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Introducción
a una teoría general
del derecho
El método jurídico
Prólogo de
SEBASTIÁN SOLER
1" rt'imflre¡¡¡á"
.0000
ElllTORIAL ASTREA
DE AL~'RK~ y RICAROO DEPALMA
KI1ENOS AIRES
1986
Cualldo el pueblo hebreo ell el Sintki no
quiso esperar la ley divina, construyó en
su impaciencia un becerro M oro, consi-
guiendo de el/ta .uerte qUe se hicieran pe-
dazos la3 tablas de la l6y.
SAVIGNY
SEBASTIÁ N SOLER
INDICE GENERAL
Prólogo .......................................... . IX
Prefacio ............... ' ......................... " XIX
PRIMERA PARTE
INTRODUCCION
A UNA TEORIA GENERAL DEL DERECHO
CAPiTULO PRIMERO
CAPfTULO II
CAPÍTUJ.O III
CAPÍTULO IV
CAPíTULO V
CAPíTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPfTULO VIII
SEGUNDA PARTE
EL METODO JURIDICO
CAPfTULO IX
CAPiTULO X
CAPíTULO XI
CAPÍTULO XII
CAPíTULO XIII
1 Welzel, Hans, Más allá del Dtr6CÁO Natural 11 det positivismo ;JI..
ridico, Univ. Nac. de Córdoba, p. 12 Y 13.
2ldem.
:XXU TIlORfA GENEBAL DEL DUECHO
EL AUTOR
PRIMERA PARTE
INTRODUCCION
A UNA TEORIA GENERAL DEL DERECHO
CAPíTULO PRIMERO
EL OBJETO PROPIO
DE LA CIENCIA DEL DERECHO
ALGUNAS DISCIPLINAS
QUE ESTUDIAN EL FENOMENO JURIDICO
La Introducci6n al Derecho
Desde su implantación como asignatura en los planes de estudio
de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires
en el último cuarto del siglo pasado. la Introducción al Derecho
ha sido encarada de distinta manera en su consideración di-
dáctica y pedagógica y ha variado de conformidad con las dis-
tintas orientaciones doctrinarias sustentadas respecto de su
contenido.
Originalmente, en efecto, esta disciplina fue considerada,
ora un mero nomenclator jurídico, ora una exposición enciclo-
pédica y sistemática de nociones básicas generales.
Quien pretendía acceder al conocimiento de 10 jurídico
debía conocer el léxico que se aplicaba en este mundo del
derecho, y la Introducción al Derecho era entonces una expo-
sición detallada y minuciosa de los tecnici>lmos del lenguaje,
imprescindible para penetrar en la intrincada maraña de tér-
minos precisos. "El idioma del nuevo país que se va a recorrer",
decía Montes de Oca, el primer profesor de la materia en la
Universidad de Buenos Aires 1, debía ser enseñado a quienes
aspiraban a visitar en 10 futuro los ignotos territorios y pro-
blemas en sus verdaderos límites y dimensiones.
Aquel criterio fue ampliado y corregido por otras cátedras
que, dando a la disciplina un marco enciclopédico, integraron
la. materia con ingredientes históricos y sociológicos. •
La cuestión metodológica. parece haber quedado circuns-
J Montes de Oca, Juan J., /ntroduccW7l Ilemeral al ",tu.dio del D,_
reeJw, Bs. As., 1884.
12 TOORÍA GENERAL DEL DERECHO
l' Adviértase que asi como Picard elabora una doctrina de El D~·
clw puro (Madrid, 1911) y Kelsen es el fundador de la Tlloría. Pum del
DUIlCko, no hay en esta aparente identificaeión de nomenclatura mis
que un remoto símil de propósitos, ya que Picard, fiel a sus designios,
pretende llegar a las permanencias abstractas y puras del derecho, mien·
tras que "la pureza" en Kelsen atiende a una actitud metodológica en el
tratamiento y consideración del derecho positivo, que integra, como única
J"t'alidad, al derecbo.
DISCIPLINAS QUE ESTUDIAN EL FENÓMENO .JURÍDICO 19
La enciclopedia. jurídica
Considero que no puede desconocerse que el antecedente gené-
tico más importante de la disciplina es la enciclopedia jurídica,
cuyos informes orígenes suelen rastrearse allá por el año 1638,
en que Hunnius publicó su famosa Enciclopedia jurís universi.
El antecedente mencionado no es más que eso, ya que el
movimiento enciclopedista, vinculado estrictamente a nuestra
disciplina, es bastante más reciente; sólo que la pretensión de
abarcar todes los conocimientos vinculados al derecho en una
disciplina única, comprensiva de todos ellos, una especie de
ciencia "colectiva" que asiente en sus poltronas todos los dife-
rentes compartimientos que componen el mundo del derecho,
es más que difuso, casi imprecisable.
El vocablo "enciplopedia" significa literalmente 8 ciclo edú.
cativo, es decir ciclo completo de educaciólJ. que abarca todas
las disciplinas y los fundamentos de ellas. Este criterio circular
de la educación, que realizando un verdadero periplo, abarca
todos los conocimientos -y vinculados a nuestro quehacer,
todos los que atañen a la juridicidad- esta manera de con-
siderar la enciclopedia, como lo habría hecho Pico de la Mi-
La SQciologÚL jurídica
El fenómeno jurídico, en cuanto realidad, es motivo de atenta
consideración por una disciplina relativamente nueva en esta
órbita del saber, disciplina que recientemente ha ido ensan-
chando cada vez más las fronteras de su territorio, hasta
desplazar en algunas consideraciones las pretensiones de la
dogmática y convertir esta disciplina en sólo una provincia
de su dilatado país.
La sociología jurídica, en cuanto especialización o rama
de la sociología, ha adquirido recientemente independencia del
tronco original, y en estos mismos momentos se están recor-
tando de la realidad sus imprecisos bordes, razón por la cual
las breves nociones que a continuación suministraremos tienen
en alguna medida sólo un sentido provisional.
Hemos dicho poco antes que la sociología jurídica se in-
teresa por el fenómeno jurídico en cuanto éste se presenta
como un hecho social que se produce en el seno de la comu-
nidad, tratando de establecer los orígenes del derecho en el
plano causal y observando empíricamente cómo funciona el
derecho en la realidad, condicionando o determinando la con-
ducta de los hombres.
Buglé )0, en una metáfora realmente feliz, afirma que los
picos de los sociólogos y de los juristas, cavando cada uno
desde su respectiva galería, han terminado por encontrarse.
Este encuentro, realizado en algunas corrientes del pensamien-
to jurídico y llevado a sus posiciones extremas en las formas
del realismo nórdico y norteamericano, que han abjurado del
aspecto dogmático y meramente reproductivo de la ciencia.
jurídica, para considerar únicamente la facticidad como conte-
nido exclusivo de la disciplina, no representa por cierto la.
única expresión que puede brindarse en la materia.
En otras palahras, las reacciones contra el fetichismo de
la ley a través de las encendidas páginas de Fran<;ois Geny
o Hermann Kantorowicz; el alzamiento contra la absurda tira-
nía de la jurisprudencia mecánica, en las inmortales diatribas
de Roscoe Pound; el clamor de la aproximación del derecho a.
la vida en Oliver WendelI Holmes y Benjamín Cardoso, y por
fin, la mera dimensión fáctica en Olivercrona, no expresan la
única consideración del problema sociológico jurídico.
Puede aceptarse que, paralelamente a estas teorizaciones.
que en definitiva han postulado una absorción total del dere-
El derecho comparado
Incluyo entre estas disciplinas qUf' nt.ienden al fenómeno ju-
rídico el derecho comparado, a pt'~al" de que en realidad no es
ésta una división especial o una rama particular del derecho,
sino más bien un método de estucHo o investigación.
Verdad es que no existe una dh'i~ión del derecbo que
bajo el rótulo de derecho compararlo, n.lbergue un contenido
homogéneo, como cuando hablamos, por ejemplo, del derecho
agrario o del derecho civil.
Por eso, a través de postulaciones de la doctrina y de
declaraciones de congresos internacionales de la especialidad,
Generalidades
La lógica y la ética han sido consideradas disciplinas norma-
tivas y, fundados en ese criterio, algunos autores han clasifi-
cado las normas en lógicas, técnicas y éticas 1.
La dirección normativista de la lógica pretendería así re-
glar el entendimiento y mostrarnos los pensamientos, no con
arreglo a como ellos son en sí mismos, sino en ]a estructura
peculiar que adquieren dentro de una determinada modalidad
lógica.
