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“Más ética, más desarrollo” de Bernardo Kliksberg estudia la realidad

socioeconómica de Latinoamérica desde una perspectiva ética, centrando el


cultivo de los valores como medio para generar el desarrollo.

El autor llama la atención sobre la eliminación de prácticas corruptas que cada día
sumergen a la región. En consecuencia afirma que América Latina padece de una
profunda “sed de ética”, la cual exige, además de erradicar la corrupción, generar
una nueva forma de gerencia social basada en el respeto a la dignidad de las
personas, sobre todo, de las más necesitadas.

El libro está dividido en cuatro partes. La primera parte se centra en resaltar el


impacto de la ética sobre el desarrollo. La segunda parte del libro comparte las
experiencias latinoamericanas de capital social. En la tercera parte del libro discute
cómo la ética ha sido llevada a la acción sobre la base de participación. En la parte
final de su libro, Kliksberg presenta una serie de propuestas contundentes para
alcanzar una economía orientada por la ética

El autor inicia la obra presentando la “pobreza paradojal”, que consiste en la


discrepancia entre las altas cifras de pobreza y los altos niveles de producción en
la región. Señala que la causa de esta paradoja son las agudas desigualdades en
América Latina. La región de Latinoamérica es privilegiada por la diversa cantidad
de recursos naturales que poseen, a pesar de ello, es una de las regiones que
tiene niveles altos de pobreza y analfabetismo. Esto es debido a la desigualdad,
injusticia o la indiferencia de sus autoridades y de la población misma.

Se trata de la paradoja de amplios niveles de pobreza en medio de la riqueza


potencial. Véase el caso de las tres principales economías de la región. Argentina
es una de las mayores potencias alimentarias del planeta. Está entre los cinco
primeros países del mundo en producción y exportaciones de una larga serie de
alimentos básicos como la soja, el trigo, la carne y otros.

Esta obra considera el aspecto ético y humano como esencial para salir de la
pobreza. La ética cumple un papel fundamental ya que sirve como orientadora de
la economía. Con políticas públicas al servicio de la gente, una sociedad civil
movilizada que las apoye y un empresariado conformado por dirigentes éticos, la
pobreza puede ser derrotada. Sin un Estado eficiente, el desarrollo es muy difícil.
Hace falta un Estado de bienestar productivo que tenga respeto por la Justicia y
los derechos humanos, entre ellos el derecho a alimentarse, a estudiar y a la
salud.

Es imprescindible que en las políticas económicas las personas sean tomadas


como sujetos y no como objetos, ya que la participación comunitaria tiene un poder
increíble.

También cumple un papel fundamental el empresariado por medio de una mayor


responsabilidad social. Las empresas privadas pueden y deben hacer
contribuciones muy importantes en la lucha contra la pobreza. La responsabilidad
social empresaria toma un papel transcendental. Una empresa socialmente
responsable es aquella que tiene buenos tratos con sus empleados, respeta a los
clientes y el medio ambiente, está social, política y económicamente vinculada a la
ciudad donde desarrolla sus actividades, y ayuda a sus ciudadanos a vivir
dignamente.

En la obra se refleja la necesidad de un continente por superar diversos problemas


y mitos para lograr una ética y un desarrollo que logre derribar las dificultades de la
vida cotidiana para la sociedad.

El primer tema que aborda esta parte son los niños latinoamericanos en riesgo y la
importancia de la familia, núcleo principal del cual depende un equilibrio emocional,
un desarrollo afectivo y psicológico, la formación de valores, la adquisición de una
cultura de salud preventiva y un desarrollo de las calidades intelectuales básicas,
las cuales, se han ido destruyendo por el deterioro económico que hace a los niños
las víctimas directas. América Latina le asigna menos presupuesto a la educación
que otras regiones en desarrollo. El acceso a la educación siempre se ha
caracterizado por ser uno de exclusividad y prestigio para las clases sociales altas,
y uno mediocre y general para las clases sociales bajas. La marginación está
privando de oportunidad de educarse y desenvolverse en la vida a millones de
niños.

Probablemente la solución más clara y positiva son políticas públicas que


realmente se hagan responsables por garantizar a todos los niños sus derechos
indiscutibles de nutrición, salud, educación y desarrollo que protejan el pilar de su
felicidad y equilibrio.

Otro tema abordado por el libro es sobre el Capital Social y la Cultura, sobre ello
destacamos lo importante que es separarse del pensamiento económico
convencional. Muchas prácticas económicas se han convertido en un fin en sí
mismas, sin tener en cuenta que solo eran un medio para llegar a otros objetivos
mayores. Practicas como regulación, privatizaciones y estatizaciones eran los
puntos claves de una economía desvinculada totalmente de la realidad, en un
marco de “Soberbia epistemológica” con marcos de referencias de variables
limitadas. Cuando los verdaderos fines son indicadores claves tales como la
calidad de vida, mortalidad infantil, educación, salud, entre otros. Tales metas solo
pueden ser obtenidas mediante diferentes técnicas como las mencionadas
anteriormente, pero siempre considerándolas como un objetivo menor para
conseguir uno de mayor nivel.

Indicadores como el PBI y el PBI Per cápita nos permiten obtener importantes
valores respecto del crecimiento de una economía y también de la distribución de
sus ingresos, pero esto no determina la calidad de vida de los habitantes de dichos
países. Si bien hay grandes economías como las de Estados Unidos con los
mayores niveles de PBI Per capital, siendo líderes en esos puntos no sucede lo
mismo con otros factores tales como el promedio de vida, tampoco nos brinda la
información respecto del sistema de salud o de educación. Esto refleja la
ignorancia de algunos indicadores con respecto de datos tan importantes para una
población. Se debe considerar todos estos aspectos para poder lograr un
crecimiento sostenible, equitativo y democrático.
A partir de estas percepciones de estrechez económica comienzan a tratarse
temas tales como promoción de la educación, preservación, justicia, derechos
humanos y erradicación de la pobreza. Mejorar el perfil de la población de un país
es el fin en sí mismo.

Destacamos el valor que entrega sobre los valores personales, familiares y


grupales, además de otros como el nivel de asociatividad y el comportamiento
cívico que permiten armar grandes redes de cooperación y contribuyen al
bienestar social. En la actualidad es indispensable fomentar tales valores desde el
ámbito familiar, desarrollando un capital social interno que fomente la cooperación,
asertividad y respeto.

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