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¿CÓMO DETECTAR PROBLEMAS DE APRENDIZAJE?

La vida escolar es una parte importante en la vida de un niño. Del estado de salud, de la estructura
de su personalidad y del ambiente va a depender que puedan lograr una buena adaptación a la
escuela. Por eso que se deben considerar los factores que influyen en las dificultades de
aprendizaje. Estos factores coexisten, es decir que actúan sobre sí, pudiendo existir el predominio
de alguno sobre otro.

Ellos son:

-Cognitivos (pensamiento / razonamiento, concentración / atención y memoria)

-Afectivo-sociales (actitud, motivación, voluntad y habilidades sociales)

-Ambientales (lugar, estado mental, tiempo)

-Factores madurativos evolutivos: Se refieren a las posibilidades innatas independientes del


desarrollo y del medio.

-Factores emocionales: Puede observarse una inhibición, una represión de la operación de


aprender.

Problemas de Aprendizaje:

Muchos niños presentan problemas de aprendizaje que entorpecen su labor escolar. Lo más
preocupante es que muchos de ellos jamás son identificados ni diagnosticados correctamente y
pasan la mayoría de sus años escolares sintiéndose angustiados y fracasados por su rendimiento
en las aulas. Esta situación interfiere mayoritariamente con los aprendizajes posteriores a los
que el niño está expuesto, dado que los años escolares tienen un impacto duradero, y en algunos
casos irreversibles en la formación del concepto de sí mismo y de su autoestima.

El problema de aprendizaje se entiende mejor si usamos el concepto de estilo de aprendizaje


determinado por la coexistencia de áreas fuertes y débiles de la estructura cerebral. La interacción
de ellas define el estilo de aprendizaje particular. Por ejemplo, ante una situación concreta al
adulto se le acepta que diga "muéstrame" en lugar de dejar que se le explique verbalmente o, "yo
no puedo cocinar con receta, porque necesito sentir lo que hago". En general, podemos evadir
nuestras debilidades y funcionar bien a través de un proceso de acoplamiento entre nuestras
áreas fuertes y las exigencias del ambiente. Desafortunadamente este no es el caso de los niños
que están estudiando ya que ellos deben adaptarse a una serie de exigencias preestablecidas. De
hecho, si el estudiante no funciona, como se espera, le tachamos de "desinteresado", "perezoso",
"desmotivado", o simplemente se le diagnostica erróneamente que tiene problemas emocionales.

Nos encontramos ante un problema de aprendizaje cuando existe una dificultad en una o varias de
las áreas siguientes: audición, habla, lectura, escritura, cálculo, razonamiento, atención.

Los niños prematuros, el bajo peso al nacer, la incompatibilidad sanguínea, anoxia o cualquier
lesión física puede alterar la capacidad de un niño para aprender. No hay evidencias científicas
exactas para relacionar estos fenómenos con los problemas de aprendizaje, pero sí parece existir
un cierto grado de asociación.

Otra posible causa es la genética. Así como se heredan los talentos artísticos y las aptitudes,
también parece existir un factor hereditario con respecto a las características de aprendizaje.
También existen factores ambientales facilitadores de dificultades de aprendizaje, como son la
baja nutrición y un ambiente empobrecido en general.

Hoy en día sabemos que un problema de aprendizaje se puede identificar desde muy temprana
edad, lo que eleva el pronóstico de éxito escolar. Un síntoma inequívoco es el hecho de que
cualquier área del desarrollo se adelanta a la motora. Esta debe ser un área bandera en los
primeros tres años de vida. El niño que habla mucho pero que se mueve poco es altamente
vulnerable como también lo es aquel que se mueve mucho o habla poco o muy mal. El que desde
muy pequeño es demasiado activo o inquieto puede tener un alto riesgo de desarrollar problemas
de aprendizaje, y si además su actividad física aparece como no organizada ni orientada a una
meta, amerita investigación. Otro síntoma o señal de alerta para un posible problema de
aprendizaje es la dificultad para reconocer los colores en niños en edad preescolar a pesar de
contar con la estimulación adecuada. Síntomas o señales de alerta

1. El niño es muy inquieto - Se mueve mucho físicamente.

2. Es disperso - No puede concentrarse.

3. No sigue instrucciones - Se le dificulta seguir instrucciones correctamente.

4. Es impulsivo - Trabaja rápida e impulsivamente y no termina, y/o comete muchos errores.

5. Es lento - Trabaja lentamente y no termina.

6. Lee mal - Invierte o se salta letras y palabras.

7. Escribe mal - Invierte o se salta letras y palabras.

8. Tiene deficiencias en el lenguaje - Tiene vocabulario pobre.

9. Tiene un déficit motriz - Tiene algún déficit en la motricidad gruesa o en la fina.

10. Se le dificulta mucho el concepto matemático en general.

11. Es errático - Unos días puede hacer algo y otros no.


12. Se cansa más rápido que los demás Un síntoma no significa nada. Dos o más es indicativo de
problemas de aprendizaje.

Es importante descartar , tambien,que el niño no presente ningún problema neurológico. Aunque,


generalmente se habla de dificultades de aprendizaje cuando existen problemas en el cálculo,
lectura, razonamiento / comprensión y escritura, pueden existir problemas espaciales, procesos
lingüísticos erróneos atención o memoria que provoquen o acompañen a las dificultades de
aprendizaje.Los problemas de aprendizaje pueden provocar que surjan otros síntomas asociados
que nos indicarían que algo sucede: desmotivación, baja autoestima, déficit en habilidades
sociales e incluso abandono escolar.A veces no son los padres quienes detectan estas dificultades
sino los profesores que observan un retraso en el aprendizaje del niño con respecto a los demás y
les aconsejan que acudan a un profesional con el fin de solucionarlos cuanto antes.

Pero ¿cuándo acudir a un especialista?

Es importante acudir al psicopedagogo o al terapeuta del lenguaje si existe un problema de


lenguaje a partir de los 4-5 años. Si aparecen problemas en la adquisición de la lectoescritura
acudir con 6-7 años y si aparecen problemas de comprensión lectora, atención, cálculo a partir de
los 8 años. Aunque nunca es tarde, sí es cierto que cuánto más se tarde en iniciar el tratamiento
mayor será el tiempo que se precise para mejorar sus capacidades.

Al considerar los problemas de aprendizaje debemos tener presentes tres áreas fundamentales: la
visión, la audición y el desarrollo motor.
Éstos son los tres pilares sobre los que se basa la atención en el aula y las habilidades necesarias
para poder leer, escribir, y realizar todas las tareas escolares.
Por esta razón, para una terapia completa, debemos revisar estas tres áreas en el niño y descartar
problemas en las mismas o solucionarlos cuando están ahí.

- Para la visión necesitamos un buen optometrista comportamental (también llamado


"optometrista del desarrollo").
Todos los niños pasan por pruebas de agudeza visual por parte del pediatra o un oftalmólogo,
quienes se ocupan de mirar que el ojo está sano y la agudeza visual es buena. Pero tras esta
evaluación, es necesario ver cómo utiliza el niño los dos ojos de forma conjunta, si es capaz de
realizar los movimientos oculares necesarios para leer y escribir y si su cerebro interpreta bien la
información y consigue que las dos imágenes de los dos ojos se fundan en una sola y los ojos
puedan converger cómodamente en un punto para poder leer y escribir.

- En el caso de la audición pasa algo parecido.


