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Tema 28 Al Andalus
Tema 28 Al Andalus
INTRODUCCIÓN.
1. LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA.
1.1. LA CONQUISTA ISLÁMICA.
La crisis de la España visigoda.
El mundo islámico en el momento de la conquista.
La invasión.
La conquista.
Las debilidades de la conquista.
El retroceso en Francia.
1.2. EL EMIRATO DEPENDIENTE.
1.3. EL EMIRATO INDEPENDIENTE DE CÓRDOBA.
Abd-al-Rahman I.
Hisam I.
Al-Hakam I.
Abd-al-Rahman II.
La crisis de la segunda mitad del siglo IX: Muhammad I, Al-Mundir y Abd
Allah.
1.4. EL CALIFATO DE CÓRDOBA.
Abd-al-Rahman III.
Al-Hakam II.
Hisam II y Almanzor.
La crisis final.
1.5. LOS PRIMEROS TAIFAS.
1.6. LOS ALMORÁVIDES.
1.7. LOS SEGUNDOS TAIFAS.
1.8. LOS ALMOHADES.
1.9. LOS TERCEROS TAIFAS.
1.10. GRANADA.
3. SOCIEDAD.
3.1. LA POBLACIÓN.
3.2. LA SOCIEDAD.
La estructura étnica.
La estructura religiosa.
La estructura social.
La conflictividad étnica, religiosa y social.
3.3. LA VIDA URBANA.
3.4. LA VIDA CAMPESINA.
4. ECONOMÍA.
Evolución.
4.1. ECONOMÍA AGRARIA.
4.2. EL COMERCIO.
4.3. LA ARTESANÍA.
4.4. LA MONEDA.
5. CULTURA.
5.1. LITERATURA.
5.2. FILOSOFÍA.
5.3. CIENCIAS.
Medicina.
Álgebra.
6. ARTE.
6.1. EPOCA OMEYA Y CALIFAL.
6.2. REINOS DE TAIFAS.
6.3. ALMORÁVIDES Y ALMOHADES.
6.4. EL REINO NAZARÍ.
INTRODUCCIÓN.
La UD estudia la evolución histórica de la España islámica, conocida como Al-
Andalus, entre 711 y 1492, sobre todo la gran época del emirato independiente y del
califato omeya de Córdoba. Se expone su estructura política, social y económica, en
especial la omeya, la más perfeccionada, y la cultura y el arte de todo este largo periodo.
La importancia del tema se fundamenta en que ocho siglos de historia de España
están determinados por la influencia del Islam, que pervivió incluso más tiempo en
múltiples aspectos en la España de la Reconquista, desde la cultura y el arte, la
propiedad territorial y el urbanismo, la estructura social y política.
Al-Andalus en 790, 900, 1150 y 1479.
Un resumen.
La invasión islámica de 711 fue un hito fundamental que marcó la historia de
España. Al-Andalus es el término usado por los árabes en la Edad Media para designar
la España musulmana; se relaciona con los vándalos y aparece muy temprano en los
textos, ya en 716.
La evolución de Al-Andalus estuvo sujeta a constantes luchas internas y
externas, e influyó en los reinos cristianos del norte de España y a través de estos en
Europa. Podemos diferenciar dos grandes periodos, a lo largo de ocho siglos: el
primero, hasta el siglo XI, es de predominio islámico; el segundo, hasta el siglo XV, es
de predominio cristiano.
1. LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA.
1.1. LA CONQUISTA ISLÁMICA.
La crisis de la España visigoda.
La España visigoda en 711 estaba sumida en una profunda crisis social y
política, lo que explica la debilidad de la resistencia visigoda a la invasión.
En lo social el Sur romanizado, con una economía relativamente próspera y una
sociedad urbana, contrastaba con el Norte bárbaro, con una economía pobre y una
sociedad rural. Visigodos, hispanorromanos y judíos estaban enfrentados. La masa de la
población estaba sometida a servidumbre o esclavitud. La contumaz nobleza visigoda se
rebelaba contra los sucesivos reyes, lo que forjaba un proceso de rápida feudalización
fragmentadora del poder.
En cuanto a la crisis política, a la muerte del rey Vitiza (710), el pretendiente
Rodrigo, duque de la Bética, consiguió el apoyo de parte de la nobleza para desposeer a
Akila, el hijo menor de Vitiza, y a partir de entonces, Akila y sus hermanos Olmundo y
Ardabasto, y su tío Oppas, conspiraron contra Rodrigo. Cuando llegó la gran invasión
en 711, el rey Rodrigo (710-711) luchaba contra una rebelión vascona en Pamplona.