La ética es la disciplina que enseña cómo debemos porlar-
nos, prescindiendo de cómo nos comportamos efectivamente.
Apuntando nuestra preocupación a la regulación del com-
portamiento humano, es posible distinguir dos diferentes clases
de normas: las técnicas y las éticas.
Si queremos alcanzar un fin propuesto, debemos obrar en
forma determinada, condicionando nuestro comportamiento se-
gún pautas técnicas. Nada tiene que ver aquí la finalidad del
comportamiento: si es éste reprobable, obligatorio o lícito.
Importa solamente la forma de recorrer el camino necesario
para llegar al fin propuesto, de cuya valoración prescinde la
norma técnica.
Evidente es, pues, que todo querer, en cuanto se proponga
fines, deberá conducirse para lograrlos de determinada manera,
y esa maDera elegida estará regulada por normas técnicas.
Las normas "éticas" atienden a los fines, de lo ~ual re-
sulta una conexión inseparable entre la idea del deber y el
concepto de los valores. ya que carecería de sentido establecer
La rwrma. juridica
La primera referencia histórica en el tema de la teoría de la
norma jurídica y su estructura lógica es el pensamiento de uno
de los más conspicuos representantes de la Teoría General del
Derecho en su vertiente inglesa y fundador de la Escuela Ana-
lítica de Jurisprudencia: John Austin.
Austin pretende alcanzar una actitud normativista, pero
no logra elaborar el concepto básico de norma jurídica, poraue
atado por conexiones insuperables a un trasfondo sociológico,
intenta obtener su definición de norma ---como "el mandato
de un superior respecto de un subordinado"- en la 6rbita
del Estado.
La norma jurídica es para Austin, un mandato imperativo
emanado de la autoridad del soberano.
Esta idea del mandato, seg-ún la cual la norma resulta ser
un imperativo psicológico, válido como un juicio relativo a la
LAs l'o'ORMAS ÉTICAS DI: LA CONDUCTA ..
voluntad de uno sobre otro, armoniza con el aforismo que
subyace en la construcción jurídica inglesa que postula The
king cannot be wrong. La norma jurídica es, por tanto, una
orden válida solamente para los súbditos políticos, y no reconoce
como sus destinatarios a quienes la emiten, lo cual armoniza
con el ordenamiento jurídico británico, en el que el Parlamento
no está sujeto a la acción de los tribunales, ni puede exigírsele
al rey responsabilidad judicial por los actos de su gobierno,
colocando fuera del derecho, en una órbita extrajurídica, a
quienes emiten los mandatos dotados de fuerza obligatoria para
los súbditos 2.
Binding 3 • el destacado penalista de Leipzig, enrolado en
la vertiente germana de la Teoría General del Derecho, a pesar
de que también sostiene la tesis imperativista para la .norma
jurídica, construye todo su esquema en un juego de palabras,
al decir de Kelsen.
En efecto, advierte Binding --desde el escorzo específico
de su especialidad y en el área propia del Derecho Penal-,
que 10 ilícito no es la violaci6n de la norma, sino, por el con~
trario, el perfecto ajuste entre ese modo de obrar y el esquema
descripto como supuesto de la norma. La formulaci6n correcta
de las normas jurídicas no se compadece con la corriente
afirmación de que "los delincuentes violan la ley penal", ya
que, en realidad, no sólo no la violan, sino que, por el contra~
rio, su modo de conducirse es casualmente el descripto por ella.
La pena, dice Binding, ~ólo podrá ser impuesta precisa-
mente por el hecho de que la acción descripta en esa ley y la
cometida por el ladrón, conceptualmente coinciden. El delin-
cuente, en vez de transgredir la ley penal, sep.'Ún la cual se
10 juzga. en todo caso. para castigarlo, debe, por el contrario,
haber obrado de conformidad con la primera parte de esa
ley, en consonancia con ella.
Quiere decir, entonces, que el mandato imperativo, o pre-
cisado en términos técnicos el "deber jurídico", no se encuentra
en la ley más que de modo implícito, y sería para Binding alQ'o
previo a la norma, I'llg-o extraJeQ'a1. Que deja flotando a la deriva
en una zona meta;urídi!'a no definida.
Ha sido indudablemente a partir de Hans Kelsen como se
ha logrado un esquema integral de la norma jurídica, y aunque
2 Por lo menos en la época en que Austin expone Sil teoria, ya que
en la actualidad el problema de la responsabilidad del rey se ha puesto
más a tono con la realidad.
s Binding, Karl, Die Normen und ihTe Ueb~TtTetung. cit. por Se-
bastián Soler en "Derecho Penal Argentino", t. l, p. 122.
30 TEOlÚA GENERAL DEL DERECHO
La norma moral
Los criterios esbozados por la doctrina para distinguir esta
compleja y clásica materia de "el derecho y la moral", son
tantos y la elaboración de los jusfilósofos tan nutrida, que
aunque su mención es inevitable, intentaré que resulte lo más
sucinta posible.
LAS NORMAS ÉTICAS DE r~\ CONDUCTA 37
La norma convencional
La norma religiosa
He dicho al comienzo que dentro de la amplia órbita de la
regulación ético-normativa del comportamiento humano, se han
27 Llambias de Azevedo, Juan, Eidética y aporética del Derecho,
BI!. As., 1958.
LAS .... OR)fAS F.TICAS DE LA C<JNDUCTA
El tema en Stammler
Starnmler 6, cuya exposición -fuerza es admitir1~ no ha
tenido mayor influencia sobre el desenvolvimiento posterior
de la doctrina, expone una tabla cerrada de "categorías jurí-
dicas" que tiene el mérito de haber iniciado, junto con Rad-
bruch, la consideración de este tema a partir de la filosofía
del derecho, abandonando las pretensiones inductivas del cien-
tificismo de la Teoría General. En efecto, subrayo que ambos
representantes del ne(lkantismo alemán, en sus vertientes de
Kelsen
Este autor no se refiere en su obra específicamente al pro-
blema de los conceptos jurídicos fundamentales. Sin embargo,
se impone destacar Que es a partir de su consideración de la
ciencia jurídica como ha sido posible continuar esta elaboración
doctrinaria edificada en la estructura lógica de la norma
jurídica.
Supuesto juridico
Concepto sujeto
NORMA JUlÚDICA.
¿TRlBUTIVA. Disposición normativa r Cópula
Predicado
relacional
Supuesto juridico
Concepto sujeto
NORMA J'tmIDICA
PKl'.8CRIPTlVA Disposición Cópula
pre.scriptiva prescriptiva
Pndicado
relacional
Sojoto
pretensor
ULActÓN CONDICIONANTB
DJ: DERECHO Relación condicionada directa Derecho
8ubjetiyo
Objeto del
derecho
lIELACIÓN OONDlClONANTE
DE DEBER Sujeto obligad!)
Supuesto iurídico
La norma jurídica, ha dicho Kelsen \ es un enlace imputativo
entre un supuesto de hecho condicionante y U!la consecuencia
condicionada.
La teoría jurídica moderna, o mejor, las expresiones termi-
nológicas de ella, hün prescindido de la denominación "supuesto",
reemplazándola por la de hecho jurídico (fatto giuridico, fait
juridique, Tatbestand).
Sin embargo, creo acertada la observación de García May-
Dez~, cuando estima que ello puede generar una perniciosa
confusión entre el hecho, como hipótesis descripta en la norma.
con la efectiva realización o cumplimiento de esa hipótesis
en la realidad.
Así, resulta generalmente definido el "supuesto" como un
hecho que produce consecuencias jurídicas, cuando en realidad,
la descripción hipotética de la norma es una abstracción, cuyos
perfiles han sido prolijamente recortados por ella y que nO
puede confundirse con su realización, que será el presupuesto
desencadenante de las consecuencias previstas.
Por eso, no obstante esa generalizada tendencia, prefiero
seguir aquí vinculado al pensamiento clásico, y continuar la
denominación de supuesto de derecho o hipótesis jurídica, en
razón de que, si es verdad que el supuesto es generalmente un
La relación jurídica
A partir de Savigny ti, sobre los esbozos de perspectiva rela-
cional antes de él ensayados se cons~ruye el concepto básico
de "relación jurídica".
Hasta Kelsen 7, este concepto -y así lo expresa Savigny-
es entendido como una relación entre varias personas, relación
determinada por una norma de derecho que la regula. En este
concepto de relación jurídica, hay entonces una "materia", que
es la relación jurídica en sí misma, y una "determinación ju-
rídica" o elemento "formal", que es la circunstancia en virtud
de la cual la relación toma el carácter de jurídica.
