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Jonás - Introducción

En nuestro recorrido bíblico continuamos avanzando hoy por el Antiguo Testamento, y


llegamos al libro de Jonás. Dedicaremos este programa y el próximo a tratar temas de
introducción a este libro, para que nuestros oyentes tengan el trasfondo y los
antecedentes necesarios como para comprender mejor los alcances de este mensaje del
profeta Jonás. Creemos que al desarrollar una introducción a un libro de la Biblia tiene
gran importancia para conocer al autor, sus motivaciones, los rasgos de su personalidad y
la intencionalidad de su mensaje. En este sentido, confiamos, estimado oyente, en que
estos datos constituyan una preparación adecuada para que usted pueda sentirse
cercano al personaje y a las circunstancias tan peculiares que le tocó vivir.
Creemos que, en primer lugar, resultará útil reseñar las opiniones de aquellos que, siendo
críticos con respecto a la inspiración de las Sagradas Escrituras, se han ensañado en sus
críticas contra este libro. Después, examinaremos algunos datos que son comunes a
todas las introducciones que siempre presentamos antes del estudio de cualquier libro de
la Biblia. En esta introducción, trataremos temas como, por ejemplo, el escritor de esta
obra, la naturaleza del libro, la fecha de su composición, el tema o mensaje que transmite
y, finalmente, presentaremos un bosquejo general que resume los temas principales, en el
cual detallaremos los capítulos y versículos que subdividen el libro. Una vez hecho esto,
nos dedicaremos a examinar este relato siguiendo nuestra norma habitual, es decir,
comentando los detalles principales. En primer lugar, hagamos una reseña de las
Críticas principales
que este libro ha recibido en el transcurso de los años.
Ahora, Jonás es el libro de la Biblia que quizás ha siso más criticado, más que ningún otro
libro. Desafortunadamente hay muchos creyentes que de forma desconsiderada, y a
veces hablando en broma han difamado, sin quererlo, por supuesto, a este importante
libro del canon de las Sagradas Escrituras, sin darse cuenta de que estaban
inocentemente favoreciendo a los críticos de la Biblia, convirtiéndose en incautos frente a
los escépticos. Y con sus comentarios han dado a entender que la historia relatada en
este libro es difícil o incluso casi imposible de creer.
En la guerra la táctica del enemigo consiste siempre en tantear los puntos débiles en las
líneas de oposición, y centrar su ataque en un lugar estratégico. Juzgando según este
criterio, hay muchos críticos que han llegado a la conclusión de que el libro de Jonás es la
parte vulnerable del registro divino. Y este libro constituye el lugar al cual el enemigo ha
apuntado con su artillería más pesada. Como resultado, el creyente término medio piensa
hoy que este es el eslabón más débil de los 66 eslabones de la cadena de las Sagradas
Escrituráis. Y si este eslabón cede, entonces toda la cadena se rompe.
¿Es, entonces, el libro de Jonás el talón de Aquiles de la Biblia? Bueno, lo sería si
aceptáramos la explicación ridícula que dan los críticos. Los que tradujeron la Septuaginta
o Versión Griega de los Setenta, fueron los primeros en cuestionar lo razonable de este
libro. Ellos establecieron, por así decirlo, las normas para las críticas que han llegado
hasta nuestros propios días. Un método antiguo consistió en alegorizar el libro y
clasificarlo junto con otras novelas bien conocidas. Aun hoy algunos usan las mismas
tácticas. Lo convierten en una alegoría, diciendo que esta historia realmente nunca tuvo
lugar.
Algunas de las extravagantes teorías de los críticos son tan inverosímiles y exageradas
que en realidad son casi ridículas. Resulta mucho más fácil creer el libro de Jonás tal
como ha llegado hasta nosotros, que creer estas explicaciones. Ahora quisiéramos
compartir con usted, estimado oyente, algunas de estas explicaciones estrafalarias sobre
este libro de Jonás.
(1) Algunos críticos que no tienen ni un ápice de evidencia para sostener su afirmación,
han dicho que Jonás era el hijo de la viuda de Sarepta.
(2) Algunos han presentado la teoría de que Jonás tuvo un sueño cuando se encontraba
en el barco, mientras dormía, durante la tormenta, y que el libro de Jonás es el relato de
ese sueño.
(3) Otros relacionan el libro de Jonás con el mito fenicio de Hércules y el Monstruo
Marino. No hay, en absoluto, ninguna similitud y ellos continúan tratando de encontrar
alguna explicación.
(4) Otro grupo sostiene que Jonás fue un personaje real, que verdaderamente tomó un
barco que se dirigía a Tarsis y una tempestad hizo naufragar el barco. Después de la
tempestad y el naufragio, fue rescatado y/o subió a otro barco en el cual había la figura de
un pez en su mascarón de proa, lo cual explicaría el relato del libro de Jonás. Podemos
entender muy bien que, después de haber sido rescatado de una tempestad, Jonás
hubiera permanecido inconsciente por unos momentos. En aquellos momentos, podemos
también entender que podía haberse sentido como si estuviera dentro de un pez, pero en
nuestra opinión, después de recuperarse, digamos al segundo día, Jonás habría llegado a
la conclusión de que se encontraba en un barco y no dentro de un pez.
(5) Ahora, hay otros que aún van más lejos en sus pretendidas explicaciones. Creen que
había un gran pez muerto flotando en las inmediaciones, y que Jonás se refugió en él
durante la tempestad. Así es que esta gente tiene a un pez muerto y a un Jonás vivo.
Pero antes de concluir el estudio de este libro nosotros vamos a cambiar el orden, y decir
que lo que en realidad tenemos aquí es a un pez vivo y a un Jonás muerto.
Así que, en general, la mayoría de los críticos de la inspiración de las Sagradas
Escrituras, han adoptado el punto de vista de que el libro de Jonás no es otra cosa que
una alegoría, que fue meramente una historia que podría clasificarse entre las fábulas de
Esopo o de Samaniego. Los autores de tales explicaciones afirman que este libro es
irrazonable, y han expuesto estas teorías para dar credibilidad a la historia. Sería
verdaderamente muy interesante escuchar la reacción de Jonás a estas explicaciones
supuestamente "razonables". Verdaderamente, al escuchar algunas críticas uno tiene la
sensación de que necesita más fe para creerlas, pasa asumirlas, que la que necesita para
aceptar lisa y llanamente la veracidad del texto Bíblico.
Debemos descartar todas estas explicaciones por no estar basadas en hechos, por no
ofrecer ningún vestigio de verdad desde un punto de vista histórico. Además por haber
cobrado existencia en las imaginaciones de los críticos. Puede ser establecido que Jonás
fue un personaje histórico y no un personaje de la mitología. Se puede determinar con
una buena autoridad que el relato es exacto. Y puede demostrarse que el mensaje de
este libro es altamente significativo incluso para esta época crucial en que estamos
viviendo. Vamos a hacer algunas consideraciones sobre
El escritor
Jonás fue un personaje histórico y al autor de este libro. Vamos a leer un pasaje de uno
de los libros históricos, el segundo libro de los Reyes, capítulo 14, versículo 23, que dice:
El año 15 de Amasías hijo de Joas, rey de Judá, comenzó a reinar Jeroboam hijo de Joas
en Samaria sobre Israel. Reinó 41 años. Ahora, hasta donde nosotros sabemos, nadie ha
jamás puesto en duda que Jeroboam II fue un rey en el reino del norte de Israel y que él
reinó por 41 años. Este es un registro histórico. Los versículos 24 y 25 de este mismo
capítulo 14 del Segundo Libro de Reyes, continúan diciendo: Pero hizo lo malo ante los
ojos del Señor, pues no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el
que hizo pecar a Israel. Restauró los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el
mar del Arabá, conforme a la palabra del Señor, Dios de Israel, la cual había él anunciado
por su siervo Jonás hijo de Amitai, profeta que fue de Gat-hefer. Ahora, el rey Jeroboam
fue un personaje real, histórico. Israel era una nación real y Hamat era también un lugar
real, y es muy improbable que este hombre Jonás aquí mencionado sea un producto de la
imaginación. Así que todos deberían ser consecuentes ante los detalles innegables de
este relato, y consecuentes con estas conclusiones que surgen de un examen objetivo del
texto. Por lo tanto, afirmamos que aquí tenemos un relato histórico, y es razonable
concluir que Jonás fue un personaje histórico.
