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131

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U
L
(o

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C.J

Biblioteco o EL EVANGELIO SEGUN


Et novedoso comentario al evangetio según Marcos '--)

que nos ofrece Joe[ Marcus consta de dos volúmenes. de Estudios


Este segundo incluye [a traducción y e[ comentario de
tos capítutos 8-16, unos vatiosos apéndices y et índice
Bíblicos MARCOS
temático.
La troducción ha buscado respetar la titeratidad del (Mc 8- 1 ó)
texto, para que incluso los lectores que no conocen e[
griego puedan percibir [a fuerza de [a tosquedad gra-
maticat y sintáctica de Marcos, así como las conexiones
terminotógicas dentro del texto. Las notas que explican
Joe[ Marcus
las opciones de ta traducción destacan los probtemas
exegéticos que ptantean atgunas patabras y frases, ade-
más de transmitir informaciones técnicas.
El comentario constituye e[ corazón de [a obra. Se
trata de hacer accesibte este evangetio tanto a[ lector ,3 Lrt
que busca entender un determinado pasaje como al in-
HO
vestigador que pretende situarlo dentro de[ desarrotlo gu
de [a vida y e[ pensamiento de ta lgtesia antigua. Joel UÉ.
Marcus se esfuerza por descubrir e[ tema central de ca-
da perícopa y recuperar [a experiencia de los primeros
3<
;=
oyentes, a fin de haltar su sentido genuino. (Mc 8-ló)
Joel Marcus es profesor de Nuevo Testamento y de Orí-
genes del cristianismo en [a Facuttad de Teología de ta
-
Universidad de Boston. Anteriormente ha enseñado en -
la Universidad de Gtasgow y en e[ Seminario teotógico
de Princeton. Entre sus publicaciones cabe destacar:
The Way of the Lord: Christological Exegesis of the Old
Testament in the Gospel of tÁark; The llystery of the
Kingdom of God; y Jesus and the Holocaust: Reflections
on Suffering and Hope.

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BTBLToTECA DE ESTUDToS gi gt.lcr ts JOEL MARCUS
131

Colección dirigida por


Santiago Guijarro Oporto

ELEVANGELIO
SEGT]N MARCOS

8,22-16, 8

Nueve rnepuccróN
coN INTRoDUccIóN Y coMENTARIo

EDICIONES SÍGTJEME
SALAMANCA
20rt
CONTENIDO

A Dale Allison'
de cuyas obras he aPrendido mucho,
y cuya amistad me ha beneficiado aún más' Prefacio 649
Abreviaturas principales 653

Tnn¡uccróN DEL EVANGELTo DE MARCos (8,22-16,8) ................ 657

TRADUCCION,
NOTAS Y COMENTARIOS

5. Cunnre sECCróN pRrNcrpAL ..............


(8,22-10,52) 673
l. Introducción. De camino: ceguera y vista recobrada 673
2. Jesús cura a un ciego en dos fases (8,22-26) 676
3. Jesús es reconocido como mesías y profetiza su muerte y resu-
rrección (8,27-33) 688
4. Jesús declara los beneficios y pérdidas del seguimiento
(8, 34-9, l) ................. 704
5. La Transfiguración (9, 2-8) 722
6. Jesús habla de Elías y del Hijo del Hombre (9, 9-13) 735
7. Jesús cura a un muchacho epiléptico (9,14-29) 745
8. Jesús profetiza otÍavez su muerte y resurección (9, 30-32) ...... 764

Cubierta diseñada por Christian Hugo Martín


9. Una colección de dichos sobre la vida cristiana (9, 33-50) ........ 769
a) Introducción ............... 769
O TradujoAntonio Piñero sobre el original inglés b) Jesús habla de quién es el más importante (9,33-37) 771
Commentary
Mark-8-16. A New Translation with Introduction and c) Jesús fechaza la exclusión de un exorcista ajeno (9, 38-40) .. 783
d) Jesús habla sobre recompensas y castigos en la vida después
O 2009 bY Yale UniversitY
de la muerte (9, 4l-50) 787
O Ediciones Sígueme S.A.U., Salamanca 201I
C/ García Tej ad o, 23 -27 - E-37 007 Salamanca / España 10. Jesús defiende la indisolubilidad del matrimonio (10, l-12) ...... 801
Tlf.: (+34) 923 218 203 - Fax: (+34)923 270 563 11. Jesús bendice a unos niños (10, l3-16) .......... 819
ediciones@sigueme.es 12. Jesús llama a un hombre rico (10, 17-22) ......... 826
www.sigueme.es
13. Jesús habla de la riqueza (10, 23-31) 839
ISBN: 978-84-301-173ó-9 (vol. 2) 14. Jesús profetiza su muerte y resurrección por tercera vez
ISBN: 978-84-301-1734-5 (obra completa) (10,32-34) 851
Depósito legal: S. 1 091-201I 15. Jesús habla de servir y ser servido (10, 35-45) 858
Impreso en EsPaña / Unión EuroPea
lmprime: Gráficas Varona S.A.
16. Jesús cura a otro ciego (10, 46-52) 871
PREFACIO

Comencé el primer volumen de este Comentario poco después del na-


cimiento de mi hija Rachel; termino este segundo y último cuando queda
menos de un mes para su decimosexto cumpleaños. Durante este tiempo,
nuestra familia ha vivido en dos continentes y en cuatro ciudades. Los bi-
bliotecarios de Princeton, Glasgow, Boston y ahora Durham, en Carolina
del Norte, me han ayudado a conseguir todo el material, a veces muy raro,
que solicité. Al completar el presente volumen, me siento particularmente
agradecido por haber disfrutado de la magnífica biblioteca de la Facultad
de Teología de Duke y por la pródiga ayuda de quienes la atienden, Roger
Loyd, Roberta Schaafsma y Andy Keck.
lncluso más que para los bibliotecarios, mi más profunda gratitud va
para mis lectores y editores. El editor de la serie Anchor Yale Bible, el di-
funto David Noel Freedman, me ofreció durante los dieciséis años pasados
estímulo y crítica por igual. Sin embargo, me permitió también obrar según
mi propio parecer, incluso cuando discrepaba apasionadamente; por ejem-
plo, cuando elegí como designación para el hermano de Jesús el nombre de
James/Jaime/Santiago, siguiendo la tradición inglesa./castellana (cf. vol. l,
195), en vezde Iakob/Jacobo, como él proponía. <Hace mucho tiempo>, es-
cribió Freedman, ((que un valiente estudioso del Nuevo Testamento decidió
usar el nombre transcrito correctamente tanto en el original hebreo como en
la versión griega: Iakob>. Lamento no ser yo ese valiente erudito.
Además de David Noel Freedman, cuatro amigos expertos leyeron el
manuscrito de principio al fin. Cuando, como ocurrió a veces, dos o tres
manifestaban alguna objeción a una misma afirmación o argumento, sabía
yo que había algún problema. Aparte de tales convergencias, cada uno me
proporcionó algo diferente. Mike Winger aportó su agudo talento, acos-
tumbrado al derecho, para mejorar mi lógica y mi sintaxis. Fue él también
quien escribió la más brillante crítica que he tenido el placer de recibir ja-
más. En mi borrador original del Comentario a 12,35-37 , escribí: <Estalla
(ing.: 'breaks forth') la alegría cuando el Jesús marcano alude a la nueva
creación, al igual que estalló ('broke forth') la alegría cuando Dios creó
('brought forth') la antiguu. La anotación al margen de Mike a esta prosa
grandilocuente fue: <3rd 4th is 1 2 many>> = (A third 'fourth' [homófono de
'forth'] is one too many) (<Tres vecesforth es un exceso>)r.

I . Juego de palabras en inglés enlre forth / fourth y enfre tvvo / too (N. del T.).
Prefacio 65 I
l) rafltc'io

Estoy seguro de que, al escribir el Comentario, no he dicho la última


a mi lógica' Sospe-
Como Mike, Bart Ehrman hizo sus propios recortes palabra sobre este Evangelio de Marcos, tan críptico e intrigante. Estoy
por lo que lo he escuchado
chubu qu" él sabía más que yo de criticá textual' agradecido porque jamás me he sentido aburrido -aunque sí cansado- en
atentamenteenestamateria.Detodosmislectores'DaveAdamsfueelmás los dieciséis años que he estado trabajando en este libro. Tengo muchas
las que me aventuré a salir de
coherente y crítico en aquellas ocasiones en ganas de encontrar algún día a su autor, y de hallar finalmente lo que hay
para introducirme en las aguas
ias orillas'más conocidas de la exégesis detrás de los números que aparecen en 8, l9-21, entre otros misterios.
inexploradas (para mí) de la teología'
--
relativamente Una nota sobre las traducciones: a lo largo de todo el volumen he mo-
y respecto a oále Allison.. ., ¿que puedo decir de los incontables modos dificado el texto en pro de la exactitud, estilo, lenguaje global, etc. de las
generosa'menie este Comentario? Aducía con
fre-
.on lá, iu" versiones utilizadas en principio y catalogadas infra.
.u.n.iu
"nriqu""ió
paralelos'releuuñt", deljudaísmo a1t1ey!' y to: lu. -lttu frecuen-
Todas las traducciones de los textos marcanos son mías, y la versión en
ciamese¡alabaparalelosmáscercanos,delNuevoTestamentomlsmo' para castellano de esta edición ha procurado conservar mi perspectiva exegética.
útilizó su profunio conocimiento de la historia de la interpretación por qué Igualmente, son propias las de otros textos bíblicos -a no ser que se indique
J.r-.i*" pedigrí a mis ideas o, en otras ocasiones' para preguntar lo contrario-, incluidos los escritos deuterocanónicos. Lo mismo ocurre en
interpretación de.este texto'
carecían ae etluourante los dos mil años de las Tablas, donde se ha procurado a veces una traducción más literal.
idea antes? Si no, probablemente sea erróneu)' Sin
6lra tenido alguien esta Si tampoco se indica lo contrario, las traducciones de los apócrifos y los
<Hay mucho material
ernbargo, de vez en cuando me decía cosas como: pseudoepígrafos del Antiguo Testamento proceden de la serie A. Díez Ma-
como un elogio' En
nuevo aquí que no es absurdo>, lo que yo tomaba cho - A. Piñero (eds.), Apócrifus del Antiguo Testamento, Cristiandad, Ma-
out" ha sido un apoyo constante' una ayuda y un amigo' así
lr","fq"*t drid 1982-2009. Igualmente, salvo indicación en contra, las traducciones de
""tL, permanente' Y no en menor grado porque él en rea-
.otá ,nu inspiración Filón, Josefo y otros escritores de la Antigüedad clásica han sido revisadas
volúmenes a uno de los
iiáuJ rluuiu ya concluiio un comentario en varios conforme a la versión de la Editorial Trotta. Al citar pasajes de los Setenta
(Vateo;, y gran comentario! De hecho' mi deuda con él es
Evangelios ¡un (LXX), he hecho una versión propia según la edición de Rahlfs.
el primero en señalarme
JoUf"] pri*"ro, desdé que e'íuoauies-Allison> fue Respecto a los manuscritos del mar Muerto: generalmente los pasajes
fructíferos, y luego porque el autor principal de aquel co-
iu.,to, se citan según la numeración y traducción de F. García Martinez, Texlos de
"u-inos
me ayudó de mucúos aperfilar los pensamientos mismos
-"niu.io '*¿bt Qumrán, Trotta, Madrid 1992. Donde hay una numeración diferente en la
que me había insPirado. de Emmanuel Tov (ed.), The Dead Sea Scrolls Electronic Library (edición
su trabajo' y des-
Cuando esta <Banda de los Cuatro> hubo concluido revisada, 2006), la he señalado entre paréntesis. Los pasajes del Rollo de
sus recomen-
pués de que hubiera pasado yo más de un- año incorporando acción de gracias se citan según la reordenación de las columnas acepta-
queió listo para la revisión final ante el perspicaz
daciones, el Comentario da generalmente ahora y usada en las ediciones de Tov, la traducción de
de Carol Shoun, la edito;a de la Facultad de
Teología de Duke.
García-Martínezy la última edición de Vermes, entre otras. La numeración
"i"
do-o"áii"ii"f
.u"hos de mis colegas de esta universidad' me creía un buen
es-
anterior de las columnas aparece, sin embargo, entre paréntesis. Así, por
critorhastaquemetopéco-nCarol.Sulaboreditorialhaañadidovalora ejemplo, (lQH 14 (6), l7-18). Los textos que no se hallan en García Mar-
li i*Uu¡o dÉ múltiples maneras, no solamente en aspectos de estilo' sino tínez se citan según la numeración de Tov. La numeración de los pasajes
tambiénenlacoherenciadepensamientoyenlaconsistenciainterna.Es- de los Rol/os se efectúa generalmente según línea y columna. Cuando hay
cuidadosa' sumamente
toy profundamente agradecido a Carol por su tarea varios fragmentos, la numeración se efectúa según el fragmento, la colum-
inieiigente, y por su apoyo alegre y humano' na y elnúmero de línea (asi4Q2707 l,17-18: fragmento 7, columna l,
Aáemás-di ml ¿eu¿á .itor pacientes lectores, me gustaría recono- líneas I 7- 1 8) o, si hay sólo una columna en un fragmento, por el fragmento
"on Gregory Jones' de la
cer con gratitud et apoyo que he t"tibido del decano y el número de línea (así 4Q266 I 1,3-5 : fragmento I l, líneas 3-5). Donde
Henry Luce' El primero
FacultaJde Teología ¿" nut", y de la Fundación
hay diferencia entre la numeración de García Martinez y Tov, ofrezco la de
y la segunda me otorgó una ayuda a la
me concedió un permiso sabátito este último entre paréntesis.
la conjunción de los dos permitió pasar un año conclu-
investigación; -19 Respecto a las citas rabínicas: a no ser que se indique de otro modo,
-este
en el <National Humanities center>. Estoy muy
yendo Comentirio los pasajes de la Misná se citan según la numeración usual de Danby, pero
ág*de"i¿o al equipo de esta maravillosa institución' También
agradezco
hemos consultado la traducción de Carlos del Valle, La Misná, Ediciones
McCoy' Brian Gamel'ZackPhi-
ií"vt¿" de ¡ill Hicks, Scott Ryan, Ben
a presión al
Sígueme, Salamanca r20l l. A no ser que se señale oportunamente, los pa-
tiipí y ru"t"r per¿a, luienes hán realizado un heroico trabajo sajes del Midrás Rabbah se citan según la numeración y la traducción de la
Y muchas gracias a
.o-pon., los índices de autores antiguos y modernos' edición Soncino, editada por Freedman y Simon. Los pasajes del Talmud
volumen' y a su cuidado y
Leslie Phillips, la correctora de pruebas de este habilónico se citan también, salvo aviso en contra, por la edición Sonci-
meticrllosos con un autor exigente'
6s2 Prefacio

no, editada por Epstein y traducida por Simon'


Los pasajes del Talmud ABREVIATURAS PRINCIPALE S
paréntesis la página y el
de Jerusalén se citan t"i.in tu misná; doy entre
de Escalígero editado por
sector ¿e la numeración éstándar del manuscrito
Sussmann, y el volumen y la página de la
obra de J' Neusnet' Talmud of
26' 12)>>' Los
iie fond of Isroel,por ejempló <<y' Qild' l, I (58c; Neusner' presenta en-
y
p"t"¡.. J" f" Mek'iita se-citan según el tratado y número' se
Lauterbach. Los
i* p'".1r,.r1, el volumen y la pi-gina de la traducción de
siguen numeración de
la
;;JJ"t ¡; sry'a (Sipra), s,/t" t'sip't"),y la Tosefta
las traducciones de Neusner'
EnlascitasdelEvangeliodeTomasgnósticoheutilizado'avecescon AASF Annales Academiae scientiarum fennicae
algunos cambios, la verJión de Guillaumont y otros' y la de H'-G'
Bethge AB Anchor Bible
Evangeliorum deK' ABD D. N. Freedman (ed.), The Anchor Bible Dictionary
q'u-" upur.""n en ía 15" edición delaSynopsis Quattuor
Áf á"á, r*ir"da conforme a la traductión
¿e r. Bermejo, en A' Piñero.(ed')' ABRL Anchor Bible Reference Library
TotloslosEvangelios,Edaf,Madrid200g'ParalostextosdeNagHam- AGJU Arbeiten zur Geschichte des antiken Judentums und des Urchris-
manuscrito y el número de
madi, cito según la.turn"ru.ión de la página de tentums
Library.' pero AnBib
ii"*'q". apa"rece en J. M. Robinson y otros' Nag Hammadi
española de A. Piñero -
Analecta Biblica
la traducción se ha revisado conformé a la edición
32008 (cuya numeraclon es
ANRW H. Temporini - W Haase (eds.), Aufstieg und Niedergang der
J. Montserrat - F. García Bazán,Trotta,
Madrid rómischen Welt
casi siempre igual a la de Robinson)' ANTC Abingdon New Testament Commentary
ArBib The Aramaic Bible
me pregun-
Como la mayor parte de los autores de obras voluminosas' ATANT Abhandlungen zur Theologie des Alten und Neuen Testaments
ver finalización. Mis amigos
taba a mí mismo si llegaría a vivir para AT
su Antiguo Testamento
que tomé, algo neuróticas
*-*j" Jar rcstimonio d"e las medidai cautelares b. Talmud de Babilonia
sin duda, para su terminación si ocurría algún
imprevisto' EstoJ especial- BAR Biblical Archaeology Review
y doctoranda' Suzanne Henderson'
mente agádecido a mi amiga antigua
el manuscrito si yo me
BBB Bonner biblische Beitráge
q.r" u.oiá¿ gentilmente hacé varios años terminar BDAG W. Bauer y otros, I Greek-English Lexicon of the New Testament
i"ál-p"¿iío para hacerlo' Suzanne, por medio de estas líneas te comuni- and Other Early Christian Lilerature, tercera edición
co que quedas liberada de tu promesa' BDF F. Blass - A. Debrunner - R. W. Funk, I Greek Grammar of the
New kstament
BEB Biblioteca de estudios bíblicos
BETL Bibliothecaephemeridumtheologicarumlovaniensium
BevT Beitráge zur evangelischen Theologie
BGBE Beitráge zur Geschichte der biblischen Exegese
Bib Biblica
BibOr Biblica et orientalia
BJRL Bulletin of the John Rylands University Library of Manchester
BJS Brown Judaic Studies
BN Biblische Notizien
BRev Bible Review
BT The Bible Translator
BZ Biblische Zeitschrift
BZAW Beiheft zur Zeitschrift fiir die alttestamentliche Wissenschaft
BZNW Beiheft zur Zeitschrift fiir die neutestamentliche Wissenschaft
CahRB Cahiers de la Revue biblique
CBQ Catholic Biblical Quarterly
Abreviaturas 655
ó54 Ahrcvioturas

JTS Journal of Theological Studies


CBET Contributions to Biblical Exegesis and Theology
JTSA Journ al of Theo logy for South Africa
CBQMS Catholic Biblical Quarterly - Monograph Series
LCL Loeb Classical Library
CEJL Commentaries on Early Jewish Literature
LD Lectio divina
ConBNT Coniectanea biblica, New Testament
LSJ H. D. Liddell y otros, I Greek-English Lexicon with a Supplement
Danby H. DanbY, The Mishnah
Nuevo LUA Lunds universitets ársskrift
DENi H. Balz_ G. Schneider (eds.), Diccionario exegético del
LXX Septuaginta, Setenta
Testamenlo
ITl. Misná
DOP Dumbarton Oaks PaPers
MHT J. H. Moulton y otros, A Grammar of New Testamenl Greek
DSD Dead Sea Discoveries
M-M J. H. Moulton-G. Milligan, The Vocabulary of the GreekksÍamenf
EBib Études bibliques
New NEAEHL E. Stern (ed.), The New Encyclopedia of Archaeological Excava-
EDNT H. Balz- G. Schneider (eds'), Exegetical Dictionary of the
tions in the Holy Land
Testament
Testament NewDocs N ew Documents I llus trat ing Early C hris tianity
EKKNT Evangelisch-katholischer Kommentar zum Neuen
NICINT New International Commentary on the New Testament
EncJud Encyclopaedia Judaica
NIGTC New Intemational Greek Testament Commentary
ETL Ephe m e rides t he ol o gic ae lov ani ens e s
NovT Novum Testamentum
EvT Evangelische Theologie
NovTSup Novum Testamentum, Supplements
ExpT ExpositorY Times
NT Nuevo Testamento
FB Forschung zur Bibel
NTAbh Neutestamentliche Abhandlungen
FRLANT Forschungen zur Religion und Literatur des Alten und Neuen
NTOA Novum Testamentum et Orbis Antiquus
Testaments
NTS New Testament Studies
Gesenius E. Kautzsch-A. E' Cowley, Gesenius'Hebrew Grammar
NTTS New Testament Tools and Studies
Gr. Griego
OCD S. Hornblower - A. Spawforth (eds.), The Oxford Classical Dic-
HBD P. J. Achtemeier (ed'), Harperb Bible Dictionary tionary,3 ed.
HDR Harvard Dissertations in Religion OTL Old Testament Library
Heb. Hebreo OTP J. H. Charlesworth (ed.), The Old Testament Pseudepigrapha
HNT Handbuch zum Neuen Testament
PEQ Palestine Exploration Quarterly
HTKNT Herders theologischer Kommentar zum Neuen Testament PGM Papyri graecae magicae
HTR Harvard Theological Review PTMS Pittsburgh Theological Monograph Series
HTS Harvard Theological Studies
QD Quaestiones disputatae
HUCA Hebrew Union College Annual RAr Revue archéologique
HUT HermeneutischeUntersuchungenzurTheologie
of the Bible RB Revue biblique
IDB G. A. Buttrick (ed'), The Interpreterb Dictionary
ttevQ Revue de Qumran
IEJ Israel ExPloration Journal
SANT Studien zum Alten und Neuen Testament
lnt InterPretation
SBAB Stuttgarter biblische Aufsatzbánde
JAAR Journal of the American Academy of Religion SBLDS Society of Biblical Literature - Dissertation Series
JBL Journal of Biblical Literature
SBLEJL Society of Biblical Literature - Early Judaism and Its Literature
Jdl Jahrbuch des deutschen archtiologischen Instituts
SBLSP Society of Biblical Literature - Seminar Papers
JE The Jewish EncYcloPedia
SBLSBS Society of Biblical Literature - Sources for Biblical Study
JQR Jewish QuarterlY Review
SBLSS Society of Biblical Literature - Semeia Studies
JRS Journal of Roman Studies
SBM Stuttgarter biblische Monographien
JSJ Journal .for the Study of Judaism
SBS Stuttgarter Bibelstudien
JSNT Journalfor the Study of the New kstament Series SBT Studies in Biblical Theology
JSNTSup Journal for the Stuáy of the New Testament: Supplement
SEA Svens k exegetisk ársbok
JSOT Journal for the Study of the Old Testament SJLA Studies in Judaism in Late Antiquity
Supplement Series
JSOTSup Journal for the Stuáy áf ttre Old Testament:
656 Abreviaturas

SJT Scottish Journal of Theology TRADUCCTÓN DEL EVANGELIO DE MARCOS


SNTSMS Society for New Testament Studies Monograph Series
SNTW Studies in the New Testament and lts World (8,22-16, 8. Apéndice: 16, g_20)
SSEJC Studies in Scripture in Early Judaism and Christianiry
JSPSup Journal for the Study ofthe Pseudepigrapha: Supplement Series
ST Studia theologica
SUNT Studien zur Umwelt des Neuen Testaments
SVTP Studia in Veteris Testamenti Pseudepigrapha
t. Tosefta
TBei Theologische Beitrdge
TDNT G. Kittel - G. Friedrich (eds.), Theological Dictionary of the New l. Cunnre secclóru pRrNCrpAL (g,22_10,52)
Tbstament D¡ cerr¿¡No: cEcuERA y vtsrA RECoBRADA
Tg. Targum
ThViat Theologia viatorum 8 22Y llegaron a Betsaida. y re lrevaron un ciego y
le pedían que lo toca-
TM Texto masorético [Biblia hebrea] ra. 23Y tomando ar ciego de la mano lo condujo
rueia ¿e la ardeá f
TTZ Tiierer theo lo gis c h e Ze its c hrift en sus_ojos, y le impuso las manos y le preguntaba: "s"upro
<<¿Ves ilgiír.-irV el,
TynBul Tyndale Bulletin mirando hacia arriba y comenzando u u., á. nu"uo,
decía: i<Veo perso_
TZ Theologische Zeits chrift nas... porque... veo personas como árboles que andan>>. 25Luego
impuso
VTS Vetus Testamentum Supplements Jesús de nuevo las manos-sobre sus ojos, y
comenzó a ver y quáó restau_
WBC Word Biblical Commentary rada (su vista) y veía nítidamente todt deÁde
ese momento. 26y lo envió a
WMANT Wissenschaftliche Monographien zum Alten und Neuen Testament su casa diciéndole: <No entres en la aldeo.
27Y Jesús
WLINT Wissenschaftliche Untersuchungen zum Neuen Testament y sus discípulos marcharon a las ardeas
Yerushalmi: Talmud de Jerusalén [palestinense]
-Y en el camino pregun_taba de cesarea de Firipo.
v. y les decía: <¿eui¿n ái"" Iu
a sus discípulos
ZNW Zeitschriftfir die neutestamentlichen Wissenschaft und die Kun- gente que soy yo?>. 28y le dijeron: <unos dicen
que ¡uu,iel Bautista; y
de der rilteren Kirche otros, Elías; y otros, que uno de los profetas>>. 2ey
i", p."guntub;, ;y,"_
ZTK Zeitschrift fi)r Theologie und Kirche sotros, i-gylen decís que soy yo?>. y pedro respondió
y t" á¡o, uiU
cristo>. 30Y les ordenó rigurosamente que a nadie
3rY comenzaba habíaran je é1. ".", "l
a enseñarles que era necesario que el Hijo
del ttombre
sufriera mucho y fuera rechazado por los ancianos,
io, .u,nó. sacerdotes y
los escribas, y que fuera asesinadó, y que resucitara
después ¿"-t.o ¿iur;
'r y decía con franqueza estas palabras. i p.d.o lo tomó upurt" .o,n
| en o u
¡'ecriminarlo. 33 pero é1, tras vorverse y ver a sus
discípulos, ir.í.plu n"o-
y Ie dijo: <Ponte detrás de mí, satanás. porque no
tiánes fus pensamientos
en las cosas de Dios, sino en las de los homúres>.
raY convocando
a la muchedumbre con sus discípulos, les dijo: <Si
al_
guien quiere venir en pos de mí, niéguese
a sí mismo, io,n" .,
'5 Pues quien quiera sarvar su vida la perderá; pero
._r';,i;r"
quien pierda su vida por
nri causa y por la de la buena nu"uu iu salvará. io pues
hombre ganar todo el mundo y perder su vida? 3? pues
¿¿á quJl" ,i*.'u *
a cambio de su vida? 3s porque quien se
¿i"e áuriu * lron'ur.
avergüence ae"mi y de mis paiabras
cn esta generación adúltera y pecadora, er Hijo
del Hombie ,e uu"ffirará
-arig"i"or.
también de él cuando venga en la gloria de su"padre
.on ro, ,untá,
9 rY les decía: <<Os aseguro (amén) que hay algunos que
están aquí que
no probarán ciertamente la muerte antei de qu"
u"un venir el reinado de
Dios en poden>.
Marcos 9, 28-10,9 659
658 Marcos 9' 2-27
28Y cuando Jesús hubo entrado en una casa, sus discípulos le pregunta-
2Y seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan' y los
ron en privado: <¿Por qué nosotros no fuimos capaces de expulsarlo?>>.zeY
montaña elevada' y se trans-
condujo en privado, u aílot solos, hasta una él les dijo: <Este tipo de espíritu no puede ser expulsado de ningún modo
en extremo'
á;;;il állos; 'y su ropa se tornó resplandeciente' blanca excepto por la oracióru>.
poáría blanquearla uti'-oI allí se les
como ningún batanero .oUt" tu tiena sPedro 30Y saliendo de allí, caminaban a través de Galilea, y no quería que
respon-
ñ;.tó Élíu, Moisés, y estaban hablando con Jesús' nadie lo supiera, '' pues enseñaba a sus discípulos y les decía: <<El Hijo del
"on quedemos aquí; hagamos tres
ái¿ v ¿¡" a Jesús: <Rabí, bueno es que nos Hombre será entregado a manos de hombres, y 1o matarán, y una vezmuer-
y otra para Elías>'. 6(No. sabía qué
tiendas, una para li, olta para Moisás 7Y vino una nube' cubriéndolos to, resucitará después de tres días>>.32Pero ellos no entendieron lo dicho, y
decir, pues habían qo"Ouai aterrorizadós)' temían preguntarle.
<Este es mi Hijo amado;
con su sombra; y uino * voz desde la nube: 33Y llegaron a Cafarnaún. Y cuando estaba en casa les preguntaba:
repente, mirando alrededor' no vieron a
nadie excepto
escuchadlo>>.8Y de <¿Qué discutíais en el camino?). 34Y ellos callaban, pues en el camino dis-
a Jesús solo con ellos. cutían entre ellos quién era el más importante. 35Y sentándose, llamó a los
eY cuando descendían de la montaña, les ordenó que no contaran a
Doce y les dice: <Si alguien quiere ser el primero, sea el último de todos y
Hombre hubiera resucitado
nual" to lu" habían uirio t'uttu que el Hijo-del el siervo de todos>>. 36Y tomando a un niño lo puso en pie en medio de ellos
discutiendo entre ellos
il los muertos. 'oV g.ra.duion pu.u ií lo dicho, y abrazándolo les dijo: 37<<Quien reciba a uno de estos niños en mi nombre a
qué"",rá
era eso de <resucitar de entre los muertos>>' mí me recibe; y quien me recibe no me recibe a mí, sino a quien me envía>.
rrY le preguntaron diciendo: <<¿Por qué'pues'.dicen los escribas que 38Le dijo Juan: <Maestro, he visto a uno intentando expulsar un demo-
<¿Es realmente cierto que Elías'
Elías debe venir primero?n' 'tY él lés d¡o: nio en tu nombre y se lo impedimos, porque no nos sigue>>. 3eY Jesús le
las cosas? ¿Cómo entonces está
cuando venga primero, ."'tuutu'á todas dijo: <<No se lo impidáis. Pues nadie hará un portento en mi nombre y podrá
que debe sufrir muchas cosas y ser
;t;;il u""riu,,iel Hijodel Hombre ^ha inmediatamente hablar mal de mí; aopues quien no está contra nosotros,
despreciado?
pero os drgá que elías venido también, e hicieron con él
está a favor nuestro.
lo que quisieron, como está escrito de éb>' ar>>Pues quien os dé a
beber un vaso de agua por el nombre, porque sois
raY cuando ,"to*ur* a los discípulos' vieron una gran muchedum-
de Cristo, ciertamente (amén) os digo que no perderá su recompensa. a2Y
breentornoa"ttosyaunosescribas'quediscutíanconellos.l5Ytodala quien escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le estaría
muchedumbr., uio u ¡"tnt, quedó inmediatamente atemotizada' si le ataran una piedra de molino alrededor de su cuello y fuera arrojado al
"rrundo r6Y Jesús les preguntó: <¿De qué discutíais con
echt; correr y lo aclamó. mar. a3Y si te escandaliza tu mano, córtala1' pues mejor es que entres manco
ellos?>' en la vida antes que con las dos manos marches a la gehenna, al fuego inex-
cnntesfó <<Maestro' te traJe a nri hijo
^L,o,l,rmrrre le contestó:
r?Y uno de la muchedumbre
donde se apodera tinguible. (44)4sY si tu pie te escandaliza, córtalo; mejor es que entres cojo
porque ii"t",,n
"rpiritu
-u¿o' "Y "n cualquier parte sus dientes y en la vida que ser arrojado a la gehenna con los dos pies. (46)47Ysi tu ojo te
por su boca' rechina
de é1, lo derriba; y echa espumarajos escandaliza, arráncatelo; pues mejor es que entres tuerto en el reino de Dios
no tenían
," rígido'Í a¡e a tut discípuloi que lo expulsaran' pero
que ser arrojado a la gehenna con los dos ojos, a8 porque su gusano no muere
"*f".
fuerza>. rey Jesús .o"rt"rto y les iijo: ,,oh g"n"tu"ión inc^rédula, ¿hasta y elfuego no se extingue.aePues todo será salado por el fuego. s0l-a sal es
os soportaré? Traédmelo>'
cuándo estaré con uátottotí ¿Cuánto tiempo buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la salaréis? Tened sal en
2oy ellos se lo trajeron. y al vJrlo, el espíritu convulsionó inmediatamente
por la boca' vosotros y vivid enpaz entre vosotros>.
a tierra, se revolcaba echando espuma
al muchacho, y
"uy.oáo hace que le está sucediendo es-
2rY preguntó u ,u puá"' <¿Cuánto-tiempo
lo ha lanzado al fuego 10 'Y marchándose de allí fue hacia la región de Judea y Transjordania,
to?). Y él dijo: up"sde la iiñez'"Y muchas veces
y 1o acompañaban de nuevo multitudes y, como tenía por costumbre, les
algo' ¡ten compasión
;; i; ug,ru, puru ¿"tt*itto' Pero, si puedes hacer
23Pero jettti t" dijo: <<'¿Si puedes?'¡Todas las enseñaba de nuevo. 2Y se acercaron unos fariseos y le preguntaron si esta-
de nosotros v uÉ¿unáttn' ba permitido que un hombre repudiara a su mujer, para ponerlo a prueba.
;;; ,;" poriUi". al que cree!>. 2aEl o¿dre del niño gritó inmediatamente I Pero él respondió y les
dijo : <¿Qué os ordenó Moisés?>. aY ellos dijeron:
y dijo: <Cieo; ¡ayuda a mi incredulidad!>' <Moisés permitió escribir el libelo de divorcio y repudian.5Y Jesús les di-
2sY Jesús, viendo áu" t" reunía rápidamente una gran muchedumbre'
jo: <Por vuestra dureza de corazón os prescribió Moisés este mandamiento.
mrldo.y sordo; yo te lo
,.pr"ndió al espíritu iirrp".o y le dijo: <Espíritu
26Y dando gritos y convul-
6Pero desde el principio de la creación macho y hembra los hizo;1 por eso
ordeno: ¡Sal de et y no e"t'"sit nt'"uo en éi!>' dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, sy serán
quedó como un cadáver' de
sionándolo grurr¿"-.nt", salió; y el muchacho 2iPero los dos una carne; de manera que ya no son dos, sino una came. ePor tanto,
Jesús lo tomó de la
modo que muchos Ji:.tán que había muerto' lo que Dios unió no lo separe el hombre.
mano- lo levantó v se Puso en Pie'
l0'
Marcos 10,38-11, ll 661
660 Marcos 10-37

38Y Jesús les dijo: <No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que estoy
roY cuando estaban de nuevo en casa los discípulos le preguntaban so-
y se case con otra comete bebiendo o ser bautizados con el bautismo con el que soy bautizado?>. reY
bre esto. rrY les dijo: <Quien repudie a su mujer le dijeron: <Podemos>>. Y Jesús les dijo: <<Beberéis la copa que yo bebo y
si élla repudia a su marido y se casa con otro'
á¿,rft".iocontra aquella; ''y con el bautismo con el que soy bautizado, lo seréis vosotros; aopero el que
-- i;t adulterio>.
comete
los discípulos les os sentéis a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía concederlo, sino
la gente le traía niños para que los tocara; pero que es para quienes está preparado>.
vio indignó y les dijo: <Dejad,a los
reprendíanlrapero cuando lo Jesus se arY tras oír1o, los diez comenzaron a irritarse con Santiago y Juan. a2Y,
como. ellos es
;;'ñ";;r" vengan a mí. No se lo impidáis' pues de personas llamándolos, les dijo Jesús: <Sabéis que los que parecen gobemar a los gen-
quien no reciba el reinado de
el reinado de Dios' 't Os aseguro lamen; que r6Ytras tiles los dominan, y los importantes ejercen su autoridad sobre ellos. a3 Pero
cogerlos en brazos' los
Dios como un niño, nun"u áouti "n ¿i"' no es así entre vosotros, sino que quien quiera convertirse en importante
bendecía imponiéndoles las manos' entre vosotros será vuestro criado, aay quien quiera ser el primero entre
r7Y cuando comenzaba a andar por el camino' (vino) corriendo un hom-
bueno: ¿qué haré para heredar vosotros será siervo de todos; a5 pues tampoco el Hijo del Hombre vino a ser
bre y, de rodillas, le preguntaba: <<'Maestro servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.
bueno? Nadie es
i; ríá" eterna?>' 'ty-¡eiis le dijo: <¿Por qué me llamas No matarás' no co-
a6Y llegaron a Jericó. Y mientras se iba alejando de Jericó con sus dis-
bu"no suluo uno, Dios. 'eConoces loi mandamientos: cípulos y una gran muchedumbre, el hijo de Timeo, Bartimeo, un mendigo
testimonio' no defraudarás'
meterós adulterio, no robarás, no darás falso ciego, estaba sentado junto al camino. a7 Y tras oír que era Jesús, el Nazare-
guardé todos ellos
honra a tu padre y a tu modre>>'2oY él le bijo:
<Maestro'
2rY Jesús' mirándolo y movido por amor a,él' le dijo: no, comenzó a gritar y a decir: <Hijo de David, Jesús, apiádate de mí>. a8Y
áá.á. *l ¡í".ntodr. muchos le reprendían para que callara1' pero él gritaba mucho más fuerte:
<<Unacosatefalta:vete,vendetodocuantotienes,daloalospobresyten-
22Pero él se entristeció por estas <Hijo de David, apiádate de mí>>. aeY Jesús se detuvo y dijo: <Llamadle>. Y
J¿. un t.roro en el cielo, y ven, sígueme>' llamaron al ciego diciéndole: <Ánimo, levántate, te llamu. 50Y tras arrojar
p"i"Ut"t y se marchó apenado; puestenía muchos bienes' su manto y levantarse de un salto, se dirigió hacia Jesús. 5rY respondién-
23Y en denedor a¡ó lestrs a sus discípulos: <¡C-uán
dificilmen-
mirando dole le dijo Jesús: <¿Qué quieres que te haga?r>. Y le dijo el ciego: <Rabuní,
te entrarán en el reino de Oios los que tienen
riquezas!>' ]'Y lgt cliscípulos
respondió1 lesdü: de nuevo: que vuelva a veD). 52Y Jesús le dijo: <<¡Vete!, tu fe te ha salvado>. Y al ins-
se asombraron de estas palabras' Péro Jesús 25Es tante volvió a ver y lo seguía en el camino.
fácil que un
;H;i;, icuán dificil es entrar en el reino de Dios! en elmás reino de Dios>>'
p"t" por el ojo de una aguja que un rico entre
"""i.flt

Pero ellos se a¿miraron arin -át y se decían
entre ellos: <¿Y quién puede
ttY miránJolos, dijo Jesús: <Para los hombres es imposible' 2. Qunra ssccróN pRrNCrpAL (11, l-13, 37)
salvarse?>. Et¡s¡ñaNz¡.: pngÁN4eulo AL RELATo oe le paslóN
p"ro no para Dios; pues todo es posible para Dios>>'
2s}mpezóPedroadecirle:uMi'u'nosotroshemosdejadotodoytehe-
que nadie hay que haya 11 rY cuando estuvieron cerca de Jerusalén, Betfagé y Betania junto al
rno. ffildor. 'nDrjo Jesús: <Os aseguro (amén) monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos 2y les dijo: <ld alaaldea
madre o padre o hijos o campos por
áejado iasa, o hermanos o hermanas o que está frente a vosotros, y cuando entréis en ella, encontraréis inmediata-
no reciba el céntuplo ahora' en este
-i ruuru y por la buena nueva,'oque madre' hijos' campos' con persecu- mente un pollino atado, al que nadie ha montado todavía; soltadlo y traedlo.
ii"-po, óurur, hermanos, hermanas, 3rPero muchos primeros
3Y si alguien os dice: '¿Por qué hacéis esto?', decidle: 'El Señor tiene ne-
"n por uenit, la vida eterna'
ciones, y en la nueva era cesidad de él e inmediatamente lo enviará de nuevo aquí'>. aY se fueron y
serán los últimos y los últimos' primeros>' encontraron al pollino atadojunto a una puerta en la calle y lo sueltan. sY al-
32
Estaban de camino subienáo a Jerusalén'
y Jesús iba delante de ellos'
Y tomando de gunos de los que estaban allí les dijeron: <¿Qué hacéis soltando al pollino?>.
y arombrados, y los que lo seguían tenían miedo' 6Y ellos les dijeron tal como Jesús les había dicho, y los dejaron.
"rtuUut
nuevo a los Doce, a contarlés las cosas que iban a sucederle: 7Y llevaron el pollino a Jesús, y le echaron encima sus mantos y se
"o*nt¿
<Mirad, subimos u ¡"*tut¿" y el Hijo del Hombre
será entregado a los
sentó sobre é1. 8Y muchos extendieron sus mantos por el camino; y otros,
33

a muerte y lo entregarán
sumos sacerdotes y u io, escribas, y lo óondenarán fronda que habían cortado de los campos. eY los que iban por delante y los
se burlarán de é1, le escupirán y azolarány lo matarán' y
u io, g"ntit". 'oy que lo seguían gritaban: <<¡Hosanna. Bendito el que viene en nombre del
después de tres días resucitaril>' Señor!; '0bendito el reino por llegar de nuestro padre David. ¡Hosanna en
35Y se le u."r"u.án Suntiago y Juan, los hijos de Zebedeo' dicjéndole:
36Y las alturas!>.
que te pidamos>' él les
-i¡:t,-l¿g"iqueremos que hagas por nosotros lo37Y
<<Maestro, rrY entró en Jerusalén, en el Templo, y tras observar todo, como era ya
qr"reir.qinag"u pót vosotros?>' ellos le dijeron: <<Concé-

d"r""hu y el otro a tu izquierda en tu gloriu'


la hora de la tarde, salió hacia Betania con los Doce.
denos que uno se ,t"k" u ti
662 Murt'os ll' 12-12' 7 Marcos 12,8-34 663

r2Yaldíasiguiente,mientrassalíandeBetania'tuvohambre'r3Y-vien- ahora y será nuestra la herencia'. 8Y tomándolo, lo mataron y arrojaron


higuera con hojas fue por si encontraba algo en ella.
Y fuera de la viña. n¿Qué hará entonces el señor de la viña? Vendrá, aniqui-
do desde lejos Jna
pues no era época de lará a los arrendatarios y dará la viña a otros. r0¿No leísteis esta Escritura:
iras llegarsé a ella, no encontró otia cosa que hojas;
nadie fruto de ti>' Y lo
higos. i'Y en respuesta le dijo: <Nunca más coma
La piedra que rechazaron los conslructores, ésta se convirtió en angular.
tt
Del Señor vino y es maravillosa q nuestros ojos?>>.
escucharon sus discíPulos. 12Y trataban
rsY llegaron a Jerusalén. Y entrando en el Templo' comenzó.a.expulsar de capturarlo, pero temían a la muchedumbre, pues sabían
vendiendo y comprando en el Templo' y denibó las
mesas que había pronunciado esta parábola refiriéndose a ellos. Y, tras dejarlo, se
u lo,lue róy
"itubun paloma-s, no permitía marcharon.
de los cambistas y las sillas de los que vendían r7Y les enseñaba y r3Y le enviaron algunos fariseos y
que nadie transportara vasijas por medio del Templo' herodianos para intentar atraparlo por
Mi llamada casa de oración sus propias palabras. raY llegaron y le dijeron: <Maestro, sabemos que eres
i"s ¿e"iat <¿No está escrito que casa
,se.rá
paratodaslasnaciones?Perovosotroslahabéisconvertidoenguaridade verazy que no te preocupa Io que otro piense; pues no miras la apariencia
rsY lo escucharon los sumos sacerdotes y los escribas y trata- de los hombres, sino que enseñas verazmente el camino de Dios: ¿es lícito
bandidos>.
ban de hallar cómo perderlo; pues lo temían,
porque toda la muchedumbre pagar el tributo al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?>. r5 Pero é1, viendo
teY cuando llegó la tarde' su hipocresía, les dijo: <¿Por qué me tentáis? Traedme un denario para que
impresionáda u .uu.u de su enseñanza'
ó""¿"U" pueda verlo>. r6Y se lo trajeron. Y les dijo: <¿De quién es esta imagen y la
salieron de la ciudad.
20Y cuando pasaban de mañana vieron la higuera ya seca desde.las rai- inscripción?>>. Y le dijeron: <Del César>. r7Y Jesús les dijo: <Lo del César,
la higuera que maldijiste, devolved al César, y lo de Dios, a Dios>. Y se admiraban de é1.
ces. 2ry al recoidarlo, le dijo Pedro: <Rabí, mira, 23Os r8Y se le acercaron unos saduceos, que
dijo Jesús: <<Tened fe en Dios' sostienen que no hay resurrec-
,. ttu ,".u¿o ya).t'Y en réspuesta les
y arrójate al mar" ción, y le preguntaban diciendo: re<Maestro, Moisés nos prescribió que
aseguro (amén) que quien diga a este monte: 'Levántate
corazón sino que crea que ocurrirá lo que dice' lo tendrá' si el hermano de uno muere y deja esposa pero no hijos, que el hermano
y no dude en su
í,po. la oración, tened confianza de que tome la esposa de aquél y suscite descendencia a su hermano. 20 Eran siete
os digo, todo cuanto pioai,
"ro conságuido ya' y lo tendréis' "n 25Y cuando os paréis arezar'peÍ- hermanos; y el primero tomó esposa y, cuando murió, no dejó descenden-
lohabéis
¿"nuJ f" que tJngáis óonira ulguno,pataque vuestro padre en los cielos cia1'2t y el segundo la tomó y murió sin dejar descendencia; y el tercero lo

pueda perdonaros vuestras faltas>'


mismo; 22y ninguno de los siete dejó descendencia. Finalmente, la mujer
(2ó)27Y fueron de nuevo a Jerusalén. Y mientras andaba él en el Templo' también murió.23En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos
será mujer? Pues los siete tenían la misma mujen.
seleacercaronlossumossacerdotes,losescribasylosancianos.2syledije- 2aLes dijo Jesús: <¿No
O <¿Quién te otorgó os equivocáis por no conocer las Escrituras ni
.on' ,,¿Con qué autoridad estás haciendo estas cosas?>'
póder dá hacer estas cosas?>>'
2eY Jesús les dijo: <Os haré ura pregunta' lafuerza de Dios? 25Pues cuando resuciten los muertos ni se casan ni son
este
V t"t'p*¿"¿.e y os diré con qué autoridad hago estas cosas:-30eI bautismo
3rY dis-
dadas en matrimonio, sino que son como ángeles en los cielos. 26 Pero sobre
los muertos, que resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le
á" ¡uun, ¿1procédia¡ del cielo o de los hombres? Respondedme>>'
cutían enire ellos diciendo: <<Si decimos del cielo,
dirá: '¿Por qué,entonces habló Dios desde la zarza diciéndole: 'Yo soy el Dios de Abrahán y el Dios
a decir'De los hombres...'>. de Isaac y el Dios de Jacob'? 27No es Dios de muertos, sino de vivos; os
ná l."irt"i, en él?'.32pero si nos atrevemos
pues todos tenían a Juan verdaderamente por equivocáis totalmente>.
O"tniun a la muchedumbre, Y les 28Y uno de los escribas,
un profeta).
3rY respondieron y dijeron a Jesús: <No sabemos>' Jesús tras acercarse y oír que estaban disputando, al
cosas>' ver que les respondía correctamente le preguntó: <¿Cuál es el primer man-
dijó: <Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas
damiento de todos?>.2eLe respondió Jesús: <El primero es: 'Oye, Israel,
12lYcomenzóahab|ar|esenparábolas:<Unhombreplantóunaviña' el Señor nuestro Dios es el único Señor, 30y amarás al Señor tu Dios con
construyó encima todo tu corazón, toda tu vida, toda tu mente, toda tu fuerza' . 3r El segundo
puso en derredor una cerca, a*"uué un lagar subterráneo'
y se marchó' 2Y en el es éste: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'. Mayor que éstos no hay
una torre, la dio en arrendamiento a unos campesinos
para que recogiera otro mandamiento>.
momento apropiado envió a los arrendatarios un siervo I y tomándolo lo apalea- r2Y le dijo el escriba: <Bien dicho, maestro, hablas
de los campesinos su parte de los frutos de la viña; según la verdad,
aY de nuevo les envió otro siervo; porque Uno es y no hay otro excepto Él;,,y amarlo con toáo el corazón,
ron y lo anuiuron aon lu, manos vacías'
5Y envió otro; y lo mataron' y todo el entendimiento, toda lafuerzay amar al prójimo como a uno mismo
y to nlri".on enla cabezay lo deshonraron' 6Tenía aún un hijo
a otros' es mucho más importante que todos los holocaustos y sacrificios>.
á .u"t o. otros, apaleando a unos y asestnando raY Jesús, al ver que respondía inteligentemente,
a.ado;seloenvi.óelúltimodiciendo:.Respetaránamihijo,.TPeroaque- le dijo: <No estás lejos
tto, dijeron entre sí: 'Éste es el heredero; venid' matémoslo del reinado de Dios>. Y nadie se atrevía ya a preguntarle.
Marcos 13, 18 14,7 665
664 Marcos 12' 35-13' 17

barazadas y de las lactantes en aquellos días! r8Suplicad para que no pase


35Y, en respuesta, decía Jesúsmientras enseñaba en el templo: (¿Cómo
s6David mismo dijo en durante una tormenta; 'epues aquellos días serán de una angustia como no
dicen los escribas que el Ungido es hÜo de David? ha habido tal desde el comienzo de la creación, que creó Dios, hasta ahora
.b¡o el SeRor a mi señor: Siéntate a mi derecha, hasta
;i;*o* ,unto, 3r.David mismo lo llama señor' y no la habrá. 20Y si el Señor no decidiera acortar los días, no se salvaría
que ponga a tus enemlgos bajo tus pies''
lo escuchaba nadie; pero gracias a los elegidos que escogió, acortó los días.
;;#;; entonces hijJsuyob>' Y una amplia muchedumbre 2r>Y entonces, si alguien os dijera: 'Mirad, aquí está el Cristo; mirad,
con agrado. aflí', no lo creáis;22pues surgirán falsos cristos y falsos profetas y darán
38Y en su enseñanza decía: <Guardaos de los escribas que gustan.de pa-
signos y prodigios para extravia¡ si es posible, a los elegidos. 23 Pero voso-
plazas' 3ey de los primeros
sear con largas vestiduras, de los saludos en las a0que tros atended; mirad, os he predicho todas las cosas.
en los banquetes,
asientos en las sinagogas y los primeros divanes 2a>>Pero
en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se os-
lás viudas haciendo largas plegarias como pretexto;
á"uorun las casas dé curecerá y la luna no dará su luz,25y las estrellas caerán del cielo y los
éstos recibirán la más dura condena>' poderes que hay en los cielos se tambalearán.26Y entonces verán al Hijo
at la muchedumbre echaba mone-
Y sentado fiente al tesoro veía cómo a2y del Hombre venir entre nubes con gran poder y gloria. 27Y entonces enviará
da, en él; y muchos ricos echaban mucho; llegó una viuda pobre y echó
a los ángeles y congregará a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales,
dosochavos,queesuncuadrante.a3Ytrasllamarasusdiscípuloslesdijo: desde el final de la tierra hasta el final del cielo.
más que todos los
<En verdad (Amén) os digo que esta pobre viuda echó 28
>Y de la higuera, aprended el ejemplo: cuando su ramaje está ponién-
qu" el tesoro; ¿pu.t todos echaron de lo que les sobraba' pero
dose tierno y echa hojas, sabéis que la cosecha está cerca;2ede la misma
""fruUun'en
ésta de su pobreza ha echado cuanto tenía
para vivin'
forma también vosotros, cuando veáis que estas cosas suceden, sabed que
está cerca, a las puertas. 30Os aseguro (amén) que no pasará esta generación
13lYcuandoestabasaliendodelTemploledijouno.desusdiscípu-
2Y Jesús le dijo: hasta que todas estas cosas sucedan. 3r El cielo y la tierra pasarán, pero mis
los: <<Maestro, ¡mira qué piedras y qué construcciones!>' palabras no pasarán. 32Pero respecto a aquel día y hora, nadie sabe nada, ni
,gV., grund", No quedará aquí piedra sobre piedra
"fn.i*""ionlsi los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.
que no"rtu,
sea demolida>. 33>Atended, manteneos despiertos; pues no sabéis cuándo es el mo-
3YcuandoestabasentadoenelmontedelosolivosfrentealTemplo,le
a
<Dino.s: ¿cuán- mento. 3aEs semejante a un hombre que sale de viaje, cuando deja su casa
preguntaban en privado Pedro y Santiago,- Juan y Andrés: y da poder a sus esclavos, a cada uno su trabajo, y al portero le encarga
do ocurrirán estas cosas y cuál será la señal cuando
vayan a cumplirse todas
vigilar.3sVigilad, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al
estas cosas?>. atardeceq a media noche, al cantar el gallo o de mañana, 36 no sea que venga
5Y Jesús comenzó a decirles: <Mirad no sea que alguien os. engañe;
de repente y os encuentre dormidos. 17 Lo que os digo a vosotros, lo digo a
ómuchos vendrán en mi nombre, diciendo: 'Yo soy" y engañarán a mu-
y de guerras, no os todos; vigilaó.
chos. TPero cuando tengáis noticia de guerras nrmores
no será el fin' 8Pues se
asustéis: es preciso qu.-"ro ocurra, pero todavía
y habrá terremotos
levantará una nación contra otra y un reino contra otro' 3. Ssxrn ssccróN pRrNCrpAL (14,1-15,47)
y habrá hambrunas; cosas son el comienzo de los
;; ;;J"t partes estas
Muenrp: EL RELATo o¡ le PasróN
dolores de Parto.
a los sanedrines y seréts
e
>>Pero mirad a vosotros mismos; os entregarán 14 rY dos días después eran la Pascua y los Ácimos. Y los sumos sacer-
y os llevarán ante gobernadores y reyes por mi
azotados en las sinagogas dotes y los escribas andaban buscando cómo matarlo tras prenderlo median-
para ellos' r0Mas es preciso que primero sea anun-
testimonio te engaño. 2Pues decían: <No durante la fiesta, no sea que haya una revuelta
"uuru "o-o
ciadalabuenanuevaatodaslasnaciones.llYcuandoosdetenganyentre-
en-esa hora eso
del pueblo>.
gu.n, no penséis de antemano qué diréis, sino lo que se os dé r2Y el 3Y estando él en Betania, recostado en casa de Simón el leproso, vino
iireir; pu", no sois vosotros lós que habláis, sino el Espíritu Santo' una mujer que traía un alabastron de ungüento perfumado de nardo puro,
hijos
entregará al hermano a la muerte, y el padre uJ htj-g'y
los se
tr.r*ário magnífico; tras romper el frasco lo vertió sobre su cabeza. aHabía algunos
levantaráncontrasuspadresylosharánmatar.l3Yseréisodiadosportodos que expresaban entre ellos su irritación: <¿Para qué este derroche de perfu-
acausademinombr".P..oquienaguantehastaelfinal'ésteserásalvo' me? s Pues este ungüento podría venderse por más de trescientos denarios
|a>Ycuandoveáis.laabominacióndeladesolación'erigidadondeno
y ser entregado a los pobres>; y mostraban su enfado con ella. 6Pero Jesús
debe -quien lea entienda- entonces los de Judea huyan
a las montañas'
nada de su casa' '6y
dijo: <Dejadla. ¿Por qué le ocasionáis molestias? Hizo por mí una buena
r5quien esté sobre su azofeano baje ni entre a tomar
ri acción. TPues tenéis pobres siempre entre vosotros y, cuando queráis, po-
quien esté en el campo, no vuelva áttát u tomar su manto' ¡Ay de las em-
666 Marcos 14' 8-37 Marcos 14,38-67 667

siempre' 8Hizo lo que.podía: fuerzas para velar ni una hora? 38Velady rezad para que no caigáis en la
déis hacerles el bien, pero a mí no me tendréis ePero os aseguro (amén) tentación: el espíritu está presto, pero la carne es débil)). 3eY, tras marcharse
," u¿.tuntO a ungir -i ".,"tpo patala sepultura' también de nuevo, rezaba repitiendo las mismas palabras. aoY acercándose de nuevo,
;;;;d" ,e ñn"ie la buena noticia a todo el mundo, se hablará
los encontró dormidos, pues sus ojos estaban sobrecargados, y no sabían
en recuerdo suyo de lo que ésta hizo>>'
r0Y Judas Iscariote' uno de los Doce, se dirigió a los sumos sacerdotes qué responderle. arSe acerca por tercera vez y les dice: <¿Vais a dormir y
rrY ellos, al oírlo, se alegraron y prometieron darle dine- descansar el resto de la noche? ¿Acaso está lejos la hora? ¡Ha llegado la
puru *ir"larselo.
hora! Mirad, el Hijo del hombre está siendo entregado en manos de los pe-
-- yiVbuscaba cómo entregarlo en el momentosacrificaban
io. oportuno'
la Pascua, le di- cadores. a2 ¡Levantaos, vamos, ved que se acerca el que me entrega!>.
primer día de lJs Á"i-or, cuando
"f y preparemos para que a3
E inmediatamente, cuando estaba todavía hablando, se presenta Ju-
cen sus discípulos: <¿Dónde quieres que vayamos
f" p"J"ua?>. ñy envió a dos de sus discípulos y les dijo: <Id a la das, uno de los Doce, y con él una muchedumbre de los sumos sacerdotes,
"án'", un hombre que lleva un cántaro de agua' los escribas y los ancianos con espadas y palos. aa El que iba a entregarlo les
;-á;á y os saldrá al encuentro dice: '¿Dónde había dado una señal con estas palabras: <Al que yo bese, ese es; apoderaos
é"*tdú. raY donde entre decid al dueño que el maestro mis discípulos?'' de él y llevadlo con cuidado>>. a5Y cuando llegó, acercándose inmediata-
Pasiua con 'sY
-i aposento, donde pueda comer.la amueblada y dispuesta; mente a Jesús, le dijo: <Rabbí>, y lo besó. a6Y echaron sus manos sobre él
¿i o, in¿i"u.á una sala g;"a" en el piso superior,
"t,Z
loi discípulos y fueron a la ciudad y en- y lo detuvieron. aTPero uno de los presentes desenvainó una espada, golpeó
fpr"pu.aOnosla allí>. 'ú salieron al esclavo del sumo sacerdote y le cortó su oreja.
dicho y prepararon la Pascua'
-- r?y (todo) como les había losb-oce.
lontruron r8Y cuando estaban comien- a8Y respondió Jesús y les dijo: <¿Como
contra un bandolero habéis sali-
u"nidu Ía tarde, llegó con
(am-érr) os digo que do con espadas y palos para prenderme? aeDurante el día estuve ante voso-
do recostados u la mesa, dljo Jesús: <<Con seguridad
com.enzaron a tros enseñando en el Templo, y no me detuvisteis. Pero para que se cumplan
uno de vosotros me entregará, el que come conmigo)' 'nY 2'Pero él les dijo: las Escrituras...>r.
;"d;".;" y a decirle unó ttut otró: <¿Acaso soy yo?r>'
2r
Porque el Hijo del 50Y abandonándolo, huyeron todos. 5rY ciertojoven lo seguía, envuelto
<<Uno de los Doce, et q-ue moja ton*i-go
en el plato'
en un paño de lino sobre su cuelpo desnudo; y se apoderaron de é1. s2Pero
Hombresevatalcomoestáescritodeél,pero¡aydeesehombre.pormedio
para ese hombre no éste, abandonando el paño de lino, huyó desnudo.
á"t el Hijo del Hombre es entregado! Mejor sería 53Y condujeron a Jesús al sumo sacerdote, y
"uut se reunieron todos los su-
haber nacido>>'
22Y cuando estaban cenando, tomó pan, lo bendijo' lo partió' se lo dio mos sacerdotes, los ancianos y los escribas. 5aY Pedro los siguió a distancia

y dijo: <Tomad, esto es mi cuerpo>'


tti
tomando una copa' dio gracias y hasta el interior, el patio del sumo sacerdote, y estaba sentado con los sir-
'r"-ü-¿io, eila' 2aY les dijo: <Esta es,mi sangre de la vientes y se calentaba junto alaluz.
y todos bebieron de 55Y los sumos sacerdotes y el sanedrín entero buscaban un testimonio
Alianzaderramada por muchos'
25
En verdad (amén) os digg que no bebe-
contra Jesús para matarlo, pero no lo encontraban. s6Pues muchos proferían
rémásdelfrutodelavidhastaaqueldía,cuandolobebadenuevoenel falso testimonio contra é1, pero sus testimonios no concordaban. 57Y algunas
reinado de Dios>.
2óY después de entonar un himno, salieron para el monte de los Olivos' personas se levantaron y testimoniaban falsamente contra é1, con estas pala-
27YJesúslesdijo:ntodososescandalizaréis'porqueestáescrito:.Heriréal bras: 58<Le oímos decir: 'Destruiré este templo hecho por manos humanas,
x de que haya resucitado' y en tres días construiré otro no hecho por manos humanas'>>. 5eE incluso
pastor, y se dispersarán las ovejas'' Pero después
2ePero Pedro le dijo: <Aunque todos se entonces su testimonio no concordaba. 60Y el sumo sacerdote se puso en pie
iré delante de vosotros a Galiléu'
30Y Jesús le dijo: <<En verdad (amén) te digo: Hoy' en el centro y preguntó a Jesús, diciendo: <<¿No respondes nada? ¿Por qué
escandalicen, yo no)).
negarás tres veces>>' cstos testifican contra ti?>>. 6rPero él callaba y no respondianada.
rro.h", aníes de que cante el gallo dos veces' tu me
3rPero Pedro insistía con v"h"mácia: <Aunque tuviese que morir contigo'
"rtu Y el sumo sacerdote le preguntó de nuevo y le dijo: <<¿Eres tu el Cristo,
la misma manera' el Hijo del Bendito?>. 62Y Jesús dijo: <<Tú has dicho que yo lo soy; y veréis
nunca te negaré>>. Y todos ellos hablaban de
32YlleganaunlugarllamadoGetsemaní,ydrjoasusdiscipulos:<<Sen- al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo entre las nubes
33Y toma consigo a Pedro' a Santiago de cielo>. 63 Pero el sumo sacerdote rasgó su vestiduras y dijo: <¿Para qué
taos aquí hasta que te"rmine de oran>'
dice: <Triste necesitamos testigos adicionales? 6aHabéis oído la blasfemia. ¿Qué os pare-
y a Juan, y comenzó a sentir pavor y a angustiarse:'oY.-l:t
35Y. adelantándose ce?>. Y todos dictaminaron en su contra que era reo de muerte. 65Y algunos
está mi alma hasta la muerte'^Quedáos aquí y velaÓ>'
posible' alejara de él aquel comenzaron a escupirle y cubrir su cara, y golpearlo y decirle: <<Profetizu.
un po"o, cayó atierrá y suplicaüa que, si.fuera
posible; aparta de mí esta Y los sirvientes lo recibieron a bofetadas.
momento. 36ydecía: nieuuur ¡padrl!, todo te es 6óY mientras Pedro estaba abajo en el patio, vino una las esclavas
p"to no sea lo qoe yo quiero,-sino 1o que tu quieres>'17Se acerca y del
"^oput peáro: <Simón' ¿duermes? ¿No has tenido sumo sacerdote,6Ty al ver a Pedro calentándose, lo miró atentamente y le
los encuentra dormidos; y dicé a
670 Marcos 16,7-20

iPero id, decid


resucitado; no está aquí. ved el lugar donde lo colocaron.
a sus discípulos (y a Pedro) que va delante de vosotros Galilea. Allí lo
a
veréis, tal óomo os dijo>. Pero ellas salieron y huyeron de la tumba, pues
8

el temor y el asombró se había apoderado de ellas. Y a nadie dijeron nada;


tenían miedo, pues.
TRADUCCIÓN,
NOTAS Y COMENTARIOS
5. ApÉNotcs (16,9-20)

en el primer día de
[eY tras haber resucitado temprano por la mañana
la semana, se apareció en primer lugar a María Magdalena, de la que había
expulsado sieté demonios. 'oEstu fue y lo anunció a los que habían estado
11Y cuando oyeron que estaba vivo y que
é1, hacían duelo y lloraban.
"on r2Y después de estas cosas, Jesús
había sido visto por ella, no la creyeron.
r3Y
se manifestó fo.-u diferente a dos de ellos cuando iban al campo'
"on
fueron y lo anunciaron a los demás. Pero no los creyeron tampoco'
'oY-más tarde, se manifestó a los once cuando estaban reclinados a la
mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían
creído-a los que lo habian visto después de que él hubiera sido resucitado'
r5Y les di¡o: <Id al mundo entero y proclamad la buena nueva a toda cria-
tura. r6El que haya creído y haya sido bautizado se salvará, pero el que no
r?Y estos signos irán con los que hayan creído:
haya creídó será iondenado.
expulsarán demonios en mi nombre, hablarán en lenguas nuevas,18levan-
taün serpientes, incluso si bebieren cualquier veneno no les hará daño,
pondrán las manos sobre lo enfermos, y quedarán sanos)'
reY el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue asunto al cielo y se
20Y ellos salieron y proclamaron el mensaje por
sentó a la diestra de Dios.
todas partes, y el Señor cooperaba con ellos y confirmaba la palabra por los
signos que les seguían.]
5

CUAKTA SECCiÓN PRINCIPAL


(Mc 8, 22-10,52)

l. lNrnoouccróN. De cAMrNo: cEGUERA y vrsrA REcoBRADA

Los milagros de curación de Jesús han dominado la primera mitad del


cvlngelio de Marcos en forma de narraciones individuales y de sumarios.
l'cro en la presente sección, que inicia la segunda mitad de la obra, hay
stilo tres relatos de curaciones y en el resto del evangelio no hay ninguno
lrrrsta la resurrección, que es de algún modo el milagro de curación mayor
tlc krdos. Quizás Marcos podría haber invocado el principio expresado en
rr, 5-6 para explicar esta disminución: en <el misterio del reino de Dios>>
(cl. 4, 1l) la oposición a Dios aumenta a medida que se acerca el tiempo de
l:r tribulación escatológica, e incluso el milagroso poder curativo de Jesús
sc vc afectado por ello. Como afirma otro evangelio, cae la noche, cuando
nrrtlie puede operar (Jn 9, 4).
Ahora bien, los tres milagros presentes en 8,22-10,52 son significati-
vos y compensan en algo esta sombría perspectiva. Esta sección contiene
lrrs únicas historias marcanas de todo el evangelio en las que Jesús cura a
r'icgos (8, 22-26;10,46-52) y estas dos narraciones enmarcan la sección
('rf tcra que, por otra parte, está dominada por la enseñanza del Maestro a
srrs cliscípulos. No es ésta una disposición casual. A través de toda la sec-
t'itin se muestra a los discípulos marcanos como <ciegos>, terriblemente
¡roco perspicaces y necesitados de la iluminación de la enseñanza de Jesús.
I
ronnulan preguntas necias (9, 1 0-l I ; 10, 1 0), hacen comentarios estupidos
((). 5-6), se aferran al poder personal (9,33-34;10, 35-40), no entienden
lrr rraturaleza misericordiosa de la misión de Jesús (9, 38) y se muestran
nrclpaces de múltiples maneras para apreciar el único camino por el que
sc nranifiesta el reinado de Dios a través del Maestro (8, 31-331, 9,32;
1 0. l 3- 14, 24, 26,32). Sin embargo, muestran también -por medio de su
r('l)rosentante, Pedro- un perspicaz conocimiento de Jesús que supera la
licncia humana (8,28-29), aunque Pedro, inmediata y casi predeciblemen-
l('. cae en un elTor satánico aaerca del contenido de ese conocimiento (8,
t I ). A pesar de tales tropiezos, los discípulos marcanos van encaminados
;rtlccuadamente hacia la obtención de una visión clara (cf. 16, 7). En mu-
r'lros aspectos se parecen al ciego de la primera historia quien, después del
t,'t¡rrc inicial de Jesús, ve confusamente y debe esperar el segundo toque
Cttctrta.se<tiótt principal (Mc B, 22-10' 52) Inlroducción 675
674

curaciones de ciegos l'.xiste un significativo transfondo bíblico para este tema del camino
para recibir la visión perfectar. Además de estas dos
milagro.' el exorcismo de un muchacho rt'rrl tlc.lesús, sobre todo en el Deuteroisaíass. Como señalamos en el co-
áu. *-ut""n la sección, hay otro íntimamente al ntt'ttt(u'io a 1,2-3,la obertura del evangelio había ya establecido una estre-
Jpif¿p,i"" ert9,l4-2g. És ¿ste un relato dramático unido
que cumple , lr;r lclación entre (el camino) de Jesús y <el camino del Señon, del que se
iJ-u ul,uf de la fe y la incredulidad (cf. , lg .23-24 '28-29), lo
g

global del eva.ngelio2' lrrrlrlrr cn ls 40,3 y otros pasajes del Deuteroisaías (Is 35,8-10; 43,16-21;
una función estructural importante Ln el esquema '' I . 9- I 0: 52, 1-12; 62, 10-12). Este doble (camino) se convierte ahora en
sanación queda refor-
Por otro lado, la importancia de los tres milagros de
elementos estructuralmente ,'l ¡rrotivo dominante del evangelio y el contexto del Deuteroisaías perma-
,laipo, el hecho áe su unión con otros dos tres predicciones rrt'ecrui siempre en la mente. No es accidental, por ejemplo, que varios pa-
a saber las
significativos en esta sección del evangelio,
(calninoD, que se arraciman en tres con- ',;rics tle Isaías unan el camino del Señor con la curación de un ciego (Is 35,
áÉtu putiOn y las referencias al
más, que tales yuxtaposiciones no.sean ac- I / . 12, I 6) y con la revelación del poder de Dios (40, 1- I l, especialmente
¡n,átt. Es piobable, una vez que en última instancia ('n cl 'largum y en 52, l-12). Por tanto, en la sección entera, influye la
fidentales: el ucamino> de Jesús y lós discípulos'
Jerusalén, es el viaje en el que se cura la ceguera t o¡¡(jcpcif¡ deuteroisaíaca del <camino> de Dios y de su progreso triunfal
conduce a la muerte en
lr:rstir .lerusalén en un acto salvador de guerra santa que liberará e iluminará
hu*unu,frnatlzaelsometimientodelhombrealasfuerzasdemoníacasyse
.r srr ¡rueblo elegido y demostrará su soberanía graciosa sobre el mundo.
experimenta el poder real de Diosa'
Ahora bien, tal como he indicado en otro lugar:
Tabla 21. Eleuerros ESTRUcTuRALES eN Mc 8' 22-10' 52
Un toque irónico... ha invertido el modo normal de dibujar la imagen de la
Predicciones de la Pasión
Pasaje Curaciones <El comino> victoriosa guerra santa en el Deuteroisaias. Jesús anuncia a sus compañeros
8.22-26 Ciego tlue se dirige a Jerusalén no para triunfar sobre sus enemigos de un modo
8, 3I -33:
8,27-33 8,27 en tp hodQ: convencional, sino para ser asesinado por ellos. Nada podría ser más con-
(en el/de camino)) Primera predicción trario a las nociones convencionales de victoria que la extensa profecía de
8,34-9, I .lesús sobre la traición, condena, burlas, castigos físicos y su ejecución (10,
9,2-8 l3-34). Sin embargo, hay que añadir necesariamente que esta profecía no es
9.9-13 una negación de la esperanza del Deuteroisaias en la victoria de la guerra
g,14-29 MuchachoePiléPtico s¿rnta; es más bien una adaptación radical, centrada en la cruz. Para quienes
9.30-32:
9,30-32 tengan ojos para ver (cf. 4, 9.23), el tenible viaje de este pequeño, perplejo y
Segunda predicción
tlesaliñado grupo de discípulos es la vuelta de Israel a Sión, y el sufrimiento
y la muerte de Jesús son la victoria apocalíptica del guerrero divino, profe-
tizada de antemano. El mismo espíritu que conformará más tarde el relato
: nrarcano de la Pasión infunde a Mc 8, 22-10,52 una nueva definición uni-
9,33-37 9,33-34 en tf hodQ taria en el marco de la escatología apocalíptica que percibe paradójicamente
<en el/de camino>
en el grito de abandono de Jesús el himno triunfal de la vuelta de Yahvé a
9, 38-40 Sión y que contempla, paradójicamente también, en su angustiada y solitaria
9,41-50 nruerte el anhelado advenimiento del reino de Diosó.
10, l-12
10, l3-16
I 0, I 7 els hodon : Añado una observación formulada por WattsT: esta redefinición marcana
10, l7 -22
<de caminot ,h'l triunfo apocalíptico está también prefigurada en el Deuteroisaías. El fa-
I 0, 23-3 I rrroso <Canto del siervo sufriente) de Is 52, l3-53, 12 se halla situado entre
10,32-34:
t0,32-34 10,32, en fe hod/: ,krs ¡rintLrras del nuevo y glorioso éxodo que manifestará la soberanía cós-
Tercera predicción
<en el/de camino'
rrrt'rr cle Dios (52, 1-12; 54, l-17) y este contexto sugiere quizás que, para
l 0, 35-45
, l l)cuteroisaías como más tarde para Marcos, el sufrimiento del Siervo es el
10.46-52 Ciego 10,46 para tgn hodon =
((junto al caminot rrr,'tlio divinamente diseñado para la realización del reinado de Dios.
10.52 en t? hodS: Al igual que el Deuteroisaías, Marcos une los temas del sufrimiento
<en el/de camino> r .lel poder divino. En verdad, a excepción de 10, 1-12, todos los pasajes

a8'22-26' \. ('f. J. Marcus, The Way of the Lord,3l-37 y R. E. Watts, Isaiahb New Exodus and
l. Cf. E. S. Johnson, The Blind Manfrom Bethsaiday elcomentario \Lu1,.221-294.
). Cf . n introducción al comentario a9.14-29' r'. .1. Marcus, The Way of the Lord,36.
3. ¿¡. T"üi; tl para la interrelación de estos mecanismos estructurales'
sección' /. I{. E. Watts, Isaiahb New Exodus and Mark, I15, nota 135.
;. ¿i. üt referencias frecuentes al reinado de Dios en esta
676 Cuarta sección principal (Mc B, 22 10, 52)
Mc 8, 22-26: Notas 677

de nuestra sección tienen que ver explícita o implícitamente con estos dos 2aY
ri.'/>. é1, mirando hacia arriba y comenzando a
temas, que se alteman en su mayor parte a lo largo de toda la sección (cf. ver de nuevo, decía:
,,Vco personas... porque... veo personas
Tabla 22, a continuación). como árboles que andan)).
" l.uego impuso Jesús de nuevo las manos sobre sus
ojos y comenzó
Tabla22. Los reu¡s DEL suFRrMrENro y DEL poDER EN Mc 8,22-10, 52 ir vcr y quedó restaurada (su vista) y veía nítidamente
iodó desde ese
rr.rnento. 26Y lo envió a su casa diciéndole: <No entres
8,22-26 Curación del ciego en dos fases: manifestación del poder de Jesús en la aldeu.
8,27-30 Confesión de Pedro: Jesús como mesías: titúlo de poder
8, 3 l-33 Primera predicción de la Pasión: necesidad del sufrimiento
8,34-9, I Enseñanza sobre el seguirniento del mesías: necesidad del sufrimiento \olas
9,2-8 La Transfiguración: manifestación del poder de Jesús
9,9-13 Diálogo sobre la llegada de Elías: necesidad del sufrimiento
9, 14-29 Exorcismo del muchacho epiléptico: manifestación del poder de Jesús .t1,22. Betsaida fBéthsaidanl. sobre este lugar, cf. nota a <hacia Bet-
9,30-32 Segunda predicción de la Pasión: necesidad del sufrimiento ,,rrrrs lugares del Nuevo Testamento (Lc 9,
9,33-37 Enseñanza sobre quién es el mayor: necesidad del ntfrimiento (hacerse el l0; In 1,44) y.n :Lr.io (f"¿¿.
l. .s l5) se menciona como poris, ciudadr. La úrtima
último de todos) derignu"ron .lfleja ras
9,38-40 :r(rr¿rciones de Herodes Filipo, quien según Josefo qní
Enseñanza sobre el exorcista ajeno: referencia a las <obras de poder>> n,2g) hizo que
9, 41-50 Enseñanza sobre recompensas y castigos: necesidad del strf"imiento (cor- ;rr¡rrcntara la población dera kómé,levantó las
murallas y la pámovió ar
tarse la mano, etc.) ('srrt's de polis, a la que llamó <Julias>> en honor a lulia,
hija'del empera-
10, l-12 Diálogo sobre el divorcio ,lrrr Atrgusto. Pero designar a Betsaida como
13-16 Necesidad de hacerse como un niño para entrar en el reino de Dios (: el
komé no ,i"..ruriamente
10, r. crror o signo de una sutura redaccional (contra, por ejemplo, ", Bultmann
poder real de Dios)
r .l.hnson y con Theissen2). En orro rugar (co ntrá lpian r ózl, ior"ro
10, 17-22 Diálogo con un hombre rico sobre cómo alcanzar vida etema: necesidad
rrrisr.o cita sin objeción alguna el comeñtario
i
del sufrintiento (pérdida de las riquezas) de Hecaieo de Abdera: <Los
10,23-31 Diálogo con los discípulos sobre las riquezas: promesa de poder (recibi- ¡rrtli.s tienen muchas fortalezas y pueblos en diferentes ronas del
',,lkr una ciudad fortificadu, es décir, fais, p".o
rán el céntuplo cuando dejen las cosas de este tiempo) Jerusalén.
10,32-34 Tercera predicción de la Pasión: necesidad del sufrimiento I' lc llevaron fuherousinf; es otro caso de uso impersonar
de la tercera
10, 35-45 Rechazo de la petición de Santiago y Juan de un lugar privilegiado: nece- l('r sona del plural (cf . nota a <La gente
I estaba admiradu en | , 22).
sidad del sufrimiento, hacerse el siervo de todos 23. Escupió en sus ojos
10.46-52 Curación del ciego Bartimeo: manifestación poder de Jesús. futysas eis ta ommataf, lit. <habiend;escupi_
del
lr'r. gsf¡s el uso curativo de la saliva en la antiguédad
't
, cf. nota u nrutiuu,
De este modo el autor recuerda continuamente a sus lectores no sólo ' rr.7. 33; para su empleo especial como bársamo ocular, cf. ras historias
el sufrimiento de Jesús, sino también la necesidad de que ellos participen ""lrrc Vespasiano citadas en er comentario a g,22-23, así como prinio,
I litltt'ia natural, 28.37.86 y ras prescripciones
de é1, cargando cada uno su crvz y siguiendo a Jesús hasta la muerte (cf. judías sobre el sábado, por
'{ r(''rr)lo enb.sabb.108.b(i<[poner] la insípida saliva, incruso en los
8, 34). Pero no se ha de aceptar este sufrimiento por sí mismo. Perder la ojos,
, ''tri prohibido
vida significa salvarla (8, 35), no sólo como individuo sino también como fen sábado]>)3.
( '.rno indicaremos en
miembro de una comunidad, que (sigue al Cordero allá donde vaya) (Ap la introducción al comentario, ommaraes un tér_
A, $ y que recibe apoyo y fortaleza divinos dentro de esa comunidad iti-
,rr. poético que ophthalmoi, más habitual, utilizado en g,25.
Om_
ttt,tttt sc 'rásemplea con frecuencia en contextos filosóficos en los que
nerante: a saber, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras junto Ia vista
lr"rt'r sc convierte en imagen de la percepción espiritual;
con muchas persecuciones (Mc 10,29-30). Así pues, si los sanados de su cf., pór ejempro,
I'r :rlc{oría platónica de la caverna y los
ceguera caminan decididamente con Jesús, que se dirige hacia el sufri- ties texto; de Filón aüs qu. ,"ri-
trlr()s en el comentario a8,24.
miento y la muerte en Jerusalén (cf. 10,52), también estarán con él en el
r lt' impuso las manos repitheis tas cheiras aurol,rit. <habiendo
camino que conduce a la resurrección (8, 3l;9,31; 10, 34). impues-
lr r ¡¡.¡¿¡ss a él>. Del contexto (g,25) se deduce
"r¡s claramente que esta frase
''r'r¡ifica poner las manos sobre sus ojos.
Er sintagma nponÉ, las manos
2. Jssús cuRA A uN crEco EN Dos FASES (8,22-26) '.r'l r¡ ¡>¡ aparece también
en contextos de curación S, Zli e, S; l, ZZ; g, ZS
"l
8 22Y llegaron a Betsaida. Y le llevaron un ciego y le pedían que lo l. E S. Johnson, The Blind Manfrom Bethsaida,3Tl.
L
tocara. 23Y, tomando al ciego de la mano, lo condujo fuera de la aldea ' 1ll' Bultmann, Historia de ta tradióión sinóptica,27l; E. S. Johnson, The Brind Man
r rt tit'tlt,.saido,37l ; G. Theissen, The Miracre
v escrrnió en sus oios y le impuso las manos y le preguntaba: <¿Ves al- of the'Eirly Ciriri¡r, irái¡,¡"r, tzl .
' ' 't
I ('f . B. Kollmann, Jesus und die Christenstártes
ats LltindertAteí,235.
Mc 8, 22-26. Notas 679
678 Crtttrta seccit|n principal (Mc B' 22-10' 52)
l:r brrsc para el juego de palabras entre <nacido de arribu y <nacido de
yenotroslugaresdelNuevoTestamento'LosantiguosSanadorescuraban rlucv())) en Jn 3, l-9). Marcos usa ambos matices en otros lugares (<<alzar
mano' que aparece señala-
con frecuencia mediante un toque mágico de la l:r r ista> en 6, 4l 7,34 16,4; <ver de nuevo> en 10, 5 1-52), por lo que
como en literariasa' Por
do a menudo tanto en represeniacionás pictóricas r'l corrtexto es determinante para averiguar aquí el sentido. Johnsonrs ar-
par,ala sanación de
.¡","pf", en un conjuro áagi"o de Egipio, compuesto r'r¡nlcnta que, tanto en el Nuevo Testamento como en el griego no bíblico,
niño y las manos de Isis
nino., ¿í". el mago: <Mis líanos estinsobre este tut(tl,lcpein significa siempre (recuperar la visto cuando se usa en un con-
,oU." é1, al igual que ella pone sus manos sobre su hijo Horus>s' Hay
Ir'rlo cle ceguera. Ahora bien, no se puede excluir el otro matiz en nuestro
"rtun una inscripción en la
un relato especialmente'próximt a nuestra historia
en
estatua del dios sanador Asclepio, ¡rlsl jc, que corresponde bien al método narrativo, gráfico, de Marcos; ade-
q"" ,"'¿i"" ilue un ciego se torna hacia la rruis, lo que el hombre vio -a sabeq personas con el aspecto de árboles- fue
(en singular) sobre sus propios ojos.y comienza
ione lepithiinai) sumano <mirando hacia ¡rrcstrmiblemente algo que uno ve cuando alzala vista. Si consideramos por
áte cf la nota a
; ;"t ;; nuevo (áneblepre; sobte vocablo' '
gestocurativo ,,tnr parte la dimensión simbólica del versículo (cf . comentario a 8,24), es
en8'24)6'Aunque el
ur.lUtV comen)ando u u"t ¿t nuevo))
¡rt'rtirrerrte pensar -como Johnson mismo señala- que anablepefu significa
deimponerlasmanosestéausentedelAntiguoTestamentoydelalitera- , on ll'ecuencia <mirar hacia arriba, a Dios o al cielo>, como anteriormente
en lQapGen 20'29
tura rabínica7, está presente en un exorcismo descrito ('r) cl evaugelio en 6,41 (cf. tarnbién Gn 15, 5; Is 40,26; Josefb, Ant. 11,
(uYo... puse mis manos sobre su ca[beza]>)' ('.1). Marcos, pues, pudo dar ambos matices a anablepein; de ahí la traduc-
' Nótese que Tob 11, 1 I (s) descrite una combinación de acciones mági-
, itln <nirando hacia arriba y comenzando a ver de nuevo).
a las de nuestra historia:
cas orientadas a la curación á" un ciego similares Vao personas... porque... veo personas como árboles que andan lblepo
Tobías sopla primero *br" los ojos de-su padre,
acción semejante a escupir
trtrt.s ¿¡¡1¡¡rnrous hoti hos dendra horó peripatountasl,lit. <Veo a seres hu-
presumiblemente con SUS
sobre ellos. Los unta entonces con una pócima, nriuros porque como árboles veo que andan>. Blepo y horo son sinónimos;
*--
dedos, que es una acción similar a la imposición de manos' ,'l lrccho de que se usen dos verbos sinónimos es parte de la extraordinaria
(¿Si vei algo?>. Como señala Taylors, este
¿V"i "tyo? lei ti blepeisl, lit. rit¡rrcza de vocabulario epistemológico de este pasaje (cf . comentario a 8,
Algunos manuscritos
uso de ei en una inteÁgativa diricta no es clásico. 's-26). La frase, sin embargo, es torpe y esta torpeza ha provocado que
importantes (por ejemplá N, A, /t''3' Vetus latina y la mayor parte de los
la frase en una interroga- ,rlsturos manuscritos, como D, omitan tanto hoti como horo, dejando sólo
testigos siríacos transforman consecuentemente ,,Vco personas como árboles que andan>; pero de acuerdo con el principio
(<ves>) pot blepei (<<ve>)' Sin embargo'
tivaíndirecta cambiando blepeis (l('rple el texto más difícil es normalmente el original, esta lectura más lisa
eiseusaconfiecuenciaeninterrogativasdirectasenlosLXX(porejem.la v lllna es probablemente secundaria.
traduce generalmente
;i;, c" 17 , 17; +l,l .zl; I Smhá10.
15, 1D',
:! donde
También se usa a veces para 'im (que,
l-os estudiosos han explicado en ocasiones la torpeza como una mala
p".ii.rf" i"" iogativa hebrea trrrrlrrcción de un original arameo. Allenra, por ejemplo, piensa que hofi:
a una inte-
;i;;;;i;"" el, significa por lo general <si>) como introducción
fonológica de ',lx)rclue)) es una mala traducción del arameo dé, que también puede signifi-
lo;uiiuu ¿i.ecta (-cf. por'ejempt 1 Re ^1, 27)tt.La semejanza ei' A , rr ,<cprien/que>; el original sería entonces, ((veo personas (a las) que veo co-
la frecuencia de la traducción con
'im conei puede ayudar u
"^pti"ut con frecuencia interrogativas nro rirboles que andan>. Blackrs opina que el arameo subyacente empleaba
imitación de los LXX, ei intioduce también unl construcción en la que el sujeto, o el objeto, de una oración subordinada
directas en el Nuevo Testamentor2' r('\ultaron desplazados hasta convertirse en sujeto u objeto de una oración
24. mirando hacia arríbay comenzando a ver de nuevo lanablepsas)'
significados ya que el ¡'r incipal, adquiriendo así un énfasis especial; el original arameo sería: (Veo
Este vocablo puede tener cuálquiera de estos dos
<encima> o <de nuevo>) (esta ambigüedad es l)r'r'sonas que andan como árboles>, es decir, simplemente <Veo que la gente
piiÁ¡o ono puede significar
:urtl¿r como árboles> (cf. construcciones similares en Mc 7,2; 11,32; y 12,
of the Eorly Christian I l). Pero estas dos reconstrucciones dejan sin explicar la repetición marca-
4. Cf. B. Lohse,Cheir,425; G. Theissen.The Miracle stories
rrrr rlc verbos que expresan visión; y la opinión de Allen resulta poco verosí-
-Tradilion,92-93. J u-.^)^,,n.,
^:^ Handauflegtrng
Behm' Die ün
:.'l;pil" 3027 del Berliner Museum' citado por r r r i l,
lrorque casi cualquier traductor sabría que el arameo dé puede significar
Urchristentum, 104. Kollmann'Jesus ',(lue/quien)). Aunque la traducción errónea de un original arameo pueda ser
6. W.Dittenberger'i1'llogelnscriptionumGraecantm3'1173'Cf'B
,rrrrr cxplicación parcial de la dura sintaxis marcana, es posible también que
tmd die Christen als Wunderlciter,235'
to soint Mattheu' 2, 126'
7. cf. w. o. oauies_i.'ó.-i[irá", The Gospet According l.r trar.nática pretendiera reflejar la percepción parcial así descrita.
nota 5.
""'-S.I -V.
Taylor' The Gospel According Ío Saint Mark' 370-3'7 '
I
Greek $ 100'
9. Cf. F. C. Conyuear!-St. G' Stoci' A Gramntar d Se-ptuagint l.l. E. S. Johnson, The Blind Manfrom Bethsctido,3T6-377.
10. Cf. M.-J. Lagrange, Évangile selon Saint Marc'212' l-1. W. C. Allen, The Arantaic Elentent in St. Mark.330.
1l. Gesenius, 4'73-475. 15. M. Black, An Arantaic Approach to the Gospels,53-54.
I,) r-f MHT4 54-
680 Cuarta sección princi¡tal (Mc 8, 22-10, 52)
Mc 8, 22-26: Notas ó81

Las crípticas palabras del ciego acerca de árboles que andan recuerdan (tl)ekqtest¿ (<quedó restaurada>) al imperfecto
eneblepen2t. Sobre el em_
diversos pasajes de la historia de las religiones, aunque resulta difícil saber
¡rlco incoativo del imperfecto, cf. la nota a <y le desapáreció la fiebre> y se
qué hacer con algunos paralelos. Taylorr6, por ejemplo, cita <el sorpren-
dente paralelo helenístico> de una inscripción en la que un ciego se cura
¡ruso !it. <se ponío>] a servirlos> en l, 3l .
todo lhapantal. Puesto que el pasaje simboliza el crecimiento
gracias a una visión del dios sanadorAsclepio, quien posa sus dedos sobre en la vi-
sitin espiritual (cf- comentario a g,24), es posibre que la
los ojos del ciego, del que se cuenta que su primera percepción tras el acto conclusión marca-
r)¿r, que describe al ciego viendo todo (hapanÍa),
tenga también una dimen_
curativo fue la de los árboles del templorT. Sugirtharajahr8 remite a Jue 9, sirin simbólica; la iluminación que trae ciisto propoiciona
7-15, en donde se utiliza para criticar larealeza una fábula sobre árboles el conocimiento
rlc todos los misterios (cf. l cor 13,2). Filón u.a la
que andan (y hablan); Marcos, por consiguiente, usaría esta imagen de los -qué imagen del creci-
rricnto gradual en la visión al igual que nuestro texto como
árboles para mostrar <que la realeza (Jesús como rey) es inútil y que [sus símbolo de la
¡rr.gresión en el entendimiento espiritual (cf. el tratamiento de este pasaje
lectores] deberían buscar un modelo diferente>. Esta interpretación es exa- en cl comentario a 8,24)- concluye su texto cuando Abrahán
gerada. Aunque exista un precedente marcano en el que se utiliza un árbol p"."ib" u
I )i<rs, el que <todo lo ve>> (tou pantos..
Sobre Abrahán,70_71).
como símbolo de la realeza (cf . comentario a 4, 30-32), nuestro pasaje
nítidamente ftalaugósf,lit. <que briila a lo lejos>; el vocaúro
apoya en realidad la idea de que Jesús es el rey mesiánico (cf. comentario es un com-
¡rrrcsto de téle = <a distancia, lejos> y augé, <<liz; rayo de luz> y se utiliza
a 8,22-23), aunque los atributos de su realeza deban ser cuidadosamente
rr.y a menudo en descripciones poéticas del resplándor del sál o de los
definidos (8,27-33). tli.scs y de las personas o cosas que son simirares a ellos en
25. Y comenzó a ver fdieblepsenf, lit. <vio a través de>. Como indica el resprandor
csplendor22. Su uso aquí refleja la teoría antigua usual
Johnsonre, esta palabra griega puede significar o bien <mirar fijamente> 'r de la visión, según
lr¡ cual las criaturas dotadas de percepción visuál
(por ejemplo, Platón, Fedón 86D) o bien <ver claramente>. Este último es ven mediante ruyo, d" lu,
r¡rrc salen de sus ojos y no por los rayos que entran
el significado en el único pasaje del Nuevo Testamento en el que reaparece en eilos2l. Éor consi-
srrierrte, en el caso de un ciego, el rayo queda atrapado y es incapazde
este vocablo, Mt I , 5 I I Lc 6, 42 y probablemente también en nuestro texto. efec_
Irirr su camino hacia los objetos extemos, de modo que la visién
Pero dieblepsen no es exactamente sinónimo de eneblepen, que aparece no puede
¡rr.ducirse (cf. Platón, Timeo 45d-e: <Los párpados..., cuando están ñrme_
unas palabras después, de modo que la descripción no es tautológica (con-
rrrcnte apretados, retienen el poder del fuego interion).
tra Taylor20). Más bien, de acuerdo con la teoría de la visión como un envío cuando Ia visión
tlc tal persona se hace <briilante a distancia¡>, ocurre porque
hacia fuera (cf. infra la nota a <nítidamente>), la distinción entre estos er rayo queda
I rbcrado para atravesar el
dos verbos es probablemente que el haz de luz dentro del ojo del hombre espacio que media hasta los objltos en él mundo
c\te rior, de modo que ve claramente (cf. supra la notau
se abre camino a través de la barrera intema que ha estado bloqueándolo, ,iy a ver>
por lo cual queda libre para moverse hacia fuera, hacia el mundo externo l,liahlepsenl,lit. <vio a través de>). Firón uiu frecuenóia"o-.nró
Eraugós (ade-
rrris del adjetivo correspondiente) con este sentido"on
(dieblepsen) y para comenzar a chocar con los objetos que allí existen (ene- en pasajes
r'o.ro en nuestra historia, compara la vista fisica a la visión-espiritual "n"lor'qu",
blepen), restaurando así la vista (cf. de nuevo Mt 7,5 ll Lc 6,42 y diorósin (por
t' jcrrrplo: Dios inmutable,2g;
en Filón, Sobre los sueños 1,248). Que es Sobre la plantación,24t;.
26. Y lo envió a casa fkai apesteiren auton eis oikon]. En la
quedó restaurada (su vista) fapekateste-1. Este vocablo implica que el narración
rrrigirral utilizada por Marcos, er oikos era probabremente
hombre eracapaz de ver anteriormente, pero perdió su vista; cf.Ex4,7 y er lugar donde la
lirrrilia y vecinos confirmarían el milagro, como en el relato qie
Lv 13, l6 LXX, dos textos que emplean el mismo verbo griego para hablar subyace a
lrr 9, I -925. Ahora bien, la adición marcana de g,
de la restauración de una condición anterior de la salud. Por el contrario, la 26b ha convertido eí oikos
t'rr ur lugar donde ocultarse, como ocurre típicamente
historia joánica de la curación de un ciego por medio de la saliva de Jesús en el evangelista (cf.
r. I t)-20; 7, 11.24;9, 28; 10, l0)26.
acentúa que el hombre era ciego de nacimiento (Jn 9, l-2); este rasgo puede
Nt¡ entres en la aldea
representar un radicalizaciónjoánica de una historia como la nuestra. fméde eis t¿n kom¿n eiserthésf.como he señalado
t'rr la introducción al comentario, esta frase es probablemente
y veía... nítidamente (todo) desde ese momento leneblepen]. El matiz, una adición
retlaccional, puesto que corresponde al motivo marcano
o (aspectoD incoativo, de <a partir de aquel momento) se genera por el del secreto me_
cambio del verbo en aoristo dieblepsen (lit. <su vista se abrió camino>) y
11 q{ E S. Johnson, The Blind Mon.from Berh.saida,31g_37g.
12. cf. LSJ 1,787.
16. V. Taylo¡ The Gospel According to Saint Mark,37l .
17. W Dittenberger, Sylloge Inscriptionum Graecarum 3. I 168. , l,l. CL el capítulo oporluna.rnente
I tt, .lt'.vts Tradition in
titulado (El ojo como lámpara> en D. C. Allison,
18. R. S. Sugirtharajah, Men, Trees and Walking. e. 133-167.
19. E. S. Johnson, The Blind Man.from Bethsaida,377. ]1 Cf J L. Marcus, A Note oJ Markan Optics.

20. V. Taylor, The Gospel According to Saint Mark,372. ]l 9f_], Martyn, History and Theo^logt in the Fourth Gospel,35_36.
16. G. Theissen , The Miracre stories of ñe Earrv christian Tradirion.
682 Cuurtu secc'ión principal (Mc 8,22 10, 52) Mc 8, 22-26. Comentario 683

rit'o¡ra, 8, 22a, puede reflejar igualmente la redacción marcanar0, pero es


siánico, crea un paralelo a la orden redaccional de guardar silencio con la
que termina la historia siguiente (8, 30) y causa un problema lógico similar ¡rosilrlc que la localización en Betsaida sea tradicional; 6,45 sugiere que
('\rstí¿r una historia premarcana en la que Jesús desembarcaba en Betsaida
al propiciado por la adición de 5, 43a, a saber, ¿cómo puede permanecer
tt'1. l¡ nt¡fa a <hacia Betsaidu en 6, 45).
secreta en última instancia una curación así? (cf. la introducción al comen-
I Jno de los rasgos más notables del pasaje es la extraordinaria profu-
Íario a 5,21-43).
',rtlrr cle palabras que tienen que ver con los ojos y la vista. En estos cinco
Algunos manuscritos leen mcdeni eip{s eis l¿n kom¿n (<No hables con
I'rt'r'cs versículos se utiliza cinco veces el verbo blepein (<ven, dos veces
nadie en la aldeo), o algo similar. Ráisánen27 argumenta que ésta sería la
, rr li. 23-24) y tres compuestos diferentes (anablepein, diablepein y emble-
lectura original, ya que es más difícil aún de cumplir que la orden de no
entrar de nuevo en el pueblo. Sin embargo, el texto que hemos elegido está
t,,'¡tt ct1 8,24-25); y un verbo relacionado, horan (traducido también por
,, r t'¡'>. ti, 24), se utiliza una vez. El adjetivo
typhlos (<ciego>, dos veces en
apoyado por todas las familias textuales más importantes y, en realidad, s. ll-23) y el adverbio télaugós, raro y poético, (<nítidamente>, lit. <que
es más dificil imaginar que el hombre no volviera nunca a su pueblo natal
lrr rlla ¿r lo lejos>, 8, 25) aparecen también, así como dos palabras diferentes
(como en la lectura escogida) que suponer que habría de guardar un silen-
cio absoluto sobre el modo como había sido curado. La lectura alternati- ,'uttn(ttu (8, 23). Es también impresionante el énfasis otorgado al aspecto
va pudo ser concebida para conformar de una forma todavía más estrecha rrrrlcrial de las acciones de Jesús: la gente le suplica que loque al ciego;
nuestro pasaje a 8, 3028. trtr¡¡,' ', este desgraciado por la mano, escupa sobre sus ojos y ponga sus
,¡,1/r¡,r dos veces sobre é1.
l:l pasaje se divide en cinco partes, que giran alrededor de la críptica
Comentario ,, nlcrrcia de8,24'.

Introducción La escena en la que se critica duramente a los discípulos l.i. 22 lxrnooucclóN: el ciego es llevado a Jesús, a quien se pide que lo cure
de Jesús por su falta de visión espiritual (<¿Tenéis ojos y no veis?>: 8, I 8) (erchontai... eis)
ñ. i-t Pnrvten roeuE cuRATtvo (cheiras... eis fa omntata ouÍou ... blepeis)
va seguida inmediatamente por una narración simbólica en la que un hom-
bre es curado de su ceguera después de pasar primero por un estado inter- li. 24 Respugst¡ DEL crEco: (personas que andan como árboles>
s. 25 Sec;uNoo roeuE cuRATtvo (cheiras... epi Íous ophfhalmous aufou...
medio de visión indistinta.La impresión de que esta yuxtaposición es deli-
dieblepen)
berada queda reforzada por la narración siguiente, en la que Pedro muestra
li,2(r CoNcr-uslór.¡: el ciego es enviado a casa curado (ei.s... eiselthe.;).
también una percepción genuina pero defectuosa: reconoce la identidad
mesiánica de Jesús (8,29), pero no consigue tener una noción clara de lo l.l pasaje está estructurado en forma de quiasmo, con un vocabulario
que tal identidad presagia (8,32-33). ,( l¡r'iante en la introducción, conclusión y en los dos toques curativos. La
Como señalé en la introducción al c'omentario a la curación del sordo-
lr.u l(' r.r() pareada es la central, la respuesta del ciego en8,24, dotada de no-
mudo en 7,31-37,las numerosas semejanzas entre aquel relato y el pre- r.rlrle ú'nlasis retórico por el hecho de ser el único lugar en todo el relato en
sente sugieren que estas dos perícopas (cf. glosario) estaban unidas origi- , l .¡rrc habla el ciego; además, la naturaleza críptica de sus palabras atrapa
nalmente en algún tipo de colección premarcana. Esta teoría parece más l.¡ :rlt'rrci(ln del lector.
probable que la propuesta por M. Hooker2e, a saber, que las semejanzas
son el resultado del trabajo editorial marcano. En efecto, tales similitudes U.22-23. Intru¡dttcción y primer toque curativo. Después de la inquie-
no reflejan intereses teológicos típicos del evangelista ni se encuentran tru- Lrrte conversación a bordo sobre el olvido del pan, la peligrosa levadura y
fadas de vocabulario redaccional, y Marcos parece más interesado en unir Lr ,'rninca percepción de los discípulos (8, l4-21), Jesús y los suyos atracan
nuestro pasaje con otro milagro de curación de un ciego (10,46-52) que en , rr llclsaida (8,22a), objetivo también de un viaje en barco antecedente (cf.
relacionarlo con la sanación del sordomudo (cf. la introducción a 8, 22-10, t' ti..5-1 ). Para los oyentes que recuerdan el relato anterio¡ esta llegada
52). Además de la separación física entre nuestro pasaje y la historia del Ir,"rcrior podría sugerir que se abre ahora una nueva época en el ministerio
sordomudo en 7,31-37, Marcos es también probablemente responsable ,1,' .lcsils. Desde este momento, sin embargo, sus desplazamientos serán
del final en 8, 26b (<No entres en la aldeu), que responde al motivo del , r, lusiv¿rrnente a pie, excepto su entrada triunfal en Jerusalén a horcajadas
secreto nresiánico (cf . la nota a estas palabras). El inicio mismo de la pe- ,lr' un ilsllo ( 1 1, 1- 10). Andar es una manera lenta de viajar y generalmente
,,r.rr lrrdua que la navegación, por lo que el cambio del modo de transporte
27. H. Ráisánen, The Messianic Secret in Markb Gospel, 163-164.
28. Cf. B. M. Metzger, A Textual Commenforv on the Grcek New kslantent,99. i0. ( 1. E. S. Johnson. The Blind Man from Bethsaida,370-3j2.
29. M. D. Hooker,,4 Contmentar.t'on The Gospel According frt St Mark,197.
Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc B. 22-26: Comentorio 685

corresponde a la dificultad creciente de la misión de Jesús, indicada tam- Así pues, en este caso, la curación del ciego indica la autoridad real del
bién por la disminución en la frecuencia de milagros en esta sección del ,:rr¡rrtkrr. trste tipo de creencia continuó en occidente hasta tiempos recien-
evangelio (cf. la introducción a 8,22-10,52). Pero andar es también un It',,. ll11¡¡11¿s:r, por ejemplo, recuerda la convicción popular en época me-
motivo cargado de simbolismo en el Antiguo Testamento, que Marcos ex- ,lrt'r'rrl y principios de la modema de que el toque del rey de Ingraterra tenía
plotará al máximo (cf . nota a <pie> en 9, 45). , l ¡r.tlcr de curafs. En el judaísmo antiguo, además, el carisma real del rey
Sus parientes o amigos, probablemente, traen un ciego a Jesús y solici- rrrt'sirinict.r futuro incluía al parecer la capacidad de curar la ceguera; 4e521
tan por favor al taumaturgo que lo cure mediante un toque carismático (8, lr,rlrlrr rlcl Señor <que otorga la vista a los ciegos>, donde el contexto sugiere
22b). Jesús muestra su buena disposición a hacerlo tomando al hombre de 'lu('cstc milagro ocurre gracias al concurso <del mesías [de Dios]> (cf. Tg.
la mano y conduciéndolo fuera de la ciudad (8,23a). Como en la narración /r ,ll. l-7)to. Y una perícopa de Q (cf. glosario), Mt I l, 2-6 l/ Lc 7, 1g-23,
análogade la curación del sordomudo (7, 33), este apartamiento de la mu- ,l;r ¡r.r'supuesto que el pueblo esperaba que el mesías, entre otros milagros
chedumbre es un motivo tradicional que sugiere que está a punto de ocurrir ,L't'rrración, daría vista a los ciegos. Por ello, es natural la yuxtaposición
una acción misteriosa, demasiado sagrada para ser ejecutada en público. ¡il:il('iilr¿l de nuestra historia de la curación de un ciego con la aclamación de
Pero en el contexto marcano esta acción posee también reverberaciones lr'srs cotro el mesías por parte de Pedro (8, 27-30); y probablemente no es
rnás profundas proporcionadas por el Antiguo Testamento3r' En el pasado , ;rsrnrliclad que otra historia de curación de un ciego (10,46-52) esté enmar-
Dios tomó a Israel de la mano y lo condujo fuera de Egipto (Jr 3l, 32 len , .rrl:r ¡ror pasajes que aluden también al poder real de Jesús (cf. la referencia
el texto griego 38,321 está muy cerca de nuestro versículo). En el futuro .r l;r slrrria real de Jesús en 10,37 y la entrada real, triunfal, en I l, l-10).
escatológico Dios /o tomará asimismo de la mano,lo liberará de la escla-
vitud y abrirá sus ojos (ls 42, 6-7). Gracias a este transfondo del Antiguo U,24. La respuesta del ciego. A pesar de este toque real, subsiste un
Testamento, nuestra historia queda unida con el tema del nuevo éxodo a ,rlr"f ;¡c¡¡11) parala completa curación del ciego. En respuesta a la pregunta
través del camino triunfal del Señor, un motivo que desempeña un papel ,1,'.lesirs sobre si ve algo, el hombre contesta de una manera titubeante, que
importante en toda esta sección del evangelio (cf. de nuevo \a inlroducción r, llr.' jl su percepción discontinua: <Veo personas . ..
Forque. .. veo personas
a8,22-10,52y el comentario a8,24 infra). r .nr() rirboles que andan> (cf . la nota a estas palabras en 8,24). Así pues,
Tras alejar al ciego de la ciudad, Jesús ejecuta la curación realizando l.r , rr.irción no ha sido aún del todo eficaz; el hombre no es ciego ya, pero
un conjunto de gestos dramáticos conocidos por otras historias antiguas de r.rrlx)co ve con ojos que funcionan perfectamenterT. En contraste con las
sanación milagrosa: escupe en los ojos del ciego y pone sus manos sobre
',rrirs curaciones registradas en la tradición de Jesús, ésta no es instantánea;
ellos (8, 23b; cf. notas a <escupiendo>> en 7,33 y <escupió en sus ojos> de r, (lilcl'irh un segundo contacto de la mano del sanador antes de que se com-
8,23 y <le impuso sus manosD en 8,23). Unavez más, sin embargo, estos
¡rlt'tt'(11.25). ¿Qué significa esta extraña y anómala terapia?
gestos tradicionales adquieren un significado más profundo en el contexto ( 'rrrno hemos sugerido ya en la introducción
al comentario de esta sec-
del evangelio de Marcos y en su mundo. En la literatura antigua, la cura- r r.,. cl cstado intermedio de la visión del hombre después del primer toque
ción de la visión fisica estaba unida a menudo con la reparación de la vista ,I tr¡r'.ciór de Jesús es para Marcos probablemente simbórico y corres-
espiritual; la liturgia mitraica del gran Papiro mágico de París, por ejemplo,
¡',,rrtlc al estado intermedio de la percepción espiritual de los discípulos en
recomienda el uso de un bálsamo mágico en los ojos para aumentar la acui- ( .1(' rrrrto, y en verdad en todas las secciones del evangelio. como ros dis-
dad espiritual del receptor32. El empleo de tal remedio mágico refleja tam- ,rllrlos en el pasaje que inmediatamente precede (8, l8), el hombre tiene
bién que alguien posee el estatus de sanador. Suetonio, por ejemplo, cuenta .tils. l)cro aún no ve de modo claro, aunque finalmente será así (cf. g,2l:
una historia de Vespasiano, aclamado como emperador hacía muy poco,
",. ltltt nr¡ entendéis?>). Esta suerte de comparación entre la visión física y
notablemente paralela a la nuestra sobre la curación de un ciego mediante l.r r's¡ri'itual era común en el mundo antiguo y acompañaba con frecuencia
su saliva (Vespasiano,7,2-3; cf. Tácito, Historias 4,81, 1). La introduce
'r lrr .¡rinión de que el estado natural del ser humano era el de la ceguera
con las siguientes palabras: , ,¡riritual. Así, en Gn. Rab. 53,14, R. Benjamín ben Leví y R. Jonatán ben
Vespasiano, quien contra toda expectativa habia ascendido al trono como un \rr'ri¡l dicen que <Debe suponerse que todos están ciegos, hasta que el
príncipe inesperado, carecía todavía de autoridad (auctoritas) y de majes- Bendito sea, ilumine sus ojos>.
tad confirmada por la divinidad (ntaiestas). Pero le fue concedido todo ello "rrrto,
[cuando curó a un ciego]33. i l. K. Thornas, Religion and the Decline of Magic,227-237.
i5. C'l.Shakespeare,Macbeth4,3,l40-l59yJ.R.R.Tolkien, Elseñordelosanillos
31. Cf. R. Schneck, Isaiah in the Cospel of Mark,233-236. lll I I t t'ttrno del rey, cap.8, <Las manos del rey son manos de sanador>.
32. PGM 4,770-780. i(). Cf. B. D. Chilton, The Isaiah Thrgum,8l, nota.
33. Cf. W. Schrage, Typhlos,274,nofa23. 17. C't. H. B. Swete, The Gospel According to St Mark, 164.
686 Cttuttusetci¿jn principal (Mc 8,22 10,52) Mc 8, 22-26: Contentario 687

Sin embargo, como sugiere esta tradición del Génesis Rabbah,la opi- ' rlt :¡'cc la plenitud, se acabará lo que es parciar> (
l cor 13, g-r2). Er Do*t-
nión pesimista acerca de la capacidad natural del ser humano para percibir ,rt'rt() (/c Domasco de Qumrán está más cerca aún de nuestra historia ya
que
la verdad va a menudo de la rnano con una evaluación optimista de lo ( r un p¿rsaje califica las edades
del mundo antes del final como períodos de
que es posible cuando la gracia divina aparece en escena. Pero ya que la ( ('r'.rc'r (cD 16, 2-6).
Es significativo que estas épocas mundanas se hailen
distancia entre la ceguera humana y la iluminación divina es tan enorme, r.lrrci..adas con la actividad hostil de Mastema, un término qumranita
pa-
se indica con frecuencia que es preciso acercarse a esta última por etapas. r;r Srrt¿ilr, y que éste se encuentre rigado también a la
ceguera én ot.os luga-
Por ejemplo, en la famosa alegoría platónica de la caverna, República 7, r( s e' l¿rs tradiciones judías y cristianas (cf. la introdu..¡on al comenrario
5l5c-5 17a, el hombre liberado de la cueva y arrastrado hacia la luz queda ,r s. l7-33). Además, otro pasaje del Documento de Damasc.o,CD
1,5_12,
deslumbrado al principio e incapaz de ver algo. pero sus ojos se van adap- 'lt'st'r'ibc una progresión en estos períodos de percepción, que va desde una
tando gradualmente hasta que puede distinguir sombras y reflejos de los r, relrrción inicial 1ue permite, sin embargo, qu. lo,
elegidos de Dios an-
objetos terrestres, luego los objetos mismos y finalmente la luna, las estre- (l(', :l tientas por el camino corno ciegos- hasta
una segunda iluminación en
llas y el sol. De este modo Platón, como Marcos, describe un crecimiento l,r t¡rre Dios cura su ceguera residual <suscitándoles
un Maestro Justo para
en la visión; igualmente el filósofo, también como el evangelista, utiliza ,lr rrrr'los en el camino de su corazón>. Este pasaje se halla particulamente
este crecimiento como una imagen que describe la profundización de la |'r,,rinro a las historias fflarcanas de curación de la ceguerá en cuanto que
perspicacia espiritual. La imagen de la visión que mejora progresivamente ( ,r, y su sanación progresiva están relacionadas
con el motivo del <ca_
se encuentra también en círculos judíos de la Diáspora, a veces de un modo rrr())). En Marcos, la curación de la ceguera está unida con el motivo
del
notablemente similar a nuestro pasaje; Filón, en el De Abrahán,70-71,por ( .rri'o tanto en el contexto
de la narración presente (cf. <en el camino> de
ejemplo, describe el crecimiento espiritual como una apertura gradual del ii .'/)cor.no en la historia de Bartimeo (cf. 10, 46.52).
ojo del alma(omma), y en el De la sobriedad,3 afirma que la revelación
divina sólo puede tener lugar si el ojo <no está cerrado o humedecido ex- u.25-26. segundo toque curativ. y c'oncrusiór. como los
sectarios de
cesivamente como en los resfriados, sino que es capaz de abrirse total y t.)rrr'lin antes del advenimiento del Maestro Justo,
el ciego de nuestra his_
completamente> (cf. también Sobre la unión con los esÍudios preliminares, t.r¡¡¡ ,,',"¿u todavía a tientas por el camino)), aun cuando haya
recibido ya
135)38. Igualmente, en el caso del ciego marcano, la recuperación completa rrrr:r ¡rir'tc del poder curativo divino. La oscuridad ha comeniado a ceder el
de la vista depende de la eliminación de los impedimentos para la visión r''r"' rr l¿l luz (cf. Jn l, 5; l Jn 2, 8), pero todavía hay una resistencia demo-
que todavía quedan después del primer toque curativo de Jesús. ,r.rt rr tlcsd€ la oscuridad (para la resistencia demoníaca
en otras historias
En el Antiguo Testamento y en los contextos judíos, el tema de la cura- '
l' ( r.rc¡ón como el relato gemelo a nuestro pasaje, 7, 3l-37, cf . las noras
ción de los defectos visuales suele ir unido a una concepción dinámica de la ,r,, srrs¡riró> en 7, 34 y 8, 12,<tentándolo>> en g,
I I y el comentario a 7, 3 I _
historia del mundo, según la cual la visión clara es un don de Dios reservado I l r l.s preciso tener otro contacto con Jesús y
ello sucede en el punto cul_
para el tiempo futurore. La idea de una curación escatológica de la ceguera .rr¡r'rtc de la historia, en un versículo que constituye el clímax del
relato y
se halla en pasajes del profeta Isaías (29, 18; 35, 5: 42, 6-7 .161. 6l, I LXX) rrrt'srIil una concentración extraordinaria de lenguaje epistemológico:
Je_
y dado el transfondo isaíaco de la sección presente del evangelio, estos pa- 'r ' rrlrx)ne de nuevo sus manos sobre los oTbs deLhombie, éste ,oái"nro o
sajes paralelos son especialmente importantes para nuestra historia (cf. la r¡ / \ srl t'ista queda restaurada; entonces ve
todo nítidamente (g,25; sobre
introducción a 8,22-10,52). Adernás, en la interpretación posterior judía, I r rt r'í¿r ilptica antigua, irnplícita en este pasaje, cf. notas a <comenzaba a
estos pasajes de Isaías se entienden a veces en sentido figurado, como pro- \ , 1 ". ((\ cía... desde ese momento> y <nítidamente)) en g,2S).
fecías de la curación de la ceguera espiritual al igual que en nuestro pasaje \i. c.r'lo hemos argumentado anteriomente, el estado intermedio del
(cf. por ejemplo. Tg. Is 42,6-7 y Pesiq. Rab. Kah.4,l). ' 1'. (((lue ve, pero no totalmente)) cofresponde a la posición de los discí_
r,

Por otro lado, algunas fuentes apocalípticas judías y cristianas adaptan lrrl,r:r t'avés de todo el evangelio, ¿a qué dentro del rerato
el motivo de la progresión de la capacidad visual a la idea de una secuencia "o.r.tponá".ía
r¡ r",rrrtkr final de visión clara? Lightfoota. piensa
que la ceguera parcial de
de las diversas épocas del mundo. Dentro del Nuevo Testamento mismo, 1,, ' tlrse í¡rulos queda curada en la inmediata confesión de peáro en g, 29. Sin
por ejemplo, Pablo afinna que el cristiano tiene en el presente sólo una vi- ',rl)irg(). los versículos 8,32-33 implican que la visión espirituar de este
sión parcial, como ((por medio de un espejo, débilmente>, pero <cuando se r¡rr r',r1¡l .,5
todavía muy defectuosat. La conclusión de nuestro pasaje
apunta
rrr'r" lricr hacia la resurrección como el momento
de la visión ctuá, ya qu"
38. Cf. E. J. Johnson. The Blind Man.from Bethsaida.375. nota 351 J. L. Martyn,6a- '|¡rrr e, este pasaje, Jesús envía al hombre a casa, prohibiéndole iÁplíci-
lotians,38-40.
39. Sobre el ¡notivo de la ceguera en el paganismo, el Antiguo Testamento y eljudaísmo. lr) f(. lf . Lightfbot, Histor.v and Inferpt.etotion in rhe Gospels,g0_91.
cf . H. J. Klauck, Allegorie und Allegore.se in s.vnopli.sc'hen GlechnisÍexten, 348-351. II ( 1. M. D. Hooket A Contntento4v on The Gospel Accirding to Si Mork. l9g.
principal (Mc 8' 22-10 52)
Mc 8, 27-33: Notos 689
688 Cttctrto sacción

(<No entres en- la aldeu: rr'spondió y le dijo: <<Tú eres el cristo>. r0Y les ordenó rigurosamente
tamente que perrnita que se conozca su curación ,lut. ll nadie hablaran de é1.
toque redaccional marcano'
;,;A). Éri"',r"ro a la publicidad, que es un del evangelio y el 'rY comenzaba a enseñarles que era necesario que el Hijo del
mesiánico
conforma nuestro pasaJ; al motivo del secreto
versiculos después' alude a l lorrrble sufriera mucho y fuera rechazado por los ancianos, los su-
;ü;**" caso de tal piohibición, apenas veinte que el secreto cederá paso a la nr()s s¿lcerdotes y los escribas, y que fuera asesinado, y que resucitara
la resurección de les¡s como el punto en
el
epistemológico al final del rlt's¡rrróS de tres días;32y decía con franqueza estas palabras. Y Pedro
luz pública (9, 9). Esta;l"t¿t tiene un correláto
resurrección de Jesús quede unida lrr f1¡¡¡1[ aparte y comenzó a recriminarlo. s3Pero é1, tras volverse y
evangelio, cuando Ia proclamación de la
en Galilea (16' 6-7)' Al igual
con la promeru d" q.," lo. áiscípulos lo verán \ ('r ir slrs discípulos, increpó a Pedro y le dijo: <Quítate de en medio,
anteriotmente en el comentario
;; ;;*" en la liteiatura judía mencionada
turbia e imperfecta'
'';rlrr¡rhs. Porque no tienes tus pensamientos en las cosas de Dios, sino
ig.Zq,la <perversa edad iresente> sólo tiene una visión ' n lls cle los hombres>.
será una época de nitidez y
p"- r".dui fu,uru, et sijto de la resurrección'
perspicaciaa2. Jesús prJiU" la publicidad
sobre su identidad y sus curacio-
,ólo pueden ser realmente entendidas a la luz de su \ ol i¡s
nes porque ar,u,
"oru, la ceguera humana (cf' el
resurrección, que es ,u-Ui¿n la luz que elimina U, 27. Cesarea de Filipo lKaisareias tés Philippoul. Era una ciudad
en el vol' l)'
opArai""sobré el <Motivo del secreto mesiánico> gentil, en los altos del Golán, aproximadamente a unos
de la historia marcana' \a razón de las prohi- ¡'r r'tkrnrinantemente
En el momento presente I I I'iltimetros al norte del Mar de Galilea. Las fuentes antiguas judías re-
de Jesús resulta ser aún una
biciones de la publiiidad de dichos y hechos Lr, ronaban la Galilea superior con actividades visionarias y la ascensión
i"g"r" en (cf. el iratamiento sobre las <lagunas> en el
"ur."tiva "i.Ju,o probable ciertamente que se trate ,rl lcnrplo divino (cf. I Hen. 12-16 y TestLev. 2-7). Por tanto, era un lugar
címentario a 4,3-8,vol. 1, 335). Es muy ,r¡rrrr¡riado parala revelación de un aspecto importante de la identidad de
aumentando y haciéndose cada
de una verdadera laguna narrativa que va l,';r'rsr. El nombre antiguo de Cesarea de Fitipo era Panias (cf. su nombre
vezmásdesconcertanteparaloslectoresmarcanosensuprimeralecturael rrrotl¡¡¡¡e, Banias), en honor del dios griego Pan, que tenía allí una cueva
van amontonándose desde
del evangelio, pu.rto qui las prohibicigne-s ',.r'nrla. La ciudad fue rebautizada por un hijo de Herodes el Grande, Fi-
se hacen frecuen-
pnn"ipiJa"f ministerio de Jesús (l ,34'44;3' 12:5'43) v lrl)()'. con el nombre de Cesarea, en honor de CésarAugusto; se añadió la
(7 24'36" 8' 26; cf ' 8' 30 en el
tes en los ¿os frttimos cufitutot soúre todo ' ,l( n()nlinación <de Filipo)) para distinguirla de la gran ciudad del mismo
la resurrección
,iÁ"iá"," pasaje). eti pu"t, la unión explícita en 9'
9 entre
rr)nrl)r'c situada en la costa. Incluso antes de este cambio de nombre, esta
probablemente como una
v Zint"l áet i-petutiuo de silencio resultará ser , rrrtllil interior estaba vinculada al poder imperial. Herodes el Grande ha-
de solución a las frustracio-
la
revelación largufnent" e'f"tudu' el principio I'rrr t'onstruido allí, y dedicado aAugusto, un templo de mármol blanco y
más angustiosas'
nes del lector"que se han ido haciendo cadavez , rr rrl rccibía el emperador honores divinosr. Quizás como reacción a este
hay que presentar otros
Mas antes de que pueda acontecer tal revelación' ,r, ro rlc desmesura (gr. hybris), una tradición judía posterior habla de la
Hay que refrescarles la me-
asuntos a la atención ie los lectores de Marcos' ,.rrtlrr rnilagrosa de una de las puertas de Panias como signo de la llegada
identidad respecto al destino de
moria sobre quién es i"r,i, y qué implica su ,l, l nre sías (b. Sanh. 98a). Durante la Gran rebelión de los judíos contra los
edad como en la futura'
,u, air.iputos y del mundo "n g"n"tal' tanto en esta
rr rnnnoS, la mayor parte de la población hebrea de la ciudad fue asesinada;
pasajes siguientes del evangelio'
A estos asuntos cruciales se orientan los rr:rs turde el general Vespasiano recibió allí la aclamación de sus tropasa
t,, '¡ str óxito en el aplastarniento de la rebelións. La ciudad quedó así vincu-
l,r,Lr ll ¡roder imperial, a las esperanzas mesiánicas y a la muefte violenta,
PRoFETIZA su MUERTE Y RESU-
3. Jg,sus ES RECoNoclDo coMo vesÍ¡'s Y r,'rlo lo cual la hacía un escenario apropiado para nuestra historia6.
RRECCIÓN (8,2'7-33) l ¡tregtrntaba a sus discípulos y les decía leperota tous mathetas auÍou
1, ,,'t¡tt ttttfoisl. Esta expresión es una forma semítica redundante, similar a
sus discípulos marcharon a las aldeas de
Cesarea
8 27Y Jesús y
de Filipo. Y en el camino preguntab-a a sus discípulos y les decía:
L C'I. G. W. E. Nickelsburg, Enoch, Levi-Peler Recipients of Revelafion ín Upper Galilee.
<¿Quiéi dice la gente que soy yof''
28Y le dijeron: <Unos dicen que ' ('1. Josefo, Bell. 2,168; Ant. 18,28.
que uno de los profetas>' i
Juan el Bautistu; y otios, ¡'iías; y otros'
('1. Josefo, Bell.1,404-406;Ant.15,363-364. Cf. J. J. Collins, The Worship of
I tt¡ tttl tlte [mperial Cult.
2eY les preguntaba: <Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?>' Y Pedro l. ('1. Josefo, Vida,54.
¡ ('1. Josefo. Bell. 3,443-444.
r,. ('f. para más detalles, Z.U.Ma'oz, Banias y J. Kutsko, Caesarea Philippi.
42. Cf. J.Marcus, Mark 4, I0-t2 and Morcon Epislemologlt'
690 Cuurtu sección principol (Mc 8, 22-10. 52) Mc 8, 27-33; Notas ó91

(contestó y dlo>, que aparece en 8,29 y en otros lugares en el evangelio {l(' ()cu.r'ir los hechos>, debido a su correspondencia
detalrada con lo que en
(cf. nota a (contestó y dUo> en 3, 33). rt'rrlirlud pasó) que contienen un núcreo
histórico, otros, como J. Jeremiasr0
28. Juan Bautista... Elías... uno de los profetas lloannen ton bttplis- r "\llisonrr, han sostenido qu.e un profeta apocaríptico podría
haber espe-
Íén ... Elian ... heis Íón proph¿tón]. No es sorprendente que Jesús fuera r;rth ¡rcrfbctamente su martirio, como parte
de ros sufrimientás Jeipueuro
identificado como una gran figura del pasado venida del reino de los muer-
'lt'l)rrs en el tiempo finar' así como su resurrección después d" rn ü."u"
tos, si se considera la extendida creencia en el judaísmo antiguo de que los ¡rt'ríotkl, como parte de la resurrección general.
santos del Antiguo Testamento y otros dignos personajes del pasado esta-
ban vivos (cf. varios paralelos judíos, en comentario a 12,24-27 y también Tabla 23. Pneolc croNes oe l¡r p¡slóN
Mc 9,4; Lc 16, 22-31: Heb 12, l). Y precisamente a causa de que estaban I,lut.co.y t,3l Morco.s 9, 3l Marco.t 10, 33-34
vivos, la gente podía invocarlos como ayuda en la angustia presenteT. I r;r lrccc'sario que
29. Y, ¿,quién decís que soy yo? [hymei,s de tina me legete einail. El pro-
, l llilo del Hor¡bre El Hijo del Hombre
nombre personal hymeis es superfluo en griego y su presencia aquí es tal vez EI Hijo del Hon.rbre
enfática (cf . nota a <Dadles vosotros mismos...> en 6, 37). '.u li icra mucho será entregado será entregado
respondió 1, le dijo lapokritheis... legeil. Cf . nota a esta fiase en 3, 33. r lrrcra rechazado

Tti eres el Cristo fsu ei ho christosf. Para los lectores de Marcos es- rr(rr los ancianos. Ios su- a manos de los hombres a ros sumos sacerdotes
tas palabras serían probablemente el eco de una confesión cristiana usual: nr.\ slcerdotes y los es- y a los escribas
( | tl)itS
Iésotts estin ho chrislos (<Jesús es cristo) o mesías; cf . Jn 20, 3l; Hch 5,
42; 9, 22; 1 7, 3; 18, 5.28, 1 Jn 2, 22: 5, 1)8. y lo condenarán a muerte
30. Y les ordenó rigurcsamente lepetimésenl. La palabra es la misma y lo entregarán a los gen-
ti Ies
que traducimos por <increpó> en 8, 33; sobre sus matices (cf. comentario
y Io golpearán
a 1,23-26). y Ie escupirán
31. Y comenzaba a enseñarles lemato didaskein autousl. Esta es la intro- y lo flagelarán
ducción a la primera de las tres predicciones de la Pasión que forman la espi- r ,.t r lrscstnado
y lo matarán y lo matarán
na dorsal de esta sección del evangelio (8, 3 I ; 9, 3 l; I 0, 33-34): <comenzó
Irl:,:ir\p'és de tres días y. . . resucitará después de y después de tres d ías re-
a> sugiere el principio de una serie. Aquí, como en otros puntos en Marcos, ri.,r¡(.il:il.u días
I
tres sucitará
la <enseñanzu de Jesús (didaskein) causa molestias (cf. 6,2-3: I I, 17- I 8)
incluso a sus propios discípulos, lo que es bastante preocupante. t't'tt tlecesQtio [deil. Este vocablo introduce
una construcción imperso_
era nece.sario, eIc. Para las semejanzas y diferencias entre las tres pre- rr'rl l)cro ¿,por qué era necesario que el cristo sufriera, r"gún Mu."oi? po.
dicciones de la Pasión, cf. Tabla 23. Todas presentan una estructura simi- l,' 1¡*1,,, porque Dios lo quería (cf. <las cosas
de Dios>.i S,33i-uiiguul
lar: a) referencia al Hijo del Hombre; b) referencia a los que serán responsa- ,¡rrr' !'l ((llasivo divino> (1.,41:2,
S:3,5; etc.), el r/ei impersonui prJ. ,..
bles de su muerte, c) profecía de su muerte; y d) profecía de su resurrección rr¡r r¡¡.d. sutil de habrar de la acción
de Dios.
<después de tres días>. Hay variaciones particulares; la segunda y la tercera, l",s csr¿i unida estrechamente con la profecíaLaprevia necesidad de Ia muerte de
en las Escrituras (cf.
por ejemplo, dicen del Hijo del Hombre que es <entregado> a sus enerni- ')' (rrc reproduce la expresión de nuestro pasaje, pero sustituye
" ( l('sirrio)) er <era
gos, mientras que la primera menciona la necesidad de su sufrimiento y su por <está escrito>). pero tales obs..uucionés
''( exigen qrL ná, p."-
rechazo por parte de aquellos; la segunda habla de estos adversarios muy en ']'rrr('.ros además por qué Dios deseaba ra muerte de Jesls, pionosticada
general, como (seres humanos>>. mientras que la primera y tercera los ca- I'rl.'lrtrrrente. La respuesta más cercana
a esta cuestión upu..a" en er dicho
racterizan como sumos sacerdotes y escribas. Sorprendentemente, la tercera '"lrr¡' gf (rescate)) de 10, 45 (cf. comenrario a r0,4r-45)y
en la iá"gr*i"
presenta una descripción detallada, sin par en las otras dos, de los sufrimien- ' l' l:r ('sce na de la muerte en l 5, 33-4 I (cf . comenrario
a éstasecciónf.
tos específicos que padecerá el Hijo del Hombre. I I llilo del Hombre fton huion tou anfhrópoer]. puesto
que parte del
Mientras muchos estudiosos, como Bultmanne, han argumentado que tr'rrr''lir.rlo de la figura der Hijo der Hombre
en Marcos pui"""n ser las
las predicciones de la Pasión son <profecías ex eventu)) (es deciq <después tr'rrlrt r.re'S bíblicas y judías sobre
Adánr, puede ser rerevante
'rrr'( rirlclo Adán y Eva pecaron, fueron maldecidos por Dios con "onriá".u.
uarios
7. Cf. 15, 35 y W. Horbury The Cult of Chrisr antl the Cult o/'the Saints.
8. Cf-. también R. Schnackenburg,The Gospel Ac'corcling to St. John 3. 33ttl M. C. de Io J .lclcmias, Teología del Nuevo Testamento.32 I _ 33
Boer, Johonnine Perspec'tives on fhe DeaIh <tf Jesus,89-90.25|-252. I I t). ('. Allison, The End of'rhe Age.s Has Co,r", íy_tqO.
I .

9. R. Bultmann, Theology of the New Te,stontent I,29. | ' ( 1. J. Marcus, Son of Mán as Sán o/'Adan. -' '-
22 10' 52)
Mc' 8, 27-33: Notas ó93
692 Crnrttt sectión principal (Mc 8'
t¡t s tlías> y (al tercer díu pueden ser frases equivalentesra. Esta capacidad
comentario a 8' 31-33' donde se
sufrimientos (Gn 3, l6-19)' Cf' también los ,l( rrtcrcarnbio continúa en textos judíos posteriores; por ejemplo, en Esth.
señala que en Dn 7 nun
hijo de hombre> aparece vinculado con li,tl¡ t).2 -que comenta Est 5, I (<y esto ocurrió al tercer dío)- leemos:
"o*á
((santosD que sufren. .,tl)ios) nunca deja a Israel en una angustia honible más de tres días...>.
Esta construcción adverbial' a la
fttolla],lit' <muchas cosas))' l2;5' l0'23'38'43; 6'20;9'26;
mucho I rr' .lrlrlrs dice el mismo escrito: <Y Jonás estuvo en el vientre del pez tres
que Marcos ," *u",t'u tuy J"t'o
(cf' 3'
(mucho)) también tiene ,lt,t¡ t'ttv,s noches (Jon 2, l). Los muertos cobrarán vida sólo después de
pJí Pero
I 5, 3 ), podria traducirse "t"át'"-tnte)' trr's rlías, pues se dice que'al tercer día nos levantará, para que podamos
a lu de'criptión detallada de los sufrimientos
nleno sentido n r rrir cn su presencia'> (Os 6, 2). Esta y otras tradiciones rabínicas (por
"o.,.'poilát
( l0' 33-34) de la. Pasión'
!" i" ,"t".t" piedicción ( t('nrl)l(), GnRab. 56, l; Midr. Salmos 22,5; Yat. Sim. Josué l2 fsobre Jos
onciános' los sumos sacerdoles y los
escri-
fuera rechazoao po) U' kai tÓn qrchiereÓn kai ton ' I lr l) irrterpretan Os 6, 2 como una profecía escatológica de la resurec-
bas iypo presbyterÓn
r ron ((ill tercer día> y sugieren que este versículo veterotestamentario pudo
lapodokimasth¿nai
lo' ':u'
Ji'iUu'"cf sobre los <Escribas y fa-
' el'apendice
grqmmateónl. Sobre ¡'r,,¡rrrrcionar parte de la base bíblica para el dei (<<era necesario que>) en
y sumos sacerdotes, cf- el apéndice
riseos)) en el vor. l. Sobre los ancianos r¡rrt'str¿l predicción de la Pasión¡5.
Vu'"otn al final de este volumen' Es sumamente
<Los dirigentes judíos l.ste transfondo bíblico, sin embargo, no significa necesariamente que
"n uparezcan al p.rincipio de una lista de adversa-
insólito que los uun.iunl- \l;reos, o un precursor cristiano, hayan creado 8, 3 I a partir de Os 6, 2. De
primer kai (<<y>>l de esta fiase'sea epexe-
rios de Jesús; sería po'ibt" que el por lr,rlrer sido así, probablemente habrían hecho decir a Jesús <al tercer día>
sético; es decir. q". átuu ser traducida por (ser rechazado
";;i;"-f'u" sacerdotes v ros escribas>> (cr Lc22' nr:rs (lr.rc <después de tres días>. El uso de esta última formula es otra indi-
il;';¿;;;;;;;1;;;;,;;;l;;;;"' incluye a sumos sacerdotes y escribas)'
, rr, itln cle que alguna forma del dicho se retrotrae probablemente a Jesús.
66, donde el consejo d! uncianos tt'.sttt'itara lanasténail. Sténai quiere decir <levantarse>, y ana puede
los-ancianos parecen ser un grupo
Ahora bien, en otros casos del evangelio ,rlrrilicar <hacia arribu o <<de nuevo>); el cuarto evangelista juega con am-
de laicos distinto ¿" rol saceáotes y los escribas' que son colectivos
'u*t improbable'
tp"^"gética es lr.: scntidos de ana en Jn 3, 3-34, donde Jesús habla de nacer anólhen,
sacerdotales, a" -ooá q**^ttt l"i"tp*tutiónpredicción de la Pasión no dice ',,|t'srlc arriba>, que Nicoder.no interpreta como <nacido de nuevo>. Asi-
La
y ser asesina¿" fiti
'iit'tanthéiail' del mesías y al escribir <ser asesi- nr\nro, en nuestro pasaje, anaslénai es probablemente una expresión con
quién será.t ,.rpon'lfüát rt muefi; ,1,'lrlc sentido: Jesús no sólo se levantará del reino de los muertos, sino
y los sumos sacerdotes y los escribas>'
se
nado> después de <los ancianos
líderes iudíos de la ejecución misma' ,¡rrt'tirrrrbién se levantará de nuevo (es decir, volverá a la vida) después de
consigue un distancialitnto de ástos el ,, r llcv¿rdo a la muerte (cf. lTes 4, 14: <Jesús murió y resucitó): lit. <se
de la Pásión ( l0' 33-34)' asi como
ciertamente,
"'" ',"ái;;i;;;;';;;i;'
relato en su conjunto, dibujan a esos
mlsmos dirigentes condenando a Jesús l( \ iult(i de nuevo>).

los. romanos para su ejecución'


Pero Marcos' a diferencia 12. Y decía con.franqueza estas palabras lkai parrésiq ton logon ela-
y entregándolo a
(poi ejemplo' Jn l9' 16; EvPe' 4' l0; l, rl l'ttt'r'Csia puede significar <abierta y francamente)) o ((en público>. El
de la polémi"u unuruáiu po;;;i"t
diréctamente responsables de la , ()nlrirste implícito con 8,29-30
-donde Jesús ordena que su mesianidad,
quizás Lc 23, l3-25;;,íi''"" r"J'rtace
t'¡,'t lunrada por Pedro, se mantenga en secreto- podría sugerir este último
muerte de Jesús. t"1"i11"-::]:
tes clías lmeta treis h.émerasl Como h'tT:t
rrr;rtiz: cl Nazareno anuncia públicamente su futura muerte y resurrección.
tlespués de
notct a <<tresdías> en 8, 2, en las
tradiciones bíblicas y judías'esta expreslon I rr t ontra de esta interpretación hay que manifestar, sin embargo, que 8, 31
uso
a veces da a entenderi" pári"áo
corto de duración indeterminada. Este ,rlrrrrur que la profecía de la Pasión fue dirigida a ellos, es decir, a los discí-
haber utilizado en
f"t pátiUili¿"des de que Jesús pueda ¡'rrlos y que las otras dos predicciones de la Pasión fueron dichas sólo a los
impreciso aumenta
un'u p..ai"ción de. su sufrimiento
y de su consecuente .l,ui(lores de Jesús (cf. 9, 30 y 10, 32). Por tanto, lo que implica 8, 32a es
realidad tal frase idiomático' Mar-
"n a este uso t'('\rblcmente que Jesús habló entonces con claridad a sus discípulos sobre
vindicaciónrr. Pero incluio si' contrariamente probablemente
literal, como ,rr lirlrrra muerte y que no se refería a ella alusivamente como en2,20.
cos hubiere utiliza¿l .,ires Jiur, "n
sentido
necesariamente discrepancia entre It¡ lomó aparte furoslabomenos... autonf, lit. <tomando a él>; el mis-
fue entendido por rul r".t"r.r,-"" habría de Jesús <al
pasaje y la resurrección rrrr r r clbo en voz media se emplea en Hch 18, 26 para decir que Priscila y
el <después de tres días> de nuestro
más la fórmula prepaulina de
tercer día> ¿. ru r,iriliiá ñ;r;l
"uungeticu en los que una
\,¡rrila toman aparte aApolo para enseñarle sin que nadie los interrumpar6.
lCor 15, 4.Hay nutiot ñutuj"s del Ántiguo Testamento (cf'
actividad prosigue t¿t días> y luego concluye <al tercer dío
;¿;;il; I Cl. K. Lehmann, Auferweckt am dritten Tag nach der Schrift, I 65- I 66; E. L. Bode,
-+.
de
Gn 42,17_18; Ex sri+, rá-s' l); por tanto,
l;,li-iu Lix, <después
t it I Morning, 109-l10.
tt.¡t llo.ster
15. Cl. H. K. McArthur. On the Third Dav.
I(,. BDAC 883 [3].
r 1 cl I leremias. Teologí¿t del Nuevo Testamenlo' 330-331
694 ('uurtu serc'ión prirtci¡tal (Mc 8, 22 10. 52)
Mc B, 27_33: Nota.s 695
El vocablo sugiere así una actitud recriminatoria, como señala CranfieldrT,
como si Pedro estuviera calificado para amonestar a Jesús.
"l \¡rriltatc] lejos de mí para que no te vea más>. Sin embargo,
esta inter-
comenzó a recriminarlo lérxato epitiman aulQ]. Cf . en Marcos otros re-
r'¡t'r'ciri¡l de 2 Re g,_rg no es segura; otras versiones traducen
er hebreo
proches erróneos en 10, 13, donde los discípulos amonestan a los que llevan '¡' t'slc texto como <ponte (vete) detrás de mí>, que es * int".i..tu"ion
t'rrr¡lriótt posible del griego y apoyaría
niños a Jesús y 10,48, donde la muchedumbre critica al ciego Bartimeor8. la tercera interpretación. Además,
rttt;t ot.tlsn de alejamiento.a Pedrotiene
33. Tras volverse y ver q sus discípulos, increpó a Pedro lepistrapheis rr:rrrrcirirl, según g, 2,pedro no sólo
poco sentido en el contexto de Ia
kai idrjn tous math¿lqs aulou epetimésen PefrQf . Con esta torpe acotación, está entre ros Doce, sino en su círculo
el autor pretende sugerir que la mala comprensión del designio divino ex- 'rr"(). Por el contrario, Jesús.podría dirigirse a satanás en ra persona de
l'r'tlrr rlrás que ar discípulo mismo; er .eiato
presada por Pedro es compartida potencialmente, o en realidad, por los sería simirar entonces a ras
otros discípulosr"; Jesús, por tanto, después de reconvenir a Pedro, instruye 'rrlt',eS tle Jesús a ros demonios en ras historias ¡narcanas de exorcismos
ll;ilir (luc se vayan a otro sitio (1 ,25:.5,g;9,25)23.
a todos los discípulos (con la muchedumbre) en la necesidad de compartir
A.lavor de la segunda interpretación
la frase añadida en Mt I6,
sus sufrimientos (8, 34-38). Además, después de las otras dos predicciones
't r<l:r'es para mí un obstácuro> (lit. <unestá escándaro>). Á"ar"'r" in,".-
de la Pasión se dan casos similares de mala comprensión entre los miem-
¡rrr'r:rcitirr que hallamos en el texto de Mateo no puede
bros de los Doce (cf.9,32-34.38; 10, 35). Así pues, Pedro no es el único ser decisiva parara
torpe del grupo.
' rt:rresis de Marcos, esta lectura tiene a su favor que pedro trata de impedir
La inclusión de otros discípulos en el reproche se añadió quizás para 'trr("lcsúrs acepte er destino que Dios re ha asignádo. pero,i Jrt" ,ig_
rrtlrt'lttltl' no queda claro por qué Jesús "r'"r
sugerir que algunos de los lectores de Marcos compartían la oposición de dice: <ponte detrás de mí> en vez de
,, \¡r'irtate de mi camino>.
Pedro a la proclamación de la necesidad del sufrimiento de Jesús. Si es así,
I r torcera interpretación ha sido la preferida
el efecto es similar a la expresada por la sentencia <Quien lea entienda> por ros intérpretes ecre-
''rr:;ricrs durante siglos, en parte
(13, l4), o <Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos> (13,37). Pero la porque mantiene ra perspectiva de que
I'r'rl'. ¡ruede retornar ar ámbito dé ra lompracencia
frase puede ser también un comentario irónico al discipulado imperfec- ¿" l"s,ir; estos intér_
rrrt'rr's contrastan a veces raamplia frase aquí ernpleada,
to de Pedro; si un mathéÍes (discipulo) es literahnente un <principiante>, '\,tttttt(t, con el conciso rechazo de
nypog"-lpio
*ou
entonces Pedro -a pesar de su perspicacia mostrada en 8,29- aún no ha Satan¿s ivlt 4, ñ,' nfpo{n'iotono
r"'Vctc Satanás!>)2a' Aunque esta lectura marcana "n pueda
aprendido bien su lección. Véase una ironía similar en 16, 7: <Decid a sus s#ap"otogetica,
discípulos (y a Pedro)...>.
' ' t;rrrbién la interpretación más viabre de ra orden de Jesús en su contexto
\(',rc ya que er siguiente versícuro u.,iza
Gn Rab. 56, 4 ofrece un paralelo cercano a la acción de Jesús cuando 'r'(
o¡tisti mou para señarar er
,, r,rr¡rric'to de Jesús como
discípulo (g, 34; cf. l, 17.20). EnMarcos g,
califica a Pedro de <Satanás>) por tratar de desviarlo del camino de sufri- i ' l 1 lray, por tanto, una cierta analogía
miento y muerte: Samael : Satanás trata sin éxito de persuadir a Abrahán ,,1,:c'v,ción estúpida y Jesús_lo
con Jn 21 ,20_22,pedro hace una
para que no ejecute e[ sacrificio de su hijo lsaac, a la vez que intenta di- criticá por ello, pero luego lo invita a que
rr¡t l'rr ¿l ernprender ra vida del discipuiado.
suadir a lsaac de que se someta a é1. El texto parafrasea Gn 22, 8 del modo Los pararelos no se detienen
''|(lrr' t¿*to Mc 8, 34-9, l como Jn2r, rg-23 se refiLren
siguiente: <Dios tendrá cuidado de quien recrimina a Satanás>2o. ''r"('r ¿r Jesús en el camino u ro, áir"ipuio, qu"
Ponte detrás de mí fhypage opisó mouf. Esta frase se ha interpretado leracruzy también a otros q""
'r¡rt's rle que venga ra parusía. Tanto er pasaje marcano
principalmente de tres rlaneras diferentesrr: l) como una orden a Pedro como"J,nári.¿"
joánico
,'('(lc, estar utilizando una secuencia prÉ""ist.nte de dichos ae ellesns
para que se aparte de la vista de Jesús; 2) como un mandato a Pedro para 1cr.
1,,., r'¡¡¡¡¡g,t¡orlos a 8, 27-33 y g,34_9, l).
que se quite del camino de Jesús, es decir, para que deje de ser un impedi- ,\:ttttnús [Satanal. Lapalabra conserva
mento para él; y 3) como una orden a Pedro para que vuelva a emprender aquí un poco de su sentido ori_
',rrr;rl tlc.<adversario> (cf..nota a (por Satán>> en l, l3); pedro, al menos
el camino del discipulado y deje de intentar dirigir a Jesús. t'| se ha hecho un nruiánu porque se opone
En pro de la primera posibilidad, Black:2 cita 2Re 9,19'. epistrephou '¡r)()ral[lente,
r l:rtlrr clc Dios25. Davies-Allisonr,'
a la voruntad re_
'
eis ta opiso mou : <Vuélvete y ponte detrás de mí>, que parafrasea como
comparan nuestro texto con TbsfJob.
ll .lJ. porque ahí Elihú aparece <lleno áe
Satanás>, Ae moOo-qr"
lr'rlrl:r cll él no es un ((ser humano
sino una bestia>. Er destino de Elihú"i'qu"
es ra
17. C. E. B. Cranfield, The Gospel According to Saint Mork,279.
18. CL V. K. Robbins. The Healing of Blind Bartintoeus,49.
I9. Cf. E. Best, Peter in the Gospel According to Mark. 549. 'i. ( . B. A. E. Osborne, peter Sntmbling_Block ond Satun,
f

20. CL H. L. Strack-P. Billerbeck, Kommentar ntm Neuen Testomenf a¿ts Talmud und ' l t t ' por ejempro' orígenes, conr"nÁr7o o u)io, lz,zz y lgg.rrrrao rgnacio, Frp 12;
\, rr.tirr. ('()ntcnterio al Solnlo 70. par.4.
Midrosch I .747 .
21. T. V. Snith. Petrine Confn¡versies in Earl.tt Christianit.v, 167 . 's. ('1. Orígenes,Comentario a Mateo. 12,21 y N.
,.'.l tlt, ( ,rttth¿¡ Mt.¡h.2gg. -' - r ' Forsyth, The Old Enemv, Su¡an
22. M. Black, An Aramaic Approoch to the Gospels,2l8.
'r'. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gosnel Aerovlino t¡t t.t;-t r1.
Mc 8. 27-33: Comenlario 697
(Mc 8' 22-10' 52)
696 Cutulo sectión principal
rrrr lc¡rroche y Jesús a su vez 1o reprende llamándole <Satanás>, pues sus
41l-:.otn: t"rá el de Pedro si no presta
aniquilación escatológica (TestJo.b' ¡r, rrsrrrricntos operan en el nivel humano más que en el divino (8,31-33).
a la advertencia de caminar
detrás de.Jesús' I ;r corrdición de Pedro, mitad inteligente y mitad insensible, es similar al
","".i0" t*guu¡" del Jesús marcano contra Pe- , ',t:rtlo clsl enfermo en la narración anterior que sólo ve a la mitad: está me-
Para algunos
"^.g"ti'l"i¿tf"'o altíip'ro al final del evangelio' sugie-
I";;;;idáti ,lro cicso. Además, el lenguaje exorcístico de <reproche), que se halla por
dro en este pasaje v
los que está ligado- son incorregi-
ren que tanto él .o'no ioi Doce -con de un
,l,rr¡rricr en el pasaje, sugiere que esta condición es el resultado de una lucha
historia piecedente de la curación
;;i"
blesr'. Pero el paralelisri; extrema' va que
, ntrc l¿l revelación divina y la resistencia demoníaca. Esta relación con la
a esta posición
;i;;" ;;;t fáses (8, 22-26) es contraria
Pedro y los demás discípulos deben pasar lrr',loriu de I ciego queda reforzada por el hecho de que en tradiciones judías
el relato de curación t"gt";;;;t parcial' antes
\ {'n cl Nuevo Testamento Satanás y los demonios aparecen dibujados con
por una etapa intermed?a de ui'ión
itp"'fecta' una ceguera Irr't ucncia como los causantes de la ceguera de los seres humanos (cf., por
final del ciego
simbolizada por la condición
de llegar a la plena pt""ptiOn que 8'
( r{'nrl)lo, TestSim. 2,7; kstJud. 19, 4; Hch 26, 181'2Cor 4,4)31 .
defénsa de Pedro afirmando M¿rlcos parece haber moldeado el presente pasaje no sólo por medio de
curadors. Smith2e
"'r;";;;";;;;;J"
22-26 seyuxtapone tó','le-ii fcuración
de Bartimeo) y no 8' 27-33" sin
, ,rir yu\taposición significativa con 8,22-26, sino también mediante toques
^
argum"nü Uutu "n una dicotomía
falsa' ya que es perfec-
r,,l:rt'cionales: <en el camino> en8,2l ,la orden de guardar silencio en 8,
embargo, '" con los
"ste t uil. .",r"chamente relacionado
tamente posible qu" c,'\)_2"{r" rechazo definitivo de
ll). ,<conlenzó a>, <mucho> y <los escribas)) en 8,31, más la torpe aclara-
8' 33 supone un
dos relatos posteriores' Si u¿t'na'' , r,n s()l)l'c un Jesús que se vuelve y mira a los discípulos en 8, 33. Pero el
en el relato tendría Po:o ttntil:'-'^-
Pedro, su continua int"*"nliOn , r.rrrriclista no ha creado el pasaje de la nada; como señalé en la introduc-
Hay il"*bil;'
pocas dudas, de que.algún cristiano Rott:llT-tintió
dura' Por ejemplo' la ' r,)n ir l{. l-2 I,los acontecimientos básicos descritos en Mc 8, l-33 tienen
que la imagen ¿. p"¿to't;;;il" "^t^l"ytt*o ,rr r'trrtlapartida en Jn 6, l-71, aunque la dependencia de Juan respecto a
pasaje omite el reproche de Pedro
a
pintura de Lucas paralela a nuestro (Lc 9' \l;rrt os rcsulta improbabler2. El presente pasaje, en particulaq es paralelo
Éedró tildándolo de <Satanás>
Jesús y la recriminac;il; ittút " un dicho de
.r lrr (,. (r(r-7 l, aunque en éste falten la orden de silencio y las predicciones
l8-22).Ciertamente, il tt ti"t"
de la Pasión' Lucas transmite ,l, Lr l'rrsiirn, que tal vez son adiciones marcanas. Las predicciones de la Pa-
ulntutu' a Pedro y otros discípulos con
Satanás
Jesús similar u fvf S,Ji uf pero el contexto ,r,'rr ticncn realmente raíces en la tradición, puesto que contienen elementos
utilizando el verbo
" (lit' <darse la vueltu)'
óít"'pi"¡' rrnrlrlcri al dicho independiente de Lc 22,31-32 (cf . nota a <Satanás> en 8,
*u"ho menos severa (Lc 22' 3l-32)' Estos versícu- ll) I'robablemente, sin embargo, Marcos la ha insertado en este punto de
hace que la crítica independiente
'"u probablemente una tradición
*uy
los lucanos ,"p.","niun- l.r rr:rrnciiln, ha introducido el motivo de Pedro que se opone a Jesús y ha
también relacionados con Mc 8'
33'
;;"fiuit*t"it
orelucanaru, pero est;;
u'"i;;;';r;;l';"-i;; ;":;ln' Estar en el lado de los , ,rrrrlri:rtkr la forma del dicho sobre Satanás.
¡to tón anthrÓpórel-bando y en la ,'\sí como los verbos referentes a la visión dominaban el pasaje anterior,
estar.en el de Satanás
hombres en cuanto f'omb'es significa l,', rh ll locución dominan éste (<preguntarD, (responder>, <reprochan,
t.i i,lysi
4,4); sólo la gracia divina permite escapar
enemistad con Dios . , rr',('nlr')) y tres verbos diferentes para <decin)3r. Esta preponderancia de
satánicas'
situación de ceguera y esclavitud
á;;;; '' rl',rs lclbridos al lenguaje refleja el carácter del texto como un diálogo
'lr,rnr;itico de ideas, cuidadosamente construido para expresar dos temas
, .rt{'( luuncnte relacionados: mesianismo de Jesús (8,27-30) y su próxima
Comentario t'r'.r.n. nrucrte y resurrección (8, 3l-33). Las dos partes del pasaje siguen
',', rr,'rlclo sirnilar: l)pregunta o declaración de Jesús (8,27 + 29a,31-
Introducción.Lanarraciónsimbólicadelacuracióndelciegovasegui- soli- t',r). .))r'cspuesta de Pedro (8,29b,32b);y 3)contrarrespuesta de Jesús,
en dos partes' En la primera Jesús
da significativamente áe un relato que él es el mesías rrrtr,rrlrrt'itl¿r por epitiméser (<ordenó rigurosamente>, <recriminó>: 8, 30,
cita opinione, ,ou"'iil'lu"t'u
i" ¿t"r*uóión d" Pedro
1 { ) lr'sús tiene así la primera y última palabra, pero Pedro y los otros
que no divu'lguen'estas'noticias
y ordena (lit. utonminfl'"1 u tos Ois"ipulos ,lr , r¡ukrs son también personajes significativos en el diálogo y la palabra
especificando qué tipo de
is, zz-:ol. sin .*uu'gá"tuundo ¡"stts 9.91ilnua
morirá y resucitará' Pedro responde con ,'t,ttlt,ttti (<discípulos>r) aparece al principio y el final de la perícopa (8,
mesías es é1, un mesías que sufrirá' ' t I ) scñalando la concentración creciente de esta sección del evangelio
Mark\ Gospel;ld''
Tlte HerW That Necessitated
2'7. Cf.,por ejemplo' T' J' Weeden' c""ecl Peter (Mark I4' 53-54' rr (
Mark, Tt'adirions in Co;¡li'c';K.'ót*"v'
f"'9t¡ ,ci"iána L w. Schrage, Tvphlós,285.
u'*:'.wiit't ¡n m"'ary'-Hisrorical Perspective ' ( I ( . ll. Dodd, Historical Tradition in the Fourth Gospel,2lS-22; H. Ráisánen,
66-72)',M. A.Torc"n' i!"*''iiiníárxiií' 't,'
28. Cf. E' e,", pií"'i;in'" óo'ipel 't"o"ling
to Mark' 549-550' \1, ¡sttutic Secret in Markb Gospel, 175.
I
I ( l. .1. Gtlilka, El Evattgelio según san Marcos 2, 14.
ié.i.v.s,"i,r','i.;:il:iy:'!::;:i',',:o!":rinChristianitv'170'
L'ttartu sectitttt ¡trincipal (Mt tl' 22 l0' 52) Mc 8, 27-33: Comenfario 699
698
, rr X. .12), por el sintagma <comenzaba a enseñarles> en 8,31 y por la idea
en el discipuladora. La ambigua
posición de los discípulos queda destaca-
al ',rrlryrrccnte de que la revelación se va mostrando gradualmente a la vez que
da por las dos yu*,upo,i"io'i"' i"
math¿tai y anlhropoi en este pasaje:
d" los discípulos' muestra una sabi- Ir'sr'rS v sLrs discípulos pasan por los poblados (en plural) de la zona de Ce-
comienzo. Pedro, ',.r ('r (lc Filipo. <¿Quién dice la gente que soy yo?> es la pregunta principal
queda situado en
;;; q";;"pera la""*;^;;r^esentunte
de tos d"t¿' (8,27-30)' pero al final
revélación de Dios y poseída por tfi. J7c), que Ráisánen38 caracferiza correctamente como <socrática>. Los
el lado de la humani¿u¿-,1nf."n*¿a a la ,lrst'iprrlos, siguiendo el ffujo lineal de las cosas, responden con un breve
el demonio (8, 33).
el del evangelio entero' se' con- ,,rtriloso de opciones interpretativas: Juan el Bautista, Elías, o uno de los
Pero el interés central del pasaje' como
di mesías más que en la naturaleza de sus .rrtrsuos profetas venidos del reino de la muerte (8,28).
centra en la identidad y;;il
están^ interrelacionadosrs. ciertamente' Strr éstas las mismas opiniones populares presentadas ya en 6, l4-15 y
ü;td;;, "unque los dos aspectoszl y q' .33. enmarcan el diálogo con refe- ,¡¡,'ne ionadas en el mismo orden. Esta repetición es probablemente delibe-
los empleos a" ontn,alii
"n'A, pero resulta también r,rrlrr y sugiere que, aunque Marcos considere que las dos primeras opinio-
rencias a unahumani¿li igno'unte y alejada de Dios'
se repita en el centro r{'., s()r'l erróneas y la tercera es sólo correcta en parte, señalan sin erlbargo
rtgtiñ""i"" que la forma"en singular de ese vocablo
(ton huion tou anthrÓpou)' cuyo ,r',¡rt'cIos importantes de la misión de Jesús. Las tres posibilidades vinculan
del diálogo refiri¿n¿ose ai H¡o dá
Hombre
es el cumplimiento de un impera- .r l('sr'rs con el mandato profético (sobre Juan Bautista como profeta, cf. I 1,
camino hacia el sufrlmienio"y la muerte cf' los { ') },. pclr otros lugares del evangelio, sabemos que el Jesús marcano se
pregnantes de anthrópos'
tivo divino (8, 3l; para usos similarmente acabar , ,,¡¡5¡1lg¡¿$¿ a sí mismo como un profeta (cf. 6, 4). En verdad, en este pasa-
pues' nada parece cupaz de
comentarios a 7 , 14-15 i i , zo-zl)'Así
respecto a la voluntad de ¡, t l Mlestro continúa con una profecía y hace una predicción detallada y
con la enajenación y ú ¿t;";;" #
la-hu^manidad
Hijo del Hombres6' , \.r( tir ds su rechazo, ejecución y resurrección (8,3l). Jesús, pues, aunque
Dios excepto la muerte' pléna de fe' del ,,;r nriis clue un profeta, es sin embargo uno de ellos (cf. Mt 11,9 ll Lc7,
de
8,27-30. ¿Qtrién es Nuestro pasaje com.ienza con la.salida
Jest'is? 'r') \'cn ese sentido la opinión popular es correcta. Además, la creencia
(8' 22) y su traslado a la parte septen- ,l, l:r rrruchedumbre de que Jesús es un personaje que había vuelto de en-
¡"rUs v los düipulos de Betsaida
extrema de los altos del Golán' a los poblados que rodean la ciudad rr' l()s nluertos puede sugerirque el pueblo consideraba acertadamente que
trional
(8'2ia;cf'.nota a <Cesarea de Filipo> en l, , ;¡11¡¡¡1."¡-ientos escatológicos estaban ya en marcha, puesto que se es-
helenística de Cesareal" eifipo '
8,27).La relación ¿" con el César' es decir' el emperador ro- I', r:rl)ir (lue la resurrección habría de ocurrir al final de los tiempos (cf. Mt
rlano, es
"tinciu¿ai
proUuUt.to"niJ"tigninl"titu si.se tiene en cuenta
la continuación ' r l-53). La resonancia escatológica es aún más obvia en cuanto que la
uti el fundamento para la confesión por Pe- I'r r ue rl tigura mencionada, Juan Bautista, aparece dibujada en la tradición
¿. f" irá.fi"pu; qu"¿u'put'io
el caudillo judío del qu" t" , r,rrnrr-'lica como el que prepara al pueblo para el eschaton (cf. 1,4-8; Mt 3,
;;";Jq;" .l"rúr'., "iÁltiut, -"tp:1111:u"
de Roma' expectativa
"on
conocida ' I I ) ' [ -c 3,7 -9), y se esperaba que la segunda, Elías, habría de volver para
su venida pusiera fi" ;il;;i"io opresivá mesiánica , r\ r (lc introductor (Mal 4, 5-6). Además, todas las opiniones populares
pt"t"il"t!"t" po, to'i"tto*s de üarcos debido a la dimensión refuerza
Esta atmósfera militante se , ,,rrrpu'¿rban a Jesús con gente perseguida, a veces hasta el punto de muer-
de la rebelión judía áel66-73 d'C'37
ocurre <en el camino> (8' r, (, f (r. 14-29:9.13 para Juan Bautista y I Re 19 para Elías; Mt 16, 14
al especificarse que iJ'tánu""utión siguiente
rrrr¡rlnr ll semejanza añadiendo Jeremías a la lista, otro profeta sufriente).
27b),frasequ."uo.utui,nug"nisaíaca-delamarchavictóriosadivinaque
culmina en laredención de S"ión (cf introdtrcción a
8' 22-10' 52)' \ , ,tr'respecto la muchedumbre demuestra también una intuición sobre
del contexto' Jesús l, ,rr: tcológicamente fiable.
Mas, no oUrtunt"lu'lu*tün"t revolucionarias
su gran secreto; si él es el mesías' l'('r() aunque las opiniones proferidas por los discípulos contienen al-
aprovecha este tnomento para revelar
Dios' sino también un
ello implica no sólo q" t' el guerrero santo de ,,rur,s elcmontos de verdad, desde el punto de vista de Marcos no son la
a sus seguidores paso a paso desde
maestro consumado q;;;J. coiducir ', r,l;rrl cor.npleta. Por ello, el Jesús marcano cambia ahora de marcha, ol-
una vez mái el apéndice a <El signifi- ' r,l.rrtLr los ámbitos de la opinión popular y del diálogo abstracto, para
una percepción a otra 1cf' Is I l ' 2-y
naturaleza de este proceso peda-
cado de cristo = .f -jur,rl. La dilatada
, , ,n lr ( )nt¿u' directamente a los discípulos con la pregunta crucial: <Y voso-
empleo de verbos de locución rr,'. ,,(luión decís que soy yo?> (8,29a). Hasta este momento, la narración
gógico qu"du u..ntuuá"u pá"ff""utntísimo
I en 8' 27 y 8' 29; etalei: <decía> lrr rlr's\clado indicios suficientes que apuntan haciala respuesta correcta
en irnperfect o t"p¿rito <<preguntaba>>
,, nu('str'() pasaje, además, está unido a estas revelaciones anteriores por la
l,,nrir (lc la pregunta. Como indica Müller3e, la cuestión corona una serie de
34. J. Gnilka. tái¿l'
Disciplesltip in the Gospel of Mark'
35. CL s. Henderson, clrristttlttg'and
¡á. ói. G. Davis,
p- Mark\ Chrlstotogical 'Para.dox' i)i I l. li¿iisánen , The Messianic SecrcÍ in Mark! Gospel, 174.
¿t ctitto = mesías> y J' Marcus' The Jev'ish
37. Cf. el upéntlicetáíít "Er'*g'itrd¿o r') I' Miiller, 'Wer ist dieser?'. Jesus int Markusevangeli¡rn¡, 80-81.
w,,lr,)a-,nu Siü im Leben of Mark' 456-460'
Mc B, 27-33: Comentario 701
700 CLtart¿t sección principal (Mc 8' 22-10' 52)
ri,r ('('tlrrr y contrasta con la opinión implícita, equivocada, de la muchedum-
que se han ido formulando
oresuntas retóricas sobre la identidad de Jesús lrrr' ,\1L'¡¡1fs, en otros lugares del evangelio, <cristo> es un título aceptable
¿"i. .t primer capitulo del evangelio: ¡'.rr;r.lcs[rs(cf. 1, l;9,41;14,61). Layuxtaposiciónconel relatocurativode
<¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva
con autoridad!>' ii .'.' f(r apunta en la misma dirección, ya que sugiere que la perspicacia
1.27 el viento y el rnar le obedecen>' ,1, 1".'tllo es el resultado de una revelación; los ojos del ciego se abrieron, o
4,41 <¿Quién.t;;;";¿t éste? Porque hasta
.rl ¡rrt'rros quedaron medio abiertos, por un acto de la gracia divina (cf. Mt
Oi,z nide dónde le vienen a éste tales cosas?>'
lr' ¡7¡ts. <Tú eres el cristo> es, pues, una afirmación correcta <sobre él>
pasaje' siguen alatea.lización tl', t t (ttttou), como implican las dos últimas palabras de 8,3046.
Todas estas preguntas' como la de nuestro
y la iuestión de su identidad' I :r conlbsión de Pedro puede ser rnuy bien el eco de una confesión
de un milagro por pafie á; Jesús abordan
sugerido el poder real de Je- r r r',triu)¿r primitiva que conocían ya los lectores de Marcos por sus propios
En este caso, el *liugto precédente había
ag,;2' z\¡'Larespuesta de Pedro parece' pues' bastan- ,,lrr rrrs litirrgicos (cf.nota acTúereselcristo>de8,29).Jesúseselmesías
,¡rG¡. ,o*,"ntário el futuro rey es-
I"l,igi"á, eres el cristo>'(8'29b), es decir' el mesías' 1,,,r(lue cs el rey esperado de Israel, que enseñará a su pueblo los rectos
"rú
catológico de las expectativasludías
(aunque no todos losjudíos esperaban
',rnnros clel Dios de Israel y establecerá el reinado divino sobre la tierra
que el mesías realizara mu'uüllu'; cf' de
nuevo el apéndice sobre el <El , l' r r ( )turdo a sus enemigos (cf. una vez más el apéndice <El significado de

,'lg"in*¿" de cristo : el mesías>)' En el momento deu?7 t"


proferir esta pers- ¡ r r',t() cl rnesías>). Para los lectores de Marcos
-conscientes de la función
picaz respuesta es cuando Pedro aparece
por primer? , ,rt.rlr,/ll(lora desempeñada por los pretendientes mesiánicos en la guerra
"" TT1"-:
Doce, distinción que contlnuara
i"fno ," l"¿ividuo distinto del resto de los ¡rr,lrr t'ontra los romanos y que habían sido perseguidos quizás por su re-
(cf' 9' 5-6; l0'28 14' r, rzt r r aceptar tales pretensiones (cf. 13, 6-9 .21-22)- dar fe de que Jesús y
por todas pafies en l";;;;t;" mitad del evangelio
, I

tal áistinció¡ ha quedado anti- nrr¡un ()tro era el mesías verdadero sería un estímulo poderoso para man-
29-31.3'7.54.66-72; G, íl^' Sin embargo'
en la primera mitad del evangelio' en
donde Pedro aparece slempre i¡ n{ r\c licles solo a é1. Así pues, el veto a la publicidad, proclamada por
seguidores de Jesús (l' 16'29'36''3' l, ,rr', innrcdiatamente después de la confesión de Pedro (8, 30), no implica
catalogado como el p;;;;t; entre lós
"ipuAu
fueron los primeros en ser ,¡rr, t:slrr llera errónea, sino que su desvelamiento en esos momentos era
1l i,7,1¡ y en donde él y su hermano Andrés(1,.16-18)' Ahora' al principio de
llamados por el t'taestrá ár-Jit.lpulado l¡r, rrrrlur'¿l: sólo tras la muerte y la resurrección de Jesús se descubrirá la
persona que reconoce el
la segunda mitad ¿er ret;, ;t Pedro la'primera
r, r,l:rtlcr'¿r esencia de su realeza (cf. el apéndice a <<El motivo del secreto
rr, .l:ittic<l>) en el vOl. l).
mesianismo de Jesús'
en duda esta valoración po-
Ciertamente, algunos exegetas han puesto
sitiva de la confesión ¿"
p"ito' Cullmannar y Dunna2' por ejemplo' han It, -l f -33. Pero ¿qué tipo de mesías? Estos acontecimientos trascenden-
históricamente exacto y r,rl, , ¡'gl sufrimiento mesiánico que conducirá hasta ellos son ahora pro-
á.gr*""t"¿" que el relato marcano del incidente es laconfesión de Pedro l, tr¡;rtlos explícitamente por Jesús en la primera de las tres predicciones
pública
que Jesús prohibió qu. ro, áir.ipulos hic-ieran ,1, l.rl'rrsi(rn,estructuradasdeunmodosimilar(8,31;9,31;10,33-34),que
nacionalista del <<mesías>. Otros
;;.q* ;;fua basada en un maientendido que el interdicto a la proclamación 1,,¡¡¡¡ ¡¡¡ ll espina dorsal de la sección central del evangelio. Al principio de
intérpretes, como Weedena3, sostienen l.r ¡'r,'tlrcción presente, a diferencia de las otras dos, aparece la imporlan-
pedio no revela que el Jesús histórico tuviera reser-
;;bii"" de ia opinión de sino que era Marcos quien las tenía. Pero r, ¡,,rlrrluu dei, <<era necesario>; era vital para el Jesús marcano acentuar,
vas acerca del título de <mesías>, , r ' ,tr ¡rrimera y abierta profecía de su muerte y resurrección, que esos
de la confesión de Pedro
es improbable que estas interpretacionesregativas ,,rtr't ir)rientos inesperados reflejaban la voluntad divinaaT. Este tipo de
la idea de que el mesías tenía que sufrir en
r,
(como opuestas u ,u rrt, n',r(Lr(l enfática es común en las profecías apocalípticas de los aconte-
'"tnu'o'de Jesús marcano de dar publicidad a
8, 32) sean .or.."rur. Lu ntfttUltlq" del , rlr('nl()s del tiempofinal. Como se dice enOrSib.74,357: <Lapoderosa
su mesianismo, tut .oÁo'ua dirigida a
los discípulos en 8' 3-0'^no^t: refiere
' ,, r r",rtlrrrl insiste en que se cumplan todas estas cosas)) (cf.3,572).
a valoracione, ¡n"o,t"tiut á" ltí'i"
sino a la correcta (cf' l'24-25;3' 11-
para'aumen- I rr e I caso rrarcano, el dei implica también que la muerte y resurrección
1Z; 1l; 9, 7). La prohibición, en verdad' sirve realmente ,1, lr',,us han sido profetizadas en las Escrituras. Textos del Antiguo Testa-
"t.1, se desvele (cf' Dn 8' 26; 12' 4;
tar la importancia ¿el iecreto cuando éste ,rr rrt.. corno los pasajes sobre el siervo sufriente de Isaías, los salmos del
confesión de Pedro' además' aparece introducida
4 Esd. 14,26.45-46;'
(contestó y dijo>, que implica que es
p* iu rot rlabíblica, de gran peso,
'a || ( l. .1. Cnilka, El Evangelio según san Marcos 2, 15.
I , \\'. Wrede, The Messianic Secret,78.
Earlv Christianity' 164' It, ( l. I). Catchpole, The Triumphal Entry,326; R. H. Gundry, Mark. A Commentan,
40. Cf. T. V. Smith, Petrine Confroversies in
¿i. ó. Cutttoun n, Peter Disciple' Apostle' M,a.rtyr' i78:1-8^0 .' t I t. l¡\t|1il.!.¡'.for the Cross, 445.
ñ. l.o-G. Dunn, Thte'Messiánic Secret in Mark' 126-128' I ( l. .1. Gnilka, El Evangelio según san Marcos 2, 12.
/2 T r \l/F.dén Mork: Traditions in Conflict,64-69'
('uart¿t sección principal (Mc |i,22-10.52) Mc B, 27-33: Comenfario
703

Justo perseguido y la profecía de la resurrección <al tercer día> en Os 6, 2, t,l ,(,t(t a <¡Está fuera de sí!> de 3,21). Así pues, pedro <recrimina>
se hallan probablemente en el transfondo de nucstro pasaje (cf. notas a<<era l' r: ¡r.r'csta profecía y este verbo tiene probablemente urgo a
á"i-n-'ir,no
necesario que>, (y después de tres días> en 8, 3 I y a (cómo entonces está ' r¡rrtl.. ¡rr.fundo. exorcístico, que en otroi lugares oer euan'g"üo
1.23-26): pedro atribuye el presagio de Jesús sobrJsu,",ru"n"
6f. co_
escrito> en 9, 12). Pero ya que la profecía de Jesús concierne expresamen- '' 'tttt'¡() ^ u
te al sufrimiento, muerte y resurrección del Hijo del Hombre, es también rr ;rrir(l.c satánico y trata de eliminarlo de Ia mente del Maestro.
probable que se piense en Dn 7. En ese pasaje un ((como hijo de hombre> I sle. sin embargo, se vuelva rápidamente hacia pedro
y le reprocha a
es exaltado a la gloria divina y esa exaltación va unida a la vindicación r \ ("/ (rr-rc sea como <Satanás>, cuyos pensamientos Io han situado en er
del pueblo de Dios después de que haya sufrido durante <un tiempo, dos Il'ilro ollucsto a los designios de Dios (g, 33). para Jesús es el rechazo
del
tiempos y medio tiempo>48. Esta nota acerca de la vindicación divina está 'l'rrc.to mesiánico, no su admisión, lo que constituye Ia
tentación dia_
también presente en las tres predicciones de la Pasión, que terminan todas r
"' I q 1¡ 1¡¡¡g debe ser exorcizada (cf. r 4, 35-3 g'; Mt 4, g-ñ r r t +, i-l)- n"¡"
¡

con una referencia a la resurrección. ' rr'rLr'se que en este intercambio de ideas ambos bando, tun u..pl¿o
tu
Puesto que la profecía de Jesús sobre sus sufrimientos y muerte han '"( r(), tlc que Jesús esel mesías (g,29-30); er punto
en disputa es'exacta_
absorbido toda la atención, parece perderse el interés por su discípulo prin- rrr¡ rrlt'('(illlo
se logrará la victoria mesiánica sobre las
fuerzas del mal. para
l"
cipal. Aunque sólo unos momentos antes Pedro alcanzara la cumbre de la '1r.. ir'buido en las versiones tradicionales del mesianismo davíJico, ra
percepción del mesianismo de Jesús, en estos instantes se sumerge en un l'r' lrrr rr.evista prevé una victoria que
se logrará gracias a un asalto,nilitu.
nadir de torpeza al tomar al Maestro aparte, como para instruirlo (cf. la ' "rrrrr crrernigos de carne y sangre (cf. er Rottoáe
h guerra de óuÁ.¿nl.
nota a <lo tomó aparte)) en 8, 32), y al comenzar a <recriminarlo> por su " r'rr r¿rl guion, la muerte prematura de Jesús, el m"esías y poiiunto
profecía acerca de su triste destino (8, 32b). De este modo se sitúa Pedro ' rlrr:rr rle los ejércitos de Dios, sería un gorpe devastuao. píopinuáá u ru, "t
en contra de la voluntad revelada de Dios (dei : <<era necesario>); no es r'|r' r,/irs tlc la divinidad y
un gorpe espectaóurar de ra oposición. parales¡s,
extraño que Jesús responda designándolo como Satanás, el adversario de 'r¡, .rbil'go, la victoria mesiánica en primera instancia será un triunro cor_
los designios divinos (8, 33). "r i) sol)rc e'emigos sobrenaturales (cf. 1, 24:3,23-27)y r" log.u.á nu po,
Sin embargo, nunca entenderemos este pasaje correctamente si no cae- 'r''r lr:rrulla convencionar, sino por ra muerte y ra resuriecciónl cualquier
mos en la cuenta de que la reacción de Pedro fue totalmente natural. El ',r' rr() tlc desviarlo de esta tarea extraordinaria es una rentación rutánl.u,
¡rrr.r rt'¡ll¿rtiv3 de sustituirlos
cristiano modemo, ahormado por dos mil años de enseñanza eclesiástica, majestuosos proyectos de Dios (ra rou theru),
encuentra nonnal la idea de un mesías sufriente, pero <desde el principio ¡rr' l¡;¡¡¡ rlc transformarel mundo en una nueva creación, poi los
estrechos
no era así> (cf. Mt 19,8). La idea del triunfo pertenecía intrínsecamente ' '| rr( ,*s'
fbltos de imaginación, de los human os (ra tón
anthropón). <Mis
a la noción veterotestamentaria y judía del mesías, no la de su pasión y r"'":r'icntos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis
muerte (cf. el apéndice <<El significado de cristo : el mesías>). Y ya que rililr()s)) (ls 55,9). Es preciso resistir ferozmente
y hasta con violencia
r rl' rt'lrl,tivas de rebajar
el destino del Maestro tenía consecuencias directas para sus seguidores, la a Dios hasta un tamaño huilano, porque ."rur_
r ¡,1,, rlc la batalla está en juego;
noción de un mesías sufriente confundía también el deseo natural de los <¡ponte detrás de mi, Satan¿st>. "r
| )t'stlc el punto de vista de Marcos, ra
discípulos de compartir la gloria mesiánica terrenal de Jesús; en cambio, resistencia de pedro a ra profecía
éste les ofrecerá pronto participar en su crucifixión (8, 34-35; cf. 10, 35- 'l' lr'sr'lS, aunque sea natural, representa una caída en el
reino ¿e ta itusl¿n
45). Otro aspecto posiblemente escandaloso de la profecía de Jesús es la 'l' ,r.rillc¿l desde el ámbito de Ia gracia. La escena se acerca peligrosamente
l r r('*)rífica im_agen presentada en leS
mención de un cisma entre el mesías y otros dirigentes de lsrael, los sumos 2-3, endonde la
sacerdotes incluidos. A diferencia de este guión, muchos judíos abrigaban ' I r ¡r.¡ ¡l Angel de las tiniebras_en el tiempo de prueba escatológico
"egr"iu "*;nai-
fln.ou
esperanzas bíblicamente fundadas de una alianza escatológica del mesías 'r' lr',. *l la comunidad elegida y algunos de los miembros de"ella'se des_
con el sumo sacerdote (cf. una vez más el apéndice sobre el <El significado ' r'rr s()r cxpulsados de la Alianza para siempreae. El principal ae ent.e
' parece caminar
,lr ., rlrulos los
de cristo = el mesías>). vacilante en el bord'e de la apostasia.
Por tanto, Pedro tendría buenas razones pararechazar la idea de un me-
t rrri'a vacilante en el borde, pero no llega a caer,
porque Jesús, aun en
sías en total desacuerdo con los dirigentes de Israel y entregado luego a la ' r' rrorrcrto de peligro supremo, no ordená a su discipuio
l"'r r:r"z.cle Satanás que se areje de érparasiempre (contrástese "onu"rtiJo
muerte. En verdad, para alguien acostumbrado a la concepción del mundo
' | 'r. -l I ), sino que (se ponga con Mt "n 7,
I

como un campo de batalla entre poderes sobrenaturales buenos y malos, una detrás de él>, es decir, que vuelva ;;;;.""_ I

idea de esta clase, tan extraña, podría parecer como obra del diablo mismo 'l' r ' l c.rnino del seguimiento que había abandonadó momentánea,iente
r t l¡
I

' a <Ponte detrás de mí> en g, 33). pedro es


"ttt un hombre ,¡tuuJu I

48. Cf. M. D. Hooker, Son of Mon, 189- 198; J. Schaberg. Dn 7-12: D. C. Allison, Ile "n I

End ofthe Ages Has Conte,140. l') ( 1..1. Marcus. Mark 4, l0_12 ontl Mat.can Epi,stentolog,.
704 Cuarta sección principal (Mc B, 22 10, 52) 'l Mc 8, 34-9, l; Notas 705

el centro, un discípulo en cuyo corazón compiten ferozmente las fuerzas de '¡rrir't't'lrrtcrei]. Este vocablo puede ser una adición marcana a ra períco_
Dios y las de Satanás, uno que -como el ciego curado a medias en 8,24- ve l'.r ,()tese sr¡ ausencia en los.paralelos de e y Jn (cf. Tablas ;;;1\\ y
pero no ve. Por tanto, puede caer en las garras del enor satánico de vez en t,rr .,(.r( i¿r c' Mc 9, 35 y I0, 44, en donde ,
Oo, ¿" fo, t.., p"*l"lJr-ríiOpri_
cuando, pero será llamado de nuevo al camino del seguimiento. Precisa- '" ' {t r' .qrt'sario <Evangerios sinópticos>) carecen de
'r, t.orrt¡.¿istese con Mt 20,26). ér (Mt 23, rr; Lc 22,
mente por estarazón,los lectores de Marcos, tentados también a abandonar
el camino del discipulado sufriente (13,13.19-22), podrían identificarse con I tt l¡t¡'t de mí [opisÓ moul, lit. <detrás
de mí>>. Este sintagma puede uti-
Pedro. Así pues, hay todavía esperanza de que este discípulo vuelva al redil. lr"'r st' rrrrbién en contextos miritares
pu.u inai.u, qu" utgui?n'r¡!""1 *r"
Verdaderamente, la yuxtaposición con 8,22-26 sugiere que será iluminado , n l,r lrrrralla (cf., por
ejemplo, Jue 3, ág; 4, 14;6,34_35;
al final (cf. nota a <Satanás> en 8, 33), como los lectores de Marcos sabían ,¡rr, l\f ¡¡¡91¡s I, l7 implica I Re I l, 7), algo
también (cf. com'entario a l,l6_lg).
ya que había ocurrido. tttti.qttL',te a sí mismo
faparnasaitho heauinl. f_o, pronoíUres griegos
En el siguiente pasaje el Jesús marcano aclarará que este viaje de los rrr'r"( rrlirlos pueden referirse
a ambos ,"*o,
apóstoles hacia la luz implicará la necesidad de seguirlo en el camino del ' ' 'r(lrrí ya que la oración comienza con <Si"algui"n
| lste es indudablemente el ca_
sufrimiento y de la muerte para hallar así la vida verdadera. I'.'r'cllo traducir<eue ér o elra renuncien...r
qui.*"í¡. pá, ¿"
'r"
t"r¡"' Algunas traducciones intentan dar lveisión "" seria
incrus¡vai
un rodeo.un'uiun¿o J";;;;;1",

4. Jesús DECLARA Los BENEFrcros y LAS pÉnornRs DEL sEcurMrENTo 'lr¡¡;rl:


<<Si algunos quieren hace¡se
,' 'r'irrrs))' etc. Este cambio,.sin rir r.guiát.es, niéguense a sí mismos"
embargó, pierde el ,J"rlá" p.*iii*
(8,34-9, 1) l' r'('rci. existencial, er de un Jesús que ¿"
íatifu of individuoa enfrentarse a
,rr;r tlccisión dura, personal,
entre seluirlo o? seguirlo.
8 3aY convocando a la muchedumbre con sus discípulos, les di-
jo: <Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome Tabla24. VrnsroNes oe M¡ncos v
e oa los orcuos
SOBRE <(CARGAR CON SU CRUZ))
su cruz y sígame.3sPues quien quiera salvar su vida la perderá; pero Y UPENOUN SU PROPIA VIDA))
quien pierda su vida por mi causa y por la de la buena nueva la salva-
rá. 36Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar todo el mundo y perder ),':','',i'!;i1,!0,:'¡5$ Mateo 10,37-3s: e Lucas 14,26-22:
e
su vida? 3?Pues ¿qué daría un hombre a cambio de su vida? 38Porque ',r rrlgtricr.r quiere veniren
r¡í Si alguien viene a mí
quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúl- ¡,,,: tlc

tera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de é1 Quien ama a.su padre o y no odia a su padre y a su
cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles>.
a su madre más que a mí madre, etc.

