0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
36 vistas3 páginas
El juego, el dibujo y el cuento cumplen tres roles principales en la terapia psicoanalítica con niños: 1) Permiten la libre expresión del mundo interno del niño a través de sus pensamientos y emociones; 2) Ayudan a identificar las problemáticas del niño; 3) Facilitan intervenciones psicoterapéuticas.
El juego, el dibujo y el cuento cumplen tres roles principales en la terapia psicoanalítica con niños: 1) Permiten la libre expresión del mundo interno del niño a través de sus pensamientos y emociones; 2) Ayudan a identificar las problemáticas del niño; 3) Facilitan intervenciones psicoterapéuticas.
El juego, el dibujo y el cuento cumplen tres roles principales en la terapia psicoanalítica con niños: 1) Permiten la libre expresión del mundo interno del niño a través de sus pensamientos y emociones; 2) Ayudan a identificar las problemáticas del niño; 3) Facilitan intervenciones psicoterapéuticas.
EN NO MENOS DE UNA CUARTILLA INDICA EL ROL DEL JUEGO, EL
DIBUJO Y EL CUENTO EN LA TERAPIA PSICOANALÍTICA CON NIÑOS
En estos elementos o herramientas para la intervención en la Terapia
Psicoanalítica con niños, niñas y adolescentes, encuentro tres cosas en común que identifico como los roles que desempeñan:
Todas ellas permiten la LIBRE EXPRESIÓN del mundo interno de niños,
entendido esto como sus pensamientos, sentimientos y emociones, producto de imágenes previas, y la manifestación conductual de éstas ya sea a través de su propio cuerpo, del uso de los juguetes y la interacción con ellos (y con el psicoterapeuta), de la disposición de los trazos y/o representaciones en el caso de sus producciones gráficas, y de las proyecciones que se generan a través de la lectura de los cuentos. Centrándome en el juego infantil, pienso que es el lenguaje natural de los niños, por lo tanto, me atrevo a decir que es el terreno fértil y la vía de acceso al niño para saber de él y entrar en su sintonía. Sin duda, el juego, el dibujo y los cuentos le permiten al niño hablar de sí mismo.
El siguiente punto que encuentro en común entre estos elementos, es el de
IDENTIFICACIÓN DE LAS PROBLEMÁTICAS DEL NIÑO. En el caso del juego, la atención del terapeuta ha de estar centrada en el tipo de juego y juguetes que utiliza, la distribución que hace de ellos, la historia que cuenta o no, el tiempo y la interrupción del mismo, repetición de sus juegos o la no utilización de los mismos. Para el dibujo ocurre algo similar en tanto que el niño plasma en sus producciones gráficas aquellas cosas de sus adentros que están en conflicto; si bien existen protocolos de ejecución para algunos dibujos, me quedo con la posición crítica del maestro en tanto que, sugerir alguna representación gráfica en particular, sesga la espontaneidad del niño y, por lo tanto, suprime aquel material que le niño quisiera libremente plasmar y, por lo tanto, la interpretación de la problemática pudiera no ser la adecuada para ese momento; y en el caso de la lectura de cuentos, igualmente quiero integrar la reflexión del maestro respecto al trabajo personal que ha de tener el terapeuta para no influir en la presentación de los cuentos al niño de modo que ésta vaya sesgada respecto a la interpretación que el terapeuta pueda tener sobre al impacto del cuento, si bien pienso que se podría hacer una selección de los cuentos de acuerdo al caso, dicha selección no podría partir de los propios prejuicios del profesional de la salud emocional pues, dicho sea de paso, lo que único que evidenciaría es la propia problemática y no la del niño, hecho que indudablemente, arrojaría interpretaciones no aplicables al caso. Así pues, encuentro en el juego, el dibujo y el cuento el potencial para obtener las claves de la problemática del niño a través de descifrar las palabras, acciones, juegos, dibujos, silencios, gestos, actitudes; todo ello supone conocer la estructura psíquica que determina esa producción.
Finalmente, el tercer punto en común es la INTERVENCIÓN
PSICOTERAPÉUTICA. El repertorio de intervenciones es amplio y va desde acciones, operaciones lúdicas (participación del juego e interpretación a través del mismo), apelando al dibujo o al modelado, así como intervenciones verbales (señalamientos, verbalizaciones, interpretaciones y construcciones), teniendo en cuenta la forma como éstas son presentadas por el terapeuta al niño. Me parece importante resaltar la diferencia entre la intervenciones en la línea de la interpretación en las cuales el niño funge como agente casi pasivo, y las intervenciones en la línea de motorizar la estructuración donde le niño tiene un papel activo en el entendimiento de sí mismo. Ya desde el tipo de intervención se puede identificar cuáles puede ser aplicadas al juego, al dibujo o al cuento.
Me gusta pensar que el terapeuta es un panadero y el espacio de terapia es una
panadería la cual cuenta con las máquinas para seleccionar y mediar las cantidades de material prima (Identificación de la problemática), también cuenta con la maquinaria para elaborar el pan (Intervenciones) y el panadero está siempre en la disposición de adaptar su panadería la materia prima (Expresiones del niño a través del juego, dibujo y cuento) que el futuro aprendiz de panadero traiga. Quizá mi metáfora no es exacta pues si bien la psicoterapia implica un arte, rebasa por mucho la solo elaboración de un pan sencillo o uno gourmet a través de una receta ya existente. Es solo para resumir que el juego, el dibujo y el cuento, nos dan el potencial de no alejarnos del niño en ningún momento, sino de acompañarlo en está ventura de autoconocimiento e integración.