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Capitulo V

El Sr Adjetivo

La siguiente parte del discurso llamado, antes del Juez Gramática fue
el Sr. Adjetivo.

"Mi joven amigo de la escuela Condado” dijo el sargento Análisis,


"debe conocer bien al Sr. Adjetivo. Él es el más charlatán y el más
chismoso que haya existido. Usted nunca en toda su vida, mi señor,
ha conocido a nadie que pueda decir tanto sobre una cosa como el Sr.
Adjetivo. El Sr. Sustantivo no puede mencionar una palabra, pero el
Sr. Adjetivo está listo para contarle todo acerca de él, ya sea pequeño
o grande, azul o verde, bueno o malo, y todo sobre las travesuras que
él hace en la escuela Condado. Por ejemplo, Si Sustantivo menciona
el bolígrafo de Willy –„desagradable, balbucea, una plumilla,‟ susurra
Adjetivo, Willy piensa que es por eso que escribió una copia tan mala,
y no puso el punto en su es. Si el Sr. Sustantivo señala la gatita, que
está entrando en la habitación, ronroneando y frotando la cabeza
contra la pierna de cada silla a medida que pasa, Adjetivo susurra que
ella es una „querida, dulce, suave, cálida, pequeña mascota,‟ así que
Milly deja sus sumas para recogerla y jugar con ella.

Ann, la criada, encuentra marcas de botas sucias en sus bonitas


escaleras limpias, y tan pronto como ella ve a Tom le dice que él es
„pesado, desordenado, desobediente, y un niño travieso,‟ sin saber
que el Sr. adjetivo estaba susurrando todas esas palabras en su oído.

De hecho, el Sr. adjetivo causa más peleas en el colegio Condado, y


en otros lugares también, de lo que nadie puede decir. Sólo ayer, Jane
y Lucy, tuvieron una pelea, he oído que fue porque Jane sacó el brazo
de la muñeca de Lucy. Si adjetivo no hubiera puesto en la cabeza de
Lucy, llamar a Jane traviesa y cruel, Jane no habría contestado que
Lucy era cruzada y desagradable. Lo más probable es que ella
hubiera dicho „te ruego me perdones, no quise hacerlo,‟ y
directamente hubieran vuelto a ser amigas. Mira cuantas travesuras
son causadas por el charlatán y chismoso Mr. Adjetivo.”

“En serio, Sr. Análisis,” comentó Adjetivo, ahora hablando él por


primera vez, “Has hecho un largo discurso para mostrar lo travieso
que soy. Ruego, ¿no tienes nada que decir sobre el bien que hacen
mis amables y amorosas palabras?”

“Oh, ciertamente, mi querido señor,” dijo el sargento Análisis, de


repente cambiando su tono. “Cuando le gusta alguien, es muy amable
y puede decir todo tipo de cosas dulces. Le oí en colegio Condado,
decirle a Mary que su mamá es la más querida, amable, y la madre
más dulce. También le oí que este es un lindo y hermoso bebe, que
Fido es un perrito bueno y fiel, y que esta casa es el lugar más feliz en
el mundo entero.

“Oh, sí,” - continuó el sargento Análisis, -“usted puede llamar a las


personas con buenos y malos nombres.”

“Yo no llamo a las personas por nombres, “dijo Adjetivo, indignado. “


“Yo los califico. “ – “Podría calificarlo, Sr. Análisis, y decir que usted es
impertinente, rudo…”

“Eso servirá, Sr. Adjetivo”- interrumpió el Juez. “Nosotros entendemos


que quiere decir calificar. Pero díganos, están sus palabras colocadas
antes de los sustantivos?”

“Oh, no, mi señor,” contestó Adjetivo. “Pueden, casi todos ellos,


usarse antes que un sustantivo, pero a menudo se usan después de
este, de esta manera:-

- El cielo es azul
- El sol es brillante
- Mis palabras son verdaderas
- La nieve es blanca

“También podrías decir, cielo azul, sol brillante, palabras


verdaderas, nieve blanca, pero no suena tan bien, creo. Y cuando
aparece un pronombre en lugar de un sustantivo, y mis palabras lo
califican…”

“Oh, usted califica pronombres y sustantivos, verdad?” preguntó


sargento Análisis.

“A veces, estoy obligado a hacerlo” dijo el Sr. Adjetivo, bastante


malhumorado. “No usaré mis palabras antes de un pronombre, ya
que están antes de un sustantivo. Puedes decir: -
- Yo estoy bien, y tú estás equivocado
- Es tarde, y nosotros somos fuertes

Pero no debes decir: correcto yo, mal tú, tarde es, o fuertes
nosotros.”

“Yo creo que no,”- dijo sargento Análisis, riendo.

“Entonces debemos entender que los adjetivos se utilizan para


calificar los sustantivos y los pronombres, y que pueden ser
utilizados antes de un sustantivo o después de él, pero no antes de
un pronombre”.

