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Docente:
Ing. Gonzalo Menoscal
Asignatura:
Manejo Integrado de Plagas
Carrera:
Agropecuaria
Nivel:
Quinto
Lugar:
Finca “El roció”-Vía Santa Ana
Fecha:
30 de Enero 2019
Nombre de practica:
Identificación de las enfermedades en el cultivo de cacao
JOHAN RONALDO MACÍAS SALTOS
1. Uso de extractos de plantas para el control de plagas y enfermedades
El uso de extractos vegetales para el control de plagas agrícolas era una práctica ancestral,
ampliamente utilizada en diversas culturas y regiones del planeta hasta la aparición de los
plaguicidas sintéticos. En los últimos años, en la búsqueda de un equilibrio entre el ambiente,
la producción y el hombre, se ha desarrollado un nuevo concepto de protección de cultivos
mediante productos, en cuyo diseño se considera:
Por más de 10 años se ha utilizado en Costa Rica un bactericida elaborado con base en extracto
de semilla de cítricos, llamado Kilol LDF100.Este es un producto 100% natural, sin aditivos
químicos que se emplea en agricultura convencional pero que además ha sido aprobado por
OMRI (Organic Materials Review Institute) para su uso en agricultura orgánica.
El Kilol es un producto sistémico de amplio espectro que controla varios géneros de bacterias
como:
Por su naturaleza orgánica el Kilol debe aplicarse con aguas limpias (sin residuos ni
sedimentos), también es necesario ajustar el pH del agua entre 4 y 5 y adicionar un penetrante.
La dosis del producto es de 2,5 cc/L de agua, para aplicaciones preventivas se debe aplicar de
7 a 10 días y como tratamiento curativo cada 3 o 4 días.
Este producto es utilizado en cultivos como tomate, chile, papa, fresas, ornamentales y frutales.
Bio Crack es un compuesto orgánico de acción preventiva contra insectos plagas de hortalizas
y de otros cultivos.
Los ingredientes activos del Bio Crack son extractos naturales de diversas especies vegetales,
entre ellas el ajo (Allium sativum), la ruda (Ruta graveolens) y la manzanilla (Matricaria
chamomilla) los cuales cuentan con mecanismos químicos de autodefensa o alomonas
(sustancias que provocan en el insecto receptor un alejamiento de la fuente emisora, repelencia,
o bien un efecto de disuasión de alimentación una vez que el insecto esté posado sobre la planta
emisora ) .
1.3. Generalidades
Los extractos de origen vegetal han sido utilizados desde la antigüedad por los hindúes, chinos,
griegos y romanos con fines rodenticidas, insecticidas y conservación de víveres almacenados.
Durante muchos siglos, las formulaciones basadas en las plantas se utilizaron para combatir los
insectos plaga. En el siglo XIX se utilizaban como fitosanitarias moléculas de origen vegetal
como los alcaloides. A partir de la segunda guerra mundial esta primera generación de
fitosanitarios de origen vegetal, fueron sustituidos por pesticidas de síntesis química como el
DDT, organoclorados, organofosforados y carbamatos. En las últimas dos décadas, se han
intensificado los estudios de productos de origen vegetal en su parte química, con énfasis en
los metabolitos secundarios, los cuales están implicados en el control biológico contra
patógenos o plagas, y en ciertos casos activando procesos de defensa en la planta y
brindando una protección preventiva (Kagale, Marimuthu, Thayumanavan, Nandakuman, &
Samiyappan, 2004).
1.3.1. Control de insectos-plagas
Las plantas han evolucionado por más de 400 millones de años, y para contrarrestar el ataque
de los insectos han desarrollado mecanismos de protección como la repelencia y la acción
insecticida (Silva , Lagunes, Rodríguez, & Rodríguez, 2002). Después de la segunda guerra
mundial, las pocas plantas que mostraban resultados auspiciosos como insecticidas naturales,
alcanzaron a usarse masivamente pero fueron reemplazados por los insecticidas sintéticos. Con
la aparición en la década de los cuarenta de estos insecticidas sintéticos, se pensó que los
insecticidas vegetales desaparecerían para siempre pero problemas como la contaminación del
ambiente, los residuos en los alimentos y la resistencia por parte de los insectos han hecho que
hoy en día vuelvan a ser tomados en cuenta.
Sin lugar a dudas los fitoinsecticidas constituyen una muy interesante alternativa de control de
insectos además de que sólo se han evaluado muy pocas plantas de las 250.000 que existen en
el planeta, por lo que las perspectivas futuras son aun insospechadas. Existen plantas como el
neem (Azadirachta indica; Meliaceae) que han mostrado tener excelentes resultados
encontrándose ya en el mercado formulaciones comerciales. Estos constituyen una alternativa
dentro de un programa de Manejo Integrado de Plagas que debe ser complementada con todas
las otras medidas de control que existen (Silva , Lagunes, Rodríguez, & Rodríguez, 2002)