9 rY les decía: <Os aseguro (amén) que hay algunos que están aquí y a su propia vida
no es digno de mí... no puede ser mi discípulo.
que no probarán la muerte antes de que vean venir el reinado de Dios lur'sc (aparnés
rt:¡
rr
as tho)
en poden>. .t \t illtstllo

r lrrrrrc (rrrzlo) su cruz Y el que no toma (lamba_ El que no lleve (bastazei)


nei) su cruz su cruz
Notas \ \¡llanlg. y me sigue y venga en pos de mí
no es digno de mí. no puede ser discípulo
8r34. Y convocando fttroskalesamenosl. Este es ante todo un término le- mlo.
gal (cf. Mc 3, 23r), pero puede tener también un matiz militar (: reunión [de
tropas]: Jenofonte, Anábasis 7,7 .2;2 Mac 8, l; cf. Mc 15, 44 y 2 Mac 14,
12), lo que cuadraría con la atmósfera militar de nuestro pasaje. Dado que ,),':,','ii:'!;i:,!::;,Yfi Mareo t0,3s = e Lucas t7,33 = e
las tradiciones veterotestamentarias del éxodo proporcionan un transfondo l'.rt¡uc quien quiera sar- El que halra su vida EI que pretenda sarvar su
importante al evangelio de Marcos y que tales tradiciones consideraban a los vida
rrrt str
vida
israelitas en el desierto como un campamento en annas, es también relevan- l,r ¡rcrderá,
la perderá. la perderá
te que Ex 3, l8 y 5, 3 LXX utilicen proskaleisthai para designar la llamada t'( quien pierda su
11) vida y
de Dios a los israelitas para que sigan a Moisés en el desierto.
el que pierda su
¡', '¡ ¡¡¡i y por la de la bue_ por mi'causa
vida y quien la pierda
l.t nucva
l,r s:rlvará.
l. Cf. también LSJ I. 515. la encontrará. la conservará-
706 ('uortu sec'ciótt principal (Mc 8' 22 l0' 52) 'l Mc 8, 34-9, l: Notas 707

Tabla 25' Mc 8, 3l-38 v JN 12'23-26 , r 1,, r¡¡¡s cs obvio por el contexto: <niéguese a sí mismo y tome su cnrzD
,rr'lrt'r'cn al principio del viaje, mientras que (sígame> hace referencia a
Marcos 8 Juan 12
'lr r ,lr'r'rsirin continua de seguir por el camino escogido.
31. Era necesario que el Hijo del Hom- 23. Ha llegado la hora de que el Hijo r\ t'itlu [ps:,ch¿nl es un vocablo que refleja el hebreo nephes, (almaD;
:
del Hombre sea glorificado [ sea cru-
bre sufriera..' y fuera rechazado"' y pirl¿rbras se referían originalmente al hálito vital y pueden traducirse
cificado y resucitel. 'nrl':r.,
asesinado... Y... resucitara' t',,r ,,irlnr¿l)), (yo) o (vidD. En el Antiguo Testamento el vocablo se refiere
25. El que ama su vida la Pierde;.Y el
34. Si alguien quiere venir en pos de
mí, niéguese a si mismo Y tome su cruz
qre aboitece su vida en este mundo la ,,
'¡l)r('r la vida del individuo y no a la vida en general, parala que se
conservará Para vida etema' ,rrrlr,'ln otros términos, como hayyím, o zóé1 .
y sígame.
35. Pues quien quiera salvar su vida la
26a. Si alguno me sirve. que mc siga' " Iu ()tticn se avergüence de mí y de mis palabras lhos gar ean epais-
perderá; pero quien pierda su vida por ttt tttltt' nlc kai tous emous logousl. El paralelo de
Q (Mt 10,32-33 /l Lc 12,
'*i .uutu'y por la de la buena nueva la 'rr lr,rbll de renunciar a Jesús más que de avergonzarse de é1, y además
salvará.
mí"' el 26c' Si alguno me sirve, el Padre lo ',', ¡r¡q',¡¡¡[¿ referencia alguna a las palabras de Jesús (cf. Tabla 26). Colpes
38. Quien se avergüence de r,,rr'r('(luc la alternancia entre (niéguese)) y (se avergüence) puede reflejar
iiiio i.l Hombre sé avergonzará tam- honrará'
L , , r( rlrí¿r entre las palabras arameas kpr(<<negar>>)y hpr(<avergonzarse)).
biÉn de él cuando venga en la gloria de
su Padre... l', r, ' t:rnbién es posible que el empleo de (avergonzarse)) por parte de Mar-
' ,, r lr rlusión a las palabras de Jesús representen la redacción propia del
Es posible qu-t.y.u en época de
tome su cruz laratÓ lon sÍauron autoul. rrnt'lrstu. ya que reflejan actitudes cristianas primitivas hacia los dichos
hecho proverbial en el sentido
Jesús la imagen de tomar la cruzse hubieia '1, l, ,rrs o <buena nueva)) (cf. 10,29 y Rom 1, l6; 2Tim 1,8)'.
hasta la muerte; como señaló Taylor2' Oue
cita de
a" llsajes
"ntr"gurr"" Tabla26. VensroNes os M¡ncos y Q DE LOS DrcHos
Josefor:(Lamuerteenlacruzporobradelosromanoseraunalmagen souRE ((AVERGoNZARsE DE)) / <Nec¡n e Jesús>
de base a esta expre-
.unti"nr"*"nte familiar en Palestina como para servir
claramenteposterior- en el 38 : :
sión>. Cf. GnRab.56, 3 -aunque sea un texto lhtr<t¡s 8, Matect 10, 32-33 Q Lucas I 2, 8-9 Q
servir para su propio-sacrificio ,¡',tr \lt 16, 27/Lc 9,26)
q""-fru". lleva a hornbros la lena que ha de
sus hombros> (cf' la conti- Por tanto el que me con- El que me confiese de-
(Gn 22,6), <como uno qu" lleva su cruz sobre
enla notq a (tras volverse y ver fiese delante de los hom- lante de los hombres,
nuu"¡oá de este pasaje d¿l Génesis Rabbah
33)' Este pasaje paralelo es parti- bres,
a sus discípulos, increpá a Pedro> en 8, también yo le confesaré el Hijo del Hombre lo
textos antiguos judíos -€ntre los
cularmente interesante porque en algunos delante de mi Padre que confesará delante de los
un poderde.expiación
que se halla el Génesis'Raibah (64,3)_se atribuye está en los cielos ángeles de Dios
alsacrificiodelsaac,comoalamuertedeJesúsenMarcos(10'45;14'24) , r,,,, n \('avergüence de y quien me niegue (ar- yquien meniegte(arné-
primitivosa (para otras posibles influencias ¡,,, \ 'lr'rrris palabras en nésétai) delante de los
V'"n oi.o, escritos cristianos judías . r , r'( nr.r'ilción adúltera hombres
iamenos) delañte de los
sobre Marcos de las tradiciones acerca del <lsaac atado)' cf ' notas a hombres
en 1' 12- l3)' l"',lrl()lil.
uu.u¿-,
- en l, I I y a la estanciá de Jesús en el desierto I llrr,, rlcl hombre se tambiényolonegaré(ar-
Mientras que en la forma Q del dicho (Mt l0' seránnegado(aparnéthé-
,ígo*"lakoloitheitornoil' en la
, , r,','n./irriitambiéndeél nésomai) setui)
(seguir a Jesús> sólo se usa una vez'
37-38 llLc 14,26-211 la imagen ,, rrrrIr\r'nsaenlagloria delante de mi Padre que ante losángelesdeDios.
y la primera frase' <si.alguien
versión marcana aparece doJueces, áquí en ,l' r l';rrlr.c con los san- está en los cielos.
(cf' Tabla24)' Laufens susiere que este sintagma
q;l;;;".;i;;n po;de mí> a 8' 34-35)'
r' ' ril)'( l!'s.
puede tener un matlz diferente en cada parte (cf' comentqrio
que el verbo es aquí una tercera persona del taull moichalidi
Davies-Allisonu se¡alan ' tt , \t(t ganeración adúltera y pecadora fen t{ geneq lg-

imperativo p que qparnesasthÓ (<niéguese>) arató


resente,mientras
y (<<to- t., lt,ttttu t¡l1]. Cf. nota a (esta generaciónD en 8, 12 para el transfondo de
aoristos en tercera persona' La gtamática
reftetza , r r lr,r',t'cn las tradiciones judías sobre las perversas generaciones del dilu-
t"'rr) .on imperativos
¡,, i ,l, l r'rodo. Las tradiciones del diluvio son particularrnente importantes
,' ¡ I ¡
',ntc\to presente, puesto que los contemporáneos de Noé, entre cuyos
,
2. V Taylor' The Gospel According to Sa.int Mark;381 '
-r"o"'i 5, 449-45 l', Ant'
17' 29s'
¡. ror"rá. B et l. 2, 24í 306',
4. Cf. H. :. s.r1o"pr, ''ri'l ri'itig' of the Apostle' 141-t49 S' Spiegel' I/re
t I ( i. l)autzenberg, Sein Leben bewahre¡z; E. Schweizer, Psychl.
"" Triol, Passint.
Lust 305' | ( ()ll)e, Ho huios fou anthrópou,447,nofa33l.
5. R. iaufen. Die Do¡tpeliibcrlit'ft'rtrttgen der Logi"nuucllc'' ', I \ liitrnlyer, Romans, A New Tronslation,255.
6. w. D. Davies-D' i'"Aiii;;;' il"'ói"p't 't"ui'tinstt' Saint Mrttthcu'2'671'
708 Cuarta sección principal (Mc 8' 22-10, 52) Mc 8, 34-9, l: Notos 70g

pecados estaban el adulterio tanto material como espiritual y la idolatría (cf', l'r", rlr'lir gcneración perversa, no de que él los cubro de vergüenza(voz
por ejemplo, I Hen. 8)t(t, no hicieron caso de la predicación de aquel sobre r( rr\ , r ( ) rDcclia). Aunque, como señala Bultmann, en los LXX lás
tres voces
ia.¡usticla (cf. <se avergüence de mí y de mis palabras>) y, por consiguiente, 'l' I rt'r1,. sc hallan muy próximas en cuanto al significado y sea dificil a
cayó sobre ellos eljuicio del diluvio (cf.2Pe 2,5). Nuestro pasaje ilustra, ,r, rrrrrl. distinguir la voz media de la pasiva, es posible que haya un matiz
pues, el principio enunciado enMt24,37 llLc 17,26 <Como en los días de rrlr¡r'rrr. cr la referencia de nuestro pasaje a la vergüenza del Hijo del Hom-
ñoé, así también será en los días del Hijo del Hombre>>. Y lo que esta frase I'r( ',()l)rc t.do si se considera que el transfondo es el relato del diluvio del
implica es que (esta generación adúltera y pecadora) será la final'
\rr'r¡. l'cstamento (cf. nota a (en esta generación adúltera y pecadoru,
el Hijo det Hombre lho huios tou anthrÓpoa]. Mateo, en su versión del ,/ 'r , r ). tlo'de Dios se lamenta de haber creado la humanidad (Gn 6, 6-7).
paralelode Q (Mt 10, 33), cambia este sintagma en <<Yo también lo negaré>,
I t. rr'rriz hace que la escena, como apunta Barrettra, ((no sea completamen-
r¡ \ r( r()riosa para el Hijo del Hombre... Dios apela a él como teitigo para
por lo que es obvio que entendió la referencia del Jesús marcano al <Hi-
jo del Hombre)) como una autorreferencia. Para Bultmannrr, sin embargo, '¡rr, t.rrtcst€ la pregunta siguiente: ¿Son estos hombres realmente fuyos,
rrrrlu(' colrfiesen serlo así? Y debe contestar con confusión: .Ciertamente
ia expresión el <Hijo del Hombre>> era original, lo que indica que el Je-
sús histórico se distinguió a sí mismo de la figura del futuro Hijo del Hom- ', nr(' lvcrgüenzo de que pongan mi nombre en sus labios,>.
bre esperado, aunque los considerara relacionados: en eljuicio escatológi- ' tttrt(lo venga fhotan elthel. Esta frase y la de 14, 62 se basan en Dn 7,
co, la iategoría de alguien ante el Hijo del Hombre estaría determinada por 'l"r¡1f1'1,¡¡¡1 como un hijo de hombre> llegahasta el <Anciano de Días> 1=
la actitud presente de ese individuo hacia Jesús. Otrosr2 han argumentado
I
'r. . ) t', e I cielo y Este le concede la gloria en una escena de entronización
que en arameo antiguo la expresión <Hijo de(l) Hombre> puede ser un cir- ' ' l' ''rr' t¡uc rnás tarde va unida al juicio (Dn 7 , 13-14.22.26; cf . comentqrio
ri, lli 9, l). Los pasajes marcanos, sin embargo, han transformado las
iunloquio modesto o reservado para (yo)' de modo que Jesús pudo haber ,r.r'('rcs dc Daniel de modo que el Hijo del Hombre viene desde el cielo
usado el sintagma para hablar de sí mismo a modo de perífrasis. En cual- , , \(../ (lc ir a é115.
quier caso, la iglesia primitiva, Marcos incluido, entendió las alusiones de
, rt ltt gl.ria de su Padre
Jisús al <Hijo del Hombre> como autorreferencias. Es posible que Marcos len rp doxg tou patros autouf. El Hijo del
ll,,¡¡¡l¡¡¡ c.rnparte así la gloria, el atributo divino de su <padre)) corro se
valore y aquí la ambigüedad inherente a la expresión <Hijo del r, ll, r;r cll las frecuentes referencias del Antiguo Testamento
"*plot.
Hombrá> .n fuuol. de su motivo del secreto mesiánico: para los discípulos, <a la gloria del
',¡ ,.r ,,; cl. Sal.S/. 17,31-32,
que transmuta Is 66, lg_20 (<Verán... la gloria
que han visto a Jesús aclamado como el mesías/Hijo del Hombre en 8, l' rrrr I I )ios]>) en una alusión a la visión de la gloria tanto del Señor óomo
il-Zl,el <Hijo del Hombre>> en 8, 38 es una autorreferencia, pero para la '
l, I rrrr'sí.s que viener6. Juan crisóstomo recalca las potenciales
muchedumbre, que había sido excluida de aquella conversación, era una
' implicacio-
rr' , r rsr.lógicas de este paralelismo entre la gloria de cristo y la de Dios:
referencia a otra figura.
, \i'rs t'tirno la gloria del Padre y del Hijo es totalmente la misma? y si la
se avergonzará de él fepaischynthésetai autonl' En los LXX, como se-
" li 'r r.r ('\ una, es totalmente evidente que la sustancia también es una>¡i. cf.
ñaló Bultmannr3, Dios es por lo general el sujeto activo de aischynein y r rl rrtif r l)n 7, 14 donde la gloria es uno
r r r
de los atributos que (uno como un
la <vergüenza)) que él provoca es su juicio (por ejemplo, Sal 44,9 [43, 8 !rr¡,, ¡11' llornbre> recibe del Anciano de Días.
LXXI; I 19, 3 l. I I 6 [ I I 8, 3 l. I I 6 LXX]). Por tanto, el Jesús marcano -como ' ,'tt lo\ ángeles santos lmeta tón angelón rón hagiónl. como las frases
Hijo áel Hombre- asume parte de la función veterotestamentaria, divina, ¡,rr, il.r'cs, ésta refleja probablemente Dn 7, que
describe a millones de
ae juez al igual que comparte la gloria de su <Padre>> (cf . rutta a <en la ¡rr.r'lt's r¡,e rinden culto a Dios (7, l0) y relaciona a ((un como
un hijo
gloiia de ru pud."r, infra). Hay una descripción similar de la desgracia ' l, I r, rlrrc>> con el pueblo de los santos del Altísimo>> (7 25_27), que pue_
'n ,
éscatológica del malvado ante el Hijo del Hombre en I Henoc: el semblante 'I'' '('r rirrgelesrs. Sin embargo, es también posible, y quizás más natural,
del injusto cambiará de color, se avergonzaró (46,6) y se sentirá abatido '|,,r, rl)r('lilr <el pueblo de los santos del Altísimo>> en Dn 7,27 como santos
po.qu.
'Hombre<<negó
al Señor de los Espíritus y a su ungido)), que es el Hijo del l,,rr,rr()s; este tipo de interpretación de Dn 7 puede estaren el transfondo
(+4, g-lO; cf. 48, 2) y porque persiguió también al justo, que de- ,t, Lr rlcscripción (en I Tes 4, 14) de Jesús que viene con los santos,
así
pende del nombre del Señor de los Espíritus (46' 7-8). ' ,'"r ('r) cl de la relación establecida por Marcos entre el destino de Jesús
El pasaje marcano, sin embargo, se diferencia de los textos de I Henoc ' I ,lt'srS discípulos (cf. la introducción al comentario).EnZac 14,5, se
en que el Hijo del Hombre se siente avergonzado (voz pasiva) de los miem-
I I ( . K. Barrett, I Ant Not Ashamed of the Gospel,36.
10. Cf. M. Black, The Book of t Enoch A New English Edition, 127 ' |, N. [)crrin, Rediscovering The Teaching ofJásus, 173_1g5.
Il. R. Bultmann, Theology of the Nev' Teslamenl 1,29' Ir' t l. W. Horbury,Jeuish MessianisntandtheCultof Christ, 103.
12. Por ejemplo, C. Vermes, Jesus the Jew, 168. I lr¡irn Crisóstomo, Homilía sobre Mf 16, 24.
13. R. Bultmann, AischYnó, 189-l9l' rr ( 1. .1. J. Collins, Daniel, A Conrmentaty on the Book of Daniet,313_319.
Mc 8, 34-9, L Notas 711
(luttrttt seccirjn principal (Mr'8' 22-10' 52)
7t0
I r,., ru'suurentos están equilibrados, pero el criterio de dificultad sugiere
con Élu
nos dice asimismo que el señor
vendrá (h¿xei),(y todos los santos '¡r, r'., nris probable que Mc 9, I sea un dicho auténtico de Jesús ya que
,r n', tr'illir¿lción no casa bien con sus poderes proféticos. La otra teoría
tlt¡pár,.t hoi hagioi met'qLttou)' en el eschaton'
9,1. Hay algunos d;t";;;' iita' oq'i'etc'leisin
tines-hÓde , , ,lu r('r(' (lue creamos que la Iglesia se sintió tan preocupada por latardanza
!Ó:1lteste-
Nuevo
Es ¿'t" uno ¿é los versículos más perturbadores del , 1, l.r rrrr rrsía (cf. glosario) que puso un dicho en boca de Jesús que ofrecía
konton,etc.]. puesto que a pn-
¡

que Jesús era infalible' I r ,r lrr¡rtl¿rl de que el final vendría pronto, y que luego conservó este dicho
Testamento para los que sostienen con el versículo
en relación ,,rrrr( nlico (en varias versiones) mucho después de que su trascendencia
mera vista parece ptono"itu'' especialmente
reinado de Dios junto con la vuelta posible, pero parece más probable que el dicho fue-
anterior, la instauració;ñl#áel
r
'Irr, ¡xrsado. Esto es
r:r
palabras'
de Jesús en gloria en el ámbito
de la generación que oye estas , , ,,,n\('r'v¿tdo, a pesar de su incumplimiento, porque lo recordaban como
cristianos tayan
No es sorprendente d, il;;;1; 'igtotltuttlos
exegetas ,," r lr.rlrl¡ra del Jesús terreno.
expiesión <el reinadode Dios que vlene en ¡'r,,lt1¡¡ ¿i¡7 la ntuerle lgeusónÍai thanaloul. Se trata de una expresión se-
buscado otros ref'erentes para la
su resurrección y/o su ascensión' ,"rrr, ,r rll¡c aparece en el Nuevo Testamento (Jn 8,52; Heb2,9), en un apo-
podeu. como la tran'ng'l'atiOn.de'Jesús'
milagroso de la lglesia y la destruc- , rlr¡r,r.. jrrrlío definales del siglo I(48sc1.6,26)y en las tradiciones rabíni-
el don del Espíritu suni3, iittttimiento
rnoa"-os' que han-argumentado que 'r
ción de Jerusalénre. Alg;;t;;;getut l)('r1) no en el Antiguo Testamento, aunque éste habla ciertan-rente <de
sino que es un producto de la escato- r r'uril de la muerte>> ( l Sm 15, 32;cf. Eclo 4l, l )2s. Esta <amargura> y
el dicho no procede ¿"ii"''it hisiórico
l rr r,u

prouublemente han estado motivados,


almenos en t, ,'
') ¡rodrían apoyar la tesis de Behm de que <probar la muerte> es una
i;ñ;il#p.i*itiü a Jesús del error'
I
,
|

',rrlr gráfica de la dificil y dolorosa realidad de morin experimentada


pu?., pot un deseosemeiante de liberar t,r,
;;;;1"t afologéticos' la autenticidad del dicho r. .r r(,ilos lrrs seres hurnanos. Pero Jn 8, 52, 4 Esd. 6, 26 y algunas tradicio-
lncluso aparte de
es discutible.
';i¿;
gn favor*ál"iiu, ..*f,l pla-usi-ble que un pensador apocalíp- ',' r.rl'r ricirs sugieren otro matiz, no incompatible, que encaja muy bien con
que el final vendría en el lapso de una I ',r¡¡lq'111¡ cle nuestro pasaje: la gente a la que se refiere el dicho no tendrá
tico como lesús pudierJttJlt "*i¿" para-
como dan testimonio los pasajes ,,' I r rrr,rs lcve experiencia, ni el menor <gusto>, de la muerte.
generación o durante ;; ;;;;t" vida' ejemplo' se'promete
En 4 Esd' 4'26'por ,ttttt ¡ tlt, que vean venir el reinado de Dios con poder lerls an idósin tén
lelos de la literaturaluJil utitig""' ' , tl' t,ut tt¡tt fheou elélyÍhuian en dynamei]. C. H. Doddr" defendió ardo-
se maraviilará <porque el siglo
se
al vidente que, si vive bastanie tiempo'
apresura rápidamente"a;;fi;;i"' v "n
cn 20' l3-15 t:91t'":Yl]:l:1-"nt' ,,' rilr( nte que esta frase significaba <antes de que vean el reinado de Dios
la muerte del Maestro justo v el
oue habrá un lapso d";;;t;;;; ;ío' "n"" hov se recita
' \( rr(l() ldurante mi ministerio]>, interpretación en consonancia con su
n. st mad¡rt, oración que todavía ,
llli.,i" ,"'.;;'ü" i";; del reinado de Dios <en tu vida
y
,
'r r,r
,lu(
(l(' t¡uc la escatología de Jesús era una <escatologíarealizada>>, es de-
pi¿J"i!'iJi""itl"*o n() csperaba ningún acontecimiento catastrófico en el futuro esca-
en las sinagogu,,
entera de Israel>>' , ' l' ,r, r,
l:sta interpretación entiende que el participio perfecto elelythuian
durante tus días y en vida de la casa
plausible que un dicho que promete que ' sc refiere a una acción anterior a la señalada por el verbo idosin
l, r,, )
En contra ¿" ru u'itnii"idad: es r r r,

algunos seguidores t"Utevivirán hasta su vuelta sea una


¿tlttlt respuesta , , .ur,' t l:sta exégesis es gramaticalrnente posible, pero también es posi-
miembros habían
de que algunos de sus I r, ,¡rrr , lt'lvthuian implique una acción simultánea (<vean venir>), ya que
de la lglesia ur inqul"tuni;ech; 2l-23)' Chil-
1 5' 5 1 ; I Teá 4' I 3-1 r, ,,,ntulrci(in de los participios griegos no tiene que ver principalmente
5: Jn 21'
muerto recientemente (cf' I Cor del
qui"ne' piensan que Mc 9' 1 procede Jesús
'',, I lr('nrllo. sino con el aspecto, el modo de la acción, y el perfecto im-
ton20 y Davies-Allison)',
t¡iu.' [<algunos>] tt pl:|:l:iefa
redac-
r.t,. r '.r,Lr t¡uc la acción indicada por el participio está ya completa en el
histórico, opinan "l
"*iiult"i""
muertes refutaban una de. las expectativas cristianas ,',,',r, rt() ('n que transcurre el verbo principal. Como señala J. Schlosser2T,
ción marcana. Estas
la muerte' morlr era ya cosa ,r, rrrsluncias del Antiguo y Nuevo Testamento en las que se utiliza el
primitivas: puesto que Jesús había conquistado 'rr,r'.
Jn 8' 51-52)"' Mc 9' l' pues' , , r,,, ('r') I Lrn participio (por ejemplo, Ex 14, 30; Nm 24,2;Hch 16,27)
del pasado uf *"no'-puta los-cristianos.(cl'
,, r

eclesial. una palabra profética ,,r¡¡rlr, .¡rr r¡nrr acción anterioq mientras que otras (por ejernplo, Ex 23, 5; Dt
podría ser posiblem;;;;" dicho de origen
"¿" .""t*tá
espera-
pát"r Espíritu pará consolar a los que habían pasaje I
I l\lrrc 15, 20; Ap 9, l) suponen una acción simultánea; la cuestión,
"*t"¿u
do durante mucho tiempo y estaban
a-punto de rendirse' como en el
l, ', r rilt,,. rro puede decidirse únicamente por razones gramaticales . La re-
r,,, r.r :r llr parusía se ve reforzada tanto por el dicho de 13,30, paralelo
lucano 2, 26 estructuralmente similar23' ''
Naherwartungslogio'n Markus 9'
I par' I r I I |. L. Strack-P. Billerbeck, Kontntentur zunt Neuen Testament aus Talmud und
19. Ct. M. Künzi' Das
'G;'l;;;;';;;;i, of the Kingdom' 260-262' , , t] I /sl_752.
20. B. D. Chilton,
i"'uí' Annoininme:nt
ini éospel Accoruling rc Sainr Matthew 2' t89' r I I llchm.Geuontai,6T6-677.
21. w. D. ouuit'-ri'"ó''Á ¡itt:^i . r I I I )rxld, The Porobles of the Kingdom, 43.
b. V. g.- Boring' Sa-r'lngs oJ the Risen Jes¿rs' 186'
l,\ lrlosscr. Lc rigne de Dieu dans les dits de Jésus 1,332-335.
23.ct.r.o.un^'ii'ii'l'l;¿i';-';;;;';;Maris2'2erB'S'crawfbrd'NearExpec
tL,, e.,,.it¡¡¡c lestts.
712 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10' 52) Mc 8, 34-9, I : Comentario 713

((no en el futuro> +
en su estructura ag,I (<En verdad [amén], os digo) + ,r, ,liscípulos>> en 8, 34a, <quiere>> en 8, 34b y 8, 35a, <da buena nueva>
((antes de que>), como por el contexto marcano presente: en él la referencia , r¡ l{. }5 y <de mis palabras> en 8,38, más el vocabulario de la vergüen-
al reinado de Dios <que viene con podeD (9, l) sigue inmediatamente a la
,r , n lJ. -llJ. similar al lenguaje utilizado en la correspondencia paulina (cf.
mención del Hijo del Hombre que <viene en gloriu con un séquito angeli- ,,,,¡, ¿ ;¡ 111¡uis¡ se avergüence de mí y de mis palabras> en 8, 38).
cal en la parusía (8, 38; cf.13,24-27)28- I rr su lbrma presente nuestro pasaje está dispuesto por parejas; parte
Sin embargo, la colocación de 9, I en el evangelio de Marcos pone tam- ,l' rnr:r cxhortación doble a seguir a Jesús hasta la muerte (8,34-35) para
bién en relacién la venida del reinado de Dios en poder con la Transfigura- llr ,':u ir t¡n dicho doble sobre la importancia suprema de conservar la propia
ción (9, 2-8), que 9, 9 parece entender como un presagio de la resurrección' r r,l:r,, (tl. 36-37) y a una doble predicción escatológica (8,38-9, 1). Gra-
Es ésia una inierpretación natural ya que Jesús aparece en el relato de la
'r.rt¡t;rlnrcnt€, los versículos centrales, 8, 35-38, que consisten en cuatro
Transfiguración hablando con dos personas que no están ya en la tierra rr.l .( \ con gar (<pues>), quedan resaltados por los finales de 8, 34 y 9, I,
(Elías y Moisés). Una interpretación resurreccional de 9, I se apoya tam- ,
¡, nrucstran una fórmula introductoria distintiva (<y les dljou). El pasaje
üi¿n.n el hecho de que en dynamei (<en poden) se usa en Rom l, !^Pu'u , rrrr'ro cst¿1 dispuesto en forma de quiasmo:
designar la condición de Jeiús resucitado (cf. I Cor 6, 14 15,43)2e' Por
tantó los lectores de Marcos, al llegar a9,9, probablemente entenderían )i r.l kui... eipen autois (<<y...lesdijo>), ei lls (<si alguien>)
<el reinado de Dios que viene en poden como un adelanto, como una refe- rr 15 hos gar (<pues quien>)
rencia a la gloria resurreccional de Jesús prefigurada en la Transfiguración i' llr fl gar (<pues, de qué>) + enlhrópos (<ser humano>)
y qu" pronó iba a ser mostrada públicamente en la parusía3o' ii I / /lgar ((pues, de qué>) + anthrópos (<ser humano>)
r, ii.i hos gar (<pues quien>)
', I kui elegen autois (<<y les dijo>), eisin tines (<hay algunos>)
Comentario
I I t orrtoxto amplio también es quiástico en la disposición de sus temas
Introducción Tras haber profetizado su propia pasión, muerte y resu- rlu(' f)irfte de la revelación del mesianismo de Jesús (8,27-30),llega a la
,
fieles
rrección (8, 3l-32), Jesús proclama ahora un destino similar para sus I'r,,l, t irr tlc su pasión (8,31-33), a la exhortación a los discípulos para que
seguidores. La relación entre el destino del Maestro y el de sus discípulos l, r rr( rl)cn de ese sufrimiento (8, 34-37) y vuelve a la profecía de su retomo
la histo-
es"no sólo lógico, sino también escriturario, puesto que según Dn 7 rr Lr 1'11¡¡'i¿¡ mesiánica (8,38-9, l). Si pues, como acentúan a menudo y
ria <de un .o-.o un hijo de hombre>>, con quien Jesús se había identificado ,, , rr,¡rlrullcnte los comentaristas, el tema marcano del mesianismo de Jesús
<del
en 8, 31, estaba ligada íntimamente con el sufrimiento y la vindicación ' r,r , ;rlilicado por el de su pasión, lo opuesto es también verdadero: la pa-
pueblo de los santos del Altísimo>3r. ,,rr rlt' .lcsús está situada en el contexto apocalíptico de su vindicación por
Nuestro pasaje se compone de dichos individuales o emparejados, al- lf r,', ('n cl inminente eschaton, cuando su mesianismo quede demostrado
gunos de toi cuáles probablemente no iban al principio juntos' 9, 1' por ¡,rrl'lrr rrr)cnt€ (cf. 14, 6l-62).
J¡emplo, trata de una pregunta no suscitada por el contexto (cuándo vendrá
una fórmula
¡"ná*"nt" el reinadó de Oios¡ y presenta como antecedente para introducir sus
8. l.t--15. Exhortación al seguimiento. Tras su durísima denuncia de la
menudo
i<En verdad [amén] os digo>) que Marcos usa a ' 1.r, r:r (lcn'lotríaca de Pedro ante la necesidad de su sufrimiento mesiánico
inserciones (ór. ¡,2s; 10, l5; 13,30; 14,9;14,25). Además, nada hay co-
r I l¡. .lcsúrs emplaza a la muchedumbre y a sus discípulos para instruir-
rrespondiente en Jn 12, 23-26,que es un paralelo a Mc 8, 3l-9, I en muchos
r" rn.rs crr csta necesidad (8, 34a). El empleo del verbo proskalesamenos
aspéctos (cf. Tabla 25); por otro lado, los dichos en 8, 34-35 y 8, 38 aparecen r ,,,¡¡11¡f i¡¡¡{s>) atenúa la severidad del reproche anterior y mantiene la
en Q en contextos diferentes al marcano (cf. Tablas 2a y 26)' ¡', r ,¡'r't tivu lutura de un discipulado renovado ya que rememora relaciones
Además de añadir el dicho tradicional 9, l, Marcos puso también su se- ' rrlr lr'SuS y los Doce más felices: su llamada inicial como grupo (3, l3),
llo sobre este pasaje por medio de otros toques redaccionales, algunos evi- ,r , n\ r() crr el primer viaje misionero (6,7) y su orden para que provean
dentes po,. la i"peii"iOn d" temas muy del gusto suyo, por su vocabulario I r rr,, t'sirl¿rdes de la muchedumbre en el desierto (8, l), acontecimientos
y/o poisus divergencias con Q' Así, <convocando a la muchedumbre con
', ' . ¡ ¡¡¡¡ irnplican la participación de sus discípulos en su tarea. Esta nota
r, , f

',rrr,rrte tlucda reforzada por el recuerdo de que, a pesar de sus vacilacio-


28. J. Schlosser, ibid. 1,324-32'7. ¡,, 1,,,, l)1¡ge son aún <sus discípulos). Es también importante en el con-
29. |bid.,338.
30. Cf. E. Nardoni' I Redactional Interpretation of Mark 9' I '
i r,'.unl)lio elqueproskaleisthai puedatenerun matiz militar (cf. lanota
31. cf. Schaberg, Daniel 7-12 and the-New Testament; D. c. Allison. The End of
the , , ,,n\,rcrrndo>> en 8, 34) ya que la imagen dominante en nuestro pasaje es
Ages Has Conte, 140; J. Marcus, The Way of the Lord, 167-l'7l ' I r,l, ¡¡¡¡ .lcsús que conduce sus tropas a la batalla.
Mc 8, 34-9, I: Comentario 715
714 Cuarta.sección principal (Mc 8, 22-10, 52)

ir a uno mismo (aparnésastho heauton) y tomar su propia cruz (8,


,, r,r¡nt
Pero Jesús no sólo llama a sus discípulos en 8, 34, sino que convoca rlr ) I rr ncgación de sí mismo es, como comenta Juan Crisóstomo, tratarse
también a la muchedumbre para que participe en esa marcha. Lo que el
r .r nrsnlo como si fuera otra persona:
Maestro tiene que decir en este momento tiene la máxima importancia po-
sible para cada ser humano sobre la tierra, por lo que no permite que sea I l quc niega a otro... debería considerar que cuando lo ve golpeado, atado
una enseñanza privada, sólo para los oídos de los Doce. Lo que hay es una ,r conducido a la ejecución, no lo apoya en lo que pueda sufrir. No lo ayuda,
proclama ante una audiencia más amplia, <la masa vaga, amorfa, de los rro c51f s6¡rn6vido, no siente nada por é1, como si fuera alguien totalmente
;r jeno. . . [De la misma manera, el discípulo de Jesús no debería] tener nada
hombres, objeto de la evangelización>32. De acuerdo con ello, las primeras
(luc ver consigo mismo, sino entregarse a todos los peligros y calamidades
palabras de la enseñanza son: <Si alguien quiere venir en pos de mí'..>. Así
lrirsta llegar a sentir como si fuera otro el que lo sufriera todo3a.
pues, la llamada del Jesús marcano a seguirlo en el áspero camino del dis-
cipulado no es ((un consejo de perfección>, dirigido a una élite espiritual, \rrrrt¡ue estas vivas palabras del Crisóstomo hayan de matizarse alaluz
sino el consejo apocalípticamente realista de que, para todos,lavida sólo ,1, I rr'lrrlo marcano de Jesús en Getsemaní -un Jesús que no es indiferente
se encuentra caminando por el sendero de la muerte. , l,r , t'r'curía de la muerte (14, 35-36)-, captan en verdad lanaturalezara-
La enseñanza de Jesús comienza con una exhortación a tomar cada uno
'lr,.rl tlc la renuncia que Jesús impone. La paráfrasis del aparnesasthó de
su cruz y seguir su estela, <si alguien quiere> hacerlo así (8, 34b). <Quie- lr.rrr ( r'isilstomo se apoyaen laaparición del mismo verbo en laposterior
re> puede ser una adicióll marcana (cf. la nota a <quiere> en 8, 34) y está . , ' n:r (lc la negación de Jesús por Pedro (14, 30-3 1 .68-72): (ap)arneisthai
de acuerdo ciertamente con la antropología del evangelista' No se da por r,,nrlr( ir allí negar cualquier relación con otra personars. Como argumen-
supuesto que todos querrán seguir a Jesús; en verdad, los corazones de mu-
chos están en contra suya, temporal o permanentemente (cf. 3, 5; 4, 10-12;
r
'r nr()s cn el comentario a 14,66-72, el autor ha conformado este relato
,1, l.r ncgación alaluz de los interrogatorios a los cristianos posteriores,
8, l7). Y si alguien se encuentra realmente movido a seguirlo, es un signo , ,.rrrtlo se veían presionados por los funcionarios gubernamentales para
de que ha recibido una gracia especial, una gracia que otorga la vida, no ,r¡ r..u :r .lcsús y salvar así sus vidas. Esta misma situación de persecución
concedida a la mayoría.
¡r,lrr rrl sc tiene en cuenta también un poco después, en nuestro propio pa-
La pregunta es si alguien tendrá la voluntad, el valor y la resistencia rl, ( uilndo el Jesús marcano habla de los que se (avergüenzan de mí.. . en
para <ir detrás> de Jesús (opisó mou akolouthein: 8,34b). Esta locución , t.r lt'nclación adúltera y pecadoru (8, 38). Así pues, la alternativa para
redundante expresa un doble sentido típicamente marcano ya que evoca l' ,,,rnr¡nidad marcana es renunciar a Jesús o negarse a sí misma; como
tanto la imagen de un discípulo que camina tras su maestro a una distancia l,r ,, nrla(lo Van Iersel3ó, renunciar a sí mismo no se contrapone al amor
respetuosa como la de un soldado que sigue a su general en la batalla (cf.
r,r,'¡ro sir.lo a la negación de Jesús.
nota a <<Yenid en pos de mí> en l, 17 y comentario a 1, l6- l8). El matiz de
I ,r scgunda parte de la exhortación en 8, 34, que emplea la imagen qui-
docencia acompaña a los términos pedagógicos en el contexto (<enseñar>>
en 8, 31, <discípulos> : <aprendices>> en 8, 34); el matiz militar va con el ' tr.rrlicional de que cada uno cargue con su cruz(cf. lanola a (tomar su
. ,,r',, ('n u, 34), expresa exactamente cuán lejos debe llegar esta renuncia.
hecho de que el tema desde 8, 29 ha sido el mesianismo de Jesús y que una I ¡ r, lt'rcncia apunta a uno de los aspectos más crueles y vergonzantes del
de las imágenes predominantes del mesías en el judaísmo contemporáneo ,1, lr"nl()s() castigo de la crucifixión: forzar al condenado a llevar parte
:
era el de un caudillo militar (cf. el apéndice <<El significado de cristo el .1. .rr ¡rrrr¡'rio instrumento de muerte, la viga transversal, el patibulun, que
mesías>). Los lectores de Marcos debieron de ser especialmente sensibles
¡,, ,, lr r.r rlcsignarse por sí misma <<cruzr>, al lugar de la ejecución (cf. nota a
a esta imagen por sus contactos con la rebelión judía, catalizada al parecer
,¡rr, llt'vara su cruz)) en 15,21). La exigencia de llevar lacruz era para el
por los pretendientes mesiánicos que habrían tenido que contar indudable-
I'r r r, ,n('r'() una humillación añadida que le forzaba a contribuir activamente
,

mente con la posibilidad de que podían acabar llevando su cruz para ser
, rr ¡rro¡rio castigo, ofreciendo así a sus verdugos una oportunidad más
colgados en ella (cf. lanota a <tome su cruzD en 8,34)13. Así pues, no se
1,,' ' rrrsrrltnrlo. <Tome su cruz)) es, pues, una exhortación para entregar la
ha olvidado la cuestión del mesianismo de Jesús, sino que se ha cambiado
r¡ l,r *n la rnisma y terrible seriedad que el preso condenado y maltratado
simplemente de marcha cuando la conversación incide en un diálogo acer-
, .u ( iunino a la ejecución. Utilizando una moderna expresión -popula-
ca del sufrimiento y de la muerte.
rr' r,l,r ¡ror una película sobre un hombre que se hallaba en la celda de los
Y en concreto, a los que desean seguir a Jesús mesías en la batalla es-
catológica se les advierte con toda claridad de que tal camino requerirá la
r I lr:rrr ('risóstomo, Homilía 55, 2 sobre Mt 16, 24.
, , ( l. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthev, 2, 670.
32. E. Best, The Role of the Disciples in Mark,92. Cf . E. Lohmeyer, Das Evangelium ir, ll.M.F.vanlersel,TheGospel AccordingfoSt.Mark-WrittenforaPersecuted
des Markus, 170-1'71 . "'tluuttt ).)5.
33. M. Hengel. TheZealots,260.
Mc 8, 34-9, L Comentario 7I7
7t6 Cttarta sección principal (Mc 8, 22-10' 52)

(un muerto I n t'stos pasajes, como en Marcos, un general se dirige a <quien desea
condenados a muerte-, cada uno debe considerarse a sí mismo
por ,lr,rr su vidu utilizando un vocabulario similar al de Marcos (sozein:
que camina)) y dejar que cada aspecto de su existencia sea gobernado
.rlr;u,,. ¡t.t.t,c'he: <vida>) y empleando frases con gar (<pues>) para dar
este sentimiento.
,¡'.r( nt() su exhortación al sacrificio. Y el mensaje es tan paradójico como
Aunque originalmente el dicho de 8, 34 pudiera no haber tenido en
¿r

,l ,l, l .lcsírs marcano: ¡Si deseas salvar tu vida, piérdela! Nuestro pasaje,
perspectiva la fropia crucifixión de Jesús -es asombroso que se hable de
qu" iot seguidores del Maestro deben tomar su cruz y no de que lo haga
t,r' , ('s ¡rrobablemente una refección escatológica de un tropo común, una
¡, \ r',r()n ¿rnimada por la convicción apocalíptica de que ante la inversión
él-, .n el contexto marcano sería entendido como una alusión al destino ,,unn('ntc de las condiciones terrenales por parte de Dios, todos los bienes
inminente del Nazareno. Esto es así especialmente porque la imagen de se- ,rrrrrl;rlos, incluida la propia vida, son prescindibles.
guir a Jesús aparece tanto al principio como al final del versículo' de modo I :r t'onrprensión de Marcos de este autosacrificio se ilumina por la com-
redundantes, podrían parafrasearse
f,ue estas dos instancias, por lo demás I' rr.r\ r(in con 10, 29-30, que es otro pasaje marcano que habla de renuncia
así: <Si alguien quiere vénir en pos de mí [en la batalla escatológica]...
¡',r ) la buena nueva)). En este pasaje, los sacrificios primarios que se
rní
tome su cruz y sígame [en el camino de la cruz]>. Así entendido, el dicho ,,
'nrlnrl)lan son la separación de la familia y de las propiedades, cosas que
manifiesta una caracteristica fusión marcana de las nociones de victoria,
',, ul);rn cl centro de la existencia diaria y, por tanto, <de la vidu de todos.
sufrimiento y muerte. | ', r , , l¡¡¡y tarnbién una referencia a una existencia (con persecuciones>, que
pero ¿poi qué razón debe uno aceptar la terrible carga de la cruz? ¿Por
, rr .rllulrr)s oasos incluye presumiblemente la persecución hasta la muerte,
qué motü se debe querer seguir a Jesús (cf. 8, 34b) cuando el discipula- rtrr,rr'rrin que al parecer fuvo que afrontar la comunidad marcana (cf. 13,
io significa ingresaien una muerte en vida? El Jesús marcano añade a la ', I I )
l)or tanto, el significado de <perder la propia vidu en 8, 35a proba-
exhortación en8, 34 cuatro frases con gqr' <pues/porque>
(8, 35-38)' que
l,l, rrrr'ntc ss tanto literal como metaforico, e igual ocurre plausiblemente con
justificarlo. El tema de las tres primeras frases (8, 35-31) es la vi-
intentan ,rlr:rr lu vidu en 8, 35b. Por un lado, este sintagma se refiere a cosechar
da: a la inquietante y antinatural exhortación en 8, 34 a abrazar la muerte'
1,,. lrr¡tos de la existencia futura ya en la perversa edad presente: el descu-
Jesús contiapon" aserto, acentuado por la repetición, de que quienes
"i paradójicamente,
I
'r rr n rt'nlr) de una nueva familia en la comunidad cristiana, la comunión con
sufren la muerte <por mí y la buena nueva) encontrarán,
r,, .u(..\/os <hermanos, hermanas, madres e hijos> de campos y casas com-
la vida (8, 35).
l,rrrrrlrrs. [)or otro, se refiere a la esperanza estrictamente escatológica,ala
Este dicho utlliza probablemente exhortaciones de los generales anti- , , rr( ./ir tlc la vida eterna en la <edad futura> si se renuncia al apoyo terrenal
guos, que tenían la .oitu*bt" de alentar a sus tropas a luchar y a-resistir .r r'l t'r'cyente acepta la invitación a hacer el sacrificio final (cf. de nuevo
con-
Jnergicamente, advirtiendo a los soldados de que la huida en labatalla ¡o '() l0), idea habitual en los martirologios judíos (cf., por ejemplo, 2 Mac
ducíá con frecuencia a la muerte, mientras que la audacia podía conservar
rr, \1 ', 4 Mac 5, 6, 6, 15.27; Josefo, Bell. 1,650; 2, I 53)38.
sus vidasrT. Ciertos paralelos en la obra de Jenofonte son
particulafrnente
\rrnt¡ue sea antinatural, la verdad de las palabras de Jesús sobre hallar
asombrosos ya que se asemejan al dicho de Jesús no sólo en el pensamien-
| | \ r(lir cn el sendero de la muerte no carece de apoyos. En nuestro siglo,
to, sino también en la forma y el vocabulario: t,,ir ( t('nlplo, Alexander Solzhenitsyn describió la actitud mental que per-
Por tanto, si deseáis la victoria, aguantad firmes y luchad; pues
(gar) seria ,,,rtr,,. ir ól y otros prisioneros políticos, vencer a sus interrogadores en los
una locura para hombres que deséan ganar una batalla volver sus
espaldas ,,i,r'r srlviéticos en condiciones parecidas a las de nuestro pasaje:
yofreceralenemigoelladodesucuerpoquenotieneojos'manosoarmas; I )csde el momento en el que se ingresa en prisión hay que ponerse a la es-
seríaestúpidoquequiendeseevivir(ÍiSz¿nboulomenos)tratedeescapal
¡rrrltla, sin dudar un instante, el agradable pasado. Ya en el umbral, hay que
pues sabe que són los vencedores los que salvan sus vidas (hoi men nikÓntes
tlccirse a sí mismo: <Se acabó mi vida; un poco pronto ciertamente, pero no
sazontai)yquelosquetratandeescaparencuentranconmayorprobabilidad lrrry nada que hacer. Nunca volveré a la libertad. Estoy condenado a morir,
la muerté qul los qul perrnanecen firmes en su puesto (Ciropedia 3,3,45). rrlrora o un poco más tarde... No tengo bienes ni propiedad alguna. Han
esfuércese por la victoria;
euien desée salvai su vida (ostis te zén epithymei) nrucrto para mí aquellos a los que amo y yo he muerto para ellos. Desde
piles (gdr) los vencedores son los que matan y el derrotado es el que muere lroy en adelante, mi cuerpo es inútil y me es ajeno. Sólo mi espiritu y mi
(Anábasis 3,2,39). t,r¡rciencia siguen siendo preciosos e importantes para mí>.
Él valor salva vidás (sozei tas psychas) con mayor probabilidad que la fuga lrrrlicntado a un prisionero de tal clase, el interrogador temblará. Sólo el
(Ciropedia 4, l, 5). lronlbre que ha renunciado a todo puede conseguir la victoria3e.

3T.Cf.,porejernplo,Homero,Itíada5,529.532;15,561-564;DionsiodeH_alicarnaso, t:i l].M.F.vanlersel,TheGospel AccordingtoSt.Mark-Written.foraPersecuted


1fiigürioi"tr -ino"Lt,5,9, 9; Salustio, Conjuración de Catilína' 58' l5-17; Cicerón' . ,,,,tttttit.t"l,25.
w. A. Beaidslee, Saving onei bv Losing It'v R'
i;;;;;;;;;";;"'
tr,rc,lon'or'2. s4.'Cf. -Ltfe r') .,\. Solzhenitsyn, The Gulag Archipelago, 130.
H. óunaty' Mark, A Comntentarl' on His Apologyfor the Cross'455'
7t8 ('u¿trta sec<'ión principal (Mc B, 22-10, 52) Mc' 8, 34-9, I : Comenf ario 7 19

8,36-37. Nada es mós precioso que la vida (escatológica). La doble Nrrtlic puede rescatar al hombre de la muerte ni dar a Dios el precio de la
sentencia que viene a continuación subraya la importancia de esta victoria a r rtlu, porque Ia redención de su alma es muy costosa
y nunca seiá suficiente
través de la renuncia. La respuesta implícita a la pregunta de por qué habría ¡rrrrit r,ivir eternamente y no ver la fosa jarnás.
que (quereD seguir a Jesús sigue con la afirmación de que nada hay más va-
lioso o adaptado a las necesidades del individuo que <la vido ofrecida por \t¡rrí tcnemos tanto la idea de que nada es más precioso que la vida (cf.
el discipulado. Aquí la atención se dirige intensamente a la persona. El suje-
\ l, ¡i. 16), como el pensamiento de que no existe sustituto alguno para ella
, I \ lt lJ, 37)'*. E,l paralelo es aún más asombroso cuando se compara
to no se define ya vagamente como <alguien> o (alguno)), como en 8, 34-35
r
con
y de nuevo en 8, 38; ahora, por el contrario, se trata de un <ser humano>, el lr ,rr( ¡l)r'!-tación de estos versículos en el rargum, pues ahí la <vido, que
lector que ha de afrontar una elección dramática entre la muerte y la vida:
,rr ,l s¡¡l¡¡¡1¡originario es la existencia humana ordinaria que acaba en la
,rr¡( rtr'. se Lransforma en vida eterna más allá de la tumba, lo que supone
el <mundo> y su alma. Y el sentido intenso de participación personal se in-
crementa por el empleo de la pregunta retórica. La altemativa planteada en ' ,,rl),r l.nrbién de los terrores del Juicio Final: <y vivirá de nuevo una
r,l.r t le r.n¿ri no verá el juicio de la gehenna>> (Targum a Sal. 49,9).
el primero de estos dichos entre el <mundo> y la <vida> es totalmente apo-
calíptica; desde un punto de vista distinto, algunos filósofos grecoffoma-
ll. .ltl 9, L Pronóstico de la victoria definitiva de Dios, Jesús y s¿r're_
nos consideraron que el <mundo> era como el bien más preciado, el orden
t't,1,¡tt'\.ljste horizonte escatológico se torna explícito en el últirno dístico
maravilloso (significado original de kosmos) que todo lo abraza, incluidas
las vidas humanas que encuentran su lugar apropiado dentro de esa armo-
'l' I ¡r;¡.,¡¡jc que bosqueja la victoria final de Dios y de Jesús.
I I ¡rri'rer versículo del dístico, Mc 8,38, retoma el pensamiento de la
nía. Para el apocalíptico, sin embargo, como más tarde para el gnóstico, el
¡', r,lr,lrr crr 8,36-37 y lo desarrolla en un vívido bosquejo del juicio futuro
(mundo)) y el verdadero yo no son amigos, sino enemigos a ultranzaao.
, ,t,'(:rr(l() el lado negativo del acontecimiento: la <vergüenza>
Como había ocurrido antes en 8, 35, aquí -€n 8, 36-37- la sabiduría escatológi-
secular ha quedado asumida y transformada. La idea básica tras 8, 36-37
' r ,l( ir(lucllos cuyas normas han sido dictadas por (esta generación adúlte-
, r \ l)('( il(l()ra)) y, por tanto, de quienes se han <avergonzado> de Jesús. Hay
es el lugar común expresado por la frase <Nadie puede llevarse nada consi-
,'r,il1';r iRrnía en esta descripción de los que sintieron vergüenza no preci-
go> cuando mueraar. Nada es más precioso que la vida, de modo que nadie
rr( nre tlc su complicidad con una (generación> pecadora, sino de Jesús
debería poner en peligro su existencia por bagatelas; como señalan Davies-
,,¡' l)irl¿lbras que dan la vida. Al dibujar su futuro desconcierto, nuestro
Allisona2: (óQué habría de bueno incluso en la mayor posesión si no hay , r .r( ,lo sigue ofreciendo una respuesta a la pregunta implícita
poseedor alguno que disfrute de ella?>. Pero en nuestro pasaje esta noción de por qué
l rl'r r.r rluri (quereD) seguir a Jesús (cf. 8, 34) y refuta la falsa impresión de
def interés propio se profundiza y apocaliptiza. El énfasis no se sitúa ahora ,rr, (lricnos obran así sufrirán pérdida. Lo contrario resulta ser verdadero:
simplemente en la vida fisica, sino en la vida verdadera del yo (sobre la l" ,rrt' hln rechazado seguir a Jesús, quienes se han avergonzado de él y
teología marcana, rudimentaria, del yo, cf. la nota a <no tienen raiz en sí l. ,r¡,, ¡¡rlabras, serán los castigados en el futuro.
mismos> en 4, l7). La psyché,la <vidu o el <yo>, es la <única cosa nece-
l,r¡¡¡¿¡l¡11sn1" este dicho es ((una sentencia del derecho sagrado>, una
saria> (cf. Lc 10,42), el requisito previo para disfrutar de todo lo demás; si , rrr( rull literaria identificada por E. Kásemannaa basándose en varios
se pierde el sujeto indispensable, no hay posibilidad de disfrute. Además,
' ¡, rrr¡rlos ncotestamentarios (por ejemplo, Rom 2, l2; I Cor 3,17;2Cor
el beneficio y la pérdida no se limitan ya a esta vida, como queda claro por ,, \l' .'1. l8-19), aunque este autor afirme erróneamente que tal forma es9,
la vinculación con los dichos apocalípticos de 8, 38-9, l. La pérdida de la ,rrr Ir'¡rt)r)lcno exclusivamente postpascuala5. Estas <sentencias>
psyche a la que se refiere el texto no es la muerte fisica cuando concluye el apocalipti-
l,r /r'\ tulionis,la regla veterotestamentaria del <ojo por ojo; diente por
plazo útil de vida asignado a cada uno, sino también el juicio post mortem ',
,lr, r¡lr',, (l:x 21, 24), de tal modo que la prótasis (la frase que
lleva el <si>
al final de este mundo, que se aproxima rápidamente. Como dice el estre-
cho paralelo de 2 Bar. 5 I , I 5: <¿Por qué han llevado los hombres su vida a
" r,,rr|clato condicional) se refiere a la acción humana en el presente,
,'r,,rrirs c¡ue la apódosis (la frase que presenta el resultado) se refiere a
la perdición y han cambiado su alma por lo que está en el mundo?>. ,,,,,r ,r, r'itin divina como castigo o recompensa en el futuro
escatológico. La
Un proceso similar de escatologización de la esperanza de <vivin se , r 'r,'il nr¿rrcana del dicho presenta sólo el lado negativo
de este esquema,
puede vislumbrar en la historia de la interpretación de un pasaje veterotes- rr,' r¡¡1'¡¡1'i1¡¡1undo en absoluto-como sí lo hace
tamentario que subyace quizás a 8,36-37 . El salmo 49,7 -9 proporciona un e (cf. Tabla 26)_ el recono-
. r¡rrrr'ilttr cscatológico porparte de Jesús de los que tuvieron
fe en él en la
notable paralelo al pensamiento de estos dos versículos:
I \\. I). Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthev,2,674.
I
40. Cf. H. Jonas, Gr?.Jstlc Religion,24l-254. ¡ ¡ . Ktiscmann, Senfences of Holy Lau, in the Nev, lestuntent.
I
41. Cf.,porejemplo, Ilíada9,40l-409: Eclo ll, l8-19; Lc 12,16-20:. St4, l3-16. I ' { l. l). Schmidt, The.LXX Cattung'propheÍi. Correlatite', para los paralelos
de
42. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Soint Mattheu'2.672' r,' I \ \ I l). E. Aune, Prophecv in Earlv Christianitv,23i-240.
720 Cuorta sección principal (Mc 8, 22 10, 52)
Mc 8, 34-9, l: Comentario 721

perversa edad presente. Marcos, sin embargo, entiende probablemente 9, l, r' r ';rrc crrtero como testimonio de Ia realeza de Jesús. En
efecto, la llegada
versículo añadido por él al contexto presente, como la conclusión del pen- l' I I lij. del Hombre <en ra gloria de su padre
'
con los santos ánjells' en g,
samiento de 8, 38: los que resistan la poderosa tentación de avergonzarse 1ri ( \
rrrrralela a la venida del reinado de Dios en poder en 9, l. por
tanto,
de Jesús y sus palabras recibirán su recompensa no sólo por unas palmadi- ' "'rr) c'cr Salmo 2 y en textos mesiánicos postóriores, como
satsr. 17,
tas celestiales en la espalda, sino sobre todo por la experiencia del <reinado ''r11) pasaje tiene ante sus ojos
'r¡( una figura real y miritante, áá'ninio
de Dios que viene en podeu, un reinado que afectará a todos. '
,"'rrrblecerá simurtáneamente con la inupción
del reinaáo"uyo
¿. oior. gn
Mas ¿qué significa (avergonzarse> de Jesús y sus palabras? Como he- texto, además, el advenimiento
"r( "r11) der Hijo der Hombre está acompa_
mos visto ya, los oyentes de Marcos lo interpretarían probablemente como r'r'tl'tr r)t)l' una manifestación
aplastante de poder angélico (.,"ánl* ,unto,
una alusión a las situaciones provocadas por los interrogatorios de ciertos |t's>); Rollo
magistrados, en los que se conminaba a los cristianos a maldecir o a negar
''", en el de ra guerra de eumián, er m-esías davídico entabra_
' ' l'r" h¡rtallas de Dios en la guerra finar escatológica y será uyuauáo po.
a Jesús bajo amenza de ser martirizados. Pero si se considera el contexto
"" r rrrrrltirud de ángeles que ruchará a su rado puiu
amplio -en el que Pedro acaba de escandalizarse por la profecía de Jesús ,r,r rrr, (cf. IQM 6, 6;4e285,1,9 "rtubr".", "i..inu¿o
acerca de su futuro rechazo, padecimientos y muerte (8, 3l -32)- y se tiene
[9, l0]).
,.t rrindo ocurrirá esta consumación éscatológica? una cosa es que
en cuenta la repugnancia con la que la antigüedad miraba la <muerte ab- se
r"'l'r l¡rrccr el sacrificio supremo para ganar la baálra rup..,,,u
solutamente vil en la cnJz>>46 (cf. el apéndice (Crucifixión>), es probable f ooJ.or_
que 8, 38 contenga también una alusión a la tendencia, tanto dentro como r'r.r
l¡cr'o no es éste el caso: ra sentencia que
concruye nuestra sección
fuera de la comunidad cristiana, a encubriq minimizar o avergonzarse de ' r'r r)rcst¿l ahí para asegurar a la comunidud
da tt¡u.a* qu" no us¡; ta
la crucifixión de Jesús. Esta hipótesis queda reforzada gracias a un posible llrrrr.rrLr dc Jesús al sacrificio se salva "s
de convertirs" unu invitación al
eco del Antiguo Testamento en nuestro texto ya que Is 52-53 no sólo alu-
de repetidamente a la vergüenza de los espectadores ante el sufrimiento de
" r '( '(rrisrro porque v1 un]da a ra seguridad de que ros"nsacrificios exigidos
"r r)rrc de una acción divina que se encuentia ya operando an a"a."to
la humillación y muerte del Siervo justo del Señor (52, 141,53,3.8), sino ¡' rr'r rr;rrslirrmar el mundo (<el reinado de Dios>) y prónto
que implica también, como nuestro versículo, que este Siervo avergonzado se hará u¡ri¡1"
rrrrc¡rte por todas partes (<en podeo). El
"l'lrr estáblecimiento der <<reino
y humillado será exaltado posteriormente y sumirá en el desconcierto a los 'l' l)r's err poder> tendrá lugar.dentro del rapso
de vida ae ulgunos s"gui-
que se habían avergonzado de él (52, 12-15;'53, l0-12). l' '1' r lt' .lcsús de los primeros
tiempos: antes de que todos etto"s mueran, ¿l
La segunda mitad de la <sentencia del derecho sagrado> en 8, 38 dibuja ,'lr, r;r crr gloria (cf. Jn2l,22). para los
lectores marcanos, que viven más
esta inversión escatológica: el decisivo y dramático momento en el que
(esta generación adúltera y pecadoru cederá el paso al mundo nuevo de
'
"r r"\ rrrra generación después.de la vida pública de Jesús, estas palabras
''rl'rri:r¡r con maraviilosa precisión su própio tiempo coÁo
Dios, santo y pleno de gloria. La imagen del Hijo del Hombre que viene la Iu
óeder el paso "'.u.n
{ ',rirgcneración adúltera y pecadoru habría de
con los ángeles en la gloria de su Padre, al parecer como juez, está trufa- '"
,,,,rr,lr' rlc l)ios.
al nuevo
da de asociaciones veterotestamentarias, sobre todo de Dn 7 (cf. notas a l',r l¡¡¡¡11¡, Mc 9, I una profecía falsa?
<cuando venga)), <en la gloria de su Padre> y (con los santos ángeles> 'Irr"r''. c..lo ¿esJesús antes que é1,
En cierto modo sí ya que
esperó ar parecer que el final haúría de
en 8, 38). La función como juez del Hijo del Hombre marcano, implicada
por ese título, evoca el mismo pasaje del Antiguo Testamento ya que ese
'
" ('rl1.si¡5,
, ,,',
.ros pocos años. pero como acabamos de veq Marcos
también,
((como un hijo de hombre> de Dn 7 aparece también descrito ron térmi-
' antes que é1,- vio que la época escatológica
estaba ya u_una_
' " rrrl' t'\t'emo asegurado_cabarmente por
er reratJde la rrans'rrguruaion
nos casi idénticos- como <el pueblo de los santos del Altísimo>, a quien rrir¡(' irr.rediatamente después (9,2-g).
se otorga el juicio. Es muy natural, por tanto, que el tardío autor de la obra '" r,¡ r'rr Entonces, el reino de óios que
'i' ¡r.tlcr no es sólo un futuro que ha de ser esperado sino también una
pseudoepigráfica judía I Henoc imagine alHijo del Hombre como juez (cf. r',' ,r( rir (l's se experimenta ahora, y esta combinación de advenimiento
el apéndice <El Hijo del Hombre>> en el vol. l), una función que parece rr ' I ¡rrr'se,tc y esperanzapara
er futuro es más important. qu" tu
presuponerse en varios pasajes neotestamentarios acerca del Hijo del Hom- 'l' I rr'|r,rr'rlo exacto del final. Es éste un secreto que ningún "u"rtion
ser humano,
bre (por ejemplo, Mc 14, 62;Mt25,31-46; In 5,27). ¡lr r¡rtr('rir .lcsús, puede asegurar que conoce
Pero la <<llegadu del Hijo del Hombre en el eschaton no sólo lo mos- con cerfeza, como él mismo
,', "11,,( (.rii nl¿is tarde en el evangelio (cf. 13,32).
trará como juez escatológico, sino que establecerá con certeza que él es, y \ l r" , ,t ti'o ha de experimentarse
ra presencia reinado? ¿Dónde
siempre fue, el mesías triunfante de Dios, confirmando así la corrección r" rl'r¡rt r (rue parezca sentir que se ha reverado?de esecómo
básica de la intuición de Pedro en8,29 y otorgando unidad al conjunto del I r rr¡( \;r rcvelación con ¿y ," ."'iu"lonu
la antigua, con la vieja hisioria d. lus relucion",
I l rr". t.rr lsrael? Estas preguntas se hailan enire las cuestiones
qu" ulo._
46. Orígenes, C'omentario a Mateo,27,22-26. ,t , r Lr r;rr r.lci<irr siguiente.
Mc 9. 2-8: Notas 723
722 Cutu'Ía sección principal (Mc' 8' 22-10' 52)
, unir c\presión doble típicamente marcana5. En Mt 17, 2 y Lc 9,29 es
5. t-¡ TnnNsrlcunnclÓN (9' 2-8) l,¡ lrrz tlc.lcsús, además de su ropa, la que se torna radiante; es ésta una de
lr', rrrri¿rs (concordancias menores>> de Mateo y Lucas frente a Marcos
Pedro' a Santiago y a Juan y
9 2Y seis días después, tomó Jesús a ¡ r ( slir narración. La terminología, sin embargo, es diferente en los dos
una montaña elevada y se
to, .onau¡o en privado,jya ellos solos' hasta blanca en
,
'.rrriclistas, por lo que es
probable que cada uno de ellos, por separado,
;**lg;t¿ ante ellos; "' 'opu t" to.tq resplandeciente'
podríablanquearla así.
,l , , rrrr¡lrcnder el transfondo mosaico de la historia (cf. de nuevo la sección
la tierra 'l'rr' Moisés en el apéndice <El transfondo de la Transfiguración según la
extremo, como ningún úuon"rá sobre
,

ay allí se les apareció Elías con Moisés y estaban hablando con Jesús. l lr',rorirr dc las religiones>), haya conformado su relato a la descripción de

trJo *.poniio y dijo a Jesús: <Rabí' bueno es que nos quedemos lr r.ilil r'ilcliante de Moisés enEx34,29.
para I'ttttut(t'o lgnapheusl. Nuestra versión utiliza el antiguo vocablo <bata-
tres tiendas, una para ti' otra para Moisés-Y-ot:a
rr, r,,'. cl c¡ue da cuerpo (o <enfurte>), limpia, blanquea, reduce o tiñe la lana
"q;i;;"g;os
Elías>. 6 (No sabía qué decii, pues se habían
atemorizado)' Y vino una
?

y vino una voz desde la nube:


((Es- ", I lr;ujrr tle lana. El término griego viene de knen.raspar o usar un peine
nube, cubriéndolos con su somUru, , 1,' ;u(lu' (knaphos),pero nuestro pasaje se refiere a acciones de limpieza y

te es mi Hijo amado, tt"utt'tu¿to'i'ly


¿t repente' mirando alrededor' I'l.rrrt¡rrco; éstas se realizaban en tiempos del Antiguo Testamento y del Im-
con ellos'
no vieron a nadie excepto a Jesús solo t', r') l.r'ccorromano lavando con lejía, frotando la ropa con presión e inten-
r rrr,l,, lrlunquearla por medio del sol (cf. Mal 3, 2:2Sm 19,24). Textos del
\,rruu() l'cstamento, como Sal 51,1;Jr2,22;4, 14 y Mal 3,2-3 utilizan este
Notas
¡r,,, r'\() tlc blanqueo como metáfora para la purificación espiritualó. Ade-
Las t"Oltltl^"1::-O:,:t*Oo ,,r r. lrrs pasajes de los Salmos y de Malaquías acentúan que tal limpieza es
9,2. días desptrés lmeta hémeras hexf'
Seis
tienden a ser vagas (por ejemplo' , t, , rrrrtlrr ¡ror Dios o un mensajero divino, lo que es similar a lo implicado
en Marcos son raras y tuundo aparecen
días> en 1,9; 8' l; etc'; <en.aquel
día> r,,,r nu('stro pasaje, a saber, que la fuente del resplandor es divina.
<<en aquel tiempo>
",,"" "q""ffás 2' l)' Por consiguiente' <<seis I I ttllí se les apareció Elías con Moisés lkai dphthé aufois Elias syn
en 4,35;o uo"rp,e''á";i;";t d-ías>
en
que probablemente tiene algún tipo l/,,r,,'rl. l:l orden Elías-Moisés es inesperado ya que el segundo era la
días después> resulta insólño, por lo
que seis es un número apropiado r,,,rr,r nriis importante, pero Marcos parece tener el deseo de que Moisés
de resonancia simbólica. Filóni explicá
orígenes2 une nuestra '1,r, ,l, suhrrrdinado a Elías (cf. comentario a9,2-4). Heil7, sin embargo, se
;;i;; ;;;";
mortates y siete para las inmortales.
del mundo en seis días' que ,t,,'ilr'ir csta exégesis, argumentando que, en el esquema marcano de <cr
creación
frase con el relato en elbénesis de la
séptimo día' Seguramente' el modo ' , ', r ,,. ,( l' cs siempre la figura más importante>. Señala sobre todo 4, l0 y
culmina con la creacián ¿"i taUu¿o el
la experiencia (<Bueno es que I I ( ,,los c¡ue estaban en torno a él con los Doce>; <la muchedumbre con
."ptOái." con el que Pedro responde. a toda ,, ,lr',t rptrlos>): en ambos casos el grupo indicado por (con) pertenece
con los ientimientos judíos sobre
nos quedemo, uquiu' e, S) encaja bien
y un anticipo del mundo por ,r, r, rlrr íntimo de Jesús (cf. 2, 26; 15, 27.32 para otros usos marcanos
el sábado como un n'untuutio en el tiempo) ,t, rr) ,Alrora bien, considerando que la imagen marcana de los Doce es
importante lo constituye la subida
venir3. pero el transfonJo bíblico más ,,', ,r, ntenrcnte muy negativa (cf. por ejemplo 6,52:'8, 17-21 .30-33;14,
(Ex 24,l6),puesto que.el simbolismo
,.i, Já"a"tpués
de Moisés al Sinaí ,, ' ' (,r) 72). es posible también que el uso de syr pretenda ser en realidad
pasaje (cf. ra. sección sobre Moi-
mosaico discurre a través de todo nuestro
sés en el apéndice <El transfondo
de la Transhguración según la Historia ',,, r.n() rlc menosprecio del segundo y que la inclusión de otros personajes
, ¡rrrlrr r'l)ura contrarrestar latendencia hacia el exclusivismo dentro de la
de las religiones>)a'
emprosthen autonl' So- ,', rr l:rtl nrarcana (cf. la introducción al comentario a 4, 10-12).
y se transfiguró ante ellos lkai metemorphothé
r rr rr r

(<setransfiguró>), cf. la. sección sobre Lr rrte ryr'etación más frecuente de Moisés y Elíass es que el primero
bre el transfondo de metemorphóráe
en formu ñutunu en el apéndice <<El ,' t,,¡ ,( ntir los libros bíblicos de la Ley y el segundo, los de los Profetas;
epifanías de dioses, á"i"*t "?"geles
la Historia de las religiones>>. ,r, , .rr' rnotlo. el relato implica que las Escrituras dan testimonio de Jesús
transfondo de la Transfiguracióñ según
en extremo ltq himatia au- ,,¡,r, ,'l sintagma la <Ley y los Profetas> puede significar las Escrituras
3. su ropa ," ,o,na í"'plandecilnte' blanca extremo)
tor.t egeneto stilbontq leuia lian]' <Resplandeciente' blanca en ', ',¡ ll( rrl (c1., por ejemplo, Mt 5, l7; Lc 16,161, Jn l, 45; Rom 3, 2l). Sin

l. Filón' Alegorias de las leyes l'2,'^4'^ - ttI Ncirynck, Dualit¡, in Mark.


2. Oríc,encs Cttnn'nlario u Mateo' 12'36' r I s l..llichard.Fuller.
l. Cr.-,q. J. llcschcl' Tlu Pt'ophets' pass.int' una referencia adicional al séptimo dia I I' llcil, .,1 Note on 'Elijahwith Mose.s'in Mork,9, 4.
4. Cl. 4g t'r..1,''ui'¡"'uÉ* i+' f iu" inserta \r,,lr[u¡rla ya por Orígenes, Comentario a Mateo, 12, 38.
...'^-.r,. L.xl,' ¡,' lr srrhida de Moisés al Sinaí'
Mc 9. 2-8: Notas 725
Cttttrtu sección principal (Mc 8, 22-10' 52)

a saber' que Moisés ri \l)cto para hombres influyentes que no eran necesariamente maestrosrr.
embargo, hay una dificultad para esta interpretación' \rlenlás, ninguno de los dos grandes maestros fariseos del período anterior
Dt 34, l0)' y tanto Filón como Jo-
era ta;bién un profeta (cf., pÁr ejemplo,
r I /( ), H illel y Shammay, aparecen mencionados como rabbí en las fuentes
por lo que es dificil verlo como un
sefo se refieren a él como <él Profetun,
con los Profetas' Un problema ulterior ,rrrtituas, y todos los pasajes neotestamentarios, así como la mayor par-
representante de la Ley en contraste t, tlc lcrs testimonios rabínicos de la primera época (por ejemplo m.Ned.
judíós no vinculan a Elías con los libros de los Profetas;
.r'qu. los textos ', 5: lr. Roi Hai.2,9),emplean el término como un saludo, lo que sería
de hecho Elías sería una opción extraña para
representarlos ya que no fue
, ,'rrr¡ratible con la interpretación no titular del vocablo. Al mismo tiempo,
profeta que dejara un texto escritoro'
' Má, üi"n, tu clave del simbolismo de la aparición de <Elías con Moisés> r.rrros textos del Nuevo Testamento (lly'.t23,7-8; Jn 1,38; 3,2) sugieren
común con el monte r.r rnll relación especial entre el término (rabino)) y el oficio de enseñante.
en la montaña radica probablemente en su relación t ,,lrcnrr resume la situación del modo siguiente: en los primeros siglos de
con Dios (Ex 19-24'34"
Sinaí : Horeb, donde los dos tuvieron un encuentro l.r , nr cristiana el término era ((una designación popular para alguien de ele-
Basándose en una profecía
1 Re 19) y en las expectativas escatológicas'
había sido trasportado t.r,lrr ¡rosición, en especial un maestro, pero no exclusivamente>r5. Aunque
bíblica (viar +, 5_6) y en parte también porqu" Elías \l.ucos rnismo asocie el término <rabí>> más con los milagros que con la
al cielo sin morir, lo normal (2 Re 2, I I ), los judíos esperaban que
"orno ", , rr'.t'riarrza, estas dos clases de actividad de Jesús están unidas íntimamente
Elíashabríadevolveralfinaldelostiemposparaanunciareladvenimiento , rr lrr rncnte del evangelista (cf. esp. 1 , 27).
Jel mesías y el final de la edad presente (cf . comentario
a9,ll-13, infra). A
ya por ser un modelo b. No sabía qué decir fou gar ldei ti apokrithg). La escena de Getse-
veces se relacionaba también a Moisés con el eschaton rrr,rrri (14, 40) contiene una expresión casi idéntica; los discípulos están
citado en el punto
para el redentor escatológico --como o:un: en el
pasaje
es mi Hijo ,l, ,t oncertados tanto por la transfiguración de Jesús, que prefigura su resu-
culminante de nuestra na"rración (Dt 18, 15.18;
cf. notaa<<Este
profeta como Moisés>-' ya rr, , t itin (cf . comentario a 9,2-4), como por su sufrimiento en Getsemaní,
amado; escuchadle> en 9, 7) que habla de <un
Rab' 3'17 ,
lrrr' l)tcligura su muerte.
por sí Áismo, al ser consideradf una figura escatológica'EnDeut' '
juro" ' en el tiempo futuro cuan- l,tt(.\ se habían atemorizado fekphoboi gar egenonto]. Como en otros
por ejemplo, promete Dios: <Moisés, te lo lrr,.rcs cn Marcos, las características de Pedro, incluidos sus errores, son
juntos los dos>rr. Nótese que aquí,
áo ¡éu" ánte e¡os a Elías, el profeta, iréis , ,'rrt)iu'tidas por los otros discípulos (cf. l, 36; 8, 32-33:14,29-31.37;16,
.oto nuestro pasaje, Moisés está subordinado a Elías' r I )c cstos paralelos marcanos, el más asombroso es 16, 7 ya que ambos
'
5. "nRabbí lyrRab:bi,transcripción de un vocablo hebreo que significa
I'r ,,rtcs crnplean una frase breve con gar (<pues>) para describir el miedo
literalmente<migrande>.ComoseñalaLapinl2,loscuatrocasosmarcanos \ rr( ulirn a Pedro con el resto de los Doce. Además, 16,7 pertenece a la
la gran-
,"n.¡un el étimo áe esta palabra en el sentido de que manifiestan (9' 5; ,,.rn;r( i(in de la tumba vacía, que es una demostración de que Jesús resucitó,
con milagros sorprendentes
deza de Jesús: tres están relacionados l.r lrrrrrsfiguración es una aparición proléptica de esa resurrección (cf. de
su renombrado maestro
iO, Stt ll, 21)y el cuarto es el saludo de Judas a ,r¡, \ o cf L'omentario a9,2-4).
término arameo
<ti, qí.És asombroso que Marcos no traduzca Rabbí o el 1 Ntthe lnephelé|. En el Antiguo Testamento, la presencia divina se
pues' claramente que sus lectores
ielacioíado Rabbouní (iO, St); espera'
r¡rrrr',,tnt con frecuencia en una nube y también una suerte de nube aparece
estén familiarizados con estos términos'
grande>) llegaron r nr( nu(lo vinculada con Moisés en sus subidas al monte Sinaí (Ex 19,
En las fuentes judias, <Rabbí> y <Rab> (lit. <el
a
', I t . .1.1. I 5- l8; 34, I -5) y en su relación con el Tabemáculo (cf., por ejem-
convertirsefinalmenteentérminostécnicosparamaestros,ordenadosco- ¡'1,' l r .13,9-10; 40,34-38; Nm 9, 15-23:11,24-25; Dt 31, 14-15). Los
que se mantiene hasta hoy' Sin
mo tales, ylo pataexpertos en derecho,.uso lr,lr,r,, tlc nrentalidad escatológica esperaban a veces que esta nube habría
qué extremo se había
l*Uu.go,'to, estudiosos del judaísmo discuten hasta ,1, r,'lrcr cn el tiempo final, como se muestra, por ejemplo, en2Mac2,
en la época del Nue-
desanóllado el vocablo <Raúí> como término técnico .l ntonces el Señor revelará estas cosas y la gloria del Señor y la nube
sino sólo un vago
vo Testamento. Unos piensan que no era aún un título' ,t,.r( ( ('r'lin. como ocurrió en el caso de Moisés...>.
(señon)' En apoyo de es-
término honorífico, un equivalente aproximado a , rrltrii,,,¿o¡ot con su sombra lepiskiazousa autoisf. Episkiazein puede
el rabbouní de Mc 10' 5l
ta interpretación se aducé Mt 20, 33, que traduce ,, rrlr( iu lo que produzca sombra (cf., por ejemplo, Hch 5, 15) o <cubrir>
primitivas de Palestina y de la Diáspora
|ritq,ii"(<señon>), e inscripciones lt','r ('l('nrplo, Ex 40,341'Lc 1,35), a veces como un gesto de protección
'qu" írifirun rab, rabbí y paiabras reiacionadas como términos generales de
r'..r1 ')1. -l [90,4 LXX], por ejemplo); otras, de modo que lo que se halla

9. Cf. W. A' Meeks, The Prophet-King' Moses-'^1.25-126'137-138' I i ( l. cl catálogo en S. J. D. Cohen, Epigraphical Rabbis.
ró. ói. rt'1. éf'r.r'Die Verkldrtung, (Mk 9' t-8)'205' nota
25'
t I ll,itl..9.
ii. ór. o. C. Allison' The Nev'"Moses' A Matthean Typologt'75' I , ( l. .1. A. Overman, Matthety'.s Gospel,44-48.
12. H. LaPin' Rabbi.
52) Mc'9. 2-8: Comentorio 727
726 Cuartq sec'ciótt prülcipal (Mc 8' 22-10'

de nuestro pasaje' los matices de , ,, trqido a quien Dios ilumina, a quien revela sus misterios y a quien los
debajo quede oculto'u' En el contexto
probablemente presentes ya que el
texto lri lt's ¿l Dios deben escuchar.
cubrimiento y ocultación están + la tienda + la tipología ll. No vieron a nadie louketi oudena eidonl. Una doble negación típica-
parece evocar Ex 40. li-ii t'p¡i¡aze:n.+ la.nube en el rlr( ntc rnarcana (para otra expresión doble, cf. la nota a (su ropa se tornó
el Tabernáculo' y también porque
tí¡'"
de Moisés), donde la ttuút r, ,,¡rlrrrrdeciente, blanca en extremo)) en 9,3, supra).
;;t;í""i" .igui.nt. Moisés y Elías desaparecenrT' a quienes da sombra la
Pero ¿quiéne. ,"t
t;;;t;in"uuti¿n¿o-/os>)
miedo de los
nube? El versículo 9, 6, que termina con una mención del
inserción marcana (cf' la introducción al t olrrclltario
discípulos, es probablem"*" unu carecía de ese
que probablemente
comentario).En el relato premarcano' ltttt'oducción La profecía de Jesús a algunos de sus seguidores acerca
(esos)) J€;ús' Moisés y Elías' menciona-
versículo, ,1, lrr lcvelación del <reinado de Dios que vendrá en poder> al cabo de poco
"l"d;;¿;;1"*ent;;
dos inmediatamente antes, en 9'
4-5; la nube. da sombra a los tres
seres so-
esfuman con ella' como lr, rrl)() (9, l) va inmediatamente seguida por su transfiguración gloriosa
brenaturales V á"'upu"""' aot de ellos se
,i,t(' llcs de sus discípulos. Esta yuxtaposición implica que tal experiencia
"uun¿ofu, fli.iotias ie traslaciones al cielor8. Zellerte piensa
ocuffe a menudo
"n ser incluidos también en el <esos> ' r'.r,'rurfia es al menos un cumplimiento parcial de aquella profecía.
que, según Marcos, r"tiit"ip"l"sdeben en 9' I rr yuxtaposición es obra probablemente de Marcos. No sólo está en
ya que son el sujeto
";;;b t 9' 8 v el objeto de t".: ld"bl:livin¿s en lrr( ir con su teología, sino tarrbién con la estructura total del evangelio.
no haya comprendido lu: tY inserción
7cd; pero es posible qu" Mu"o' de la.interpretación Lr lrrsloria de la Transfiguración, con la proclamación de Jesús como Hijo
9, 6 había cambiado ;i;;á; Cru*uii"ul. En apoyo
nube' lo que implica ,1, l )ios por una voz celestial, es una pieza central entre el principio y el
en 9'7 sale áe la
anterior debe señalarse que la voz están fuera de ella' tur.rl tlc la narración, donde encontramos otras proclamaciones redactadas
sus palabras
que los discípulos a quienes se dirigen mou ho aga- 'l' nr(xl() similar (1, l1; 15,39). Probablemente su emplazamiento es obra
estin ho huios
Este es mi Hiio o*oi"' escuchidlo lHoutos qtÍou) r.rnrl rii'rr del autor.
es probablemente
pétos, akoue," ou,oul'- ugscuchadlo> iokouete que después \lrrrcos no ha inventado la historia de la transfiguración de principio al
i;
i;, ;;;á;ioisés dice a los israelitas
una alusión a Dr 18. I r r I 'r u cjemplo, el comentario en 9, 6 sobre Pedro acerca de que no sabía

un profeta como él: <A él escucharéis>


de su muerte Oio' f"'-'*citará ,¡rr, ,lt'cir devalúa su sugerencia anterior de que los discípulos construyan
probable si se tiene en cuenta sobre
(autou akousesthe);*" t"p"tt"fón- es rr, rrrlrrs para Jesús y sus acompañantes; mas, por otra parte, esta sugerencia
(cf' de nuevo la sección
todo los muchos tu'go' to'uicos
de lá
-nanación según r, u, ( (' cstar totalmente de acuerdo con la imaginería del relato (cf. inJra,
transfondo de la Transfiguración
;"r;;;;*;El
sobre Moisés en el profeta
.
"ttt, tttttt'io a9,5-6): además, la referencia a su miedo no encaja bien con
del siglo I la imagen de este
la Historia a. tu, '"ti!iá""t'l Á"itt ,l r,,n() llegre de 9,5a: <Rabí: bueno es que nos quedemos aquí>2r. Así
en algunos círculos con la del
t,,r, , Mc 9, 6 es probablemente una inserción editorial del evangelista en
probablemente
mosaico se había.o*iinuJo por
mesías (cf . nota u n'igno' "n
8' I l] V otros' con la de Elías; cf'' ,,,,,r nrrlración preexistente que intenta destacar laforpeza de los discípu-
"1 al <profeta> (¿como Moisés?)
ejemplo, Jn 6, 14, q"t-f*¿t unu '"ít*n"ia l, ' , r t'l crror de la sugerencia de Pedro. Además de esta inserción califica-

i:
¿glías?); cf'.Mal
3' l; Mt I l ' 3-14)'?0' rr\ ,r olr()s rasgos redaccionales marcanos podrían ser: ((en privado> (tal'
con otra <al que
En una
"iti"" p¡""¿"' o¡e Allison me indicaba que hay un ',i¡,rr) cn 9,2, tipica expresión marcana; el orden de palabras <Elías con
"o*unitu""iO'n il ;;tt* del relato de la Transfiguración en
paralelo interesante ; \1,,r',r;sr> cn 9,4, que va de acuerdo con la interpretación escatológica de
'u*go' Señor' porque has iluminado mi
IQH l2 lal:5-6.2a)i' t'ít ¿"v gtuiiu'' \ Lrrr os tlcl acontecimiento (cf. infro) y la doble negación de 9, 8 (cf .la no-
me has revelado con tu luz"'
faz contu Alianza"' Como peifeita aurora Por mi
,,, ,r ,,il() vieron a nadie> en 9,8).
Me han escuchado indun pot el camino de tu corazón"'
i";;;" I I ¡rrsaje es una composición simétrica con una estructura quiástica:
pues me tus
has iluminado la fazdo los Numerosos"' !a1 1a¡rifestado
habla de un maestro .\ .lesús solo con los discípulos (9, 2a)
pasaje' como el nuestro'
maravillosos misterios>' Este ll Transfiguración (9, 2b-3)
t Aparición de Elías y Moisés con Jesús (9,4)
l6' Por ejemplo, en Sófocles' Traquinias'914' ( Pedro sugiere hacer tiendas para Jesús, Moisés y Elias (9, 5-6)
r'e;Ires4' 17rAp Ir' r2' t'
I Voz del cielo, que interpretan la Transfiguración (9, 7)
ll.8i,"r;l!|ffiff"1 ',,i";/,1.',i'g-:yt:,t^H:!,r4'8;Hch \' .lcsús solo con los discípulos (9, 8)
tt Hintergrund der vent'andtuns
Y;."JlZ'.'É';:#:;,:',:,rr'ffi7,1,!'!'i')i;ii"io"''0"'
,"',?3l|i1?i.Martyn,
TheGospetofJohninChristianHisto^,,26-27;D'c.Allison'?"ác 'l ( l. .1. M. Nützel, Die Verkldrungserzdhlung
. n il,trhonn 1\,Dolog'.97-95. im Markusevongelium, 125.
Mc 9, 2-8: Comentario 729
(Mc 8' 22-10' 52)
728 Cttarta sección principal
t,r.r,los tliscípulos los ven conversando con Jesús (9,4). Marcos no nos
va ,l,,, tlt' tlrró lrablaban los tres, aunque Lc 9,3l intente llenar este hueco
pasaje una revelación cristológica
Como en 8,2'7-33, en nuestro los apóstoles' Pero' al ,1, I rr'l:r(o nrarcano. Para Marcos, sin embargo, la fascinación no parece
acompañada del hincapiJ áe
Marcos en iatorpezade
seguida por 8'34-9' l' los discípulos ,,'rr',r,,til cn lo que se dijeron entre sí, sino simplemente en la capacidad
igual que en8,27-33,;;¿;;;;;a
ul-:*áonu¿ot en la oscuridad ya que a su malenten- ,1, lr'.,r'rs ¡rara entablar una conversación con estos dos héroes bíblicos fa-
no quedan totalmente
Así' nuestro pasaje se 'mueve d1{e
un ll, , rrIrs lrlcía tanto tiempo. Como indica Óhler23, un tema similar aparece
dido sigue luego una a"tutu"iOn' la valóración equivocada de ,l, .r.rtrrtfo cnelApocalipsis de Sofonías 8,4, donde el vidente se admira
acontecimiento uislona'-lo'(g,
Z-4)'junto con,
interpretación correcta (9' 7)' 1r, rr '.u crpilcidad de entender la lengua de los ángeles (cf. I Cor 13, I ). Así
;;;;;ñ;o 1e, s-e¡, hasta una
¡',r, ,. lrr atlnósfera entera es numinosa, incluso de ensueño. Jesús, Moisés
cuando I lr,rs ¡rarccen existir en un plano peculiar, separado de los tres mortales
g,2-4. Disposición de la escena y visión' El relato comienzapara una
P"dto, Santiago y Juan' ,I'r, nuriur como de lejos, atónitos.
l".iJ "r.og" á tr", ¿" sus discípulot, cima de una montaña elevada
(9' I'r'ro.,cuál es el significado del rnodo como describe Marcos a los com-
revelación especial y l"' ;""d;e
a la
<seis días
en la cumbre ocurrió t,rilr'r()s tlc conversación del Maestro? Tanto el orden como la subordina-
2a). Marcos ."u"tu qu"" ";';ñ*i"lt:ia
¿"'utt" sea simbólicamente importante v , ,' )'r'ull'rtical de Moisés a Elías (<Elías con Moisés>) son inesperados, ya
illo;¿;t;;t prouuui"-q* """ unu semejanza entre Jesús
y Moisés' conocido
'n
'¡'r, ,'l ¡rrirnero vivió mucho antes que Elías y era generalnrente una figura
que sugiera entre otras días (8x24' 16;
"ó'u' despues de esperar seis ,,r r'. rnlx)rtante. Si en algo, Elías era considerado como una proyección de
por haber ascendido el pri-
b. Yoma 4b; cf . nota"
"i;;;;;il
;;tpués> en 9' 2)' Este es solamente'
t;;;;;r;t \l,rr'.r:s'r. Así pues, se esperaría el orden inverso, Moisés-E,lías, y en ver-
paralefos.entre nuestro pasaje y las tradiciones ,lr,l r's lo (lue se encuentra en el versículo marcano siguiente (9,5) y en las
mero de un cierto nt'rn"'o ¿" de L, .r,,nirs tlc Mateo y Lucas que repiten este pasaje.
sobre Moisés en el apéidice <El transfondo
sobre Moisés t"f. lu I I instilito orden <Elías-Moisés> puede ser resultado de la redacción
'"""iOn de las religiones>)'
la Transfiguración según la Historia paso del relato' la des- ,r.u, ,ru. y refleja probablemente la mayor importancia de Elías en contex-
Esta tipologi" t"';;;;t;;;t el sigui"ente
a""(s.' 2b1i]' ya que Moisés también
cripción de la transfii"t"t¡ál titt
se r', . r",t rrtol(rgicos. Según el Antiguo Testamento, Elías fue trasladado al cie-
segunda esta- 1,, ( n \ i(lu (2Re 2, I 1) y rumores similares se expresaban a veces de Moisés,
<transfiguró>, .n unu"Joiti"nu'
luu"¿o bajó del Sinaí tras su
para proteger , t,' ,¡u (lc la declaración explícita en Dt 34, 5-6 de que murió y fue enterra-
.;;;iii;ba tanto que lá cubrió con un velo
día allá arriba, ," 2 cor l', rr l un¿r vez más la sección sobre Moisés en el apéndice <El transfondo
,,i;;;'';i;;i"*1"i'1" de Pablo de este episodio en
al pueblo (Ex 34, cuán viva '1, Lr lllnsfiguración según la Historia de las religiones>). Pero si Elías
tradición
3, 7-18, que tal l-11,t3:,ltlit"
"*tgéttt-u prlmltlvos'"' r,l, l¡ruliv¡mente) y Moisés (posiblemente) no habían muerto en realidad,
'"'utiítiuna
átil historia en círculos judíos y cristianos relato de la Transfigura-
"tt"U" el paralelo Volt¿t en esta parte del ¡,,,,lr.rrr volver fácilmente a la vida visible y se esperaba que lo hicieran así
Pero y Lucas'
'tn que Marcos',a diferencia de Mateo l,r r,, rllrtcs del eschaton como un signo de que el universo entero estaba a
ción es sólo parcial, pu"*o su ropa' La ¡,,rrrt,r rlc cntraren ese estado de inmortalidad en el que ellos mismos vivían
de Jesús' sino únicamente
no describe .o.o 'uáü*" ü ¡* Adán' cuya seme- r (, I t), I I ). De ahí que la aparición repentina de <Elías con Moisés> en el
evoca^a Moisés sino a
vestimenta brillante fcelestial-no (cf' <Adán> enel índice ¡. Lrt¡, illilr-cono sugiera que la Transfiguración es una anticipación de la ola
janzaconel Jesús;;;;;;;tt"" "án
nttuencia
(mencionada .1, r,Irr il divina que estaba a punto de inundar la tierra.
temático).t-u uu""il"-"]liá T"
gro'iu' de. Adán qo1 ¡lemnlo
interés entre judíos y l'r'ro cste acontecimiento anticipa también la primera gran ola de ese
en el rargum t G'';',";;;;"";
tema de inmenso
la creencia de r ,¡r.rni cscatológico, la resurrección de Jesús. El hecho de que se creyera
esas especulaciones estaba
cristianos en este periodo; entre '¡,r, I líirs y a veces Moisés habían eludido la muerte era un punto obvio de
r".up"rJ.i;'"i"il "rrlrotor las eloriosas vestiduras adámicas'
que el mesíar ,.r( l:ulr¿l con la resurrección de Jesús. Muchos exegetas, por tanto, han
la.vestim:nlu
El <llamativor ,"o;;;;;¡t ""otá "*biéi l:],o:"t"t
(cf' las secciones
"n
sobre !,,r, rl)r('ll(lo la Transfiguración como una anticipación de la resurrección
ocasiones importaníÁ, en especial la entronización
la Trans- ,1, lr',,r'rS''. Esta teoría está relacionada con, pero es lógicamente distin-
et apéndice <<El transfondo de
Adán y sobre epit-a'riür-;;;i;, "; deslumbrantc r ¡ ,l, lrr irfirmación siguiente: lahistoriafue originalmente vna aparición
las religiones>)' Así pues' la
figuración ,.gitn tu Hi't;; á" su estado como nuevo ,1, I li('sucitado (cf. la sección sobre las apariciones tras la resurrección en
vestidura de Jesús "r'"oJigo
pictórió que sugiere
", entronización'
AA;t rey mesías en caminó hácia su t
también a otras imágenes en el ver- ' rt. (lhler, Die Verkldrung (Mk 9, l-S),207.
La semejanza con Moisés subyace ' I ( l. l). C. Allison, The New Moses. A Matthean Typologt,39-45.
de repente y los asom-
sículo siguie",", o"t eiiut y voités aparecen ', t l.yaBedael Venerable,Honilía.tsobrelosEvángetiái l,24yR.M.Jensen,Uz-
"n"tj t'r,r,lru.q I')urlv Christian Art,l59-160, para el nexo entre transfiguración y resurrección
L' L' Bellc- ,,, I .ilt( l)irlcocriStiano.
of Paul in Second Corinrhians'254-2'71:
22. Cf. D. Gcorgi' Ihe O¡t¡turcrtts
('uorltt sección principal (Mc 8' 22-10' 52) Mc 9, 2-8: Comentorio 731
730
las
Transfiguración según la Historia de ¡,,, rr,rlrl¡. lrs también muy similar a la de Henoc ante su propia visión ce-
el apéndice<El transfbndo de la queda I r, { n cl lrcrmoso pasaje de I Hen.39,4-8:
de la Transfiguración
religiones>). I-u lnt"'pt"á"ián i"'u""""únal
uilrin"ipro de la perícopa siguiente (9,9)
reforzada por el hecho;;;;; \ I I r tuvc otra visión: la morada de los justos y el descanso de los santos,
que acaba áe suceder hasta que <el
Jesús prohíbe la publicü-ai *UtJ " .rlli vicron mis ojos sus moradas con los ángeles
f

los muertos>' r l,ts ltr-{ares de descanso con los santos...


l¡" ¿ir nornbre taya resucitado de entre
\ ti su ntorada bajo las ala.s del Señor de los espíritus,
los tres
gr5-6. La sugerencia de Pedro' Por tanto' lo que experimentan r tr rtlrrs los justos y elegidos re,splandecían como el resplandor de.fuego ante EI...
¿" Jesús. Y asimismo \ lli dcseé morar y mi espíritu añoró aquella estancia.
discípulos es un anticip; üa gloria
de la resurrecilon
u ru uiáu upuñtu nuuu la resurrección general de lo.s muer-
la vuelta de éste g, g-10). Se esperaba entre ll{ il(}c cl.l este pasaje, como Pedro en el nuestro, anhela quedarse en el
dos acontecimientos en
tos (cf. el nexo entre los"t*"i"* r,,', rr rlrrirro en el que se encuentra, que relaciona con las moradas de los
los judíos qu" i"g"t ese último acontecimiento' cuando el
rrrr r'. (1'l' las tres tiendas de Marcos), con la protección divina (cf. <cu-
"uundo
reinado de Dios viniera en poder
(cf' 9'-l)' no sólo el mesías sino toda la hu-
perdido r,',, r,l(rl()s con su sombru) y con el resplandor celeste2T.
por Adán' recuperaria el esplendor
manidad redimida, ."p;;;;tud" la
en el oiéndicc <El transf,ondo de crnbargo, a pesar de la lógica evidente de la sugerencia de Pedro,
por la caída tcr. ta s"tcián 'lu'en¿an que' como "rn
I rrr.s
las religiones>)' un detalle ¡)ur'ccs considerarla un error serio, como aclara el comentario edi-
Transfigurac,or, ,"gun ü Historia de ¡ ',r.rl t'n t).6. Probablemente este error no radica tanto en la idea de las
brillante de Jesús' Quizás no
hemos visto, empatm;;il;i"
vestimenia
judías y cristianas primitivas localizan el r" rrrl.r., r,ctr Ia imaginería escatológica relacionada con ellas, sino en uno,
por casualidad, varias tradiciones ' 1,', rhrr. de los factores siguientes, a los que se refieren el principio y el
localización-de nuestro
paraíso en una montaña (cf. ibidáñ: por.tanto, la
r,rr rl ,lt llr declaración de Pedro en Mc 9,5:
iambién una vuelta al Edén'
pasaje en la cima ¿t un *ont" sugieie It ,,I{lbí, bueno es que nos quedemos aquí>. Si Marcos desea que sus
su estancia en esta recreación
Es natural qu. etá'o quisiera"prolongar r' , r,,r, ., ('rcan que Pedro es sincero (y esto es discutible, ya que las palabras
parlamento de las tres figuras sobrena-
del paraíso; int.r,u*i" pát "rfo ei ,l' I \¡rostol se hallan en tensión con el comentario redaccional de que él y
<Rabí' bueno es que nos quedemos
turales con el entusiJ'iu"o*tnorit: que 1,. ¡,tr,rs tkrs tenían miedo), su exclamación podría sugerir un reprensible
aquí> (9, 5a). Pedro ;;;;" ; t?ta exclamación siga la sugerencia depara
tres tiendas' una para Jesús' otra '1. ,,r rlt'l)crmanecer en la montaña edénica con Jesús. Tal deseo podría
él y sus condiscípulot pu"it" erigir ', nrt( rl)r'ctado como un desacuerdo en el fondo con la orden divina, <es-
invierte el orden en que las
*irtit , "ir" puiu griu" tq, 5b)' Tál.sugerencia
había-n sido mencionadas en el
versículo ,,, lr,r,llor> (9, 7). Escuchar a Jesús significa acatar su instrucción de tomar
dos figuras u"t"'ote't'Ji'':;;ti;t la subordinación r¡ ,.r,' \ scguirlo (8,34), y ello significabajar con Jesús del monte de la
desconoce la idea sobre
anterior y ."uela quitás que Pedro
imagen .o'u'"u-u-'iu de Elías' tal como se muestra aquí en el evan- I , rrr ,luurlción al valle de la debilidad, la necesidad y el dolor humanos (cf.
de la
gelio. Aunqu" .oni"nt-iá-e¿itoriat
de Marcos en el siguiente versículo ' I I ")). tlonde Jesús mismo perderá pronto la vida28.
"t un caso de mal entendimiento por 'r ,, [Jna para ti, otra para Moisés y otra para Elías>. Ya hemos men-
marca la intervenctón de Pedro como
relato premarcano' que carecía ,, ,',,r,1,' lir
¡rosibilidad de que el orden de Pedro, Moisés-Elías, pueda revelar
parte de los apóstoles, üt"ü"Ult9u" "1el
de 9, 6, se consideraia áni"nñ; .
c;mo hemos visio ya' la mayor parte del ,', t,rlt:r rlc cclmprensión de la subordinación de la imagen mosaica a la de
'
mosaico.V.la imleen O:.t1.:. tt"ndut ! I r r I 'r ur carencia similar sería que tal incomprensión implica suponer una
relato está impregnada ¿" 'l*¡oti'*o
ya que Moisés estaba muy vinculado r, ,, r,l,rr I r'ntrc Jesús, por una parte, y Moisés y Elías, por otra2e. Aunque tanto
es compatible con este simbolismo
con una tienda, el Tabernáculo
(cf' nota a la <nube> en 9' 7)' y él y sus l',r , , ( ()nl() Elías sean en cierto modo los precursores de Jesús, el estatus
o chozas' durante sus vagabundeos
en el r' , r, ..ul)ol'o al de ellos. Y aunque el Jesús marcano sea de algún modo
seguidores residieron en tiendas' de los Taber- ,r'r,' I lr:rs (cl-. comentario a8,27-30), Marcos ha rechazado ya dos veces
desierto. Este mooo d;';ú; ;t rememoraba
en la festividad
de cuyos rasgos parecen tener también un eco en lr l'rr rrrl tlc Elías como descripción adecuada de Jesús (6, l5; 8,27-30),
náculos (Sítkkót),muchos
pát!¡"t"pr-o: lá experienct3 dt , ,, , Lrit¡icnte pasaje el propio Jesús asignará la función de Elías a Juan
la transfigura"io" ,nl"un"' "td":::t*i:'
un antlcl- ll ¡rrrr ,t.r rro a sí mismo. La imagen mosaica tampoco es lo bastante grande
o chozas, durante iáttiui¿ud se óonsideraba con frecuencia
po de la
"*
t'l;tlógi;; y de la dicha futura del justo ya fallecido' ,¡,,,,, l,.rrir ubarcar al Jesús marcano, a pesar de que en la Transfiguración
"^irt.n"iu loi matices escatológico y resuneccional de !, , , r.r ,r'()\ parecidos a los de Moisés. Este escribió en y para la época de la
una dimensión com-
"ot.'r.nü "o"n reacción inicial de Pedro a la visión es
nuestra historia26' P;;;;;"' la
lr, ( ri'r(lcsc la vestimenta de Jesús. Cf. M. Óhler, Die Verkldrung (Mk 9, t-S),209.
II (). I l-13 y Juan Crisóstomo, Homilías sobre Mateo, 56,3.
26. Cf.H.Riesenf'eld'Jé's¿slransJigtrré'ylasecciónsobrelostabemáculosenelapén- ', t I lt'r'irrirno. Homilía 80, citada en T. C. Oden-C. A. Hall, Mark, l19-120.
¿1ic¿ 3 sobre la Trlnsligtrración'
{
732 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 2-8: Comentario
/-) )

dureza de corazón de la humanidad, pero esa edad está desapareciendo aho- '|rr' rlirccc, por la misma nube que momentos antes los había cubierto jun_
ra (cf. 10, 3-6). Las interpretaciones posteriores del relato de la Transfigura- r'
' ' (,. .le \ris' Iuego, de repente, Jesús solo, una vez más como
en un ensue_
ción van más lejos en este camino cristocéntrico al omitir toda referencia a r" 'rr);'ccc de nuevo al rado de los discípulos. El sintagma qu..on.tuy.
Moisés y Elías (2Pe 1, 16-18; HchPe 20; HchTom 143; HchJn 90)30. lr ¡rr'rit'.¡r.. <con ellos>>, reverberaría aon g.un fuerza
e-n ros'oídos de los
'rrr¡'r^rrrtl.s miembros de la comunidad maicana: a diferencia
I tr,r.,,.lcsús no perrenece sólo al pasado y alfuturo,,i;q;;;;;lpresentey
de Moisés
9, 7-8. Voz divino y conclusión En la versión marcana la sugerencia
poco aconsejable de Pedro queda sin efecto inmediatamente por dos actos ' r'r 'ii( or cllos>. y así como su estatus
óomo discipuro*ignifi"u!r" nun
divinos importantes, la aparición de una nube que da sombra a Jesús, Moi- r,l,r t.5g1¡gidss porJesús (para que puedan
estar con (3,14), élr, del igual
sés y Elías, y el eco de una voz desde esa nube que identifica a Jesús como rrr¡ rr lr r \u clección incluye el privilegio de tener/¿r
,l¡, ¡lr' los sufrimientos.
con ettoi,in"l*o rna_
el Hijo amado de Dios. "n
La aparición de la nube (9,7a) rechaza la sugerencia de Pedro, a saber
que él y sus condiscípulos monten unas tiendas en la montaña para dar abri- I rr lrr Transfiguración, pues, la audiencia
marcana ha tenido una visión
go a Jesús, Moisés y Elías; Dios no requiere compañeros humanos que se rl' en su gloria adámica, que es también mesiánica;
¡ 'sr'¡s el intenso hincapié unu uirion qu"
ocupen del bienestar de sus santos, sino que El mismo envía su nube amable "'rr:rr)cs¿r que las perícopas precedentes han hecho
y protectora (cf. el empleo similar de episkiazein : <cubrir con su sombra> l r rr' t t'si.ad de participar en er camino en
de iesúi hacia su p.opiu uniqui-
en Lc l, 35)3r. Así pues, Ia nube que cubre y oscurece momentáneamente a l. r"rr (lJ' 3l-37), eliminando de este modo <el escándalo
i" iu ¿.r
Jesús, Moisés y Elías no es sólo una nube llena de la gloria de la presencia ' ¡'|r'r¡/(), tlc los discípulos>i2. La comunidad marcana puede "iu, a
ser invitada
divina, que inspira temor, como la que Moisés tuvo en el Sinaí y en el Ta- ¡ r'rr ir .rcsús hasta ra
muerte, pero aunque sea así, ér óstará con ellos,
y ra
bernáculo (cf. nola a la <nube> en9,7), sino también una nube protectora r'l"r r,¡ 1¡¡¡g les mostró en ra montaña se res apareceráuna
y otra vez incruso
que demuestra que Jesús, como Moisés y Elías, es el Siervo de Dios, cuyo ' ' rr()rrcrltos en los que se encuentren tan asustados qu" ío,"fun
t, I t). (r: 13, ll).
quJa""i,
rescate definitivo del reino la muerte está sólo en las manos divinas. Esta
sería una imagen importante para los cristianos hostigados de la comunidad errbargo, el interés principal del pasaje no
"rrr se halra en ra naturaleza
marcana, ya que eran seguidores de un mesías muerto de un modo horrible e 'l' I ,lrsci¡rulado, sino en ra persona de J'esús. para exprora. i",nu tun
inesperado; esto les daríala seguridad no sólo de que tenían lapreocupación "'|rrrrl('io, Marcos sitúa su relato de la Transfiguración a ru "rt. t r-a"i-t.uns_
compensatoria de Dios, que desafia la muerte por el destino de Jesús, sino r'r¡¡¡l¡¡ ¡¡1.¡ sirlo de leyendas presentes.en
su amprlo .on,"*,o i"rgioro
1"r. a"
también, implícitamente, su cuidado hacia ellos: <Con sus plumas te cubre "'r' r" ('l upéndice <El transfondo de la Transfiguracion,"gúi ilnirto.iu
y bajo sus alas hallarás refugio> (Sal 91, 4 190,4 LXXI). 'l' re ligiones>), sino también en historias anteriores y pót".ior". i" ,u
l'r"
Pero Jesús no es sólo semejante a Moisés y Elías; es también más que 'r'|r( ' e \/¿rrgelio, sobreiodo en el prólogo y el relato ¿e ia pasion,-"s
'i
''|,l ¿e"¡.,
ellos, como aclara inmediatamente la voz divina desde la nube (9, 7b). <,Es- I'r¡rti'i. y al final del evangelio. Nueitro pasaje, po, rn
te es mi Hijo amado>, dice, <escuchadlo>> (cursivas mías). Por un lado, esta ¡' rr'r'',r .l primer versículo del evangelio (1,2), que "j"rnpio, "r
,,rr \l.isés (por la cita de Ex23,20)iomo'con
uincula uJir*iun,o
proclamación divina implica la continuidad de Jesús con Moisés y Elías ya Elías (por la cita de Mal3,
que <escuchad/o> repite las propias palabras de Moisés sobre el surgimien- I r r r',;tir úrltima tipología
se desarrolla en la perícopa,igui"ni", qu"
r lrirl Bautista que se cubre con unu u.rii,n"nta parecida ."ouru
to de un profeta como él (Dt 18, 15.18), un oráculo que antes del siglo I '¡¡¡r a ra de Elías
estaba ya siendo leído escatológicamente e interpretado como referencia a iI t' ¡ I ¡rrcdica un ."1:E: también
Elías o al mesías (cf . nota a <Este es mi Hijo amado; escuchadlo> en9,7). I ' s tl. 2Re2,6-14). En ra escenasimilar (viene uno rna, n .n.
del bautismo, además,.oÁJ"n
i"" el,
ru
Por otro, sin embargo, la voz designa solamente a uno de los tres personajes. ¡
'r, ,rr:r..lcsús sube (delagua) y es proclamado <mi Hijo muy'am;;;; p".
Jesús, como Hijo de Dios y esto es un título que insinúa una personalidad
,,r r \,r,/ tlcl cielo (1, l0-l l).
más importante que la de Moisés o Elías (cf. Heb 3,l-61' sobre el título Hijo l" r() los vínculos más fuertes se hailan entre nuestro
pasaje y la concru_
de Dios, cf . nota a <Tú eres mi hijo amado> en I , I I ).
,, ,1,.1 cvangelio. En uT_bo_s lugares, por
,,
ejemplo, f"a.o apará"" *iáo ul
La conclusión confirma esta superioridad de Jesús sobre Moisés y Elías ,, r,r rlt. Doce (9,6;16,7) y Jesús és identificaáo
'rs revelador (9,7; r5,3g). Ambos textos"on'"!iff¡"
¿.'b¡*
en la perícopa; de repente, los discípulos miran a su alrededor y no ven a " ilil rll()nrcnto acentúan iambién el
nadie, <excepto a Jesús solo con ellos> (9, 8). Los dos precursores vetero- "" '1" rl!' los testigos humanos -así como su incapaciduo fá.u'u"ñi"rr-
testamentarios del Maestro han desaparecido, conducidos al cielo, por lo I r r''rs;ric en sentencias asombrosamente
r' l rr r. ('<No sabía qué decir, pues habían similarer .n "rtriliu.;t';;".-
quedado aterrorizJos,
rnlul,
30. Cf. D. Zeller, La méfamorphose de Jésus comme épiphanie, 185. ""
31. Cf. Orígenes, Comentario a Mateo, 12,42. ' I crirr Magno, Sermón 51.
/J4 Cuurlu secc:ión principul (Mc 8, 22 10, 52) Mc 9, 9-l3: Notas
735

no dijeron nada a nadie ya que tenían miedo> [16, 8]; cf . nota a (pues habían ¡' lr,,r \ ltAuLA oe ElÍns y oEr_ Hl¡o oer_ Hovene (9,9_13)
quedado aterrorizados)) en 9,6). Por tanto, los pasajes se mantienen unidos
por los motivos de la revelación divina y el temor humano. 'r '\' c,ando descendían de la montaña, les ordenó que no contaran
Los contrastes entre las dos secciones, sin embargo, son aún más llama- ' rr'r'lrt' l. que habían visto hasta que erHijo derHombre hub¡era
resu_
tivos33. Aquí se nos habla de una luz sobrenatural (9,2-3): allí encontramos rr'rrl. rlc cntre los muertos. r0y guardaron
pu.usí lo dicho, discutien-
una oscuridad sobrenatural (15,33). Aquí la vestimenta de Jesús se hace ' 1" ' rrrr('cllos qué era eso de <<resucitar de entre ros muertos>.
maravillosamente luminosa, en una transformación que presagia el poder \ lc preguntaron diciendo: <¿por qué, pues, dicen ,os escribas
mesiánico (9,2-3): allí le quitan su ropa, en una acción que se burla de su
¡'r' li;rs debe venir primero?>. r']y ér lés dijo: <¿Es realmente
I
pretensión de ser el <rey de los judíos> (15,24.26). Aquí dos santos del cier-
Antiguo Testamento, uno de los cuales es Elías, hablan íntimamente con ' " ¡rr' l .lí.s. cuando venga primero, restaurará toáas las cosas?
¿có-
Jesús demostrando así su identificación con él (9, 4); allí dos criminales " 'i r¡rorccs está esc¡ito acerca del Hijo del Hombre que debe sufrir
,,,,r, lr,r\ cosas y ser despreciado? rpero
lo recriminan, mostrando que son ajenos a él; y otros personajes hacen en os digo que Elías ha venido
r
son de burla una referencia sarcástica a una intervención de Elías que no '|rrl'|r('r' c hicieron con él lo que quisieron, como está escrito de ér>.
llega a ocurrir (15, 32,35-36). En nuestro pasaje dice Pedro: <Bueno es
que nos quedemos aquí> y propone construir tiendas para conmemorar el
\01;t\
acontecimiento (9, 5); allí otros discípulos huyen ( 14, 50) y Pedro, después
de seguirlo a distancia, termina por negar a Jesús y escaparse (14,54.66-
72), con lo que muestra que en su opinión de aquel momento no era ya una 't' t) ) ( rundo descendíqn de ra montaña
1'
fkai katabainonrtin artttin ek
cosa buena estar con Jesús. Aquí la voz de Dios demuestra hacia fuera su "1'|,,\ I' Esta frasefbrma.parte de ra tiporogía mosaica ¿" tr¿" é,'z_rs.
r', t,'. I \X, Ex 34,29 utiliza una frase casildéntica
compromiso con su <Hijo amado>> (9, 7); allí Dios perrnanece silencioso respecio u üoir¿,
y una pregunta angustiada de su Hijo atraviesa el aire: <¿Por qué me has '¡'tl"ttttt¡tt/(¡'\ cle aurou ek tou orous, <y cuando descendia de la monta_
abandonado?), ( 15, 34). ' , ,
L r,, r ( or)to otras formas de kambainein + slr tou
orous se ernplá con
r, , ,r, n( iir cn textos gu;
Sin embargo, estos agudos contrastes son muestra de una unidad más a este personaje (Ex I 9, tq,;ii,-i; Zq,
¡ ',rrr .10, lti; Dt 9, l5; 1o^nc_i9men10,5), aunque tansólo do, u"c"s.árp".io u'oou,
profunda. En efecto, la transfiguración y la crucifixión constituyen las dos
.
caras de la identidad compleja, divina pero humana, del Hijo. Como afir- 'lr, Nnr 20,28: Jos 2,23).
. (
it,t,t,t (ltt(
man Davies y Allisonra: lei mé holanl, lit. <excepto cuando>. Este empleo torpe de
"' r r r r r"t'. (rr'lc expresa
' una excepción para indicar un rímite té,nporur,'pra_
Como Hijo de Dios, la suerte de Jesús es participar en las polaridades de la | ,rurr sclnitismor.
experiencia humana, y ciertamente en la gama entera. Es así porque el Hijo tt'l't''t'tt tc'sucitado de entre
de Dios es el mesías... y esto significa que es el hombre de los momentos rr¡s muerros rek nekrón anasff]. Cf. nota
finales en quien debe llevarse hasta su consumación el modelo escatológico ' 'l' r'rr'e los mueftos> en 6, 14. rncruso sin el artículo ¿"nni¿o,'"o,no
' ¡'r 't' l,titipuede significar <¿r¡s muertos>>.. En el contexto
de la vindicación del sufrimiento y de la salvación de las tribulaciones. Por pa"*"'"r ,u_
tanto, en cumplimiento de los profetas y de sus antiguos oráculos de con- <todos los muertos, todos los que están
* ai-,,un¿o
denación y consuelo, Jesús es humillado y exaltado, rodeado de santos y 'r.'lrlrblcrnente
"t r' r.r¡('o))ir el manuscrito siríaco sinaítico lee: <de la casa
de los muer_
cercado por pecadores, vestido de luz y a la vez cubierto de una vestimenta I r t'l ¡rcrsalniento cristiano prirnitivo,
de oscuridad. t I' ' rr¡re llos como <primicia de ros que se Jesús resucita de entre ru ,ooru
han dormido>> t r c"i r i, iol.
I r tr;rsc <resucitar de entre ros muertos> o <revantars.
La historia de la Transfiguración acentúa notablemente el extremo bri- d" lo,
'¡¡¡" rrr '¡ "' irl).rece por todas partes en el Nuevo Testamento, "nira
p"ro nun"u
llante de esta polaridad. En verdad, en el momento presente del relato mar-
'¡ I \ \ i*rcrue Ecro 4g, 5 habre de Erías que resucita de rá muerte v der "n
cano, esta revelación alentadora de gloria cristológica queda restringida l l l' (' l i¡ro de ros muertos)a. Hay un
'' fuera de ru iit"rutu*
al círculo íntimo de los discípulos, pero pronto formará parte de su alegre " , t,, r' ' t.s tlc ltrediados.del siglo il "u*
'e
Flegón de Tralles5, pr;i; ".il,iu_
proclamación al mundo. Esto ocurrirá, como indica con toda claridad el r""'t' ' rt lrri.se la posibilidad de influencia.iirtiunu.
_d.C., ;;; ""
siguiente pasaje, cuando el <Hijo del Hombre haya resucitado de entre los La auséncia dÉ refe_
muertos> (9, 9). , r tr llcycr. Semitische Syntax, 132_134.
r r r.r lucítlides,Historia,4,14,5;5,10,
I2.
lrl ) \( ; 1168
33. Cf.W.D.Davies-D.C.Allison,TheGospel AccordingtoSaintMatthew2,T06-707. ¡ r I rlr. l\1. ( .[BI].
Boer, The Defeat of Death, 107.
34. lbü1."706.
| ,r.r{lo (,n llDAG, g3 [7].
Mc 9, 9- I 3: Notas 737
736 Ctturta secc'ión principal (Mc 8, 22-10' 52)

r,r,rl r'l llijo del Hombre, y la alusión de Jesús a su resurrección torna


renciasalaanastasiseknekrÓnenlaliteraturajudíaindicalasingularidad
general' ,,,r¡r, rlr:rlrunrJnte las mentes de sus discípulos hacia la esperanza bíblica de
;;];ñ"I";ación cristiana: la resurrección' no de los muertos en t, ll, r'.rrLr tlc Blías antes (del día grande y terrible del Señon (Mal 4,5-6).
la resurrección de entre
sl"o á" uno entre ellos (cf. nola a<qué era eso de L, r,rl nuuc() lo que se espera es la resurrección general, no precisamente
los muertos> en 9, l0). t, ,1, urr ilrtlividuo.
entre ellos lton logon ekra-
10. Y guardaron para sí lo dicho, discutiendo ll
siglifica (sostener, agafrar, rete- ,l'ot'qué, pues, dicen los escribas que Elías debevenir primero?
tésan prls heautous syzétountesl. Kratein 't
12' etc' y para un 'tt l, t!ttt.sit1 hoi grammateis hoti Elian dei elthein prótonl. Sobre el uso
n..r; pu.u los usos litérales en Marcos' cf ' 3'21;6' 17; 12' t tt,,t¡ \((¿,por qué?)) en una interrogativa directa, cf. nota a <¿Por qué
'7,3.4.8. Pros heautous (<entre ellos>) podría ir
uso diferente, nguruao, ' ',,, { ( )n ¡rublicanos y pecadores?>> en 2, 16. El Sinaítico, L y unos pocos
"i.
conekrat¿Sal?,queloprecedeinmediatamente,obienconsyzétounles(<dis-
más probable' !,¡,iilr,,( iltos latinos leen aquí <los fariseos y los escribas>> (hoi pharisaioi
que inmediatamente lo sigue' Esto último es lo
"",i""¿ártl, es torpe' mientras que <discutiendo ,. tt,¡t .t,t'tttntnateis) en vez de <los escribas>; Freedman sugiere que <los
lo
Ñ;ilq; ";uardaron para síen Lc 22,23 y hay algo similar en Mc 9' 34'
dicho>>
' , ¡ (,,,,, ¡rtrcden haber sido omitidos a causa de la repetición de la sílaba
!nir" .ff ,o.r, Átá atestiguado , l'r r.. ir pcsar del Sinaítico, la atestiguación de la lectura larga es débil y
forme.parte del tema
Aunque la presentá confusión de los discípulos
con las pala- 1,,r, rl,',t'l' trrta asimilación a7, 7.5.
g"n"rái;u..ano de su-incomprensión, la ferviente ocupación
llrrltrrrirrrnrr, J. Taylorr2 y otros han sugerido que 9, I I iba originalmente
- d" Jesús es loable (cf. Lc
ú.as 2' l9'51)' (). I retomando la profecía de la venida escatológica y planteando
los muertos lti estin to ek nekrÓn I r¡ r , r lt'
,
q;é era eso de res)citur de entre | , t'r, r'unlir sobre el momento de su realización. Tal secuencia, sin embargo,
anasténai].Elloesu*ro,i"o(cf.glosario)'.deahílatraducción<esode>6.
de la resurrección ¡, rr, , r' ruf)r'obable. Mc 9,1 profetiza la revelación plena del reinado de Dios
Los discípulo, no t. .onüdJn acerca del concepto
(anastasis ltonf nekron; cf' Mt ,, , I l,r¡rstr de una generación, más o menos (sólo ttnos cuantos entre los
general, <la resurrecc ión de /os muertos>> , ,rt, ', tlc .lesús vivirán para verlo). La pregunta en 9, 11, por el contrario,
la profecía de Jesús de s¿r
V2, lti tCor 15, 12-13.21.42; efc'),sino sobre
al parecer apar- 1,, r¡()nc r¡Lre la resurrección general es inminente o que se está manifes-
,Ju,,é."iOn de entre los muertos (to ek nekrón anastenai), esta resu- , ,¡r,l¡' \ rr. cl problema es por qué Elías, que como se suponía debía preparar
perplejo 9s
te de la resurrección general; lo que les deja -có1o indican I , rnrro. aún no había venido. Esta pregunta tendría más sentido en res-
de ia resurrección de todosi. Como
puede ocurriiaislada
""."i0" en un contexto post- r,,,' r.r ;r rrn dicho de Jesús que identificara su advenimiento con la imrpción
ouul"r-Áttiron8, tal confusión podría haber surgido
su propia resurrección de , ,,, uu i(kr c'lel reinado de Dios, como en Mt 12,28 /l Lc 17,20.
pascual si el Jesús terrenal no hubiera distinguido ',, r'un los discípulos, los escribas dicen que <Elías debe venir primero).
sin embargo' que algunos judíos precristianos
la general. Se ha sugerido, ! , ,r.r\or'¡rarte de los exegetas considera esta frase como una referencia a
en la posiüitidad de la resurrección de un
individuo justo antes
;;.*;; ,,
por ejemplo' han visto este con- .
¡r.t lrrtiVas judías de que Elías precedería al mesías y suelen citar pa-
del eschaton; van Hentene y Hollemanro'
Todo depende 'r, ,,lllro cl Diálogo con Trifón 49,1 de Justino Mártir, en el que el judío
."pa 2 Macabeos i. Et óuto, sin embaigo' es discutible' r,rl,,rr rlit'cr <Esperamos que el cristo será un serhumano nacido de seres
"n
delatraducciónexactade2MacT,36,queHollemanpresentaasí:<Mis
hermanos han caído áhoru po' su iealtad a
la alianza con Dios' después I',¡,,r,rr,,\ v que Elías lo ungirá cuando venga... Pero de la circunstancia de
que conduce a la vida eterna) y ¡,,' I lrrs irirn no ha venido, deduzco que este hombre [Jesús] no es el me-
áe haber soportado un breve tormento
entiende que ello it"plt; que el sufrimiento
de los mártires será seguido ', (r I S.4). Recientemente, sin embargo, Faiersteinr3 y Fitzmyerra han
en 2 Mac ,,,'lr, ,rrIr (luc el Antiguo Testamento y textos judíos primitivos como Mal
inln"áiu,u*.nte por lia vida etema, denominada la <resurrección>
7, 14. Sin embargo, pasaje de 2 Macabeos se contrasta la brevedacl r r, (r('\lo l.rebreo: 3,23-24) y Eclo 48, l0 hablan sólo de Elías que ha
"n "tt"
deldolorconlaetemidaddelarecompensayestoúltimoesverdadtantosi
| ., rr :uttcs delfinal, no de que viene antes del mesías. Los testimonios
de la muerte o si no; estc ,,,1,,,,r l¡rrrrsdelaideadequeElíashadeprecederal mesíassonposteriores
lu r".orop"nra comienza inmediatamente después
texto, pues, no demuestra la pretensión de Holleman'
,r ,rr¡ \o lL'stamento (b. 'Erub.43ab;Targum Ps.Jonatán aDt30,4,etc.)y
de la resurrección en ull I r¡, r ,rr'lr y l"itzmyerpiensan que los judíos, transmisores de estacreencia,
En cualquier caso' en nuestro pasa¡e se habla
marco escatológico. Ét oU¡.to de ia resurrección
es una figura del tiempo l ' l r, r , r r lrirbcrla obtenido de los cristianos más que de cualquier otro sitio.
,

().
r.
',' \ lr' 9- I I ll Mt 17,9-10 atribuyen a los escribqs la idea de que Elías
Nev'Testoment' 1065'
6. Cf. A. T. Robertson, A Cranrnnr of the Greek
7. Cf . A. Y' Collins. of the Psalms of Individual Lament bv Mark'
i;; io;';;;';";" ll li llultntann,Historia de lo tradición sinóptica,318.
233, nota 49.
Sain-l Matfhew 2' 714' nota l()
I lrrr lor, J., The Coming of Elijah.
8. W. D. Davies-D. C' Allison' The Gospel Accordingto r r I Nl. M. Faierstein, Why Do the Scribes Say That Elijah Must Come First?
9. J. W. van Henten. flre Maccabean Mo'ty" ot Saviours'175'
r I I \. lritzmyer, More About Elijah Coming First.
10. J. Hollemal't, Rasttt'tvt'tittn and Panrusia'
146-14'7 '
738 CuorÍa sección princ'ipal (Mc 8, 22-10, 52)
Mc 9, 9-13: Notas 7-19

vendrá antes del Hijo del Hombre y Marcos al menos considera al <Hijo del
'|' ,y ponga su mano. sobre el <hijo de hombre al que
r''| 'r(lir
Hombre> como sinónimo del <mesías> (cf. 8, 29-31; 14,61-62); así pues, ha hecho fuerte
r',, ¡ | 1,,.
¡rr<lbablemente el rey20, p"ro iu_po"o esta figúra sufre.
este pasaje parece implicar la esperanza judía de que Elías vendrá antes ''rrr t'rrrbargo,
en fuentes judías y en el ñuevo Testamento
que el mesías15. Tal vez Allison tenga razón acerca del camino por el que se <<está escrito>
r"¡¡¡¡¡¡l;¡q similares pueden
referirse a veces a una refundición de
desarrolló dicha esperanza desde la fuente bíblica: Malaquías dice que Elías i rt'lrr fasajes
vendrá antes del final y losjudíos posteriores creyeran que el mesías vendría ''. o. una concrusión,exegética más que a una cita bíbrica en sentido
rrr' r, r' r'rlr ejemplo, en el primer
caso de'<como está escrito>> en Marcos
al final; por tanto, concluyeron que Elías vendría antes que el mesías. ' | ' r). cl pasaje citado es una fusión de
12. ¿Es realmenle cierto que Elías, cuando venga primero, resfaurará tres textos del Antiguo Testa_
todas las cosas? fElias men elthón proton apokathistanei panta]. El códice
"' '|,r" (t r 23,20; Mal3, l; Is 40,3). En Gal 4,22,pabloutiliza"ñmismo
' r'r r"'(ri(o)) para <resumir una buena cantidad de materiar
Beza (D) lee: <Si Elías cuando venga restaura todas las cosas, entonces r r del Ántiguo
extendido por un cierto número de capítulo
¿cómo es que se ha escrito...?>. Aunque ésta no sea la lectura original, ma- r" "('rr()
*i rr¡rlica la frase (como dijo ra Escritura))
s ¿el éJn"r¡rrt, y
nifiesta probablemente el sentido pretendido por el autor: el Jesús marcano a una conclusión exegética
r'¡ rr¡l'r rlc diferentes pasajes bíbricos (rs
3;zac r4,g y quira, oiios¡'r.
12,
no afirma que Elías restaurará todas las cosas, como es la interpretación I r' rr.t'ctlirniento neotestamentario tiene precedentes jraios; :.-Áaum-
habitual (<En verdad, Elías viene primero para restaurar todas las cosas>),
sino que formula una pregunta acerca de ello. Denniston afirma ciertamen-
' r¡ ' r)or ejempro, señara dos fragmentos der Documinro á"-óo.orro
' r'|r'r,r, r, -3-5 y 4e27 0 7 r,.r7 -rg) que aprican
r
ter6 que el griego men implica que la gente espera invariablemente una exactamente la frase usada
" r ¡ r rr "r r ( ) pasaje, <Está escrito acerca de.. .>, a un texto que (no
respuesta positiva, pero como WeisserT señaló ya en 1838, men puede uti- ,, , ¡¡r¡111¡ literal, sino el producto
de la interpretación á" fo,
es una cita
lizarse para preguntas que presuponen una respuesta afirmativa de parte ¡,, ,,r,rr ;r rrna combinación de pasajes ¿"
del destinatario, pero una negativa de parte del interrogadorrs. Cuando se ,, bíblicos> (Dt 30, 4 y Lv"^"ó,u,
Zi, St: cf.
' l, '). 11.20-21:'20,15_17).
toma 9, l2a como una pregunta, el versículo en conjunto tiene mejor sen- t t lilitt,,; ha venido también
tido, puesto que la continuación -que habla del sufrimiento del Hijo del fkai Elias eletythenl. Lo que se supone
' r '|r '¡ . (rrc cn ras Escrituras se profetiza no sólo el ,urri'ni"nio
Hombre- no confirma la referencia a la restauración del mundo por parte rl.,'rl,rt.. sino también él de ¿"iH¡i ¿"r
Elías2s.
de Elías, sino que la contradice. Si Elías hubiera ya restaurado todo antes tl)'..(on ér ro que quisieron
de que el mesías viniera, si el desastre de las relaciones humanas hubiera .t'' tt rrrribuye fepoiésan autQ hosa éthelonr. por un
"l' ' 'r'
r
Ia muerte der Bautistá a la maldad de
sido ya eliminado, como se prometía en Mal 4,5-6, ¿qué necesidad habría los ,e.e, hu-inor,
de que sufriera el Hijo del Hombre?re
'I "'|r"'r ()rr1),comoindicaconclaridadrafrasesiguiente,"ttoo"urr"^r"g,in
' ' tlc Dios expresada en ras Escrituras. Háy
'trrrrrrrtl una ambigü;dal simi_
¿Cómo entonces está escrito acerca del...? [kai pós gegraptai epi...l. " '
, I 'I "r.hos
de ros dicho.s sobre la <entrega> de iuan guutirTu
El perfecto pasivo gegraptai (<<está escrito>) se refiere siempre en el Nuevo ();
t. I | 0, 33; 14,21.41). yJJi"r,i,
Testamento a la <Escritura)), es deciq el Antiguo Testamento; en el caso ' "ttt't t'trri escrito de^ér
fkathos gegrapfai ep'autonf. Algunos intér-
presente el interés radica en que la muerte de Jesús realiza la voluntad ¡' r ('rrisnden esta frase .o'no uni
referenóia g.n"ár ¿.
divina presente en las Escrituras (cf. 14,49). No hay, sin embargo, ningún
pasaje concreto en el Antiguo Testamento que describa el sufrimiento y
pero la expresión no indica (como "1".."t"r1rino
está-escrito ¿"
'r"rr'r¡r-s.
,,rr1, r 1.,,1¡i cscrito de él>.
Hay un problema, sin embargo, ,i ," "ilorrr,
toÁu
rechazo del Hijo del Hombre. Los salmos deljusto sufriente (por ejemplo, '" ' " r'( r ('rci¿r a Elías: ni:gyn pasaje del Antiguo
salmos 22, 41,69) y los pasajes del Deuteroisaías sobre el siervo sufriente Testamento profetiza"o,',o
que
r llr'r' t'sc¿rrológico sufrirá violencia
del Señor (ls 50, 4-9: 52, 13-53, l2) relatan las aflicciones de una víctima
(cf. iota a <¿cómo entonces está
¡ r' r '')>>
en 9, 12 para un problema similar sobré
'' .l Itijo der Hombre). Er Libro primero
r
' la p.or".iu á"i ,uni-
inocente, pero no mencionan al Hijo del Hombre. Dn 7 habla <de un como
"" 'rr" rlt de ros Riyes lg,l-;.Ió.lc
un hijo de hombre>, pero éste no sufre (aunque esté vinculado al <pueblo
de los santos del Altísimo)), que sí sufre: Dn7,l3-14;18,21-22.25-27). ,, r I \1. l)ahood, psatns2,260.
Ef salmo 80, 14-17 ruega a Dios que mire desde el cielo a Israel, su viña t r I I Marcus, The Way of the Lord.94_97.
, lr l]¿rrrett, The Allegory of Abraham, Sarah_Hagar
,, in the Argumenf of Gala_
15. Cf. C. Milikowsky, E/y'ai and the Messiah; D. C. Allison, <Elijah Must Come First>: ' r I I l\,1¿rcus. Rivers qf,Living Wa.ter.from
J. Marcus, The Way of the Lotd, ll0.
n' ,ruu'''tarten, A 'scripiirat'CiationJesus,Beily.
li-ag í*g^"nts of the Domascus
16. J. D. Denniston, The Greek Particles,366-368. | ,,,,
17. C. H. Weisse, Die evangelische Geschichte kritisch und philosophisch bearbai-
1,, interpretación del kai como <también>,
tet I . 545. ,,,'l',, cf. R. Liebers, <<Ilie geschrieben
I 8. Cf ., por ejemplo, Aristófanes, Aves, l2l4 y Eurípides, Ión, 520.
Y. corrins, rhe Appropriatíon of the psatms
19. Cf. J. Wellhausen, Das Evangelium Marci,76; J. Marcus, The llay of the Lord.9t). ;;;n;ill,t ,lÍ;otÁn;lrlrurtA. of
Ct¡arta sección principal (Mc 8' 22-10'
52) Mc 9, 9-13: Comentario 741
740
rey njul. V. su esposa,Jezab:!.Otto r' .l; 10,24],<guardaron para sí> lkralein]; cf. 7,3;7, 4; 9,9; 12, 12.14¡'
describe la persecución de Elías por el r¡ <<rliscutiendo entre ellos> [cf. 8, 1 l;9,14.16;12,281. cf. 9, 34]) y una
del Elías histórico, no del escatológico v no es asesinado; a l')
;;j-;;;,; y Elías los que acaban muriendo
1.
,,rr',rr r¡t'cir'rn marcana habitual (infinitivo con artículo).
decir verdad, son los t"y"t t"f""aos no \l illual que 9, ll-13, lo sustancial de este diálogo sobre el advenimien-
de Malaquías que
ti n"v". zr_22).y los dos textos veterotestamentarios de un ministerio r', ,l, l líirs es probablemente anterior al evangelista, ya que no encaja bien
se refieren al Elías.r"*iogi"o
(3, l-4; 4,5-6) hablan
re- , rr ,rr t ontcxto marcano; aunque los discípulos acaban de ver a Elías que se
exitoso en un contexto de triirnfo en la guerra santa y de un proceso.de
testigos escatológicos.asesinados ,t,.rr ( ( (' con Moisés, suscitan ilógicamente una objeción relacionada con la
conciliación social. CiertaÁtnt", los dos ,', , , ',rrlrrtl de que Elías venga primero. Y dentro de esta perícopa premar-
f l, l-13 están modelados sobre las figuras de Elías y Moisés' puesto
"lÁp ,,,,' rnuchos estudiosos han detectado un cue{po extraño en 9, l2b, donde
quelosmilagrosqu"r"uti'unsonsimilaresalosdeesasfigurasdelAntiguo rrtt'rt'rl¿r una breve pregunta sobre el Hijo del Hombre cuando se está
que hubiera una tradición preexistente
Testamento, pero esto no tignin"u sobre és- ,, rr,rrrrhr dc Elías; por esta razón se considera que esta parte del versículo
jñ;"br";imu.ti.to y-tu "í.11" de ir4oisés y Elías2i; las historias
de la innovación' r,,rrr¡rr' t'l lrilo del discurso y se califica por ello como una torpe redacción
que derivan" '
te, son más bien uunu ánouu"ión cristiana ,rr rrr ,ulilio. o como una glosa postmarcana3l.
;.1;;-" cristiana, del martirio del mesías>>28'
el sintagma (como está^escrito de ',rrr e rrrbargo, lldc9,l2b sólo intem¡mpe el hilo del discurso si se toma 9,
Del mismo modo,;;i";t; presente' está l r , r)nro una afirmación, por ejemplo, como <Elías en verdad ha de venir
él>, así como la correspondiente en 9' i2 (cf ' nota a <¿Cómo
"*p."rón conclusión exegética que se de- r,,rr( ro l)ara restaurartodas las cosas>. Pero si, como hace nuestra traduc-
escrito de. ..?> en 9, l2),se refieren a una el dogma ,, ,', ,.,' considera una pregunta, el pasaje fluye más suavemente y es similar
Testamento y que presupone
duce de varios pasajes íel Antiguo
modo concreto' quizás' desig- ','rr,,,, lcxtos sinópticos en los que Jesús enfrenta dos textos escriturarios
cristiano del sufrimiento del mJsías' De un
nun .t rno¿o como las expectativas <bíblicas> sobre Elías como precursor ' t tttltrr,t't¡menlario a9, l1-13).Allisonr2,enconsecuencia,argumentaque
de que el Hijo del Hombre será
'' I I I \ lonna una unidad y que procede del Jesús histórico, aunque afirma
del mesías ," u"o.odun ii"iá"u <bíblicu
I',¡ ' il su contexto original el <Hijo del Hombre>> tenía un referente colec-
un -eríus sufriente (cf' comentario a9'
11-13)'?e'
! " nrii\ que individual. Esto es posible, pero también lo es que el pasaje
, t'r, ,('nlc una tentativa cristiana primitiva de definir la relación entre Jesús
r, r rr r I Irutista y entre el mesías y Elías. En cualquier caso
Comentario -incluso aunque
' I I I I tcnga un transfondo tradicional- ha sido reescrito utilizando abun-
r ,r,t, r ot'lbulario redaccional marcano (los <escribas>, <primero>>, <<todo>>,
Introducción.LavisiónmagníficadelaTransfiguración,'enlaqueJesús
es contemplado por tres discípulos
como una anticipación de su gloria tras ' r.r r',.( rito)) [2 veces], <sufrir muchor>, hina consecutivo: <que/para queD
la resunección, uu ,"guiJu inmediata
y lógicamente por un comentario que t ,t,,ltt ir (para que) en a, D]y kai pós: <y cómo> [cf. 4, l3b]).
(9, 9-10), y por una sesión de I I ¡rrrs:rje se divide, pues, en dos secciones: 9,9-10, que trata de la re-
une la Transfiguració"n con la resurretción
el momento del adve- ,¡, r ¡ r r l()n de Jesús y 9, 11-13, que trata de su relación con Elías. Hay una
preguntas y respuestas sobre otro tema escatológico'
de Elías (9, I l-13)'
, lr, r,,rr rrnplícita entre estos dos temas ya que Elías aparece en un pasaje
nimiento
'-'- El primer par de ver- r ,,,,¡,.o tlcl Antiguo Testamento como asunto al cielo todavía en vida (2Re
Ñ. pequeño diatogo ná está hecho de unapieza'
tl ) I'cro el final de la perícopa vincula a Elías y Jesús más con el su-
Jesús (9, 9-10), proc^ede probable-
sículos, que trata ¿.'iu'i"rur..cción de
de transición 9, 9 (la orden de r,rr.ut() (ple con la resurrección gloriosa. En verdad, en el conjunto del
mente de la mano aei-evangetista. El verso
Jesús de guardar sitencio¡eia trufado
de vocabulario marcano (la <<venidu' r', 'r, lr¡ry rrna progresión desde la resurrección de Jesús (9,9-10) al adve-
una forma gramatical muy del guskr ,',,,,,¡ nt() rlc Elías (9, ll-l2a) y de ahí al sufrimiento tanto de Jesús como
<ordenó>>, nu nu¿i"n, uuísto>), emplea
un tema típicamente marcano (cl ,r' ' ..1 lils>, Juan Bautista (9, 12b-13).
de Marcos (genitivo absoluto), expresa
secreto mesiánico) v t ,.r.l.ncü sin rodeos al período,postpascual. Y si
"*
este versícuro es redaccional, probablemente
9, r0, que describe el aturdi- 'r. t)-lll. Perplejidad de los discípulos qnte la resurrección de Jesús.
se refiere a su resurrección' tambiéll I l¡,.r,.¡¡i'comienzapresentando el escenario, camino abajo del monte de
miento de los discípulos cuanáo Jesús por la nuevit
i" V" qu" d"p.nd" de 9, 9' Esta posibilidad se ve reforzada
| r, rr,,f iliuración (9, 9a). La perspectiva de una vuelta a la esfera pública
'
"t, marcanos (<la palabru [cf. l, .r¡,lrr¡ r ir .lcsúrs a prohibir estrictamente, a los tres discípulos que lo acom-
presencia de vocabulario y'temas tíiicamente

,, l',,r r'icrnplo, R. Liebers, <<Wie gesc'hrieben slehtr,73-83.


