Está en la página 1de 46

._- .....,.......----------_._--- .. -.

,, Culccrióu l\icologi,¡ CUII!('n¡ptJI','lJ11'é1


.,1 Dirigitb por Jorcit' Hudrígllcz S, Lcbovici y L. Kreislcl'
Ii
II
l'
"1:

,··í
.'
.' l" ,
1;

¡¡
. JI

La homosexualidad en el niño
. , yen el adolescente

,1 ;
.s

¡
l'
t •

l.

Ediciones Nueva Visión


Bucnos Aires I
¡I

" I
.---
....--------_._~
--.. ..~-~.- ...

Título clt,1 origillaJ eJI francés:


oj L'JIOI/losexw¡{ité ches (el/jl/llf el lcuíuícsccnt IN HWDUCCIÓN
¡,i Prcsscs Umversit.urcs (le: Franco, París, J DGO
1, I (en .,La psychi:u ríe de l'cufuut")
'-1·
¡.
Primera edición en espu˙ol por Proteo, 1967
Primera edición en español por Nueva Visión, 1878
'11,
Traducción de Floreal Mazia

1/ t- "'(
l~ B\B\.\01EC~ ~ \ .;) ,
-::J.
l .t (.,
1(

\~oSI\L\:
O!í
:
11 DE
.'
I Hay muy poca certeza en cuanto a lo que es gen~ralmellte la
infancia de los homosexuales. No cabe duda de 'fue, sean ellos
1~('~58 perversos o neuróticos evocan la virilidad de sus padres y la proxi-
I ,-1 ')
--,.. 1 r-: midad de madres a menudo abusivas, Explican mal la naturaleza
de sus primeras emociones sexuales, La amnesia én: este' SellUdo
.~ ~
1 \, . ,~ abarca }JOI' lo com˙n todo el periodo que precede a la evolución
de la pubertad; Los homosexuales c[irmari 'fue sólo se han inte-
resada siemp1'e por los hombres, El peso de los hechos modifica
L fYrobablemente los recuerdos de todo el ambiente y los organiza
seg˙n un modelo que uno siente la tentación de seguir. La. fami-
\ -.:. , -c.. ...,

lia del homosexual corrobora con frecuencia su tesis del desagrado


por los juegos denominados viriles" '.. ts tendendas a ocuparse
de mWlecas y disfraces femeninos. Se confifnw que detestaba y
rehuía la compañia: de las niñas.
Las' curas psicoanalíticas en los adultos homosexuales permi.
ten hacerse Ul1a idea más precisa. de su infancia y reconstruir SU
historia y los conflictos familiares que dejaron huellas en ella, el
tipo de relaciones obietales que podrían considerarse caracterís.
tícas de la organización\de sus primeras experiencia", Ya tendre:
1[) 1078 por Ediciones Nueva Visióll SAle mos ocasión de volver ¿, ello en este trabajo,
'J'IICl,mlÍn 3748, Buenos Aires, Rep˙blica Argentina
(¿lIt'lb hedlO el depósito que marca la ley 11,723 Pero dado que la homosexualidad aparece corno uno de los
I lmpreso en la Argentina./Printccl in Argentina
Prohibida su reprodlU,:<:ión pardal o total
datos ftl1l,lamentales de la scxualidlid del hombre y de su bisexuar:

lidad, q uel'rlarnos conocer el destino de las pulsione» homosexuales


en aquellos que no se convierten en homosexuales, Mo,straremos

7
que la represicín de 1(/ [nnnoscxuulicuu! es decísica en la orga/l.i- 1
LA INFANCIA DE LOS HOMOSEXUALES
Z(1cirÍn de cienos cstad()s 'l/curó/ieas o psicot icos.
,r Tenemos además la inlcndón de estudiar el futuro de ll'ifws
a propósito de los eludes se Jlllccle 7wlJla/' de honrosexuaiulad, sea
., en razón de Sil (;()/llpor/amicll(o, sea delFido (/ su. aspecto, o bien
a consecuencia de SI/S prefcrcllcir's. Iiesulta tcnttuior C01Wj')(lrar
estas observaciones con las del adulto, fen'jcndo en cuenta lo que
,
¡~ podemos saber o reconstruir acerca, de su infancia.
·'..jl QtJ'izá sea interesante, en este sentido, tratar de saber en. qllé
:J medida uno se refiere e~:JJlícttmme1l't:e la noción de inversión
en
{l.

"
sexual, por ejemplo las Cl/ms psicoterapéuticas del niño y del
adolescente, IJ cuáles son las COl1secu,el1cÍllsde interpretaciones
que pueden darse en ese sentido .
.. '
Por ˙ltimo debería apreciarse la frecuencia de las experien- Si se trata de evitar los esquemas simplistas que imponen su
cias homosexuales en el niño, el preodolescente y el adolescente carga y encuentran su expres ión más sencilla en la comicidad
propiamente dicho, así como sus Cllusas y sus consecuencias. teatral que ridiculiza al homosexual Ieminízado y a su familia, se
dispone de muy poca documentación fuera de la literatura a la
cual, seg˙n creemos, es interesante recurrir. En efecto, pensamos
que ciertos escritores han sido homosexuales y que algunos de
ellos asumieron, no sin¡ trastornos, una experiencia, proporcionán-
donos documentos de particular importancia. Por ˙ltimo, la no-
vela nos proporciona retratos de homosexuales sobre los cuales
podemos reflexionar. ,
Sigmund Freud abrió el caminó de una nueva crítica li- ,
,
.
~
,

teraría patográfica cuando se remitió a una obra de arte aca-


bada para tratar de esclarecer la personalidad de su autor e in-
tentar aclararnos ciertos datos de la vida psicológica. Es el caso
de su obra intitulada Un recuerdo infantil de Leonardo de Vi,,-
ci [1]. En primer término, Frcudtruza la biografía del artista y
describe la organización de su c_ ;1': su tendencia al trabajo
con crecientes inhibiciones, su afable dulzura que encubre mal
una fuerte agresividad; su frialdad sexual que disimula tenden-
cias homosexuales, constituycrr rasgos bastante evidentes.
A propósito de esto, Freud tuvo ocasión de estudiar un re-
cuerdo muy antiguo de Leonardo: ~'Parece como si me hallara
predestinado a ocuparme tan umpliamente del buitre. pues uno
de los primeros recuerdos de mi infancia es el de que, hallándo-
,.;
9
..,. -- .~--------------..._--

me CII la cuna, Se me acercó une de estos animales, me abrió la


boca con su coja y me golpeó con c-llu, rcpctidumcnto, entre los figura, se puede descubrir la forma del buitre en el dibujo de las
labios' '. vestimentas elc Marfu, y que, por lo demás, la punta de la cola
.,'1 Seg˙n Frcud, no so trata probablemente de un verdadero re- cst.i dirigida hacia la boca del Niño. La sonrisa dc la Madre es
.i' aquella con la cual se identifica el niño, quien, al recibir el amor
cuerdo sino de un fantasma posterior reproycc.:tado en la primera
infancia. La [ellatio que ese recueruo" evoca simbólicamente
¡¡
de su madre, la ídcntifica con él, en tanto que sus inhibiciones
no es m˙s que la rrasposícíón de otra situación" la del niño que -que son la consecuencia de dicha situación-; le impedirán pedir
toma en la boca el pezón de la madre para succionado. Frcud caricias y besos a toda mujer.
lleva más allá el análisis de esa fantasía y recuerda otros símbolos En la obra que dedicó a André Cidc [2], Jean Delay pro-
históricos, el de los dioses egipcios y su representación en forma pone escribir con el nombre de psioobiogroña, el intento de este
de buitres, que se refería a la maternidad, En ese mito los bui- autor para explicar la naturaleza y los orígenes de su inversión.
tres eran fecundados por el viento y no tenían padre. Es evidente Sus anomalías son largamente descrita- y explicadas. Si le grain
que el nacimiento ilegítimo de Leonardo no podía dejar de plan- ne meurt es la obra a la cual es preciso referirse antes que nada.
tearle problemas. En tales casos la comprobacíón de la castra- Una gran parte de la obra de Cide puede ser utilizada para el
.'
ción de la madre y de las mujeres hace temer la misma suerte estudio de su biografía. Existe, evidcnremcnte, el peligro de que
a aquel que, al crecer, no puede sino sentir desagrado por las la verdad histórica haya sido alterada por la preocupación por la
mujeres. La ausencia del padre es un factor poderoso en el origen. obra de arte. Es cierto que los héroes ele los relatos de Cide nos

----_.
de la homosexualidad: revelan probablemente mucho acerca del autor. Les Cahiers d'An-
dré ,Va{ter nos informan sobre el estado anímico del joven Anelré
Et niño pequeño reprime su amor hacia su madre, poniéndose él mis-
Cide, mucho, si no más de lo que nos dirá para explicar el salto
mo en Sil lugar, se i.dentlfica....cou_.e..lJ.;}_
y loma entonces su propio modelo hacia el uranismo del pequeño protestnnte tímido de Si le grain
prora elegir sus nuevos objetos de amor. De tul modo se convierte en ho- tle meurt. [can DeJay recuerda en su obra que André Cíde puede
mosexual. Más a˙n, retorna al autoerotismo. Los muchachos a quienes el ser considerado un paidófilo. "La edad ele dieciséis años, la de
joven que crece ama en adelante, no son más que personas sustitutas y
Narciso en la fábula, señalaba en general el limite por encima
nuevas ediciones de su propia persona infantil. y las ama tal como su maure
10 amaba cuando él era niño [ ... J. Por la represión misma de su amor del cual un objeto dejaba ele ser deseable para Cide" (p. 540),
hada ella, conserva intacto este nmcr en su inconsciente y a partir de en- Las relaciones sexuales consistían en masturbaciones recíprocas>
ronces le es fiel. y la sodomía parecía estar pros cripta totalmente. Cíde, que seg˙n
se sabe era capaz de vinculaciones amorosas con las mujeres, te.
De tal modo, esa fantasía de la cola del buitre es sólo una nía horror por los hombres afeminados y poseía un status viril.
de las faces de la organización lillI.f!sista fáli~~_E.9mos~~ Su caso se parece bastante, en apariencia, al que estudió Sígrnund
Iidad de Leonardo de Villci, Freud en uno de los trabajos que integran Tres ensayos para. una
A partir de ese mismo recuerdo infantil, Frcud estudió la teoria sexual, COmo lo veremos más adelante.
sonrisa enigmática que anima los labios de las figuras femeninas Anclré Cide pensaba que se organizó demasiado temprano
del pintor, y piensa que la madre poseía, para él, esa maravillosa en función de su juventud .
sonrisa, A propósito del cuadro que representa a Santa 4na, la
"Me aterra pensar que el preser ;C hoy vivimos, será el es-
V'il'gen !J el Niiio, Freud se refiere al descubrimiento de Pfister,
pejo en que nos reconoceremos más tn-ue, y que en lo que hemos
quien mostró que, COmo en los acertijos de otrora, en los cuales sido conoceremos lo que somos." Se sabe que perdió su padre a los
podía encontrarse una cabeza en una parte inesperada de una once años. Ofreció de él una imagen enternecida por el recuerdo: "Vuel-
vo a ver a mi padre seg˙n una fotografía, con una barba cuadrada y
10
11
'--"--1'·

CJ,)(' os ncuros
1',

);IS,:¡;¡ ('
I

;lfc.;IJS y ('n~·())iii:lll(J.':' Sin ('sIa im.urcu no 11:1_


r
I rar
bn¡ iasf id

ujo sus cejas runcr as,


-d'·-b-----j---I-b---d--t--¡-

J11 rcn a con todo e raza, e ras (e


'11'

su SI en,
!J1);l C01ISt'IV:ldootro r!'cll('r(]n (11[(' el de su extrema dulzura" (Si le groill I una panoplia de puntas de lanzas tunregs. La intención era demasiado evi-
/le nieurt, 1, p. loS). dente para que yo tomase en serio esa amenaza. (Si le grauv ne meurt, 1). I
Cunntlo murió su p~ldrl" (lllC con sus lecturas había despcr-
i: Cide insiste sobre el hecho de que se explicó mal la pena It
... '/. lado sus gustos lite-rarios, la madre de Cicle cerró la biblioteca con silenciosa de su padre y la preocupación de su madre, Sin em- I!
1,
i~
llave para volver a abrirla sólo cuando su hijo cumplió los dieci- bargo es preciso recordar, seg˙n parece, la suspensión en la es- 11
¡
j

1 séis uños, Do tu l manera, Dc-Iay puede escribir: El niño pro- j( cuela, la solemne amenaza del médico consultado, como un con-

!
"1 fundmncntc emotivo que era, vinculaba constantemente sus gus-
J,! junto de hechos que dejaron huellas en las masturbaciones del
1'1
'ji,I los a quienes se Jos habían revelado. Su padre tuvo, sobre el niño de ocho años.
, primer despertar de sus emociones poéticas, una influencia Com- Por otra parte, parece que en esa época tuvo vinculaciones
i!, parable a la que ejerció su madre sobre el despertar de su con- sentimentales con hombres adultos, como un primo que frisaba
1 ciencia moral, Y es posible que ese Sea uno de Jos orígenes de la en los treinta años y un ruso amigo de la familia,
'1 extraña división que durante mucho tiempo estableció Sil imagi- Algunos años después, el padre de André Cíde murió rápida-
': nación, entre el mundo del arte, que le parecía masculino, y el mente de tuberculosis intestinal, y la descripción de su llegada
mundo de la moral, que se le antojaba femenino' '. a la casa de su madre, poco después de esa muerte, vale la pena I~

A! lado de un padre lejano que cedía siempre ante las exi- de ser transcripta:
gencias rígidns de su esposa en materla de educación y se alejaba
hacia su biblioteca para evitar toda dificull'ad, Cide nos describe Mi pena no estalló hasta que vi a mi madre de luto riguroso. No
lloraba; se contenía ante mí pero sentí que había llorado mucho.
mm madre puritana: Ansiaba que Jos seres fuesen, no como
ti
Sollocé entre sus brazos. Ella temía que yo fuese presa de una Con-
eran, sino como habrían debido ser para adaptarse a sus exi- moción nerviosa demasiado fuerte. y quise hacerme tomar un poco de
gencias puritanas". Esta protestante rígida había tenido un ena- té. Me encontraba sobre sus rodillas. Ella tenia la taza, y levantando una
moramiento de adolescente hacia su gobernanta escocesa, Anna cuchurn que me tendía, recuerdo qu~, obligándose a sonreír: "{Vea- u
mos! ¿Llegará ésta a buen puertor'" Y de pronto me sentí totalmente
Shacklelon, que le dejó cierta afición por el piano, Por desgra-
cia, Chopin, a quien su hijo tanto quería, estaba clasificado entre
envuelto por ese amor que en adelante sem~ acuno en mI.

los m˙sicos "malsanos".


El peso de ese amor sólo podrá provocar tendencias homo-
De niño, Anché era ansioso y tenía una pesadilla repetida en sexuales.
la cual se veía agredido por seres imaginarios y perversos, per- -~reciso hacer notar que después del comienzo de la inti-
seguido por monstruos que ]0 cortaban en trozos o triturado como midad con su madre, el niño atravesó un periodo de angustia que
por una "langosta" (La dévo-reuse cZ'enfants). Fue suspen- se despertó en varias ocasiones, en particular ante el anuncio de
dido durante tres meses en la escuela alsaciana, por sus mastur- ~ .
la muerte de un primo pequeño, y que s,t: organizó bajo la forma ¡'"(,
baciones, y llevado ante el doctor Brouardel: ~nifestaciones obsesivas que parecen haber tenido una inten-
sidad que desbordaba el marco evolutivo más O menos normal.
Ya sé de qué se trata y no hace falta, pequeño, ni examinarte, Después de la muerte de su padre, Cíde cambió de vivienda y
ni inlenogarte hoy. Pero si tu madre, dentro de alg˙n tiempo, cre-
utilizaba un "ardid" contra su angustia: antes de entrar daba
yese necesario volver a traerte, es decir, si no te hubieses corregido (y
aquí Su voz se hizo terrible), aquí están los instrumentos a los que tl:~_KQ)necitos en la puerta o repetía tres veces fórmulas vacías
tendremos que recurr¡r, con Jos cuales se opera a los niños que se en- de significación, pero siempre las mismas. Inmed iatamento se
cuentran en tu C:lSO. Y sin quiLHme de encima Jos ojos que hacía gi- sentía tranquilizado, pero luego se vio obligado a renovar, du-
12
13
,I
r 1m,'
:11
ti
1,
¡jI

I
runtc varios H"leSCS, los m_jsrllOs ritos. Por lo menos, así surge de
lns confidencias (lUC 1\n'(1ré Cide hizo, durante su vejez, a Je¡ln
en la infancia de Marcel, una tarde en que su madre, que reci-
bía a algunos amigos para cenar, no pudo -irsa besarlo a su habi-
I
1
1

!
1
Delay.
tación, Trastornado "como un amante que siente que aquella li
.,:I Instalado más tarde en 1\1ontpdlier, en casa de su tío) André a quien ama se encuentra en un lugar ele placer donde él no 1

tuvo que sufrir en el colegio secuudur¡o Lo que a él le pareció odio puede reunirse con ella ", no resistió al deseo de besar a su ma- 11

por parte de sus compañeros, agresivos porque u recitaba bien ". dre costase lo que costase, cuando ella subiese a acostarse. Acto
Se alivió al enfermarse de sarampión y presentó c crisis nervio-
t de desobediencia que provocó la cólera de sus padres, pero el pe-
sas" que seg˙n dice fueron simuladas cuando se vio obligado a queño parecía tener tanta pena y lloraba tan fuerte, que su padre
volver al colegio, fue el primero en apiadarse de él y dijo: "Cuando se haya enfer-
'ti
~¡ Detendremos aquí este ensayo I/psicobiográfíco" recordando, mado por tu culpa, te lamentarás. Puesto que hay dos camas en
¡I
, en las imágenes proporcionadas por Cide, el pasaje a segundo
plano de un padre que por lo demás murió cuando el niño tenía
su habitación, duerme esta noche cerca. de él"." El propio
Proust; indicó que este incidente constituyó un vuelco en su vida,
I
I

!
,,1
pues desde ese día conoció las angustias del amor, y además,
:"'1 Q_llceaños, el caracter Obsesivo y estricto de una madre (es pro-

-;I bable que haya sido ella quien intervino' en forma particular- porque esa noche su madre debió renunciar a afirmar su volun- 1,

. mente activa y penosa en el momento en que Anché Cide trató tad. La abdicación nerviosa, que lo conducirá poco a poco a
, de normalizar sus relaciones sexuales COn Meriem ) cuyo amor retirarse de la vida social y hará de él a la vez un gran enfermo
I fue aun más asfixiante luego de la muerte del padre, la impor- y un gran artista, comienza en esa noche de Combray,
tancia de las consecuencjas de la masturbación (suspensión en El asma, que atacó a Marcel Proust desde los nueve años,
- -----~-:-O-~_, fue una razón más, para él de entrar en la intimidad de su lna-
la escuela y solemnes amenazas de castración), las manifestacio-
,..!~.~prcco~c~ ansiedad y los.__l2~l:!_eño~tomas cQlYIPulsivos "?i'e, que lo cuidaba y creía necesario proteIterlQ, En su Corres-
I;!C la preauolesc~~-8bní que ver en este conjunto un cua- pOlUÚmce avee sa mere, publicada en 1953 [4], se ve de qué
dro patognomónica de los pródromos infantiles de la homosexua- manera las crisis eran para él una ocasión de vivir, cerca de
lidael? Esto es lo que debemos estudiar, subrayando desde ahora ella, emociones violentas: a lo largo de una página en la cual des-
que tales referencias históricas no parecen implicar, a prrmera cribe una crisis de asma de una e e violencia e intensidad increí-
vista, circunstanc,ias decisivas. bles", agrega: "Puedes quedarte un instante junto a mí; me pa-
rece que eso me alivia la asfixia, .," (1" 171)_ O también: "Pero
Cuando pensamos en 1f!__homosexna1idod (le Maree] Froust
he pensado en ti con tanta ternura, que si no tuviese temor
nos encontramos ante un autor que describió un medio de horno~
de despertarte, habría entrado en tu habitación. ¿Es la reapari- I
!1
sexuales perversos y que quizá pintó a propósito de Albertine,
ción del asma y de la fiebre del heno, la verdadera naturaleza
las angustias de los celos de un invertido, pero que no trató de
física, Jo que me ha valido la plenitud de mi verdadera natura-
explicarse, como Cicle, esta particularidad de su vida amorosa
leza moral? No lo sé, pero hace mucho tiempo que no pensaba I
y sexual. Sin embargo no carecemos de documentos sobre él, y
en ti con este paroxismo de efusión" (p. 212), y por ˙ltimo, en
Audré Maurois en A la recherche de Morcel Proust [3], puede otra carta: "Pues prefiero tener crisis de asma y complacerte, que
escJareccrnüs, en forma satisfactoria, respecto ele la infancia de desagradarte y no tenerlas" (p. 233).
dicho autor. A los trece años respondía, en un álbum de pregun- ResuI" dificil re2sar el ,comienzo de las :erimeras emocio-
tas, él la que interrogaba: "¿Cuál es, para usted, el colmo de la nes homosexUQ.les de ae oJes~I!te, pero se las encuentra ....nota-
desdicha?" "Ser separado de mam˙," Precisamente encontra- blemente descritas en un texto de los cuadernos pertenecientes
mos, en Swann, el relato de una escena que sin duda trascurrió a Mme. Mante-Prou st y reproducido por André Mauroís. Este

15
I '\

texto reaparecerá, en su cluboración definitiva, en el capítulo ,.Encantos femeninos."


"Sodoma y Comorru :'.
¿,Lo que más aprecio en mis umigosr'
"Que sean liemos conmigo, si su persona es lo bastante exquisita
Unos, habiendo iguorudo durante mucho tiempo que el objeto de como para asignar un gran precio a su ternura."
sus deseos JlO eran lus mujeres, cuando lcínu versos o conlemplaban gro- ¿La. cualidad que prefiero en, una mujer!' .---'/
lodos obscenos con un compañero, so uprctuban contra él, creyendo que "Virtudes de hombre y franqueza en lu cumurudcr!a."
- j! Jo hacían en .coll1.ullión de un mismo deseo por las mujeres. Heconocien_
do Jo que él sent.ía en la pintura que del amor les ofrecían sucesivamente Las relaciones del joven con su madre irritaban al lejano doc-
la literatura, las artes, la historia, la religión, no advertían que el objeto
l'¡ tor Proust, lejano aunque enervado por sus efusiones. Proust pa-
.. con que Jo vinculaban no era el mismo; se asimilaban todos los rasgos,
:) y gradas a esta contusión, abastecían Su vida novelesca sucesivamente decía de insomnio, y durante la noche escribia tiernas cartas que
¡I con Walter Scott, con los reJinamientos de Baudelaire, con el honor dejaba en el vestíbulo para que ella pudiera leerlas por la ma-
de la caballería, con las tristezas del misticismo, la pureza de las for- ñana. Tal es la siguiente, que André Mauroís también encuentra
mas de los escultores griegos y de los pintores italianos, esperaban a entre las curtas todavía inéditas que MIllC, Mante-Proust le hizo
Hcb Hoy lo mismo que a Diana Vemon, y se convencían de que eran
iguales al resto de la humanidad pues encontraban su tristeza, sus es-
llegar.
cr˙pulos, sus decepciones, en SulJy Prudhomme y en Musset. Sin em-
bargo, en forma instintiva, callaban "el nombre de eso que hace sufrir", Mi querida mamita : te escribo estas líneas mientras estoy imposibi-
Jo mismo que el cleptómano que no ha adquirido conciencia de Su en- litado de dormir, para decirte que pienso en ti. Me gustaría tanto y quiero
fermedad y se oculta [ ... ] para robar un objeto. hasta tal punto poder levantarme al mismo uempo que t˙, tomar el cafe ,
1

con leche junto u ti. Sentir nuestros sueños y nuestra vigilia distribuidos
en un mismo espacio de tiempo, tendría para ti tanto encanto [ ... ]. Me j~
En los cuadernos se exp1ica también lilo que puede ser
natural' '. acosté a la una y media con ese propósito. Durante la noche cnrnbio
de plan de existencia seg˙n tu voluntad y más cercano a˙n u ti mate-
rialmente, en la vida, a las mismas horas, eu las mismas habitaciones,
... Entre los jóvenes, sobre lodo a causa de algunas fibras feme- a la misma temperatura, seg˙n los mismos principios, con una apro-
l: ninas que persisten en ellos, en ocasiones basta muy tarde, lo mismo bación reciproca, aunque la satisfacción nos 'est˙, j ayl, prohibida. Per-
,1
"
que los órganos de la Intano¡n que desaparecen en la madurez, y tam- dón por haber dejado en desorden la sala de tUI11:11'; trabajé demasiado
'1
:1 bién de la indetenninación sentimental de una edad todavía henchida hasta ˙ltimo momento. Y en cuanto a este hermoso sobre, es el ˙nico
de una vaga ternura, que lo abarca todo, alma y cuerpo, llevándolo ha- que tengo a mano. Haz callar a Marie-Antoine y deja cerrada la puerta
cia lo que ama sin estar todavía divinizado y especializado ... " Evoca de la cocina que permite que su voz pase ...
"el absurdo de ciertas horas en que se comete un acto que se encuen-
trn en contradicción con aquellos de los que se es habitualmente ca- Varios extractos de cartas de })roust a su madre merecerían

I
paz". y habla ya con piedad de cierta raza desdichada que se defiende,
ser citados aquí:
"como de una calumnia, de lo que es la fuente inocente de sus sueños y
sus placeres. Hijos sin madre, pues deben mentirle toda la vida e in-
efuso el dia en que le cierran los ojos ... ", Te escribo muy mal, pues me siento encantado y reconfortado por
I este sol delicioso. Te escribo en un banco, sobre mis rodillas, sumamente

:I
entibiado y radiante por este magníhcc calor, (lll~:ó'c denominaría casi
~-Ycil).k años, las respuestas al cuest.ionario muestran ]a maternal, si la ausencia de mi mamá no me ',bicjesc;: sentir demasiado la
;1 orientación del adolescente dc tal mad7egUda a su madre: diferencia y la impropiedad del término (p. 139 r.
,,
'. ~. ¿El rasgo prinCipal de mi carácte-r' Cid e y Proust tuvieron ocasión de hablar del Conjdon del
i
1<
,\/! ,"La necesidad de ser amado, y para precisar, ~~ necesidad
acancíudo y Illlm¡lcJo, antes que la de ser aJ.m;.rado.
de ser primero. Marcel Proust sentía curiosidad por conocer la vida de
Cicle: "Puede contármelo todo -.cxclama- 'pe(o con la ,condición
. ¿La cualidad que deseo en un hombre? V
de no decir jamás yo, cosa que no me concierne" (André Cide,
I íi 1 q.
17
'(:;5.
lournal, 1', U(2), Tarubión en 'u lournal Cicle relata (1921) que
habitualmente respecto de la psicología de la familia de los horno-
Proust su /, jactaba ele su urunísrno y decía haber conocido sólo
s-;;u.aTes.
'---
/J

el amor con Jos hombres.


