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Recuperación histórica de elementos fundadores de la

desmanicomialización en Paraguay. Parte I: 1896-20031 y


Parte II: 2003-20152
Patricia Ayala
Universidad Católica, Asunción, Paraguay

“Recuperación histórica de elementos fundadores de la desmanicomialización en


Paraguay. Parte I: 1896-2003”

Resumen

Con el objetivo de recuperar datos históricos que marcaron el itinerario de lo aquí


conceptualizado como “desmanicomialización”, se realizó una revisión histórica a partir
de la recolección de información bibliográfica y entrevistas personales. La primera parte
de este recorrido abarca los años de 1896 al 2003, tomando como punto de partida los
primeros esbozos de lo que hoy se denomina Hospital Psiquiátrico de Asunción, y como
punto de cierre, la elaboración de una Política Nacional y los trazos de un Proyecto de
Ley de Salud Mental con la intención de la misma de enmarcar a todas las instituciones
de atención en el área a nivel nacional. Se exponen así distintos tipos de dispositivos, en
su mayoría alternativos al hospital monovalente, sin obviar procesos históricos
atravesados por el país.

Palabras Clave: Recuperación histórica, Experiencias en Salud Mental,


Desmanicomialización, Paraguay, Parte I.

Abstract

In order to collect historical information that marked the itinerary of what could
be conceptualized as "desmanicomialización", personal interviews and bibliographic
review were conducted. The first part of the study covers the years from 1896 to 2003,
taking as a starting point the first outlines of what we know today as the Psychiatric
Hospital of Asunción; and as an ending point the elaboration of a Mental Health Policy

1
Parte I. Publicada en la Revista Psicología Básica y Aplicada. Volumen 2, Número 1.
https://www.academia.edu/31774906/Psicología_Básica_y_Aplicada_Volumen_2_Numero_1_2016
2
Parte II. Pendiente aprobación en la Revista Psicología Básica y Aplicada.
that includes a proposal for care institutions in the country. The principal findings reveal
different types of mental health care devices and experiences, mostly alternative to the
monovalent hospital. Also are presented various events in the country’s historical
processes.

Key words: Historical recovery, Experiences in Mental Health,


Desmanicomialización, Paraguay, Part I.

Introducción

Intentando recoger información acerca de los procesos históricos que


atravesó la atención en Salud Mental, en particular en lo que refiere a la
desmanicomialización, y con el objetivo de describir y caracterizar este oscilante
proceso, se exploran a través de la revisión bibliográfica y la realización de
entrevistas personales con referentes del área y protagonistas, diferentes
experiencias que datan de los años abarcados entre 1896 hasta el 2003. El corte
temporal se realiza en función a eventos que podrían entenderse como puntos de
inflexión en la atención en el campo de la Salud Mental, o por lo menos, en lo que
respecta a las perspectivas sobre el abordarla nivel nacional. Cabe mencionar que
el estudio no se limita a exponer experiencias que se podrían titular explícitamente
como asociadas a la desmanicomialización, sino que se busca abarcar
acontecimientos históricos que fundaron o introdujeron modelos asociados a la
desmanicomialización en lo que refiere a la comprensión y atención en Salud
Mental, en nuestro país. A esta primera parte, se le agrega una final que culmina
con la inclusión de eventos y propuestas que datan del año 2015.

Es necesario aclarar las implicancias del término desmanicomialización en


el marco de esta investigación. Faraone (1993), la define como el conjunto de
experiencias llevadas a cabo por grupos políticos y técnicos cuyos objetivos
simbolizan una redefinición de las prácticas en el área de la salud mental y que se
oponen a la Institución Psiquiátrica o manicomio como instancia de cronificación,
segregación y custodia más que como herramienta terapéutica. Con eso como
guía, se conceptualiza a la desmanicomialización como una construcción
cooperativa entre sujetos provenientes de diferentes ámbitos, con saberes y
prácticas diversas, buscando formar redes solidarias para legitimar las diferencias
con los otros y no simplemente disgregarlas. Se la toma como una tarea a realizar
que implica reflexionar sobre nociones preestablecidas como la salud o la
enfermedad mental, cuestionar las nociones de rehabilitación y reinserción social
implicando no sólo a los profesionales del área sino también a la sociedad,
buscando incidir colectivamente a nivel político, cultural y económico en el
desarrollo de políticas públicas que apunten al rescate la subjetividad de la
persona que emplea, en determinado momento de su vida, servicios de atención en
salud mental; optando por la creación de dispositivos alternativos al hospital
monovalente.

A partir de esa construcción, se presentan experiencias, propuestas y


eventos que corresponden a los anales de la desmanicomialización en el Paraguay.

El Hospital Psiquiátrico de Asunción

El Hospital Psiquiátrico de Asunción es la Institución de mayor envergadura de


atención en Salud Mental en el país, remontándonos a sus orígenes como el Asilo de
Mendigos y Huérfanos, de bases claramente asistencialistas y caritativas, en 1896 se
funda oficialmente ante el Ministerio del Interior, a cargo de la Sociedad de
Beneficencia del Paraguay. En 1899, bajo la presidencia de Juan Egusquiza, en
colaboración con la Sra. Casiana de Egusquiza se inaugura el Asilo de Enfermos y
Mendigos, mantenido por la comisión de Damas de Beneficencia y anexado al Asilo de
Huérfanos, con quienes se compartían médicos debido a que éstos no existían en el
Asilo de Enfermos y Mendigos, se supone que estos enfermos ya eran en su mayoría,
“enfermos mentales”.

En 1915 este asilo pasa a ser parte de las dependencias estatales, dentro del
Departamento Nacional de Higiene y Asistencia Pública del Ministerio del Interior. En
1917, con aproximadamente 150 pacientes, pasa a denominarse Manicomio Nacional,
recién en 1927 es reclamado por la Facultad de Ciencias Médicas que dependía del
Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (Ministerio de Salud Pública y Bienestar
Social desde 1936).
El Manicomio Nacional en 1929, contaba con un solo pabellón, cuya planta
principal estaba destinada a las mujeres y un salón extendido en un declive, destinado a
los varones. El único aprovisionamiento de agua era un pozo, presumiblemente
construido para la edificación de dicho pabellón. (Cegla, 1984)

El primer director del Manicomio Nacional fue el Dr. Cándido Vasconsellos


López hasta el año 1930; sucedido por el Dr. Isaac Cegla, quien determina el cambio de
nombre de Manicomio Nacional a Hospital Neuropsiquiátrico. (Cegla, 1984, pp. 252).
Hasta 1960, según datos provistos por el Dr. Álvarez, prestaron su colaboración para
con la Institución profesionales como los doctores Fernando Vallejos, Cornelio
Paredes, Juan Sarbú, Celia Torres Cristaldo, Andrés Rivarola Queirolo, Ramón
Zubizarreta, Isaac Cegla, Manuel Gil Morlis, E. Sosa Constantini, y otros
temporariamente como los Doctores D. Zaideinstein, Arditi, R. Rolón. Luego lo
hicieron el Dr. Antonio Ré, Hugo de Jesús Araujo, Roque Vallejos, Sebastián Aseretto,
Manuel Elizeche, Delia Benítez, Adolfina Martínez, Luis Valenzuela Ferreira , Erwin
Rastlaff, y luego A. Zelaya Franco, Luis Jorge Cabrera Carbó y otros, y previamente el
Dr. Pablo J. Fleitas. Siguiendo el orden cronológico, fueron directores de la institución,
los siguientes profesionales: Prof. Dr. Isaac Cegla, Prof Dr. Julio C. Morínigo
Escalante, Dra. Mirtha Mendoza, Dr. Reinerio Martínez, Dr. Félix Ayala, Dra. Felicia
Franco, Dra. Nora Gómez, Dra. Nancy Monges , Prof. Dr. Néstor Girala, Dr. Luis
Taboada, Dra. Evelyn Bordón, Dr. Charles Rodas, Dr. Teófilo Villalba; y actualmente
se desempeña en dicha función la Dra. Mirtha Rodríguez de Rossi.

En 1.936 por un Decreto – Ley durante el gobierno del Coronel Rafael Franco, el
ya citado Departamento de Higiene y Asistencia Pública se convirtió en Ministerio de
Salud Pública, pasando todas aquellas instalaciones bajo su dependencia. (Cegla, 1984).

Cegla (1984) cita el trabajo de Álvarez sobre los Antecedentes del Manicomio
Nacional, en 1957 fue inaugurado un pabellón de mujeres, en 1967 otro pabellón, más
moderno de mujeres y el 1972 un nuevo pabellón para varones. Así también, se
habilitaron otros nuevos pabellones como ser el servicio de primera internación, área
que hoy en día corresponde a la Administración, el Archivo, el Laboratorio de Análisis,
el Servicio Odontológico y el Consultorio Externo.
En los 60 la capacidad de internación estuvo sobrepasada en un 100% y el
tratamiento consistía principalmente en el electroshock. (Aguirre y Soto, 2001)

En 1997 se da el traspaso del Hospital Psiquiátrico de depender de la Facultad de


Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción, a dependencias del
Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, tras haberse presentado un conflicto con
el entonces director de la institución y sectores de trabajadores del hospital; y por
formar parte de una serie de exigencias por parte del sindicato de profesionales que
prestaba sus servicios en la misma.

En el 2003 la Coordinadora Iberoamericana de Derechos Humanos impuso


medidas cautelares debido a las denuncias recibidas acerca de tratos infrahumanos a los
internados en el nosocomio, en respuesta a esto, en el 2004 iniciaron acciones para la
mejora de las condiciones habitacionales que se limitaron a la reestructuración edilicia.
En el año 2005, Peticionarios de la Mental Disability Rights International (MDRI) y el
Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) firmaron un acta con el estado
paraguayo ante la CIDH que contenía los compromisos con respecto al respeto de los
derechos humanos de los usuarios internados en el nosocomio. En el 2008 la CIDH
impuso nuevas medidas cautelares, como respuesta se generaron espacios de
rehabilitación que son los hogares sustitutos en el extra-muro del hospital y se comenzó
la ampliación y fortalecimiento de las unidades de Salud Mental. En setiembre de 2010
se recibe la comunicación oficial de la CIDH en las que se establece el levantamiento de
las medidas cautelares (Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, 2009).

Según una investigación realizada por Chase y Heikel en el 2010, unos 300
pacientes provenientes de todo el territorio nacional eran albergados en el actual
Hospital Psiquiátrico. Los registros oficiales de la institución informan que en el año
2013 han empleado los servicios del Consultorio Externo, 9582 usuarios, hombres y
mujeres con 15 y más años de edad. (Ayala y Quevedo, 2013). Siendo la institución de
mayor población concurrente en el área de la Salud Mental en el Paraguay.

