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Sociedad, Tolerancia y Justicia

Sociedad, Tolerancia y
Justicia
Presentación
Índice

1.1 Sociedad
1.1.1 Estudio de las Sociedades

1.2 Sociedades
1.2.1 Sociedades Animales
1.2.2 Sociedad Humana
1.2.3 Organización de la Sociedad Humana

1.3 Tipos de Sociedades


1.3.1 Sociedades en el Ámbito Jurídico y Económico
1.3.2 Sociedades Científicas

2.1 Justicia
2.2 Fundamento y Concepciones de la Justicia
2.2.1 Justicia como virtud
2.2.2 Concepto de Justicia en el Derecho Romano
2.2.3 Conceptos Posteriores de Justicia

2.3 Teorización sobre la Justicia


2.3.1 John Rawls

3.1 La Tolerancia
3.1.1 Tolerancia y Reprobación

3.2 Generalidades
3.3 Tolerancia Civil
3.4 Tolerancia Religiosa
3.4.1 El politeísmo Antiguo
3.4.2 El Monoteísmo
3.4.3 El Diálogo Interreligioso
Introducción
Objetivos Generales

Uno de los objetivos de este trabajo e enseñar


Metodología
1.1 Sociedad
Sociedad es un concepto polisémico, que designa a un tipo particular de
agrupación de individuos que se produce tanto entre los humanos (sociedad
humana o sociedades humanas) como entre algunos animales (sociedades
animales).
En ambos casos, la relación que se establece entre los individuos supera la
manera de transmisión genética e implica cierto grado de comunicación y
cooperación, que en un nivel superior (cuando se produce la persistencia y
transmisión generacional de conocimientos y comportamientos por el
aprendizaje) puede calificarse como "cultura".

1.1.1 Estudio de las Sociedades


El estudio del comportamiento social en animales (p.ej. en primates o en
insectos eusociales, como algunas hormigas) lo realiza la etología. De las bases
biológicas del comportamiento social, tanto en animales como en el ser
humano, se ocupa la socio biología. Las sociedades humanas son estudiadas
por las llamadas disciplinas sociales, principalmente la sociología y otras como
la antropología, la economía, la administración de empresas, etc.
Modernamente, existe un interés de la física, desde la perspectiva de sistemas
complejos, por el estudio de fenómenos sociales, y este esfuerzo ha dado lugar a
disciplinas positivas como la socio física y la econofísica.

