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U.D. 1.

- El pensamiento griego

ARISTÓTELES
ANÁLISIS Y COMENTARIO
POLÍTICA – LIBRO I – CAP 1 Y 2

POLÍTICA. LIBRO I, CAP. 1

Líneas 0-10: "Ya que vemos que cualquier ciudad... llamamos ciudad y comunidad
cívica".
Aristóteles nos ofrece en este fragmento su definición de la ciudad a la que entiende
como aquella comunidad que comprende a las demás (comunidades) y persigue el fin
superior. Así pues, para él cualquier ciudad es una comunidad que se constituye con el fin
de lograr el máximo bien para sus miembros. Vamos a ver de dónde obtiene esta
definición, qué significa y qué implica:
La definición que Aristóteles ofrece de la ciudad como el lugar que reúne a los
hombres que quieren vivir en común para lograr el máximo bien procede de su
concepción del hombre como un individuo social o político por naturaleza. Esto significa
que, según él, el hombre no puede vivir aisladamente si pretende dar cumplimiento a su
naturaleza y ser un auténtico hombre (nos dirá más tarde, en el cap. II que el hombre que
no necesita la ciudad y prescinde de ella o es bestia o es un dios).
Para Aristóteles la ciudad es una cosa natural. Como tal, tiene su propia naturaleza
o esencia y tiende a un fin. Este fin es superior a otros fines porque por naturaleza la
ciudad es superior a otras formas de asociación. Esta superioridad no reside en el hecho
de que tenga mayor tamaño o mayor número de habitantes que aquellas sino en el hecho
de que en la ciudad se da cumplimiento a las disposiciones naturales de los individuos
particulares que la constituyen como tal y a la naturaleza de la ciudad en cuanto que
totalidad que engloba a todos esos individuos particulares.
La ciudad está orientada a la consecución de un bien superior. Ahora bien, no todos
los fines, por muy superiores que sean son buenos. Para que un fin sea bueno, de
acuerdo con Aristóteles es necesario que lleve emparejado el logro de la plenitud de la
naturaleza que lo persigue: debe ser un fin en sí mismo y no un medio para conseguir
otros bienes mayores. El bien mayor que, según este autor, busca el ser humano es aquel
que consiste en facilitar la comunicación con otros seres humanos y hacer posible la
convivencia con ellos pues sólo de este modo consigue su realización plena. En esta
concepción el bien no es solamente un valor, tampoco coincide con el simple
conocimiento racional de ese valor, es, sobre todo, la actividad que tiende a la
consecución de ese valor o perfección. Cuando los seres humanos logran su perfección
como tales alcanzan la felicidad.
La felicidad, tal como la entiende Aristóteles no es, por tanto, un estado de las cosas
sino un tipo de vida que exige adquirir ciertos hábitos de comportamiento o ciertas
virtudes. Esto quiere decir que para que los hombres logren ser felices han de vivir de un
determinado modo –en sociedad- y han de comportarse conforme a unas normas que, a
diferencia de lo sostenido por los sofistas, no son convencionales sino naturalmente
sociales en cuanto que surgen desde las entrañas mismas de la naturaleza humana -que
es básicamente social-. De este modo la política aristotélica estaría subordinada en este
sentido a la ética y sólo en este contexto se entiende que, para él, el fin de toda actividad