Sería forzar mucho las cosas decir que el mencionado en el pasaje leído era otro Jonás.
No es en absoluto razonable creer que hubo 2 Jonás, cuyos padres se llamaban Amitai, y
que ambos fueron profetas. Esto es especialmente evidente cuando uno observa que el
nombre Jonás no era un nombre común; Los únicos textos en que este nombre apareció
en la Biblia son esta referencia en el segundo libro de los Reyes, en el libro mismo de
Jonás, y en las referencias del Nuevo Testamento sobre este libro. Solo hubo un Jonás en
la Biblia, y fue un personaje histórico.
En este sentido resulta interesante comparar el caso de Jonás con otro de los profetas, y
nos referimos a Abdías. Por lo que sabemos, nadie ha cuestionado la existencia de un
hombre llamado Abdías, que escribió el libro que lleva su nombre. Y sin embargo, no hay
ningún registro histórico en el Antiguo o en el Nuevo Testamento en cuanto a Abdías. Los
críticos aceptaron a Abdías, pero rechazan a Jonás. ¿Por qué? La razón es demasiado
evidente como para pasarla por alto. Es que los críticos desean negar el milagro que fue
registrado en este libro.
Así que tenemos un registro histórico de Jonás en el Antiguo Testamento, y tenemos
también el testimonio en el Nuevo Testamento expresado por la mayor autoridad que
jamás haya vivido sobre esta tierra, el Señor Jesucristo. El apoyó personalmente la
autenticidad del personaje histórico de Jonás y de su experiencia con el pez. En el
Evangelio de Lucas capítulo 11, versículo 30, leemos: 30porque así como Jonás fue señal
a los ninivitas, lo será también el Hijo del hombre a esta generación. Y después, en el
Evangelio de Mateo capítulo 12, versículos 39 al 41 leemos: El respondió y les dijo: -La
generación mala y adúltera demanda señal, pero señal no le será dada, sino la señal del
profeta Jonás. 40Como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches,
así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. 41Los
hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán, porque
ellos se arrepintieron por la predicación de Jonás, y en este lugar hay alguien que es más
que Jonás. Creemos que esta afirmación del Señor no pudo ser más clara y contundente.
En el momento en que alguien ponga en duda el registro histórico del libro de Jonás, está
cuestionando la credibilidad del Señor Jesucristo. Resulta extraño oír decir a un crítico:
"Jesús fue el maestro más importante que jamás vivió", teniendo en cuenta que una de
las características de un gran maestro es que lo que él enseñe sea exacto y ajustado a la
verdad. Si Jesús fue un gran maestro, estimado oyente, entonces la autoridad de su
acreditación del libro de Jonás debe permanecer vigente.
Deseamos concluir esta sección en la cual hemos intentado hacer frente a las objeciones
de los críticos citando al gran estadista, Sir Winston Churchill, cuando trató el tema de la
inspiración de las Sagradas Escrituras:
"Nosotros rechazamos con desprecio todos aquellos eruditos y laboriosos mitos de que
Moisés no fue más que una figura legendaria, sobre la cual el sacerdocio y el pueblo
basaron sus ordenanzas sociales, morales y religiosas. Creemos que el punto de vista
más científico, la concepción más actualizada y racionalista, encontrará su satisfacción
más plena al considerar la historia Bíblica literalmente, e identificando a uno de los seres
humanos más grandes con el salto hacia adelante más decisivo y destacado de la historia
humana. Podemos estar seguros de que todos estos eventos han sucedido, tal cual están
registrados según la Santa Palabra". Hasta aquí, el testimonio de Winston Churchill.
Ahora, continuando con esta introducción, diremos algo sobre
La naturaleza del libro
Jonás fue un profeta, pero este libro de Jonás no es una profecía - no hay ninguna
profecía registrada en él. En cambio, es un relato personal de un evento importante en la
vida de Jonás quien, como narrador, nos contó su dramática experiencia personal.
Esta narración contiene dos grandes mensajes. El profesor McGee, autor de estos
estudios Bíblicos cree que aquí tenemos, en miniatura, una figura de la nación de Israel
en el período de la gran tribulación, una figura de cómo preservará Dios a Su pueblo, a los
144.000 que, según el libro de Apocalipsis, serán sellados. También tenemos en esta
obra una gran enseñanza sobre la resurrección de Jesucristo. Este libro es en realidad
profético con respecto a la resurrección. El Señor Jesucristo mismo dijo que, así como
Jonás fue una señal para los habitantes de la ciudad de Nínive, El también sería una
señal para Su generación en Su resurrección de entre los muertos.
El libro de Jonás no es la historia de un pez, y esto es algo que realmente inquieta o deja
fuera de lugar las habladurías de algunos críticos, que le han dado mucha importancia a
la imposibilidad de creerlo. Este libro nos presenta la figura de un hombre que fue
resucitado de los muertos, y de un trono en medio del cual "se encontraba un Cordero
como inmolado". Este Cordero era un Cordero resucitado, y algún día futuro, un mundo
que rechaza a Cristo clamará a los montes y a las peñas: escondednos de aquel que está
sentado en el trono, y de la ira del Cordero, porque el gran día de su ira ha llegado y
¿quién podrá sostenerse en pie? (Como podemos leer en el Apocalipsis, capítulo 6,
versículo 16).
Algunas veces, la excelencia literaria de esta obra breve ha sido empañada, o ha
quedado confundida entre el alboroto producido por los críticos de la inspiración de Biblia.
Sería bueno recordar aquí el tributo rendido por el profesor Charles Reade, destacado
autor y crítico literario inglés, que escribió lo siguiente: "Jonás es la historia más hermosa
jamás escrita con una extensión tan breve". Hasta aquí la cita. O sea, que haríamos bien
en recordar que tenemos ante nosotros una joya literaria, y no simplemente la historia de
un pez.
Estimado oyente, nuestro tiempo ha llegado a su fin y debemos interrumpir aquí nuestro
estudio. En nuestro próximo programa, en el que esperamos que usted nos acompañe,
continuaremos exponiendo la introducción a este libro. Mientras tanto, le sugerimos que
lea por sí mismo, y anticipándose a nuestra lectura, el primer capítulo de este libro del
profeta Jonás, para estar más familiarizado con su contenido cuando reanudemos nuestro
estudio. Al despedirnos le agradecemos por habernos acompañado en esta nueva etapa
de nuestro recorrido "a través de la Biblia."
Jonás - Introducción (2)
Volvemos hoy, estimado oyente, al libro de Jonás. Nos encontramos examinando algunos
asuntos pertenecientes a la introducción general a este libro. Hemos hablado de la
posición general de los críticos que niegan la veracidad de las Sagradas Escrituras, y
hemos contrastado esas opiniones con testimonios del Antiguo y del Nuevo Testamento,
que claramente consideraron la historia de Jonás como veraz. Después comenzamos a
hablar de la naturaleza de este libro, punto en el cual finalizamos nuestro programa
anterior.
Jonás fue un profeta, pero este libro de Jonás no es una profecía - no hay ninguna
profecía registrada en él. En cambio, es un relato personal de un evento importante en la
vida de Jonás quien, como narrador, nos contó su dramática experiencia personal.
Esta narración contiene dos grandes mensajes. El profesor McGee, autor de estos
estudios Bíblicos cree que aquí tenemos, en miniatura, una figura de la nación de Israel
en el período de la gran tribulación, una figura de cómo preservará Dios a Su pueblo, a los
144.000 que, según el libro de Apocalipsis, serán sellados. También tenemos en esta
obra una gran enseñanza sobre la resurrección de Jesucristo. Este libro es en realidad
profético con respecto a la resurrección. El Señor Jesucristo mismo dijo que, así como
Jonás fue una señal para los habitantes de la ciudad de Nínive, El también sería una
señal para Su generación en Su resurrección de entre los muertos.
El libro de Jonás no es la historia de un pez, y esto es algo que realmente inquieta o deja
fuera de lugar las habladurías de algunos críticos, que le han dado mucha importancia a
la imposibilidad de creerlo. Este libro nos presenta la figura de un hombre que fue
resucitado de los muertos, y de un trono en medio del cual "se encontraba un Cordero
como inmolado". Este Cordero era un Cordero resucitado, y algún día futuro, un mundo
que rechaza a Cristo clamará a los montes y a las peñas: escondednos de aquel que está
sentado en el trono, y de la ira del Cordero, porque el gran día de su ira ha llegado y
¿quién podrá sostenerse en pie? (Como podemos leer en el Apocalipsis, capítulo 6,
versículo 16).
