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Inclusión Intrapersonal
El Joven como ser psicofísico
De esta primera inclusión no se suele hablar ya que cuando se habla de inclusión se tiene en
cuenta “a los jóvenes con discapacidad que siguen enfrentándose a una exclusión educativa, a los
jóvenes que trabajan, los que pertenecen a grupos indígenas, comunidades rurales, minorías étnicas
y lingüísticas, los niños nómadas y aquellos afectados por el VIH y el SIDA constituyen algunos de los
otros grupos vulnerables. La inclusión que tienen en cuenta la pobreza y la marginación que son las
causas principales de la exclusión en la mayor parte del mundo, es decir, los miembros de hogares en
comunidades rurales o remotas y los niños de las barriadas miserables de las ciudades que tienen
menos acceso a la educación que otras personas” 1.
Pero para mí, el primer tipo de inclusión es de la misma persona, mirada desde una perspectiva
global e integral. La educación actual no tiene en cuenta al joven total: mental, volitiva y afectiva;
psíquica, corporal y espiritualmente hablando en una unidad inclusiva.
Para ello, me voy a basar con algunos lineamientos de Ítalo Gastaldi y aportes personales.
Comenzar a desarrollar una perspectiva integral del joven nos sirve para llegar a comprender
como debe ser el proceso de enseñanza y aprendizaje de nuestras escuelas. Si no partimos de una
adecuada VISION ANTROPOLÓGICA no acertaremos en el modo adecuado de pensar la enseñanza
inclusiva y, por tanto, de organizarla, de conducirla, de gestionarla, de planificar adecuadamente las
estrategias de conducción.
En este comentario tengo la finalidad de demostrar, en primer lugar, que la persona (y por lo
tanto el niño y el adolescente) es un ser psicofísico espiritual conformando un solo ser-en-sí. ¿Para
qué nos sirve esto? Esto sirve para tomar conciencia que la educación tradicional que en algún
aspecto está en boga apunta a lo cognoscitivo y no la persona total. Se enseña a mentes o, por lo
menos, hace hincapié en esto.
1
Directrices para inclusión – Unesco.
2
Fundamentos antropológicos para una educación inclusiva
Sin extendernos en el tema hago mención de algunos clásicos de ella:
1. Platón (s. IV a. C.), para quien la auténtica realidad del hombre es su alma espiritual,
preexistente, divina e inmortal. Por una falla ¿original? se encarna como castigo en un cuerpo:
cárcel, tumba2. Además, transmigra por diversos cuerpos hasta purificarse.
El alma se libera del cuerpo y retorna a su primigenio estado por el conocimiento (de su
origen divino) y por la ascesis (liberación de lo sensible) (o con disciplina con términos
actuales). Esto me resulta conocido, verdad? Es decir, cuanto más conocimiento se tenga,
cuanto más sabio se es se logra la pureza del alma; y la ascesis ayuda a esto, ya que los
impulsos, la ira, el apetito sensible dificulta este objetivo.
Esta idea influyo, quizás sin mala intención, en el tipo de e scuela tradicional.
2. Testimonio de la conciencia.
Sin embargo, tenemos una certeza experimental inmediata de que nadie acepta "de hecho" que
el nosotros, de carne y hueso, no sea realmente él, como privado de humanidad y que lleva
encerrado dentro un espíritu (como un hardware con su software instalado).
Sino que poseemos una unión más integral entre estas dos realidades, es decir, nos
percibimos espontáneamente como un yo corporal, sujeto único de todas sus actividades
cognoscitivas y corporales.
Si cada uno puede decir: "Yo amo, yo estudio, yo entiendo"... con la misma verdad puede
afirmar: "yo camino, yo como, yo oigo, yo corro". Son funciones distintas, unas espirituales y otras
corpóreas; sin embargo las atribuyo al mismo y único yo, intrínsecamente.
Cuando me quemo un dedo digo: "Yo me quemo". Jamás se me ocurre decir: "Tengo una mano
en la cual existe un dolor".
2
Diálogo "Gorgias", 47, 493 A.
Lic AUS Jorge Luis Prioretti
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Fundamentos antropológicos para una educación inclusiva
Y esto es porque todos nuestros actos están orgánicamente fusionados en un única realidad, a
la vez sicológico y fisiológico.
Cuando nos enojamos, por ejemplo, no es exclusivamente nuestra tensión corporal, nuestro
enrojecimiento agregando el movimiento de la adrenalina o de la sangre, o ni solamente el deseo de
venganza por la injusticia cometida, sino ambas cosas, en un persona irreductible.
Cuando estudiamos siempre va acompañado de imágenes, y estás tienen un sustrato orgánico.
Además, el malestar corporal, la cefalea influye sobre nuestra actividad intelectual.
3. Conclusión Antropológicas
a. Es innegable que existe en el hombre única actividad humana, que es "unitariamente
sicoorgánica en todo, absolutamente en todos sus actos"3. X. Zubiri, define al hombre como
"inteligencia sentiente", ya que el hombre se manifiesta intelectivo y sensitivo al mismo
tiempo, unitaria y totalmente.
La persona no "tiene" psique y cuerpo, sino que "es" sico-orgánico. Toda acción humana se
trata del influjo de un estado sico-orgánico sobre otro estado sico-orgánico, de origen a veces
"endógeno" y otras "exógeno".
