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Reseña bio(lírico)gráfica, breve.

Quizás la primera “referencia hallable” sostiene Víctor Cunha1,


sobre Eduardo Darnauchans (15/11/1953 – 7/3/2007), aparece en la contratapa del
disco Canción de Muchacho de 1973. Allí Washington Benavides resaltaba “el alto y
tenso registro” de la voz del joven de Tacuarembó que en la década del noventa fue
considerado casi un mito cotidiano subvalorado por próximo, por encontrarlo en la calle
o en Pupa´s, en pleno centro o cantando para los estudiantes, unido en carne a sus
ideales. Hoy, avanzando el siglo XXI, parece un viejo monolito caído, un mito olvidado.
Profundizar en la obra del trovador, se parece al efecto del diapasón que hace vibrar las
ondas con solo rozarle. De homenaje es siempre cualquier aproximación que se le haga
al “Darno”.

Nace y muere en Montevideo, pero su primera infancia es de Minas de Corrales, ya la


escuela y el liceo son en la ciudad de Tacuarembó. Niñez marcada por la intermitencia
de ausencias y presencias de su madre, que envió al niño con su abuela para que se
educara lejos del portuñol fronterizo. Ausencias que afectaron a Eduardo a lo largo de
su vida, “relación tortuosa y devota” al mismo tiempo, según comenta Marcelo
Rodríguez. Su historia familiar esta signada por la persecución ideológica, cuando su
madre Alicia Miralles funda un comité en Minas de Corrales en apoyo a la revolución
cubana, que genera el rechazo manifiesto en autoridades civiles y religiosas. Tanto odio
despertó que la familia tuvo que irse del pueblo, y parece que a la salida, los vecinos los
esperaban con piedras para cuando pasaran. El joven Eduardo, ya en Montevideo, sufrió
la persecución de la dictadura uruguaya (1973- 1985) por su vinculación con el partido
comunista. Perseguido, censurado y violentado, sufrió así el “insilio”, contracara del
exilio que padeció la mayoría de los músicos del canto popular de aquellos tiempos de
bruma.
Con 11 años escuchó por primera vez a los Beatles, que junto al baladista francés
Antoine, lo marcaron para siempre. Realizaba deportes por placer y de paso combatir el
asma. En tercer año liceal, tiene de profesor de literatura a Washington Benavides, ya un
referente cultural en Tacuarembó y como docente un gran motivador. Figura clave en el
desarrollo y construcción del trovador. En torno al “Bocha” se nuclean alumnos y
figuras del ambiente cultural de la ciudad, de esas tertulias literarias-musicales surgirá el
Grupo de Tacuarembó. “Íbamos haciendo lo que Da Andrade planteaba en la
antropofagia, la colonia se alimenta de lo que venía de la metrópoli y lo convertía en
otra cosa”, recuerda Benavides. El profesor les acercaba la Tropicalia con Chico
Rodríguez o llegaban discos de amigos en Europa con lo que se estaba escuchando, las
grandes metrópolis culturales se hacían un recodo en la casa del “Bocha”. Dylan
apareció fulgurante en el firmamento del joven. El suicidio de los abuelos paternos, uno
por estoico y otro por “Mártir de la lealtad” (según reza su lápida), “Al abuelo de copa/
y al abuelo de bala” escribe Darnauchans como tributo en “Desconsolados 2” (disco El
trigo de la luna). El suicidio estuvo en más siempre presente y temido, la frontera de la
vida. En 1970 logra una distinción por la mejor voz en el Festival de la Canción Joven
en Tacuarembó, se cuenta que no quisieron darle el premio por comunista, que cuando
aparecía escrito en un muro “Líber Arce Vive”, en seguida la policía sabía que era él por
reconocerle la letra. A los 17 años se traslada a Montevideo, anotado en Medicina para
darle cobertura su padre, pero cursando Letras en Humanidades por las noches. En
1973 se publica su primer disco Canción de Muchacho, luego Las Quemas, pero el
disco con que obtiene reconocimiento es Sansueña de 1978. Antes la depresión, los
1
Couto, Tabaré “Los espejos y los mitos” (Prólogo de Víctor Cunha), Ed. Arca, Montevideo, 1993.
intentos de suicidios y de internaciones en la Clínica Etchepare, con su madre
estuvieron internados simultáneamente. Luego reconocido, vinculado al ambiente
“under” de la música montevideana. Vendrían varios discos entre ellos destacan
Zurcidor, El trigo de la luna, Entre el micrófono y la penumbra, entre otros.
Murió pobre, reconocido por su prodigio entre vanguardista y cantante performático que
hizo de la voz su instrumento. Siempre innovador, versátil en la interpretación-creación.
Cantó con Bob Dylan, con Paul Simon, Sabina venía preguntando por él pero, las
campanas no suenan en Sansueña2, ni los laureles.

