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314 | lil ,1,,r.1,, t.n l¡r At,rtk.r¡¡r,¡
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El símbolo, el poder
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- v L. Gasnr¡r-SrH¡¡v¡u ¿patria comtin?, Madrid: vervuert Iberoamericana.
(eds.) (2oo4a): La batalla del idiona. La innhoualidad Para todo ser humano, su manera de hablar es tan natufal e inconsciente
- bispánica ante /a lengua,Madrid: Iberoamericana.
como el resto de sus acciones cotidianas. Esa inmediatez del hablar de
(2o04b):
- "Nacionalismo, hispanismo y cultura monogrósica,, en J. del valle cada quien se nota con claridad en los niños pequeños, para quienes ha-
y L. Gabriel-Srheeman (eds.): r,a batalla d¿l idioma. Ii
inteleaualiiad bispantca
ante la hngua, Madrid: Iberoamericana, pp. 15_33. blar es como usar sus manos, mirar o escuchar; la lengua de la sociedad
,vtc¡na
Tausrr, A. M. (2005): Morfosintaxis der apañol coroquial. Esbozo estilístico, en que viven forma parte de su actividad cotidiana, y si sus padres los
Madrid: Gredos. llevan a vivir en una sociedad de lengua diferente, no Ponen ningún
UU.j4. AS!rd." para el año 2000. La lengua castellana y la esuitura, La reparo a seguir hablando la nueva lengua, que aprenden con mucha fa-
t2??,
Rioja: Edición y Diseño D*B.
\7at'rn, H. (1997): La auentura de ras hngaas en occid¿nte. su origen, ru bistoru cilidad. Lo vemos actualmenre en los hijos de migrantes: un niño mexi-
gu grafía, Madrid : Espasa.
y sa cano trasladado a los Estados Unidos de América cambia sin solución de
\TuNnErcH, u. (1954): .,Is a strucrural diarectology possible?', continuidad del español al inglés, y a los pocos meses de vivir en esa otfa
en J. Fishman (ed.)
(1968): Readings in the Sociology of Language,tlUiy",
Mouton, pp. 305_3L9. sociedad, domina las maneras de hablar de sus compañeros de escuela,
z¡uop,d vrcrNrr, A. (L99D: Historia ¿i tineat Acad¿mia Espaaota,
Mairid: Es_ sus maestfos y la televisión, al grado de llegar a servir de intérprete, so-
pasa.
bre todo, a su madre. Lo mismo se puede afirmar de los niños africanos o
eslavos que emigran a España: muy pronto hablan como sus compañeros
españoles y llegan a perder todo acento extranjero'
Sólo más tarde comienzar: a darse cuenta de que el modo de hablar
de unas personas y de otras es diferente, y sólo cuando sus padres o la
escuela los llevan a identificar hablares diferentes, es cuando comien-
zan a. tener conciencia de su lengua matefna.t Es decir que el pfoceso
de identificación de la lengu^m tefn^ y, en conttaste con ella, de
otras lenguas, es un proceso social, enseñado y educado por los varios
agenres lingüísticos que acrúan en cada sociedad: los padres, la escuela,
la iglesia, lá mezquita o la sinagoga, las filiaciones políticas, los medios
de iomunicación,las academias de la lengua, y los filólogos y lingüistas
y otros medios de consulta'
- publican gramáticas, diccionarios
que
de aceptar y aprender otras
Aún cuando uno es adulto, esa capacidad
lenguas se conserva' aunque disminuida y muchas veces reprimida por
las ideologías lingüísticas las que hablaré más tarde-; pero lo que
-de
.ll(¡ | l.l ,|.u,1,, r'rr l.r A,,r,l.rru,r Irrr,,l;r'rr,rrrlr,l..rr.r | .ll7
Itity t¡ttt' f(sirltirf ir(luí ('s .¡ttt' lo. lo s(.t llunr;ur() l)r'ir( r r(;l su t(,nrln¡r () 1.1,, l. V:rlorcs y sítttlxrlos'
lengr-ras clLlc ttcccsita alrrcnclcr l)or(lu(' lc sorr t'scnt iirl('s I)rrrir (,n( ()nr r':lls(.
en el mundo y en su sociedad; es clccir, c¡uc caclir c¡rricn lrirlrlrr su l(.nl]rr;l l)t trlitltt'rrt t'st¡rtt'lttiítttrt st' Itttt'tlt'll (lcstac¿r cLlatro momentos de la his-
materna, o la de la sociedad en la que vive, para 1r<lclcr ejcrccr csir irtt itilr rr¡riir tlt'l cslrirñol c¡r.rt' hittt sickl clcfirtitttrios de nuestra idea de la lengua:
práctica cotidiana y necesaria que es el contacto y la comrrnic¿r'irin t.rr l:rs (ilosas lnrili¿ncnses y Silenses, la actividad textual de Alfonso X el
los demás. Sirbio, la ol¡ra de Antonio de Nebrija y la fundación y posterior activi-
Pero también porque el proceso de idenrificación de la propia lc,rr .lir.l cle la Real Academia Española. Por supuesto que a lo largo de los
gua es un fenómeno social y no esrricramenre individual y sul-ljerlvo, siglos ha habido muchos más pensadores, escritores y filólogos que han
el papel de los agentes lingüísticos que le dan forma a la identific¿ririrr , ontribuido a reconocer las características del español y a definir los cri-
lingüística es ran poderoso, que acrúa en dos sentidos: por un lado, guírr rcri<ls de buen uso o de uso correcto de la lengua, pefo particularmente
la reflexión sobre el propio modo de hablar y sus caracrerísticas; por t.l ('sos cuatro momentos han sido determinantes del imaginario colectivo
otro, puede llegar a socavar esa comprensión al punto de impedir unir lr rspanohablante.
reflexión sana y libre acerca de la propia habla. Se crea una fracrura en- Cada uno de ellos respondía a necesidades diferentes: las Glosas, a
tre el modo de hablar la propia lengua y el modo en que se lo concibr,. Ios primeros esfuerzos por entender el latín eclesiástico medieval, que se
Recuerdo a un filólogo puertorriqueño en un conélreso, que afirmab,r lrabía vuelto incomprensible para los frailes de los monasterios del norte
que, en Puerto Rico, .no se confunden la ere y la eleo2 (un rasgo mrry tlc España. En contra del eslogan académico, que publicita las Glosas
característico de algunas variedades andaluzas y caribeñas del español), t<rmo oel nacimiento de la lengua española>, se puede aftrmar que los
como decir
"Puelto Rico" o osordao, (por soldadr), pero su propia pro- frailes que las escribieron no identificaban todavía una lengua propia y
nunciación era ejemplo de esa confusión. De ahí que la idea de la propiu rnucho menos una olengua castellana, diferente de los demás dialectos
lengua que se forma una persona en sociedades como las nuestras sea romances de la Península. Las Glosas son el comienzo de un largo proce-
una idea siempre mediada por la educación que ha recibido y a veces so de reconocimiento escritural y gramatical del hablar compartido por
contradicroria de la realidad. los habitantes de La Rioja, procedentes del País Vasco y los valles del
Así que esas ideas no son producto de una reflexión pura e inocente so- Ebro y del Duero, de Aragón y Navarra.'
bre la propia lengua; a lo largo de la historia se puede comprobar que para Sólo dos o tres siglos más tarde, gracias al aumento de textos escritos
conducir esa reflexión han intervenido la actividad poérica, la retórica, el en todo el territorio español, al contacto cultural con Francia, alatradi-
contraste con otfas lenguas y la escritura. Pues las caractefísticas sonoras ción discursiva de los trovadores provenzales y gallego-portugueses' y a
y rítmicas de la poesía y del canto han permitido reconocer los sonidos de la conformación de una corte de eruditos árabes, iudíos, españoles' etc.'
la propia lengua, sus sílabas, sus acentos (pensemos en el Arte de rrouar, Alfonso X el Sabio, rey de CastilIa,logró "descubrir su lengua materna>
de don Enrique de Vllena, en el siglo xv); la rerórica hacía conscientes a feliz concepción del filósofo alemán Karl-Otto Apel (1980)-t
los hablantes de los giros sintácticos y de senrido del discurso y su efecto -una
mediante objetivos precisos: reunificar los fueros de las localidades ro-
sobre los demás; el contraste con otras lenguas y la escritura permitió la mances que el avance de la Reconquista iba poniendo bajo la Corona
identificación simbólica de las lenguas, que es lo que sucedió en la histo- de Castilla, escribir una historia propia y recopilar los conocimientos
ria de las lenguas españolas: del catalán como del gallego y del castellano que, especialmente a través de la cultura árabe, llegaban a España. La
como del vasco, y lo que ha sucedido en la l-ristoria de las lengr-ras aboríge- diferencia de aquella lengua (que hoy identificamos como "primitivo
nes del continente americano desde el siglo xvr. Es decir: tanto la escritura castellanoo) con el laún era y^ tan evidente que sólo ella, la lengua
como la gramática fueron materna propia, podía garantizar Ia transmisión de esos conocimientos
"espejos" que sirvieron a nuesrros antepasados
para ver reflejadas en ellos las características de sus propias lenguas, del y la unidad jurídica del reino. Es decir que, para Alfonso el Sabio, su
mismo modo en que un pequeño esranque permite a un ser humano darse lengua materna valía porque le permitía comunicarse con el resto de
cuenta de su propia cara. los españoles los propios textos de don Alfonso justifican el gentili-
cio- -y
que la compartían. De los intereses de Alfonso el Sabio nacía un valor
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s()ciitl: ct¡r-¡runic¿cit'¡n. l)or cst¡ rro tt'rri:r nlrl',llr r'('l).rr'() l,,rr,r tst tilrrr
l¿r v¡f(.¡lir(()s lx)r (()ns(,rv;rr urt lrrso utt¡tttlsrtr lrrs lt'ltgttirs ilrtlí¡¡ctras tl
¡roesía en gallego-1-rortugucis y t¿nllx)c() pirrl lt't'r'lls.lis¡rtrtrrs lirtirrirs rk' lxrt't.xtirlrirrlus t.lt lltvor,lt'l t'slrirlrol (()rll() LIllii ltrCha etltrC IOS dOS ValOreS
las universidades de Bolonia y de París, pues cl valor clc la c<lnrunicircirin lrisrriric'r¡s: cl clc la cotlulticitcitin y el de la identidad. Es esa identidad la
no excluye unas lenguas en favor de otras, sino al contrario: in-rpulsa srr r¡trr^sigkr tras siglo y mcdiante Ia acción de la ortografíay Ia gramática se
conocimiento en pro del poderse entender. va imponiendo como idea central de la lengua en el mundo hispanoha-
Como corolario de esa práctica castellanohablante, la corte de Alfirrr- blante y la clue se manifiesta en la transformación social del castellano
so el Sabio fue la primera en poner las bases parala identificación cle lir en español.
lengua: no tanto "el castellanor, sino el "hablar paladino", en sus ckrs Durante más de un siglo, la lengua se fue consolidando, sobre todo
significados de 'real' y 'público', es decir, la variedad discursiva roman('(' como lengualiteraria,la única variedad interesanre para esas sociedades;
al uso en su corte, cuyo sistema de escritura se fue perfilando, junto c<ln su sistema de escritura, su oftografía y su gtamática se mantuvieron
una intensa adopción de voces cultas, tomadas del latín, del griego y dcl con poca variación, sin la acción determinante de una sola agencia nor-
irabe, y unos usos sintácticos que hoy nos parecen primitivos pero qu(' m¿tiva, sino con el concurso, ante todo, de la actividad literaria, pero
poco a poco fueron dando flexibilidad a su élramática y constituyenckr rambién de muchos escritofes y gramáticos que daban a conocer sus
lo que llamamos.lengua literaria" y despr-rés "lengua culta". De esir Prefefencias y sus opiniones acerca del uso de la lengua: Juan
de valdés,
primera identificación nacieron las primeras normas de corrección. Cristóbal de Villalón, Gonzalo Correas, Bernardo de Aldrete, etc.
Normas no impuestas taxativamente, sino tendencias de corrección a EI comienzo del siglo xvlll correspondió, según los historiadores, a
partir de Ia emulación de los usos cortesanos. r,rna época de recuperación de Ia estabilidad económica española, a un
De la identificación de la lengua, que es un proceso, se pasa, muchas proceso de unificación nacional y a la difusión y aprecio de las ideas de
veces sin darse cuenta, a su institución: a la identidad de la lengua. la Ilustración. Sin duda la creación de la Academia Española tiene sus
La identificación del castellano como institución social y como símbol<l ¿ntecedentes en esa época política, económica e intelectual. A falta de
es posterior y obedece al momento en qLre se crea un Estado nacional un estudio amplio de esos factores en la creación de la Academia, hay
español, bajo el reinado de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. que suponer que el espíritu ilustrado de su fundador, el marqués de Vi-
La consolidación de un dominio político extenso en la Península y la llena, y de su círculo refleja las posibilidades y los intereses de esa época.
llegada de los humanistas educados en Italia, como Nebrija, actuó para Pero también obedecía a dos modelos que conocían muy bien: el de Ia
que se buscara legitimar Ia grandeza del Reino de España, pero de nue- Accademia della Crusca, en Florencia, y el de la Académie FranEaise.6 La
vo mediante un "espejo" que la refTejara: el Imperio romano. Para la primera, creadaa finales del xvl como un círculo de escritores contrarios
España de los Reyes Católicos como para laltalia de los humanistas o la a la pedantería, en cuyas sesiones se burlaban irónica y festivamente de
Francia de Francisco I, el símbolo de gloria en que se había convertido los usos pedantes y retorcidos cáscafa, Ia crasca- para separarlos
la Antigüedad romana era Lln modelo que había que emular, y el latín -.Ia
buen italiano-, muy pfonro evolucionó hacia una cele-
del grano
clásico era su mejor ejemplo; así que con Nebrija se identifica el caste- -del
bración de la lengua considerada clásica por sus miembros: la de Dante,
llano como un valor simbólico del Estado, y su gramática y su ortografí'a Petrarca, Bocaccio y los escritores del siglo xtv, por lo que, con un lema
comienzan aactuar como normas de corrección, difundidasy generaliza- petrarquista, *Il pii bet fior ne coglie, ("Recoge la más bella flor"), editó
das en todo el ámbito hispánico por su prestigio y por el papel que desde su diccionario en 16T2. La segunda, en cambio, fue creación impuesta
entonces empezó a tener la imprenta. El castellano compite con las otras por el cardenal Richelieu a sus miembros, reclutados un poco por la
lenguas del Occidente europeo en cuanto a grandeza. Desde entonces, fuerza, para celebrar la grandeza del francés.
la identidad de la lengua, que la distingue de otras y la aprecia, se ha Según relata FernandoLázaro Carreter (1912), el círculo del marqués
convertido en otro valor del imaginario colectivo hispanohablante. cle Villena era un círculo de ilustrados, reunido, como el de la Crusca,
A partir de Nebrija, el valor social de la comunicación o del entendi- por voluntad propia, sin intervención real; todo lo contrario, les costó
miento cede su primacíaaIvalor de la identidad. Si miramos a Hispanoamé- rrabajo y riempo que Felipe v aceptara dar a su academia el carácter
rica, podemos interpretar lalarga lucha de misioneros y funcionarios de los real, con los privilegios necesarios.
l2o I l.rr., l', rr,rr(1. l.,u,r | .tZt

