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GARROTÍN

Amalia Molina

El garrotín toma la mayor parte de sus elementos musicales de los tangos flamencos, pues
no es otra cosa que una variante del tango flamenco. Hay quien lo atribuye a las cuadrillas
gitanas de zambras del Sacromonte, mientras otros lo consideran creación de los gitanos
de Lérida y Tarragona, e incluso se ha querido emparentar el garrotín con la garrotiada
asturiana, señalando su origen dentro del contexto de los cantes de trilla llevados de una
región a otra en la época de la trashumancia, y por consiguiente también su origen
musical.
En los videos al final de esta página podemos ver un pasacalle asturiano que se denomina
garrotín, una de sus frases musicales corresponde al estribillo de la versión flamenca.
La canción del Recotín recotán pudiera estar entre los antecedentes (o consecuentes) del
garrotín. Así lo cantaba para Rito y geografía del cante el gran Manolito Jero por bulerías
con los Moraos a la guitarra, Borrico al jaleo, un lujo vaya.

El cante del garrotín, de melodía eminentemente métrica, silábica, sin alardes


melismáticos y comienza su proceso de aflamencamiento a principios del siglo XX a través
de Manuel Torre o La Niña de los Peines. Pastora lo recogió de Amalia Molina y del Niño
Medina y lo engrandeció convirtiéndolo en cante para escuchar. Tuvo por lo tanto su
época de máximo esplendor en las dos primeras décadas del siglo XX. La salida lelelé y el
diseño melódico nos indica un estado más primitivo de este cante en la versión de Pastora.
La versión de Rafael Romero fijó la melodía del estilo e impuso la salida clásica de tran
tran.
Ahora, la verdadera fama del garrotín nació hacia 1905 con el baile, a partir de la
coreografía que en Madrid le acopló el bailaor sevillano Faíco con la música de Ramón
Montoya –lo mismo que poco antes habían hecho con la farrruca. Del posterior y exitoso
periplo catalán de Faíco, entendemos que data el arraigo del garrotín, sobre todo en
Lérida, estilo muy común en toda clase de fiestas gitanas de la zona. Aquí escuchamos a
Carmen Amaya en su versión del garrotín.
Lo más característico del garrotín y lo que realmente lo hace identificable a todo el que lo
escucha es el estribillo, recurso formal poco presente en la estética musical y poética del
flamenco, y que podemos encontrar en este género: ‘Al garrotín, al garrotán, a la vera,
vera, vera de San Juan’ –o bien, ‘a la vera de la vera, vera van’.
Guitarristas como Rafael Riqueni ha compuesto por garrotín brillantes piezas de
concierto. El de Rafael es ya un clásico del estilo.
EL COMPÁS
El Garrotín utiliza el compás binario (2/4) y su rítmica es la utilizada en los
tangos, tanguillos y rumbitas, tanto en el cante como en el acompañamiento de guitarra,
con un ritmo más vivo y acentuaciones similares a las de la farruca.
LA TONALIDAD
En tonalidad mayor, el primitivo garrotín se interpretaba a la guitarra en Re, acorde muy
poco utilizado en el flamenco, no obstante en el garrotín no hay un tono determinado que
obligue su acompañamiento.
LAS LETRAS
Coplas de cuatro versos octosílabos cuya temática se encuentra casi siempre en clave de
humor, y a su vez utiliza coplas a modo de coletillas con las que remata el cante, como ‘No
me tires indiré / mira que soy arquitecto / de la villa de Jeré’, cuya melodía suele estar
inspirada en motivos ya realizados en las introducciones de guitarra.

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