27. Cf. R. Bauckham, The Climat of Prophecy'2'73-283' t l',,r t'icnrplo, R. Bultmann, Hisloria de la tradición sinóplica, 183s.
Elijah'458'
zA. ñ. euu.Lltum,iie Martvrdom óf En99!a.nd ' ' I ) ( . Allison, Q 12, 51-53 and the Decalogue and the Decalogue,306-310.
Zé. éf . :. Marcus, The Way'of the Lord'
105-10'l '
Cuurl¿t sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9,9-13: Comentorio

pañan, contar lo que han visto hasta que el Hüo del Hombre resucite de 'r, I l-l-1. I'u ¡tregunta sobre Erías. Er interés por este problema de los
entre los muertos (9, 9b). Esto es, como señala Gnilkarr, la última orden ''' 1's¡¿[1¡lfgicos ayuda a explicar el siguienté giro de ia conversación.
r r'¡
''
i ¡'
que afecta al (secreto mesiánico)) en el evangelio y la única que lleva unida '|'rr)r()\ iso. los discípulos no formuran la pregunta que nos había dicho
I rr'
una restricción temporal; su posición en lugar tan preponderante sugiere 'r" 1¡1¡g cstaba en sus mentes, a saber, ermaiiz"*u"to de <ra resurrec-
que tiene una importancia programática y que las prescripciones anterio- ""r rlr't'lr[r'. Ios muertos¡>, sino: <¿por qué, pues, dicen ros escribas que
t l' r'
res podían entenderse de igual modo. El secreto hasta el momento de la 'lt'lrc vcnir primero?> (9, ll). Las dos cuestiones están reracionadas
resurrección tiene sentido porque la transfiguración es una anticipación de " ' l ''¡ rritl. de que distinguir la resurrección de una figura escatológica,
I lt'l I lornbre, de la resurrección generar
aquella y las curaciones, cuya publicidad había prohibido Jesús anterior- '
I I ¡ r' r
podría sL[erir la necesidad
mente, presagian el poder que actuará en el mundo gracias al acontecimien-
r " \ r',i* .rros elementos der programa escatológico, ra venida de
r r¡l ''rr('s cle la del mesías (cf.
to de la resurrección (cf. comentario a 5,35-43). nota a <¿porqué, pues,"ón'o
dicen ros escribas
La resurrección de Jesús representa un momento absolutamente crucial, i l Ir'rs tlcbe venir primero?>> en9,l l). Er Jeiús marcano, además,con la
r' | ¡ .( rir lr su próxima resurrección parece
porque está relacionada con la nueva edad en la que se revelará plenamente implicar que él hará mútis por
r r"¡rr ¡'¡¡ brcve tiempo; pero si ér es
el poder glorioso y vivificante de Dios en consonancia con las concepcio- er mesías y si Eiías debe venirantes
nes veterotestamentarias y judías sobre la resurrección general (cf., por
i I ,r'| ,rirs. cs lógico preguntarse cómo puede eiectuar su salida
de escena
ejemplo, Dn12,l-3.13; I Hen.9l, 10; 92,3:4Q521)34. En efecto, ellibro ''r, r[,tluo Elías haga acto de presencia.
veterotestamentario de Daniel, que influyó de una manera tan decisiva en I r ' t'r¡rcctativas de los escribas a ras que los discípulos
Marcos, utiliza con mucha frecuencia un lenguaje similar al que encontra- ' "' '¡ r 't:riill basadas en un pasaje der profeta Maraquías que hacen refe-
habra de la
mos en Mc 9, 9 para hablar de la necesidad de mantener el secreto hasta
, r,l.r rlt. l:lías <antes del día, grande y terrible, del beRoni (4, :3,23).
S
que venga la nueva edad: <Pero tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras '¡ ,r
'rr), cstaría orientada a la reparación de la ruptura en'la relacíones
y sella el libro hasta el tiempo delfin> (Dn 12, 9; cf. 8, 26;12,4). Mc 9,9 """r rr,r" ([rc amenaza con devastar el planeta entero: <<Élhará tornar los
sirve, por tanto, para unir la resurrección de Jesús con el momento decisivo '| "'('\ trc los padres hacia sus hijos y los corazones
escatológico. '' r' r'|lr('s' sea que venga yo y hiera la tierra con unademaldición>
los hijos hacia

Sin embargo, la orden de Jesús de guardar silencio deja confundidos a


, ,' , t lclo'., 48, l0; Lc 1, 16-17). En la Misná, ,Eduyot g,7, los (Mal
sabios
los discípulos. ¿Qué significa realmente que se pregunten entre sí <eso de
r' 't"'i
'l, l¡r conclusión lógica de este pasaje, a saber qu" nÉti* vendrá...
resucitar de entre los muertos> (9, 10)? ¡Lo realmente incomprensible, sin " ' ' r,rlrlcccr lapazen er mundo>. pero el Jesús marcano, con su típica
embargo, consiste en por qué ellos están tan confundidos! Es dificil de creer "lr' r'r t'regótica, desafía estas expectativas de reconciriación familiar y
que muchos judíos del siglo I hubieran ignorado la idea de la resurrección, ",' en Ia Biblia: <¿Es rearmente cierto que Elías,
,r lrrrs¿ldas
u"n-
incluso aunque fueran escépticos al respecto; la noción está ya atestiguada ' I',¡rr( r() l- antes del mesías], restaurará todas lai cosas?>"uundo (9, l2a; cf.
en el Antiguo Testamento (Dn 12,2) y era una fuente importante de contro-
/ | , liase en 9, l2).
,,tir

versia entre las sectas judías del siglo I según los evangelios (Mc 12, 18-27
I r r r zri. cle esta reserva se torna clara enseguida: si ésta fuera la
,

par.), los Hechos (23, 6-8) y Josefo (Ant. 18, 14.16. l8). De cualquier modo,
¡ I lr'r" ;rsc'tar la sociedad humana, traer la pazy hastareparar función
er universo
, ,'lr. lrs cosas>), no habría necesidad
la declaración redaccional sobre la perplejidad de los discípulos debe ser alguna de que ru ru""ror, el me_
''
interpretada en el contexto de la referencia precedente de Jesús a su propia 'trrt'r'. y fuera rechazado, como está profetizádo en las Esórituras:
resurrección, al parecer como un acontecimiento aparte de la anáslasis ge- "rr,' ('.ronces está escrito acerca del Hijo del Hombre que debe sufrir
neral; el problema de los discípulos pudo ser imaginarse el modo como los ' l¡ '¡ r'.,s.-S y ser despreciado?> (9, l2b). Las dos perspeótivas bíblicas,
dos acontecimientos podían relacionarse entre sí (cf. nota a <qué era eso dc
" "rr r ¡r;rlirb'as, se contradicen entre sí y sólo una de erLs puede
. ,",1 r rrrr.tl.ívocamente. Así pues, nuestro ser sos-
resucitar de entre los muertos> en 9, l0). Es evidente por I Cor 15,20-2tl pasaje pertenece a ese grupo de
que ésta era una cuestión que ocupaba a los cristianos primitivos, pues kr ' r' 'rrriguas judías y cristianas que intenian mediar un óonffi.to
'¡' r';r ¡¡rr' ('rlfc dos textos bíblicos, del que hay varios ejemplos
"n
que le interesa a Pablo en ese pasaje es establecer el orden correcto de las en otros
'¡ trr rradición sinóptica (Mc r0, 2-9; ri,35-37;rt¿t
resurrecciones: primero Cristo, como una suerte de <primiciu; luego, en | "'||
'i 'tt'
''t
Q; cf. nota a <¿Es realmente cierto que Elías, cuándo venga
ró, 34-36 //Lc
su <llegado, la de <los suyos> (es decir, los cristianos); finalmente, quizás.
r'¡.¡,,' r. rt's[aurará todas las cosas?> en 9, l2)i5. El método
la de todo el mundo (cf. 1 Tes 4,13-17). básico de tratar
'' '
' 'r rlrcros es establecer un texto como autoritativo y luego mostrar que
r
'!

'ri¡'i I'r¡r'(lc c.nciliarse con é1, a veces mediante


un tercer fasaje que me-
33. Cf. J. Gnilka, E/ Et,angelio segtin san Marcos 2,46.
34. Cf-. Mc 4. 10-12 y J. Marcus. Mark 4, I 0- I 2 and Marcan Epistemology, 567 -571t ' I I) (.Allison, e 12, Sl_53andtheDecalogue,303_304.
744 Cuarta sección principal (Mc 8' 22-10' 52)
Mc 9, 14-29 745

l2-13: la espe- '\rl cnlbargo, la cadena de testigos sufrientes no va simplemente desde


dia entre los dos36. Esto es exactamente lo que pasa en Mc 9,
la función de precursor al restaurar I lt,¡utisl¿r hasta Jesús, sino que se extiende también al tiempo de Marcos.
ianzabíblicade que Elías desempeñará
a lis expectativas bíblicas de que el Hijo del I rr , l pl:ur escatológico del evangelio, Juan proclama primero la buena nue-
todas las cosas se contrapone
r i', ('rr [rcgado y lo asesinan (1, 4.7 .1 4; 6, 17 -28); entonces Jesús proclama
Hombre sufrirá, y la solución es afirmar que Elías irá delante del
mesías,
I r I'rr'nir nueva, es entregado y lo asesinan (7,14, etc.;9,31, etc.); y final-
p".o-po'elcaminodelamuertemásqueporeldeltriunfoconvencional,
,', rrtt' lt)S cristianos proclaman la buena nueva, son entregados y los ase-
n"o-o está escrito acerca de éb> (cf. las notas a (¿cómo entonces está escri-
to acerca. . .?> en 9, 12,y (como está escrito acerca de éb> en 9'
13)' rl.rrr ( 13, 9-11)37. Así pues, los miembros de la comunidad marcana oirían
conflicto entre textos pro- Lrrl'rrrncnto exegético de 9, 9-13 no como una lección académica sobre el
Lo que está aquí en juego no es un simple
batorios, sino la naturalézamisma de la misión del mesías. ¿Debe ser una ¡ r, r l r. sino como un mensaje crucial acerca de su propio tiempo: los que se
de que Elías haya hecho previamente ,,r 1, rrriur al modelo mostrado por el Hijo del Hombre, antes de que venga
mera ((operación cosméticu después
duro? O ¿la contribuóión del mesías es tan crucial, y el mal
al , ,1, ,¡rrrús de que se vaya, se encontrarán emprendiendo la misma marcha
"iou¡uJo que no hay espacio alguno para una Ir ,, r,r lir nruerte que él ya emprendió (cf. 8, 34-35). El sufrimiento de la co-
que debe enfrentarse es tan radical
dgrrru -"to, que Elías para desemp"hat etu función previa restauradora? ",urr(lir(l tnarcana no es ningún accidente. Como ocurrió con el sufrimiento
posterior ,l' lr'.,r'ts y anteriormente con el de Juan Bautista, todo sucederá <como está
Lá cuestión es similar a la perfilada por una tradición talmúdica
honrada , rrrrr,, (cf. nota a ((como está escrito acetaa de él> en 9, 13). Para una
que declara que el mesías véndrá a una generación completamente
malvada (R. Johanán en b' Sanh' 98a)' La opinión ','rrrrrrirl¿rd perseguida, situada en el desconcertante contexto de la guerra
ó a otra
"o-pl"tu-"nte
de los escribas citada por los discípulos en Marcos parece aceplaf la prime- ¡rr,lr,r t'n cl que habían surgido profetas triunfantes que obraban maravillas
todas las cosas, en rrrr',,i:rsr) que hacían milagros y podían engañar incluso a los elegidos (13,
ra alternativa: Elías vendrá antes del mesías, restaurará
p"n"q'z¿'mostrandoalsraellasoluciórralascuestionesespinosasdeley
| ' '). cl hincapié marcano en el sufrimiento de Elías y del mesías propor-
juaia 1cf. m. Bab. Me; 1,8;3,4; etc'), y logrará así que lsrael y el mundo se ',,n.u ir url criterio epistemológico para distinguir a los verdaderos siervos
't sin ,t, I )r's tlc sus falsificaciones satánicas (cf. Ap l3).
u-g;up,or pu.u r""ibii a'surey; sólo'entonces vendrá el mesías. Jesús,
una (generación adúltera l.lr, t's gu€ el sufrimiento y la taumaturgia sean realidades necesaria-
toma el otro camino: él mesías vendrá a
,r¡, rrtr' t'ontt'odictorias más que 1o son la muerte y la resurrección. La yux-
y p."uáoruu (cf. 8, 38; 9, l9) que demostrará su indignidad total matándolo'
"-lburgá,
pero excepto esta muerte enla cruz, gracias a la cual Jesús da su
vida r.r¡rr,,¡1 ¡i¡¡1 de nuestro pasaje con el siguiente sugiere que el poder curativo
nada,
golpe tremen- ti.rr, ('rncrge incluso en medio de una generación mala e incrédula que
como ((rescate por muchos> (10' 45), será capaz de asestar el
mal dominan la edad presente' rr. , r ,r l;r nruerte a los portadores de buenas noticias.
do y decisivo ctntra los poderes del que,
para la mi-
ia misión del mesías sufriente tiene también consecuencias
(9, l3)'
sión de Elías, tal como anuncia Jesús en la conclusión del diálogo lr ',r s t URA A uN MUcHAcHo EprlÉprrco
debe ser (9,14-29)
si rr¡o del Hombre debe ser un mesías doliente y Elías, asov,ez,
"r que Elías mismo debe ser una
el pr"cü.so. del mesías, es obligado deducir ¡l rY cuando retornaron a los discípulos, vieron una gran muche-
que comparte
figura que sufre: el siervo no está por encima de su señor sino ,l,rrrrlrrt'crr torno a ellos y a unos escribas que discutían con ellos.
l6). Jesús --en la
su"destino (cf. Mt 10,24-25 ll Lc 6,40 ll Jn 13, Por tanto,
línea conclusiva de la perícopa- afitma que Elías ha venido ya' y también \ t.rl:r l¿r rnuchedumbre, cuando vio a Jesús, quedó inmediatamente
que ha sufrido violencia por parte de los. seres humanos' ,r, lr,'r rzirda, echó a correr y lo aclamó.
'6Y Jesús les preguntó: (¿De
Los lectores de Marcós entenderían indudablemente que esta figura
su- ¡,,, ,lr.,r'rrtíiris con ellos?).
Bautista. Las líneas iniciales del evangelio (1,2-4) Y r¡rro de la muchedumbre le contestó: ((Maestro, te traje a mi
friente, Elías, era Juan
habían atribuido ya al Bautista un pasaje de Malaquías (3' 1)
que común- ti,t', lr()rt¡rrc tiene un espíritu mudo. l8Y en cualquier parte donde se
uniáo la base de la palabra gancho <<mensajero>>- con
mente estaba -sobre r¡,, '¡11'¡ ¡ tlc ó1, lo deniba; y echa espumarajos por su boca, rechina sus
habían
Mal 4, 5-6, que habla del retorno de Elías' Los lectores de Marcos ,1,, rrtr", y sc vuelve rígido. Y dije a tus discípulos que lo expulsaran,
tenido ocasi6n de leer posteriormente una amplia y detallada relación
del
(6, t,' t" n() lcrrían fuerza)). reYJesús contestó
y les dijo: <Oh generación
encarcelamiento del Bautista y su ejecución por Herodes Antipas 14-
que <Elías había ve- irr, r, rlrlir. ¿,hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Cuánto tiempo os so-
iq). eti pues, cuando oyeron decir al Jesús. marcano
casi cotr ¡',,¡r.rrr"' lraédmelo>. 20Y ellos se lo trajeron. Y al verlo, el espíritu
niáo ya y que habían heóho con él lo que quisieron>, identificarían
asesinado' ' 'r^ ul:,ron(i inmediatamente al muchacho y cayendo atiena, se revol-
total seguridad a este Elías con el Bautista

Lord,94-ll0' t tI N. l'crrin-D. C. Duling, The New Testament, An Introduction, I10.238.


36. Cf. N. A. Dahl, contradictions in scripture; J. Marcus, The way of the
746 Ctnrfa sección principal (Mc 8' 22-10' 52)
fr Mc 9, l4-29: Notas 747

2rY preguntó a su padre: (¿cuánto


, Lr'¡,1¡¡¡111¡, a un judío; en el primero de estos dos últimos la madre de la
caba echando espuma por la boca. rrru, lr:rt'lla poseída intercede por ella, mientras que en el segundo el padre
tiempo hace que le está sucediendo esto?>. Y él dijo: <<Desde laniñez. ,1, I rrrue hlcho poseído intercede por é1. En ambos casos la curación va pre-
r2y muchas vlces lo ha lanzado al fuego y a las aguas para destruirlo. ,,,lrrlrr ¡.nut-una discusión con los escribas (7, l-15;9, 14). En ambos casos
Pero, si puedes hacer algo, iten compasión de nosotros y ayúdanos!> l' '.u:, rclrasa la curación y esta tardanza está relacionada con la situación de
23pero Jesús le dijo: <'¿Si puedes?'¡Todas las cosas son posibles al l¡r l,('ileÍirción presente (7,27;9, 19.2la). En ambos casos, sin embargo, el

que cree!>. 2aEl padre del niño gritó inmediatamente y dijo: <<creo; t,r,'t,,'rillor persiste en la súplica y la curación va ligada a la fe manifestada
¡',,r , l ¡rlrgenitor (7, 29:9,23-24).
¡ayuda a mi incredulidad!>. ttrt t',,;¡tíritu mudo fpneuma alalonl, es decir, un espíritu que le impide
25Y Jesús, viendo que se reunía rápidamente una gran muchedum-
yo l,.rl,l,rr l:l rnuchacho parece ser epiléptico, como muestra el diagnóstico de
bre, reprendió al espíritu impuro y le dijo: <Espíritu mudo y sordo; \ Lrrr'o ( I 7, l5) y la correspondencia entre los síntomas del muchacho y otras
26Y dando gritos y
te lo oideno: ¡Sal dé él y no entres de nuevo en él!>.
,1, ., rrf rciones antiguas de la epilepsiaa. Según Mc 9,25, el espíritu era tam-
convulsionándolo grandemente, salió; y el muchacho quedó como un l,r, rr '.trrlkr. un reflejo de la insensibilidad del epiléptico que sufre el ataque.
2iPero Jesús
cadáver, de modo que muchos dijeron que había muerto. I n cl paganismo antiguo la epilepsia era denominada a menudo la <en-
lo tomó de la mano, lo levantó y se puso en pie' t, rlr('(ll(l sagrada> (morbo sacro), aunque no hubiera unanimidad sobre
28y cuando Jesús hubo entrado en una casa, sus discípulos le pre- l ¡ , ,rusr clc esta denominación; algunos pensaban que era así porque la
guntaron en privado: <¿Por qué nosotros no fuimos capaces de expul- , nl' rnc(l¿lcl era enviada por una divinidad; otros, porque atacaba a los que

iarlo?>. ,y ¡l les dijo: <Este tipo de espíritu no puede ser expulsado lrrlrr.r¡r pccado contra un dios, y otros finalmente porque sólo podía ser
,,r,r,l;r l)()l'intervención divinas. Los judíos y cristianos, sin embargo, evi-
de ningún modo excepto por la oración>'
Ir ('stll terrninología, pues no querían vincular demasiado estrechamente
',n
, l.r ,lrrinidad con una afficción tan terrible; la epilepsia, por el contrario,
, r r ,r nrerrudo atribuida a los demonios (para un ejemplo curioso, cf. b. Git.
Notas
,r I r'n cl que la epilepsia de un niño es atribuida al <demonio de las
[par-
9, 15. Quectó '.. atemorizada fexethambéthésan)t ' Los
LXX no utilizan r, | ¡rr rr ltlas>, demonio que se había pegado al padre del niño cuando éste
ekthambelthal, sino que hablan del miedo de la gente (ephobe-the-sa!).Ta- r' ,l'r,r ¡ncticado el sexo demasiado pronto después de haber satisfecho sus
gu*u'oUr".ua otra diierencia que, para é1, descalifica el pasaje del Exodo ,,',, ,rrllrtlcs). En verdad, tan estrecho era en la mente popular el nexo de
óomo transfondo de nuestro teito: en el Exodo el pueblo tiene
miedo de t r , rli'nnedad con la posesión que en épocabizantina tardía los cristia-
acercarse a Moisés, mientras que en Marcos corre hacia Jesús
y 1o saluda. ",, ., rclcr'ían sencillamente a ella como el <demonio>ó. WohlersT opina
Pero en el pasaje del Exodo el pueblo vence finalmente el miedo y se acer- ¡',, Lr r'r¡rlicación demonológica de la epilepsia surgió primero en círculos
ca a Moisés. Es posible que nuestra historia desee mostrar una compara- ,r rr.rr()s. pero esta tesis requiere atribuir -sin prueba alguna- a influjo
el resplandor de Moisés era aterrador, mientras , tr.rn() rrrr pasaje de Areteo del siglo I8.
ción así como un contrasté: '
que el temor hacia Jesús era a la vez atemorizante y atractivor. cf. también Lr nrtcrpretación demonológica de la epilepsia surgió indudablemente
icor donde se compara y contrasta el resplandor
3,12-18, de Cristo con , , rrllrrerrcia de la pérdida de control por parte de los enfermos y por la
el de Moisés. ,, r, r.n r¡ue ofrecían de ser víctimas de un ataque del exterior, una impre-
lT.Mihijo|tonhuionmouf.Cadaunadelascuatroprimerassecciones ,,,,r ¡til(' sc conserva aún en algunas lenguas (como en el inglés moderno,
principales áel evangelio según nuestra división (cf' vol' 1, 88) contiene un . , ilr( ,' cn eI sentido de <asir a otro); y en español, (posesión); cf. nota
L*o."ír*o importante: el endemoniado en la sinagoga de Cafarnaún en la ,,, I (ullquier parte donde se apodera de él>, en 9, l8). Los médicos,
secciónl^(|,2|-28);elendemoniadogerasenoenlasección2^(5,1.20); ," , 1¡¡lr¡¡¡91¡, tendieron a rechazar tales explicaciones demonológicas y a
iu n¡u de la mujer sirofenicia en la sección 3 (7,24-30) y el muchacho .¡¡ ,l,rr lr cpilepsia a una variedad de causas fisiológicas como un exceso

epiliptico, aquí en la sección 4o. Los dos primeros exorcismos afectan a


endemoniados adultos; el primero, a un judío y el segundo' a un
gentil' Los r r I l|. Kollnrann, Jesus und die Christen als Mtndertciter,2ll-213; M. Wohlers,
dossiguientesafectanaendemoniadosinfantiles;elprimero,aungentily t.,,utAltt,it,2l-23; sobre la imposibilidad de hablar, para un epiléptico, durante un
, , I l)('I c'jernplo, Pseudo Hipócrates, Soáre la enfermedad sagrada, T, l; 10, 6.
II \rc(co de Capadocia, Ederntedades Crónicas, l, 4.
l. Sobre el posible trasfondo de este elemento, el temor del pueblo p-or-el-resplandor rI t I. Icrnkin, The Falling Sickness,86.
de Moisés cuando desccndía del Sinaí' cf' D' E' Nineham' Saint Mork' 245-246' \ I \\ olrlcrs. Heilige Krankheit, 128-130.
2. K. Tagawa. lt4intt'lcs et étangile' 106' rI r.rnrbión TestSol. 18,21 [88].
¡. So¡r.-"t," paradójica combiñación, cf' R'- Otto,
^ The ldea of the Holy'passim'
748 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52)
Mc 9, 14-29: Notas 749

de flema en el cerebro, perturbaciones en la función sexual, factores climá- r" r ', los lbriseos no se hallan aquí en el centro de la atención. Más bien
son
ticos y la dieta. La etiología de la epilepsia, por tanto, se convirtió en un t" ,lrscípulos el referente primario ya que acaba de describirse su fracaso.
campo de batalla crucial entre las concepciones científicas y mágicas de la | r, lVlrr.shall¡a puede tener razón cuando sostiene que
enfermedade. Este conflicto no ha acabado aún en época modemar0.
" ' el reproche incluye
rrrr¡lrtrr a la muchedumbre y al padre del muchacho
poseího. El término
18. Y en cualquier parte donde se apodera de él fhopou ean auton kata- ,', rt'rrción>> incluye a todos, por lo que es natural
el nexo con la muche-
labgf,Iit. <en cualquier parte donde este (espíritu) lo agarre>; el significado ,lrr¡rlr'c; además, la forma de la petición del padre
en9,24, <ayuda mi
es que el espíritu ataca y produce convulsiones al muchacho en cualquier
"¡' r, rlulidad¡>, sugiere que se ve a sí mismo como perteneciente, ál -"no,
parte donde el paciente esté, como posteriormente ocurre en9,20. El verbo rr rrrr lrspecto de su seq a esa (generación incrédula/desleal>
que Jesús
usado aquí, katalambanein, tiene la misma raíz que el verbo epilambanein r, ,rlr;r rlc tnencionar.
del que deriva el vocablo <<epilepsiu, que literalmente significa <apoderar-
'ttllmelo fttherete auton pros ne]. Jesús no se dirige precisamente al
It
se de>>, (agarran). En griego, al igual que en el lenguaje moderno, podría 1' t'hc. ¡tltcrete es una segunda persona del plural. puesto
qu" segun-
decirse de cualquier enfermedad que se ha <apoderado> de un ser humano. rr r'!( rso'¿r se repite en 9, lgab (<...¿Hasta cuándo
estaré con"rtu
vosotros?
Y esta terminología se retrotrae quizás a una concepción mágica muy an- t r'rrr() tiempo os soportaré?>), la referencia puede ser tanto
a ra muche-
tigua, según la cual se creía que todas las enfermedades eran (ataques) y ,lrrr¡lrrc como a los discípulos (cf. nota anterior).
posesiones de dioses y demonios, como está documentado en la medicina lll l"'l ntuchacho fautonl,lit. <a élllo>; esta especificación es necesaria
babilónica. Ya que la epilepsia era la enfermedad demoníaca por excelen- ¡"r,r rr'ilrtener en escena a todos los dramqtis personae; de modo similar
cia, el término adquirió gradualmente un significado particular y vino a rr¡r rllre sobrentender <Jesús> en9,2r. La tendencia
a omitir el sujeto es
significar la <posesión epilépticur r. "",r ( .rr:rctcrística del estilo popular del relato de Marcos (cf . la noía a <<y
pero no tenían fuerza louk ischysan.l. Un tema fundamental de nuestro t,,, r.r
it vcr)) en 5, l4).
pasaje es que Jesús tiene la fuerza o el poder de lograr lo que ningún mero I
, (',ánro tiempo hace que re está sucediendo esto?
!
chronos
ser humano puede hacer; cf.3,27, donde una palabra de la misma raí2, t'' lt't\ torto gegonen aurQf,lit. <¿cuánto tiempo es que lposos
esto le sucedió
ischyros (<fuerte>), se utiliza para expresar idéntico concepto. Cf. también
" I "' r's decir, <¿cuánto tiempo hace que le sucede esto?>. Las historias
lanota a <<un espíritu mudo> en9,17, donde se señala que algunos paganos 'l' rrrrLrlrlrs acentúan a menudo la duración de Ia enfermedad para mostrar
en la antigüedad llamaron a la epilepsia <enfermedad sagradu, porque ,l,r' r'ril irrcurable por medios naturales (cf. por
ejemplo S, Zi_Ze; Lc 13,
creían que sólo un dios podía curarla. Davies-Allisonr2 presentan como i I r I rrs cnf'ermos de Hch 3,2y Jn9,
r no ton co-puiables con er mucha-
paralelo 2P.e 4, l8-37, en donde Gehazi, el discípulo de Eliseo, es incapaz t" ' ¡rrle'¡rtico de nuestra historia ya que aquellos
' estaban enfermos no solo
de resucitar a un niño m!¡erto, pero su maestro sí puede hacerlo. r' ' lr' l:r rriñez, sino desde el nacimiento. para otros aspectos
de la pregunta
19. Oh generación incrédula, ¿hasla cuándo eslaré con vosotros'? ' r' l, '.rs. irrcluida su relación
con el concepto marcano de la história de la
¿Cuánto tiempo os soportaré? lO genea apistos, heos pote pros hymas ,l\.rr f{)n, cf. comenlario a9,20_24,
esomai; heós pote anexomai hymónl. Sobre los ecos de Nm 14, 11 y Dt32, ' l' ltt niñez fek paidióthenl. paidióthen por sí mismo significa <des-
',1,'
20 en este pasaje, cf. comentario a9, 17-19. En estos textos del Pentateuco t
l,rricz>>, por lo que la frase presente es una redundancia-típicamente
es Dios quien se desespera con su pueblo incrédulo y quien amenaza con i" 'rrr¡l (trso de ek + -¡¡"n¡ que es parte del estilo popular
'!r¡ del evangelio.
ocultar su rostro a una generación perversa e incrédula. Como en otros ' "rrrr r ',1'¡i1¡l¿
Kollmannr6, la respuesta del padre acentúa la gravedadie la
lugares en los que utlliza tradiciones del Antiguo Testamento, Marcos com-
para implícitamente a Jesús no sólo con Moisés, sino también con Dios (cf.
'l' también un elemento típico en las historias dJ curación (cf.
¡¡¡¡¡'11¡¡11.

" '/'¡ .rrr('r'ior), pero también corresponde a la medicina antigua, que seña-
los comentarios a 6,48-50 y 8, l0- I 3)'3. r¡l' r rrr¡t' llr epilepsia era una dolencia que
aparecía en la niñ-ez. A^veces se
¿Quién está incluido en <la generación incrédulu reprendida por Je- rl'ir'|r'rl'|.l rrcluso a la epilepsia ra <enfermedad
del niño> (paidion aparece
sús? Los escribas pertenecen a ella indudablemente (cf. 8, l0-13, donde ' ,,,,r', .,rr(ininlo de la epilepsia desde Galeno)r7.
sus aliados los fariseos prueban a Jesús adoptando una postura escéptica I J I tt lttt lanzqdo alfuego y a las aguas
y en donde se los menciona como (esta generación> que busca un signo), fkai eis pyr auton ebalen kai
' t^ 'l,rttrltx. Los epilépticos caen a veces en los ríos o en el mar. Er fuego
9. Cf. O. Temkin, The Falling Sckness,4. I I ( l). Marshall, FoiÍh as aTheme in Mark's Natative.llT_llg.
10. Para un estudio especial de un caso triste de malentendidos mutuos en la Califomia t t tl¡st*¡...'¡' vida de Aporonio,3,3g; 6,43; R. Burtmann,
Histor-ia de ra tradición
de los años 1980, cf. A. Fadiman, The Spirit Cafches You and You Fall Down. t"
' 't .''lt): G. Theissen, The.Mirac.re stories of rhe Earty chíistian
r-a¡tii*,i'l-jz.
11. O. Temkin, The Falling Sckness,2l. r', lt l\ollmann,Jesus und die Christen als lhundertcjier,2l2.
12. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 2,723. I ( I ( ). Itrlkin, The Falling Sickness,ll5_ll6 y LSJ 1, 2g7
13. D. E. Ninehar¡, Soint Mark,243; E. Lóvestam,Jesus and this Generation,55. I { I ( clioAureliano, Enfermedades Crónicas i,q,A& '[lll].
750 Cuarto sección princípal (Mc B' 22 l0' 52) Mc 9, 14-29: Comentario 751

y el agua aparecen vinculados frecuentemente en los textos mágicos con r', rl)r('nlc o una palangana llena de agua un poco alejada de él y ordenó al
íos deinorriosre. Sin embargo, en Mc 5, l0 y Lc 8, 3l los demonios
pueden {l¡ nr.nio rpre la volcara cuando saliera del hombre, para dar a conocer a los
tener miedo al agua (cf. nota a (fuera de la tierru en 5, 10)' ' ,1,{', tir(loresque había abandonado al individuo>>. Asimismo Filóstrato, Zi-
23. '¿Si pueáes...?'lTo ei dynQ),lit. <Eso de si puedes"'>' Como en ,t,r,l,' l¡xtlonio 4,20: <Apolonio se dirigió airadamente [al demonio], como
griego el artículo neutro to se usa delante de la cita de palabras, fra- l',',lrr:r lllcerlo un amo a un esclavo sospechoso, pícaro y desvergonzado,
"üsi"o, r rr r lc ordenó que abandonara al joven y que mostrara con un signo visi-
í.r,'o frug."ntos de frase2o. Como señala Metzgeft,latorpeza de la cons-
trucción dio lugar a numerosas variantes textuales'
l,l, ¡¡¡¡1' lo había hecho asil>; el demonio obedece haciendo caer una estatua
Todas las cosas son posibles al que cree fuanta dynata tO pisteuontil' ,rl ,ut'lo (cl motivo de la cólera durante el exorcismo incita al empleo por
Cf . comentario a9,20-24 parala ambigüedad sobre si <el que cree)) -cuya lr¡lrr'(lc Marcos del verbo <reprochan> en estos contextos fl,25;3,12:.9,
creencia hace posibles todis las cosas- es Jesús o el solicitante. Pablo
uti- ' 'I r t'rr otros, para expresar la indignación de Jesús en l,43).
lizaunaambigüedad similar en Flp 4, 13, donde atribuye la autarquía tanto Lu l'or qtté [hotil. Algunos manuscritos, como el Alejandrino y el có-
a los cristianoi mismos (<Todo lo puedo>) como a Cristo (<por aquel
que
'1r,, f fq'7¿¡, sustituyen el hoti por dia li (lit. (debido a qué>), que era un
rr,,,[ ' rnlis habitual de expresar <por qué>. Sobre el gusto de Marcos por el
me confortu).
, rrlll( () irrterrogativo de hoti, cf . nota a <¿Por qué come con publicanos y
25. Una gran muchedumbre lochlos]. uno de los términos latinos para
la epilepsia s morbus comitialis (<enfermedad social>) y algunos intér-
"e
¡rr, ,rrlrrrcS'?)) en2, 16.
pretls posteriores, como Johann Agricola y Erasmo, atribuyeron este nom- ).tt tipo de espíritu no puede ser expulsado de ningún modo ltouto
1.,,,;tt,
t,, t,, ttt,\ t,n trudeni dynatai exelthein],lit. <esta clase no puede salir por nin-
fr" a tu tendencia de los epilépticos a sufrir ataques en sitios atestados de
por
gente22. Si existió tal idea en la antigüedad, podría ayudar a explicar r,lr r r('(li())). La frase podría referirse a <esta clase> de espíritus al que ahora
r r

que ,,\
[ué el Jesús marcano cura al muchacho en el momento en el se está
'r( i/i.1, o a ((esta clase> de milagro que <sale>, es decir, que sucede27. El
de , rnlrl,'rr úc a.rehhein para referirse al exorcismo de9,25-26 y otros lugares
congr"gando una muchedumbre: estaría preocupado de que la presencia
una multitud pudiera provocar otro ataque. ',r , I r'1l¡¡¡u.¡¡o (1 ,25-26;5, 8.13; 7,29-30) hacen que sea más probable el
alespírituimpuro|tQpneumatitQakathartQ].Laepilepsiaeraconsi- ¡'r rrrr, r siunificado.

derada corrientemente-una contaminación y una enfermedad contagiosa; , \t t'l,t() ¡tor la oración lei me en proseuchll. Sobre la curación por la
po. ejemplo, Apuleyo23, quien dice que sus compañeros de esclavitud r,r, r',rr r:r. cl. I Re 17, 2l; b. Aag. 3a; b. Ber. 34b28. La mayor parte de los
"f.,
es"upíun u.lun a un esclavo epiléptico, que nadie se atrevía a comer ,, r rl,,,,, rrriilruscritos añaden (y por el ayuno>, una expanSión ante la que se
"uando
del mismo plato que é1, o a beber de la misma copa y que finalmente
fue i r ,r, n los mejores y más antiguos textos y que refleja probablemente el
,,,r' r, . r'r'lcsiástico posterior por el ayuno (cf. nota a <aquel día>> en2,20
despachado
-no a otro sitio <no fuera que contaminara ala familiu2a.
t ¡ rrrtrotlr¡cción al comentario a2, l8-22)2e. Cranfield30 cita manuscritos
entres de nuevo en él lméketi eiselth(s eis auton). Las tres últimas
en la | , rrtnr()s tlc Hch 10, 30 y I Cor 7, 5 que tienen adiciones similares.
palabras son una inversión deiiberada de exelthe ex autou (<sal de éb>)
irase anterior. La ansiedad ante el temor de una nueva posesión es frecuen-
te en las historias de exorcismo antiguas (cf', por ejemplo, Mt 12' 43-45
ll
Ant.8,46-47; HchTbm77)25' I ,,rrrr.ttl;¡l'i0
Lc 11,24-26; Tob 6, 8, l7-18; Josefo,
26. Quedó como un cadáver legeneto hosei nekrosl' Como señala
Theis-
por u' i,¡nt),ht( (ión. Después de la magnífica experiencia de la Transfigura-
senru, ei las historias de exorcismo la cura Se demuestra a menudo
que va, como la precipitación ' ,, , r montaña(9,2-8) y del diálogo sobre temas esca-
l;r eunlbre de la
acto de violencia por parte del demonio se
, i,,,'r, r,'' ll bajar de ella (9, 9-13), Jesús y sus discípulos más cercanos
más
de los cerdos en eLmai en Mc 5, 13. Los ejemplos no bíblicos son aún
conven- ',' I ' , rr :rl rullndo inferior para enfrentarse a la miseria, la enfermedad y la
claros; cf., por ejemplo, Josefo, Ant.8,48: <Entonces, deseando
¡ ,rr r ¡1 ,t.¡tsibilidad humana, aunque también a sus esperanzas a pesar de
cer a los presentes y demostrarles que tenía este poder, Eleazar colocó
un
,,.1.,..¡rt.r'ución.
'lr, lros cxegetas están de acuerdo en que este pasaje era al principio
19. Cf., porejemplo, PGM 4, 1460-1465 y PDM 14, 490-495' :', ' l,¡ r( ()l)a independiente y que Marcos es el responsable de haberla co-
20. cf. BDF $ 267 [l].
g. Na. Méizger,'A'Texttnl Commentor.t, on the-Greek New Testament,l00. ( n (:stc lugar del evangelio. Lo habría hecho así en parte porque en
il. ',1
22. Cf. O. Temliin, The Falling Sickness,S, nota 33'
23. ApuleYo, APología, 44, ll. t I ( . ). Marshall, Faith as a Theme in Mark's Naryative,222.
24. Ci. Teófrasio. Cárácteres,l6; plinio, Historia natural,28, 35. Cf. O. Temkin, Ifr' I
I I ( Ihe issen,The Miracle Stories of the Early ChrisÍian Tradition,65.
Falling Sickness, 8 Y I l4-l 17.
251 J. Marcus, The Beelzebul Conlroversy,2T3-274'
' r I ll' M. Mefzger, A Tbxtual Commentary on the Greek New Testament, l0l .

26. Cf . G. Theissen, The Miracle Storiei of the Early Christian Tradition'


66-67 ' I lt. ('ranfield, Mark9, l4-29,62,nota1.
752 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 14-29: Comentario 753

él se da por supuesto que Jesús ha estado fisicamente separado de algunos t','t ('tcnlplo, rápidos cambios en el punto de vista de un personaje a otro,
,lrr'.rrrtfos por los sujetos cambiantes del verbo idein (<<ver>>): Jesús y el
de sus discípulos, al menos (cf.9, 18)3'. El relato contiene varias repeti-
' ,' rlo írrtimo de sus discípulos (9, l4), la muchedumbre (9, l5), el demo-
ciones y torpezas, lo que ha hecho que algunos estudiosos lo vean como
,rr, ((). l0) y Jesús de nuevo (9,25). La <vistu en cada caso va unida a una
la refundición de dos fuentes. Por ejemplo, hay dos descripciones de la '
enfermedad (9, l7-18 y 2l-22); se presenta dos veces al muchacho para su ¡', r trrrbtción y el relato dramático entero queda unificado por el deseo del
rr,rr r;rtkrf de demostrar el predominio del punto de vista de Jesús sobre el de
curación (g, 17,20);hay dos identificaciones del demonio (9, 17 '25); éste
l,,, ¡ ¡¡¡.t* personajes.
reacciona dos veces a la presencia de Jesús (9,20.26) y, por último, parece
,\ t rrt¡sa de la amplitud del diálogo entre Jesús y el padre del muchacho,
dificil que la muchedumbre, que está ya en la escena en 9, 14, parezca ¡ru, ',tr() tratamiento se subdividirá en dos secciones: descripción del estado
llegar pór vez primera en9,25. Theissen32 responde que estas repeticiones
,1, I l.rcrr endemoniado (9, 17-19), y conversación sobre la curación, la fe
roñ int"nrifi"aciones literarias más que pruebas de fuentes diferentes, pero
L r rclcclulida d (9, 20-24).
las dos muchedumbres que se reúnen rápidamente en 9, I 5 y 9, 25 parecen
r r

ser un doblete con toda seguridad. Sin embargo, es inseguro si fue realmen- t). l.l-16. Vuelta de Jesús a la vida pública. Después de la Transfigu-
te Marcos el que combinó los dos relatos.
rr, r.n ((),2-8) y del diálogo durante el descenso de la montaña en torno
Dos de lascontribuciones del evangelista a la perícopa son visibles cla-
, Lr lrrrrción escatológica de Elías (9,9-13), Jesús vuelve <<al mundo del
ramente: expandió una introducción sencilla, que describía la vuelta de
t'., .rrhr y cl dolonsa, para encontrar que ese mundo es un alboroto causado
Jesús a sus discípulos, en una escena elaborada en 9, 14-16 y compuso
t,,,r rnr tliscusión entre los escribas y los discípulos que no habían subido
la escena final en g,28-29. La redacción marcana es a menudo visible al
' 'rr lt'sirs al monte de la Transfiguración (9, l4). Aunque los discípulos no
principio y al fin de una perícopa y ciertamente éste es aquí el caso. Ambas l, ,' nrl)cñcn un papel principal en el resto del pasaje, las referencias a ellos
secciones-están trufadas de vocabulario marcano y la instrucción en priva-
rl ¡rr ¡¡¡1 i¡lls y el final son importantes ya que la perícopa está situada dentro
do (9, 28) es un tema especialmente caro al evangelista. Además, los es- .1, ur¡,r sccción del evangelio que tiene que ver con el seguimiento de Jesús
cribas que aparecen en9,14-16 no desempeñan papel alguno en la historia , , ' ' I 0, 52). Considerada en este contexto, la presentación del padre del
posteriór, pero sirven en realidad para unir nuestro pasaje con el precedente ,','r, lr,rr'llo poseído, que tiene y no tiene fe, ha de entenderse probablemente
del verbo
icf. 9, 1l). Marcos pudo ser también el responsable del empleo , I
' 'nl, rf n paradigma de los discípulos que tienen y no tienen fe a la vez, al
dynasthai (<poden, <ser capaz>) y del adjetivo de la misma raíz dynatos
,, rr,rl tf rlü la descripción del ciego que ve y aún no ve (8,22-26) refleja su
(<ser capaz áe>), tan visible en todas partes en el pasaje (cinco veces en 9,
y , r,'n t spiritual imperfecta.
)Z-Zl.Za¿-Zg por sólo dos veces en el relato de Mateo y una vez en Lucas)
\l.rrt'os no informa a sus lectores sobre el tema de la disputa entre los
qúe expresa un tema marcano importante (cf. también ischyein en 9, l8 y la
'lr , r¡rrrlos y los escribas, pero de la continuación de la historia puede dedu-
introducción al comentario a3,20-35,donde se sugiere que la importancia , ,llle cra la falta de capacidad de los discípulos para realtzar un exor-
''
de dynasthai en ese pasaje se debe a la redacción marcana). Si así fuere, es r r,', lr ) (lue -en opinión de los escribas- desacreditaba tanto a ellos como
r r

poribl" que el diálogo sobre la fe en 9,22b-24, del que forman parte crucial
io, ,uro, de dynasthai, sea también una creación marcana33'
' r¡ \lrrcst¡'o. La actitud hostil de los escribas es similar a la manifestada
¡,,,r , llrrs cn 3,22, donde reconocían el poder exorcístico de Jesús pero lo
El pasaje en su forma presente tiene cuatro partes: 1 ) la vuelta de Jesús a ,r, rlrrr,ur irl Demonio. Así pues, los escribas marcanos condenan a Jesús y
la esfera púUti"u (9, 14-16); 2) su conversación con el padre del muchacho , ,r . ,lrst i¡rulos tanto si exorcizan como si no, por 1o que Marcos tendería
poseído (g,ll-Zq;3) el exorcismo propiamente tal (9, 25-27) y 4) la con- ¡'r,,lr.rlrl1'¡¡¡g¡l¡e a atribuir esa constante hostilidad a una fuente demonía-
clusión del relato por medio de una conversación privada de Jesús con los , t,l t t)tncttlurio a3,28-30). Esta oposición proporciona un vínculo de
discípulos (g,28-29). De estos elementos, el segundo -la conversación con ,¡'ll¡'ll ( ()lr cl exorcismo anterior en Marcos (7,24-30), precedido también
el padre del muchacho- es especialmente importante, pues disminuye el r,',1 llll.l tlrscusión con los escribas (7,l-23) y con el primer exorcismo del
esiacio otorgado al exorcismo y acapara la mitad de los dieciséis versícu- , rrt', lro. cn la que aquellos procuraban hacer visible su presencia (1,22).
los ¿et relato para un diálogo acerca de la relación entre el poder espiritual, lrr l,¡. trcs casos, los escribas deben probablemente entenderse como la
la fe y la incredulidad. Los elementos didácticos, sin embargo, no abruman r n.r( i(in cle esa fuerza antidivina que está a punto de hacerse directa y
a los narrativos; la escena entera es más bien coherente y dinámica. Hay, . 'r,t, urt,,,,irllctrte perceptible en una manifestación demoníaca.
'i,' r's s,,t'O..ndente que, después de los rasgos mosaicos de la Trans-
31. cf. w. D. Davies-D. c. Allison, The Gospel According to saint Mauhew2,720-721:' rrl ,r,r, l()n (cl'. el apéndice <<El transfondo de la Transfiguración según la
B. Kollmann, -/esus und die Christen als Wundertdter,2l0'
32.G.Theissen,TheMiracleStoriesoftheEarlyChristianTradition,136'
33. Cf . ibid.
t I I ( )'( onnor, EverythingThat Rises Must Converge,420.
Mc 9, l4-29: Contentario 755
754 Cttarta seccil¡n principal (Mc B, 22-10' 52)

r¡rl,;rst), que nuestro pasaje no trata principalmente sobre la creencia de


Historia de las religiones>), el pasaje siguiente sea de algún modo similar
a
al bajar, el dirigente I rrr'.S c' el poder de los demonios, sino en especial de su creencia en que
la vuelta de Moiséi del Sinaí (Ex 32). En ambos casos,
pecado y r, r I r¡crza, terriblemente poderosa y hostil, ha sido vencida por
ve un espectáculo terrible marcado por la continua presencia del Jesús. Así,
en un mundo que, sin embargo, está en el cami- ' r, rrrr tlcl pasaje es similar al de la controversia sobre Beelzebul en 3, 20-
I
de la duieza de corazón ttr \rrrlros textos otorgan una importancia especial a las raíces dyn- (<<ser
no de la redención. Además, algunas leyendas judías atribuyen el pecado
Moisés al bajar del Sinaí, a la . ,¡'.rz tlc>) e isch- (<ser fuerte>) en un contexto que tiene que ver con el
del becerro de oro, con el que se enfrenta
, ,,r( rsrno: Jesús vence a enemigos sobrenaturales lo suficientemente po-
instigación de Satanás (por ijemplo , Tg. Ps-Jon' a Ex 32, l; Pirqe R' El'
marcana ,1, r¡ r".s colno para ser capaces de derrotar a cualquier otro que no fuera é1.
45), Lanifestada de un modo poco diferente a la representación
de los r ,''r,r:trlvierte Marshallss, la magnificencia de este logro queda resaltada
de la resistencia demoníaca a Jesús. La queja de los escribas acerca
del ¡,, ,r , l lrincapié del relato en la incapacidad de los discípulos para ayudar al
discípulos de éste evoca también las tradiciones veterotestamentarias
éxodt, en las que los israelitas recalcitrantes murmuraban contra Moisés ',,,', ltrt'll. (9, 18), lalarga duración de la enfermedad (9, 2l),la ferocidad
,1, l,r ¡csistencia demoníaca (9,20.26), la naturaleza autodestructiva del
(cf . comentario a 8,8-9 y la nota a <<tentándolo> en 8, I I )' Finalmente ya
, ,,,rtr.rtlnriento del endemoniado (9, 17-18.20-22.26) y por
nadu sugiere en el reiato un motivo suficiente para la reacción aterrada la dificultad
iu" este rasgo ,1, , \(lcizar <esta clase> de demonios (9,29).
de la mucheáumbre ante Jesús en 9, 15, podemos sugerir que en
donde Moisés, que desciende de la I :r lclcción inicial de Jesús al anuncio del hombre sobre el fracaso de
fuede haber una alusión aEx34,29_30, t', ,lr:;t'i¡rulos en sus intentos de curar a su hijo es extraordinariamente
montaña, inspira temor por su faz resplandeciente (cf ' la nota a <quedó" '
'r, ' 'nil(la: <oh generación incrédula. ¿Hasta cuándo estaré con vosotros?
.r,
atemorizada>> en 9, 15).
! rr.rrl() tiempo os soportaré?> (9, l9a). Puesto que se acaba de relatar
g, l7-lg. Retrato de la situación del muchacho. En respuesta a la pre- ", r ,,il('ncia de los discípulos, hemos de pensar que probablemente estas
paso noraa<<ohgeneraciónincré-
gunta de Jesús sobre la causa de la conmoción (9, l6), un hombre da un 'rl.rl,¡;rsscaplicanaellosenprimerlugar(cf.
hijo poseído ,l,rl.r r'lt'.¡> en 9, l9), especialmente porque el elemento temporal en la frase
ádelante de entre la muchedumbre y describe cómo trajo a su
por el demonio para que los discípulos de Jesús se lo exorcizaran
(9, I 7- I 8)' ,ll'r',trr cr¡ándo estaré con vosotros?> es un eco de las palabras recientes
Los términos cón los que el hombre recuerda este encuentro son significati- '1, l, ,,rs rr sus discípulos: <¿Aún no entendéis?D (8,21). Como señala Mar-
de esta I' rll ' t'l liacaso de los discípulos queda resaltado por esta referencia a la
vos: <Maestr o, te trajl ami hijo.. .>> (9,17a)' El significado prosaico
declaración es que el hombre quiso llevar el muchacho a Jesús, mas al en- |, ,
' r ¡r:r srrlida de Jesús de este mundo, acentuada por el marco de las refe-

qu" estaba lejos en aquel momento, dirigió a sus discípulos.


se , ¡ , 1,1,.:r srr Pasión (9, 9-13, 30-32). Para los discípulos se está agotando el
contrarse
"on
pero los lectorés de Marcos podrían ver una implicación más profunda: traer r¡' ,rlr{r ¡rrrra subirse a bordo.
a llevarlo a Jesús mismo, ya Lr,, ¡xrlabras de Jesús aluden también al éxodo y a las tradiciones del
un endemoniado a los discípulos es equivalente
a los Doce <para que estén con él> y (para tener r, r, rro t¡tre han desempeñado ya un papel tan impofiante en esta sección
que éste ha comisionado
t. I , r.rr'clio, cuyo eco hemos sentido en los relatos del descenso de Jesús
autoridadparaexpulsardemonios>(3,14-15;cf'Mtl0,40llLc10,16)'Así
pues, por su unión con Jesús' los discípulos poseen el poder exorcístico'
que '1, I r rrr.rrlilña y de su entrada de nuevo en la vida pública. como he obser-
iran demostrado en una acción anterior del evangelio (6,'7 .13). Esta vez' sin ,,1,' ¡, L¡ nola a (esta generación> en 8, 12, las tradiciones del desierto
han sido capaces de utilizar este poder y al final del pasaje los r rrr general en el transfondo de las referencias neotestamentarias a
¡r.¡ l1r
embargo, no
discípulos retomarán a la cuestión del porqué (9,28-29)' ' r r 'r'rt'r'¿lción>. Además, la queja de Jesús ahora resulta similar a la de
I r," ,rrrtt' Moisés en Nm l4 tras el pésimo informe sobre la tierra prome-
Ei padre del muchacho continúa proporcionando una descripción deta-
,,'lr ,1, Lrs cspías israelitas y después de la afirmación del pueblo de que
llada de los síntomas del ataque demoníaco, a saber, el mutismo' las con-
vulsiones, los espumarajos en la boca, el rechinar de dientes
y la rigidez , r r ilr.r\ coltveniente regresar a Egipto: <¿Cuánto tiempo me despreciará

(9, 17b-1á). Queda claró por esta descripción, por el relato siguiente de la r. ¡,rr.lrl1r'l Y ¿cuánto tiempo rechazarán creer en mí, a pesar de todos los
poserlOn iel muchacho 1-1, ZO; y por los detalles ulteriores del padre (9' ¡i,,¡', (lur.hc hecho entre ellos?> (Nm 14, 11)37. Un vocabulario similar
)l_zz¡,que el joven es un epiléptico y que habría sido reconocido como tal ,r ,l' \lt '). l9 se halla también presente enDt32, donde el grupo del éxo-
por lol láctores antiguos (cf. las notas a <un espíritu mudo>. en 9, 17 a <<y l,' , ,1,'.,il.rraclo lacerantemente como una (generación perversa, hijos en
'
en cualquier parte dónde se apodera de é1> en 9, 18, <desde la niñea en 9, i, ,lu. rro l¡¿¡y fidelidad algunu (Dt32,20; cf.32,5); probablemente, al
21 y <muchas veces lo ha lanzado al fuego y a las aguas) en 9,22)' Nues-
tro pasaje atribuye inequívocamente esta enfermedad a un demonio' un ' ( I I. N.1¡rshall, Faith as a Thente in Mork's Narrative. I l5- I I 6.
',, ll't,l . ))ll.
fr..tro qu. puede-molestar al cristiano que quiere conciliar la visión bíblica ' I I L f .iivcstam, Jesus and this Generation,54-55.
del mundo-con el espíritu científico moderno. Es importante observar, sin
756 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 14-29: Comentario 757

comprender la alusión a este pasaje, Mateo y Lucas han añadido la palabra rr' ' ,lr jctivos. primero, en ténninos narrativos, sirve para
(perversa) a la denuncia de Jesús38. obtener der padre
'rrr'r.'['cr.ración que acentúe la duración del estado ¿e su hijo,
aumentando
A pesar de todo, si el éxodo y las tradiciones del desierto están en el ' ' l:r rrrag'itud de Ia eventual curación. Segundo, en términos de técnica
transfondo del pasaje, ello implica no sólo la frustración de Dios ante la ' "'rt rslica, representa una operación de relogidu
rrrrrrrr).ciófl sobre ra naturarezadel ¿" ¿utor;l.rJr .".iu"
incredulidad e idolatría del nuevo Israel, sino también su constante cuidado demonio, que según ,as ideas antiguas
para con ellos a pesar de sus faltas. Como indica claramente la continua- ' r'r r irrrl para ra tarea de ra expulsión. Tercero, en términos
la historia
ción del pasaje de Dt 32, el Señor no es sólo una divinidad que hiere y 'r' l'r sr¡lvación mafcana, la prigunta une ra terminación deldereinado
mata, sino también un Dios que cura y vivifica (32,39). Aunque castigue a () en el muchacho de-
'|¡" '|'¡;r( con ra acción escatorógica ¿. o¡o, .n
Israel por su idolatría, al final <vindicará a su pueblo y usará de compasión r"'r l;r de su Enviado ya que recuerda tu p"."guniu
ü iirto.iu
'rr¡crte a" i"*r, ,,¿u^o
con sus siervos cuando vea que su fortaleza ha desaparecido> (32, 36). ' ,r,urrlo cstaré con vosotros?>>
e: ry.
r r ¡rrrtre contesta que su hijo ha estado
Así pues, el contexto amplio del pasaje del Deuteronomío, concuerda con sufriendo tares ataques desde ra
el tema de nuestra perícopa sobre el poder divino que anula la impotencia r. z ( ()' 2lb) y añade un
'
r¡ r
detaile que acentúa ra naturarezadestructiva
humana. Además, si el monte de la Transfiguración es comparable de al- ' tlrrtr: . veces lo fuego o a las aguas para destruirlo>
der
gún modo al Sinaí, es significativo que las leyendas judías pinten luego a ' ' r I I ^anza,al
)' En er reraro totar marcano, estas piabr"t *pii""'i"
lS,ZZu,
los israelitas milagrosamente curados de sus enfermedades al pie de esa 'I' ,rr.ri, <¿,Has venido para-destruirnos?> óu".ju'á" ot.o
l' l r ('rc'istad mortar entre Jesús, er libertador (1,24)_i r"" ; ;;;;iatorio
misma montaña (Mekilra Bahodesh,9 [Lauterbach 2,266-2671; Nm. Rab. y sanador de los seres hu_
7, l; etc.)3e. Así pues, podría ser parte de la tipología mosaica que el Jesús ,'r''\ i- cr rnundo der Diablo que procura su opiesión

y destruccián. esta
marcano concluya su apóstrofe a <la generación incrédula)) no con un re- rnutua tendrá desastrosás consecuencias
""r'r(l paia er piopio r.r,ir,
proche, sino con un nuevo encargo; dirigiéndose a los discípulos, quizás "rr'r s1¡gjs¡e ra colocación de nuestro pasaje entre áos
con la muchedumbre, Jesús dice acerca del muchacho poseído por el de- 'i'lr¡ rl(. (9. 12.30-32).
f.Jii"", o" r,
monio: <Traédmelo> (cf. nota a estas palabras en 9, l9). Así pues, incluso I I recucrdo por parte der padre de
la frecuencia con ra que el espíritu
en el momento de su más bajo perfil, los discípulos no quedan excluidos de r'r"''rlr¡cido a su hijo ar borde de la
participar en la comunicación por parte de Jesús del poder liberador divino
muerte
' '''|1" irr).sionadamente ayuda a Jesús: <pero,rosimueve u.ln"iui. rupri-
puedes rr*ar'uigo, r"n
en un mundo poseído por el Demonio. "rrr¡r'¡¡'i1i¡1 de nosotros y ¡ayúdanosb> (g,22b).
como indica-lr¿u.!iuil*,,
' r'l' rrrrricación der padre con el destino de su hijo esta aqui arecluosa_
9,20-24. Diálogo sobre curqción,J'e e incredulidad. La llegada del mu- "" "r'| por er empreo de la primera personá
prural dér p.oná,ror.,
'r(ricada
l' rr t rrrrr¡.rilsión
chacho endemoniado ante Jesús desencadena una reacción abrupta y vio- de nosotros y ayúáanosr. ir".o puede
haber más en esta
lenta: el demonio posesivo, al ver al sanador, arremete inmediatamente ''r'rr' 'rtr.c rn mero sentido de identificación,
dadl qu" pur""".'"f",ir'run'_
contra su anfitrión con uno de esos ataques epilépticos que acaban de ser ,' lr rrrrrras Iitúrgicas del
' 'r Antiguo Testamento y oé ta iit"rutrffiste.io.
descritos, provocando convulsiones al muchacho, abatiéndolo, haciéndole ""1¡ ¡ ¡¡¡¡¡' ,rgen a Dios frecuentemente a tener compasión
,1,,,, , l( rrl)lo, Sal 123, <de nosotros>
echar espuma por la boca y rodar sobre la tierra (9,20). Este ataque cons- 2_3; Eclo 36, l; pr.Azar 1, 12) o u uuyrdu_o'
tituye probablemente un desafio a Jesús por parte de un demonio seguro r r,, l.l. I I ; Sal 79,9; Adición
a Est 14, l,,por e¡emplo¡. e¿"r,.¿i .rtu,
de sí mismo, que ha derrotado todas las tentativas anteriores de expulsarlo; r'l''| rr'r\ litúrgicas invocan con frecuencia
ei amorde Dios como motivo
la actitud antagonista, despectiva, del espíritu refleja la de los escribas que ¡ r' r'rl rrvrrda y contrastan ra suficiencia divina
por lo visto habían reprochado a los discípulos su incapacidad de derrotar L' ,,¡l I.l, 26, por ejemplo, el solicitante suplicacon ra ineficacia humana.
a Dios: _¡J""¿"r*l S¿
al diablo (9,14). "'r' rr'r ;r'rrtla y redímenos por amor de tu mlserico.oiu, y én sul'zó,'r, ,
Algunos lectores podrían considerar incongruente, incluso falto de sen- r,, I ' srr¡rlica a la divinidad que le <conceda
ayuda contra
sibilidad que, ante el muchacho que rueda convulso a sus pies, el Jesús r"' I r 'r"rstcrcia humana.no. tiene varor arguno>, conclusión "i;;";;;, yu
ta q'u"
marcano pregunte calmosamente a su padre: <¿Cuánto tiempo hace que lc r"'lr' rtr't cpiléptico, desirusionado por er ñu"uro de los "on "r
r rr ¡r.rltetu.lente de
discífri"rlJ"¿.r"
está sucediendo esto?> (9,21a). Esta pregunta, sin embargo, tiene al menos acuerdo._ párece plausible, pu"r, qu"-i;;-i;;".",
| \l'rrr.s vieran en la súplica padre un
r't "r'r'| r"rrcs de su comunidad der eco de una fórmula usuar en
y percibieran que el rerato marcano está
38. Cf. F. O'Conno¡ Evettthing That Rises Must Converge, 47; para esta y otras
concordancias menores en el pasaje, cf. G. E. Sterling, Jesus as ExorcisÍ; B. Kollmann. 'r" rr.'|l'|.) :r 'lcsús en una posición unárogu a Dios (cf. nota"
Jesus und die Christen uls Wunderláter,210-21l; W. D. Davies-D. C. AIlison, The Gospal .,,, g."".""i0n
',,lul¡r. etc.), en 9, lg). "oh
According lo Saint Multhevr2,719.
39. Cf. L. Ginzbcrg, The l.agends oJtheJews2,374:3,78.213:6. 176; E. Lóvestam.
.lcsus and lhis Genenilit¡n.47. ril { l) lVlarshall, Faith as a Theme in Mctrkb
Narrative. 122.
Cttarta sección principal (Mc 8' 22-10'
52) Mc 9, 14-29: Comentario 759
758

Estos ecos litúrgicos no disminuyen


el patetismo de la petición del , , , f , lrlrcraclamente ambigua y propone dejar espacio para ambas interpreta-

padre; Jesús, sin embargo, parece ignorar


en su respuesta esta dimensión , r,rn( \ rrl padre se le pide que mude su atención desde su propia situación,
en
emocional, poniendo en él centro la cuestión de la confianza ,tl',r ('rle nlcnte desesperada,hacia el Dios Fiel que tiene todo el poder en su
"tt""á*Ulo que el Jesús marcano sea insensible; nr,ur() \'lr la vez se denomina <fe> a ese acto de reorientación.
Dios. Esto no significa,
'ln "-Uutgo' no con lágrimas junto a las
en ocasiones pu"a" .^pi"'utt" ru"tó-pasión
J¡tno y
perspectiva más amplia en la que l:rblu 27. L¡s cun¡cloNes DE LA HIJA oe DEL MUCHAcHo EptÉplco
víctimas, sino abriéndoles los ojos a una
cualquier caso' como en
.i t"iri*i*,o no constituye la ultima palabra{ ' EnJesús al principio parece
La Hija de Jairo: El muchacho epi léptico.
;;;;tp*;r; inicial a la mujer sirofenicia (7 '27)' (cf' nota a <mi hijo>>
Mc 5,21-24.35-43 Mc 9, l4-29

esquivar, o al menos ..""tit, la demanda


de curación I I ¡,,¡11¡¡ intcrcede <Mi hijita está agonizando; <Y muchas veces lo halanza-
en9,l7).LasituaciónestambiénanálogaenlacuracióndelahijadeJai- el
¡',,r ',rr lrr.io, ven, para que impongas tus do al fuego y a las aguas para
presentan
narraciones ' r.rl ¡r;rtlcce una manos sobre ella...> (5,23) destruirlo. Pero si puedes ha-
." ij, ¡j +¡l;como ha señalado Marshalla2'.ambas
inesperados en la trama ' rrt, rrrrttlld que cer algo, ¡ten compasión de
(una estructura escénica en la que aconteclmrentos ,rn, n.r,/ir sr-r vida nosotros y ayúdanos!> (9,22)
la curació¡lu.tu:tut:u-! superficie
conducen al aplazamientá t"*po'ut de I I r, tr;rstr cle la a
ese.ncial de la fe>' Esta es simple- Jesús se detiene para curar Jesús se detiene para enfren-
la importancia fundamental y él carácter
que existen entre las dos historias de
,
'r.r( rrrl condu- la mujer con flujo de sangre tarse a la expresión de duda
mente una de las varia-s'riniiü,u¿", , .r rrrr tliiilogo y la hija de Jairo muere; Je- del padre con estas palabras:
sanación (cf . Tabla 27 )' ,'l'r, lrr lc sús dice a Jairo: <No temas; <Todaslascosassonposibles
sucede por el rechazo de Jesús a pesar de al que cree!>. El padre con-
En el caso presente el momento dilatorio la
sigue creyendo
de la frase condicional i;ü;r;, <Si
puedes hacer algo>>; Jesús confronta todo> (5, 25-36). testa: (Creo; ¡Ayuda a mi in-
palabras con el aserto de que todas credul idad ! > (9, 23 -24).
carencia de confianza itpfi"ii" tn "'tut
q"" (9' 23)' Los exegetas están divididos I I rrr. l)¿u'ece <Tu hija hamterto>> (ape- Se quedó como un cadáver.
las cosas son posibles
"i "t"") ' Lr nrrcrto thanen,5,35; cf. 5,39-40). de modo que muchos dijeron
acercadelaimportanciadeestarespuesta:¿eslafedelpadrelaquepodría que había muerto (apetha-
hacer posibles todas lát tu'u"ión de iu hijo incluida' o que todas las nen:9,26).
"*ut, .on posibles paiaJesús, el hombre de
la fe
cosas, incluido ert" l. la
rr'. tornir Tomando a la niña de la ma- Lo toma de la mano (kroté-
"^o."ir-á, es similar a la que hay entre los intérpre-
perfecta? (Esta discusió"
".tgi'it" ", r',, rlel niño no (krotesas tés cheiros fou sas tcs cheiros ctulou: g,27:
que justifica a los seres humanos' es la
tes paulinos sobre si t^ pitiitiet"u' paidiou,5,41). cf. paitliou:9,24).
fe er¡ Jesús o la felfidelidad de Jesús)a3' r, r , r( sucita al Jesús dice: <Muchacha, a ti [Jesús] lo Ievanfó(egeirenau-
de la frase <el que cree>
Los testimonio, rna,cuno' acerca del significado ,,,,,,, te hablo: ¡Levántate!> (eger- ton) y se puso en pie (anesÍC:
hombre parece tomarla como
son ambiguor. po. un luáo, en este "u'o' "l cree de
re). E inmediatamente ella se 9,27).
una referencia a sí mis-mo yá qu"
responde asegurando a Jesús.que é,1 puso en pie (anest¿: 5.41-42).
lugáres del evangelio' además' la
verdad, aunque i*p.tt"t1"*t"te' E'n otros
fedelossolicitantesul"',i.-upu."cevinculadaalacuraciónmilagrosa(5, l', r(, i,(le dónde debe venir tal fe? El padre exclama con ((un grito ator-
atribuye directamente a Jesús mismo'
34; 10, 52), alan", qu" iu it nun"u '"
.,,' lr.rrlo¡¡ri (que, por su gran honestidad, constituirá un inmenso alivio pa-
. r,tr( ll()s cristianos que se encuentran análogamente situado en la incierta
Porotraparte,losotrosdoscasosmarcanosdelaexpresiónpantadynata
la omnipotencia '
(<todas las cosas,;;;ñl;>: fi'27; 14'36)
atribuven ,¡ 'llr r,r entre la fe y la duda): <Creo;
¡ayuda a mi incredulidad!> (9,24).
rtumana' y acabamos de ver que nuestro relato i , , ¡', r'rf icución enfatica del solicitante como <el padre del niño> acentúa
a Dios y no a r"
"upuJiááá análoga a la de Dios' Además' la pre- | , rr, \ r ' l¿r cercana relación entre él y su hijo. En realidad, no hay nece-
parece situar a l",t unu posición
'g""1á ir"piilitu qu" 't u'p["i¡"09
"n la declaráción de Jesús sobre la completa ',lr,l ,rllunll de designar al actor, e incluso si así fuera, el sintagma <del
(<si
puede curar al hijo del solicitante .',r,'' r(\ultaríasuperfluo;lafraseentera,además,aparecedestacadaporel
suficiencia de la fe ir"¡ ¿1, Jesús, propia fe
se refiriera a su
puedes...D); esto tendría sentido si su respuesta lo mejor
, ,r,lr torl 1cl'. glosario).
señaies contrarias en el texto' ',rr ( nrborgo, en la lógica de la presente historia marcana, la relación
más que a la del ,"fi"ituttt"' Con tales
de que la declaración de Jesús
podría ser aceptar r" t*"ütiOn de Marshall4 ,,',, , I ¡lrtlrc y el hijo no es el centro de la atención, sino simplemente el
¡ , r t. l)iu'a el diálogo crucial sobre la fe y la incredulidad. El conflicto
Pastoral Care' ,,,, ,r', (lL'rrn hijo tan querido fuerzaal padre a enfrentarse a su propia di-
41. Cf. D. Capps. Rufilmi ng' A Neu' Method .in
42. C.D.Ma'shalt' ¡t'¿i' 'tí tt Tlteme
in Mork! Narrative' 122'
¿i. Cf' C. Howarcl. 'l:oith o/ Christ" I l) I . Nineham, Saint Mark.244.
44. C.D'Marshall, ii'¡it' Theme in Morkb Norrotive' 120'
760 Ctturfa sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 14-29: Comentario 761

visión interior, a su condición simultánea de creyente e incrédulo. (Creo>> r \rir r)crcepción crara de su increduridad
como un probrema y su plegaria en
afirma- y la mayor parte del relato hasta el momento apoya esta afirma- rr. de una perpetua riberación de
I
elra es Io que distingu e ra apistiader padre
,tr. t. de los vecinos d9 Naz319! (6,
ción: ha llevado a su niño enfermo a Jesús; ha persistido en la tentativa de 6) o o" iu g.n.ru""iJ"l"i.J¿"rJis,
tsi.
I cl segundo caso la increduridad se ocurta y
rr
conseguir su curación incluso después de que los discípulos resultaran ser ei recarcitrant.; .n .iprin-'".o
,.stli arrepentidaas.
incompetentes y de que Jesús mismo respondiese con una actitud indife-
rente en apariencia. Pero añade: <Ayuda a mi incredulidaó. A diferencia t'
' 25-27 ' Er exorciimo. La excramación arrepentida der padre
def enfermo en l, 40, quien cree que Jesúspuede curarlo con sólo quererlo, atormen-
el padre del epiléptico alberga todavía alguna duda residual sobre si Jesús
'¡r'1, rr'ü (cree y teme creeD), va seguida de un apiñamiento de ra gente
es en realidad capaz de socorrerlo. No quiere ceder terreno a esta duda,
r'| r).'r kr visto, hasido atraídaporeiespectáculoofreciá"pá.u,i,"""i¿"
t' I ,rr¡t'.cho y el grito de su progenitor. Jesús,
pero se siente incapaz de evitarlo por sí mismo, otro ejemplo del tema de la viendo ru ron,nl.ion y
incapacidad humana que penetra todo el pasaje. Como comenta Marshallao,
' '|l¡l'lr(l() quizás que esto süponga oiro ataque (cf.
notau
n,rnu grun'iru.n"_
r"rrl¡rr'¡r c,r 9,25), entra inmediatamente
la última parte de su súplica es tanto un reconocimiento de su pertenencia a en acción y ordena ar á",nonio
r"' ',rlri. del muchacho (9,25). Los términos
la generación incrédula que ha rechazado las aseveraciones de Jesús, como I' I r ,rrrtica contemporánea mágica; Jesús de esta orden están tomados
una aceptación de que si debe conseguir la fe, ésta debe venir como un don no sóro utiliza un
',",,r ('n los papiros mágicos q<te lo ordeno>)ae, "on;u.o "o-
de lo alto. Así pues, el padre es, según la gran expresión de Lutero, simil ,l ,l, rr().io que no vuerva jamás,
rino qu"¡1unáliJrOi¿n
justus et peccalor,justo y pecador alavez; un ciudadano de la antigua edad un motivo frecuente en to,
j rs y judíos y luego cristianos
I r
(cf . la nota a <No entres de "^o."irn'o,
-cargada con el miasma del escepticismo y de la desesperación que le es r 'I ,1,.
'r( ,).
l-5).
nuevo en
propio- y de la nueva, iluminada por la esperanza de que <si cree, verá el errbargo, ra voz de mando de Jesús no
poder de Dios> (Jn 11, 40). "rrr es precisamente un acto
"'| ¡"r'i r' si'o un arrna en ra guerra cósmica, escatorógica,
Por consiguiente, el padre del muchacho epiléptico es, por esta doble de Dios contra
rr,r". (rr.ls
'¡r rápidamente se acerca a su batalla decisiva.
situación, un símbolo perfecto para el discípulo cristiano. Aunque la fe Este marcoesca_
y la incredulidad se hallan contrapuestas en el ámbito de la lógica, en la "l"r'r. t¡treda sugerido por er empreo por parte
der narrador ai
'" r " r('r)r'ochó>) para caracterizar
et con¡uró; "p"ti.a-
experiencia cristiana son una realidad simultánea; el que cree está siempre como hemos mostrado en er
'tt''tr''¡o a 1,23-26, este término evoca ros mitos de ra creación y los
implicado simultáneamente en una batalla contra la incredulidad. Resulta i' '|r' r.\ tre victoria escatorógica. En este
significativo, por tanto, como indica MarshallaT, que en la transición de Ia tipo de contexto apoül'iiti"o,
súplica de9,22 a la de 9, 24,elpadre se mueva desde un imperativo aoristo
"t'' :rl rlc'monio de que no vuelva jamás aáquiere unu r"ronun"iu'"r.uro-Iu
r "',,r ¡ulirtlida: el
exorcismo es permanente porque es parte
(bocfhéson hémin, <ayúdanos>) a un imperativo presente, que implica una r, rrrltr\ r¡ de Dios de la victoria
sobre las fuerzas del mal.
acción en curso (boeúei mou t{ apistig'. <Ayuda a mi incredulidad>). Esta l)r'¡¡r¡1¡ del evangerio marcano,
esta victoria apocarípticaestá rigada a ra
concepción de la fe -a saber: que sufre un constante ataque y que necesita 'r " rrr'\'rcsurrección de Jesús, y Ia concrusión áer exórcirn.,o
consecuentemente buscar el socorro divino en todo momento- encaja muy ' L' r'i'|' l:l demonio, en una demostración rugi";"rtu
bien con la exhortación posterior de Jesús a los discípulos a orar conti- dramática d"r pooe. J.T"r*
t"r.
'¡'¡ 'r "rrrrcdó como un cadáver> eng,26)y qtizástamiién un uriiro
nuamente teniendo en cuenta su doble condición de buena disposición dc r "¡¡\ r"rl() cre odio contra el Nazareno y ru uniiguo
anfitrión, "n
r"r"-¿"i
espíritu pero debilidad de la came (14,38). Ello concuerda también con la l, tr. t.()r tal violencia que -r_
', parece haberlo ,uádo
representación general marcana de los discípulos como gente de fe, quc I r*r r ¡ ¡¡¡¡¡ aljoven de la mano y e, 26): i"rd, ;i;
f
lo .ibera del ámbito ¿" rá .r.rtá ",n
dejan todo para seguir a Jesús y que obran milagros en su nombre, pero quc ''"'|¡'|lr( el rnuchacho parezca rn', rr¡
haber expirado, no se permitirá a la muerte
se muestran también miserablemente <incrédulos)) en coyunturas cruciales
' 'r' r I r ¡rrrl.bra final, una lección que los rectoies de Marcos p"Ji"" upii"u.
del relato. ' r" ' ' ¡r¡r¡rr¿rñeros cristianos difuntoss,. pero ra relación más iirecta.i-"on
Estar dividido, sin embargo, no significa estar en un punto muerto. EI
padre del muchacho, como los discípulos marcanos, puede caer en Ia <in-
' '|r "\'lo, ya que ros vocablos empleados en nuestra historia (<muerto...
r, rrr,r,. . sc puso en pie>), similares
a los utilizados en la .rü"i¿" J" l"
credulidad> de esta generación, pero no pertenece ya realmente a ella, co-
mo muestra el hecho de que reconoce su incredulidad a la vez que pide scr
r"¡ r
I
'l' l:ri" (cf. de nuevo Tabla 27), evocantambién u
, l'r,,lr:r r¡r,efte y resurrección ro, utii;uJorluru
de Jesús (cf. comenlario a 5,35_43): ade_
liberado de ella. Marshall concluye su tratamiento del coloquio entre Jesús Lr r'r¡r'i.sa redundancia <<lo levantó
y i" puro en pie> apáyahopiniOn
y el padre del modo siguiente:
I ( l). Marshall, Faith^a.y a Theme in Marki Non.ative,
r', r I t,(iM 122.
46. C. D. Marshall, lititlt tt.r u Tltente in Marks Narrative, l18. 1,254;7,33 I; etc.
4't. Ib¡d..120-t2r. rr r I l). l:. Nineham, Saint Mark,244.
762 C'uurfu sección principal (Mc 8, 22-10, 52)
Mc 9, 14-29: Contentario 763
de que la descripción es simbólica. Marcos parece decir que el poder por l,,tr)s son los tipos de aporías, o dificultades
el que Jesús levanta al muchacho aparentemente muerto y lo devuelve a la del relato, que Martyn5l
L'i r,rrir con los dos niveres de la naturareza
vida es el mismo por el que Dios levantará a Jesús mismosr. de ros reratos
"' 'rr r'l eI cvangelista está contando una historia sobre lo qr" "uángeti.or, "n
puJ en otro
Este poder de resucitar, propio de Jesús, había sido vislumbrado hacía
"' 'rrr). clr los momentos de Jesús; pero en otro nivel narra unu hirtoriu
poco en la Transfiguración (9, 2-8; cf . comentario a 9,2-4). Por lo tanto, r'" l' ' (lrc cstá pasando en ese momento en su propia ,o_
la yuxtaposición entre la Transfiguración y nuestro pasaje no es simple- comunidad cristiana
mente fortuita..., perspectiva inteligentemente sentida en la pintura de Ra-
I
' r'r.binación de estos dos planos del reratocontribuye a la generación
't' rr, (,rrl'rencias literarias. Así, en el período postpascual, el contacto fí_
fael <La Transfiguración> (Pinacoteca Vaticana), de 1520, en la que las ' . r r)' .lc-sús no es ya posibre, pero ra oraciónií
ro es; de ahí la resfuesta
dos escenas aparecen combinadas. Goethe describe así la pintura: Rafael I l' 'r¡s rr los discípulos en 9, 29. Además, como hemos visto, JesúJes de
representa a los discípulos, al muchacho poseído y a su familia en la parte ,l,rr nr(xl() en nuestro pasaje el objeto y no el sujeto
inferior de la tela, captando su ánimo derrotado después del fracaso de los a" lu pf.guiiu.-
l" l.lriry un personaje en ra historia que sí reza y es padre
er
esfuerzos exorcísticos de los discípulos. <En ese momento aparece, trans- r"' ' ( .rro se ha mostrado anteriormente, ras der mucha-
parábras que dirige a Jesús
figurado en gloria, el único que tiene el poder, y todos alzanla vista hacia
él señalando hacia la visión como su única fuente de salvación>52. Jesús
"' rr r', súplica liturgica, y Marcos presenta su posfura de <óreer y no
!'
' r ,r lir vcz)) como una imagen del mo-do como el óristiano está ante Dios
desciende del monte de la Transfiguración resplandeciente aún con el es- rrrr' lcsris en la oración. Así pues, hay un puente
que une ros dos niveres
plendor de la resurrección, y este resplandor es el que abruma al demonio t l r' l.rr.'rarcano, a saber, considerar la piegaria
obstinado y aparentemente invencible que ha conducido casi a la muerte de Ia iglesia ao,no unu
l',{,,11)r de fe y, alavez, ver la súplica del padre ante Jáús, qu"..."
al desvalido epiléptico. ,,' rrr, ticrlrpo que confiesa incredulidad,.ornó unu ut
especie de pügaria.
9,28-29. Diálogo conclusivo con los discípulos. Mas ¿por qué los discí- t 'rrrrr scñ31é anteriormente, lo que ocu..e <en
pulos, que parecían antes compartir el poder de Jesús de expulsar los demo- la casa> es un reflejo a
,',,rr{l() rlc lo que pasa en las iglesias domésticas qu..onrpon.n.i
nios (3, l51.6,7 .l 3), fueron incapaces de exorcizar este espíritu particular'? r"''r'r(il,o y otras comunidades cristianas; igualmente, rJqueja deg* los
Esta es la pregunta formulada por ellos a Jesús después de que se hubieron r' ' ¡¡r¡¡f1¡s' <¿Por qué nosotros no fuimos
capaces de expulsairoi>, repite
retirado con é1, en privado, a una casa (9,28), un artificio marcano para ¡" ' '1"¡lrl1'¡¡¡.'¡¡¡e algo que la gente decía dentro de la comunidad cristiana
suscitar cuestiones que son de interés para su propia comunidad (cf.7, 17- de
I ¡r¡ r¡ ' ,\tlcrnás, esta cuestión intema
del grupo corresponde al parecer a
23 y 4, 10-20.33-34; 13,3-37). La respuesta de Jesús es que <esta clase> r'| ¡ r( suscitado y agudizado desde fuera por voces
'¡¡r, hostiles lcr. e, r+¡:
de demonios sólo puede ser desalojada por la oración (9,29). Así pues, el ' ' I rrr.rt's... de los cristianos es, como ellos afirman, ,n ,". o.ffi"nt"
problema tiene que ver en parte con la molesta clase de espíritu que había ' 'rr¡r(' l)i.s ha vindicado por la resurrección,
habitado en el muchacho. Esta respuesta se halla de acuerdo con las anti- ¿por qué no.onr".uun ,u,
rllrl"r('s lit fuerza operadora de milagros qu"
por"yó duranásu vida?
t r r , r¡t ',riri' en particular ocasionaría tensión enéi una
'i
guas concepciones que consideraban la epilepsia como una enfermedad
comunidad marcana
que podía ser curada sólo por un dios o alguien con poder divino (cf. noltt
'rr¡ r'lr rt'rrlrorarmente.cerca de la guerra judía, en Ia que ot.o"
a <un espíritu mudo> en 9, l7). r",rr, . r¡rcsiánicos rearizaban signos y fr"t"n_
p.oáigio, que suscitabun rá Á
Pero la réplica de Jesús suscita tantas preguntas como respuestas ya " , r,rrr\ s.brenatural así una poderosa tentación puru to, "n
que Jesús mismo, a pesar de haber prescrito la plegaria como antídoto para ¡r rr,ilr0\ nlarcanos (Cf. ¿¡o1¡t1t9ian
13, 2l_22).
el espíritu epiléptico, no aparece rezando antes de expulsar al demonio. I ,r r,'.¡rrrcsta de Marcos a esta tentación
es dobre. por un lado, el evan_
Puede ser que haya que sobrentender su Íezo, o que Marcos haya ya ca- lr r'r rl'r r clrtender que el poder d_e operar miragros
racterizado suficientemente a Jesús como un hombre de oración de modo
' está todavía disponible
¡"'r r I' ' ' t r islianos por la gracia de Jesús y de Dios; aún se puede
desánaigar
que no necesite hacerlo aquí (cf. 1,35; 6, 46; 14,32-42). Es asombroso, dc 'rr' '¡¡f ¡¡¡.¡ ' y ccharlas al mar (11,23). La frecuencia
de historias de sanación
todos modos, que en 9, 29 Jesús formule una regla para el exorcismo quc 'l' ' 1,¡1'jq¡¡.16s dentro del evangelio, como las narracion", d" io, ¿^i_
él mismo no pone en práctica. Y ¿por qué el relato del exorcismo identifica r" ,1, Ir" rr¡rtistoles en las curaciones, así sugieren que tares acontecimientos
la fe como factor crucial en la realización del milagro cuando Jesús, en la rr r"¡rl¡¡¡;¡¡i1¡s eran todavía reconocibles
en tiempo de Marcos. por otro,
instrucción privada a los discípulos, destaca la oración? I ' ' rrr't'lr. rnuestra también,
sobre todo en su segunda mitad, que de vez
" ' "rrhr el poder divino de Jesús parece eclipsarse. Aunque Dios omni-
51. Cf. D. E. Nineham, ihitt.:G. Rochais, Les récits de résurrection des morfs,60l'('.
D. Marshall, Fuith a:; u Tltctttt' in Mark! Narrative, 123. I I l\,liríyn, Histoty and Theologv in rhe Fourfh Gospel.
52. I ta I i e n i sc lu, R¿¡.v,. citado cn J. Pope-Hennessy, Rop hael, 7 3-7 4. I ( I ( f ). Marshall, Faith as a Thánte in Markb Narrátive,223.
Mc 9, 30-32: Comentario 765
764 Cuarto sección principal (Mc 8' 22-10' 52)

poder que r,,, , rtir cstc versículo, y Fanninga, quien afirma que este tiempo se usa ((en
potente pueda inspirar todavía plegarias eficaces para activar.el ,,,,rr, ¡()s ¡lrofeticos u oraculares que presentan una visión de algo que ocu-
oraciones como la de Jesús en
ip".u *itugros, púede elegir también inspirar ' ¡. rn t'l lirturo como si estuviera sucediendo ya en el presente). El sentido
lo que tu quieres> (14, 36)'
detsemaníi <<No lo qu" yo quiero, sino r''u:rl irl de dei (<<es necesario>) en la predicción de la Pasión en 8, 31.
En el caso de Jesús, esa oración suya, de una fidelidad suprema' con- ,t ilt(ilto,t de hombres leis cheiras anthrópon]. Ya que la mano es el
ducirá finalmente a una eclosión final e incomparable de poder divino
en
sólo-puede
,,,tnrncnto de los instrumentos) en la actividad humanas, se utiliza a
el mundo; pero como muestra el siguiente pasaje, tal eclosión
,,,' nr¡rhr llrnto en fuentes judías como en no judías en un sentido metafórico
ocurrir el que pronuncia la oiación es entregado a 1a voluntad hostil
(9' l3)' ¡ rr r r'\l)r'osaf el poder activo de una persona6. Caer en manos de alguien,
de una generaciónin".édutu, <que hará con él lo que quieru
"uundo
r,,,r t,nrto. significa ser entregado a su control, lo que puede ser aterrador si
L lrr, r'ontrola es hostil; cf., por ejemplo, Jos2,24: <El Señor ha entregado
(9' 30-32) ' "lr l,r ticrra a nuestras manos; todos los habitantes de la tierra se derriten
8. JBSús pROFErtzA orRA vEZ su MUERTE Y RESURRECCTÓN i. rrrr, tlr ante nosotros> (cf. Heb 10,31). En el caso presente, sin embargo,
ir lr,r'.r'¡ruede conservartambién un matiz literal, puesto que en el pren-
9 30Y saliendo de allí, caminaban a través de Galilea y no
quería
t,,rr,'rto dc Jesús los miembros de la partida que lo arresta <echaron sus
que nadie lo supiera,
3rpues enseñaba a sus discípulos y les decía: <El
ú¡o O.t Hombie será entregado a manos de hombres y lo matarán, y
,,,
'r',. sobre él y lo detuvierou (14,46).
I ,' ,
X contienen muchos casos en los que Dios amenaza con entre-
LX
una vez muerto, resucitará después de tres días>.
32
Pero ellos no enten- ,' (paradósó... eis cheiras) de sus enemigos. La locución
l'.r:re I a rnanos
dieron lo dicho y temían preguntarle' ,'lrt' todo común en los grandes profetas del juicio, Jeremías (21, l01.
' "', .16, 24 126, 24 LXXI; etc.) y Ezequiel (7, 21; 11, 9; 16,39; etc.).
rrrrrlrlr'll ¡rtrede usarse paraamenazar a los enemigos de Israel; en Is 19,
Notas t t',,r ,'icnrplo, Dios promete que entregará Egipto a manos de seres hu-
,,, \r,,, \l)(u'ddósó tón Aig,tpton eis cheiras anthrópón), un paralelo cerca-
9,31. Enseñaba ledidasker]' El imperfecto se refiere aquí probable- ,". r rrt'sll'¿r perícopa. En tales pasajes se sobrentiende que los hombres
ocasiones en las que Jesús enseñaba' pues el deseo
-"ní. u las repetidas en privado explica el disimulo dc
',rr lr,r,,trlcs; en Jr 38, 16 145, 16 LXX] la entrega del profeta eis cheiras
del Maestro dé instruir a sus discípulos l¡¡ , ,¡t¡ t¡¡ louton (<<a manos de estos hombres>) es equivalente a su muerte
'' '
su viaje por Galilea, que por lo visto dura varios días' I r') LXX]). Por tanto, es mejor caer en manos de Dios que
17 li46, 17
y í"i d"rio lkai elegán autois hotil. Sobre la formulación redundantc ,, lr, rlt'los hombres (cf.2Sm 24, 14 ll 1Cro21,731'Eclo2, l8), puesto
<eÁe¡aba... yi"t decá>, cf. nota a <y respondiendo les dijo> en 3'
33'
1'
r,', Lr,livinidad es misericordiosa, mientras que los seres humanos no lo
en 15'
Sobre hoti como introductor de una cita, cf ' nota a <y diciendo> .,, lr,rl rllu¿tllnente.
El Hijo del Hombre seró entregado lHo huios tou anthrÓpou paradido-
1' l4 y
lai]. Sobre la traducción de paradidotai, cf' notasa <entregado> en
profecía está en Is 53'
a <<lo entregó>> en 3, 19. Parte del transfondo de esta t
"lll(.il1:il'¡0
de la entrega por parte dc
6.12 Lxx:donde paradido¡rai se usa para hablar
también en Dn 7'
Dios de su siervo iufriente a la muerter. El verbo aparece ltttt
lttt ción. Tras vencer a un demonio obstinado al que sus discípulos
t tt

25.27Lxx,endonde<lossantosdelAltísimo>>,vinculadosa((uncomoull ., tr, r.n capaces de doblegar, y tras devolver la vida


a un muchacho que
el mo-
hijo de hombre>, son (entregados a manos> de sus enemigos hasta r. ,', , l.l nrucrto (9,14-29), Jesús sigue su viaje con esos mismos discípulos,
de Danicl
mento de la vindicación escalológica, que en otra parte del Libro ,,, trrrr r'nrkrlos más en el misterio de su próxima muerte y resurrección.
se relaciona con la resurrección2. Ll(' llrs¿l.ie es sustancialmente una composición marcana. Está lleno de
presente pa-
En nuestro pasaje se emplea una forma de paradidonai en ,,, rl'r¡lrrriotípicodelevangelista(<saliendo>,<<Galileu,<losupiera>,<en-
sivo, que tiene sentido de futuro; los paralelos en Mt 17, 22 y Lc 9' 44' asi , n nr,',r),. <<discípulos>, <y les decíu, <preguntarle>) y tanto el versículo
Mc 10, 33, utllizan el futuro pasivo dcl
.",''" iu predicción de la Pasión en ,,'r¡',rlrrr tolio (9,30) como la conclusión (9,32) reflejan el tema marcano
mismo verbo. Sobre este uso del presente con valor de futuro, cf. Burtonr. I' I , r rt'trr rnesiánico, que tiene poco sentido a nivel histórico (cf. infra).

1. Cf. J. Marcus, The Wq'of the Lord, l62'188-89'193-194' I Ir l\1. lrirnning, Verbal Aspect,225.
z. on tz,l _3. cf. w. o. óuíi.r-p. c. Allison, The Gospel According to saint MatÍhtt Alma, 3, 8.
\ r r,,ti¡lulcs, Sobre el
2, 7 33 y la introducción al t' o n¡ e n f ari l'
o a 8, 34-9, ,. rl lolrse-C/reir.
3. Cf. E. D. W. llurton. S.vnfax of the Moods and Tenses in the New Testament'9'
766 Cuartu sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 30-32: Comentario 767

La única parte del pasaje que puede tener un núcleo tradicional es la decla- r, l ¡ rrrrcrte y la resurrección de Jesús sólo quedó clara en el período pos-
, i , r, I : antes de aquella época,
ración en sí, que es la más sencilla de todas las predicciones de la Pasión y | ni siquiera los discípulos de Jesús podían
muestra ciertos rasgos que podrían reflejar el idioma arameo (por ejemplo, , r, rr(l('f lo y no lo hicieron (cf. el apéndice <<El motivo del secreto mesiá-
<entregado a manos)) y el juego de palabras sobre <el Hijo del Hombre> y ,",", vol. l). Esta construcción teológica encaja en parte con ideas
('n cl
<los hombres>). Además, <después de tres días> está en tensión con la cro- ',,,1r,r.,
s.blc la necesidad de que el mesías, o el Hijo del Hombre, quede
nología marcana (cf . nota a <después de tres días> en 8, 3 I )7. ' 'rlr,r l'rsta el momento de su revelación. El Midrqs sobre los salmos en
Con todo, el versículo refleja también un tema marcano importante al I I hr ¡¡p¡ssa así: <Éste es el mesías, el Hijo de David, que está oculto
presentar la yuxtaposición del <Hijo del Hombre> con ((a manos de hom- , rr( l (iompo del fin> (cf. IHen. 62,7;4Esd. 13,52 Justino, Diálogo
bres> (cf. infra). Además, según Browns, (entregar a manos de> aparece I I lo. l : 24,26-27; Jn 7,27)to. Para los lectores cristianos de Marcos,
también en el griego de los LXX y el juego de palabras entre el <Hijo del rr lr.¡¡¡¡¡¡ de la revelación tendría un lado positivo ya que ellos sabrían
Hombre> / <hombres> funciona también en griego. Por otro lado, ni siquie- 1't' , ,tt)tt(a,\, desde la Pascua, vivían en una era en la que la limitación
ra la detección de un estrato arameo subyacente demostraría necesariamente r,, rr.rrlr c¡t 9,30 había quedado anulada y en la que el mesianismo de
que el dicho provenga de Jesús, ni excluiría la idea de una composición t \ r'l camino paradójico en el que se había manifestado estaba siendo
r¡ ,

marcana, pues, además Jesús, los miembros de la iglesia primitiva, incluido , ',,, Lrrrrrrlo a todo el mundo (cf. l, l; 13, l0; 14,9).
quizás el mismo Marcos, hablaban arameo. Es imposible, pues, afirmar con Lr ,,t'¡rscñanza> impartida a medida que caminaban, según 9, 30, es la
certeza si 9, 31 es tradicional o una composición marcana. ', rre illa de todas las predicciones de la Pasión y consiste únicamente
La perícopa consiste en tres sentencias. La primera y la tercera (9, 30, ', I r l¡roll.cía de l) el Hijo del Hombre será entregado a manos de sus ene-
32) son breves y acentuan las limitaciones de la revelación; la segunda (9, ,',, , ' , .) ) su muerte a manos de aquellos y 3) su resurrección (9, 3l Sin
).
3l ) es más amplia y muestra el mensaje central del pasaje: la necesidad di- '¡,l,.rrlr). csta profecía al parecer sencilla trasluce una profunda preocupa-
vina de la muerte y la resurrección de Jesús. Así pues, como es típico en el ",,r rr:rlciilra reflejada en la repetición de la palabra anthrópos (<el hom-
evangelio de Marcos, la verdad de Dios revelada en la enseñanza de Jesús 1¡. ,l'r'r'ht¡mano>): <El Hijo del Hombre (ho huios /oar anthrópou) será
está enmarcada por la ignorancia de los seres humanos. ',rr, ir rnanos de seres humanos (eis cheiras anthrópón)>. Esta reite-
¡,.¡1f1¡
. ,' r,'rr r'rrrticne una inversión terrible. Sería natural esperar que
el Hijo del
9,30-32. Predicción de Jesús de su muerle y resurrección y respuesta rr,,¡¡1lr¡¡'.cl representanteglobal delahumanidad(cf. elapéndice <El Hijo
de los discípulos. El pasaje comienza con el relato de un Jesús que sale de ' I llrrr¡rlr'c>> en el vol. l), sería recibido por sus colegas humanos con ale-
,, L t';rnbio, será entregado a sus impulsos violentos (cf. <hicieron con
la escena del exorcismo del muchacho epiléptico y que camina de incóg-
r l',,
'
nito a través de Galilea (9, 30). La razón de este viaje con poca publicidad l
r ¡(' t¡ u isieron> en 9, l 3); los anthropol se han convertido en enemigos
es que Jesús imparte enseñanza a sus discípulos sobre su próxima muertc | ,r l,r.l)i() uHüor". La interpretación pesimista del sintagma ((a manos
y resurrección (9,31). , l" lr,,nrlrrt"'s>cuadraconel hechodequeen2Sm 24, 14// ICro2l,l3
Considerada lógicamente, esta motivación es desconcertante: ¿por quó ,, r , rr nünoS de hombres>> se considere un destino terrible debido a la
debería Jesús tratar de evitar que se conozca su presencia en Galilea, sólo ,,,, l,l,rrl tlcl género humano (cf. Eclo 2, l9)t2.
porque imparte enseñanza a sus discípulos acerca de su muerte y resurrec- | ,,r r l.\'cpara resolver el misterio de esta inversión horrible <de lo
ción? Si tuviera que instruirles en algo no pensado para los oídos de todos, , ,1, l ', r i. scu puede radicar en la yuxtaposición de nuestro pasaje con el
sería más facil y mucho más sencillo aislarse con ellos durante un brevc .,, r .r r( r cn 9, l4-29: el mismo poder endemoniado que había deformado
período, como hace en otros lugares en el evangelio, el más reciente en 9, ,, ',1,, ,lt'l cpiléptico es el responsable de la misteriosa hostilidad, poco
28-29. No parece creíble que Jesús hablara repetida y detenidamente en ,r,,r rl ('n los seres humanos, contra el Hijo del Hombre que ha venido
términos claros sobre el tema de su próxima muerte y resurrección (cf. la , ,, , rlr;rrkrs (10,45). Una yuxtaposición similar del mal demoníaco con
I i,'rr'rrr) cs visible también en 7, l-30, donde las referencias
nota a <<enseñaba> en 9, 3 I ) y que sus discípulos entendieran repetidamen- negativas a
te mal estas referencias y más aún que se abstuvieran repetidamente dc ' i l¡' r \ ' l.,r(lir(l de los anthrópoi (7,7 .15.20-21 .23) van seguidas inmediata-
preguntarle sobre elloe. ',', ,,r' lf.r e I crorcismo de un espíritu inmundo (7,24-30).
Nuestro pasaje, pues, no es probablemente una reminiscencia histórica, I , ' . ,lrst'i¡lulos de Jesús reaccionan a la profecía de la muerte y resuffec-
sino una pieza de teología marcana que refleja la idea de que la necesidarl , ',',1, lr.sr'tS cou un silencio aturdido, pero tienen miedo de preguntarle

7. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Mqtthcw 2,732. ' \lrr\\ ine kcl. He That Cometh.304-308.
8. R. E. Brown, Ihc Deu¡h ol the Me,ssiah 2, 1.482. ', r | | t inilka. 6/ Evangelio según san Morcos 2,6l .

9. Cf. W. Wrede. I/r¿, Mas.riunic Sec¡a¡.82-100. , t I \1. .1. I-aurange, Evangile selon Saint Marc,2l3.
768 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 33-50: lntroducción 769

sobre ello (9,32); una incomprensión similar había saludado la alusión dc ¡',' l,r rrrhibición y confusión de sus discípulos estropee la lección; por el
Jesús a su resurección en 9, 9. A nivel narrativo, la reserva de los discípu- "rrr.rr(). gracias a su propia pregunta Jesús enmarca de nuevo el tema
los puede ser en parte una respuesta a lo que había ocurrido en 8, 3l-33, 'r,r¡,1¡1;i¡¡ilel6s existencialmente. El siguiente pasaje progresará, pues, ló-
donde Pedro protestó contra la primera predicción clara de la pasión dc ,,.ilil('iltc desde la muerte y la resurrección de Jesús hasta el modo como
Jesús, sólo para encontrarse tanto él como implícitamente el resto de los ,r r.rrb¿rleantes seguidores pueden compartir su exaltación, a pesar de sus
Doce con un rotundo reproche del Maestro. Es posible que los discípulos , (.s. participando en su humillación.
,
' ,r

marcanos no aumentaran sus entendederas desde entonces, pues en lo quc


realmente ganaron fue en el temor a ser reprendidos.
Sin embargo, el miedo a pedir a Jesús explicaciones acerca de la pre- ' I r \ ( OLECCIóN DE DrcHos soBRE LA vtDA cRrsnAr.ra (Mc 9,33_50)
dicción de su Pasión no presagia nada bueno para ellos. Como hemos visto
anteriormente en el comentario a 4, 10, el que los discípulos, en contrastc , r l ,lltollucctóN
con los <de fuera>, se adelantaran a pedir explicaciones a Jesús era -para el
I .r siguiente sección del evangelio ocuffe en Cafarnaún, el pueblo ga_
relato y hasta este momentG- un signo de su posición privilegiada y distinta r,l,,r ¡lr.tlonde procedían Pedro, Andrés, Santiago y Juan (cf.
como discípulos. El lugar importante atribuido aquí a la carencia de pre- l, 16-21.2g_
',rr \ ('r cl que Jesús había enseñado y ejercido su ministerio en2, l_3,
guntas haría sonar la señal de alarma a los lectores antiguos alertados por
una amplia variedad de transfondos desde que Platón había atribuido un
' I rrr.¡¡gq¡s discutía con sus enemigos declarados, los escribas y fariseos;
,r1, .,¡ r,c implicado en una lucha mucho
lugar central al método de preguntas y respuestas para e[ descubrimiento '¡,¡ más dificil contra la poca com_
, ' , ,r.. tlc sus propios discípulos y los tipos de problemas que molestarán
de la verdadr3. De un modo similar, la tradición judía daba mucho valor
a las preguntas; en m.'Abot 6, 6, por ejemplo, preguntar y responder es
' r . lrt.¡ctle ros, los miembros de la iglesia cristiana primitiva.
t ,,rr¡, han señalado muchos estudiosos, el material que se halla entre
una de las virtudes del estudio de la Torára. Por tanto, es un asunto serio
el que -rn el momento presente- los discípulos marcanos no pregunten
t
' rrrr;rtlir cn cafamaún en 9, 33 y la salida para Judea y Transjordania en
rrr I r'\ tfc naturaleza catequética (cf. glosario), unido a veces y princi_
a Jesús sobre la profecía de su muerte y resurrección, sobre todo ya quc
, ,lrrr.rtc por palabras gancho (cf. Tabla 28). por ejemplo, la perícopa que
este vaticinio afecta al núcleo mismo del misterio cristiano. En el contexto
marcano, la renuencia de los discípulos a preguntar es un signo de enferme- 'r.,, l.r sccción ,9,33-37 , concierne al tema de quién es el mayor y términa
,,,
dad espiritual, como queda sugerido no sólo por su nexo con el tema de la 'rr .lcsúls que abraza a un pequeñuelo y con el dicho <euien recibe a
ignorancia, sino también por la comparación con pasajes anteriores en los "' ,rr. c.rlro éste en mi nombre a mí me recibe>>. La perícopa siguiente,
que se menciona su falta de comprensión:
' r , lo. rccoge el lema <en mi nombre>>, pero lo utilizaparaexplorar un
' ¡,,r lr,r completo diferente: el exorcismo en nombre de Jesús realizado
6,52 Pues no habían entendido lo de los panes, sino que su corazón seguíir , ,, ,,, rt('\ de fuera del círculo de los discípulos. Incluso el rasgo de unión,
embotado. ,, r¡r n()r)tbre)>, tiene un sentido bastante diferente en las dos secciones;
8, 17 ¿Aún no percibís ni entendéis? ¿,Es que tenéis embotado luestro corazón'l "'t {t l7 significa la aceptación de alguienpor amor aJesús,pero en 9,
8, 33 Ponte detrás de mí, Satanás. Porque no tienes tus pensamientos en las ' lrt ,lt'sigrrs a alguien que actia por el poder de Jesús. Los nexos entre
cosas de Dios, sino en las de los hombres.
,' , ,,, t'iones de 9,33-50 son igualmente artificiales.
9,32 Pero ellos no entendieron lo dicho y tenían miedo de preguntarle.
I ¡'r,,b.ble que la composición a base de vocablos crave refleje el ori-
Esta comparación sugiere que el estado psicológico de los discípulos 'r ' rrt r¡rrótico del material en esta sección. La unión de contenidos por
en esos momentos, lo que podríamos llamar su <miedo a preguntaD), er¿l
r, ,r'.rr'.ür es un artificio mnemotécnico admirablemente apropiado para
tr ' rr, r¡rt'siS, y su importancia especial en todas las partes
parte de un desorden más profundo del alma (<<la dureza de corazón>) quc de esta r"cóión
en última instancia puede remontarse a Satanás. "' r' ¡, 1 1 cr'pleo de una fuente. En una ocasión, sin embargo, Marcos mis-
Así pues, nuestro pasaje termina con vna nota de silencio e inconr- '¡, ' r,,r('\ ('scr el responsable de una vinculación a base de palabras gancho
prensión por parte de los apóstoles. Pero no todo es oscuridad y desordcrr ' '¡,r' ¡'r.bublemente insertó los w. 38-40 y quizás también el v. 4L EI u. 9,
satánico. Al principio de la siguiente perícopa, Jesús se hará a sí mismo unrr ' l,r' ,( rlir 'n nexo más nafural con 9, 4l o 9,42 que con 9, 3g y la historia
pregunta y retomará de este modo la iniciativa perdida por la reticencia de
I'r' r'l t'rt)fcista ajeno en 9, 38-40 parece reflejar un contexto postpascual
los discípulos. Como buen maestro que era, el Jesús marcano no permitirii ' t ','rtt'ttr(r'k¡ a9,38-40)iunto con un interés marcano particular por el
,¡ rrrtr,,rrlrr tle los exorcismos de Jesús (cf.
l,2l-2g 3,20_30;9,29_2g)t.
13. Cf. R. Robinson, Platols Earlier Dialectic,T5-84.
14. Cf. M. Breter, Pilpul. r r I IL l;lcddermann, The Discipleship Discourse (Mark 9, 33_50),64-65.
770 Cuarta sección principal (Mc 8' 22-10' 52) Mc 9, 33-37: Notas 771

como ocurre con frecuencia, se percibe otra actividad editorial al prin- \ rrrrt¡ue la mayor parte del material en esta sección provenga de una co-
cipio y al final del pasaje. Al principio: los motivos de la instrucción priva-
, , r',n l)rcmarcana de dichos catequéticos, ello no significa que sea ajeno a
da en-una casa y el estar (de camino)), los verbos
(preguntar) (eperotanl i', rrt('r'cses marcanos. El evangelio ha acentuado la necesidad de seguir a
y <dialogan (iialogizesthai), más las frases con gar (<pues>) son todas r, . , rrrcluso hasta la muerte para hallar la propia vida (8, 34-37): así pues,
quc , : lrort¿rción a hacerse el último para llegar a ser el primero (9,33-37) cae
óaracteríiticas típicás de Marcosr. Suena muy discordante, además, t,

Jesús se dirija a los discípulos en9,33-34 pero que <llame a los Doce> ,,l,r, tcn'cno preparado. Ya hemos señalado cómo la historia del exorcista
junto a sí en-9, 353. Es probable, pues' que el evangelista mismo sea el res- ,¡' rr, ((). ltl-40) encaja bien con los temas marcanos. Y los dichos escato-
ponsable de la mayor parte de 9,33-34. Es también plausible que Marcos i '1'ri r,\ cn 9,41-50 evocan el tema de pasajes como 8,38-9, I y esperan
y vivitl ,," rlr¡sirin la detallada profecía del tiempo final del capítulo 13. Además,
iraya añadido el dicho conclusivo en 9, 50b: <Tened sal en vosotros
enpazentre vosotrosD, que forma una inclusión (cf' glosario) con el temit ,, ,lr,p,rsición del material por palabras clave no significa que Marcos y
de ias disputas intracomunitarias en 9,33-344 ' ,' lr'r toros prescindan de encontrar conexiones lógicas entre las piezas
'', lr.r'. l:r'r verdad, la inclusión de esta sección dentro del relato marcano
Tabla 28. Asoct,qclot'lEs PoR PALABRAS cANcHo eN Mc 9' 33-50 r¡ ¡ n('('csario un esfuerzo para interpretarla como parte de la narración y
',
t,, , , lo que intentaremos hacer en lo que sigue.
g,34 Pues en el camino discutían entre ellos quién era el más imporlante
todos
s,¡s Si alguien quiere ser el primero, sea el último de todos y e[ siervo de
g,36 Y tomando aun niño lo puso en pie en medio de ellos
t r lr ,r \ UABLA DE eutÉN ES EL MÁs TMeoRTANTE (9,33-37)
g,37 Quien reciba a uno de estos,?¡ños en nti nombre
s,¡sHemosvistoaunoqueenfunombreintentabaexpttlsarundemonio
9,39 Nadie hará un portento en mi nombre
', " Y llegaron a Cafarnaún. Y cuando estaba en casa les pregun-
g,4l ,,1,,r ,,,,()ué discutíais en el camino?).34Y ellos callaban, pues en el
Pues quien os dé a beber un vaso de agua en mi nombre
g"42 Quien escandalice auno de estos
pequeños que confian enmí, bien le estti ,rrurro tliscutían entre ellos quién era el más importante.35Y sentán-
(kalon estin) a ése'.. ser arroiado al mat .l',,, lLrrnó a los Doce y les dijo: <Si alguien quiere serel primero,
g, 43 Y si fe escanclaliza lu mano, córÍala', pttes meior (kalon estin) es que ¿/?frl'\ , r , l irltimo de todos y el siervo de todos>. 36Y tomando a un niño lo
mancoenlavidaantesqueconlasdosmanosmarchesalagehenna'rll
l,, r , , r'n ¡rie en medio de ellos y abrazándolo les dijo:
37
fuego inextinguible <Quien reciba
g,47-48 Y si tu ojo fe escandaliza, arráncatelo; pues mejor es (kalon estin) qut , r'r,, rle cstos niños en mi nombre a mí me recibe; y quien me recibe
entres tverto en el reino de Dios que ser arroiado a la gehenna' al fuagt ",, rrril rccibe a mí, sino a quien me envía).
inextinguible
9,49 Todo serása/ado confuego
qué salrr
s, SOa La sal es buena (kaloi); fero si la sal acaba por ser insípido' ¿con
\il1¡t\
réis?
9, 50b Tened sal en vosotros y vivid en paz entre vosotros
't , l.l.
l'ltt el camino [en t/ hodQl. La repetición de este sintagma, después

el uno con el otro 34 50h I sido ya mencionado en 9, 33, es torpe; ésta es sin duda la razón
lr rl,r'r

el más importante/primero/último 34 35 ¡ ,, Lr {lue llgunos escribas posteriores lo suprimieron (A, D, A, etc.). Con
niño 36 37
38 39 4l
' '1,, t.rl rc¡retición es probablemente deliberada(cf. comentario a 9, 33-35).
en mi / vuestro / nombre 37 ,tntt tt (t'u el más importante ftis meizonl,lit. <quién el mayon; no hay
38 42 45 47-48
ser anojado
42 45 47-48 ',,, ,,r r \ t'rtro y en el griego de la koiné el comparativo sustituye a menudo
,

escandalizar
sería mejor / bueno
42 43 45 41-48 50a ,r ,ll,{ llr¡livor. Las versiones siríacas traducen meizon por rab; nuestro
cortar
43 45 ¡. , r¡, ¡r¡¡g1le estar relacionado de algún modo con el surgimiento de la
entrar en la vida / reinado de Dios
43 45 47-48 ,,' rrru{ r()n dcl rabinato; cf. nota a <Rabí> en 9,5. Mt23,l-l2,que advierte
43 47-48 49
fuego
43 47-48 r,,, .r n:rtlic se llame (rabí), contiene otra versión de nuestro dicho.
inextinguible t t¡¡1'1'¡¡gs: vincula ingeniosamente la pregunta formulada a los discípu-
gehenna 43 45 47-48
sal/salar/insípido
49 50a 50lr ' , ,,r cl contexto general del evangelio sugiriendo que este episodio sur-
r t \. l. Robertson, A Grammar ofthe Greek New Tbstament,667-669, y C. F. D
2. Cf. H. Fledden¡ann, ibid.59.
3. Cf. J. Gnilka. E/ Et'angelio segtln san Marcos 2,64'
t l,lttutt lltx¡k,9'7-98,
{ rr'( ncs. Comenlario a Mateo, 13.14.
4. Cf. W. L. Lane, The Go'spel of Mark'339'
f
772 Cuarta sección príncipal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 33-37. Notas 773

ge de la reciente experiencia de la Transfiguración, donde Jesús se apart(i ¡


' otros no esperan ser recompensados en este mundo, sino sólo
r, nt(' ir los
con tres discípulos, indicando su precedencia sobre otros miembros de los ,, ruurilbstación del poder escatológico de Dios. Como otros dichos de
1,,
Doce (Mc 9,2 par.); era natural que se suscitara posteriormente la preguntit | r', ( n Marcos (cf., por ejemplo, los comentarios a 2,21-22 y 4,21-23),
,

acerca de quién era el más importante en este círculo íntimo. Lrrrr".trr) representa una escatologización de la sabiduría secular.
35. Sentándose lkathisasl. En los evangelios, Marcos incluido, Jesúts '.',t lt'.ttcri;lit. será]. Sobre el empleo del futuro con sentido de impe-
se sienta a menudo para enseñar (cf. 4, l; 12, 4l1, 13, 3; Mt 5, 1; 26, 55: , ¡rr\i, (¡tc se encuentra tanto en griego bíblico como en el profano, cf.
Lc 4, 20-21 5, 3; Jn 8, 2; cf . Mt 23,2). Esta era la postura característic¿r L,1,, rt.,on7 y Zerwicks. La mayorparte de los ejemplos están en segunda
de los maestros en la antigüedad, como muestran las pinturas antiguasr; l , ,'llir. colno en los Diez Mandamientos (Ex 20,3-17), pero hay casos
la expresión común rabínica <se sienta e interpreta> sugiere que la mis- , nrr;rlcs en la tercera, como aquí (cf., por ejemplo, Mc 10, 43-44 // Mt
ma costumbre prevalecía también entre los judíos (Ex. Rab. 8, 3; b. Ber. , t
't, .)1'. Lc 1,32:' 10, 6).
27b; b.Bes. l5b1' etc.). Los discípulos se sentaban también (cf. Mc 3, 32; .,,,r',t ldiakonos]. Este sustantivo, del que procede el vocablo caste-
m.'Abot 1,4; etc.), pero por lo general en una posición más humilde quc r,rr,' ,,tliiicono)), es un derivado del verbo diakonein, (servir) (cf. notas a
el maestro (por ejemplo sobre el suelo; cf. 'Abot de R. Natán [A] 6). La , r\ r,rr)) cn 1, 13; <y la fiebre le desapareció y ella se puso a servirlos>
relación de la postura sentada con la enseñanzay el estudio condujo final- ', I \ l: y c'omentario a 1,29-34). El término se usa con frecuencia en la
mente a que yéííbdh (lit. <sesióu, acción de estar sentado) se convirtiera ,r, r.rtrrir griega para designar a un menestral que sirve como camarero en
en término técnico para designar una escuela religiosa judía; este uso puedc ' ,,ri ,ir. ¡lor lo general un esclavoe, y en los evangelios los vocablos de la
estar ya reflejado en el original hebreo de Eclo 51,28-29, como atestigua la ,"' ,r.r rriz mantienen elmaliz de servicio humilde (cf., por ejemplo, Mt
lectura del manuscrito B: <Muchos oyeron mi enseñanza en mi juventud; | ' l.l, Lc 12,371' 17, 8; Jn 12,2). Conespondientemente, en Hechos
... que mi alma [quizás un error por 'vuestra alma'] se alegre byíybty lcort I , lrt{'rrlrlra paulina, el <servicio> diaconal y el oficio de diácono están a
mi 'sesión']>>a. La postura sentada puede implicar también la potestad dc ..,' ,rrr,Ir rclacionados con el apoyo al necesitado (cf., por ejemplo, Hch 6,
juzgar a los discípulos, como sugiere Knabenbauers; para la relación entrc t li.rrr l-5, 25.31; 16,l-2;2Cor 8, 4.19-20;9,1.12)to.
sesión y juicio, cf. Dn 7,261"li4t19,281'25,31;, Mc 13,3; Jn 19, 13; Hch tt¡ littnundo a un niño llabdn paidion]. En Ex 2,9 seutlliza el mismo
23,3;25,6.17. Teniendo en cuenta la extensa comparación de Jesús con ¡l¡. r'n ull contexto que tiene que ver con la adopción; para otros rasgos
Moisés en esta sección del evangelio (cf. <Moisés>>, en el índice temático), ulr('rcn el tema de la adopción,cf. nola a<<abrazándolo> en 9,36 y
puede ser también significativo que Moisés sea presentado a menudo como ''1, ttt,u ¡() ¿t 9,36-37.
<sentado> en el monte Sinaí (cf. Dt9,9 TM; Ezequiel el Trágico, Exagoge. II l.r, l*r1 piensa que la combinación marcana de la imagen del siervo con
75; b. Meg.2la; cf.l'lt23,2)6. :, ,1, I rurro refleja el arameo talyá', que puede tener ambos significados.
Si alguien quiere ser el primero, sea el último de todos y el siervo dc i ,,, rr'r t)nocs también que los vocablos griegos pais y paidion se pueden
todos lei lis Íhelei prótos einai estai pantón eschatos kai panton diakonosl. ' ',, rr t:urrbión en doble sentido. Como indica W. Stegemannr2, el hecho de
Este logion (cf . glosario) está relacionado conceptualmente con el que sc ¡'i. r,rlr'., tú'rnrinos denoten tanto esclavos como niños indica clarísimamen-
halla en Mt23,12 llLc 14,11 llLc 18,14 (cf. Mt 18,4): <Quien se ensalcc , . | , ,.t:rtrrs de los niños en la antigüedad.
será humillado y quien se humille será ensalzado>. Este último dicho tiene t',tt,lttut puede referirse a un bebé recién nacido (por ejemplo, Mt 2,
muchos paralelos en la historia de las religiones (por ejemplo, Prov 29,23. , ll .tt'.. .ln 16,27; Bern.6, l7), así como a un niño de más edad (por
Ez 2l , 26; Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos ilustres , I , 69; Lc I , 52, , r,rl,l',, Mt ll, 16 ll Lcl,32;Mc7,28,30)t3. El vocablo griego es neutro
b. 'Erub. l3b) y está arraigado en la sabiduría popular de siglos (cf. su rela- lr usilt'sc para ambos sexos. Sin embargo, algunas versiones modemas
¡.rr, r

ción con los modales en la mesa enLc 74,7-11 y Lv. Rab. 7,5): la humildad r lr ltrl,lirrrrvan demasiado lejos en la utilización del pronombre feme-
es la mejor política, mientras que la autoexaltación conduce finalmente a .:,,',,. t'stc ¡lasaje; si se tratara de una muchacha, probablemente estaría
la humillación. En el contexto presente, sin embargo, el pensamiento ad-
r'., rtr, rrtlr su sexo, como algo digno de notarse. La hija de la mujer siro-
quiere un colorido más escatológico (cf. comentario a 9, 33-35) y con este
rasgo va unida la referencia idiosincrásica marcana al servicio (<y el siervo
de todos>): los que no sólo aceptan su humilde estatus, sino que sirven acti- \ I ltobcrtson, A Grammar of the Greek New Testament,874-875.
L/t r*'ick, Biblical Greek,94.
\
, r I lt.rrolilrte, Memorabilia l, 5, 2; Josefo, Ant.6,52, etc.
3. Cf. C. Schneideq Kathe-mai,443. r,r t i lr llcycr,Diakoneo; A. Weiser, Diakonos.
4. Cf. M. Hengel, Judoism and Hellenism 1,79;2,54, nota 165; M. Segal, Ben Siru, ¡ r \ I f lrre k. /n Aramaic Approach to the Gospels,22l-222.
f

358.363; P. C. Beentjes, Ben Sira,94. | \\ '1\telr.cnrann, 'Lasset die Kinder zu mir kommen',123.
5. J. Knabenbauer, Evangeliunt secundum S. Marcum,247-248. "r r rt',,rIilt)A(i.749.
r.¡t.rrr¡rlo,laScholars
6. Cf. D. C. Allison, The New Moses. A Matthean Typology, 175-l'79. Bible.
774 Cuarla sección principal (Mc 8, 22 10, 52) Mc 9. 33-37: Contentario 775

fenicia, por ejemplo, se menciona como paidion (7, 30) sólo después de quc ¡', 1, . ;r lrrs que se da la bienvenida, o se los maltrata, por personajes como
ha quedado bien establecido a qué sexo pertenece gracias a tres empleos dc \ I'r.rl r,rr y Sara (Gn I 8, 2- I 5), Lot y los hombres de Sodoma (Gn I 9, l- l4),
thygatrion (<hlju), un término específico (7,25,26,29). Pero, al carecer \l,rrrrr;r¡ (.lue 13, 15-23) o Tobit (Tob 12, l-20)21. Tales historias acentúan
de tal especificación, debe presumirse que el <<niño>> en nuestro pasaje es un , I ,l, lrr'r'tlc la hospitalidad para con los forasteros, por el que, como afirma
muchacho, y así es como lo entienden las versiones siríacas. ll, lr I l. 2, algunos han albergado a ángeles inadvertidamente25.
Algunos intérpretes posteriores trataron de especificar los rasgos del ni- | ,tr'nrotivo aparece en la esfera cristiana, en Mt 25, 3l-46, estrecha-
ño anónimo abrazado por Jesús. Sweter5 presenta la observación novelística ru, rrrr' r'cllcionado con nuestra perícopa (cf. comentario a9,36-37)26. Son
de que <el niño estabajugando cerca)) y sugiere ingeniosamente que quizás t, rrrrr rrlirlnrente relevantes parala comparación con Mc 9, 37 los pasajes
fuera el hijo, o hija, de Pedro. Esta propuesta combina el dato del empla- ' r l"', (luc se exhorta a practicar la acogida de los forasteros por el princi-
zamiento geográfico de la escena en Cafamaún 1ue según 1,21.29 era el l,',' ,r,lrrt'itlo en Mt 25, 40.45, a saber, que las buenas acciones para con los
lugar donde estaba la casa de Pedro- con lo que se dice en l, 30 y 1 Cor 9, , rtr.rrl('rl)s necesitados son como hechas a Cristo27. A veces este motivo
5, a saber, que este apóstol estaba casado y que, por lo visto, era padre. Asi- .r urrr' rnil fbrma gráfica: Cristo, con el aspecto de un pobre, está a la puer-
mismo, una tradición eclesiástica extendida, que aparece por vez primera en r,r r ll;uru (cf. Ap 3,20), o vaga por la tierra disfrazado de forastero para
el siglo IX16, identifica al niño como Ignacio de Antioquía, utilizando una l,r,'l',rr lrrs reacciones de la gente2S. Tales ideas han persistido hasta épocas
interpretación literal del epíteto de Ignacio, <Portado por Dios>r7. r', r, rl('s: Eliach2e, por ejemplo, relata la historia verdadera de un mucha-
abrazándolo fenankalisamenosf. El abrazo de Jesús al niño puede ser ,lr,' ¡rrtlio clue salvó su vida durante el Holocausto convenciendo a una
, ,rn¡( \lla lituana, supersticiosa, de que él era el Señor Jesucristo venido
un acto simbólico de adopción, puesto que las adopciones antiguas incluían
.r l,r trt'rrrr. herido y ensangrentado y que por tanto ella debía recogerlo. La
a veces gestos como levantar al niño, abrazarlo o ponerlo de cualquier otra
, ,rr' rrn tr¿rdicional norteamericana <El vagabundo en la calle>30 emplea el
manera en contacto con el cuerpo del padre adoptivo. En documentos le-
gales babilónicos, por ejemplo, una parte usual del procedimiento para nr,rr,r nl()livo cuando pregunta a sus oyentes si recogerían a Jesús si éste
adoptar a un hijo expuesto era <levantarlo>r8; Plautore hace que una mujer ll,rrr¡,rr;r lr su puerta, <o lo abandonarían para que muriera como un vaga-
utilice el vocablo sustuli (<levanté>) para referirse al rescate de un bebó l¡rnrlr' ('t) la calle>.
abandonado en un callejón y al que crió como hijo propio. Gn 30, 3, asi- tt,, nt(' rec'ibe a mí, sino a quien me envió fouk eme dechetai alla lon
mismo, puede reflejar el rito de poner a un niño adoptado sobre las rodillas t¡','ttr'tlruttd mel. Al igual que el uso idiomático semítico de la <negación
del padre20. Según Diodoro Sículo2r, Hera adoptó a Heracles poniéndolo 'lr rl, r rrt;r>>, esta frase significa probablemente no tanto ((no me recibe>,
junto a su cuerpo; Diodoro señala que los <bárbaros> practicaban este rito ¡rr,¡ ,,rr'r'ihc al que me envió>3r.

<hasta hoy díu. La Vulgata interpreta del mismo modo la colocación por
parte de Naomí del bebé de Rut sobre su propio pecho (Rut 4, l6) como un
I r¡rr¡r.ltl:il'io
acto de adopción22.
37 . Me recibe leme dechetail. La idea de que la persona que recibe a un
ttttnnlttt'c'ión. La segunda predicción detallada de la Pasión (9, 3l ), co-
niño humilde recibe en realidad a Jesús evoca el motivo antiguo común del
héroe, o el dios, que se mueve de incógnito. Según este motivo, los dioses ',,,, Lr ¡rrirncra (8,31) y la tercera (10,33-34), va seguida de un incidente
visitan la tierra disfrazados y reciben un buen o mal tratamiento antes dc ¡',' rlrrrtlr la poca comprensión de los discípulos de la extraña lógica del
,, r,r, l(, tlc Dios (8, 32-33: 9, 32-34; 1 0, 35-37); en cada caso, esta manifes-
revelar finalmente su identidad y corresponder a sus anfitriones con recom- , ,' ,n (l(' la incomprensión de los Apóstoles va seguida a su vez de una ins-
pensas o castigos2s. La contrapartida judía son los relatos bíblicos de án- '
,¡,,¡ r',lr rcrrovada de los discípulos (8, 34-9,1;9,35-37;10, 38-45). Este
'
,.,,,,1, l,r rcpctido refleja probablemente una técnica compositiva marcana,
15. H. B. Swete, The Gospel According to St Mark, 193.
16. Cf . Anastasii Bibliothecarii Opera, en Migne, 3,42.
17. Cf. J. B. Líghtfoot, Apostolic Fathers, 1,27. I ( L Il. W. Attridge, The Epistle to the Hebreu's,386.
18. Cf. por ejemplo el Código de Hammurabi, 185 y M. Malul, Adoption of Found- tI ll'rtuliano, Sobre la oración,26. quien cita el pasaje de Hebreos en Ia in-
lings in the Bible. , r ', , r r, rill| (lc nuestro texto.
19. Plauto, EI cofre, 124. ,, l'.rrr l¡ historia de la interpretación de Mt 25,3l-46,cf. S. W. Gray, The Least of
20. Cf. F. W. Knobloch, Adoption,77. t,' ,tltt t\.
2 L Diodoro Siculo, Biblioteca histórica,4,39,2. { I . lx)r cjemplo, Benito de Nursia, Regla de los monjes,53.
22. Cf . K. Kohler, A dopt ion, 208. I I l. Ilolte-G. Polívka, Anmerkungen,210-229.
23. Cf., por ejemplo. Homero, Odisea 17,485-487 y la historia de Filemón y Baucis , \ I li¡ch, Tales ofthe Holocaust,53-55.
en Ovidio, Metamorfosis 8,613-715; cf. también G. Stáhlin,Xe¡¿os,22:D. Flückiger-Gug- rt , Irrnrlr on the Street>, texto en P. Blood-Patterson, Rr'se Up Singing, 186.
genheim, Góttliche Gdste. I l',r;r csta locución, cf. comentario a7,l4-15.
776 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 33-37: Comentario 777

que destaca dos temas importantes para el evangelista: la falibilidad de los r,rrr,'ntlo cn cuenta estos pasajes anteriores, <la casa> en la que entran
discípulos y el continuo compromiso de Jesús con ellos32. t rr'. \' los discípulos (9, 33b) es probablemente la morada de Pedro en Ca-
Respecto a la edición del pasaje, en la introducción a 9, 33-50 hemos r ,rr,rnl. ir donde Jesús fue directamente después de llamar a los cuatro y en
sugerido ya que Marcos es en gran parte responsable de los dos primeros ' l'
'rrr lt' t ur'(') a la suegra de aquéI, que se levantó inmediatamente y se puso a
versículos, aunque es posible que algún tipo de tradición sea la base de 9, ' r\ ,l()s Qliekonoun autois,l,29-31). Este acto desinteresado de diakonia
34,que tiene un paralelo parcial enel Evangelio de Tomás, 12. Al igual lr, r r' un contrapunto irónico y poco grato a las ínfulas de Pedro y los otros
que en 9, 35-36, en EvTbm. 4 hay un elogio de los niños en conjunción con ,1, , rIr¡krs, contra las que se dirige la exhofación de Jesús a convertirse en
un dicho sobre el primero y el último, pero sin la exhortación a recibir a
',', ,lt,tl,tnto., (<siervo>; sobre este término, cf. nota a <siervo> en 9, 35).
los niños que aparece en Mc 9, 37. Todo esto refuerza la hipótesis de quc
nuestro pasaje no era una unidad original. Además, aparecen dobletes -tl Tabla29. Pennlelos ¡ Mc 9,33-37
dobletes parciales- a9,34y 9,35-37 en 10, 14-16;10,35-37 y 10,43-44
(cf. Tabla 29) y algunos de éstos sugieren que nuestra perícopa es secun-
tl,tt,,¡¡ (),
33-34 Mateo 18, l Lucas 9,46 Evangelio
de Tomás 12
daria. Por ejemplo, el acto de Jesús de abrazar a un niño encaja mejor en r.,', rr sr¡sdiscí- Losdiscípulosa Sesuscitóunadis- Losdiscípulosa
10, l6 -donde va unido a una bendición- que en nuestro pasaje, donde la ¡,,r1,', Jesús: cusión entre ellos Jesús:
organización es torpe: Jesús coloca primero al niño en medio de los discí- I r, (lilL.discutíais
pulos, luego lo toma y lo abraza. Además, como señala Taylor33, el dicho ,, , I ,;lllino?>¡

de9,37, que habla de recibir a los niños, tendría un lugar más apropiado ert r', ,,,, Il()s callaban,
I 0, I 3- I 6, donde se bendice a los niños (y por tanto se los recibe), que en el <Sabemos que tú nos
contexto presente, donde no sucede ninguna acción comparable. Y el dicho dejarás.
de 10, 15, que trata de la recepción del reinado de Dios con la humildatl r,," . r'r cl camino <¿Quiéneselmás sobrequiénerael ¿Quién seráelmás
de un niño, encajaría mejor en el contexto presente, donde el diálogo gira
l, , rrr;ilt e lttre importante en el rei- más importante. importante sobre
tt,,. ,¡rrri.rr era el no de los cielos?>. nosotros?).
en torno a la noción de preferencia (cf. Tabla 30 para una posible nueva '
',, illllx)rtante.
disposición de los elementos de las dos perícopas). Hooker sugiere3a quc Jesús: <Santiago
estas dos sentencias pueden haber sido reubicadas durante la fase oral de la el Justo, por quien
tradición, pero admite que es también posible que la disrupción sea obra dc el cielo y la tiena
llegaron a existir>.
Marcos, pues los dichos encajan con lo que el evangelista está escribiendtl
en los dos pasajes. \t tt, t¡¡ 9, 35 Marcos 10, Lucas 22, 26 Mateo 23, ll Lucas 9,4gc
Estructuralmente nuestro texto se subdivide en dos partes en su forma 43-44 // Mateo
presente: el diálogo sobre quién es el más importante en 9,33-35 y la ex- 20, 26-27
hortación a acoger a los niños en9,36-37. Después de la presentación de lt , rll,ilt(.n Quien quiera El mayor en- El mayor en-
escena en9,33-34,cada subdivisión consiste en una acción de Jesús segui- IIr, I( \Cl' convertirse tre vosotros tre vosotros
da de una declaración. Aunque la segunda declaración, 9,37, sea bastantc en importante
entre vosotros
más larga que la primera,9,35b, ésta es la más importante. Ciertamentc,
,, I rrllrrtto conviértase en
la indicación de que la humildad es el camino ala grandeza es el tema de la L l,',lrrs el menor
mayor parte del resto de 9, 33-50, de modo que Fleddermann3s exagera sólo ' Lr( t\ () (lc sea vuestro sea vuestro
ligeramente cuando designa a9,35b como <el tema del discurso>. '.,l,'. siervo, servidor
y quien quiera y el gober- El menor entre
9, 33-35. Diálogo sobre quién es el más importante. Después del viajc entre vosotros nante vosotros
por Galilea, en el que Jesús pronuncia un segundo anuncio de su próxintl ser el primero
muerte y resurrección(9,30-32), vuelve con sus discípulos a Cafamaún (9. sea el esclavo como el que ese es el mayor

33a), el pueblo donde tenía su casa el primer cuarteto de ellos (1, 16-20) y
de todos sirve

donde había realizado sus curaciones iniciales y programáticas (1, 2l-34\. ().,ló
\l t','\ Morcos 10, 16
r r,rr¡¡.¡¡¡111¡ a un niño Y abrazándolos
32. Cf. E. Fusco, Parola e regno, 138.
33. V. Taylor, The Gospel According lo Saint Mark, 406. I I'r '. en pic en medio de ellos los bendecía
34. M. D. Hooker, A Commentaty on The Gospel According to St Mark,228. rl,r,¡7 i",¡,r¡n les dijo: imponiéndoles las manos
35. H. Fleddermann, The Discipleship Discourse, 61.
778 Cuarto sección principal (Mc 8' 22-10' 52) Mc 9, 33-37: Comentario 779

Marcos 9. 37a Marcos 10, 14-15 Mateo lB, 5 Lucas 9, 48a \ ¿,qué (rl)
un
ll en el camino
Quien reciba a uno Dejad que los niños Quien recibe a
éste
Quien reciba a este ( discutíais?
se me acerquen..., niño como niño
de estos niños
l) Ellos callaban,
pues de éstos es el
reino de Dios
( porque entre ellos habían estado discutiendo
quien no reciba el ll' en el camino
reino de Dios como
,\' quién (trs) era el más importante.
un niño...
en mi nombre en mi nombre en mi nombre | ,t(' rctraso de la frase crucial subraya la ironía de que, después de la
a rní me recibe a mí me recibe a mí me recibe I'r,r ('nscñanza de Jesús sobre la necesidad de seguirlo en el camino de
r.r, l,ir('i(in de sí mismo (8, 34-38), los discípulos hayan caído en una in-
. rr.,rt,r tliscusión sobre su grandeza relativa. Sigue el tema de la incom-
Marcos 9,37b Lucas 9,48b Mateo 10, 40 Lucas 10, 16
¡'r' n.rr)n dc los apóstoles, tan destacado en esta sección del evangelio (cf.
Y quien me recibe Y quien me recibe El que rne recibe El que me rechaza
1 I I l; 9,6.10 y 8, 14-21). En el pasaje anterior, los discípulos entendie-
no me recibe a mí, recibe al que me recibe al que me rechaza al que me
sino a quien me envió envió envió !,,r nr:rl l¡ necesidad de la detención, sufrimiento y resurrección de Jesús
envió , , { ') y lquí se confunden en el modo como debe conseguirse y ejercerse
I ¡r'lt'l crr el reinado de Dios (9,33-34). Estos dos niveles de confusión
Tabla 30. ReotspostctóN DE Mc 9, 33-37 v 10, l3-16 t,rrr relircionados (cf. Flp 2, l-ll): el fracaso en entender que la gloria
9,34 10. 14 r, r¡r' :r tr¿rvéS del tipo de servicio que se hará patente en la muerte desin-

Puesenelcaminodiscutían...quiénerael Jesús: <Dejad a los niños que vengan a ,,,, .,rtlr rlc Jesús por la humanidad (cf. 10,35-45) conduce a aferrarse al
más importante mí. No se lo impidáis> r'¡,,' q11'rkrrninación que prevalece en el mundo, donde la cuestión central
q 15 10, l6 ,, nrllr(' cs la misma: <¿Quien es el más importante?>.