l-a llrinlcrir t¿r('a (ltlc st' itn¡'xrso l¿r At irtlt^llriir Its¡ririrolir lut. r.lirlx¡r:rr , l ,lt'l nrr¡¡r,lo ,lt' lt'nrrrrr inslt srr. :tltt¡rit rclirrzacltt lr<lr slt
r,,rlor' ( ('nu':ll
un diccionario, tal como lo habían hcclr<l srrs cl<ls ¿nrcc'c.sor¿rs. A <lilt.r.t.rr l ilttt'rtrtt iottitl.
l',rltt
cia de la Accademia della crusca, que resrringía sr-r seleccirjn rk. v(x.(,s il A lo lirrgo rlt'l siglo xvur y ¡rrincil-rios del xlx la situación política
los grandes escritores de los siglos xlr y xrv, la selección que hicicr.n l.s y t'r'olrtinrica rlc Ilsyraña emlrcor<i. La Ilustración, cuyos beneficios para
académicos españoles para ese su primer diccionario, que hoy llamalrrrs lrs¡rirña y sLrs colonias se manifestaron en muchos órdenes, en el ámbito
de Autoridades (17 26-17 3D, sólo exigía que hubieran sido utilizaclas
¡r.r ,lt'la lcngtrar puso en eviclencia los excesos verbales del barroco pero a la
los mejores escritores españoles de todos los riempos;8 a diferencia rlt,l vt'z firc un medio de entrada del galicismo. IJna academia que, desde sus
diccionario de la Académie FranEaise qr-re, según propia declaración, rrr¡ orírrcnes, seleccionaba usos para sancionarlos, bajosr"r lema de
tenía clásicos anriguos que celebrar y por lo tanto el uso de los pro1.rr.s
"Limpia,
Iija y da esplendor", pudo fácilmente derivar haciala adopción de una
académicos autorizaba sus voces, el de la Academia Española abundab¡r i,lt'ología deFensiva de "la pureza>r' del esltañol la que preci-
en citas, en autoridade¡. sirmente Francia le daba claro ejemplo- y, en -para
consecuencia, a pasar a
Evidentemenre, los valores que daban justificación a la Academirr
¡rrcconizar una sola manera de entender la identidad de la lengua, en
eran, más que la comunicación y el entendimiento, la identidad de l' t¡Lre ésta se seleccionaba por su <pllreza>, exacerbando el principio de
lengua y la celebración de su grandeza. pero a Iavez, con ayuda de lrr sclección que estaba en el origen de la Academia. Hay que notar que los
sanción real, la RAE se instituía como el primer agenre claramente nor- jLricios puristas siempre han mezclado las características inmanentes de
mativo y hasta prescriptivo de la lengua española: rras su diccionari., la lengua con los juicios de las costumbres sociales significadas por las
orientado a la celebración de la lengua, apareció su ortografía, produc-
1.'alabras: al purismo lingtiístico se sumaba inconsciententente una pu-
to normativo.'Institución real, cuyos miembros formaban parte de la .l ibundez moral (Camilo José Cela escribió por eso su Diccionario secreto'.
aristocracia y el clero, la lengua sobre la que gravirabany la idea de la la Academia censuraba palabras con significado sexual, grosero, etc.).
lengua que forjaban actuaba en esos mismos círculos y no en una muy Para la ideología purista, una lengua no debe admitir influenctas
pequeña burguesía y mucho menos en los pueblos hispanohablantes.
extrañas, sobre todo de sociedades con las que entra en conflicto (que
Para resaltar ese hecho, sirve de contrasre Io sucedido un poco más
cs lo que sucede ahora con el inglés estadounidense). El francés, lengua
tarde en Inglaterra: una sociedad más ilustrada, con una burguesía po- clel Estado qr-re había impuesto no sólo sus condiciones, sino también su
derosa, parala cual lo único importante era la justificación razonable dinastía a España, se convirtió en la lengua y la cultura de las que había
de los argumenros que se discutían en sociedad, en el momenro en que que defenderse, y con la lengua, de slts ideas, tan contrarias entonces a
también sintió la necesidad de celebrar la lengua ingresa no aceptó que la doctrina católica, tanto en el ámbito filosófico y científico como en
se formara una academia propia, y menos bajo sanción rear. El Dic-
el moral. En la misma época, entre los españoles más ilustrados, que
tionary of tbe Englisb Language, de Samuel Johnson (1755), craramen- eran capaces de reconocer la influencia benéfica del pensamiento francés,
te inspirado en los tres diccionarios antes mencionados, cumplía con surgió la distinción emre ptrisntl y .a.ttiiisn¿0 (una distinción que no he
objetivos muy similares a los del Diccionario de Autoridadu y adquirió encontrado en otras culturas lingüísticas); el casticismo reconoce igual-
un peso normativo semejante, pero ruvo que apoyafse en la racionali- mente la necesidad de mantener la "purezar de la lengua, pero no como
dad bur¡¡uesa, no arisrocrática ni real, para legitimarse.to No se formó reacción contra la creatividad necesaria en cualquier sociedad, no como de-
una academia inglesa de la lengua, aunque hubo muchos intentos por
seo de conservar la lengua estática en su momento de gloria, sino como
hacerlo. No se creó una única institución prescriptiva de la lengua in-
esfuerzo por recuperar la propia creatividad del español, eliminando así
glesa, aunque el diccionario de Johnson ocupó un papel cenrral como
la necesidad de préstamos de otras lenguas. Corresponde a esa época la
agente normativo, al lado de los usos de la corte, el famoso lucha entre puristas y casticistas: Juan Pablo Forner de un lado, y Benito
"inglés del
re¡ o de la reinao, y los usos del teatro clásico. La lengua inglesa no se Jerónimo Feijoo, del otro.
fragmentó ni ose corrompió, (aunque George Bernard Shaw acusaba La idea de la pureza lingüística va pareia y qoizá es consecuencia del
de ello a los estadounidenses) porque los valores de la comunicacióny
tópico antiguo de la corruptibilidad de las lenguas. Según esa creencia,
de la identidad no se contrapusieron; y la comunicación sigue siendo las lenguas siguen un decurso semejante al de la vida humana: nacen,
t22 I
l2.l