La invasión.
Ya en 710 una expedición de 400 musulmanes al mando del bereber Tarik había
demostrado la debilidad visigoda y las grandes posibilidades de ganar botín. El mismo
año otra expedición naval saqueó las Baleares, una posesión bizantina muy alejada de
sus bases y sin guarniciones suficientes.
Al morir Vitiza en 710, el conflicto dinástico entre su sucesor Rodrigo y el
pretendiente Akila provocó que este pidiera ayuda a los musulmanes. Musa tenía interés
en enviar a los violentos bereberes a la Península para librarse de ellos y estos querían el
botín para compensar la ruina en que les había sumido la reciente guerra.
El general Tarik consiguió que le facilitara el paso del estrecho de Gibraltar el
conde Julián, que tal vez fuera el gobernador bizantino de Ceuta, pero que según las
fuentes árabes era un godo gobernador de Cádiz (Gadeyra o Al-hadayra), posiblemente
con la responsabilidad de la seguridad en el estrecho. Tarik llevó a Algeciras en abril del
711 un ejército de unos 7.000 hombres, la mayoría bereberes a caballo, que vencieron
sin dificultades a Rodrigo en la batalla del río Guadalete (julio de 711). El ejército
visigodo había llegado apresuradamente del norte y estaba compuesto en gran parte por
siervos mal entrenados y poco disciplinados, y además Tarik contó con el apoyo de los
vitizanos partidarios de Akila, que formaban las alas del ejército visigodo y
abandonaron al rey en plena batalla. Rodrigo parece que murió en el combate, aunque
algunas fuentes señalan su muerte años después en un combate cerca del Duero.
La conquista.
Abd-al-Rahman I.
Abd-al-Rahman I (756-788) fue independiente en lo político de Bagdad, pero
fiel a este en los temas religiosos, por lo que se limitó a titularse emir (príncipe).
Se apoyó sobre todo en la aristocracia siria quraysí y los clientes árabes de los
omeyas. Formó un ejército de mercenarios y luchó contra numerosas rebeliones de
cristianos, yemeníes y bereberes, y rechazó los intentos abasíes de recuperar Al-
Andalus. Fue el promotor de las primeras obras de la gran mezquita de Córdoba.
En su tiempo Carlomagno intervino para crear una Marca Hispánica al norte del
Ebro y apoyar las revueltas de los gobernadores fronterizos. Conquistó Gerona (785),
pero fue derrotado en Roncesvalles (787) por los hispanos del norte, que también
aprovecharon la debilidad omeya para avanzar hacia el sur.
Mapa del emirato de Córdoba en el siglo VIII.
Hisam I.
Le sucedió Hisam I (788-796), tras una guerra civil con su hermano Sulaiman.
Guerreó contra los cristianos y saqueó Oviedo. Adoptó la tradición de la escuela jurídica
malikí, muy conservadora.
Al-Hakam I.
Al-Hakam I (796-822) hizo frente a numerosas rebeliones, como la del arrabal
de Córdoba en 818, tras la cual numerosos rebeldes fueron exiliados a Fez y otros
conquistaron la isla de Creta, y la revuelta de Toledo, reprimida en la famosa jornada
del foso. Controló más estrechamente el valle del Ebro, donde se habían rebelado los
muladíes Bani Qasi.
Los cristianos se aprovecharon del desorden y avanzaron: Pamplona se
independizó (799), los asturianos tomaron Compostela (800) y los francos se
apoderaron de Barcelona (801).
Abd-al-Rahman II.
Abd-al-Rahman II (822-852), ante la inestabilidad política de su reino,
reorganizó la administración y prosiguió la lucha contra los rebeldes mozárabes,
muladíes y bereberes, así como de las ciudades de Mérida, Toledo y los ataques de los
cristianos del Norte. Asimismo repelió un feroz ataque normando a Sevilla (844). En su
tiempo surgió la crisis religiosa de los mártires mozárabes (850-862). Protegió las letras
y las artes, completando la primera ampliación de la mezquita de Córdoba.
Al-Hakam II.