Tema 5: Aristóteles. Política, Libro I, cap. 1 y 2. Comentario. -1-


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humana sea conseguir la felicidad, que ésta sólo se logre plenamente en la polis y que la
ciencia suprema sea, por tanto, la política.
El objeto de la ciencia política es el estudio de la comunidad, sin la cual no puede
haber ciudades o estados. Así nos dice vemos que cualquier ciudad es una cierta
comunidad. Ahora bien, no por ser más grande una comunidad va a ser mejor ni va a
estar mejor gobernada.
En las líneas 10-22: “Cuantos opinan que... eso no es verdad”.
Aristóteles nos habla de las distintas formas de gobierno comunitario y afirma que no
es verdad que la bondad de un estado o de una forma de gobierno dependa del número
de gobernados o de la extensión de la comunidad gobernada. Según él la bondad de
éstos depende de (la bondad) del fin al que tienden y el mejor fin, el supremo es el que
tiende a la autosuficiencia o perfección total como vimos antes.
Para Aristóteles la diferencia entre una ciudad, un reino, una familia y un patrimonio
con siervos no es cuantitativa, sino cualitativa, es decir, afecta, por tanto, a su naturaleza
o esencia y, con ésta a su fin y a su bondad. Para distinguirlos adecuadamente propone la
utilización del método analítico-deductivo.
En las líneas 22-30. Aristóteles nos dice que el método analítico-deductivo consiste
en descomponer el todo hasta llegar a sus partes elementales para averiguar cómo se ha
formado. En el caso de la ciudad se trata de ver de qué elementos se compone y en qué
difieren estos. Esta tarea la realizará en el capítulo II.

POLÍTICA. LIBRO I, CAP. 2


El capítulo II, según se aprecia en las líneas 31-35 comienza con la exposición del
segundo método de estudio de la formación de un estado: el genético-cronológico. Este
método consiste en estudiar la sociedad política a partir de su origen si uno presta
atención desde un comienzo al desarrollo de los seres, podrá observar también este
problema, como los otros, del mejor modo para pasar seguidamente a realizar un estudio
genético de las distintas formas de comunidad humana.
En las líneas 35-42, Aristóteles nos dice que la sociedad familiar nace de la
deficiencia del individuo humano que necesita emparejarse para continuar la especie, y es
natural el impulso a dejar tras de sí a otro individuo semejante a uno mismo. El
emparejamiento no es un acto voluntario no surge en virtud de una previa elección sino un
acto impuesto por una necesidad o impulso natural. El ser humano también necesita
emparejarse para poder subsistir Esto ocurre con las hembras y los machos pero también
con los amos y los esclavos. Entre hombres y mujeres, y entre amos y esclavos, se da
una relación de dominancia y esta relación, según Aristóteles, es natural puesto que se
fundamenta en un análisis de la naturaleza de cada una de las partes. Sus ideas sobre los
esclavos comportan un viejo prejuicio racial de los helenos (aunque en realidad él era
macedonio, se sentía griego), según el cual los griegos son por naturaleza superiores a
los bárbaros —los no helenizados- y no podrían nunca ser esclavos, por lo tanto deberían
ser amos. En el contexto social en que se mueve Aristóteles los esclavos son a menudo
prisioneros de guerra pero no se esclaviza a los prisioneros de las guerras de griegos
contra griegos sino a los que se obtienen del enfrentamiento de los griegos con otros
pueblos. Como los esclavos están sometidos ala autoridad superior del amo se los
pueden utilizar como instrumentos para producir servicios, objetos y bienes de uso, no
son considerados personas y no pueden ser ciudadanos. Lo mismo se puede decir de las
mujeres. (cfr).

Tema 5: Aristóteles. Política, Libro I, cap. 1 y 2. Comentario. -2-


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Por lo tanto, la sociabilidad humana encuentra su fundamento no en la convención