crcccn, alcanziut srr nt¿íxinto es1.llcrrclor, s('(orr()lnl)('rr y tt'rrnirr:rn l)()f nl() ('n lllt:lilt('n'ir, t'l lrtrlto ('s clLtt'ir lo largtl clcl sigltl xtx
Jllr('s('s ilrrstr:rtkrs
rir. Dante, por ejemplo, convencido clc cllo, sostcnía l)or cso la rrcct'sirl¿rrl llrs¡rirtroatnúririr rt'tliti t'l lrirlrt'l clc'clirigir la unidad de la lengua a la
de "reducir" las lenguas a su gramática, a su (arte>>, para ¡rrotcgc'rlirs Itcirl Ac'arlcrr-ria lis¡rañola y acloptó slt misma ideología purista, incluso
de la corrupción, pues ante la evidente evolución del latín respecto (l(, t xaccrl-l¿r.l¿ cn contra cle las voces y los giros populares, y del gran nú-
aquel que practicaban los clásicos, pensaba que había sido precisamcntt' nrcnl de préstamos de las lenguas aborígenes que recibe el español en
Ia gramática latina la que había permitido conservar la inteligibiliclatl Améric¿. Hacen falta estudios bien documentados del ambiente cultu-
del latín del pasado. Para el purismo hispánico, el esplendor literario clt, ral y ¡rolítico, con atención especial a la idea de la lengua en las recién
los Siglos de Oro era el momento de la evolución de la lengua que habírr independizadas repúblicas americanas, paÍa poder entender por qué el
que conservar, por lo que todo uso neológico y toda influencia de un:r cspíritu autónomo que preconizaban, por ejemplo, Domingo Faustt-
lengua extraña se consideraban un atentado contra esa conservación dcl no Sarmiento en Argentina o el propio general Santa Anna en México,
pasado glorioso. c¡eador de aquella primera academia, cedieron a la concepción de au-
Aparece en la misma época, también como influencia de los filósr¡- téntico coloniaje que dio vida a las academias hispanoamericanas.t' Los
fos franceses, particularmente de Condillac, un concepto destinado, en cstudios históricos demuestran que Hispanoamérica llegó a la indepen-
principio, a englobar las características y peculiaridades con que cacla clencia por acción de los criollos minoría dirigente-, que desde
comunidad lingüística manifiesta su experiencia vital mediante su len-
-la
mucho tiempo antes buscaban obtener mayor libertad de comercio y
gua: el del "genio de la lengua". Cada lengua tiene su <genio>, pero si menores exacciones metropolitanas, pero baio el impulso definitivo de
bien este concepto se orientaba al reconocimiento de la variedad de las los errores políticos de Fernando VII. Digamos que Hispanoamérica nse
lenguas y sus experiencias particulares de la vida sucederá años sintió huérfana> en esos momentos y que hacia 1808 y los años inme-
más tarde con la obra de Guillermo de Humboldt-como y su efecto, tanto en diatamente posteriores la independencia se ofrecía como una solución
el método lingüístico como en la defensa de la diversidad lingüística-, menos dañina que seguir sometidos a los caprichos de un rey inepto y
en manos del purismo el a los vaivenes de la política española, a slr vez sometida a los designios
"genio de la lenguao es el espectro que se blan-
de para asustar a los hablantes, inhibir con ello su propia creatividad y de Napoleón. Los movimientos de independencia, qr-re dieron lugar a
justificar a todos los agentes prescriptivos que pretenden uniformar los las guerras y asonadas de la primera mitad del xlx, fueron movimienros
usos y combatir la variación. dirigidos por los criollos y con poca participación popular (en México,
Miguel Hidalgo se apoyó en mestizos y mulatos, principalmente, pero
no logró modificar las características políticas y sociales de la futura
2. Símbolo y poder república); por lo que los gobiernos quedaron en manos de esos mismos
criollos y debe haber habido un reconocimiento tácito de la primacía
Las independencias de las naciones hispanoamericanas contribuyeron al iristórica y cultural de España. Agreguemos a ello la determinante be-
forralecimiento del papel de la Academia y de su ideología defensiva de la ligerancia contraria a la independencia del alto clero y su papel en la
identidad de la lengua.'t Pues temerosos los pensadores hispanoamerica- formación de las elites gubernamentales. Sólo en esas condiciones se
nos, como Andrés Bello y RufinoJosé Cuervo, de que la formación de esas puede entender que, cuando comenzaba a predominar el pensamiento
nuevas naciones produjera una fragmentación del español en muchas len- liberal, republicano e independentista, las elites cultas, que formaban
guas diferentes, como había sucedido con el latín ala caída del imperio, los partidos conservadores, formaran las academias correspondientes y
pusieron en circulación y con buenos argumentos, un nuevo valor social: se sometieran a los dictados peninsulares.
el de la unidad de la lengua. Y si bien hubo intentos, por ejemplo en Poco a poco se fueron creando las academias correspondientes en el
México, de crear sus propios agentes normativos primera academia continente americano, bajo un estatuto elaborado en 1870, que daba do-
-la
que se creó en México en 1824 no se supeditaba a la española- o hubo minio total a la n,r¡ sobre sus correspondientes americanas. La ideología
oposición a Ia creación de academias correspondientes a Ia de España, de la lengua elaborada por la Academia Española y sus satélites dividió en
por ejemplo en Colombia, con argumentos semejantes a los de los bur- dos la idea que se formaron los hispanohablantes: el español académico,
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l.ur: lit rn,tr¡, lr¡ l.,tt,t | .lZS

cada vrz nrás castell¿no y nraclrilcño, nrt,tropolrr:rrro, sc corrvirti<i t.rr t.l 'l'nlt, t'tt. Iil irrgltls tto ltit l,t't,li,lo i,lt'rrtitl¿tl y str trniclad de¡rende más
español ejemplar; el de los países hispanoamcric:rn()s, en Lrn con jrrrrto rlt, tlt. lir to¡sc.rvirci<ilt <lc lir irrtt'ligibiliclacl cntre tcldos los anglohablantes,
variedades periféricas, generalmente ignoradas y menospreciadas prlr srr .¡trc clc una accptacitin clc It<lrn.¡¿rs y prescripciones dictadas en alguno de
supuesto barbarismo. strs 1'raíscs. Se concluyc, por ello, que sí habtía sido posible mantener los
Desde entonces, y a pesar de que el estatuto de 1870 se susrirr-ry(i r rcs valores sociales sin que se formara una academia.

