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¿Cómo se consiguen las muestras de material en los proyectos mineros?

Lo vemos en este breve extracto basado en un texto del “Curso de Recursos minerales:
desde la exploración hasta el estudio del impacto ambiental“.

Ranurado continuo (“Channel sampling”)

Esta técnica de muestreo está ampliamente extendida en minería, aunque su uso se


restringe cada vez más por razones de coste y rendimiento. Consiste en la excavación
de un canal estrecho y continuo, bien a lo largo de la capa o vena o bien en ángulo
recto al trazado de ésta (Figura 1). Las dimensiones de la acanaladura suelen ser del
orden de 8-10 cm de anchura por 2-3 cm de profundidad, manteniéndose estas
dimensiones lo más constantes posible. Se toma como muestra el total del material
excavado en la acanaladura. Este se recoge en tela lisa o plástico extendido al pie del
lugar de la toma. Si se juntan varias muestras de una ranura para constituir una única
muestra, la cantidad de cada una debe ser proporcional a la veta o capa respectiva.
La separación o distancia entre acanaladuras depende de las irregularidades o
variaciones dentro de la masa mineralizada, no siendo aconsejable, por pérdida de la
representatividad de las muestras, separaciones que superen los 5 metros.

Figura 1. Muestreo en ranurado continuo.

Ranurado discontinuo (“Chip sampling”)


Este método suele sustituir, en muchas ocasiones, al anterior por razones de coste y
rendimiento. Aquí el material no procede de una ranura del cuerpo mineral sino de
puntos distribuidos geométricamente en la masa mineral, bien de forma lineal o bien
formando una malla regular en dos dimensiones. La distancia entre puntos es variable
pero no debe superar los 20 cm y la cantidad de muestra debe ser siempre igual (p.e.
orificios de 45 mm de diámetro y unos 25-30 cm de profundidad). La definición de
intervalos fijos en la malla evita la tendencia subjetiva a muestrear en exceso las
zonas de ley más elevada. En ocasiones se realiza un muestreo continuo del área
entre puntos de malla de voladuras en los frentes de la mina. Este tipo de muestreo es
muy indicado para definir los ensayos de cut-off en zonas de frentes con desarrollo
minero posterior y es particularmente útil en el control de leyes del mineral en minas
productivas.
Muestreo a partir del material ya extraído (“grab sampling”)
Consiste en la recogida de muestras grandes a partir del material ya extraído y
acumulado en los frentes o bien en las zonas de acopio, así como de las vagonetas y
otros medios de transporte empleados para el movimiento del mineral. Se recogen
muestras de varios kilogramos, aunque la cantidad adecuada depende del tamaño de
los fragmentos grandes y de la naturaleza de la mineralización, tal como se verá en un
apartado posterior.

Este método de muestreo es altamente subjetivo y puede generar importantes


errores, dada la tendencia a tomar los fragmentos más aparentes en cuanto a riqueza
de mineral, la falta de una homogeneidad real del material tanto en los acopios como
en las vagonetas, la diferencia de tamaños de los bloques y fragmentos, etc. Una
posible reducción de estos inconvenientes se alcanza al hacer una toma de muestras
de forma ordenada en las zonas de acopio. Así, el método de “cuerdas y nudos”
(string and knot, utilizado en las minas de oro de Val d´Or, Quebec) consiste en
extender el material extraído superponiendo en él varias cuerdas regularmente
espaciadas, cada una con nudos a intervalos fijos. En la posición de cada uno de
estos nudos se recoge una muestra con su peso correspondiente y se hace una
media entre muestras para obtener una ley de conjunto.
Muestreo en masa (“bulk sampling”)

Este método consiste en la recogida de muestras de gran volumen (frecuentemente


varias toneladas y pudiendo llegar hasta las 500 toneladas o incluso más). Se utiliza
en yacimientos de muy baja ley (p.e. diamantes, oro aluvionar o platino) en los que las
pequeñas desviaciones en la ley pueden tener un efecto crítico, y, sobre todo, como
aporte de mineral a una planta piloto.

Muestreo en sondeos (“drill sampling”)

La realización de sondeos en minería resulta una labor sumamente frecuente, por lo


que su adecuado muestreo resulta básico, tanto en la etapa de exploración como en
la de evaluación e, incluso, en la de explotación. Tal como se comentó en el capítulo
anterior, dos son las situaciones básicas que nos podemos encontrar a la hora de
muestrear sondeos: muestras de testigo continuo y muestras en polvo. En el primer
caso, y después del lavado y acondicionamiento del testigo, éste se divide en
segmentos según su eje (Figura 2), normalmente dos, uno de los cuales se utiliza
para el análisis de leyes y el otro se guarda en la caja correspondiente para ulteriores
análisis o comprobaciones. El tamaño del trozo de sondeo para cada muestra no debe
de exceder el metro y medio, ni ser inferior a 20 cm. Cuando se van a hacer,
posteriormente, estudios geostadísticos, las muestras tomadas deben tener una
longitud constante en las diferentes partes del sondeo o entre los diferentes sondeos
efectuados. Por último, hay que hacer constar que el porcentaje de recuperación del
testigo es un dato de gran interés, pues recuperaciones inferiores al 75% pueden
introducir serios errores a la hora de la evaluación.
Figura 2. Muestreo en sondeos.

En el segundo caso, muestras en polvo procedentes, por ejemplo, de una máquina de


sondeos de circulación inversa, la propia máquina suele llevar incorporado un ciclón
en el que se recogen los detritus, normalmente con dos salidas para permitir obtener
dos copias idénticas de cada muestra. Estas se acumulan en bolsas que
posteriormente son testificadas, como puede verse en la figura 3.

Figura 3. Bolsas para muestreo.

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