En efecto, la dimensión de la homosexualidad escapa a la
"T'¡unbién esta tardo hemos hablado colarnente de uranismo¡
categoría de las perversiones, y Freud la sÜuaba en el desnno
dice que se reprocha esa' indecisión que, para alimentar la parte
1
biológico del hombre. En todo caso, se trasparcnta en todo su
heterosexual de su libro, lo llevó a trasportur ! a la sombra de las
deSarrollo psicológico.
muchachas' todo lo que esos recuerdos homosexuales le propo~
,: Este es uno de los motivos por los que William Cilles-
! nían de gracioso, de tierno y encantador, de manera que para
Sodoma sólo le queda lo grotesco y lo abyecto, Pero se muestra pie [5J la opone, en el plano estructural, a las perversiones que,
:¡ alimentadas por la sexualidad infantil, no se han abierto a la
l. muy afectado cuando le eligo que parece haber querido estigma-
¡I tizar el uranisrno. Protesta, y por ˙ltimo comprende que lo ,que
excitación y a la descarga sexuales simples. Establecidas al mis-
mo tiempo como un modo de ordenamiento defensivo ante las
encontramos innoble, objeto de risa o de desprecio, a él no le pa-
rece tan repugnante.)' situaciones edí jeas im )lic 're resión de la libido, y de ahí
.' la c~a agresiva <lile DO ')lIeele dejar de crear angustJa. a cual
De tal manera, la homosexualidad parece tener un sentido
I es erotizada y "Jíbidinizada". Lo que caracterizaría el Yo del
muy diferente en Cide y en Proust. También para este ˙ltimo es
perverso es su notable tolerancia respecto de esta situación espe-
probable que el am~e la madre haya sido bastante asfixia.!'te
cífica,
y las manifestaciones psícosomatTcas-deI asma estrecharon aun
más esa intimidad que quizás era asimismo uno de los factores Muy por el contrario, se ˙n Freud, la bisexualidad no es otra
etiológicos, cosa que la consecuencia e nuestra ambigüedad embriológjca,
como 10 muestra la persistencia de restos embrionarlos del otro
La utilidad de estos documentos patcgráfícos es probable-
sexo, tanto en el hombre como en la mujer. En la corresponden-
mente bastante limitada. Las memorias de tal autor, la compara-
cia con Flíess, Freud [6] muestra precisamente toda la impor-
ción entre los documentos hallados y la obra literaria constituyen
tancia que asigna, bajo la presión de su amigo, al concepto de
un método de observación relativamente insatisfactorio. Quizá
bisexualidad. F1iess había esbozado una teoría seg˙n la cual la
fuese preferible dirigirse, como lo hizo Frcud, a la propia obra Ir,
periodicidad ele los grandes fenómenos biológicos era una prueba
literaria, es decir, al estudio de fantasías elaboradas, por lo me-
de la bisexualidad, SegÚn su amigo Fliess, Frene! decía entonces /
nos en un cierto nivel, para entender, en tal o cual novela, la
que ¡ ¡ el sexo na )8rSOna el más desarrollado, / /
significación de la experiencia homosexual. Es evidente que a
pesar de haber sido homosexuales y aunque se vieron, por lo me-
reprimió en el {nconsciente la representaciÓn psíquica uel sexo V
secundario. E.' r so ue el fondo mismo del inconsciente es
nos en apariencia, un tanto asfixiados por Sus madr~s! Cicle y
decir, lo reprimido) es en todo jndjvjdllo, lo qw" pertenece a
Proust tuvieron vidas sexuales muy distintas, en las cuales el uno
sexo contrario" (Carta 75), Pero con el progreso de su autoaná- il
era más bien pederasta y el segundo probablemente se orientaba 1,
lisis llegaron las vicisitudes de esa amistad y la duda en cuanto
más hacia prácticas perversas m˙ltiples, justificando la idealiza- '-,--,.--,---;
a la admiración que Freud tenía E9!....Eliess. Mucho más tarde
ción de muchachas en flor.
escnblra Cffi31j:-"-:r\1e ni~go a sexual izar de tal manera la repre-
Volviendo. ahora a la reconstrucción que permite la cura psi- sión, es decir a basar su origen sobre fundam - tos bjolÓgicos y
coanalítica de los adultos homosexuales, es decir de los que entre pSlCO ogicos Análisis termina e e interminable [7J ),
ellos son neuróticos, debemos comparar dichos resultados con los
A pesar de todo, ~relld se mantuvo relativamente fiel al con-
de una investigación patográfica que confirmó lo que se __piensa
cepto anterior de hisexualidae! en su prin:;crr.:. Metapsicología [8],
18
19
oponiendo corno Jl<lrC~~(luj~~_I~'nt(_'s las pulsione-, del hombre y de consecuencia de la falta de compañeras hembras, y si se recuerda
/l }a mujc.:.:_~grcsiv;¡~ y masoquistas, activas y pasivas (1915). ~~_ además de qué manera la homosexr 1 .fue aceptada en cier-
://} tos dos pares dC:P:llsiollCS nntitóticas esturinn representados en ms épocas (cfr. in¡ra) y hasta qué punto constituye el sello de
i
I
(orma deslgu3Jen los dos sexos.
ciertas subculturas contempor!mcas, .~e~ a ae~~'1r la id~_~ /
Si bien más tarde) con la.nueva metapsic:qlogb, la bipolar]. do una bísexualidad que podría .ser .consiClc@c'G corno una cate- Y
dad de las pulsioncs se refirió a los instiJ~ dé" Yhhu a ..los _goda psicológica y ev~rrle;.te_~Q producto cultural. P~
instintos __de .mucrto, Frcud siguió considerando, al final de Su psiquiatra, se ubica forzosamente en ciertas categorías: perver-
1,
¡; te,;minable [7]) tenían~:;:
------,:-
-Vida, que los límites del psicoanálisiwAl1álisís terminable e in-
atri~~Ldos;lmied'?_.':.2: castr.'::..
sión y desequiliblT6, neuroSIs O psicosisL
--itñlas neurosis aparece esencialmente como una regresión
¡i
" cion en el hombre y a la relvlñClicaclOñtalica en la mujer:-sin
sus ensayos clínicos- Fre~~d·~e·j~t·~;·esó,
Ji_!Jidinal vin~ulada con la cu]Va edípica y con el temor a la cas- 0
emoargo:-wre"i110squ'e-'cn {ración por el padre, hacia el cual se dirigc~ la nlllsión ec]ípica in- t/
antes que nada, por el destino y las vicisitudes de las pulsiones ~'1 cuyo origen se sit˙a, como ]0 veremos, en la etapa anal de
homosexuales reprimidas.
la evolución libiclinal.
De la misma manera, tanto los trabajos biológicos como los
genéticos recientes no confirman sin duda el concepto de la bí- :g:n las perversiones y 1<1~__p.,'Ü.cQ!JL]4, JJQD.lOs_exualidad,aparte
sexualidad biológica. for una parte, el estudllL.rlcl. sexo cromo, de la regresión ante el EdipQ, traduce fijociones ni-uy"]:>recoces'(le
sómíco ]lJ1. __demostrado fiiie=eXiSfe.llu sexo--genéJico _bien orien- carácter prcgenilal con ídentííícacíón a llMluathefáITCa:-Inc1uso-
ia(¡o~P9r otra__p-"rt",~~ºiej,tos_genetislau;Iey_"IO_I] poder ;ostener S'uando un hombre tjene una vida heter~!._~uede considerar
la hipótesis del carácter genético de la homosexualidad confir- Jl la mujer como lllL.Qbjct-o fálic0..1lªTIL nega.!.._sii'j2!-~~ia ca-Stí'a-
~ladg_._,Así Kallman (1952) [9(p~do'd~mostrar que de cuarenta ción, y entonces la trata como un ((fetiche" portador de- p.:.~e.
mellizos univiteliñ6s~-treinta- y siete eran homosexuales, basán- Tal es lo esencial de lo que Freud _u:cia.J'I!eenncar en el
dose en el índice de Kinsey [10], De 45 mellizos bivitelinos, sólo
--------------:--=---------.
origen de la homosexllalid~.las...llo111hJ:~L!U!e.___t_¡¿tó, ~
3 se inscribían en el cuadro de homosexualidad. De la misma ~analist(ls de adultos adoptaron hipótesis un tanto ~disHntas,_
manera, Sluter [111 proporciona algunas características genéticas y asignan el papel-;sencial ~rustl'ac~_Qnes de 9!igen~J!1~'
de la homosexualidad, en particular la jerarquía tardía en la Ira-
vi
Tal es el caso de Bergler [12], quien considera que el homosexual /
tría y la edad avanzada de la madre en el momento elel naci- frustrado Dar el pecho materno se.vuelve haci~ ..'luie~: lleva el falo,
miento.'
~¡jvalente del y__e.shº'--Por su parte, los klein.ianos es"t¡mañC¡ü~e _
Es cierto que estos trabajos pueden provocar diversas argu-
los homosexua[§.han..dominado._WlJ:_mediQ_de sus fantasías y sus
mentaciones. Los de Kallrnan provienen de medios criminales,
pl:ácticas, la -,~!i.!J.l.lli...ík.termiuª-!;,ª_ ~lU~!Lo5.la agresión c(;
que a pesar de todo son particulares. En cuanto a las compro-
baciones de Slater, no excluyen la hipótesis $eg˙p la cual las
tra el objeto malo frustrad9J:,_",,-J;r¡¡1.¡;_gel..pecho o ele su eqw-
~n~:_p~~~ectivo, el pene (Rosenfeld [13]). -
rel:¡_clQUeS~1!¡:;;-,;,adres __de -;;r~0e~~e~.
~ciGt.ez,pg_ogenico r'?~!!taciOll.$~\J,ili, En fecha reciente, Francis Pasche [14] trató de sistematizar
Por lo dem?is-'teñIe'ndo en cuenta la homosexualidad que es las hipótesis reconstruidas del psicoanálisis de los adultos sobre la
de observación corriente en ciertos animales, y que no parece ser homosexualidad que, por no representar una tendencia parcial,
no merecería el nombre de perversión. La define como el con-
1 Los trabajos modernos aten˙an notahlcrnente la validez de los estudios junto de conductas patológicas_lLsus_ceptihles de ser _su6líii1adas:--
genótlcos basados en los mellizos. que expresan una relación femenina con_~Ea<!~~.

21

_._-
-i~ ,o ""
--~-- '------ ......
------------'----------

l\ ~ l ~~I) 'VI' -fV;~¿, IH ~


t PascJlc distinglle tres aspectos s¡'miológic..:os y ~nosográficos estructura mcgalomaní.aca, x_s¿L!Jnffiosc.l\\ml es a la vez más que 1
. ~ de L1 homosexualidad. Antes que nada, (-1 homosr-xua 1 s(-~ idcnti. una mu~r y más queunl~~g_re. Aquí se puede hablardelfípo I
! lica con la mad1S, De__~J_!Q.,!:.l~_u1ta ~I~la.~atexia _tota~. del <;l!..~l~p'O T:IT¡CoilafclSiSt;¡- ... ·Estos-homoscxuales pueden modelar y rehacer
,1
! a expensas de_~l _p'e!l~·. Corno c~n la mujej·J_o._i~ __~l a los jovenes gue aITl_aIl:Pero la sublírilliéióíi:-que"lale-s- deseos I
cu'c·j~po.--ES~l-particubridau, c~Qljca numerosos aspectos c1!I~icos implican sólo es aparente. Se trata más bien de una regresión
~.
~ de la j'¡Qllló:,-ex~~na:iª'y~~;l-l;articllJar,la envidia del pene lo mil- a la etapa anal. El homosexual .E!le~"" -:.0,. c~~~p~.rado ~!_l~~9.1!_e
, ¡,
Íno 'lile el celo del pene. ~rata los excrementos como el obieton_ _.! ro~crí~.
----Efhomosex{¡;f cxig~, en forma tan insistente como in˙til, re. Seg˙n Pasche, la cura psicoanalítíca de los adultos permite
1 cibir un hijo~ padre. En efecto, .se muestra cOJ~te hacerse una idea de lo que son los padres de los homosexuales,
·'ji
lr celOSüc!cS"ü- madre o ele su hermana, que pueden tener un hijo. y en particular sus madres. En casos raros, éstas han mantenido
il En alg~-;;;~, to~l~;;;~tel~¡al -p:'lT¿ocÜ1a1íticogira en torno de la un estado manifiesto de feminización, ataviando a sus hijos o pei-
;
I
fabricación de un niño por partenogénesis, El sujeto se siente en nándolos como mujeres. La influencia feminizapte de la madre
cierta forma hermafrodita, y quiere fabricar sus excrementos como puede ser sin embargo más sutil. Aquí se trata de una catexia
un niño, A ese esfuerzo se dedica todo su Yo pulsional. Este de- profunda, en la madre, que valoriza el cuerpo del hijo, su belle-
seo vuelve a encontrarse en todas las formas de la homosexuali- za, haciendo de él, en cierta forma, su adorno. El niño siente
dad, y en particular en aquellas que se podría denominar femi- entonces que sólo puede ser amado si valoriza su cuerpo a ex-
noides. En este caso el homosexual imita a la mujer y reacciona pensas de su pene, Tales madres hacen 'resurgir las cualidades
a~ivamentc ill_lt<e_ e~ llecllo-de np' POdC~'~QlÍteilerhij(>s, De ahí ~sivas de sus niños, al elogiar su.._cI__u~zur._y s~-.?~~ie_ll_~ia, --
, la acfJViClild-dcstructora respecto de los valores humanos que tan
El comportamiento viril de la madre, que se observa. me-
a menudo se observa aquf en tales sujetos.
'.~I" nudo' a titulo de factor etiológico, culmisa en la valoración de la
Sin embargo el homosexual es un hombre que ticn8 ronden-
femineidad en el niño y constituye en cierta forma una castracion
-fias edípicas y que teme la castración. Sea como fuere ..ll.Q.J!S:..-
permanen,te. De ahi la identificación con el agresor, que no es
~-'!Jla_a,1 mi",!Q_,Skdesear a la mujer dol padre, y_~eLcastradQ otro que la madr_e_,_
p__Qr és~.:__Su Supery6 es por consjguiente v11'i_110 mismo que~u --,-d;--;----
El homosexual tiene una relación sumamente erQtiu'lda con
status sodal De tal manera es posible entender el aforismo de
su padre. Se trata de lW<h'es demasíadu.nusentes en la primera
Frrud. H F~omoscxual renuncia -ª ser el padre para tene0
padre". infancia, por lo menos en el plano erótico. Son tanto más pató-
genos cuanto que resultan incapaces de alejarse progresivamente
E1 mismo autor distingue dos formas de homosexualid~a
o de desexualizar sus relaciones con sus hijos. ,La separaciÓn deL
..Qrimer[! es la feminojde. El homosexual ha renunciado a todas
padre es necesarja llara qJJ.e....Ji!llL.idealizada, Cuando dicha se-
las cj!ulida.des víl'i@_s. Se haco mujer 2'. 8110 e~~Rrovoca_su
paración no se produce, todo .s_llcedecom". _si,_~L~dre llegase a
agresividad. Estos sujetoSIm-Üan a lns mujeres no tanto como las
_faltar' __X3J1arece_entonees fantasías como una imagen~-
.~~.!Lla~_
renled;;--De tal manera desprecian la virilidad en sí mismos.
tradora. En tales casos, la madre impide que el,hijo..tenga.nece-
Su actividad de denigración es castradora: culmina en la destruc-
sidad-de-;':;-iñ-ar~como seríª-lo nQi·~ una interme-
ción del compañero. Es también autocastradora y de ahí la ho-
:~íi;;rla"entr¡;eypadre y el hijo~t;;"~~e--entoncas en la nostalgia
mosexualidnd pasiva, ampliamente infiltrada de masoquismo.
deSUpaareerot1zado. -
La se Tunda lninada demi'·· Se la
encuen!¡ra en el personaje de Vnutrin en Ba zac y en el de- Mefís- La importancia'- del narcisismo fálico ha sido subrayada por
tófc]C's en Coethe. A:Juí la
reacción ,~la_p~sjvidad cuIn)hl\LC1Lla Freud y se encuentra en las fanta-sÚs-(Jel'espejo, donde el horno-

22 23
sexual busca un partclJaire üJé:nUco a sí mismo. Lo que para
mosexual, para quien el pene no es un apoyo Juílcional, sino un
,I Pasche ¡;;~c:t~Jjza al·_l)~llTj~ismo es el Ill:c110 ge (jlH..: es Jrustrauo
p~'ci l~¡fi~-110 tiene falo, siendo el fu lo oc
su m.ulre, 1~:-;·~-;;~tQ_
objeto libid ínizado, "
1 Los psiquiatras y 105 psicoanalistas de niños tienen perspec-
1 nomizarso, debe identificarse con ella y renunciar al Jalo. Por Uvas sobre la génesis de lu homoscxunlídnd 'en el muchacho, que
'1:
./ 'lo 'laótü' busca otro falo 011 su partenairc, y la existencia de éste
no coinciden forzosamente con las cons~lcracioncs reconstructi-
atestigua lu existencia del suyo propio. No su puede hablar, en
vas de quienes se ocupan elc los adultos. Resulr," particularmmlle
pI liolllosc'xual, de relación entre una rnaure fÚlica y su hijo, sino
r-li,tíci'1confirmar las afirmaciones de lQS pacientes adultos, seg˙n
de una madre fálica cuyo falo es el hij", ---
los ---(:lwlcs- b'S fantasías mnsturbatorias han tenido un carácter
l'

En la discusión qu~ siguió a la presentación hecha por Fran- ~i~~_ii1rG- a~)iert~~mente~homosexua1. Es posible que tal se-aer caso)
cis Paschc sobre los ~sJ2_~?~S:~_9~osde la homosexualidad, se por Jo menos en ciertas observaciones, a partír del período de
,
:'1' pusieron en evidencia ciertos aspectos del narcisismo fálico: Pierro latencia.
Luquct, subrayando la frecueñCm de los aspectos d~¡)lysiyOS en Es verdad -y tendremos ocasión L. .scntar ciertas obscr-
o
clrmmmexual, en el cual se encuentra destruida la parte esencial- vaciones de este tipo- que ciertos niños impresionan a quienes
.. , mente cargada de su cuerpo, dijo que al encontrar en el otro el ]05 rodean por su conducta caricaturesca de niñas, afectando sus
amor de su propio pene .. los hOl]l~.Yill.c.s_luchan_yictorio_;iamente modales y Su manera de caminar. Veremos también que no todos
~.0.pcjigrºJ:kJa pér:crr<:i'o'
de ~bietq._ l~ostraba estos muchachos se convierten en homosexuales .:
que las localizaciones hipocondríacas. ª-...!!!.enudo dige~.Jl.s, que Sea como fuere, los niños sólo revelan sus fantasías en el caso
se encuentran" en el tratamiento de los homosexuales depresivos de un psicoanálisis prolongado, y se mantienen l~ticentes, en par-
son una Ionna ˙ltima de la catexia local. ticular en este período de su vida y hasta la adolescencia. Es po-
,
"1
El narcisismo fálico fue íguulmenro considerado como un tes- sible que esto sea precisamente 10 que favorece ciertas contrae-
tirnoniü-,J01 reaseguro quü el homosexual debe construir contra SU ritudes proyectivas de los psiquiatras de niños, que corren el riesgo
1,,
le1110r de ser castrado. Diurkine indicó que este reaseguro es in- de experimentar, ante ciertos niños, las mismas emociones que las
dispensable frente" la realización edípíca y al miedo de la va- que les provocan los adultos homosexuales, Tendremos que exa-
ir
"
gina concebida a menudo como dentada. Míchel Fain subrayaba minar los problemas planteados por el porvenir de estos niños.
"
'1 , que el peligro vivido por el homosexual en estas condiciones es De tal manera, resulta clifícil suscribir la afirmación de los
,1
1, COmo el que podría experimentar con la penetración por un ob- homosexuales de que nunca han tenido fantasías rnasturbatorías
jeto fragmentan le. De ahí su comportamiento verdaderamente relacionadas con el sexo femenino. Pierrc Mále [151 se pregun-
Ióbíco y el deseo de localizar el peligro del pene con el cual taba, por lo demás, y en cuanto a esto, si no se trataría en tales
entra en contacto y por el cual desea ser penetrado. casos, ya que existen, de contraindicaciones relativas a la cura
psicoanalítica.
Nünberg ha presentado una teoría sobre el valor energético
Estas observaciones parecen justificar un estudio directo de
del pene, objeto de la carga narcisista. El homosexual pasivo se
los problemas planteados por la homosexualidad en los mucha-
hace penetrar para adquirir la potencia del que lo penetra, De
chitos, antes de la adolescencia,
tal manera el pene introducido no sólo es conductor, sino que
tiene además el valor de una potencia positiva que corresponde
a la forma en que la madre denominada fálica carga a su hijo,
corno un apéndice que podría escapárselo. Seg˙n Pi erre Luquet,
b Iunoión de íutcgracíón f˙lica no puede Ser utilizada por el ho-

21
25
,r ---- ---------,.--
"

¡,¡
1
¡
II
LA HOMOSEXUALIDAD DE LOS JÓVENES

I
"

.r
"
En su obra titulada Tres.!!!1§rlUQLPµ1'G lUla teoría sexuo] 1.16],que
I consta de tres ensayos publicados en ediciones sucesivas, FreuQ...
, 1

',¡ dedica ante todo un capítulo al estudio ..s aberraciones sexua-


"i
les y de la perversión. Subraya en él que, sean cuales fueren los
iI factores constitucionales y congénitos que puedan encontrarse en
,jI
I su etiología, el ni110 se presenta COlno un perverso._P_91imorfo: en
'1;
él se encuentr"an todas las pul~iones pel:'versas débiles de intensi-
dad, como s~cedc e;;~i' neurótico o el perverso. El segundo capí-
tulo de est,,-übl'a"se dedica,"an;;':sque n~d~: ;,1
estudio de la se-
xualidad infantil. En particular, en una nota de 1915, estudia la
actividad de la zona anal, "cuyo valor erógeno fue considerable
al principio". El contenido íntestínal.xlesemrcñn __!!l_pap_e! de
cuerno excitante:

Es evidente que el niño lo considera una parte de su cuerpo. par]


él, se trata de un regalo que le sirve para demostrar, 'si lo entrega, su
obediencia, y su empecinamiento si lo nlegu. Luego, e] 'regalo adquirirá
el significado de un niño que, seg˙n una de las teorías sexuales infan-
tiles, se adquiere, se engendra comiendo y nace por el intestino.

En estas condiciones es preciso subrayar.Jos vínculos entre


.en
la inversión y_Jª~_llulo;jQ'l~:Ltii¡¡dil,:; 1,) etllpa:;,¡nal. Como con-
~i6n del desarrollo· dedicado al estudio de esta aberración
sexual, Freud incluso escribirá _q1J_eaquí las vicisitudes de las
1
pulsiones tieneii-'!i~~ -!I1:0a"~anéia(¡ue la eleccióllobjetaC"De "1
,\

27
~ ¡Ji ,¡ ~~l l)."Jj.,-
t todas maneras, siempre es posible que los invertidos ha ynn repri- cho. Para hacerlo, nada resultará 111ás ventajoso y_uc la lectura
de El hombre de los lobos [17]: en el análisis de esta neurosis
mido en su memoria los hechos que Ilablarían en favor de su
¡, actitud homosexual.' 1 infantil,""FfeUcf cstudm el créstino de las posiciones homosexuales
reprimidas sus vínculos con la castración __ y C!__C;:r9!igI}q,,ª.f1_a,. El
j: En este período del desarrollo do su obra, Frcud, que se
enfermo, que Freud analizó antes de la prin~era guerra mundial,
¡~; mantiene fiel u la concepción de una biscxuulídad biológica, crn-
>~' "\i; brionaría y anatómica, no cree ya en efecto en lo que sería su sufría de un estado depresivo crónico, surgido después de una
.' '\ consecuencia, un verdadero!; hermafroditismo psíquico". La in- blenorragia, Estaba constipado y tenía necesidad de enemas, La'
.,
- JI
versión no tiene nada que ver con una constitución femenina, historia de su neurosis infantil es reconstituida a partir del aná-
rj'. u pues en el humbre el status viril es perfectamente: compatible lisis de la escena primaria, en la cual el sueño de los lobos cons-
con la inversión". tituye una de las bases, Freud analizó este sueño, acerca del
·¡i
cual demostró que había sido determinado por la observación an-
;i El invertido, lo mismo que la mujer, es atraído por las cuali-
dades viriles del cuerpo y del espíritu, terior del coito de los padres, sin duda nwre [erarum; y que es-
taba subtendido por el deseo de interrumpirlo mediante la emisión
Los que más tarde serán inverti~losJ_Q_'t~f!g.l dlui:lnte los primeros de un excremento, que permitiría recurrir a Nania, la nodriza,
.' .. .1 ~ __Ql.!!1J..9ónmJiL .~ual~ I~J)}_\I-
,ai1o~.de la Inlancia, por un._i fas:. ?_e_l-.:rev,,!: sustituto edípico. Es posible estudiar el juego pulsional en el
,1 <l'f sión sexualsc-iija+ en-!"onrii-inlensa sobre la mujer, la mayoría del tiem-
'po en la madre, --y-!uego dellaEcr superado esta etapa se idcnti- marco de las catexias objetales y narcisistas que se despliegan en
rican con la mujer y se convierten en su propio objeto sexual, o sea los conflictos endopsíquicos de naturaleza edipica y que se perci-
que partiendo del narcisismo, buscan adolescentes que se les asemejen ben en la situación de ese sueño.
y a quienes quieren amar como su madre los amó a ellos. De tal manera
1Q El niño desea a su madre y se identifica con el padl7e ,,/
no hacen otra cosa que repetir toda Sil vida el mecanismo que constituyó
el origen de su inversión. La compulsión que los empuja hacia el hom- 2Q Se identifica con su madre y desea a su padre, ,¿./'"
, I
bre está condicionada por -uña-construltc huida ante "la mujer.
a) La identificación la. mltd, "duce a las siguientes
i
C01l

Este desarrollo, que data de 1910, no asigna como se ve, una posiciones: )
importancia decisiva a las consecuencias de la bísexualídad, en la pasiva: ser tocado en el pene; ,:;
cual el hombre sería atraído por el hombre, quien debido al pene, _ masoquista: ser golpeado en el pene y las nalgas, /
sería la imagen misma de su naturaleza bisexual. Con suma na- _ homosexual: serolf al coito del padre.
turalidad, Freud se apegará al estudio del destino de la homo- Estas tres posiciones son la ex )resión de la regresión tem-
sexualidad del niño, generalmente latente: ~al a la eTapa <y E2..nenen c~ión, en especial, la ~sici.~I}
homosexual, el narcisismo fallco, y por lo tanto la ~sión del
Los sentimientos erót ícos, que se vinculan con personas del mismo
sexo, desempeñan en la vida psíquica moral un papel tan importante erotismo liñiií. -
como los sentimientos que se relacionan con el otro sexo, y su valor, b) La Identificaci6n con el padre, a causa de las pulsiones /.
en la etíotogín de los estados mórbidos, es a˙n mucho mayor [ ... J. 1;;0- edípicas invertidas, conduce al deseo del padre. Pero la castra- ~
elección de Objeto narcisista y la importancia erótica, conservada en la ción que es su consecuencia desencadena la angustia, contra la
'zona anal, pareó::fn ser los caracteres más esenciales de los tipos ~de ínver-
~ióñ-THH5). - _.- cual el niño lucha deseando dar un hiio al padre,
La emisión del excremento, que expresa ese deseo, traduce
El destino' de las pulsiorres anales reprimidas debe ser pues también el regreso de los deseos eróticos homosexuales reprimi-
aprehendido antes de peder formarse una idea sobre la sjgnifi~ dos, y permite al mismo tiempo interrumpir el coito de los pa-
cacíón de '13s posiciones abiertamente homosexuales del mucha- dres, competir con la madre, llamar a Nanía, sustituto maternal

29
ambiguo
el pene.
que amenaza al niño con C:lsltarlo () COn
golpearle
,
1
en lavar de una de bs tendencias sexuales En otros casos no existe un