Jesús: <Si alguien quiere ser el primero, Y tras cogerlos en brazos, los bendecía { (}nro señala Gnilkasó, inicialmente resulta poco claro cuál es el hori-
sea el último de todos> ,,rr' tr'r)rporal de esta pregunta, ya que no tiene verbo (cf. notq a <quién
, r r, I nris irnportante> en9,34).
10. l5 9,37 ¿Se refiere alagrandeza relativa ahora, o
<Quien no reciba el reinado de Dios como <Quien reciba a uno de estos niños en mt ' lr,l;rsilicación jerárquica en el futuro escatológico, como en el paralelo
un niño, nunca entrará en él> nombre a mí me recibe>. t' \l,rteo (18, 1) y el posterior paralelo parcial en Marcos (10, 35-37)? La
'
!,r, t lil r'litción futura se apoya en numerosos pasajes judíos donde se afirma
Una vez que están juntos en la casa, Jesús pregunta a los Doce de quó ¡,r' l, r,, q¡¡¡s sufren o se humillan por Dios en esta vida serán exaltados en la
han estado hablando en el camino (en tg hodQ,9, 33c). Para lograr una .r, , I I l¿rlmud babilónico, por ejemplo, b. B. Mes85b, utiliza imágenes
mayor intensidad, esta frase se repite inmediatamente en 9, 34, donde el ",ul,r('s a las nuestras (el mayor, el pequeño, el siervo) para hablar del
narrador informa a sus lectores de que (en el camino> los discípulos ha- r rrrl'. t'scatológico del justo y enb. B. Bat. l}b José, el hijo de R. Josué,

bían estado hablando sobre quién entre ellos era el más importante. Esta 1, , r rl re cl mundo por veniq que ha vislumbrado en una experiencia cercana
repetición de <en el camino> es otro caso de ironía marcana; el camino , I r nrrcr'tc, como ((un mundo al revés: el alto era bajo y el bajo era alto>.
de Dios, (el camino del Señon -que ha sido el tema del evangelio en sus I'r'ro lil que nuestro pasaje no especifica el horizonte temporal, la pre-
, i,rr,l llucde referirse no sólo a quien será, sino también a quién es el más
primeros versículos (1, l-3) y motivo también particularmente destacadtl
,,,rt,,rrtirrtL^, por lo que el texto puede haber sido entendido por los lectores
en la sección presente (cf. introducción a 8, 22-10,52)- es' como veremos
de inmediato (9,35 cf . 10, 41-45), un camino de servicio desinteresado, dc
l, \ l,r t os como un reflejo de problemas de mando en su mundo contem-
colocarse el último para que los otros puedan verse beneficiados y pueda t,,,,,rr('o. incluida su propia comunidad. Este tipo de perspectiva postpas-
r l ,,' lrrcs aún más clara en la versión de este diálogo en el Evangelio de
proclamarse el triunfo de Dios. Los discípulos, sin embargo, han escogidtl
, r

t "rt'tt llttgion l2), donde la cuestión se convierte explícitamente en quién


otro camino, el de la autopromoción, que no es el camino del Señor. Sus
1,, ,l, y',obcrnar la comunidad después de que Jesús haya desaparecido. En
caminos, pues, no son los caminos de Dios y sus pensamientos están aleja-
l, rr, nt('rlc Marcos, sin duda, este contexto post-resurreccional está unido
dos de su camino (cf. 8, 33; Is 55, 8-9).
El autor retrasa la frase <quién era el más importante>, por lo que éstir ',tr , l ,'1¡'l¡¿¡¡¿7n,ya qrre para él el período postpascual es aquel en el que los
¡',,,1, ¡r'., rlc la nueva edad están ya alboreando.
viene a ocupar de modo deliberado el lugar preponderante al final del par'
de sentencias en 9, 33-34, un conjunto dispuesto según una estructura dc
quiasmo;
ir, I (inilka, El Evangelio según san Marcos 2,64.
780 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 33-37: Comenlario 781

Aunque Marcos no lo diga explícitamente, deja sobrentender que Jesirs. ,r",\,r en cl doblete de Mc 10, l3-16 y en el paralelo de Mateo en 18, l-5.
gracias a esa perspicacia sobrenatural que ha mostrado tan a menudo (2. r,l, nurs. cinco versículos después, Jesús hablará <<de estos pequeños que
5.8; 3, 4-5; 5, 30; etc.), conoce el tema del diálogo encubierto de los discí- ', ¡ r ('n rní>>, a lo que sigue inmediatamente una referencia a sus discípulos
pulos. Al confrontarse con su silencio avergonzado (9,34b), toma asienlo ,'r ll .12). Mas, a pesar de que estas señales son inequívocas, el contexto
,,,rr¡, rlr¡rto sugiere también la dimensión literal. El interés en nuestra períco-
-asumiendo así la postura característica del maestro en la antigüedad (cl.
nota a <<sentarse)) en 9, 35)- y se lanza a un discurso que trata precisamentc r, r ',( ( cntra en el niño mismo, como se demuestra por las acciones enfáticas
la cuestión de la que han estado discutiendo (9, 35). Jesús no condena L'l ' t, lr',,r'rS rle tomarlo, abrazarlo y ponerlo en el interior del círculo de los dis-

deseo de los discípulos de ser preeminentes, sino que lo da por sentado; l¿r , ,t,rrl,rs. A diferencia del doblete, Jesús no habla aquí del niño como de un

cuestión no es tanto si hay que desear ser grande, sino la manera como debc ',,,,,1,'Lr (contrástese con Mt 18,4, <quien se humille como este niño>>), sino
alcanzarse la verdadera grandeza. La respuesta que Jesús propone es quc. ,rl, un objeto concreto de piedad (<quien reciba a un niño como éste>).
en la lógica inversa del reinado de Dios, la persona que desea ser la primer¿r I r r, r lr' \cl', pues, que Marcos tenga en mente una combinación de referentes;
| que deben ser <recibidos>,
debe hacerse la última de todos y la sierva de todos. 'rr() cn la parábola representa a otros niños
,r, lrntloS los niños cristianos.
9,36-37. La parábola del niño. Jesús hace seguir a este pronunciamien- I'r'r() ¿,en qué tipo de recepción piensa Marcos realmente? Como ha
to la puesta en escena real de una parábola que trata de un niño, que por ,,,,, ,lrrtlo Mülle/0, el verbo usado aquí, dechesthai (<recibin), se emplea a
casualidad resulta estar convenientemente cercano (cf . la nota a <tomando ,,,' rrrrrLr cn contextos cristianos primitivos para hablar de la obligación de
a un niño> en 9, 36). Este tipo de acción simbólica que se realiza utilizando 1, lr,,.l)italidad y del apoyo a los demás (cf., por ejemplo, Hch 18, 27-28;
un sujeto humano es común en el Antiguo Testamento, sobre todo en los t r/. (ial 4,14 2Cor 7, 15; Col 4,10; Did. 11,1-2;12, l). Pero ¿por
Profetas y en la literatura posterior judía; el ejemplo extremo procede dcl r , il('( csitarían los niños tal hospitalidad? una respuesta posible es que
profeta Oseas, que convirtió su tempestuosa relación con su esposa en unir r,, lrr¡os cran a menudo expuestos tras su nacimientoar; esta práctica no
parábola de los altibajos que experimentaba la fidelidad de Israel a Dios. rrlr.r li¡¡¡i1¿d¿ a los paganos, aunque fuera probablemente más rara entre
Como en algunos paralelos del Antiguo Testamento (por ejemplo, Jr 1, 1 I - r,, ¡rrrlios que entre los gentilesa2. Puesto que paidion puede designar a un
12; Am 8,2), la parábola así representada se convierte en Marcos en una 1,, 1,, (('1. nota a <tomando a un niño> en 9,36), es concebible que parte

paronomasia (cf. glosario), es decir, en una expresión con doble sentido r, I r r('ns¿r.ie de 9, 36-37 sea el de recibir en la propia familia a los niños
,t' rr,hrrr¿¡doS. Es también plausible que, en las situaciones de persecución
Qtaidion puede significar <esclavo> o <niño>) y transforma un objeto en
una suerte de texto narrativo3T. En nuestro caso concreto, la acción de Jc- ,,,rt, rrl)ladas por Jesús o vividas por las comunidades cristianas primi-
sús de colocar a un niño en medio del círculo de los discípulos, tomarlo y ', ,. :rlrur.ros niños se vieran privados de sus padresa3, o que los padres
abrazarlo (9,36), ilustran la actitud, parecida a la de un siervo, que él desea ,,r,r , rtitlus en misioneros itinerantes tuvieran que dejar a sus niños, al me-
inculcar: quien reciba a un niño ((en su nombre> recibe a Jesús mismo, y cl ,, ' t,'rrr¡xrralmente (cf. 10,29). Ciertamente los cristianos posteriores eran
que recibe a Jesús recibe al que lo envió, es decir, a Dios. El Jesús marcano ,,r',( r(l()s por su cuidado y apoyo a los huérfanos, y hay muchos textos
aplica de este modo tanto a sus representantes como a sí mismo un axioma I r rr,rros primitivos que exhortan a ser bondadosos con ellos llamándolos

legal que más tarde se haría común entre los rabinos: <El mensajero de un rrrrr,,, tlc la iglesiu y que impulsan a los adultos a desempeñar la <función
hombre es como el hombre mismo> (cf. por ejemplo m.Ber 5,5 y b.Qid. I t,,r,lrcs>>, es decir, a adoptarlosa. Estas interpretaciones están en línea
4lb; P. Müllet'8 argumenta convincentemente que este principio se retrotrac ,,'r ,l lltrjo del pensamiento en nuestro pasaje, ya que el cuidado de los
a la época del Nuevo Testamento). ,,,,r,, . ,rblndonados era un ejemplo de ese tipo de servicio humilde y diario
Pero ¿qué significa exactamente recibir a <un niño como ese)) en nombrc , 1,, , rlt'nrhs que Jesús acaba de pedir (9, 35), y es la antítesis de la actitud
de Jesús? En la historia de la interpretación, se han ofrecido dos respuestas ',,'l ,l:l tltre los discípulos acaban de mostrar (9,34).
básicas: 1) el niño debe entenderse literalmente, por lo que Jesús exhorta a | .trr sugerencia está de acuerdo también con la transición al versículo
los discípulos a recibir a los niños; y 2) debe entenderse simbólicamentc. t,,r rl ,h' lir perícopa, la ecuación de recibir a los niños con recibir a Jesús (9,
como un representante de los seguidores de Jesús, débiles como niños y quc
el Maestro exhorta a los de fuera a que los reciban3e. De estas dos opiniones, ttt ll'tIl..215-216.
la segunda interpretación, la <cristianu, ha sido la más extendida porque sc il( ..1. Boswell, The Kindness of Strangers.
l'( . l). R. Schwartz, Did the Jews Practice Infant Exposure?
11 (
. ll. Pesch, Das Markusevangelium 2, 107 y W. Stegemann, Kinder, 129-130.
37. Cf. M. Black, An Aromaic Approach to the Gospels,221. ll( . llt¡milías Pseudo Clementinas,3, Tl; Epístola de Clemente a Santiago, S;
38. P. Müller, lnfánge der Paulusschule,220-323. 'ttc's
opostólicas,4, l, l;Tertuliano, Apología,39; J. B. Lightfoot, Apostolic
39. Cf. P. Müller, /¿ dcr Mittc der Gemeinde,212-214. r. 104-305.
782 Ctrarta sección principal (Mc 8, 22 10, 52) Mc 9. 38-40: Notas

37a). Como en la parábola mateana de las ovejas y los cabritos, la personir i, I ¡r.¡s1¡jc (9,34). No puede imaginarse ninguna distinción mayor que la
que socoffe las necesidades de seres humanos pobres y desvalidos descu- , , l,( ri)n de Dios mismo; en comparación con tal privilegio, las cuestiones

bre que en realidad ha estado sirviendo a Jesús. Como afirma él mismo crr I .'periolidad relativa, o inferioridad, en la sociedad humana se hacen
esa parábola: <Lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequc- ' rl,lr's c irrconsecuentes. Pero el modo de alcanzar este honor superior a
ños a mí me lo hicisteis> (Mt 25,40.45). Por tanto, 9, 37 continúa el anti- '',1,r. t's sclvir a los necesitados, los que no pueden tener cuidado de ellos
guo motivo, que se encuentra tanto en la literaturapagana como en la judía. ,,'r nros crr quienes Cristo y Dios están misteriosamente ocultos.
del héroe o el dios que camina de incógnito. En algunos de los posteriorcs I rr cl siguiente pasaje este principio de la acción oculta divina se am-
desarrollos cristianos de este motivo, Jesús vaga por la tierra disfrazado cle ¡'t, rr.r rrrcluso: se considerará que Dios actúa no sólo por los miembros más
vagabundo sin hogar y la gente es juzgada según la compasión o indifererr- ,, r,'rr¡licuntes de la comunidad cristiana, sino también por los extraños.
cia mostrada hacia él (cf . nota a <me recibe>> en 9, 37). Nuestro versícukr
puede entenderse de una manera similarmente realista: Jesús está realmelt-
r lr',r s Rt:cHAZA LA EXCLUSIóN DE uN EXoRCrsrA AJENo(9,38-40)
te presente, de modo misterioso, en el niño necesitado que se presenta en cl
umbral de una casa cristiana. Así pues, el niño en nuestro pasaje no sería. 'f l.c dijo Juan: <Maestro, he visto a uno intentando expulsar un
como en 10, l4-15, un ejemplo para ser emulado, sino una persona necesi' I' rr.nit) cn tu nombre y se lo impedimos, porque no nos sigue>. 3eY
tadaala que debe atenderse de un modo concreto y directo. I' rr , lc rlijo: <No se lo impidáis. Pues nadie hará un portento en mi
La conclusión del pasaje amplía el principio de que recibir a un niño cs ,,',,rrl,rt'y podrá inmediatamente hablar mal de mí, aopues quien no
recibir a Jesús añadiendo que el que recibe a Jesús recibe al que lo enviti.
I r ( {[ltt'il nosotros, está a favor nuestro).
Dios (9, 37b). Esta afirmación pudo haber funcionado al principio comrr
un estímulo a la hospitalidad práctica, como en Mekilta Amalek,3a5: <L¡r
persona que recibe a su prójimo es como si hubiera recibido la presencilr
\¡rl¡t\
divinu (cf . y.'Erub. 5,1 [22b; Neusner 12,14'7])16. Teniendo en cuenta l¿r
queja de Jesús en el dicho de Q (Mt 8,20 llLc 9,58), <los zorros tienett tr. lll
/:¡r tu nombre nen tQ onomati soul. A causa de la antigua relación
madrigueras; y los pájaros del aire, nidos; pero el Hijo del Hombre no tienc | | r,,ilrl)t'c de una persona o cosa con su presencia o poder, <en nombre
donde reclinar su cabeza>, es posible incluso que la segunda parte de 9,31 , ¡,rr, rlc significar <con el poder de> (cf., por ejemplo, I l, 9; 13, l3; Sal
funcionara al principio como la súplica del propio Jesús itinerante que soli- t I I lt lr :1. 7) o simplemente (poD) (cf. por ejemplo 9,37.41)r. Pero en el
citaba alojamiento y apoyo: es Dios mismo quien llama a la puerta cuandrr , , , l,r ('\cntc el sintagma se refiere ante todo a la manipulación mágica del
Jesús solicita una cama para la noche.
,,rl,r( ('n un sentido literal: el supuesto exorcista pronuncia el nombre de
Pero en el contexto de la cristología de Marcos, el dicho de 9, 37b acl- | ,, ¡,uil con su fuerza espiritual manipular los demonios.
quiere mayores dimensiones. Quien recibe a Jesús, recibe no sólo a éstc.
sino también a Dios, una declaración en línea con la intensa relación entrc ",t,lut'tto nos siguefhoti ouk ékolouthei héminf. La frase <no nos si-
estas dos figuras desde el inicio del evangelio. El camino de Jesús el mesías
", rrrr¡rlicu que este exorcista no es cristiano, o bien que es un seguidor
I l, u,, lircra de los círculos oficiales representados por Juan Zebedeo, que
es el camino del Señor (1, l-3); algunos relatos de curación han dado l ..,
entender que allí donde Jesús actúa, Dios está presente con poder (2,7.1(1. ' t,rrrle sc convirtió en uno de <los pilares> de la iglesia de Jerusalén...
,1, l, r: I )oce? (cf. Gal 2, 9). A favor de la primera interpretación: textos
5, 19-20). Además, las dos historias de Jesús que demuestran su soberaníit
sobre el mar rebelde lo retratan de modo similar a como el Antiguo Testa-
|,, r¡',, rruigicos posteriores invocan con frecuenciael nombre de Jesús2 y
,, ll, lr l'). l3-lTloutilizanlossietehijosdeEsceva,exorcistasitinerantes
mento presenta a Dios (cf . comentarios a 4,37 -39 y 6, 48-50). Sin embargo, ,,,.1r,', rro crcyentes en Jesús. A favor de la última interpretación: Mt 7,
puede surgir una cuestión: cómo la gente débil puede vencer su miedo y 'l rr'rclrr que en círculos cristianos podría haber dudas sobre ciertos
entrar en contacto personal con una figura tan imponente o <recibirlo (cl. ,,r{ r'.r,r\ turnbién cristianosr. Pero el Jesús marcano dice que el exorcista
Jn 6,21 <los discípulos querían recibirlo en el barco>). Nuestro pasaje clir
¡,,. lr,r r, rrlizado milagros en su nombre no <será capazde hablar luego mal
una respuesta paradójica: el Jesús divino es recibido sietnpre que el cristiarlo
l l',
, lo (luc sugiere que pudiera verse tentado a actuar así; por tanto, el
acoge en su casa a un niño abandonado, o realiza un acto similar de caridatl, ,,r, ,.r,r n() l)arece ser <cristiano>. sino ajeno.
Así pues, la observación de 9, 37 proporciona la respuesta definitiva rr
los mezquinos esfuerzos que buscaban la grandeza, el catalizador originll
i' I ll llictcnhard,Onono.
, I t)(,r L'icrnplo, PCM 3, 420: 4, 1233; 4,3020; 12, 192: cf. también M. Smith,
45. J. Z. Lauterbach. Mekiltu de-Rabbi Ishmoel,2, 178. , t,, \ l, r' it.itttt, 63.
46. J. Jeremias. Neu'Teslument Theolog,,254. ' I I l|. l(ollnrann, Jesus und die ChrisÍen als llundertdter,336.
784 Cuarfa sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 38-40: Comentario 785

39. No se lo impidáis fmé kolyete qulonf. Aunque la cuestión haya si<kr ¡'r,lr'rirlus por el evangelista para Jesús, pero además encaja bien con la
suscitada por Juan, parece que éste actúa como portavoz de los Doce, pucs r,, I"u:r. por lo que puede ser original. Un mejor candidato para la inter-
to que la respuesta de Jesús va en segunda persona plural (kolyete). , ,', r,lrr redaccional es el verbo dynasthai (<podeu; (ser capaz de>) en 9,
En Nm 11,24-30, Josué, el discípulo <amado> de Moisés, pide a éstc r'r \:r (lue es uno de los favoritos de Marcos (33 usos en el evangelio, a
que prohíba (kolyson) profetizar a Eldad y Medad, que no estaban prc- 'lrl, rt'rrcia de27 en Mateo y 26 en Lucas) y es a menudo redaccional. En 3,
sentes cuando se había impartido el Espíritu a los setenta ancianos. Estos. ' ' '/. irtlcmás, este verbo parece haber sido introducido redaccionalmente
como el conjunto marcano de los Doce, formaban un grupo delegado al quc " ¡rlsaje que, como el nuestro, trata del exorcismo (cf. la introducción
'rrr
se había concedido un poder espiritual particular (cf. Mc 3, l3-14); Moi- tt , ,'tttt'ttÍurio a3,20-35).
sés rechazó la sugerencia elitista de su discípulo con palabras que podrían I ;r ¡rcrícopa se divide en tres secciones: l) relato de Juan a Jesús sobre
ser puestas fácilmente en boca del Jesús marcano: <¿Estás celoso por nrr Ln,rtlo como él y otros discípulos han tratado al exorcista ajeno (9,38);
causa?>. Como indica Garretf, Lucas parece caer en la cuenta de que lu r rr'( hrzo de Jesús a este trato (9,39) y 3) enunciación por parte de Je-
historia de Eldad y Medad está en la base de Mc 9, 38-40, puesto que cl rr. rlt'un principio general sobre el trato con personas ajenas al grupo (9,
pasaje paralelo -Lc9,49-50- va casi inmediatamente seguido por el relato trr¡ l de pronombres personales para referirse a Jesús, por
'altemancia
de la misión de los setenta (Lc 10, l). ,,r' l,rrkr. y a los discípulos, por otro, es reveladora. Los discípulos comien-
nadie hará un portento en mi nombre y podrá ldynamin epi tQ onomuti ,,' rrrrculándose a sí mismos con Jesús, relatándole cómo han asumido
mou kai dynésetail. Hay aquí un juego de palabras en griego dificil de rc- ,, rrtrrriclad para impedir a un ajeno al grupo usar su nombre (<porque no
producir en castef lano, puesto que el sustantivo <portento>>, <<dynamis>> y cl ,,,, .rlrrc>). Jesús parece al principio distanciarse de la presunción de los
verbo <<podrá>>, dynasthai, son de la misma raí2. t, rlrrlos respecto al nexo con é1, dirigiéndose a ellos en segunda persona
'
40. Pues quien no está contra nosolros, eslá a.favor nuestro. lhos gut' ¡,l,rr.rl. lo que implica que desaprueba lo que han hecho (<No se lo impi-
ouk estin kath'hemon, hyper hémón estinf. Algunos manuscritos, como cl I ." ) Al final, sin embargo, reestablece de nuevo el vínculo de unión con
'r
Alejandrino y el códice Beza, ciertos testigos latinos y algunos textos si- t1,,.,'rnpleando de nuevo la primera persona del plural (<Pues quien no
ríacos y bohaíricos, leen hymón (<<vosotros> [en plural]) en vez de hémótt. r.r r ()nlr¿l nosotros, está a favor nuestro>).
J. Wellhausens prefiere esta lectura como más concordante con el resto dcl
pasaje, que concieme más al alejamiento del hombre del grupo de los discí- 'r. ltl-40. El caso del exorcista ajeno. La perícopa comienza con Juan,
pulos que a Jesús mismo. Por esta misma razón, <contra nosotros... a favor t,,¡,',1,'lcbedeo, un miembro del círculo íntimo de tres discípulos (cf. nota
nuestro) es la lectura más dificil y su atestiguación es tan fuerte (N, B, (', ' ',,rrtiirso, hijo de Zebedeo y su hermano Juan> en 1, l9), que plantea a
W' etc., /r'r3, sy', etc.) que es probablemente original; (contra vosotros... ir r, ., rn problema: las acciones de un sanador que no es uno de <los nues-
favor vuestro> es probablemente una mejora de los escribas. ,," ,. l)('r1) que, sin embargo, utiliza el nombre del Maestro pararealizar
' r{ r\r))os. Es difícil dilucidar si esta historia refleja un episodio de la vida
I I 1, ,,r'rs histórico o es un producto de la teología de la iglesia primitiva.
Comentario I rrrrr tlcl último supuesto: la fórmula (porque no nos sigue> (más que
l,,,rrlr(' uo /e sigue>>, que podría ser más apropiada parala vida de Jesús)
Introducción Después de dar respuesta a la disputa de sus discípulos ,',,, ,1, re llc.jar el período postpascual, en el que los representantes que había
sobre el concepto de grandeza, exhortándolos a recibir a los niños y seguir t. ¡ r,l,r lcsirs sobre la tierra actuaban de mediadores de la autoridad de és-
así su camino de humildad, Jesús recoge otra pregunta de los apóstoles , \ l;rror del primero: la apertura de la perícopa a los externos, exorcis-
que procede de una enfermedad espiritual similar, a saber: la pretensión dc ,, rr,' t ristiaflos incluidos, contrasta con la actitud restrictiva de la iglesia
restringir el empleo exorcístico del nombre de Jesús al grupo de seguidores l',, r' r{)r'(cf., por ejemplo, Hch 19, 13-17)1 , pero está de acuerdo con el
(<no nos sigue>). rr. lr,, lr¡obablemente auténtico de Mt 12, 27 ll Lc I l, 198.
Respecto a los rasgos redaccionales: Marcos, como señalé enla intn¡- I r¡ ( ullcluier caso ya sea que la pregunta surgiera en la vida de Jesús o
duccíón a 9, 33-50, es probablemente el responsable de la inserción de la r,,, n , n lrr iglesia primitiva, el Jesús marcano rechaza la actitud exclusivista
perícopa en su posición presente. Aparte de esto, es dificil identificar una t,,,,t,rr('stl ¡'ror Juan, observando que a personas como el exorcista ajeno,
actividad editorial marcana. El <maestror> (didaskalos), de la misma raíz ¡',' ¡'l)('r'iill maravillas en nombre de Jesús, no les será fácil hablar mal
que el verbo empleado para <enseñar>> (didaskein), es uno de los términos
,
' II Nl. D. Hooker, I Contmentary- on The Gospel According to St Mark,229.
4. S. R. Garrett, The Demi,se of the Devil, 134, nota 44. tI trrrbién Justino, I Apología,54-58;Agustín, Ciudad de Dios 10,l6:22, 10.
5. J. Wellhausen, Das Evangeliunt Marci,76. tI .1. Marcus, The Beelzebul Controver,sv,270-271.
786 Cuarta sección principal (Mc 8, 22 10, 52) Mc 9,41-50 787

de él posteriormente (9, 39b). Esta observación parece aceptar la nocit'rrr ', Lrrrrliir cle Jesús (3,21-22) que aparece descrita como que <está fuera>
apocalíptica de que la situación normal en <la presente edad perversa> (cl. tl tl). Tales escribas blasfeman contra el Espíritu Santo al atribuir los
Gal 1,4) es la de una humanidad que se opone a la voluntad de Dios y ,,r( r\nlos de Jesús a Beelzebul. Por el contrario, el exorcista ajeno en 9,
menosprecia a sus agentes (cf. Mc 13, l3; Hch 28, 22). Pero la respuesta ' lo t's itcapaz de calumniar a Jesús y tiene, como se ve, una actitud posi-
de Jesús implica también que se ha liberado ya en el mundo una fuerza quc
,, .r lrrt iu los exorcismos operados en nombre de aqué|. Para Marcos, pues,
en última instancia demostrará ser más poderosa que la inclinación a ll I , \()r('isnro cristiano parece ser una cuestión de <estar o no estar con)) y
calumnia ínsita a la edad presente, el poder del nombre de Jesús (sobre cl r rrrrrl de las personas hacia él se halla cercana al hecho de si uno está
¡ .r,
nexo entre nombre y poder, cf . nota a (en su nombre> en 9, 38). A causa cle .1, rrrr, r) lirera del reinado de Dios.
este poder, hasta los que comienzan a manipular el nombre de Jesús para | .tc r.cinado (basileia) incluye elementos tanto del (ya> como del <aún
sus propios objetivos pueden encontrarse de improviso dentro de su esferu rr L cn el índice temático <Reinado de Dios>), y esta combinación
de influencia; la misma dynamis escatológica que se manifestó en el exor- 1,,r r,l,r¡rca contribuye también a la actitud marcana aparentemente contra-
r . r',r rir hacia los extraños. La manifestación plena, pública, de la basileia
cismo por medio de la pronunciación del nombre domesticará la lengua
que lo pronunció. "', lr.r oeurrido todavía, y hasta que esto suceda, la hostilidad ciega hacia
Hay que animar y dar la bienvenida a tales excepciones al menosprecio I' r. \ sus discípulos prevalecerá entre <los que están fuera>. Sin embar-
general de los cristianos y de Jesús, puesto que, como este mismo dice erl .', lt ltl¡.¡il¿id se encuentra ya operando en secreto, pero poderosamente,
el proverbio que concluye el pasaje, <quien no está contra nosotros está a ',,1 ¡rrurrdo, como puede verse en el milagro de que algunas personas se
favor nuestro) (9, 40). Un papiro de finales del siglo III o principios del ,1, ,ir( n (le la animosidad general. La misma mezcla de pesimismo y opti-

siglo IV, P. Oxy. 1224, que puede ser un fragmento de un evangelio apó- ,,,, rr¡rrrlx)colípticosconducirámástardealJesúsmarcanoaprofetizarque
crifo, añade la siguiente explicación: <El que está lejos hoy mañana estarii r.,l¡r.r un trclio universal contra sus seguidores (13, 9.11-13) y, alavez, a
cerca de vosotros))e. De acuerdo con esta interpretación, Mc 9, 40 no es lr,,rt:rr lcs -en una inserción redaccional- a extender su misión al mundo

',r, ¡r
tanto una declaración sobre el presente como una profecía del futuror0. Sin (1.j. lQ).
embargo, como vimos al tratar del proverbio en9,35, hay también un sen- \ ¡rt slr del tono optimista de la conclusión de nuestra perícopa, el evan-
, lr,, rt't ucrda constantemente a sus lectores que la adhesión a Jesús puede
tido según el cual la esperada inversión escatológica se ha hecho ya partc
de la experiencia de la comunidad (cf. comentario a9,33-35). Marcos, por ,,,,lrrr r ll sufrimiento, la traición y la muerte. Pero, como Jesús acentuará
consiguiente, no sólo sueña con que los que son neutrales en ese momento ', ' I .¡r'uic¡rte pasaje, un destino aún más terrible espera los que dan su
respecto a la misión cristiana se unirán a ella algún día, sino que ve también ¡, rl,l.r ;r la redención divina del mundo.
un signo de que Dios opera ya en ellos en su apartamiento de la hostilidatl
predominante.
I r lr ,r \ ilAllLA SOBRE, RECOMPENSAS y CASTIGOS EN LA vtDA DESPUES DE LA
En la sentencia <El que no está contra nosotros está a favor nuestro)).
l r ri ¡t (9, 4l-50)
el Jesús marcano emplea un dicho proverbial expresado aquí en forma po-
sitiva, mientras que en Q Mt 12,30 ll Lc 11,23 aparece en forma negati-
'r ' ,,1)rrcs quien os dé a beber un vaso de agua por el nombre, por-
va: <El que no está conmigo está contra mí>. Ambas formas cuentan con
ri¡, .,'rs tlc Cristo, ciertamente (amén) os digo que no perderá su re-
un paralelo en Cicerón, Ligario 33: <Sostenemos que son enemigos todos ,'nrl,r'ilsit. rrY quien escandalice a uno de estos pequeños que creen
aquellos que no están con nosotros, mientras que vosotros consideráis quc
todos aquellos que no están contra vosotros están a vuestro lado>. Resulta ', rrrr. nrc.jrlr le estaría si le ataran una piedra de molino alrededor
sorprendente que Marcos escoja la forma positiva, considerando que en otrtr
r. rr r r¡cllo y fuera arrojado al mar. a3Y si te escandaliza tu mano,
lugar de su evangelio expresa una actitud que podríamos calificar comtr ,,'rrrl.r ¡rrrcs mejor es que entres manco en la vida antes que con las
sectaria -(nosotros contra ellos>- y que parecería más compatible con la I,' nr.rnos nrarches a la gehenna, al fuego inextinguible. (44)15Y si tu
formulación negativa; en 4, ll-l2,por ejemplo, se designa a los discípulos ¡,r, r, r',;t iurclaliza, córtalo; mejor es que entres cojo en la vida que ser
como recipiendiarios de un misterio del que están deliberadamente exclui- ,,r¡¡t.r,l() rr la gehenna con los dos pies. (46)47Ysi tu ojo te escandaliza,
dos los ajenosrr. Pero los externos en 4, 11 van unidos con los escribas ,, r ilr( ,rl('l(). pues mejor es que entres tuerto en el reino de Dios que ser
de 3,22-30 ya que estos escribas se hallan vinculados de algún modo cotl ¡, r', l,l, l( r rr ll gehenna con los dos ojos, a8 porque su gusano no muere y
. tu, t,tt trrtsc extingue.aePtes todo será salado por el fuego. 50La sal
9. Cf.A. Bernhard, Papyrus Oryrrhinctrs 1224.
10. Cf. F. Bovon, E/ evangelio segtln san Lucas 1,447.
I ,¡ ¡, ¡¡1¡
¡rcro si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la salaréis? Tened
I I . Cf. M. D. Hooker, A ContntenÍant on The Gospel According to St Mark,229.
,l ' r \ r ls()tr'os y vivid en paz entre vosotros)).
788 Cuarta sección principal (Mc 8, 22 10, 52) Mc 9, 4l-50: Notas 789

Notas '1, I nrotivo de los Dos Caminos (cf. comentario a9,41-42), se retrotrae
r ,r¡rl'ri'n a un prototipo judío.
9r 41. Pues quien os dé a beber un vaso de agua, etc. lhos gar an potis¡ .12. c,sc'andalice
lskandalisg-]. Sobre este verbo, cf. nota a <caen> en 4,
hymas potérion hydatos, etc.]. La palabra para ((vaso)), potérion, y para I I le nring2 señala que antes del Nuevo Testamento este vocablo sólo apa-
<<beber>>, potlsg-, son de la misma raí2. ¡, ¡ r' r'n las traducciones de textos semíticos.
Muchos exegetas incluyen este versículo en el pasaje anterior (9, 38-40) ttt'(lttaños lmikrón]. ¿Se refiere literalmente a niños, como piensa Bult-
ya que el dicho sobre dar un vaso de agua a los discípulos parece ampliar i.
,
'
r, r o a los cristianos como <pequeños> de Dios? Jesús hace de un niño
rn
el pensamiento de 9, 40: <El que no está contra nosotros está a favor nues- ' I ,rr¡t'lo de una acción simbólica en9,35-37 y tal acción puede proponerse
tro>. Hay buenas razones, sin embargo, para pensar que en 9,47 comienztt , rr() una exhortación literal a adoptar niños (cf. comentario a 9,36-37);
una nueva unidad y que con este versículo no concluye la anterior. Es fácil ,,,,' ,lltr nos inclinaríamos a pensar que <pequeños)) en 9,42 es también
interpretar la sentencia <el que no está contra nosotros está a favor nuestro)) ,',,r r('ll'rencia a los niños. Pero están por medio los vv. 9, 38-41 y el ver-
como una respuesta al problema planteado por el exorcista ajeno (9, 38), ,' ,rl,' inr.nediatamente precedente,9,4l, se refiere al trato dispensado por
pero el dicho sobre dar un vaso de agua a un discípulo parece tener poc¿t r,' ,rtr'nos al grupo de los Doce (<quien os dé un vaso de aguu), que son
importancia respecto a aquella cuestión. Además, esta sentencia sobre el ,r,tr:nlos adultos; para Marcos, pues, <pequeños> es probablemente un
vaso de agua introduce el tema de las recompensa y castigos escatológicos, r rnrro para la comunidad cristiana (cf. 10, 40-42; 18,6-14; Lc 9,48',
que domina la subdivisión siguiente (9, 4l-50). | ')r. lJsta interpretación se apoya en el hecho de que en la tradición
por el nombre, porque sois de Cristo len onomati hoti Christou estel. , r, rotcstamentaria y judía <pequeños> puede ser un término para el pue-
A causa del contexto, onomati (<por el nombre>) es un sustantivo definido I'1,, r['l)ios en su debilidad, de una insignificancia evidente y sometido al
a pesar de carecer del artículo definido, pues no se requiere éste cuando el ,'lrrrnicnto y a los insultos (cf., por ejemplo, Zac 13,7;2ApBar.48, 19;
sustantivo es el objeto de una preposición (cf. por ejemplo ap'agoras f<<dcl t I Srrr 9, 2l; Is 60,22). El uso de mikroi en Zac 13, 7 es particularmente
mercado> ] en 7, 4 y en arch¿ f<<en el principio>] en Jn 1, l)r. La torpeza ',1, \:urtc ya que el Jesús marcano cita este versículo en 14,27 para refe-
de la frase <por el nombre, porque sois de Cristo> podría ser el resultadtr ,,r ,, rrl tlcstino de sus seguidores y en otra parte de la tradición sinóptica
de una ditografía (cf. glosario) en un original arameo que significaba sim- ,rrr,l, ;r cllos denominándolos <rebañito>> (Lc 12,32)s.Hay una analogía
plemente <en nombre de Cristo>; para el sintagma (porque sois de Cristo> 'r I lunrr¿in (cf. glosario): la autodesignación de la comunidad como los
la Peshitta tiene dédaméiíhó', que comienza con dos dalets. Pero es más ¡,',rr¡1'5¡> (lQpHab 12,3.6.101'4QpPs37 2, l0; IQM 11,9).
probable que la frase (porque sois de Cristo> sea un glosa de Marcos o dc ,tu,' t t'cen ftón pisteuontón).Estas palabras son probablemente una adi-
un escriba posterior para explicar el ambiguo sintagma <por el nombre>, ,',r nrirrcana (cf. la introducción al comentario). Ciertos manuscritos anti-
que podría ser una referencia al nombre del discípulo (cf. Mt 10, 42) o bien , ,r,'. rlt'calidad (por ejemplo, A, B, L, W) añaden eis eme (<en mí>), pero
al de Cristo (cf. Hch 5,41;3 Jn 7; Ignacio, Efesios 3, 1). ¡' t ' l) orniten esta frase, y es más fácil de explicar como una inserción
recompensa fmisthon). Este término significa literalmente una recom- I' rllun cscriba (como asimilación a Mt 18,6 y clarificación de que se
pensa dineraria por los servicios prestados y puede ser traducido por (sa- .,1,r¡ rrtrende los creyentes en Cristo) que como una omisión.
lario> (cf., por ejemplo, St 5, 4; Mt 20, 8; Jn 4, 36). En varios pasajes dcl ,,t, ¡,,r llialonl, lit. <bueno>. Esta expresión es probablemente un semi-
Nuevo Testamento se entiende metaforicamente como la recompensa dc ,, ,',,, lirs lenguas semíticas carecen de la forma comparativa y por tanto
la bendición escatológica que los que sean objeto de la gracia de Dios re- ',rrlr.,ur cl positivo por el comparativo6.
cibirán por sus trabajos y sufrimientos en esta vida (cf., por ejemplo, Mt ¡,t, ,lnr tla molino lmylos onikosl,lit. <la piedra asnal de molino>, es de-
5,12llLc 6,23;Lc 6,35',1Cor 3, 14;2Jn 8; Ap ll, 18;22,12); este ustr ,' rr(, lir ¡riedra de un pequeño molino manual operado por un ser humano
escatológico refleja un prototipo judío (cf. Sab 5, I 5; 4 Esd. I ,83; I 3, 5(r; , I r ¡rrt'tlrit de molino de un hombre>) sino una grande, pesada a la que da
m. 'Abot 2, l-2.14-16;5, 1 ). En algunos de estos pasajes neotestamentarios ,', lt.r., r¡¡r asno7. Una piedra de molino colgada al cuello era un símbolo
que mencionan la recompensa, como en Mc 9,41-42,1a declaración de llr r',,,' , rl'r'rl cle gran sufrimiento o dificultad tanto entonces como ahora (cf.
futura retribución de Dios al justo va seguida inmediatamente de una men- r",, ¡ l( nrt)lo b.Qid.29by b.Sanh.93b); Ap 18, 2l usa la imagen de una
ción del castigo futuro del malvado (cf. Lc 6,23-26; Col3,23-25; Ap I I ,
18; el último pasaje, como Mc 9, 47, une el concepto de recompensa corr ' \\ | )cfnir1g, A First Century Discussion of Male Sexualify, 134.
el nombre de Dios o de Cristo). La Sabiduría de Salomón 5,15-23 sugiere ! lr lultnlann, Historia de la tradición sinóptica,203-204.
f

que este modelo de recompensa/castigo escatológicos, que es una forml¡ | ' I l'. Miiller, In der Mitte der Gemeinde,26l-269.
r I I ll. Marshall, The Gospel of Luke,530.
', r I ltl)lr \ 245yMHT3l-32.
l. cf. BDF $ 2ss. r I ltl)AG 661 l2l V K. van der Toorn, Mill, Millstone.
790 CuarÍa sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9, 4l-50: Notas 79t

piedra de molino que se hunde en el mar como símbolo de pérdida irrevo- r"'r '.r lr)isrna que no se interpreten literalmente las recomendaciones de
cable. La tradición de Jesús, sin embargo, parece ser el primer lugar dondc ',,r".,il¡)Utación; así, por ejemplo, se dice que sólo uno de cada miembro
el símbolo de la piedra de molino colgada al cuello se funde con la de scr' i ,,, ,r(l() tlcbe ser amputado, aunque ambos estuvieran probablemente im-
arrojado al marr. ¡,1r, ,¡ql,'* cn el pecado. En general, pues, parece probable que la mayor parte
43. mano lcheirl. La mano está relacionada con la sexualidad y el pe- '1, 1,r.. lcctores de Marcos interpretaría los imperativos de 9, 43-47 deun
cado sexual (cf., por ejemplo, Is 57, 8; Ct 5, 4; m. Nid. 2, l: b. Nid. l3b) y ,,,,,,1,' rro literal.
puede serun eufemismo para el pene (ls 57, 8; Ct 5, 4; IQS 7, l3)e; m. Nid. , ilrt (il' nlenco en Ia vida lkyllon eiselthein eis ten zoenl. parece que se
2, l, además, sugiere que la amputación de la mano es una pena apropiada
para la masturbaciónr0. Pero, parafraseando a Freud, a veces una mano es
',,, ill)()ilc que los muertos resucitarán con el mismo tipo de defectos fisi-
{ ( )nro ser manco o ciego- que los afligió en vida; cf. 2 ApBar 50, 2;
sólo una mano y en la Biblia el término es utilizado por lo general literal- ', tnlt
t)lb, Tanhuma (Buber) Wayyigash I l, 9 (Townsend 1,279); y Ecl
mente. La mano es el instrumento básico corpóreo para que el ser humano ' ,t' I . (t ll, 4,21, que basa esta teoría en Ecl I , 4: <dJna generación va [:
logre sus objetivos (Ex 19, l3; Dt28, 12;Ecl2,ll;'9, l0; Sal 28,4;90,11, ."'r, r, l y otra viene
[= resucita]>rr. Estas tradiciones rabínicas continúan
etc.); en este sentido I Hen. 100,9 vincula los trabajos de las manos de los ,rr'rr.r¡¡tkr que inmediatamente después de su resurrección, el minusválido
malvados con la amenaza de que se quemarán en el fuego: <¡Ay de voso- I r , rr;r(lo de sus defectos; nuestro pasaje podría tener como base un pen-
tros, pecadores... debido a los trabajos de vuestras manos... os quemaréis 'rlllr'lll() semejante: el cojo o el ciego entrarán en la vida eterna mutilados,
en un fuego ardiente!>. r, r,, r. ¡rcrrnanecerán en esa condiciónla.
córtala fapokopson auténl. ¿Con qué grado de literalidad piensa el au- ", lt, ntttt lten geennan]. Este es el nombre más común para el lugar
tor que van a tomar sus lectores estas prescripciones de extirpar la mano, o r' ,,r'.rrtt() eterno en el judaísmo antiguo y en el cristianismo primitivo.
el pie, o el ojo que sirve de escándalo? A favor de una interpretación literal. rr \',{:rl)lo viene del hebreo gé-hinnom y del arameo géhinnam; ambos
indica Zagerrr que el Antiguo Testamento prescribe la amputación de la ¡, rrlr(iul cl <valle de Hinnom>, una depresión que va en dirección sud-
mano de una mujer que agara los testículos de un hombre (Dt 25, I I - l2 ) rr,l,rr',,1q'rcspecto a la ciudad vieja de Jerusalén. Allí, los israelitas
y que en los tres pasajes de <ojo por ojo...> (Ex21,23-25:Lv 24,20;,Dt | \rtr'u()'festamento- adoraban idolátricamente al dios cananeo -según Moloc,
19,21) se exige la amputación de la mano, del pie y la extirpación de los ', r rlr( rr(lo a sus hijos pasándolos por el fuego (2Re 23, l0 Ir 7 ,31; 32,
ojos. M. Niddah 2, I habla también de amputar una mano que escandaliza y ' , I .)l{e 16, 3;21,6). A causa de estos sacrificios, pudo considerarse
en b. Nid. 13b un rabino justifica esta pena con una fórmula sorprendentc- , ,,r' rrrlle era la puerta del mundo subterráneo. El profeta Jeremías de-
'',,
mente cercana a la de Marcos: <Es preferible [que se corte su mano y] quc ,,,r, r,' Lrs sacrificios, pero siguió relacionando el valle con la muerte y el
se hienda su vientre que tener que bajar al hoyo de la destrucción>>. En un ,',r, r,, ;¡li¡¡11¿ndo que los cadáveres de los malvados asesinados por los
tono literal semejante, Filón elogia a la gente que muerde su lengua antcs |, I' l,,r r( )s serían arrojados allí (Jr 7, 30-34; 19, 6-9); Is 30, 33 amenazó a
r r

que divulgar secretos a sus torturadores (Zas insidias del peor,176). r"1,,, ,ris'to con un juicio por el fuego allí mismo. Estas vinculaciones
Sin embargo, en otros lugares de la tradición judía las penas de amputa- ,r' l.r rrrrcrte, el juicio y el fuego contribuyeron a la concepción posterior
ción veterotestamentarias se interpretan a menudo como símbolos más quc ,,,,1r r ¡lr' lrr gehenna como un lugar de castigo eteno post morlem a base de
como órdenes literales. En las Leyes especiales 3, 179, por ejemplo, Filtin r',,,,' r r 1.. por ejemplo, OrSib. l, I 00- I 03; 2, 283-312; 4 Esd. 7, 36; b. Roí
ofrece una interpretación simbólica de la pena de amputación de la mano en It'lr l/¿). El término se independizó finalmente de su localización
Dt25, 11-12 y la mayor parte de los rabinos muestran una tendencia similar' ',,, 1, l,l e ¡l el Valle de Hinnom; 4 Esd. 7,36, por ejemplo, lo sitúa frente al
cuando interpretan <ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por t,,,lnr rlt.l l:dén15.
pie> de manera alegórica, expresamente como referencia a la compensa- I I l\lr¡chos manuscritos añaden <donde su gusano no muere y el fuego
ción financiera (cf. por ejemplo b. B. Qam.83b-84a). Asimismo, aunque I{. ', ' , , rtrrrgue> aquí y en 9, 46,pero textos importantes y muy antiguos
Tarfón toma literalmente el <córtese> de m. Nid.2, l, otros rabinos afirman ir. lt ( . W, y varias versiones) omiten la frase, que es probablemente una
que debería considerarse como una execración y no como una ley (b. Nid. , ,rrrl'rr rrin de algún escriba a9,48, pensada para intensificar el poder
l3b). Además, como observa Zagert2,la retórica de Mc 9,43-47 sugierc , ,,¡r,,' tlcl pasaje. Por el contrario, si la frase hubiera sido original y hu-
I,. r r ,rrl.r.rnitida por casualidad, esta desgracia habría tenido que pasar
8. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew2,763.
9. Cf. M. H. Pope, Bible, Euphemism,720-721: J. H. Charlesworth, Rule of the Crnt r r r l (,. 1;. Moore,Judaism in the First Centtoy 2,380-381; W D. Davies-D. C. Al_
munity,33. ,, t tt, r ,¡t:¡4'l According to Saint Matthev, 1,525.
10. Cf. R. H. Gundry Mark. A Contmenf ary on His Apology for the Cross, 524. II (I l). ('. Allison, Jesus of Nazareth, 140.
ll. W. Zager, GotÍesherrschaft und Endgericht,2l4-215. I tI rruis detalles en A. E. Bernstein, The Formotion of Hell, passint, y D. F. Wat-
12. Ibid..2t7-218. . ,., l¡, uutt.
792 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 9,41-50; Notas 793

dos veces, lo que es improbable. Es igualmente dificil postular ur motivo r,rrr.r.. l)ale Allison indica la semejanza de esta pintura del tormento
teológico para la supresión ya que debe suponerse que un escriba opuesto ¡r
, , ,ri , ( ou cl mito griego sobre Prometeo, encadenado a estar en una roca

la idea del fuego del infiemo habría suprimido también 9, 48. ', ,rr.r\ un águila devora su hígado. De noche el hígado era restaurado y
.t ,lr r '.1'uicnte el águila lo devoraba vnayez más. Sin embargo,
45. pie fuousl. Demingr6, seguido de GundryrT y Allisonr8, argument¡r es proba-
que el <pie> es también un eufemismo para el pene. La forma plural <<pics,, ' r ,,r¡,r('stilo una coincidencia el que Prometeo recibiera un castigo por
puede denotar genitales masculinos en algunos pasajes del Antiguo Testir ,,,,,r r lir humanidad el regalo del fuego.
mento (por ejemplo, Ex4,25;' Iue 3,24;Rut 3, 7; I Sm 24, 3; 2Sm I l, 8; ls l', /'rtrr todo será salado por el fuego fttas gar pyri halisthésetail. Tal
6,2)'n y es posible que <pie> en singular tenga el mismo matiz en Tob 6, 3r". I r .'. I J (<Todo sacrificio será salado con sal>) está en el transfondo de
Una expresión con doble sentido puede estar presente también en Job 31,
, ', r',icr¡lo, un hecho reconocido por los escribas que añadieron el texto
I , , rl;r :r las palabras del diálogo en nuestro pasaje (D y varios mss. de la
l-12, donde este personaje protesta que élno permilió a sus ojos vagar trirs
una virgen, ni movió su pie al engaño. Este pasaje es similar aMc 9,45-414 l,rrrrur) o sustituyeron la frase por la cita (A, K, P, etc.)2a. Es natural
no sólo en la unión de los pecados delpie con los del ojo (cf. IQS 1,6, quc 'rl,rr Lrs sacrificios salados deLv2, l3 con el fuego, pues el contexto
habla de ir tras ojos de fornicación), sino también en la descripción dc l¡r
, I I' r .,rtt' vcterotestamentario habla de una ofrenda engullida por las llamas
consecuencia de estos pecados como ((un fuego que consume abajo, en cl
i ' 'r l0: cf. Ez 43,24). La redundancia de la frase <salado con sal> mo-
Abadóu (un sinónimo de gehenna). Estos matices fueron recogidos a veccs ',, rI ¡ruccer a algunos exegetas judíos antiguos (cf. por ejemplo b. Men.
por comentaristas posteriores; cf., por ejemplo, la interpretación de Ex 4, 25 'r rrr,r ví¿t para eliminar tal redundancia fue distinguir la salazón con
t ,1, r ¡tr:r ¡ror el fuego. Es quizás relevante también que en b. Men. 2I a se
eny. Ned.3,9 (38b;Neusner 23,70), donde la idea de que Séfora tocó kx,
,

pies del niño se interpreta como que ella tocó su cue{po, es decir, su penc
,, i I'r, r(. Lv 2, 13 como una referencia <a la sal de Sodoma>>, término para
,l ' l, l nurr Muerto, cercano al lugar de la Sodoma bíblica. Esta sal quizás
Cf. también la reutilización de Is 6,2 enEz l,ll y el Targum de ambos
pasajes. Pero tanto Job 3l como IQS 1 ilustran que la relación más habitull '' I r, r.r'rlla en la mentalidad popular con la escena veterotestamentaria
y directa de <pie> es la establecida con la metáfora bíblica de <andanr; krs ! i l,r, r. tlivino sobre Sodoma, en la que lloviófuego del cielo y la esposa
pies son el medio de transporte al lugar donde se cometen los pecados2r.
t I , ,r ',{ t onvirtió en estatua de sal (Gn 19,24-26; cf. Dt 29,23, en la que
. r,,,.r nrrltlccida se hace como Sodoma y Gomorra, <con todo su suelo
ser arrojado a la gehenna lblathanai eis tén geennanl. Sobre la imagcrr
de ser arrojado a la gehenna, cf. I Hen. 54, 1-6' 90,251'91, 9; 98, 3 v.1,. i,. ¡r¡ r,1,¡xrr azufre y sal>). La sal de Sodoma, pues, pudo haberse imagi-
. r .,
2 Hen. 63, 4; Lc 3, 9 : Mt 3, I 0 (atribuido a Juan Bautista); Ap I 9, 20: 2(t . 'rnrr) rrna sal particularmente <ardiente>. En L Men.9,15 esta sal se
¡ .",,,rr,r,,s¿rl conflictivu; lit. <de conflicto>, un adjetivo que contrasta
3 . 1 0. 1 4- 1 5. Como revelan estas citas, tal imagen violenta está arraigada cn
' l',, r, l, rtcntente con Mc 9, 50c, donde la sal es símbol o de paz (cf . notas
ideas apocalípticas. Muchos manuscritos (por ejemplo, l'0, A, D, K) añadcrr r r

<de fuego> o <al fuego inextinguible)), pero la lectura breve está apoyarlrr
I rr,,l ,,rrl cn vosotros)) y <Estad enpazel uno con el otro> en 9,50).
decisivamente por una enorrne gama de textos (N, B,C,L, W, etc.22). Algtr
\tt l,t tttl as buena,etc. lkalon to halas, etc.]. Latham25 recuerda una
nos manuscritos añaden aquí la repetición de 9, 48; cf . nota a 9, 44, :,, r',,, r r' ri'gcsis antigua que une esta afirmación con el contexto anterior:
47. ojo lophthalmosl. El ojo está relacionado sobre todo con pecatkrs
, ¡',, Lr .,;rl nlata gusanos, la referida en nuestro versículo es ¡el antídoto
.,r, ¡, | 1,¡¡q1¡¡¡1) etemo de 9, 48126
sexuales (por ejemplo, Gn 39, 7; Eclo 9, 5.8; 1QS l, 6; Mt 5, 28), pero tarrr
bién puede ir unido con el orgullo, la envidia, la avaricia y otros pecatlos
.' , ', \/ l(t .\(tl se vuelve insípida, ¿con qué la salaréis? lean de to halas
que, como la lujuria, tienen más que ver con la actitud y la propensión r¡rrt'
.. ,1 t., ttt'ttti cn tini auto artysetel. El mismo dicho aparece en b.Bek.
con la acción abierta (cf., por ejemplo, Is 5, l5; Ecl 4, 8; Mt 20, l5)23. ' ¡' 'r l,',¡rc ¿rlgunos estudiosos2T han visto en este pasaje talmúdico un
.,,.,1,,1'rrrl('sco de la enseñanza de Jesús. Sin embargo, nada en el con-
48. Donde su gusono no muere y el fuego no se extingue fhopou ln,
t , ur,r('r(' rrrra lectura polémica y los dos textos, la tradición de Jesús y
sk1l¿x auton ou teleutQ kai to pyr ou sbennytai]. Una formulación cercanit
t ,' r r¡r r[' lirlrnud, pudieron haber reciclado un proverbio común28.
se halla en Is 66, 24.Los gusanos, por lo visto, comen los cuerpos de srrs Dió-

16. W. Deming,A First Century Discussion of Male Sexualíty.


17. R. H. Gundry Mark. A Commentary on His Apologtfor the Cross,524.
i' I lr \1. Mctz.ger, A Tbxtual Commentary on the Greek New Tbstament, 102-103.
18. D. C. Allison, Jesus of Nazareth, l'78-182.
I I I ;rrlr:urr. The Religious Symbolism, l3l-132.163.237.
19. Cf. M. H. Pope, Bible, Euphemism,T2l.
, I, r,,,lro. llttttquete de las Diez Vírgenes,l.
20. Cf. C. Moore, Tobit,199. l',,r r l( nrl)lo, l:.Hauck,Halas.
2l . Cf. K. Weiss, Poas, 628.
rr r,rl, (r. 6 y W. Noack, Salt as Metaphor, 174; W. D. Davies-D. C. Allison, file
I
22. Cf . B. M. Metzger, Textual Commentary on the Greek New Testament, 102.
t .,,r,ltttti ttt Suint Malthew l,474,nota7.
23. R. E. Brown, ?'áe Epistles of John,3ll. ' If ,,,¡,, n(.\ Lucrcio, Vidas de losfilósofos ilustres,4,67.
794 Cuorfa rjección principal (Mc 8, 22 10, 52) Mc 9,41-50: Comentario 795

ridiculizaba el discurso de los seguidores de la Academia como analistt¡,¡ : l,i rllil crrtre Dios y su pueblo (cf. Nm 18, l9 y 2Cro 13,5); Filón habla
<soso, sin sal>, es decir, necio; sobre la sal como símbolo de la sabiduri¡r. r ,l.r rrrcs¿l y la sal que la gente considera como símbolos de la amistad
r').
cf. la siguiente nofa. " l r¡ lt'rr>> En Hch l, 4 la palabra para designar a Jesús que comparte
En realidad, la sal no puede perder su salinidad, por 1o que algunos cxc ,'rr r r rrrnirla con los discípulos es synalizomenos, que significa literalmente

getas han visto aquí una referencia a una mixtura de agua del mar Mucrlo . | ,¡rrr' lonta sal con otros>.
con sustancias como la camalita que deja un regusto a rancio una vez (lll('
la sal pura se ha disuelto30. Pero los hechos científicos están aquí fuera tlt'
lugar; <la sal insípida> es una sorprendente imagen de la inutilidad. t r¡¡¡¡r'rtl:triO
Tened sal en vosotros fechele en heautois hala]. Como señala MH1 'r,
nuestro versículo conserva la distinción clásica entre heautoi y alléloi: cl ttttttttlttcc'ióft. Después del pasaje sobre el exorcista ajeno (9, 38-40),
primer vocablo se refiere a uno mismo; el segundo, a otros. ¡.', , ,'¡¡¡f ¡ys con una advertencia contra los juicios premqluros, el Jesús

La sal parece representar aquí una cualidad intema, por lo que es rcle ,,,,¡ ,rr() continúa con una serie de dichos sobre el Juicio Final, el discurso
vante que en los textos antiguos se relacione a menudo la sal con la salli ,',, ,urr¡rlitl sobre este tema en el evangelio. El Juicio es un tema emocional
duría. La forma griega en plural, hales, como la forma latina plural, saltlr , ¡' rr, r r lraber agitado las mentes de los escribas cristianos posteriores. que
puede denotar ingenios2, y el singular tiene a veces el mismo significado". . ¡,,,' ntiuon e intensificaron frecuentemente el vocabulario ya apasionado

Similarmente, <salado> en textos judíos puede significar sabio o brillantc, i I l, \r() (cf. notas a9,44 y 45, <<y ser arrojados a la gehennu en 9, 45).
como en b Qidd.29b: <Si su hijo está impaciente por aprender y es brillarr \rrrrt¡rrc el Juicio sea el tema principal de la perícopa, esta generali-
te>> (mémúllafr, lit. <salado>)3a. Por otro lado, tdpel y séré, que significan (ll( | r' r,,r n() se aplica al dicho final sobre tener sal y paz con los vecinos (9,
sazonado) o <insípido> y corresponden al analon de Marcos (<insípido>). ", r (lue pudo haber sido fijado con alfileres por el evangelista mismo al
pueden ser sinónimos de <tonto> o <embotado)), como el español <desabtr ¡,,rrl ¡lc lrr unidad premarcana de 9,33-50 (cf. introducción a 9,33-50).
rido/esaborío>>3s. La forma Q de nuestro pasaje confirma esta interpretacitilr t ,lrlrt rl saber si 9,41 perteneció a esta unidad premarcana, que parece
sapiencial de la sal (Mt 5, 13 ll Lc 14,34), que usa la locución torpe <sr ,r rr' n.s haber carecido de un intruso como 9,38-40 (cf. de nuevo la lr-
la sal se vuelve insípida fliteralmente (tonta), <estúpido] (ean to hulttt .,ltt,, it¡n a 9, 33-50); 9, 41 empalma bien con 9, 37; pero 9, 42, de igual
moranthg). IJn matiz similar es evidente en Col 4, 5-6, donde la frase <qttc ,',",1,' (.)rrizás 9,41 sea secundario, pero fue ya introducido en una etapa
vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada con sal> es equivir , ,, ,',rr( rl¿l de desarrollo. Otro rasgo posiblemente redaccional es la frase
lente a (conducirse sabiamente con los extraños>3r'. La tradición de la iglesilr ',, /r,¡/i cn 9,4la (<porque sois de Cristo>), que parece ser un intento de
posterior continúa la trayectoria sapiencial de esta exégesis37. t,lr,.rr lrr confusa sentencia precedente que habla de dar a los discípulos
eslad en paz enlre vosotros feiréneuete en alléloisl. Cf. lTes 5, l.l: !,' \ l,rr tlc agua <por el nombre) (cf. nota a (por el nombre, porque sois
<Vivid enpaz los unos con los otros> (en heautois), texto que Furnish"' r r r'.tr))) en 9,4l). En el versículo siguiente, la identificación de <estos
considera <extraordinariamente cercano)) a Mc 9, 50 y ve en é1 una altr , ,lr' n()s)) como los ((que creen)), así como la frase conhoti de 9,41, hacen
sión paulina al dicho de Jesús. Por su nexo con las comidas en general y ,',. l,r r t'lL'rcncia a temas ya cristianos sea inequívoca, aunque posiblemen-
con los sacrificios en particular (cf. nota a <Pues todo será salado por cl . ' rr ir lrr vez marcanos; la identificación falta en la forma de Q, conser-
fuego> en 9, 49), la sal quedó relacionada con lo simposíaco y la camara ¡'lr , rr Lc 11 ,2 y refleja el hincapié del evangelio de Marcos sobre la fe
dería; una <<alianza de sal>, por ejemplo, es una prenda de buena voluntarl |''..1. 40; 5,34;9,23-24; 10, 52; 11,22-23; 15,32: la mayorparte de
r', r, \l()s son probablemente redaccionales).
30. Cf. J. Jeremias, The Parables ofJesas, 168-169; L H. Marshall, The Gospel of Lukr'. \ l','sru'clel hecho de que el material de esta sección está organizado
596; sobre la sal del mar Muerto, cf. nota a <Pues todo será salado con el fuego> en9,49. ' , ,.¡¡¡¡¡'¡¡[g sólo por lemas o palabras gancho, es posible distinguir cierta
31. MHT 3,43-44. ,",¡ lllrir ('ada dicho en 9,41-42 está introducido por <quien> (hos an)
32. Cf. por ejernplo Plutarco, Moralia.5l4EF.
33. Cf. por ejemplo a Cicerón, Sobre el Orador l, 34, 159;' cf. LSJ 73 [lV] y J. lt l,' ,l's l)rssentan modos contrastantes de tratar a los cristianos, con su
Lightfoot, C o I os s i an s, 232-233. .,,,,,¡{ rn(lisnte recompensa escatológica. Cada uno de los tres dichos de 9,
34. Cf. M. A. Jastrow, I Dictionary of the Torguminr, 788 y la comparación de la Ttrrir l l:, , .tl introducido por (<y si> y describe una incitación al pecado de una
con la sal en Sopherim 15,8.
35. Cf., por ejemplo, Lam2, 14 y Tg. Qoh. 10, l; cf. W Noack, Solt as Mefa¡tlrrtr. ¡' r, r lr' l ( ucrpo y la amputación provocada por esta falta. Finalmente, 9, 49-
175-176; J. Jeremias, The Parables ofJesus,168. 'r, Lr rrtroclucido por <todo> y presenta tres dichos sobre la sal.
36. Cf. C. F. Evans, Saint Luke.580.
37. Cf .,por ejemplo, Efrén, Himnos sobre la Natividad 15,10 y J. E. Latham, The R,'lt
gious Symbo lis m, 106-107.136. ''¡ I rlrrr. Sobre José,210; cf. Sobre las leyes sespeciales,3,96;, Sobre los premios y
38. V. Fumish, Theolog,,and Ethics in Paul,54. l''.1. l:sd 4, l4; J. E. Latham, The Religious Symbolism,50-63.
796 Cuarla sección principal (Mc 8, 22 10, 52) Mc 9.4l-50: Comentario 797

9,41-42. Dos modos de responder a los cristianos. El principio <cl r,r,tr. urr rcredicto estructurado de modo similar (<sería mejon + la refe-
que no está contra nosotros está a favor nuestro)) (9, 40) se concreta cI ,, , , ,r l:r inexistencia o a la muerte 14,21): este ejemplo puede iluminar
aquellos momentos en el caso de una persona que no sólo no es hostil a krs r.,'lrl('\r() vital de laamenaza contra los malhechores en9,42 ya que el
cristianos, sino que los apoya activamente, aunque con un simple vaso tlc ,,, rrrr'rlt) tls una traición parecida a la de Judas, con resultado de muerte, ir

agua(9,41); lo que probablemente se contempla aquí es la situación de krs ' , l,r,'lrrrblcrnente bien conocido por la comunidad marcana perseguida lr

misioneros, descritos de modo semejante en 6,7-10, en la que el cristiarro , I I t l l- I3). Van lersela2 compara acertadamente el esquema de recom-
¡,' r,.,r r rrsligo de nuestro pasaje con las historias de mártires en 4 Mac 9,
i
itinerante depende de la bondad de los extraños. Este ejemplo de apoyo vir
seguido de una descripción del tipo de trato contrario, el caso de la persorrir t,,il,1( ilil() de ellos denuncia a su torturador en estos términos:
que escandaliza a uno <de los pequeños> (9, 42). Así pues, el principio tle
l', t¡uc nosotros, gracias a este sufrimiento y nuestra perseverancia, lograre-
rr
nuestro pasaje es un caso del antiguo motivo de los <dos caminos)), amplilr rrr,,s cl premio de la virtud y estaremos con Dios, por quien sufrimos. Tú, en
mente extendido, que se halla en el Antiguo Testamento (por ejemplo, I)r r iililbo, debido a nuestro asesinato, sufrirás merecidamente el tormento eter-
30, l9; Sal I , I -6), en el judaísmo antiguo (por ejemplo, I QS 3, l8-4,26: n( ) l)or el fuego de manos de la justicia divina (4 Mac 9, tl-9; cf . 2 Mac 7).

I Hen. 94, 1-11' TestAser l, 3-5), en el cristianismo naciente (por ejempkr,


Mt7,13-14 //Lc 13,23-24:, Did. l-51, Bern. 18-20) así como en el mundo \,¡rri. como en nuestro pasaje, la descripción de la recompensa de los
grecorromanoao. Como es habitual en las apariciones de este motivo, <cl ¡,r rr r,, \ lr seguida de una referencia al terrible destino del malvado, y la con-
, ¡¡rr,rr r()n de ambos pasajes describe el sino de este último como una pena
camino de la vida> se pone en primer lugar, con su recompensa escatolti-
gica ofrecida como atractivo (9,41) y va seguido por la descripción <dcl r.,r.r l)()r'el fuego. Así pues, las imágenes violentas de Mc 9,42 pueden
camino de la muerte>> y su castigo escatológico que sirve de advertencia (9. ', tl, t:n lo extremo de la situación en la que se encontraban los miembros de
42; cf. nota a <<recompensa)) en 9, 41). r , , ,,rrrrrnidad marcana y sus antepasados cristianos. E,s incluso posible que

En nuestro pasaje ambos <caminos> tienen que ver con la manera como I r ¡rr'th'A de molino colgada al cuello>, el castigo con el que se amenaza a

los extraños responden a los miembros de la comunidad cristiana. El buen 1,, ¡rr'r scguidores, sea la lex talionis escatológica (cf. glosario) por un trato
camino, el de la vida, es socorrer a los miembros de esa comunidad; los ,,rul;r tlado a los cristianosa3.
lll
que obran así no dejarán de obtener una recompensa escatológica(cf. nottt
a (recompensa)) en 9,41). Esta promesa es un testimonio del asedio quc ',, -13-48. El coste del discipulado. El centro de atención cambia ahora
algunos cristianos primitivos podían sufrir: actuar con caridad para con ,t, l,'s tlclitos cometidos contra los cristianos de Marcos a las faltas poten-
ellos por parte de un foráneo era al parecer un acontecimiento tan raro quc r rlrnt'ntc cometidas por ellos. Porque la iglesia no es una isla de santidad
merecía una mención especial y la promesa de una recompensa al final dc . , rn lllar de pecado, sino el coso o ruedo en el que Satanás permanece
los tiempos. Este tipo de actitud tendría bastante sentido en un contexto ,, rr\ orr. Sin embargo, hablar de delitos cometidos por los cristianos de Mar-
vital en el que los cristianos eran perseguidos, por lo que pequeños actos , ,, , no 0s completamente fiel a la sintaxis del pasaje, que personifica las
de bondad para con ellos requerían valo/r. ¡, rrlt's rlel cuerpoy se refiere a su potencialidad para <escandalizar)) a los
Así pues, pequeñas acciones en la edad presente tendrán consecuencias ,1, ,trrrirtariosa5. Así pues, verse enredado en tales pecados no significa ser un
trascendentales cuando la semilla de mostaza del reinado de Dios haya cre- ,,,, rrte totalmente libre, sino estar sufriendo el influjo de factores corpóreos

cido hasta hacerse un árbol (cf.4,30-32), lo cual es una buena noticia para ,
¡ rr ¡iu'ccen tomar vida propia y terminan por destruir la propia existencia.
aquellos que han seguido el sendero dificil y estrecho que conduce a la vida I .t.r eonsideración se refuerza por el hecho de que mientras 9, 43 habla de
1,, , ;r(lores que van a la gehenna,9, 45 y 9,47b cambian
((a ser arrojado a>
(cf. Mt 7, l4) mostrando compasión a los embajadores de Cristo en la tie-
rra. Por el contrario, es mala noticia para cuantos han seguido el camino tt,l, tltinai ers), un pasivo divino (cf. glosario) que repite el vocabulario de
1,, , ('\orcismos (ekballein: (expulsar)); cf. el uso de este verbo en 9,47a).
ancho que conduce a la muerte (cf. Mt 7 , 13), escandalizando a <estos pe-
queños que creenD (9,42), lo que en el contexto parece ser una referencia
a los cristianos, quizás misioneros una vez más. Los delitos contra esos l.l. U.M.F.vanlersel,TheGospelAccotdingloSt-Mark-WrittenforaPersecuted
',',, i tti/, 26-27.
n tt
<pequeños> tendrán una sanción tan terrible que sería preferible una muerte t tt t

li.
Cf.Suetonio,Anguslo6T paraestemétododeejecucióny lHen. 100,7-g,endonde
horrorosa. Más tarde en el evangelio, el Jesús marcano pronunciará contra ,,lrtcquevercómosequernanlosmalvadosenlagehennaesunavenganzaacordeconla
,,', rrc deljusto por fuego. Cf. el índice temático en M. Himmelfarb, Totts of Hell, en la voz
\l( irsrrre-tbr-measure punishments)) para otros ejemplos dela lex fallonis escatológica.
40. Porejemplo,Jenofonte, Memorabilia2, l,2l-34. Cf. K.Niederwimmer,TheDi- ll.
Cf. J. Marcus, Mark 4, I0-12 ond Marcan Epistemologlt, 568-570.
doche, 59-63. l\.
Cf. TestRub 3,3-4, que hace un catálogo de los malos espíritus que dominan las
41. Cf. R. E. Brown, The Death of the Messiah 1,289-290 para situaciones posteriores rrr.rtlrs partes del cuerpo y b. Sabb. 105b, que describe la mala inclinación como una
en las que ser cristiano estaba proscrito y esconderlos en casa era un delito. rrrrñl divinidad que habita en el cuerpo hurnano.
798 Cuarta sección principol (Mc 8, 22-10, 52)
Mc 9.41-50: Comenfario 799

En tres declaraciones formalmente paralelas, Jesús advierte contra l¿ls


,., rr'). iI)l sin embargo, Deming interpretael últimotérmino literalmen-
I r lr cslrccto al pasaje crucial b. Niddah l3b: interpretar <adulterio con la
acciones de la mano, pie y ojos que <escandalizan>> el interés propio tle
, , ,, ,, r r'l ¡rrc> como masturbación / cópula con el pene es dificil, ya que en
cada uno, y afirma que es mejor amputar la parte del cuerpo en cuestit'rlr
que acarrear el cuerpo entero a la gehenna, el lugar de castigo etemo, llentr
¡, ,rrrb¿lción masculina interviene el pene lo mismo que en la cópula.
'rr.r
'.,1, rr,r',. rrl glosar este pasaje, ni Rashi nilos Tosaphol interpretan <pie>
de fuego (cf . nola a (gehennaD en 9, 43).A causa de la ausencia de un cott-
texto relevante, no queda inmediatamente claro qué tipos de delitos tienc ',,r¡r¡ l)t'nci los Tosaphot entienden la frase como una referencia al frota-
,',¡, rrr,r rlt'l rirgano con el pie (entendido literalmente) o la mano (en sentido
aquí Marcos en mente; Mateo, en su Sermón de la montaña, interpreta los
pecados de la mano y del ojo como referencias al adulterio y a la lujurirr ',,,.,1) ,\siurismo, en el pasaje relacionado dela Mek. R. Shim. sobre Ex
causados por aquellos (5,21-30), pero en su paralelo a nuestro pasaje los
rr I I l;¡ ((mano, el <pie> y el <ojo> son interpretados literalmente.5) El
relaciona con la discordia en la comunidad (Mt 18,6-35). ¡,,, ,nr,rlo y pie> en b.Niddah 13b y <mano, pie y ojo> en Mek.R.Shim. se
Deminga6, seguido de GundryaT y Allisonas, afirma que Mateo acertí) I r¡ r,,ilr'il con pecados sexuales, depende del contexto (es decir, la referen-
, , rl ;rrlr¡ltcrio) rnás que de las palabras mismas. En un contexto diferente
en el primer caso: Mc 9, 43-47 se refiere a los pecados sexuales. Est()s
i r rr',nnS palabras tendrían un significado diverso; Jellineksr, por ejemplo,
estudiosos argumentan que <pie> en el Antiguo Testamento puede ser ull
eufemismo para el pene y que la mano, pie y ojos van unidos con pecados , l,¡ r,,rr:r los pecados de la mano y del pie con el asesinato y 1QS 10, 13
sexuales en el Antiguo Testamento y/o en textos postbíblicos judíos (cl. ','lr ,r ll nr¿uro y el pie como una hendíadis (cf. glosario) para expresar la
notas a (mano)) en9,43, <pie> en 9,45, <ojo> en9,47). Deming acentú¡r , ,',r lrunr¿llra en general: <Cuando comience a extender mis manos y mi
notablemente la correspondencia entre nuestro pasaje y ó.Nld. 13b quc' , , l,r'nrlcciré el nombre de [Dios]>. 6) Más problemático para esta inter-
desde su punto de vista, trata de la masturbación (<el adulterio de la ma- r ¡.r.r( r()rr no apta para menores de 18 años es que Mc 9,43 no dice que la
no>), del adulterio propiamente (<el adulterio con el pie>) y de la pederas- , , i,n;r t¡rrc amputa su <pie> entrará en la vida eterna como un eunuco, sino
tia. El pasaje continúa advirtiendo que tales pecados harán que sus autorcs .,,,,. rn cojo, lo que implica que si se abstiene de los pecados del <pie>,
<bajen a la fosa de la destrucción>, un sorprendente paralelo ala amenaz¿t r , r,r |osible entrar en ella con ambos pies..., una imagen de interesante
en nuestro pasaje de que los pecados de la mano, pie y ojos conducirán al , '"t, rrr¡rllción si <pie> significara penes2.

fuego de la gehenna. Deming podría haber reforzado su argumento coll \',r ¡rucs. la división tripartita entre pecados de la mano, del pie y del ojo
una referencia a Mek. R. Shim. Yitro 20, 14 sobre Ex 20, l3ae, que prohíbc nte no indica una clase particular de pecados sexuales. Como en
'r,,l',rlrlt'¡r)e
el adulterio <con la mano, el pie, el ojo o el corazón>. Deming encuentra ",,r, lrr,,, {)lros contextos bíblicos, la mano es más bien el instrumento parala
que el contexto marcano está también a favor de esta interpretación sexual ,rrr',r.n (lcl pecado, el pie es el medio de transporte parair al lugar donde
ya que 9,42habla de <escandalizar a uno de estos pequeños>, que en su ¡,, r :r v cl ojo es el medio por el que la tentación de cometerlo entra en el
interpretación significa la pederastia y que en 10,1-12 se trata del divorcitl, ' lr r nlno (cf . nolas a ((mano)) en 9, 43, <pie> en 9, 45, <ojo> en 9, 47).
que Jesús designa como adulterio. ' ' .r,r rltcrpretación es verdadera, <córtalo y <arráncatelo> no deben ser
Sin embargo, a pesar de que el paralelo con b. Niddah 13b es asombroso, ,,r' rrrlrtlos literalmente (cf. nota a <córtalo en9,43), sino como prescrip-
la propuesta de Deming es poco convincente como exégesis del presentc ,,,,, , tlc importancia interna creciente contra el pecado en general:
pasaje marcano por varios motivos. 1) Como admite Deming, la yuxtapo-
',\i tu mano te escandaliza...>: ¡No peques! (9,43)
sición con 9, 4l sugiere que Marcos mismo ve a los <pequeños> de 9,42 ,, \r tu pie te escandaliza...>: ¡No vayas a ninguna parte donde puedas co-
como discípulos más que como niños literalmente; es improbable, pues, quo meter pecadosl (9,45)
Marcos esté pensando en la pederastia. 2) El orden (mano... pie... ojo> es ., \r tLr ojo te escandaliza...>: ¡No pienses ni siquiera en cometer pecado al-
dificil de conciliar con la interpretación propuesta, puesto que, según ésta. guno! (9, 47)
el pecado cometido con el <pie>/pene es el más grave de los tres. Teniendo
en cuenta que este término aparece en el centro de la secuencia y no en un() Lr', ('()nsecuencias de ignorar estas advertencias se aclaran al final de
de sus extremos, es imposible ver <la mano... el pie... el ojo> como una se- r r .rlrsccción, cuando se indica que la gehenna es el lugar <donde su gu-
rie descendente o ascendentes0. 3) Si el <pie> puede significar el pene en el ,,r,, ll() nruere y el fuego no se extingue> (9,48), alusión a Is 66, 24.Este
Antiguo Testamento, igualmente puede serlo la <mano> (cf . la nota a (ma- ' r,, lriblict'r, bien conocido (cf., por ejemplo, Jdt 16, 17; Eclo 7,17) y
r",,l,,rlrlt'rncnte mejor recordado, al ser el último versículo de Isaíassr, no se
46. W Deming, A First Century Discussion of Male Sexualitlt.
47. R. H. Gundry Mark. A Commentarv on His Apology for the Cross, 524-525 '
48. D. C. Allison, Jesas of Nazareth, 178-182.
t \ .lcllinek, Bet ha-Midrasch 6,45.
49. D. Hoffmann. Mechilfa de Rabbi Sinton, lll.
r I ll. H. Gundry, Mark. A Commentaty on His Apologyfor the Cross,524.
I ( l. l). C. Allison. Interlextual Jesus,227.
50. Sobre estos dos tipos de series, Cf. H. A. Fischel, The Uses of Sorifes.
B00 Cuarla sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10. 1-12 B01

refería en principio al fuego del infiemo, sino al juicio en este mundo a los " I'lr('sc hallan los destinatarios de las palabras de Jesús: ahora es el
enemigos de Israel (cf. Is 66, l5- 16). En el judaísmo posterior, sin embargo. ',,r, nt() cn cl que se tomará la decisión crítica que determinará si el fue-
fue aplicado al castigo etemo del malvado (cf., por ejemplo, LAB 63, .1, . ' ., .rtoltigico los purificará o castigará. El momento presente, pues, pide
t. Ber. 5,31, b. Roí. Has. 17a) y el precursor de Jesús, Juan Bautista, lo usr'r ¡ r, rr,n cl discemimiento apocalíptico y a esta facultad es a la que se refiere
en este sentido (cf. Mt 3,12 llLc3,l7). En la Iglesia se convirtió en el tcxto ,ri,,¡,¡ | ¡ rrrctáfbra de la sal, ya que la sal simboliza a menudo la sabiduría (cf.
clásico para fundamentar la eternidad de sus tormentossa. La imagen es es t ¡ , t,,t, t ,t <r'lbned sal en vosotrosD en 9, 50). La pregunta retórica sobre la sal
pecialmente terrible, pues une la tortura desde dentro (el gusano que devorir '
" r' tolna insípida y la declaración sobre la incapacidad de cualquier cosa
en el interior) con el tormento desde fuera (el fuego), pero es dificil saber sr r. rr,r l)ilr'¿l restaurar su sabor son así un modo de replantear el punto clave
ha de entenderse al pie de la letra en el pasaje presente, ya que el contexlo r ir) .17, a saber: que cambiar cualquier cosa, aun el objeto más preciado
entero es hiperbólico (cf. de nuevo la nota a <córtalu en 9, 43). Es imposi r L r r r\ e lso, por la vida eterna es la mayor ganga del mundo.
ble excluir de la enseñanza de Jesús la idea de un castigo futuross, aunque ur L ¡rrcciso propiciar la fuente de paz que es la comunidad, como sugiere
un contexto canónico este concepto esté parcialmente compensado por lls I l, ,u,, rn¿lrcano cuando exhorta como conclusión a <tened sal en vosotros
declaraciones paulinas acerca de la salvación definitiva para todos (Rom 5, , r.rrl en paz entre vosotros) (9, 50c). Jesús da a entender así que hay
l8; 1 1, 32; I Cor 15,22), incluso aunque Pablo cuenta con un juicio pósttr ,",' ¡'r,rlirrrda relación entre la sustancia interior (lo que la Biblia llama la
mo de los pecados (Rom 2, 6-9; cf. nota a <<muchos)) en 10, 45). y la armonía externa (cf. nota a <vivid enpaz entre vosotros)
,l,r,lrrliu>>)

" rclución
, l,r entre sal y paz). Así pues, la exhortación que concluye en 9,
9149-50. Tres dichos sobre la sal.La sección se termina con tres dichos , ,, u( l\'c al punto de partida del conjunto 9,33-50, al egoísmo humano y
sobre la sal (9, 49,50a y 50b); los dos primeros concluyen el tema dcl 'i ,,rlrllo clue dan lugar a la desunión y la intolerancia. que causan estragos
juicio y el tercero cierra Ia sección entera al volver al tema de la discordi¿r/ ,
' L l l lcsia al igual que en otras sociedades (9, 33-37.38-40). A 1o largo de
concordia en la comunidad, que aparece al principio (9,33-34).
"(¡, .rrir subsección se ha ido dibujando una imagen horrorosa del destino
El primero de estos dichos, <todo será salado por el fuego>>, es quiziis ,l '¡rrr'. er) írltima instancia, tales impulsos egoístas e incontrolados llevan a
el logion más enigmático de Jesús en el Nuevo Testamento. A juzgar por cl r' , , r ('s hulllanos: a un lugar de tormento, en el que los únicos compañeros
contexto precedente, en el que el fuego ha funcionado como un símbolo
",, ,',rr:rblcs son gusanos devoradores y un fuego que consume (9,48). Aho-
del castigo (9, 43-48), <la salazón por el fuego> sería negativa y destruc rr ('nrbargo, una imagen de armonía comunitaria (<vivid en paz entre
tiva; quizás el pensamiento subyacente es que todos, no sólo el malvado, , ,'rros))) se contrapone al retrato del horror desolado y se sobrentiende
tendrán que pasar por unjuicio en el que uno puede quedar chamuscado5''. ," , ,trr rcalidad escatológica de paz comunitaria está ya disponible por la
Pero ajuzgar por el contexto siguiente, en el que la sal aparece como algo ,r,,,lrr¡ il clue mana del donante de todos los bienes (cf. St l, l7).
bueno (9, 50), la salazón por el fuego tendría una interpretación positiva. I rr cl siguiente pasaje se hará evidente que esta incursión en la esfera te-
Quizás la imagen sea la de un fuego que puede ser destructivo o purgativo
dependiendo de las acciones anteriores (9, 4l-48) y de la disposición (9, " rI tle lapazen los tiempos finales, que es tambiénlapaz de los inicios,
,'
, ,, ,,rrprendentes consecuencias para las relaciones en el matrimonio,
50) de la persona que es juzgad a (cf . Tes tAbr. 1 3, I 1 - 1 3; I Cor 3, I 3- I 5). En ," r rrnitin divinamente ordenada <desde el principio de la creación), pero
el Antiguo Testamento y en los textos cristianos primitivos el fuego admitc ,, lruntanamente distorsionada (10,6).
ambos aspectos, a veces en el mismo texto y en cercana proximidad uno ',,'
con ef otro (por ejemplo, Mal 3, 2-3;4,1). No en vano, varios exegetas harr
concluido que <el bautismo con fuego...> de Mt 3, 1l-12 ll Lc 3,16-17 cs rrr lr .,r s oEplENnE LA TNDTSOLUBTLTDAD DEL MATRIMoNIo (10, l-12)
una expresión con doble sentidosT, ambigüedad que también podría aplicar
se al símbolo del fuego en nuestro dicho; el fuego escatológico castigará al
tl) rY marchándose de allí fue hacia la región de Judea y Tran-
malvado, pero refinará al justo (cf. Is 43, 2; SalSl. 15, 4-5 OrSib. 2,252.
254; 1QH la [6]:17-18). r,,r,l;uri¿r y
1o acompañaban de nuevo multitudes y, como tenía por
Si esta interpretación es correcta, el dicho siguiente, sobre la calidad dc
,' trnrbre, les enseñaba de nuevo. 2Y se acercaron unos fariseos y le
la sal y la necesidad de conservar su sabor (9, 50ab), acentua la coyunturlr ¡',, r,unt¿u'on si estaba permitido que un hombre repudiara a su mujer,
i, ,,,r l)()nerlo a prueba. Pero él respondió y les dijo: <¿Qué os ordenó
3

l',r',t:s'.)>>. aY ellos dijeron: <Moisés permitió escribir el libelo de di-


54. Cf., por ejemplo, Agustín, Ciudad de Dios 21,9 y A. E. Bernstein, The Formttti,,t¡
of Hell, passim. ',,, r() y repudian>.5Y Jesús les dijo: <Por vuestra dtreza de corazín
55. Cf. R. Reiser, Jesas and Judgment.
56. Cf. D. C. Allison, The End of the Ages Has Come, 19-22.
, ¡'rt sclibió Moisés este mandamiento. 6Pero desde el principio de
57. Cf. J. D. G. Dunn, Baptisnt in the Holy Spü"if,8-14. I ' , rr';re irirt macho y hembra los hizo;7 por eso dejará el hombre ct su
¿J02 Cuorta sec('ión principal (Mc B, 22 10, 52) Mc 10, l-12: Notas 803

padre y a su madre v se unira a su mlier 8y serán los dos unct (.(tt.ttt.. jeres durante su vida>, se ha sostenido a veces que los sectarios
'' rr ,1r,,, rrrLr
de manera que ya no son dos, sino una carne. epor tanto, lo que l)i.., , habian prohibido el divorcior. Sin embargo, como señalan She-
r r¡¡¡¡¡¡1i¡¡
unió no lo separe el hombre. l, r llrirr", otro pasaje de Qumrán, publicado después de que Fitzmyer
¡0Y cuando estaban . rrl,rr'rr su artículo, reconoce expresamente el divorcio (l lQTemplo 54,
de nuevo en casa los discípulos le preguntabrrrr
sobre esto. rr Y les dijo: <Quien repudie a su mujer y se case co'l orl l r ,l trrrubién, quizás, CD 13, 15-17); es probable que CD 4,20-5, I
comete adulterio contra aquella;r2y si ella repudia a su marido y s.. ¡ , 'lrrlr.¡ sirrrplemente la bigamia y/o el nuevo matrimonio de un divorciado
,,,,, rlr,r\ sLr antigua esposa siga aún con vida7. Sin embargo, es quizás sig-
casa con otro, comete adulterio>.
,,'r',.rrr\,r r¡trc I lQTemplo 57,16-19 prohíba divorciarse al rey de lsrae|,
, ,' ,1, ,t'r. pr¡es, que la secta de Qumrán considerara el divorcio como una
!1 , ,r.lr rr la maldad humana (cf. comentario a 10,5-9) y esperara de su
Notas
',',,r.r ( ir rrn comportamiento superior al normal. Fitzmyers señala también
l0' l. La región de Judea y Transjordania lta horia tés loudaias kui ¡tr' ,' ,l \rrtiguo Testamento prohíbe a los sacerdotes casarse con mujeres
ran tou Iordanoul,lit. <La región de Judea y de más allá del Jordán>. Esta c:,
I' ,,r, r;rths (Lv 21,7; cf. Ez 44,22) y especula que la prohibición del
r, ,,r( r. ¡rol parte de Jesús pudiera tener algo que ver con la extensión de
la lectura mejor atestiguada (N, B, c*, L, etc.), pero muchos textos erimirurrr
el kaiy presentan <la región de Judea de más attá del Jordán> (Cr, W l), ' , ,' 'nnirs sacerdotales a los no sacerdotes (para la extensión farisea de las
, r,r.r, slccrdotales a los profanos, cf. nota a <y al volver de la plaza [del
A, @, etc.), que es también la lectura de Mt 19, l. Este texto es gramatic.l
mente más terso, pero geográficamente incorrecto ya que Judea se extentli¡r ',,,,r,lr r . si no se inmergen, etc.)) en 7, 4 y el apéndice <Los escribas y los
f

, ,, , ¡ ,,',,, crl el vol. l).


sólo hasta el Jordán, no más allá de é1. Lührmann¡ opta por la lectura brcvt..
pensando que es ésta un testimonio de la ignorancia de Marcos de la geogrrr
| \ r't'.s¡xtndiendo les dijo lapokritheis eipenl. Sobre esta expresión bí-
r lr, r r'1. ttt¡lu aesta frase en 3,33.
fia de Palestina, pero es improbable que un autor que distinguió claramerrte
entre Judea y Transjordania en 3, 7-8 las confunda siete capítulos más tartlc. . t )tti' t¡,: t¡rdenó Moisés? lti hymin eneteilato Móuscsl. Algunos comen-
, r .r.r , r'ristianos de los primeros tiempos interpretan esta pregunta como
Es más probable que la lectura breve (sin kai) sea una mejora gramatical y/. '
r, .r\ c()ntrapusiera el mandamiento de Moisés (Dt24, l) al de Dios
,
una asimilación a Mt 19, l, donde <más allá del Jordán> puede reflejar cl
,',r, L]7. 2,24):Moisés, y no Dios, ordenó el divorcioe. Pero Mc 7,8-13
punto de vista de un evangelista que vive en la Celesiria2.
r ,,rrtr\'r claramente los mandamientos de Moisés con los de Dios y unos
2. si estaba permitido que un hombre repudiara a su mujer
lei exestitt ' r, rrlos rlrás adelante Jesús sostendrá el carácter obligatorio del Decá-
andri gynaika apolysai]. Lapalabrapara <divorciarse/repudiar>>, apolysui.
significa literalmente <dejar ir, despedi¡ despachan. En las leyes antígu.,
' ,,(, l tlosario), que es una parte central de la Torá mosaica (10, l9).
t L ,,¡¡¡¡¡¡[¡¡ie editorial marcano de 7, 19 implica realmente que las leyes
sobre el divorcio, una parte (generalmente el varón) envía lejos a la otra, cs .r',', ntiu ias del Pentateuco no obligan ya a los seguidores de Jesús, pero lo
decir, la despacha de la casa.
'., , ,rr tlcstacar la contradicción con las regulaciones mosaicas. Marcos,
como señalaremos en el comentario a 10, l-4, la pregunta formulaclrr ,,1' ,rr.r.,. stbe -y al parecer acepta- la tradición judía de que no sólo la Ley
por los fariseos es extraña, dado que durante el siglo I todos los grupos ,,,,, t.rnrbión las relatos del Pentateuco fueron escritos por Moisés (cf. 12,
judíos conocidos por nosotros permitían el divorcio; Mt 19,3, poitant..
' \li,lt: Salmos 1,2;cf. también la frase <la Ley y los Profetas> en la
cambia la expresión a <¿está permitido divorciarse de la esposa por cual- ,r' r.rlurrr .judía y el Nuevo Testamento, por ejemplo, en el prólogo de Ben
quier causa?>, lo que refleja una controversia entre las escuelas fariseas r
, ' l\lrrc 15, 9; Mt 5, l7; etc.). Así pues, los relatos del Génesis, que cita
de Hillel y Shammai sobre las razones legítimas para ra finalización cle I ,,, .rr :r¡rrobación el Jesús marcano en 10,6-8, son para él parte de lo que
contrato matrimonial (cf. m. Git. 9, l0;. b. Git. 90a). I,'r ,, s cscribió> (cf. I0,5)ro.
Había, sin embargo, cierta hostilidad contra el divorcio en la tradicitirr
veterotestamentaria y judía. En el libro del profeta Malaquías, por ejemplo.
r I . lrtu ejemplo, J. A. Fitzmyeq The Mathean Divorce Texls'
Dios dice que odia el divorcio. Este pasaje es interesante porque es simila r \ Slrc¡¡cslr, A Kelt fo Sectarian Mafrintonial Law,245-246.
al nuestro al presentar Gn 1-2 como justificación bíblica para esta posicirirr t llrin. Divorce ol Quntran.
antidivorcistar. Basándose en cD 4,20-5,1, que prohíbe a los varones <to- r 't .1. . Collins, Marriage, Divorce-Family in Second Temple
.f Judaism, 129; sobre
l,l 'rr 5. f , cf-. y hembra los creó> en 10,6.
infralanota a <varón
I \. li¡tzmyer, The Mathean Divorce Texts,l0l-102.
( 1.. l)or ejemplo, Ptolemeo, Epístola a Flora,4; Ambrosio, Exposición de Lc 8,
l. D. Lührmann, Das Markusevangelium, 169.
l, .\ttnh.99a: W. D. Davies-D. C. AIlison, The Gospel According to Saint Matf heu'
2. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison. The Gospel Accortling to Saint Mathev. 3,7 . 'l
3. Cf. W. Rudolph. Zu Mal 2, 10-16.
ll \. ( lark. ConsÍraining the Body,157.163-164.
lrr Irrrur ( risóstomo, Homilías sobre MaÍeo,62.
804 Cuarla sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10, l-12: Notas 805

4. Moisés permitió fepetrepsen Móusésl. Algunos exegetasrr han corr ',,, rr srr resultado (cf . Ez 20, 8.13.1 6.21 CD 2, 17 -191' 3, 5-7; 8, I 8- 1 9;
i tr
siderado que la clave del pasaje radica en el contraste entre la preguntir (l(. i , l' l.l). Si Marcos hubiera querido realmente expresar la idea radical
Jesús, que inquiere sobre lo que Moisés ordenó y la respuesta de los lrrn i, , ¡rrt. l)ios quiso las leyes sobre el divorcio del Antiguo Testamento para
seos, que habla sólo de lo que aquel permitió; en opinión de Jesús, prrcs. ,,,,lrrr l lrl pecado a los israelitas, habría expresado ese concepto más clara-
Dios permitió al divorcio como una concesión, pero nunca lo ordenó. li;ll ,, , rrrt.. eol]]o lo hace en 4, 12 y como Pablo mismo lo hace también en los
exégesis, sin embargo, es insostenible; Ios fariseos utilizan simplementc lrr , r,r', t'itados en el párrafo anterior.
terminología común para lo que puede o no puede hacerse (cf. el frecue rrtt. | ', nr¿is probable que pros tén sklérokardian hymon signifique (en con-
contraste rabínico entre lo prohibido, 'asúr, y lo permitido, múñr) y tl ,,1, rrrt'itin a...) o <debido a vuestra dureza de corazón>rt y qu" el Jesús
Jesús marcano mismo se referirá inmediatamente a continuación al pas:rj,. ,,,1(.uro haya dicho que el mandamiento mosaico del divorcio fuera una
del Deuteronomio 24 como (este mandamiento>r2. , ,rr, r.:.itin a la maldad humanars. Esta interpretación concesiva de pros tén

escribir el libelo de divorcio y repudiar lbiblion apostasiou grapsai lirrr ;l, t,tl,ttrtlian está de acuerdo con la expresión de 10,4, <Moisés permi-
apolysail. Esta terminología judicial abreviada se acerca a la de Dt 24, L I ,,,, ,, Ilay abundantes paralelos judíos parala idea de que pasajes par-
(cf. Jr 3, 8), aunque el Deuteronomio tenga exapostelei (<despide>) en vcz r,, rrl,rres de la Torá representan un compromiso con la debilidad humana.
de apolysai (<repudiu; cf. nota a <si estaba permitido que un hombre rc¡rrr trrrrl,t.. por ejemplo, habla desde esta perspectiva de la actitud hacia la
diara a su mujen en 10,2). Apostasion es un término legal que significa lir ,, ,,n:il (luía en I Sm 8,4-22 y de la postura hacia la esclavitud, la poligamia
renuncia a lo que antes se ha reclamado o poseído y es de la misma raíz qu(, l r', rlctrdas del año sabático en el pensamiento judío posteriorre. De modo
apostasia, de donde viene el castellano apostasía (: renuncia a las propirrs ,,,,rlrrr.. Algunos textos judeocristianos y judíos2o consideran el sacrificio
convicciones religiosas albergadas desde antaño; cf. BDAG 120). ,rrrrr ur.lo concesión al pecado de los israelitas2r.
5. Por vuestra dureza de corazón f¡tros tén sklérokardian hymdnl, ltt \ltunos intérpretes bíblicos adoptaban a veces explicaciones imagina-
<hacia/respecto alparala dureza de corazón de vosotros>. En términos cs , , , , , lt' lil durezade corazón a la que Se hace aquí referencia; varios exegetas
trictamente gramaticales, pros t¿n sklerokardian hymon podría significlu ,ltr,,(ltrc¡os, por ejemplo, sugieren que Moisés tuvo miedo de que los ma-
((para causar la dtneza de vuestros corazones)) (sobrepros * acusativo pallr SuS mlÚereS Si se lOs fOrzaba a mantenerlas
¡ r,lr r,, tlc mal caráCter mataran a
indicar el objetivo, cf. BDAG 87a pcl). Gundryr3 apoya esta interpretacitirr ,lu( lx)r tanto permitió el divorcio como un mal menor22.
intencional de pros: Moisés permitió el divorcio para inducir a la durczrr tt l,t,ro desde el principio de la creaciónlapo de qrch¿s ktiseOs). Señala
de corazón. Esta exégesis acercaría Mc 10, 5 a 73,22, que usa pros r cl ,, lrrrt'¡rsrr el paralelo con la línea argumental de Gal 3, 15-20, en donde
infinitivo con artículo para hablar de la intención de engañar; también a "1, t, ,lr';¡r¡sición más antigua (en el caso de Pablo, la promesa a Abrahán)
1l-12, que alude a la ceguera espiritual querida por la divinidad;aE220,25. ,,, rr, ¡r|iorid?d sobre la más reciente (en el caso de Pablo, la ley mosaica)'
en donde Dios da a Israel mandamientos no buenos para castigarlos por krs lr rr rr.s-Allison2a argumentan que no existen paralelos rabínicos para este
pecados anteriores; y a textos paulinos como Gal 3,19 y Rom 5, 20;7,1\. (no hay antes y después en
' r','rrrrniento; además, b.Pesah.6b afirma que
que implican que Dios otorgó \aLey paraprovocar la transgresiónra. I L( r'itura)). El libro de los Jubileos (por ejemplo, 6, 17 -191, 16,20-23) y
Pero a pesar de las sobradas pruebas de influencia paulina sobre Marcos ,r r.rs tradiciones rabínicas (por ejemplo , m. Qidd. 4, 14; Gn. Rab' 64, 4)
en generalr5, en este caso particular es probablemente un error leer Mll , , rrotr.llcn los mandamientos mosaicos a períodos más antiguos2s, pero estos
cos con lentes paulinas. La presentación negativa del propósito de la Lcl, ,,r.r( r()nislnos están basados no en un deseo de afirmar la superioridad de
en Gálatas y Romanos está en desacuerdo con lo que es habitual en el An I r r.f r{)cílS más antiguas, sino en el de afirmar la consistenciay la validez
tiguo Testamento y en la opinión judía, en las que la Torá es el antídoto rr r, tlc la Ley.
la transgresiónr6. Incluso 8220,25 no habla de mandamientos dados parr 'rrr
endurecer expresamente los corazones; del contexto anterior en este pro
feta, el corazón obstinado y rebelde parecería ser la causa de la ira de Dios
| / ('1. Justino, Diálogo, 18,2.
ts Sobre este signifiádo de pros, Cf. BDAG 875 [3e] y M. Zerwick, Biblical Greek
,,: , r. l\4c 12, 12;Mt2'7,14;Hch 24, 16; Rom 10,21a.
I I . Por ejemplo, W. L. Lane, The Gospel of Mark, 354-355; E. Schweizer, The Gtt n I
l') l). Daube, Concessions to Sinfulness in Jews Law.
'rr l)or ejernplo las Recognitionés Pseudo Clementinas 1, 35-36; Maimónides, G¿¿ia
News According to Mark,203; E. P. Sanders, Jesus and Judaism,256-257.
t', r¡,lr'jtt.s3,32.
12. Cf. R. H. Gundry, Mork. A Commentaty on His Apolog,,for the Cross,538; W. l) ' L ('1. K. Berger, Die Gesetzauslegung Jesu, 269.
Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew3,13.
13. R. H. Gundry Mark. A Commentary on His Apologtfor the Cross,538.
'' l;. A. Clalk, Constraining the Body, 158, nota 16, que cita a Juan Crisóstomo,
I ',,1,)rr) (lc Mopsuestia, Teodoreto de Ciro y Jerónirno.
'I
14. Cf. K. Berger, Die Gesetzauslegung Jesu,268-269. Il. J. Sóhoeps, Paul. The Theology of the Apostle, I 80- 1 8 1 .
15. Cf. Introducción en el vol. l, 99-102, y J. Marcus, Mark-lnterpreter ofPaul.
'I W. D. Daviés-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,15'
16. Cf. J. L. Martyn, Galations,355. ( 1. J. l. Kugel, Traditions ofthe Bible,705-709.
"
806 Cuurta sec'c'ión principal (Mc B, 22 10, 52)
Mc 10. t-12: Notas 807

principio
Para el Jesús marcano, sin embargo, la situación que prevalecía <tlcsrl,' , ,,,r tomado dos mujeres en sus vidas, aun cuando al
l)()r' haber
Gn I 27 en
el principio de la creación)) era la norma a la que todo, incluida la'lirl , t , , r','rrcititr (Dios) los creó 'várón y hembra'>' Las citas de
'
, ,,,,ilr.ilr v cn los textos evangélicos son similares no sólo en la función' sino
debía conformarse (cf. comenÍario a 10,5-9). Se ha invocado una crccn('rir la creación> / <desde
,, rrl,rr'n crr la fórmula introiuctoria (<al principio de
similar a lo largo de la historia judía y cristiana para justificar prácticas lirr nola a <<si
diversas como el vegetarianismo (cf. Gn 1,29),el nudismo (cf. Gn 2. lrt I l,r rrrr'rlrio de la creación); sobre CD 4,20-21, cf' además la
, ,t,,r ¡r.'rrnitido que un hombre repudiara a su mujer) en l0' 2)'
y la igualdad socialy sexual(cf. Gn 2,18;.3,l6). Algunas tradicioncs r¡r
bínicas, por ejemplo, reconocen que hasta el tiempo del Diluvio (cf. (in t¡ I l,,tt' c.s(¡ lheneken toutouf. Según Davies-Allisonrr' esta parte de la
,r r ,¡. ( iu 2, 24 supone el conocimiénto del contexto veterotestamentario;
3), la humanidad era vegetariana (cf. por ejemplo b. Sanh.59b) y es posibl.'
que los ascetas judíos que se abstenían de carne y vino tras la destrucciirrr
r' r, t( r('ncia no es ya la cita de Gn l'27 en 10, 6, sino la historia de Eva
r,,, l,r,,cc(lc de la costilla de Adán en Gn 2,
2l-23' Pero aunque es muy
del Segundo Templo (cf . t. Sotah 15, I I ) y los vegetarianos y abstemios irr texto' Mc l0'
,, , r¡uc este pasaje estuviera en el transfondo de nuestro
deocristianos26 se inspiraran en parte en las esperanzas apocalípticas de urr¡r 'l',1,
,,. l-S están uniáos más estrechamente aún que lo que Davies-Allison
r
vuelta al paraíso (no se cultivaba la viña hasta después de la caída, scgúrr pareja
,.,,'n()r'cn: la complementaria configuración sexual de la primera
Gn9,20-21). Asimismo en el período patrístico, ciertos sectarios cristianos (10, 7-8)' muestra que fueron
1 I r r (, ). rrnida a su iecíproca atracción sexual
conocidos como los adamitas llamaron a su iglesia el Paraíso, conden¿lr()n
,r,, n,r(los por Dios el uno parael otro (10' 9)'
el matrimonio como ajeno al Edén y celebraban desnudos su culto litúrgr en el {g' Onq' aGn2'24'
co27. El potencial revolucionario de la idea de la vuelta al Paraíso se iluslr'¡r ¡,rrit lkataleipseil- En la Peshitta' como
,t,
I rr'rlrtr usado en este pasaje es !bq, cuyaraiz significa <abandonan o
con el estallido de la rebelión de los agricultores ingleses en 1381, cuanrltr como sabachthani en el grito de
,1, ¡,rr,, (urlo forma de eite verbo aparece
John Ball predicó un tremendo sermón sobre el texto <Cuando Adán cir <divorciarse>
t, ¡¡¡111¡¡¡1¡ de Jesús en I 5, 34); la misma raíz puede significar
vaba y Eva hilaba, ¿dónde estaban los caballeros?)), en el que denunciabrr
,

2y'' 2rr' Aunque el juego de


r rt rl iz¿t en las version"s ri,íata'
, de I 0, I I - I
las divisiones de clases basadas en el rango después de la caída originalr'. que formara parte de la retórica
En nuestro propio tiempo, la cantante Joni Mitchell ha reciclado la idea tlt' ¡,,l,rl,ns lto está ya en griego, podría ser
sobr" qué era preciso <abandonan a los padres' pero no
',',',,','l clel pasaje
una vuelta al Paraíso en su canción <Woodstock>, que invita a sus oyenlcs
,l o¡¡i1¡ compañero.
a unirse a ella <en la vuelta aljardín [del Edén]>. ¡r¡
a su muier lkai proskolléthésetai pros ten gtnaika atrtoul'
| \t' unirá
Meeks2e ha argumentado en un influyente artículo que el empleo tlt'
Gn 1,27 + 2, 18-24 en la literatura posterior judía y cristiana, incluido (irrl
r r.r lrirsc, que es parte de la cita ¿e Gn 2,24, aparece en la mayor. partemás
de

r ,. rrrr|rusclitos, pero unos cuantos, incluidos algunos de los testigos


3, 28, refleja un mito antiguo, muy extendido, sobre la androginia de krs
¡,,1,',rtlntes (S, g, y), la omiten. Como señala Gundrysa' si los manuscritos
inicios: el ser humano original tenía los dos juegos de órganos genitalcs,
,r.r,l,,s ctt uttimo lugar tuvieran razón y los testigos originales.de.Marcos
pero posteriormente fue dividido en dos y desde entonces las dos mitadcs aquí sería similar al
r¡ rl,r\'rcn carecido de 10, 7b, el procedeidel evangelista
separadas han estado buscando la reunificaciónro. Sin embargo, collo sc-
ñala Marfyn3r, nuestro texto presenta la situación original como una épocir
'l'Ill..+'dondeomitelapartecentraldeltextoveterotestamentarioqueestá
rt,rntlo (Dt 24, I ). Sin Gundry concluye correctamente que resulta
de diferenciación sexual más que de unidad; la humanidad era <varón y "rnburgo' palabras son necesarias
r.r , ¡rrrrbabl€ quá u. 10, 7b lea originál ya que esas
hembru desde el principio de la creación, no como el resultado de unir haber sido excluidas por casualidad (ha-
, r r r'l sctltido de la frus". Pod,ían
, .

caída primigenia desde la bisexualidad.


¡

sentencia marcana comienza tam-


varón y hembra los hizo larsen kai thély epoiésen autousl. Estas pala- ¡,t,,,'r:rlia), sobre todo ya que la siguiente
t,r, n t ou kai (<y s" huán ü, dot u-na carne>¡, o podrían haber sido omitidas
bras corresponden al texto de los LXX de Gn 1,27. El mismo texto, en sr¡ gráfica connotación sexualis'
.rrr nt tr)lt?d?11'llnte debido a su
versión hebrea, es citado en CD 4,20-21 para sustentar la opinión, relacio- (sola) hoi dyo eis sarka
nada con nuestro texto, de que la bigamia y/o el nuevo matrimonio de r¡n
li ) ,ic ltarón los tlos una carne lkai esonlai
,,,,,rrr1. Sc trata del final de la cita de Gn2,24 que comienz'a en l0'.7'
En el
divorciado están prohibidos (cf. Mc 10, I l-12). El autor del Documento d<' mecánica del sexo' o
,, Lrt,, tlcl Génesis, (<una carne)) se refiere o bien a la
Dqmasco denuncia a los que <han caído dos veces en las redes de la fomi- La idea de la
r,,, r ll hijo fruto de la unión sexual, o bien a ambas cosasr6'

26. Cf. lreneo, ConÍra las hercjías 5, 1.3; Epifanio, Panorion,30,3,7;30, 14, 3. to, Sa,int Matthew 3' ll '
i ' W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According
27. Cf. Epifanio, Panorion,52; también Agustín, Sobre las herejías, a Qodvuhtlett.:. ('1. M. A. Jastrow' A Dittionant of lh'e Targumim' l5l6-1517'
3l I cf. adamitas.
r i
C.ros1' 530-531'
28. A. Partington, Dictionary of'QuotaÍions,545, 10.
\ I I{. ll. Gundry. uo,li.1'ói"uté'rá'1'o' Hls Apologv'for'1ly
i..('l.lCor6,l6-l7y.K.-L.Schlnidt.Kollao:.sobrelasdillcultadesdelosPadres
29. W. A. Meeks, I/re Image oJ the Androg¡,ne. 155'
a-. CiZ'Zq'cf' E' A' Clark' Conslraining the Bodv'
urp..ío
Lr lr:lcsia ante este 'Genesis,l3;G'
30. Cf., por ejemplo. Platón, Sintposio l89c-l9l; Gn. Rab. 8, l. von Rad' Ge¡¡esis' 85'
i,,. ('1. H. Gunkel,
31. J. L. Martyn, Galatians.379-381.
808 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10, I-12: Notas 809

fusión sexual se acentua en los LXX, donde <los dos se harán una c¿u.n(.,, I r r '.('( ) (lr.rc emplea mal las Escrituras del legislador por la poca compren-
, r

sustituye al texto masorético (y ellos se harán una came)). E. Clark,/olr , ',r,lr'su objetivo verdadero (cf. nola a <¿Qué os ordenó Moisés?>> en 10,
serva que en la iglesia primitiva las connotaciones sexuales de las palabrir,, , ,,utt'ttl(trio a 10,5-9). Cf. 7,8-13, donde el (mandamiento de Dios> se
<los dos en una carne)) fundamentaron que <los argumentos sobre el nrallr , l' r,)nil con Moisés y se contraQta con el farisaico, (una tradición de se-
monio y el divorcio se basaran especialmente en la conducta sexual). Srr ,, lrrrrrurnr)s)>. Sin embargo, en la'lógica del relato marcano declaraciones
embargo, es también posible que los traductores de los LXX hubieran a¡l¡r ,r,r,, 10. t) y 7,19 podrían sugerir que Jesús puso su autoridad por encima
dido <los dos> para desalentar la poligamia o los segundos matrimonios'r,, t, l.r rlt' Moisés, por lo que podrían haber contribuido a la formulación de
de modo que esta versión resulta ser un punto de partida particularmcntc , , t,r, r,rrnta planteada a Jesús por los dirigentes judíos en I l, 28: <¿Con qué
conveniente para nuestra perícopa lnarcana (Tertuliano hace un hinca¡lrtl ,,,r,,r rrl;rtl haces estas cosas?).
similar en el sintagma <los dos> de Gn 2, 24 Vetus latina; cf. tambiélr lrr I I ) /c.r ttiiolkai legei autois). Mt (19, 9) omite Mc 10, 10, por lo que en
introducción al comentario). I , r,rrrllclio de Mateo la declaración de Jesús sobre que los nuevos matri-
Pero Gn 2, 24 entró también en las discusiones sobre el divorcio irr , ¡',,nr(,(\ stlrt adúlteros no es ya una instrucción privada a los discípulos, sino

dependientemente de los LXX. Ya Mal 2, 10-16 TM se opone al divorcio ,'¡r r , la respuesta a los fariseos. Sin embargo, el Jesús de Ma-
'nlinusción de
refiriéndose a la voluntad de Dios en la creación (cf. Mc 10, 6a), con unir ! ,, ,rrt('lx)ne a esta declaración <Y os digo)), que es un resto de la tradición
alusión evidente aGn2,24: <¿No los hizo [Dios] uno?>>3e. El texto de (irr ,,, r, .rn:r. l'lste es uno de los casos en que la redacción de Mateo sobre la base
2,24 TM se invoca también en el tratamiento de la ley del matrimonio cl , t, \ l,rr t'os cs más facil de explicar que a la inversa: la redacción marcana de

Gn. Rab. 1 8, 5 y y. Qidd. I , I (58c; Neusner, 26, 12)40. Aunque Gn. Rab. 17 . I rr, (cl. el capítulo 4 dela Introducción general en el vol. l).
3 no cita Gn 2,24 directamente, alude a él de un modo similar a nuestro
' aquella ep'autén]. La construcción
, t,ttr('l(' adulterio contra lmoichatai
texto marcano y da a entender que un rabino y su antigua esposa perrnanc- ,,',t, tstltoi epi es insólita y no queda claro qué significa epi en el contexto
lt,
cen ((una sola carne) a pesar de su divorcio y nuevo matrimonio con col.u- t ,ntt(,t se refiere a la primera esposa o la segunda. En SalS/. 8, l0 moi-
pañeros diferentesar. Ciertamente esta tradición rabínica no implica que cl tt,t¡tlt,ti F acusativo significa (cometer adulterio cou (cf. un verbo muy
rabino o su antigua esposa hubieran pecado al volver a casarse, pero pueclc l,rr, moicheuesthai
( r(l() * acusativo en Lv 20, l0); Turne/6 argumenta que
ser un resto de una tradición exegética que trataba de las implicaciones rlc ,rrr, ,tlr fiase debería interpretarse asimismo como una referencia al adul-
Gn 2, 24 para la cuestión del divorcio. ,' r,, (()n la segunda esposa. A favor de esta interpretación se argumenta
9. Por tqnto, lo que Dios unió no lo separe el hombre lho oun ho theo.t ¡,,, l;r scgunda mujer (allén: <la otru) es el antecedente más cercano de
synezeuxen anthropos me chórizeto]. Para la idea de que es Dios quien unc ,,,r, rr 1,,rclla>>). Pero, si Marcos había pensado en (cometer adulterio con),
al hombre y la mujer, cf. Gn24,44 Tob 8,6; TestRub. 4, l; el último texto ¡,,,r r¡¡¡[ no usó la expresión habitual moichasthai * acusativo, o una
pre-
designa a la esposa como syzygorz (cónyuge: (que porta el mismo yugo/ l"',1{ l()n clara como syn o meta (ambas: (con)))? Por tanto, lo mejor es
compañero de fatigas>; cf. Flp 4, 3), sustantivo de la misma raíz que el ver- t,r, 'l,.rlrlcrlrente aceptar la traducción común
(comete adulterio contra ellu,
bo synezeuxen de Marcosa2. Tob 6, l8 y b. Mo'ed. Qat. l8b muestran una ,l, r( r r )l'l'csponde a un sentido frecuente de epia1 . Esta traducción se apoya en
idea muy relacionada con lo dicho, a saber, los cónyuges son compañeros ' I , lr, lrr r relacionado de Mt 5, 32, el cual afirma que el varón que se divorcia
predestinados el uno para el otro desde el principio del mundoa3. ,,ilrr'l('un pecado contra su primera esposa.
Ambrosio de Milána parafrasea nuestro versículo de una manera sig- I 1 )'.ri ella repudia a su marido y se casa con otro lkai ean auté apo-
nificativamente antimosaica y antijudía: <Lo que Dios ha unido, el judío it.,t¡,t tt¡n andra aules games{ allonf. Muchos exegetas4s ven en esta re-
[es decir, Moisés] no lo separe>>as. Pero esto no es probablemente lo quc t, r, n( rir clel Jesús marcano a la mujer que se divorcia de su marido, no
Marcos quiso dar a entender; el anthropos en cuestión no es Moisés, sino ',t, trt t()tt(klo en el diálogo anterior entre Jesús y los fariseos, un guiño al
,1, r,,lro romano que permitía a las mujeres, en igualdad con los varones'

37. E. A. Clark, Constraining the Body, 167, con citas de Basilio de Ancira, Teodoro rrrrr r.rr l()S trámites de divorcioae. Según esta opinión, como la ley judía re-
de Mopsuestia y Zenón de Verona. , r\irl)ir t:l derecho de divorcio a los varones, el diálogo privado con los
38. Cf. D. l.Brewer,Jewish Iloman Diwrcing,355. ,lr ., r¡rrrlos refleja la situación de la comunidad marcana en el amplio mundo
39. Cf. J. J. Collins, Marriage, Divorce-Fcrmily in Second Tbmple Judaism, 126, y W.
D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,12.
40. Cf. A. Shemesh,l Key to Sectarian Mafrintonial Law,250,nota 21. lr' N. Turner, The Translation o/rnoichatai ep' auten.
41. Cf. A. E. Harvey, Genesis,58. ri ( 1. LSJ 623ÍC4I;BDAG366[12]; R.F. Collins,DivorceintheNewTestament,I0l'
42. Cf. R. F. Collins, Divorce in the New kstament,gS-99. l)i l{ecienteme;te E. Schweizer, Scheidungsrecht der itidischen Frau? y H. Wede¡
43. Cf. <desde el principio de la creación> en 10, 6, y C. Moore, Tobit,20j-208.
44. Ambrosio de Milán, Exposición de Lucos 8,9.
r. ' ¡', Atira der Frauen.
l') ( l.,porejemplo,Cicerón,{pístolas8,7,2lLoeb,92l; Gayo, Instiluciones'7'137a:
45. Citado por E. A. Clark, Constraining the Body, 164. l' I {,,r'lrctt, Roman Lav' of Matiage,242-243.
8t0 Cu¿trto l;ectión principttl (Mc B, 22 10, 52) Mc 10. 1-12: Comentorio 8il

t, ' ll ,r¡rrobaban que las mujeres se divorciaran de sus maridos. La cuestión


helenístico y no la del Jesús histórico en la Palestina al inicio del siglo I; pt'r
el contrario, la omisión en Mateo de la referencia marcana a la mujer r¡rrt' ',,, r.rl t'S saber en qué grado tales círculos eran típicos en ese momento;
se divorcia de su marido se debe a su perspectiva más judía. A favor de cst¡r "rrr,r'.1r51is¡1en Cotton-Qimron55, <<esos judíos acfuaban contra la halakha
interpretación está que el Antiguo Testamento sólo menciona el derecho tle I ,¡rr, ¡1sf ¡i¡1ui¿ la iniciación del divorcio a solos los varones], ola halakha
marido a divorciarse (cf. Dt 24, l, citado en 10,4) y en esta línea se sitúrr ,',n r{r sc había convertido en normativa>. Los mismos Cotton-Quimron
la legislación rabínica (cf. el hincapié sobre la parcialidad de las leyes rlt.l ' rrr, lrniur hacia la última explicación, indicando que el documento de
divorcio en m. Yeb. 14, 1 ). Es verdad que, según la Misná (cf . glosario).l.ts lrrr.rlrrr'irt no parece provenir de un grupo marginal, sino de uno estrecha-
mujeres pueden divorciarse de sus maridos en ciertas circunstancias (m. Kt' ',r, rrt. re lucionado con el dirigente de la rebelión judía, Simon bar Kosibah
tub.7,5,9-10' m.Ned. ll,l2), pero en esos casos la mujer no se divorci¡r ,ttrr l.-oehba), a quien se nombra en la primera línea. Ciertamente, la na-
directamente, sino que el tribunal obliga al varón a pedir el divorcio5o. ,' rrlr,z¡ categórica de la afirmación de Josefo de que Salomé y Herodías
Sin embargo, en los veinte años pasados otros estudiosos -algunos tle ,,,, r'1,¡¡i¿¡¡¡ Ia ley de su país al divorciarse de sus maridos es importante.
los cuales relacionan sus reconstrucciones históricas con modernos interc r lr nnS. cl pasaje del Rollo del Templo que menciona el divorcio (cf. nota
ses feministas- han sostenido que en círculos importantes judíos las mrr , .r , stll"la permitido que un hombre repudiara a su mujeD) en 10,2), no
jeres tenían realmente el derecho de iniciar el divorcio5r . Los contratos rlc ',, ,rrlr'r'l cl caso de que una mujer se divorcie de su marido. Y teniendo en
matrimonio del siglo V a.C. de la colonia judía de Elefantina, en Egipto. ',, nr.r lr lbrmulación deDt24, 1.3, que considera sólo el caso del varón
hacen referencia a mujeres que se divorcian de los varones, y Josefo relatrr ¡,,, ,, tlivorcia de su esposa, es dificil imaginarse que los saduceos, que
que Salomé, la hermana de Herodes el Grande y Herodías, hija de Agriprr. , . rrrrrb¿ul el valor de la letra de la Ley escrita, hubieran permitido el di-
se divorciaron de sus maridos (Anr. 15,259-60;18, 136). Se ha afirmado.
,,,, r,' irriciado por una mujer. Es posible, sin embargo, que sectas como
además, que el Papiro $e'elim 13, un texto fragmentario encontrado crr
t,,1, los lhriseos (a los que perteneció Josefo), los saduceos y el grupo de
i r,,nrirr lireran más estrictos acerca de limitar el divorcio sólo a los varo-
Wadi Muraba'at en el desierto de Judea, redactado en tiempos de la rehc
lión de Bar Kochba (134-135 d.C.), es un documento de divorcio enviatlo ,¡' , ¡rr' otras facciones judías5ó.
por una mujer palestina judía a su maridos2. Fuentes samaritanas y caraítls
posteriores muestran que esta línea de mujeres que se divorcian de sus ml
t r¡rr¡r,ltl:triO
ridos continuó en la Edad Media en círculos judíos o casi judíos.
Los escépticos han contestado que los documentos samaritanos y clr
lttttl)(ltt(ción. Después de la instrucción privada a los discípulos en 9,
raítas son tardíos; que la comunidad de E,lefantina estaba muy separatlrr
de la Palestina del siglo I en el espacio y en el tiempo; que Josefo etiquctrr
' o .lcsús dilata su audiencia en 10, l-9 para incluir a la muchedumbre
explícitamente las acciones de Salomé y Herodías como contrarias a la lcy ' .,r. o¡.lositores. Estos le lanzan una pregunta sobre el polémico tema
judía y que el documento de Muraba'at no es un libelo de divorcio, o bicn
I' l,lrrolcio, que esperan que será como una pelota en vuelo parabólico,
LL, rI rlc hatear. Jesús responde declarando que el rompimiento del contra-
que representa la halakah (cf. glosario) de un grupo marginalsr. Cottorr.
r,, rr,rtrrnonial es contrario a la voluntad original de Dios expresada en la
Qimronsa apoyan a los escépticos en un punto menor argumentando quc r, rr ¡on. luego clarifica este aserto en una instrucción privada a los Doce,
el documento de Muraba'at no es un texto de divorcio, sino una renuncirr
rr I r rluc llama adúlteros a las personas que se divorcian y vuelven a casar-
a sus reclamaciones por parte de la esposa, pero dinamitan el fundamento
r lo. l0-12). Esta progresión en el diálogo desde la muchedumbre a los
principal de estos estudiosos escépticos ya que la renuncia presupone quc
'r,,,,rr()rcs y luego a los discípulos refleja probablemente el hecho de que
la mujer se ha divorciado anteriormente de su marido.
I rr,rtnnlonio y el divorcio eran temas de interés tanto fuera como dentro
Puede ser demasiado pronto para declarar que hay un vencedor en esl(,
l, l,r ulcsia cristiana, como confirman las conocidas discusiones entre las
debate, pero si prevalecen las conclusiones de Cotton-Qimron, habrá qrrc
r', l)r1)[orrabínicas de Hillel y Shammai (cf . nota a (si estaba permitido
decir al menos que algunos círculos judíos de Palestina a principios del si
¡,,, rrrr lrornbre repudiara a su mujer)) en 10,2) y el tratamiento de este tema
r', ,¡ l',rlrlo cn 1 Cor 7. 10-16.
50. CL J. J. Collins, Marriage, Divorce-Famil)' in Second Temple Judaisnt, 120. I .r lirrc¿r redaccional marcana es muy perceptible, como siempre, al prin-
51. Cf ., por ejernplo, B. J. Brooten, Konnten Frauen int alfen Judentunt y Zur. Debutr,
íiber das Scheidungsrechl; T. Ilan, Divorce Bill, e ld., The Provocative Appoach; H. M ¡,,' \ irl firral del pasaje. Al principio: 10, I está trufado de vocabulario
Cotton-E. Qimron,XHev/Sear l3;D.1. Brewer, Jewish Women Divoning.
52. CL también y. Ket 5,8 [30b] citado en D. I. Brewer, Jet'ish Women Divot"cing,35rt
53. Cf. E. Schweizer,Scáeidungsrethtderjiidi.schen Frmt?,296.A. Schremer,Dllorrl ' I I
'i,1.
in Papynts Se'elim 13. 'r, t l. []. J. Brooten, Konnten Frauen im alfen Judenfunt,T9; J. J. Collins, Matiage,
54. H. M. Cotton-E. Qirrron. XHeíSeor I3. ,' l:ttntil.t in Second Temple Judaism, l2l .
Bt2 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10. l-12: Comentario 8t3

típicamente marcano (<de allí>, (región), (muchedumbres), (de nucvo)) lll, l-4. Puesfa en escenq y diálogo inicial. Después de la conclustÓn
[2 veces], (enseñabaD), y contiene referencias geográficas (Judea y Trans t, .l l:u.s() discurso privado a los Doce en la casa de Pedro en Cafarnaún
jordania) que son un eco de una noticia redaccional anterior (3, 7-8) y c¡uc , I { ). .lcsúls parte para la región de Judea y Transjordania, donde se repite
aluden al hábito del Jesús marcano de enseñar (<como era su costumbrc))), 'rrr r ,rlilcnlo ya familiar: las multitudes se congregan a su alrededor y les
Al f,nal: 10, 10-12 contiene el característico motivo marcano de Jesús c¡tre ,,, n;r ( c f. 2, 13 4, l-2; 6, 34). La audiencia, sin embargo, incluye no sólo
se recluye en una casa con los discípulos, donde éstos le hacen una pregutrt:l , , ¡, ( ntes receptivos, sino también a algunos fariseos, que aparecen dibuja-
sobre la doctrina que acaba de impartir y él aclara su confusión (cf. 4, l{) l,, l,r olrando> o <tentando >> (peirazontes) a Jesús con una pregunta hostil
.,

20;7,17-23;9,28-29); además, la introducción a esta escena privada mucs rr¡ ';r). lll mismo verbo había sido aplicado ya a los fariseos en 8, ll y
tra un vocabulario marcano típico (<de nuevo>, la <<casa>>, <discípulos> <k,
l)leado de nuevo para esos mismos en 12, 13 -l 5, cuando tratarán
, r r r' r r r
de
preguntabaru>). Por otro lado, la cuestión aquí debatida es ligeramente di , rr,I r una trampa a Jesús dialogando con él; aquí, como en los otros ca-
versa de latrafada en 10, l-9: no si le está permitido a uno divorciarse, sirr,r ,, l;r ¡rirlabra insinúa una influencia demoníaca tras la hostilidad farisaica
si se permite a los divorciados volver a casarse. No está claro si la mayorítr ,,rrtr:r .lcsúS (cf. su utilización en l, l3 con Satanás como sujeto y lanota
de las mujeres judías en Palestina tenían el derecho de iniciar el divorcio. , ,r, rrtrinclolo> en 8, ll). Si, pues, el Jesús marcano continúa en nuestro
pero las feminas poseían realmente este derecho según la ley romana (cl.
l, ,rt('ir!^usando a sus interlocutores fariseos de dureza de corazón (10, 5),
nota a <<si ella repudia a su marido y se casa con otro comete adulterio> cn
¡,r,rbrrtrle que el evangelista viera en esta condición no simplemente
la
10,l2); la respuesta de Jesús en 10,12, por tanto, pudo ampliar el horizontc ,,, rl,l;rtl fiu¡rana, sino también una interferencia sobrenaturaloo. Para com-
para incluir lapráctica en el mundo grecorromano, más amplio. Así pues, cs
¡.t, r,rr r.stc cuadro de hostilidad influida sobrenaturalmente, los fastidiosos
muy posible que la escena de la casa en 10, 10-12 represente la redacci(rrr l ,lr ,( ()s aparecen dibujados como ((avanzando>> (proselthontes), un verbo
marcana, aunque sea probable que haya desarrollado un dicho premarcarro
¡,,, ¡,r rctle tener un matiz de ataqueor. Así, como ocurre a lo largo de todo el
en su núcleos?. rrll,t.1i(). Marcos imagina que la reacción a Jesús está dividida: para unos,
El material entre 10, I y 10, 10, sin embargo, parece ser sustancial- L rrrrrt.llcclulrbre, su enseñanza les hace participar del <misterio del reinado
mente premarcano y puede tener tras de sí una complicada historia de lir ,1, l)ros>, mientras que para otros provoca una incitación hostil, debida
tradición. Los textos de Gn 1,27 (citado en Mc 10, 6) y 2,24 (citado ut (cf.
¡,rr.'.r: c¡ parte a sus celos por la entusiasta reacción de las multitudes
Mc 10, 7-8a) se combinan con frecuencia en la literatura cristiana primiti- ' r, ¡i l2; 4,10-12:' 12,12.35-37)62.
va (Gal 3,28; I Cor I I, 8-12; EvTom. 22) y esta combinación puede tencr I ,r lirrnta particular que adopta el ataque es una pregunta de los fariseos
antecedentes judíos58. Por otra parte, la línea de pensamiento en 10, 6-9 no
',l,r, si lc está permitido a un hombre divorciarse de su esposa (10,2b).
está completamente clara; ¿por qué, por ejemplo, cita Jesús Gn 1, 27 (10. I nrry extraño que se hubiera suscitado esta pregunta puesto que, como
6) cuando no parece contribuir a su argumento que prohíbe el divorcio'/ r,, l,risc6s recuerdan inmediatamente a Jesús, la ley de Moisés tiene una
Ahora bien, uno de los textos de Qumrán, el Documento de Damasco (CI)
4,20-21), cita el mismo pasaje veterotestamentario con el fin de montar un
i', \ r\i(in explícita para el divorcio (cf. 10, 4) y por tanto todas las sectas
argumento similar contra la opción de casarse de nuevo mientras siga con
l,'r' rl)irlcs judías en el siglo I parecen haberlo pennitido (cf. noÍa a <<si
r,rl,:r ¡rcrmitido que un hombre repudiara a su mujer> en 10,2). Se puede
vida la esposa original y el texto de Qumrán parece basar esta conclusión
r,,, ,rilrrir por consiguiente que la reputación de opositor al divorcio había
en una lectura literal de Gn l, 27 , que habla de un varón y una mujer, en
¡,,,,,.t1ir1() a Jesús y que los fariseos querían causarle algunos problemas
singular y no de un varón y mujeres, en pluralse. Puede ser, pues, que una t,,r . .¡rrtkllo a reconocerlo63.
versión anterior del argumento exegético de Mc 10, 6-9 operaba más lite- I )(' r¡n modo muy judío6a, Jesús responde a la pregunta de los fariseos
ralmente con los textos del Génesis. , il ililir contrapregunta: <¿Qué os ordenó Moisés?> (10, 3). Al solicitar
La perícopa en su forma presente se divide naturalmente en cuatro sec- ,¡,r, lr'tli.jeran lo que Moisés prescribió, Jesús invoca una autoridad mutua-
ciones: la puesta en escena con la muchedumbre (10, l); el diálogo inicial para los fariseos, la muchedumbre,
',,, rt(' c()¡venida, aceptable igualmente
entre los fariseos y Jesús (10,2-4); la respuesta de Jesús sobre la voluntad , I r .,r¡s cliscípulos. Asimismo en una discusión anterior con los fariseos,
originaria de Dios (10, 5-9); y la posterior explicación de esta respuesta a r, ,rr,. lr¿rbía invocado a Moisés como testigo contra la posición farisaica
sus discípulos (10, l0-12).

r,rr ( 1. R. H. Gundry, Mark. A Commentary on His Apologltfor the Cross,536'


57. Cf. el logion de Q en Mt 5,32 /l Lc 16, l8 y R. F. Collins, Divorce in the New Ta.y- ¡,t ('l.LSJ l,5ll [2]ytambiénel comentarioaunverbosimilar,compueslo,ex¿l-
toment,100-103. ' ,,, , rr l.l5-39.
58. Cf. á. 'Erub. l8a y J. Jervell, Imago Dei,108. r,' llcrl¿r el Venerable, Exposición de Marcos l0' lb-I0,2a.
59.Cf.Tg.Neof.yTg.Frg.aGnl,27;P.Sigal.HalakahofJesus,ll2;R.F.Collins. r, I ( 1. R. F. Collins, Divorce in the New Testament,94.
Divorce ín the New Tbstament,97 . r, I ( I. R. Bultmann, Historia de la tradición sinóplica, I02-104.
Bl4 Cuarfa,sección principal (Mc 8.22-10,52) Mc 10. I-t2: Comentario 815

sobre la pureza ritual (7, 10-13). La pregunta, pues, no es si la ley rro | \l.l(.()s c¡ue tratan de conciliar pasajes aparentemente contradictorios
saica tiene o no autoridad, sino cómo debería ser interpretada (cf. nottt l r | \rrrru()'festamento (cf. comentarío a9, I l-13 y 12,35-37)'
<óQué os ordenó Moisés?> en 10,3). Al mismo tiempo, sin embargo. hirv I rr r,stc caso particular, el Jesús marcano relativiza el texto del Deute-
una cierta relativización y limitación de la Torá en la formulación: <¿,Qrrtl ,.,n,,ilrr() lilnitándolo en dos aspectos: respecto al grupo al que se dirige y
os ordenó Moisés?>ós; como señala Gundry66, en un contexto judío urrtt ,, ¡ u,lrlo a la duración. Sobre lo primero, Jesús sugiere que las palabras de
esperaría probablemente: <¿Qué ro.s ordenó Moisés?>. Se está ya prcpir t,,r ,( ,, il() van dirigidas a todos, sino sólo a los fariseos y a Sus antepasados
rando aquí un cierto distanciamiento que se muestra en 10,5, en dontlc ¡,rrrtrIrlcs, los israelitas <duros de corazón> quienes, a partir del princi-
se utilizará <vuestra/os> dos veces para indicar que son los fariseos y srrs r,,,, ilrr\illo cle la existencia del pueblo, rechazaron la voluntad de Dios (cf.
antepasados espirituales los destinatarios del mandamiento mosaico acercrr tI l iI --53 ). Respecto a lo segundo, la continuación del pasaje en 10, 6a

del divorcio. , t,, r,, tlcsde el principio de la creación>) da a entender que esta nolrna
Los fariseos responden a la pregunta de Jesús con una respuesta obvi:r, ,,..|(.r lire propuesta como válida sólo por un tiempo limitado, hasta el
evocando las palabras del Pentateuco: <Moisés permitió escribir el libelo tle ,,,,.rn(.( ct'rlc la era escatológica que habría de restaurar las condiciones del
divorcio y repudian 110. 4; cf . Dt 24, l, 3). Es quizás significativo, consi r,l, rr (:rrbr.c la eliminación de la dureza de corazón en la nueva edad, cf.
derando lo que acabamos de decir sobre el fuerte hincapié en el pronomhrc ',,, ttttu'¡o a8, 17-21 y Ez ll , l9)' Estas dos limitaciones, de audiencia
<(vosotros)) en las expresiones de Jesús de 10,3 y 10,5, que la respuesta tle ,t, (.1)()c¿r. están interrelacionadas: los fariseos son, en opinión del Jesús
,,, ,r, ,,r(). gente que toma sus ejemplos de la antigua edad, a punto de rnorir,
los fariseos omita absolutamente cualquier pronombre (<Moisés permitiri>.
no <Moisés no.r permitió>). Con otras palabras, los fariseos rechazan lo quc , ,rtr:rs tlue él y los cristianos del grupo de Marcos son el pueblo que se
Jesús da a entender, que la ley mosaica del divorcio iba dirigida a ellos ct¡ ,t,.,,,, t,rt la luz del alrlanecer de la nueva edad, que es también el resplan-
r, ,r ,l, l l:tlón nuevamente a disposición del ser humauo.
particular; por el contrario, consideran que es aplicable generalmente. Y.
en verdad, nada hay en Dt 24, I que sugiera cualquier tipo de limitaci<ir. r I lcsús lrarcano resucita así la versión original de la Ley, que se había
, r,'ilrl)i(lo, como Moisés mismo hace en Jub- 6, l8-19. Además, el libro
aparte de la restricción implícita de que toda la ley israelita va dirigida s<'rlo
al pueblo elegido. El versículo es un ejemplo clásico de casuística acercir t, 1,,., .tttl¡ilco.s y la literatura de Quffrrán utilizan de vez en cuando el Gé-
r . ( ()nr() luente para la halakah, como hace Jesús aquí (cf', por ejemplo,
del Antiguo Testamento, o en este caso, de la Ley (cf. glosario). La Ley cx-
, r r Lll -5. l; Jub. 2, 17-22.25-33 3,8-14'26-31; 4, l-6)68' Pero a pesar
plicita una condición, que se supone que surgirá a menudo (<Si la mujer no
encuentra favor ante sus ojos>), e incluye una provisión para que el marido
I, .l,rs pr.ccedentes, el paso dado por el Jesús marcano es sin duda radical
,,,il(l() (lu a entender que <la halakah basada en el Edén>6e podría reem-
descontento redacte un documento de divorcio. No hay en la Ley denuncirr
alguna contra esta acción; lo que se rechaza de hecho no es el divorcio crr l i , ,il ir l¡ hatakah del Sinaí. En verdad, la Misná y algunos comentaristas
, , rr'r r{ }r.cS de la corriente farisaica-rabínica de la tradición judía rechazan
sí, sino que el marido vuelva a tomar una esposa divorciada después de quc
¡

sólo
ésta se haya casado y divorciado posteriormente de otro hombre. t,r(.,,i¡llc¡te tal postura, afirmando que las leyes divinas premosaicas
,,', r,rlitlrts porque fueron confimadas en el Sinaí7".
Lr ltr.cvida afinnación de Jesús de la tesis contraria, la prioridad halá-
10,5-9. La respuesta de Jestis. Así pues, los fariseos, lanzan el guarr- 1,27 y 2,
¡,,,, ,r ,le I l:ilén, se fundamente en la cita de los dos textos de Gn,
te citando la Escritura normativa en apoyo del derecho del varón judío
r ¡rrr. ¡rrobablemente estaban
, ya combinados en la tradición premarcana
a divorciarse. Jesús responde forrnulando su propia interpretación de t)t , rl r, ¡iir: ct. la introducción al comentario). Estos pasajes hablan de Adán
24, l: Moisés dice <os> dio el mandamiento que permite al divorcio I \,r (()l¡o Seres cuyo equipamiento sexual complementario demuestra
pensando en vuestra dureza de corazón (10,5). Jesús actúa como lo hacc
r , lilr'r1)n cliseñados el uno para el otro (10,6, que cita Gn 1,27), cuyo
cualquier exegeta bíblico digno de ganar sujornal cuando se ve enfrentado , ,rlr.rtlo cs la unión sexual (10, 7-8, que cita Gn2,24) como parte de un
a un pasaje que parece refutar su posición, a saber, mostrar cómo puede scr' ,,,'1, ,trilctible vínculo matrimonial creado por Dios (10,9). Este argumento
entendido dentro de su propio marco de referencia"T. Entonces continúa Jc-
r,,, I rl )()r)c al parecer que la unión sexual crea una fusión óntica permanente
sús citando los pasajes bíblicos que considera más directamente aplicablcs
I t,, , rntlividuos irnplicados. ShemeshTr percibe un presupuesto similar en
al caso, Gnl,27 y 2,24 (10,6-8a), textos que en su opinión prohíben cl ¡il "l .1. 12, que prohíbe el matrimonio a una mujer que ha tenido antes
divorcio. Nuestra perícopa, pues, es una de las varias dentro del evangelio
, ; t l. A. Shernesh. A Ker- to Sec'turian Malrim(¡nictl Luu'.251'
"ril (( l. l.
65. Cf. R. Pesch, Das Markusevangelium2, 122 y R. F. Collins. Divorce in the NL't (iarcía Martínez, Man ond Wottt¿tt¡'
Te.stoment,94. l. /,r. Hut.7.6 y el comentario de Mair¡ónides al respecto citado en M. Elon.
66. R. H. Gundry. Mark. A Contmentan' ott His Apolog,.for ilte Cros.s,529-530. ttl,t¡r 1.233-234.
67. Cf. N. A. Dahl, Conlradictions in Scri¡tfure, 162-165. I \. Slrcrnesh, A Ke.t'lt¡ Secfctrian Malrintoniol Lttw.
t

816 Cuarta sección principul (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10, 1-12: Contenfario 817

una experiencia sexual; igualmente en CD 4,20-5, l, que invoca Gn I , 2 / , , .r.,ir (()n otro)) en 10, l2). Esta designación del nuevo matrimonio como
para prohibir segundos matrimonios (cf. nota a <si estaba permitido t¡rrt' ,,l,rlr, rio lnrplía la lógica de 10, 6-9, ya que si el primer matrimonio perrna-
un hombre repudiara a su mujer) en 10, 2) y en Gn. Rab. 18,5, que afirnrrr ,r,,, r'lt'ctiv?rlente, constituir una segunda unión es cometer adulterio. Po-
sobre la base de Gn2,24 que los gentiles adquieren a su esposa por las le , h r r r: rr cccr más lógico en principio afirmar que la persona que se divorcia,
,
¡

laciones sexuales, incluso si es una prostituta. En la esfera cristiana, I ('or ,t,, ,',tl ttldavía casada <realmente> con su antiguo cónyuge, comete biga-
6, 16utiliza de modo similar Gn2,24 para abogar por la permanencia dc l:r ¡,,r,r ,r \ uclve a casarse. La bigamia, sin embargo, no está consignada como
unión creada por las relaciones sexuales incluso con prostitutasT2. r,,, ,r{l() err cl Antiguo Testamento, al menos para los varones, y de hecho la
Jesús concluye su argumento bíblico sobre la permanencia del víncrr t,',lr',;rrriu lue practicada por personajes célebres del Antiguo Testamento
lo matrimonial con las siguientes palabras: <Por tanto, Io que Dios urri.i ,\11¡¡11{¡ y Jacob. Aunque muchos judíos posteriores no vieran con
',rrr,r
no lo separe el hombre> (10,9). La antítesis en este pasaje entre thet¡,t y I ,, rr{ ,\ o jos esta práctica, no fue proscrita formalmente en círculos rabínicos
',

anlhrópos, entre acciones divinas y humanas, corresponde a la antítesis apo r r .r,r t'l siglo XIII de nuestra era7a. E,l adulterio, por el contrario, fue consi-
calíptica bosquejada anteriormente en pasajes marcanos como 7, 7-23 y t<. 't, r,rrIr sicrllpre una transgresión grave; el tabú contra él es uno de los Diez
33. Es voluntad de Dios que los seres humanos continúen unidos pernrir i I rn,lrrrricntos (Ex 20, 14; Dt 5, l8) y era punible con la muerte (cf. Lv 20,
nentemente en matrimonio; sólo la perversidad humana característica dcl I r I )t ) ). 22: b. Sanh. 52b). Jesús, pues, compara el nuevo matrimonio con

antiguo eón ha separado lo que la divinidad había obviamente unido. Estrr , I r,lrrltcrio más que con la bigamia, en parte porque el primero era un peca-
conclusión interpreta la voluntad divina no sólo a partir de la mecánica rlc ,1, , , .n lirrnre a la ley judía, mientras que la segunda no lo era.

las relaciones sexuales, en las que un cuerpo se combina con otro (<y los | ,,trr
tlcsignación del nuevo matrimonio como adulterio vincula el texto
dos se harán una carne>), sino también de la atracción del varón por la mrr ,t, lo. I l-12 con la subsección anterior de nuestra perícopa, en la que el
jer (<el hombre abandonará a su padre y madre y se unirá a su mujen). Asi ,,, rrilnt()nio indisoluble estaba ligado a una concepción <realista) y ca-
pues, en opinión del Jesús marcano, tanto el acto sexual como el deseo c¡trc , ,r.r'icir de la fusión permanente de dos personas creada por la unión
le da lugar son reflejos de la voluntad divina (<lo que Dios ha unido>). "rr,rl . Ll hecho de que la perícopa concluya con un enunciado que se
¡r¡,'( ul)ir por la impureza sexual (moichatai, ((comete el adulterio>, es la
10, 10-12. Aclaración privada de la doctrina de Jesús sobre el divor<'io. ¡, rl,rlr¡1¡ linal) subraya el grado en el que la preocupación por la sexualidad
Como sucede con frecuencia en Marcos (2, 11 .22.28, etc.), no se registra lir t,rl,r.r pcnetrodo en el pasaje entero.
respuesta de los opositores de Jesús a su declaración; es posible que el evarr'
gelista haya deseado dejar la impresión de que quedaban atónitos y muclos I I tlicho de Jesús que prohibía el divorcio era conocido en todas partes
ante su réplica, como ocurre en 12, 17 (cf . 12,34). La escena cambia innrc ', rrlcsia primitiva; en I Corintios, por ejemplo, Pablo se refiere con
Lr
diatamente (a la casa)) en la que Jesús se queda y, como sucede también corr ,r,r,,l';rt'irln a una palabra del Señor que afirmaba que una esposa no debería
frecuencia (cf.4, l0;7,17;9,28), este domicilio se convierte en el lugirl ,r, ¡¡¡¡11¡¡¡¿¡¡ a su marido y que un marido no debería divorciarse de su esposa
donde los discípulos piden a Jesús en privado un esclarecimiento de lo c¡ut' lo l l ). Sin embargo, el Apóstol introduce algunas precisiones en su
acaba de decir (10, l0). Su perplejidad subraya la radicalidad de la posicitirr , ,,( \rs (lc este dicho. Añade, por ejemplo, que si la mujer es realmente la
de Jesús, que preocupó no sólo a los extraños sino también a los cristianos. r,, ,,' rlivorcia de su marido, debe permanecer sola, reconociendo así im-
En verdad, las escenas marcanas que ocuffen típicamente en casas superan i,l r, r. r ncnte que hay divorcio y no condenándolo sin apelación. Y continúa
r

el horizonte del Jesús histórico para tratar las preocupaciones de las comurri , . r r nl rcndo la norma de Jesús sosteniendo que se aplica sólo a los casos
r

dades cristianas primitivas, que por lo general eran grupos domésticos; y cn ,, 1", (lUe ambos cónyuges son creyentes; por el contrario, <si el cónyuge
el caso presente este escenario es muy apropiado, puesto que la cuestión dcl ¡',' r¡ \('ntc se separa..., que se separe; en tal caso el hermano o hermana
matrimonio, así como la del trato a los niños (cf. 10, I 3- I 6), se incluía en lrr ,,., , ,t;ur ligados> (7, 15). En este caso, pues, Pablo está dispuesto a dejar
rubrica general del gobierno de la casa en el mundo helenístico73. .r' l,r,Ir sr¡ preocupación genuina por la pureza del matrimonio (cf. I Cor 6,
Jesús responde al evidente desconcierto de los discípulos afirmando cluc | ,, I -l ) cn f'avor de algo que considera más importante al parecer: (pues

un hombre que se divorcia de su esposa y se casa con otra mujer comclc r ,, ' , tr()s ha llamado alapaz>> (7, 15b).
adulterio (10, 1l ), al igual que una mujer que se divorcia de su marido y st' I .r lulcsia, en su sabiduría o en su confusión, decidió canonizar ambas
casa con otro hombre (10, 12; cf . nota a <Y si ella repudia a su marido y ,/\ lr actitud más laxa de Pablo hacia el divorcio, que se acerca a la
72. Para una interesante teoría moderna, paralela, sobre la fusión de las esencias crr I ( L ll. Schereschewsky, Bigam¡, and Polygamy.
el sexo, Cf. N. Mailer, The Prisoner ofS¿¡, 188-192. , \obrc' las concepciones <nominalista>> y <realista>> de la Ley, cf. D. Schwartz, lau
73. Cf. D. L. Balch, Lel ll'ives be Subntissive, e ld., Household Codes.
Mc'10. I3-16: Notas 8t9
818 Cuarta sectión principul (Mc 8' 22 10' 52)

ll lrsr s l¡l'NDlcE A uNos Ntños (10, l3-16)


noción romana tardía de que el matrimonio está basado en el consentimicrr-
esté mitigadir
to76, y la oposición inflexible de Jesús aunque esta oposición
más influyente por una cláusula de excepción que considcrir l(l | 'Y la gente le traía niños para que los tocara, pero los discípu-
l9' 9) l,'. lt's rcprendían. raPero cuando lo vio, Jesús se indignó y les dijo:
"n "t "uuni"tio como una-razon legítima para el divorcio
la fornicación
(Mt 5, 32;
familiar y I t, ¡rrtl a los niños que vengan a mí. No se lo impidáis, pues de perso-
A muchos, la posición paulina, con su exaltación de la armonía
comunitaria sóbre las consideraciones de pureza su y reconocimiento tle ,,r. ( ()nro ellos es el reinado de Dios. 15Os aseguro (amén) que quien
puede pareccr I6Y
que en algunos casos se sirve mejor alapaz por el divorcio' ',,, rr'('i[)¿l el reinado de Dios como un niño, nunca entrará en él>.
más at.ac-tiua que la adhesión estricta al veredicto del Jesús marcano, qtlc rr.r . ( ()scr'los en brazos, los bendecía imponiéndoles las lnanos.
puede parecer üasado en una excesiva preocupación acerca de la impurezir
revelador --como me indicti
,e^ual. Y en verdad, es hermenéuticamente
privada- que (ya en el cristianismo nrlis \ol;¡s
David Adams en correspondencia
primitivo la lglesia tuvo a bien modificar incluso la doctrina del Señor so-
que, como precedente' cs lll. l-1. La genfe le traía niños furcsepheron atttQ paidial, lit. ([ellos]
tre temas importantes, una libertad responsable
l'
que cualquier doctrina como talD. Adallrs .r{ ( r'cilban niños>. Sobre el empleo impersonal de ciertos verbos en ter-
probablemenie más significativa
cita, además de los casos mencionados anteriormente, el ejemplo
de I c'ot' ', r,r l)crs()na del plural como característica espccial de la prosa semítica,
g,l4-15, <donde Pablo transforma un mandato del Señor [cf. Lc 10, 7] ctr t nttt(t.\ a <la gente estaba admirada> en l, 22 y <la gente fue> en 5, 14.
Lrlr'rr. r¡¡¡s percibe bien este aspecto verbal, cambia la expresión a pasiva:
una opción de los aPóstoles>'
cristiallos l¡r, r.rlnrcnte, <los niños estaban siéndole traídos> Qtrosenechthésan autQ
Sin embargo. esia importante perspectiva no significa que los
o no del mandamiento de Jesirs ',r,lt,t'. 19, l3).
sean sencillamente librei para hacer caso
adónde trata de llegilr' I' t t t.t ¡ t h ¿ ¡'s in puede signifi car tanto <llevar> (por ejemplo, Gn 27, 25 43,
sobre el divorcio; tienen qúe preguntarse más bien se
',' lrrc 5. 25) como (conduciD (por ejernplo, Mt 18, 24: Lc 23, 14) y pui-
Cuandosehaceasí,resultaclaroquelapreocupaciónquetalmandatotulr r,,r cn c()rr€spondencia, puede designar tanto a bebés recién nacidos (Gn
concepcirirr
nifiesta acerca de la impureza es sólo el reverso de una elevada
I I .'. Mt 2,8.9.11, etc.), como a niños de más edad, semiautónomos (Mt
del matrimonio y del acto sexual, que atribuye una importancia translitr tt l(¡ llLc7,32), o incluso adolescentes (Mc 5,39-42)1. Tanto Lc 18, l5
penetra cll
mativa a ese acto y a la relación que crea. cuando un cuerpo
de eterna ilrr "t,t,, l';vTbtn.22han entendido aquí paidia como niños muy pequeños, y Jn
otro, o es penetradó por otro, ha tenido lugar una transacción i , sitíra en un contexto de nacimiento un dicho relacionado con Mc 10,
portancia que, por su combinación de las contraposiciones y la resolucirjrr
en la nucvir I I rr ltrs LXX, además, prospherein significa casi siempre <llevau (niños
de las contiadicciones, refleja la unidad de Dios con el mundo ,,','r petpteños) más que <conducio (niños mayores). La interpretación de
Y en una cultura en la c¡tte
edad inaugurada por el advenimiento de Jesús77. ,'rrr,, tlc poca edad se corresponde también con el hincapié de nuestro pa-
el sexo es trivializado a menudo y usado simplemente parala satisfaccit'rrr
que esctl ,t, \'n sr.l pasividad (10, l5: <quien no reciba el reinado de Dios como un
privada o para afirmar la dominación sobre los demás' tenemos
Al mismo tiempo, debemos tambie'rr ',rrr, r,, ) v parece ligeramente más probable que otras altemativas.
aiención la palabra de Jesús.
"hur.on r, ¡t¡'¡'¡¡¿lien lepetimésan autoisl. Los discípulos reprenden a los que
serconscientesdelosabsurdosalosquepodríaconducirelaplicarlaslris ,' rr rriñt)s a Jesús. E,s teóricamente posible, sin duda alguna, que los discí-
que ha suliitlr
lándolas de la preocupación de Pablo por la <<paz>>; una niña ',
colttt' ¡,r rl, r'. r'g1'¡¡s¡6lieran a los niños mismos ya que Jesús les dice inmediatamen-
los abusos sexuales de un adulto, por ejemplo, ¿ha de considerarse ,, ,¡rc tlcberían permitir a los niños venir a éI'?. Sin embargo, los que llevan
permanentemente <casada> con quien ha abusado de ella'?
Paralosantiguospensadores'incluidoslosbíblicos,elmatrimonioycl ' l, ' . ¡rc1¡¡¡eílselos son el sujeto de la frase anterior y los niños pueden ser de
divirr.' ,,rt.r etl¿rd (cf. nota anterior), en cuyo caso dirigirles el reproche sería ilógi-
sexo heterosexual esiaban inextricablemente unidos con el regalo ,, \ lgrrrros testigos del texto marcano (por ejemplo A, D, W etc.) dejan en
deloshijos;ciertamente,enGnl,28laprimerabendicióndeDiosalrr | ,r(, (¡rc los discípulos reprenden a los que llevan a los niños, cambiando
humanidád después de haberlos creado varón y mujer es: <Sed
fecu.tl.'
r, lr,r\c cn <a los que los traían> (tois prospherousin auÍa).
y multiplicaorri. No es casualidad, por tanto, que nuestro pasaje' en el
t¡rtt'
l.l ,l)e.iad a los niños qne vengan a ntí! ¡No se lo prohibáis! laphete
i"rú, l.étrot.ue la institución de matrimonio <al principio de la creacititr"' ,, ¡,,tr,litt arc'heslhai pros me, mé kdlyete aulal.Como señala Lane3, la im-
vaya inmediatamente seguido por la bendición de unos niños'

I ( l. W. D. Davies-D. C. Allison, The Go,spel According b Sainl Motfheu'3,33.


76. Cf. E. A. Clark, Constrainirtg the Body' 155' ' ( l. l{. H. Gundry, Mark. A Contntentarv on His Apologl'.fttr the Cross,384.
77.Sobre<Diosesunosolo>comoetpe'antuescatológica'cf'Zac14'9yJMarr'rr" I ( l. W. L. Lane, The Gospel of Mark,359-360.
to Forsive Sins lJpon the Earth,2l0'
820 Cuarfa sección principal (Mc B, 22_10, 52) Mc 10, 13-16: Comentorio 821

presión de que Jesús está irritado aumenta por el asíndeton (cf. glosctt.irr. ,,,, ' ur tr'rmino técnico del rito bautismal, sino el verbo más común para
un <efecto de marcado staccttor>. Hay una notable explicacidn dé la ¡,,,1" (ln)) o <evitar>> algora y su presencia es absolutamente comprensible
vcrr.
mencia de Jesús: la teoría -defendida sobre todo por J. Jeremiasa y
o. ('ull " , I llrrjo rlcl relato: los discípulos deben animar el acceso a Jesús, no estar
mann5- que sostiene que el pasaje refleja un debate de la iglesia primirivrr ,l,r t),rr;r inrpedirlo. Además, la vehemencia de los discípulos en dificultar
sobre el bautismo de los niños. Según esta explicación, tos áiscipútos,
aq.r ¡ r,, rtrulrionto a Jesús y la de éste en recriminarlos por su acción cabe
como en 9,38-40,representan una ecresiorogiu.onr..urdora y aislada,
c¡rr.. ', ' I rnotlclo marcano frecuente de la poca comprensión de los apóstoles
en este caso rechazaba el bautismo infantil, mientras que la irase ,1, I rt'lrroche del Señor a este propósito (cf. comenlario a 10, l3- l6). No
de Jcsírs
<No se lo impidáis> (cf. 9, 39) refleja ra actitud más láxa de los cristian.s ,',,,l, rrros permitimos ser dogmáticos: es posióle que el bautismo infantil
que bautizaba a los niños <en nombre de Jesús>. r,,, \';r rrna práctica del siglo I, a pesar de la carencia de pruebas directas,
'.r
Sin embargo, todas las pruebas para esta interpretación bautismar
son trc ,tu, nuestro pasaje se propusiera defender tal práctica. Pero nada en la
nafrtraleza circunstancial: no existe un testimonio inmediato. El t', r r( ol)ir t,.rrge esta explicación.
bautisnl,
infantil no se menciona explícitamente en los textos cristianos hasta finalcs ,1, ¡t1'¡'.¡¡1¡765 como ellos ItoioLttón]. Este vocablo desempeñó un papel
del siglo Il, cuando Hipólito. lo prescribe y TertulianoT se opones. '1, ,t.r(r(lo en los debates sobre el bautismo infantil que siguieron a la Re-
Sin enr-
bargo, los fautores de la interpretación bautismal de nuestro téxto responderr t,,rn¡,r. loS anabaptistas, que se oponían al bautismo inf-antil, acentuaron que
que es dificil creer que la práctica surgiera de repente en ese , I r, rlo rro dice simplemente <éstos>, sino <personas corro ellos>, alejando
tiempo, sobr"
todo si se tienen en cuenta los textos de los Hechos de los apóstoles que
tru-
t, ¡','sihilidad de que el referente fueran los niños. Zwinglio, sin embargo,
blan de personas bautizadas con su casa o famili a (r0,2.4i -4s; t l, ', .¡,rrrtliir que si el reino de los cielos pertenecía a los que se parecían a los
i+; t o.
15.33;cf. I cor I, l6)'. Así pues, es posible que el bautismo infantil haya ,,r,,,. lÍln más habría de pertenecer a los niños mismosr5. El significado
existido en tiempos del Nuevo Testamento y que por tanto pudiera habcr ',r.rr irl() <de personas como ellos> es probablemente (estos niños y otros
proporcionado el transfondo para nuestro pasaje. rrrrrl;rrcs>>, pero la palabra prepara también el terreno para 10, 15, en donde
Pero ¿cómo se prueba que fue así en realidad? Los abogados
de la in- t,,, ¡rrlr)s se convierten en una metáfora de los creyentes.
terpretación bautismal señalan sobre todo el empleo en nriestra perícopa 15. Quien no reciba el reinado de Dios como un niño, nunca entrará
de expresiones <prohibitivas)), que formaban parte regurar de Iós textos , ,t , l llto,s an mC dexetai tén basileian lou lheou hos paidion ou mé eiselthp
bautismales primirivos (Mt 3, 14;Hch g,36; lb, 47; ll,l7)r0; además, , ,ntt¿nf. El comentario a 10, l3-16 señalará que el principal transfondo
t',
cl
sintagma <Dejad> aparece también ocasionalmente en ellosrr. El bautismo, ', ti r()tcstamentario a los dichos del evangelio sobre la <entrada en el rei-
además, comportaba típicamente la imposición de manos (Hch rr.r,l,r tlc Dios> es la imagen de los israelitas preparados para entrar en la
19, 5_6;
Heb 6, 2)t2 y el tema del reinado de Dios puede tener también resonáncias r,( r r:r prometida. Por tanto, puede ser significativo que Dt 1, 35-39 advierta
bautismales (l Cor 6,9-ll; Col l, l3; Mc l,l4_15; Evangelio Secreto ,p( lr uralvada generación del desierto no entrará en la tierra, sino que sólo
da
Marcos 3, 8-10; cf. la introducción al comentario ,rr., lri-jos ('niños'), que no tienen todavía conocimiento del bien y del mal,
l,
l4_i5). Además, el
Cuarto evangelio sitúa el pasaje paralelo a Mc 10, l5 (Jn l, :.S; en , rtrirriilt allí>r6.
un con_
texto que evoca el bautismo. y, como hemos señalado ya, es probable
que
Ios niños en nuestro pasaje fueran de muy corta edad.
Todas estas son correspondencias interesantes y ayudan a explicar ( r¡llrcntario
por
qué nuestro pasaje fue aducido finalmente en favór ¿el uautismo
infantil,
pero no llegan a constituir una prueba convincente de que la perícopa Itt/t'oducción Tras proclamar la indisolubilidad del matrimonio (10,
en
sí refleje tal prácticar3. El fulcro de la teoría bautismal, el veibo
kojue¡n.
I ), Jesús cambia ahora a un tema relacionado, el de los hijos, una pro-
I .l
,,r, sitin natural reflejada en otras obras de la literatura antigua judía y cris-
tr;rrur (cf. Ef 5,21-6,4; Col 3, 18-21)r7. Los antiguos códigos de virtudes
4. I Jeremias, Infant Bapti.sm in.the Firsf Four Centuries. 4g_55.
5. 9. Cullmann, Baptism in the New Testament,25_26.76_jg. ,Irr¡¡['51is¿s trataban habitualmente, junto con el tema de la adquisición
6. Hipólito de Roma, Tradición aposfótica, 19_21. ,1,' lirs riquezas, de tres tipos de relaciones: esposa-marido, hijos-padres
7. Tertuliano, Sobrc el bautismo,18. r ,urrl-esclavo. De las dos primeras se trata en las dos perícopas iniciales
8' Para una detallada historia de la interpretación, cf. D. F. wright, oar, In, out.
. 2. cf J. Jeremias, The origins of lafait Baptism,64-75: G. tirrttiiÁii,'c"rrn¡rn,"
des Taufgo t t es d i e ns tes, 8 I -86.
I +. Cf . A. W. Argyle, O. Cullmann b Theoty Concern irg kólyein.
10. Cf. Epifanio, Panarion,30, 13. I 5. Cl. I. Ludolphy, Zur Geschichte der Auslegung,75.
fi. Ibid. l(). Cf. G. W. Buchanan, Je.sus, The Kíng and His Kingdom,29-30.
12. Tertuliano, sobre er baurismo,g; Hipólito de Roma, Tradición I 7. Josefb, Contra Apión 2, 199-204. Cf'. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel Ac-
apo,stórica, 19.
I 3. Cf. K. Aland, Did the Earl¡, (J1uy.¡^ paptize Infants?
"nlin.g to Saint Matthev,3,3l, nota 5.
822 Cuctrta sección principal (Mc 8, 22-t 0, 52)
Mc 10, 13-16. Comenfario 823

de Mc l0 (10, l-12;10,13-16) y de la última, en elpenúltimo pasaje tlct


lll. l -1- 16. Jesris contradice a los discípulos y bendice a los niños. Un
capítulo (10,43-44). La riqueza, además, es el tema de las dos perícopirs
' ,,rt,,, n() cspecificado (<ellos>, traducido aquí como <la gente>) trae niños
siguientes (10, 17-22; 10,23-31). Marcos, pues, pudo haber modelado cl
r l¡ ,r\. l)ara que los toque y los bendiga (10, l3a); es probable que quie-
capítulo 10, sobre todo su tríptico inicial, sobre el esquema de los códigos
,,, . los traen sean los padres de tales niños, que éstos sean pequeños y que
helenísticos de virtudes domésticasrs.
,,rrr trrrírlos, no que hayan venido por sí mismos (cf. nola a <la gente le
Como hemos señalado en la introducción al comentario a 9, 33-3j.
rr r.r nrlos)) en 10, l3). En cualquier caso, la pasividad de los niños queda
nuestro pasaje es de varios modos un doblete de la perícopa anterior: a¡rr-
,, , rrtulrtla por la frase <la gente le traía...>.
bos textos, por ejemplo, tratan de cómo Jesús acepta a un niño, o niños, .
Ntr hay pruebas de que los rabinos u otros hombres santos antiguos
quienes abraza y en ambos la infancia funciona como una metáfora del dis-
r,, rrrlr¡elurl habitualmente a los niños, aunque J. Jeremias:r apunta una tra-
cípulo. Es probable, pues, que nuestro texto y 9,33-37 sean elaboracioncs
,lr' r,,ll cn una obra talmúdica tardia, b. Sop 18, 5, que menciona a escribas
de la misma tradición básica, hipótesis confirmada por el hecho de que cn
nuestra perícopa los discípulos no muestran consciencia alguna de cónro
'¡,', r,':rlizaban esta función en el Día de la Expiación. El mismo Jeremias,
r,nto ('()n otros investigadores, piensa también que nuestro pasaje refleja
Jesús acaba de tratar a los niños hace un instantere. En el desarrollo de estos
1,, ( ()ntr'oversias en la iglesia primitiva sobre el bautismo infantil, pero las
dobletes, el dicho sobre la recepción del reinado de Dios como un niño ( 10,
15) y el de recibir a los pequeñuelos en nombre de Jesús (9,37) pudier.rr
t,rr( l)irs a f-avor de esta teoría son escasas (cf .la nota a <Dejad a los niños
,t,r, \ ('ng¿ln a mí. No se lo impidáis> en 10, l4).
haber sido cambiados de lugar en la etapa premarcana de la tradición, .
l'robablemente el transfondo más relevante de la acción de Jesús es la
por Marcos mismo (cf. las formas al parecer independientes de este logiorr
1,, r,lrt itir.r paterna de los hijos, frecuente en el Antiguo Testamento (Gn 9,
errático en Jn 3, 3.5; EvTom. 22 y quizás Mt 18, 3)20. ' t,' I 2l
Aparte de la introducción en 10, 15, posiblemente redaccional, que pro-
. . I -40: 28, I -4; etc.) y atestiguada en el judaísmo intertestamenta-
r r, ( I e kr 3, 9). El ejemplo más importante de esta práctica, si se considera
para para la doctrina sobre el sacrificio en 10, 29 y 10, 42-45,Ia actividarl '
lr lrr:tori¿r posterior de la tradición, es la bendición de Jacob a los hijos de
editorial marcana puede percibirse también al final de 10, 16. La frase <iru-
l, ., l .liaín y Manasés, en Gn 4824. Esta bendición consistía en un abrazo
poniéndoles las manos>, combinada con ((tras cogerlos en brazos>> al prin- '
r lri l0) y una imposición de manos (48, 14), lo que la hace similar a la
cipio del versículo, crea una doble expresión típicamente marcana2r, per(r ,,'n, lusi(rn de nuestro pasaje (10, l6)2s. La relación entre el modelo vete-
también torpe: ¿cómo impone Jesús sus manos sobre un niño al que tiene en
,,,r( ,,tiuncntario y la práctica cristiana primitiva de imponer las manos fue
brazos? El doblete en 9,36, además, contiene el participio <tomándolos
r '.t'rlulada por Tertulianor6, quien deriva esta última acción <del antiguo
en brazos>, mas no la frase sobre la imposición de las manos. Así pues,
rrrrr ,,;¡g¡¿¡¡11s¡tal con el que Jacob bendijo a sus nietos)):7. El arte cristiano
Marcos mismo pudo ser responsable del último dicho, que realmente con-
I'r rrrrrlivo sugiere también este vínculo, pues representa con frecuencia es-
tiene una torpeza, pero es posible que refleje su deseo como evangelista de
r r I'r'ntlición veterotestamentaria porque era probablemente el modelo de
asemejar la acción de Jesús al rito de la bendición patema (cf. infra).
rrrr.r ¡rnictics ritual cristianars. El judaísmo del siglo Ipudo haber sido el
En cuanto a la estructura: el principio del pasaje, en el que traen los
ilrr, ililc(liario a este respecto entre el Antiguo Testamento y el cristianismo
niños a Jesús para que éste los toque (10, l3a), se recapitula al final per.
modificado, pues en él Jesús no sólo los toca sino que también los toma ¡,rrrrrili'o; una de las pinturas de la sinagoga de Dura Europos, de mediados
,1, | ',rtlo III d.C., pone de relieve la bendición de Efraín y de Manasés por
en sus brazos y los bendice (10, 16); por tanto, como comenta Bengelr.
1,, ,r'. 1¡¡¡g descubre una mano derecha curiosamente alargada (panel central
Jesús hace más de lo que le piden. Entre la petición y su cumplimiento, los
,rrl, rior')r'). A partir de la Edad Media al menos tenemos pruebas de la cos-
discípulos plantean objeciones al acercamiento de los niños (10, l3b), pero
r,
rr r rI rlc.iudía, ampliamente extendida, de la bendición paternai0.
el Maestro refuta su argumento. Su respuesta ocupa el centro del pasaje y ( icrlarnente la teoría de que un rito judío de bendición patema subyace
consiste en una réplica concreta a la queja de los discípulos (10, l4) y en
r rrrrt'str'¿l perícopa se enfrenta al mismo problema básico que la teoría de
una instrucción general que hace de los niños modelos del discipulado ( 10,
,,r lrrrrsfbndo judío para el bautismo infantil: no hay prueba alguna directa
15). La fórmula introductoria, <Os aseguro (Amén) os digo..., resalta la
importancia de esta última enseñanza y sugiere su posible origen fuera dc
'1. .1. Jeremias, The Origins rf Infant Bapfisnt,49.
la presente perícopa (cf. el párrafo anterior). '.1. ('1. H. Grotius, AnnotaÍiones a Mt 19, 13.
'\ ( 1. J. D. M. Derrett, lYhy Jesus Bles.sed the Children.
18. Cf. W. Carfer, Households and Discipleship,20-21. 't' lcrtuliano. Sobre el bautismo.S.
I 9. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel Acc'ording to SoinÍ Matthew
3,32-3f
'/ ('1. R. M. Jensen, Liv¡ng Water,263-264.
20. Cf . ib¡d.2,756-757; P. Müller, In der Mitte der Gentáinde,54.
.
's ( . Id., Understanding Early Christian Art, 123.
f

2 I . Cf. R. H. Gundry Mark. A Contntentata ott His Apotogv-


for the Cross, 551.
") ( 1. C. H. Kraeling, The Sinagogue,22l-223.
22. J. A. Bengel. Cnomrtn. comentario a Mc 10. 16.
itr ('f.D.Philipson, BlessingofChildren,el artículodelaEncJuddel mismonombre
I I ) M. I)errett, Whv Jesus Ble,ssed the Children, 13.
824 Cttarfa sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10, I3-16: Contentario 825

del siglo I para tal rito. Pero postular como transfondo un rito tan judío, c¡rrc l,r ¡rrr,r,.cn del niño eran su vulnerabilidad, dependencia y la marginalidad
al menos tiene un modelo bíblico directo, consigue dar sentido a nueslto ,,, r.rl ; cs revelador que uno de los vocablos principales para designar a
pasaje en su contexto. La petición de los padres de que Jesús bendijera a sus 1", ,,lrlr'ros))! tap, puede denotars6 en el hebreo bíblico y qumránico a per-
hijos se convierte en una súplica para que él sea una especie de padrino, por ',,'rr,r', tlepcndientes en generaliT. En textos antiguos judíos se muestra a
lo que Jesús vincula a estos niños apadrinados con sus discípulos. Consc" rr, rrrrthr tornura hacia los niños, pero generalmente no sirven de modelo
cuentemente, en el coloquio que aparece unos versículos más abajo, Jesírs r, lrl,roso (cf., sin embargo, lanota a (pequeños)> en9,42). Lo contrario es
llama <hijos>> a sus discípulos ( I 0, 24) y omite visiblemente a los <padrcs>r lr,r'. lrrt'n lo verdadero frecuentemente; como manifestaba R. Dosa b. Har-
de la lista de parientes sustitutorios que los creyentes descubrirán en su nuc I rl.r', ('n nt. 'Abot 3, 11: <El sueño durante la mañana, el vino al mediodía,
va <familiu cristiana (10,29-30). Esto es posible porque Dios mismo, quc l,r ,,rr¡1s¡¡;¿sión con niños y el sentarse en las casas de las 'gentes de la
acfúa a través de Jesús, ha asumido la función patema (cf. Mt 23,9-10 y cl r¡, rr:r'siti¡an a una persona fuera del mundo>. Los niños, pues, aunque no
uso de <padre> como título honorífico en el primitivo judaísmo)3r. r,rr un nr&|, pueden ser una distracción parala tarea seria, propia de los
Sea cual fuere el transfondo de la petición de los padres, los discípulos .r,lrrlt,rs. rle estudiar la Torá y practicar las buenas acciones, para las cuales
están en contra de su realización y lo muestran censurando a los padres I'r'. lx'(¡rcños no están calificados. Efectuar la transición del estado de niño,
(10, l3b). En el Antiguo Testamento se hallan esfuerzos similares de discí- ilr' .rl)ir./ rle participar plenamente en el mundo de la Torá, al estado de bqr
pulos para restringir el acceso a sus maestros (2 Re 4,27) e igualmente err ,ttt tttlt (lit. (hijo del mandamientoD: joven responsable), momento en el
las tradiciones rabínicas (b. Ketub. 63a; b.Ned. 50a)32, pero la vehemenc¡ir
'¡r, '.(' cs competente (para tomar sobre sí el yugo del reino de los cielos>,
particular del rechazo de los discípulos de Jesús y la reacción de éste, igual- ' . ur re(o de perfección que debe desearse fervorosamente3s.
mente dura (<reprendían...; se indignó...r), exige una explicación más I rr ¡rieza central de nuestro pasaje utlliza esta imagen común de los
amplia. Los intentos de los comentaristas de ofrecer aclaraciones van desdc ilril,,',. l)cfo la invierte: precisamente estos seres deficientes, que no tienen
lo plausible hasta lo ridículo. Por ejemplo, la convicción de los discípulos nrrr'un rlcrecho intrínseco a reclamar su pertenencia como participantes
de que el toque de Jesús debería reservarse parala curación, su ansiedad al , n , l rcino de Dios, constituyen sus ciudadanos principales (10, l4c). Es-
respecto no fuera que los niños agotaran su capacidad e incluso el deseo dc t,r rrrrt'r'sión, con la cual Jesús favorece al despreciado sobre el estimado,
los discípulos de recibir sobomos33. r' lrrt(' \u enseñanza anterior en el evangelio: él ha venido para llamar a los
Es más provechoso evitar tales explicaciones racionalistas y psicologi- l',,.rtlorcs, no a los justos; al enfermo más que al sano, al último y no al
zantes y ver el equivocado intento de los discípulos de limitar el acceso a Je- I'r nn('11) (cf. Mc 2, 17;9,35). Jesús obra así, no porque los niños, el enfer-
sús como parte del amplio motivo marcano del malentendido. Como señala nr¡, r, e I injusto posean virtudes ocultas, sino debido a la peculiar dinámica
Moloney3a, latorpeza de los discípulos en nuestro pasaje es especialmente rrr, ulltl¿l a la acción de Dios en el mundo, ejemplarizada en el sorprenden-
'
pronunciada porque Jesús los ha instruido recientemente sobre la necesidad lr , nrrtr)la de que nadie puede entrar en el reino de Dios sin antes haberlo
de recibir a los niños (9,35-37); el caso, pues, es paralelo al de 8, 1-9, donde r,, ¡lri111¡ primero (10, l5). Esta paradoja evidencia cuán cuestionable es la
los discípulos no caen en la cuenta de la capacidad de Jesús de proporcionar ¡'r, .rrrrciirn común de que en los dichos sobre (la entrada en el reinado de
pan... ¡justo después de haberlo demostrado magníficamente en 6, 30-441 lf r,'',,, cle entre los cuales éste es el segundo en el evangelio (cf. 9, 47;10,
La torpeza mental de los apóstoles encaja así en un modelo de incompren- ' 1 '\ ) la basileia pierde su matiz habitual de <poder propio de un rey>
sión que en otros lugares de Marcos, como aquí, provoca réplicas irritadas I t I nt )t(t al <reinado/reino de Dios> en 1, I5) y se convierte por el contrario
de Jesús (cf . 4, 13;8, 16-21.32-33). Nuestro pasaje recuerda particularmente , rr rn lusar (<reino>). En la Biblia, es frecuente que (alguien entre en una
8,32-33, donde el <<jefe> de los discípulos amonesto a Jesús y recibe a su r, , r{[t)); por ejemplo, en Jn 4, 38 leemos: (otros labraron y vosotros habéis
vez el reproche de éste por ser incapaz de ver que Dios puede operar por me- , nrr;rtlo crr sus laboresD (cf. Mt 25,21.23), y el Antiguo Testamento abunda
dio de lo débil, bajo y despreciado en el mundo..., en este caso, la deshonra , n ( \l)r'csiones como (entrar en juicio, en el poder de Dios y en la justicia
y el sufrimiento de la cruz (cf. I Cor l, 27-28). ,l, l)ros>>r'). Es posible, por tanto, que la expresión sinóptica de la <entrada
Sin embargo, la exaltación por parte del Jesús marcano del niño como r, n ) ('l roinado de Dios> signifique ((entrar enD, pero en el sentido de parti-
modelo del discipulado sorprendería probablemente a los lectores antiguos
' rl,,r en la dernostración divina de su soberanía sobre la tierra.
corno algo insólito. En la antigüedad en general, los rasgos dominantes de
'1. P. Müller, In der Mitte der Gemeínde, l6l-162.
3 L
Cf. L. l. Levine, The Ancient Sínagogue,404. {(r '1. ibid.
32. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to SainÍ Matthew3,33. l/ '1. M. O'Connor, Biblical Hebreu, Lexicography.
33. Cf. J. D. M. Denett, LVhy Jesus Blessed the Children,ll. {¡i '1. J. Marcus, Entering into the Kingly Power of God,672-673.
34. F. J. Moloney, The Gospel of Mark, 197. t() 't. ib¡d.
826 CuorÍa sección principol (Mc B, 22 10, 52)
Mt 10, l7-22: Notas 827

Esta interpretación está en consonancia con el transfondo veterotcslir ', trttt,tt¡o, no defraudarás, honra a tu padre y a tu madre>>. :0y él le
mentario principal de esta frase, que se halla en las imágenes de la gcnc ,lr¡,r ,,\,'l¡s51ro, guardé todos ellos desde mi juventud>.2ryJesús,
ración del desierto que invade Canaán y en la de los israelitas posteriorcs mi_
, l,'|. y'rovido por amor a é1, le dijo: <Una cosa te falta: vete, vende
r r r,
que entran bulliciosamente por las puertas del Templo en los momentos
r"'1,, ( rlrlto tienes, dalo a los pobres y tendrás
de las festividades religiosasa0. En estos ejemplos israelitas, los grupos c¡rrt' un tesoro en el cielo, y
' rr ', irircrne>>. Pero él se entristeció por estas palabras y se marchó
22
entran no lo hacen por su propio poder, sino porque han sido incorporarlos
a la procesión victoriosa del triunfante rey divino y guerrero santo (cf. Sll rt,r nir(l(); pues tenía muchos bienes.
24; 68, 24-25; ls 52, 8- 12). Así, la solución de la paradoja generada por lrr
recepción de la basileia, por un lado, y la entrada en ella, por otro, no radic¡r
en una distinción entre la aceptación presente y la admisión futuraar, sino crr \rl:¡s
una imagen que combina la pasividad (ser llevado) con la actividad (entnrr
en), pero una actividad que depende de la acción del Otro. ll)' 17. Cuando comenzaba a andar autoul. El parti-
fekporeuontenou
La misericordia divina, que es el interés central de nuestro pasaje, qucrlrr '|r'|r" \
el pronombre van en singular y designan a Jesús solo; no se hace
maravillosamente demostrada al final, cuando Jesús confirma con un gesl()
¡"','| r()r) alguna a los discípulos hasta r0,23 10, 17-22
se lee como una
la actitud de aceptación que acaba de proclamar, tomando en brazos a los ",r,l.rrl rrt¡ttinoma. Es probable que el relato original concemiera sólo a
niños (uno por uno, al parecer), bendiciéndolos y poniendo sus manos sobre
t ¡r', \ .l hombre rico, y que el diálogo entre Jesús y los discípulos en 10,
ellos (10, l6). Este gesto, más allá de su posible resonancia paternal, es Lr
' t I rclleje un desarrollo posterior de la tradiciónr.
t

confirmación del sentido de advenimiento apocalíptico que ha impregnarlo t,,t lt,¡,tl¡re [heisl, lit. ((uno)). Mt 19, 20 hace de esta figura
un joven
el relato desde las referencias al reinado de Dios en 10, l4-15. Estas rcle ,',,,¡tr\l(),\'), mientras que Lc 18, lS lo llama <mandatario> (archr;n);con_
't
rencias colnenzaban en un contexto de ira por ambas partes que apuntabir ' , r( ilre nrente, por un proceso de armonización, la tradición cristiana lo ha I

hacia el juicio apocalíptico (<los reprendían... se indignó...>), mas ahor;r 'l' rl'*r(l() como <el joven mandatario rico>. En Marcos, sin embargo, el i
ceden el paso a una conclusión que apunta hacia la restauración última clcl lr,,¡¡¡f ¡¡,. parece ser un joven (cf. nota a <desde mi juventuó> en I
'o ó, 20¡
mundo por la misericordia de Dios, que todo lo abarca. Como señalaba Víc rr,, lr ,t, ¡',¿'.ución alguna de que fuera un mandatario.
tor de Antioquíaa2: <Es muy apropiado que Jesús los haya tomado en sus It' t¡'thtr la vida eterna
[hina zóe-n aionion kréronomésol, rit. <para que
brazos para bendecirlos, levantándolos hasta su pecho, reconciliándose así ¡',',,1r lrc.edar la vida eterna). Esta imagen está relacionada con textos
con su creación, que al principio se apartó y quedó separada de él>. ' r' r"r('starrentarios y judíos en los que se promete a Abrahán y a sus
Pero los que van a ((entrar en el reino de Dios> tienen que pagar un prc 'l' r ( r(licrtes la tierra de canaán como herencia (Gn r 5,r;8x32, l3; Jos
cio: transformarse en instrumentos humanos para extender el abrazo divilrt, I 1 .lttlt 22,27: etc.). En algunas tradiciones posteriores,
esta promesa
que recupera el mundo para Dios. Los dos pasajes siguientes del evangelio. ,,rr rl rl irr a heredar la tierra entera (por ejemplo, Eclo
r
44, 2l : Jub. 22, I 4;
estrechamente relacionados entre sí, harán hincapié en ese precio a la vc.t 1r,,,¡ l. l.i). en parte debido a la ambigüedad del hebreo ,erery
delgriego
que en la promesa de que los que estén dispuestos a pagarlo recibirárr cl 'rr(' r).lcden significar <tierras> o <la tierra>. pero el incumpliriiento
ciento por uno. ,1, r'rl, : l)rolnesas a nivel mundano condujo
a su transposición a una clave
,,,rt,'lr'rsic¿l (cf., por ejemplo, Is 60, 2l I Hen.
; 5, 7; Mt 5, 5) y a la susti_
r'r' r"r liccuente de la herencia terrenal por <la vida
eterna> y irases por el
12. JEsús LLAMA A uN HoMBRE nrco (10, 17-22) ' rrlrr (1 f' por ejemplo I Hen. 40,9; SatSt. 14,6; m.'Abot i, 19; b.'eidd.
l,l'r l'rrra rnuchos apocalípticos es er pobre quien finalmente reJbirá
r7Y cuando comenzaba a andar por el camino, (vino) corrientlo
l0 l, lr, r, ¡rt iu divina; St 2, 5, por ejemplo, dice que Dios ha <escogido
a los
un hombre y, de rodillas, le preguntaba: <Maestro bueno: ¿qué hartl r"'l'r, , tlcl r'undo para ser... los herederos del reino que ha prJmetido a
para heredar la vida eterna?). r8Y Jesús le dijo: (¿Por qué me llanrls f ,, , ¡rr. lo ¡¡11¿¡¡¡ (cf. Lc 6,21).
bueno? Nadie es bueno salvo uno, Dios. IeConoces los mandamictl l¡l \(t(l¡a es bueno excepto trno, Dios foucreis agathos ei mc heis ho
,i,, ,,r I l)i.s aparece relacionado con el bien
tos'. no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás./hl.s,, en Gn l, l_2,3,pero el trans_
r"rr'1" l'¡ilrlico más importante para esta torpe
tiase, ei me heis ho theos, que
40. Denorninadas tórót de entrada. Cf. H. Windisch, Dic Spriiche von Eingcht'tt ttt
' rr( r( lItr¿r también en 2, 7, es la shemá de Dt 6, 4 (kyrios ho rhec¡s he-món
r

¿la:; Reir:h Gotle.¡.