por otro en 1956, que creó la Asociación de Academias de la Lengurr Para responder la segunda pregunta hay que tomar en cuenta la his-
Española (Asale), es claro que el agente prescriptivo central del español tqri¿ anterior, pues sería excesivamente aventurado e irresponsable de-
actual es la RAE, con el apoyo y colaboración de sus correspondienrcs jarse llevar por una mera voluntad antiacadémica.
americanas.ra La acción oigualitaria, o .paritariao que dicen pracricar En el momento en que la nnr adquirió su papel preponderante en el
entre todas las academias es más un disfraz nrundo de lengua española, sin duda fue el espaldafazo real lo que le dio
"políticamenre correcto, dcl
papel director de Ia Academia Española, no sólo basado en su hisrórica poder, pero también su aceptación por las capas cultas hispanohablantes.
preminencia, sino también en la calidad de varios de sus miembros y en Sus diccionarios y sus ortografías, sobre todo, pero también sus gramáti-
su potencial financiero (es determinante el apoyo que hoy recibe no sól<l cirs y el conjunto de ediciones de autores clásicos que ha venido editando
del Estado español, sino, vía Fundación pro Real Academia, de las gran- clesde entonces terminaron por darle legitimidad. Es verdad que, como lo
des empresas transnacionales españolas, como el Banco de Bilbao Yizcayir indica en el prólog o a st Ortografía de la lengua apañola (1999), tuvo que
Argentaria, el Banco Santander, Endesa, Repsol, Unión Fenosa, el Grupo acudir a la autoridad real en 1844 para imponer su Prontuario de ortografía
pnrs,t-Santillana, el Grupo Planeta, Telefónica Española y orras más).t5 cle la lengua castellana en el ámbito educativo español,r6 como reacción a
Los valores sociales de la identidad y la unidad de la lengua han un importante movimiento reformador de los profesores de instrucción
terminado por imponers'e sobre el de la comunicación,y Ia unidad de la primaria de Madrid al que deseó salir al paso. A Hispanoamérica esas
lengua se supedita a una identidad dirigida por la RAE. Al predominio decisiones políticas españolas habrán llegado indirectamenre, ya como
de esos dos valores debemos también la agresión a las demás lenguas de parte de la reconocida institucionalidad de la Academia y a partir de la
Ios territorios hispánicos. formación de las academias correspondienres. Allí mismo relata Ia Aca-
¿.Habría sido posible otra historia,habría sido posible mantener los demia cómo en Chile, en 1927 , el presidente de la república también
valores sociales de Ia comunicación, la identidad y la unidad de la len- actuó para imponer la ortografía académica en la enseñanza pública. Si no
gua sin que se formara una institución como la academia? ¿Sería posible hay datos que muestfen que hubo intervenciones gubernamentales de esa
abolirla? clase en los demás países de lengua española, quiere decir que la ortogra-
La primera pregunta tiene fácil respuesra: habría sido posible que fíaacadémica se impuso en Hispanoamértca más por el reconocimiento a
esos tres valores se conseryaran con el concurso de varios agentes nor- su legitimidad que porque tuviera detrás un poder político."
mativos y pedagógicos, como sucede en el mundo de lengua inglesa.
Pues cuando lo que interesa a una sociedad es la comunicación, se crean
normas implícitas y tendenciales que guían los usos sin imponerse a 3. Del valor a la norma
ellos y que los hablantes acepran y siguen con libertad, precisamenre
para poderse entender con los demás. En el ámbito de la lengua inglesa IJnavezexpuesta esta sucinta interpretación de Ia historia de los valores que
compiten varios diccionarios independientes entre sí en Inglaterra, en se han ido f-orjando en la concepción hispánica de la lengua, hay que pa-
Estados Unidos de América. en Australia: esos diccionarios reúnen léxi- sar ahora a una serie de explicaciones de catáctet lingüístico, que permitan
co de toda la lengua, asentando las diferencias ortográficas, gramaticales comprender cómo esos valofes se han venido instrumentando en normas.
y de significado que naturalmente se producen enrre ellos; cada país an- Es la puesta en práctica de los valores lo que da lugar alaapariciín
glohablante define sus agentes normarivos: junto al de normas que los concreten. Así por eiemplo, para poder lograr que la
"inglés de la reina, o
al de la barra de abogados de los Estados Unidos, hay periódicos que gene- comunicación prospefase, que fuefa eficiente, que no diera lugar a con-
ran normas: T be Times, T be N ew York Times, T be Vas h ington P ost, la revista fusiones, Alfonso el sabio puso como modelo las maneras de hablar de
l'26 Lr rr', l r r r.u r{ 1, ) l.,u,r I lZl
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('scril)if clc'su c¿rrrcillcrí:r. lis ,lt't tr', t ()t)virt i(; ( i('rt()s tls()s
it,t cortc y las clc I lrrir trornr:rli.lir,l ,lt' us()s ('rr r¡trir tot'trttrtirlirtl
o rcgititr clctcrminada,
en ejemplos y, al l'racerl<1, clio un princilrio tk'Lurililrmiclacl ortttgr''ilit,r rrrlt.rniis.lt'lto <litr lttgirr it Il()rlttils si lrtl hay Lrr-r ir-rici<t previo de correC-
al castellano. No estableció prescriptivamente ttn¿Is nof miIS <lrtogrrilit irs, r itirr, r'onro lo acabo clc scñalar, tampoco debiera considerarse /a nornta,
sino que al ofrecer laortografía de su cancillería como model<l l)ara ('s- t'n cl scntido en que se habla de ,rla norma cultat, ola notma españo-
cribir en castellano fijó implícitatnente las prtmefas normas orto¿¡rifitirs l¡,,,,.fd norma mexicanao. Hay normas en la lengua, pero éstas son
del español. Pero esos usos cortesanos que se habían ido decantan.ltt rcglas de corrección determinadas para casos específicos de la ortografía
paulatinamente en las prácticas escriturales no eran necesariamente tll o cle la gramática; son reglas puntuales. Por ejemplo, el uso de las letras
los más comunes, ni provenían de algún consenso entre los miembr<ls <v> y <b> se norma porque el sistema fonológico del español no tiene
de su corte; los impuso el rey, por así decirlo, y las normas implícitas ckrs fonemas correspondientes labiodental y bilabial, por lo que los ha-
ortográficas se derivaron de ellos. blantes las confunden constantemente al escribir (y algunos pedantes,
Sigue habiendo una confusión grave en la filología y Ia lingüística ¿rlhablar); es decir, aparece Ia norma cuando la lengua misma este
caso la escritura- da lugar a confusión. Se norma la -en
conjugación de la
hispánicas los textos académicos y de los académicos documentan
-que entre las nlrn¿as que ponen en práctica implícita <l
abundantemente- scgunda persona del singular del pretérito de verbos como Arlf,Ar, clmer'
explícitamente ciertos valores y Ios ttsos frecuentes o los hábitos verbales .rubir porque hay una tendencia común entre los hispanohablantes a de-
de una comunidad. Para que un uso o una práctica habitual se convier- cft amastes, clr¿irtes, subittes, como efecto de una genetalización al preté-
ta en norma hace falta un reconocimiento social o de alguna parte dc rito de las formas correspondientes del presente: A?ndJ, cllnes, subes. (Si las
la sociedad que los considere clrrectls (o una imposición de quienes Ia normas fueran efecto de Ia frecuencia de uso, la Academia tendría que
comunidad lingüística juzgue con suficiente legitimidad y autoridad). ircePtar esas con jugaciones).
La diferencia entte los usos nonnales o habituales de una sociedad y las En consecuencia, no tiene sentido hablar de "la norma culta" o de
nlrmas radica precisamente en la corrección y ésta se luzga a paftir de .la norma madrileña": los usos normales o habituales de una comu-
los valores sociales con que se aprecia la lengua. En consecuencia, Ia rridad no son una nurlnl, y mientras académicos y lingüistas no se den
mera frecuencia con que se practica cierto uso de la lengua no es criterit¡ cuenta de ello (o no acepten buenos argumentos, que me parece ser el
suficiente para considerarlo o normativo o fruto de la existencia de una caso) la confusión tiene efectos dañinos tanto en el propio entendimien-
norma.t'Por ejemplo, lo más usual en el español mexicano es Ia concor- to de lo normativo, como en la educación de la lengua. Se debiera hablar
dancia del pronombre átono de complemento directo con el número del de .los usos cultos de tal país o de tal región", no de norma culta de
"la
complemento indirecto: "El libro se /as di (a ellos)", envez de use /a di tal país o de tal región".
a ellos". De acuerdo con la gramática normativa tal uso es incorrecto La investigación lingüística permite descubrir la existencia de di-
(no es .agramaticalo, puesto que la mayoría de los mexicanos Io usan' lo ferentes tipos de normas. Hay normas iruplícitas, que se producen en la
entienden y se puede explicar como un fenómeno evolutivo del español). experiencia de la lengua de una comunidad, promovidas por el valor de
Hay quienes sostienen que tal uso forma parte de "la norma culta mexi- la comunicación. Un ejemplo de ello es la escritura de voces extranjeras
cana>>, precisamente porque el uso está ampliamente extendido entre en México: aun cuando la Academia Española antes de su ortografía de
personas educadas; en consecuencia es un hecho de normalidad y lo nor- 1999 sostenía que los extranjerismos se debieran adaptar a Ia escritura
mal, suponen, da lugar a la norma. Lo mismo sucede con formas como del español (se debía escribir, por ejemplo, giiisqui o yip), en México la
.habemos muchoso o el muy señalado uso ambiguo de la preposición norma implícita ha sido generalmente la de conservar la escritura del
hasta (qoe no sólo es mexicano, sino también centroamericano): " ¿A qué vocablo extranjero: wbisky, jeep. Como toda norma implícita, su aplica-
hora lo encuentro?, I ,rHasla las cinco" (desde las cinco). ción no puede ser total, en la medida en que no se ha hecho explícita
Ninguno de estos usos dan lugar a normas y por eso se los corrige y Ios hablantes no adquieren conciencia de ella: son pocos los casos en
permanentemente en las escuelas o en los medios de comunicación, por que se escribe cocktail y muchos en que se escribe crtctel.Por eso las nor-
lo que malamente pueden formar parte de una <norma culta mexicanat. mas implícitas, como son resultado de prácticas verbales comunitarias
Aunque .nofmaleso, no son normas.t9 apreciadas como correctas, pero no se han fijado explícitamente, son
t2n I Iur.. Ir rr.rn'lr) l,r.r | .lZU