El texto-canción

Al primer abordaje, el hecho de incluir a Darnauchans dentro del canon poético,


implicó a priori una dificultad. Pero al avanzar con las lecturas y adentrarme un poco
más en su obra, surgió el escritor de gran parte de sus canciones. Sin quererlo, se
actualizó en mí, cual epifanía, un viejo debate que consideraba el aspecto poético
textual como accesorio e irrelevante de la canción. En la década del sesenta, en el
ámbito de la música nacional, la labor poética de autores que utilizaron la voz como
instrumento o incluso acompañados por instrumentación musical o por recitados
“performáticos”, modalidad o mecanismo que en conjunto Bravo llama “la puesta en
voz” (Bravo, pág. 163). Labor poética que quedaba opacada por la presencia mediática
o por la consideración popular del “texto canción” como categoría inferior al de la
poesía. A los poetas con estas características, es que Bravo denomina “troveros
contemporáneos” al uso oriental de aquel que canta sus décimas. El intento por
desacartonar la poesía de lo escrito, al incluir la oralidad como registro poético válido,
se encuadra dentro de la distinción entre poesía de texto y poesía de canción, que tanta
tela dio a cortar a la crítica. Darnauchans logró aunar el canto y el texto, conformando
una unidad lírica indisoluble en su obra, insuflada de calidad estética renovada. Él
definía su estilo como “poesía musicalizada, exigentemente escogida y musicalizada
con cierta sobriedad” (Rodríguez, pág. 114).

La canción con sentido, en tanto herramienta de denuncia y compromiso que actualizó


la concepción del “cantar opinando” ya popularizada con Martín Fierro, caracterizó a la
música popular uruguaya desde la década del sesenta. Bravo cita a L. Kramer que
clarifica el concepto: “[…la canción es una manera pulida de poner de relieve el
lenguaje…]”, (Bravo, pág. 170).

De amores troveros

Desde la literatura medieval, ya sea en romances o novelas caballerescas, se


retoma el tópico del amor como fuerza antagónica a la muerte, que “resume la Vida y la
Nada, es decir el Ser y el No-Ser”3. De la intensidad del amor percibida como
sufrimiento, a la amada idealizada que se adora y venera. El medioevo se debate entre el
amor humano y el amor divino, pero en la irrupción del culto a la virgen María (culto
mariano), mediadora ante lo divino, surgirá una nueva concepción de la mujer como
depositaria de devoción. De pasión tan deífica surge el amor cortés de los trovadores y

2
“En esto de las campanas anda muy impropio maese Pedro, porque entre moros no se usan campanas,…
eso de sonar campañas en Sansueña sin duda que es un gran disparate” (Quijote II, cáp. XXVI).
3
Arbeleche, Jorge “El amor y la muerte en la poesía española”, Ed. Acali, Montevideo, 1978.
el amante se convierte en vasallo de la dama. Así los poetas provenzales (trovadores o
“troubers”) que surgen en el siglo XIII al sur de Francia, se confiesan sirvientes de la
dama y la llaman “Midons” (mi dueña). Darnauchans conceptualizaba su espíritu de
trovador a partir de la descomposición de su apellido, bromeó con la forma D´arnau que
asociaba con Arnaut Daniel (trovador provenzal del siglo XII, vinculado al “Trobar
Ric”). Ya en el primer disco Canción de muchacho, se hace evidente la influencia
trovadoresca medieval, sincretizada con el folk, las baladas, la estética beat y lo rockero.
Delicado equilibrio entre lo culto y lo popular, parafraseando a W. Benavides.
Darnauchans toma del amor provenzal el intento por purificar el deseo. Aquellos
cortesanos pretendían distanciarse del amor villano hacia el amor cortes, refinado y
elevado.

