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La Navidad

Cuando contemplamos el misterio de la navidad, tendemos a enternecernos por la


imagen del divino Infante, lo vemos tan débil al Señor, tan pequeño, tan indefenso.
Que sentimos hasta compasión, de sus sufrimientos y desgracias, terminamos
compadeciéndonos del Él, y eso es lo que Él quiere, que sentimos pena por la desgracia
de sus sufrimiento.” Creo que es una copla, o villancico del norte argentino
contempla toda la vida de Cristo desde la óptica de la cruz,

La cabeza de este Niño, Las manitos de este Los piecitos de este


Chiquita y bien Niño Niño.
formada, Chiquitas y bien Chiquitos y bien
Luego la hemos de ver formadas. formados.
En la cruz muy Luego la hemos de ver Luego lo hemos de ver
coronada. En la cruz bien En la cruz muy bien
clavadas. clavados.

Santo tomas enseña: “La debilidad del espíritu humano es tal que, así como necesita
un guía sensible para el conocimiento de lo divino, también necesita de las realidades
sensibles para el amor, entre las cuales tiene lugar perfectamente la humanidad de
Cristo; según se dice en el prefacio de la misa de navidad, “para que conociendo a Dios
visiblemente, seamos por Él arrebatados al amor de lo Invisible”. La humanidad de
Cristo, es un magnifico excitante de la devoción como guía que nos lleva de la mano”
El niño nos muestra la calidad del amor divino, no es dureza, por eso no se muestra
tirano, no es justicia por eso no se muestra como Juez, no es soberanía, por eso no lo
vemos como Rey que se impone. Es una cosa blanda, tan suave, tan entregada a
nosotros como un niño. Así se dará Dios a nosotros en el cielo, para que lo abracemos.
Como el niño se adopta al regazo de su madre, así se dará Dios a nosotros, o por lo
menos así se da en este hermoso misterio de la navidad.
Tenemos que llegar por las virtudes y las purificaciones a ser nuevos en el seno de Dios.
Correr distancias como los reyes, sin trazar moldes ni caminos, que Dios tiene sendas
distintas para cada alma; lo único que tenemos que cuidar cada día, es el deseo de
perfección, dice el ángel al profeta Daniel, “he venido porque eres varón de deseos”.
No basta encontrar a Dios en la cruz y en la resurrección. Tenemos que descubrirlo en
el pesebre, en ese Dios necesitado de nosotros, como un niño pequeño, no temamos a
Dios, es Él quien nos llama, si hay tan pocas almas que aman a Dios, es porque se lo
conoce como creador, y no como mendigo. Está a la puerta y me pide que le devuelva
la honra, está como ese niño en el umbral esperando que lo levantemos, así esta Dios,
no lo temamos.
En este misterio de la navidad, no hay que escalar, no hay que hacendera para
encontrarlo, sino rendirse, enternecerse, ante ese Dios que se hace niño, ante ese amor
que se da en silencio, y en la oscuridad de una noche.

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