1.2 Sociedades
1.2.1 Sociedades Animales
Al estudiar las sociedades en animales, la etología se preocupa del estudio de la
conducta, del instinto y de las relaciones con el medio, así como el
descubrimiento de las pautas que guían la actividad innata o aprendida de las
diferentes especies animales sociales.
Entre los tipos de sociedades animales el nivel más alto de organización social es
el de eusocialidad, presente en algunos grupos de insectos, tales como las
hormigas, termitas y en algunas especies de abejas; y en vertebrados tales como
la rata topo lampiña.
El término sociedad es utilizado indistintamente para referirse a comunidades
de animales (hormigas, abejas, topos, primates, etc) y de seres humanos. La
diferencia esencial existente entre las sociedades animales y las humanas es,
más allá de su complejidad, la presencia de cultura como rasgo distintivo de
toda sociedad humana. No obstante, el estudio del comportamiento de ciertas
comunidades de chimpancés ha permitido identificar la transmisión e incluso la
innovación de rasgos que han sido definidos como "culturales".
1.2.2 Sociedad Humana
Aunque usados a menudo como sinónimos, cultura y sociedad son conceptos
distintos: la sociedad hace referencia a la agrupación de personas, mientras que
la cultura hace referencia a toda su producción y actividad transmitida de
generación en generación a lo largo de la historia, incluyendo costumbres,
lenguas, creencias y religiones, arte, ciencia, etc.
La diversidad cultural existente entre las diferentes sociedades del mundo se
debe a la diferenciación cultural que ha experimentado la humanidad a lo largo
de la historia debido principalmente a factores territoriales, es decir, al
aislamiento e interacción entre diferentes sociedades.
Por definición, las sociedades humanas son entidades poblacionales. Dentro de
la población existe una relación entre los sujetos (consumidores) y el entorno;
ambos realizan actividades en común y es esto lo que les otorga una identidad
propia. De otro modo, toda sociedad puede ser entendida como una cadena de
conocimientos entre varios ámbitos: económico, político, cultural, deportivo y
de entretenimiento.
Los habitantes, el entorno y los proyectos o prácticas sociales hacen parte de
una cultura, pero existen otros aspectos que ayudan a ampliar el concepto de
sociedad y el más interesante y que ha logrado que la comunicación se
desarrolle constantemente es la nueva era de la información, es decir la
tecnología alcanzada en los medios de producción, desde una sociedad primitiva
con simple tecnología especializada de cazadores —muy pocos artefactos— hasta
una sociedad moderna con compleja tecnología —muchísimos artefactos—
prácticamente en todas las especialidades. Estos estados de civilización
incluirán el estilo de vida y su nivel de calidad que, asimismo, será sencillo y de
baja calidad comparativa en la sociedad primitiva, y complejo o sofisticado con
calidad comparativamente alta en la sociedad industrial.
También, es importante resaltar que la sociedad está conformada por las
industrias culturales. Es decir, la industria es un término fundamental para
mejorar el proceso de formación socio-cultural de cualquier territorio, este
concepto surgió a partir de la Revolución Industrial, y de ésta se entiende que
fue la etapa de producción que se fue ejecutando en la sociedad en la medida en
que el hombre producía más conocimiento y lo explotaba en la colectividad.
En la sociedad el sujeto puede analizar, interpretar y comprender todo lo que lo
rodea por medio de las representaciones simbólicas que existen en la
comunidad. Es decir, los símbolos son indispensables para el análisis social y
cultural del espacio en que se encuentra el hombre y a partir de la explicación
simbólica de los objetos se puede adquirir una percepción global del mundo.
Por último, la sociedad de masas (sociedad) está integrada por diversas culturas
y cada una tiene sus propios fundamentos e ideologías que hacen al ser humano
único y diferente a los demás.
1.2.3 Organización de la Sociedad Humana
La sociedad humana se formó con la propia aparición del hombre. En la
prehistoria, la sociedad estaba organizada jerárquicamente, donde un jefe
siempre era el más fuerte, más sabio del grupo, ocupando el poder. No fue hasta
la época griega cuando esta tendencia absolutista del poder cambió, dando paso
a un sistema social en el que los distintos estamentos de la sociedad, dejando
fuera del sistema a los esclavos, podían ocupar el poder o unirse para ocuparlo,
originando la aparición de la política. Pero no fue hasta 1789 con la Revolución
Francesa cuando la tendencia de sociedad cambió radicalmente haciendo que
cualquier persona, hipotéticamente, pudiera subir a un estamento superior, algo
imposible hasta aquella época.

1.3 Tipos de Sociedades


1.3.1 Sociedades en el Ámbito Jurídico y Económico
En el ámbito jurídico y económico, una sociedad es aquella por la cual dos o más
personas se obligan en común acuerdo a hacer aportes (especie, dinero o
industria), con el ánimo de repartirse proporcionalmente las ganancias o
soportar en idéntica proporción las pérdidas. En este caso se denomina sociedad
a la agrupación de personas para la realización de actividades privadas,
generalmente comerciales. A sus miembros se les denomina socios.