Cuando el “Darno” incorpora a su cancionero el poema El ángel azul4 (en disco


homónimo, aparecido en 2005) de Washington Benavides, que expresa también una
concepción del amor platónico al idealizar a una “heroína de un film que no vi”, de la
que se enamora por mentas seguramente. La estrella por la que ensueña el yo lírico es
Marlene Dietrich, protagonista del film alemán “El ángel azul” de 1930, que da nombre
al poema. “Heroína” que el yo busca “febril” por “carteleras” y por “oscuros cines”, tan
enajenado en su afán por encontrarla que duda de la entidad de su existencia: “Eres puro
sueño o el ángel azul”. Aunque reconoce la magnitud del daño que la amada celestial
produce: “Estrella que luces solo para herir”, juego poético entre “estrella” con su doble
alusión entre diva cinematográfica y cuerpo celeste del firmamento que construye un
núcleo semántico con “luces” en la derivación de la luz. Amor que lastima, que no
puede dejar de buscarla e incluso “siempre hasta el más allá”. El poema recuerda el
amor reverencial que Dante manifestaba por Beatricce en la Vita Nuova, donde la
amada inmaculada se igualada a una deidad y el amante su fiel devoto. Benavides
actualiza el tópico del amor stilnovista, ubicando su objeto de deseo en una estrella
anacrónica del cine europeo, duplicando así la distancia, haciendo aún más imposible el
acercamiento a la amada. La lejanía se profundiza en la distancia mimética entre la
ficción (estrella de cine) y lo real cotidiano del andar miserable “Por Montevideo por su
amargo mar”. Darnauchans al musicalizar la poesía, se apropia del texto con su voz
prendada a la onírica “heroína”. Los textos que el cantor seleccionó para su cancionero,
también dicen del “Darno”, por eso lo resalto y analizo.

En la obra de Darnauchans se manifiesta cierta evolución en la construcción que el yo


lírico hace de la amada. Evolución de la díada amorosa en cómo se ubica el yo respecto
a la amada. Tomemos como ejemplo un comparativo entre Memorias de Cecilia,
perteneciente al disco Sansueña de 1978, y Flash, del disco El trigo de la luna de
1989. El primer texto desarrolla el tópico provenzal del religio amores que desarrollaré
luego. Veamos entonces cómo se construye el yo en torno al amor en Flash5.
Poema que recrea situaciones de la convivencia a través de imágenes instantáneas. Allí
la amada se torna experiencia divina de lo cotidiano, “diosa al alcance de la mano, parte
activa en el quehacer amoroso” (Sabaj, pág. 122). La idealización la mujer que irradia
luminosidad en “y la plata suave de tu frente/duplica al sol”. Imagen de la amada se
edifica en torno a la certeza proximidad del yo. En la primera estrofa se describe
poéticamente el rostro de la amada como absoluto estético que funde la perfección
cromática plena de luminosidad junto a lo olfativo, condensada en “Hay un cielo limpio/
de jazmines detrás de vos”. La luz como elemento positivo que simboliza el alto grado
4
Texto completo en Anexo final.
5
Anexo final.
de idealización, donde el yo la ubica. El poema establece un paso de baile que enreda el
amor, la literatura y la poesía. Primero nombra la “cosmética de Mallarmé” en la
perfección que “guarda tu boca”. Luego enhebra “las cartas de amor de Maiacovski”
con la aliteración “dame un bandido/beso bolchevique”, escena que se asemeja por
mucho al instante que condenó a Paolo y Francesca 6, cuando la lectura no siguió
adelante. A veces la literatura acerca cosas que parecen inalcanzables, otras, aquello que
esta al alcance no puede superarlo la literatura. Luego evoca a Vallejo, por melancólico
y quizás por afinidad ideológica con el autor. En la tercera estrofa, la plenitud amorosa
que propicia la noche. Ambiente de ensueño y de oriente a través del uso de los
vocablos “maravedís”, “cúrcuma”, “ajonjolí”, que sueña en el pecho las noches de
Arabia, fragmento que parece remitir a Las mil y una noches. Imágenes que aluden
alegóricas al deleite de la pasión amorosa. Silvia Sabaj realiza una lectura desde lo
autobiográfico, como clara alusión al emprendimiento gastronómico que llevaba
adelante Chichila Irazábal, pareja de Eduardo Darnauchans.

