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N
346.042
E 74 Escobar Fornos, Iván
Introducción al Derecho Inmobiliario
Registral Nicaragüense / Iván Escobar Fornos
-- 2a ed. -- Managua: HISPAMER, 1999. 366 p.
ISBN: 99924-33-38-8
1. DERECHO DE PROPIEDAD
2. BIENES RAICES-NICARAGUA 3. IMPUESTOS
INMOBILIARIOS-NICARAGUA
Cuidado de edición
Lic. Alicia Casco Guido
Diseño de Portada
Reynaldo Silva Flores
Diseño y Diagramación
Reynaldo Silva Flores
Revisión de Texto
Aníbal Ruíz Armijo
2
INDICE GENERAL
Reconocimientos 11
Prólogo, por el Doctor José María Chico y Ortiz 13
Dedicatoria 21
Código de Abreviaturas 22
3
b) Legalidad 61
c) y d) Especialidad y Tracto Sucesivo 62
e) Rogación 63
f) Publicidad 63
g) Prioridad 63
D. Títulos inscribibles 63
E. Organización 64
CAPITULO IV: SU AUTONOMIA Y RELACIONES CON
OTRAS RAMAS DEL DERECHO 69
1 . Autonomía del Derecho Inmobiliario Registral 69
2. Sus relaciones con otras ramas del Derecho 70
a) Relaciones con el Derecho Civil 70
b) Relaciones con el Derecho Administrativo 70
c) Relaciones con el Derecho Mercantil 70
d) Relaciones con el Derecho Procesal 70
e) Relaciones con el Derecho Internacional Privado 71
f) Relaciones con el Derecho Fiscal 71
g) Relaciones con el Derecho Constitucional 71
h) Relaciones con el Derecho Notarial 71
CAPITULO V: LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INMOBILIARIO REGISTRAL 73
1. Importancia de su estudio 73
2. Enumeración 73
3. Aplicación de los Principios a otros Registros 73
CAPITULO VI: SISTEMAS REGISTRALES 79
1. Utilidad de su estudio 79
2. Clasificación 79
CAPITULO VII: SISTEMA FRANCES 83
1. Textos legales 83
2. Rasgos fundamentales 83
a) Transmisión por el solo consentimiento 83
b) Publicidad 83
c) Transcripción 85
d) Rogación 85
e) Especialidad 85
f) Tracto sucesivo 85
9) Legalidad 86
h) Prioridad 86
3. Actos inscribibles 87
4. Organización del Registro 87
5. Crítica del Sistema 88
CAPITULO VIII: SISTEMA ALEMAN 93
1. Textos legales 93
2. Rasgos fundamentales 93
a) Consentimiento e inscripción 94
b) Legalidad 94
c) Tracto sucesivo 94
4
d) Legitimación 94
e) Fe Pública 94
f) Rogación 95
9) Prioridad 95
h) Especialidad 95
3. Actos inscribibles 96
4. Organización del Registro 96
5. Crítica del Sistema 96
CAPITULO IX: SISTEMA SUIZO 101
1. Textos legales 101
2. Rasgos fundamentales 101
a) Inscripción y consentimiento 102
b) Legítimación 102
c) Fe Pública 102
d) Legalidad 102
e) Tracto sucesivo 102
f) Especialidad 102
9) Prioridad 102
h) Rogación 102
3. Actos inscribibles 103
4. Organización del Registro 103
5. Crítica del Sistema 103
CAPITULO X: SISTEMA AUSTRALIANO 107
1. Fuentes 107
2. Rasgos fundamentales 107
a) Inmatriculación 107
b) El título 108
c) Transacciones posteriores 109
d) Legitimación 109
e) Fe Pública 109
f) Legalidad 109
9) Seguro inmobiliario 110
3. Organización del Registro 110
4. Crítica del Sistema 110
CAPITULO XI: SISTEMA ESPAÑOL 115
1. Textos legales 115
2. Principios hipotecarios en que descansa 115
a) Inscripción 115
b) Rogación 116
c) Legalidad 116
d) Publicidad-legitimación y fe pública 119
e) Especialidad 122
f) Tracto sucesivo 122
9) Prioridad 124
3. Títulos inscribibles 124
4. Organización del Registro 125
5
5. Crítica del Sistema 126
CAPITULO XII. EL REGISTRO PUBLICO NICARAGUENSE 133
1. Su implantación y contenido 133
a) Su implantación 133
b) Contenido (Bienes, derecho y títulos inscribibles) 134
2. Naturaleza y efecto de algunos derechos inscribibles 136
A. Arrendamiento 136
B. Promesa de venta 139
a) El contrato de promesa 139
b) La promesa de venta de ínmuebles 139
c) Requisitos de la inscripción 141
d) Efectos 143
C. Hipoteca 146
D. Anticresis 146
E. Derecho legal de retención 147
CAPITULO XIII: LOS ASIENTOS REGISTRALES 151
1. Clases de asientos 152
2. Inscripción 153
A. Requisitos formales 154
3. Anotaciones preventivas 155
4. Clasificación 157
5. Efectos generales de las anotaciones preventivas 159
6. Anotación de demanda 161
a) Su ámbito 164
b) Efectos 167
c) Requisitos de procedencia 173
7. Anotación de demanda de cancelación y rectificación de asientos 175
8. Anotación de embargo 176
A. Efectos 177
9. Anotación de secuestro y prohibición de enajenar 180
1) Anotación del secuestro 180
A. Efectos 181
2) Anotación de prohibición de enajenar 181
A. Efectos 181
10. Anotación de sentencia ejecutoriada 181
11. Anotación de demanda sobre presunción de muerte,
incapacidad para administrar, incapcidad o indignidad del heredero
o legatario y cualquiera otra que modifique la capacidad civil en
cuanto a la libre disponibilidad de los bienes 182
A. Efectos 183
12. Anotación de legados 183
A. Efectos 184
13. Anotación por faltas subsanables o por imposibilidad
del Registrador 186
A. Efectos 190
6
14. Anotación del beneficio de separación 190
A. Efectos 191
15. Otras anotaciones y en especial la de Crédito Refaccionario 191
A. Efectos de la anotación del Crédito Refaccionario 193
16. Recursos contra las providencias que admiten o
niegan la anotación 194
17. Extinción de las anotaciones preventivas 195
a) Caducidad 195
b) Conversión 196
18. Requisitos formales 198
19. Cancelaciones 199
A. Clases de cancelaciones 199
a) Cancelación total y parcial 199
b) Cancelación de inscripciones y anotaciones preventivas
hachas en virtud de escritura pública y de las practicadas
por mandamiento judicial 203
c) Cancelación a petición de parte y de oficio 206
B. Efectos de las cancelaciones 207
C. Anotaciones preventivas de la demanda de cancelación
y nulidad de ésta 208
D. Ley de Limpieza Registral 209
E. Requisitos formales 210
20. Notas marginales 210
21. Asiento de presentación 211
A. Requisitos formales 214
22. Las menciones 214
23. Errores y rectificaciones de los asientos 217
A. Ideas generales 217
B. Clases de errores 217
C. Procedimiento de rectificación 217
D. Efectos de la rectificación 219
CAPITULO XIV: LA FINCA, SUS MODIFICACIONES
Y LA PROPIEDAD HORIZONTAL 225
1. La finca 225
2. Sus modificaciones 225
a) Desmembración 226
b) Fusión 226
c) División 228
d) Obra nueva 228
e) Rectificación de la medida superficial 229
3. Breve historia de la propiedad horizontal 229
4. Su naturaleza 231
5. Su inscripción 231
6. La prehorizontalidad 234
CAPITULO XV: REGISTRO, POSESION Y PRESCRIPCION 239
1. Registro y posesión 239
7
2. Prescripción conforme Registro 240
3. Prescripción contra título inscrito 240
a) Prescripción ordinaria 240
b) Prescripción extraordinaria 241
CAPITULO XVI: INMATRICULACION DE FINCAS 247
1. Los medios de inmatriculación 247
2. El título supletorio 248
A. Efectos 248
a) Con relación a los verdaderos dueños 249
b) Con relación a la prueba de la posesión 250
c) Con relación a las ventas del inmueble del cual
se solicita título supletorio 250
B. Derechos que pueden ser objeto de titulación supletoria 252
C. Tramitación 253
a) Solicitud 253
b) Prueba 255
c) Oposición 255
d) Sentencia 258
D. Calificación y registro 259
3. La venta o adjudicación forzada 259
4. La prenda pretoria o anticresis judicial 259
5. La doble inmatriculación 260
CAPITULO XVII: PRINCIPIO DE INSCRIPCION 265
1. Valor de la inscripción 265
CAPITULO XVIII: PRINCIPIO DE PUBLICIDAD 271
1. Ideas generales 271
2. Publicidad formal 272
3. Publicidad material 272
4. Legitimación 273
5. Fe pública 274
a) Concepto 274
b) Determinación del ámbito de la fe pública 276
c) El tercero y sus requisitos 279
6. Efectos que produce la mención del aplazamiento
del pago del precio y otras cláusulas 283
7. Protección de la apariencia con independencia del Registro 283
8. Necesidad de la reforma 284
CAPITULO XIX: PRINCIPIO DE ROGACION 289
1. Comienzo de la actividad registral 289
2. Legitimación 289
3. Desistimación 290
4. Excepciones al principio 290
CAPITULO XX: PRINCIPIO DE LEGALIDAD 293
1. Calificación 293
2. Su naturaleza 293
3. Su extensión 294
8
4. Las decisiones del Registrador 295
5. Faltas subsanables e insubsanables 297
6. Medios de impugnación –ocurso y apelación- 298
CAPITULO XXI: PRINCIPIO DE ESPECIALIDAD 303
1. Ideas generales 303
2. Su extensión 303
a) A la determinación de la finca 303
b) A la determinación de los sujetos 304
c) A la determinación de los derechos 305
CAPITULO XXII: PRINCIPIO DE TRACTO SUCESIVO 307
1. Concepto 307
2. Modalidades 308
3. La inmatriculación y el tracto 310
CAPITULO XXIII: PRINCIPIO DE PRIORIDAD 315
1. Concepto 315
2. El rango y su valor en los diferentes sistemas 318
a) Sistema romano 318
b) Sistema germánico 318
c) Sistema mixto 319
3. Reserva, permuta y posposición del rango 319
4. Las reservas legales 319
5. La certificación con reserva de prioridad 320
CAPITULO XXIV: ORGANIZACIÓN DEL REGISTRO 329
1. División de los Registros y Poder a que pertenecen 329
2. Remuneración 330
3. Responsabilidad 330
4. Libros del Registro 331
5. Situación actual de los Registros 333
6. La necesidad de uniformar las prácticas registrales 334
a) Justificación del tema 334
b) Mi opinión y aporte a la uniformidad 336
c) Plena o Sección de la izquierda 337
d) Plena o Sección de la derecha 339
e) Incomodidades de las columnas accesorios 340
f) Recomendaciones 341
7. El Registro y los adelantos de la técnica 341
RELACION DE SENTENCIAS Y CONSULTAS UTILIZADAS 345
INDICE DE DISPOSICIONES DE DERECHO QUE SE CITAN 355
INDICE ALFABETICO DE MATERIAS 364
INDICE ONOMÍASTICO 376
9
10
RECONOCIMIENTOS
I.E.F.
11
12
PROLOGO A LA OBRA
«INTRODUCCION AL DERECHO
INMOBILIARIO REGISTRAL NICARAGUENSE»
13
Superando esta nostálgica tendencia al número tres hay que llegar al autor de
esta monografía o estudio, serio, claro y sistemático, del Derecho Inmobiliario
Registral. Iván Escobar Fornos es hombre abierto al diálogo, estudioso, creador
de cultura y pródigo en la facilitación de acceso a la misma. Los temas que el
mundo discute en esa importante materia de creación, difusión, protección y acce-
so a la cultura de él los ha practicado de siempre: concibiendo y creando estudios
de derecho, difundiéndolos a través de su vida profesional y permitiendo llegar a
los mismos. Iván Escobar ha sido Abogado y Notario de la República de Nicara-
gua, Registrador de la Propiedad en el Departamento de Masaya y Magistrado de
la Sala Civil de la Corte de Apelaciones de Masaya. En esa cuádruple proyección
profesional de su vida ha tenido las grandes ocasiones de realizar todo lo que
apunto, aparte de estar en contacto con los principales movimientos jurídico-hipo-
tecarios que se han sucedido desde hace años. En sus estudios, por ejemplo, se
nota una puesta al día de la bibliografía mundial sobre la materia; en sus salidas a
Congresos Internacionales representando a su país, sus intervenciones han sido
siempre oportunas, precisas y llenas de sugerencias y en el estudio que ahora
prologamos se nota esa madurez del estudioso que alcanza cotas previstas.
14
este punto y, por supuesto, esos millones de horas destinadas al estudio de una
materia que por ser calificada de árida se hace más sugestiva y atrayente para la
persona que se precie de jurista.
15
Derecho Inmobiliario Registral, cosa que también parece aceptar el autor de la
monografía, pero luego, en el ejercicio del “derecho al arrepentimiento» he vuelto
a la tradicional denominación de Derecho Hipotecario. No creo que se me deban
pedir muchas explicaciones, pero si hubiera necesidad de darlas mi respuesta
estaría siempre pronta: porque así se le conoce tradicionalmente y porque la de-
nominación genérica de «Derecho registral» encierra toda la gran carga explosiva
de quienes agazapados en el campo de lo Administrativo pretenden amalgamar
conceptos y efectos jurídicos, siguiendo ese avance espectacular de penetración
de lo público en lo privado.
16
aferraba a la necesaria publicidad registral, ya que el sistema administrativo es-
tructurado por la Ley del Suelo era deficiente, ineficaz y perturbador.
El segundo de los temas que se hace preciso destacar y que IVAN lo recoge
con esa sabia prudencia que a los juristas les caracteriza- es el valor y vigencia
que en los momentos actuales pueden tener los principios hipotecarios. La refe-
rencia al tema no es nueva, pues en mi gira por Iberoamérica en el año 1977, ya
apunté el problema. Para Iván los principios hipotecarios, consciente de su bon-
dad y valor científico, deben acogerse como la mejor forma de exponer los cono-
cimientos de Derecho Inmobiliario Registral. Es decir, para IVAN, los principios
hipotecarios tienen de un lado el valor científico que su construcción dogmática
les impuso y de otro el valor pedagógico que facilita la exposición de la materia.
Frente al avance que significó el aspecto metodológico de los principios que des-
tacó Don Bienvenido Oliver, surgió luego el dogmático constructivo de don Jeróni-
mo González y la posterior aceptación unánime de la doctrina. Pero a partir de la
obra de SANZ FERNANDEZ comenzó la crítica a esos dos aspectos de los princi-
pios, culminando la misma en el I Congreso Internacional de Derecho Registral en
el que Tirso Carretero, por una parte, y Gíl Marqués, por otra, abren nuevas posi-
bilidades a la doctrina de los principios. El primero sostiene que la doctrina
hipotecarista está necesitada de afrontar su confrontación con las nuevas orienta-
ciones jurídicas que tienden a colocar los principios por encima de la Ley y el
pensamiento aporético o problemático sobre el sistemático y hacen del
comparativismo el instrumento básico de la evolución jurídica. El segundo entien-
de que ha llegado el momento en que se vuelva la vista a los aspectos sociológi-
cos y reales del problema y, dando un giro de ciento ochenta grados, adoptemos
nuestras mentalidades a la función social que nos corresponde como miembros
cualificados de una comunidad organizada, concluyendo que sólo existe como
principio registral el de «organización del tráfico jurídico».
Así las cosas, hay que añadir en forma de colofón lo que CABANILLAS GALLAS
decía en su discurso de ingreso en la Real Academia de Jurisprudencia y Legisla-
17
ción y que viene a ser lo último, por ahora, que sobre la materia se ha dicho.
Después de examinar la teoría general de los principios generales del Derecho
como fuentes y hacer su disección y clasificación, entiende que dentro del Dere-
cho Hipotecario la mayor parte de los principios son «institucionales» al ser el
Registro de la Propiedad una institución, como el de la publicidad, existiendo algu-
no, como el de buena fe, que es «axiológico» reducido a consecuencias especí-
ficas dentro del ámbito de una institución y otros que son típicamente «dogmáti-
cos» como los que se derivan de la inscripción constitutiva de la hipoteca. Lo
importante, a mi entender, no es la aceptación y clasificación de los principios, sino
la proyección que los mismos han tenido a través de la legislación hipotecaria en
la aplicación de la jurisprudencia de problemas. La fecundidad de la legislación
hipotecaria se produjo por la feliz conjunción de adaptar la solución al «caso con-
creto» y de permitir recurrir ante un órgano especializado como es la Direccíón
General de los Registros y del Notariado, creándose con ello una «jurisprudencia
de problemas», que asociada a una rápida recepción normativa por vía de cons-
tantes reformas reglamentarias ha logrado el excepcional nivel técnico y jurídico
de nuestra legislación hipotecaria. Añadir más en estos momentos de adaptación
de nuevas técnicas y de restructuración de esquemas parece imprudente. En
rodaje nuestra vigente Constitución, sólo cabe apuntar que el artículo 9,3 de la
misma ofrece al ciudadano español el principio de la seguridad jurídica (en otros
se habla sólo de seguridad) y esto supone que al lado de la segurídad del dere-
cho que inevitablemente tutelan los Jueces y Tribunales, la Constitución reconoce
y ampara el principio de la seguridad del tráfico jurídico, esencia del Registro de la
Propiedad y, para hacerlo efectivo, también se reconoce el principio de legali-
dad».
18
hasta el político: lo mejor es enemigo de lo bueno. Todos los sistemas tienen algo
de bueno. Yo recuerdo, y es pura anécdota, que entre las cosas que he incorpo-
rado a mi forma de extender los asientos de presentación es una manera que
aprendí del sistema nicaragüense. Nosotros aquí, al terminar cada asiento de
presentación, lo fechamos y en Nicaragua no sucede eso, pues el cierre o la
diligencia del cierre es la que únicamente lleva la fecha que se extiende a todos los
asientos practicados durante el día en las horas hábiles.
Termino. Al placer y el honor que para mí significa prologar una obra de estas
dimensiones, donde el estudioso ha de encontrar el elemento de trabajo que pre-
cisa para su conocimiento y sucesivas investigaciones, se une la satisfacción de
ver cumplido en un jurista ese anhelo de proporcionar a los demás unos conoci-
mientos a los que todos tienen opción a poseer. Quizá esa sea la grandeza del
derecho de autor: permitir con su desprendimiento que todos puedan acceder a
su creación de cultura. -
19
20
A mí esposa Ileana,
lo mismo que a mis hijos Iván y Ofelia.
I.E.F.
21
CODIGO DE ABREVIATURAS
22
ADVERTENCIA PRELIMINAR
EL AUTOR
23
24
Capítulo I
DEL DERECHO INMOBILIARIO REGISTRAL
1. Concepto
2. Ambito
3. Fines
1. Concepto
Sus normas no tienen naturaleza uniforme; unas son sustantivas, otras adjetívas;
unas son de derecho privado, otras de derecho público.
Son muchas las definiciones que se han dado por la doctrina, que van desde
las más amplias y comprensivas de los dos aspectos de la relación jurídica real,
hasta las que encierran solamente el aspecto dinámico. Como ejemplo de las
primeras podemos citar la de don Bienvenido Oliver, quien consideró a la Ley
Hipotecaría como «un conjunto sistemático de reglas o preceptos legales acerca
de los derechos constituidos sobre cosa raíz o inmueble; es decir, un verdadero
derecho inmobilario.2 Como ejemplo de las segundas se puede tomar la de Fran-
cisco Hernández Gil que dice: «Derecho Hipotecario es el conjunto de normas que
regulan la publicidad registral de los actos de constitución, transmisión, modifica-
ción y extinción de los derechos reales sobre fincas.3
2. Ambito
1. Según Rocta Sastre, más que «la anatomía del dominio y derechos reales inmobiliarios le interesa su
biología». Derecho.... Tomo I, p. 12.
2. Oliver: Derecho..., Tomo I, p. 880. En las Páginas 409 y 410 formula una amplia definición la Ley
Hipotecaria.
3. Hernández: Introducción....... p.18.
25
De ordinario, no se extiende a los derechos de créditos, pero encuentra aplica-
ción efectiva en los derechos reales sobre bienes muebles e inmuebles.
Para Rica y Arenal, los muebles, en cuanto sean durables e identificables, son
aptos para un sistema de Registro.4
4. Contribución de la legislación hipotecaria a nuestro progreso jurídico. Libro Homenaje. Centro de Estudios
Hipotecarios. Madrid, 1974. Tomo lI, p. 483.
5. La idea corresponde a los autores italianos N. Covíello, Salvatore Pugliatti y Renato Corrado, citados por
los autores españoles. Para Amorós Guardiola la tarea es difícil y advierte. «Basta con pensar, por lo que
respecta a la organización española, la dificultad de reducir a esquema unitario los tres Registros de
mayor eficacia jurídica: el Registro Civil, el Mercantil y el de la Propiedad. El Registro Civil proyecta Su
publicidad sobre personas y hechos y actos a ellas relativos; el de la Propiedad sobre fincas y derechos
26
que el régimen de publicidad de éstos no tiene que diferir sustancialmente del de
aquellos.6
3. Fínes
En la decisión del conflicto entre la seguridad del tráfico y los derechos subje-
tivos, debe prevalecer una posición de equilibrio, pues no debe procederse en
forma exclusiva a favor de uno de los dos extremos. La seguridad del tráfico debe
lograrse en armonía con la tutela de los derechos subjetivos.
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
sobre las mismas; el Mercantil comprende tanto cosas y derechos reales (buques, aeronaves), como
personas y actos que a ellas afectan (comerciantes individuales, sociedades, etc.). Se entrecruzan as!
dos tipos de publicidad, la personal y la real, que no sólo recaen sobre objetos diferentes, sino que se
organizan en forma separada (folio personal, folio real), responden a distintas necesidades y producen
efectos no coincidentes---. (Sobre el Derecho..., p. 84).
6. Francisco Hernández Gil dice: “sin embargo, interesa advertir que el tratamiento unitario de la publicidad,
aunque conveniente para el progreso de la ciencia jurídica, no es tarea fácil. Como la publicidad se
manifiesta en campos diversos Y, en parte, con fines distintos, agrupar todas las manifestaciones del
fenómeno para su tratamiento unitario es una tarea ardua y difícil, de resultados prácticos dudosos. No
decimos lo mismo de la unificación de la publicidad inmobiliaria y mobiliaria. Esta es conveniente y útil y en
los derechos positivos de algunos países se ha iniciado ya. Las razones que en épocas históricas
aconsejaron dispensar distinto tratamiento jurídico, en orden a la publicidad, a unos y otros bienes, no
subsisten en la actualidad. Los muebles presentan hoy iguales exigencias publicitarias que los bienes
inmuebles y su régimen de publicidad no tiene que diferir sustancialmente al establecido para éstos”. (OP.
cit., p, 6).
7. De donde resulta, expresa Hernández Gil, que el Derecho Hipotecario, dentro de la teoría general de la
publicidad, tiene un campo de acción muy limitado. Sólo se ocupa de la publicidad de los den chos reales
inmobiliarios, desentendiéndose de la relativa a derechos mobiliarios y de la que pertenece a la esfera de
las personas. (Op. cit.. P. 18).
27
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VASQUEZ BOTE, Eduardo. Elementos de Derecho Hipotecario Puertorriqueño.
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28
Capítulo II
DENOMINACIONES
1. Diversas denominaciones
a) Derecho Hipotecario
b) Derecho Inmobiliario
c) Registro de la Propiedad o Registro Jurídico Real
d) Derecho Registral
e) Derecho Inmobiliario Registral
1. Diversas denominaciones
a) Derecho Hipotecario
1. Esta denominación es propiciada por don Jerónimo González en sus Estudios.... Tomo I, p. 23. Los
destacados hipotecaristas españoles Chico y Bonilla, aunque rinden culto a la denominación Derecho
Hipotecario titulan su obra Apuntes de Derecho Inmobiliario Registral. Roca Sastre, en la quinta edición
de su obra Derecho Hipotecario, a pesar de su mismo título dice que sería mejor hablar de Derecho
Inmobiliario Registral (Op. cit., Tomo I, p. 10) y en la sexta edición conserva siempre la denominación de
Derecho Hipotecario.
2. Para don Agustín Aguirre la denominación tiene valor pero la época en que la publicidad registral tenía
como centro a la hipoteca, pero al extenderse la publicidad al dominio y demás derechos reales, resulta
insuficiente. Derecho.... pp. 31 y 32.
3. Pedro Gómez de la Serna, después de señalar las cualidades que debe tener una denominación, las
dificultades y peligros que significa su escogencia, sostiene que la denominación de «Ley Hipotecaria”,
aunque no abraza todo lo que la ley contiene, difícilmente podría ser sustituida para el uso por otra que
mejor correspondiera a su objeto. Sin embargo, reconoce que no es inmejorable. La Ley.... Tomo I, pp.
220, 221 y 222. Díaz Moreno sostiene que comprende al dominio, a la hipoteca y a los otros derechos
reales, por lo que con propiedad no puede ni debe llamarse Ley Hipotecaria, porque las cosas no tomen
el nombra del accidente, sino de la substancio y tal sucedería también, por ejemplo, si para designar el
Código de Comercio, se le llamara Código de Sociedades Mercantiles. Estudios elementales.... Tomo I.
pp. 41 v 42.
29
son muy apropiadas;4 la primera, por ser demasiado amplia y la segunda por ser
demasiado restringida, siendo ésta la más aceptable por la importancia que tiene
el derecho real de hipoteca en el nacimiento, estudio y contenido de nuestra dis-
ciplina, además del hecho de usar el adjetivo «hipotecario» como sinónimo de
Registral: así, los sistemas de registro son denominados hipotecarios; los princi-
pios fundamentales de los mismos, principios hipotecarios y los libros de registro
se llaman libros hipotecarios, etc.
b) Derecho Inmobiliario
30
d) Derecho Registral
Esta denominación del profesor Marín Pérez tiene validez para expresar el
contenido del pretendido Derecho Registral unitario, que comprende diferentes
manifestaciones de la publicidad registral (Registro de la Propiedad, Registro Ci-
vil, Registro Mercantil, etc.), pero no es aceptable para nuestra disciplina ya que
no concreta o delimita su ámbito, el que, según hemos expresado se extiende a la
publicidad inmobiliaria.10
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
31
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ZUMALACARREGUI MARTIN-CORDOVA, Tomas de. Causa y Abstracción Causal en
el Derecho Civil Español, Centro de Estudios Hipotecarios, Madrid; 1977; p. 273.
32
Capítulo III
HISTORIA DE LA PUBLICIDAD INMOBILIARIA
33
El hombre, a través de la Historia, ha empleado diferentes medios de publici-
dad inmobiliaria; a saber: la entrega de la cosa, los ostraka, las tabule, los horoi,
hasta llegar, en épocas más recientes (s. XII) y en los países germánicos, al uso
del Libro Registro, considerado como el verdadero antecedente del Registro de la
Propiedad.
Cristóbal Montes refuta alguno de los argumentos de Sanz y sostiene que este
autor hace un enfoque parcial o inexacto, cual es el de contemplar la publicidad
exclusivamente en el sentido en que la entiende, trata y valora la ciencia jurídica
moderna. Afirma que, si se habla de publicidad en los ordenamientos antiguos, es
con la salvedad de hacer constar que entre ésta y la publicidad actual existen
notables diferencias en cuanto a su significación, y fines, y que la publicidad primi-
tiva no puede estimarse como publicidad registral, que es la manera en que la
concibe y la configura el derecho moderno. Por lo expuesto, estima que lo correcto
es partir de la neta distinción entre publicidad no registral y pubircidad registral, y
sostener que, mientras la primera es posible remontarla hasta las más antiguas
transmisiones inmobiliarias (con fines muy ajenos a los modernos de garantir a los
34
terceros y favorecer el crédito —tutela de los derechos supervivientes de la comu-
nidad, la tribu o la familia, fines fiscales o de conservación de la. prueba, o remi-
niscencias del antiguo consentimiento de la colectividad para la transmisión de los
bienes—), la segunda, contrariamente, constituye con toda evidencia una
estructuración moderna de la publicidad, en cuanto se ha considerado que las
nuevas funciones que se asignan al principio de publicidad (salvaguardia de la
buena fe y protección de los derechos de tercero) sólo pueden lograrse, de una
manera eficaz y segura a través del instrumento técnico e idóneo que el Registro
supone. Finalmente, sostiene que los sistemas o regímenes de publicidad registral
son de origen moderno, pero acepta que constituyen el término de un proceso
histórico que arranca de primitivos sistemas de publicidad inmobiliaria no registrales,
por lo que estima exacto que Roca Sastre, al clasificar los sistemas inmobiliarios
en no registrales y registrales, considere que los primeros constituyen auténticos
y necesarios antecedentes de los segundos.2
2. Derecho hebreo
En los textos del Génesis y del Levítico ciertos tratadistas se apoyan para sostener
que el origen de la publicidad inmobiliaria se encuentra en el derecho hebreo.
De conformidad con el capítulo XXIII del Génesis, Abraham, que desea adquirir
un terreno para enterrar a Sara, paga el precio convenido, en presencia del pue-
blo reunido en la puerta de la ciudad.
En el capítulo IV del Libro de Ruth se relata la venta que hace Noemí a Booz en
las puertas de la ciudad, en presencia del pueblo y de diez ancianos.
35
3. Derecho griego
4 : Derecho egipcio
a) Sistema ptolemaíco
36
ca. Los segundos sólo los podía otorgar el agoranomos previa demostración de la
legítima titularidad del enajenante. Luego, los mencionados documentos se inscri-
bían en el Registro fiscal o tamíai, a efectos del pago del impuesto de transmisión
de bienes. La toma de razón se denominaba anagrafe o katagraje. La inscripción
supone el reconocimiento oficial de una persona como propietaria, por lo que el
Registro no sólo tenía fines fiscales, sino que también atendía a la formación de
los títulos auténticos.
b) Sistema egipcio-romano.
Parece ser que los fines de la bibliozeke demosion logon fueron puramente
fiscales, por lo que no es objeto de nuestro estudio.
La diastromata era pieza fundamental del sistema egipcio. Cada pueblo o cir-
cunscripción registral llevaba su índice o diastromata, organizado por orden
alfabético de propietarios. Bajo el mismo folio u hoja para cada propietario, los
índices agrupaban, en breve resumen, todas las titularidades reales que le perte-
necían a aquél.
37
ción de una finca de un menor originaba una anotación en el folio del menor, sin
abrirse otro al adquirente.
5. Derecho romano
38
El Derecho romano no estructura un sistema Registral de publicidad inmobilia-
ria; y acerca del valor publicitario de la mancipatio y la in iure cessío existe gran
discusión. Se sostiene que no significaban publicidad alguna. No obstante esto,
ciertos autores las consideran como verdaderos antecedentes de la publicidad
moderna. Pero la mayoria opta por declararlas como simples gérmenes o mani-
festaciones rústicas del fenómeno publicitario.
6. Derecho germánico
39
grupos: sistemas de tradición unida a la conclusión formal del contrato, sistema de
tradición unida a la inscripción, sistema de investidura judicial con o sin inscrip-
ción, y sistemas de transcripción.
7. Derecho francés
40
ciandestinos que se pudieran efectuar en perjuicio de los acreedores y otras
personas interesadas.
La Revolución, mediante las leyes de 9 Messidor del año III (27 de junio de
1795) y 11 Brumario del año VII (1 de noviembre de 1798), hizo un gran aporte a
la publicidad registral.
6. Manuel Dorte Duque la considera como la más avanzada y radical legislación que conoce la historia del
derecho territorial francés, en la que el legislador, no sólo organizaba el régimen hipotecario sino que
también regulaba el derecho de propiedad sobre inmuebles, estableciendo el Registro a base de fincas
en vez del de personas, la necesidad de inscribir las hipotecas, aun las legales, para que surtan efectos
y la llamada hipoteca del propietario o independiente (hypothéque sur soi méme) y las cédulas hipoteca-
rias (Curso de.... Tomo I, pp. 29 y 30). En forma similar se manifiesta Agustín Aguirre (Cursillo..., P. 11l).
41
La Ley de 11 Brumario derogó el sistema instaurado por las Leyes de Messidor
y estableció un régimen que descansaba sobre la trascripción de los actos traslativos
de la propiedad o derechos reales susceptibles de hipoteca (copia literal del título
en los libros) y la inscripción de las hipotecas y privilegios (constancia extractada
del documento).7 Tanto la falta de inscripción como la de trascripción producen la
inoponibilidad frente a terceros. Este efecto o principio fue cogido por la Ley de 23
de Marzo de 1855 y caracteriza al sistema registral francés. No obstante, la
trascripción no convalida la adquisición del tercero, cuando el enajenante tiene un
derecho anulable o soluble (falta de fe pública).
Una notable reacción contra el sistema del Código se produjo, pues, entre
otros inconvenientes, no otorgaba seguridad al tráfico jurídico. Fruto de ese mo-
vimiento fue la Ley de 23 de Marzo de 1855, que responde a las directrices siguientes:
7. Este decreto renovador, dice Dorte Duque, que no llegó a implantarse en la realidad, se instituyó el año
VII por la Ley de 11 Brumario, que fue una reacción moderada contra la legislación del año III, pues
estableció el registro por persona en vez del registro por fincas, exigió para las transferencias inmobi-
liarias la transcripción tan sólo dejó la inscripción para las hipotecas y lo dio, tanto a aquéllas como a ésta,
trascendencia únicamente en cuanto a terceros, en determinarles efecto entre las partes contratantes
y sin reconocerle carácter ni de sustantividad, relativo a la publicidad, aunque sí manteniendo la nece-
sidad de la inscripción, hasta para las hipotecas legales (Op. cit., Tomo I, p. 30). En forma similar se
manifiesta Agustín Aguirre, quien dice: La ley de XI de Brumario del año VII la sustituyó por una publicidad
deficiente, estableciendo el Registro por persona y refiriendo el efecto de las inscripciones con respecto
a tercero únicamente (Cursillo..., p. 111). Para Colín y Capitán la ley de Brumario VII continuaba siendo
incompleta, pues la fórmula empleada al no prescribir la transcripción más que para los actos traslativos
de derechos reales susceptibles de hipoteca, no comprendían la constitución de servidumbres ni la de
derechos de uso y de habitación. pues éstos son derechos reales que no pueden ser objeto de
hipotecas (Curso Elemental..., Tomo II, Vol. II, p. 680).
8. Dorte Duque manifiesta que con la promulgación del Código de Napoleón retrocede el sistema de
publicidad que se venía elaborando en Francia, hasta que con la promulgación de la Ley de 23 de marzo
de 1855 construya esta legislación su sistema de publicidad (Op. cit., Tomo I p. 30). N. Manuel Peña
Bernaldo de Quirós, con relación el Código de Napoleón expresa: “Significó un franco retroceso en el
sistema registral. En cuanto a las trasmisiones, suprimió la necesidad de la transcripción para la oponibilidad,
apenas había otra excepción que la establecida en cuanto a las donaciones. En cuanto a las hipotecas,
respetó la necesidad de inscribir las hipotecas convencionales, pero permitía ciertas hipotecas genera-
les y tácitas (de la mujer casada, de los menores). Conforme al Código podían tenerse además otras
importantes cargas ocultas preferentes (los privilegios)”. (El Sistema Registral..., Tomo II, p. 79). En forma
similar se manifiesta Agustín Aguirre, diciendo: «Como sabemos, el Código de Nepoleón hizo regresar el
sistema a sus peores épocas y la vigente ley de 1855 determinó el actual y pésimo régimen que existe
en Francia (Cursillo..., p. 11l).
9. Arts. 1138 y 1583.
10. Arts. 939, 940, 2134 y 2146 a 2156.
42
8. Derecho español
a) Antecedentes remotos
43
se de conformidad a ellos. El Registro no era público, pero el Registrador podía
certificar la existencia de cargas.
Los libros en que se hacían los asientos, dice Giménez Arnau, eran semejan-
tes a los actuales protocolos notariales, y por, ello resultaba difícil seguir la historia
hipotecaria de una finca o un derecho real. 12
11. Al aplicarse la pragmática en Cataluña se extendió a los contratos de venta, aunque no constasen
hipotecados, a los testamentos y otros actos.
12. Tratado.., p. 18.
13. Este Real Decreto de 1829, dice Dorte Duque, amplió el Registro o Anotadurías de Hipotecas a las
transferencias inmobiliarias, convirtiéndolo, por su contenido, en Registro de la Propiedad (Op. cit., Tomo
I. p. 35).
14. “Una legislación genuinamente española” en RCDI, 394-395. Marzo-Abril 1961, P. 435.
44
El Proyecto de Código Civil de 1836 representa el primer intento legislativo de
reforma del sistema. Se limitó a regular y prescribir el registro de las hipotecas,
desatendiendo el dominio y demás derechos reales. La hipoteca se estableció
sobre los principios de publicidad y especialidad. En el mencionado proyecto se
detecta influencia germánica. Este proyecto fue aprobado por el Gobierno y so-
metido a la deliberación de las Cortes, pero no fue discutido.
El proyecto de 1843 de ley de bases del Código Civil, elaborado por la Comi-
sión General de Codificación, creada por Real Decreto de 19 de agosto de ese
mismo año, estableció tres bases al régimen hipotecario, formuladas por Claudio
Antón de Luzuriaga. Las tres bases son las 50, 51 y 52 que se reproducen a
continuación:
Base 50: «No se reconocerá ninguna acción hipotecaria sino sobre finca o
fincas determinadas y en virtud de toma de razón en el Registro público”.
Base 51: «Lo dispuesto en la base anterior se extenderá a las cargas que limiten o
modifiquen la propiedad, salvo las excepciones que determine el Código».
Base 52: «Para que produzcan efecto los títulos constitutivos y traslativos de
dominio, tanto universales como particulares, ha de ser precisa la toma de razón
de bienes raíces en el Registro público y se establecerá, si bien como una medida
transitoria, que la inscripción ha de ser extensiva a los títulos de adquisición ante-
riores a la publicación del Código”. 15
15. Bartolomé Mechén Benítez dice que de ellas se deriva toda la moderna legislación hipotecaria española
(Antecedentes de la Registración..., Tomo I, p. 34). Para Hernández Gil, constituyen el punto de arranque
de la legislación hipotecaria española (Op. cit., pp. 61 y 62).
16. Hernández Gil (Op. cit.. P. 62) y Lacruz Berdejo (Op. cit., p. 51) la consideran constitutiva. Sanz
Fernández (Instituciones.... Tomo I, p. 73) la considera necesaria.
45
venio y Luzuriaga estimaba, en cambio, que la transmisión se realizaba por la
inscripción y por la entrega. Esta tesis fue refutada por don Braulio Murillo, quien
sostenía que la transmisión del dominio no podía depender de diversos aconteci-
mientos. La intervención de Braulio Murillo fue decisiva para rechazar la tesis de
Luzuriaga, e imponerse así la ecléctica. Como resultado de lo expuesto, fue modi-
ficada la base 52 quedando de esta manera:
Base 52: «Para que produzcan efecto en cuanto a terceros los títulos constitu-
tivos y traslativos del dominio tanto universales como particulares, ha de ser pre-
cisa la toma de razón de bienes raíces en el Registro público; no se reconocerá
acción hipotecaria ni otras cargas que limiten o modifiquen la propiedad, si no
sobre finca o fincas determinadas y en virtud de toma de razón en el Registro
Público».
Luzuriaga está considerado por Villares Pico como el principal fundador del
régimen hipotecario.18
46
d) La Ley Hipotecaria de 1861
20. Dicha exposición de motivos ha sido objeto de grandes elogios. Don Jerónimo González la calificó como
«armoniosa obertura de la Ley. (Op. cit., Tomo I, p. 398). Sanz Fernández dice que constituye uno de los
documentos doctrinales más notables y más perfectos que se han escrito en España sobre esta materia
(Instituciones...Tomo, I, p, 79). Ha servido, con gran autoridad, para estudiar o interpretar la ley, y hasta
se ha discutido, entre los autores antiguos, si tiene fuerza obligatoria.
21. Op. cit., P. 382 y sigts.
22. Instituciones..., Tomo I, p. 81.
23. Op. cit., p. 65.
24. Op. cit., p. 53.
47
principios o directrices que, como luego veremos, son, en su mayor parte, proce-
dentes del proyecto del Código Civil de 1851.25 3) La Ley Belga de 16 de diciembre
de 1851. Sostiene Núñez Lagos que Gómez de la Serna estuvo en Bruselas du-
rante su exilio y allí se puso en contacto con profesores y redactores de la Ley
Hipotecaria belga, de la cual tomó el sistema de los arts. 23, 35, 36, 3 7 y 38.26
La ley está dividida en 15 títulos que comprenden 416 artículos, en los que se
regulan las materias siguientes:
48
La Ley está inspirada en los principios:
a) De especialidad 30
b) De legalidad 31
c) De tracto sucesivo 32
d) De prioridad 33
e) De inscripción. La inscripción era declarativa, aun en materia de hipoteca.
f) De fe pública.34 El principio de legitimación no aparece regulado expresa-
mente en alguna norma legal, pero se encontraba aceptado de manera implícita.