La psiquiatría comunitaria de Andrés Rivarola Queirolo

A mediados de la década de 1940 asume la dirección del Manicomio Nacional de


Asunción el médico psiquiatra Andrés Rivarola Queirolo, con una visión progresista
acerca de la atención en Salud Mental, funda la Clínica de Salud Mental en el año 1959,
dando los primeros pasos dentro de lo que sería la psiquiatría comunitaria (García,
2011). Comenta, en un entrevista realizada por un medio periodístico en el 2015, el
Prof. Dr. Martín Moreno Giménez que Rivarola Queirolo fue el primero en realizar la
experiencia comunitaria del tratamiento de las enfermedades mentales, atendiendo a las
familias de la periferia del Manicomio Nacional, a cambio de que ellas funcionen como
familias acogedores de los pacientes que salían de alta, para que así estos puedan volver
a sus hogares respectivos.

Los inicios de la dictadura militar de Alfredo Stroessner

El 1954 marca el inicio de una de las épocas más nefastas y ominosas de la


historia del Paraguay, la asunción a la presidencia del General Alfredo Stroessner tras
una serie de crisis políticas y económicas que generaron gran inestabilidad en el país.
Bajo la trilogía institucional Gobierno-Fuerzas Armadas- Partido Colorado y apañado
por la asociación de otros sistemas represivos comprendidos dentro del “Operativo
Cóndor”, se produjeron un sinfín de violaciones a los derechos humanos con la tutela de
la “Doctrina de la Seguridad Nacional” (Vera, 2013)

Las principales violaciones de los derechos humanos durante la dictadura


consistieron en detenciones arbitrarias y privaciones ilegales de la libertad, torturas,
exilio forzado y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes. Según registros de la
Comisión de Verdad y Justicia (CVJ) es de aproximadamente 20.900 personas, de estas
“19.862 fueron detenidas ilegalmente, 18.772 torturadas, 59 ejecutadas
extrajudicialmente, 336 desaparecidas, 3.470 exiliadas” sufridos incluso por sectores
vulnerables de la sociedad, incluyendo niños, niñas y adolescentes, mujeres y personas
de pueblos originarios. Sin dejar de lado las violaciones a las libertades de expresión,
opinión y difusión del pensamiento. Se estima que cerca de 107.987 personas fueron
víctimas indirectas de la violencia estatal, en ellas, las consecuencias psicológicas y
sociales son evidentes. (Comisión de Verdad y Justicia, 2008)

Durante el régimen Stronista fueron inaugurados, en el Hospital Psiquiátrico, dos


pabellones para la internación de mujeres, en 1957 y 1967, respectivamente. También se
inauguró un pabellón para internación de pacientes varones, en 1972. Se suma la
creación del servicio de primera internación. (Cegla, 1984)
Quedan registros de que el Hospital Psiquiátrico de Asunción fue empleado como
un dispositivo más para ejercer violencia, siendo receptáculo de docenas de presos
políticos forzados a internaciones innecesarias. (Talavera, 2014). No se cuenta con más
información acerca de los servicios en la época.

La construcción de “El puente”

En el año 1957 se erige el Centro Día “El Puente”, con el apoyo de Hospital
Psiquiátrico de Asunción y el Servicio Voluntario Menonita.

En una entrevista personal con Eva Insfrán (2015), directora del Centro, comenta
que las construcciones que son empleadas en la actualidad datan de los años 70.
Inicialmente, se contaba con servicios de enfermería, terapia ocupacional,
acompañamiento terapéutico que funcionaban en primera instancia dentro del Hospital
Psiquiátrico para ir trabajando progresivamente, la reinserción social; en ese entonces,
el Centro y la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción de
la cual dependía el Hospital Psiquiátrico, tenían convenios que facilitaban la
colaboración del personal de la institución. En 1997, se produce el traspaso del hospital
al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, desde ese entonces no se cuentan con
acuerdos.

Actualmente, en el Centro se trabaja con un abordaje desde el modelo de Plan


Individual de Rehabilitación (PIR), a partir del cual se proponen objetivos para
determinadas áreas consideradas como vitales para el desarrollo individual. Dentro de
dicho marco, se proponen dos instancias que funcionan como talleres, el primero es el
Taller Ocupacional que sirve como un estadio de contención en el que se trata de
abordar la crisis y compartir los primeros hábitos de convivencia, funcionan talleres de
musicoterapia o grupos de psicoeducación; en segundo lugar, se propone el Taller de
Producción, más orientado a elaborar y ejecutar un plan de vida individual.

La actuación de las Ligas Agrarias Cristianas


Todavía enmarcados por la violencia de la dictadura stronista, a finales de la
década del 60 surgen desde sectores rurales como Misiones, Caaguazú, San Pedro y
Alto Paraná, las Ligas Agracias Cristianas, en oposición al gobierno totalitario
facilitador de la inequidad en la distribución de las tierras y favorecedor del
establecimiento de verdaderos latifundios. Dichas comunidades representaron
experiencias de resistencia no violenta a la dictadura, en un movimiento de origen
cristiano que propugnaba por la autogestión económica, la concientización, la educación
alternativa y la autoorganización política. (Vera, 2013).

Con el apoyo de la Iglesia Católica y la Confederación Latinoamericana de


Trabajadores, se iniciaron trabajos, orientados por los ideales de la Teología de la
Liberación, en busca de mejoras en las condiciones de vida de los sectores rurales, el
respeto a los trabajadores del campo y la regulación de la tenencia de tierras, así
cimentaron sus bases a partir de una orientación comunitaria y cooperativista en la
producción y el consumo. (Vera, 2013)

Las alianzas entre referentes de distintos sindicatos, sacerdotes, obispos, religiosas


y religiosos permitieron la constitución de la Federación Nacional de las Ligas Agrarias
(FENALAC) en 1964, que reunía representantes campesinos de todo el interior del país.
(Espínola, 2008)

Dentro de los tipos de acción emprendida por los “liguistas” se destacan


actividades de carácter fuertemente comunitario como charlas sociales, mingas o
trabajos sociocomunitarios, dispensarios médicos, almacenes de consumo comunitario,
comercialización conjunta y, entre las más destacadas, las escuelitas populares.
(Terrible, 2008)

Citando al Padre Caravias, Espínola (2008), caracteriza la labor de las escuelas


campesinas afirmando que éstas “buscaban una ruptura con la educación alienante con
contenido capitalista, propugnando la auto-educación campesina”. Los participantes de
las ligas eran los mismos que se organizaban para formarse y funcionar como
educadores con cursillos de capacitación, los hijos mayores de las familias eran
preparados para ejercer de maestros o “pytyvohára”. La educación era bilingüe, el
calendario escolar se ajustaba al calendario agrícola y los textos era significativos para
los niños y las niñas del sector. Empleando las ideas de Educación Popular de Paulo
Freire el modelo se expandió por los departamentos de Cordillera, Caaguazú, San
Pedro, Misiones y Concepción.
La iniciativa provocó la reacción represiva del gobierno a finales de la década de
1970.

La institución de la carrera de Psicología

En la década de 1960 surgieron las primeras carreras de Psicología, en 1963 en la


Universidad Católica dentro de lo que era la Facultad de Filosofía y Ciencias de la
Educación; y en 1967 en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de
Asunción. (García, 2009)

La fundación del Departamento de Salud Mental

A comienzos de los ’60 se crea, en el Ministerio de Salud Pública y Bienestar


Social, el departamento de Salud Mental. Bajo la dirección del Dr. Agustín Carrizosa
Alfaro y un grupo de profesionales de distintas áreas de la atención en salud mental,
entre ellos, psicólogos, psicopedagogos, psiquiatras y médicos. El grupo estaba
integrado por el Dr. Andrés Rivarola Queirolo, Héctor Escriba, Julio Ayala, Marta
Núñez, Josefa Brítez y otros profesionales. (Carrizosa, 2012)

La defensa a los Derechos del Niño en Desarrollo

En favor de los derechos del niño nace en 1963, fundado por el Dr. Agustín
Carrizosa Alfaro, el DENIDE. Comprendiendo que la problemática de los niños con
dificultades para el aprendizaje no sólo implicaba una responsabilidad de profesionales
tratantes y el sector público, sino que habría que involucrar activamente a padres y otros
miembros de la sociedad en el abordaje de dicha problemática. En el año 1963 se
incorporan a las reuniones la Prof. Nilda A. de Alvarenga, el Ing. Luis Obiglio, Ing.
Alberto Barrial, Rebeca S. de Balanza, Graciela C. de Ávila, Ilsa S. de Martínez, Ab.
Leonardo Ruffinelli, Dolores Irún de Casal y otros padres y profesionales con el
propósito de constituir un movimiento interdisciplinario que aborde el problema de la
discapacidad mental (especialmente del tipo leve en un principio) desde una perspectiva
sistémica y armónica, y que logre la integración total (de acuerdo a sus potencialidades)
de esto niños al mundo pedagógico y posteriormente laboral. (Carrizosa, 2012)

El 3 de mayo de 1965 se constituye el Movimiento Pro Derechos del Niño


Deficiente, cuya primera acción es la fundación del Instituto Psicopedagógico, hoy
denominado, Dr. Agustín Carrizosa A. El mismo contaba con un equipo de trabaja
multidisciplinario, con tres consultorios y un equipo pedagógico con seis aulas y una
dirección con secretaría, también se fueron constituyendo Talleres de Formación
Laboral. En el año 1968, se crean los niveles de Pre – Escolar de Maduración y el Pre –
Escolar de Déficit Múltiple. También ese mismo año inicia el Servicio Pre Vocacional y
en el año 1977, el Pre Taller Ocupacional y el Programa de Habilitación. En el año 1969
se forma la unidad de Reeducación del Lenguaje, y en 1973 se crea un nivel de
estimulación, 1981 se creó el Dpto. de Estimulación Temprana integrada. (Carrizosa,
2012)

En el año 1980 se forma APANIDE, la Asociación de Padres del DENIDE, ésta


juega un importante papel en el proceso de integración, participando activamente en la
promoción de la LEY Nº 780/79, que crea “El Instituto Nacional de Protección a
Personas Excepcionales – INPRO”. Con la formación del Consejo del INPRO, el Dr.
Agustín Carrizosa G. fue nombrado miembro del Consejo de Administración en
representación del sector privado. (Carrizosa, 2012)

La fundación del Instituto Médico Psicológico

El Instituto Médico Psicológico (IMESI) comenzó su funcionamiento a inicios de


la década de 1970 con Rivarola Queirolo y Carrizosa como creadores. La institución, de
carácter privado, albergaba tanto a pacientes en internación como ambulatorios. Además
de los servicios destinados a la atención de personas con dificultades mentales, el
IMESI funcionó como centro de entrenamiento para futuros psicólogos clínicos y otros
profesionales del área. (García, 2011)

En una entrevista personal que data de agosto del 2015, con Beatriz Rivarola, hija
del antes mencionado Dr. Rivarola Queirolo, comenta que el IMESI funcionaba como
centro de formación, consultorio externo y como centro de internación. Añade, “ese
proyecto duró 10 años, fue interesante porque le dio todo un contexto, ahí estuvo Olga
Blinder en la parte de arte-terapia, Mauricio Schavrtzman en la parte sociológica y José
Carlos Rodríguez Alcalá que era más sociólogo”, señalando el enfoque
interdisciplinario del proyecto.

