ
de la Medicina tradicional y no aceptan que Chamanismo: Son prácticas milena-
el HIV es un virus que se transmite sexual- ULDVFRQRFLGDVGHVGHHOSDOHROtWLFROLJDGDV
mente sino parte de una conspiración para a la atención de la salud y la enfermedad,
destruirlos. FRQ SURFHGLPLHQWRV OLJDGRV D OD FD]D \ OD
Entre nosotros, se puede mencionar el UHFROHFFLyQ DO PXQGR VLOYHVWUH VX ÀRUD \
empacho, el susto, el ataque, las creencias fauna. Las prácticas son parecidas a pesar
HQHOHVSLULWLVPRHOPDOGHRMRHOUHFXUVRD de aparecer en culturas muy distantes. El
los curanderos, etcétera, elementos relativa- chamán se relaciona con las potencias de
mente constantes de ciertos estratos cultu- ODQDWXUDOH]DYLUJHQODVSODQWDV\DQLPDOHV
UDOHV$FRQWLQXDFLyQVHH[DPLQDQDOJXQDV que habitan un mundo indómito. Se identi-
creencias: ¿FDFRQORVSRGHUHV\HMHUFHVXFRQWURO(V
XQR¿FLDQWHFHUHPRQLDOFRQXQFRQWDFWRGL-
Muerte vudú: Ocurre en ciertas cultu- recto o indirecto con lo sobrenatural y sus
ras primitivas que viven en ambientes muy SRGHUHVEHQp¿FRV6XYRFDFLyQprofesional
UHOLJLRVRV R VXSHUVWLFLRVRV (O SDFLHQWH VH se le revela con ciertas experiencias extra-
PXHUH VLQ QLQJXQD FDXVD RUJiQLFD GLVFHU- sensoriales, sueños, visiones extraordina-
nible cuando se da cuenta de que ha trans- rias, fenómenos insólitos o la aparición de
⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG 271⎞

una enfermedad iniciática. Su profesión es HVSDQWRV  SRU HO SRGHU WHO~ULFR GH OD WLH-
GHRULJHQGLYLQRRSRUODWUDQVPLVLyQKHUH- UUDODVPRQWDxDVRORVSUHFLSLFLRV HODOPD
GLWDULDGHOVDEHU UDUDYH]SRUGHFLVLyQSUR- TXHGDDSULVLRQDGD\GHEHSDJDUXQUHVFDWH 
SLD 6HORUHFRQRFHSRUVXVFDUDFWHUtVWLFDV También puede suceder por la violación de
personales, su conocimiento de las yerbas XQWDE~ OXJDUHVVDJUDGRVFDVDVDEDQGRQD-
medicinales. GDVFHPHQWHULRV (OGLDJQyVWLFRVHOOHYDD
Un chamán de mayor experiencia le otor- cabo por la mirada del curandero o por pro-
JDHOJUDGRGHVSXpVGHXQFRPSOHMRSURFHVR cedimiento de la limpiada: se usa un animal
LQLFLiWLFR (V DJHQWH GH VDOXG KHUERODULR TXHVHIURWD\OXHJRVHORVDFUL¿FDSDUDYHU
PLWyORJR VDFHUGRWH OtGHU ULWXDO SURIHWD las vísceras.
Su principal rol es medicinal. Puede curar
enfermedades, asistir a los que mueren y es- El mal de ojo: El ojeado sufre una do-
coltar a los difuntos al mundo de los muer- lencia o daño causado por la mirada de otra
tos. Es un intermediario entre la comunidad SHUVRQD(ORMHDGRUSXHGHVHUFRQVFLHQWHR
y los seres sobrenaturales; los dioses y los no de su poder. Se supone que lo hace por
espíritus hablan por su boca. Se despren- envidia. Los niños lo sufren, especialmente
de de su cuerpo, inicia un viaje místico y los bellos. Muestran inquietud, sueño in-
va al encuentro de seres sobrenaturales en tranquilo, extenuación, etcétera. La cura es
quienes renueva su poder. La comunidad una limpiada similar al susto. Se previene
ORVRVWLHQHHQVXVFUHHQFLDV\pOODGH¿HQGH con brazaletes o collares de coral que atraen
GHIDFWRUHVPDOp¿FRVYLJLODORVULWXDOHVORV ODIXHU]DPDOp¿FD
fenómenos atmosféricos, controla el parto,
anticipa el futuro, etcétera. En el Chaco el El daño: Es una creencia universal en
chamán sopla o succiona el cuerpo del en- XQ PDO FDXVDGR SRU DUWH GH PDJLD (V HO
fermo para curarlo. GHVHR LQIDPH GH GDxDU DO RWUR SHUMXGLFDU-
ORSRUPHGLRVPiJLFRVRFXOWRVHVRWpULFRV
El susto (espanto o pasmo): Es conoci- Atacan el cuerpo de la persona, lo enferman,
do en Hispanoamérica desde la Colonia. La otras veces afectan su entorno, sus medios
LGHDHVODSpUGLGDGHODOPDTXHGHMDDOFXHU- HFRQyPLFRV3LQFKDUXQDIRWRRXQDLPDJHQ
po con vida pero desprovisto de fuerza, áni- FRQDO¿OHUHVHVHOSURFHGLPLHQWRTXHLOXVWUD
PR\HQHUJtD(OVXMHWRTXHGDYDFtRGHDOPD HOPHFDQLVPRPiJLFRGHODPHQWHdel par
\HOOXJDUHVRFXSDGRSRUHOHPHQWRVGDxL- pro toto.
nos. El espanto invade al cuerpo y cuando
OOHJDDOFRUD]yQHOVXMHWRPXHUH7LHQHVtQ-
tomas corporales y psíquicos, extenuación y Este capítulo merece cerrarse con las
sueño sobresaltado. Se inicia bruscamente y palabras de un destacado médico: “A través
marcha hacia la cronicidad o la muerte. En de la historia y con cualquier nivel de civi-
los niños ocurre especialmente en aquellos lización, la estructura de la Medicina ha es-
destacados por su belleza física. El alma se tado determinada no solo por el desarrollo
separa del cuerpo por temor súbito e intenso de la ciencia sino también por las creencias
o conmociones. UHOLJLRVDV \ ¿ORVy¿FDV (V WDQ FLHUWR GH ODV
El susto sobreviene por sufrir experien- sociedades urbanas e industriales más evo-
FLDV LQWHUSHUVRQDOHV GRORURVDV KXPLOOD- lucionadas como de las poblaciones más pri-
FLyQYHUJHQ]D SRULQWHUYHQFLyQGHVHUHV mitivas. Como sus ancestros de la Edad de
VREUHQDWXUDOHV HVStULWXVPDOLJQRViQLPDV Piedra, el hombre moderno vive de mitos”.19
19
Dubos, R. Man, Medicine and Enviroment)UHGHULFN3UDHJHU1HZ<RUN
XXIV
Acerca de la
vocación médica

/DSUiFWLFDGHOD0HGLFLQDHVXQDUWH /DYRFDFLyQHV un llamadoSRUHOTXH


no un comercio, un llamado, no un negocio, el joven sujeto se siente convocado a
µXQOODPDGR¶SRUHOFXDOWXFRUD]yQ\WXFDEH]D UHDOL]DU DOJR VLJQL¿FDWLYR HQ OD YLGD
serán puestos en juego por igual. 7LHQHXQFDUiFWHULPSHUDWLYRTXHUHFOD-
ma ser escuchado. A menudo implica
WILLIAM OSLER, XQD GHGLFDFLyQ DSDVLRQDGD \ VH SRQH
The Master Word in Medicina GHPDQL¿HVWRHQXQHVIXHU]RPDQWHQLGR
a lo largo de toda la vida.

(Q DOJ~Q PRPHQWR GH OD DGROHVFHQFLD VL (Q VX DFHSFLyQ RULJLQDULD OD YRFDFLyQ
no antes y en el camino hacia la adultez, el es la misión con la que supuestamente Dios
MRYHQHVOOHYDGRDUHDOL]DUuna elección de convoca a sus adeptos. Aparece como una
carrera profesional, entre la que puede con- DVSLUDFLyQHQODYLGDSDUDGLULJLUVHHQFLHU-
tarse la Medicina. Desconoce los motivos ta dirección, pero sin saber adónde, para
TXHHVWiQHQMXHJRHQVXHOHFFLyQ\DTXHOD realizar una tarea importante en el mundo
misma obedece en parte a determinaciones FRQODTXHVHHVWpDJXVWR\TXHDOPLVPR
LQFRQVFLHQWHVFX\RVHIHFWRVVRQYDJDPHQWH WLHPSRVHDXQDUHVSXHVWDVLJQL¿FDWLYDSDUD
percibidos. Con su decisión busca ocupar QHFHVLGDGHV GHO VXMHWR TXH UHFODPDQ VHU
XQOXJDUSDUDVXVUHDOL]DFLRQHVHQHOPXQ- atendidas.
GRDGXOWRHQODIRUPDGHXQWUDEDMRHQHVWH Si bien el llamado es sentido como una
caso el trabajo médico, que le brinde un voz interna impersonal, aspectos vincu-
sustento económico y que le dé respuesta ODUHV FRQ ORV REMHWRV SULPDULRV HVWiQ HQ
DQHFHVLGDGHVHPRFLRQDOHVRULJLQDGDVPX\ MXHJR GHVGH WHPSUDQR +DFH FULVLV HQ OD
tempranamente, las que en su totalidad se adolescencia, cuando se aproxima la deci-
dan a conocer con el nombre de vocación siva elección profesional. Otras veces, una
médica. Aunque van indisolublemente uni- auténtica vocación puede hacer eclosión
das, se debe discriminar entre vocación, en la mitad de la vida o aún más tarde. No
HOHFFLyQ\WUDEDMRSURIHVLRQDO VH HOLJH XQD YRFDFLyQ OD YRFDFLyQlo lla-
⎛274 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

maDXQRDFXPSOLUXQGHVWLQRXQRHOLJH La elección de carrera


una carrera tratando de dar cuenta de esa profesional
vocación.
([LVWH HQ WRGR VXMHWR XQD GLVSRQLELOL- /DFDUUHUDVHHOLJHHQIXQFLyQGHHVDVH[L-
dad potencial que tiende a ayudar, soco- JHQFLDVYRFDFLRQDOHVTXHVHLPSRQHQSHUR
rrer, colaborar, cuidar a un otro en necesi- FDGDXQRWLHQHXQDPDQHUDVLQJXODURSHUVR-
GDG6HODSRGUtDGH¿QLUFRPRcapacidad o nal de asumir la elección. La carrera provee
función asistencial. Cuando se sobrepone los medios FRQTXpKDFHUOD\DODPDQHUD
D WRGD XQD VHULH GH IDFWRUHV SVLFROyJLFRV GHTXLpQKDFHUOD. La profesión le permite a
que tienden a impedirla o neutralizarla, se la vocación una instrumentación socialmen-
muestra como una disposición que inicia- WHDGHFXDGDXQWUDEDMRDFRUGH\XQPHGLR
da en las etapas más tempranas de la vida de subsistencia.
puede alcanzar su culminación y madurez En el caso de la Medicina, mientras la
HQODDGXOWH]OXHJRGHXQVLQJXODUUHFRUUL- YRFDFLyQQXWUHVXWUDEDMRDVLVWHQFLDOHOPp-
do por las diferentes etapas del ciclo vital. GLFRSRGUiOOHJDUDVHQWLUVHHQSRVHVLyQGH
(VSRVLEOHLPDJLQDUXQPRPHQWRIXQGDQWH una identidad médicaTXHKDJDVLJQL¿FDWL-
de dicha función en el establecimiento de va su vida profesional, compartiéndola con
XQ FRQÀLFWR FHQWUDO GH FDUDFWHUtVWLFDV GH- XQ FXHUSR GH FROHJDV FRPSURPHWLGR FRQ
presivas: una institución milenaria.
El estudio de las múltiples variables
DTXpOTXHJLUDDOUHGHGRUGHODIDQWDVtD conscientes e inconscientes que intervienen
de atacar o haber atacado a los obje- en los aspectos vocacionales que participan
WRVGHODLQIDQFLD\GHTXHUHUUHFREUDU en la elección de una carrera sólo puede
VXDPRUDWUDYpVGHVXUHSDUDFLyQ/D VHJXLUVH HQ GHWDOOH HQ OD LQWLPLGDG GH XQ
YLGDRWRUJDUiLQ¿QLWDVSRVLELOLGDGHVGH proceso analítico. A distancia de esta po-
UHVROYHURSHUSHWXDUHVWHFRQÀLFWRLQ- VLELOLGDG\SDUDLOXVWUDUDOJXQRVGHVXVGH-
FOXVLYHDWUDYpVGHDOJXQDVGHDTXHOODV terminantes, por lo que de él se conoce, se
SURIHVLRQHVTXHEULQGDQservicios a los PHQFLRQDDTXLHQOOHJDUtDDVHUXQRGHORV
demás. PpGLFRVPiVIDPRVRVGHOVLJOR;;
Al terminar sus estudios secundarios, el
(Q DOJXQDV SHUVRQDV HVWD FDSDFLGDG MRYHQ)UHtGGHDxRVWHQtDTXHHQIUHQWDU
asistencial podrá ponerse claramente de como los adolescentes de su edad, el pro-
PDQL¿HVWR\HQRWUDVQRKDEUiQLDWLVERVGH EOHPDGHHOHJLUXQDFDUUHUD(UDPX\DPEL-
VXSUHVHQFLD3RUFLHUWRHODGXOWRMRYHQTXH FLRVRVHVDEtDOODPDGRDXQJUDQGHVWLQR\
percibe dentro de sí dicha función y está WHQtDSDGUHVTXHOHDXJXUDEDQJUDQGHVFRVDV
GLVSXHVWR D GHVSOHJDUOD SXHGH RSWDU SRU en la vida. Cuando niño, se había devorado
profesionalizarla HOLJLHQGR DOJXQDV GH ODV OD KLVWRULD GH 1DSROHyQ LGHQWL¿FDGR FRQ
carreras del campo de la salud que se ocu- el Mariscal Massena o el Duque de Rivo-
pan de darle a la misma un soporte de co- OL 3HUR VXV VXHxRV GH OOHJDU D VHU SRGHUR-
nocimientos teóricos y técnicos apropiados: VR FRPR XQ JUDQ JHQHUDO R XQ SUHVWLJLRVR
medicina, enfermería, asistencia social, ki- ministro habían quedado atrás. Sentía que
QHVLRORJtDHWFpWHUD sus ambiciones de poder debían ahora en-
6HGLFHGHTXLHQHOLJHODFDUUHUDGH0H- contrar otra expresión, más acorde con su
dicina que tiene que tener una auténtica UHDOLGDGSVLFROyJLFD\VRFLDO
YRFDFLyQGHVHUYLFLRORTXHVLJQL¿FDHVWDU Poco después de terminar sus estudios
GLVSXHVWRDUHVSRQGHU\DWHQGHU a servir D secundarios, Freud renuncia a su afán de
las necesidades que le plantean los demás. alcanzar el poder por el poder a través de
⎛ XXIV Acerca de la vocación médica 275⎞

una carrera en la política. Cambia y se inte- FLyQQDGDKROJDGDPLSDGUHPHH[KRUWyD


resa por un poder más sublime, aquél que la JXLDUPH H[FOXVLYDPHQWH SRU PLV LQFOLQD-
FLHQFLDSXHGHHMHUFHUVREUHODQDWXUDOH]D\ ciones en la elección de carrera. En aque-
VXVHQLJPDV\VHGHFLGHDHVWXGLDUhistoria llos años no había sentido una particular
natural, lo que son hoy en día las ciencias preferencia por la posición y la actividad
ELROyJLFDV6XSRQtDTXHHOSRGHUHOSUHVWL- del médico; por lo demás tampoco la sentí
JLR\ODULTXH]DVyORSRGUtDQVHUDOFDQ]DGRV más tarde. Más bien me movía una suerte
HQpODFRQGLFLyQGHFRQYHUWLUVHHQXQJUDQ de apetito de saber, pero dirigido más a la
hombre de ciencia. FRQGLFLyQ KXPDQD TXH D ORV REMHWRV QDWX-
rales; tampoco había discernido el valor de
)UHXGVHIXHGDQGRFXHQWDGHTXHSDUD la observación como medio principal para
él, el secreto del poder no estaba en la VDWLVIDFHUHVHDSHWLWR%DMRHOSRGHURVRLQ-
fuerza sino en la comprensión, en el en- ÀXMRGHXQDDPLVWDGFRQXQFRPSDxHURGH
tender las cosas, en especial los asun- HVFXHODDOJRPD\RUTXH\R\TXHKDOOHJDGR
tos humanos. a ser un conocido político, nació en mí el
deseo de estudiar Derecho como él y lan-
3DUD XQ MXGtR YLHQpV GH VX pSRFD OD zarme a la actividad pública.
elección estaba entre industria y comer- Entretanto, la doctrina de Darwin, re-
cio, prontamente descartados, y Derecho FLHQWH HQ DTXHO WLHPSR PH DWUDMR SRGHUR-
o Medicina. Parece que hubo, por un tiem- samente porque prometía un extraordinario
po, cierta posibilidad de estudiar Derecho, avance en la comprensión del universo, y
como un eco de sus ambiciones políticas, fue el hecho de haber conocido el hermo-
“pero sus impulsos profundos lo estaban VR HQVD\R GH *RHWKH 'LH 1DWXUH Sobre
conduciendo en otra dirección”.1 OD 1DWXUDOH]D  OHtGR HQ YR] DOWD GXUDQWH
En el momento de su decisión, cuando una conferencia popular del profesor Carl
GHMDEDDWUiVODLGHDGHHVWXGLDU'HUHFKROH Bruhl, exactamente antes de abandonar el
GHFtDDXQDPLJR³-X]JDW~PLVPRKHGH- bachillerato, lo que me decidió a inscribir-
FLGLGRFRQYHUWLUPHHQXQFLHQWt¿FRQDWXUDO me en Medicina”3 LWiOLFDVGHODXWRU 
examinaré los documentos milenarios de la Se destaca en este párrafo esa pasión sen-
QDWXUDOH]DTXL]i¿VJRQHDUpSHUVRQDOPHQWH tida en términos pulsionales como un ham-
HQVXVOLWLJLRV\FRPSDUWLUpPLVFRQTXLVWDV bre insaciable para conocer y dar respuesta
con todo el que quiera aprender”.2 En len- a los secretosTXHOHJHQHUDEDQlos asuntos
JXDMHjurídicoEXUOyQ\DSRQtDGHPDQL¿HV- humanos. La relación entre vocación y pa-
to su futuro interés por la historia enterra- sión ha sido señalada muchas otras veces.
GD GH ODV H[SHULHQFLDV WHPSUDQDV ODV TXH Freud “sentía una verdadera pasión por
SURQWRORRFXSDUtDQHQVXDXWRDQiOLVLV ORV comprender”.4 Es de hacer notar que Freud
FRQÀLFWRVLQKHUHQWHVDODVUHODFLRQHVKXPD- FRQVLJQDODIXHUWHSUHVHQFLDGHODPLJRGHOD
nas y el deseo de darlas a conocer a los de- adolescencia YHU FDStWXOR ;9 aunque no
PiVFRPRIRUPXODFLRQHVFLHQWt¿FDV IXHVX¿FLHQWHSDUDWRUFHUHVDSRGHURVDYR-
Tampoco sentía por ahora una atracción cación que lo llevaba en otra dirección. El
PX\¿UPHKDFLDOD0HGLFLQDFRPRORGLUtD respeto por la observación cuidadosa como
más tarde: “Si bien vivíamos en una situa- otra de sus preocupaciones, lo llevó a in-

1
Jones, E. 9LGD\2EUDGH6LJPXQG)UHXG7RPR,(+RUPH%XHQRV$LUHV
2
)UHXGD)OXVVGHPD\R6HOEVWGDUVWHOOXQJ
3
)UHXG6³3UHVHQWDFLyQDXWRELRJUi¿FD´  (QObra completa;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
4
Jones E. Op. cit.
⎛276 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

FOLQDUVHSRUODPHWRGRORJtDGHODFLHQFLD\ ciones que le tocó vivir en los primeros años


evitar las especulaciones insustanciales de de su vida familiar: tener un padre añoso,
OD¿ORVRItD$SHVDUGHTXHpOGHFtDVHQWLU- KHUPDQDVWURV FX\RV KLMRV WHQtDQ VX PLVPD
se poco inclinado hacia la Medicina, nadie HGDG VHU HO KLMR SUHIHULGR GH XQD PDGUH
QHJDUtDTXHORVLQWHUHVHVPHQFLRQDGRVSRU MRYHQ HQWHQGHU ODV GLIHUHQFLDV DQDWyPL-
Freud sean centrales para la construcción de FDV HQWUH KRPEUH \ PXMHU FRPSUHQGHU GH
XQDJHQXLQDLGHQWLGDGPpGLFD dónde vienen los niños... Le era necesario
(Q FXDQWR DO HQVD\R GH *RHWKH HV XQ DSUHQGHUDOJRVREUHOD1DWXUDOH]DHOOXJDU
cuadro romántico de la naturaleza, como del hombre dentro de la misma y su cons-
PDGUH JHQHURVD HURWL]DGD RPQLSRWHQWH titución física. Sabía que poseía una men-
TXH FRQFHGH D VXV KLMRV IDYRULWRV HO SULYL- te muy ordenada, tenía la necesidad de un
OHJLRGHH[SORUDUVXVVHFUHWRV6HFUHHTXH disciplina intelectual y todo le señalaba a la
ORTXHDWUDMRD)UHXGQRIXHVyORHOVHQWLGR FLHQFLDFRPRVXRSRUWXQLGDGSRUVXREMHWL-
de lo bello en la Naturaleza sino también lo vidad y exactitud. La Medicina le ofrecía en
TXHVHUH¿HUHDVXVLJQL¿FDFLyQ\VXSURSy- ODELRORJtDODFRPSUHQVLyQGHODHYROXFLyQ
sito. Hay en el ensayo una visión maternal GHODYLGDOD¿VLRORJtD\ODDQDWRPtDDOJR
GHSURWHFFLyQDIHFWXRVDFDOLGH]DFRJHGRUD de la constitución corporal del hombre.
\DOLPHQWRQXWULWLYRLQDJRWDEOH+DVWDGRQ-
de podía vislumbrar, Freud necesitaba com- 3HURODDPELFLyQGH)UHXGHUDODE~V-
SUHQGHUDOJXQRVGHORVHQLJPDVGHOXQLYHUVR TXHGDGHOFRQRFLPLHQWRGHORVVHFUHWRV
pero en especial los de la existencia humana de la naturaleza interior del hombre,
\VXSURSLRRULJHQ/DFXULRVLGDGTXHVHQWtD KDFLD OD TXH VH VHQWtD OOHYDGR SRU VXV
SRGtDUHVSRQGHUVHRSRUODHVSHFXODFLyQ¿- impulsos más profundos.
ORVy¿FDRSRUODLQYHVWLJDFLyQFLHQWt¿FDeO
se inclinaba por este último camino. El es- (OLJLy 0HGLFLQD FRPR OR TXH PiV VH
tudiante de Medicina actual podría sentirse aproximaba a sus intereses aun cuando de-
IiFLOPHQWHLGHQWL¿FDGRFRQpO ELy HVSHUDU D GDU XQ ODUJR URGHR SDUD HQ-
0iVWDUGH)UHXGSVLFRDQDOLVWDD¿UPDUtD FRQWUDU OR TXH ¿QDOPHQWH VX YRFDFLyQ OH
que la verdadera fuente del interés inqui- reclamaba.
VLWLYR GHO FLHQWt¿FR HV GHULYDGD GH OD FX- En este momento tan especial, “en me-
riosidad sexual infantil. Freud parecía uno dio de las incertidumbres propias del pro-
de aquellos hombres en quienes la especu- ceso de esta decisión, un episodio amoroso
lación abstracta puede ser tan intensa que YLQR D SUHVHQWDUVH \ SXHGH KDEHU LQÀXLGR
temen verse dominados por ella y sienten realmente en su elección de carrera”.7 En
la necesidad de contrarrestarla dedicándose esa época, como recompensa por haber
DO HVWXGLR GH GDWRV FLHQWt¿FRV FRQFUHWRV5 completado sus estudios secundarios, por
Solo en las décadas posteriores de su vida única vez en su vida, volvió a visitar el lu-
se permitió lanzarse resueltamente a la es- JDU GH VX QDFLPLHQWR )UHLEHUJ HQ 0RUD-
peculación.6 YLDOXJDUTXHKDEtDGHMDGRDORVWUHVDxRV
Es de suponer que su incansable búsque- y medio por problemas laborales del padre
da del sentido de las relaciones humanas se para trasladarse a Viena. En esa visita per-
KD\DJHVWDGRFRQODVGHVFRQFHUWDQWHVVLWXD- PDQHFLyHQODFDVDGHDPLJRVGHVXVSDGUHV

5
Jones, E. 9LGD\REUDGH6LJPXQG)UHXG7RPR,,,(3DLGyV%XHQRV$LUHV
6
9HU HQ HVSHFLDO 6 )UHXG ³0iV DOOi GHO SULQFLSLR GHO SODFHU´   (QObra completa ;9,,,$PRUURUWX %XHQRV
Aires, 1992.
7
Jones E. Op. cit.
⎛ XXIV Acerca de la vocación médica 277⎞

y se enamoró por primera vez en su vida, YLDUPH GH PL SURSyVLWR RULJLQDO \ HO p[LWR
GH*LVVHODODKLMDPHQRUGHODIDPLOLDVLQ de mi vida consiste en el hecho de que, lue-
hacer que este enamoramiento trascendiera. JRGHXQDODUJDMRUQDGDTXHUHSUHVHQWyXQ
3HUROROOHYyDYDJDUGHVFRQVRODGRSRUORV rodeo, he vuelto a encontrar el camino que
KHUPRVRV ERVTXHV GH XQD UHJLyQ TXH DxR- PHUHFRQGXMRDPLSULPHUDVHQGD1RWHQJR
raba intensamente, con la fantasía de cuán noticia de haber tenido en mis años tempra-
feliz hubiera sido su vida si sus padres no QRVDQVLDDOJXQDGHD\XGDUDODKXPDQLGDG
KXELHUDQDEDQGRQDGRHVHOXJDUWDQLGtOLFR doliente. Mi disposición innata al sadismo
hasta se hubiera casado con la muchacha de no era muy fuerte... Tampoco me dio nunca
sus sueños. Era por culpa de su padre que se SRU MXJDU DO GRFWRU (Q PL MXYHQWXG KDEtD
perdía a la muchacha. Fantaseaba además sentido la incontenible necesidad de com-
que éste quería apartarlo de sus andanzas prender algo de los enigmas del mundo en
intelectuales, ubicarlo en otras más prácti- TXHYLYLPRV\GHFRQWULEXLUDFDVRHQDOJR
FDV\FDVDUORFRQXQDFRPSDxHUDGHMXHJRV a su solución. Lo que más esperanzas pare-
de la infancia. La experiencia constituyó un cía conceder a este aspecto era inscribirme
apasionamiento edípico tardío porque, en en la Facultad de Medicina. Después de eso
realidad, se sabe por cartas que le envió a continué experimentando aún infructuosa-
XQDPLJRTXHHUDSRUODPDGUHGHODPX- PHQWHFRQOD]RRORJtD\ODTXtPLFDKDVWD
chacha por quien estaba deslumbrado. Con TXHSRU~OWLPREDMRODLQÀXHQFLDGH%UFNH
estos hechos tenemos asociado un delicioso ±ODPiVJUDQGHGHODVDXWRULGDGHVTXHMDPiV
recuerdo encubridor que enlaza esta expe- WXYLHURQLQÀXHQFLDHQPt±PHD¿QTXpHQOD
riencia con fantasías tempranas vividas en )LVLRORJtDVLELHQpVWDHQDTXHOORVWLHPSRV
su ciudad natal. no pasaba de los estrechos limites de la His-
Pero además sabemos que en esa ciudad, WRORJtD(QHVDpSRFD\R\DKDEtDDSUREDGR
cuando Freud tenía 2 años y medio, falleció mis exámenes médicos, pero no demostré
un hermano menor de seis meses de edad y QLQJ~QLQWHUpVHQKDFHUQDGDUHDOPHQWHUH-
OHQDFLHURQVXVVLJXLHQWHVGRVKHUPDQDV6H lacionado con la Medicina hasta el día en
KD VXJHULGR TXH HVWH HSLVRGLR GH OD YLVLWD que el maestro a quien respetaba tanto me
D )ULHEHUJ WXYR FRPR UHVXOWDGR XQD LPSH- GLMRTXHHQYLVWDGHPLVHVFDVDVSRVLELOLGD-
tuosa ola de represión sexual, responsable des materiales, no me sería posible dedicar-
HQSDUWHGHXQYLUDMHHQ)UHXGGHODVDPEL- me a una carrera puramente teórica. Así fue
ciones mundanas a la llama del idealismo FRPRSDVpGHODKLVWRORJtDGHOVLVWHPDQHU-
TXHSURPHWtDQODLQWHOLJHQFLD\ORVHVWXGLRV YLRVRDODQHXURSDWRORJtD\PiVWDUGHEDMR
FLHQWt¿FRV OD LQFLWDFLyQ GH QXHYDV LQÀXHQFLDV OOHJXp
9XHOWR GH ODV YDFDFLRQHV HQ )UHLEHUJ a ocuparme de las neurosis”9 LWiOLFDV GHO
Freud terminó de decidirse por la Medicina DXWRU $QWHVGHHVHSDVDMHUHDOL]yLPSRU-
y no volvió a enamorarse hasta diez años WDQWHV LQYHVWLJDFLRQHV HQ HO ODERUDWRULR GH
más tarde, cuando conoció a Marta Ber- %UFNHUHODWLYDVDODKLVWRORJtDGHOVLVWHPD
nays, su futura esposa. nervioso, descubrió las propiedades de la
La carrera médica se desarrolló después coca y publicó varias contribuciones sobre
GHXQDPDQHUDLUUHJXODU\ODUJD(QODFXO- QHXURORJtDLQIDQWLO
minación de su vida, con cuarenta años de ,QLFLDEDDVtHOODUJRFDPLQRKDFLDHOGHV-
profesión, lo cuenta de esta manera: “...Me FXEULPLHQWRGHO3VLFRDQiOLVLVOXHJRGHHQ-
KHKHFKRPpGLFRDOYHUPHREOLJDGRDGHV- IUHQWDUHOFRQÀLFWRTXHVHOHDSDUHFtDFRPR


)UHXG6³6REUHORVUHFXHUGRVHQFXEULGRUHV´  (QObra completa III. Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
9
Citado en Jones, E. 9LGD\REUDGH6LJPXQG)UHXGWRPR,SiJ
⎛278 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

a otros adolescentes: de tener que optar Para entender la vocación se recurre a


entre los aspectos útiles o prácticos y los OD SDUWLFLSDFLyQ DLVODGD R FRQMXQWD GH GRV
agradables o deseables de una profesión. PHFDQLVPRV SVLFROyJLFRV OD UHSDUDFLyQ \
Debió dar, como muchas veces ocurre, un la sublimación, y a los sentimientos que se
largo rodeo para encontrar la senda que le SRQHQHQMXHJR$XQTXHSHUWHQHFHQDPDU-
marcaban sus intereses vocacionales. cos teóricos de referencia diferentes no ne-
$ORVDxRV)UHXGHOLJLyODFDUUHUDGH cesariamente se excluyen uno al otro.
Medicina, la transitó y aprovechó. Con el
tiempo, abrió un espacio dentro de ella, ab-
solutamente inédito, fruto de su creación y El impulso a la reparación
EDMRODSDVLyQGHVXGHVDUUROORYRFDFLRQDO
HO 3VLFRDQiOLVLV 3HUR HVWR OOHJy D RFXUULU
recién cuando tenía entre cuarenta y cua- +HOOHJDGRDGDUPHFXHQWDTXHHOWLHPSR
UHQWD\FLQFRDxRVSDUDHQFRQWUDUXQOXJDU \HOOXJDUSDUDHQVHxDUFRPSDVLyQHVHOWLHPSR
desde donde empezar a dar respuestas “de \OXJDUHQHOTXH
ORV HQLJPDV GHO PXQGR HQ TXH YLYLPRV \ WRGDOD0HGLFLQDHVHQVHxDGD
de contribuir acaso con su solución”. Para
eso tuvo que innovar y crear su instrumento DR. J. LOWENSTEIN,
GHLQYHVWLJDFLyQHOPpWRGRSVLFRDQDOtWLFR 7KH0LGQLJKW0HDODQG2WKHU(VVD\V, 1997
Después de su muerte, la mirada del Psicoa-
nálisis se volcó sobre muchos campos del
saber, la Medicina inclusive. /RHVSHFt¿FRGHOFXLGDGRPpGLFRHVSUHVX-
mir que se está en presencia, real o fantasea-
da, de un daño corporal. Justamente, la vo-
Mecanismos psicológicos FDFLyQKDVLGRGH¿QLGDFRPR³ODH[SUHVLyQ
que sostienen la vocación GHUHTXHULPLHQWRVUHSDUDWRULRVVXUJLGRVHQ
médica respuesta a la preocupación inconsciente
GH REMHWRV LQWHUQRV GDxDGRV REMHWRV TXH
/RVSURFHVRVTXHYDQDGH¿QLUODYRFDFLyQ UHFODPDQ H[LJHQ VXSOLFDQ SRU DWHQFLyQ \
médica se estructuran en las etapas tempra- cuidado”. Se denomina objeto interno a la
nas de la vida y son el resultado de expe- UHSUHVHQWDFLyQ SVtTXLFD GH ORV REMHWRV GHO
riencias emocionales muy primitivas, en PXQGR H[WHULRU ORV SDGUHV SRU HMHPSOR 
intercambio con un ámbito familiar. Freud FRQORVTXHHOVXMHWRVHUHODFLRQD(VXQDUH-
señala que sus padres respetaron su incli- presentación internalizada con las caracte-
nación vocacional, cosa que no siempre UtVWLFDVSURSLDVGHOREMHWRPiVDTXpOODVTXH
ocurre. HOVXMHWROHDWULEX\HHQEDVHDVXVLPSXOVRV
$XQFXDQGRHVGLItFLOKDFHUJHQHUDOL]DFLR- y sentimientos. El Superyó o conciencia es
nes sobre lo esencial y hacia donde tiende, XQHMHPSORWtSLFRGHREMHWRLQWHUQR
Las fantasías de daño corporal son
VHSXHGHGHFLUTXHODYRFDFLyQPpGLFD concomitantes inevitables de los procesos
WLHQHDOJRTXHYHUFRQHODVLVWLUD\XGDU anímicos tempranos en el camino hacia
cuidar a un otro en necesidad. Se va a HVWDGLRV PiV LQWHJUDGRV \ HYROXFLRQDGRV
instrumentar en el despliegue de la fun- del Yo. Se ha supuesto, además, que en su
ción asistencial en un marco profesio- núcleo, conforman lo que ha venido a de-
QDO\FLHQWt¿FRDSURSLDGR nominarse una fantasía de enfermedad, la


:HQGHU/³3VLFRDQiOLVLVGHODYRFDFLyQ´Rev Psicoan. 22, 1965.
⎛ XXIV Acerca de la vocación médica 279⎞

PDQHUDFRPRHO<RWLHQHRUJDQL]DGRVHQOD /D UHSDUDFLyQ HV XQ PHFDQLVPR SRU


mente sus aspectos dañados, representación HO TXH VH LQWHQWD UHFRPSRQHU UHKDFHU
de enfermedad, vivida como cuerpo extraño restaurar los efectos de impulsos des-
y hostil y a la que se tiende a expulsar como tructivos ejercidos sobre los objetos de
un escíbalo. Estas fantasías no necesaria- amor.
mente necesitan de experiencias traumáti-
cas o daños efectivamente ocurridos, aún Las tendencias reparatorias de la men-
cuando éstos puedan haber sido parte de las te implican haber evolucionado a un nivel
vivencias infantiles. de preocupación y responsabilidad por
Simultáneamente, también se puede re- ORV REMHWRV VHQWLU FXOSD SRU ORV DWDTXHV \
conocer la presencia de intensa ansiedad TXHUHU DOLYLDU HQ DFFLRQHV TXH VLJQL¿TXHQ
frente a las manifestaciones de la propia KDFHUDOJRSRUHOORVRSRUDTXHOORVTXHGHV-
DJUHVLyQ\GHVXVUHVXOWDGRV0.OHLQXQD SXpV VRQ VXV UHSUHVHQWDQWHV SRU HMHPSOR
SVLFRDQDOLVWDGHQLxRVREVHUYyODDQJXVWLD SDFLHQWHV  3URYLHQH GH OD FRQVLGHUDFLyQ \
TXH PXHVWUDQ ORV QLxRV HQ MXHJRV \ IDQWD- DPRUTXHVHWLHQHDORVREMHWRVGHOPXQGR
sías frente a su destructividad. El deseo de interno pero se expresa simultáneamente
restaurar las cosas dañadas y de sentir lásti- como una fuerza para acciones constructi-
ma por ellas fue su observación sistemática vas en el mundo externo.
\UHÀHMDEDQVLWXDFLRQHVPHQWDOHVGRQGHVH Estos impulsos pueden manifestarse a
SRQtDGHPDQL¿HVWRXQDIXHUWHWHQGHQFLDUH- WUDYpV GH DOJXQDV GH ODV SURIHVLRQHV DVLV-
paratoria. Reconoció cómo, una y otra vez, WHQFLDOHV DSXQWDOiQGRODV FRQ JHQXLQDV
impulsos de crueldad y violencia extrema WHQGHQFLDV KXPDQLWDULDV (O VXMHWR SXHGH
HUDQVHJXLGRVSRUHPRFLRQHVGRQGHVHKD- enfrentar con éxito sus sentimientos de cul-
cían presentes el remordimiento y la lásti- pa merced a la compasión frente al sufri-
ma.11 PLHQWR VH LGHQWL¿FD FRQ HO TXH VXIUH \ VH
LástimaHVXQVHQWLPLHQWRTXHHOVXMHWR ve impulsado a ayudarle. La posibilidad de
VLHQWHSRULGHQWL¿FDFLyQFRQXQREMHWRlas- D\XGDU\KDFHUVDFUL¿FLRVSRUHORWURVLJQL-
timado por su culpa, sea real o fantaseada. ¿FDHQHVHQFLDODFRQWHQFLyQGHODDJUHVLyQ
-XVWDPHQWH HO UHPRUGLPLHQWR UHFRJH HVH propia y una manera relativamente exitosa
componente de culpa y de reproche más GHPDQHMDUOD8QDSDUWHGHO<RSXHGHWHQHU
claramente. RUJDQL]DGDXQDIDQWDVtDFRQHVWDHVWUXFWXUD
Un sentimiento cercano al de lástima TXHIXQFLRQHFRPRLPDJHQWHUDSpXWLFDuna
es el de la compasiónTXHVLJQL¿FDHWLPR- fantasía de curación a la manera de un ob-
OyJLFDPHQWH VXIULU XQR PLVPR  FRQ. Para MHWRSURWHFWRURLGHDOL]DGRFDSD]GHKDFHUVH
Freud la compasión tiene que ver con un FDUJRGHla enfermedad con simpatía y lásti-
VHQWLPLHQWR TXH VH RULJLQD DQWH OD LPDJHQ ma.13 Los aspectos vocacionales médicos se
IDQWDVHDGDGHOSDGUHFDVWUDGR RGDxDGR \ apuntalan fuertemente en ese núcleo.
la referencia a uno mismo delata un compo- Pero las tendencias reparatorias pueden,
nente narcisista.12 a veces, ser utilizadas como un mecanismo
$PHQXGRHOMXHJRGHOQLxRPXHVWUDHO de defensa, de manera compulsiva. Así, tal
LQWHQWR GH UHVWDXUDU OR GDxDGR MXQWD XQH disposición en el ámbito asistencial pue-
DWD FRPSRQH DUUHJOD ORV REMHWRV TXH pO GHHVWDURSHUDQGREDMRHOHIHFWRGHIXHUWHV
mismo destruyó. fantasías omnipotentes, de querer restaurar

.OHLQ0³(OFRPSOHMRGH(GLSRDODOX]GHDQVLHGDGHVWHPSUDQDV´,QW-3V\FKRDQDO. 1945;26:143-152.
11

12
)UHXG6³'HOD+LVWRULDGHXQD1HXURVLVLQIDQWLO´  (QObra completa;9,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
13
Luchina, L. “Identidad médica y relación médico paciente”. Rev de Psicoan ;;9 
⎛280 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

daños ad integrum cuando en la realidad no en su infancia le interesaron, le desperta-


hay la menor posibilidad de que así sea. A ban mucha curiosidad y que, como a todos,
veces, ciertas acciones médicas tienen ese le estaban prohibidas. Puede hacer que la
matiz demostrable como furor curandis, JHQWH VH GHVQXGH HQ VX SUHVHQFLD SXHGH
cuando la reparación se excede en sus lími- explorar los misterios del funcionamiento
WHV\SRVLELOLGDGHVPiVEDVDGDHQODPDJLD FRUSRUDOGDUUHVSXHVWDDOHQLJPDGHORULJHQ
que en la realidad. Denuncia una tendencia de los niños, examinar los excrementos,
D FRPSRQHU VLWXDFLRQHV LQWHUQDV FRQÀLFWL- WRFDU HO FXHUSR ODV ]RQDV HUyJHQDV PLUDU
vas del médico que se tornan imparables. DWUDYpVGHORVRUL¿FLRVYLVXDOL]DUVXLQWH-
Constituye una fuente de malestar para su ULRUFRQVR¿VWLFDGRVLQVWUXPHQWRV&XDQGR
WDUHDQRGHJUDWL¿FDFLyQSRUTXHORVUHVXO- QLxRDOJXQDYH]SXGRDFHUFDUVHDDOJXQDGH
tados nunca lo satisfacen. Esta pseudo re- HVWDVDFWLYLGDGHVFXDQGRMXJDEDel juego del
paración SXHGH GDU OXJDU D XQD H[DJHUDGD doctor.
instrumentación de los recursos médicos, Con la represión y transformación de
sobremedicación, visitas reiteradas por an- las estructuras libidinales se supone que en
siedad, etcétera. parte esos impulsos infantiles serán vueltos
Aun cuando se desenvuelva sin con- ~WLOHVSDUD¿QHVVRFLDOHVRSDUDXVDUXQWpU-
ÀLFWRV DSDUHQWHV OD DFWLYLGDG YRFDFLRQDO mino del Psicoanálisis, sublimados.
médica siempre tendrá un aspecto de acer-
FDPLHQWR D ORV REMHWRV TXH FRQYRFDQ D OD /Dsublimación es la transformación de
tarea y, por su naturaleza, también un as- impulsos libidinales infantiles como mi-
pecto evitativo que trata de poner distancia UDUWRFDUH[SORUDUSDOSDULQWURGXFLUVH
por ansiedad. Esta dinámica determina, con HQORVRUL¿FLRVHWFpWHUDHQDFWLYLGDGHV
IUHFXHQFLD HO WLSR GH HVSHFLDOLGDG HOHJLGD PiVDGXOWDV\VR¿VWLFDGDVHQHVWHFDVR
HO HVWLOR GH WUDEDMR PpGLFR HO GHGLFDUVH D SURIHVLRQDOHV &RPR OD UHSDUDFLyQ OD
tareas clínicas, administrativas o de labo- sublimación es un mecanismo capaz
ratorio. La especialidad implica un recorte GH FRQWULEXLU HQ WDUHDV SURGXFWLYDV \
de las tareas del médico, que puede permitir socialmente valoradas a partir de las
TXHFLHUWRVDVSHFWRVDQVLyJHQRVGHODUHOD- SXOVLRQHV VH[XDOHV LQIDQWLOHV WUDQVPX-
ción con el paciente queden excluidos. Un tadas.
HMHPSORSXHGHVHUHOGHOPpGLFRTXHIUHQWH
a las ansiedades que le despierta el contacto /D YRFDFLyQ WLHQH XQD YHQWDMD \ D VX
corporal, se dedica a la mente, o a la inver- YH]XQULHVJRLPSRUWDQWHPDQWLHQHLQWHUH-
sa; o poner distancia de la clínica dedicán- ses apasionados de un valor narcisista muy
dose a tareas administrativas. JUDQGHSDUDHOVXMHWR/OHYDGRVDOH[WUHPR
&XDQGRODSURIHVLyQHVWiUHJXODGDPX\ SXHGHQOOHJDUDRFXSDUOHODYLGDHQWHUDFRQ
UtJLGDPHQWHSRUPHFDQLVPRVGHGHIHQVDTXH SUHVFLQGHQFLDGHWRGRORGHPiV+D\HMHP-
tratan de controlar la ansiedad, la tendencia plos de médicos casados con su profesión y
HVDGLVRFLDUHOFDPSRPpGLFRDWHQHUGL¿- TXHGHVFXLGDQWRGRORTXHQRWHQJDTXHYHU
cultad en captar al paciente en su totalidad con ella.
y a obrar en consecuencia.