El concepto amplio de sociedad, en contraposición al concepto tradicional,


entiende que esa puesta en común de bienes, esa estructura creada entre dos o
más personas, puede no estar destinada esencialmente a obtener un lucro, no
siendo este ánimo un elemento esencial del referido contrato, por cuanto existen
«Sociedad» en conceptos económicos es un sinónimo de empresa o corporación,
y especialmente en contextos jurídico-económicos, de figura o persona jurídica:

 Sociedad mercantil
 Sociedad anónima
 Sociedad limitada
 Sociedad cooperativa
 Sociedad en comandita
 Sociedad sistematizada
Sociedad civil (Derecho)
Asociación (Derecho) (no debe confundirse con derecho de asociación, uno de
los derechos políticos)
1.3.2 Sociedades Científicas
Una sociedad científica es una asociación de eruditos de una rama del
conocimiento o de las ciencias en general, que les permite reunirse, exponer los
resultados de sus investigaciones, confrontarlos con los de sus colegas,
especialistas de los mismos dominios del conocimiento, habitualmente con el
fin de difundir sus trabajos a través de una publicación científica especializada.

2.1 Justicia
La justicia es la concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido
de sus normas jurídicas. Es un valor determinado como bien común por la
sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes.
Es el conjunto de pautas y criterios que establecen un marco adecuado para las
relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y
permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.

2.2 Fundamento y Concepciones de la Justicia


Este conjunto de criterios o reglas tiene un fundamento cultural y en la mayoría
de sociedades modernas, un fundamento formal, que intervienen dentro del
mismo concepto y que son explicados de la siguiente manera:

 El fundamento cultural se basa en un consenso amplio en los


individuos de una sociedad sobre lo bueno y lo malo, y otros aspectos
prácticos de cómo deben organizarse las relaciones entre personas. Se
supone que en toda sociedad humana, la mayoría de sus miembros
tienen una concepción de lo justo, y se considera una virtud social el
actuar de acuerdo con esa concepción.
 El fundamento formal es el codificado formalmente en varias
disposiciones escritas, que son aplicadas por jueces y personas
especialmente designadas, que tratan de ser imparciales con respecto a
los miembros e instituciones de la sociedad y los conflictos que aparezcan
en sus relaciones.
2.2.1 Justicia como virtud
Igualmente la justicia ha sido entendida como virtud humana, puede ser
definida como el arte de hacer lo justo, y de «dar a cada uno lo suyo»,
básicamente esto nos dice que la justicia es la virtud de cumplir y respetar el
derecho, es el exigir sus derechos, es otorgar los derechos a un individuo. Para
diversos autores la justicia no consiste en dar o repartir cosas a la humanidad,
sino el saber decidir a quién le pertenece esa cosa por derecho. La Justicia es
ética, equidad y honradez. Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es
suyo. Es aquel sentimiento de rectitud que gobierna la conducta y hace acatar
debidamente todos los derechos de los demás. Hans Kelsen la define así:
La Justicia es para mí aquello cuya protección puede florecer la ciencia, y
junto con la ciencia, la verdad y la sinceridad. Es la Justicia de la libertad,
la justicia de la paz, la justicia de la democracia, la justicia de la
tolerancia.
Todas las virtudes están comprendidas en la justicia. En definitiva, la verdadera
justicia es el arte de dar lo justo o hacer dar lo justo a un individuo, basándose
en los principios del arte del derecho, sin tener ningún tipo de discriminación o
preferencia hacia ninguna persona; de lo contrario se estaría dando una justicia
falsa, y ello no sería «dar a cada uno lo suyo», sino «dar a él lo que le toque»,
dependiendo de su clase social o raza, etc.

2.2.2 Concepto de Justicia en el Derecho Romano


La palabra justicia designó, originalmente, la conformidad de un acto con el
derecho positivo, no con un ideal supremo y abstracto de lo justo. A dicho
concepto objetivo corresponde, en los individuos, una especial actividad
inspirada en el deseo de obrar siempre conforme a derecho; desde este punto de
vista, Ulpiano definió la justicia, según el texto transcrito. Se cree que el jurista
se inspiró en la filosofía griega de pitagóricos y estoicos. Resulta, así que la
iustitia es una voluntad que implica el reconocimiento de lo que se estima justo
y bueno (aequum et bonum).
Al observar el adecuarse a la ley en las acciones humanas, los principios
jurídicos se concentran de manera constante y perpetua. De tal modo, la justicia
pierde su contenido abstracto, de valor ideal y estático, transformándose en una
práctica concreta, dinámica y firme que permanentemente ha de dirigir las
conductas.