Las comunidades terapéuticas en el Hospital Psiquiátrico


A partir de una entrevista personal con el Dr. Carlos Arestivo (2015) se toma en
consideración su experiencia como Jefe de Servicio, en 1976, de dos pabellones de
internos del Hospital Psiquiátrico de Asunción, uno destinado a varones y otro a
mujeres. Inspirados en los aportes de Maxwell Jones (Clarke, 1982), se trabajaba la
recuperación de dichos usuarios y usuarias desde un acercamiento humano, con enfoque
de derechos y dirigido a la construcción de un proyecto de vida fuera de la institución.

Con esta mirada, desde las comunidades terapéuticas, se proponía la atención a los
pacientes desde tres aristas: una personalizada, con el acompañamiento de un tutor que
fungía como nexo entre el paciente y el equipo terapéutico; una grupal que no era en sí
un espacio terapéutico, sino más bien un espacio en el que se establezcan vínculos; y
una comunitaria, a partir del cual se intentaban romper barreras entre la sociedad y los
usuarios.

La huella del Psicoanálisis

En 1975 el Dr. Nassim Yampey, miembro de la Asociación Psicoanalítica


Argentina (APA) funda el Primer Instituto de Estudios relacionados con la IPA (ISSID),
donde se impartió por 3 años la enseñanza del psicoanálisis basado en parámetros de la
APA. La iniciativa fue truncada por la persecución política durante la dictadura, sin
embargo, varios de los profesionales egresados de la institución continuaron su
formación con psicoanalistas de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, como
Etchegoyen o Rabih. Este grupo de profesionales, constituyó luego la Sociedad
Paraguaya de Psicoterapia Psicoanalítica comprometidos con la difusión del
psicoanálisis. (Cristaldo, 2009)

Las desgarradoras marcas de la dictadura stronista

Con un nuevo golpe de estado, en 1989, es derrocado el General Alfredo


Stroessner, iniciándose así el periodo de transición a la democracia.

No está demás hablar (de manera un tanto superficial) de las profundas


consecuencias en la Salud Mental que este largo periodo de represión y violencia dejó
instauradas en la memoria colectiva, expresadas por ejemplo en el Cuadernillo sobre
“Los nudos legados por la dictadura”, elaborado por la Servicio de Paz y Justicia
(Serpaj) del país:
“El contexto producido por los procesos derivados de la traumatización extrema y
la catástrofe social, registra impactos diferenciados en la población que deriva en la
constitución, en principio, de tres formas de respuesta colectivas: parte de la población
entra en estado de enajenación en el que las personas se identifican con la fuerza
enajenante porque ésta ofrece seguridad, certidumbre y con ello evita el conflicto; otra
parte conserva la capacidad de pensar y percibir los datos de la realidad, mundo
exterior, con el consiguiente sufrimiento y una tendencia a la adaptación resultado de
una ambivalencia y otra parte, sin contradicción, apoya abiertamente a la dictadura
plenamente identificado”. (Servicio de Paz y Justicia, 2013)

Una investigación realizada por Arnoso, Cárdenas, Páez y Martín (2014) sobre el
“Paraguay: de las violaciones de los derechos humanos a la transición democrática”
refleja la importancia de la implementación de medidas restitutivas y compensatorias
simbólicas o físicas, como la creación del Comité de Verdad y Justicia (CJV) a o la del
Museo Virtual de Memoria y Verdad sobre el Stronismo (MEVES) , en dependencia de
estamentos estatales y creadas a partir de reclamos sociales, pueden reforzar la cohesión
social y la confianza en las instituciones estatales. También se constató el hecho de que
dar testimonios ante la CVJ puede tener un elevado costo psicológico, aumentando las
emociones negativas, los niveles de depresión, la reincidencia de síntomas de estrés
postraumático, aunque pese a este costo, también se pueden experimentar expresiones
de alivio y orgullo. El estudio informó además que la gran mayoría de las personas
afectadas experimenta una gran necesidad de conversar socialmente acerca de lo
vivenciado. Se manifiesta “su recuerdo se asocia principalmente a emociones como la
tristeza e ira, independientemente del nivel de exposición a la violencia y se rechazan
las emociones de alegría, vergüenza, culpa o miedo, aunque tanto la culpa como la
vergüenza están ligeramente más presentes en víctimas directas”. A nivel social y
político, no se manifiesta un detrimento en la participación política, predomina un clima
emocional negativo, la falta de confianza en las instituciones, la percepción de
agresividad entre las personas, etc.

La constitución del Foro Permanente de Salud Mental

En la década del 90 se constituye el Foro Permanente de Salud Mental (FPSM)


que “reivindicó la palabra loco/locura como estandarte de la inclusión bregando por el
cierre del Hospital Psiquiátrico, la libertad de los internados y la inclusión de los
mismos en la sociedad”, haciendo hincapié en el hecho de que los usuarios y las
usuarias son sujetos de derecho.

El Foro Permanente de Salud Mental nació inmediatamente después del golpe que
derrocó a Alfredo Stroessner, en febrero de 1989. Fue fundado por Beatriz Rivarola,
Andrea Vallejos, Martha Perrota, Manuel Fernández, Carlos Portillo, Aníbal Garcete y
muchos otros. La presentación pública del mismo se realizó en el año 1993 y estuvo
activo con encuentros permanentes hasta el Golpe Parlamentario al gobierno de
Fernando Lugo en junio de 2012. Se plantea el Foro Permanente en Salud Mental
(FPSM) como un espacio destinado a encuentros en los que se debatan y propongan
acciones en el área.

El FPSM nace en un contexto que Ruth Irala (1996) caracteriza desde el Informe
sobre los Derechos Humanos en el Paraguay, en el que “los sufrientes psíquicos,
excluidos de la ciudadanía… son internados en el Hospital Neuropsiquiátrico o
recluidos en sus hogares”. La formación ligada a la enfermedad y al modelo asistencial
y de custodia concentrado en el hospital monovalente, la sociedad desinformada y el
Estado negligente en lo referido a calidad de vida de los sufrientes signan el escenario
nacional.

En un documento elaborado por los miembros del FPSM en el ciclo de Foros


organizados por el equipo técnico para la Promoción de Equidad para la Calidad de
Vida de la Alianza Patriótica para el cambio (2008) se manifiesta:

El nacimiento del Foro en Paraguay se inscribe en la historia del movimiento


antimanicomial latinoamericano, cuyos militantes, técnicos y usuarios, locos o no,
procuran y sostienen acciones hacia la construcción de ciudadanía, buscando de-
construir los muros literales y simbólicos con los cuales la ley, las instituciones y la
técnica asumen el mandato social de segregación de la locura. La clínica interesa a éste
movimiento cuando ella se construye actuando en el sentido contrario al de la exclusión.

Con una comprensión de la Salud Mental pensada desde “procesos de salud-


enfermedad ligados a la historia y a las condiciones de existencia humana. La Salud
Mental está primordialmente vinculada a la capacidad individual y social de modificar
las condiciones que limitan la vida”; y un posicionamiento político claro en lo que
respecta a la responsabilidad estatal a la hora de abordar las políticas relacionadas a
Salud Mental dirigidas no sólo a lo referido a lo médico sino también a lo social, desde
el Foro se proponen los siguientes objetivos: promover una tarea conjunta de
historización, contextualización y problematización de los conceptos y prácticas en
salud mental, que promuevan procesos de construcción y trasformación social; generar
debates sobre el pensamiento en relación a la salud mental que promuevan la
desmanicomialización entendiendo ésta como la toma de conciencia de los “muros que
limitan nuestro pensamiento”; y promover intercambios a nivel nacional e internacional,
entre distintos sectores de la sociedad y diferentes disciplinas de profesionales
implicados en su abordaje.

Desde su formación hasta el 2008 se realizaron diversas actividades con


participación del Foro, entre ellos: encuentros, talleres, foros, seminarios,
movilizaciones ciudadanas, elaboración de propuestas al gobierno; orientados a en
análisis de la realidad nacional en referencia a la Salud Mental, la defensa a los
Derechos Humanos, el apoyo al desarrollo de políticas públicas, la articulación de
movimientos de defensa a los Derechos Humanos y Derecho a la Salud, la denuncia de
ideas y prácticas manicomiales y la defensa de ideas y prácticas no manicomiales. Todo
esto articulado bajo las relaciones: Salud-Salud Mental- Derechos Humanos-
Construcción de Ciudadanía.

A partir de un encuentro realizado en mayo del 2008, se realizan una serie de


propuestas de implementación de carácter urgente al gobierno nacional desde el
Programa de la Alianza Patriótica para el Cambio, enmarcados dentro de las políticas
públicas de salud vigentes se planteó: Capacitar a los miembros de las Unidades de
Atención Primaria a la Salud considerando la historización, la conceptualización y que
promueva la problematización de los conceptos y prácticas en Salud Mental, el
fortalecimiento de actividades de prevención de la enfermedad y promoción de la salud
a partir de redes comunitarias. Realizar la Reforma Psiquiátrica aumentando inversiones
en Salud Mental, reduciendo la centralización de recursos y la capacitación, la
canalización de recursos a la creación y mantenimiento de dispositivos ajenos al
manicomio y de carácter comunitario orientados a la reinserción social. Iniciar de la
habilitación de camas para la atención en Salud Mental en los Hospitales Generales. Y
fortalecer los saberes y experiencias comunitarias en Salud Mental y la elaboración
participativa de la Ley de Salud Mental.