¡
hd conflicto entre la masculinidad y la femineidad, habiendo tan sólo
EII numerosos ,pasajes <le El 120m/He (le los lobos, Frcud de- una tendencia sexual, que quiere ser admitida, pero que tropieza con
determinados poderes del !JO. En nuestro caso falta un tal conflicto mo-
dicó importantes dcsarrollos al estudio de estas posiciones homo_
rul. La acentuación de la bisexualidad como motivo de la represión sería,
sexuales reprimidas en el niño,
por tanto, ínsutlciente, y, en cambio, la del conflicto entre el yo y la li-
bido explica todos los procesos.
L<.:xamillandu más ddcnidamclltc fu situación, observamos que el en- A la tecríu de la "protesta masculina". tal y como la ha desarrollado
termo no hace sino repctir en esta coudlolón de su curncíón la situClc.:ión Adlcr, se puede objetar que la represión no toma siempre el partido de
de la escena primordial: por .entonces quiso sustituirse a la madre, y 1<1 masculinidad en contra de la icmineiclnd. Pues en toda una serie
1¡ como ya supusimos antes, produjo, en la misma escena, el niño exore,
de 'casos es la masculinidad la que queda sometida 3 la represión por el
,l·" mental, halJándose todavía tija do a aquella escena, decisiva para su vida
l" ' rrumdnmlento del !Jo.
sexual, y Cuyo retorno en el sueño de Jos lobos marcó el comjenzo de
ji. su enlcrmedad. ID desgarramiento del velo es análogo al hecho de ahrir
Además, una detenida investigación del proceso de la represión en
nuestro caso negaría que la masculinidad narcisista fuera el ˙nico mo-
, ,;1 los ojos y al de abrirse la ventana. La escena primordial ha quedado
tivo. La actitud homosexual nacida durante el sueño es tan intensa, que
!I
1'·
transformada en una condición de su curación.
Aquello que su lamento representa y aquello que
es representado
el yo del pequeño sujeto no consigue dominarla y se defiende de ella
por medio de la represión, auxiliado tan sólo por la masculinidad nar-
por la excepción del mismo puede ser fundido en una
unidad que nos cisista del genital. Sólo para evitar Interpretaciones erróneas haremos
,,1 revela entonces tocio su sentido. El sujeto desea volver
al claustro mn- constar que ..!.2.dí\S las tendencias _narcisistas parten del !JO ~ permanecen .,
'; terno, pero no tan sólo para volver Juego a nacer, sino para ser alcan-
,, zado en él, ocasión de! coito, por su padre, recibir de él la sutisfaccíón
en él, y que las represiones son dirigidas sobre cargas e objeto li-
" y darle un hijo. bidinosas. Pasaremos ahora desde el proceso ele la represión, cuyn expo-
"stcíón exhaustiva no hemos quizá logrado, al estado resultante del sue-
Ser parido por el padre, Como al principio supuso; ser sexunlmente ño. ¡ii hubiera sido realmente la masculinidad la que hubiese vencido
sntisfecho por él y darle un hijo, a costa, esto ˙ltimo, de su virilidad y a la homosexualidad (femineidad ) durante el proceso del sueño, ten-
expresado en el lenguaje del erotismo anal: con eS:_O$deseos queda ce- dríamos que hallar como dominante una tendencia sexual activa de franco
rrado el circulo de la Hjución al padre y encuentra la homosexualidad carácter masculino, pero no hallamos el menor inllicio· de ella. Lo esen-
Sl1 expresión suprema y más íntima.
cial de la organización sexual no ha sufrido cambio alguno, y la fase sá-
Del análisis del sueño de angustia deducimos que la represión se dico-anal subsiste y contin˙a siendo la dominante. La victoria de la mas-
enlaza al descubrimiento de la castración. Lo nuevo es rechazado porque ,
culinidad se muestra tan sólo en que el sujeto reacciona con angustia a
SlI admisión supondría la pérdida del pene. Una reflexión I1ÜS detenida nos los fines sexuales pasivos de la organización predominante (masoquistas,
haee descubrir lo siguiente: 10 reprimido es la actitud homosexual en pero no femeninos). No existe ninguna tendencia sexual masculina victo-
el senti(lo genital, que se Iwbb Io.mado bulo la influencia del descubri-
i
"
riosa, sino tan sólo una tendencia pasiva y una ncla contra la misma.
miento. Pero tal actitud permanece conservada para lo inconsciente, cons- Imagino las dificultades que plantea al la precisa distinción
lituyendo un estrato ai"bdo y más profundo. ¡ ~~

inhabitual, pero imprescindible, de aClivo-Il"\.'\sculina y pasivo-femenina, y


El móvil de esta represión parece ser la virilidad nnrclsistn de los no ahorraré, por tanto, repeticiones. El estado posterior al sueno puede,
genitales, la cual promueve un contlicto preparado desde mucho tiem-
pues, ser descrito de la siguiente forma: las tendencias sexuales han
po atrás, Con la pasividad del fin sexual homosexual. La represión es,
quedado disociadas; en lo inconscien!e' ha sido nlcunzndo el estadio de
por tanto, un resultado de la masculinidad.
In organización genital y se ha constituido una homosexualidad muy in-
Nos inclinaríamos quizás a mo'dificar desde este punto de partida tensa. Sobre ella subsiste (vírtunlrnente en lo consciente) la anterior
lacia una purte de la teoría psicoanalítit:a. Pan'C'e, en efecto, evidente tendencia sexual sádica y predominantemente masoquista, y el yo ha cam-
q\!_e es el contlíctn entre las tendencias masculinas y las___ffiillé.ninf!.s, Q blado por completo de actitud en cuanto a la sexualidad: se halla en
sea. la biscxualidadJo - Ü~l~ engendra la represión y -rl"'-p;oducción d~ la
plena repulsa sexual y rechaza con angustia los fines masoquistas predo-
i}.Q!J~ero es:n ded"~~s-T!icomr)le-f;-lJ-~~'-a-e'Els-(I(;S'- l:eñdM~Dj's minantes, como quien reaccionó a los fines más profundos homosexuales en la
S(~X![·¡Jf5 ell contlictp s" 1)'''10 de :lCllf'rdn (Y"I,~ ",1 .,,, .. ~.. 1. '1
rrnr¡n ,,1 ;nh,,·);~ __ _ __ o ~v,
_. l'vlU 1<1 otra con- génesis de una touin. Así pues, el resultado del sueño no file tanto la
'"''''~''' "'''\:I~l~!'! Y spcumbe Dor ello a la represión. Así, pues, victoria de una corriente masculina como la reacción contra una co-
también es en este caso el yo la instancia que desencadena h re.12.resión rrlcnte Iemeníuu y otra pasiva. Sería harto forzado adscribir a esta rene-
30
31
ci˙n r'! c:\r:˙'kr L!(' 1:) ll)"I:"i('lllillid::tI, pur-s vi uo no integra C01Ti('nt~s
Sin duela se trata aquí, una vez más, de los frutos de un tra-
$(-''l:llalC's,sino 1:111s˙lo el inlcrés ele su prop¡n conscrvacíón y del man-
'1 tontnucnto de Sil narcisumo. bajo reconstructivo realizado durante una cura psicoana1ítica de
! un adulto, Pero al estudiar el material recogido por el padre
1:
\ Estas brg;lS ('ifa~ de; Frcucl p,cnl1it-~n IlaC(TSe ul~a. ielea aceren de [uanito [181, Sigmund Freud se encontró también ante el eles-
'," I del desUno que, seg˙n el, es p:)slhle fijar a las posicrones homo- i plazamiento fábieo de toda la agresividad proyectada sobre el
): ",cxu;t1cs reprimid'.';, '.'sí cornoal er,;tismo ana( que-hl., s.ubtienc1e. , padre, durante el conflicto edípico, valorizado
l por el nacimiento
,"'
1Q Su reprcsron, ha JO la influencia de la duda narci sista que
, -f
',;, -11 i de la hermana, el voycutismo de la madre y las amenazas de
seg˙n supoi1e;-
no excluyo la existencia activa de pulsíones sádico.
1 castración.
anales que son su baso pulsional.
~¡ 29 De ahí la disociación fundamental, para el futuro de estos Una constitución sexual como la ele nuestro [unnito no parece in-
,
"
, niños -y ya lo vc;eñiosei1--l1uestj-¡_ls~ óbs'crvaciones personales-, tegrar disposición alguna al desarrollo de perversjones Q de su nega-
i! entre ~I erotismo anal reprimido y las representaciones cle.J.as__u.u]- tivo, las ne\lrOsis. Por 10-que hasta ahora he "llegado a saber (en este
pl'mto conviene a˙n observar una prudente reserva), la constitución con-
,;_ionessádico-anales 'l-\!f'.22_i_r:t<:&r~~~}'.': Iibielo Q!?j~!, Ellas
génitn (le los htstéricos -v la. de los perversos. naturiJinentp se carac-
conducr n a ]0 que Freud denominará más tarde, en sus ˙ltimos teriza por h primacía que ud uieren sobre la zona genital las demas
estudios mempsicoJógicos, la deftisjón de las pulsion~~~on _~n zonas erógenas. na ˙nica "aberración" de la vida seX"\Wleoñsliluye ex-
,1 Q(jl¡j)jbrio smi;:fª_Q_lori~9_Ia ~bJel()_)_'. !~_~r,:sivid;¡sJ_L9~_yiªªa cepción a esa regla. lli:!_los su.iill:Qfj_¿tI~~ti9!·'!ll~!llehomosexuales q~1~˙..!!..
lrasoquistamente 9n.1m:ma__cons@~ ordenada por el intento qna hipótesis mía y !aLQ!~[Yac.i.Qfl~S nc 1. Sadg,<;:L 032~)'_ 19(9), pa-
-,re--confi'Oloilsesivo, ---=------- , ,san tQdo.s._..en 511 jntancia por una fase aJ)fígena.._..hal11.lll.Qtjg:uaU~rgJ2!.?-_-~~
de la zona genital, y muy e_:;pecia_~mcntc ,gel p.~!2e.~~_:_ /'
_/

-~--jÜ_;;;i~,~tiempo, ':!
objeto elel des:.~:.:6.tieo anal r~ri-
~~blltil
císamense esta elevada estjmación del miembro viri!' es la fatalidad de
,JUi.du...es alci~o con e! ret"lenO Jel¡)-reprlmido, por un d~spJa- ..del' En su infancia eligen a la mujer como -ühIetosexual"/
-los homose~..!.\( '1111, "

,~:~cnto fóbico-'--Ef deseo y el temor desencadenados por el pa- 1hientras }~{:s.u12onen también en ella la exisl-enc.i¡,l de aquel órgflno, que ~ ./ /?I

dre derJiOmbre de los lobos conducen a la fobia a los lobos, que j~ga~~~~~e,)' Im;go, cuando se cOI1\:~ncen .de que la muje~. V
~ 11:'\ emrpñ'ldo cn-estc punto, les rCSlili:.LYa._waceut.!bill_ ~0..9!Q_t<:!!_o~
son una imagen desplazada del padre, habiendo sido preparado Jeto, No Jueden )rescindir ( ene en la persona _gue l~a de incitar-
este desplazamiento por relatos aterradores, narrados por la her- fes-"at omercio sexual, Y. en el mm más favoro!i¡e-fij:lli~fj!! iibido....c~
mana y el abuelo del paciente. En el relato del abuelo, un lobo m~er provista de pene"; esto es, en el adolescente de npnrlencin feme-
había sido por otra parte castrado por un sastre a quien quiso l~¡na:-COs-hOi;losexuales son, pues, personas a quienes In impoit.'lIlCia-ero=-
~ de su propio órgano genital no consiente prescindir, en su objeto
atacar, y luego debió huir ante la evocación de su castración por
sexual, de tal coincidencia con la propia persona, En la evolución desde
ese sastre otra VeZ amenazado: el desplazamiento fóbico permitía
j. el autoerottsmo al amor a un objeto han quedado fijados en un punto
I pues partir en dos la imagen del paelre en su realielad benévola más próximo al autoerotismo.
y su aspecto fobígeno y castrado, el lobo sobre el cual se proyec- ~ jmprocedente distinguir un ~~~ltO homosexual especial. Lo ')

i
!
tan las cargas agresivas movilizadas por el retorno de las posicio- . (ue hace al homosexuar no eLJ..!llil_J?E,ti<::~larid _1 " !ª vida jD.sti"ntiv~._
,.E
nes eróticas anales reprimidas. sillo dI' la elección de objeto. Ya en nuestros ' ensayos" indicamos I
De tal manera, c:! destino de la pulsión ho=~
que era un error suponer demasiado Íntima la unión del inslinto y el I
!

~--
objeto en la vida sexual. El homosexual, de instintos quizá normales, no
mida - _'-_ -_ _"_
,_._ es más bien de orden ... ¡¿blco, Al ordenamiento del Yo que
-

determina la PU~qhlen acción (le "lo que Freud denominaba


.
en-
puede libertarse de un objeto caracterizado
dición. Durante
por tina determinada
su infancia, mientras supone que dicha condición se
con-

tonces la lucha activa contra la pasividad, que estudiará más tarde cumple generalmente en torno suyo, puede conducirse como nuestro [ua-
nito, el cual se muestra ígunlmcntc carffioso con los niños que con r.,
como defusión pulsionnl, corresponde un intento obsesivo de con-
Irol ele la agresivicl'.'u. las niñas, y en una ocasión declara que su nmlguito Federico es su "nena
más querida", Jllanito es homosexu;¡1 ('n un sentido,- .. - _..---_. _-
.._- - en el que todos -'
,

,
O')
-
j,

33
L
r m se.' n

primicias, sino por el contrario, comprobadas, en el joven. Vere-


lp.s__niitos.. 11UCUcrL-scrkl._.UllC~t2_~¡e 1_~() c(~!(_~CCl.~!I.~(li._Glj(¿~.,!'l¡l cJa,~c_de
!ag!UljL genit(/l, un g-c:nit,t1 COlIlO el SIIYQ.· mos que la lucha por la represión del erotismo anal conduce a los
'~
I'ero la cv˙ludólI ulterior de nuestro pequeño sujeto no se cncnm¡r,a mismos tipos de organizaciones quc Frcud puso en cvidcnda en
I hacia la hnmusexuuudud, sino hacia enérgica virilidad polf gnma, que su estudio de los dos casos en los cuales nos hemos lletcnido mi-
r
1IIIa

,,¡: sabe conducirse ditereutcmentc, seg˙n las características de SHS distintos nuciosamente. A la represión del erotismo anal corresponde la
t objetos sexuales, emprendedora unas veces, tímida y platónica otras. En
organización fóbica que preserva al objeto del deseo y desplaza
~'1
,, I
una época de escasez de objetos amorosos, esta inclinación retorna a la
madre, partiendo de la cual se había orientado hacia otras personas, para la agresividad proyectada sobre el objeto fobígeno, El ordena-
tI
fracasar con ella y caer en la neurosis. Sólo entonces averiguamos cuánta miento contra los representantes de las pulsiones anales sólo
intensidad hubo de alcnnzar el amor a la madre y por qué destinos ha puede hacerse a costa de un intento de control obsesivo de la
¡ ntravesado. El lin sexual que junnito persigue en sus relaciones con sus
.~ infantiles amiguitas, de dormir con ellas, procedía ya del complejo rua- realidad.
terno. Siguiendo la trayectoria ordinaria que tiene su punto de partida El sentido de esta evolución se adara, nos parece, por medio
j
"

en los cuidados prodigULms al niño por Slrs- guardadores, [uauito halla de la siguiente observación, cuyos dos extractos sucesivos están
;
el camino hacia el amor objetar, y su conducta queda determinada en él sumamente resumidos:
,! por un nuevo plncer: el de dormir junto a su mndre [ ... J.
!
, '
.l'ierre, hijo ele una pareja divorciada, sigue un tratamiento psicoa-
,I Así, sin la misma terminología
exacta que en el estudio pos-
nalítico hacia los ocho años de edad. Habla muy bien de su padre, y
terior de la reconstrucción de la neurosis infantil del hombre de
habla hecho de él 1!!1.J.dw1! del VO difícil de~. Por lo demás su
los lobos, Freud, con la ayuda del caso Juanito, pudo estudiar la padre era un hombre célebre, que escribía y había dedicado una de sus
fobia de este chiquillo de cinco años cama un aspecto del despla- auras a su hijo. Por consiguiente la libido narcisista estaba enteramente
zamiento provocado por la identificación con el padre y la agre- proyectada sobre ese padre. Durante su cura Picrre pudo revelar sus fan-
tasías eróticas: imaginó que su madre, acostada de espaldas, lo casti-
sividad proyectada sobre él, pero también como el producto de
una negación oc
la castración, el temor de la cual era la conse- gaba en las nalgas.
Varios años después del final. aparentemente satisfactorio, de su cu-
cuencia de las fantasías de deseos edípicos (como por otra parte, ra, r'ierre lue tratado de nuevo debido a preocupaciones ansiosas de as-
de amenazas reales hechas por los padres a causa de la mastur- pecto obsesivo: incertidumbres, pequeñas compulsiones de verificación.
bación). Juanito se aterrorizó al ver caer un caballo que arras- Su jdentltícncíón con el Ideal del Yo era puesto entonces en dude, y en-
contraba a su padre presuntuoso, torpe en la vida social, ínsuficiente-
traba un pesado carro, De tal manera pudo explicitar, a partir mente elegante. Ya no tenía más fantasías masoquistas respecto de su
de ese recuerdo que no expresaba sólo la agresividad desplazada madre. Muy preocupado por el deseo de Hírtenr, tenía pensamienlos ob-
contra el padre, su deseo ele tener un hijo excremental, ya que la sesivos sobre sus necesidades y fracasos en ese sentido y daba vueltas
caída del caballo recordaba la elel lou:mif o producto intestinal, interminablemente al asunto. El análisis reveló que en realidad esos pen-
samientos obsesivos le permitían ocultar sus deseos sádicos y masoquistas
y de ahí la formación reactiva ele desagrado hacia todo lo que se
con las muchachas. Desplazaba a ellos sus viejos deseos relacionados con
refiriera a los excrementos. su madre y luchaba contra sus pulsíones anales por medio de un intento
Como se recordará, Freud discutió largamente, en la expo- obsesivo de control de las pulsiones desplazadas. En apariencia preocupado
sición de1 caso juaniro, el valor de pronóstico de esta fobia infan- por los éxitos femeninos, había desvalorizado la imagen paterna para no
quedar ya vinculado eróticamente a un Ideal del Yo al cual 10 unía todo
til surgida a ]a edad de cinco años. El niño, que murió en la su narcisismo y al que lo fijaba todo su erotismo anal. Pero como era inte-
guerra de 1914, se había convertido cn un hermoso joven de apa- ledualmente brillante, Píerre intentó en rig"r -c-lucir a su padre, quien
riencia normal. seg˙n él, s610 se interesaba por los juegos ¡': .uales.
Prccisameure cl sentido de nuestro trabajo consiste en tratar
de prever el desarrollo de las posiciones homosexuales, no ya re-

:34
li:.sla obxcrv.« ..-iun, Il!llY l"l'sltlllida, Hl!ll'slra en Ioru«¡ CS(jUl'lllÚ_
turnas no contenían los elementos de agresividad más o menos culpubilizada,
t ica el tipo de organizaciotles que es posible disljn_
prclilllill<ll'cs tan Frecuentes a esa edad, Pero sobre todo parecía que se Iratnba en su
guir en Lt observación del joven. Nos hn parecido cómodo, en cnso.de regresiones inducidas por la culpa edípica, conforme a una forma
realidad, distinguir ('!g_:!_!_LL~s
__d_~_<::_,,~(~~
__~q Jl!.-'i_Sll:.~l~~_.!-:..~ta~
ol:g¡!11!- de castración neuróticamente tolerada,

l
~ilctones pueden, s~r observadas in slal u. uascendi, a<_lu~lIasen Ahora bien, cuando la madre se sintió lo bastante tranquilizada, re-
veló que antes de su casamiento había trabajado con un sastre homosexual,
ln2S_l!.aIc~.1.9~_l?_~~~lr~~-
temen -la homoscxuulidud ~ a(juc¡t"~I~ -;-~
que se rodeaba de homosexuales, Se sentía obsesionada por la idea de que
pósíto _de I}1s cuales -]oS"lJs-¡ciuiatras consultados ven pCT[i!arse la el a necesario evitar esa evolución en Sil hijo y, en función de esquemas
amenaza de la homosexualidad posterior. preconcebidos, no dejaba de reprocharle el carácter nada viril de ciertos
rasgos de su comportamiento, que sin duda habrían asombrado o inqule-

j
tndo menos a otras madres, Es posible preguntarse cuál puede ser la in-
fluencia de este modelo impuesto por la madre, en la medida en que ésta
_~I"vaciolles eH las cuales los p~~b'~~'~r.::9fanel, pe~igrQ
de homosexualidad desarrolla precisamente una lucha tan constante contra lo que cree ser el
/ ~ pródromo o el peligro de homosexualidad,

A menudo sería posible dejarse impresionar por las fantasías fácil-


Esta observación, de carácter esquemático, no podría ínfor-
mente expresadas por los jóvenes.
marnos, como es evidente, sobre las consecuencias que pudieron
,1 tener- para Paul los temores de su madre en cuanto a su eventual
En presencia de sus padres, que en apariencia no reaccionan, Boris,
que tiene l'$ aJlOS, declara que quiere ser policía, Su madre había sido evolución homosexual, Por lo demás, resulta difícil separar lo
auxiliar de policía, Convertirse en agente de policía le permitiría, se- que se reveló en ella por ciertas actitudes ambiguas, en cuanto ·"1:
g˙n él, arrestar y matar a las mujeres, que son todas malas, y casarse a la posible significación de éstas para su hijo, y lo que ella ten-
con un hombre,
1
¡
día a imponerle a consecuencia de su temor. Toda conclusión re- ":1
11
Esta fantasía, por impresionante que sea, no parece, a pri- sulta tanto más incierta cuanto que el caso sólo fue examinado
en un momento en que los juegos de la relación objetal ya se ha-
I
mera vista, traer aparejado el pronóstico de homosexualidad, '111ill
aunque el niño se aparte de una imagen femenina fálica para no bían desarrollado, en tanto que la madre tuvo necesariamente
aceptar' otra cosa que la compañía de hombres más tranquiliza- ¡ temores desde el momento del nacimiento de su hijo mayor, Se
dores. Pero semejantes documentos 110 son seguidos de una ob- puede ofrecer una prueba en ese sentido: luego de haber reve-
servación prolongada, y debemos recurrir a casos diferentes para
darnos una idea sobre la génesis de la homosexualidad.
II lado las causas de su temor en cuanto a la orientación sexual de
su hijo, la madre de Paul agregó, al salir elel consultorio, que ella

I
El primer caso que recordaremos en esta serie es el de PauL también había tenido un hermano "así", expresión muy em-
pleada en el medio de los homosexuales, y cuando se recogieron
Paul es llevado, a Jos ocho aftas, ante uno de nosotros a consecuencia
de su comportamiento afeminado, Se disfraza con sumo placer, con las ves- I informes, se supo que ese hermano había evolucionado en forma
absolutamente normal: tenía una vida regular, estaba casado y
tunentus de su madre, Esta acababa oc
recibir, como regalo, un abanico,
y se sintió asustada al ver a su hijo coquetear ante un espejo, remedando
a una mujer coqueta, Hacía constantes reproches a Paul en cuanto a su
I
1
era padre de cinco hijos. Por hermano "usí" Iª_ma-G_J;(" de Paul
entendía 9._uese parecía. en ~ infancia, a_Sll híjo.__ >

falta de virilidad, I --Por cüñsiguiente, sólo hemos presentado esta observación


El examen del niño, morfológicamenn, normal, aunque de aspecto un como ejemplo de problemas muy inciertos que plantea la actitud
tanto demasiado infantil, lo mostraba comprometido en posiciones edlpicns de los padres, sus temores y sus descos,_rnuy....d~~~Qnoc.~:c
conflíctualizndas. No cabe duda de que su Ideal del Yo reflejaba un status
De todos modos, es preciso recordar que no faltan las observa-
considerado poco viril, pues deseaba ser bibliotecario, y sus fantasías 110C-
clones en las cuales el comportamiento de las madres con sus pe_
3G
37

---_.-
,
1,
"
,
.,
i
en la despersonalización. Se confirmaba pues, la orientación hacia una es-
qucños parece responsable de una orientación incierta en materia
tructuración de la personalidad en el sentido obsesivo.
sexual.
La tercera consulta se realizó un año más tarde. Otro -médíco, con-
Hemos exarninndo también, y seguido, a varios hijos cuyos sultado en relación con exámenes endocrinos, remitió al niño al psíquia-
padres, o más bien cuyas madres tenían las mismas inquietudes. tra. La madre se sintió encantada de que los exámenes endocrinos fue-
sen negativos y ya no temía nada.
AJaio fue traído ante uno de nosotros en julio de 1954, c-uando te- Durante esta tercera entrevista, reveló que su hijo había nacido in-
nía nueve años. Pertenecía a un medio burgués. Era el mayor de Jos ni- mediatamente después de la guerra, a consecuencia de relaciones que tuvo
ños. La consulta fue pedida debido a la ansiedad y agresividad de este con un amigo de su marido, jamás lo había dicho a nadie. Pero insistió
niño, estado que la madre hacía remontar al nacimiento de su hermano, en el enorme alivio que le había causado el carácter normal de los exá-
que tuvo lugar cuando él tenía dos años. Alain habría sido un bebé ideal, [n-i- menes hormonales y dijo que se habría sentido enormemente culpable
Hante por su inteligencia. A partir del nacimiento de su hermano se lo si su hijo no hubiese evolucionado en un sentido sexual normal.
ve cambiado. La escotoridad era buena y Alain acababa de entrar al co- El tercer examen de Alain luyo lugar durante la misma época.
legio secundario con bastante anticipación. Hablaba voluntariamente de Se ccntirrnó la organización obsesiva de la personalidad. En el plano
sus celos, decía que su hermano había ocupado todo el lugar en la fa- sintomático, Jos sentimientos de despersonalización se hacían clínicamente
milla, que tenía una habitación mejor que la de él. Su madre le reprc-' más claros. Pero la vida de la fantasía estaba orientada con mayor
chaba con frecuencia sus celos. claridad, por 10 menos en el plano de las fantasías masturbatortas, en una
Al finalizar esta primera entrevista, la madre de Alain insistió en dirección heterosexual.
el hecho de que lo encontraba poco viril, de que con frecuencia tenía No resulta ˙til insistir más en cuanto a las peripecias de esta obser-
b "impresión de que tenía actitudes femeninas, que no le agradaban los vación en los años siguientes, es decir, entre 1961 y 1963. Los síntomas I ~I
deportes. insistió Igualmente en su coquetería, en el tiempo que pasaba de orden obsesivo se manítestnron con más claridad. Provocaban lnsom-
en contemplarse anle el espejo, en peinarse, en las quejas que provocaban nío, debido a las preocupaciones obsesivas en cuanto a las dificultades
las pecas que lo hacían sutrir mucho.
,i para dormirse. Durante el mismo año, la madre volvió a consultarnos
Durante el primer examen de AJain nos encontramos en presencia acerca del temor de que su hijo llegase a convertirse en un homosexual,
',1 de un niño bien dotado, que se expresaba con fucilídnd y revelaba sin pues una amiga había insistido respecto de las costumbres del joven.
dñicuftades sus ideas de celos, que tenían un carácter obsesivo, debido
En rigor, volvimos a ver ti Alain a fines de 1962, después de apro-
a la lucha compulsiva por medio de la cual trataba, en vano, de eli-
bar el bachillerato de Hlosotia y conocer algunos fracasos en la ense-
minarlas. Es preciso insistir en el hecho de que Alain habló con relativa
ñanza superior. En lugar de aceptar un tratamiento que su madre enton-
tacüídnd de sus tuntaslas rnusturbatorins, en las cuales se identificaba con
ces anhelaba, prefirió alejarse del hogar tamiliur. Healizó estudios de
el pudre. También resulta importante advertir que hablaba igualmente
intérprete en Suiza, pero no los continuó. Comenzó estudios comerciales
de ellas a su madre, y que gracias a estas conversaciones, en apariencia
en Estados Unidos, en los cuales UIl asesor de orientación indicó la ne-
muy cutpabüizadas, pudo acercarse a su madre y suplantar a su hermano.
cesidad de realizar una cura pslccternpéutica. Después. de esta ˙ltimo
Luego de esta consulta, se planteó la indicación de una cura pslcoa-
intervención el tratamiento tue aceptado por la madre y el hijo, quien
na lítica. La madre de Alain volvió a vernos un año más tarde. sin que
comenzó a Hnes de 1\-)03, un tratamiento psicoanalítico.'
se hubiese hecho nada para seguir ese consejo terapéutico. Durante la
A!ain se ha convertido en un joven cu bierto de acné, de aspecto más
';'.

segunda entrevista se mostró más inquieta por lo que denominaba 'el com-
portamíento ternenino de su hijo. Pensaba que sus gestos y su voz reme- bien viril. Su vida social es extremadamente reducida e incierta. Tiene algu-
daban los de las mujeres, sobre todo cuando se encontraba en presen- nos flirteos con muchachas. No tiene contactos homosexuales, pero no les
cia de un extraño. SlJ forma de caminar ondulante y femenina había huye ni se preocupa por ellos. Su pensamiento es confuso y desorganizado,
sido señalada a su madre por nmigus de ésta. Sin embargo, un clínico a pesar de un nivel intelectual brillante, sin signos de deterioro. Un examen
consultado Jo encontró muy normal. La madre, inquieta por un porve- proyectivo, realizado durante la misma época, reveló una ansiedad de carácter
!" nir homosexual, insistió en que se le hiciesen exámenes hormonales. fóbico, suscitada principalmente por sltuaclcnes que revelan los conflictos
, Entonces el niño tue entrevistado nuevamente, El examen clínico, que edlpicos. En el plano clínico se puede hablar también de signos de encu-
" resultó fácil, no reveló orientación homosexual alguna. Pero Alain tenía brimiento de carácter obsesivo, de perturlmcionos del orden de la desper-
ahora preocupaciones rnetatisícas que provocaban perturbaciones rayanas sonalización, con períodos angustlantes de extrañeza. Por consiguiente,

38 39
~ .. _---_. i ----
------
)
.f
el caso parece desplazarse en el cuadro
ticns, con cobertura siutmnáficn de orden
de las organizaciones
neurótico y obsesivo.
prcpsic6_ )' una organización estructural que se acerca a un estado prcneuróttco, i•
en particular obsesivo. Cérnld ruc enviado a consulta del Centro Alíred- 'l,1
Blnet por el médico de familia. Ya había sido observado en el hospital ·ji
Esta observación, que prosigue en la actualidad, nuestra San Vicente de Pn˙l por una eucopresis aparecida a la edad de 4 años,
que no parecían tener fundamentos los temores de la madre en en el momento ele su entrada al jardín de infantes. Hacia esa misma
cuanto a la orientación sexual de. su hijo. Es probable que el ori- época' hubo preocupación por determinadas perturbaciones de tipo dislé-
gen esté vinculado (.(11) el comportamiento repentinamente agre- xico, dlsortogrático y disgrático.
sivo respecto del hermano menor y con las preocupaciones que. Uérald pertenece a un nivel Iumilíur modesto. El padre es opera-
las desviaciones del comportamiento provocan en una madre par- rio y la madre no trabaja, Es el segundo hijo de una familia de tres, y
se encuentra entre dos hermanas, muy rechazado por la mayor, como se
ticularmente culpabilizada debido a que Alain era el producto de
verá más adelante. La familia vive en muy malas condiciones, pues sólo
una relación ad˙ltera. No cabe duda de que el niño se había dispone de una habitación y una cocina por toda vivienda.
destacado por sus amaneramientos feminoides. Pero sus fantasías Gérald nació luego de un embarazo y un parlo normales. Fue ali-
masturhatorias, que. consnnnan ei origen de una mu mmao sus- mentado a pecho durante tres meses. El pediatra que lo siguió insistió.
pechosa y peligrosa con la madre; sumamente patógena ella mis- en esa época, en el hecho de que la madre 10 alimentaba en exceso y
ma en el sentido de la orientación homosexual, fueron siempre tuvo temores de posteriores perturbaciones intestinales. Por lo demás, el
heterosexuales. La organización de tipo psicótíco, COn cobertura desarrollo fue normal. El niño comenzó a caminar tarde. Los hábitos hi-
,1 obsesiva es una evolución que debe llamar Ia atención, pues vol-
giénicos fueron adquiridos en buenas condiciones, a pesar de las Inquie-
tudes de la madre, al año ele edad durante el día y a J9s Jos allOS por
veremos a encontrarla en otras observaciones. la noche.