tt'ttt/t'uri,t/t'.t; cs ck'c'ir, sc iryrlirlrrr r.rr lir rrr:r¡,ol lriutt.tlr.lr¡s tlrsr¡s, lx.r'() n(l ,lu( {()ns(r'virtrlrr ,onrurrt:rrronyfolntntlrnt'l t'rtlt'tt<litrrit^nto.S<ilosobrc
cn toclos. ,',,r lr,rsr':rl)irt'('(('l) l:rs nolnrrrs irrr¡rlít itrrs y l)()r rs() vitrían clc un¿r regirin a
Las normas que fiian lns gramáticas, las orrollrafí¿s o los libros <k, r¡t r':r 0 tlc tttr ¡tirís it otr().
estilo son, por el contrario, exp/ícitas. Son esas normas las c¡ue sc tr.itr¡l Si bic'lr ('stlr cs, a nri jLricio, la mejor m¿rnera de comprender la histo-
de enseñar en la educación pública y a las que deben ajusrarsc c¡uir.rr<.s rr,¡ ,lt'l t's1rañol como lengua dc cultura y de poner en acción los valores
hablan o escriben en público. Pero aunque se expliciten, necesiran ius- ,¡rrt'lrr llan venido fbrjando, es verdad qlle para muchos hispanohablan-
tificarse en un valor reconocido por toda la comunidad. Por muc.llos r,s lrrrccle resultar demasiado abstracta y compleja, por una falta muy
años, la Academia había insistido en que el nombre de México clcl-rí¿r , x¡,licable cle reflexión profunda acerca de nuestro idioma. Las normas
ser Méjico y, consecuentemenre se debía escribir mejicano o rnejicanuatt. ¡'rt'si ri1-rtivas, en consecuencia, les facilitan la tarea de lograr un español
No le faltaban razones lingüísticas a la Academia para sostenerlo, ¡rero | ()r'r'('cto en sus comunicaciones, pues resuelven en cada caso las dudas
se enfrentaba a una barrera infranqueable, que es el valor indígena c¡trt. (lrr('se les presentan a los l-rablantes. Pero pr.resto que en cada comuni-
sustenta la ideología nacional mexicana. Así, norma explícita y justifi- ,lirrl se desarrollan normas implícitas tenclenciales, nacidas de sus valores
cada Iingüísticamente, no ruvo nunca la legitimidad necesaria entre los ¡,r<r1'rios, es posible jerarquizarlas, y es tarea de la educación apreciarlas,
mexicanos y la Academia terminó por ceder a orra norma, implícita, , x¡rlicarlas e inducir su jerarquía en relación con el cr-rltivo de las tradi-
pero poderosa: la que proviene de la valoración de la escrirura primirivir r iones verbales.
de las voces procedentes de lenguas amerindias. Es decir que, en reconocimiento del valor de la unidad de Ia lengua,
AIgo semejante sucede con el voseo rioplatense. Por más que se le ha lrrs normas implícitas o incluso explícitas de cada comunidad se pueden
perseguido durante clos siglos, ese voseo no sólo se conserya, sino que se sr¡bordinar a otras que 1'rermitan mayor capacidad de entendimiento.
ha venido reforzando comb seña de identidad de argentinos y uruguayos. Así, un arélentino o un urLlguayo, cllando elabora un discurso en un
Hay una norma implícira basada en valores históricos que la impulsan, ( onÉlreso internacional o un texto científico, pr-rede ceder su voseo rio-
que hace que en la vida pública voseen. No hay por eso justificación para l)latense en pro del mayor entendimiento; Lln traductor español podría
declararlo incorrecto. Incluso cuando hablantes de esos dialectos viajan cscribir <voy por pan> en vez de <voy a por pan). Esto es más evidente
por otros países hispánicos, a nadie se le ocurre censurarlos. Que otros cn el caso del léxico: como Io explicaré más ¿rdelante, el léxico no se pue-
hispanohablanres no comparramos el dialecto rioplatense no significa cle sujetar a normas ¡rrescriptivas, pero sí es posible, mediante el cono-
que éste sea incorrecto. cimiento de la variedacl del español, reconocer cr-rándo un vocablo es de
Lo que ha conservado efectivamente la unidad del español no es la uso restrinÉ{ido a cierta región, para sLrstituirlo en un discurso o un texto
acción de normas explícitas dictadas por la Academia, sino una tradi- hechos para un público ¿¡eneral o internacional. En el caso del léxico,
ción de cultivo de la lengua basada en el valor de la comunicación y en más que de normas, se trata de nráximas: "Seleccion¿r tu vocablllario de
el aprecio de la literatura, considerada comúrn a rodos los países hispa- fflanera que sea mayor el número de personas que te entienda>.
nohablantes. Ningún hispanoamericano considerará que el Quijote es Pero la confusión a propósito de lo que son las normas hace suponer
una obra española; que la poesía de Rubén Darío es nicaragüense o que (y a la Academia le interesa, seguramente, que así sea) que hay una (erró-
la de SorJuana Inés de IaCruz es mexicana.'" Todas ellas forman parte nea) *norma culta panhispánica" que fija eIla, a la que deban subordi-
del patrimonio tradicional hispánico y todos los hispanohablantes las narse las (erróneas) (normas cultas" de las regiones y los países. He ahí
consideramos nuestraJ. No ha hecho falta un organismo que nos dicte ese la justificación de organismos parasitarios como la Fundéu. Lo qr-re une
aprecio, sino sólo el reconocimiento de la cultura en que nacemos y de a los hispanohablantes es la tradición culta, que no se puede reducir a un
la que formamos parte. Pues lo mismo sucede con la lengua: su unidad catálogo de normas y que no se aplana y se fija en la equívoca <norma
relativa se mantiene por el cultivo de sus tradiciones y este cultivo, en panhispánica".
cuanto se ejercita en el complejo tejido de nuesrras sociedades, no es ni
unilateral ni prescriptivo. El español acrual, como el del pasado, brota
variado y rico y se integra en la gran corriente de las tradiciones verbales
130 | l,l ,1.,',1,, t,rr l,r r\r,rrlr,nr.r Lur,.lrrr.ur(lr,l..u.r | .t.tl