La creación de la Unidad de Salud Mental en Pedro Juan Caballero

Como ya se había visto en la primera parte del trabajo, en 1992 se crea la Unidad
de Salud Mental en el Hospital Regional de Pedro Juan Caballero, en un área reservada
para la atención de una posible epidemia de cólera que afectaba a la región, pero que no
alcanzó a tocar al Paraguay. Dicha unidad se puso en marcha a partir de la demanda
generada desde la Pastoral Social y la Pastoral Comunitaria de la Parroquia de San
Gerardo de la ciudad, en acuerdo con el Director Regional del Hospital y con el
acompañamiento de la Dirección Nacional de Salud Mental. (Ministerio de Salud
Pública y Bienestar Social, 1997)

En una entrevista personal, el Dr. Carlos Arestivo (2015) señala la importancia de


entender a la Unidad de Salud Mental como “un espacio donde hay que pensar cuáles
son los problemas que más aquejan y atentan sobre la Salud Mental” y realizarse
actividades terapéuticas. En la época de creación de la Unidad, el Dr. Arestivo ocupaba
el cargo de Jefe del Departamento de Salud Mental y acompañó el trabajo junto con un
Grupo Itinerante conformado por aproximadamente 25 profesionales de Asunción y 12
de Pedro Juan Caballero, entre ellos se encontraban psiquiatras, médicos, psicólogos,
enfermeros, representantes de organismos no gubernamentales y líderes comunitarios;
orientados hacia el logro de la “descentralización de la Atención Salud Mental y la
Reestructuración de la Atención Psiquiátrica”, trabajando con las problemáticas que
afectaban a la comunidad.

Se podría decir, que por los servicios que presta esta unidad (detallados en la
sección anterior), la misma tiene un enfoque de trabajo orientado no sólo a la atención
de la “enfermedad” sino también se desarrollan varias actividades de promoción de la
salud y prevención de la enfermedad, involucrando no sólo a la familia sino también a la
comunidad entera, contando con espacios en un medio de comunicación, realizando
visitas domiciliares, haciendo seguimiento y orientación a las familias de los usuarios y
usuarias de los servicios de atención en Salud Mental.
Se destacan como logros, a nivel institucional, la inclusión en el presupuesto
nacional del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de un rubro para la región
sanitaria a la que corresponde la Unidad, lo que permitió además la creación de una
farmacia destinada a satisfacer las necesidades de la comunidad.

La tentativa de un proyecto de ley de Salud Mental

En el año 1998 y en el marco del pase del Hospital Neuropsiquiátrico a


dependencias del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, se bosqueja lo que
sería uno de los primeros intentos de consolidar un proyecto de ley que regule el
quehacer dentro de la atención en Salud Mental a nivel nacional. Dentro de la misma se
plantea la Resolución N° 432 “Por la cual se crea el Instituto Nacional de Salud Mental,
como organismo dependiente del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social”, con
el fin de dirigir, coordinar y planificar el desarrollo, control y evaluación de los
programas y proyectos relacionados a la Salud Mental en todo el territorio nacional.

Dicha resolución propone la apertura democrática y sectorial de la salud,


rechazando la centralización de los servicios y recursos, y los abordajes asistenciales y
reclusorios, proponiendo enfatizar los modos de actuar desde la Atención Primaria a la
Salud con una mirada comunitaria e integradora.

Entre las funciones del Instituto Nacional de Salud Mental (INSAME) se


encontrarían: el diagnóstico de la situación de la Salud Mental en el Paraguay, la
formulación de un Plan Nacional de Salud Mental y la formulación y ejecución del
presupuesto institucional destinado a los servicios y programas de Salud Mental del
Ministerio, orientándose hacia la descentralización, la participación social y la
autogestión.

Citando el Artículo 3° de dicho documento por el cual se busca:

“Establecer como estructura básica del Instituto Nacional de Salud Mental, los
siguientes niveles y organismos: Nivel de dirección y organización (Dirección
general, Departamento de planificación y normas, Departamento de Recursos
Humanos, Centro de Datos y Administración), y el Nivel de Ejecución (Centro
Nacional de Atención en Salud Mental, Centro Nacional de Control de
Adicciones, Programa Nacional de Atención Primaria en Salud Mental).”
(Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, 1998, p.3)

Además se propuso el cambio de nombre del Hospital Psiquiátrico a Centro


Nacional de Atención en Salud Mental, focalizándose en la atención integral, la
rehabilitación social, los niveles de complejidad de los servicios, y a los derechos del
enfermo mental. Este proyecto, sin embargo, fue dejado de lado, quedando en el olvido.

La revisión de las Políticas de Salud Mental del 2002 y la de los planes de


Salud Mental del 2003

En el 2002, según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que


datan del 2006, la propuesta de las Políticas en Salud Mental elaborada por el Ministerio
de Salud Pública y Bienestar Social, desde la Dirección de Salud Mental, incluía los
siguientes componentes: (1) desarrollar un componente de salud mental en atención
primaria de la salud, (2) recursos humanos, (3) participación de usuarios y familias, (4)
defensa y promoción, (5) protección de los derechos humanos de los usuarios, (6)
igualdad de acceso a los servicios de salud mental entre los diferentes grupos, (7)
mejora de calidad, (8) sistema de evaluación. En cuanto a los planes de Salud Mental
revisados en el 2003 incluían una organización de servicios que implicara: (1) desarrollo
de servicios comunitarios de salud mental, (2) optimización de hospitales psiquiátricos
grandes, (3) modificación de hospitales psiquiátricos para brindar atención integral. En
ese momento, se previó que para el 2006 se habría presentado ante el Congreso de la
Nación un borrador de la ley de Salud Mental, hecho que no ocurrió.

Consideraciones finales

Habiendo expuesto eventos y propuestas enmarcadas en el periodo temporal que


inicia en el año 1896 y culmina con el 2003, y que podemos asociar a la historia de la
desmanicomilización en tanto representan formas de abordar la salud mental en nuestro
país. Como se ha manifestado anteriormente, la categorización de estas experiencias
como “demanicomilizantes” no se limita a las que llevan ese título de manera evidente,
sino que se las consideran por su relevancia en el oscilante trayecto hacia lo que hoy,
tímida e incipientemente comienza a cobrar cuerpo bajo ese título, y que se dilucida con
mayor claridad en la segunda parte de esta investigación.
En este corte, se pudo dar cuenta de la incidencia de procesos históricos en las
distintas formas de encarar el trabajo en el campo de la Salud Mental. Se tomaron en
cuenta, por ejemplo las consecuencias del régimen totalitario liderado por Stroessner y
los quiebres que este produjo no sólo a nivel general en la sociedad, sino también a
nivel particular en las propuestas emergentes en el campo, como las de las Ligas
Agrarias Cristianas o las Comunidades Terapéuticas dentro del Hospital Psiquiátrico de
Asunción.

Aún enmarcados en la dictadura de Stroessner, en la década del 60, se


establecieron diferentes departamentos e instituciones asociadas al Ministerio de Salud
Pública y Bienestar Social, como el Departamento de Salud Mental, el Movimiento Pro
Derecho del Niño Deficiente (DENIDE y el Centro Día “El puente”, lo que da cuenta
del interés de parte de ciertos actores y sectores afectados por problemáticas en el área,
acompañados de organismos estatales (el Ministerio de Salud Pública y Bienestar
Social, principalmente) por expandir por lo menos lo que hace referencia a los servicios
disponibles. En la misma línea, en lo que respecta al establecimiento de dispositivos, en
el sector privado se crea el Instituto Médico Psicológico (IMESI), un espacio de
atención y formación en el área. En estas propuestas, se destacan como figuras de gran
relevancia por sus aportes y participación los doctores Agustín Carrizosa Alfaro y
Andrés Rivarola Queirolo. Además, cabe señalar que en la misma década se abren las
primeras carreras de Psicología en las universidades Nacional de Asunción y la Católica
“Nuestra Señora de la Asunción”.

Con los primeros pasos hacia el retorno a la democracia, en un intento de


acompañar esa restitución, se instauró el Foro Permanente de Salud Mental. Así
también, la década del 90 trajo consigo la creación de la Unidad en Salud Mental en
Pedro Juan Caballero y la creación de un Proyecto de Ley, esfuerzos que podríamos
entender, incidieron en la creación de Políticas de Salud Mental en el año 2002.
Propuestas que manifiestan la apertura de las concepciones y abordajes en el área hacia
la integralidad y la accesibilidad de los servicios disponibles; así también dan cuenta de
la incorporación del campo jurídico en la compresión del sujeto que padece trastornos
mentales; se percibe además que dichas experiencias proponen descentrar la mirada
punitiva sobre el individuo y se orientan a comprender la problemática dentro del grupo
social en el que está inserto el sujeto. No se puede dejar de señalar la influencia de
propuestas como la Declaración de Caracas (1990) y los Principios para la protección
de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención en salud mental (1991), en
los acontecimientos ocurridos en el país antes mencionados.

La atención a la Salud Mental en el Paraguay se ha caracterizado históricamente


por el alto grado de centralización de los servicios que propone, lo que se deja ver con el
sostenimiento de la hegemonía del Hospital Psiquiátrico de Asunción, a pesar de la
creación de espacios alternativos o incluso de documentos como una política nacional.

El recuento elaborado expone el poco interés que demuestran tanto el Estado


como la sociedad en lo que respecta a la Salud Mental, si bien existieron propuestas
alternativas a la institucionalización, la mayoría de ellas fueron fragmentadas ya sea por
el mismo Estado represor o por la desidia de sectores más amplios de la sociedad.
Quedan así en los anales, intentos de proponer nuevos modelos, formas de comprender
y abordar la Salud Mental, un tanto aislados pero que no dejan de tener relevancia por
los aportes hechos en el área.

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Recuperación histórica de elementos fundadores de la desmanicomialización en

Paraguay. Parte II: 2003-2015

Resumen
Con la intención de realizar una recuperación de los datos históricos que hacen
referencia a la “desmanicomialización, mediante una revisión histórica centrada en la
recolección de información bibliográfica y la realización de entrevistas personales, se
presentan eventos que abarcan el periodo del 2003 al 2015 referidos a experiencias que
marcan avances y retrocesos referidos al tema. En esta sección se toman como eventos
iniciales y finales respectivamente, el paso de la Cátedra de Psiquiatría de la
Universidad Nacional de Asunción a una dependencia dentro del Hospital de Clínicas, y
la formación de “Noimbái: desmanicomializando acá”, un grupo de debate acerca de la
temática. Se exponen diferentes experiencias y acontecimientos referidos a distintos
modelos de abordaje en la salud mental, y sus contribuciones en el área.

Palabras Clave: Recuperación histórica, Experiencias en Salud Mental,


Desmanicomialización, Salud Mental en Paraguay, Parte II.

Abstract

In order to recover historical information that refers to "desmanicomialización, by


means of a review centred on the compilation of bibliographical information and
personal interviews, are submitted events dating from 2003 to 2015. These experiences
are the Chair of Psychiatri’s from Asunción’s National University, and the constitution
of “Noimbái: desmanicomializando acá”, respectively. There are exposed experiences
and events referred to different models of boarding in the mental health area, and mark
advances and setback referred to “desmanicomialización”.
Key words: Historical recovery, Experiences in Mental Health,
Desmanicomialización, Mental Health in Paraguay, Parte II.