2.2.3 Conceptos Posteriores de Justicia


La justicia se ocupa en sí del apropiado ordenamiento de las cosas y personas
dentro de una sociedad. Como concepto ha sido objeto de reflexión filosófica,
legal, y teológica y de debate a través de nuestra historia. Un número de
cuestiones importantes acerca de la justicia han sido ferozmente debatidas a
través de la historia occidental: ¿Qué es justicia? ¿Qué demanda de los
individuos y sociedades? ¿Cuál es la distribución apropiada de riqueza y
recursos en la sociedad?: ¿igualdad, meritocracia, de acuerdo al estatus, o
alguna otra posibilidad? Hay muchas respuestas posibles a estas preguntas de
diversas perspectivas en el espectro político y filosófico.
De acuerdo a muchas teorías de justicia, es de suma importancia: John Rawls,
en particular, clama que «La justicia es la primera virtud de las instituciones
sociales, así como la verdad es a los sistemas del pensamiento». La justicia
puede ser pensada como distinta de y más fundamental que la benevolencia, la
caridad, misericordia, generosidad o la compasión. La justicia ha sido
tradicionalmente asociada con conceptos de fe, reencarnación o divina
providencia, es decir, con una vida de acuerdo al plan cósmico. La asociación de
justicia con la equidad ha sido histórica y culturalmente rara y tal vez es una
innovación moderna.
Un estudio en la UCLA en el 2008 ha indicado que las reacciones a la igualdad
están «cableadas» en el cerebro y que, «la igualdad está activando la misma
parte del cerebro que responde a la comida en las ratas... Esto es congruente con
la noción de que el ser tratados de manera igualitaria satisface una necesidad
básica». Una investigación conducida durante el 2003 en Emory University,
Georgia, que involucra a monos capuchinos demostró que otros animales
cooperativos también poseen tal sentido y que «la aversión a la inequidad tal vez
no sea únicamente humana». Indicando que las ideas sobre igualdad y justicia
puedan ser instintivas en naturaleza y en la sociedad.
En el lenguaje común, el término justicia arrastra consigo la intuición de que
«las personas deben recibir el trato que se merecen» y, en este sentido, conserva
aún todo su vigor la definición de Ulpiano: «Dar a cada uno lo suyo». Desde el
punto de vista individual, según Aranguren, la virtud de la justicia es el hábito
consistente en la voluntad de dar a cada uno lo suyo.

2.3 Teorización sobre la Justicia


La Justicia no es el dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber decidir a
quién le pertenece esa cosa por derecho. La Justicia es ética, equidad y
honestidad. Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que le corresponde.
Es aquel referente de rectitud que gobierna la conducta y nos constriñe a
respetar los derechos de los demás.
Otro nivel de análisis lo constituye el hecho de entender la justicia como valor y
fin del Derecho (más que como virtud subjetiva) al que podemos conceptuar
juntamente con Norberto Bobbio como «aquel conjunto de valores, bienes o
intereses para cuya protección o incremento los hombres recurren a esa técnica
de convivencia a la que llamamos Derecho». Ahora bien en cuanto al bien
jurídico tutelado por el Derecho, o sea, el conjunto de condiciones protegidas
por las normas jurídicas, se puede considerar desde una perspectiva absoluta
ius naturalista dentro de la cual todo derecho es justo y si no es justo no es
derecho. Pero desde una óptica ius positivista el Derecho es condición sine qua
non de la justicia y a la vez, esta es una medida de valoración del derecho, por lo
que podemos decir que un derecho positivo determinado puede ser «justo o
injusto» de acuerdo con un ideal subjetivo de Justicia.
Todas las virtudes están comprendidas en la Justicia. En definitiva, la verdadera
Justicia es el arte de dar a cada uno lo suyo, o bien, hacer a un individuo dar lo
suyo a otro, ello con base en los principios de la ciencia del Derecho, lo cual debe
hacerse sin discriminar ni mostrar preferencia alguna por nadie, toda vez que
las personas deben ser tratadas por igual para, poder estar en condiciones de
aplicar la Justicia a plenitud.