El otorrinolaringólogo o el pediatra miden si el niño "oye" o no... les preocupa que pueda haber
una sordera. Pero no suelen considerar distorsiones a la hora de escuchar, si el niño percibe bien
todas las frecuencias para poder hablar, leer y escribir con comodidad (el oído tiene mucho que
hacer aquí también aunque nos sorprenda). Esto es esencial para poder prestar atención en el
colegio, y unas distorsiones en la audición (sobre todo si hay hiperaudición en alguna de las
frecuencias) pueden afectar seriamente no sólo la atención sino también el comportamiento dado
su importante incidencia en nuestro estado de ánimo.
Para examinar y tratar estos problemas, es necesario acudir a un reeducador auditivo de los
métodos Berard o Tomatis.

- En cuanto al desarrollo motor, éste marca el nivel de desarrollo y madurez general del cerebro
del niño. Y determinará directamente sus habilidades en todos los campos.
Por esto hay que evaluar si es correcto o si han quedado lagunas en el mismo que debamos
trabajar. Hay varios métodos que llevan a cabo la necesaria "organización neurológica" a través de
actividades de movimiento

¿En qué ámbitos puede actuar el psicopedagogo?


El psicopedagogo trabaja los siguientes aspectos: potenciar hábitos de estudio y organización,
aumentar la motivación por los estudios, potenciar el trabajo y el estudio individuales, trabajar
las dificultades atencionales, intervenir en las dificultades de aprendizaje, ayudar a superar
bloqueos emocionales y/o rechazo a la tarea escolar...

¿Qué señales de alarma nos pueden indicar que es necesario acudir a la consulta de un
psicopedagogo?Desgana o apatía hacia el estudio, disminución significativa del rendimiento
escolar, falta de hábitos y técnicas de estudio, pérdida de atención o concentración, cambios de
humor...

¿Cuál debe ser el papel de los padres?


Deben valorar siempre los pequeños éxitos, animando al niño a confiar en sí mismo y a valorarse.
Asimismo, es importante evitar las comparaciones con sus hermanos o amigos. Hay que
enseñarles a no desanimarse ante los primeros fracasos, que hay que ser tenaz y buscar
alternativas. Y también es muy importante fomentar la lectura desde pequeños: contar cuentos,
hacer que los cuenten ellos, animarles cuando lean alguna cosa, etc.

Terapeuta del Lenguaje: interviene en


· Estudio y valoración del habla y el lenguaje en todas las edades.
· Alteraciones leves del habla: problemas de articulación, sustitución de sonidos, etc.
· Alteraciones graves del habla: retardos.
· Alteraciones leves del lenguaje oral y/o escrito: dificultad para encontrar las palabras,
organización inadecuada del discurso verbal, etc.
· Alteraciones graves del lenguaje: retardos.
· Intervención en alteraciones del ritmo: tartamudez, habla rápida, ansiedad verbal, etc.
Neurodesarrolistas: En cuanto aparecen problemas del desarrollo realizan el diagnóstico
diferencial de trastornos específicos de aprendizaje.
Las causas más frecuentes de fracaso escolar.
Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDA-H)
Dislexia
Disgrafía / Disortografía
Discalculia
Trastornos específicos del desarrollo del lenguaje (TEDL)
Trastornos de aprendizaje no verbal (TANV)
En esta área los psicólogos y psiquiatras, tienen como principal objetivo tratar los diferentes
trastornos emocionales y conductuales que pueden estar interfiriendo en el bienestar del
paciente.
La intervención con el niño/adolescente se basa en dotarlo de estrategias y habilidades que le
ayuden a mejorar o superar el problema que presenta.

Psicología: Los problemas más habituales con los que trabaja son:
Trastornos del comportamiento: desobediencia, negativismo, agresividad, celos, rabietas, etc.
Trastornos del estado de ánimo: depresión, tristeza, procesos de duelo, etc.
Trastornos de ansiedad y otras alteraciones asociadas: ansiedad generalizada, crisis de ansiedad,
ansiedad por separación (niños que no toleran alejarse de los padres), tics, miedos, fobias, etc.
Trastornos de la conducta alimentaria: problemas de hábitos alimentarios, anorexia, bulimia, pica
compulsiva, etc.
Trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad: problemas de atención y
concentración, control de la impulsividad, etc.
Dificultades de relación y adaptación: afrontamiento de separaciones y divorcios, falta de
habilidades sociales, aumento de la autoestima, resolución de problemas, etc.
Resolución de hábitos: alteraciones del sueño, enuresis y otros problemas de eliminación.
Acoso escolar (bullying)

El primer paso es una evaluación completa de las áreas cognitivas para entender por qué no
"aprende" el niño. Al tener un diagnóstico claro, se puede hacer una remediación que le ayude a
compensar sus dificultades. Solucionar un problema de aprendizaje es tarea de toda una vida. Es
un proceso y como tal lleva tiempo e implica paciencia. Creer en el niño y en sus talentos van a ser
esenciales.

SEÑALES DE ALARMA

Es importante saber detectar a tiempo las Dificultades de Aprendizaje de un niño y tratarlas


cuanto antes con los métodos adecuados. La presencia de algunas de las señales que vienen a
continuación debería alertar a padres y profesores sobre la necesidad de ponerse en marcha y
buscar la ayuda de un profesional:

 Retraso al aprender a hablar.

 Se muestra demasiado parco en sus respuestas, necesitando emplear sonidos y/o gestos
para hacer sus peticiones.
 Presenta unas frases excesivamente simples, sin conectores entre las palabras, con una
falta de estructura (orden en la emisión de las palabras).

 Su discurso se muestra significativamente breve y confuso cuando se alarga en sus


explicaciones, con numerosas vacilaciones e interrupciones, y poca conexión entre las
ideas que quiere exponer. A menudo y sin consciencia de ello deja mucha información
fuera o sobreentendida.

 Carece de suficiente vocabulario, mostrando una especial dificultad para recordar las
palabras y emplearlas.

 Su pronunciación es poco clara, cambia los sonidos de las palabras y/o el orden de las
sílabas.

 Confusión entre palabras que se parecen fonéticamente.

 Dificultad para repetir frases.

 Dificultad para aprender y recordar rimas, poesías, canciones...

 Confusión entre términos que se refieren a conceptos relacionados con un mismo tema,
incluso si son opuestos (antes-después, izquierda-derecha, etc.).

 Falta de habilidad para recordar secuencias y series (abecedario, días de la semana, meses
del año, tablas de multiplicar, etc.).

 Dificultad para recordar órdenes sencillas, y seguir instrucciones orales.

 Aprendizaje costoso de las letras y sus combinaciones. Una vez adquirido y tras suficiente
práctica, presenta una lectura trabajosa con falta de ritmo y entonación.

 Sustituciones, inversiones, añadidos y omisiones de letras al leer.

 Cambia el final de las palabras cuando lee.

 Sustituciones de algunas palabras en la lectura por otra de forma y/o significado parecido.

 Dificultades para comprender y/o recordar lo que lee.

 Comete muchos errores elementales al escribir: omisiones, adiciones, sustituciones,


cambio del orden de las letras de una palabra, fragmentación y unión de palabras.

 Dificultad notoria, por su persistencia, para fijar y aplicar las reglas de ortografía desde las
más básicas (mayúsculas, punto al final de las frases, r-rr, c-qu, c-z...).

 Dificultad para responder de modo pertinente a las preguntas escritas.