Al Hakam II (961-976) era un califa muy culto, que reunió en Córdoba la mayor
biblioteca de Occidente. Su poder se expandió por el norte de África, lo que favoreció
una masiva inmigración bereber. En conjunto fue un gobierno de paz y prosperidad,
simbolizada en la bellísima segunda ampliación de la mezquita de Córdoba.
Hisam II y Almanzor.
Hisam II (976-1009) fue, por el contrario, un califa débil, sometido a la
autoridad del favorito, el hayib (primer ministro) Ibn Abi Amir, llamado Al-Mansur (en
castellano Almanzor, el Victorioso) desde 978, que construyó la ciudad palaciega de
Medina al-Zahira desde 979 y reorganizó el Estado para hacer la guerra: sus 53
campañas contra los cristianos le dieron un gran prestigio. Saqueó entre otras ciudades
Zamora (981), Barcelona (985), León (988) y Santiago (997). Murió en Medinaceli tras
la indecisa batalla de Catalañazor (1002). Pero la política belicista no había logrado
aumentar el territorio y agotó fiscalmente al Estado, aumentando demasiado la
importancia del ejército mercenario de bereberes y eslavos. Estos factores negativos
prepararon la crisis que llegó poco después.
Mapa del califato de Córdoba en 1002.
La crisis final.
A la muerte de Almanzor en 1002 sus dos hijos le sucedieron como visires,
primero Abd-al-Malik, que siguió sus triunfales campañas, y después Abd-al-Rahman
Sanchuelo, que asesinó (1008) a su hermano y consiguió que el califa le nombrase
sucesor al trono, lo que concitó la rebelión de los nobles omeyas, que le asesinaron.
Estalló una larga guerra civil (1009-1031), sucediéndose hasta siete califas omeyas tres
bereberes de la tribu hamudí, que sustituyeron al abdicado Hisam II, juguete de intrigas
entre todos los bandos y que murió en fecha incierta. A la muerte del último califa,
Hisam III (1029-1031), se abolió el califato y se consolidó la división del país en 1031.
Las ciudades palaciegas de Medina al-Zahara y Medina al-Zahira fueron destruidas en
esta época por los bereberes.
1.10. GRANADA.
Granada, desde su constitución como reino en 1238, se convirtió en el último y
esplendoroso refugio de todos los musulmanes que huían de las tierras conquistadas por
los cristianos. Se mantuvo independiente hasta 1492 gracias, al principio, a la
aceptación de un vasallaje que incluía el pago de tributos y prestar ayuda militar a
Castilla, aunque hubo esporádicas alianzas con los benimerines con el fin de dominar el
estrecho de Gibraltar. La derrota del Salado (1340) puso punto final a estas pretensiones
y a su alianza con los benimerines, adoptando desde entonces una política de
aislamiento, que se benefició además de la crisis castellana entre 1348 y 1476 para
sobrevivir sin graves pérdidas territoriales.
Se calcula que en los 30.000 km² que tenía el reino granadino vivían unos
700.000 habitantes. Debido a la relativa gran densidad de población y la proximidad de
África, Granada se transformó en un gran mercado y en puerta de entrada de los
productos orientales en Europa y especialmente del oro procedente del Sudán. Los
genoveses controlaban su comercio exterior, que pasó sobre todo por el puerto de
Málaga.
El reino sufrió empero luchas intestinas, debido al poder de la nobleza territorial,
y esto debilitó su poder militar y precipitó el final en el reinado de Abulhasán, quien
padeció la división del reino en dos bandos, los zegríes y los abencerrajes, dirigidos
respectivamente por su hijo Boabdil y su hermano El Zagal. En 1478 la guerra con los
reyes de Castilla y Aragón, el matrimonio de Isabel I y Fernando IV, estalló cuando los
granadinos se negaron a pagar el tributo y tomaron Zahara, donde pasaron a cuchillo a
la población cristiana. Los cristianos reaccionaron tomando Alhama en el centro del
reino, lo que desencadenó una revuelta en Granada, que elevó al trono a Boabdil, en
áspera lucha con su tío El Zagal.
La administración.
Los altos cargos eran nombrados por el emir o califa.
El hayib era el primer ministro y los wasir eran los ministros (visires). Las
provincias tienen sus valíes (gobernadores) y había marcas militares gobernadas por
caídes (generales). También se llamaba cadíes a los jueces y administradores de las
ciudades. Los cargos locales de provincias y ciudades a menudo se rebelaron en
situaciones de crisis y consiguieron la independencia, como ocurrió con los reinos
Taifas.
La Hacienda.
