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“Año de la Diversificación Productiva y del Fortalecimiento de la

Educación”

MONOGRAFÍA DE WINSTON
CHURCHILL

1
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo tratará sobre la biografía de Winston
Churchill, que tiene como objetivo distinguir cuáles
fueron los pasos de su éxito. Así mismo reconocer que es
lo que lo condujo a tomar medidas para su propio
interés.
Como líder político y económico paso por decenas de
circunstancias que detallaremos, con el propósito de
entender, saber y manifestar como se forma un líder,
tomando como referencia a Winston Churchill.
La estructura de este informe biográfico consta de 6
partes, las principales nos dataran acerca de cómo fue su
carrera política y militar.
La finalidad de esta breve introducción, es despertar la
curiosidad en la lectura que se efectuara, esperando que
sea de agrado, y forme parte de las bases para formar a
un buen líder, que es el objetivo principal de esta
informe.

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Índice
 Portada………………………………………………………………………..
1
 Introducción………………………………………………………………..
2
 Índice…………………………………………………………………………..
3
 Datos biográficos………………………………………………………..
4
 Carrera militar……………………………………………………………..
4
 Del periodismo a la política………………………………………...
5
- La primera guerra mundial………………………………………...
6
- Retiro entre dos guerras……………………………………………..
7
- El primer ministro de la segunda guerra mundial………
7
 Familia ………………………………………………………………………..
8
 Sus últimos años………………………………………………………….
9
 Bibliografía………………………………………………………………….
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Datos Biográficos
Winston Leonard Spencer Churchill nació en el Palacio de Blenheim el 30 de
noviembre de 1874 . Fue un político y estadista británico, conocido por
su liderazgo del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Es considerado
uno de los grandes líderes de tiempos de guerra y fue primer ministro del Reino
Unido en dos períodos (1940-45 y 1951-55). Notable estadista y orador, Churchill
fue también oficial del Ejército Británico, historiador, escritor y artista. Es el
único primer ministro británico galardonado con el Premio Nobel de Literatura, y
fue nombrado ciudadano honorario de los Estados Unidos de América.
Nació en el seno de la familia aristocrática de los duques de Marlborough. Su
padre, lord Randolph Churchill, fue un político carismático y Ministro de Hacienda
del Reino Unido; su madre, Jenny Jerome, era de origen estadounidense.
La niñez de Churchill transcurrió en internados escolares, incluyendo el
Headmaster's House de Harrow School. Una anécdota: en su examen de admisión
en la asignatura de latín, escribió el título de la misma, su nombre y el número 1
seguido de un punto y nada más, ya que no tenía idea de qué escribir. No se puede
decir que lo entregase en blanco, porque, además, dejó caer dos borrones de tinta.
A pesar de ello fue aceptado, dado el peso de sus antecedentes familiares, si bien
se le asignó a la división más atrasada del colegio donde se enseñaba inglés,
materia en la cual siempre destacó. En Harrow existe el premio Churchill que se
otorga a ensayos en inglés.
Durante su estancia en Harrow, eran esporádicas las visitas de su madre, a la cual
adoraba y a quien escribía frecuentes cartas pidiéndole que le visitara o que le
permitieran viajar hacia ella. Siguió la carrera de su padre, pero apenas existió
relación entre ellos. En una ocasión, en 1886, Churchill exclamó: «Mi padre es el
canciller del Exchequer y algún día eso es lo que voy a ser yo». La experiencia de su
desolada niñez le marcó toda su vida.
Churchill no progresó mucho en Harrow, era castigado por su deficiente trabajo y
su falta de dedicación. Tenía una personalidad independiente y rebelde; no logró
alcanzar muchos méritos a nivel académico, suspendiendo diversas materias,
excepto matemáticas e historia, en las cuales con frecuencia estaba colocado entre
los mejores alumnos. Pero su negativa a estudiar los clásicos le impidió sacar más
provecho.
Su fracaso en la escuela lo justificó como un acto de rebeldía contra su padre. Sin
embargo, logró ser campeón de esgrima de la escuela.