 Frases escritas de construcción excesivamente simple, sin suficiente elaboración


(información incluida) y, en el caso de los mayores, sin apenas oraciones complejas
(proposiciones que incluyan al menos dos verbos).

 No desarrollar un tema por escrito con estructura, cohesión y coherencia.


 Sus escritos no guardan suficiente orden gráfico, dando lugar a un conjunto sucio y
desorganizado espacialmente.

 Letra poco legible.

 Particular dificultad para aprender números, derivándose de ello confusiones a la hora de


leerlos y representarlos mediante la escritura.

 Dificultades de conteo progresivo y especialmente regresivo.

 Falta de comprensión clara de la organización que permite el Sistema Numérico Decimal y


más adelante del Sistema Métrico.

 Costosa adquisición de las operaciones aritméticas básicas, tanto en la secuencia de los


pasos que debe llevar a cabo, como en la comprensión de su sentido funcional.

 Desorganización gráfica-espacial de las representaciones numéricas para realizar


operaciones con ellas.

 Cálculos sin agilidad y precisión, especialmente en el plano mental.

 Dificultades significativas para resolver problemas, que se intensifican si implica combinar


más de una operación.

 Alternancia de días “buenos” y “malos” en el trabajo escolar, sin razón aparente.

 Tiene un rendimiento desigual. Es listo y rápido para algunas materias y se siente perdido
en otras.

 Se distrae fácilmente y repite los mismos errores que le han sido corregidos segundos
antes.

 Lo que sabe hoy no lo recuerda mañana.

 Debido a su dificultad de comprensión, a veces sus ejecuciones no se corresponden con la


actividad requerida (no atiende debidamente a las instrucciones y demandas de la tarea).

 Es desorganizado y poco preciso en los trabajos que realiza (su abordaje de las tareas es
muy superficial)

 Ante las preguntas muestra una aparente pasividad porque necesita más tiempo para
llegar a una respuesta.

 Sus ejecuciones son excesivamente lentas por lo que no finaliza sus trabajos o los
exámenes al tiempo que sus compañeros. La lentitud habría que valorarla, sin embargo,
como un recurso compensatorio que favorece una ejecución más atenta y certera, por lo
que de nada vale penalizarla para exigirle celeridad.

 Sus respuestas y/o ejecuciones son demasiado impulsivas y precipitadas sin dedicar un
tiempo a escuchar o leer lo que se le pide.

 Evita tareas que requieran de un esfuerzo mental sostenido.


 Precipita respuestas antes de haber leído completamente las preguntas o las
instrucciones.

 Tiene dificultades para esperar su turno.

 Interrumpe y se inmiscuye en las actividades de otros.

 Desconecta fácilmente durante las explicaciones del profesor o durante las ejecuciones de
las actividades académicas.

 Falta de confianza, de seguridad en sí mismo y baja autoestima.

 Muestra rechazo o falta de interés hacia el trabajo escolar, tanto en la escuela como en
casa, intentando postergar al máximo ponerse a ello.

 No es autónomo para estudiar ni para hacer deberes.

 Poca tolerancia a la frustración. Ante el fracaso se siente desmotivado, se enfada y deja de


esforzarse, abandonando la tarea o asumiendo una actitud desatenta y pasiva.

DEFINICIÓN DE “LAS DIFICULTADES DE APRENDIZAJE”

Aunque el término “dificultades” pueda sugerirnos algún tipo de problema de carácter transitorio
que probablemente pueda superarse con el tiempo pidiéndole a la persona que lo presenta una
mayor atención y dedicación, lo cierto es que esta clase particular de dificultad supone la
existencia de un insuficiente desarrollo y, en algunos casos, de un trastorno o alteración en el
funcionamiento del Sistema Nervioso Central que a modo de procesador articula el
funcionamiento de las diferentes vías por las que recibimos e integramos la información y regula
los modos de respuesta. No es, pues, un asunto que pueda ser corregido a voluntad del afectado,
por lo que no se debe, entonces, achacar el bajo rendimiento del estudiante que padece este
tipo de dificultad a una actitud de falta de interés y de esfuerzo, sino a algo que queda fuera de
su propio control y que probablemente tenga un carácter permanente.

Ciñéndonos al ámbito educativo, podemos decir que el alumno con este tipo de problemas sufre
una especial dificultad para manejar de modo ágil y preciso la información; es decir, le cuesta
procesar y sostener mentalmente los datos que recibe y expresar, emplear o ejecutar
organizadamente los conocimientos y procedimientos instruidos.

El funcionamiento de las vías necesarias para todo ello podría en algunos casos mostrase alterado
de modo aislado, viéndose afectadas en principio sólo las actividades escolares donde
predominase tal función (de ahí el calificativo de “Específicas” que determinados expertos dan a
estas dificultades). Lo más frecuente sin embargo es que los efectos de las alteraciones se
presenten de manera más generalizada sobre el aprendizaje debido fundamentalmente a que
todas estas vías receptivas, procesadoras y ejecutivas forman parte de un sistema unificado en
el que, como las piezas de un reloj, deben interactuar entre sí para funcionar de manera
coordinada.

Básicamente, estas vías son las siguientes:


Visual: Reconocimiento y distinción de formas, tamaños, disposición y orientación espacial de los
datos; Análisis dentro de una configuración figurativa compleja o con abundancia de elementos
(captándolos uno a uno; diferenciando los relevantes del resto; aplicando estrategias de
descomposición en partes para facilitar la operación de análisis...); Organización y unificación de la
información en estructuras sintéticas; Percepción de los cambios que pueden operarse; etc.

Auditiva: Distinción de la intensidad sonora, de melodías, y de las pausas o variaciones del ritmo;
audibilización precisa de los sonidos, especialmente los del habla (fonemas), discriminándolos de
aquellos con una sonoridad similar; Captación de la organización de estos sonidos y de los posibles
cambios prosódicos (acentuación) dentro de una secuencia sonora (palabras); Procesamiento
completo y organizado de las palabras que configuran un mensaje; Comprensión clara de las
instrucciones o discursos que se emiten oralmente; etc.

Táctil y Motriz: Percepciones sensitivas básicas (tensión-relajación; fuerte-débil, suave-áspero...);


Reconocimiento de formas y volúmenes con el tacto (estereognosia); Distinción en el propio
cuerpo de conceptos espaciales básicos (arriba-abajo, izquierda-derecha, dentro-fuera, cerca-
lejos...); Manejo corporal del ritmo y coordinación del movimiento con el sonido; Control motor de
las distancias; Activación y/o inhibición del acto motor; Disociación y articulación coordinada de
los diferentes segmentos corporales; Organización secuencial de los movimientos y de su
direccionalidad, especialmente los implicados en las tareas de escritura; Regulación de la presión
de los trazados; manejo gráfico del espacio; etc.

Simbólica: Reconocimiento de dibujos; Representaciones mediante el dibujo; Identificación del


significado que encierran determinados símbolos gráficos y sonoros; Comprensión,
establecimiento y fijación de las asociaciones entre los signos y lo que representan que darán lugar
a las letras, los números, u otras representaciones gráficas; etc.

Verbal: Empleo de la función comunicativa del lenguaje (con uno mismo y con el otro); Habilidad
para denominar; Volumen de vocabulario con una comprensión suficientemente amplia y definida
de los conceptos que encierran; Evocación fluida y precisa de términos; Expresión de un discurso
(oral y escrito) organizado temática y morfosintácticamente; Comprensión de las relaciones
verbales contenidas en los enunciados; Razonamiento; etc.