Sobre el final del poema, la amada es una “Arzobispesa de mis confusiones”, le atribuye
el alto cargo en la curia amorosa, fundiendo lo místico con lo sexual.
La amada aparece como entidad espiritualizada, al mismo tiempo que carnal y sensual
que actualiza el tópico de la fe amorosa por la dama, que reza como un devoto en su
boca al repetir tres veces: “oro en tus labios”. Si los labios se transforman en oro, “la
transmutación es una redención, el yo logra redimirse a través de la amada y alcanza así
el objetivo místico de la alquimia espiritual” (Sabaj, pág. 127).

Instantáneas, la memoria.

En Pago (dedicado a su padre médico, Pedro E. Darnauchans Brum), texto-


canción que pertenece al disco Zurcidor de 1981, donde la estética darnauchiana es
similar en la estructura a la poesía popular española del siglo XV. En base a
repeticiones, uso de figuras como el poliptoton y la derivación, tan características de los
Romances.

“yo le debía esta canción doctor


yo le debía esta canción a usted
yo le debía esta canción doctor
Guárdela dentro de su maletín
…”7.
Así comienza el poema, con la expresión anafórica (“yo le debía esta canción”, vuelto
estribillo en el desarrollo textual) que también es propia de los Romances, enfatizando
la idea de saldar una deuda a la que alude el título. Relación marcada por la distancia
con el padre que tardó en reconocer la vocación cantante del joven Eduardo. Los
testimonios biográficos de la época infantil y juvenil en Tacuarembó, coinciden que
Pedro Darnauchans era más bien parco al expresar emociones con su hijo, pero que a su
modo le admiraba. Pago escrito en prosa, salvo al inicio, con marcas textuales al uso de
negritas o barras que como plantea Sabaj, evidencia la intención del autor por establecer
núcleos semánticos en el texto. La canción debida al padre, el amor, el respeto y la
admiración. Otra línea de estudio del título, es la relación del sustantivo latino “pagus”

6
“Al leer que la risa de la amada/se quebró con el beso del amante/éste que nunca se me aparte en nada/
la boca me besó todo temblante…” (Divina Comedia, Inf. V, v 133-136).
7
Texto completo en Anexo final.
(pueblo, aldea) “que refiere al lugar, pueblo o región que ha nacido o está arraigada una
persona” (Sabaj, pág. 64). Enfoque válido también, ya que el poema establece un
paralelismo entre la infancia del padre y la del poeta. El texto se estructura en base a
cuatro diferentes cruces espacio-temporales o cronotopos (del griego kronos: tiempo y
topo: lugar). Los cuatro momentos se presentan de la siguiente manera:
a) La infancia paterna y el estudiante de medicina,
b) Infancia del yo en Minas de Corrales,
c) El médico rural,
d) Presente del yo poeta.
Sin secuencia narrativa, el texto asemeja la técnica del fluir de consciencia en base a
acumulación de imágenes que intenta asemejar a los recuerdos, caóticos, fragmentados
y simultáneos.
El texto instala el formato dialógico con el tú: “de tu infancia nada sé”, que parece
retomar una comunicación iniciada antes. Los recuerdos son fotos “amarillentas”
difuminadas en el presente del yo lírico. El lenguaje poético se torna en juego sonoro de
onda leve como en “…comías pan francés y arroz con leche para espantar espantos
colgaste un esqueleto…”, haciendo de la aliteración un recurso melismático
(característico del poeta) que empareja cada sílaba del texto con una nota, creando un
equilibrio entre texto y canción. También el uso de la derivación en “cansaba su
cansancio” que ahonda en valor poético. El uso del léxico localista o regionalista
también le imprime al poema una seña identitaria, como el uso de “polca” o “aparcero”
que recrea el ambiente infantil del pago que se afianza en el terruño de la memoria. El
“volkswagen milnuevesesentaytres” que aclara la metáfora “media esfera blanca”,
orgullo del padre por ser alemán y no brasilero, también recrea el imaginario de la
región. Tono elegíaco sobre el final que construye en base a imágenes hiperbólicas
como el deseo de “levantar un edificio de sonidos y de amor cantarte un tango eterno
durando más que el bronce mi canción”, que busca homenajear al padre. Últimos versos
que fueron escritos luego de muerto el padre, que Sabaj establece una intertextualidad
con las Coplas de Jorge Manrique, “monumento literario a la memoria del padre”
(Sabaj, pág. 67).