Conclusiones finales
Las actividades sublimatorias
La vocación funciona como un polo de inte-
$O PpGLFR D WUDYpV GH VX WUDEDMR OH HVWi UHVHVSDUDHOVXMHWRLQLFLDOPHQWHFRPRPH-
permitida toda una serie de actividades que WDVTXHODV¿JXUDVSDUHQWDOHVLQWHUQDOL]DGDV
⎛ XXIV Acerca de la vocación médica 281⎞

fuerzan a cumplir, como un principio moti- der pasar a un nivel de admiración y respeto
vacional infantil que está basado en la obe- que permita la crítica y el cuestionamiento.
diencia y el sometimiento, la recompensa y El ambiente familiar y social es también
HOFDVWLJR6LHVWDVLWXDFLyQQRVHPRGL¿FD importante en la manera en que se desple-
ODSURIHVLyQSXHGHOOHJDUDVHUVHQWLGDFRPR JDUi HO SRWHQFLDO YRFDFLRQDO /RV GHVHRV
XQMXHJRFX\R¿QHQODYLGDHVVHUun hom- parentales están en operación aun antes de
bre de verdad como papá. QDFHUHOVXMHWR/DVLGHQWL¿FDFLRQHVFRQORV
Pero cuando se suceden las transforma- DVSHFWRVSURIHVLRQDOHVGHORVSDGUHVMXHJDQ
ciones adultas que se inician en la latencia, su parte silenciosamente. Los padres de
WUDVODUHVROXFLyQGHOFRPSOHMRGH(GLSR\ )UHXGHVSHUDEDQJUDQGHVFRVDVGHpOSHUR
se profundizan durante la crisis de la adoles- pOUHFRQRFLyTXHQRLQÀXHQFLDURQSDUDQDGD
cencia, entonces se suman cualidades nue- HQVXGHFLVLyQ ORTXHQRTXLHUHGHFLUTXH
YDVDODLPDJHQGHORVSDGUHVGH¿GHOLGDG QRORKLFLHUDQ (QRWURVFDVRVHVQRWDEOHOD
DGHWHUPLQDGRVSULQFLSLRVKDFLDHOWUDEDMR LQÀXHQFLDIDPLOLDUVHFRQRFHQIDPLOLDVGH
con responsabilidad que supone colocarse médicos que en la forma de una verdadera
EDMR OD pJLGD GH OD IHUWLOLGDG SDUHQWDO /D dinastía preservan la misma profesión por
vocación se irá sintiendo no como metas a JHQHUDFLRQHV
cumplir, sino como intereses o aspiraciones (O GHVDUUROOR YRFDFLRQDO HV FRPSOHMR
propias.14 Este desarrollo está mostrado en la infancia aporta los componentes básicos
esta anécdota de Freud, relatada por uno de de naturaleza reparatoria y sublimatoria; la
VXVPiVLPSRUWDQWHVELyJUDIRV15 adolescencia será el momento de la elec-
ción profesional y la salida hacia su con-
&LHUWDYH]OHFRQWpODKLVWRULDGHXQFL- solidación; la crisis de la mitad de la vida,
UXMDQRTXHGHFtDTXHVLDOJXQDYH]KD- con el reconocimiento de la propia muerte,
bría de tener acceso al trono del Altísi- le podrá dar a la profesión la riqueza, pro-
mo, iría allá con un hueso canceroso, IXQGLGDG \ VHQWLGR TXH WDQWR EHQH¿FLD HO
SDUDSUHJXQWDUOHDO7RGRSRGHURVRTXp WUDEDMRFOtQLFR&XDQGRORORJUDHOPpGLFR
HVORTXHWHQtDTXHGHFLUDOUHVSHFWR6L estará menos a la defensiva, más abierto a
me tocara a mí encontrarme en seme- las posibilidades de un contacto más sutil
MDQWHVLWXDFLyQGLMR)UHXGORTXH\ROH y menos expuesto con sus pacientes. En el
reprocharía al Altísimo sería el no ha- ínterin, se sentirá llamado en el sentido de
berme concedido un cerebro mejor. su verdadera inclinación.
(Q)UHXGDTXLHQVHXWLOL]yFRPRHMHP-
$ GLIHUHQFLD GHO FLUXMDQR TXH WRGDYtD plo, la Medicina le ofrecía los primeros pa-
HVSHUDEDGHOUHSUHVHQWDQWHGHXQD¿JXUDSD- sos en la dirección de comprender algo de
WHUQDTXHOHRWRUJDUDHOFRQRFLPLHQWRFRPR los enigmas del mundo que también eran
una revelación, Freud aspiraba a recibir de los suyos propios. El resto lo fue encontran-
VXVSDGUHV LQWHUQRV ODFDSDFLGDGHPRFLR- GRHQHOFDPLQRGHVSXpVGHVRUWHDUDOJXQRV
nal y mental para encontrarlo por sí mismo. DWDMRV DUUDVWUDGR SRU XQD IXHUWH FRUULHQWH
/DSURGXFWLYLGDG\ORVORJURVVHSHUWXUEDQ de intereses personales y por su aspiración
FXDQGRODUHODFLyQFRQODV¿JXUDVFLHQWt¿FDV a dejarse guiarSRUREMHWRVSRVLEOHVGHDG-
DGPLUDGDVGHODSURIHVLyQ FRPRUHSUHVHQ- miración y de pasión.
WDQWHVGHORVREMHWRVSDUHQWDOHV VHPDQWLHQH (QDOJXQRVGHORVDFWXDOHVVLVWHPDVGH
EDMRODDGXODFLyQ\HOVRPHWLPLHQWRVLQSR- SUHVWDFLyQ PpGLFD OD RUJDQL]DFLyQ HP-

14
Meltzer, D. /RVHVWDGRVVH[XDOHVGHODPHQWH&DS(G.DUJLHPDQ%XHQRV$LUHV
15
Jones, E. Op. cit.
⎛282 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

presarial tiende a funcionar a predominio VXV QHFHVLGDGHV OH VLJXHQ UHFODPDQGR DO
GHODJDQDQFLDODXWLOLGDG\HOOXFURDXQ PpGLFRTXHHQVXHMHUFLFLRSURIHVLRQDOUH-
paso, como decía Osler hace cien años, del doble la apuesta por su vocación y por su
comercio y el negocio. Pero, el paciente y arte.
XXV
La entrevista médica:
consideraciones generales

El paciente debería contar con un médico JDWRULD6HSLHQVDTXHHOnúcleo duro del co-


TXHIXHUDFDSD]GHHVFXFKDUFRQDWHQFLyQ nocimiento médico son los datos objetivos
de observar cuidadosamente, GHOIXQFLRQDPLHQWRELROyJLFRPLHQWUDVORV
de comunicarse con comprensión de la entrevista se desacreditan como subje-
\TXHWDPELpQIXHUDXQFOtQLFRHIHFWLYR
tivos\VHFXQGDULRV(OHMHUFLFLRSURIHVLRQDO
FRQSDFLHQWHVKDTXHGDGROLEUDGRDOPDQHMR
Declaración de Edimburgo, LQWXLWLYRGHOPpGLFR\DOHIHFWRTXHGHMDURQ
&RQI0XQGLDOVREUH(GXFDFLyQ0pGLFD HQpOODVLGHQWL¿FDFLRQHVLQFRQVFLHQWHVFRQ
ODV¿JXUDVDGPLUDGDVFRQTXLHQHVHVWXYRHQ
contacto durante los años de su formación
Introducción clínica.
$OJXQRV HVWXGLRV UHDOL]DGRV VREUH OD
Cualquier clínico podría dar testimonio de entrevista en Medicina han apuntado a me-
lo difícil que es cumplir con los propósitos MRUDUHOQLYHOGHGHVWUH]DWpFQLFDGHOGLiOR-
SODQWHDGRV HQ OD GHFODUDFLyQ GHO HStJUDIH JR1 Pero, lo que se necesita no es un dis-
La Entrevista Médica es el instrumento con SRVLWLYRPHFiQLFRTXHGLVSDUHODVPHMRUHV
el que el médico puede acercarse a ellos. intervenciones verbales sino desarrollar la
Hay razones teóricas para preferir hablar de capacidad de captar lo que pasa emocio-
HQWUHYLVWDPpGLFDHQOXJDUGHconsulta mé- nalmente entre el médico y el paciente.
dica, un término más popular que pone el Porque
acento en la demanda que viene por el lado
del paciente. la entrevista médica pone de relieve la
La Medicina se ha ocupado poco de es- LPSRUWDQFLDGHOYtQFXORTXHVHHVWDEOH-
WXGLDU OD HQWUHYLVWD WDQWR D QLYHO GH JUDGR FHHQWUHPpGLFR\SDFLHQWHDSDUWLUGHO
FRPRGHSRVJUDGRDSHVDUGHTXHHOWUDED- TXHWLHQHVHQWLGRHOGLiORJRYHUEDOTXH
MRFOtQLFRODWLHQHFRPRVXUHIHUHQFLDREOL- DFRPSDxDODWDUHD
1
Coolehan J, M Block. Principios del interrogatorio médico(G(O0DQXDO0RGHUQR0p[LFR
⎛284 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Se puede enseñar y aprender a realizar nal y debe procurar condiciones internas


HQWUHYLVWDVVLQGHMDUODVOLEUDGDVDXQGRQR \ H[WHUQDV TXH JHQHUHQ XQ VHQWLPLHQWR GH
YLUWXG LPSRQGHUDEOH (O HVWXGLR FLHQWt¿FR intimidad. A diferencia de relaciones con-
de la entrevista médica puede reducir su tractuales o casuales, “la salud mental y el
proporción de arte e incrementar su opera- desarrollo de la mente derivan de relacio-
WLYLGDG\PDQHMRHQFRQGLFLRQHVPHWRGROy- nes de intimidad en las cuales los eventos
JLFDVPiVHVWULFWDV primordiales son las experiencias emocio-
nales”.2 Con el sostén que brinda una bue-
na entrevista, el médico puede contener y
¿Qué es una entrevista? eventualmente elaborar los elementos emo-
FLRQDOHVTXHVXUJHQGHODWDUHD\OHSHUPLWHQ
/DHQWUHYLVWDHVODIRUPDOL]DFLyQGHXQ KDFHU ELHQ VX WUDEDMR QR SRU REOLJDFLyQ D
HQFXHQWURTXHVHUHDOL]DSDUDGHWHUPL- un ideal difícil de sostener, VLQRSRUTXHHV
QDGRV ¿QHV X REMHWLYRV GH WUDEDMR ,Q- JUDWL¿FDQWHSDUDVXWDUHD.
FOX\HSDUiPHWURVGHWLHPSROXJDU\HO Cualquier tipo de entrevista médica par-
rol de los protagonistas. WLFLSDGHHVWRVOLQHDPLHQWRVJHQHUDOHV3HUR
KD\FLHUWDVYDULDFLRQHVSRUHMHPSORODSUL-
&RPR OD GH¿QH HO GLFFLRQDULR HV ³YLV- PHUDHQWUHYLVWDVHGLIHUHQFLDGHODVLJXLHQWH
ta, concurrencia y conferencia de dos o más \ GH ODV TXH SXHGDQ VHJXLU FRQIRUPDQGR
SHUVRQDV HQ OXJDU GHWHUPLQDGR SDUD WUDWDU un proceso que se irá profundizando con
R UHVROYHU XQ SUREOHPD´ VXJLHUH PLUDGD el tiempo. Las que realiza un clínico tienen
mutua, una vista entre, encuentro frente a matices diferentes a las de cada especialista,
frente, consulta formal. también las que realiza la enfermera u otros
Hay tanta variedad de entrevistas como miembros del equipo médico. Empero, to-
tareas propuestas: de admisión a un empleo, das tienen en común la relación vincular
GHHYDOXDFLyQSVLFROyJLFDFRQ¿QHVGRFHQ- puesta en juego.
WHV OHJDOHV HWFpWHUD /D HQWUHYLVWD HV XQ
LQVWUXPHQWR GHO WUDEDMR SURIHVLRQDO &DGD
tipo de entrevista tiene características en El modelo teórico
común que comparte con las demás y ele- de la entrevista médica
PHQWRVHVSHFt¿FRVDFDGDXQD'DGRVXFD-
rácter de encuentro interpersonal, en todas /DHQWUHYLVWDPpGLFDHVHOOXJDUGRQGHODUH-
intervienen factores o dinamismos psicoló- ODFLyQPpGLFRSDFLHQWHVHPDQL¿HVWDFRPR
JLFRV3HURVHGLVWLQJXHQXQDVGHRWUDVSRU un vínculo, una experiencia emocional com-
VXVREMHWLYRV partida que se estructura de una manera par-
ticular en torno a una demanda. Considera-
/R TXH GH¿QH D XQD HQWUHYLVWD FRPR da como un vínculo intersubjetivo, incluye
médica es su carácter asistencial: reci- ORV DVSHFWRV VLQJXODUHV \ HPRFLRQDOHV TXH
ELU\UHVSRQGHUDODGHPDQGDGHXQRWUR OR DFRPSDxDQ \ TXH HQ JHQHUDO KDQ VLGR
preocupado por su salud. excluidos de las formulaciones teóricas de
la Medicina pero que siempre, de una ma-
El paciente consulta y el médico respon- nera explícita o implícita forman parte de
de formalizando su tarea en una entrevista VXHMHUFLFLR
de carácter profesional. La entrevista médi- ¿Qué es un vínculo"(VDOJRTXHSHUPLWH
co paciente enmarca una relación emocio- OLJDU XQLU R UHODFLRQDU FRVDV X REMHWRV GH
2
Meltzer, D. Vida onírica7pFQLSXEOLFDFLRQV0DGULG
⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV 285⎞

una manera estable. El Yo de la persona, KXPDQD TXH VH PDQL¿HVWD HQ OD VXSHU¿FLH
HQ WDQWR VXMHWR GH VX GHYHQLU SVLFROyJLFR como comportamientos, tiene que tener en
HVWDEOHFHWRGRWLSRGHYtQFXORVFRQREMHWRV cuenta la resonancia que sobre sus prota-
animados o inanimados con los que se sien- JRQLVWDVWLHQHODGLPHQVLyQLQFRQVFLHQWHGHO
te atado emocionalmente. Los primeros son YtQFXOR LQWHUVXEMHWLYR (O FRQWDU HO PLVPR
los más importantes y conforman el mun- VXHxRDXQDPLJRDODSDUHMDRDODQDOLVWDOR
do propiamente humano. El tipo de vínculo hace único para cada situación vincular.
que se establece depende de las caracterís- Por último, un tercer territorio es el de
WLFDVGHORVREMHWRVYLQFXODGRV\GHOWLSRGH las representaciones socioculturales que
interrelación que establecen entre sí. Por lo DWDxHQDODLGHRORJtDODSROtWLFDODUHOLJLyQ
WDQWRFDGDYtQFXORHV~QLFRHQVXVLQJXODUL- TXH FRPSRUWD   HO iUHD GH ORV vínculos
dad. (Para el vínculo de pareja, ver capítu- transubjetivos cuyos contenidos le vienen
OR;;, DOVXMHWRFRPRSDUWHGHOGLVFXUVRVRFLDO(Q
Equivocadamente, hay médicos que di- Medicina se destacan las referidas a las re-
cen tratar a sus pacientes de la misma ma- presentaciones sociales sobre la salud y la
QHUD FRPR VL IXHUDQ WRGRV LJXDOHV R FRPR HQIHUPHGDG TXH LPSUHJQDQ \ VRPHWHQ DO
si él pudiera ser el mismo con todos. Cada SRGHUGHVXVLJQL¿FDGRDODPHQWHGHOPp-
vínculo va a depender de las características dico y del paciente, también qué estatus se
GHORVREMHWRVYLQFXODGRV OHRWRUJDDOVXHxRHQFDGDFXOWXUDHQFDGD
¢3RU TXp LQWHUVXEMHWLYR" , %HUHQVWHLQ época y en cada sociedad.
GLVWLQJXH XQiUHDPHQWDOintrasubjetiva La relación médico paciente es prototipo
FDUDFWHUL]DGD SRU ODV UHODFLRQHV GH REMHWR GH YtQFXOR LQWHUVXEMHWLYR GD FXHQWD GH OR
internas que conforman las experiencias ac- TXHVLJQL¿FDQHOXQRSDUDHORWUR\HOOXJDU
WXDOHV\SDVDGDVORVOLJiPHQHVHQWUHUHSUH- que uno tiene en la mente del otro. Incluye
sentaciones del cuerpo y su conexión con los ODV VLJQL¿FDFLRQHV TXH SURYLHQHQ GHO iUHD
RWURV LPSUHJQDGDV GH HPRFLRQDOLGDG /R LQWUDVXEMHWLYDGHFDGDXQR\ODVUHSUHVHQWD-
LQWUDVXEMHWLYRWUD]DXQDLQWHULRULGDGIXQGD- FLRQHVGHOFRQWH[WRVRFLDOWUDQVXEMHWLYRTXH
da en la internalización de las experiencias los abarca.
pasadas y a las que el otro no puede tener &RQODVFRVDVXREMHWRVGHOPXQGRLQDQL-
DFFHVRGLUHFWRVyORSXHGHKDFHUFRQMHWXUDV mado se puede entablar un tipo de relación
“Para conocer qué pasa en el interior del Yo, EiVLFDPHQWH VLJQL¿FDGD SRU SUR\HFFLyQ
\WDPELpQHQHOGHORWURKDEUiTXHUHVLJQDU- GHVGHORLQWUDVXEMHWLYR$VtLQVWUXPHQWRVR
se a deducirlo y no se podrá tener una total máquinas se animan como si con ellos se es-
certeza”.3 Es el área de la intimidad para WDEOHFLHUDXQDUHODFLyQSHUVRQDOSRUHMHP-
uno, área de opacidad para el otro. El soñar SORODTXHHOSDFLHQWHSXHGHOOHJDUDWHQHU
HVXQWtSLFRSURFHVRLQWUDVXEMHWLYR con los aparatos de una unidad de cuidados
Cuando las personas se relacionan, se intensivos. Por el contrario, forma parte de
establecen entre ellas vínculos que se con- la experiencia humana que los vínculos en-
IRUPDQ HQ   HO iUHD GH OR intersubjetivo, tre personas se FRVL¿TXHQ, que pasen a ser
a la que cada uno aporta un universo de tratados como entes inanimados. En este
VLJQL¿FDGRVSHUVRQDOHVGHULYDGRVGHKLVWR- sentido, cabe recordar cierta práctica médi-
rias, intereses y experiencias diferentes. El ca deshumanizada por las condiciones del
prototipo de este tipo de vínculo es el de la contexto institucional en que se realiza.
familia, con las denominaciones del paren- (O WUDEDMR PpGLFR HQIRFDGR GHVGH HO
WHVFR SDGUH PDGUH H KLMR 7RGD UHODFLyQ estudio de los vínculos humanos permite
3
Berenstein, I. “Reconsideración del concepto de vínculo”. Psicoanálisis1ž ;,,, 
⎛286 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

articular la polaridad salud-enfermedad por se cierran sobre sí mismos y quieren sortear


XQ ODGR \ HO HMH PHQWHFXHUSR SRU HO RWUR la ecuación personal del portador de los sín-
6DOXG\HQIHUPHGDGSXHGHQVHULQWHJUDGRV tomas. Todavía hoy se reserva la técnica del
de manera complementaria en la experien- LQWHUURJDWRULRSDUDODSDUWHGHODHQWUHYLVWD
FLDFRQMXQWDPpGLFRSDFLHQWH/RPHQWDO\ que se ocupa de los aparatos y sistemas.
FRUSRUDO TXH FXDOL¿FD H[SHULHQFLDV \ IXQ- La +LVWRULD &OtQLFD es un documento
cionamientos diferentes encuentran la posi- HVFULWRTXHRUJDQL]DODLQIRUPDFLyQTXHVH
ELOLGDGGHXQDPDQLIHVWDFLyQLQWHJUDGDHQOD ORJUD GHO LQWHUURJDWRULR PpGLFR \ OOHYD VX
medida que se expresan en ese vínculo. impronta. Con frecuencia sólo contiene el
UHJLVWUR GH GDWRV ELROyJLFRV \ ORV GHWDOOHV
que dan cuenta del desarrollo de la historia
Interrogatorio, natural de la enfermedad, como si ésta evo-
Anamnesis, Consulta, lucionara al margen de la historia de una
Prestación, Entrevista vida. La Historia Clínica, que tiene un enor-
PHYDORUOHJDOHVDGHPiVXQDKHUUDPLHQWD
El llamado Interrogatorio Médico fue un PX\ LPSRUWDQWH SDUD OD LQYHVWLJDFLyQ Pp-
procedimiento históricamente recomenda- dica.
GRSDUDOOHYDUDFDERHOWUDEDMRFOtQLFR(V En Medicina, a la Entrevista también se
la base de la Anamnesis recuerdo WpUPLQR la llama &RQVXOWD 0pGLFD. El término de
con que en Medicina se conoce el recopi- Consulta tiene más en cuenta el deseo del
lar datos para hacer la historia clínica de paciente en busca de ayuda y los motivos
una enfermedad y formular un diagnóstico. de consulta son las causas implícitas o ex-
Como su nombre indica, consiste en pre- plícitas que lo llevan a consultar. El término
JXQWDUSXQWXDO\PHWLFXORVDPHQWHVHJ~QXQ pone el énfasis en la demanda del paciente
FyGLJRPpGLFRFRQRFLGRGHDQWHPDQR'HMD sobre el médico.
poco espacio para la espontaneidad; quien ÒOWLPDPHQWH ORV VHUYLFLRV GH VHJXUR
KDFH SUHJXQWDV VyOR UHFLEH UHVSXHVWDV SX- VRFLDO VLVWHPDVSUHSDJRVHWFpWHUD KDQLQ-
GLHQGRTXHGDUORPiVLPSRUWDQWHDOPDUJHQ troducido el término de Prestación Médica,
GHODVPLVPDV³1RSUHJXQWHV\QRWHGLUiQ que hace referencia a los aspectos contrac-
mentiras”.4 tuales recíprocos establecidos entre el mé-
(QHIHFWRVLOD¿QDOLGDGUHVLGHVyORHQ GLFR HO SDFLHQWH \ HO DVHJXUDGRU PpGLFR
MXQWDU GDWRV HO SDFLHQWH TXHGD UHGXFLGR D En este caso, el médico es un prestador que
ser un mediador entre su enfermedad, por brinda un servicio, el paciente un cliente
un lado, y el médico, por otro. Con este cri- TXHORUHFLEHDPERVYLQFXODGRVEDMRFLHU-
terio se supone que si el paciente no entrega WDV FRQGLFLRQHV LPSXHVWDV SRU HO DVHJXUD-
los datos esperados hay que H[WUDHUORV de dor. La elección de los términos no es nada
él. La anamnesis opera con el supuesto de inocente.
que el paciente conoce su vida, los síntomas $GLIHUHQFLDGHOLQWHUURJDWRULRODDQDP-
de su enfermedad y que está capacitado para nesis, la consulta o la prestación, la Entre-
LQIRUPDUVREUHHOOD1DGDPiVDOHMDGRGHOD vista Médica toma en cuenta la relación in-
realidad de la experiencia clínica. Con este WHUVXEMHWLYDTXHVHHQWDEODHQWUHHOPpGLFR
criterio, todo aporte espontáneo del paciente y el paciente como marco de la tarea que
es considerado como una perturbación de la se está realizando. La entrevista médica es
anamnesis, es poco tolerado y considerado una relación de índole particular donde am-
VXSHUÀXR(OInterrogatorio o la Anamnesis ERVLQWHUYLHQHQGHVGHVXVXEMHWLYLGDGFRPR
4
.KDQ0Passion, solitude et folie*DOOLPDUG3DUtV
⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV 287⎞

personas, cada uno en un rol diferente. Se también entra en la entrevista de manera in-
puede decir que la entrevista consiste en visible con su poder silencioso e inefable.
XQDUHODFLyQGRQGHXQRGHVXVLQWHJUDQWHV He aquí cómo desde la Medicina, Feins-
el médico, debe intentar saber lo que está WHLQGH¿QHDOSDFLHQWHHQHOKRVSLWDO³(OSD-
SDVDQGR HQ OD PLVPD \ GHEH DFWXDU VHJ~Q ciente no es, ni una enfermedad a discutir, ni
ese conocimiento mientras simultáneamen- XQHVSHFWiFXORGHLQWHUpVSDWROyJLFRQLXQ
te está dedicado a realizar los pasos que le espectador desapasionado. Es una persona
indica su intervención técnica. enferma en el ambiente alienante del hos-
pital, perturbado por su enfermedad y com-
prometido con ella tanto como sus médicos.
Los protagonistas Está ansioso por conocer qué está pasando,
de la entrevista médica WLHQHGHUHFKRDVDEHU\JHQHUDOPHQWHHVFD-
paz de hacer contribuciones útiles en todos
ORVDVSHFWRVGHVXPDQHMRFOtQLFR´5
1LQJXQDHQIHUPHGDGSXHGHH[LVWLU El médico HV HO RWUR JUDQ SURWDJRQLVWD
VLQXQDSHUVRQDTXHODVXIUD de la relación. Ha sido a veces reconocido
/DHQIHUPHGDGHVXQDDEVWUDFFLyQ por su estilo personal de relacionarse profe-
El paciente es la realidad concreta. VLRQDOPHQWH\GHHVDPDQHUDVHORVKDDJUX-
SDGRVHJ~QXQDVHULHGHYDULDEOHV$VtHVWiQ
DR. A. CLARK-KENNEDY, D  DTXHOORV TXH WLHQHQ XQ PDUFDGR estilo
Archives of Internal Medicine, 1962 autoritario HOPpGLFRWRPDODVGHFLVLRQHV
de una manera paternalista, brinda solo la
(OSDFLHQWH GHpatisSDGHFHU HVHOTXH información necesaria, cuando lo desea y
sufre, corporal o anímicamente, “el que to- HQODPHGLGDTXHpOORFRQVLGHUHRSRUWXQR 
OHUDGRORUHVVLQTXHMDVRFRQSDFLHQFLD´(Q E HOestilo democrático HOPpGLFRFRPSDU-
el contexto de la entrevista médica, “aquél te hasta donde es posible la dirección del
TXH HVWi EDMR WUDWDPLHQWR SRU XQ PpGLFR SURFHVR PpGLFR \ JHQHUD XQ FOLPD GH WUD-
FLUXMDQRRHQXQKRVSLWDO´3HURWDPELpQDO- EDMR FRPSDUWLGR  \ F  HO estilo basado en
JXLHQTXHHVWiafectado porTXHHVHOREMH- el paciente \ VXV QHFHVLGDGHV HO PpGLFR
to recipiente de/DGH¿QLFLyQVXJLHUHDOJR EULQGDRSFLRQHV\HOSDFLHQWHHOLJH $IRUWX-
vivido pasivamente: por un lado el tener QDGDPHQWHDOJXQRVPpGLFRVSXHGHQYDULDU
TXHVRSRUWDUXQHVWDGRSURYRFDGRSRUDOJR su estilo entre éstas y otras posibilidades
H[WHUQRDODSHUVRQD HOSDGHFLPLHQWR \SRU de acuerdo a las necesidades del paciente.
RWURQHFHVLWDUUHFLELUD\XGD PpGLFD  2WURV ODPHQWDEOHPHQWH PHQRV ÀH[LEOHV
El paciente necesitado de ayuda, aunque WUDWDQDWRGRVVXVSDFLHQWHVSRULJXDO
no siempre la pida, dispone de una variedad 0pGLFR \ SDFLHQWH VRQ SURWDJRQLVWDV
de ofertas para su reclamo, desde aquellas principales pero no únicos. También pueden
GH FRQQRWDFLRQHV PiJLFRUHOLJLRVDV KDVWD SDUWLFLSDUORVIDPLOLDUHVGHOSDFLHQWH\RHO
ODVUHFRQRFLGDVR¿FLDOPHQWHFRPRSXHGHQ UHVWRGHORVLQWHJUDQWHVGHOHTXLSRGHVDOXG
ser los circuitos en cuyo tránsito está el mé- Es útil pensarlos a todos como participantes
GLFReVWHSRUWDORVDWULEXWRVTXHORHULJHQ GHXQSHTXHxRJUXSRse reúnan o no.
socialmente como el principal responsable El rol del paciente y del médico, en lo
GHODIXQFLyQUHSDUDWRULDTXHOHIXHDVLJQD- HVHQFLDO GH¿QLGRV PiV DUULED WLHQHQ WDP-
da. Responde por él y en nombre de esa for- bién una dimensión social, en la que inter-
midable institución que es la Medicina, que YLHQHQODVUHSUHVHQWDFLRQHVGHOLPDJLQDULR
5
Feinstein, A. &OLQLFDO-XGJPHQW:LOOLDPV :LONLQV%DOWLPRUH
⎛288 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

social, propio de cada cultura y cada mo- a la integridad física, de terror al des-
mento histórico de la misma. Incluye las PHPEUDPLHQWR R GH WRGR DTXHOOR TXH
características del sistema de prestación SRQJD HQ ULHVJR OD XQLGDG \ VXSHUYL-
médica en el que están incluidos. vencia del cuerpo. Esta fantasía se acti-
va ante la presencia de alarmas corpo-
UDOHV\SXHGHOOHJDUDWHQHUDOJ~QWLSR
El motivo de consulta GHPDQLIHVWDFLyQHQODFRQFLHQFLDTXH
lleve reconocer la necesidad en algún
Entre el momento en que una persona reco- momento de consultar.
noce las primeras preocupaciones sobre su
salud y el que decide consultar puede pasar 6H DJUHJDQ DGHPiV VHQWLPLHQWRV GH
XQWLHPSRYDULDEOHGHVGHXQDODUJDHVSHUD desamparo y la movilización de situaciones
HQODFRQ¿DQ]DGHXQDHYROXFLyQHVSRQWiQHD inconscientes de culpa con que se vive la
hasta el apuro de una resolución inmediata. enfermedad. Derivan de estados mentales
3XHGH H[DJHUDU VXV PROHVWLDV R DWHQXDUODV PX\SULPLWLYRVOLJDGRVDYLYHQFLDVGHYLR-
hasta restarles toda importancia. De esta lencia sádica, destructividad y el sufrimien-
PDQHUDFRQVXOWDVSHGLGDVGHXUJHQFLDSXH- WRLPDJLQDGRFRPRSURYHQLHQWHGHREMHWRV
GHQUHVXOWDUVLQKDOOD]JRVFOtQLFRVRSRUHO persecutorios. Es un momento en el que
FRQWUDULRSDWRORJtDFRUSRUDOJUDYHWUDQVLWDU sólo se esperan malas noticias del médico
aparentemente asintomática durante cierto y de la Medicina. La alarma y el terror que
tiempo, como sucede a veces con el infarto. SXHGHQ OOHJDU D SURYRFDU GDQ OXJDU D XQD
Este tipo de respuesta dependerá de varias VHULH GH DFWLYLGDGHV SVLFROyJLFDV GHIHQVL-
cosas: de la historia personal y familiar en YDVTXHVHPDQL¿HVWDFRQWRGDFODULGDGHQ
relación con los padecimientos, de recono- la forma, la modalidad y el momento de
FHUVHRGHQHJDUVHFRPRHQIHUPRGHSRGHU OD FRQVXOWD &XDQGR SRQHQ DO VXMHWR HQ HO
HQWUHJDUVHHQPDQRVGHXQRWURSDUDTXHOR límite de su tolerancia, puede intervenir el
FXLGHGHODVSRVLELOLGDGHVSVLFROyJLFDVFRQ mecanismo mental de la desmentida o re-
TXHFXHQWD HVSHUDQ]DFRQ¿DQ]DHWFpWHUD  negaciónSRUHOTXHGHVFRQRFHHLJQRUDODV
Para entender cómo responde un pa- señales provenientes de su cuerpo con los
ciente es necesario tener en cuenta los de- ULHVJRVFRQVLJXLHQWHV
terminantes conscientes e inconscientes de Simultáneamente también se pueden
la conducta. Junto a los primeros indicios JHQHUDUVHQWLPLHQWRV\H[SHFWDWLYDVGHDOL-
preocupantes referidos al cuerpo se acti- vio, esperanza y curación puestas en las
van fantasías primitivas de enfermedad LPiJHQHVGHREMHWRVEXHQRV\SURWHFWRUHV
que pueden alertar o alarmar, hacen que a la espera de buenas noticias, que le lleven
las personas consulten demasiado pronto o calma, paz y tranquilidad.
demasiado tarde, nunca cuando es crono- En función del impacto de estos senti-
OyJLFDPHQWHHVSHUDEOHFRPRUHVXOWDGRGHO mientos encontrados y las defensas puestas
impacto que las señales corporales puedan HQ MXHJR HO VXMHWR GHWHUPLQD HQ SDUWH LQ-
hacer en el Yo y con qué mecanismos éste conscientemente, HOFXiQGR\HOFyPR de la
responde. consulta. Mientras tanto puede haber trans-
FXUULGR XQ WLHPSR HQ DOJXQD DXWRSUHVFULS-
Se llama fantasía inconsciente de enfer- ción casera o consulta informal con amista-
medad al conjunto de ideas, prejuicios des o familiares.
\HPRFLRQHVUHODFLRQDGDVFRQODH[SH- &XDQGR¿QDOPHQWHODFRQVXOWDVHUHDOL]D
riencia del estar enfermo, ideas acerca el paciente no siempre conoce los motivos
GH OR TXH HV GDxR VRPiWLFR DPHQD]D que lo llevaron a la misma. El motivo mani-
⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV 289⎞

¿HVWR es aquél que se explicita verbalmente atender los síntomas corporales, la médica
en la entrevista. Pero también hay otros más SXGR LQWHJUDU XQ QXHYR IRFR GH SUHRFXSD-
ocultos de los que el paciente nada parece ciones del momento vital de esta paciente.
saber. Son las demandas latentes o incons- Toda consulta tiene innumerables motiva-
cientes de la consulta con las que el médi- ciones pero es necesario detectar el punto
co, tarde o temprano, se va a enfrentar. Las de urgencia6XUJHDOSUHJXQWDUVHHOSRUTXp
estadísticas de consultas en consultorios de la consulta, el porqué ahora y porqué a
externos de toda institución dan cuenta de mí y no a otro. En este caso, sin desmerecer
TXHSRUORPHQRVHOGHORVTXHFRQVXO- ORV GHPiV PRWLYRV OD YHUGDGHUD XUJHQFLD
WDQQRWLHQHQSDWRORJtDFRUSRUDOGHWHFWDEOH SDVDEDSRUHOKLMRGLVFDSDFLWDGR
DOJXQRVGHpVWRVSDVDUiQDOJUXSRGHORTXH
se conoce como patología funcional. Y el
resto, ¿por qué consulta? Las expectativas
Lo hacen por sus preocupaciones cor- previas a la entrevista
porales o supuestamente corporales. Pero
encubren necesidades y malestares de todo Las más variadas expectativas se crean ya
WLSR GH RULJHQ IDPLOLDU SHUVRQDO ODERUDOdurante los contactos previos a la entrevis-
etcétera, que también traen a la consulta. El WDSRUHMHPSORODUHIHUHQFLD\FRQRFLPLHQ-
médico puede dudar en cuanto a lo que cae to anterior del médico a través de terceros,
dentro de su tarea estrictamente médica y se HO WLSR \ PRGR GH GHULYDFLyQ HO GLiORJR
plantea cuáles son los límites de su respon- telefónico para solicitar turno, las recomen-
sabilidad frente a la misma. GDFLRQHVDWUDYpVGHFROHJDVHWFpWHUD(OH-
mentos todos presentes a la hora de hacer
8QDSDFLHQWHREHVDGHDxRVUHLWHUD el primer contacto y a los que importa no
una consulta por un recrudecimiento GHVHVWLPDU\WHQHUHQFXHQWDHQHOPDQHMR
sintomático de su úlcera gástrica con de los momentos iniciales del encuentro. Es
ODHVSHFLDOLVWDTXHODDWLHQGHKDELWXDO- posible que, dadas las actuales condiciones
mente. Dedicó los primeros minutos de de la práctica médica, tan acotada en tiempo
la entrevista a relatar su malestar gás- \ SRVLELOLGDGHV HO PpGLFR VXSRQJD TXH R
WULFRHQHVSHFLDOORVGRORUHVPX\LQWHQ- no es necesario tenerlas presentes o simple-
VRVTXHWHQtDHQHOHSLJDVWULR'HJROSH mente no son importantes. Por lo menos por
se levantó la ropa, mostró su abdomen parte del paciente no es así.
\ FRQ XQD ODSLFHUD VH PDUFD XQD FUX] 6XSRQJDPRV TXH SDUD OD SULPHUD HQ-
HQ OD SLHO PLHQWUDV GHFtD ³$Fi HV HO trevista no se conozcan personalmente. La
dolor tan fuerte, doctora, es esta cruz, H[SHFWDWLYDLQLFLDOSXHGHHVWDUVLJQDGDSRU
¢OD YH"´ $O SURPHGLDU OD HQWUHYLVWD esa situación de mutuo desconocimiento
todo su relato giraba en torno al sufri- \KDVWDSRUDOJ~QJUDGRGHGHVFRQ¿DQ]D\
PLHQWRTXHOHDFDUUHDEDHOFXLGDGRGH recelo. Por el contrario, pueden ponerse de
XQ KLMR GLVFDSDFLWDGR TXLHQ VH KDEtD PDQL¿HVWR HVSHUDQ]DV LQIXQGDGDV (O SD-
transformado para ella en su verdadera FLHQWH OOHJD D OD FRQVXOWD GHVHDQGR VHU OL-
FUX]SDUDORTXHWDPELpQHVWDEDQH- berado del dolor y del sufrimiento, a veces
FHVLWDGDGHRULHQWDFLyQ\FRQVXHORSRU QHJDQGRODSUHVHQFLDGHVLJQRVDODUPDQWHV
ORVLQWHQVRVVHQWLPLHQWRVKRVWLOHVTXHOH de enfermedad, teniendo creencias de cura-
generaba su cuidado. FLyQ UHDOLVWDV R PiJLFDV SRU ODV DPHQD]DV
TXHSHQGHQVREUHpO1LQJXQDSHUVRQDGHMD
(VWH HMHPSOR LOXVWUD OD FRPSOHMLGDG GH de experimentar fantasías omnipotentes de
los motivos de una consulta. Sin descuidar resolución ilusoria de su malestar aun cuan-
⎛290 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

do comprenda qué irracionales pueden ser. Desde una orientación básicamente bio-
(OWHPRUTXHOHJHQHUDQORVSURFHGLPLHQWRV médica, el médico centra buena parte de su
médicos puede llevarlo a desacreditarlos de WUDEDMRHQDUULEDUDOGLDJQyVWLFRGHODHQIHU-
HQWUDGDRDFHSWDUORVVLQUHÀH[LyQ PHGDGSHQVDGRFRPRXQDHQWLGDGGH¿QLGD
3HURWDPELpQVHJXUDPHQWHEXVFDDOJXLHQ \FRQFUHWD<HVLQREMHWDEOHTXHDVtVHD6LQ
TXHORHVFXFKH\ORFRQWHQJDTXHFRPSDUWD HPEDUJR GHVGH OD PLVPD 0HGLFLQD VH OH
su dolor. Será también parte de las expec- UHFXHUGDTXH³(OGLDJQyVWLFRHVXQVLVWHPD
tativas previas ser querido o aceptado, no GHFRQMHWXUDVPiVRPHQRVSUHFLVDVFX\R
sentirse rechazado. Podrán aparecer temo- SXQWR ¿QDO HV XQ QRPEUH (VWRV QRPEUHV
UHVGHVHULQFXOSDGRRUHFULPLQDGREDMRHO DSOLFDGRVDODHQIHUPHGDGYLHQHQDDVLJQDU
supuesto de que la entrevista se hace para LPSRUWDQFLDDHQWLGDGHVHVSHFt¿FDVFXDQGR
DGMXGLFDU FXOSDV HWFpWHUD 3RGUi VXUJLU DO- en realidad, en su mayoría, son concepcio-
J~QWHPRUDVHUDEDQGRQDGRDQRWHQHUUH- QHVLQVHJXUDV\WHPSRUDULDV´7
medio, a no ser merecedor de ser cuidado... (O SURFHVR GH DUULEDU D XQ GLDJQyVWLFR
(VWRV VHQWLPLHQWRV VLJQDQ HO GHVDUUROOR GH clínico y de descartar otros es un momen-
la entrevista, en especial en sus primeros to particularmente difícil para el médico,
tramos. Forman parte de las fantasías in- JHQHUDGRUGHDQJXVWLDHLQTXLHWXGVLQTXH
conscientes con que el paciente se acerca al a veces cuente el caudal de su experiencia
HQFXHQWUR\WHQGUiQSHVRDODKRUDGHGH¿QLU previa.
la relación con el médico.
Pero por el lado del médico también
se producen expectativas y hasta temores. El lugar del médico
Tienen que ver con el desafío que implica y su doble función
su rol profesional, la incertidumbre de su
HMHUFLFLRHOUHVXOWDGRGHVXVH[SHULHQFLDV /D WDUHD PpGLFD VXSRQH HO HMHUFLFLR GH XQ
más recientes, si será útil en su tarea, en es- URO XQ OXJDU GHVGH GRQGH UHDOL]DUOR \ HO
pecial si debe enfrentar un paciente difícil. GHVSOLHJXH GH IXQFLRQHV SDUD FRQFUHWDUOR
En todo caso es su autoestima la que está Uno de los problemas más difíciles para el
HQMXHJR1RHVTXHHVWROHRFXUUDVLHPSUH médico lo constituye el tener que asumir si-
o a cada momento, pero es útil tenerlo en multáneamente dos funciones.
cuenta. Reclamado por problemas donde por lo
/RVWHPRUHVTXHVHSXHGHQJHQHUDUHQHO menos inicialmente está involucrada la sa-
PpGLFRDQWHHOGHVDItRGHOSURFHVRGHGLDJ- OXGFRUSRUDOWUDEDMDFRQVXSDFLHQWHVREUH
QyVWLFR\WUDWDPLHQWRVRQGLJQRVGHFRQVLJ- la base de sus conocimientos médicos, los
nar. Cuanta menos experiencia tiene, más HOHPHQWRVTXHQHFHVLWDSDUDHOGLDJQyVWLFR
puede tratar de orientarse inicialmente en la y tratamiento de las enfermedades. Tiene
FRQVXOWD RUJDQL]DQGR GH IRUPD SUHPDWXUD detrás de él toda la información médica que
XQGLDJQyVWLFR\DFRPRGDQGRVXVREVHUYD- ORKDKDELOLWDGRHQHOPDQHMRFRQVFLHQWH\
ciones a él.6 Con el tiempo, podrá tolerar computarizado de los datos que observa.
más la incertidumbre y la ansiedad inicial /DPHQWHGHOPpGLFREDMRORVDXVSLFLRV
SDUD DUULEDU D XQ GLDJQyVWLFR DVt FRPR ODV GH VX HGXFDFLyQ FLHQWt¿FD GLULJH VX DWHQ-
dudas que se le plantean frente a una situa- ción como hacia afuera de élVREUHHOREMH-
ción inicialmente desconocida. to de su preocupación, mientras trata hacia
6
+D\LQYHVWLJDFLRQHVTXHSUXHEDQTXHODPD\RUtDGHORVFOtQLFRVLQWHUUXPSHDOSDFLHQWHDORVSRFRVPLQXWRVGHLQLFLDGDOD
entrevista.
7
7KRPDV/³5HÀHFWLRQVXSRQ5HIRUPLQ0HGLFDO(GXFDWLRQ´/DQFHW 1944;1:619-21.
⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV 291⎞

adentroGHFHUUDUVXVXEMHWLYLGDGSDUDTXH En otras palabras, esta doble función,


QRLQWHU¿HUDFRQORTXHIXQGDPHQWDVXSUR- simultánea en su cumplimiento, permite al
SXHVWDGHREMHWLYLGDG(VWiDELHUWRDFDSWDU PpGLFRTXHPLHQWUDVLQYHVWLJDORVVtQWRPDV
la mayor cantidad de datos posible, pero en \VLJQRVSXHGDWUDEDMDUHQXQFRQWH[WRGRQ-
HVSHFLDO DTXHOORV TXH MHUDUTXL]D HQ SULPHU de se va a sentir involucrado y va a poder
OXJDU ODV YDULDEOHV FRUSRUDOHV HO H[DPHQ tratar al paciente como persona. Esta doble
físico, los resultados de laboratorio, los IXQFLyQ PpGLFD HMHUFLGD GHVGH XQ PLVPR
exámenes complementarios y hasta la posi- OXJDUQHFHVLWDGHODFDSDFLGDGGHOPpGLFR
ELOLGDGGHGHWHFWDUDOJ~QVLJQRFRUSRUDOTXH GHGLULJLUVLPXOWiQHDPHQWHVXDWHQFLyQKD-
desde afuera denuncie un estado emocio- cia adentro y hacia afuera, a la información
QDOFRPRODSRVWXUDORVJHVWRVORVVLJQRV que proviene de su paciente tanto como a la
físicos de ansiedad, etcétera. observación de sus propios estados psicoló-
Pero simultáneamente está expuesto a JLFRVHQUHODFLyQFRQpO&RQHVWRVHD\XGD
tener que conocer a la persona con quien a frenar la tendencia a hacer cosas por él y
está, a conectarse con sus posibilidades se estimula a pensar más sobre él. De esta
vinculadas a la intuición con un otro des- manera estará más en condiciones de dialo-
conocido con el que comienza a estar in- JDUFRQVXSDFLHQWHSDUDVXJHULUOHQRSDUD
volucrado, lo quiera o no, en una experien- convencerlo, para mostrarse autorizado, no
FLDYLQFXODULQWHUVXEMHWLYDORTXHUHTXLHUH necesariamente infalible. En otras palabras,
SRQHU DWHQFLyQ \ REVHUYDU ORV SURFHVRV HVWD GREOH IXQFLyQ OR XELFD HQ HO OXJDU GH
SVLFROyJLFRV TXH VH PXHYHQ GHQWUR GH pO. observador participante.
El impacto de este tipo de observación ha-
cia su propio interior para conocer al otro El médico actúa como observador par-
HVHQSULPHUOXJDUHPRFLRQDO\HOPpGL- WLFLSDQWH3DUWLFLSDUTXLHUHGHFLUHVWDU
FRVHYHH[SXHVWRDIXQFLRQDUHQHOOXJDU HPRFLRQDOPHQWHHQFRQWDFWR\REVHUYDU
de tener que captar el VLJQL¿FDGR de esta es estar atento a las características del
experiencia, que inicialmente lo impacta YtQFXOR\VXVHPHUJHQWHV
desde el desconocimiento. Ya no son datos
a evaluar sino VLJQL¿FDGRV emocionales a Estos dos aspectos de su función deben
FRPSUHQGHU TXH OH YDQ D OOHJDU YtD LGHQ- HVWDULQWHJUDGRV\FRQPRPHQWRVHQTXHVH
WL¿FDFLyQFRQVXSDFLHQWH³8QYHUGDGHUR acentúe uno sobre el otro aunque siempre
médico no puede permanecer por fuera de ambos presentes. De lo contrario aparece-
los numerosos sucesos que observa”. Ui SDWRORJtD HQ HO YtQFXOR OD REVHUYDFLyQ
6LFRQORVGDWRVVHSRQtDHQHOOXJDUGH VLQSDUWLFLSDFLyQOOHYDDODFRVL¿FDFLyQ\OR
XQREVHUYDGRUIUHQWHDXQREMHWRGHHVWXGLR contrario, participación sin observación, a
ORTXHSXHGHOOHYDUORDFRVL¿FDUDODSHU- los procesos donde el médico pierde límites
VRQDTXHSRUWDORVGDWRV QRSXHGHGHMDUGH y distancia y se confunde con su paciente.
estar, lo quiera o no, involucrado en las pe- 6HU SDUWLFLSDQWH VLJQL¿FD DFHSWDU TXH
ULSHFLDVGHXQDUHODFLyQYLQFXODU$QWHDOJX- se es parte del campo de observaciones y
QRGHORVVtQWRPDVHOPpGLFRVHSUHJXQWDUi de que en cierta medida, uno va a condi-
³¢FyPRPHVHQWLUtDVLSRUHMHPSORHQFRQ- FLRQDUORVIHQyPHQRVTXHVHYDQDUHJLVWUDU
WUDUDVDQJUHHQPLVHYDFXDFLRQHV"´FRPR en el mismo. Esta postura implica, a veces,
OH UH¿HUH HO SDFLHQWH 7DO YH] UHFRQRFHUtD para el médico contradecir sus convicciones
miedo en él y de esta manera, lo asustado FLHQWt¿FDV GHULYDGDV GH ODV FLHQFLDV GH OD
que puede estar su paciente. QDWXUDOH]DEDVDGDVHQSRVWXODGRVGHULJXUR-