El niño sufrió desde su nacimiento de accidentes otiticos y en va-


Stéphane inquietó en grado sumo a sus padres, Quienes reclamaron
rias ocasiones parecen tesis. Luego de una tos convulsa a 'la edad de 8
una consulta urgente cuando se les telefoneó, desde la colonia de va-
" años, presentó estrabismo. Por ˙ltimo, habría tenido pólipos anales. Estos
caciones en que se encontraba su hijo, de diez años de edad, para pe-
, l'I pólipos, seg˙n un proctólogo, son la consecuencia de' la encopresis y no
'I! dirles que lo llevaran de vuelta a París, pues era un "corrompido". Se
enteraron de que se lo había visto en el baila mientras se exhibía ante su causa. No se realizó rectcscopin. El análisis parasitológlco de los ex-
I crementos es negativo. '
I,, otros niños. Esta familia, de origen armenio, particularmente rígida, se
imagin6 proscrita de la sociedad ante la idea de tener un heredero vi-
cioso y homosexual,
El niño íue examinado por primera vez en el -CeJOLro Alfred-Binet,
en abril de 1964 (F. Klein). La madre, que insistía en el atraso escolar
¡ En rigor, Stéphane tenía un tic compulsivo de carácter más o menos que parecía ser la consecuencia de perturbaciones de orden disléxico,
claramente mnsturbatorio. Invocaba la molestia vinculada con prendas in- que habían dado lugar a una reducación psícomorriz, se' refirió en varias
teriores demasiado apretadas o demasiado poca ceñidas, para explicar su 'f ocasiones a la encopresís. Consideraba que su hijo no podía identificarse
necesidad de acomodar los órganos genitales. I con un varón, pues estaba .rodeado de niñas y sus juegos eran juegos

I
de niñas.
En ese primer examen, Céraíd parece un joven inquieto, preocupa-
Quizás habría podido encontrarse una vinculación entre una
do en el plano hipocondríaco, y piensa que contrae todas las enferme-
pasividad evidente y no integrada, por una parte, y por otra los dades infantiles. Insiste sobremanera en el hecho de que su hermana
1I tícs que fueron el origen de la equivocación que tuvieron con mayor lo castiga y Jo detesta. Parece muy satistecfio con las preocu-
respecto a Stéphane, Pero tranquilizados los padres por el hecho' paciones que su madre tiene respecto de él. ,,1
"

de que su hijo no era vicioso ni homosexual, no volvieron jamás Se vuelve a examinar el caso Juego de varias. semanas, y la ma-
I1 a la segunda consulta que se les había propuesto. dre señala Que se ha vuelto bulimico, que se come el alimento del gato,
que comete pequeños robos para comprarse bombones.
!I
i¡ El caso de Cérnld, de once años, seguido en el Hópltal de '¡our del Lo que llama la atención en este segundo examen no es el hecho
1I Distrito 13, vuelve a poner en evidencia los vínculos entre ciertas preocu- de que Cérald se identifique con una mujer, sino más bien que su
"
11 paciones de la Iamilln respecto de una eventual orientación Iiomosexunl madre se identifique completamente con él. Al mismo tiempo que lo'
;1 describe como un muchacho que vive como una chica, habla sin embar-
!I
u:1 40
'1 41
!I
"
~
I I
go de SII$ juegos peligrosos y de- Sil mcutuhd.rd intrépida. Se siente des. Al cabo de algunas semanas de observación y .tratamientos, no se /
díchada, teme que Cérulcl llegue a ser tan infeliz como lo fue ella en Su cree ya que Cérnkl pueda convertirse en un homosexual. En el Hópital
1
condición de mujer. de jour tiene relaciones muy erotizadas con las chicas .y se comporta co-
Diversos ex.uueucs pstcológtcos muestran que la inteligencia de este
chico es nounal, que existe 1111 atraso escolar importante. Se comiem.a
mo los otros muchachos en sus contactes heterosexuales.
naza de una organización obsesiva parece .importante,. es
Si bien la ame-
preciso recono-
I
una reeducación ortofónlca antes del ingreso de Oémld en el Hópitnl de cer, sin embargo, que el estudio del erotismo anal muestra la importan-
jour, a comienzos de setiembre de H)(j4. cia de Jas preocupaciones centradas en torno del ano y el carácter fu-
sional de la relación con una madre centrada ella misma en torno,
Luego ele observnctones multidisciplinndas, el primer examen del ni-
de dichas preocupaciones. u
ño en el hospuu! muestra a un muchacho de aspecto deprimido, enveje-
En las semanas que siguen, Gérald se muestra bastante pasivo en
cido y delgado, sumamente desarmónico, con piernas largas y miembros
la vida cotidiana del hospital. En el curso da. sus sesiones psícoanalf-
superiores enjutos. Lleva la cabeza hundida entre los hombros y tiene los
ticas, parece dedicado sobre todo a controlar la situación pulsional, y pasa
ojos cavernosos. En conjunto, su tísico es ingrato. El estrabismo es li-
el tiempo haciendo dibujos minuciosos. Sin embargo, éstos revelan una muy
gero. Tiene en el rostro peq ueñas lesiones congénitas complicadas con
'11
grande b˙squeda de la fantasía cuyo contenido parece exclusivamente
otras producidas al rascarse. Es en conjunto y en primer lugar ~ un chico sadtco-anat. •
1,
'1 inhibido y bloqueado. Se revelan formaciones reactivas de tipo obsesivo,
"1
._I!
bastante lábiles. Estas se derrumban cuando toma distancia. Sus fauta-
Por consiguiente, es preciso volver a insistir en la vinculación
sias son Inhibidas. Vice, por ejemplo; que se distrae contemplando pasar
·1 Jos coches, que nunca sueña. Sin embargo traducen el deseo de Identi- entre la agresividad sádico-anal y el supercontrol que exige la
ticacíón con el padre, en un contacto edípico bastante manifiesto (con- contracatexia frente a las pulsiones sádicas.
ducir el mismo coche del cual el padre es propietario). Con la hermana Nos encontramos entonces ante una orientación indecisa. Re- 11
mayor, el conflicto patógeno es evidente, Pero esta relación conflictual sulta difícil prever la evolución del erotismo anal, insuficiente-
es señalada por la perfecta identificación con la madre, quien le dice
mente reprimido, pero cuya organización parece conducir más
que su hermana no hnbln querido besarlo, cuando nació, al enterarse 11
<le que era un niño. Cérald dice al respecto: "Ella quería ser el híío bien a formaciones de carácter obsesivo y no .a perversiones.
˙nico La depresión tiene un carácter más bien hipocondríaco (Cérald Hasta el momento hemos estudiado algunas observaciones
dice que esta ruul construido, que es un "irrecuperable en clase"). De en las cuales los padres se mostraban más o menos inquíetos por
todos modos, su homosexualidad está reprimida y la pasividad muy de- las tendencias femeninas de sus hijos.
fendida. Cérald dice que le abrirían el vientre sin pedirle permiso, y aso-
cia esta fantasía con el hecho de que se le obligue a lavar los platos, ~J caso de jean, que se asemeja a ciertas observaciones de adoles-
10 cual constituye un trabajo de mujeres. Su reacción más clara no se centes, era el de un niño de siete años que quería ataviarse como d
l'
cllrige contra los impulsos eróticos anales, sino contra la suciedad que una muchacha, y que pretendía convertirse en tal. Resulta interesante,
tes está vinculada. Insiste en el desagrado que provocan en él Jos pe- en la perspectiva en que nos ubicamos, estudiar el peso de la influencia
ríodos ele las mujeres. Las primeras discusiones confirman que la identi- de los padres, señalar que el padre de jean era inspector de poli-
ficación femenina de Cérald, mencionada por su madre, es en realidad cía y tenía a menudo oportunidad de interesarse ee los ultrajes p˙bli-
supertíciut. En rigor, desea ser hombre y se reprocha enormemente su cos al pudor, dentro del cuadro de la homosexualidad. Este caso, del
actitud sádica y agresiva respecto de su hermana. Por ejemplo, teme cual por desgracia no se pudo encontrar el protocolo de las sesiones de
haberle quebrado un brazo durante una pelea. Si acepta un papel feme- psicoanáfísis, resultaba notable, antes que 'nada, por el hecho de que
nino, es para agradar a su madre. Ante la psicoanalista que lo sigue en el se vinculaba con un tic de acuclillamiento, y que éste cesó en cuanto '1
Hópital de jour (F. Daladier}, se presenta como un niño brutal, agre- en el primer examen, se dio la siguiente interpretación: "Tienes esa ma-
sivo y majo. Los reprocbes que se hace en este sentido provocan un nía, porque quieres mostrar que querr ias orinar como una niña". La
bloqueo que llega hasta el control de la mímica. Es posible preguntarse organización de los conflictos en jean era edlpica, y el deseo de mos-
si este supercontrol mímico no es un signo de la organización obsesiva trarse femenino fue esencialmente interpretado en el sentido de regre-
que 10 amenaza, y si no es preciso vincularla con las preocupaciones de siones por culpa. La evolución fue favorable, por lo menos en aparien-
l'
,1
la madre respecto del mal funcionamiento intestinal y el atraso del con- cia. Nueve años después de esa primera consulta, Jean, a quien no vol-
trol esttntenano. vimos a ver directamente, satisface a sus padres, quienes se muestran

42
43
un tanto ntemorizados por su deseo de türtcnr. El padre, que se había
rnai.itcstndo muy
itlquit'!o por su comportamiento en la infancia, COm~
sus temores ante las actitudes femeninas, más .o menos abiertas,
prueba, a p.ulir dI'] Irat.uuicnto, un cambio progresivo y bastante rá- de sus hijos. La identificación femcnín más o menos mal
pido de L1S custllJ1llm.:s del uifio. Lo considera absoiutamente normal aceptada. En el caso de Paul fue sugerio.. por la madre, quien
y cqutübrudo. SIlS gustus y tendencias son masculinos. Atraviesa el pe- reprochaba a su hijo sus actitudes no viriles. P9f]0 demás en la
riodo de pubcrtud sin malestares npnrcntes. Es activo, no parece ansio_
medida en que haya existido y representado una de las vicisitu-
so, duerme Licu. Uoucurn- ..l los surprise-varties, le gusta bailar y flirtear
<le buena gana. Su sal lid t_-~ Lm-na. ltecibe un premio de honor en el des do la pulsión anal reprimida, seg˙n el análisis freudiano del
cuarto u˙c del tmcbiucr.uo y trecucnra el curso siguiente. Desea llegar hombre ele los lobos, fue en general muy conibatida y reprimida
l' a ser profesor. En la rebelón familiar, se acerca más a su madre. El pa- por Jos niños, al precio de un control obsesivo de las contra-
,! dre )' el lujo se entienden bastante bien, pero sin contactos realmente
"
calurosos,
catexias. S610 en la observación de lean la posición femenina,
:'jlmi
,: reivindicada abiertamente, e incluso en forma simbólica por me-
il, dio del tic, parece haber sido la más pasajera y haber evolucio-
En conclusión, nada en el' comportarniento 'exterior del joven
nado sin secuelas psicóticas y neuróticas.
I
"

permite encontrar ya en la actualidad las tendencias anterior-


mente manifestadas, A través de este caso resulta fácil captar la El n˙mero de casos en que los padres se inquietan por el
comportamiento femenino de su hijo es por 10 demás muy consi-
j
evidencia de diferencias estructurales entre la homosexualidad 1

asumida de ciertos niños y el deseo, casi delirante, de ser mujer. derable, A menudo las madres lo señalan y como se acaba de
del cual son testimonio ciertos adolescentes, a cuyas observacio- ver en la observación de Francisco, sin asignarle gran importan-
nes volveremos más adelante. cia. Resulta siempre difícil hacerse una idea en cuanto al por-
Sólo nos resta decir aquí que algunos padres se muestran venir de semejante comportamiento.
menos asustados que otros por eros deseos.
, ,:1 ,. La observación de jean-Emrunnuel constituye una prueba de ello:
-'1 .
este niño, cuyo hermano mayor siguió un tratamiento psicoanalítico, fue
1 I'mncisco nos tne traído hace poco por su madre porque a la edad
examinado a la edad de cinco años a consecuencia de accidentes enuré-
de ocho años se habla visto obligado a repetir el curso prepa ratone y
i\ porque, a pesar de su inteligencia en apariencia brillante, se negaba a
tices que se agravaron con claridad en el sentido de una provocación
¡t asimilar ciertos conocimienlos, como la tabla de multiplicar. En rigor,
masoquista. En esa época vivía con su hermano mayor y su madre, pues
la separación de los padres se había producido varios meses después de
11 se trata de un niño inteligente, pero ansioso y soñador, que organiza pe-
ese nacimiento, que no fue deseado por la madre. Se lo examinó nueva-
'1
¡¡
queñns compulsiones, en particular en torno a la masturbación. Durante
mente seis años después de esa primera consulta, y en la entrevista
una consulta posterior con sus padres, destinada a hacerles compren-
previa la madre señaló que jean-Emmanuel se disfrazaba a veces con
der el sentido de las conclusiones Que era posible extraer del examen
sus ropas, sin ocultarse y declarando en forma abierta que lamentaba
cnmco y a hacerles admitir las indicaciones de una psicoterapia psicoa- no ser una niña.
nalíttca, en el momento de separarse de aquel que, entre nosotros, se
Si se lanza una mirada retrospectiva sobre el contenido de estos dos
habla ocupado de ese caso, In madre declaró con negligencia, por lo
˙ltimos exámenes sucesivos, nos sorprende la oposición aparente entre
I menos aparente, que en ocasiones se había sentido asombrada al adver-
tir que su hijo se disfrazaba ele mujer, que se ponía su ropa interior
una provocación masoquista vinculada. a una culpa edipica, que parece
constituir lo esencial de la dinámica del caso a partir del primer exa-
y se mnquütnjm . Es evidente que no se puede rechazar la hipótesis de
men, y la inversión edípica durante el examen siguiente, que tuvo lu-
que la madre de l,'rancisco habló respecto de ese rasgo de comporta-
gar cinco a110s más tarde. En este ˙ltimo caso, parece dominante la
,! miento a ˙ltimo momento, por temor a la reacción del médico, pero dio
identificación con la madre: por ejemplo, [enn-Enunanuel deseaba hablar
l' mas bien la impresión de considerarlo realmente carente de importancia.
en inglés con su madre, idioma que esta ˙ltima habla corrientemente,
'1 como por 10 demás, también la abuela paterna.
:¡ Esta
casos en
serie de seis observaciones constituye un conjunto de jean-Ernmanuel fue revisado otra vez en 1964, La madre lo des-
cribe como un buen alumno que a menudo se muestra desdichado y de-
" los cuales los padres man.ifestaron, en forma variable,
il primido. No es posible descubrir tendencia homosexual ninguna. Pero lo
:1 44
45
notable es que la mujer {;omprendc ahora que .kan-EmmanueI se identi.
Iica con ella, como ella con él. Ambos experimcntrLll la misma molestia
T . ;
.~ o _r'
soquismo corresponden el desplazamiento ~proyectado sobre un
orce, en particular cuafl(lu Ilt'ga II1I hombre IJIlC per<.:ibe esa m1ltua iJell~ objeto fobígeno de la agresividad desviada, a causa de la pasi-
-tción. La madre se irritn por ("-"1 sitnnción y no sabe Cómo compor. vidad, y el intento de control obsesivo de los impulsos agresivos,
tnrse con él, por Jo cual a menudo lo halla pasivo cuando está a solas
con el.
precisamente condenados por las fijaciones· anales que determi-
nan una contracatexia de la pulsión en ese nivel, del tipo de las
formaciones reactivas de apego a la Íimpieza.
Esta observación muy resumida muestra, una vez más, que
No cabe duda de que los psiqui~S,~$of\no tienen las mísmas
los padres asignan ~!!a importancju diversa al comport~l!!.1iºU!Q_ posiciones que estas madres. Por un;{,ff:}~he, consideran que la
J-",12i~ado ,.9.'.'. su ~iic!'_,lli'1:Q__n.d=áiL,qlJJ.Lcl!i~1p_o 1l,ódY8_!C~ posición pasiva es el momento [ecundo de la inversión edípica,
i~'rma_~griaT?!~ los ~ºmJ19J:tami~~_incul~ª_<?_~_ <?on pulsiqIles p~_ y por otra evocan el pronóstico posible' de homosexualidad a
sivas mal jntegrad..'I!¡,_
••§.fg!!!!.~eríodo~2lil1Sig[~. del'!LJ2.ad!":s_ propósito de otras observaciones. ;,
~l!t~J&J:g.ui!:~EEjQJleS_~_Q
..slL..Yf.Z.JnUL~_
En el momento en que como en esta observac~_lliLD1a_

-_
rlre ¡mede entender el valor de semejante identificaci!in,_cLm:o_ Las observaciones en las c_¡¿alf!~ !ºs psiquiatras
ñóstico de la asívídad en el muchacho se convierte en el de una evoo"n el peligro de ho;no!e_xualidad
,---
ver
-- ------------
era homosexua i ad, y es prolJaJiTe que no conduzca a la
o

,,
organización que a menu o se observa en tales casos, la del Es posible que estemos insuficientemente atentos en ese sentido,
control obsesivo de la agresividad que act˙a como contracatexia y es preciso ·decirlo inm.ediatamente. Numerosos niños, examina-
respecto de la pulsión pasiva, dos hace muchos aftas y seguidos dentro del cuadro de las carac-
i De tal modo, resulta difícil prever el porvenir de estos casos, teropatías, se han convertido en hornosexualss, pero a menudo sin
l'
".,!! antes qu« nada porque la inquietud de los padres vHTÍa seg˙n su que esa conducta fuese un elemento dominante entre todos los
"1, espn-itu de observación, pero también a consecuencia de sus aspectos del desequilibrio que se organizó.
Hesultaría interesante estudiar algunas observaciones privi-
il
l1ropias posiciones respecto de la pasividad y de la homosexua-
lidad en el hombre, En este sentido es preciso señalar que en legiadas de los muchachos que se han convertido en homosexua- 1
les y que habían sido objeto de un examen psiquiátrico en su 1,
,1 todos los casos que hemos citado (con excepción del de Jean), l'
i, "
18s madres fueron quienes consultaron a un psiquiatra, sin que infancia, cuando se presentaron problemas de conducta. '1
l'" jamás, al menos por 10 que podemos recordar, se mencionara la
, La de Louís se refiere a un hombre de veinticinco años que fue exa-
:, no,ición y el juicio de sus esposos. Por lo demás, es difícil medir
minado a los siete por problemas de conducta claramente relacionados con , ,
1 Ja importancia que este temor puede inducir en la organización una ansiedad que se organizaba en terrores nocturnos. Nada parece muy 1
•• ~ I

I de la personalidad del niño. Por ˙ltimo, existe la impresión de 1''.


particular en esta observación, a no ser la falta de aceptación por la
I que los temores de las madres despiertan en. un momento evo- madre, en el nivel de las pulsíones anales de su hijo, a quien rechazó
especialmente en ese momento. La madre era trtgtda. Viuda, durmió
[1 lutivo, aquel en el cual se pone en cuestionamientr, la integra-
con su hijo hasta que volvió a casarse (Louis tenía entonces cuatro
ir ción de la pulsión anal. La represión y su eficacia dependen
años). El padrastro fue mal aceptado, aunque mostró tendencia a adoptar
también de la influencia directa de los padres, La homosexuali-
¡Iu
"
dad actuada corresponde proba blemente al porvenir de los casos
un comportamiento muy maternal. La importancia de las fijaciones ana-
les era seguramente atestiguada por accidentes encopréticos. (Es preciso
,1 en los cuales la represión fue ineficaz. En los casos en que es hacer notar que la madre ha biu consultado a un pediatra por dificulta-
":1 inc;uFieicntempnte modulada y desarmóníca, a la pulsión que se ex- des muy discutibles de establecimiento de la higiene personal. Louis no
:1.1 presa en una forma más o menos compleja de pasividad y de ma- habla adquirido todavía esas costumbres a ros tres años. Había organi-
zado un simulacro de castración en la sala de consulta.} El consejo que
'1
1
I
46
I 47
se dio, de organi:¿;¡r una enra psjcU~!JI:¡JíUca, 110 fue se'guido, y LOUJ.'I
ser hurtos de compensación, quizá vinculados con inquietudes por su es-
VOL')!U a Ser cX;jmill:tdu JI;(('l' puco, Se JI:! couvcrtido cu UH !¡ullloscxu<ll
tatura y por el hecho de que se 10 tratase como a una niña. De todos mo-
pasivo. Descose de escapar :1 su suerte, comenzó un tratamiento psi-
counalitíco. ctos, permitían, con el nmcíonamieuto del Superyó, una reconciliación
j,
con un Ideal del Yo tanto más alcanzable cuanto que el padre, respaldo
de esa imagen ideal, se complnciu en contactos cargados de emoción con
.1:¡. Esta obscrvaciÓll parece sinJilar a otras, a no ser por las C011-
su 111JO.
~' ):'" diciones bmiJiares particulares en (1uC' el niño tuvo que vivir al Sin embargo, a¡' fínal de la primera entrevista, al discutir la es-
. j comienzo. Es posible que haya llamado más la alcndón ti aque- tructura de
famnia la
de los alcohólicos llamó la atención el hecho
',_'
" ~!
'1' de que a Bcrnard no le gustase la idea de que su madre tratara a su
llos que, COmo nosotros, so preocupan en la actualidad por la
¡; homosexualidad, o por todo 10 que pucda permitir preverla. Es D1..u-ido en Ionna a menudo desagradable.
padre lavaba los platos, ayudaba
En particular
a barrer
sutrtu porque el
el departamento Y lo conside-
.1; posible además que tales incertidumbres sean producto de las
raba un hombre degradado por una mujer autoritaria. Era sin duda otra
h insuficiencias de todos los dOcumentos estudiados a título retros- manera de ídentírícarse con su padre.
:1 pectivo y recogidos dentro del marco cJínico cotidiano, sin la idea
'í, Beruard fue vuelto a, examinar varios meses después de esa con-
orientadora de una investigación particular. sulta, ouancíc su padre estaba hospitali,w.do en un sanatorio. La madre.
cuando está. con su hijo, se queja de SUS mentiras. Elige un ejemplo
Por consiguiente, debemos conformarnos COn los documentos
curíoso y notable: Bernard tomó agujas de un costurero, que ella en-
"
:;,'!