Se guarda silencio sobre los requisitos de onerosidad de la adquisición y la buena
fe. Con relación al primero, la Ley de 17 de Julio de 1877, reformatoria del art. 34,
exigió el título oneroso. Sobre el segundo, la reforma de 1944-46 expresamente
estableció en el art. 34 el requisito de la buena fe. Es conveniente advertir que,
antes de esta reforma, los tribunales de justicia exigían, en todos los supuestos, la
buena fe para la protección de terceros. Por otra parte, la misma exposición de
motivos y Gómez de la Serna, autor principal de la ley, se pronunciaron a favor de
ella.35 La publicidad formal está regulada en el título IX.
g) De rogación.36
49
Entre las reformas más importantes tenemos:
b) Se agregó un párrafo al art. 23 que dispone que «la inscripción, de los bienes
inmuebles y derechos reales adquiridos por herencia o legado no perjudicará a terce-
ros si no hubiesen transcurrido cinco años desde la fecha de la misma».
i) Restableció la Dirección General del Registro y del Notariado, que había sido
suspendida en 1886.
50
Justicia, dentro de ocho meses, debía hacer una nueva edición oficial de la Ley
Hipotecaria suprimiendo los artículos derogados por el Código Civil o por la propia
ley, armonizando los textos contradictorios e incluyendo en el lugar adecuado «las
innovaciones establecidas. Sobre las anteriores bases la Dirección General de los
Registros elaboró el texto de la Ley Hipotecaria, siendo promulgada por Real De-
creto el 16 de Diciembre de 1909. Como consecuencia de la reforma, y adaptado
a la nueva ley, se aprobó el nuevo Reglamento de 6 de Agosto de 1915.
a) Reprodujo la definición que del Registro había dado el art. 605 del Código
Civil.39
39. Art. 1.
40. Arts. 24 y 41.
51
Con el magnífico respaldo de la doctrina científica se realiza la tercera gran
reforma registral. Se estimaba que las reformas anteriores no habían solucionado
los problemas con que se encontraba el sistema y que también era necesario
atender a las nuevas necesidades. Se considera que los fines de la reforma son:
a) dotar de mayor eficacia a los asientos, mediante la vigorización de los principios
hipotecarios; b) sanear el Registro mediante la liberación de las cargas y
gravámenes prescritos o extinguidos; c) mantener el paralelismo entre el Registro
y la realidad.
52
h) Se despoja de efectos registrales al simple aplazamiento del pago del precio.44
9. Derecho Nicaragüense
53
«Art. 107. Se establecerá en Granada un oficio de hipotecas para que por él se
pasen las escrituras hipotecarias del mismo departamento y del meridional que-
dando el de esta ciudad (León) para las correspondientes a los departamentos
restantes. La Corte cuidará de que a la mayor posible brevedad se trasladen a
dichos oficios los Registros pertenecientes a los dos primeros departamentos que
existen en el oficio de esta ciudad (León)».
“Art. 311. - Subsistirá en Granada el oficio de Hipotecas creado para que por él
pasen las escrituras hipotecarias del mismo departamento y del meridional, que-
dando el de la ciudad de León para las correspondientes a los otros departamen-
tos y será servido por el escribano de Cámara de cada sección».
c) Efectos de la inscripción
54
El art. 312 de la Ley de 4 de Julio de 1851 exigía la inscripción para el ejercicio
de la acción hipotecaria contra los terceros o para perseguir la hipoteca. Dice así:
55
con el fin de facilitar las noticias que convengan a los interesados. 8a.- Todos los
escribanos y jueces que autorizaren instrumentos hipotecarios, están obligados a
hacer al pie de los testimonios la advertencia de que se ha de tomar la razón en el
oficio de hipotecas respectivo, dentro del preciso término de seis días, si el otorga-
miento fuese en el lugar de la residencia de la notaría, y dentro de treinta días si
fuese en otro pueblo. L. 3 Tit. 16, Lib 10 nov. rec.-
«En Nicaragua los títulos de propiedad eran muy vagos y obedecían al mismo
sistema de otros países hispanoamericanos. Los linderos de las concesiones eran
indeterminados y no habia por supuesto ley de registro de la propiedad. De suerte
que para fijar el número de las concesiones pendientes hechas por la República,
se publicó un decreto disponiendo que todas las escrituras sobre tierras se regis-
trasen dentro de seis meses, y fue decretado además que después de cierta
56
fecha no sería válido ningún traspaso de dominio o hipoteca a favor de terceros, si no
eran debidamente registrados en el distrito en que estuviese ubicada la propiedad.
Esto era una substitución del sistema inglés y americano por las reglas del
derecho romano y continental. No cabe dudar que el registro de las escrituras de
propiedad es una ventaja para el público y en virtud de este decreto los dueños de
buenos títulos iban a poseer sus tierras en Nicaragua con mayor seguridad que
nunca. Pero el sistema era fatal para los títulos malos o inciertos. Resultaba tam-
bién ventajoso para los que tienen el hábito de hacer uso del registro de la propie-
dad”.47
B. El Registro Conservatorio
En el Libro II, Título VI, Capítulo III, que trata de las otras especies de tradición,
el art. 686 dispone que la tradición del dominio de los bienes inmuebles, lo mismo
que del usufructo, uso, habitación, censo y del derecho de hipoteca, se efectúa
por la inscripción del título en el Registro del Conservador; y el art. 695 agrega
que: «Un reglamento especial determinará en lo demás los deberes y funciones
del Conservador, y la forma y solemnidad de las inscripciones».
57
del crédito hipotecario exigían la organización de un Registro sobre bases más
amplias. Acogió los principios de publicidad y especialidad de la hipoteca y en esto
recibió influencia germánica.51 En el nuevo sistema la materia de la inscripción es
amplia, pues al Registro ingresan el dominio de los inmuebles y los demás dere-
chos reales constituidos sobre los mismos.52
El llamado del doctor Tomás Ayón para que se preparara el Reglamento nos
dará una idea de la importancia del nuevo sistema:
«Esta larga relación, tal vez fastidiosa para los benévolos lectores tiene por
objeto dar a conocer lo mucho que se ha trabajado en todos los tiempos y en
todas las naciones cultas sobre el importante establecimiento del Registro. El Có-
digo Civil, adoptando en principio el sistema de la publicidad y especialidad de la
hipoteca y la inscripción de los derechos reales, ha sabido colocar la legislación
en el punto preciso de donde puede partir el progreso de nuestra agricultura,
llevándose a la circulación los grandes valores de la propiedad inmueble, que en
el estado actual rinde mezquinos productos. Sin un buen sistema hipotecario y sin
el registro de los bienes raíces, que sirva como estadística de nuestra riqueza, no
podemos tener Bancos protectores de la industria, ni levantar los valores hasta el
grado en que puedan aumentar el movimiento productor de la fortuna social.
Cerca de tres años han transcurrido desde que está rigiendo el Código Civil; y
sin embargo no se ha pensado en desarrollar sus benéficas disposiciones, emi-
tiendo la ley hipotecaria y reglamentando el registro conservatorio. Leyes de esa
clase son las llamadas a completar y perfeccionar nuestra legislación. Es al Go-
bierno a quien corresponde preparar en la calma tan importantes trabajos; el So-
berano sabrá ponerles el sello de su sabia aprobación. León, Julio 2 de 1874». 53
51. Alessandri y Somarriva dicen que Bello concibió al Registro inspirándose en la Ley prusiana de 1872
y en el Registro de Hipotecas que, conforme a la Legislación española, existían en Chile (Op. cit., Tomo
II, p. 346).
52. Arts. 37, 38, 55 y 56 del RRC.
53. Escritos Varios... pp. 225 y 226.
54. Tomás Ayón tenía información sobre la reforma de 1861 (Op. cit., p. 225).
55. Véase el estudio de este autor “Hacia la Reforma del Sistema...», indicado en la Bibliografía
58
Por el art. 105 del Reglamento se dispuso que los Escribanos de Cámara res-
pectivos entregarán los Registros de Hipotecas al Conservador del Departamento
en que existen, tan luego como se haya establecido el Registro Conservatorio.
De conformidad con los arts. 1 y 2 los fines del Registro son: la seguridad de
las transacciones sobre bienes inmuebles, como objetivo principal, y la garantía y
conservación de los títulos inscribibles. Dicen así:
a) Inscripción
Antes de todo, conviene hacer una ligera exposición de la teoría clásica del
título y el modo, cuyos orígenes los encontramos en el Derecho romano y, estu-
diada y ampliada, en la Edad Media. De acuerdo con esta teoría, es necesario
para la adquisición y transmisión de los derechos reales, un título y un modo de
adquirir.
59
permuta, donación, etc.) y, por lo tanto, la nulidad de la venta o donación que ha
servido de antecedente en nada afecta a la transmisión que se ha verificado; -y b)
la entrega, si se trata de muebles, y la inscripción Eintragung) cuando son
inmuebles. La inscripción es parte del modo y necesaria para el cambio real (ins-
cripción constitutiva).
El Código de 1867 siguió la teoría del título y el modo. En el Libro II, Título VI,
Capítulos 1, 2 y 3, consagró y reglamentó la tradición como modo de adquirir el
dominio de las cosas. En el Capítulo 3, que trata de las otras especies de tradición, el
art. 686 dispone que: «Se efectuará la tradición del dominio de los bienes raíces por la
inscripción del título en el Registro del Conservador» (el subrayado es nuestro).
60
testamento o por acto entre vivos sobre bienes inmuebles, 62 y la constitución de la
hipoteca. 63
b) Legalidad
Las facultades del Conservador no son tan limitadas como podría pensarse a
primera vista, pues el penúltimo ejemplo del art, 19 nos aleja de toda duda. Contra
la negativa del Conservador se puede recurrir ante el Juez de primera instancia. Si
el Juez mantiene la negativa se puede apelar.67
61
Dicha anotación caduca a los tres meses, si dentro de este término no se
convierte en definitiva por la subsanación de los defectos. Convertida en inscrip-
ción definitiva, surte todos sus efectos desde la fecha de la anotación, a pesar de
cualquier derecho que haya sido inscrito en el intervalo de la una a la otra.69
“Art. 692. -Siempre que se transfiera un derecho que ha sido antes inscrito, se
mencionará la precedente inscripción en la nueva”.
e) Rogación
62
f) Publicidad
g) Prioridad
D. Títulos inscribibles
En los arts. 55 y 56 del Reglamento, que distingue entre los títulos que se
deben inscribir y los que pueden inscribirse, se formula una lista de los títulos que
tienen acceso al Registro.
El primero dispone:
3o. Los que constituyan fideicomisos que comprendan o afecten la misma cla-
se de bienes;
63
4o. La división, redención, reducción y traslación del censo (artículos 2035 y
2038 del CC);
El segundo dice
2o. Todo gravamen impuesto en ellos que no sea de los mencionados en los
incisos 2o., 3o., 4o. y 5o. del artículo anterior, como las servidumbres.
E. Organización
64
El Registro es llevado en libros escritos a mano, foliados, numerados y empas-
tados. Son tres: 1. Registro de propiedad; 2. Registro de hipotecas y gravámenes;
y 3. Registro de interdicciones y prohibiciones de enajenar.
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
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67
68
Capítulo IV
SU AUTONOMIA Y RELACIONES CON
OTRAS RAMAS DEL DERECHO
1. El tema es polémico. José Luis Pérez Lasala (Op. cit., pp. 1, 2 y 3 y Agustín Aguirre (Cursillo---, p. 2) le
reconocen independencia a nuestra disciplina. Cristóbal Montes (Introducción, p. 149) y Vásquez Bote
(Op. cit., p. 14) no se la conceden. En España gran parte de los autores le niega autonomía. Participan de
esta opinión: Sánz Fernández (Instituciones.... pp. 12, 21 y sigts.); Roca Sastre (Op. cit., pp. 14 y 15); y
Hemández Gil (Op. cit., p. 21), quien reconoce que no debe descartarse la posibilidad de que adquiera
independencia para formar parte de una rama del derecho destinada a agrupar unilateralmente todas las
manifestaciones del fenómeno publicitario, y en particular del que versa sobre actos y derechos de
contenido patrimonial”. Por el contrario, son partidarios de la autonomía o separación: Bienvenido Oliver
(Op. cit, PP. 880 y 881); J. Morell y Terry (Op. cit., Tomo I, p. 18 y sigts.), Manuel Amorós Guardiola (Op.
cit.), quien la funde en la relación jurídica-registral; José Luis Lacruz Berdejo y Francisco de Asís Sancho
Rebudilla (Op. cit., p. 21). La Carta de Buenos Aires, aprobada en el I Congreso Internacional de Derecho
Registral, declaró la autonomía del Derecho Registral y manifestó que el Derecho Registral Inmobiliario es
una de sus principales ramas. Dice así: «El Derecho Registra integra el sistema jurídico con normas y
principios propios, de derecho público y privado, que coexisten y funcionan armónicamente constitu-
yendo una disciplina independiente, de la cual el Derecho Registral Inmobiliario es una de sus principales
ramas».
2. Uno de los argumentos que se esgrimen en España para sostener la autonomía de nuestra disciplina,
consiste en alegar la existencia de una Ley Hipotecaria como cuerpo legal independiente del Código Civil,
a lo cual se contesta que fueron circunstancias históricas las que determinaron esa forma de legislar y
que en la actualidad existe una tendencia para terminar con esa dualidad legislativa, mediante la siguiente
distribución propuesta por Roca Sastre: los preceptos sustantivos o materiales del régimen registral
deben ser incorporados al Código Civil; los de carácter procesal, en la Ley de Enjuiciamiento Civil; y los
restantes deben agruparse en una ley especial que podría denominarse Ley del Registro de la Propiedad
Inmueble (“Imperfecciones Hipotecarias» en Curso---, p. 126 y sigts.). En Nicaragua la materia del
Derecho Inmobiliario Registral es regulada por el Código Civil.
3. La Suprema ha dicho que siempre que surja un conflicto real o aparente entre el derecho común y el
Registro, debe ceder el campo el derecho común al Registro, porque en beneficio de los asociados es
de suma importancia robustecer la institución del Registro aún con sacrificio del derecho común, si es
necesario (S. 12 m. del 10 de mayo de 1934, B.J., p. 8616).
69
2. Sus relaciones con otras ramas del Derecho
Los títulos judiciales pueden ser objeto de inscripción y son muchas las normas
procesales que contiene nuestro Reglamento.6 El Registro también abre sus puer-
tas a ciertas medidas cautelares que se conceden en el proceso (anotaciones
preventivas). Por otra parte, el principio de legitimación se manifiesta principal-
mente en el proceso.
4. Sanz Fernández, que le niega autonomía a nuestra disciplina, sostiene que no puede hablarse de
relaciones con el Derecho Civil, ya que forma parte de éste y que sus relaciones son las que existen
entre las partes y el todo (Instituciones..., Tomo I, pp. 26 y 27).
5. Nuestros Registradores deben conocer ampliamente el Derecho Comercial, ya que el Registro Mercantil
está anexado al Registro de Propiedad Inmueble.
6. Arts. 45, 65, 66 y 137 y sigts. Del R.R.P. En España se habla de Derecho Procesal Hipotecario. Núñez
Lago propuso a la Comisión redactadora del texto refundido de 1940 la creación de un nuevo título en la
ley bajo el epígrafe de Derecho Hipotecario Procesal, lo que no fue aceptado. Honorato Sureda titula una
de sus obras Derecho Procesal Hipotecario (v. Bibliografía).
70
f) Relaciones con el Derecho Fiscal
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
7. Art. 40 de la Legislación Tributaria Común de 30 de junio de 1962. En España los Registradores son
liquidadores de derecho reales.
8. Art. 4 de la Ley de Impuestos sobre Bienes Inmuebles de 26 de noviembre de 1974.
9. Art. 280 Cn.
10. Art. 284 Cn.
11. Art. 307 Cn.
12. Art. 293, inc. 2 Cn.
13. Art. 106 R.R.P. y artos. 46 y 48 de la Ley del Notariado.
71
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sigts.
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VASQUEZ BOTE, Eduardo. Elementos de Derecho Hipotecario Puertorriqueño.
Barcelona 1973; p. 14 y sigts.
72
Capítulo V
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO
INMOBILIARIO REGISTRAL
1. Importancia de su estudio
2. Enumeración
3. Aplicación de los Principios a otros Registros
1. Importancia de su estudio
Los principios del Derecho Inmobiliario Registral1 son reglas básicas sobre las
que se organiza un sistema registral. Facilitan su estudio e interpretación, orientan
al legislador, conceden categoría científica a la disciplina registral y algunos tienen
aceptación general. Aunque el sistema de investigación fundamentado en ellos
limita el campo que debe corresponderle a la Institución del Registro dentro de
una sociedad moderna y sujeta a cambios constantes, la verdad es que, bajo tal
método, se han realizado un conjunto de estudios científico. Y muchas reformas
legislativas dignas del mejor elogio.2 Ni los más reacios críticos de la teoría de los
principios hipotecarios se han sustraído de su influencia, y nosotros, conscientes
de su bondad y valor científico, la acogemos como la mejor forma de exponer los
conocimientos del Derecho Inmobiliario Registral.
2. Enumeración
73
Para Sánz Fernández los únicos principios básicos que se podrían descubrir
en todos los sistemas hipotecarios son dos: publicidad de los derechos reales y
protección de la seguridad del tráfico jurídico de inmuebles. Desenvolvimiento del
primero serían los principios de inscripción, de consentimiento e inscripción y de
publicidad formal. Del segundo, serían todos los principios que sirven a la regula-
ción de los efectos de los asientos. Pero sólo aquéllos dos podrían ser calificados
como verdaderos principios, pues éstos serían las consecuencias o
desenvolvimientos de ellos. Sin embargo, hace la siguiente clasificación de los
principios a que responde el sistema español: a) principios que regulan la esfera
de actuación del Derecho Inmobiliario: principio de inscripción, dentro del cual, y
como precedente necesario, debe recogerse la teoría del título y el modo; b) prin-
cipios que gobiernan los requisitos o presupuestos de la inscripción: titulación
auténtica, principio de rogación, principio del tracto sucesivo y principio de legali-
dad, c) principios que gobiernan los efectos de la inscripción: principio de priori-
dad, principio de legitimación y principio de la fe pública; d) principios que gobier-
nan la organización del Registro y fijación de los derechos reales: principio de
especialidad.6
Morell y Terry, influenciado por la doctrina germánica, separa en dos grupos los
principios hipotecarios: los sustantivos y los adjetivos. Entre los primeros, distin-
gue los fundamentales o primarios de los secundarios o derivados que nacen de
aquéllos. En los adjetivos, separa los que se refieren a la organización y los que
atañen al funcionamiento. Podemos resumir de la siguiente manera su exposición:
Principios Sustantivos fundamentes: 1. El de individualización de la finca. 2. El de
trascendencia de los derechos reales y prioridad o rango entre los mismos. 3. El
de tracto sucesivo. De estos primarios o fundamentales se derivan los secunda-
rios, que sirven para desenvolver a aquéllos facilitando su realización práctica.
Los principios secundarios son los siguientes: 1. El de especialidad, que nace del
de individualización de la finca. 2. El de publicidad, originado por la necesidad de
que la trascendencia de los derechos reales y el rango entre ellos tenga su plena
realización. Este principio implica en su desenvolvimiento otros que te son subor-
dinados, tales como la inscripción o inmatriculación, la sustantividad de la misma y
la voluntad u obligatoriedad, según se deje o no al arbitrio de los particulares el
ingreso de las fincas en el régimen hipotecario. 3. El de legalidad, que nace a
consecuencia del tracto sucesivo. Entre los principios adjetivos distingue las nor-
mas de organización y las de funcionamiento. En las primeras debe incluirse lo
relativo al establecimiento, división, la capitalidad y territorialidad de los Registros,
la realidad del Registro, o sea que el Registro descansa sobre la existencia física
de la finca, el nombramiento, derechos, deberes, retribución y responsabilidad de
los funcionarios a quienes se confieren los Registros, la dirección de los mismos,
que la unidad de las decisiones y la uniformidad en los procedimientos impida la
injusticia que resultaría de la aplicación de criterios desiguales; y, por último, la
Inspección de los Registradores, para asegurar que cumplan fielmente su cometi-
do. En las normas de, funcionamiento deben incluirse todas aquellas que sirvan
74
para dar facilidad y rapidez al mecanismo del Registro. Por ejemplo: llevar el Re-
gistro Por fincas, y no por personas; que los asientos se practiquen con claridad y
sencillez; que sea económico el coste de la inscripción; que se determine con
exactitud quiénes pueden solicitar el ingreso de las fincas en el Registro; que se
establezcan los recursos y garantías contra los errores o arbitrariedades que pu-
dieran cometer los Registradores y otras muchas más.7
75
Para Rica y Arenal los principios de publicidad, especialidad y legalidad en que
se basa el Registro Inmobiliario, son aplicables a los bienes muebles que, por su
fácil identificación, pueden registrarse.11
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
11. “Pervivencia del Sistema Registral» en RCDI, 392-393, Enero-Febrero 1961; p. 127 y sigts.
76
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VASQUEZ BOTE, Eduardo. Elementos de Derecho Hipotecario Puertorriqueño.
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77
78
Capítulo VI
SISTEMAS REGISTRALES
1. Utilidad de su estudio
2. Clasificación
1. Utilidad de su estudio
A lo anterior cabe agregar lo valioso que resulta el conocer los esfuerzos que,
en pro de la uniformidad internacional, se vienen realizando.
2. Clasificación
Existen varios criterios para clasificar los sistemas registrales, pero el ordena-
miento más aceptable y amplio se logra atendiendo a los efectos de la inscripción.
Don Jerónimo González entra al estudio de los más importantes, sin clasifica-
ción previa. 1
79
Agustín Aguirre los divide en adjetivos, sustantivos y relativos. Al primer grupo
corresponden el derecho francés y los de aquellos pueblos que han seguido di-
cha legislación. Al segundo la legislación australiana, de fuerza probatoria absolu-
ta; y la germana, seguida por Suiza, de fuerza probatoria presuntiva. Y al tercero,
el derecho español y sus seguidores.
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82
Capítulo VII
SISTEMA FRANCES
1. Textos legales
2. Rasgos fundamentales
a) Transmisión por el solo consentimiento
b) Publicidad
c) Transcripción
d) Rogación
e) Especialidad
f) Tracto sucesivo
9) Legalidad
h) Prioridad
3. Actos inscribibles
4. Organización del Registro
5. Crítica del Sistema
1. Textos legales
2. Rasgos fundamentales
b) Publicidad
Marcel Planiol sostiene que el tercero puede ser de mala fe y que el funciona-
miento del sistema de publicidad no debe depender de la buena o mala fe de los
interesados.5
84
mente la jurisprudencia asimila al fraude el simple conocimiento que el tercero
haya tenido de la primera venta. 7
c) Transcripción
Las penas para sancionar la obligación de inscribir son: multa y daños y perjui-
cios. Se aplican contra los notarios o funcionarios que intervengan autorizando el acto.
d) Rogación
e) Especialidad
f) Tracto sucesivo
7. La jurisprudencia sostenía que el sub-adquirente de buena fe que adquiría del tercero fraudulento no
podía ser de mejor condición que su autor, para invocar la oponibilidad. Sin embargo, movida por la crítica,
la misma jurisprudencia últimamente ha declarado que el sub-adquirente de buena fe no puede ser
perturbado.
8. Para estudiar los requisitos que debe reunir el tercero, consúltese a los autores franceses citados y a
Manuel Peña y Bernaldo de Quirós. (El Sistema Registral Francés..., en II Congreso..., Tomo II, p. 121 y
sigts).
9. Es facultativa la inscripción en las promesas unilaterales de venta o de arrendamiento por más de doce
años, en las convenciones relativas al ejercicio de las servidumbres legales, etc. .
85
el principio de tracto sucesivo. Existen excepciones al principio en la usucapión, en
la accesión y en la consolidación del dominio por muerte del usufructario. Se pro-
ducen en virtud de hechos que no son objeto de inscripción.
g) Legalidad
Por otra parte, la titulación auténtica es una de las bases fundamentales del
nuevo sistema, aunque reconoce excepciones; entre ellas, la cesión de créditos
hipotecarios y las renuncias y subrogaciones de hipoteca.
h) Prioridad
10. Para Peña y Bernaldo de Quirós la ausencia de poderes aún más amplios del Registrador y del principio
de legalidad es congruente con la ausencia del Principio de exactitud registral. No es necesario que el
Registrador juzgue sobre la validez de los títulos, porque del Registro no se deducirá presunción alguna
sobre la existencia y contenido de los derechos. (Estudio cit., Tomo ll,P.108).
11. Villavicencio, Op. cit p. 31; Eduard Martin, La Publicidad Inmobiliaria en Francia....., p. 279.
86
3. Actos inscribibles
La ley señala en forma detallada los actos inscribibles.12 Se inscriben los actos
traslativos, declarativos o modificativos de la propiedad inmobiliaria o de los dere-
chos reales limitados, los actos que pueden llegar a ser constitutivos, modificativos
o extintivos de derechos inmobiliarios (promesa de venta y demanda); los actos
que establecen cláusulas de inalienabilidad temporal u otras limitaciones a la libre
disposición o que puedan provocar la resolución o revocación de los actos publi-
cados, así como también las resoluciones judiciales que confirmen la existencia de
dichas cláusulas y los testimonios notariales de transmisión o constitución mortis
causa de derechos sobre cosas; también se inscriben las hipotecas y privilegios,
exceptuándose los privilegios por costas judiciales y por sueldos o jornales de
obreros; el contrato de arrendamiento por una duración superior a doce años, o
de menos duración cuando el arrendatario anticipe la renta de tres o más años.
El Registrador lleva un libro en el cual anota día por día y por número de orden
los títulos que se presentan a inscripción. Este libro se denomina Registro de
Depósito (o de presentaciones).
87
También lleva el Registro de Formalizaciones y el Repertorio de Formalizaciones.
El primero está formado por las copias de los documentos que se archivan.13 El
segundo es una especie de índice de propietarios, complementado por una tabla
alfabética y un índice que facilita su manejo. Además, existe un doble fichero, por
persona y por fincas, que facilita la consulta de los libros. El fichero personal está
integrado por una ficha por cada uno de los propietarios o titulares de derechos
reales limitados transcritos en el Registro. En cada ficha personal se indican todos
los inmuebles y derechos reales que pertenecen a cada titular. El fichero real se
lleva por fincas, consignándose sus características y situación jurídica.
13. Peña y Bernaldo de Quirós destaca la mecanización del Registro, en donde nunca se copian documen-
tos y apenas se escribe. Manifiesta también que desde 1918 no se extienden materialmente inscripcio-
nes, ni desde 1921 transcripciones; y que no hay pues, ni transcripciones ni inscripciones, ni más
asiento substantivo que el de presentación y el Registrador se limita a coleccionar los documentos
hechos fuera del Registro, Como consecuencia, las formalidades registrales pueden practicarse con
gran celeridad, prácticamente en el día y sin errores del copista. (Estudio cit. Tomo II, pp. 110, 111 y 112).
14. Instituciones..., Tomo I, pp. 154 y 155.
88
Sin embargo, es un Registro mecanizado y ágil. El despacho de los títulos y la
expedición de certificaciones, se hacen con rapidez.15 También existe una útil co-
rrelación entre el Registro y el Catastro.
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
15. Los documentos se despachan el mismo día o con dos o tres días de diferencia. Donde hay cierto
retraso es en el libramiento de certificaciones. Roca Sastre destaca la rapidez del sistema francés y la
lentitud de otros, entro ellos el español, el que en algunas capitales de provincia exaspera a propios y a
extraños. (Op. cit., Tomo I, p. 157).
89
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91
92
Capítulo VIII
SISTEMA ALEMAN
1. Textos legales
2. Rasgos fundamentales
a) Consentimiento e inscripción
b) Legalidad
c) Tracto sucesivo
d) Legitimación
e) Fe pública
f) Rogación
g) Prioridad
h) Especialidad
3. Actos inscribibles
4. Organización del Registro
5. Crítica del Sistema
1. Textos legales
2. Rasgos fundamentales
a) Consentimiento e inscripción
En la constitución y modificación de derechos reales en virtud de negocios
jurídicos inter vivos se distinguen tres elementos: el acto causal o negocio
obligacional, el acuerdo real abstracto y la inscripción. El acto causal (venta, per-
muta, donación, etc.) sólo produce efectos obligacionales y carece de trascen-
dencia real. Por el acuerdo real o abstracto las partes no se obligan a adquirir o
transmitir, sino que transmiten y adquieren con independencia del acto causal.
93
La inscripción es declarativa cuando la modificación no se produce por nego-
cio jurídico como en la herencia, adjudicaciones judiciales, etc. No se precisa del
acuerdo real para la extinción de los derechos reales, pues es suficiente una
declaración unilateral del titular registral, seguida de la cancelación del asiento.
b) Legalidad
c) Tracto sucesivo
d) Legitimación
e) Fe pública
94
de aquél, se establece a su favor una indemnización a cargo del Estado que
puede repetir contra el funcionario responsable.
El art. 892 del Código Civil dispone que, «en beneficio de aquel que adquiere
por negocio jurídico un derecho sobre una finca o un derecho sobre tal derecho,
el contenido del Registro vale como exacto, a no ser que contra dicha exactitud
esté practicado un asiento de contradicción o que la inexactitud sea conocida
para el adquirente. Si el titular está limitado en la disposición de un derecho inscri-
to en el Registro en beneficio de una determinada persona, la limitación sólo es
eficaz frente al adquirente, si resulta patente del Registro o si es conocida para
dicho adquirente.
f) Rogación
g) Prioridad
Funciona a través del Registro la regla prior tempore potior iure. El rango Registral
es negociable y, por tanto, puede ser objeto de permuta, posposición y reserva.
h) Especialidad
3 Este criterio del Derecho alemán, expresa Roca Sastre, obedece principalmente a la consideración de
que en las adquisiciones por negocio jurídico, el acuerdo real o negocio traslativo es de carácter
abstracto y en el Registro no conste el negocio causal correspondiente. (Op. cit. Tomo I, p. 757).
95
agrupación bajo una sola hoja registral de fincas que, dentro de un mismo distrito,
pertenezcan a un solo propietario.
3. Actos inscribibles
Se adopta el sistema del numerus clausus. Los derechos reales sujetos a ins-
cripción están taxativamente determinados por la ley. Sólo tienen acceso al Regis-
tro: el dominio, el usufructo, la hipoteca, las servidumbres personales limitadas, el
derecho de tanteo y retracto y las cargas reales.
Las Oficinas del Registro funcionan por distrito y están a cargo de funcionarios
judiciales dependientes del Ministerio de Justicia.
A diferencia de la técnica del folio personal en que los libros del Registro son
llevados por orden de entrada de los documentos. previa confección de índices, el
sistema alemán adopta la técnica del folio real, en virtud del cual a cada finca se le
abre una hoja especial en la que figuran todas las inscripciones relativas a la
misma finca.
A cada finca se le abre una hoja especial compuesta de seis folios o doce
páginas. La primera hace de portada y la última está en blanco.
Cada Hoja Registral se compone de dos partes una parte contiene la descrip-
ción de la finca en plena correspondencia con el Catastro, y la segunda el historial
jurídico de la finca, subdividida en tres secciones destinadas: la primera a la pro-
piedad de la finca y sus mutaciones, la segunda a las cargas y gravámenes no
hipotecarios, y la tercera a las hipotecas y deuda territorial.
96
b) Las quiebras que sufre el principio de especialidad.
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
97
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99
100
Capítulo IX
SISTEMA SUIZO
1 . Textos legales
2. Rasgos fundamentales
a) Inscripción y consentimiento
b) Legitimación
c) Fe pública
d) Legalidad
e) Tracto sucesivo
f) Especialidad
9) Prioridad
h) Rogación
3. Actos inscribibles
4. Organización del Registro
S. Crítica del Sistema
1. Textos legales
2 : Rasgos fundamentales
a) Inscripción y consentimiento
101
b) Legitimación
Este principio está contenido en el art. 937, según el cual «tratándose de bie-
nes inmuebles inmatriculados en el Registro de la Propiedad, la presunción del
derecho y las acciones posesorias solamente corresponden a la persona inscri-
ta». Es una presunción iuris tantum, ya que admite prueba en contra.
c) Fe pública
d) Legalidad
Las facultades del Registrador para calificar los actos son más amplias que en
el sistema alemán, pues se extienden al negocio jurídico causal. Contra la califica-
ción puede recurrirse ante la autoridad cantonal.
e) Tracto sucesivo
f) Especialidad
g) Prioridad
h) Rogación
Este sistema está ordenado por fincas, por la técnica de la foliación real. El
Registro lo forman el Libro Mayor, que es el fundamental, y el Libro Diario y ade-
más los planos, los documentos Presentados, las listas
1. Vicente Tur propuso para España una técnica similar a la suiza como el medio más idóneo de simplificar
el Registro de la Propiedad, en RCDI, 14, Febrero 1926, pp. 92 y 93.
2. «Mas ese cuestión, dice Villavicencio, de aligerar el libro principal con base en añadir libros auxiliares,
referencias y pases de uno a otros libros y de dividir los elementos de las relaciones jurídicas, mante-
niendo todo un mecanismo de interrelación en que, para una información completa, se hace precisa la
ayuda de un técnico, no parece otra cosa que simplificar complicando. Los archivos de los Registros de
este tipo resultan excesivamente recargados, requiriendo mucha pericia en su manejo y muy convenien-
te y amplia instalación». (Op. cit., p. 50).
3. Op. cit., Tomo I, p. 144
103
d) Debida coordinación entre Catastro y Registro de la Propiedad.
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
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nómico y Social de la América Latina, Organización de Estados Americanos,
1966; p. 43 y sigts.
105
106
Capítulo X
SISTEMA AUSTRALIANO
1. Fuentes
2. Rasgos fundamentales
a) Inmatriculación
b) El título
c) Transacciones posteriores
d) Legitimación
e) Fe pública
f) Legalidad
g) Seguro inmobiliario
3. Organización del Registro
4. Crítica del Sistema
1. Fuentes
Se le denomina también Sistema del Acta Torrens, pues su creador fue el irlan-
dés Sir Robert Richard Torrens, quien ocupó los cargos de Director de Aduanas
de Australia del Sur, Tesorero y Registrador General. En este último cargo, pudo
apreciar las dificultades que presentaba el régimen inmobiliario inglés en su apli-
cación a dicha colonia.
2. Rasgos fundamentales
a) Inmatriculación
107
Se estableció, en un principio, como voluntaria la inmatriculación, de suerte
que los propietarios podían acogerse libremente al nuevo sistema o seguir suje-
tos al régimen anterior; únicamente era necesaria para los terrenos que se com-
praban a la Corona o a los concedidos por ésta con posterioridad a la vigencia del
sistema.
b) El título
d) Legitimación
e) Fe pública
f) Legalidad
3. «Su misión, dice Sanz Fernández, no es simplemente la de mostrar al exterior el contenido del Registro
o la existencia de determinados derechos reales sobre inmuebles. El titulo incorpora así el inmueble
mismo, de modo que la tenencia del título equivale a la del inmueble y las negociaciones del mismo
producen los mismos efectos que si se hubieron hecho directamente con aquél. La función del título de
dominio es, pues, análoga a la que en nuestro derecho tienen los resguardos de Almacenes generales
de depósito”. (Instituciones..., Tomo l., p. 109)
109
g) Seguro inmobiliario
El Registro es llevado por fincas. A cada una se le abre una hoja. Es por esto
que rige el principio de la especialidad. Hay un solo Registro para todo el país, a
cargo de un Registrador General que es un funcionario administrativo. Colaboran
con él numeroso personal de asesores jurídicos, geómetras, topógrafos, etc.
Hay un Libro-Registro, que se forma con los duplicados de los títulos de domi-
nio que obran en la oficina; un Libro-Diario, donde se anotan por orden cronológico
los títulos presentados; y Libros-Auxiliares.
Autores como Sanz Fernández4 y Roca Sastre5 consideran a este sistema como
propio para los países coloniales y no recomendable para los países europeos
con grandes complejidades en las relaciones jurídico-reales,
110
También se extendió a varios países africanos y a ciertas regiones del Brasil.
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
7. Para profundizar sobre el sistema y aplicación del mismo en República Dominicana, consúltese la obra
de Bonilla Atiles “Legislación de tierras dominicanas. El sistema Torrens”. Véase Bibliografía.
8. Op. cit., pp. 472 y 473.
111
de 1959, p. 1 y sigts. RCDI. Nos. 370-371. Marzo-Abril de 1959, p. 145 y sigts.
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113
114
Capítulo XI
SISTEMA ESPAÑOL
1. Textos legales
2. Principios hipotecarios en que descansa
a) Inscripción
b) Rogación
c) Legalidad
d) Publicidad -legitimación y fe pública-
e) Especialidad
f) Tracto sucesivo
g) Prioridad
3. Títulos inscribibles
4. Organización del Registro
5. Crítica del Sistema
1. Textos legales
a) Inscripción
El dominio y los demás derechos reales se constituyen fuera del Registro si-
guiendo la teoría del título y el modo,1 y la inscripción no hace más que recoger
esos derechos para su publicación y perjuicio de terceros. Es decir, la inscripción
es por regla general declarativa. No obstante, existen varias excepciones, entre
las que se pueden citar la hipoteca2 y el derecho de superficie. 3
115
cripción y no es necesario que se justifique la tradición. La propiedad no inscrita
se transmite mediante el título y la tradición. Hay quien opina (Villares Pico) que la
inscripción es un modo de adquirir distinto y superior a la tradición. 5
Es de hacer notar que existe una fuerte corriente doctrinal y legislativa que
favorece la inscripción constitutiva.
Por otra parte, la inscripción, por regla general, es voluntaria, pero la ley tiene
sus recursos en perjuicio de terceros y la inadmisión por los Juzgados, Tribunales
y oficinas del Estado de los documentos o escrituras que no se hayan registrado.6
b) Rogación
El registrador sólo extiende los asientos en los libros a petición de parte intere-
sada y, excepcionalmente, se le impone cierta actuación de oficio; como por ejem-
plo, en el caso de la hipoteca legal en garantía de la dote estimada en bienes
inmuebles, en la anotación preventiva que se practica cuando se presentan títulos
contradictorios sobre la misma finca.8
116
Según Roca Sastre,17 el principio de rogación se fundamenta en el hecho de
que el Registro de la Propiedad es una institución pública, pero al servicio inme-
diato de los particulares o de los entes públicos como tales.
c) Legalidad
117
contenidos en las escrituras públicas, por lo que resulte de ellas y de los asientos
del Registro.
El principio está regulado en los arts. 18, 19, 65, 66 y 99 a 102 de la Ley y 98 a
136 del Reglamento y otros.
118
decide por lo primero, extenderá el asiento y contra este pronunciamiento no hay
recurso. Acordará la suspensión cuando encuentre faltas subsanables, y dene-
gará la inscripción cuando sean insubsanables.
119
extendiendo el Registrador certificaciones a los interesados;30 y c) mediante sim-
ples notas informativas, sin garantías.31
El aspecto negativo está contemplado por el art. 32 de la Ley que dice: «Art.
32. - Los títulos de dominio o de otros derechos reales sobre bienes inmuebles,
que no estén debidamente inscritos o anotados en el Registro de la Propiedad, no
perjudican a terceros».
120
dimiento de apremio respecto de los mismos o de sus frutos, productos o rentas,
en el instante en que conste en autos, por certificación del Registro de la Propie-
dad, que dichos bienes o derechos constan inscritos a favor de persona distinta
de aquella contra la cual se decretó el embargo o se sigue el procedimiento, a no
ser que se hubiere dirigido contra ella la acción en concepto de heredera del que
aparece como dueño en el Registro. Al acreedor ejecutante le quedará reservada
su acción para perseguir en el mismo juicio ejecutivo otros bienes del deudor y
para ventilar en el juicio correspondiente el derecho que creyere asistirle en cuan-
to a los bienes respecto de los cuales se suspende el procedimiento.
El art. 34 dice: “Art. 34. - El tercero que de buena fe adquiera a título oneroso
algún derecho de persona que en el Registro aparezca con facultades para
transmitirlo, será mantenido en su adquisición una vez que haya inscrito su dere-
cho, aunque después se anule o resuelva el del otorgante por virtud de causas
que no consten en el mismo Registro.
Los partidarios de la tesis monista estiman que sólo existe un tercero: el del art.
34, y que al del art. 32 se le deben exigir, para su protección, los requisitos seña-
lados en aquél. Roca Sastre, visible y entusiasta defensor de esta tesis, sostiene
que el tercero hipotecario, único en el sistema español, incluso el que indica el art.