*UHJJ$³+XPDQLVPDQG6FLHQFH´%XOO1<$FDG6FL
⎛292 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

VDREMHWLYLGDGTXHVXSXHVWDPHQWHH[FOX\HQ Para poder formarse en esta capacidad


las impresiones y sensaciones personales. operatoria tan sutil, el médico y el estudiante,
Desde este punto de vista parecería que además de todos los otros componentes de
OD0HGLFLQDSUHWHQGLHUDERUUDUDOVXMHWRGH VXDSUHQGL]DMHFOtQLFRSRGUtDQGHWHQHUVHHQ
VX GLVFXUVR 6LQ HPEDUJR HQ ODV FLHQFLDV la observación de las madres en su vínculo
sociales, donde el estudio de la Medicina temprano con sus bebés. Salvando la distan-
FDEHSRUGHUHFKRSURSLRODPi[LPDREMHWL- cia que esta situación tiene con su tarea, le
vidad se cumple cuando se incorpora al ob- sería útil observar la sutileza de una relación
servador como variable de campo. Dice J. que en cierta medida pasa por lo no verbal y
%OHJHU³+XERTXHUHFXUULUDFLHUWD¿FFLyQ su comprensión por medio de la intuición.
SDUDHOGHVDUUROOR\HMHUFLFLRGHOD3VLFROR-
JtD\GHOD0HGLFLQDRFXSDUVHGHVHUHVKX-
manos como sino no lo fueran. El contacto El cumplimiento
directo con ellos, como tales, enfrenta al de las indicaciones médicas
técnico con su propia vida, su propia salud
\HQIHUPHGDGVXVSURSLRVFRQÀLFWRV\IUXV- El análisis de la entrevista permite poner
traciones”.9 GH UHOLHYH DOJXQR GH VXV DVSHFWRV YDOLR-
La disociación con que tiene que ope- sos. Para el médico, una buena entrevista
rar el médico es funcional u operativa, le determina las condiciones óptimas que le
SHUPLWH JUDGXDU VX GLVWDQFLD SVLFROyJLFD SHUPLWHQ RSHUDU FRQ VX PHMRU MXLFLR FOtQL-
con el paciente sin aislarse emocionalmente FR\DSOLFDUORHQHOSURFHVRGHGLDJQyVWLFR
de él. El médico necesita percibir los sen- y tratamiento. De esta manera, las institu-
timientos que en él son promovidos por el ciones de la salud disminuyen costos y el
paciente pero sin necesariamente actuarlos. uso indiscriminado de recursos técnicos.
3RUHMHPSORVLOHJHQHUDLUULWDFLyQRIDVWL- Pero quien más lo nota es el paciente que se
dio, hallar los elementos que lo provocan, EHQH¿FLD GHO HQRUPH SRWHQFLDO WHUDSpXWLFR
comprenderlo en sus motivos sin necesaria- que tiene la relación médico-paciente. Entre
mente mostrarlos como rechazo. RWUDVYHQWDMDV
(QJHQHUDOODV)DFXOWDGHVGH0HGLFLQD
QR FRQWHPSODQ HVWD FODVH GH DSUHQGL]DMH una buena entrevista mejora el cum-
6LQ HPEDUJR ORV PpGLFRV SHUFLEHQ OD QH- plimiento por parte del paciente de
cesidad de su enseñanza. En palabras de ODV LQGLFDFLRQHV \ UHFRPHQGDFLRQHV
un clínico destacado: “Tomar una historia médicas.
clínica, realizar un examen físico y llevar a
cabo procedimientos médicos son conside- El cumplimiento de las indicaciones
UDGDVKDELOLGDGHVµDSUHQGLEOHV¶(QFDPELR médicas es un problema mayor en Medici-
expresar empatía y escuchar a los pacientes na. Es uno de los indicadores que señalan la
R D VXV IDPLOLDV VRQ FRQVLGHUDGRV µUDVJRV calidad de la entrevista médica. Se calcula
LQQDWRV¶6HVXJLHUHTXHHVWRV~OWLPRVVHUtDQ TXH HO  GH ORV SDFLHQWHV QR FXPSOH QL
FDUDFWHUtVWLFDVGHSHUVRQDOLGDGQRLQÀXLGDV total ni parcialmente con los tratamientos o
por la educación. Hay crecientes eviden- con indicaciones vitales como, después de
FLDVGHORFRQWUDULRGHTXHHVWRVµUDVJRV¶ XQLQIDUWRVHJXLUXQDGLHWDEDMDUGHSHVR
SXHGHQPHMRUDUVHDWUDYpVGHODHGXFDFLyQ GHMDUGHIXPDU\GLVPLQXLUODDFWLYLGDGIt-
médica”. sica, etcétera.

9
%OHJHU-³/D(QWUHYLVWD3VLFROyJLFD´(Q(QWUHYLVWD\*UXSRV, Nueva Visión, Bs. As., 1971.

'XII\'³'LDORJXHWKHFRUHFOLQLFDOVNLOO´Ann Internal Medicine
⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV 293⎞

Se puede mencionar como factores que ra. Pero, por sobre todas las cosas, por una
GL¿FXOWDQ HO FXPSOLPLHQWR GH ODV VXJH- mala o inadecuada relación médico-pacien-
UHQFLDV PpGLFDV HO EDMR QLYHO GH PDOHVWDU WH(OSDFLHQWHHQWRQFHVGHMDODHQWUHYLVWD
VXEMHWLYR SRUHMHPSORHQODKLSHUWHQVLyQ  frustrado y resentido con el médico, y su
QHJDFLyQ GH OD HQIHUPHGDG EHQH¿FLRV VH- FRQVHFXHQFLD HV HO DEDQGRQR GH ODV VXJH-
FXQGDULRVGHVHRGHVHJXLUHQIHUPRHIHFWRV rencias médicas. Para el médico también es
indeseados de la medicación, instrucciones desmoralizador enfrentarse con estos resul-
médicas complicadas o poco claras, etcéte- tados de su práctica.11

11
Un estudio reveló que un tercio de los pacientes cumple las indicaciones médicas, un tercio lo hace a medias, un tercio no las
cumple. Estas cifras no cambian con mayor severidad de la enfermedad. Sackett DL, RB Haynes. &RPSOLDQFHVZLWKWKHUDSHX-
tic regimens. The John Hopkins, Baltimore, 1976.
XXVI
Psicodinamismos
fundamentales de la
entrevista médica

El paciente no es una mera colección de síntomas, SURWDJRQLVWDV(VHOSUREOHPDGHJHQHUDU


VLJQRVIXQFLRQHVDOWHUDGDVyUJDQRVGDxDGRV \FRPSUHQGHUVLJQL¿FDGRVORTXHHVWiHQ
o emociones perturbadas. Es un ser humano MXHJR\VyORHQODHQWUHYLVWDSRGUiGLVWLQ-
atemorizado, esperanzado, buscando alivio, JXLUVH FRQ DOJ~Q JUDGR GH FRQ¿DELOLGDG
D\XGD\UHDVHJXUR3DUDHOPpGLFRFRPRSDUDHO entre ORTXHVHGLMRORTXHVHTXLVRGHFLU
DQWURSyORJRQDGDKXPDQRHVH[WUDxRRUHSXOVLYR \ QR VH GLMR \ FyPR IXH LQWHUSUHWDGR OR
TXHVHGLMR. La manifestación de un dolor,
TINSLEY HARRISON, VX DOFDQFH \ VLJQL¿FDGR SHUVRQDO VyOR
Principles of Internal Medicine adquiere sentido en el marco de una rela-
FLyQLQWHUVXEMHWLYDTXHSXHGDKDFHUGHpO
una lectura siquiera aproximada.
3DUDUHDOL]DUVXWDUHDDVLVWHQFLDOHMH\SUR-
SyVLWR GH VX WUDEDMR HO PpGLFR XWLOL]D OD E /DHQWUHYLVWDJHQHUDHQWUHPpGLFR\SD-
entrevista. La entrevista es un todo indiso- ciente una relación emocional que el
OXEOHSHURGHOTXHSXHGHQGLVWLQJXLUVHSDUD tiempo tiende a profundizar. Está impli-
su análisis psicológico, estos elementos: el cado un vínculo afectivo GHVSOHJDGR HQ
nivel de intercambio comunicativo, la natu- torno a la tarea médica, pero complicado
raleza del vínculo y el marco de referencia por el inevitable arrastre del pasado que
profesional. tomará forma en lo que conocemos como
WUDQVIHUHQFLD \ FRQWUDWUDQVIHUHQFLD. La
D /DHQWUHYLVWDWLHQHFRPRXQDGHVXVPH- tarea médica, en el centro de las preocu-
WDV ORJUDU LQIRUPDFLyQ VREUH ORV SUREOH- paciones de médico y paciente, recibirá
mas por los que el paciente consulta y ORVHIHFWRVGHODVYHQWDMDV\GHVYHQWDMDV
conocerlo como persona en un diálogo que propone la naturaleza afectiva de los
TXH UHVXOWH VLJQL¿FDWLYR 3DUD HVWH SUR- vínculos. Empezará a tener importancia
pósito, no podría ser reemplazada por no sólo lo que ambos se dicen sino lo que
RWURV SURFHGLPLHQWRV TXH QR WHQJDQ DO VLJQL¿FDQ inconscientemente el uno para
médico y al paciente como sus naturales el otro.
⎛296 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

F /DHQWUHYLVWDWLHQHXQDGLPHQVLyQGHen- teriza a una entrevista como abierta no es


cuadre o setting profesional que enmarca VyORODOLEHUWDGSDUDSODQWHDUSUHJXQWDVVLQR
la tarea y que tiene características soste- el intervenir de una manera tal que “el cam-
nedoras del propio proceso terapéutico y SRGHODHQWUHYLVWDVHFRQ¿JXUHDOPi[LPR
le dan un importante valor pronóstico al posible por las variables que dependen de la
desarrollo y evolución de la enfermedad. personalidad del entrevistado”.1 Considera-
A su vez, desde el encuadre se pueden da de esta manera, la entrevista abierta posi-
hacer consideraciones éticas sobre la re- bilita un contacto más cercano, más íntimo.
lación médico paciente. Recuérdese la importancia que tiene para la
salud mental posibilitar y respetar vínculos
A continuación se amplían estos tres de intimidad.
componentes de la entrevista. Por las características especiales de la
HQWUHYLVWDPpGLFDHVQHFHVDULRTXHWHQJD
momentos en que sea lo más abierta posi-
A. De la técnica EOHSDUDTXHHOSDFLHQWHWHQJDHOHVSDFLR
de la entrevista QHFHVDULR GRQGH GHVSOHJDU VXV QHFHVLGD-
des con la mayor libertad posible, y otros
No hay fórmulas técnicas absolutas para GRQGH VHD OR VX¿FLHQWHPHQWH dirigida
la entrevista sino propuestas orientadoras, como para permitirle al médico completar
VLPSOHVFRQVHMRVEDVDGRVHQnormasJHQH- VXWDUHD3RUVXSXHVWRUHJXODUODSUHVHQ-
rales. En última instancia, para el médico, cia de ambos momentos no es sencillo: se
su técnica es la manera estratégica de po- WUDWDGHUHDOL]DUXQDHQWUHYLVWDJXLDGDKD-
QHUHQMXHJRVXSHUVRQDHQODWDUHDSURIHVLR- FLD ORV REMHWLYRV GHO PpGLFR SHUR GRQGH
nal mientras respeta los principios o reglas la iniciativa del paciente pueda también
generales de una buena entrevista. Toda expresarse.
técnica de entrevista está aplicada a ciertos 6HSXHGHOOHJDUDVXSRQHU\GHKHFKR
REMHWLYRV TXH HO PpGLFR FRQVLGHUD GHEHQ muchos médicos y estudiantes lo hacen,
VHUORJUDGRV FRPRLGHQWL¿FDUORVVtQWRPDV que la entrevista abierta conduce a reco-
KDFHU XQ GLDJQyVWLFR FOtQLFR TXH LQFOX\H OHFWDU XQD LQ¿QLGDG GH GDWRV GH OD YLGD
XQ GLDJQyVWLFR GLIHUHQFLDO \ SURSRQHU XQ del paciente, irrelevantes para la tarea.
SURFHGLPLHQWR WHUDSpXWLFR  3HUR GHVGH HO (Q UHDOLGDG FXDQWR PHQRV GLULJLGD SRU
SXQWRGHYLVWDSVLFROyJLFRHVWRVREMHWLYRV el médico, más dirigida por el paciente,
VRQVyORSDUWHGHDOJRPiVDEDUFDWLYRPiV quien va seleccionando inconscientemen-
amplio, más asistencial. WHHOPDWHULDOPiVUHOHYDQWHVHJ~QVXVLQ-
La entrevista puede ser de dos tipos: quietudes y nivel de ansiedad. El médico
abierta y cerrada. En esta última, las pre- SXHGHUHFRQRFHUHVWRVVLJQRVDIHFWLYRV\
JXQWDV \D HVWiQ SUHYLVWDV WDQWR HO RUGHQ JXLDUVH SRU HOORV HQ VXV SUy[LPDV LQWHU-
como la forma de plantearlas. La entrevista venciones.
FHUUDGDVHDFHUFDDORTXHIXHGH¿QLGRFRPR El estar en contacto con la ansiedad del
interrogatorio médico. En la abierta, por el paciente y atento a la selección espontá-
contrario, el entrevistador tiene amplia li- nea que éste hace de sus comunicaciones
EHUWDGSDUDODVSUHJXQWDVRLQWHUYHQFLRQHV le permite al médico ir abriendo o cerran-
SHUPLWLpQGRVHWRGDODÀH[LELOLGDGQHFHVDULD do con sus intervenciones el campo de la
en cada situación o momento determinado. HQWUHYLVWD VHJ~Q ODV QHFHVLGDGHV GHO PR-
6LQHPEDUJRVHJ~Q-%OHJHUORTXHFDUDF- mento.
1
%OHJHU-³/DHQWUHYLVWDSVLFROyJLFD´(QTemas de Psicología, Nueva Visión, Bs. As., 1971.
⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica 297⎞

El supuesto teórico de la entrevista, con res externos que presionan en el sentido de


sus momentos más o menos abiertos, es el REOLJDUORDWHQHUFRQWDFWRVHItPHURV(VWRV
GH TXH FDGD VHU KXPDQR WLHQH RUJDQL]DGD factores están presentes como así también
una versión de la historia de su vida y un es- las necesidades personales del médico de
quema de su presente, que incluye un relato poner distancia en su tarea. No sólo importa
IUDJPHQWDULR\GLVRFLDGRGHVXHQIHUPHGDG el tiempo sino la calidad del vínculo. A ve-
expresado en términos de malestares corpo- FHVQRHVWLHPSRORTXHIDOWDVLQRYLGD HQ
UDOHVDPHQXGRSOHQRGHODJXQDV\FRQWUD- forma de atención, interés, preocupación,
dicciones. De todo esto, HWFpWHUD 

HOPpGLFRKDEUiGHHVFXFKDUORTXHVX INICIANDO LA ENTREVISTA


SDFLHQWHGLFH\GHGXFLUORTXHQRGLFH
no sabe o no puede decir. Los momentos iniciales son decisivos y
dedicados a establecer una alianza de tra-
En todo momento estos datos no de- bajo (Q JHQHUDO SUHGRPLQD HQ DPERV OD
ben ser evaluados en función de que sean ansiedad frente al encuentro relacionada
ciertos o erróneos sino como provenientes con el mutuo desconocimiento. El paciente
de distintos sectores de su personalidad. ha buscado al profesional para ser asistido,
&RPR OR GLFH )LQHVLQJHU ³/D HQIHUPHGDG trae a la consulta sus temores, reacciona a
frecuentemente cuenta sus secretos en un las características personales del médico y
paréntesis casual”.2 Por el contrario, otras al entorno físico sin tener conciencia de lo
YHFHV HO SDFLHQWH SXHGH WHQHU UtJLGDPHQWH TXHVLJQL¿FDSDUDpO7RGRVORVFRPHQWDULRV
RUJDQL]DGR VX UHODWR UHSLWLpQGROR GH PD- HQ DSDULHQFLD WULYLDOHV TXH KDJDQ DOJXQD
nera estereotipada, plena de detalles irre- referencia a estas cuestiones, requieren ser
levantes, con lo que el contacto emocional UHJLVWUDGRVFXLGDGRVDPHQWHSRUTXHVRQORV
se empobrece y aburre. Por otra parte hay que marcan los primeros indicios de la rela-
que tener en cuenta que la historia se va ha- ción: la derivación, la atención médica pre-
ciendo en cada momento, retroactivamente, YLDVXVp[LWRV\IUDFDVRVODVGL¿FXOWDGHVGH
VLJQL¿FDQGRHOSDVDGRGHVGHHOSUHVHQWHGH ORJUDUXQWXUQRHWFpWHUDSHUPLWLUiQFRQHF-
manera de que cada época da una versión tarse con el nivel de ansiedad del paciente,
que puede coincidir o diferir con otras (ver QR SDUD UHDVHJXURV SUHPDWXURV VLQR SDUD
FDStWXOR5HWURDFWLYLGDG . monitorear la capacidad de iniciar y mante-
¿Cuánto tiempo dura una entrevista? No ner el contacto.
KD\XQYDORU¿MRHVWDEOHFLGRSHURXQDEXH- La idea de alianza entre médico y pa-
na entrevista de primera vez no puede durar FLHQWHVXSRQHTXHKD\XQWUDEDMRSDUDKDFHU
menos de media hora a cuarenta y cinco mi- HO WUDEDMR PpGLFR SDUD HO TXH VH UHTXLHUH
nutos. Es que el contacto emocional lleva colaborar en una tarea y mantenerla a pesar
su tiempo aun cuando la información que se de que va a estar permanentemente expues-
necesita pueda obtenerse antes. WDDORVFRQÀLFWRVDQVLHGDGHV\GHIHQVDVGH
ORVHQFDUJDGRVGHUHDOL]DUOD
El tiempo es la moneda de cambio más Una paciente de unos 45 años, con epi-
valiosa para la salud. VRGLRVGHGRORUHVHQHSLJDVWULRVRVSHFKRVRV
GH~OFHUDFRQVXOWDDODPpGLFDJDVWURHQWH-
/RV PpGLFRV VH TXHMDQ XQLYHUVDOPHQWH UyORJDGHODLQVWLWXFLyQGRQGHODKDQYHQLGR
de falta de tiempo y lo atribuyen a facto- asistiendo varios médicos. Entra y dice:
2
)LQHVLQJHU-³3V\FKLDWULFLQWHUYLHZLQJ´$P-3V\FK  
⎛298 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Paciente: +DFHRFKRDxRVTXHXVWHGPH %XHQRFXpQWHPHDOJRGHORTXHOHVX-


DWHQGLyHQHOVDQDWRULR«KLFLHURQXQD cede...
MXQWDPpGLFDVDOLyTXHWHQtDXQDKHU- ¢4XpOHKDHVWDGRSDVDQGR~OWLPDPHQWH"
nia hiatal. ¿Se acuerda...? ¢&yPRVHVLHQWH"
Médica GXGDQGR : Ah, sí, me resulta
cara conocida... 2 DOJXQD IRUPXODFLyQ SDUHFLGD TXH
Paciente: (VWR\FRQHOGRORURWUDYH] DEULHQGR HO GLiORJR SHUPLWD PDQWHQHUOR
Médica: ¢/R WXYR RWUDV YHFHV GHVGH ÀXLGDPHQWH3DUDHVHSURSyVLWRHOHQWUHYLV-
DTXHOODYH]" tador puede emplear recursos verbales o no
Paciente: 9DULDVFDGDGRVRWUHVDxRV verbales que alienten al paciente a hablar
HO DxR SDVDGR PH DJDUUy RWUD YH] OD PiV VLQ HVSHFL¿FDU R VHxDODU WRGDYtD VR-
YH] TXH XVWHG QR HVWDED GLMHURQ TXH bre qué. Esto permite al paciente hacer un
QRWHQtDWXUQR«VHWHQtDTXHLUHVHGtD muestreo de los temas de su preocupación y
DODVQXQFDPHORYR\DROYLGDU HOHJLUORVGHVXLQWHUpV
WXYHTXHDWHQGHUPHFRQXQPpGLFR\R Los recursos no verbales incluyen la
FRQODVGRFWRUDVPHVLHQWRPiVWUDQTXL- H[SUHVLyQ IDFLDO OD PLUDGD ORV JHVWRV OD
la para hablar, los doctores me cohí- SRVWXUDODLQÀH[LyQYRFDOHOHPHQWRVGHOD
EHQFRQORVDxRVTXHWHQJRWRGDYtDORV conducta del médico que permanentemen-
KRPEUHVPHLQKLEHQXQSRFR\EXHQR te están afectando la comunicación con
antes también tuve otro episodio... el paciente. Los recursos verbales que el
Médica: ¢4XpOHGLRHOPpGLFRDTXHOOD médico puede emplear para facilitar que el
vez? SDFLHQWH VLJD KDEODQGR \ QR VH LQWHUUXP-
pa son señales que demuestren interés, re-
En pocos minutos y con pocas palabras petición de las últimas palabras o frases,
la paciente demuestra su necesidad de co- como:
QHFWDUVHFRQXQREMHWRTXHOHUHVXOWHIDPLOLDU
y conocido para emprender la tarea y que a ...dijo estar algo caído
su vez la reconozca, sin importar los ocho ...mencionó Ud. algo acerca de dolor
años transcurridos. No se priva de hacerle en el pecho...
un velado reproche por su ausencia pasada
\ GH PDQLIHVWDUOH GH SDVR DOJR DFHUFD GH Durante la parte inicial de la entrevista
sus inhibiciones sexuales. convendrá que el médico utilice el principio
Para iniciar la entrevista, rara vez se de mínima actividad, aquél compatible con
hace necesario un intercambio verbal de co- XQGHVDUUROORÀXLGRGHODPLVPD\FRQORV
mentarios intrascendentes. Por el contrario, REMHWLYRVSURSXHVWRV0LHQWUDVVHHVWDEOHFH
se requiere que una actitud claramente pro- XQPDUFRGHPXWXDFRQ¿DQ]D\SRVLELOLGDG
fesionalPDUTXHGHVGHHOFRPLHQ]RHOSHU¿O GHWUDEDMRFOtQLFRHVUHFRPHQGDEOHXQDDF-
de la entrevista. Profesional no quiere decir titud de base atenta y empática, a sabiendas
IUtD \ GLVWDQWH VLQR FiOLGD \ DWHQWD /XHJR de que no siempre puede ser mantenida.
de los saludos respectivos el paciente pue-
GHHPSH]DUHOGLiORJRGHPRGRHVSRQWiQHR Empatía VLJQL¿FD HVWDU HQ FRQWDFWR
pero si esto no ocurre el médico podrá utili- con los sentimientos del paciente, com-
]DUXQJiPELWRGHDSHUWXUDVX¿FLHQWHPHQWH SUHQGHUORV \ DFHSWDUORV FXDOHVTXLHUD
JHQHUDO\DEDUFDWLYR sea su naturaleza. Sin embargo, esta
SURSXHVWDHVWDQH[LJHQWHTXHHQJHQH-
(QWRQFHVTXpFRVDVORWUDHQSRUDFi UDOH[FHGHODSRVLELOLGDGHPRFLRQDOGH
¢4XpOHSDVDTXHSHQVyHQFRQVXOWDUPH" FXDOTXLHUVHUKXPDQR
⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica 299⎞

La capacidad del médico de percibir y qué pudo contribuir a enfermarlo, cómo va


comprender sus reacciones emocionales DLQÀXLUHQVXUHFXSHUDFLyQRHQVXFURQL¿-
cuando éstas tienden a afectarlo en su acti- cación. De la misma manera conocerá los
tud empática puede ayudarlo en recuperarla. llamados antecedentes familiares y los
Puede intervenir o permanecer en silencio, vínculos familiares actuales: con éstos de-
SXHGH RULHQWDU HO GLiORJR R HVSHUDU SXHGH terminará puntos de sostén o desamparo en
FRQIURQWDU DOJ~Q GDWR R EULQGDU XQ PtQL- relación a la enfermedad.
PRGHUHDVHJXURVSDUDTXHODFRQYHUVDFLyQ El médico construye mentalmente una
SURVLJD /DV SRVLELOLGDGHV VRQ PXFKDV \ KLVWRULD FOtQLFD FRQ ORV GDWRV TXH RUJDQL]D
requieren del médico mantener el contacto en torno a estos tres elementos: el motivo
emocional con su paciente a sabiendas de de consulta, la historia del padecimiento
que no siempre es posible. DFWXDO \ OD FULVLV SHUVRQDO \ IDPLOLDU TXH
condiciona. Todo este itinerario mental es
parte del llamado criterio clínico y su estu-
ESTRUCTURANDO LA ENTREVISTA GLRHVWiIXHUDGHORVOtPLWHVGHHVWHWUDEDMR
aunque condiciona fuertemente el recorrido
La entrevista se va estructurando entre la de la entrevista.
necesidad de asistencia del paciente y la Con los intereses que le marca la clínica
de asistir del médico. El paciente propone MXJDGRV HQ HVD GLUHFFLyQ HO PpGLFR QHFH-
VXVPDOHVWDUHVHOPpGLFRUHGH¿QHDOJXQRV VLWD HPSOHDU SUHJXQWDV DELHUWDV TXH DGPL-
FRPRVtQWRPDV(OWUDEDMRPHQWDOGHOPpGL- tan una variedad de respuestas de las que el
FROHYDVXJLULHQGRDSDUWLUGHORVVtQWRPDV SDFLHQWH SXHGD HOHJLU DOJXQD D OD PDQHUD
GLVWLQWDV SRVLELOLGDGHV GLDJQyVWLFDV \ SRU de un múltiple choice. Pero puede necesi-
ahí desliza sus intereses. Estructura la en- WDUKDFHUSUHJXQWDVGLUHFWDV\WDPELpQOOH-
trevista de una manera sutil, semidirectiva. JDGR HO FDVR DOJXQDV TXH VyOR SXHGDQ VHU
Promueve o inhibe ciertos tópicos con sus respondidas por un sí o un no. Aún en estas
SUHJXQWDV R VX VLOHQFLR HQ EXVFD GH GLDJ- circunstancias cierto cuidado técnico puede
nósticos presuntivos que ya funcionan en su ser de utilidad.
cabeza como hitos orientadores. El conteni-
do de la entrevista se va centrando cada vez ¿Siente el dolor en el pecho como una
más en los temas médicos, en especial los SUHVLyQFyPRXQDTXHPDGXUDFyPRXQD
referidos al cuerpo y sus avatares. ODVWLPDGXUDRFyPRDOJRLQGH¿QLGR"
/D QDWXUDOH]D GHO WUDEDMR PHQWDO GHO ¢/RTXHWXYRIXHXQGRORUODFHUDQWH"
PpGLFR OR OOHYD JUDGXDOPHQWH D RUJDQL]DU
la entrevista alrededor del llamado motivo 0pGLFR \ SDFLHQWH KDEODQ HO OHQJXDMH
de consulta R TXHMD SULQFLSDO \ D GHVD- corporal. El cuerpo se mete en la conver-
rrollar lo que se denomina en Medicina la VDFLyQ 7pQJDVH SUHVHQWH TXH QR VLHPSUH
historia del padecimiento actual, que es KDEODQGHOPLVPRREMHWR(OSDFLHQWHVHUH-
una elaboración muy completa del síntoma ¿HUHDpOVHJ~QVXFDSDFLGDGGHVLPEROL]D-
principal y otros añadidos, mezclados por ción. Hay pacientes que tienen una riqueza
el paciente con circunstancias vitales que YHUEDOPX\JUDQGHSDUDH[SUHVDUVXVPROHV-
HQPDUFDURQVXDSDULFLyQ/RSUHJXQWHRQR tias en términos más o menos metafóricos,
tiene en mente conocer el dónde, el cómo RWURVHQFDPELRODVUH¿HUHQHQXQOHQJXDMH
\ HO TXp GHO VtQWRPD FRQ OR TXH VH MXHJD muy concreto. El médico tiene en mente un
LQWHUQDPHQWHVREUHFLHUWDVSLVWDVGLDJQyVWL- FXHUSR ELROyJLFR QR PHWDIRUL]DGR /D GL-
cas mientras va conociendo el estilo de vida sociación mente-cuerpo se desliza por ese
del paciente y haciendo hipótesis acerca de KLDWR 6RQ PX\ LPSRUWDQWHV ODV LPiJHQHV
⎛300 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

\H[SOLFDFLRQHVFRQTXHHOSDFLHQWHUH¿HUH les sirven para conocer aspectos de la rela-


sus síntomas, los detalles que emplea, las ción con el médico. Es la preservación de
DOHJRUtDVTXHXWLOL]D la identidad profesional y de la privacidad
lo que marca los límites del sinceramiento
Paciente:...continuaba con el dolor... personal del médico.
VHPHGLVLSyHQODSDQ]D\SDVyDOD
ERFDGHOHVWyPDJRFRPRTXHVHPXH- 8QDSDFLHQWHHPEDUD]DGDGHDxRV
YHGHDFi VHVHxDODHODEGRPHQ SDUD FRQXQKLMRQRUPDOGHDxRVSVLFRSH-
acá... fui a la guardia... GDJRJD TXH DWHQGtD FKLFRV GLVFDSDFL-
Médica: ¢<PHMRUy" tados, comenzó con fantasías de dar a
Paciente: 1RPHVLJXLyVLHPSUHVHPH OX]XQEHEp'RZQ\TXHUtDGHVXREVWH-
movía todo como si estuviera embara- WUD TXH OH LQGLFDUD XQD DPQLRFHQWHVLV
zada, ¿vio? como cuando la criatura se DSHVDUGHVDEHUGHVXVULHVJRV\GHOD
da vuelta... RSRVLFLyQ GHO HVSRVR &RPR HO REVWH-
tra dejaba enteramente en manos de
Un hecho especial y frecuente en el la pareja la decisión, ella lo empezó a
WUDEDMRPpGLFRHVHOUHODFLRQDGRFRQVLWXD- DSUHPLDU FRQ SUHJXQWDV TXp KXELHUD
ciones penosas, dolorosas o terminales. El hecho él con su esposa en una situa-
PpGLFRSXHGHWHQHUGL¿FXOWDGHVHQPDQHMDU FLyQVLPLODUDORTXHpOOHFRQIHVyTXH
esos momentos críticos y una tendencia fre- habría preferido hacerla por las dudas.
FXHQWHHVHOXGLUORVWHPDVLJQRUDUORVEDMRHO A la paciente este dato le sirvió como
VXSXHVWRPiJLFRGHTXHVLDOJRQRHVGLFKR VXJHUHQFLDVLJXLyODLQGLFDFLyQ\WXYR
no existe, que tocar un tema emocionante es FRPSOLFDFLRQHVFRQHOWHVWTXHGHWRGDV
despertar afectos incontrolables. El cuidado maneras fue negativo. El médico debió
técnico de situaciones sensibles implica el responder no desde una posición per-
reconocimiento del valor de la verdad, de la VRQDOVLQRFRQWHQLHQGR\DWHQXDQGRORV
franqueza y del respeto que el otro necesita WHPRUHVGHODSDFLHQWHH[DJHUDGRVHQ
en tiempos de necesidad. Y que su dimensión fantasmática.

la verdad UHTXLHUHVHUGLFKDHQORVPH- LA TERMINACIÓN DE LA ENTREVISTA


jores términos posibles, en el momento
oportuno, con las palabras más ade- Otro momento especial de la entrevista es su
FXDGDV\HQODPHGLGDGHORQHFHVLWDGR terminación. El momento debería, más allá
por el paciente. GHFRQVLGHUDFLRQHVKRUDULDVGHMDUHQDPERV
ODVHQVDFLyQGHTXHODHQWUHYLVWDKDOOHJDGR
1RHVLQIUHFXHQWHTXHHOSDFLHQWHOHKDJD a su conclusión natural, que los motivos que
SUHJXQWDV SHUVRQDOHV DO PpGLFR HQ FX\R ODSURGXMHURQKDQVLGRHQSDUWHUHVSRQGLGRV
FDVRVHSODQWHDVXPDQHMRWpFQLFR3UHJXQ- y la ansiedad por lo menos se ha atenuado.
tas referidas a su edad, su familia o sus pre- No es infrecuente que aparezcan con la cul-
IHUHQFLDVSHUVRQDOHV(QJHQHUDOHOGLiORJR minación señales de ansiedad referidas a la
que transcurre en la entrevista los involucra separación inminente, a quedar nuevamente
a los dos pero está centrado en el paciente. VRORFRQORVSUREOHPDVGHVSURWHJLGRVLQOD
&XDOTXLHUSUHJXQWDSRULQRFHQWHTXHSDUH]- ¿JXUDUHDVHJXUDGRUDHQODTXHHOPpGLFRVH
ca, tiene connotaciones emocionales fuertes constituyó en la entrevista.
SDUDHOSDFLHQWH\VHUtDSUXGHQWHVDEHUDOJR 1RHVWiGHPiVSUHJXQWDUOHDOSDFLHQWHVL
de su motivación antes de responderla. Más le quedaron cosas sin responder, no con el
TXH SDUD FRQWHVWDU ODV SUHJXQWDV SHUVRQD- ánimo de abrir nuevos frentes sino de com-
⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica 301⎞

pletar lo hecho y dar señales de que la entre- GH³(OKDEHUWHQLGRXQHPEDUD]RSUH-


YLVWDHVWiOOHJDQGRDVX¿Q/RVPRPHQWRV YLDPHQWH PH GLR XQD H[SHULHQFLD PX\
GH OD GHVSHGLGD VRQ GLItFLOHV SDUD DOJXQRV LPSRUWDQWH \D YD D YHU XVWHG FXDQGR
pacientes sensibles a la separación. Pueden ORVWHQJD´(YLGHQWHPHQWHODHPSH]y
utilizar cualquier recurso para demorar la DWUDWDUFRPRDXQDKLMDDTXLHQWHQtD
partida. Lo mismo puede pasarle al médico TXHFXLGDU\WUDQVPLWLUXQDH[SHULHQFLD
VLODWDUHDOHJHQHUyLQFHUWLGXPEUHRQRVHOH En realidad se relacionaba como sentía
DUPDXQGLDJQyVWLFRHQODFDEH]D TXH VX SURSLD PDGUH OD KDEtD WUDWDGR
/RVFRPHQWDULRV¿QDOHVHVWiQDFDUJRGHO DHOODODPD\RUGHWUHVKHUPDQRV5H-
PpGLFRXQDDSUHFLDFLyQJHQHUDODFHUFDGH petía así un vínculo emocional pasado
lo ocurrido, a la manera de una síntesis en en el presente, cuando en función de
la forma de palabras que el paciente se lle- su embarazo la relación madre-hija se
va con él hasta el próximo encuentro. Debe movilizaba dentro de ella.
contener una breve referencia a los pasos a
VHJXLUGHDKRUDHQPiV3DUDHOSDFLHQWHHO Los sentimientos frente a la entrevista
tener indicaciones concretas del próximo VRQSDUWHGHUHODFLRQHVSUHYLDVFRQREMHWRV
encuentro, días y horas, como también el del pasado que son transferidas al presente
saber qué hacer en situaciones de necesi- \JUDYLWDQHQODQXHYDUHODFLyQ
GDGDFHQW~DODFRQ¿DQ]D\ODFDSDFLGDGGH
espera. Por transferencia entendemos la actua-
OL]DFLyQGHHPRFLRQHVDFWLWXGHV\FRQ-
GXFWDVLQFRQVFLHQWHVTXHFRUUHVSRQGHQ
B. El vínculo emocional: a pautas establecidas en el curso del
transferencia desarrollo histórico, en especial con
y contratransferencia los objetos primarios.

