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Contreras - Josue - El Coqueteo de Aristófanes Con El Feminismo
Contreras - Josue - El Coqueteo de Aristófanes Con El Feminismo
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En Lisístrata, la toma del poder por parte de las mujeres es temporal, su propósito es
únicamente presionar a los hombres para que acaben con la Guerra del Peloponeso; en las
Asambleístas, la toma del poder es permanente y el objetivo de las mujeres es reemplazar a
los hombres en el gobierno más que compartir el poder con ellos en igualdad de
condiciones. Pero, en ambos casos, el rol financiero de la mujer dentro del hogar se ofrece
como evidencia de su cualificación para encargarse de las finanzas de la ciudad en su
totalidad. Lisístrata, líder de la huelga de las mujeres en la obra homónima, tiene el
siguiente diálogo con el líder de los magistrados:
—No es lo mismo.
A menos que, por tal motivo, las mujeres aporten contingentes al ejército y a la
armada, tal como los hombres lo hacen, es evidente que, desde el punto de vista de la ética,
la pregunta sobre la denominada igualdad de “derechos políticos” de las mujeres, no puede
considerarse hasta que se logre un estado de paz permanente.
Asimismo, cuando los magistrados atenienses en Lisístrata sostienen que las
mujeres no están facultadas para ejercer derechos políticos, ya que ellas no han “hecho
nada en favor de la guerra”, la protagonista responde:
Aristófanes también describe las formas en que las preocupaciones de las mujeres
eran silenciadas, tanto en la esfera política como en casa. Lisístrata reclama:
Aunque no se nos permitía responder, sabíamos muy bien lo que estaba sucediendo.
A parte de los impedimentos políticos, Lisístrata señala las formas en que las
costumbres y convenciones sociales afectan a hombres y mujeres de manera diferente:
Es así que, como resultado, los hombres llegan a casa desde el teatro
ya que este tipo se ha dedicado muy bien a envenenar los pensamientos de nuestros
hombres. [18]
[3] The names of Aristophanes’ feminist heroines are well-chosen; “Lysistrata” means
“dissolver of armies” (and Lysistrata leads a sex strike to force the men of Greece to
abandon the war), while “Praxagora” means “active in the public square” (and Praxagora
leads a female takeover of the Athenian democratic assembly).
[6] For this implication being deliberate rather than inadvertent on Xenophon’s part, see
Roderick T. Long, “The Classical Roots of Radical Individualism,” pp. 272-273; in Social
Philosophy and Policy 24.2 (2007), pp. 262-297.
[10] One could of course avoid this objection either by conscripting both sexes (as Plato
advocates) or (O idéal lointain!) by conscripting neither.
[11] Herbert Spencer, Social Statics: or, The Conditions Essential to Happiness Specified,
and the First of Them Developed (London: John Chapman, 1851), p. 169.
[12] Herbert Spencer, The Principles of Ethics, vol. 2 (London: Williams and Norgate,
1900), pp. 165-166.
The assumption that military defense is impossible without conscription is incongruous in
so libertarian a thinker as Spencer; and as T. S. Gray notes, “[t]he fact that men were not
liable to military conscription when Spencer was writing … makes his argument even more
puzzling.” (T. S. Gray, “Herbert Spencer on Women: A Study in Personal and Political
Disillusionment,” p. 221; International Journal of Women’s Studies 7.3 (1984), pp. 217-
231.)