Algunas veces, la excelencia literaria de esta obra breve ha sido empañada, o ha
quedado confundida entre el alboroto producido por los críticos de la inspiración de Biblia.
Sería bueno recordar aquí el tributo rendido por el profesor Charles Reade, destacado
autor y crítico literario inglés, que escribió lo siguiente: "Jonás es la historia más hermosa
jamás escrita con una extensión tan breve". Hasta aquí la cita. O sea, que haríamos bien
en recordar que tenemos ante nosotros una joya literaria, y no simplemente la historia de
un pez.
Otro punto sobresaliente que queremos destacar es que el pez no es el héroe de esta
historia, ni tampoco el villano. Este libro ni siquiera trata primordialmente sobre un pez,
aunque el pez llegó a ser uno de los elementos importantes en esta obra. La dificultad
principal consiste en mantener una perspectiva correcta de este libro. El pez es
simplemente un elemento decorativo necesario en la vida y experiencia de Jonás En toda
obra hay un escenario y elementos de apoyo. No tiene mayor importancia si esta obra
tiene como fondo un telón azul, negro o blanco. Lo realmente importante es la obra en sí
misma y especialmente, la veracidad de su contenido. Y en la historia de Jonás, el pez se
encuentra entre esos elementos accesorios y no ocupa el lugar de la estrella principal.
Queremos también aclarar que en el estudio de cualquier libro de la Biblia, tenemos que
distinguir entre lo que el Dr. Campbell Morgan llamó los elementos esenciales y los
incidentales. Los elementos incidentales del libro de Jonás son el pez, la calabaza, el
viento oriental, el barco, e incluso la ciudad de Nínive. Y los elementos esenciales aquí
son el Señor y Jonás - Dios y el hombre--- que constituyen el tema del libro. Ahora
trataremos otro detalle importante en cuanto al libro, es decir
La fecha
Los eruditos conservadores han situado la fecha de este libro alrededor del año 745 A.C.
Los incidentes tuvieron lugar en esa época. Algunos incluso consideran que esta historia
tuvo lugar antes, alrededor del año 860 A.C. Pero según nuestra opinión, parece mejor
situarla entre los años 800 y 750 A.C. Los estudiantes de historia pueden reconocer este
período como la época en que la ciudad de Nínive, fundada por Nimrod, se encontraba en
su apogeo, cuando la nación Asiria era un gran poder mundial. Esa nación fue destruida
alrededor del año 606 A.C., En el tiempo de Herodoto, el famoso historiador Griego, la
ciudad de Nimrod ya había dejado de existir. Cuando Jenofonte, el militar, filósofo e
historiador Griego, pasó por la ciudad, ésta se encontraba abandonada, pero él declaró
que las murallas aun permanecían, y que tenían unos 45 metros de alto. Hoy los
historiadores calculan que habrán tenido unos 40 metros de alto por unos 12 metros de
ancho. Nínive, como veremos más adelante, era una gran ciudad y de ella se nos habló
extensamente en este libro. Presentaremos ahora algunas consideraciones en cuanto al
El tema
La brevedad del libro de Jonás podría impulsar a un lector que lo examinara
superficialmente a llegar a la conclusión de que su contenido no tiene un significado
relevante, excepto por la circunstancia de que un gran pez tragó a Jonás. (La palabra
para pez aquí es "ketos", que se refiere a un gran monstruo marino, aunque puede haber
sido una ballena; creemos que no fue así porque el relato Bíblico nos dice que el Señor
dispuso un gran pez). Pero el libro de Jonás tiene cuatro capítulos breves y tiene una
extensión un poco mayor que el doble del libro de Abdías, que es el más breve del
Antiguo Testamento. Y como es tan breve, tendemos a pasarlo por alto. Sin embargo, no
deberíamos llamar a este grupo de libros "Profetas Menores", al cual pertenece este libro
de Jonás, porque cada uno de ellos es como una bomba de gran potencia, simplemente
cargada con el poder y el programa de Dios.
Hay seis temas significativos que fueron sugeridos y desarrollados en el libro de Jonás,
que lo hacen hoy muy relevante para nosotros:
(1) Este es un libro del Antiguo Testamento que expone la resurrección del Señor
Jesucristo. Todas las grandes doctrinas de la fe cristiana han sido presentadas en ciertos
libros del Antiguo Testamento. Por ejemplo, el libro del Exodo expone la redención. La
liberación del pecador que viene a Cristo fue ilustrada en ese libro. En el libro de Rut
tenemos el romance de la redención, el lado amoroso de la redención. En el libro de
Ester, tenemos el romance de la providencia. Creemos que el libro de Job enseña el
arrepentimiento. Uno puede ir por las Sagradas Escrituras y encontrar estas grandes
doctrinas de nuestra fe ilustradas, precisamente, en un libro del Antiguo Testamento. Así
que el breve libro de Jonás ilustra y enseña la resurrección del Señor Jesús. Si este libro
no enseña la gran doctrina de la resurrección, entonces esta doctrina tan sumamente
importante de la fe cristiana no fue ilustrada por ningún libro del Antiguo Testamento. Por
esta única razón, diríamos que es un libro importante.
(2) El libro de Jonás enseña que la salvación no es por obras, sino por la fe que conduce
al arrepentimiento. Este breve libro es leído por los judíos en el Gran Día de la Expiación,
en el llamado Yom Kipur. El camino que conduce a Dios no consiste en obras de justicia
humanas que podamos realizar, sino por la sangre del sacrificio sustitutivo provisto por el
Señor. La declaración más significativa del libro de Jonás se encuentra en el segundo
capítulo, y en el versículo 9: ¡La salvación viene del Señor! El es el autor de la salvación;
El erigió el gran edificio de nuestra salvación. El es el arquitecto.
(3) El tercer gran propósito de este libro es mostrar que el gran propósito de la gracia de
Dios no puede ser frustrado. Jonás se negó a ir a la ciudad de Nínive, pero Dios aun
estaba dispuesto a enviar el mensaje a esa ciudad. Lo interesante de este caso en
particular fue que Jonás iba a ser el testigo de Dios en Nínive - claro, el no sabía que se
estaba dirigiendo hacia allí, sin embargo, así iba a suceder.
(4) La cuarta gran verdad de este libro es que Dios no nos desecha por nuestra falta de
fidelidad. Puede que El no le use a usted, pero no lo desechará. En un campo de juego,
hay muchos jugadores que se sientan en el banquillo; en realidad, hay más en el banquillo
que en el campo de juego.
Un jugador es llamado por el entrenador para entrar a jugar solo cuando se cree que
puede hacer una contribución al partido. Si usted y yo somos desleales, Dios podría
dejarnos sentados en el banquillo; pero aun estaremos usando el uniforme, y él no nos
dejará a un lado, no nos desechará. En cualquier momento en que queramos regresar al
campo deL juego de la vida y hacer Su Voluntad, El nos permitirá hacerlo.
(5) La quinta gran verdad es que Dios es bueno y compasivo. Leamos el pasaje del
capítulo 4, versículo 2 de este libro para poder ver el retrato más penetrante de Dios en
toda la Biblia. Es erróneo afirmar que el Antiguo Testamento revela a un Dios de ira, y que
el Nuevo Testamento revela a un Dios de amor. En el libro de Jonás, El no es una deidad
vengativa.
(6) La sexta y última enseñanza de esta obra es que Dios es el Dios de todos los pueblos,
judíos y no judíos. Cuando Dios eligió a Abraham fue como si les hubiera dicho a los no
judíos que les iba a dejar por un tiempo a causa del pecado que había entrado en la
familia humana, pero que iba a preparar una salvación para ellos por medio de un hombre
y de una nación, porque traería por medio de ellos al Redentor, al Salvador del mundo.