El poema resulta en una fusión de estilos que combina la lírica popular española con
formas tradicionales del Uruguay y la experiencia mística de la poesía de San Juan de la
Cruz. El estado emocional confuso del yo manifiesto en la utilización verbal de
“balbucear” que repite tres veces, que sumado a la gradación sonora en el uso de los
sustantivos frenéticos: “maldiciones y alaridos sinfónica sirena timbales de un corazón y
los timbres teléfonos despertadores”, melodía autobiográfica que demuestran la
impotencia y turbación del poeta al recibir la noticia del ataque cardíaco del padre en la
lejana Tacuarembó. En entrevista para el libro Darnauchans. Entre el cuervo y el
ángel, recuerda la notificación y el tortuoso periplo de Montevideo a Tacuarembó en la
ONDA que no llegaba nunca. La ansiedad y la desazón cuando en el viaje se entera, al
escuchar un comentario del cura de la parroquia con otro pasajero, que el padre no había
sobrevivido al ataque cardíaco8.

Sansueña la mítica
Ser de Sansueña (1949)
8
Rodríguez, Marcelo “Darnauchans. Entre el cuervo y el ángel”, pág. 126.
“…y ser de aquella tierra lo pagas con no serlo
de ninguna; deambular, vacuo y nulo
por el mundo, que a Sansueña y sus hijos desconoce…”
(Luis Cernuda)

La referencia toponímica de la ciudad de Sansueña, “que así se llamaba entonces


la que hoy se llama Zaragoza” 9 , hacía alusión a un lugar exótico que despertaba el
imaginario fantástico de aquello que pertenecía a Al Andalus. Ciudad musulmán durante
gran parte de la ocupación morisca en la península ibérica, que mezclaba lo mítico y lo
fabuloso, espacio del infiel ten temido como fascinante. Aquel lugar era lo que estaba
lejos, capaz de engendrar historias míticas en el imaginario popular, que de allí se
inspiraron las novelas caballerescas como el Amadís de Gaula que en su viaje iniciático
por honra y honor, llegaba allende a las fronteras de la ensoñación. El romancero
también se encargó de “Sansueña”, a través de Gaiteros que debía rescatar a su amada
Melisendra, “…Dicen que estaba en Sansueña/ en Sansueña esa ciudad, /si pronto no la
rescatas, /mora te la harán tornar-”10.
Espacios de fronteras que tanto han nutrido a la literatura, despertando la fábula, donde
habita el peligro de lo maravilloso, de la aventura y de la utopía, porque no. Sansueña
representa el lugar mítico donde se refugian los ensueños.