sino en el análisis de la naturaleza humana.
La familia es la unidad social básica. En ella el hombre posee autoridad sobre los
hijos, los esclavos y la mujer. El fundamento de esta autoridad también se encuentra en
un análisis de la naturaleza de los mismos. Un examen de la naturaleza humana revela
que hay hombres a quienes la naturaleza dota para gobernar y otros que deben ser
gobernados. Este gobierno ha de hacerse conforme a las reglas de la racionalidad.
Aristóteles lo llama "previsión con inteligencia" Para entenderlo adecuadamente hay que
señalar que Aristóteles cree que para alcanzar su plenitud todo ser debe comportarse
conforme a las "exigencias" que le impone su naturaleza. A propósito del ser humano,
esto quiere decir que él no elige sobre los bienes o los fines, porque están ya fijados de
antemano por la forma reguladora. Lo que el hombre elige es si quiere o no actualizar o
realizar esos fines.
En las líneas 42-67. Aristóteles nos dice que para actuar correctamente –es decir,
conforme al bien- se necesita que la voluntad quiera realizar el bien y realizar un ejercicio
de deliberación acerca de cómo realizarlo. Esto es aplicable también al gobierno. Por eso
señala Aristóteles en el texto que el que es capaz de previsión con su inteligencia es un
gobernante por naturaleza y un jefe natural, y el que no, es siervo, esclavo o dominado.
Los siervos, esclavos o dominados (estos términos no son sinónimos) no pueden ser
ciudadanos aunque vivan en la ciudad. La razón es que para ser ciudadanos es preciso
tomar parte activa en la administración de los asuntos públicos, es decir, gobernar. Los
colonos, los miembros de una ciudad conquistada, los esclavos, los artesanos, los
mercaderes y las mujeres y los niños no podían ser ciudadanos. Unos porque carecían de
libertad y otros porque carecían del tiempo libre necesario para ocuparse de los asuntos
públicos. Al no ser ciudadanos, no eran plenamente hombres ni podían ser plenamente
felices. Por esta razón, cuando en el periodo helenístico los griegos vean cómo va
desmoronándose la polis, ellos que se han definido, según las tesis de Aristóteles y Platón
como seres políticos, ellos cuya vida entera ha sido vivir por y para la polis, van a sentirse
desustancializados, exentos de identidad y por eso la tarea filosófica fundamental será
intentar salvar al hombre de este estado procurándole nuevas vías de escape.
A juicio de Aristóteles, un verdadero hombre es racional (capaz de previsión con su
inteligencia) y es social: participa activamente en los asuntos de la ciudad. En los
gobernantes la racionalidad es necesaria porque sin ella no podrían distinguir entre el
vicio y la virtud pudiendo dictar normas viciadas creyendo que eran buenas.
Los habitantes de la ciudad que no son ciudadanos en el sentido anteriormente
expuesto tienen como misión satisfacer las necesidades de los ciudadanos quedando
relegados a ser medios o instrumentos para conseguir un fin. Se pueden, pues, equiparar
a los bueyes.
En las líneas 68-78: Aristóteles nos habla de la polis o ciudad, como agrupación de
varias aldeas, que es por naturaleza anterior a la familia y al individuo, al ser la comunidad
perfecta, en éstas se encuentra desde su origen la posibilidad -o potencialidad- de acabar
formando parte de una ciudad. Aquí se entiende como la forma que regula el desarrollo
posterior de cualquier otra forma de asociación. Es perfecta porque tiene autosuficiencia
total. Tiene su origen en la urgencia de vivir pero su fin es vivir bien, con dignidad de ser
humano. Lo que equivale a proporcionar felicidad al ser humano.
Cronológicamente, sin embargo, la ciudad es posterior a la familia y a la aldea. La
familia se constituye como la primera forma natural de asociación: es el lugar en el que
todos nacemos y satisfacemos nuestras primeras necesidades. La aldea surge de la
unión de varias familias que quieren sentirse seguras una vez satisfechas sus

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necesidades básicas y la ciudad de la unión de varias aldeas. La ciudad constituye el fin


al que tienden las otras formas de asociación porque es la realidad que posibilita el que
los hombres puedan llevar una vida plena y digna.
Lo que distingue a una comunidad de cualquier otra forma de asociación -pues no
todas las asociaciones humanas constituyen sin más una comunidad- es el hecho de que
sus miembros persiguen el mismo fin. Este fin no puede consistir simplemente en
sobrevivir -caso de la familia- o en ayudarse mutuamente a vivir -caso de la aldea-. El fin
de la ciudad es más alto: aspira a realizar el bien común y esta finalidad no es sólo
política, es ante todo, ética.
La búsqueda del bien común traerá consigo la autosuficiencia y la justicia, que son
los caminos que llevan a la felicidad o a "vivir bien", que son sinónimos de un vivir pleno,
sin carencias. Es esta y no otra la razón por la que cree Aristóteles que sólo en
comunidad encuentra el ser humano su forma más plena desde el punto de vista ético y
por la que considera que vivir como ciudadano es la forma más plena de vivir para un ser
humano y algo connatural al mismo.

Tema 5: Aristóteles. Política, Libro I, cap. 1 y 2. Comentario. -4-

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