Ahora bien, si hay una sola actividad humana, hay un solo ser humano, porque el obrar es una
manifestación, una expresión del ser.
b. Es evidente que no "tengo" cuerpo y alma, como quien tiene un reloj o una camisa, sino que
soy realmente somático y síquico. Porque mi "yo" es un yo "corporizado".
No es la mano la que toma los objetos: yo tomo. No es el ojo el que ve: yo veo. No es el cuerpo
el que siente: yo siento. En la palabra, en la mirada, en la acción, estoy presente yo, personalmente,
en carne y hueso.
II. Hacia una interpretación integral del hombre - Autopresencia y autodeterminación del
hombre
La realidad de la existencia de nuestro cuerpo es innegable. El cuerpo, para existir y vivir, exige
el alma, y el alma, para ejercer sus funciones, exige el cuerpo, tiene que "in-corporarse".
Al alma no la percibimos directamente, sino como "principio de acción", como fuente de
nuestras actividades superiores, mediante una reflexión.
a. Esto no se observa en la materia inerte, la cual no tiene centro alguno: obra "hacia afuera",
produce un efecto en "lo otro".
b. El viviente, en cambio, ya está referido a sí mismo: su obrar es "hacia adentro" (acción
inmanente), es decir, su efecto lo produce en sí mismo.
Pero hay en los vivientes diversos niveles:
• Ya en las plantas las partes integrantes están al servicio del todo. Ya hay cierta
concentración.
• En los animales se da una mayor concentración y almacenamiento de impresiones. A esto se
denomina "acción inmanente": una acción que parte del sujeto y permanece en él,
perfeccionándolo.
3
ZUBIRI X., "Sobre el hombre", Madrid, 1986, p. 482
Lic AUS Jorge Luis Prioretti
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Fundamentos antropológicos para una educación inclusiva
• En el HOMBRE se llega a la reflexión, a la autoconciencia: es un ser que "está consigo", goza
de autopresencia y autodeterminación del propio obrar.
El nivel superior integra los inferiores, que dejan de ser autónomos, sin por eso identificarse con
el nivel humano.
Este último nivel es, precisamente, el YO, el centro consciente coordinador de la actividad de los
otros niveles. En él residen los valores artísticos, éticos y religiosos que llamamos "espirituales" y
que son objeto de intuición más que de razonamiento.
Notemos que el hecho de estar "en sí" y "para sí' no convierte el espíritu en una conciencia
cerrada (a lo Descartes). La persona es el único ser de la creación que está abierto conscientemente
a los demás seres y especialmente a las demás personas. Somos "autopresencia en la presencia del
otro"4.
Conclusiones
De toda esta reflexión, quizás algo ameno y a la vez tedioso, que podría ser más extensa o
concisa. Quizás menos filosófica, aunque mi interés fue la fundamentación antropológica (por lo
menos en esta primera parte) para obtener las siguientes conclusiones:
a. La educación del joven no es solamente ser-inteligente donde la enseñanza conceptual es
lo más importante. Las planificaciones, las actividades en el aula, la evaluación, etc.; no
deben tener en cuenta este solo aspecto como sostiene la escuela tradicional. Es cierto, que
desde Piaget (por así decir) muchas cosas han cambiado y en mi caso personal he conocido
muy pocos casos de clases tradicionales en mis 20 años de educación. Pero resabios de este
tipo de enseñanza lo seguimos manteniendo. Este tipo de enseñanza responde a una visión
errónea del joven que es la dualista.
b. Se ha hecho avances en considerar contenidos, además de los conceptuales, como los
procedimentales y los actitudinales en las asignaturas. Los contenidos procedimentales
reflejan una mejor visión en la unidad cuerpo-mente y los actitudinales lo veremos más
adelante. Sin embargo, adelanto que los contenidos los actitudinales los relaciono a de la
tendencia de la voluntad hacia el bien que cuando estos son significativos para la persona se
convierten en valores y predisponen a una actitud en el aprendizaje.
1º inclusión: La escuela para educar eficientemente primero debe ser inclusiva con el joven en sí
mismo, como Persona Total:
• Debe tener en un nivel de enseñanza de calidad. Por ser Persona con capacidad intelectiva, pero
además,
4
Cf. GEVAERT J., "El problema del hombre", o.c, p. 144. 84
Lic AUS Jorge Luis Prioretti
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Fundamentos antropológicos para una educación inclusiva
• Educar en el Saber-hacer con trabajos: talleres, proyectos, etc.
• Educar el desarrollo físico, además de gimnasia y deporte incluir contenidos como higiene, cuidado de la
salud, conceptos de buena alimentación.
• Abarcar destrezas que están relacionadas las habilidades manuales y la inteligencia práctica en conjunto:
arte, tecnología, etc.
• Educar y enriquecer los afectos. Crear proyectos en la Educación de los sentimientos.
• Canalizar los impulsos, reflexionando y orientar al joven sobre sus actos.
• Sanear y madurar sus vivencias psicológicas.
• Presentar programas de estudios en los cuales el joven los capte como un bien, que sea significativa,
para su vida cotidiana, su futuro laboral, para el ingreso a otros estudios superiores, para formar un
buen ciudadano y padre de familia.
• Una formación que lo dignifique como persona, responsablemente libre y responsable de sus actos.
• Conocedor de sus derechos y, por tanto, de los derechos de los demás.
• Favorecer el protagonismo de los alumnos ya que de esta manera madura su reflexión, su investigación,
su iniciativa. Una educación bancaria limita este aspecto.