4I . Contra R. H. Gundry, Mark. A Commentorv on His Apologt.for the Cross. 551 .
t rt (iltilka, El Evangelio según san Marcos2,97.
.1.
42. Citado por Tomás de Aquino, Catena Aurca sobre Marcos 10. 16. rI l'. Vrlz. Eschatologie,34l-342; W. Foerster, Ktaos.7j9-7g0.
828 Cuorta,sección principal (Mc 8, 22-10, 52)
Mc 10, 17-22: Notas 829

r rrr¡t'stro pasaje, al parecer por no haberlo reconocido como una paráfrasis


lqrios heis estin, <<El Señor nuestro Dios, el Señor es uno)). Gundry3 dtttlrr
,1, I rli'cimo mandamientoe.
de la alusión, puesto que el énfasis del texto marcano radica en que stlltt
Dios es bueno, mientras que la Shemá insiste en que sólo El es Dios. Pcro ,,1'or qué reformula realmente Marcos este mandamiento en vez de re-
un eco bíblico no tiene que expresar exactamente el mismo pensamienkr ¡'r,'rlrrcirlo de modo literal? El significado básico de aposterein es (affeba-
t,u ¡rr ivar de manera ilegítimu; la palabra se utiliza a menudo en contextos
que el texto de origen, y si Marcos no hubiera deseado aludir a la Shenrii,
su pensamiento podría haber sido expresado más sencillamente (<Nadic cs
,
tr( susieren opresión social, sobre todo por retener los salarios de los tra-
l',rlrrtlorcs (cf., por ejemplo, Dt24, 14 [códice Alejandrino]; Mal 3, 5; Eclo
bueno excepto Dios>). Además, en las interpretaciones judías, la Shenr¡i
implica no sólo la unicidad de los atributos divinos sino también la exis'
I I . St 5, 4) y tipos similares de explotación que caracterizaban con fre-
tencia divina en DeuÍ. Rab.2,31, por ejemplo, se usa para demostrar l¡t ' r.n('il a la aristocracia hacendada en el siglo I en Palestinaro; es posible
,tr( nlrcstro pasaje desee vincular al hombre rico del relato con este grupo
singularidad de la gloria de Dios.
19. No matarás, etc. lmA phoneus(s, etc.]. Aquí cita Jesús la seguntlir
, ,rrs ¡rrhcticas (cf. las notas a <falta>, <y vende todo cuanto tienes y dalo a
l, ' . ¡rr rl'rreS>) en I 0, 2 I y (pues tenía muchos bienes> en 10, 22).
tabla del Decálogo, que gobiema las relaciones entre los seres humanos
2ll. Dcsde mi juventudlek neotétos mou).Esta frase implica que el hom-
(mandamientos 6-10, de acuerdo con elenco habitual)4. Jesús agrega uttit
I,rr' rr() os ya un joven; Mateo, que lo hace un neaniskos (<<joven>), la omite.
referencia al quinto mandamiento, de modo que el orden de los preceptos
citados en nuestro pasaje es 6,7,8,9, 10,5. La secuencia del Decálogo cra
ll. Mirándolo lemblepsas autQ). El hecho de que esta mirada intensa
, .,r :r scguida de un diagnóstico espiritual (<Una cosa te faltu) sugiere que
flexible; los LXX (B), el papiro Nash, Filón y una copia del Deuteronomio , t¡rrta del tipo de análisis instantáneo, sobrenatural, que se atribuye con
de Qumrán, por ejemplo, invierten el orden de los mandamientos sexlo
I r { ( il('ncia a los hombres santosrr; para otros casos en el Nuevo Testamento,
y séptimo, escribiendo <No cometerás adulterio>) antes de <No matarás>, , I lrr I ,42.47-48;4,16-191' Hch 5, l-11; y I Cor 14,25: <los secretos de su
quizás para unir los dos preceptos que afectan a la familia: honrar a ltls , ,rr;r./(in quedarán al descubierto>). Porfirio proporciona un paralelo parti-
padres y la prohibición del adulterios. La alteración del orden habitual crr , rrl,¡lrrcnte f lamativo, laVida de Pitágoras 54, en el que un rico, de nombre
nuestro pasaje puede ser también significativa temáticamente (cf. comcn- I rl.n. sc acerca a Pitágoras y le pide participar en su vida filosófica; Pitá-
tario a 10,17-20). {in embargo, bamrnta por los rasgos fisicos el carácter poco conve-
Los verbos en la interpretación marcana del Decálogo siguen básic¡r- "i 'r,t\.
rrrr'¡¡l¡' 1fg Cilón y lo despide causándole tristeza (elypésen; cf. lypoumenos
mente a los LXX de Ex 20, 12-17 ll Dt 5, 16-21, aunque la forma gra- ,..rlre nado>> en Marcos 10,22). Similares dones de perspicacia carismática
matical es diferente (rne + aoristo de subjuntivo en vez de ou 't futuro tlc , t,rrr ltcstiguados en el mundo judío; en Qumrán, por ejemplo, se llama
indicativo) y el orden es el del texto masorético en vez del de la mayoríir r rrrlre'rr al instructor (maskil) inspector o examinador (mébaqqer), debido
de los manuscritos de los LXX6. La única excepción llamativa a la for- , ,rr li¡nción de escudriñar espiritualmente a cada miembro de la comuni-
mulación de los LXX es el décimo mandamiento, en donde Marcos ticnc r,l r ll nuevo aspirante (acerca de su nociones y hechos de la Ley> (lQS
'l
m¿ aposler¿sfs (<no defraudarás>) en vez de ouk epithymeseis (<no ctt-
' t l-1; 6, 13-21). Esto es comparable al modo como en nuestra historia
diciarás>). Esta paráfrasis está en consonancia con la interpretación dcl l, ,rr,, c¿rlibra sobrenaturalmente y encuentra que falta algo a la afirmación
décimo mandamiento en ciertas tradiciones judías en las que se prohíbe no ,1, I lrtrnrbre rico de haber observado la Torá perfectamente (cf . comentario a
sólo la codicia de los bienes ajenos, sino también apoderarse de ellos (cl. lr 'l r)). Incluso en época moderna, historias de maestros jasídicos, como
por ejemplo Mekilra Bahodesh 8 [Lauterbach 2,266) y la Mekilta. R. J¡r¡r lr.r.rl Slrcrn Tov o el Rebbe (Rabbí supremo) de la secta Lubavitch, hacen
Yitro ll [Hoffmann, I l2]?). Este cambio hace que el décimo mandamienkr l,rr, ,rpiú'a menudo en los penetrantes ojos del hombre santo, en la capaci-
sea similar en significado al octavo, <no robarás>, aunque al principio estc
'l r,l ,olrrcnatural de desvelar secretos y el poder extraordinario de formular
precepto pudo haberse referido al secuestro de personas envez de al robo
' lr.u,rrrlslicos y prescripciones espirituales exactas y eficacesr2.
en generals. Mateo y Lucas, sin embargo, así como algunos escribas marcit- ntt
't'¡(lo por amor a él fégapésen autonl. Este verbo se usa con frecuen-
nos (W, K, B, A y varias versiones), omiten me aposterésfs en el paralclo . r r tr,rir cl amor de un padre por su hijo en el Génesis (22,2;25,28;37,3;
I I 'o ). rclación que encaja perfectamente con otras indicaciones del nexo
3. R. H. Gundry, Mark. A Comntentaryt on His Apologt for the Cross, 561 .
4. Sobre los difercntcs modos de enumerar los mandamientos del Decálogo, cf. li, 't t I V. Taylor, The Gospel According to Sainl Mark, 428; B. M. Metzger, A Textual
Nielsen, The Ten Comntandntenls, l0-13.
',,nr'uttu't on the Greek New Teslamenl, 105.
5. Cf. K. J. Thomas, Littugical Cifolions in lhe S¡tnopf ics; D. Flusser, 'Do Nol Ctntt lrr ( | M. Coodman, The Ruling Class ofJudaea, 5l-ó8.
mít Adulter¡".
I I ( l. I.. llieler,THEIOS ANER,87-94.
6. Cf. K. J. Thornas. Liturgical Cilalions in the Synoplics. | ' ( 1.. lror ejemplo, D. J. Ben-Amos - R. Mintz, In Praise of the Baal Shem Tot,,37-
7. Cf. M. Greenberg, The Decalogue T'adition Critically Examined, 106-109. | ' 75-76; Anónimo, Wonders and Miracles l, 12.20-21.35.39.52.
8. Cf. A. Alt, Das Verbot des Diebstahl.s int Dekalog y b. Sanh.86a.
830 Ct¡arÍa sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mt t0. t7-22: Comentario 83 I

'rl.rr (t 1.. ¡rol ejemplo, Hch 5, 1.3)16. El matiz último sería apropiado
en
patemal de Jesús con el hombre rico del pasaje (cf. comentarios a 10. l'l
20 y 10,21-22). Sin embargo, como nos recllerda el prirnero de los pasl je r , t,r, ,r'ille ¡rasaje: Jesús demanda a un terrateniente que deje de explotar a
del Génesis que acabamos de citar, el amor de un padre puede implicar rrrr '' rr,rlr:rlrrtkrr(j s(cf. nota a <No matarás>>, etc. en 10, l9) para convertirSq'
sacrificio por parte del hijo. ,, , rnrlrro, cn su benefactor.
trr,rrr ( t.ististomorT relaciOna inteligentemente la (pena) con <tenía mu-
falta lhysterel]. Este verbo está fonológica pero no etimológicamcntc
relacionado con la palabra <defiaudarás>> (aposteresgS) en 10, l9; es ¡ro t,,,.l,rr'ncs>> en vez de con <se marchó>: el hornbre es infeliz porque el
sible que Marcos desee sugerir que la carencia espiritual del hombre cst:i ' rr' r iltllrclas aurnenta la pena.
relacionada con una violación del décimo mandamiento.
Vende todo cu(rnfo tienes y dalo a los pobres fhosa echeis póléson ktt
r Ill¡r.lll:tÍio
dos tois ptóchoisl. En Lc 19, 8 y y.Hor.3,4 (48a: Neusner 34, l14-15) sc
considera un signo de piedad extraordinaria el que un rico se arrepienta y
tiltt1)rlil(,('¡ón. El Jesús marcano, tras exaltar a los niños como paradig-
regale la mitad de sus bienesrr; así pues, la incitación de Jesús al hombre tlt,
,,,,,1, I tliscipulado en el reinado de Dios, tiene ahora enfrente a un repre-
nuestra historia a que done todo va más allá de lo que en otros lugares st' i

espera de los penitentes. Esta demanda más radical puede tener que ver c()n ' rr,rrte laclicalmente diverso de la humanidad, un hombre rico que se le ¡

,, , rr .r l)ilt-il hacer una pregunta sobre la consecución de la vida etema. Sin


el maltrato previo del hombre o con la apatía hacia el pobre; cf . comenlurio
,,,t,,il1,(). csta cuestión respecto a su riqueza cabe tarnbién en el <código
a 10,21-22 y el Evangelio de los hebreos, donde Jesús declara que la irrtlr- I

.1. I rr liltlcs clomésticas>, el modelo que comenzó en 10, I (cf. la introduc-


ferencia del hombre rico hacia las carencias de sus vecinos desharrapaclos
invalida su afirmación de haber cumplido la Ley y los Profetas!4. r,,t ¡l ,,,,,,r,rÍario 10,13-16). A diferencia de los niños, cuya debilidad,
t, 1,, iltle rrcia y descalificación en el ámbito de la Ley eran proverbiales (cf.
tesoro en el cielo lthAsauron en ouranQl. Se trata de una expresión usuir I
,,,t, tttttt'io a 10, 13-16), este hombre no sólo es una persona acomodada
que, junto con otras concepciones relacionadas, aparece en textos judíos
,,, rt,.¡¡l¡lcr.lte, sino también <rica> en la observancia de la Torá (cf. Flp 3,
(por ejemplo, Tob 4,8-9; Filón, Sobre premios y castigos 1041'4Esd.7.
77: t.Pe'ah 4, 18) así como en otros lugares de la tradición sinóptica (Mt
,' ,r lestrs. sin embargo, percibe en las riquezas del hombre un impedi-
¡,r, llo l)i¡.il su participación en el reinado de Dios y por su propio bien le
6, 19-21 // Lc 12,33-34) y en el canon neotestamentario (l Tim 6, 17-19
,,r, rt.r ir ¡bandonarlas y seguirlo. Contrariamente a lo que el Ricardo II de I
Heb I 1, 26). En varios de estos pasajes, como en el nuestro, se establece urr
tr.rl r'sl)trar'e alega (5,5, l3-17), tal hincapié en el sacrificio arduo y nece-
contraste implícito entre los tesoros de la tierra, que no vale la pena tencr,
y los del cielo, que sí la valen; los primeros, por tanto, pueden ser sacrifi- ,1,' l)irr.u elttrar en el reino de Dios no está en contradicción real con 10,
cados alegremente en pro de estos. La idea aparece a menudo enmarcacl¿r I 1 t(1. (luc trata del reinado de Dios como un don: la confianza del hombre
en un cuadro escatológico; en l. Pe'ah 4, 18, por ejemplo, el rey Monobazo ,, Lr :,egur-idad engañosa ofrecida por su riqueza le impide hacerse un <ni-
r ,, rluc confía exclusivamente en la generosidad del Padre divino'
de Adiabene regala sus riquezas terrenales para poseer <el tesoro imperc-
cedero de la edad futuru; incluso Filón de Alejandría, normalmente nad¿r | pasaje depende probablemente de una tradición premarcana, pero
"tc
escatológico,utiliza la imagen del <tesoro en el cielo> en un contexto esc¿l- ,,r(,,lrir también rasgos de redacción del evangelista. La frase introducto-
tológico (Sobre premios y castigo.s 104- 106). ,,, ,.\'cr¡¿lndo comenzaba a andar por el camino> en 10, 17, por ejemplo,
, rrr¡r,¡¡¡'i¡ en esta sección del evangelio la predilección marcana por la cons-
22. Se entristeció... y se marchó apenado lstygnasas... apClthen lypou-
r¡1, r rr'¡l c¡ genitivo absoluto y el tema del <camino>rr8; la versión original
menosl. Stygnazein y las palabras emparentadas vienen de una raíz que sig-
1,, r,1,, llrtrer sido algo como: <<Cuando
Jesús pasaba por...>¿ cf. l, l6; 2, l4)'
nifica <odiar> y puede tener una matiz no sólo de dolor (<se entristeció>)
sino también de resentimiento (cf., por ejemplo, Dn2, 12)15. El matiz último I rr, l sisuiente versículo, la frase <¿Por qué me llamas bueno?> ( I0, I 8a) es
es apropiado en el contexto presente ya que invierte la reverencia implícita t,r,,l,;rblcntente un recuerdo histórico ya que los cristianos han tenido conti-
,,,r,r,, tlilicultades para explicarla (cf. ya Mt 19, l7)re. Pero la parte siguiente
contenida en el acto de arrodillarse ante Jesús en 10, 17, al igual que (sc
marchó apenado) es la inversión de <vino corriendo un hombre>. ,t, l.r rcs¡ruesta de Jesús, la alusión a la Shemá en 10, l8b (<Nadie es bueno
pues lenía muchos bienes lCn gar echón kt¿mata pollal. KtemaÍa puetlc rlro 1¡¡11.¡, Dios>) puede ser redaccional ya que la frase final es similar li-
significar bienes en general, pero a menudo connota bienes raíces en par'- r, r,rlnrc¡te a2,7, que es pafte de una inserción marcana (cf . nola a <Nadie

13. Ct. Filóstrafo, Vida de Apolonio tle Tiano I , 13. tr, t l. M-M 362; W. L. Lane, The Gospel of Mark,362, nota 33.
14. Cf. A. F. J. Klijn, The Question of rhe Rich Young Man,150. I .luirrr Crisóstomo, Honilí¿ts sobrc Muleo.63,2.
15. Cf. LSJ l,657; M.-J. Lagrange, Evangile sek¡n Saint Marc,267; V Taylor, 7/r,' Is ( 1. .1. Gnilka, E/ Etangelio segtin 'san Marcos 2,97
Gospel Acc'ording to Saint Mark,430. l') ( L V. Taylor, The Gospe! According to Saint Mttrk,426-427 '
832 Cuarfa sección principal (Mc g, 22_10, 52)
Mc 10, 17-22: Comentarir¡ .IJJ

es bueno salvo uno, Dios> en 10, lg). También es quizás redacciorurr ,


detalle de que Jesús mira al hombre en r0, 21, que corresponde a un,r()r \,,
r
, /.r heredar la vida eterna)) en 10, l7). Así pues, la importancia
,,1)lr'¿l

marcano frecuente (cf. por ejemplo las introducciones a los comenÍ(tr.t()\ ,t


r
I r ¡,r1'q¡¡¡¡[¿ del hombre rico es: <¿Qué puedo hacer ahora para asegurar
, n t'l lirturo escatológico recibiré la herencia que Dios ha prometido a
| , 16-20 y 3, 20-35 y el comentario a 6,30-34) junto
con el gar pare.tt.t rt , ,
,, , l, l,¡tltls'l>>
(<pues>) en la frase conclusiva de la perícopa(10,22b).
Trataremos ahora del encuentro de Jesús con el hombre rico ( r0. i I .r rt s¡.uesta preliminar de Jesús ( 10, l8-19) encaja a la perfección en
r ,',l,rro (le la Ley y expresamente en el del Decálogo (Ex20, l-17; Dt
22) separadamente del diálogo con los discípulos acercade la riqulza
1 r,
23-31), aun cuando los dos sean parte de una unidad ampria, puesto
c¡r,.. r,,
', 'l). Su parte inicial alude a la Shemá de Dt 6,4-5, considerada por
subsección presente tiene su propia estructura bien definida. ",', 1r,,., ¡Lrtlíos y cristianos primitivos como el equivalente funcional de
Al principio, el acercamiento del hombre, impaciente y reverentc ir r,r ' ¡'rnr( r'ir tabla del Decálogo, que trata de las relaciones entre el pueblo
Irr,', I. l-¿r segunda parte de la respuesta (10, l9) cita la segunda tabla,
ye_z
!0, l7a), se empareja con su salida triste y malhumoráda, al final 1 Io
22). En medio, Jesús responde a la primera parte de la preguntá ,," , ¡r'licre a las relaciones entre los seres humanos. Estas observaciones
del honrlrr, , ,, r( n un¿l cercanía entre nuestra perícopa y el diálogo sobre el núcleo de
(<Maestro bueno>: 10, l7b) con una contrapregunta (<¿por qué
me lrarrrir,, , I , \ ('n ll2,28-34: en ambos casos Jesús recibe el título de <maestro>, le
!yeno]¡>: 10, l8a) y una referencia ar credo cenrral de la tór¿, la Shcrrr¡r , ',rrrl;rr una pregunta relacionada con las exigencias centrales de la Torá
( 10, l8b). A continuación, Jesús contesta a la
segunda parte de íu p."g,,,,,,,
(<¿Qué haré para heredar la vida eterna?>: lo, tzc).bn unu ,, .t)'n(lc en términos que resumen las dos tablas del Decálogo; sin em-
referenci¡r,, ¡, ¡' ('n rringuno de los dos casos la observancia de estos mandamientos
otro pasaje crucial de la Torá que tradicionalmente iba unido a la Shcrrr¡i.
el Decálogo (10, 19; cf. por ejemplo el papiro Nash; m. Thm.5,l; b.ttr,t , rr pira la entrada en el reinado de Dios (<falta una cosa)) / <no estás
l2a; Did. l,l-2,2)20. pero la respuesta del hombre, a saber: quá éi 1,,.,1,'l lcinado de Dios>)22. Tales resúmenes de la Ley eran frecuentes
obr., ,, ' ,,rrtt'rtoS jüdíos (cf. la nota a <segundo> en 12, 3l); el que la respuesta
va ya esos mandamientos (10,20), replicada por la incitac¡on de Jesúrs
¡r
. ',,',r ¡rrc[unta sobre la consecución de la vida etema remita al Decálogo
todo y seguirlo (r0,21), transfiere er diárogo der ámbito dc r¡r
1bald9nar r. ,l', r.r ritlo absolutamente predecible; era un principio básico del Antiguo
Torá al del reinado de Dios (cf. 10,23), terreno en el que el hombre
ric. er ¡ r,unt: nto y del judaísmo que el sendero que lleva a la vida era la obser-
incapaz de seguir a Jesús. Dramáticamente, pues, la gian ruptura
acontct.r,
entre 10, 20 y 10,21. r,r (lc los mandamientos de la Torá (cf., por ejemplo, Dt 30, 15-16;
i ',,I r, s. ,\ulSl. 14, 2; m. 'Abot 2, 7) y estos preceptos a su vez quedaban I
I

l0' 17-20. El acercamienro der hombre y ra conversación iniciar. Dcs r ,'r¡¡li¡¡¡s[ss en el Decálogo, considerado como un sumario de la Ley
pués del diálogo privado con los discípulos acerca del divorcio ( ,',¡'1,1;¡rr. Mateo, pues, cuando hace decir a Jesús: <Si quieres entrar en
10, l0- I 2 ) , ',1,r. ru¿rrda los mandamientos) (Mt 19, 17), sólo está destacando lo que
y de la bendición de los niños ( r 0, r 3- l 6), que tienen lugar unu casa, Jc
sús sale de camino (10, 17a), al parecer con sus discípuios a"nremolque ( r0. |¡, r, r(lc Marcos. l

23-31) y probablemente rumbo ya a Jerusalén (cf. 10, 32). Sin embargo, crnbargo, el modo concreto en el que el Jesús marcano alude a la
viaje se_ve interrumpido, incluso antes de que comience propiamenti, p.,,.
cr
l,' "rrr
rrr,r tlcnrostró ser un problema para los cristianos durante siglos: <¿Por
un hombre que corre hacia Jesús y se pone de rodillas unt! er'1t0, ,,,' rrr,' llAnla bueno? Nadie es bueno salvo uno, Dios> (10, l8). No podría l

l7b). su
velocidad refleja la urgencia de su pregunta, y su postura arrodiilada '1,' r rrirrsuna otra ilustración más dramática de lo que Karl Barth -hacién-
mucs- r , ( ( () tle Kierkegaard- ha llamado <la infinita distinción cualitativa>
tra su reverencia ante el que cree que puede contestarle (para el
motivo rlc
postrarse ante los dioses, Ios hombres santos y los reyes, cf. I
Re 19, lttl ',1, l)ios y la humanidad2a; Jesús parece situarse dentro de la humanidad
2Re l, l3; I cro 29,20: Mc r5, l9). Elhombre da inmediatamente exprc- , ,,1,
'n ll distinguirse así del único ser bueno, Dios. A nivel del Jesús his-
sión verbal a la reverencia que acaba de mostraq ilamando a Jesús (macs- , i, solidaridad con la hun-ranidad pecadora concuerda plenamente
('st¿r

tro bueno> y presentando la cuestión que lo ha impursado a venir: <¿eur( '', ¡ru'ticipación de Jesús en el <bautismo de conversión para el perdón
Lr
haré para heredar la vida etenia?> 1to, tzc;. Esta pregunta usa imájencs t l, . ¡re cados> de Juan Bautista ( l, 4; cf. comentario a 1, 9). Esta decla-
'
que se retrotraen a los relatos de los patriarcas del Antiguo
Testamenlo, ,r
', ,¡,r (s rnás que un fósil residual de una etapa temprana en la historia
los que Dios promete a Abrahán, Isaac y Jacob que su descendencia
habrí¡r
I lr trrrtlición, anterior al evangelista, ya que él mismo parece estar bajo
de poseer finalmente la tierra en la que eilos residían; en el judaísmo
pos-
terior la promesa fue transportada a una clave escatológica y se convirtiri | ( 1.. l)or ejemplo, Filón. SoDre el Decálogo, 108-110. y D. C. Allison, Mark 12,
en metáfora para expresar la participación en la vida aefmun¿o , r, t, I t I tt' Dccalogue.
futuro (cr, ' t t. l l. Sariola, Morkus und dqs Gesetz,204.
't l. l;ilr'rn,Sobreel Decál<tgo, 19-20.154;Sobrelaslevese.speciale,sl,l;Targ.Ps.
20. Cf. D. C. Allison, Mark 12, 2B-31 and the Decalogtte,2T4_2j7. I . ,.1. 12.
' I lr lltrth. Romans,10.
834 Cuartu .sccciót¡ principol (Mc B, 22 10, 52) Mc 10. l7-22: Comentorio .9JJ I

la profunda influencia de un pesimismo apocalíptico -que é1 denorrriurrr,, , IL tesponden más o menos a un patrón normal, pero hay dos sorpresas
o|
probablemente realismo apocalíptico- que sitúa a toda la humanitlrrrl , r' revelan algo del interés especial que muestra nuestro paSaje:
I
I,,,.r1. rluc,
el lado opuesto de la hoja positiva del libro de la contabilidad divinl (,1 I l I I ¿rutor presenta el penúltimo mandamiento de la serie como <No
8, 33). Gundry25 tiene razón, sin duda alguna, cuando advierte de c¡rrt' ,'rr r tr,rrrrlrrr¿isr> en vez del esperado <No codiciarás>. Este hincapié sobre las
otros lugares de la tradición sinóptica Jesús describe realmente a ulgrrrr,'. ,,, r¡,il(.s rnjLrstas a las que el ansia de posesiones puede conducir está de
seres humanos como buenos (Mt 12, 35llLc 6,45; Mt 25,21 //Lc l(). I / ,¡, rr¡r con las interpretaciones judías del décimo mandamiento, pero es
Mt 5, 45; 7, l5-19: 22. l0;.25.23: Lc 8, l5), pero es también ciertanrr.'rrt, , ,, rt,lr' ,¡ue el pasaje destaque también el tipo de explotación del campesi-
significativo que ninguno de estos pasajes proviene de Marcos. ,,t,, ,1,r.: cra cómún entre los grandes terratenientes del siglo I en Palestina,
Sin embargo, este pesirnismo apocalíptico sobre la posibilidad hunr:rn,r ,,,r\1, ninnero pertenege al pareCer el hornbre rico de nuestra hiStoria.
está en relación dialéctica con el optimismo generado por la creencilr rl, , ,, r l,||ilelltc, teniendo en cuenta algunas otras pistas exegéticas de este pa-
Marcos en la irrupción de una nueva realidad divina en la esfera ht¡nrirrr,r ,r, ,.., ¡rosible que el Jesús marcano pretenda sugerir que justamente ese
una irrupción que, a su entender, ha ocurrido ya con el advenimiento rlc .lr' ,ilrl,r(.es culpable de tal opresión (cf. las notas a <No matarás>, etc. en
sús. El Jesús marcano pregunta: <¿Por qué me llamas bueno?>, y atrihrrr',' :l t'r r<lirlta>r y (vende todo cuanto tienes y dalo a los pobres> en 10, 2l
esta cualidad sólo al Dios Unico, pero al instante siguiente el mismo .lcsrr'. ¡,rr, s tcnía muchos bienes> en 10,22).
demuestra un poder y misericordia divinos al adivinar sobrenaturalnlcrrt, ,r l,n la conclusión misma de la lista el Jesús marcano inserta una re-
el obstáculo secreto que turba a su interlocutor, y amorosamente le oli'e,,' , ,, l{ ¡t lrl rnandamiento de honrar a los padres, que procede del final de la
la solución (10,2l). Es relevante, además, teniendo en cuenta por un llrl,' ,, il,.ilr rilblo del Decálogo. Este orden insólito, que por su colocación en
el encadenamiento de referencias a la misericordia de Jesús y a su estrlu,, rr rr rr, , l¡sar (cf . glosario) parece asignar una importancia especial al man-
,

como maestro y las alusiones a la Shemá, al Decálogo y al logro de la vitl,r r ,nni.nlo cle hOnrar a IOS padres, puede relaciOnarse con el emplazamiento
eterna, por otro, que la segunda bendición de la Shemá -que probablerle rr r rrrrt.stl'() pasaje en una Sección del evangelio que destaca la posición de
te se retrotrae a la época del Segundo Templo- sea un panegírico al arrror I , , t.t)nlo podre, unido a Dios, de una nueva familia cristiana (cf . comen-
que Dios ha mostrado a Israel al <indicarle mandamientos de vida> crr l¡¡ ,,¡,,r ;r 10, l3-16 y 10,28-3 l). El Jesús marcano ha mostrado ya simbó-
Torá2('. Además, varios rasgos en nuestro texto parecen repetir un p¿lslrl(' . lrrr.nt0 su amor por sus seguidores concediendo una bendición paternal
deuteronómico que en Mc 12, 32 se relacionará con la Sherná: , 1,, rrrr)os que habían venido a él (10, l5-16); ahora, del mismo modo,
A ti se te mostró, para,que supieras que el Señor, es Dios; ningún otnt lnl L¡rrrr.stl'it su afecto paternal para con un discípulo potencial tratando de
.fuera de 6/... Porqr-re El amó a tus padres, por eso escogió a su descentlcn ,,,,lrrt i¡ kl al camino en el que se halla la felicidad verdadera'
cia después de ellos; y te sacó personalmente de Egipto con su gran potlcr I I lrornbre contesta a la cita del Decálogo por parte de Jesús: <Maestro,
expulsando delante de ti naciones rnás grandes y rnás poderosas que tú, ¡rrr;r ,, r,lt'lodos ellos desde mijuventud> (10,20)' No hay razón alguna para
hacerte entrar-y darte su fierra por heredad, como hoy. Por tanto, recono( {'
t,r,l,rr tlc su sinceridad2T. Como indican Orígenes?8 y Juan Crisóstomo2e, el
hoy y reffexiona en tu corazón que el Señor es Dios arriba en los ciekrs r
I rto l)ufccs afirmarlo en el versículo siguiente cuando describe la contra-
abajo en la tierra; no ha¡,ofro. Así pues, guardarás sus prescripciones y nrnr
, ,, a é1, le dijo>).
darnientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti I a tus hi.jo', lrrrrstir positiva de Jesús (<Mirándolo y, movido por amor
después de ti y para que prolongues tus días sobre la tierra que el Señol trr I ,u\*o ii.tnpo, sin embargo, la nueva y llamativa formulación de Jesús
Dios te da para siempre (Dt 4, 35-40). I I ,t,.r'inro mandamiento refiriéndolo a la apropiación indebida puede ha-
,, .rlrrsrtin a que la observancia de la Torá por parte del hombre rico es
Hay así una relación íntima entre la idea de una herencia divina, l¡r ,,, rr.'. ¡rert-ecta de lo que é1 cree.
afirmación de la unidad única de Dios y la aseveración de su bondatl r
misericordia incomparables para con lsrael. Y todo ello sugiere que el .lt' n.2l-22. Llamada rechazada. La intensa mirada de Jesús penetra en
sus misericordioso no puede considerarse separado radicalmente del Dio' I rlrrIr tlel hombre rico (<mirándolo>) y con una intuición dirigida por el
Unico al que él mismo se refiere en 10, I 8. ¡r', t,, l)rternal (<movido por amor a él>) hace que el obstáculo salga a la
Sin embargo, la alusión a la Shemá es sólo implícita, mientras quc rr r r .. I ina cosa te falta> ( 10, 2l a). Así pues, irónicamente, este hombre que
los Diez Mandamientos es explícita: en respuesta a la pregunta del horlbrt' rr, rrr. loclo>> carece aún de una cosa necesaria (cf. Lc 10,42), el don de
sobre el modo de heredar la vida eterna, el Jesús marcano señala la segurrtlr
tabla del Decálogo (10, 19). Las dos terceras partes desde el inicio de cslrr
( ()rrtrástese con v. Taylor. The Gospe! According to st Mark,425; C. Myers, Bir-
,tt, \tntrrg Man,272.
25. R. H. Gundry. Mark. A Contntentan'on His A¡tolog.t .for the Cross,561 . ' I )ríuenes. Contenlario a Maleo, 15,14.
26. Cf. I. Elbogen.Jen,l,rá Liturgt',23. ''r .lrririr Crisóstolno, Homilías sobt'e Mafeo,63,l'
836 Cttarta sect ión principal t Mc 8. 22- t0. 52)
Mc 10, 17-22: Contentario 837

estar lo suficientemente libre de sus bienes como para seguir sin res(.r\rr,
¡,'r,r l¡¡¡1i¡¿ también el alcance de la prescripción de Jesús, enseñando que
la llamada de Jesús. como hemos señalado en la nota a <<miránd.k,,, ,.r,
,t' r ,lrrigido sólo a este hombre particular, en quien Jesús había descubierto
l0,2l,la percepción del Maestro de la existencia de una carencia cs¡rrrr ,,,,., rrtlicción por Mammón que destruía el almar3.
tual en el hombre demuestra el tipo de perspicacia sobrenafural atri[-r¡irl¡r ,r
I ;r línea general interpretativa de Lutero no carece de razón, ya que el
menudo a los santos varones. Pero ayuda también a contestar la prc¡¡rurr,r
l, tlc los evangelios no hace nunca de la pobreza radical una condición
,rr:,
implícita suscitada en 10, l8 sobre la relación entre Jesús y el Dios brrerr,
,,rrrr r'r'Sill del discipulado y, en verdad, desde épocas muy tempranas, hubo
que en las tradiciones bíblicas y judías muestra su bondad no sólo por lr.l
,,,',r rurr¡llia diversidad de doctrinas cristianas acerca de la riqueza3a. En
bueno en sí mismo, sino también por hacer el bien a los demás (cf. l:r r'r
lr( ()s rnismo, aunque Jesús instruya a sus apóstoles a no llevar nada en
mula común rabínica <el que es bueno hace el bien>>, m.Ber.9,2: ctt..l ¡
r \ riric nrisionero, lo hace tan sólo porque confia en que los demás soco-
cuya unicidad resulta inseparable de esta desbordante bondad (cf. su¡tt.tr 1,,
,, r,ur sLrs necesidades (6, 8-ll); por consiguiente, debe haber gente que
dicho acerca de la segunda bendición de la Shemá). Si ahora, uno,
l-,.,,.,,,, ,,',lr:r lcgalado todo, por lo que el precepto de hacerlo así se dirige a un
versículos después de la referencía ala bondad única de Dios, Jesús ir¡rir
¡',,¡rrt'rro grupo y no a la totalidad de la comunidad marcana o a la gente
rece dibujado de manera que combina la benevolencia con una capacitlrrrr
. rr l,t ncral. En este caso, además, hemos visto que el hombre rico podía
espiritual extraordinaria, debe pensarse que lo que el Maestro of'ert,r ,,1
, r urr [crrateniente, el cual, como la mayor parte de los miembros de su
hombre rico es una manifestación del poder y la misericordia divinos. ( ',,
t , .,'. llabría estado más preocupado por la creación de riqueza que por el
mienza de este modo a surgir otra forma de comprender la afirmación rlc l,r
r,1, ¡¡q'ql¿¡¡de los colonos que trabajaban sus tierras; en este caso, entonces,
Shemá de la bondad única de Dios: nadie es bueno, sino sólo Dios; por clr,,
I ¡r¡1 s¡¡ipsifn de Jesús de <vende todo lo que tienes y dalo a los pobres>
cuando Jesús demuestra una beneficencia divina, no actúa por cápacirlr,r '
, ,lrrigir'ía a la corrección de una distorsión espiritual (<una cosa te falto)),
humana, sino por el poder escatológico de Dios (cf . comentaiio a 5, 18-20¡
¡ r ( .nlo a rellenar el vacío fisico de los estómagos de quienes el hombre
Así pues, en su contexto canónico, nuestro pasaje no niega la bondatl rl,.
l r , rpkrtado (<y dalo a los pobres>).
Jesús, sino que le atribuye un origen divino, de manera que la pregunta .¡rr,.
I st:r llamada jesuánica a abandonar todos los bienes por el reinado de
se plantea en I 0, I 8a viene a signiñcar ro siguiente: <¿compréndés quc yr,
I rr', , l)udo no haber resultado novedosa del todo a los lectores de Marcos.
soy bueno únicamente porque Dios es bueno?> (cf. de nuevo el comentt,t,,
l','r i lr'nrplo, en una de sus Epístolas, el filósofo cínico Diógenes describe
a 5, l8-2030). ,'rrrrr i1¡¡1yi¡fió a un joven a la filosofía, con el resultado feliz de que <al
Jesús ofrece, gracias a su penetración carismática de la condición ht¡rrr;r
l , .r1,uiente, después de distribuir todas sus propiedades a sus parientes,
na' una prescripción para su cura: <Vete, vende todo cuanto tienes y dal.;r
, ,, su hatillo de provisiones, se puso una capa gruesa y me siguió>rs.
los pobres> (l0,2lb). Si la declaración del Jesús marcano sobre lalontlr,l
'lr', 'lr1ti
¡rcrtinente aún es el paralelo de lMac 2,27-28, en el que se exhorta
humana causó problemas a los cristianos posteriores, igualmente los cars¡r
' l,', tu(líos piadosos, en los inicios de la rebelión macabea, a que demos-
esta prescripción de regalar todas las riquezas, en gran parte porque los
cris r, rr.u¡ sr.r t'elo por la Ley abandonando todos sus bienes y siguiendo aun
tianos han estado poco dispuestos a hacerlo así. comó muestra Fusco' t.rr
,,r,lrllo carismático en la guerra santa (cf. comenlario a l, l6-18). La co-
un provechoso artículo panorámico, muchos exegetas han seguido el ca¡ur
no de clemente de Alejandría, quien insiste que este precepto no debc scr ',, ,l)()n(lcncia, pues, no sólo implica el abandono de los bienes y el segui-
, ¡rr'nlo tlc un caudillo, sino también el cumplimiento de la Torá (cf. Mc 10,
interpretado literal sino alegóricamente; el precepto de venderlo todo sigrrr
t'¡ r trrrr(icipando en la trascendental manifestación divina de su poder real
fica que el hombre debe librarse de su preocupu"ión y pasiones acerca dc sr¡
,,1'rc t'l rnundo (cf. 10,25).
riqueza, no de la riqueza misma32. Los que, contrariamente a tales evasivlrs.
l,rl corrrpromiso decidido puede suponer no solamente la pérdida de
toman el precepto literalmente basan por lo general sus argumentos err cl
t,'. ¡rrrr¡rios bienes, sino también de la propia vida; para los miembros de
paralelo de Mateo, que va precedido de una condición: <Si quieres ser,
(persecu-
' 'nrr¡rridad marcana implicaba una existencia marcada por las
I ,,
perfecto> (Mt 19,21); esta precisión condujo a muchos teólogos mecrie
, ,,,n( .i)) ( 10, 30) e incluso por la muerte (13, l2). Pero Jesús ha anunciado
vales católicos a distinguir entre <consejos de salvación>, aprofiados p.r,,
,,tu('(luien pierda su vida por seguirlo la encontrará (8,34-35), y una
todos, y <consejos de perfección>, dirigidos sólo para el cleró, siiuando csr.,
¡, rr.rlrrrll ¡rosterior aclarará que la muerte violenta caracterizará al <here-
precepto en la última categoría. Lutero rechaza esta distinción escolástic;r.
.1, r,,,' 1l¡ Dios (12, 7). Por consiguiente, la respuesta última a la pregunta

.30' R' H. Gundry Mark. A Commentaty on His Aporogvfo, the crcss,56l ; J. Marcrr,, I i l\1. Lutero, WA 47, 348, 26-40; 350, 13-40.
Authoritv to Fotgive Sins Upon the Earth,208-211. ^
3 l. E. Fusco, Povertd e sequela, 18-37.
I I ( 1. .1. M. Bassler. God and Mamnton.
32. Clemente de Alejandría, ¿eué rico se salvará?, t' ( 1. I')l¡ístola 38; sobre la impedimenta cínica, cf. las notas a <bastón y bolsa de
ll. r , ' r' r¡rtes)) en 6, 8 y <dos túnicas> en 6, 9.
il
,9J,9 Cuarto.sección principal (Mc 8. 22-1 0, 52) Mt 10. 2-l-3 l: Notas

(¿qué haré para heredar la vida eterna?)), dice así: <Que cada uno tonrc su l r \r s uABLA DE LA RIQUEZA ( 1 0' 23-3 l )
I
cruz y siga a Jesús> (cf. 8, 34). Esta llamada al seguimiento no reprcscrtir
simplemente una invitación al autoengaño, ya que el Maestro prometc tlr l(l'iYmirandoenderredordijoJesúsasusdiscípulos:<¡Cuán raY
rectamente al hombre rico un (tesoro en el cieloD, si lo hace. Como apunl;r ,trtr, rlrrrcnte entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!>'
inteligentemente Juan Crisóstomo36, el hecho de que Jesús utilice aquí l;r 1,,, ,lrscípttlos se asombraron de estas palabras' Pero
Jesús respondió
Dios!
imagen del tesoro en lugar de repetir la de la <vida eterna> de 10, 17, irrr t, , ,li.iti de nuevo: <Hijos, ¡cuán dificil es.entrar en el reino de
plica que todo el sacrificio que realice el hombre llamado por Jesús tenthir ojo de una aguja que un rico
t . ,niis fácil que un camelio pase por el
una recompensa máxima (cf. <ciento por uno> en I 0, 30 y la nota a (tes()r(l
, rtrr'cn el reino de Dios>.26Pero ellos se admiraron aútn más y se
en cielo> en 10, 2l ).
'1, r r:ur cntre ellos: <¿Y quién
puede salvarse?>>':7Y mirándolos' dijo
El hombre rico, sin embargo, se muestra incapaz de confiar en Dios tlc
la forma que Jesús le sugiere. Tras las palabras del Maestro, se torna tristc y
t, .rrs: <<Para los hombrei es imposible' pero no para Dios; pues todo
desolado (stygnasas), y se aleja agobiado por la pena (10,22). Este rápido , , ¡rosible para Dios)'
todo y te
cambio desde el entusiasmo y la búsqueda ardiente a la tristeza y el resenti l:rnpezó Pedro a decirle: <Mira: nosotros hemos dejado
tnDljo Jesús: <Os aseguro (amén) que nadie hay que
miento es una maravilla artística en el relato bíblico: el retrato, rápidamerrlc t,, ,r()s seguido>.
padre o hijos o
bosquejado por Marcos, de los altibajos del hombre rico al confrontarsc t,,,r,,..lcialdo casa, o hermanos o hermanas o madre o
con Jesús evoca su descripción de Herodes Antipas, un maníaco depresivo , r rl)()s por mi causa y por la buena nueva, que no reciba
30 el céntuplo
, r

confrontado a Juan Bautista (6, 14-29), y anticipa personajes shakespc- hermanos. hermanas' madre' hijos'
rlr,rl:r. cn este tiempo, en casas,
reanos como Claudio en Hamlet y Antonio en Medida por medida, quicu , .unlx)s, con persecuciones' y en la nueva era por venir' la v.ida eterna'
oscila entre sus aspiraciones a una nueva vida y el tirón de sus pasiones y
l',',,, rruchós primeros serán los últimos y los últimos' primeros)'
su adicción al poder. O, para volver a las imágenes de nuestro evangelio,
el antihéroe del relato trae ala memoria la tierra mala en la parábola clcl
sembrador, que representa a la gente entre la que <los cuidados del siglo y \ ol its
el engañoso atractivo de la riqueza y el deseo por otras cosas... ahogan ll
palabra>, o a quien recibe la palabra con alegría pero desaparece inmedia- lo, 24. responclió 1' dijo lapokritheis tegeif' lit' <respondiendo dice>'
(cf'
tamente cuando el camino se torna áspero (4, l6- l9). ,,, rc¡troducimos rnecánicamente esta expresión veterotestamentaria
Resulta en verdad paradójico que el único individuo en el evangelio ,1,¡t,t\ Ltcy respondiendo dijo> en 3' 33 y 7,28y comentario a7'27-28)'
de quien se dice explícitamente que Jesús lo amó, termine por rechazar su ,,rrlrzrrtls para indicar una rJspuesta al asombro de los discípulosr'
eslin ei's tén
llamada. Como afirma Best'r7, al contrastar el desenlace de nuestro pasa.jc ,t'rrtii ttificit es enlrar ei el reino cle Dios! fttt1s $tskolon(A' C' D' @'
con la respuesta positiva de los discípulos en I,16-20y 2, 14, <la acep- Algunos textos importantes
",t,tl,'itttt Ítttt fheott eiseltheinf.
tación de la llamada proviene de su naturaleza irresistible... y no necesitir ' r, ¡ lrresentan en cambio: <Cuán áifitil para los que con'fían en la ri-
"t
.¡,,, ,r (ltttrs pepoithotas epi chrémasln) entrar en"'))' Freedman
explicación alguna; el rechazo, sin embargo, debe ser explicado>. Pero si sugiere
pueden haber
esto es así, habrá más y más cosas que han de explicarse a medida que cl ,',,,, i'ri. puá" r", el textó original; las palabras en cursiva
el homeoteleu-
evangelio progresa y <el misterio del reinado de Dios> se profundiza (cl. ,,l,,,,rrritidas por homeotelet'rtán @stin"' chremasin: sobre
4,ll)... al mismo tiempo que el glorioso mesías de un Dios supuestamentc gtosario). Parece más probable, sin embargo' que el
texto breve sea
r, ,n c l.
todopoderoso encuentra oposición, calumnias y odio siempre crecientcs y que las palabras én cursiva hayan sido añadidas con el propó-
' t ,,,
'sinal un crimen ser rico' sino
hasta toparse al final con una muerte angustiosa y solitaria bajo un cielo ,,,, .L's,laviár el rigor del dicho de Jesús: no es
ensombrecido ( 15, 33-37). 'lr, t ollfi0r en la propia riquezar'
'
una agtia cyue
En el siguiente pasaje veremos cómo este misterio se extiende más all¿i 25. Es ntás ./'ácit'que un cantello pqse por el ojo de
raphidos dielthein c-]' Como in-
de la muerte y la resurrección de Jesús en las vidas de sus seguidores, quic- I' ttl,rt¡tófentn ei'tin kait¿lon tlia trymaiias
que"') también en Lc l6'
nes se encontrarán enormemente enriquecidos por nuevas casas, familias ,1,,,' (irant', la fónnula <es más fácil"' aparece
(el cielo y la tierra pasarán)'
y campos, aunque descubrirán también que estas bendiciones vienen <<corr I l)rri.l designar un acontecimiento imposible
la Ley)' La
persecuciones> ( I 0, 30). , ,,nrl)rrrado con un acontecimiento másimposible aún (cambiar

the-Ctttss'556'
l. ( H. Gundry. Mark' A Comntentcttv on His Apobg^v fbr
1. R.
36. Juan Crisóstomo, Hontilías sobrc Mateo,63,2 ' ( f. I Tim 6' l7 i W. L. Lane, The Gospe! of Mark'363' nota 35'
37. E. Best, Follov,ing Jesus,l69. i l{. M. Gtant. Míracle antl Natural Lor¡" 133' nota l '
841
Mc 10,23-3 I: Notas
840 Cuarta sección princ'ipal (Mc B, 22 10, 52)

y se va ampliardo. y perfilando-en el judaísmo


conclusión, inesperada en nuestro pasaje, a saber, que el segundo acorrlct ¡,,,r r'¡t'nlplo. Job 42,2),
donde. el motivo de la <imposible
r

miento imposible, la entrada de una persona rica en el reinado de Dios. c', r',, rlrrlrlico y el cristianisáo primltiuo,
en realidad posible (10,27) puede reflejar un desarrollo posterior de la tlrr 1',, ,rl,rlitlttcl divinu está
; ménudo relacionado con la creación ex nihilo
indica Van Unnikla, los
dición (cf. la introducción al comenÍario de 10, 23-31). Una tendencia sr l'l lt.sttl.rgcCión de los muertosl3. Además, como
en
milar a la mejora puede ser responsable de la sustitución por algún escrihrr t \ \ nltroducen este concepto en varios textos del Antiguo Testamento Job l0' 13;
, ,,r ,, r,r'isinal hebreo no se halla explícitamente
(cf' Gn I S, l t
de kamilon (<cuerda, maromaD, como en 13 28 Arm Geo, etc.) por kamchttt
(r). En uno de estos pasajes' Gn 18, 14' Sara ríe incrédulamente ante
(<camello>) y de la fantasiosa afirmación que Jerusalén tenía una pequcr)rr r, ¡i.
r ,rrrrrrci. angélico o" qr" ella concebirá un
hijo en su vejezy el espíritu
puerta llamada <Ojo de la Aguju por la que los camellos podrían pasar''.
,, hay algo imposible para Dios?>' Este tex-
como señala Minear5, tales interpretaciones <achican el camello y amplírrn t'(,n(le preguntando: ,i¿Acaso al empleo
el ojo de la aguja>. En una obra apócrifa posterioq los Hechos de Andró,'; t ,,,,l, los LXX es.n pu.,"i"ulu'muy paiecidó al nuestro debido
Pedro 17, el ojo de una aguja crece milagrosamente hasta que un camclhr .t,l;rirrstilitaconstrucciónparatQtheQ'para((conDios>r5'Filónr6'alco-
después de su risa escéptica'
(ya que
es capaz de pasar por é1, dando a entender así que la gente rica puede cn rr, ntrn k), dice que Sara se áuergonzó
verdad salvarse también. Beda6, por el contrario, ofrece una interpretacirirr , ¡.r posiblei para Dios> (panta gar (dei.theq
..;rlríir que todas las cosas erán
tt rt,tttt\.En el contexto rnu,.uno tiene sentiáo
la alusión a la profecía de Gn
alegórica: Cristo es el camello y el ojo de la aguja representa los tormentos
de su pasión. Como afirma GrantT, tales explicaciones reflejan el deseo tle I rh'urr nacimiento milagroso, puesto que en l0' 24 Jesúsde se ha referido
la creación
hacer que lo imposible parezca un poco más posible y salvar así al rico parir , 1," tliscípulor.orno-r-uítth¡ásn y en l0' 29-30 hablará
el reino de Dios. ,lrr rnrr rlc ttna nueva familia.
El camello era proverbial por su tamaño8, pero el elefante, más grande l)elastresreferenciasmarcanasalaposibilidaddivina'una(9'23)trata
,1, rrrr tlctnonio persistente; la segunda (lO'21) concierne
al poder de
las
aún que el camello, se emplea más que éste en las tradiciones rabínicas quc
hablan de una bestia grande que pasa por el ojo de una aguja (ó. Ber. 551't (14, 36) tiene que ver con laamenazade la apostasía'
¡,,, .r'srrilrss y la tercera
corresponde a los tres elementos que
des-
y b.B.Mes.38). Es posible, por tanto, que la proverbialidad del camello ,, lrrnitltF indica que
como bestia de carga y la idea de la riqueza corno dificultad fueran ta¡r
"riu',"'í"
de la parábola del
tu sembrador (4, 14-19).
r,,\ (.n lir semilla
"n "^fti"ución pantal' El h.e meis (<noso-
importantes para nuestro pasaje como el tamaño del camello en sí; la yir Iu. lIentos deiado totlo lhcmeis aphékamen
es enfático y contrasta
imposible tarea de que un animal grande pase por el ojo de una aguja sc rr,,.,,) llo es técnicamente nicesario; en el contexto
posteriores.piensan
convierte en más absurda aún cuando el animal va cargado con bienese. , ,,rr l:r obstinación del hombre rico' Los comentaristas
y tal valora-
26. aún más lperissós]. Este adverbio tiene un matiz comparativor0. ,1,r, lrr ttbservación de Pedro revela un orgullo impropio 9Ye
posterior del apóstol y la
entre ellos fttros heautousl. La expresión podría significar <dentro dc , ,,,, ticne argumentos ioJ"rotot dada la historia
ellos> o <entre ellos>, pero esto último es más probable teniendo en cuentl ,, rl itiictlad de 1 0, 3 l icf' el final del comentario
r
a l0' 28-3 l )' La valora-
los paralelos como 8, 16 y 9, l0 (cf. 9, 34). , r,,r ncgativa de Pedro es más clara en Mateo' donde
Pedro añade: <<¿Qué'
27. Para los hombres es imposible, pero no para Dios; pues todo cs ,,,,, '. ,,-:.ibir"mos?D (Mt 19,27)'
Ni en Marcos ni en Mateo' sin embargo'
posible para Dios lpara anthrópois adynaton, all'ou para theQ panta gur ,, ¡,r'eha Jesús a eeO.o po, observación; por el contrario' procede de
"sta de renuncia que Pedro ha
dynata para tQ theQl. El hincapié en la capacidad de Dios para realizar' ,,rrrrt'rliato a describir lar'áotp"n'us por el tipo
lo aparentemente imposible es común en el pensamiento religioso y filo- ,
',,rucrado. o madre o padre
sófico grecorromano; Grantrr, por ejemplo, cita una inscripción sin fecha lt). Que haya dejaclo casa o hermanos o hermanas
de Frigia: <Doy gracias a la madre Letó porque de lo imposible hace kr e metera ¿ patera ¿
' ttt¡,ts lhos aphéken oikian e adelphous c adelphas
posible>r2. Esta idea se encuentra también en el Antiguo Testamento (cf ., parientes abandonados es quiás-
,' l,tt,rl.Como señala Cundry'', la lista de.
Il..lttlllQqueconciernealsexo.ContrariamenteaPeschlgySchmidt20'el
4. Atribuido ya a Anselmo de Canterbury en Tomás de Aquino, Catena Aurea sobrc
Mf t9,23-26.
5. P. Minear, The Needlesls Eye, 169. ll.('f'.,porejemplo'Galeno,Sobt'eelttsodelasparfescorporales'll'14'yOrígenes'
6. Beda, Exposición de Marcos,10,24. ' ' 'ittt rt ('t'l.so
5,14.
7. R. M. Grant, Miracle and Natural Lau,, ll3. I I W. C. van Unnik' 'Alles is¡ dir móglich" Cross.38-3e.
. (.1,. R. H. Gundrj, ;;;ri';é"Á^Ei,iiy " His Apotogyfor the
8. Ct., por ejemplo, Luciano, Epístolas Saturnales l, 19. I

9. Cf. Jerónimo Contenl¿trio a Mafeo, sobre 19, 24-26 y R. H. Gundry, Mork. It,. l;ilirrr, Sobre Abrahán, l12'
.1
;;;;;;;'"^lo'w"onn tu úe Svnopric Gospels' 20^ó' nota 89'
Contntenlont on His Apology.for the Cross,565. I / l'. Fl. Schmidt,
10. Cf. Perisstis, BDAG 805 (3) y Perissos, BDAG 806. I s l{. Il. Cundry, M;i.'í Ct;;;'''to'v o'Ii¡t Ápologt for the Cross' 557 '

I l. R. M. Granf, Mirocle and Notural Law, l2'7. l'). ll. Pesch' Dás Markusevangelium2'149'^
Gospels' 115'
12. Cf. W. M. Ramsay, Cities and Bishoprics of Phrygia l, 153. 'rr '1 . 1.. Schmidt, A.tiiii'y tofuealth in the Synoptic
Cu¿trtu sección princi¡tu! (Mc. 8, 22 t0, 52) Mc 1 0, 23-3 L Contentario 843

orden no es de importancia creciente ya que en las sociedades patriarcult.s


r l:,,rr .1. 26; 8, I8), muestra que el (tiempo)) puede ser sinónimo de <edad>.
los herrnanos son más importantes que las hermanas y los padres quc
rrs l" ' ,rcr itrn.nente, en el mismo siglo I, 4 Esd. 7 .50 dice explícitamente que
hijos. Elorden es diferente en eltexto de Lc 14,25-211cf. Mt to,
e iz-¡.)t, I rr, r', lur hecho no una edad, sino dos:5. Asimismo 2 ApBar. 83, 8 amenaza a
donde tenemos padre / rnadre / hermanos / hennanas; esta secuencia
csrir l, ' . l)( cadores con la exclusión de <ambos mundos)) (utrumque saeculum).
apoyada por EvTbm.55 (cf. también EvTom. l0l). puede ser que t ¡, rriur.rcnte, en la literatura rabínica (este mundo>> ('ólam hazzeh) y el
Marc.s.
consciente de la tensión entre el quinto mandamiento y la orden . rrrrrntkr clue viene)) ('ólam habba) se usan preferentemente en vez de <esta
de Jesirs
de abandonar a los padres (cf. c,omentario a 10,2g-31).hayapreferido , ,l.rrl,'y <la edad futura>, pero estos dos modos de expresión son similares,
urrrr
fbrma del texto que cambia la referencia ar abandono J" rÁ p.og"nitorcs
rr t,r,,to rpls la edad por venir está ya presente en el mundo divinort'.
un lugar menos destacado, cerca del final de la fiase. ll. l)ero muchos primeruts serán los tiltimos ftiolloi ¿le esontai protoi
o campos l0 agrousl. La ref-erencia a los campos (cf. 10, 30) llega , ,, lr,rtrtil. <Muchos>, que falta en el paralelo de Q (Mt 20,16 ll Lc 13, 30),
t.r
pemente tarde y puede haber sido añadida por Marcos para , un() (le los vocablos favoritos de Marcos. Es posible que el autor haga
unir ,r-urr,r,,
pasaje con el anterior, en el que el hombre rico parece considerado
co.l. ,lr,,r()n con su empleo a la <posibilidad imposible) que algunas personas
un terrateniente (cf. las notas a <No matarás)), etc.)) en 10, l9 y <pues r, ,r\ sc salven (cf. comenÍario a 10,23-27): no Íodos los que son (prime-
teníir r
muchos bienes> en 10,22). r¡,,,, ('lr el rnundo, sino sólo muchos de ellos, se encontrarán que son los
30. que no reciba el cénruplo ahora. etc.lean m?- tab( hekatontaprct.ti.. .rlrrrros>> en eljuicio escatológico (cf. I Cor 1,26-29).
na nyn en Íq kairp toufp, etc.l. Clemente de Alejandría, proporciona
urrir
versión alternativa de este dicho: <Recibirá a cambio el céntuplo.
¿curr
qué finalidad [espera] tener ahora en este tiempo campos, t on¡t'ntario
riquezas, casas y
hermanos con persecuciones? pero en la edad futura hay vi¿a
eterno. ctc-
mente menosprecia así las recompensas ((en este tiempo> como Inttl)(lttcción El hombre rico, incapaz de aceptar el reto de Jesús pa-
indignas dc
comparación con la vida eterna. por el contrario, nuestra versión r r ( ()rncnzar una nueva vida de discipulado, se retira desconsolado. Jesús
de'í dich.,
trata ambos tipos de recompensas como válidas. r,rrr¡lrrt'n. puede suponerse, quedó algo triste (cf. <movido por amor a él> en
con persecltciones lmeta dirlgmónl. como indica Schmidtrz, los
intór- l{r 'l). Entonces el Maestro se vuelve hacia sus seguidores con el fin de
pretes se han sentido incómodos con la disonancia de esta , 'rr;rr'r'para ellos algunas lecciones del infeliz encuentro.
frase en una list¿r
de recornpensas. Sobre la base de un original supuestamente I stc diálogo no es unitario ni parte original del relato, como lo indica la
arameo con rir
raíz rdp, que puede connotar tanto la búsqueda amistosa como Ia persecu- ,, l'( ntir.r¿l aparición de los discípulos en 10,23 y la tensión entre la afirma-
ción' Zimmermann:'r reinterpreta cliogntón como ((otras cosas por las quc , rrr¡¡ 1l¡ 10,25 (la entrada en el reinado de Dios es irnposible para el rico) y
las que la gente se esfuerza>. En Marcos, sin enrbargo, diognLs l r ,r',r'r craciófl de 10,21 (Dios puede hacer que ocuffa lo imposible). Marcos
significa
<persecución>> (cf.4, l7) y es rnás probabre que la frase t' rr, L c haber construido la conversación a partir de dichos preexistentes: el
r"u unu ins-ercirirr
marcana para recordar a la comunidad que su participación en ¡,','r r'r'bin sobre el ojo de la aguja en 10, 25, la promesa de recompensas por
el reinado clc
Dios no la sitúa fuera del teatro del sufrimiento terrenaFr. , Lrrt lificio en 10,29-30 y el dicho sobre el primero y el último en 10, 3l
en este tiempo... en la era por venirlen tQ kairQ toutQ... en tQ r , t \ll 10. 16 ll Lc 13, 30). La actividad editorial marcana es evidente en los
airlni tt,)
erchomenQf. En el período del Nuevo Testamento el dualismo . , r',rt'ultrs de enmarque (10,23-24.26-27.28), plenos de vocabulario redac-
entre (esta
edad/esta eraD o ((este mundo> de tribulación escatorógica (cf.4, , r, ,r r;r I v de temas marcanos (cf. <en derredor>, <asombraron>, <<de nuevo>,
r9: <ras
preocupaciones de este mundo>) y la <era por venir> o-<<el mundo ,, ,,¡rorrtlió y drjo>, <admiraron>, <se decían entre ellos)), <todo>, <comenzó
futuro>
se hace común. I Henoc, por ejernplo, contrasta <este r ,l, t ir'>>. <te hemos seguido>; la posibilidad divina de hacer lo imposible y la
mundo de injusticia>
(48,7) con el <rnundo por venir> (71, I5) y Mt 12,32 dice que qu. , .,'ruloria de los discípulos). El evangelista puede ser responsable también
el
blasfema contra el Espíritu Santo no será peráonado <en esta edád ,1, r r('t.t()s toques individuales en otros versículos, como (campos> y <por la
ni en l'
futura>. Tarnbién Pablo habla a menudo <<de esta edad> (Rom 12,2;
I Cor I'r, rlr nuevá)>, <ahora, en este tiernpo> y (con persecuciones> en 10,29-30;
2,6.8: Gal l,4, etc.) y su empleo de la expresión <el tiempo , I ,,¡11¡¡¡ hcrmanos / hermanas / madre / padre en 10, 29-30 y <muchos> en
(ho nyn kairos), que utiliza en contextos eicatológico, .n ótro,ir"r.n,", trt I I . que son todas expresiones torpes o corresponden a temas marcanos
lugarcs
t, I trt)t(t.\ a (que haya dejado casa, o hermanos o hennanas o madre o padre
,, lrrl,,s,, y (o campos)> en 10, 29 y <<con persecuciones> en 10, 30).
21. Clemente de Alejandría, euién es el hombre ric.t¡,4, 10.
22. T. E. Schr¡idt. Hostilit¡t to Wealth in the S)tnoptic, Gospels.l l5_l 16.
23. F. Zirnmerr¡ann, Arun¡oic Origin of the Four' Gospeli, g0_91
24. Cf: C. Myers, Binding the String Man.2j6.
. '' ( l.nrásejemplosdeesteconceptoen4Esdras.cf.M.E.Stone,FourthEzra,92-93. I

'r' ( 1. / llen.7l, l5yP.Volz. Eschatologie,64-66. I


844 Cuarta sección principal (Mc g, 22_10, 52)
\1, lll 'i i I I t'ntt ilt,u ttl

Formalmente, el coroquio entre Jesús y ros discípulos


se divide en rr.s I I rt'l;rlo no tlct'llurr lr llrzrin tlc lir sot¡ttcslr rlc los tliscí¡rtrkls artte la cx-
plrt"lt 10,23-27 y 10,28-31, cada una de las cuales finalizacon
un provcr ,l.rrr.rr ron r¡r¡t irl tle .lcsirs. ¡lcro al ¡lrlcccr concicntc a la actitud negativa
bio-(10, 27c;10,31). En la primera, las enseñanzas de Jesús
sobre el perigr. ,1, I \l.rt':,lro lrlrei¿l ll rit¡ttcza. l,a sorpresa sc produce dada la sintonía de
de la riqueza alternan con las expresiones de asombro por
parte de los apris, 1,, ,lr',t r¡rrrlos con cicrtas tladicioncs dcuteronómicas y sapienciales que
toles. Tal subdivisión queda enmarcada por un par de versícuros
en los qrrc ,'ilt.ril('il t¡rrc los c¡uc obcclccen los rnandamientos de Dios serán recompen-
el Maestro mira a los discípuros y decraia la dificultad de entrar
en el reirr' {,r 1, , . ( r )n lrr ¡rros¡rcridad en este mundo (por ejemplo , Dt 28, 1 -6; Prov 10,
de Dios. En la segund a parte,la afirmación de pedro de que
los áiscipur.,* ' ' I , l, I I. l7). lguahnente, hay una evaluación positiva de la riqueza en
han hecho lo que Jesús pide va seguida de una promesa
de éste sobre ras rrrr, lr,r: ¡rlrsirjcs clc Ia literatura grecorromana desde Homero en adelante3o.
recompensas de tal sacrificio. Así, mientras la piimera
sección acentúa cr ''n ' nrl):ulto, incluso la tradición sapiencial del Antiguo Testamento no es
coste del discipulado, la segunda destaca sus recompensas.
rrl, ,lur\()('iuncntc positiva sobre la riqueza(cf., porejemplo, Prov I1,28; 16,
rr l', I I t); 22, I ; 28, I l) y existen ásperas críticas aellayexaltaciones de la
10,23-27. Los peligros de la riqueza. Cuando el rico se va (10,221,
_
Jesús se girapara dirigirse_a sus discípulos (10,23a), t,,,l,rr'z;r e n otros lugares del Antiguo Testamento, sobre todo en los Profetas
gesto que rrgi"." 1,, rl,',r ' l( nrl)lo, Is 10, l-4;53,9;Am 2,6-8' Miq 20, l-5). También los salmos
importancia para ellos de ra cuestión-que ha p.ouo"udo la
marcha de esc ,l',l,r,r¡r r'orr ll'ecuencia al pobre, cuyo única esperanza es Dios y critican al
hombre. considerando ra cariñosa reaóción d! Jesús
u tu pr"g;iu ini"iur
de.l hombre (10,2r), su excramación <¡cuán difícilmenté
r r,
', ( lr(' los cxplota y persigue (por ejemplo, Sal 10, 2-ll1, 12, 5:37 , 12-22).
en"trarán en cr I I ¡rrrIrisrrro posterior sigue este modelo, por ejemplo, en Filón3r y en círcu-
reino de Dios los que tienen riquezas!> (to, z:u¡ significa
p.ouauil-"nt. l,' . ,r¡r,'.. ''¡¡'.,,¡cos como los representados en I Henoc 94-98. Pensadores no
no sólo un veredicto negativo sobre su retirada, sinJtambién
la decepciórr ¡r,lr,'', rrtlopt¿ln también con frecuencia una actitud crítica hacia la riqueza;
y la sorpresa de que alguien se oponga a la oferta de un tesoro en el ciekr I'l,rr.rr. ¡rol c.jemplo, distingue la riqueza verdadera que procede de una vida
por amor a las recompensas terrenales (para otro ejemplo
de sorpresa por l¡r, n,r \' ¡rrudente de los tesoros falsos del oro32, y los cínicos sobre todo se
parte de Jesús, cf. 6, 6a). Dentro der relafo del <misterio
der reino de Dios> ,r',.trror'r lcroces en su desdén hacia los bienes materiales33.
(4' 1l), esta exclamación es un nuevo reconocimiento de
la desconcertan- ,\r,i ¡rrrcs, no es evidente de inmediato por qué los discípulos en Marcos
te providencia que permite que ra palabra divina, supuestamente-oÁnipn-
,¡rr,,l,rrr sorprendidos y con la guardia baja ante la denuncia de la riqueza
tente, encuentre una resistencia misteriosa de fuerzai
negativas como <ras |" '| | r |; r tc tlc Jesús, especialmente cuando ellos mismos han subordinado ya
preocupaciones del mundo y la seducción de la riquezulcf.
4, lg)2;. , | ,rrr',r;r dc riquezas a la llamada del reinado de Dios (1, 16-20; cf.2, l4),
Si la declaración inicial de Jesús en nuestro pasaje contiens
un rr,, lr':rl c¡ue Pedro aludirá enseguida (10,28; cf. 6, 8-9). La discrepancia
to de sorpresa, el asombro de ros discípulos ante tá respuesta "I"n'"n-
es aún ma- rrr, lr;¡ ¡¡1¡¡;¡d6 inadvertida a los comentaristas, que han tratado de explicarla
yor ( 10, 24). ciertamente, toda esta primera subdivisión
de nuestrá furui" ¡','r ,lrstirrtas vías, como un exagerado hincapié en los aspectos positivos
altema referencias del Señor a las dfficultades de la entrada
en h básik¡(t .1, l;r :rctitud antigua hacia la riqueza3a, o la sugerencia de que los discí-
(10,'> y las descripciones redaccionales
,2.246-25.27) del escándalo poi pur- ¡rrl'., est¿rbaÍl altruísticamente preocupados por otrosrs. Resulta plausible,
te de fos apóstoles (10,24a.26):
u ''nll)iu'go, que la comunidad marcana contara entre sus integrantes con
10,23 Jesús: Es dificil para un ¡ico entrar en el reino de ', r¡rc ric¿r (cf. 14, l-9; 15, 40-4I) y que la reacción sobresaltada de los
10,24a Asombro de los discípul os (ethambounto) Dios ,1r., r¡rrrlos a las palabras de Jesús reflejara la consternación de esos miem-
lO,24b Jesús: Es dificil (para todos) entrar en el reino de
Dios t'¡, , ' . ('ieftamente, una comunidad como la de Marcos habría necesitado
10,25 Jesús: Es imposible para un rico entrar en el reino de
Dios
'
, )nos ricos si algunos de sus miembros hubieran seguido ya las perento-
10,26 Gran asombro-de los discípulos
Qterissós exepléssonto)
I ' rr r

, r . r lir cctrices de I 0, 29, apartándose de la unidad primaria de subsistencia


10.27 Jesús: Es imposible para los sires humanos, pero no para
Dios ',
,, ',n(l¡nica en el mundo antiguo que era la familia. Por tanto, algunos de
l , , rrrrr¡nidad marcana sintieron probablemente un alivio al oír a Jesús de-
. S.e percibe una progresión desde ra dificultad a la imposibilidad, desde el '
rico hasta todos los seres humanos y hacia niveles cadi vezra,
giuno", a"
asombro por parte de los,apóstoles2s. Al finar, sin embargo, rr) ('f. F. Hauck-W. Kasch, Ploutos,319-323; S. E. Dowd, Prayer Power and the
ra om"nipotencia
- t ,,,1'l, tu ttl Suffering,76.
de Dios triunfa sobre la desconcertante incapacidad
de Iás humunorri. rl ('1. T. E. Schmidt, Hostility to Wealth in the Synoptic Gospels,T6-84.
\ '. I'latón, Repriblica 7 , 521a.
27. E. Best, FollowingJesus,16g. rr. ('l.,porejemplo,A.J.Malherbe,CynicEpistles,queinoluyeuníndice,cf.Plouteó,
t l,,utt.() y PloulOs.
?! q{ S E. Dowd, prayer, power, and the problem
29. Cf.E. Schweizer, The Good
of Suffering,T6_77. il. ('Í.,porejemplo,S.E.Dowd,Prayer,PowerondtheProblemofStffering,T6.
News,arro,aiijiá fuá*,its:f'cirtua, EI Evangeti,, r\. ( f'., por ejemplo, Juan Crisóstomo, Homilías sobre Mateo,63 [sobre 19, l6].
según san Marcos 2.97.
it' ('f. P Minear, The Needles'.s Eye, 166; K. C. Reploh, Lehrer der Gemeinde, 196.
Mc l(). 23-3 I . Cttntenlurit¡ 847
846 Cuurta sección principol (Mt'Í), 22--10, 52)

clarando al final que la salvación de los ricos, humanamente imposiblc. t'r,r ,,, /
'¡. -ll St 2, 5). En el pasaje presente, sin embargo, Jesús cambia el terra
posible para el poder de Dios ( 10, 27). t, r.onV€rS¿ción sobre el conjunto que se salvará al agente de la salvación,
Lr
Sin embargo, antes de que pueda deducirse esta conclusión alentarkrr':r, ,,rrrl,¡r¡¡do su Conclusión con esa suerte de mirada CariñOsa cOn la que
Jesús incrementa el asombro de los discípulos afirmando que la entra(lu ('n , lr.rlrirr clirigido al rico en la historia precedente (emblepsas, 10,21): <Y
elreinado de Dios es difícilno sólo para elrico sino para todos (l0,2.llr ,,,,r,rrrtl6¡)s, á¡o Jesús:'Para los hombres es imposible, pero no para Dios; I

1,il, , ltrtlo es posible para Dios')) (10,27). A causa de esta vinculación


25). Esta advertencia recuerda el f'amoso dicho de Q que habla de la pucltir con
estrecha que conduce a la vida (Mt 7, l3-14 // Lc 13,23-24) y, como at¡rrr'l I t,.r.rrie a¡terior, hay que relacionar probablemente el verbo con la gracia 1

dicho, el presente expresa un sentido típicamente apocalíptico de que la srrl ,t,\lr:¡ (l¡c transfbrma lo imposible en posible, creando un nuevo pueblo
vación está rcstringida a unos pocos, los que están dispuestos a un duro srr t, t)r()s ¿l ¡rartirde un material humano Sin esperanza..., una interpretación
crificio(cf.,porejemplo, 4 Esd.7,59-61; TestAbr A ll, ll;cf. Mc 13, llbl ¡,,,¡;¡1f¡¡ pir la palabra <hijos> en 10,24 y por el eco
en 10,27 del anuncio
Sin embargo y al mismo tiempo, el <reinado de Dios>, incluso en los diclro., ,,, ,,.lrt'o cn Gn l8 sobre un nacimiento milagroso que llevará a lsrael a la
que hablan de <entrar en)), conserva el sentido de la acción divina respccto , r( nci¿l (cf. nota a (para los hombres es imposible>)' etc' en 10'27)'
a qué seres humanos pueden incorporarse a él (cf. comenfario a I 0, I 3- I tr ),
y en nuestro caso particular la declaración de Jesús está introducida ¡lrr 10. 2tl-31. Las recom¡tensas del discipulado. Pero el aserto de que la
la palabra <hijos> (v.24), que implica que los discípulos gozanya de unrr ,lr.rr'itin se produce por una acción milagrosa de Dios más que por los
relación filial con Jesús. Por consiguiente, incluso esta estricta advertcncrrr tU(.r./()s cle los hombres (cf. Rom 9, l6) no implica que todas las acciones
sobre las <exigencias para los que entran)) está lejos de ser una exhortaciirrr lrrrrrr,lrirS tengan el rnismo peso en labalanza divina, extremo que resulta
a ingresar por los propios medios de cada uno en el reino de Dios. | ,il,,ililo en la segr.rnda subsección de nuestro pasaje: 10,28-3 l. Este seg-
Esta observación, sin embargo, no disminuye la seriedad de la advcr ,,,, nro llll'rativo tiene su punto de partida en la afirmación enfática de Pedro
tencia sobre el óbice que suponen las riquezas parala participación err ll ,' t nt¡ttta <hemos dejado todo> en 10,28) de qr-re él y sus condiscípulos
marcha triunfal de Dios en el mundo, que Jesús repite en 10,25. Mientr¡¡s r,rt,r.ril lrccho ya lo que el hombre rico no se había decidido finalmente a
que los seres humanos piensan generalmente en la riqueza corno un bicn , r r n¡rl ir.. u saber, dejar todo para seguir a Jesús ( 1 0, 28). Este
responde con
absoluto que proporciona el acceso a una vida plena, Jesús la describe parir '1,, l.rurs sentencias que son en gran parte simétricas (10,29-30):
dójicamente como un impedimento para el logro de lo que es realmente inr
portante: <Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja quc un ( )\ rseguro (arnén) que nadie hay, que haya dejado
rico entre en el reino de Dios> ( 10, 25). Esta imagen, deliberadamente glo cilsa
tesca, utiliza ideas tradicionales. El camello, que era el animal más grarrtlc o hen.nanos

nativo de Palestina, era proverbial por su tamaño, mientras que el ojo clc lrr
n'j'Hitio,.
"
aguja era proverbial por su pequeñez (cf. nota a <<Es más liicil que un canlc
llo pase por el ojo de una aguja> en I 0, 25). La consecuencia obvia de estc o hijos
punzante dicho, tomado aisladamente, consiste en que es imposible para e I o campos
rico entrar en el reino de DiosrT, una suposición, sin embargo, a la quc st. por rní y Por la buena nueva,
ha opuesto una tenaz resistencia en la historia de la interpretación (cf. tlc ,¡rre tto reciba el céntuplo ahora, en este tiempo:
nuevo la nota a <<Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguiir,' eilsas
en 10, 25). Más preocupante aún ha sido el encaje de este dicho con la af ir y heruranos
y hermanas
mación de Jesús sobre la dificultad general de entrar enla basileia divinir.
lo que implica que el número de los que finalmente lograrán introducirsc c¡r ,,":T;,",
ella es, ciertamente, muy limitado. La respuesta de los discípulos está ¿rsi y campos
justificada: <¿Quién... puede salvarse?> (10,26). La Peshitta traduce cste con persecuciones,
último verbo por <vivir>, dejando así muy clara la relación temática con lrr r lrr r itla eterna en el mundo por venir.
pregunta del hombre rico sobre <conseguir la vida> en 10, I 7.
La respuesta lógica a la pregunta de los discípulos parecería scr Quc r'l | ,,rrr sintetría destaca la afirmación de que no se perderá nada irnpor-
pobre es quien será liberado en el eschaton y ésta es ciertamente la respucsl;r r,rr( .r (ilusa del discipulado; en verdad, los elementos abandonados serán
que daJesús en otros lugares de la tradición (Lc 6,20:cf. SalSl.l0,61 7i,.r ,, rrtlr(l()s al ciento por uno. Pero hay también un contraste asombroso
,,r', l:r ¡rlótora de beneficios prometidos para <este tiernpo> y la única
37. Cf. S. E. Dowd. Pru.t,er, Pov'eti untl the Pn¡bletn of Suf/bring.76. , ',,,,,1,.,rr. garantizada para la edad futura, lo que implica que esa, la vi-
I

848 Cuarta sección ¡trincipal (Mc B, 22 10, 52) Mc 10, 23-3 l: ContenÍario 849

da eterna, es más valiosa que todas las ventajas de la edad presente. lrs , ,'rnplración y el contraste se intensifican porcuanto este mandamiento pro-
también significativo que el sintagma ((con persecuciones)) ocupe un lugirr tt' lrendiciones a quienes honran a sus padres, y las tradiciones posterio-
',r,
paralelo a la precisión <por mí y por la buena nueva)): compartir con Jesírs ,, , ¡rrtlías interpretan esas bendiciones como válidas no sólo para el mundo
su proclamación de la buena nueva, cargada de poder, significa tambiú'¡r rr r':cntc, sino también para el futuro (cf., por ejemplo, Dt. Rab. I, 151, Sipre
¡

tener parte en sus sufrimientos (cf. Flp 3, l0). It, ttt. 336). Hay una discordancia, pues, entre el quinto mandamiento, que
Estos versículos hacen hincapié en que seguir a Jesús puede suponcr' , rr t'l Antiguo Testamento y la tradición judía promete bendiciones en esta
una separación dolorosa de los miembros de la familia (cf. l, l8-20; 13. r r,lrr v en la próxima a los que honran a sus padres, y la tradición de Jesús
12-13), pero a la vez prometen que los cristianos descubrirán una nueva f'¿r- ,tu( lrl)rnete bendiciones similares a los que los abandonan.
milia en la Iglesia, así como nuevas ((casas)) (u <hogares>) y <campos>. Lrr Sin embargo, la idea de rechazar a los padres por el reinado de Dios
referencia a campos es interesante ya que recuerda Hch 4, 32-37, donde un rr, rrt' tuurbién un precedente veterotestamentario en la descripción deutero-
hombre rico vende un campo y pone los beneficios a los pies de los após- r rr ,r I ric¿r de Leví, <quien dijo de su padre y rnadre: 'No los tengo en cuenta';

toles; este pasaje entero, con Hch 2,44-45, proporciona una imagen gráficir I , r í rro hizo caso de su farnilia y no consideró a sus hijos> (Dt 33, 9).
de la <familia> cristiana en Jerusalén que comparte todo y que apoya a los Lr rnr¡rortancia continua de este texto del Antiguo Testamento para el ju-
necesitados entre ellos gracias a la generosidad de los ricos. Aunque estc ,l,rrrnro posterior está bien atestiguada, pues aparece citado en Filónr" y en
cuadro sea una idealización, no hay duda de que los cristianos primitivos l, . nurnuscritos del mar Muerto (4QTest 14-20)40' Hengelar piensa que este
'
eran conocidos por su apoyo rnutuo, considerado a veces excesivo por los ¡'.r',;r¡c influyó en los revolucionarios de la guerra judíar2, cuyas actividades
extraños; Tertuliano, por ejemplo, dice que los enemigos de los cristianos li,rnriul probablemente el transfondo de la composición del evangelio de
los acusan de amarse mutuamentes8. \1.¡rr'os (cf. la Introducción en el vol. l, 52-58). Aparte del influjo de Dt
Tal filantropía procedía del sentido de los cristianos de que eran miern- I i (). varios pasajes de 4 Macabeos hacen hincapié en que el amor a Dios
bros de la familia escatológica, creada por la acción de Dios en Cristo. Estc r .r srr Ley es superior a las relaciones familiares (2, 10-12.13,23-14, l:
conciencia de familia aparece por todas partes en el Nuevo Testamento (cl. I ' 1.8.14.24) y los de fuera comprendieron bien esta valoración judía;
3,34-35; Jn 19,26;Rom 16, l3; I Tim 5, 1-2,así como el ubicuo apelativo I .rr rlo. por ejemplo, describe a los que se convierten al judaísmo como
<hermanos>) y tiene profundas raíces en el Antiguo Testamento y en cl ,,, nt('s ¿r quienes se les ha enseñado <a despreciar a los dioses, a no tener
judaísmo del Segundo Templo. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento y , rr r'uclrta su país y considerar en poco a sus padres, hijos y hermanos>>ai.
en textos judíos intertestamentarios se llama con frecuencia <hermanos> tr lr, ,ull¿r significativo que este pasaje, así como la sección de José y Asenef
los judíos (cf., Dt 3,18:24,7'.2Mac l, l, aunque en las nuevas traduccio- rrL lr'ionada anteriormente, trate de los que se convierten al judaísmo; los
nes <inclusivas> queda oscurecido) y se concibe a Dios como el patriarclr ,
"n\crtidos al cristianismo, como los miembros de la comunidad marca-
del clan ampliado de Israel (cf., por ejemplo, Ex 4,22: Os I l, 1). A veccs. ,'.r r'r¡lcrimentaron indudablemente una alienación similar respecto a sus
además, la literatura judía reconoce que la familia de Dios puede hallarsc LrrnrIi¿rs naturales.
en competencia con la natural. Por ejemplo, en una descripción larga y pro- ,,\¡rarte de esta tensión con el quinto mandamiento, lo más asombroso de
fundamente emotiva de su conversión al judaísmo, Asenet describe cónto l,r lrstir cle miembros de la familia perdidos y hallados en 10,29-30 son sus
su madre y su padre la han abandonado y han llegado a odiarla, y dibuja srr ,1,', onlisiones. Primera, no hay referencia ninguna al abandono del marido
huida hacia el Dios de Israel como la de un huérfano hacia un padre adopti- ,, ,1,' lrr csposa, lo que concuerda con la enseñanza de Jesús sobre el matri-
vo (José y Asenet, ll-12). Al hacersejudía y casarse con José, Asenet entrrr rrrrrr¡¡1¡ l¡ldissluble en 10, l-12; es lógico, pues, que Lucas, cuyo Jesús habla
en una nueva familia, el pueblo de Israel, cuyos miembros son todos <hijos ,',tltttt'ttÍa del abandono de la esposa (18,29; cf. 14,26), omita también la
del Altísimo>> (16, 14; cf. l QH 11 l9l, 34-35). , l, ,r I r irr¿r sobre el matrimonio indisolubleaa. Segundo, no hay tampoco refe-

Sin embargo, hay algo en lo que nuestro pasaje es más radical que krs ,, rr, irr ulguna a los padres en la lista de nuevos parientes en 10, 30, aun cuan-
precedentes, ya que habla de abandonar a los parientes más que de ser aban ,1,, ',1'¡¡¡1 mencionados en la lista de miembros abandonados de la familia en
donado por ellos. Esta actitud más agresiva, manifestada también en otros I t I .'() (J. 34 también omite la mención de los padres: cf . nola a <mi madre>

lugares de la tradición sobre Jesús (cf. Mc l, 18-20; Mt8,2l-22 /lLc9,5()- , rr i..15). Es probable que Dios tome el lugardel padre terrenal, como en
60; Mt 10,34-36 ll Lc 12,51-53), entra en tensión con el quinto mandamicn
to, que manda honrar al padre y la madre (Ex 20, l2 l/ Df 5, 16), precepto i'). lr¡l¿)n, por ejemplo, en Inferpretac'ión alegórica l,52' Sobre la entbriaguez,T2.
que el Jesús marcano acaba de citar con aprobación en 10, l9 (cf. 7, l0). l.rr lo. ( 1.Josefo, Bell.2,134.
I I N.4. Hengel. The Zeulots, l48.
l ' ( 1. Joseflo, Ant. 18.23.
38. Tertuliano, Apología,39; cf. Luciano, MuerÍe de Peregrino,12-131. D. J. Constl¡r I i. f ricito. Historias.5,5.
telos, Byzantine Philanthropy and Social Welfare, ll-16. I I ( 1. E. A. Clark, Constraining the Body, 160.
ti
Cuarla sec'ción principal (Mc B, 22 10, 52) Mc 10. 32-34: Notas 8sl

Sal 21, 1 0; I QH 17 l9l, 34-3 5; y en Jos é y As enet 1 | -12 (cf . 23, 9- I 0)45. Pero ' ,' l(). donde Pedro dará un paso más y se autocalificará como la única
teniendo en cuenta el hecho de que Jesús acaba de referirse a los discípulos , rt e¡rción a la profecía de Jesús de una apostasía general, un aserto que su
como a sus propios hijos (10, 24) y la posible imagen patemal cuando toma rr, r'rción posterior del Maestro demostrará ser falso (14,37.50.66-72). Asi
a los niños en brazos en9,36, más su bendición a los pequeñuelos en 10, l,'', tliscípulos, que piensan en ellos mismos como <primeros)), se podrían
1 6 y su mirada cariñosa en I 0, 2 I (cf. los comentarios a 9, 36-37 ; I 0, I 3- I , r( ontrar al final descalificados por el mismo principio de inversión esca-
(r

y 10, 2l-22), es también concebible que Jesús mismo actuara como figur¿r r,'lrl"jg¿ en el que han confiado (cf. lCor 10, 12)46. Este no es el interés
paterna para los cristianos marcanos que <habían quedado huérfanos>. Qui- ¡'r rrrcipal de 10, 3l (cf. nota a <hemos dejado todo> en 10, 28), pero da un
zás pensaba Marcos tanto en Dios como en Jesús como padres adoptivos dc rrrrrliz inquietante al final del pasaje.
los discípulos; en el cristianismo primitivo la idea de la paternidad de Dios l.a yuxtaposición de 10, 3l con la predicción de la Pasión en 10,32-34
no excluía necesariamente la presencia de otros padres espirituales (cf., por .u,icr'c una posibilidad exegética más ominosa aún: si el primero será el úl-
ejemplo, 1Cor4, l5; Gal 4,191'Flm 10;y el empleo del vocablo <padre> rrn(). cntonces Jesús, que por sus derechos es el <primero> (Col 1, 15), debe
entre los rabinos y en el monacato cristiano). lr,r( clse el último y el siervo de todos por medio del sufrimiento y la muerte
El Jesús marcano promete que todas estas nuevas relaciones familiarcs I'rrrt:rl y vergonzosa enla cruz (cf. 10, 45; FIp 2,6-8); pero si el último será
se multiplicarán cien veces para los discípulos fieles, así como las <casas> , l ¡rrinrero, hay también esperanza de que é1, con cuantos Io siguen <en el
y los <<campos> ( 10, 30). El sintagma <ciento por uno), más la referencia a , ,rnino) del sufrimiento y la muerte, experimentará el poder de la resurrec-
la buena nueva en 10.29 y las lrases (<en este tiempo> y <con persecucio- , r.rr cscotológica precisamente porque ha transitado por este camino (cf.
nesD en 10, 30, recuerdan la parábola del sembrador, que emplea también I l¡r J,9-ll). El evangelio de Marcos apunta así hacia una doble inversión:
<el ciento por uno)) para hablar de la bendición escatológica engendrada , I ¡rlirrrero será el último para, al final, convertirse de nuevo en el primero.
por <la palabro en una edad dominada por la debilidad, las pérdidas, el su- Lrr el siguiente pasaje, esta doble inversión hallará su expresión marcana
fiimiento y la muerte (cf . nota a <treinta, sesenta y ciento por uno)) en 4, 8 y r,r:rs crplícita cuando Jesús aluda al cumplimiento de las esperanzas mesiá-

comentario a 4, 3-8). Así, la terminología de 10, 29-30 apunta no sólo hacia rrr, rrs (cl Hijo del Hombre que se acerca a Jerusalén), su descenso al valle de
una escatología futurista (<y la vida etema en la nueva era por venin), sino l,r nruclte y su resurgimiento de ese valle <después de tres días>.
también hacia una escatología parcialmente realizada; la nueva edad entra
ya con fiierza, pero para verla hay que tener los ojos abiertos para distinguir
el poder que nace en medio de la debilidad (<con persecuciones>). I I .lr sús pRoFETrzA su MUERTE y RESURRECCIóN poR TERCERA vEZ

Este contexto escatológico lleva al versículo final de la perícopa, la fh- tlo.32-34)


mosa declaración de que los primeros serán los últimos y los últimos, los
ll) rrEstaban de camino subiendo a Jerusalén y Jesús iba delante
primeros (10,31;cf.9,35). Elflujo del pensamiento en el pasaje sugierc
que muchos de aquellos, como el hombre rico, que han tratado de hacersc ,l, t'lltls; y estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Y
los <primeros> manteniendo sus propiedades y sus relaciones familiarcs l.r¡¡¡¡¡¡ds de nuevo a los Doce, comenzó a contarles las cosas que iban
estables (en este tiempo>, serán los últimos en el eschaton. Ala inversa. ,r ',rrccclerle: 33 <Mirad, subimos a Jerusalén y el Hijo del Hombre será
aquellos como los discípulos, que han dejado todo y se han hecho así los , ntlcsado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarána
<últimos>, serán los primeros, una posición de privilegio anticipada por la r r rr¡r'r tc y lo entregarán a los gentiles
3a
y se burlarán de é1, le escupirán
generosidad de la <vida familiau experimentada ya dentro de la comunidad r ;rzotarán y lo matarán, y después de tres días resucitará>.
cristiana. Pero es también posible interpretar 10, 3l como una advertencia
contra la arrogancia de los apóstoles que matiza la promesa dirigida a los
discípulos en 10, 30: a pesar de los privilegios que ahora disfrutan, toda- \ rll:ts
vía podrían encontrarse con que se han quedado cortos. Esta interpretación
estaría en consonancia con la representación global de los discípulos en 10, J2. Y Jestis iba delante de ellos y estaban asombrados y los que
nuestra perícopa y en el conjunto del evangelio. Esta subsección comienza l', :,.qrríun fenían miedo. Y tomando de nuevo a los Doce lkai én proagón
con Pedro que llama la atención de la aparente capacidad de los discípulos , tntt,u.\ lto lésotts, kai ethambounlo, hoi de akolouthountes ephobounto. Kai

para evitar el veredicto que Jesús acaba de pronunciar contra el rico (<Mira: ¡',t,tlttlton palin tous dódeka...l. El miedo y el asombro de los discípulos
nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido>). Esta frase anticipa 14, ,' rirr una consecuencia más lógica después de la profecía de Jesús acerca

45. R. H. Gundry, Mark. A Comntentary on His Apologl,for the Crcss,558; T. Rolt. lr, ( 1. V. Taylor, The Gospel According lo Saint Mark,435; T. E. Schmidt, Hostiliq,
Die.fom iI i a de i, 136-1 39. ,, tt,,tltlt. ll6.
852 Cuarta sección principal (Mc B, 22 10, 52) Mc 10,32-34: Notas 853

de su sufrimiento y muerte (10, 33-34), y no antes. Bedar, conscientc (l(' I s rnhs probable, pues, que Marcos tuviera la intención de distinguir
este problema, lo toma como una reacción a las dos profecías onteriolr.s r¡, , t ir.culos concéntricos de seguidores en 10,32: <los Doce>>, <los que 1o
del mismo acontecimiento (8,31;9,3l). También los lectores de Marcos r1,r¡('n)) y un conjunto de simpatizantes escasamente definidos y similares
pueden fácilmente llenar este <hueco> (cf. glosario) ya que saben quc lrr , 1r,,, ((n.lLlchos> que preparan el camino de Jesús en 11,8. La idea de los
muerte de Jesús ocurrió <en Jerusaléu y que la expresión ((en el camino)' ' ilr illos concéntricos de seguidores aparece en otros lugares en el evange-
habría de recordarles las predicciones anteriores2. lr,r 1¡¡ -1, l3-14, por ejemplo, la elección de los Doce va precedida por la
La gramática parece distinguir el <ellos>, los que están asombrados, rlc tt.rrrr;rtl¡l a un conjunto más grande de discípulos; en 4, 10la frase <los que
<los que lo siguen>, que tienen miedo; igualmente diferencia al pareccl rr , r,rlrrrn en tomo a él con los Doce> implica los dos mismos grupos; y en 8,
ambos grupos de los Doce, a los que Jesús toma aparte en privado. Ciertr¡s r I llsirs no llama solamente a los discípulos al seguimiento, sino también
manuscritos, sin embargo, simplifican el asunto omitiendo <<y los quc lo , l.r nruchedumbre.
seguían tenían miedo) (D, K, 28, etc.), o considerando como único los clos \.1. Mirad, nos acercamos a Jeruselén, etc. lldou anabainomen eis Hie-
primeros grupos, por ejemplo, sustituyendo hoi de akolouthountes (<pcro ,' ",,,1t'ttttt, etc.]. Sobre la detallada correspondencia entre esta profecía y su
los que le seguían>) por kai akolottthountes (<<y siguiéndolo>; así A y los ,,rrrrlrlirrriento en los capítulos l4 15, cf. introducción al comentario.Best
testigos del texto bizantino). Algunos estudiosos siguen el camino de estos rrrrlrt;r/ cllls la predicción omite algunos de los personajes importantes del
textos argumentando que 10,32 se refiere sólo a dos grupos, los Doce y un ,,l,rto r)larcano de la Pasión (los ancianos, los testigos falsos y el maltrato
conjunto más grande de discípulos3, o sólo a uno, los Docea. Sus argumen- t,,,r l)iu'tc de las autoridades judías). El mismo autor utiliza estas ausencias
tos son los siguientes: ¡,rr,r rlrogar por el origen de la profecía en una comunidad premarcana,
r,,1, , rt'r'istiana, interesada en la exculpación de los judíos y en la incrimina-
l. El asombro y el miedo son sentimientos muy cercanos uno del otro , r, (lc los romanos. La predicción, sin embargo, ornite también el proceso
y se atribuyen a los discípulos por todo el evangelio (cf.4,41;6,49-51, 'n
,,'ilr;ilI(), pero no el judío, lo que parece muy extraño si Marcos trata de in-
9,6; 10,24.26; cf. 16, 8), quienes parecen ser a veces un sinónimo de krs , r r r n nlll a los romanos. Es posible, pues, que las omisiones en la predicción
Doce (cf., por ejemplo, 6,1 en conjunción con 6, 30.35; y 14, 10.17.20 cn , ,1,'lrrrn simplemente al interés por abreviar un pasaje largo.
conjunción con 14, 12-14.16.32). II lliio de Hombre será entregado, etc. lho huios tou anthrópou pa-
2. Jesús va delante del grupo que se asombra y va seguido del grupo r,l,ttl¡¿;.1¡1¡o¡, etc.]. La predicción está coloreada fuertemente por el voca-
que tiene miedo. I'rl.rrio y pensamiento de los cantos del siervo sufriente del Deuteroisaías
3. Akolouthountes puede ser un participio con valor de complemento ,l ,1). -l-9 y 52,13-53,12)8. Isaías 53,6.12 LXX habla del Siervo ((entre-
circunstancial, de manera que hoi de akolouthountes ephobounto vendría a ' ,,1,,,, lparedóken, paredothé) por Dios al sufrimiento y la muerte. Pero
significar: <y ellos al seguirle tenían miedo> (cf. construcciones similarcs , r,r nrr¡crte es más el resultado directo de un <<juicio> conducido por seres
en6,49 y 14, ll)5. lrrnriuros al igual que en la profecía marcana donde el Hijo de Hombre
Estos argumentos, sin embargo, no resultan convincentes. El que los ' r.r ,,crrtregado>> Qtaradothesetai) tanto por Dios como por Judas (cf. co-
grupos se vean implicados en actividades similares y tengan reaccionss '!i, tlttu'io a 10,33-34) a los adversarios, quienes 1o juzgarán y condenarán
semejantes, no significa sólo por eso que sean el mismo conjunto; además. r rrr¡t'l'te. En Is 50, 4-6,además, el Siervo del Señor aguanta los esputos
t ' ,ttltt\'.\ntal¿ir) y los latigazos (mastigas), vocablos de la misma raíz que
los Doce son el complemento directo de paralabón (<tomando>), que en
otros lugares de Marcos implica siempre que se deja un grupo y se tomir ,tt,tt \ott,\in (<escupirán>)y mastigósoasir (<fustigarán con el látigo>) en
otro (cf. 4,36 5, 40 9,2; 14,33). En otros lugares de Marcos, además, la I rrr'os 10, 34 (el texto de Isaías se repite en otros lugares en la tradición
construcción <<ho de/hoi de> indica siempre un cambio de sujeto y en I I, ¡,, r(r (lc Jesús; no sólo en el relato de la Pasión, también enMt5,39 ll
t hoi akolouthountes está sustantivado (<los que le seguían>) y no es urr I , r, l())'). El Siervo es <exaltado> por Dios (ls 52, 13), e Is 53,10-12 pa-
complemento circunstancial6. , , , :,ul'x)ner su triunfo sobre la muerte, de modo que hay también puntos
,l' ,.ntlcto con la profecía del Jesús marcano acerca de su resurrección.
\ l( n uis, el asombro de los discípulos en 10, 32 (ethambounlo) es similar
l. Beda, Exposición de Morcos,10,32. '
2. Cf . E. BesI,
Fo I lov' i ng Jesus, 120. rl ,lt lrrs rraciones en Is 52, 15 (thaumasontai). Otra influencia bíblica es
3. Cf., por ejemplo, W. Wrede, The Messianíc Secret,276-278. ¡",'l':rlrlctnente Dn 7; cf. comentario a8,31-33.
4. Por ejemplo, R. P. Meye, Jesus and the Twelve, 159-165; E. Best, Mark's Use ol
the Twelve.2l-24.
5. C. E. B. Cranfield, The Gospel According to Saint Mark,335; E. Best, Markls Ust' I .l\est, Mark's Use oJ the Twelve,22-23.
of the Twelve,24. :r ( L .l. Marcus, The Way of the Lord, 188-190 y R. E. Watts, Jesus'Death,134-136.
6. Cf. R. H. Gundry Mark. A CommenÍaryt on His Apology for the Cross, 570. 'r t l. l). C. Allison, The Intertextual Jesns,107-109.120-122.
854 Cuarta sctción prinr'ipal rMc B,2) 10.521 ll4c 1 0, 3)-34: Conettlario BJ5

Comentario ,,, ,, lurlría sucumbido (cf. Jn 6,66-69). La gramática rlarcana parece dis-
r,rlur tl'es subconjuntos dentro de este grupo de acompañantes: los que
Introducción Tras su encuentro con el hombre rico ( 10, 17 -22) y la crtst' rrl,¡'¡¡¡¡ gs¡ Jesús, que están asombrados; <los que le siguen)), que tienen
fianzaa sus discípulos sobre los peligros de la riqueza (10,23-3 1), Jesúrs rc 'rrr,
rlt). y los Doce, a quienes Jesús instruye en privado (cf. nota a <y Jesús
toma con sus seguidores la subida a Jerusalén desde las regiones de Judcu I ,l',r tle lante de ellos, etc.) en 10,32).
Transjordania (cf. 10, 1). Por el camino habla una vez más del destino quc le I I sintagma <subir a> aplicado aquí al primer grupo, pero también a
aguarda en la ciudad santa. Esta es la más detallada de las tres prediccioncs r, ,u\ v ¿l los Doce en 10, 33- es apropiado para referirse a un viaje a Jerusa-
de la Pasión que marcan la sección central del evangelio (8, 3l-33; 9, 30--ll, l, r ,(un¿l ciudad construida sobre una colino (Mt 5, 14), a unos 800 metros
10,32-34). Como nota Ninehamr0, esta predicción se lee ((colno un progrir ,,1'rt'cl nivel del rnar. Sin embargo, debido precisamente a esta relación
ma impreso del drama de la Pasión>> y los acontecimientos profetizados se ',rr lrr ciudad santa, <subir> en el Antiguo Testamento tiene asociaciones de
cumplen a la perfección en lo que sigue del relato: Jesús es entregado a urrrr ¡', r, r,r irración espiritual (cf., por ejemplo, Sal 122, 1.4; ls 2,2-3), que en el
rnultitud dirigida por los sumos sacerdotes y escribas (14,43-50); éstos kr I r, r¡t('r'()isaías (40, l-l l) se funden con la noción del <carnino>> liberador de
condenan a muerte (14,53-64) y 1o entregan a las autoridades paganas ( I 5. I r, ,', l)or el que éste conduce de nuevo a su pueblo exilado a la tierra sagrada
r

l); éstas lo sorneten a burlas y tofturas (15, l5-20a); lo ejecutan (15, 20b ' rr rrrr rcto salvador de guerra santara. Marcos tiene probablemente en mente
37); y después de tres días resucita de entre los muertos (16, l-8). , t, ¡rlrsuje y el tema general deuteroisaíaco del <camino)) en todas partes
Puede sospecharse, basándose en las correspondencias con lo que lucgo ' l, l,¡ sccción central de su evangelio (cf. la introducción a 8,22-10, 52), y
se relatará, que esta predicción detallada de la Pasión es en gran parte oblrr l, lrrse c¡ue describe a Jesús que va delante de sus discípulos <de camino>
de Marcos, sobre todo cuando se la compara con las fonnulaciones Iulrs t,r, r:r.lcrLrsalén puede despeftartambién los recuerdos de diversos asaltos a
vagas en 8, 31 y 9, 3l (cf. nota a <<era necesario que, etc.> en 8, 3lrr). Pcro l' , rrrtlrrtl, ir-rspirados en parte por la visión deuteroisaíca de la guerra santa
uno sospecha también que si el evangelista hubiera escrito libremente, hlr. r, ( l('ntora. En 2 Mac 10, l, por ejemplo, leemos que durante el proceso ce-
bría compuesto una frase más llana que la de 10,32, que muchos escribls r rr,rl tle Ia rebelión macabea <[Judas] Macabeo y sus hombres, con el Señor
posteriores se sintieron obligados a cambiar (cf . nota a <y Jesús iba delantc ,¡rr, 1¡5 conducía (tou lqtriou proagontos autous), recuperaron el santuario
f

de ellos, etc.) en 10, 32). Quizás en la fuente de Marcos la referenci¿r ¡r l.r t rutlad>>. Este pasaje no sólo habla de una conquista trascendental de
Jesús que camina delante de los discípulos asorrbrados iba seguida de 10. r, r r .rrlein bajo la dirección divina, sino que usa también el mismo verbo para
r

35, donde Santiago y Juan acortan la distancia implícita para expresarle srr
tl
' ,lii )lrurte de> o <conducir>>, proagein, que Marcos emplea para Jesús en
(y 14, 28 más 16, 7). Este verbo reaparece en las descripciones de Jo-
deseo de compartir la manifestación inminente y pública de su gloria nrc
siánicarr. El resto de 10, 32 (desde <los que lo seguían tenían miedo>), que ' t, ' r le l¿rs actividades rnilitares de las flguras revolucionarias y carismáticas
contiene varios términos marcanos (<los Doce>, <de nuevo>, <comenzó a> ). ¡,,,1r.r.. tlcl siglo I d.C., cuyos objetivos eran similares a los de los Macabeos.
es probablemente redaccional al igual que el <de camino> al principio. L lriu) robelión judía de 66-73 d.C., que constituye el transfbndo de la
En cuanto a su estructura, la perícopa está dividida en introduccitirr , ,rrr¡rr rsición del evangelio de Marcos (cf . Introducción en el vol. 1, 52-58),

narrativa (10, 32) y profecía en sí (10, 33-34), caracterizadas ambas por r,r, ,lr isida por personajes de una mentalidad similar, y es probable que los
rápidos cambios de enfoque, casi cinematográficos, que salta de Jesús rr t' , r,,re s cle Marcos recordaran en 10,32 a estos mesías guerreros y su guerra
los grupos que lo siguen y a los se le oponen (cf. comenlario a4, l-2 parrr 'nt,r
('()ntra Roma, que culminó en una batalla por Jerusalén.
una técnica sirnilar). Estos cortes rápidos corresponden retóricamente ll \:i. la descripción marcana de la subida de Jesús a Jerusalén, con los
sentido dramático del movimiento de la perícopa (<subiendo a Jerusalén... ,,r1,,'s tlc seguidores que seguían su estela, recuerda la atmósfera de otras
iba delante de ellos... los que lo seguían>) y apuntan a un poder divino cltrc ,, rrs (le subida y triunfo divino, vivas en las esperanzas, recuerdos y
propulsa a Jesús inexorablemente hacia su destinorr. 'r r,lr{ i()ncs santas de Israel. Este matiz triunfante quedará reforzado más
,r,lr't'n cl evangelio cuando Marcos emplee proageinpara la nueva movi-
10,32. Introducción narrativa. La verdad sustancial de la afirmación tlt' t¡ .rr rrir ¡rostpascual, por parte de Jesús, de sus discípulos para la misión en
Pedro, <Mira, hemos dejado todo y te hemos seguido> (10, 28), se conlir'- ¡, I r lr'rr t I 4, 28:, I 6, 7). Por tanto, el asombro y el temor experimentados por
r

ma ahora por la descripción detallada del grupo que escolta a Jesús hastrr t',. ,'rulx)s de acompañantes en 10, 32 pueden implicar no sólo agitación,
Jerusalén y que resiste así a la tentación de desaparecer, a la que el hombre rrr, ¡,¡¡¡¡['¡lf¡ la pregunta acerca de si la victoria de Dios había comenzado
'
r ,,r cllos mismos estaban siendo arrastrados por su impulso hacia delan-
'
10. D. E. Nineham. Saint Mark.278. t' t\I t()tt¡atllarioa 10, l3-16).
ll. Cf.P.Lamarche,Éu¿r¡ryiledeMarc.233;R.E.Brown,DeathrltheMessiah2. 1.471
12. Cf. W. Schmithals. Das Evangeliutn nach M¿trkus2,46l .
13. Cf. E. Besf, Following Jesus, l2l . ll(t..l.Marcus,TheWavoftheLord.12-37;R.E.Watts, IsaiohsNeu,Erodus,passin.
856 Cuarto sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10. 32-34: Comenlario 857

Pero el miedo es también miedo y refleja la misma vieja resistencilr t¡u, ,,r, r,. rlando a entender que después de tres días resurgirá de la pasividad
había hecho protestar a Pedro cuando oyó a Jesús por vez primera ¡'rrrrlr' ¡,,, lo l¡r$ía caracterizado durante Su tortura y muerte para convertirse en la
tizar su muerte (8,31-32; cf.9,3l). Y aunque el miedo surge parcialnrcl ', rrr rrlltl poderosa y viva que sostiene a la comunidad marcana'
te de la devoción de los discípulos por Jesús, contiene también un¿l l)iut'' ',',' en la mayor parte de la profecía, los enemigos de Jesús
",rrbu.go,
de interés por sí mismos: si acompañan a Jesús hasta Jerusalén, tanrhrt'rr ,,r nl¡ltrato mantienen el centro de la escena. Es particularmente signi-
ellos podrían compartir su ruina si cae en manos enemigas (cf. Jn I I . lt' I r ,.rtr\() que la primera parte de la profecía, la mención de las acciones de
como había pasado con frecuencia cuando se hundían los movimientos rt' t,, ,,¡rositores judíos (10,33), vaya enmarcada por dos empleos del verbo
volucionarios (cf. Hch 5,36-37). El miedo de <los que lo seguían>> (hot ,,,t,li,lonai (<entregan), que aparece al principio en voz pasiva' con Je-
akolouthounles) estaba relacionado probablemente también con el terlihh' ,, ( ('¡to sujeto (<será entregado a los sumos Sacerdotes y los escribas>)
presente marcano, en especial porque tal sintagma puede utilizarse de igtrrrl , \ ()r activa al final, con los opositores judíos como sujeto (<éstos" ' lo
modo en textos cristianos primitivos para la gente que sigue al Jesús r',,,vr
'
rrrrr.1,¡¡1.¿i11 a los gentiles>).No queda especificado el agente implícito de
la
citadohasta la muerter5. De esta manera, como en 4,36, |a amplitud dc l;r t,r ctltrega, pero el mismo verbO se usa para referirse a Judas en otros
',(.rit
descripción del grupo de acompañantes de Jesús permite a los miembros rl,' r,,,,.ut's clel eiangelio (3, l9; 14, l0'18.21 .42.44), por lo que debe ser al
la comunidad marcana verse a sí mismos en esta mención al temor dc hr,, ,,,, rr,rs iltcluido. Pero debido a las muchas conexiones de nuestra perícopa
apóstof es (cf . comentario a 4,35-36). ,,,il l{)s pasajes del siervo sufriente en el Deuteroisaías -el segundo de los
,r,rl(.s .iiliz;p aradidonai para expresar la entrega por parte de Dios de su
10,33-34. Predicción de la Pasión El Jesús marcano tiene un extr'lr)o ,,', rrre cscogido al sufrimiento y a la muerte (Is 53, 6'12 LXX:' cf' nota a
modo de aliviar el miedo: toma aparte a los Doce y les profetiza en ténrr , | ili¡0 deiHombre será entregado> en 10, 33)-, el autor tiene probable-
nos explícitos los horrores que le acontecerán cuando alcancen su destirro ,,,, rrte t¿rntbién la voluntad divina ante sus ojos cuando hace hablar a Jesús
Es ésta la más detallada de las tres predicciones de la Pasión, probablemcn ,t, I llijo del Hombre que es entregado a sus enemigos. Así las reverbera-
te porque es la última y porque precede casi inmediatamente a la entratl¡r , ,,,il(.s (le ts 50 y 53 funcionan aquí de modo similar al empleo del dei enla
de Jesús en Jerusalén (ll, l-ll), donde tendrán lugar los acontecimienlos t,r ililr.t.u predicóión de la Pasión, a
saber, para acentuar el <era necesario>
(cf.
profetizados. No sólo su amplitud y su introducción -con la fórmula solcrrr i,,,,,¡,," óios quería que <el Hijo del Hombre sufriera muchas cosas>
ne <comenzó a contarles las cosas que iban a sucederle> (10,32)-realzrur i i I Y las diferentes voces verbales del paradidonai en 10, 33 sugieren
su importancia, sino también el hecho de que es la única de las tres prt' I r nrrsnl¿l intersección misteriosa de las voluntades divina y humana, como
dicciones que comienza con el significativo vocablo idou (<<mirad>). fist;r 1,, nilrcstran los empleos del verbo en 14, 18.21: el Hijo del Hombre <va>
palabra une nuestro pasaje con la declaración de Pedro en 10,28: <Mirrr. , , I rr I cstá escrito que debe ir, aunque los agentes inmediatos de su muerte
, r

nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido>; así pues, abandonar torkr ',rr :rr.jetos humanos responsables.
para seguir a Jesús significa marchar con él por el camino que va a la cnv l,r,ro ¿cómo puede ser la profecía de Jesús de su sufrimiento y Inuerte
(cf. 8,34-35). , rr lo. -13-34 una respuesta eficaz al terror mostrado por los discípulos en
I r I \l'l Primero: el sufrirniento y la muerte no tienen la últirna
palabra; en
Como Pedro en 10, 28, Jesús hace seguir su idou de una primera personir
plural (<subimos>, 10, 33a); pero el sujeto no seguirá siendo <<nosotrosr¡ lr. tres predicciones de la Pasión, esta función la cumple el vocablo anas-
durante mucho tiempo, pues en la Pasión, que viene enseguida, los discíprr ,,,,,r/ 1<<resucitan). La resurrección es la realidad última y determinante'
los abandonarán a Jesús. El sujeto, por tanto, cambia rápidamente a JesÍrs. ||, lilso si su importancia parece quedar disminuida por la firmezadel sufri-
descrito como una víctima pasiva por el empleo de un futuro pasivo (<scni ilil{.il1() que la piecede. Segundo, si el transfondo de nuestro pasaje está en
entregado>: 10, 33b)r6. Esta pasiva se refuerza gramaticalmente por un canl- , I I )f iltcroisaías y si ese testimonio del Antiguo Testamento se ve como una

bio ulterior de sujeto, que pasa de Jesús a sus enemigos. Sus actos de con- ,,,rrrlrrl. dice muóho el que los pasajes del siervo sufriente estén integrados
dena, tortura y ejecución de Jesús ocupan la mayor parte de la profecía y sc , il ililit sección cuyo tema principal y omnipresente es el triunfo de Dios

suceden en dos etapas, en orden ascendente: dos acciones realizadas por los ,,l,rc sus enemigos exteriores e incluso sobre la obstinación de Israel (ls
tr I (r(r ). Por tanto, el sufrimiento y la muerte del Siervo no pueden separar-
opositoresjudíos (condena y entrega a los gentiles: 10, 33c) y cuatro, por
los no judíos (burlas, escupitajos, flagelación y muerte: 10,34a). Finalmen- , ,lc la victoria del Guerrero divino; es más bien el medio costoso por el
te, en la conclusión de la profecía (10, 34b), Jesús vuelve a aparecer conro ,1il\'sc alcanzará esa victoria (cf. introducción a8,22-10,52)' Asimismo, ]l
, I .rrliirrriento y la muerte del Jesús marcano no son sólo una prueba que ha
,1,. so¡rortarse, sino el medio por el que se establecerá el reinado de Dios y
15. Cf. Ap 14,4; Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiásfica 5, I, l0; Jn 12,26, ctc.
,1,,' nruchos>> serán rescatados de las fuerzas que los han mantenido en la
Cf. D. E. Aune, Revelaf ion 2,812-814.
16. Cf. J. Gnilka, El Evangelio segtin san Marcos 2, l12. , ., lrn itud (cf. 10, 45).
ri

8J8 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10. 35-45: Notas 859

En el siguiente pasaje el Jesús marcano incitará a sus discípulos a corrr I rr.r t onclusión similar parece fluir de los pasajes en Mateo y Lucas que
partir esta victoria por medio del <bautismo) en el sufrimiento mesi/urir',' ,1,r,I n ul que es <<el menor en el reino de los cielos/Dios> (Mt 5, 19; Mt
que será el medio para conseguirla. t t ll ll Lc 7,28),lo que podría sugerir que hay otros importantes en ese
,, rrr,' 'l¿lles ideas de una jerarquía resultan comunes en ciertas vetas de
rr ,r¡rrrerrlíptica judía; en lQSa 2, ll-13, por ejemplo, cada miernbro de la
15. Jesús HABLA DE SERVTR y sER sERVrDo (10,35-45) ,,rrrurritlad escatológica se sentará <según su glorio en la asamblea de los

"ltr¡rros tlíasl.
l0 3sY se le acercaron Santiagoy Juan, los hijos de Zebedeo, rlr t tlu¡crda laristerónl. Tanto esta palabra como euónymón, otro vocablo
ciéndole: (Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que tc ¡rr ¡,,' r ,,iztluierda> en 10, 40, son eufemismos2; el primero significa lite-
, rl,'r'nlc <el mejor(lado)> y el segundo <sobre (el lado) más favorable>.
damos>>. 36Y él les dijo: <LQué queréís que haga por vosotros?). ''\'
ellos le dijeron: <<Concédenos que uno se siente a tu derecha y el otro ;r
r r r rl ros rcfleján la opinión común de que la mano izquierda es la peor y que
tu izquierda en tu gloria>>. r8Y Jesús les dijo: <No sabéis lo que pctlis
l, l', i.'1 i1¿¡se mencionarla directamente; el cambio de un término a otro
r,,r' ,ll lcllejor el deseo de presentar un objetivo dificil al mal de ojo.
¿Podéis beber la copa que estoy bebiendo o ser bautizados con el blrr ttl. Ltr copa lto potérion). La copa es una metáfora parala porción que
tismo con el que soy bautizado?>. 3eY le dijeron: <<Podemos>>. Y Jcsi¡:, l, :r ir Ltno en la vida, lo que a uno le han dado a <beber>, bueno o malo.
r, |(
les dijo: <<Beberéis la copa que yo bebo y con el bautismo cor €l c¡trr' \ \ ( ( ('s puede simbolizar un destino feliz, por ejemplo, la copa desbor-
soy bautizado, lo seréis vosotros; a0pero el que os sentéis a mi derccltrr l¡,rtr'cn Sal 23,5 y la <copa de salvación> en Sal 116, 13; sin embargo,
o a mi izquierda no es cosa mía concederlo, sino que es para quicttt'r' ,,,1 ,\ntiguo Testamento y en la literatura relacionada con él la copa es
está preparado>. ,r, r:rlnlente el cáliz envenenado de la ira del Señor, la aflicción que se
arY tras oírlo, los diez comenzaron a irritarse con Santiago y Jurttt ,, rr( s()bre los que merecen realmente el castigo divino (cf., porejemplo,
a2Y, llamándolos, les dijo Jesús: <Sabéis que los que parecen gobenrrt rr '¡.lii ls 51, 17.22:Jr25,15-18.27-28: lQpHab 11,14;Ap 16, l9). En
a los gentiles los dominan, y los importantes ejercen su autoridad so ',,, 1';¡s;¡.jg del Antiguo Testamento se dice que el inocente puede tener que
r,' l', r un¿l <copa de sufrimiento> inmerecida (Ir 49, l2) y en textos poste-
bre ellos. a3 Pero no es así entre vosotros, sino que quien quiera conv('l
tirse en imporlante entre vosotros será vuestro criado, aay quien quie r,r ",,r, , lr copa puede estar relacionada con la muerte o el martirio, sin que
ll,' rrrr¡rlic¡ue un castigo (cf., por ejemplo, <copa de la muerte> enTestAbr.
ser el primero entre vosotros será siervo de todos; a5pues tampoco r'l
' " I tt NcoJ. Gn 40,23 y Df 32, l; Martirio de Policarpo 14,2; Martirio
I
I
Hijo del Hombre vino a ser seruido, sino a servir y a dar su vida corrr, '
rescate por muchos>.
' I..,tttts 5, l3f. I

., t l,tuttizados con el bautismo con el que yo soy bautizado lto bapris-


1r,,1',q¡i baptizomai baptisthénai). En el griego no bíblico, las palabras
I Lr rriz bapt- se emplean en sentido figurado para la <inmersión> del
Notas
r,,,' lrl. en varios tipos de malesa, y en el Antiguo Testamento y en textos

10, 35. Santiago y Juan llakóbos kai lóannésl. Mt 20, 20 suaviza e n It I


',1r,,, ll irnaginería del agua y el diluvio se despliega de una manera si-
,,,,ru (t'1.. por ejemplo, Sal 42,7;ls 43,2; 1QH 3,28-36). En ocasiones,
35 la presentación marcana de los hijos de Zebedeo, tan poco atractiva, lrrr
',,rrr i'n IQH 3,28-36, el mal desbordante es de naturaleza escatológica
ciendo que sea la rnadre en vez de los hijos quien solicite un trato prefcrcrr . t, ,;e ntido conduce a los empleos figurados de baptisma y baptisthénai
cial y relatando su petición indirectamente (<pidiéndole un favon) en v,'z ,, I , I .1. -50, como lruestra el contexto del dicho, sumamente apocalíptico,
de citar sus palabras, que en la versión fflarcana suenan a manipulaclorrr',
'r rrrr'sllil perícopas.
(<Haz por nosotros lo que te pidamos>).
36. ¿Qué queréis? lti theletef. La cursiva en la traducción indica t¡rr,'
Jesús se opone a la demanda de conceder a los hermanos cualqltier t'tt,t,t I { I I'. Müller, In der Mitte der Gemeinde,2ll-212, y para ejernplos rabínicos, H. L.
'' , t l' llillerbeck, Kommentar zunt Neuen Teslamenl aus Talmud und Midrasch 1,249-
que le pidan. ,' I il ls-il3g.
37. Concédenos, ete.lDos hémin, etc.]. La exigencia de Santiago y .ltr:rrr ' r I t.S.t 740.
de las posiciones de honor quizás no sea sorprendente si se tiene en cucnl;r i ( |l{.[;.Brown,TheDeathoftheMessiah I, I69;D.C.Allison.TbstamentofAbra-
la promesa de Jesús, unas líneas más arriba en nuestra perícopa, a sabct I I I . l)or ejernplo, Josefo, Beli. 4, 137; Libanio, Discursos, 18, 286; cf. A. Oepke.
que en el eschaton el último será el primero ( 10, 3l ), afirmación que potlr i,r , , it) 5_15.
ser tomada como indicadora de una jerarquía dentro del reinado de [)ir'.' ' I l). C. Allison, The End of the Ages Has Come, 124-128.
860 CuarÍa sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10. 35-45: Notas 861

40. No es cosa mía concederlo louk estin emon dounai]. Este diclrr'. . , l,rr iltrrl, y cuando la noción del <rey siervQ> aparece en las fuentes gre-
como la aceptación por parte de Jesús de que incluso él no conocía la ltol;r ,
'rr,,ilriillas, se usa habitualmente en el sentido negativo de denunciar a los
del final (13,32), ha causado muchas molestias a los teólogos cristiarro:, 't, rr.rl,ogos que halagan a la muchedumbre actuando así como (esclavos)
posteriores ya que parece abrir una brecha entre Jesús y Dios6. ,1, 1,r., clases inferioresrr. Apianor2 ilustra el disgusto con el que se veía tal
sino que es para quíenes está preparado lalla hois h¿toimastai]. Es óslr. ,r\( r:ii(in de funciones cuando describe un <cambio espantoso) en la no-
un buen ejemplo de pasivo divino (cf . glosario); aun cuando no se nonrbrt. l,l, z;r tlc Roma: <<Se lanzaron con lamentaciones a los pies de sus esclavos,
a Dios explícitamente, se sobrentiende claramente que es Él y no Jesús, cl ,l,rrrrlo irl siervo el carácter de salvador y amo>>rr.
responsable de la disposición de los asientos al lado de Jesús. I ()s pocos casos significativos extracristianos de un empleo positivo de
42. los dominan... su autoridad sobre ellos lkatalqtrieuousin... katexou lr rrrrrgcn de rey-siervo se hallan en Claudio Elianora, quien describe la
siazousinl. Estos dos términos llevan el prefijo kata-, que tiene a meÍlurlo , ,, l:rvitLrd honorable> del reyAntígono y en I Re 12,7, donde los ancianos
connotaciones negativas, más un verbo que significa <mandan. Clark r, ,,¡¡s¡'j¡¡1 que el rey Rejoboán se haga 'ebed/doulos de su pueblo oprimido,

argumenta contra un matiz negativo en este pasaje afirmando que no h¡ly . ,1,'tir', que alivie sus necesidadesr5. Esta historia bíblica se recuerda en
lugar alguno en toda la literatura griega donde katalqtrieuein signific¡trt. , I l;rlrrrud junto con unas palabras de advertencia de R. Gamaliel II a dis- I

<dominar sobre>. Pero aunque katakyrieuein pueda utilizarse sin el matiz , rt,rl()s clesignados para puestos de gobierno: <¿lmagináis que os ofrezco
de opresión (cf., por ejemplo, Gn 1, 28; 5a172,8 [7 ], 8 LXX]; Jr 3, l4), ll Lr ,rrrtoridad? Lo que os ofrezco es la servidumbre> (b. Hor 1Oa-b). La ser-
mayor parte de los casos en los LXX tiene que ver con la conquista violerrt:r .r,lurnbl'c y la soberanía, pues, son opuestos lógicos, mientras que nuestro
(cf., por ejemplo, Nm 21, 24;32,22.291, Sal 10, 5.10 [9, 26.31 LXX]; I 10, ., ¡'.,..r¡t'ilcrnanda que la primera es el camino para la segunda.
1109,2 LXX]; I Mac 15,30) o con otras situaciones en las que una entitl¿rrl '15. til Hijo del Hombre no vino ser servido, sino a servir fho huios tou
. , tt ln ( )l)ott ouk élthen diakonethenai alla diakonésai]. Esta sentencia evo-
se apodera de otra agresivamente (por ejemplo, la dominación del pecatkr
en Sal 19, 13 [8, 14 LXX] y ll9,l33 [l18, 133 LXX]; cf. katadyruts , r lrrs vcrsiones griegas de Dn 7, 13-14, que describe a todos los pueblos
teuousin en St 2, 6). Además, como señala Gundry8, cuando Lucas atenúir rrr rt'rrclo (latreuousa/douleusousin) a un ((como un hijo de hombre> (áds
el significado de la frase en10,42, al cambiar los reyes opresores de los Itttt,¡s ttnlhropoa). Aunque Marcos use diakonein eÍrvezde latreuein o dou'
gentiles por sus benefactores, elimina también el prefijo kata- de lqtrieut'irt I' tt, itt cn 10,45, doulos, sustantivo de la misma raiz que douleuein, acaba
'l, irl)u'ccer enl0,44 ytanto Mc 10,45 como Dn7,13-14 presentan lano-
/
y exousiazein (cf. Lc 22,25).
43. No es así foux houtós de estinl. Muchos manuscritos (A, C3, K, X. , r' (lc un <hijo de hombre> a quien se sirve, lo que apenas puede ser una 'li
'n
etc.) cambian el estin (<es>) a estai (<<será>>), debido a una dificultad lógica: , ,,rrrt irlcnciar6. Ciertamente, el Jesús marcano dice que el Hijo del Hombre

obviamente no es verdad aún que los discípulos hayan aceptado el caminrr \ rr r( | l)lra servir y no para ser servido, que es lo contrario a la impresión que
del servicio. , .lrticne de Dn 7, pero la construcción marcana ouk... alla (<no... pero>)
43-44. Vuestro criado... siervo de todos lhymón diakonos... pantórt ¡,rr,'rlc reflejar la consciencia de que Jesús invierte una esperanzabíblica, ,i

doulosl. Tanto diakonos como doulos pertenecen generalmente al vocabu- , ,)nr() se expresa en la paráfrasis de Barrett: <No, como podríais pensar...,
,t

lario de la esclavitud, aunque un liberto u otro siervo libre pudiera ser clc l',uir scr servido, sino para seryin>r7.
yez en cuando un diakonos. Doulos acentúa el aspecto involuntario de l¿r n'scute llytronl. Esta palabra viene de lyein, <liberan) y se utiliza a
esclavitud y es un término del ámbito del derecho, mientras que diakonos rr( nll(lo en plural para designar las sumas pagadas para asegurar la liber-
resalta los servicios prestados al señore. El paralelo antiguo más cercano r,rrl tlc prisioneros de gueffa, esclavos y deudoresr8. De estos contextos, el
a nuestro pasaje es I Cor 9, 19, donde Pablo yuxtapone paradójicamente su r'elevante es el de la esclavitud, debido a las imágenes referidas a este
',r,r:,
libertad respecto a todos a su servicio a todos. , ,r:rtlo en 10,43-45 (<criado... esclavo. .. para servin). A veces el rescate
Fuera de la esfera cristiana hay pocas similitudes a la idea de que urr ,l, rrr csclavo podía tomar la forma de una persona que sustituye a otra en
mandatario debe ser el esclavo de su pueblo. Ciertamente, la noción clcl Lr ',.'rvidumbre, como en I Clem. 55,2, que utlliza un lenguaje similar al
rey manso y magnánimo es común en la literatura helenísticar0. Sin eru-
bargo, no es la misma idea que asociar la realeza con la degradación de lir I L Cf., por ejemplo, Platón, República, 569b: Cicerón, Sobre las poradclas de los
, t,,tr t).\. ¿ll; Filón, Sobre José,35; D. B. Martin, Slavery as Salvalion,S6-116.
Ll. Apiano, Guerras civiles,4, 13.
6. Cf., por ejemplo, las tortuosas explicaciones de Juan Crisóstomo, Homilías sohtt' I l. C'itado en P. Garnsey-R . Saller, The Roman Entpire, 107 .
Mateo,65,3; Juan Calvino,Armonía,2,422; J. A.Bengel, Gnomon, comentario a Mt 20, 21, l.l. Claudio Eliano, Varia Historia2,20.
7. K. W. Clark, The Meaning of [KATAJKYPIEYEIN. I 5. Cl. K. H. Rengstorf, Doulos,267.
8. R. H. Gundry Mark. A Commentary on His Apolog,tfor the Cross,579. l(r. C't. M. D. Hooker, Son of Man, l4l.
9. Cf. K. Beyer, Diakoneó,81. I7. C. K. Banetl,The Background ofMark 10,45,8.
10. Cf. D. J. Good, Jesus the Meek King,47-49 y passim. lli Cf. K. Kertelge, Lytron,365.
862 Cuarta sección principal (Mc 8, 22 10, 52) Mc' 10, 35-45: Comentario 863 l1

de Mc 10,45: <Sabemos que muchos entre nosotros se han entregado a s¡ r,,, r tal contexto está ausente en nuestro caso' Respecto a Is 52' 13-53'
mismos a la esclavitud para liberar (lytrósontal) a otros>re. | ' t |trcial para la argumentación de Jeremias, es poco claro que el <mu-
, trr)s)) de 52, 14-15 sea idéntico al <muchos> de 53, 1l-12. Además, en
los
El empleo de la terminología del rescate para designar la expiación ticrrc
y
,',,rnuscritos del mar Muerto (lQS 6, l.l5-16'l8'21, etc') en la literatura
precedentes dentro del ámbito judío. El rescate está ya relacionado con la
expiación en ciertos textos del Antiguo Testamento (por ejemplo, Ex 2l , 301 r.rlrilrica, (ha)rabbím es un término para la totalidad de la comunidad electa
30,10-12; Nm 35, 31) y elTalmud, en un juego de palabras, concluye dc ,, rlr. lsr.ael, no de la humanidad en general2a. Asimismo, el polloi de Mc 10,
I , us probablemente la comunidad electa y no la humanidad en total.
Esta
tales pasajes que un rescate (kúpara ) es una expiación (képdrAh; cf. b. ll. que en un versículo reciente,
rrrrt.r.¡rr.ctación Se apoya en la observación de
Qam. 40a; b. Mak. 2b). Además, en algunos textos judíos de la Diáspora.
un grupo, o individuo justo, puede actuar como rescate por la insensatez o t,l il. <muchos... últimos> que se harán los <primeros> parece ser la
"l
, ,,rrrruriclacl perseguida cristiana' debido a la yuxtaposición con 10, 28-30'
los pecados de un conjunto mayor. Filón20, por ejemplo, dice que la perso-
na sabia es un rescate (lytron) por el necio y 4 Macabeos, probablementc lr¡r,ltrso más importante eS que los versículos que preceden inmediatamente
compuesto en la primera mitad del siglo I d.C., describe la vida sacrificad¿r .rl rrtrcstro (10,43-44) indican que nuestro pasaje se está ocupando de la si- i

ril;re it'rrr que se produce ((entre vosotros>>, es decir, en la Iglesia


y el <todos>
(psyche) o la sangre de un individuo justo como rescate por los pecados dc I

,rrrtt. los qua uno debe hacerse esclavo en 10,44 parece ser el mismo que I

la nación (4 Mac 6,28-29; 17,21-22)2t.


, I ,,rosotros>> ante los que uno debe hacerse siervo en 10,43, es decir, los
Dada la proximidad de nuestro pasaje con el diálogo acerca de la ri-
quezay la vida eterna en 10, 17-31, es interesante señalar la relación dc rr('nlbros de la comunidad cristiana de nuevo'
riqueza, rescate y la vida eterna en Sal 49, 8-10:
En verdad no hay rescate válido por uno mismo ( orrrcntario
ni pago a Dios como rescate por su vida. I

Es tan alto el precio por la vida,


Itttrodttcción Los discípulos muestran ahora una suerte de falta de i

que jamás podrá pagarse. que


, ,,rrr¡rrcnsión distinta a la que han manifestado recientemente: mientras
¿Acaso podrá uno librarse de la muerte de lo que iba a acontecer a su
y vivir perpetuamente? .,,,te s se sentían vencidos por el miedo acerca
r r r;rt,str.o en Jerusalén (cf. t o, 32), ahora dos de ellos están tan embriagados r'

muchos fttollónl. Como indica Bengel2: el contraste implícito no está ,,,rr la perspectiva de su resurrección que hay que recordarles lacruz t

entre <muchos> y todos>, sino entre muchos salvados y una vida entregada llay un notable número de tensiones en el pasaje tal como está en este
por ellos (cf. Rom 5, 12.15). De hecho, J. Jeremias23 argumenta que en tex- ,,,,,,.,.,.i1s. Jesús, por ejemplo, responde dos veces a la equivocada ambición
tos semíticos <muchos> (rabbím y términos relacionados) tiene a menudo rl(' l)oder de Santiago y Juan: primero, diciéndoles que no está en su-mano
el sentido global de <todos> y que uno de estos textos es ls 52,13-53,12, ,,,,'ccder los privilégiós que solicitan (10,38-40); segundo, afirmando que
que es la base del versículo presente (cf. el paralelo entre <llevó el pecado , l t ruttino a la gloriaes el servicio (10,42-45). Aunque estas dos respuestas
de muchos>> en53, 12 y el Señor <ha cargado sobre él la iniquidad de to- il,, sc contradicen necesariamente entre sí, 10,42-45 da más Sentido como
dos nosotros> en 53, 6). En Isaías, además, los <muchos> liberados por el r(:r(eion a la petición de Santiago y Juan (10,37) que como réplica a la
il,,lrgnación de los otros diez discípulos (10,41). Además, incluso la
pri-
siervo sufriente del Señor parecen incluir no sólo a israelitas (53, l2), sino que l0'
,,,,.',,, .r."nu del pasaje no tiene visos de ser toda de una pieza,ya
también a paganos hostiles (52, l4-15). J. Jeremias concluye, por tanto, que
ts l)irrcce implicár que los que comparten la copa de Jesús y el bautismo de
<<muchos>> en Mc 10, 45 indica la suma total de la humanidad (cf. el siervo
,'rli irrriento ganarán sus lugares a su derecha e izquierda, mientra,s.que 10'
de todos> en 10, 44)y cita como confirrnación el paralelo de lTim 2,6
i'r .10 afirmá que, aun Santiago y Juan compartqn su sufrimiento'
(<que se dio a sí mismo como rescate por todos>). "uundo
,.lLr no les garantiza los lugares que codician25. Quizás, en una etapa ante-
Esta interpretación universalista, sin embargo, va más allá de lo que
r r,,r. la períiopa consistía en la petición de Santiago
y Juan (10, 35-37)' el
puede probarse. <Muchos> tiene sólo un sentido global en ciertos contex-
r,.t.lnzo de Jesús de esa petición (10,40) y su exaltación del servicio sobre
,.t scr.servidos (10,42b-45). Las piezas intermedias (10,38-39 y 10,41-42a)
19. Cf.J.A.Harrill,ManumissionofSlavesinEarlyChristianit.tt,30-31;W.V.Harris. vocabulario típico marcano (<saben>,
Demography, Geography and the Sources ofRoman Slaves,73. l,rrr'tlcn ser redaccionales; contienen
20. Filón, Sobre los sacrificios de Abel y Caín, l2l. ,,¡,rretlctt>>, <oírlo>, (comenzó a>, <llamada a algo>) e incorporan temas co-
21. Sobre la fecha de composición y la importancia de 4 Macabeos, cf. S. K. Williams.
Jestts' Deolh as Saving Event, 165-202; D. A. de Silva, Introducing the Apoct'vpha, 355-35(r.
22. J. A. Bengel, Gnomon, comentario a Mt 20, 28. '.1. Cf. Lane. The Gospel of Mork,384'
23. J. Jeremias, Polloi.
)i. ('f. D. E. Nineham, Saint Mark,279.
\
864 CuarÍa sección principal (Mc 8, 22 10, 52) - Mc 10. 35-45: Comentorio ti(¡5

munes también redaccionales: la incomprensión de los discípulos (10..1t{rr. ,'rrr¡rrltc la entronización y las prerrogativas judiciales que antes habían
cf . 4, 13;6, 52:8, 17-18.21; etc.), la necesidad del sufrimiento ( 10, 3t3b-.ltr. ,,1,, ;rtrilrttidas a ese Hijo de hombre y a Dios (cf' Dn 7;9'13-14'27;para
pasaje'
cf. 8, 3 1 -33.34-37 ; 9, 12-13.3 1 ; 1 0, 33-34; 1 3, 9- 1 3) y la disensión dentro rlt. ,,,r',rrrtr¡.lsis de las alusiones al libro de Daniel dentro de nuestro
judíos y utilizan Dn 7
las filas de los apóstoles ( I 0, 4l1' cf . 9, 10.33-34; 14, 29-31). r l,,l,lil'31). Además, textos posteriores cristianos
l, rrr nrodo cercano a la petición de Santiago y Juan' El Libro primero de
A pesar de su posible expansión con el tiempo, el pasaje se mucstrir y
tt' ttt¡t l0lt, 12-15, por ejlmplo, combina la imagen de la entronización
bien cohesionado como unidad redaccional. Ambas secciones comienz¡rrr
la gloria de la resurrección en Dn
con las descripciones que dibujan a los discípulos en una luz desfavorablc I ¡rrrt io dc Dn 7 con la rép.eientación de
el
la ambición de Santiago y Juan en la primera parte (10,35-37), la indi¡l t ' I \: <Tu pueblo será liberado... Y muchos de los que duermen en
.. Los justos brillarán como el resplandor del
nación de los otros discípulos en la segunda (10,41). Además, el deseo rlt' r,, ' lr ,, tlc la tierra despertarán..
justos observan
Santiago y Juan de ocupar sitios de honor en la primera sección (10,37) cs r,,,,,,,,ucnto...>; el pasaje continúa hablando de cómo los ll

, t ,.¡sriso de los malvaáos. Asimismo Mt 19, 28 llLc22,30y Ap3'21:'


comparable a la ambición de los mandatarios paganos por ser grandes en Lr i

t I t'rrirlean imágenes de Dn 7 para sustentar la idea de que en el futuro l

segunda (10,42a). Y ambas subsecciones terminan relacionando el destirru I

sobre tronos y juzgarán a


de los discípulos con el de Jesús, en el primer caso uniendo su (copa) y su ' , ,'t,rlrigico los discípulos de Jeiús se sentarán t

<bautismo> con el del Maestro (10,39); en el segundo vinculando el sacri 1,,. .t'tüs hutnanos2s.
llrr 7. sin embargo, habla también de <la bestiu que hace.la guerra
a
ficio de los apóstoles con el sacrificio de la vida por parte de Jesús conto
inten-
((rescate por muchos>> (10, 42b-45). r,,.',rntos y los vence, y del desgaste de los justos en el período de
,, .rrll'irniénto que debe preceder la consumación final (Dn 7' 2l'25)' De
por
10,35-40. Compartir la copa y el bauti.smo
de Jesús. El Maestro y r, il(.r(lo con estas ideas, Jesús responde al entusiasmo de sus discípulos
,,lrrt'ile r' ¡rosiciones de poder preguntándoles si pueden beber la misma copa
sus discípulos vuelven a emprender la subida a Jerusalén, al parecer con
él de nuevo en la vanguardia (cf. 10,32a). Dos de los Doce, los hijos rlc ,, ,,.r bautizados con el mismo báutismo que él (10, 38). En el Antiguo Tes-
I ilil(.nto la idea básica de la imagen de la copa es la del sufrimiento
amargo' 1
Zebedeo, Santiago y Juan, se separan ahora de los demás para acercarse ir
(cf nota (copaD
Jesús con la demanda de un favor especial. Pero, en vez de poner su envitc r nl(.nr.r(lo con una connotación de castigo y desgracia ' a
(cop¿> es
directamente sobre la mesa, Santiago y Juan comienzan con una tentativir , rr l{).3ti); en realidad, hay un pasaje (Hab 2, 16) en el que la
,'.ninro de lavergUeázay antónimo de la gloria' Portanto' es lógico el
de manipulación impresionante por su audacia: en efecto, piden a Jesús quc
r, r¡r''ilo cle la petición de los hermanos de participar en la gloria de Jesús a
firme un cheque en blanco: <<Maestro, queremos que hagas por nosotros lo
I'a imagen del bautismo tiene
que te pidamos)), es decir, cualquier cosa (10, 35bF6. Ir ¡rerunta ¿É ¿ste sobre compartir su copa'
,,,,',,,,,ti2 similar, a sabe¡ el de estar sujeto al sufrimiento e incluso el de
Jesús esquiva esta manipulación insistiendo en que los hermanos con-
(cf. nota a (ser bautizado con el bautismo con
creten su petición ( I 0, 36), a lo que ellos responden pidiendo que se les per- I tnlrrrlación escatológica
'
mita sentarse a su derecha e izquierda (en su gloriu (10,37). La relación , I rtuc yo soy bautizadá> en 10, 38)' Por ello, Juan Crisóstomo parafrasea
t,, ilrilncnte la alusión escatológica de Jesús del modo siguiente:
<Habláis
de <gloria> con una posición sedente y sobre todo con un trono, es comúlr
,1, lronores, pero yo aludo a luchas y a trabajo duro; no es tiempo de re-
en textos bíblicos y judíos27. Generalmente, sin embargo, sólo se prevé urr
trono, en el que sienta un rey humano (por ejemplo, Is 22,23; Zac 6, 13 ,'rrl)crlsas, iino á" sangre, batallas y peligros>2e' Se nota' por tanto' un

Eclo 47 , I I ), o bien Dios (por ejemplo, Jr 14,21; Sab 9, l01' I Hen. 9,4) o .,,'rl,io significativo enil relato marcano: mientras que en los capítulos
incapaces
un ser semidivino, como el Hijo del Hombre en I Hen. (por ejemplo 1ller. ,rrt,.r.io'cslas aguas de la tormenta escatológica aparecían como
de Jesús y mucho menos a este mismo (cf' 4'
45,3; 51,3; 55, 4). '1, ,rli'ctar a los seguidores
De vez en cuando, sin embargo, puede tener lugar la entronización clc L I l: (r, 45-52),"1 Mu.rt.o habla ahora de verse abrumado por el diluvio
otros personajes junto a tales seres ensalzados y haber una pluralidad de ,l, lr rtrtterte, y de sus discípulos que se hunden con él' Para los lectores
tronos (cf. por ejemplo I Sm 2, 8; Sal 113, 7-8). Los dos casos más famo- tr{.(.uctltes del evangelio de Marcos, este cambio hacia el sufrimiento
y la
Santiago y
rrrur'r'tc quedaría refirzado por el hecho de que la petición
sos de entronización conjunta son el Salmo 110 y Dn 7, textos claves err de
otros lugares de Marcos (cf. Mc 8, 38, 12,35-37; 14, 62). Dn 7 es particu- lrr,rrr tlc sentarse a la derecira e izquierda de Jesús presagia irónicamente
larmente relevante para el contexto presente porque habla de la gloria dc I I (.\cena de la crucifixión, en la que Jesús será
(entronizado> entre dos
un (como un hijo de hombre>> (Dn 7, 14 TM LXX; cf. (en su gloriu err ,,,.rllrcchores (cf. I 5, 27)ro.
Mc 10,37) y porque menciona al <pueblo de los santos del Altísimo>, quc
's. ( 1. D. C. Allison, The Intertextual Jesus,l37-140'
26. Cf. R. H. Gundry, Mark. A Comntentan; on His Apolog,'./or the Cross, 577 . 'r). .lttan Crisóstorno, Homilías sobrc Mctteo,65'2'
27. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According Ío Saint Maf thew 3,55. i0. ('1. D. C.Allison, Anticipatingthe Passion' 710-71l'
Cuarta sección prhcipal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10, 35-45: Comentario 867

Tabla 31. AlusroNes A DANTEL E lsAiAS EN Mc 10,35-45 ,l l,;rutisrno (cf. Rom 6,3). Por tanto, tales lectores oirían como dirigida
Marcos 10, 35-45 Daniel e Isaías , ,llos la pregunta que Jesús formula a Santiago y Juan en 10,38 y les
37: Concédenos que uno se siente a tu dere- Dn7,9.13-14.27: El <pueblo de los sarrlo¡ ', ¡rtlriu así a la memoria que esos sacramentos reflejan la tribulación que
del Altísimo> participa del dominio dc urt
, \lr('r'inrentan y que Jesús había soportado antes que ellos.
cha y el otro a tu izquierda
<como hijo de hombre> ,,\ ¡rcsar de [a sombría advertencia de una tribulación inminente, San-
en tu gloria Dn7.14: <Le dieron [a un 'como un hijo do rr,r,'o y Juan, como Pedro en 14,29-31, responden positivamente a la pre-
honrbre'] la gloria...>
'rrrtrr tle Jesús sobre su buena disposición a compartirla (10,39a), y el
38: ¿Podéis beber la copa que yo bebo o ser Dn 7,21.25: La Bestia hará la guerra a lor \l.rt'strrr a su vez profetiza que ellos en verdad lo harán así (10,39b). Hay
bautizados con el bautismo con el que yo (santos), los <vencerá> y los <desgastarrlrr
,,rr,r t¡'irclición bien atestiguada sobre el martirio temprano de Santiago, que
soy bautizado?
40: El que os sentéis a mi derecha o a mi iz- Dn 4, l7: E,l Altísimo reina sobre los scr<.¡ ' ', rrrr iti algún día entre el 42 y 44 d.C. (cf. Hch 12, 2) y que, por tanto, era
quierda no es cosa mía concederlo, sino que humanos (y otorga el reino a quien quicrcr, I'r,'lr:rblcmente conocido por la comunidad marcana. Pero no hay ninguna
es para quienes está preparado [por Dios] (cf. 4,22;2, 2l) rr ,r,lrt'¡tilt semejante sobre el martirio de Juan, e Ireneo registra ciertamente

42: Sabéis que los que parecen gobernar a Dn 7-12: La autoridad de los mandatario¡ ,¡rr,' r iviri hasta una ayanzada edad y que murió durante el reinado del em-
los gentiles paganos es una impostura; detrás de clkr¡
están ángelesidemonios y en última instnn l', r,r(l()r Trajano, del 98 al ll7 d.C.32, más o menos una generación después
cia Dios. ,l' rlilc s€ compusiera el evangelio de Marcos. Quizás el evangelista habría
los dominan y los importantes ejercen su Dn 7,5: (Levántate y devora muchos ct¡tr t,' n'.ir(lo que la profecía de Jesús implicaba el sufrimiento y el rechazo,
autoridad sobre ellos pos)) l" ro no necesariamente la muerte.
Dn7,7: <Tenible... aterradora... y surrru srrr ernbargo, el punto principal de esta primera parte del pasaje no es
mente fuerte... devoraba. desmenuzahl \'
hollaba los restos con sus pies> lr r.'lr'r'encia a las futuras tribulaciones de Santiago y Juan, sino la disocia-
D¡ 7 ,23: <Devorará la tierra entera y lo ¡rr , r,,r¡ (lc este sufrimiento previsto de la idea de ocupar lugares de honor en
soteará todo y lo hará pedazos> lr rrue v¿r edad (10,40). El Jesús marcano no niega que haya tales sitios...,
43-44: Quien quiera convertirse en impor- Dn 4, 17: Dios da el poder <al más hunrikh' ,l, r tluL' hay una fórmula simple para calcular quien los ocupará. Incluso él
tante/ el primero será vuestro criado/ siervo de los seres humanos>
ilil,.ilr() t.lo sabe quien se sentará a su derecha y a su izquierda cuando venga
de todos
45: El hijo del Hombre no vino a ser servido Dn 7, 13-14: Todos los pueblos servirá¡t l ' n ,rr gloria, ni tampoco conoce la hora del final (cf. 13, 32);las dos cosas
un (<corno hijo de hombre> ,1, lx n(lcn de Dios y son conocidas por Él solo (cf. nota a (pero es para

srno a servrr ls 53, ll: El <<justo> de Dios sirve bic¡r ¡r r,¡rrr'lloS para quienes está preparado)) en 10,40). Así pues, a diferencia del
muchos rrr,¡rct'tr)r en Qumrán (cf. CD 13, ll-12), Jesús prescinde de clasificar los
y dar su vida (psych|) ls 53, I 2: Porque su vidaQtsychl-) fue cntrc l,,r,r( cspirituales de sus discípulos y sus futuras posiciones en la época es-
gada a la muerte 's
' rl.Iirslg¿ y desvía la cuestión a Dios. Este tema es similar a otro que se en-
como rescate para muchos <Llevó el pecado de muchos> ,, r, rt r ir cn cierto número de pasajes del Antiguo Testamento que atribuyen a
r

<Y fue entregado por sus pecados> I trr ¡,, r.'l poder de encumbrar y derribar a los poderosos (cf., por ejemplo, Job
Is 53, I l: El siervo justo de Dios <harii.¡rr,, l l li- 9 LXX; Sal 75, 7; Dn 2, 2l; 4, 17.25). Tres de estos pasajes son de
1
tos a muchos>
l l rrrt'1. un Iibro invocado en todas partes en nuestra perícopa, como hemos
<Y portará sus iniquidades>
r .t. 1,:¡ (cf. de nuevo la Tabla 3l); uno de estos textos daniélicos anticipa la
Cf. Dn 12, 2: <Y muchos de los que rhrlr
men en el polvo de la tierra despertariirr,, ,r ., ninrza siguiente de Jesús (10,43-44) cuando dice que el control ejercido
¡',,¡ | )¡1r5 sobre los reyes sirve a la finalidad <de que sepan los vivientes que
, I \ ltrsirno domina sobre el reino de los hombres y lo da a quien le place y
Sin embargo , para la comunidad marcana el sentido figurado y escirlo
t',,rr, strbre él al más humilde de los humanos) (Dn 4, l7).
lógico de las metáforas de la copa y del bautismo, referidas al sufrinticrr
to inminente, sería probablemente recubierto por un sentido sacramenlirl. lr). -tl-45. El camino del servicio. El enojo de los diez discípulos restan-
como indica Smith3r, estas dos interpretaciones no son mutuamentc c\ r,,,r rl(' la tentativa de Santiago y Juan de acaparar el protagonismo ( I 0, 4 I )
clusivas. Los lectores cristianos de Marcos beben la copa del Señor cn l;r ¡,r,,¡r, r¡¡'i1¡¡1¿ el impulso para esta segunda parte de la conversación. Jesús, al
comunión y proclaman así su muerte hasta que venga (cf. I Cor 11,2(r) r "rr ¡ror citsuolidad o, más probablemente, al bamrntar esta irritación (cf. 2,
también comparten esa muerte en un sentido profundo, sacramental. l)or r' r. t 5t lJ, l4-15; 9,33-35),llama a los demás y vuelve atratar temas que

31. M. Smith, Clement of Alexondria and a Secret Gospel of Mark, l8'7. I ' lr cnco de Lyon, Contra las herejías 2,22, 5;3,3, 4.
868 Cuarfq sección principal (Mc g, 22-10, 52)
Mc 10, 35-45: Comenlario
ha tocado recientemente en er relato: el último será er primero y
er rr.tr. l.a justificación de este extraordinario aserto viene en 10, 45: <Pues
de hacerse importante es convertirse en er más humilde
l0' 3l)' Fsta respuesta' como hemos notado ya, pudo haber
i" toaosiJ l. r, r.rrrlx)co el Hijo del Hombre vino a ser servido sino a servir y a dar su vida
sido el modt, ,r,. , i )nro rescate en pro de muchos>. El <pues> (gar) sugiere aquí que la ima-
corregir la ambición de Santiago y Juan unu etapa temprana de ra hist.r.¡¡r ,.( n (lc Jesús, que sirve a los demás hasta la muerte (10,45), fundamenta
de la tradición. En la forma presente der"n pasaje,
"iinte.¿s ";;r f*d"
,", ,['rlgún modo la afirmación de que la manera de ser exaltado es hacerse
que quienes más se horrorizan por el autoengrandecimiento
de otrás descirr , ',t lrrvo de todos (10,43-44). Pero ¿cómo? La respuesta que generalmente
a menudo y en secreto engrandecerse a sí mismos. pero
el Jesús marc¿lr. .,' olicce es que los discípulos son llamados a modelar su vida de acuerdo
puede dar también a entender que si los demás
están enfadados con Santia¡1. ,,'n cl ejemplo de servicio de Jesús: él se hizo un esclavo; igual deben
y Juan por tratar de situarse por derante, tienen que
cornprender que la prcri.. lrir(el'se ellosrs. Aunque hay un elemento de verdad en esta interpretación
rencia en el reinado de Dios imprica er sacrifició y no
dominiá. , l( nrplarista, no explica cómo la esclavitud conduce a la exaltación, según
En cualquier caso' Jesús responde a la indignación "^r
de estos discípurrs ,rr,licir 10, 43-44. Los pasajes del Antiguo Testamento a los que se alude
invirtiendo el modo por el que se mide ra grandézaen
el mundo y .orrr,,,, , rr l\1c 10,45, a saber, Dnl-12 e Is 52, l3-53, 12, son provechosos a este
do la manera con la que se consigue en eúeinado de
Dios (tO, iZA_cZ): tu rr",l)ccto. En el primero, <el pueblo de los santos>>, vinculado estrechamen-
clave operativa es: <No es así entre vosotros)) (10,43a). parece
muy cx rr' r'on ufl ((como un hijo de hombre>, soporta la tribulación escatológica,
traño en principio que en 42b se califiquen como opresivos a los reycs
.1.0, lr,rt c tornar a <<muchos> hacia la justicia y es entronizado finalmente junto
y mandatarios de los gentiles y no a los de los judíos, u p"ru, der hecho.r" , , rn ((rnuchos> en el esplendor de la vida etema (Dn 7, 18.25-27; 12, l-3).
gu: l9l mandatarios judíos de ros dos sigros anteriores a la era común y r.s I rr cl segundo, el siervo sufriente del Señor, que ha llevado sobre sí el pe-
del siglo I d.c. eran frecuentemente tan explotadores y.o*pto,
*,.,, { .r(l() (le <muchos> y ha sufrido una muerte expiatoria en nombre de ellos,
colegas paganos. Esta distinción, sin embaigo, corresponde "oro
ai punto de vis , , exaltado y glorificado (doxasthésetai,ls 52, l3; cf. 53, 12 y las notas a
ta expresado en Dn 7, en el que se dibuja a los cuatro
imperios del munr'r ,,r('scate)) y <muchos> en 10,45). Así pues los contextos amplios de los
gentil como poderes crueles y opresivos. El Libro
¿e oaniel pu"á. ,".ui,.
también de ayuda para explicar la extraña frase de 10,42: t''r'rrics veterotestamentarios iluminan la lógica implícita de Mc 10, 42-45:
nlor'qu"
fu.""",, rturcncs participan en el descenso del Hijo del Hombre al abismo compar-
gobernar a los gentiles los dominan>> (hoi dokountes
archein nn itnr,¡,,1: trr;irr tarnbién su exaltación (cf. Flp 2,5-ll; sobre los paralelos entre estos
en el modo de pensar apocaríptico, crásicamente representado
por Dn 7- r 2, i I',\
l)¿rsajes, que pueden reffejar un transfondo común de Is 52, 13-53, 12,
los mandatarios terrenales no son rearmente tales,
sino soto p-e"en s"rt., , I labla 32). Esta fusión de la figura daniélica del Hijo de hombre con el
así, puesto que tras ellos están fuerzas angélicas
o demoníacar, y últinrrr r{ r\o sufriente de Is 52-53 tiene en parte su paralelo enlas Parábolas de
instancia Dios (cf. 4 Mac 13,14: <No temámos al que piensa "n
qu" norn'u,,,,, ll,'ttt)(', que pueden ser precristianas3ó.
ft on do ko un t a ap o kt e n n e inl)33 .
Aunque en el versículo que concluye nuestro pasaje se invoque tanto
La revelación por parte de Jesús de la impotencia de
mandatarirs ,r l)¡r 7 como a Is 52-53, estos pasajes funcionan de formas diferentes.
mundanos va seguida de una definición de ra extraña naturarezade
'os la grarr :\rrstro texto alude aDni de un modo casi polémico: el Hijo del Hom-
deza-verdadera, experimentada por los que han dejado
todas tas asfiraci., l,tt' ttt¡ vino a ser servido, como ocurre en Dn 7, 14, sino a servir y a dar su
nes de poder convencional y se han convertido, por
el contrario, en sierv.s r,lr como rescate, como sí sucede en Is 53 (cf . nota a <el Hijo del Hombre
de sus colegas humanos (r0,43-44). Esta idea '
relato marcano (cf. 9, 35; r 0, 3 r pero ahora se rádicafizaar fl*'"n "r
há aparecido rru." rrrr 1i¡1s a ser servido, sino a servin en 10,45). Ciertamente, el contraste
), repiesentar.rrr , , rn l)n 7 no es absoluto, puesto que más tarde en ese mismo capítulo, <el
por medio de vocablos relacionados con Ia escravitud
(cf. nota i <criado... l,rrt'bl<l de los santos delAltísimo>, vinculado con uno ((como un hijo de
siervo de todos> en 10,43-44). para la gente libre en er
mundo grecorronr.- lr{)nrl)re)), es perseguido ferozmente por la Bestia (Dn7,25). Sin embargo,
no, había pocos horrores peores que caer en la esclavitud,
una iegraáaci.rrr , ,r' <(corlo hijo de hombre> no sufre en el Libro de Daniel. Pero, para un
del estatus relacionada no por casualidad con ra muerte
tanto Jn nuesrr() .rrt()r'con una concepción tan profunda del pecado como Marcos, el Salva-
texto ( I 0, 45b) como en Flp 2, 7-g3a. En nuestro pasaje
Jesús incita a sus sc- ¡l.r n() puede ser simplemente el juez glorioso y dominante de Dn 7, que
guidores a asumir una condición que habría sido
considerada como er nadir r, ( ()n)pensa a los santos según su merecido, sino que debe ser también el
de la degradación; a pesar de todo, el Maestro procrama justos a muchos donando su vida como rescate
paradójicamenrc
'rtlcro expiatorio que hace
,,
que es el camino a la gloria.
¡,.r SuS pecados, como en Isaías 53.
33' cf' J' Marcus, Mark4, r0-r2 and Morcan Epistemorogy,55T-55g;
The ldcologt of Rule in Daniel 7-12,545.
D. J. Harringr.rr, li. Cf.,porejemplo,D.E.Nineham,SaintMark,280;R.Pesch,DasMorkusevangelium
34. Cf. O. Patterson, Slavety and Sociat Deqth,3g_45. ' 1t,.). ll.H. Gundry Mark. A Contntenlatlt on His Apolog,tfor the Cross,58l.
i(,. C'1. W. D. Davies, Paul and Rabbinic Judaism,2'79-280.
-f
870 Cuarto sección príncipal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10,46-52: Notas 87 I