·1
actuales, y elegir en primer término un caso en el cual sin que la
atención de los padres haya sido llamada por este problema. el
contró mus o menos ocultas sobre el armario de una cocina, Al comienzo
Bernard niega el robo; luego revela que quiso hacer vestidos para una
examen psiquiátrico plantea, el problema de una orientación ho- muñeca de su hermana, y que le interesa mucho ese tipo de actividad.
mosexual.
jjespucs de esta entrevista, se conversa con la madre a solas y se
hacen algunas [ndícaciones sobre el carácter de la virilidad de ese mu-
bcrnarn nos tue remitido a la edad de doce años a
consecuencia
chacho. Itesutta notable que la maure no haya reacciollado ante este as- 11
ue algunos robos, por un psiquiatra que había examinado pecto de nuestra entrevista, Y que vuelva a referirse a las pequeñas men-
en Ocasión de UII,'i cura de desiuLoxicación alcohólica. a su padre
tiras y los hurtos. Se complace por lo demás, en contrastar su inquietud
Ucrnard robaba desde hacia tiempo. Al comienzo en la casa, luego al respecto con su ategna por el comportamiento dócil de su hijo. Se fe-
en la escuela, y sus robos eran ya numerosos. Por ejemplo, el libro de licita de que pueda ayudarla a hacer costura y que a menudo se encar-
un profesor, que quiso dar a un amigo; I˙minas en colores que se le vio gue de organizar la cena.
tomar; una bicicleta que su padre lo obligó a devolver.
Se realiza en la misma época un examen psicológico con el test de
Este l11uch;_¡cho u.uua la ~ltellcj6n por su escasa estatura. Más peque- Murray t y, Stientoub, J . nasseuer) : el conjunto del protocolo es expre-
no que sus Compai1eros, Se lo trata a menudo Como a una niña. Resulta sado en un estilo un tanto precioso (empleo del pretérito indefinido Y
evidente el car˙c:ter de ccnipensacíón de sus hurtos.
términos literarios). Al mismo tiempo, Bemard se esfuerza por relatar
Pero el examen dínico demuestra que esos robos permiten una re- verdaderas historias, y ello prolongando los tiempos de latencia, lo cual
conciliación Con el padre en Ionua dramática: el hijo y el padre, des- traduce a la. vez la toma de distancia y la selección. Se advierte tam-
pués de los robos, se abrazan y se prometen mil felicidades reciprocas, bien cierto gusto por la dramatización, En el plano del contenido, la ima-
1!:1 padre asjste a la primera COllsulta. Es un hombre inteligente. gen del hombre es ideal (protesor de m˙sica, resistente que muere por su
Da realizado estudios secundarios, gracias a la ayuda que le prestaron patria, tío de América). Pero el hombre puede ser también debilitado y
algunos tíos y tías, cuando era huérfano Fue finalmente abandonado por desvalorizado (lema del borracho perdido que maltrata a la madre).
Su Iumitín y debió trabajólr como obrero en una l˙brica
:Su emotividad es favorecida por un alcoholismo
de automóviles,
relativam.ente importan_
Bernard adopta a menudo una actitud pasiva y se entrega a cíer- .,
las imágenes ideales. Tal es el caso de la historia del grabado 1: "Ha-
te . Por lo demás, está enfermo de tuberculosis pulmonar y tiene miedo bía una vez un niñito muy dotado para la m˙sica, pero como sus padres
ele illternarse en un s:.lJlntorio deLido a la evolución de su hijo,
eran de condícíóu modesta no pudieron enseñarle ese arte. Un día encon-
Al tina! de la printera consult"l, nos oriel1tamos pues hacia la nn- tró en su camino un profesor de m˙sica que lo tomó a su servicio,
portanCia de las relaciones entre el hijo y el padre. Los robos a cense,
para realizar diversas diligencias entre los m˙sicos, por un salario de 3
cuencm (le los cuales Bernanj había sido llevado a consulta, parecían trancos diarios. Luego de muchas y muchas semanas pudo comprar el

48 ,"1
49
,"\
\

....'-
viuüu que lo cust-siounba ('11 !:;¡¡~; SII('¡-,US' del gr:¡I);ldo 13 es
1,(1 historia
necuencin a los niños eneerrados, solos, y no se ocupa bu para nada de
su hogar. Sólo se quejaba de los niños por la noche, unte el padre de
la siguiente '-I~1l IrLmd:t, ,,-'11 JlI!:[ 1WqIH'I-I<t (':>.ploLH.:i˙nde Loscjucs, vi-,
vía un niño del cual se l)CUp,dJ:lII Jos lc˙adcrcs. Estos ˙inmos le dije. los mismos, para que los castigase. Esta madre provenía a su vez, de
una familia de desequilibrados, pues otra dE.···:(,·"t::~ermanas era prostituta
1'011 <lile UH día rccibüia una carla de su tío de América, que lo lle-
y el hermano, nomosexual. El padre, de tr¿f¡';~'-:~}'dos años, después de
varla ;l VIVII' CUIISlgO. J'ur eso, Im!;ls las m.uuums se sienta en el umbral
<h' su puerta)' <..'spna al cartero. paja rccitur esa carta", Hesuhu igual- la separación de su mujer en 1\:157,vivió primero con su madre y luego
nu-ntc uuport.unc hacer not.o ~I I...rquec totu! ante el grabado 7, que
con su segunda mujer. En electo, volvió a casarse en H161. Las condi-
f(',:w'rda en terma evidente id,~ !t_-Lu:H)jlt:'S entre un padre y un hijo. ciones de vivienda son bastante buenas después de 1~54. Hcger es el
mayor de cinco hijos, todos del primer matrimonio del padre. A la
celad de dos nitos tue internado en el Hospital t-.larít imo de Berck por una
I El caso de Bcrnard pnrecc pues bastante claramente orícn-
coxa vara. l'ennn.neció en el hospital durante seis afies, y en él había te-
,Ii" lado, y no es posible excluir ol pronóstico eventual de homo- nido relaciones homosexuales con un niño de catorce años. Recibía pe-
';1 sexualidad,
i! I
Pero es una observación. al mismo tiempo muy diferente de
queñas sumas de dinero cada vez que toleraba dichas relaciones, Cuando
regresó a su hogar, volvió a encontrar a' su 'madre, quien luego desa'pareéio
la que se recordó en el caso en que las madres se quejaban de la para ser remplazada por la abuela, muy atectuosa Y demostrativa, en tanto
! que el padre, sumamente deprimido por el abandono de su esposa, salía
coudncta femenina de sus hijos, Aquí, muy por el contrario) la
todas las noches a bailar. Aceptó bien el nuevo casamiento de su padre.
.. ' n adre estigmatiza todo lo que puede aparecer con mayor o me-
Con su madrastra es nfectuoso.. amable, pasivo, sumiso cuando se le riñe .
,:1 nor claridad como una compensación de las burlas que afectan En esas ocasiones se siente molesto y se muerde el brazo hasta sacarse san-
a Bernard, cuando se observa su escasa estatura o cuando se lo gre, y se esconde debajo de su cama, En el primer examen se descubre
trata como a una niña. Que como noger se habla acostado en la misma cama que su hermano me-
nor, a su regreso de Berck trató de sodomizarlo, pues ello le parecía muy
Por el contrario, se felicita de los momentos en que Bernard
, es una verdadera niñita modelo, buena costurera y buena ama natural.
Un examen psicológico realizado en ese período muestra un cociente
l'
ele casa, Por otro lado, la identificaoión con el padre se hace por
"! intelectual global ele t!ti, con un cociente verbal de 7t1 Y uno de ejecución
i medio de un Ideal del Yo degradado e igualmente sometido a la de HtI, En esa época el nivel escolar es del segundo año del curso ele-
1
madre. Por lo tanto, las pu]siones edípicas están muy desviadas
!¡1, y la integración de la pulsíón edípica invertida a la que Iremos
mental.
Hoger fue hospitalizado en setiemhre de 1962. Las primitivas obser-
asignado tanta importancia en las observaciones precedentes, no vaciones 10 muestran aislado, temeroso Y meticuloso. Su nivel escolar es
!I puede evidentemente realizarse en condiciones satisfactorias, por entonces el del primer año del curso medio Y su trabajo en la escuela sa-
lo menos en la actualidad. tlstactorio,
I1 A consecuencia de su inhibición Y de su pasado particularmente trau-
Tampoco es excepcional para un psiquiatra de niños obser- mático, se decidió contíarto a una psicoterapeuta, para establecer una re-
11 var el caso de chicos que han sido víctimas de pederastas. Aquí lación de carácter maternal tan poco lrustrante como fuese posible.
u nos parece interesante recordar el caso de Rogcr. En octubre de Hl{j~ la tamüin se telicitaha por la evolución del com-
1 port:;lmiento de Boger. La madrastra atravesaha igualmente, en esa época,
1 por una crisis depresiva, Y esa evolueión feliz, por lo menos en apariencia,
Itoger tue vidimrl de semejante» practicas durante una larga -hospi-
11 taliz;lción ell el llospitnt Muiíttmo de Berck, que continuó en el Hópí- no continuó. Hoger adoptó pronto un c0D1110rtamiento particularmente
tal de Iour del Distrito 13. Este niño fue examinado por primera vez regresivo, tanto en el plano escolar corno en el de su conducta. En esa
1' época unmaba a su psicoterapeuta "mamá" o "querida"; se inquietaba mu-
en u)fH, en el Centro Attred-Bmct (F. Kleíu}. Tenía entonces diez años
y tuc nevado por su mndro srrn porque se sentía molesto ante la meuor che por su estado de salud )' narraba sueños angusliosos, en los cuales
rr-flcxíón o el menor reproche. Hoger tuvo una biografía muy complica- intervenia siempre un hombre, por ejemplo, para hacerle cosquillas en
da, En efecto, unos días después de su nacimiento su madre había rea- JOS pies.
uuoacto sus acnvtdades de prostituta, QUc su esposo ignora ba antes de ].!;! diagnostico tuc el ele una estructura prepsicótica con comporta-
su casumícnto. Esta actividad continuó luego, y su madre dejaba con miento regresivo, Y se entreveía la posible organización de un estado neuró-

50 51
(jea de tipo obsesivo. En esa (;110<::\se comprobó un progreso en todo sen- imaginó al mismo tiempo que veía a S\I psicoternpeuta desnuda y pro-
tido espcctncutar en el cccu-utc ¡n(('!edu;\I, pU('S e! cociente verbal pasó vista de un penco Ese día mir6 por debajo de la mesa y escribió sobre
~ a lU~, con resunudos txist.mtc homogcncos en conjunto, y los cubos de su dibuje: "Le veo las piernas, vuelo, vuelo, estoy en el cielo". El mis-

'J:
I
li'
Kohs daban un ntvc¡ ele cuccíscís <lrIOS,con actitud ingeniosa y apasionada.
~l comportunucnto tic Hogcr :-.c volvió menos regresivo. Algunas inter-
mo día 11<'.bI6 de IIn:-\ idp¡¡ obsesivn que lo volvía muy ansioso: un esque-
leto vendría de noche y 10 haría desaparecer. Hnbin hablado de este temor
,:.1 venciones respecto ere¡ c.n-u-tr-r p-ovocador <!0 .~1I comporlamif'nt'O desncon- a su madrastra, qulea decidió, seg˙n él, llevarlo a ln consulta del Centro AI-
~-~¡ dícionaron la situación, Se quejaba de que los otros niños hahínn querido Ired-Binet por esa razón. Volviendo ni dibuja de la psícoterapeuta pro-
-111
atacar sus órganos genitales; íue t:iCII mostrarle el sentido de esa. proyec .. vista de pene, se preguntó si todas b.· -nujeres tienen pechos, y relató
~,
~I cíen. t-oco a poco aceptó reunudur las actividades deportivas que hasta que su padre se habla lastinu do lo: os al golpearse. La leche ha-
~i entonces había tratado ele evitar.
bía aparecido en ellos. Vuelve Iinalmeute a su temor, que se remonta
¡ti En los meses siguientes, el comportamiento se volvió nuevamente re- a Berck: está convencido de que como tiene las piernas estropeadas, ha
~I gresívo a consecuencia de una intervención quir˙rgica, una arnigdalecto, sido necesario tomarlas de un esqueleto para ponerlas en el lugar de
1I 1 m¡a, aunque fue o~leto de una acción psicoterápícn
(le j our.
previa en el Hópital las que ya no le sirven.
Se trata por cierto de la fantasía central que anima· la organización
1
I Su salida del hospital fue decidida al final del año escolar, cuando de la personalidad de este niño. La equivalencia entre los pechos y el
su comportamiento se había vuelto bastante más positivo y ya no existían pene resulta evidente. Contra la castración por las mujeres, no cabe duda
~~
, Casi los aspectos regresivos. de que sólo puede tranquilizarse por medio de la situnclón traumática
el Después, Hoger continuó el tratamiento psicoterapéutico que adoptó esencial a la que ha debido hacer frente, la de la penetración por el
un carácter más abiertamente psicoanalítico. En la misma época su ma- pene de un hombre. Sus fantasías Jo identifican con el deseo de castrar
, drastra era objeto de ayuda psícosocial. La salida efectiva se produce al hombre y tomarle el pene, a causa de su propia impotencia imagi-

il
en el día de Navidad de 1963. nada, en la enfermedad que fue el origen de su ho-ipitnlización.
, Los comentarios sobre esta observación serán facilitados sin duda por En el período que siguió, se pudo llevar adelante el trabaja en el
,,
.1 ¡
la exposición resumida de la evolución de la terapéutica psicológica que se
realizó con Roger (L. Besare).
sentido de su deseo pasivo. A consecuencia del temor de destruir, el ob-
jeto materno, y a causa de la proyección de la agresividad desencade-
~I Todo el primer período de este tratamiento fue encarado por el niño nada por el impulso anal pasivo con la que está mezclado, Roger puede
corno ayuda pedagógica. Pidió a la psicoterupeuta que ]0 ayudase a pre- acercarse a la psícoterapeuta y comprobar (Juo no la destruye, pues no
parar las monografías que se le había encargado presentar ante su grupo desaparece como su primera madre. Durante todo este período, la psi-
11 escolar, Durante todo ese período, Roger se negó a comprender y utllí- coterapia se organiza en sesiones muy agresivas. Hcger imagina que es

¡,
zar sus conocimientos. Sólo era capaz de repetir lo que aprendía de el general De Caulle, que es capaz de ganar guerras interminables, se-
memoria, y decía sin cesar: "No entiendo, no sé ... ", Se sentía y quería ñaladas por violentas explosiones. A menudo abandona la sesión para
sentirse extrafío al mundo en el que se mezclaba. Se mostró sumamente defecar, y dice palabras groseras.
asombrado al enterarse de que era realmente francés. Se ve obligado a luchar contra sus deseos edipicos, en forma muy
1 También se quejaba mucho del comportamiento de sus compañeros análoga a la que se observa en numerosos niños. Al efectuar el retrato
1 que lo atacaban, en tanto que las celadoras no ]0 defendían. Durante de su psícoterapeuta, la hace cada vez más fea, y esta ˙ltima puede

I todo ese período, la relación transferencia] no fue trabajada. Era suma-


I ¡ mente cálida y llegaba hasta la identificación. Su pSicoterapeuta era sue-
mostrarle con facilidad que tiene necesidad de envejecerla para evitar
desearla. Incluso llega a tmsfot-mnrla en hombre. Otro día le roba un

¡l ca; también él quería ser sueco. Desvalorizó a su padre diciendo que


no sabía nada, en tanto que él mismo admiraba los conocimientos de
paraguas, afirmando que es de él
Antes de salir del Hópital de Jour, resulta fácil integrar en la rela-
i h psicoterapeuta.
ción edipica al maestro que se ocupa de él en clase y con el cual vive
i Al final de este primer período, que duró más o menos tres meses, una situación de culpn rute lo lleva a mostrarse provocador, y a ofre-
¡ debido a la decisión que se tomó en com˙n, de trasformar poco a poco cerse a él y a sus castigos en el marco de una evolución edípica trivial
: 511 psicoterapia de carácter maternal en una psicoterapia psicoanalitíon . y tranquilizadora.
i más sistemática. Hoger hizo frente poco a poco a sus fantasías. En par- Durante este período, inmediatamente después que abandonó el hos-
1
ticular, pudo integrar los problemas que. le planteaban los temores ele pital, tuvo ocasión de relatar tina fantasía que adquiere un carácter ver-
:1 vustración. Un día dibujó a una muchacha que se tmnsformaba en niño; daderamente alucinatorio. Un día encontró una mujer y no supo si era
"
5y
53
I
,1
su madre u su psic-otcrupc-uru. "Usted es como ella, tiene el mismo ros-
tro que ella." Dice' también que esta mujer, que probablemente es su antes de la pubertad, para explicar la costumbre imperiosa de ese
maure, le J¡:( sonreído pero 110 .se detuvo para saludarlo. tipo de relación, más fácil en nuestra sociedad que la relación
En el ˙ltimo período de su tratamiento, ahora ambulatorio, H.oger heterosexual en esa etapa de la vida.
pudo hablar de sus experiencias homosexuales. En primer lugar, se trató
(le un sueño en el que veía a hombres que penetraban en una habitación
Los psiquiatras tienen también ocasión de hablar de homo-
espaciosa en la cual había hospitalizados niños, para lamerles los pies. sexualidad durante las psicoterapias ·infantiles. A decir verdad,
Estos hombres se habían disfrazado de Jobos y querían aterrorizar a la situación es pocas veces explicitada en forma desnuda, como
Jos niños. En esa ocasión habló también del esqueleto dibujado por un en el relato de una sesiói de psicodrama que sigue a conti- ,
enfermero que quería asustarlo. La psicoterapeum abordé en ese momen- ~.:
nuación:
to, creyendo que podía hacerlo, la realidad de sus experiencias homose-
xuales anteriores. Hoger se sor¡)l'endi6 mucho de que ella las conociera.
Se trata de un niño de once años, que a "la vez que una verdadera
Hace poco, H.oger tuvo ocasión de hablar sobre ese niño. Afinnó
alexia, presenta un desequilibrio grave en el" cual las pulsiones se ex-
que lo protegía contra el enfermero, quien lo aterrorizaba Con los esque-
presan abiertamente, lo que hace 'a toda vida social, conduce a
letos. Otros niños sabían que él tenía relaciones de ese tipo, y que se
encarar un diagnóstico ,H orden (..~ prcpsicosis y justifica una lar-
ocultaban [untos. El arrugo lo protegía contra la maldad de los demás.
ga internación en el Hópital de Jour del Distrito 13.
No sabe dónde se encuentra. Es posible que todavía esté en Berck. Tiene
Esta sesión se realívó después quo se interpretó a Hené el deseo
intención de ir el próximo verano, a esa ciudad, para ver si puede
encontrarlo. de introyectar el pene. Fue también' llamado al despacho del director
del hospital debido a su comportamiento insoportable. En esa ocasión
Este deseo de volver a encontrar a Quien Jo sodomizó, como pre-
adopta su comportamiento habitual de nrovccacíón masoquista, pero en
cio de la protección que él le ofrecía, puede ser considerado, por 10 me-
forma bastante controlada. Insulta al médico que le hace reproches, di-
nos en ciertos aspectos, Como una prueba de la maduración de Hoger que
ciéndole que le va a romper la cara, etc. Le amenaza con lanzarle un
parece haber sublimado S11 homosexualidad, pues ha superado la pasivi-
cenicero a la cabeza, pCIO no lo hace. Se arroja al suelo, pero se deja
dad identificándose, en el interior de la experiencia transferencial, con
dominar fácilmente y sin propinar puntapiés, como acostumbraba hacer-
hombres como Su padre en su vida fantasmáttcn. La experiencia edípi- lo en' otras ocasiones.
ca es menos patógena, y la castración revivida a través de la fantnsia, Durante la sesión de psicodrarna, se vuelve al incidente y se le
pantalla del 111<11 enfermero que lo martiriza Con el esqueleto. versión muestra la erotización de su masoquismo. Henó n-opone en seguida que
que recmplazab<l a la de las picl'llns el el esqueleto que suplanta han a las se imagine una escena en la cual se 10 castra. Lleva la ficción tan lejos
suyas propias, no es ya una posición ansiógena, sino que es vivida cama
I un antiguo recuerdo que colorea los afias de hospital.
como le resulta posible y pide que se le ponga un vestido, un corpiño,
" medias, que ·se lo maquille, etc. Sólo bajo la protección de la ficción de
esta primera escena puede imaginar otra en -la cual conduce un coche de
La feliz evolución de esta observación contrasta con el hecho lujo, en tanto que el médico que representará con él tiene un coche pe-
de que en numerosos casos de homosexualidad consumados se- queño y antiguo. Adopta la responsabilidad del choque que imagina.
g˙n el tipo perverso y neurótico, Jos adolescentes y los adultos
evocan, a título de trauma o por 10 menos de revelación de sus En el medio muy particular del Hópítal de [our, en el cual
h!ndcncias, las prácticas sodomíticas que han aceptado con cier- la presencia de niños psicóticos conduce a una presión muy par-
tos adultos o adolescentes. En la experiencia psicoanalítica de ticular de las fantasías evocadas en forma muy cruda, se podría
uno de nosotros, esta situación fue mencionada en todas las Curas citar la observación de ese niño de ocho años, Albert, que se en-
que tuvo ocasión de practicar Con homosexuales adultos. No cabe contraba hospitalizado debido a una verdadera fobia de masti-
duda de que la homosexualidad, o por lo menos sus prácticas cación. La cura sintomática fue obtenida el día mismo en que,
menores, y en particular la masturbación mutua, son frecuentes rodeado de una ronda de niños psicóticos, Albert recibió en forma
en el adolescente, como ya ]0 veremos. Pero parece que se puede de ritorneUo, la salvaje interpretación siguiente: "Se ha tragado
asignar cierta h:nportancia a la revelación de] p1acer homosexual los testículos de su padre; por eso no puede masticar". U na pro-
longada psicoterapia no había podido vencer la culpa de la agre-
54
55
,

"
,i
I, xión oral, en la Identificación materna. Los p.sicóticos, ver~laderos
adeptos al psicounáhsis silvestre, hicieron eso día Jo demas. tifica~.i:Q!l..E_l'!,dre (Edil2.0 positivo) sucede a la, identifica-
ción con la_m~dr:" (Edipo inve~'t~!?);, En esta posición prelimi-
Pero con suma frecuencia, a pesar de las fantasías que sub-
nar, la pulsión se encuentra repr-isentrida en el nivel del erotismo "
tienden las situaciones evocadas en la cura, las interpretaciones
se mantienen más superficiales. Hay ahí un problema muy par- anal, a causa de la inhibición Iibidinal y de sus fijaciones, pero /.
ticular de la psicoterapia psicoanalítica del niño, Los partidarios también debido a las regresiones provocadas por la amenaza de ~!;"
castración. Ésta conduce a la pasividad, al masoquismo erógeno, ',~~
de Melanie Klein lo han solucionado, seg˙n se sabe con suma faci-
lidad, en sus interpretaciones inmediatas y eruelas. Sin embargo, Y a una posición femenina caracterizada por el deseo de dar un '1". n ,1
tenemos el derecho de preguntar acerca del efecto de interpre- hijo al padre (cfr. supra). Sólo la aceptación de este deseo per- ,~,

:I'~
I
l', lación en el que se trata del deseo de introyectar el pene en la mi te llegar a verdaderas posiciones edípicas, evitando la repre- ;~~
boca y el ano, en el niño de menos de 5 años, En nuestra opi- síón patógena del erotismo anal, es decir, de la homosexualidad,
nión, no parecen tener efecto sobre el insight y no modifican las el desplazamiento fóbico de la imagen paterna sobre la cual se:~
posiciones pulsionales ni las contracatexias que determinan, A pe- proyecta la agresividad reactrva, hasta entonces desviada en el.' ,.",,'
sar de la apariencia, tales intervenciones nos parecen tener un masoquismo erógeno, la lucha obsesiva secundaria por el contra] ,~ j/
carácter en todo sentido abstracto para el niño, de esa agresividad fijada en la etapa anal. \1
La dificultad de analizar semejantes pOSICIOnesen el niño .
"
,, A riesgo de ser esquemáticos, creemos que se podría distin- es probablemente la responsable ,c1p",algunos fracasos terapéutíeos,
.! guir el caso de niños pequeños (psicoanálisis precoz o en el
período edípico) y el de los de más edad, En los casos más pre-
como los que se recordaron mát~!~~.. .oa a propósito de la observa- :,~
ción de Píerrc. Creemos además que se encuentra en el nudo del r .~
Goces en los que la cura se desarrolla a menudo por intermedio problema de pro-;'órt¡oogurheniO's-tratadüde enfocar, estudiando ji.:"
de juegos representativos o de dibujos, se podrían dar interpreta- _algunas observaciones, aquella;;-e;]Eis- -cuaí~_s_J.?.s_J?!<!.~,~. ~'~
ciones bastante precisas cuando se evocan las diversas posiciones que sus hijos se convie.!_~al~ en-n_p-~o~exmiles" y aguelI~s en ~e _~,:~
identificatorias vinculadas con la escena primaria. En los niños
de más edad, sólo se podrían proporcionar tales interpretaciones
, ro~~uiatr~~an ~_"te_Il~ligro -o-l~-je~lral'ª de Ja...-pesieióÜ '-h.'
homosexual, El destino del erotismo anal es difícil de prever, En ; ..
luego de una Cura muy cercana al psicoanálisis, Norbert, que por teoría, su represión conduce más bien a organizaciones fóbíco- .
ariadidura pertenecía a una familia próxima al medio psicoana- obsesiva~, Pero 8ql!í jntenrjene~JiiQ12~~~~ la actitud pro:
lítico, respondió que no era homosexual, cuándo su analista le )unda de Jos padres )1Liolerancia O la crotización de la pasívi-
explicó que quería seducirlo, Pero en seguida relató una historia .~ quizás el factor esenciaTde~raorganización perversa. Como
en la cual un farmacéutico aconsejaba a uno de sus clientes que se ha visto, la historia personal interviene aquí y es preCIso sub-
se metiera un chupete en el culo, En forma más general, se puede rayar la probable gravedad de las experiencias reales, vividas en
abordar sin embargo, con estos niños, la consecuencia de su culpa el campo de la homosexualidad,
edípíca y estudiar COn ellos el destino de las posiciones edípicas
invertidas que conduce al estudio del erotismo anal.
.En efecto, una regla técnica fundamental es la de que la
rivalidad edipica sólo puede ser asumida en los límites de lo que
permite el Superyó, por la integración de la pulsión pasiva. El
análisis freudiano del hombre de los lobos, que hemos recordado

'--
prolongada mente, da fe de ello. En la situación edípíca, la iden-
56
.,¡,'r
"

i"f III

'v, .j',' ,:
"
~
LA HOMOSEXUALIDAD EN EL ADOLESCENTE

¡,

," 'l1
'f:";¡¡
J,
Ji
1\
,1'
l'
iI,
. '¡I

JI
:; '~

,
,,,'1 ~!a evolllcjón hacia la adolescencia. Implica- una- reacoIlliliiacigE- '.~

"
, ,~s pulsiones y un nuevo ordenamiento de las...cwJ.tracatexias ..
Al estudiar los mecanismos-ae-defensa propios de ese período de
""
i la vida, Anna Freud subrayó junto a m\!º-l.!ºLotrQ,'Ul!.!lm:~,j, en .qué
,1
1
forn-a le es particular la adhesión .entusíaste' a grupos ideales [19].
En el ensayo titulado Psicología de lasímasas !I análisis del
,1,
"

Yo [20J, Sigmund Freud mostró d0)e~¡;~' ~4.~~ra la identificaci~n


I1 en el grupo de dos, matriz de los f;'f¡~')s I')llS importantes, podía
ser entendida por la relación transferencíal' que se establece en la
11 cura psicoanalítica, lo mismo que en el !ÍJu)'o del hipnotismo y
ti
II del hipnotizado, El Yo se adapta al IdeáVdel Yo, imagen íden-
,~ 1
1',1 tíficatoria, que no es otra cosa que el 'I_:)iq4~lCtO de las catexias
objetales por la libido narcisista. Pero ¿ita, ˙ltima es, seg˙n
Ji Freud, de naturaleza esencialmente l¡om:~~tli'r; y. nada define
1.
mejor la vinculación con el objeto hOlllQ,'etoticoque la redupli-
cación del Yo a través del objeto cargadbó~' "
11,1 .' '... 00
'11, Los que estudiaron al adolescente e~el plano clínico y psi-
copatológico se han visto igualmente enfr i:ít'jdos a la homosexua-
! lidad. Bajo la influencia de las modífío dones, corporales que
constituyen la señal exterior de ese períodó evolutivo, a conse-
I!¡I cuencia de las exigencias sociales que se" hacen cada vez más
apremiantes, la readaptación económica .~ue·
modifica el equili-
brio entre las catexias objetales y narcisistas resulta tanto más
'1
1I insatisfactoria cuanto que los derivados edípícos no pueden satis-
,