2.3.1 John Rawls


Al referirse a Kant, Rawls afirma que éste ha sostenido que una persona actúa
autónomamente cuando los principios de su acción son elegidos por ella como
la expresión más adecuada posible de su naturaleza de ser racional libre e igual.
Los principios básicos con los cuales actúa no son adoptados a causa de su
posición social o de sus dotes naturales, o en función del particular tipo de
sociedad en la cual vive, o de aquello que él quiere tener. Actuar en base a estos
principios significaría actuar de manera heterónoma. El velo de ignorancia priva
a la persona, en la posición originaria, de los conocimientos que la pondrían en
condiciones de elegir principios heterónomos. Las partes llegan juntas a su
elección, en cuanto personas racionales libres e iguales, conociendo solamente
aquellas circunstancias que hacen surgir la necesidad de principios de justicia.

3.1 La Tolerancia
La tolerancia es la actitud de respeto y consideración hacia las ideologías,
opiniones o costumbres ajenas, aunque no sean compartidas o puedan ser
contrarias a las nuestras.
Este valor resulta imprescindible para convivir en paz dentro de nuestra familia,
en el colegio, en los centros de trabajos, en nuestro país y en nuestro Planeta.
Para llevarse bien con la gente, hay que saber aceptar, perdonar y tolerar a los
demás.
En la época de Jesús abundaban la intolerancia y el prejuicio. Por ejemplo, los
judíos y los samaritanos se odiaban (Juan 4:9). También se consideraba que
las mujeres eran inferiores a los hombres. Y, para colmo, los líderes religiosos
judíos despreciaban a la gente común (Juan 7:49). Sin embargo, Jesucristo era
un hombre completamente diferente. De hecho, sus enemigos lo criticaban
diciendo: “Este hombre recibe con gusto a pecadores, y come con ellos” (Lucas
15:2). Jesús era amable, paciente y tolerante; no juzgaba a la gente sino que
quería ayudarla a conocer a Dios. Todo lo que hacía, lo hacía porque amaba a las
personas (Juan 3:17; 13:34).
La tolerancia es uno de los valores humanos más respetados y guarda relación
con la aceptación de aquellas personas, situaciones o cosas que se alejan de lo
que cada persona posee o considera dentro de sus creencias. Se trata de un
término que proviene de la palabra en latín “tolerare”, la que se traduce al
español como “sostener”, o bien, “soportar”.
Podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión,
social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a
los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida,
siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona...
La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia,
como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar
distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo, es
a todas luces una virtud de enorme importancia.
Se considera generalmente la tolerancia como una virtud, pues tiende a evitar
los conflictos, "El espíritu de tolerancia es el arte de ser feliz en compañía de
otros."
La importancia de la tolerancia radica en la posibilidad que nos otorga de
convivir en un mismo espacio con personas de diferentes culturas o con
diferentes creencias. La tolerancia es la que nos permite vivir en armonía en un
mismo país con personas que profesan diferentes religiones, que apoyan otras
tendencias políticas, que poseen una condición sexual diferente, etc. La
tolerancia no sólo es aplicable a nivel de país, sino que es algo que debemos
desarrollar en nuestros hogares con aquellas personas a las que más queremos,
como nuestra familia y amigos, así como también, a nivel mundial, donde se
intenta convivir en armonía con un sinnúmero de culturas y personas muy
diversas.