Las “Dificultades de Aprendizaje” no son resultado de una discapacidad o de una


deficiencia puesto que, si bien con gran esfuerzo, el alumno con estas dificultades puede ir
compensando y subsanando en cierto grado los efectos de su problema. Aprende porque es
inteligente y es capaz de “crear” sus propias estrategias para ir asimilando los conocimientos
que se le ofrecen. Pero, con el tiempo, la incorporación de esos conocimientos se revela poco
definida, incompleta y muy desorganizada, siéndole muy difícil poder recurrir a ellos para
comprender nuevos contenidos escolares más complejos.

Es común ver a padres y profesores desconcertados por la cantidad de “lagunas” de contenidos y


de procedimientos que muestran sus hijos y alumnos, y escucharles decir que parece que acaban
de llegar a la escuela.

Aunque no en todos los casos, la dificultad suele comenzar a manifestarse de modo explícito al
principio de la escolaridad. El niño con “Dificultades de Aprendizaje” no aprende las letras y los
números a la misma velocidad que la mayoría de sus compañeros; no logra fijar los conceptos y los
términos específicos de las materias; no consigue elaborar suficientemente los conocimientos
memorizados, dando respuestas excesivamente escuetas y en ocasiones confundiendo esos
conocimientos con otros cercanos. Con gran esfuerzo por su parte y, con frecuencia, gracias a la
atención que le dedican sus padres y profesores, logra conseguirlo, pero le es imposible
manejarlos con suficiente soltura o los olvida al poco tiempo, distanciándose cada vez más del
grupo de su clase.

El problema es justo el siguiente: el niño con “Dificultades de Aprendizaje” no alcanza el manejo


automático de lo que van a ser las herramientas básicas para el aprendizaje (Lenguaje, Lectura,
Escritura, Cálculo). Al principio puede pasar inadvertido, o atribuirse su excesiva lentitud a otras
causas (en ocasiones, puede ser cierto). Sin embargo, si el problema persiste pasado el primer
periodo de instrucción (cursos 1º y 2º de Primaria), va a suponerle un serio obstáculo para
aprender los nuevos contenidos escolares que ya empiezan a tomar un carácter menos mecánico y
a apelar a las funciones superiores del Pensamiento (Razonamiento).

Efectivamente, si el niño no utiliza con fluidez las herramientas básicas, le será muy costoso
“despegarse” de lo puramente mecánico (leer y escribir letras y números) para poder dirigir su
atención y razonamiento hacia el significado y la comprensión de los conceptos y de los problemas
que se le van planteando desde la escuela. Dicho de otro modo: o lee palabras, o atiende al
significado y las relaciones que expresan las oraciones; o escribe guardando las reglas formales
de la ortografía y de la escritura, o centra su atención en la claridad de las ideas que expone; o
decide qué operaciones aritméticas debe aplicar, o calcula con precisión. No puede simultanear
con facilidad todas estas funciones.

En el mejor de los casos, quizá después de numerosos repasos y rectificaciones logre ajustar
ambas funciones, pero el tiempo y el grado de esfuerzo empleados han sido tan grandes, que su
capacidad de atención se ha visto saturada antes de tiempo, y el resultado distará mucho de lo
que hubiera sido capaz de hacer si no tuviera estas dificultades.

Evidentemente si el problema no se ha detectado y no se ha ofrecido ayuda, conforme avancen los


cursos, la situación de aprendizaje escolar puede llegar a hacerse insostenible para el alumno, y
por añadidura para los padres y profesores que no aciertan a comprender qué es lo que sucede.

Con todo lo expuesto, las principales características que definirían al alumno con “Dificultades de
Aprendizaje” serían las siguientes:

 Presenta una inteligencia normal o incluso superior, pero su rendimiento no refleja ese
potencial (insistimos en que no se trata de un problema de capacidad, sino del
funcionamiento de los procesos implicados en el aprendizaje académico).

 Su rendimiento escolar puede verse afectado de modo general o sólo en determinadas


asignaturas.

 Muestra especiales dificultades en las áreas instrumentales básicas del aprendizaje


académico: lenguaje, lectura, escritura y cálculo.
 Sus dificultades persisten de un modo evidente a pesar de los apoyos convencionales
recibidos: refuerzo escolar de contenidos, aumento de tareas para intensificar la práctica,
profesor particular.

 Los problemas psicológicos, sensoriales y/o sociales no se consideran como causas de


estos trastornos, aunque pueden coexistir, agravando las consecuencias.

 El origen de las “Dificultades de Aprendizaje” parece estar en una alteración del Sistema
Nervioso Central, viéndose afectado el funcionamiento integrado de las distintas áreas
neurológicas necesarias para procesar y evocar adecuadamente la información.

La base de estas alteraciones podría tener un carácter genético (con cierta frecuencia estos
alumnos tienen familiares que también las padecen), o deberse a pequeñas disfunciones
cerebrales por problemas ocurridos durante la gestación o el parto. Hay también investigaciones
que apuntan hacia diferencias estructurales en el cerebro. Estas perspectivas neurológica y
genética representan uno de los enfoques en relación con el origen de estos problemas pero
también hay otras orientaciones. Sin duda, éste es un asunto controvertido entre los
investigadores.

Profesionales implicados en el proceso evaluativo de los problemas de aprendizaje

Dependiendo de las características y necesidades particulares del niño, en la evaluación pueden


intervenir varios profesionales, entre ellos tenemos:

1. Psicólogo: Realizara las evaluaciones principalmente en tres áreas, cognitiva (permitirá


identificar el nivel de coeficiente intelectual y definirá si el problema de aprendizaje es
específico o de desarrollo), conductual (identificación de conductas desfavorables tanto
en el niño como en la esfera familiar, descarte de trastornos comorbidos como el TDAH,
problemas de lenguaje, atencionales, etc.), y por último el área emocional; de ser
necesario realizará pruebas de screening neuropsicológicas con la finalidad de detectar
lesiones cerebrales. Otra función importante del psicólogo dentro de este proceso
evaluativo es el de identificar en qué medida estas áreas evaluadas influyen en el
problema de aprendizaje del niño.

2. Psiquiatra infantil o neurólogo: La ausencia de psiquiatras infantiles hace que muchas


veces el neurólogo realice las exploraciones médicas que determinan la presencia de
problemas de origen orgánico en el niño, los cuales originan o desencadenan las
deficiencias en el aprendizaje. Son los profesionales médicos los encargados de realizar las
exploraciones físicas y pruebas analíticas que evalúan el sistema nervioso central a nivel
estructural y funcional.

3. Neuropsicólogo: De acuerdo a los resultados médicos obtenidos, y si el caso lo amerita,l


los niños con problemas neurológicos serán derivados a neuropsicología, desde donde el
neuropsicólogo evaluara y trabajará programas de rehabilitación.

4. Especialista en problemas de aprendizaje: En la actualidad existen profesores, logopedas


y psicólogos especializados en tratamiento en problemas de aprendizaje. Serán ellos los
encargados de realizar las evaluaciones psicopedagógicas específicas del área, en este
caso identificaran los componentes de la lectura, escritura o matemática que se ven
disminuidos y los procesos cognitivos superiores que se ven afectados, estableciendo así
puntos de referencia para el inicio del proceso de rehabilitación.