Tabla 32. P¡n¡lEr-os ENrRE FLp 2, 5-11 v Mc 10, 43-45 \ tlcntro del marco amplio de Isaías, el sacrificio del siervo se convierte en
coN ALUsroNEs CoMUNES ¡ Is 52, 13-53, 12 ,.1 rncclio por el que el Guerrero divino consigue su llamativa victoria sobre
l,' rilucrte y ,ut áliudot, un triunfo que incluye acontecimientos milagrosos
Filipenses 2,5-ll Marco,s 10. 43-45
,,,,,',, valÉs que se aplanan, desiertos que florecen y ciegos que recobran
Tomando la forma de siervo (cf. Is 52, Serávuestrocriado... serásiervodetodo¡,
la visión (cf. ls 29, l8; 35, l-7 40, l-ll;
42, 1-17)' No es
13: <mi siervo>) ¡.zrrsamente
El Hijo del Hombre no vino a ser servid',
,,rr¡rrcndente, pues, que nuestro pasaje sobre la muerte servil del Hijo del
sino a servir (cf. Is 52, l3: <mi siervo>) que el Hijo de David abre
I l,,nrbre vaya seguidó de inmediato por otro en el
Obediente hasta la muerte (cf. ls 53, 7 .12) y a dar su vida como rescate por muclros
(cf. Is 53, 4-8.1 0. I 2) 1,,r. oit.rs milagrosamente de un ciego.
Por lo que Dios lo exaltó (cf. Is 52, 13; 53, La esclavitud es el camino a la exaltación
12) y le dio un nombre sobre todo nombre y a ser el <primero> (cf. Is 52, l3; 53, l2)
lrr .ll,sús cuRA A orRo clEco (10,46-52)
Este dicho del rescate, con el que concluye el pasaje (10,45b), tiene unn
importancia central en el relato de Marcos porque es la reflexión marcann l0 r6Y llegaron a Jericó. Y mientras
se iba alejando de Jericó con
,,rrs cliscípuloi y unu gran muchedumbre, el hijo de Timeo, Bartimeo,
más clara sobre el objetivo salvífico de la muerte de Jesús (cf. 14,24). Rsu
muerte debe ser un (rescateD, el desembolso de un precio que los <mu- ,,,, ,¡cndigo ciego, estaba sentado junto al camino. 4iY tras oír que era
chos>r son incapaces de pagar por ellos mismos. Las imágenes del servicio Ir'sr'rs. €l Nazareno, comenzó a gritar y a decir: <Hijo de David, Jesús,
de los versículos anteriores y el empleo de diakonein en el contexto prc- .r¡rrrrdate de mí>. asY muchos le reprendían para que callara; pero él
sente favorecen la opinión de que este rescate se concibe como el pago dcl 1'rrtilba mucho más fuerte: <Hijo de David, apiádate de
mí>. aeY Jesús
precio por un esclavo: Jesús se vende a sí mismo como esclavo para liberar i,,. ,lctuvo y dijo: <Llamadle>. Y llamaron ai ciego diciéndole: <Áni-
a sus hernanos de la esclavitud (cf. las notas a (rescate> y (muchos) cn rrr0. lcvántate, te llama>>.
50Y tras arrojar Su manto y levantarse de un
10,45, más Flp 2,7-8). El texto no especifica a quién se paga este rescatc. ,,.rlto. se dirigió hacia Jesús. srY respondiéndole le dijo Jesús: <¿Qué
por lo que los intérpretes de la historia de la Iglesia se dividen entre los quc r¡rilcrcS que te haga?>. Y le dijo el ciego: <Rabuní, que vuelva a ver)'
afirman que el recipiendiario es Dios37 y los que opinan que es el Diablors.
\, .tcsús le dijo: (¡vete!, tu fe te ha salvado>. Y al instante volvió a
A favor de la última interpretación está el que los rescates se pagan genc-
r t'r y lo seguía en el camino.
ralmente a los poderes hostiles y es fácil imaginarse a Satanás como un
dueño de esclavos, sobre todo teniendo en cuente la terminología de <atar>
y <desatan> en la parábola del hombre fuerte de 3,27. Pero el transfondo
\ ol:ts
evidente de nuestro pasaje, Isaías 53, concede espacio a la duda, puesto quc
en este profeta el Señor se complace en herir a su siervo justo. cargando 10.46. Jericó llerichol. Esta antigua ciudad (sus restos más arcaicos han
sobre él la iniquidad de la nación y recibiendo de él mismo el precio dcl ,r,1,, rl¡tados hacia el 9000 a.C.) está situada a unos 275 metros bajo el
nivel
pecado de esta última. ,1,.1 rrrirr. en el flanco oriental de la antigua Judea, a l7 km al noroeste de la
En cualquier caso, nuestro pasaje termina con una alusión a Is 52-53. ,,r rllil norte del mar Muerto y sólo a escasos 20 km al este de Jerusalén- El
que habla del siervo justo del Señor, que expone su alma a la muerte para después de las invasiones babilónicas
I I rt rt,.r ro asentamiento fue abandonado
expiar la iniquidad de <muchos>>. De este modo, el servicio a los demás es , ,, ,:l :;iglo VI a.C.; el nuevo Jericó, que ocupa un puesto en nuestra historia'
implícitamente un correlato del servicio a Dios. En el contexto canónico dc , ,l,.silrr.olló más tarde en un irrigado oasis, aproximadamente a kilómetro
Isaías es importante que el sufrimiento del siervo del Señor se inserte en un ., rrrr.rlio al sudoeste. A causa de su proximidad a Jerusalén y de su clima
marco amplio de gozoso rescate. Y dentro en concreto de Isaías 52-53,1¡ lr,r\ e cn invierno, Jericó fue utilizada como residencia de invierno por los
víctima es un iluminado que a su vez ilumina a otros e invierte así la sen- rr i r.s ustllol]€os y Herodes el Grande. Bíblicamente, sin embargo' Su mayor
tencia condenatoria a la ceguera pronunciada contra el pueblo en Is 6, 9-10. rrrr¡r.r.tu'cia proóede del hecho de que fue la primera ciudad conquistada
pasaje citado destacadamente en Mc 4, 12 (cf .Is 52, 13.15; 53, l1 LXX)ru. ,, r l,,s i sraelitas invasores y el centro neurálgico para la conquista del
,
resto
¡

, l, t ,'naán bajo la égida de Josué (Jos 2; 5, 134, 26' etc')t ' Jesús, el nuevo
37. Por ejemplo Cregorio Nacianceno, Dlscarsos,45,22; Juan Damasceno, Acerca lc t,,.,u,i. cornienzadelamisma manera su <invasión> de Judea, el cenit de su
la fe ortodoxa,3,27 . , r,l,r ¡rública, pasando por Jericó en su subida a Jerusalén (sobre la impor-
38. Por ejemplo, Orígenes, Comentario a Mateo, 16, 8; Gregorio de Nisa, Gran Cot+
cismo,2l-23.
39. Cf. E. R. Ekblad, Isaiah's Servant Poems,179-180.250-252. I ( l. T. A. Holland-E. Nefzet, Jericho'
872 Cuarta sec'ción principal (Mc, B, 22_t0,
52)
Mc 10,46-52; Notas 873
tancra de la imagen de Josué en
er mesianismo postbíbrico judío, cf.
Ecr.
46, I ; OrSi b. 5, 256-259 ; Josefo, An t.
20, Sl _Se¡r.
, ri
'il (lilc excluye al que la tiene de ser miembro de la comunidad escatoló-
Y mienrras se iba arejando de Jer¡có ,', .r (t'1. I IQT45, 12-14; 4QMMT B 49-54; lQSa 2, 3-10f, y llQTemplo
Ierichól' Es extraño que se señaren ra entrada fkai ekporeuomenott autou ar)() I ' I .l- | 3, basándose en Lv 21, 18 y 22,22, prohibe a los ciegos entrar en
de Jesús, pero no lo que hizo en er v rulr¿u ¿" J..r"iio. pun" l, ru:,:rlún, la ciudad en la que mora Dios, para evitar que resulte profanada
entreá;to. Koesterj observa que en cr
Evangelio secreto de Marcos hay en tttilt'|). En Marcos, por el contrario, Bartimeo es curado de su ceguera
que la torpeza de la versión ,nu."unu
medio un incidente *o
yl[u,n"n,,, r ,, .¡¡l¡¡111i¡¿¡te?) y sigue a Jesús en el camino hacia la ciudad santa ( 10, 52).
es el resurtado de Ia eriminación
este incidente. Es más probable, sin dc Lt.rs vinculaciones con términos arameos son cuestionables, pero Marcos
embargo, que 10, 46ab seael tipo .c
hueco que un redactor posterior, o , .( r¡l)c cn griego y subraya la connotación griega del nombre.
un farsarl
secreto,habría exprotadoa. otros estudiososs "ó,ro "l'uuio á"i i)org"ti,,
, .t7. Hiio de Davidfhuie Dauid]. Acerca de los usos marcanos de este
!

timeo ocurrió originariamente en er


plantean q*;l;"-l"a ¿" gu,. rrrrlo y su transfondo de la historia de las religiones, incluida su relación
pero que Marcos lo desprazó al momento
.u,nino a Jericó lctmo.n i. rg,35). , ,'rr e I lrijo de David, Salomón, como sanadog cf. el apéndice <Hijo de Da-
de la salida po,,á. a. ,u
cepción de que el discipuladosignifica \ rrl ( ()nto títuloD.
,"gui. u ¡"r,i, uiurtu ¡"r,;*ienr, "on-
ciudad de su pasión y muerre- Es más prob"abre, ru l.l ténnino nacionalista <Hijo de Davió que el ciego aplica a Jesús re-
sin embargq ii"lüi.to.iu
comenzara originarmente sóro con ra 1:r. según algunos exegetas, una ceguera espiritual pareja a la fisicar0. Pero
sarida de Jesús ¿" ¡*iJJiió ouo,, ',
que la frase <<y llegaron a Jericó> (r0,46a) ,
fuera una conexión filarcan¿r
, rr,r,l;r cn el relato indica que la comprensión de Bartimeo de la identidad
para poner a los discípuros en la
escena y situar luego a ¡"rn, ."
,l, lcsúrs sea defectuosa, y de hecho Jesús mismo elogia su fe (10, 52). La
en la que comenzaba el relato premarca"noo- ü posicio,, r, ror ic¿l del pasaje, además, acentúa el título <Hijo de David>, que Bartimeo
el hijo de Timeo, Bartimeo,.un mendigo
ciego fho huios Timaiou Barri- t,r'r\tslc en proclamar a gritosrr;este título precede al nombre propio de Je-
maios typhlos prosaitesl. Aquí, como .rr', e rr 10, 47, lo que es insólito para un patronímico, y lo elimina totalmente
(<Hljo de David, Jesús>),
hay una inversión insólita dél orden "itO,47 , n 10,48. Además, el intento de la rnuchedumbre de hacer callar a Bartimeo
noÁul'¿" palabras, que es nombre-l
patronímico (cf. grosario). <Bartimeo> r ltt. -ltt) tiene un efecto de bumerán retórico, acentuando la aclamación que
significa'<<el i,¡" ¿é i¡.";;^;"
qr"
el b,ar arameo equivare a <hijo de> (cf.
u7-*¡trroi j-,ñitffi;áámien_ l,r', ¡rcrsonas presentes e incomprensivas hacen esfuerzos por suprimir.
5ll. tras arrojar su manto lapobalón to himation autou]. El himation que
to>); por lo tanto, <er hijo ¿i rimeo,
Bartimeo> es un patronímico arameo
,rr ro jir Bartimeo es la túnica exterior, pero probablemente sigue todavía lle-
precedido por su traducción griega. :
Timeo Timqios.."
común (cf' er personaje que di eftíruro
a uno de ros diárogos"n ""riiü¡"g"
de pratón) de-
r,¡rrtlo su chitón, o túnica interiorr2. Sin ernbargo, algunos escribas parecen
l¡:rlrcr estado preocupados por la posible desnudez; el manuscrito minúsculo
rivado de la parabra que iignifica nuutior-,
,,¡ on uao, (íÁ"r, ." .1r"",¡0" ,r'5 (cf. también syt'¡") sustituye apobalon por epibalón (<poniendo>)r3.
de quien recibe honor- Resulta irónico
qu" L"naigo sea hijo de uno cuy.
nombre en griego es <<Honrador; Agusiín "t Sin embargo, ¿por qué se desviste Bartimeo de su himatior? cuando se
comenta que este hombre había
caído desde Ia prosperidad a <la misiia ,r( r'r'c¿ra Jesús? Unos piensan que había extendido su capa sobre la tierra
más-notoria y notable>7.
Es insólito para unjudío palestino,
aunque no sin precedentes, ser de_ ll.rlir recoger las limosnas, técnica todavía usada en Oriente Mediora. La
signado por el arameo ,¡, e itin del ciego de tirar su ropa sería entonces análoga a la de la gente
lar
rabínica sabe de un R.Josué
+.r1n nomb.e
r.,ü,
pero, de hecho, la literatura ,luc abandona sus bienes para seguir a Jesús (por ejemplo, en l, 18.20;
bar Timai
embargo, se han propuesto.también fbrn. nÁ.,s, é,"j1 ,,"
""u"ilii"iarameas ltt.2.l .28-29) o la gente que deja los atavíos de su antigua enfermedad o
etimotogias para este nombre,
Bartimeo. Lagranges, por-ejemplo, ,l('l)cndencia, como las muletas expuestas al lado de las aguas sanadoras de
,ugi"r. uiu Aerivaciónie Orr-r,arr: gni_
jo de un ciego>) y orros ro tran I ()rrrdes. Sin embargo, en ausencia de una especificación ulterior, la mayor
¿erivi'¿" ai io, téme'ghijoder impuro>).
Algunos manuscritos der mar Muerto l,ru'tc de los lectores pensaría en la ropa que se lleva encima en vez de la
la ceguera una contamina- , '.tcndida sobre la tierra. Otra posibilidad es que el mendigo se despojara
"onti¿a.un
rle rrna capa que dificulta su acercamiento rápido a Jesús -como enla llíada
2. R. A. Kraft. Messiah-Josllua;
D. R. Schwanz, I4ltence the Voice?, 43.
3. H. Koester, History and Der;t"p;;;;;
4'para ;i M;iií'coro"r, +t-+2.
una crítica dé ra teoría. dtk;;;.;.;'b;
y el Ewngclio secreto. cf. t" tnt,odt,rciói." la ieracr¿n enrre er Marcos canónico 9. Cf. F. Jusf, Llas Blind BarÍimaeus a 'Son oJ lmpurity"?
.¡ i r;;;;;r-";;;;.
ári :2: y para ). Cf. ya Orígenes, Contenlario a Mateo, 16, 9 y W A. Kelber, The Kingdom in Mark,
ó"*i" 'ii)
I f
éste es una talsificación rno¿.rnu.
J:'d. c. "ái. q""
corp"l Ho*. '¡¡. l:. S. Johnson, Mork 10, 46-52: Blind Bartintaeus,197.
5' cf' J' Gnirka' Er Evan^get¡o a" ui,coi)',"ftátí.'r^"*che, I L Cf. C. D. Marshall, Faith as a Theme in Mark s Narralive, 127.
Evangire cre Marc.263.
6. Cf. S. H. Smith. rhe F"unction
Áñirr;; iii,""ii in Marki Gospet.525. I l. Cf. BDAG 475 y nota a <dos túnicas> en 6, 9.
?. rii)"í^i )rrrr," "i6rir:¡i
cte to,; Ewnsetio, ,.T1.0,,,o, l.l. CL H. B. Swete, The Gospel According to St Mark,230.
8. M.-J. Lagrange. Évangite seton S"i¡,i l+. R. H. Gundry Mark. A Comnentary on His ApologyJbr the Cross,596, cita Jue 8,
ñ7r."íSS.'
'\ conlo comparación remota.
874 Ctt(trla sección principal (Mc 8, 22 10, 52) Mc I 0. 46-52 : Contentario 875

2,182-184 de Homero; 2 Re 7, l5; Heb 12, l-, pero esto parece improbablt' tlu( t'uelva a ver lhina anablepsó]; sobre el empleo imperativo de hina,
porque Jesús está cercano, a diferencia de la situación en esos paralelos (llt(' 'I ttt¡tu a (ven para que impongas tus manos sobre ellu en 5,23. Anable-
prevén una caffera larga. Jesús, además, está rodeado por una muchedunl /,, /// cs un compuesto del prefijo ana- (<<encima de> o <de nuevo>) y blepein
bre, lo que es un impedimento más serio al acercamiento de Bartimeo r¡rrr. r ,' r t'r r> ): cf . 8, 24, donde anablepsas fiene ambos significados. En tiempos

la ropa de éste. Gundryr5 menciona otras explicaciones que parecen mcllos ,l, l Nucvo Testamento el prefijo había perdido a veces su fuerza, de modo
probables aún, como que el hombre llevaba su capa sobre sus hombros o ,lt( tilt(thlepein podia significar simplemente (ver); compárese, por ejem-
que se sentaba sobre ella cuando pedía. t,1,,. con Jn 9, 11.15.18, donde se usa refiriéndose a un ciego de nacimien-
Ya que otros rasgos del relato recuerdan al bautismo (cf. comentario ir r, , l:s teóricamente posible que el hombre de nuestra historia hubiera sido
10,49-52), es posible que el autor haya pintado al hombre desvistién<kr r.r¡rlriú'rr ciego de nacimiento y que hina anablepso debiera traducirse sim-
se para recordar a los lectores el desnudo prebautismalr6. El más ontigrro t,l{ nlcnte (para que pueda veD). Sin embargo, como señala Gundry2r, si éste
comenlario a Marcos apoya esta hipótesis evocando el lenguaje baLrtis trrr'rr cl caso, debería mencionarse explícitamente la ceguera de nacimiento
mal de Ef 4, 22: Col 3, 9: <Se dice que saltó desnudándose del hombrc ,l, l lr()nlbre puesto que realzaria el milagro (cf. Jn 9, l-2).
viejo>r7 (para otro acto en Marcos de quitarse la ropa con posibles vincrr 52. ¡Vete! lHypagel. Esta orden aparece al final de varias historias de
laciones bautismales, cf . el apéndice <El joven que se escapó desnudo IMc ,rrrlrrsr'o en el evangelio (1,44:2, 1l; 5, 19.34:-7,29), donde es por lo gene-
14,5l-52]))). Algunos pasajes del Antiguo Testamento pudieron contribuil r,rl rrna orden de irse a casa. Bartimeo, sin embargo, decide por el contrario
también al simbolismo de la ropa que se arroja lejos. En Zac3,l-10, por , r'uil a Jesús <en el camino>.
ejemplo, el despojo de la ropa sucia simboliza la regeneración del sunttr \ lo seguía en el camino lékolouthei aut/ en tg hodS]. Kingsbury2a ar-
sacerdote; ello va unido en este pasaje a la venida del <Retoño>> de Davitl. |r¡rrrclrta que <seguío) se usa aquí no en el sentido metaforico de hacerse
vocablo cercano al de <Hijo de Daviü en el nuestro. ,lr',t i¡rtrlo, como en I, 18 2, 14 8, 34 10,21 .28, sino en el literal de <ir
51. Rabuní fRabbounil. Este término hebreo/arameo se vocaliza conro ,l( lrris de)), como en 3,7;5,24 |1,9: |4,13.54. Bartimeo, pues, no se haría
ribbóni en el Tg.Onq. a Gn 33, 11, por lo que algunos Comentarios anti- ,lr'.t í¡rulo, sino miembro de la entusiasmada muchedumbre que acompañaba
guosrs piensan que la forma marcana es errónea. Sin embargo, los fragmcn- ,, lt'sirs (¿pafte del camino?) de Jericó a Jerusalén. Pero la colocación de las
tos de la geniza de El Cairo han confirmado que rabbúni es en verdad r¡rrrr ,1,'., historias de sanación de la ceguera al principio y el final de una sección
antigua palabra aramea de Palestina (se encuentra dos veces en los manus- ,l,,licuda principalmente a la instrucción de unos discípulos que no acaban
critos D y Z del Targum a Gn 44,18, de la geniza de El Cairo)re. Etimoki- ,lr' t'rrtender (8,22-10,52) sugiere que esas historias están más estrecha-
gicamente, rabbouni está relacionado con rabílrabino (cf . nota a <Rabí> cn rntrrle relacionadas con el discipulado de lo que concede Kingsbury (cf.
9, 5); ambas palabras pueden traducirse por (maestro mío> y Mateo viertc tt I t )( | t c c ión a 8, 22-10, 52 y com en Íar io a 8, 22-26). Bartimeo, además, no
t 1 t

las dos pot lg,rie, <<señor>> (Mt 17, 4;20,33l' cf. Lc 18, 4l). Rabbouni,sin ,,1. sigue a Jesús, sino que lo sigue en el camino, en q hod7 y esa combi-
embargo, puede tener un matiz más elevado que el de rabino; en la tradicirirr ,.rt itin de términos ha sido utilizada recientemente para los Doce en 10, 32
rabínica ribbon y palabras relacionadas se utilizan más a menudo para Dios r, L l0, 17.21, aunque contrastándolo con I l, 8-9).
que para los seres humanos2o; en Marcos mismo el personaje que llama ir
Jesíts rabbouzrl es elogiado por su fe (10, 51-52), mientras que los que lo
llaman rabbí son ignorantes (9, 5-6) o bien traidores (14,45). A diferencil ( ornentario
de Mateo (23,7) y Juan (1, 38; 3,2), Marcos no traduce o parafrasea ningu-
no de los dos términos, quizás porque ambos son familiares a sus lectoresrr. Inlroducción En el pasaje anterior,Jesús ha llamado a sus discípulos a
¡,,rllicipar en su pauta de autohumillación hasta la muerte por (muchos).
15. Ib¡d.,602.
l'.¡ cl 16, la presente perícopa constituye un recordatorio de que esta vida de
16. Sobreesteactodequitarselaropa,cf.HipólitodeRoma,Tradiciónapostólico2l, .rrlnrniento compartido es asimismo una vida en la que se abren los ojos
3; Juan Crisóstolmo, Homilía boutísntal 2, I l; Cirilo de Jerusalén, CaÍequesis ntistagógictt ,k' lir gente, que ve las cosas tal como son, y esta visión corregida percibe a
2,2;W. A. Meeks, The Image of the Androgyne, 183-184, nota 82; M. Johnson, The Ritt,.y l, si¡s recorriendo un camino que convierte la muefte en victoria.
ol Christion I nitia¡ion. I 22 y passin.
17. Pseudo Jerónimo, Exposición de Marcos,l0, 50 [Cahill, 8l]. Nuestra perícopa parece ser un relato tradicional que Marcos ha retoca-
18. Por ejernplo, J. Wellhausen, Das Evangelium Merci,85. ,Ir sobre todo al principio y el final, como es su costumbre. Probablemente
19. Cf. M. Black, An Aramaic Approach to the Gospels and Acts,23-24.
20. Cf. R. H. Gundry, Mark. A Commentaryt on Hi.s Apologt.for the Cross, 602-603.
21. Sobre el bilingüismo de la región de la Decápolis en el siglo I, cL F. Millar, Ih' rl. cf. BDAG
59.
Roman Near East,4l3 y sobre la tendencia a dejar los términos religiosos sin traducir. cl. l.l. R. H. Gundry, Mark. A Contmentan,on His Apology./br the Cross,603.
G. Mussies. The Use of Hebrev'and Arantaic,429-430. l-+. J. D. Kingsburgy, The Christologv ol Mark's Gospel,104-105. nota 159.
877
876 Cuarta sección principal (Mc 8, 22-10, 52) Mc 10, 46-52: Comentario

10,46a (<Y llegaron a Jericó>) es una adición editorial para que los disci lllltimeo, sin embargo, no está dispuesto a dejar que su posibilidad de
pulos estén tarnbién presentes en una historia que en principio comenzab¡r I rt ,r.r.ución se escabulla tán fácilmente.
Informado de que es Jesús quien pa-
con Jesús (solo) que salía de Jericó. La frase, colocada tarde y torpeme ntt' ,t t ltl.47a),se permite proferir una tanda de gritos: <Hijo de David' Jesús'
,r¡rritl.re dé'mi>i (10, 4ñ). Como indica F.ckstein2s, este nexo del
grito de
en 10,46b, <con sus discípulos y una gran muchedumbre>>, es tambiórr
,or ()r.r.o con el nombre del rey que había fundado la dinastía
israelita hace
redaccional, diseñada igualmente para ampliar la audiencia; como indic¡r
tanto en la literatura judía
Smith25; a Marcos le gusta dibujar a Jesús acompañado por un séquito, tan .r rrrrcstra perícopa semejante a ciertos pasajes,
(,nro cn tu pugana, en lá que un peticionario suplica un favor a un rey' fa-
to pequeño como grande (cf.3,7;4, l0; 8, 341.10,32). Al final del pasaje.
(luc pu.'aJr". la curaclón miiagrosa (cf' por ejemplo los pasajes-sobre
<y lo seguía en el camino> es también probablemente redaccional; enca jrr ',r
bien en el amplio tema marcano del <camino> y puede haber sustituido tr t, '¡lr,siano tratados enel comentario a8,22-23 y 2 Sm 14' 4;2Re 9'.20)'
un final originario que describía el asombro de la muchedumbre. r ,,ncspondientemente, uno de los matices del título <Hijo de David> es
se comple-
En cuanto a su estructura, este pasaje {omo 5,24b-34- aparece en prin- Lr rcaleza y, por extensión, el mesianismo' Estas propiedades
,r(.rt¿rn .oi.unu segunda dimensión del título, que relaciona a Jesús con el
cipio como una interrupción: Jesús está saliendo de Jericó e iniciando la últi-
lrr¡o tlc David, Salomón, quien se convierte en un gran exorcista y sanador
ma parte de su viaje hacia Jerusalén (cf. 10, 32), cuando le detiene la impor-
, ,' lrrs leyendas judías @f . el apénelice <Hijo de David como título))'
Por
tunidad de Bartimeo. No es sorprendente que, en un relato sobre un homblc
que depende de su sentido del oído, predominen verbos de <hablau; formas t.rrrlo. la invo"u"ión a iesús de Bartimeo como <Hijo de David> encaja
de <decio se usan seis veces; <llaman, tres; <gritau, dos; y <reprenden y , r:re tamente con el remedio que busca'
(contestaD, vnavez cada una2('. El pasaje está enmarcado por una introduc- La dimensión exorcística y salomónica del título <Hijo de
David> en 10,
, de la historia, el vano
ción que presenta la escena y a los personajes ( I 0, 46), y una conclusión quc | -ll( ayuda también a explicar el siguiente desarrollo
rrl(.¡to ie la muchedumbie de hacercallar a Bartimeo (10' 48)' La mención
resuelve las tensiones y sirve de transición a la siguiente perícopa (10,52b).
En medio hay tres pequeñas escenas: la primera atañe a Bartimeo y la mu- rI cStil tentativa emplea un término recio, (reprenden' que M^arco-s^suele
,r¡rlieir¡ a la lucha contra los demonios (cf' 1' 25; 3,12;9'25;cf'
4' 39), así
chedumbre (10,47-48): la segunda, a Jesús, la muchedumbre y a Bartimco
de la inoportunidad de
(10,49-50), y la tercera implica a Jesús y Bartimeo (10, 5l-52a), cada una ¡,,,.r. la reprobación por parte de la muchedumbre
Itrrr.tinreo, puede representar en el contexto marcano un intento satánica-
con el mismo modelo de acción, reacción y resultado2T.
,r('ntc insti;ado de iobar la palabra de esperanza sembrada en ese mendigo
.r'ntrclo ,¡rinto ut camino> (cf. de nuevo la parábola del sembrador en
Mc
10,46-48. La súplica del ciego. El pasaje cornienza con una rara yuxta-
puesto
posición de dos referencias a la antigua ciudad de Jericó: <Y llegaron a Jc- I t l5). Él comentario a Marcos más antiguo apoya esta exégesis'

ricó. Y mientras se iba alejando de Jericó> (10,46a). Así pues, se describe ,¡,,. ¡.,arafrasea 10,48a del siguiente modo: (Los pecados y los demonios
la llegada de Jesús a la antigua puerta de entrada a Palestina, así como st¡ .,t,,,*.n el grito del pobre hombre, que el Señor oyó)t"' Como en el relato de
de Jesús
salida de ella, pero no lo que hizo mientras estuvo allí. Aunque esta torpeza t., ei,rf'esidn de pedro, la proclamación de la identidad mesiánica
refleja probablemente la historia editorial de nuestro pasaje (cf. la introduc- r, l li. 29) va seguida de un <reproche> endemoniado (cf' 8' 32b)'
grite más
ción al comentario y la nota a <Y mientras se iba alejando de Jericó> en 10, Sin eÁbargo-, este intento dé hacerlo callar hace que Bartimeo
luertc que unér' uRpladate de mí>> (eleéson me: 10,48b)' La persistencia
46), en su forma presente sirve también para aumentar la desesperación de
la grave situación de Bartimeo. No sólo es un mendigo ciego, desvalido, ,t, l ciego es ejemplár; cuando el pueblo dice al elegido de Dios que su
aún y
dependiente de las limosnas que quieran darle los transeúntes, sino que su , .,,,r. desesperáda, él se dirige a la divinidad con más resolución
"",
,l('nu.rcstra así iu fe (cf. <Tu fe te ha salvado> en 10, 52)' Así pues' colrlo en
única posibilidad de salvación está a punto de desvanecerse, ya que Jesús,
,l'11-2T,elcentrodelaatenciónennuestrahistoriaestátantoenlalucha
apenas llegado a su ciudad, se aleja rápidamente con su rostro orienta-
por ello no es sorprendente que el
do hacia Jerusalén (cf. 10,32-34:Lc 12,50). El peligro de que Bartimeo ¡,,',,, .r.É, como en el milagro mismo;
contexto de culto litúrgico' en el que la
pierda su oportunidad queda subrayado por el hecho de que la frase <junto ¡,,rs.ie tenga vinculacione, óon un
It' sc cxpresÍI comunalmente. En particular, el grito repetido del ciego ha
al camino> Qtara ten hodon) y el tema de oír (<y tras oír que era Jesús dc
r ,lr¿rdo Ln la liturgia cristiana en su forma mateana: lErie eleéson (<<Señor'
Nazareb) han aparecido anteriormente en una descripción parabólica de la fórmula
semilla arrojada donde no puede dar fruto, ya que es devorada inmediata- rt n cnmpasiónr, i0, 30-3 l); eleéson me pudo haber sido ya una
lrrúr'gica para Marcos y su comunidad, puesto que aparece con frecuencia
mente por los súbditos de Satanás (4,4.15).
, il los salmos como apelación a Dios (cf' Sal 6,2;9, 13 41' 4'10 [40'

25. S.H.Smith,T"ireFunctionoJ'theSonolDot,idT'aditioninMctrklsGospel,525.
26. Cf.H.-J. Eckstein, Markus 10,46-52 al:t Schliisseltet,33-39. )3. thid..4l-42.
27. Cf . ibid. 19. Pseudo Jerónimo, Erposición de Marcos, l0' 48 [Cahill' 8l]'
Mc 1 0. 46-52 : C'otnentorio 879
878 Cuortu secciót¡ principol (Mc 8. 22 10, 52)

5.1 I LXX])r0.
Así pues, lo prosaico, esa superficie mundana de 10, 47-.1¡i nlr('stl'a que él está siempre deseoso de recibir las peticiones de un deses-
enmascara una lucha titánica entre la bandera real de la liberación de l)ios l,(.rir(lo. P'or cierto, el Maestro acaba de rechazar
la petición de Santiago y
lu.rrr. cltre él mismo había suscitado con la pregunta, <<¿Qué queréis que
-que avanza hacia Jericó como el nuevo Josué en su subida para (c()ll
quistau Jerusalén (cf. nota a <Jericó> en 10, 46)- y las fuerzas de la crr 1,.,',rr por vosotros'?)) (10,36)I. Santiago y Juan, sin embargo, solicitaban
fermedad y de la opresión demoníaca, que se oponen. En los márgenes tlt' 1,l.rzils selectas en el reino de Dios,
quizás en parte por un deseo de dominio
la batalla, junto al camino, se sienta un ciego que lleva tiempo viviendo cn ,,lrr.c sus iguales (cf. 10, 42), mientras que Bartimeo pedía simplemente
el reino de la oscuridad y que, al oír ahora el rumor de la marcha del libcr , r. ¡rctición que Jesús está impacienfe por tealizar'
' (que vuelva
tador, se pone a gritar con todas sus fuerzas pidiendo socorro antes de r¡uc lirrrtimeo pid".on mayor precisión ver de nuevo (cf . nola a
r \('r')) cn 10,51) y este detalle puede suponer un rayo de esperanza para
la esperanza desaparezca en el horizonte. Como el adivino griego Tiresirrs.
este ciego, irónicamente, ve con más claridad que el pueblo vidente alretle 1,,, nricrnbros de los Doce, incluidos Santiago y Juan' Porque los Doce
dor de é1, quien trata de apagar su perspicacia-rr. La descripción de Douglrrs .r,n l)crsonas que han visto.aquienes se ha dado a conocer el misterio del
de una superviviente del Holocausto, que llevaba gafas oscuras durante srr r , , r() (le Dios 14, I I ), que han percibido la majestad
y autoridad de Jesús
testimonio en eljuicio contra Adolf Eichmann en Jerusalén, evoca el efect() ' ¡rrrr ello, han decidido seguirlo en el camino (cf' l, l6-20:3, l3-19; 6,
misterioso de este tipo de visión ciega; <La mujer apareció como una cicgrr I l) Aunque parezca que se han hundido hace muy poco en la ceguera iI

(aunque no lo era), impresión más recia aún cuando la fuerza dramática tlc rrr,.rrlitl. cso no significa necesariamente que la incornprensión habrá de
su testimonio se concentró en sus palabras: 'Yo lo vi todo'))r2. .,.r sLr condición definitiva; como los filósofos y los místicos han sabido
r l,r l¡¡¡g1.¡ de los siglos, la pérdida de la visión puede representar un paso
10,49-52. Milagro y discipulado. El ciego de nuestra historia ((ve)) con , il ,.1 cal.r.lir.ro del cñcimiento espiritualr5. Los Doce, por lo tanto, como el
una visión extrañamente penetrante y la agudeza de su perspicacia (<Hijo tle , r( r'() ¿rl principio de esta sección del evangelio (8,22-26), pueden pasar
David>), junto con la urgencia de su petición (<Apiádate de mí>), inducerr rr ,1, sil cstado presente de visión mezclada con ceguera a otro en el que.vean
Jesús a pararse y mandar que se lo acerquen (10,49a). Así pues, Jesús mis , l.rr rrnrctrte; áun habiendo perdido su vista' los discípulos, como Bartimeo'
mo invalida la resistencia de sus partidarios para atender a las necesidadcs ¡rrrt'rlcr) comenzar a ver de nuevo.
1

de la persona que lo ha abordado. Transforma así el reproche de la multittrtl l.rr respuesta a la demanda de Bartimeo de ver de nuevo, Jesús exclama: I

( 10, 52a), y la maravilla se deja ver de forma


en apoyo: la muchedumbre deja de intentar que Bartimeo guarde silencio , e rc! Tu fe te ha salvado>
\ il
y lo anima diciéndolo que Jesús lo llama (10, 49b). Este cambio repentin() rrrrIctliuta: la vista de Bartimeo queda restaurada y él decide seguir a Jesús
de corazón es un toque cómico pero realista; el amor, como el odio, puctk' .,.il cl camino)) ( 10, 52b). La conclusión de la historia, probablemente una
ser contagioso, y el interés mostrado hacia un mendigo por parte de un pcr- llrt.iti¡ llarcana, permite Superar el género de historia de milagro; sin dis-
sonaje con autoridad puede convertir rápidamente la hostilidad popular cn ,nnruit' cl elemento sobrenatural, el hincapié en el seguimiento introduce
benevolencia. Pero hay también enjuego una cuestión más profunda: si an- ,'r¡,¡ scntcjanza con los relatos de llamada en 1' I 6-20:2, 13-14 y 3, l3-19
teriormente en el evangelio un discípulo cercano a Jesús se hace de repente t, I ntttu á uy lo seguía en el camino> en 10, 52). Ciertarnente, Jesús no di-
portavoz de Satanás (8, 32-33), y si más tarde una comprensiva muchedunr , , ,,síguemé>, sinÁ <<Vete>>3('. Pero el lector cuidadoso del evangelio ya ha
bre de Jerusalén ( I I , I - I 0) se transmuta bruscamente en hostil ( I 5, 1 I - I 5 ). rt,r(.n(liclo que, en no pocas ocasiones, las palabras de Jesús pueden impli-
nuestro pasaje muestra que lo contrario puede ocurrir también. En Marcos lrr , .,, ,,r,is de io que en sí mismas parecen significar a primera vista, o incluso

línea de batalla entre los bandos apocalípticos en guera es más porosa quc. l,, ( ()ntr¿rrio (ci. I , Z+-ZO). Como algunos rabinos posteriores confrontados
por ejemplo, en Qumrán (cf. l QS 3, 154,26} ,,,n l)()sibles prosélitos, Jesús aparta con la mano izquierda, pero impulsa
En respuesta a la llamada de Jesús mediada por la muchedumbre, Bal- ,,,,r lrr clerecha, que es más fuerte (cf. b. Sanh' 107b: Mekilta Amalek3
timeo brinca, tira su ropa (cf. la nota a (tras arrojar su manto) en 10, 50) y I Lrrrrcr.trach 2, \131). Bartimeo, al sentir
esta dimensión oculta en las pala-
llega hasta Jesús ( 10, 50). Este, a su vez, responde preguntando a Bartinco t,r.rs tlc despedida de Jesús, ejerce la libertad que Jesús le ha dado (<Vete>)
qué quiere que haga por é1. La respuesta debería ser obvia: curar sus oj os | , t,,.ir cscog;r la vida del discipulado que, gracias a su visión restaurada,
¡

pero la demanda de curación es una parte usual en las historias de milagro r, il,c como la consecuencia lógica de la fe que salva' que 1o ha liberado
¡,,
antiguasr:. Hay, además, un matiz teológico en la pregunta franca de JesÍrs: ,l, lrr oscuridad.

30. Cf. C. D. Marshall. Foith as o Tltente in M¿trkl,; Narrutive. 128. i.l. ('1. V K. Robbins, The Heuling ol Blind Bartinaeus,239'
31. Cf. D. R. MacDonald, Honteric Epits,9T-l0l . r:. ('1. platón, Reptlblicct l, St5c-ll6b; DartIe,Parttíso.25-26;JuandelaCruz.Noche
-t z. L. Douglas. The Mentor.vo.f Judgntent, 104. ,,,,t ,lr'l ulnru, 1.8.
33. Cf . C. Theis,sen, The Miracle Stories of the Earb Christi¿tn Tradition,53-55. ir,. t l. Kingsbtu:gy.TheChristologvof MurksGospel'104' nota 159'
BB0 Cuarto sec'ción principal (Mc 8, 22- j0, 52) Mc 1 0, 46-52. ContenÍaritt BBl

La función paradigmática de Bartimeo como símbolo del nuevo discí¡rrr Acluí tenemos no sólo una pintura de ojos ciegos milagrosarnente abter-
lo de Jesús está de acuerdo con la observación de que ciertos rasgos dcl rt' t,s (cl. Is 29, l8; 42, 16-18), sino también una exhortación a ser valiente
lato evocan el bautismo cristiano primitivo y quizás tales trazos recorclar¡rrr r, l<Ánimo>> en Mc 10,49), un retrato de gente curada que salta llena de
a los lectores de Marcos ese rito. Muchas fuentes antiguas describen el b¡ru .rlr'sr-ía (cf. <levantarse de un salto)) en Mc 10, 50), la promesa a los fieles
tismo como una <iluminación>37, y el antiguo arte cristiano suele represcrrlirr rli'tlr-le Dios los salvará (cf. <Tu fe te ha salvado> en Marcos 10,52) y el
las historias bíblicas de curación de ciegos, sobre todo la del ciego de n¿rr.r rrrotivo del pueblo de Dios rescatado que marcha porel camino santo que
miento en Jn 9, en un contexto bautismaPs. otros rasgos del relato de Bartr ( (f n(lLrce a Sión (cf. el dicho del <rescate>> en Mc 10,45, así como <y lo se-
meo que evocan el bautismo son; el desnudarse (cf. nola a (tras arrojar srr ,'ril en el camino fhasta Jerusalén]> en 10, 52). Incluso el emplazamiento
manto)) en 10, 50), la orden de levantarse (cf. Rom 6,4),la fórmula <Tu lc rr. (l( rruestra perícopa en la ciudad oasis de Jericó, en el límite entre el valle
ha salvado> (cf. nota a esta fórmula en 5, 34) y el vocabulario del <<camin.,, ,l, l .lordán y el desierlo de Judá, corresponde al escenario en el desierto del
(cf. Hch 9, l7-18; 18,25; el primer pasaje une el bautismo de pablo con lrr ,,riculo de Isaías y su imagen del florecimiento de esa árida tierra (LXX
restauración de su vista). Así, es posible imaginar un rito bautismal de éput.rr L l-5, 2 rnenciona explícitamente <los lugares desiertos del Jordán>). Así
primitiva estructurado según los elementos básicos de nuestra historia: ¡rrrcs, nuestro pasaje parece ilustrar la convicción de Marcos de que la bue-
n:r nueva de Jesús se desarrolla ((como está escrito en Isaías profeta> (1, 2;
Candidato al bautismo: <¡Apiádate de mí!>
, l. los ecos de Isaías 35 en Mt 1l,5llLc7,22)40.
Diácono, en el papel de Jesús (dirigiéndose a la comunidad): <Llamadlo>.
Comunidad: <¡Ánimol; levántate, Él te lta-ar. l.a guer-ra judía, que forma el transfondo de la composición del evange-
El candidato se quita la ropa y se acerca al diácono. lr. 1ls pl¿¡g6s, fue impulsada por textos de Isaías y otras esperanzas bíbli-
Diácono al candidato: <¿Qué quieres que te haga?>. (;rs sobre el rescate de Siónar. Según algunas formas de esas expectativas,
Candidato: <Quiero ser iluminado>. , I rrgcnte humano del rescate apocalíptico sería el mesías, un <hijo de Da-
Diácono, bautizándolo: <Tu fe te ha salvado>. r rtl,> que purgaria a Jerusalén, su templo y al mundo en su totalidad de la
,l,rrrirración pagana por la fuerza del Señor de los ejércitos (cf. el apéndice
Estos elementos bautismales son coherentes con la nueva tipología dcl ,,lli.io de David como título>). Probablemente, por tanto, la aclamación
éxodo, tan destacada en todas partes de esta sección del evangelio, ya q.c ,'¡ lr0,47, que yuxtapone el título <Hijo de David> al nombre <Jesús de
el bautismo se interpreta en el Nuevo Testamento según las líneas del éxo \rrzaret>, sería percibida por los lectores del evangelio a contraluz de las
do (cf. I Cor 10, l-5). Como señalamos en la introducción a 8,22-10,5?. ,rlirnraciones de las figuras mesiánicas competidoras de Jesús que, en el
el transfondo bíblico más importante a la nueva idea del éxodo es la pro, ¡,ro¡rio tiempo de Marcos, habían dirigido la sangrienta rebelión contra Ro-
clamación de Isaías de que en esos momentos, como otrora en tiempos rle nn Lple culminó en su desesperada resistencia en el templo de Jerusalén
Moisés y Josué, Dios crea un <<carnino>> en el desiefto por el que conducc rr l l3, 6.21-22). Para la comunidad rlarcana, sin embargo, es Jesús, y no
a su pueblo hacia Sión en un acto salvífico de guerra santa. Esta tema clcl \ le ¡rahén, hijo de Judas, o Simón bar Giora, el verdadero <Hijo de David>,
<camino> es especialmente importante en la segunda mitad de Isaías (Deu- rrr cslatus confirmado por el Maestro mismo en nuestra perícopa por su
teroisaías), pero aparece también en Is 35, que originariamente pudo habcr r¡rilusrosa curación del ciego Bartimeo al modo de Salomón.
formado parte del Deuteroisaíasie y que fue ya utilizado por Marcos en 7. lin unos pocos pasajes siguientes del evangelio, la verdad de la filiación
3l-37 (cf. comentario a7,35-37): ,l:ri'iclica de Jesús será reconocida hasta por los habitantes de la capital,
, uruldo el Nazareno entre en Jerusalén como un conquistador real y sin
El desierto y el yermo se alegrarán... florecerán copiosamente y se regoci
jarán en gran manera... Fortaleced las manos débiles y afianzad las rodiil¡s ,,r utla de nadie ocupe y purifique su propia ((casa)), el Templo.
vacilantes. Decid a los de corazón tímido: Esforzaos, no temáis. He aqui.
vuestro Dios... Él os salvará. Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y i.s
oídos de los sordos se destaparán. El cojo saltará como un ciervo y la le.guir
del mudo gritará de júbilo... Allí habrá una calzada, un camino, y será llu-
mado camino de santidad... volverán los rescatados del Señor, entrarán c.,
Sión con gritos dejúbilo, con alegría eterna sobre sus cabezas (ls 35, l-10).

37 . Cf ., por ejemplo, Justino Mártir, I Apología, l, 6l ; Clemenre de Alejandría, pcrlrr-


go go, l, 6 ; I d., P ro n'ép t ico, I 2; Gregorio Nazianceno, D i s curs o s, 39 -40. .10. Señalado por D. C. Allison, The Intertextual Jesus,109-114.
. 38. Cf. E- K-itzinger, A Marble Relief of rhe Theodosian period, y R. M. Jensen, Ul -1 l. Cf. Josefo, Bell.6,313 y M. Hengel, The Zealot,s,249-255;D.R.Schwaftz,Temple
dersfanding Early Christian Ar-¡, índice, voz <blind, healing ol>. t' t,l I )t'.tct'tl J. Marcus, The Jeu,ish llar and the Sitz im Leben of Mark, 45'1; The IVa¡, of the
39. Cf. C. C. Torrey, Second Isaiah,279-301. t,'nl.)2-23.
6

QUINTA SECCIÓN PRINCIPAL


(Mc I l, 1-l 3, 37)

l. lNrnoouccróN. ENsañ¡,Nze: pRpÁrr¡eulo AL RELATo np m PnslóN

Marcos ll, l-11 representa un giro decisivo en el relato evangélico:


;rt¡rrí entra Jesús por vez primera en Jerusalén, la ciudad en la que está
¡rrctlestinado que sufra y muera. Sin embargo, el relato de la pasión no co-
rrricrrza propiamente hasta 14, l-2 cuando los sumos sacerdotes y los escri-
lrlrs se unen para tramar la muerte de Jesús; desde ese momento, los aconte-
r'inrientos se mueven rápida e inexorablemente hacia su punto culminante y
tllrrrnático (la crucifixión) y su asombroso desenlace (la resurrección). Los
, rrpítulos ll-13, por tanto, pueden designarse como el preámbulo al relato
rlc la pasión.
lrl material de ll, I hasta el final del evangelio consta sobre todo de
t'rrscñanza, y va unido entre sí tanto geográfica, por su emplazamiento en
lclusalén, como cronológicamente. Como señala Bultmannr, las períco-
¡rls de los capítulos l1-16 han sido moldeadas para formar un marco cro-
rrok'rgico de siete días; Marcos, pues, parece tener ya una idea de la Semana
Srrrrta (cf. Tabla 33). Este esquema de siete días, sin embargo, es histórica-
rncnte dudoso; Mateo y Lucas, por ejemplo, contradicen la separación del
,líir de la entrada en Jerusalén del de la purificación del Templo, separación
(
luc en sí es poco plausible (cf . introducción al comentario I I , l- I I ). Cier-
tiuuente, Jesús pudo haber entrado en realidad en Jerusalén meses antes de
:,rr rnuerte en vez de hacerlo sólo en la semana anterior (cf. notas a ((ramas
liondosas>> en ll,8; <<Hosanna> y <Bendito el que viene en nombre del
Scñou en ll, 9, y (pues no era tiempo de higos> en ll, l3).
Pero más allá de su ajuste dentro del marco de la Semana Santa, el
rrr¿rterial de los capítulos ll-13, que trata de los tres primeros días, tiene
srr propia coherencia interna, incluidos varios artificios para enmarcarlos.
('orno ha indicado Telford2, las referencias al monte de los Olivos en el
¡rrincipio de los capítulos I I y l3 ( 11, l; 13, 3) sirven de marco a [a sección,
rrl igual que la descripción de la entrada triunfal de Jesús, que concluye con

R. Bultmann, Historia de la tradición sinóptica,402.


W. R. Telford, The Barren Tbmple and the Wthered Fig Trce,216-217.
s á'ggs¡
$ff*H'É*-É' j
$
')
/ ),,i)t,tt!,,
| ¡,¡¡,,
ilrc.lrir tttt).tt \
l l, l_l l .i,,.,,r ,.,,
vrNl)s r I. t2_ I9
Entradatriunfbl I i. l0_13, ,/1,(i(.
Maldición rie 37 ,i(t,;.\
Debafc.s con
t.l. l-II '
la higuera + las Plan para l.t. t:_7: [),,¿¡,;.*,,
purificación autoridades + asesi_ l)'l--17
del discurso escaro_ naraJesús+un_ .
Preparación.i. (Jlllclo
I enlplo i¡ Úlfilna c",] rorna- 16. l_8
togíco c¡on en Betania
¡I'RIN- pr"u¿imi"nñJ. ¡oD.crucifirión, r" ta runrba
Illtlerle.sep¿¡llura l"J,T"
].8M. I l, 12: <ai día c"rr"nrani,,¿uj-
si_
At_ gurente) crojudío>
14, l: dosdías l,4.,
antes de pascua I2: <en el
ll. 20: ?nnrer día de los l6,ul:r<pasado
<por la Act,¡os)) ya el
mañanaD
15, <illmedia_
l:
tarnente; a Ia
nta_
nana tempranO)) Jf'"1';:',Hi,;ilT';
li, 25: hora ter_
,TgXlX;"lffi:*.;
cla: crucifixión
l-5, 3.]: hora
sex-
ta: ¡inieblas
15, 34: hora
no-
na: luerte grito
v
nlUeÍe
I4. I7: <por Ia
tardet 15,4:: ,(por la
hr_

14. 30: *Fl6y g¡


i.ii;;rili,' "',".
!'sta noche. antes
oe que el Sallo
canl(' dos I
cces))
14, 72: Segundo
canto del gallo

:..- --:
--r--
BB6 Quinta,sección ¡trinc'ipal (Mt' ll, 1-13,37) Mc ll.l-ll: Notas

(no está lejos del reino de Dios> ( 12,28-34). Pero inmediatamente des¡rrr.'., \ ol ¡¡s
Jesús continúa la ofensiva: refuta una opinión de los escribas sobre cl lr
naje delmesías (12,35-37) y denuncia su rapaz hipocresía (12,38-40). Al ll, I . Berfagé lBéthphagel. Este nombre deriva probablemente del ara-
parecer, debe unirse esta acusación con el contraste entre la viuda pobn'. rrr.rr /r/t pagget': <la casa de los higos no maduros>>r; la referencia a este
que en su necesidad da al Templo cuanto tiene, y el rico que da de lo r¡rr., ¡,rrt.bkr está iolocada a propósito, o por casualidad, al
principio de una
le sobra (12,41-44). ,,.,.r.itif1 del evangelio en la que Jesús maldice una higuera (ll, 12-14).
La conclusión de esta historia elogia la buena voluntad de la viuda rrl I rrt'ntcs rabínicas mencionan un pueblo con un nombre similar y cuya mu-
contribuir con todo lo que tiene <para vivir>. Esta frase forma una trarrsr Lrll:r externa era el limite oficial de la ciudad de Jerusalén (cf., por ejemplo,
ción natural al relato de Ia Pasión, pero el discurso escatológico del capítrrl,' t, \l(,n.78b). Los cruzados relacionaron Betfagé con una localidad al oeste
13, que toma su punto de partida nominal de su emplazamiento en el Tc¡rr ,t, llcrania, en la falda oriental del monte de los olivos, lugar donde hoy se

plo, se sitúa en medio de las dos escenas. Aquí Jesús, sintiendo cercana su l, r;ilrt¿r una capilla franciscana. Pero la tenninología de Marcos parece im-
de alcanzar
muerte, mira detenidamente hacia el futuro y profetiza, a la manera típica th' l,lrr'lr rlue los que venían desde el este llegaron a Betfagé antes
ir, t,,,ri,i'; el sitio, por tanto, podría ser el pueblo árabe de Abu Dis' justo al
los patriarcas judíos y cristianos y de los mártires, la tribulación y las prrrc
bas que esperan a sus seguidores (y, en verdad, al mundo entero), prueblrs ' ,tL'rlc Betaniar.
que tienen su origen al menos en parte en la hostilidad que sus oponentes lJcÍonia lBethanian).Neh I l, 32 menciona un lugar llar¡ado 'Anün¡t¿fu,
han mostrado contra él en los capítulos I I y 12. Pero tan cierto como eslits ,rl ¡Irrccer en el monte de los olivos; también podría haberse llamado bét
pruebas es la promesa que Jesús hace a los que tendrán que sufrirlas: <<l l it,ttnt\h: <la casa de Ananías>, es decir, Betania. Esta villa se identifica
que resista hasta el fin... será salvo> (13, l3). Es ésta una lección quc cl ,(.ner.¿tlmente con el pueblo árabe de El-'Azariyeh, que está en la falda
final del evangelio de Marcos, de una manera típicamente misteriosa, colr ,,rrr.nt¿rl del monte de los Olivos, aproximadamente a cuatro kilómetros de
firmará respecto a Jesús ( 16, I -8). Lr , rrrtl¿td vieja de Jerusalén (cf. Jn I 1, l 8)5.
,tl iltt¡nfe de los Olivos lto oros fón elaionf. Esta cadena de tres colinas
l,,r¡rrs. ctrya cima más alta alcanza aproxitnadamente los 900 metros por
2. Jesús ENrRA EN Jnnusar-ÉN ( l I, l -l l) , rr, i¡n¿t clil nivel de mar, se halla situada enfrente de la ciudad vieja de Je-
,,r,,;rli.lt pasando por el valle del Cedrón, hacia el este. Los dos pasajes del
IIIY cuando estuvieron cerca de Jerusalén, Betfagé y Betaniajun \nligtto Testamento que tnencionan este lugar lo relacionan con la mani-
to al monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos 2y les dijo: <ltl l, .rrrcitin escatológica del reinado de Dios por medio de un triunfo militar
a la aldea que está frente a vosotros, y cuando entréis en ella, encon
r,/.rt l.l, l-5, 9; ci. Josefo, Betl. 2, 262 Ant. 20, 169-110)y con la huida
l r, rln()sa de David de Jerusalén después de que los israelitas rechazaran
traréis inmediatamente un pollino atado, al que nadie ha montado l()-
r¡ .,, r[cranía (2 Sm I 5, 30). Estos textos refuerzan las referencias marcanas
davía; soltadlo y traedlo. I Y si alguien os dice: '¿Por qué hacéis esto'J'.
rl rrrorrtc de los olivos: nuestro pasaje y 13,l-4 acentúan la atmósfera de
decidle: 'El Señor tiene necesidad de él e inrnediatamente lo envianl t,,rr,rllrr escatológica y de triunfo, y 14,26-31 hace hincapié en el sufrimien-
de nuevo aquí'>. aY se fueron y encontraron al pollino atado junkr rr r,, r cl rcchazo.
una puerta en la calle y lo sueltan. sY algunos de los que estaban alli !
v c.uando entréis en ella enconfraréis inmediatamente lkai euthys
les dijeron: <¿Qué hacéis soltando al pollino?>. 6Y ellos les dijeron tal , eis autén hettrésetel,lit. <e inmediatamente entrando a ella
t\l)t)t.('ttonlenoi
como Jesús les había dicho, y los dejaron. , n, ()rrtraréis)>. ESte es otrO ejemplo de un euthys prematuro; cf. a este res-
7Y llevaron el pollino a Jesús, y le echaron encima sus mantos y ¡
,, cuando salia del agua inmediatamente)) en I , I 0'
, tr r li.r nota a <<y
de un ca-
se sentó sobre é1. 8Y muchos extendieron sus mantos por el caminot y t,,,llint¡ lpotonl. En griego clásico, este término indica la cría
l,,rllrr y luego, por extensión, la de cualquier animal6. BDAG? argumenta
otros, fronda que habían cortado de los campos. por otro
eY los que iban por delante y los que lo seguían gritaban: (¡Hosan- ,
tlr. (.¡¡¡do --como en nuestro pasaje- prllos va Solo, no modificado
,,' 'nrl)r'c cle animal (por ejemplo <el pollino de un asno>), indica el potro de
na. Bendito el que viene en nombre del Señor!r; r0bendito el reino pur
llegar de nuestro padre David. ¡Hosanna en las alturas!>.
rr
( r. UDAG 175.
Y entró en Jerusalén, en el Templo, y tras observar todo, como crir t l. .lerónimo, Corta 108,12
ya la hora de la tarde, salió hacia Betania con los Doce. , i. .1. el".g^", The Archeology- of the Neu'Tesramc,lÍ,90-91; S' Carroll, Bel/hge'
t l. .1. Finegan, The Archeologt'ofthe New Testantenl,9l-9)'
( t. LSJ I .560- I .561 .
l. Sal I I 8. 25s. Bl)AG 900.
,--

Qtritrtctsctción princi¡ta! tMc tt. t-.t3, J71 Mc ll, l-ll: Notas

una yegua, pero Kuhn8 y Michele han mostrado que en tales circunstancrrrs r previsión de una visita real, cf. Hunt-Edgarr5, que describen los
lr' :r\r)()S en
la palabra puede denotar un asno (cf., por ejemplo, Jue 10, 4:12, 14:.lus t,r( lnrativos de la llegada de un ministro de hacienda: <Hemos requisado
tino, Diálogo 32, 1.5-6:54,5-7). Los asnos eran mucho más apropiatkrs , ilr(() ¿tsllos para monturl...,y tenemos listos cuarenta asnos de carga; y
para serdejados desatendidos en las plazas de los pueblos que loscatalkrs, lr, nros comenzado a hacer el camino)). En Marcos, asimismo, los discípu-
que eran raros, caros y se reservaban generalmente para uso militar o pirr.;r l,'.. ¡¡1¡ t51o (requisanD un asno parala visita de Jesús, sino que también
la éliter0. Polos, además, había sido utilizado en zac 9,9 para designar rrrr ¡,,nstn-ly€n simbólicamente un camino con sus mantos sobre el cual el
asnojoven sobre el cual el rey había de entrar en Jerusalén, texto que parccr. \l:rt'stro puede marchar (ll, 8; cf. 1,2-3).
estar en el transfondo de nuestro relato (cf. Mt 2l , 5 y comenrar¡o a ll I -t¡1.
, 1. rrn pollino atado... en la callelpolon dedemenon... epi tou ampho-
Este pasaje de zacarías presupone que en er oriente antiguo se considerab' ,l',ttl. .,lmphodon sígnificaba originariamente un barrio de una ciudad atra-
al asno o la mula como animal real (cf. lRe 1,33.3g)r, y se interpretabrr \ ( ,,r(lo por calles; por sinécdoque (cf. glosario), vino a significar también
con frecuencia en el judaísmo rabínico cono un orácuro mesiánico ,rrrr caller6. Sin embargo, éste no era el término común para (calle), y su
p<,r ftf.,
ejemplo, b. sanh. 98ay Gn. Rab. 75,6); ciertamente, era tan influyente estc rrr,'nción aquí puede proceder de Gn 49, 10-12, interpretado generalmente
oráculo que b. Ber 56b dice que una persona que sueña con un asno espcr¡r , {,nr() un oráculo mesiánico (cf. ya en los LXX, targumim y 4Q252 6 5.
la salvación escatológica. I r)rr. Gn 49, ll describe a Judá, el antepasado y prototipo del mesías,
atado ldedemenonl. Cf . nofa a <<on pollino atado... en ra calle> en r l, 4. .rt:rrrlt) su pollino a un ampelori (una vid), una palabra que se asemeja a
al que nadie ha monrado rodavía feph'hon oudeis oupó anthropótt ' ttttl¡ltodon.
ekaf hisenl. Es ésta otra de las negaciones dobles características de Marcos 5. Algunos de los qtte estaban allí ltines tón ekei hesÍékoÍonl. Lucas
(cf. en el índice temático <Expresiones/afirmaciones dobles> y <Doble nc- l,r(':icnta a los que ponen dificultades como lqtrioi (<<dueños>) del asno,
gación>). Strauss12 trae a colación muy a propósito Lc 23, 53 y ln 19,41, i ¡r'iulclo de esta manera un duro contraste entre la exigencia de Jesús como
textos en los que Jesús tiene el honor de ser colocado en una tumba no ocu- /,r'rlo.r (Mc ll,3llLc 19,31) y los derechos de propiedad de los dueños
pada antes por nadie. Además, el motivo del pollino aún no montado pueclc .r¡lrlcntes del asno.
ser parte de las imágenes reales de nuestro pasaje; cf . m. Sanh. 2, 5, quc 6. .tt los dejaron lkai aphekan autousl. La aparente implausibilidad de
estipula que nadie podrá montar posteriormente un animal sobre el que hir rrrros cliscípulos a los que se les permite marcharse con el asno de otro pue-
cabalgado un reyri. Más concretamente, nuestro pasaje utiliza zac 9,9 (cl'. ,lt' cxplicarse de formas diferentes, dependiendo en parte del significado
noÍa a <<pollino>> supra), que imagina al rey davídico que entra en Jerusalé' ,lt /,r'r'los en ll,3 (cf. noÍa a <El Señor tiene necesidad de él> en 11,3):
sobre <un pollino nuevo)). Algunos exegetas posteriores de este pasaje pu- I I Si se piensa que el l<yrios es el dueño del asno, los presentes pudieron
dieron preguntarse cómo un hombre adulto podría rnontar un poliino nuev,, ( nll¿lñarse pensando que los discípulos eran agentes de ese hombrers. 2) Si

(nacido hacía poco) sin que el animal se dem¡mbara bajo su peso; nuestro ',(' lriensa que el l<yrios es Jesús, los presentes pueden dar su consentimien-
texto puede responder que el pollino es ((nuevo)) no en el sentido de ser casi t, l la requisa del asno por quien posee una autoridad soberanare. 3) Si se
un recién nacido, sino en el de no haber sido montado nunca. l)re nsa que el l<yrios es Dios, la respuesta puede reflejar el poder semimá-
3. El señor tiene la necesidad de ét [ho lryrios autou chreian echeil. El lrt'o del nombre divino2o. A nivel histórico, una combinación de l) y 2) es
significado de kyrios aquí resulta arnbiguo; podría entenderse como el due- ¡'robable, mientras que a nivel de la interpretación de Marcos, una mezcla
ño del asno, o como Dios (<el Señon), o como Jesús, que en otros lugares ,le 2) y 3) parece verosímil.
de Marcos es llamado o se relaciona con ho kyrios (cf . I l, 9- r 0, comeirario tJ. muchos... otros... lpolloi... alloi...l. Tanto en Mateo (21, 8) como
( n .luan (12, 12) quienes aclaman a Jesús no son sus discípulos, sino la
a 1,2-3, y nota a <Señor> en 7,28). Si kyrios es aquí Jesús, puede ejercer
el derecho de incautación temporal, como hacía otra gente influyente y rrruclredurnbre de Jerusalén; Lucas (19,37), sin embargo, los convierte en
poderosa, incluidos los maestros famosos, en er mundo greconománo (cl. rrrr rluchedumbre de discípulos,lo cual puede estar cerca del significado
b.Yoma 35b y Mc 15,21; Mt 5,40-41)ra. para un ejemplo de incautación ,lc Marcos, dado que no se produce ningún cambio de sujeto entre 11, 6-7
r I l, 8; cf. también <los que lo seguían> (hoi akolouthountes) en I l, 9.
I'cxl si es así, Marcos estaba pensando en un grupo superior a los Doce;
8. H. W. Kuhn, Das Reittier Jesu in der Einngsgeschit.hre.
Eine philologische Frage zur Elnágsgeschichte.
.? 9,Yi.!91.
!0 C{ E Firmage, Zoolog, (Founa), i. t ¡O; :. K. Án-clerson, Horses. 15. A. S. Hunt-C. C. Edga¡ Select Papr.t,i II, *2ll y *414,
ll. cf. w. D. Davies-D. c. Allison, The Gosper Accoruiing to saint Matthev,3, r6-ri . r6. cf. BDAG 55.
f? ?,F Strauss, The LiJb qf Jesus Criticaliy Examíned,-555.
13. Cf. J. D. M. Derrett, Lau'in the Nev,Teitantent. The paln Sundal, Co!r,24g_24g.
I 7. Cf. J. Blenkinsopp, The Oracle of Judah and the Mess ianic Enlnt, 57.
llJ. Cf . M. D. Hooke¡ A ContntenÍary on The Gospel According to St Mark,258.
14. E. stauff-er, Messia.s o¿ler Men.schensohn?, g51J. D. M. Derreti, Laul in rhe Nau. 19. Cf. J. D. M. Derrett, Law in the Neu' kstontenf . The Palm Sunda.t' Colt.
TeslunPnl. 10. CL D. F. Strauss, The Life of Jesus Criticallv Exantined,555.
¿J90 Quintu sección principal (Mc 11, I 13, 37) Mc ll,I-tt; Notas ltg I

cf. <los que estaban en torno a él> en 4, l0 y la nota a <los discípr¡los h' ,lr, rirr no era mesiánica sino litúrgica, y reflejaba el modo como los que
preguntaron)> en 4, I 0. , .trrbun ya en los alrededores del Templo daban la bienvenida en nombre
.fronda lstibadasl. En su uso clásico este término significa (<una sucr l(' ,t,. 1)ios a los peregrinos que iban llegando (cf. el paralelismo <os ben-
de cama o colchón hecho de paja, arbustos, cañas, hojas, etc.>2r. Estc vo ,t,.t.inros desde la casa del Señon: ll8,26b). Sin embargo, todos los au-
cablo no se encuentra en ningún otro lugar de los LXX o de la literatur¡r tort.s ev?tgélicos posteriores entiende este versículo como una alusión a
cristiana primitiva, y la traducción presente se hace a partir del contexto v l,'sús: Mateo inserta una referencia al <Hijo de David>, y tanto Lucas como
del pasaje paralelo de Mateo, que cambia stibadas a kladous (<ramasr,¡, lrr;rn presentan a la muchedumbre que lo aclama como rey (cf' Tabla 34)'
en cualquier caso, el término es poéticamente apropiado, ya que la gcrrte \,rrr.iue Marcos no Sea tan explícito como los otros tres, su interpretación
esparcía las slibqdqs por el suelo. ¡,,,..'.lc ser también mesiánica, puesto
que I 1 , 9- 1 0 es un paralelo a la acla-
La Peshitta traduce slibadas por sawk¿' : (<ramasD, un término etimolir ,,,,,ci,in <el que viene en nombre del Señon, la cual bendice el <reino por
gicamente relacionado con Sukkot,la festividad de los Tabernáculos. Algrr ll,'lll de nuártro padre David> (cf. el empleo del título <Hijo de David>
, rr I l). 47-48). Aunque sea así, el motivo del <secreto mesiánico> no
queda
nos estudiososr2 han argumentado que la entrada triunfal de Jesús ocun'iir
r orilprorr€tido, ya que los que aclaman a Jesús pueden ser los discípulos y
en realidad durante Sukkot, en parte debido al importante papel desem¡rc
ñado en esta festividad por el lúlab, que era un conjunto de ramas entrclc' n,, lrrrtto los extraños (cf . nota a (muchos. . . otros" ') en l l, 8)'
jidas de palma, mirto y sauce que se agitaba en las procesiones festivas (cl. Strack-Billerbeck26 y Jeremias2T afirman que el Salmo 118,26 se enten-
m. Suk. 3, 4 y ln 12, 13, donde se especifica que Jerusalén saludó a Jesi¡s ,lrrr nresiánicamente en el judaísmo de tiempos de Jesús. Es posible, ya que
con frondas de palma; de ahí la designación de <Domingo de Ramos>), t,,s ¡rasajes del Nuevo Testamento que utilizan Sal I 18, 26 (el pasaje
presen-
Otros nexos de nuestro pasaje con Tabernáculos y su contexto circundanlc t,' iirrrto con Mt 23,39 = Lc 13, 35) asumen más bien que abogan por una
son el Salmo 118 (cf. los dos rolas siguientes) y la esperanza de Jesús dc ilrk'rpretación mesiánica, y otros textos del Nuevo Testamento y del cris-
que encontraría higos maduros en el árbol en I l, l3 (Tabernáculos es t¡rrir tr,rrrisnro primitivo (Mc 12, 10; Hch 4' 11 1Pe2,7; Bern' 6,4; HchPe'
24)
festividad de la cosecha). | (.\ clan una tendencia a leer el Salmo I l8 cristológicamente. Sin embargo,
9. ¡ H os a n n a ! fh os an n al. Este vocablo es una transcripción de h6 i í' a n n ú' lrrs tcxtos judíos citados por J. Jeremias y otros (b' Pes' 118a:- Pes'
Rab' 3l '
(<Sálvanos, por piedaó) del Sal 118,25, que aparece a menudo en textos t,. ,\litlrás sobre salmos; etc.) son posteriores al período neotestamentario y
rabínicos (por ejemplo b. Suk. 37ab) en una forma más breve hóia'na'23.l:,1 ,lt.ilrtrcstran sólo que los salmos del Hallel fueron leídos escalológica, pero
contexto del salmo es litúrgico, y textos judíos posteriores relacionan esle ttr, ntt',s iánicamente.
término sobre todo con la festividad de los Tabemáculos (Sukkot), en los l1l. ¡Bendito el reino por llegar de nuestro padre David! leulogémene
que se pronunciaba en alta voz, ala vez que se agitaban las ramas (lúlabín\. It,'t',t'ltiomené basileia tou patros hémtin Dauifl' Esta parte de la aclama-
r ron porece repetir el famoso oráculo de 2Sm 7, que menciona a un
en las procesiones solemnes de aquella festividad (cf. b.Suk.37ab). En cl des-
salmo y en los usos posteriores judíos, <Hosanna)) es una súrplica a Dios para , r.rrtlicnt€ de David que fundamentará el reinado de su padre construyendo
que salve a su pueblo asediado, mientras que en la mayoría de los textos ,r l)ios <una casa). En el oráculo original, este hijo es Salomón,
pero más
cristianos primitivos se utilizaba, por influencia de nuestra escena, como tril tlc cl pasaje fue entendido como un testimonio del vástago escatológico
aclamación dirigida a Cristo o a Dios (cf. Mt 21,9.15 Did. 10,6; Eusebio, ,1,' l)aviá, el mesías (cf. SalS/. 17,4; 4QFlorilegium; Lc 1,32-33; Heb
l'
Historia Eclesiástica 2,23, 14). Pero en nuestro pasaje el término puedc ', ' l-o más importante del oráculo es la bendición divina sobre la dinastía
conservar un tanto su sentido de súplica; cf . nota a ( ¡ Hosanna en las altu- ,lrrr'ídica (cf. eiempleo repetido de <bendecir> en 2Sm 7,29), que coffes-
ras!>en 11,10. además, se refiere a
tx)r(lc a <iBendito ér...n "n nuestro pasaje. El oráculo,
¡Bendito el que viene en nontbre del Señor! leulogémenos ho erchomc- \rrlonrón no sólo como hijo de David sino también de Dios (2 Sm 7, l4), lo
nos en onomati lgtrioul. Es una cita del Salmo 118, 26a lllT,26a LXXI, tlltü oS ut paralelo a las frecuentes referencias marcanas aJesús como Hijo
cerca de la conclusión del Hallel (Salmos I l3-l l8), grupo de himnos re- ,i,' l)ios (f, tt;3, ll; 5, 7;efc.),así como al modo como el versículo ante-
citado en las festividadesjudías de Tabernáculos, Hanukkañ (Dedicación). n,rr habla de él como el que viene (en nombre del Señon' Además' 2 Sm
Pascua y Semanas (Pentecostés)ra; el Salmo ll8, sin embargo, parece que / Urrc cl título de Hijo de bior.on la esperanza de que el mesías construirá
se vinculaba en particular con Tabernáculos2s. En el salmo original la ben- un nLrcvo templo, expectativa que parece reflejarse en Mc 14,57-62
(cf'
, ttnt(,tlqrío a 14, 55-59).
21. BDAG 945.
22. Por ejemplo, C. W. F. Smith,No Tintefor Figs,319.
23. Cf. M. A. Jastrow, I Dictionarv of the Tatgumint,34l. .l(). ll. L. Strack-P. Billerbeck, Kommentar zltnt Neuen Tbstontenl 1,849.876;2,256.
24. Cf. J. R. Wagner, Psalm I l8 in Luke-Acts, 160-161. 17. .1. Jeremias, Eucharislic Words of Jesus,256-260'
25. Cf. C. W. F. Smith, No Tinte .for Figs, 3 19, y la nota anterior. lli. Cf. D. H. Iuel, Messianic Exegesis,59'88'
ltl
892 Quintu sección principal (Mc t, t_t 3, 37)
t Mc 1 1, 1 -l 1 : Contentario 893

Tabla 34. Acl¡vr¡cl<)N DE LA 1\4ucHEDUMBRI EN LA ENTRADA i.RruNFAr t r¡r¡rrntario


Marco,s I l, 9 Muteo 2l, 9 Ltttas 19, 38 Juan 12. l.l
Hosanna Hosanna
Itttn¡ducción Llega ahora un momento decisivo en la narración: des-
Hosanna
al Hijo de David t,,r('\ (lc diez capítulos en los que Jesús ha estado activo en la Galilea pa-
B.endito el que
l,,,trrir al norte y enlazona de Transjordania al este, entra en la capital,
B.endito el que Bendito el que B.endito el quc
VICNE vlene
l, rr¡s¿rlén, y cabalga solemnemente sobre un asno hasta el lugar más santo
viene. vtene
,1, l;r ciudad y la institución central del judaísmo de su tiempo, el Templo.
el rey,
Ltir e ntrada en Jerusalén representa una transición significativa en el itine-
en el nombre del en el nombre del en nombre del en el nombrc tlcl
Señor Señor Señor ,,u ro tlc Jesús, no sólo debido a la importancia intrínseca de Jerusalén y su
Señor,
.,urtrrario, sino también por su estrecha vinculación con el mesías davídico,
el rey de Isracl
Bendito el reino 'l, lt¡trc se esperaba que habría de purificarla de su impiedad e inaugurar
por llegar de nues- ,r cl rcinado de Dios sobre la tierra (cf. SalSl. 17,22-31; <Decimocuarta
'
tro padre David It, ntlición>>).
Paz en el cielo ('omo conviene a un pasaje tan importante, está construido con todo
Hosanna en las Hosanna en las y gloria en las ,,¡r,lrrtlr¡. La noticia de que se aproximoban a Jerusalén, al principio de la
alturas
¡,. r ietrpa (1 I, I ), va emparejada con la mención de la entrada al final ( 1 l,
alturas alturas
I I l. y cada una de estas noticias destaca por su topónimo después de la
¡Hosanna en las ahuras! fhósanna en rois hypsistoisl. Jerusalén sc c. Irr(l)osición ers con doble significado: [<u] * <Jerusaléu; eis [(en)] +
cuentra en ((en las alturas>, puesto que está situada en una meseta de pictlr;r , r,uncla aparición del topónimo. La historia del hallazgo del pollino (ll,
caliza que se eleva unos 800 metros sobre el nivel de mar. En el Antigrr., I tr ¡ ¡ic¡1e un sorprendente paralelo en el relato del encuentro de la sala para
Testamento se describe el multitud de pasajes a los peregrinos <<subie'tr.,,, l,' , e lcbración de la pascua judía (14, 12-16 cf . Tabla 35). Mientras que en
de manera que la aclamación de la muchedumbre encuja bien con la \l,rtco y Lucas la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén va seguida inme-
csct.
na de la llegada de un peregrino a la ciudad, a las alturai de la ciudad ,lr,rtrrnlente de la interrupción del comercio en el Templo, en Marcos Jesús
sarrrr
Sin embargo, aquí el referente principar es el cielo como rugar en er (rr(. rrr',¡rccciona simplemente el Santuario y se marcha, volviendo sólo por la
mora Dios, al que probablemente se invita para que envíe su póder sarvíf it.r, rr,rriur¿r para atacar. Esta inspección, sin embargo, encaja muy bien con el
ahora que el designado como su agente ha llegádo finalmenie al lugar r, rrir lnorcono de la <mirada fija y posesivu de Jesús3r, y la organización
t¡trt.
representa el centro de los designios divinos sobre la tierra (cf. comlntrt.i,, rr:ucilna permite que el ataque al Templo se intercale entre las dos partes
a l1'7-ll). como indica E. wemer2e, es posible que en lasAcras de pilut, ,1, ll rnaldición de la higuera, una estructura de emparedado típicamente
I.4 encontremos una paráftasis de esa frase: <¡Sálvanos, tú que estás.,r rr,rrc¿rna que ilumina ambos relatos. Además, la repetición de la sustancia
las alturas!>. ,1, ll. lla(<yentróenJerusalén, en el Templo>)en ll, l5a(<y llegarona
ll. Entró en Jerusalén, en el rempro, y rras observar rodo feiserthen t,i.t li lrs¿llén y entrando en el Templo>) es un signo revelador de que el mate-
Hierosolyma eis ton hieron kai periblepsamenos panta). El relato marcir r r,rl r¡tre está en medio es una intercalación (cf. 2, 5.101. 3,7 -8; 3, 14.16 4,
no describe tan sólo una visita de Jesús a Jerusalén, y lá frase <tras obscr. I I ll). Es probable, pues, que en la historia premarcana Jesús entrara en
var todo> encaja bien con Ia opinión de que ésta es su primera incursió' l, nrstlén montado en un pollino con las exclamaciones, hosannas, de sus
crr
el Templo; cf. 13, l, en donde los discípulos reaccionan ante el esplend.r ,lr',t'i¡rulos, y que luego purificara inmediatamente el Templo. Además de la
del remplo con la admiración de un campesino en su primer viaje a ra c' r, lrlltla de 11, llb, las referencias superfluas y torpes a Jerusalén, Betania
pital. Pero el evangelio de Juan detalla varias visitas áe Jesús a Jerusali.rr ', r'l rnonte de los Olivos en 11, la y I l, I la pueden ser toques redacciona-
antes del viaje trascendental en el que éste pierde su vida (cf. Jn 2, 13-25: Ir"' lll¿lrCAflOS.
5,
| -47 ; 7, I 0- I 0.39); Browni. argumenta convincentemente l:n la presente estructura marcana, el pasaje habla de una doble historia
que es probablc
que este cuadro sea más histórico que la esquemática imagen .ui"unu ,l( r'ntrada y salida: primero los discípulos entran en el pueblo, encuentran
la cual Jesús va a Jerusalén solamente una uel paralaconfróntación
defiri",, , I ¡rollino y vuelven a Betania (l I, l-6); entonces Jesús entra en Jerusalén
tiva con las autoridades judías e imperiales. rrro¡¡1¡d6 sobre el pollino, mira alrededor y vuelve a Betania (ll, 7-11).
I , tl iscípulos cumplen así la prescripción de Juan Bautista de <preparar el
's
,,rnin() del Señou (1,3).
29. E. Werne¡ Hosanna, l19.
30. R. E. Brown, Iic Gospel Ac,corcling to John I , I I 7_ I I g. I I Cf . A. M. Ambrozic, New Teaching u,iÍh Power, 143, nota 53.
894 Quinta sección principal (Mc 11, 1 I3, 37) Mc 11, 1-11: Comenlario 895

Tabla 35. P¡nelslos ENrRE Mc 11, l-6 v Mc 14. l2-16 ,h's: <<El Señor tiene necesidad de él> (l l, 3). Incluso aquellos no familia-
rrzlclos con las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento interpretarían
Mat'cos ll,l-6 Marcos 14, I2-16
¡,r,rbablemente estas instrucciones como dotadas de algo similar a la auto-
Envió a dos de sus discípulos Envió a dos de sus discípulos rrtlrrcl real, puesto que la afirmación de Jesús de una exigencia superior a la
y les dijo: y les dijo: ,lt'l clLreño nominal del pollino es un acto de incautación, un tipo de acción
<Id a la aldea...> <Id a la ciudad...> r rrrculada con frecuencia a funcionarios reales o a reyes (cf. nota a <<El
Instrucciones para encontrar el pollino y
Instrucciones para encontrar un hombr.t.
"r'rlor
tiene necesidad de él> en I 1, 3). Además, como sostiene Harveysr, el
sobre qué hacer si les ponen dificultades. que acarrea agua, y seguirlo hasta el lrr rrrt'r'rr lrecho de que Jesús cabalgue en la ciudad santa, además de andar en
gar donde hay que preparar la pascua. , lll corno era lo acostumbrado, podría irnplicar una exigencia de autoridad
Y ellos les dijeron tal como Jesúrs les ha- Y salieron los discípulos y fueron a l;r '.rl l)recedentes (cf. rn. HaS. 1,1).
bía dicho, y los dejaron. ciudad y encontraron (todo) como les hrr l-as implicaciones reales de la entrada de Jesús montado sobre un asno
bía dicho y prepararon la Pascua. ',, r'ian vistas con mayor profundidad por los que estaban familiarizados con
l;rs Irscrituras, ya que la descripción marcana parece evocar dos pasajes del
11, 1-6. Un pollino para cabalgar sobre é1. EI <<camino> de Jesús (cl. \ n t iguo Testamento, Gn 49, l1 y Zac 9, 9:
I 0, 52) conduce por fin hasta Jerusalén. Sin embargo, se acercan a la capit¿t I
Gn 49, I 0- t t tXX: No faltará un gobernante de Judá ni un jefe nacido de sus
por etapas, como conviene a su importancia monumental en la historia clc
lomos hasta que venga lo que está guardado para él (TM hasta que venga Si-
Israel en general y a su participación con el destino de Jesús en particular. lo); él es la esperanza de las naciones, ata (desmeudr) su pollino (fon polon
En primer lugar, Jesús y sus discípulos se acercan a Betfagé y Betaniu. crulou) a una vid Qtros ampelon) y a un sarmiento, el pollino de su asna (lor
pueblos perifericos en tomo al monte de los Olivos que marcan los límitcs pólon f€s onou autott).
de ciudad ( 1 1, I a; cf las notas a <Betfagé>> y <Betaniu en I l, I ); posterior Zacarías 9, 9 LXX: Regocíjate sobremanera, hija de Sión; proclarna, hija de
mente Jesús entrará propiamente en la ciudad amurallada, y finalmente cn Jerusalén: mira, tu rey viene a ti, justo y salvador; humilde y montado sobre
un asno (hltpozltgion), un pollino nuevo Qtólon neon;TM'. <humille y monta-
el Templo mismo (l I, I la).
do sobre un asno y sobre un pollino, hijo de asna>).
En el acercamiento a Betfagé y Betania, Jesús dicta algunas disposicio-
nes preliminares, enviando a dos seguidores sin nombre para que prep¿t-
lrl judaísmo antiguo entendió estos pasajes como oráculos mesiánicos
ren su llegada ( I l, 1-6), de la misma manera que más tarde enviará a dos
t, l. las notas a<pollino> en ll, 2 <y un pollino atado... en la calle> en I l,
discípulos para los preparativos de la Última Cena (14, 12-16). En ambos
I L cl de Zacarias tiene los mismos elementos esenciales que Mc I l, I - I I :
casos, Jesús pronostica el modo como ha de resultar la misión, y en ambas
l,r e ntrada del rey, el animal mesiánico y el júbilo de la gentera. Este texto,
ocasiones las cosas suceden exactamente como él ha predicho. Para kls
,r,lcnrás, continúa hablando del señorío escatológico del rey israelita (Zac
lectores de Marcos, estas corespondencias serían una indicación clara dc
la perspicacia profética de Jesús. De hecho, sin embargo, ningún relato
') l0), que corresponde a la aclamación de la muchedumbre de Jerusalén
,,,1 rcino por llegar de nuestro padre David> (Mc 11, 10). El pasaje del
menciona expresamente clarividencia alguna, por lo que es posible quc.
r ,tincsis se refleja en la anotación, por lo demás superflua, de que el polli-
si algún recuerdo histórico sustenta nuestro relato, tales coffespondencias
rrr r cstá atado (11, 2, 4). Los dos pasajes del Antiguo Testamento estaban
estén relacionadas con signos previamente convenidos y necesarios por lir
r¡.rtlicionalmente relacionados entre sí (cf., por ejemplo, su yuxtaposición
hostilidad oficial hacia ellos.
, ¡ ( in. Rab. 98, 9), y es probable que el orácul o de Zacarias fuera tomado
Jesús envía a sus discípulos para conseguir un animal joven (probablc-
, \rsóticamente del Génesisr5.
mente un asno; cf. nota a <pollino> en ll, 2) sobre el cual completará cl
Siguiendo las detalladas instrucciones de Jesús, los discípulos entran en
Maestro su viaje hasta Jerusalén, un cambio significativo de su esquenrit ( I ((pueblo)) (presumiblemente Betfagé, el mencionado en primer lugar),
anterior, ya que hasta este momento Jesús ha circulado andando por todas
, n(ucntran el pollino y lo desatan (ll,4). Los personas presentes se opo-
partes de Palestina32. La consecución de la montura es, por tanto, una señal
n('n ( l l, 5); ellos contestan con las palabras que Jesús les había dicho. Les
indirecta de que algo trascendental está a punto de ocurrir. En concreto, los
,1,'tln lracer entonces, tal como él había profetizado (l l, 6). Todo va según
discípulos deben entrar en el pueblo próximo, encontrar un pollino atado sn , I ¡rlan: la escena está ahora preparada parala procesión de Jesús hacia la
la calle, soltarlo y llevarlo a Jesús (11,2). Las instrucciones detalladas dc
i ill(lilcl Santa.
éste se extienden a lo que deben decir en caso de que les pongan dificulta-

i i. A. E. Harvey, Jesus cmd fhe Constainls of Histotl', 120-129.


32. Cf. Tomás de Aquino, Catena Aurea sobre I I , 7; M. D. Hooke¡ A Commentan. ott l-+ CL H. W. Kuhn, Das Reittier Jesu in der Einzugsgeschichte,90.
The Gospel Acco,'d¡ng to St Mark,257. i5. Cf. D. Krause, I/re One Who Contes unbinding the Blessing oJ Judah,143-147.
896 Quinta sección principal (Mc I I, I 13, 37) Mc ll.l-11: Comentario 897 J'

ll,7-ll. Entrada triunfal. Esta entrada comienza con los discípukrs


¡,or llegar de nuestro padre Davió>. Para el lector de Marcos la implicación
que traen el pollino a Jesús y ponen sus vestiduras sobre él; Jesús se s¡cnlir , l:rrir es que Jesús es (el que ha de venio (cf. Mt 11,3 ll Lc 7, l9), el vás-
entonces sobre esta silla improvisada (ll, 7). Aunque la acción de los tlis t;rgo de David que reestablecerá el reinado terrenal de su antepasado por la
cípulos tenga como objetivo práctico hacer que el jinete vaya más cómorkr ((en las alturas> (cf . nota a (¡Hosanna en
¡rrrtlcrosa fuerza de Dios que mora
y que sea menos probable que caiga de su montura36, el detalle con el (lu(. l;rs alturasl> en ll,10). Por tanto, la aclamación concluyente, (¡Hosanna
se describe esta sesión sugiere que tiene también dimensiones simbólicirs { n las alturaslD (l l, lOb), se convierte en texto de similar importancia a la
En primer lugar, los discípulos realizan un acto de reverencia; ya que r¡n:r r¡rvtrcación final de la plegaria judia Kaddisfr: <El que tiene la paz en las
persona queda identificada por su ropa, el que los discípulos sienten a Jcsírs .rltrrlas derrame la paz sobre nosotros y sobre todo Israel>.
sobre su vestiduras es equivalente a postrarse ante él (cf. I l, 8a)37. <<Hosanna>> y <Bendito el que viene en nombre del Señon están toma-
La sesión puede subrayar también la impresión de que Jesús tiene un;r , k rs tlel Salmo I 18, que al parecer fue ya interpretado escatológica y quizás

naturaleza real. El primer Comentario a Marcos glosa: <Se sentó sobre ól>>, rrrcsiánicamente en el judaísmo del siglo I (cf. notas a estas expresiones
que es igual a: <comenzó a reinar sobre él>38; esta interpretación se apoyrr , n ll,9 que serán citadas otravez en Mc 12, 10-11 ). Este salmo imagina
en la observación de que en I Re 38, 44 los representantes de David sient¿rrr ,r .lcrusalén rodeada por sus enemigos paganos, pero salvada por la mano
a su hijo Salomón sobre el asno de David como preparación para ungirkr rlrcstrs, exaltada, del Señor (Sal 118, 10-16). La imagen parece inmejora-
como rey en lugar de su padre. Esta reminiscencia es apropiada en un pasa jt. l,lcnrente apropiada para encender el tipo de fervor apocalíptico que carac-
en el que las muchedumbres aclamarán dentro de poco a Jesús como la valt rt.rizir a la rebelión judía contra los romanos, el acontecimiento histórico
guardia <del reino por llegar de nuestro padre David>> (l l, l0; sobre otnts ,lt.cisivo que está detrás de la composición de Marcos (cf. Introducción en
dimensiones salomónicas de la identidad de Jesús, cf. apéndice <'Hijo tlc ,l vol. 1, 52-56). Otro pasaje veterotestamentario evocado por la aclama-
David'como título))). En el siguiente versículo, además, algunos miembros r r(h de la muchedumbre a Jesús, el famoso oráculo sobre el reinado de la
de la muchedumbre extienden su ropa en el camino de Jesús (l l, 8a), y estrr , :rsu cle David en 2 Samuel 7, vincula el futuro reinado del hijo de David con
acción puede tener también un matiz real (cf. 2 Re 9, 13 y Actas de Pilato 2: l:r tlcrrota militar de los enemigos de Israel y la edificación del templo de
<El mensajero, al verlo, lo adoró y extendió su capa en tierra para que p¿t- l)ros. que un rnidrás posterior (4QFlorilegium) interpreta como la purifica-
sara por encima como si fuera un rey>). El esparcimiento de fronda procc- , rrirr clel santuario de la impureza de los gentiles. Parece razonable asumir,
dente de los campos próximos (11, 8b) puede tener una importancia similar:
¡ror tanto, que tanto el Salmo I I8 como 2 Samuel 7 pudieron haber sido co-
I Mac ofrece un paralelo impoftante en 13, 51, donde Simón Macabeo entrir n,,r'iclos y explotados por revolucionarios como Menahén, hijo de Judas el ,l
en Jerusalén triunfalmente acompañado por <alabanzas y ramos de palma... ((como un
¡,:rlilccl, que pudo haber sido un davídidaar, que entró en Jerusalén
con himnos y cánticos>, acto que posteriormente (14,7) se califica como rt'v>> r'odeado de seguidores armados al principio de la rebelión y que más I
instauración de la monarquía. Es digno de tener en cuenta que la entradl t.rrtlc aparece en el Templo ataviado con vestiduras reales42.
triunfal de Simón iba unida a un acto de purificación de Jerusalén por srr Alaluz de este supuesto trasfondo de un mesianismo triunfante, o in-
impureza (l Mac 13,49-501, cf. Mc 11, l5-19). Como señala Catchpoler", , luso de las expectativas suscitadas por sus diez primeros versículos, el fi-
este pasaje es solamente uno entre una serie de textos antiguos judíos quc rr:rl rlc nuestro pasaje resulta curiosamente decepcionante: Jesús entra en la
unen la entrada triunfal en Jerusalén, la aclamación popular y la actividarl , rr(l¿ld, al parecer todavía montando sobre su asno (prestado>, y entra en el
de culto en el Templo, a menudo con algún tipo de matiz reala1. I { rnplo, al parecer tras apearse de él ( I l, I I a). Después de su paseo sin pre-
El significado mesiánico de la entrada de Jesús en Jerusalén queda su- , r.tlcntes por Jerusalén a lomos de un asno; después de la espléndida acción
brayado también por los versículos siguientes que tienen una importanciu ,'rrrlrtilica de montar un animal que nadie había montado aún; después del
singular. En I l, 9a la muchedumbre saluda a Jesús con el grito de <Ho- , rrrrryrlimiento del oráculo mesiánico deZac 9,9; después del modo como
sanna)), transcripción de una palabra hebrea que significa <Sálvanos, por. Ir'., sesuidores de Jesús responden a estas actitudes implícitamente reales
piedad>, dirigida a Dios en su fuente veterotestamentaria (cf. nota a <¡Ho- ,¡, lrunhndolo como <el que viene en nombre del Señou, el que va a restaurar
sanna!> en I l, 9). En I 1, 9b-10a, además, las gentes emparejan una ben- , I rt'inado de su <padre>> David; después de cruzar de una zancada el Templo
dición sobre el <que viene en nombre del Señoo con otra sobre <el reino ..ilrto. cl centro de los designios de Dios sobre la tierra..., después de tanta
,r, rrnrtrlación, Jesús mira alrededor y, sin más, se retira a Betania para pasar
36. Cf. I. H. Marshall, The Gospel of Luke,714. l,r rroche allí con sus discípulos (l l, 1lb). Cuánto más de acuerdo con lo que
37. Cf. W D. Davies-D. C. Allison, The Gospel Accordíng to Saint Mattheu,3, 123.
38. Pseudo Jerónimo, Exposición de Marcos,l l, 7 [Cahill, 84]. ¡rrr.t.etlq, cuanto más mesiánico al modo convencional es la conclusión del
39. D. R. Catchpole, The 'T.iumphal' Entry,319-321.
40. Cf. Josefo, Ant. 11,325-339;12,348-349;13, 304-306; 16, l2-15;17,194-23e. ll. ('f. M. Hengel, The Zealots,299-300.
324-328. l.l .losefo, Bell. 2,433-434.444.
rI

89¿J Quinta .sección principal (Mc ll, 1-13, 37) Mc ll, I2-25: Notas
I

pasaje en Mateo y Lucas, donde Jesús purifica inmediatamente el Tempkr rlt' ,., l(r se atribuye al Rey David la soberanía sobre la <casa de Dios>, y en I

I I . I 2- l9 Jesúi, el nuevo David, afirma tener una soberanía similar


sus impurezas. ¡Ese es el modo como se supone que actúa un mesías! sobre
Pero ésta no será la últirna de las rupturas del Jesús marcano del morlclo , I lcurplo. Pero aunque sea así, las diferencias son también asombrosas: un
esperado. En el siguiente pasaje purifica realmenle el Templo, pero enrplerr ..,,,,,,, sacerdote amistoso alivia el hambre de David, pero Jesús pasa hambre
la ocasión para proclamar el juicio, no sobre los opresores paganos dc ls r rnuldice la higuera vinculada con el Templo y sus funcionarios'
rael, sino sobre los propios dirigentes nacionales. 13. por si eiconÍraba algo en etla lei ara ti heurései en autg).
El vocablo
,,lxlr)) no está en el griego, pero la oración es probablemente un ejemplo <de
,,,,,r ltregunta virtu;l qu" una expectativa incierta vinculada a un
(ll. "*ptatu
3. Jesús MALDTcE UNA HrcuERA y puRrFrcA EL TEMpLo 12-25) , ,trrerzo porlograralgo> (Zerwick, $ 403;cf' Flp 3, l2; Rom l, l0)' .
¡,,,r, no époro de higos lho gar kairos ouk én sykÓn]' Como indica
1lrzY al día siguiente, mientras salían de Betania, tuvo hambrc. "ri
\lrillsonr, las higueras en Palestina tienen fruto maduro entre mayo y oc-
i

r3Y viendo desde lejos una higuera con hojas fue por si encontrab¡r r,,l,rc, pero no a principios de abril, el tiempo probable de la crucifixión de
algo en ella. Y tras llegarse a ella, no encontró otra cosa que hojls. l,.sirs,. La frase marcana con gar (<pues>) conoce esta dificultad, pero no
pues no era época de higos. raY en respuesta le dijo: <Nunca más conlr r(.\uelve realmente por qué Jesús espera encontrar higos fuera de tiempo.
l,rrRr Manson, esta discrepancia, junto con algunos detalles del relato
de la
nadie fruto de ti>. Y lo escucharon sus discípulos. juntas
rsY llegaron a Jerusalén. Y entrando en el Templo, comenzó a cx ,.ilrr.ilda triunfal, sugiere que estas dos historias iban originariamente
,1iltlrrrte la festividaá de lós Tabernáculos, que tiene lugar en otoño (cf- nota
pulsar a los que estaban vendiendo y comprando en el Templo, y derri
,r ,,liondas> en ll, 8). I

bó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas. 14. fi'ufolkarpon). El empleo de esta palabra, y no <higos>>, evoca el i'

'uy no permitía que nadie transportara vasijas por medio del Tempkr. ,il,,tivo biblicb dá lo fructuoso o infructuoso como símbolo de salud o en-
riY les enseñaba y les decía: <¿No está escrito queMi casq será llu-
Ir'ilrrcdad espiritual (Sal92, l2-15; Os 10, 1.13; Eclo27,6; Mt 7' l6-20; Jn
madq cqsq de oroción para todas las naciones? Pero vosotros la ha- I \. | -l I ; Gal 5, 22-24; etc.)4.
béis convertido en guarida de bandidos>. r8Y lo escucharon los sumos I' lo escucharon sus discípulos ... lékouon hoi mathétai aulouf. Esta
fra-
sacerdotes y los escribas y trataban de hallar cómo perderlo; pues lo ,,, ¡roclría ser traducida también por (y lo escucharon /os discípulos>, si se

ilrtcr.preta que alttou ya con ekouon (<escucharon>) y no con hoi math¿tai


temían, porque toda la muchedumbre quedaba impresionada a causa tlc
r ,,1,,|i discípulos>). Pero esto último es el
modo más natural de entender el
su enseñanza. reY cuando llegó la tarde, salieron de la ciudad.
20Y cuando pasaban de mañana vieron la higuera ya seca desde las ,,ricgo, y iefuerzaademás el tema marcano de la instrucción secreta a los
,lrsci¡rulos (cf. <a sus propios discípulos> en 4,34)'
raíces.2rY al recordarlo, le dijo Pedro: <Rabí, mira, la higuera quc ven'
l'5. enÍrando en el Templo, comenzó a expulsar a los que estaban
rnaldijiste, se ha secado ya). ttY en respuesta les dijo Jesús: <Tened ll' hieron érxato ekba-
,lt,,tttlt¡ v comprando en el kmplo, etc.leiselthon eis to
en Dios. 13Os aseguro (amén) que quien diga a este monte: 'Levántale tl, ttt lt¡tts póiountas kai lotts qgorazontqs en la tg hierQ, etc']'
<Expulsar>
y anójate al mar', y no dude en su corazón sino que crea que ocurririi r, l,l,rtlleinjes el término usado en otros lugares por Marcos nara !91 exorcis-
1o que dice, lo tendrá. 2a Por eso os digo, todo cuanto pidáis en la ora- rrrrrs ( l, 34.39;3.15.22-23.. etc.), y su empleo aquí puede ser indicio de que
ción, tened confianzade que lo habéis conseguido ya, y lo tendréis. r5Y l,,s ctunpradores y vendedores que profanaban el Templo eran instrumentos
cuando os paréis arezar, perdonad lo que tengáis contra alguno, paru ,1.. S.tá;j. Los <vendedores> pueden ser, además de los que suministraban
que cambiaban a moneda de Tiro,
que vuestro padre en los cielos pueda perdonaros vuestras faltas>. l,rrloulas para los sacrificios, los cambistas
,,, ,'¡rtablé en el Templo, otras divisas traídas por los peregrinos'
arguménta que tal comercio no era una práctica abusiva, sino
,sandersu
Notas rrr[r ¡rArte neceJaria del funcionamiento del sistema sacrificial. Las ganan-
, ,,,s ,1" los vendedores de animales y cambistas no eran excesivas. y estos
ll,12. Tuvo hambre fepeinasenl. Como señala Telfordr, en el único pa-
saje en el que Marcos emplea asimismo epeinasen,2,25-26, el contexto cs
.l l'. W. Manson, The Cleansing of the Temple,277-2'78'
también cultual; ambos, además, usan el verbo eiselthein (<<entrar en>) y i. l,"ra la cronología de ru tlru.ñ.,.f. R. E. Érown, The Death of the Messíah 2' l350ss.
se habla de la <casa de Dios>. Quizás sea intencional el paralelismo; en 2, l. W. R. Telford,The Barren Temple qnd the Witheted Fig Trce'261'
i. ('1. E. K. Broadheaá, Teachingu'ith Attthoritt',171; E. G. Chávez, -.
The Theological
'i trrl¡( (tn(e ol'Jesus'Tentple AcÍiott, I37-I38'
l. W. R. Telford. The Barren Tentple a nd the I{i thered Fig T'ee, 198" nota 3 l. t,. l:. P. Sanders, Jesus and Judaism,6l'76'
900 Quinta ,sección principal (Mt 11, I 13, 37) Mc tl. 12-25: Notas 901

comerciantes rcalizaban unos servicios necesarios, ya que los peregrirros 16. y no permitía que nadie transportqra vasiias por medio del Templo
tenían que convertir su dinero en monedas tirias para comprar animalcs l;ri oik éphien hina tis dienenk( skeuos dia to, hierotr]. Skeaos puede
sin tacha en los alrededores del Templo, pues era poco práctico traer sus ,,,snificar simplemente un <objeto> o una ((cosa)), pero por la adición de un
propios animales de sus casas, probablemente alejadas, sólo quizás palir ,,,1iÍlcativo o por el contexto puede expresarse un objeto de una clase par-
ver cómo eÍan rechazados como no aptas para el sacrificio. Para Sandcrs. trctrlar, como uno de uso liturgico (cf . ParJer 3, 7)e' En el contexto presen-
pues, el interés de Jesús no fue purificar el Templo de prácticas abusivas. t(, cste vocablo se refiere probablemente a un contenedor o vasija
usada pa-
sino profetizar su destrucción por medio de una acción parabólica típica tle r rr lransportar la sangre dé los animales u otros elementos sacrificiales. Si es
los profetas, parando temporalmente la actividad sacrificial para señalar su ,,rí. puüe haber aquí una alusión a Zac 14,21 : <Y no habrá más mercader
, n la casa del Señor de los ejércitos en aquel día>, un pasaje que habla
cese perrnanente, y volcando las mesas de los cambistas para simbolizar llr de
destrucción inminente del santuario. l;r cxclusión escatológica del Templo de los comerciantes que suministra-
Independientemente de los pros y contras de esta interpretación del pro- l,r'r vasijas ritualmenie puras para los sacrificios' No serán ya necesarias'
pósito del Jesús histórico7, permanece la cuestión si Marcos pensaba qrre l)()r.clue ádos las vasijas de Jerusalén
serán santas. Pero un skeuos puede
la acción del Templo por parte de Jesús simbolizaba la destrucción de éstc 1,"r ümbién un arma (cf., por ejemplo, Gn 27 ,3; Dt I , 4 I ), y este significa-
o simplemente indicaba los abusos que pedían a gritos una rectificación. lil ,lt, cncaja bien con la connotación violenta de la palabra <bandido> en el
argumento más fuerte a favor de la exégesis de la destrucción es el víncukr ,,,,r,,ienÉ versículo, que probablemente recordaría ala comunidad marcana
con las palabras de la maldición de Jesús en 11, 14: <Nunca más coma ttr- lrr' rcciente incursión de ievolucionarios armados en el ámbito del
Templo
die fruto de ti> que parece implicar el cese del sistema del Templo. En otros tl l. rtota a <guarida de bandidos> en 1 I ' l7)'
lugares, además, el Jesús marcano profetiza abiertamente la destruccirirr fi. Mi cása será llamada casa de oración para todas las naciones lho
del Templo (13,1-2; cf. 14, 58)8. ,,il¡t¡s mou oikos proseuchds klethéselai pasin Íois ethnesinl. Se trata de
rrrur cita de Is 56,7 en una forma prácticamente idéntica al texto de
Pero hay otras expresiones marcanas que sugieren que el evangelistir los
pensaba que el Templo sufría prácticas abusivas: l) la repetición, aparcrt- I \X. Marcos no es el primer escritor postveterotestamentario que repite
temente superflua, de <<eis/en + Templo> en I l, l5 (cf. también <(por mc- t'stc pasaje; en lMac 7,37,por ejemplo, se dice: <Tú, Señor, que has ele-
dio del Templo> en 11, l6) puede ser una indicación de que la actividarl Iitl0 esta casa para que en ella fuera invocado tu Nombre, y para ser casa
sin embargo, el matiz
I

descrita es inadecuada en un lugar santo. lncluso admitiendo el argumenkr , k' oración y súplica para tu pueblo>. En I Macabeos, i

de Sanders de que el cambio de moneda y la venta de animales eran nc- ,,,,ivcrsalisia dél pasaje isaíaco (<para todas las naciones>), tan importante
cesarios, esas actividades no tenían por qué tener lugar dentro del recinto a Israel (<para tu pueblo>)r0.
¡,;rr., Marcos, se restiinge deliberadamente
del Templo. 2) Aunque spélaion lgston en I l, l7 deba ser traducida proba- (por ejemplo, Bell' 4' 182:. ll:

\ril ernbargo, otros judíos antiguos como Josefo I

blemente ((cueva / guarida de bandidos / bandoleros)) y no como <<cueva / , I 7.563iy el autór de la Carta de Aristeas (por ejemplo, 99)'.
¡e
sentían I
guarida de ladrones> (cf. nota a <guarida de bandidos>> en I l, l7), debe lc- ,,rr:rrllosos áe la popularidad del Templo judío entre los gentilesrr'
conocerse que un bandido es alguien que se gana la vida robando el dinero parte de la denuncia de
.qtrarida de boid¡do, fspe-laion tgstonl. Esta
y los bienes de otros, y los enemigos de los cambistas y comerciantes po- l('sús cita Jr 7, ll: <¿Se há convertido esta casa, que es llamada por mi
drían verlos a esta luz (cf. las modernas expresiones despectivas sobre krs il()nlbre, en cueva de bandidos ante vuestros ojos?>. La expresión pudo
financieros como <cuadrilla de ladrones>). 3) Si el interdicto al transporlc lIrlrcrse combinado en parte con Is 56,7 basándose en una gézérah Íawah
de vasijas por el Templo en I I, l6 se proponía recordar Zac 14,21 (cf . rutttt t ,,:rnalogía>; cf . glosario), ya que ambos pasajes hablan del Templo. como
a (y no permitía que nadie transportara vasijas por medio del Templo> cn , ;rsir de Dios y usan el verbo <llamar>. El contexto de la expresión en
I l, l6), Marcos podría estar pensando que el comercio en el Templo era un t(.rc'ías resulia significativo, ya que forma parte de un juicio contra los
sacrilegio (cf. Jn 2, l6). (
1il(. confían excesivamente en
el Templo (Jr 7 , 4); en yez de conservar <la
Al menos en lo que respecta a la opinión de Marcos, el dilema refonnrr , irsir del Señor>, puesto que se ha convertido en una guarida de bandidos'
o destrucción es una dicotomía falsa. Para Marcos, quizás, comerciar dcrt- l)ros c.lerramará su cóleracontra ella, la abrasará con fuego y echará de su
r rslrr a los fieles (7, 14-20). Elguión de este juicio y exilio de Israel
tro del Templo era una práctica abusiva que Jesús trató de corregir sabienckr no es
ya de antemano que este intento fallaría. Por tanto, su demostración en cl ..,,ltr similar aMc 12,9, sino que la profecía de la destrucción del Templo
Templo simbolizaba tanto un intento de reforma como el juicio de destrt¡c contexto marcano de la guerra
¡,rrt,tlc tener su propia reverberación en el
ción que seguiría a su fracaso.
Heb 9, 2 I ; BDAG 927'
'). lrilón, Vida de Moisés 2, 94; Josefo, Bett' 6, 389;
7. lacrítica de C. A. Evans en Jesus' Action in the Temple.
C.f. I0 ('L R. 8., Isaiah'.s New Exodus and Mark, 323'
8. Cf. W. R. Telford, The Barren Tentple and lhe l|tithered Fig Tree,261 . I l. ('f. S. Schwarlz,Josephus and Judoean Politics'26-28'
902 euinta sección principal (Mc l, t_13, 37)
I Mt'll. 12-25: Nota.s 90.1

judía ya que en elra argunos revolucionarios


confiaron ar parecer crr rrr ,rnrlosía que en la identidad; la maldición de Jesús se parece a una plegaria
inviolabilidad del Templo¡2.
, rr lir invocación del poder divino, pero se diferencia de ella en el objeto
L/stcs, como el término hebreo que traduce, parís,
se refiere no r'.r(| .¡lL't'taclo, que no es Diosr6.
a un ladrón corriente_sino al que roba con viorenóia,
p,ri.:"o,-i-, un rr,,,, 22. Tened.fe en Dios lechete pistin theoul,lit. <tened la fe (fidelidad) de
dido, forajido o bandorero. Ei también la palabra
com'nm"nte ,iirir,,,t,, | )l()s)). Como señala TaylorrT, la variante <Si tenéis fe en Dios...>> (ei echete)
por Josefo para refbrirse a los revolucionaríos judíos
de la Gran Rebcri,rrr , ,t:i bien apoyada por D, N, O,,f't etc., y la falta de atención de los escri-
contra Roma't' que en el contexto marcano préd"
,", un término con rrrs l,.rs habría podido transformar fácilmente E,IEXETE en EXETE; sería posible,
niveles. A nivel de Jesús se refiere probablemente
a ros mercaderes tre l'.r'tanto, considerar que <Si tenéis fe en Dios...> es el texto original. Pero
F.pJo y a sus partidarios entre ros iuro, sacerdotes (cf. ra denuncia rr.
r

,,rnro señala Metzger¡s, en otros lugares la expresión solemne <Amén, os


la violencia y la extorsión de ra casa sacerdotar
de Anás y Caifás en t. tv,t,,tt rlrlo>> eS siempre introductoria y nunca va precedida de una prótasis (cf.
13' 2l-22 y b' pes. 57a). para ra comunidad
marcana, sin embargo, er v.crr \'lt ).\(tt'¡o), y la lectura de N etc. podría ser una asimilación a Lc 17 , 6.
blo sería también un eco de la situación en su tiempo,
qu"li u"iiuir,,,,, lrl contexto sugiere que el hecho de confiar en el poder de Dios (<fe en
revolucionario había penetrado hasta ra élite dirigent" "n "r
¿. iu¿"uiiy I )ros>) permite que ocuffan cosas aparenternente imposiblesr". Pero tam-
que <bandidos> militantes y antipaganos,
dirigidos po. pr.,"nái"ni'",",, n,""t I'rtrrr podría ser que lo que se pretende decir es que tales milagros revelan
siánicos, habían establecido ru generar dentrá ¿ef santuario.- , l ¡roder de Dios, que le permite realizar sus promesas y así dejar en firme
18. trataban de hallar cómo"úu.t"r
perdello fezetoun pós auton apolesri;;ittl,
lit' <<bu.scaban como podrían destiuirlo>. La frase unu ,¡rre cs digno de confianza (<la fidelidad de Dios>)2o.
",
donde los fariseos tuvieron un consejo con ros herodianos,iu.u
,"p"tr"ion o" :, o. 23. este monte ftQ orei toulQ). En Lc 17, 6 : Q no se trata de un monte
(!op.r;s auton apolesosin). Er compiot, que
a"rtiri.r.,,, ,lrc sc desarraiga, sino de un sykaminos : <(una morera)), palabra que tiene
Lrs nrismas letras iniciales que syte : <higuera>. Dodd2r ha sugerido que
estaba curiosamente inactiv,
desde entonces, se reanima ahora; án o,'r2 ros
sumos sacerdotes, escrib¿¡s , ,tc dicho sobre la teórica capacidad de la persona con fe para acabar con
y ancianos tratarán de prender a Jesús, y en
el siguiente u".ri"uio'"*iur,i,,
a los fariseos y a los herodianos para ténderle una rn ¡rkuminos es el origen de nuestra historia sobre la destrucción mágica
trampa verbar (se uncrr ,lt' .lcsúrs de una syfrZ. Telfordz2, sin embargo, señala que las restantes fbr-
así.grupos muy dispares de enemigos mencionados
embargo, la acertada ejecución de ra trama debe
i,6 li,ia¡. si,,
"n áún"trt*r.ron f rrr;rs tlsl dicho hablan del desarraigo de un monte (cf. Tabla 36) y juzga que
esperar ¿"
uno de los propios seguidores de Jesús (cf.14, l_Z.iO_t l,r irrnra lucana es secundaria.
f

t;. Si el logion tiene en mente una montaña concreta, se trata probable-


quedaba impresionada fexepressetol. En otros
lugares hemos traducicr.
este verbo por <admiradu r¡rt ntc del monte de los Olivos o el del Templo. Según ll,l2-l5,la higuera
_(cf.
l, 22; 6,2;7,37; 10,t6), pero el ¿nári, n.,
radica aquí tanto en la confusión como en tá ¡nt"nri¿ui .rl)r'cce estar entre Betania y Jerusalén, por tanto en el monte de los Olivos.
a"r irpu"t., i"ri,* /;te 14.4 habla de una hendidura escatológica de esta montaña que va
produce una impresión tan tremenda sobre la
muchedumb.e qu"'tos-áirig"n-
tes temen que su propia autoridad quede en peligro rlt cste a oeste Qtammah), un término que literalmente significa <al man;
(cf. 1,22')t. t innt} concluye también que este (monte) es el de los Olivos (para otros
20' vieron la higuera ya seca disde tas iaícás
m.enen ek rizónl. En Lc 13, 6_9 Jesús pronuncia
[iidon ten'sykén exérant- r'r rrs d€ Zacarias 9-14 en el capítulo ll, cf. notas a ((monte de los Olivos>
una parábála ro,rl un,, .rr ll, l, <pollino al que nadie ha montado todavío en 11,2, (y no per-
higuera, que en el contexto parece simbólizar a
Jerusalén o a Israer amena-
zados con la destrucción si no dan fruto. Es posibre rrrrlia clue nadie transportara vasijas por medio del Templol en ll, l6).
de milagro, en Ia que una higuera que simtolizu
qu. tu p*nt"
[¡rtor¡,, ''rrr crnbargo, como indica Dowd2i, en el pasaje deZacarias el monte está
ui r",npto J" i"rurul¿,, (,r re ntado en realidad de norte a sur más bien que de este a oeste, de modo
recibe una maldición por su falta de irutos, se haya
¿"rurrártu¿o u puni, ¿"
esta parábola. Para otra fuente posibl e, cf. nota (este rlrr' una supuesta mala traducción de yammah no es relevante.
21. La higuera que ma.ldijiste
a monte) en , 23. fi
[ha sykA h¿n kat¿raso] En su ffi.r,u
a esta observación, Jesús habra de pregaria
más que ¿" ,"i¿"ii", r., if. 6. Cf. S. Gevirfz,Curse.
f

que Dowdr5 concluye que Marcos pi"nru 7. V. Tayf or, The Go,spel Accotding to Saint Mark,466.
I
en las palabras de Jesús en l r, r4 ll',i. B. M. Metzger, A Textual Comntentar¡, on the Greek Nev'Testament, 109.
como una oración. Sin embargo, el punto de comparación
radica más en r¿r l(). Para algunos paralelos en la historia de las religiones, cf. S. E. Dowd, Pr¿t.t'er. Po-
\\' t ttu(l the Prcblem of Suffering,96-ll7.
12. Cf. M. Hengel, The Zealots,22l_224. 10. Para una ambigüedad sir¡ilar en la frase paulina¡rls/i.s lesou Chrislou, <fe de/en
13. Cf. J. Marcus, Jeu,ish War.449_451. l, ,re r¡sto)), cf. R. B. Hays. The Faith ol ,lesus Christ.
14. Cf. M. Goodman. f!:^R:,!i!qSl:r.s^of Juctaea, .l I . C. H. Dodd. The Porables of the Kingdom, 49. nota 33.
Tentpe|zerstóntng, I28.I39.I62.ne_71I .tSOiOf --"' '
t67_175;H. Schwier, Tentpel utnt .ll. W. R. Telibrd, The Borren Temple ond the llithered Fig T'ee, 102.
. .1.1.R.M. Grant.TheComingof theKingdom,29S-301:Miroc'leandNatural Law,167.
15. S. E. Dowd, praver, pov,er. ancl the problem
of Suffering,5g.l I9_120. l-1. S. E. Dowd, Praye4 Pou'er and the Problem of'Sú/bring,74.
Tabla 36. E¡_ olcso soBRE EL n¿oNrp/Áneol ARRANCADos DE su slrro
Marcos ll, 23 Mateo 2l' 2l Mareo t7, 20: e Luca.s 17,6: e Evangerio de Evangerio de I Corintios 13, 2
Tomás 106 Tomás 4g
Os aseguro (amén) Os aseguro Os aseguro (amén)
que (amén): que
Si tuvierais una fe si tuvierais fe co- Si tuvierais fe co- Si tengo toda la fe
sin reservas, mo un grano de mo un grano de
mostaza, mostaza,
no sólo haríais es-
to de la higuera
(syke).
quien diga a este Incluso si Iedije- diríais a esa mon- diríais a esta mo- Y cuando digáis: dirán a la rronta-
lronte: rais a ese monte: taña: rera (sykaminos): ña:
<Levántate y arró- <Quítate de ahí y <Muévete de aquí <Anáncate y plán- (¡Montaña,
jate al mar>, mué- <¡Levántate!>, como para remo-
arrójate al mar>, para allá>, tate en el man), vete!>, ver montañas...
y no dude en su
cotazón,
sino que crea que
ocurrirá lo que
dice,
lo tendrá. sucederá. y se movería. y os obedeceria. se moverá. y se levantará.

ñ:3!É**i*?? g!l!ÉH i

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907
ll, l-13, 37) Mc 1 l. 1 2-25: Comenturio
Quintu sección ¡trinc'ipal (Mc

,lt spuós de haber recibido la maldición de Jesús


(<seco hasta las raíces> da
puede ser más primitivo que la forma marcana, ya que presupone aúnr lir
escribió probable-
existencia y validez del sistema sacrificial en Jerusalén (cf. Did. 14, 2, tcxlo rrr;rs scutido en este contexto). Así pues, Marcos mismo
rrrr.nrc el versiculo introductorio (li, l2),
que sitúa la historia de la higuera
posiblemente independiente|r. Si es así, el sesgo antitemplo de Malcos ll'20-22' que re-
un relato rnás amplio, así como los versículos
puede servir de ayuda para explicar la forma presente como una abrevi:r 'l\'lrtro de (cf.
ción de un dicho recogido por Mateo. Sobre otros paralelos con el Senni)n r.rr*r' el relato después de la acción en el re'rplo la correspondencia
evangelista
,.iltIc el recuerdo de Pedro en 11, 2l y 14,72)' E's posible que.el
del monte de este evangelista, cf .la nota siguiente. a la acción de Templo
para que vueslro padre en los cielos pueda perdonaros vuestras ./hlttt.; .r'rr tanrbién responsable de la cita UiUt¡ca que alude
l7) cita un texto de la
lhina kai ho patér hymón ho en tois ouranois aph{ hvmin la paraptómut(t
rll. l7); en el lugar correspondiente de Juán Q' se
encajan sospe-
I .,el.itura más apiopiado; además las referencias marcanas
hymónl. Esta frase suena como una condensación de ciertas partes del l)lr (cf' notas a <y no,permi-
, lrosar]rente bien con los puntos de vista del autor
drenuestro, sobre todo en su versión mateana (<Padre nuestro que estás cn Templo> en ll' l6^y a la
rr;r (lue nadie transporta.á uu'¡a' por medio del
los cielos... perdónanos nuestras deudas, así conro también nosotros henlos
,,,,,,,rridadebandidos>>en Il,\7 y l5-19)' En Il' 20-25'
perdonado a nuestros deudores>: Mt 6, 9. 12; para otro eco en Marcos tlc
probablemente
'o*"'t'rioall'
una tradición catequética preexis-
la versión mateana del Padrenuestro, cf. nota a <<no lo que yo quiera, sirro Ni,,i.o, ha incorporado
el contexto anterior mediante
rt ntc ( I 1,23-25)que unede mala manera con
lo que Tú quieras)) en 14,36). Algunos textos (A, K, D, X, etc.) añadcn: Además de estas intervenciones
l.s rV. I 1.20-22, que son redaccionales'
<Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre en el cielo os pcr-
¡'r nrcipales, otros rasgos
probablemente marcanos en esta sección son: la
donará vuestras faltas> (l | ,26), que repite la conclusión del Padre Nuestrrr
I ,,,i.io á" que lo, disJipuios escltchan en I l' l4b;
la.explicación <(otra cosa
en Mateo (6, l5). El versículo podría haber sido omitido por haplografia (cl. gar (<pues no. era época de
(lilc hojas) y la frase típicamente marcana con
glosario), ya que sus palabras conclusivas son las mismas que las palabrls
t,,*,,rri í1, t¡; la entrada en Jerusalén en ll' l5a y la salida en l.l' l9;
finales de I l, 25, pero (su ausencia de los testigos más antiguos que reprc- "n I' I 7; la descripción de
,,,..rnrenzó a> en I t, t 5b; <les enseñaba decíu y en I
sentan todos los tipos de texto hace sumamente probable que tales palabras y en I l l8; <sino que crea que
l;r rcacción de los sumos sacerdotes escribas '
fueran insertadas por los copistas a imitación de Mt 6, l5>ra. ll
,,t rrrrirá lo que dice, lo tendrá> en I 1
'
23; y <todo> en ' 24'
Sobre el principio de que hay que perdonar para ser perdonado, cf. Eckr de sus cornposiciones más originales y reve-
Marcos ha compuesto una
28, l-5: 18, 2l-35; t. B. Qam. 9,30 b. Sobb. 151b35. de origen divárso. El centro de la composición
l¡rt¡rras utilizando material
interpretada por la historia circundante
,'s ll acción de Jesús en el Templó,
no sólo otorya al santuario el papel de árbol sin.fruto'
,le la higuera, que
Comentario la fe y la ora-
,l.r.,.it y",r,alditá, sino que presJnta también una alternativa:
de bandidos> y apela
, ,.i,t lu" evitan el ,irtei.t'tu sacrificial de la <guarida
Introducckin Después de su entrada triunfal en Jerusalén (ll, l-lla).
,lirectamente a la misericordia del Padre divino'
y a continuación la retirada a los suburbios periféricos (ll, llb), Jesirs
vuelve ahora a la capital y al Templo. En el camino, maldice una higuera noche en Be-
(ll, 12-14) y luego entra en el Templo, interrumpiendo violentamente cl ll,12-14. Jesús mal¿lice la higtrera' Después de pasar la
trrnia,lesús y sus discípulos se diñgen de nuevo a Jerusalén (l I' l2)' En el
comercio que allí había; luego explica esta acción con palabras tomadas higuera para ver.si tiene al-
,lrttino Jesús siente hárnbre y se acerca a una
l irn fiuto ( l l, l 3a). ni no enóontrar higo alguno l I'
del Antiguo Testamento ( I I , I 5- 19). En el camino de vuelta a Betania los ( l 3b)' maldice el árbol
discípulos observan que la higuera maldecida se ha marchitado de repentc, dará fruto de nuevo (l l l 4)'
y Jesús emplea este milagro como punto de partida para su enseñanza sobrc
( ()t Lrna piofecía amenazante: nunca '
molestos por la
Desde épocas muy antiguas, los exegetas se han sentido
la fe y la oración (11,20-25). insensible'
,,¡,.r"nt" di"ray ta iniustiiia ie la ira de Jesús contra un objeto
Como hemos notado ya en la introducción al comentario a ll, l-ll. (no era época de hi-
,lrp".iul."nte cuando-el mismo Marcos nos dice que
Marcos es probablemente el responsable de dividir el relato de higuera err
rl.ls>.Explicacionesracionalistasyrnanipulacionesnarrativashanentrado
dos mitades y de colocarlas alrededor de la purificación del Templo en una ya la frase de que.no era
,, ,".o.n este relato. Mateo, por ejemplo, omite
especie de marco interpretativo. En la historia resultante, se ve el árbol mar- árbol'
.¡r*u A. higos (Mt 21, lg),y'uan ílati"ltr(' supone que el dueño del limpio
chito sólo al día siguiente de que Jesús lo maldiga; en la historia premarcana lo había dejado
rro clueriendo que otros ¿isirutatan de su producto'
probablemente, como en Mt 21, l8- 19, el árbol se marchitó inmediatamentc pol'tanto' era ul'l
,,,,tcs del tiempo de la cosecha; la maldición de Jesús'
crrstigo justificado a su avidez'
33. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gos¡tel Acc'ording to Sainl Motthew 1,516.
34. B. M. Metzger, A Texlual Contntentar.y on lhe Greek Neu,Tbstament,ll0. 'Niets tlon Blct¿laren Vond"
35. S. E. Dowd, Przn'e¡; Pou'er, ond the Problent o/ SulJering, 126, nota 18, 16. F. J. F' van Hasselt, De Viigeboom' Waarctn Jeztts
Qttinta sección principal (Mc 11, l-13, 37) Mc 1 l. 1 2-25: Contenturit¡

Si no queremos dejarnos llevar por una ruta exegética tan especulativir, nro cntre <viendo... una higuera)> en l l, 13, y ((tras observar todo> en el
deberíamos comenzar preguntándonos cómo se consideraban en el muntlo le'nrplo en I l, I I ). La imposibilidad de Jesús de encontrar f-ruta en el árbol,
bíblico los árboles, y sobre todo las higueras. Como muestra Telford c¡r r su maldición consiguiente, apoyan la conclusión de que los mandatarios
una monografía iluminadora3T, en el contexto de las leyendas judías no ,lcl Templo están comrptos sin esperanzal en el conjunto de la narración
hay nada insólito en un maestro carismático se dirija a un árbol y éste lc nrirrcana, la esterilidad de la higuera anticipa <la abominación de la desola-
responda, como se ilustra con anécdotas rabínicas sobre un algarrobo que t rtin> profetizada respecto al Templo en 13, 14. Para Marcos, ciertamente,
se desarraiga tras una orden de R. Eliézer (b. B. Mesi'a 59ab: cf. Mc I l, 23 ) ,'l l'emplo parece estar firmemente atrincherado en el ámbito de una estéril
o una higuera que da fruto antes de tiempo gracias a una palabra de R. Josi. rt'jcz que se encamina hacia la destrucción (cf. <ya que no era época de
(b. Ta'an. 24a). lrisos)) en I l, l3c)3e.
Además, el Antiguo Testamento, textos judíos y el Nuevo Testamento Para la comunidad marcana, que sabe que el Templo ha sido arrasado o
muestran que la higuera y otros árboles simbolizan a menudo a la gentc (luc puede intuir que su destrucción es inminente (cf . Introducción en elvol.
buena y mala, a los dirigentes de Israel o a la nación en conjunto (cf., por l. -)6-58), este acontecimiento catastrófico, que Jesús profetiza por medio
ejemplo, 1r24,1-10 Mt 15, l3; Lc 13,6-9;Esth. Rabb.9,2); losmismos tlc su maldición contra la higuera, demostrará la fiabilidad absoluta de su
textos indican también que estos símbolos se utilizan muchas veces en con- ¡nlabra. Por tanto, la observación editorial al final de esta subsección de
textos escatológicos para hablar del juicio sobre Israel (ls 34, 4; Am 8, l-3: rruestro pasaje, ((y sus discípulos lo escucharon> (11, l4b), no es superflua
Mt 15, l3; Lc 13, 6-9;23,31; Ap 6,13-14), o de la manifestación hacia él clc \rlro un guiño a la audiencia paralelo a 13, 14 (<que el lector entiendu);
la gracia divina en los tiempos finales (cf., por ejemplo, Mc 13, 28-32; Cant. rrnrbos textos son una llamada de atención a un acontecimiento en el Templo
Rab. 2, 13,4; Pes. Rab. 41,2); y, finalmente, señalan que hay una relaciir¡r (luc ha ocurrido recientemente o está ocurriendo en esos momentos en el
especialmente cercana entre estas imágenes de árboles por una parte y Jc- nrLrndo de los lectores.
rusalén y su Templo, por otra (cf., por ejemplo, Ez 47, l-121' I Cor 3, 5- l7l
Pes. Rqb. 41,2). Telford destaca en particular cinco pasajes del Antiguo ll, 15-19. La demostración de Jesús en el Templo. Así pues, en I I, 14
Testamenro (Is 28, 3-4; Jr 8, 13; Os 9, 10.16; Il1,7.12:' Miq 7, 1) que, conro lesfrs ha predicho la destrucción del Templo con palabras simbólicas, que
Marcos ll, 12-14,20, utllizan una higuera que se marchita como símbokr ',rrs discípulos oyeron debidamente; ahora Jesús 1o representará ante sus
para eljuicio escatológico sobre Israel, y todos ellos pertenecen a contextos .jos, €n una demostración parabólica al igual que los extraños <signos>
bíblicos que fueron utilizados con regularidad por los cristianos primitivos. ',inrbólicos de los profetas del Antiguo Testamentoa0. Esta demostración co-
Estos pasajes en sus contextos muestran también, según Telfordrs, varios nricnza con una lacónica introducción: <y llegaron a Jerusalén> (11, l5a).
temas que los relacionan entre sí y con el contexto marcano: .\ trnque esta frase repite la sustancia de I I I I a (<Y entró en Jerusalén>), el
,
La comrpción y consiguiente condena de la nación, sus dirigentes, su Templo
,'rrrnbio al plural incluye a los discípulos -de quienes se acaba de subrayar
y su culto [cf. Mc 12, l-12]; la aparición airada de Yahvé para maldecir lir ,
¡rre han oído la maldición de Jesús contra la higuera- en la entrada de Jesús,
tierra y la ruina de los árboles [cf. Mc 11,20]; el rnovimiento de las montañas lrrrciéndolos así testigos de los hechos que comenzarán a dar cumplimiento
[cf. Mc 11,231; la destrucción de Jerusalén y su Templo [cf. Mc 13, l-2]; cl ,r ll maldición. Los lectores familiarizados con las Escrituras y la historia
florecimiento de Israel, el árbol de Dios, en la nueva edad [cf. Mc 13,2t{- ,le I Templo podrían acordarse de la historia de Nehemías, quien -como Je-
321; la fertilidad abundante de este período [cf. Mc 4, l-20]; la elevación dcl ,.irs entra en la ciudad santa a horcajadas de una acémila (Neh 2, 12; cf.
monte del Templo y su futuro estatus exaltado [¿cf. de nuevo Mc 11,23?1.
N4c I l, 4-7) y cuyas palabras, <y llegué a Jerusalén> (Neh 2, I I ), fueron el
¡r'ci'rrnbulo de un relato de la reconstrucción de los muros y de la restaura-
A la luz de este trasfondo bíblico, podríamos estar tentados a interpretar
t itin de las puertas de la ciudad con el apoyo activo de los sumos sacerdotes
la higuera en nuestra historia como un símbolo para la nación en total, per()
v otros dirigentes (cf. Neh 2, 16-18;3,1-2). El Jesús marcano, en cambio,
la conclusión de la siguiente escena revela que en este punto del evangeli()
llcua para amenazar con la destrucción del Templo y ganarse así la enemis-
una gran parte de la gente (<la muchedumbre enteru) está todavía corr
trrrl mortal de los sumos sacerdotes y sus aliados (cf. 11, l8).
Jesús; sólo los sumos sacerdotes y los escribas se oponen a su acción y
.lesús lo hace lanzando un ataque completo al comercio que se practi-
mensaje (ll, l8; cf. 12, 12;14,1-2; pero también 15, ll-15). Teniendo
, rrtra en el recinto del Templo, probablemente en el patio de los gentilesar,
en cuenta ante todo la función del Templo en nuestro relato, los culpablcs ('\pulsando a compradores y vendedores (ll, l5b), volcando las mesas de
más inmediatos parecen ser el Templo y sus funcionarios (cf. el paralelis-

-19. Cf. E. K. Broadhead, Teac'hing v'ith Authority,lTT.


37. W. R. Telford, The Bar¡en Temple and the lhithered Fig Tree, 187-189. -+0. Cf. M. D. Hooker. The Signs of a Prophet,6.44-48.
38. Ibid.,l55. 4 I . Cf. E. P. Sanders, Jesus and Judai,sm, 365, nota 6.
910 Quinta sección principal (Mc II, I 13. 37) Mc II. I2-25: Contcnturit¡ 9l I

los carnbistas y vendedores de palomas (ll, l5c), e interceptando a cual- \1, l3; 53,5,Lv. Rab.9,6;Num. Rab. 18,21a7.Esta unión tradicional entre
quiera que llevara un objeto sagrado a través de esa zona ( I I, I 6). En rea- e I ¡nesías y el Templo ayuda a explicar la noticia de Josefb de que uno de los
lidad, el efecto de la demostración de Jesús contra el negocio del Templo tlirigentes de la guena judía, Menahén, hijo de Judas, hizo seguir su entrada
fue probablemente más simbólico que económico; como indica Sandersar, trirrnfal en Jerusalén con una aparición en el Templo ataviado con vestiduras
es dudoso que una persona que actuaba solo (no se describe a los discípulos rcrrles (lnl. 2,433-434.444)y también que incluso después de que el Tem-
ayudándolo) pudiera haber hecho un daño verdadero en la ingente rnasa del pkr hubiera sido aniquilado- otro posible pretendiente mesiánico, Simón
comercio que se practicaba en el enorrne patio. lrrrr Giora, <surgió de la tierra en el lugar mismo donde una vezhabía estado
Pero si el objetivo del ataque era simbólico, ¿,qué sirnbohza? El mismo t'rr pie el Templo> ataviado con vestiduras similares (Bell. 7 ,29-31\.
Sandersa3 argumenta que Jesús tuvo la intención de indicar la inminente En tales tradiciones, sin embargo, el mesías y el Templo van juntos a
destrucción del Templo corxo parte de los acontecimientos catastróficos del rrrcnudo de un modo opuesto al interés marcano por la misión a los gentiles
tiempo final, no <purificarlo> o reforrnarlo; su acción, pues, fue sirnilar a la v al sueño de que la casa de Dios se convertirá en ((una casa de oración
de otro Jesús, hijo de Ananías, que profetizó el final inminente del Templo ¡rrrra todas las naciones>) ( 1 l, I 7, que cita a Is 56, 7', cf. nola a <Mi casa será
ganándose así la enemistad de los sumos sacerdotes y otros dirigentes en lllmada casa de oración para todas las naciones>> en ll, l7). En verdad, la
los años inmediatamente anteriores a su caídaar. Esta interpretación encaja irrragen mesiánica es a menudo militantemente antipagana, y sus raíces se
relativamente bien con la imagen marcana, puesto que en su contexto la lcnrontan a ur.ra dinastía davídica cuyo objetivo principal en política exterior
maldición de Jesús contra la higuera (<Nunca más coma nadie fruto de e r'¿r rnantener la independencia de lsrael, por lafuerza militar si fuera nece-

ti>) parece implicar que el Ternplo habría de dejar pronto de funcionar. srrrio, contra los designios imperialistas de los países circundantes. Por con-
Sanders, además, tiene razón al acentuar la dirnensión escatológica de la siuuiente, ya en el Salmo 2 el rey ungido lucha las batallas de Dios contra
acción de Jesús, ya que el cambio de era iba asociado frecuentemente con lls naciones hostiles que se han levantado contra é1, y en pasajes posteriores
catástrofes en el Santuario o con su reemplazo (cf., por ejemplo, Dn 9,24- ,'orrro SalS/. 17 y OrSib. 5, 414-443, éste y otros oráculos similares son
27: ll,3l, 12. 1 l; Tob 14, 5; I Hen. 89,73:90,28-29: Ap I 1, 2). Pero en lcinterpretados como ref-erencias a la victoria del mesías sobre el imponente
la narración de Marcos la demostración de Jesús parece reffejar tarrbién el ¡roder del mundo pagano en una batalla apocalíptica trascendentalas.
deseo de una eliminación escatológica del comercio en el Templo percibi- Tales expectativas de victoria escatológica sobre las naciones van a ve-
do como una práctica abusiva, al igual que la profecía de Zac 14,21: <<Y n<'t t cs Lrnidas con la esperanza de que Dios o el mesías purificarán el Templo
habrá más comerciantes en la casa del Señor de los ejércitos en aquel día> tlc la presencia impura de los gentiles. Esta actitud estaba ya presagiada en
(cf. nota a <entrando en el Ternplo comenzó a expulsar a los que estaban I Mac 13, 49-53, donde Simón Macabeo (quien, aunque no era un davídi-
vendiendo y comprando en el Templo, etc.)) en 1 1, l5). tlrr. llegó a ser soberano de Judea) libra a Jerusalén de la impureza expul-
La idea del mesías que restaura el Ternplo tiene profundas raíces en la srurclo fuera a los gentiles (cf. I Mac 14,36), y en 2 Mac 10, 5, donde Judas
tradición judía, y parece que el Jesús marcano sigue esta tradición, aunquc Macabeo purifica el Templo de la impureza causada por los extranjeros.
de un modo peculiar. En el Próximo Oriente antiguo había generalmentc r\sinrismo en I Hen.89,13,las ofrendas en el Templo están contaminadas
una fuerte relación entre reyes y templos, y era frecuente que los monarcas
l)()rque los israelitas que las presentan se han casado con gentilesa', pero
construyeran, restauraran u oficiaran en los santuariosa5. E,n la esfera is- esta irnpureza será eliminada en el nuevo Templo que <el Señor de las
raelita, esta relación es visible sobre todo en 2 Samuel 7, pasaje que, corl'lo ,'r'ejas>> erigirá en la edad futura (90, 28-29). En SalS/. ll ,22.30, además,
hemos visto ya, se evoca en Mc 11, 1-11y 14,57-62(cf. noÍa a<<Bendi|<t cl ungido de Dios purifica Jerusalén (incluyendo, implícitamente, el Tem-
el reinado por llegar de nuestro padre David>> en 11, l0y contentario a ll. ¡rlo) librándolo de la impureza de los gentiles (cf. 17,28). El contraste con
7-11). En años posteriores este oráculo fue interpretado mesiánicamento; lrr inclusividad de Mc 11, 17 es sobre todo asombroso en 4QFlorilegium,
4QFlorilegiurl, por ejemplo, hace del Templo el centro de una profecía rnc- tlorrde, unas líneas antes de una alusión al mesías davídico (1, l0-12), se
siánica basada en gran parte sobre 2 Samuel 7. Asimismo Zac 6,12-13 habla rcinterpreta 2 Sm 7, l0 como una referencia a
del <vástago>> de David que construye el Segundo Templo, y el Targum so-
bre este pasaje lo interpreta como una referencia al mesías (cf. Eclo 51, 12, ... la Casa en la cual no entrará jarnás... un amonita, o un moabita, o un
bastardo, o un extranjero, o un prosélito porque stls santos están allí... Los
VII-VIII [hebreo Bfa6; OrSib. 5,414-433; Dieciocho Bendiciones; Tg. Es.
extranjeros no la devastarán como devastaron en el pasado el tem[plo de Is]
rael debido a sus pecados (4QFlor I, 3-6).
42. Ibid..69-70.
43. rbid..6l-76.
44. Cf. Josefo, 8e11.6,300-309. .17. D. H. Juel. Mes.siuh ond Tentple. 169-209.
45. CL D. Runnalls, The King as Tbmple Builder, A Messionic lvpolog.v-. .{8. Cf.K.Atkinson,OntheHerodianOriginof MilituntDctvitlicMe.ssianismatQuntran.
46. Cf. P W. Skehan-A. Di Lella, The Wistlont of Ben Sira,568-569. .+9. Cf. M. Black. 1 Enoc'h.213.
912 Quintu sec.ción principol (Mc I t, l-13, 37) Mc ll, 12-25: C¿¡ntenfurit¡ 91-l

Para el autor de 4QFlorilegium, que sigue aquí la línea de Ez 44, 5t). tt stinronio de su autoridad carismática y del apoyo popular que preocupaba
los gentiles <devastarán> el Templo presente, pero éste será excluido de l. .r t'slos dirigentes. Pero la conclusión del pasaje describirá algo más sinies-
devastación escatológica (cf. el Rollo det kmpto, en el cual el patio de los lro rrirn: la higuera, con la que el relato ha vinculado a estos funcionarios,
gentiles queda eliminado). ciertamente, debido a la proximidad de la rc- ,, lll secado.
ferencia al mesías davídico, es posible que el autor der Ftoriregium hayir
considerado a éste como el agente de tal <purificación>. Similarmente, un¡¡ 11,20-25. La lección de la higuera seca. A la mañana siguiente, en el
teología <purificadora>, mesiánica, antipagana, pudo haber motivado a kls , :rrrir.ro de vuelta a la ciudad, Jesús y sus discípulos ven la higuera maldita,
dirigentes revolucionarios de la Judea del siglo I a suspender los acostum- rrrruclritada en el entretanto (l1,20); entonces Pedro recuerda la maldición
brados sacrificios en pro del emperador provocando así Ia Gran Reberión5('. ,lt l tlía anterior (11, 2l). Los lectores que han seguido cuidadosamente el
Así, mientras el Jesús marcano cumple de algún modo las esperanzas ¡t lrrttl hasta este punto estarán predispuestos a deducir que la eficaz mal-
tradicionales respecto al mesías, combinando su entrada triunfal en Jerusa- ,l¡e ¡rin de Jesús contra el árbol tiene implicaciones negativas para el Tem-
lén con una acción dramática que afirma su autoridad sobre el remplo puri- I'lo con el que el árbol ha quedado vinculado por la estructura marcana
ficándolo, por otra parte desafia la imagen mesiánica frecuente en er mundo rle I <emparedado>. Esta intuición se confirmará más tarde en el evangelio
de Marcos. Mientras que otros judíos con una mentalidad escatológica, ( uiurclo Jesús profetice que no quedará en pie ni una de las piedras del Tem-
envueltos en el horror y el entusiasmo de la guerra contra Roma, soñabarr ¡rlo ( 13, 2); la imagen implícita de un edificio arrasado hasta sus cirrentos
con un mesías que habría de purificar el Templo liberándolo de influencias ('\ coherente con la descripción de la higuera marchita <desde las raíces>
extranjeras, el mesías de Marcos lo purifica expulsando a los comerciantes r I l. 20). Además, como indica Myerssr, los dos pasajes van unidos por el
(udíos) que profanan el patio de los gentiles y que frustran el objetivo del ( nrl)lco de los discípulos de la exclamación, <¡Rabí/Maestro, mirat>> (ide),
Templo, divinamente intencionado, de convertirse en ((una casa de oración r,'lcricla tanto a la higuera (l l, 2l) como al Templo (13, l).
para todos los pueblos>. Y mientras otros judíos veían el mesías davídico l.a contestación inicial de Jesús a la observación de Pedro, <tened fe en
como e/ restaurador del remplo, la demostración del Jesús marcano apun- l)ros>) (11,22), podría ser también interpretada como <creed firmemente
ta hacia su destrucciónst. ,'rr l¿r fidelidad de Dios> (cf. nota a <Tened fe en Dios> en 11,22), y origi-
Los sumos sacerdotes y los escribas, como es natural, responden al r¡rrriaurente pudo ser interpretada como una exhortación a no desanimarse
asalto de Jesús al remplo con una animosidad mortal: conspiran para des- rt's¡rccto al Templo. Después de todo, éste es todavía la casa de Dios (cf. 1 l,
truirlo, porque ven que la muchedumbre está impresionada por su enseñan- I /). y en el Antiguo Testamento (por ejemplo, Salmo 46), en la literatura
za(11, l8). La respuesta hostil de los dirigentes recuerda aquí la reacción urte rte stamentaria (por ejemplo, 2Mac 3,22-39,8, 2), e incluso en el Nue-
'l
al primer milagro de Jesús, el exorcismo en la sinagoga de Cafarnaún en r r r cstamento (por ejerrplo, Rom 9, 4-5), la fidelidad de Dios se manifies-
1,21-28' allí también la muchedumbre estaba impresionada por su ense- r;r l)or su continuo compromiso con él (cf. esp. 2 Mac 3,22, que utiliza dos
ianza (1 ,22.27), y criticaba implícitamente a los escribas por carecer de \ ('ccs el verbo pisteueln [<tener fe> o <confiar>] en una oración que suplica
autoridad (cf . 1,22: (como quien tiene autoridad, y no como los escribas>). l;r ¡rrotección divina del Templo). Es probable, además, que en el contexto
En ese pasaje, además, se hablaba de destrucción, porque los demonios nulrcano los revolucionarios judíos, que establecieron su cuartel general
preguntaban ansiosamente: <¿Has venido a destruirnos?>> (l ,24). Ahora, l)irll su última batalla contra los romanos en el Templo mismo, enfatizaban
sin embargo, los sumos sacerdotes y los escribas, de quienes Marcos piensa lrr lcaltad etema de Dios para con el edificio sagrados].
que pertenecen al bando demoníaco de la guerra escatológica, responden I)ero si el relato alienta brevemente la esperanza de una protección con-
al intento de Jesús de <exorcizan a los que dependían de ellos, los comer- rrrr¡ada del Templo por Dios, ésta se rompe en el versículo siguiente donde
ciantes, intentando destruirlo a su vez (cf. 3, 6 y la nota a <y entrando en el ('ilc()ntrafiros una oración que no pide que ((se conserve esta montaña>, sino
Templo comenzó a expulsar a los que estaban vendiendo y comprando en ,¡rrc se desarraigue y se arroje al océano (11,23). Aunque el objetivo prima-
el Templo> en 1 1, l5). ro tle tal afirmación sea acentuar el poder de la fe, puede haber también en
Esta subsección se termina con la salida de Jesús de la ciudad a ra pues- ,llir un guiño a la destrucción del santuario, ya que ((este monte)> puede ser
ta del sol (l l, l9). Que é1, al parecer, se hubiera quedado el día entero en la rrrrir cxpresión para designar la colina del Templo (cf . nota a (este monte))
ciudad a pesar de la hostilidad de los sumos sacerdotes y los escribas, es urr t'n ll, 23). El Jesús marcano, ciertarnente, pudo haber invertido polémica-
urorte los oráculos bíblicos que acentuaban la protección divina del Templo
50. Cf . Josefo, Bell. 2, 409; Cf. también 2, 414.562-64 y M. Hengel, The Zealots, 217 _
r str exaltación escatológica. En el Salmo 46, por ejernplo, se exhorta a
221; H. Schwier, Tempel und Tentpelzerstómng,55-74.119-120; J. -Ma."us, Jewish llar,
450, nota 47 .
52. C. Myers, Binding the Strong Man,304.
5I . Cf. W. R. Telford, Tlte Barren Temple and the Wthered Fig Tree,26l -262. 51. Cf. Josefo, Bell.5,459:'6,285-286: M. Hengel. The Ze¿tlots,240-244.
'l
9t4 QuinÍa setción principal (Mc' 11, l-13. 37) Mr: IL I2-25. Contentut'io 915
I

Israel a que confíe en Dios que librará a Sión de las aguas furiosas, y la r'orno el resentimiento, pueden obstaculizar el deseo de Dios de conceder i

espléndida visión escatológica de Isaías 2 / Miqueas 4 dibuja al monte del ;r la gente sus peticiones; el perdón de otros, por tanto, es una condición
Ternplo como ensalzado sobre todas las montañas. El Jesús marcano, sin t)irra que sea oída la plegaria (cf.6, 14-15; 18, 15-35; Lc ll,3-6)s". Sten-
embargo, convierte la imagen positiva de Isaías (la exaltación) en un sím- tlrrlrl5T interpreta este versículo alaluz de la creencia apocalíptica de que
bolo de la destrucción (elevado y arrojado al rnar), y transfoma lo que el Ios poderes de la nueva edad, la oración omnipotente incluida, sólo pueden
Salmo afirma ser imposible (la dominación de Sión por las aguas del caos) rrnnif-estarse dentro de la comunidad de los elegidos si sus miembros man-
en el destino cierto del Templo (cf . noÍa a ((este Ínonte)) en I l, 23). tic¡ren relaciones bien dispuestas y ordenadas entre ellos (cf. lQS 5, l-7; 8,
Ahora bien, aunque el Jesús marcano profetiza el fin del Templo -el lu- l-10; I Cor 5, 1-5; 18, l5-20; Lc 17,3-6). Sin embargo, elJesús marcarlo
gar por encima de cualquier otro lugar, del que los judíos esperaban que sus rro lir.nita el perdón al grupo elegido; más bien alude a la situación que sur-
oraciones en él serían escuchadas , también afinna el poder de la oración en rc <si se tiene algo contra alguier> (subrayado mío). La lógica parece ser
una serie de dichos que comienzan con la fónnula <Amén, os digo...)) ( I l, t¡rre el perdón es un requisito previo paralarealización de milagros, tanto
I

23a; sobre este fónnula insólita, cf. nola a <Amén> en 3, 28 y comentario t'rr cl sentido de que los pecados de los solicitantes deben estar perdonados
i
a 3, 28-30). Así, como sugiere Dowdsa, hay coherencia en la progresión de tcl. 2, 5-12), como en el de que ellos deben aprender también a perdonar. I

ll, 12-19 a 11,20-25: Jesús ataca primero el antiguo lugar de oración, pero Sin ernbargo, en el contexto amplio del Nuevo Testamento este perdón de
luego asegura a sus seguidores que la oración es más eficaz que nunca. Sin Ios dernás no es simplemente un requisito previo para el perdón de Dios,
embargo, el garante de su eficacia no es ya <el Templo hecho por manos de sirro también un producto de ese perdón (cf. Ef 4, 32:Col3, l3); el poder
hombres> (cf. 14,58), sino la autoridad escatológica de Jesús (<Arnén, os tlc la nueva edad que mueve montañas puede también realizar el milagro
digo...>). Como indica Dowd. otros judíos electuaron urr movimiento simi- tlc clirninar el resentimiento del corazón.
lar desde una piedad centrada en el Templo debido a la destrucción de éste En Ia situación marcana, 11,23-25 sería probablemente entendido co-
en 70 d.C.; es más, algunos de ellos, como los f-ariseos y la secta del mar nro un contrapeso a la duda, la desesperación y la amargura que prevalece
Muefio, ya previeron este cambio antes de aquella fechas5. r'n Ltna comunidad atormentada por la guerra y la persecución, en la cual
Jesús promete concretamente que los que destierran la duda y creen Ios rniembros de la farnilia se traicionan entre sí hasta la muerte y <todos>
que se cumplirán sus peticiones las verán realizadas (ll,23b). Este punto rrtlian a los cristianos (cf. 13, 12-13). Los lectores, pues, son gente en una
queda subrayado enérgicamente en 11,24, <<todo cuanto pidáis en la ora- situación desesperada que parece negar cualquier esperanza de que Dios
ción, tened confianza de que lo habéis recibido ya y lo tendréis> (cf. nota ()vc sus oraciones. La enseñanza sobre la fe y la oración en 11,23-25 les
a <lo habéis conseguido> en 11,24). Estas promesas categóricas de que rrscguraría de que, en contra de todas las apariencias en contrario, sus ora-
la oración será escuchada tiene paralelos en otros lugares de la tradición r'iones eslaóar siendo escuchadas, que no habían sido abandonados por
sinóptica (cf. Mt 7,7-11 ll Lc ll,5-13), pero rnás tarde fueron precisa- l)ios y que incluso entonces, en medio de la persecución y de la muerte,
das cuando los cristianos comenzaron a notar que no todas sus peticiones l)ios los ernpleaba para arrancar y aniquilar los poderes de este mundo y
eran escuchadas de hecho (cf., por ejernplo, Jn 14, I 3: <Todo lo que pidáis ¡rirra <edificar y plantan las estructuras de su reinado (cf. Jr l, 10). Así la
mi nombre>, junto con Jn 15,7: <Si permanecéis en mí y mis palabras crhortación a no dudar sino a continuar creyendo, y la promesa de que
permanecen en vosotros))). Sin embargo, estas enlniendas <realistas> sólo ll oración será escuchada tiene casi el mismo valor que la afinnación de
subrayan la rotundidad extraordinaria de la promesa en nuestro pasaje. que l.l. l3: <el que resista hasta el final... se salvará>. Nuestros versículos,
es un testimonio de la creencia en el advenimiento del Reino que penetraba t icrtarnente, hacen un hincapié extraordinario en la necesidad de la perse-
el ministerio de Jesús y de la iglesia primitiva postpascual: el poder de la r crancia en la fe; como muestra la Tabla 36, la fbrma rlarcana del dicho
nueva edad divina ha aparecido en el rnundo, y por tanto ha llegado la edad sobre el (monte)) insiste en la tentación de la duda y la correspondiente
del cumplimiento de las ansias escatológicas. rrccesidad de seguir creyendo más que cualquier otra versión del logion. La
Ciertamente hay unas cuantas insinuaciones de precisión en los versícu- crhortación de 11,23-24, además, contiene una serie de cuatro verbos en
los conclusivos de la perícopa marcana. F,n 11 ,24 <pidáis en la oración> no ¡rresente, una estructura gramatical que acentúa intensamente la necesidad
puede ser una hendíadis(cf. glosario) sino una progresión significativa; las tlt¡ la oración continua (<cree... reza... pide... cree>), y los verbos están
peticiones que son escuchadas no son justamente las primeras que brotan tlispuesto en fotra de quiasmo de modo que comienza y tetmina con la pa-
enla cabeza del suplicante, sino las que surgen de un estado de meditación. lubra <creer>. Nuestro pasaje, pues, no es un ejemplo de pensamiento má-
Y lo que se afirma en 11,25 puede ser que ciertos estados espirituales, gico, sino que acentúa intensamente la necesidad de la perseverancia ante

54. S. E. Dowd, Pr'¿n'er; Ptnrer, und tlte Problent of Suf/ering.45.53. 56. W. D. Davies-D. C. Allison, The Cospel Act'ortling f o Saint Mattheu, I . 6l 6-61 7.
55. Ibid..47-51. 57. K. Stendahl, Prct.t,er and ForSiivenes.s.
9t6 (Mc'll, l-13' 37) Mc 11.27-33; Notus 9t7
Quinta.sec'ciórtprincipal

una realidad aparentemente contraria. Además, lejos de ser una fantasía de tlcl taumaturgo pagano Apolonio de Tiana: <La tierra de Tiana lo cuidó,
venganza, concluye con una petición de perdón: los soldados de la infan- ¡rcro füe realmente el cielo quien lo dio a luz, de modo que pudiera eliminar
Ios sutiimientos de los mortales>r. Esta expresión es también común en el
tería de Dios deben comprender que la amargura es un lujo que no pueden
permitirse, ya que esto los aparta de la presencia patemal, fortalecedora y Nt¡cvo Testamento; además de nuestro pasaje, cf. Lc 15, I 8.2 I (<He peca-
misericordiosa de Dios, la única que puede ganar la batalla contra el poder tkr contra el cielo y ante ti))) y la frase frecuente de Mateo <reino/reinado
aplastante del Enemigo (11,25). tlc los cielos>> (he basileia ton ouranoni 3,2; 4, 17; 5, 3.10, etc.), que es la
r crsión de Mateo del <reino de Dios>4.
F.n 11, 12-25 Jesús ha desafiado implícitamente la autoridad sacerdotal
al representar simbólicamente la destrucción del Templo, y concluye pro- 31. ¿Por qué enfonces no creísfeis en él? ldia ti oun ouk episteusate
clamando que el perdón está disponible sin el Templo sobre la base de su rrrrtQf. F.n algunos manuscritos falta el oun (<<entonces>), pero pudo haber
propia palabra (<Amén, os digo que...))).No es, pues, asombroso, que en el sitlo omitido por homeoarcton (cf. glosario). Para Bultmanns, la fuerza de
siguiente pasaje los representantes ofendidos de aquel sistema lo desafíen a lr contrapregunta de Jesús sobre las credenciales del Bautista ( I l, 30) radi-
concretar qué autoridad supone que tiene él para actuar.
('r cn que Jesús, como Juan, reciben su autoridad del cielo. Bultmann debe
rrtlrnitir, sin embargo, que esta lectura no casa con la contrarréplica anterior
tlc .lcsús, <¿Por qué entonces no creísteis en él?>, que parece implicar una
4. Jesús RECIIAZA uN DESAFio A su AUroRIDnn (11,21-33) rcl¿rción directa entre Juan y Jesús más que un paralelismo con Dios. Para
l\lcicr(', el nexo entre los dos hombres es que Jesús sigue la práctica de
ll (26)27Y
fueron de nuevo a Jerusalén. Y mientras andaba él en el Itrrrn de bautizar (cf. Jn 3, 22;4, 1); por tanto, aceptar el bautismo de Juan

Templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancia- sigrrifica aceptar a Jesús. Pero nuestro pasaje no hace ninguna referencia
t'spccífica a las prácticas bautismales de Jesús, y la frase <el bautismo de
nos 28y le dijeron: <¿Con qué autoridad estás haciendo estas cosas?>.
.lrrarr> en 11,30 puede ser un modo taquigráfico de referirse al ministerio
O: <¿Quién te otorgó este poder de hacer estas cosas?>.
2eY Jesús les dijo: <Os haré una pregunta, y respondedme y os diré r'ntcro del Bautista (cf. Hch 1,22)1 . La reconstrucción de Meier, además,
r0el bautismo de Juan rro tiene mejor éxito que la de Bultmann como exégesis de la expresión
con qué autoridad hago estas cosas: ¿(procedía) r'\acta marcana, (¿por qué entonces no creísteis en él?>, que se refiere al
del cielo o de los hombres? Respondedme).3rY discutían entre ellos rrrorsaje de Juan más que a su práctica ritual.
diciendo: <Si decimos del cielo, dirá: '¿Por qué entonces no creísteis Parece más probable que 1 l,3l sea una referencia a la creencia general
en él?'. 3: Pero, si nos atrevemos a decir: 'De los hombres. . .'>. (Temían rle c¡ue Juan había reconocido a Jesús como su sucesor. Es improbable que
a la muchedumbre, pues todos tenían a Juan verdaderamente por un r'sts rasgo del relato sea una ficción marcana total o de los primitivos cris-
profeta). 33Y respondieron y dijeron a Jesús: <No sabemos>. Y Jesús tnrrt'rs, ya que el reconocimiento de Jesús por parte de Juan no es el punto
les dijo: <Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas). ¡rrincipal de la historia, sino un presupuesto sobre el que está basada, y la
lristoria no tendría mucho poder persuasivo a no ser que se supiera que este
¡rrcsupuesto era indiscutible para los oyentes de la discusión. Si es así, sin
Notas t'rrrhargo, es desconcertante que la perícopa de Q Mt 11.2-6 llLc7,18-23
¡rlcsente a Juan en la prisión, hacia el final de su vida, dudando al parecer
ll,29. Y respondedme lkai apokrithete moi]. Este imperativo es equi- r cspecto a si Jesús es <el que ha de veniu (cf. nota a <más poderoso) en I ,

vafente a una fiase condicional (<y si me respondéis>; cf.21 ,24).Beyerl I y cl comenÍario a 1, 7-8)*.
clasifica este empleo condicional del imperativo como una característica 32. <<Pero, si nos atrevemos a decir de los hombres... (Temían a la mu-
particular de la sintaxis semítica, aunque reconoce que se encuentra de vez , ltadumbre...) lalla eiprlmen ex anthrópón, ephobounto ton ochlonl. Esta
en cuando también en griego. Al parecer tanto Mateo como Lucas pensaroll trrrdtrcción interpreta eipómen como un subjuntivo deliberativo, es decir,
que el imperativo era torpe, ya que ambos cambiaron la expresión marcana.
30. det cielo lex ouranouf. <El cielo> es un circunloquio frecuente par¿l l. Ncv'Docs 3.49.
<Dios> en los textos judíos; cf, por ejemplo, Dn 4, 26 [4, 23 Theod.]; I Mac .+. cf. BDAG 739l3l.
4, 10.24, y frases rabínicas como (¡por el cielo!> y <el reino del cielo/de 5. R. Bultrnann, Historia de la tradición sinóplica,80.
6. J. P Meier, A Marginal Jew 2, 163-167.
los cielos>2. El mismo circunloquio está atestiguado en un epigrama acerc¿l 7. Cf. V. Taylor,The Gospel According to Saint Mark,470.
ii. Para un intento de conciliar estos dos pasajes, cf. J. Marcus. John the Bapfist ond
i, r¿r.r. donde se sugiere que Juan reconoció a Jesús como su sucesor, como Elías a Eliseo.
l.K. Beyer SemiÍische S,-ntax int Neuen Testament,238-255, esp' 252.
l)( r() no corno el mesías.
2. Cf. G. F. Moore. Judaisn in the First Cenfuries o/ the Christian Era 1.430.
9il1 Qtrirtra .trt ción princ ipul tMc ll . I 1 3. 3zt Mc ll. 27-33: Comentut'it¡ 919 It

que considera un desarrollo posible de la acción (cf. la Vulgata). Algunas El pasaje está dispuesto en una serie de escenas breves: I ) los dirigentes
traducciones, sin embargo, interpretan el subjuntivo como si tuviera el ean ¡Lrclíos se acercan a Jesús con una pregunta provocativa (11,27-28);2) Jesús
del versículo anterior y traducen: <Pero si decimos, de seres humanos...> lirrrrula una contrapregunta (11,29-30); 3) los dirigentes discuten entre sí
(por ejemplo, Syrt).Ahora bien, si esta interpretación, que produce un re- lr contrapregunta y fomulan a su vez vna respuesta que no concluye nada
chinante anacoluto (cf. glosario), hubiera sido el significado pretendido t I l, 3 1 -33a), y 4) Jesús se niega a contestar su pregunta original ( I 1, 33b)r0.
por Marcos, probablemente habría repetido el ean. ('orno señalan Davies-Allisonrr, la expresión de este rechazo (<... con qué
¡rLrtoridad hago estas cosas>) reproduce el tenor de la cuestión original de
Ios dirigentes (<¿Con qué autoridad estás haciendo estas cosas?>), forman-
Comentario tlo así una inclusión en torno al pasaje. La macroestructura de esta sección
tlcl evangelio es igualmente ingeniosa; como indica Dowdr2, en su fonna
¡r'csente ll, 12-33 forma una doble intercalación:
Introducción La provocación implícita de la entrada triunfal de Jesús en
Jerusalén (11, l-ll), y sobre todo de su acción rnilitante en el Ternplo (ll,
l5-19), no pasó desapercibida. Los dirigentes religiosos devuelven ahora el Episodio l: Maldición de la higuera (11,12-14)
Episodio 2: Purificación del Templo (ll, l5-19)
golpe, desafiando las credenciales de Jesús para actuar con tal audacia.
Respuesta l: Se ve que la higuera se ha secado (l I, 20-25)
La evidente referencia a la purificación del Templo al principio de nues- Respuesta 2: Se cuestiona la acción en el Ternplo (11,27-33)
tro perícopa (<¿Con qué autoridad estás haciendo estas cosas?>) ha ayuda-
do a convencer a muchos estudiosos de que los dos pasajes eran al princi- 11,27-30. Pregunta y conÍrapregunta. Jes'ús y sus discípulos vuelven
pio secuenciales, una conclusión apoyada por Jn 2, l4-18 y la observación rrhora <a la escena del crimen>, el Templo de Jerusalén que Jesús habia des-
de que la perícopa intennedia marcana, 11,20-25, es parte de una estruc-
¡re'jado de comerciantes el día anterior. De este modo había suscitado Jesús
tura de sandwich o emparedado típica del evangelista (cf. la introducción ll cnernistad de los sumos sacerdotes y los escribas, que consiguientemente
al comentario a ll, 1- I I )e. Nuestro pasaje está también fuertemente ligado lrrrlrían decidido matarlo (11,2'7a; cf. I l, 15-18). Sin embargo, ignorando el
con dos de los relatos que siguen, el debate sobre el tributo al César en 12,
¡rcligro, Jesús comienzaapasear en la fortaleza de sus enemigos, el Templo,
13-17 y el diálogo sobre la resurrección en 12, 18-27. Los tres son relatos e inmediatamente es abordado por un grupo de ellos que le preguntan con
polémicos, y los tres comienzan con un grupo de dirigentes judíos que lle- t¡rri'la autoridad ha obrado (11,28), palabras que se refieren ante todo a la
gan para desafiar a Jesús. Forman, además, una progresión lógica con una tlcnlostración violenta del día anterior. La pregunta contiene una amenaza
estructura concéntrica, ya que los sumos sacerdotes eran saduceos: rrrr¡rlícita; los que dan por supuesto que actúan en nombre de Dios podrían
11,27 Sumos sacerdotes (rnás escribas y ancianos) vienen a Jesús (erchon- scr e.jecutados como falsos profetas, si se demuestra que su afinnación es
Íai... pros aulon\ lirlsa (cf. Dt 13, 1-5; 18,20). Aun si se evita la pena capital, un ataque al
12, 13 Envían a fariseos y herodianos a Jesús It'rnplo podría ser peligroso para su autor, como demuestra el ejemplo de
12, l8 Unos saduceos vienen a Jesús(erchonÍai pros outort) lcsÍrs hijo de Ananías (para este otro Jesús, cf. Josefo, Bell. 6,300-309, cita-
tlo cn el comenlario a 13,1-2). Por tanto, la indiferencia soberana con la que
Es plausible, por tanto, que nuestro pasaje fuera el centro de una fuente
¡rrrsca Jesús por el Templo es ya una demostración de exousia (<autoridad>)
premarcana que consistió en la entrada triunfal, la purificación del Templo, :obre la que sus enemigos le hacen preguntas.
nuestro texto, y los debates sobre el tributo y la resurrección. De manera Su respuesta inicial al desafío es también una manifestación de exottsia,
bastante apropiada esta sección central expresa la cuestión esencial de Ia
¡ror cl hecho de rechazar una contestación directa y de formular a cam-
colección entera, a saber, la autoridad de Jesús. El ulterior trabajo edito- lrio una contrapregunta, añadiendo que contestará la pregunta de ellos sólo
rial de Marcos subraya la importancia de esta cuestión colocando el pasaje rlcs¡rrrés de que ellos respondan a la que él ha planteado (11,29). Evansri
entre dos parábolas de juicio (la higuera seca y los viñadores homicidas), tle line cefteramente esta respuesta como una inversión de funciones, por
y haciendo de 11,28 una doble pregunta. Marcos recuerda a sus lectores l,r t¡ue podemos preguntarnos si históricamente resulta plausible que las
que el escenario está en Jerusalén y que la popularidad de Jesús era grande rrutoridades hubieran accedido. Shaera indica que el planteamiento de una
mediante el verso introductorio ll, 27ay la frase parentética de I l, 32, que
incluye una oración con gar (<pues>), característicamente ffrarcana. Marcos
I 0. Sobre esta fbrma, que es una adaptación de una fbrma convencional helenística.
pudo haber añadido también a los escribas y ancianos a la lista de oponentes , I I ). [)aube. The New Tbslantent ond Rttbbinic Jttdaisn¡, I 5l - 157.
en 11,27b (los tres mismos grupos aparecen en 14, 43 y I5, I ). I l. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According fo Saint Mattheu' 3. 156.
I l. S. E. Dowd, Pra1,er, Pow,er ond lhe Problent of St4/Jering,38.
l.l. t'. A. Evans. Mark 8,27-16,20,204.
9. Cf. W. R. Telfbrd, Tlte Barren Tbntple and the Withered Fig Tree,41-48. l-t. C. S. Shae. Tle Question of the Authorit.r' rf Jesus, 13-14.
920 Quinta sección principal (Mc ll, I 13. 37)
Mc 1 l, 27-33: Contentut.it¡ g2l

contrapregunta es algo normal en los debates rabínicos (cf., por ejemplo, tinguir qué es la verdad, de manera que en cierto sentido el <no sabemos>
b. Sanh. 65b; Gn. Rab. 27,4), y Evansrs apunta que el mismo modelo apa- tlc las autoridades es exacto. De modo significativo Jesús no responde de
rece en Mc 12, l3-17. Pero, en estos paralelos, la contrapregunta es algo lu rnisma manera, con una confesión de ignorancia, puesto que :según
ra
en lo que ambos contendientes convienen, mientras que en este caso, como irrragen marcana- él es totalmente consciente de la fuente de su
autoridad
veremos, no es así. (cl" 3,22-27). Jesús dice, más bien: <Tampoco yo os digo
con qué autoridad
La contrapregunta es si el bautismo de Juan era <del cielo> (es decir, de h.go estas cosas)) (l l, 33). con este valiente, s incluso insolenie negativa
a
Dios; cf. nota a <<del cielo> en I l, 30) o simplemente era <de los hombres> c.ntestar la pregunta de las autoridades, concluye la perícopa, una re'spuesta
(sobre la antítesis marcana entre lo humano y lo divino, cf. los comenta- (lue es una manifestación final de exousia.
rios a7,14-15 y 7,20-23 y la nota a <[as cosas] de los hombres>> en 8,
33). Esta pregunta plantea a los dirigentes judíos un dilema, y la inmediata La cuestión sobre la autoridad debió de haber sido apremiante para los
reiteración de su demanda porparte de Jesús, <respondedme> (11,30; cf. ,riembros de la comunidad marcana, marginar y perseguida.
11,29b), sugiere que aquellos están confusos e indecisos. En el diálogo ¿eué autori-
tlird presumen tener ellos para obrar?
¿y quién /es ha concedido tal uuto-
bíblico, la repetición de una frase por parte de un personaje, sin respuesta Al carecer de permiso como fieles de una religión autorizadare, y al
del interlocutor, implica a veces que los interlocutores han quedado mudos 'iclad?
a sí mismos en conflicto con las autoridades di la religión a la que
(cf., por ejemplo, Gn 16, l0- I I ; 20, 9-10; 41, 39-41; 42, 1-2)16. La repeti- 'crse
¡ttr/é'saban pertenecer, el judaísmo, habrían estado en una pásición débil
ción del <respondedme)) por parte de Jesús subraya también de nuevo su ¡r.r'a enfrentarse a tales desafios. La respuesta obvia, que bios les había
exousia; como en la escena joánica del juicio, Jesús parece más bien un tlirdo autoridad, no podía convencer por sí misma a sus enemigos
o a los
fiscal o un juez y no alguien que está siendo interrogado (cf. Jn 18, 19- t'.r'ponentes de la <muchedumbre> que podría ser atraída al cristianismo
24.28-38;19, l-11)r?. r'cro que aún no se había comprometido. Muchas personas afirman haber
rccibido mensajes de Dios; pero no muchos de entre ellos pueden autentifi-
11, 3l-33. La respuesta de los dirigentes 1t la de Jesús. Los dirigentes ( iu' sus afirmaciones, y muchos de ellos
resultan estar locos.
judíos se enfrentan a un dilema cuando ponderan su respuesta a la contra- En este contexto, el modo como nuestro pasaje arude al apoyo de Juan
pregunta de Jesús sobre la validez y la importancia del bautismo de Juan rr.losús es importante. La comunidad marcana cree en un mesíai que
(ll,3l-32). Ellos saben cuán popular era la misión de Juan, y cuánto se no se
¡r*rclamó a sí mismo como tal, que ocultó su identidad bajo una capa de
había extendido la respuesta a su llamada al arrepentimiento y al bautismo t'r'usivas' pero cuyo estatus transcendente fue proclamado ptr su famtso y
purificador; en verdad, según 3, 7, hasta los fariseos y saduceos participa-
rr.deroso precursor. El <movimiento de Jesús>>, por tanto, no surgió de la
ron en el movimiento del Bautista. Así pues, negar autoridad divina a la ,rrrla; estas cosas no <sucedieron en una esquina>> (Hch26,26). l{ubo
un
misión de Juan no parecía ser una opción viable, puesto que podría tornar l)rccursor, que proclamó que el estatus de Jesús superaría al suyo finalmen-
la opinión popular en contra de los negadores. Pero tampoco lo era admi- tc.. -, como lo admiten indirectamente incluso los enemigos de los
cristia-
tir su autoridad, ya que el bautismo escatológico de Juan iba íntimamente nos rechazando reconocer el encargo divino del precursoi.
vinculado con su predicación escatológica sobre el que había de venir (cl. Consecuentemente, pues, Jesús posee mayor exonsia que Juan (cf. Mt
l, 4-8), y parece que Juan habia identificado a Jesús con este personajc ll.ll // Lc7,28). Sin embargo, el lector de este.uangilio sabe que el
(cf. nota a <¿Por qué entonces no creísteis en él?> en I l, 3 I ). Sintiéndosc r'rcargo divino no impidió que sus contemporáneos los rechazarany
asesi-
incapaces de afirmar o negar la autoridad divina de Juan, los dirigentes sc rrrran (cf. 9,12-13), un guión que se estaba entonces repitiendo en la
comu-
declaran agnósticos (<No sabemos>: I l, 33). r itlad marcana (cf. I 3, 9- I 3
r
). Este punto quedará confirmado en la parábola
Era una concesión envenenada: las autoridades religiosas más altas dcl (rre seguirá a continuación, en la que el dueño de
una viña (Dios) envía una
país afirman no saber si Juan, cuya reputación de piadoso había sido sellada se¡'ie de siervos (los profetas) a sus recalcitrantes arrendatarios,
incluido
por su martirio, había sido enviado o no por Dios. Ciertamente la afirmaciórr rr'. al que decapitan (Juan). Er dueño envía entonces a su hijo amado (Je-
de desconocimiento parece ser falsa incluso superficialmente, como revela sirs)' a quien los arrendatarios asesinan y echan fuera de la
vi¡a (12, l-s).
el diálogo interno en 11,31-32, los dirigentes están más interesados en las I lrra.comisión divina, por tanto, no excluye la muerte
como mártir; incluso
ramificaciones políticas de su respuesta que en la verdadrs. Pero Marcos
¡rrrctle exigirla. Pero este pasaje manifestará también a los lectores de Mar-
diría probablemente que tal desinterés es un signo de la incapacidad de dis- r'os clue la muerte no es el final, porque hay otra clase de
exousia fuera del
rrrrrrdo' diferente ala katexousia (<4a tiranío) de los que destruyen,
asesi-
15. C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,203. rr;rrr e imponen sus deseos violentos sobre sus congéneres
16. Cf. R. Alrer, Genesis, Translafion and Commenlant,70.94.240.244. 1cf. io, 42-45).
I 7. R. Schnack enburg, T h e G os p e I A c ut rd i n g to S t. J o h n 3, 238-239.259 -267 .