Retomando la tarea de recoger el camino seguido para la construcción de

miradas desmanicomializantes en la actualidad del Paraguay, exponemos la

cronología de lo que consideramos hitos dentro de las distintas experiencias en el

campo de la Salud Mental en el país, atendiendo a que esto no se podría de

ninguna manera limitar a las modificaciones en formas de abordar la atención en

el área sino, comprendiendo los componentes históricos que determinan cómo nos

posicionamos frente a la Salud Mental y la desmanicomialización en el Paraguay.

Cabe agregar que se entiende a la desmanicomialización, en el marco de

este trabajo. Faraone (1993), la define como el conjunto de experiencias llevadas

a cabo por grupos políticos y técnicos cuyos objetivos simbolizan una redefinición

de las prácticas en el área de la salud mental y que se oponen a la Institución

Psiquiátrica o manicomio como instancia de cronificación, segregación y custodia

más que como herramienta terapéutica. Entonces, se conceptualiza a la

desmanicomialización como una construcción cooperativa entre sujetos

provenientes de diferentes ámbitos, con saberes y prácticas diversas, buscando

formar redes solidarias para legitimar las diferencias con los otros y no

simplemente disgregarlas. Así, se la comprende como una tarea a realizar que

implica reflexionar sobre nociones preestablecidas como la salud o la enfermedad

mental, cuestionar las nociones de rehabilitación y reinserción social implicando

no sólo a los profesionales del área sino también a la sociedad, buscando incidir
colectivamente a nivel político, cultural y económico en el desarrollo de políticas

públicas que apunten al rescate la subjetividad de la persona que emplea, en

determinado momento de su vida, servicios de atención en salud mental; optando

por la creación de dispositivos alternativos al hospital monovalente.

En este segmento, tomamos como periodo el que se inicia con el traspaso

de la Cátedra de Psiquiatría en el 2003, y cerramos con la experiencia grupal que

data del 2015, “Noimbái: desmanicomializando acá”.

La cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad


Nacional de Asunción en el Hospital de Clínicas.
El Dr. Arce, en una entrevista personal realizada en el 2015, comenta que
inicialmente la cátedra de Psiquiatría correspondía al Hospital Psiquiátrico de Asunción.
Y se remonta a los inicios de la institución como hospital especializado, refiriendo parte
de la historia de la misma cuando comenta acerca de la renuncia de uno de los primeros
directores, el Dr. Isaac Cegla y la asunción del Dr. Morínigo Escalante como sucesor.
El Dr. Julio Morínigo Escalante se constituyó como director de la institución y
también asumió la jefatura de la Cátedra de Psiquiatría ya que en ese entonces, la misma
dependía del hospital. Tras varios años de gestión, el mismo se vio obligado a renunciar
luego de conflictos con el sindicato de profesionales del hospital, por denuncias sobre
su administración. Entre las exigencias del personal del nosocomio se incluía el traspaso
de las dependencias del hospital de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad
Nacional de Asunción, al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, provocándose
un quiebre entre el Hospital y la Cátedra. Durante los distintos periodos de
administración por parte de diferentes directores, la cátedra no contó con un espacio
físico en que se pudieran realizar los trámites y gestiones correspondientes a la misma.
Siendo la Cátedra de Psiquiatría parte de la Facultad de Ciencias Médicas, asume
la jefatura el Dr. Andrés Arce, en el año 2003 tras haber ganado el concurso
correspondiente para suceder al Dr. Morínigo Escalante. Además, el Dr. Arce se
constituye como jefe de la cátedra de Psicología Médica, correspondiente a la formación
básica en psiquiatría que los estudiantes de la Universidad Nacional deben adquirir. Uno
de los primeros objetivos del reciente jefe fue el de contar con un espacio físico propio
para las prácticas de la cátedra, por lo que solicita un espacio en desuso fuera de las
dependencias del Hospital de Clínicas, en ese entonces ubicado en Asunción. El mismo
fue otorgado tras varios pedidos personales del Dr. Arece al entonces director de
Clínicas y tuvo que ser restaurado con esfuerzos que implicaron donaciones de varios
sectores. El Dr. Arce comenta que para la inauguración del servicio, además de los
residentes, solicitó a la dirección la contratación de otros profesionales como una
psicóloga y una enfermera.
En julio del 2014, la cátedra se traslada nuevamente, esta vez a dependencias del
antiguo Hospital Materno Infantil de San Lorenzo, hoy Hospital de Clínicas.
Actualmente, desde la cátedra se dirigen los siguientes servicios: consultorios
externos, internación, atención en psiquiatría y psicología clínica infanto-juvenil,
psiquiatría de enlace, psiquiatría comunitaria y extensión universitaria.
El Dr. Martín Moreno (2015), quien presta servicios en el Hospital de Clínicas, en
una entrevista recogida a través de un medio digital, ratifica la importancia de trabajar
desde un hospital polivalente como el de Clínicas, haciendo psiquiatría de enlace y
trabajando sobre la conciencia médica de la enfermedad mental. “Aquí trabajamos
mitigando el estigma y la exclusión”. Añade además que se realiza un trabajo ya desde
el año 2003, con un enfoque sustentado en la desmanicomialización. “Hay pasantías por
comunidad, pasantías por enlace, por niños, por adicciones, por consultorio externo, que
son distintos espacios donde los médicos en formación no tienen un monopolio de
locura incontrolable y encierros como una manera represiva”.

Las intervenciones posteriores al incendio de Ycua Bolaños


El 1 de agosto del 2004 se produjo un feroz incendio en el supermercado Ycua
Bolaños del barrio Trinidad de Asunción. Según información publicada en varios
medios de prensa, fallecieron alrededor de 400 personas y más de 500 resultaron
heridas. Según Moreno (2005) “el Ycua Bolaños marca un antes y un después para el
desarrollo de la psicología comunitaria en el Paraguay”, representa un vuelco en la
mirada de intervención en crisis desde el territorio.
A partir de una entrevista con la Lic. Marta Martínez (2015) sabemos de la
formación de un equipo interdisciplinario de Salud Mental que trabajó en desde un
abordaje comunitario en las zonas cercanas al lugar del incendio, bajo la coordinación
del consultor por la OMS/OPS Sebastián Bertucelli. La intervención se basó en “la
construcción de redes de servicios de Salud Mental post-catástrofe”, aplicando el
sistema de Información Geográfica (GIS) que traza un radio desde el centro de la
catástrofe y determina dónde se localizan las viviendas de los afectados para realizar
abordajes en las mismas. (Panero, 2005). Con respecto a esto, afirma Bertucelli:
“En dos meses sacamos la gente de las instituciones centralizadas a terreno, en
micro-áreas, en los barrios de Asunción donde vivían los afectados, tierra adentro. Este
diseño político desde la concepción de redes, los puso en contacto con el pueblo desde
el primer día, sin reuniones intermedias discursivo-deliberativas…Estaban
desarraigados en instituciones psiquiátricas, ahora pueden compartir verdaderamente la
tarea de búsqueda de salud post catástrofe con su pueblo. No te cambia
una metodología, lo que te cambia es el pueblo.”(Bertucelli, 2015).
En una entrevista personal, Bertucelli expone que se trabajó con equipos de más
de 60 con profesionales capacitados, entre ellos: psiquiatras, psicólogos y trabajadores
sociales, que se agruparon en equipos de a dos para abordar un determinado número de
casos, por zona. Afirma: “cuando llegué se estaban (en referencia a los profesionales)
matando con discusiones teóricas y habían como 10 suicidios por día, entonces yo
busqué desconcentrar la atención hacia los barrios, primero salir a territorio y después
buscar entendernos (a nivel teórico)”. Al relatar la experiencia, Bertucelli describe que
los profesionales se encontraban como “ausentados, cada uno sobreviviendo”.
Al hablar del modelo de abordaje, el consultor, menciona que se trabajó con una
“Psiquiatría de sector”, desde un enfoque comunitario, con mapeos geográficos, equipos
de trabajo, desde una mirada ecológica y realizando visitas a los domicilios de los
afectados.
Durante la intervención, se contó con el apoyo del Ministerio de Salud Pública y
Bienestar Social, la Dirección Nacional de Salud Mental y la Organización de las
Naciones Unidas. Se realizó una primera evaluación de la situación en enero del 2005,
después de afrontar las fiestas de fin de año y tras varias visitas mensuales de
seguimiento, Bertucelli comenta que encontró que los equipos ya estaban direccionados,
finalizando así su intervención.
Además se sabe del acompañamiento por parte de varias entidades como la
Organización No Gubernamental “Fundación Andrés Rivarola Queirolo”
(F.U.N.D.A.R.), orientando actividades para la reparación social ante el hecho.

