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Presión Osmótica

La ósmosis se define como un fenómeno en el cual, el solvente se desplaza de


disoluciones menos concentradas a disoluciones más concentradas, a través de una
membrana semipermeable que no permite el paso del soluto hasta que la concentración
en ambos lados sea igual, momento que se conoce como equilibrio osmótico.
En el equilibrio osmótico el agua que vuelve a la solución menos concentrada es igual
al agua que va a la disolución más concentrada, debido a la presión osmótica ejercida por
la columna de solvente.
En la ósmosis, el solvente atraviesa una membrana que las partículas disueltas no
pueden, haciendo así que la cantidad de solvente en un lado sea mayor, pero la
concentración se equilibra.

En la imagen se puede apreciar que cuando se alcanza el equilibrio, el aumento de la


altura de la solución en un lado crea una presión igual a la presión con la que entra el
solvente por ósmosis; esto detiene el flujo. A esta presión necesaria para detener el flujo
se le llama presión osmótica.
De no existir solutos no existiría presión osmótica, ya que el solvente no necesitaría
desplazarse para igualar concentraciones. Por tanto, cuanto mayor cantidad de soluto
haya, mayor será la presión osmótica creada por la columna de solvente cuando atraviese
la membrana para igualar las concentraciones, hasta que la presión osmótica se lo impida.
La presión osmótica se calcula por esta fórmula:
π = MRT
Donde π es presión osmótica, M la molaridad de la solución, R es 0.08206atmL/Kmol
y T la temperatura en Kelvin.
De nuevo, si el soluto es electrolítico de la misma manera que afecta a las otras
propiedades, también afecta a ésta, ya que un electrolito al disociarse en sus iones,
aumenta la salinidad de la solución y la cantidad de agua que atraviesa la membrana:
π = MRT • i

Propiedades Coligativas y Plantas


Seguramente, una de las propiedades coligativas cruciales para la vida es la presión
osmótica que es especialmente importante en plantas.
Las plantas son organismos fundamentales para la vida como fuente de alimentación
y como generadores de oxígeno por fotosíntesis. Pero muchas plantas no poseen un
esqueleto interno como nosotros, no obstante, tienen cierta rigidez que proviene del agua
dentro de sus células.

¿Cómo es que las plantas no necesitan un tejido que les permita ser rígidos sino que
pueden simplemente valerse de sus células?

Esto no es cierto para todas las plantas; las leñosas como los árboles usan lignina, pero
las plantas herbáceas no tienen ni tejidos ni sustancias que les aporte rigidez. Estas plantas
usan sus propias células como columna que las sostenga; pero qué diferencia tanto a las
células de las plantas de las nuestras para que ellas no necesiten elementos óseos por
ejemplo.
Las células de la planta cuentan unas membranas semi-permeables en el reborde y un
límite más rígido pero permeable llamado pared celular.
Por tanto las células
de las plantas son
capaces de modificar
su salinidad o
concentración de
soluto y, por ello, el
agua por ósmosis
tenderá a entrar dentro
de ella el solvente, en
estos casos agua, hasta
que el tamaño de la
célula entre en
contacto con la pared
celular.

Entonces, la pared celular se deformará ligeramente, pero al alcanzar su máxima


deformación, se generará una presión confinante sobre el borde de la célula. En este punto
es imposible que absorba más agua ya que la presión que haga el agua para entrar será
igual a la que realiza la pared para evitar que entre. En aquel momento se alcanza un
equilibrio gracias a la presión realizada por la pared, una presión osmótica.

¿Cómo aporta este proceso rigidez a las plantas?

El agua dentro de la célula se encuentra a una presión elevada resultando en que la


célula esté más dura que de costumbre. A este estado se le llama turgente. Este fenómeno
de turgencia ocurre gracias a la presión osmótica.
La diferencia de concentración es importante, por lo que es importante la presencia
de soluto para que el agua de la tierra sea de concentración menor que la del citoplasma
(líquido de la célula) celular. Para esto, la planta utiliza sales electrolíticas o moléculas
orgánicas de manera que su molaridad sea mayor que la del agua del sustrato.

¿Cómo llega el agua del sustrato a las células de la planta?