59
que Sócrates haya sido verdaderamente un pederasta. Más bien
1; Iacer la libido objeta] a C"Us:. de las prohibiciones sociales, y que parece que Platón quería endilgade afirmaciones pederásticas.
, ): la proyección narcisista sobre el Ideal del Yo hace más doloroso el Sea como fuere, en todos los diálogos escritos por Platón existe
J menosprecio de sí a causa ele la represión
sexuales conflictualizadas
de las posiciones homo-
(E. Kestcmberg
[21]), Aquí, una vez
una clara diferencia entre el amor de los hombres, amor bello,
j,' noble, conductor de las ideas, y el amor grosero de hombres y
',~,II más, la literatura ha explotado .en gran medida los aspectos más mujeres, Desde ese punto de vista, el amor y la amistad son
o menos abiertos de estas tendencias, en ocasiones favorecidas confundidos como ciertas parejas célebres del patrimonio grie-
por adultos más o menos claramente pederastas. go, como por ejemplo Aquiles y Patroclo,
Pero acá la sociedad interviene con sus normas culturales y Tomaremos algunos pasajes de los diálogos de El Banquete
:":
sus prohibiciones. La civilización griega se orientó hacia la glori- de Platón, a fin de hacernos una idea acerca de la homosexuali- .l
ficación del efebo . dad en la época del pensamiento griego. Habla Pausanias:
. Sin embargo) las cosas no son tan simples como se creería a'
primera vista, en particular debido a la ambigüedad que existe' ... Hay dos Afroditas, una vieja y sin madre, que llamamos celeste,
y otra más joven, hija de Zeus y Dioné, que denominamos popular. De
a propósito del término 'Iamo.r", que muy a menudo s610 corres-
ello se sigue necesariamente que el Eros que sirve a una debe llamar- '"
ponde a la amistad. Esto es lo que demuestra en especial Dugas se popular, y celeste el que sirve a la otra I,... I.
,1 en su libro intitulado L'amitié antique d'apres les moeurs popu- El Eros de la Afrodita popular es verdaderamente popular y no co-
laíres et les écrits des philosophes [22], Seg˙n este autor, la amis- noce reglas, es pues el amor con que ama la gente com˙n. El amor de
tad fue para la mayoría de los autores griegos, un fenómeno psico- esta gente se dirige tanto a las mujeres como: a los jóvenes, al cuerpo de
, aquellos a quienes aman más bien que al alma, y por ˙ltimo a los más
, 1
l' lógico y no físico. La amistad convertida en principio universal tontos que puedan encontrar. Pues sólo tienen en vista el goce y no se
. •~f
se ha conservado con cierta vaguedad. Para Empédocles, era la inquietan por la honestidad [ .. .}. Semejante amor nace de la deidad
I
1 unión de semejantes; para Heráclito, la unión de dos contrarios. que. es, con mucho, la más joven de las dos, y que por su origen tiene
I En la escuela socrática, la unión de las almas es más grande que tanto de hembra como de macho. El otro, por el contrario, viene de la
i
I
la de las inteligencias. Especialmente esta escuela fue la que
Afrodita celeste, que sólo procede del sexo masculino, con exclusión del
femenino, que es la más antigua y que no conoce la violencia. De uhi
., I combatió, como contraria a la amistad, la enseñanza asalariada surge que aquellos a quienes inspira el Eros celeste vuelquen su ter-
entre maestro y discípulos, y hacía de la amistad la condición esen- r.ura hacia el sexo masculino, por s-r-: ...-r.o más fuerte y más inteligente
cial de dicha enseñanza, Sócrates consideraba que la amistad es [... l.
la obra maestra de la razón, y a menudo oponía amistad y amor:
el amor es una tendencia ciega, en tanto que la amistad es un Al explicar que son los sectarios del amor popular los que
movimiento del alma en el cual la razón tiene más importancia han arrojado descrédito sobre esta forma' de amor, Pausanias com-
que la inclinación. prueba que el juicio sobre la homosexualidad difiere seg˙n los
países. En algunos, como en Elida y Beocia, que eran conside-
Sin embargo, los textos de Platón nos informan, por lo me- rados como habitados por pueblos groseros, se aprueba el comer-
nos en parte, acerca de las prácticas pcderástícas que habrían
cio de los amantes, sencillamente porque se ignora el arte de
reinado en la escuela socrática: j' ¡Siempre que Sócrates tenga un
ganar el corazón por medio de las palal:>ras, En Asia y entre los
interlocutor, y sobre todo si es un joven hermoso!" J. Es cierto
bárbaros, la homosexualidad está proscrita porque forma gran,
que en su Banquete, Jenofonte hace decir a Sócrates frases se- des amistades, sólidas y peligrosas para los tiranos de esos países,
veras contra la pederastia, En El Banquete de Platón, Alcíbíades En Atenas, la opinión sería más compleja. Por una parte, se
relata prolongadamente la forma en que Sócrates resistió a sus
aplauden todas las locuras del amor; por otra, los niños son con-
m˙ltiples intenlos de seducción. Por consiguiente, no es seguro
",'

fiados por sus padres a los pedagogos, para evitar la s conversa- W;~J¡H~l"
tenerse en el plano teórico, sin que, exista~ en reali4~\ii\1
ciones con aquellos que los buscan. Pausanías llega a la conclu- homosexuales. No es menos cierto que los vínculos ~nlJeJ!ls Jilh
sión de que el amor no es en sí mismo ni bello ni feo, sino feo sofos y los efebos son el símbolo mismo de una civilizaci6b que
Ji si se concede sus favores a hombres viciosos, pero bello cuando hacía de la amistad y el amor entre los hombres 1.. forma; más'
1) se entrega a hombres virtuosos. elevada de las relaciones amorosas. Es evidente que no",s'u~e'
La concepción mitológica de Aristófanes, que se expresa en tal cosa en nuestra civilización, Resulta pifícil hacer~~.~':~, i~e,t,
El Banquete, merece ser también recordada aquí: "Antes nues- acerca de lo que ha sucedido desde el final de la clv*ií~c.~?Jt
tra naturaleza no era lo qué es ahora: era muy distinta, Se su- griega. Es probable que la homosexualidad haya tenido un ¡;I\r~¡¡r
pone que había tres especies de hombres: el macho, proveniente ter mucho más canallesco en la civilización romana y que poco :
del sol; la hembra, llegada de la tierra, y el andrógino, que había a poco haya sido condenada desde el comienzo de la civilización'
venido de la luna. Además, cada hombre era esférico y poseía cristiana. \ ¡'_".¡:, •• l:
, '(j r.,.
cuatro manos, cuatro piernas, dos rostros. Sigmund 'Freud, en su obra intitulada Treo ensayos para una "

"Los hombres atacaron el cielo y Zeus decidió cortarlos en teoría sexual. [16], presentó importantes hipótesis acerca de la
dos para castigarlos, y pidió a Apolo que les volviese la cabeza homosexµalidad entre los griegos: la aparición precoz de I'~l\~
para que viesen la herida y se hicieran más modestos, De ese tendencias se explicaría antes que nada, por el hecho <le que la
crianza de los niños era confiada desde muy temprano a I'sCl~¡
i modo, las mitades trataron de volver a unirse y de estrecharse,
vos del sexo masculino. Las inclinaciones homosexuales se díri-.
Pero corno los órganos de la generación habían quedado detrás,
gían exclusivamente hacia los adolescentes, todavía malamente
la raza se ex'tinguió. Por lo tanto Zeus hizo que se los colocaran
salidos de una morfología femenina.
adelante. EIJo tuvo dos consecuencias: cuando los machos y las
Los griegos cultivaban el "eros", la pasión amorosa por sí
hembras se encuentran, hacen hijos; si los primeros se encuentran
misma. Contrariamente a Jo qu<~ ocurre en nuestra civilización
con otros machos, conocen un amor sosegado y la posi bílidad de
',~

I occidental contemporánea, el I¡..


1 sexual no era objeto de prejui-
i trabajar gracias a la saciedad y al coraje que tienen de separarse
cios desfavorables, en tanto que en la actualidad el objetivo sexual
I cosa que los hombres no deseaban hacer desde que habían sido es lo esencial y de ahí Jo valoración ele la mujer.
cortados en dos. De tal manera, el amor entre los hornbres per~
También es preciso tener en cuenta las condiciones socio-
míte volver a encontrar la antigua naturaleza.": Los homosexua-
antropológicas para explicar el desprecio por la mujer, que vivía
les son objeto de un elogio sistemático: "Son los mejores, pues
como reclusa, sin derechos políticos, en tanto que el culto de la
son los más varoniles de la naturaleza ... " "Los jóvenes de esta belleza masculina justificaba la inversión.
naturaleza son los ˙nicos que se dedican al gobierno de los Es-
Nuestra cultura no admite la homosexualidad, sea cual fuere
tados; cuando se casan, es porque los obliga a ello la ley."

I,
su universalidad, En un trabajo recientemente publicado en fran-
Como se ve, la homosexualidad, o por lo menos su forma pe- cés, Georges Devereux hace o bse-v-'- a propósito de las mucha-
derástíca, parece haber sido considerada, al menos por ciertos chas, que la calificación de delini.. e';a sexual refleja ante todo .J.,
discípulos de Sócrates, como la forma menos vulgar del amor. En la prohibición de nuestra sociedad puritana en lo referente a que -ce
los diálogos mencionados de El Banquete, se encuentran ciertos los adolescentes lleguen a la madurez sexual [23]. De tal manera , .,:.
1; argumentos de los homosexuales narcisistas, cuyo mito relatado la homosexualidad, favorecida sin embargo por la estructura y la
.

1:u por Aristófanes es una nueva versión. En estas condiciones., se educación familiar, es condenada con energía por los padres que
t,,¡ entiende que la amistad y el amor sean confundidos en forma la descubren y no entienden que los psiquiatras no concuerden
II., ambigua, y que en muchos casos la pederastia haya podido man- con su reprobación prohibitiva. Nada los atemoriza tanto como
\,

il
1,
62

:1I
--,- --'-------
tes que nada de exhibición en grupos en ocasiones prolongada
el escándalo, y a menudo descuidan la enfermedad mcn tal rcvc-
hasta una edad avanzada, Más tarde, y er' el 67 por ciento de
lada por la hornoscxunlidnd.
los casos, también se habían producido masturbaciones mutuas,
Palrick, segundo hijo de una fmniliu muy rica, recibía cartas de un cuya significación erótica muchos ele los sujetos sólo entendieron
amigo con el cual tenía rclncioues hciuosc-xuules. Descubierto, fue sepa- (l.cmasiaclo tard:-. Los contactos anales, intercrurales y luego bu-
rado de la respetable vivienda familiar, al mismo tiempo que se 1)a5"- rules sólo existieron en el 17 por ciento de los casos, y las mani-
han por alto importantes perturbaciones de su conducta que eviclcnc¡a-
ban la disociación. Cuando ésta file reconocida y cuando se habló de es-
pulaciones bucales en el 16 por ciento.
quizofrenia, los padres se felicitaron de la hospitalización del heredero En la mitad de los casos, las relaciones homosexuales pro-
indeseable, por intermedio del cual el escándalo podía llegar a alcan- siguieron hasta la edad adulta. El carácter org˙stico de las prác-
zarlos. Realizaron grandes esfuerzos para prolongar todas las terapéuti- ticas homosexuales parecía muy variable, pero podb haber exis-
cas institucionales y evitar la psicoterapia ambulatoria, que se organizó en tido antes de toda eyaculación) en particular n. consecuencia de
un país extranjero, en el cual ~u reputación estaba menos amenazada.
lo experiencia de los pederastas en la materia, '.
Podrían multiplicarse las observaciones de este tipo. Por lo No sabemos si estos datos numéricos pueden aplicarse a la
demás, los padres, los jueces y los policías no son los ˙nicos que .población francesa urbana) a la que en general nos referirnos. Las
reprueban 11a homosoxnalídad. Son numerosos los psiquiatras impresiones al respecto corren el peligro de ser falsas. Hace unos
que la condenan en forma abierta, por mil medios) entre los cua- años, los adolescentes a quienes se denominaba blotlsons n(Jirs
les tienen su lugar vejaciones y terapéuticas agresivas. tenían un aspecto un tanto equívoco, llevaban joyas, calzado de
Además, seria necesario precisar ]05 lírnit~s en los cuales se lacones altos. La homosexualidad no era rara, sin que fuese una
ha convenido inscribir los comportamientos homosexuales. ¿Ha- práctica específica entre ellos. En esos grupos, en Inglaterra,
brá que. ubicar entre ellos las prácticas masturbatorías mutuas) ciertos adolescentes se maquillan, llevan los cabellos largos y bol-
tan frecuentes sobre todo en los internados? ¿Hay que reservar sos de mujeres. Nada demuestra que sean homosexuales. La pro-
este término a las prácticas sodomíticas? El buen sentido indica vccación por el uso de un atavío más o m('>T)"OS femenino ha sido
que convendría .caliticar de homosexuales a los adolescentes que probablemente observada en otras épo sería conveniente
se dedican a prácticas homoerótícas, con placer exclusivo y en abstenerse de convertirlo en signo de la feminización de los jó-
forma repetida, venes.
El informe Kinsey [10] pretende informarnos acerca de la Por lo demás, recordaremos el problema de los iraoestis, pero
frecuencia de la homosexualidad en el adolescente, por ID menos en el plano clínico la homosexualidad de los adolescentes se ob-
en Estados Unidos, La práctica homosexual en el niño sería más serva en condiciones más precisas y muy diferentes, que se des-
frecuente y específica que la actividad homosexual del :preado- tacan de las experiencias de las qUf! acaba mas de hablar, que
lescente. Es evidente que los contactos resultan más fáciles en podrían tener un aspecto en cierta forma preliminar.
un mismo sexo que de un sexo a otro. Es preciso record al' ade- 1Q Los que se convertirán en adultos homosexuales se sien-
11' más -y las consideraciones teóricas desarrolladas al comienzo de ten ahora atraídos por los hombres y se asombran de no intere-
: este capítulo dan fe de ello- que los jóvenes admiran más a los sarse por el sexo femenino. La reacción de estos adolescentes es
hombres que a las mujeres, variable, Unos se inquietan y un cierto n˙mero de ellos, después
En el momento de la investigación, el 48 por ciento de de haber hecho confidencias a un amigo, a 'un sacerdote y más
los adultos y el 60 por ciento de los preadolescentes y adoles- raramente a sus padres, llegan a confiarse al psiquiatra. Sin duda,
centes recordaban haber tenido una actividad homosexual. Se los más evolucionados aceptarán o reclamarán la idea de una
trataba, en la inmensa mayoría de los casos (99 por ciento), an- cura. Seg˙n nuestra experiencia, evidentemente reducida) el pro-

1 64 65
,1
nóstico del trnramicntn es tanto mejor -pues esta mo¡-jvación bá.
j sica es de buena h-y-. cuarnn que el sujeto puede expresarse el mismo organiza en el adolescente y el adulto joven, se agrega la
v mejor en el plano verbal y no está comprometido en la horno. admiración por un Yo idealizado, Tal es el caso de Lucien de
11
1, sexualidad "m]litante", sobre todo en las práctica , pasivas. En Rubempré respecto de Vautrin; tales los protagonistas de Dos-
!
apnricncia las curas pueden ser rclarívnmcnte cortas y conducir toievskí, y en especial el Adolescente, cuyas relaciones COn el
a una evolución favorable. padre son de lo más ambiguas. Lafcadio, en su acto gratuito, se
29 Más a menudo sin duda, estos adolescentes son conduci- encuentra muy cerca de Armando., En Faux 1110rl1layeurs, nos
dos al psiquiatra por padres asombrados, y luego aterra doe por parece que la descripción de la homosexualidad' tiene un sentido
la idea de que su hijo sea homosexual o corra el riesgo de llegar análogo.
a serlo. No entienden la actitud del médico que se niega a Con- 49 Cuando la homosexualidad se revela, inquieta particular-
denar o incluso a tratar a un adolescente que no desea cambiar mente al adolescente, y entonces no es excepcional que los deseos,
de condición. De ello resultan numerosas consultas que culmí- que son su expresión, se integren en el marco de las compulsiones
nan, tarde o temprano, en el consultorio de un psiquiatra moralí. cuya organización es necesario estudiar. Del mismo modo, la
zador, Como lo hemos visto, los padres pueden descuidar otros neurosis obsesiva en su forma clásica, puede adoptar el tema del
'1 aspectos 111,,1S inquietantes de la estructura mental o de Ia con- repudio constante de los deseos homosexuales, Por lo general, se
.'1 ducta, y temen sobre todo el escándalo de la homosexualidad. En trata de sujetos cuya infancia ha sido marcada por algunas fo-
1
estos casos, ésta corre el peligro de organizarse sobre bases sólí- bias, la intensidad de las cuales parece haber superado los terro-
:',1 das. Nos ha parecido que muchos de los homosexuales adultos res nocturnos pasajeros y habituales. Han sido muy turbulentos
1
se habían comprometido en forma sólida en su práctica, reforzán- hasta la preadolescencía. Después de diversos episodios de culpa,
,Iil' dola sobre la base de estos conflictos con sus padres, en particular religiosa, se organiza la neurosis obsesiva, cuyos
j
39 La homosexualidad puede ser uno de los aspectos del síntomas pueden ser evidentes o sólo revelables por un examen
I
desequilibrio de la personalidad y de la conducta, Volveremos profundo: entonces existen otras compulsiones y pequeñas pertur-
a estas observaciones a propósito de los casos de hcmosexunlidad baciones hasta el límite de la despersonalización,
venal. Pero es preciso decir desde ya que en las observaciones Estas formas psicopatológicas nos ponen en presencia de or-
de este tipo, el paso al acto homosexual es frecuente, sin que por ganizaciones que no son radicalmente diferentes de 10· que se
ello sea significativo ni organizador. Incluso puede ser suma- podría observar en muchos adolescentes. pero las compulsiones
mente contingente, como en la observación de Arnaud, alumno de tienen en ella un carácter apremiante y em.:._ cedor, En rigor,
Una escuela profesional, que para procurarse el dinero necesario parecen tener vínculos evidentes con los casos que hemos estu-
para un viaje a las Baleares, que le negaban sus padres, -íntentó diado en él niño más joven, y en el cual se mostraron los vínculos
asesinar a un pederasta que había conocido en Saínt-Cerma¡rr- pronósticos entre el destino de la represión-del erotismo anal y el
des-Pros. 'Tenía una vida sexual normal con escasas realizaciones, control de la agresividad que en él se encuentra desviada. Se
en todo caso en sus fantasías, y utilizó sus deseos homosexuales comprende con bastante facilidad el enmarañamiento que se ob-
para realizar sus proyectos de una manera en la cual la horno- serva más tarde, entre el deseo homosexual y la represión que lo
sCXllalidad parecía tener muy poca ímportancía. restringe, a causa de la contracatexia organizada contra la pul-
Probablemente sería necesario hacer entrar dentro de estos síón, de la defusíón de la agresividad que no impide suficiente-
marcos ciertos casos presentados por In Iiteratura novelística, en mente la lucha obsesiva, del retorno de la pulsión reprimida que
los cuales, al desequilibrio de la conducta y a la actuación que se expresa en formas más o menos derivadas, a pesar de la cOQ.-
tracatexia.
(jG
67
llcsulla dificultosu hnccrso unu idea sobro el pronóstico de no sólo la regresión, sin las barreras habituales, sino el poner en
estos casos, cuyo Iru lanuunl n es difícil. La verbalización limitada cuestión la psicosis.
de estos sujetos hace complicada una "larga cura psicoanalítica, No es lomar partido en cuanto al valor patógeno de las ideas,
que en general no aceptan y que al cabo es postergada hasta la delirantes o no, de homosexualidad, el hecho de recurrir a las
edad adulta, en la cual las reacomodacíones económicas no son mismas en la psicoterapia de estos sujetos, cuando se tiene oca-
tampoco fáciles de obtener. En 'todo caso, el porvenir parece sión de practicarla. Entre los adolescentes del tipo prepsicótíco,
tanto mejor cuanto que las compulsiones dejan libres ciertos sec-
el manejo técnico puede ser difícil, como lo veremos.
tores del Yo. Estos sujetos practican muy poco la homosexuali-
Por ˙ltimo, en algunas observaciones la homosexualidad, con
dad, y el pronóstico es esencialmente dominado por los límites
sus extrañas y apragmáticas realizaciones, revela la enfermedad,
que introduce, junto con ella, la neurosis obsesiva.
cuyo diagnóstico, por ]0 demás, puede ser evocado en ciertos
59 La psicosis del adolesccnte, y en especial la esquizofre-
homosexuales venales cuya frialdad ante su co;,ducta no debería
nia, implica toda una temática en la cual la homosexualidad está
dejar de provocar inquietud,
por lo general presente. No es raro que el adolescente entre en
la enfermedad con ideas obsesivas relacionadas con, sus deseos par
Dcminique tiene ahora veinte años. Fue examinado hace cuatro, en
los hombres, su feminización a propósito del sentimiento penoso ocasión de fugas que lo oponían a un padre .moralizador. El contacto
de trasformación corporal o de crisis de despersonalización. Las fue más que difícil COIl es.e adolescente pretencioso acerca del cual se
ideas delirantes ele influencia toman también prestado este tema podría hablar de estructura paranoica del carácter. Sus vagabundeos lo
de la homosexualidad. llevaron a aceptar los recursos financieros de ciertos pederastas, a conse-
cuencia de lo cual estalló un delirio místico de temática homosexual. Es
La puesta al desnudo del inconsciente pulsíonal explica que
, en estos casos, en una o en otra forma, quede comprometida la
interesante advertir aquí que luego de su salida del hospital psiquiátri-
co en el que se encontraba internado, Dominique fue tratado en psico-
,
"1
temática de la homosexualiuad. En un trabajo dedicado a los drama: se había convertido en un joven conformista, totalmente adhe..rido
I adultos entre los cuales se estudió el contenido homosexual de a los imperativos morales de su padre, y había asimilado perfectamente,
1

I[ ciertos delirios, e, Koupcrník [24] distingue tres aspectos: a) la


proyección (se me acusa de ser homosexual); b) la homosexualí-
en el sentido concreto del término, el Superyó paterno, seg˙n el modo
de las pulsiones orales y anales pasivas. Además, teniq miedo, incluso en
el marco de la situación terapéutica, de expresar el menor deseo que pu-
! . dad es revelada como expresión de fijaciones edipícas, c) la es- diese inscribirse dentro del lema del Edipo. Este '·tralamiento fue inte-
quizofrenia es la consecuencia de una perturbación profunda de rrumpido por la evolución de una leucemia. Los problemas de conducta
,
la organización de la -personalidarl en el plano madurativo, endo- reaparecieron con las fugas y las prácticas homosexuales venales como
crlno y morfológico. Sea cual fuere la validez de los mecanismos si la amenaza vital, evidentemente percibida, fuese una satisfacción sufí-

i encarados por el autor, quien además señala que la ruptura psi- .


clente para apaciguar la culpa y el Superyó, y de ah'í el resurgimiento
de los deseos reprimidos y la actuación. • '.".",
cólica de las barreras sociales explica también el regreso a la
1I temática homosexual, no hay que olvidar 'que la psicosis es la que 6Q Precisamente resulta necesario es:,· ..'. ;llol'a]o que se
pone en cuestión, por medio de mecanismos que no tenemos .por podría denominar la homosexualidad ,late¡._c,' a' la cual deben
qué estudiar aquí, la unidad de la persona y de sus bases narcí- dedicarse los psicoanalistas que se ocupan del adolescente (P.,
sistas. La ruptura del equilibrio de la carga narcisistn conduce Mále [15] ).
i a la proyección narcisista sobre el objeto, que es causa de inquie- Su eficiencia puede manifestarse en casos trágicos, como en
" tud (proyección) y de tranquilización (deseo), En forma ge- la observación del adolescente que uno de nosotros conoció y
ncral, se podría decir que la esquizofrenia del adolescente .no acerca de la cual se informa en el trabajo de A. Ochonísky [25]
puede evitar recurrir a los temas homosexuales que expresan sobre el parricidio, Este joven adolescente mató, a los 14 años,
68
69
Eric es un gigante de dieciocho años, internado en un hospital psi-
a su padre, con el pretexto de hacer justicia contra sus latroci- quiárrico a causa de sus violencias contra sus padres adoptivos. Acepta
nios que deshonraban a su f.unil¡a. El antdisis psicológico mostró perfectamente el psicodrama y de pronto pone en evidencia, en éste, su
I que había nctuado por amor el su Ideal del Yo constantemente homosexualidad, que es un recurso al Ideal de su Yo por el juego de sus

I desvalorizado por el comportamiento ele su padre. Este joven pulsioues agresivas, seg˙n el mecanismo tan a menudo estudiado.
na qllü es un cirujano, y despedaza a un psicotcrapeuta,
Imagi-
poniendo en ac-
110 se convirtió en homosexual, por 10 menos en la apariencia de
ción fantasías que no habrían proporcionado una ilustración como las que
los hechos, describía Mclanie Kle¡n para tornar evidentes el deseo y el temor del
Pero en la psicoterapia de los adolescentes, la situación es- despedazamiento recíproco del hijo y Su madre. Después de esta pri-
quemática que caracterizaba el caso de este parricida es un dato mera escena, Eric se impuso la regla de someterse completamente al
fundamental que plantea difíciles problemas técnicos. Es el mo- coordinador del tratamiento. Se llegaron a representar escenas de homo-
sexualidad (jUC le satisfacían por completo: se prestaba a ellas con com-
tor del tratamiento y explica la transferencia mágica con que placencia, simulaba la posibilidad de un coito pasivo con un psicotera-
ciertos pacientes nos aureolan, a la vez que la culpabilízan y se pe-uta a quien habría podido rechazar con facilidad, gracias a su estatura
resisten a ella, incluso por la negativa a continuar la cura. Por y su fuerza brutal, que otrora habían hecho temblar a SlIS padres. Pro-
lo tanto, en un momento en que su identidad y su identificación tegido por sus deseos pasivos, Eric pudo expresar otros deseos, más edí-
picos. Salió del hospital y se convirtió en camillero en un servicio qui-
se tambalean (E. Kestcmberg [21]), conviene mostrar particular r˙rgico. El tratamiento pudo ser interrumpido. No se hizo tal cosa, pues
prudencia, por una parte evitando desvalorizar el Ideal del Yo se tiene la impresión de que este paciente todavía necesita satisfacciones
paterno, por otra cuidando de no revelar demasiado pronto la pasivas, para no ofrecérselas seg˙n el modo masoquista de la agresivi-
naturaleza edípíca de los deseos sexuales. Pero es preciso apo- dad actuada.
yarse con frecuencia, para mantener el vínculo terapéutico, en el
Este ejemplo, esquemático en su verdad, muestra que la pa-
, desplazamiento del Ideal del Yo hacia el terapeuta, y no inter-
sividacl homosexual del adolescente, incluso' cuando puede ser
l'
I pretarlo corno deseo pasivo, salvo más adelante cuando las pul-
explicada e interpretada, constituye una posición económica di-
I
1
siones edípicas pueden ser integradas sin provocar efectos de-
masiado regresivos. fícil de movilizar. Es uno de los recursos del tratamiento, pero
I es un motor ele la resistencia que moviliza. Sus derivados maso-
Por lo demás, es posible preguntarse de qué manera, en el
quistas provocan efectos contratransferencíalos evidentes. Se ex- ;
plano técnico, se puede pasar de la comprobación de la pasividad r:
presan en las contractitudes de agresividad (exigencias que se
a la interpretación del deseo de ser penetrado. Nuestros jóvenes
refieren a la necesidad de hablar, críticas cercanas a las de los
pacientes comprenderán muy bien sus deseos masoquistas y ero-
padres), o de seudotolerancía por sobrecompensacíón de la agre-
rizados de ser manipulados, agredidos y forzados por el terapeuta.
sividad (mantenimiento de un silencio aplastante cn el cual el
Pero es difícil hablar en términos de homosexualidad, a partir
sujeto se siente despreciado, pues no se atreve a pedir amor). El
de esta pasividad, mientras el material, evidentemente muy difí-
encargarse del Ideal del Yo exige ele hecho una actitud modera-
cil de obtener, a causa de esa misma pasividad, no lo permita.
damente activa, hasta que se pueda explicitar sin peligros, la
Con este tipo de pacientes, particularmente pasivos, el abor-
pulsíón pasiva y su representación homosexual.
daje psicodramático resulta precioso, pues la significación de la
79 Hemos querido dedicar un lugar aparte a los adolescen-
pasividad, a despecho de la frecuente negación del sujeto, apa-
tes que quieren travestirse o transformarse en mujeres. El co-
rece evidente a consecuencia de su comportamiento, ya en el
juego, ya con el coordinador del tratamiento. Ciertos pacientes mienzo de] "transexualismo", que constituye el tema de la tesis
ele J. M, Alby [26], se sit˙a a menudo e~ 1, adolescencía.
parecen aceptar la ficción del juego y los temas de homosexua-
Esquirol y Marc ubicaron entre la., ,noma nías los, casos
lidad que pudieran ser evocados en él) en función de su deseo de
satisfacer al terapeuta por medio de su pasividad. de estos sujetos que desean cambiar de sexo. Tales comporta-