“Hasta ahora, muy bien,” – dijo Mr. Adjetivo; “Pero puedo hacer
otras cosas además de calificar sustantivos.”

“ Qué puedes hacer?”

“Puedo decir cuántos nombres de sustantivos hay, uno, dos tres,


cuatro, y así sucesivamente. Y si la cosa en la primera, segunda,
tercera, cuarta, y así sucesivamente. Y si hay algunas cosas, muchas
cosas, pocas cosas, más cosas, no hay cosas.”

“ Y todas estas palabras son adjetivos, verdad?”

“Si”- contestó Adjetivo. “Todas las palabras que se pueden poner


antes de cosa o cosas son adjetivos.”

“Una cosa, la cosa”.- comentó pequeño Artículo, mirando a Adjetivo


con una sonrisa astuta. “Una y la, son artículos.”

“Una y la, no cuentan, por supuesto”- dijo Adjetivo, impaciente.


“Además, según dice la gente, una vez fueron adjetivos, pero se
gastaron por el uso, y dejé que mi pequeño primo harapiento Artículo,
los tuviera. Pero excepto Una y La, no hay palabra que puedas poner
antes de cosa o cosas que no sea un adjetivo. Una cosa hermosa,
una cosa fea, cosas malas, cosas buenas, cosas verdes, cosas
amarillas, cosas grandes, cosas pequeñas; y entonces puedes decir,
una cosa, dos cosas, algunas cosas, cualquier cosa; y también, esta
cosa, esa cosa, estas cosas, esas cosas.”
“Esa parece una forma muy fácil de averiguar un adjetivo,” – comentó
el Juez. “Espero que sea una forma correcta.”

“De hecho lo es, mi señor”- contesto formalmente, Adjetivo,

“Mire, puedo darle muchos más ejemplos.

- Una cosa preciosa, agradecida y hermosa-


- Una cosa útil, hogareña y obediente
- Cosas necias, infantiles e inútiles
- Cosas hermosas, ricas e invaluables

“Mi señor”. – dijo el Sr. Sustantivo, viniendo adelante, y hablando con


voz solemne, “Acuso al Sr. Adjetivo de robar, y deseo que sea enviado
a prisión.”

“En efecto.”- Dijo el Juez; “pero primero debe ser juzgado, y debes
probar que es culpable antes de que lo castigue. ¿Qué dices que ha
robado?”

“Mi señor, constantemente está robando mis palabras, y justo ahora


las está usando sin mi permiso en la Corte: amor, gracia, belleza, uso,
hogar, deber.”

“Suficiente.” – dijo el Juez. “Ciertamente, ahora le he oído usar


algunas de esas palabras. “Críticos", llamó a los policías, porque ese
es el nombre que tienen en Grammar-land. – “Apresad al Sr Adjetivo y
mantenedlo a salvo hasta que la corte se reúna de nuevo para ser
jugado por robo.” - Luego, dirigiéndose a la gente de escuela
Condado, el juez continuó, - “Mis amigos, estaré muy agradecido si
miran la siguiente historia y tachan todas las palabras que pertenecen
al Sr. Adjetivo. No puedo permitir que permanezcan lado a lado con
otras palabras, hasta que se demuestre que el Sr. Adjetivo no es
culpable de robarlas.”

El juez se levantó, y el pobre Sr. Adjetivo fue llevado fuera de la corte,


con las manos atadas.

Lo que sigue es la historia que el juez envió a la gente de escuela


Condado.
EL PRINCIPE DONCELLA

Hace mucho, mucho tiempo, vivía en un viejo castillo gris, una reina
viuda, que tenía un único hijo, un hermoso chico. “Mi esposo fue
asesinado en la terrible guerra,” dijo la tímida reina, “y si mi querido
hijo crece para ser un hombre fuerte, me temo que también irá a
guerras crueles y será asesinado. Así que no aprenderá nada sobre la
guerra, sino que será criado como una simple doncella.” Así que ella le
enseñó todos los deberes de una doncella, girar, tejer, coser…, y la
reina pensó que era demasiado simple y tranquilo para desear ir a la
guerra; pero un día llegó a la gran puerta del castillo un noble
caballero montando un elegante corcel. “Ven”-grito el caballero al
joven príncipe. – “Ven, sígueme. Cabalgo para luchar contra los
malvados y fuertes que oprimen a los débiles y pobres.” Y en un
momento, surgió el joven justo, arrojando a un lado su trabajo de niña,
y apoderándose de la vieja espada de su padre, saltó a la silla detrás
del noble caballero. “Adiós, querida madre”- gritó, “no más trabajo de
niña para mí. Debo ser un hombre valiente, como lo fue mi padre, y
vencer o morir en la causa justa.” Entonces la tonta reina vio que era
inútil tratar de convertir a un chico valiente en una tímida doncella.

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