.). L Prcscri¡t(ióil 0r/l¡níf i.(t i..'. Nttt'ttt,tt i t'itl,tt/ /ttit't

En el campo de la ortografía es en donde mejor se pLrecle reconoccr r'l ¡rrr¡r,l l:l rlitciontrio ac¿clémic() cs trlt caso clifl'rente. Las normas ortográficas
de la n¡¡, si se lo contrasta con Io sucedido hace menos cle clos cleíc¿rclirs t,rr ()lx'ran s<lbre un sistema qLle, por principio, es externo a la lengua: la
Francia y en Alemania: interesado un grupo de lingüisras francescs 1't<lr rt, It'tra hachc, ¡ror ejemplo, no corresponde a ningún fonema del español;
ducir la dificultad de su ortografía, ante Ia renuncia de la Academia Franr r.s¡r l,r lt tr¿r er¡uis, en español internacional, a la pronunciación iunta de dos
para imponer las modificaciones necesarias, el primer ministro de F'ranr'i¡r lirncmzrs lkl y lsl (en español mexicano, su pronunciación depende del
tomó la decisión de decretarlas. Ya era sintomárico que la Academia Iirun- rrrigen nahua de los vocablos en que aparezca); la letra ve (la llamada
cesa se abstuviera de hacerlo, como reconocimiento del papel que riene l¡r .,lraja, o <chica>) es un recuerdo etimológico. A esa exterioridad de la
ortografía tradicional en la sociedad fra¡cófona. Pero cuando el primer nri- ortografía se deben tantos atgumentos bien intencionados, pero erró-
nistro intervino, Ia protesra de escritores, editores y personas cultivadas no rrcos, de oarbitristas" que buscan simplificarla, sin ponderar su peso
se hizo esperar, al grado de dejar las modificaciones sin efecto. En Alemanr¿, llistórico y la conveniencia funcional de conservarla con pocas modifica-
en donde no hay academia y el Instituto de la Lengua Alemana es, anre roclo, t iones. Las normas ortográficas legislan un sistema cuya única función
un centro de investigación y de producción didáctica, sucedió algo pareci- ('s asegurar la escritura de la lengr,ra y su comprensibilidad genetalizada;
do, aunque muchas de las modificaciones ortográficas se acepraron, despuós n<r intervienen en la naturaleza de la lengua, ni adquieren significados
de una importante protesta social y editorial, e incluso con apelaciones clcl .liversos en cada sociedad. (Aunque hay que hacer notar el papel srm-
Estado de Schleswig Holstein al tribunal consrirucionalparaque las anulara. bólico de la letra eñe para España, que adoptó el Instituto Cervantes
La nueva Ortografía de la Rar, en cambio, se aceptó en general como logotipo después del intento, felizmente fracasado, de eliminar
ciertas excepciones (y éste es un dato importante)- en todo el ámbit<r -con csta letra bajo la presión de un fabricante de teclados de computadora,
hispanohablante, sin intervenciones gubernamentales. y el de la equis para México, en donde, según dicho de Alfonso Reyes,
No es poca cosa que un agenre normarivo como la RAE goce de acep- .llevamos la equis en la frente").
tación social y haya ido introduciendo modificaciones a la ortografíir En cambio, el léxico de una lengua es abierto, no sistemático, y está
del español desde su primera fijación en 1741. Quizá si en Francia y tigado con la experiencia del mundo que va compartiendo l¿r sociedad.
en Alemania hubiera habido modificaciones periódicas, no se habrían Una gran parte de ese léxico es patrimonio histórico de las sociedades
producido las protestas y lafércea oposición que susciraron y no habrían de lengua española, tanto el cultivado por la lengua literaria o culta y
tenido que intervenir sus gobiernos. Pues, en cualquier parte del mun- transmitido por la lectura y Ia educación, como el popular, heredado
do, las inrervenciones gubernamentales siempre conllevan objetivos po- de generación en generación por mero efecto de la nintrahistoria", que
líticos ajenos a las necesidades de una comunidad lingüística. Se puede tanto gustaba a don Miguel de Unamuno. Buena parte de ese léxico
comprobar que intervenciones de esa clase tiñen de ideología las normas adquiere significados y matices que resultan valiosos a cada sociedad
que imponen, manipulan la lengua y llegan a producir enfrenramientos lrispanohablante y organizan su propia inteligibilidad. Así que el léxico
entre hablantes de la misma lengua o de lengua diferentes. no solamente crece, sino que varía de aclterdo con las sociedades que Io
Otra cosa es la presencia académica en el ritual simbólico del Esta- utilizan. Como Ia comunidad hispanohablante está compuesta por vein-
do en España y probablemente en algún país hispanoamericano (¿.quizá tidós Estados nacionales, con sus propias historias y sus propias maneras
Colombia?). La articulación privilegiada de la Academia entre las insti- de actuar (dignas e importantes variedades de la tradición hispánica), el
tuciones del Estado es un fenómeno que hay que estudiar. Lo que parece léxico de la len¡¡ua se multiplica y se diversifica de tal manera que no es
ser un hecho es que Ia RAE tiene detrás de ella el poder del Estado, sobre posible ni contenerlo, ni someterlo a normas.t'
todo ahora, en que éste a su vez respalda Ia expansión económica espa- Basten para ilustrarlo algunos anécdotas que puede contar cualquier
ñola hacia Hispanoamérica. Pero a pesar de ello hay que distinguir entre hispanohablante cuando viaia a otras regiones o a otros países de lengua
ese mutuo sustento y la intervención unilateral de los gobiernos u, hoy española. lJna vez, en una oficina de correos en Madrid, oí a una señora
día, de los organismos internacionales, sobre la lengua." que preguntaba: "¿En dónde puedo tirar estas cartas/r. Mi reacción
-1.12 | 1,1,1.,,,1,,r.r¡ l.r ¡\,.r,l.nr¡.r l,rr., lir rr,rrrl. l..r.r I f.tf
(()n]() ntcxicAt)o ('r:l clccirlr.: * l)rrt's r.n ( uirl(lur(.r birstrrr.r0" on los t rorristirs .lt l siglo xvt, y Alrtorrio <lt' Altctlo lraya cscrito kl <.¡ue
lx)r(lrr(. (.n ,
México <se tira> lo que se cluierc clesechar, las c¿rrras <sc t/eftu)rttn>, ..;r st'ronsirlt'ra cl rlrcilnit'nto clc la lcxico¡¡rafía dcl esl'rañol cn América, sr-r
amrga me contó recientemente que en sLl casa madrileña neccsit¿n .,r¿¡¡ |ot,tl¡l/ttrio t/c /tt.¡ t,occ.¡ lrrn,incia/e.r ¿/e Aaírica:t en 178f , no sería sino has-
cbi/lar el suelo". Me imaginé a un individuo furioso, que se cel.ra sobrr. t:r rrrt'cliacl<¡s clcl siglo xrx cuando Vicente Salvá, desde Francia, comenzó
Ia madera del suelo dándole cuchilladas con un gran cuchillo de c¿rrri- ;r introclucir
"americanismos> en su diccionario, y hasta 1925 cuando la
cero; en México decimos el piso'. En Lima quedé asombraclo Atirclcmia hizo lo mismo.
"pulir ¡r.r
el gusto metafísico de los peruanos, que lo mismo declaran un librcrrr I:l concepto de americanisilr es ul concepto muy problemático, como
"intangible" que un rerreno, para decir que no se deben tocar. pero kls lo rlemostró hace añosJosé Pedro Rona (1969)," pero parala ideología
mexicanos también contribuimos a la metafísica, cuando se lee en una :rr'¿clémica es una manera de distinguir un español supuestamente ge-
calle: "Prohibido el paso a marerialistas>; un materialista es un cami<in rrcral y válido, radicado en Madrid, de un conjunto de variedades ame-
que carga materiales de construcción. Es famosa la pregunta colombi¿- ricanas no castizas, a las que se rrara, por principio, bajo sospecha.'5 La
na:. n¿.Le provoca un rinto?, para pfeguntar si a uno le apetece un café. t r¡nsecuencia hispanoamericana de esa distinción se tradujo muy pronto
A mí, al llegar a Cali, me preélunraron: *¿Le provoca una colombiana t'n la proliferación de diccionarios de regionalismos, dedicados a perse-
fría? . Rápidamenre me
di cuenra de que me ofrecían una cerveza marca
" ,qtrir los solecismos, vulgarismos y barbarismos del español en América,
colombiana, pero ese cantinflas que los mexicanos llevamos dentro, ( uyos autores, casi como perversión, terminaban por celebrar. Así co-
contesró: yucatán,los yucatecos
"Mejor dele antes una calentadita,. En rnc-nzó una tradición lexicográfica hispanoamericana dependiente del
pueden decir buscando la cartera y no la busquérr,para decir que ..lictado académico, incapaz de reivindicar la legitimidad plena de la
"Estuve
no la encontraron. ¿Hay que censurarlos cuando en español culto sucede lcngua española de los hispanoamericanos.
lo mismo con verbos corio rentar y alqui/ar, o en España con encajar? En El efecto de esta ideología colonialista para el diccionario académico fue
todos estos casos, las modificaciones semánricas que se han producido cl empobrecimiento de su registro de vocablos; y para los hispanohablan-
en el español obedecen a formas de entenderse las sociedades, que orga- tes, la difusión de una .conciencia del desvío" enrre los hispanoamericanos
nizan sus vidas diarias. con estos pocos ejemplos se ve que en España, y los españoles (murcianos, andaluces, extremeños y canarios) alejados del
como una comunidad nacional, ha habido cambios de significado, dife- núcleo castellano-madrileño, que inhibe el cultivo de la lengua propia. Si
rentes de los que se dan en orras comunidades nacionales. como colom- hoy nos quejamos de lo reducido que es el diccionario académico en com-
bia, Perú y México. Esos cambios son inteligibles en cada comunidad paración con los grandes diccionarios franceses e ingleses, y de las dificul-
y, bien mirados, tras el desconcierto momentáneo, son los que añaden a tades que presentan los vocabularios técnicos en español, comparados con
Ia vida hispánica un permanente sabor de riqueza y variedad. No sólo es los del inglés,26 hay que culpar a esa ideolog ía académica, eue ha logrado
imposible modificar el léxico de cada región para que haya uno solo, uni- que la gran mayoría de los hispanohablantes sospechen, por principio, de
forme y predominanre más que se disfrace la idea con los eslóganes sus propios usos y se queden expectantes hasta que el diccionario acadé-
de moda de la -por
"globaliTvgt(n¿-, sino que el sólo pensarlo revela una mico acepte los vocablos que, en la realidad, utilizan.
completa incomprensión de la naturaleza del léxico.
Parte importante de la variedad léxica del español la constiruyen
las aportaciones de nuesrras lenguas aborígenes y rambién las que se
-3. 3. N orruatiuidad grarnatical
ian en el español de los catalanes o los vascos. Esos vocabularios sig-
nifican mundos naturales, cosrumbres, culturas alimenticias, creencias El caso de la gramática académica es diferente, pues su influencia es más
religiosas distintas, que forman parte fundamental de las identidades indirecta sobre los hispanohablantes. En efecto, es raro encontrar per-
Je los pueblos hispánicos. Durante dos siglos la Academia soslayó el sonas que, sin tener una ocupación profesional con la lengua, consulten
'rocabulario que se usaba en los territorios americanos, con la excepción la gramática para hablar o escribir. La influencia se produce sobre los
Je aquellas voces que lograban filtrarse en la literatura de los grandes autores de libros de texto y maestros de escuela, editores y traductores,
Iutores. Por más que el interés por esos vocabularios haya comenzado pero aquí sí parece haber competencia entre varios agentes normativos:

J
i.l.l I
U l.l5

Itay clLrc cottsirlcrar cl lrrcstigio y lir inlltrt'trt iir <¡trt' ( ()ns('rvir, trxlrrvírr, lrr nurr(l() lrislrirnolrirlrlirtll( , (ltl( tt vt'lit lrl'tt isrttllt'tltt' lir iclt'ir clt' t¡ttc l)rlma
Grauátic¿ tle la lengra c¿ltel/¿ta¿t cle AIrclrcls llcllo. Lrr Méxic<¡, lx)r (',('rn rrrt.s¡r,titol tttt'tt'o¡,olit:ttlo s,,lrft ttltlos lt¡s.lt'tlllís; t'l trrltl¡l', en ltls regis-
plo, la nomenclatura de los tiempos verbales es la quc inst¿rurri l'lt'llo. l()s (lu('llir irlo act¡ntulitnclo lrr Acaclcntia cles,-le slr firndación.r" Y se ha
Las gramáticas de Rafael y Manuel de Seco tienen muchos aclelrt<ls crrt rr' rnit irr<kr la rc¿lizacitirl clc ltt.l tercer corpus, el del Siglo xxt.'" Lo que es
los maestros de escuela. .,,,r'1,rt'nclcnte es clue sr-r clepartamento de lexicografía no parece consul-
Aun así, Ias gramáticas no logran corregir usos como el de la prcl)o- r.rrlos ir menudot' debiera hacerlo sistemáticamente- para
sición hasta, que es ambiguo en México y Centroamérica, ni combatir t,l -cllando
r('(lirLt¿r sus modificaciones al on¿¡.
uso del gerundio como correspondencia del present progressiue del inglós. lil t>n¡,r está cambiando sus puntos de vista: comienza a abando-
Las censuras de Fray Gerundio de Cantpazas siguen siendo actuales. Hoy nirr cl prescriptivismo de dos siglos atrás y a introducir vocablos con
pueden más que las gramáticas los medios de comunicación español(.s un,r (oncepción descriptiva, como cofresponde hacerlo a los dicciona-
de estilo de la prensa, Agencia Efe ¡ recientemenre, Fundéu-, r r,,s modernos; parece querer reintroducir los eiemplos' que se perdieron
-libros
que comienzan a difundir en Hispanoamérica el leismo castellano, crr ,ltsclc finales del siglo xvtll; a Iavez, revisa sus "americanismos> para
contra del lo/leísmo etimológico usual en esras rierras, o a justificar lir sirtar del diccionario los que están en desuso.
costumbre española de decir <voy a por aÉlua> en vez de
"voy por agu¿r>, Lo que no parece haberse planteado la trR¡ es el efecto que va a tener
desconociendo que las normatividades hispanoamericanas rienen unir solrre las sociedades hispanohablantes, tan educadas por sus prescrip-
raíz histórica igual o más respetable que esa normatividad peninsular. , iones, el paso del antiguo prescriptivismo, de la idea de que los únicos
vocablos que merecían entrar al diccionario eran los que alcanzaban su-
f iciente prosapia en su literatura, al moderno descriptivismo. IJn cam-
4. ¿Lengua o poder? lrio de esa clase debiera suponer, primero, tomafse el descriptivismo en
st,rio y emprender dilatadas investigaciones del vocabulario del español
Sin duda la Real Academia Española es el agente normarivo más pode- irr.rual en todo el mundo hispánico (algo que la Academia ni siquiera
l)¿rece haberse planteado en relación con España: después de los
roso en el mundo hispanohablanre; hay academias que parecen tener un atlas
papel importante en sus países mucho, debido al reconocimiento t'l¿borados a mediados del siglo pasado en Andalucía, Extremaduta,Ca-
-en
de sus gobiernos- como la Colombiana; hay academias que, si bien co- rnrias, etc., orientados a la lingüística histórica, no parece haber en la
Iaboran constanremente con la Española, no tienen un reconocimienro Iispaña actual esfuerzos por reconocer el Llso del español en cada región,
social importante, como la Mexicana.r- o en cada ocomunidad autónoma>, lo cual significa que la Academia
En los últimos 25 años, a parrir de la presidencia de Fernando Lázaro r)o conoce con sr-rficiente amplitud el español peninsular y de las islas
Carreter, Ia n¡n ha venido haciendo un esfuerzo por modernizarse, tanto (.zrnarias; efecto, precisamente, del metropolitanismo madrileño de la
en sus métodos de trabajo, como en sus criterios." A eso debemos los Academia); después, reeducar a las sociedades hispanohablantes en una
dos corpus, el de Referencia del Español Actual (cnea) y el Corpus Dia- iclea de la lengua más libre y activa, para que sepa interpreraf el diccio-
crónico del Español (conr¡¡). Además, rras su última Ortografía (1999), nirrio, pues el diccionario descriptivo implica que su Iector se forme un
que está revisando pata una nueva edición en el 2010-2011 , ha sostenidcr c riterio propio acefca del uso de la lengua, lo que es una acritLrd diame-
una continuada renovación de su diccionario (última edición del 2001), tralmente opuesta a Ia que Ia Academia nos tiene acostumbrados y a la
acaba de publicar dos volúmenes de una Nueua grattática de la lengua espa- clLre conrribuye a difundir con la Fundéu, como se dirá más adelante (la
ñola (2009), ha recomenz¿6ls vez más- eI Diccionario histórico y ha H,rn podría romar la lección de lo que le sucedió al diccionario'l(/'eh.rter's
-Lr¡¿
sacado a la luz nuevos trabajos lexicográficos el Diccionario panbispánico 't'hird Nert lnternatilnal Dictionary of tbe English Language (1964) cuando
de dudas (2005), eI Diccionaril erencidl (2006), el Diccionario práctico del lrizo algo semejante y provocó una feacción furiosa en la sociedad esta-
estudiante (2OOl) y el Diccionario de americanismo¡ (2010). .krr-rnidense).
Los dos corpus son valiosas bases de datos léxicos del español; el cREA, Preocupa también el proceso, difundido entre todas las academias
basado, sin embargo, en una desigual e ilógica reunión de textos del hispanoamericanas, de revisión de los oamericanismos> incluidos en el
l.rr'. li.tn.rtr(1, l.,rr.t | -t.lZ
.l.l(, I

r)nAI!, no srilo cleclic¿clo ir corrc.r¡ir- ('rror('s (<¡ttt'ltittt sitlo ttttttltos), sltltr st.ltir tlt.linirlo lrrt^tliitltt('('strt,llos t()lllrilstivos t'll totlos los tcrritorioS
lrislrirrrolrirbllUlr(.s, y cl csPilñO1 rrcacléntic0 fr() cs un español general.
l)es-
también a desechar regionalismos c¡trc han caíclo ctl clt'stlso. No st' ¡rttt.lt'
clc significado que adquiere cada palabra
soslayar que el DRAE es todavía un diccionario pancr<inicrl, t's tlt'ttr, tttt l)uós lx)rcltrc l<ls ricos,..I-,,,ticcs
,,., ,.' rcducir un .clenominador común> de sentido, sin perder
diccionario del español de todas las épocas (basta ver cónlo sc colls('rviltl 1),,"d"n ¿r

srr csl',ccificidacl, que es lo que busca lograr todo buen diccionario' Por
todavía en su última edición voces y acepciones sin modificacitin clt'stlt'
.'jt'nri',1<r, ,o.rrooch, en México y en Perú no se traduce o equivale
a "de
el Diccionario de Autnridades).
ntala c¿lidad o de poco valoro, como lo asienta el DRAE. una manera de
por un lado, es muy riesgoso basar los juicios acerca del desuso clc l0s
ras-
vocablos en consultas a los académicos y a unos cuantos informantes, t'll v(,srir una persona o de tocar música una banda de pueblo puede sef
y no Io consigue, pero la elegancia no
vez de sustentarlos en amplias comparaciones basadas en corpus cle t<xkr ¡il¿cbe cuando trara de ser eleganre
t,s sinónimo de calidad. Así, quizá algún lector llegue a estar de acuerdo
el mundo hispánico 16 que, insisto, la Academia no parece intt'-
-s¡ ( onmlgo en que una obra como La historia del soldado, de Igor Stravinsky
resarse-, por el otro, aun cuando Ia Academia afirme que los vocabl()s
eliminados del diccionario se conservan en el futuro diccionario histti- ,, ur,rius de Rodolfo Halffter, en que úatan de recrear el sonido de una
rico y en sus corpus, para el hablante común, que no maneia corpus, lil btncla popular, son rascuaches a propósito y de gran calidad' En lexico-
gr¿rfía monolingüe no puede haber traducción o equivalencia' sólo una
desaparición de un vocablo en el diccionario equivale a una pérdida total
I.,|',"nu perífrasis, y no es esto lo que parecen haber practicado
los autofes
de la memoria léxica.
El recién publicado Dicci,nario de americanismostt (Asale,2010) sóltr ,lel Dit-cionario de americanisntLs. Sospecho, en consecuencia, que Ia mo-
viene a confirmar que la Academia sigue estando convencida de qtrt' .lcrnización de los métodos de la RAE es más de fachada que real'
hay dos españoles: el metropolitano, que se registra en el onRe, supues- El control que realmente ejerce la n'tn sobre las demás academias y
tamente general, y el de los países americanos, sin reconocer el hech<r sobre la idea de Ia lengua que se ha formado en las sociedades hispano-
de qne una lengua no se puede partir en dos: el español se habla in- lr¿rblantes no permite o inhibe la elaboración de diccionarios completos
tegralrnenle, en cada región del mundo hispánico; el español de Cuba, .le las variedades nacionales clel español, o .diccionarios integrales", ni
por ejemplo, no es la unión de un español madrileño hrr impulsado la creación de corpus de datos en cada región' Nuestro
en
-supuestamentc
general- y unos regionalismos cubanos; es un español que comparte Ia Diccio)ario d.el apañol de México es el único actualmente que se elabora
tradición culta de la lengua con todos los demás países hispanohablan- rotal independencia de la Academia, su ideología y su control' a partir
tes y contribuye, a su vez, a ampliar esa tradición y a variarla, además .le un corpus propio.i4
del vocabulario que ha ido formándose o modificándose a lo largo de la
accidentada historia cubana. La imbricación del vocabulario de origen
taíno, o náhuatl o qllechua en Cuba, en México y Centroamérica, en los 1+. l. Poder
países andinos, es de la misma clase que la imbricación de leonesismos
o toledanismos en el español de la metrópoli. Además que parece I.a globaltzación neoliberal que padece el mundo contemporáneamente
-lo
no pasar por la mente de los lexicógrafos académicos-, la variación del y la actividad empresarial española en Hispanoamérica han convertido
,, .rau purra del continente americano en un
jugoso negocio para ias em-
significado en vocablos comunes es más notable que la introducción de
voces de origen amerindio. La realidad de la lengua, completa en cada lrresas españolas transnacionales.lt
Evidentemente, la lengua compafti-
.lu 1", du ,r"ntaja sobre sus competidores de otros países' por lo que
los
región, queda condenada a Ia penumbra y al desconocimiento en esa
intereses económicos españoles se han dado cuenta de que la lengua
es
concepción del generalo frente al de ameri-
"diccionario
"diccionario y así han contribuido a
canismosr, como lo demuestra una lectura contrastiva y reflexiva de Lrn buen vehículo ideológico para sus negocios
que se forme un poderoso conglomerado de agentes lingüísticos espa-
nuestro Diccionario del español ust¿al en México.'\
Áoles co.r una creciente actuación en Hispanoaméfica, presididos
por
Preocupa también la creencia de que un diccionario de "americanis-
que se
mos, consista de una entrada y una <traducción" o una equivalencia al la nan. Los cIrE ('congreso internacional de la lengua española')'
español .general,. Ante todo porque el "español generalo, si existe, no celebran aquí la palabra celebrar tiene todo el sentido- cada cua-
-y
]3r)
.f.]n I