En el apartado anterior se mencionaron los /D GH¿QLFLyQ HQIDWL]D OD UHODFLyQ DIHF-
aspectos técnicos verbales de la entrevista tiva o emocional que tiene connotaciones
por los que médico y paciente pueden dialo- o raíces en el pasado y que distorsiona las
JDUHQORVPHMRUHVWpUPLQRVSRVLEOHVDFHUFD situaciones del presente. En la paciente del
de la tarea que tienen en común. El énfa- HMHPSOR LQÀX\y HQ OD IRUPD HQ TXH pVWD
sis estaba puesto en lo que se dicen uno al SHUFLELyLQWHUSUHWy\DFWXy en la nueva re-
otro. lación. Repitió o trasladó sin darse cuenta
3HURHOGLiORJRVHLQVFULEHHQHOPDUFR pautas del pasado a una realidad presente y
de una relación emocional en la que lo que desconocida. Podía haber tenido en cuenta
médico y paciente se dicen depende de lo que la médica tenía una edad aproximada a
que piensa uno del otro, o de quién es uno la de ella y que podía tener ya entonces la
SDUDHORWUR/RTXHHVWiHQMXHJRHVHOVLJ- H[SHULHQFLDGHVHUPDPi FRPRHQUHDOLGDG
QL¿FDGRLQFRQVFLHQWHGHHVDUHODFLyQ WHQtD 7RGRYtQFXORHPRFLRQDOLQWHJUDORV
componentes de la realidad actual y la fan-
8QDSDFLHQWHGHDxRVHPEDUD]DGD tasía enraizada en el pasado. Es importante
por segunda vez, le dice a su obstetra, destacar que
XQD PpGLFD D TXLHQ UHFLpQ FRQRFH
³4Xp VRUSUHVD QR SHQVp HQFRQWUDUPH En la transferencia se repiten vínculos
DOJXLHQWDQMRYHQ´\GXUDQWHHOWUDQV- tempranos, por ejemplo con los padres.
curso de la entrevista acentúa la dife- Pero no con los padres tal como éstos
rencia de edad en cuanta ocasión pue- IXHURQ H[DFWD R realmente FRQ HO QLxR
⎛302 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

VLQRFRQORVSDGUHVWDOFRPRHOQLxRORV DFHUFD GH TXp VLJQL¿FD \ GH FyPR HV VHU


vivió, los imaginó, inclusive con las ca- D\XGDGRSRUREMHWRVWRGRSRGHURVRVLQFOXL-
UDFWHUtVWLFDVTXHOHVDWULEX\y GDV IDQWDVtDV SDWROyJLFDV GH FXUDFLyQ SRU
las demandas y expectativas irracionales
La transferencia es un fenómeno uni- que expresan.4
versal, presente en todos los vínculos hu- Las ideas y emociones con que inevita-
manos, pero en especial en aquellos que blemente se tiñe cualquier situación nueva
JHQHUDQ FRQGLFLRQHV GH LQWLPLGDG 6H RE- derivan de fantasías inconscientes que se
serva con más intensidad en momentos vivencian como acontecimientos muy con-
HPRFLRQDOPHQWHVLJQL¿FDWLYRVFRPRORVRQ cretos y reales. Por lo tanto
las situaciones de enfermedad por las que
transitan las personas en cierto momento de es importante para el médico, en lo
sus vidas. En casos extremos muestran los posible, tomar distancia del carácter
DVSHFWRV LQPDGXURV GHVDMXVWDGRV \ KDVWD transferencial de los sentimientos de
irracionales en la conducta. Pero además, su paciente, sin desconectarse de los
cuando la transferencia es intensa, tiende a intensos apasionamientos, tanto de
suscitar en el interlocutor una respuesta que DPRU \ RGLR GH ODV LGHDOL]DFLRQHV R
FRQFXHUGHFRQVXVLJQL¿FDGRLQFRQVFLHQWH\ GHVYDORUL]DFLRQHV H[WUHPDV TXH apa-
así cerrar un círculo de malentendidos. rentemente tienen como destinatario a
su persona.
/D WUDQVIHUHQFLD PXHVWUD OD LQÀXHQFLD
GHOSDVDGRVREUHHOSUHVHQWH\ODIXHU]D Para comprender a su paciente más le
de los fenómenos de la repetición en la vale conocer la percepción e interpretación
vida mental. que éste hace de su realidad, más que la de
él como observador médico. A diferencia de
La transferencia es uno de los descubri- la situación analítica donde la transferencia
mientos más importantes del Psicoanálisis se interpreta, del médico se requiere que la
\ HO LQVWUXPHQWR TXH SHUPLWH LQYHVWLJDU HO WHQJDHQFXHQWD\TXHODFRQWHQJDHVWRHV
pasado de las personas y actuar terapéutica- WUDWDUGHQRDFWXDUHQFRPSOLFLGDGQLGHMDU-
mente.3 También tiene hipótesis acerca del se manipular por las expectativas irreales
porqué de la repetición transferencial y sus del paciente.
consecuencias, pero no son necesariamente
SHUWLQHQWHVDOiPELWRGHHVWHWUDEDMR /D FRQWUDWUDQVIHUHQFLD FRPSUHQGH WR-
Los intensos sentimientos transferen- das las respuestas emocionales del mé-
ciales que se suscitan tienen menos que dico a las manifestaciones del paciente,
YHU FRQ OD SHUVRQD D OD TXH YDQ GLULJLGRV HOHIHFWRTXHWLHQHQVREUHpO
que con la situación donde se reactivan. Si
ELHQ OD WUDQVIHUHQFLD GD OXJDU D FXDOTXLHU /DFRQWUDWUDQVIHUHQFLDGHVLJQDORVVHQWL-
tipo de relación emocional derivada de los mientos que el médico aporta desde su pa-
vínculos del pasado, en Medicina, las expe- sado, que pueden perturbar la comprensión
riencias del estar enfermoDFWLYDQUHJXODU- de su paciente e interferir en su relación con
mente vivencias primitivas de desamparo, pO3URJUHVLYDPHQWHVHKDOOHJDGRDFRQVL-
desatención e inermidad propias de los vín- derarla un instrumento valioso si el médico
culos tempranos, que propician fantasías puede conectarse con las emociones que

3
)UHXG6³0iVDOOiGHOSULQFLSLRGHOSODFHU´  (QObra completa;9,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
4
Ferrari, H. “Una resistencia al psicoanálisis”. Psicoanálisis ;9 
⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica 303⎞

VXUJHQGHODUHODFLyQFRQVXSDFLHQWHFRP- Hay matices de la ansiedad donde pri-


SUHQGHUODVHLQVWUXPHQWDUODVHQVX WUDEDMR PDQODGHVFRQ¿DQ]D\HOUHFHORIUHQWHDXQ
3RUHMHPSORODREVWHWUDGHOFDVRFRPHQ]yD vínculo con un desconocido, como sucede al
VHQWLUVHLUULWDGDFRQHOUROGHKLMDGHSHQGLHQ- FRPLHQ]RGHODHQWUHYLVWDRVXUJHPDWL]DGD
WHTXHOHDGMXGLFDEDODSDFLHQWH1HFHVLWDED por la tristeza y la pena porque el encuentro
rastrear sentimientos de su historia personal se interrumpe, como sucede al terminar la
TXHORH[SOLFDEDQUHJLVWUDUORVFRPRHPHU- misma. El médico necesita entender cómo
JHQWHVGHODVLWXDFLyQDFWXDO\JUDGXDOPHQWH se enfrenta el paciente con los momentos
SHUPLWLUTXHVXUJLHUDRWURWLSRGHYtQFXORHQ iniciales de contacto y cómo tolera las sepa-
el que la paciente le permitiera asistirla en raciones. El encuadre médico sirve de fuer-
sus aspectos necesitados. te continente a los avatares del contacto, la
7DO FRPR VXJLHUH ,VFD 6DO]EHUJHU HQ VHSDUDFLyQ\ODVDQVLHGDGHVTXHVHJHQHUDQ
una situación asistencial es necesario pre- en la entrevista. Por eso es importante ahora
JXQWDUVH³¢&yPRPHKDFHVHQWLUHVWHLQGL- referirse a él.
viduo?, y ¿qué me dice esto acerca de él,
de la naturaleza de la relación y del efecto
TXHpOHMHUFHHQORVGHPiV"´5 Este tipo de C. El encuadre médico
FRQRFLPLHQWRVHJHQHUDDSDUWLUGHFRQWHQHU
primero y comprender después los senti- Las necesidades humanas son múltiples
PLHQWRV VXUJLGRV HQ HO VHQR GH OD UHODFLyQ como múltiples las respuestas que la so-
FRQHOSDFLHQWH6HREMHWDUiTXHpVWDHVXQD FLHGDG RUJDQL]D SDUD UHVSRQGHUODV GH XQD
WDUHD GHPDVLDGR H[LJHQWH SDUD HO PpGLFR manera institucional. Cada demanda tiene
Pero más lo son las demandas emocionales respuesta desde un determinado encuadre
del paciente cuando recaen sobre él sin po- que delimita un campo, propone un pro-
der ser entendidas. FHVDPLHQWR GH¿QH HO PDUFR GH VX WDUHD
(QODH[WHQVDJDPDGHUHDFFLRQHVDIHF- WUDEDMD FRQ WHRUtDV TXH IXQGDPHQWDQ VX
tivas posibles de desarrollarse, la ansiedad práctica.
RFXSDXQOXJDUHVSHFLDO&RQVWLWX\HXQLQGL- No hay tarea profesional sin un encuadre
cador de la marcha de la entrevista. Debe ser TXH OD GH¿QD 6L XQD SHUVRQD HV JROSHDGD
UHJLVWUDGDHQVXJUDGRHLQWHQVLGDGSRUTXH SRUVXSDUHMD\VXIUHWUDXPDWLVPRVP~OWLSOHV
GHQWURGHGHWHUPLQDGRVOtPLWHVHVXQDJHQWH puede necesitar sucesiva o simultáneamen-
motor de la relación. Cuando es excesiva, la WH FRQVXOWDV PpGLFDV SDUD VX OHVLRQHV HQ-
entrevista puede perturbarse en su desarro- FXDGUHPpGLFR LQLFLDUXQDGHPDQGDHQOD
llo, y si está muy sofocada puede detenerla. MXVWLFLD HQFXDGUHMXUtGLFR VROLFLWDUD\XGD
Cumple la importante función de motivar al SVLFROyJLFD HQFXDGUHDQDOtWLFR HWFpWHUD
paciente a comunicar sus cosas. El transcur- (O HQFXDGUH DVLJQD D ORV SURWDJRQLV-
so de la entrevista dependerá de la ansiedad WDV XQ OXJDU PHQWDO GHVGH GRQGH XELFDU OD
GHOSDFLHQWHTXHÀXFW~DGHPRPHQWRDPR- problemática y permite delimitar una de-
mento, de las defensas que utiliza y de la terminada situación. Podemos reconocer y
tolerancia del médico a la misma. GLVWLQJXLUXQDVLWXDFLyQMXUtGLFDGHXQDVL-
tuación analítica o de una situación médica
El médico puede modular la ansiedad y así sucesivamente.
FRQVXHPSDWtDVXFRQWHQFLyQ\VXDF- El estudio del encuadre proviene del
WLWXGFRPSUHQVLYDVLQUHFXUULUDODSR\R Psicoanálisis, donde es estudiado y utili-
directo o a los consejos prematuros. zado en términos muy estrictos, como una
5
6DO]EHUJHU,/DUHODFLyQDVLVWHQFLDO$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛304 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

parte muy importante del método.6 Pero sus la actitud de poner su mente en dispo-
consideraciones pueden ser aplicadas para nibilidad para las necesidades emocio-
comprender su función en otros campos del nales movilizadas en torno al pedido de
saber humano. El encuadre coloca a dos o consulta.
PiVSHUVRQDVHQUROHVELHQGH¿QLGRVHQXQD
VLWXDFLyQ GRQGH VH DWLHQHQ D FLHUWDV UHJODV Los encuadres profesionales están soste-
para una tarea determinada y deben com- QLGRVSRUIXQGDPHQWRVFLHQWt¿FRVWHyULFRVH
SDUWLU XQ FyGLJR HQ FRP~Q (Q OD PHGLGD LGHROyJLFRV(QODPHGLGDHQTXHIXQFLRQDQ
HQ TXH GH¿QH XQD WDUHD H[FOX\H RWUDV SRU como conceptos a priori pueden producir
lo que prescribe qué se puede o no se puede cierta deformación en la tarea y alimentar
hacer. DOJ~QUHGXFFLRQLVPRRSHUDWLYR(Q HOiUHD
$VLPLVPRHOHQFXDGUHJHQHUDXQDcier- GH OD VDOXG GLIHUHQWHV SURIHVLRQDOHV IUDJ-
ta asimetría en la relación que es inherente mentan el campo en función de sus marcos
DODDVLJQDFLyQGHOXJDUHV\IXQFLRQHV\SRU WHyULFRVUHIHUHQFLDOHVGHRULJHQ/RVPpGL-
ODTXHHOFOLHQWHRWRUJD\HOSURIHVLRQDODVX- cos aportan una concepción decididamente
me la autoridad necesaria para cumplir su ELRORJLFLVWD H[FOX\HQGR OR HPRFLRQDO 3RU
tarea. Si la asimetría se pierde, habrá con- su parte, los que provienen del campo de lo
fusión en los roles y pérdida de la relación SVLFROyJLFR SXHGHQ RPLWLU OR ELROyJLFR HQ
profesional. Pero si la asimetría se extrema, base a su propio marco teórico. Un mismo
HOUROSURIHVLRQDOSDVDDHMHUFHUVHFRQauto- REMHWR GH HVWXGLR H LQWHUURJDFLyQ UHVXOWD
ritarismo. separado. Buena parte de lo que se conoce
¿Cuáles son los elementos del encuadre como disociación mente-cuerpo es el efec-
médico que están presentes en la entrevis- to del encuadre operando sobre situaciones
ta? La relación médico-paciente se instala asistenciales que no deberían ser abordadas
como un proceso en un encuadre del que separadamente.7
IRUPDSDUWH6LFDGDHQFXDGUHSURSRQH¿QHV
XREMHWLYRV¢FXiOHVVRQORVGHODWDUHDPp- EL ENCUADRE COMO ORGANIZADOR
GLFD"(QSULQFLSLRORVREMHWLYRVGHODWDUHD
médica son dar una respuesta asistencial a En el curso de la entrevista médica, el encua-
las necesidades que las personas plantean dre, en tanto esté presidido por una actitud
en términos de salud y enfermedad. Esta DVLVWHQFLDORIUHFHODSRVLELOLGDGGHRUJDQL-
IRUPXODFLyQGHODVPHWDVGHOWUDEDMRPpGL- zar y atenuar el malestar que acompaña la
co pone énfasis en la asistencia. consulta. Cuando la salud se ve amenazada,
AsistirVHJ~QHOGLFFLRQDULRHV³DFRP- ODDQJXVWLDSRUODVLWXDFLyQSXHGHDOFDQ]DU
pañar, estar presente, socorrer, favorecer, QLYHOHVGHVRUJDQL]DQWHV\OOHJDUDVHUYLYLGD
ayudar. Tratándose de enfermos cuidarlos, en términos siniestros. Nada sino malas no-
procurar su curación...” Viene de ad sistere ticias impactan al paciente.
TXHVLJQL¿FDdetenerse. Asistir es estar pre- El encuadre de la consulta médica, en
VHQWH HQ HO OXJDU \ GHWHQHUVH eVWH HV SDUD WDQWR RUJDQL]D HO FDPSR GH SHUFHSFLRQHV
HOPpGLFRHOPDUFRJHQHUDOGHVGHGRQGHHO \ VLJQL¿FDFLRQHV GHO SDFLHQWH SHUPLWH HO
encuadre contextualiza su tarea, que inclu- GHVSOLHJXHGHXQDWDUHDOH¿MDVXVOtPLWHV\
ye la historia clínica, el examen corporal, el VRSRUWDODVDQVLHGDGHVOLJDGDVDODSUHVXQWD
GLDJQRVWLFDU HO PHGLFDU 3HUR HO HQFXDGUH HQIHUPHGDG4XHDOJRVHQWLGRLQLFLDOPHQWH
es también FRPRYDJRHLQGH¿QLGRSXHGDVHUXELFDGR
6
(WFKHJR\HQ+)XQGDPHQWRVGHODWpFQLFDSVLFRDQDOtWLFD$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
7
,VDDF/XFKLQDGHFtDTXHVRQORVHQFXDGUHVPpGLFR\SVLFROyJLFRORVTXHJHQHUDQODGLVRFLDFLyQPHQWHFXHUSR
⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica 305⎞

LGHQWL¿FDGR\SDVDUDVHUSDUWHGHORFRQRFL- mamá ante el llanto de su bebé necesitado


do atenúa la incertidumbre. El hecho que el y la contención emocional que le brinda el
paciente supone que el médico sabe lo que VHQWLUVH ¿UPHPHQWH VRVWHQLGR HQ EUD]RV
OHSDVDFDOPDVXDQJXVWLD\DEUHXQFRPSiV Implica naturalmente que la madre com-
de espera que introduce la esperanza. SUHQGD H LQWHUSUHWH ORV WHPRUHV GH VX KLMR
8QDHQWUHYLVWDOOHJDDEXHQWpUPLQRSRU y responda con un contacto corporal que lo
KDEHURUJDQL]DGR\WUDQVIRUPDGRXQPDOHV- DSDFLJH/DLPDJHQGHVRVWpQVHKDGLIXQ-
WDU GHVFRQRFLGR \ DPHQD]DQWH HQ DOJR FR- GLGRFRQODSDODEUDLQJOHVDholding, literal-
QRFLGR \ PDQHMDEOH 6H GLFH HQWRQFHV TXH mente “retener con amor o afecto, recibir
el encuadre pudo contener los elementos \ FRQWHQHU VRSRUWDU VRVWHQHU ¿UPHPHQWH
disruptivos de la mente del paciente y ate- mantenerse en una posición o relación de-
nuarlos, lo que lleva a considerar los aspec- terminada...”
tos terapéuticos del encuadre médico por su En Psicoanálisis, el concepto se lo debe-
capacidad continente. PRV SULQFLSDOPHQWH D ' :LQQLFRWW con el
que señalaba un aspecto de la función que
EL ENCUADRE COMO CONTINENTE una madre desempeña en el desarrollo emo-
FLRQDOGHVXKLMR6HWUDWDGHFXLGDUDOEHEp
La función terapéutica del encuadre consiste de servirle de sostén y de contener sus mie-
en contener y sostener el dolor emocional y GRVSHUPLWLpQGROHODLQWHJUDFLyQ\HOFUHFL-
otros afectos que se movilizan en torno a la miento. Nótese que ello requiere que la ma-
enfermedad. La actitud del médico situado GUHFRPSUHQGDHOWHPRUGHVXKLMR\OHGHXQD
HQ VX OXJDU DVLVWHQFLDO HV LQWHUSUHWDGD SRU respuesta en términos de contacto afectivo y
el paciente como que “esta persona se pre- FRUSRUDO3RUHMHPSORDOHVFXFKDUHOOODQWR
ocupa, tolera mi desesperación y no le teme, DWHUURUL]DGR GH VX KLMR OD PDGUH UHVSRQGH
puede contenerla sin afectarse... entonces levantándolo, sosteniéndolo, calmándolo
también yo puedo tolerarla”. Así incorpora con palabras. Sus brazos son una especie de
la posibilidad que se le brinda de sostén para DSR\RTXHGLFHQDOEHEpTXHQRVHORGHMDUi
sus aspectos necesitados o desesperados. La FDHUTXHVHORPDQWHQGUitQWHJUR\DVDOYR
DQVLHGDGVHOHKDFHPDQHMDEOHSXHGHHPSH- La actitud materna capaz de contener el te-
zar a tolerar la espera, el alivio aparece en la PRUGHVXKLMRSHUPLWHDpVWHFRQVROLGDUXQD
medida en que siente que alguien está a car- experiencia interna de que el mismo es so-
JRGHODVLWXDFLyQOHD\XGDDOLEUDUVHGHOGR- SRUWDEOH\TXHDOGHELGRWLHPSRDOJRSRGUi
ORU\VHRFXSDDOJXLHQTXHQRLJQRUDRQLHJD KDFHUVH FRQ pO 'H HVWH PRGR MXQWR DO GR-
la realidad de sus temores sino que los com- ORU\ODGHVHVSHUDFLyQVXUJHODHVSHUDQ]D(O
SDUWHOHVDVLJQDGLPHQVLRQHVUD]RQDEOHVVLQ hecho de no responder en forma apropiada,
DOLYLRVIDOVRVVLQHQJDxRVVLQDEDQGRQDUOR produce la sensación de que el otro no puede
Si el médico no está en contacto emo- VRSRUWDUODDJUHVLyQHOGRORURODVDPHQD]DV
cional no brinda esta posibilidad de alivio o y hace cundir la desesperanza.
el paciente puede sentir que sus peores sos-
pechas son fundadas y que sus temores son En el médico, la capacidad de tolerar el
WDQJUDYHVTXHQRSXHGHQVHUVRSRUWDGRVQL sufrimiento ajeno es uno de los baluar-
por el médico. WHV GH VX IXQFLyQ DVLVWHQFLDO \ GRQGH
La función continente del encuadre se más resulta puesta a prueba su aptitud
puede modelar comparándolo con el de la continente.


:LQQLFRWW'/DSRVLFLyQGHSUHVLYDHQHOGHVDUUROORSVLFROyJLFRQRUPDO(VFULWRVGH3HGLDWUtD\3VLFRDQiOLVLV. Ed. Laia,
Barcelona, 1955.
⎛306 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

3HUR IXH : %LRQ XQ SVLFRDQDOLVWD LQ- FRPRXQRGHVXVREMHWRVGHHVWXGLRODUHOD-


JOpV HO TXH FRPSOHWy HVWH PRGHOR TXH HV ción médico-paciente. La Bioética entiende
también útil para pensar por analogía el ORV SUREOHPDV VXUJLGRV HQ GLFKD UHODFLyQ
rol asistencial del médico.9 Se trata de la desde los llamados principios de autono-
capacidad de los padres, no sólo de cuidar, mía UHVSHWDU ODV GHFLVLRQHV GHO SDFLHQWH
VRVWHQHUDVXKLMR\SUHRFXSDUVHSRUpOVLQR con respecto a la realización u omisión de
GHSHQVDUFODUL¿FDUGLVFULPLQDUGDUOHVLJ- XQWUDWDPLHQWR GHEHQH¿FHQFLD HOPpGLFR
QL¿FDGRDODVH[SHULHQFLDVUHJXODQGRDVtHO GHEHSURFXUDUHOELHQGHOSDFLHQWH \de jus-
GRORU\ODDQJXVWLD(OLGHQWL¿FDUHPRFLRQHV ticia GLVWULEXFLyQHTXLWDWLYDGHORVUHFXUVRV
y sentimientos y darles nombres apropiados GHODVDOXG 
produce cierto orden, disminuye la amena- 6LQHPEDUJRXQDGHODVFUtWLFDVTXHVH
za, calma la ansiedad. Las situaciones se le hacen es que estos principios son dema-
KDFHQPiVPDQHMDEOHVSRUTXHalguien pue- VLDGRJHQHUDOHV\TXHDSDUHFHQDOHMDGRVGH
GHHPSH]DUDUHÀH[LRQDUVREUHHOODV las problemáticas clínicas concretas: ¿cómo
2ULJLQDOPHQWHODPDGUHORKDFHSRQLHQGR respetar las decisiones de un paciente que
su mente en contacto con la de su bebé, en un van en contra de su salud?, ¿cómo y quién
estado de ensoñación o reverie para meditar GH¿QHHOELHQ"¢FyPRSXHGHHOPpGLFRDG-
cariñosamente en él, comprender su estado PLQLVWUDU FRQ MXVWLFLD ORV UHFXUVRV SDUD OD
emocional y transformar con su actitud y su salud?
PLUDGDFRQWHQLGRVPHQWDOHVGHWHUURUHQDOJR Raymod Tallis plantea así sus dudas en
capaz de ser tolerado y eventualmente pen- esta cuestión: “La brecha entre el discurso
sado. Así como el bebé puede, a través de de los bioéticos profesionales y los proce-
procesos mentales muy primitivos, evacuar VRV GH WRPD GH GHFLVLRQHV HQ OD FRPSOHML-
el dolor y la frustración en la madre y ésta dad del mundo real de la práctica médica
se los restituye más soportables, el paciente cotidiana, explica porqué pocos médicos
SXHGH DORMDU VXV DODUPDV VXV PLHGRV \ WH- que conozco leen libros sobre Ética Médi-
PRUHV PiJLFDPHQWH HQ HO PpGLFR \ FRQ VX ca. Muy pocos consultan esos libros para
ayuda empezar a tolerarlos. UHVROYHU GLOHPDV pWLFRV HVSHFt¿FRV 0iV
El encuadre recrea en el vínculo médi- bien en estos temas se avanza estrechando
co-paciente la posibilidad de que una mente el análisis del contexto dentro del cual se
en contacto y puesta a disposición de otra GH¿QHXQDSUiFWLFDFOtQLFDOHJtWLPD´ Esta
HMHU]DXQYHUGDGHURHIHFWRDVLVWHQFLDO/DV FLWD VXJLHUH WHQHU HQ FXHQWD HO FRQWH[WR o
posibilidades terapéuticas del encuadre son HQFXDGUHGHVGHGRQGHGH¿QLUODOHJLWLPLGDG
sostenedoras de la esperanza en tanto trans- ética de una práctica.
miten al paciente la idea de que no impor- 6LJXLHQGRHVWHFRQVHMRHQHVWHDSDUWDGR
ta cuán difícil es el momento actual, vale se considera el tema de la ética desde esta
la pena enfrentarlo a la espera de tiempos SHUVSHFWLYDTXH LQFOX\HHVWDSUHJXQWD(Q
mejores... una situación clínica determinada, ¿se res-
SHWyRVHWUDQVJUHGLyHOHQFXDGUHSURIHVLR-
LA DIMENSIÓN ÉTICA DEL ENCUADRE nal médico?

/D%LRpWLFDVHGH¿QHFRPRODDSOLFDFLyQGH /RVSUREOHPDVVXUJLGRVHQODUHODFLyQ
principios éticos al ámbito de la Medicina y médico-paciente pueden ser analizados
de la salud. Dentro de un vasto campo tiene GHVGHORVIXQGDPHQWRVpWLFRVTXHSUR-

9
%LRQ:$SUHQGLHQGRGHODH[SHULHQFLD. Paidós, Buenos Aires, 1969.

Tallis, R. 7KH7LPHV/LWHUDU\6XSSOHPHQW
⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica 307⎞

pone el propio encuadre profesional la situación y las condiciones emocionales


\ GHVGH HO TXH SXHGHQ VHU HQWHQGLGRV TXHGHHOODVXUJHQSDUDVXSURSLREHQH¿FLR
FRPRXQUHVSHWRRXQDWDTXHDODWDUHD /D UHODFLyQ PpGLFRSDFLHQWH HV SRU GH¿-
médica profesional. QLFLyQ DVLPpWULFD JHQHUD XQ SRGHU TXH HO
SDFLHQWHRWRUJDDOPpGLFRDQWHTXLHQSXH-
Como se mencionó más arriba, el en- de someterse o contra el que a menudo no
FXDGUHPpGLFRFRPRWRGRHQFXDGUHGH¿QH puede rebelarse. El médico puede usar ese
qué se puede hacer y qué no se puede hacer SRGHU FRQ DXWRULGDG SDUD SURWHJHU OD WDUHD
HQIXQFLyQGHVXVREMHWLYRV(QHOFDVRGH TXHDPERVWLHQHQHQWUHVtRSXHGHLGHQWL¿-
OD UHODFLyQ PpGLFRSDFLHQWH ORV REMHWLYRV carse con ese poder para sacar provecho de
son claramente asistenciales y deben ser la situación.
atendidos de una manera profesional. En
la medida en que se preserva el encuadre Una paciente había tenido una ope-
profesional, la relación personal, familiar ración estética con óptimo resultado,
RVRFLDOHQWUHVXVSURWDJRQLVWDVGHEHUtDHV- VDOYR XQ SHTXHxR HQJURVDPLHQWR GH
WDUSDUDEHQH¿FLRGHDPERV\HQWpUPLQRV XQDSDUWHGHODFLFDWUL]\XQTXHORLGH
JHQHUDOHV H[FOXLGD (VWH SULQFLSLR HV XQD SRU OR TXH HO FLUXMDQR OH SURSRQH XQD
fuerte ayuda para que el médico evite caer SHTXHxDLQWHUYHQFLyQSDUDFRUUHJLUODV
en abusos. Para la paciente se trataba de cirugía
Cuando un médico utiliza a su paciente PHQRU\RSWDWLYD7HQtDPXFKDVGXGDV
SDUD JUDWL¿FDU VXV SURSLDV QHFHVLGDGHV GH tardó mucho en decidirse, pero lo hizo
la naturaleza que éstas sean, como usar al cuando le pidió al cirujano anestesia
SDFLHQWHPDQLSXODUORVHGXFLUORRHQJDxDU- ORFDO\pVWHDXQTXHOHSODQWHyUHSDURV
lo, se expone a ser cuestionado éticamente. DFFHGLy(OGtDGHODRSHUDFLyQ\DHQ
6HSXHGHWUDWDUGHSHTXHxDVRJUDYHVWUDQV- OD &OtQLFD VH HQFRQWUy FRQ TXH HO Pp-
JUHVLRQHV(QJHQHUDOHOPpGLFRQROOHJDD dico le había reservado una habitación
extremos, pero suele bordear una zona po- para pasar la noche internada, llegó
WHQFLDOPHQWH SHOLJURVD UDFLRQDOL]DQGR VX DFRPSDxDGR SRU HO DQHVWHVLVWD \ DP-
accionar de muchas maneras, a veces con la bos insistiendo en las ventajas de la
excusa de que “el paciente lo consiente” o DQHVWHVLDJHQHUDO/DSDFLHQWHVHVLQWLy
“el paciente lo necesita”.11 DFRUUDODGDVLQSRGHUGHGHFLVLyQ\VR-
(MHPSORVTXHSXHGHQGHULYDUHQSUREOH- metida a dar su consentimiento contra
PDVpWLFRVHOWHPDGHORVUHJDORVUHODFLyQ VXYROXQWDG\D~OWLPRPRPHQWR
sexual entre ellos, abuso o usufructo de la
relación, tuteo, verdad o mentira, preservar 3DUDLPSRQHUVXFULWHULRTXHVHJXUDPHQ-
ODFRQ¿GHQFLDOLGDGRYLRODFLyQGHODSULYD- te en este caso era adecuado, el médico debió
FLGDG (Q WRGRV HVWRV HMHPSORV VH SODQWHD apelar a su autoridad, aquella que proviene
dónde está puesto el límite y cuál es su fun- del cuerpo de conocimientos de la Medicina
damento. como ciencia y de la práctica de sus cole-
/DpWLFDGHOHQFXDGUHH[LJHTXHODWDUHD JDV6XDXWRULGDGGHULYDGHXQSRGHUTXH³OH
sea preservada ante cualquier otra conside- RWRUJDOD0HGLFLQD´GHEHSUHVWDUOHRtGRV\
ración. Las estipulaciones profesionales del KDFHUORRtUDOSDFLHQWH³1RVHORGLJR\RHV
encuadre funcionan sobre ambos con fuerza a la Medicina a la que tiene que escuchar”.
GHOH\SHURHVHOPpGLFRHOSULQFLSDOVRVWpQ Su actitud, por el contrario fue autoritaria,
de esa defensa. El médico no puede utilizar asumió un poder personal, manipulando la

*DEEDUG*&1DGHOVRQ³3URIHVLRQDOERXQGDULHVLQWKHSK\VLFLDQSDWLHQWUHODWLRQVKLS´-$0$  
11
⎛308 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

situación y forzando la voluntad de la pa- sibles: Dado el modo como se planteó la si-
ciente para poder operarla como consideraba WXDFLyQWDPSRFRVHFXPSOLyFRQHOUHTXLVLWR
que era necesario. Pero ni siquiera la tarea GHORVH[iPHQHVGHODHYDOXDFLyQSUHTXLU~U-
VHSXGRUHDOL]DUHQORVPHMRUHVWpUPLQRVSR- gica6HFRUULHURQULHVJRV
XXVII
Temáticas específicas
en Salud Mental

Dra. María Lea Kuperman de Kuitca


Dra. Ana Coll
Dr. Héctor Ferrari
Nora Barugel

Abuso Sexual me. Se trataba de cuadros derivados de la


infanto-juvenil violencia hacia los niños, aportando la des-
cripción del Abuso Sexual.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS (Q$UJHQWLQDODSLRQHUDHQODGHWHFFLyQ
de estos casos fue la Dra. Diana Becher de
(OPDOWUDWRLQIDQWRMXYHQLOVHKDPDQLIHVWD- *ROGEHUJ TXH GHVGH HO +RVSLWDO GH 1LxRV
GRDORODUJRGHODKLVWRULDGHODKXPDQLGDG ³'U 5LFDUGR *XWLpUUH]´ KL]R VXV REVHUYD-
como: maltrato físico propiamente dicho, ciones con un enfoque psicoanalítico, tema
HPRFLRQDOQHJOLJHQFLDRDEXVRVH[XDO(Q HQHOTXHWUDEDMDPRVMXQWDVGHVGH(Q
el campo de la Pediatría, se creó en el Hos- HOJUDQSHGLDWUDDUJHQWLQR'U&DUORV
pital de Clínicas de Buenos Aires la primera *LDQDQWRQLR OH VROLFLWy HO HVWXGLR SVLFROy-
FiWHGUDDFDUJRGHO'U'XUDQGHQDO JLFR GH OD IDPLOLD GH XQ ODFWDQWH TXH SUH-
SUHGRPLQDUHOFRQFHSWRELROyJLFRVHFRQVL- sentaba fracturas múltiples; su apoyo cons-
deraban las enfermedades sólo desde una tituyó un aporte clave, pues la idea de que
concepción biomédica. Mucho después, en los adultos podían ser los que maltrataran a
ODSULPHUDPLWDGGHOVLJOR;;VHGLRFDELGD VXVSURSLRVKLMRVHUDUHFKD]DGDD~QSRUORV
DO IDFWRU SVLFROyJLFR \ DVt UHFRUGDPRV ORV pediatras.
HVFULWRV GH 6LJPXQG )UHXG VREUH VH[XDOL- El reconocimiento del maltrato a los ni-
dad infantil. En nuestro país, los doctores ños sería otra herida al narcisismo del ser
Arnaldo Rascovsky y Florencio Escardó humano, además de las ya descritas por
fueron renovadores del enfoque pediátrico, )UHXG VXPRUDGDOD7LHUUDQRHVHOFHQWUR
aportando el concepto bio-psico-social de del Universo; pertenece al mundo animal y
todas las enfermedades. desconoce mucho de lo que sucede en su
3HURKDQVLGRHO'U&+HQU\.HPSH\ PHQWH 
sus colaboradores, quienes en el año 1962 (QVH¿UPyOD'HFODUDFLyQGHORV
-RXUQDORIWKH$PHULFDQ0HGLFDO$VVRFLD- Derechos del Niño; en nuestro país, se le
tion  SURSXVLHURQ XQD HQWLGDG FOtQLFD D OD dio curso en 1994 a través de la Ley sobre
que denominaron %DWWHUHG &KLOG 6\QGUR- 9LROHQFLD)DPLOLDU1žUHJODPHQWDGD
⎛310 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

en 1996; esta ley continúa siendo estudiada adulta o suponen que tal conducta, de exis-
permanentemente pues el abuso sexual es tir, se haría fácilmente evidente con lo que
XQSUREOHPDPX\FRPSOHMRSDUDODMXVWLFLD HOGLDJQyVWLFRVHUtDVHQFLOOR1RVHQFRQWUD-
PRVDVtIUHQWHDVHYHUDVGL¿FXOWDGHVLQWHUH
LA CONCEPCIÓN PSICOANALÍTICA intradisciplinarias para abordar esta pro-
DEL ABUSO SEXUAL blemática.
Los pediatras y los maestros son las per-
*UDQGHV VHFWRUHV GH OD VRFLHGDG UHFKD]DQ sonas que pueden actuar para la prevención
PLQLPL]DQ\FUHHQTXHVRQH[DJHUDGDVODV primaria pues el estar asiduamente con los
denuncias de Abuso Sexual: este término niños les permite detectar el maltrato. Pero
debe ser reservado para un determinado muchas veces no lo hacen.
WUDWRGHDGXOWRVVLJQL¿FDWLYRVKDFLDXQQLxR *HQHUDOPHQWH FXDQGR XQ QLxR QRUPDO
RS~EHU\VXFHGHPXFKRPiVGHORTXHVH PDQL¿HVWDDOJ~QWLSRGHFRPSURPLVRVH[XDO
cree. con un adulto se desvirtúa su testimonio
La presencia en el ser humano de la pul- considerándolo como fabulación, en tanto
sión incestuosa, que se concreta como pul- que se fuerza la credibilidad del testimonio
sión destructiva, sólo es contrarrestada por del adulto.
el impulso de vida; las buenas experiencias Para que me puedan acompañar en la
LGHQWL¿FDWRULDV FRQ ODV SHUVRQDV TXH FUtDQ comprensión del tema, debemos diferenciar
DOQLxRSHUPLWHQODUHVROXFLyQGHOFRQÀLFWR Violación de $EXVR 6H[XDO. Son términos
HGtSLFR\ODLQWHJUDFLyQGHODSHUVRQDOLGDG que implican situaciones PX\ GLIHUHQWHV
Es decir, que dicha resolución se ve favo- pero que al ser usados consensuadamente
UHFLGDRSHUWXUEDGDVHJ~QHOGHFXUVRGHOD SXHGHQFRQIXQGLUFRQGXFLHQGRDXQJUDYH
primacía del amor o de la violencia, respec- error clínico.
tivamente, en el núcleo que convive con del El concepto de Violación debe reservar-
pequeño. se para una situación accidental, pues se tra-
/D PD\RUtD GH ORV DXWRUHV GH¿QHQ HO ta de un episodio con una persona extraña al
Abuso Sexual como la participación de un PHGLRGHOQLxR3RUORJHQHUDOHVWiQFRP-
niño en actividades sexuales que no com- SURPHWLGRVORVJHQLWDOHVGHDPERVSDUWLFL-
prende totalmente, que por lo tanto no está SDQWHV \ SXHGH VHU VHJXLGR GH VLWXDFLRQHV
preparado para aceptar o rechazar y que muy dramáticas como la muerte de la vícti-
violan los tabúes sociales. ma. En estos casos, el niño no tiene reparo
El concepto de horror al incesto, des- en recurrir inmediatamente a pedir ayuda
FULWR SRU 6LJPXQG )UHXG QRV LOXVWUD HQ OD a su familia que, a su vez, también recurre
comprensión de esta problemática que al inmediatamente en busca de la autoridad
VHU UHFKD]DGD LQWHU¿HUH HQ VX UHFRQRFL- competente. Esto hace que la situación se
miento y por lo tanto en la intervención pre- conozca, se difunda, y el niño se sienta
FR]SVLFRVRFLDOTXHHYLWHHQHOIXWXURJUDYHV acompañado, pudiendo de ese modo recibir
consecuencias. los tratamientos indicados rápidamente.
/RVSURIHVLRQDOHVGHODVDOXGHQJHQHUDO Muy por el contrario, el término de
incluyendo los de la Salud Mental, no tie- Abuso Sexual se reserva para un hecho rei-
QHQGL¿FXOWDGHVHQUHFRQRFHUVtQWRPDVTXH terativo, con intervención de la seducción,
VH FRQVLGHUDQ GHULYDGRV GHO FRQÀLFWR HGt- que ocurre dentro de un medio íntimo; se
pico en los niños, como rivalidades, celos, puede tratar de uno de los miembros de la
DJUHVLYLGDG VRPDWL]DFLRQHV GL¿FXOWDGHV familia nuclear o de la familia extendida
LQWHOHFWXDOHV HWFpWHUD (Q FDPELR QLHJDQ ±SDULHQWHV DPLJRV PDHVWURV R SHUVRQDV
la existencia de la conducta sexual abusiva DFDUJR±HVGHFLUGHWRGRDTXHOTXHSDVD
⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO 311⎞

ODUJR WLHPSR FRQ HO QLxR HQ TXLHQ UHFR- el niño no denuncia los hechos inmedia-
QRFHHOGHSyVLWRGHFRQ¿DQ]DSRUSDUWHGH tamente. A veces la denuncia es indirec-
los padres y con el que hay un vínculo de WDFRPRFXDQGRXQSHTXHxRVROLFLWDDXQ
afecto; esto nos hace comprender el por DGXOWRFHUFDQRUHSHWLUORTXHOHKDFHRWUR
qué puede recaer sobre dichas personas la SXHVOHKDUHVXOWDGRSODFHQWHUR\QRGHVHD
proyección de fantasías edípicas incestuo- TXHVHVXVSHQGD; sólo denuncia tardíamente
sas normalmente presentes en el desarrollo cuando las acciones han superado el tono
psicosexual de todo niño. HUyJHQR QRUPDO JUDWL¿FDQWH KD UHFLELGR
5HVXOWD OODPDWLYR HO DMXVWH GHO QLxR D amenazas o bien en la pubertad, cuando co-
la situación abusiva. Su conducta frente al mienza a luchar por su independencia que
SUREOHPDFUHDSUHMXLFLRHQVXVSURJHQLWRUHV VHYHFRDUWDGDDSDUWLUGHODVH[LJHQFLDVTXH
\ SHUVRQDV GH FRQ¿DQ]D 5RODQG 6XPPLW VXHOH LPSRQHU OD IDPLOLD HQGRJiPLFD$OOt
 GHVFULEHHOSíndrome de Acomoda- la denuncia es tardía, rechazada y confundi-
ción proponiendo cinco características: 1º GDFRQDFFLRQHVGHUHEHOGtDMXYHQLO
el secreto, 2º sentimiento de desprotección, Aun más dramáticamente, cuando la
3º acomodación a la situación, 4º denuncia oposición a la denuncia es muy fuerte o se
tardía y 5º retracción de la denuncia. temen las consecuencias de la revelación
–separación de los padres y hasta prisión de
El secreto del incesto es mantenido ODSHUVRQDVLQGLFDGDFRPRWUDQVJUHVRUD±el
consciente o inconscientemente por QLxRODWHQWHRS~EHUSXHGHUHWUDFWDUVH.
WRGRV ORV SDUWLFLSDQWHV GHO FRQÀLFWR
UD]yQSRUODTXHSUHIHULPRVSHQVDUHQ SINTOMATOLOGÍA
términos de grupo incestuoso.
(OKHFKRGHTXHQRKD\DVLJQRVPDQL¿HVWRV
El Abuso Sexual no tiene una motiva- QRVLJQL¿FDTXHHODEXVRQRKD\DRFXUULGR
FLyQ JHQLWDO HQ HO VHQWLGR GHO GHVDUUROOR \TXHXQDYDULDGDVLQWRPDWRORJtDDSDUH]FD
SVLFRVH[XDO GHO DGXOWR \ ORV JHQLWDOHV VRQ más tarde, aun después de muchos años, en
utilizados como instrumentos de la sexua- forma de enfermedades psicosomáticas o
OLGDGUHJUHVLYDHLQIDQWLOGHODGXOWR\DVHD PHQWDOHVGHPD\RURPHQRUJUDYHGDG3R-
oral u anal. FRV QLxRV SUHVHQWDQ OHVLRQHV HQ JHQLWDOHV
El Abuso Sexual puede comenzar muy enfermedades venéreas o embarazo; en la
tempranamente, hacia los 2 ó 3 años de edad QLxD S~EHU DSUR[LPDGDPHQWH XQ  /D
\FRQWLQXDUSRUODUJRVDxRV'HVGHHOSXQWR mayoría de las veces se trata de formas que
de vista psicoanalítico también considera- llamamos abuso mediano, por lo tanto el
mos que hay abuso sexual, aun cuando no médico debe estar dispuesto a considerar el
VHWUDWHGHSHQHWUDFLyQDQDORYDJLQDOHQORV cuadro como una entidad clínica dentro de
casos en que encontramos toqueteos, mas- VXVGLDJQyVWLFRVGLIHUHQFLDOHV
turbación, felación, exhibicionismo, par- En los niños preescolares encontramos
WLFLSDFLyQ HQ HVSHFWiFXORV SRUQRJUi¿FRV fundamentalmente síntomas psicosomáti-
HWFpWHUD $OJXQDV DFFLRQHV QR UHSUHVHQWDQ cos, como dolor abdominal recurrente y ce-
violencia física propiamente dicha pues in- IDOHDVHQOD]RQDJHQLWRXULQDULDVLQWRPDWR-
terviene la seducción, pero el trato violento ORJtDTXHQRHYLGHQFLDOHVLyQSRUDFFLGHQWH
SXHGH DJUHJDUVH VHFXQGDULDPHQWH D WUDYpV /DPDVWXUEDFLyQTXHHOQLxRUHDOL]DFRQVLJR
de coacción para que el niño no revele lo mismo no produce hematomas. Otros indi-
que está sucediendo. FDGRUHV VRQ SLFD]yQ GRORU R KHPRUUDJLD
<DGLMLPRVTXHHOKHFKRGHOOD]RDIHFWL- TXHQRWHQJDQH[SOLFDFLyQFOtQLFDFXHUSRV
vo proporciona la comprensión de porqué H[WUDxRV HQ YDJLQD R DQR GLODWDFLyQ DQRU-
⎛312 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

PDO GH XUHWUD DQR R YDJLQD WHPSHUDWXUD la violación y otras acciones delictivas. No
elevada recurrente sin explicación clínica, es posible considerar la reconexión vincular
etcétera. de los niños abusados con estas personas.
Los niños latentes suelen presentar re- Nosotros desarrollamos este tema con-
pentinos trastornos en su conducta tales VLGHUDQGRODH[LVWHQFLDGHFXDGURVUHJUHVL-
FRPRUHWUDLPLHQWRRDJUHVLyQ\XQPDUFDGR vos a partir de núcleos psicóticos en per-
descenso en su rendimiento intelectual, ra- sonalidades melancólicas o psicopáticas.
zón por la que muchos padres pueden con- En los cuadros melancólicos encontramos
sultar al pediatra. que, frente a determinadas situaciones ta-
Los púberes presentan fundamental- les como duelos por la muerte de personas
PHQWH SUREOHPDV VRFLDOHV VHYHURV GURJD- cercanas, divorcios, pérdida de autoestima,
GLFFLyQGHOLQFXHQFLDDJUHVLYLGDG7DPELpQ HWFpWHUD DOJXQDV SHUVRQDV SXHGHQ FDHU HQ
DQRUH[LDEXOLPLD\WRGRWLSRGHDXWRDJUH- cuadros depresivos y actuar de variadas
VLyQOOHJDQGRDOVXLFLGLRFRPRFRQVHFXHQ- maneras. Las personalidades de acción, es
FLDGHDFFLRQHVDEXVLYDVGHODUJDGDWDTXH GHFLUDTXHOODVTXHSRVHHQUDVJRVSVLFRSiWL-
recién hacia la pubertad comprenden en su cos, incluyen lo sexual dentro de una moda-
totalidad. lidad abusiva del poder pero lo limitan a la
$OLJXDOTXHORVUHFXHUGRVGHODSULPHUD IRUPDHQGRJiPLFDVLQOOHJDUDORVFXDGURV
infancia el abuso sexual temprano está des- de violación antes descritos.
tinado al olvido; más al tratarse de hechos (O DEXVR VH[XDO LQIDQWRMXYHQLO \D VHD
profundamente traumáticos se continúan GHWLSRPHGLDQRRJUDYHVLHPSUHUHVSRQGH
en la vida adulta con variada sintomatolo- a la búsqueda de realimentación libidinal
JtDPDQLIHVWDGDHQODVGLVWLQWDViUHDVGHOD del adulto en el cuerpo del niño. Éste puede,
personalidad, soma, mente o mundo exter- por amor, curiosidad o por sufrir carencia y
QR'HVGHKDFHDOJXQRVDxRVVHHQWDEOyXQD desprotección, aceptar incondicionalmente
discusión entre profesionales que aceptan dicho trato.
la posibilidad de la memoria recuperada
del abuso sexual infantil, a través de un tra- 1RH[LVWHPD\RUGHVLOXVLyQSDUDXQQLxR
WDPLHQWR SVLFRDQDOtWLFR R GH DOJ~Q KHFKR TXHODGHVHUDEXVDGRSRUODVSHUVRQDV
emocional, y profesionales que lo conside- HQODVTXHWLHQHSXHVWDVH[SHFWDWLYDVGH
ran como un hecho de nivel hipnótico o de FXLGDGRV\DPRU
PDOPDQHMRWHUDSpXWLFR 6H[XDO$EXVH5H-
called-XGLWK/$OSHUW\FRO  ([LVWH JHQHUDOPHQWH XQD FRDOLFLyQ LQ-
consciente de los padres a través de una fan-
PSICODINAMISMOS tasía proyectiva de su propio anhelo edípico
EN EL GRUPO ABUSADOR cumplido y por lo tanto atribuyen al niño
un poder persecutorio; en ese caso lo odian
'HVGH HO YpUWLFH SVLFRSDWROyJLFR VRQ WDP- y lo atacan, aunque conscientemente creen
ELpQGLIHUHQWHVODVSHUVRQDOLGDGHVWUDQVJUH- amarlo.
soras y las constelaciones familiares donde El niño entre los 2 y 3 años cursa el cenit
ocurre el abuso. Una primera aproximación de la etapa anal, accionando sobre el medio
HVGLVWLQJXLUODVDFFLRQHVDEXVLYDVEDViQGR- familiar, desarrollando una conducta sádi-
QRVHQWUDVWRUQRV¿MDGRVRUHJUHVLYRV$ORV ca y exhibicionista; si en esta situación en-
SULPHURVORVGHQRPLQR3DLGRItOLFRV¿MDGRV FXHQWUDXQDGXOWRHQHVWDGRUHJUHVLYRDQDO
WUDWiQGRVH GH SVLFyWLFRV R SVLFySDWDV JUD- se puede formar una coalición que intenta
YHVTXHSRUFRQVWLWXLUXQSHOLJURVRFLDOUH- GHQLJUDU D XQ REMHWR PDWHUQR SULPDULR GH-
TXLHUHQHODFFLRQDUMXUtGLFRVRFLDOIUHQWHD SULYDGRULJXDOiQGRORDODVKHFHV
⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO 313⎞

De acuerdo a las series complementa- (VWD GHVRUJDQL]DFLyQ IDPLOLDU EiVLFD


rias estos hechos pueden ser más o menos JHQHUD HO VHQWLPLHQWR GH desprotección,
contenidos por la mente del niño, manifes- componente del Síndrome de Acomodación
WiQGRVHGLVWLQWDVSDWRORJtDVFX\RJUDGLHQWH antes mencionado.
puede ser:
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
 FXDQGRORJUDGHVDUUROODUXQDFLHUWDFD-
SDFLGDG UHSUHVLYD SRU OR JHQHUDO OR HV eVWRVWLHQHQFRPRHMHFHQWUDOla seguridad
GH VXV LPSXOVRV DQDOHV FRQ QHJDFLyQ física y psíquica del niño&RPRGLMLPRV
GH ORV DIHFWRV GDQGR OXJDU D XQD SHU- HO GLDJQyVWLFR GH $EXVR 6H[XDO HV PX\
sonalidad obsesiva, pseudoadulta, de- FRPSOLFDGRSXHVHQXQGHORVFDVRVQR
nominada Personalidad como si As if KD\VLJQRVRKXHOODVHYLGHQWHV\ORVTXHOR
SHUVRQDOLW\  VRQSDUDXQD3VLFRORJtD3URIXQGDFRPRHO
 FXDQGRFRQVHUYDXQYtQFXORREMHWDOTXH 3VLFRDQiOLVLV±GHWHFWDGRV\FRQ¿UPDGRVHQ
OH RWRUJD XQD PtQLPD FDSDFLGDG GH GH- KRUDV GH MXHJRV GLEXMRV R WHVW± QR OR VRQ
ÀH[LyQ GH VX LQVWLQWR GH PXHUWH SXHGH para otras disciplinas; es por eso que la de-
desarrollar sentimientos de persecución y nominación que utilizamos es la de Presun-
conductas defensivas desplazadas a la so- FLyQGH$EXVR6H[XDO.
ciedad; entonces encontramos conductas Desde el Psicoanálisis proponemos no
psicopáticas. FRQVLGHUDU FRPR XQ JUXSR PRQROtWLFR GH
 FXDQGRHOLQWHUMXHJRGHOVDGLVPRRUDO\ GHOLQFXHQWHV D ODV SHUVRQDV WUDQVJUHVRUDV
anal se une a una historia de temprana y Realizadas las acciones para suspender el
constante sobreestimulación y depriva- maltratoVHGHEHHQFDUDUHOHVWXGLRGHOGLDJ-
FLyQVHSURGXFHODQHJDFLyQGHOSHOLJUR QyVWLFR\WUDWDPLHQWRSVLFROyJLFRFRQJUDQ
GHODDQJXVWLDGHDQLTXLODPLHQWR\HOUH- detenimiento para ver qué es conveniente
sultado es una conducta de complacencia implementar en cada caso y cómo conser-
FRQ HO REMHWR HVWH YtQFXOR HV GLVRFLDGR var el mínimo de vinculación recomendable
HQXQREMHWREXHQR\XQVXMHWRPDORTXH FRQHOJUXSRWUDVJUHVRU
OROOHYDDODDXWRDJUHVLyQ\KDVWDDOVXL- Estos aspectos deben ser estudiados por
cidio. profesionales especializados y por medio
de un equipo interdisciplinario; éste no se
&XDOTXLHUDVHDHOFXDGURSVLFRSDWROyJL- constituye de una sola vez sino que debe es-
co subyacente en la personalidad de los pa- tar permanentemente en proceso; también
dres se observa como alteración principal GHVGHOROHJDOODVOH\HV\VXUHJODPHQWDFLyQ
TXHORVUROHVGHPDGUH\SDGUHVHOLPLWDQD están cambiando pues el tema de la violen-
XQDQRPLQDFLyQHVGHFLUTXHQRFXPSOHQ cia familiar es una preocupación que ha au-
la funcionalidad necesaria; los vértices de mentado en nuestra sociedad.
ODWULDQJXODFLyQHGtSLFDQRVHPDQWLHQHQ\ &RQVWLWX\H XQ JUDQ DYDQFH HO TXH DF-
VHSXHGHJUD¿FDUFRPRXQWULiQJXORDSODV- WXDOPHQWH SRU OH\ WRGRV ORV MX]JDGRV GH-
tado donde los personajes conforman una EHQSHGLUHOHVWXGLRSVLFROyJLFR\SVLTXLi-
línea con lugares intercambiables, típica trico de las personas comprometidas en el
del incesto. tema.
⎛314 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

BIBLIOGRAFÍA

‡$OSHUW-/\FRO6H[XDO$EXVH5HFDOOHG. Ed. by ‡ .HPSH &+ 5 .HPSH 1LxRV PDOWUDWDGRV. Ed.