32, debe reunir todos, absolutamente todos, los requisitos o circunstancias exigi-
dos por el art 34 inc.1.32
En este grupo podemos citar, entre otros, a don Jerónimo González 33 y Sanz
Fernández. 34 Ultimamente se adhirió a la tesis unitaria Rica y Maritorena. 35
32. Op. cit., Tomo I, p. 613 y sigts. “El problema de la relación que respecto del Art. 34 de la Ley Hipotecaria
guarda el Art. 32 de la misma”, RCDI, 446-447, Julio-Agosto, 1965, p. 781 y sigts.
33. Op. Cit. Tomo I, p. 384.
34. Instituciones, Tomo 1, pp. 411 y 412.
35. “Algo más sobre el tercero en la ley hipotecaria» RCDI, 478, Mayo-Junio, 1970, p. 703 y sigts.
121
Por el contrario los partidarios de la tesis dualista pretenden darle autonomía al
art. 32 frente al 34. Hablan de un tercero latino (art. 32) y de un tercero germánico
(art. 34). El primero, se defiende de un título no inscrito. El segundo, frente a
titularidades claudicantes. La distinción tiene consecuencias prácticas que se tra-
ducen en los requisitos que debe tener el tercero para su protección. Con relación
a éstos, los autores de esta tesis discrepan. Núñez Lagos, líder de la tesis dualista,
sostiene que al tercero del art. 32 le basta para ser protegido con inscribir.36 No
necesita del respaldo de la inscripción previa, de la onerosidad ni de la buena fe.37
Lacruz exige la buena fe y el título oneroso, y dentro del juego actual del art. 32
prescinde de la previa inscripción como requisito para proteger al inmatriculante
eh el supuesto de. la doble venta.38 Amorós Guardiola opina que no se necesita la
previa inscripción, por lo que el inmatriculante queda protegido de lo no inscrito.
Sin embargo, exige la buena fe.39
e) Especialidad
36. Los partidarios de las dos posiciones aceptan a la inscripción del título del tercero como requisito
indispensable para su protección.
37. «El Registro de la Propiedad Español, Estudio cit., RCDI. 251. p, 239 y sigts. Tirso Carrertero García
participa de la misma opinión de Núñez Lagos. (Retorno al Código Civil», RCDI, 440-441, Enero-Febrero
1965, p 75 y sigts.).
38. Op. Cit. 213 y sigts., y 233, 234 y 235.
39. “La buena fe en la interpretación de los problemas hipotecarios” RCDI, 463, Noviembre Diciembre.
1967. p 1523 y sigts.
40. «La inmatriculación, de fincas mediante el título público de su adquisición». RCDI, 204, Mayo 1945, pp
315 y 316.
41.Otra vez el concepto de tercero RCDI 256 Septiembre 1949, p 566,
42. Art. 29 de la Ley.
43. Arts. 9 inc. 1 de la Ley y 51 inca. 1, 2, 3 y 4 del Reglamento.
44. Art. 9 inc. 2 de la Ley.
45. Arta. 9 inc. 4 y 51 inc. 9 del Reglamento.
122
Si el derecho pertenece a varios titulares, debe precisarse con datos matemá-
ticos la participación que corresponda a cada uno de ellos.46
f) Tracto sucesivo
Sin agotar los casos en los incisos 4, 5 y 6 del citado artículo se señalan las
modalidades que puede tomar el tracto y lo que la doctrina denomina tracto abre-
viado. Dicen así:
«Tampoco será precisa dicha inscripción previa para inscribir los documentos
otorgados por los herederos: Primero. Cuando ratifiquen contratos privados rea-
lizados por su causante, siempre que consten por escrito y firmados por éste.
Segundo. Cuando vendieren o cedieren a un coheredero fincas adjudicadas pro
indiviso a los vendedores o cedentes, pero en la inscripción que se haga habrá de
expresarse dicha previa adjudicación pro indiviso con referencia al título en que
así constare. Y tercero. Cuando se trate de testimonios de autos de adjudicación
o escritura de venta verificada en nombre de los herederos del ejecutado en virtud
de ejecución de sentencia, con tal que el inmueble o derecho real se halle inscrito
a favor del causante.
123
Cuando en una partición de herencia, verificada después del fallecimiento de
algún heredero, se adjudiquen a los que lo fuesen de éste los bienes que a aquél
correspondían, deberá practicarse la inscripción a favor de los adjudicatarios,
pero haciéndose constar en ellas las transmisiones realizadas».
g) Prioridad
3. Títulos inscribibles
48. Núñez Lagos: “El Registro de la Propiedad Español», Estudio cit., P. 144; Roca Sastre: Op. cit., Tomo lI,
p. 558; Hernández Gil: Op. cit., p. 119; La Rica y Arenal: «Dualidad legislativa de nuestro régimen
inmobiliario” RCDI, 269, Octubre 1950, P. 635 y sigts. y otros.
49. Mariano Hermida Linares: El Derecho Inmobiliario Español. Los Modos de Adquirir y el Registro de la
Propiedad. Problemas Fundamentales de Derecho Inmobiliario Registral. Centro de Estudios Hipoteca-
rios, -Madrid, 1973, p. 55 y sigts.
124
«Segundo. Los títulos en que se constituyan, reconozcan, transmitan, modifi-
quen o extingan derechos de usufructo, uso, habitación, enfiteusis, hipoteca, cen-
sos, servidumbres y otros cualesquiera reales.
Esta lista no es limitativa, pues se considera que se sigue el sistema del numerus
apertus.50
125
El Registro de la Propiedad se lleva en libros foliados y visados por la autoridad
judicial. De conformidad con el art. 362 del Reglamento en los Registros se llevan
los siguientes libros y cuadernos:
Libro de inscripciones.
Diario de las operaciones del Registro Libro de incapacitados.
Indice de fincas (rústicas y urbanas) e Indices de personas. Diario de honora-
rios. Libro de estadísticas. Libro de anotación de suspensiones de manda-
mientos judiciales dictados en causa criminal y de embargos administrativos
por débito a la Hacienda Pública.
Inventario; y
Los libros y cuadernos auxiliares que lo s Registradores juzguen convenientes
para sus servicios.
126
Para nosotros tiene especial importancia por lo siguiente: 1. El Código Civil al
organizar el Registro de la Propiedad se inspiró en la Ley Hipotecaria Española de
1861 y su reforma de 1869; y 2. La Legislación Hipotecaria Española, reformada y
perfeccionada en varias ocasiones bajo estrictas normas técnicas y científicas, a
lo que han contribuido eminentemente hipotecaristas con excelentes estudios, es
el modelo aconsejable para emprender el mejoramiento de las leyes registrales de
Nicaragua, y el resto de América Latina, ya que se ajusta a nuestras realidades.
BIBLIOGRAFIA FOLIADA(*)
narios judiciales y a los administrativos cuyos documentos están sometidos a calificación, y realmente
no se critica en estos casos la intervención registral. De la intervención de funcionarios con preparación
pareja sólo se han derivado realidades constructivas y beneficiosas doctrinas, aparte de que la razón
de esta doble intervención reside en que al Estado lo único que le interesa es la seguridad del tráfico
basada en un contraste de pareceres que augura la plena eficacia y validez del acto (Teoría, práctica.,
pp. 55 y 56)
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131
132
Capítulo XII
EL REGISTRO PUBLICO NICARAGÜENSE
1. Su implantación y contenido
a) Su implantación
b) Contenido (Bienes, derechos y títulos inscribibles)
2. Naturaleza y efecto de algunos derechos inscribibles
A. Arrendamiento
B. Promesa de venta
a) El contrato de promesa
b) La promesa de venta de inmuebles
c) Requisitos de la inscripción
d) Efectos
C. Hipoteca
D. Anticresis
E. Derecho legal de retención
1. Su implantación y contenido
a) Su implantación
En 1904 entró en vigencia el nuevo Código Civil que actualmente nos rige. La
comisión codificadora estaba integrada por tres destacados juristas nicaragüen-
ses. José Francisco Aguilar, Bruno H. Buitrago y Francisco Paniagua Prado. Este
Código recibió la sanción del gobierno liberal del general José Santos Zelaya,
quien hizo una verdadera revolución en materia social y política. En el Tomo II,
Libro III, Título XXV y en el Reglamento anexo, consagra la institución del Registro
Público.1
1. Disposiciones que son propias del Registro Público se encuentran diseminadas en diferentes capítulos
del Código, y en el Reglamento existen preceptos no reglamentarios que deben de figurar en aquél. Por
otra parte, son muchas las situaciones, casos, instituciones, etc., no reguladas por ambos cuerpos de
normas. En una futura reforma deben corregirse esas imperfecciones de técnica legislativa.
133
por la ausencia de los medios técnicos que faciliten el despacho de los documen-
tos. La solución de los problemas apuntados no representa un cambio de sistema;
antes bien, contribuirá a su perfeccionamiento. La tarea es dura, pero hay que
iniciarla.
Para que se puedan registrar los derechos inscribibles, es necesario que es-
tén contenidos en una escritura pública, ejecutoria o en otro documento auténtico,
expresamente autorizado por la ley para este efecto.3
Esta lista la hemos extraído de los arts. 3541, 3942, 3951, 3957 C., 1426 Pr. y
129 del R. R. P. El Registro también recibe las transmisiones por causa de muerte
134
y las anotaciones preventivas de que tratan los arts. 3964 C., 29 del R. R. P. y
otros.4
1. El del numerus clausus, según el cual no existen más derechos reales que
los establecidos por la ley, sin que los particulares puedan crear otros diferentes.
4. Es conveniente señalar que también se anotan en extracto las prendas agrarias en el Libro de Propiedad
para conocimiento de terceros. Estas prendas, ha dicho la Corte Suprema de Justicia, no efectan al
inmueble, y, por lo tanto, en las certificaciones que se libren no podrán calificarse como gravámenes,
pero se hará constar la existencia de las mismas. (Cta. del 21 de Febrero de 1959, B.J., p. 19709).
5. Arts. 1548, 1549, 2084 inc. 8, y 3799 inc. 2 C.
6. Op. cit., Tomo IV-1 o., p. 392.
7. Comentarios al Código Civil Español. Editorial Reus, S.A., Madrid, 1920, 4a. Edíc., Tomo IV, P. 564.
8. Tratado de Derecho Civil Español, -Parte Especial, Derechos Reales». Valladolid, 1936,4a. Edic., Tomo
ll, p. 456. Francisco Ricci piensa que el uso puede constituirse en calidad de enajenable, Derecho Civil
Teórico y Práctico, «De los bienes, de la propiedad y de sus modificaciones». Vol. I, “Clasíficación de los
bienes. la propiedad y la accesión. El usufructo, el uso y la habitación”. Madrid, Tomo V, pp. 413 y 414.
135
En este sistema el orden público se impone en el proceso de creación de los
derechos reales, dejándolo al margen de la libre contratación.9
2. El del numerus apertus, según el cual los particulares pueden crear otros
derechos reales distintos de los establecidos por la ley.
Nuestro Código sigue el sistema del numerus clausus10. No obstante a los par-
ticulares se les concede cierta autonomía para regular el contenido del usufructo,
11
uso,12 habitación,13 servidumbre14 y comunidad de bienes.15
A. Arrendamiento
9. El sistema del numerus clausus se aplica en Argentina, Chile, Colombia, Alemania, Austria, Japón,
Finlandia, Holanda, Suiza y Suecia.
10. El doctor Francisco Buitrago Díaz en un voto razonado a la Sentencia de las 11 a.m. del 31 de Marzo de
1939, B.J., P. 10528, se adhiere al sistema del numeras clausus.
11. Art 1474 C.
12. Art. 1546 C.
13. Ibidem.
14. Art. 1685 C.
15. Art. 1692 C.
136
Dentro de la corriente abolicionista fue concebido el art. 1743 del Código Civil
francés de 1804 que dispone que si el arrendador vendiera la cosa arrendada, no
puede el adquirente expulsar al inquilino que, tanga un arrendamiento auténtico o
de fecha cierta, a menos que se hubiese reservado este derecho en el contrato.
Este artículo y el 684 del Código de Procedimiento Civil movieron a Troplong a
sostener la naturaleza real del arrendamiento. Esta opinión no encontró acepta-
ción en la doctrina ni tampoco en la jurisprudencia.
16. Comentarios al Código Civil Español. 3a. Edic., Editorial Reus, S.A., Madrid, 1919. Tomo X, p. 454 y sigts.
17. Citado por Pérez Lasala (Derechos Reales y Derechos de Créditos. Consideración Especial del
Arrendamiento. Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1967, p. 96).
18. Tratado de Derecho Civil Español, «Parte Especial. Derechos Reales». 4a. Edic., Valladolid 1936. Tomo
ll, p. 29 y sigts.
19. Instituciones de Derecho Civil Español, «Derecho de Obligaciones. Contratos, Derechos de Familia”.
Madrid, 1959, Tomo ll, p. 262.
20. Op. cit., Tomo I, p. 26. Martínez Moreda combate a los destacados hipotecaristas Galindo y Escosura,
quienes critican la transformación del arrendamiento de derecho personal en real.
21. Op. cit., Tomo I, pp. 21 y 22. Sostiene que la elevación a derecho real es una ficción.
22. Op. cit., Tomo I, p, 450.
23. Op, cit., Tomo I, p. 410.
24. Según Casso, es la opinión que prevalece (Op. cit., p. 445).
25. Roca Sastre: Op. cit., Tomo III, pp. 514 y 515; Castán Tobeñas: Derecho Civil Español, Común y Foral,
“Derecho de Obligaciones. Las particulares relaciones obligatorias”. 9a. Edic., Instituto Editorial Reus,
Madrid, 1969. Tomo IV, p. 280.
26. Op. cit., Tomo I, P. 190.
27. Op. cit., Tomo II, P. 3.
137
vierte en derecho real el que surge de él en favor del arrendatario; ni siquiera le da
una eficacia real; es sólo un aviso o una advertencia a tercero de su existencia.28
Según Dorta Duque el arrendamiento está, equiparado a un derecho real,29 pero
sin llegar a sostener que se trata de un verdadero derecho real. Lacruz Berdejo
trata el arrendamiento entre los derechos personales inscribibles, los que con la
inscripción reciben una eficacia erga omnes que los aproxima a los derechos rea-
les.30 Chico y Ortiz, siguiendo a Jesús Acedo, clasifica al arrendamiento entre los
derechos que, aun no teniendo la naturaleza real, son inscribibles por expresa
declaración de la ley.31
138
B. Promesa de venta
a) El contrato de promesa
36. Suiza.
37. México, Chile y Austria. Nuestro Código Civil anterior reglamentaba con amplitud el contrato de promesa,
pues era el mismo chileno puesto en vigencia en Nicaragua. Estaba regulado en el art. 1554, igual en
redacción al art. 1554 chileno. Este artículo inspiró en parte a los codificadores para redactar el art. 129
del R.R.P.
38. Arts. 2541 C. y 129 del R.R.P.
39 Arts. 2093 inc. 5 y 2785 C. No obstante, la Corte Suprema de Justicia en sentencia de las 10 a.m del 2
de Octubre de 1919, B.J., p. 2543, no acepta la promesa de donación. En esta sentencia se confunde el
contrato de promesa con el contrato prometido, pero con posterioridad la Corte Suprema de Justicia ha
aceptado la eficacia de la promesa de donación. (Cta. del 16 de Junio de 1952, B.J., p. 16308, S. 9 am.
del 31 de Marzo de 1959. BJ., P.19422)
40. Art. 3417 inc. 2 C.
41. Art. 3394 C.
42. Ibidem.
43. Arts. 65 Cn. y 2437 C. La Suprema admite la promesa de arriendo. (S. 11 am. del 12 de mayo de 1933,
B.J., p. 8250).
44. De no señalarse, será fijado por el Juez. (Art. 1900 C.).
45. En el Registro sólo se inscriben derechos reales, y por excepción derechos personales cuando lo
autoriza la ley. El contrato de promesa contiene una obligación de hacer que engendra derechos
personales, por lo que, al no existir norma que lo permita, no es inscribible cualesquiera otra promesa de
inmueble, exceptuando la de venta por disposición expresa del art. 29 del R.R.P., como la de donación,
de arrendamiento, de hipotecas, etc. No obstante, la Corte Suprema de Justicia, le ha reconocido
eficacia a la inscripción de la promesa de donación, lo cual equivale a considerarla como inscribible (Cta.
del 16 de Junio de 1952, B.J., p. 16308; S. 9 .m. del 31 de Marzo de 1959, B.J., p. 19422). Una cosa es
que sea válida la promesa de donación y otra que pueda inscribirse, lo que no es permitido por la ley. El
Doctor Alejandro Montiel Argüello recomienda estudiar la conveniencia de permitir la inscripción de otros
contratos de promesa sobre bienes inmuebles. (Primer Simposio Nacional sobre Registro Público de la
Propiedad Inmueble y Catastro. 1968, p. 159).
139
ción adquiere virtualidad real.46 La primera parte de este artículo es creación origi-
nal de nuestros codificadores y los numerales 1, 2 y 3 fueron tomados del art.
1554 del Código Civil de Chile. El artículo chileno reglamenta la promesa de con-
trato en general, condicionando su validez al cumplimiento de los requisitos esta-
blecidos. El nuestro regula la inscripción de la promesa de venta de inmueble, los
requisitos de procedencia y el efecto que produce.
Apartándose del criterio anterior declaró que, una vez inscrita la promesa de
compraventa y mientras no esté cancelada, toda enajenación que haga el
prometiente vendedor a otra persona es ineficaz para trasmitir el dominio, ya que
en sus efectos es igual a la venta. 49
46. Fueyo Laneri propone la creación de la promesa real de compraventa. Esta es inscribible y concede un
derecho real de preferencia adquisitiva y acción para perseguir la cosa en manos de quien se encontra-
ra, cualquiera que sea el título de su adquisición. El prometiente comprador puede dirigir su acción contra
el adquirente, quien está obligado e efectuar la venta, o bien contra el prometiente vendedor, quedando,
en virtud de la ley, resuelto ipso jure el acto de adquisición del tercero. Si para el prometiente comprador
existe un derecho real de preferencia adquisitiva, para el tercero existe una obligación real o propter
rem. (Derecho Civil. Los Contratos en Particular y demás fuentes de las Obligaciones». Vol. II. “Contratos
Preparatorios. Doctrina General del Contrato Preparatorio. Contrato de Promesa de Celebrar Contrato”.
2ª Edic. Imprenta y Lito. Universo, S.A., Chile, 1964, Tomo V, p. 251 y sigts.). Ya pudimos observar que
Fueyo Laneri va más lejos al estimar a la promesa de venta inseribible como un derecho real de
adquisición preferente entre los que se encuentran, según la doctrina, los derechos de tanteo, retractos
convencionales y el de opción, este último de gran parecido con la promesa unilateral. La Corte Suprema
ha sostenido que con la inscripción el prometiente comprador adquiere derechos in re. (S. 9 a.m. del 31
de Marzo de 1959, B.J., p. 19422).
47. S. 11 a.m. del 23 de Agosto de 1926, B.J. p. 5668.
48. S. 11:30 a.m, del 12 de Julio de 1917, p, 1606.
49. S. 12 m. del 25 de Enero de 1939, B,J., p. 10431.
140
c) Requisitos de la inscripción
Los requisitos establecidos en los numerales 1, 2 y 3 del art. 129 del R.R.P. son
presupuestos necesarios para que la promesa se inscriba y, como consecuencia,
produzca el efecto que le brinda la publicidad Registral (oponibilidad que se tradu-
ce en un cierre del Registro). Es, pues, al Registrador a quien le corresponde en
virtud de su función calificadora, controlar el cumplimiento de dichos presupues-
tos. Si se cumplen, inscribirá; en caso contrario, negará la inscripción.
1. Que conste en escritura pública. En esto, el art. 129 del R. R,P. no hace más
que ajustarse al art. 3941 C. La promesa de venta de inmueble en documento
privado es válida, 51 pero no es inscribible.
2. Que el contrato prometido no sea de aquellos que las leyes declaran inefica-
ces. Por ejemplo, no son inscribibles las promesas de venta entre las personas a
quienes, de conformidad con el art. 2565 C., les está prohibido celebrar compra-
venta. 52
141
prescriben. Deben especificarse el inmueble prometido en venta, el precio y la
forma de pago. Lo primero se logra mediante la descripción del inmueble por sus
linderos, medidas y datos de inscripción.
Nuestro art. 129 del R.R.P., que autoriza la inscripción de la promesa de venta,
no distingue entre promesa unilateral y bilateral, y donde la ley no distingue no es
lícito distinguir. Dicho artículo permite la inscripción de ambas.
53. De la Compraventa y de la Promesa de Venta. Dos Tomos, Santiago, Chile. 1917 y 1918. Cada tomo
contiene más de mil páginas.
54. Op. cit., Tomo 11, p. 1244 y sigts.
55. Nota inédita del Dr. Joaquín Cuadro Zavala al art. 129 del RRP. 56 Op. cit., Vol. V, p. 99 y siqts.
56. Op. Cit., Vol. V, p.99 y sigts.
57. Esta sentencia aparece en el Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas. Editorial Jurídica de
Chile, Chile, 1969. Tomo IV, pp. 230 y 231.
58. Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, “De las Obligaciones». Imprenta Nascimento,
Chile, 1937, Tomo XI, p. 714 y sigts.
142
La tradición a que se refiere el inc. 4 no tiene razón de ser en nuestro artículo,
que sólo se refiere a la promesa de venta. En Chile tiene sentido y se refiere a los
contratos reales, o sea, aquellos que se perfeccionan con la entrega de la cosa.
d) Efectos
A fin de evitar ese inconveniente (inoponibilidad), es decir, para afectar a los terce-
ros, se recurre a la publicidad registral. Esta le brinda oponibilidad al contrato de pro-
mesa. Lo que no tiene en virtud de su propia naturaleza, se lo concede el Registro.
La tesis del cierre total es rechazada por una minoría.61 Se piensa que el art.
129 del R.R.P. es una disposición excepcional62 y que, por lo tanto, cualquier otro
derecho real distinto del dominio puede tener acceso al Registro y, en tal supues-
to, no le queda más acción al prometiente comprador que demandar al prometiente
vendedor para que pague los daños y perjuicios.
Los partidarios de esta tesis dejan la puerta abierta para que se pueda burlar
la norma mediante el simple expediente de constituir derechos reales de disfrute y
garantía sobre la finca afectada por la promesa, sin que ésta sea un obstáculo
para que puedan ser inscritos. Por ejemplo, el prometiente vendedor podría cer-
59. No acierta pues, la Excelentísima Corte Suprema de Justicia al igualar la promesa de venta con la venta
(S. 12 m. del 25 de Enero de 1939, B.J, p. 10431).
60. El cierre comprende tanto las ventas voluntarias como las forzadas (Cta. del 14 de Agosto de 1957,
B.J., p, 18814). En el Derecho español la inscripción del contrato de opción (figura de gran parecido con
la promesa de venta unilateral) no cierra el Registro.
61. Nota inédita al Art. 129 del RRP redactada por el doctor Joaquín Cuadra Zavala.
62. Excepcional: a) porque permite la inscripción de un derecho personal b) porque sólo prohíbe la
inscripción de la venta (S. 11 a.m. del 23 de Agosto de 1926, B.J., p. 5668).
143
cenar el dominio mediante la constitución de un usufructo, o comprometer el in-
mueble con una hipoteca que representa una venta potencial.
No están en lo cierto los que así piensan, pues, aun suponiendo que los otros
derechos reales fueren inscribibles, tal hecho no perjudica a la promesa que sigue
teniendo prioridad y rango registral superiores. Aquéllos quedarán supeditados a
ésta: unos vuelven al prometiente comprador y otros son cancelados. La norma
podrá ser excepcional en cuanto al cierre de las ventas, pero tal circunstancia, no
significa que la promesa quede postergada o desplazada por la inscripción de los
otros derechos reales, pues, según he expresado, la inscripción de la promesa la
hace oponible a terceros.
Tampoco puede inscribirse una promesa de venta otorgada por el titular registral
a favor de persona diferente del prometiente comprador.
63 Cta. del 13 de Agosto de 1958, B.J., P. 19333; Cta. del 10 de Febrero de 1968, B.J., P. 416; Cta. del 9 de
Julio de 1969. B.J, p. 371. Cta. del 9 de Agosto de 1969, B.J., p. 373.
64 La mayor parte de las promesas son bilaterales y con precio recibido. Generalmente, en el fondo
garantizan un préstamo.
65 Se fundan en las mencionadas consultas de 10 de Febrero de 1968, de 9 de Julio de 1969 y de 9 de
Agosto de 1969, en las cuales se dijo que mientras la venta no se hubiere realizado el inmueble prometido
vender es del prometiente vendedor; y por consiguiente se puede inscribir un embargo. No obstante la
anotación del embargo no impide la inscripción en que se dé cumplimiento a la promesa (Cta. del 5 de
Agosto de 1970 B.J., p. 350). Creo que el embargo también representa una venta potencial, por lo que no
debe anotarse cuando existe una promesa de venta inscrita.
66 En virtud de la libre contratación se admite en nuestro medio la hipoteca constituida simultáneamente en
favor de dos o más personas.
144
Por otra parte, si no se permite la inscripción de una hipoteca estando el in-
mueble afectado a una promesa de venta, mayor razón existe cuando se trata de
inscribir una promesa de venta, pues ésta representa un paso más en el proceso
de trasmisión, ya que el objeto principal del contrato de promesa es la celebración
de la venta definitiva. La inscripción de otra promesa sería perturbadora.
Cuando la venta forzada tiene como causa una hipoteca inscrita con anteriori-
dad a la promesa, el bloqueo del art. 129 del R.R.P. no entra en juego pero corres-
ponde a la autoridad judicial apreciar esta inaplicabilidad y ordenar la cancelación
de la promesa de venta.67 Hay que distinguir dos casos. Si la promesa es posterior
al embargo, el Juez, a petición del interesado y sin citar al prometiente comprador,
ordenará la cancelación68 Si la promesa es anterior al embargo o este no fue
pedido, debe citarse al juicio ejecutivo al prometiente comprador para que se pue-
da cumplir con la garantía de la audiencia. 69
145
rios, pero no existe ningún obstáculo (y creo que es lo aconsejable a fin de evitar
futuros problemas) para que pueda aplicarse al caso propuesto. Así se cumplirá
con la garantía de la audiencia. No debemos perder de vista que en el art. 3844 C.
se cumple con la garantía de la audiencia, pues para que opere la cancelación en
contra de los acreedores posteriores es necesario que sean citados al juicio con
anticipación, y no existe razón para que en otro tipo de gravamen o carga no se
cumpla con dicha garantía. Nadie discute el derecho preferente que tiene el
adquirente. En lo que no estamos de acuerdo con la Corte Suprema es con el
procedimiento que señala.
El cierre que provoca la promesa se aplica tanto a los títulos otorgados con
posterioridad a su inscripción, como a los autorizados con anterioridad pero que
fueron presentados tardíamente al Registro.
C. Hipoteca
D. Anticresis
72. No obstante, la Corte Suprema en sentencia de las 12 m. del 25 de Enero de 1939 B.J. p 10431 expresa
la transmisión es ineficaz.
73 Art. 602 y 3951. inc. 2 C.
74 Para apreciar esas opiniones pueden consultarse los estudios siguiente. ¿Es la anticresis contrato y
derecho real ? Daule Arroyo Estudios Jurídicos. Universidad de Panamá 1960 : «Acerca de la naturaleza
jurídica del derecho anticresis Juan García Granero Fez, RCDI, 206-207. julio-Agosto 1945. El primer
autor señala a Nicaragua como uno de los países que expresamente en su Código Civil consagran a la
anticresis como derecho real.
75 . N.1 pag 86.
146
E. Derecho legal de retención
Este es. otro derecho de naturaleza discutida, en torno al cual se han formula-
do numerosas opiniones. Me inclino a considerarlo de naturaleza real. El art. 1426
Pr. lo considera como un derecho de hipoteca o prenda, según sean inmuebles o
muebles los bienes afectados. 76
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
76 El doctor Francisco Buitrago Díaz, en un voto razonado a la S. 11 a.m. del 31 de Marzo de 1939, B.J.,
p. 10528, lo estima como real.
147
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149
150
Capítulo XIII
LOS ASIENTOS REGISTRALES
1. Clases de asientos
2. Inscripción
A. Requisitos formales
3. Anotaciones preventivas
Clasificación
5. Efectos generales de las anotaciones preventivas
6. Anotación de demanda
a) Su ámbito
b) Efectos
c) Requisitos de procedencia
1. Anotación de demanda de cancelación y rectificación de asientos
8. Anotación de embargo
A. Efectos
9. Anotación de secuestro y prohibición de enajenar
1) Anotación del secuestro
A. Efectos
2) Anotación de prohibición de enajenar
A. Efectos
10. Anotación de sentencia ejecutoriada
11. Anotación de demanda sobre presunción de muerte, incapacidad
para administrar, incapacidad o indignidad del heredero o
legatario y cualquiera otra que modifique la capacidad civil en
cuanto a la libre disponibilidad de los bienes
A. Efectos
12. Anotación de legados
A. Efectos
13. Anotación por faltas subsanables o por imposibilidad del Registrador
A. Efectos
14. Anotación del beneficio de separación
15. A. Efectos
15. Otras anotaciones y en especial la de crédito refaccionario
A. Efectos de la anotación del crédito refaccionario
16. Recursos contra las providencias que admiten o niegan la anotación
17. Extinción de las anotaciones preventivas
a) Caducidad
b) Conversión
18. Requisitos formales
19. Cancelaciones
A. Clases de cancelaciones
a) Cancelación total y parcial
b) Cancelación de inscripciones y anotaciones preventivas hechas en
virtud de escritura pública y de las practicadas por mandamiento judicial
c) Cancelación a petición de parte y de oficio
151
B. Efectos de las cancelaciones
C. Anotaciones preventivas de la demanda de cancelación y nulidad de ésta
D. Ley de Limpieza Registral
E. Requisitos formales
20. Notas marginales
21. Asiento de presentación
A. Requisitos formales
22. Las menciones
23. Errores y rectificaciones de los asientos
A. Ideas generales
B. Clases de errores
C. Procedimiento de rectificación
D. Efectos de la rectificación
1 : Clases de asientos
152
e) Asientos de derechos y de hechos. En general, los asientos registrales son de
derechos, pero caben asientos de simples hechos, como la obra nueva, el
cumplimiento de condiciones suspensivas y resolutorias, etc.
f) Asientos preparatorios y definitivos, según preparen una inscripción definitiva,
como las anotaciones preventivas por suspensión y análogas, o bien que des-
de un principio constituyan un asiento duradero o permanente, como la inscrip-
ción. 5
2 : Inscripción
153
mención que sólo lo hace de un modo incompleto; claro está que la mención ni
siquiera es un asiento.8
A. Requisitos formales
Antes de todo, conviene tener presente que todo asiento de inscripción, anota-
ción preventiva, cancelación y notas marginales, (pues el art. 3946 C. usa el térmi-
no inscripción en forma amplia) que se practique en el Registro expresará: 1) La
hora y fecha de presentación del título en el Registro; 2) El nombre y residencia
del Tribunal, Juez, Cartulario o funcionario público que autorice el título; 3) La
naturaleza del título que deba inscribirse y su fecha.
Aun cuando no están reguladas por la ley,12 nuestra práctica registral admite
las inscripciones concisas, en las cuales, para evitar repeticiones, se omiten cier-
154
tas circunstancias contenidas en el extenso, al que se remiten.13 Se aplica, por
ejemplo, cuando varios inmuebles son hipotecados en garantía de una obliga-
ción, en cuyo caso se redacta un asiento extenso y los demás concisos.
3. Anotaciones preventivas
Son muchas las definiciones o conceptos que se han dado de las anotaciones
preventivas, pero resulta difícil la formulación de un concepto preciso debido a la
diversidad de supuestos a que responden.14
Las anotaciones preventivas son asientos provisionales que publican, con fi-
nes de garantía y efectividad, situaciones y derechos determinados por la ley
(numerus clausus) que no pueden ser objeto de inscripción o que, siéndolo, existe
un obstáculo que impide su práctica inmediata, pero que posteriormente se podrá
realizar por medio de la conversión de la anotación en inscripción. La publicidad
que reciben del Registro impide el juego normal de la fe pública y, como conse-
cuencia, la presencia de terceros protegidos. Es por esto que la doctrina dice que
las anotaciones preventivas enervan, impiden o suspenden la fe pública registral.
La anotación preventiva es un instrumento de seguridad y garantía que evita la
burla y el consiguiente perjuicio de los derechos del anotante frente a las enajena-
ciones y gravámenes del titular registral.15
Para Díaz Moreno es un asiento de carácter accesorio, hecho en los libros del
Registro, por virtud del que se garantiza provisionalmente sobre bienes inscribibles
un derecho que no es perfecto ni definitivo, hasta tanto que realizados o no algún
suceso o circunstancia de cuyo cumplimiento dependía su eficacia, se convierta
en perfecto y definitivo mediante la inscripción, o se extinga y deban cancelarse.17
13. La inscripción extensa es de contenido común y corriente. No es un nuevo tipo de inscripción con
mayor contenido. Se le llama extensa para diferenciarla de la concisa.
14. He alargado, dice Rica y Maritorena, deliberadamente las citas de definiciones para que se observe o
se evidencie la dificultad del concepto de anotación preventiva. Cada tratadista consigna una diferente
y podría seguir reproduciendo otras (Aragonés, Pantoja, etc.) a la cual más dispares. En lo único, que
hay coincidencia es que la anotación no responde a un fin unitario, igual; la diversidad de fines que trata
de proteger es a mi modo de ver la mayor dificultad de su definición. (“La anotación preventiva, en
general». RCDI, 519, marzo-abril 1977, p.394).
15. Las anotaciones, dice Roca Sastre, por tanto tienen por objeto conservar inmutables las condiciones
de cumplimiento o de efectividad de un derecho, existentes al tiempo de practicarse las mismas.
(Instituciones Tomo II, p. 344).
16. Op. cit., Tomo I, p. 254.
17.OP, cit., Tomo I, pp. 322 y 323.
155
por la Ley o por cualquier otra causa no pueden ser inscritos; las reclamaciones
judiciales del dominio y demás derechos reales; las responsabilidades preventi-
vas e interinas que afectan a las fincas, y la falta de capacidad del dueño para
disponer de ellas, hasta que subsanados los defectos, resueltas las reclamacio-
nes, determinada la responsabilidad y ejecutoriada la capacidad o incapacidad del
dueño, se convierte el asiento provisional en inscripción definitiva o se cancele.18
Para Sánchez Román, citado por La Rica y Maritorena, son asientos provisio-
nales de efectos más o menos transitorios, cuyos fines consisten ya en asegurar
las resultas de un juicio, ya en garantizar la efectividad de un derecho perfecto
pero no consumado, ya en preparar una inscripción definitiva y permanente.19
Casso las estima como asientos provisionales del Registro que confiere a los
interesados medios transitorios de defensa o protección de derechos personales
o eventuales imperfectos de índole real sobre inmuebles.22
18. Comentarios a la Legislación Hipotecaria de España y Ultrarnar. Tipografía Gutemberg, Madrid, 1882.
Tomo III, p. 85.
19. «La anotación preventiva en general». Estudio cit., p. 392.
20. Op. cit., Tomo II, p. 10.
21. Op. cit., Tomo III, pp. 21 y 22.
22. Op. cit. p..512.
23. Op. cit., p. 262.
156
y caducable, cuyo objeto es la publicidad registral de situaciones inmobiliarias de
contención judicial, de secuestro o de prohibición, judicial o administrativa, de dis-
poner, y de títulos que, por defectos subsanables o por otras circunstancias, no
pueden ser objeto de asiento de inscripción al que tienden, o bien que, además,
tengan por objeto constituir una especial garantía registral.24
4 Clasificación
Resulta útil no sólo enumerar las anotaciones preventivas, sino también hacer
una clasificación de las mismas. 26
157
Son judiciales las que ordena el Juez competente. Están comprendidas en este
grupo: a) la anotación de demanda de propiedad y demás derechos reales, de
cancelación o rectificación de asientos, de declaración de presunción de muerte,
incapacidad de administrar, incapacidad o indignidad del heredero o legatario;30
b) la anotación del decreto de embargo y secuestro de bienes raíces;31 c) la ano-
tación del embargo ya trabado en bienes raíces del deduro;32 d) la anotación de
sentencia ejecutoriada;33 e) la anotación que pueden obtener los acreedores del
difunto en los bienes raíces de la herencia;34 f) la anotación que pueden pedir los
acreedores testamentarios y hereditarios que demanden el beneficio de separa-
ción de los bienes pertenecientes al difunto;35 g) la anotación que puede pedir el
heredero que desea inscribir a su favor los bienes raíces de la herencia dentro de
los seis meses de la muerte del causante;36 h) la anotación de demanda de nuli-
dad de la cancelación;37 i) la anotación de secuestro o prohibición de enajenar
bienes raíces;38 j) de las anotaciones que se pueden pedir al Registrador, las
señaladas con las letras a) y b) al no mediar convenio o conformidad.
Por la naturaleza del derecho que publican, las anotaciones pueden garantizar
derechos reales, como por ejemplo, la anotación de demanda43 y la del legatario
de cosa específica, o bien, derechos personales, ejemplo: la anotación del embar-
go; y por último, existen otras sin contenido directo patrimonial, como por ejemplo,
las de incapacidades.44
158
5 : Efectos generales de las anotaciones preventivas
El art. 54 del R.R.P. dice: «Los bienes inmuebles o derechos reales anotados
podrán ser enajenados o gravados sin perjuicio del derecho de la persona a cuyo
favor se haya hecho la anotación». Esta disposición establece los principales efectos
de la anotación preventiva: a) la enajenación o gravamen de los bienes o dere-
chos sobre los que recae;45 y b) la función de seguridad y garantía que desempe-
ña, la cual se mantiene a pesar de las enajenaciones y gravámenes.
Sin embargo, dicha regla general sufre excepciones que provienen de la ley o
de la naturaleza o extensión de la relación que contiene la anotación, en virtud de
las cuales se cierra el Registro, a saber: a) la anotación de prohibición de enaje-
nar. La Corte Suprema de Justicia reconoce que «si alguna excepción podrá tener
lo dispuesto en el art. 54 del Reglamento, ella se encuentra en las anotaciones de
prohibición de enajenar, porque es claro que no ha de consentirse la enajenación
de aquel a quien expresamente se le ha prohibido por la autoridad judicial»;46 b) la
anotación por falta subsanable o por imposibilidad del Registrador, cuando de
estar inscrito el título provoque el cierre del Registro;47 c) la anotación del legatario
de cosa específica que pertenece el testador.
Con relación a las anotaciones de demanda, pienso que, a pesar de ser permi-
tida la cesión de los derechos litigiosos, la publicidad de ésta no es necesaria,
pues son cambios o sucesiones que se producen dentro del proceso.
45. La enajenabilidad es confirmada por la Suprema. (S. 11:10 a.m. del 11 de junio de 1956, B,J., P. 18115).
46. S. 12 m. del 10 de mayo de 1934, B.J., p. 8616.
47. Art. 16 inc. 1 del R.R.P.
48. Las anotaciones sucesivas de transmisión o gravamen del derecho anotado tienen el carácter de
anotaciones de naturaleza subordinada, pues su subsistencia pende de la vigencia de la primera
anotación de suspensión (Roca, Derecho Hipotecario, Torno II, p. 93).
159
La Excelentísima Corte Suprema de Justicia en sentencia de las 12 m. del 24
de abril de 1925, B.J., p. 4926, sostiene que «la disposición citada (el art. 16 del
R.R.P.) sólo se refiere a la inscripción de derechos reales que constituyen un
obstáculo a otra inscripción que se trate de hacer, y no puede tener aplicación
respecto a las anotaciones, en el sentido de impedir la inscripción o anotación de
títulos o documentos de fecha anterior, por los que se grave o limite el mismo
inmueble, puesto que tales anotaciones no representan nunca un título traslativo
de dominio, y por consiguiente, la anotación preventiva de un embargo no impide
las anotaciones o inscripciones posteriores de gravámenes, aun fundadas en títu-
los o documentos de fecha anterior». Estamos de acuerdo en que el embargo no
cierra el Registro a las anotaciones e, inscripciones posteriores de gravámenes,
aunque sean de fecha anterior. En lo demás, no compartimos el criterio de la
Corte por las siguientes razones: 1) no es cierto que el art. 16 del R.R.P. se refiere
exclusivamente a la inscripción, pues expresamente abarca los títulos anotados;
el artículo habla de títulos «inscritos o anotados preventivamente»; 2) en términos
absolutos, tampoco es cierto que las anotaciones preventivas, por no representar
nunca un título traslativo de dominio, no impiden la inscripción de un título de
fecha anterior por el que se grave o limite el mismo inmueble. Por ejemplo, la
anotación preventiva de una venta cuya inscripción fue suspendida por faltas sub-
sanables o por imposibilidad del Registrador, cierra el Registro a las inscripciones
o anotaciones de los títulos de fecha anterior por los que se trasmita o grave el
mismo inmueble, de conformidad con el art. 16 del R. R.P. anteriormente citado.