Las reformas hechas en el Hospital Psiquiátrico de Asunción tras denuncias de la


Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Denuncias realizadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) sobre las violaciones de los derechos humanos de pacientes del Hospital
Psiquiátrico en el 2003, provocaron como reacción de las autoridades del nosocomio,
realizar reformas en el mismo. (Airaldi, 2014)
Entre los reclamos citamos el documento elaborado por la CIDH en el año 2003:
La información disponible describe las condiciones sanitarias y de seguridad en dicho
Hospital como inhumanas y degradantes y como una amenaza a la integridad física,
mental y moral de los pacientes. La información recibida llama la atención sobre
instancias en las cuales pacientes allí internadas habrían sido víctimas de violación con
resultado de embarazo. Se indica también que en sus instalaciones se mantenía a niños y
niñas internados junto a adultos. En este contexto, se señala que dos jóvenes a de 18 y
17 años, respectivamente, habrían permanecido internados por más de cuatro años en
diminutas celdas de aislamiento, desnudos y sin acceso a los sanitarios. En vista del
riesgo para los beneficiarios, la Comisión solicitó al Estado paraguayo la adopción de
medidas para proteger la vida y la integridad física, mental y moral de los jóvenes y de
los 458 pacientes internados en el Hospital Psiquiátrico de Paraguay, incluyendo la
elaboración de un diagnóstico médico de su situación, con especial atención a la
situación de mujeres y niños. (Airaldi, 2014)
Se solicitó asimismo restringir el uso de celdas de aislamiento a las situaciones y
bajo las condiciones establecidas en los parámetros internacionales sobre la materia.
(CIDH, 2003).
En el 2005, se firmó un acta de compromiso entre el Estado paraguayo y
representantes de organizaciones no gubernamentales Mental Disabilities Rights
International (MRDI) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL).
Mediante dicho documento, el Gobierno se comprometió a realizar reformas en el
sistema de Salud Mental que incluían la desinstitucionalización gradual, reducción del
número de internados, fortalecimiento paralelo de los servicios de salud mental de base
comunitaria y promulgación de una ley garante de los derechos de las personas con
trastornos mentales (ABC Color, 2005)
De nuevo, en el 2008, ante el incumplimiento de los compromisos ante las
medidas cautelares y las condiciones de vida de los usuarios de la Institución, la CIDH
otorgó nuevas medidas cautelares. Las mismas fueron solicitadas por el Centro por la
Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y la Mental Disability Rights International
(MDRI). (Chase y Heikel, 2010).
Se expresa que en la solicitud de medidas cautelares se alega la ocurrencia de
hechos de violencia física y sexual contra los pacientes del Hospital. Se alega también
que no se habrían adoptado medidas efectivas para esclarecer los hechos de violencia y
para la protección de los pacientes. Tras una serie de solicitudes de información a las
partes, la CIDH tomó conocimiento que en mayo y junio de 2008 se habría reportado la
muerte de dos pacientes, así como actos de abuso sexual y de violencia en el Hospital.
La Comisión solicitó al Estado de Paraguay adoptar las medidas necesarias para
garantizar la vida y la integridad física de los beneficiarios, en especial para prevenir la
ocurrencia de nuevos actos de violencia física y sexual al interior del Hospital. También
solicitó al Estado informar sobre las medidas adoptadas para investigar los hechos.
(Airaldi, 2014, )
Varios documentos señalan que estas reformas sólo fueron edilicias. Las medidas
cautelares fueron levantadas recién en el año 2010. (Ministerio de Salud Pública y
Bienestar Social, 2009)

La instauración del Programa HAVISO y la creación de Hogares sustitutos


En el año 2006 se inicia el Programa para las “Habilidades la Vida Social”,
diseñado para que los internos del Hospital Psiquiátrico sean capaces de realizar labores
que les servirán en su vida cotidiana, a él acceden usuarios que presentan mejorías y
están preparadas para ser dadas de alta, pasando, como parte del programa, por un
periodo de entrenamiento y evaluación que dura tres meses aproximadamente. (Cáceres
y Portillo, 2012).
Tras la Resolución S.G. N°273 con fecha del 18 de diciembre del 2003 se aprueba
la Reforma de la Atención de la Salud Mental como instrumento de conducción de
procesos preventivos y reformas en el Hospital Psiquiátrico, que incluye la creación de
los Hogares sustitutos, enmarcados en el Proyecto Piloto de Servicios Basados en la
Comunidad. (Chase y Heikel, 2010)
El paso siguiente a la participación en el programa HAVISO, sería la posibilidad
de constituirse en uno de los 6 Hogares Sustitutos, dependientes del Ministerio de Salud
Pública y Bienestar Social. Según un informe periodístico elaborado por Patricia Lima
en el 2008, “en un año, el Hospital Neuropsiquiátrico redujo en un 30% el número de
internados, pasando de 460 a 311 pacientes”
En la Política Nacional de Salud Mental (2009, pp. 35) se expresa:
“Los Hogares Sustitutos están orientados para acoger a personas con
trastornos mentales que no tienen las posibilidades de vivir de forma
independiente y que, por diversos motivos, especialmente económicos,
no cuentan con el apoyo de sus familias. Pretenden posibilitar una vida más
sana e integrada, devolviendo a las personas con trastorno mental la
posibilidad de pensarse como tales y de incorporarse de la mejor manera
posible, a la vida comunitaria”

Los Hogares Sustitutos tomaron inicialmente como modelo algunas propuestas de


las Aldeas Infantiles SOS, cuyo concepto familiar de atención se basa en cuatro
principios pedagógicos fundamentales: la mamá, los hermanos, la casa y la aldea.
(Chase y Heikel, 2010)
Según Cáceres et. al. (2012), desde el 2009 hasta marzo del 2012, 53 usuarios se
encontraban viviendo en los hogares sustitutos en las ciudades de Limpio, Luque, y
Gran Asunción (Departamento Central) y dos en el interior del país, en San Ignacio y
Hernandarias. Cada hogar contaba con dos encargados que funcionaban como padres
sustitutos, capacitados para la atención de los usuarios, percibiendo salarios provistos
por estamentos estatales, entre los profesionales que cumplen sus funciones en estos
hogares, se cuenta con dos enfermeros, un psiquiatra, un psicólogo/a y un trabajador o
trabajadora social que realizan visitas semanales para observar el desarrollo de los
usuarios del servicio. Las autoras destacan el poco acompañamiento familiar y el
prejuicio de la sociedad como factores que dificultan la reinserción social de los y las
usuarias.
El programa HAVISO pasa de depender del Hospital Psiquiátrico al Instituto de
Bienestar Social del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) en el año
2013, rompiendo vínculos con el departamento de rehabilitación de dicha institución,
por lo que los usuarios de la misma ya no son directamente derivados a los Hogares
Sustitutos.

El lanzamiento de Tavyrai Renda – Cuentos para desmanicomializar


En el año 2008 se realiza el lanzamiento de “Tavyrai Renda”, obra del Dr. Martín
Moreno, médico psiquiatra que trabajó más de 20 años en el Hospital Psiquiátrico,
además de colaborar con muchos espacios de atención y promoción a la Salud Mental
en el país.
El texto reúne 21 cuentos, relatos anecdóticos, reflexiones y narraciones prosaicas
abarrotadas de emoción, que reflejan la realidad vivida por los usuarios, las usuarias y el
personal dentro del Hospital Psiquiátrico. El texto, denuncia violaciones a los derechos
humanos, la violencia institucional que empaña el funcionamiento de la institución y la
desidia estatal y social en un periodo en el que el centro se encontraba aún bajo la
amenaza de las medidas cautelares señaladas anteriormente en relación a estas
transgresiones a la dignidad humana.
Además, los relatos buscan de alguna manera visibilizar la cuestión acerca de la
atención en Salud Mental en el país, haciendo un llamado a la reflexión a nivel
institucional, comunitario, social y político. Representa, para el autor, según sus propias
palabras una “invitación para compartir estos relatos pues de ese lugar (del manicomio)
también se puede salir en forma colectiva, dándonos la oportunidad de volver y
derrumbarlo juntos”.

El inicio del gobierno de Fernando Lugo con la Alianza Patriótica para el Cambio.
En abril del 2008, se produce un quiebre histórico a nivel político en el Paraguay,
tras más de 60 años de hegemonía del Partido Colorado en el gobierno, gana las
elecciones la Alianza Patriótica para el Cambio, la unión de partidos de ideología de
tendencia socialista y socialdemócrata, incluido el Partido Liberal Radical Aunténtico.
Fernando Lugo fue electo así presidente.
Con propuestas orientadas a la proposición y el desarrollo de políticas de Estado
destinadas a proteger y fortalecer los derechos humanos, la igualdad y la equidad, la
Alianza Patriótica para el Cambio contaba con una propuesta innovadora en el ámbito
de la salud, las Políticas Públicas para la Calidad de Vida y Salud con Equidad del
Gobierno Paraguayo con los objetivos siguientes:
Garantizar el acceso universal, equitativo y gratuito a la atención sanitaria tanto en
las Unidades de Salud de la Familia como en el resto de los servicios del sistema o
Disminuir las vulnerabilidades y fragilidades sociales mediante cambios en la
capacitación de la comunidad o
Reducir la exposición a riesgos mediante cambios en los determinantes sociales y
ambientales de la salud o
Mejorar los mecanismos y las oportunidades de participación de la población. o
Combatir la pobreza y erradicar muertes y enfermedades innecesarias, es decir, es la
herramienta fundamental para mejorar los índices sociosanitarios de nuestro
país.(Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, 2009).
Entre los principales logros en el ámbito de la salud se destacan el desarrollo de
las redes de Atención Primaria a la Salud y la lucha por la gratuidad de la atención.
Con respecto a la gratuidad de la salud, que benefició sobre toda a los sectores
más empobrecidos de la sociedad paraguaya, constituyó un salto trascendental en el
sentido de implantar en el país un sistema de salud gratuito y de cobertura universal. Es
probable que se hayan presentado deficiencias en el marco de su aplicación, pero a
nadie escapa que el proceso abierto resultaba esperanzador. (Paredes, 2012)

La ideación de la nueva Política Nacional de Salud Mental (2011-2020)


En el año 2010, según el documento provisto por el Ministerio de Salud Pública y
Bienestar Social (2011) acerca de la Política Nacional de Salud Mental, se realizaron 3
foros a nivel nacional, en las ciudades de Pedro Juan Caballero, San Juan Bautista y
Asunción. En ellos participaron profesionales de la salud, miembros de la sociedad
civil, universidades, municipalidades, gobernaciones, asociaciones de familiares y
voluntarios de Salud Mental, y a partir de ellos se redactó la hoy vigente política de
Salud Mental. Orientada por las Políticas Públicas para la Calidad de Vida y Salud con
Equidad, propuestas por el gobierno nacional, esta política busca romper el modelo
asistencialista para pasar a un modelo promocional de la salud en la que se respeten los
derechos de la persona y los principios de universalidad, integralidad, equidad y
participación social.
Se manifiesta en la Política propuesta por Ministerio de Salud Pública y Bienestar
Social (2011, pp.15):
“Esta Política Nacional de Salud Mental apunta a la superación del
modelo hospitalocéntrico-manicomial, proponiendo un abordaje
comunitario de la salud mental, basado en el respeto a los derechos
humanos, en el trato humanizante y la participación social para la
construcción y el ejercicio de la ciudadanía de las personas con y sin
trastornos mentales. Para la reinserción de la propia comunidad, evitando
el estigma, el encierro y el desarraigo. De esta forma, el proceso de
desmanicomialización cultural, edilicia y presupuestaria, y la aprobación
paralela de un abordaje integral y comunitario son los ejes vertebradores
de esta política”.