Kelsen, con esa armónicjJ, radicalidad que caracteriza su
espléndida arquitectura, negará que la relación jurídica sea una
relación natural, que en determinado momento resulte rego·
lada por el derecho.
"La existencia de una relación jurídica entre el acreedor y
el deudor 8 significa que una determinada conducta del acree-
dor y una determinada conducta del deudor están enlazadas
de un modo especifico en una norma de derecho, de tal manera,
que la conducta de uno aparece en forma de facultad (una ma-
nifestación de voluntad dirigida al acto coactivo), cuya con-
dición constituye y la del otro, en forma de obligación (la
conducta contraria es otro supuesto del acto coactivo). Por eso,
1a relación jurídica no es una relación entre personas, sir.o
entre hechos."
El derecho se reduce así, radicalmente, a la perspectiva de
un sistema de relaciones jurídicas entre hechos de conducta,
enlazados por normas jurídicas.
La relación jurídica es sólo una relación entre dos hechos,
r.i Este tema está en una conexión muy directa con el problema de
Jos hechos y su enjuiciamiento jurídico en el capitulo de la "Metodo-
logía de la aplicación del derecho". A él remito al lector. Véase cap. XII.
6 No en vano he de señalar más adelante que es Savigny quien
elabora los cimientos definitivos del conocimiento científico del derecho.
1 Kelsen, Ham;, Teoría general del Estado, trad. de Luis Lega!:
y Lacamhra, México, Nacional, 1965, p. 110.
s Oh. y lu2'. cits.
68 TEORÍA GENERAL DBL DERECHO
Derecho subjetivo
Es tradicional, a partir de un enfoque dualista de la situación,
oponer la expresión derecho ubjetivo a la de derecho subjetivo.
Desde este escorzo, derecho objetivo sería un sinónimo de nor-
matividad gener!tl, y derecho subjetivo, e1 poder o facultad
que de él emerge.
Es probable que si se penetrara exhaustivamente en la
cuestión ontológica sugerida en esta denominación o situación
dual del derecho, habría que descartar, no sólo la oposición.
sino incluso la nomenclatura utilizada, ya que tan objetivo es
el derecho en cuanto regla jurídica, como lo es la pretensión.
la facultad y el deber en ella implícitos y de ella derivados.
Sin embargo, el peso de la tradición y la costumbre, ejer-
cen una dominación secular tan importante, que la pretensión
de hacer una modificación tenninológica, en expresiones con
una estirpe tan ranciamente arraigada en el mundo del dere-
cho, significaría una presuntuosa. intención, que tal vez gene-
raría más errores que los que sugiere la imprecisión de su
actual denominación.
Los derechos subjetivos se manifiestan de distinta forma:
a) Como la situación en que se encuentra una persona que,
mediante una declaración de voluntad, expresada jurídicamen-
te, puede exigir de otra el cumplimiento de su deber y obtener,
en su defecto, una sanción contra el infractor aplicada por e1
órgano del Estado 9. En esta forma de manifestación se en-
cuentra una importante gama de derechos subjetivos. Caso
típICO es el derecho obligacional, que faculta al acreedor a
exigir del deudor el cumplimiento de su deber }' le faculta asi-
mismo (derecho de acción) a solicitar su ejecución ante un
órgano del Estado, frente al incumplimiento.
b) El poder de crear, modificar o extinguir derechos y
obligaciones por la sola voluntad de los particulares. Todo el
campo de aplicación del principio de la autonomía de la volun-
tad sería una forma de expresión de esta manifestación del
derecho subjetivo 10,
9 Aftalión, García Olano y Vilanova, ob. cit., Bs. As., El Ateneo,
1956, t. 1, p. 272.
10 Claro está, y se lo verá luego con más detalle, que esta voluntad
DO es una voluntad cualquiera, sino generalmeDte regulada.
Los CONCEPTOS .JURÍDlCOS FUNDA.'\l:ENTALES 69
El debcr jurídico
Hasta John Austin S~, la nOCIOn del deber jurídico tenia una
localización extrasistemática, es decir que estaba disuelto en el
deber moral o se le daba una fundamentación psicológica.
El deber jurídico era, pues, la obligación moral que orde-
naba acatar la prescripción jurídica, o cuanto más, se inda-
Sujeto de derecha
El concepto de sujeto de derecho es también un concepto ju-
ridico fundamental, ya que no se posible concebir un ordena-
miento que no instituya determinados entes como titulares del
ejercicio de los derechos subjetivos y de las obligaciones o
deberes jurídicos que estatuye.
Puede entt:mces afirmarse genéricamente que son sujetos
de derecho, todos "los p-nteíl que tienen capacidad para ser
titulares de derechos subjetivos y de obligaciones jurídicas".
Es clásico en esta materia distinguir dos clases de su-
jetos de derecho. La persona fisica, natural, o "persona de
existencia visible" --esta última. por ser la utilizada por el
Código Civil, será la denominación por nosotros preferida, a.
fin de lograr una clara familiarizaci6n con ella-, y la persona
moral, de existencia ideal o "jurídica". Utilizaré para éstas
la última denominación por iguales motivos.
PeT8Q1W,8 de existencia visible. Se ha ~ostenido 38 que, como con-
secuencia de algunas expresiones doctrinarias contemporáneas,
especialmente a través del riguroso formalismo de Kelsen, la
-persona natural, que es el hombre, ha auedado esfumada del
escenario jurídico actual, pudiendo postularse, a partir de esa
afirmación, que respecto de la personalidad de existencia visi-
ble hay teorías que descartan al hombre, como su representa-
ción, y teorías Que 10 enarbolan como su único sustento.
Incluso puede afirma,rse que hav teorías 39 que. intentando
un eclecticismo en la cuestión antitética planteada a partir
del hombre, como titular o no <te la !Jersollalidad. predican el
asppcto formltl oue radica en Ja t,itll1aridad de lo,~ derechos
y oblig-aeiones, apoyado o insertado en un sustrato material.
que no es otro, "!)'or cierto, que el hombre.
EL DERECHO POSITIVO
Generalidade$
La expresión Derecho Positivo ha sido utilizada por la doc-
trina con una multívoca significación.
El término positividad tiene así un sentido muy distinto
según sea el autor que lo utilice, lo cual ha generado no pocas
discusiones inútiles que hubieran podido evitarse de haberse
partido de una precisión terminológica que aquí me propon-
go esclarecer.
Por si esto fuera poco, todas las vertientes del positivismo
jurídico, como aplicación al mundo del derecho de las manifes-
taciones del positivismo filosófico, que muy poco o nada tienen
que ver con la expresión positi ¡¡idad a que aquí me refiero,
han complicado más todavía la cuestión, hasta hacerla poco
menos que un verdadero galimatías.
En el plano doctrinario, la expresión aparece usada por
primera vez por Savigny, en su famoso Si,<;!tema de Derecho
Romano Actual.
El derecho es, para el jefe de la Escuela Histórica, un
producto específico de cada pueblo en un determinado momento
de su historia, que reconoce como fuente originaria el espíritu
del pueblo y que se manifiesta a través de las fuentes, de las
cuales la más importante es la costumbre. La función del
legislador no es, en el sistema de Savigny, una tarea de ela-
boración, en sentido de creación o invención, sino más bien
una tarea de- descubrimiento. Debe encontrar la norma ex-
presada a través de la costumbre y originada en el espíritu
del puehlo, precisando y completando su sentido; en una pala-
bra, vistiéndola con el manto de la ley.
En razón de esa característica singular del derecho. ¿e
generarse en el espíritu del pueblo y de alguna manera de
86 TEORíA GENERAL DEL DERECHO
VaHdez
loas disidencias dOl"trinaria<>. ~r>1mhth" ne!>" h T'lH1tí"O{'8. ex-
prp::,iñn de nflsiti\'icl~rJ. en.-:rf'lllf"~rf:1s f'11 los di,,-tin~(><l Cf\f-lOS 'Por
di"-~int(\ .. nhnÍl:!OS ~m~bm('ial",<\ Y. n ve(''',,-. l'O¡- Jo>. dife"e-rd;e si~
n:¡ficaci.ón misma atrihl.liña n(lr los ant(wps :l. h e'(nresión, se
renite en cuanto a la validez ñel dprC'('ho () nel ordenamiento
judrtico.