La Hacienda se nutría del diezmo (limosna) de los musulmanes, y sobre las
poblaciones cristiana y judía (hasta su conversión) los impuestos personal (yizya),
territorial sobre la propiedad (jaray), sobre el ganado y los mercados (gabala). Al final
estos impuestos se extendieron sobre toda la población, al disminuir las rentas por la
conversión de la mayoría de los cristianos. Además había las rentas de las propiedades
del emir y el botín de las campañas (ganima).
El ejército y la marina.
El ejército era numeroso. Se distinguía el servicio voluntario para las guerras
santas (muy poco organizado y entrenado, su valor militar era escaso), un pequeño
ejército profesional destacado en las fortalezas de la frontera y el ejército acantonado en
Córdoba, formado por los mercenarios cristianos, eslavos y bereberes, que eran el
verdadero núcleo del ejército de campaña con Almanzor y serían la perdición del
califato a principios del siglo XI. El papel de los mercenarios creció más en los
siguientes.
La marina comenzó a formarse con Abd-al-Rahman II para combatir a los
piratas normandos, y alcanzó su cenit en el siglo X con Abd-al-Rahman III, contando
con puertos en Almería, Algeciras, Sevilla, Denia y Tortosa.
El poder religioso.
Los omeyas se apoyaron en la secta malakí, de credo ortodoxo y puritano, para
oponerse al califato abasí, más tolerante. La organización poco jerárquica del sacerdocio
musulmán y la multiplicidad de sectas, la mayoría radicales, favoreció la división
interna de Al-Andalus.
3. SOCIEDAD.
Nuevamente el modelo del periodo omeya es representativo de todo el periodo.
3.1. LA POBLACIÓN.
La población era de unos 7 millones de habitantes en el periodo más próspero,
en el siglo X, concentrada en los valles del Guadalquivir y Ebro, siendo las Mesetas
zonas bastante despobladas, especialmente la submeseta norte. En contraste, los reinos
cristianos, todos juntos, no debían tener más de medio millón de habitantes.
3.2. LA SOCIEDAD.
La estructura étnica.
El pueblo musulmán (al amma) reúne a todos los adeptos al Islam, sin establecer
diferencias étnicas y sociales, pero en la práctica hay una rígida separación.
La minoría árabe, organizada en tribus, se estableció en los latifundios del valle
del Guadalquivir y dominaba el poder político.
Los bereberes integraban la mayoría de los invasores y se establecieron en la
Meseta como ganaderos y como mercenarios en el ejército. Llegó una masiva
emigración bereber en el siglo X.
Los eslavos y otros grupos minoritarios, llegados como esclavos y a menudo
liberados después, ocuparon importantes cargos en el ejército y la administración. En
cambio, los esclavos negros libertos no consiguieron progresar, aunque eran importantes
demográficamente en algunas zonas como Huelva.
Los hispanovisigodos eran la inmensa mayoría, aunque divididos en conversos
al Islam (muladíes, mawlas o maulas) y cristianos (mozárabes).
La estructura religiosa.
La división en tres religiones irreconciliables en el fondo marcó el desarrollo de
la sociedad de Al-Andalus. Los primeros siglos fueron de aceptable convivencia, rota
desde el siglo XI. En 863, bajo Muhammad I, llegó a celebrarse un concilio conjunto de
las tres religiones.
Los musulmanes se dividían entre la minoría de origen árabe y los conversos
(los bereberes y los muladíes hispanovisigodos). En general trataron a los cristianos y
los judíos con gran respeto durante los primeros siglos, pues eran “gente del Libro” (la
Biblia), pero el fanatismo creció a partir del siglo XI, con la llegada de los radicales
almorávides y almohades, y se perdió la tradición de tolerancia.
Los judíos eran numerosos, sobre todo en las ciudades (Toledo, Córdoba,
Sevilla, Granada, Lucena, Zaragoza, Palma de Mallorca), y desempeñaban oficios
liberales, de artesanía, comercio, finanzas... Ocuparon importantes cargos durante los
periodos del Califato y los Taifas, pero sufrieron persecuciones religiosas también desde
el siglo XI, por el fanatismo de los almorávides y almohades, por lo que la mayoría
emigró a la España cristiana.