Carrera Militar
Churchill, aunque solo lo consiguió después del tercer intento, ingresó en septiembre
de 1893 en la Real Academia de Sandhurst y en diciembre de 1894 se graduó, el
octavo entre los ciento cincuenta de su promoción.3 Se alistó en el ejército cuando
tenía 21 años como segundo teniente en el 4º Regimiento de Húsares, estacionado
en Bangalore, India.
Durante el periodo en el que permaneció en la India, buscó la forma de tomar parte en
los principales conflictos coloniales del imperio británico. En 1895 viajó a Cuba, donde
observó los combates entre las tropas españolas y los rebeldes. Tuvo su primera
experiencia en una guerra al verse expuesto al fuego cruzado de ambos bandos el día
que cumplía 21 años. Aprovechó este viaje para visitar los Estados Unidos, siendo
presentado a la sociedad de Nueva York por uno de los amantes de su madre, Bourke

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Cockran. En 1897, trató de ir a los Balcanes cuando estalló
la guerra entre Turquía y Grecia, que terminó antes de
que pudiera llegar. Siguió camino a Inglaterra para
disfrutar de un permiso, pero mientras retornaba se inició
la rebelión pastún en la frontera noroeste de la India, por
lo que regresó a la India para participar en esa campaña.
El comandante de la expedición, Bindon Blood, le
prometió a Churchill que podría unirse a su ejército. La
campaña contra los pastunes duró solamente seis
semanas.
Si bien estaba estacionado en la India, Churchill se las
arregló para obtener varios permisos. Cuando Horatio
Kitchener organizó la campaña para reconquistar
el Sudán, Churchill trató de unirse a su ejército, pero
Kitchener se opuso. Churchill comenzó a mover todos sus contactos, incluyendo al
entonces primer ministro, lord Salisbury. Finalmente Churchill logró su objetivo y se
unió al 21.º Regimiento de Lanceros (decisión que era competencia del ministerio de
guerra, no de Kitchener). Simultáneamente trabajaba como corresponsal de The
Morning Post. En Sudán, participó en la batalla de Omdurmán, en la que se produjo la
última carga de caballería de los británicos en esta guerra. En octubre de 1898 regresó
a Inglaterra y comenzó a escribir The River War, obra de dos volúmenes publicada en
1899. Ese mismo año, Churchill dejó el ejército y comenzó su carrera política. Se
presentó como candidato conservador en el distrito electoral de Oldham, pero no logró
ser elegido. Obtuvo la tercera posición en un distrito al que le correspondían
únicamente dos representantes en el Parlamento. El 12 de octubre de 1899, Churchill
fue enviado como corresponsal del diario The Morning Post para cubrir la Segunda
Guerra Anglo-Bóer. Ya en Sudáfrica, Churchill viajaba en un tren del Ejército
Británico al mando de Aylmer Haldane, cuando este fue atacado y hecho descarrilar
por los bóeres. Churchill, a pesar de que no era un combatiente, tomó el mando de la
operación. Logró reparar la vía y la locomotora, así como la mitad de los vagones, los
cuales transportaron a los heridos a una zona segura. Churchill no tuvo tanta suerte y
fue hecho prisionero por los bóeres y enviado al campo de prisioneros en que se
habían convertido las Escuelas Modelo del Estado de Pretoria, junto con
varios oficiales y soldados británicos.
Churchill escapó del campo; sin embargo, esto produjo gran controversia, ya que se le
acusaba de haber abandonado a Haldane. Más tarde se comprobó que este no se
atrevió a saltar las rejas del recinto. Una vez libre, Churchill recorrió 480 km hasta llegar
a la bahía de Delagoa en la colonia portuguesa de Lourenço Marques (actual Maputo).
Contó con la ayuda de un administrador de minas inglés, que le proporcionó cobijo en
una, y posteriormente lo escondió en un tren que salía del territorio controlado por los
bóeres. Esta aventura le proporcionó a Churchill cierta notoriedad durante algún
tiempo, aunque en lugar de regresar a su país se dirigió a Durban y se unió al ejército
del General Redvers Buller en su marcha para liberar las ciudades de Ladysmith y
Pretoria. Esta vez, si bien seguía siendo corresponsal de guerra, Churchill obtuvo una
comisión en la caballería ligera de Sudáfrica. Luchó en la Batalla de Spion Kop y fue
uno de los primeros en entrar en Ladysmith y Pretoria. Churchill y su primo, el Duque
de Marlborough, lograron ser los primeros en entrar en Pretoria, obteniendo la
rendición de los guardias bóeres que vigilaban el campo de prisioneros británicos en
esa ciudad.