70 71
mientas han sido señalados desde la antigüedad. El transcxua-
Cuando llegan a ser adultos, estos sujetos son dominados por
lismo fue confundido durante mucho tiempo ~on la homosexuali- su deseo de trasrorrnación corporal. En ciertas observaciones se
1,
dad o la costumbre de disfrazarse de persona del otro sexo. Pero ha podido advertir una automutilación, pues tienen verdaderos
1:
¡: como se sabe, ciertos casos han sido operados y la actitud tora-
I raptos ansiosos. Estos sujetos acosan a los psiquiatras y ciru-
péutica al respecto es muy variable. Algunos consideran que es
janos en Francia, y luego en el extranjero, L1ara reclamar una in-
preciso ayudar a los transexualistns a realizar su anhelo. Otros
tervención que les parece justificada,
entienden que los factores etiológicos, que pueden ser puestos
Seg˙n Alby, la evolución es bastante com˙n, El deseo de ser
en duda, justifican las tentativas psicoterápicas,
mujer aparece desde muy temprano, como el travestismo más o
Alby estudió en su tesis una veintena de casos. En la ma-
menos teñido de fetichismo. Más tarde, el sentimiento de ser di-
yoría de ellos, sin que exista anomalía morfológica o endocrina
ferente de los otros hombres precede a la atracción homosexual
alguna, los sujetos se definen corno víctimas de un error de la
que surge antes de la pubertad, Esta atracción es señalada por
naturaleza: dicen tener .alrna de mujer en cuerpo de hombre. Se
la exacerbación de un sentimiento de malestar y de desagrado
trata de una idea predominante que l' repudia toda evidencia con-
traria, Se manifiesta desde el simple anhelo de trasformación hacia los signos de virilidad. El período posterior al de la puber-
hasta la convicción hipocondríaca de trasformación corporal. E's- tad presencia en ocasiones la manifestación de tentativas, de so-
tos sujetos sufren a consecuencia de su apariencia masculina, brecornpensacíón. Pero con frecuencia, luego de lecturas, de la
tratan de disfrazarla, experimentan desagrado por sus órganos penetración en un medio bastante especial, se manifiesta la reivln-
genitales, de Jos cuales quieren librarse, piden que se haga dicución. Algunos se conforman con el disfraz, aunque conser-
corresponder su apariencia con sus aspiraciones por medio de tra- van un deseo no apaciguado de trasformación; otros realizan una
tamientos hormonales Ieminizarrtes, por medio de disfraces, que b˙squeda jamás satisfecha a fin de obtener la autorización' de una
algunos rechazan en absoluto como una mascarada, y por ˙ltimo Icmínízacíón y de una intervención plástica.' Por ˙ltimo, otros su-
y sobre todo, mediante una emasculación seguida dc un cambio jetos evolucionan hacia una verdadera repugnancia respecto de
de estado civil' '. toda actividad sexual.
Los transexuales tienen una elección de objeto homosexual, Hemos tenido ocasión de examinar e intentar la cura psico-
pero se niegan profundamente a esta asimilación. La mayoría de terapéutica de cierto n˙mero de estos sujetos, Nos parece notable
ellos tiene una actividad poco pragmática en ese sentido; se limi- que la organización de estos casos nos ponga en presencia de una
ta en general, a algunas masturbaciones, y el deseo de tener una situación edípíca siempre activa. Siempre hemos chocado con la
actividad homosexual no es encarado por ellos a no ser luego de reivindicación de la castración como ideal femenino, imposible
la trasformación, que anhelan, de superar en el marco de la acción psicoterapéutica, co~a que
En electo, sus fantasías masturbatoriasse encuentran vincu- culmina en una ruptura del tratamiento.
ladas a una actitud femenina pasiva: se imaginan ser penetrados Desde este punto de vista, la observación que citaremos
como lo es una mujer y experimentan el placer de la misma ahora, la de Pierre-Charles, merece ser estudiada pues seguimos
manera, este caso =es cierto que con intermitenciaS- desde hace unos
El papel que asignan a la mujer es caricaturesco y a menudo diez años. Tomaremos de la tesis del doctor Alby un resumen
los hace despreciar a los homosexuales que alimentan entre sí su de la observación inicial: . .
odio por la mujer castrada: son amanerados, se exhiben en ata-
víos a menudo ridículos, En una palabra, remedan a la mujer tal Plerre-Charles, estudiante, consulta en julio de 1954 a la Clínica Psi-
como se la imaginan, quiátrica Infantil (profesor Heuyer) , debido a -que desea cambiar de.
sexo, Es hijo adoptivo; su padre natural es desconocido, Su madre ha
72
73
relaciones sexuales con su padre. Describía su porvenir como casado con
sido internada ton 10 (~~qllizohl:lli{_'a, El niiio kllia entonces diez meses
un hombre. ele buen gusto. Deseaba una vida de "pequeñobutguesa".
y fue recogido por Iu asistente social que se ocupaba de su madre, y
Por desgracia, sabe que jamás podrá tener hijos. Es posible que' quizá
que se convirtió en Sil tlll()r'l. CIl<lIIt!U tuc- toruudo uucvumcntu por ésta,
prefiera entonces ser una mujer brillante y bella, Olla estrella de renom-
a los dos años y medio, tenía un cciupcrtumlcnto normal. Vivió con ella
bre, e incluso una prostituta. Píen-e-Charles, que se siente mujer, gusta
hasta los cinco ufios. Entonces su tutora se casó y Picrre-Charlcs fue
de chismorrear con las muchachas, pero jamás pensó en coquetear con
adoptado a los siete años por la pareja, que luego tendría cinco hijos.
ellas. Sin embargo considera que podría tener relaciones heterosexuales
Plerre-Chnrles conoce su situación de hijo udopttvo y sus orígenes, acerca
normales, pero la sola rden le provoca un gesto de asco. Sos preocupacio-
de los cuales sus padres le informaron desde muy temprano.
nes estéticas también son femcnlnns, dice. Tiene el gusto de 10 bello
Inquietó rápidamente a su familia a causa de sus problemas de cou-
como "sólo pueden tenerlo las mujeres". Le agradaría poder seguir la
duela. Era hostil con su pudre, celoso y malo con sus hermanos y herma-
moda todos Jos años y leer con regularidad las publicaciones femeninas.
nas. A la edad de nueve u˙os se advirtió la aparición precoz de travestís,
La aparición de la pubertad trastornó su vida'; seg˙n él. Todo lo
ruo. Se disfrazaba de niña con los vestidos de su madre, se maquillaba,
que le pnrecia realizable, se ha hecho ahora imposible. Reflexionó en
se depilaba las cejas y se pintaba las uñas. A consecuencia de la impre-
cuanto a las ventajas y los inconvenientes de todos. los métodos. depila-
sión que tenia, de que iba a volverse homosexual, sus padres adoptivos
torios. Habría querido detener la aparición de fos· caracteres sexuales
lo ubicaron en un internado. Pierre-Charles consultó a un médico en
secundarios por medio de un tratamiento con estrógenos. Ve con horror
momentos en que terminaba su tercer afio secundario. Entonces presen-
el aumento de su talla pues querría ser una mujer de. corta estatura. El
taba cóleras violentas y amenazaba frecuentemente con suicidarse. Por
aumento de su pilosidad y el de su estatura siguen. siendo el objeto de
10 demás, hizo una tent.u iva y lomó varios comprtmídoc de W1 medica-
mento que tenía a su disposición para dormir. . permanentes preocupaciones. No se considera lo bastante bello. Piensa
que su nariz es fea, pero espera poder corregirla.' .Ahora su cuerpo le
Fue hospitalizado. A su ingreso en el hospit ul, tenía consigo un bolso
horroriza; ya sólo puede verlo como un objeto de .T~llUlsión para los otros
repleto de cosméticos y elementos pura el maquillaje. Joven delgado, de
jóvenes. Por consiguiente llegó a pedir la castmcíóncon mutilación del pene.
rasgos faciales poco agradables, su aspecto no podía dejur de ser obser-
vedo. Avanzaba a pasitos breves, contoneándose, hablaba con voz fina y Esta situación provoca en él vagas ideas depresivas, que han lleva-
do a algunas tentativas de suicidio, a decir verdad irrisorias.
en forma rebuscada. Sus cabellos estaban ensortijados sobre la frente, y
llevaba las cejas depiladas. Usaba un pantalón de corte femenino, que Plerre-Charles es un joven de inteligencia normal, cuyo cociente in-
había comprado en una tienda para mujeres. telectual era entonces de 114. Su equipamiento éultural era relativamente
El examen somático fue totalmente negativo. Los órganos sexuales pobre, pues todas sus lecturas se habían orientado siempre hacia los
eran normales y los caracteres sexuales secundarios se manifestaban cla- problemas sexuales. !l .

ramente. Los dosajes hormonales, normales. La morfología, en todo sen- Debido a cierto racionalismo de carácter bastante mórbido, la creen-
tido masculina, fuera de una ligera gineccmast¡n. Plerrc-Charles hablaba cia en fenómenos parapslquicos, Pierre-Charles fue considerado como
con facilidad de sus tendencias sexuales, que consideraba instintivas, sin amenazado por la esquizofrenia y al comienzo se lo trató como tal. A con..
nucracion previa. Las hacía remontar a la edad de siete años. Confesa- secuencia de ese primer episodio terapéutico, se tornó una larga serie
ha, con Suma dificultad, relaciones sodomítlcns muy antiguas, de la épo- de medidas psicoterapéuticns siempre interrumpidas.
ca del colegio secundario. Afirmnbn no haber tenido jamás un papel Digamos antes que nada, que no aportan elemento suplementario al-
activo y sólo experimentahn placer en la situación pasiva. guno en el plano del conocimiento etiológico de este caso. Sin embargo
Entre los 10 y los 1'3 años, hnbrfn tenido relaciones amorosas con es preciso señalar la notable devoción de la familia. adoptiva. En nume-
un compañero de su edad y frecuentes relaciones sexuales con él. Pero rosas ocasiones, Píerre-Chnrles habitó en casa de sus padres, se Vistió- en
al hablar de sí mismo, afirmaba no ser un homosexual, y se calificaba de ella de mujer y se pasaba los días canturreando, presuntamente a fin de
"eomsta". En efecto, había. leído a la ligera numerosas obras médicas, e prepararse para representaciones en un cabaret' de travestís. Pierré-Char-
incluso comprado la Presse Médicale, en la cual leyó un artículo dedicado les' conocía a algunos miembros de su familia natural, que en diversas
a ese tema: "Soy un espíritu femenino en un cuerpo masculino". En- ocasiones lo' reclamaron a su familia adoptiva e incluso entablaron juicio
centró la prueba de ello en viejos' recuerdos: cuando era pequeño lo' Ila- contra esta ˙ltima.
ruaban niña y prefería jugar con niñitas y no con varones. Desde muy Se comenzó en el hospital una primera psicoterapia, a cargo de una
temprano comenzó a utilizar cosméticos y llegó a robarlos en ciertas tien- joven que debía regresar al extranjero. Pierrc-Charles se apegó considera-
das. Ahora contin˙a comprándolos y les' dedica la mayor parte de sus blemente a ella, con el pretexto de aprender el italiano, y tuvo fanta-
economías. l)ierre-Charles habló entonces de sueños en los cuales tenía sías sumamente culpabilizadas de casarse con ella.

74 75
1

J
¡
t .

Más tarde intentó un tratamiento psicoanalítico, que se interrumpió pudo ser seguido. Preocupado desde muy temprano por su orien-
en ~'I 1tIUlIl:;Il!O eu "Iu". tilla V{'Z m,'LS, p:lt"t;l'Ía aduar Sil culpa etlípica.
tación sexual, este joven tuvo relaciones pasivas que sólo podía
El] Uj(-iO (·UIl)t'¡U.l·) lOOJI uno ti\' II(Jsn!i'OS 1111 lr:llalllicnlu PSi<.;oCklrJ1˙li_
CO, que se inició eu liucnns condic:iollt.:s. En esa época se había diplomado aceptar justificándolas por una presunta constitución femenina.
en kincsiologfn y se ll('g{) a dedicarse a la profesión a la que ese título La castración, vinculada con emociones edípicas ;.11UY normales, no
le dal.u derecho quería ll{'¡'_~:lr a ser cstrclln CII uu cabaret cspecinlizado. era temida como una amenaza, sino reivindicada como la condi-
Este l'r:ll<lll1ipnln druó dos aiios. En todas las ocasiones en que Pie .. ción deseable de la mujer. Sería interesante relatar qué adapta-
rrc-Clmrlcs se ('Jlcontra]¡a en coutncto pulsional con una psicülcnq)cuta,
afirmaba que él era tina mujer, que sus pechos comenzaban a crecer, y ciones encontró ahora este sujeto para util.izar'"-y justificar sus
hnstu mC!lcionaba la pcslbllidad de tener menstruaciones. En el momento eyaculaciones, pues ha mejorado bastante para uceptar sus de-
I m˙s crucial de esta evolución, tuvo la desdicha de encontrar a una gine. seos homosexuales pasivos. El fracaso de la psicoterapia se re-
cóloga que seg˙n parece se especializaba en los cuidados de artistas de
fiere precisamente al hecho de que la reivindicación de la cas-
ese tipo. Esta mujer lo examinó y le declaró que tenía un ˙tero infantil,
perceptible al lado rectal. Entonces se clesenc,"tdenó un verdadero estado tración femenina, fácil de relacionar con la .culpa edípica que
del nanto, protección económica contra las mutaciones que estn ban a siempre nos ha parecido muy activa, no puede ser integrada en
punto de producirse.
continuaría su tratamiento,
En la sesión siguiente, Pierre-Charles declaró que no
pues era mujer, ya que el médico le aplicarfn
el' marco de los deseos de penetración ana I;:'bhm; es posible ha-
hormonas para transformarlo definitiva y claramente en mujer. Pensaba
cerlo en los casos felices, entre los hOl:nose~j;al~s, seg˙n un es-
poder hacerse operar, vestirse de mujer con autcrlzacíón legal y en todo quema cuyo valor hemos mostrado a propósito de la homosexua-
caso, con la de sus padres adoptivos. lidad del niño,
l'
Apareció dos años más tarde (noviembre de 1962) vestido de mu-
jer, ridículo y discordante. Tenía modales afectados y ocultaba el rostro
Algunas observaciones podrían compararse con este caso, I
en un chal bajo el cual disimulaba sus cabellos. Había aceptado trabajar
como por ejemplo la de André, quien remedaba'a las mujeres I

I como masajista )' en lances se vestía como hombre, pero sus colegas sa- y cuyo informe de tratamiento psicodramático se debe a M,
I~ bían que era un travestí. Pretendía tener una autorización de la prefec- Soulé y F, Bouchard.
'1 tura de policía para hacerlo. Se quejaba de 110 haber tenido jamás placeres
y de haberse visto obligado a renunciar a toda relación sexual.
André nos fue enviado en noviembre de 19Ó1 por un amigo, pe-
\1r: Acababa de ver una película en la cual aparecía un conocido tra- diatra de provincia, a quien desde el primer contacto le llamó la aten-
, vestí, La Al uñecc. Se decía Interesndo por el hecho de que el travestí
ción el aspecto exterior de este adolescente, Que entonces tenía quince
,
f al cual él consideraba como un hombre gozara con ser mujer. Se pudo
Míos y que en efecto, se presentaba como el homosexual tal como se lo
interpretarle que electo ser mujer porque tenía miedo a mostrar que era
hombre. caricaturiza en la escena: depilado, maquillado, perfumado y melindroso.
Nos encontramos en presencia de un joven de inteligencia brillante, que
Picrre-Charles no siglJió las indicaciones dadas para reanudar una por lo demás cursa con facilidad sus estudios secundarios. Desde el co-
j cura psicoanalít-ica, y volvió a establecer contacto con nosotros a fines de mienzo nos expone su "caso" con animación y presenta su defensa. De-
19G3. Había trabajado varios días en un cabaret, del cual fue expulsado
porque se negaba a desempeñar el papel de "cenera" en ese lugar.
jamos a un lado los detalles de su nrgumentnción." ql!Gestá calcada de la
de las observaciones clásicas: tiene la convicción .dé ser una mujer, y
I Un nuevo intento de pslcodramn duró varios meses. Pierre-Charles
lmbfn dejado entonces de vestirse (le mujer y trabajaba en una agencia
también él habla del error de la naturaleza que es 'preciso corregir.
la mayor parte del tiempo libre buscando y leyendo publicaciones
Pasa
rela-
ele cambio. En ese período pudo abordar el problema de su vinculación
cionadas con la biología de la sexualidad. Está perfectamente al tanto de
Con la. imagen de su madre, de su culpa respecto de su familia natural.
todas las experiencias de trasformación de los caracteres sexuales secun-
En este sentido, una vez más, la intensidad de la relación transferencinl
darios por las hormonas. En sus ensueños eróticos, se -ve siempre en la po-
11'1 con una de las Psícoternpeuras, en favor de un desplazamiento
por sus. emociones, culminó con la ruptura de su tratamiento.
provocado
sición de una mujer. La intensidad de su convicción impregna toda su
conducta y lo ha llevado a intentos de realización práctica. Estos hechos
l'
La observación de Píerrc-Oharles es interesante en muchos nos conducen a evocar una estructura prepsicótica, que los exámenes pro-
yectivos parecen confirmar.
;1 sentidos, aunque sólo fuese por el tiempo durante el cual este caso
André es el mayor de dos hijos. Nació tres "nños después del matri-
76
mcnlo. Antes que él, un hijo hahin muerto muy pequeño. Su hermano es
dos años menor y se comporta normalmente. Los 'padres se separaron ficaci61~- con la terapeuta que dirige el psiccdrama y con las mujeres
cuando André tenía tres afies, y a partir de esa edad, Quizás antes, no hubo del grupo. Está maquillado, se pinta la cara con base de color, lleva las
cejas cuidadosamente depiladas. Jugamos a que utiliza los potes de crema
ya un hombre en el hogar. Hasta Jos siete afias fue pr˙cticamente-cl'iadlo---_
por su abuela materna. Entre los siete y los doce años tuvo dos no. de su macu e pala el homb.e del grupo, que, en realidad, es uno de los
drizas distintas. Las informaciones dadas por la madre sobre la biografía jefes del servicio, y utiliza esta competición con la mujer para establecer
con él una relación binaria. Todo esto es aceptado corno temático, pero
del joven y sobre su comportamiento en la infancia resultan entonces po-
co precisas. Afirma que a la edad de cuatro años se acuclillaba toda vía no integrado. De tal manera, elige, incansablemente, representar el papel
de su madre, y elegir el hombre para representar su rol. Así siempre
para orinar; a los siete años se disfrazaba ya con ropas de mujer. Las
manifestaciones actuales se instalaron, en toda su evidencia, hacia los hay dos en escena y experimenta con ello un enorme placer y alivio-
o bien y ello es frecuente, toma a una mujer para representar su rol. '
trece mios. Repentinamente asustada, lo llevó entonces a la peluquería pa-
ra hacerle cortar el pelo muy corto. Las relaciones entre madre e hijo son
De este modo llegamos a la. tercera fase, en la cual se manifiestan
malas. Este trata constantemente de her¡ rla por medio de frases que se los primeras resistencias, cuando abordamos los beneficios secundarios.
Omcías a sus subterfugios puede ver de cerca a las mujeres en especial
refieren a su falta de femineidad: "Eres fea y estas llena de arrugas; eres
incapaz de atraer a un hombre; deberías salir y tener un amigo ... ". a su madre y a la terapeuta.
Ella acepta, en forma que parece sincera, la idea de una psi cote- Las escenas elegidas son representaciones de intimidad de grupos de
mujeres o de una mujer sola, con las cuales puede encontrarse gracias
rapia, a pesar de las dificultades que hace prever el alejamiento del do-
micilio. Se decide el tratamiento en forma de psicodrama, que se organiza a su afirmación de que no es un hombre. Sin embargo, aparece una ero-
en el servicio de uno de nosotros. Contin˙a ahora desde hace dos años. tización negada. Surgen temas masturbatortos y son representados: de-
seo de introducirse en el cuarto de baño de su madre o en la intimidad
André se presenta como un adolescente longillneo, de cuerpo flexi-
ele la terapeuta, temas que sólo son aceptados gracias a una mediatiza-
ble, cuyas curvas acent˙a por un contoneo que recuerda a las vírgenes de
ción: utiliza precauciones oratorias -"la erección, como la llaman ustedes't-,
Cranach. Los cabellos, muy negros, son largos, le caen hasta la nuca y
Pero al mismo tiempo, algunos elementos nos muestran que se informa
sobre los ojos, cuya languidez oriental él destaca maquillándolos. Sus
respecto a la sexualidad. Consulta diccionarios y .)~bt=Os de ciencias na-
vestimentas y él mismo son muy sucios. Usa pullovers de color pastel,
que pertenecen a su madre, huele a sudor, cosa que contrasta con este turales. .'~:~;,''.
Las sesiones siguientes se dedican a mostrar :'J1l.~.huída ante el temor
atavío. Esta actitud tiende a provocar 1111acontractitud bastante sádica,
precisamente a consecuencia del aspecto provocador que implica, y por
de ]a castración y la negativa a identificarse cá'ift'tJ·" personaje paterno,
vivido en apariencia como fuerte, pero en re.afi~" lIl.débil y enfermo, y
lo demás, en los primeros tiempos, no oculta que asiste pasivamente,
obligado a protegerse de las artimañas y las réiv~ ';rHones fálicas de su
pues los médicos se lo han dicho y su madre lo desea, pero que fuerza
esposa. A propósito de una ausencia del homht~,,:~····. ien. cargaba de esta
alguna del mundo le hará cambiar de orientación, y adopta un aire escép-
tico y burlón. fuerza, le pude ser mostrado ese sentimiento. - ~~'fI:ó. porque su es-
posa le había prohibido abandonar el lecho' S9ll~~1,: en el cual ella
Las primeras interpretaciones tratan de poner en evidencia la reivin- encuentra su alimento, y en la transferencia, ¡j~',~~~~ de la consulta
dicación fálica y explicitar en qué forma el personaje femenino es consi-
al cu~l se ap~ga tiene los signos aparentes .rl~,~~~.l_l.. en 'la realidad
derado por él como esencínlrnente fálico. Elige escenas que trascurren
en el patio de recreo de In escuela, en el que jóvenes y muchachas dis-
es objeto manipulado por la terapeuta en el- PSICQ\1I~" ,',
Luego dará testimonio de una muy gra~~·· i'.:'¡;d<'i'd respecto de
cuten acerca de sus respectivas posiciones. Las muchachas femeninas son
ese personaje y lo buscará continuamente en .Sí .4fl' ,~,:, otorgándole siem-
peligrosas, ladronas, castradoras, )' Jos jóvenes no tienen más remedio que
pre y dándose a sí mismo, un rol de mujer, o el.'d~u hermano, perso-
rehuirlas o identificarse con ellas teniendo en el vientre algo como ellas.
naje secundario en su vida, pero ˙til en el p·si~odjaMa· 'para desempeñar
Se comprueba la existencia de una. creencia sernidelirante que le permite " , Q
un papel en segundo plano, que permite "ver. siñ:',actuar:'. Durante este
aceptar el modo de dramatización, pues él mismo se presenta como bus-
período, las escenas son bastante estereotipadas¡ .'pOr tl =tarde ' relata a
cando obtener, par medio del psicodrama, la anhelada trasformación ana-
su madre lo que se ha representado por la" mafianajen el psicodrama. En-
tómica. I ~¡-::''i'~r:
tonces se autoriza poco a poco una relación homosexua). franca con ese
Entonces representa a un joven o a una muchacha pasiva que C01)-
hombre, relación que lo protege del terapeuta. p~.~'o demás, en la reali-
versa con una muchacha «femenina" (seg˙n su concepción) para tratar
dad, la madre lo molesta mucho. Parece totalmente hostil al psicodrama y
de obtener la receta de su fuerza.
lo estimula a faltar a las sesiones por pretextos. '~aladíes: mal tiempo.
Luego sobreviene una segunda fase durante la cual busca h identl-
error en la fecha de las vacaciones, etc. Y eXP.fri~enta cierto placer

78
mJSIJar a! (,qli~'1l (';Il~';:l COII el rol principal,
IIOlnIJH'
;t que ha 'resistido a propone escenas a propósito de acontecimientos reales: padre y madras-
'!'u madre venir, pc¡o 1:(1111)1("11(1IU: la terapeuta
pala su siente ]lelida ca- tra en casa de éstos, psícoterapeuta en vacaciones, etcétera -.
da vez que a
Ita concurre. PCIO cuando su 1'1I1n.:ga cu forma rnasoljuis:u En octubre de 1\),; 1 . .:~.,.Lll.. el ",lt~.I!,.....
:I.. U, LUS,l tille slguifica la ucep-
a lus rnauiobras mutcrunlcs, 50 le puede interpretar que lm servido a su ladón deliberada de una situación franca, H'" '. -ncutc representada en
rnndre para "t euer !lOS" ;¡ "nosotros", los personajes bastante indiferencia_ la trurísfercucin, y sus ausencias todavía Irccc, , _ a pesar de todo, pue-
dos del psicodramn. I.as escenas mue-stran CIIIUJ1(;CS hasta qué punto tiene den ser interpretadas como una coquetcriu respecte de la terapeuta, par,a
necesidad de trnuquilizurso en cuanto a la integridad de su maure. Cuan- que se le diga que es deseado pero también puru -rogresar a las posi-
do nosotros somos 10'-':rn˙s fuertes y André puede coucunír a SIlS sesio- ciones anteriores, de fusión coa su madre, que lo protege-u contra su pul •.
nes, ella queda 'sola, vaciada de su sustnuc¡a, castrada de ese pelle que slón erótica huciu la mujer.
representa su hijo. Acabamos de ver otra vez a André que ahora tiene 18 años y que
Entonces, por primera vez, integra que el abandono de sus posicío- sigue un curso de matemática elemental. Su madre nos dice que su corn-
nes tendría por efecto castrar :1 SU madre y que puede abordar los acon- portamiento ha cambiado mucho. Ya no se disfraza, no se maquilla, pero
tecimientos de su vida real, hablarnos de una nodriza a quien quería, toduvia se depila las cejas. Sobre todo, le inquietan mucho las snlidas de
de su sentimiento de abandono cuando ellu lo dejó partir, y por ˙ltimo, él, que jamás le explica. Tiene el temor de que se convierta en homosc-
también por primera vez, nos habla de su padre. Nos enteramos de que xunl. André sigue siendo ruuy agresivo eu su cornpou.uníonto con ella,
éste, afectado en el plano psíquico, ha pasado un período en un hospital y no pierde ocasión de decirle que en psicodrama se le dice siempre que
psiquiátrico, y que vive con una joven de la cual tiene hijos. Podernos ella tiene la culpa de todo.
mostrarle también que trata de deformar la realidad en el sentido de sus Durante el examen clínico, la modificación más evidente consiste en
defensas, para negar su carga dolorosa. En ese sentido interpretamos el que ha perdido, por cierto, la co.iviccicn de que es una. mujer y reconoce
la ~aturaleza patológica de esta idea. Ha abandonado toda b˙squeda de
hecho de que André haya elegido en varias ocasiones ir a casa de su
tratamiento para la trurufomiación corporal. Sin embargo, le siguen inte-
padre a buscar la pensión que debe entregarle, en lugar de C011CUlTiral
resando mucho las historias de cambio de sexo. En fecha reciente, la pren-
psicodramu. Esta es una manera de negar, con su madre, la existencia
sa sensacionalista se hizo eco de la ambigüedad del sexo de una cantante
autónoma del ex marido y de considerarlo todavía como una propiedad.
de éxito. Recortó y coleccionó todos los artículos que pudo encontrar al
Nos enteramos de que ve a su padre y a su seudo madrastra, más o me-
respecto. Quiere ser ingeniero, pero se pregunta si sus gustos le penuí-
uos una vez por mes, y que se entiende bien con ellos al precio de las
adaptaciones descritas. tirán seguir esa profesión. En sus sueños. eróticos, se ve siempre como
una mujer. No hemos podido saber si tuvo relaciones homosexuales. Está
Entonces, la triangulación edipicn es sistemáticamente corregida, en decidido a continuar el tratamiento. Purece que la orientación se dirige
el buen sentido, por la terapeuta, pero él opone como defensa en forma hacia una homosexualidad asumida.
no menos sistemática, el bloque "madre-hijo" en la forma de "nosotros",
a su terapeuta.
89 Ciertos adolescentes, fuera de los contactos vagamente
Ponemos en evidcnc¡n en el juego, pulsíones eróticas que surgen res-
pecto de las mujeres del psicodramu. Su temor a la rivalidad ou cuanto
homosexuales y tan frecuentes, son víctimas de traumas que, se-
a los hombres del psicodrarnu; el papel que quiere hacer representar a g˙n parece, los orientan mucho menos que cuando se producen
su madre; la complacencia con que desempeña el rol que su madre le antes de la, pubertad. Las maniobras del ambiente o las medidas
asiglJa; su pasividad en Cuanto a nosotros; el placer que encuentra en ha. judiciales parecen tener mayor consecuencia que los hechos mis-
ccr representar ciertos roles al jefe del servicio; los modales afectados que mas. Tal es lo que seg˙n parece sucedió en el caso de Fred, de
ofrece a la terapeuta y su deseo de conformarse con esta fase de su cura,
son interpretados Como resistencias que trata de mantener en forma de 15 años, examinado por uno de nosotros en 1964,
inversión del EdIPU. El aSlJl:l.:l(J Judl(;,u es Vtl~S,O en evrdencra, y así ob-
tenemos una neurotízaclón. La creencia delirante del comienzo parece ha- Este joven había sido examinado por sugestión de la asistente del
ber desaparecido, es interpretada como lo más elaborado que encontró, liceo, a quien la madre habló de las aventuras de su hijo durante las
como lo más seguro, pur u rccuuzur rcun ungus.ia por medio de una fu- vacaciones precedentes. Fue expulsado de la colonia de vacaciones y con-
, ; síón con su madre, ya que su posición ll1ÚS avanzada había consistido en fiado luego a un sacerdote por el director de dicha colonia,
k'.ccrse reproches y en aduar COITlO su objeto parcial. Vivió con ese joven sacerdote, primero en Marsella, luego en Cór-
Entonces puede abordar Sil deseo de ver la escena primaria, y nos cega, y habría sido víctima de maníobrus homosexuales por parte de