El art. 33 del R.R.P. dispone que «el que pudiendo pedir anotación preventiva
de un derecho dejase de hacerlo dentro del término señalado al efecto, no podrá
después inscribirlo a su favor en perjuicio de tercero que haya inscrito el mismo
derecho, adquiriéndolo de persona que aparezca en el Registro con facultad de
transferirlo». Se refiere a las anotaciones con plazo señalado y que contienen
derechos que pueden inscribirse definitivamente con posterioridad. La anotación
por faltas subsanables cae dentro de este artículo, el cual debe aplicarse aunque
no se trate del mismo derecho. El que retira el título rechazado por faltas subsana-
bles y no pide anotación preventiva, si lo presenta subsanado con posterioridad al
vencimiento de la vigencia del asiento de presentación pierde su derecho, o resul-
ta de inferior rango con relación a los terceros que inscribieron sus títulos.
160
6 : Anotación de demanda
La anotación de demanda, pues, asegura que la sentencia que acoja las pre-
tensiones se cumpla bajo las mismas condiciones existentes al tiempo de presen-
tarse el documento en virtud del cual se practicó.50
Dice Luis Diez-Picazo Ponce de León: «La Wíderspruch es una medida provi-
sional que protege al titular extrarregistral en tanto se produce la rectificación del
50. Arts. 3966 C. y 53 del R.R.P. Para Rica y Arenal, los efectos pueden condensarse en un concepto
categórico: asegurar la retroactividad de la sentencia que recaiga en el litigio, llevando su eficacia hasta
la fecha de la anotación. Es decir, que si la demanda prospera y sus pedimentos se recogen en la
sentencia firme, ésta debe tener eficacia cancelatoria de los derechos llegados al Registro después de
practicada la anotación. (“Comentarios a la Ley Hipotecaria”, Estudio cit., p. 317).
51. Op. cit., Vol. I, pp. 269 y 270.
161
Registro y anuncia a los terceros que hay un derecho no inscrito, un derecho
inscrito a favor de un no titular o una inexactitud de cualquier otro tipo. Su diferen-
cia con la Vormerkung es clara. La Vormerkung protege un derecho o una preten-
sión de tipo personal. La Viderspruch protege al titular de un derecho real no
registrado preparando la inscripción definitiva».52
Diez Pastor y González Enríquez, expresan: «Es sabido que el concepto legal
español de anotación preventiva no sólo abarca juntamente la prenotación
(Vormerkung) y la contradicción (Widerspruch) alemanas, sino que tiene un con-
tenido mucho más amplio que el resultante de la acumulación de ambas figuras.
No obstante, la distinción establecida en el texto entre prenotación y contradic-
ción, en cuanto que la primera anuncia una eventual mutación jurídico-real futura,
y la segunda declara la posibilidad de que el Registro sea inexacto, es decir, de
que la situación jurídico-real verdadera sea ya distinta de la que el Registro publi-
ca, tiene un gran interés en ciertos aspectos para nuestra anotación preventiva,
sobre todo en relación a la de demanda, que puede abarcar los dos supuestos».54
52. «Las anotaciones preventivas», Revista de Derecho Notarial, 44, mayo-junio de 1964, p. 11.
53. Op. cit., Vol. II , pp. 114 y 115.
54. Op. cit., Vol. II, p. 114.
55. Existe discusión sobre si la promesa de venta es objeto de inscripción o de anotación preventiva.
162
para exigir su cumplimiento, a pesar de ser un derecho personal. La anotación de
la demanda nicaragüense cumple en forma similar con la finalidad de la prenotación
y asiento de contradiccíón germánicos.
163
ción preventiva de tales demandas (Artos. 3964 ordinal 1o. C. y Arto. 29 ordinal
1o. del Reglamento de Registro Público)».59
a) Su ámbito
El art. 29 inc. 1 del R.R.P. dispone: “Podrán pedir anotación preventiva de sus
respectivos derechos en el Registro correspondiente: 1o. El que demandare en
juicio la propiedad de bienes inmuebles. o la .constitución, declaración, modifica-
ción o extinción de cualquier derecho real». El inc. 1 del art. 3964 C., ampliando el
contenido de la disposición transcrita, agrega que no sólo son anotables las de-
mandas sobre propiedades de determinados bienes inmuebles, sino cualesquiera
otras que versen sobre propiedad de derechos reales.
164
finca en documento privado y pagado el precio, se encuentra con que su vende-
dor no quiere entregársela ni otorgar escritura pública de venta.
Así, pues, en cuanto la anotación del No. 1o. se base en un derecho real ya
constituido, tendrá la función de asiento de contradicción del derecho alemán (cf.
165
Supra 47) y cuando dimane de un derecho de crédito tendente a la constitución
de un derecho real o a cualquier otra modificación de la situación jurídica real, su
finalidad será equivalente a la de Vorrnerkung. De todas las razones que antece-
den y con él apoyo de la autoridad científica y técnica de la Dirección General de
los Registros, podemos concluir en la posibilidad de anotar preventivamente un
crédito dirigido a una modificación real».63
Creo que al amparo del inc. 1 del art. 29 del R.R.P. pueden anotarse no sólo las
acciones reales de dominio, petición de herencia, etc., sino también la acción
revocatoria pauliana, la acción de simulación y cualquier otra personal que obli-
gue a la trasmisión, declaración, modificación o extinción del dominio o derechos
reales sobre inmuebles. La Corte Suprema de Justicia ha declarado que las de-
mandas por las que se reclama dinero no son anotables.64
166
los contratos de compraventa de inmuebles69 d) que es anotable la demanda de
mejoras; 70 que es anotable la demanda de mejoras consistentes en una casa y
sus accesorios;71 e) que es anotable la demanda de sociedad de hecho fundada
en la fracción 2a. del art. 3178 C.; 72 f) que no es anotable la acción revocatoria
pauliana por tratarse de una acción personal; 73 y g) que es anotable la demanda
de falsedad de una compraventa de inmueble que supuestamente había suscrito
el causante, porque si bien ésta es personal, envuelve también una acción real de
dominio, ya que si se declara con lugar, los legados de las propiedades en litigio
hechos a favor del actor surtirán todos sus efectos.74
b) Efectos
167
universal de la persona que ha figurado en el proceso se consideran partes en el
juicio, pues ellos son la misma persona de su autor, a quien suceden en todos sus
derechos tanto activos como pasivos, qui haerendum loco habentur. Pero con
respecto a !os sucesores a título singular, las cosas presentan, en verdad, un
matiz de diferencia según los casos que se presenten. Si el juicio en que se pro-
nunció la sentencia que se opone tuvo lugar y fue iniciado antes de los traspasos
o enajenaciones de la cosa litigiosa, el que enajenó o traspasó, que tomó parte en
aquel juicio, representaba en él a sus causahabientes, y por lo mismo la excepción
de cosa juzgada es oponible, ya sea la sentencia adversa o favorable. Esto es así,
porque los sucesores a título singular tienen los mismos derechos que su autor,
relativamente a la cosa que fue el objeto del juicio. En cambio, si el juicio fue
iniciado con posterioridad a las enajenaciones o traspasos, el enajenante no pue-
de representar a los causahabientes, pues en la época en que fue iniciado dicho
juicio, la cosa ya no estaba en su patrimonio, y por lo mismo el derecho de los
causahabientes no puede ser afectado ni destruido por el enajenante, ya sea por
contratos o convenciones que celebrare con respecto a la cosa, ni por sentencias
que se pronunciaren contra él».
168
La Corte Suprema de Justicia ha sostenido que el que adquiere con posteriori-
dad a una demanda que no estaba inscrita, es protegido por la fe pública.
En sentencia de las 11:10 a.m. del 11 de junio de 1956, B.J., p. 18115, la Corte
Suprema declaró que en reiteradas sentencias y aun tratándose de casos en que
no existe anotación preventiva, se ha visto precisada a admitir la teoría de la repre-
sentación para evitar multiplicidad de contiendas. Tal opinión debilita la fe pública
registral, uno de los principios básicos en que descansa nuestro sistema registral,
y la seguridad en la contratación inmobiliaria. El que adquiere un derecho real
confiado en el Registro, en el cual no aparece anotada la demanda entablada en
contra de su trasmitente, no puede ser afectado por la sentencia que se dicte, si
reúne todos los requisitos para ser protegido por el Registro.
169
está obligado a respetar y a pasar por los resultados del juicio. Por el contrario, si
la demanda no está anotada, aun cuando adquiera con posterioridad al juicio, no
le puede perjudicar la sentencia que se dicte (art. 54 del R.R.P.). Este criterio está
amparado por las siguientes sentencias de la Excelentísima Corte Suprema de
Justicia: S. 9 a.m. del 11 de noviembre de 1913 B.J. pág. 254; S. 11 a.m. del 14 de
septiembre de 1934 B.J. p. 8236 y S. 12 m. del 27 de mayo de 1948 B.J. pág.
14249. Sostener lo contrario, es decir, aplicar la teoría de la representación aun-
que no esté anotada la demanda, equivale a quebrantar la fe pública registral
consagrada en los arts. 3796 y 3949 C. y otros complementarios, principio básico
en que descansa nuestro Registro, y la seguridad de la contratación inmobiliaria.
Existen algunos casos, y quizá a esos se refiera la mencionada sentencia, en que
se aplica la teoría de la representación aunque no está anotada la demanda: a)
cuando se sucede a título universal, (sucesión por causa de muerte); b) cuando
se sucede a título singular y con causa gratuita; y c) cuando se sucede de quien
obtiene título supletorio o venta forzada sin título anterior inscrito. Se aplica en
tales supuestos, por no existir terceros protegidos por el Registro. En el caso
sub-judice el Tribunal observa que si bien es verdad que la adquisición de la
actora fue posterior a la iniciación y conclusión de los dos primeros juicios, tam-
bién lo es que ninguna de las demandas fue anotada en la finca No.14.448 y sus
desmembraciones, por lo que no puede aplicarse la teoría de la representación y
las dos sentencias que se dictaron en los juicios, no pueden perjudicarle. Tampo-
co estamos en presencia de uno de los casos de excepción antes mencionados.
Podría argumentarse que la anotación de los demandados en las fincas del actor
estaba anunciando a los terceros la existencia de los juicios y que, por lo tanto,
deben perjudicarle a la compradora, doña Yanina Castellón de Abaunza. Tal crite-
rio no concuerda con el sistema de folio real que sigue nuestro Registro (arts. 6,
152, 153, 154, 155, 156, 157 del R.R.P. y otros) y obligaría, apartándose del
mismo, a la señora de Abaunza a consultar todos los libros del Registro. Por la
técnica de la foliación real se realiza una concentración de toda la situación jurídi-
ca del inmueble en la hoja o folio en que se inscribió y lo que no aparece en éste
no perjudica a los terceros. Por lo expuesto en este Considerando, la Sala estima
que no existe identidad de partes y, en consecuencia, debe rechazarse la excep-
ción de cosa juzgada opuesta”.79
170
da con pacto de retro, la anotación de la demanda no puede impedir que se
extienda en su día la correspondiente nota de consumación de la venta a favor del
comprador; si se hallaba hipotecada, no puede impedir la acción del acreedor
para obtener el cobro mediante la enajenación judicial, y si se hallaba vendida
anteriormente por el demandado aun no hallándose inscrita la venta, el derecho
del comprador sería preferente porque adquirió cuando no constaba todavía en
el Registro la existencia de la anotación, perjuicios que sólo podrían evitarse si la
demanda estuviese dirigida también contra el comprador a retro, contra el acree-
dor hipotecario, o contra el adquirente anterior sin título inscrito, o si estos fuesen
vencidos en juicio. Estas consecuencias, sin embargo, no pueden afirmarse que
se deriven directamente del art. 44, cuya doctrina sólo se declara expresamente
extensiva a las anotaciones de los números 2o., 3o. y 4o. del art. 42 y no a la del
número 1o. o sea a las anotaciones de demanda; pero creemos que es la más
fundada y racional y la más conforme con los principios de nuestra legislación
hipotecaria y con la naturaleza de las anotaciones que sirven para asegurar el
resultado, en su día, de una resolución judicial. «De no ser así, dice Barrachina, el
que tratase de comprar una finca, tendría que enterarse por todos los juzgados de
España si había pendiente pleito de propiedad sobre la misma, con lo cual, cernida la
incertidumbre y bajo la amenaza del despojo de los intereses fundados en la buena fe,
sería de todo punto imposible, absolutamente imposible la contratación, y sin objeto la
institución registral, barrenada de este modo en sus fundamentos».80
José Roán Martínez, dice: “La anotación de demanda no produce otro efecto
que el señalado por el artículo 52 para las anotaciones de legados hechas fuera
de plazo. No surtirá efecto contra el que antes haya adquirido o inscrito algún
derecho sobre los bienes hereditarios. Y esto tiene que ser así, ya que aquí no
estamos en el campo de protección al tráfico jurídico. No se trata, como cree Capó
Bonnafous, de que el concepto de tercero quede profundamente alterado. No lo
hay. Con respecto al reivindicante anotado, no juegan la legitimación ni la fides
pública, y si fuesen relevantes tenía que ser en sentido contrario, ya que el que
está inscrito es el demandado. Esto puede ampliarse a los otros supuestos».81
Roca Sastre, dice: «Antes, por el juego interpretativo a sensu contrario del art.
82
71 de la Ley Hipotecaria, se deducía que la anotación preventiva de demanda
triunfante afectaba a los títulos dispositivos de fecha posterior a la de la anotación
preventiva de la demanda, mas no respecto a los títulos dispositivos de fecha
anterior».83
171
Con relación a la mencionada teoría también pueden consultarse las siguien-
tes sentencias: S. 11 a.m. del 21 de septiembre de 1935. B.J., p. 9063; S. 12 m. del
4 de junio de 1947, B.J., p. 13907; S. 11 a.m. del 29 de noviembre de 1950, B.J., p.
15352; S. 9:30 a.m. del 11 de mayo de 1954, B.J., p. 16927; S. 12 m. del 22 de julio
de 1963, B.J., p. 295.
En España el art. 198 del nuevo Reglamento establece los trámites procesales
que deben seguirse para proceder a la cancelación en el supuesto de inscripcio-
nes posteriores a la anotación, practicadas en virtud de títulos anteriores, pero no
señala pautas sustantivas a las que deberá atenerse el Juez.
Don Ramón Feced Gress se alarma ante la tesis general de los autores que
sostienen que no pueden cancelarse los títulos anteriores a la anotación de la
demanda inscritos después, aunque se dicte sentencia acogiendo la demanda.
Reconoce casos en que es procedente la cancelación y pone como ejemplo a los
retractos legales. Agrega que si el título anterior a la anotación no pudiese en
ningún caso ser perjudicado por la anotación cuando se inscriba posteriormente a
ésta, se producirían graves quebrantos a la administración de justicia, pues a los
demandados de mala fe les bastaría otorgar títulos transmisivos o de gravamen
antes de la fecha de la anotación y guardarlos en su gaveta, sin llevarlos al Regis-
tro hasta el momento oportuno (cuando vaya a pronunciarse sentencia), y enton-
ces ésta resultaría estéril y el actor habría de emprender de nuevo litigio contra
ese adquirente que no dio importancia al principio de prioridad registral Concluye
sosteniendo que las sentencias que acogen las acciones reivindicatorias o
declarativas de propiedad, las de nulidad o cancelación del asiento vigente en el
Registro a favor del demandado y las que se funden en acciones resolutorias,
revocatorias o rescisorias que consten explícitamente en el Registro, deben ser
cumplidas íntegramente y tener fuerza cancelatoria de todos los asientos registrales
posteriores a la anotación, siempre que sean incompatibles y cualquiera que sea
la fecha del título que los haya producido.85
Roca Sastre reconoce el caso del retracto legal, el cual ni siquiera requiere en
definitiva anotación. También opina que si la demanda anotada de rectificación del
contenido inexacto del Registro, por nulidad u otra causa que conste registralmente
de manera explícita prospera en definitiva, la sentencia que así lo declare, preva-
lecerá sobre el título anterior posteriormente inscrito, como asimismo, aunque di-
cha causa no conste explícitamente en el Registro, si el adquirente en virtud del
título anterior posteriormente inscrito, es un donatario o no reúne cualquier otro
requisito indispensable para ser protegido por la fe pública registral.86 Roca Sas-
tre, como puede observarse, sólo acepta casos en que no juega la fe pública
registral.
85. La anotación preventiva de demanda. Su valor jurídico. RCDI, 225, febrero, 1947; p. 65 y sigts.
86. Derecho Hipotecario, Tomo II, p. 862.
172
c) Requisitos de procedencia
Dos son los requisitos necesarios para que el juez decrete la anotación preventiva:
1) Que la demanda esté comprendida en los arts. 29 inc. 1 del R.R.P. y 3964
inc. 1 C. El Registrador no tiene facultades para negar la anotación por conside-
rar que la demanda no está comprendida en los mencionados incisos. La determi-
nación de este requisito es de la exclusiva competencia del Juez y el Registrador
no puede negar la anotación sosteniendo lo contrarío, pues entraría a conocer el
fondo y fundamentos del fallo, sobre lo cual carece de competencia. Galindo y
Escosura opinan que el Registrador puede negar la anotación, pero reconocen lo
delicado del problema y aconsejan que, en casos de duda, se cumplan las provi-
dencias judiciales: «Según Resol. de 19 En. 1877, las facultades del Registrador
acerca de los mandamientos ordenando la anotación de demanda, se limitan a
poder calificar las formalidades extrínsecas que deba reunir, y no puede negar la
anotación por el motivo de no estar comprendida ésta en el núm. lo. del art. 42 de
la Ley; suponiendo que al hacerlo así califica los fundamentos de la providencia
judicial que la ordena para lo cual no tiene competencia. Negamos la suposición:
lo que el Registrador examina no son las razones en que el Juez se haya fundado
para decretar la anotación de la demanda, sino la clase de ésta, para conocer si
se halla entre las que pueden anotarse con arreglo a la ley y esto es de su exclu-
siva competencia, sin que bastara a eximirle de la responsabilidad en que incurre,
si hiciere una anotación no autorizada por la Ley, alegar que había obrado cum-
pliendo la providencia judicial. Por ello creemos que, no obstante el mandamiento
ordenando la anotación, puede denegarse ésta si la demanda no es de las com-
prendidas en el número 1o. del art. 42 de la Ley.
87. Op. cit., Tomo III, pp. 92 y 93. Roca Sastre acoge la opinión de Escosura (Derecho Hipotecario, Tomo II,
p. 872).
173
ro 1o. del art. 42 de la Ley; por lo menos, añadimos nosotros, si evidentemente la
demanda se refiere sólo a derechos de obligación sin trascendencia directa real.
2) Que sea pedida por la parte legítima.89 Parte legítima no es sólo el que
comparece como actor en el proceso, sino también el demandado en el supuesto
de la contrademanda y hasta el tercero, como por ejemplo, en las tercerías de
dominio.
Responden a este mismo criterio restrictivo las sentencias dictadas por la Sala
y que a continuación me referiré.
174
bien sea por testamento o bien presentando la partida o partidas que prueben el
vínculo con el causante en grado suficiente en cada caso para poder ser conside-
rado como heredero si la sucesión es intestada. El requisito del documento o la
aportación de otro medio de prueba no lo establece la ley. En España se exige
documento bastante al prudente arbitrio del juzgador, ofrecimiento de indemnizar
los perjuicios y caución adecuada si así lo estima el mismo funcionario.91
Algunos juristas consideran que el inc. 2 del art. 3964 C., que consagra la
anotación preventiva que comentamos, carece de autonomía, pues no es más
que una aplicación de la anotación de demanda estudiada en los números ante-
riores.
175
se demanda la nulidad, rescisión o resolución de la relación jurídica inscrita, la
nulidad de los asientos, lo mismo que las de rectificación de los asientos, como por
ejemplo, cuando se omite un pacto comisorio, un pacto de retroventa, etc. Los dos
incisos se complementan, pero el uno no absorbe al otro.
8. Anotación de embargo
«Porque el que, adquiere con buena o mala fe una finca o derecho con poste-
rioridad a la anotación del embargo, conoce el riesgo que no puede obligar al
176
anotante a sostener un juicio, con probabilidad de que al final vuelva a encontrar-
se en iguales circunstancias y tenga que volver a empezar. El que adquiere un
derecho condiciones semejantes no puede ser reputado como tercero, y condi-
ción debe ser igual a la del causahabiente, a título oneroso lucrativo, que adquiere
la cosa con un gravamen preexistente, y aquí, sólo se permite hacer uso, en el
tiempo oportuno, de las excepción legales de que se hallare asistido; y realmente,
quien adquiere una fin, o un derecho embargados a las resultas de un juicio, no
hace más que subrogarse respecto de ellas en las condiciones del mismo deudor
((Véase en este sentido la jurisprudencia de este Tribunal en sentencia visible a
pág. 6072 del Boletín judicial y en la de las 12 meridianas C. 10 de Mayo del año
en curso, citada arriba».97
“... El embargo, bien se practique antes o dentro del juicio, tiene siempre por
objeto, entre otras cosas, asegurar la responsabilidad civil contraída por el deu-
dor, cuyos bienes son los que sirven de garantía a la acción intentada o por
intentarse. De consiguiente, los artículos 904 y 1718 inciso final Pr., en armonía
con lo expuesto, prohiben negociación de los objetos secuestrados a las partes,
que son las que sostienen el debate y más directamente al deudor por ser la
persona que podría hacer el negocio, a causa de estar en su poder los derechos
objetos embargados. Esta doctrina se ha aplicado ya por este Supremo Tribunal,
como puede verse en el Boletín Judicial de 1913, pág. 67 del Considerando IV de
la sentencia que allí aparece y que en la par conducente, dice: “...Cuando la ley
establece que el embargo produce ilicitud del objeto, haciéndolo inhábil para el contra-
to, es para que deudor no pueda desprenderse de él voluntariamente, dejando defrau-
dados los derechos que persigue el que ha solicitado el secuestro, etc. 98
A. Efectos.
177
La enajenación de los bienes inmuebles embargados ha sido objeto de especial
estudio por la jurisprudencia. El problema reside en la aplicación de lo dispuesto en los
arts. 904 y 1718 in-fine Pr., frente a lo preceptuado en el art. 54 del R.R.P.
Los primeros artículos, dicen: «Art. 904. - Los objetos secuestrados o embar-
gados, preventiva o definitivamente, no pueden ser objeto de contrato, sino con
permiso del Juez solicitado por todos los interesado”. Art. 1718 in-fine Pr.: -Des-
pués de practicado el embargo, aunque éste no se haya inscrito, no es lícito a las
partes disponer en manera alguna de los bienes embargados, sino con permiso
del Juez que conoce del asunto solicitado por ambas partes. Art. 904».
178
El estancamiento de la propiedad raíz y la efectiva garantía que ofrece el siste-
ma registral al acreedor que anota el embargo, son otras razones que contribuye-
ron para que la Corte se pronunciara en el sentido indicado.
Particularmente creo que entre una regla general (art. 54 del R.R.P.) y otra
especial (arts. 904 y 1718 in-fine Pr.) no puede existir conflicto o contradicción,
sino que la solución específica o especial es una excepción que prevalece sobre
la general.102
179
9. Anotación de secuestro y prohibición de enajenar
180
propiedad de minas, de montes, de plantaciones cuya principal riqueza consista
en arbolados, la de plantaciones o de establecimientos industriales o fabriles y la
de fincas rústicas, agrícolas o destinadas a la industria pecuaria.108
A. Efectos
A. Efectos
El art. 29 inc. 4 del R.R.P. dispone: ”Podrán pedir anotación preventiva de sus
respectivos derechos en el Registro correspondiente: 4o. El que, en cualquier
juicio obtuviere sentencia ejecutoriada, condenando al demandado al pago de
una suma que deba exigirse por los trámites establecidos para la ejecución de las
sentencias».
181
De conformidad con la disposición transcrita, la anotación sólo cabe cuando en
la sentencia se condenare al pago de una suma. Bien observan los anotadores
que el Código se aparta del modelo español que no señala límites en cuanto a lo
condenado.109 Sin embargo, el Código de Procedimiento Civil en sus arts. 510 y
512 faculta al acreedor que obtuviere sentencia firme que condenare al pago de
cantidad líquida y determinada, o al cumplimiento de una obligación de hacer o de
no hacer, o a entregar alguna cantidad líquida, para pedir el embargo de bienes
del deudor.
El inc. 3 del art. 3964 C., en forma general, autoriza la anotación preventiva de
las demandas por las cuales se pretende modificar la capacidad o estado civil de
las personas.
Los que adquieren de buena fe y a título oneroso del indigno, están protegidos
contra la acción de indignidad. Así lo dispone el art. 993 C. que dice: «La acción
de indignidad no pasa contra terceros que de buena fe hubieren adquirido del
indigno, a título oneroso, bienes pertenecientes a la sucesión, antes de entablar-
se la acción o excepción de indignidad». A contrario sensu, podría sostenerse
que las adquisiciones posteriores a la acción o excepción quedarán, sin ninguna
distinción, afectadas por la acción o excepción.
182
Para que la indignidad perjudique a terceros no basta que esté alegada como
acción o excepción. Se necesita que la causa de la indignidad conste anotada en
el Registro; sólo así se podría armonizar lo dispuesto en la parte final de la dispo-
sición transcrita con el principio de fe pública que acoge nuestro Registro.
A. Efectos
183
anotados y mandará librar el correspondiente despacho al Registrador, con inser-
ción literal de lo prevenido, para que lo ejecute.113
Tanto el dominio como cualquier otro derecho real legado sobre bienes
inmuebles determinados, pueden ser anotables.
El legatario de género o cantidad podrá anotar el valor del objeto legado sobre
cualquiera bienes raíces de la herencia, bastante para cubrirlos. El legado de
cosa ajena, en el supuesto del art. 1118 C., puede ser anotado como legado de
género o cantidad. El inc. 7 del art. 29 del R.R.P., que permite la anotación del
legado, autoriza a los acreedores del difunto a pedir anotación.
A. Efectos.
Los que adquieren bienes inmuebles u otros derechos reales, dice la exposi-
ción de motivos de 1861 sobre la propiedad raíz hereditaria en los ciento ochenta
días expresados, saben el peligro a que se exponen. Si una anotación preventiva
184
los daña, impútenselo a sí mismos, porque no debían ignorar que durante el tiem-
po que queda señalado, están sujetos a responder a los legatarios en lo que
alcanzaren los bienes inmuebles que pertenecían a la herencia. Así se evitan
fraudes por parte de los herederos, y se les da un estímulo para que cumplan
cuanto antes la voluntad del testador, al mismo tiempo que se consulta el interés
de los legatarios y el legítimo de los que, después de expirar el plazo, hayan
adquirido derechos reales.
Esta reserva es una excepción al principio de fe pública, pero con escasa apli-
cación práctica (error del Registrador).
El heredero, de conformidad con el art. 38 del R.R.P., dentro de los seis meses
siguientes a la muerte del testador no puede inscribir lo bienes hereditarios a su
favor, salvo que obtenga la renuncia expresa tácita de los legatarios sobre su
derecho de anotación.116 El heredero los que de él adquieran dentro del mencio-
nado plazo sólo podrá pedir anotación preventiva de su título. Después de venci-
do el plazo, el heredero puede inscribir a su favor los bienes hereditarios.
Si la anotación se pide fuera del plazo de 6 meses, sólo podrá recaer sobre los
bienes de la herencia que subsistan en poder de heredero y no obtendrán prefe-
rencia sobre el que no lo hizo. Sólo adquiere preferencia para el cobro de su
legado sobre cualquier acreedor del heredero que, con posterioridad, adquiera
algún derecho sobre los bienes anotados. Los que, con anterioridad a la anota-
ción hayan adquirido del heredero, no serán perjudicados.117
185
13. Anotación por faltas subsanables o por imposibilidad del Registrador.
El art. 29 inc. 9 del R.P.P. dice: «Podrán pedir anotación preventiva de sus
respectivos derechos en el Registro correspondiente 9o. El que presentare en la
oficina del Registro algún título cuya inscripción no pueda hacerse definitivamente
por falta de algún requisito subsanable o por imposibilidad del Registrador».
Los arts. 17, 18 del R.R.P. y 3964 inc. 6 C. aluden también a la anotación
preventiva por faltas subsanables. La diferencia en la legislaciones de donde fue-
ron tomados es la causa de los, roces que existen entre ellos.
Pueden resultar de una imposibilidad legal, en cuyo caso la misma ley autoriza
la anotación y generalmente ordena que sea de oficio. Como ejemplo, sólo po-
dríamos citar la anotación preventiva de los títulos cuya reposición de su inscrip-
ción no podría hacerse definitivamente, de conformidad con el art. 9 de la Ley de
9 de Octubre de 1947 en virtud de la cual se procedió a la reposición de las
inscripciones del Registro de Managua.119
También procede por imposibilidad material, como por ejemplo, cuando por
exceso de trabajo se acumulan títulos cuyas inscripciones no pueden hacerse
186
dentro del plazo de los 30 días del Diario, o cuando se presentan al mismo tiempo
para su inscripción dos títulos contradictorios. En el primer caso, creo que el Re-
gistrador puede proceder de oficio a extender las anotaciones.
El art. 18 del R.R.P. dice: «La anotación preventiva a que se refiere el artículo
anterior, caducará a los treinta días de su fecha, y será cancelada de oficio por el
Registrador si durante ese término no se presentare el título subsanado en forma,
providencia del Juez mandando hacer la inscripción o aviso del mismo funcionario
de haberse prorrogado aquel término, o estarse ventilando la contienda, en juicio
ordinario. En este último caso, la anotación subsistirá hasta las resultas del juicio.
El aviso del Juez comunicando la prórroga o haber juicio pendiente, se hará cons-
tar por medio de una nota al margen de la anotación».
2) Que dicha anotación caduca al vencimiento de los 30 días y que será cance-
lada de oficio121 por el Registrador, si dentro de dicho plazo no se presenta:
120. La razón para contar en esta forma el plazo radica en el deseo del legislador de concederle al
interesado íntegramente el plazo señalado, pues la calificación y la correspondiente anotación se
producen con posterioridad a la fecha de la presentación del título en el Diario. Galindo y Escosura. (Op.
cit., Tomo III, p. 483 y 484). Morell (Op. cit., Tomo III, p. 564). Roca Sastre (Derecho Hipotecario. Tomo III,
p. 96).
121. La anotación, dice la Suprema, por falta subsanable no puede ser cancelada de oficio por el Registra-
dor aunque se le presente constancia de que el interesado no recurrió dentro de los 5 días que señala
la ley. (Cta. del 10 de mayo de 1966, B.J.. p. 327).
187
oficio el asiento del Diario122 también la anotación preventiva, se presentará de
nuevo el título, pero el interesado habrá perdido la prioridad marcada por el asien-
to de presentación ya cancelado. No habría problema si al Registro no han ingre-
sado otros títulos. En caso contrario, los títulos presentados con anterioridad a la
nueva presentación del subsanado tendrán prioridad sobre éste. Como el plazo
del Diario puede resultarle muy corto y el interesado no quiere perder la prioridad
obtenida, puede pedir anotación preventiva, en cuyo caso ha gozado de una par-
te del plazo del Diario y de los 30 días y su prórroga, en su caso, de la anotación
preventiva para arregla, el título;
188
d) Aviso de estarse ventilando la contienda en juicio ordinario
189
de 1878 que no permite que se extienda una segunda anotación. Díaz Moreno125
sostiene que no es posible anotar dos veces un mismo título por iguales defectos;
es decir, si se presenta después el mismo título sin haberse corregido aquéllos a
juicio del Registrador, no debe anotarse nuevamente, aunque se pida. Roca Sas-
tre126 y Chico y Bonilla127 sostienen que puede practicarse una nueva anotación,
pues así resulta del art. 108 del R.H.
A. Efectos
Dispone el art. 29 inc. 8 del R.R.P.: «Podrán pedir anotación de sus respectivos
derechos en el Registro correspondiente: 8o. Los acreedores hereditarios y los
acreedores testamentarios que demanden el beneficio de separación de bienes
raíces pertenecientes al difunto».
El beneficio de separación evita que se confundan los bienes del difunto con
los del heredero y concede el derecho a que, de los bienes del difunto, se cum-
plan las obligaciones hereditarias o testamentarias, con preferencia a las deudas
propias del heredero.
190
La sentencia que acuerde el beneficio de separación especificará los bienes
que quedan separados y se inscribirá en el Libro de Personas y se tomará nota en
el Libro de Propiedades.
A. Efectos
El art. 1432 C. dispone: «Las enajenaciones de bienes del difunto hechas por
el heredero dentro de los seis meses subsiguientes a la apertura de la sucesión y
que no hayan tenido por objeto el pago de créditos hereditarios o testamentarios,
podrán rescindirse a instancia de cualquiera de los acreedores testamentarios o
hereditarios que gocen del beneficio de separación.
Son válidas las enajenaciones hechas por el heredero entre el vencimiento del
semestre transcurrido y la solicitud de separación. Lo mismo se extiende a la cons-
titución de hipotecas especiales, prendas u otros gravámenes».
La disposición transcrita tiende a evitar que los herederos con actos de dispo-
sición o gravámenes, burlen el pago de las deudas hereditarias o testamentarias.
A los legatarios es difícil que el heredero burle sus derechos, pues, como estudia-
mos en su oportunidad, aquellos tienen amplias garantías. Dentro de los 6 meses
siguientes a la muerte del causante, el heredero no puede inscribir los bienes
hereditarios a su favor si no renuncian expresa o tácitamente los legatarios a su
derecho de anotación; por otra parte, si se trata del inmueble determinado legado,
el Registrador no inscribirá la venta o gravamen. Ahora bien, los legatarios deben
también, como los acreedores, pedir anotación para evitar que les perjudique la
enajenación o gravamen hecho por el heredero entre el vencimiento del semestre
y la solicitud del beneficio.
Para terminar, sólo quiero hacer notar que también en el inc. 7 del art. 29 del
R.R.P. se les permite la anotación a los acreedores del difunto.
El art. 29 inc. 10 del R.R.P. dice: «Podrán pedir anotación preventiva de sus
respectivos derechos en el Registro correspondiente: 10o. - El que en cualquier
otro caso tuviere derecho a exigir anotación preventiva conforme a las disposicio-
nes legales». Los arts. 3964 C. y 29 del R.R.P. con evidentes casos de repetición,
establecen una lista de las anotaciones preventivas. Esta enumeración no agota
el número de ellas, pues en virtud del inciso transcrito también caben, cuando así
lo permiten las disposiciones legales. Estas pueden formar parte de los Códigos o
de leyes especiales.
191
Sin pretender agotar los casos, formulamos la siguiente lista de las otras ano-
taciones preventivas: a) la anotación de demanda de nulidad de la cancelación en
virtud de la falsedad o nulidad del título, o bien, porque se haya practicado por
error o fraude;131 b) la anotación del heredero que solicita la inscripción a su favor
de los bienes hereditarios dentro de los 6 meses siguientes a la muerte del
testador;132 c) la anotación de demanda de expropiación;133 d) la anotación preven-
tiva en el supuesto del art. 9 de la Ley de 9 de Octubre de 1947; y e) la anotación
del crédito refaccionario»134
Si el inmueble está libre de cargas, en el art. 47 inc. 1 del R.R.P. se dispone que
«cuando un propietario celebre contrato en virtud del cual una persona le suminis-
tre cantidades de dinero para refaccionar un bien raíz, el acreedor podrá exigir
anotación sobre la finca refaccionada por las cantidades que de una vez o suce-
131. Art. 3973 C.
132. Art. 38 inc. 3 del R.R.P.
133. Art. 13 de la Ley de Expropiación del 3 de Marzo de 1976.
134. Art. 47 y sigts. del R.R.P.
135. S. 11 a.m. del 9 de diciembre de 1930, B.J., P. 7636.
136. Derecho Hipotecario, Tomo II, p. 69.
192
sivamente anticipare presentando la escritura pública del contrato que haya cele-
brado con el deudor».
No será necesario que los títulos a cuya virtud se pida anotación preventiva de
crédito refaccionario determinen fijamente la cantidad de dinero o efectos en que
consistan los mismos créditos, y bastará que contengan los datos suficientes para
liquidarlos al terminar las obras contratadas.137
El artículo 50 dispone que si alguno de los que tuvieran a su favor las obligacio-
nes reales expresadas en el artículo anterior no fuere persona cierta, estuviere
ausente ignorándose su paradero o negare su consentimiento, no podrá hacerse
la anotación sino por providencia judicial.
193
inmueble en dos valores: 1) el valor que tiene el inmueble antes de la refacción; y
2) el valor adicional que se consigue con la refacción. Los acreedores anteriores
conservan sus preferencias sobre el primer valor; y el acreedor refaccionario será
considerado como hipotecario respecto de lo que exceda el valor de la finca al de
las obligaciones anteriormente constituidas; y en todo caso, respecto a la diferen-
cia entre el precio dado a la misma finca antes de las obras y el que alcanzare en
la subasta.142
Son muchos los vacíos que pueden observarse en la regulación de esta ano-
tación por lo que sería conveniente llenarlos en una futura reforma.
La opinión dominante sostiene que los tres días deben contarse a partir del
conocimiento legal por parte del deudor de cualquier providencia en el asunto
principal. Es la doctrina que ha mantenido la Sala de lo Civil de la Corte de Apela-
ciones de Masaya, como puede observarse en la Sentencia de las 11:25 a.m. del
3 de septiembre de 1965.
Por el contrario, algunos juristas opinan que se puede apelar antes de que se
haya cubierto el embargo con la demanda.
194
«Sin perjuicio de las excepciones establecidas por la ley, se concederá apela-
ción, sólo en el efecto devolutivo: 2o. De los autos y decretos cuyos resultados
serían eludidos, admitiendo la apelación en ambos efectos».
a) Caducidad
Al vencimiento del plazo señalado y por obra de la ley (ope legis), la caducidad
extingue y deja sin ningún valor los asientos del Registro, pero no afecta la exis-
tencia del derecho que publicaban, el cual queda desinscrito a pesar de que en la
realidad continúe viviendo. Esta circunstancia no priva de la buena fe al tercer
adquirente, quien no necesita averiguar si el derecho existe o no en la realidad
jurídica extrarregistral.145
195
Sanz Fernández, encuentra un doble fundamento a la caducidad de las anota-
ciones preventivas: 1) el carácter provisional de la garantía que prestan (funda-
mento teórico); y 2) la eliminación de cargas y consiguiente liberación del Regis-
tro, finalidad básica de la nueva Ley Hipotecaria (fundamento práctico).147
b) Conversión
196
La conversión se realiza sobre las bases y esencias de la anotación preventi-
va, por lo que resulta impropio lo preceptuado en el art. 67 del R.R.P., en cuanto
ordena su cancelación en virtud de la conversión. Lo que el Registro constata no
es su cancelación, sino el cambio que experimenta.151
No todas las anotaciones preventivas son convertibles. Unas lo son por dispo-
sición de la ley: a) las demandas sobre propiedades y demás derechos reales,152
cancelaciones y rectificaciones de asientos, presunción de muerte, incapacidad
de administrar, incapacidad o indignidad del heredero o legatario y cualquiera otra
que modifique la capacidad civil de las personas en cuanto a la libre disponibilidad
de los bienes.153
151, Cuando una anotación se convierte en inscripción, expresa Morell, lejos de cancelarse, se lo da la
fuerza de que carecía: el asiento provisional se considera en definitivo. (Op. cit., Tomo III, p. 573). Roca
Sastre señala que la conversión es causa de extinción de las anotaciones preventivas, pero no de
cancelación. (Derecho Hipotecario, Tomo III, p. 198).
152. En España la doctrina se encuentra dividida. Gayoso y Díaz Moreno, citados por Chico y Bonilla (Op.
cit.. Tomo II, p. 178) estiman que es convertible. Morell (Op. cit., Tomo III, p. 549) y Feced (La anotación
preventiva de demanda, Estudio cit., p. 69), consideran que no es convertible. Roca Sastre piensa que
técnicamente no puede hablarse de conversión en las anotaciones preventivas de demanda, sobre todo
cuando se refiere ocasos de vocación a un derecho real o a acciones como la pauliana; pues para que
haya conversión en sentido técnico, es preciso que tanto el asiento de anotación como el de conversión
publique el mismo o idéntico derecho a acto objeto de registro. En la anotación preventiva de demanda,
aunque en ésta se haga valer algún derecho real inmobiliario o algún acto registrable a él referente, lo
que consta anotado, no es este. derecho o acto, sino la demanda o pretensión, es decir, la instancia
judicial, Una vez inscrita la ejecutoria, se procederá a cancelar la anotación por confusión, pues ya ha
quedado agotada en su función específica de reserva de rango a la sentencia. (Derecho Hipotecario.
