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María, modelo de vida cristiana

INTRODUCCIÓN

La Virgen es el mejor ejemplo de quien ha sabido encarnar y vivir su proyecto. Está llena
de gracia, en su vientre virginal engendró a nuestro Dios. María es el mejor modelo de la
vida cristiana porque ha sabido contemplar su vida con los ojos del corazón, con los ojos de
Dios. Sólo con esos dos ojos del alma, bien abiertos, puede el cristiano fiel y entregado,
detectar la presencia salvadora de Dios en todos los acontecimientos de su vida.
María tuvo el coraje de ponerse en manos de Dios, aunque sintió turbación, el ángel le dijo:
No temas, María. Me encanta que la llamara por su nombre, porque esto significa que Dios
nos conoce personalmente y no somos solo un número ni una etiqueta comercial en su
corazón de Padre.
Los proyectos de Dios no salen adelante por nuestra fuerza y nuestras cualidades, sino que
triunfan por la misma fuerza de Dios y con la ayuda de él, la respuesta de María es
transparente: hágase en mí según tu palabra.
María se pone en manos de Dios para que su palabra la transforme. Nosotros en nuestra
vida cristiana la tomamos de ejemplo por su sencillez y humildad ante la petición del ángel
y en ningún momento de su vida buscó privilegios especiales: María Santísima, Madre de
Dios, pasa inadvertida, como una más entre las mujeres de su pueblo.
En nuestro peregrinar puedes preguntarte ¿Qué es la vida cristiana?
Se puede decir que la vida cristiana es el camino que se recorre en pro de los pasos de
Cristo. Pero también es la serena certeza de experimentar la constante transformación que
la Palabra de Dios, calladamente, va obrando en nosotros. Cristiano es aquel cuya vida ha
sido forjada por la Palabra de Dios. El Señor, con los cinceles de su Palabra, va puliendo
nuestra vida para que seamos imagen viva de Jesús, así como lo es Nuestra Madre del
Cielo.

Por tanto, en este camino de encuentro vemos a María como modelo de vida cristiana, por
su buen actuar, por conservar valores, tener en cuenta la moralidad, las
buenas costumbres y conductas orientadas a glorificar a Dios. Sus obras de misericordia, la
aceptación de la voluntad de Dios, la obediencia y resiliencia en Dios. Estas actitudes son
las mismas que todo cristiano debe seguir, por eso ella es el fiel ejemplo de vida cristiana,
se entregó completa y sin intereses personales para amar a Dios con todo su ser.
El Papa Francisco nos recuerda que; ante el anuncio del ángel, ella, “aun sin comprender del todo
el significado de aquella llamada, se fió de Dios”. Se convirtió en perfecta discípula dando su “sí”, y
enseguida partió en misión: “No se quedó con aquel regalo; se sintió responsable, y marchó, salió
de su casa y se fue rápidamente a ayudar a su pariente Isabel, que tenía necesidad de ayuda”
realizó un gesto de amor, de caridad y de servicio concreto, llevando a Jesús en su seno. Y este
gesto lo hizo diligentemente.

Maria es modelo de fe, no sólo su respuesta positiva al señor, sino por lo que hace desde
la cotidianidad de una mujer humilde que, sin embargo, vive inmersa en el misterio, y su
sí, ya perfecto desde el inicio, crece hasta la cruz, en la que su maternidad abraza a todos.

MARIA EN EL EVANGELIO

En el evangelio se expresa el modelo de caridad y sencillez, pero también encontramos la


figura de Maria servicial y dulce, pues ella no sólo ayuda a su prima, sino que le lleva a
Cristo, la perfecta alegría que viene del Espíritu y se manifiesta en un amor oblativo.

Evangelio según san Lucas 1, 39-45


En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una
ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto
oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de
Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y
bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del
Señor!

Dentro de esta visita de María a su prima Isabel se puede ver un claro ejemplo de servicio,
que es una parte fundamental de la vida cristiana y María nos enseña que debemos estar
dispuestos a servir de corazón, con amor para entregarse y seguir caminando de su mano
para encontrar el camino perfecto.
Es imposible no cuestionarse al verla salir a servir a su prima Isabel en lugar de quedarse a
que la atienda porque ella iba a ser la Madre del Salvador, ¡la madre del Rey de Reyes!
¡Qué gran lección nos deja María! La fe se vive en los actos concretos de amor, de amor a
Dios, en nuestras oraciones, en nuestra piedad personal, y también (sobre todo) en los actos
concreto de amor al prójimo.
RECORRE LA HISTORIA

Lo que nos dice la iglesia


La Iglesia Católica reconoce en María las cualidades o características primordiales de un
buen cristiano, aquella que desde el principio estuvo dispuesta a brindar su apoyo para la
salvación de los hombres, con su “si” demuestra el más importante de los valores, la
confianza en el señor, su entrega ha inspirado a muchos a seguir el camino del bien y a
colaborar en este caminar.