3.1.1 Tolerancia y Reprobación


Sin embargo, se considera generalmente que no hay tolerancia sin agresión, es
decir que sólo se puede ser tolerante frente aquello que nos molesta (es decir
con lo que no se está de acuerdo) pero que se acepta por respeto al individuo (el
humanismo) o para la defensa de un ideal de libertad (el liberalismo).
La tolerancia por respeto al individuo se podría formular como:
"No estoy de acuerdo contigo, pero te dejo que lo hagas por respeto a las
diferencias"
La tolerancia para la defensa de un ideal de libertad, está perfectamente
ilustrada por una célebre citación atribuida de manera apócrifa ( se refiere a
algo que es fabuloso) a Voltaire (François Marie Arouet, más conocido como
Voltaire, fue un escritor, historiador, filósofo, y abogado francés).
"No estoy de acuerdo con lo que me dices, pero lucharé hasta el final para que
puedas decirlo".
La tolerancia es sea una elección dictada por una convicción, sea una elección
condescendiente. En todos los casos, para que haya tolerancia, debe haber
elección deliberada. Sólo se puede ser tolerante con aquello que uno puede
intentar impedir.
Desde los años 1950, la tolerancia se define generalmente como un estado
mental de apertura hacia el otro. Se trata de admitir maneras de pensar y actuar
diferentes de aquéllas que uno mismo tiene.

3.2 Generalidades
La tolerancia social en las sociedades modernas se defiende penalmente y busca
el respeto de los derechos y los intereses de todas las personas con
independencia de sus circunstancias individuales, para la coexistencia pacífica.
A nivel individual es la capacidad de aceptación de una situación, o de otra
persona o grupo considerado diferente, pero no todos los individuos están
capacitados para ser tolerantes. Es la actitud que una persona tiene respecto a
aquello que es diferente de sus valores. Es también la aceptación de una
situación injusta en contra de los intereses propios o en contra de los intereses
de terceras personas. Es también la capacidad de escuchar y aceptar a los
demás.
Este comportamiento social se ha dado en todas las épocas de la humanidad y
en todos los lugares del mundo como un medio para la coexistencia pacífica. Los
valores o normas son establecidos por la sociedad o grupo que cuenta con el
poder político y el control social, que establece el respeto o la persecución de la
persona o grupo considerado diferente o problemático. En este contexto es el
respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o
contrarias a las propias. Es también el respeto a las ideas o intereses de los
demás en contra de los propios.
Es distinto tolerancia de libertad, y lo más común en las sociedades humanas
consiste en la opresión de un grupo minoritario por parte de una mayoría, ya
que lo inverso es menos frecuente. Los valores de respeto van en menor grado
desde la tolerancia hasta la libertad, pasando por la igualdad social. La
tolerancia no tiene porque ser neutral o un valor positivo en sí mismo, puede ser
también un medio por parte del grupo con el control social para fomentar o
mantener una situación de privilegio que le es favorable.

3.3 Tolerancia Civil


La tolerancia no es un bien en sí mismo, puede ser fomentada por un grupo con
el control social haciendo propaganda con los medios de comunicación para
fomentar sus intereses o lo que considera necesario para sus fines.
Puesto que las mentalidades - en algunos sujetos - evolucionan más rápido que
las leyes, existe un desfase entre la moral social, la de un grupo legítimo, y las
leyes cívicas. Así, algunas disposiciones de la ley pueden, en un momento dado,
ser reconocidas como inadaptadas y, por eso, no ser aplicadas más que
parcialmente o nada en absoluto, por falta de medios o de seguimiento social.
Así Georges Clémenceau decía en Au soir de la pensée, "Toda tolerancia se
convierte a la larga en un derecho adquirido."
Históricamente, la primera noción en el sentido contemporáneo de tolerancia es
la defendida por John Locke en su Carta sobre la tolerancia, que es definida por
la fórmula "dejad de combatir lo que no se puede cambiar".
Desde un punto de vista social, permite aquello que es contrario a la moral o a la
ética del grupo con el control social. Permite también desigualdades y
diferencias dentro de la sociedad. Se trata principalmente de un
comportamiento frente a una situación que se juzga mala, pero que se acepta
porque no se puede hacer otra cosa o se considera la más conveniente.
El respeto al individuo y a sus ideas interviene solamente a partir del momento
en que no se puede convocar el poder público contra su manera de actuar y este
respeto no aparece globalmente hasta a partir de 1948 y de la declaración
universal de los derechos humanos.
En este marco, la tolerancia no es un valor individual, sino un dinamismo que
evoluciona entre la recepción de la regla y la aptitud del poder para hacer que se
respete la misma.
Esta noción de tolerancia depende pues de la manera en que el poder concibe su
relación con la verdad y de los medios que está dispuesto a invertir para hacer
valer esta concepción.