Para StamreIfC>1" J4 la ~!J'llide7. iI~ 11'1 n"",,,:·t-. o IC'''. 1,! .... n"ihHi·
dad (le su i~1)osicjón: es una l1Rrte rlf>l (l('r~l"l--to l~ ... islfldo (o
l'(l<;j f h'o, ~'Il (''le estos términos f'r.''In !O:in{ini·"f'''- p:'l":l p! l-n~",~tro
de l\1::::rhnrrro). toda vez que el rle!',;e11o mH"~{' vnlp.r ~hora V
en un determinado lugar o no hél.ber C'ntrnllo Hún t'll vigor. El
H ~t~fl'.,..1"", R'-,r!"lf, !-n cs~n~;a de! D('T(>cTIO 1: c:',: 1~ Ci~ncilJ del
Derecho, p. 68.
TEORÍA GENEIU.L DEL DERECHO
Virencio,
La vi~encia es condición de imno~icif:: $\dnal del derecho. No
ps nota Que interefle a 11'1. esencia de la ipridicirlad. n; tamnoco
tienp quP ver con el modo v forma dp ",l:1horn('ión (1<> la norm::!;.
Atañe, sÍ, a la posibilidad de su imposición inmediata y está
vinculada al tiemno, al espacio v a la persona.
Se puede hablar así de "ámbito de vigencia territorial"
de un derecho, teniendo en cuenta que las normas de un
ordenamiento jurídico rigen generalmente dentro de los confi-
nes de su territorio, limitación espacial ésta que se encuentra
determinada por la voluntad del Estado. En efecto. sabemos
-por ejemplo--- que la ley argentina rige dentro de los límites
de su territorio y hasta la frontera con Chile, a la vez que la
l3 Kelsen, Han~, La Tt'orla Pura del DM't'cho, Ss. As., Eudeba, p. 49.
le eo.sio, Carlol, La teoria eoolóQic4 •.• , p. 4.74.
EL DERECHO POSITIVO 91
Eficacia,
Por último, la nota de eficacia atañe, PTI mi concepto. a la rela-
ción que existe entre el deber ::wr ('ont('nirlo en la norma jurí-
dica y la conducta de los obligados:: por ella.
92 TEORíA GENERAL DEL DERECHO
17 Cueto Rúa, Julio, Las fuente8 del Derecho, Bs. &., Abeledo
Perrct, p. 35.
18 Nawiasky, Hans, Teoría General del Derecho, Madrid, 1962,
p. 357 y ss.
TEORLl GENERAL DEL DERECHO
"
nal, y normas "prescriptivas", o derecho de las conductas,
criterio éste que lleva al autor citado a ensayar una extensa
clasificación.
Sin embargo, obvio es admitirlo. la clasificación que más
arraigo tiene en nuestra ciencia, tanto por su larguísima tra-
dición histórica 19, cuanto por la vastísima' gama de criterios
ensayados por la doctrina para fundar la distinción, es la que
consagra la antítesis entre derecho público y derecho privado.
Tan larga es la referencia de las pautas busr.adas, que ya
hoy no se estudian, como en otros temas, las distintas doctri-
nas elaboradas, sino que, respondiendo a esas exigencias de ri-
gor metodológico del saber científico, se estudian los grupos
de doctrinas que se inspiran en criterios clasificatorios comu-
nes. Bunge, por ejemplo 20, agrupa los criterios en distincio-
nes esenciales y formales y en pautas intrínsecas y extrínse-
cas; punto de vista, el primero, que también siguen Aftali6n,
Garcia Olano y Vilanova en su obra 21.
Kelsen 22 se refiere fundamentalmente a dos teorías pre-
dominantes, antes de esbozar su propio pensamiento. Creo
acertado su punto de partida y me uniré a él en las considera-
ciones de las dos doctrinas que el maestro vienés ataca, si-
guiendo con el desarrollo de su punto de vista, para continuar
a partir de él con algunas otras opiniones expresadas sobre
el tema.
La "Teoría del Interés", que sigue las huenas del dere-
cho romano, designa por lo común como derecho 1)(;blico .~
las normas jurídicas que tiend~n al inte,és ~eneral o colec-
tivo. y comd derecho privado las Que minHI con preferencia
al interés individual, al de los particnlares. Esta teoría, entre
cuyos principales representantes podríam08 citar a Ihering-.
Neumann y A. I\l'erkl, es descartada por el funclat10r de la
Teoría Pura porque está dominada por un pnnto de vjsta meta·
jurídico, y por tanto, no puede realizar una división que resul-
te aprovechable por la Teoría del Derecho. Intentar clasificar
-dice Kelsen- jurídicamente las normas de derecho con arre-
glo al fin a cuya realización aspiran, equivaldría a pretender
Concepto
El tema de las fuentes del derecho aparece planteado, en fonna
casi original1, por uno de tos mús insignes expositores del
historicismo jurídico, Federico Carlos de Sm-ig-ny, d~sde las
primeras páginas de su Si:,;f('flIn de dcrcc!w mmallo actual, en
uno de los más vaJiosos aportes de la E,\\cuela Histórica a la
Ciencia del Derecho.
Las fuentes son, para el juri!:~ta alemán. las causas del
nacimiento del derecho en general, tanto de las instituciones
jurídicas mismas como de kll; I"cj"d:lI"1 .iUl"ídil'.'ls (esfera norma-
tiva) inferidas por abstrucciún rl{' :IQUl'l1as" Rsta indagación
causal sociológica desemboca, "omo enl de p1"e\"er, en el en-
troncamiento de las fuentel'l dí'! dí'!'ceho l'on :H1uel romántico
Volks.'Jei8t, con aquel ine~('l"Uf:!hl(' t' !n('ltl('tabl~ e!,níri~l1 del
pueblo, que no es más que la n:llm",!lpz:I como f(1('r7.:\ produc-
tora, la misma "alma del mundu" de la filo~ofía de Heq-el. que
late, como trasfondo filo.súfieo. ('11 la ('o!'cpnción de Savigny.
El derecho se ori~dna. }lm"a ~avi~n;\·. en el "e ..v:ritu del
pueblo", y las fuenteR no ~on Rino 1m, fOl"m,l$ de manifestación
de esa conciencia com(m" Fuente no {'~" 'lllf'R, la caURa rle na-
cimiento del derecho -tlue siemllre y en todo caRO es el "espí-
ritu del pueblo"- sino In lllanift'Rtnción o g'intoma de éSt2"
1 Digo de modo ca~i original, por cunnto si bien el jusnaturalismo
en su expresión racionali!<ta. t>n las postrimerías del clasicismo moderno,
po~tula la existencia de tm siswmll de Pl'('{'cptos etcr!lo e inmutable, con
cuya aplicación era posible Te!<olver, y además con justiciJ\, todos los
casos po~ibles, no hay todavía en el pensamiento iusnaturalista una ver-
dadera teorización sobre la temática de las fuentes, que sólo se logra
en la sistematización propl'esta por Savigny.
102 TE()RfA GENERAL DEL DERECHO
La ley
La leyes considerada, dentro de Jos países que siguen las
estructuras básicas del sistema continental romanista, como
una de las fuentes más importantes del derecho.
Este vocablo tiene dos sentidos, que coinciden casi exac-
tamente con un muy difundido criterio clasificador de las leyes
en formales y materiales. Puede decirse, pues, que en sentido
amplio, o en sentido material, leyes "toda norma jurídica, con
cierto grado de generalidad, elaborada según pRutas estableci-
das por un determinado sistema jurídico".
Se incluyen en este sentido, en el concepto de ley, ·Ias
normas constitucionales emanadas del poder constituyente,
las normas reglamentarias que dicta el poder administra-
dor, las normas escritas que elabora el poder legislador.
'" ~'UENTES DEL DERE,HQ 107
La costumbre jurúlica
El derecho consuetudinario o costumbre jurídica puede defi-
nirse como la reiteración de una determinada conducta de 108
miembros de un grupo social, con cierta constancia y unifor-
midad, que se cumple con la convicción de su obligatoriedad
coercible.
Están contenidos en este enunciado conceptual Jos dos ele-
mentos que generalmente señala la doctrina en la costumbre.
El "elemento externo", en la uniformidad, frecuencia. genera-
lidad y constancia de la práctica reiterada, y "el elemento in-
terno o psicológico", en la convicción de que su cumplimiento
o acatamiento r~sponde a una exigencia coactiva de la comuni-
dad (opinio .iuris sen necessitatis).
Puede aceptarse como indudable que la expresión de juri-
cidad positiva primaria de la civilización humana tuvo como
única forma de manifestación la cOl~tumbre. Los g-rados de evo-
lución superior de la cultura, sumados a los perfeccionamien-
tos del lenguaje como modo simbólico de comunicación entre
los seres humanos y a la invención de la escritura, fueron ~os
vehículos que transportaron hacia la .legislación.