“Sansueña” es el nombre del tercer disco de Eduardo Darnauchans, aparecido en 1978


bajo el sello Sondor. Nombre que revela una suerte de homenaje a la literatura al tomar
canciones de estilo medieval. El “Darno” en alusión al título expresaba lo siguiente: “Es
un concepto de lugar de nunca jamás, el concepto del descanso, del músico, del poeta,
no el descanso del policía” (Rodríguez, pág. 109). Según Marcelo Rodríguez, este disco
marca “el ingreso de Eduardo Darnauchans a la categoría de músico popular”, debido a
la popularidad que alcanzó. Disco que nuclea un conjunto de poetas que Darnauchans se
encarga de musicalizar, haciéndose “responsable” por dichos arreglos (como el mismo
compositor lo define en alguna entrevista), deslindando autoría y propiedad. Buena
parte de los títulos que componen “Sansueña”, pertenece a su mentor (profesor-
inspirador y promotor), Washington Benavides “El Bocha” que forjó el “grupo de
Tacuarembó”, integrado entre otros por: Carlos Benavides, Eduardo Larbanois, Héctor
Numa Moraes, Eduardo Darnauchans, Víctor Cunha, Eduardo Milán.

Según palabras de Víctor Cunha, “Sansueña es el “Bocha”… Sansueña es Zaragoza,


pero es todo lo demás. Se suponía que era la construcción sonora, la propuesta de
ámbito al que se entraba. También hablábamos de Sanjamás, que de alguna manera no
es lo mismo: son formas de la utopía, presumo, ambas”11(pág. 5, Fornaro). Así mientras
que Sansueña es la utopía, la idea que va forzando un espacio, entre el ser y la nada,
pulsión vital que le salva de la muerte latente, intento por “soportar la materia” en
palabras del “Bocha” Benavides; Sanjamás se parece a la distopía, con trenes y andenes
vacíos que no van hacia ningún sitio. Dos mecanismos de ficcionalizar la realidad para
trascenderla que utilizaba el “Darno”.

Aparecen también en dicho disco, textos de poetas “malditos” del ámbito


hispanoamericano, que el “Bocha” les pasaba a sus discípulos “por debajo de la mesa”
como reconocían algunos de los integrantes. Poetas como José Asunción Silva (Bogotá
1865-1896) autor de Cápsulas, o Porfilio Barba Jacob (colombiano, 1883 – 1942),
9
Cervantes Saavedra, Miguel “Don quijote de la mancha” (II, cap. XXVI).
10
Romance “Gaiteros libera a Melisendra”.
11
Fornaro Bordolli, María “Sansueña, 30 años”, Ed. Sondor S.A., Montevideo, 2009.
prohíbo por “inmoral” en su pueblo natal, junto a otros tantos autores no canónicos
componen los textos del disco. El homenaje a Washington Benavides asoma como
esencial al interpretar cinco textos, entre ellos dos milongas (El instrumento y El nudo
desatado) del “maestro” que confiesa, fue “algo más que un padrino y algo menos que
un padre del trovador” 12, así el afecto con que lo recordó Benavides una vez fallecido
Darnauchans.
El instrumento ha quedado ensamblado al recuerdo popular del “songwriter”, como se
autodefinía el “Darno”, canción de tono existencialista donde se afirma el canto que
define al cantor.
Pero he de detenerme en los textos que son de autoría del mismo Darnauchans, como
Final con participación de Víctor Cunha o en Memorias de Cecilia. Ésta última
estudiaré a continuación.

Memorias de Cecilia

Te he visto llorando en las sombra


llorabas por mí.
Pero cuando el sol
quién causó tu alegría,
quién fue, que yo no fui.
Yo fui quien ofendió
tu imagen
Cecilia
fundada en la mañana mejor

Tuyo es el canto y el árbol,


la flor y el amor
Mía es la ciénaga, el páramo
el risco, el dolor
así el amor.
A filo y piedra herí
el claror del agua
de tus ojos claros
Cecilia
Cecilia
Cecilia
Ay de mí.