Judith L. Alpert, London, 1995. Morata, Madrid, 1979.
‡%HUHQVWHLQ,)DPLOLD\HQIHUPHGDGPHQWDO. Pai- ‡.KDQ0DVVXG5Alienación en las Perversiones.
GyV%XHQRV$LUHV (G7XKH+RJDUW3UHVV/RQGRQ
‡ )HUHQF]L ³/D FRQIXVLyQ GH OHQJXDMHV HQWUH ORV ‡ .OHLQ 0 &RQWULEXFLRQHV DO 3VLFRDQiOLVLV. Ed.
DGXOWRV \ HO QLxR (O OHQJXDMH GH OD WHUQX- Hormé, Bs. As., 1964.
ra y la pasión”. ,QW -RXUQDO RI 3V\FKRDQDO ‡0DF'RXJDOO-Teatros de la mente*DOOLPDUG
 ;;;  7HFQRSXEOLFDFLRQHV0DGULG
‡ )LQNHOKRU ' 6H[XDOO\ 9LFWLPL]HG &KLOGUHQ ‡ 0HOW]HU ' /RV (VWDGRV 6H[XDOHV GH OD 0HQWH.
The Free Press New York Ed. Pax, México, (G.DUJLHPDQ%XHQRV$LUHV
 ‡ 0HOW]HU ' $SUHKHQVLyQ GH OD %HOOH]D. Cap. VI
‡ )UHXG 6 ³7UHV HQVD\RV GH XQD WHRUtD VH[XDO´ ³6REUH 9LROHQFLD´ (G 6DSLD %V $V 
  (Q Obra completa VIII. Amorrortu, 3XJHW - ³9LROHQFLD \ (VSDFLRV 3VtTXLFRV´
Buenos Aires, 1992. 3DQHO VREUH 9LROHQFLD $VRF $UJ GH 3VLF \
‡*DQ]DUDLQ5&%-%XFKHOH)XJLWLYHVRILQFHVW. 3VLFRWHUDSLDGH*UXSR
Ed. Inter Universities Press, Madison Conn, ‡6KHQJROG/60XUGHUThe effects of childhood
 abuse and deprivation. Ballantime Books Ed,
‡*ROGEHUJ'%GH\0/..XLWFDGHMaltrato In- 1HZ<RUN
fantil. 2ª ed. privada, Buenos Aires, 1999. ‡6XPPLW5&³(O6tQGURPHGHDFRPRGDFLyQGHO
‡*URVPDQ&60HVWHPDQMaltrato al menor. Ed. abuso sexual de menores”. 5HY &KLOG $EXVH
Universidad, 1992. DQG1HJOHFW

Embarazo económicas: cada vez con más frecuencia


en la adolescencia estamos asistiendo a adolescentes embaraza-
das que cursan la escuela secundaria y perte-
INTRODUCCIÓN necen a estratos sociales más acomodados y
con mayor nivel educacional de sus padres.
/D PDWHUQLGDG HQ OD DGROHVFHQFLD VH GH¿QH (Q OD 5HS~EOLFD $UJHQWLQD KD\  
como aquella que ocurre dentro de los dos años GHKDELWDQWHVFRQXQDSREODFLyQWRWDOGH
GHHGDGJLQHFROyJLFD\RDQWHVGHTXHODMRYHQ DGROHVFHQWHVGHDDxRVGH
haya alcanzado la independencia socioeconó- FRUUHVSRQGLHQGRDYDURQHV\
PLFDGHVXQ~FOHRIDPLOLDUGHRULJHQ DPXMHUHVVHJ~QHOFHQVRGH
Es un hecho de proporciones variables (QORVQDFLPLHQWRVHQPDGUHVPH-
VHJ~Q GH TXp SDtVHV VH WUDWH \ VHJ~Q VHDQ QRUHV GH  DxRV UHSUHVHQWDEDQ HO 
poblaciones urbanas o rurales, pero lo im- del total de nacimientos, y en 1993 consti-
portante es que muestra una proporción WX\HURQHO(VWH~OWLPRSRUFHQWDMHUH-
creciente en el número total de nacimientos SUHVHQWDXQRVQDFLGRVYLYRVKLMRV
DORODUJRGHORVDxRV7DPELpQVHDGYLHUWH GHPDGUHVPHQRUHVGHDxRV
un mayor número de nacimientos a edades
FDGDYH]PiVMyYHQHV ASPECTOS PERINATALES
En la actualidad, ya no podemos limitar-
nos a verlo como un hecho asociado a secto- Vamos a considerar aquellas complicacio-
UHVVRFLDOHVPiVPDUJLQDOHV\FRQFDUHQFLDV nes que se presentan con mayor frecuencia
⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO 315⎞

en el embarazo durante la adolescencia, porte como una adulta simplemente porque


pero teniendo en cuenta la importancia de va a ser madre es por completo contrapro-
los factores psicosociales que pueden inci- ducente e inefectivo.
dir en su aparición.
D PDWHUQDV Mayor incidencia de compli- E $GROHVFHQFLDPHGLD DDxRV 
FDFLRQHVHQHOHPEDUD]R DQHPLDLQIHF- El embarazo es muchas veces el fruto
ción urinaria, hipertensión-eclampsia, de los sentimientos de invulnerabilidad y la
rotura prematura de membranas, ame- experimentación, que tan exacerbados están
naza de parto pretérmino, mayor tasa en esta etapa de la adolescencia. Las sor-
GHPRUWDOLGDGPDWHUQD \HOSDUWR SDUWR prende porque habían supuesto que “a ellas
PiVSURORQJDGRSUHVHQWDFLyQSHOYLDQD MDPiVOHVSRGUtDSDVDU´
RSHUDFLyQFHViUHDGHVJDUURV  Se deben tener en cuenta estos senti-
E  GHO UHFLpQ QDFLGR %DMR SHVR DO QDFHU mientos de omnipotencia para su atención,
depresión neonatal, malformaciones, di- porque son los que hacen que no concurran
¿FXOWDGHV SDUD OD ODFWDQFLD DFFLGHQWHV al control prenatal, o no realicen los estu-
maltrato. dios solicitados. Tampoco parecen tenerle
Existen ya numerosas publicaciones en miedo al parto, pero el comienzo de las con-
ODVTXHVHSXHGHFRPSUREDU \HVRWDPELpQ tracciones puede asustarlas mucho.
KDVLGRKHFKRHQQXHVWURPHGLR TXHHOHP-
EDUD]R HQ OD DGROHVFHQFLD QR VLJQL¿FD XQ F $GROHVFHQFLDWDUGtD DDxRV 
PD\RUULHVJRREVWpWULFRQLSHULQDWDOVLHVH La identidad sexual se ha estructurado y
embarazo ha tenido un control prenatal más entran en una etapa de relativa estabilidad
o menos satisfactorio. afectiva que favorece la búsqueda de una
SDUHMDTXHVHDPiV¿UPH\GXUDGHUD(QJH-
ALGUNOS ASPECTOS PSICOSOCIALES neral, quedarán embarazadas porque ésa es
su meta, y por lo tanto, no diferirá mucho
1. El embarazo en las diferentes etapas GHOHPEDUD]RGHFXDOTXLHUPXMHUMRYHQTXH
de la adolescencia deseaba ser madre.

D $GROHVFHQFLDWHPSUDQD DDxRV  (OVLJQL¿FDGRGHOKLMRVHJ~Q


Los cambios corporales recientes la ha- los diferentes sectores sociales
cen sentir como una desconocida y se vuel-
can hacia su interior. El impacto de los cam- El embarazo en la adolescencia y los
bios que impone el embarazo se sumará a problemas que se puedan presentar tienen
los que está sintiendo por la aparición de la GLIHUHQWHVFDUDFWHUtVWLFDVVHJ~QHOVHFWRUVR-
pubertad. También por la etapa tan cercana cial donde éste ocurra: no es lo mismo la
aún de la niñez, tiene un intenso temor al adolescente de un medio rural que la de uno
dolor y al sufrimiento. Esto debe ser tenido XUEDQRQLODGHVHFWRUHVPDUJLQDOHVDODGH
en cuenta cuando se la atiende, explicando estratos sociales pudientes.
claramente todos los procedimientos que se De acuerdo con la adaptación hecha por
deban realizar. 1HFFKLDODWLSRORJtDHVWDEOHFLGDSRU6WHUQ
Se debe tener en cuenta que la mayoría SRGHPRVGLVWLQJXLU
de los embarazos a esta edad son el resulta- D 6HFWRUUXUDOWUDGLFLRQDO
GRGHODEXVRVH[XDO \DOPHQRVDVtGHEHVHU Es el contexto social referido a peque-
FRQVLGHUDGROHJDOPHQWHHQPXFKRVFDVRV  ñas poblaciones o familias rurales, que
Quizás es en esta etapa en la que se parece mantienen un estilo de vida tradicional.
más a una niña, y el pretender que se com- La adolescencia como etapa a recorrer casi
⎛316 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

no existe y se asumen responsabilidades 3HU¿OGHODPDGUHDGROHVFHQWH


familiares y laborales a edades más tem- en nuestro país
pranas. El embarazo se da con frecuencia
DQWHVGHORVDxRV\FRQGXFHDXQLRQHV En nuestro país, como en el resto de
tempranas. Es un “evento normal, no pro- Latinoamérica, las adolescentes que han
blemático, aceptado dentro de sus normas WHQLGRXQKLMRSHUWHQHFHQHQVXPD\RUtDD
y costumbres”. VHFWRUHV VRFLDOHV GH EDMRV LQJUHVRV HFRQy-
PLFRVFRQEDMRQLYHOGHHVFRODUL]DFLyQHV-
E 6HFWRUXUEDQRPDUJLQDO tán presentes con frecuencia la disfunción y
&RUUHVSRQGH D ODV JUDQGHV FLXGDGHV la violencia familiar, y los roles femeninos
en contextos familiares y socioculturales VRQ GHVYDORUL]DGRV$ HVWR GHEH DJUHJDUVH
FRQÀLFWLYRV HQ ORV TXH VH HQFXHQWUDQ OD que se están viendo adolescentes embara-
LQVHJXULGDG ODERUDO OD YLROHQFLD IDPLOLDU zadas a edades cada vez más tempranas, en
el abuso sexual y la deserción escolar tem- las que el abuso sexual tiene un peso nada
prana. despreciable.
Las implicancias sanitarias para estas Creemos importante reiterar que, an-
embarazadas son las derivadas de las pobres WHV TXH HPEDUD]DGD OD MRYHQ VLJXH VLHQGR
FRQGLFLRQHV GH YLGD HQ JHQHUDO 3RU RWUR adolescente: todas las características de
ODGRVHLQFUHPHQWDQODVXQLRQHVFRQ\XJD- maduración emocional e intelectual se man-
OHV LQHVWDEOHV GH HVWDV MyYHQHV TXH WHUPL- tendrán acordes a la etapa que está atrave-
nan siendo madres solteras abandonadas. sando; por lo tanto, no debemos hablar de
embarazadas adolescentes sino de adoles-
F 6HFWRUXUEDQRSRSXODU centes embarazadas.
El contexto de estas adolescentes son
VHFWRUHV VRFLDOHV SRSXODUHV R PHGLREDMRV ATENCIÓN DEL EMBARAZO,
TXHDVSLUDUiQDTXHVXVKLMRVFRPSOHWHQOD PARTO Y PUERPERIO
HVFXHODVHFXQGDULD\SRVSRQJDQHOHPEDUD-
]RRODXQLyQKDVWDGHVSXpVGHORVDxRV Dadas las características de la maternidad
(O VLJQL¿FDGR TXH VH SXHGH DWULEXLU DOHQ OD DGROHVFHQFLD HV DFRQVHMDEOH TXH OD
embarazo en estos sectores es “un evento atención de todo el proceso sea llevado a
inesperado que puede coartar las aspiracio- cabo por un equipo interdisciplinario capa-
nes de ascenso social de la familia”. citado en la atención de adolescentes. En la
constitución de un equipo deseable debieran
G 6HFWRUPHGLRPHGLR\PHGLRDOWR LQWHUYHQLUXQPpGLFRDREVWHWUDXQDREVWp-
Las familias de estos sectores sociales WULFD XQD HQIHUPHURD XQD WUDEDMDGRUD
DVSLUDQ D TXH VXV KLMRV WHUPLQHQ OD XQL- VRFLDO\XQDSVLFyORJRD
versidad y en ellas la dependencia econó- A la adolescente se le explicarán las
PLFD GH ORV KLMRV VXHOH SURORQJDUVH KDV- funciones de los miembros del Equipo y
ta bien avanzada la tercera década de la las características de la atención, utilizan-
vida. Tienen acceso a una educación y a GR XQ OHQJXDMH FRPSUHQVLEOH \ DPDEOH
la prevención del embarazo, con lo que, Las exploraciones físicas deberán ser pre-
FXDQGR pVWH RFXUUH WLHQH XQ VLJQL¿FDGR cedidas por el consentimiento de la ado-
de accidente. lescente para llevarlas a cabo, explicán-
(QJHQHUDOHVWRVHPEDUD]RVWHUPLQDQHQ dole previamente en qué consisten y para
abortos inducidos, o en uniones tempranas qué se realizan. El equipo de salud deberá
QRVLHPSUHVDWLVIDFWRULDVSDUDODMRYHQSD- OOHYDUDFDERODVVLJXLHQWHVDFWLYLGDGHVHV-
UHMD SHFt¿FDV
⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO 317⎞

1. Un diagnóstico bio-psico-social OHSHUPLWDQDFRPSDxDUPHMRUDODMRYHQHQ


GHODMRYHQVXSDUHMD\VXIDPLOLD WDQ GLItFLO VLWXDFLyQ \ OD SVLFyORJD FRQ OD
SDFLHQWH WUDEDMDQGR VREUH HO GXHOR SRU VX
(VWHGLDJQyVWLFRHYDOXDGRHQUHXQLyQGH SDUHMDPXHUWDVXVIDQWDVtDVDFHUFDGHOHP-
equipo, permitirá establecer las diferentes es- barazo y el hecho de que, en realidad, era
WUDWHJLDVSDUDXQDPHMRUDWHQFLyQHQIXQFLyQ muy difícil que el bebé pudiera sobrevivir
GHOULHVJRTXHSXHGHFRUUHU(VLPSRUWDQWHTXH al parto.
HVWHGLDJQyVWLFRVHDUHHYDOXDGRDODV\D El parto se adelanta y a los 7 meses nace
ODVVHPDQDVGHHPEDUD]RRVLVXUJHDOJ~Q un varón con malformaciones múltiples que
FDPELRVLJQL¿FDWLYRELROyJLFRRSVLFRVRFLDO\ fallece a los pocos días.
HQHOSRVSDUWRLQPHGLDWR\DOHMDGR 0DULDQDVLJXHDVLVWLHQGRDODVHQWUHYLV-
WDV SVLFROyJLFDV SHUR UHFKD]D HO SODQ SUR-
%ULQGDUDWHQFLyQSVLFROyJLFD puesto de anticoncepción “porque no quiere
\RULHQWDFLyQIDPLOLDU saber más nada con los hombres”.
A los pocos meses le comunica a la psi-
$ODDGROHVFHQWHVXIDPLOLD\VXSDUHMD FyORJD TXH QR SXHGH VHJXLU FRQFXUULHQGR
si son necesarias. Estas tareas estarán en lo SRU ODV GL¿FXOWDGHV SDUD YLDMDU \ VH FLHUUD
SRVLEOHDFDUJRGHODSVLFyORJRD\GHODWUD- el tratamiento, con la invitación a concurrir
EDMDGRUD VRFLDO \ HV LPSRUWDQWH TXH VHDQ cuando sienta la necesidad.
comentadas en las reuniones del equipo que Al año, Mariana concurre con su her-
asiste a la adolescente. mana menor embarazada, solicitando
atención por el equipo y de la conversa-
/OHYDUDFDERODSUHSDUDFLyQ FLyQFRQHOODVXUJHTXHKDHVWDGRVDOLHQGR
SVLFRItVLFDSDUDHOSDUWR\ODPDWHUQLGDG con un chico en un vínculo sin compro-
miso, pero que tuvieron relaciones y tiene
De ser posible, la preparación para el un atraso.
SDUWRVHOOHYDUiDFDERHQXQJUXSRDSDUWH Se comprueba su embarazo y ella mani-
del de las adultas, y en el que pueda parti- ¿HVWDTXHQROHYDDGHFLUQDGDDOPXFKDFKR
FLSDUDFWLYDPHQWHHOSDSiGHOEHEpRDOJ~Q de su embarazo, pues quiere su bebé “para
otro miembro de la familia, si así lo desea PtVROD´'XUDQWHXQWLHPSRVHWUDEDMDHVWD
ODMRYHQ GHFLVLyQ FRQ OD SVLFyORJD \ OD WUDEDMDGRUD
social y se la respeta.
UN CASO A MODO DE EJEMPLO Concurre puntualmente a todas las en-
WUHYLVWDV VRFLDOHV SVLFROyJLFDV \ PpGL-
0DULDQD XQD MRYHQ GH  DxRV FRQFXUUH FDV FRQJUDQWHPRUGHUHSHWLUVXKLVWRULD
al Servicio acompañada de su madre, con por lo que se establece un estricto control
un embarazo de 5 meses. Relata que su no- GHOHPEDUD]RSDUDUHDVHJXUDUOHODQRUPD-
vio de 17 años fue muerto por un balazo en OLGDG&XDQGRVXUJHHQXQDHFRJUDItDXQD
un episodio confuso. Viene derivada de un GLODWDFLyQ SLHORFDOLFLDO XQ KDOOD]JR JH-
&HQWUR GH$WHQFLyQ 3ULPDULD FRQ GLDJQyV- QHUDOPHQWH VLQ LPSRUWDQFLD  VH UHIXHU]DQ
WLFRGHPDOIRUPDFLyQIHWDO(QODHFRJUDItD VXVWHPRUHV6LQHPEDUJRSXHGHKDFHUHO
realizada se comprueba un importante mie- curso de preparación para el parto con las
ORPHQLQJRFHOHFRQKLGURFHIDOLD\H[FHVRGH otras adolescentes y relatar lo que le ocu-
líquido amniótico. UULy PRVWUiQGRVH FRQ¿DGD \ HVSHUDQ]DGD
6H FRPLHQ]D HO WUDEDMR DVLVWHQFLDO /DV OR TXH IXH LQWHUSUHWDGR FRPR XQD VREUH
asistentes sociales se reúnen con la familia DGDSWDFLyQSDUDSURWHJHUDVXVFRPSDxHUDV
de Mariana para reforzar los vínculos que GHOJUXSR 
⎛318 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

A los 9 meses, tiene una nena de térmi- Consideramos que lo más importante
no completamente sana, a quien amamanta SDUDHVWHWUDEDMRIXHHOSHUPDQHQWHDFFLRQDU
hasta el año. interdisciplinario, las reuniones de equipo
Este caso ocasionó una intensa movili- en las que, además de relatar lo que le iba
zación entre los miembros del equipo: una ocurriendo a Mariana, se hablaba de los
adolescente temprana que había vivido VHQWLPLHQWRVGHORVLQWHJUDQWHVORTXHSHU-
previamente situaciones tan dramáticas, el PLWLy HVWDEOHFHU HVWUDWHJLDV RSHUDWLYDV TXH
ULHVJRGHXQQXHYRHPEDUD]RQRSODQL¿FD- UHGXQGDURQHQHOPHMRUPDQHMRGHOFDVR
GR ORTXHGHKHFKRRFXUULy \HOGHVHRGH
que las cosas salieran bien en esta nueva CONCLUSIÓN
oportunidad. En muchas ocasiones costaba
EDVWDQWHWRPDUGLVWDQFLD VREUHWRGRDODV Como se puede ver, el embarazo en la ado-
REVWHWUDV \ OD SDUWHUD  VLWXDFLyQ TXH HUD OHVFHQFLD HV XQD VLWXDFLyQ FRPSOHMD TXH
constantemente analizada en las reuniones merece un análisis que contemple todos los
de equipo. aspectos que hacen al ser humano, y que
Las profesionales intervinientes fueron tiene que ver con las posibilidades futuras
ODSVLFyORJD/LF$OHMDQGUD&DVVLQODVWUD- GHGHVDUUROORGHODMRYHQSDUHMD\VXEHEp
EDMDGRUDVVRFLDOHVOLFHQFLDGDV6LOYLQD5DIID 3DUDXQFRUUHFWRDERUGDMHHVDFRQVHMD-
y Stella de la Fuente, la partera Sra. Silvana ble constituir un equipo interdisciplinario
/ySH] =DEDOHWD \ ODV PpGLFDV 6LOYLQD 9D- o que pueda llevar adelante las diferentes
lente y quien relata el caso. tareas para que la atención sea lo más ade-
cuada posible a la situación.

BIBLIOGRAFÍA

‡ &ROO$ &DOLIUL 0 &DUUDUR , /ySH] =DEDOHWD6 ‡ 0pQGH] 5LEDV -0 \ FRO (QIRTXH DFWXDO GH OD
Materia A, Merino M, Raffa S, Viera O, Barata adolescente por el ginecólogo. Ed. Ascune,
D. “Maternidad adolescente: ¿Deseo de qué?” Buenos Aires, 1993.
5HY GH OD 6RF $UJ GH *LQHF ,QI -XY Nº 2 ‡+HQFKt6³(OHPEDUD]RHQODDGROHVFHQFLDFRPR
%XHQRV$LUHV    XQSUREOHPDVRFLDOHVWUDWHJLDV\SURJUDPDVGH
‡ &ROO$ ³0DWHUQLGDG HQ OD$GROHVFHQFLD´ &XU- prevención”. En: Estrategias de Prevención
VRD'LVWDQFLDGH*LQHFRORJtD,QIDQWR-XYHQLO del embarazo adolescente. Informe del Taller
0yGXOR96RFLHGDG$UJHQWLQDGH*LQHFRORJtD Nacional 1997, Ministerio de Salud y Acción
,QIDQWR-XYHQLO%XHQRV$LUHV Social, Subsecretaría de Atención Comunita-
‡/LQHDPLHQWRV1RUPDWLYRVSDUDOD$WHQFLyQ,QWH- ULD
JUDOGH6DOXGHQ$GROHVFHQWHV0RGXOR6H- ‡ 5XEDUWK * /D DGROHVFHQWH HPEDUD]DGD. Ed.
FUHWDUtDGH3URJUDPDVGH6DOXG6XEVHFUHWDUtD *(/%XHQRV$LUHV
de Atención Comunitaria. Dirección de Salud
Materno Infantil.
⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO 319⎞

La anorexia nerviosa A veces se notan síntomas de depresión.


y la bulimia 6L ELHQ FRQ XQD LQJHVWD HVFDVD R QXOD SR-
QHQHQULHVJRVXYLGDHVWRQRVHGHEHDXQ
ANOREXIA NERVIOSA GHVHRGHPRULUVLQRDODH[WUHPDQHJDFLyQ
de la emanciación debido a un trastorno de
La anorexia nerviosa tiene, como manifes- la imagen corporal (Q UHDOLGDG QR OOHJDQ
WDFLyQ FOtQLFD XQD SUHVHQFLD PX\ DQWLJXD D HYDOXDU OD JUDYHGDG GH VX VLWXDFLyQ QR
en la historia, con antecedentes que datan VH UHFRQRFHQ HQ VX GHOJDGH] ni en peligro
desde la Edad Media. Con el tiempo, la clínico.
entidad fue adquiriendo sus características Las observaciones provenientes de
diferenciales, y a partir de las descripciones WUDWDPLHQWRV SVLFRDQDOtWLFRV KDQ LGHQWL¿-
de Hilde Bruch, la anorexia nerviosa pudo FDGRDOJXQRVGHORVIDFWRUHVSVLFROyJLFRV
ser entendida con mayor claridad como un que contribuyen a esta situación (ver Mel-
VtQGURPH LQVFULSWR HQ OD SVLFRSDWRORJtD W]HU' .
7DPELpQDORODUJRGHODKLVWRULDVXWUDWD- $OJXQDVSDFLHQWHVKDQWHQLGRXQDFULDQ-
miento fue evolucionando desde la atención za donde la madre, sea debido a una depre-
individual a un enfoque multidisciplinario. sión posparto más o menos presente en to-
(QWUH PXFKRV RWURV * 5XVVHOO \ WDPELpQ das ellas u otros problemas personales, no
)HLQVWHLQ\6KDURVN\DERJDURQSRUHODERU- pudo responder afectivamente al bebé. El
GDMHFRPELQDGRGHODWHUDSLDLQGLYLGXDOOD bebé ha enfrentado esta situación tratando
WHUDSLD IDPLOLDU \ OD LQFOXVLyQ VHJ~Q ORV GHHYLWDUHOGRORUPHQWDO\HOFRQÀLFWRTXH
casos, de distintos miembros del equipo le produce la falta de respuesta y de aten-
PpGLFRFRPRJLQHFyORJRVFOtQLFRVHQXQ ción emocional de la mamá. Pero evitándo-
WUDEDMRGHFRQMXQWR lo reduce la contribución que el dolor y el
Este trastorno de la alimentación ocurre FRQÀLFWR DSRUWDQ D OD HVWUXFWXUDFLyQ GH VX
casi exclusivamente en la adolescencia, a personalidad que no se desarrolla adecua-
veces en la pubertad y resulta más frecuen- damente.
WHHQODVPXMHUHV6XVVtQWRPDVSULQFLSDOHV Necesita huir de la situación con el
son: DOHMDPLHQWRHPRFLRQDOGHOSHFKRQHJDQ-
- adelgazamiento, una pérdida acen- do su dependencia de él, desvalorizándo-
WXDGD GH SHVR HQWUH XQ  \ XQ  SRU lo en su capacidad nutricional y reducién-
GHEDMR GH OR HVSHUDEOH JHQHUDGD DFWLYD- dolo a la condición de cosa. Entonces, el
PHQWH PHGLDQWH OD UHGXFFLyQ GH OD LQJHV- interés libidinal del bebé puede desviarse
WD HO HMHUFLFLR ItVLFR H[FHVLYR HO UHFXUULU a la zona anal y sus funcionamientos, a
a diuréticos, laxantes o la provocación del UHHPSOD]DUHOSHFKRSRUODVQDOJDVDODV
vómito; que ahora presta más atención y con las
- amenorrea, ausencia de por lo menos TXH HO EHEp VH LGHQWL¿FD (Q HVWD GLUHF-
tres ciclos consecutivos; ción pasa a idealizar el recto y sus con-
- un terror intenso, irracional a aumentar tenidos fecales. El alimento se confunde
de peso. inconscientemente con heces.
*HQHUDOPHQWH DSDUHFH XQ WHPRU D SHU-
der el control de la comida, por lo que las Una paciente, cuando era presa de un
pacientes luchan contra el deseo de comer DWDTXHGHYRUDFLGDGVHGLULJtDDODKH-
\DTXHDOSULQFLSLRWLHQHQDSHWLWR HQUHDOL- ODGHUD\FRQXQDFXFKDULWDGHFtDFRQ
dad no hay DQRUH[LDHQODDQRUH[LD DXQTXH VXVSURSLDVSDODEUDV³FRPRXQDUDWLWD
OXHJRORSLHUGHQDFRQVHFXHQFLDGHODLQD- TXHUHYXHOYHHQWUHORVGHVSHUGLFLRVGHO
nición. WDFKRGHEDVXUDUDVSDEDXQSRTXLWRGH
⎛320 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

WRGRORTXHHQFRQWUDEDPH]FODEDWRGR Las consideraciones precedentes marcan


lo dulce, lo amargo, lo agrio, lo salado, ODVGL¿FXOWDGHVTXHSODQWHDVXWUDWDPLHQWR
\OXHJRLEDDOEDxRDYRPLWDU´ ya que la anoréxica es traída a la consulta y
no reconoce estar enferma. No acepta que
/D LPDJHQ GH OD PDPi VXV SHFKRV VX QHFHVLWD D\XGD QL TXH DOJXLHQ SXHGD EULQ-
YLHQWUH VRQ GHVFDOL¿FDGRV \ QHJDGRV SRU GiUVHOD 6H DXWRD¿UPD HQ OD QHJDFLyQ GH
ataques envidiosos en su posibilidad de dar ODQHFHVLGDG\GHVGHHVHOXJDUDSDUHFHFRQ
y alimentar. Siente, no siempre conscien- HVRVUDVJRVTXHODKDFHQYHUindómita e in-
temente, “mamá y su cuerpo son un asco, gobernable $OJXQRV WUDWDPLHQWRV PpGLFR
HOODHVXQDJRUGDFKDQFKD´<HVWRHVSUH- SVLFROyJLFRV MXVWDPHQWH VH EDVDQ HQ WUDWDU
cisamente lo que HOODSLHQVDTXHSLHQVDQGH de TXHEUDUVXDFWLWXGLQÀH[LEOHFRQOtPLWHV
HOOD TXH HVWi JRUGD TXH VX FXHUSR HV XQ SUHPLRV\FDVWLJRV6LQHPEDUJRFRQWRGD
asco´ 6H FRQ¿JXUD XQ YHUGDGHUR delirio ODGL¿FXOWDGTXHVXSRQHel tratamiento de
somático. elección es la terapia analítica en el con-
Este corrimiento, esta huida del pecho WH[WRGHXQDERUGDMHLQWHUGLVFLSOLQDULR.
y la búsqueda de un objeto espurio que lo
UHHPSODFH JHQHUD XQ SDVDMH D XQ HVWDGR BULIMIA
mental que se conoce como de pseudoma-
durez, basado en la confusión entre el bebé La bulimia es otro cuadro clínico que pue-
y la mamá. Esto quiere decir que pasan a de alternar muchas veces con el de la ano-
ser y actuar como si fueran adultas, es de- rexia nerviosa. Sus características suelen
cir, niñas y adolescentes particularmente sumarse a las de la anorexia, constituyendo
VXPLVDVEXHQDVDQWHODVH[LJHQFLDVGHORV XQ VtQGURPH TXH VH PDQL¿HVWD SRU FRPEL-
padres, impecables en la casa y excelentes nar períodos de restricción alimentaria, con
DOXPQDVHQHOFROHJLR/DQLxDpseudoma- HSLVRGLRVFRPSXOVLYRVHQORVTXHODLQJHV-
dura es una niña que parece una caricatura ta es desmesurada y en un corto período de
de un adulto ocultando una profunda inma- WLHPSR (Q HO SURJUHVR GHO FXDGUR FOtQLFR
durez emocional. HVIUHFXHQWHVXFRPLHQ]REDMRODIRUPDGH
Con el tiempo, desde la pseudomadurez, una anorexia nerviosa restrictiva o muchas
OD IXWXUD DQRUp[LFD H[DFHUEDUi HO PDQHMR YHFHVDSDUWLUGHXQLQWHQWRLQLFLDOGHEDMDU
RPQLSRWHQWHVREUHORVREMHWRV/DDQRUH[LD GHSHVRTXHOXHJRHYROXFLRQDKDFLDXQFXD-
es un intento de controlar el cuerpo para dro de bulimia, y que adquiere un compo-
SRGHUDVtD¿UPDUVHHQODFRQYLFFLyQGHTXH QHQWHFRPSXOVLYRLQPDQHMDEOH
“el cuerpo de uno es de uno, que uno mis- +DELWXDOPHQWH VH DJUHJDQ HSLVRGLRV GH
mo lo hizo, no es de los padres ni ellos lo vómitos autoinducidos u otros intentos de
hicieron”. Como es de esperar, la anorexia GHVHPEDUD]DUVHGHODOLPHQWRDVtLQJUHVDGR
HVWiWDPELpQPX\OLJDGDDODVWtSLFDVFRQIX- como pueden ser el uso de diuréticos o de
siones corporales de la adolescencia y a la OD[DQWHV/D¿QDOLGDGGHGLFKRVUHFXUVRVHV
temática edípica con el cuerpo. ODGHGHVKDFHUVHGHODFRPLGDTXHVHLQJL-
(O FRQWURO REVHVLYR \ UtJLGR VREUH ORV rió, para atemperar los efectos del atracón
alimentos la “alimenta” en la ilusión de TXH WUDH DSDUHMDGR IDQWDVtDV TXH JHQHUDQ
que es ella la que hace aparecer el pecho DQVLHGDGDOVXMHWR(VWRVLJQL¿FDTXHHOPR-
y que lo crea cuando autocráticamente lo tivo de la búsqueda del vómito no debe ser
desea. Con esta ilusión próxima al delirio entendido solamente como el deseo aparen-
evita el dolor de aceptar que el pecho es de te de combatir las consecuencias inmedia-
la mamá y que en realidad es ésta la que WDVGHODLQJHVWDFRPRVHUtDHODXPHQWRGH
dispone de él. peso.
⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO 321⎞

La bulimia va acompañada por el temor D\XGD SVLFROyJLFD OXHJR GH XQ SHUtRGR GH
DHQJRUGDUSHURWDPELpQLQLFLDXQSURFHVR ocultamiento. Pueden acudir a la consulta
que se halla directamente relacionado con DYHUJRQ]DGDVSRUORTXHFRQVLGHUDQKiELWRV
el momento del atracón: se desencadena un incorrectos y no manifestaciones de una pa-
ciclo de remordimiento y diversos procedi- WRORJtD(QWDOVHQWLGR\FRPRODSDFLHQWH
mientos para anular lo que es sentido como bulímica no suele presentar siempre eman-
un vínculo de maltrato con el alimento, re- ciamiento, puede ser necesario un período
SUHVHQWDQWHGHXQREMHWRLQWHUQRWUDWDGRFRQ SUHYLRGHORJURGHFRQ¿DQ]DHQHODQDOLVWD
GHVFRQVLGHUDFLyQ /XHJR GHO DWUDFyQ DSD- como para así poder hacerlo partícipe de los
rece la culpa y el autorreproche, siendo el VtQWRPDV TXH OD DTXHMDQ$~Q DVt \D GHV-
vómito el recurso de elección destinado a de las primeras consultas la temática de la
ERUUDUORVUDVWURVGHODFWRFRQÀLFWLYR alimentación y las ideas obsesivas que apa-
Otro elemento característico de la bu- recen en relación a ella pueden orientar al
limia es que todo el ciclo transcurre en un terapeuta al respecto. Aparecen también en
plano secreto, puesto que se trata de prác- muchos casos problemas físicos debido al
WLFDV VHQWLGDV FRPR HJRGLVWyQLFDV \ HQ XQ vómito inducido, como son las alteraciones
VHJXQGRPRPHQWRUHFKD]DGDVSRUODSURSLD del esmalte dentario por efecto químico del
VXEMHWLYLGDG$ODPDQHUDGHOSHQVDPLHQWR iFLGRJiVWULFRRHURVLRQHVHQODVPDQRVTXH
y de las conductas del obsesivo, el ciclo son usadas en el acto de vomitar.
bulímico es sentido como impuesto desde En el caso de los bulímicos es importan-
el exterior en forma compulsiva. También WHXQGLDJQyVWLFRORPiVSUHFR]SRVLEOH\D
en el caso del bulímico, como con el pen- que muchas veces, además del tratamiento
samiento del obsesivo, hay una persistente psicoterapéutico es imprescindible recurrir a
preocupación, en este caso por la comida, un equipo médico para atender los diversos
HOWHUURUPyUELGRDODJRUGXUD\HOUHVXOWDGR trastornos que el paciente puede presentar y
del atracón. a una eventual terapia familiar que enfoque
En relación a la consulta, el paciente de manera interdisciplinaria, los problemas
bulímico suele recurrir a la búsqueda de del entorno simultáneamente.

BIBLIOGRAFÍA

‡ )UHXG 6 ³7UHV (QVD\RV \ XQD WHRUtD VH[XDO´ ‡$OL6&XHUSRUHDOFXHUSRLPDJLQDULR. Paidós,


  (Q Obra completa VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1991.
Buenos Aires, 1992. ‡)HQZLFN(76PLWKAdolescencia. Ed. Atlántida,
‡ :LQQLFRWW ' De la Pediatría al Psicoanálisis. Buenos Aires, 1995.
Ed. Laia, Barcelona, 1949. ‡3DUUDO-\RWURV$QRUH[LD1HUYLRVD%XOLPLD,Q-
‡ %UXFK + (DWLQJ 'LVRUGHUV 2EHVLW\ $QRUH[LD JHVWD &RPSXOVLYD. Ed. López, Buenos Aires,
and the Person Within. Basic Books, Nueva 1996.
York, 1973. ‡ $Q]LHX ' (O \R SLHO. Nueva Madrid, Madrid,
‡6RURVN\$6)HLQVWHLQ FRPSV Trastornos en la ali- 
mentación1XHYD9LVLyQ%XHQRV$LUHV ‡ 0HOW]HU ' Adolescentes. Ed. Espacia, Buenos
‡5XVVHOO*³$QHYDOXDWLRQRIIDPLO\LQDQRUH[LD $LUHV
nervosa and bulimia nervosa”. Archives of Ge-
QHUDO3V\FKLDWU\
XXVIII
Enfermedades psicosomáticas
y Medicina psicosomática

/DH[SHULHQFLDFOtQLFDUHYHODTXHPXFKDV TXH VHUtD LQDEDUFDEOH 6H OLPLWD D DOJXQRV


tal vez todas las enfermedades, desarrollos ilustrativos provenientes de la
VRQH[SUHVLyQGHIDFWRUHVSVtTXLFRV\RUJiQLFRV Medicina y el Psicoanálisis (ver capítu-
OR ;;,;  \ D PRVWUDU FLHUWDV GLYHUJHQFLDV
DR. RENE DUBOS, teóricas. Desde el punto de vista didáctico
Man, Medicine and Enviroment conviene que sean examinados por separa-
do aunque se entiende que históricamente
han sido fruto de una producción simultá-
Desde tiempos remotos, el dilema de la re- QHDRFRQMXQWD
lación mente-cuerpo ha apasionado a los
FLHQWt¿FRV ¿OyVRIRV WHyORJRV HWFpWHUD
Planteado en términos de salud y enferme- La concepción de
dad, el problema reaparece en la llamada enfermedad psicosomática
Medicina Psicosomática. A partir de los en Medicina:
años treinta el eje mente-cuerpo

se viene aplicando el término Psicoso- 'XUDQWHVLJORVORVPpGLFRVGHMDURQFRQVWDQ-


mática con cierto grado de ambigüedad cia del rol de las emociones sobre la salud
a ciertos síntomas, tipo de pacientes, \ODHQIHUPHGDG+DVWDHOVLJOR;,;WRGRV
determinada estructura de personali- los tratados de Clínica Médica daban cuenta
dad o de carácter. Pero también a una del efecto que tenían las pasiones sobre la
FRQFHSFLyQGHODWHRUtD\GHODSUiFWLFD salud de las personas. En especial al duelo,
médica en busca de un cuidado asisten- HO RGLR HO PLHGR OD LUD VH OHV DGMXGLFDED
cial centrado en el paciente, no en la HOUROGHQRVyORLQÀXLUVREUHODVIXQFLRQHV
enfermedad. corporales sino también de provocar enfer-
medades, probablemente por ser los afectos
Este capítulo no es un relevamiento ex- lo más somático y reconocible de los fenó-
haustivo del campo de la Psicosomática, menos mentales.
⎛324 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

(OWUDWRSHUVRQDOL]DGR\SURORQJDGRTXH des. En esta noción había implícita una idea


el clínico tenía con el enfermo y su familia causalista, lineal y determinista, claramente
HO YDORUL]DGR médico de familia  OR KDFtD afín al modelo biomédico.
UHFHSWLYR D LQFOXLU HO SHU¿O SVLFROyJLFR \
HPRFLRQDOGHVXVSDFLHQWHVFRPRGDWRVLJ- 3RQHQ GH PDQL¿HVWR XQD FRQFHSFLyQ
QL¿FDWLYR3HURHOSHQVDPLHQWRSRVLWLYLVWD EDVDGDHQHOHMHPHQWHFXHUSR/DLGHD
ODWHFQL¿FDFLyQPpGLFD\ODFUHFLHQWHHVSH- GHFDXVDOLGDG\GHWHUPLQLVPR HQDP-
cialización acentuaron la disociación men- EDVGLUHFFLRQHVGHOHMH LPSUHJQDIXHU-
WHFXHUSR\HOUHGXFFLRQLVPRDORELROyJLFR temente este pensamiento.
por lo que el médico comenzó a reparar me-
nos en la persona y más en la enfermedad. (Q ORV DxRV VHVHQWD HQ OD FODVL¿FDFLyQ
'HVGH DOJXQRV VHFWRUHV GH OD 0HGLFLQD GHODVHQIHUPHGDGHVPHQWDOHV '60,, GH
se trató de atenuar este desarrollo y recon- la Asociación Psiquiátrica Americana, se
siderar al enfermo como totalidad. La nece- denominaban 7UDVWRUQRV SVLFR¿VLROyJLFRV
sidad de incluir los factores emocionales y a aquellos donde las tensiones emociona-
SVLFRVRFLDOHVHQODHWLRORJtDGHODVHQIHUPH- OHVVHH[SUHVDEDQDWUDYpVGHyUJDQRVLQHU-
dades corporales se fue haciendo cada vez YDGRV SRU HO VLVWHPD QHUYLRVR YHJHWDWLYR2
más notoria en las primeras décadas del si- 0iV UHFLHQWHPHQWH HQ HO '60,9  
JOR;;6HWUDWDEDGHVXSHUDUODdisociación VH FODVL¿FDQ \ GHQRPLQDQ FRPR )DFWRUHV
mente-cuerpo por medio de una concepción SVLFROyJLFRV TXH DIHFWDQ FRQGLFLRQHV Pp-
XQL¿FDGD dicas (VWH GLDJQyVWLFR UHTXLHUH SRU XQ
Este intento prevaleció en numerosas lado, la presencia de una condición médica
LQYHVWLJDFLRQHV TXH WUDWDURQ GH FRUUHOD- VRPiWLFD\SRURWUR³GHIDFWRUHVSVLFROyJL-
FLRQDU YDULDEOHV SVLFROyJLFDV FRQ YDULD- cos que afecten adversamente la condición
EOHV¿VLROyJLFDVHQODOtQHDGHODrelación PpGLFD´(VXQHMHPSORGHXQDFRQFHSWXDOL-
mente-cuerpo. Desde el propio campo de la ]DFLyQSHQVDGDHQHOHMHPHQWHFXHUSR
Medicina se fueron incorporando modelos Este vértice de observación es limitado
WHyULFRV SDUD GDU FXHQWD GH OD LQWHJUDFLyQ porque no siempre considera la experien-
psicosomática en la búsqueda de una idea FLDVLQJXODUGHFDGDSHUVRQDParticipa una
totalizadora u holística del paciente. Es lo idea abstracta de mente basada en funcio-
que propuso la homeostasis de Cannon, el QDPLHQWRVFHUHEUDOHVXQLYHUVDOHV\QRODGH
estrés de Selye o la OXFKD\IXJD de Labo- XQ<RVLQJXODU\~QLFR.
ULW(QJHOSURSLFLyXQVLVWHPDLQWHJUDGRTXH 'HVGH ORV DxRV  ODV LQYHVWLJDFLRQHV
denominó psicobiosocial.1$OJXQRGHHVWRV sobre Psicosomática en Medicina se am-
PRGHORVKDVLGR\VLJXHVLHQGRHOVRSRUWH SOLDURQ\PRGL¿FDURQSDUDLQFOXLUXQPR-
WHyULFR GH ODV LQYHVWLJDFLRQHV QRPEUDGDV GHORGHHQIHUPHGDGPiVFRPSOHMR\DEDU-
PiVDEDMR cativo. Se empezó a considerarla como el
En esta concepción psicosomática de los resultado de un proceso de factores bioló-
primeros tiempos, las emociones pasaron a JLFRV \ SVLFRVRFLDOHV HQ LQWHUDFFLyQ TXH
VHUWUDWDGDVFRPRFDXVDVHWLROyJLFDVORTXH tienden a preservar la salud o provocar su
de hecho revitalizó el concepto de psicogé- pérdida. Tal como se enunció en el Capítu-
nesis, OD KLSyWHVLV TXH VXSRQH TXH FLHUWRV lo I como una hipótesis fundamental mu-
IDFWRUHVSVLFROyJLFRV\HPRFLRQDOHVSXHGHQ FKRV HVWXGLRV HSLGHPLROyJLFRV \ FOtQLFRV
provocar, agravar o perpetuar enfermeda- demostraron que