Del periodismo a la política


No obstante, no es de extrañar, pues, que consiguiese un escaño como
representante conservador de Oldham en la Cámara de los Comunes (1900) y que,
recién cumplidos los veintiséis años, pudiese iniciar una fulgurante carrera política.

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En el Parlamento, sus discursos y su buen humor pronto se hicieron famosos. Pero
su espíritu independiente, reacio a someterse a disciplinas partidarias, le granjeó
importantes enemigos en la cámara, incluso entre sus propios correligionarios. No
es de extrañar que cambiara varias veces de partido y que sus intervenciones, a la
vez esperadas y temidas por todos, suscitaran siempre tremendas polémicas.
En desacuerdo con el partido respecto a la cuestión sudafricana, Churchill se pasó
a los liberales en 1904, y en 1906, a los treinta y un años, alcanzó su primer cargo
gubernamental en el gabinete de Henry Campbell-Bannerman, que lo nombró
subsecretario de Colonias; desde ese puesto defendió la concesión de autonomía a
los Boers. Luego fue ministro de Comercio (1908-1910) y del Interior (1910-1911)
en el gobierno de quien sería primer ministro entre 1908 y 1916, Herbert Henry
Asquith.
 La Primera Guerra Mundial
Churchill previó con extraordinaria exactitud los acontecimientos que
desencadenaron la Primera Guerra Mundial y el curso que siguió la contienda en su
primera etapa. Sus profecías, consideradas disparatadas por los militares, se
convirtieron en realidad y
sorprendieron a todos por la
clarividencia con que habían
sido formuladas.
En 1911, tres años antes de
estallar la conflagración, el
primer ministro Asquith lo
nombró lord del Almirantazgo;
Churchill se embarcó
inmediatamente en una
profunda reorganización del
ejército de su país. Primero se
propuso hacer de la armada
británica la primera del mundo,
cambiando el carbón por
petróleo como combustible de
la flota y ordenando la
instalación en todas las
unidades de cañones de gran calibre. Luego puso en marcha la creación de un
arma aérea y, por último, decidido a contrarrestar el temible poderío alemán,
impulsó la construcción de los primeros "acorazados terrestres", consiguiendo que
el tanque empezase a ser considerado imprescindible como instrumento bélico.
Ante el fracaso de la batalla de los Dardanelos (1915), se vio obligado a dimitir; se
reincorporó al ejército y luchó en el frente occidental como comandante y teniente
coronel. En 1916, en plena guerra, cayó el gobierno de Herbert Henry Asquith, que
fue substituido por David Lloyd George; el nuevo primer ministro llamó de nuevo
a Churchill para integrarlo en su gabinete, primero como ministro de Armamento
(1917) y luego para la cartera de Guerra y Aire (1918).
Finalizada la contienda, Winston Churchill sufrió las consecuencias de la reacción
de la posguerra, y durante un tiempo fue relegado a un papel secundario dentro
de la escena política. En 1924 se reconcilió con los conservadores y un año después
fue puesto al frente del ministerio de Hacienda en el gobierno de Stanley Baldwin.
Era una época de decadencia económica, inquietud, descontento laboral y
aparatosas huelgas, y el conservadurismo obstinado de que hacía gala no contentó

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ni siquiera a sus propios colegas. En una palabra, todo el mundo estaba cansado de
él y su popularidad descendió a cotas inimaginables años antes.