Tipos de problemas de aprendizaje

Dislexia

Dislexia se define como dificultad para leer. Cuando los niños están aprendiendo a leer y a escribir
en el jardín infantil y en primer grado, es común que confundan la letra “b” con la “d”, el número
“6” con el “9” y que confundan otros tipos de palabras. Es importante aclarar que esto no es un
problema de visión, sino que el cerebro está invirtiendo o modificando la secuencia de la
información que recibe de los ojos. La mayor parte de los niños supera este problema antes de los
siete años aproximadamente. Sin embargo, en el caso de los jóvenes disléxicos, los problemas de
lectura persisten.

En otra forma de dislexia, la mente identifica correctamente la palabra que “ve”, pero tarda en
relacionarla con su significado. Estos adolescentes leen muy despacio y es posible que tengan que
releer el material varias veces antes de comprenderlo. Otras actividades de comunicación también
pueden presentar dificultades, tales como comprender el lenguaje oral y expresarse de forma oral
y escrita

Disgrafía

Disgrafía (o agrafía) se define como dificultad para escribir, como resultado de la dislexia, de una
coordinación motora deficiente o de problemas para entender (interpretar) el espacio. La forma
de manifestarse depende de la causa. Un informe escrito por un adolescente con disgrafía debido
a la dislexia tendrá muchas palabras ilegibles o mal escritas. Por otra parte, la torpeza motora o
una deficiencia en la percepción visual y espacial sólo afecta la letra, no la ortografía

Discalculia

La discalculia se define como dificultad para hacer cálculos matemáticos. Las matemáticas son un
problema para muchos estudiantes, pero la discalculia puede hacer que un adolescente no
comprenda incluso conceptos matemáticos básicos.

Discapacidad de la memoria y el procesamiento auditivo

Las discapacidades de la memoria y el procesamiento auditivo incluyen la dificultad para


comprender y recordar palabras o sonidos. Es posible que un adolescente escuche con normalidad
y, sin embargo, no recuerde las partes importantes porque su memoria no está almacenándolas ni
descifrándolas de manera correcta. O tal vez escuche una frase pero no pueda procesarla,
especialmente si se usan palabras complejas, es muy larga o se dice rápidamente, o si hay ruido de
fondo. En el caso de los jóvenes con trastornos de procesamiento auditivo central (TPAC), el
zumbido de un ventilador o los sonidos típicos de una clase pueden interferir con el aprendizaje.

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad —TDHA

La American Academy of Pediatrics (AAP) ha publicado recomendaciones sobre las pautas para el
diagnóstico y el tratamiento del trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Las pautas,
elaboradas por un panel de expertos en medicina, en salud mental y en educación, están dirigidas
a los médicos de atención primaria (y también a los padres) para ayudar a comprender mejor
cómo reconocer y tratar el TDHA, el trastorno neuroconductual más común de la niñez.

Entre el 4 % y el 12 % de todos los niños en edad escolar tienen TDHA. Por lo general, el primer
paso que es diagnosticar la afección, no puede hacerse con éxito hasta que el niño tenga
aproximadamente seis años.

La pautas de la AAP para el diagnóstico incluyen lo siguiente:

 La evaluaciones del TDHA deben ser iniciadas por el médico clínico de atención primaria
en el caso de niños que muestran signos de problemas escolares, bajo rendimiento
académico, relaciones problemáticas con los profesores, los miembros de la familia y los
pares (compañeros) y otros problemas del comportamiento. Hacer preguntas a los padres,
ya sean directas o mediante un cuestionario previo a la visita, acerca de la escuela y los
problemas del comportamiento pueden ayudar a alertar a los médicos sobre un posible
TDHA.

 Al diagnosticar el TDHA, los médicos deben usar los criterios del Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) elaborados por la Asociación
Estadounidense de Psiquiatría (los síntomas incluyen facilidad de
distracción, hiperactividad e impulsividad). Estas pautas requieren que los síntomas del
TDHA estén presentes en dos entornos o más de un niño, y que afecten de manera
negativa la función académica o social del niño durante, al menos, seis meses.

 La evaluación del TDHA debe incluir información obtenida directamente de los padres o
los cuidadores, como también de un profesor de la escuela u otro profesional de la
escuela, acerca de los síntomas básicos del TDHA en diversos entornos, la edad de la
aparición, la duración de los síntomas y el grado de la discapacidad funcional.

 La evaluación de un niño con TDHA también debe incluir una evaluación de afecciones
coexistentes: problemas del aprendizaje y del lenguaje, agresión, problemas de
disciplina, depresión o ansiedad. Casi un tercio de los niños a los que se les diagnostica el
TDHA también tienen una afección coexistente.

Las pautas de tratamiento incluyen las siguientes recomendaciones:

 Los médicos clínicos de atención primaria deben establecer un programa de tratamiento


que reconozca el TDHA como una afección crónica. Esto implica la necesidad de educar
sobre la afección y un sistema de control sostenido para registrar los efectos del
tratamiento y los cambios del desarrollo en el comportamiento.

 El médico clínico que brinda el tratamiento, los padres y el niño, junto con el personal de
la escuela, deben especificar objetivos adecuados para guiar su manejo. Los objetivos
deben estar relacionados con los problemas específicos del niño, como el desempeño
escolar, la dificultad para terminar tareas y los problemas de interacción con compañeros
de escuela.

 Si es apropiado, el médico clínico debe recomendar una terapia


conductual omedicamentos estimulantes para mejorar síntomas específicos en los niños
con TDHA. Las pautas proporcionan una reseña de la evidencia científica para recomendar
medicamentos y terapia conductual.

 Cuando el tratamiento para un niño con TDHA no ha cumplido sus objetivos, los médicos
clínicos deben reevaluar el diagnóstico original, todos los tratamientos apropiados, la
adhesión al plan de tratamiento y las afecciones coexistentes, tales como discapacidades
del aprendizaje y problemas de salud mental.

 El médico clínico debe brindar al niño con TDHA un seguimiento periódico y sistemático. El
control debe estar dirigido a los objetivos individuales del niño y a cualquier efecto
adverso del tratamiento, y la información debe recolectarse de los padres, los profesores y
el niño. Las pautas recomiendan áreas para futuras investigaciones en relación con
opciones de tratamiento, resultados a largo plazo y otras áreas en el manejo de los niños
con TDHA.

Aunque a menudo parece que el TDHA se atenúa durante la pubertad, “Sabemos que eso no es
verdad”, señala la Dra. Suzanne Boulter, pediatra de Concord, New Hampshire. “En realidad, la
hiperactividad puede disminuir, pero la falta de atención y la impulsividad no se modifican. A
medida que estos jóvenes atraviesan la escuela secundaria y la universidad, es posible que estos
problemas sean el mayor obstáculo para el éxito académico”.

Trastorno del espectro autista/Trastorno generalizado del desarrollo

El autismo es un trastorno con una variedad de síntomas que van de leves a graves. Las etiquetas,
como autismo clásico, síndrome de Asperger y trastorno generalizado del desarrollo no
especificadas de ninguna otra manera son confusas porque los jóvenes con estas afecciones
tienen muchas características en común, como capacidades sociales deficientes, hipersensibilidad
a imágenes y sonidos, dificultades para adaptarse al cambio y otros intereses idiosincrásicos
(distintivos). La diferencia entre un niño y otro es, frecuentemente, una cuestión de grado. Como
resultado, todos estos diagnósticos son parte de un trastorno del espectro autista.

