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Índice.
. El Manejo Integrado de Plagas. Factores a tener en cuenta en los agroecosistemas cañeros.
. Ideas Centrales del Manejo Integrado de Plagas.
. Tácticas del Manejo Integrado de Plagas.
. El manejo integrado de enfermedades.
. Bibliografía consultada.
Muchos de los programas de control de plagas que están implementados en numerosos países, tanto
desarrollados como en vías de desarrollo, tienen como base conceptual el control químico, aunque se
conocen los riesgos que tales programas entrañan. La solución del problema de las plagas se dirige al
efecto, sin tener en consideración sus causas. Las causas por las que un organismo se convierte en plaga,
son generadas por el propio modelo agrícola. La causa principal de la aparición de las plagas es la pérdida
de la biodiversidad, la agricultura es una actividad humana que lleva implícita su disminución y por tanto la
pérdida de las características de autorregulación propia de las comunidades naturales, en las que funcionan
mecanismos que van desapareciendo en la medida que esta comunidad se simplifica. El restablecimiento de
estos mecanismos de regulación es posible aumentando la biodiversidad, conociendo como funcionan se
pueden implementar medidas de manejo con un aprovechamiento óptimo de estos. Esta es justamente la
base del manejo ecológico de plagas, no se aspira a restaurar la biodiversidad natural sino una biodiversidad
funcional, esto es, una biodiversidad que ofrezca servicios ecológicos semejantes a los naturales y que
propicie un manejo de plagas preventivo, bajo las condiciones de producción agrícola (Pérez, 1996).
La idea de obtener buenas cosechas y aumentar la productividad del cultivo, descartando como única
solución el uso de insecticidas, ha motivado la búsqueda de nuevas alternativas que, de manera integrada,
puedan ayudar a minimizar los daños ocasionados por los insectos plagas. En este sentido PALMAVEN
(1998), plantea que el manejo integrado de plagas (MIP) consiste en el uso de la combinación de prácticas
agrícolas y de todas las formas de control disponibles, considerada una opción exitosa cuya filosofía
consiste en utilizar, para ese fin, elementos naturales que minimicen el daño ocasionado por los insectos
plagas.
Cisneros el al. (1995) consideran que el manejo integrado es en la actualidad, el enfoque técnico
convencional más aceptado, como opción para reducir el uso indiscriminado de plaguicidas en las prácticas
agrícolas. Esta estrategia tiene entre sus objetivos reducir el daño que ocasionan las plagas, disminuir los
costos de protección de los cultivos y tratar de evitar los efectos colaterales indeseables causados por los
plaguicidas.
Los plaguicidas han contribuido sustancialmente a incrementar la producción de alimentos, sin embargo su
uso descontrolado ha traído como consecuencia un deterioro del ambiente con efectos marcados en la flora
y en la fauna, ocasionando problemas de resistencia y aparición de nuevas plagas que el momento se ha
vuelto prácticamente inmunes, ya que su control natural ha desaparecido. Uno de los grandes problemas se
su mal uso, es el impacto sobre la salud pública que se ve amenazada por los innumerables casos de
mortalidad y efectos colaterales negativos como deficiencias y anomalías en el organismo.
Durante los últimos años, el interés por el MIP se ha manifestado en el ámbito agrícola y se considera el
sistema más razonable, desde el punto de vista ecológico, para preservar el medio ambiente de la
contaminación de los pesticidas, protegiendo a su vez la producción agrícola de los daños causados por
insectos.
Son muchos los métodos de combate, formados por un número variable de tácticas, que pueden ser
operacionales en un programa de MIP. Estos incluyen desde la utilización de medios legales, como la
erradicación y las cuarentenas, hasta la manipulación de los cultivos, las plagas y sus enemigos naturales
(combate biológico), el uso de cultivares resistentes o tolerantes a enfermedades e insectos, una serie
amplia de prácticas agrícolas, y el uso de combates mecánicos, físicos, etológicos, autocidas y químicos
(Coronado y García, 2000). Según Silveira Neto et al. (1976) cuando los factores desfavorecen el
crecimiento de las poblaciones, estas son totalmente controladas, tomando la resistencia del medio
ambiente nula.