3.4 Tolerancia Religiosa


La tolerancia religiosa es una actitud adoptada ante confesiones de fe diferentes
o ante manifestaciones públicas de religiones diferentes. Ejemplo, el edicto de
Tolerancia de 1786 (Francia) autoriza la construcción de lugares de culto para
los protestantes con la condición de que su campanario sea menos alto que el de
las iglesias católicas.
Hay que diferenciar tres dominios de tolerancia religiosa. En primer lugar, la
tolerancia inscrita en los textos sagrados a los que la religión se refiere. Después,
la interpretación que las autoridades religiosas han hecho de ella. Y por fin, la
tolerancia del fiel, que, aunque guiado por su fe, no por ello permanece menos
individual.
A pesar de que cada religión haya evolucionado más o menos
independientemente, se constatan tres grandes tendencias ligadas a tres
grandes periodos de la historia.
3.4.1 El politeísmo Antiguo
En el politeísmo antiguo (antes de la era cristiana), con frecuencia se constatan
intercambios de divinidades de un panteón al otro, en particular en Europa del
Norte y en Oriente Próximo. Podemos citar por ejemplo el caso de la civilización
del antiguo Egipto, para el cual la tolerancia religiosa era un pilar (salvo durante
el periodo de Akhenaton) y en cuyo país se albergó, en numerosas épocas,
templos de divinidades extranjeras (Baal, Astarté, etc.). Lo mismo para Roma
con la adopción de la diosa Isis.
No se puede hablar de tolerancia en el caso del panteón romano cuyo culto se
confunde con el de la ciudad, y del emperador a partir de Augusto.
Por un lado la religión no se concibe como una expresión de la relación de un
individuo con una divinidad, sino como la relación de un individuo con la
sociedad romana en la cual el mismo debe integrarse, o también como la
relación de una ciudad a su destino (Louis Gernet, la religión romana, Albin
Michel). Los Viejos Romanos sólo conocen una religio: la suya; pero,
seguidamente, la cultura romana se heleniza y se abre a cultos muy diferentes
del mos maiorum (la costumbre); los otros cultos, si no se pueden captar
(procedimiento de captatio) son considerados como superstitio. En la época de
los apologistas, Celso testifica que no se trata, en lo que concierne al
cristianismo, de tolerancia como apertura a los valores de otro, sino de
tolerancia a aquello que no destruye el orden público. Sólo el judaísmo se
beneficia del estatus de religio licita al lado de la religión nacional.
La importación de los cultos orientales (Isis, Mithra, etc.) por los soldados
romanos que han partipado en las batallas orientales, representa al contrario
una modificación del sentimiento religioso. No se trata de intercambio de
divinidades sino de considerarse como devoto de Isis lo cual no impide la
participación en los cultos urbanos. En cierta forma, el culto de Isis sustituye a
las divinidades familiales para el soldado errante.
Solamente en el 311 un edicto de tolerancia, el edicto de Milán decreta la
libertad de todos los cultos.

3.4.2 El Monoteísmo
Con el desarrollo del monoteísmo (judaico, cristiano, e islámico) aparece la
noción de exclusividad de lo divino.

 Judaísmo: "No tendrás otro dios frente a mí." (Éxodo 20,3).