El síndrome de Asperger y el autismo ocupan lados opuestos del espectro; de hecho, el síndrome
de Asperger (SA), a menudo, es conocido como autismo “leve”. Si bien la mayoría de los niños con
SA tienen una inteligencia promedio o superior al promedio, cuatro de cada cinco niños y niñas
autistas demuestran algún grado de discapacidad intelectual. Otra diferencia clave involucra el
habla. Los niños con autismo, por lo general, tienen un retraso en el habla. Por otro lado, los niños
con síndrome de Asperger tienden a ser verbalmente precoces. Y una vez que comienzan a hablar,
es como un dique que se rompe. El Dr. Hans Asperger, el pediatra austríaco que descubrió el
trastorno, llamaba a sus pacientes “pequeños profesores”, por sus inclinaciones a dar cátedra.

“Dependen mucho de sus destrezas del lenguaje para arreglárselas -observa el Dr. William Lord
Coleman de la Facultad de Medicina de la Universidad Duke y la Facultad de Medicina de la
Universidad de Carolina del Norte- y, por lo tanto, las utilizan excesivamente. Esto puede abrumar
a las personas.” Esto juega un papel importante en las dificultades que tienen para interactuar con
sus pares. Los adolescentes que tienen el síndrome de Asperger pasan muchísimo tiempo (incluso
para los adolescentes) en su propio mundo pero, por lo general, se sienten solos y desean hacer
amigos. El problema es que no saben cómo actuar en los entornos sociales. Entre esto y sus
excentricidades, es posible que se vuelvan víctimas de burlas y de intimidaciones. Los padres de un
niño con SA, o cualquier otro trastorno, deben hacer todo lo posible para estar en sintonía con los
humores del joven. Las tasas de ansiedad, depresión y suicidio son inusualmente altas en este
grupo.

Para distinguir el autismo clásico del síndrome de Asperger los pediatras y los especialistas
pediátricos se basan en las pautas de diagnóstico del Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales (en inglés). La mayor parte de los niños se encuentran en algún lugar del
medio del espectro. Aproximadamente, solo un joven de cada mil recibe un diagnóstico de
autismo clásico. Se cree que la incidencia (cantidad de casos) del síndrome de Asperger es el doble
y, posiblemente, el triple.

Discapacidad intelectual

En los Estados Unidos hay, aproximadamente, medio millón de adolescentes que tienen
discapacidad intelectual. Según su clasificación, nueve de cada diez tienen una discapacidad
intelectual leve y uno tiene un nivel de función intelectual, o coeficiente intelectual (CI) de entre
50 y 69 (55 puntos por debajo del promedio). Un IC de entre 35 y 49 ubica a una persona en la
categoría de discapacidad intelectual moderada; de entre 20 y 34, en la de discapacidad
intelectual grave; y de menos de 20, en la categoría de discapacidad intelectual profunda.

A nivel cognitivo, muchos niños y niñas con una discapacidad intelectual leve funcionan apenas
por debajo de sus compañeros que no tienen la discapacidad. Incorporan información y destrezas
nuevas, pero un poco más despacio. Los problemas que sí tienen pueden estar relacionados con la
memoria, las destrezas para resolver problemas, el pensamiento lógico, la percepción y el margen
de atención.

Al igual que los padres de otros adolescentes con necesidades especiales, las madres y los padres,
probablemente, estén tan preocupados por el desarrollo social de su hijo como lo están por su
progreso académico. La adolescencia es una etapa en la que una persona que es diferente del
resto puede convertirse en objeto de burlas. Los jóvenes que tienen una discapacidad intelectual,
además de sus limitaciones intelectuales, pueden tener problemas de salud física o mental que
también llamen la atención. Por lo general, son muy conscientes de sentirse distintos de sus pares
que no tienen problemas de aprendizaje. Son susceptibles a sentimientos de frustración y
depresión, lo que es comprensible.

Un diagnóstico de discapacidad intelectual se basa en el CI y en otros dos estándares:


1. Limitaciones significativas en dos destrezas esenciales de la vida cotidiana o más
(comunicación, cuidado personal, lectura, escritura, etc.)

2. La afección debe estar presente antes de los 18 años.

Aspectos generales de los Trastornos y Dificultades de Aprendizaje más comunes

Dislexia

Trastorno del desarrollo que se caracteriza por la dificultad en el aprendizaje y consolidación de la


lectura y la escritura. Se caracteriza por la presencia de déficit en una o varias áreas del desarrollo.
No se aprecia ninguna causa que a explique esta dificultad y sus manifestaciones pueden ser
visibles en la edad adulta.

Las personas con dislexia presentan dificultades en la descodificación (cada fonema se asigna a
una representación gráfica, una letra); dificultad para aplicar las normas gramaticales, dificultad
para recordar y automatizar las formas y reglas ortográficas de las palabras.

Discalculia

Trastorno en la adquisición de las habilidades matemáticas. El término discalculia hace referencia


a una amplia gama de dificultades para el procesamiento numérico y cálculo. Actualmente, hay un
1% de niños que muestran este tipo de trastorno.

Las personas con discalculia son personas inteligentes que presentan muchos problemas con los
números. El significado numérico es esencial para una buena adaptación al medio (es una cualidad
ancestral más básica que el lenguaje).

TANV

El trastorno de aprendizaje no verbal (TANV) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a los
aprendizajes. En la actualidad no existen suficientes estudios concluyentes que permitan
demostrar la lesión o disfunción del hemisferio derecho del cerebro. Por ahora no existe
tratamiento o programa específico para las dificultades del TANV.

Se caracteriza por la dificultad en la organización de los espacios, en la adaptación a situaciones


nuevas y en la interpretación de la información no verbal. Son habituales las dificultades de
coordinación motora, dificultades de gestión de las emociones, así como la dificultad de relación
y/o comunicación. Aunque las personas con TANV puedan tener características similares, cada
persona es diferente y sus afectaciones también.

Disgrafía

Es un trastorno que se relaciona con las dificultades de la expresión escrita. Hay dos tipos de
disgrafía: la disgrafía motriz, el niño comprende la relación, la pronuncia y la representación
gráfica de los sonidos, pero tiene dificultades en la escritura como consecuencia de una motricidad
deficiente; la disgrafía específica, el niño tiene dificultades para reproducir letras y palabras debido
a una mala percepción de las formas, desorientación espacial y temporal, ritmo…
Los síntomas más habituales son dificultades visuales espaciales, dificultades motoras finas,
dificultades del procesamiento del lenguaje, dificultades para el deletreo y la escritura a mano,
problemas de gramática y organización del lenguaje escrito.

Disortografía

Es un trastorno del lenguaje específico de la escritura. Los niños con disortografía tienen
problemas para deletrear las palabras y cometen habitualmente errores como el intercambio y
reemplazo de letras, escribir unidas varias palabras o separadas por sílabas y/o escribir las
palabras tal y como las pronuncian.

Para hacer un primer diagnóstico podríamos hacer dictados, copiar un texto idéntico, elaborar
redacciones libres, copiar un texto con diferentes letras (de estándar a cursiva). Este tipo de
actividades se pueden hacer de forma reiterada, con el fin de detectar y analizar detenidamente
los errores.

TEL

Los trastornos de lenguaje o disfasia representan un grupo de problemas. Son alteraciones en la


comprensión o en el uso del lenguaje hablado y/o escrito. Entre el 7 i el 8% de los niños
escolarizados presentan TEL en diferentes grados.