Estas plantas herbáceas, la mayoría, obtienen su agua del suelo a través de las raíces,
y para que el agua entre en la raíz, requiere que esta tenga una salinidad mayor para que
tenga lugar un proceso osmótico. Luego, célula tras célula, el agua las llenará y, gracias
a la presión osmótica, se pondrán turgentes y tendrán un aspecto saludable.
Por ello las plantas languidecen cuando se las
somete a un periodo sin agua ya que no podrán
absorber suficiente agua. Con una presión osmótica
baja las células ceden a la gravedad. Por tanto las
células que estaban turgentes son como un globo
lleno de aire, aire que ejerce una presión en las
paredes del globo, pero como cuando vacías el aire
del globo que se queda flácido como sin fuerza, la
planta también pierde su rigidez.

¿Qué otras funciones realizan las plantas con la presión osmótica?

Por otro lado, las plantas se valen de la presión osmótica para otra función. El agua de
las raíces debe llegar a la totalidad de la planta para que pueda realizar la fotosíntesis.
Este transporte de agua tiene lugar a través de un canal circulatorio de la planta llamado
xilema. Pero esta masa de agua debe ascender y necesita una fuerza que la empuje hacia
arriba, y ahí entra en juego la presión osmótica.
Será la presión osmótica la que impulse el agua hacia las hojas pero para esto, debe de
haber una absorción intensa desde las raíces de manera que se necesite una gran columna
de agua para igualar el intercambio. Como es necesario una gran absorción, se acumulan
importantes cantidades de glucosa, formada en la fotosíntesis, en las raíces, de manera
que una diferencia de concentración tan grande, provoque que sea necesaria una gran
cantidad de agua para alcanzar el equilibrio, lo cual también repercutirá en una presión
osmótica muy grande para impedir la continua absorción de agua.
Incluso la membrana de las raíces puede absorber
algunas sales con el agua, impidiendo así que el agua del
sustrato se vuelva demasiado salada, y poder mantener así
esa presión radical.
Esta presión radical es medible haciendo un corte y
conectando un tubo con agua que, debido a la presión
osmótica que ejerce la columna de agua absorbida,
empezará a desplazar el agua del vidrio observándose así,
que existe una presión osmótica radical.
En general, este proceso, con ayuda de la
transpiración, lo usan las plantas para proporcionar a sus
hojas el agua necesaria para la fotosíntesis.
Es más, en el caso de que el medio sea excesivamente húmedo y el agua absorbida sea
excesiva, las plantas poseen un mecanismo para reducir la presión radical. Este sistema
consiste en secretar al exterior una disolución salina o de agua y glucosa que aumentará
la concentración de sales en el medio y reducirá la diferencia de concentraciones entre las
raíces y el sustrato. A este proceso se denomina gutación. Esto reducirá la presión radical
y osmótica reduciendo la absorción de agua.
Intervenciones del ser humano que afectan a este proceso.

Como bien hemos dicho, las plantas dependen


de que la concentración de las sales o azucares
dentro de las células sea mayor, de manera que,
por ósmosis, el agua tienda a ir hacia dentro de
la célula.
Por esto es un grave problema cierto proceso
para apagar incendios. Cuando hay incendios
muy grandes, se recurre a enormes helicópteros
con enormes tanque colgantes que llenan de
agua. Lo conveniente sería usar agua de lagos
pero, en ocasiones, el mar está más cerca y el tiempo apremia. Entonces, el helicóptero
recoge agua del mar para apagar el incendio y vierte el agua
salada en la zona del incendio. Tras finalizar el incendio, esa
agua salada sobrante con la sal que ha quedado, es absorbida
por la tierra y por ello, la salinidad del agua del medio será
mayor que la de dentro de las plantas que necesiten absorber
esa agua, por lo que el agua, abandonará las raíces hasta que
el medio y las células estén en equilibrio, impidiendo así que
las células puedan aprovechar el fenómeno de la presión
osmótica.
Por otro lado, tenemos el caso del ya mencionado
deshielo en las carreteras por medio de sal. Cuando ese hielo
se disuelve en agua con sal puede desplazarse hasta zonas
con vegetación o ser arrastrado por las lluvias a zonas
vegetadas. Esto provocaría la mencionada salinización de
los suelos y la misma consecuencia mencionada.

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