Ahora Dios tiene una salvación para toda la humanidad. Sería bueno escribir en nuestra
Biblia, junto al libro de Jonás, el texto escrito por el apóstol Pablo en su carta a los
Romanos, capítulo 3, versículo 29, que dice: ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No
es también Dios de los no judíos? Ciertamente, también de los no judíos. El libro de Jonás
revela que incluso en el Antiguo Testamento Dios no olvidó a los no judíos. Si El estaba
dispuesto a salvar a una mujer como Rahab, la ramera, y a una nación brutal y cruel como
los Asirios y los habitantes de Nínive, su capital, entonces tenemos que reconocer que
Dios está ocupado en la tarea de salvar pecadores. Ahora, tendremos unas palabras de
aclaración, antes de presentar un
Bosquejo general
Ahora, hay dos formas de enfocar nuestro estudio del libro de Jonás. Y una de estas
formas es la más popular, y la seguida por la mayoría de los comentaristas bíblicos, y
consiste en tomar nota del sorprendente parecido que existe entre Jonás y el Apóstol
Pablo. Tanto el Apóstol Pablo como Jonás fueron misioneros enviados a los no judíos.
Ambos sufrieron un naufragio, ambos fueron testigos a los marineros que se encontraban
a bordo del barco, y ambos fueron usados para librar de la muerte a esos marineros. Hay
otras comparaciones sorprendentes que un estudio más detallado revelaría. Incluyendo
su viaje a Roma, que consideramos como un viaje misionero, hubo realmente cuatro
viajes misioneros del apóstol Pablo. Los cuatro capítulos del libro de Jonás pueden ser
divididos en cuatro viajes misioneros de Jonás. El primer viaje, por supuesto, fue cuando
él fue a parar dentro del pez. El segundo, fue el realizado a tierra firme; el tercero fue a
Nínive; y el cuarto le llevó al corazón de Dios.
Y esta es, estimado oyente, una división muy buena y fiable de este breve libro. Pero en
realidad nunca nos ha dejado satisfechos. Pensamos que hay mucho más y al hacer un
bosquejo de este libro hemos intentado diseñar un bosquejo del libro sin hacer una
comparación con el apóstol Pablo. Con sinceridad, hemos encontrado más dificultades en
la tarea de bosquejar esta breve obra de Jonás que las que enfrentamos al bosquejar el
libro de Apocalipsis. En realidad, aunque algunos hayan pensado lo contrario, el libro de
Apocalipsis es más preciso y su material se encuentra ordenado de tal manera que
prácticamente se divide a sí mismo en partes naturales. Aunque esa obra tenga sus
complejidades, es relativamente sencilla de bosquejar y resumir.
Ahora, aquí tenemos otra forma de aproximarnos a este libro de Jonás que vamos a
comenzar a estudiar, y podríamos explicar cómo surgió, por medio de un ejemplo.
Cuando uno va a una estación de ferrocarril, o a un aeropuerto, puede comprobar que allí
hay ciertos itinerarios que indican los horarios y el movimiento de los trenes o de los
aviones. Y podría llegara a la conclusión de que en un horario de medios de transporte
hay tres elementos que son importantes. Ahora, el primero de ellos es la hora y el lugar de
salida del tren o del avión; En segundo lugar, hay un destino para el viaje de tal tren o
avión. Finalmente, necesitamos saber la hora de llegada a su destino.
Por lo tanto, el considerar el libro de Jonás como un horario, nos daría para esta obra el
siguiente bosquejo:
En el capítulo 1, Jonás salió de Israel. Evidentemente él había salido de la ciudad donde
vivía, que podía haber sido Samaria o Gath-hepher. Él partió desde ese lugar. Su destino
era Nínive. Ahora, en realidad, su destino de llegado fue un pez.
En el capítulo 2, vemos que él salió del pez. Su destino aun era Nínive. Pero él llegó a
tierra firme.
En el capítulo 3, vemos que él salió de tierra firme; su destino seguía siendo Nínive y,
efectivamente, él llegó a esa ciudad. Se demoró en su viaje y las circunstancias
accidentadas de su viaje ocuparon el relato de 3 capítulos, teniendo que realizar el viaje
dentro de un pez; pero el hecho es que llegó al destino de su travesía.
Ahora, en el capítulo 4 vemos que él partió de Nínive. Su destino fue una calabaza, o un
lugar fuera de la ciudad de Nínive. Pero el destino verdadero de su viaje fue realmente el
corazón de Dios, que es un destino extraordinario y al cual cualquier persona puede
llegar.
Y estos son, pues, los 6 grandes temas que se tratan aquí en este pequeño libro de
Jonás. Volviendo entonces a nuestro Bosquejo General, proyectado siguiendo el modelo
de un simple horario, vamos a tratar cada uno de los elementos que lo componen cuando
lleguemos a ellos en el transcurso de nuestro comentario del texto.
Así que, estimado oyente, nos prepararemos para examinar este viaje y en nuestro
próximo encuentro comenzaremos por el primer capítulo, para examinar las
circunstancias del viaje desde sus mismos comienzos, es decir, viendo a Jonás salir
desde Samaria, dirigiéndose hacia Nínive, pero viajando en la forma en que él menos lo
hubiera esperado. Al dejar las consideraciones de la introducción general al libro,
esperamos, pues, contar con su compañía en esta nueva etapa de nuestro estudio, una
etapa muy extraña, que comentaremos en nuestro próximo programa.
Jonás 1:1-3
Después de haber dedicado dos programas a la introducción general a esta obra,
continuamos hoy, estimado oyente, nuestro recorrido por el libro de Jonás. Y para
comenzar nuestro estudio, vamos a leer el versículo 1 de este primer capítulo de Jonás,
donde encontramos
El llamado y la comisión de Jonás
El Señor dirigió su palabra a Jonás hijo de Amitai y le dijo:
Aquí vemos que Jonás se identificó como profeta, y como el hijo de Amitai.
Recomendamos volver a la introducción, para leer una discusión detallada de Jonás como
personaje histórico., como pudimos apreciar en el pasaje del segundo libro de los Reyes,
capítulo 14, versículo 25. Leamos el versículo 2 de este primer capítulo de Jonás, en el
cual vemos que el Señor le dijo:
"Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad y clama contra ella, porque su maldad ha
subido hasta mí."
Aquí encontramos el llamado y la comisión del profeta Jonás para ir a la ciudad de Nínive,
llamada en este versículo "una gran ciudad". Era la capital del imperio asirio y estaba
situada en el río Tigris. Era la potencia mundial de aquella época. Más adelante, vamos a
tratar este asunto del tamaño de la ciudad, porque este detalle se enfatizó dos veces más
en este libro. Aquí el énfasis recayó realmente en la maldad de esa ciudad. Era una gran
ciudad por cierto, pero era también enorme su maldad. Y esa maldad llegó hasta tal punto
que llegó a la presencia de Dios. Y entonces Dios determinó que juzgaría a la ciudad - es
decir, en el caso de que la ciudad no volviera a El.
Leamos ahora el versículo 3 de este primer capítulo, en el cual vemos que el profeta
Jonás se dirigió hacia el oeste
"Pero Jonás se levantó para huir de la presencia del Señor a Tarsis, y descendió a Jope,
donde encontró una nave que partía para Tarsis; pagó su pasaje, y se embarcó para irse
con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor."
Jonás dejó su ciudad natal de Gath-epher en el reino del norte de Israel, y con este
llamado y comisión que había recibido de Dios, uno pensaría que se iba a dirigir
directamente a la ciudad de Nínive. Desde Israel, para dirigirse a Nínive, Jonás habría
tenido que salir en dirección al este. Pero en vez de encaminarse en esa dirección, hizo
algo muy extraño. Descendió hasta Jope y compró un billete en el primer barco que zarpó
hacia Tarsis. Tarsis era una ciudad que había sido fundada por los Fenicios en la costa
sur de España. Era un lugar remoto del oeste. (Ahora, los fenicios eran en aquellos
tiempos una nación de navegantes, y habían fundado gran cantidad de ciudades a lo
largo del mediterráneo en la costa norte de África y a lo largo de la costa sur de España.
Esta gente había llegado hasta Gran Bretaña, y dicen que ellos fueron los que le dieron a
esa zona su nombre. "Inglaterra", que quiere decir "la tierra del estaño". Iban allí para
obtener estaño.)