A veces suele pasar desapercibido. Suelen ser niños que se relacionan poco, con tendencia a
aislarse debido a su falta de lenguaje. Es común que se confunda con el trastorno del espectro
autista (TEA), sin embargo los niños con TEL son capaces de expresarse gestualmente, compartir
intereses y desarrollar estrategias para hacerse entender.

Trastornos de las Habilidades Motoras

¿En su primer año de vida han observado dificultades para succionar y tragar? ¿Ha tenido
dificultades para conseguir sentarse, gatear o caminar en el momento esperado para su edad? ¿Se
le caen los objetos de las manos? ¿Presenta problemas para abrochar botones? ¿Tiene dificultad
para realizar deporte en general, por ejemplo saltar o correr? ¿Presenta torpeza en sus
movimientos? ¿Tiene mala caligrafía? ¿Presenta alguna dificultad relacionada con el lenguaje?

Descripción del trastorno

Es un trastorno que se manifiesta a través de una deficiente coordinación en los movimientos y


torpeza general. Los niños que sufren este trastorno presentan problemas para la coordinación de
su cuerpo, con un nivel inferior a lo esperado por edad y coeficiente de inteligencia. Esta dificultad
bien se puede observar en movimientos que usan todo el cuerpo como saltar, correr e ir a la pata
coja o movimientos mucho más concretos como escribir, usar las tijeras y abrochar botones. Para
poder dar este diagnóstico, los problemas citados tienen que estar interfiriendo en el rendimiento
académico y en su vida cotidiana y no ser a causa de una enfermedad médica. Generalmente va
asociado a otros trastornos como los de aprendizaje, comunicación o déficit de atención. Es
habitual que estos problemas motores persistan durante la adolescencia e incluso en la edad
adulta y suelen afectar a la salud física, mental y al ámbito académico, lo que puede repercutir en
problemas de relación con sus iguales, problemas de comportamiento y una baja autoestima. El
curso es variable y depende en gran medida de la severidad del trastorno. Es importante no
confundir estas dificultades motoras con aquellas causadas por problemas neurológicos como la
parálisis cerebral o con la torpeza de algunos niños que padecen trastorno por déficit de atención
con hiperactividad que chocan y se golpean, pero que en este caso es debido a que se distraen
constantemente.

Abordaje terapéutico

Es necesaria una evaluación de las habilidades motrices del niño y también se debe obtener
información de padres y escuela para determinar cómo se desenvuelve el niño en su día a día. Con
todo ello se podrá diseñar un plan de tratamiento que debe incluir varios profesionales. Es
fundamental estimular la actividad física para prevenir la obesidad, pues estos niños tienen
muchas más probabilidades de tener sobrepeso que otros niños de su edad. El psicólogo debe
tratar los problemas sociales, emocionales y de conducta que normalmente se asocian a las
dificultades motoras. El objetivo general es conseguir que el niño se desenvuelva con normalidad
en su vida cotidiana. También es recomendable realizar atención psicológica a los padres, para
disminuir la ansiedad y los sentimientos de culpabilidad que puede generar este trastorno. De este
modo conseguimos implicar a los padres en el tratamiento y fomentar la confianza del niño.

TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE

Definición

El Trastorno del Aprendizaje se define como una dificultad inesperada, específica y persistente
para la adquisición de un aprendizaje pese a una instrucción convencional, nivel de inteligencia y
oportunidades socioculturales adecuadas. Estos trastornos se incluyen dentro de los trastornos del
neurodesarrollo e interfieren en el aprendizaje de habilidades académicas y/o sociales y a menudo
coexisten con problemas de conducta, de estado de ánimo y/o de ansiedad.

Los trastornos del aprendizaje, si no son detectados a tiempo, no se diagnostican de manera


correcta y no son tratados de forma efectiva exponen al niño a repetidas experiencias fallidas,
pueden reducir la motivación por el aprendizaje y favorecer la aparición de problemas asociados
que afectan la autoestima y el bienestar emocional del niño. El niño puede mostrar signos de
tristeza, frustración o decepción. Pueden ocurrir también problemas conductuales como mal
comportamiento o presentarse conjuntamente a un TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con
hiperactividad). Aunque no existe acuerdo acerca de las causas de la relación entre el TDAH y las
dificultades de aprendizaje la comunidad científica coincide en que las dificultades específicas de
cada trastorno favorecen el desarrollo del otro.

Cuando se da una detección temprana e intervención especial apropiada, la mayoría de los niños y
adolescentes pueden superar o aprender a compensar los problemas escolares que se hayan
podido presentar.

Principales Transtornos del Aprendizaje

TRASTORNO ESPECÍFICO DEL APRENDIZAJE CON DIFICULTAD EN LA LECTURA O DISLEXIA


La dislexia o trastorno especifico del aprendizaje de la lectura, se refiere a una dificultad
inesperada para adquirir la lectura que presentan algunos niños con inteligencia, motivación y
escolarización adecuada.
Las dificultades para la lectura y sus repercusiones van cambiando a lo largo de la vida, pero
siempre están presentes. En el adulto se traduce en una baja velocidad lectora y poco dominio
ortográfico.
El tratamiento de la dislexia requiere un proceso de reeducación con técnicas específicas
individualizadas, con el fin de adquirir la capacidad de interpretar, de forma casi automática, los
símbolos gráficos habituales usados en la lectura y la escritura. Este tratamiento debe empezar lo
antes posible, evitando así la posterior aparición de problemas más graves y garantizando el éxito
de adquisiciones más complejas.

TRASTORNO ESPECÍFICO DEL APRENDIZAJE CON DIFICULTAD MATEMÁTICA O DISCALCULIA

La discalculia o dificultad en el aprendizaje de las matemáticas, denominado en el DSM5 como un


trastorno específico del aprendizaje con dificultad matemática, se refiere a una dificultad
permanente para aprender o comprender los conceptos numéricos, principios de conteo o
aritmética.
Entre el tres y el seis por ciento de los niños en edad escolar, muestra dificultades permanentes en
el aprendizaje de tales conceptos matemáticos. Alrededor de la mitad de los niños con discalculia
también presenta un retraso o deficiencias en el aprendizaje de la lectura, y muchos presentan
también TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad). Se desconoce aún la causa
pero diferentes estudios científicos sugieren un componente genético.

Trastorno de las habilidades motoras

Lo que caracteriza esencialmente al trastorno de las habilidades motoras es la alteración del


desarrollo de la coordinación motora.

Se manifiesta a través de una deficiencia en la coordinación de los movimientos, una torpeza


generalizada. Los pequeños que sufren este tipo de trastorno presentan problemas para coordinar
su cuerpo a un nivel inferior del esperado por su edad y coeficiente intelectual. Esta dificultad se
puede identificar en los movimientos que implican todo el cuerpo: Saltar, correr, ir a pata coja e
incluso, abrochar botones, usar las tijeras o escribir.

Estos problemas puede estar afectando al rendimiento académico y a la vida cotidiana. Además
también tiene que descartarse cualquier enfermedad médica. Muchas veces se asocia a otros
trastornos del aprendizaje, a trastornos de la comunicación o al TDAH. Es normal que los
problemas motores se prolonguen durante la adolescencia o la edad adulta y pueden llegar a
afectar a la salud mental, física y al entorno académico.
Este trastorno debe tratarse lo antes posible para que individuo afectado no sufra problemas con
sus relaciones, problemas de baja autoestima o problemas de comportamiento. Aún así, este
trastorno se presenta de formas distintas en cada individuo y tiene cursos distintos. Es
imprescindible identificar el trastorno y diferenciarlo de problemas neurológicos o de la simple
torpeza de los niños hiperactivos.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno?