Los hispanovisigodos se dividieron en dos grupos, de acuerdo a su religión. El
grupo mayoritario al final fue el de los muladíes. Los mozárabes fueron bien tratados
en general, salvo cuando hacían proselitismo en público, lo que provocó algunos
martirios. Mantuvieron su fe cristiana, sus leyes y costumbres; pagaban un impuesto
personal (yizya) y un tributo territorial (jaray). Muchos se islamizaron en costumbres y
lengua, un primer paso hacia su posterior conversión al Islam.
En los territorios reconquistados por los cristianos los musulmanes se quedaron
a menudo como una población dominada, formando los mudéjares, más tarde llamados
moriscos. Al principio los reinos cristianos les respetaron, pero creció la intolerancia y
acabaron concentrándose en Valencia y Aragón, dedicados sobre todo a trabajos
agrícolas, artesanales y de albañilería.
La estructura social.
La estructura social reproducía en gran parte la anterior división étnica y
religiosa.
La aristocracia (jassa) era el pilar de la dinastía omeya y se reservaba los
mejores puestos de la administración civil y militar, así como el comercio y la
explotación de las mejores tierras, sin pagar impuestos.
La burguesía urbana estaba formada por comerciantes, artesanos, funcionarios...
Muchos eran judíos, eslavos y mozárabes.
La plebe urbana era la mano de obra y estaba formada por campesinos
emigrados, tanto muladíes como mozárabes.
El campesinado era el grupo mayoritario, dedicado a la agricultura, sobre todo
los muladíes y mozárabes, y a la ganadería lanar y caprina, en especial los pastores
bereberes.
Los esclavos tenían una condición social bastante aceptable porque podían
manumitirse si se convertían al Islam. Eran la base del poder militar del califa y los
provenientes de Rusia (eslavos, de donde viene la palabra esclavo) llegaron a fundar
reinos de Taifas en Valencia y Denia (que incluía Mallorca).
4. ECONOMÍA.
Evolución.
Hay tres etapas en la historia economía:
1) Una autarquía agraria, del 711 al 830, marcada por la ocupación de los
latifundios hispanovisigodos.
2) Un desarrollo de la economía comercial-monetaria, hasta el 1000, salvo
depresiones (880-925) ocasionadas por la interrupción de la ruta del Sudán.
3) Una etapa de decadencia, desde el 1000. Los pagos de las parias a los reinos
cristianos y el posterior dominio de los almorávides y almohades interrumpió la
prosperidad, recuperada al final en el pequeño reino de Granada.
Mapa económico de Al-Andalus en el siglo X.
4.2. EL COMERCIO.
El comercio enriqueció a una minoría social, con una fuerte representación de
judíos bien relacionados en el resto del mundo musulmán. Los zocos urbanos y los
edificios dedicados al comercio (alcaicerías y alhóndigas) estaban repletos de tiendas y
talleres.
Al-Andalus era el puente entre el Islam y Occidente, con un activo intercambio
de artículos de lujo (seda, papel, armas, joyas, libros, especias), oro, plata, esclavos y
ganado. Los puertos más importantes eran Almería, la vecina Pechina (durante un
tiempo incluso fue una república marítima), Málaga, Sevilla, Valencia... Se exportaban
productos textiles a Egipto, a la Meca y al lejano Yemen, especialmente telas teñidas.
Era esencial su papel en la ruta del oro del Sudán, desde Tombuctú al
Mediterráneo, que pasaba a través de Al-Andalus a Europa. El comercio con Oriente fue
mucho más intenso en la época califal que durante las épocas de crisis de los siglos XI-
XIII y durante el periodo nazarí. No obstante, Granada continuó manteniendo una
importante actividad artesanal y comercial.
4.3. LA ARTESANÍA.
La artesanía era de una calidad excelente, especialmente en telas, curtidos en
piel y cerámica. La fama de las telas cordobesas y granadinas era reconocida y
apreciada por todo el mundo islámico. La industria naval (Almería) y de armas (Toledo)
era muy próspera.
4.4. LA MONEDA.
El sistema monetario omeya, un bimetalismo de dinares de oro y dirhems de
plata oros, se difundió por la España cristiana y por Europa, e incluso la reforma
monetaria de Carlomagno en 780 se basó en el dirhem cordobés. Abd-al-Rahman II se
vio obligado a acuñar feluses de bronce, lo que provocó una fuerte inflación, pero la
salud monetaria se recuperó en época de Abd-al-Rahman III, que promulgó su
monopolio de la acuñación al principio de su emirato en 912, con un bimetalismo de los
dinares de oro y los dirhems de plata, con una relación 1/10, y suprimió los feluses.