Tenemos ahora ante nosotros lo que consideramos un problema mayor que el de Jonás
en el gran pez. En realidad, el problema de este libro de Jonás no era el pez, sino que era
Jonás. Dios le pidió que se fuera a Nínive y, en cambio, el compró un billete para viajar a
Tarsis. Dios le dijo que se fuera en dirección al este y él decidió no obedecer a Dios y
partió rumbo al oeste. Entonces, de forma natural surge la pregunta: ¿Por qué actuó
Jonás de esta manera? Hay varias explicaciones:
(1) Jonás detestaba a los habitantes de Nínive y no quería que se salvaran. Había ciertas
bases para ese odio. Asiria era una de las naciones más brutales del mundo antiguo. Este
pueblo era temido por todos los pueblos de aquella época. Usaban métodos muy crueles
para torturar a la gente y podían extraer información de sus cautivos con mucha facilidad.
Una de las cosas que hacían era que ellos sacaban a un hombre al desierto, y lo
enterraban en las arenas del desierto hasta el cuello, dejando sobresalir solamente la
cabeza. Entonces colocaban una correa de cuero en su lengua, y lo dejaban allí para que
muriera, mientras el sol ardiente lo abrasaba sin misericordia. Se decía que la persona
tratada en esa forma, enloquecía antes de morir. Esa fue pues, una de las torturas que
habían ideado.
Como ejército, los Asirios tenían una forma de desplazarse fuera de lo normal. Una de las
razones por las cuales los babilonios pudieron vencerlos fue la lentitud de la marcha del
ejército asirio. Ellos avanzaban llevando a sus familiares y tenían muy poco orden en el
ejército. Se movían como si fueran una multitud que cruzaba el campo. Resultaba fácil
llegar a la conclusión de que semejante desorden se volvería en contra de ellos. Sin
embargo, cuando se desplazaban como si fueran una plaga de langostas sobre una
ciudad o pueblo, se decía que eran tan temidos, que en algunas ocasiones toda una
ciudad llegaba al extremo de suicidarse antes que caer en las manos de los brutales
Asirios. O sea, que podemos ver que no eran precisamente apreciados por los pueblos
que los rodeaban.
También sabemos que en esta época en particular ellos estaban llevando a cabo
incursiones contra el reino del norte de Israel. Ahora, durante mucho tiempo, fueron Siria y
el reino del norte de Israel, las naciones que lucharon entre sí. Pero ellas finalmente
lograron concertar una alianza a causa de la amenaza de Asiria sobre el norte y el este.
Sin embargo, al final, Asiria llevó cautivos a los pueblos de Siria e Israel. Cuando los
Asirios comenzaban a penetrar en una nación a la que querían conquistar, efectuaban un
ataque por sorpresa sobre una ciudad, se llevaban cautivas a las mujeres, y después
asesinaban brutalmente a los hombres y a los niños. No lo sabemos con seguridad, pero
es razonable deducir, que los Asirios habían descendido en alguna ocasión contra Gath-
hepher, ciudad natal de Jonás, Incluso es posible que hubieran llegado hasta su hogar, y
puede que el profeta hubiera visto con sus propios ojos como asesinaban brutalmente a
sus propios padres. O quizás él pudo ver cómo los asirios abusaron y violaron a sus
propias hermanas. Pero lo que sí sabemos, es que Jonás detestaba a los asirios y no
quería que ellos se salvaran. Por tanto, él salió de viaje en la dirección opuesta. Él no les
iba a llevar el mensaje de salvación de parte de Dios.
(2) Hubo una segunda razón por la cual Jonás se dirigió hacia el oeste. Alguien podría
decir que el mensaje de Jonás no era de salvación, sino que éste sería un mensaje de
juicio. Bueno, aunque esto era cierto, es decir, que sí sería un mensaje de juicio, Pero
Jonás conocía a Dios y entonces ese fue el motivo que lo impulsó a viajar en la dirección
opuesta. El profeta sabía que si llegaba a la ciudad de Nínive con un mensaje de juicio y
la gente de la ciudad se arrepentía y volvía a Dios, Dios no los castigaría, sino que
salvaría a la ciudad. Y él no quería que aquel pueblo se salvara, Esa no era la opción que
él deseaba. Así que se fue en la dirección contraria.
(3) Una tercera razón por la que Jonás salió de viaje en otra dirección, fue que él era
claramente, un profeta de Dios desobediente - de ello no cabe la menor duda. El estaba
fuera de la voluntad, de la misma manera que el hijo pródigo de la parábola relatada en el
Evangelio de Lucas, capítulo 15. El hijo pródigo huyó de su hogar; no quiso vivir bajo la
autoridad de su padre y por ello viajó a un país lejano. De la misma manera, Jonás se
encontraba fuera de la voluntad de Dios. Era un profeta cuya vida no estaba siendo vivida
en armonía con los planes de Dios. Más adelante veremos que la totalidad del capítulo 4
trata sobre su rebelión y como Dios le colocó nuevamente bajo su autoridad.
(4) Ahora aquí tenemos una cuarta y última razón por la que Jonás desobedeció a Dios.
¿Ha observado Ud. que en el Antiguo Testamento Dios nunca envió a sus mensajeros
como misioneros a otros países? El método que Dios usó en el Antiguo Testamento fue
realmente el método opuesto al que usa en la actualidad. Israel tenía que servir y adorar a
Dios como nación que estaba situada geográficamente en la encrucijada del mundo,
donde se encontraban los tres continentes de Europa, Asía y África. Las naciones de
aquel tiempo si no se desplazaban para conseguir agua, tomaban la ruta que cruzaba las
tierras de Israel. Dios eligió a aquel pueblo, lo colocó en esa encrucijada, e hizo que
construyeran un templo para adorarle, para que pudieran dar testimonio de Dios
sirviéndole. El testimonio de ellos se dirigía hacia un mundo que los estaba observando.
La invitación, que encontramos expresada en un salmo, era "Venid, subamos a la casa
del Señor y adorémosle". Y así, en aquella época de apogeo, el pueblo de Israel dio
testimonio de Dios en la encrucijada del mundo, y el mundo vino a ellos.
Por ejemplo, la reina de Saba vino a Israel desde los confines de la tierra. ¿Y por qué
realizó semejante viaje? Ella había oído acerca de cómo adoraban los israelitas y cuando
llegó allí, encontró que había un altar para los pecadores. Ello fue lo que la condujo a un
conocimiento salvador de Dios. Si usted lee este registro histórico, descubrirá que no solo
vino ella al reino de Israel, sino que también otros reyes de la tierra acudieron para
escuchar la sabiduría de Salomón. Durante ese breve período, Israel ofreció al mundo un
testimonio, pero los israelitas no tuvieron que expresar este testimonio saliendo de viaje
como misioneros, sino que fue el resto del mundo el que vino a encontrarse con ellos.
En el Antiguo Testamento se nos dio solo un ejemplo, el de la reina de Saba. En el Nuevo
Testamento, en el libro de Los Hechos, tenemos el ejemplo de cada uno de los hijos del
patriarca Noé: de un descendiente de Cam, de un descendiente de Jafet, y de un
descendiente de Sem, quienes se convirtieron al cristianismo. Nos referimos al eunuco
etíope, a Saulo de Tarso, y a Cornelio, el centurión romano. Aunque se nos dieron solo
estos ejemplos, hubo literalmente miles y, más tarde, millones, que fueron guiados a un
conocimiento salvador de Cristo.
Sin embargo, para la iglesia actual el método es el opuesto al del Antiguo Testamento,
Creemos que a los 12 discípulos, todos ellos israelitas formados de acuerdo con el
Antiguo Testamento, les debió resultar llamativo e incluso sorprendente, cuando el Señor
Jesús les dijo Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura (como
podemos leer en Marcos 16:15) Habrán pensado que se trataba de algo nuevo, que
jamás hubieran imaginado. En vez de convocarlos al templo en Jerusalén, les estaba
diciendo que, comenzando en Jerusalén, es decir, desde Jerusalén, debían ir a Judea, a
Samaria y hasta los confines de la tierra. Este es pues el método actual. A veces
criticamos a Israel por su fracaso en su labor de testimonio, pero nosotros edificamos un
templo y esperamos que la gente venga hacia nosotros, cuando que, en vez de ello,
tendríamos que salir al mundo. Por este motivo difundimos la Palabra y el mensaje de
Dios a través de la radio, porque creemos que es el método divino en la actualidad.