Torno III, pp. 199 y 200. Instituciones.., Tomo II, p. 446).
153. Arts. 3964 incs. 1, 2 y 3 y 3965 C.
154. Art, 3965 C. La anotación preventiva, dice Roca Sastre, por faltas subsanables es el prototipo de la
convertible. (Derecho Hipotecario. Tomo III p. 201).
155. Art. 38 inc. 4 del R.R.P.
197
embargo. Lo procedente es inscribir la transmisión y cancelar el embargo.156 Tam-
poco son convertibles la anotación de sentencia ejecutoria y la anotación de lega-
do de género o cantidad.
Ramón de la Rica y Arenal critica de poco feliz la regla del art. 72 de la ley
(modelo de nuestro art. 55 del R.R.P.), por cuanto concede cierta laxitud formal al
asiento de anotación; que puede carecer de algunas de las circunstancias reque-
ridas para la inscripción, si tales circunstancias no se contienen en el título gene-
rador de la anotación. Sostiene, además, que la tolerancia legal llega a mayor
grado en las anotaciones de origen judicial.159
La anotación preventiva será nula cuando por ella no pueda venirse en cono-
cimiento de la finca o derecho anotado, de la persona a quien afecte la anotación
o de la fecha de ésta.161
156. Cuando el acreedor hipotecario adquiere el inmueble, dice la Suprema, bien por adjudicación en pago,
bien por compra en subasta, se cancelará la hipoteca por confusión independiente ente de toda
voluntad; por consiguiente, el embargo trabado por dicho acreedor se cancelará como se cancela la
hipoteca, aunque los interesados no expresen su consentimiento ni el Juez lo ordene. (Cta. del 22 de
marzo de 1934, B.J., p. 8554).
157. Art. 55 del R.R.P.
158. Cta. del 20 de enero de 1956, B.J., p. 18357.
159. Comentarios al nuevo reglamento hipotecario. Tomo lI, P. 209.
160. “La anotación preventiva en general». RCDI, 519, marzo-abril 1977, p. 405.
161. Art. 58 del R.R.P.
198
Las anotaciones por suspensión deben contener las circunstancias .del asien-
to definitivo al cual tienden. Como circunstancias especiales ha de hacerse cons-
tar la suspensión del asiento solicitado y el motivo de ésta.
Cuando la anotación es inexacta por la nulidad del título en virtud del cual se
practicó, la demanda de nulidad del acto o contrato y la consiguiente cancelación
de la anotación también es anotable.163
19: Cancelaciones
A. Clases de cancelaciones
De conformidad con los arts. 3968 C. y 61 del R.R.P. podrá pedirse y deberá
ordenarse la cancelación total:
199
embargo, a ellos todavía recurren los autores para citar ejemplos y explicar sus
comentarios. Por considerarlos de interés a nuestro estudio, los transcribiremos
en el lugar que les corresponde. El art. 66 decía, «Art. 66. Se entenderá extingui-
do el inmueble objeto de la inscripción para los efectos del número 1o. del art. 79
de la Ley, siempre que desaparezca completamente por cualquier accidente natu-
ral ordinario o extraordinario, como la fuerza de los ríos, la mudanza de sus álveos,
la ruina de los edificios cuyo suelo sea de propiedad ajena u otros acontecimien-
tos semejantes».
200
nulo, lo que propiamente se produce en los libros es una inexactitud y no la nuli-
dad del asiento.
Debemos tener presente que el interesado, a tenor del art. 3947 C., siempre
conserva el derecho de pedir en cualquier tiempo la rectificación del asiento, ya
sea por omisión de los requisitos necesarios o porque se expresen de modo dis-
tinto de como aparecen en el título, pero la rectificación no surte efecto en cuanto
a terceros, sino desde su fecha, por lo que no siempre se entabla demanda de
nulidad. La Corte Suprema, en sentencia de las 12 m. del 17 de mayo de 1945,
B.J., p. 2785, dijo: «Hay que examinar la cuestión bajo otro aspecto, esto es, en
relación con la posición de tercera persona que ocupa la demandada adquirente
de quien aparecía con derechos en el Registro. Comparando la escritura de venta
en que el señor Sacasa otorgó al señor Carazo con el asiento de inscripción de la
misma se nota cierta discrepancia, puesto que la escritura alude únicamente a las
propiedades llamadas San Bartolo y La Tigra y la inscripción comprende a éstas y
a Corralillos, que aunque es anexo a San Bartolo, no se hizo mención específica
de ella. Esto pudiera prestarse a discutir la nulidad de la inscripción y podría lle-
garse a la rectificación de la misma. En efecto: toda inscripción puede ser atacada
por las nulidades de forma indicadas en el Art. 8 del Reglamento del Registro
Público y estas nulidades pueden someterse, bien por omisión, es decir, cuando el
asiento no tiene alguna de las circunstancias expresadas en dicho artículo o bien
cuando existe inexactitud al referirse a las mismas que puedan inducir a error y
perjuicio, esa es la doctrina de los autores y así lo prescribe el Art. 3947 C. Un
asiento, en esta situación, puede rectificarse en cualquier tiempo: pero siempre
que el derecho de propiedad inscrito se encuentre en poder de la persona con
quien se contrató; pero cuando ya esta propiedad o derecho pasaron a personas
terceras que no intervinieron en el contrato, sino que adquirieron tomando en
cuenta el Registro, la rectificación no podría afectarles de ninguna manera y así lo
dicen nuestras leyes; por ejemplo, el Art. 3947 C. dice: «Si en alguna inscripción
se omite expresar cualquiera de las circunstancias generales o especiales exigi-
das por la ley o si se expresaren de distinto modo, podrá rectificarse en cualquier
201
tiempo, a solicitud del interesado; pero dicha rectificación no perjudica a terceros,
sino desde su fecha y el Art. 27 del Reglamento del Registro Público prescribe que
la nulidad de la inscripción no perjudica a un tercero que no haya sido parte en el
contrato inscrito. Confirma esta tesis el señor Morell y Terry al comentar esta cues-
tión en su obra citada diciendo: «Si en el tiempo intermedio, desde que se extendió
la inscripción nula hasta que esta nulidad fue declarada o conocida su posibilidad
en el Registro, adquirió algún derecho un tercero que no había intervenido como
parte en e acto o contrato inscrito nulo, ese derecho, adquirido cuando el asiento
aún se estimaba válido, no puede ser perjudicado por la declaración de nulidad».
Todo esto está de acuerdo con los fines del Registro que son la protección a
terceros y la garantía del crédito territorial. De le expuesto es fácil decir: que aun-
que la acción de nulidad del asiento de inscripción a favor del señor Carazo fuera
procedente y así se declarare en nada perjudicaría a la demandada por ser una
tercera persona que no intervino en la escritura a que alude dicha inscripción y
que adquirió tomando como base el Registro. La sentencia recurrida ha violado
en consecuencia las disposiciones legales aludidas».
De conformidad con los arts. 3969 C. y 62 del R.R.P., podrá, pedirse y deberá
decretarse, en su caso, la cancelación parcial:
1. Cuando se disminuya la cuantía del mismo derecho, por renuncia del intere-
sado, o convenio entre las partes, como si el acreedor, hipotecario consintiere en
reducir su hipoteca a una parte del inmueble hipotecado, o si el usufructuario
renunciara a una parte del predio usufructuado, o si el censualista limitase el
censo a una parte de la finca sobre que gravita.
2, Cuando se disminuya la cuantía del derecho inscrito por efecto natural del
contrato que diera causa a la inscripción, como sucede cuando el deudor hipote-
cario paga una parte de su crédito, haciéndolo constar en debida forma, o cuando
el censatario redime una parte del capital del censo o cuando en el usufructo
vitalicio, constituido por dos o más vidas, fallece uno de los usufructuarios.
202
3. Cuando se disminuya la misma cuantía del derecho por sentencia judicial,
como sucede siempre que se declare nulo, en parte solamente, el título en cuya
virtud se haya hecho la inscripción».
El art. 18 del R.R.P. dispone que toda anotación preventiva pedida en vista de
la negativa del Registro para inscribir el título «caducará a los treinta días de su
fecha y será cancelada de oficio por el Registrador, si durante ese término no se
presentase el título subsanado en forma, providencia del Juez mandando hacer la
inscripción o aviso del mismo funcionario de haberse prorrogado aquel término, o
estarse ventilando la contienda en juicio ordinario». La anotacíón de una escritura
de promesa de venta en que se pactó que ésta quedaría sin ningún efecto por el
solo hecho de vencerse el plazo sin haberse otorgado la escritura de venta, pue-
de cancelarse sin necesidad de escritura pública o providencia judicial, declaró la
Corte Suprema de Justicia en Consulta del 16 de enero de 1951, B.J., p. 15815.170
Por otra parte, cuando se confundan los derechos de acreedor hipotecario y due-
ño, por el mismo hecho queda extinguida la hipoteca, bastando que, al inscribirse
la escritura o título que produce la confusión, se anote en el lugar correspondiente
la cancelación que se ha verificado.171
203
Algunos Registros cancelan el arrendamiento, una vez vencido el plazo de su
duración, con la simple petición del arrendador. La mayoría de los Registradores
cancelan el usufructo extinguido por muerte del usufructuario, teniendo a la vista
el certificado de defunción.
El art. 82 de la Ley Hipotecaria española, desarrollado por el art. 175 del Re-
glamento, en forma general, se refiere a los supuestos en que no es preciso el
consentimiento del perjudicado ni una sentencia que lo supla. Este tipo de cance-
lación se produce «cuando el derecho inscrito o anotado quede extinguido por
declaración de la Ley o resulte así del mismo título en cuya virtud se practicó la
inscripción o anotación preventiva”.
El consentimiento a que se refieren los arts. 3970 C.y 63 del R.R.P. se manifies-
ta generalmente en forma unilateral. Por ejemplo, para cancelar una hipoteca
204
basta el consentimiento del acreedor. Los mencionados artículos solamente exi-
gen, para que proceda la cancelación, el consentimiento de la persona a cuyo
favor se hubiere hecho la inscripción o sus causahabientes o representantes le-
gales. En dichos arts. encuentra entrada el llamado consentimiento formal. En la
doctrina se discute si el consentimiento cancelatorio es causal o abstracto. Vistos
los mencionados artículos en forma aislada, dan la impresión de que basta el
consentimiento del titular registral, sin expresarse la causa que origina la cancela-
ción; por ejemplo, pago, enuncia del usufructo, etc. No obstante, como bien opina
Antonio Vásquez Campos,174 el consentimiento del art. 82 de la Ley (modelo de
nuestro art. 63 del R.R.P.) está condicionado por los arts. 79 y 80 de la misma
(modelos de nuestros arts. 61 y 62 del R.R.P.), en el sentido de que el consenti-
miento cancelatorio ha de basarse en una de las causas taxativamente estableci-
das en los referidos artículos 79 y 80.
Los arts. 3970 y 63 del R.R.P. contienen un caso de tracto abreviado, pues los
causahabientes pueden cancelar sin necesidad de la previa inscripción de la trans-
misión hereditaria. En el asiento de cancelación se hará constar la transmisión
hereditaria y la inscripción el testamento o declaratoria de herederos en que cons-
ta, sin la cual no puede hacerse.
174. «La cancelación y la técnica hipotecaria española» (RCDI, 69, septiembre 1930, pp. 694 a 698).
Consúltanse sobre este tema a Roca Sastre (Derecho Hipotecario, Tomo II, pp. 61 y sigts.), Chico y
Bonilla (Op. cít.. ,Tomo lI, pp 338 y sigts.), Diez Picazo («El negocio cancelatorio y la causa de la
cancelación”, RCDI, 462, septiembre-octubre 1967, pp. 1263 y sigts.), y Zumalacarregui Martín-Córdova
(«Causa y Abstracción Causas en el Derecho Civil Español”. Estudios cit., p, 289 y sigts).
175. Art. 64 del R. R. P.
176. Art. 65 incs. 1 y 2 del R.R.P.
177. Art. 3964 inc. 4 C., consultas del 23 de abril de 1956, B.J., p. 18365; del 6 de abril de 1964, B.J. p. 502;
del 18 de octubre de 1955, B.J., p. 17871, y del 23 de enero de 1969, B.J., p. 362.
178. Cta. del 22 de marzo de 1934, B.J., p. 8554.
205
El art. 3971 C. dispone que la anotación de demanda se cancelará en virtud de
sentencia ejecutoriada que absuelva de la demanda o la declarare desierta. Esta
deserción debe entenderse que se refiere a la deserción de la acción por falta de
fianza de costas, daños y perjuicios.179 También procede la cancelación cuando
los tribunales declaran que no es anotable la demanda; cuando se produce e
desistimiento o la caducidad en primera instancia; o cuando se opera la caduci-
dad, la deserción o el desistimiento del recurso interpuesto contra la sentencia
que desestimó la demanda, siempre, en todos los casos mencionados, en virtud
de resolución firme.
Para cancelar una inscripción basta un mandato del Juez que debe contener la
cabeza y parte resolutiva de la resolución y los demás detalles pertinentes a la
propiedad y a los gravámenes que deben cancelarse. También puede cancelarse
la inscripción a la vista de la ejecutoria.180
206
Nuestro Código y su Reglamento no señalan una regla general que disponga
que, en caso de caducidad, debe procederse de oficio, o bien a petición de parte
o de oficio, por lo que debe buscarse en cada artículo la forma de hacer constar la
caducidad. Se procederá de oficio en los tres casos expresados. La anotación del
decreto de embargo y secuestro de bienes raíces queda cancelada sin necesidad
de declaratoria ni asiento.185 La anotación del art. 40 de la Ley Tributaria Común
requiere instancia de parte interesada. El inc. 6 del art. 3964 C., al cual remite la
Ley, dice que la anotación quedará cancelada de hecho si dentro del plazo seña-
lado no se subsana el defecto y no agrega que no se necesite asiento como en el
caso anterior, ni autoriza al Registrador a proceder de oficio. Tampoco el art. 40 de
dicha Ley hace estas declaraciones. Por lo expuesto, creo que en este supuesto
es necesaria la petición de la parte interesada.
Para los terceros, pues, la inscripción continúa vigente y con plena eficacia
mientras no se haya practicado la cancelación ya sea provocada por la nulidad,
rescisión, resolución o falsedad del título, o porque no se inscriba la transferencia.
207
afectados por la cancelación no se extinguen en cuanto a los terceros: a) si el
título en virtud del cual se ha verificado la cancelación es nulo o falso; b) si contie-
ne el asiento vicio exterior de nulidad. Estas irregularidades las señala el art. 71.
El art. 72 del R.R.P. que desarrolla en parte el contenido del art. 70 del mismo
Reglamento y agrega como causa de nulidad la incompetencia del Tribunal que
está contemplada en su inc. 1o., pues la orden de cancelación emitida bajo esas
condiciones es nula, está en roce con el art. 3973 C., pues mientras aquél esta-
blece que la cancelación podrá declararse nula con perjuicio de terceros, cuando
se declare falso, nulo o ineficaz el título en cuya virtud se hubiere hecho, cuando
la haya ordenado un Tribunal incompetente o cuando se haya verificado por error
o fraude, en la parte final de éste se preceptúa que la nulidad de la cancelación
sólo perjudica a los terceros cuando se haya inscrito provisionalmente la deman-
da entablada para que se declare en juicio. Opino que, ante tal contradicción,
prima el art. 3973 C., ya que con este criterio se refuerza la fe pública registral que
como se ha expresado en varias oportunidades es uno de los principios básicos
en que descansa nuestro sistema. La Corte Suprema de Justicia, en un caso en
que declaró la falsedad de la escritura de cancelación de un crédito hipotecario y
mantuvo, apoyada en el art. 3973 C., en primer lugar o rango al acreedor hipote-
cario por haberse cancelado en el Registro en virtud de la escritura falsa, describe
cierta armonía o coordinación entre el art. 3973 C. y los arts. 70 y 72 del R.R.P.188
208
D. Ley de Limpieza Registral
Esta ley establece un procedimiento sencillo y breve para obtener las cancela-
ciones de las inscripciones hechas contra títulos anteriormente inscritos. Abarca
tanto a los particulares como al Estado, a favor del que se consideran inscritos los
terrenos baldíos nacionales.189
189. El título supletorio, ha dicho la Suprema, inscrito es hábil para que el inscribiente pueda válídamente
vender, y si esa venta la considera ilegal un tercero, éste puede ejercer la llamada acción de limpieza que
establece una ley especial para cancelar en el Registro las inscripciones ilegales. (Cta. del 29 de Agosto
de 1957, BJ., p. 18816).
190. S. 10:30 a.m. del 3 de septiembre de 1959, B.J., p. 19590.
191. S. 9:30 a.m. del 4 de noviembre de 1952, B.J., p. 16227. S. 10.30 a.m. del 3 de septiembre de 1959, B.J.,
p. 19590. S. 11. 20 a.m. del 5 de marzo de 1958, BJ., p. 18909 S. 10 a.m. del 19 de octubre de 1975, B.J., p. 285.
192. S. de las 11 a.m. del 3 de noviembre de 1960, B.J., p. 20188. S. de las 10 a.m. del 1 de marzo de 1951,
B.J., p. 15509. S. de las 10:30 a.m. del 28 de marzo de 1952, B.J., p. 15970. S. de las 9:30 a.m. del 16 de
noviembre de 1953, B.J., p. 16712. S. de las 11:30 a.m del 8 de junio de 1957, B.J., p. 18561. S. de las 10
209
Confirmando el criterio anterior, la Suprema en sentencia de las 9:45 a.m. del 6
de febrero de 1967, B.J., p. 16, sostuvo que en el procedimiento especial de la Ley
de 17 de Agosto de 1945, que tiende al mantenimiento de la pureza del Registro y
no a la discusión del dominio, no son admisibles las excepciones; que no existe
término de pruebas y la resolución definitiva no produce cosa juzgada; y que, en
virtud de estas características, el art. 2 inc. 3 de la Ley dispone que de esas
resoluciones solamente habrá apelación, excluyendo en esa forma la proceden-
cia del recurso de casación, salvo que se haya desnaturalizado el procedimiento
admitiéndose la discusión del dominio y resolviéndose sobre él.
E. Requisitos formales
El art. 74 del R.R.P. enumera otros que están comprendidos en los incs. 2 y 6
del 71 transcrito.
am. del 28 de mayo de 1960. BJ., p. 19976. S. de las 12 m. del 15 de junio de 1961, B.J.,p. 20531. S. de
las 11:40 a.m. del 19 de febrero de 1976, B.J.,p. 25.
210
Entre el primer grupo, podemos citar: a) la nota extendida al margen del asien-
to de presentación indicando el número de la finca, el asiento, tomo y folio en que
se practicó la inscripción, anotación preventiva o cancelación;193 b) la nota que se
extiende al margen de asiento de presentación cuando se retira el título para
subsanar el defecto el defecto o defectos señalados por el Registrador o por
cualquier otro motivo. La ley no contempla este caso, pero creo que es una cos-
tumbre muy sana y no prohibida; c) la nota que se extiende al margen de la inscrip-
ción del crédito hipotecario cedido, haciendo constar dicha cesión;194 d) la que se
practica al margen del testamento o declaratorio, la de herederos, en la cual se
señala el asiento, folio y tomo en que se inscribió la cesión de los derechos here-
ditarios.195 Estas notas de relación las practica el Registrador de oficio, pues son
una consecuencia inmediata de la petición inicial de inscripción.
211
Reviste particular importancia, ya que marca la prioridad registral, y su fecha
es la fecha de la inscripción para todos los efectos que ésta deba producir. Ade-
más, incorpora la petición de inscripción (rogación) e inicia los efectos registrales
del título.201
212
la minuta de mejoras. Hay quienes opinan que el documento privado. cuando la
forma para el acto o contrato es ad-probationem, puede ser presentado en el
Diario, lográndose así una reserva de prioridad, durante el plazo de su vigencia o
de la anotación preventiva, a favor de la escritura pública que se otorgue con
base en dicho documento.
213
como el embargo de que se trata en los presentes autos no fue anotado en el
Registro respectivo, la trasferencia del inmueble a favor del tercerista se efectuó
libre de gravamen, por haber transcurrido a la fecha en que se efectuó, más de
treinta días desde que se practicó el asiento de presentación, el que por esa
causa había caducado; y si bien es cierto que el Art. 16 inc. 2o. del Reglamento
del Registro se refiere a inscripción o anotación de títulos traslativos de dominio,
debe entenderse que también comprende a las anotaciones preventivas que, como
la de que se trata, se refiere a mandamiento de embargo, porque es necesario
atender más al espíritu que a la letra de la ley, y por fuerza de la armonía que
deben guardar las disposiciones que constituyen el sistema del Registro, la cual
exige que donde imperan las mismas razones de la ley deben regir las disposicio-
nes que en ellas se inspiran: ubicadem estratio, cadem juris dispositio esse debet».203
A. Requisitos formales.
Se extenderán dichos asientos por el orden en que se presenten los títulos, sin
dejar claros ni huecos entre ellos y expresarán:
La presentación de los títulos debe hacerse en las horas hábiles de los días no
feriados, bajo pena de nulidad.205
214
Están consagradas en el art. 26 del R.R.P. que dice: «Art. 26. El dominio o
cualquier otro derecho real que se mencione expresamente en las inscripciones o
anotaciones preventivas, aunque no esté consignado en el Registro por medio de
una inscripción separada y especial, producirá efecto contra tercero desde la fe-
cha del asiento de presentación del título respectivo.
207. Con la sola mención, expresa Roca Sastre, queda asegurado el derecho a que se refiere, pues ella
impide el juego enervador de la fe pública registral respecto de lo no registrado. (Instituciones..., Tomo II.
p. 335).
208 Arts. 63 y 65 del R.R.P.
215
La mención, como ya expresé, principia a producir sus efectos desde la pre-
sentación del título correspondiente y continúa produciéndolos hasta la presenta-
ción del título en virtud del cual se convierte en inscripción, anteponiéndose a los
otros derechos inscritos con posterioridad a su constatación registral. La conver-
sión opera, pues, con carácter retroactivo.
Roca Sastre expresa que se ha observado que al hacer arrancar los efectos
de la mención desde la presentación del titulo, se atenta contra el principio de
publicidad, pues el tercero no puede conocer el derecho mencionado mientras el
Registrador no proceda a la inscripción del título, ya que la mención no se consig-
na en el Diario. Contra lo expuesto argumenta dicho autor diciendo que por el
asiento del Diario el tercero no sólo desconoce las menciones, sino también mu-
chas otras particularidades del título, por lo que aconseja al tercero tomar las
precauciones adecuadas.209
Para Roca Sastre, el único efecto que produce la mención es el poder perjudi-
car a terceros y todos los efectos que no sean derivaciones de aquél no le son
reconocidos. Entre los derechos que se le niega, está su aptitud para poder ser
trasmitido registralmente. Esto no quiere decir que no pueda trasmitirse el dere-
cho mencionado, sino que no puede inscribirse dicha adquisición, mientras la
mención no se convierta en inscripción. Por contener una enajenación potencial,
no admite el embargo sobre el derecho mencionado, pero acepta las anotaciones
de demanda. Consecuencia de lo anterior, es que no entra en juego la fe pública
registral (art. 34 LH). En cambio, reconoce que el cierre registral del art. 17 de la
ley (modelo de nuestro art. 16 R.R.P.) se aplica a favor del derecho mencionado:
un título incompatible con éste, que sea de fecha anterior, perjudicaría el derecho
mencionado y por tanto deberá el registrador rechazar su inscripción o anotación.
De lo expuesto, deduce que la mención no produce la plenitud de efectos hipote-
carios.210
Dice Cossio y Corral: «Morell, por su parte, estimaba que mencionado un dere-
cho, se hace público y puede ser fácilmente conocido por la persona que desee
contratar sobre una determinada finca: al acudir al Registro, tiene que enterarse
de la mención y no puede alegar ignorancia. Este es el único efecto de las mencio-
nes: perjudicar a tercero, favoreciendo tal vez más de lo debido a la persona
beneficiada por la mención. Surtir efectos contra tercero, significa perjudicar a
terceros adquirentes. Todo adquirente posterior deberá soportar, tolerar o sufrir el
derecho real mencionado sobre la finca respectiva. El adquirente podrá impugnar
el derecho mencionado, lo que no podrá hacer es desconocerlo. Por otra parte,
tenemos que: a) los efectos de la mención se producen desde la fecha de la
presentación del título respectivo; b) la mención sólo se extingue mediante su
cancelación formal; c) produce el cierre del Registro, de conformidad con lo esta-
blecido en el art. 17 de la ley; d) en cambio, no legitima a su titular para la disposi-
216
ción registral ni crea la presunción invulnerable a favor del mismo que la fe pública
representa».211
Las menciones fueron suprimidas en España por la reforma de los años 1944-46.
El art. 29 de la Ley dice: «La fe pública registral no se extenderá a la mención de
derechos susceptibles de inscripciones separadas y especial». La exposición de
motivos dice: «Por el contrario, ninguna razón abona que continúen mencionándose
en el Registro los derechos susceptibles de inscripción separada y especial. Su
consignación en el mismo, según la forma actual, dificulta el comercio inmobiliario
y el crédito territorial». En otra parte dice: «Los titulares de derechos que pueden
ser objeto de inscripción especial y separada, deben cuidar directamente de su
ingreso en el Registro. Su negligencia ha de merecer especial protección».
A. Ideas generales
B. Clases de errores
Existe error material cuando, sin intención conocida, se escriban unas pala-
bras por otras, se omita la expresión de alguna circunstancia ya falta no sea causa
de nulidad, o se equivoquen los nombres propios las cantidades al copiarlas del
título, sin cambiar por eso el sentido general de la inscripción, ni el de ninguno de
sus conceptos. 212 Se cometen errores de concepto cuando al expresar en la
inscripción alguno de los contenidos en el título, se altere o varíe su sentido, sin
que esta falta produzca necesariamente la nulidad.
C. Procedimiento de rectificación
217
Los errores materiales los podrá rectificar por sí y bajo su responsabilidad el
Registrador en los casos siguientes:
El Registrador, una vez detectado el error, debe tomar la iniciativa para proce-
der a su rectificación, sin perjuicio de que el interesado también se la pida.
218
En los errores de concepto, el Registrador también debe tomar la iniciativa de la
rectificación, sin perjuicio de que los interesados pueda promover el procedimiento.
D. Efectos de la rectificación
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224
Capítulo XIV
LA FINCA, SUS MODIFICACIONES Y LA PROPIEDAD HORIZONTAL
1. La finca
2. Sus modificaciones
a) Desmembración
b) Fusión
c) División
d) Obra nueva
e) Rectificación de la medida superficial
3. Breve historia de la propiedad horizontal
4. Su naturaleza
5. Su inscripción
6. La prehorizontalidad
1. La finca
La base sobre la que está construido nuestro Registro y que abre folio es la
finca.1 Normalmente responde al concepto de inmueble por naturaleza; es decir,
una porción delimitada de tierra que bien puede estar o no edificada. El Tribunal
Supremo de España, en sentencia del 10 de diciembre de 1960, dice que la finca
es un trozo de la superficie terrestre cerrado por una línea poligonal objeto de
propiedad. En el anterior concepto no caben la propiedad por pisos, las concesio-
nes y otros tipos de fincas admitidas en legislaciones extranjeras, por lo que se
han formulado definiciones más amplias. Así, por ejemplo, se ha dicho que finca
es todo lo que abre folio.
2. Sus modificaciones
De la fusión sólo se ocupa el art. 157 del R. R.P. Esta disposición se concreta a
autorizar la fusión y a indicar que se hará con número nuevo, poniendo nota del
cambio en las inscripciones anteriores.
1. Para el perfecto juego, expresa Roca Sastre, de los principios hipotecarios y principalmente para los de
especialidad, fe pública y tracto sucesivo, es indispensable que la constatación registral se efectúe a
base del historial jurídico de cada finca, unificado en la correspondiente hoja que a cada una de ellas se
abre al inmatricularla. (Instituciones.... Tomo I, p. 122).
225
En disposiciones posteriores al Código se ha venido hablando de
desmembración de fincas2 pero callan respecto a la apertura de un nuevo folio. La
Ley Reglamentaria del Régimen de la Propiedad Horizontal permite que para ins-
cribir el traspaso del dominio de los pisos, departamentos, etc. se abra folio inde-
pendiente.
a) Desmembración
Es necesario que la finca matriz tenga suficiente extensión para que se pueda
inscribir la desmembración. Si la finca tiene una mayor cabida de la que publica el
Registro, debe procederse al deslinde o a la mensura. La Corte Suprema de Jus-
ticia ha dicho que son inscribibles las desmembraciones efectuadas en fincas a
cuerpo cierto, esto es, sin determinación de superficie, pero determinada ésta
sobre el lote desmembrado.3
b) Fusión
226
En el nuevo folio debe describirse la finca que resultó de la fusión, su cabida y
linderos, y también se hará constar el número, folio y tomo de las agrupadas.
De aquí se deriva, expresa Rica y Arenal, que aunque existan la unidad física y
la unidad registral, no existe a los efectos de los acreedores y titulares de dere-
chos reales tal unidad, porque cada finca o porción unificada conserva exclusiva-
mente la responsabilidad privativa de los que sobre ella pesaban antes de la uni-
ficación. Es decir, los derechos reales quedan como formando dentro de la finca
agrupada compartimientos estancos. El acreedor hipotecario, por ejemplo, no puede
dirigir la ejecución contra la finca total, sino solamente contra la parcial objeto de la
hipoteca.5
4. El art. 3774 C. dispone que las adquisiciones hechas por el propietario de inmuebles contiguos para
reunirlos al inmueble hipotecado, no están sujetos a la hipoteca.
5. «La unificación de fincas y sus problemas” (Libro Homenaje, Tomo I, p. 503).
6. Esta solución es aconsejada por Rica y Arenal (Estudio Cit., Libro Homenaje, Tomo ll, p. 503).
7. Cta. del 18 de junio de 1942, B.J., p. 11866.
8. Cta. del 22 de mayo de 1951. B.J., p. 15820.
9. Cta. del 3 de agosto de 1957, BJ., p. 18812 y Cta. del 20 de febrero de 1959, BJ., p. 19709.
10. Cta. del 19 de marzo de 1962, B.J., p. 545.
227
gravámenes aparecen a favor de distintas personas o no afectan a todas las
fincas no debe hacerse la fusión;11 y f) que no debe hacerse la fusión de una finca
hipotecada con otra libre de gravamen;12 9) que no puede haber fusión con finca
que no está inscrita legalmente.13
c) División
d) Obra nueva
Para que puedan inscribirse las mejoras debe solicitarlo el que aparece como
dueño o titular de la propiedad en el Registro16. lo Así lo exige el principio del tracto
sucesivo. No obstante, con permiso del titular registral los terceros pueden inscri-
bir las mejoras que hicieren en el fundo ajeno.17
En sentencia de las 11:30 a.m. del 29 de abril de 1930, B.J., p. 7380, la Corte
Suprema decidió que si el comprador había construido en el inmueble que le
trasmitió el vendedor, esta venta, y la donación subsiguiente, contenidas en la
misma escritura, no son nulas por la falta de inscripción de la minuta de mejoras,
porque no es aplicable al caso el art. 3956 C. que se refiere al propietario del
fundo y no al que planta o edifica en terreno ajeno. No pueden inscribirse ha dicho
la Suprema, mejoras en inmuebles que no están inscritos.18
228
e) Rectificación de la medida superficial
«Tenía uno dos casas que tenían un mismo techo, y las legó a dos personas
diferentes; dije, porque me pareció lo más cierto, que el techo pudiera ser de los
dos, de tal forma que ciertas partes del mismo fuesen privativas de cada uno; pero
que no tenían acción recíproca para prohibir que las vigas de la una estuvieren
dentro de la otra parte. No influye para nada que las casas se legasen a ambos
puramente o a uno de los interesados bajo condición». (Texto de Papiniano).
«Pero si sobre una casa que poseo hay un cenáculo en el cual otro viviere
como dueño, dice Labeón, el interdicto Uti possidetis puede ser utilizado por mí y
no por el que viviere en el cenáculo; porque la superficie siempre cede al suelo.
Mas si el cenáculo tuviere acceso por sitio público, dice Labeón que no se reputa
que posee la casa el que posee la cripta, sino aquel cuya casa estuviere sobre tal
229
cripta; esto es verdad respecto al que tuvo la entrada por sitio público. Mas los
superficiarios utilizarán el interdicto propio y las acciones del Pretor; pero el dueño
del suelo será preferente en el interdicto Uti possidetis tanto contra otros como
contra el superficiario; pero el superficiario es amparado por el Pretor, conforme a
la ley del arrendamiento, como también dice Pomponio». (Texto de Ulpiano).
230
La ley está dividida en 8 capítulos que contienen 43 artículos. En el capítulo I,
que contiene las disposiciones básicas, se formula una definición de lo que se
entiende por propiedad horizontal, se establecen los requisitos de constitución del
régimen Ia forma de su inscripción y otros puntos; en el II, se refiere a los bienes
propios y comunes; en el III, al administrador y a las asambleas de propietarios; en
el IV, al Reglamento de Condominio y Administración; en el V, a los gastos, obliga-
ciones fiscales y controversias entre propietarios; en el VI, a los gravámenes; en el
VII, a la destrucción, ruina y reconstrucción del edificio; y en el VIII, a las disposicio-
nes finales, en las que se derogan los arts. 1653, 1654 y 1655 C. y se dispone
que, en lo no previsto por esta ley sobre materia de Registro Público, se estará a
lo dispuesto por el actual Reglamento del Registro Público.
No se hace un estudio completo de la Ley, porque así lo exigen los límites de la obra.
4. Su naturaleza
5. Su inscripción
En la fracción Ira. del art. 5 se dispone que el Registrador abrirá un libro espe-
cial en donde sólo se inscribirán las escrituras en que se constituya el régimen de
Propiedad Horizontal.
También se dice que este libro constará de las mismas casillas de los libros
registrales corrientes. Impropiamente se habla de casillas, pues no seguimos esa
técnica, ya que los espacios en donde se practican los asientos, nuestro Regla-
mento los llama columnas.20
231
Este libro especial tendrá, pues, las mismas secciones y columnas (casillas,
como las llama la Ley) que las del libro corriente. Bajo el mismo número que tenía
la finca en los libros corrientes de propiedad, seguido de la palabra Propiedad
Horizontal y en la columna de inscripciones (casillas) se transcribirá íntegramente
el asiento en que conste el dominio de los que han creado el régimen de condomi-
nio. En los libros corrientes y en los de la Propiedad Horizontal se practicarán las
notas de los traslados. En el siguiente asiento se inscribirá la escritura de constitu-
ción del régimen de Propiedad Horizontal. En esta escritura, que debe contener el
Reglamento sobre Derechos y Obligaciones de los propietarios, se hará constar:
La dualidad de folios, uno para el edificio y otro para los pisos departamentos,
viviendas o locales, se ajusta a la naturaleza de la institución y evita la confusión
que resultaría de inscribirlos en un mismo folio. Sin embargo, ambos folios siem-
232
pre guardan relación entre sí. El folio matriz o del edificio no desaparece por la
separación en folios diferentes de algunos o todos los pisos, apartamentos, etc.
Por otra parte, el principio de especialidad sufre una modificación, ya que para
una misma finca se abren folios distintos, aunque, como expresamos, no existe
una independencia sino más bien una íntima relación entre ellos.
233
que lo afecten, a fin de que se restablezca la trayectoria exacta del inmueble en
este último Libro.21
6. La prehorizontalidad
La primera de ellas tiene lugar cuando la persona, natural o jurídica, que aco-
mete la construcción del edificio se propone venderlo par departamentos, Raro es
el caso en que el constructor espere a que el edificio esté terminado para iniciar
las ventas. Lo normal es que trate de buscar durante la construcción, e incluso
antes que el edificio empiece a fabricarse, los compradores, quienes al pagar en
el momento de la celebración del contrato y después, es decir, en el curso de la
edificación, una cantidad a cuenta del precio, financian con sus propios recursos
una parte, al menos, del importe de la construcción.
234
La segunda fuente tiene un marcado carácter asociativo. Las personas a quie-
nes interesa ser copropietarios de un edificio en régimen de PH, bien para vivir,
bien para explotarlo, actúan colectivamente y abordan directamente la construc-
ción del inmueble. El vínculo asociativo puede articularse de diversas formas y los
particulares unirse espontáneamente o merced a la gestión de un intermediario,
que es el promotor de comunidades; pero, en cualquier caso, la actuación conjun-
ta y directa de los copropietarios obedece a propósitos perfectamente, claros y
racionales: reducción del precio de costo y afán de contar con un edificio hecho
más o menos a la medida de las aspiraciones de cada cual. Por último, es también
muy frecuente el impropiamente llamado (después veremos por qué) cambio de
suelo por vuelo, El dueño del solar conviene con un constructor la cesión de aquél
a cambio de que el segundo construya sobre él un edificio, que se repartirá entre
ambas por pisos o departamentos.23
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238
Capítulo XV
REGISTRO, POSESION Y PRESCRIPCION
1. Registro y posesión
2. Prescripción conforme Registro
3. Prescripción contra título inscrito
a) Prescripción ordinaria
b) Prescripción extraordinaria
1. Registro y posesión
Los arts. 1729 y 1730 C. que, con algunas modificaciones fueron tomados del
Código de Chile, introducen en nuestro Código la posesión inscrita. Dicen así:
239
«Art. 1729. -La posesión de los bienes inmuebles, se adquiere por la inscrip-
ción del título, con tal que haya durado un año tanto la inscripción como la tenen-
cia de la cosa.
Art. 1730. - Contra la posesión inscrita no se admitirá otra prueba más que otra
posesión igualmente inscrita; y mientras subsista la inscripción, el que se apodera
de la cosa a que se refiere el título registrado, no adquiere posesión de ella ni
pone fin a la posesión existente».
a) Prescripción ordinaria
La prescripción ordinaria contra título inscrito se realiza a los diez años. Re-
quiere la inscripción del justo título del prescribiente y la concurrencia de los de-
más requisitos del art. 888 C. Los diez años se cuentan a partir de la inscripción
del título. Para que esta prescripción se entienda perfeccionada, ha dicho la Corte
Suprema de Justicia, se necesita que el que la invoca tenga, conforme el artículo
888 C., además de justo título, posesión de buena fe, pacífica, continua y pública;
y según el artículo 898 del mismo Código, es necesario también para que la pose-
sión de inmuebles tenga valor legal contra tercero, que el título respectivo se halle
inscrito en el Registro Público.4
240
La prescripción ordinaria, ha expresado la Corte Suprema, requiere justo título
inscrito y desde la fecha de la inscripción deben contarse los diez años, puesto
que la posesión de inmuebles no vale para la prescripción contra tercero, sino
desde que se inscribe el título en el Registro.5
b) Prescripción extraordinaria
No obstante, algunos opinan que de conformidad con el art. 1730 C., que no
establece distinción entre los dos tipos de prescripción, no cabe la prescripción
ordinaria ni la extraordinaria contra título inscrito, sino en virtud de otro titulo igual-
mente inscrito. Sobre la ordinaria no se duda de que necesite de la inscripción.
Pero con relación a la extraordinaria, la mayoría sostiene lo contrario, es decir,
que cabe la prescripción extraordinaria contra título inscrito, sin necesidad de títu-
lo inscrito a favor del prescribiente. Las razones fundamentales invocadas son las
siguientes: a) que el art. 897 inc. 3 C. es especial y priva sobre cualquiera dispo-
sición general incluyendo el art. 1730 C.; b) que para adquirir la posesión no se
necesita de título ni de la inscripción en caso de que existiere,8
5. S. 11 a.m. del 18 de agosto de 1937, B.J., p.9799; S. 10:30 am del 17 de marzo de 1947, B.J., p. 13825.
6. Art. 2205 C.
7. La Posesión y Prescripción de los Inmuebles según el Código Civil de Nicaragua. Managua, 1963, pp. 9 y 10.
8.Arts.897 inc.1°,1715,1716 y l727 inc.4C.
241
su art. 898 que la posesión del inmueble no vale para la prescripción contra terce-
ros, sino desde que se inscriba el título, se deduce que entre partes, esto es, entre
dueños y poseedor, tiene lugar la prescripción extraordinaria aun contra título
inscrito, sin necesidad de inscripción de la posesión del prescribiente y sin que
sea obstáculo el art. 1730 C. Igual doctrina estableció en sentencia de las 9:45
a.m. del 11 de junio de 1970, B.J., p. 112, en la que dijo que la prescripción extraor-
dinaria no requiere de la buena fe y que los arts. 1729 y 1730 C. deben ser
entendidos en relación a las disposiciones referentes a la prescripción extraordi-
naria, llegándose a la conclusión que para que se produzca no es necesario la
inscripción y, una vez consumada, ella prevalece contra titulo inscrito. Por otra
parte, en sentencia de las 10.35 a.m. del 22 de junio de 1964, B.J., p. 282, se dijo
que existe una antinomia entre los arts. 1730 y 897 inc. 1° C., pues mientras el
primero establece que contra la posesión inscrita no se admite otra prueba más
que de una posesión igualmente inscrita, el segundo, sin ninguna distinción entre
posesión inscrita o no inscrita, establece la prescripción extraordinaria y que esa
antinomia se resuelve en el sentido de que contra la posesión inscrita corre la
prescripción extraordinaria.