 Retiro entre dos guerras


Entre 1929 y 1939, Winston Churchill se apartó voluntariamente de la política y se
dedicó principalmente a escribir y a cultivar su afición por la pintura bajo el
seudónimo de Charles Morin. "Si este hombre fuese pintor de oficio -dijo en una
ocasión Picasso-, podría ganarse muy bien la vida."
Churchill siguió perteneciendo al Parlamento, pero durante esos años careció
prácticamente de influencia. Recobró protagonismo cuando, al observar la
creciente amenaza que constituía Adolf Hitler, proclamó la necesidad urgente de
que Inglaterra se rearmase y emprendió una lucha solitaria contra el fascismo
emergente. En reiteradas ocasiones, tanto en la cámara como en sus artículos
periodísticos, denunció vigorosamente el peligro nazi ante una nación que, una
vez más, parecía aquejada de una ceguera que podía acabar en tragedia.
Tras la firma en 1938 del Acuerdo de Munich, en el que Gran Bretaña y Francia
cedieron ante el poderío
alemán, la gente se dio cuenta
nuevamente de que Churchill
había tenido razón desde el
principio. Hubo una docena de
ocasiones en las que hubiera
sido posible detener a Hitler sin
derramamiento de sangre,
según afirmarían después los
expertos. En cada una de ellas,
Churchill abogó ardorosamente
por la acción. Pero a pesar de la
energía desplegada, sus avisos
habían sido ignorados por el
gobierno.

 El primer ministro de la
Segunda Guerra Mundial
El 1 de septiembre de 1939, el
ejército nazi entró con centelleante precisión en Polonia; dos días después, Francia
e Inglaterra declararon la guerra a Alemania y, por la noche, Churchill fue llamado
a desempeñar su antiguo cargo en el Almirantazgo por el primer ministro Neville
Chamberlain, que hasta entonces había intentado una inútil política de
apaciguamiento frente a Alemania. Todas las unidades de la flota recibieron por
radio el mismo mensaje: "Winston ha vuelto con nosotros."
Los mismos diputados que una semana antes lo combatían con saña, lo aclamaron
puestos en pie cuando hizo su entrada en el Parlamento. Pero aquella era una hora
amarga para la historia del Reino. La nación estaba mal preparada para la guerra,
tanto material como psicológicamente. Por eso, cuando fue nombrado primer
ministro el 10 de mayo de 1940, Churchill pronunció una conmovedora arenga en
la que afirmó no poder ofrecer más que "sangre, sudor y lágrimas" a sus
conciudadanos.
El pueblo británico aceptó el reto y convirtió tan terrible frase en un verdadero
lema popular durante cinco años; su contribución a la victoria iba a ser decisiva.
Churchill consiguió mantener la moral en el interior y en el exterior mediante sus

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discursos, ejerciendo una influencia casi hipnótica en todos los británicos. Formó
un gobierno de concentración nacional, que le aseguró la colaboración de sus
adversarios políticos, y creó el ministerio de Defensa para una mejor dirección del
esfuerzo bélico. Cuando la Unión Soviética firmó un pacto de no agresión con
Alemania, y mientras los Estados Unidos seguían proclamando su inamovible
neutralidad, Churchill convocó una reunión de su gabinete y con excelente humor
dijo: "Bien, señores, estamos solos. Por mi parte, encuentro la situación en extremo
estimulante."
Por supuesto, Churchill hizo todo lo posible para que ambas potencias entrasen en
la guerra, lo que consiguió en breve tiempo. Mantuvo estrecho contacto con el
entonces presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt; en 1941,
después del ataque japonés a Pearl Harbour, los norteamericanos declararon la
guerra al Japón e incorporaron su valiosísimo potencial militar al bando aliado.
También en 1941, el año decisivo de la contienda, Hitler emprendió la invasión de
Rusia, poniendo fin a la neutralidad soviética y empujando a Stalin a una frágil
alianza con Inglaterra, que Churchill supo conservar, relegando a un segundo
plano su visceral anticomunismo y demostrando su pragmatismo.
Como primer ministro, le correspondió participar en las cruciales conferencias de
Casablanca (1943), El Cairo (1943), Teherán (1943), Yalta (1945) y Potsdam (1945),
en las que se diseñó la estrategia de la guerra y, una vez acabado el conflicto, el
mapa político mundial que se mantendría vigente hasta 1989. Durante
interminables jornadas dirigió las operaciones militares y diplomáticas trabajando
entre dieciséis y dieciocho horas diarias, transmitiendo a todos su vigor y
contagiándoles su energía y optimismo.
Por fin, el día de la victoria aliada, se dirigió de nuevo al Parlamento y al entrar fue
objeto de la más tumultuosa ovación que registra la historia de la asamblea. Los
diputados olvidaron todas las formalidades rituales y se subieron a los escaños,
gritando y sacudiendo periódicos. Churchill permaneció en pie a la cabecera del
banco ministerial, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas y sus manos se
aferraban temblorosas a su sombrero.