Poema que se incluye dentro de la tradición medievalista en la relación entre el


trovador y la dama, amor desolado e inferior desde donde se ubica el yo lírico respecto a
la amada. El tópico del “Religio Amoris” (religión de amor) que exaltaron los poetas
medievales del Dolce stil nuovo” según Silvia Sabaj que entronca con el poema, y
agrega respecto a la mujer que era considerada “un ser superior de raíz divina y el
hombre debe profesar la fe e iniciar una vía de perfeccionamiento a su servicio” (Sabaj,
pág. 101). El yo lírico que ha ofendido al tú, que según testimonios haría referencia a
una relación amorosa que el cantautor sostuvo con Cecilia Braier cuando pasó una
estadía en Buenos Aires, escapando de la dictadura uruguaya que tanto lo censuró y
persiguió por comunista. La primera estrofa se construye en base a oposiciones entre
12
Rodríguez, Marcelo “Darnauchans. Entre el cuervo y el ángel”, Perro Andaluz Ediciones, Montevideo,
2012.
llorando-sombra por un lado y alegría-sol por el otro que establece un paralelismo
psicocósmico con los estados emocionales del tú.

La estrofa siguiente, le otorga a la amada los dominios de una deidad femenina “dueña
de toda potencia creadora y fructífera: canto-árbol-flor; el yo queda mudo y estéril”
(Sabaj, pág. 102). Las virtudes del alma representadas en la flor y el árbol que conecta
simbólicamente lo terrenal con lo celestial. Mientras que la soledad, la desolación y los
abismos le son de propiedad del amante, que define al amor con esa doble cara
portadora de miserias. La expresión metafórica el claror del agua del agua de tus ojos
claros que alarga el significante de la claridad y la transparencia del espejo del alma
amada, en contraste con la rusticidad del dolor provocado a filo y piedra herí. Piedra
que rompe la tranquilidad primigenia de aquella pureza, y repite, trinitario su nombre en
vano como un rezo desesperanzado que refuerza la desolación del yo, Ay de mi.

El uso de la antítesis como recurso para definir sustancias inefables e incorpóreas,


caracteriza la temática del disco Sansueña. Entre los vivos y la memoria del suicida,
entre el amor y su recuerdo, entre los años que albañilean y los de derrumbamiento.
Fronteras de ensueño de las que se nutre el trovador, búsqueda de sentido para definir
(se). De laberinto intrincado es la biografía de Eduardo Darnauchans, plagado de
sombras dramáticas. La metáfora del ciclista que pedalea para sostenerse en la vida
(imagen que usó muchas veces en sus poemas-canción), a tracción a sangre y a puro
empuje meritorio. El lenguaje tomado como actitud vitalista de la que se nutría el
“Darno” (persona y personaje), enfoque que rescata Silvia Sabaj en su libro Oficio de
Zurcidor. La mayoría de las canciones de Sansueña “rasguñan la muerte, que la
acarician con un toque de uña”, comentó Eduardo en una entrevista, enfatizando la
actitud vital por su “pavor ante la muerte hace sentirme más vivo” 13. Quizás la tentación
del suicida estaba ahí, vale recordar que sus dos abuelos se habían suicidado, uno
envenenado y el otro por un disparo como testimonia en Desconsolados 2: “Al abuelo
de copa/ y al abuelo de bala” (canción que pertenece al disco El trigo de la luna). La
canción como instrumento que sostiene y a la vez exorciza. Parafraseando a Eduardo
Milán, el artista va al encuentro de su destino.
“Eduardo Darnauchans nunca dejó de ser un lírico. Esto quiere decir que su defensa, su
escudo, su arma en el mundo fueron la lírica”, según escribió Eduardo Milán en el
prólogo a Darnauchans. Entre el cuervo y el ángel de Marcelo Rodríguez. Templado
en los utópicos sesentas, donde todo era posible, se golpeó contra la barbarie del gorila
y su bota, afloró su pasado que pareció enfrentarlo a su destino. Pero se aferró al amor y
prometió que nunca más. La templanza juvenil de Sansueña, quizás le salvo.
“…
En vano sobre mí pondrán los hombres
leve silencio o densidad de olvido,
vendrá una mano y volaré de nuevo.

Diré otra vez lo que te estoy diciendo.”

(Poema para ser grabado en disco de fonógrafo, disco Sansueña, texto: E. Lanusa González, canción: E.
Darnauchans).

13
Ibíd., pág. 129.
Bibliografía

- Arbeleche, Jorge “El amor y la muerte en la poesía española”, Ed. Acali,


Montevideo, 1978.