Inspirada en varias experiencias a nivel internacional (la desmanicomialización de


Basaglia en los años 70, el Movimiento Solidario en SM de América Latina, las
experiencias de Rio Negro y Rio Grande do Sul en los 90, la Declaración de Caracas en
1990 y los “Principios para la protección de los enfermos mentales y el mejoramiento
de la atención en salud mental” en 1991), la nueva política está orientada a quebrar el
modelo hegemónico, instaurando prácticas que fomenten la participación comunitaria,
valorizando los saberes y prácticas populares que desarrollen capacidades que
garanticen la autonomía, la rehabilitación y la reinserción social. (Ministerio de Salud
Pública y Bienestar Social, 2011).
Se entiende, desde este punto de vista que, gozar de salud mental es un concepto
positivo, es decir, que no implica solamente la ausencia de trastorno mental o
sufrimiento psíquico, también implica la equidad de oportunidades en el acceso a la
cultura, el ocio, el empleo, el deporte, la vivienda, etc. Se concibe al sujeto como un ser
bio-psico-social, teniendo en cuenta su subjetividad y se busca una atención con los
siguientes valores: respeto a la vida y la diversidad; humanización de la atención,
calidad, responsabilidad, competencia, solidaridad, perseverancia, confidencialidad.
(Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, 2011).
Se propone desde esta política (2011) realizar acciones que impliquen la atención,
la prevención, la educación y la rehabilitación en Salud Mental, promoviendo la
autosuficiencia y autonomía económica, política y física.
Como directrices para materializar las propuestas, se tienen las siguientes: partir
de las necesidades en calidad de vida y salud, cambiar el modo de atención, asumir un
nuevo modo de gestión y participación social y utilizar una lógica de trabajo
transectorial. Se concibe como fundamental garantizar el derecho a la salud, impulsar la
desmanicomialización pasando a un modelo comunitario, desmanicomializar el
presupuesto y garantizar la continuidad del cuidado dentro de la comunidad por medio
de las Redes Integradas de Salud (caracterizadas en la sección anterior), impulsar la
formación de profesionales.Por añadidura, se propone un modelo que sólo concebirá
una internación hospitalaria involuntaria bajo las siguientes condiciones:
“Que la persona con trastorno mental en situación de crisis haya rebasado
las posibilidades de contención de la red comunitaria”.
“Que la persona tenga un diagnóstico comprobado por un equipo de
salud”.
“Que dicho trastorno conlleve situaciones de riesgo para sí mismo y/o para
terceros”, y
“Que, en caso de no instaurarse un tratamiento con carácter urgente, el
deterioro que pueda sufrir la persona sea potencialmente irreversible”.
(Ministerio de Salud Pública y Bienestar social, 2011, pp.34)

El abordaje emancipatorio desde Psicoróga


En el 2009, surge el espacio autogestionado denominado PSICORÓGA, a partir
de una experiencia de reducción de daños con usuarios de “crack” en el Bañado Sur de
Asunción. Rodrigo Rojas y Federico González (2014), psicólogos que iniciaron la
experiencia, la definen como “el brazo asistencial de un grupo de militancia política que
trabaja de manera directa y conjunta con sectores organizados del Bañado Sur”.
Entendiéndose así que el trabajo realizado, que persiste en la actualidad, no sólo aborda
la problemática desde el punto de vista psicoterapéutico o de tratamiento
exclusivamente, sino que busca comprender el complejo tejido social, económico y
cultural que hacen al consumo de sustancias.
Desde esta mirada de la problemática, los autores sostienen que:
“El abordaje de reducción de daños en Bañado Sur, tiene entonces un carácter
anti-prohibicionista, entendiendo que la problemática del consumo de drogas no
es analizable sino dentro de un entramado de relaciones sociales de poder (en
términos foucaultianos), de exclusión económica-política (en términos marxistas)
y de marginalidad cultural (en términos bourdianos)”. (Gonzáles y Rojas, 2014,
pp. 108)
A partir de este trabajo, según se expone en la obra citada, tanto el equipo de
reducción de daños, como los usuarios y sus familiares sintieron la necesidad de contar
con un espacio físico en el que puedan desarrollar actividades.
El abordaje del equipo es multidisciplinario, e incluye el Consumo Cuidado, la
Ampliación de la Vida y la Organización Social y Comunitaria. Pasaremos a exponer
qué implica cada una de esas instancias de trabajo.
- Consumo cuidado: se relaciona con las intervenciones orientadas a
reducir los daños ocasionados por el uso del “crack”, a partir de encuentros
grupales se elaboran técnicas que apuntan a la interrupción prolongada, la
disminución o sustitución del “crack” por sustancias menos dañinas.
- Ampliación de la Vida: se busca generar alternativas al consumo de
drogas, entre estas actividades se incluyen el deporte, la cocina comunitaria,
paseos, laborterapia (construcción de la plaza, comercialización de productos de
limpieza, elaboración y comercialización de licores).
- Albergue transitorio: sirve como un espacio en el que, desde Psicoroga,
se puedan suplir necesidades básicas como la vivienda temporal, alimentación,
higiene y techo.
En el curso de la experiencia, los familiares, primordialmente las madres, no sólo
formaron parte de las intervenciones sino que además se cohesionaron en una
organización denominada “Madres Luchadoras por la Salud de sus Hijos”.
Desde esta experiencia, se aboga por una atención en salud descentralizada,
orientada a desarrollar procesos territoriales que incluyan realmente a la comunidad
ajustándose a un enfoque que contenga las necesidades de la población en particular y
además que esté enfocada en el respeto por los derechos humanos.
El proyecto de Psicoróga es impulsado desde la organización no gubernamental
Enfoque Territorial, que brinda su apoyo con los trabajos de campo pero no lo finanza.

El andar de Clinitaria
“Clinitaria: andando, de a chiquito, con la gente”, (2011), la obra encarnada a
través del representante de un colectivo de jóvenes profesionales y estudiantes del área
de Salud Mental, Agustín Barúa, médico psiquiatra y antropólogo, relata el producto de
un transcurrir de aproximadamente 6 años en el abordaje comunitario de la Salud
Mental. Enmarcados dentro de las nuevas políticas públicas, fundados desde el abordaje
de la Atención Primaria a la Salud y personificados con los Equipos de Salud de la
Familia y agentes comunitarios emprendieron tareas de acompañamiento clínico en
Salud Mental.
El colectivo trabajó con ESF en San Blás, San Miguel, San Francisco, Virgen de
Fátima, Luján, San Felipe, Tacumbú, San Alfonso, Roberto L. Petit y Republicano,
todos estos, barrios de la capital de la república. Se caracteriza la labor del grupo por
medio de los acompañamientos llevados a cabo en el Bañado Sur (San Blás y San
Miguel). (Barúa, 2011). Cabe señalar que ésta es una zona que se encuentra a orillas del
Río Paraguay, ubicándose en el sector el vertedero de la ciudad, “Cateura”.
El trabajo grupal se daba por encuentros en territorio, se realizan entrevistas en las
que se hacía “énfasis en la versión que la persona tiene de la situación, en sus partes
sanas (sueños, intereses, redes de apoyo, vínculos de confianza)”, además se
entrevistaba a personas cercanas al sujeto y al agente comunitario, a partir del cual se
creaba un “plancito” orientado a reestablecer vínculos, promover recursos sanos y
disminuir el uso de psicofármacos. Gracias al contacto con la cátedra de Psiquiatría de
la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción, se podía brindar
atención a casos de urgencia las 24 hs a partir de contactos telefónicos. (Barúa, 2011)
Atendiendo a las preocupaciones de la comunidad se tuvieron emergentes que
incluían violaciones de los derechos de las mujeres, conflictos de relacionamiento entre
escuelas y el barrio, atención a la salud mental de docentes, acompañamiento a
asentamientos y conflictos vinculados al consumo de drogas, específicamente el
“chespi” (crack). Ante la última problemática, se realizaron diferentes actividades como:
la “mesa de chespi”, un espacio de relflexión; la conformación de equipos de reducción
de daños; grupos de allegadas, como grupos de interayuda entre los allegados de los
consumidores de la droga; acompañamiento de lo juvenil, buscando romper el estigma
del consumo; y acompañamiento psicológico y psiquiátrico. (Barúa, 2011)
En una segunda parte de la obra colectiva “Clinitaria”, se expone un intento de
teorización de las prácticas llevadas a cabo por los involucrados, que además explicita
una percepción de la salud comunitaria como un proceso que implica nociones
vinculares y por principios que enfatizan lo transdisciplinario, lo intercultural, la opción
por lo popular, y por último, principio en el cual detendremos la atención, lo
antimanicomial. (Barúa, 2011)
Desde la mirada de Barúa y el colectivo (2011), se entiende lo manicomial a partir
de la estigmatización “como descalificación de la diferencia”, el encierro como “lógica
de respuesta básica para esta concepción de lo loco; esto, fundamentado en la idea de
peligrosidad” y la discriminación por clase social.
Surge así un nuevo planteamiento acerca del abordaje de la Salud Mental en el
país, buscando la horizontalidad, la participación comunitaria, el quiebre con el modelo
médico hegemónico y la prevalencia de saberes academicistas, abordando no sólo la
cuestión biológica, sino también la psicológica, la social y la política.

La destitución de Fernando Lugo


En junio del 2012 la Cámara de Diputados de Paraguay aprueba casi por
unanimidad el inicio de un juicio político contra Fernando Lugo, alegando su
responsabilidad y “mal desempeño en sus funciones” ante el caso de la Masacre de
Curuguaty, que resultó en la muerte de 17 personas y alrededor de 50 heridos producto
de un enfrentamiento relacionado a los históricos conflictos por la tierra en el país.
(Paredes, 2012). Ante tales eventos, asume casi inmediatamente la presidencia el
entonces vicepresidente Federico Franco.
Tras el juicio político y la destitución de Lugo, considerado también como un
golpe de estado parlamentario, las políticas y planes propuestos desde la Alianza
Patriótica para el Cambio y previamente citados, quedaron paralizados. En referencia a
esto, se cita al Informe de Derechos Humanos en Paraguay (2014):
“Aquel hecho es del todo relevante debido a que el mencionado gobierno de facto,
en el sector de salud, discontinuó el proceso de implementación de las políticas
públicas, desacreditando sus principios y avances y volviendo a instalar prácticas
hospitalocéntrica y medicalizadas, además de viejas prácticas prebendarias de creación
y distribución de cargos… Las direcciones generales de Programas de Salud y
Vigilancia de la Salud, que tenían a su cargo la gran mayoría de los programas verticales
que atendían a las personas, iniciaron un proceso de transversalización de éstos,
proponiendo una reestructuración con base en las etapas del ciclo de vida y proyectos
para el desarrollo y la preservación de la autonomía ante eventos en la esfera de la salud
mental, las enfermedades infecciosas transmisibles, las enfermedades crónico-
degenerativas no transmisibles, lesiones de causa externa, salud sexual y reproductiva y
salud buco-dental. Todos los procesos citados quedaron truncos el 22 de junio de 2012,
pudiéndose afirmar que durante el periodo analizado en el presente no se registró
ningún avance hacia los objetivos de la reforma institucional a partir de los programas
de salud”.
Cabe mencionar que las Políticas Públicas para la Calidad de Vida y Salud con
Equidad siguen vigentes ya que ni el gobierno de Federico Franco, ni el de Horacio
Cartes hicieron modificaciones al mismo.

