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El texto-canción
De amores troveros
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“En esto de las campanas anda muy impropio maese Pedro, porque entre moros no se usan campanas,…
eso de sonar campañas en Sansueña sin duda que es un gran disparate” (Quijote II, cáp. XXVI).
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Arbeleche, Jorge “El amor y la muerte en la poesía española”, Ed. Acali, Montevideo, 1978.
el amante se convierte en vasallo de la dama. Así los poetas provenzales (trovadores o
“troubers”) que surgen en el siglo XIII al sur de Francia, se confiesan sirvientes de la
dama y la llaman “Midons” (mi dueña). Darnauchans conceptualizaba su espíritu de
trovador a partir de la descomposición de su apellido, bromeó con la forma D´arnau que
asociaba con Arnaut Daniel (trovador provenzal del siglo XII, vinculado al “Trobar
Ric”). Ya en el primer disco Canción de muchacho, se hace evidente la influencia
trovadoresca medieval, sincretizada con el folk, las baladas, la estética beat y lo rockero.
Delicado equilibrio entre lo culto y lo popular, parafraseando a W. Benavides.
Darnauchans toma del amor provenzal el intento por purificar el deseo. Aquellos
cortesanos pretendían distanciarse del amor villano hacia el amor cortes, refinado y
elevado.
Sobre el final del poema, la amada es una “Arzobispesa de mis confusiones”, le atribuye
el alto cargo en la curia amorosa, fundiendo lo místico con lo sexual.
La amada aparece como entidad espiritualizada, al mismo tiempo que carnal y sensual
que actualiza el tópico de la fe amorosa por la dama, que reza como un devoto en su
boca al repetir tres veces: “oro en tus labios”. Si los labios se transforman en oro, “la
transmutación es una redención, el yo logra redimirse a través de la amada y alcanza así
el objetivo místico de la alquimia espiritual” (Sabaj, pág. 127).
Instantáneas, la memoria.
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“Al leer que la risa de la amada/se quebró con el beso del amante/éste que nunca se me aparte en nada/
la boca me besó todo temblante…” (Divina Comedia, Inf. V, v 133-136).
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Texto completo en Anexo final.
(pueblo, aldea) “que refiere al lugar, pueblo o región que ha nacido o está arraigada una
persona” (Sabaj, pág. 64). Enfoque válido también, ya que el poema establece un
paralelismo entre la infancia del padre y la del poeta. El texto se estructura en base a
cuatro diferentes cruces espacio-temporales o cronotopos (del griego kronos: tiempo y
topo: lugar). Los cuatro momentos se presentan de la siguiente manera:
a) La infancia paterna y el estudiante de medicina,
b) Infancia del yo en Minas de Corrales,
c) El médico rural,
d) Presente del yo poeta.
Sin secuencia narrativa, el texto asemeja la técnica del fluir de consciencia en base a
acumulación de imágenes que intenta asemejar a los recuerdos, caóticos, fragmentados
y simultáneos.
El texto instala el formato dialógico con el tú: “de tu infancia nada sé”, que parece
retomar una comunicación iniciada antes. Los recuerdos son fotos “amarillentas”
difuminadas en el presente del yo lírico. El lenguaje poético se torna en juego sonoro de
onda leve como en “…comías pan francés y arroz con leche para espantar espantos
colgaste un esqueleto…”, haciendo de la aliteración un recurso melismático
(característico del poeta) que empareja cada sílaba del texto con una nota, creando un
equilibrio entre texto y canción. También el uso de la derivación en “cansaba su
cansancio” que ahonda en valor poético. El uso del léxico localista o regionalista
también le imprime al poema una seña identitaria, como el uso de “polca” o “aparcero”
que recrea el ambiente infantil del pago que se afianza en el terruño de la memoria. El
“volkswagen milnuevesesentaytres” que aclara la metáfora “media esfera blanca”,
orgullo del padre por ser alemán y no brasilero, también recrea el imaginario de la
región. Tono elegíaco sobre el final que construye en base a imágenes hiperbólicas
como el deseo de “levantar un edificio de sonidos y de amor cantarte un tango eterno
durando más que el bronce mi canción”, que busca homenajear al padre. Últimos versos
que fueron escritos luego de muerto el padre, que Sabaj establece una intertextualidad
con las Coplas de Jorge Manrique, “monumento literario a la memoria del padre”
(Sabaj, pág. 67).
El poema resulta en una fusión de estilos que combina la lírica popular española con
formas tradicionales del Uruguay y la experiencia mística de la poesía de San Juan de la
Cruz. El estado emocional confuso del yo manifiesto en la utilización verbal de
“balbucear” que repite tres veces, que sumado a la gradación sonora en el uso de los
sustantivos frenéticos: “maldiciones y alaridos sinfónica sirena timbales de un corazón y
los timbres teléfonos despertadores”, melodía autobiográfica que demuestran la
impotencia y turbación del poeta al recibir la noticia del ataque cardíaco del padre en la
lejana Tacuarembó. En entrevista para el libro Darnauchans. Entre el cuervo y el
ángel, recuerda la notificación y el tortuoso periplo de Montevideo a Tacuarembó en la
ONDA que no llegaba nunca. La ansiedad y la desazón cuando en el viaje se entera, al
escuchar un comentario del cura de la parroquia con otro pasajero, que el padre no había
sobrevivido al ataque cardíaco8.
Sansueña la mítica
Ser de Sansueña (1949)
8
Rodríguez, Marcelo “Darnauchans. Entre el cuervo y el ángel”, pág. 126.
“…y ser de aquella tierra lo pagas con no serlo
de ninguna; deambular, vacuo y nulo
por el mundo, que a Sansueña y sus hijos desconoce…”
(Luis Cernuda)
Memorias de Cecilia
La estrofa siguiente, le otorga a la amada los dominios de una deidad femenina “dueña
de toda potencia creadora y fructífera: canto-árbol-flor; el yo queda mudo y estéril”
(Sabaj, pág. 102). Las virtudes del alma representadas en la flor y el árbol que conecta
simbólicamente lo terrenal con lo celestial. Mientras que la soledad, la desolación y los
abismos le son de propiedad del amante, que define al amor con esa doble cara
portadora de miserias. La expresión metafórica el claror del agua del agua de tus ojos
claros que alarga el significante de la claridad y la transparencia del espejo del alma
amada, en contraste con la rusticidad del dolor provocado a filo y piedra herí. Piedra
que rompe la tranquilidad primigenia de aquella pureza, y repite, trinitario su nombre en
vano como un rezo desesperanzado que refuerza la desolación del yo, Ay de mi.
(Poema para ser grabado en disco de fonógrafo, disco Sansueña, texto: E. Lanusa González, canción: E.
Darnauchans).
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Ibíd., pág. 129.
Bibliografía
- Fornaro Bordolli, María “Sansueña, 30 años”, Ed. Sondor S.A., Montevideo, 2009.
A Ch.
“mientras hablamos habrá huido el envidiosos tiempo”
Libro I, oda XI
Quinto Horacio Flaco
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y la plata suave de tu frente
duplica al sol
guarda tu boca
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