118 T!lORÍA GENERAL DEL DERECHO
2~ Cód. Civil argentino, am. 17, 950, 1180, 1427, 1504 Y otros;
Cód. de Comercio argentino, am. 187, 217, título preliminar, 256, 257
Y otros.
2(; Véase 8tfpra, cap. IIJ, p. 39.
21' Cueto Rúa, Julio, .La.. fuente. d"l D""clw, Bs. As., Abeledo
PeITOt, csp. IIJ.
120 TeORÍA GENERAL DEL DERECHO
La jurisprudencia
Como fuente de derecho 36, la jurisprudencia eS "la doctrina
concordante, de los tribunales de última instancia, respecto del
sentido concreto de las normas jurídicas y los alcances de su
aplicación".
Digo que es una "doctrina concordante", ya que una sen-
tencia aislada respecto del sentido o el alcance de aplicación
de una norma jurídica no pasa de ser eso. Puede hablarse de
jurisprudencia enando la noctrina respecto de ese sentido es
la resultante de varias decisiones concordantes, lIej.!"ando a con-
figurar una verdadera regla. A veces la importancia del rango
o Jerarquía del tribunal hace suponer que una interpretación
judicial de un caso sometido a su decisión, respecto de una
norma jurídic2. reciente y que no ha sido antes aplicada por
tan alto juzgador, crea jurisprudencia. No es así. Es muy pro-
bable Que ese sentido del primer caso sig-a siendo la doctrina
anlicable por ese tribunal o por otros de i1rual jerarQuía. Pero
si nada obliga a ello, sólo podrá hablarse técnicamente de "ju-
risprudencia" cuando la identidad de varias decisiones permi-
ta hablar de una doctrina sobre ]a concordancia del sentido
interpretativo.
De los "tribunales de última instancia", porque evidente-
La doctrina
Esta selecta jurisprudencia -según el galano decir de Thering-
constituye una fuente de conocimiento del derecho, que está
integrada por las teorías sustentadas por los tratadistas res-
pecto de un determinado problema jurídico.
89 Pére:¡;, Felipe S., La G01UJtitucum. Nacional '11 la Gwte Supre11UZ,
Bs. As., Amauta, t. 1, p. 3.
40 Véase supra, p. 111.
LAS FUENTES DEL DERECHO 127
EL ORDENAMIENTO JURIDICO
Su problemática.
El primer problema que a mi JUICIO plantea una teoría sobre
el orden jurídico es, si ese conjunto de objetos comunes vincu·
lados en él, responden a una pauta, más o menos arbitrariamente
imaginada por un ordenador externo o por él inferida de la
naturaleza propia de los objetos que lo integran, o por el con·
trario, si ese orden resulta, no de un criterio de un coordinador
externo, sino de la propia relación lógica existente entre los
objetos.
En el primer caso, sin duda habrá que tener en cuenta
cuál e8 la naturaleza propia, cuál el estrato óntico de los objetos
de la ordenación propuesta. y si, como en el caso, ese ser es
normativo, deberemos sin duda ser respetuosos con el objeto
al cual pretendemos imponerle una pauta de ordenación deter-
minada. Habrá también que seleccionar detenidamente la pauta
desde la cual realizaremos la tarea de ordinación y atender a
las relaciones que, a partir de ese criterio, se e.~tablecerán entre
los objetos que integran el orden. Probablemente también de-
beremos tomar en cuenta si esa pauta ordenadora servirá sola-
mente como tal, o si también ella impondrá una situación de
jerarquía respecto de las normas a ella subordinadas. No será
desatendible en ese supuesto tampoco cu{¡l es el propósito que
se persigue con el orden que se desea establecer.
Si, por el contrario, el orden de cosas resulta, no de la impo~
sidón de un ordenador externo, sino de la propia vinculación
lógica existente entre las cosas, de forma que el orden no sea
impuesto, sino meramente descubierto, de tal modo que pueda
decirse que preexistía al ordenador y lo que éste ha hecho es
130 TEORÍA GENERAL DEL DERECHO
La c(J1/cepción normativista
Las normas que integran el derecho de un país no se en-
cuentran aisladas, ni meramente agrupadas, sino asociadas,
intern-adas unas con otras. constituyendo una unidad conclu-
sa, finita, cerrada, que integra un sistema u ordenamiento
de nnrmas.
La enunciación precedente, Que se podría tomar como
nunto de partida para el desarrol1o de la concención norma-
tivista del ordenamiento jurídi.co. es nno de los corolarios más
imnorbmtes de la Teoría Pura del Derecho. del cual se derivan
postulados esenciales para comprender el desenvolvimiento di~
námico de la norma jurídica, y fu~ e'CDUf)sto originariamente
nor Adolf MerkJ. La primera obra del jurh:bt austríaco (!He
se refiere al tema. aparece en el año ]917, baio el título La
'Imw!1d fundirn i!f?l E:~t(ldo f},?1,-rtríaco, donde I'e inl'linúa tlJdavía
el esbozo. (me adquirirá forma en Ja ohra publicada en 1923
bajo el título l~a, unidad del cosmos jurídico sobre la, ba.'l€ del
derech () internacional.
No obstante, la madurez definitiva d¡:o la teoría. v su acep-
tación como punto de partida de toda una C'ate-.!!oría de juristas.
Que apoyan el crecimiento dináwÍco del derecho plasmado en
una concepción normati\'ista. se advierte con oC<!i>ión de JIl r~
cención ne este pensamiento dentro del andamiaje total de la
Teoria Pura del Derecho,
En efecto, en la obra más genial de 1{plsen, Doctrina del
Estrulo de Derecho (Hau'Otpro'hleme ... ), yen la cual aparecen
de modo prístino, si no resueltos, por 10 menos planteadqs. los
problemas fundaIPentales de su concepción definitiva, el dere-
cho es aún nresentado exclusivamente desde un punto de vista
estát.ico. La infh1f!ncia de uno de f<US primeros y más fieles
disr,:Ípu!'1)s. Adolf Med:l, fue decÍsiva para la introducción de}
criterio dinámico del derecho, idea sobre la cual insiste, desde
132 TeoRíA GENERAL DEL DERECHO
Otras teorías
El tema de la ordenaci6n gradual de las normas de un deter-
minado sistema jurídico no ha sido por cierto solamente motivo
de preocupación para el jurista vienés. Así como él estructuró
una concepción normativista, también' desde otros puntos de
vista se han elaborado importantes doctrinas.
Quiero recordar aquí brevemente algunas manif~stacio
nes contemporáneas. Unas, anejas al normativismo kelseniano;
otras, decididamente extrañas a él.
Me interesa particularmente su mención, no como medio
de aportar una referencia doctrinaria exhaustiva sobre el
tema, sino con el propósito de iluminar el problema desde
varios ángulos distintos y considerar, no sólo la posibilidad
de encontrar el fundamento del orden en la común referencia
de las normas a una norma única, en la cual todas las demás
se apoyan y encuentran en ella su fundamentación positiva;
sino por tratar de descubrir otras pautas de ordenación del
material de un sistema,
Norberto Bobbio14 public6 una obra específica sobre el
terna en el año 1960, pretendiendo suplir la ausencia de un
tratado completo y orgánico sobre los múltiples problemas que
plantea la existencia de un ordenamiento jurídico,
Advierte que, en general, la polémica en torno al derecho
se ha debatido a partir del concepto de la norma, pero de ésta
creto, vaya pOl' un lado, y el ser de ella por otro distinto, resultando en
definitiva convalidada, por aplicación del principio de la cosa juzgada,
una decisión que se aparte de los postulados expresados,
Dicho de otra manera, y ejemplificando, ~i se da una inconsisten-
cia entre normas de igual jerarquía, y la decisit'm, en lugar de otorgar
validez al principio de le;,: posterior, atribuye mayor relevancia al prin-
cipio de lex speciali3 y en la especie, decide enervando el principio de
lex posterior, porque estima que en el caso no tiene relevancia: sin duda
que este postulado habrá perdido .aplicabilidad en el supuesto examinado
y se tornará válida la decisión del órgano, por ap!ieación del principio
de la cosa juzgada.
Puede inferirse de lo expuesto que, con algunas variantes, podría
aplicarse transitivamente al postulado de lex superior, que los órganos
jurisdiccionales pueden, aun sin autoridad, apartarse de los principios
fundamentales del derecho, como también podrían, en todo caso, apar-
tarse de normas expresas del sistema, Este "pueden", evidentemente, no
quiere decir que "deban", y como la teoría pura se desenvuelve en el
plano de la norms.tividad, separado tajantemente del plano de la facti-
cidad, atiende en ]a consideración del problema al mundo del "deber
ser" (sollen) prescindiendo del mundo del "ser" (scil!). .