1
(QJHO*/³7KHQHHGIRUDQHZPHGLFDOPRGHODFKDOOHQFHIRUPHGLFLQH´Science 1977;196:129-136.
2
0DQXDO'LDJQyVWLFR\(VWDGtVWLFRGH7UDVWRUQRV0HQWDOHV '60,, $&7$)RQGRSDUDOD6DOXG0HQWDO
⎛ XXVIII (QIHUPHGDGHVSVLFRVRPiWLFDV\0HGLFLQDSVLFRVRPiWLFD 325⎞

habría una relación entre ciertos he- infantil, la tuberculosis, el cáncer de cuello
chos personales sufridos por un sujeto, de útero, el alcoholismo. Los solteros, viu-
sus condiciones de vida, sus vínculos, dos y divorciados están más expuestos a las
VXVFRPSRUWDPLHQWRV\HOGHVHQFDGHQD- enfermedades que los casados. Se demostró
miento o agravación de algunas enfer- TXHODSpUGLGDGHWUDEDMRHVWiDVRFLDGDFRQHO
PHGDGHVTXHSDGHFH aumento de la presión arterial o la amenaza de
desempleo con el aumento del ácido úrico en
(VWDVLQYHVWLJDFLRQHVWXYLHURQHQFXHQ- ODVDQJUHVLQDIHFWDUORVQLYHOHVGHFROHVWHURO5
ta, en la aparición de una enfermedad, fac- 8QD LQYHVWLJDFLyQ TXH JDQy WHUUHQR HQ
tores tales como: mecanismos maladaptati- Medicina fue el estudio del Tipo A de con-
vos, pérdidas y duelos, estrés psicosocial, GXFWDFRPRIDFWRUGHULHVJRSDUDODHQIHUPH-
vulnerabilidad y resistencia, mecanismos dad coronaria.6 3DFLHQWHV GH HVWD FDWHJRUtD
SVLFR¿VLROyJLFRV\VXHVSHFL¿FLGDG/DVLQ- muestran una combinación de extrema com-
YHVWLJDFLRQHVHQWRQFHVFRPHQ]DURQDSODQ- SHWLWLYLGDG E~VTXHGD GH ORJURV KRVWLOLGDG
tearse en la dirección de elucidar las vías FRQWHQLGDWHQVLyQPXVFXODUOHQJXDMHH[SOR-
QHXUR¿VLROyJLFDV LQPXQROyJLFDV R QHXUR- VLYRLPSDFLHQFLD\ODVHQVDFLyQGHYLYLUEDMR
ELROyJLFDV TXH VHUYtDQ GH SXHQWH HQWUH HO la presión del tiempo. Un panel del 1DWLRQDO
cuerpo y la mente. Es decir, se hizo inter- Institute of Health en Estados Unidos revi-
venir a los datos cada vez más numerosos VyODHYLGHQFLD\FRQFOX\yTXHORVUDVJRVGH
provenientes de las Neurociencias. Solo personalidad del Tipo A constituyen un fac-
SDUDFLWDUDOJXQRVHMHPSORV WRULQGHSHQGLHQWHGHULHVJRHQODHQIHUPHGDG
3DUDFRPHQ]DUFRQODFLWDGHDOJXQRVFOi- FRURQDULD7UDEDMRVPiVUHFLHQWHVGHVWDFDURQ
VLFRV+DUROG:ROIIHVWXGLyXQDYDULHGDGGH el efecto adverso de la hostilidad y el odio
WUDVWRUQRV SVLFR¿VLROyJLFRV \ OD VLPXOWiQHD contenido, no expresado.7
observación directa de estados emocionales (VWXGLRV FOtQLFRV \ HSLGHPLROyJLFRV GH
HQUHODFLyQFRQFDPELRV¿VLROyJLFRVGHOFXHU- individuos que sufrían una pérdida objetal
po. Postuló que la capacidad de una persona LPSRUWDQWH\RWURVKHFKRVJUDYHVGHPRVWUD-
de responder a amenazas simbólicas deriva- URQTXHHUDQUHJXODUPHQWHVHJXLGRVSRUXQD
das de la interacción social la hacían vulnera- enfermedad. Se observó que con la muerte
EOHDUHVSXHVWDVSVLFR¿VLROyJLFDVPDODGDSWDWL- GH XQ FyQ\XJH DSDUHFtD OD VXSUHVLyQ GH OD
vas y a las enfermedades.3(QJHOOOHYyDFDER respuesta a la estimulación linfocítica. Los
importantes estudios sobre hiperventilación, HVWXGLRVGH$GOHUVXJLULHURQTXHHOVLVWHPD
FROLWLVXOFHURVDGRORUSVLFyJHQR4 LQPXQROyJLFRPHGLDWL]DODSUHGLVSRVLFLyQ\
6HREVHUYyTXHODVSHUVRQDVGHEDMRQLYHO la precipitación de una variedad de enfer-
social tienen una alta prevalencia de enferme- medades, incluyendo el cáncer.
dades como la hipertensión esencial, la enfer- El impacto de ciertos hechos persona-
medad coronaria, la obesidad, la mortalidad OHVVREUHODVDOXGVHPDQL¿HVWDHQHVWXGLRV

1
:ROI+*³/LIH6WUHVVDQG%RGLO\'LVHDVHDIRUPXODWLRQ´(Q³/LIH6WUHVVDQG%RGLO\'LVHDVH9RO&DStWXOR/;,;
$5HV1HU 0HQWDO'LV:LOOLDPV :LONLQV%DOWLPRUH
4
(QJHO*/3V\FKRORJLFDOGHYHORSPHQWLQKHDOWK GLVHDVH:%6DXQGHUV&R3KLODGHOSKLD
5
.DVO69&REE6%URRNV*:³&KDQJHVLQVHUXPXULFDFLGDQGFKROHVWHUROOHYHOVLQPHQXQGHUJRLQJMREORVV´-$P0HG
Assoc
6
Siltanen, P. “Psychosomatic factors in coronary heart disease”. $QQ&OLQ5HV
7
Case RB, Heller S, Case NB et al. “Type A behavior and survival after acute myocardial infarction”. 1 (QJO - 0HG


$GOHU5³3V\FKRVRPDWLF SV\FKRLQPXQRORJLFUHVHDUFK´3V\FKRVRP0HG
⎛326 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

FRPRHOGHORVLQYHVWLJDGRUHVGH5RFKHVWHU9 JXQDVSHUVRQDVGHVREUHSRQHUVHDWRGRWLSR
6XJLHUHQTXHHQIHUPHGDGHVFRPRODFROLWLV de adversidad.11
XOFHURVDHOOLQIRPDODOHXFHPLDSRUHMHP- 8Q HMHPSOR GH HVWXGLRV GH ORV HIHFWRV
plo, tienden a manifestarse después de un que tienen los factores emocionales sobre el
HYHQWRTXHWLHQHHOVLJQL¿FDGRGHXQDSpUGL- curso de una enfermedad fue dado por Pet-
da para el sujeto. Desarrollaron una teoría WLQJDOHGHPRVWUyTXHHOJUXSRGHPXMHUHV
por la que suponen que un estado emocio- con cáncer de mama que tiene un mayor pe-
nal especial, que llaman JLYLQJXSFRPSOH[, ríodo libre de recurrencias es el de aquellas
es un factor facilitador en el comienzo de que reaccionaron a la enfermedad con una
enfermedades para las que el individuo es- DFWLWXGGHQHJDFLyQRGHSHOHDDGLIHUHQFLD
taba predispuesto. Se trata de un estado de de otras que mostraban aceptación o senti-
desesperanza relacionada con el renunciar a mientos de desesperanza.12
PHWDV R DPELFLRQHV LUUHDOL]DEOHV DOJR SD- Últimamente se empieza a correlacionar
recido a un darse por vencido, un contexto las enfermedades no sólo con circunstan-
propicio para enfermarse. FLDVJUDYHVGHODYLGDVLQRWDPELpQFRQHO
efecto que puede provenir de lo que llaman
Últimamente se ha puesto atención so- vínculos sociales. Han intentado considerar
EUH IDFWRUHV TXH SXHGHQ UHVXOWDU pro- el impacto que tiene la calidad y cantidad
tectores FRQWUDORVHIHFWRVDGYHUVRVTXH de relaciones de sostén disponibles para el
otros pueden tener sobre la salud de las VXMHWR/DHYLGHQFLDSURYHQLHQWHGHQXPH-
personas. URVDVLQYHVWLJDFLRQHVHVTXHODSHUVRQDTXH
FXHQWD FRQ YtQFXORV SHUVRQDOHV VLJQL¿FD-
$OJXQDVLQYHVWLJDFLRQHVPRVWUDURQODUH- tivos y está satisfecho con ellos, tiene una
lación entre tipo de personalidad y resisten- menor incidencia de enfermedades corpora-
cia a la enfermedad. Muchas observaciones OHVODVDWUDYLHVDPHMRU\DOFDQ]DXQDPD\RU
GLHURQ FXHQWD GH TXH DOJXQRV VXMHWRV SUH- ORQJHYLGDG13
servan su salud mental y corporal a pesar de Datos recientes demuestran que las ex-
atravesar por intensas crisis vitales. Se trató SHULHQFLDVWHPSUDQDVFRQHOREMHWRQRVyOR
GHLGHQWL¿FDUDOJXQRVIDFWRUHVUHVSRQVDEOHV determinan las estructuras mentales pri-
3RUHMHPSOR.REDVDSURSXVRXQDVHULHGH mitivas sino también los funcionamientos
FDUDFWHUtVWLFDV TXH HQ FRQMXQWR GHQRPLQD corporales YHU&DStWXOR9,,, (OUHJXODGRU
hardiness SHUVRQDV TXH PXHVWUDQ IXHUWHV último del sueño, el ritmo respiratorio y car-
UDVJRV GH FRPSURPLVR SHUVRQDO FRQWURO \ diaco en la rata recién nacida es la madre
desafío  TXH SXHGHQ DFWXDU SDUD GLVPLQXLU que provee la leche.14(VWDUHJXODFLyQHVWi
HO HIHFWR SDWyJHQR GH FLHUWDV VLWXDFLRQHV RFXOWD SHUR VH SRQH GH PDQL¿HVWR FXDQGR
vitales. Todavía requiere ser corroborado. se interrumpe la interacción por una sepa-
En nuestro medio también se conoce como ración. El punto es que la madre, actuan-
resiliencia la capacidad que demuestran al- GR FRPR XQ UHJXODGRU SVLFRELROyJLFR GH

9
6FKDPDOH$+³*LYLQJXSDVD¿QDOFRPPRQSDWZD\LQFKDQJHVLQKHDOWK´(Q/LSRVZVNL=/3V\FKRVRFLDODVSHFWVRI
SK\VLFDOLOOQHVV6.DUJHU%DVHO

.REDVD60DGGL6.KDQ6³+DUGLQHVVDQGKHDOWKDSURVSHFWLFVWXG\´-3HUVRQ6RF3V\FKRO
11
Seminario Internacional sobre el concepto de Resiliencia, Colección Salud Comunitaria, 1997.
12
3HWWLQJDOH.:³&RSLQJ &DQFHUSURJQRVLV´-3V\FKRVRP5HVHDUFK
13
 6DUDVRQ ,* 6DUDVRQ %5 3RWLHU (+ $QWRQL 0+ ³/LIH HYHQWV VRFLDO VXSSRUW DQG LOOQHVV´ 3V\FKRVRP 0HG

14
+RIIHU0$³+LGGHQUHJXODWRU\SURFHVVHVLQHDUO\VRFLDOUHODWLRQVKLSV´(Q%DWHVRQ33*3+.ORSIHU HGV Perspectives
⎛ XXVIII (QIHUPHGDGHVSVLFRVRPiWLFDV\0HGLFLQDSVLFRVRPiWLFD 327⎞

la conducta y las funciones corporales del que también es una concepción psicosomá-
bebé, es crucial para la maduración y de- WLFD TXH VH GHVOL]D HQ HO HMH mente-(cere-
VDUUROORGHOKLMRKDVWDTXHORVPHFDQLVPRV EUR FXHUSR. Supone que el sistema nervio-
VHDXWRUUHJXOHQHQDOJ~QPRPHQWRGHOGH- so central, el sistema endocrino y el sistema
VDUUROOR SRU HMHPSOR GHVSXpV GHO GHVWHWH LQPXQROyJLFR WLHQHQ P~OWLSOHV FRQH[LRQHV
Pero “¿qué pasa si no lo hacen?, ¿y si los que funcionan con mecanismos de IHHGEDFN
funcionamientos de los sistemas corporales y se modulan recíprocamente. Se asocia al
y de la conducta continuaran dependiendo estrés y su efecto sobre los mecanismos
GHO OD]R VRFLDO" /D SpUGLGD TXH VLJQD HO inmunitarios. El estrés ha sido asociado a
frecuente comienzo de una enfermedad, ¿es ciertas enfermedades como el asma, las
SRUTXHODSHUVRQDVLJXHGHSHQGLHQGRGHXQ infecciones estreptocócicas y la artritis, in-
UHJXODGRU H[WHUQR"´ VH LQWHUURJD :LHQHU volucrando a los sistemas de células B, en
FRQWRGDUD]yQ SiJ 15 especial las células T.19 La importancia en la
$OJXQDV LQYHVWLJDFLRQHV FRQWHPSRUi- UHJXODFLyQGHODVFpOXODV7HQODUHVSXHVWD
QHDV KDQ GHPRVWUDGR TXH HO HMH FHUHEUR LQPXQROyJLFDWRWDOVHSXVRGHPDQL¿HVWRHQ
PHQWH UHVSRQGH D YHFWRUHV ELROyJLFRV \ ODUHFLHQWHHSLGHPLDGH+,9/DVLQYHVWLJD-
sociales \ HV FRQVWUXLGR FRQMXQWDPHQWH ciones continúan...
por ambos lados.16 Aportaron una canti-
GDG LPSRUWDQWH GH GDWRV TXH VXJLHUHQ TXH
HOGHVDUUROORELROyJLFRGHOHMHFHUHEUDOHVWi Comentarios y críticas
relacionado también con la calidad e inten-
VLGDG GH ODV H[SHULHQFLDV VRFLDOHV. Hasta $OJXQDVGHODVSUHJXQWDVTXHORVLQYHVWLJD-
un nivel sorprendente, son las interacciones dores se hacen en este tipo de estudios son:
con el medio ambiente las que estimulan la D VLHVFLHUWRTXHORVIDFWRUHVSVLFRVRFLDOHV
LQVWDODFLyQ ZLULQJ SUHFLVDGHODVFRQH[LR- DIHFWDQODVDOXGGHXQVXMHWRFXiOHVGHHOORV
nes neuronales. son HVSHFt¿FRVE FXiOHVVRQORVHYHQWRVR
$VXYH]ODLQÀXHQFLDGHOPHGLRVREUH situaciones vitales que incrementan el ries-
las estructuras cerebrales en crecimiento se JR GH HQIHUPDU F  FXiOHV VRQ ORV UDVJRV
HMHUFHVREUHWRGRHQSHUtRGRVVHQVLEOHVHV- de personalidad que aumentan la vulnera-
SHFt¿FDPHQWH GHWHUPLQDGRV 3RU HMHPSOR bilidad o pueden favorecer la resistencia a
de 6 meses a un año para el desarrollo de HQIHUPDUG TXpUHVSXHVWDSVLFR¿VLROyJLFD
circuitos en la corteza prefrontal que sirven se desencadena ante ciertos hechos vitales,
SDUD DXWRUUHJXODU HVWDGRV DIHFWLYRV17 Ade- SRU TXp YtDV \ GH TXp PRGR HV HVSHFt¿FD
más, la estimulación ambiental incremen- SDUD HVD SHUVRQD H  FXiO HV HO HIHFWR TXH
WDHOQ~PHURGHQHXURQDVSRUHMHPSORGHO tiene la enfermedad sobre las funciones psi-
hipocampo, involucrado en la memoria de FROyJLFDVGHODSHUVRQD\GHTXpPDQHUDOD
ODUJRSOD]R DIHFWDHQVXFDSDFLGDGSDUDHQIUHQWDUOD co-
1RHVSRVLEOHFHUUDUHVWHWHPD TXHSHU- ping behavior  I  FXiO HV HO HIHFWR GH ORV
PDQHFHUi VLQJXODUPHQWH DELHUWR  VLQ XQD llamados vínculos de sostén para prevenir
mención a la Psicoinmunoendocrinología, enfermedades o para atenuar sus efectos;

15
:HLQHU+³7KHSURVSHFWVIRU3V\FKRVRPDWLF0HGLFLQHVHOHFWHGWRSLFV´3V\FKRVRPDWLF Med9
16
(LVHQEHUJ/³7KHVRFLDOFRQVWUXFWLRQRIWKHKXPDQEUDLQ´$P-3V\FK 1995;152:11-15.
17
Schore, AN. Affect Regulation and the Origen of the Self. Hillsdale NJ, L Erlbaum, 1994.

.HPSHUPDQ*et al³0RUH+LSSRFDPSDOQHXURQVLQDGXOWOLIHOLYLQJLQDQHQULFKHGGRJPD´1DWXUH 1997.
19
Stein, M et al³%UDLQEHKDYLRUDQGLPPXQHSURFHVV´(Q0LFKHOV5-&DYHQDU HGV 3V\FKLDWU\ JB Lippincott, Philadel-
SKLD
⎛328 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

J SRUTXpODHQIHUPHGDGDSDUHFHHQFLHUWR de factores emocionales y sociales en un


momento de la vida y no en otros, a veces número cada vez mayor de enfermedades.
en relación con acontecimientos psicoló- 6HHYROXFLRQyGHODSVLFRJpQHVLVRULJLQDOD
JLFRV VLJQL¿FDWLYRV FRQ DQLYHUVDULRV R D un modelo del enfermar como un proceso
ODHGDGTXHHQIHUPyDOJXQRGHORVSDGUHV FDGD YH] PiV FRPSOHMR 6H HPSH]DURQ D
HWFpWHUD RELROyJLFRVFRPRFLHUWRVULWPRV tener en cuenta los factores que hacen a la
SDFLHQWHVTXHVyORWLHQHQDODQRFKHDVPD salud mental como condición para evitar la
GRORUGH~OFHUDRLQIDUWRGHPLRFDUGLR  enfermedad o atenuar sus efectos. La Psico-
(VWD OtQHD GH LQYHVWLJDFLRQHV HQ SVLFR- VRPiWLFDVHGHVSOHJyHQODGLUHFFLyQGHXQD
VRPiWLFDKDORJUDGRDYDQFHVQRWDEOHVSHUR concepción de la Medicina que, partiendo
TXHGDQ SODQWHDGDV FLHUWDV FUtWLFDV   SHU- de la salud, pudiera abarcar todas las formas
siste en ellas tanto la psicogénesis como la GHOHQIHUPDUQRVyORDOJXQDV
somatogénesis VHGH¿QHHVWD~OWLPDFRPR
el efecto de los procesos corporales sobre la
PHQWH \SRUORWDQWRVHYXHOYHDODGLVR- La Psicosomática en el eje de
ciación mente-cuerpo, que era lo que había la relación médico-paciente
TXHULGR HYLWDUVH   D YHFHV VH ROYLGD TXH
las emociones son una parte de la reacción 7RGRV HVWRV WUDEDMRV GH LQYHVWLJDFLyQ HV-
JOREDOGHODSHUVRQDDXQKHFKRRXQHYHQWR tán sustentados por las observaciones de la
vital, no la causa de esa reacción, tampoco propia práctica clínica de los médicos. Se
deben ser confundidas con sus componentes UH¿HUHQ D OD HQIHUPHGDG FRPR XQ SURFHVR
SVLFR¿VLROyJLFRV WDPELpQVHROYLGDTXH FRPSOHMR\PXOWLGHWHUPLQDGRGRQGHODVYL-
ODV HPRFLRQHV VH FXDOL¿FDQ HQ ODV UHODFLR- cisitudes de la vida de las personas nunca
QHVYLQFXODUHVFRQORVREMHWRVTXHHVGRQ- queda afuera del proceso de enfermar ni de
GHHVWiODYHUGDGHUDVLWXDFLyQFRQÀLFWLYD  curar. Y más aún, los problemas que plan-
cada enfermedad, en términos estructurales tean la salud y la enfermedad imponen la
o funcionales, tiene una heterogeneidad necesidad de incluir el eje de la relación
psicobiológicaHQVXHWLRORJtD\SDWRJpQH- médico-paciente 3RU HMHPSOR ORV SDFLHQ-
sis, por lo que en estos estudios se deberían tes con una buena continencia en la relación
FRQVLGHUDUVXEJUXSRV1RKD\KLSHUWHQVLyQ médico-paciente enferman menos, cumplen
arterial o artritis reumatoidea sino variedad más las indicaciones, recurren menos a la
y multiplicidad en cada una de estas entida- medicación o a costosos procedimientos
GHV SRU~OWLPRTXL]iHOSXQWRPiVLP- WpFQLFRVRGLDJQyVWLFRV'HHVWDPDQHUD
portante. Esta concepción relaciona hechos
o circunstancias vitales importantes pero /D3VLFRVRPiWLFDSDVyDVHUXQLQWHQWR
GHMD DIXHUD HO VLJQL¿FDGR GH ORV HYHQWRV GHUHIRUPXODUXQDWHRUtD\XQDSUiFWLFD
que sólo cobran sentido en los vínculos. médica diferente: frente a la biologiza-
1RVRQVyORORVKHFKRVHQVtORTXHLPSRU- ción de su ejercicio volver a darle un
WD VLQR VX VLJQL¿FDFLyQ SHUVRQDO HQ FDGD contenido personalizado.
caso$GHPiVODVLJQL¿FDFLyQLQFRQVFLHQWH
de los hechos es crucial y solo accesible a La introducción de servicios de Psico-
REVHUYDGRUHVFDOL¿FDGRV6HWUDWDGHXQDOL- SDWRORJtDHQORV+RVSLWDOHV*HQHUDOHVVLUYLy
mitación importante difícilmente superable para recordar al médico la imposibilidad de
HQHOFRQWH[WRGHHVWDVLQYHVWLJDFLRQHV prescindir del vínculo en los problemas de
Aun así, en los últimos años se ha pro- VDOXG \ HQIHUPHGDG $ WUDYpV GHO WUDEDMR
ducido un desarrollo impresionante de los FOtQLFR FRQMXQWR VH GHYROYLy D OD UHODFLyQ
FRQRFLPLHQWRV UHIHULGRV D OD LQWHJUDFLyQ médico-paciente toda la trascendencia que
⎛ XXVIII (QIHUPHGDGHVSVLFRVRPiWLFDV\0HGLFLQDSVLFRVRPiWLFD 329⎞

tenía y con los conocimientos del Psicoaná- HQ SUREOHPDV GH VDOXG \ HQIHUPHGDG
lisis se profundizó su estudio. El instrumen- (VSHQVDQGRHQHVWHHMHTXH9DODEUHJD
to utilizado fue la Interconsulta médico psi- SXGRGHFLUTXH³HQIHUPHGDGHVWRGROR
FROyJLFD HQ XQD LQVWLWXFLyQ JHQHUDOPHQWH TXHSDVDHQXQYtQFXOR´(VWRVSRVWXOD-
KRVSLWDODULDXQPpGLFRRXQLQWHJUDQWHGH dos son coincidentes con los de Salud
un equipo de salud pide asistencia a un in- Mental.
WHJUDQWHGHO6HUYLFLRGH6DOXG0HQWDOHVSH-
FLDOPHQWHHQWUHQDGRSDUDHOPDQHMRGHXQD Este breve recorrido demuestra, en lo
VLWXDFLyQFOtQLFDGRQGHVHDQDOL]DHOVLJQL¿- esencial, que la llamada Medicina Psico-
cado de la interacción médico paciente. somática termina siendo una reformulación
de la teoría y la práctica médica, una ma-
El valor enorme asignado a la relación nera de aproximarse a problemas de salud
médico paciente permite vincular la \ HQIHUPHGDG GH DSOLFDU OD PHMRU \ PiV
relación mente cuerpo en el eje sujeto- moderna comprensión psicodinámica del
objeto, donde pueden ser estudiados e funcionamiento de la persona, en todas las
integrados factores psicobiosociales fases de la práctica médica.


Ferrari H, Luchina L, Luchina N. /DLQWHUFRQVXOWDPpGLFRSVLFROyJLFDHQHOPDUFRKRVSLWDODULR y Asistencia Institucional
Nueva Visión, Buenos Aires, 1979 y 1971, respectivamente.
XXIX
Algunas contribuciones
del Psicoanálisis
a la Medicina psicosomática

Las observaciones que provienen del proceso con los estudios que valorizan el vínculo,
SVLFRDQDOtWLFRHQSDFLHQWHVFRQSDWRORJtDFRU- se observa que los pacientes en tratamiento
SRUDORUJiQLFDFRQVWLWX\HQXQDSRUWHYDOLRVR psicoanalítico enferman menos.
para la teoría y la práctica de la concepción La posibilidad de participar de un proce-
psicosomática. Es necesario tener en cuenta VRWHUDSpXWLFRGHODUJDGXUDFLyQ\HQFRQGL-
TXH VXUJHQ GH OD XWLOL]DFLyQ GH XQ SURFHGL- ciones óptimas de observación ha permitido
miento diferente, el método psicoanalítico, hacer importantes inferencias sobre el pa-
GRQGH VH MHUDUTXL]DQ OD HVFXFKD \ OD SDOD- FLHQWHTXHWLHQHXQDLQWHUFXUUHQFLDRUJiQLFD
bra. Como se detalló en el capítulo anterior, \ VX FRPSRUWDPLHQWR /D PHWRGRORJtD GHO
HQ0HGLFLQDVHSULRUL]DHOHMHPHQWHFXHUSR tratamiento analítico admite formular hipó-
donde se habla de causas\SDUDODLQWHJUDFLyQ WHVLV QRH[HQWDVGHSROpPLFDV VREUHODVUH-
se apela básicamente a las Neurociencias. ODFLRQHVREMHWDOHVWHPSUDQDV\ORVSUHFRFHV
SURFHVRVGHLQWHJUDFLyQPHQWHFXHUSR
En Psicoanálisis, la mirada está puesta
HQHOHMHVXMHWRREMHWRR<RREMHWR DQD- /DSUHJXQWDFODYHTXHHQWRQFHVVHIRU-
OLVWDSDFLHQWH \HQFRQVHFXHQFLDHQORV mula es cómo incluir las alternativas de
IHQyPHQRVGHODWUDQVIHUHQFLD\FRQWUD- la enfermedad orgánica (su aparición,
transferencia. En este eje circulanVLJ- UHPLVLyQDJUDYDPLHQWRFURQLFLGDG HQ
QL¿FDGRV/DLQWHJUDFLyQPHQWHFXHUSR el vínculo con el objeto, sea éste el ana-
HVSDUWHGHOWUDEDMRTXHVHORJUDHQHO lista o el médico tratante.
transcurso del proceso analítico.
El problema consiste en determinar de
$OJXQRVSDFLHQWHVFRQSDWRORJtDFRUSR- qué manera y hasta dónde, el VLJQL¿FDGR de
ral consultan por su cuenta, otros son deri- UHODFLRQHVYLQFXODUHVSDWyJHQDVFRQVXFR-
vados por el médico clínico al analista. A rrelato emocional, puede tener efecto sobre
veces, la enfermedad aparece en el análisis los funcionamientos corporales, además de
como una interferencia que a menudo se las causasItVLFDVELROyJLFDVRGHFXDOTXLHU
reitera. Un dato importante: en coincidencia otra naturaleza que intervienen.
⎛332 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

Se sabe que en el período preverbal, la la idea de que el cuerpo puede resultar invo-
SUHVHQFLDRODDXVHQFLDGHOREMHWRHVWDELOL- OXFUDGRVLPEyOLFDPHQWHHQHOFRQÀLFWRSVt-
]DRGHVHVWDELOL]DDOJXQRVIXQFLRQDPLHQWRV TXLFR \ GLVWLQJXLy GLIHUHQWHV PHFDQLVPRV
FRUSRUDOHV (O SDVDMH GHO FXHUSR ELROyJLFR la conversión, la VRPDWL]DFLyQ \ OD KLSR-
D FXHUSR HUyJHQR SHUPLWH VXSRQHU TXH ORV condría(OHMHPSORPiVFODURHVODKLVWHULD
funcionamientos somáticos están expues- de conversión donde los síntomas corpo-
tos a los vínculos primarios, y por ende a rales expresan simbólica y plásticamente
OD VLPEROL]DFLyQ \ DO GLiORJR 6H FRQR- HO FRQÀLFWR HQ OD DQDWRPtD LPDJLQDULD GHO
FH GHVGH KDFH WLHPSR HO URO GHO REMHWR HQ cuerpo.
OD HVWUXFWXUDFLyQ GH OR ELROyJLFR &XDQGR
falta o su cuidado es inadecuado, el equipo Una paciente en análisis conoció por
ELROyJLFRVHGHWLHQHVHGHVRUJDQL]DRLQYR- azar una circunstancia personal de su
luciona. Es posible que queden inscripcio- DQDOLVWD TXH UHYLYLy HQ HOOD XQD VLWXD-
QHVELROyJLFDVFRPRSXQWRVYXOQHUDEOHVD FLyQ LQIDQWLO TXH OD OOHQy GH IXULD SRU
UHLWHUDUVHHQHOIXWXUR6XGp¿FLW¿MDUtDXQD KDFHUODVHQWLUH[FOXLGD$OGtDVLJXLHQWH
falta corporal, a la manera de desarrollos OHDSDUHFLyXQGRORUDJXGR\SHQHWUDQ-
autistas separados del resto pero capaces de WHGHEDMRGHODHVFiSXODL]TXLHUGDSRU
repetir síntomas más tarde en una relación HOTXHWXYRTXHFRQVXOWDU\SHVHDORV
de características simbióticas.1 Se supone calmantes le duró varios días. En el ín-
entonces que WHULQWXYRXQVXHxRGHDQJXVWLDHQTXH
DSDUHFtDHQXQSLVRDOWR\XQGHVFRQR-
OR TXH IXH VDQFLRQDGR HQ HO YtQFXOR FLGR OD SHUVHJXtD \ OD HPSXMDED SRU
se desliza a la anatomía imaginaria, atrás arrojándola escaleras abajo. El
como en la histeria, o a veces hasta a trabajo analítico le permitió ir recono-
OD LQWLPLGDG VRPiWLFD &XDOTXLHUD VHD FLHQGRORVFHORV\HQYLGLDSRUKDEHUVH
su origen, el síntoma corporal termina VHQWLGRWUDLFLRQDGD\ apuñalada por la
estructurándose en el diálogo con el espalda.
objeto.
La conversión es un mecanismo de for-
Entonces, en relación con un paciente PDFLyQGHVtQWRPDVSRUHOTXHXQFRQÀLFWR
RUJiQLFR HQ DQiOLVLV FDEH SUHJXQWDUVH ODV
psíquico reprimido se expresa y se resuelve
alternativas libidinales del proceso analíti- en síntomas somáticos: motores, como por
co, sus vicisitudes vinculares y emocionales HMHPSORSDUiOLVLVWHPEORUHVFULVLVFRQYXO-
FRQHOREMHWR \VXUHLWHUDFLyQFRQHODQDOLVWD
sivas, o sensitivos, como dolores, zonas de
RFRQHOPpGLFR ¢LQWHUYLHQHQHQHOSURFHVR anestesia, parestesias, etcétera. El síntoma
RUJiQLFR"<¢FyPR" KLVWpULFRJXDUGDXQDUHODFLyQVLPEyOLFDSUH-
FLVDFRQODKLVWRULDSHUVRQDOGHOVXMHWR\VX
conformación está mediatizada por el SNC
La enfermedad corporal cuya estructura íntima no está comprome-
y el problema tida.
de la simbolización 6H GLVWLQJXH OD FRQYHUVLyQ GH OD so-
matización XQD SDWRORJtD TXH LQYROXFUD D
Este tema plantea el problema de la simbo- las estructuras corporales profundas, en la
lización en la enfermedad corporal. Freud forma de daño estructural o funcional. Sin
SRVWXOyGHVGHORVRUtJHQHVGHO3VLFRDQiOLVLV HPEDUJRHQPXFKRVFDVRVODGHOLPLWDFLyQ

1
Luchina, I. Comunicación personal.
⎛ XXIX Algunas contribuciones del Psicoanálisis a la Medicina psicosomática 333⎞

con la conversión no es siempre posible. En En cuanto a la hipocondría: los síntomas


OD DFWXDOLGDG HVWD GLYLVLyQ KD JHQHUDGR XQ y las ansiedades hipocondríacas están am-
SXQWRGHFRQWURYHUVLDVLODSDWRORJtDVRPi- pliamente difundidas en la medida en que se
tica tiene sentido, esto es, si expresa simbó- nutren de los sentimientos universales de la
OLFDPHQWHHOFRQÀLFWRSVtTXLFRDODPDQHUD indefensión humana, de la precariedad cor-
de una conversión o si por el contrario es el poral y de la amenaza de muerte. Los meca-
efecto LQHVSHFt¿FR sobre el cuerpo de afec- QLVPRVSVLFRSDWROyJLFRVGHODKLSRFRQGUtD
tos no tramitados. no han sido enteramente esclarecidos del
WRGRSHURODPD\RUtDGHORVLQYHVWLJDGRUHV
8QSDFLHQWHHVWDEDSUy[LPRDWHUPLQDU piensan que se asienta en una estructura
XQDQiOLVLVGHXQDPX\EXHQDHYROXFLyQ básicamente narcisista y que su estudio es
(UDXQDSHUVRQDGHDxRVFDVDGRFRQ esencial para el entendimiento profundo de
tres hijos. Tenía un negocio en un barrio los fenómenos del narcisismo.2
SRUORTXHHUDPX\FRQRFLGR\PX\TXH- De acuerdo con esta manera de pensar,
ULGR8QHSLVRGLRGHLQ¿GHOLGDGGHODHV- se postula una retracción libidinal desde los
posa con un vecino lo sorprendió abrup- REMHWRVGHOPXQGRH[WHUQRKDFLDHO<R$Vt
WDPHQWH &XDQGR HOOD UHKXVy FRQWLQXDU FRPRHOIyELFRKDSUR\HFWDGRVXDQJXVWLDD
OD UHODFLyQ HVWH LQGLYLGXR PX\ SHU- XQREMHWRGHOPXQGRH[WHULRUHOREVHVLYRVR-
turbado hizo toda clase de escándalos bre una idea y el histérico sobre una función
S~EOLFRV SDUD HQIUHQWDUOR \ KXPLOODUOR corporal relacional, el hipocondríaco des-
TXHGXUDURQVHPDQDV(OSDFLHQWHKDFtD SOD]DVXVDQVLHGDGHV\FRQÀLFWRVVREUHob-
esfuerzos sobrehumanos para mantener jetos de su propio cuerpo, involucrando los
ODFDOPDSRUTXHDVtOHSDUHFtDSURWHJHU yUJDQRV\ODVIXQFLRQHVSURIXQGDV&XDQGR
PHMRUDVXVKLMRV/HSUHRFXSDEDSHUGHU forma parte de una incipiente psicosis, los
HOFRQWURO\FDHUHQXQDIXULDGHVWUXFWL- VtQWRPDVKLSRFRQGUtDFRVVHPDQL¿HVWDQHQ
YD&XDQGRODVFRVDVVHFDOPDURQPHVHV forma simultánea a una YLYHQFLD GH ¿Q GH
después, intervención policial de por me- mundo(OPXQGR\VXVREMHWRVKDQSHUGLGR
dio, le apareció un temblor en la mano sentido para el paciente, lo siente destruido,
TXH VH IXH H[WHQGLHQGR \ DFHQWXDQGR D extraño, cambiado YHUFDStWXOR;;; .
WRGRVXODGRGHUHFKR\TXHIXHGLDJQRV- Pero además, el Yo normalmente invis-
WLFDGRFRPRHQIHUPHGDGGH3DUNLQVRQ te las sensaciones y estímulos provenientes
&RQ HO WLHPSR UHVXOWy YHUGDGHUDPHQWH GHOFXHUSR\OHVRWRUJDVLJQL¿FDGR3 La hi-
invalidante a una edad inesperadamente pocondría sería en parte la pérdida patoló-
joven. El paciente reconocía la partici- JLFDGHOVHQWLGRGHODVSHUFHSFLRQHVFRUSR-
pación de este episodio en el desenca- UDOHV PiV LQWHJUDGDV PHGLDWL]DGDV SRU OD
GHQDPLHQWR GHO 3DUNLQVRQ \ D PHQXGR VLPEROL]DFLyQ \ HQ VX OXJDU OD E~VTXHGD
PDQLIHVWDED TXH ³VL OH KXELHUD PHWLGR de un nuevo sentido, a menudo bizarro o
un tiro en el cerebro las cosas hubieran delirante, derivado de fantasías arcaicas.
VLGR GLIHUHQWHV´ (O SDFLHQWH WHPtD TXH Las representaciones corporales del Yo en
VLODH[SUHVDEDVXLUDVHUtDH[SORVLYD\ OD KLSRFRQGUtD DOEHUJDQ FUHHQFLDV SULPLWL-
DVHVLQD +D\ LQGLFLRV VREUH ODUHODFLyQ vas de mutilación y daño sobre la base de
HQWUHODFRQWHQFLyQGHODDJUHVLyQ\FLHU- XQDDQDWRPtDH[WUDYDJDQWH)UHXGSHQVDED
ta patología corporal. Pero la pregunta que esta retracción iba acompañada de al-
es ¿cómo, cuál es el mecanismo? teraciones de la economía libidinal de los

2
)UHXG6³,QWURGXFFLyQGHOQDUFLVLVPR´  (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
3
)UHXG6³(O<R\HOHOOR´  (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛334 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

yUJDQRVDSDUWLUGHORVTXHVHRULJLQDEDQORV SRU VXV WUDQVJUHVLRQHV WLHQGH D FRQIHVDUODV


síntomas.4 y a reconciliarse forzadamente con ella. Se
VXJLULy WDPELpQ TXH HO DVPD HUD XQ LQWHQWR
SULPLWLYRGHOSDFLHQWHGHSURWHJHUVHRPQLSR-
Algunas escuelas tentemente de la pérdida del amor materno
psicoanalíticas por la introyección de una madre amada y
en Psicosomática odiada a la vez.
Recientemente aparecieron desarrollos
)$OH[DQGHUXQDQDOLVWDGH&KLFDJR\VXHV- WHyULFRVTXHHQOXJDUGHDVLJQDUSULRULGDG
FXHODHVWXGLyXQJUXSRHQIHUPHGDGHVFRPR a los psicodinamismos de cada enfermedad
el asma bronquial, la hipertensión esencial, psicosomática por separado, estudian la es-
la úlcera péptica, la artritis reumatoide, la tructura psicopatológica particular, la tra-
tirotoxicosis, la colitis ulcerosa.5 Se trataba ma vincular inconsciente, las modalidades
de enfermedades crónicas, remitentes, de GHIHQVLYDV\ODFXDOLGDGGHODVDQVLHGDGHV
ODUJDGXUDFLyQTXHDPHQXGRDPHQD]DQOD que determina un tipo de funcionamiento
YLGD\HQODVTXHHOFOtQLFRWUDEDMDEDMROD mental, en especial en lo que hace D Gp¿-
amenaza de que “el único pronóstico es la cit en la simbolización, que expone o hace
incertidumbre”.6 Esta concepción psicoso- YXOQHUDEOH DO VXMHWR DO GDxR FRUSRUDO 6H
mática estaba en la línea de orientaron a estudiar cierta forma particu-
lar de pensamiento, de expresión afectiva o
ODSVLFRJpQHVLVTXHVXSRQtDXQDFRUUH- modalidad de vida.
lación regular entre una constelación di- 3RUHMHPSOR/LEHUPDQ\VXJUXSRIXH-
námica inconsciente, con estados emo- ron pioneros de estos desarrollos en la Ar-
FLRQDOHVHVSHFt¿FRV\FLHUWDVUHVSXHVWDV JHQWLQD(QHVSHFLDOSXVLHURQGHPDQL¿HVWR
¿VLROyJLFDVTXHGDxDQHOFXHUSR el estilo de vida caracterizado por la sobre-
adaptación. Son personas que están enfer-
Denominaba a estas enfermedades físicas mas de cordura\FRQXQDPDQL¿HVWDIDOWD
como órgano neurosisSDUDGLVWLQJXLUODVGHO de vida interior.7 6HJXUDPHQWH HO PpGLFR
mecanismo de la histeria de conversión y las FOtQLFR UHFRQRFH FRQ IUHFXHQFLD HVWH SHU¿O
suponía como las consecuencias vegetativas en lo inmediato de su práctica.
no simbolizables de estados emocionales pa- La llamada Escuela Psicosomática de
WROyJLFRV3RUHMHPSORVRVWHQtDTXHODKLSHU- París ha estudiado pacientes con una ca-
VHFUHFLyQGHMXJRJiVWULFRHQHOSDFLHQWHFRQ rencia de actividad fantasmática y onírica,
úlcera duodenal podía ser entendida como el que revela un tipo especial de pensamiento
GHVHR SDVLYR GH VHU DOLPHQWDGR VHU DPDGR diferente al normal al que denomina pensa-
inconscientemente, enlace establecido en la miento operatorio. El pensamiento normal
SULPLWLYDUHODFLyQPDGUHEHEp (QHODVPD WLHQH HQWUH RWUDV IXQFLRQHV OD GH LQWHJUDU
bronquial, el paciente tiene temores de ofen- las demandas pulsionales con las posibili-
der a la madre interna, miedo a sus repro- dades que ofrece la realidad, la de explo-
ches, a perder su amor y es muy vulnerable a rar alternativas, adecuarse plásticamente a
la amenaza de separación. Se siente culpable HOODV LPDJLQDU DOWHUQDWLYDV 7DPELpQ SHU-

4
)UHXG6³,QWURGXFFLyQGHOQDUFLVLVPR´  (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
5
Alexander, F. 3V\FKRVRPDWLF0HGLFLQH1RUWRQ1HZ<RUN
6
Meyer, E. “The psycosomatic concept, use and abuse”. -&KURQLF'LV1ž   
7
Liberman, D y otros. Del cuerpo al símbolo(G7ULHE%XHQRV$LUHV