Las desmanicomialidades
La obra del Dr. Moreno, publicada en el 2013, representa una crítica a los
dispositivos manicomiales empapados de violencia, marginación y desidia. En este
texto, denominado “Desmanicomialidades. Cuentos, divagues, delirios”, el autor
comparte una porción de las experiencias vividas tras largos años de labor en el Hospital
Psiquiátrico de Asunción. Surge como una especie de continuación de su obra anterior
“Tavyrai renda”, con una impronta por demás crítica con los modelos de atención en
Salud Mental centrados en el hospital monovalente, donde persiste el encierro, la
violencia y el estigma.
El texto reúne relatos sobre las denuncias realizadas contra el Hospital
Psiquiátrico por tratos deshumanizantes, las primeras experiencias con el programa
HAVISO y su cancelación, los primeros pasos con los Hogares Sustitutos, los sucesos
ocurridos con el incendio del supermercado Ycua Bolaños, los abordajes comunitarios
en el Bañado Sur y otros sentires y experiencias del autor.

“Los locos de afuera”


A principios del 2013 surge una convocatoria para participar en la construcción de
un colectivo que acompañe desde varios proyectos a las personas internadas en el
Hospital Psiquiátrico de Asunción. El mismo surge a partir de un encuentro de Arte y
Rehabilitación del que formaron parte personas vinculadas al Departamento de
Rehabilitación del Hospital, en conjunto con Alberto Saba, creador del Frente de
Artistas del Borda. Inspirados en el mismo, se buscó conformar un espacio en el que
arte como herramienta de militancia, así también se conformaron espacios para debatir
posturas acerca del Hospital Psiquiátrico. El mismo persistió por unos meses, sin
embargo, por la falta de convocatoria fue disolviéndose de a poco.

La salud mental en Paraguay y su “sesgo clasista”. El informe de la Coordinadora


de Derechos Humanos del Paraguay.
Con la participación de varias organizaciones sociales, en el 2014, se lanza el
informe sobre los Derechos Humanos de la CODEHUPY (Coordinadora de Derechos
Humanos del Paraguay), donde se insiste en el flagelo de la desigualdad como factor
determinante para comprender la salud mental y su atención, en el país.
En dicho informe se señala que el presupuesto destinado al Hospital Psiquiátrico
de Asunción, para el año 2012, es de 26.129.802.062 guaraníes; y el presupuesto para el
Centro Nacional de Adicciones es de 6.612.378.966 guaraníes.
En el documento, se presenta un panorama acerca de las instituciones públicas
como signadas por la patologización, lo manicomial y lo represivo; esto se verifica en el
hecho de que “tanto en el Hospital Neuropsiquiátrico como en la Cátedra de Psiquiatría
del Hospital de Clínicas, el tratamiento está relacionado a la funcionalidad de la
persona, y es tratada con medicación psiquiátrica en casi la totalidad de los casos”.
(Cordinadora de Derechos Humanos Paraguay, 2014)
También se señala el desarrollo de los programas de Atención Primaria a la Salud,
como herramientas para contrarrestar de alguna manera los efectos de la marcada
institucionalización, sin embargo, no deja de hacerse notar el detrimento de la calidad
de los servicios a medida que avanza el gobierno del actual presidente Horacio Cartes.
Dentro de ese marco, se propone desarrollar la participación comunitaria, el
enfoque en los derechos humanos y la promoción de un modelo que no encierre,
segregue ni patologice.

El “manicomio” de los crónicos


En el marco de la campaña comunicacional “Yo no discrimino”, apoyando el
proyecto de ley contra toda forma de discriminación, de la organización Amnistía
Internacional, los doctores Martín Moreno y Julio Torales realizaron una nota con el fin
de visibilizar la situación de la salud mental en el Paraguay, más particularmente en lo
que respecta al Hospital Psiquiátrico de Asunción.
En la nota, se relata la elaboración en colaboración con la OPS y el Ministerio de
Salud Pública y Bienestar Social de un censo en el que fueron encuestadas 160 personas
internadas y que por cuestiones sociales no podían ser dadas de alta. Comentan, Moreno
y Torales (2015): “Esta experiencia inspiró la posibilidad de brindar una salida digna a
la comunidad a cada uno de los pacientes que habitan el único Hospital Psiquiátrico de
Paraguay. Entendiendo la situación de los mismos como una triple reclusión: locura,
estigma y muros físicos”. Agregan los autores de la nota que en el 2014, el Mecanismo
Nacional de Prevención de la Tortura, reportó una población de 200 personas internadas
bajo el rótulo de “crónico”. Además “en el país no se han vuelto a crear nuevos hogares
sustitutos para albergar a pacientes que la psiquiatría considera “crónicos”. Por otra
parte, la población de funcionarios trepó a 550 aproximadamente, sin contar áreas
tercerizadas; existiendo en la actualidad casi 2 funcionarios por paciente”.

El manicomio, más grande


El 23 de septiembre del 2015, se comunica a través de una conferencia de prensa
que, a partir de disposiciones del presidente Horacio Cartes la entidad Binacional Itaipú
proveerá de 2.500 millones para la ampliación del Hospital Psiquiátrico de Asunción.
Con las obras, que se culminarán en aproximadamente 150 días, se busca duplicar la
capacidad de internación del nosocomio construyendo dos nuevos bloques que
albergarán tanto a hombres como mujeres. Señala el vocero de la Binacional que “La
gente de las Naciones Unidas va a visitar el local porque hay una posición que con esto
se muestra la voluntad del Gobierno de mejorar y transformar ese sector vulnerable que
en algún momento en situación y escenarios anteriores fue reclamado”. (Presidencia de
la Nación del Paraguay, 2015).

Los “Noimbái: desmanicomializando acá”


A finales del 2015, desde una convocatoria propuesta por Agustín Barúa y tras la
configuración de un espacio virtual denominado "Noimbái: desmanicomializando acá",
se concretan una serie de encuentros que reunían a personas, provenientes de espacios
de formación académica diversa, de movimientos sociales y de distintos sectores
sociales, todas ellas interesadas en la construcción de un debate en torno a lo
manicomial y a lo des-manicomial dentro de la coyuntura del país . Se realizan
encuentros de cine-debate, se comparten experiencias en torno a la
desmanicomialización, se trabajan propuestas de acción. Actualmente, el grupo se
mantiene vigente pero con ciertas dificultades para la organización y la concreción de
actividades, como parte del proceso de construcción grupal.

Consideraciones finales
En esta sección, es importante retomar una idea expuesta al inicio de este
trabajo, y que hace referencia a la categorización de experiencias como asociadas a la
desmanicomialización, recalcando el interés sobre eventos y espacios que no
necesariamente se ubican bajo este título de manera explícita, pero que son consideradas
por la importancia que representan en lo que respecta al abordaje a la salud mental en
relación al proceso de desmanicomialización.

Se pudo observar, en este recorte temporal, un acercamiento más evidente hacia el


proceso de desmanicomialización ya bajo ese título, si bien, esta es comprendida desde
distintas perspectivas, se dieron eventos que posibilitaron abrir debates en torno a los
dispositivos de atención en Salud Mental.

Se puede decir que la primera tomada, de entre estas experiencias, es el traslado


de la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad
Nacional de Asunción del Hospital Psiquiátrico de Asunción al Hospital de Clínicas, lo
que representa la separación de la Cátedra de cierto modelo de abordaje, más que solo
de un espacio físico. Se tiene entonces, un servicio de psiquiatría instalado en un
Hospital General lo que representa un nuevo paradigma en términos de la atención que
se brinda en este, separándose además del “estigma” que conlleva el hospital
monovalente.

Un evento que representó un cambio en el modo de abordar la salud mental, en


particular en momentos de crisis, fue el trágico incendio del supermercado Ycua
Bolaños. A partir del mismo se generó una situación de alta complejidad que mereció la
atención de una gran cantidad de profesionales diferentes área e incluso de diferentes
países. Los recursos disponibles no daban a bastos y se necesitó una modificación del
modelo de intervención, se actuó entonces desde el territorio, con un modelo asociado a
la Psiquiatría de Sector.

En paralelo, durante la misma época, el superpoblado Hospital Psiquiátrico de


Asunción era intervenido por organismos internacionales debido a la violación de los
Derechos Humanos. Con la presión de dichos entes, surgen las primeras propuestas de
mejora de las condiciones de vida de las personas allí internadas. Tras avances y
retrocesos en lo que refiere a las mejoras, se crean los Hogares Sustitutos, planteados
como instancias promotoras de la desinstitucionalización.

Por otro lado, surgen propuestas como Clinitaria y Psicoróga, orientadas a


cuidados y atención en el área de Salud Mental, desde colectivos sociales cuyo ámbito
de desempeño se en el territorio, principalmente en ciertos barrios de Asunción, como
los Bañados Norte y Sur. El carácter de las intervenciones realizadas por estos
colectivos, si bien tienen distintas bases teóricas, comparten la reivindicación de lo
comunitario.

Un nuevo gobierno, con nuevas propuestas y un nuevo plan de salud, además de


los eventos anteriormente citados, funcionaron como puntapié para la creación de una
Política Nacional de Salud Mental en la que por primera vez se formaliza el término
desmanicomialización y se proponen modos de actuación orientados a la
descentralización y la desinstitucionalización. Lamentablemente dicha política no
representa un marco para la praxis de los profesionales en el área.

También es importante destacar la publicación de distintos textos, principalmente


escritos por el Dr. Martín Moreno, que exponen y critican las condiciones del Hospital
Psiquiátrico de Asunción. Así mismo, se dieron pequeños grupos de discusión y debate
en torno al tema, que buscaron y buscan sostenerse a pesar de las dificultades.

Si bien pudimos citar diferentes experiencias que dan cuenta del proceso de
desmanicomialización, con esos términos, es innegable la predominancia del Hospital
Psiquiátrico de Asunción que sigue siendo el centro de mayor población internada a
nivel nacional debido (quizás) a su capacidad. Sin claudicar, esta institución sigue
siendo privilegiada por el Estado lo que podemos evidenciar con la reciente inversión
realizada en la misma.

Podemos concluir con la idea de que la fragmentación y la invisibilización de los


distintos dispositivos tanto estatales como los que no tienen relación con el Estado
contribuyen al mantenimiento del Hospital Psiquiátrico de Asunción como el de mayor
envergadura, sosteniendo procesos asociados a la centralización, que conllevan el
desarraigo de las personas internadas y su estigmatización, conservando la institución
un carácter asilar y manicomial.

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