14 Bobbio, Norberto, Teoria dell'ordinamento git¡rídico, Serie Corsi
Universitari, Giapichelli, 1960.
EL ORDENA~nEN'I'Q .ruRfDlCO 145
EL METODO JURIDICO
CAPíTULO IX
Generalidadu
Cuando al comienzo de este trabajo traté de precisar las vincu-
laciones v diferencias que existen entre las varias disciplinas
que estudian el fenómeno jurídico y, en especial, cuando me
referí a las conexiones exiRtentes entre la Teoría General del
Derecho v la Introducción al Derecho, dije que el parentesco
era bastante sutil, ya que la In~roducción al Derecho fun-
ciona Como una disciplina introductora, que suministra al estu-
dioso del derecho las nocione!'l primeras para acceder a los
fundamentos científicos generales, mientras que la Teona Ge-
neral. siendo un estudio sobre los mismos temas, es fruto de
una reflexión de segundo grado. El estudioso que conoce las
particularidades de las divisiones del derecho, Que ha visto
funcionar las instituciones y los conceptos en las variadas
ramas del fenómeno jurídico, retorna a las nociones primeras
para fijar sus límites precisos, su estructura formal y !'lU con-
tenido material.
El tema de la metodoJo~ía de la elaborfICión del derecho
puede encararse indudablemente desde ambas disciplin::ls. pero
tal vez este, de todos los temaR comunes, sea el que ofrezca
mejores posibilidades a la Teoría General, ya Que la compren-
sión de una correcta labor metodoló~ica sólo p\1erlc s~r res~lh
do de años de esfuerzo V e.iercitación en la especial form~H'ión
del pensamiento ab.."Itracto. puesto Que h" elahoración técni('~,
en todo caso, deberá construir y prechmr nociones abstrac+as,
extraer notas no tipificadas del ser y adjudicarle consecuencias
152 TEORíA CENERAL DEL DERECHO
9 Hago esta mención como crítica a las primeras páginas del pró--
logo de la tercera parte de S "~ence et Technique en droit privé positif.
de Fran~ois Geny (Paríl:', Librairie de la Société du Recueil Sirey, 1921),
ya que se remonta allí. en la indagaciÓn histórica, hasta Ihering y se
olvidan las referencias del maestro de Berlín, tan provechosas en esta
temática. Dice, en efecto. Geny: "L'étude de la technique juridique, a
laquelle est con~acré le présent cuhier, offrait a mes recherches un
champ d'application, presque entierernent neuf. Car -si l'on met a part
quelques develcppements, présentés par R. von Ihering dans son Esprit
du drM·t rom(l~·n, et qui, je deis le déclarer sincerement, m'ont foumi
d\Os ·suggestions précieuses--, je no:. sais pas que le sujet ait jamais été
nettement ni franchement abordé".
TÉCNICA DE LA. ELABORACIÓN DEL DERECHO ,.9
presión del historicismo, la que sin duda aquí nos interesa,
reconoce como su máximo expositor a Federico Carlos de
Savigny.
Si debiera calificar descriptivamente el programa de la
doctrina del hi$toricismo jurídico, no vacilaría en presentarlo
como una forma de romanticismo irracionalista, que anatema-
tizando el derecho natural, se desenvuelve en un plano esen-
cialmente distinto del positivismo que aflora en el pensamiento
exegético francés. Ambas expresiones de juridicidad, el histo·
ricismo y la escuela exegética, son movimientos casi contem-
poráneos de reacción contra el jusnaturatismo clásico de la
modernidad. Pero la escuela exegética francesa es en realidad
una cristalización del jusnaturalismo clásico, una petrifica-
ción de sus postulados inmutables, y al serlo, al positivizarlo O
cosificado, lo destruye. El historicismo alemán cree en la
fuente inagotable de la vida, como generadora de juridicidad.
Sin duda, no sólo por su nombre, sino por la importancia
que adquiere en el pensamiento de sus expositores, el ingre-
diente histórico es la marca distintiva del desarrollo progra-
mático v metodológico de la escuela, pero de la historia enten·
dida de' un modo sustancialmente particular. La historia es,
en el historicismo, el único camino posible para el conocimiento
de la reaUdad político-institucional. No eS, pues, una simple
colección de antecedentes, frente a cuya e~tática contemplación
nos es dado elegir los buenos y rechazar 10:- maJon, La historia
actúa, a juicio d¡:>! historicismo. com,) un peso irrefrenable,
don:::immdn la evolución futura de los puehlns, (le manera to-
talmente insuperable.
Por eso, todo el pasado histórico aparece como una deter-
minante de la estructura del Estado y del Derecho, que son
así, una consecuencia fatal ele aquella tradición. Sin embargo,
como la historia es un proceso continuado al infinito, quedan
siempre abiertas las posibilidades de modificación o cambio del
derecho, que resulta un refleju de las conrIiciones vitales de
una comunidad. "El derecho prog-refla con el pueblo, se per-
fecciona con él y por último nerf'ce cmmrlo el pueblo ha perdido
su carácter" 10. "Todo derecho tielU' .'\u origen en aquellos usos
y costumbres, a los cuales con ast'ntimiento universal se suele
dar, aunque no con gran exactitud, el nombre de derecho con-
suetudinario: esto e1'l, que el derecho se crea primero por las
costumbres y las creencias ropulares y luego por la jurispru-
19 Ihering, R. von, ob. cit., p. 118. "Las ideal; generales que his.
tóricamente nacen bajo forma especial y concreta se separan poco a poco
y adquieren la forma concreta que luego -revisten. Después de esta.
separación, los principios que quedan pertenecen exclusivamente a la
especie, siendo su campo de aplicación muy limitado y perfectamente
definido. En cuanto a los principios gfnle'l"ales, son semejantes a la
atmósfera que flota en la superficie del globo, y que no estando unida &
ningún punto determinado, muévese libremente y entra en combinaci6n
con todos los cuerpos. Los principios de la primera especie, según el
objeto a que se agregan, reúnese en creaciones y nociones particula-
res ... , mientras que los principios de la segunda especie, o las nociones
que de ellos se han formado, no se realizan por si mismos, sino que están
siempre sujetos a una forma concreta. Este es el motivo de que haya
designado a los primeros elementol': dependientes e indepfl7ldientes a loa
segundos, como son entre otros, el contrato de !"ompraventa, la servi-
dumbre de paso y el testamento, y entre los segundos, el error, la nuli-
dad y la tardamra".
20 Ibering, R. van., ob. cit., p. 126.
, .. TEORÍA CENERAL DEL DERECHO
:!3 Véase 8?lpra, cap. VI, p. 96. Véase también in/ra, cap. X, D. 178.
24 Geny, Fran~ois, Método de mterpretaci6n 11 /wmte8 en dererko
privado positivo, Madrid, Reus, 1902. Véase supra, cap. VII, p. 103,
nota 4.
:G Geny, Fran~ois, SciU7U!e et techniqu6 en droit privé poRitif (Nou-
velle conh-ibution a la critique de la méthode juridiql,le), Paris, 1914.
2ft "La technique juridique représente, dans ¡'ensemble du droit DI>-
sitif, la fonne oppo;;~ a la rnatifoTe. et cette forme Teste essentielle-
ment une construction, largement artifieielte, du donné, oeuvre d'action
plus que d'intelligenee, ou la volonté du juriste se puisse rnouvoir Ubre-
ment, dírigée seulement par le but prédéterminé de l'organisation jurf-
dioue qui suggcre les moyens de lIa propre réalisation," (Sci61/.C6 et
tecJ¡.nique .. • )
TÉCNICA DE LA ELABORACIÓN DEL DERECHO 169
fatigosas, que pudieron haber sido reducidas y que además generan al-
gunos defectos por omisión. El arto 41 del Cód. Civil argentino pudo haber
quedado reducido a la frase inicial. El inc. 3 del arto 'JO pudo haber
reemplazado la enumeración por la expresión técnica "personas juri-:ii-
cas". Véase Colmo, Alfredo, Técnica legirlativa del C6digo Civil aTgen,.
tino, Bs. As., 1927, p. 527.
B1 PrincipiO consagrado por nuestro codificador civil en el arto 974,
que remite a la Novísima Recopilación y que, según Segovia, se inspira
en el EBbofO de Freitas.
TfCNICA DE LA ELABORACIÓN DEL DERECHO 171
Concepto. Genercúidades
Hemos explayado precedentemente el tema de la t~nica jurí-
dica, con especial referencia al problema de la elaboración del
derecho. Cabe ahora considerar los aspectos técnico-jurídicos que
se desarrollan a partir de la norma jurídica ya elaborada.