9. S. 10 a.m. del 2 de octubre de 1925, B.J., p. 5269. S. 12 m. del 8 de mayo de 1930, B.J., 7413. S.12 m. del
27de mayo de 1930, B.J., p. 7421. S. 12 m. del 3 de junio de 1938, B.J. 10193. S. 10 a.m. del 20 de enero
de 1942, B.J., p. 11481. S. 11:30 am. del 10 de junio de 1946, BJ., p. 13489. S. 10:30 am. del 17 de marzo
de 1947, B.J., p. 13825. S. 10 am. del 2 mayo de 1947, B.J., p. 13865. S. 10 a.m. del 11 de agosto de 1952,
BJ., p. 16113. S. 12 m. del 21 de diciembre de 1957, B.J., p. 18784. S. 10:30 am. del 21 de agosto de 1958,
B.J., p. 9125.
242
En cambio las ventas o trasmisiones basadas en un título supletorio son justos
títulos para adquirir por prescripción ordinaria.10
Pero el poseedor (o dueño) A., que inscribió por información posesoria una
finca, la vende a un tercero B, en virtud de escritura pública válida, y el tercero la
inscribe a su favor ¿puede decirse que este tercero es también un poseedor sin
título? A nuestro juicio, no; B posee en virtud de un título bastante para transferir
el dominio verdadero y válido, y por tanto, atendiendo solo a este requisito, puede
adquirir en prescripción ordinaria.12
10. S. 10 am. del 20 de enero de 1942, BJ., p. 11481. S. 11 am, del 23 de septiembre de 1943, B.J., p.
1121159. S. 11:30 am. del 10 de junio de 1946. BJ., p. 13489. S. 10:30 am. del 21 de agosto de 1958, B.J.,
p. 19125. S. 10 am. del 20 de octubre de 1960, B.J., p. 20162.
11. Título Supletorio y sus Efectos Legales. León, 1950, p. 42.
12. Op. cit., Tomo V, pp. 534 y 535.
13. Art. 891 C.
14. Op. cit. Tomo V, pp. 535 y 536.
243
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prudencia española por Blas Pérez González y José Alguer).
246
Capítulo XVI
INMATRICULACION DE FINCAS
247
pena de la no continuación de la saca del título supletorio, para cuya obtención no
pone la ley un término definido.
Los Registradores también abren folio cuando se les presenta una ejecutoria
que declara el dominio del inmueble a favor de la persona que pide la inscripción,
con base en dos consultas de la Corte Suprema de Justicia.2
2. El título supletorio
Si el propietario no tiene título hábil para inscribir, puede solicitar un título su-
pletorio, para lo cual deberá acreditar la posesión. La ley parte de la idea y del
supuesto de que es el propietario el que solicita la titulación supletoria. Así se
desprende del art. 137 del R.R.P., que en parte dice: «El propietario que careciere
de título hábil para inscribir...» Pero las intenciones del legislador no fueron lo
suficientemente fuertes para desembocar en el expediente de dominio, por lo que
en la realidad han sido avasalladas, pues por medio del título supletorio ingresan
al Registro tanto la posesión del propietario como la del no propietario.
A. Efectos
2. Cta. del 8 de junio de 1966,B.J., p.331 y Cta. del 8 de julio de 1973.B.J., p.306.
3. Cta. del 14 de diciembre de 1970. B.J., p. 356
4. S. 11 a.m. del 25 de septiembre de 1936, B.J, p. 9401.
248
a) Con relación a los verdaderos dueños
En rigor, dice Roca Sastre, aquí radica la parte débil de las inscripciones
posesorias; a pesar de que, en general, los otros principios registrales actúan
frente al dueño. Así, mientras la inscripción de posesión subsista, funciona
provisoriamente la legitimación registral Por ello, provoca cierre registral al título
del dueño mientras dicha inscripción no se cancele, de modo que el dueño deberá
acomodarse a lo dispuesto en los arts. 82 y 83 de la Ley.7
Este autor en la misma y siguiente página, dice: «En materia de mera posesión
inscrita conviene, pues, distinguir dos campos: el de las relaciones entre el dueño
y el poseedor o poseedores sucesivos y el de las relaciones de los poseedores
entre sí, o sea, entre los sucesivos adquirentes de la posesión inscrita. En el
primer campo de relaciones la Ley Hipotecaria se inhibe a los efectos de la fe
pública(no en cuanto a los efectos de legitimación registral, ya que rigen los artí-
culos 82 y 83 de la ley cuando el dueño pretenda que se cancele la inscripción
posesoria, así como rige el art. 20 de la misma cuando quiera inscribir su título); el
problema relativo a la reivindicación, así como el referente a la usucapión, se
249
regula por el derecho común. En cambio, en todo lo demás, o sea, en el campo de
las relaciones entre los sucesivos poseedores, no hay ninguna razón para que
deje de actuar la fe pública registral, pues en ello nada tiene que ver el dueño; son
relaciones extrañas e independientes de las que unen a los poseedores con el propie-
tario».
La misma Corte declaró que la posesión anterior que se induce del título suple-
torio tampoco es atendible.10
c) Con relación a las ventas del inmueble del cual se solicita título supletorio
250
El artículo transcrito, que establece la nulidad, por objeto ilícito, de la venta del
inmueble sobre el cual se está solicitando título supletorio, ha sido objeto de duras
críticas por la doctrina. Los anotadores han hecho ver la forma absurda en que
fue redactado y los graves perjuicios que puede ocasionar a los que tienen inscri-
to a su favor el inmueble. Se expresan así: «La prohibición de vender, bajo pena
de nulidad, el objeto sobre que recae una solicitud de título, en el caso del artículo
anotado, tal como está redactada esa disposición, puede conducir a un verdadero
absurdo. Una persona que conserva su título inscrito de un inmueble, no puede
enajenarlo, porque otra, que carece de título, está pidiendo el supletorio. Es muy
fácil causar perjuicio al propietario de cualquier inmueble, con sólo impedirle la
venta, por medio de una solicitud de esa clase».11
11. Código Civil, Tomo II, 3a. Edic. anotada por los doctores Carlos A. Morales, Joaquín Cuadra Zavala y
Mariano Argüello Vargas, Managua. 1933. p. 588.
251
titular, y por eso es lógico deducir, que la persona que no puede vender el inmue-
ble de que se está sacando título supletorio es la que, no teniendo título de domi-
nio, pretende u ostenta otro igual que pueda competir con aquél, pues contra el
dueño y señor del dominio inscrito, el supletorio no tiene valor si no está protegido
por la prescripción extraordinaria, según la ley y la jurisprudencia de este Supre-
mo Tribunal. Una tesis contraria a la expuesta, sería antijurídica y perjudicial para
terceros que han adquirido de quienes aparecen en el Registro con derecho para
enajenar el dominio».
De conformidad con el art. 137 del R.R.P. pueden ser objeto de titulación
supletoria el dominio y los otros derechos reales. Pero esta regla general sufre
sus excepciones, así por ejemplo, no admiten titulación supletoria: a) la hipoteca,
pues no puede ser objeto de posesión; b) las servidumbres continuas no aparen-
tes y las discontinuas aparentes o no, cuyo ejercicio no llega a constituir una
posesión capaz de conducir a la prescripción adquisitiva;12 c) la anticresis, pues
conforme el art. 3900 C. es nulo el contrato de anticresis si no se constituye por
escritura pública inscrita.
252
que por esa razón deben producir efectos; c) en sentencia de las 11 a.m. del 7 de
agosto de 1936, B.J., p. 9364, sostuvo que el comunero no puede obtener título
supletorio de las mejoras, ya que las obras, plantaciones o siembras pertenecen a
la comunidad. De conformidad, agrega la Corte, con el art. 137 del R.R.P. está
legitimado para solicitarlo el propietario que careciere de título hábil para inscribir.
Las plantaciones y obras pertenecen a la comunidad y el comunero de buena fe,
sólo tiene, fuera de su retención y disfrute, sobre lo edificado, sembrado o planta-
do, una acción personal contra los participes, para obtener el reembolso en pro-
porción de las respectivas cuotas, y en cuanto hayan aumentado el valor de la
cosa común, pero que en ninguna manera corresponde al comunero una acción
real de dominio exclusivo en concreto sobre las obras realizadas en la cosa co-
mún. El que hizo obras en terreno ajeno, río tiene derecho de obtener título supletorio.
C. Tramitación
a) Solicitud
La solicitud del título supletorio, debe reunir los requisitos señalados en el nú-
mero 1 del art. 138 del R.R.P. y se presenta ante el Juzgado Local Civil o de Distrito
de lo Civil en que estuviere situado el inmueble, atendiendo a la cuantía señalada
en la Ley del 29 de Agosto de 1968.13
Con relación al inc. 5 del No. 1 del citado artículo, la Corte Suprema de Justicia
ha dicho que para que proceda la solicitud de título supletorio, es necesario que
no exista título inscrito a favor de otra persona.14 En sentencia de las 10 a.m. del 2
de mayo de 1947, B.J., p. 13865, la Corte Suprema de Justicia dijo que el título
supletorio sólo se concede cuando no hay título inscrito en el Registro, vale decir,
cuando no aparece la historia del dominio a favor de alguna persona.
13. Art. 780 Pr. y consulta del 9 de julio de 1970, BJ., pp. 348 y 349.
14. S. 11 :30 a.m. del 27 de noviembre de 1940. B.J., p. 11112. S. 12 m. del 29 de abril de 1941. S. 10 a.m.
del 4 de julio de 1950, B.J. p. 15181.
253
Para la tramitación del título supletorio no se exige la presentación de certifica-
ción registral en donde se haga constar si el inmueble está o no inscrito y en caso
de estarlo a nombre de quién. Por otra parte, si el solicitante sabe que el inmueble
está inscrito a su favor o a favor de otra persona, lo más probable es que no lo
manifieste. Tampoco se exige certificación en la que se haga constar a nombre de
quién está catastrado, para que el Juez con base en ella pueda negar la informa-
ción. Por estas razones, el Juez, en la mayoría de los casos, carece, de los medios
probatorios para declarar sin lugar la información por estar inscrito el inmueble a
favor del solicitante o de otra persona. Aunque el Juez apruebe la información, el
Registrador puede negar la inscripción por los motivos indicados. No obstante,
podría suceder que el título penetre al Registro.
La información se tramitará con audiencia del Síndico Municipal del lugar don-
de se instruya, si se tratare de inscribir el dominio pleno de alguna finca, y con la
del propietario, o la de los demás partícipes en el dominio, si se pretende inscribir
otro derecho real. Si la propiedad fuere rural, también se debe citar al Represen-
tante del Fisco.15
Algunos juristas piensan que la ley debería exigir la citación de los colindantes,
a fin de que el título resulte más depurado y como consecuencia tenga mayor
aceptación.
254
Sobre la intervención del Fisco ha dicho: a) que cuando se trate de título suple-
torio de propiedades rurales es indispensable la Citación del Fisco;20 b) que los
agentes fiscales pueden representar al Fisco en las solicitudes de título supletorio.21
En sentencia de las 8:30 a.m. del 30 de junio de 1959, B.J., P. 19523, dijo que
el título supletorio debe extenderse cuando se pruebe el hecho de la posesión, sin
que el Juez pueda juzgar sobre la legalidad de la adquisición que el solicitante
declare.
b) Prueba
«La palabra acreditar empleada en el artículo 138 número III del Reglamento
del Registro Público, quiere decir: demostrar, probar», ha dicho la Corte Suprema
de Justicia en consulta del 9 de octubre de 1920, B.J., p. 3071.
c) Oposición
La oposición debe presentarse dentro del plazo de los edictos para que pueda
ser atendida23 y se tramitará en juicio ordinario, mientras tanto se suspende la
255
información hasta que se dicte sentencia definitiva. El Juzgado abrirá el juicio de
oposición una vez que haya vencido el término de los edictos.24
El opositor debe fundar su pretensión en algún derecho que tenga sobre los
bienes cuyo título se pide o en la posesión de los mismos. Con relación a lo ex-
puesto en varios casos concretos, la Corte Suprema ha sostenido: a) que la pro-
mesa de venta engendra derechos personales y no derechos reales sobre la
cosa, en consecuencia al tenor del art. 138 inc. 4 del R.R.P., no es suficiente para
oponerse a la solicitud de un título supletorio;27 b) que la posesión legítima es la
que se demuestra dentro del juicio de oposición, porque es la rendida entre las
partes contendientes y no la presentada en las propias diligencias, de solicitud de
título supletorio, cuyo Juicio no tiene más carácter que el voluntario; por lo que, de
conformidad con el art. 137 del R.R.P., el solicitante que se atuvo a la testifical
rendida en las diligencias de la solicitud, y en cambio el opositor probó la posesión
del inmueble, no puede obtener título supletorio.28 Este criterio lo ha mantenido en
las sentencias siguientes: S. 9:30 a.m. del 15 de febrero de 1946, B.J., p. 584. S.
9:45 a.m. del 17 de octubre de 1956, B.J., p. 18258. S. 12 m. del 21 de diciembre
256
de 1957, B.J., p. 18784; c) que no es suficiente una cesión de derechos heredita-
rios para oponerse a un título supletorio porque no justifica dominio;29 d) que la
circunstancia de que el solicitante de un título supletorio tenga con anterioridad
título de dominio inscrito, no es motivo para que se le deniegue en el juicio de
oposición, que sólo debe tener por fundamento el mejor derecho del opositor, y no
la petición sobrancera del verdadero dueño para que se le extienda título del
inmueble que ya tiene inscrito como suyo;30 e) que estableciendo el art. 142 del
Registro Público que los títulos supletorios acreditan la posesión de los inmuebles
a que se refieren, es legítima la oposición que se basa no solamente sobre el
derecho a los bienes, sino sobre el hecho de poseer en nombre propio y contra-
dictoriamente el todo o parte de la finca o derecho cuya inscripción se trata de
obtener;31 f) que el opositor no puede alegar que los testigos de la información no
acreditaron su calidad de propietarios, por carecer de interés;32 g) que la oposi-
ción a un título supletorio puede fundarse en la posesión material del opositor
puesto que, en este caso, el solicitante de título supletorio carece de esa pose-
sión. Se dice que en el B.J. 7843 así se resolvió;33 h) que el depositario no puede
oponerse a la solicitud de título supletorio, ya que es principio incuestionable que
el art. 781 Pr. requiere que el opositor pretenda algún derecho sobre los bienes, lo
que presupone un vínculo directo entre el demandante y el predio que el deman-
dado hace objeto de su información posesoria;34 i) que no teniendo los arrendata-
rios de terrenos municipales el carácter de propietarios, carecen de derechos
para solicitar título supletorio de las parcelas que poseen a nombre de su arrenda-
dor;35 j) que se puede presentar después del término de los edictos la aclaración
de la demanda de oposición por haberse omitido el apellido del solicitante, pues
no es una nueva demanda, sino para los efectos de la notificación y que puede
hacer oposición quien esgrime otro título supletorio aunque no tenga 30 años;36 k)
que el comunero está legitimado para oponerse a la solicitud del título del bien
común;37 l) que de acuerdo con el art. 782 Pr., el Síndico Municipal, como repre-
sentante legal de la Municipalidad puede oponerse como cualquier particular a
cualquier solicitud de título supletorio si creyere que tal solicitud perjudica los inte-
reses de su representada y siempre que ostentare el acuerdo del Consejo Muni-
cipal que lo faculte para ello, según el párrafo tercero del art. 35 de la Ley Orgáni-
ca del Distrito Nacional y de Municipalidades de 4 de abril de 1967.38
257
que desvirtúe la aseveración del Estado. Si pasara ese término sin que lo haya
efectuado, el Juez sobreseerá en el procedimiento. 39
d) Sentencia
Con relación a la validez de las diligencias y del título supletorio, la Corte Su-
prema ha dicho: a) que no se accede a la demanda de nulidad de un título suple-
torio por falta de formalidades en su tramitación, porque el demandante no fue
parte en la información;42 b) que el demandante carece de interés para pedir la
nulidad del título supletorio, porque se concedió sin perjuicio de tercero de mejor
derecho y en cuyas diligencias no ha figurado, sin que ningún daño ni provecho
pueda causarle. Empero, no puede decirse igual cosa en lo relativo a la inscrip-
ción de ese título en el Registro de la Propiedad, porque teniendo por objeto dicha
inscripción acreditar, respecto de terceros, la posesión del inmueble o derecho
real a que se refiere, con miras a una prescripción ulterior capaz de convertir en
dominio el derecho posesorio, por el transcurso del tiempo, es indudable que no
puede menos de perjudicar a quien se pretende con mejor derecho, lo cual es
suficiente razón para justificar su interés en hacerla desaparecer, pues como ya lo
dijo este Supremo Tribunal, «el primer efecto de la inscripción de la posesión es
hacer ésta pública, ante todo tercero y revelar una situación jurídica que ha de
servir de punto de partida para ulteriores relaciones todas basadas en la pose-
sión”. (B.J., pág. 8549). Por manera que, sí bien el demandante no ha tenido
acción para reclamar la nulidad del título supletorio de su contrario, sí la tiene para
pedir la cancelación de una inscripción que le para perjuicios; 43 c) que los defec-
39. Art. 782 inc. 2 Pr., adicionado por Ley de 17 de Agosto de 1945.
40. Art. 10 de la Ley de 24 de Diciembre de 1970.
41. Cta. del 30 de octubre de 1974, B.J., p. 387.
42. S. 12 m . del 18 de febrero de 1938, B.J., p. 10066.
43. S. 12 m. del 13 de agosto de 1946, B.J., p. 13563.
258
tos en la tramitación deben alegarse en las diligencias y no en otro juicio y que no
puede alegarse en un juicio la incompetencia del juez que emitió un título supletorio.44
D. Calificación y Registro
Aunque el medio más usado es el título supletorio, con mucha frecuencia abren
folio en nuestros Registros las ventas forzadas.
El art. 19 del R.R.P. permite que la prenda pretoria o anticresis judicial abra
folio. No es un medio de inmatriculación técnicamente aceptable, pues ni el domi-
259
nio ni la posesión es incorporado al Registro, ya que el acreedor anticrético es un
mero tenedor. Es un medio que podría calificarse de provisional, pues si el deudor
paga se extingue la prenda pretoria y, como consecuencia, desaparece la inscrip-
ción de la misma; y si el bien es subastado, la inscripción de la adjudicación o
venta forzada es lo que viene a constituir propiamente la inmatriculación, y la
prenda pretoria habrá servido solamente de antecedente provisional de la apertura
del folio.
5. La doble inmatriculación
260
La doble inmatriculación puede ser total o parcial. Es total cuando los dos títu-
los abarcan todo el inmueble, y parcial cuando la contradicción entre ellos es
sobre una parte de la propiedad.
Hay otras causas que pueden dar lugar no propiamente a una doble
inmatriculación, sino a una doble inscripción; por ejemplo, cuando en las fusiones,
extinciones y desmembraciones no se extienden en las fincas matrices las notas
correspondientes. También he podido observar que con un segundo testimonio
se vuelve a desmembrar el mismo lote que se desmembró con el primer testimo-
nio. Esto ocurre en aquellas fincas en que se han hecho muchas desmembraciones
y el Registrador no tiene el cuidado de detectar la nota de desmembración. Mien-
tras las dos inscripciones permanezcan a favor del mismo titular, no se produce
mayor problema. En cambio, cuando se dispone del inmueble o se principia a
hacer transacciones en las dos cadenas registrales, sí se presentan serios con-
flictos.
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(Véanse también los números 219, 223, 224, 226, 227, 229, 235 y 236 de
dicha Revista),
VENTURA Y SOLA, Arturo. Fundamentos del Derecho Inmobiliario. Madrid, 1916;
p. 199 y sigts.
263
264
Capítulo XVII
PRINCIPIO DE INSCRIPCION
1. Valor de la inscripción
El tema no es del todo pacífico. En sus extremos se han situado los juristas
nicaragüenses: unos, que constituyen la mayoría, sostienen que la inscripción es
declarativa, ya que el Registro es una institución para terceros y que, cuando la
ley habla de inscripción obligatoria, se refiere al valor del acto en perjuicio de
terceros; otros, la minoría, opinan que los contratos por los cuales se transfiere el
dominio o se constituyen derechos reales sobre bienes inmuebles no se perfec-
cionan si no constan en escritura pública inscrita.1 Para estos, el Registro es cons-
titutivo; sin inscripción no hay trasmisión del dominio ni constitución de los otros
derechos reales, ni entre las partes, ni con relación a terceros. Apoyan su tesis en
los arts. 1479, 1686, 2534, 2722, 2735, 2749, 2768, 3541, 3627, 3772 y 3900 C.
y 1813 Pr. Sólo admiten como excepción el caso de la hipoteca contemplado en el art.
3816 C.
El Código Civil vigente suprimió la teoría del título y el modo que estableció el
anterior; sin embargo, en el art. 3936 C., que dice que la tradición del dominio,
naves, derechos hereditarios4 y todos los derechos reales sobre inmuebles se
realizará por la inscripción del título en el Registro, se dejó un vestigio del viejo
1. El doctor Francisco Buitrago Díaz es uno de los principales líderes de esta tesis. (Primer Simposio
Nacional sobre Registro Público de la Propiedad de Inmueble y Catastro. 1968, p. 19 y sigts.).
2. S. 12 m. del 21 de marzo de 1925, B.J., p. 4869. S. 10 am. del 25 de mayo de 1933, B.J., p. 8253. S. 11:30
a.m. del 18 de octubre de 1934, B.J., p. 8770. S. 10 am. del 13 de noviembre de 1936, B.J., p. 9468. S. 9
a.m. del 10 de enero de 1948, B.J., p. 14132. S. 10 am. del 13 de julio de 1949, B.J., p. 14736. S. 12 m.
del 21 de diciembre de 1957, BJ., p. 18784.
3. S. 12 m. del 21 de noviembre de 1930, B.J., p. 7621; S. 11:30 am. del 23 de julio de 1940. B.J. p. 10975 y
S. 10 a.m. del 9 de julio de 1970, B. J. p. 131.
4. La trasmisión hereditaria se produce sin necesidad de la inscripción. La inscripción del testamento,
declaratoria de herederos y partición se exigen para la venta de los bienes hereditarios (art. 1255 C.).
Pérez Lasala critica de desacertada la inclusión de la herencia en el art. 3936 C., pues las traslaciones
hereditarias se producen ministerio legis (Op. Cit., p. 428).
265
sistema que ha sembrado de duda y oscuridad el camino que puede conducir a
una solución. No creemos que dicho artículo, aislado, sin reglamentación y no
compatible con la idea general seguida, restablezca lo que fue suprimido o varíe el
sistema actual. En tesis general, se puede afirmar que el Registro es declarativo;
es decir, que constata derechos reales nacidos fuera de él.
Congruente con estas ideas, nuestro Código, siguiendo en esto al Código Civil
francés, consagró la teoría de que el dominio se trasmite por el solo consentimiento.5
En apoyo de esta tesis se pueden citar los artículos 2540, 2530, 2579, 1846,
3816, 3937 y 3948 C. Dicen así:
Art. 2530. - La compra y venta es un contrato por el cual una de las partes
trasfiere a otra el dominio de cosas determinadas por un precio cierto.
Art. 1846. - El acreedor tiene derecho a los frutos de la cosa desde que nace la
obligación de entregarla.
Art. 3937. - Los títulos de dominio, herencia o de otros derechos reales sobre
bienes inmuebles que no estén debidamente inscritos o anotados en el Registro
de la Propiedad, no producen efecto respecto de tercero.
Art. 3948. - Los títulos sujetos a inscripción que no están inscritos, no perjudi-
can a tercero, sino desde la fecha de su presentación en el Registro.
266
El principio general de que el Registro es declarativo sufre importantes excep-
ciones, en las cuales la inscripción es un requisito o solemnidad para la validez de
ciertos actos y contratos. Estas excepciones son:
I). La permuta de inmuebles y derechos hereditarios.6
2). Las donaciones entre vivos de bienes raíces.7
3). El contrato de anticresis.8
4). La constitución del usufructo sobre bienes inmuebles por acto entre vivos o
por testamento.9
En los otros casos que la ley exige la inscripción es para oponer los derechos
reales a los terceros. No puede derivarse del incumplimiento de aquélla la sanción
de nulidad, pues ésta opera cuando no hay otra sanción (art. XI Título Preliminar
C.) y para este supuesto la sanción es la inoponibilidad de lo no inscrito a los
terceros.
6. Art. 2749 C.
7. Arts. 2768 y 2774 C.
8. Art. 3900 C.
9. Art. 1479 C.
10. La falta de inscripción de la hipoteca le resta eficacia procesal, pues no tendrá fuerza.
267
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270
Capítulo XVIII
PRINCIPIO DE PUBLICIDAD
1. Ideas generales
2. Publicidad formal
3. Publicidad material
4. Legitimación
5. Fe pública
a) Concepto
b) Determinación del ámbito de la fe pública
c) El tercero y sus requisitos
6. Efectos que produce la mención del aplazamiento del pago del precio y
otras cláusulas
7. Protección de la apariencia con independencia del Registro
8. Necesidad de la reforma
1. Ideas generales
a) Como dejamos expuesto, los derechos reales, por regla general, nacen
fuera del Registro. Esto da lugar a que, por la falta de inscripción, el folio registral
no refleje la realidad jurídica extrarregistral.
1. Roca Sastre comenta tres sistemas: los que mantienen la realidad jurídica sobre la apariencia registral;
los que mantienen en todo caso el contenido del Registro en contra de la realidad, fundados en el llamado
principio de la fuerza probante o eficacia jurídica formal del Registro (Legislaciones de Hamburgo,
Lübeck, Mecklemburgo y Sajonia); los que, por participar en algo de los dos anteriores, se clasifican
entre los intermedios, encontrándose desde el débil sistema registral francés al de fuerte contextura
registral alemán y suizo. (Instituciones..., Tomo I, pp, 154 y 155).
271
b) Es posible que al Registro ingresen títulos nulos, si se tiene en cuenta que
ciertos vicios de los contratos escapan a la apreciación del Notario y a la califica-
ción del Registrador (error, fuerza, dolo, simulación, etc.).
2. Publicidad formal
272
Si el Registrador se niega a mostrar los libros o a extender las certificaciones,
podrá el interesado recurrir de queja ante el Juez, quien resolverá oyendo al Re-
gistrador y sin otro trámite si no fuere necesario. 7
3. Publicidad material
La notoriedad de los derechos reales y el efecto o valor que, las leyes le atribu-
yen a la publicidad, es el campo propio de este principio. La doctrina denomina a
esta variante de la publicidad. «publicidad material». La publicidad formal brinda
los medios para lograr la material. Sin la primera, no se podrían realizar los objeti-
vos de la segunda.
4. Legitimación
273
el gravamen, obligación o exoneracíón cualquier traslado que, previa citación con-
traria y decreto judicial, se compulse del Registro de Hipotecas o del Registro de la
Propiedad o de cualquier otro Registro Público.8
5. Fe pública
a) Concepto
A pesar del examen que sobre la legalidad del documento debe hacer el Regis-
trador (función calificadora), es posible que se inscriban títulos nulos, ya sea por-
que las irregularidades escapen al ámbito de su función o bien por error del mismo
funcionario. La inscripción así realizada no convalida los actos o contratos nulos.10
También es posible que el primer adquirente del dominio o de cualquier otro dere-
cho real no inscriba su título en el Registro. En supuestos como esos, la ley, en
aras de la seguridad del tráfico inmobiliario, convierte la presunción iuris tantum
de exactitud del contenido del Registro en una presunción iuris et de iuris a favor
del tercero que, confiado en la apariencia que crea el Registro, contrata con el
titular registral. Esta presunción no admite prueba en contrario y, por consiguien-
te, no puede ser destruida en perjuicio del tercero.
8. Arts. 1143 Pr.,2378 y 2379 C. y S. 11 a.m del 2 de junio de 1931, BJ., p.7764. S. 11.30 a.m. del 18 de
octubre de 1934, B.J., p. 8770. S. 10 a.m. del 13 de noviembre de 1936. B.J., p. 9468. S. 10 a.m. del 13
de julio de 1949, B.J., p. 14736. S. 9 a.m. del 17 de agosto de 1951, B.J., p. 15663 y S. 10:35 a.m. del 6
de julio de 1965, B.J., p. 202.
9. S. 10 a.m. del 13 de noviembre de 1936, B.J., p. 9468.
10. Arts. 3949 C. y 28 del R. R.P.
274
De la fe pública se deriva el principal efecto de nuestra inscripción y la máxima
protección que brinda el Registro. La inscripción, pues, con relación a los terce-
ros, purifica, convalida las irregularidades del título del trasmitente.
Los arts. 3796, 3937, 3948 y 3949 C. consagran el principio de fe pública. Dicen así:
«Art. 3796 C. - Los actos que se ejecuten o contratos que se otorguen por
persona que en el Registro aparezca con derecho para ello, una vez inscritos no
se invalidarán en cuanto a los que con ella hubieren contratado por título oneroso,
aunque después se anule o resuelva el derecho del otorgante en virtud de título
anterior no inscrito o de causas que no resulten claramente del mismo Registro.
Tampoco se invalidarán dichos actos o contratos, con respecto a las citadas per-
sonas, aun cuando después se anule o resuelva el derecho del otorgante en
virtud de título anteriormente inscrito, si la inscripción hecha a favor de aquél se
hubiere notificado a los que en los diez años precedentes hayan poseído, según el
Registro, los mismos bienes y no hubiesen reclamado contra ella en el término de
treinta días.
Art. 3937 C. - Los títulos de dominio, herencia o de otros derechos reales sobre
bienes inmuebles que no estén debidamente inscritos o anotados en el Registro
de la propiedad, no producen efecto respecto de tercero.
Art. 3948. - Los títulos sujetos a inscripción que no están inscritos, no perjudi-
can a tercero, sino desde la fecha de su presentación en el Registro.
Art. 3949. - La inscripción no convalida los actos o contratos inscritos que sean
nulos o anulables conforme a la ley. Sin embargo, los actos o contratos que se
ejecuten u otorguen por persona que en el Registro aparezca con derecho para
ello, una vez inscritos no se invalidarán en cuanto a tercero, aunque después se
anule o resuelva el derecho del otorgante en virtud de título no inscrito o de cau-
sas implícitas, o de causas que aunque explícitas no constan en el Registro».
Quien revisa el Código, de inmediato observará que para cada caso hay dos
disposiciones que lo regulan; es decir, que existe repetición.
También comprobará que el art. 3796 C. está mal ubicado en el capítulo de las
disposiciones generales de la hipoteca, pues la fe pública es un principio del Re-
gistro y como tal debe figurar en el capítulo destinado a esa institución.
275
a) El tercero adquiere el derecho de acuerdo con la extensión y contenido con
que aparece en el Registro y será mantenido en su adquisición, aunque se resuel-
va o anule el derecho del trasmitente en virtud de títulos no inscritos o de causas
(nulidad, rescisión, resolución, etc.) que no resulten claramente del Registro.
b) De conformidad con la parte final del art 3796 C., la eficacia protectora de la
fe pública queda cercenada y entregada al juego de las notificaciones.
Existen varios arts. del Código Civil que completan, desarrollan o aplican a
casos concretos el principio: 1894, 2214, 2666, 2797, 3950 C., 10 y 11 del R.R.P.
y otros.
2. Las limitaciones o cargas impuestas por las leyes y las servidumbres apa-
rentes, que son patentes a los sentidos. Perjudican a terceros aunque no estén
inscritos.
3. Los actos celebrados por el heredero aparente con base en una declarato-
ria de herederos (sucesión intestada). Los terceros que adquieren en esas condi-
ciones no pueden ampararse en la fe pública, porque, de conformidad con el art.
745 Pr., la resolución que se dicta en las diligencias de jurisdicción voluntaria
tramitadas al efecto deja a salvo los derechos de quien los tenga mejor o igual.13
11. El legislador, expresa Roca Sastre, no puede hacer que la realidad física sea distinta de lo que es; puede
imponer, dando como existente en el mundo jurídico un derecho de hipoteca que nunca se ha constituido
o que se extinguió, pero no puede hacer que exista una finca donde no la hay, ni que un solar sea un
edificio, etc. (Instituciones... t. II, p. 177).
12. Art. 31.
13. S. 12 m. del 16 de diciembre de 1936, B.J., p. 9498.
14. Op. cit., Tomo ll, pp. 482 y 493.
276
Es tercero protegido por el Registro el que compra al heredero instituido en
una memoria testamentaria, aunque después se anule y se cancele dicha memo-
ria, declaró la Corte Suprema de Justicia en sentencia de las 9 a.m. del 22 de abril
de 1963, B.J., p. 156.
Para este caso y para otros en que la ley despoja en circunstancias semejan-
tes, es preciso establecer la indemnización por el Estado.
No vaya a creerse que con este Registro se perdería el carácter secreto del
testamento, pues en él sólo se deja constancia de los datos del hecho de su
otorgamiento y, además, su consulta debe quedar restringida a supuestos espe-
ciales que lo ameriten. Bien podría ser llevado en tarjetas, empleando medios
mecánicos para extender en el encasillado los datos que debe contener cada
tarjeta.
Este Registro recibirá los actos de última voluntad, sus revocaciones y modifi-
caciones. Servirá para dar seguridad a las trasmisiones hereditarias.
277
Son varios los países que ya lo han establecido; por ejemplo, Argentina y Perú.
La naturaleza de esta introducción no nos permite entrar en detalle, por lo que nos
concretamos a aconsejar su implantación.
El acreedor anotante no es tercero con título inscrito para que pueda amparar-
se en contra de las enajenaciones anteriores.
6. Los que obtienen una venta forzada sin título anterior inscrito o un título
supletorio, medios de inscribir por primera vez en el Registro (Inmatriculación), ni
sus sucesores.21
7. Las inscripciones del Libro de Personas (Libro Auxiliar) que no estén debi-
damente anotadas en el Libro de Propiedad. No obstante, la Corte Suprema de
278
Justicia en sentencia de las 10:45 a.m. del 22 de junio de 1957, B.J., p. 18581,
declaró que si la cesión de derechos hereditarios debidamente inscrita no se hizo
constar en el asiento de inscripción del Libro de Propiedades, no por eso el
adquirente asumirá la condición de tercero protegido por el Registro, ya que los
terceros no podrían ignorar la inscripción anterior de la cesión de los derechos
hereditarios en el Libro de Personas. Como antecedente de esta doctrina tene-
mos la sentencia de las 12 m. del 14 de julio de 1939, B.J., p. 10624.22 Igual criterio
aplicó en sentencia de las 11:30a.m. del 13 de diciembre de 1976, BJ., p. 276.
Con relación a lo anterior, no debe perderse de vista que la técnica seguida por
el Código es la del folio real y por lo tanto, lo que no aparece inscrito en la hoja
destinada al inmueble, sea porque el título no ingresó al Registro, sea porque se
inscribió en otra equivocadamente o en forma incompleta, como en el caso de las
dos primeras sentencias citadas, no puede perjudicar a los terceros
El Código Civil en el art. 3948 inc. 2 dispone que se considera como tercero
«aquel que no ha sido parte en el acto o contrato a que se refiere la inscripción».
Sin pretensiones de sugerir reformas ni de formular definiciones, peligrosas de
por sí, y con el único propósito de aportar claridad a la exposición, podemos decir
que: tercero es aquel que no ha sido parte en el acto o contrato que dio origen a
la inscripción de su trasmitente. En la reforma a la Ley Hipotecaria Española de los
años 1944-46 se suprimió la definición de tercero que tanta confusión y polémica
provocó, y en su lugar se precisaron los requisitos que el tercero debe tener para
ser protegido.
22. En sentencia reciente declaró, participando del criterio expuesto, que la inscripción del testamento en
el Libro de Personas perjudica a los terceros adquierentes porque el Registro es uno solo y a él
pertenecen el Libro Diario, el Registro de Personas, el Registro de la Propiedad y el Registro de Hipote-
cas. (S. 12:30 pm. del 13 de agosto de 1976, B.J. p. 178).
23. S. 11 a.m. del 18 de septiembre de 1941, B.J., p. 1111370
24. Op. Cit. Tomo II, p. 15
279
verdadero propietario mediante la invocación de la fe pública registral. Cabe, en
este supuesto, aplicar la teoría de la penetración en el subtracto personal de la
sociedad y, como consecuencia, el Juez puede rasgar el velo de la personalidad
jurídica y dirigir su atención y acción hacia los socios.25
Conocida la figura del tercero, pasaremos a determinar los requisitos que debe
reunir, La configuración del tercero ha sido obra no sólo de la ley, sino también de
la jurisprudencia. Estos requisitos son:
2. Adquirir a título oneroso. Este requisito no aparece en el art. 3949 C., pero,
en cambio, se contempla en el 3796 C. Creemos que en este caso el art. 3796 C.
completa al 3949 C., por lo que debe exigirse la onerosidad. La Corte Suprema de
Justicia exige el título oneroso.26
25. Sobre la aplicación de esta teoría, véase a Roca Sastre (Derecho Hipotecario, Tomo I, p. 719 y sigts.).
26. S. 11 a.m. del 19 de septiembre de 1925, B.J., p. 5239. S. 12 m. del 21 de diciembre de 1934, B.J., p,
8871. S. 9:45 a.m. del 3 de noviembre de 1964, B.J., p. 442.
27. Esta solución responde el principio general de que el adquirente ocupa la posición jurídica del transferente
y es aceptada por, la generalidad de los hipotecaristas. Para Roca Sastre los herederos, legatarios,
donatarios y los adquirentes a título oneroso se aprovecharán de la fe pública registral en cuanto haya
actuado en beneficio inmediato de sus causantes o transferentes (Derecho Hipotecario, Tomo 1, p. 757).
Véanse, entre otros, a montes (El Tercero Registral en el Derecho Venezolano. Caracas. 1967, p. 98) y
Sanz (Instituciones..., Tomo 1, p. 426 y sigts.). La Ley Hipotecaria española, respondiendo a lo expuesto,
en el inc. 3 del art. 34 dispone que les adquirentes a título gratuito no gozarán de más protección registral
que la que tuviere su causante o transferente.
28. Op. cit., Tomo II, p. 494.
29. Op. cit., Tomo ll, pp. 679 y 680.
280
En el conflicto entre el derecho subjetivo del titular registral sacrificado por la fe
pública registral y el del adquirente a título gratuito debe prevalecer el de aquél.
Para Galindo y Escosura existe una diferencia no pequeña entre el que ad-
quiere a título gratuito una cosa, que nada da en compensación, y el que adquiere
por título oneroso, que paga el valor de lo adquirido. El que adquiere por donación
un inmueble que no pertenece al donante no debe permanecer en su posesión
desde que lo reclama el verdadero dueño, porque al restituir no se le causa daño
alguno, por más que sufra el perjuicio de no aumentar su patrimonio, pero el que
adquiere de buena fe y a título oneroso no está en las mismas condiciones, ha
hecho un desembolso y se ha privado del valor equivalente para adquirir la pro-
piedad que creía pertenecer al que la enajenaba. En este caso hay un daño. 31
281
5. Que inscriba su adquisición. Si el tercero recibe la protección del Registro es
lógico que a él recurra y que se le estimule a inscribir.
6. Que haya adquirido de buena fe. Esto no lo contempla la ley, pero lo exige la
jurisprudencia.33 En algunas sentencias la Corte Suprema de Justicia requiere la
onerosidad y también la buena fe.34 La buena fe se presume,35 y, como conse-
cuencia, la carga de la prueba de que no existe la tiene quien la niega. Tiene mala
fe quien conoce la inexactitud registral.
El doctor Cuadra Zavala, influenciado por los sistemas latinos, piensa que en el
supuesto de las ventas sucesivas el tercero no necesita de la buena fe. Dice:
«Efectivamente se nota que en las ventas sucesivas de un mismo inmueble, la ley
dispone que la propiedad la adquiere el primero que la haya inscrito en el Regis-
tro, aunque no sea de buena fe; esto, aunque haya tenido conocimiento de que
se ha hecho una venta anterior del mismo inmueble». 36
33. S. 11 a.m. del 31 de julio de 1963, B.J., p. 322. S. 9:45 a.m. del 15 de junio de 1966. BJ., p.150.
34. S. 9 a.m. del 11 de noviembre de 1913, B.J, p. 254. S. 12 m. del 20 de octubre de 1928, B.J., p. 6460. S.
12 m. del 28 de julio de 1947, B.J., p. 13948.