18. Cf. J. Gnilka, f/ Evongelio segtin san Marcos 2, 163. ¡9. Cf. G. W. Clarke, Religio Licita.
g22 Mc 12. l-12: Notas
Quintoset'ciónprincipal (Mc'11, l-13'37)
923

E,n lamuerte de los inocentes como rescate de <muchos>) es DioS -que tiene empleo de imágenes agrícolas para significar la realidad histórica de la sal-
toda exousia en su mano- el que opera en secreto, transformando
los restos vación es común en el Antiguo Testamento y en el judaísmo postbíblico (cf.
It-¡s comenÍarios a 4,3-8: 4,30-32: ll, 12-14). Varias parábolas rabínicas,
de la destrucción en la piedra angular de un Templo nuevo y viviente'
de

un modo que confunde el cálculo humano: <del Señor procede esto, y es por ejemplo, comparan a Dios con el dueño de un campo plantado, y en Sifre
I)euf .312 el dueño quita el campo a los arrendatarios que lo han devastado
asombroso a nuestros ojos> 12, l0- ).
( 1 I
(- los gentiles) y lo da a su hijo (: lsrael)2. Es posible que esta parábola sea
rrna respuesta rabínica a nuestro texto, en el cual los malos arrendatarios son

5. Ln p¿,nÁeolA DE Los vlÑADoRES HoMICIDAS (12, l-12\ Israel, <y los otros> a quienes se da la viña, la lglesia.
puso en derredor una cerca lperiethe-ken phragmonl. A diferencia de
l2 lY comenzó ahablarles en parábolas: <un hombre plantó una otros elementos en 12, I (la viña, el lagaq la torre), la cerca no está presen-
tc en Is 5, l-2 TM, pero sí en los LXX, que pueden conservar el original
viña, puso en derredor una cerca, excavó un lagar subterráneo, cons-
rrrcjor que el TM; cf. ls 5, 5 TM, en el cual el dueño enfadado quita la cerca
truyó encima una torre, la dio en arrendamiento a unos campesinos y rlc la viña.
se marchó.
2Y en el momento apropiado envió a los arrendatarios un
cxcavó un lagar suhlerráneo, construyó encima una torre loryxen
siervo para que recogiera de los campesinos su parte de los frutos de ltr¡tolénion kai Qkodomésen pyrgonf. Textos antiguos judíos y cristianos
la viña; 3 y tomándolo lo apalearon y lo enviaron con las manos vacías. intcrpretan la torre y el lagar en Is 5 como el Templo y su altar (aQ500;
oy de nuávo les envió otro siervo; y lo hirieron en la cabeza y lo des- I 11cn.89,56.66-67: Bern. 16,l-5; Tg.ls. 5, 1-2: t. Strk.3,l5)r. Estas iden-
honraron.5Y envió otro; y lo mataron, y a muchos otros, apaleando tilicaciones pueden transferirse al pasaje marcano, en cuyo caso la cerca
a unos y asesinando a otros.6Tenía aún un hijo amado; se lo envió
el ¡rodría significar las murallas de Jerusalén.
TPero marchó lapedem4sen], lit. <se marchó del pueblo>. Los propietarios
último diciendo: 'Respetarán a mi hijo'. aquellos campesinos Se
.Éste es el heredero; venid, matémoslo ahora y será rrbsentistas eran un hecho real en la vida de la Palestina del siglo Ia. Como
dijeron entre sí:
8Y tomándolo, lo mataron y arrojaron fuera de la rntlica Hultgren5, el motivo de un rey, o un hombre rico, que deja a sus
nuestra la herencia'.
sicrvos a cargo de una hacienda mientras él se marcha es un tema corriente
viña. e ¿Qué hará entonces el señor de la viña? Vendrá, aniquilará a los riur[o en las parábolas de Jesús (cf. Mc 13,34 ll Lc 12,361' Mt 24,45-46 l/
arrendatarios y dará la viña a otros.r0¿No leísteis esta Escritura: l¿t I c 12.42-43;Mt25, l4-15 // Lc 19, l2-13) como en sus contrapartidas ra-
pierlra qr" ruihororon los constructores, ésta se convirtió en angulat'. lri¡ricas ('Abot R. Nat. l4 [Neusneq 107]; Mekilta Bahodesh 5 [Lauterbach
]t Del Señor vino y es maravillosa a nuestros ojos?>>'
'. 2361; Cant. Rab.7, 14, l).
r:Y trataban de capturarlo, pero temían a la muchedumbre, pues 2. Y en el momento apropiado [tQ kairQl,lit. <en el tiempo>, pero kairos
sabían que había pronunciado esta parábola refiriéndose a ellos' Y, tras trcne a menudo el sentido de momento apropiado para hacer algo (cf. Mt
dejarlo, se marcharon. ' t.15 ll Lc 12,42; Jn 7, 6, 8)6.
,\'tt parle de los fnlos de la viña lapo ton karpón tou ampelonos]; lit.
,,rlc los frutos>. El empleo del genitivo partitivoT acentúa la bondad del
Notas ,lrreño de viña: no exige todo el fruto, ni siquiera la mayor parte de é1, sino
',olo un tanto.
12, l. En parábolas len parabolal.s]. Aunque Marcos use el
plural' ob- 1. Lo hirieron en la cabeza lekephaliósan]. Lamentablemente este sig-
viamente hay sólo una parábola aquí, la de la viña (12, 1-9:' cf' 3' 23" 4' rrrficado de kephaliour no está atestiguado en ningún otro lugar, y en otros
que Marcos presenta una de un númertr ',rtios significa <<resumir>>8. Pero ya que la palabra para <cabeza>>, kephale,
2.10-ll). Implícitamente se indica
mayor á" puiábotur que Jesús pronunció entonces, obien parabolal puedc r'rlri presente en la forma verbal, <herido en la cabeza>) es una buena con-
designar áquí las comparaciones individuales dentro de una historia nr¿is

ampia'. De todos -oáor, es también posible que Marcos considerara l. ('f.D.Stern,Jes¿¿s'PurablesfrontthePerspecÍiveoJRabbinicLiferctture,60-61.


.1.

I parábola' i ('1. C. A.
Evans, On the Vinevard Pctrable.s of Lsaicth 5 ctnd Mark 12, y G. J.
cita bíblica de 12, l0- I como una
lrr,rrrkc. 1p500 I and the Use of Scripture.
Un hombre planló ttna viña lampeklna anthrrlpos ephyteusenl' Estlrs l. (l.J.Jeremias,TheParableso.fJesus,T5;M.Hengel,TheZealofs:ld..DasGleich-
imágenes y rnu.ho, otros detalles en 12, I vienen de Is 5, donde
la viñ¿r , t t, t,' t t rlanWe i ngürtnern, 2l -23.

Dios (cf . comentario a 12, 1-5). lrl ¡. A..1. Hultgren,The Parables of Jesus,264.36l
reprisenta'a Israel y al ser humano ante
r'. llt)AG
.

497.
/. ('f . A. T. Robertson, A Grammar of the Greek Nev'Tbstantent, 519; MHT 3, 209.
s ( 1. V. Taylor, The Go.spel According to Saint Mark. 474.
l. Cf. A. Schlatter. Die Et'angelien nuch Markus md Lukas'96-99'
Mc 12, l-12: Notos 925
924 Quinta sección principal (Mc Il
' I I3' 37)

jetura, aunque <golpeado en la cabeza>> es también un significado posible'


(TcstSim.2,6-7; TestDn. 1,5-7; TestJos. 1,2-3; cf. TestGad. l, 5)12. José,
rrrlemás, se denomina a sí mismo <el amado de Israel> en TestJos. 1,2-4,1o
Los lectores de Marcos podrían haber pensado en Juan el Bautista, que
r¡ue establece un vínculo con el (hijo amado> de Mc 12,6. Quizás porque
fue decapitado (cf. 6, 24-28), aunque la referencia está fuera de lugar en la
conocen la tipología de José, Mateo y Lucas añaden una referencia a cómo
secuencia de la parábola; Juan cabría mejor entre <muchos otrosD de 12,
krs arrendatarios ven al hijo del dueño de la viña acercándose a ellos (Mt
5, que precede inmediatamente al <hijo amado>. De todos modos está de
21,38 // Lc20,14; cf. Gn 37, l8). Para otro uso de la tipología de José
acuerdó con la teología marcana el que la herida en la cabeza del siervo
cn la tradición de Jesús, cf.Mt24,45-51 //Lc 12,42-46,y para ejemplos
de Dios, Juan, quede contrapesada por la exaltación de Jesús de <piedra
cristianos posteriores, cf. Hch 7,9-161' I Clem.4,9t' .
rechazada>> a <piedra angulan (12, l0 cf. comentario a 6,29)'
.v será nueslra la herencia fkai h€món estai hé kleronomial. De acuer-
6. Tenía aún un hijo amado leti hena eichen huion agapeton]. El sintag-
'Aqedah,la historia rlo con Jeremiasra, las esperanzas de los arrendatarios son racionales, ya que
ma <hijo amado) es gramaticalmente torpe y suena a la
hijo de Abrahán (cf. Gn 22,2'12'16): en ambos l) el dueño está lejos, probablemente en el extranjero, y los campesinos
del casi sacrificio de Isaac,
irrclígenas no hacen más que insurreccionarse contra é1 y contra otros pro-
casos el sintagma <hijo amado>> aparece en un contexto de muertee'
¡rictarios extranjeros; y 2) la llegada del hijo hace suponer a los arrendata-
Stern sugierer0 que, contrariamente a las interpretaciones cristianas pos-
lios que el dueño está muerto, y si ellos matan al hijo pueden reclamar su
teriores, para Jesús el <hijo amado) era Juan el Bautista, asesinado por
t iclra por el principio legal de que la propiedad mostrenc a va a la primera
Herodes Antipas (cf. 6, 14-29). El asesinato del hijo, sin embargo, es pre-
unu decisión colectiva de los arrendatarios, que más tarde, l)crsona en el lugar que pueda formular una reclamación por la tierra ocu-
sentado
"o.ó ¡xrda (Jeremias cita aquí y. B. Bat. 3,3 ll4a1' Neusner, 30.59-621y b. B. Bat.
en 12, 10, son identificados como los <constructores> (: los dirigentes re-
5-la). Los dos suposiciones de Jeremias, sin embargo, se contradicen entre
ligiosos de la nación). Estos detalles encajan con Jesús, que tuvo continuos
sí: la primera presupone una situación anárquica de guerra; la segunda,
.ñoqu"t con los dirigentes de la nación, mejor que con Juan, de quien no rrrr tiempo de paz en el que prevalece la autoridad de la ley. Además, nada
se relatan tales conflictos.
lrly en nuestra historia para indicar que la acción de los anendatarios fuera
el último leschaton). En la teología bíblica cristiana, este adjetivo neutro
¡rrrrtc de una rebelión general o que los arrendatarios pensaran que el dueño
(usado aquí iemi adverbialmente) se ha convertido en un término técnico
, rriginal estaba muerto; además, ningún tribunal rolrlano o judío habría re-
para el final de los días, y ya en los LXX expresiones como ep'eschatou tÓn
t,'nocido la reclamación legal de unos arrendatarios que habían matado al
hémeron (lit. <al final de los días>) son utilizadas a menudo en contextos
rlucño anterior. Aunque los arrendatarios que ilegalmente ocupaban tierras
<escatológicos> (cf., por ejemplo, Nm 24, 14; Dt 4,30:-32,20; ls 2,2; Jr
lircran a veces dificiles de desalojarrs, resulta difícil creer que arrendata-
30,24 P1,24 LXXI; Dn 10, l4). Este uso llega hasta el judaísmo inter- r ios usurpadores podrían haber esperado razonablemente salir bien tras un
testamentario (cf., por ejemplo, I QSa l, 1 ; I QpHab 2, 5-6; 9, 6; 4QFlor I '
rrscsinato. Los arrendatarios obran irracionalmente, tal como Dios acusa a
1 5. 1 9) y el Nuevo Testamento (cf, por ejemplo,
2Tim 3, I ; Heb 1, 2; St 5, 3;
lsr¿rel en Is 1,2-31 5, 2l (sobre la relación de Isaías 5 con nuestra parábola,
2Pe3,3; cf. 1 Cor 15, 26.45.52 1Pe 1,5.20; I Jn 2, 18; Jds l8)'
(1. t'r¡mentario a 12, 1-5).
respetarán fentrapésontal]. Este verbo puede significar también <<sentir
un significado secundario (cl. lrl intento de los arrendatarios de usurpar la herencia que con justicia
vergüénza por/de>rr, lo que puede ser aquí
l)crtcnece al hijo, podría ser para los lectores de Marcos un eco de los deba-
comentario a 12,6-9).
It's cntre cristianos y judíos no cristianos sobre los herederos de las prome-
7. Venid, matémoslo ahora ldeute apokteinÓmen auton]. Este exhorta- ',rs cle Dios aAbrahánr6. El Targum compara la viña en Is 5, I con la heren-
ción es probablemente un eco de la historia bíblica de José y sus heÍnanos, , rrr de Abrahánr7, y los exegetas judíos afirmaban, basándose en pasajes del
ya que ias palabras de los arrendatarios son idénticas a las de los malvados
-h..fnunot '\rrtiguo Testamento como Gn 15,17 y 21,que los judíos eran los herederos
de José en Gn 37, 20.Laexhortación era lo bastante famosa co-
,lt' Abrahán (cf., por ejemplo, Jub. 7, 19.211'22,9-10.15.29 SalSl. 14, 15).
mo para ser aplicada de nuevo al intento de asesinato de la esposa de José \irr ernbargo, en IQH l4 [6], 8 la misericordia divina no se extiende a todos
iAr. 27 de José, además, resuelven lanzarlo a un poz().
,8. Los hermanos
"n los judíos, sino sólo a los elegidos, denominados el <resto en su herencia>,
una remota relación verbal con nuestra parábola (cf. <arrojaron fuera dc lir
viña>, Mc 12, 8). Varias de las referencias a la historia de José enlos Testtt
mentos de los Doce Patriarcas acentúan el amor de Jacob/Israel por su hi.io
ll. Cf. R. Pesch, Das Markusevangelium 2,219.
l.l. M. Hubaut, La parabole des vignerons honticides,46-50; D. C. Allison, lft¿
José como motivación para el intento de matarlo por parte de los otros hijos I ttt t t tc.rI uo| Jesus, 87 -92.
l-1. J. Jeremias, The Porables of Jesus,74-76.
I 5. Cf . J. S. Kloppenborg, Self-Help or Deus Ex Mach ina in Mark I 2.9?, 5 I 6.
9. Cf. C. R. Kazmierski, Jestts, the Son of God,53-56, y la nota a <amado> en I L
I
' 16. C1-. J. D. Levenson, The Death and Resurrection ofthe Beloved \on,229.
l0.D.Stern,Jesus'Parables.fromlhePerspectiveofRabbinicLiteroture. I 7. Cf. J. C. de Moor, The Targuntic Background of Mark I 2, I-1 2,77.
I L LSJ 577 Ill 3b.
926 I' I-13' Mc 12, l-12; Notu.s 927
Qttinta secc'ión principal (Mc I 37)

es decir, en lsraelr8. Yendo más lejos en la misma dirección, algunos cris- si seguimos estrictamente la alegoría, quitar la viña a los arrendatarios y
tianos del siglo I afirmaron que eran ellos y no los judíos los herederos de tliirsela <<a otros>> debe referirse a cómo se arrebata la jurisdicción sobre
Abrahán, argumento que era probablemente una respuesta a la afirmación lsrael de manos de los mandatarios judíos y se otorga a otros, quizás a los
judía de que llegar a ser hijo de Abrahán dependía de la observancia de la rlirigentes de la lglesia, como en Hch 4, 5-6, 11r3.
Torá (cf. Gal3,6-29; Rom 4, l3-25)te. La disputa sobre la herencia entre Para Marcos, sin embargo, tanto los arrendatarios como <los otros> tie-
judíos y cristianos seguía aún a finales del siglo I y a principios del II, como ncrr probablernente una importancia mayor. Hacia el final del evangelio no
llustra Bern. 13, l: <Veamos ahora si este pueblo [los cristianos] o el anti- son sólo los dirigentes quienes rcchazan a Jesús, sino también la muche-
guo flosjudíos] es el heredero, y si la Alianza se hizo para nosotros o para tlrrnrbre de Jerusalén (15,6-15). Mc 12,3-5, además, habla alegóricamente
ellos> (cf. Bern. 14,4 y Justino, Dialogo 25-27)20. tlcl asesinato de los profetas (cf. comenturio a 12, l-5), y en el Antiguo
8. Lo mataron y arrojaron fuera de la viña lapekteinan quton kai exe- lcstamento, tradiciones judías y el Nuevo Testamento, la responsabilidad
balon atúon exó tou ampelonosl. Mf 2l , 39 y Lc 20, I 5 cambian el orden: tlc cstos asesinatos cae no sólo sobre los dirigentes de Israel sino también
<lo echaron fuera de la viña, y lo mataron>, lo que refleja la ley veterotesta- solrrc la totalidad del pueblo (cf. I Hen.89,52-53, citado en comentario a
I l. l-5)24. Los lectores, además, que conocían (o podrían prever) los acon-
mentaria (el blasfemo debe ser ejecutado <fuera del campamento>>, Lv 24,
le cinrientos trascendentales de la guerra judía de 66-73 d.C.
14.23)y el recuerdo de los cristianos de que Jesús había sufrido fuera de las -la demolición
murallas de Jerusalén (Heb 13, 12-13:' cf . Jn 19, 17 .20). rle .lerusalén, latnatanza o deportación en esclavitud de sus habitantes y de
9. El señor de la viña lho lqtrios tou ampelónos]. A nivel prosaico, esta 1'nrrdes masas de otros judíos, y la confiscación yio venta de al menos algo
frase significa <el dueño de la viña>; pero puesto que lryrios es la traduc- rle l¿r tierra judía en Judears-, habrían visto estas notables consecuencias
ción para el nombre personal de Dios, YHWH, en los LXX, y ya que aquí r'rr ll conclusión de la parábola26. Por tanto, esos lectores se sentirían pro-
el dueño de la viña representa a Dios, <el señor de la viñu es probable- lrrblcmente inclinados a vincular a los arrendatarios desposeídos con un
mente una expresión con doble sentido (cf. las notqs a <al Señon en 1, 3, r,rul)() nlayor que el de los mandatarios judíos, y a <los otros> iguahnente
y <Señoo en'7,28 más los comentarios a 1,2-3 y 12,6-9). \'ou r.ln grupo más amplio, quizás la iglesia de la gentilidad, cada vez más
Vendrá, aniquilará a los arrendatarios y dará la viña a otros leleusetui runlcrosa, que comenzaba a verse como el verdadero Israel (cf. Justino,
kai apolesei tous georgous kai dósei ton ampelÓna alloisl. El elemento dc lti,ilt¡gr¡ 52). Los cristianos posteriores (cf., porejemplo, Mt23,37-39:Lc
justicia retributiva contra los arrendatarios no está presente en la versió¡l ' | . 20-24', EvPe. 7, 25; Justino, Diálogo I 6; Tertuliano, Contra los judíos
de la parábola del Evangelio de Tomás (cf . la introducción al comentari(¡ I i ). y al rlenos un pagano (cf .la Carta de Mara bar Sarapión), vieron en la
y Tabla 37), pero era probablemente parte de la versión original, que dc ,['stlucción del Templo y los sufrimientos concomitantes de los judíos un
otra manera carecería de cierre; cf. Jn 15, I -8, que parece ser una mutación ,:rsliso por el asesinato de los profetas, de Jesús y los cristianos. La posi-
joánica de la parábola y que contiene este elemento . Lavenganza del dueñtr l,rlrtlacl de que los arrendatarios de laparábola sean un referente simbólico
de la viña no es, sin embargo, un rasgo realista, ya que ni la ley grecorro- rlt'rrl grupo rnás arnplio se refuerza al considerar la expresión del lq. /s.
mana ni la judía le habría permitido aplicar la ley por sus propias manosrr' ' (r: <<Y haré fque sean] desterrados; no les ayudarán y no recibirán apoyo,
Probablemente refleja más bien el trasfondo de la parábola en Isaías 5 (cl. r st'r'¿i¡.t expulsados y abandonados>. Este texto reinterpreta el pasaje vete-
Is 5, 5-6 y comentario a 12, l-5) y la persistente advertencia sobre el juicio r.t('starnentario que subyace a nuestra parábola (cf . comentario a 12, l-5)
en el mensaje de Jesús2r. i .rlro una alusión al exilio de los judíos de su tierra. Asimismo SalSl. 9, l,
El contexto inrnediato de nuestro texto anima a los lectores a ver cll r¡r¡ lcxto precristiano, habla del exilio de los judíos de su <herencia> como

los arrendatarios un símbolo de los dirigentes judíos; recientemente, ctt ,,r'.tigo de sus pecados: <Cuando Israel fue exiliado a un país extranjero,
11, 18, los sumos sacerdotes y los escribas toman la decisión de acabar , r:u r(l() clespreciaron al Señor que los había redimido, fueron expulsados de
r

con Jesús (cf. 12,7), y en I l, 27 estos dos grupos, junto con los ancianos' l.r lrt'rcrrcia que el Señor les había dado>.
se ven implicados en un diálogo hostil con aquéI. Además, cuando Jesús l\1irlcos, pues, parece moverse en la dirección de Mateo en la interpreta-
termina la parábola, los dirigentes perciben que va dirigida contra ellos, y ¡ r(,n (lc la parábola (cf .21 ,43), aunque sea menos explícito que este último

por consiguiente quieren prenderlo. Unicamente se lo impide su miedo a lir , l:r itlc¿r de que la Iglesia ha reemplazado ya a Israel como el verdadero
'
muchedumbre, que en esta etapa del relato apoya a Jesús ( I 2, 12). Así pucs,
' 1.( 1. N. A. Dahl. Tlte Purpose of Luke-Acts,9l.
I 8. Cf. L. Hammer, The Understanding of Inheritance, 42.
P. '1. ( 1..1. Marcus, The InÍerÍextual Polemic of the Markon Vine¡tard Paroble.224,
rr,,t,r l,l
19. J. L. Martyn, A Lav-Observant Mission to Genfiles;Galations,302-306.
20. Cf. M. Hubaut, La parabole des vignerons honicides,43-49. 'r ( 1..losefb, Bell.,7,l-4,216.
2l. Cf.J. S. Kloppenborg,Self-Help or Detts Ex Machina in Mark I2.9? 't' t l. tr. M. Sr¡allwood, TheJeu's Under Roman fut\e,339-35l,yB.lsaac,Jutlaea
ttt, t llt i0.
22. Cf .M. Reiser, Jesas and Judgment.
Tabla37. Ln pnnÁeol¡ DE Los vrñADoREs HoMlcrDAs EN Los EVANcELIos srNóprrcos y EN EL EVANCELTo o¡ TovÁs
Marcos 12, l-12 33-46
Mateo 21, Lucas 20, 9-19 Evangelio de Tomas 65-66
Y comenzó a hablarles en parábolas. Oíd otra parábola: Y comenzó a decir al pueblo esta
parábola:
Un hombre plantó una viña, Hubo un hombre, padre de familia, que Un hombre plantó una viña, Düo: Un [hombre bueno] tenía una
plantó una viña; viña.
puso en derredor unacerca, y la cercó de vallado,
excavó un lagarsubterráneo, y cavó en ella un lagar,
construyó encima una torre, y edificó una tore,
la dio en arrendamiento a unos cam- y la dio en renta a labradores, y la arrendó a labradores, La arrendó a unos campesinos
pesinos
para que la trabajaran
y para recibir su fruto de ellos.
y se marchó. y se fue lejos. y se ausentó por mucho tiempo.
Y en el momento apropiado Y cuando se acercó e[ tiempo de los frutos, Y al tiempo oportuno,
envió a los arrendatarios un siervo
envió sus siervos a los labradores, envió un siervo a los labradores, Envió a su siervo
para que recogiera de los campesinos para que recibiesen sus frutos. para que le diesen del fruto de
- la con el fin de que los campesinos le
su parte de los frutos de la viña; viRa; entregasen el fruto de la viáa.
y tomándolo Mas los labradores, tomando a los mas los labradores Ellos aferraron al siervo
slervos,
lo apalearon, al uno hirieron, lo hirieron, y lo golpearon;
y lo enviaron con las manos vacías. y mataron al otro, y enviaron vacío. un poco más y lo habrían matado.
y al otro apedrearon.
El siervo fue y lo contó a su señor.
Su señor dijo: <Quizás no lo recono-
cleron).
Y de nuevo les envió otro siervo; Envió de nuevo otros siervos, más que Y volvió a enviar otro siervo; Envió a otro siervo.
los primeros;
ylohirieron enlacabezaylodeshon- e hicieron con ellos de la misma ma- mas ellos también a éste, herido y Loscampesinosgolpearon(también)
raron. nera. afrentado, lo enviaron vacío. a este otro.
Y envió otro; Y volvió a enviar a un tercero: mas
¡'lo mataron- ellos ambién hirieron a és¡e \ IL1
\ : ": j
L.:S ¡:::- -ri'e¿-rjr-- ! -.a-* \
SÍff¡¡: I if;\
=:-xrtr

,;rr::-.-.-r.i-r-i:rrtrir,i F;:.r.:-.e:.:e.e.<:-r:¡s;:i;¡. ¿"r:ra;; :.ijri.rir.i.ú.¡: i;t:.'n¡e.:-se:,.':3n\:arsu:.:,a.


<Tendrán respeto a mi hrjo>. quizás cuando lo vean. tendrán res-
se lo enr ió el últinio diciendo: <Respe- diciendo: D¡o: <Quizás se contendrán ante mi
tarán a mi hijo>. Peto)). hljou.
Pero aquellos campesinos dijeron en- Mas los labradores, viendo al hijo, dije- Mas los labradores, viéndolo, pen- Esos _campesinos, cuando supieron
tre sí: <<Éste es el héredero; ron entre sí: <Este es el heredero; saron entre sí diciendo: <Este es el que él era el heredero de la viña,
heredero;
venid, matémoslo ahora y será nuestra venid, matémoslo, y tomemos su here- venid, matémoslo para que la here-
la herencia>. dad>. dad sea nuestra>.
Y tomándolo, Y tomándolo, lo aganaron
lo mataron lo echaron fuera de la viña, Y lo echaron fuera de la viña, y lo mataron.
y arrojaron fuera de la viña. y lo mataron. y [lo] mataron.
Quien tenga oídos. que oiga.
¿Qué hará entonces el señor de la viña? viña,
Pues cuando viniere el señor de la ¿Qué, pues, les hará el señor de la
¿qué hará a aquellos labradores? viña?
Vendrá, aniquilará a los arrendatarios Le dijeron: <Destruirá sin misericordia Vendrá, y destruirá a estos labra-
a los malos, dores,
y dará la viña a otros. y dará en renta su viña a otros labradores, y dará su viña a otros.
que le paguen el fruto a sus tiempos).
o'eron' dijeron:
i'ffii:":li;'o
Les dijo Jesús: Pero é1, mirándolos, dijo: Jesús dijo:
¿No leísteis esta Escritura: Escrituras: (¿Qué, pues, es lo que está escrito:
<¿Nunca leísteis en las
La piedra que rechazaron los cons- La piedra que desecharon los que edi- La piedra que condenaron los edi- <Enseñadme esa piedra que los cons-
tructores, ficaban, ficadores, tructores rechazaron;
¿sta se convirtió en angular se convirtíó en piedra angular; se convirtió en piedra angular? ella es la piedra angular>.
Del Señor vino porque el Señor ha hecho esto,
y es maravillosa a nuestros ojos? y es cosa marcNillosa en nuestros ojos?>>.
Cualquiera que cayere sobre esa
piedra, será quebrantado;
I a P iedra caYere' I o
ilx'-TfJff.'#e
930 Quinta .secc'ión princ'i¡tul (Mc l l, l-t3, 37) Mc 12, l-l2: Notas 931

pueblo elegido. Sobre Ios problemas hermenéuticos planteados por texr()s


r( \' nruestra su regocijo con las palabras del Sal 118,22. Otros estudiosos,
con esta ideología, cf . comentario a 12, 6-9. ',rrr cmbargo, sugieren que en nuestro pasaje se trata de una piedra angular
10. La piedra que rechazaron los constructores
lrithon hon apedokintrt , n los cimientos, argumentando que la leyenda posterior del Testamento de
san hoi oikodomountes]. Es posible que en la forma original de la parábolir
\',tlt¡ttuin no demuestra que ese sea el significado original del Salmo ll8,
hubiera un juego de palabras entre los términos hebreos uhuo,
@áfl, <pic_ ,¡tc kephalé puede indicar tanto una extensión horizontal como vertical,
dra>> (eben) y (constructores>> (bóním)27. Aunque Jesús habraba normal-
r t¡rrc I Pe 2, 6-8 implica que el sintagma kephalé grlnias del Salmo I l8 es
mente arameo y no hebreo, Snodgrass2s indica que eben y óen se conserv¿ul ( (lu¡valente al lithos akrogóniaios (<piedra angulau) de Is 28, 1612.
a veces en el arameo de los targumim; bóním, además, tiene en arameo un
A pesar de estas objeciones, la interpretación de Jeremias parece más
pariente muy cercano.
olrable. La palabra kephalé por lo general sugiere una extensión vertical,
Mc 12, l0-l l es una cita del Sal ltg,22_23 u17,22_23 LXXI; la ad_ ¡'r
r ú'sta es especialmenteprobable cuando se está haciendo una alusión a la
mirada muchedumbre había recitado los versícuro s 25-26 del mismo salnr'
rt'srrrrección de Jesús (cf. 12,36, donde se describe como una exaltación a
en fa entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en I l, 9-10 (cf. noraa <Bendikr
l:r tliestra de Dios). La cuestión, además, no es el significado original de la
el que viene en nombre del Señou en 11,9 y comentario a ll,7-ll). trrr ,,¡ricdra angular> en el Salmo I 18, sino el significado de la frase en tiempos
su contexto original el salmo habla de Israel sitiado por naciones hostilss
, lc I N uevo Testamento, y el texto de TestSal. 22, 7 -9 es una prueba fehacien-
que lo rodean, pero que triunfa sobre ellas por el poder de Dios. por tanto.
Ir' p¿rra una interpretación vertical de éste sintagma y para una distinción y
lsrael, o su rey davídico, pudieron haber sido originariarnente la piedra
rrrr identidad entre kephalé gónias y lithos akrogóniaios. Respecto a lPe 2,
rechazada por los (constructores> (¿de imperios?), pero exaltada hásta la
r) l(: este pasaje concilia, por el principio de géze-rah Ídwdh (cf. glosario),
posición central en el templo de Dios (cf . la nota siguiente). un texto dc
trcs pasajes del Antiguo Testamento que mencionan piedras, interpretán-
la geniza de El Cairo, el <Fragmento de los Cantos de David>, datado por
rltrlos todos como referencias a Jesús, pero la piedra angular de Is 28, 16 y
Flusser y Safrai2e en el siglo I d.c., interpreta la piedra rechazadacomo cl
l:r ¡riedra de escándalo de Is 8, l4 se diferencian claramente una de otra, y la
mesías davídico, cuya exaltación consiste en su triunfo militar sobre <to-
L('l)lrctl¿ gónias del Sal 118,22 lll7,22 LXXI tampoco es necesariamente
das las naciones> que lo habían despreciado (el targum y el midrás sobrc
rrlóntica a ellas. Lo mejor, pues, es pensar que la kephalé gónías en Marcos
los Salmos aplican también estos versículos a David). Los revolucionarios
es una piedra elevada; es posible que Sterni3 capte bien el pensamiento de
judíos cuya lucha forma el trasfondo de nuestro evangelio, y que pudieron
l\4urcos cuando escribe que tal piedra <debe ser tallada irregularmente para
haber sido guiados por un supuesto <mesías>, interpretaron probablementc
('ncajar en su posición estratégica en la clave del arco. En otras palabras: la
el salmo de un modo similarr'. Por tanto, el empleo del salmo por parte del
Jesús marcano para reprochar a los dirigentes de Israel y amenazar que su ¡ricdra que los constructores rechazaron al principio porque parecía deforme
tlcrnostró al final tener la forma perfectapara ser piedra angulan.
<viñu será entregada ((a otros)) pudo ser una inversión de una interpreta-
ción bíblica de notable éxito.
ll. maravillosa fthaumasté). Esta palabra recuerda las historias mar-
r':uras de milagro, que concluyen a menudo con una nota de admiración
piedra angular fkephalan góniasl. Jeremiasrr argumenta que no se trata
t I . 27; 2, 12: 5, 201' etc.; cf. índice temático: <Asombro>). Varios pasajes
de una piedra de los cimientos, sino de Ia piedra angular elevada o clave
¡n:rrcanos dan a entender que Jesús curaba a la gente con el mismo poder
(<el ángulo> podría ser la clave de un arco). Su prueba principal para esta
t¡rrc Dios emplearía más tarde para resucitarlo de entre los muertos (cf. nota
opinión es TbstSal. 22,7-9;23, l-4, en donde el rey Salomón dice: <Había
rr <Levántate>> en 5, 4l y los comentarios a 1,29-311,2, 10b-12;8, 1-41'9,
una gran piedra angular (lithos akrogóniaios) que deseaba colocar en la
)5-27). Así pues, no es ninguna sorpresa ver que la admiración se relaciona
cabeza del ángulo (eis kephaldn gónias) al terminarse el templo de Dios. y
todos los comerciantes y todos los demonios que cooperaban en la obra se lt¡uí con la resurrección de Jesús.
12. Pero lemían a la muchedumbre lkai ephobéthesan ton ochlonl. El
reunieron para transportar la piedra y ponerla sobre el pináculo del rem-
((pero)) no está presente en el griego, mas se sobrentiende por el contraste
plo> (ers to ptervgion rou naou). No fueron capaces de mover la piedra,
pero Salomón obligó a un demonio poderoso a levantarla, llevarlaarriba eon la frase anterior: los dirigentes quieren prender a Jesús, pero son in-
('upaces de hacerlo debido al apoyo de la muchedumbre, a la que tienen
utilizando una escalera, y a insertarla en la posición de clave; entonces el
rniedo de oponerse.
pues sabían que había pronunciado esta parábola refriéndose a ellos
27. cf. M. Black, The Theologicol Apptnpriarion of the o!¿l restanrcnt bv the Nav.
Testantent, 12. l(gnósan gar holi pros autous ten parabolén eipenl. Se trata de un ejemplo
28. K. Snodgrass, The Parable of the lVicked Tenants, I l3-l l g.
29. D. Flusser-S. Safrai, A Fragment o/'the Songs of'Davicl and
30. Cf. J. Marcus, The IVa¡,of the Lonl, Il5-l I8.
eumntn. 32. Cf., por ejemplo, R. J. McKelvey, Christ the CornersÍone; J. H. Elliott, I Peter,
rle-430; BDAG 542 [2b].
31. J. Jeremias, Kephule gónias;1d., Der Ec'kstein.
33. D.Stern,Jesus'Parables.fi'omthePerspecÍiveolRabbinicLiterature,l9S.
932 Qttinta secc'ión principal (Mc I l, 1 13, 37) Mc' I 2, I -l 2: Comentario 933

de la tendencia de Marcos a desplazar palabras o frases (cf. las notus ;t l.lpasaje se divide en dos partes principales: la parábola en sí (12, lb-
<[... ] inmediatamente [. ..], en 1, I 0; 1, 2l; l, 29; 6, 25). La frase con,r.i(,,' ',r \ sr.r interpretación bíblica (12, l0-ll); estas secciones principales están
(<pues>) explica por qué las autoridades deseaban prender a Jesús, no por r'nnlrrrcadas por las correspondientes referencias a la interacción de Jesús
qué tenían ellos miedo de la muchedumbre. , rr¡¡ f1¡5 dirigentes judíos, hostiles (12, la, 12). La parábola en sí puede
',ulrtlividirse en 12,l-5, preliminar, caracterizada por la parataxis, y la parte
, ',t'ncial, 12,6-9, caracterizada por la hipotaxis (cf. glosario).
Comentario
12, l-5. La construcción de la viña y el mahrato de los siervos. Después
Introducción Después de esquivar el desafío hostil a su autoridad pol ,k' srrenérgico ataque verbal contra el desafio a su autoridad por parte de
parte de los dirigentes religiosos, Jesús pronuncia una parábola que sugicrc l,rs rlirigentes judíos (ll, 27-33), Jesús continúa la ofensiva contra ellos
que su esterilidad espiritual desenmascara sus crueles intenciones, y pro- ,,crr parábolas>>38. La parábola en particular escogida por Jesús trata de un
fetiza que serán destruidos cuando <el señor de la viñu venga en poder y lrornbre, su viña y de los labradores a los que la deja en arriendo. Jesús
juicio. Esta parábola, además, apunta la respuesta a la pregunta de la quc
lo¡¡1is¡2¿ describiendo en detalle la plantación por parte del hombre de un
Jesús se había escapado anteriormente (11,28): tiene autoridad para haccr'
r iñodo, que cerca y agranda luego con un lagar y una torre (12, lb). Esta
<<estas cosas>) porque él es el hijo amado de Dios (12,6).
.lcscripción evoca el pasaje sobre <la viñu más famoso de la Escritura, Is
En términos de historia de la redacción, una estructura de parábola ( 12, r. l-2; el vocabulario de Marcos es un eco de los LXX en este pasaje (<la
1-9) + interpretación bíblica (12, 10-ll) es probablemente original; co-
r iña>, <plantaD, (puso en derredon), ((cerca), ((cavaD), <lagau, ((cons-
rresponde a la común combinación rabínica de maial (parábola) + nimiul
trrrir> y <torre>)3e. En Isaías 5 laviña es lsrael (cf. Is 5,7), y esta identifi-
(interpretación); esta última consiste a menudo simplemente en un texto
t lción encaja muy bien en el contexto general, polémico, de Jesús contra
de prueba3a, y la combinación de los dos elementos está apoyada por cl
Itrs dirigentes judíos (cf . 12, la.l2) y con su reciente ataque sobre su insti-
paralelo del Evangelio de Tomás (65-66). El texto de Qumrán I QS 8, 4- 10.
trrción central, el Templo (ll, l5-18). Más allá de esta imagen fundacional
además, combina la imagen de la comunidad electa como una plantación
tlc la viña, y de la identificación del hombre con Dios (cf. inJia), algunos
etema (cf. la viña en nuestra parábola), con el de una piedra angular pre- ()tros rasgos de 12, I pueden tener también una importancia alegórica (cf.
ciosa que no se mueve (cf. la piedra angular en 12, l0-l l)35, y IQS ll,7-8
notu a <<excavó un lagar subterráneo)), pero el objetivo principal de 12,1
combina la piedra con los temas de la elección (cf. el hijo amado en 12,6).
no es presentar una alegoría complicada, sino acentuar con un lenguaje que
la herencia (cf . 12,7) y el edificio santo (cf. otra vez 12, 1 0- I I )36.
suena a la Escritura, el cuidadoso cariño del dueño al plantar y proteger a
El paralelo del Evangelio de Tomás contiene tres envíos envez de cuatro
su viña. A diferencia de la larga y detallada descripción del trabajo de cons-
y carece de la descripción detallada del trabajo de construcción en tomo a
tlucción, las acciones siguientes del dueño son resumidas concisamente: da
la viña de Mc 12,l más el relato de la justicia retributiva de Mc 12,9 (cf.
la viña en arriendo a unos labradores y se marcha (12, lc).
Tabla 37). Muchos estudiosos3T piensan que esta forma más sencilla del
Sin embargo, el propietario absentista no ha olvidado su viña; <en el
EvTbm. es la original, pero es posible que tales diferencias reffejen la caren-
nromento apropiado>, es decir, en el tiempo de la cosecha, comisiona a
cia de interés del EvTom. por los ecos del Antiguo Testamento en 12, I y su
rrn siervo para que recoja de los arrendatarios parte del fruto (12,2). Este
fastidio ante el tema del juicio en 12,9; Tomás, por ende, pudo haber intro-
siervo se encuentra con una mala recepción; los arrendatarios lo golpean y
ducido el motivo gnóstico de los arrendatarios que no reconocen al siervo.
lo despiden con las manos vacias (12,3), guardando el fruto para ellos. En
Sin embargo, algunas otras variaciones de Marcos respecto al Evangelio
el relato bíblico el <fruto> es a menudo un término pregnante, que designa
de Tbmás pueden representar la tarea marcana de edición, ya que reflejan
temas destacados del evangelio o vocabulario marcano: <momento apropia-
la recompensa otorgado por Dios al justo,, o la forma de vida humana que
debe nacer de una relación apropiada con El (cf., por ejemplo, Sal 1, 3; Is 3,
do> (tQ kairQ) en 12,2 (cf . l, 15 14, 1 I ), <muchos otros)) en 12, 5 (¡tolloi es
una de las palabras favoritas de Marcos), y la entrega de la viña ((a otrosD en
l0; Mt 3, 8-10 ll Lc 3, 8-9; Gal5,22;ls 5,2.4). Por tanto, la negación de los
12,9 (cf. el índice temático <Gentiles>). También es probablemente marca- frutos al dueño de la viña y el maltrato de su siervo (12,3) son hechos si-
no el versículo 12, la, introductorio, y la coda en 12, 12. niestros que sitúan a los arrendatarios en una luz desfavorable, especialmen-
te ya que el siervo fue enviado <en el momento apropiado> (en lp kairS; cf.
nota aesta expresión en 12,2). Por tanto, las interpretaciones de la parábola
34. Cf . ibid.,18.
35. Cf. G. J. Brooke, 4Q500 I and the Use of Scriptttre.
36. P. L. Hammer, The Understandingof Inheritance,44. 38. Sobre las parábolas como armas verbales, cf. J. Marcus, The Mystery of the King-
37. Por ejemplo, J. Jeremias, The Parables of Jesus, 7 0-77 ; J. D. Crossan, In Parable.s. dom ofGod,108.
The Challenge of the Historical Jesus,86-99. 39. Cf. C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,224-225.
I Mc' I l. -l 2: Conrcntario 935
Quintu sección pr¡ncipal (Mc'
1
934 11, 13, 37)

con conciencia de clase que pretenden una identificación de los labradores t.rr la continuación del pasaje de I Henoc, el señor de las ovejas abandona
con arrendatarios sin tierra, empobrecidos, y que ven en ella un juicio ne- ctsa (= Jerusalén) y su torre (: el templo terrenal; cf' nofa a <excavó un
"il
gativo sobre el propietario absentista y rapaz, son cuestionables, sobre todo lrrsirr-subterráneo, construyó encima una torre)) en 12, l), permitiendo que
porque la parábola no ofrece indicación alguna de que los arrendatarios lr¡cr.an destruidos, como castigo porel asesinato de sus mensajeros (l Hen.
sean indigentes o que el propietario se muestre excesivo en sus demandasa". S(), 54-56). Asimismo en Marcos, el señor de la viña castiga a los malos
En verdad, parece todo lo contrario (cf. nota a (su parte de los frutos de la rrrrcndatarios destruyéndolos y entregando la viña a otros, una alusión qui-
viña> en 12, 2)1t. El terrateniente es más bien un símbolo de Dios, como zris a la eliminación de la soberanía judía sobre Palestina en la guena en
en el texto base de Isaías 5 y de rnuchas parábolas rabínicas (cf . nola a <<un lrr r¡Lre fue demolido el Templo (cf. nota a <aniquilará a los arrendatarios y
hombre plantó una viño en 12, l). rl:rti la viña a otros> en 12,9).
Sin inmutarse por el maltrato de su primer mensajero, el dueño envía un
segundo con la misma misión (12.4: como su precursor, sin embargo, este 12, 6-9. El asesinato del hiio' Sin embargo, hay una diferencia en el
(.rlrso de los acontecimientos entre I Hen. 89 y la figura de Marcos: el per-
mensajero sufre maltrato y recibe una herida en la cabeza (cf. nota a <do
sona.je exaltado hasta el cielo está obligado primero a sufrir un asesinato
hirieron en la cabeza)> en 12,4). Pero el dueño no se desalienta, y envía un
tercer siervo, y luego a muchos otros, pero todos son golpeados o asesinados ,,:rrourinioso. Este desarrollo drarnático en el relato está señalado por el
(12, 5). Esta serie de mensajeros maltratados recordaría probablemente a rrsirrdeton de 12,6a (cf. glosario), que tiene un toque siniestro: eti hena
,,iL ltcn.. <Todavía tenía uno>. Sin embargo, no por mucho tiernpo unavez
los lectores de Marcos a los profetas, que en el Antiguo Testamento y en la
(luc envía este último mensajero a los campos de la muerte, diciendo en un
literatura posterior judía son llamados siervos de Dios y que sufrieron a me-
nudo maltrato a manos de sus connacionales israelitas y de los dirigentes del
\usurro; <Respetarán a mi hijo> ( 12, 6b). La repetición de la última palabra
pueblo (cf., por ejemplo, I Re I 8, 4.13;' 19, l01' 2Cro I 6, I 0; 24, 21:' Jr 2, 30; 1,,lrijo amado... respetarán a mi hijo>) pone de relieve el pathos del envío
rle su descendencia por parte del padre, mientras que la palabra <el últirno
20,21 Jub. 1, 12; Ascls. 2, 16: 5, l-14; Vidas de los Profetas, passim)42. El
maltrato de los profetas, además, es recordado con frecuencia en el Nuevo
tlc todos>, eschaton, recodaría a los lectores de Marcos el horizonte de la
que se hace eco de
Testamento como una anticipación de la persecución sufrida por Jesús y sus ¡rirri'rbola en el marco de la historia de la salvación,
irr lbrma misericordiosa con la que el Dios del Antiguo Testamento seguía
seguidores ( 1 Tes 2, I 5; Mt 5, 12 / I Lc 6, 23; 23, 3 1.34.37 ; Lc ll, 47 -49; 13, (cf. nola a <el úl-
crrviando rnensajeros a Israel a pesar de su obstinación
33-34; Hch 7, 52). Un paralelo sorprendente en la literatura intertestamenta- profecía del padre,
Irrrro de todos> en 12,6)aa.Aunque a primera vista la
ria judía, I Hen. 89,52-53,utlliza un lenguaje alegórico similar al de nuestro
,,llcspetarán a mi hijo>, parece increíblemente ingenua dado la forma abu-
pasaje para hablar de la persecución y asesinato de los profetas:
Siua con la que los arrendatarios habían tratado y asesinado a los rnensaje-
Y el Señor de las ovejas [: los israelitas] llamó a algunas de ellas [: los pro- r'.rs anteriorés, en el contexto de Marcos contiene probablemente una triste
fetas] y las envió a las ovejas, pero éstas comenzaron a matarlas; pero una il.0nía: al final los arrendatarios <respetarán> al hijo, cuando paguen con
de ellas [: Elías] se salvó y no fue asesinada. Saltó y gritó contra las ovejas. lrr vida por su asesinato (12,9) y lo vean regresar (en la gloria de su Padre
y éstas desearon matarla; pero el Señor de las ovejas la salvó de manos de
e0rr los santos ángeles> (8,38; cf. 13,26y la nota sobre (respetarán) en
éstas. Y la subió hasta mi lugar y la hizo morar (allí). Y envió muchas otras
12, 6). Al principio, la respuesra de los colonos a la embajada final del pa-
ovejas a aquellas para dar testimonio y lamentarse por ellas.
rlrc parecealentador: <Éste es el heredero. Venid...n (12,7a). Los lectores
han reconocido
No sólo el envío por parte <del señor de las ovejas> (cf. <el señor de ¡r,,diían imaginar momentáneamente que los arrendatarios
,rl hijo como sustituto de su padre y que por lo tanto han decidido racional-
la viñu en Mc 12, 9) sino también el asesinato de los enviados, incluidos por
,,).,ri" qu" sólo a él perdonarían: tal vez el <venid> podría ser seguido
<muchos otros)), recuerda a nuestro pasaje. Además, uno de estos enviados
esperanzas, 12,7b las
¡Salgamos de aquíi>. Pero si
,< 12, 7a suscitaba tales
evita el destino común gracias a su exaltación a una morada celestial cerca
,,niquila de inmediato; en lugar de elegir el camino prudente de respetar
del templo divino (cf. I Hen.87, 3)4r, lo que se asemeja a lo que se sobren-
tiende en Mc 12, 10, a saber, que Jesús será exaltado hasta convertirse en ,rl hijo, los arrendatarios optan por una locura: asesinarlo y tratar de apro-
¡riarie de su herencia (cf. nota a <y será nuestra la
herenciu en 12, 7). Asi
la piedra clave de un templo nuevo (cf. comentario a 12, 10-12). Además,
i)u.r, ,u reconocimiento del hijo resulta ser análogo al de los demonios,
r'1u" t" dan cuenta de que Jesús es el hijo de Dios, pero por eso mismo se
40. Contra B. M. Malina-R. L. Rohrbaugh, Social Science Commentary on the Sltnoptic
Gospels,255: J. D. Hester. Soclo-Rheloric¿tl Crilicisnt and lhe Paroble of the Tenonts.
,ipon"n a él con todas sus fuerzas, con lo que sellan su propia destrucción
41. Cf. J. C. de Moor. The Targuntic Background ol Mork I 2, 1-l 2,65. (cf. 1,24;3, ll).
42. Cf. Josefo, Ant. 10,38. Cf. O. H. Steck, Israel und das gewaltsante Gesc'hick der
Propheten.
43. Cf. P. A.Tiller, A Cr¡ntmentarv on the Aninwl Apocalypse of I Enoch,248-250. 44. J. Cnilka, El Evangelio segtln srttt Mtttt'os 2. 17l-172'
936 Quinta sección principal (Mc 1l, l-13, 37) Mc 12, 1-12: Con¡entario 9'17

Las palabras con las que los arrendatarios expresan su voluntad, (Ve- ,lc Dios a pesar de su enojo por el mal uso17. Está represe.utado, rnás bierl,
la viña, que pue-
nid; matémoslo)), son probablemente un eco intencionado del discurso dc ¡ror loS trabajadores que han sido contratados para cuidar
los malvados hermanos de José en Gn 37, 20 (cf. nota a (Venid, matémos- tlgr ser fácilmente reemplazados si se demuestra que no Son aptos para la
lo> en 12, 7). Pero también hay diferencias significativas con esa historia, trrrca. Una gran parte del motivo de esta deformación de la imagen original
que Marcos podría esperar que reconocerían los lectores expertos en la ,lc Isaías, rádica la tensa situación histórica de Jesús y de los primeros
Bibliaas. A diferencia de los viñadores homicidas en Marcos, los hermanos "n
r'r.istianos, que culminó en la persecución y la violencia revolucionarias
en el Génesis no tienen éxito en la realización de su plan de matar <al hijo t.ontra la comunidad marcana durante la guerra judía. Esta deformación,
amado>>, que en realidad prospera hasta convertirse en el señor de Egipto. stn embargo, no puede ser aceptada como ((evangelio> por los cristianos
En consecuencia, José termina perdonando a sus hermanos y discerniendo rrctuales déspués de diecisiete siglos de un tipo diftrente de atrocidades,
la mano de Dios en sus acciones contra él (Gn 45, 4-8); en kstBenj. 3,6-8 :r srrber: la persecución cristiana contra los judíos. Tal vez, más bien, los
incluso ruega a su padre, Jacob, cuya voluntad era otra, que se una a él en el r.ristianos de hoy necesitarían dar un paso hacia atrás desde Marcos hasta
perdón. En Marcos, por el contrario, el padre no perdona a los perseguido- lsirías, que después de todo es también parte del canon' <para ir a las raíces
res de su hijo, que no se ha salvado, sino que ejecuta sin piedad la sentencia ,lc la viia dada en arriendo, fracasada, y llegar hasta la viña de Isaías, cui-
condenatoria sobre ellos. Esta sentencia parece seguir el principio de la ley tlrrtla con ternura, que surgió de la mano de Dios como un paraiso del Edén.
del talión (cf . glosario): los arrendatarios han matado al hijo y lo han echa- ( on ella sigue Dios comprometido a pesar de la maleza salvaje allí surgida
do fuera de la viña (12,8); en represalia, el (señor de la viñu acabará coÍl r ,¡rrc entriitece su corazón. del mismo modo que mantiene su compromiso
ellos y dará la viña a otros (12,9). ,.on los seres humanos a pesar de todo el salvajismo y el crimen que han
¿Cómo podemos entender la nota final de la parábola acerca de una jus- sr rrgido entre nosotros))48.
ticia retributiva implacable? Como indica la nota a <Vendrá, aniquilará a
los arrendatarios y dará la viña a otros) en 12,9, el contexto inmediato ( I I , 12,10-12. La interpretación de la parábola. El Jesús marcano concluye
27: 12, I . 12) sugiere que los arrendatarios simbolizan a los dirigentes judíos sr¡ tliscurso cambiando de referente bíblico: de Isaías 5 al Salmo 118,22-23
que se oponen a Jesús y que en la narración del evangelio serán los princi- lll7.22-23 LXX]. Aunque esta cita de los Sahnos estaba quizás vinculada
pales responsables de su muerte (sobre la cuestión de la historicidad de esta , iginariamente a la parábola gracias a un juego de palabras en hebreo (cf.
'r
atribución, cf. la Introducción a 14, l-15,47). Los ((otros)), por lo tanto, ,,,,trt a <<lapiedra querechazaron los constructoresD en 12, l0), taljuego es-
son los dirigentes de la Iglesia, que asumirán la jurisdicción sobre <lsrael> tri ¿tusente en el griego de Marcos. La relación entre la parábola de nuestro
cuando el liderazgo propio se descalifique a sí mismo al rcchazar a Jesús (,\rurgelio y su interpretación es de un tipo más sutil y más importante. La
(cf. Mt 19, 281, Lc 22, 29-30). Pero los lectores cristianos de la parábola iilrica nota reivindicativa en la parábola es comunitaria: Dios quita la viña
marcana probablemente sabían ya, o podían prever, los efectos de la guerra rr lsrael y sus dirigentes y la da a <<otros>>, los miembros del nuevo Israel,
judía del 66-73 d.C., en la que no sólo los dirigentes sufrieron, sino también lrr iglesia cristiana. La interpretación en 72, 10-12, sin embargo, agrega
el pueblo, y en la que Jerusalén fue destruida, sus habitantes asesinados cr r¡rrir nota de reivindicación personal de la que carecía la parábola: la piedra
deportados en esclavitud, y la tierra de Judea fue confiscada, al menos la de rt'clrazada, que los lectores naturalmente vinculan con el Hijo asesinado,
algunos judíos (cf. nota a <Vendrá, aniquilará a los arrendatarios y dará la ('s cxaltada a piedra angular. Los cristianos reconocerán de inmediato esta
viña a otros> en 12,9). Así pues, parece probable que tales lectores iban a ,.raltación como un símbolo de la resurrección de Jesús (cf. el uso de este
leer la conclusión de la parábola a la luz de estos eventos y que, por con- lcrto de la Escritura con el mismo fin en Hch 4, ll-l2y lPe2,4-10)' Pero
siguiente, atribuirían un significado más amplio a la parábola: Israel había ..1 hincapié comunitario de la parábola no se ha perdido del todo en este
perdido su estatus como pueblo de Dios, simbolizado por su catastrófica ,.sccnario de reivindicación personal, porque la piedra rechazada se con-
derrota en la guerra, y había sido sustituido por la lglesia. r icrtc en la piedra angular de un templo nuevo, idea interpretada en el cris-
Nuestra parábola, por tanto, se mueve en la dirección de la teoría de la rirrrrismo primitivo como una referencia a la fundación por parte de Cristo,
sustitución (cf. glosario)46, pero eso no quiere decir que los lectores cris- rrrc{iante Su muerte y resurrección, de un santuario de <piedras vivas>>, eS
tianos de hoy en día estén obligados a seguir su ejemplo. La parábola es .lccir, la comunidad cristiana (cf. nuevamente 1 Pe 2,4-10)4e. La conclusión
prácticamente una parodia de Isaías 5; el pueblo de Israel no está ya sim-
bolizado por la viña, que en Isaías sigue siendo la posesión más preciada .+7. Cf. J. Marcus, The Interlexlual Polentic tf the Markan vineyard Parable,214-216,
.,,rlrrc la tendencia de ia exégesis judía a encontrar un indicio del compromiso continuo de
1,, rtivino en la referencia a lsrael como la viña del Señoren Is 5,7a'
45. Sobre la estrategia retórica de la discontinuidad dentro de la continuidad, cf. K. -{tl. J. Marcus, The Intertexhnl Polentic of the Markan Vineyard Parabl:}T -
O. Sandnes, Imilalio Homeri? +9. Sobre los paralelos judíos a la idea de la comunidad como templo, cf. R. J. McKel-
46. Cf. J. D. Levenson, The Death and Resurrection ofthe Beloved Son,227-229. r,'r'. 77¡c Neu' Temple,46-53'
9.18 Quint(t.\ecc'ión principol (Mt' ll. I 13,37) Mt 12. l3-17: Notus 9.J9

de la cita del Salmo, <del Señor vino...> (12, lla), afirma que los cimicn- \ ol:ts
tos de este nuevo templo son obra de Dios gracias a la reivindicación de lir
<piedra> rechazada. Este hincapié responde de nuevo, indirectamente, u 12,13. herodianos fton herQdiaron]. Sobre la identidad de los hero-
la pregunta hostil planteada por los escribas en I l, 28 (cf. introducción al ,lruros, véase Meierr, quien considera las catorce (l) opciones principales
comentario): la autoridad de Jesús no viene de los seres humanos, sino <clcl ,¡rre cxisten para interpretar este término, que aparece sólo en nuestro pa-
Señon del cielo (cf. I l, 30-3 I ), hacia el que pronto será exaltado. El sal- ',irlc. cn su paralelo de Mateo (22, 16), y en Mc 3,6. Meier concluye que
,,1¡e lodianos>> significa <los siervos domésticos o los esclavos de Herodes,
mo continúa describiendo esta exaltación como <increíble a nuestros ojos))
(12, llb), frase que anticipa la reacción positiva al mensaje de Jesús tantrr ,us lirncionarios o cortesanos... y más generalmente todos los partidarios
por los lectores de Marcos como por la multitud, cuya presencia parecc ,lt'l r'ógirnen de Herodes, si es que realmente pertenecieron a un grupo o
estar sobrentendida en 12, l2b. ¡rrrllirlo organizado>. Ya que la dinastía herodiana era apoyada por los ro-
Pero una respuesta llena de asombro puede tener también una connota- nriulos, los herodianos habrían insistido probablernente en el pago de los
ción negativa (cf. los comentarios a 6, l-3 y 12, l5-17), matiz que puedc rrn¡rucstos al César. Incluso en una fecha tan tardía como 66 d.C., Agri-
estar presente también aquí, ya que los oyentes principales de Jesús en esc ¡r;r ll, un mandatario herodiano, intentó persuadir a sus connacionales
ju-
momento eran los dirigentes religiosos con los que acaba de chocar (12. ,lrrrs para que pagaran sus impuestos y evitar así Gran
la Rebelión (Bell.2,
l2c). Su asombro es su estupor por el descaro de Jesús al predecir su fra- lo-l). Pero cuando fracasó y los judíos retuvieron el irnporte de sus impues-
caso (cf. 12,9);por tanto, renuevan sus esfuerzos por prenderlo con objeto tos. estalló la guerrar.
de acabar con él (12, l2a: cf. I 1, I 8 a). Sin embargo, frustrados por la pre- A pesar de estas conjeturas, la verdad es que no sabemos nada cierto
sencia de la multitud (12, 12 b), <lo dejaron y se fueron>, frase redundantc toble los herodianos, puesto que los poaos textos neotestamentarios que
que pone de relieve probablemente no sólo su apartamiento fisico de Jesús, l,'s nlencionan nada nos dicen sobre ellos.
sino también su alejamiento espiritual de él y del Dios al que representa tttraparlo lagreusrlsinl. El verbo significa ((tomar algo cazando o pes-
(cf. Jn 13,30). , rr¡rrlo>, <coger>'r; para otras metáforas de la caza en Marcos, cf. l, 17.36.

Su retirada no constituye una señal de rendición, sino simplemente la 14. Sabemos loidanenf. Unas líneas antes, los oponentes principales de
adopción de un enfoque más sutil. De ahora en adelante ya no se enfren- les[rs habían dicho: ouk oidamen, (no sabemos>, en la respuesta a la pre-
tarán a Jesús, sino que actuarán a través de sustitutos, como en realidad lurrta si la autoridad de Juan Bautista, y por ende la de Jesús, era humana
están haciendo ahora ellos mismos que, en la perspectiva de Marcos, son ,' tlivina (11,33). Ahora, sin embargo, sus agentes dicen: <sabemos) que
los subsidiarios de los verdaderos enemigos de Jesús, los demonios (cf. en lcsúrs es verazy que enseña el camino de Dios. Aunque esta declaración no
(cf. <viendo su hipocresía>> en 12, l5), el lector lo consideraría
el índice temático los <enemigos de Jesús, humanos y demoníacos>). En el 'crr sincera
pasaje siguiente, enviarán a unos fariseos y herodianos para tratar de llevar r'ouro un testimonio involuntario de la verdadr.
aJesús al campo político, lleno de minas, de las relaciones entre judíos y .t'no te preocupa lo que olro piensefkai ou melei soi peri oudenosl,lit.
romanos del siglo I. ,(y no te preocupas por nadie>, una doble negación típicamente marcana,
Iorrna tan aceptable en el griego antiguo colrlo en el castellano moderno.
,,Y no te preocupas por nada> es también una traducción posible, pero el
6. pRecuNrnN e Jasús soBRE EL pAco DEL rRrBUro AL CÉsAR (lZ, 13-17\ t ontexto sugiere que los fariseos y herodianos trataban de crear dificultades
rr .lesús haciendo que ofendiera la dignidad del emperador, por lo que una

12 r3Y le enviaron algunos fariseos y herodianos para intentar atra- irrterpretación personal del peri oudenos es más probable.
parlo por sus propias palabras. raY llegaron y le dijeron: <Maestro. pues no miras la apariencia de los hombres lou gar blepeis eis prosópon
tntÍhrópónl, lit. <pues no miras la cara de los hombres>. En contextos se-
sabemos que eres verazy que no te preocupa lo que otro piense; pues
nríticos <<lacara>> es un sinónimo del aspecto de una persona, la dignidad
no miras la apariencia de los hombres, sino que enseñas verazmente el
o la identidad y (aceptar la cara> significa mostrar parcialidad o <acepción
camino de Dios: ¿es lícito pagar el tributo al César o no? ¿Pagamos o rlc personas>>s. La frase marcana <mirar la cara> es una variante de esta
no pagamos?>. r5 Pero é1, viendo su hipocresía, les dijo: <¿Por qué mc
tentáis? Traedme un denario para que pueda verlo>. ¡('Y se lo trajeron.
L J. P. Meier, A Marginal Jeu'3, 560-565.
Y les dijo: <¿De quién es esta imagen y la inscripción?>. Y le dijeron: 2. Cl. Bell.,5, 405-406; M. Hengel. The Zealot,s. 137- 138.
<Del César>>. r7Y Jesús les dijo: <Lo del César devolved al César, y lo 3. LSJ 14.
4. Cf. C. A. E,vans. Mqrk 8,27-1ó,20,245.
de Dios. a Dios>. Y se adrniraban de é1. 5. Cf. L. Koehler-W. Baumgartrrer. The Hebreu'antl Arannit Lexicon of the Old Tbsro-
nrnt 2,940 J. Lust, I Greek-English Lericon of'the Sephrtgint 2.406-401. BDAG 88ti [2-4].
940 Quinta sección principal (Mc It , t-l3, 37) Mc 12. l3-17: Notas 941

91¡resión; van Rompay. la considera (un intento de traducir la expresión 15. viendo fidónl. La mayor parte de los manuscritos leen (conocien-
idiomática hebrea de un modo más comprensible para los lectores g.i"gorr.
,lo>> (aidós), pero los testimonios en pro de idón incluyen manuscritos pri-
En otros lugares, sin embargo, Marcos utiliza semitismos libremenie (cf. err
nritivos importantes así como otros de los tipos textuales alejandrino, occi-
el índice temático <Semitismos>), y otros escritores del Nuevo Testamento
,lt'rrlal y cesariense (N*, D, ft',28,565, pc, it). Idan, además, es la lectura
no parecen preocuparse por la inteligibilidad del idiotismo <<aceptar la ca-
nrrrs clificil (¿cómo puede uno ver la hipocresía?), y está de acuerdo con el
ro (cf. Lc 20,21 Gal2, 6; St 2, 9; etc.). Es posible más bien que <mirar rlso nrarcano en otros lugares (cf. <viendo su fe) en 2,5;y 12,28,donde
la cara>> en Marcos sea una repetición de I Sm 16, 7: <porqu" óio, no u"
lrrrv e I mismo tipo de variante entre idón y eidós en los manuscritos).
(opsetai) como lo hace un ser humano (emblepsetai; lit. <ve>>); pues un ser
Iripocresía lhypokrisin], vocablo de donde viene nuestra <hipocresíu.
humano mira (opsetai) la cara Qtrosópon), pero Dios mira al coiazón>. So-
I rr ¡ralabra se deriva del verbo hypokrinesthal: <responden> (cf. apokri-
bre este pasaje, cf. infra, comentario a 12,13-14,
ttt',\tltdi, término normal en el Nuevo Testamento para (contestan), que se
¿Es lícito? [exestinl. En Mt 17, 24 surge una pregunta similar sobre el r'or¡vis¡1s luego en término para expresar la participación en un diálogo y
pago del didracma, el impuesto al Templo, pero no se habla acerca de la
,k' irhí <desempeñar un papel sobre la escena>12. Sin embargo, si hubiera un
permisividad de tal pago, como se hace aquí. El abono del impuesto al rem-
trrr¡rslbndo arameo para nuestra historia, la concepción de base tal vez sería
plo, a diferencia del pago del tributo al césar, no era problemático desde el
tlilcrcnte. La versión siríaca harklense traduce <su hipocresíu por messab
punto de vista de ley judía, ya que no implicaba la señoría de los extranjeros ',t¡t¡tahttn: lit. <su acepción de la cara>, frase que
en otros dialectos ara-
sobre Tierra Santa y la utilización de una moneda que podría ser considera-
nreos puede significar ((mostrar parcialidad>13 y de hecho es casi idéntica a
da idólatra (cf. los comentarios de 12, 13-14 y 12, lS-1T.
lrr r¡sada por el códice Sinaítico del siríaco en 12, 14 para hablar de la par-
el tributo fkenson). Este vocablo es un préstamo del latín (census) que al
, rrrlitlad (nesab... b'appé';cf. nota a (no te preocupa lo que otro piense> en
principio significaba el registro de la propiedad con fines impositivoít.'pero
l.l. 1,1). Es posible, pues, que una versión aramea antigua de nuestro relato
en griego la palabra vino a significar el impuesto mismo, concretamente <ra
lucicra unjuego de palabras entre los dos sentidos de <recibir/aceptar una
capitación> (tributum capitis), es deciq la contribución por persona (D y
( irir)), es decir, ser parcial (12,14), y la de actuar con falsedad (12, l 5; cf. el
algunas versiones antiguas sustituyen kenson por epikephatáion
[<capiti- ¡rreurr de palabras entre los dos sentidos de <levantar lacabeza>> en Gn 40).
ción>l y sus sinónimos)s. Hengele indica que el odió suicitado pir el ken-
sos se percibe en la acepción en hebreo y arameo de esta palabra préstamo ,.1'or qué me tentáis? lti me peirazetel.Una serie impresionante de ma-
rrrrscritos, entre la que se halla el Pa5, lee hypokritai: <hipócritas> después
en el sentido de<multo o (pena) (qénas, qénasa'to). Los judíos nó eran los
rle ¡x'irazete. Taylorra piensa que esta lectura puede ser original, puesto
únicos súbditos imperiales que sufrían amargamente el impuesto romano de
,¡rc lt.t,¡tokrisin... hypokritai está de acuerdo con el estilo marcano en otros
la capitación como símbolo de su servidumbre; piénsese,
for ejemplo, en el luqirrcs (cf., por ejemplo, 7, l3). Pero ¿cómo debemos explicar la omisión
cimbelino de Shakespeare (3, l), en elque un personaje ¿e laslstas Británi-
rlt' cste término en la mayor parte de los manuscritos? Es más probable que
cas recién conquistadas afirma con insolencia: <Bretaña es / un mundo por
,,lri¡rticritas> sea una adición temprana de algún escriba influenciado por el
sí misma; y no vamos a pagar nada / por llevar nuestras propias narices>>.
al césar fKaisaril. Después del ¡rrrrirlclo de Mt 22, 18.
asesinato de Julio césar en 44 a.C..
su <apellido> (patronímico) fue asumido por su hijo adoptado, octaviano, l)ura que pueda verlo lhina idol. En su buena disposición a ver la mone-
tl:r. .lcsúrs se diferencia de R. Nahum bar Simai y otros santos varones judíos,
que se convirtió en el emperador Augusto; éste transmitió posteriormente
, rrva piedad era tal que nunca fijaron la vista en la imagen de una moneda
el apellido césar a los que había adoptado y a sus descendientes directos,
,'rr srrs vidas (cf. y. 'Abod. Zar. 3, I l42c; Neusner 33, ll2l:' b. Pesah. l}4a
incluidos los emperadores Tiberio y calígula. Los emperadores posteriores
I li¡rrilito de Roma, Refutación de todas las herejías 9,26; etc.)ts.
claudio y Nerón se designaron también a sí mismos como césares, aunque
17. Y lo de Dios, a Dios fkai ta tou theou teQl. La versión del Evangelio
no fueran descendientes directos de la línea de Julio césar y de Augusto; así -litmás
,1,' ( I 10) añade: <Y lo que es mío dádmelo> (cf. Tabla 38), sin duda
pues, al menos en esta época, <<césan se había convertido en sinónimo
de rrrrrrexpansión secundaria, cristológica.
<emperadon. El título demostró ser notablemente duradero; tanto el <Kai-
t.os intérpretes antiguos, comenzando por Tertulian o (Contra Marción 4,
ser> alemán como el <<zar>> (Tsar) ruso son versiones de este vocablor.
\5.,*¡bre la ldolatría 15),y exegetas modemos como Bornkamm interpretan

!7. Cf.
! Vqn Rompay, The Rendering oJ prosópon lambanein, 570.
JLS,315. ll. cf. LSJ 1.885.
8. Cf. H. St. J. Hart, The Coin of 'Render LJnto Caesar',241. I l. Cf. M. A. Jastrow, A Dictionary of the Targumim, 9l 5; M. Sokoloff, A Dictionary
9. M. Hengel, The Zealots,l35-136.
,,1 .1,'n i.sh Babylonian Aramaic,70.
l-1. V. Taylor, The Gospel According to Saint Mark,479.
| 9.
q{ M A. Jastrow, A Dictionary of the Tatgumim, l3g3_13g4.
ll. Cf. E. Badian, Iulius Caesar Gaius (l); B. W. Jones, Caesar.
15. Cf.H.St.J.Hart,TheCoinof 'RenderUntoCaesar',241-242,yL.l.Levine,The
Ittt icrrI Svnagogue,453, nota 55.
Tabla 38. EL orcuo sosn¡ EL PAGO DEL TRIBUTO AL CÉSAR
Marcos 12, l3-17 Mateo 22, 16-22 Lucas 20,20-26 Justino, I Apología P Egerton 2, 2r ls. 43-59 Evangelio
I. 17.2 de Tomas, 100
Y (los sumos sacerdotes, Y ellos (los fariseos, Y acechii,ndolo enviaron Y en aquel tiempo se le Presentándose ante él
escribas, ancianos; cf. ll, cf.22, 15) le enviaron (los escribas y los sumos acercaron algunos
28) le enviaron algunos sus discípulos, con los sacerdotes; cf.20, 19)
fariseos y herodianos herodianos, espías que fingían ser
justos,
para intentar atraparlo por para aftaparlo en sus
sus propias palabras. palabras,
de modo que lo entrega-
ran al poder y a la auto-
ridad del gobemador.
Y llegaron y le dijeron: diciendo: Le interrogaron diciendo: y le preguntaron en actitud indagatoria, lo
tentaban diciendo:
<<Maestro, sabemos que <<Maestro, sabemos que <Maestro, sabemos que <Jesús Maestro, sabemos
eres veraz y que no te eres veraz, y que enseñas dices y enseñas con que has venido de Dios,
preocupa lo que otro con verdad el camino rectitud,
piense; de Dios, y que no te
preocupas de lo que
piensa nadie,
pues no miras la aparien- pues no miras la aparien- y que no haces acepción
cia de los hombres, cia de los hombres. de personas,
sino que enseñas veraz- sino que enseñas el ca- pues lo que haces da
mente el camino de Dios: mino de Dios según la sobre ti un testimonio
verdad. superior al de todos los
profetas;
Dinos, pues, qué te parece: dinos, pues:
Enseñaron a Jesús
(sus discipulos; cf.
99) una moneda de
oro y le dijeron:
¿Es lícito pagar el tributo ¿Es lícito dar tributo al ¿Es lícito para nosotros si era obligatorio pagar ¿Es lícito pagar a los <Los hombres del
al César o no? César, o no?>. pagar el tributo al César, tributo al Césa¡. reyes lo que conviene a Cesar nc exigen los
om?>- sritdt?
,t

i:¡=-.-: : :r: :¿.:n::


\f ¡. Jesu:. alin!tleniio Habrenritr ccrmprendl do Y resp.:ndto:
-
i: l¿:!-.:: : -,:
Pero Jesu. \ lendo su
t
Pertr el. r rendr¡ su htptcre-
su malicia, les dijo: su malicia, les dijo: pensamiento, les dÜo
sía les dijo:
con indignación:
(¿Por qué me tentáis? (¿Por qué me llamáis de
<¿Por qué me tentáis,
hipócritas? boca maestro si no escu-
cháis lo que digo? Con
razón profetizó sobre
vosotros Isaías diciendo:
'Este pueblo me honra
con los labios. . .' (cf. Is
29, l3)>>.

Traedme un denario para Mostradme la moneda <Mostradme un denario:


que pueda verlo>. del tributo>.
Y se lo trajeron. Y ellos le ofrecieron un
denario.
Entonces les dijo: Les dijo:
Y les dijo:
<¿De quién es la imagen <¿De quién es esta ima- ¿de quién lleva la ima- <Decidme: ¿de quién es
esta y la inscripción?>. gen y esta inscripción?>. gen y la inscripción?>. la imagen que lleva la
moneda?>.

Y le dijeron: <Del Césan. Le dijeron: <Del Césan>. Dijeron: <Del Césaor. Y le dijeron: <Del Cé-
saD).

Y Jesús les dijo: Y les dijo: Les dijo: Y él les volvió a res-
ponder:
<Devolved al César lo <Pues bien, devolved al <Devolved, pues, al <Dad al César lo que
<Lo del César, devolved
que es del César, César lo que es del César, César lo que es del César es del César,
al César,
y a Dios lo que es de y a Dios lo que es de y a Dios, lo que es de dad a Dios lo que es
y lo de Dios, a Dios>r.
Dios>. Dios>. Dios>. de Dios,
y lo que es mío,
dádmelo>.
Y no consiguieron atra-
parlo en sus palabras
delante del pueblo,
Y se admiraban de é1. sino que, admirándose de
su respuest¿, se callaron.
qJ5
944 Qttinta sección principal (Mc 11, l-13, 37) Mc 12, l3-17: Comenturio

(y lo de (las cosasde) Dios> como una referencia a los seres humanos: <La El pasaje se divide en dos partes. En la primera, caracterizada por la
moneda qlle lleva la imagen del César, se la debemos al César. Nosotros, sirr ¡rrrrataxis (cf . glosario), la iniciativa pertenece a los oponentes de Jesús ( 12,
embargo, como hombres que llevamos la imagen de Dios [cf. Gn l, 26], nos I l- I 4); en la segunda, caracterizada por la hipotaxis (cf. el glosario de nue-
debemos a Dios>r6. Pero, puesto que no hay concordancia alguna de voca- ro), la iniciativa pertenece a Jesús (12, 15-17).
bulario con Gn 1,26, es dudosa una alusión a ese versículor7.
12, 13-14. los fariseos y herodianos tienden una lrampa a Jesús. El
¡rrrsaje comienza cuando unos fariseos y herodianos son <enviadosD -pre-
Comentario sL¡rrriblemente por los dirigentes judíos aludidos en 11,27, quienes acaba
tlc sufiir el ataque de Jesús en forma de parábola para tenderle una trampa
Introducción Después de pronunciar una parábola que para los primc- i crbal (12, 13). Es éste un cuadro poco realista; es difícil imaginarse a los
ros lectores de Marcos reverberaría en los ecos de la trágica rebelión judía rrricmbros de la élite herodiana siendo <enviados> por alguien, y tanto más
contra los romanos (12, l-12), formulan a Jesús una pregunta sobre uno ¡rol los líderes religiosos aludidos en 11,2722. Pero al mismo tiempo, no es
de los puntos que inflamaron aquella rebelión, el tema del pago de los irn- rnverosímil que estos dos grupos hubieran suscitado la cuestión que ellos
puestos al emperadoq que dividía a las gentes. Esta cuestión está también lirlmulan aquí. Jesús procedía del reino gobernado por Herodes Antipas.
relacionada indirectamente con el pasaje anterior: la concepción de la tierra lrrrblaba del inminente reinado de Dios y la gente creía que era un descen-
de Israel como <herencio de Dios (cf. 12,7)lo que implicaba para algunos tlicnte de David, todo lo cual lo habría convertido en una amenaza política
judíos palestinos que ningún extranjero debería tener el derecho de cobrar-
¡rrra los herodianos23. Es plausible, por tanto, que tales personajes hubieran
les impuestos (cf.4Q542 y cf. SalS/. 17,21-24)t8. En nuestro pasaje, los ,¡rrcrido verlo descolocado en la candente cuestión de los impuestos ro-
interlocutores tratan de manipular a Jesús para que haga una declaración nuuros, respecto a la cual habrían sido particularmente sensibles porque la
antiromana similar a la de los revolucionarios. tlinastía herodiana dependía del patrocinio imperial.
El pasaje procede probablemente de una fuente premarcana que con- A diferencia de los herodianos transigentes con la situación, algunos
tenía las preguntas sobre la autoridad (11,27-33) y la resurrección (12. lrrriseos mantenían una tendencia revolucionaria y se oponían al pago de
18-27; cf. la introducción a 1l, I I 3, 37). La versión sinóptica es bastantc irrrpuestos al gobierno romano. Un fariseo llamó Sadoq, por ejemplo, se
más complicada que las formas encontradas en documentos de principios lrrrbía unido a la rebelión de Judas el galileo contra Roma a principios del
del siglo II, como EvTont. 100; P Egerton 2 y Justino, I Apología 1, l7 (cl. siulo l, provocada al parecer por el intento imperial de imponer a Judea los
Tabla 38); en particular, el preámbulo de la forma marcana (12, l3-14) es tributos romanos2a. Sin embargo, la mayoría de los fariseos en tiempos de
muy amplio, como señala Brucero. pero esto no es necesariamente un signo .lcsús consideró probablemente el gobierno pagano como un mal necesario,
de desarrollo secundario, ya que encaja con el contexto: los interlocutores .'on el cual había que cooperar, pero no fraternizar (cf. m.'Abot l,l0¡,2,
intentan participar en la manipulación. En algunos detalles las formas del t. 3 ,2); treinta años más tarde un fariseo principal, Johanán benZakkai,
siglo II pueden haber abreviado las de los Sinópticos2o, pero otros rasgos de rrlrogaba por la sumisión a los romanos más bien que por la revolución (cf.
la versión marcana son característicos del evangelista, como el vocabularit'r l¡ Git.56b;'Abot R.Nat. A 4 fGoldin,35-37])25. Al parecer son fariseos
sobre la percepción (<saber>, <<mirar>>, <viendo>); el empleo de expresio- tlc esta franja acomodaticia a quienes Marcos Íefrata conspirando con los
nes dobles, como la negación doble; y los temas de la enseñanza (cf. l, llcrodianos y tratando de provocar a Jesús un grave problema con los ro-
2l-22; 2, 13. etc.), <el camino de Dios/Señou (cf. l, 2-3: 8,27: 9, 33-34: ruanos (cf. 3,6; 12,l2)'z6.
etc.), y los fariseos <que tientan>> a Jesús (cf. 8, 1 1). Estos rasgos pueden Estos grupos que cooperaban entre sí -dice Marcos- llegan a Jesús
ser propios de una reelaboración marcana, también evidente al principio t'on la intención de atraparlo en sus propias palabras (12, 13b). Tienden
del pasaje donde el evangelista ha añadido probablemente a los herodianos su trampa con cuidado, que comienza con una franca adulación sobre la
entre los interlocutores para formar una inclusión con 3,6t', y a su final, r cracidad de Jesús y su rechazo a <mirar la cara> (es decir, mostrar favori-
donde el asombro suscitado por la respuesta de Jesús corresponde a un tisnro hacia alguno) de los hombres (cf. nota a (no miras la apariencia de
modelo marcano típico (cf. 1,22;6,2;10,26).
22. Ibid.,3,563-564.
16. G. Bornkarnrt,Jents of Nazarcth,l23. 23. Ibid.,3,562. I
I 7. Cf. W D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3, 217. 24. Cf. Josefb, Bell.2, l18. i
18. Cf.C.A.Evans,JesusandHisConÍemporaries,l44;M.Hengel,TheZealots,13ls. 15. Ct F. F. Bruce, Render unto Caesar,250-251. I

19. F. F. Bruce, Render unto Caesar,257. 26. Contra C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,244, que supone que Marcos imagina dos I

20. Cf. C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,243. lr Lr¡ros de opiniones opuestas, una interpretación que se retrotrae hasta Jerónimo; cf. Tomás I

2l . Cf . J. P. Meie¡ A Marginal Jev, 4, 563-564. rlc Aquino, Catena Aureo 1,749.


948 Quinta sección principal (Mc 11, 1-13, 37) Mc 12, 13-17: ComenÍ¿trit¡ 949

mente, mientras que el segundo fue acuñado (en cantidad extraordinaria>. bargo, la línea general interpretativa considera que Jesús aprueba el pago
Sobre el anverso de esta moneda, apareaía la cabeza coronada de laurel tle I tributo. Según unos, lo hace con gran entusiasmo, puesto que presume
de Tiberio, rodeada por la inscripción: rt[nnnlvs] cAESAR DIVI AVGlvsrl] t¡rre el César es el siervo de Dios (cf. Rom 13, l-7); por lo tanto, dar al
FULIUSI Avcvsrvs (<Tiberio César, hijo del divino Augusto, [también él] ('ósar lo que es del César es dar a Dios lo que es Dios38. Según otros, Jesús
Augusto>). La inscripción continúa en el reverso de la moneda, donde se r'oconoce una soberanía gubemamental limitada, distinta de la soberanía di-
leia: Pontiffexl Maximlusl: <<Sumo Pontífice>, e iba acompañada por una vina (cf. Justino, I Apología 17,2); esta interpretación parece ir en la línea
imagen de una dama sedente, que representaba probablemente la Paz, en- tlc la distinción implícita de 12, 16: la imagen y la inscripción se refieren al
('ósar y no a Dios. En cualquier caso, la interpretación que ve a Jesús como
camación delapaz del Imperio32.
Había buenas razones para que los judíos se sintieran ultrajados por la lrrutor del pago parece exegéticamente más sensata que la posición que
exigencia de que pagaran sus impuestos con este tipo de moneda. No sólo rrboga por <la rebelión fiscal>, ya que Jesús fue interrogado sobre el tributo
retrataba al emperador como el máximo dignatario de la religión romana rrl César, obtuvo la declaración de los otros de que el retrato y la inscripción
(Pontifex Maximus), sino también el objeto de esa religión; Tiberio era el cn la moneda del tributo eran del César, y concluyó que había que pagar
hijo del divino Augusto, y él mismo era un <Augusto>, término que signifi- ll César con lo que era suyo al parecer, es decir, la moneda. Jesús parece
ca <venerado con religioso temoD, 1o que implicaba su propia divinidad3r. lrlber ignorado deliberadamente el hecho de que la inscripción y el retrato
Además, la corona de laurel que ceñía su cabeza lo vinculaba con los dioses vinculaban también al César con Dios, una estrategia comparable a la uti-
Apolo y Zeus3a.Así pues, la moneda no era sólo un instrumento económico lizada por Pablo para negar la existencia real de los ídolos en l Cor 8,4-6
y un símbolo del sometimiento político de los judíos a Roma, sino también v l la interpretación de Rabban Gamaliel que desmitificaba el simbolismo
una parte del culto al soberano que se iba desarrollando en el siglo I35. l)irsano de los baños públicos en m. 'Abod. Zar. 3, 43e .
Sin embargo, con este trasfondo en la mente, la respuesta de Jesús a Al final, sin embargo, la declaración conclusiva de Jesús, <Devolved al
('t'sar lo que es del CésaE y 1o que es de Dios, a Dios>, perrnanece un tan-
la presentación de la moneda produce perplejidad al principio. Cuando le
llevan el denario, pregunta de quién son la inscripción y la imagen grabadas trr irrrrbigua; uno podría interpretarla como una opinión militante más que
en é1, y le dicen que pertenecen al César (12, 16). Entonces se produce la conlbmistaao. La inteligente arnbigüedad de la respuesta es tal vez larazón
deducción de Jesús: <Devolved al César lo que es del Césaq y lo de Dios, a ,le I asombro de sus interlocutores con la que concluye el pasaje (12, 17b).
('oll su respuesta, Jesús ha logrado no dar pretexto alguno para que trans-
Dios> (12, l7a), respuesta que asombra y hace callar a sus oponentes (12,
I 7b). Pero ¿por qué se asombran? ¿Qué significa en realidad la contestación nritan su respuesta a los romanos, ni decir algo que minara su popularidad
de Jesús? Su significado sería inequívoco si, en el mundo religioso del si- :rl cndosar sin lugar a dudas la dominación extranjera. El Jesús marcano,
glo I, la esfera de Dios y la del emperador estuvieran claramente diferencia- l)ucs, no establece una norna absoluta parala relación entre los cristianos
das; pero no era el caso, como acabamos de ver. La moneda misma con la r los gobernantes; como señala Gnilkaar, su declaración, por el contrario, I

que se pagaba el tributo fundía los dos ámbitos de un modo intolerable para rlt'il cspacio para el discernimiento de sus oyentes sobre cuándo entran en I

t orrllicto las reclamaciones del César y de Dios y cuándo no. Los cristianos
muchos judíos, ya que en ella se representaba al Emperador como un dios.
En este contexto, la respuesta de Jesús parece afectar a la pregunta central ¡rrirnitivos sabían de casos en los que tales exigencias estaban en desacuer-
(l(). y cuando esto ocurría, la opción era obvia (cf. Hch 5, 29: <Debemos
de la discusión: ¿qué pertenece exactamente al César y qué a Dios?36
Han sido legión las respuestas a esta pregunta, dependiendo a menudo ,rlredccera Dios antes que a los hombres>). Nuestro pasaje en sí, según el
de las inclinaciones políticas del comentarista. HorsleysT, un exegeta cer- ,rnlcn de sus frases, da a entender que las demandas de Dios superan a las
cano al marxismo, sugiere que Jesús, alavez que <evitaba ingeniosamente ,lr'l ('ósar. Pero las exigencias de estas dos <autoridades> ¡zo siempre entran
( n conflicto; cuando eso ocurre, es posible ser leal a ambos.
una respuesta directa>, prohibía de hecho el pago del tributo, (puesto que,
según la tradición israelita, todo pertenece a Dios y nada al Césau. Sin em-
Los miembros de la comunidad marcana vivían, tras la revuelta judía
r ,¡¡{¡¿ ft6¡¡¿, una revolución que, como hemos visto, estalló por el rechazo
32. Ib¡d.,246 para las fotografias de las monedas. ,1,' ltrs judíos palestinos apagar sus impuestos al Imperio. La cuestión acerca
33. Cf. Floro, Epitome2,34,Cf. R. M. Grant, Augustus; H. J. Klauck, The Religious
,lt l tributo, por tanto, no era para ellos de un mero interés por lo antiguo, sino
Context of Early Christianity,29;P. Zanker, The Power of Images in the Age of Augustus,9S
34. Cf ., por ejemplo, Ovidio, Tristio 3, l,35-48.'17-78, y Plinio el Viejo, Historia nu- lrt('r'rlrnente un asunto de vida o muerte. Es posible que algún cristiano co-
tural 15,136. Cf. A. Steier, Lorbeer; C. Hühnemórder, Lorbeer; P. Bastien, Le bttste montt-
taire des empereurs romains I, 6l-66.
35. Cf. L. J. Kreitzer, Striking New Images,69-98. Sobre la aceptación del culto al sobc- iS Cf. J. D. M. Derrett, Low in the New Testament,335-336.
rano por parte de Tiberio, cf. H. J. Klauck, The Religious Context ofEarly Christianity,302s. ](). Cl. M. Halbertal, Coexistingwith the Enemy, Jews and Pagans in the Mishnah.
36. Cf. M. Bünker, 'Gebt dem Kaiser, was des Kaisers ist! '. '10. Cf. C.A. Evans, Mark8,27-16,20,247.
37. R. A. Horsley, Hearing the Whole Story, The Politics of Plot in Mark's Gospel,43. 'I l. .1. Gnilka, El Evangelio según san Marcos 2, 180.
950 Quintu sección principul (Mc 11, 1-13, 37) Mc I 2. 18-27: Notus 95 I

nocido por ellos, o incluso algún miembro de su propia comunidad hubiera 20. siete hermanos fhepta adelphoi].Tob 3,7 -17 narra la historia de una
sido arrastrado por el entusiasmo revolucionario, hubiera rechazado pagar, nrLrchacha joven endemoniada que había tenido siete maridos, cada uno de
y hubiera sufrido las consecuencias (cf. 13,22). El rechazo revolucionario Ios cuales había muerto en su noche de bodas. La pregunta de los saduceos
a pagar el tributo era una verdadera tentación para los lectores de Marcos. t¡uizás refleje de algún modo esta historia, o bien tanto esta última como
como lo fue en nuestro pasaje para Jesús mismo (cf. otra vez 12,15). En estc rrr¡estro pasaje reflejan un cuento popular o un motivo comúnr.
contexto, el aviso del Jesús marcano de que las exigencias de Dios y las del 21. sin dejarlkatalipónl,lit. <no dejando atrás>. Este vocablo es sinó-
emperador se solapan a veces, y que podía haber un camino intermedio entrc rrinro de aphéken/aphékan, ufilizados en los versículos circundantes (12,
la idolatría respecto al César y la revuelta contra é1, sería un consejo muy 2{1.22); la alternancia parece deberse a motivos puramente estilísticos.
adecuado para unas gentes presionadas a escoger un lado u otro. 23. Cuando resttciten lhotan anastosinf. Numerosos manuscritos omi-
Nuestro pasaje, pues, trata de la relación del creyente con la autoridacl tcn estas palabras, incluidos algunos muy buenos y antiguos (N, B, C, L, A,
suprema terenal, que tiene en sus manos el poder de vida y muerte. El rl,,33, etc., más algunos otros latinos, la Peshitta, y versiones coptas). Por
siguiente pasaje versará sobre la relación del creyente con el poder mistno cl contrario, la lista de los testimonios manuscritos que las atestiguan no
de la muerte. es tan impresionante (A, Q, /r'r3, así como el Texto mayoritario, la mayor
purte de manuscritos latinos, sy'r' y bohaírico). Ahora bien, la omisión de
cstas palabras, torpes y superfluas, resulta mucho rnás fácil de explicar que
7. JEsús y LA RESURREccIÓN (12, 18-27) st¡ adición, y como señala Metzger2, el pleonasmo (cf. glosario) es propio
tlcl estilo marcano (cf. 13, 19: <desde el principio de la creación, que Dios
12 rnY se le acercaron unos saduceos, que sostienen que no hay ( /r,ri. hasta ahora>). Por consiguiente, <cuando resuciten> es, con mucha
resurrección, y le preguntaban diciendo: <Maestro, Moisés nos pres-
re
¡
rnrbabilidad, original.
cribió que si el hermano de uno muere y deja esposa pero no hijos. La pregunta de los saduceos parece dar por sentado que ellos saben sin
que el hermano tome la esposa de aquél y suscite descendencia a stl l)rcgulrtar que Jesús cree en la resurrección de los muertos; su pregunta,
hermano. r0Eran siete hermanos; y el primero tomó esposa y, cuando tlrrndo por supuesta esta creencia, trata de ridiculizarlo por Lrna reductit¡ I

murió, no dejó descendencia 2ty el segundo la tomó y murió sin dejar tttl ub.surdum. Ello puede ser una indicación de que la mayor parte de la I

descendencia; y el tercero lo mismo;22y ninguno de los siete dejó des- ¡roblación judía de Palestina creía en la resurrección. Los fariseos creían I

t icrtamente en ella, y eran, según Josefo, la secta judía más influyenter. Los t
cendencia. Finalmente, la mujer también murió. En la resurrección,
23 I

('scnios probablemente tambiéna. Los saduceos, que discrepaban, era una t

cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Pues los siete tenían I

sccta cuyos miembros se limitaban sobre todo a la élite socioeconómica.


la misma mujeo. Aunque nuestro pasaje es el único de los evangelios en el que la resu-
?aLes dijo Jesús: <¿No os equivocáis por no conocer las Escrituras
rrccción es materia de debate, Jesús hace en otros lugares de la tradición
ni la fuerza de Dios? 2s Pues cuando resuciten los muertos ni se casan t'icrtas declaraciones que dan por sentada la creencia en la resumección, o
ni son dadas en matrimonio, sino que son como ángeles en los cielos. rrl rnenos en una existencia póstuma (cf., por ejemplo, las predicciones de
16
Pero sobre los muertos, que resucitan, ¿no habéis leído en el libro lrr pasión en 8, 31, etc.; 9, 42-50; Mt 12, 41-42llLc I l, 3l-32: Q; Lc 14,
de Moisés cómo le habló Dios desde la zatza diciéndole: 'Yo soy el l-l;16, l9-31).
27No es Dios
Dios de Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'? 25. Ni se casan ni son dadas en matrimonio loute gamousin oute ga-
de muertos, sino de vivos; os equivocáis totalmente>. rrri-ontail. Esta frase refleja la naturaleza patriarcal de la ley judía del ma-
Irirnonio, en la que los varones son agentes activos y las mujeres, pasivos;
t onro ocurría generalmente en el mundo antiguo, la esposa judía era legal-
Notas rrrcnte una propiedad vendida por su padre a su maridos. Es gramatical-
rncnte confuso si el sujeto implícito de gamizontai son los padres, que dan
12, 18. saduceos lsaddoukaioi]. Sobre esta secta judía' cf. apéndic't'
<Los saduceos>, al final de este volumen. l. Cf. W D. Davies-D. C. Allison, The Cospel According to Saint Muttheu'3,225 y
19. descendencia fsperma], lit. <semillo. El término ha pasado del es- lrr ttota 27.
peffna masculino a su producto resultante, el hijo o hijos. Puede convertirsc 2. B. M. Metzger, A Tbxlual Commentarlt on the Greek Nev, Testoment, I l0-l I l.
en término colectivo, con un sentido amplio, para la suma total de los des- l. Cf. Josefo, Bell. 2, 162:, Anr. 18, 15.
:1. Josefo, Bell.2, l54. Cf.4Q52l.
cendientes de una persona; véase, por ejemplo, lo que se dice de la <semillil 5. Cf. J. R. Wegne¡ Chattel or Person? The Sfatus of lilonten in fhe Mishnah,42-45',
de Abrahán> en Rom 4. L ll¡n. Jeuish Wonten ín Greco-Rontan Polestine. SS-89.
I, I-13, Mc 12, lB-27: Ntttu.t 9s3
952 Quinta sección principal (Mc I 37)

t'hos de Pablo y Tecla 5,12; Clemente de Alexandría, Stromateis 3,48.1.)1 .


a sus hijas en matrimonio, o los maridos, que las adquieren. La terminolo-
La altemativa es sostener que en nuestro pasaje Jesús utiliza el presente por
gía judía legal, sin embargo, sugiere esto último; cf.' por ejemplo, m. Oidd'
tun futuro, para indicar un acontecimiento que ha de suceder con tanta segu-
i , 1 : <Por tres medios se adquiere la mujer...: por dinero, por mandamiento
ridad que puede hablarse de él como si hubiese ocurrido ya. Sin embargo,
o por cópula>6. Este parece ser también el sentido en el que la Peshitta en-
los dos versículos siguientes apuntan hacia una interpretación más literal
tiende nuestro versículo: <Pues cuando resucitan de entre los muertos' no
clel tiempo verbal: el Señor es ya en este momento Dios de Abrahán, Isaac y
tomarán mujeres, ni las mujeres pertenecerán a hombre alguno> (es decir,
.lacob, quienes por tanto están ya vivos. Sobre la idea judía y cristiana pri-
no se casarán con ellos).
nritiva de que el justo, tras su muerte, entra de inmediato en la vida etema,
El Jesús marcano no proporciona justificación bíblica alguna para su
un concepto que suele ir unido con la creencia en un estado intermedio de
afirmación de que los santos resucitados no se casarán porque Serán como
l'clicidad antes de la resurrección final, cf. Sab 3, l-4;2 lr4ac 7,361' 4 ly'.ac
ángeles. Jesús cita a continuación Ex 3, 6, en donde el Señor se identifica
I 6, 25; 17, 18-191' I Hen. 9, l0; 39, 6-8; Josefo, Bell. 3, 37 4; 7, 3441' Lc 16,
como el <Dios de Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob>. Esta cita,
22-3 1 ; 23, 42-43 ; 2 Cor 5, l -4; Flp 1, 20-24; Ap 6, 9- I 1.
sin embargo, se usa sólo para apoyar la idea de la resurrección en general,
26. En el libro de Moisés, cómo le habló Dios desde la zarza len tQ biblQ
no el matiz específico del celibato angélico. Es posible que en una etapa pri-
h4óuseós epi tou batou pos eipen autQ ho theos,lit. <en el libro de Moisés
mitiva de la tradición la cita de Ex 3, 6 apoyara realmente este último punto,
sobrentendiéndose que el Señor es el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob. .. y no
cn la zarza cómo Dios le dijo>. Puede que epi tou batou signifique <en el
¡rasaje de la Escritura acerca de la zarza>>; cf. la fórmul a en Eliq
: <en [a
el de Sara, Rebeca y Raquel. Esta hipótesis se convierte en más plausible por
sccción sobre] Elías> en Rom I l, 2, que Evans (255) compara con m. 'Abot
las observaciones ofrecidas en el comentario a 12,24-21 sobre las antiguas
l. 7; <en [a sección sobre] David>. Pero nuestro pasaje no utllizaen (<en>),
concepcionesjudías de los ángeles como varones (cf. EvTbm. I 14, donde se
sirro epl (<sobre>), y esta preposición va unida no con un personaje humano,
dice que mujeres se salvarán cuando se conviertan en hombres).
sino con un vegetal. Es probable, pues, que nos encontremos simplemente
son como ángeles en los cielos leisin hos angeloi hoi en tois ouranoisf.
con una frase desplazada más bien que con un formula de cita (sobre des-
La mayor parte de manuscritos mayúsculos, como N, C, D, K, L, L, f',
y la de los minúsculos omiten el artículo definido ante en tois ouranois ¡rlazamientos producidos por el uso de formulas en Marcos, cf . la nota a <<y
(<como ángeles en el cielo>), mientras que unos cuantos (8, @, 2421) lo t'trando salía del agua, inmediatamente) en l, 10).
insertan no sólo ahí, sino también antes de angeloi, ofreciendo una lectura Como señala Schwankl8, aquí como en 10, 6-8 Jesús invoca un pasaje
cuyo sentido es prácticamente idéntico al de aquí. La lectura escogida, tlc la Torá que en el relato bíblico aparece antes que el pasaje citado por
strs oponentes; y en 10, 6 Jesús acentúa la prioridad temporal (<Pero des-
sin embargo, atestiguada con variantes menores por A, G,Y, f13,33, 565,
etc., I vg'bo'n', es la más difícil y la que mejor explica la existencia de las
tlc el principio de la creación>; cf. Mt 19,8). Pablo adopta una estrategia
e xcgética similar en Gal 3, 17, donde sostiene que la promesa a Abrahán es
demás; los escribas tenderían a omitir el artículo definido o a añadir uno
str¡rcrior a laLey, que vino 430 años más tarde. Estos pasajes del Nuevo Tes-
suplementario para otorgar mayor suavidad al texto. La omisión de este ar-
lrurrento reflejan probablemente el principio grecorromano de que las leyes
tículo podría haber surgido también por haplografía (A|fEAOIOI; sobre
rrriis antiguas tienen más valor que las recientese, principio que influyó pro-
este fenómeno, cf. glosario).
Sobre la idea de que los muertos resucitados serán como ángeles, cf. Luz,
lrlblemente en pensadores judíos antes del tiempo de Jesús (cf. la máxima
estrellas y ángeles escatológicos en el apéndice <El transfondo de la Trans- rlbínica que <todo lo que precede en la Escritura precede en importancia>,
rtrr cjemplo Mekilta B ahodesh 8 flauterbach 2, 259 1 cf . b. Qidd. 40b)I0.
figuración según la Historia de las religiones>. Allí se menciona 2 ApBar. ¡

51,5.10, que habla de esta existencia angélica en el futuro (<serán como h soy el Dios de Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob legd ho
ángeles e iguales a las estrellas>: 51, l0). El uso contrastante del presente tltt't¡.; Abraam kai theos Isaak hai theos lakdbl. El texto es casi idéntico al
por parte de Jesús ¿implica que para él los muertos bienaventurados han tle los LXX de Ex 3,6 (cf. también 3, l5-16). En el comentario a12,24-27
resuciÍado yay viven como ángeles? Este es, al parecer, el modo como el 'c indica que esta fórmula en su contexto original implica sólo que el am-
paralelo lucano entiende la respuesta de Jesús, dado que afirma que ya en ¡rrro de Dios, mostrado por él en el pasado a los patriarcas, se amplía ahora
:r sus descendientes; el <Yo soy), por tanto, significa: <Soy la misma divi-
esta vida, antes de que mueran, los justos son <hijos de la resurrección> y ntl
pueden ya morir, porque son iguales a los ángeles (Lc 20,34-36); al parece¡
su muerte fisica no cambia este estado angélico de resucitado. Esta perícopa 7. Cf. T. H. C. Van Eijk, Marriage and Wrginilyt, Death and Imntortality; C. H. T.
I lr'lclrcr-Louis, Luke-Acls, Angels, Christolog,t and Soteriology,Sl -86.
lucana fue determinante para la exégesis monástica, que describe el estado
S. O. Schwankl, Die Sadduzderfrage (Mk I 2, 1 B-27 pam), 319.
célibe como un anticipo de la vida de la resurrección (cf., por ejemplo, É/c- '). Cf. J. S. Vos, Die hermeneutische AnÍinomie bei Paulus,26l .
10. Ii. N. Longenecker, Paul, Apostle of Liberty, 123, nofa 63; F. Mussne¿ Der Galu-
r, r lt¡ i¿1,)r',1.
6. Cf. BDAG ll8.
f

l
i
954 Quinto sec'tión principal (Mt ll, I 13, 37) Mc 12. 18-27. Contenturit¡ q.t 5

nidad que habló a Abrahán, Isaac y Jacob, y los liberó>. El Jesús marcano, 7) Jesús relativiza el texto prueba de sus oponentes; en un caso apelan-
sin embargo, trata esta frase literalmente, como se hacía comúnmente en la do a los comienzos del mundo (10, 6); en otro, al eschaton (<en la
exégesis homilética judíarr: <Yo soy [en este momento] Dios de Abrahán, resurrección, cuando resucitenD: 12,23). El principio y el final están
Isaac y Jacob [y por tanto ellos deben estar vivos]>. Escribe Isho'dad de relacionados en la cosmovisión apocalíptica: el final recapitula y
Mervr2: <Dios no se habría llamado Dios de estas personas, si no hubiera perfecciona el principio (cf. comentario a 10,5-9).
sabido que sus almas estaban vivas, y que Él tenía la intención de resucitar
lrstas semejanzas podrían reflejar la actividad cristiana editorial de épo-
sus cuerpos otra vez y devolvérselos a sus almas).
r'l posterior (cf. el paralelo con la estrategia hermenéutica de Pablo en Gal
El néxo realizadó por Jesús de la fónnula del Éxodo con la idea de la
l. 17; cf. la nota a <<en el libro de Moisés, cómo le habló Dios desde la
resurrección pudo haber tenido precedentes judíos. La primera de las <Die-
/it-/.a>> en 12,26). Pero no hay nada en uno u otro pasaje que sea inverosí-
ciocho Bendiciones>), que se estaba convirtiendo en la oración normal judía
nrl cn el contexto del Jesús histórico. Ciertamente, la postura ambivalente
hacia finales del siglo I, invoca al Dios de Abrahán, lsaac y Jacob, y la se-
Irrrcia la autoridad de Moisés y la exégesis insólita, creativa, que vuelve a
gunda lo describe como Dios que da la vida a los muertosrs. Además, en un
lt .firantes en nombre de una revelación apocalíptica es característica de
midrás tanaítico (Tanhuma [Buber] Shemot 1, I 6 [Townsend 2, 1 5]), Moisés
lesúrsrs. Nuestro pasaje, además, no hace referencia alguna a la propia re-
piensa equivocadamente que su padre Amrán está vivo cuando oye decir a
de Jesús, que es el modo habitual por el que la iglesia primitiva
Dios: <Soy el Dios de tu padre> (Ex 3, 6a). En una compilación medieval, "r¡r'rccción
,le l'cndía la doctrina generalr6. Es con probabilidad, por tanto, sustancial-
Sekel Tov, Moisés entiende la misma declaración como una promesa de que
rrrente histórico.
Amrán está destinado para el mundo futuro.
lnternamente el pasaje está estructurado cuidadosamente. Se divide en
tlos partes: la pregunta de los saduceos (12, l8-23), caracterizada por la
Comentario ¡r;rnrtirxis, y la respuesta de Jesús (12,24-27), hipotáctica por cornpleto (so-
lr¡c cstos términos sintácticos, cf. glosario). A pesar de esta distinción, las
rlos ¡rartes están unida estrechamente por su estructura. Cerca del principio
Introducción Tras contestar una pregunta que lo ha introducido en el
ámbito nrundano de las monedas, los impuestos y la política (12, 13-17), rlc la primera parte, los saduceos citan lo que <Moisés escribió> en la Ley
Jesús responde ahora a una pregunta que lo traslada al ámbito ultramunda- ¡t;rnr proporcionar un contexto a su escéptica pregunta sobre la resurrección
no de la resurrección por rnedio de una discusión sobre el matrimonio y sus t I J, | 9); cerca del final de su respuesta, Jesús se refiere a lo que está escrito
.,crr cl libro de Moisés> como un texto prueba para la resurrección (12,
consecuencias Póstumas.
Jesús había tratado un tema relacionado con el matrimonio (el divorcio)
.'(t). Como señala MeierrT, la introducción a la pregunta de los saduceos
en un relato polémico anterioq en 10,2-9; y existen sorprendentes seme- t I l. I 8) concierne ql hecho de la resurrección, mientras que la pregunta
janzas entre la estructura y el contenido de ambos pasajesra. En ambos' , n sí ( 1 2, 19-23) concierne al modo. Jesús trata de estas cuestiones en or-
(l('n inverso: primero el modo de existencia de los resucitados (12,24-25);
I ) El punto de partida son las leyes sobre el matrimonio de la Torá' Irrego, su realidad (12,26-27). Como indica Meier más adelante, cada una
2) Se invoca a Moisés tanto por parte de Jesús como de sus oponentes' ,le las dos partes de la respuesta de Jesús está introducida por una pregunta
3) Los oponentes de Jesús apelan al Deuteronomio. rr'ltirica que contiene una censura (<¿No os equivocáis...?> y <¿No habéis
4) Pero Jesús recurre a unos pasajes anteriores de la Torá (Gn 1,27;2. It'itlo...?>), y esta respuesta tiene una estructura quiástica que refleja la de
24 en el primer caso; Ex 3,6, en el segundo). l;r ¡rcrícopa en conjunto:
5) Los oponentes de Jesús acentúan la autoridad de Moisés, mientras
que Jesús hace hincapié en lo que Dlos ha hecho o hará, y suporlo A ¿No os engañáis, no conocéis
que esto último es cornpatible con las Escrituras de Moisés correc-
B las Escrituras
C o el poder de Dios
tamente entendidas. C' y que en el cielo la gente no se casa (sino que viven una existen-
6) Jesús diagnostica el problema de sus oponentes como defecto dc cia transformada por el poder de Dios)?
percepción (dureza de corazón en un caso; ignorancia, en el otro)' B' cita bíblica
Este defecto les impide interpretar la Escritura correctamente. A' Os equivocáis totalmente.

II. Ct J. Marcus, The Role oJ scripture in the Gospel Passion Narratives,230-231 . 15. Cf., por ejemplo, Mf 5,21-48. Sobre la historicidad sustancial de este pasaje. cf.
12. Isho'dad de Merv. Contentario a Mateo, l7 (sobre Mf 22,32). \\ l). Davies-D. C. Allison, The Gospel According Ío Saint Matthev' I, 504-505.
13. Cf. O. Schwankl, Die Sadduzcier/rage (Mk 12, 1B-27 pan:),289-290' 16. Cf. J. Gnilka, El Evangelio segtin san Marcos 2, 188.
14. cf. ibid.,3t9-320. I 7. J. P. Meier, A Morginal Jeu,3,417.
Mc 12, l8-27. Comenturio 957
95ó Quinta sección principal (Mc II
' l-13' 37)
preocupación es más evidente en nuestro pasaje: si 10, 1-12 ha acentuado
Este esquema hace cuestionable la afirmación de Bultmannr8 de que la
la realidad y la durabilidad de la obligación establecida por la unión sexual,
discusión de la Escritura en 12,26-21 es una adición posterior al pasaje:
parece, más bien ser una parte integrante y probablemente original de la ¿,qué pasará en la vida futura en casos en los cuales varios hombres han
yacido con la misma mujer?
historia. Las contribuciones redaccionales de Marcos al pasaje parecen ser
menores, ciertamente, y quizás se limitan a la frase encabezada por el gar
12,24-27 . La respuesta de Jesús. Como los fariseos y herodianos antes
(<pues>) en 12,23b y la conclusión <Os equivocáis mucho> en 12,27b'
tle ellos (cf . comentario a 12, 13-14), los saduceos han tendido su trampa
con cuidado; ciertamente, el relato dedica un tercio más de espacio a su
12, 18-23. La pregunla de los saduceos. Como los fariseos y herodia-
pregunta que a la respuesta de Jesús. Pero cuando le llega el turno, Jesús
nos en el pasaje anterioq los saduceos se acercan ahora a Jesús con una
vuelve a tomar la iniciativa con habilidad, señalada gramaticalmente por el
pregunta capciosa. Aunque no sean directamente acusados de hipocresía
cambio delaparataxis a la hipotaxis y la mención, de otro modo superflua,
y de <tentan) a Jesús, como los fariseos y herodianos (12' 15), es evidente
dc su nombre en 12,24a22. Su tono es agresivo: <¿No os equivocáis...
que son culpables de ambas cosas, puesto que para poner una zancadilla
(otr... planasthe),por no conocer...?>. Este tono se acomoda a la intención
a Jesús le formulan una pregunta cuyo presupuesto, la realidad de la resu-
tlc la pregunta de los saduceos que, como hemos visto, es una intento de
rrección, contradice sus propias creencias. Marcos subraya este desequili-
tcnder una trampa a Jesús (cf . 12, 13.15).
brio recordando a sus lectores que los saduceos no creen en la resurrección
Sin embargo, el principio de la respuesta de Jesús no es solamente una
de los muertos (12, 18; cf. apéndice <Saduceos>). Puesto que la creencia
rcprobación sino también un diagnóstico:larazón subyacente del error de
negada -a diferencia de la noción común helenística de la inmortalidad del
los saduceos es que están extraviados (<¿No os equivocáis...?>; cf. el em-
alma- implica la recuperación póstuma del cuerpo, surgen naturalmente
preguntas sobre aquellos con quienes se han establecido vínculos fisicos ¡rlco del mismo verbo en 12,27;13, 5-6). Asimismo, en los escritos de Pa-
lrlo, la advertencia mé planasthe (<no os engañéis>) aparece en contextos
én ésta vida, sobre todo los esposos. ¿Continúan las relaciones conyugales,
(lr.rc unen la ética con la escatología, sobre todo por la idea de los castigos y
y si es así, de qué modo?
l'ccompensas después de la muerte (1 Cor 6, 9; 15,32-33; Gal 6, 7-8). Esto
Esta es una pregunta natural, pero los saduceos la plantean de una ma-
írltimo es precisamente lo que niegan los saduceos23. El relato marcano
nera poco natural: la formulación de un caso hipotético ideado para ridi-
Ios muestra totalmente extraviados en una materia de importancia suprema
culizar la creencia en la resurrección de los muertos y de aquellos como
(<Os equivocáis totalmente>>, 12,27b), como se dice también de los répro-
Jesús que profesan esta doctrina. El caso tiene su punto de partida en una
juicio en Sab 2,21-242a:
institución que los estudiosos han denominado <levirato> (del latín levir:
lros que habían negado el

<el hermano del marido>). Según esta antigua costumbre israelita, un hom- Así razonaban, pero se equivocaron (eplanéthésan), ya que su maldad los
bre cuyo hermano casado ha muerto sin dejar hijos, ha de casarse con la cegó, y desconocían los secretos designios de Dios; no esperaban la recom-
esposa de su hermano difunto y (suscitar descendencia a [su] hermano> pensa por la santidad, ni estimaron el premio para las almas intachables,
dentro del Anti- ya que Dios creó al hombre para la incomrpción, y lo hizo a imagen de su
1ci. Gn 38, 8; Dt 25,5). Esta práctica parecía ya derogada
por Lv 18, l6; 20,21te, pero parece que era común propia etemidad, pero por la envidia del Diablo entró la muerte en el mundo
guo Testamento mismo
tarde, en la época tanaítica y la experimentan los que le pertenecen.
én el período del Segundo Templo20. Sólo más
(cf. glosario), fue más o menos sustituida -y luego completamente- por
por el cual el hombre renuncia Aquí la fuente última del error acerca de la vida después de la muerte
otro rito del Antiguo Testamento, halísah,
lcsulta ser el Diablo. Asimismo un pasaje marcano anterior había mani-
a su derecho a casarse con la esposa de su hermano difunto y la deja librc
ll'stado la intención divina de cegar <a los de fuero (4, 1l-12) operando
ceremonialmente para casarse con otro (cf. Dt 25,7-10 Rut 4). La institu-
:r través del oponente de Dios, Satanás (4, 15). Esta relación intramarcana
ción del levirato parece haber sido un brindis tanto a la fantasía como a la
t¡rrcda justificada por textos judíos y cristianos primitivos en los que se
ansiedad masculinas; en la historia apócrifa que se lee en y. Yeb. 4, l2 (6bl
;rlude a Satán con epítetos como el <seductor>, el <príncipe del engaño>
Neusner,4, 168), por ejemplo, R' Judá el Patriarca convence a un hombrc y cl <espíritu del engaño>>, o en los que aparece unido de alguna manera
con doce hermanos fallecidos para que se case con las doce viudas, a pesar
t'on el engaño (cf. Ap 12,9;20,3.8.10; lQS 4, 9; TestSim. 2,7; TestJud.
de la protesta del hombre de que carecía <de potencia> para hacerlo2r. Otra ().
I 4; cf. 2Tes 2, 8-12).

18. R. Bultmann, Historia de la tradición sinóptica,86. 22. Cf . J. Gnl|ka, El Evangelio según san Marcos 2, 184.
19. Cf. J. Milgrom, Leviticus 2, 1.545.
13. Cf. Josefo, Bell.2,165; Ant. 18,16.
20. Cf. T. llai, Jev,ish Wonten ín Greco-Roman Palestine, 152-155' 24. Cf. O. Schwankl, Die Sadduzderfrage (Mk 12, 18-27 pom),358.
21. Ibid.,155.
958 Quinta secciórt principal (Mc ll , I 13, 37) Mc 12, 18-27: Contenlorio 959

Según el Jesús marcano, el resultado de tal interferencia demoníaca en clase, dirían algunos, no hay necesidad alguna de infierno. Tales escépticos
los procesos de pensamiento de los saduceos que interrogan a Jesús es que ¡rueden compadecerse del Satán de Milton, un antiguo ángel llevado por su
han fracasado al no conocer las Escrituras y el poder de Dios (12,24b). lirria envidiosa cuando observa la inocente cópula de la primera pareja en
Jesús explica entonces esta acusación en orden inverso, comenzando con cl Edén26. El mismo Milton dibuja a los ángeles no caídos entreteniéndose
una descripción del estado post mortem en el que las personas -por el poder cn una forma purificada y espiritual de sexo27, y algunos rabinos y otros
divino que actua en sus cuerpos ya resucitados- viven una existencia simi- ¡rensadores judíos, creyeron asimismo que las relaciones sexuales serían
rrrra parte de la vida en la edad futura (cf. I Hen. 10, 17; b. Sabb. 30b; Midr.
lar a la de los ángeles, es deciq una vida célibe al parecer (12, 25). Como
.\iulmos 73, 4). Jesús, sin embargo, aparece en nuestro pasaje contradiciendo
indican Davies-Allison25, esto no significa que los ángeles o los resucitados
trrlcs opiniones, como hicieron otros rabinos; en b.Ber. 17a, por ejemplo,
han de considerarse seres asexuados. Los ángeles descritos en el Antiguo
Testamento y la literaturajudía son más bien seres sexuados, concebidos por
l{av da a entender que la visión beatífica sustituirá y superará a todos los
lo general como varones (según Jub. 15,27, incluso fueron creados circun- ¡rlaceres terrenales, incluidos los relacionados con la procreación.
El Jesús marcano sostiene asimismo que los que se imaginan que las
cidados), y son absolutamente capaces de tener sexo con las mujeres, como
rclaciones maritales seguirán en el mundo futuro aún no han comprendido
se manifiesta en Gn 6, l-4. Este mestizaje de lo humano y lo angélico fue,
sr¡ficientemente (o no han sido aprehendidos por) <el poder de Dios>. Sólo
según una interpretación del pasaje del Génesis ampliamente atestiguada en
la literatura intertestamentaria, el primer pecado (cf., por ejemplo, Jub. 4, ¡roclemos concluir que, para Jesús, la creatividad divina tiene en cartera
22;5,1-ll; lQapGen 2,7; 2ApBar. 56,12); quienes lo cometieron fueron ¡xrra los redimidos algo mejor que el sexo. Los que han leido el último y
cntr¡siasta canto de La Divina Comedia de Dante, o la descripción en Job
castigados con cadenas en cárceles subterráneas, tras lo cual y desde enton-
lli. 7 de las estrellas matutinas que cantan juntas, seres divinos que exultan
ces su descendencia, los demonios, han causado estragos. En una clásica
tlc alegría; o han contemplado el radiante dibujo de William Blake de este
manifestación de este tema, lHen. 15,3-10, Dios recrimina a los ángeles
irltirrro texto; o han escuchado el final de la Sinfonía de la Resurrección de
caídos de un modo que proporciona un ilustrativo paralelo a Mc 12, 25:
Mirlrler, conmovedoramente humano y ala vez intensamente místico, tales
¿,Por qué habéis dejado el alto cielo, santo y etemo, habéis yacido con mu- l)crsonas pueden sentir de forma similar las señales de que la vida futura
jeres y cometido torpezas con las hijas de hombres; y tomado esposas, ac- sc caracterizarápor la exaltación y aun por el éxtasis, y que este éxtasis se
tuando como los hijos de la tierra...? Vosotros erais espíritus santos, y vi- rclie-jará de algún modo no sólo en las almas purificadas, sino también en
víais etemamente. Os habéis contaminado con sangre de mujeres, en sangre los cuerpos por igual glorificados que se glorifican mutuamente. Esta in-
mortal habéis engendrado; sangre humana habéis deseado, generando came
trrición de la naturalezacorpórea de la salvación se confirma por el vínculo
y sangre, como hacen los mortales. Por eso les di mujeres, para que en ellas
planten su semilla, y les nazcan hijos de ellas, para que no falte criatura sobre t'slablecido por nuestro pasaje entre los redimidos y los ángeles en el cielo,
la tierra. Vosotros, por el contrario, erais al principio espíritus, vivos con vida ¡rrresto que en otros lugares del evangelio de Marcos es el cielo el origen
etema, inmortales por todas las generaciones del universo. Por eso no os di tlcl poder milagroso divino que creó el alimento en el desierto (6,41), que
mujeres..., pues los espíritus del cielo en el cielo tienen su morada; pero los ,'lirnina las deficiencias físicas (7,34), y que plenifica el propio cuerpo de
espíritus engendrados sobre la tierra en la tierra tienen su morada. .le súrs con un poder que obra maravillas ( I , I 0- I I ).
'fras demostrar que la institución bíblica del levirato no contradice la
Al ser seres inmortales y divinos, los ángeles no necesitan relaciones rtlca de la resurrección como pretenden los saduceos, Jesús concluye mos-
sexuales -por lo que deberían evitarlas- que son un regalo especial otorga- tr rrrrclo que esa idea está apoyada en realidad por la Escritura (12,26-27).
do a los humanos para la propagación de su especie. En este contexto, las I I. sin embargo, no invoca uno de los pasajes tardíos del Antiguo Testa-
palabras conclusivas de Mc 72,25, (son como ángeles en los cielos>> (cf. nrento que proclaman más o menos claramente la resurrección, como Dn
suprala nota al texto), no pueden ser superfluas; cuando la gente resucita 1.1.2-3 (cf. también als26,19 y Ez37,l-14). En cambio Jesús apela a
de entre los muertos, se parecerán a los miembros de la corte divina que r¡no cle los acontecimientos constitutivos en la vida del pueblo de lsrael, la
permanecieron en la morada de Dios y no la abandonaron por los antros de rt'velación divina de sí misma a Moisés en el pasaje delazarza ardiente en
perdición de la tierra (cf. Jud 6). l r .1, 6 (Mc 12, 26). En ese texto, y en fórmulas similares en otros lugares
Nuestro pasaje evangélico puede causar problemas a muchos cristianos rlt'l Antiguo Testamento, la divinidad se refiere a sí misma como el <Dios
modemos, y no menos debido a su defensa implícita de la opinión de que rlt'Abrahán, y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob> (cf. Ex 3, 15-16), a pe-
el sexo existe únicamente para la procreación. La existencia redimida en la ',rrr rlcl hecho que Abrahán, Isaac y Jacob murieron largo tiempo atrás; así
otra vida aparece dibujada como corporal, pero sin sexo; con un cielo de tal
.16. Milton, El Paraíso Perdido 4,492-5ll;9,263-264.
25. W D. Davies-D. C. Allison, The Gospel Accordíng to Soint Matthew 3,229. ),1 . rhid..8.6t2-629.
960 Quinto sección principal (Mc I I, I 13, 37) Mc 12,28-34 961

pues, el conocimiento del contexto amplio del pasaje del Éxodo, es nece- lrabría sido una negación de la importancia de la vida después de la muerte;
sario para entender el argumento. La conclusión de Jesús es que Abrahán, ¡rara Jesús, estas palabras se convierten en una refutación de la idea de que
Isaac y Jacob todavía deben estar vivos, ya que la fórmula bíblica muestra los muertos están realmente muertos.
al Señor como Dios no de muertos, sino de vivos (12,27a). Sería vital para los cristianos perseguidos de la comunidad marcana
Pero es dificil que la fórmula <Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob> oír este mensaje, y sabrían que la propia resurrección de Jesús lo había
tuviera este sentido en el original. Cuando la divinidad dice en Ex 3, 6 que confirmado. Por tanto, los que entre ellos habían sido entregados como
él es el Dios de Abrahán, lsaac y Jacob, el Dios del Antiguo Testamento da nláftires a la muerte (cf. 13, l2) no se habían perdido, sino que estaban sólo
a entender que tal como él liberó a los patriarcas de sus angustias, va ahora a scparados de los vivos por la más delgada y permeable de las membranas.
liberar y socorrer a sus descendientes esclavizados. La formula, pues, habla lin este sentido eran también como <ángeles que están en el cielo>, que
de la fidelidad de Dios con los que ha establecido una alianza (cf. Gn 28, pueden ver lo que ocurre sobre la tierra y hasta en algún sentido participar
13-15; 32, 9-12; 35, 3; 48, 15-16). Sin embargo, es una extrapolación lógica tlc ello. La propia situación de persecución y angustia de los cristianos de la
que esta fidelidad divina hacia los patriarcas, que procuraba con frecuencia conrunidad mareafla, que probablemente les había hecho sentir que tenían
rescatarlos de su miedo, sufrimiento y de los peligros de muerte, será co- rrn pie en la tumba, habría hecho igualmente que fuera aún más necesario
ronada en última instancia por la liberación del poder mismo de la muerte; cste recordatorio de que su Dios era un Señor de vivos. En este sentido,
y ciertamente la literatura judía intertestamentaria y el Nuevo Testamento cl final de la respuesta de Jesús, con su acento en la vida de los que están
sugieren que los patriarcas están o estarán con Dios en la edad futura (cf. cn la mano de Dios, se corresponde con su principio, con el acento sobre
TestJud. 25, l; kstBen. 10,6;4 Mac 7 ,79; 16,25; Heb I I ). En particular, la cl poder divino manifestado en la vida tras la resurrección. Los cristianos
idea de la existenciapost mortem de Abrahán estaba tan firmemente anclada tlc Marcos, como los destinatarios filipenses de Pablo, estaban invitados a
en la imaginación popular que Lc 16,22-23 usa la expresión <el seno de cxperimentar y reconocer no sólo su participación en los sufrimientos y la
Abraháu como una imagen transparente parala vida bienaventurada des- nruerte de Jesús, sino también, en medio de esa realidad de muerte, su parte
pués de la muerte (cf. 4 Mac I 3, I 7 v.l. ; TestAbr. A20, 14)28. Pero esta idea es cn el poder de su resurrección (Flp 3, l0-1 1).
un desarrollo de la imagen bíblica de los patriarcas, no una exégesis simple
de ella o de la fórmula triádica que vincula a los patriarcas con Dios2e. h,n esta perícopa y en la anterior, el Jesús marcano ha debido afrontar
¿Por qué evita el Jesús marcano los pasajes más obvios del Antiguo Ios retos acerca de si su enseñanza está de acuerdo o contradice a la Torá.
Testamento y utlliza este método de dar un rodeo para su prueba bíblica lrn el siguiente pasaje estos desafios serán reducidos a su esencia, cuando
sobre la resurrección? Parte de la respuesta radica probablemente en la le pregunten sobre la doctrina central de la Torá y relacione esta enseñanza
predilección del Jesús histórico por la exégesis sutil, no sólo por mostrase eon su propia proclamación del reinado de Dios.
difícil, sino para ampliar las mentes de sus oyentes, como hacía con sus
parábolas. Y parte de ello está relacionado probablemente con la posición
central del pasaje de la zarza ardiente en el judaísmo, a diferencia de la t. Jr.sús v r-o H,tÁs TMeoRTANTE ne la L¡,v (12,28-34)
marginalidad de textos como Dn 12 (cf. m. Sanh.9,1 sobre la necesidad de
demostrar la resurrección de los muertos a partir de la Torá). Pero también 12 28Y uno de los escribas, tras acercarse y oír que estaban dispu-
tiene probablemente que ver con la conclusión hacia la que conduce el ar- trurdo, al ver que les respondía coffectamente le preguntó: <¿Cuál es
gumento, a sabeq que el Dios proclamado por Jesús es un Dios de los que t'l primer mandamiento de todos?>>. 2eLe respondió Jesús: <El primero
están actualmente en vida y no una divinidad de los que están actualmente t's: 'Oye, Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor, 30y amarás al
muertos (12,27a; cf. nota a ((son como ángeles en los cielos> en 12,25). Scñor tu Dios con todo tu corazón, toda tu vida, toda tu mente, toda tu
Pasajes como Dn 12, 2-3;ls 26, 19; y Ez 37, l-14 hablan de una resurrec- li¡crza'. 3rEl segundo es éste: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'.
ción que ocurrirá al final de la historia, en el eschaton. El Jesús marcano, Mlyor que éstos no hay otro mandamiento>.
sin embargo, parece querer hablar de una vida de resurrección que ha co-
menzado ya en algún sentido (cf. la nota a (son como ángeles en los cie-
'rY le dijo el escriba: <Bien dicho, maestro, hablas según la ver-
tlrrl. porque Uno es y no hay otro excepto Él;tty amarlo con todo el
los> en 12,25). Jesús gana este punto volviendo contra los saduceos lo que
. rrrirzón, todo el entendimiento, toda lafierzay amar al prójimo como
pudo haber sido un lema de su secta: <É1 no es Dios de muertos, sino dc
vivos> (sugerencia oral de Stephen Chester). Para los saduceos, este lema :r rrno mismo es mucho más importante que todos los holocaustos y

',rrcrificios>>.
28. Cf. D. C. Allison, Testament of Abraham,407-408. 'rY Jesús, al ver que respondía inteligentemente, le dijo: <<No estás
29. Cf . O. Schwankl, Die Sadduzderfrage (Mk 12, l8-27 pom),388-403. It' jos del reinado de Dios>. Y nadie se atrevía ya a preguntarle.
962 Quinta sección principa! (Mc 11, I 13, 37)
Mc 12, 28-34: Notas 963

ro:; soul. Sobre el significado de <amau en este texto, cf. nota a <<Amarás
I
Notas
rr tu prójimo como a ti mismo> en 12,31, En Dt 6, 5 LXX se utiliza una
12, 28. Al ver que les respondía correclamente lidón hoti kalos ape- ¡lrlabra diferente para <<fuerza>> (dynameós), y sólo hay tres frases que co-
krithé autois]. Como hemos indicado en la introducción al comentario, nrienzan <con todo tu...>>7. El sintagma adicional en nuestro pasaje es ex
Marcos retrata al escriba como alguien que comprende a Jesús y que (no ln¡lés dianoiqs sou (<con toda tu mente>), que podría ser una traducción
está lejos del reinado de Dios>, mientras que Mateo y Lucas lo presentan rrlternativa del hebreo en la primera frase, ya que dianoia puede ser usado
como (tentando> a Jesús de manera hostil. Agustín concilia ingeniosamen- ¡rara traducir el hebreo lébdb (<<corazón>>; cf ., por ejemplo, Dt 6, 5 LXX
te estas dos caracterizaciones: <Puede ser que aunque viniera como tenta- li)s. Es más probable, sin embargo, como sugiere Ruzere, que <con toda
dor, fuera corregido por la respuesta del Señor>r. tu rrente)) y <(con toda fu fuerza>> sean versiones alternativas de bkl m'dk, el
el primer mqndamienlo de todos lentole próté pantónf. Esta palabras tcrcer y final objeto de amor en Dt 6,5 TM; Ruzer cita como paralelo IQS
no son una referencia a lo que generalmente se llama <el primer manda- l. ll-12, donde d't (<conocimiento>) y kwh (<<fuerza <) parecen parafra-
miento>, el primero de los Diez, la exigencia de adorar sólo a Yahvé (Ex scar el z 'd de Dt 6, 5. En cualquier caso, el <<corazón>>, <<alma>>, (menteD y
20,3)2. Próté puede connotar la prioridad en la importancia así como en ,,lirerza>> son vocablos aproximadamente equivalentes entre sí; no designan

ef tiempo y el espacioi. Es interesante, sin embargo, que la Shemá, que euatro clases diferentes de capacidad humana, sino la mente y voluntad
Jesús cita como respuesta (Mc 12,29-30: cf. Dt 6, 4-5), es esencialmente Irrrrnanas consideradas desde ángulos ligeramente diversos. La preposición
equivalente al primer mandamiento, pues ambos piden la lealtad exclusiva r:riega er se traduce generalmente por (con) (por ejemplo <con todo tu
y sincera al Dios de lsrael. eorazón>>), pero el griego vehicula la idea de pensamientos y acciones que
29. Oye, Israel lakoue Israell. Se trata del principio de la Shemá (texto rrircen del interior del ser humano (cf. Mc 7 , 21 -23)to .
llamado así por su primera palabra, Sémo' : nOyer), la famosa declaración 31. segundo ldeuteraf . El comentario más antiguo al evangelio de Mar-
de fe tomada del Deuteronomio (6, 4-9; ll,13-21) y de Números (15,37- t os explica este doble mandamiento mediante una interpretación alegórica

4l ), cuyas primeras líneas se citan en el resto de este versículo y el siguien- tlc Cant 8, l: <Nuestra primera infancia se alimenta de estos dos pechos
te. Según m. Tam. 5, I, la Shemá se recitaba diariamente en el Templo, y si (luo surgen por encima del corazón de la noviu (Pseudo-Jerónimo, Expo-
es así, el escenario del Templo para nuestro pasaje es especialmente apro- :itión de Mc 12,28 fCahill,9l]). Muchos judíos antiguos, cuando se les
piado por la alusión a esta proclamación. Foster¿, sin embargo, se pregunta incitaba a resumir laLey, pensaban inmediatamente en el Decálogo (cf.,
acerca de la historicidad de esta información de la Misná, afirmando que es ¡rtrr ejemplo, Filón, Sobre el Decálogo 19-20.1541, Sobre las leyes espe-
<un intento de legitimar la práctica de esta oración rabínica retroproyectán- , i,tla:; 1, l; Targ. Ps.-Jon. Ex 24, 12: Cant. Rab. 1,2 $2). Este se dividía
dola al contexto del Segundo Templo>. Pero el pasaje misnaico se refiere tlirclicionalmente en dos <tablas>, que consistían en los cuatro o cinco pri-
a otras varias oraciones de las que afirma que se recitaban en el Templo, rrrcros mandamientos, los cuales exigen una relación apropiada con Dios,
y no todos ellas parecen una retroproyección rabínica; una, por ejemplo, r la segunda, con cinco o seis, que imponían una relación apropiada con
es una bendición sobre el orden saliente de sacerdotes. Es probable que la l,rs demás seres humanos. La primera tabla podía reducirse fácilmente a la
referencia a la recitación de la Shemá sea también un recuerdo auténtico, Shcmá, que aparece fundida con el Decálogo en el Papiro Nash (siglos II
como muestra su relación con la respuesta tradicional en el Templo: <Ben- ,' I a.C.), en las filacterias de Qumrán y en la liturgia del Segundo Templo
dito sea el nombre de su reino glorioso por siempre jamás>s. Muchas de las Itn.Tom.5, l; b.Ber. l2a), y no digamos la proximidad de las dos tablas
oraciones de la era rabínica surgieron probablemente del culto en el Tem- t'rr [)t 5-6rr. La segunda podía reducirse fácilmente a Lv 19, l8 (cf., por
p1o6; por tanto, las correspondencias entre las dos son no necesariamente , ¡crrrplo, Rom 13, 9;5t2,8 y otros pasajes citados enlanota siguiente). La
retroproyecciones. rt's¡ruesta del Jesús marcano, por tanto, que combina la Shemá con Lv 19,
30. Amarás al Señor Íu Dios con todo fu corazón, toda lu vida, toda tu ls. podría considerase un epítome de la Ley entera, porque era un resumen
mente, toda tu fuerza lkai agapéseis lqtrion ton theon sou ex hol¿s kardias ,lt' las dos tablas del Decálogo. Esto ayuda a explicar la expresión: <prime-
sou kai ex holas psyches sou kai ex holés dianoias sou kai ex hol¿s tés isch- ro... gl SegUndO>r2.