Perduró este sistema hasta el siglo XIII, cuando la ruta del Sudán se desvió en
parte hacia Egipto y en parte hacia Portugal y Genova, lo que disminuyó el suministro
de oro.
5. CULTURA.
5.1. LITERATURA.
Destaca, como en todo el Islam, la poesía, que pronto se arabizó por completo al
difundirse la lengua árabe y el Islam entre la población autóctona. Pero se conservó la
lengua romance, hablada por gran parte de la población mozárabe y muladí.
Las influencias literarias predominantes eran la cristiana y la oriental (el cantor
bagdadí Ziryab introdujo la moda abasí en época de Abd-al-Rahman II). Las bibliotecas
de Córdoba eran famosas. En la época califal el amor por los libros y la cultura elitista
llegó a su esplendor, con la biblioteca de Al Hakam II y su círculo de intelectuales, casi
todos poetas, Al-Gazal, Ibn Darray, Ibn Hayyam, Ibn Suhayd e Ibn Hazm, autor del
célebre El Collar de la Paloma, un poema-tratado del amor. Entre los historiadores
destacan Ahmad al-Razi, con Crónica del moro Rasís, y Al-Jusaní, con Historia de los
jueces de Córdoba.
5.2. FILOSOFÍA.
La ortodoxia de la secta de los malakíes explica que la filosofía apenas se
desarrollará en la época omeya. Pero a partir del siglo XI se difundió con fuerza.
Destacan Ibn Musarra y, sobre todo, Averroes (Córdoba, 1126-Marraquech, 1198), que
fue médico (discípulo de Abentofail), astrónomo, jurista y filósofo; concilió la teología
islámica con la filosofía aristotélica en Comentarios a Aristóteles y otras obras, e
influyó mucho en Europa; como médico escribió las Generalidades.
El filósofo judío Maimónides (Córdoba, 1135-El Cairo, 1204), tuvo que
abandonar la península por la intransigencia religiosa de los almohades. Escribió
la Guía de los perplejos, conciliando la filosofía de Aristóteles, los neoplatónicos
griegos y árabes y la religión judía. Se dedicó a la medicina, llegó a ser médico de la
corte de Saladino y redactó numerosos tratados de ciencia médica,
destacando Aforismos y Tratado de dietética e higiene.
5.3. CIENCIAS.
Fue extraordinario el desarrollo científico: medicina, álgebra, astronomía
(Tablas Toledanas de Azarquiel), agricultura (Libro de agricultura de Ibn Wafid)... Las
fuentes fueron las traducciones del griego y la experimentación.
Medicina.
Destacan Abentofail, Abulcasim (autor de la Cirugía), Aban Choco, Al-Zarahwi.
Médicos y los filósofos Averroes y Maimónides. La mayoría de los médicos eran
judíos.
Álgebra.
Las matemáticas sufrieron la oposición religiosa de los juristas ortodoxos de
Córdoba. Destacan Ibn Nasar (Libro de las dimensiones desconocidas), Maslama ibn
Al-Kasim y Abderramán Ibn Ismail (un compendio del Organon de Aristóteles).
6. ARTE.
El arte islámico es de procedencia oriental, aunque en Al-Andalus está marcado
por las influencias visigodas, como el arco de herradura, y romanas. Debido a las
creencias religiosas contrarias a la figuración tuvieron escasa importancia las artes
plásticas de la pintura y la escultura, pero en cambio destacan las artes decorativas, en
las que predomina la decoración geométrica (alicatado), vegetal (ataurique) y escrita
(cúfica).
El urbanismo es típico del Islam, de trazado irregular y espacios intimistas. La
arquitectura es el arte más importante y se concentra en mezquitas y palacios, con
elementos característicos de Al-Andalus: columna, arco de herradura, bóveda de arista,
cúpula. Los materiales son pobres. Destacan los jardines y patios con estanques.
Alhambra de Granada.
7. INFLUENCIA DE AL-ANDALUS EN EUROPA.
Al-Andalus fue el puente comercial con la Europa cristiana para muchos
productos del Islam, desde el oro subsahariano que activó el comercio en el Románico,
hasta los esclavos y los objetos de lujo, pasando por los nuevos cultivos de hortalizas,
cítricos y frutales.