35. Art. 891 C.
36. Op. cit. Tomo II, p. 470.
282
Hacen referencia al tercero los siguientes artículos del Código Civil: 154, 2666,
3533, 3784, 3816, 3817, 3829, 3947, 3966, 3967, 3973 y 115 del R.R.P. y otros.
6. Efectos que produce la mención del aplazamiento del pago del precio y otras
cláusulas
En el Código Civil existen varios artículos que protegen a los terceros con inde-
pendencia del Registro: 993, 2075, 2233, 2753, 3349, 3355 C. y otros.
283
8. Necesidad de la reforma
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288
Capítulo XIX
PRINCIPIO DE ROGACION
La actividad registral se inicia con la petición del interesado para que se prac-
tique la inscripción que puede resultar del título que presenta. El Registrador,
previo examen del documento, puede acceder a su inscripción, o bien negarse a
ello. En el primer caso, concluye el procedimiento; en el segundo, es posible que
se inicie también a impulso de parte lo contencioso registral, que termina frente al
fallo de la Sala de lo Civil de la Corte de Apelaciones respectiva.
En el proceso civil, la actuación del Juez necesita del impulso de las partes
(principio dispositivo). Lo mismo sucede con la actividad registral. Los asientos
solamente se extenderán a petición de parte interesada, y, por excepción, el Re-
gistrador procederá de oficio (principio de rogación). No basta, dice Don Jerónimo
González, con que lleguen a su conocimiento la realización de actos o la consuma-
ción de hechos que alteren la situación hipotecaria de una finca o derecho, sino
que será precisa una manifestación de voluntad más o menos formal por parte de
los interesados para que el encargado del Registro proceda a practicar las opera-
ciones correspondientes.1
2. Legitimación
El que presente el documento se presume que tiene poder para este efecto. 2
289
3. Desistimiento
4. Excepciones al principio
4. Los errores materiales en los supuestos del art. 88 del R.R.P. puede rectifi-
carlos por sí el Registrador; lo mismo puede hacer con los errores de concepto
cometidos, a) en asientos de presentación y notas, cuando la inscripción principal
respectiva baste para darlos a conocer; b) en inscripciones, anotaciones o cance-
laciones, cuando resultan con toda claridad de las mismas.6
BIBLIOGRAFIA FOLIADA
3. Art. 18 del R.R.P. La anotación preventiva, dice la Corte Suprema de Justicia, del art. 17 del R.R.P., que
caduca al vencimiento de los 30 días de su fecha, no puede ser cancelada de oficio por el Registrador
por el hecho que se le presente constancia de que el interesado no ha presentado el recurso correspon-
diente dentro del término de 5 días establecidos en el art. 1641 Pr. (Cta. del 10 de mayo de 1966, B.J., p.
327).
4. Art. 68 del R.R.P.
5. Art. 75 del R.R.P.
6. Art. 90 del R.R.P.
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292
Capítulo XX
PRINCIPIO DE LEGALIDAD
1. Calificación
2. Su naturaleza
3. Su extensión
4. Las decisiones del Registrador
5. Faltas subsanables e insubsanables
6. Medios de impugnación ocurso y apelación
1. Calificación
La mayor o menor amplitud que tiene el Registrador para calificar los títulos,
está en relación con los efectos que cada sistema registral otorga a la inscripción.
2. La naturaleza
293
va, y la mayoría como acto de jurisdicción voluntaria. En Nicaragua, la última es la
opinión dominante, siguiendo en esto a los hipotecaristas españoles. La Corte
Suprema sigue ese criterio,3 a pesar de que el ocurso, de conformidad con nues-
tro Código de Procedimiento Civil, es un juicio especial.
3. Su extensión
294
El art. 17 del R.R.P. no hace ninguna distinción de los títulos sujetos a la
calificación registral. De donde se puede deducir que el Registrador puede califi-
car las escrituras públicas, los documentos administrativos y los judiciales. Los
primeros, con amplitud y los últimos con limitaciones, especialmente con relación a
los judiciales. La falta de una reglamentación adecuada con relación a este tipo de
documento aconseja prudencia en la calificación.
asientos de la hoja destinada a la finca objeto de la inscripción, pero está facultado para proceder a
revisar otros relacionados con la misma.
7. El Registrador suplente no puede inscribir una escritura que él autorizó. (Cta. del 13 de octubre de 1976,
BJ., p. 407).
8. Arts. 3941 y 3956 C.
9. El Registrador también examinará si en las escrituras de actos o contratos se expresaron, por lo menos,
todas las circunstancias que, bajo pena de nulidad, debe contener la inscripción y sean relativas a las
personas de los otorgantes, a las fincas y a los derechos inscritos (art. 20 del R.R.P.).
295
Nuestro Código Civil no señala los plazos dentro de los cuales el Registrador
debe calificar e inscribir, lo que induce a pensar que tiene treinta días (el plazo de
vigencia del asiento de presentación) para calificar y, como resultado, inscribir, o
bien, negarse a ello, si el defecto del título es insubsanable, o suspender la ins-
cripción si el defecto e subsanable.
«Lo dicho en, los dos Considerandos anteriores, sería suficiente para no casar
la sentencia recurrida, mas, considera oportuno este Tribunal dejar consignado
su criterio en cuanto al fondo del asunto, en el sentido de que la facultad que
concede el artículo 17 R.R.P. al Registrador, de calificar los títulos que se le pre-
senten, suspendiendo o denegando su inscripción, debe ser ejercitada antes de
la firma de asiento correspondiente, pues si se hiciera después, equivaldría a una
cancelación del asiento, la cual, de conformidad con el artículo, 67 R.R.P. sólo
podría hacerse por providencia ejecutoria o por otra escritura o documento autén-
tico en el cual exprese su consentimiento para la cancelación la persona a cuyo
favor se hubiera hecho1, inscripción o anotación, o sus sucesores o representan-
tes legales. No podrían ser aplicables las disposiciones del Reglamento del Regis-
tre Público referentes a la rectificación de los asientos del Registro (Artículos 88 y
siguientes), por referirse estos únicamente a la rectificación de errores materiales
y de conceptos y no de errores en la calificación cuando éstos consisten en ano-
tar, inscribir o cancelar indebidamente, ya que en este caso no existe en realidad
una rectificación, sino una cancelación».11
En los otros dos casos, hará saber a los interesados el defecto detectado. Si el
defecto es subsanable, el interesado puede corregirlo dentro del término de ley, y,
mientras tanto, puede pedir la anotación preventiva del título. La falta insubsanable
impide la inscripción definitiva del título y no autoriza a pedir la anotación preven-
tiva. En la contradicción que existe entre el art. 17 del R.R.P., que permite la ano-
tación en todo caso, incluyendo la negación, y los arts. 3964 inc. 6 C. y 29 inc. 9
del R.R.P., que sólo la otorgan cuando hay suspensión, prevalecen estos últimos.
10. El Registrador, expresa Roca Sastre, no puede inscribir un título evidentemente nulo, pero, una vez
registrado, no puede calificar su invalidez, pues esto corresponde hacerlo privativamente a los Tribuna-
les. (Instituciones---, Tomo II, p. 341).
11. S. 9:45 a.m. del 15 de junio de 1966, B.J., p. 150.
12. Véanse las consultas del 12 de enero de 1934, B.J., p. 8446 y del 26 de noviembre de 1965. B.J., p. 404.
296
Es posible que un documento que tenga que ser inscrito en dos Registros, sea
rechazado en uno e inscrito en otro. También puede ser inscrito por un nuevo
Registrador el título que fue rechazado por el anterior. En ambos casos, la deci-
sión de uno no obliga al otro. Factible es también que el Registrador desista de su
negativa y proceda a la inscripción.13
Los dos tipos de faltas pueden surgir de la forma o del fondo del título y de los
asientos del Registro.
Existen ciertas faltas que, por no afectar la validez del título, escapan a la cali-
ficación registral. Por ejemplo, la omisión de expresar en la escritura el quin-
quenio para que fue autorizado el Notario. Dicha omisión no es motivo para
negar la inscripción, sin perjuicio de las medidas disciplinarias en que puede
incurrir el Notario.16
En el mismo inc. 6 del art. 3964 C. se estima como falta subsanable el hecho de
no hallarse anteriormente inscrito el dominio o derecho de que se trata a favor de
la persona que lo transfiera o grave. Esta parte del citado inciso no debe
13. Ver Galindo y Escosura (Op. cit., Tomo II, p. 179) y Morell (Op. cit., Tomo II, p. 258).
14. Campuzano y Horma. (Op. cit., Tomo I, pp. 254,255 y 256).
15. Instituciones..., Tomo I, pp. 88 y 89,
16. Ley del 24 de septiembre de 1969.
297
interpretarse literalmente. La falta será subsanable si en el título, cuya inscripción
se pretende, se hace referencia al título del disponente que aún no ha ingresado
al Registro y en virtud del cual adquirió del actual titular registral. En tal supuesto,
es decir, si se hace la referida mención, se puede tomar anotación preventiva en
espera del título del disponente, que, una vez presentado, completará el tracto
sucesivo y el Registrador procederá a la inscripción de ambos. Por el contrario, si
no se hace referencia al título en virtud del cual adquiere el disponente del titular
registral, la falta será insubsanable y el Registrador deberá negarse a tomar ano-
tación preventiva. Proceder de otra manera sería permitir a los no propietarios
bloquear o gravar las fincas de los verdaderos propietarios, con violación del prin-
cipio del tracto sucesivo y causando graves perjuicios a los titulares registrales.
298
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301
302
Capítulo XXI
PRINCIPIO DE ESPECIALIDAD
1 . Ideas generales
2. Su extensión
a) A la determinación de la finca
b) A la determinación de los sujetos
c) A la determinación de los derechos
1. Ideas generales
Este principio, que originalmente nació como una reacción contra las hipotecas
generales, hoy en día impregna todo el sistema.
Ante aquélla concepción parcial se alza Don Jerónimo González, cuando dice:
«El ámbito abarcado por el principio de especialidad es cada vez más extenso,
mejor dicho, las sencillas reglas han evolucionado y ya no se concretan en la
exigencia de una mayor precisión al describir la finca hipotecada, el contenido de
la hipoteca o el rango registral, sino que trasciende al sistema entero y se infiltra
en todos sus elementos orgánicos. Sus desenvolvimientos modernos, de carácter
sustantivo o material y adjetivo o formal, penetran en la entraña de los derechos
inscritos, regulan la forma de los asientos y el modo de llevar los Registros, impo-
nen una exacta descripción de las fincas y la determinación precisa del contenido,
limitaciones, condiciones y rango hipotecario de los derechos reales».1
2. Su extensión
Nuestro Código Civil consagra este principio en los arts. 3952 C. y 8 del R.R.P.
y otros. Se extiende:
a) A la determinación de la finca
El folio u hoja asignado a cada finca está dividido en dos planas. Cada una de
las planas se divide en tres columnas principales. La plana de la izquierda com-
prenderá los derechos reales, con excepción de la hipoteca; su primera columna
se destinará a las anotaciones preventivas; la segunda, a las inscripciones, y la
tercera a las cancelaciones. Cada columna tendrá otra accesoria a la izquierda,
1. Op.cit.,T.I. p. 428.
2. Arts. 6 y 152 del R.R.P.
303
de menos anchura, suficiente para extender las notas y referencias correspon-
dientes a los asientos que comprenda la columna principal a que adhiera. La
plana de la derecha comprenderá las hipotecas constituidas sobre la misma finca
y estará también dividida en tres columnas principales: la primera se destinará a
anotaciones preventivas; la segunda a inscripciones hipotecarias, y la tercera a
cancelaciones de inscripciones hipotecarias. Tendrá asimismo cada columna otra
accesoria, con el espacio suficiente para extender en ella las notas y referencias
correspondientes a los asientos de la columna principal a que esté anexa.3
3. Art. 153 del R.R.P. El folio real español consta de tres columnas: en la primera se extienden notes
marginales; en la segunda se consigna el número de orden y en la tercera en forma sucesiva se
inscriben ventas, hipotecas, embargos, demandas, etc. El nuestro, atendiendo principalmente a la
naturaleza de la titulación inscribible, se divide en columnas destinadas a inscripciones, anotaciones,
cancelaciones y notas marginales. Por otra parte, establece una sección destinada a las inscripciones
hipotecarias y la otra a los demás derechos reales. Este modelo de folio fue tomado de la legislación
guatemalteca, que todavía lo conserva (art. 3 del Reglamento para el Registro de la Propiedad e Hipote-
cas de Guatemala, modelo de nuestro art. 153 del R.R.P.).
4. Arts. 3952 inc. 1 C. y 8 inc. 1 del R.R.P.
5. Decreto del 23 de Marzo de 1972 y art. 9 de la Ley.
6. Arts. 2, 6, 10 y 11 de la Ley y 5, 6, 24, 25, 26, 27, 37 y 38 del Reglamento.
304
bién se hará constar el nombre y apellido de la persona que transfiere o constitu-
ye el derecho.7
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306
Capítulo XXII
PRINCIPIO DE TRACTO SUCESIVO
1. Concepto
2. Modalidades
3. La inmatriculación y el tracto
1. Concepto
4. Para inscribir (nota marginal) las mejoras que hizo A en el fundo X, es preci-
so la previa inscripción del título de dominio o posesión de A sobre dicho predio.4
1. Al asiento del Diario no se le aplica la regla del tracto. Claro está, expresa Roca Sastre, que no se
requiere la previa inscripción para practicar el asiento de presentación de dichos actos, pues la presen-
tación el Diario es ineludible; la calificación surge después. (Instituciones..., Tomo I, p. 177).
2. No pueden inscribirse, dice la Corte Suprema, mejores ni ningún derecho real constituido sobre fincas
que en el Registro no aparezcan inscritas a favor de aquel que en el mismo instrumento que se trata de
inscribir figura haciendo la respectivo transferencia (Cta. del 28 de noviembre de 1958, B.J., p. 19347).
3. No podrá, expresa la Suprema, inscribirse un embargo sobra finca que ya no pertenece al embargado
según el Registro, de conformidad con el art. 16 del R.R.P. en relación con el art. 3954 C. (Cta. del 14 de
octubre de 1955, B.J., p. 17870).
4. Solamente la persona, dice la Suprema. que aparece como dueño en el Registro de la finca o por su
permiso, puede inscribir mejoras en ella (Cta. del 6 de diciembre de 1967. BJ., p. 338).
5. Claro que, dice Roca Sastre, cuando la finca no se halla inmatriculada, el título declarativo puede hacer
las veces de título inmatriculador; pero si lo está, entonces es preciso que el procedimiento se haya
dirigido contra el titular inscrito. (Instituciones.... Tomo I, p, 177).
307
flejando la historia de las fincas en orden perfecto. Cada eslabón de la cadena
tiene su propio asiento; es decir, para cada acto un asiento independiente.
Para que, expresa la Corte Suprema, pueda inscribirse la dación en pago del
inmueble hipotecado hecha por el deudor a favor de los herederos del acreedor
fallecido, es necesario que de previo se haga el traspaso del crédito hipotecario a
favor de dichos herederos.6
Es preciso, pues, una formulación técnica del principio del tracto sucesivo. No
obstante, esto no es obstáculo para que se aplique con todo rigor, pues sólo así
podemos introducir orden, garantía y claridad en el Registro.
2. Modalidades
a) Venta Forzada
308
«1o. - Si el ejecutado en escritura de venta forzada no aparece haber sido
demandado como heredero del titular en el Registro Público, la escritura no se
puede inscribir mientras no llegue al dicho Registro el testamento, declaratoria de
herederos o sentencia ejecutoria que ponga de manifiesto el eslabón que debe
existir entre el titular en el Registro Público y el deudor en el juicio de donde se
originó la escritura. - 2o. Pero si en las piezas del juicio que deben de insertarse en
la última queda de manifiesto que el deudor fue demandado en calidad de here-
dero del titular y así lo consideró el Juez en su sentencia definitiva, el Registrador
debe verificar la inscripción, pues ese es un problema del juicio, que no tiene
facultad de prever el Registrador cuando ya recayó el fallo, cualquiera que sea el
peligro de engaño o equivocación en que pudieren caer al sentenciar los Tribuna-
les de Justicia. - 3o. Sin embargo, esto tiene una excepción y es cuando en el
mismo Registro apareciere que otra persona es la heredera y no la que indica la
sentencia. En este caso se suspenderá también la inscripción. El párrafo segundo
fue resuelto por mayoría de los miembros de la Corte Suprema de Justicia”.9
b) Fusión y venta
c) Partición extrajudícial.
El art. 1585 Pr. dispone que «cuando mayores que tengan la libre administra-
ción de sus bienes efectúen particiones extrajudiciales, deberán insertar en el
documento respectivo, los legales que comprueben la defunción de su antecesor
y el vínculo de parentesco que les da derecho a la herencia. El testimonio de la
correspondiente escritura pública de partición extrajudicial servirá de respectiva
hijuela a los interesados para todos los efectos legales. (Art. 747 Pr.).”
309
de la herencia. Se puede hacer la partición, sin insertar estos documentos, pero
para liquidar el impuesto deben presentarse de conformidad con el art. 14 ya
citado.11
d) Para cancelar los derechos que han sido objeto de transmisión hereditaria,
no es preciso la previa inscripción de los mismos a favor de los herederos, según
se desprende del art. 63 del R.R.P. Por ejemplo, no es necesario hacer el traspaso
de la hipoteca o de la promesa de venta a favor de los herederos para inscribir la
cancelación que éstos otorguen. La ley considera poco útil un asiento que recoge
un derecho destinado a ser cancelado. Esto no quiere decir que se rompa el
tracto sucesivo; éste existe en forma comprimida o abreviada en el asiento de
cancelación en donde se hace constar. la transmisión hereditaria. Para proceder
a este tipo de cancelación, es preciso que se encuentre inscrito el título heredita-
rio (declaratoria de herederos o testamento).
3. La inmatriculación y el tracto
310
La inmatriculación es primero; luego, principia a operar el tracto sucesivo en el
encadenamiento de los asientos que se extiendan en la finca inmatriculada.
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313
314
Capítulo XXIII
PRINCIPIO DE PRIORIDAD
1. Concepto
2. El rango y su valor en los diferentes sistemas
a) Sistema romano
b) Sistema germánico
c) Sistema mixto
3. Reserva, permuta y posposición del rango
4. Las reservas legales
5. La certificación con reserva de prioridad
1. Concepto
1. Roca Sastre expresa que es lógico que al art. 17 LH (modelo de nuestro art. 16 del R.R.P.) sólo se refiera
a las anotaciones por suspensión de título traslativo, pues éstas son las que propiamente provocan
cierre. Agrega que se comprende que estas anotaciones provocan cierre, pues es natural que no pueda
315
otro de fecha anterior,2 por el cual se trasmite o grave la propiedad del mismo
inmueble.3
Es conveniente aclarar que el título rezagado tiene que ser presentado y con
posterioridad podrá ser rechazado. El Registrador, dice Roca Sastre, en el asiento
enajenar el titular anteriormente inscrito que ya ha enajenado y que igual puede decirse de las anotacio-
nes de legados de cosas específicas propias del testador y hasta de la traslación de crédito refaccionario
(Instituciones.... Tomo ll, pp. 138 y 139).
2. Aunque el art. 16 no se refiere a los títulos de igual fecha, debe aplicarse a ellos. Si el título presentado
es de fecha posterior, su inscripción o anotación será rechazada en virtud del principio de tracto
sucesivo. El art. 16 del R.R.P. se complementa con el principio de tracto sucesivo. Lo que no cubre aquél
lo abarca éste.
3. Es criticable, dice Roca Sastre, que puesto el legislador ha aceptar los actos constitutivos, no compren-
diera también los actos declarativos y modificativos y hasta los extintivos, pues a ellos los es aplicable
perfectamente la norma del art. 17 de la ley. (Instituciones..., Tomo ll, p. 141).
4. A vende a B el inmueble X. Posteriormente A hipoteca o constituyo usufructo a favor de C sobre el mismo
inmueble. Si C inscribe primero, la adquisición do 8 podrá inscribirse, pero sin perjuicio de la hipoteca o
usufructo.
5. El Registrador siempre debe tener en cuenta el Libro Diario para despachar los títulos por orden de
presentación, ya que el asiento de presentación no se extiende en los libros de inscripciones.
6. Claro está que si el titular del título rezagado logra vencer en juicio al que primeramente inscribió, se
cancelará la inscripción de éste y el título de aquél podrá inscribirse.
316
de presentación actúa automáticamente; después viene la calificación. Por ello, el
art. 17 L.H. sólo prohibe inscribir o anotar, pero no presentar en el Libro Diario el
segundo título ingresado. Agrega que, como en rigor lo que se impide es el ingre-
so en los libros de inscripciones del Registro del título rezagado, por ello resulta
obstaculizada no sólo la inscripción y anotación de dicho título, sino también la
nota marginal e incluso el asiento de cancelación que, según la índole del mismo,
debiera extenderse.7
317
En nuestro sistema no se regula el supuesto de la presentación simultánea de
títulos contradictorios.10 Cuando tal cosa ocurra, los interesados determinarán a
cuál de los títulos se le otorgará preferencia. A falta de convenio, la preferencia se
establecerá en el juicio correspondiente. Para que el tercero mantenga el rango
ganado con la prioridad debe tener buena fe, pues de lo contrario cedería su
posición preferente en virtud del principio de fe pública registral. Podemos citar
algunos casos en que no es aplicable el art. 16 del R. R. P.:
El rango, ¿es una cualidad del derecho o, por el contrario, tiene sustantividad?
Si se contempla como una cualidad, existirá desde que el derecho ingresa al
Registro y se extingue por su cancelación. Si se le otorga al rango sustantividad,
puede existir antes de la inscripción del derecho y aun después de su extinción.
Con relación a estos problemas se conocen tres sistemas:
318
c) Sistema mixto. Es el que acepta el Código Civil alemán. Por una parte sigue
el principio romano del avance automático, pero, por otra parte, impide la cancela-
ción de la hipoteca y el avance de las posteriores con la aceptación de la hipoteca
del propietario en varios casos.
En general, se rechazan los derechos reales sobre cosa propia,14 y por excep-
ción, tomando en cuenta la equidad, se admiten en los supuestos de los arts.
2044 ínc. 2, 3857 y 3860 C. y en la hipoteca de cédula reglamentada por los arts.
3884 a 3898 C.
Los interesados pueden celebrar convenios que tengan por objeto la modifica-
ción del rango de los derechos compatibles. Si el rango es guardado a favor de un
futuro titular, en virtud del contrato celebrado entre el dueño del bien y el titular del
derecho que ingresará al Registro con un rango inferior al que le correspondería
normalmente, estamos en presencia de la reserva de rango.
Hay permutas cuando los titulares deciden cambiar el rango que en el Registro
tienen asignados sus derechos. No se necesita el consentimiento del dueño del
inmueble o derecho real, pero sí el de los titulares intermedios que resulten perju-
dicados con la permuta.
El Código Civil no regula estos convenios modificatorios del rango, pero creo
que son válidos en virtud de la libre contratación consagrada en los arts. 65 Cn. y
2437 C. Además, la práctica notarial y registral los ha aceptado.
319
así: «Si fuere inmueble, la propiedad pertenecerá al adquirente que antes la haya
inscrito en el Registro. Dentro de las cuarenta y ocho horas subsiguientes al otor-
gamiento de la escritura de venta, más, en su caso, el término de la distancia, no
podrá otra persona que el primer comprador inscribir la escritura de venta, pena
de nulidad”.
b) La reserva legal concedida al legatario en los términos del art. 40 del R.R.P.
«ART. 3828.-La hipoteca registrada tendrá efecto contra terceros desde el día
del otorgamiento de la obligación hipotecaría, si el registro se hubiere hecho den-
tro de las cuarenta. y ocho horas designadas para tomar razón.
ART. 3229. -Si el acreedor deja pasar el tiempo designado para el Registro de
la hipoteca sin hacer tomar razón, ésta no tendrá efecto contra terceros, sino
desde el día en que se hubiere registrado. Pero podrá hacerla registrar en todo
tiempo sin necesidad de autorización judicial”.
320
extienda la certificación. Es decir, la prioridad se determina por esta fecha y desde
entonces las defensas del Registro cubrirán al tercero. Los títulos que durante
ese tiempo se presenten al registro no lo podrán perjudicar, Si el título del adquirente
se presenta dentro del término legal, los documentos que con anterioridad hayan
ingresado al Registro serán rechazados o colocados con inferior rango, según se
trate de derechos excluyentes o concurrentes.
Además del precedente australiano e inglés, este último muy rico en materia de
reservas, merece especial mención la certificación con reserva de prioridad de las
legislaciones de Cuba15 y Argentina.16 Con relación al sistema cubano, copiaremos
algunos pasajes de la obra de Carmelo Mesa Lago, titulada RESERVA DE PRIORI-
DAD:17
«La Ley-Decreto 1542 de 27 de Julio de 1954, Capítulo III: «De las modificacio-
nes a la legislación vigente”. Artículo 24, dice lo siguiente: «Se adiciona al artículo
28 de la Ley Hipotecaria, el siguiente párrafo: «Se exceptúa el caso en que intere-
sados en el dominio u otro derecho real inscrito solicite una certificación literal o en
relación del dominio y gravámenes, haciendo constar que lo hace al efecto de
determinada negociación que se propone realizar, consignando suscintamente la
otra parte o partes contratantes y demás circunstancias antes expresadas al mar-
gen del último asiento relativo a la finca de que se trate; pues en este caso, si se
lleva a efecto la negociación proyectada y si el título de la misma es presentado al
Registro dentro de los 15 días hábiles siguientes a la fecha de expedición de dicha
certificación se considera como fecha de inscripción para todos los efectos que
esta deba producir, la fecha de la certificación de referencia, siempre que su expe-
dición se haya hecho constar por nota marginal». En la Ley-Decreto 2066 de 27
de Enero de 1955 se regular esta institución en forma exacta, sólo se ha variado el
número del artículo 43 en vez del 24».18
321
«ART. 22. - La plenitud, limitación o restricción de los derechos inscritos y la
libertad de disposición, sólo podrá acreditarse con relación a terceros por las
certificaciones a que se refieren los artículos siguientes.
322
Las diferencias que se pueden observar rápidamente con relación a la reserva
de prioridad argentina, son dos: 1) el bloqueo peruano solamente se establece a
favor de las instituciones mencionadas; por el contrario en Argentina la reserva se
extiende a todo contratante, y además, es obligatorio el trámite;20 2) en el Perú el
bloqueo que se hace en virtud del aviso notarial; en cambio en Argentina, por
medio de la certificación registral.
Morrel y Terry, en sus comentarios a los arts. 138 a 142 de la Ley Hipotecaria,
manifiesta que era preciso idear un medio que anulase los efectos naturales de la
inscripción, quitando al dueño la facultad de disponer más o menos transitoria-
mente, y como medio adecuado se encontró el del cierre del Registro por voluntad
del dueño; pero agrega, que este medio sólo podría apoyarse en la buena fe del
deudor, porque cerrado el Registro por su voluntad, también por su voluntad po-
dría volverse a abrir, con lo cual la garantía resultaría ineficaz.21
323
en establecer un plazo de diez días de espera para que los terceros interesados
presenten sus títulos anteriores, embargos y demandas, y, además, puedan noti-
ficar al futuro adquirente sobre la existencia de dichos actos. Pasados los diez
días, sin que se presenten los títulos y se realicen las notificaciones, se produciría
el cierre.23
Giménez Arnau estima que no existe ningún inconveniente para que por volun-
tad unilateral del titular registral se inscriba el compromiso temporal de no inscribir
sino determinados contratos en preparación; pero agrega que para la plena efica-
cia de este cierre temporal es necesario que un precepto legal de eficacia y trascen-
dencia frente a terceros y frente al Registrador, al mandato (mejor dicho, prohibición de
práctica de asientos) que contenga esa solicitud de reserva de rango.24
Para Roca Sastre, la implantación de las medidas propuestas por Pelayo Hore
y Ruiz Martínez requiere profunda meditación.27
23. “Principios de Prioridad y Cierre Registral”. Ponencias para el Congreso de Derecho Registral España,
Mayo 1961.
24. «El acelerado ritmo de la vida moderna y el modo de llevar los Registros”. AAMN, Vol. XIV. 1965, pp. US y 639.
25. «El principio de prioridad debe actuar al mismo tiempo que el principio de fe pública registral o inmedia-
tamente». RCDI, 302-303, Julio-Agocto 1953, p. 504 y sigts.
26. RCDI, 406-407, Marzo-Abril 1962, PP. 165 y 166.
27. Derecho Hipotecario. Tomo lI, p» 168.
324
En México la prioridad se asegura mediante un aviso de la celebración del acto
que envía el Notario al Registro, en virtud del cual el Registrador extiende una
anotación preventiva al margen de la propiedad afectada. (art. 3018 C.).
Nuestro Código Civil no es extraño a las reservas; antes bien, a través de las
reservas legales regula supuestos específicos.
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que el principio de fe pública registral o inmediatarnente». RCDI, núms. 302-303,
julio-agosto, 1953; p. 504,y sigts.
WOLIFF, Martín. Derecho de cosas. Posesión. Derecho inmobiliario. Propiedad.
Casa Editorial Bosch. Traducción de la 32a. ed. alemana con estudios de com-
paración y adaptación a la legislación y jurisprudencia española por Bias Pérez
González y José Alguer; vol. I, p. 222 y sigts.
ZUMALACARREGUI MARTIN-CORDOVA, Tomás de. Causa y Abstracción Causal
en el Derecho Civil Español. (Tesis Doctoral). Centro de Estudios Hipotecarios.
Madrid, 1977; p. 274 y sigts.
328
Capítulo XXIV
ORGANIZACION DEL REGISTRO
ART. 306. - Los Jueces de Distrito, los Locales y del Trabajo, los Registradores
Públicos y los Médicos Forenses serán nombrados por la Corte Suprema de Justicia.
2. Remuneración
Dividir las entradas en justos procentajes destinados a las mejoras del servicio,
pago de los empleados y honorarios del Registrador, quizá sería lo conveniente.
3. Responsabilidad
330
El Código y su Reglamento no contemplan nínguna figura delictiva especial,
por lo que se tiene que recurrir al Código Penal. Pueden cometer los delitos de
falsedad, infidelidad en la custodia de documentos, cohecho, etc.
1. DIARIO
2. LIBRO DE INSCRIPCIONES
3. LIBRO DE PERSONAS
331
7. Las capitulaciones matrimoniales cuando, en virtud de ellas, se establezca
entre los cónyuges comunidad de bienes raíces, lo mismo que las escrituras
en que se modificaren dichas capitulaciones.
10. Todos los otros documentos a que se refiere el Código Civil en sus diferentes
tratados.2
Los Indices del Libro de Inscripciones se llevan por tarjetas y son dos: el de
fincas y el de personas. Las tarjetas del primero se colocarán en orden sucesivo
de números de fincas. Las del segundo, en orden alfabético de apellidos o razón
social de propietarios. Las tarjetas contendrán los siguientes datos: nombre o
razón social del propietario; número de la finca, asiento, folio y tomo; número
catastral; número de la finca, asiento, folio y tomo; número catastral, situación
de la finca, su área y si es urbana o rural.4 Las tarjetas se imprimen con máqui-
nas de escribir corriente. Antes de esta reforma, los Indices se llevaban en
libros manuscritos.
332
El Indice del Libro de Personas se lleva en libro especial o tarjetas y contendrá
los siguientes datos: Número de inscripción; nombre de las personas que aparez-
can en la misma; su objeto; tomo y página en que está asentadas.5
333
Los locales, mobiliario, máquinas, etc. no son los adecuados. Los Libros11 y
demás documentos se están destruyendo. En algunos registros de mayor volu-
men de operaciones el despacho de los documentos es lento, debido a la falta de
una adecuada mecanización y organización. Generalmente, los Registradores son
nombrados para cumplir con compromisos políticos o bien por amistad. El Regis-
trador administra la oficina como si fuera su propio negocio y nunca invierte dinero
para mejorar el servicio. En fin: los Registros no marchan bien.
Los notarios, abogados y demás personas que visitan los registros a fin de
informarse sobre la situación jurídica del inmueble que les interesa, encuentran,
por una parte, serios obstáculos que muchas veces confunden hasta a los más
expertos en la materia al revisar el folio de la finca, debido a la falta de uniformidad
de los registros del país en cuanto a la forma de redactar los asientos, y, principal-
mente, en la determinación de la columna en que debe vaciarse el contenido del
título o practicarse el asiento correspondiente; y, por otra parte, algunas otras
prácticas viciosas que demoran sensiblemente la realización de la operación pro-
yectada, con serias pérdidas de tiempo y de dinero.
Entre las prácticas viciosas y discordantes que he podido observar, cito las
siguientes:
334
3. Unos Registradores inscriben las servidumbres en la columna de anotacio-
nes preventivas; otros, en la columna accesoria o marginal. Esta última es la
forma legal.
los arts. 147 y 150 del R.R.P. reformado por la Ley del 9 de octubre de 1947, se refieren a la transcripción
a libros nuevos. Existe pues, un vacío. (Véase la exposición y proyecto formulado por el doctor Manuel
Escobar H., Publicaciones Jurídicas, Tomo ll, pp. 57 y 58).
12. En España está regulada por el art. 48 RH.
335
No existe razón para que se lleven en esta forma los Registros. El Código
señala los requisitos que deben contener los asientos y nuestras leyes se dictan
para que se apliquen en todo el territorio nacional. Por otra parte, en cada práctica
viciada se vicia el ordenamiento jurídico.
El folio real, cuyo modelo aparece al final del Código Civil, tiene dos secciones
o planas, divididas en seis columnas: Tres principales y tres accesorias situadas a
la izquierda de las principales. La plana de la izquierda está reservada al dominio
y demás derechos reales, con excepción de la hipoteca. Sus tres columnas princi-
pales están destinadas: la primera a las anotaciones preventivas; la segunda a las
inscripciones; y la tercera, a las cancelaciones. En las tres columnas accesorias
se extienden las notas y referencias correspondientes a los asientos de la colum-
na a que adhiera. La plana de la derecha se reserva a las hipotecas y sus tres
columnas principales están destinadas: la primera a las anotaciones preventivas;
la segunda a las inscripciones; y la tercera, a las cancelaciones de las inscripcio-
nes hipotecarias. En las tres columnas accesorias también se extienden las notas
y referencias correspondientes a los asientos de la columna a que adhiera. Ex-
puesto lo anterior, es preciso determinar lo que se extiende en cada columna,
para lo cual se recurre a la ley como fuente principal que señala lo que es objeto
de anotación, inscripción o nota marginal, a la naturaleza del derecho, y a la jurispru-
dencia en algunos casos.
336
c) Plana o sección de la izquierda
1. El título supletorio.14
7. El arrendamiento de inmuebles.18
337
9. La prenda pretoria o anticresis judicial.20
10. El deslinde.
1. Todos los título en virtud de los cuales se cancelan los asientos de las otras
columnas (principales o accesorias).
338
2. Las notas que se extiendan en los casos de desmembración y división del
inmueble. Contienen cancelaciones de las cuentas registrales, parciales en
el supuesto de desmembracíón y totales en la división.
3. La minuta de mejoras.29
2. Las trasmisiones de los créditos hipotecarios por actos entre vivos, o por
causa de muerte.
339
En la columna principal de anotaciones preventivas se extenderán:
340
Es conveniente destacar que en la actualidad se tiende a simplificar el procedi-
miento registral mediante la redacción de asientos breves, sin sacrificar las moda-
lidades de trascendencia real.
f) Recomendaciones
341
tro, La medida apuntada no fue suficiénte, por lo que el Gobierno, con la colabo-
ración efectiva de los colegios de escribanos, reformó el sistema vigente.
En el año de 1968 se dictó a nivel nacional la Ley 17801 de aplicación para los
Registros de la Propiedad Inmueble de la Capital Federal y Provincias. En el con-
tenido de ésta influyeron los principios y las experiencias recogidas de la aplica-
ción de las leyes siguientes. a) Decreto-Ley 11683 de 2 de Octubre de 1963, de
aplicación para la Provincia de Buenos Aires; y c) Ley 17417 de Agosto de 1967.
de aplicación para la Capital Federal.
La Ley nacional incorporó los principios registrales; entre las innovaciones prin-
cipales se pueden citar: la implantación del folio real y la certificación con reserva
de prioridad.
En la Capital Federal, que tiene un Registro muy moderno y que cuenta con el
apoyo electrónico, el folio real se lleva en fichas movibles de cartulina divididas en
8 casilleros. Dentro de las correspondientes casillas se extiende la inscripción en
breves notas por medio de una máquina de registro directo que, al mismo tiempo
que imprime en el folio, perfora una cinta que servirá para introducir definitivamen-
te la información al computador, después de un proceso de verificación.
El apoyo electrónico con que cuenta el Registro es muy valioso. Además de los
otros usos que le asignan, el computador controla las oponibilidades y los plazos
de caducidad; emite las certificaciones con reserva de prioridad; confecciona índi-
ces por fincas, propietarios, etc. y también estadísticas.
342
las cancelaciones y las incapacidades que afectan la disposición de los bienes. El
Registro Público de Lima lleva el folio real en fichas movibles. Para el supuesto de
reposición de la finca o folio se cuenta con dos elementos: el duplicado del folio
real y la copia del título original, que se empasta junto con otras.
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las oficinas registrales mediante la utilización de modernas técnicas de opera-
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jo presentado a¡ XI Congreso Internacional del Notariado Latino.
____________________y otros. Informe de la misión de estudios del Registro de
la Capital Federal de Argentina. San José, Costa Rica.
344
RELACION DE SENTENCIAS Y CONSULTAS UTILIZADAS
Esta relación comprende todas las consultas y sentencias que la Corte Suprema
de Justicia ha publicado desde 1913 a 1976 en materia registral Algunas son
comentadas y citadas en varios temas (90 casos). Al final se incluyen las senten-
cias de la Sala de lo Civil de la Corte de Apelaciones de Masaya.