Pero ese no era el método en los días de Jonás y él se sorprendió cuando Dios le dijo:
Levántate y ve a Nínive. Creemos que Jonás era el mismo tipo de persona que Simón
Pedro. Pensamos que Jonás se puso a discutir con el Señor, de la misma manera en que
lo haría, siglos más tarde, Simón Pedro. Creemos que él era esa clase de persona que le
habría dicho a Dios: "Un momento por favor. Tú nunca enviaste a Elías a Egipto, ni a
Isaías a un país aun más lejano. ¿Por qué me estás pidiendo a mí que haga algo que
nunca le pediste a ningún profeta que hiciera?" Y simpatizamos con Jonás. Él no podía
entender por qué Dios querría cambiar Su método. Sin embargo, este libro revela que
Dios es el Dios de los no judíos. El apóstol Pablo escribió en su carta a los Romanos,
capítulo 3, versículo 29, las siguiente palabras que ya hemos citado en otra ocasión:
29¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los no judíos?
Ciertamente, también de los no judíos. Y Jonás hubiera estado de acuerdo con esta
declaración, pero no en ese momento de su vida. No sería hasta después de las
experiencias relatadas en este libro que él fue consciente de que su Dios era también el
Dios de los no judíos.
Volviendo al versículo 3, recordemos que dice: encontró una nave que partía para Tarsis;
pagó su pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor.
La experiencia de Jonás, estimado oyente, podría resultarle de ayuda si usted está
viviendo momentos difíciles que le hacen preguntarse si usted está en la voluntad de
Dios. Aunque no podemos decirle si usted está viviendo, o no, de acuerdo con Su
Voluntad, podemos decirle lo siguiente: el hecho de que usted esté pasando por
momentos problemáticos no constituye una prueba de que esté fuera de la Voluntad de
Dios. Más bien, podría ser una prueba de que usted está bajo la Voluntad de Dios. Si
usted está viviendo una vida en la que todo le sale bien y le resulta fácil en todos los
aspectos, y si ello es el único indicador que está usando para interpretar que usted está
viviendo en la voluntad de Dios, entonces se está apoyando sobre una base deficiente,
frágil, y esa actitud no lo sostendrá en tiempos de crisis.
Observemos de cerca la ilustración de Jonás. Aquí tenemos a un hombre viajando en la
dirección opuesta a la cual Dios le dijo que viajara. Él estaba clara y definitivamente fuera
de la voluntad de Dios, y se dirigió hacia Jope, y cuando llegó allí, no encontró ningún
problema. Entonces encontró un barco, compró un billete, subió a bordo y se fue a dormir.
Todo parecía ir bien.
Según nuestra opinión, Jonás podría haber dado un testimonio, parecido a algunos que
hemos escuchado con frecuencia. Quizás él fue a comprar el billete preguntándose si
estaba cumpliendo la voluntad de Dios o no. (El tenía que haber sabido que no la estaba
obedeciendo). Pero, igual que él, algunos dicen que se preguntan si la está cumpliendo o
no. Quizás, a última hora ya no quedaban plazas libres, pero alguien llamó para cancelar
la suya y entonces el vendedor de billetes le ofreció el lugar que había quedado vacante.
Entonces Jonás debió haber pensado: "¡Bueno, esto debe querer decir que estoy
cumpliendo la Voluntad de Dios!"
¿Cuántos cristianos piensan hoy de esta manera? Si lo están pasando mal piensan: "Ay,
debo estar fuera de la voluntad de Dios": Si todo está en calma y nos va bien en todo
piensan:"Bueno, debo estar obedeciendo la Voluntad de Dios". Estimado oyente, de
acuerdo con nuestra opinión, si usted está teniendo problemas, podría ser que el diablo
se está preocupando porque usted está creciendo espiritualmente y siendo efectivo para
Dios. Hemos encontrado que esto ha resultado cierto en nuestro propio ministerio
cristiano. Simplemente, el hecho de que usted esté teniendo problemas no quiere decir
que se encuentra fuera de la Voluntad de Dios.
Volviendo a la historia de Jonás, todo parecía seguir saliendo bien y todo auguraba un
viaje tranquilo y agradable. Alguien ha definido una situación parecida a ésta como "una
coincidencia fortuita de circunstancias". Pero nosotros sabemos que Jonás estaba
viajando en la dirección equivocada y Dios iba a tener que hacerlo ir a parar a un pez para
que su vida experimentara un giro y se pusiera en la dirección correcta.
A través de los siglos, en la Biblia y fuera de la Biblia, los siervos de Dios no se han
encontrado con una vida fácil. Las circunstancias no se les han presentado tan favorables;
más bien han sido difíciles. Nos ha emocionado la historia del misionero David
Livingstone; pero él, verdaderamente, sufrió lo suyo. Si hubiéramos penetrado en la
oscuridad espiritual del África, como él hizo, después de pasar por algunas de las duras
experiencias que las que él pasó, nos hubiera resultado fácil decir con una voz piadosa:
"Bueno, parece que la Voluntad de Dios es que demos la vuelta y regresemos al hogar".
Otro misionero, llamado John Patton, misionero a las Nuevas Hébridas, se encontró con
decepciones por todas partes y tuvo que sortear obstáculos diariamente; pero, ésta es la
manera en que a veces Dios nos guía.
En la carta a los Hebreos, capítulo 11, versículos 36 al 38, hablando de muchos héroes
anónimos de la fe, dice: 36Otros experimentaron oprobios, azotes y, a más de esto,
prisiones y cárceles. 37Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo
de espada. Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras,
pobres, angustiados, maltratados. 38Estos hombres, de los cuales el mundo no era digno,
anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas
de la tierra. En esa misma carta a los Hebreos también leemos que algunos, por la fe,
escaparon del filo de la espada, mientras que otros, por causa de su fe, fueron muertos
por la espada. En consecuencia, diremos que usted no puede interpretar siempre que las
circunstancias favorables son una señal de estar bajo la Voluntad de Dios, y que las
desfavorables indican que usted no está en la Voluntad de Dios.
Volviendo a nuestra historia, Jonás se encontraba entonces a bordo y lo imaginamos en la
cubierta sonriendo, a medida que la vista de la costa se iba perdiendo en la distancia.
Quizás se dijo a sí mismo: "¡Bueno, parece que voy a tener un viaje tranquilo!" Pero más
adelante comprobaremos que este hombre no lo iba a tener nada fácil.
Estimado oyente, nuestro tiempo ha llegado hoy a su fin. En nuestro próximo programa
continuaremos examinando el viaje de aquel profeta llamado Jonás, que pretendió huir de
la presencia de Dios embarcándose en dirección contraria a la que Dios le había pedido
que fuera. Dado que de las circunstancias de su vida pueden constituir para nosotros una
lección, que haremos bien en escuchar, asimilar, y tener en cuenta al vivir la vida cristiana
en esta tierra.
Jonás 1:4-10
Continuamos hoy, estimado oyente, nuestro recorrido por el libro de Jonás. Y nos
encontramos estudiando el primer capítulo. Recordando algo de lo que hemos dicho en
nuestro programa anterior, diremos que Dios le pidió que se fuera a Nínive y, en cambio,
el compró un billete para viajar a Tarsis. Dios le dijo que se fuera en dirección al este y él
decidió no obedecer a Dios y partió rumbo al oeste. Entonces, de forma natural surge la
pregunta: ¿Por qué actuó Jonás de esta manera? Hay varias explicaciones.
Anteriormente presentamos cuatro explicaciones: (1) Jonás detestaba a los habitantes de
Nínive y no quería que se salvaran. (2) El mensaje del profeta sería un mensaje de juicio,
Pero Jonás conocía a Dios y entonces ese fue el motivo que lo impulsó a viajar en la
dirección opuesta. (3) Una tercera razón por la que Jonás salió de viaje en otra dirección,
fue que él era claramente, un profeta de Dios desobediente. (4) Hemos observado que en
el Antiguo Testamento Dios nunca envió a sus mensajeros como misioneros a otros
países. Por ello, él se sorprendió cuando Dios le dijo: Levántate y ve a Nínive.
Con respecto al versículo 3, recordemos que dice: encontró una nave que partía para
Tarsis; pagó su pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del
Señor.
Aquí tenemos a un hombre viajando en la dirección opuesta a la cual Dios le dijo que
viajara. Él estaba clara y definitivamente fuera de la voluntad de Dios, y se dirigió hacia
Jope, y cuando llegó allí, no encontró ningún problema. Entonces encontró un barco,
compró un billete, subió a bordo y se fue a dormir. Todo parecía ir bien.