Familia
El 2 de septiembre de 1908, Churchill contrajo matrimonio en St. Margaret's,
Westminster, con Clementine Hozier, una brillante mujer de gran belleza, pero falta de
recursos económicos. Churchill se había declarado anteriormente a la actriz Ethel
Barrymore, quien le rechazó. Tuvieron cinco hijos: Diana, Randolph, Sara, Marigold (que
falleció en su infancia) y Mary. La madre de Clementine era Lady Blanche Henrietta
Ogilvy, la segunda esposa de Sir Henry Montague Hozier e hija del 7. º Conde de Airlie,
si bien esto ha sido puesto en duda. En efecto, Lady Blanche era bien conocida por su
carácter frívolo y finalmente esto le llevó al divorcio. Decía que el verdadero padre de
Clementine fue el capitán William George "Bay" Middleton, un notable jinete; sin
embargo, Joan Hardwick (quién escribió la biografía de Clementine) afirma que dada la
bien conocida esterilidad de Sir Henry Hozier, el padre de todos los hijos de Lady Blanche
fue su cuñado, Algernon Bertam Freeman-Mitford, mejor conocido como el abuelo de
las excéntricas hermanas Mitford en el decenio de 1920.
Randolph, hijo de Churchill y sus nietos Nicholas Soames y Winston también fueron
miembros del Parlamento.
Cuando no estaba en Londres, Churchill normalmente vivía en Chartwell
House en Kent, casa a la cual le tenía particular aprecio. Él y su esposa compraron esta
casa en 1922 y la mantuvieron hasta su fallecimiento en 1965. En esta casa escribió sus
obras y también se dedicó a la pintura.

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Sus últimos años
A pesar de la enorme popularidad
alcanzada durante la guerra, dos meses
después el voto de los ingleses lo depuso
de su cargo. Churchill continuó en el
Parlamento y se erigió en jefe de la
oposición. En un discurso pronunciado en
marzo de 1946 popularizó el término
"telón de acero", y algunos meses después
hizo un llamamiento para impulsar la
creación de los Estados Unidos de Europa.

Tras el triunfo de los conservadores en


1951 volvió a ser primer ministro, y dos
años después fue galardonado con el
Premio Nobel de Literatura por
sus Memorias sobre la Segunda Guerra
Mundial. Alegando razones de edad,
presentó la dimisión en abril de 1955,
después de ser nombrado Caballero de la
Jarretera por la reina Isabel II y de
rechazar un título nobiliario a fin de
permanecer como diputado en la Cámara de los Comunes.

Reelegido en 1959, ya no se presentó a las elecciones de 1964. No obstante, su


figura siguió pesando sobre la vida política y sus consejos continuaron
orientando a quienes rigieron después de él los destinos del Reino Unido. El
pueblo había visto en Churchill la personificación de lo más noble de su historia
y de las más hermosas cualidades de su raza; por eso no cesó de aclamarlo como
su héroe hasta su muerte, acaecida el 24 de enero de 1965.

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Bibliografía
Profesora de UNMSM, La Monografía, 2012
Wikipedia, Winston Churchill,
http://es.wikipedia.org/wiki/Winston_Churchill
Biografías y Vidas, Winston Churchill,
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/churchill.htm
Winston Churchill al desnudo,
http://www.adecaf.com/geno/dresde/dresde/Winston%20Churc
hill%20al%20desnudo.pdf
Alan Moorhead, Churchill 1984

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