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Rodriguez Bernal Sebastian Elías

Mejía Chávez Diego Arturo


Primavera con una esquina rota
(Final)
Sentí una gran emoción al verlos esperando en el aeropuerto después de tanto
tiempo, todos lucían diferentes peros felices de volver a verme, al igual que yo
estaba feliz de volver a verlos, de sentir la libertad esa que escapa más allá de la
puerta y que se añora en la cana. Graciela lucía madura, más hermosa pero
preocupada eso me hacia pensar que efectivamente algo me ocultaba al igual que
Rolando, parecía nervioso, el viejo en cambio lucia tranquilo, pero no alegre de
verme, tenia la misma expresión en la cara de cuando se fue la vieja, solo
Beatricita corrió a abrazarme y a contarme un sinfín de cosas que no entendía.

Se que cinco años dos meses y cuatro días fueron mucho pero no parecías estar
feliz de verme, fuiste distante cuando te quise abrazar y besar, pensé que con un
beso todo volvería a ser igual como aquellos días en los que discutíamos y con
esos besos se solucionaban las cosa, esta vez no es así; creo que esperaba esto,
con cada una de tus cartas te percibía distante, entendía que te perdía, tampoco
puedo culparte de lo que me tengas que decir, sé que no fue fácil enfrentar una
vida en el exilio.

La noticia me deja perplejo, no entiendo por qué me dejaste de amar acaso


olvidaste aquellos días en Solis, lo que vivimos juntos se reduce a esto, yo te
abandoné, pero no fue por que yo quisiera, la dictadura no solo me arranco una
octava parte de mi vida, si no que ahora que soy libre me arrebata todo. Las
razones que me dieron no me bastan, pero creo que son justas porque yo te quite
la libertad cuando entre preso a la Libertad, te quite la libertad que tenías de ser
feliz, de disfrutar de una vida juntos e incluso la libertad de sentir las necesidades
del cuerpo.

La plática con el viejo me hizo comprender que tu intención jamás fue ocultarme lo
que sentías, me dijo que una tarde fuiste a buscarlo para comentarle que ya no
sentías nada por mi, te sentías confundida, culpable por ya no quererme de la
misma manera en que yo quería a vos, el viejo me dijo que cuando fuiste a
buscarlo había comprendido que tratarías ese tema, la vida sin mi no había sido
fácil, él te veía triste, ya no veías la vida con la misma esperanza de los primeros
años en los que estuve preso, el viejo tomó la responsabilidad del silencio callado
de Rolando y el de vos, creo que tenia razón al decirte que no mencionaras nada y
siguieras fingiendo, esa noticia dentro de la cana me hubiera debilitado y me
hubiera hecho perder las esperanzas, el deseo de salir, de recomenzar una vida
que ahora ya no existe, que alguien mas me ha arrebatado de las manos. Ahora
comprendo que el tiempo que pasé entre esas cuatro paredes no solo me cambio
a mí, cambio todo a mi alrededor, lo transformo de tal manera que aun cuando
estoy libre me siento prisionero de los recuerdos, de las tarde que pasábamos en
Solis, del día en que nació Beatricita; ahora ya no hay primavera, todo acabó, la
primavera se esfumo como el recuerdo que tenía de vos, del viejo, de Rolando
excepto el de Beatricita, por que con ella no guardo muchos recuerdos, recuerdos
que podré construir ahora que soy libre, ahora puedo disfrutar de todas esas
cosas que valore mientras estaba detrás de esos barrotes, con la soledad que
envolvía a mi compañero de celda y a mi.

Es difícil enfrentar la realidad del exilio, la cárcel, pero peor aún enfrentar la
libertad después de haber estado en la cana, enfrentar todo lo que ya no es,
entender que los recuerdos son solo eso, ya no se puede recomenzar algo que se
ha roto, no me arrepiento de mis decisiones del pasado, asumo las consecuencias
que se presentan ahora, aun cuando duele tu decisión y no es fácil debo de
entender que algo así ocurriría después de cinco años dos meses y cuatro días,
lo entiendo por que fue una suerte que me hubieran soltado, nadie ni siquiera yo
esperaba esta libertad ni siquiera ustedes por eso esta situación se torna difícil. En
esta situación lo que mas me duele es la traición de un amigo, un hermano de
causa y razones políticas, de alguien en quien se supone pondría mi vida, pero
ahora no daría nada por él, no malinterpretes mis palabras, no lo odio
simplemente me decepcionó lo que hizo lo que sucedió entre él y vos. Esa
sensación de vacío me invade, la libertad que tanto añoré ahora se ha comenzado
a tornar oscura, a borrar los sueños que tenía, los planes que tenía con mi amada
y Beatricita.