- Bravo, Luis “Voz y palabra. Historia transversal de la poesía uruguaya (1950-1973),


Estuario Editora, Montevideo-Uruguay, 2012.

- Cervantes, Miguel de “Don Quijote de la Mancha”, Editores Mexicanos Unidos,


México, 1981.

- Fornaro Bordolli, María “Sansueña, 30 años”, Ed. Sondor S.A., Montevideo, 2009.

- Rodríguez, Marcelo “Darnauchans. Entre el cuervo y el ángel”, Perro Andaluz


Ediciones, Montevideo-Uruguay, 2012.

- Sabaj, Silvia “Oficio de Zurcidor, un acercamiento crítico a la poesía de Eduardo


Darnauchans”, Rebeca Linke Editoras, Montevideo-Uruguay, 2012.

Anexo (textos citados).

- Flash (disco El trigo de a luna, 1989)

A Ch.
“mientras hablamos habrá huido el envidiosos tiempo”
Libro I, oda XI
Quinto Horacio Flaco
Hay un cielo limpio
de jazmines detrás de vos
y la plata suave de tu frente
duplica al sol
guarda tu boca
el pliegue francés
de la cosmética de Mallarmé.

Poso en tu extraño regocijo


Al compartir
Las cartas de amor de Maiacovski
A Lili Brik
Dame un bandido
Beso bolchevique
Dame tu pena en Vallejo después.

Y cuando desdía y nocha el mundo


Tras tu perfil
Lloviznan tus manos
Magdalenas maravedís
Y entre los pechos
De la noche maga
Sueños de cúrcuma
Y ajonjolí.

Arzobispesa de mis confusiones


La oficiante de mi corazón
Oro en tus labios
Oro en tus labios
Oro en tus labios
La mi pasión.

El Ángel azul (texto W. Benavides, disco El Ángel azul)

Amo a la heroína de un film que no vi


por oscuros cines la busco sin fin
como Lola Lola sobre el hombre gris

ángel o vampiro pesa sobre mí

Amo a la heroína de un film que no vi


por las carteleras la busco febril
eres puro sueño o el ángel azul
eres como todos de tierra común

Amo a la heroína de un film que no vi


por oscuros cines la busco sin fin
estrella que luce solo para herir...
ando con mis lentes mi pardo gabán

Por Montevideo por su amargo mar


ando con mis libros sin guitarra ya
buscándote siempre hasta el más allá.

amo a la heroína de un film que no vi


amo a la heroína de un film que no vi
amo a la heroína de un film que no vi...

- Pago

“yo le debía esta canción doctor


yo le debía esta canción a usted
yo le debía esta canción doctor
guárdela dentro de su maletín

de tu infancia nada sé una fotografía amarillenta aquel silencio de tu padre el asma de tu


madre que heredé acaso un mundo verde de árboles y caballos caballos caballos. yo
supe que al dejar Testut comías pan francés y arroz con leche y para espantar espantos
colgaste un esqueleto en la azotea imagino tu delgadez y tus ojos hundidos que releen
releen releen. / oh tocador de armónica de polcas de rivera y en un pie sentado en mis
seis años parado en la mitad de mi niñez enciende luz consuélame di que no hay nada en
la oscuridad di no hay diablo no hay diablo no hay diablo. en minas de corrales fui
aparcero de extrañas pesquerías con que cansabas tu cansancio llenándote el ford t de
tarariras y el sueño del dorado los quilos de un surubí y el agua y el agua y el agua. yo
sé que andas manejador volando por caminos vecinales en una media esfera blanca
volkswagen milnuevesesentaytres no vas por un negocio va un viejo estetoscopio
auscultar auscultar auscultar. /cómo quisiera levantar un edificio de sonidos y de amor
cantarte un tango eterno durando más que el bronce mi canción pero me quedo mudo
juan de la cruz balbucear balbucear balbucear. qué tengo yo que cantarte si tienes tus tan
tuyas melodías hechas de risas y de llantos y:
-gracias
maldiciones y alaridos sinfónica sirena timbales de un corazón y los timbres teléfonos
despertadores.

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