Cuando el control natural fracasa en la eliminación de la plaga por debajo del nivel de daño económico, lo
que a menudo en los casos de plagas importantes, se puede aumentar artificialmente la población del
enemigo natural para llevar a la plaga por debajo del umbral económico. Esto se llama “control biológico
clásico” y se pude realizar por medio de:
Es importante hacer notar que en el sistema de manejo integral de las plagas, los enemigos naturales no
necesitan ofrecer un control de la plaga, ya que los sistemas integran muchas otras técnicas para alcanzar
este objetivo. Por lo tanto es necesario educar a los productores en que ellos no deben esperar que los
enemigos naturales provoquen la muerte del ciento por ciento de la plaga y que desde luego tiene que
existir una población de la plaga para que los enemigos naturales sobrevivan.
Teniendo en cuenta los elementos anteriormente aportados, el control biológico ha sido definido como el
restablecimiento del equilibrio de la naturaleza. Basado en un fenómeno natural en el cual muchas especies
se alimentan y viven a costa de otros organismos, cuyas poblaciones son reguladas y algunas veces
eliminadas en un medio ambiente. Por tanto, se trata de un método ideal para el control de plagas, cuya
población tiene un potencial para crecer hasta el infinito, a pesar de nunca conseguirlo, en dependencia del
ataque de enemigos naturales que regulan su densidad (Ribeiro y Marques, 1985).
La preservación de la diversidad biológica y el medio ambiente han conllevado a que el uso del control
biológico sea cada vez más reconocido como el método fundamental para la regulación de las diferente
plagas, sin embargo no siempre se conocen los enemigos naturales presentes, su efectividad y posibilidad
de reproducción masiva siendo entonces una limitante en su uso.
Un análisis realizado sobre la teoría del Manejo Integrado de Plagas, permitió identificar las siguientes
ideas centrales que la fundamentan (Andrews y Reutilio, 1989).
En el caso de las enfermedades, las estrategias para la implementación del manejo ecológico, comprenden
desde la selección de la semilla y la preparación del suelo para la plantación hasta que se demuela el campo
después de su explotación. Aunque las características de cada enfermedad (tipo de agente microbiológico,
diseminación en el campo y otros aspectos epidemiológicos), son importantes para la toma de decisiones
en el manejo ecológico, cualquier práctica que tienda a disminuir el nivel de inóculo en el campo,
contribuye a contrarrestar los efectos de la enfermedad por la reducción de la epifitotia (Piñón et al. 2001).
Piñón et al. (2001) y Cuellar et al. (2003) refiriéndose a las estrategias de manejo ecológico de
enfermedades en el cultivo de la caña de azúcar, recomiendan de forma general la aplicación de las medidas
siguientes:
- Plantación de semilla sana: Esta práctica se ha seguido en muchos países, pero principalmente
donde la enfermedad ha sido poco severa o se han plantado variedades de, al menos, moderada
resistencia. Además de la selección adecuada de semilla, los tratamientos físicos y químicos
coadyuvan a una buena cobertura de la semilla. Así la inmersión de los esquejes en agua caliente a
intervalos de temperatura comprendidos entre 50 - 53 oC por diferentes períodos de tiempo, ha
ofrecido buenos resultados. En la actualidad aunque el uso de productos químicos tiende a
desaparecer en el desarrollo de una agricultura sostenible, aún se utilizan tratamientos con fungicida
combinado con el hidrotérmico, para acentuar la protección de la semilla.
- Demolición de los campos afectados: Esta práctica se emplea por lo general en circunstancias
especiales, en casos de fuertes infecciones por determinada enfermedad potencialmente peligrosa,
cuando esta se encuentra en una fase inicial de propagación y en campos aislados.
- Extracción de tallos o plantones enfermos: Constituye uno de los métodos más utilizados en la
mayoría de los países, especialmente durante los primeros años de establecimiento de la
enfermedad. La extracción de plantones es recomendada como una forma efectiva para disminuir
los efectos de enfermedades y su mayor eficacia se obtiene cuando los niveles de infección son
bajos y en áreas no muy extensas.
- Rotación de cultivos: Es una medida que contribuye a disminuir los efectos de la enfermedad. Se
recomienda este método como una medida adicional para disminuir en el caso de algunas
enfermedades, la concentración de inóculo en el suelo y en el que se puede rotar la caña de azúcar
con otra especie. Este método es efectivo después de varios años de permanencia de un campo
enfermo.
- Plantación de variedades resistentes: La vía más efectiva para el control de microorganismos
patógenos, a largo plazo, es la sustitución de las variedades susceptibles por resistentes.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.