Dentro de los límites del vastísimo tema de la interpreta-
ción del derecho, se estudian -a mi juicio erróneamente- dis-
tintas cuestiones metodológicas que conviene clarificar de en-
trada para e1.'itar equívocos ulteriores.
A este fin. y sin perjuicio de modificar este concepto en
el desarrollo de las páginas que siguen, me impongo algunas
preciskmes conceptuales que considero esenciales.
Ante todo, cabe advertir que si es cierto que el tema de
la interpretación en el derecho ha sido generalmente referido
a la interpretación de la ley, como enunciado lingüístico cuyo
sentido se pretendía iluminar, no debe olvidarse que no es la
ley, en tanto en cuanto norma, lo único que es objeto de la
técnica interpretativa.
Me referiré más adelante, auqque tangencialmente, al sub-
tema de la interpretación de la jurisprudencia y al subtema de
la interpretación de los contratoS. Ello prueba que el tema de
la interpretación en el derecho no debe circunscribirse exclu-
sivamente a la interpretación de la ley, aunque por su mani-
fiesta importancia se pueda poner en él la acentuación de la
consideración científica.
"Interpretar" es, pues, de momento y al solo efecto de
poder desenvolverme con una expresión conceptual de una sig-
nificación aproximada, aun cuando de la investigación del tema
resulte que queda después descalificada, una técnica para la
TEORÍA GENERAL DEL DERECHO
Referencia histórico-doctrinaria
No obstante considerar que. desde los albores del presente
siglo, la teoría de la interpretación ha recibido la savia ren<>-
vadora de las doctrinas jurídicas contemporáneas, ",laborando
tesis realmente revolucionarias al respecto, no cabe desconocer
1a enjundiosa tradición en que las modernas teorías jurfdicaJI
~ insertan.
Prescindimos, sí, de las líneas de pensamiento anteriores 8.
la Escuela Francesa de la Exégesis, que no esbozaron más que
un criterio hermenéutico gramaticalista y en las que, en reali-
dad, no !'le problematiza el tema. Sólo después de la codificación
napoleónica se comienzan a ver las distintas facetas de este
espinoso problema.
La Escuela de la Exégesis. La. Escuela de la Exégesis fue, en
Francia. el resultado necesario del triunfo de las ideas de
la Re,-oIución, consagradas a través de la codificación.
La codificación francesa vino a ser la consolidaci6n legis-
lativa de los postulados del clasicismo jusnaturalista, que ha-
bían señoreado absolutos durante más de ciento cincuenta afios.
Se afirman en ella Jos principios que se mantendrán inmu-
tables dllrante todo el siglo XIX, hasta el afio 1899, en que Geny
publicó IIU Método de interpretoción 1J fuente. en derecho prt..
17. TroRÍA CENERAL DEL DERECHO
norma, no son más que los medios para satisfacer aquellos inte-
reses previamente valorados.
No obstante, esa noción de los intereses tiene una signi-
ficación dual en esta orientación doctrinal. Por un lado, las
abstracciones o mandatos del legislador son "los resultados"
de los intereses que surgen de la comunidad y respecto de los
cuales el acto del legislador supone una elección valorativa; eS
decir, en otras palabras, que los intereses son previos a la
formulación legislativa. Sin embargo, la formulación legisla-
tiva, que es efecto causal de esos intereses previos a la for-
mulación del legislador, toda vez que resultan de una valoración
estimativa por él realizada, se convierten en intereses en sí
mismos, y la correcta metodología interpretativa deberá aten-
der por tanto a la investigación histórica de los intereses, que
funcionaron como causa de la ley, y a la relación en que ellos
están con los intereses protegidos por el derecho a través de
su formulación normativa.
Lo expuesto demuestra que aunque el movimiento sea fun-
damentalmente un método interpretativo -lo he dicho y Jo
repito--, tal vez por la invisible comunicación que existe en
el campo de las metodologías interpretativas y de elaboración,
no descuida totalmente este elemento. El derecho se gesta, se
elabora, en atención a los intereses y no con la mira puesta en
Jos conceptos, como lo había postulado el pandectismo germano.
En efecto, en la relación mandato jurídico, con intereses y
conceptos, elementos todos ellos que intervienen en el proceso
de creación del derecho, mientras el pandectismo sostiene que
son los conceptos los Que eng-endran los mandatos, la juris-
prudencia de intereses afirma que el mandato se origina en
los intereses, 10 cual había vislumbrado ya por cierto Ihering.
pero no lo había desarrollHdo hasta sus últimas consecuencias.
La metodología postulada 1tti<:!ncte a la praxis, a la técnica
de la aplicación del dere('ho, y por tanto no sólo atiende, con
idéntica preocupación, a Jos ~spectos interpretativos en sentido
estricto, sino que presta fundamental atención a los problemas
de la técnica int~gro.ti\':,.
Admite Heck la exh:tencia de lagllnas en el derecho y cri-
tica la CIJ!lCe9ción quC' fillW' ¡'::l!udones ')rrr? todos los casos
imaginables no pre\'h;tos por el legislador. Para integrar la
laguna, la jurisprudencia de inter('scs recurre también a las
soluciones que las cOI1Cepcioll(,s tr:.ldicionales otorgaban a la
analogía, pero para que el expediente analógico funcione, se
requiere una previa valoraci6n de los intereses de la situación
nueva y la coincidencia de esa valoración con la que surge de
190 TEOlÚA. GENERAL DEL DERECHO
30 Gray, John Chipman, Th. natut" and tM BOUt'CS. (JI thc l4w,
Nueva York. 1909.
31 Ya Holmes había dicho que el derecho era sólo una profecla
respecto de Jo que harán Jos tribunales.
LA INTERPRETACIÓN DEL DERECHO 197
solamente que todo ello es asf sólo pOrque asf lo autoriza la norma gene-
ral, ya que si el órgano pretendiE'ra ejecutar o imponer inexorablemente
una norma individual que no pudiera ser subsumida en aquellas "pautas
generales, no habría aplic~H."ión ni adecuada interpretación. Sencillamen-
te prevaricaria" Y prevaricaría porqUe o su decisión no encontraría fun-
damento en el derecho (normas ~nerales) o se opondría a ellas, de
donde, no obstante la "ing'enua torpeza" del razonamiento, seguimos cre-
yendo que el derecho esta en las normas generales"
••2 TEoRfA GENERAL DEL DERECHO
duda nuestro propósito con una referencia que calara más hondo
en el problema. Sabemos, por cierto, no sólo de los pensamientos
citados por Recaséns, sino de aplicaciones en el ámbito de la
lógica tradicional, a través de la lógica simbólica, de la lógica
matemática, y sabemos también de las contribuciones de la "nuE7
va lógica". como aporte de nuevas consideraciones, o como re-
vitaJización, en virtud de enfoques originales, de elementos o
problemas resueltos por la lógica tradicional o clásica. Sin em-
bargo, este lagos de lo humano, esta lógica de 10 razonable, no
nos parece por cierto una lógica y menos aun, una región
desconocida en el territorio del concepto tradicional, como tam-
poco creemos que pueda hablarse de "nuevas 16gicas", ni en el
pensamiento de Dilthey, ni en el de Ortega. Todos esos pensa-
dores, sin regatearJes el innegable mérito de su original aporte
a esta problemática, plantean en realidad expresiones de ataque
al tema de las relaciones entre la razón y la realidad. Para
Ortega, la razón vital no es en realidad una." lógica o una región
de eUa, sino más bien la vida misma del hombre, en su total
integridad en tanto en cuanto ella, como entidad, se encuentra
habilitada para dar una respuesta de su propio sentido en
todas las situaciones posibles. La razón vital o la razón his-
tórica, no son lógicas. son senderos que conducen lo humano
por el tránsito de la realidad. "La razón vital es una rea1idad.
pues es el ser mismo de la vida en cuanto necesitado de saber a
que atenerse ... ; es un método que permite a la razón orien-
tarse. La expresión raz6n vital designa el hecho de que la
razón, lejos de ser un reino inteligible en el cual participa o
puede participar la vida, o bien algo simplemente agregado a
ella, es uno de los constitutivos de ]a vida, la cual no puede en_
tenderse sin razón" 33.
Recaséns reserva esa lógica de lo razonable, no como ex-
clusiva de la juridicidad, ya que la lógica tradicional es por
él aplicada al empleo de las formas jurfdicas, sino para la
consideración estimativa de los contenidos del derecho, porque
el conu-nido del derecho es vida humana objetivada, y el reino
de la vida es el reino de la acci6n en la cual el hombre usa
de su albedrío.