Según nuestra opinión, Jonás podría haber dado un testimonio, parecido a algunos que
hemos escuchado con frecuencia. Quizás él fue a comprar el billete preguntándose si
estaba cumpliendo la voluntad de Dios o no. (El tenía que haber sabido que no la estaba
obedeciendo). Pero, igual que él, algunos dicen que se preguntan si la está cumpliendo o
no. Quizás, a última hora ya no quedaban plazas libres, pero alguien llamó para cancelar
la suya y entonces el vendedor de billetes le ofreció el lugar que había quedado vacante.
Entonces Jonás debió haber pensado: "¡Bueno, esto debe querer decir que estoy
cumpliendo la Voluntad de Dios!"
¿Cuántos cristianos piensan hoy de esta manera? Si lo están pasando mal piensan: "Ay,
debo estar fuera de la voluntad de Dios": Si todo está en calma y nos va bien en todo
piensan:"Bueno, debo estar obedeciendo la Voluntad de Dios". Estimado oyente, de
acuerdo con nuestra opinión, si usted está teniendo problemas, podría ser que el diablo
se está preocupando porque usted está creciendo espiritualmente y siendo efectivo para
Dios. Hemos encontrado que esta ha resultado cierto en nuestro propio ministerio
cristiano. Simplemente, el hecho de que usted esté teniendo problemas no quiere decir
que se encuentra fuera de la Voluntad de Dios.
Volviendo a la historia de Jonás, todo parecía seguir saliendo bien y todo auguraba un
viaje tranquilo y agradable. Alguien ha definido una situación parecida a ésta como "una
coincidencia fortuita de circunstancias". Pero nosotros sabemos que Jonás estaba
viajando en la dirección equivocada y Dios iba a tener que hacerlo ir a parar a un pez para
que su vida experimentara un giro y se pusiera en la dirección correcta.
A través de los siglos, en la Biblia y fuera de la Biblia, los siervos de Dios no se han
encontrado con una vida fácil. Las circunstancias no se les han presentado tan favorables;
más bien han sido difíciles.
En la carta a los Hebreos, capítulo 11, versículos 36 al 38, hablando de muchos héroes
anónimos de la fe, dice: 36Otros experimentaron oprobios, azotes y, a más de esto,
prisiones y cárceles. 37Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo
de espada. Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras,
pobres, angustiados, maltratados. 38Estos hombres, de los cuales el mundo no era digno,
anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas
de la tierra. En esa misma carta a los Hebreos también leemos que algunos, por la fe,
escaparon del filo de la espada, mientras que otros, por causa de su fe, fueron muertos
por la espada. En consecuencia, diremos que usted no puede interpretar siempre que las
circunstancias favorables son una señal de estar bajo la Voluntad de Dios, y que las
desfavorables indican que usted no está en la Voluntad de Dios.
Volviendo a nuestra historia, Jonás se encontraba entonces a bordo y lo imaginamos en la
cubierta sonriendo, a medida que la vista de la costa se iba perdiendo en la distancia.
Quizás se dijo a sí mismo: "¡Bueno, parece que voy a tener un viaje tranquilo!" Pero más
adelante comprobaremos que este hombre no lo iba a tener nada fácil.
Leamos ahora el versículo 4 de este primer capítulo del libro de Jonás, que comienza un
párrafo que hemos titulado,
Un gran viento
"Pero el Señor hizo soplar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan
grande que se pensó que se partiría la nave."
Ahora, podemos ver que Dios era responsable por esa tormenta, y quisiéramos destacar
esta circunstancia desde el mismo principio. Esta tormenta fue sobrenatural.
La tormenta en el Mar de Galilea, durante la cual el Señor Jesucristo estaba durmiendo en
el barco, fue de tanta intensidad que aquellos hombres que se encontraban a bordo
pensaron que iban a perecer. Ellos tenían experiencia en aquel mar y fueron conscientes
que aquella era un temporal que no podrían capear y veían inevitable que la barca pronto
estuviera en el fondo del mar. También se trataba de una tormenta sobrenatural, pero en
aquella ocasión Satanás era responsable de ella, en un intento de destruir al Señor Jesús.
El apóstol Pedro vino a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? Es
que en realidad, esto es lo que habría sucedido si el Señor no hubiera intervenido.
Aquí en el libro de Jonás, Dios estaba usando un temporal, y lo estaba haciendo con un
buen propósito. Con este temporal iba a salvar a una ciudad. Iba a enderezar el rumbo de
un profeta que había estado yendo en la dirección equivocada, colocándolo al fin en el
camino correcto.
Leamos ahora el versículo 5 de este primer capítulo de Jonás:
"Los marineros tuvieron miedo y cada uno clamaba a su dios. Luego echaron al mar los
enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Mientras tanto, Jonás había
bajado al interior de la nave y se había echado a dormir."
Estos marineros eran navegantes acostumbrados a las condiciones del Mar Mediterráneo
y detectaron que aquel no era un temporal natural.
Dice aquí que Jonás había bajado al interior de la nave y se había echado a dormir. La
actitud de Jonás aquí está en contradicción con un punto de vista popular que
compartíamos en el pasado. Creíamos que si una persona sale de la esfera de la voluntad
de Dios y comienza a pecar, será atormentada por una conciencia que la molestará
continuamente, haciéndola vivir en una constante inquietud. Pero, ¿fue esto cierto de
Jonás? Este profeta se encontraba de manera definitiva fuera de la voluntad de Dios,
dirigiéndose en la dirección contraria al mandato divino y realmente huyendo de la
presencia de Dios, él quería alejarse lo más posible de la ciudad de Nínive, y se
encontraba viajando hacia Tarsis. Sin embargo, tenía confianza en que estaba actuando
correctamente y en que todo le estaba saliendo bien. Así fue que fue capaz de dormir
durante este temporal, aun cuando los marineros de la nave estaban aterrorizados; y
estos marineros eran paganos que adoraban a toda clase de dioses. Y dice el versículo 6
de este primer capítulo de Jonás.
"Entonces el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate y
clama a tu Dios. Quizá tenga compasión de nosotros y no perezcamos."
En efecto, el patrón de la nave tuvo que ir a despertarle y le llamó dormilón, porque en
medio del brusco movimiento del barco y a pesar de los gritos de los marineros, fue el
único de a bordo que fue capaz de dormir. Así que Jonás se vio obligado a salir a la
cubierta, y entonces sintió la fuerza del gran temporal, que amenazaba enviar la nave al
fondo del mar. Dice el versículo 7:
"Entre tanto, cada uno decía a su compañero: Venid y echemos suertes, para que
sepamos quién es el culpable de que nos haya venido este mal. Echaron, pues, suertes, y
la suerte cayó sobre Jonás."
Ahora, lo que estos hombres estaban haciendo aquí revelaba que eran supersticiosos,
utilizando la suerte para averiguar quién tenía la culpa del mal que les había caído. Dice
aquí que la suerte recayó en Jonás. Evidentemente Dios estaba utilizando ese juego, pero
ello no significa que El lo aprobara. De la misma forma, no creemos que el profeta
Samuel, por ejemplo, haya sido llamado de entre los muertos por una bruja, y podemos
leer acerca del incidente en el primer libro de Samuel, capítulo 28, versículos 7 al 20. No
creemos que esa bruja pudiera hacer aquello, ni tampoco creemos que el mismo Satanás
pudiera hacer tal cosa. Fue Dios quien lo hizo, y creemos que solo Dios puede resucitar a
alguien de entre los muertos. Solo Dios tiene poder sobre la muerte, sobre el sepulcro. El
Señor Jesucristo dijo que El tiene las llaves del infierno y de la muerte, como podemos
leer en el libro de Apocalipsis, capítulo 1, versículo 18, y El no ha delegado esa autoridad
a Satanás.