Pensar que este quilombo se puede solucionar, que puede dejar de abrumarme si
tomo la decisión de aceptar lo que pasa y decir sí o no, puedes creer que ahora
esas palabras tomen tanta fuerza no solo en mi vida, si no en la de todos ustedes,
lo que yo decida cambiará todo, en especial para Beatricita que deseaba una
familia al igual que yo. Si mi respuesta es un sí acepto esta situación es renunciar
a todos los recuerdos que vivimos juntos, a aquellas aventuras en el rancho, esos
atardeceres que pasamos, es renunciar a la familia que soñé cuando Beatricita
nació, cuando el viejo me felicitó por la hermosa familia que estaba formando y
eso provocaría para mí un futuro incierto, no es que ahora no lo sea o en eso se
ha convertido el sueño de esos cincos años dos meses y cuatro días.

Si digo que no acepto te estaría arrebatando el derecho a la libertad que a mi me


negaron, a la libertad de elegir lo que te hace feliz por que sé que ahora ya no
representó la felicidad del pasado, me he convertido solo en un compañero de
ideología, de recuerdos y de una vida hermosa que es la de Beatricita. Como vez
la decisión no es para nada fácil y nunca lo será, tengo que elegir eso me queda
claro por qué, si no esto se convertirá en un invierno sin final, aquel que es triste y
representa el final de un ciclo.

Siento como si esto fuera el final y lo es debido a que después de esto todo
cambiará para vos, para el viejo, pero no para Beatricita por que con ella son
pocos los recuerdos y puedo construir una historia que podría significar aquel
reinicio con el que tanto soñé en aquellas noches en los que la melancolía se
colaba por las rejas de aquella prisión llamada la Libertad.

Como la había advertido había que tomar una decisión y ésta fue tomada en base
todos esos análisis que mantuve mientras estaba entre esas cuatro paredes frías,
la respuesta te sorprenderá, se que te hará feliz o tal vez no, pero sin duda alguna
quitará todo el peso moral con el que hoy tienes que lidiar. la vida sin mí será más
fácil para vos, pero no para Beatricita así que solo por ella me quedaré en esta
libertad que sabe a prisión, en esta primavera que tiene tintes de invierno y puede
verse a través de esa esquina rota, no interrumpiré tu vida de ninguna manera
que viviré en casa de viejo, pasaré tiempo con ella que ahora se convierte en mi
esperanza de seguir, Beatricita ahora es la única razón de vivir.

Ahora viviré con la esperanza de que algún día pueda escapar de esta prisión, que
no tiene barrotes que solo tiene recuerdos, que me acompaña en el exilio; sólo la
nueva historia junto a Beatricita me ayudará a entender que todo acabó cuando
pisé la Libertad por primera vez; lo único que me alegra de todo es que sonríes de
nuevo y que el viejo encontró alguien que lo hará feliz por el resto de sus días
como él dice encontró el mundo Lydia.

Yo encontré el mío en Beatricita en sus historias alocadas que me cuenta de ti, del
viejo y de todos aquellos que son sus amigos, siento que veo la vida a través de
ella ahora, con cada recuerdo siento que nunca me fui, siento mía esta patria en la
que comienzo a formar una historia en la que ya nos soy mas el Santiago del que
alguna vez te enamoraste, de aquel con el que compartías ideas de libertad, ahora
soy solo un exiliado que vive esperando volver a su verdadera patria, para caminar
sobre el río. Cuando llegue ese momento sabré que entonces que es el momento
de soltar tu recuerdo entre las aguas del río, entre las corrientes del aire y mi amor
entre el infinito cielo.

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