/D3VLFRVRPiWLFDGHO$GXOWR. Amorrortu, Buenos Aires, 1991.
⎛ XXIX Algunas contribuciones del Psicoanálisis a la Medicina psicosomática 335⎞

mite contener las tensiones, elaborarlas, y en la salud retiene esta identidad con el
canalizarlas adecuadamente. En su máxima cuerpo y sus funcionamientos. Por la activi-
expresión es simbólico, abstracto, metafó- GDGGHODPDGUHWLHQHOXJDUODLQWHJUDFLyQR
rico. Pero en el pensamiento operatorio, el HOORJURGHODORMDPLHQWRGHODSVLTXLVHQHO
VXMHWR H[SRQH VXV WUDVWRUQRV SHUVRQDOHV R FXHUSR VHJXLGR GHO H[SHULPHQWDU HO SODFHU
corporales al médico como hechos aislados, de la unidad psicosomática. Este placer re-
VLQHVWDEOHFHUHQWUHHOORVQLQJXQDUHODFLyQ fuerza las funciones yoicas, las que a su vez
ORKDFHQFRQODVFRUSRUDOHV IDYRUHFHHOWRQR
Se aferran estrictamente a lo concreto, corporal, la coordinación, la adaptación a
no se permiten un cierto juego imagi- ORVFDPELRVGHWHPSHUDWXUDHWFpWHUD 'HOR
QDWLYRQRKD\UHVRQDQFLDIDQWDVPiWLFD contrario, la psiquis no termina de sentirse
HQVXVH[SUHVLRQHVQRSXHGHQVRxDU\ “como en su casa” en el cuerpo, o vicever-
VHKDVXJHULGRTXHVXSHQVDPLHQWR du- sa. El trastorno psicosomático ocurriría en
plica la vida. XQ<RGpELOVLQXQDPDGUHVX¿FLHQWHPHQWH
EXHQDTXHSHUPLWLUtDXQDEXHQDLQWHJUDFLyQ
Una paciente con colitis ulcerosa decía Pero la enfermedad psicosomática tendría
que pensaba para adentro del cuerpo: quería sus aspectos positivos: mantiene una ten-
decir que su vida emocional, sus experiencias dencia a no perder del todo el enlace psico-
YLWDOHVVXVFRQÀLFWRVVyORSRGtDH[SUHVDUORV VRPiWLFRFRQHOFXHUSRODGHIHQVDSURWHJH
D WUDYpV GH KDFHU UHIHUHQFLD D VXV yUJDQRV al psique-soma contra una huida hacia una
sus funcionamientos, etcétera. No comen- existencia intelectualizada, o impide que se
WDED LPDJLQDWLYDPHQWH OR TXH HO DQDOLVWD OH LJQRUHQORVUHFODPRVGHXQDSVLTXLVTXHVH
interpretaba, lo repetía 6XV GLiORJRV HUDQ instala y se mantiene sobre la base del fun-
pobres y aburrían, una reacción emocional cionamiento somático.
habitual con este tipo de paciente.
2WUR SXQWR LPSRUWDQWH VH UH¿HUH D OD
dinámica de los afectos en pacientes con Otros aportes del
SDWRORJtD FRUSRUDO /DV HPRFLRQHV RFXSDQ Psicoanálisis de utilidad
XQOXJDUUHOHYDQWHFRPRYLOODQRVGHOGUDPD para la Medicina
psicosomático. Se sostiene que la desapa-
rición del afecto de la conciencia conlleva )UHQWH D GHWHUPLQDGDV SDWRORJtDV JUDYHV
HIHFWRV SHOLJURVRV VREUH HO FXHUSR /D HV- clásicamente denominadas psicosomáticas,
cuela de Boston ha denominado alexitimia el Psicoanálisis ha hecho observaciones que
al trastorno que padecen estos pacientes que UHVXOWDQ GH XWLOLGDG SDUD HO WUDEDMR FOtQLFR
no pueden nombrar sus emociones, ni dis- en Medicina:
criminar unas de otras.9
3DUD:LQQLFRWWXQSHGLDWUDTXHOXHJRVH D HOSDFLHQWHHQDQiOLVLVFRQXQFRPSURPLVR
formó como psicoanalista, la enfermedad RUJiQLFR JUDYH VH LQVWDOD IXHUWHPHQWH HQ
SVLFRVRPiWLFDHVHOQHJDWLYRGHXQGHVDUUR- un encuadre médico. /D UHODFLyQ FRQ HO
OOR SRVLWLYR OD WHQGHQFLD D OD LQWHJUDFLyQ médico clínico es una variable obligatoria
ODSHUVRQDOL]DFLyQDORJUDUXQDXQLGDGXQD del proceso analítico. Se ha sostenido que
identidad entre la psiquis y el funcionamien- la inclusión de la relación médico-paciente
to corporal. El Yo se basa en un Yo corporal en un nuevo campo dinámico es la única

9
1HPLDK-36LIJQHRV³$IIHFWDQGIDQWDV\LQSDWLHQWVZLWKSV\FKRVRPDWLFGLVRUGHUV´(QModern trends in Pschosomatic
Medicine2+LOOHGLWRU/RQGUHV

:LQQLFRWW'³3V\FKRVRPDWLFLOOQHVVLQLWVSRVLWLYHDQGQHJDWLYHDVSHFWV´,QW-3V\FKRDQ
⎛336 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

posibilidad de analizar a estos pacientes.11 que el paciente hace de los recursos tera-
(ODQDOLVWDGHEHLQFOXLUHOYtQFXORUHJUHVL- péuticos disponibles.
vo con connotaciones transferenciales que El paciente utiliza la asistencia de una
el paciente tiene con el médico. El análisis PDQHUDGLVRFLDGDKX\HGHXQOXJDUDRWUR
OHVLUYHGHVRVWpQGUHQDMH\HODERUDFLyQGH de un médico a otro, de un especialista a
ese vínculo, necesario para mantener la es- RWURQXQFDHVWiHQXQOXJDUGHXQDYH]\
SHUDQ]D TXHWDQWDVYHFHVSDVDSRUH[SHF- en contacto con cada aspecto de los cui-
tativas ilusorias que enturbian la relación GDGRVTXHOD0HGLFLQDRUJDQL]D6HTXHMD
FRQHOPpGLFR  GHTXHORVPpGLFRVQRFRRSHUDQHQWUHVt
De esta manera, el paciente puede forta- SHURVHSRQHPX\DQVLRVRFXDQGRpVWRVVH
lecer la relación con el médico, atenuar reúnen a tratar su caso. Las conductas di-
el impacto de una dependencia que lo VRFLDWLYDV GHO SDFLHQWH RULJLQDQ D YHFHV
KDFH VHQWLU PX\ YXOQHUDEOH \ PHMRUDU de forma inconsciente, enfrentamientos
su capacidad para enfrentar y tolerar su HQWUHPLHPEURVGHOJUXSRPpGLFR
enfermedad. Además, con el análisis, se
SXHGHORJUDUODFRPSUHQVLyQGHHOHPHQ- (OHTXLSRPpGLFRQRWLHQHPiVUHPHGLR
WRVSVLFRSDWROyJLFRVUHODFLRQDGRVFRQOD TXH GLVRFLDUVH SRU PRWLYRV SUiFWLFRV
HWLRORJtDGHODHQIHUPHGDG \ GH GLYLVLyQ GH WDUHDV SHUR QHFHVL-
WDPDQWHQHUVHLQWHJUDGR\XQLGRHQOD
E SHURHVQHFHVDULRFRQWDUFRQODSHUVRQDOL- conducción asistencial.
dad del analista: maduro, con anteceden-
WHVGHWUDEDMRPpGLFRTXHSXHGDHQIUHQWDU G  ODV DEXQGDQWHV UHIHUHQFLDV D OD SDUWLFL-
conductas médicas a veces arbitrarias que pación de estructuras psicóticas y narci-
no pasan desapercibidas a un paciente en VLVWDVHQODHQIHUPHGDGFRUSRUDOVXJLHUHQ
DQiOLVLV QR FRQWUDLGHQWL¿FDUVH FRQ HVDV HO SRVLEOH GHVSOLHJXH GH WUDQVIHUHQFLDV
medidas, tolerar los celos y la envidia que psicóticas, fusionales e indiscriminadas
SXHGHQVXUJLUHQWUHpO\HOPpGLFRHQWRU- con fenómenos restitutivos de naturaleza
no al paciente. Para esta tarea, el analista GHOLUDQWH\PHJDORPDQtDFDTXHORVPpGL-
debe tener bien analizada su vocación, cos fácilmente reconocerían en la clínica.
VXVDQJXVWLDVGHPXHUWH\SRGHUFRQWHQHU Estas características abren la posibilidad
DQVLHGDGHVPX\JUDYHVDPHQXGRGHQD- de incluir el desamparo como correlato
turaleza psicótica. inevitable del padecimiento corporal y las
UHODFLRQHVSULPLWLYDVFRQHOREMHWR~QLFR
F HV~WLOSDUDHOPpGLFRUHFRUGDUODVP~O- (OIHQyPHQRGHODWUDQVIHUHQFLDVHIUDJ-
tiples disociaciones del Yo de estos pa- menta aquí, en correspondencia con su
FLHQWHV6HWUDWDGHXQDRUJDQL]DFLyQGH- naturaleza psicótica, se divide el campo
fensiva con fuerzas determinantes muy asistencial, se distribuye entre los que se
poderosas. El uso de la disociación en el ocupan del paciente y hace difícil mante-
entorno social en que convive se expresa QHUORXQL¿FDGR
FRPR DQWDJRQLVPRV HQWUH HO SDFLHQWH \
los padres, la familia, la escuela, el tra- H DYHFHVOD0HGLFLQD\VXVFXLGDGRVRWRU-
EDMR 3HUR ORV PpGLFRV SXHGHQ WDPELpQ JDQ OD H[FXVD SDUD HYLWDU HO FDPLQR GHO
SDUWLFLSDUHQODPLVPD:LQQLFRWWXVDOD 3VLFRDQiOLVLVDDOJ~QSDFLHQWHTXHSXGLH-
expresión dispersión de los agentes res- UDEHQH¿FLDUVHGHpO3RUHMHPSOR)UHXG
ponsables para describir el uso múltiple FXHQWDHOHMHPSORGHXQDPXMHUDODTXH

11
Luchina, L Comunicación personal.
⎛ XXIX Algunas contribuciones del Psicoanálisis a la Medicina psicosomática 337⎞

GHMRYHQDQDOL]yFRQp[LWRSRUXQDGROHQ- /D 3VLFRVRPiWLFD HVWi DWUDYHVDGD SRU


cia histérica. En edad avanzada, a raíz de HO HQWUHFUX]DPLHQWR TXH SODQWHD SRU
XQDPHWURUUDJLDWXYRXQDKLVWHUHFWRPtD\ XQODGRODUHODFLyQPHQWHFXHUSR\SRU
un recrudecimiento de sus síntomas psi- HORWURODUHODFLyQ<RREMHWRSHQVDGRV
FROyJLFRV/XHJRGHODRSHUDFLyQVHHQD- DODPDQHUDGHHMHVTXHVHFUX]DQHQOD
PRUyGHOFLUXMDQR\UHFKD]yWRGRWLSRGH clínica.
D\XGDSVLFROyJLFD.12
(O HMH DO TXH VH OH DVLJQH SULRULGDG VH
FRQVWLWXLUi HQ XQ YpUWLFH TXH YD D GH¿QLU
A manera de síntesis para la salud y la enfermedad una teoría y
sobre Psicosomática una clínica diferente. El primero enfatiza
relaciones de causalidad, el otro de signi-
El problema a que se hace referencia en Psi- ¿FDGR. Se trata de puntos de vista, maneras
cosomática es el de dar respuesta a la idea de entender los hechos, no necesariamente
GHLQWHJUDFLyQGHODSHUVRQDHQWRWDOLGDGHQ H[FOX\HQWHV $PERV HMHV VRQ QHFHVDULRV
la forma de un modelo teórico que abarque Ambos se entrecruzan en un punto virtual
la salud y la enfermedad y evite el reduccio- \HMHUFHQHIHFWRVUHFtSURFRVDWUDYpVGHPH-
QLVPRGHODELRORJtDRODSVLFRORJtD3HUR canismos cuya naturaleza íntima por ahora
LQWHJUDUQRHVVXPDU se desconoce.

12
Ferrari, H. “Una resistencia al Psicoanálisis”. Psicoanálisis ;9 
XXX
LA Salud Mental
y la Psicopatología

Normalidad premenstrual debe estar o no incluido entre


y Psicopatología los trastornos psiquiátricos.

(QDOJXQDVFRQFHSFLRQHVSVLTXLiWULFDVWUD- 1XPHURVDV REVHUYDFLRQHV KHFKDV D OR


dicionales se oponen los fenómenos de la ODUJR GH HVWH WH[WR KDFHQ DFRQVHMDEOH
SVLFRSDWRORJtDFRQORVGHXQDVXSXHVWDnor- reemplazar el eje normalidad versus en-
malidad. Pero el concepto de normalidad no fermedad por el de salud-enfermedad.
WLHQHXQDUHVSXHVWDREYLDQLXQDGH¿QLFLyQ
unívoca. Puede referirse a norma o a des-
viación estadística o del promedio. Puede Salud mental
querer decir sin patología. En la mayoría de y Psicopatología
los casos
También se hizo notar la imposibilidad y la
la llamada normalidad es una construc- inconveniencia de trazar una distinción cla-
FLyQRFRQYHQFLyQVRFLDOTXHYDUtDDOR ra y precisa entre la salud y la enfermedad.
ODUJRGHpSRFDV\FXOWXUDVGLVWLQWDV &RPRVHGLMRHQHOFRPLHQ]RQXQFDVHHVWi
totalmente ni sano ni enfermo. Más bien
Por contraste a normalidad, lo que se hay un predominio de lo uno o lo otro.
FRQVLGHUD SVLFRSDWRORJtD UHSUHVHQWD XQD El médico estará llamado en ocasiones
GHVYLDFLyQ VLJQL¿FDWLYD GH ORV FRPSRUWD- DGLDJQRVWLFDUFDVRVGHODPiVIUDQFDSVLFR-
PLHQWRV HVSHUDEOHV HVWR ~OWLPR GHVLJQD- SDWRORJtD3HURORTXHSXHGHLPSRUWDUOHHV
do también como psiquiátrico o psicopa- detectar en su tarea asistencial cotidiana la
WROyJLFR 3RU DxDGLGXUD OD GH¿QLFLyQ GH presencia sutil y enmascarada de elementos
normalidad puede funcionar como niveles QHXUyWLFRV SVLFyWLFRV R SHUYHUVRV GL¿FXO-
sutiles de presión o de control social. Para WDQGRHOPDQHMRFOtQLFRGHOSDFLHQWH
PHQFLRQDU XQ HMHPSOR OD SROpPLFD DFWXDO Este capítulo intenta hacer una aproxi-
acerca de considerar o no enfermedad a la PDFLyQDOD3VLFRSDWRORJtDQRSDUDPRVWUDU
homosexualidad o si el síndrome de tensión lo radicalmente distinta que es de la norma-
⎛340 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

lidad sino, como se vio en numerosas opor- expresarse en este caso de un modo defor-
tunidades, ORSUy[LPD\DODYH]OROHMRVTXH PDGRHQHOFRQÀLFWRPDQL¿HVWR\WUDGXFLUVH
está de la salud. especialmente por la formación de síntomas
neuróticos.
$GLIHUHQFLDGHODDSDULFLyQGHFRQÀLF-
Introducción tos en épocas muy tempranas del desarrollo
a las neurosis que activan defensas primitivas como la
SUR\HFFLyQODGLVRFLDFLyQODQHJDFLyQ, et-
Las neurosis o más exactamente, las psico- cétera y que más tarde formarán parte de la
neurosis constituyen en la nomenclatura psi- SDWRORJtDGHODVSVLFRVLV
TXLiWULFD\SVLFRDQDOtWLFDXQDFDWHJRUtDPD-
yor, como las psicosis y las perversiones. HO FRQÀLFWR WtSLFR GH OD QHXURVLV DSD-
rece relativamente tarde en la historia
Desde el punto de vista descriptivo, infantil del sujeto estando comprome-
designa un síntoma o un grupo de sín- tidas defensas del tipo de la represión,
WRPDVTXHVHPDQL¿HVWDQHQHOiUHDGH la formación reactiva, la conversión, el
ORV SHQVDPLHQWRV VHQWLPLHQWRV \ FRQ- desplazamiento, para la temática cen-
ductas, no comprometen groseramente tral de ese momento: el complejo de
el juicio de realidad ni alteran la vida Edipo, llamado el complejo nuclear de
VRFLDOSHURKDFHQVXIULU\SHUWXUEDQDO la neurosis.
LQGLYLGXRTXLHQQRORVFRQVLGHUDFRPR
propios sino como ajenos (ego distó- (O WpUPLQR QHXURVLV DJUXSD XQ Q~PHUR
QLFRV  /D DOWHUDFLyQ HV UHODWLYDPHQWH GH HQWLGDGHV SVLFRSDWROyJLFDV FRQ XQ WLSR
GXUDGHUDRUHFXUUHQWHVLQWUDWDPLHQWR\ determinado de síntomas especiales: pue-
no se encuentra una etiología orgánica GHQVHUWUDVWRUQRVGHDOJXQDVIXQFLRQHVFRU-
demostrable. porales, como en la histeria de conversión,
pensamientos o acciones incontrolables, en
6L VH GH¿QH FRPR proceso neurótico, la neurosis obsesivo compulsiva, temores
VH WUDWD GH ³XQD DIHFFLyQ SVLFyJHQD FX\RV irracionales como en las fobias, ataques de
síntomas son la expresión simbólica de un DQJXVWLD \ GHSUHVLyQ FRPR HQ la neurosis
FRQÀLFWR SVtTXLFR TXH WLHQH VXV UDtFHV HQ de angustia, sensación de abandono, pér-
ODKLVWRULDLQIDQWLOGHOVXMHWR\FRQVWLWX\HQ dida y desvalimiento como en la neurosis
un compromiso entre el deseo y la defen- depresiva, preocupaciones referidas al fun-
sa”.1 Se habla de FRQÀLFWR SVtTXLFR cuando cionamiento del cuerpo como en la neurosis
VHHQIUHQWDQDVSHFWRVRH[LJHQFLDVLQWHUQDV hipocondríaca.
FRQWUDGLFWRULDV TXH VH GHVSOLHJDQ FRPR 7RGRV FRPSDUWHQ XQD HWLRORJtD HQ FR-
IXHU]DV HQ SXJQD GHQWUR GH ODV HVWUXFWXUDV mún: derivan de impulsos inconscientes
GHODYLGDPHQWDOGHOVXMHWRTXHVRQUHODWL- SURYHQLHQWHV GHO FRPSOHMR GH (GLSR FX\D
YDPHQWHFRQWHQLGRVSRUpVWHVLQGHMDUSRU SHUFHSFLyQHO<RDQWLFLSDFRPRSHOLJURVD\
HVR GH SHUWXUEDU VXV YtQFXORV FRQ REMHWRV que conduce a los mecanismos de defensa
H[WHUQRV (O FRQÀLFWR SXHGH VHU PDQL¿HV- \D PHQFLRQDGRV TXH VH PDQL¿HVWDQ FRPR
to o las más de las veces latente, pudiendo síntomas neuróticos.2

1
Laplanche J, J Pontalis. Diccionario de Psicoanálisis. Labor, 1971.
2
Con un criterio ciertamente polémico, en el DSM-III los Trastornos Neuróticos están incluidos y distribuidos entre los Tras-
tornos Afectivos, los Estados Ansiosos, los Trastornos Somatoformes, los Disociativos y los Psicosexuales, desapareciendo la
1HXURVLVFRPRFDWHJRUtDGLDJQyVWLFD
⎛ XXX /D6DOXG0HQWDO\ODSVLFRSDWRORJtD 341⎞

Cuando las neurosis están claramente UHDOLGDG HVWi JOREDOPHQWH FRQVHUYDGD


GH¿QLGDVHQODFOtQLFDVHSXHGHIXQGDPHQ- 3RU HO FRQWUDULR HQ OD SVLFRVLV HO MXLFLR
WDU VX GLDJQyVWLFR HQ EDVH D ORV VLJXLHQWHV GHUHDOLGDGHVWiSHUWXUEDGR6LQHPEDUJR
datos: XQDQiOLVLVPiV¿QRGHPXHVWUDTXHHQOD
neurosis se evita, como huyendo de él, un
D  DXQ FXDQGR HQ WpUPLQRV JHQHUDOHV OD trozo de realidad.
SHUVRQDOLGDG WRGD QR GHMD GH HVWDU FRP-
prometida, la neurosis es un perturba- /D QHXURVLV QR GHVPLHQWH OD UHDOLGDG
ción parcial del funcionamiento mental VH OLPLWD D QR TXHUHU VDEHU QDGD GH
DOWHUDGR SRU FRQÀLFWRV LQWUDSVtTXLFRV H HOOD/DSVLFRVLVODGHVPLHQWH\SURFXUD
interpersonales que permite otras áreas sustituirla.3
de funcionamiento normal. En estas úl-
timas, el Yo funciona a predominio del El contenido del pensamiento en el neuró-
proceso secundario: las representaciones tico puede sufrir fuertes restricciones por
son investidas de manera estable, se tie- ideas sobrevaloradas que necesita, entre
ne en cuenta la realidad interna y exter- RWUDV FRVDV SDUD MXVWL¿FDU ORV VtQWRPDV
na, la satisfacción es aplazada hasta que pero sin formaciones delirantes ni trastor-
VHHYDO~HQGLVWLQWDVYtDVGHJUDWL¿FDFLyQ nos del pensamiento. El Yo está afectado
posibles, el pensamiento es preparatorio HQDOJXQRGHVXVIXQFLRQDPLHQWRV3RUHO
GHODDFFLyQ\KD\DSUHQGL]DMHSRUODH[- FRQWUDULRHQODSVLFRVLVHO<RHVWiGHVRUJD-
periencia. nizado o destruido tratando de restituirse
de manera delirante o alucinatoria.
(QODQHXURVLVHOVHFWRUGHO<RDIHFWD-
do funciona a predominio del proceso F FRQFLHQFLDGHHQIHUPHGDGORVVtQWRPDV
SULPDULRTXHVHFDUDFWHUL]DSRUXQGHV- son sentidos por el Yo del paciente como
SOD]DPLHQWR \ FRQGHQVDFLyQ LQFHVDQWH H[WUDxRVDQRUPDOHVHLQLQWHOLJLEOHVPiV
GHO VHQWLGR TXH WLHQGH D OD GHVFDUJD allá de la esfera de su control consciente,
DOXFLQDWRULDTXHQRWLHQHHQFXHQWDOD LPSRWHQWHSDUDFRUUHJLUORVSRUVXYROXQ-
UHDOLGDGQLDSUHQGHGHODH[SHULHQFLD tad, perturbando sus posibilidades adapta-
tivas. Comprometen funcionamientos en
El síntoma neurótico, en su sobredetermi- áreas de su vida cotidiana, en la relación
nación, esto es, en sus múltiples sentidos, FRQ ORV RWURV FRQVLJR PLVPR \ FRQ VX
HVXQHMHPSORGHOIXQFLRQDPLHQWRSURSLR cuerpo. Con los síntomas experimenta un
GHO LQFRQVFLHQWH VREUH DOJ~Q DVSHFWR GH JUDGR FRQVLGHUDEOH GH VXIULPLHQWR PHQ-
OD YLGD GLXUQD GHO <R 3RU HO FRQWUDULR WDOSRUHOTXHSXHGHOOHJDUDUHFRQRFHUVH
HQHOWUDQVFXUVRGHOUHSRVRHOWUDEDMRGHO HQIHUPR/XHJRGHXQSHULRGRGHHVSHUD
SURFHVRSULPDULRVHPDQL¿HVWDHQla vida YDULDEOH \ SUHVLRQDGR SRU VXV GL¿FXOWD-
onírica PLHQWUDV HO<R GXHUPH  (Q ODV GHVFUHFLHQWHVOOHJDDSHGLUXQDFRQVXOWD
parapraxias o actos fallidos, la actividad 6LPXOWiQHDPHQWH GH¿HQGH VXV VtQWRPDV
del proceso primario sorprende al Yo con racionalizándolos esto es, dándose toda
DOJ~QHUURURHTXLYRFDFLyQ. clase de razones para hacerlos compren-
VLEOHVMXVWL¿FDGRV\HOXGLUVXWUDWDPLHQ-
E HQODQHXURVLVHOOODPDGRjuicio de rea- to psicoterapéutico. Cuando permite que
lidad está preservado, la relación con la pVWHVHLQVWDOHHVWDDFWLWXGVHPDQL¿HVWD

3
)UHXG6³/DSpUGLGDGHUHDOLGDGHQODQHXURVLV\ODSVLFRVLV´  (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
1992;195.
⎛342 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

como una de las formas de la resistencia /D WHQGHQFLD GHO <R HV DSHODU UiSLGD-
a su análisis. mente a defensas, crear productos sus-
WLWXWRVTXHH[SUHVHQVLPEyOLFDPHQWH\D
/DGHIHQVDTXHHO<RKDFHGHVXVVtQWR- VXYH]HQFXEUDQHOFRQÀLFWRLQFRQVFLHQ-
PDVSRQHGHPDQL¿HVWRTXHOHKDFHQVX- WHTXHJHQHUDDQJXVWLD(VRVSURGXFWRV
frir pero los necesita: es el llamado be- sustitutos son los síntomas neuróticos.
QH¿FLRSULPDULRGHOVtQWRPDQHXUyWLFR
H  HQ JHQHUDO OD QHXURVLV FOtQLFD WLHQH XQ
G HOVtQWRPDSRUH[FHOHQFLDHVODangustia: comienzo del que el paciente puede dar
XQ DIHFWR GLVSODFHQWHUR VXEMHWLYDPHQWH cuenta, una evolución en el tiempo con
experimentado como muy similar a un te- cambios dinámicos de una variedad a otra
PRUIUHQWHDXQSHOLJURRDVXDQWLFLSDFLyQ y una culminación. En la historia previa
(OSDFLHQWHODPDQL¿HVWDFRPRXQPLHGR es posible detectar una personalidad re-
LQGH¿QLGRFX\DFDXVD\RULJHQQRSXHGH ODWLYDPHQWHDMXVWDGDSHURVRPHWLGDDLQ-
ORFDOL]DU/DDQJXVWLDHVRULJLQDULDPHQWH WHQVRV FRQÀLFWRV FRQ UDVJRV GHIHQVLYRV
un producto del estado de desvalimiento típicos que se van a acentuar cuando la
emocional del lactante, la contrapartida QHXURVLVVHPDQL¿HVWH
GHVXGHVDPSDURELROyJLFR/DUHVSXHVWD Se puede determinar su aparición en rela-
GHO VXMHWR IUHQWH D HVWD VLWXDFLyQ R D VX ción con un momento critico, como res-
repetición ulterior es conocida como an- puesta a una crisis vital previsible, como
gustia traumática, un estado donde el Yo la adolescencia, la edad media de la vida
VH YH GHVERUGDGR SRU XQ DÀXMR GH H[FL- o la menopausia o imprevisible, como
taciones internas o externas y cae en una una pérdida, un accidente, una enferme-
situación traumática. dad corporal, etcétera. Se conocen como
 3RVWHULRUPHQWHHO<RDQWHHOSHOLJURSRQH los factores desencadenantes o actuales
en funcionamiento un dispositivo para GH OD QHXURVLV H LQYROXFUDQ GH DOJXQD
evitar ser sobrepasado: OD VHxDO GH DQ- manera lo que se denomina privación o
gustia que reproduce en forma atenuada frustración. Se trata de una condición de
ODUHDFFLyQGHDQJXVWLD\TXHOHSHUPLWH UHKXVDPLHQWRSRUODTXHXQVXMHWRYHQH-
poner en marcha anticipadamente opera- JDGDRVHQLHJDpOPLVPRXQDVDWLVIDFFLyQ
ciones defensivas.4 emocional.
Se la denomina DQJXVWLD OLEUHPHQWH ÀR-
tante cuando no hay una referencia cons- I  ORV HOHPHQWRV FRQVWLWXFLRQDOHV TXH HO
FLHQWH D XQ SHOLJUR HQ HVSHFLDO DXQTXH VXMHWR WUDH DO QDFHU VXV H[SHULHQFLDV LQ-
esta acepción merezca ciertos reparos fantiles y los factores desencadenantes,
SXHV OD DQJXVWLD HQ FLHUWR VHQWLGR VLHP- se ordenan en lo que se denomina series
pre aparece tematizada. La sensación del complementarias6LHOVXMHWRQRWXYLHUD
DIHFWRDQJXVWLRVRVHDFRPSDxDKDELWXDO- una cierta predisposición, podría respon-
mente con manifestaciones corporales de der a los factores desencadenantes de una
la órbita del sistema nervioso autónomo, manera apropiada y atenuando su im-
que resulta en palpitaciones, sudoración SDFWR3RUHMHPSORGHVSXpVGHXQFLHUWR
profusa, taquipnea, diarrea, etcétera. WLHPSRUHHPSOD]DUXQREMHWRSHUGLGRSRU
Cuando es así, el paciente trata de H[SOL- otro.
carla en término de funcionamientos cor- En la neurosis no lo hace con base en una
porales alterados. apreciación realista de la situación actual
4
)UHXG6³,QKLELFLyQVtQWRPD\DQJXVWLD´  (QObra completa;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛ XXX /D6DOXG0HQWDO\ODSVLFRSDWRORJtD 343⎞

ni a demandas razonables de su Superyó, FRPRHOFRPSOHMRQXFOHDUGHODQHXURVLV


sino a fantasías inconscientes y recuerdos En la actualidad se toman en cuenta los
de experiencias infantiles del desarro- FRQÀLFWRVSUHHGtSLFRV
OORSVLFRVH[XDOYLYLGDVFRPRSHOLJURVDV
Responde con una retracción parcial del J ODQHXURVLVVXSRQHHQWRQFHVXQWUDVWRUQR
interés por el mundo externo y un aumen- en el desarrollo de un Yo relativamente
to de la actividad de la fantasía, se replie- ORJUDGRFRQFLHUWRJUDGRGHLQWHJUDFLyQ
JDDSRVLFLRQHVDQWHULRUHVDFWLYDLQWHUH- FDSD]GHGLVFULPLQDUVHGHOREMHWR\GHKD-
VHVPiVDQWLJXRVKDFLDXQHVWDGLRGRQGH EHUDOFDQ]DGRXQJUDGRGHVLPEROL]DFLyQ
ORV LPSXOVRV OLELGLQDOHV \ DJUHVLYRV VRQ aceptable. Va a ocupar un sector del Yo en
muy fuertes. HO TXH YD D XWLOL]DU GHIHQVDV SDWROyJLFDV
propias del funcionamiento del proceso
/DQHXURVLVHVHOUHVXOWDGRGHXQFRQ- primario, esto es, a partir de los mecanis-
ÀLFWR GH XQ SHULRGR GHO GHVDUUROOR UH- mos de condensación y desplazamiento,
lativamente tardío entre las pulsiones típicos del sueño. El Yo aísla defensiva-
VH[XDOHV\DJUHVLYDV\XQ<RTXHWUDWD PHQWHXQiUHDGHFRQÀLFWRDODTXHGHV-
GHFRQWURODUODV\OLPLWDUODV SXpVYDDWUDWDUGHDVLPLODUHLQWHJUDUDVX
RUJDQL]DFLyQ&RQORVVtQWRPDVFRQVLJXH
El Yo reaccionó frente a esas situaciones FLHUWR JUDGR GH VDWLVIDFFLyQ YLFDULD D OD
FRQXQDVHxDOGHSHOLJURTXHHVWLPXOyHO que había rehusado previamente.
uso de la represión y otras medidas de-
IHQVLYDVFRQORTXHFRQWXYRHOFRQÀLFWR (O <R KDVWD SXHGH VDFDU SURYHFKR GH
de manera temporaria e inestable. Frente ORVVtQWRPDVQHXUyWLFRVHQDOJRTXHVH
a situaciones actuales que implican pri- conoce comoEHQH¿FLRVHFXQGDULRde la
vación o rehusamiento, asociativamente enfermedad.
conectadas con las infantiles, la defensa
VHWRUQDLQVX¿FLHQWH\HO<RUHVXOWDGHV- K ORVVXHxRVORVDFWRVIDOOLGRV\ORVVtQ-
bordado por el retorno de lo reprimido en tomas neuróticos son formaciones del
la forma de síntomas neuróticos. inconsciente, manifestaciones de una
misma serie que van de una supuesta
(ODQiOLVLVGHORVVtQWRPDVPXHVWUDTXH normalidad a la neurosis. Por tanto, si
VRQ IRUPDFLRQHV GH FRPSURPLVR H[- bien las neurosis clínicamente estableci-
presiones deformadas de las pulsiones GDV VRQ HQWLGDGHV FX\R SHU¿O HV GH¿QL-
UHSULPLGDV\GHODVIXHU]DVUHSUHVRUDV do, el límite entre normalidad y neurosis
LQFOXLGDVODVGHRULJHQVXSHU\RLFR no siempre lo es por cuanto comparten
el funcionamiento de un aparato mental
Los síntomas son expresión de la lucha cuya sutileza está en la base de la exis-
FRQWUD OD DQJXVWLD \ VLPXOWiQHDPHQWH VX tencia de dos sistemas de funcionamien-
manifestación. Además de su carácter to, el primario y secundario, que puede
UHSHWLWLYR H LQPRGL¿FDEOH UHSUHVHQWDQ dar tanto para la salud mental y la crea-
DVSHFWRVSVLFROyJLFRVRHPRFLRQDOHVTXH tividad como para la neurosis. Como se
pueden haber sido satisfactorios en etapas señaló al comienzo,
más tempranas del desarrollo. La neurosis
se basa en la ¿MDFLyQ o regresiónDDOJXQD la supuesta normalidad HVXQD¿FFLyQ
fase anterior del desarrollo, en especial de /D VDOXG PHQWDO LPSOLFD FLHUWR JUDGR
la sexualidad infantil. Como se mencio- de integración de distintos funciona-
nó anteriormente se ha señalado al Edipo mientos. Más apropiado es hablar de
⎛344 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

XQDVSHFWRQHXUyWLFRGHO<RTXHORSHU-  ,QLFLDOPHQWH)UHXGGLVWLQJXtDlas neuro-


turba en la salud. sis de transferencia como la histeria, la
fobia y la obsesiva de las neurosis actua-
L SRVWHULRUPHQWHRWUDVLQYHVWLJDFLRQHVSX- lesFRPRODQHXURVLVGHDQJXVWLD\ODQHX-
VLHURQGHPDQL¿HVWRVXUHODFLyQHQHOOtPL- rastenia. Más tarde diferenció las neurosis
te con la psicosis y la perversión. Los par- de transferencia de las neurosis narcisis-
WLGDULRVGHODHVFXHODLQJOHVDGH3VLFRDQi- tas, haciendo referencia a cuadros psicó-
lisis demostraron que ciertos mecanismos ticos como la paranoia, la esquizofrenia y
QHXUyWLFRVHUDQGHULYDGRVGHFRQÀLFWRV\ la melancolía.
defensas que se desarrollaron más tem-
pranamente.5 En ese sentido la neurosis N  WHUDSpXWLFD /DV QHXURVLV VRQ WUDVWRUQRV
REVHVLYD ORV UDVJRV FRPSXOVLYRV X RWURV SVLFRJHQpWLFRV TXH SRU OR WDQWR WLHQHQ
mecanismos neuróticos pueden ser enten- TXHWHQHUXQDWHUDSpXWLFDSVLFROyJLFDson
didos como defensas relativamente tardías una indicación clásica para el psicoaná-
del desarrollo frente una posible psicosis lisis.
latente. Este criterio implica un replanteo
teórico de la neurosis y en la clínica, la po- /D IRELD OD KLVWHULD \ OD QHXURVLV RE-
sibilidad de comprender más en profundi- sesiva se han conocido como neurosis
GDGVXVPDQLIHVWDFLRQHVJUDYHV'HWRGRV GHWUDQVIHUHQFLDSRUTXHVRQFDSDFHVGH
modos no es sostenible cierto criterio de establecer vínculos emocionales con el
reducir la comprensión dinámica de toda WHUDSHXWD TXH UHHGLWHQ ODV VLWXDFLRQHV
neurosis a una elaboración tardía de una FRQÀLFWLYDVGHOSDVDGR\GHHVWDPDQH-
supuesta psicosis subyacente. ra pueden tener una elaboración reso-
En cuanto a su relación con la perver- lutiva.
sión, la neurosis ha sido considerada el
negativo de la misma, un intento del Yo Si no se dieran las condiciones para la
parcialmente fallido de reprimir deseos instalación del dispositivo psicoanalítico,
considerados perversos. SXHGHKDFHUVHXQDERUGDMHFRQXQDSVLFRWH-
rapia de orientación analítica para enfrentar
M  FRPSUHQVLyQ GLDJQyVWLFD \ HYROXWLYD VLWXDFLRQHVDFRWDGDVRDJXGDVGRQGHHOSVL-
OD FODVL¿FDFLyQ GH ODV QHXURVLV WLHQH XQ coanálisis pueda no ser el método de elec-
valor clínico importante pero dado su ción.
carácter psicodinámico no son entidades Los psicofármacos son de valor cuando
que se pueden encontrar aisladamente se requieren instrumentos adicionales para
sino como una combinación de elemen- DWHQXDU OD DQJXVWLD \ OD GHVRUJDQL]DFLyQ
tos clínicos diversos. Además, la evolu- GHO<RTXHSXHGHQKDFHUGLItFLOHODERUGDMH
FLyQHVSRQWiQHDRWHUDSpXWLFDPRGL¿FD terapéutico, en especial en los tramos ini-
sus manifestaciones, haciendo que pre- FLDOHV GHO WUDWDPLHQWR $OJXQRV VtQWRPDV
dominen diferentes síntomas en distintas pueden aliviarse o desaparecer con los
etapas. psicofármacos pero las estructuras que los
sustentan los van a reiterar cuando las cir-
Se impone entonces un criterio de diag- cunstancias les sean propicias y por lo tan-
QyVWLFRGLQiPLFRTXH\HQGRPiVDOOiGH to deben ser considerados meros auxiliares
los síntomas, detecte la reiteración de terapéuticos.
HVWUXFWXUDVFRQÀLFWRV\GHIHQVDV
5
.OHLQ01RWDVVREUHDOJXQRVPHFDQLVPRVHVTXL]RLGHV Paidós, Buenos Aires, 1946.
⎛ XXX /D6DOXG0HQWDO\ODSVLFRSDWRORJtD 345⎞

Psicosis: Los conceptos QHVHQHVSHFLDOODVGHOFRPSOHMRGH(GLSR


teóricos fundamentales la defensa trata de desvincular la idea del
afecto, dándole a éste destinos diversos que
El Psicoanálisis se ocupó inicialmente de la resultarán en síntomas diferentes: fobia, ob-
SVLFRSDWRORJtDGHODVQHXURVLVSHUR)UHXGQR sesión, conversión.
GHMy QXQFD GH LQWHUHVDUVH SRU ODV SVLFRVLV Como en la neurosis, la psicosis también
en especial la paranoia, la esquizofrenia, la SURYLHQHGHVLWXDFLRQHVGHFRQÀLFWRDQJXV-
PDQtD\ODPHODQFROtD'HVGH¿QHVGHOVLJOR WLD\GHIHQVDDVRFLDGDV3HURORVFRQÀLFWRV
;,;FRQWULEX\yFRQOD3VLTXLDWUtDDGHVOLQGDU remiten a épocas más tempranas del de-
el campo de las neurosis y de las psicosis. VDUUROOR OD DQJXVWLD WLHQH XQ FDUiFWHU PX\
primitivo. Los impulsos destructivos son
3DUDHO3VLFRDQiOLVLVORTXHHVWiHQOD devastadores y al paciente lo aterrorizan es-
base del fenómeno psicótico es una per- pecialmente. Le hacen sentir que vive en un
WXUEDFLyQGHODUHODFLyQOLELGLQDOGHO<R mundo amenazante del que recibe señales
FRQ OD UHDOLGDG VLHQGR OD PD\RUtD GH alarmantes de experiencias siniestras que
los síntomas tentativas de reconstituir SRQHQHQSHOLJURVXYLGD
el lazo objetal destruido.
/D DQJXVWLD GH OD SVLFRVLV WLHQH TXH
YHU FRQ HO WHUURU D OD DQLTXLODFLyQ D
EL YO FRENTE A LA REALIDAD OD IUDJPHQWDFLyQ GHVLQWHJUDFLyQ \ GL-
EN LA PSICOSIS VROXFLyQ GHO <R LQFOXLGD VX GLPHQVLyQ
corporal. En su forma aguda, alcanza
A diferencia de la neurosis cuyos síntomas proporciones inimaginables e intolera-
comprometen una parte del Yo y el resto es EOHVSDUDHOVXMHWRTXHODSDGHFH
distónica con ellos, en la psicosis lo más
DIHFWDGRHVODHVWUXFWXUDGHO<R y sus tras- También las defensas son diferentes a
tornos son ego sintónicos. las de la neurosis: en la psicosis predominan
(QODGpFDGDGHORV)UHXGSURSXVROD mecanismos tales como la fragmentación,
división entre neurosis actuales y psiconeu- OD HVFLVLyQ OD SUR\HFFLyQ OD QHJDFLyQ OD
rosis de defensa. Dentro de estas últimas desmentida que comprometen severamente
incluyó las psicosis como la amencia, la pa- ODVUHODFLRQHVGHOVXMHWRFRQODUHDOLGDG
ranoia y la psicosis histérica. Por entonces, A diferencia de la neurosis en la que el
la noción de defensa del Yo comenzó a ser yo preserva en lo esencial el vínculo con la
UHFRQRFLGD\MHUDUTXL]DGD realidad y reprime los impulsos indeseables
con el auxilio del Superyó, en la psicosis, el
/DGHIHQVDHVXQFRQMXQWRGHRSHUDFLR- <RGHVERUGDGR\GHVRUJDQL]DGROOHYDDXQD
QHV GHO <R FX\D ¿QDOLGDG FRQVLVWH HQ ruptura con la misma.
SURWHJHUORGHWRGDPRGL¿FDFLyQFDSD] Freud estaba interesado en descubrir los
de poner en peligro su integridad frente PHFDQLVPRV HVSHFt¿FRV TXH GDEDQ FXHQWD
a pulsiones inconciliables con su fun- GH OD SHUWXUEDFLyQ GH OD UHODFLyQ GHO VXMH-
cionamiento. to con el mundo exterior. En la amencia
alucinatoria de Meynert se encontró con:
Hay diferentes mecanismos de defensa ³XQDGHIHQVDPXFKRPiVHQpUJLFD\H¿FD]
VHJ~QHOWLSRGHDIHFFLyQSUHGRPLQDQWHOD consistente en que el Yo rechaza la repre-
HWDSDHQTXHVXUJHQ\HOJUDGRGHHODERUD- VHQWDFLyQ LQWROHUDEOH FRQMXQWDPHQWH FRQ
FLyQ GHO FRQÀLFWR TXH FRPSRUWDQ (Q ODV su afecto y se conduce como si la represen-
QHXURVLVIUHQWHDOFRQÀLFWRFRQODVSXOVLR- WDFLyQQRKXELHUDOOHJDGRMDPiVDpO´3RU
⎛346 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

HMHPSOR OD MRYHQ TXH HVSHUD GXUDQWH DxRV \DVtODKDEtDFDOPDGR/DQLxDVRVWXYR


DOQRYLRTXHQXQFDDSDUHFH¿QDOPHQWHPD- estas creencias durante los varios me-
QL¿HVWDTXHHVWiFRQpORODPDGUHTXHSHU- VHVTXHOHGXUyHOHSLVRGLR
dió a su bebé mece incansablemente en sus
brazos un trozo de madera.6 Entonces, para poder explicar las psi-
La defensa en esta psicosis consiste en cosis, Freud introduce el concepto de rene-
una huida del Yo de la realidad con un me- JDFLyQRGHVPHQWLGDHOVXMHWRUHK~VDUHFR-
FDQLVPR PX\ HQpUJLFR HO UHFKD]R R des- nocer la realidad de cualquier percepción
mentida de los hechos dolorosos. El Yo los traumatizante, principalmente la ausencia
desconoce y los encubre con una fantasía GHSHQHHQODPXMHU(VWHPHFDQLVPRSRUHO
alucinatoria de deseos. Es un trastorno pa- que desconoce los hechos es normal en el
recido al soñar y de esta manera se ha com- niño pero en el adulto constituye el punto
parado la psicosis de Meynert a un soñar de partida de una psicosis o de una perver-
GHVSLHUWR(QHOVXHxRQRUPDOHOVXMHWRcree sión.
¿UPHPHQWHHQODUHDOLGDGGHORTXHVXHxD\
muestra cómo las condiciones para la psi- LA PROYECCIÓN
cosis están dentro de las posibilidades del
funcionamiento habitual del Yo: los deseos Es una operación defensiva por medio de la
LQFRQVFLHQWHV PX\ LQWHQVRV VH PDQL¿HVWDQ que el Yo no quiere reconocer y rechaza de
en sueños durante la noche pero durante el sí cualidades, atributos o deseos y los ubica
día, si dominan las palabras y acciones y en el otro o en lo otro. Aparece en los de-
FRQTXLVWDQ OD UHJUHVLyQ DOXFLQDWRULD SXH- lirios, en los celos, pero también en cierto
GHQGDUOXJDUDXQDSVLFRVLV3RUORGHPiV tipo de pensamiento animista como la su-
hay sueños que desencadenan una psicosis, perstición.
TXHFRUULJHQXQGHOLULRRHSLVRGLRVSVLFyWL- La proyección de estados mentales en el
cos que se recuerdan como un sueño. otro, la contraparte de la introyección, su-
pone considerar cómo se construye en el su-
8QDMRYHQGHXQRVDxRVKDEtDSHU- MHWRHOSURFHVRGHGLIHUHQFLDFLyQGHODGHQ-
dido a sus padres en circunstancias tro y el afuera, qué cosas van a ser consi-
trágicas cuando tenía pocas semanas deradas internas o H[WHUQDV. Además, como
GH YLGD )XH DGRSWDGD \ GHVFRQRFtD HO<RQRSXHGHSURWHJHUVHGHODVGHPDQGDV
conscientemente esta situación. Desde internas, sobre todo las pulsionales, la pro-
siempre estuvo obsesionada por todo yección aparece como un medio de defensa
ORTXHWXYLHUDTXHYHUFRQORVFXLGDGRV SULPLWLYR SDUD SURWHJHUVH GH WRGR DTXHOOR
PDWHUQRVHQMXHJRV\IDQWDVtDV&ROHF- TXH OH JHQHUH GLVSODFHU SHUR TXH YLROHQWD
FLRQDED\GLEXMDEDLQWHUPLQDEOHPHQWH la consideración de lo que es propio y de lo
HO WHPD GH OD 0DGRQD \ HO QLxR 8QD TXHHVDMHQR\HQ~OWLPDLQVWDQFLDVXVHQWL-
QRFKHTXHGyDFDUJRFRPR babysiter de do de realidad.
GRVQLxRVGH\DxRVGHXQDIDPLOLD Cabe postular un estadio temprano del
DPLJD&XDQGRYROYLHURQORVSDGUHVOHV Yo que sólo concibe lo propio como placen-
FRQWyTXHORVQLxRVHVWDEDQGXUPLHQGR WHUR\ORGLVSODFHQWHURFRPRDMHQRDpO <R
\ TXH ³OD EHED UHFLpQ QDFLGD´ HVWDED GHSODFHUSXUL¿FDGR GHVGHHOTXHQHFHVLWD
HQODFXQDTXHKDEtDHVWDGROORUDQGR DFFHGHUOXHJRDXQHVWDGLRGRQGHSXHGDWR-
SRUTXH ³ORV H[WUDxDED´ TXH OH KDEtD lerar en sí lo real, tanto lo doloroso o penoso
GDGRHOELEHUyQ\FDPELDGRORVSDxDOHV FRPRORSODFHQWHUR <RGHUHDOLGDG 6LHVWR
6
)UHXG6³/DVQHXURSVLFRVLVGHGHIHQVD´  (QObra completa III. Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
⎛ XXX /D6DOXG0HQWDO\ODSVLFRSDWRORJtD 347⎞

no ocurre, se está en la base del hecho psi- ticos. El médico puede percibirlos en
cótico: no poder tolerar nada displacentero FXDOTXLHUFRQVXOWD
en sí y tratar de ubicarlo en el otro.
Basándose en un historial famoso, que PSICOSIS Y LENGUAJE
se conoce como el caso Schreber y del que
Freud analizó sus Memorias, hizo varios En otra contribución importante Freud se
DSRUWHVDODSVLFRVLVD HVFODUHFLyHOPHFD- RFXSy GH XQD VHULH GH PRGL¿FDFLRQHV TXH
nismo del delirio paranoico como defensa WLHQHQTXHYHUFRQHOOHQJXDMH
frente a impulsos homosexuales incons-
cientes: el amor homosexual se transforma (QODSVLFRVLVODVIUDVHVH[SHULPHQWDQ
HQ RGLR OXHJR HO RGLR VH SUR\HFWD HQ HO una particular desorganización de su
otro: “no lo amo, lo odio porque me per- HVWUXFWXUDTXHODVKDFHLQLQWHOLJLEOHV\
VLJXH´ ,QGLFy DOJR TXH HO VXMHWR QR VyOR aparece con frecuencia una alusión a
GHVFRQRFHGHVtWDPELpQDOJRTXHHOVXMHWR los órganos somáticos.
“no quiere ser”: “No es exacto decir que la
sensación reprimida en el interior se pro- La frase del esquizofrénico presenta así
yecta al exterior, más bien retorna del ex- un carácter hipocondríaco, constituyéndose
terior”7E VHxDOyXQSXQWRGH¿MDFLyQGH en lenguaje de los órganos. Quedan some-
ODSDUDQRLDHQHOQDUFLVLVPRF GLVWLQJXLy tidas las palabras al mismo proceso que for-
los síntomas iniciales de la psicosis como PDODVLPiJHQHVRQtULFDVSDUWLHQGRGHODV
el desmoronamiento del Yo vivido como ideas latentes del sueño, es decir, al proceso
una DPHQD]DGH¿QGHPXQGR, el intento de psíquico primario.
YROYHUDXQ<RLQÀDGR\PHJDORPDQtDFR\ Una paciente esquizofrénica decía que
los intentos restitutivos de reconexión con desde su cuarto cada tanto veía pasar una
el mundo de una manera delirante y aluci- VHUSLHQWH/XHJRHQRWURFRQWH[WRVHUHIHUtD
natoria. DDOJXQRVIDPLOLDUHVHQHVSHFLDODVXFXxD-
A veces la proyección no sólo se da, como venenosa.
desembaraza de contenidos mentales sino A veces, la psicosis esquizofrénica ma-
de la representación de los propios aparatos QHMDORVWpUPLQRVFRPRVLIXHUDQREMHWRVOD
perceptivos: una paciente contaba que an- VHPHMDQ]DGHODSDODEUD\QRHOSDUHFLGRGH
WHVGHGRUPLU³YHtDVXVRMRVHQODDOPRKDGD ODFRVDGHFLGHQODVXVWLWXFLyQ\KDVWDOOHJDD
mirándola”. representarla de manera alucinatoria. Como
/RVIHQyPHQRVSUR\HFWLYRV HLQWUR\HF- en los sueños, se expresa de manera concre-
WLYRV ORVOtPLWHV\RLFRVGpELOHVHLPSUHFL- WDDOJRTXHDGPLWHXQDH[SUHVLyQHQWpUPL-
sos contribuyen en el psicótico a sentimien- nos abstractos o metafóricos:
WRVRFHiQLFRVLGHQWL¿FDFLyQFRQHOFRVPRV
a sentimientos de irrealidad, de extraña- Una paciente internada tenía serios al-
miento, despersonalización. tercados con otra llamada Pilar de los
TXH D YHFHV HPHUJtD FODPDQGR TXH la
Asimismo dan a lugar en el psicótico a depilaran HTXLYDOHQWH D TXH OH ³VDFD-
sensaciones hipocondríacas alarman- UDQ D 3LODU GH HQFLPD´ 0iV H[DFWD-
WHV\EL]DUUDVSURYHQLHQWHVGHOFXHUSR PHQWHHQHOOHQJXDMHGHODSVLFRVLVTXH
También a todo tipo de delirios somá- le arrancaran a Pilar de adentro.