80 81
aquél. La familia, muy inquieta, habría comprobado numerosas trasforma- tura psicótica por algunos de sus aspectos, .su rareza, la ausencia
dones en el comportamiento de Fred y se confió a la asistente del li-
í: ceo. Se trata de un joven emotivo, pero simpático y' abierto. El trauma
de emotividad que lo acompaña. La prostitución puede Ser tam-
bién una actuación para luchar contra la ansiedad neurótica, pero
I.
homosexual se limitó a algunas caricias, por lo demás vagamente esboza-
das. Es más que probable que este joven, que había vivido siete años en conjunto, se inscribe en el marco de las conductas del psicó-
en un internado de liceo, haya presenciado muchas otras. Su vida Ian- pata más o menos amoral, como lo muestran numerosas observa-
i, tasmática no se modificó. Imaginaba que llegaba a ser ingeniero electró- ciones que uno de nosotros tuvo ocasión de seguir entre los ado-
I nico, que se casa ha, todo ello conforme a fantasías en todo sentido tri-
1
viales para su edad. lescentes enviados por el tribunal de niños al hogar de recepción
1;
li Por lo demás, lo que más preocupaba a Fred eran los numerosos in- del hospital de San Vicente de Pau!. n':: aremos sólo dos que
I~
terrogatorios a que se lo sometía, ya por parte de los padres, ya de los pueden dar una idea de ese tipo de ~as0s,l
policías, pues los padres habían presentado una demanda contra el sacerdote.
Este conjunto actual contrastaba con la existencia de otro problema. La de Robert se refiere a un sujeto de diecisiete años, examinado
Los padres de Fred esta ban separados. El adolescente vivía con su ma- en mayo de 1961. No trabajaba desde hacía varios meses y regresaba
dre y un amigo de ésta. Esta situación le preocupaba infinitamente más a su casa de madrugada. Frecuentaba un grupo de adultos homosexuales
que Jo que había sucedido el verano anterior. Muy reservado, no se atre- vigilados por la policía. Su madre había instalado, antes del fallecimien-
vía a hablar a sus compañeros de liceo de la separación de sus padres. to de su marido, a un amigo en el hogar. El padre murió cuando Robert
Una culpa muy viva respecto de su padre, que por lo demás había tenía catorce años. Había cinco niños en el hogar. El primer desarrol1o
estado internado durante algunos meses, parecía una amenaza mucho más de Bcbert no se conoce, pero su frecuentación escolar era muy irregular
importante para su virilidad que la aventura bastante trivial con quien y tumultuosa.
10 acompañó durante las vacaciones del verano precedente. Había comenzado a disfrazarse a la edad de quince años. Llegó a
llevar a su hermanita de 8 años y medio a casa de un paidófílo. Se jac-
No todos los traumas tienen esta benignidad, y al lado de taba en su familia, de ganar mucho dinero con su c ....
lo que se observa en Les amüié» particuliel1es, COmolas ha des- De aspecto inocente, Robert en efecto es un joven poco inteligente.
crito Roger Peyrefitte, otras observaciones tienen un carácter más Su escolaridad es casi nula. Habla fácilmente de sus .experienclas, de su
doloroso, Pero siempre resulta dificil separar lo que se refiere coquetería, de su "escote". Las prácticas homosexuales no parecen culpa-
bilizadas ni angustiantes. En grupo es un joven encantador y servicial. Se
a las organizaciones previas y a los choques que han podido cau- trata, en resumen, de un sujeto poco inteligente, sin cultura, inmaduro y
sar efectos traumáticos. Por lo demás, la mayoría de estas obser- pasivo, criado en un medio muy deficiente y que ha adquirido la cos-
vaciones son recogidas entre adolescentes que se encuentran al tumbre de la homosexualidad venal.
borde de la conducta antisocial. Son" ayudados" por pederastas Muy distinto fue el caso de Denis, quien fue confiado a su familia
durante sus vagabundeos, y carentes de recursos, adoptan la cos- adoptiva luego de ser abandonado. Sus padres adoptivos 10 recogieron a
la edad de tres años y medio. Desde los seis y medio fue llevado a
tumbre de la homosexualidad venal) que puede instituirse en su- consulta psiquiátrica pues los padres se quejaban de sus problemas de
jetos desequilibrados luego de estas primeras experiencias trau- conducta, de su oposición familiar y de pequeños robos en las tiendas.
máticas. Amenazado primero con ser expulsado, fue efectivamente llevado al or-
99 La homosexualidad venal del adolescente es una conducta Innato. Entonces se lo entregó a una familia. Pero los padres adoptivos
se quejaron de sus tonterías y sus violencias. Mataba gatitos pequeños, hi-
polimorfa, realizada sin verdaderos deseos o en favor de tenden-
rió a una vaca y tuvo juegos sexuales con animales. Encendió una ho-
cias homosexuales, S610 es individualizada debido a su aspecto guera en la iglesia de la aldea.
práctico, pero el examen de los sujetos que se dedican a ella Fue nuevamente examinado. Era un joven inteligente, un poco tími-
puede conducir a diversas orientaciones diagnósticas que no hay do y retraído. La opinión p˙blica de la aldea en que vivía exigió que se
que pasar por alto. Aparte del caso en el cual la realización ho- 10 sacara de ella y se lo ubicó 'en un internado especializado de la región
parisiense. Se quedó allí desde Jos diez hasta los catorce años y luego
mosexual señala la entrada en la psicosis, es preciso recordar que
el actillg del psicópata desequilibrado puede ya evocar la estruc- 1 Observaciones redactadas gracias a la amabilidad de J. C. Delaporte.

82
83
,.
entró en un centro de aprendizn]e, en el cual se reanudaron los incidentes.
SE: cledícabn a exccnuicidadcs. l:0161'i(;(/contra sus camarudns de trabajo, nía relaciones con hombres de más edad que él, en quienes buscaba
hirió a lino de ellos. una actitud maternal: ellos ]0 mimaban, cocinaban para él, etc. Por lo
Posteriormente fue ubicado con un vcudeclor de comcstjbles, con el demás, tenía con ellos el mismo tipo de relación de dtspuras y violen-
cual tuvo relaciones homosexuales. Este hombre le hacía regalos y com- cias sadomnsoquistas que con su madre.
partía el lecho con él. M˙s tarde quedó a cargo de un joven soltero Sin embmgo, sus gustos y su inclinación lo llevaron hacia objetos
de buena familia, quien ]0 hizo entrar como empleado en una gran tienda. diferentes. En efecto, deseaba vivamente a los más jóvenes. que él, a
I'osteriormente se lo ubicó en un centro de educación vigilada en el quienes en S1l pensamiento acariciaba, amaba )' protegía. Se complacía
cual tuvo numerosas relaciones homosexuales. en imnginnr el espanto de ellos ante la revelación ele sus relaciones homo-
So mostraba siempre insatisfecho, se quejaba de no ser querido pero sexuales. Durante el tratamiento, uno de los puntos de resistencia se apoyé
como se ve, todas las medidas que se tomaron no modificaron para nada en el temor a perder ese gusto por los jóvenes, cuando ya había abando-
su comportamiento, en el cual la homosexualidad era episódica, nado sus relaciones con los hombres de más edad.
El estudio de M. Sprince r27] se refiere a la observación de una La otra dificultad fue creada por las reacciones de la fnmtl¡a. La
homosexualidad patente y realizada en un joven de dieciséis años. Se ins- constelación familiar era especial. La madre era una mujer muy autori-
cribe en la línea de las j¡lVestigaciones para diferenciar las tendencias taria, pero sobre todo absorbente y siempre _.h.rbia tenido a su hijo en
homosexuales transitorias de la adolescencia y la homosexualidad patoló- un estado de total dependencia. Desde . . irneros años se encuentra
gica definitiva. un conflicto en torno de una anorexia. Lo "esencial de su actitud tenía
Más que la homosexualidad, la gravedad de los problemas de con- siempre el doble 'lsnp('tn rlp una poderosa influencia y de una seducción
ducta fue lo que condujo a los padres a reclamar para su hijo el psicoa- evidente. Su madre lo atraía constantemente, en un contacto estrecho en
nális¡s. Por su parte, éste aceptó porque asustado por la violencia de sus el plano afectivo, e incluso físico: lo estrechaba contra ella pretextando
reacciones, temía volverse loco. malestares. En varias ocasiones le hizo compartir su baño. con la pro-
Las perturbaciones estallaron hacía los quince afios de edad. Hasta mesa recíproca de no hablar de ello al padre. Mientras lo acariciaba,
entonces y durante toda su infancia, había sido un niño encantador, dó- le relataba sus antiguos amores, Con estas escenas de seducción se alter.
cil y adorable; bruscamente se volvió insoportable. Entró en conflicto per- naban intentos de intimidación dramáticos durante los cuales lloraba.
gesticulaba, lo acusaba de querer matarla. Hasta la edad de 11 años, el
manente con su familia, con sus exigencias tiránicas, violencias y actitudes
niño compartió el dormitorio de sus padres.
de hecho, especialmente contra Sil madre. Se dedicó a robar, cometió
fraudes contra los transportes p˙blicos. Varios aspectos de su conducta El padre era un hombre muy pasivo, de un carácter impregnado de
eran bastante notables: algunas mañanas se negaba a levantarse, pretendía una profunda homosexualidad latente. Su actitud habitual era de extre-
continuar durmiendo y en ocasiones se quedaba efectivamente acostado ma debilidad, con episódicos estallidos, a la vez violentos e inesperados.
todo el día y no concurría a su trabajo. Este comportamiento tuvo como Durante el análisis se vio con claridad el problema de la relación entre
consecuencia la intervención directa y física- de su madre y luego de otros el padre y el hijo. Este no podía soportar su presencia sin una tercera
miembros de su familia. En muchas ocasiones, provocó disputas sobre to- persona; respondía con groserías a los intentos de conversación con él.
O se escapaba. En una ocasión el padre lo golpeó, luego de lo cual el
do con su madre, y cuando la veía magullada, encontraba en sus quejas
una evidente satisfacci6n, al mismo tiempo que se sentía aterrorizado por niño se masturbó hasta quedar sin aliento, y quedó en tal estado, oue
las consecuencias de sus actos. Durante un prolongado período dejó de la madre pensó que se encontraba enfermo, y quiso llamar al médico.
l.cblar a su familia y sólo se comunícaha con ella por medio de gestos El padre no podía soportar encontrarse separado de su hijo, ni .siquiera
y mímicas para expresar sus distintos deseos v voluntadee, Estn ('nnducta durante unas horas. Si se iba a casa de parientes o amigos, no dejaba de
de refugio en el dormir y este modo de comunicación no verbal evocan telefoncarle para pedirle que regresara. En el momento en que se de-
reacciones de regresión a las etapas más arcaicas, terioró su comportamiento (':"vó en conflictos repetidos, violentos, segui-
Se pueden encontrar las circunstancias de su primera experiencia ho- dos de escenas de reconciliación, con juramentos de afecto y de amor. Lo
mosexual realizada. A los quince años, luego de una discusión con sus seducía constantemente por medio de lujOSOS regalos. Estas Intervencio,
padres, efectuó una tentativa de suicidio. Fue descubierto y reanimado nes del padre obstaculizaron en forma considerable el trntnmiento. En un
flor la mucama de 18 años, que lo había iniciado, por lo demás sin pla- momento en que el joven comenzaba a liberarse de sus pulsiones in-
cee alguno, en la relación sexual. Entonces llamó a algunos amigos, pro- fantiles, el padre experimentó esta sit unción como una huida fuera de su
metiéndoles los favores de dicha mucama, pero los sedujo por su propia influencia y multiplicó los regalos, llegando incluso a entregarle un che-
cuenta. Las particularidades de su homosexualidad eran notables. Mante- qtae en blanco para la compra de un coche sport. De ello resultó, por
lo demás, un nuevo deterioro, el regreso III terror de encontrarse solo
84
85
"

en Su presencia, y las querellas de tipo snclomasoquistn, COSa que en cada


OC<lsi{Hl concluía con tI]1 regalo m˙s sensaclonnl,
jer de unos cincuenta años que desposó a un joven de diecinueve, a quien
EJ psfcoanálisís de este adolcsccnt¿ permite a M. Sprince precio asesinó cuando se enteró de su relación homosexual. I
sar cierto n˙mero de hechos rclacioundoc con el caso. Su hom.osexualidad Muchos otros aspectos son encarados por la autora. En su conclusión, I,
representa tina gratj[ü.:nción momentánea, que forma parte de una per- vincula su caso con los de niños y adolescentes prepsicóticos y borderline
sonalidad muy marcada por la persistencia extrema de actitlldes infantiles. acerca de los cuales tiene experiencias. Recuerda distintas concepciones,
En este sentido, se separa con claridad de las homosexualidades integra_ en particular la de Freud, de una escisión del Yo del cual una parte in-
das en una conducta bien adaptada.
madura se mantiene impregnada de elementos pregenítales,
El autor especifica también los factores que parecen desviar el de. Por ˙ltimo, piensa que la profundidad y la amplitud de los estragos
sarrollo del enfermo hacia la homosexualtdad, y en especial la fijación producidos en el Yo por su fijación en sus orígenes más arcaicos, expli-
oral con una madre dominante, alternativamente posesiva en forma agre- can el carácter definitivo de las tendencias homosexuales, cosa que las
siva y de intensa seducuvídad. El padre, con SIlS prol)lernas de homose- opone a los movimientos pulsionales del adolescente normal, que pueden
xualidad latente, pasivo con bruscos accesos de violencia, era un pésimo tener una apariencia análoga en el aspecto de las regresiones pero que
modelo de identificación.
se mantienen transitorios.
A través del análisis, el hecho más notable relacionado Con la estruc-
tura era la disociación del Yo con estancamiento parcial en la etapa más Con estas ˙ltimas observaciones, volvemos al problema de la
arcaica. Durante el tratamiento, el joven establece en la transferencia una
serie de reacciones significativa.~: antes que nada quiere que se lo compa,
significación de los comportamientos homosexuales más o menos
dezca y se 10 mime cuando tiene nanas; luego, durante varias semanas realizados del adolescente, y de su significación con relación a
deja de hablar, así como con sus padres recurría a un sistema de relación las normas culturales de nuestra sociedad. Comportamiento de
preverbal. Después, se puso a dormir profundamente desde el comien- rebelión o de facilidad, la .homosexi ".' d no corroe necesaria-
zo de las sesiones, COSft que detiene, en la práctica, todo progreso du- mente la estructura de la personalioa; .o mismo que no la ex-
rante tres meses, y obliga a la terapeuta a recurrir al artificio de una
gratificación oral efectiva: cada sesión comenzaba con el ofrecimiento de presa, en los casos en que el desequilibrio, en el plano etiológico,
Hila taza de té, en relación con la cual se organizaba un juego comparable conduce a formular el problema de las consecuencias lejanas de
al de la anorexia de su infancin. Después se advirtió que la etapa oral las frustraciones precoces y de la organización del carácter "in-
jamás podía haber sido superndn por completo. Continuaha infiltrándose diferente", tales como las han descrito J. Bowlby y K. Fríed-
profundamente en todas las etapas posteriores del desarrollo. La castra-
lander [28]: en el plano clínico, el problema de las estructuras
ción tenía una intensidad y una tonalidad particulares con los elementos
de identificación narcisista. El sujeto tenía respecto do sí mismo un sen- subyacentes, en el plano del pronóstico, el problema de la caída
timiento de menosprecio: pertenecía a una casta inferior, era tonto )' en la conducta asocial y la perversidad delincuente, en el tera-
feo, etc. La relación sexual era una lucha por la emasculación del hombre péutico, el problema de la eficacia de las medidas actuales, que
con las fantasías de vagina devoradora. La fase f>(línica no era franca- muy rara vez combinan la internación institucional y el enfoque
mente abordada y se encontraba en constante conflicto con el material psícoterapéutico.
pregenital. Durante las escenas de seducción inducidas por la madre, per-
cibía una excitación sexual creciente. Que lo conducía a nulsíones de ase-
sinato respecto de ella. En todas las etapas del desarrollo se evidenciaba
la necesidad de controlar la oralidad de la mujer. El aspecto más ate-
rrador de la relación eran sus fantasías de madre castradora en forma
de incorporación oral. El doble objeto de la homosexualidad aparece así
COn claridad. Elegía a compañeros de más edad, cargados de cualidades
mntemales, enteramente entregados a él. Pretendía poseerlos en alma y
cuerpo, en un deseo de fusión en la identificación primaria. Pero sus
pensamientos y sus fantasías se referían a los jóvenes a quienes habría
podido amar y proteger, debido él lo cual experimentaba. una gran cul-
pa. El dilema se condensaba mugnificaments en la historia de una mu-

86

87
CONCLUSIÓN

Describir los diversos aspectos de las conductas homosexuales del


adolescente es una tarea difícil. La homosexualidad latente, que
se inscribe en un período evolutivo en el cual el hecho de re-
currir al Ideal del Yo paterno es una protección más o menos
eficaz contra el retorno de las pulsiones reprimidas, en un mo-
mento en que el status viril es puesto en cuestionamiento en el
plano morfológico tanto como en el social, puede expresar las
estructuras más diversas. La caída en la homosexualidad data a
menudo de este período, pero la naturaleza misma de la homo-
sexualidad se lee con más facilidad en 01 ''''udio de niños cuyos
padres o psiquiatras temen que se con .m en homosexuales.
Los documentos patográfícos, las observaciones reconstruc-
tivas en el adulto y las que nos ponen en contacto con la caída
en la homosexualidad durante la adolescencia, destacan, por lo
que parece, una estructura familiar bastante com˙n en Ia cual
la desvalorización del Ideal del Yo paterno es la regla, y parece
frecuente la intimidad con una madre que se adorna con su hijo.
Pero la homosexualidad en el niño plantea problemas muy
específicos, que Freud estudió <en el caso de El hombre de los
lobos y en el de [uaniio cuando se dedicó a la cuestión del des-
tino de la pulsión homosexual, representada en el Edipo invertido,
al nivel de la analídad.
A ·propósito de estos casos hemos querido estudiar .los víncu-
los entre la reconstrucción psicoanalítica de la infancia de los
homosexuales y las observaciones de los niños pequeños. En uno
y otro caso, nos vemos llevados, siguiendo el trabajo de Freud

89
-~----- ----_-' "

sobre El hombre de los lobos, a estudiar el destino del erotismo


BIBLIOGRAFÍA
anal reprimido, que puede reaparecer en forma de pulsioncs pa-
sivas homosexuales, o en la forma de contracatexia debido a la
agresividad desviada: en este caso la pulsión anal es dominada
en forma más O menos eficaz seg˙n el medo obsesivo.
Al estudiar algunos casos en los cuales el temor a la homo-
sexualidad viene de los padres y comparándolos a los temores de
los psiquiatras que evocan ese porvenir, hemos visto que la acti-
tud de los padres interviene probablemente en el pronóstico, Su
Ji lucha contra el erotismo anal y el modelo que imponen son con-
;¡ tradictorios, y la ambigüedad de sus respuestas a las exigencias
pulsionales permite entender la doble orientación hacia la homo-
"

sexualidad realizada o neurótica por una parte, y la neurosis ob- ~


... ,
sesiva por otra, Las observaciones de los psiquiatras se refieren
a los mismos niños, pero se trata probablemente de los casos en J, Sigmund Freud, Un recuerdo infantil de Leonardo de víncí, Obras ccm-
que los padres parecen !lO haber advertido los pródromos de la pleíus, Biblioteca Nueva, Madrid, 1948. vol. JI.
homosexualidad. 2. lean Delay, La ieunesse d'Al1d~é Cide, Callimard, París, 1956.
3. André Mauroís, A la recherche de Morcei Ivoust, Hachette, París, 1949.
Las observaciones del adolescente nos conducen a una revi-
4. Marcel Proust, Correspolldance avec su mere (1877-1905) {Cartas
sión de los diversos casos psiquiátricos en los cuales es posible
, observar homosexualidad, sin olvidar que ,sólo tenemos nociones
inéditas presentadas y anotadas por Philip Kolb), Plon, París, 1953.
l' 5. W. H. Cillespie, F. Pasche, G. H. Wiederman y TI. A. Oreenson, "Sym-
,.l insuficientes sobre el valor antropológico de ese comportamiento posium on homosexuality", Int. ]. Psuchoonal., 45, abril-junio de 1964.
i en la sociedad actual, que la homosexualidad se organiza en ese e. Sígmund Freud, Los orígenes del psicoanálisis, en Obras completas, S.'
I período de la vida, COn frecuencia antes de la heterosexualidad,
pues plantea menos problemas prácticos de realización, y que a
Rueda, Buenos Aires, ] 95ü, 1. XXII
7. Sigmuud Freud, Análisis terminable e interminable, en Obras comple-
tas, S. Rueda, Buenos Aires, 1955, t. XXI.
menudo constituye en el plano clínico o jurídico un epifenómeno,
8. Sigmund Freud, Metapsicología, en Obras completas, Biblioteca Nueva,
en tanto que la caída en la homosexualidad tiene sus propias Madrid, 1948, vol, 1.
consecuencias. 9. F. Kallman, "Comparatíve Twin Studíes ~enetic Aspects of Male
Tanto en el niño como en el adolescente nos vemos sea como Homcsexuality", f. Nerv. Ment. tn«, 115, H)b;:.,'
fuere, frente a esa realidad humana cuya interpretación puede 10. A. C. Kínsey, El comportamiento sexual del hombre, Siglo Veinte,
ser técnicamente difícil o inoportuna. Sin embargo, COD10 se ve Buenos Aires, 1967.
siempre, una posición edipica sólida sólo es posible en el niño 11. E. Slater, "Bírth Order and Maternal Age of Homosexuals", Lancet,
1962, 13.
cuando la pulsión anal, dirigida hacia el objeto paterno en el sen-
12. E. Bergler, Neurotic Counterieít Sex, Grune and Stratton, Nueva
tido de un Edipo invertido, es integrada y no reprimida, No es York, 1951.
1"
posible dar reglas técnicas al respecto, pero sólo una acción psico- 13. H. Hosenfeld, "Remarks 011 the Relatíon of Male Homosexuality and
terapéutica prolongada permite, posiblemente, abordar tales te- Narctssísm", 1nt. J. Psychoarwl., XXX, 1949.
! 14. F. Pasche, "Aspect théorique et clinique de l'homosexualité", Revue
mas sin que las intervenciones del psicoanalista sean rechazadas
iranc. Psychan., XXVII, 1964, 2.
o recibidas como un objeto penetrante, pero no significativo.
15. Pierre Maje, La psicoterapia de los adolescentes, L. Miracle, Madrid,
1965,
90
91
l(L Sig!llllnd l,'n'ud, Tres ('lI.w!/{)'<; /1(1/"(1 rliHI k'oríu wxunl, \'11 Olnos (;0111-
lNDTCcc
plClrlii, Biblioteca Nueva, l\bdrid, HJ IH, VII!. J.
J7. tiiglllUl:d 1<'I"ud, JlI.,.I,,¡illk· t.lu,i("." (cap. (j; "Historia de uuu 11(;\1-
rosis ínfauül"}, cu Ouras COllljJk/(/s, cd. CÍ[., VD\. 11.
18. Sigmund Frc-ucl, llislulili/i:i; CIlIÚCIIS \t'~I[I. ~;: "Análisis di..' la Iobiu de
1111 ui˙o lit' cinco .u.us"}, CII 0/)/",,8 ("o/,I/JIo:(/s, ('([. c-it., vol. 11.
1D. Auna Frcud, El Yo 1) los mecaninuos de defew'"//, Pnidós, Buenos
Aires, 1U-19.
20. Sigruuud Frcud, psicologia de llls 1I!asas IJ an˙íisís del Yo, en Obras
completas, ed. cit., vol. 1.
21. E. Kcstcrubcrg. "L'idcutit˙ <.:1 I'üklllification chcz les udolcsccnt s",
Pii[/chialr. eníont, v. 2.
22. L. Dugas, L'arnitié anticue d'apnJs les moeurs pOlH1laires et les éceus
eles Alean, J'nns, ü¡\:.H.
p/Ji/oso¡Jhes,
23. Ccorgcs Dcvcreux, "La délürquuncc scxuclie des ieuncs filies d.o-s
une socíété 'purilaine'''. Les Tenvpe Modernes, octubre de 1964.
a 7
2.-1. C. Koupemik, "Délires thémes homosexuels ct sohizophrénie", Introducción
Lécoíutíow l)suclliulri:lue, XXV. HJ(jO.
2.'3. A. Oclionisky, "Le pan-icide", PSljchiat..". eniant., VI, 2, 1963.
26. J. }.t. Alby, Cont-noutuni ˙ t (:,wlc d!l tesis médica 1 1"1H" I
/1"!/IIS.'iCxlutlislI/.e,
9
Paris, 1956.
La infancia de los homosexuales 1 ,·¡l\t
27. M. Sprincc, "A (:()n(ril)\lt ion to the study of homoscxualit y in ndoles-
cencc", ]. Ch¡ld. PsucllOl. Psudli(/tr., 5, 1964.
111'¡¡i,,~
28. J. Bowlby, Cnídados maíernoies 11 soliui mtmld, Hnmanitns. Buenos
TI
27 I ,.
-. ~ Aires, 1930. - K. Fríedlnnder, A1J1Jfocl!e l¡sl)dumalutique de la délín.quance,
La homosexualidad ele los jóvenes
I
il
11
P.U.F., París, 1951.
III
59
II
La homosexualidad en el adolescente

89
Conclusión
91
Bibliografía

92

También podría gustarte