Ahora, aquellos marineros echaron suertes. ¿Puede utilizar Dios algo así? Como ejemplo
podemos citar lo que le ocurrió a un Pastor en una ocasión. A su iglesia asistía una
señora que era creyente y su hija pequeña que también lo era. El padre no era cristiano, y
no quería tener nada que ver con las actividades de la iglesia. Solamente asistía a la
iglesia en ocasiones especiales como la Navidad o la Semana Santa. En una ocasión
cuando el Pastor se dio cuenta que esta persona iba a asistir a la iglesia durante la
Navidad, el Pastor le dijo a la gente que se mostrara afectuosa y amable con él y que lo
saludara. Luego, el comentario de este hombre fue que la gente de esa iglesia se había
pasado, se había excedido en sus demostraciones de afecto, lo cual no le había gustado.
Bueno, más tarde cuando él fue nuevamente a la iglesia en Semana Santa, el Pastor
entonces advirtió a la gente que, ya que a él no le gustaban las demostraciones de afecto,
era mejor que solo algunos pocos fueran a saludarle con cortesía y nada más. Y el Pastor
mismo solamente le dio la mano al terminar el servicio religioso. En esa ocasión la opinión
de este hombre fue que la gente allí era demasiado fría en su trato personal. O sea que,
era una de esas personas a quien no se puede complacer muy fácilmente. Pues, bien,
este hombre tenía un comercio y varios empleados a su servicio.
Aproximadamente seis meses más tarde llamaron a la puerta de la casa del pastor y allí
este hombre, con una mirada de temor en sus ojos y comenzó a contarle el motivo de su
visita. Resulta que una secretaria de su empresa había ido a visitar a una adivina, y que
ésta la dijo que moriría repentinamente. Cuando ella le contó esta historia a nuestro
personaje, al dueño de la empresa, ambos se rieron de tal predicción; pero la secretaria
también añadió que la adivina también había predicho que su jefe también moriría
repentinamente. Por supuesto, se volvieron a reír de lo absurdo y ridículo de tal
predicción.
Pero dos días más tarde, cuando la secretaria bajaba de un autobús, fue atropellada por
un coche y murió casi instantáneamente. Así que esto hizo que nuestro personaje se
asustara tanto que esa misma noche fue a la casa del Pastor para conversar con él.
Pensaba que él también iba a morir repentinamente, como le había sucedido a su
secretaria. El pastor entonces le dijo: "Bueno, puedo comprender cómo se siente usted y
creo que puedo ayudarle a quitarle ese temor. La adivina no tiene nada que ver con lo que
ha sucedido. Ella no podía predecir lo que sucedería. Lo ocurrido se debió a esas
circunstancias extrañas de la vida, que podemos llamar coincidencias. Así que no creo
que esto quiera decir que usted va a morir".
Entonces el hombre respondió; "En cualquier caso, quiero estar preparado. ¿No me
explicaría usted lo necesario para la salvación del alma?".Entonces el pastor le explicó el
plan de Dios para la salvación, y como Dios había enviado a Cristo al mundo para morir
por nuestros pecados. Y en aquella misma noche aquel hombre estuvo dispuesto a dar el
paso de fe de recibir al Señor Jesucristo como su Salvador.
Satanás quizás empujó demasiado a este hombre, porque él mismo fue responsable de
que él buscara la salvación y llegase a ser salvo esa misma noche. Francamente
hablando, debemos decir que Dios utiliza a veces los engaños del enemigo para cumplir
Sus propósitos de salvación. Él dijo que puede usar la ira del hombre para alabarle, y él
también puede aprovechar la superstición y rebelión de las personas para alabarle.
En el caso de nuestra historia, los marineros que se encontraban a bordo con Jonás eran
supersticiosos. Pero Dios usó la superstición de ellos para cumplir Sus propósitos, porque
ellos recurrieron a la suerte, y la suerte recayó sobre Jonás. Y vemos que sucedió
leyendo el versículo 8:
"Entonces ellos le dijeron: Explícanos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio
tienes y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra y de qué pueblo eres?"
Aparentemente Jonás había tenido algún tiempo para hablar con los marineros, pero no
les había contado mucho sobre sí mismo. Por cierto, no había sido un testigo efectivo de
Dios. Alguien que se encuentra fuera de la voluntad de Dios nunca puede ser un testigo
efectivo de Dios. Es importante que recordemos esto.
Tendríamos que observar aquí qué fue lo que Jonás no les dijo a los marineros. En primer
lugar ellos le preguntaron quién tenía la culpa de que estuvieran sufriendo semejante
desastre. También le preguntaron qué oficio tenía. Jonás no le había dicho a nadie que
era un profeta, había permanecido en silencio con respecto a ese tema. Después le
preguntaron de donde venía. Jonás no les había dicho que procedía de Gath-hepher, en
el reino del norte de Israel. No había dicho nada sobre su ciudad natal. También le
preguntaron cuál era su país. El no les había dicho que era un ciudadano de Israel.
Además le preguntaron a que pueblo pertenecía. Jonás no les había dicho que pertenecía
al pueblo israelita, que tenía una revelación del Dios vivo y verdadero. No les había
explicado que era un profeta que representaba al Dios vivo y que había sido llamado por
El para ir a la ciudad de Nínive, para llevar un mensaje de esperanza y salvación. El no
había nada sobre todo esto. ¿Por qué? Porque se encontraba totalmente fuera de la
voluntad de Dios para su vida. Leamos ahora el versículo 9 de este primer capítulo:
"Él les respondió: Soy hebreo y temo al Señor, Dios de los cielos, que hizo el mar y la
tierra."
Él contestó que era hebreo. Y eso quería decir mucho. Los Hebreos eran conocidos como
una nación monoteísta; es decir, que adoraban a un solo Dios y nunca adoraban a los
ídolos. Ellos no tenían otros dioses ante ellos, sino adoraban a Dios el Creador. Y Jonás
les dijo que reverenciaba y temía al Señor, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra. O
sea, que él adoraba al Dios que había creado ese océano inmenso que los rodeaba, ese
océano tan inquieto, tan agitado por los vientos de la tempestad. Y no solo había creado
el mar, sino también la tierra firme. Creemos que aquellos marineros sabían algo acerca
de Israel, pero como eran paganos no tenían un conocimiento del Dios vivo y verdadero.
Y dice el versículo 10:
"Aquellos hombres sintieron un gran temor y le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Pues
ellos supieron que huía de la presencia del Señor por lo que él les había contado."
Aunque Jonás había podido dormir tranquilamente, no cabía duda que tenía una mala
conciencia por su actitud de desobediencia a Dios. De alguna manera les debe haber
dado a entender a aquellos marineros que, al hacer aquel viaje, estaba huyendo del
Señor. Pero no creemos que les hubiera dado mucha información al respecto.
Así que aquellos hombres le preguntaron: ¿Por qué has hecho esto? Tenemos que decir
que esta es una buena pregunta que en algunas ocasiones puntuales, el no creyente le
formula al creyente, y realmente puede acabar siendo una pregunta embarazosa.
En cierta ocasión un hombre se puso a conversar con un Pastor y le preguntó si conocía a
un amigo suyo. Y el Pastor le dijo que sí, que él asistía a esa iglesia. Este hombre
entonces le preguntó si el otro era miembro de la iglesia, a lo cual el Pastor le dijo que sí,
que él era muy activo en los asuntos de la iglesia. Y este hombre entonces le dijo: "Bueno,
he conocido a este señor por muchos años, y he hecho negocios con él, pero nunca
pensé que él fuera un creyente. Si yo fuera un creyente, nunca haría las cosas que hace
este hombre". Estimado oyente, es una situación muy embarazosa, por cierto, cuando un
no creyente viene y le dice a un creyente: "¿Por qué está haciendo eso? Yo pensaba que
usted era un hijo de Dios". Volviendo a nuestra historia, creemos que ante esta pregunta
de los marineros, Jonás debe haberse sonrojado varias veces de vergüenza, porque tal
pregunta, formulada por unos paganos, tocaba el flanco débil de su vida, y ponía en
evidencia las contradicciones de su fe en el Dios de su pueblo.
Bien, estimado oyente, por hoy nos detenemos en este punto del relato, presenciando la
conversación entre Jonás y a la tripulación del barco, con la imagen de un profeta
desobediente que habrá tenido que bajar su cabeza, rehuyendo la mirada de sus
compañeros. Estamos llegando a uno de los puntos culminantes de este relato. En
nuestro próximo encuentro examinaremos el desenlace de esta tensa situación a la cual
hemos llegado. Así que le invitamos a acompañarnos en nuestro próximo encuentro, para
continuar recorriendo juntos este sendero "a través de la Biblia."

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