En La constitución dogmática Lumen gentium del concilio Vaticano II, se habla de María
como “miembro muy eminente y del todo singular de la Iglesia”, la declara “prototipo y
modelo destacadísimo en la fe y en el amor”. En el afirma que María es figura de la Iglesia,
no quiere equipararla a las figuras o tipos del Antiguo Testamento; lo que desea es afirmar
que en ella se cumple de modo pleno la realidad espiritual anunciada y representada.
En efecto, la Virgen es figura de la Iglesia, no en cuanto prefiguración imperfecta, sino
como plenitud espiritual, que se manifestará de múltiples maneras en la vida cristiana. La
particular relación que existe aquí entre imagen y realidad representada encuentra su
fundamento en el designio divino, que establece un estrecho vínculo entre María y la
Iglesia. El plan de salvación que establece que las prefiguraciones del Antiguo Testamento
se hagan realidad en la Nueva Alianza, determina también que María viva de modo
perfecto lo que se realizará sucesivamente en la Iglesia. Por tanto, la perfección que Dios
confirió a María adquiere su significado más auténtico, si se la considera como preludio de
la vida divina en la Iglesia.
Tras haber afirmado que María es «tipo de la Iglesia», el Concilio añade que es «modelo
destacadísimo» de ella, y ejemplo de perfección que hay que seguir e imitar. María es, en
efecto, un «modelo destacadísimo», puesto que su perfección supera la de todos los demás
miembros de la Iglesia.

María como modelo de vida cristiana… ¿Cuáles de estos valores están presente en mi
vida como joven católico?
La humildad: Conocemos la disposición y la entrega a Dios de la Virgen desde el anuncio
del ángel a María. Su «sí», que con la anunciación se hace concreto, podemos decir con
certeza, ya había anidado en su corazón desde mucho antes.
La sencillez: Toda la vida de María está penetrada de una profunda sencillez. Su vocación
de Madre del Redentor se realizó siempre con naturalidad. Aprende de Ella a vivir con
naturalidad".
La obediencia Hablar de obediencia en nuestros días es casi insólito. Creo que ni con
nuestros hijos, hermanos, familiares nos atrevemos a pronunciar la palabra.
Parece que todo lo que tuviera que ver con sometimiento tiene una connotación negativa,
teñida por el abuso que muchas figuras de autoridad, en distintos ámbitos, han tenido.
María nos ofrece el verdadero concepto de obediencia. Se obedece a la autoridad en quien
se confía. Y María confía ciegamente en la autoridad y en el amor de su Padre.
Aquel que no solo le dio la vida, sino que también confió en ella. Entregándole lo más
preciado, su Hijo unigénito para la salvación de los hombres.
Amor a Dios: María hace posible la comunión de amor que vino a establecer Jesús entre
los hombres y con el Padre de los cielos.
Dulzura: Hemos de esforzarnos por vivir la virtud de la dulzura en nuestras formas, en
nuestros gestos, en nuestro porte, en nuestras palabras. La dulzura tiene origen en la bondad
que derrama el corazón. La bondad del corazón de la Madre es enorme porque su fuente es
inagotable, es el mismo Dios.

Sabiduría: La sabiduría de María radica en la atención y su adhesión completa a la


voluntad de Dios. Solo un corazón en sintonía e iluminado por el espíritu podría haber
discernido los tiempos de Dios.
Fe: María vive la fe. No la tiene encerrada en un libro, ni se limita a vivirla en su vida
privada. Siempre prudentísima, la Virgen María vive el amor y la confianza en Dios en
cada ámbito de su vida.

VIVE LA META “JESUS”

Poner en práctica algunos valores de la Virgen María para tener una mejor vida cristiana.
Crea un cuadro donde coloques de un lado los valores que nos enseña María y del otro lado
acciones que podamos hacer respecto a ese valor.

Humildad Saber reconocer mis errores.

Amor a Dios Ayudar al más necesitado de


corazón.
Fe Confiar plenamente mi vida en
Dios.
Realiza con tu grupo juvenil una visita a alguna persona que requiera que le lleves el amor
de Dios, como lo hizo Maria que fue a visitar y ayudar a su prima Isabel.

“María es modelo de vida cristiana porque fue escogida entre


los hombres por Dios para ser la madre de Jesús porque en ella encontró virtudes que
en ninguna otra persona veía. Siempre fue pura, con un corazón
humilde, bondadoso, altruista. Su amor y obediencia a Dios, permanecieron en ella
por todos los días de su vida a pesar de los difíciles momentos vividos con Jesús en
su pasión y muerte”.

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