Los niños con este trastorno del desarrollo tienen dificultades al coordinarse. Para verlo debemos
compararlo con niños de su misma edad. Algunos de los síntomas son los siguientes:

 - Retrasos en el desarrollo para gatear, caminar o sentarse.

 - Torpeza.

 - Problemas para la succión o deglución en el primer año de vida.

 - Problemas con la coordinación motora fina o visual (usar tijeras, atarse los zapatos…).

 - Problemas con la coordinación motora gruesa (saltar).

 Trastornos de la comunicación

 ¿Qué son los trastornos de la comunicación?

 Hay varios tipos diferentes de trastornos de la comunicación, incluyendo los siguientes:

 Trastorno del lenguaje expresivo. El trastorno del lenguaje expresivo identifica retrasos del
desarrollo y dificultades en la capacidad para producir el habla.

 Trastorno del lenguaje mixto receptivo y expresivo. El trastorno del lenguaje mixto
receptivo y expresivo identifica retrasos del desarrollo y dificultades en la capacidad para
comprender el lenguaje hablado y producir el habla.

 ¿Qué causan los trastornos de la comunicación?

 Los trastornos de la comunicación pueden ser del desarrollo o adquiridos. La causa puede
estar relacionada con problemas biológicos como anormalidades del desarrollo del
cerebro, o posiblemente por la exposición a toxinas durante el embarazo, como abuso de
sustancias o toxinas ambientales como el plomo. En algunos casos, un factor genético es
considerado como una causa contribuyente.

 ¿Quién resulta afectado por los trastornos de la comunicación?

 Por razones desconocidas, se diagnostican más chicos que chicas con trastornos de la
comunicación. Los niños con trastornos de la comunicación también tienen con frecuencia
otros trastornos físicos.

 ¿Cuáles son los síntomas de los trastornos de la comunicación?


 Los siguientes son los síntomas más comunes de los trastornos de la comunicación. Sin
embargo, cada niño puede experimentar los síntomas de manera diferente.

 Los niños pequeños con trastornos de la comunicación no hablan del todo, o pueden tener
un vocabulario limitado para su edad. Algunos niños con trastornos de la comunicación
tienen dificultades para comprender instrucciones simples o no pueden nombrar objetos.
Sin embargo, la mayoría de niños con trastornos de la comunicación pueden hablar en el
momento de entrar a la escuela pero continúan teniendo problemas con la comunicación.

 Los niños en edad escolar con frecuencia tienen problemas para comprender y formular
palabras. Los adolescentes tienen más dificultad para comprender o expresar ideas
abstractas.

 Los síntomas de los trastornos de la comunicación pueden parecerse a otras condiciones o


problemas médicos. Siempre consulte con el médico de su hijo para un diagnóstico.

 ¿Cómo se diagnostican los trastornos de la comunicación?

 La mayoría de niños con trastornos de la comunicación se refieren primero para


evaluaciones del hable y el lenguaje cuando se advierten retrasos en la comunicación.
Generalmente se consulta a un psiquiatra infantil, especialmente cuando están también
presentes problemas emocionales o conductuales. Una evaluación completa también
involucra pruebas psicométricas (pruebas diseñadas para evaluar las capacidades de
razonamiento lógico, las reacciones a situaciones diferentes, y el desempeño del
pensamiento; ninguna prueba de conocimiento general) y pruebas psicológicas de
capacidades cognitivas.

 Tratamiento de los trastornos de la comunicación

 El tratamiento específico de los trastornos de la comunicación será determinado por el


médico de su hijo, profesores de educación especial y profesionales del habla/lenguaje y
salud mental con base en lo siguiente:

 La edad, salud global e historial médico de su hijo

 Extensión del trastorno

 Tipo de trastorno

 La tolerancia de su hijo a medicamentos o terapias específicos

 Las expectativas del curso del trastorno

 Su opinión o preferencia

 Un esfuerzo coordinado entre padres, profesores, y profesionales del habla/lenguaje y


salud mental brinda la base para las estrategias de tratamiento individualizado que
pueden incluir rehabilitación individual o grupal, clases especiales o recursos especiales.
Generalmente, se consideren dos enfoques. Las técnicas de rehabilitación son utilizadas
para aumentar las destrezas de comunicación en las áreas del déficit. Un segundo enfoque
ayuda al niño a construir sobre sus fortalezas para eludir su déficit de comunicación.
 Prevención de los trastornos de la comunicación

 Las medidas de prevención para reducir la incidencia de los trastornos de la comunicación


no se conocen en este momento. Sin embargo, la detección e intervención tempranas
pueden abordar las necesidades del desarrollo y dificultades académicas para mejorar la
calidad de vida experimentada por niños con trastornos de la comunicación.

 Información básica sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad

 Una breve descripción de las señales y síntomas del TDAH, y cómo es tratado en niños y
adolescentes.

 Resumen
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o TDAH, es un trastorno que hace que
sea extraordinariamente difícil para los niños el concentrarse en tareas, prestar atención,
estarse quietos, y controlar el comportamiento impulsivo. A pesar de que algunos niños
presentan principalmente comportamientos de falta de atención y otros son
predominantemente hiperactivos e impulsivos, la mayoría de los niños con TDAH
presentan una combinación de ambos, lo cual puede hacer muy difícil que funcionen bien
en la escuela, y ser causa de muchos problemas en casa.

 Síntomas de TDAH impulsivos o hiperactivo:

 Mostrarse inquieto o moverse mucho, con dificultad para quedarse en un sitio o esperar
su turno.

 Correr y subirse a muebles u otros objetos excesivamente.

 Problemas para jugar sin hacer ruido.

 Impaciencia extrema.

 Siempre parece estar “en marcha” o “impulsado por un motor”.

 Hablar o interrumpir a otros excesivamente, contestar abruptamente antes de escuchar


las preguntas.

 Síntomas de TDAH con falta de atención:

 Comete errores por descuido.

 Se distrae fácilmente.

 Tiene dificultad para seguir las instrucciones.

 No parece escuchar cuando se le habla directamente.

 Tiene problemas para organizarse.

 Evita o le disgusta realizar esfuerzos prolongados.

 Es olvidadizo, siempre perdiendo cosas.


 Tratamiento y Pronóstico

 En la mayoría de los casos, el tratamiento de primera línea para el TDAH es la


administración de un medicamento que ayuda a los niños a concentrarse y controlar su
impulsividad. Los psicoestimulantes tales como el metilfenidato (Ritalina) y la
dextroanfetamina (Adderall) son comúnmente utilizados para estimular la producción de
neurotransmisores que regulan la atención y el control de los impulsos.

 La terapia conductual se combina en ocasiones con medicación. La terapia de interacción


entre padre e hijo y otras formas de formación para padres enseñan a los padres a cultivar
los buenos comportamientos a la vez que minimizan los comportamientos impulsivos y la
falta de atención. Cuando un niño tiene edad suficiente, la terapia cognitivo-conductual
puede ayudar al niño a controlar sus comportamientos comprendiendo cómo sus
pensamientos y sentimientos los influencian.

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