 Cristianismo: "Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y
de la tierra." (Símobolo de los Apóstoles, siglo II)
 Catolicismo: en 392 Ambrosio de Milán obtiene de Teodosio II un
edicto que autoriza la ejecución de judíos, paganos y heréticos.
 Protestantismo: "Diremos que se debe permitir la libertad de
consciencia? De ninguna manera, si se trata de la libertad de adorar a
Dios cada uno a su manera. Es un dogma diabólico.", Teodoro de Beza,
1570. En esto Teodoro de Beza es un excelente testigo de los primeros 150
años del protestantismo que fueron tan autoritarios como el catolicismo.
Sin embargo, el giro tuvo lugar con John Locke y su carta sobre la
tolerancia interviniendo en el conflicto entre la corriente calvinista y
dogmática, y los Remostrantes.
 Islam: "No hay más Dios que Alá" pero también sin constricción en
religión (Corán 256/2).
Se entiende pues que la tolerancia no es una virtud intrínseca de tal o cual
religión sino que depende de la elección de sus individuos y de sus jerarquías así
como de su capacidad para asociarse con un poder.

3.4.3 El Diálogo Interreligioso


Así mismo la tolerancia no siempre ha existido. Ya [Platón], según un rumor del
que se hizo eco Diógenes Laercio, habría querido quemar en la plaza pública las
obras de Demócrito. La apertura de la cultura griega a las culturas exteriores y el
diálogo continuo de los filósofos entre ellos han generado un clima intelectual
tenso pero propicio a los intercambios y a la reflexión. El la filosofía de las luces
la que transforma aquello que parecía una debilidad para San Agustín de
Hipona, teórico de la persecución legítima, tal y como lo presentaba Bossuet.

En el símbolo del giro es esta frase de Voltaire: no me gustan tus ideas pero
lucharé para que puedas expresarlas. Se constituye entonces un movimiento
intelectual que lucha contra las intolerancias del cristianismo: "De todas las
religiones, la cristiana es sin duda la que debe inspirar mayor tolerancia, aunque
hasta ahora los cristianos hayan sido los más intolerantes de todos los
hombres." (Diccionario filosófico, artículo Tolerancia 7).

El desarrollo de las ciencias religiosas en la filosofía alemana del siglo XIX ha


permitido el establecimiento de un saber laico sobre el fenómeno religioso que
es percibido como una amenaza por las religiones. Tal fue la apuesta de la crisis
modernista, tal es aún la apuesta de bastantes conflictos que tiene algo que ver
con el fenómeno religioso.

Los medios de transporte y de comunicación de siglo XIX y del siglo XX han


permitido intercambios culturales que no facilitan tanto el diálogo
interreligioso. La democratización del viaje se hace por el método del viaje
organizado que raramente permite un encuentro con el autóctono. Por el
contrario, los intercambios de estudiantes, hasta ahora reservados a las clases
superiores de los países desarrollados, podrían mejorar la situación por medio
de subvenciones europeas, tales como el programa ERASMO.

Por el hecho de que la mayoría de las religiones tienen vocación para enseñar
sólo aquello que cree verdadero, designando por todas las variantes de lo falso a
todo aquello que no han expresado ellas mismas (método de los epiciclos
copernicianos descrito por primera vez en el dominio religioso por John Hick en
God Has Many Names (1988) y popularizado desde entonces por Régis Debray
en El Fuego sagrado: Función de lo religioso, Fayard, 2003), no se puede decir
que la cultura religiosa del Europeo medio haya avanzado mucho.

La reflexión sobre la verdad religiosa, a pesar de estar bien descrita por Michel
de Certeau s.j. en La invención de lo cotidiano, t. II: maneras de creer no ha sido
retomada por religión alguna. El creyente ignora pues lo sagrado de los demás y
exige de esos mismos demás la reverencia para aquello en lo que él cree,
reverencia que él por su parte no está dispuesto a manifestar hacia sus
interlocutores.
Conclusión
Recomendaciones

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Bibliografía

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