7
)UHXG6³3XQWXDOL]DFLRQHVSVLFRDQDOtWLFDVVREUHXQFDVRGHSDUDQRLDGHVFULSWRDXWRELRJUi¿FDPHQWH´  (QObra com-
pleta;,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV

)UHXG6³/RLQFRQVFLHQWH´  (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
⎛348 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

LA ESCISIÓN O LA MENTE PARTIDA JXHGHVFRQRFLpQGRORV$YHFHVXQDSpUGLGD


temprana es resuelta de la misma manera:
'HVGHVXVRUtJHQHVHO3VLFRDQiOLVLVSRVWXOy una parte reconoce la muerte mientras otra
un funcionamiento mental que hacía nece- ODQLHJD\HVWDVGRVDFWLWXGHVVHSXHGHQSUH-
saria una defensa del Yo como la represión, servar toda la vida.
para evitar el displacer a partir de la pre-
sencia de pulsiones inconciliables, y sus LA TRANSFERENCIA Y LA PSICOSIS
HIHFWRVHQODFOtQLFDSRUHMHPSORHQODKLV-
teria. Consideró que el Yo es una pluralidad En 1914 se introduce el narcisismo, es decir,
GHSHUVRQDMHVSVtTXLFRVHLQWURGXMRODLGHD toda la problemática del amor a sí mismo a
de una o de múltiples divisiones psíquicas. partir del que se diferencian las psiconeu-
Para la neurosis, una parte es reprimida y su rosis –en las que hay una introversión de la
resultado puede ser un síntoma que expre- OLELGRDORVREMHWRVGHODIDQWDVtD\SRUOR
se en una formación de compromiso ambos tanto, se puede mantener el lazo transferen-
WpUPLQRVGHOFRQÀLFWR7DPELpQVHxDOyXQD cial con ellos–, de las neurosis narcisistas
disociación normal entre un yo observador o psicosis que no lo mantienen, porque la
y un yo participante. Con la psicosis fue libido se retrae al yo.11
más allá: Por lo tanto en la psicosis, como resul-
(Q  FXDQGR )UHXG GLVWLQJXH HQWUH WDGRGHODIUXVWUDFLyQFRQHOREMHWRODUH-
neurosis y psicosis desde el punto de vista tracción libidinal es al Yo, lo que explica:
estructural señala que: el Yo del psicótico,  ODYLYHQFLDGH¿QGHPXQGR, el paciente
a diferencia del neurótico, se aparta de la ha roto la relación con la realidad, tiene la
realidad y “se crea soberanamente un nuevo sensación de que el mundo está vacío, des-
mundo interior y exterior”. El Yo a veces WUXLGRTXH\DQRH[LVWHPiV el delirio
SDJD HO SUHFLR GHIRUPiQGRVH WROHUDQGR de grandezas HV GHFLU OD PHJDORPDQtD
GDxRVHQVXXQLGDGHIHFWXDQGRXQFOLYDMH HO SHQVDPLHQWR PiJLFR   los síntomas
etcétera. El delirio es como un parche que hipocondríacos ODIDOWDGHWRGRLQWHUpV
enmienda su fractura.9 SRU ORV REMHWRV SRU OR TXH VH H[SOLFD VX
En 1927, en el estudio del fetichismo inaccesibilidad terapéutica que los sustrae
muestra que dos ideas pueden coexistir en al efecto del Psicoanálisis. Se supone que
la mente, ser conscientes y contradicto- no hay transferencia porque los sistemas
ULDV D OD YH] HQ UHODFLyQ SRU HMHPSOR FRQ de huellas mnémicas de la relación con
la diferencia de sexos y la castración. Una ORVREMHWRVHVWiQGHVWUXLGRV6LQHPEDUJR
desconoce o desmiente las diferencias o re- experiencias terapéuticas posteriores con
niega de ellas y otra las acepta sin que al RWURV DQDOLVWDV UHFWL¿FDURQ HVWD SRVWXUD \
parecer se reconozcan estas dos actitudes señalaron la presencia de una transferencia
como opuestas mientras la brecha entre SVLFyWLFDTXHVHPDQL¿HVWDGHPDQHUDPD-
DPEDVFUHFH(OUHVXOWDGRGHODUHQHJDFLyQ siva, directa, inmediata, de tipo narcisista,
o desmentida es que el Yo se escinde: una donde a menudo el otro deviene el Yo del
parte acepta los hechos mientras la otra si- paciente.

9
)UHXG6³1HXURVLV\SVLFRVLV´  (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV

)UHXG6³)HWLFKLVPR´  (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
11
)UHXG6³,QWURGXFFLyQGHOQDUFLVLVPR´  (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
Epílogo
La otra escena en Medicina

El arte de la Medicina consiste en gran medida en la habilidad del médico para disponer
ODVPHGLGDVSUiFWLFDVTXHPHMRUVHDMXVWHQDOVHUKXPDQRLQYROXFUDGR
(QJHQHUDOORVPpGLFRVGHEHQOLGLDUFRQSUREOHPDVTXHQRSXHGHQFRPSUHQGHUPD\RUPHQWH
\VLWXDFLRQHVTXHQRSXHGHQFRQWURODUGHOWRGR

RENÉ DUBOS,
0DQ0HGLFLQHDQG(QYLURPHQW

8Q PpGLFR FX\D HVSRVD HVWDED HPEDUD]DGD DVLVWtD D XQD SDFLHQWH MRYHQ FRQ XQD
FDUGLRSDWtD VHYHUD TXH FXUVDED VX SULPHU SXHUSHULR \ TXH GH SURQWR UHTXLULy VHU
DWHQGLGDFDVLPRULEXQGDSRUXQSDURFDUGtDFR/RUHODWDEDDVt³0LHQWUDVODUHDQL-
PDEDSHQVDEDTXHSRGtDVHUPLPXMHUXVWHGVDEHOHKDFtDPDVDMHFDUGtDFR\OHVDOtD
FDORVWURGHORVSHFKRVIXHKRUULEOH´
3URIHVLRQDO H[SHULPHQWDGR QR HUD OD SULPHUD YH] TXH LQWHQWDED VDOYDU XQD
vida. Pese a eso, lo vivido por él fue sentido como horroroso, espantoso, mons-
truoso... como algo relacionado con lo siniestro+D\TXHSHQVDUHQHVDVLWXDFLyQ
una otra escenaGHQWURGHODTXHHOPpGLFRFRQORVUHFXUVRVWpFQLFRVTXHPDQHMD-
ba con pericia, trataba de devolverle la vida a una paciente agonizante, mientras
inevitablemente se involucraba con las consecuencias emocionales (desconocidas
SDUD pO  GH VX WDUHD ,QFOXLGR HQ XQD VLWXDFLyQ OtPLWH MXJDGR HQWUH OD YLGD \ OD
PXHUWH WXYR HVD VHQVDFLyQ GH KRUURU HQ XQ HVWDGR PHQWDO PX\ SDUWLFXODU FDVL
FRPRVXPHUJLGRHQXQVXHxROHDSDUHFtDODLPDJHQGHVXPXMHU WDOYH]WDPELpQ
ODGHVXSURSLDPDGUH FXUVDQGRWRGDYtDXQHPEDUD]RFRQIXQGLGDFRQODGHHVWD
RWUDTXHSRGtDGHMDUXQEHEpKXpUIDQRHOQDFHU\HOPRULULEDQLQHVSHUDGDPHQWH
juntos, la vida surgía misteriosamente de la muerte, lo animado parecía provenir
de lo inanimado FRPRHQODVOH\HQGDVGHOUHWRUQRGHORPXHUWRYLYR ODYLYHQFLD
espeluznante de ver surgir leche de un pecho casi muerto mientras se desesperaba
para devolverle la vida.
⎛350 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

/DSUHVHQFLDYLROHQWDHLQHVSHUDGDGHHVFHQDV\IDQWDVtDVSULPLWLYDVLQXQGDQGROD
situación era presumible, como tal vez la presencia fantasmática de un bebé frente a
una madre sin vida, emocionalmente deprimida, psicológicamente muerta, etcétera.
(QHVWDVFRQGLFLRQHV¢TXpVLJQL¿FDGRVGHVFRQRFLGRVDGTXLULHURQSDUDHOPpGLFRODV
PDQLREUDVGHUHDQLPDFLyQ"¢TXpSDVDEDHQHOHVFHQDULRGHVXPHQWHPLHQWUDVVHJXtD
con su tarea?
/DSURIHVLyQQRVLHPSUHH[SRQHDOPpGLFRDVLWXDFLRQHVWDQGUDPiWLFDVFRPRpVWD
KD\PRPHQWRVPiVWUDQTXLORV\KDVWDSRUVXSXHVWRPX\JUDWRV3HURGHDOJXQDPD-
nera esa otra escena nunca deja de estar presente. Debemos a O. Mannoni esta forma
GHPRGHOL]DUODGLPHQVLyQRQtULFDGHODH[SHULHQFLDGHODYLGDFRPRVLVHDEULHUDHQ
circunstancias tan dramáticas como ésta un otro espacio de contenidos fantasmáticos
TXHVHDVHPHMDDOGHOsueño.1
(VWHPpGLFRGLVSRQtDGHORVFRQRFLPLHQWRVWpFQLFRVTXHSURYHHODHQVHxDQ]DWUD-
GLFLRQDOGHOD0HGLFLQD3HUR¢FRQTXpUHFXUVRVSHUVRQDOHVFXHQWDFXDQGRSDUWLFLSD
GHVLWXDFLRQHVHQODVTXHLQHYLWDEOHPHQWHUHVXOWDFRPSURPHWLGR"<¢TXpHIHFWRWHQGUi
WRGRHVWRVREUHVXSHUVRQDVXSDFLHQWH\VXWUDEDMR"
/DWDUHDPpGLFDTXHJLUDHQWRUQRDSUREOHPDVGHVDOXG\HQIHUPHGDGHVWiKHFKD
GHWpFQLFDVGHGLDJQyVWLFR\DGPLQLVWUDFLyQGHWUDWDPLHQWRV3HURODUHODFLyQDVLV-
WHQFLDOHVHOLQVWUXPHQWRHPRFLRQDOPiVLPSRUWDQWHSDUDVRVWHQHUOD1DGDGHORTXH
piense, decida o haga el médico tiene sentido si no es entendido desde ese lugar.

6X p[LWR R IUDFDVR QR VH MXHJD QL HQ VR¿VWLFDGRV PpWRGRV GH ODERUDWRULR QL HQ
complicadas intervenciones técnicas sino en la intimidad de esa relación, que es
la relación médico-paciente.

(QWUHRWUDVFRVDVUHTXLHUHGHOPpGLFRFRQRFHUDODSHUVRQDGHOSDFLHQWHDQWHVGH
TXHUHUVDEHUTXpWLHQHPDQHMDUODLQWLPLGDGGHHVDUHODFLyQWDQHVSHFLDOFRQWHQHU
OD PRYLOL]DFLyQ DIHFWLYD JHQHUDGD HQ VX LQWHULRU 3RUTXH ORV SUREOHPDV GH VDOXG \
HQIHUPHGDGFRPSURPHWHQORVQLYHOHVPiVSURIXQGRVLQIDQWLOHVHLUUDFLRQDOHVGHO<R
GRQGHVHPRYLOL]DQODVHPRFLRQHVPiVLQWHQVDVODVTXHWLHQHQTXHYHUFRQHOdolor, la
mutilación corporal, el desamparo(OPpGLFRWDPELpQHVWiH[SXHVWR\VXFDSDFLGDG
GHFRQWHQFLyQ\HODERUDFLyQHPRFLRQDOGHODVLWXDFLyQHVGHFLVLYDSDUDHOGHYHQLUGH
todo el proceso patológico, para el pronóstico. Pese a su importancia, hasta ahora,
HVWHSXQWRKDVLGRHOPiVGHVFXLGDGRGHODIRUPDFLyQPpGLFD9HDPRVSRUTXp
/D0HGLFLQDWUDGLFLRQDOWDQWRHQQXHVWURSDtVFRPRHQHOPXQGRKDIRUPDGRPp-
GLFRVVREUHODEDVHGHFULWHULRVFDVLH[FOXVLYDPHQWHELROyJLFRVGRQGHODHQIHUPHGDG
HVUHGXFLGDDVXVHOHPHQWRVFRUSRUDOHV\ODWHUDSpXWLFDHQWHQGLGDFRPRHOXVRGHUH-
FXUVRVIDUPDFROyJLFRVRTXLU~UJLFRVSDUDHOLPLQDUVXVHIHFWRV3RUFLHUWRFRQWDPRV
KR\GtDFRQXQLPSUHVLRQDQWHFUHFLPLHQWRGHFRQRFLPLHQWRV\PHGLRVWpFQLFRV3HUR
SRULPSRUWDQWHVTXHIXHUHQQRDOFDQ]DQSDUDHMHUFHUODSURIHVLyQ
/RVHGXFDGRUHVKDQGHWHFWDGRHVWDGL¿FXOWDGHQODIRUPDFLyQPpGLFDDXQTXHQR
KDQVDELGRSRQHUOHUHPHGLR&RPRGLFHXQRGHHOORV³5DFLRQDOL]DPRVGLVFULPLQD-
PRV SUHWHQGHPRV SUHWHQGHPRV TXH OD 0HGLFLQD PRGHUQD HV XQD FLHQFLD UDFLRQDO
GRQGHWRGRVRQKHFKRVQRH[LVWHHOVLQVHQWLGRODDSDULHQFLDHVWRGR3HURVRORWHQH-
PRVTXHJROSHDUVXDYHPHQWHHVWHEDUQL]OXVWURVRSDUDTXHVHGHVJDUUHDPSOLDPHQWH
1
Mannoni, O. /DRWUDHVFHQD&ODYHVGHORLPDJLQDULR. Amorrortu, Buenos Aires, 1973.
⎛ Epílogo 351⎞

\QRVUHYHOHDWRGRVVXVUDtFHV\IXQGDPHQWRVVXDQWLJXR\RVFXURFRUD]yQKHFKRGH
PHWDItVLFDPLVWLFLVPRPDJLD\PLWR´2
(VTXHODUHODFLyQDVLVWHQFLDOHVHOPHULGLDQRSRUGRQGHVLJXHSDVDQGRHOWUDEDMR
PpGLFR1RKDKDELGRVX¿FLHQWHHVSDFLRGHUHÀH[LyQGHORTXHVLJQL¿FDSDUDHOPpGLFR
el vínculo personal con su paciente. Tradicionalmente, el médico se arreglaba como
SRGtDHQHOFRQWDFWRDIHFWLYRFRQORVJUDQGHVPDHVWURVFRQTXLHQHVVHLGHQWL¿FDED
FRQWDEDFRQVXLQWXLFLyQ\QRFRQXQLQVWUXPHQWRFLHQWt¿FRSDUDUHVSRQGHUDODVGH-
mandas de su trabajo clínico. Mientras, se le imponían ideales inalcanzables de abne-
JDFLyQRDOWUXLVPR3DUDIUDVHDQGRD)UHXGODHGXFDFLyQPpGLFDVHFRQGXFtD³FRPR
VLVHHQYLDUDDXQDH[SHGLFLyQSRODUDJHQWHYHVWLGDFRQURSDGHYHUDQR\HTXLSDGD
FRQPDSDVGHORVODJRVLWDOLDQRV´
0XFKDVYHFHV\GHGLVWLQWDVPDQHUDVVHWUDWyGHUHVROYHUHVWDVLWXDFLyQDYHFHVVLQ
p[LWR3URSXHVWDVSRUGDUOHDODIRUPDFLyQPpGLFDXQSHU¿OSHUVRQDOPiVFRPSURPH-
WLGRIUDFDVDURQ3HURKXER\KD\H[SHULHQFLDVPX\YDOLRVDV
(QORHVHQFLDOVHWUDWDGHLQFRUSRUDUORTXHKDVLGRSURSXHVWRDORODUJRGHHVWH
WH[WR4XHHOPpGLFRVHRFXSHGHODsaludFRPRXQELHQDDOFDQ]DUFRQVHUYDU\FXLGDU
WDQWRRPiVTXHGHODHQIHUPHGDG4XHSXHGDKDFHUOXJDUHQVXWUDEDMRSDUDODLGHD
de la prevenciónPiVTXHGHODFXUDFLyQ4XHSXHGDFRQVLGHUDUORVSURFHVRVGHVDOXG\
HQIHUPHGDGWDOFRPRVHGHVSOLHJDQ\VLJQL¿FDQHQORVvínculosSHUVRQDOHV\IDPLOLDUHV
4XHSXHGDGLDORJDUPiVFRQODSHUVRQDTXHFRQODHQIHUPHGDG4XHWHQJDHQFXHQWDHO
contacto humano como el elemento más valioso de la relación asistencial, tanto o más
TXHHOGHFXDOTXLHUWHUDSpXWLFDIDUPDFROyJLFD4XHUHFRQR]FDHQHVHYtQFXORFRPRHQ
FXDOTXLHURWURDVSHFWRVLQIDQWLOHVTXHJHQHUDQFRQÀLFWRV\TXHVHSDPDQHMDUORV4XHHV
HQHVHYtQFXORHQHOTXHpOHVWiSURIXQGDPHQWHLQYROXFUDGR4XHSXHGDFRQVLGHUDUTXH
el pronósticoGHFXDOTXLHUHQIHUPHGDGYDOLJDGRDOGHVWLQRGHODUHODFLyQFRQVXSDFLHQ-
WH)LQDOPHQWHTXHSDUDXQD0HGLFLQDFDGDYH]PiVWHFQL¿FDGDSRQJDVXWUDEDMREDMR
HOSUHVXSXHVWRGHTXHla vida mental es lo que da valor a la vida.
$XQHQORVWUDQFHVPiVSHQRVRVFRPRORVTXHVXSRQHSDGHFHUJUDYHVSDWRORJtDV
HVDHVRDORTXHEiVLFDPHQWHGHEHGHGLFDUVXWLHPSRSURIHVLRQDO
7RGRHVWRVLJQL¿FDFRPSUHQGHUSRUORPHQRVHOIXQFLRQDPLHQWRGHORVQLYHOHVPHQ-
WDOHVPiVSURIXQGRVHOSHVRTXHWLHQHHOSDVDGRVREUHHOSUHVHQWH\HOUROIXQGDPHQWDO
GHO FRQÀLFWR SDUD OD HVWUXFWXUDFLyQ GH OD SHUVRQD WDPELpQ HO YDORU GH OD UHODFLyQ
WHPSUDQDFRQORVSDGUHVORVVHQWLPLHQWRVGHGHVDPSDUR\HQHVSHFLDOHOVLJQL¿FDGRGH
ODVH[SHULHQFLDVGHULYDGDVGHODVH[XDOLGDGLQIDQWLOHQWDQWRHOFXHUSRIXHQWHGHJRFH
\GRORUVHUiREMHWRGHXQDPDQLSXODFLyQPX\HVSHFLDOGXUDQWHHOWUDEDMRPpGLFR
Estos niveles se hacen presentes con las demandas más irracionales, las emocio-
QHVPiVYLROHQWDVODVIDQWDVtDVPiVSULPLWLYDV\SDUDHQWHQGHUORVVHUHTXLHUHGHXQD
IRUPXODFLyQFLHQWt¿FDQRGHOPHURPDQHMRLQWXLWLYR6HQHFHVLWDGHXQLQVWUXPHQWR

2
Sacks, O. $ZDNHQLQJ6XPPLW%RRNV1HZ<RUN
3
)UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´  (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV
4
(QOD)DFXOWDGGH0HGLFLQDGH%XHQRV$LUHVLQFRUSRUyHQHOFXUUtFXORPpGLFRDO'HSDUWDPHQWRGH6DOXG0HQWDOFRQ
ODLGHDGHFRODERUDUGHVGHODHQVHxDQ]DGHJUDGR\SRVJUDGRHQODUHIRUPXODFLyQGHODWHRUtD\ODSUiFWLFDPpGLFD6XSULPHU
'LUHFWRUIXHHO'U-RUJH*DUFtD%DGDUDFFR$WUDYpVGHYDULDGRVLQVWUXPHQWRVSHGDJyJLFRV\GLVWLQWDVPHWRGRORJtDVHO'H-
SDUWDPHQWRSXGRLQWURGXFLUDOJXQDVLGHDVEiVLFDVDEVROXWDPHQWHHVHQFLDOHVSDUDTXHODIRUPDFLyQPpGLFDSXHGDOOHJDUDVHU
PiVLQWHJUDO\DEDUFDGRUD
⎛352 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞

teórico capaz de entender cómo los niveles más profundos de la mente soportan el
LPSDFWRGHODPXWLODFLyQODGHVRUJDQL]DFLyQ\HOGDxRFRUSRUDO

La Medicina cuenta para eso con las ideas y conceptos que provienen de diversos
campos, uno de los cuales es el de la Salud Mental.

&RPRVHPHQFLRQyHQHO&DStWXOR,ODFRQFHSFLyQGH6DOXG0HQWDOVHHQULTXHFLy
FRQHOQDFLPLHQWRGHO3VLFRDQiOLVLV+LVWyULFDPHQWHOD0HGLFLQD\HO3VLFRDQiOLVLV
QRVLHPSUHVHOOHYDURQELHQ/D0HGLFLQDGHELyFRPSUHQGHUTXHXQPDQHMRH[FOXVL-
YDPHQWH³WpFQLFR´GHODVHQIHUPHGDGHVGHMDXQÀDQFRGpELOSRUHOTXHORVDVSHFWRV
pasionales e irracionales desatados por la enfermedad tratan de buscar otras salidas
GRQGHVHQWLUVHFRQWHQLGRV<HVDKtGRQGHDSDUHFHQODVSROpPLFDVmedicinas alterna-
tivas FRQVXFRUUHODWRGHVXSHUFKHUtDPDJLD\SURPHVDVPHVLiQLFDV3RUVXSDUWHHO
Psicoanálisis, como una ciencia joven, se debió acercar al campo de la salud respe-
WDQGRVXVFDUDFWHUtVWLFDV\DGHFXDQGRVXVIRUPXODFLRQHVDXQTXHKDFHUPX\HVSHFt¿-
FRTXHFXHQWDFRQXQDWUDGLFLyQPLOHQDULD

1RVHWUDWDGHIRUPDUDPpGLFRVFRPRSVLFRWHUDSHXWDVQLGHDJUHJDUOHVFRQRFL-
PLHQWRVWUDGLFLRQDOHVGHSVLFRORJtDVLQRFRPSOHWDUXQDIRUPDFLyQPiVLQWHJUDO\
menos disociada.

(VD\XGDUDORVPpGLFRVDGHWHFWDU\FRPSUHQGHUDOJRGHHVD³RWUDHVFHQD´GH
XQDPDQHUDFLHQWt¿FD(VODIRUPDGHPHMRUDUODFDOLGDGGHODDVLVWHQFLDPpGLFD\OD
JUDWL¿FDFLyQHQHOWUDEDMR6DOXGPHQWDO\RWUDVFRUULHQWHVFLHQWt¿FDVGLVSRQHQGHXQ
PRGHORWHyULFR\FOtQLFRGHVGHGRQGHLPSOHPHQWDUORVFDPELRV
Éste ha sido el propósito de este libro.

Publicado en su versión original en


Claves en Medicina y Psicoanálisis,
3 de diciembre, 1992
Índice alfabético

A B
ABUSO SEXUAL, 74, 139, 309, 310, 311, 312, 315, 316 BIENESTAR, 21, 25, 30, 32, 37, 39, 45, 46, 54, 82, 92, 94,
ADOLESCENCIA, 171, 172, 174, 175, 176, 177, 178, 179, 100, 102, 136, 138, 139, 144, 153, 154, 155, 161, 196,
180, 181 201, 211, 264, 268
ADULTEZ TARDÍA, 199, 201, 235 BULIMIA, 175, 225, 312, 319, 321
ADULTEZ TEMPRANA, 198, 199, 230, 232
AFECTOS, 53, 87, 90, 100, 115, 116, 119, 123, 127, 133, C
139, 141, 149, 153, 154, 156, 157, 176, 233, 251, 300, CARRERA PROFESIONAL, 274
304, 313, 323, 333 CHAMANISMO, 271
AGRESIÓN, 33, 63, 79, 81, 82, 89, 119, 134, 135, 136, CICLO VITAL, 37, 171, 179, 187, 201, 217, 219, 223, 231,
208, 228, 253, 259, 279, 305, 312, 333 232, 233, 238, 245, 274
AMNESIA INFANTIL, 65, 139 COMPLEJO DE CASTRACIÓN, 69, 131, 205, 242
ANAMNESIS O INTERROGATORIO MÉDICO, 286, 296 COMPLEJO DE EDIPO, 27, 56, 60, 64, 68, 69, 70, 71, 72,
ANGUSTIA, 27, 46, 50, 51, 55, 70, 79, 80, 86, 90, 92, 93, 73, 74, 80, 81, 89, 101, 143, 171, 174, 204, 212, 234, 240,
115, 116, 119, 122, 126, 127, 128, 129, 130, 131, 141, 242, 262, 280, 340, 345
146, 147, 156, 163, 167, 168, 172, 174, 190, 195, 204, CONCEPTO DE SALUD, 25, 29
208, 220, 222, 232, 235, 247, 249, 254, 267, 279, 291, CONSCIENTE, PRECONSCIENTE, INCONSCIENTE, 95
305, 312, 332, 333, 341, 343, 344, 345 CONSULTA MÉDICA, 27, 53, 84, 86, 102, 129, 283, 287,
ANGUSTIA DEL OCTAVO MES, 156 305
ANOREXIA NERVIOSA, 61, 195, 319, 321 CONTENIDO LATENTE DEL SUEÑO, 188
APARATO PSÍQUICO, 61, 64, 74, 88, 100 CONTENIDO MANIFIESTO DEL SUEÑO, 188
APNEA DEL SUEÑO, 187 CONTROL DE ESFÍNTERES, 63, 68, 92, 234
ASCO Y REPUGNANCIA, 123 CONVERSIÓN, 93, 111, 332, 334, 340, 345
ASISTIR, 29, 39, 41, 104, 136, 250, 260, 268, 270, 278, CRISIS DE LA MITAD DE LA VIDA, 192, 198, 222, 281
298, 304 CRISIS VITALES, 235, 326
ATAQUE DE ANGUSTIA, 129 CUERPO ERÓGENO, 27, 51, 69, 83, 107, 109, 268, 332
ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD, 27, 29 CURACIONES RELIGIOSAS Y MÁGICAS, 269
AUTOEROTISMO, 67, 98, 204, 206
D ESTRUCTURA DUAL, 252
DEFORMIDAD CORPORAL, 136, 138 ESTRUCTURA MENTAL PRIMITIVA, 164
DESAMPARO ORIGINARIO, 106 ETAPA ADULTA, 190, 192, 194, 196, 198, 203, 205, 214,
DESEO DE MATERNIDAD, 142, 143, 147 222, 232
DETERMINISMO, 22, 26, 53, 95, 325 ETAPA ANAL, 67
DINERO, 24, 68, 178, 180, 212, 214, 215, 265 ETAPA FÁLICA, 68
DOBLE FUNCIÓN DEL MÉDICO, 290 ETAPA ORAL, 66
DOLOR CRÓNICO, 122, 247 ÉTICA DEL ENCUADRE, 307
DOS ASPECTOS EN SALUD MENTAL, 37 EXAMEN MÉDICO DEL CUERPO, 113
DUELO PATOLÓGICO, 135, 224
DUELOS, 204, 223, 225, 235, 313, 325 F
FACTORES SOCIALES Y SALUD, 260
E FANTASÍA INCONSCIENTE DE ENFERMEDAD, 288
EDUCACIÓN MÉDICA Y SALUD MENTAL, 40 FUNCIÓN ASISTENCIAL, 274, 278, 305
EL CONCEPTO DE VÉRTICE DE BION, 306
EL DORMIR, 90, 96, 145, 183, 184, 185, 187, 189, 191, G
226 GRUPO ADOLESCENTE, 176, 177
EL JUEGO DEL DOCTOR, 78 GRUPO BALINT, 260
EL MOTIVO DE CONSULTA, 102, 288, 299 GRUPO HUMANO, 257, 258
EL NIÑO MALTRATADO, 209 GRUPO PRIMARIO Y SECUNDARIO, 258
EL OBJETO, 58, 60, 68, 70, 73, 89, 97, 103, 105, 107,
108, 122, 133, 134, 157, 163, 165, 167, 197, 198, 206, H
223, 225, 238, 254, 264, 268, 286, 290, 312, 327, 331, HIJO IMAGINARIO, 143, 148
332, 337, 349 HIPOCONDRÍA, 87, 89, 113, 190, 200, 332, 333
EL PERÍODO PRENATAL, 142 HISTORIA CLÍNICA, 244, 286, 292, 299, 304
EL SIGNIFICADO DEL TRABAJO, 211 HOLDING, 154, 305
EL TRABAJO MÉDICO, 39, 243, 260, 272, 284, 296, 300
EL YO Y LOS MECANISMOS DE DEFENSA, 55, 75, 90 I
ELABORACIÓN SECUNDARIA, 188 IDEALES, 44, 56, 72, 86, 116, 172, 174, 180, 181, 209,
ELLO, 64, 100 211, 223, 253, 263
EMBARAZO, 32, 46, 58, 78, 79, 109, 143, 145, 147, 149, IDENTIDAD, 45, 49, 71, 83, 85, 113, 137, 145, 149, 153,
153, 171, 180, 203, 208, 211, 232, 244, 301, 311, 314, 173, 174, 176, 178, 181, 195, 201, 204, 205, 232, 234,
316, 317, 319 258, 274, 315, 335
EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA, 314, 315, 319 IDENTIDAD MÉDICA, 136, 274, 276, 278
EMPATÍA, 116, 152, 156, 292, 298, 302, 354 IDENTIFICACIÓN, 60, 67, 71, 79, 81, 82, 88, 90, 100, 106,
ENCUADRE MÉDICO, 246, 303, 334 116, 122, 142, 152, 156, 168, 176, 192, 196, 198, 200,
ENDOGAMIA Y EXOGAMIA, 72, 238, 239, 241, 258 206, 208, 222, 224, 234, 252, 258, 278, 290, 346
ENERGÍA PSÍQUICA Y LA INVESTIDURA, 59 IMAGEN CORPORAL, 87, 106, 108, 109, 111, 113, 138,
ENFERMEDAD, 30, 223, 323, 332 166, 172, 254, 319
ENFERMEDAD PSICOSOMÁTICA, 323, 335 IMAGEN DEL CUERPO, 108, 110
ENTREVISTA ABIERTA Y CERRADA, 296 IMPRONTA, 36, 63, 77, 139, 153, 193, 287
ENTREVISTA MÉDICA, 39, 40, 84, 132, 168, 207, 208, 283, INSTINTO, 54, 57, 59, 63, 203, 258, 312
284, 286, 292, 297, 301, 305 INTEGRACIÓN Y DIFERENCIACIÓN, 167, 168, 232
ENVIDIA TEMPRANA, 162 INTERCONSULTA MÉDICO PSICOLÓGICA, 28, 260, 328,
EQUIPO INTERDISCIPLINARIO, 259 329
EROGENEIDAD GENERAL DEL CUERPO, 69 INTROYECCIÓN, 59, 62, 67, 166, 167, 212, 224, 234, 334,
ESCENA PRIMARIA, 77, 81 346
K OMNIPOTENCIA, 89, 94, 107, 112, 132, 134, 164, 168,
KLEIN, MELANIE, 49, 163, 165 200, 220, 238, 267, 315
ÓRGANO NEUROSIS, 334
L
LA BELLEZA, 137, 145, 218, 263, 315 P
LA ESCISIÓN, 345, 348 PACTOS, 251
LA EXPERIENCIA DE DOLOR, 117 PADECER, 22, 112, 170, 174, 187, 204, 210, 286
LA FAMILIA, 27, 43, 45, 72, 92, 136, 142, 154, 178, 192, PANTALLA DEL SUEÑO, 101, 185
194, 197, 199, 209, 211, 213, 214, 226, 232, 236, 241, PATERNIDAD, 143, 145, 149, 173, 175, 192, 209, 211,
242, 245, 258, 260, 277, 285, 309, 311, 316, 336 233, 239, 261
LA MUERTE, 217 PECHO MATERNO, 56, 66, 157
LA SALUD COMO ESTADO Y SIGNIFICADO, 29 PENSAMIENTO OPERATORIO, 335
LAZOS DE PARENTESCO, 241 PERÍODO DE LATENCIA, 57, 65, 171
LAZOS PSICOLÓGICOS, 258 POSITIVISMO CIENTÍFICO, 23
LÍMITES DEL YO, 167, 255 PREMATURACIÓN, 158
LO SINIESTRO, 46, 131, 133, 139, 219, 349 PREOCUPACIÓN MATERNAL PRIMARIA, 153
PRINCIPIO DE PLACER-DISPLACER, 45, 61, 87, 91, 98
M PROCESO PRIMARIO Y SECUNDARIO, 64, 97, 100, 190,
MASCULINO Y FEMENINO, 69, 177, 206 270, 340
MASTURBACIÓN, 55, 71, 124, 174, 176, 177, 181, 185, PROYECCIÓN, 88, 92, 106, 146, 162, 164, 166, 269, 285,
198, 208, 310 311, 341, 345, 347
MEDICALIZACIÓN DE LA MUERTE, 227, 229 PSEUDOMADURO, 194
MEDICINA, 21, 22 PSICOANÁLISIS, 25, 27, 36, 48, 49, 50, 51, 54, 56, 62, 64,
MEDICINA PSICOSOMÁTICA, 27, 323, 329, 331 82, 84, 96, 104, 122, 130, 140, 142, 143, 148, 151, 153,
MEDICINAS ALTERNATIVAS, 163, 261, 264, 265, 266, 268, 162, 165, 175, 191, 204, 228, 230, 240, 242, 250, 277,
269 278, 280, 284, 302, 304, 313, 321, 323, 329, 331, 333,
MÉTODO PSICOANALÍTICO, 26, 50, 96, 278, 330 335, 337, 344
MIEDO, 80, 109, 117, 127, 128, 130, 131, 157, 174, 190, PSICOINMUNOENDOCRINOLOGÍA, 327
220, 221, 222, 248, 291, 315, 323, 335, 343 PSICOLOGÍA DE LOS GRUPOS E INSTITUCIONES, 27
MIEDO A LA MUERTE, 221, 222 PSICOSIS, 21, 23, 31, 87, 89, 93, 99, 138, 171, 185, 187,
MODELOS DE VÍNCULOS, 163, 252 333, 340, 341, 344, 345, 348
PSIQUIATRÍA, 23, 24
N PSIQUIATRÍA DINÁMICA, 27, 28
NARCISISMO, 62 PUBERTAD, 65, 71, 171, 172, 208, 311, 312, 314, 318
NARCISISMO INFANTIL, 195, 263 PULSIÓN, 27, 51, 55, 58, 60, 62, 67, 74, 77, 83, 91, 136,
NECESIDADES HUMANAS, 49 142, 164, 185, 223, 264, 310
NEUROSIS, 21, 23, 84, 94, 98, 206, 225, 277, 279, 334, PULSIÓN DE SABER, 77
340, 348 PULSIONES DE VIDA Y MUERTE, 62
PULSIONES SEXUALES Y DE AUTOCONSERVACIÓN, 57, 59,
O 61, 62, 84, 98, 258, 280, 342
OBJETO, 58, 60, 68, 70, 73, 89, 97, 103, 105, 107, 108, PUNTO DE VISTA ECONÓMICO,
122, 133, 134, 157, 163, 165, 167, 197, 198, 206, 223, DINÁMICO Y ESTRUCTURAL, 99, 100
225, 238, 254, 264, 268, 286, 290, 312, 327, 331, 332,
337 R
OBJETO DE AMOR, 57, 70, 71, 83, 89, 143, 177, 204, 206, RELACIÓN SEXUAL, 177, 205, 206, 240, 306
207, 224, 250 REPARACIÓN, 71, 274, 278, 280
OBJETO DE DESEO, 219 REPRESIÓN, 26, 54, 55, 57, 60, 66, 68, 70, 72, 74, 90, 91,
OBSERVACIÓN DE BEBÉS, 141 125, 128, 132, 139, 235, 277, 281, 341, 343, 348
RESTOS DIURNOS, 188 V
VALORES DE LA CULTURA, 262
S VEJEZ, 43, 113, 201, 217, 220, 232
SALUD MENTAL, 21, 26, 27, 35, 37, 38, 40, 43, 47, 48, VIDA MENTAL, 22, 32, 33, 35, 36, 37, 38, 44, 45, 49, 51,
49, 232, 264 57, 58, 59, 60, 62, 63, 66, 78, 82, 96, 114, 151, 157, 161,
SALUD MENTAL Y PSICOPATOLOGÍA, 339 162, 165, 183, 184, 209, 219, 223, 232, 234, 262, 302,
SALUD MENTAL: DEFINICIÓN, 34 340
SALUD Y ENFERMEDAD, 30 VIDA PRENATAL, 145, 146
SEDUCCIÓN, 72, 73, 75, 209, 211, 311 VÍNCULO, 26, 27, 29, 36, 40, 49, 50, 58, 82, 86, 87, 89,
SENTIMIENTO DE VERGÜENZA, 132 105, 107, 115, 123, 128, 133, 139, 140, 142, 145, 147,
SEÑAL DE ANGUSTIA, 86, 90, 131, 342 149, 151, 154, 156, 158, 165, 175, 180, 194, 208, 213,
SEXUALIDAD GENITAL ADULTA, 64, 203 223, 224, 238, 239, 243, 248, 250, 255, 258, 283, 285,
SEXUALIDAD: CONCEPTO PSICOANALÍTICO, 53 291, 295, 297, 301, 303, 306, 313, 317, 321, 329, 331,
SEXUALIDAD: OPINIÓN POPULAR, 53 336, 345
SIGMUND FREUD, 24, 308, 310 VÍNCULO AFECTIVO, 196, 224, 295
SIGNOS CORPORALES DE ALARMA, 117 VÍNCULO DE PAREJA, 239, 250, 254, 285
SÍNDROME DE ACOMODACIÓN, 310, 313 VÍNCULO TEMPRANO, 87, 89, 139, 140, 141, 151, 153, 292
SÍNDROME FACTICIO, 112 VISIÓN ANIMISTA DEL MUNDO, 76
SITUACIÓN TRAUMÁTICA, 90, 130, 210, 266, 342 VIVENCIA DE SATISFACCIÓN, 60, 206
SOMATIZACIÓN, 332 VOCACIÓN, 169, 211, 229, 271, 274, 275, 277, 280, 282,
SUBLIMACIÓN, 55, 57, 278, 280 336
SUCIEDAD, 91, 123, 125, 173, 227 VOCACIÓN MÉDICA, 25, 55, 273, 278
SUEÑOS, 187
SUPERYÓ, 68, 71, 87, 89, 93, 94, 100, 130, 135, 169, 235, W
259, 263, 279, 343, 345 WINNICOTT DONALD, 148, 152, 155, 163, 173, 232, 321,
SUSTO O ESPANTO, 270, 271 335, 336

T Y
TÉCNICA DE LA ENTREVISTA MÉDICA, 296 YO, 60, 75, 86, 87, 88, 89, 90, 95, 100, 103, 105, 108,
TEORÍAS SEXUALES INFANTILES, 75 115, 127, 164, 165, 345
TERCERIDAD AMPLIADA Y LIMITADA, 252, 253 YO CORPORAL, 87, 103, 105, 121, 254, 334
TRABAJO DE DUELO, 223
TRANSFERENCIA Y CONTRA TRANSFERENCIA, 50, 82, 140, Z
295, 331, 349 ZONA ERÓGENA, 66, 67

ERRNVPHGLFRVRUJ

También podría gustarte