tro años (Zacatecas, V¿llrrclt¡licl, l{ositt'io, (.itrtittt'ttit...), "' sotl ('s( ('llitl'r()\ t,¡rr.rirxlístittts t'sttt.lorlttt.lt'tlst's, ( tly() l)rilllrllittislt-to crlr¡trtsirrial PrCftCrC
( ()¡t rittilt' lrislrirlrolruIlittlt('s l)(xo t'tlttcaclos clLlc, Por cjemplo, han abo-
montados por los intereses económicos esl)añolcs l)itra rclx'tir llitst:t l;t
saciedad la celebración de la grandeza del español y el vakrr clc lir t¡rrr lr,lo t.l uso <lt.l srrbitrlrtivo o trittlt¡ccn dcl inglés de manera verdadera-
dad de Ia lengua; son congresos destinados a una prens¿r clLle s(ilo l)trs(il ilr(.n1c salvajc. Algr-rnos ejemplos: *Punro oeste del sur>, para traducir
grandes titulares, y no verdaderos foros de discusión en que se cxl)olrgir ,.n tclcvisión el mote de una escuela militar en Virginia: \7est Point of
y discuta la realidad del español en 22 comlrnidades nacionalcs. (.onttr rlrt,sonth; osirope de arceo por.jarabe de arceo o "jarabe de maple";
..rcraliación, por <represalia, e incluso ohablador de la casa" por speaker
instrumentos de propaganda ideológica, se entiende que el élasto cnor-
,,f /ltc battse, que en español es <portavoz delacámara de representantes>.
me que implican,lt y que sosrienen empresas como Telefónica Españtllrr,
Repsol, Endesa, BBVA, etc., equivalga para ellas a una pequeña inversitilr N0 sc diga las traducciones hechas en china de manuales de uso de apa-
r.ir ros electrodomésticos.
amortizable de sus ganancias.
A eso hay que agregar la Fundación del Español Urgente (Fundéu)' Estos ejemplos podrían considerarse suficientemente justificacorios
patrocinada por BBVA y la Agencia Efe, que baio Ia presidencia de la nnl', ,lcl intento de Fundéu. Por eso hay que distinguir entre la necesidad,
(luc es un hecho social, de que comunidades hispanohablantes como Ias
dice .pretender proporcionar criterios unifonnet de uso del español y ofrc-
cer respuestas rápidas a las consultas que se le formulen desde cualqui('r nucstfas tengan agentes normativos que ayuden a poner en práctica los
medio de comunicación, para contribuir a euitar la dispersión lingiiísttca <t virlores de la comunicación y la unidad de la lengr-ra, y la imposición,
Ia inuasitn indiscrintinada de neologismos, (las cursivas son mías).t8 r.fccro del capitalismo salvaje que es la realidad del neoliberalismo, de
EI valor social de la unidad de la lengua se vuelve a manifestar, pero una sola manefa de hablar español, dirigida por dos agentes lingüís-
r icos: Ia nnE y la Fundéu. Hay que agregar a esto el "sello
de calidad
ahora no sólo para conservar Ia unidad, sino para uniformarlar evitar
lingúísrica,a" con que la Fundéu ofrece certifi car la calidad idiomática,
su dispersiónry paraimpedir la invasión de neologismos. La grande-
za del español está en su variedad y dispersión: en el hecho de que casl ,iguiendo ejemplos del movimiento de plain language en Inglaterra.al
400 millones de seres humanos nos entendemos en la misma lengua Una ideología como la imperante, qLre enrrega a los capitales privados
con todo y nuestras diferencias y porque nos gustan esas diferencias. La krs bienes y servicios públicos, como la electricidad, y no interviene
.invasión de neologismos>, por su parte, malamente se podrá detener (ontfa la formación de monopolios y la explotación del ahorro popular,
con procedimientos restrictivos y uniformadores, con una .aduana de como lo hacen los bancos españoles en Hispanoamérica' convertirá ese
las palabras", como alguna vez lo sugirió Dámaso Alonso. De lo que se
.selloo en una verdadera dictadura privada sobre la libertad para hablar
debiera tratar es de tomarse en serio los vocabularios especializados y co- y escribir español, en parricular la libertad de escritores, correctores de
laborar en la construcción y alimentación de la gran Red Iberoamericana c,srilo, traductores y editoriales. La n¿,¡ termina concediendo una paten-
de Terminología, que impulsa la comunicación y aclan eI neologismo te de corso.
sin imponer un solo vocabulario.t" La lengua española, cuya identidad no está en duda, es Iengua ma-
terna de cerca de 400 millones de personas y lengua nacional en 22 paí-
ses. La variedad de usos que se han producido entre ellos constituye su
mayor riqueza y nunca ha puesto en riesgo su unidad, pero no como
4.2. ,'Y la lengua/
cfecto de la acción académica, sino del viejo valor social de la comunica-
ción. La voluntad de entendefse entre los hispanohablantes es lo que
La Fundéu es un agente normativo vicario, que parasita la relativa legi-
garcntiza su unidad, y esa voluntad se manifiesta en normas implícitas
timidad de la n¡.s. Seguramente tendrá cierto éxito dirigiendo los usos
.1" .rro, que circulan en cada sociedad; por eso el español actual es mul-
del español en la prensa y los medios de comunicación pues, como dijo
ricéntrico, no monocéntfico metfopolitano, pero además es multipolar:
Marshall Mcluhan, .el mensaje es el masaje,. Conforme las sociedades
l¿rseditoriales españolas de Madrid y de Barcelona' las colombianas, las
hispanohablantes se dejen manipular por sus medios de comunicación,
irá imponiendo, aun- llrgenrinas, las mexicanas, etc.; las cadenas de televisión del mundo his-
ese español uniforme de carácter metropolitano se
¡-,á.,ico, incluidas las poderosas de
Los Ángeles y Miami; Ias cadenas de
que tiene competidores ocultos y poderosos en las cadenas de televisión
340 | lil .l,rr,l,, t.rr l¡r At¡rtlt.nri;r li
l.uis ttr.ut,l, l.;rt'rr I f+t
radio, etc., difunden usos y normas dc ¿rcuerd() con su ¡rro¡'ria cxpcricr)c¡¡l (2(XX)): ()rto¡¡rirlíl tlt'l;r At:rtlt'nliir y srr ¡ra¡lcl normativoo, N¡;¿z¿
"l-it trt¡t'v¡r
de la lengua, I es la comunicación enrre esos polos de irracliación rlcl lltt,i¡t,ttltl;)lolrt,qfullir/uinir,t,vol..'tl.l,nrinr. I (2(XX)),pp. l-2.1; reimpr.enL.F.
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(2{)t)1 y 2007):
normativos si reconocieran la verdadera variedad y riqueza del español, "Pra una reconstrucción de la idea de la lengua española. Más
rrl lrí cle las fronteras insti tuidas Reuista Internacional de Lingüística lberoamerica-
",
revisaran radicalmente sus concepciones de la lengua y sus métodos dc a¿, núm. 6 (2}Ot),pp. 17 1-1 87; reed. en José del Valle (ed.) (2007): La lengaa,
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- G999Lpp.13-20.
/

El dardo en la Academia
Esencia y uigencia de las academias
de la lengua apañola
Silvia Senz y Montserrat Alberte (eds.)

Volumen I

-.lt¡,r"
una palabra Humpty Dumpty
--(.uando yo empleo -insistió
cn tono <lescleñoso- significa lo que yo quiero que signifi-
t¡ur... ¡ni más ni menosl
cuestión está en saber ----objetó Alicia- si usted puede
-La
conseguir que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes'
cuestión está en saber Humpty Dumpty-
-La -declaró
yo!
<¡uién manda aquí... ¡si ellas o

L¡wIs Crnnon: Alicia a traaés del upejo' caP' vI'

Para elhablante medio, la autoridad máxima, algo así como el


tribunal supremo del idioma, es la Real Academia Española'
que tal o cual
[...J Incluso entre personas cultas es frecuente oír
palabra <no está admitida" por la Academia y que por tanto
<no es cotrecta> o <<no exister. = En esta actitud [..'J hay un
error fundamental, el de considerar que alguien
@ Editorial Melusina, s.L., 2orr sona o una corporación- tiene autoridad pan legislar sobre la
www.melusina.com lengua. La lengua es de la comunidad que la habla, y es lo que
esta comunidad acepta lo que de verdad <<existe>, y es Io que
@ Del prólogo: Mirrius Serra
el uso da por bueno lo único que en definitiva <<es correcto>>'
@ De cada artículo, de sus autor/es

M¡NuBr Snco: Granática esencial dcl español,


Corrección ortotipográfica: Silvia Senz, Montserrat Alberte
Madrid: Aguilar, 1974, P. 211.
y Eugenia Monroy
Fotocomposición y diseño de cubierta: Carolina Hernández Terrazas

Primera edición. zorr

Reservados todos los derechos de esta edición

Impresión: Romanyá Valls, s.e.

rsnN (Obra completa) : 978-84-96614-97-o


rssN Vol. u 978-84-96614-98-7

Depósito legal: n-38.o78-zorr

lmpreso en España

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