Ese albedrío, que funciona limitado por la realidad con-
creta, que está impregnado de valoraciones, que se rige por
distintas relaciones de congruencia (entre la realidad. social
y los valores, entre los valores y los fines, entre 108 fines y la
realidad social, entre los fines y los medios), y que está orien-
tado por las enseñanzas de la experiencia vital e histórica, re-
quiere esa lógica de lo humano, que hace desaparecer del
problema interpretativo la pluralidad de sistemas inadecuados,
para dejar el camino expedito para esta única solución de lo
razonable.
La fórmula mágica de Recaséns no es otra cosa que la
cabeza valoradora del juzgador, que a través del mecanismo
del "decir de lo razonable", podrá escamotear por arte de
prestidigitación los contenidos materiales y las referencias con-
cretas contenidas en la ley, a cambio de lo que "su" valoración
considere razonable. adecuado y justo, para la decisión del
caso concreto.
La fórmula no es sino un ajuste entre razón y realidad:
no es más que una reconciliación entre las referencias dogmá-
ticas (y valorativas) de que la norma general es sin duda
portadora, y Jos contenidos concretos de la realidad como factor,
dando total preeminencia a ésta frente a aquéllas,
Aquí también la heteronomía de lo jurídico se encuentra
en un equilibrio peligrosamente mortal, ya que con la aplica-
ción de la lógica de 10 razonable podrá válidamente marginarse
el contenido material de la norma, para suplantarlo en su
aplicación por los contenidos de razonabilidad que sur.ian jus-
ticieramente (o arbitrariamente) de la mente valoradora del
aplicador.
El funcionamiento de la norma en el tridimemtionalismo de
Werner Goldschmidt. Werner Goldschmidt se plantea la nece-
sidad de estudiar el funcionamiento de la norma, el cual se
realiza en varias etapas, Primeramente 39, hay que O/interpre-
tar" la norma, a cuyo fin urge examinar si ella describe fiel-
mente la conducta de su autor, Muchas veces las normas con-
tienen partes en blanco que deben llenarse sellÚn la intenci6n
de sus autores, 10 cual se logra a través de la "determinaci6n".
Otras, no se hal1a la norma adecuada al supuesto fáctico, en
cuyo caso habrá que proceder a la Helaboración de la norma",
Por fin, hay que proceder a la "aplicación" de la norma,
Con referencia específica al problema de la interpreta-
ción, cuya meta es con!'leguir la fioelidad de la norma formu-
lada y que consiste en la comparación entre su sentido actual.
según lo aprecia la colectividad, y la voluntad de su autor en
el momento en que se la creó. comprende cuatro etapas di-
ferentes:
La interpretaci6n de la le¡¡
La tarea hennenéutica legal parte de un texto que le es dado
al intérprete de manera inequfvoca. El propósito, por tanto,
del quehacer interpretativo, es circunscribirse a ese objeto, cuyo
esclarecimiento y captación de sentido procura. Sin embargo.
una de las cosas que surgen con más evidencia del estudio
histórico-doctrinario reaJizado precedentemente, y en especial.
a partir de las teorlas interpretativas más recientes. es que la
aspiración técnica se desenvuelve alrededor de criterios anta-
gónicos. Unas parecen coincidir con la afirmación precedente;
otras, no. En efecto, parece bastante claro Que hay una fuerte
tendencia (representada con estricta fidelidad por la exégesis
francesa). que limita la tarea hermenéutica a la indagación de
la voluntad histórica del legislador. Otra, por el contrario, se
preocupa por el sentido inmanente de la norma interpretab~e
(el pandectismo germano, por ejemplo). Otra, entre las más
recientes. que a partir de fórmulas sustancialmente distintas
llega a técnicas interpretativas equivalentes: (la libre investi-
gación científica, el derecho libre, el realismo), postulando una
adecuaci6n de la ley al tiempo actual y al caso sometido a
decisión l.
Este antagonismo entre subjetivistas, objetivistas, volunt&..
nstas, creadores, está fundado en la utilización de· distintas
pautas interpretativas que, como criterios fundamentales:, deben
guiar la tarea del intérprete, incidiendo no pocas veces de tal
Resultados de la interpretación
Aplicando las pautas precedentemente analizadas es posible
llegar a los siguientes resultados:
a) Interpretación taxativa: Así llamada cuando la adap-
tación entre la ley y el caso coincide estrictamente con la
expresión verbal contenida en la formulación legislativa.
El art. 6 de la ley 14.237 de reforma al Cód. Procesal
Civil y Comercial de la Nación, establece que: "De todo es-
Concepto
Se ha subrayado precedentemente que la tarea interpretativa
puede ser realizada tanto respectp de un supuesto de hecho
realmente dado como de una hipótesis de trabajo del investiga~
dor, y también que son agentes de esa actividad técnica tanto
el legislador como el jurista.
La técnica de la aplicación sólo reconoce como agentes al
magistrado y al funcionario 1. Se la despliega siempre a pro-
pósito de un caso dado. Requiere en todo caso una previa tarea
interpretativa.
La aplicación requiere interpretación previa. La interpre-
tación no va seguida necesariamente de aplicación.
Se ha precisado también, en el plano doctrinario, que la
tarea interpretativa., que comenzó con la pretensión de res-
ponder a la indagación intelectiva del sentido encerrado en su
texto verbal, ha pasado a ser (desde las expresione~ del derecho
libre hasta encontrar definitiva consagración en la Teoría
Pura del Derecho) una tarea esencialmente volitiva. Funda-
mentalmente, pues, porque las teorías que dan ese violento
golpe de timón, cambiando el rumbo de la actividad, ,de su
destino intelectual tradicional, hacia las costas de un volun-
tarismo psíquico, atienden casi exclusivamente a la "aplica-
ción" de la norma, que lleva implícita la previa interpretación,
pero no a la pura interpretación en sí misma.
La sentencia vale, no por contener verdad. sino por ser
expresión de voluntad del órgano de la comunidad -nos ha
J La afirmación apnntada no es rigurosa, ya qne también los
particulares, en la esfera de su actividad, "aplican", aunque este térmi-
no funciona .Ili con su sentido provisional.
220 TEORÍA GENERAL DEL DERECHO
La determinación de la consecuencia
Una vez determinado "el hecho" o la serie de hechos de la
realidad, y verificada su coincidencia con las abstracciones
esquematizadas en el supuesto de la norma, 1a determinación
de la cl'ns<.)cuencia es, muy a menudo, una simple inferencia
de la conclusión de) silogismo.
MÉTODO DE LA APLICACiÓN DE LA NORMA 227
EL METODO DE INTEGRACION
MecanismQs de integraci6n
La analogm. El razonamiento analógico permite inferir, de la
semejanza en unos objetos de determinadas notas, su seme-
janza con otros. Podría esquematizárselo de la siguiente ma.
nera: "A" tiene la cualidad x. "A" y "B" tienen las cualida-
des a, b y c. Es probable, por tanto, que "B" tenga también la
cualidad x'.
Se infiere de 10 expuesto que el razonamiento analógico va
siempre de 10 particular a lo particular v carece, por consi-
guiente, desde el punto de vista 1ógico formal, de una fuerza
concluyente decisiva.
Edificada la argumentación analógica sobre la semejanza
existente entre dos objetos, obvio es que el razonamiento ana-
lógico puede articularse de tres maneras diferentes:
1. El llamado argumento a pan, según el cual de la cir-
cunstancia de que un objeto sea semejante a otro en varias
cualidades se infiere que lo será también respecto de la cua-
lidad sobre la cual se duda.
EL MÉTODO DE INTIlGRACl6n 287
E 1
Eficacia, 91 Inconstitucionalidad, 111
Enciclopedia jurídica, 20 Indivisibilidad del derecho público
Endonorma, 31 y privado, 99
Enervación de la ley, 107 Iniciativa de la ley, 114
Escepticismo juridico, 154 - judicial, 114
Escuela de la Exégesis, 175 - popular, 114
- de la Libre Investigación Cien- Integración, 229
tif:ca, 168, 184 Interioridad de la norma moral, 38
- de Tubinga, 188 InterpretacIón, J 73
- del Derecho Libre, 186 - concepto, 207
- Egológica, 31, 58, 77, 87, 1'93 - referencia histórico-doct>'¡naria,
- Histórica, 51, 85, 101, 158, 180 175
INDICE ALFABÉTICO 249
.
que admiten la existencia de los
eonvencionalismos como normas.
Vigencia, 90
Volk6(/eid, 101, 162
Voluntad del legislador, 207