En la cultura transmitió las mayores obras clásicas de la Antigüedad, a través de
las traducciones al árabe. En las ciencias su influencia en la medicina, el álgebra, la
química... fue determinante. El arte islámico se difundió asimismo en el arte mozárabe y
el mudéjar en la España cristiana y parece probable que la cúpula califal y la bicromía
de las dovelas de los arcos islámicos influyeron en el románico, así como el arco
apuntado llegó al gótico europeo a través de los modelos de Al-Andalus y el norte de
África.
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PROGRAMACIÓN.
AL-ANDALUS: POLÍTICA, SOCIEDAD Y CULTURA.
UBICACIÓN Y SECUENCIACIÓN.
ESO, 2º ciclo.
Eje 2. Sociedades históricas y cambio en el tiempo. Bloque 4. Sociedades
históricas. Núcleo 3. Las sociedades medievales.
- Al-Andalus y los reinos cristianos en la Península y otros territorios españoles
actuales. Religiones y culturas cristiana, islámica y judaica en la España medieval.
RELACIÓN CON TEMAS TRANSVERSALES.
Relación con los temas de Educación Moral y Cívica, Educación para la Paz.
TEMPORALIZACIÓN.
Cuatro sesiones de una hora.
1ª Documental. Diálogo, con evaluación previa. Exposición del profesor.
Cuestiones.
2ª Exposición del profesor. Cuestiones.
3ª Exposición del profesor, de refuerzo y repaso. Esquemas, mapas, línea de
tiempo, comentarios de textos.
4ª Exposición del profesor, de refuerzo y repaso. Esquemas, comentarios de
textos, cuestiones planteadas por profesor.
OBJETIVOS.
Conocer la civilización islámica en su primera época de formación y expansión.
Interesarse por otras civilizaciones.
Realizar esquemas, comentarios de textos, mapas históricos.
CONTENIDOS.
A) CONCEPTUALES.
La civilización islámica en España.
La conquista y el periodo dependiente de Damasco.
El emirato y el califato omeya de Córdoba. La crisis.
La desintegración de la unidad en los reinos de Taifas.
El periodo almorávide-almohade.
El reino nazarí.
El Estado de Al-Andalus en época omeya.
La sociedad y la economía.
La cultura y el arte.
B) PROCEDIMENTALES.
Tratamiento de la información: realización de esquemas del tema.
Explicación multicausal de los hechos históricos: en comentario de textos.
Indagación e investigación: recogida y análisis de datos en enciclopedias,
manuales, monografías, artículos...
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y curiosidad científica.
Tolerancia y solidaridad.
Valorar la solución pacífica de los conflictos nacionales.
METODOLOGÍA.
Metodología expositiva y participativa activa.
MOTIVACIÓN.
Un documental sobre la Córdoba omeya.
ACTIVIDADES.
A) CON EL GRAN GRUPO.
Exposición por el profesor del tema.
B) EN EQUIPOS DE TRABAJO.
Realización de una línea de tiempo sobre el proceso.
Realización de una pirámide social sobre la sociedad islámica y explicación.
Comparar con la pirámide de la sociedad romana.
Realización de esquemas sobre los apartados.
Glosario de los términos más importantes: emirato, califato, taifas, árabe,
mozárabe, muladí, bereber...
Realización de mapas sobre la expansión del Islam en España y sobre su
decadencia.
Comentarios de textos sobre la religión, sociedad y cultura islámicas, como la
ciudad de Córdoba, la condición de la mujer o la descripción de Al-Zuhri de las
Baleares.
Hacer un pequeño trabajo de indagación, con una síntesis escrita, sobre la
islamización de las Baleares.
C) INDIVIDUALES.
Realización de apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las actividades grupales.
Búsqueda individual de datos en la bibliografía, en deberes fuera de clase.
Contestar cuestiones en cuaderno de trabajo, con diálogo previo en grupo.
RECURSOS.
Presentación digital con esquemas, textos, imágenes y mapas.
Libros de texto, manuales.
Fotocopias de textos para comentarios.
Cuadernos de apuntes, esquemas...
Documental.
EVALUACIÓN.
Evaluación continua. Se hará especial hincapié en que se comprenda la relación
entre los procesos de Al-Andalus y del resto del Islam, y de la España cristiana.
Examen incluido en el de otras UD, con breves cuestiones y un comentario de
texto.
RECUPERACIÓN.
Entrevista personal con el alumno.
Realización de actividades de refuerzo: esquemas, comentario de textos...
Examen de recuperación (junto a las otras UD).