1913
Sentencia de las 12 m. del 28 de mayo de 1913, B.J., p. 67 173, 174, 175, 272
Sentencia de las 11 a.m. del 11 de julio de 1913, B.J., p. 138 135,211
Sentencia de las 12 m. del 12 de septiembre de 1913, B.J., p. 244 137, 211
Sentencia de las 9 a.m. del 11 de noviembre de 1913, B.J., p. 254 165, 166,
236, 275,276
1915
Sentencia de las 10 a.m. del 23 de enero de 1916, B.J., p. 659 208
1916
Sentencia de las 12 m. del 12 de mayo de 1916, B.J., p. 1158 256
1917
Sentencia de las 9 a.m. del 4 de julio de 1916, B.J., p. 1602 277
Sentencia de las 11:30 a.m. del 12 de julio de 1917, B.J., p. 1606 137, 138
Sentencia de las 12 m. del 15 de agosto de 1917, B.J., p. 1646 292
1919
Sentencia de las 10 a.m. del 2 de octubre de 1919, B.J., p. 2543 136
Sentencia de las 11 a.m. del 19 de julio de 1919, B.J., p. 2441 173
1920
Sentencia de las 12 m. del 26 de abril de 1920, B.J., p, 2886 175
Sentencia de las 12 m. del 16 de diciembre de 1920, B.J., p. 3156 246
1921
Sentencia de las 12 m. del 17 de junio de 1921, B.J., p. 3337 137, 138
1922
Sentencia de las 11:30 a.m. del 3 de agosto de 1922, B.J., p. 3735 252
1924
Sentencia de las 11:30 a.m. del 11 de julio de 1924, B.J., p. 4503 174
1925
Sentencia de las 12 m. del 21 de marzo de 1925, B.J., p. 4869 259
345
Sentencia de las 12 m. del 24 de abril de 1925, B.J., p. 4926 156, 172, 173, 272
Sentencia de las 11:15 a.m. del 12 de mayo de 1925, B.J., p. 4981 292
Sentencia de las 11:45 a.m. del 22 de mayo de 1925, B.J., p. 5014 175
Sentencia de las 10 a.m. del 2 de octubre de 1925, B.J., p. 5269 238, 245,
246
Sentencia de las 11 a.m. del 19 de septiembre de 1925, B.J., p. 5239 234
1926
Sentencia de las 11 a.m. del 20 de enero de 1926, BJ., P. 5444 204
Sentencia de las 10 a.m. del 12 de marzo de 1926, B.J., p. 552l 238
Sentencia de las 11 a.m. del 23 de agosto de 1926, B.J., p. 5668 137, 140, 141
1927
Sentencia de las 11 a.m. del 13 de septiembre de 1927, B.J., p. 6097 252
Sentencia de las 11 a.m. del 11 de agosto de 1927 159
1928
Sentencia de las 11: 15 a.m. del 31 de agosto de 1928, BJ., p. 6420 252
Sentencia de las 12 m . del 20 de octubre de 1928, B.J., p. 6460 276
Sentencia de las 11 a.m. del 5 de diciembre de 1928, B. J. p. 6853 292
1929
Sentencia de las 11 a.m. del 10 de enero de 1929, B.J., p. 6885 137
Sentencia de las 11:30 a.m. del 22 de julio de 1929, B.J., p. 7076 235
Sentencia de las 10 a.m. del 19 de noviembre de 1929, B.J., p. 7209 224, 248
1930
Sentencía de las 11 a.m. del 26 de marzo de 1930, B.J., p. 8354 172, 173, 272
Sentencia de las 11 a.m . del 9 de diciembre de 1930, B.J., P. 7636 162, 188
Sentencia de las 11:30 a.m. del 29 de abril de 1930, B.J., p. 7380 224
Sentencia de las 12 m. del 8 de mayo de 1930, B.J., p. 7413 238, 245
Sentencia de las 12 m. del 27 de mayo de 1930, B.J., p. 7421 238, 245
Sentencia de las 12 m. del 18 de julio de 1930, B.J., p. 7473 245
Sentencia de las 12 m. del 21 de noviembre de 1930, B.J., p. 7621 259
1931
Sentencia de las 12 m. del 16 de septiembre de 1931, B.J., p. 7843 245, 253
Sentencia de las 11 a.m. del 2 de junio de 193 1, B.J., p. 7764 268
1932
Sentencia de las 12 m. del 10 de noviembre de 1932, B.J., p. 8130 245
1933
Sentencia de las 9 a.m. del 30 de marzo de 1933, B.J., p. J 3214 175, 272
Sentencia de las 10 a.m. del 25 de mayo de 1933, B.J., p. 8253 245, 259, 272
Sentencia de las 11 a.m. del 12 de mayo de 1933, B.J., p. 8250 136
346
1934
Sentencia de las 11:30 a.m. del 18 de octubre de 1934, B.J., p. 8770 259, 268
Sentencia de las 12 m. del 10 de mayo de 1934, B.J., p. 8616 72, 155, 174
Sentencia de las 10 a. .m. del 4 de diciembre de 1934, B.J., P. 8829 159, 160,
162
Sentencia de las 12 m. del 14 de junio de 1934, B.J., p. 8652
Sentencia de las 11 a.m. del 14 de septiembre de 1934, B.J., p. 8236 166
Sentencia de las 10 a.m. del 11 de septiembre de 1934, B.J., p. 8741 159, 173
Sentencia de las 12 m. del 29 de noviembre de 1934 159
Sentencia de las 12 m. del 21 de diciembre de 1934, B.J., p. 8871 162, 274
1935
Sentencia de las 11 a.m. del 21 de septiembre de 1935, B.J., p. 9063 159, 168
Sentencia de las 12 m. del 27 de marzo de 1935, B.J., p. 8935 163
Sentencia de las 11 a.m. del 21 de febrero de 1935, B.J., p. 8908 173, 210
Sentencia de las 12 m. del 27 de noviembre de 1935, B.J., p. 9129 200
Sentencia de las 12 m. del 21 de febrero de 1935, B.J., p. 8911 210
Sentencia de las 12 m. del 5 de octubre de 193s, B.J., p. 9094 277
1936
Sentencia de las 11 a.m. del 7 de agosto de 1936, B.J., p. 9364 248
Sentencia de las 11:30 a.m. del 30 de octubre de 1936, B.J., p. 9447 165, 272
Sentencia de las 11 a.m. del 19 de mayo de 1936, B.J., p. 9315 175
Sentencia de las 11 a.m. del 25 de septiembre de 1936, B.J., p. 9401 244, 245
Sentencia de las 10 a.m. del 13 de noviembre de 1936, B.J, p. 9468 268, 196,
259
Sentencia de las 12 m. del 11 de noviembre de 1936, B.J., p. 9463 245, 272
Sentencia de las 10 a.m. del 30 de julio de 1936, BJ., p. 9358 248
Sentencia de las 12 m. del 16 de diciembre de 1936, B.J, p. 9498 270
Sentencia de las 11 a.m. del 30 de diciembre de 1936, BJ., p. 9526
1937
Sentencia de las 11 a.m. del 18 de agosto de 1937, B.J., p. 9799 255, 237
Sentencia de las 11 a.m. del 28 de octubre de 1937, B.J., p. 9915 245
Sentencia de las 11 a.m. del 20 de diciembre de 1937, B.J, p. 9976 175
Sentencia de las 11 a.m. del 8 de junio de 1937, B.J, p. 9723 237
1938
Sentencia de las 11 a.m. del 21 de abril de 1938, B.J., p. 10131 175
Sentencia de las 12 m. del 3 de junio de 1938, B.J, p. 10193 238
Sentencia de las 12 m. del 18 de febrero de 1938, B.J, p. 10066 245, 246, 254
Sentencia de las 12 m. del 7 de mayo de 1938, B.J., p. 10163 253
1939
Sentencia de las 10 a.m. del 9 de agosto de 1939, BJ., p. 10661 245, 272
347
Sentencia de la 12 m. del 14 de julio de 1939, B.J., p. 10624332 273
Sentencia de las 11 a.m. del 31 de marzo de 1939, B.J., p, 10528 133, 144
Sentencia de las 12 m. del 25 de enero de 1939, B.J., p, 10431 137, 140, 143
1940
Sentencia de las 11:30 a.m. del 27 de noviembre de 1940, B.J. p. 11112249, 256
Sentencia de las 11:30 a.m. del 16 de octubre de 1940, BJ., P. 11065 251
Sentencia de las 11 :30 a.m. del 23 de julio de 1940. BJ., P. 10975 259
Sentencia de las 12 m. del 11 de octubre de 1940. BJ., p. 11063 292
Sentencia de las 11 a.m. del 18 de junio de 1940, BJ., p. 10951 243
1941
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Sentencia da las 12 m. del 23 de junio de 1949, BJ., p. 14717 245, 272
1950
Sentencia de las 11 a.m. del 7 de agosto de 1950, B.J, p. 15186 165
Sentencia de las 11 a.m. del 29 de noviembre de 1950, B.J., p. 15352 168
Sentencia de las 10 a.m. del 4 de julio de 1950, B.J, p. 15181 249
1951
Sentencia de las 10 a.m. del 1 de marzo de 1951, B.J., p. 15509 205
Sentencia de las 9 a.m. del 17 de agosto de 1951, B.J, p. 15663 268
Sentencia de las 9: 30 a.m. del 4 de noviembre de 1952, B.J. p.116227 205
Sentencia de las 10:30 a.m. del 28 de marzo de 1952, BJ., p. 15970 205
Sentencia de las 10 a.m. del 11 de agosto de 1952, B.J., P. 16113 238, 245
1953
Sentencia de las 9: 30 a.m. del 16 de noviembre de 1953, B.J., p. 16712 205
Sentencia de las 10.30 a.m. del 30 de enero de 1953, BJ., p. 16369 253
1954
Sentencia de las 9:30 a.m. del 11 de mayo de 1954, B.J, p. 16927 168
Sentencia de las 12 m. del 10 de febrero de 1954, B.J., p. 16796 253
1955
Sentencia de las 10:30 a.m. del 16 de mayo de 1955, B.J, p. 17482 238
1956
Sentencia de las 11: 10 a.m. del 11 de junio de 1956. BJ., p. 18115155, 159, 165
Sentencia de las 9:45 a.m. del 17 de octubre de 1956, BJ., p. 18258 252
Sentencia de las 11: 15 a.m. del 30 de noviembre de 1956, B.J, p. 18327 272
1957
Sentencia de las 11:30 a.m. del 8 de junio de 1957, BJ., p. 18661 206
Sentencia de las 12 m. del 21 de diciembre de 1957, B.J, p. 18784238, 245, 252,
259,
Sentencia de las 10:45 a.m. del 22 de junio de 1957, B.J., p. 18581 273
349
1958
Sentencia de las 11:20 a.m. del 5 de marzo de 1958, B.J., p. 18909 205
Sentencia de las 10:30 a.m. del 21 de agosto de 1958, B.J., p. 19125 238, 239
1959
Sentencia de las 9 a.m. del 31 de marzo de 1959, B.J., p. 19422 136, 137, 160
Sentencia de las 11:20 a.m. del 26 de mayo de 1959, B.J., p. 19490 173, 272
Sentencia de las 10:30 a.m. del 3 de septiembre de 1959, B.J., p. 19590 205
Sentencia de las 8:30 a.m. del 30 de junio de 1959, B.J., p. 19523 251
Sentencia de las 12 m. del 30 de mayo de 1959, B.J., p. 19512 253
1960
Sentencia de las 11 a.m. del 3 de noviembre de 1960, B.J., p. 20188 205
Sentencia de las 10 a.m. del 28 de mayo de 1960, B.J., p. 19976 206
Sentencia de las 10 a.m. del 20 de octubre de 1960, B.J., p, 20162 239
Sentencia de las 10:30 a.m. del 25 de abril de 1960, B.J, p. 19909 246, 254
Sentencia de las 10:30 a.m. del 4 de febrero de 1960, B.J, p. 19820 292
1961
Sentencia de las 12 m. del 15 de junio de 1961, B.J., p. 20531 206
1962
Sentencia de las 11 a.m. del 23 de febrero de 1962, B.J., p. 75 238
1963
Sentencia de las 12 m. del 22 de julio de 1963, B.J, p. 295 160, 168
Sentencia de las 9 a.m. del 28 de noviembre de 1963, B.J., P. 523 238
Sentencia de las 9 a.m. del 22 de abril de 1963, B.J, p. 156 271
Sentencia de las 11 a.m. del 31 de julio de 1963, B.J., p. 322 276
1964
Sentencia de las 10:35 a.m. del 22 de junio de 1964, B.J., p. 282 238
Sentencia de las 10:35 a.m. del 5 de febrero de 1964, B.J., p. 39 245, 246
Sentencia de las 11 a.m. del 16 de enero de 1964, B.J., p. 10 252
Sentencia de las 9:45 a.m. del 3 de noviembre de 1964, B.J., p. 442 274
1965
Sentencia de las 10:35 a.m. del 6 de julio de 1965. B.J., p. 202 268
Sentencia de las 10 a.m. del 26 de enero de 1965, B.J., p. 35 137
1966
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350
1970
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Sentencia de las 10 a.m. del 9 de julio de 1970, B.J., p. 131 259
1975
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Sentencia de las 8:30 a.m. del 13 de diciembre de 1976, B.J p. 274 273
1918
Consulta del 29 de abril de 1918, B.J., p. 1920 292
Consulta del 15 de agosto de 1918, B.J. p. 2095 292
1920
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Consulta del 9 de octubre de 1920, B.J., p. 3071 251
Consulta del 25 de mayo de 11920, BJ. p. 2926 288
1921
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1922
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1934
Consulta del 22 de marzo de 1934, B.J., p. 8554 201, 194
Consulta del 12 de enero de 1934, B.J., p. 8446 290
Consulta del 10 de mayo de 1934 173
1940
Consulta del 30 de septiembre de 1940, B.J, p. 11151 256, 301
1941
Consulta del 3 de julio de 1941, B.J, p. 11467 256, 301
Consulta del 5 de noviembre de 1941, B.J., p. 11471 328
1942
Consulta del 8 de septiembre de 1942, B.J., p. 11871 256
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Consulta del 18 de junio de 1942, B.J., p. 11866 223
351
1943
Consulta del 30 de agosto de 1943, B.J., p. 12180 256
Consulta del 28 de abril de 1943, B.J., p. 12054 250
Consulta del 21 de agosto de 1943, B.J., p. 12179 249
Consulta del 12 de enero de 1943. B.J., p. 11978 224
Consulta del 30 de junio de 1943, B.J., p. 12058 324
1948
Consulta del 18 de septiembre de 1948. B.J. p. 14425 250
1949
Consulta del 28 de noviembre de 1949, B.J., p. 14940 256
1950
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Consulta del 16 de junio de 1952, B.J, p. 16308 136
Consulta del 22 de agosto de 1952, B.J., p. 16312 205
1953
Consulta del 29 de septiembre de 1953, B.J., p. 16756 250
Consulta del 28 de noviembre de 1953, B.J., p. 16760 256
Consulta del 12 de Mayo de 1953, B.J., p. 16745 302
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1954
Consulta del 9 de noviembre de 1954, B.J., p. 17262 292, 309
Consulta del 15 de marzo de 1954, B.J., p. 17241 181
1955
Consulta del 18 de octubre de 1955, B.J., p. 17871 201
Consulta del 29 de marzo de 1955, B.J., p. 17850 253
Consulta del 14 de octubre de 1955, B.J., p. 17870 300
1956
Consulta del 20 de enero de 1956, B.J., p. 18357 194
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352
1957
Consulta del 12 de noviembre de 1957, B.J., p. 18824 328
Consulta del 3 de agosto de 1957, B.J., p. 18812 223
Consulta del 26 de junio de 1957, B.J., p. 18805 250
Consulta del 14 de agosto de 1957. B.J., p. 18814 140
Consulta del 29 de agosto de 1957, B.J., p. 18816 205
1958
Consulta del 28 de noviembre de 1958, B.J., p. 19347 224, 300
Consulta del 13 de agosto de 1958, B.J., p. 19333 141
1959
Consulta del 20 de febrero de 1959, B.J, p. 19709 223
Consulta del 21 de mayo de 1959, B.J., p. 19716 256
Consulta del 1 de octubre de 1959, B.J., p. 19722 303
Consulta del 21 de febrero de 1959, B.J, p. 19709 132
1960
Consulta del 18 de agosto de 1960, B.J. p. 20249 301
1961
Consulta del 21 de septiembre de 1961, B.J. P. 20796 182
Consulta del 13 de julio de 1961, B.J., P. 20781 277
1962
Consulta del 19 de marzo de 1962, B.J., p. 545 223
1963
Consulta del 14 de mayo de 1963, B.J, p. 600 222
1964
Consulta del 6 de abril de 1964, B.J, p. 502 201
Consulta del 1 de octubre de 1964, B.J., p. 532 255
Consulta del 8 de mayo de 1964, B.J., p. 507 256
Consulta del 6 de mayo de 1964, B.J., p. 507 142
Consulta del 25 de febrero de 1964, B.J, p. 497 141
1965
Consulta del 28 de septiembre de 1965, B.J., p. 398 224
Consulta del 26 de noviembre de 1965, B.J., p. 434 224,290
Consulta del 22 de marzo de 1965, B.J., p. 366 243, 329
1966
Consulta del 10 de mayo de 1966, B.J., p. 327 284
Consulta del 16 de julio de 1966, B.J, p. 332 224
Consulta del 8 de junio de 1966, B.J., p. 331 244
353
1967
Consulta del 12 de abril de 1967, B.J., p. 331 149
Consulta del 6 de diciembre de 1967, B.J, p. 338 224, 300
1968
Consulta del 10 de febrero de 1968, B.J., p. 416 141
Consulta del 17 de julio de 1968, B.J, p. 422 303
1969
Consulta del 9 de agosto de 1969, B.J., p. 373 141
Consulta del 9 de julio de 1969, B.J, p. 371 141
Consulta del 23 de enero de 1969, B.J, p. 362 201
1970
Consulta del 5 de agosto de 1970, B.J., p. 350 141
Consulta del 13 de octubre de 1970, B.J., p. 355 301
Consulta del 31 de agosto de 1970, B.J., p. 353 199
Consulta del 14 de diciembre de 1970, B.J., p. 356 244
Consulta del 9 de julio de 1970, B.J, p. 348 249, 251
Consulta del 30 de junio de 1970, B.J., p. 348 250, 253
Consulta del 9 de julio de 1970, B.J., p. 349 251
1972
Consulta del 7 de julio de 1972, BJ., p. 393 324
Consulta del 7 de diciembre de 1972, B.J., p. 407 324
1973
Consulta del 26 de octubre de 1973, B.J., p. 319 288
Consulta del 23 de mayo de 1973, B.J, p. 301 224
Consulta del 8 de julio de 1973, B.J, p. 306 244
Consulta del 14 de febrero de 1973, B.J., p. 296 252
1974
Consulta del 30 de octubre de 1974, B.J, p. 387 254
Consulta del 19 de marzo de 1974, BJ., p, 368 255
Consulta del 4 de julio de 1974, BJ., p. 373 266
1975
Consulta del 31 de octubre de 1975, B.J., p. 460 302
1976
Consulta del 7 de julio de 1976, B.J., p. 392 200, 202
Consulta del 13 de febrero de 1976, B.J., p. 377 142
Consulta del 13 de octubre de 1976, BJ., p. 407 288, 289
354
3. - SENTENCIAS DE LA SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE DE APELACIONES DE
MASAYA:
CODIGO CIVIL
355
Art. 1255 260
Art. 1278 179
Art. 1297 170
Art. 1301 170
Art. 1432 187
Art. 1469 176
Art. 1474 133
Art. 1479 259, 261
Art. 1529 310
Art. 1546 132, 133
Art. 1548 132
Art. 1549 132
Art. 1554 132
Art. 1570 248
Art. 1579 310
Art. 1653 226, 227
Art. 1655 226, 227
Art. 1654 227
Art. 1685 133
Art. 1686 259
Art. 1692 133
Art. 1715 237
Art. 1716 237
Art. 1727 237
Art. 1729 235, 238
Art. 1730 235, 236, 237, 238
Art. 1846 260
Art. 1855 277
Art. 1894 270
Art. 1900 136
Art. 2044 310
Art. 2055 292
Art. 2075 277
Art. 2084 132
Art. 2093 135
Art. 2205 237
Art. 2214 270
Art. 2233 277
Art. 2335 172
Art. 2378 268
Art. 2379 268
Art. 2437 136, 311
Art. 2530 259
Art. 2540 260
Art. 2565 138
Art. 2575 276, 311
356
Art. 2576 246, 247
Art. 2579 260
Art. 2662 277
Art. 2666 270, 277
Art. 2722 207, 331, 259
Art. 2735 259
Art. 2749 259, 261
Art. 2753 277
Art. 2768 259, 261
Art. 2774 261
Art. 2785 136
Art. 2797 270
Art. 2753 277
Art. 2949 328
Art. 3178 163
Art. 3355 277
Art. 3394 136
Art. 3417 136
Art. 3532 176
Art. 3533 176, 277
Art. 3541 131, 328
Art. 3770 310
Art. 3772 259
Art. 3774 223, 310
Art. 3776 310
Art. 3784 277
Art. 3790 248
Art. 3794 331
Art. 3796 164, 165, 166, 174, 196, 245, 247, 269, 270, 272, 274, 277, 309
Art. 3799 132
Art. 3807 200
Art. 3816 259, 260, 261, 274, 277
Art. 3817 277
Art. 3819 150
Art. 3825 266
Art. 3828 311
Art. 3829 277, 311
Art. 3831 310
Art. 3844 142, 143, 200
Art. 3856 310
Art. 3857 310
Art. 3860 310
Art. 3867 199, 310
Art. 3870 200
Art. 3874 199, 310
Art. 3884 a 3898 310
357
Art. 3900 248, 259, 261
Art. 3936 259, 328
Art. 3937 173, 260, 269, 276, 307
Art. 3940 266
Art. 3941 131, 138, 223, 289, 326
Art. 3942 131
Art. 3944 283, 164, 165, 166, 174, 204
Art. 3945 268, 301
Art. 3946 150
Art. 3947 197, 277
Art. 3948 203, 260, 269, 273, 307, 309
Art. 3949 196, 268, 269, 309
Art. 3950 270
Art. 3951 131, 133, 143, 328
Art. 3952 150, 296, 297, 298
Art. 3953 207, 330
Art. 3954 256, 300, 307
Art. 3956 207, 224, 289, 327, 330
Art. 3957 131
Art. 3958 150, 298
Art. 3962 223
Art. 3964 132, 142, 153, 154, 157, 160, 169, 171, 172, 176, 178, 179, 182, 184,
187, 192, 193, 195, 201, 202, 203, 204, 243, 256, 290, 291, 301, 328, 329
Art. 3965 193
Art. 3966 156, 157, 186, 193, 209, 277, 307
Art. 3967 191, 203, 277
Art. 3968 195
Art. 3969 198
Art. 3970 199, 200, 201, 202
Art. 3971 192, 202, 203
Art. 3973 154, 172, 188, 204, 277, 329
Art. 3976 204, 324
358
Art. 13 207, 330
Art. 15 207, 330, 331
Art.16 155, 156, 173, 185, 186, 208, 209, 210,212, 284,300, 301, 306, 309
Art. 17 153, 182, 284, 288, 289, 290, 292,
Art. 18 182, 183, 192, 199, 202, 207, 284, 330, 331
Art. 19 255, 328, 329
Art. 20 289
Art. 21 247
Art. 24 307, 309
Art. 25 209, 306, 307, 309
Art. 26 211
Art. 27 197, 198
Art. 28 196, 266, 268
Art. 29132, 136, 153, 154, 157, 160, 162, 169, 170, 171, 172,176, 177, 178, 180,
182, 186, 187, 190, 195, 290, 328, 329
Art. 30 170
Art. 32 190
Art. 33 156
Art. 38 154, 155, 181, 188, 193, 329
Art. 40 180, 181, 311
Art. 41 181
Art. 43 180
Art. 44 153, 180
Art. 45 73, 180
Art. 47 153, 188, 189, 329
Art. 48 189
Art. 49 189
Art. 50 189
Art. 52 190
Art. 53 157, 186, 193, 307
Art. 54 155, 159, 163, 164, 166, 167, 173, 175
Art. 55 153, 194
Art. 56 153, 324
Art. 57 153
Art. 58 153, 194
Art. 59 191, 203
Art. 60 195
Art. 61 195, 201
Art. 62 195, 198, 201
Art. 63 199, 200, 201, 202, 211, 303
Art. 64 201, 202
Art. 65 73, 199, 200, 201, 202, 211
Art. 66 73
Art. 67 193, 290
Art. 68 192, 202, 284
Art. 70 197, 203, 204
359
Art. 71 203, 206
Art.72 196, 203, 204
Art. 74 206
Art. 75 184, 192, 202, 284
Art. 78 148
Art. 79 148
Art. 81 210
Art. 82 207
Art. 83 210, 324
Art. 84 210
Art. 85 325
Art. 88 214, 284, 290
Art. 90 284
Art. 93 213
Art. 95 214
Art. 103 288
Art. 112 266
Art. 113 266
Art. 115 277, 316
Art. 117 266
Art. 118 267
Art. 129 131, 136, 137,138, 139, 140, 142, 143, 158, 160, 328
Art. 130 322
Art. 137 73, 244, 245, 248, 249, 250, 251, 252, 253
Art. 138 249, 251, 252
Art. 139 251, 252, 253
Art. 140 245
Art. 141 255
Art. 142 251, 252
Art. 147 325
Art. 150 325
Art. 152 166, 296, 327
Art. 153 148, 166, 228, 297, 327, 331
Art. 154 166, 327
Art. 155 148, 166, 301, 327
Art. 156 166, 327
Art. 157 166, 221, 222, 326
Art. 158 207
Art. 160 207
Art. 162 148
Art. 164 324
Art. 165 324
Art. 182 a 186 324
360
CODIGO DE COMERCIO
Arts. 13 a 27 324
CONSTITUCION NACIONAL
Art. 50 142
Art. 65 136, 311
Art. 82 142
Art. 87 132
Art. 280 74, 320
Art. 284 74, 321
Art. 293 221
361
Art. 306 321
Art. 307 74, 321
LEY DE INQUILINATO
LEY DE EXPROPIACION
Art. 4 74
Art. 39 132
Art. 118 326, 331
Art. 15 132
Art. 16 132
Art. 52 330
Art. 35 253
362
LEY DE ACTUALIZACION Y MANTENIMIENTO DEL CATASTRO
Art. 2 297
Art. 5 227
Art. 6 222, 297
Art. 9 297
Art. 10 222, 297
Art. 16 227
Art. 11 297
Art. 2 231
Art. 5 229, 231
Art. 8 230
Art.9 227
Art. 16 227
Art. 5 297
Art. 6 297
Art. 24 297
Art. 25 297
Art. 26 297
Art. 27 297
Art. 37 297
Art. 38 297
363
LEY DE 3 DE JULIO DE 1969 322
Art. 10 254
ABSTRACTO:
Negocio abstracto 64, 94, 101
ACTOS:
La inscripción no convalida los actos nulos 266
ADQUIRENTE:
Tercer adquirente
273, 274
ANTICRESIS:
Su naturaleza 143
Inscripción 131
Inmatriculación 243, 255
AERONAVES:
Su publicidad registral 30
AUTOMOTORES:
Su publicidad registral 30
ARRENDAMIENTO:
Su naturaleza 133, 134
Efectos 135
ASIENTOS:
Clases 148,149
ASIENTO DE CANCELACION:
-Concepto 195
-Clases 195
364
-Efectos 203
ASIENTO DE INSCRIPCION:
-Concepto 149
-Formalidades 150
ASIENTO DE PRESENTACION:
-Concepto 207
-Efectos 209
-Duración 208, 209
-Formalidades 210
APELACION:
-De la sentencia que confirma la calificación 292
-De la sentencia que revoca la calificación 292
-De las sentencias que admiten o niegan la anotación190
-Oportunidad para apelar del embargo 190, 191
-De la sentencia dictada en el juicio de limpieza registral 205, 206
ANOTACION PREVENTIVA:
-Concepto 151, 153
-Diferencias con la inscripción 153
-Clasificación 153, 154
-Efectos 155, 156
-Extinción 191, 194
-Caducidad 191, 192
-Conversión 192, 194
-Transmisión 155, 156
-De demanda 157, 171
-De cancelación y rectificación 171, 172
-De embargo 172, 176
-De secuestro 176, 177
-De prohibición de enajenar 177
-De sentencia ejecutoriada 177, 178
-De presunción de muerte 178
-De incapacidad para administrar 178
-De modificación de la capacidad 178
-De incapacidad o indignidad del heredero o legatario 178
-De legados 179
-Por imposibilidad del Registrador 182
-Del beneficio de separación 186
-De nulidad de la cancelación 188
-Del heredero 188
365
-De la expropiación 188
-Del crédito refaccionario 187
AGREGACION:
-No está regulada 326
BIENES:
-Inscribibles 131
-Muebles 30, 31
-Enajenación de los anotados 155
BUENA FE:
-Requisito del tercero 274
-Momento en que debe existir 276
-Su presunción 276
BUQUES:
-Su inscripción 30, 31
CABIDA DE FINCA:
-Requisito de la inscripción 150
-Exceso de cabida 225
CADUCIDAD:
-De asiento de presentación 208
-De anotaciones preventivas 191, 192
CALIFICACION.
-Sistemas 287
-Naturaleza 287, 288
-Extensión 288
-Decisiones del Registrador 289
-Medios de impugnar la calificación 292
CANCELACION:
-Concepto 195
-Automática 199, 200
CAPACIDAD:
-Su control por el Registrador 288
-Inscripción y anotación de sentencias que alteran la capacidad 178, 179
366
CARACTERISTICAS:
-Del asiento de inscripción 148, 149
CARGA:
-Relación en la inscripción 150, 298
CASACION:
-No cabe contra la sentencia de la Sala que decide sobre la calificación 292
-No cabe contra la sentencia que admite o niega la anotación preventiva 191
-No cabe en juicio de limpieza registral, salvo afectación de derechos 206
CATASTRO:
-Coordinación con el Registro 297
CERTIFICACION
-Clases 266
-Con reserva de prioridad 311, 316
CESION:
-De crédito 309
-De derechos hereditarios 272
-De derechos anotados 155, 156
COMPETENCIA:
-Su control por el Registrador 289
COMPRAVENTA:
-Doble venta 276
-Con precio aplazado 277
CONCISAS:
-Inscripciones 150, 151
CONDICIONES:
-Constatación registral 150, 330
CONSTITUTIVAS.
-Inscripciones 259, 262
367
CONVERSION:
-De anotaciones preventivas 192, 194
CREDITO REFACCIONARIO 187, 190
DAÑOS Y PERJUICIOS:
-Responsabilidad 322
DECLARATIVA
-Inscripción 259, 262
DEFECTOS:
-Subsanables e insubsanables 291, 292
DEMANDA:
-Anotación preventiva 157, 171
DENEGACION 298
DENOMINACIONES
-Diversas denominaciones 33
-Derecho Hipotecario 33, 34
-Derecho Inmobiliario 34
-Registro de la Propiedad o Registro Jurídico Real 34
-Derecho Registral 35
-Derecho Inmobiliario Registral 35
368
-Su inscripción, requisito de validez 261
DERECHOS:
-Inscribibles 131
-Personales 131, 133
-Reales 131
-Lista cerrada de los derechos inscribibles131, 133
EMBARGO:
Ver Anotación
ENAJENACION:
-De bienes anotados 155, 156
ERRORES:
-Ideas generales 213
-Clases 213
-Principio 267
-Concepto 268, 269
-Regulación legal 269
-Ambito 270
-El tercero y sus requisitos 273, 277
-Protección con independencia del Registro 277
-Necesidad de la reforma 278
FECHA DE LA INSCRIPCION 306
FINCA:
-Concepto 221
-Modificaciones 221, 225
369
Ver Calificación
HABITACION:
-Su inscripción 131
HIPOTECA:
-No es constitutiva su inscripción 261
-Su naturaleza 143
HISTORIA DE LA PUBLICIDAD INMOBILIARIA:
-Importancia de su estudio y antecedentes 37, 39
-Derecho Hebreo 39
-Derecho Griego 40
-Derecho Egipcio 40, 42
-Sistema Ptolemoico 40, 41
-Sistema Egipcio-Romano 41, 42
-Derecho Romano 42, 43
-Derecho Germánico 43, 44
-Derecho Francés 44, 47
-Derecho Español 47, 57
-Derecho Nicaragüense 57, 69
HONORARIOS:
-Del Registrador 321, 322
HORAS:
-De oficina 324
INCAPACIDAD:
-Anotación 178, 179
INDICE 324
INMATRICULACION:
-Concepto 243
- Medios 243
-Doble inmatriculación 255, 257
-Inmatriculación y tracto 303, 304
INSCRIPCION:
-Principio 259
-Su valor 259
-Constitutiva 259
-Declarativa 159, 262
-Diferencia con la anotación 153
-Requisitos 150, 151
-Extensa 150
-Concisa 150
-Su fecha 306
-Posesoria 244
-Previa inscripción 300
-De la propiedad horizontal 225, 231
-Denegación 289, 291
-Suspensión 289, 291
INSPECCION DE LOS REGISTROS:
370
-Falta de inspección 325
INSUBSANABLES:
-Faltas 291, 292
LEGADOS:
-Anotación 179, 182
LEGALIDAD:
-Principio 287, 292
LEGITIMACION:
-Principio 267, 268
-Concepto 267
-Deficiente formulación legal 267, 268
-Para pedir la inscripción 283
-Para recurrir contra la calificación 292
LIBROS:
-Clases 322
LINDEROS 150
MANIFESTACION DE LOS LIBROS 183
MEDIDAS:
-Rectificación 225
MEJORAS 225
MENSURA 225
MENCIONES:
-Concepto 210
-Derechos mencionables 211
-Efectos 212
MODERNIZACION DE LOS REGISTROS 332, 334
MUEBLES REGISTRABLES 30, 31
MODIFICACIONES:
-De la finca 221, 225
NATURALEZA:
-De la propiedad horizontal 227
-Del arriendo 133, 135
-De la promesa de venta 136, 143
-De la anticresis 143
-De la hipoteca 143
NULIDAD:
-De los actos y contratos sujetos a inscripción 265, 268
-De las inscripciones 196, 199
-De las cancelaciones 203, 204
NOTA MARGINAL:
-Concepto 206
371
-Clases 207
-Efectos 207
-Formalidades 207
OCURSO 292
ONEROSIDAD:
-Requisito en el título del tercero 274, 276
OPCION:
-Similar a la promesa unilateral 137
ORGANIZACION DEL REGISTRO:
-División departamental 320
-Poder a que pertenecen 320, 321
-Remuneración 321, 322
-Responsabilidad 322
-Necesidad de uniformar las prácticas registrales 325, 332
PARTICION HEREDITARIA:
-Modalidad del tracto 303
PERMUTA:
-Su inscripción como requisito de validez 261
PLAZO:
-Para calificar 290
-Del diario 207, 208
-Para ocurrir 292
POSESION:
-Registro y Posesión 235, 236
PRESCRIPCION:
-Prescripción conforme Registro 236
-Prescripción contra Registro 236
-Ordinaria 236, 237
-Extraordinaria 237, 239
PRESENTACION:
-Ver Asiento
PRESUNCION:
-luris tantum 267, 268
372
-Aplicación a otros Registros 78
-De inscripción 259, 262
-De publicidad 265, 278
-De rogación 283, 284
-De legalidad 287, 292
-De especialidad 296, 298
-De tracto sucesivo 300, 304
-De prioridad
PRIORIDAD:
-Principio 306, 316
-Concepto 306
-Regulación legal 307
-Sistema sobre valor del rango
-Reservas legales de prioridad
-Certificación con reserva de prioridad 311
-Convenciones sobre el rango 310
-Supuestos de inaplicación del art. 16 R.R.P. 309
PROCEDIMIENTO:
-Registral 283
PROMESA:
-Contrato de promesa 136
-Promesa de venta 136, 137
-Su naturaleza 136, 137, 139
-Su efecto 140, 143
PREHORIZONTALIDAD 230, 231
PROPIEDAD HORIZONTAL:
-Historia 225, 227
-Naturaleza 227
-Inscripción 227, 230
PROPIEDAD INTELECTUAL:
-Objeto de publicidad 30
PROPIEDAD INDUSTRIAL:
-Objeto de publicidad 30
PUBLICIDAD:
-Historia 37, 69
-Principio 265, 278
-Formal 266, 267
-Sustantivo 267, 278
PRORROGA:
-De anotaciones 182, 184, 192
PROTOCOLOS:
-Su conservación en el Registro 74
POSPOSICION:
-De rango 311
PRECIO:
373
-Aplazado 277
-Su constancia en el Registro 277
RANGO:
-Sistemas 310
-Permuta 310
-Posposición 311
-Reserva 310
RECTIFICACION:
-Medidas 225
RECURSOS:
-Ver Apelación, Casación y Ocurso
REGISTRADOR:
-Nombramiento 321
-Período 321
-Remuneración 321, 322
-Responsabilidad 322
REGISTRO:
-Del Estado Civil 30
-Mercantil 30
-Conservatorio 61, 62
-Implantación del vigente 130, 131
-Su contenido 131
-Coordinación con el Catastro 297
-El Registro y los adelantos de la técnica 330, 334
RESPONSABILIDAD:
-Del Registrador 322
RESERVAS:
-De rango 310
-Reservas legales de prioridad 311
-Certificación con reserva de prioridad 311
ROGACION
-Principio 283
-Regulación legal 283
-Legitimación 283
-Desistimiento sistema anterior 66
-Desistimiento sistema vigente 284
-Excepciones al principio 284
SECUESTRO
-Ver Anotación
SERVIDUMBRE:
-Inscripción 131
SISTEMAS:
-Registrales 81, 82
-Utillidad de su estudio 81
-Clasificación 81
374
-Francés 85, 91
-Alemán 94, 98
-Suizo 101, 104
-Australiano 106, 110
-Español 113, 125
-De calificación 287
-De creación de los derechos reales 131, 132
--sobre el valor del rango 310
SUBSANACION 291, 292
SUSPENSION:
-De la inscripción 292
TECNICA:
-Del folio real 166, 296, 297
-Del folio personal 66
TEORIA
-Del título y del modo 63, 65, 259, 260
-De la penetración 273
TERCERO.
-Ver Fe Pública
TESTAMENTO:
-Inscripción 270
-Necesidad de establecer un Registro de actos de última voluntad 271
TITULOS:
-Inscribibles 131
TITULO SUPLETORIO:
-Concepto 244
-Efectos 244, 248
-Derechos que ampara 248, 249
-Tramitación 249, 254
-Calificación 254, 255
TRACTO SUCESIVO.
-Principio 300, 304
-Deficiente regulación legal 301
-Concepto 300, 303
-Modalidades 301, 303
-Inmatriculación y tracto 303, 304
USO:
-Inscripción 131
USUFRUCTO:
-Inscripción como requisito de validez 261
VENTA:
-Con precio aplazado 277
Doble venta 277
VENTA 0 ADQUISICION FORZADA 255
ZONAS:
-Catastrales 297
375
INDICE ONOMASTICO
376
GALINDO Y DE VERA, León y
ESCOSURA Y ESCOSURA, Rafael 134, 151, 169, 170, 183, 275, 287, 291
GALLARDO RUEDA, Arturo 116
GARCIA GRANERA FEZ, Juan
GARCIA GOYENA, Florencio 50
GAYOSO ARIAS 180, 193
GIL, Abelardo 76
GIMENEZ ARNAU, Enrique 48, 315
GOMEZ DE LA SERNA, Pedro 33, 51, 53
GONZALEZ Y MARTINEZ, Jerónimo33, 51, 76, 78, 81, 95, 107, 114, 116, 119, 287,
296
GONZALEZ PEREZ, J. 116
HEDEMAN, J. W. 150
HECK, Philip 97
HERMIDA LINARES, Mariano 122
HERNANDEZ GIL, Francisco 29, 31, 34, 35, 49, 72
HOYO, Francisco del 120
HURTADO CHAMORRO, Alejandro 61
LACRUZ BERDEJO, José Luis y SANCHO 35, 43, 49, 52, 72, 104, 114, 115, 121,
135, 152, 160, 161
REBULLIDA, Francisco de Asís
LOPEZ MENDEL, J. 116
LUZURIAGA, Claudio Antón de 49, 50, 52
MANRESA Y NAVARRO, José María 132, 134, 135
MARIN PEREZ, Pascual 35, 76
MARTIN, Eduard 86, 89
MARTINEZ, José Roán 167
MARTINEZ MOREDA, M. 134
MAZEAUD, Henri, MAZEAUD, León y
MAZEAUD, Jean 86
MENCHEN BENITEZ, Bartolomé 49
MESA LAGO, Carmelo
MONTIEL ARGUELLO, Alejandro 136, 272
MONTES, Angel Cristóbal 34, 35, 38, 72
MORELL Y TERRY, J. 35, 72, 77, 114, 115, 134, 152, 166, 169, 171, 173, 180,
181, 183, 186, 193, 212, 239, 248, 274, 287, 314
MORALES, Carlos 61
MURILLO, Braulio 50
NUÑEZ LAGOS, Rafael 52, 73, 120, 122
OGAYAR AYLLON, Tomás 124
OLIVER, Bienvenido 29, 34, 51
PALMA MARTINEZ, Ildefonso 176
PANTOJA, José M. y LLORET, Antonio M. 134, 151
PELAYO HOR E, Santiago 315, 316
PEÑA BERNALDO DE QUIROS, Manuel 46, 87, 88, 90
PEREZ GONZALEZ, alas y ALGUER. José 114, 134, 161
377
PEREZ LASALA, José Luis 72, 260
PLANIOL, Marcel 86
PUGLIATTI, Salvatore 30
RAMOS FOLQUES, Rafael 50, 52
REDENTI, Enrico
RICA Y ARENAL, Ramón de la 30, 49, 52, 79, 116, 149, 171, 194, 223
RICA Y MAR ITORENA, Ramón de la 119, 151, 152, 194, 221, 245, 308, 316
RICCI, Francisco 132
ROCA SASTRE, Ramón María29, 33, 39, 52, 72, 81, 86, 91, 94, 96, 97, 104, 109,
114, 115, 116, 119, 121, 122, 132, 134, 135, 149, 151, 152, 155, 161, 167, 168,
169, 173, 178, 180, 181, 183, 186, 188, 191, 193, 195, 201, 203, 208, 210, 211,
212, 265, 270, 274, 275, 288, 290, 291, 300, 307, 308, 316
RODRIGUEZ SERRANO, Felipe 176, 237
ROMANI PUIGDENGOLAS, Francisco 116
ROMANI CALDERON, J. 116
ROSALES, José Benito
RUIZ MARTINEZ, Francisco 315, 316
SANCHEZ ROMAN, Felipe 134, 152
SANZ FERNANDEZ, Angel 38, 49, 73, 76, 77, 90, 108, 109, 114, 119, 192, 274
SELVA, Buenaventura 61
SERRANO Y SERRANO, Ignacio 103
SUAREZ, Carlos María 231
SUREDA, Honorato 73
SCAEVOLA, Mucius 135
TUR, Vicente 103,
Torrens, Robert Richard 106
VALENCIA ZEA, Arturo 235
VALVERDE Y VALVERDE, Calixto 132, 134
VASQUEZ BOTE, Eduardo 81
VASQUEZ CAMPO, Antonio
VENTURA-TRAVESET Y GONZALEZ,Antonio
VILLARES PICO, Manuel 50, 52, 53, 315
VILLAVICENCIO, José R. y NUÑEZ DE
VILLAVICENCIO, Laura 89, 97, 103, 106, 110
WALKER, William 61
WILLENBUCHER,
WOLFF, Martín 44, 157
ZUMALACARREGUI MARTIN-CORDOVA
Tomás de 201
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