L Agustín de Hipona, Armonía de los evangelios 2,73. 7. Cf. la Tabla 39; también, W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Soint
2. Sobre la numeración de los Diez Mandamientos, cf. E. Nielsen, The Ten Contman¿-
\l,tttln,v 3,242.
ment,s in New Perspective, l0-13. li. K. Berger, Die Gesetzauslegung Jesu, 69.
(). S. Ruzer, The Double Love Precept in the New Testontenl,S-10.
3. Cf. BDAG 893-894 Í21.
4. P. Foster, Why Did Maftheu' Get the Shema lVrong'? ,326.
10. K. Berger, Die Gesetzouslegung Jesu,68.
I I Cf. L. l. Levine, The Ancient Sinagoge,520-522.
5. Cf. S. C. Reif, Judaisnt and Hebrew Prayer,83.
6. Ibid., índice temático, lema <Temple and Sacrifice>. l.l Cf . D. C. Allison, Resurrecling Jes¡rs, 152-160.
964 Qtrinta sección principal (Mc I I, l-13, 37) Mc 12.28-34: Notas 965

Tabla 39. VensroNns oE Dl6. 5 itctuar respecto a los demás con el mismo grado de bucna voluntacl c¡uc utro
Deuteronomio DeuÍeronomio Deuteronomio Marcos 12, Marcos I2. sc concede naturalmente a sí mismo (cf. Jub.30,24).
6,5 TM 6,5 LXXA 6,5 LXX B 30 JJ En Marcos, a diferencia de Lucas, el escriba no formula la consecuente
nN F:;-.lNt xoi dyon4oeLE xcri áyanrjoeLg xcri dyoml- xai tó dycr- l)rcgunta: <¿Y quién es mi prójimo?> (Lc 10,29). En el contexto delorigi-
''t.¡)N ;1f ;1. zÚprov róv xúgLov tóv oeLg xúgLov ¡d,v o,úróv Iral veterotestamentario de Lv 19, l8 el prójimo es el connacional israelita,
' üeóv oou rleóv oou róv rleóv ¡rcro tanto los manuscritos del mar Muerto (por ejemplo, CD 6,
20-21)
OOU corno la literatura joánica (por ejemplo, Jn 13, 34-35; I Jn 2, 9-ll; 4,20)
1-¡\ \¡- iE ól.ac t¡E rg o^flE rllE rE o^qE é! óIr1E {g rcclucen el concepto al miembro de número de la comunidad electa. Algu-
xaobiaq oou óLavoícrgool xcrpóícrg xcrp6ícrg r)os pensadores judíos, sin embargo, como Jesús en la parábola del buen
oou
sar.¡aritano (Lc 10, 25-37),dan una interpretación universalista al precepto:
.r¡';.¡ t--. xoi iE él ótrIg xoi é!
ótrqg xcri ó),r1g
cl prójimo es cualquiera a nuestro lado que se halla en necesidad (cf., por
frlE lJUXrlE tí19 !.'ulijE !,uxrls oou ,-' je rnplo, TesÍIs. 5,2;7 , 6)t5 . El contexto marcano inmediato no
proporcio-
oou oou
na pista alguna en cuanto al significado de <prójimo)), aunque, teniendo
xcri é[ 6],qE xoi é! ótrqE
ólovoioq rí1g orvéoeorq
cn cuenta la apertura del Jesús marcano a los gentiles, Supera seguramente
oou las fronteras de Israel. Pero ¿incluye también a los extraños a la iglesia, o
\--. xoi iE xcri é[ ó],r1q xoi. É[ ótr4E xci él incluso a los enemigos, como en 5,43-48 Mt ll Lc 6,27-36? Tal interpre-
--T*-* ó1.4c ól,r¡g
' rÍ1E óuvá¡reog tilE 6uvúpeog trlg ioXúoE {E io1úog tación podría apoyarse en pasajes marcanos como 9, 40 (<Pues quien no
oou oou oou cstá contra nosotros, está en favor nuestror) y 10, 45 14,24 (la muerte de
y amarás al y amarás al y amarás al y amarás y amarlo .lcsús por <muchos>). Al mismo tiempo, las amenazas del Jesús marcano
Señor tu Dios Señor tu Dios Señor tu Dios al Señor tu crrrrtra el que lo traicionará(14,21) y otros atroces pecadores (por ejemplo
Dios 9.42-48) sugieren que hay algún límite a la compasión divina.
con todo tu de todo (tu) de toda (tu) de todo (tu) de todo co- 32. Y no hay otro excepto El lkai ouk estin allos plén autouf' Esta frase
corazón corazón mente corazón razón
cs, como señala Allisonr6, Lln topos biblico; frases casi idénticas aparecen
con toda tu alma y de toda (tu) y de toda (tu) y de toda
en varios pasajes del Antiguo Testamento (Ex 8, l0; Df 4,35.391'32,391,
alma alma (tu) alma
2 Sm 7, 22; Is 44, 6; 45, 5-6.21-22; 46,9; Il 2, 27) y en obras pseudoepi-
y de toda y de toda (tu)
(tu) mente mente
gráficas judías (TestAbr.8, 1;2Hen.36, 1). La frase marcana se acerca
y con toda tu y de todo (tu) y de todo (tu) y de toda y de toda (tu) cspecialmente a las formulaciones de Is 45, 2l-22 (kai ouk estin allos plén
fuerza. poder. poder (tu) fuerza fuerza (ntolt, <<y no hay ningún otro además de mí>).
33. es mucho más imporlanle que todos los holocaustos y sacrificios lpe-
Amarás a tu prójimo como a ti mismo lagapéseis ton plésion sou hós t.i.rsoteron estin pantón ton holokautómaton kai thysiónl. HolokauÍómata
seauton]. Estas palabras son cita de Lv 19, I 8; sobre este versículo como significa a la letra (ofrendas quemadas totalmente>, por ejemplo' sacri-
sumario de la Ley, cf. Gal 5, 14; Rom 13, 8-10; St2, 8-12; b.Sabb. 3la f icios completamente consumidos por el fuego. Por tanto, la frase <holo-
Sifra Qodaiim 4, ll1. y comentario a 12,28-31 . Como en el mandamiento caustos [y otros] sacrificios> es comparable a <publicanos [y otros] peca-
de amar a Dios, ((amoD) se refiere aquí tanto a hechos como a emociones, tf ores>> en 2, 75 (cf . nota a <y pecadores)) en 2, l5): el primer grupo es un

a hacer el bien a los demás, que es la razón de tal mandamientor3. Esta strbconjunto del segundo.
interpretación se apoya en los pasajes que explican o aluden a Lv 19, I t3 En su contexto, la frase presente recuerda 1 Sm 15, 22 (<<¿Se complace
mediante la Regla de oro, ya que ésta habla de 1o que vno hace por el cl Señor en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del
prójimo (Mt7,12 //Lc 6,31; Rom 13,8-10; Did.1,2;Tg.Ps.-Jon.Lv 19. Scñor?>) y Os 6, 6 (<Porque me complazco en la lealtad más que en el
18). Contrariamente a una interpretación modema muy extendida (sorpren- slcrificio, y en el conocimiento de Dios más que en los holocaustos>).
dentemente secundada por Milgrom)ra, el mandarniento no está concebido Antbos pasajes del Antiguo Testamento tienen otras vinculaciones intertex-
para animar a la gente a amarse a sí mismo como condición previa para Irrales con nuestra perícopa marcana; el texto de I Samuel habla de oír la
amar a los dernás. El amor propio se presupone; Jesús llama a sus oyentes a r trz del Señor (cf. <Oye, Israel>> en Mc 12,29), y el texto de Oseas acentúa
ll devoción a Dios, la piedad hacia el prójimo y el conocimiento (cf. en
13. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matfhew 3,241:
J. Milgrorn, Leviticus 2, 1653. 15. Ibid,2,1654.
14. J. Milgrom, ibid.,2, 1656. 16. D. C. Allison, Testoment of Abrahant, 192-193.
966 Quinta sección principal (Mc ll, 1-13,37) Mc 12,28-34: Contenlariu 967

nuestro pasaje (con toda la mente... toda la conciencia... había contestado tro)) en su frase inicial; ambos sustituyen el <de todos>> por <de la Ley> en
inteligentemenle>>). los paralelos aMc 12,28. Ambos también comparten un número de omisio-
34. al ver que respondía inteligentemente fidón auton hoti nounechós nes, como la primera oración de la Shemá (Mc 12, 291,cf.Dt6,4),la repeti-
apekrithéf, literalmente, <viéndolo que respondió inteligentemente). Va- ción aprobatoria del escriba de la respuesta de Jesús (12,32-33), y el elogio
rios manuscritos antiguos y/o muy fiables, como N, D, L, W A, @,,/' 'r, c¡ue Jesús hace de él (12,34). Estas concordancias entre Mateo y Lucas
28 33 etc.lat sy' omiten auton (<4o>>l>>él>). Pero otros buenos manuscritos,
contra Marcos difícilmente pueden ser accidentales, o puras coincidencias
como A, B, W, 087, 2427,Texto mayoritario a synh, incluyen la palabra; cn su tarea de edición del texto marcano2O; probablemente reflejan o una
la omisión puede deberse al intento de pulir un texto torpe que refleja una armonización de Lucas a Mateo por parte de los escribas o el conocimiento
sintaxis semíticar7. común de los evangelistas posteriores de otra versión de nuestra historia2r.
Y nadie se atrevía ya a preguntarle lkai oudeis ouketi etolma auton Sin embargo, los rasgos marcanos más irénicos son probablemente parte de
eperótésail. Se trata de otro caso de doble negación típicamente marca- la historia premarcana, puesto que la pregunta del escriba no es intrínseca-
na. Tanto los interrogadores hostiles de pasajes anteriores (11,27-33; 12,
rrrcnte hostil ni intrínsecamente dificil. Latarea marcana de edición incluye
13-17.18-27) y el interlocutor comprensivo de este momento quedan si-
tarnbién lalarga descripción del acercamiento del escriba al principio (12,
lenciosos, un modo común de mostrar una sabiduría superior y/o el poder
213) y la significativa reelaboración del final (12, 34), que contiene rasgos
carismático del que habla (cf. 3, 4; 4,39;9,34; y b. Sanh. 98a: <Ante es-
redaccionales como el tema de la percepción de Jesús y la doble negación
ta [respuesta] R. Eliezer permaneció callado>). El silencio puede implicar
lcl'. la nota a <Y nadie se atrevía ya a preguntarle) en 12,341). Es también
también el temor religiosors, y es interesante que Gn. Rab. 65,2 I vincule tal
¡rosible que Marcos sea responsable del término (conciencia)> (o entendi-
silencio con la recitación de la Shemá (cf. Mc 12,29-30): <Cuando Israel
rrriento) en 12,33 (cf. los usos redaccionales del verbo emparentado en 4,
dice 'Oye, Israel', los ángeles perrnanecen en silencio y pliegan sus alas>.
l2'. 6, 52;7 , 14:'8, 17 .21).
El pasaje se divide en tres secciones de amplitud decreciente: la pregunta
irricial y su respuesta (12,28-31); la respuesta del escriba (12,32-33) y la
Comentario
leacción de Jesús a esta respuesta (12,34). Contrariamente al modelo de
Ios relatos polémicos precedentes (11,27-12,27),larespuesta de Jesús a la
Introducción En pasajes recientes, el Jesús marcano ha discutido con
los representantes de los principales grupos judíos de la Palestina del siglo ¡rrcgunta no concluye la conversación; nuestro pasaje trata casi tanto de
lrr rclación entre Jesús y el escriba como del mayor mandamiento de la Ley.
l: sumos sacerdotes, escribas y ancianos (11,27), fariseos y herodianos (12,
13) y saduceos (12, l8). Ahora, en la conclusión de esta serie de relatos
polémicos, su interlocutor es de nuevo un escriba. Pero mientras que los 12,28-31. Pregunla del escriba y respuesta de Jesús. En el pasaje an-
escribas antagonistas han sido los oponentes más tenaces de Jesús desde el
tcrior, los saduceos habían preguntado a Jesús hostilmente sobre un tema
principio del evangelio (1, 22; 2, 6-7 .16; 3, 22; 7, I - I 3; I l, 18.27) y Jesús lrllhc¡uico oscuro y hasta ridículo, el del cumplimiento de las leyes sobre el
los atacará de nuevo en los pasajes que siguen inmediatamente (12,35.3U- nrirtrimonio del Pentateuco en la edad futura. En este momento, sin embar-
40), sólo este escrtba en el relato marcano comprende a Jesús y su causar',. r',r, un escriba perspicaz y comprensivo formula una pregunta legal de im-
La excepción de este escriba dentro de la hostilidad general de su clase es l)()rtancia mucho mayor: <¿Cuál es el primer mandamiento de todos?> (12,
quizás un signo de que ningún ser humano puede ser en verdad estimado .lli ). El verbo finito <preguntó> es precedido por una ristra de participios
como un extraño vnavez que Dios ha comenzado a establecer su reinado en
(l(lras acercarse... oír... ver>; cf. comentario a5,25-34) que acentúa el
la esfera terrenal (cf. 12,34: <No estás lejos del reinado de Dios>). ¡rotlcr atractivo de Jesús, bastante potente como para dominar la resistencia
Sorprendentemente, sin embargo, el escriba de los pasajes paralelos cn r¡rrc caracterizabaaotros escribas en el relato marcano. La combinación de
,,rrir>> y <ven podría recordar a los lectores de Marcos el texto de 4, 12,pe-
Mateo (22,34-40) y Lucas (10, 25-28) es hostil; en ambos casos aparecc
descrito como (tentando> a Jesús. Pero no es ésta la única concordancia r() l diferenc'a <de los de fuero de aquel versículo, incapaces de percibir,
entre Mateo y Lucas contra Marcos; ambos denominan al que interroga a ,' tlc los interrogadores hostiles de los pasajes inmediatamente precedentes,
Jesús <doctor en la Ley> (nomikos); ambos se dirigen a Jesús como <Macs- ,'stc cscriba ve con perspicacia y oye con inteligencia.
l.a pregunta sobre el mandamiento más importante en la Torá (cf . nota
,r ,,tlc todos los mandamientos) en 12,28) retoma una cuestión que había
17. Sobre el pronombre proléptico como aramaísmo, cf. M. Black,AnAramait,Á¡r
proach to the Gospels and Acts,96-100.
I 8. Cf. J. R. Donahue, ,4re You the Christ?, 86.
.10. C'ontra J. Kiilunen, Das Doppelgebot der Liebe in synoptischer Sicht.
19. Cf. H. W.Kuhn, Zum Problent des Verhdltnisses der markinischen Redaktion,TOl . W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel Accor ding fo Soint Mattheu' 3, 235-
' I C'1.
305; K. Kertefge, Das Doppelgebot der Liebe ím Markusevangeliunt,4T. 'ir'. ( . A. Evans, Mark 8,27-16,20,262.
968 Quinta secc'ión principal (Mc' I l, I 13, 37) Mc 12, 28-34: Comenlurio 969

sido discutida ampliamente entre los contemporáneos de Jesús. Por ejem- ,,t.stlllete a una muerte querida por Dios (14,36 cf. 10, 451'14,24). Hay
rrrrir vinculación natural entre este tipo de sacrificio y la Shemá,
plo, a pesar de su compromiso en principio con la unidad de la Ley, los fa- como se
riseos, y sus sucesores los rabinos, establecieron una diferencia entre man- rle¡rrtrestra por el pasaje en b.Ber.6lb, en el que R' Aquiba expresa su

damientos (pesados) y <ligeros> (cf. Mt 5, 19 23,23; m. 'Abot 2, l; 4,2: permitirá finalmente cumplir el precepto de
l,rrrritud poiqu" el-martirio le
m. Hul. 12,5)22,lo que suscitó inevitablemente la pregunta sobre cuál era el u óior-.on toda su nephei (<almu o <vidu)' Jesús, pues' no llama
',,',r,
mandamiento <más pesado> de todos. En su respuesta, algunas tradiciones ';irn¡rlemente a otros para que amen al Señor con todo el corazón' el alma'
rabínicas sitúan un mandamiento por encima de los demás (por ejemplo, la ll rilcnte y sus fuerzas; él también demuestra esta obediencia a la voluntad
observancia del sábado, la circuncisión o evitar la idolatría), declarando hi- ,livina en una acción costosa de autosacrificio'
A Jesús le preguntan sobre el <primer mandamiento>, y hacia el final
perbólicamente que el mandamiento escogido es <igual a todos los demás de
pero luego continúa añadiendo un
preceptos de la Torá> (cf., por ejemplo, Exod. Rab. 25, 12; b. Men. 43b'. l.l. l0 ha coniestádo ya a esa pregunta;
b.Ned.32a)23. Así pues, el interlocutor amistoso invita al Jesús marcano a ,cgtrndo mandato bíbiico: <Amarás a tu prójimo como a ti mismo>
(12'31'
participar en una discusión judía en curso en esos momentos. ,,,rr cita de Lv 19, l8). Para el Jesús marcano, al parecer, el mandamiento
La respuesta de Jesús comienza con una referencia a la famosa Shemá, ,lc arrlar a Dios es indisoluble del precepto de amar al prójimo (cf' l2' 33'
una declaración basada principalmente en Dt 6, 4-9 que era y es el credo err cl cual el escriba mencionajuntos los dos preceptos
y los hace el sujeto
básico del judaísmo. Es significativo para la exégesis de nuestro pasaje ,lc un verbo en singular <es>). De nuevo, sin embargo, el Jesús marcano no
que, según la Misná, la Shemá se recitaba diariamente, junto con el Decá- rrr,ii,sle sólo en que sus destinatarios muestren su amor a Dios
por su amor
logo, en el Templo (m. Tam. 5, I ; cf. nota a <Oye, Israel> en 12, 29). Este rrl prójimo, sinoque demostrará también y haráposible tal amor dando su
último, desde luego, es el contexto de nuestra historia (ll, 27; 12, 35), y el r itla <como rescate por muchos> (10,45; cf' 14,24)'
Decálogo también puede ser relevante en la respuesta de Jesús (cf. la nota ciertamente, el Jesús marcano no dice nada alarmantemente novedo-
a el <segundo> en 12, 3l). so al encontrar la esencia de la Ley en una combinación de la llamada
tlcuteronómica de amar a Dios con la del Levítico de amar al prójimo'
El Jesús marcano cita los dos primeros versículos de la Shemá (Dt 6, El
4-5), mientras que el de Mateo y Lucas cita sólo Dt 6, 5, el precepto de l)cuteronomio mismo contiene no sólo la admonición de amar a Dios con
amar al Señor sin reservas. Esta omisión en los evangelios posteriores tie- rtrrlo el corazón (Dt 6, 5), sino además la exhortación a trataf al
prójirro
ne sentido en un cierto modo, ya que Dt 6, 4 no es un precepto, sino una isra"'lita con justicia y piedad (cf.' por ejemplo, Dt 22, l-4', 24, 10-22)'
proclamación. Pero la inclusión en el relato marcano de la afirmación de l:l nlandato de amar al prójimo como a uno mismo en Lv l9' 18 termina
la unidad de Dios (12,29) es significativa para la cristología marcana, ya rl'nbién con la proclamacién <Yo soy el Señor>, que es un recordatorio de
que toda esta sección del evangelio (11,21-12,37) contesta a la pregunta (¡rc las demandas éticas de la Torá van unidas a la exigencia divina de que
planteada en I l, 28 sobre si la autoridad de Jesús procede <del cielo> o de *" l" r"ngu una devoción sincera. Incluso fuera de la esfera israelita/judía,
la esfera pecaminosa humana. La respuesta de Marcos, sugerida de varios ,ruchos fensadores griegos definieron la vida virtuosa como una combina-
modos en toda esta sección, es que la autoridad de Jesús viene de Dios; en e irin de eusebeia lupieaáar¡ y dikaiosyné
(<<justicia>)25, y algunos judíos
el siguiente pasaje, ciertamente, Jesús estará cerca de situarse a sí mismo a y
lrclc¡rizados como Josefozt' Filón2l vincularon tales ideas con la Torá' Una
la par <del Señoo (12,35-37). Así pues, amar al <Señor nuestro Dios> con rrlrra pseudoepigráfica, Los Testamentos de los Doce Patriarcas, parece asi-
todo el corazón, el alma, la mente y las fuerzas es al mismo tiempo amar nrismo evocar Dt 6,5 Lv y 19, l8 al exhortar a los descendientes de los
y seguir a Jesús tal como el escriba parece casi dispuesto a hacer. Marcos y al prójimo (Testls' 5,2;7,6; TestDan' 5' 3)' Y
¡ratriarcas a amar a Dios
adelanta una reinterpretación cristiana muy atrevida de la idea judía de la ,,,ra famosa historia rabínica cuenta que cuando Hillel, contemporáneo de
unidad divina, una reinterpretación que implica una unidad entre Dios y .lcsús, fue desafiado por un gentil a que le enseñara la Torá entera mientras
Jesús (cf. 2, 7 .10 y comentario a 2, 6-10a)24 . se mantenía sobre un pie, respondió: <Lo que odias para ti no
lo hagas a tu
Sin embargo, el Jesús marcano no es sólo inseparable del objeto de la pr(rjimo. Esto es todala Ley; el resto es comentario) @' Sqbb' 31a)' Como
devoción de la Shemá, Dios, sino que también muestra esa devoción. Cier- se consideraba en las tradiciones judías y cristia-
i,¡dl"un Davies-Allison28,
tamente, por todas partes del evangelio Jesús demuestra lo que significa nas que esta forma negativa de la Regla de oro era un sinónimo
de Lv 19,
amar a Dios con todo su ser, pero, ante todo, en la sección que concluye Itt (cf., por ejemplo, Tg. Ps.-Jon- Lv 19, 181' Did' 1,2)'
el relato donde pone la voluntad de su Padre por encima de sí mismo y
25. Cf. K. Berger, Die Geselzauslegung Jesu,142-l5l'
22. W. R. G. Loader, Jesus ' Attitude Tbu,ards the Lav', I 00, nota I 93. 26. Josefo. Bell. 2, 139.
23. Cf.E. E. Urbach, The Sages, Their Concepts and Beliefs 1,347-348. 27. Filón, Sobre las leyes especiales 2,63'
24. J. Marcus, Authority to Forgive Sins Upon the Earth. 2g. w D. Davies_D. ó. ettiron, The Gospel According to Saint Mauhew3,245.
970 Quinta sección principal ( Mc I l, I 13, 37) Mc t2,28-34: Cotnenturio 971

12,32-33. Respuesta del escriba. El interlocutor de Jesús, impresionado ttrcntey todo el entendimiento (12,30.33)i2. Por tanto, el Dios a quien Jesús
y trae así un nuevo tipo
por una respuesta profundamente inspirada en la riqueza de la tradición ¡rroclama es el que aprehende la mente y el cotazón,
judía, elogia a Jesús (12,32a) y continúa luego repitiendo y elaborando de percepción al mundo.
su respuesta; la divide en dos partes, pero elimina la división entre los dos Segundo, la penúltima frase lleva hasta el final el favorable retrato del
pasajes bíblicos citados. Recoge primero Dt6,4 (<Dios es uno>) y añade su cscribá: no sólo es inteligente, sino que está cerca también del reinado de
propio suplemento, un topos bíblico común con vínculos especiales con Is l)ios. Este retrato genera un mensaje importante para la comunidad mar-
45,21-22 (<Y no hay ningún otro excepto Él>; cf. nota aesta frase en 12, cana, que en general parece haber sufrido a manos de dirigentesjudíos (cf.
32). El escriba funde entonces Dt 6, 5 con Lv I 9, I 8 y añade de nuevo un su- 13, 9). A pesar de la hostilidad predominante, Marcos está dando a entender
plemento, esta vez una alusión a I Sm 15,22 u Os 6, 6 (la obediencia a Dios (lue no todo está necesariamente perdido; incluso algunos de los dirigentes
y la piedad son más importantes que los holocaustos y sacrificios; sobre la pueden aún aceptar la llamada de Diosl. Esta interpretación se apoya en el
importancia de estos pasajes, cf . nota a 12,33). Este procedimiento de com- rctrato de José de Arimatea cerca de la conclusión del evangelio: aunque
plementar versículos del Pentateuco con citas de los Profetas (l Samuel, cs miembro del consejo dirigente, José espera piadosamente el reinado de
según la nomenclatura judía, se halla entre <Los Profetas primeros>) es co- l)ios, reconoce su relación íntima con Jesús, y finalmente se arma de valor
nocido por la práctica judía litúrgica (cf. Hch 13, l5-16)2e. ¡rara identificarse con él ( 15, 43).
Las adiciones del escriba son especialmente iluminadoras. <Y no hay Tercero: esta frase orienta el encuentro de Jesús con el escriba hacia
ningún otro excepto Él> 1t2,32) es un importante principio judío usado Lrn reforzamiento del tema predominante del evangelio desde 11,27: la
frecuentemenfe contra los cristianos, acusados de hacer a Jesús un ser igual lutoridad de Jesús. Si el escriba comienza por sentirse favorablemente im-
a Dios y violar así la unidad divina proclamada en la Shemá (cf., por ejem- a una pregunta
¡rresionado por Jesús (12,28) y por aprobar su respuesta
plo, Jn 5, l8; 8, 58-59; 10, 31-33)r('. Al citar este principio en un contexto t'ir1-rciosa (12,32), Jesús acaba por sentirse favorablemente impresionado
¡Irr el escriba (<al ver que respondía inteligentemente>: 12,34a)' El
que sugiere la aprobaciór¡ de Jesús por parte de un escribajudío, el relato vo-
marcano da a entender que la afirmación de la Shemá de la unidad divina tabulario utilizado aquí parece reflejar con todo propósito el utilizado en
es compatible con la veneración a Jesús. Asimismo la afirmación del es- ll descripción inicial del escriba (<al ver que les respondía correctalnen-
criba que el amor a Dios y al prójimo supera los sacrificios realizados en tc))) para subrayar esta inversión. Tampoco el Jesús marcano exagera en
el Templo (12, 33) muestra que defiende la misma idea que Jesús, quien str alabanza del escriba; éste se halla cerca del reinado de Dios, pero no
recientemente ha interrumpido el comercio sacrificial en el Templo (11, Iotalmente dentro de él (12,34b)r1. Es Jesús quien juzga a la humanidad'
l5-17) y declarará dentro de poco que la estructura está ya superada (13, y no al revés; y para confirmar su preeminencia el pasaje concluye con
l-2)3r. Así pues, la concordancia entre Jesús y el escriba genera un mensaje iil observación editorial de que desde ese momento en adelante <nadie se
similar al de la curación milagrosa de l, 40-45 (cf . comentario a l, 43-45): rrtrcvía ya a preguntarle> (12, 34c; cf . nola).
los enfrentamientos de Jesús con elementos de la dirigencia judía no lo Hacer callar a la oposición está estrechamente relacionado por el con-
convierten en un mal judío. tc\to con el advenimiento del reinado de Dios (12' 34bc), y esta yuxta-
de Jesús,
12,34. La alabanza del escriba por parle de Jestis. Nuestro pasaje, sin ¡rosición es probablemente deliberada. La respuesta concluyente
t¡rrc termina la discusión, refleja no solamente su sabiduría personal, sino
embargo, no concluye con la alabanza de Jesús por parte del escriba, sino
con el elogio del escriba por Jesús. Viendo que el hombre había contestado
lil llegada del poder escatológico por el cual Dios vuelve a aprehender el
,ll,rtrdo para sí35. Teniendo en cuenta las alusiones a la Shemá y que el Tem-
inteligentemente, el Maestro le dice: <No estás lejos del reinado de Dios>
¡rkr es el escenario del pasaje, resulta significativo
que una bendición que
(12,34a). Esta penúltima frase reúne un buen número de los temas de la
,rcornpañaba la recitación de ese credo en el Templo mismo bendecía <el
perícopa.
Primero, expresa el motivo de la percepción que ha surgido por doquier rrorrbre del reinado glorioso [de Dios] por siempre jamás> (cf. m.Tam' 5,
| . Gn. Rab. 65,21)36. Así pues, en el relato marcano la proclamación de la
en el texto y en el evangelio en conjunto. El pasaje comienza con el escri-
rrniclad divina por la Shemá no es una descripción estática de una condición
ba que ve que Jesús ha contestado bien a los saduceos; y concluye con Jesúrs
que ve que el hombre le ha contestado inteligentemenfe. En medio, la forma
particufar con la que se cita a la Shemá acentúa el amor a Dios con toda lu 32. th¡d.,100.
.l--1. C1.K. Kertelge, Das Doppelgebol der Liebe int Markuset'angelíum,4'7' . .
.t'1. Cf. Teofilactó, Expticaiión-de Mc 12.28-34, quien dice que las palabras de
29. L. l. Levine, The Ancient Sinagogue, índice temático, lema <Haftarah reading>. .rl;rbunza del Señor atestiguaban el hecho de que el hombre no era aún perfecto.
30. A. F. Segal, Ir,r'o Pou,ers in fhe Heaven.89.l37-140.148-149.152.232; J. Marcus. .15. Cf. E. Kásemann. The Righteousness of God in Paul,182'
The Way ofthe Lord,145-1461. Idolofryt in the New Tesfament,142-144. -l(r. Cf,. S. C. Reif. Judoismánd Hebrew Prater,83: R. Kime¡nan, The Shema ontl
3I . Cf. W. R. G. Loader. Jesus'Attitude Towards the Lau'. I 0l - I 02. Irs lllas.sings.
972 Quinta sección principal (Mc' ll, l-13, 37) Mc 12,35-37: Notus 973

que existía desde siempre, sino un anuncio de un acontecimiento,la fustón La referencia al Espíritu Santo aquí es una entre un cierto número de
escatológica del mundo de abajo con el de arriba que ocuffe cuando Jesús ¡raralelos con el credo cristológico prepaulino en Rom 1,3-4:
extiende el reinado de Dios desde el cielo a la tierra (cf. Zac 14,9: <<y el
Marcos 12,35-37 Romanos 1,3-4
Señor se convertirá en el rey de toda la tierra; y en aquel día el Señor será
uno y su nombre, uno>). ll.os escribas dicen quel Cristo es el Hijo Nacido de la simiente de David según la
El siguiente pasaje delevangelio utilizará imágenes delAntiguo Testa- tlc David carne;

mento para dibujar esta extensión del poder real, y la relación íntima entre I)avid mismo... en el Espíritu... Santo Hrjo de Dios con podeq según el Espíritu
Dios y Jesús, mostrando a este último entronizado al lado de Dios mientras I lama <Señon a Cristo de santidad. ' . Jesucristo nuestro Señor

éste aplasta a los enemigos bajo sus pies. ll)ios dice a Cristo]: Siéntate a mi diestra por la resurrección de los muertos

Et Señor dijo a mi señor, etc. feipen lqrios tQ lqriQ mou, etc.]. Esta frase
cs una cita del Sal 110, I U09, I LXX], que más o menos corresponde al
9. JEsús RECHAZA LA rDEA euE Los ESCRTBAS rENEN DEL MESíAS (12,35-37)
tcxto de los LXX, con la sustitución de <bajo> en vez de <por escabel> (cf.
35Y, en respuesta, decía Jesús mientras enseñaba en l.¡ nt¡ta siguiente). En el contexto original, <mi señon es el monarca davídi-
l2 el templo:
c(), que es simbólicamente exaltado a la corregencia con Dios en el día de su
<¿Cómo dicen los escribas que el Ungido es hijo de David? 36David y otros salmos de
e oronación. En el judaísmo postbíblico, sin embargo, éste
mismo dijo en el Espíritu Santo: 'Dijo el Señor a mi señor: Siéntate
cntronización fueron interpretados como profecías del establecimiento del
a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies'. 3TDavid ¡.cinado de Dios por medio de su mesías u otros agentes escatológicos (cf.
mismo lo llama señor, ¿cómo es entonces hijo suyo?>. Y una amplia l)n 7, l3-14; llQMelquisedeq2; Midr Salmos 110,4)r.
muchedumbre lo escuchaba con agrado. ba.io lhypokaló1. Esta palabra refleja Sal 8, 6: <Tú fDios] has puesto to-
tlrrs las cosas bajo sus pies> (hypokato ton podon autou), un versículo mez-
claclo con frecuencia con el Sal 110, I en el Nuevo Testamento (cf. I Cor
Notas 15. 20-28; Ef 1,20-23; lPe3,2l-22), quizás en parte porque ambos textos
lr¿rblan del sometimiento universal a una figura a la que se ha concedido la
12,35. \ en respuesta... decía fapokritheis... elegenl, lit. <Y en respues- rrutoridad divina. En el Sal 8, 4 se llama a esta figura sinónimamente <hom-
ta decíu. Esta frase parece extraña al principio, porque en el contexto in- brc>> (anthrópos) e <hijo de hombre> (huios anthropo,), circunstancia que
mediato nadie ha hablado; ciertamente, las palabras precedentes indican que tilcilitó su aplicación a Jesús, cuyo término favorito para sí mismo en la
los interlocutores de Jesús se han sumido en el silencio (<y nadie se atrevía tladición sinóptica era <el Hijo del Hombre> (cf. también Heb 2,5-9). La
ya a preguntarle>: 12, 34b). Parte de la explicación es que (y en respuesta...
rclirndición de Sal ll0, I con Sal 8,6 en los textos paulinos y I Pedro re-
decía> es una expresión bíblica empleada a menudo en nuestro evangelio
llc.ja probablemente credos cristianos primitivos que tratan de la exaltación
(cf. las notas a <Respondiendo les dijo> en 3, 33 y <le replicó y dijo> en 7,
rlc Cristo sobre los poderes angélicos o demoníacosa.
28). El uso presente, sin embargo, no es solamente idiomático: Jesús respon-
37 . ¿,cómo es entonces hiio suyo fkai pothen autou estin huiosl' lit. <¿y
de al significativo silencio de sus interrogadores (cf. comentario).
tlc dónde es de é1 hijo?>. La lógica parece ser que ningún padre llama
36. David mismo dijo en el Espíritu Santo fautos Dauid eipen en tQ ((señoD) a su propio hijo; por tanto, si David llama al mesías <señon, es
pneumati tQ hagiQ]. Como muchos de los salmos bíblicos comienzan con
irradecuado llamarlo <Hijo de David> (cf. Bern. 12, ll: <Ved como David
lédawíd (<<alparalde David>) y debido a la reputación de este rey como gran
Io llama 'señor'y no dice 'htjo'n).
poeta y músico (l Sm 16, l8-23; 2Sm 1,17-27:22,1)3,7), comúnmente
Numerosos exegetas, sin embargo, prefieren tomar la vía que propone
se le atribuye en la literatura judía antigua y en la cristiana la autoría del
l(onr l, 3-4: Cristo es tanto Hijo de David como Hijo de Dios5. Adamancio,
salterio. Como señala Evansr, la idea de que David estaba inspirado por el
lutor antignóstico del siglo IV, afirma que el <cómo) en Marcos 12,35
Espíritu aparece también en el Antiguo Testamento mismo (25m23,2), en
supone una interrogativa, pero no una negación, como en Dt 32, 30; Is l,
los manuscritos del mar Muerto, que lo describen como un profeta inspirado
I l; 14, 126. Una conclusión similar alcanzan ciertos intérpretes modernos
por el Espíritu en (1IQPsa 27, 2-4.11), en elNuevo Testamento (Hch I, I6;
a,25) y en la literatura rabínica (b. Ber. 4b', b. 'Arak. l5b; etc.)2.
3. Cl. J. Marcus, The Way of the Lord, 132-137.
4. Cf. M. C. de Boer, The Defeat of Death, 114-120.
l. C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,273. 5. Cf., por ejemplo, Tertuliano, Contra Mat'ción 4, 38; Novaciano, Sobre la Trinidad,
2. Sobre la estrecha relación entre el Espíritu Santo y la profecía en los textos judíos. I t; Beda, Exposición de Marcos,12,3.5-37.
cf. S. E. Schát'er, Die Vorstellungvon heiligen Geist in der rabbinischen Literatur,passin. (¡. Aceriadela.feverdaderoen Dios, PG ll' 1.849-1.852.
l
/l

974 euinta sección principal (Mc. il, t 13, 37) M( 12.35-37. Contantut'it¡ 975

como LóvestamT y D. H. Juels, que toman nuestro pasaje como una conciria- situación del evangelio que hagan parecer problemática la imagen davídica
ción de estilo rabínico de afirmaciones bíblicas contradictorias (la descen- (cf . comentario a 12, 35-37). Pero la explicación ( I ) no puede ser excluida
dencia davídica del mesías por un lado; su exaltación ar cielo, por conro posible significado parala tradición original, presuponiendo que la
otro).
Sin embargo' como señala Bultmanne, nuestro pasaje cita sóro un liase se retrotraiga a Jesús. Brownr2 y Meierrs discrepan, advirtiendo que
texto
de Ia Escritura (Sal I 10, l ), no dos. Además, su punto aigiao es los críticos paganos y judíos del cristianismo no atacan la carencia de cre-
una opinión
de los escribas, y en Marcos tales opiniones se refutan rutinariamen denciales davídicas por parte de Jesús, y argumentando que sería difícil
te (cf .2,
6-8; 3, 22-27 : 7, 5-13; 9, I I - I 3; I t, 27 -33; I 5, 3l_32) por no decir que explicar la génesis de la creencia en su mesianidad si se hubiera sabido que
tos
escribas como clase quedan siempre mal (el escriba en'12,2g-34", no era un davídida. Pero la necesidad bíblica de la descendencia davídica
unu
cepción). Ciertamente, como sostiene Adamancio, pas (<<cómo>>) y pothen ""- del mesías podría responder a algunas de estas objeciones. Después de todo,
(<de dónde>) pueden tener una variedad de significador, muchos estudiosos críticos, Brown y Meier incluidos, piensan que Jesús no
a"p"nái.nao a.l
contexto¡()..Pero los pasajes der Antiguo Testamento que citá rració en Belén, a pesar del acuerdo de Mateo y Lucas de que era asíra. En
a favor de la
interpretación interrogativa no son apropiados (pd^r introduce cse caso, pues, el imperativo de confomidad con la Escritura (Miq 5, 2)
exclamacio-
nes más que preguntas), y el contexto inmediato en nuestro pasaje aplastó al hecho histórico creando una tradición preevangélica. ¿,No podría
sugiere
que Jesús apunta más a_la refutación que a Ia conciliación, pr"ttó <lcurrir lo mismo con la creencia en la ascendencia davídica de Jesús?
que -re-
petimos- ningún padre llama <<señor>> a su propio hijo. Esto sería Y una amplia muchedumbre lo escttchaba con agrado fkai ho polvs
sobre todo
verdadero en eljerarquizado mundo grecolromano, donde <<señor>> t¡L'ltlos ekouen autou hédeós]. Evansrs cita un intrigante paralelo de Ant.
e <hijo>
casi están contrapuestos, pues el padre es, por así decirro, el señor lfl,63, donde Josefo se refiere a Jesús como ((un maestro de gentes que
der hijo
(cf. los códigos domésticos en Col 3, tg4,l; Ef 5, 2l_6,g).
rceptan la verdad con alegría> (didaskalos anthropón trln hCdong- ral4he
primera vista, pues, nuestro pasaje parece negar que el mesías ,lachomenón); sobre Jesús como maestro, cf. Mc 12,35.
__A sea
<Hijo de David>. Sin embargo, anteriormente en Marcos Jesús ha sido
acla-
mado como <Hijo de David> por Bartimeo (10,47-4g)y como
el <<restaura-
dor del reinado de nuestro padre David>> por la muchedumbre en la entrada (lomentario
triunfal (l l, 9-10), y en ningún caso Jesús rechaza su vinculación con
Da-
vid. ¿córno, pues, hay que conciliar 12,35-37 con estos pasajes anteriores Introducción Tras vencer a sus oponentes en una serie de duelos verba-
del mismo evangelio, y no digamos con la aplastante expectativa tanto l, 27-12,27: cf . 12,34c) y afirmar su autoridad ante un escriba com-
Ics ( I
del
Antiguo Testamento como der judaísrno en general de que er mesías
debía ¡rlcnsivo (12,28-34b), Jesús continúa su ofensiva contra los escribas que se
ser un descendiente de David (cf. el apéndice u'Hijo de David, lc oponen, mostrando en primer lugar el error de sus opiniones sobre el me-
como títu-
lo>) más las numerosas referencias del Nuevo Testamento a sías ( 12, 35-37) y denunciando luego su rapacidad e hipocresía (12, 38-40).
f a descendencia davídica de "^ira,nur"unus
Jesús (por ejemplo, Mt l, 6: Lc 3,31; Hch 2, El pasaje presente, que concieme a la cuestión cristológica, es un pro-
30-31; 13,22-23;Rom l, 3-4; 2Tim2, 8; Ap 3, 7; 5, 5; 22, t6)? tlrrcto premarcano que se retrotrae posiblemente al Jesús histórico, ya que
Dos respuestas parecen posibres: l ) En nuestro pasaje Marcos ha cstá en tensión con la opinión habitual de judíos y cristianos de que el
con-
servado un raro recuerdo histórico de que Jesús no era un davídida, y
de rnesías debe ser un descendiente de David, por lo que probablemente no
que él misrno había reconocido que a los ojos de algunos este
linaje de- habría sido una invención cristiana primitiva. Sin embargo, la refundición
ficiente podría descalificarlo como mesías
1ir. ln l,4zl. En el desarroilo tlc Sal ll0, I con Sal 8,6 es frecuente en los credos cristianos primitivos
de la tradición cristiana, sin embargo, este recuerdo de su ascendencia
no v ¡"ruede reflejar la exégesis postpascual (cf. nota a <bajo> en 12, 36). La
davídica ha quedado aplastado por ra convicción de que, ya que
ér era el rcclacción marcana es claramente visible sólo al principio (12,35a) y al
mesías' ruvo que ser descendiente de David, .2) ElJesús márcano
no niega lirral (12,37b), dos mitades de versículo que están llenas de vocabulario
la descendencia física de David por parte del mesías, sino la insuficiencia
rcclaccional (<y en respuesta decía>, <enseñando>), ((una amplia muche-
de la imagen davídica para expresar su plena identidad. r6.
tlurttbre>>, <escuchaba>)
. _La segunda explicación parece ser más cercana al significado de Hijo
de David en la perícopa marcana, y puede haber factores=adicionales
en Ia 12. R. E. Brown, Zle Birrh of the Messiah,505-512.
I
13. J. P. Meier, Marginal Jev' I,216-219, como prof'eta.
7. D. Lóvestant, Die Davidssohnfrage,T2-g2. 14. Cf.R.E.Brown,TheBirtholtheMessiah 1,513-516; J.P.Meier,AMatginal Jew
8. D. H. Juel, Mes.sionic Eregesi.s, t4Z-lqq. l. I l:l-216.
9. R. Bultmann, Historia de la tradición sinóptictt, 196. 15. C. A. Evans, Mark 8,27-ló,20.275.
'Son
I 9 9f Y ¿. Jonge, -/e.ra.i, Son of Dovid anct
I L Cl. C. Burger. Jcrzs uls Doyiidssoltn.52_59.
of God, 99. 16. Cf. J. G. Mudiso Mbá Mundla, Jesus und die Fiihrer Isreels,236-237: J. Marcus,
I lt<' Wuvof thc Lord, 13l.
I

976 Quinta sección principal (Mc I l, I-13, 37) Mc 12, 35-37: ('ontcnturits 977

Este breve pasaje está estructurado quiásticamente alrededor de la cita <¿,Cómo es hijo suyo?> en 12,37). E,l siguiente esquema, además, parece
del Salmo 110, I (aquí en cursiva): scr el único que hace justicia a la progresión del argumento:

Los escribas llaman a Cristo Hijo de David, dando a entender que David es su
12,35a Y, en respuesta, decía Jesús mientras enseñaba en el Templo: A
12,35b <¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es el Hijo de David? B padre,
12,36a David mismo dijo en el Espíritu Santo: C
pero David mismo llama a Cristo su señor.
12,36b 'El Señor dijo a mi señor: Siéntale a mi diestra Ningún padre llama <señor> a su propio hijo;
12,36c hasta que ponga a fus enentigos bajo tus pies'.
D por tanto David no es padre de Cristo, y Cristo no es hijo de David.
12,37a David mismo lo llama'señor'; C'
12,37b ¿cómo es entonces hijo suyo?>. B' El Jesús marcano emplea un método exegético judío tradicional: el es-
12,3'l c Y una amplia muchedumb¡e lo escuchaba con agrado A' tablecimiento de la inferioridad de un personaje bíblico respecto a otro por
lir ingeniosa yuxtaposición de tradiciones bíblicas (cf., por ejemplo, Me-
La parte externa, AA', proporciona el marco narrativo de la enseñanza I flauterbach l, 1]y 3 flauterbach 1,22]). Pero el resultado
l¡ilta, Pisha
de Jesús y BB' afirma la naturaleza problemática de la filiación davídica. cs innovador, ya que la oposición entre el mesías y el linaje davídico con-
CC' explica el problema: la filiación davídica contradice lo que <David tradice expectativas mesiánicas no sólo judías, sino también del Antiguo
mismo> dijo sobre el mesías. La D, el centro del quiasmo, reproduce las 'lcstamento
mismo, el cual afirma que habrá en el futuro un vástago de Da-
palabras específicas bíblicas que crean la contradicción. vid posteriormente llamado mesías, o <ungido>/<<cristo>- que restaurará
lrr interrumpida dinastía de David (cf. apéndice: <'Hijo de David' como
12,35-37. Filiación davídica y el mesías. El pasaje anterior había ter- título>). Además, en fuentes cristianas distintas a nuestro pasaje, incluidas
minado con los interlocutores de Jesús silenciados por éste. Este silencio lrrs rnarcanas, se afirma que Jesús es descendiente de David (cf. 10,47-48
habla a raudales sobre su autoridad, que ha estado en discusión desde I 1, v la nota a <<¿cómo es hijo suyo?> en 12, 37). Así pues, más
I I , 9- 1 0, más
27. Ahora Jesús responde (<en respuesta))) al silencio de sus interlocutores tltrc la pregunta formulada en realidad por el Jesús marcano, uno podría
con una prueba bíblica de que el mesías es el señor de DavidrT. Esta prueba ¡rlantear la pregunta contraria: ¿Cómo puede él dar a entender que el mesías
es relevante parala cuestión de la autoridad de Jesús, porque al menos para rro es hijo de David?
los lectores de Marcos Jesús es el mesías, por lo que cualquier declaración Dejando apartela cuestión de qué significaba 12,35-37 para el Jesús his-
sobre el mesías es ipsofaclo una declaración sobre Jesús. ttirico (cf. la nota citada anteriormente) y concentrándonos en su significado
El monólogo de Jesús tiene lugar cuando (enseñaba en el Templo> ( 12, nr¿rrcano, parece que el evangelista defiende y acepta por todas partes la idea
35a), una especificación superflua a primera vista (repite Io dicho en 11, tlcl rnesianismo davídico. Esta ambivalencia tiene que ver probablemente
27) perc de hecho significativa. Existía una nexo tradicional entre Jerusa- t on el contexto del evangelio en la guerra judía contra los romanosre. Ésta
lén, el Templo y la llegada del mesías davídico, del que se esperaba no sólo lirc catalizada y dirigida al parecer por <mesías>> judíos de ascendencia da-
que purificara a Jerusalén de sus contaminaciones a causa de los paganos r írlica como Menahén, hijo de Judas el galileo, y Simón bar Giora20. Por una
y de que restaurara el Templo, sino también que fuera un expositor pro- l)lrrte, pues, Marcos desea afirmar que Jesús, y no Menahén o Simón, era el
fundo de la palabra de Dios (cf. espec. SalSl. 11,21-46). Dentro del relato r crdadero <Hijo de David> tal como lo había mostrado él mismo entrando
marcano, Jesús ha entrado ya en triunfo en Jerusalén, ha sido aclamado e rr triunfo en Jerusalén y por la purificación del Templo, que manifestaban
como la vanguardia del reino restaurado de David y ha afirmado su auto- srr propia realeza divina. Por otra, la aceptación por parte de Marcos del
ridad mesiánica sobre el Templo con un acto de apropiación y purificación rrcsianismo davídico es ambigua, en parte quizás porque Menahén, Simón y
simbólicas (ll, l-18)r8. Hasta ahora, por tanto, las acciones de Jesús en srrs seguidores vinculaban aquella esperanza con un fervor nacionalista que
Jerusalén y el Templo se han conformado a un paradigma tradicional me- rro sólo era antirromano, sino también antipagano (cf. Salmo 2; SalSl. 17;
siánico (véase, sin embargo, el comentario a ll, l5- l9). t'lc.). Para Marcos, pues, Jesús es el mesías davídico, pero el título <Hijo de
Esto hace aún más sorprendente lo que ocurre después: Jesús parecc l)lvid> no manifiesta hacia fuera el núcleo de su misterio2r.
continuar la ofensiva, no contra los paganos, sino contra los escribasjudíos Esto ocurre porque para Marcos la identidad de Jesús no se define tanto
que enseñaban que el mesías es <el Hijo de David> (12, 35b). El monólogo
¡ror su relación con David como por su relación con Dios. Es revelador que
de Jesús comienza y termina ahora con una pregunta encabezada por un ( lludo el Jesús marcano utiliza el Sal I 1 0, 1 para establecer la inferioridad
r

<cómo> que se interpreta naturalmente como una negación (cf . la notu ir


19. Cf. J. Marcus, Jev'ish War, y la Introducción en el vol. l, 52-56.
17. Cf. R. H. Gundry, Mark. A Commentary on His Apolog,,for the Cross,717. 20. Cf. Josefo, B e I l. 2, 433 -43 4.444.6 52; 4, 5 I 0.57 4 -57 8: 7, 29 -3 l.
18. Cf. J. Marcus, The LVay of the Lord, 137-139. 21. Cf. W. Shakespeare, Hamlet,3,2.
I

978 Quintosección princ'ipal


(Mt' ll' I 13' 37) Mc 12. 38-40; Notu:; 979 t-

de David respecto al mesías, cita algo más del salmo de lo que estrictamente I 0. Jesús coNDENA LA posruRA opRESrvA y LA HrpocRESíA DE Los ESCRTBAS
precisaba puiu objetivo, añadiendo la irnagen <del Señoo que dice a
( 12, 38-40)
i¡i "r"
se¡oni que se siente a su diestra hasta que haya sornetido a sus enetni-
gos ( 12, 36bó). Sentarse a la diestra de una divinidad implica la corregencia l2 18Y en su enseñanza decía: <Guardaos de los escribas que gus-
ju-
íon L¡u, como confirman tanto la iconografia antiguazr como los textos tan de pasear con largas vestiduras, de los saludos enlas plazas, 3qde
parte citada
díos (cf. ó. Sanh. 38b y Dn7 ,9- l4). Así pues, la imaginería de la los primeros asientos en las sinagogas y de los primeros divanes en
implica que <mi señor> se halla en una relación de casi igualdad
del salmo
no (sólo) los banquetes, r0que devoran las casas de las viudas haciendo largas
con Dios, y que al-parecer Marcos deduce de ello que Jesús es
de plegarias como pretexto; éstos recibirán la más dura condena>.
el Hijo de"David, sino (también) el Hijo de Dios. Tal deducción está
u.u"ndo tanto con la continuación del Salmo ll0 en los LXX' que habla
de una generación divina (Sal 110,3 [109,3 LXX])rr, como con el
paralelo
Notas
en Rom-l , 3-4, que habla del mesías davídico como Hijo de Dios (cf .la nota
a <David mismo dijo en el Espíritu Santo> en 12,36)' 12,38. De lr¡s escribas que guslan de... ltOn grammateón Ídn thelon-
que Adán
Esta conclusión es también consonante con la observación de tan...f. En griego clásico thelein significa generalmente <queren, <de-
igualmente <hijo de Dios> (cf. Lc 3, 33) y que en nuestro pasaje y en
era scan>, más que (gustar)), <disfrutar de>, por lo que Zerwickr señala su uso
el
otros-lugares del evangelio de Marcos Jesús puede ser presentado como lr¡uí en estos dos últimos sentidos como un semitismo:. Pero en época tan
nu.uo Ádán (cf-. en el índice temático <Adán>)I. Este matiz adámico em-
lcnrprana como la de Homero hay ejemplos de (e)thelein: (gustar de> en
pieza adestacar por la conflación del Sal I I 0, 1 con Sal 8, 6 (cf. nola a
<<ba-
rrn griego no influenciado por fuentes semíticas, y esta locución es espe-
jo, 12,36),éste último es, en su origen y en su interpretación posterior,
ciahnente común en Epictetos.
"n
una alusión a Adán como el soberano divinamente dotado de la creación2s. La frase participial fón thelontón, etc., podría ser interpretada bien co-
Jesús, pues, no es solamente el nuevo David, sino también el nuevo
Adán' y
nro una aposición (<los escribas, estos a quienes les gusta...>), bien como
corno ial tiene poder no simplemente sobre sus adversarios humanos, sino
t¡n rnodificador restrictivo, corno ocurre en la traducción presenter. Este
incluso sobre lás potencias dernoníacas de alcatrce cósmico (cf. de nuevo
irltimo es el modo como deben interpretarse naturalmente otras construc-
lanotaa<bajo>en12,36),incluidoelúltimoenemigodetodos,lamuerte ciones marcanas de los sintagmas formados por un artículo definido plural
(cf. lcor É:T_2g). El Jesús marcano presagia esra soberanía.adámica en I rrn sustantivo * un artículo definido plural + un adjetivo/participio (1 ,27:
sus exorcismos a través de todo el evangelio, y lo demostrará de
manera
\.22,6,7:7 ,21:9,42', 13,25). El paralelo más cercano es 3,22, hoi gram-
concluyente al final, cuando sea exaltado a la diestra de Dios por su resu- ntuleis hoi a¡to Hierosolymón kafabanÍe.s, lit.; <los escribas, estos bajando
rrección, signo definitivo de la nueva creación' tlc .lerusalén> - <los escribas que habían bajado de Jerusalén>. Ello no
En linea con estas indicaciones sobre la renovación del universo, encaja inrplica que fodos los escribas habían bajado de Jerusalén, sino que Marcos
bien que el pasaje concluya con la noticia editorial de que una gran muche- tlirige el foco hacia el subconjunto que sí bajó. En el caso presente, el ejem-
dumbie escuchaba a Jesús con agrado (12,37c). Estalla la alegría cuando ¡rlo del escriba bueno que aparecía unos versículos más arriba (12,28-34)
el Jesús marcano alude a la nueva creación, al igual que estalló la alegría nluestra que el evangelista no piensa que todos los escribas pertenecen a
cuando Dios creó la antigua (cf.. Gn 2,23 Job 38,7). Es significativo
ade-
csta clase llena de vanagloria que está dibujando aquí.
yuxtapone cl
más que aquí, como en otros puntos de su relato, Marcos c'on largas vesf iduras len stolaisl. El manuscrito Sinaítico de la versión
entusiasrno de la muchedumbre hacia Jesús a la oposición de s's dirigentes
sir'íaca antigua refleja la lectura en stoai,s (<en la estoas)) o pónicos), una
(cf . l, 22; 2, 6-7 .12: 3, 20.22; 8, I - I 2; I I' I 8; 12, l2', 14' 2)' La gente co- tlil'crencia de solamente una letra con la versión habitual, y en origen fue
mún se pasa al lado de Jesús y lejos del de los escribas. En esos momentos ¡rrobablernente un error o un intento de crear un texto más fácil.
está teniendo lugar un realineamiento básico de la política palestina
cono
La stolé era una vestimenta larga, suelta, llevada generalmente en oca-
parte de la revolución cósmica impulsada por el Señor de David.
siones festivas; en los LXX el término se usa para las vestiduras de los
En el siguiente pasaje Jesús corresponderá a este apoyo popular denutt- sacerdotes, sobre todo del sumo sacerdote y del rey (cf., por ejernplo, Ex
ciando la déspiadaáa explotación del pueblo por parte de los escribas.
l. M. Zerwick. Biblical Greek lllustratetl b.v Examples, 149.
22.Cl.O.Keel.ThesvntbolisndtheBiblicatlVortd,253-268;M.Hengel,Thezttt' 2. Cf'.J.Lusf,ACreek-EnglishLexicono/'theSepnragint,203;M.A.Jastrow, lDlc-
lols; Stutlies in Earb Chrisfologt', 175-l'79' lhe Thrguntinr,l493 (rrrJ.
ttt)tr(tr.r: of
23. Cf. J. Marcus' The Way ol the Lord. l4l ' -1. Cf. G. Schre¡rk. Theló,45: BDAG 448 [3].
24. Cl. J.Marcus. Murk-lítterprcr,3 y. nota ll.,Son of Man as son ol'Adant,37l-377 l. Cf. H. W. Snryth. Greek Grantmar. \ ll58: A. T. Robertson. A Grommur of the
25. Cf. G. A. Anderson. The Éx¿tltotion of Adam and the Fall ol Satan' titi'tk Ne¡'Testat1tct1t,7'76.1 .106', W. W. Goodwin, A Greek Gromntar,\959.
I

l-l Mc 12, 38-40: Comentario 981


980 Quinta sección principal (Mc 11, 3, 37) I

lirera la original y que kai orphanón se haya perdido por haplografia indu-
28,2;29,21;31 ,10;2Cro 18,9)5. La vinculación de las stolai conlos
cida por el homeoteleuton de las terminaciones en -ón (cf. glosario); como
sacerdotes continuó en el uso postbíblico judíoó, y ello es significativo
cscribe Freedman: <Seguramente se esperaría que 'y de los huérfanos'es-
porque los escribas del Nuevo Testamento eran probablemente sacerdotes
tuvieran incluido en tales referencias>. Ahora bien, esta expectativa explica
y levitas (cf. el apéndice <Escribas y fariseos> en el vol. 1, 613). La stol¿
rnejor que los escribas la hayan añadido, más que sea la forma original en
sacerdotal estaba diseñada para impresionar; Josefo, por ejemplo, dice que
csta historiar0; además, las pruebas textuales parala inclusión son débiles.
Iabelleza del traje de un sacerdote (se despliega para el gozo de los espec-
Sobre la actitud general del Antiguo Testamento hacia las viudas, cf. co-
tadores> (Ant.3,155; cf. Eclo 50, 1l sobre la gloriosa vestimenta del sumo
mentario a 12,38-40. Teniendo en cuenta la identificación de los escribas
sacerdote Simón).
tlcl Nuevo Testamento como sacerdotes y levitas (cf. nota a <con largas
saludos en las plazas laspasmous en tais agoraisl. También es posible
vestiduras> en 12, 38), es asombroso que en varios textos deuteronómicos
en <los mercados>. El saludo respetuoso era valorado no sólo por sí mis-
krs levitas vayan incluidos con las viudas, huérfanos y residentes extranjeros
mo, sino también por la gloria que otorgaba al receptor ante los ojos de
como gentes que requieren el apoyo social. Esto ocurría porque su devoción
los presentes (nótese que se habla implícitamente de un lugar público al
completa a Dios excluía la posesión de tierras, reduciéndolos así a un estado
decir <en las plazaslmercados>). La actitud negativa de Jesús hacia tales
lrumilde (cf., por ejemplo, Dt 14,29;16,141'26,l2). La situación en la que
signos de distinción es similar a la de R. Yohanán benZak'kai, de quien se
cscribas levíticos rapaces se alimentan de viudas pobres resulta así una in-
dice que <nadie nunca lo precedió en el saludo, ni siquiera un gentil en la
vcrsión de la solidaridad ordenada por Dios entre los dos grupos.
plaza>> (b. Ber. l7a), es decir, no esperaba a ser saludado, como convenía a
Ésns recibirán la más dura condena lhoutoi lépsontai pe:rissoteron kri-
su dignidad, sino que él siempre saludaba a otros primeroT.
rrrrr]. Como hemos indicado en el comentario a 12,38-40, el Antiguo Tes-
39. primeros asientos lprotokathedrias]. Mt 23,2 reconoce que <los es-
liunento ameÍaza repetidamente con el juicio a los que oprimen a las viu-
cribas y fariseos se sientan en el asiento de Moisés>, una declaración que
tlls, huérfanos y otras personas desvalidas. En algunos casos este castigo
se ha vinculado con el asiento aislado de piedra encontrado en las antiguas
sinagogas de Delos, Dura Europos, Hammat Tiberias, Corazim y 'En Gedi, l)irrcce ser una amenaza de que el opresor experimentará una pérdida de
sr¡ fbrtuna en esta vida (cf., por ejemplo, Dt 27 , 19 lcf . 28, l5-68]; Job 22,
que al parecer tenía una finalidad honorífica. Cf. b.Yeb.98a, que menciona ()- I
l), pero en textos más tardíos del Antiguo Testamento y en la literatura
un asiento especial sobre el que se sentaba R. Aquiba mientras enseñaba8.
primeros divanes fttrótoklisias], lit. <primeros (sitios) donde reclinar- ¡rrrstbíblica la amenaza del juicio se vuelve escatológica (cf., por ejemplo,
Srb 2, l0 en su contexto). Es particularmente interesante, teniendo en cuen-
se>. Sobre la costumbre de reclinarse en las comidas, cf. nota a <estaba
trr cl contexto amplio del evangelio marcano, que los castigos con los que
reclinado en la mesa> en2, 15. Sobre la importancia de dónde se sienta uno
l)ios amenaza incluyan la destrucción de un edificio importante de Jeru-
y otros asuntos de preferencia en los banquetes, etc., cf. Lc 14,7-14; IQS
srrlérr (el palacio del rey en Jr 22, 3-6; cf . la amenaza de la destrucción del
6, 4-6.8-9; b. Ber. 46b. En IQS el sacerdote tiene prioridad en la comida
lL'rrrplo en Mc 13, l-2) y la dispersión de Israel entre las naciones (E222,
comunitaria; cf. nota a ((con largas vestiduras)) en 12, 38 sobre los escribas
l5'. Zac 7 , 70-14; Tg. Is. 70, l-41' cf. Mc 12,9; 13, l4).
del Nuevo Testamento como sacerdotes.
40. que devoran las casas lhoi katesthiontes tas oikias). Derrette cita
dos paralelos significativos'. Test.Mos. 7 , 6-7: <Devoradores de los bienes ('omentario
justicia, pero en
[de los pobres], diciendo que obran así por motivo de
realidad paraacabar con ellos. ..>>;y b.Git' 52b, en donde el fideicomisario
lntroducción Tras refutar las ideas de los escribas sobre el pedigrí del
de la propiedad de un huérfano es acusado <de comer y beber de lo que no
rr¡csías (12,35-37), Jesús impugna ahora a estos personajes acusándolos
es suyo).
,;rl rodeos de opresión e hipocresía.
de viudas lton charon]. Unos cuantos testigos de los textos occidental y
lrs probable que los tres pasajes 12,28-34; 12,35-37 y 12, 38-40 estu-
cesariense (D, W ftt,28,565, it) añaden kai orphanón (<y de huérfanos>),
r rcran juntos en unacolecciónpremarcana (cf.laintroduccióna los capítu-
conformando así nuestro texto a una frase usual en el Antiguo Testamento
h rs I I - I 3); nuestro texto, el último de la serie, va unido con las dos períco-
(cf. Ex 22,22; Dt 14, 29 Is 1,17, etc.). Sería posible que la lecturalarga
¡rlrs anteriores por el lema <<escribas>. La redacción marcana es claramente
r isible sólo al principio, en el versículo introductorio 12,38a (<Y en su
5. Cf. K. H. Rengstorf, Dle stolai der Schriftgelehrten,3S9. t'rrscñanza decía...>). Sin embargo, a pesar de esta procedencia premarcana
6. Cf. Filón, Embajada a Gayo, 296; Josefo, An¡. 3, I 5 I - I 56; I l' 80.
'7. Cf . C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,278. ,'l ¡rasaje encaja bien en el relato total del evangelio.
8. Cf.WD.Davies-D.C.Allison,TheGospelAccordingtoSaintMatthew3,263;L.l'
Levine, The Anc i ent Sinago gu e, 323-327 .
g I D M I)erretf , 'Eatinc' un the Houses of Widov's'. 6-8. I 0. Cf. B. M. Mefzger, A Textual Commentaty on the Greek New Testament, lll.
ri

9¿12 ll. I Mc 12. 38-40. ('onrctttut'io q83


Quinro .sección principol (Mc l-1, -17)

Después de la introducción redaccional, la perícopa consiste en tres sec- tlc apoyo habituales de la sociedad. Su bienestar, por tanto, es un encargo
ciones, de extensión decreciente. Primera: hay una descripción en cuatro sasrado de la divinidad, y violarlo, por ejernplo estafándolos, es un crimen
partes de cosas que gustan a los escribas (trajes, saludos, asientos selectos cspecialmente atroz (cf., por ejemplo, Jr 7 , 6-7: Ez 22,1', Zac I , 10- I 4; Mal
en las sinagogas, divanes preferentes en los banquetes: 12, 38b-39). Des- l. 5). Además, puesto que la casa de la viuda constituía a rnenudo el total
pués viene una descripción en dos partes de sus actividades infames (devo- tle su herencia, era asunto especialmente irnportante mantenerla o devol-
ran los recursos de las viudas enmascarando su rapacidad con la oración: vcirsela (Sal 68, 5-6; cf. Prov 15,25). Privarla de ello, por el contrario, era
12, 40a). Finalmente, una frase concisa profetiza su condena escatológica ulla transgresión particularmente grave, y en nuffterosos textos del Antiguo
(12,40b). Y así corno las secciones se vatr haciendo cadavez más breves, lcstarnento se advierte a los que cometen ultrajes contra las viudas que
el tema se torna cada vez más negro: de la preocupación frívola por cosas linalmerrte serán castigados por <el Dios de la venganza> (Sal 94, 1.6, cf.
externas (12, 38b-39) a la opresión y la hipocresía (12,40a), y de ahí a la ¡r¡rla a <<éstos recibirán la rnás dura condena> en 12,40). muchos de estos
perspectiva de un juicio severo ( I 2, 40b). tcmas aparecenjuntos en Is 10, l-4, un pasaje con sorprendentes puntos de
contacto con Mc 12,38-40:
12, 38-40. Condena de los e:;cribas por pqrte de Jesús. La primera parte
¡Ay de los que promulgan leyes injustas
de la condena de los escribas por parte de Jesús se centra en su preocupa- y componen inicuos documentos
ción, llena de vanagloria, por la parafemalia de un estado de élite: largas para apartar del juicio a los pobres
vestimentas, saludos públicos, y los <pritneros>> Qtrdto-) asientos en los ofi- y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo;
cios sinagogales y en los banquetes (12, 38b-39). En una sociedad greco- para despojar a las viudas
y robar a los huérl-anos!
rromana consciente del honor, tales distinciones serían signos itnportantes
¿,Y qué haréis en el día del castigo
de alto estatus, pero en el contexto filarcano son reos de la sentencia divina:
cuando viniere de lejos la calamidad...?
en el reinado de Dios, en el final de los tiempos, los primeros (prótoi) serán Ni con todo esto ha cesado su furor (de Dios),
los últimos (cf. 10, 3 I ). Así pues, el vocablo prófo- es ya un presagio de la sino que su mano todavía está extendida.
sesión del tribunal escatológico al final del pasaje ( I 2, 40b).
La razón de este duro juicio queda clara en 12, 40a, donde Jesús aranca No sólo ha sido decretado un día de castigo divino contra aqr.rellos que
la máscara de respetabilidad de los escribas para revelar la brutal realidad, abusan de las viudas y de otras gentes desvalidas, colno en Mc 12,40b,
incluso demoníaca, que hay debajo. Este contraste entre el aspecto y la rea- sino que en el texto se denuncia que los opresores estafan a sus víctirnas
lidad queda reforzado por la transición desde los <banquetes>, al final de I 2, <con Ieyes injustas> e <inicuos documentos>>, es deciq con textos que pro-
39, hasta el <devoran>>, al principio de 12, 401. Inientras que el primer vo- vienen de un escriba. La influencia de este pasaje del Antiguo Testamento
cablo sugiere una comida ordenada y civilizada, el segundo implica el tipo está atestiguada por CD 6, l6-17, que vincula a <los saqueadores de las
de asalto voraz sobre el alimento característico de los anin.rales salvajesrr. viudas> con la <riqueza del Templo>, identificándolos por tanto, al parecer,
Como señala Miller adetnásr2. el otro único uso lnarcano de <devorau es con los sacerdotes del santuariorr y apoyando de este modo la hipótesis
4, 4, donde el sujeto son los pájaros alegorizados posteriortnente como Sa- de que los escribas en nuestro pasaje deben entenderse como sacerdotes
tán (4, l5). Por tanto, como en otros lugares, Marcos da a entender que los y levitas (cf . la nota a ((con largas vestiduras)) en 12,38). E,l Targum de
oponentes humanos y diabólicos de Jesúrs se solapan (cf. el índice temático lsaías sobre este pasaje está todavía más cerca del lenguaje y del contexto
<Enemigos de Jesús, humanos y dernoníacos>). Los pilares mismos de la de nuestra perícopa, ya que especifica que se está desvalijando /¿l propie-
sociedad, los hombres que se distinguen como tales por la vestimenta y por dad de las viudas y que por ello la sentencia divina aÍtenaza a Israel con el
la aprobación universal, se revelan como explotadores demoníacos del des- exilio (cf. Mc 12, 9;13,l4).
valido que utilizan la oración como medio para velar sus asaltos. Dado este trasfondo bíblico, ¿cuál es exactamente la opresión de los
La acusación colrcreta contra los escribas es que <devoran las casas escribas descrita en Mc 12,40a? Puesto que <la casa> significa no sólo el
de las viudas>> (12,40a). La referencia a las viudas evoca un rico fondo edificio en el cual se vive, sino también la propiedad que ella contiene (cf.
veterotestamentario, cuya mayor parte es relevante para nuestro pasaje. 3,27)tl, el texto se refiere probablemente a la apropiación indebida de los
Las viudas, con los huérfanos, los extranjeros residentes y los pobres en bienes que el marido ha legado a su viuda. El mecanisrno exacto de esta
general son mencionados a menudo en el Antiguo Testamento como objeto apropiación es confuso; Fitzmyerr5 cataloga seis posibilidades diferentes,
de especial preocupación por parte de Dios, ya que no tienen los sistemas
13. Cf. C. A. Evans. Mark 8.27-16,20.284.
I l. cf. BDAG 532. r4. cf. BDAC 6e9 [a].
12. S. Miller, Wonten in Mark! Gospe!,121-122. 15. J. A. Fitzrnyer, The Gospel Accorclin94 to Luke 2, 1318.
984 Quinta sección principal (Mc I l, I-13, 37) Mc 12,41-44: Notas 985

entre las cuales prefiere la conjetura de Derrett: que el escriba, actuando clos, o incluso la mayoría, fueran así20.
Al mismo tiempo, cada oficio tiene
como notario que autentifica el documento, engaña a la viuda privándole realmente sus pecados profesionales, y el conocimiento profético, que era al
de parte de sus bienes al cobrar abusivamente por sus serviciosr6. Otra posi- menos una parte de la identidad de Jesús, es una actitud que percibe la co-
bilidad consiste en que el pasaje considera la requisa forzosa de propieda- rrupción aparentemente rutinaria como materia de escandalosa importancia:
des por parte de los sacerdotes, que son también escribas, por el impago de
El mundo es un lugar soberbio, lleno de belleza, pero los profetas se escan-
diezmosrT. En uno u otro caso, la referencia del pasaje a la oración puede dalizan, y deliran como si el mundo entero fuera una pocilga. Hacen mucha
sugerir que el escribatrata de mitigar su culpa prometiendo rezar por la alharaca por cosas ínfimas, prodigando un lenguaje exceiivo sobre temas
víctima de sus manejos legalesr8, intento que sólo incrementa su culpabili- insignificantes. ¿Qué importancia tenía si en algún lugar de la antigua pa-
dad(12,40b). La atmósfera general de extorsión sacerdotal que exhibe este lestina la gente pobre no era tratada correctamente por los ricos...?
¿por qué
pasaje se ilumina por la famosa denuncia contra elevadas familias sacerdo- tal entusiasmo inmoderado? ¿por qué tal intensa indignación...? Ei proféta
tales en una tradición talmúdica (b. Pes. 57a): es un hombre que siente ferozmente. Dios ha colocado una carga sób.e ru
alma, y se siente doblado y aturdido por la feroz avaricia del sér humano.
¡Ay de mí, a causa de la casa de Boeto! ¡Ay de mí, a causa de sus basto- Espantosa es la agonía de tal hombre; ninguna voz humana puede transmitir
nes! ¡Ay de mí, a causa de la casa de flanin! ¡Ay de mí, a causa de sus susu- su intenso terror. La profecía es la voz que Dios ha prestado a la agonía si-
rros! ¡Ay de mí, a causa de la casa de Katro! ¡Ay de mí, a causa de sus plu- lenciosa. . . Dios brama de rabia en las palabras del profeta2r.
mas, con las que escriben! ¡Ay de mí, a causa de la casa de Ismael, hijo de
Fabi! ¡Ay de mí, a causa de sus puños! Ya que ellos son sumos sacerdotes y Hay así un agudo contraste entre el modo como las cosas parecen a la
sus hijos son tesoreros [del Templo]; sus yemos son fideicomisarios y sus rnayoría de la gente la mayor parte del tiempo y el modo como surgen en el
criados golpean a la gente con bastones.
conocimiento del profeta. A éste le ha sido concedido no sólo un reconoci-
¡niento atrozmente penetrante del mal que existe detrás de fachadas respe-
Se acusa en este pasaje a los clanes de los sumos sacerdotes de violen-
lables, sino también una perspicacia que crea esperanza en el valor trans-
cia (<bastones>, <puños>), de actuar con falsía (<<susurros>) y de oprimir a
ccndente de los actos diminutos apenas perceptibles de caridad y de fe. El
la gente común (<golpean a la gente>), características todas de los escribas
¡rasaje siguiente levantará la cortina ante una de estas preciosas acciones.
marcanos en el contexto presente. Significativamente, además, uno de los
instrumentos de esta opresión es la pluma, con lo que la tradición talmú-
dica está más cerca aún de la representación de escribas rapaces por parte
I l. Jpsús ELocrA LA LrMosNA DE LA vruDA ronne (12, 4l-44)
de nuestro texto.
Así pues, como el pasaje talmúdico, el marcano desenmascara la reali-
12 4tY sentado frente al tesoro veía cómo la muchedumbre echaba
dad brutal que pueden ocultar hermosas vestimentas y una oración impre-
nronedas en él; y muchos ricos echaban mucho; a2y llegó una viuda
sionantemente sonora. La conclusión del texto, con el anuncio del vere-
dicto escatológico sobre los escribas, expone la inutilidad de este intento ¡lobre y echó dos ochavos, que es un cuadrante. 43y tras llamar a sus
de camuflaje con unas palabras contenidas pero terribles, acentuadas por rliscípulos les dijo: <En verdad (amén) os digo que esta pobre viuda
el asíndeton (cf. glosario): <éstos recibirán la más dura condena>. Aquí la cchó más que todos los que echaban en el tesoro; aapues todos echaron
palabra para <más dura>>, perissoteron, es comparativa en la forma, pero tlc lo que les sobraba, pero ésta de su pobreza ha echado cuanto tenía
puede tener unmatiz elativo (intensivo) que le otorgaría un sentido cercano ¡rara vivir>.
al arameo yatíra': (muy grande>, <extraordinaria>re. En el contexto, sin
embargo, es más probable que perissoteron sea un verdadero comparativo:
el intento de los escribas de enmascarar su opresión con la piedad recogerá Notas
una cosecha más rica en castigos que la que les habría proporcionado úni-
camente la opresión. 12, 41. sentado fkathisasf. Este vocablo es sustituido por hestós (<<de
Nuestro pasaje no implica que todos los escribas se parecieran a éstos ¡ric>) en W O, ,f'''t, 28, 565,2542, pc, sy., h.c Orígenes. Según Metzgerr,
(cf. nola a <los escribas que gustan de> en 12,38), ni es probable que to- cstos escribas (pensaron obviamente que era más apropiado para Jesús estar
tlc pie... que sentado en el Templo>. Estar sentado, sin embargo, podría te_

I 6. J. D. M. Denett, 'Eating np the Houses of LI/idows'. Cf . b. Git. 52b, citado en la nota


a <que devoran las casas> en 12,40. . 20 qf las descripciones, muy positivas, de sacerdotes y levitas en E. p. Sanders,
-/¿r-
I7. Cf. Josefo, I nt. 20, 206. ,htisnt. Practice and Belief 63 BCE-66 C8.,77-l\2.l1-}-l1i.
I8. Cf. C. A. Evans, Mark 8,27- I 6,20, 279. 21. A. J. Heschel, The Prophets,3-4.
I . B. M. Metzger, A Textual Commentary on the Grcek New Testament,
19. Sobre el comparativo intensivo, cf. DBF $ 244; MHT 3,29-32. lll.
Mc 12,41-44: Contcnturit¡ 987
986 Quinfa sección principal (Mc 11, 1-13' 37)

viudas y huérfanos>, junto con otras sumas de dinero. El tesoro de Templo,


ner su significado; David se sentaba ante el Señor en el tabernáculo en 2 sm
7, l8: I Cro 17, 16, por lo que algunos rabinos concluyeron que sólo al rey ¡rLres, funcionaba en parte como un banco para las viudas, entre otros, pero
cste tipo de depósito debe distinguirse de la contribución piadosa de la
davídico le estaba permitido sentarse en el patio del Ternplo (cf., por ejem-
viuda en nuestra historia, que no esperaba recuperar nada.
plo, t. Sanh. 4, 4; b. Yoma 69b; b. Sotah 40b, 4lb; Mid. Salmos I ' 2)' Otros
dos ochavos, que es un cuadrante llepta duo ho estin kodrantesl, lit. dos
rabinos, sin embargo, opinaban que estaba prohibido sentarse incluso para
<<(r.nonedas) menudas>8. El empleo de un término latino para explicar uno
el monarca (y. Yoma 3, 2 l4}b;Neusner, I 4,'7 6l; y. Sotah 7, 7 l22a; Neusner,
21, l97l; y. Pesah. 5, l0 132;Neusneq 13, 2481). La controversia rabínica, uiego (lepta) no es necesariamente un signo de que Marcos firera compues-
Io en Romae. El leptón no era una denominación oficial, sino un término
como la rnodificación de nuestro texto evangélico por parte de los escribas,
indica la conciencia de lo insólito de estar sentado en el Templo. scneral para la calderilla menuda de bronce, de poco valor. Así pues, lit.
,<tlos lepta, es decir un cuqdrante)), es menos una traducción que una es-
tesoro lgazophytakiou]. Este término se refería normalmente a las cá-
maras del tesoro del Templo, que estaban detrás de las murallas del patio ¡recificación de un término vago por otro exacto. El kodrantés/quadrans es
rnr préstamo latino que se halla también en hebreor0; era equivalente a un
interior y por tanto no accesibles a los laicos (cf.' por ejemplo, lMac 14,49:'
eLrarto de un as o 1 /64 de un denario (cf. 12, I 5) y se conocía en todas partes
2úac 3,6; Josefo, Bell. 5,200; 6,282 Ant. 19,294)' A causa de esta difi-
cultad, los exegetas interpretan por lo general nuestro versículo como una
tlcl Imperio romano. Era la moneda romana menos valiosa, como indica
rl"rresamente Plutarcorr; su bajo valor otorga un hincapié añadido a la frase
referencia a una de las trece cajas para ofrendas en forma de trompeta, o em-
e

budo, que se encontraban en el patio de las mujeres,.seis de las cuales esta-


,<lrasta que haya pagado el último cuadrante> en Mt 5, 26 /l Lc 12,59t2.
43. más que todos lla gente rica] fttleion pantón). Este sintagma podría
ban deitinadas para las ofrendas voluntarias (cf . m. Seqal.6' 5)2. En BDAG
r'ntenderse en sentido distributivo (más que cualquiera de ellos) o en sentido
se afirma3 que estos recipientes para ofrendas podían ser considerados parte
del <tesoro>, ya que alimentaban finalmente sus cofres. No hay ninguna t'olcctivo (más que todos ellos reunidos). Teniendo en cuenta el interés de la
prueba léxica directa para esta afirmacióna, pero Balzs cita una paralelo ¡rcrícopa y el contraste entre la viuda pobre y sola y el grupo de muchos do-
parcial de m. Seqal.5, 6, donde se hace una referencia a echar objetos en <la rrrntcs ricos (cf. comenÍarío a 12,41-42), es preferible el sentido colectivo.
cámarade los utensilios>, que parece significar que tales objetos se echaban 44. Cuanto tenía para vivir lholon ton bion autésl, lit. <toda su vidu.
en un recipiente para ofrendas. Ahora bien, ya que este pasaje misnaico no /iro,r significa literalmente <la vido; por extensión, el vocablo puede de-
rrrrl¿rr también los recursos necesarios para sustentarla (cf. Lc 8,43;15,
menciona el tesoro, en el mejor de los casos es un paralelo distante a nuestro
texto, por lo que Mc 12, 41 puede ser simplemente uno de los muchos rasgos l.l..l0)rr. Enla Antología Palatina hay un epigrama de Juliano, un gober-
poco realistas de nuestro relato (cf. la introducciónal comentario)' nrrtkr de Egipto en el siglo VI d.C., que registra Ia dedicación de su red a
echaba... echaban [ballei... ebatlonl. El códice Bezano trae las pala- l:rs ninfas por pafte de un pescadoq pidiéndoles que acepten ese humilde
bras entre estas dos muestras de ballein, de modo que su lectura es: <mi- ,lorr p¡¡¡qus representaba <toda su vida>> (holos... bios)ta. La generosidad
raba cómo la muchedumbre echaba una gran cantidad>. Probablemente es ,lt'l ¡rcscador, sin embargo, es menos impresionante que la de la viuda en
un caso de haplografía (cf. glosarlo), aunque la semejanza entre las dos rrucstra historia, ya que él se autodescribe como cansado de pescar (6,25,
palabras sea más impresionante en castellano que en griego. | ) c irrcapaz de echar más su red debido alavejez (6,26, 1-2).
monedas lchalkonl. Esta palabra denotaba al principio no el dinero, si-
no el metal del que estaba hecho (cobre, latón o bronce)6. EvansT indica
('olnentario
el paralelo en el argot de diversas lenguas (español o inglés) en el que sc
llamaba, o se llama aún, <plata> o <cobre> al dinero.
42. viuda pobre lchéra ptóchel. En 2 Mac 3 , 1 0 el sumo sacerdote trata
It¡tn¡ducción Tras haber penetrado el futuro con su mirada y haber pre-
,lr, lro cl juicio escatológico de los escribas que devoran las casas de las
de disuadir al agente del monarca supremo seléucida para que no saquec
r rrrtlrrs (12,38-40), Jesús torna ahora su mirada al presente y se detiene en
el tesoro del Templo diciendo que contiene <depósitos que pertenecen it

ii Sobre las monedas de este pasaje, cf. J..Marcus, Jewish War,444-445.


2. Cf. la nota de Thackeray sobre Josefo, Bel/. 3,260 en la <Loeb Classical Library>l ('ontra B. H. M. G. M. Standaerf, L'Evangile selon Marc,470-473; M. Hengel,
para una visión arqueológica sobre los recipientes_para ofrendas en los templos antigtros.
')
t tt, ,/tttlot.;t Sfudies in The Gospel of Mark,29.
bf. G. Kaminski, [Jnrerwchungen zum antiken Opferstock. l o ( f . M. A. Jastrow, I Dictionary of the Targuntim, 1324.
3. BDAG I86. I I l'lutarco, Cicerón 29,5.
4. Ct. H. L. Strack-P. Billerbeck, Komntentor zunt Neuen TeslamenÍ2,42' I ' ( t. BDAG 550.
5. H. Balz, Gazoph¡,lakion. l I ('r. BDAG t76-t77.
6. Cf. BDAG 1.076. I I ( l'. Crcek Antholog,., LCL, 6. 25,5-6.
7. C. A. Evans, Mark 8,27-1 6,20, 283.
Mc 12, 4l-44: Contcnturio 989
988 Quinta sección principal (Mc I l, l-13, 37)

contribuyentes a la riqueza del santuario (12,41a). El método retórico aquí


el tema de la viuda pobre, emitiendo un veredicto positivo sobre la acclÓn cmpleado encaja en un modelo profético ya consagrado de observación
piadosa de tal persona. Si se toman juntos los dos pasajes, son una ilustra-
crítica y comentario negativo sobre 1o que pasa en el Templo de Jerusalén
fi¿n ¿"1 antiguo motivo de los Dos Caminos (cf. comentario a9,41-42); (cf.,porejemplo, Ir7 yEz 8,ytambiénMc ll, 11.17). Elhechodeestar
los dos sirven para contrastar a los dirigentes del pueblo, cuya riqueza ha ssntado puede ser significativo, tanto porque la posición puede llevar una
acrecentado suavaricia, con una mujer indigente, cuya pobreza va pareja connotación de juicio (cf. Dn 7, I 0; Mt 79, 28; 27 , 19; y comentario a 13,
con su generosidad. l-2), como porque tal postura en el recinto sagrado puede haber sido insóli-
La presente perícopa parece ser una parábola historicizada, ya que es t¿r y por tanto una afirmación implícita de autoridad (cf . la nota a <sentado>
dificil áe entendér como un relato realista(paraotra parábola historicizada, cn 12,41). Lo que Jesús ve desde esta posición sedente se describe primero
cf. nota a <vieron la higuera ya seca desde las raíces> en I l, 20)' La viuda, cn términos generales (la muchedumbre que echa dinero en el tesoro, 12,
por ejemplo, no podía realmente echar su dinero en el tesoro del Templo a lb), y luego con más precisión (muchos ricos echan mucho en 12, 4lc),
(cf. iota'a (el teioro) en 12,41); y a no ser que supongamos que Jesús conforme a la típica retórica marcana de la repeticiónr6.
estaba ejerciendo la clarividencia, no mencionada en el relato, es imposible Jesús contrasta a mucha gente rica ocupada en actos ostentosos de ca-
explicai cómo podría saber: a) que la mujer era viuda, b) la cantidad con la ridad (cf. Mt 6,2) con una persona solitaria, una viuda pobre, que llega
qul contribuyey c) el porcentaje de su sustento que representabars' En su tliscretamente, hace su donativo y, al parecer, se marcha (12,42). Como
forma original, parabólica, nuestra tradición pudo haber sido un gemelo de scñala MalbonrT, esta discreta viuda es la contrapartida no sólo de la gente
la paráboia de ic 18, 9-14. Ambos se refieren a una persona orgullosa (o rica en la perícopa presente, sino también de los escribas en la anterior
g"nt"¡ y otra humilde que se acercan al Templo; el primero es condenado y (ple procuran llamar la atención por su vestir, los saludos que reciben y su
él segundo, aplaudido. Es imposible decir si ha sido Marcos o la tradición rucomodo en asientos preferentes (12,38-39). La antítesis entre ella y los
pr.--ur"unu la que ha historicizado la parábola; en cualquier caso, el evan- tlonantes ricos de la escena queda acentuada deliberadamente:
gelista parece ser responsable de su presente situación en el evangelio (cf'
la intro'ducción a los capítulos I 1-l 3). Los posibles rasgos de la redacción polloi plousioi eballon polla
marcana serían: <y muchos ricos echaban mucho> en 12,41|' <<es decir ¿lr muchos ricos echaban mucho [una cantidad grande]
cuadrante>> en72,42,1a <llamadu a sus discípulos en 12,43 y <cuanto mia chera ptoche ebalen lepfa duo
tenía para vivin en 12,44. una viuda pobre echó dos lepta [una cantidad rnínima]
Ef pasaje se divide en dos secciones principales: la descripción de la
gente que il"gu putu contribuir al tesoro de Templo (12, 4l-42) y el co-
Este contraste se extiende a los tiempos verbales utilizados parala ac-
á.ntotio de Jésúi sobre los contribuyentes (12, 43-44). Por encima de esta
cirin de echar las contribuciones en el tesoro: imperfecto plural para los
división hay una estructura en cadena que altema la atención, yendo de
ricos, que significa muchas contribuciones individuales (quizás varias por
unos a otros donantes, con especial atención a la viuda:
¡rcrsona), a diferencia del aoristo singular para la viuda, que connota un
12,41 otros donantes único acto. La viuda echa en su insignificante contribución, que emplea
12,42 viudaPobre l¿r rnoneda más pequeña en circulación, sólo dos ochavos (cf. nola a <dos
12,43 esta viuda Pobre
t¡chavos (lepta), qve es un cuadrante>> en 12,42). Casi podríamos sentimos
[más que] todos los otros donantes tcntados de acusarla de tacañería.
12,44 ellos de su abundancia
ella de su escasez
12r 43-44. Comentario de Jesús. Jesús, sin embargo, convoca a los dis-
Retóricamente la viuda no entra en el cuadro hasta que sus compatriotas cípulos (12,43a) para emitir un juicio contrario, un veredicto que quizás
ricos han sido presentados; así pues, en esta sección del evangelio (cf.12, ¡rrefigura la sentencia escatológica que oirán algún día tanto la viuda como
Ios donantes ricos: la mujer ha dado más que todos ellos juntos (12,43b; cf .
38-40), el primero se conviefe en el último y el último, en el primero'
notu a <<más que todos fios ricos]> en 12, 43). La introducción a este vere-
12,41-42. La escena. Después de una larga serie de enseñanzas (11, tlicto con la fórmula <Amén, os digo> sugiere que es contrario a la opinión
rccibida y que requiere de la perspicacia escatológica de Jesúsr8. Además,
27-12,40), pronunciadas presumiblemente de pie, Jesús se sienta frente
al tesoro áel Templo para observar y obtener una lección de los variados
16. Cf. F. Neirynck, Duality in Mark.
17. E. S. Malbon, The Poor llidow in Mark,595.
15.Cf.D.E.Nineham,SaintMork,334-335ycontráSteseconC.A.Evans,Murk 18. Cf. E. Klostermann, Das Markusevangeliunt, 131.
8,27-16,20,281-284 para ciertos intentos de racionalización poco convincentes'
990 Quinto sección principul (Mc 11, I 13,37) Mc 12,41-44. Contenlurio 991

el hecho de que siga a la convocatoria de los discípulos por parte de Je- l) Jesús contrasta gráficamente a la viuda pobre que da todo con los
sús, podría significar que la lección es particularrnente importante para los ricos que donan de lo que les sobra: ella ha dado más que todos los otros
miembros de la comunidad marcana (cf .7 , 14;8, 34; 10, 42). ¿Habia quizás
tulrtos. E,sto suena más a una alabanza que a un lamento; Jesús exalta a la
en ella tanto gente rica como pobre, pero la ostentación de los primeros y su r ir¡da humilde a expensas de los plutócratas satisfechos.
insensibilidad hacia los segundos estarían entre los peligros espirituales que 2) Que ésta es la interpretación correcta se demuestra por el hecho de
acosaban a la iglesia doméstica de Marcos (cf. St 2, I - 17)? (luc se trata de un lugar común, no sólo en otros escritos cristianos (por
La lección que Jesús desea que aprendan sus discípulos se explica con e jcrnplo 2 Cor 8, 2-3), sino tarnbién en las tradiciones filosóficas y religiosas
detalle en la conclusión del pasaje, donde se observa que el rico ha dado de t'n cl rnundo entero, a saber, que el sacrificio que supone dar es de un valor
lo que le sobraba, mientras que la viuda pobre había contribuido con todo lo rrrlinitamente mayor para un pobre que las oblaciones de los ricos2a.
que tenía (12, 44). El modo tradicional de interpretar esta conclusión es que
-j) Nuestra historia tiene paralelos muy cercanos en dos historias rabí-
Jesús exalta a la viuda para que sirva de emulaciónre. Lo crucial -aprende- nicas relatadas en Lev. Rab. 3, 5 y Midr Salmos 22,31 (cf . también b. Men.
mos aquí no es la cantidad que uno da -o lo poco que se dé-, sino lo que te l{)-1b). E,n la primera, el rey Agripa pide al sumo sacerdote suspender todas
queda después2o; es rnás encomiable dar desde lapobreza que desde la abun- l:rs ofiendas salvo la suya, para que pudiera sacrificar mil bueyes en un día.
dancia2r. En este caso pafticular, lo notable del sacrificio de la viuda queda t ln hornbre pobre viene y pide que le sea permitido sacrificar dos palomas.
acentuado por la repetición marcana al final22: ella da todo lo que tiene, in- ( irda día, dice, coge cuatro palomas, sacrifica dos y gana su vida con las
cluso todo lo que necesitapara vivir ( 12, 44bc),una repetición que equilibra ()trls dos, su sustento, afirma, depende de este sacrificio (se trata de la re-
la doble referencia a las ostentosas donaciones del rico en 12,41bc. ( ()nrpensa divina por su renuncia sacrificial de la mitad de sus pequeños in-
Recienternente, sin embargo, esta interpretación positiva de la acción r,r'csos). E,l sumo sacerdote cede el paso ante esta muestra de humilde piedad
de la viuda ha sido puesta en duda por A. Wright, R. S. Sugirtharajah23 y r s¿rcrifica las palomas de ese hombre. Agripa se entera por un sueño de que
otros exegetas. Estos comentaristas argumentan que Jesús no elogia explí- se lra contravenido su orden, pero cuando el sumo sacerdote le explica lo
citamente la donación de la viuda y que el aparente elogio es de hecho un sr¡ccclido, se siente también conmovido por la piedad del pobre.
lamento sobre una acción necia. En el contexto marcano, Jesús acaba de I:n la segunda historia, una mujer trae al Templo un puñado de harina;
criticar ácidamente a los escribas que devoran las casas de las viudas (12, r'l sacerdote de turno manifiesta su desprecio por esta ofrenda, pero en un
40); esta viuda pobre es un ejemplo de los que han sido engañados de este sucño Dios le ordena aceptarla, (porque es como si esa mujer hubiera sa-
modo, al parecer por los escribas que la habían embaucado para que entre- t'rificado su vida/alma misma (nphih)>. En el Midrás sobre los Salntos,
gara hasta sus últimas monedas al Templo. Pero esa institución es estéril, t rrtla uno de estos relatos ficticios va seguido de una cita del Sal 22, 24:
corrupta y se encamina aljuicio y la ruina (cf. I I , 12-20; 13, I -2), de modo ,,ll)ios] no despreció ni aborreció lapobreza del indigente>.
que cualquier contribución a ella es en el mejor de los casos una pérdida, y Aunque estas narraciones rabínicas son posteriores al Nuevo Testamen-
en el peor, un apoyo para un sistema podrido, opresivo y condenado. Ade- trr. srr serrejanza con nuestra historia evangélica es asombrosa: en cada
más, cuando Jesús discutió el voto del korbán en7,9-13, puso la necesidad , rrso el personaje principal es una persona cuya piedad la mueve a sacri-
humana por encima de las ofrendas religiosas; por tanto, al descuidar sus lir'lrr en el Ternplo a pesar de su pobreza extrema; y en la segunda este
propias necesidades para hacer una donación al Templo, la viuda muestra ¡rcrsonaje es una viuda que aparece descrita como si sacrificara su misma
ser víctima de una ilusión trágica. r itla o alma. E,stas semejanzas son parte de la motivación de lo que afirma
Aunque estos intérpretes efectúen algunas buenas observaciones, su lec- I ohmeyer2s: <Lo que Jesús dice en nuestro pasaje podría haber sido dicho
tura parece en general estar catalizada menos por la lógica del texto que por trrnbién por un rabino; es el humanitarismo judío el que se expresa en estas
una agenda política, a saber, alentar al pobre a hacerse valer ante los ricos. Inscs>, una afirmación valiente para un erudito alemán que publicaba en
Aunque este objetivo sea loable, no parece ser la finalidad de Marcos; en ()..1(r.
I Para nuestro objetivo presente, es significativo que los narradores de
último término no parece haber ninguna otra alternativa a la interpretación lrrs historias rabínicas aprueban los sacrificios de la gente pobre, explícita-
de la acción de la viuda que estimarla como loable y digna de emulación: rrrcnte manifestada en la cita del Sal 22.24 enla versión del Midrás a los
\',tltttr¡s26. Evans2T intenta distanciar nuestro pasaje del cuento rabínico de
19. Cf. ya ConsÍituciones Apo.stólicas 3, l. 7; Commodiano, InsÍntcciones,72lBeda,
Exposición de Marcos, 12,43. l.+. Cf.. por ejemplo. Jenoflonte, Mentorabilia l. 3, 3; Aristóteles, Ética ct Nicr'tutctco 4.
20. Cf.Ambrosio,Sobrelasviudas5,2T,yA. G.Wright, ThelYidotr'.s Mites,257- t l') | I l20bl; Horacio, Odas 3,23. Cf. J. B. Aufhauser, Buddha und Jesus in ihrcn Parallel-
21. Cf. Pseudo Jerónirno, Exposición de Marc'os,l2,4l [Cahill, 92], Dios aprecia no r, rr,¡r. I3-I6.sobreel paraleloenelSún'AlamkAt'adeAévaghosa,4,22(ca. I00d.C.).
cuánto. sino de cuánto.
15. E,. Lohrneyer, Das Evangelium des Markts,267.
22. Cf . E. Lohmeyer, Das Etangeliutn des Markus,266. 16. C1'. M. Margulies, Midrash l4/atltikra Rabbah,65.
23. A. G. Wright, Z/le Widov"s Mites;R. S. Sugirtharajah,The llidou,'s MiÍes Revaluetl. 17. C. A. Evans. Mark 8,27-16,20.282-283.
992 Quinra sec'ción princ'ipal (Mt' ll' l-13, 37)
i

la viuda especulando que si este último procede de una tradición primitiva,


INrsRr-uoro I

Jesús <pud'o haber aludido a é1 deliberada e irónicamente)). Sin embargo, PROFECIAS Y EXHORTACIONES
nada en nuestra historia sugiere un sesgo irónico'
4) La referencia marcana a la mujer que da todo 1o que tiene, incluso PARA EL TIEMPO FINAL
n"uunto tenía para vivin, es clara no sólo debido a la semejanza con la de (Mc 13,1-37)
la tradición ,u6íni"u, positivamente valorada, sino también debido al para-
lelo con Jesús mismo en el evangelio de Marcos. Jesús da también su vida
entera como sacrificio (cf. 10, 45, 14,22.24),y esta acción es un paradigma
para todos los cristianos (cf.8,34-35)".En 10,21, además, Jesús manda
al hombre rico que venda <todo cuanto tiene>> (hosa echeis) y que lo dé a
los pobres, sugiriendo así una valoración positiva de la viuda que da como
limosna <todo lo que teníu Qtanta hosa eichen)'
La interpretación tradicional, por tanto, parece ser básicamente correc-
ta: la generosidad de la viuda es loable. ¿Por qué, pues, sitúa Marcos esta
l. lNrnonucclóN
historia precisamente aquí, entre la durísima crítica a los escribas voraces y
la profecia de la destrucción del Ternplo? Es posible que lo haya hecho así Hay una relación natural entre el final de Mc 12 y el principio de Mc
sin ser consciente de los elementos que tintinean en el contexto, y que su l.l: Jesús elogia a una viuda pobre que ha dedicado <todo cuanto tenía para
intención fuera sólo el mensaje central de la perícopa, la importancia de la vivio a la causa de Dios (12,44), y posteriormente el evangelista comien-
devoción sincera, y la necesidad literaria de situarla en una sección sobre za el relato, doloroso pero al final triunfante, del sacrificio que Jesús hace
<el Templo>. Pero también puede ser que utilice la difícil relación de la
tlc su vida como ((rescate por muchos> (14, 1-2;cf. 10,45), un sacrificio
historia con su contexto geográfico para expresar su propia actitud ambigua querido por Dios. En medio, sin embargo, viene un interludio, un discurso
hacia el Templo. Tal ambivalencia no es insólita en el cristianismo primiti-
y Ana, crr el que Jesús pronuncia profecías detalladas y exhortaciones acerca del
vo ; Lucas-Héchos, por ej emplo, idealiza a Zacarias, I sabel, S imeón
¡rcríodo aterrador de tribulación escatológica que, al parecer, seguirá a su
i

que frecuentan el Templo como una expresión de su piedad (Lc l-2), pero
al Templo y predice su nruefte y precederá a su gloria futura.
también glorifica a Esteban, que critica duramente lr

Es posible, además, re.conocer Este capítulo ha sido objeto de una exégesis más frecuente y detallada
destrucci-ón por Dios (Hch 6, l3-7,60)2'g.
r¡ue cualquier otra parte del evangelio de Marcos, con la posible excepción
la corrupción de una institución y la venalidad de sus funcionarios, y al
rlc Mc 4r. Resulta fácil ver el porqué: como Mc 4, este interludio está lle-
mismo tiempo admirar la piedad de las almas sencillas que se ofrecen a él
rro de problemas. La dificultad principal es apologética: ¿se equivocó Jesús
con inocencia y fe.
lcspecto al futuro? En su contexto, por ejemplo, tanto 13,30 como 9, I
La viuda iobre de nuestra historia, que da su <vida> para apoyar al
templo de Jerusalén, es también un prefiguración del mesías, quien' sin l)arecen sugerir que Jesús esperaba un final inminente de todo, o al menos I

rlcntro de la generación de su propia vida. Además, la línea de pensamien-


que ella lo sepa, elogia su acción discreta. También el mesías dará su vida
to dentro del capítulo parece situar los acontecimientos catastróficos del
para construir un templo, un santuario escatológico no hecho por manos
'hurnunu, linal, incluidos el derrumbe cósmico y la vuelta de Jesús sobre las nubes en
(14,58b), y esta combinación de sacrificio y construcción esca-
gloria (13, 24-27), en una relación temporal muy estrecha con <<la abomi-
tológica confundirá los modos humanos de conocimiento (cf. 12' 10-l I ).
rración de la desolación> (13, l4), vinculada a menudo con la destrucción
Su tiuerte, sin ernbargo, estará también misteriosamente imbricada con
la
del TempÍo presente (cf. 14,58a; 15,37-38)r0, acontecimienlo tlcl santuario de Jerusalén (cf. 13, 1-2). El Ternplo fue arrasado en 70 d.C.,
destrucción
lrace casi dos mil años; el ñnal descrito en 13,24-27, sin embargo, todavía
que él profetizará en el siguiente pasaje del evangelio'
no ha tenido lugar.
Por ello, durante los tres siglos de estudio crítico ya pasados gran parte
tle la exégesis de Mc l3 ha pretendido encubierta o abiertamente proteger a
.lcsús del error. Los exegetas <liberales> y <conservadores)) se unieron en la
birsqueda de este objetivo común, aunque emplearan estrategias diferentes
28. E. S. Malbon, The Poor Widow in Mork,597 '601'
29. Sobre la arnbivalencia cristiana primitiva respecto al Templo' cf' R' Bauckharrr l. Para una cuidadosa visión de conjunto de la historia de su interpretación, cf. G. R.
The Purting of'the LVal's, l4 I - I 48. llcrrsley-Murray, Jesus ond the Last Days.
30. E. S.'Malbon, The Poor ll'idovr in Mark,598'
994 Interhdio (Mc 13, l-37) Introducción

para alcanzarlo. Intérpretes conservadores invocaban a menudo la idea <de notablemente autónomo, y en su mayoría se diferencia del resto de la ense-
la perspectiva proféticu, ya anticipada por los comentaristas patrísticos, rlrrnza escatológica de Jesús por su naturaleza claramente profetica (cf. Mc
pero que recibió su forma definitiva en el siglo XVIII gracias a Bengel2, rt.42-49;Mt25;Lc 17,20-37); es por tanto facil imaginar que este material
quien escribió que <una profecía se parece a la pintura de un paisaje, que circulaba como un texto escatológico independiente (<un pequeño apocalip-
marca claramente las casas, los caminos y puentes en primer plano, pero sis>). Además, la referencia en 13, 74 a <la abominación de la desolación>
junta en un pequeño espacio los valles y montañas distantes, aunque estén cvoca pasajes del libro de Daniel (9, 27; 11, 3l; 12, 1l), que habla de la
realmente lejos entre si>. Jesús, pues, describía en realidad acontecimientos ¡rrofbnación (no de la destrucción) del Templo por un rey extranjero que
ampliamente separados en el tiempo (la destrucción de Jerusalén por una crige allí una imagen idólatra. La <abominación de la desolación> daniélica
parte; el final del mundo, por otra), pero los <pintabo de tal modo que pa- cr¿r una estatua de un dios pagano erigida por Antíoco IV Epífanes en el
recían estar cerca el uno del otro. Es interesante señalar que esta artificiosa slntuario de Jerusalén en 168 a.C., pero la frase podría haber sido vuelta a
estrategia hermenéutica no impidió a Bengel intentar calcular la fecha del rr¡rlicar fácilmente a la ambición del emperador Calígula -unos dos siglos
eschaton; ¡predijo que el mundo se acabaría en 1836!l rruis tarde, diez años después de la muerte de Jesús- de erigir su propia esta-
Un método común <liberal> de tratar la dificultad del error de Jesús fue Irra en el Templo, designio que fracasó por el asesinato del emperador en el
distinguir entre las partes del discurso que proceden de é1 y las que se deri- 12 d.C. Por tanto, algunos defensores de la teoría del <pequeño apocalipsis>
van dejudíos o cristianos apocalípticos. Las partes correctas, desde luego, crcen que el núcleo de Mc 13 era un breve tratado de advertencia y exhor-
procedían de Jesús; las equivocadas se derivaban de fanáticos apocalípti- lrrción apocalípticas compuesto en los angustiosos días en los que Calígula
cos, incluidos sus propios discípulos, según algunos estudiosos. Un aproxi- lulrenazaba con profanar el Templo con su propia imagen5.
mación media consistía en afirmar que varios dichos atribuidos a Jesús en Al ser este volumen un comentario a Marcos y no una reconstrucción del
Marcos l3 fueron pronunciados ciertamente por é1, pero no de una vez; por ¡rcnsamiento del Jesús histórico, no importa tanto conocer lo que Jesús dijo
tanto su orden presente es engañoso. Por ejemplo, la parábola de la higuera, sobre el eschaton como saber de qué modo Marcos incorporó y conformó
que implica el inminente advenimiento (13,28-29), y la declaración de que cl material disponible, independientemente de su fuente. Es probable que
<todas estas cosas>> deben ocurrir en una generación (13, 30), no se referían cste amplio discurso, como el de Mc 4, 7-34, contenga una combinación
originalmente a una profecía de la parusía, que inmediatamente la precede tlc dichos de Jesús y tradiciones cristianas anteriores a Marcos corregidas
en el discurso (13,24-27), sino a la predicción del desolador sacrilegio y a ¡ror el evangelista; tampoco puede excluirse que algunos de sus rasgos no
la angustia que debía acompañarle, que viene antes (13, 14-20). scan originariamente cristianos. La redacción marcana es de lo más visible,
A mediados del siglo XIX, T. Colania propuso con gran éxito una hipó- como siempre, al principio y al final del pasaje. El escenario descrito en 13,
tesis sobre el <pequeño apocalipsis>, donde sugería que la mayor parte del | -5a abunda en vocabulario y rasgos gramaticales propios de este evangelio

material en Mc l3 no procede de Jesús. Según é1, el núcleo del capítulo es un (gcnitivos absolutos, ((maestro)), <<mira>>, <en privado>, <<todo>>, <comenzó
escrito judío o judeocristiano apocalíptico que describe la llegada del final ;r decin) y refleja un deseo típicamente marcano de situar una instrucción
de los tiempos en tres etapas: <el principio de los dolores de parto> ( I 3, 7-8), clave para su iglesia dentro de la enseñanzaprivada de Jesús (cf.4, 10-12
la gran tribulación (13, 14-20) y el eschaton (13,24-27). Este hincapié en 7,17-23;9,2-13). El verso conclusivo, 13,37, aplica todo a la comunidad
una perceptible progresión de los signos escatológicos choca con el interés nrarcana (<Y lo que os digo a vosotros, a todos lo digo>). Dos declaraciones
principal de 13,32-37 sobre la rapidez e incertidumbre del final;además,la ccrcanas entre sí en el discurso pueden relacionarse con la situación de la co-
neta progresión de las tres etapas queda luego intemrmpida por adiciones al rnunidad marcana. Mc 13, l0 rompe su contexto, exhibe un vocabulario par-
discurso que están cronológicamente fuera de sitio (así, 13, 10.21-22), o son licularmente marcano y refleja su preocupación característica por la misión
exhortativas más que profeticas (cf. 13, 9.11-13; 33-37). No es sorprendente rr los gentiles. La torpe añadidura <entiéndalo el lecton en 13, 14 sugiere
que los comentaristas atribuyan por lo general a Jesús las concepciones no r¡ue, independientemente de lo que Marcos pensara que era <la abominación
problemáticas y que coinciden con las suyas, sobre todo la idea de que nadie rlc la desolación>, él la consideraba significativa para sus lectores.
conoce realmente la fecha del eschaton. Mc 13, 5-37 es el discurso final y el más extenso del Jesús marcano,
El deseo de proteger a Jesús del error y el <fanatismo> escatológico no y considera las pruebas que caerán sobre sus seguidores más allá de su
es la única razón por la que los estudiosos han sostenido que algunos dichos rnuerte, urgiéndoles a perseverar cuando llegue la tribulación escatológica.
del capítulo l3 proceden de fuentes diferentes a Jesús. Aquí el material es l)or tanto, este parlamento encaja dentro del género de <discurso de des-
¡rcdidu, una foÍna literaria encontrada ya en el Antiguo Testamento (cf.,
2. J. A. Bengel,Gnomon,427. ¡rtrr ejemplo, Gn 49; Dt 31-33; lCro 28-29), desarrollada ulteriormente
3. Cf. L. Martin, Date Setters.
4. T. Colani, Jésus Christ et les croyances méssianiques de son temps. 5. Cf. ya O. Pfeiderer, Über die Composition der eschatologischer Rede.
996 Interludio (Mc 13, 1-37) Mc 13, l-4 997

en círculos judíos intertestamentarios (cf., por ejemplo, Tob 14, 3-ll; Tes- parte de un plan del Dios eterno que se va desarrollando paulatinamente
es
tamentos de los Doce Patriarcas; I Henoc 9l-105; lQPalabras de Moisés)
y que ordena bien todas las cosas según su objetivo.
y en el Nuevo Testamento (Jn 14-171' Hch 20, 17-35;2Tim 3, 1-4.8)6. En
En nuestra propuesta retocaremos sin embargo la estrucfura literaria de
varios de los ejemplos de este género literario en el Nuevo Testamento y
Van Iersel para ofrecer una división más temática: la profecía de Jesús y la
en la literatura intertestamentaria, la persona que está a punto de muerte
pregunta de los discípulos (13, l-4); los primeros signos del final (13,5-8);
profetiza aflicciones escatológicas como la persecución desde fuera y el
persecuciones (13, 9-13); la abominación de la desolación y la angustia que
engaño desde dentro, haciendo que la forma sea aún más cercana a la de
la acompaña (8, ru-20); falsos mesías (13,21-23); el retorno del Hijo del
Mc l3 (cf., porejemplo, I Hen.95,7; 100,7;kstJud.2l-23;kstMos.7,4;
llombre (13,24-27); la parábola de la higuera / inminencia del fin (13, 28-
Jn 15, l8-25; Hch 20,29-30). Aunque Jesús no comience aquí su discurso
32) y las exhortaciones conclusivas a la vigilancia(13,33-37).
con una referencia explícita a su próximo fallecimiento, como es habitual
Como mostrará detalladamente la exégesis de cada una de las secciones,
en los discursos de despedida, el capítulo entero, como hemos señalado
cl capítulo l3 abunda en ecos del libro de Daniel, sobre todo de las seccio-
anteriormente, está enmarcado por la noción de su muerte expiatoria. Hay
rres apocalípticas en Dn 2,27-45 (el sueño de Nabucodonosor), Dn 7 (las
paralelos especialmente cercanos entre Marcos 13 y los discursos de des-
cuatro bestias, el <Anciano de días> y un (como un hijo de hombre>), Dn
pedida joánicos en Jn l4-16: ambos acentúan la persecución duradera, el
9.22-27 (la reinterpretación de la profecía de Jeremías de los setenta años
nombre de Jesús, la presencia del Espíritu y que se está viviendo en el tiem-
de cautividad) y Dn I l-12 (las gueffas del fin y el rescate final del pueblo de
po entre la muerte de Jesús y su retomoT.
Dios)r0. Los más obvios de estos ecos son: <cuando vaya a cumplirse todo
El discurso marcano en su forma presente da una impresión de unidad
csto)) en Mc 13, 4 (cf. Dn 12,6-7), (es preciso que eso ocurra, pero todavía
estructural. Van lersel8 ha detectado en él una estructura concéntrica:
no será el fin> en 13,l (cf. Dn 2,28-29.451'12,l3), <la abominación de la 'I
5-6 pseudo maestros
tlesolación> en 13, l4 (cf. Dn 9,27; 11,31; 12, I l) y el <Hijo de Hombre
7-8 guerras y desastres
que viene entre nubes con gran poder y gloriu en 73,26 (cf. Dn 7 , 13-14).
9-13 Signos persecuciones
l4-20 profanación y huida A diferencia de Daniel, sin embargo, el Templo en Marcos no será rescatado I

2t-23 pseudo mesías cle su <desolación>, sino destruido (Mc 13, 2; contrástese con Dn 9,24,27),
cl pueblo judío no será congregado desde su dispersión, sino dispersado a
24-25 catástrofes celestes
26 La llegada la llegada del Hijo del Hombre
los cuatro vientos (12,9; contrástese con Dn 12,7) y los enemigos princi-
27 reunión de los elegidos pales de Dios y el Hijo de Hombre no son los paganos, sino los dirigen-
tes de Israel. Ya que el guión daniélico era probablemente crucial para los
28-29 parábola de la higuera
rcvolucionarios judíos cuya actividad forma el hasfondo del evangelio de
30-32 Signos día y hora conocidos sólo por Dios
JJ-J / parábola del portero Marcosrr, estas inversiones pueden ser una reacción deliberada a aconteci-
rnientos e interpretaciones corrientes en el contexto marcano.
Este tipo de estructura es muy común en los escritos apocalípticos, que a
menudo no avanzan según una secuencia cronológica simple, sino que vuel-
ven sobre un terreno ya hollado, pero de un modo ligeramente diferente (cf . 2. Jesús pRoFETrzA LA DESTRUccIóN n¡l Tsttplo Y LE PREGUNTAN AcERCA
Dn 7, elApocalipsis y 4Q426)'.Laperspicaz visión de Van Iersel (supra) DEL FINAL (13, 1-4)
resulta más convincente cuando se observa que los temas en el centro dc
cada sección parecen ser los asuntos de importancia especial para el autor: 13 rY cuando estaba saliendo del Templo le dijo uno de sus discí-
la persecución de la comunidad marcana (13, 9-13), la venida del Hijo dc pulos: <Maestro, ¡mira qué piedras y qué construcciones!>>. 2Y Jesús
Hombre (13,26) y la fecha desconocida del eschaton (13, 30-32). La cuida- lc dijo: <¿Ves estas grandes construcciones? No quedará aquí piedra
dosa estructura concéntrica enciera una convicción teológica: por muy car'l- sobre piedra que no sea demolidu.
tico y espantoso que pueda ser el presente, por muy inevitable que parezca 3Y cuando estaba sentado en el monte de los Olivos frente al Tem-
que el mundo corre hacia el abismo, sin embargo, la malvada edad presentc a<Di-
¡rlo, le preguntaban en privado Pedro y Santiago, Juan yAndrés:
rros: ¿cuándo ocurrirán estas cosas y cuál será la señal cuando vayan a
6. Cf. E. Stauffer, New Testament Theologt,344-347;, R. E. Brown, The Gospel Ac<ttr-
ding to John 2, 598-601 ; W. S. Kurz, Farewell Addresses in the New Testament.
cumplirse todas estas cosas?)).
7. Cf. F. J. Moloney, The Johannine Paraclete and Jesus.
8. B. M. F. Van lersel, Mark, A Reader-Response Commentary,39l. I 0. Cf. L. Hartman, Prophecy Interpreted, 145-177.
9. Cf. J. J. Collins, The Scepter and the Star,158.
I l. Cf. M. Hengel, The Zealots, passim.
Mc 13, l-4: Notus 999
Interludio (Mc 13, l-37)

Notas Lrr r¡l Nuevo Testamento esta forma casi nunca aparece fuera de las citas de
Ios LXX, las palabras de Jesús y el libro del Apocalipsis5. Lagrange6, por
13, 1. ¡Mira qué piedras v qlté construcciones! lide potapoi lithoi kai li¡lto, sospecha aquí un influjo semítico; pero por desgracia para esta teo-
potapai oikodomail. Davies-Allisonr citan muy a propósito Josefo, Bell. 5, el arameo y el hebreo no tienen ninguna expresión correspondiente. En
¡.iir,
222: <<Al exterior del edificio no le faltaba nada que pudiera asombrar men- Marcos, ou mé * aoristo de subjuntivo se utiliza casi siempre en contextos
tes u ojos>. Las piedras eran especialmente impresionantes en tamaño y escatológicos (cf.9, L4l 13,19.30-31; 14,25:- cf. 10, l5; 14' 3l)'
belleza. Como señalan Avigad-Geva2, tenían cantos tallados de modo que 3. En el monte de los olivos, frente al Templo leis to oros tón elaion
<el juego de la luz y las sombras... contribuyeraala belleza y al aspecto l¡tttananti tou hierouf. El vocabulario recuerda aZac 14,4, uno de los dos
dramático de los imponentes muros); algunas piedras que sobreviven en únicos pasajes del Antiguo Testamento que mencionan el monte de los Oli-
la muralla que servía de sujeción (parte de la cual es ahora visible como el Vtrs poreste nombre (cf. 2Sm 15, 30): <y sus pies estarán en aquel diasobre

<Muro de las lamentaciones>) pesan cincuenta toneladas o más; ¡una tiene t,l tnonte de los Olivos, que está.frenle a Jerusalén>> (epi to oros ton elaion lo
l2 metros de largo y pesa aproximadamente trescientas toneladas! Estos Atttenanti Hierousqlém). El contexto deZacarías (14, l-5) habla de una gue-
muros de sujeción se alzaban más de 24 metros por encima de las calzadas rra centrada en Jerusalén, lo que es similar al contexto de los pasajes danié-
que rodeaban la estructura, y el muro más alto del Templo, al sur, alcanza- licos sobre <la abominación de la desolación> (Dn 9, 27;11,31 12,11),a
lrrs que se alude en Mc 13, 14 (cf . nota a <la abominación de la desolación>
ba unos 59 metros por encima de su basamento. Por tanto, la reacción de
asombro ante la magnificencia del Templo era natural, pero tenía también cn 13, l4). Estos contextos son probablemente relevantes para la situación
una función en el relato, a saber, preparar el terreno para la profecía de la nrarcana, ya que Marcos asume, o sabe probablemente, que el Templo será
destrucción del santuario en 13,2, al igual que la pregunta de las mujeres en o ha sido destruido (cf . 12,9 y la Introducción del vol. 1, 56-58)'
16, 3 anticipa la descripción de la piedra removida en 16, 4. Los evangelios apócrifos, al depender quizás de nuestro pasaje y sus pa-
2. Píedra sobre piedra flitos epi lithonl. La expresión <No quedará aquí r.illelos sinópticos, retratan a Jesús resucitado apareciéndose en el monte de
piedra sobre piedra que no sea demolidu es torpe tanto en griego como en I6s Olivos (así ApJn 2, 19: Sabiduríq de Jesucristo 91,20 Carta de Pedro
castellano, pero este tipo de repetición es común en las lenguas semíticas tr F-elipe 133, l5)?. Es también posible, sin embargo, que el motivo de Jesús
(cf. <por grupos de comida por grupos de comidu fliteralmente] en 6, 39 y ,.ru.itudo que imparte enseñanzas escatológicas en el monte de los Olivos
<conjunto a conjunto> en 6,40)r. En textos griegos antiguos, lafrase lithos lraya existido primero (cf. Hch 1, 6-12) y que Marcos, o un precursor su-
ministerio de Jesús8.
epi lithon sólo aparece en Ag2, l5 LXX, en nuestro pasaje, en sus paralelos ' huyu transportado esta escena postpascual al
y,r,
kai lakÓbos kai lóannas kai
sinópticos y en los Comentarios a estos pasajes sinópticos. Davies-Allisona, Pedro y Santiago y Jtran y Andrés lPetros
,lnclreas). Respecto al nombre de Pedro, la Peshitta y el Sinaítico, testigos
sin embargo, citan un asombroso paralelo hebreo en un texto judío, tardío
<lcl texto siríaco, leen Kephd'(sobre esta versión aramea de Petros : <¿a
y mágico, Sepher Ha-Razim 1,75-76: <Golpéalo hasta reducirlo a polvo y
dejarlo arrasado como las ruinas de Sodoma y Gomorra, y no permitas que roca), cf. nota a<Simón... Pedro> en 3, l6). Hay en el siríaco probable-
hombre alguno ponga piedra sobre piedra en ese lugan. nrente unjuego de palabras del v. 3 con los dos vv. anteriores (13, l-2), en
los cuales el vocablo usado para <piedru es kiphd'. En el griego el
juego
que no sea demolida los ou me katalythgl. Dependiendo de si el muro
conservado se considera o no parte del Templo, las palabras de Jesús pueden de palabras queda más lejos (lithos/petros).
interpretarse como una profecía incumplida (cf. la Introducción del vol. l, Como en 3, 16-18, Andrés aparece separado de su hermano Pedro por
56-58) o bien como una que se cumplió pero referida a la destrucción de los Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo. Esto refleja no sólo la oscuridad de
Andrés en la tradición (cf. las notas a <Simón... Andrés> en l, l6
(y An-
edificios en sí del Templo. A favor de esta última interpretación, la demoli-
ción completa del Segundo Templo hasta sus mismos cimientos: la imagen clrés> en 3, l8), sino también un principio del evangelio, a saber, que la
se hizo proverbial en círculos rabínicos y se utilizó incluso para distinguir la <f-amiliu escatológica relativiza la familia natural (cf. 3, 3l -35; 10, 29-30).
segunda destrucción por obra de los romanos de la primera por los babilo- 4. ¿Cuándo ocurrirán esas cosas y cuál será la señal cuando vqyan a
nios (cf., por ejemplo, b. Git. 57b: Exod. Rab. 35,5; Lam. Rab. 5, l). ,rrmpllrse todas estas cosas? fttofe tauta eslai, kai ti to semeion hotan mellg
Ou mé katalythg es un ejemplo de la construcción ou mé * aoristo de Itttrta synteleisthai panta). Sobre la distinción entre (estas cosas)) y <todas
subjuntivo, que también se usa al inicio de la frase (<No quedará aquí...>). estas cosas)), cf. comentario a 13,3-4.La primera parte de la pregunta es

L W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Mattheu'3,334. s. cf. MHT 3. 96.
6. M. J. Lagrange, Évangile selon Saint Maft,332.
2. N. Avigad-H . Geva, Jerusalem, the Second Temple Period,738.
3. Cf. Gesenius. 395-396. 7. Cf. R. Pésch, Das Markusevangelium2,2T4-275'
4. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Sainf Motthew 3,335. 8. Cf. L. Gaston, No Stone on Another.44-46.
I 000 Interludio (Mc 13, l-37) Mc 13, 1-4. Comenlorio 1001

similar a 4QPseudo Ezequiel" (4Q383) 2,3,9: <¿Cuándo pasarán estas co- 13, l-2. La amenaza contra el Templo. Jesús -tras poner en dificulta-
sas?>> (mty yhyh 'lh). El contexto en el que aparece la pregunta en este texto des a los sumos sacerdotes, escribas y ancianos en sus discusiones en el
qumránico, así como en Marcos, es escatológico; según Dimante,4QPseudo Templo (ll,27-12,37), después de haberlos denunciado (12, 38-40) y
Ezequiel <perfila una línea bien definida de temas> entre los que se hallan haber ensalzado el valor trascendente de la contribución de una pobre viu-
<la resurrección como futura recompensa para los justos, acontecimientos da al tesoro del Templo (12,41-44)- abandona ahora el santuario para no
futuros relacionados con la tierra y el pueblo de Israel, una gran guena que volver nunca a él (13, la). El evangelista desea que esta salida se entienda
implica a las naciones, y la próxima llegada del tiempo en el que Israel re- como un acto de juicio contra el Templo, comparable a las descripciones
cibirá su herencia...>>. Como indica Beasley-Murrayro, el vocabulario de la veterotestamentarias de la divinidad que abandona ese edificio. EnEz lO,
segunda parte de la pregunta evoca Dn ll-12, donde un ángel profetiza por ejemplo, la gloria de Dios se retira del Primer Templo antes de que sea
la erección <<de una abominación de la desolación> en el Templo (Dn ll, clestruidorr, y Josefo12 relata un acontecimiento similar antes de la destruc-
3l; cf. Mc 13, l4). Daniel pregunta cuándo ocurrirá esto y otros augurios ción del Segundo Templo: se oyó una voz en el patio interior, que decía:
del final (Dn 12,6), y el ángel contesta que <todas estas cosas se cumplirán> <Nos marchamos [o 'partamos'] de aquí>r3. El pasaje de Ezequiel tiene
(syntelesthésetai panta tauta) cuando concluya el abandono de Israel (LXX) una relación intertextual con el contexto amplio de Mc 13, puesto que para
o su dispersión (Teodoción) (Dn I 2, 7). Así pues, las preguntas sobre cuándo cl profeta la salida de la gloria de Dios y la consiguiente destrucción del
pasarán (estas cosas) / <<todas estas cosasD se contestan comúnmente se- 'l'emplo son castigos por
/as abominacione.s que la casa de Israel ha prac-
gún un guion escatológico en el que Israel triunfa sobre sus enemigos. Para ticado allí, <para alejarme de mi santuario)) (Ez 8,6). Así, Mc l3 la utiliza
Marcos, por el contrario, <estas cosas)) / <todas estas cosas)) supondrán la como fundamento de algún modo parala referencia a <la abominación de
destrucción del poder judío en Palestin a (cf . 12, 9 y nota a <en el monte de l¿r desolación> en el Templo en 13, 14.
los Olivos, frente al Templo> en 13, 3 y la íntroducción al capítulo l3). Sin embargo, la salida condenatoria del Templo por parte de Jesús con-
trasta con el deseo evidente de un discípulo de detenerse y admirar sus
nragníficos edificios. Ese discípulo expresa su reverencia ante el esplen-
Comentario rlor de las edificaciones, que ciertamente abrumaba a las gentes (cf. nota
l <¡Mira, qué piedras y qué construcciones!> en 13, l). Por tanto, podría
Introducción El Templo ha proporcionado el contexto para la mayor csperar razonablemente que Jesús secundara su entusiasmo.
parte de la narración de Marcos desde la entrada de Jesús en Jerusalén en Ciertamente, la respuesta del Maestro parece ser al principio así (<¿Ves
I l, l-1 l; lo ha <observado> (l 1, I l), <purificado> (l 1, 15-19) y ha discu- estas grandes construcciones?>: 13,2a). Pero Jesús cambia inmediatamen-
tido continuamente en él (ll, 27-12,44). Ahora Jesús lo abandona, para lc y muda la pregunta sobre la contemplación de los edificios en una pro-
no volverjamás, y pronuncia su sentencia de condenación (13, l-2), una ll'cía glacial de su destrucción: <No quedará aquí piedra sobre piedra que
profecía que suscita naturalmente en sus discípulos una pregunta sobre el no sea demolido (13,2b). Como señala Evansra, la formulación exacta de
momento de este acontecimiento (13, 3-4). M¿rrcos <piedra sobre piedro> (lithos epi lithon) se utiliza en Ag2, l5 para
Se acepta comúnmente que este pasaje introductorio es una composi- tlcscribir la reconstrucción del (prirner) Templo; esta alusión intertextual,
ción marcana. Está lleno de vocabulario y de temas marcanos (cf. la in- lx)r tanto, puede sugerir que el segundo templo, a diferencia del primero,
troducción al capítulo 13), y sirve para acoplar <el pequeño apocalipsis>, ¡
rclnranecerá en ruinas.
al parecer premarcano, en el conjunto de la narración del evangelista. Sin La profecía de Jesús es probablemente histórica en lo esencial; está
embargo, este pasaje redaccional que hace de puente tiene probablementc ;rtcsliguada en varios estratos independientes de la tradición evangélica y
un núcleo premarcano, la amenaza de Jesús contra el Templo (13,2; cl'. ,lt' los Hechos (cf. Mc I 4, 58 par; In2, 191' Hch 6, 14), que manifiestan tam-
comentario a 13,1-2). Marcos utlliza esta amenaza como ocasión para quc lrión una cierta incomodidad con la idea de un Jesús que amenaza al Tem-
los discípulos pregunten a Jesús en privado sobre el final, y el resto dcl ¡rkr. [Js improbable, por tanto, que la Iglesia haya fabricado esta profecíar5.
capítulo constituye su respuesta; el motivo de la instrucción privada es un N i tarnpoco es inverosímil una predicción de la destrucción del Templo en
modo típicamente marcano de acentuar un tema de vital importancia para cl contexto de la vida de Jesús. Las tradiciones rabínicas, por ejemplo, han
su comunidad (cf.4, l0;7,17;9,2.28.30-31; 10, l0). rt'qistrado profecías y augurios de la destrucción del Templo cuarenta años
El pasaje se divide naturalmente en dos secciones: la amenaza contra cl
Templo (13,l-2) y la pregunta de los discípulos (13, 3-4). I I . Cf. C. A. Evans, Mark 8,27- 16,20, 295.
I l. Josefo, Bell. 6,300.
I .1. Cf. C. H. Dodd, The Parables of the Kingdom, Parables, 49, nofa 32.
9. D. Dimant, Qumran Cave 4. XXI. l.+. C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,299.
10. G. R. Beasley-Murray, Jesus and the Last Days,387 . I 5. Cf . R. E. Brown, The Death of the Messiah I,454-460.
Mc 13, l-4: Comenturio r 003
t002 Interludio (Mc I 3, 1-37)

Ananías, va inmediatamente precedida por la noticia de cómo los espíritus


antes de su destrucción, es decir, en tiempos de Jesús (cf., por ejemplo, protectores abandonan el Templo poco antes de su destrucción. Asimismo,
y.Yoma 6,3 l43c; Neusner, 14, 176l; b.Yoma 39b; cf. comentario a 15, como hemos señalado, la profecía de Jesús de la destrucción del Templo
3S-39). Estas tradiciones rabínicas podrían ser, sin duda alguna, profecías va precedida inmediatamente por su salida de é1, que puede significar el
ex eventu, <después del hecho>, pero es más difícil techazar la detallada abandono divino. Como indica Evansrs además, Jesús, hijo de Ananías,
descripción de Josefor6 de otro Jesús que profetizó contra el Templo en los como Jesús, hijo de María de Nazaret en Marcos, aparecen aludiendo a Jr 7
años sesenta de una manera increíblemente similar a ésta, atribuida a su para justificar su ataque al Templo (cf. Mc ll,l7). Estos paralelos apoyan
tocayo anterior, el Nazareno: la plausibilidad de la descripción marcana y sugieren que la acción de Jesús
Pero otro portento fue aún más alarmante. Cuatro años antes de la guerra [es y la profecía contra el Templo, que encajan bien en un marco judío apoca-
decir, en 62 d.c.),mientras la ciudad disfrutaba de gran paz y prosperidad, cuando líptico, pudieran haber sido factores decisivos en hacer que los dirigentes
llegó una festividad en la que es costumbre de todos los judíos erigir tabemáculos judíos se volvieran contra élre.
u Dior, un tal Jesús, hijo de Ananías, un rudo campesino que estaba en el Templo, Pero ¿qué había hecho mal el Templo, para que Jesús tuviera que ame-
comenzó a gritar de repente: <Una voz del oriente, una voz de occidente, una voz nazarlo con la destrucción? En nuestro pasaje Jesús no formula ninguna
de los cuatro vientos; una voz contra Jerusalén y el santuario, una voz contra el
acusación explícita contra é1, pero otras perícopas marcanas ayudan a su-
novio y la novia, una voz contra todo el pueblo>.
Nóche y dia recorrió las calles con este grito en sus labios. Algunos ciudada-
plir este hueco. Anteriormente en el relato, la maldición de Jesús de la
nos principales, enfurecidos por estas palabras nefastas, detuvieron al individuo y lriguera (11, 12-14), que posteriormente se marchita (ll, 20-21), parecía
lo gólpearon duramente. Pero é1, sin una palabra a favor de sí mismo o al oído de simbolizar la inminente destrucción del Templo por Dios, ya que enmar-
los que 1o golpeaban, siguió con sus gritos como antes. Los magistrados enton- caba significativamente la acción de Jesús de <<purificar>> el santuario (11,
ces, iuponiéndo, como era ciertamente el caso, que el hombre estaba bajo algún l5-19). Los pecados nombrados en ese último pasaje eran una actividad
impulsó sobrenatural, lo llevaron ante el gobernador romano. Allí, aunque los de- cornercial que profanaba el recinto sagrado (cf. 11, 15-16) y una actitud
soúaron hasta los huesos a latigazos, no pidió piedad ni derramó una lágrima, sino nrilitantemente nacionalista que transformaba el Templo de una (casa de
que modulando simplemente la más triste de las variaciones para su exclamación,
oración para todas las naciones>) en ((una guarida de bandidos>> (cf. los co-
rbspondía a cada goipe con: <¡Ay de ti, Jerusalén!>. Cuando Albino, el gobernador,
tnantarios a 1l ,12-14 y ll, l5-19). Pero la profecía de la destrucción del
le preguntó quién y de dónde era y por qué había pronunciado esos lamentos, no le
.ont"rtO nunta una palabra, sino que reiteraba sin cesar su endecha sobre la ciudad; santuario en el contexto presente debía entenderse probablemente como un
finalmente Albino lo declaró loco y lo dejó marchar. Durante ese entero período irricio contra los dirigentes de lsrael, sobre todo la jerarquía de Templo, por
hasta el estallido de la guerra no se vio que se acercara a nadie ni que hablara con su rechazo a Jesús, como ocurre en Lc 19, 44 y comúnmente en los Padres
ninguno de los ciudadanos, sino que diariamente, como una oración que hubiera ya tlc la Iglesia20. Una relación similar entre el rechazo a Jesús y la destrucción
practicado, repetía su lamento: <¡Ay de ti, Jerusalén!>.
' No maldeiía a los que lo golpeaban diariamente, ni bendecía a los que le ofre-
tlol Templo se sugiere también por la circunstancia de que, en 15, 37-38, la
nruerte del Nazareno va seguida inmediatamente por la rotura de la cortina
cían alimento; para todos su única respuesta era ese pésimo augurio. Sus lamentos se
tlcl Templo (cf. Mt 23,37-39 llLc 13,34-35 en donde el rechazo y el asesi-
hacían más ruidosos en las festividades. Durante siete años y cinco meses siguió con
nato de los mensajeros de Dios, que culminan en la muerte de Jesús, hacen
su gemido; su voz nunca fallecía, ni flaqueaba su fuerza hasta que sitiada la ciudad,
y tias haber visto que su profecía se había verificado, encontró descanso. Antes de t¡uc Dios abandone su <casu).
étto iUu de ronda y gritaba con un tono penetrante desde la muralla: <<Una vez más:
que añadía una última frase: <¡Ay 13,3-4. La pregunta de los discípulos. La salida simbólica de Jesús del
¡Ay de ti, Jerusalén, tu pueblo y tu templo), a lo
de mí también!>. Una piedra lanzadadesde una balista lo alcanzó de lleno y lo mató I cmplo y la profecía de su destrucción va seguida de una tercera acción
al instante. Así pues, con esas palabras ominosas aún en sus labios, falleció. runenazante: toma asiento en el monte de los Olivos, frente a la colina del
lcrnplo, y se vuelve para mirar hacia el edificio condenado a la destrucción
Podemos señalar en este texto varios paralelos con la representación 1 l-i, 3a). La postura sedente va asociada a menudo en los textos bíblicos

marcana de Jesús: el profeta predice la destrucción del Templo; esta pre- tlrrto con la enseñanza como con el juicio (cf. nota a <sentándose>> en 9,
dicción le gana la hostilidad de las autoridades judías; éstas lo detienen l-5), y en 12,36 (cf. 14, 62) en particular va unida con el juicio contra los
y lo golpean; luego lo remiten al gobernador romano, que lo interroga; crrcmigos de Jesús. La proximidad a las palabras amenazantes de 13,2 y
el detenido rcchaza contestar las preguntas del gobernador: es molido a cl nratiz posiblemente negativo de katenanti (<en frente>, <contra>) con-
latigazos por los soldados romanosrT. El contexto proporciona una co-
rrespondencia adicional, ya que la descripción de Josefo de Jesús, hijo de 18. .C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,296-297.
19. Cf . E. P Sanders, Jesus and Judaism, TT -90 y passim.
20. Cf.,porejemplo,Tertuliano, Contralosjudíos, l3;Orígenes, HomilíassobreJere-
t6 Josefo, Bel/. 6, 300-309. urirt.s, 13, I , 3; Jerónimo, Comentario a Mateo,23,38.
t7 Cf. R. E. Brown,The Death of the Messiah2,539-540.
I 004 Interludio (Mc 13, l-37)
Mc 13, 5-8: No¡us I 005

firman esta vinculación, al igual que el contexto de juicio condenatorio dc


'r(
urrido, y este cumplimiento proporciona la seguridad de que los signos
Zac 14,4, al que se alude aquí al parecer (cf. nota a <en el monte de los
r('sliurtes, los acontecimientos cósmicos detallados en 13, 24-27, ocurrirán
Olivos, frente al Templo> en 13, 3). ('n lx)co tiempo.
Cuando Jesús se ha sentado en su silla de juez, se acercan a él en pri-
I Iay así una progresión dentro de los novísimos, <<de las últimas cosas)),
vado Pedro y su hermano Andrés, con Santiago y su hermano Juan, los
mismos cuatro personajes que Jesús había elegido para que estuvieran con
\ L'sle es el objetivo del presente capítulo marcano, especificar esta pro-
lrcsiírn. El siguiente pasaje describirá la primera fase, el <principio de los
él al principio de su ministerio (1, 16-20; cf . nota a <pedro y Santiago y
,lolorcs de parto> de la nueva era.
Juan yAndrés> en 13,3). Cerca de su final, pues, el ministerio de Jesús re-
capitula su principio. Estos cuatro discípulos más íntimos, cuya curiosidad
escatológica ha sido suscitada por su profecía de la destrucción de Templo,
plantean una pregunta con doble objetivo: <¿,cuándo ocurrirán estas cosas
i Ul pnlNcrpro DE Los DoLoRES DE pARTo ESCAToLóGrcos (13,5-8)
y cuál será la señal cuando vayan a cumplirse todas estas cosas?> (l3,4bc).
La instrucción en privado encaja bien con el tema, los secretos der tiempo
l3 sY Jesús comenzó a decirles: <Mirad no sea que alguien os en-
6muchos vendrán en mi nombre diciendo: 'Yo soy', y engañarán
final. En este contexto, la introducción a aquella pregunta, <Dinos...) (13, 1llñe;
4a), puede tener un sentido excluyente: Dínoslo a nosotros, y no <a los de rr n.luchos. TPero cuando tengáis noticia de guerras y rumores de gue-
fuera>> (cf. 4, I l). r.r'as.no os asustéis: es preciso que eso ocurra, pero todavía no será el
Los exegetas han entendido con frecuencia la primera parte de la pre- fin. EPues se levantará una nación contra otra y un reino contra otro, y
gunta de los discípulos como una referencia a la destrucción del remplo lrabr'á terremotos en todas partes y habrá hambres; estas cosas son el
(tauta: (estas cosas)>), y la segunda como una alusión al eschaton (tau- eornienzo de los dolores de parto).
ta... panta: <todas estas cosas>)2r. A favor de esta distinción: el sintagma
(estas cosas)> en I l, 28 se refiere a la purificación del Templo, que presagia
su destrucción22,yla frase <todas estas cosas)) en 13,30 aparece entre una Notas
descripción del eschaton (13, 24-27) y una referencia a la disorución del
universo (13, 3l)x. Así pues, aunque Jesús haya profetizado sólo la des- 13,5. no sea que alguien os engañe lhina md tis hymas planesg-]. Sobre
trucción del Templo, no el final de todo, la pregunta de los discípulos reve- Ios rnentirosos corlo característica del tiempo final, cf. 13,6.21-22; CD 5,
la su creencia de que estos dos conjuntos de acontecimientos van unidos, l0; I QH 4 U2I 7, 1 6.20l' Test Mos. 7, 4; Hch 20, 29-30; 2Tes 2, 9-12: I Jn
impresión que el discurso siguiente no hará nada por refutar. como indica 2. 18.22; 4, 7-4; 2Pe 2, l; 2In7 :Ap 13, 14; 19, 20; Did. 16, 4; 2 ApBar. 70,
Harder2a, la imagen marcana es que el Templo será destruido por Dios y el 21. Según 1Hen.56,4, los mentirosos serán juzgados y castigados en el
cosmos será arrastrado en su caída. (.sc:haÍon y no podrán ya pervertir a nadie.
Pero ¿cuándo ocurrirán <<estas cosas>>? La pregunta de los discípulos es 6. en mi nombre, diciendo: 'Yo soy'lepi tQ onomati mou legontes holi
un eco de una cuestión frecuentemente planteada en la literatura apocalíp- t'go eimif, lit.: <en nombre de mí diciendo que yo soy)). Sobre la omisión
tica. La respuesta ofrecida a menudo es: a) pronto, y b) cuando se vean los cle <que> en la traducción, cf. notq a <<y diciendo> en l, 15. Como señala-
signos siguientes. .. En 4Esd. 8,62-9,2, por ejemplo, el vidente se queja ba Wellhausen2, esta frase es dificil porque <en mi nombre> sugiere que
de que el ángel que ha estado instruyéndolo sobre el final no le ha mostrado los mentirosos son cristianos, pero (yo soy> implica que ellos se ven a sí
cuándo ocurrirá éste. El ángel responde: <Cuando veas que ha pasado una rrrismos (y no a Jesús) como el redentor. Por consiguiente, algunos eruditos
cierta parte de los signos que han sido predichos, entonces entenderás que sugieren sin apoyo textual que tanto <en mi nombre> como (yo soy> son
ese es el tiempo en el que el Altísimo está a punto de visitar el mundo hecho una glosa3. Sin embargo, hay otros modos de resolver esta cuestión.
por El> (cf. también 4 Esd. 4,52 y 2ApBar. 25,2). Ese <tiempo> es el mo- Muchos comentaristas, por ejemplo, interpretan <venir en mi nombre>
mento en el que el autor está viviendo, y los signos ya realizados son una algo así como: (que pretenden tener mi autoridad>; el nombre en disputa
seguridad de la llegada rápida del eschaton. Asimismo para Marcos, los sería entonces el título <cristo>: el mesías (cf. ya Mt24,5)4. Sin embargo,
signos que Jesús cataloga en la primera parte del capítulo (13,5-23) ya han
esta interpretación de <en mi nombre> es muy forzada e incoherente con

21. Cf. R. Pesch,Naherv,ortungen. T.adition untl Redaktion in Mk l3,l0l-105.


22. Cf.R. E. Watts, Isaiah'.s Neyy Exodus ontl Mark,338. l. Cf. H. Braun, Planaó,241-242.
23. Cf . .1. Gnilka, El Evangelio segtin san Mctrt'os 2,214-215. 2. J. Wellhausen, Das Evangelium Marci, l0l.
24. G. Harder, Das eschatologische Geschichr'bild der sogennanten kleinen Apoko- 3. Por ejemplo. E. Klostermann, Das Markusevangelium, 133; L. Gaston, No Stone
on Anolher,14.
lvpse, T L
4. C. H. Williams. I Ant He.229-241 .
Interludio (Mc 13, 1-37) Mc 13, 5-8: Nofas I 007

el uso en otros lugares del Nuevo Testamento, donde epi tQ onomati mou Nerón (54-68) esta relativa calma quedó sacudida por la guerra judía, que
designa a gentes que están en el lado de Jesús o que quieren aprovecharse comenzó en 66, <y por el año de los cuatro emperadores>, en 68-69rr.
de su poder (cf.9,37-39 par)s. Los mentirosos, pues, son probablemente es preciso que eso ocurra. ldei genesthal]. Se trata de una alusión a Dn
creyentes en Jesús de algún modo. 2.28-29 LXX Theod.; 2,45Theod. (repetido enAp 1, l;22,6). La siguiente
Boring6 sugiere que eran concretamente profetas cristianos que afirma- liase también reproduce un tema daniélico; cf. la nota siguiente.
ban hablar en nombre del Resucitado (cf. OdSal. 42, 6, dond,e el Jesús pero todavía no será el fin lall'oltpo to telosl. El objetivo general de
resucitado dice que él está con su gente y que <hablará por sus bocas>). Mc l3 no es desalentar el entusiasmo escatológico, sino despertarlo (cf. la
Según Boring, los mentirosos que utilizan el <yo soy> como topos retó- introducción al capítulo 13 y el comentario al presente pasaje). Para Marcos
rico se parecen al modo usado por el profeta del Apocalipsis (1, 8.17; 2, y su comunidad, los desastres descritos en 13,7-8 (el estallido de guerras,
23; 21, 6; 22, 16) y por Montano (<Yo soy el Padre y soy el Hijo y soy el tcrremotos, hambres) pertenecen al pasado reciente; aunque no conduzcan
Paráclito>7); añade Boring que (en nombre de Jesús> es similar a las de- inmediatamente alfinal, éste es en esos momentos inminente según la pers-
signaciones empleadas por Pablo para su propio discurso inspirado (l Cor pcctiva posterior marcana (cf . comentario a 13, 14-20)12. El tema similar de
1, l0; 5,4; l Tes 4,151'2Tes3,6; cf. l Cor 14, 37). Ahora bien, el vidente litfardanza del fin está implícito en Dn 12, l3 LXX Theod., del que el pasaje
del Apocalipsis no dice (yo soy)), sino que registra las visiones que él tie- ¡rresente parece ser un eco: <Pues faltan aún días antes de que se cumpla el
ne del Jesús resucitado que emplea esa fórmula. Si además los mentirosos linal>. Para el personaje Daniel, que profetiza en el siglo VI a.C., el final está
de Mc 13,6 son idénticos o similares a los falsos cristos que aparecen rrírn lejos, pero para el autor del libro bíblico, que escribe con ese pseudóni-
posterionnente en el capítulo 13, están reclamando para sí algo más que nro durante la rebelión macabea en el siglo Il a.C., el final está cerca.
ser meros portavoces de Jesús, puesto que esos falsos mesías generan la 8. Pues se levantará una nación contra otra y un reino contra otro leger-
respuesta <Aquí está el mesías> y no <el mesías habla por él)) (13, 2l-22). tlt[,setai gar ethnos ep'ethnos kai basileia ep' basileianl. La fórmula <c
Así pues, los mentirosos de este pasaje son probablemente cristianos que contra r e y contra /) es una personificación del conflicto ya alrededor
afirman que son en realidad Jesús, que ha vuelto. Encontramos numerosas rlcl 700 a.C. en Los trabajos y los días, 25-26, de Hesíodo (<El alfarero
figuras de esta clase en la historia posterior del cristianismo8, y el evange- está enf-adado con el alfarero, el artesano con el artesano, el mendigo está
lio de Marcos sugiere que algunos judíos del siglo I pudieron concebir la ecloso del mendigo, y el cantor del canton). Pero el paralelo más cercano
existencia de una figura legendaria que vuelve a la tierra después de que su sc halla en textos apocalípticos judíos como 4Esd. 13, 3l ((Y planearán
vida terrenal hubiera ya concluido (cf.6, 14-16;8,27-28). lrrcer la gueffa uno contra otro, ciudad contra ciudad, lugar contra lugaq
7. Cuando tengáis noticia de guerras y rumores de guerras fhotan de ¡rtreblo contra pueblo, y reino contra reino>>) y OrSib. 3,635-636 (<Un rey
akousete polemous kai akoas polemón]. Se trata de un juego de palabras echará mano de otro rey y se apoderará del territorio; pueblos devastarán
en griego, puesto que akouséte (<oín) y akoas (<rumores>) pertenecen a ¡rrrcblos y los potentados a sus tribus>; cf. también Jub. 11,2). El pasaje
la misma familia léxicae. Sobre las guerras como una de las características tlc los Oráculos Sibilinos continúa describiendo el ataque de las naciones
del tiempo final en la apocalíptica judía y cristiana, cf. Dn 9, 26; ll , 40-42; t'ontra el Templo, al que Dios salva adelantándose en un acto de flamígero
Zac 14, 1-5; Ap 9,7.9; ll, 7; etc.; 2 ApBar 27, 5: 48,37;70, 8; b. Sanh. ¡rricio quizás por el envío de <un rey desde donde sale el sol que librará de
97a. En el último pasaje, como advierte Klausnerr0, el tiempo del final está lrr perniciosa gueffa a la tierra entera)). Tanto las semejanzas como las dife-
marcado por hambres, gueffas y <ruidos> (qwlwt), que pueden significar rcrrcias con el esquema escatológico de Mc 13 son interesantes (cf. Mc 13,
((rumores)) de guerras. .l para la destrucción pero no el rescate del Templo, y Mc 13, 26-27 parala
La frase (guerras y rumores de guerras> encaja bien con la supuesta t rrlrninante llegada del Hijo del Hombre en gloria). Nuestro capítulo, pues,
fecha y circunstancias de composición del evangelio (cf.la Introducción l)irrcce adaptar un esquema escatológico usual.
en el vol. l, 52-56, aproximadamente alrededor del 70 d.C., cercana a la <Nación... contra nación y reino contra reino> puede ser una amplia-
rebelión judía en Palestina). El Imperio romano estaba básicamente en paz t'itin de la referencia a la guerra entre las naciones del versículo anterior
a partir de la época de Tiberio (14-37 d.C.), pero al final del reinado de {es deci¡ una nación o reino que va a la guerra contra otro), pero puede
scr tarnbién una sugerencia del conflicto fratricida (es decir, una parte de
5. Cf. D. E. Nineham, Saint Mark,345; R. H. Gundry Mark. A Commentary on His lrr nación o reino que lucha contra otra). Tal pugna intema aparece con
Apology.for the Cross,76l . liccuencia en los patrones escatológicos, ya que implica la interrupción del
6. M. E. Boring, Sayings ofthe Risen Jesas, 128-130.186-195. ortlorr social por lo que es un ejemplo de la desintegración universal que
7. Cf. D. E. Aune, Prophecy in Early Christianity,3l4.
8. Cf. N. Cohn, The Pursuif of the Millennium, passim.
9. Cf. R. H. Gundry, Mark. A Commentaty on His Apologtfor the Cross,738. I l. CL M. Hengel, The Zealots, Studies in The Gospel of Mark,2l-22.
10. J. Klausner, Jesus ofNazareth,322. I 2. Cf. J. T. Carroll, Response to the End of Hislory.
I 008 Interludio (Mc 13, l-37) Mc 13, 5-8: Nota.s 1009

caracteriza el tiempo final (cf. 4 Esd. 5, 5; 9 , 3; TestJud. 22, l; I Hen. 99, Ya en el Antiguo Testamento, larapidez e intensidad de üs dolores de
4)r3. Esta interpretación se apoya también en el sorprendente paralelo de parto los hacen una imagen aptapara el juicio divino (cf. Is 13,6-8; Miq
ls 19,2: <Y removeré [Dios] a Egipto contra Egipto, y lucharán entre sí, 4, 9-10; ls 66, 7 -9); ls 26, 17 -19 utiliza esta imagen en un contexto escato-
cada hombre contra su hermano [cf. Mc 13,12ly cada hombre contra su lógico. La literatura antigua judía y la cristiana primitiva amplían esta tra-
vecino, ciudad contra ciudad, reino contra reino>. La primera frase se tra- yectoria veterotestamentaria, empleando imágenes del alumbramiento para
duce en los LXX como kai epegerthésontai Aig,tprioi ep'Aigtptious (<y los la llegada del eschaton (cf., por ejemplo, 2 ApBar. 22, 7) y los dolores de
egipcios se levantarán contra los egipcios>). Epegerthésontai es un pasivo parto de la mujer para el repentino y breve período de sufrimiento intenso
divino, y esto es probablemente lo que ha de suponerse también en Marcos; que precede inmediatamente al eschaton (l Hen. 62,4; lTes 5, 3) o al naci-
de otro modo, el autor habría usado probablemente un verbo más común y miento del mesías (lQH 3 [11], 7-10; Ap 12,2; cf. Gal 4, l9).Una vez que
menos torpe como anistémi (<levantarse>>) (cf. Jue 7,9.151, ls 21,5; Jr 51, este período de dolores ha comenzado, el nacimiento esperado no está muy
29 128,29 LXXI; etc.). lejos (4 Esd. 4, 40-42)25. En la literatura rabínica, el sintagma hblw il miyh,
terremotos en todas partes hambres lseismoi kata topous... limoi]ta. lit. <los retorcijones (: dolores de parto) del mesías>, se convierte en tér-
Sobre terremotos y hambres como signos escatológicos, cf. Zac 14,4-5; mino técnico para este corto período de aflicción escatológica (por ejemplo
Ap 6, 8.12; 8, 5; 11, 13, etc.; 18,8; I Hen. 1,7;4Esd.9,3; 2ApBar.27, b.Sabb. l18a1' b.Sanh.98b; Mekilta Vayassa'5 [Lauterbach 2, 120]). Esta
6-1 ; b. Sanh. 97 a; Signos del Juicio 8 : 4 Esd.ts. Cf. también Mt 21, 5 I -53 ; frase está casi siempre en singular a diferencia del odinón, plural, de Mar-
28,2, en donde la muerte y resurrección de Jesús, entendidos como acon- cos, aunque hblw podria interpretarse como un plural defectivo y b. Ketub.
tecimientos escatológicos, van unidos a terremotosr6. En la década, más o I 11a puede ser un testimonio del plural en arameo26. Teniendo en cuenta la
menos, de la probable composición de Marcos hubo notables terremotos continua vinculación de la imagen de los dolores de parto con un período
<en todas partes). Así, por ejemplo, hubo uno en Asia Menor en 6l d.C., en corto de sufrimiento intenso, es poco apropiado que Moloney2T escriba que
el que doce ciudades fueron arrasadas en una sola nocherT, y el de Pompeya esta frase <indica que la historia... continúa todavía en su doloroso camino
y Herculano, en ltalia, en 63 d.C.r8. Dión Casio'e registra un terremoto más hacia un final definitivo>; el énfasis radica más bien en la inminencia, como
cercano aún al contexto probable de Marcos durante la huida de Nerón deja claro Marcos mismo en 13,19-20,28-29.
poco antes de su muerte en 68 d.C., y Josefo20 hace referencia a otro en La frase marcana, sin embargo, se traduce a veces de un modo que
Jerusalén durante la rebelión judía..., aunque a veces es difícil decir qué reduce al mínimo el significado escatológico <de los dolores de parto>.
es histórico en los relatos de Josefo, moldeados como están por la teología. Por ejemplo, se vierte a veces como: (pero esto es sólo el principio de los
Pero las referencias de este mismo historiador a hambres durante la guerra dolores de parto>, que puede ser una traducción atract:tva,ya que protege a
misma, sobre todo durante el sitio de Jerusalén, son indudablemente histó- Jesús de una creencia equivocada en un final inminente. Las palabras <pe-
ricas en su núcleo2r. Antes, en el mismo siglo, hubo una hambruna terrible ro> y <sólo>, sin embargo, están ausentes del griego y de las versiones an-
en tiempos de Claudio (41-54 d.C.; cf. Hch 11, 28)",y según Suetonio23, tiguas, y los motivos que se aducen por lo general para sostener que la frase
los romanos sufrieron hambre en tiempos de Nerón24. es una interpolación son poco convincentes. Gundry28, por ejemplo, insiste
Estas cosas son el comienzo de los dolores de parto farché ódinón tau- en el asíndeton (cf. glosario) de nuestra frase y en la posición al principio
ta].Este tipo de declaración es común en las cronologías escatológicas; cf., de arch€ (<comienzo>) como pruebas de que el énfasis recae en este vo-
por ejemplo, 2 ApBar. 27 , 2: <<En la primera parte [de la era escatológica]: cablo. Pero no acaba de verse cómo la ausencia de una partícula conduce I
I

el principio de las contracciones>. a la añadidura de las palabras (pero) y <<sólo>; además, el asíndeton está I

por todos lados en nuestro pasaje, lo que puede reflejar el estilo arameo o el
13. Cf. M. Stone,4 Ezra, lll. griego popular más que el hincapié en algo2e. lncluso aunque el asíndeton
14. Sobre la traducción de knta topous como (<en todas partes), cf. BDAG 5 I I B I a. .sea enfático en el caso presente, la tensión se aplicaría a la frase entera, no
15. Cf. M. Stone,4 Ezra,295. solamente a la palabra archA y, de modo semejante, la posición avanzada
I 6. Para una visión de conjunto de los terremotos principales en Israel desde I 00 a.C.,
cf. D. H. K. Amiram-E. Arieh-T. Turcotte, Earthquakes in Israel and AdjacenÍ Areas. pertenece al predicado completo: <el principio de los dolores de parto>. Así
17. Cf. Plinio el Viejo, Historia natural2,86. pues, la traducción apropiada no es <<pero estas cosas son sólo el principio
18. Cf. Séneca, Cuestiones Naturales 6, l, 1-3. de los dolores de parto>, sino <estas cosas son en verdad el principio de
19. Dión Casío, Historia romana 63, 28, l.
20. Josefo, Bell. 4,286.
21. Cf . Limos en The Complete Concordance to Flavius Josephus, de K. H. Rengstorl, 25. Cf. B. R. Gaventa, The Maternity of Poul, l9l-194.
y sobre todo la descripción, que horroriza por su canibalismo, en Bell. 6, 193-213. 26. Cf.M.Dubis, Messianic Woes ín First Peter, 10-13.
22. Tácifo, Anales 12, 43; Dión Casio, Historia romana 60, I 1 . 27. F. J. Moloney, The Gospel of Mark,255.
23. Suetonio, Vida de Nerón,45, l. 28. R. H. Gundry Mark. A Commentary on His Apologtfor the Cross,738.
24. Cf . M. Hengel, The Zea lots; Studies ¡n The Gospel of Mark, 133, nofa 129. 29. Cf. M. Zerwick, Markus-Stil,2l-23.
lnterludio (Mc' I 3, I -37)
Mc 13, 5-8: Comentut'itt IOI I
10 t0 I

evitar a los que dicen <Yo soy) (13,6), repite la advertencia de Dt 13


los dolores de parto>3o. Mateo capta bien el matiz marcano cuando presenta
contra los falsos profetas que engañan a la gente (planésai) con signos y
nuestra tiase como: <<Tbdas estas cosas son el principio de los dolores de
maravillas atrayéndola a servir a otro dios, vocabulario que reaparece más
parto> (Mt 24,8), no restando importancia a <los dolores de parto>, sino
tarde en el capítulo (Mc 13, 2l-22). Este mismo lenguaje deuteronómico
icentuando y repitiendo más tarde <todas estas cosas)) dos veces en un con-
se emplea en las denuncias judías contra Jesús, en las que se le acusa de
texto que une esta frase con el eschaton inminente (24,33-34)'
ser un embaucador Qtlanos) y un hechicero que enseña la apostasía (cf. Jn
1 , 12.47; Justino, Diálogo 69;' b. Sanh. 43a; l07b1. TestLev. 16, 3; Hechos

tle Totnás 48)32. Así pues, la introducción al discurso puede ser en parte
Comentario
defensiva: no es Jesús el que lleva a la gente al extravío, sino algunos de
los que vienen <en [su] nombre> (13, 6). Estos mentirosos no actúan autó-
Introducción Jesús comienza su respuesta a la pregunta de los discí-
nomamente; detrás de ellos está un poder más siniestro, <<el Mentiroso), es
pulos sobre la cronología escatológica con una descripción de la primera
deciq Satán (cf . OrSib.3, 68-70; TestSim. 3,5; TestJud. 19,4; Ap 12,9;20,
parte de la lista.
3.8.10; cf. 2Tes 2, 171, I In 4,6), cuya implicación en la red de sus lacayos
La sustancia del pasaje parece ser premarcana; el único versículo que
cmbaucadores queda sugerida por el vago vocablo <alguien> (tis; cf. tines
muestra fuertes signos de redacción es el introductorio, 13, 5' Aquí, el sin-
cn Gal l, 7)".Aquí, pues, vemos una imagen típicamente apocalíptica de
tagma (y Jesús comen zó a>> I un verbum dicendi es una locución introduc-
actores humanos movidos por poderes sobrehumanos: el Diablo por una
toiia típíca del evangelista (cf . nota a (comenzó a enviarlos> en6,7),y ttMi-
parte y Dios por la otra (cf. infra, comentario a <es preciso que eso ocurra))
rad> (itepete) va puntuando todo el discurso escatológico (cf. 13, 9.23.33)
y <nación contra nación>).
y refle¡a'lu p."o.upu.ión marcana por la percepción (cf. el índice temático,
Pero ¿quiénes son exactamente los mentirosos? El Jesús marcano los
i"-u,iV".r, y 8, 22-26; g, 6.20.25.32; 10, I 4; I l, 1 3; 12, I I'34.' I 5, 39)' Es describe como gente que dice <Yo soy> (egó eimi), una proclamación que
también posible que la frase <en mi nombre> en 13,6 sea marcana, ya que
crr Marcos (6, 50) tuvo anteriormente una connotación divina (cf. comen-
sobrecarga el versículo y aparece también en9,37.39 (cf' 9, 38'41; I l, 9; l3'
turio a 6, 48-50). Sin embargo, al carecer de un contexto epifánico y de
y la notq a <<en mi nombre, diciendo 'Yo soy'> en 13, 6)'
13;.óespués
los ecos del Antiguo Testamento presentes en Mc 6,45-52, este sintagma
del verso introductorio 13, 5a (<Y Jesús comenzó a decirles>),
y ¿rtribuido a los impostores no significa probablemente una declaración que
el pasaj! está estructurado en un trío de dichos dobles ( I 3, 5b-6; 13 ' 7 13 ,
asindética tlcba ser entendida de este modo en el caso presentera. Si es así, quedan
S). gn ca¿a caso, la segunda sentencia (13, 6; 13,7b;13, 8d) es
tlos posibilidades principales3s: los impostores son pseudo-mesías judíos o
(óf. glosario)y ayuda á explicar la primera (13' 5b; 13,7a;13, 8abc)3r' cristianos. Unavez ponderadas ambas opciones, la última parece preferible
(cf. nota a <en mi nombre, diciendo'Yo soy'> en 13,6), pero en uno u otro
13, 5-8. El principio de los dolores de parto' Marcos introduce el dis-
caso esos individuos se unen a la numerosa plétora de los profetas de sig-
curso escatológico, el parlamento seguido más amplio pronunciado por rros, <<mesías) y otros entusiastas religiosos de Palestina y sus alrededores
Jesús en su evangelio, con una locución acostumbrada: <Y Jesús comenzó
cn los años que llevaron a la guerra judía y durante ésta misma36. Para un
a decirles> (13, ia). Aunque esta fórmula introductoria sea considerada a lrpocalíptico como Marcos, la proliferación de tales mentirosos es un signo
menudo como un mero cliché, en este caso puede implicar más: las pala- cscatológico (cf. nota a (no sea que alguien os engañe> en 13, 5).
bras de Jesús no se dirigen solamente a los cuatro discípulos más íntimos En la siguiente sección del pasaje se aduce otro portento escatológico
en su ministerio terrenai, sino también a una generación siguiente de
cris-
rnás devastador: la guerra (13, 7a.8a; cf. nota a (pero cuando tengáis no-
tianos, incluidos los miembros de la comunidad marcana, que sobrevivirá
ticia de guerras y rumores de guerras> en 13,7). Tan temible es este signo
a los horrores profetizados (cf. 13, 14.37 cf . nota a <<comenzó a enviarlos> que no sólo su presencia sino incluso el rumor induce el pánico en los que
en 6,7).Así ei Jesús terrenal (comienza u advertir a sus seguidores más Io oyen (<los rumores de guerras>> reflejan también el contexto antiguo en
tempranos acerca de los horrores escatológicos, que SuS Sucesores serán cl que tales hablillas podrían necesitar semanas o meses para extender el
de soportar gracias alafortaleza y a la doctrina que seguirán lle- rununcio de una guerra que estaba a punto de estallar en lejanas regiones).
gando hasta ellos a través del Señor resucitado (cf' l3' I l)'
"upá.",
l.os lectores de Marcos pensarían ante todo e indudablemente en la rebe-
La primera frase de este discurso parece su leitmotiv o tema principal:
<Mirad, no sea que alguien os engañe> (blepete mé tis hymas planésl: 13'
12. Cf. J. L. Martyn, Histoty and Theologt in the Fourth Gospel,76-83.
5b; cf. 13, g.23.33). Esta introducción, con la admonición de que se debe 33. H. Braun, Planaó,238.247-249.
34. Cf. C. H. Williams. I Am He.233.
-35. Cl. Beda, Exposición de Morcos,13,6.
30. Cf. G. R. Beasley-Murray, Jesus and lhe Last Days,397 ' 36. Cf. Josefo, Bell. 2,259. y H. Braun, Planaó, 6,241
del aslndeton. cf. H. W Smyfh, Greek Gramntar. $ 2.167 [b].
.
Mc 13,9-13 101 3
101 2 Interludio (Mc 13, l-37)

añadieran a los horrores de la guerra y, como corona de todo, laTucha fra-


lión judía contra los romanos, que comenzó en 66 d.C. y alcanzó su terrible
tricidu. Estas maldiciones, añade Josefo, se cumplieron pronto.
clímax con la destrucción del Templo en el 70 (cf. nota a (pero cuando ten-
Aunque tales acontecimientos no sean aún el fin (13,7b), son, para
gáis noticia de guerras y rumores de guerras> en 13, 7). A pesar del terror
Marcos, signos de que el final se acerca, como deja en claro la conclu-
ante tales acontecimientos, éstos suponen parala comunidad marcana una
sión de 13,8 cuando señala estos acontecimientos como el principio de
exhortación a no desanimarse por ellos; estas cosas (tienen que ocufrir)
los dolores de parto escatológicos. Es ésta una imagen familiar judía para
(dei genesthai), <pero no es aún el final> (13, 7b). Otros usos marcanos del
cl breve intervalo de tribulación que precede inmediatamente al eschafon:
dei (lit. (es necesario>) aparecen posteriormente en este mismo capítulo,
euando una mujer se pone de parto, se puede estar seguro de que en poco
en profecías escatológicas (13, 10.14), en una de las predicciones de la
ticmpo nacerá un niño (cf . nola a <estas cosas serán el comienzo de los
Pasión (8, 3 l; cf. 9, 1 1 ) y en la promesa de Pedro de lealtad eterna a Jesús
tlolores de parto> en 13, 8). Ciertamente, el contomo entero de nuestro
hasta la muerte (14,31). Marcos, pues, ve el sufrimiento y la muerte de
¡rasaje es sorprendentemente similar a otros textos judíos apocalípticos co-
Jesús, así como la de los discípulos que lo siguen (cf. 8, 34), como duros
n.ttt 2 ApBar. 27; Signos del Juicio3s; b. Sanh. 97a, y el notable paralelo de
acontecimientos, pero en última instancia como eventos redentores esca-
1 li,sd.9,1-4 (cf. también 5,1-12):
tológicos desarrollados por la providencia de Dios que dirige la historia
rápidamente hacia un puerto ya predestinado. La misma dirección divina Calcula por ti mismo la medida, y cuando veas que ha pasado una cierta
se supone en 13, 8, <se levantará una nación contra otra y un reino contra parte de los signos predichos, sabrás que ese es el tiempo en el que Altísimo
otro)), pues egerthesetai es probablemente un pasivo divino (cf. nota a está a punto de visitar el mundo hecho por El. Y cuando se vean en el mundo
temblores de tierra, tumulto de pueblos, intrigas de naciones, mandatarios
(se levantará una nación contra otra y un reino contra otro) en 13, 8). Los
llenos de dudas, confusión de príncipes, entonces comprenderás que el Altí-
mandatarios terrenales pueden aparecer como responsables, pero es en rea- simo había hablado de estas cosas desde los días antiguos.
lidad Dios quien tiene la vida y la muerte de las naciones en su mano (cf.
10,42;Dn 4, 17 .25.32). Los paralelos con Marcos son los siguientes: terremotos y luchas tanto
La guerra no será el único desastre violento que visitará la tierra en
t iviles como entre naciones, Dios que pide cuentas al mundo por El creado
esta etapa preliminar de la era escatológica; seguirán también terremotos y t c I . I 3, I 9), y la noción de que una cierta parte de los signos escatológicos
hambres (13,Sbc), tres tipos de desastres que van asociados frecuentemen- lrrr ocurrido ya (<el principio de los dolores de parto>) y que el resto seguirá
te con el tiempo final en la literatura apocalíptica (cf . nota a <terremotos. .. tlcntro de poco.
hambres> en 13, 8). En 2ApBar.70, 8, por ejemplo, los tres eventos ocu- trn el pasaje siguiente, el Jesús marcano especificará el poderoso im-
ffen en el mismo orden que en Marcos: l)rcto personal y comunitario que tendrá este <principio de los dolores de
Y resultará que el que se salve de la guerra morirá en un terremoto, y el que ¡rrrrto> sobre los miembros de la comunidad marcana.
se salve del terremoto será abrasado por el fuego, y el que se salve del fuego
fallecerá por hambre.
.1. Lns FUTURAS eERSECUCToNES (13,9-13)
La concordancia podría ser pura casualidad, o debida al hecho de que
las guerras y terremotos pueden conducir a las hambres, pero también pue- l3 e <Pero mirad a vosotros mismos; os entregarán a los sanedrines
de sugerir un patrón escatológico fijo. Ahora bien, todo ello no es solamen- y scréis azotados en las sinagogas, y os llevarán ante gobernadores y
te un esquema tomado de una cronología apocalíptica, sino algo que Mar- rcycs por mi causa como testimonio para ellos. r0Mas es preciso que
cos y sus lectores comprenderían que encaja con su propio pasado reciente
rrY cuan-
¡r'irnero sea anunciada la buena nueva a todas las naciones.
(cf. notas a (pero cuando tengáis noticia de guerras y rumores de guerras> tkr os detengan y entreguen, no penséis de antemano qué diréis, sino
en 13 , 7 y ((terremotos. . . hambres) en I 3, 8), especialmente los aconteci- lo cpre se os dé en esa hora eso diréis; pues no sois vosotros los que
mientos que rodearon la guerra judía. Muchas de las personas implicadas lrtl'rláis, sino el Espíritu Santo. r2Y el hermano entregará al hermano a
en esa conflagración tenían una mentalidad escatológica, y algunos de ellos lu rruerte, y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra sus padres
emplearon patrones similares para interpretar su propio tiempo. Josefo37,
v krs harán matar. 13Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre.
por ejemplo, cuenta de un líder rebelde que murió junto con los celotas
l'cro quien aguante hasta el final, éste será salvo).
-fue asesinado por ellos- y que en sus momentos finales <imprecó
sobre
sus cabezas la venganza de los romanos, el hambre y la peste para que se

.llt. Cf. M. Stone, Signs of the Judgment.


37. Josefo, Bell. 4, 361-362.
I014 Inferludio (Mc 13, l-37)
Mc 13,9-13: No¡a,s t0t 5

Notas gonzosaD merecida por las gentes que han oprimido a sus prójimos, y la
Misná (2. Mak3, l-9) los prescribe para la violación de las normas de la
13r9. Pero mirad a vosotros mismos fblepete de hymeis heautousf. Se
pureza que tienen que ver con el sexo, productos alimenticios prohibidos,
trata de una torpe acumulación de referencias a los destinatarios; sólo blepe- etc. No hay prueba clara alguna sobre qué transgresiones se contemplaban
te (<miraó) habría sido suficiente (cf.4,24;12,38 13, 5.33). Esta torpeza que obligaran a los primeros cristianos a someterse a este tipo de discipli-
explicaría por qué faltan ciertas palabras en algunos manuscritos (D, W @, na sinagogal, pero Pablo dice que recibió treinta y nueve latigazos como
f',27, 565,700, it, sy'). El hincapié en ((vosotros> puede reflejar el deseo <esclavo (diakonos) de Cristo> (2 Cor ll, 23-24), quizás una alusión a
de Marcos de subrayar la importanciapara su comunidad de las profecías la predicación de la buena nueva, que él cumplía <por obligacióu (y de
acerca de las persecuciones en 13,9-13 (cf. comentario a13,9-ll). alrí como un esclavo) según I Cor 9, 16-17. Puede ser que otros cristianos
sanedrines lsynedrial. Sobre las comparecencias de cristianos ante el prirnitivos fueran golpeados también por molestar en las asambleas sina-
consejo dirigente judío en Jerusalén, el Sanedrín, en los primeros años de gogales con su predicación.
la lglesia, cf. Hch 4-5 y 22 23; sobre las comparecencias ante los consejos os llevaran ante gobernadores y reyes fepi hégemonón kai basileon
y asambleas romanos, cf. Hch 17 , 6-9; 19, 35-41 (aunque en Hechos se de- :;tathésesthe]. Sobre las comparecencias de los cristianos primitivos ante
nominan también synedria estos consejos no judíos). El paralelismo entre rcyes y jueces, cf. Hch 1 8, 12- 17 : 19, 3 5 -41 ; 21, 37 -22.29; 23, 2326, 32.
la entrega a los consejos y los castigos corporales en las sinagogas sugiere como testimonio para ellos leis martyrion autoisl. La misma frase apa-
a la mayor parte de los estudiosos que los consejos en nuestro pasaje son rcce en 1, 44 y 6, I l; sobre los modos diferentes, positivos y negativos,
judíos. Ciertamente, la palabra griega synedrion, se convirtió en un prés- de interpretación, cf. nota a esta frase en l, 44. En el contexto presente, la
tamo en hebreo misnaico y en arameo (sanhedrín, sanhedré), que desig- yLrxtaposición con 13, l0 hace que el significado positivo sea el más pro-
naba o bien el consejo dirigente formado por setenta judíos principales de bable, pero la suposición de un juicio escatológico posteriormente en este
Palestina (cf. nota a <todo el Sanedrín> en 14, 55) o pequeños consejos o capítulo (13,24-26) significa que no puede excluirse un matiz negativo
cuerpos judiciales que tomaban decisiones en Israel y en la Diáspora (cf. (((como testigo contra ellos>).
m.Sanh. 1,6; t.Sanh.3, l0)r. Ya que el presente Comentario sitúa la co- 10. primero furótonl. A partir de la línea de pensamiento en 13, 9- 10, se
munidad marcana en proximidad geográfica y temporal a la rebelión judía
¡rodría pensar que esta palabra implica que la buena nueva debe ser procla-
contra los romanos de 66-73 d.C., es interesante notar que Josefo2 habla de nrada en todo el mundo antes de que la persecución mencionada en 13,9
dirigentes celotas que instituían pequeños tribunales durante la rebelión pa-
¡rrrcda tener lugar. El v. 13, I I, sin embargo, parece suponer que la procla-
ra perseguir judicialmente a sus enemigos; en una ocasión semejante <emi- rnación del evangelio es resultado de la persecución más que su causa. De
tieron un decreto perentorio emplazando a setenta de entre los ciudadanos crralquier modo, Marcos quiere decir probablemente que la proclamación
principales para que comparecieran en el Templo, asignándoles, como en ¡rrundial del evangelio tiene que ocurrir antes de que pueda llegar el final
el teatro, sin la debida autoridad, el papel de jueces> ($ 336; cf. $ 341). (cl. Mt 24, l4), por lo que Mc 13, 10 es parte de la respuesta del Jesús
Aunque Josefo no denomina <sanedrín> a este grupo, parece que actuaba nnrcano a la pregunta de los discípulos en cuanto al tiempo del fin (13,
como si lo fuese, y el número de sus miembros corresponde al del Sanedrín ,l ). Marcos ha creado probablemente este versículo a partir de la secuencia
en la Misná (cf . m. Sanh. l, 6)3 . cronológica y lo ha insertado aquí debido alapalabra <testimonio> en 13,
seréis azotados en las sinagogas leis synagogas daresesthe]. Esta pro- t) (cf. la introducción al comentario\.
fecía contempla tanto las palizas espontáneas o la disciplina formal de la ll. os detengan fagósin]7. En 14,42 el Jesús marcano utiliza el mismo
sinagoga; teniendo en cuenta la yuxtaposición con la referencia a los con- vclbo para exhortar a sus discípulos que duermen para que se levanten y
sejos, esto último es lo más probable (cf. Mt 23, 341. Hch 22, 19; m. Mak. sc cnfronten al grupo que viene para prenderlo, subrayando así la relación
3, l2)4. Ya Dt 25, 1-3 menciona los azotes como castigo que puede ser ('ntre su detención y la de sus seguidores (cf . comentario a 13, 9-l l).
impuesto por un juez, pero no especifica para qué crímenes; por tanto no penséis de antemano qué diréis, sino lo que se os dé en esa hora eso
quedó para las autoridades posteriores calcular qué infracciones merecían ,lirtti.s fmé promerimnate ti lalése1e, all'ho ean doth{ hymin en ekein{ tg
los latigazoss. Josefo6, por ejemplo, llama a los azotes <la pena más ver- Itot'(, ¡6y¡o laleitel. Evans8 señala los paralelos de Ex 4, 10-17 y Jr 1,6-10,
rlonde Moisés y Jeremías se quejan de que ellos no son buenos portavoces
l. D. R. A. Hare, The Theme of Jev,ish PerseaÍion of Christians,102-104. v l)ios responde que él pondrá palabras en sus bocas y los enseñará qué
2. Josefo, Bell. 4, 335-344. dccir (lalésai). Exod. Rab.3,15, al interpretar el pasaje del Éxodo, dice
3. J. Gibson, The Function of the Chorge of Blasphenty in Mark 14,64,17-19.
4. Epifanio, Panarion,30, I l; L. L Levine, The Ancient Sin(tgogue, l3l-132.
5. Cf. M. Elon,Jewish Lav', Hislory, Sources, Principles 1,201-202. 7. Sobre este matiz de agein,lit. <conducir>, <llevar>, cf. BDAC l6 2.
6. Josefo, Ant.4,238. r.i. C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,311.
t016 InÍerludio (Mc 13. I -37) Mc 1 3. 9- 1 3 : ComenÍut'it¡ t 017

que Dios prometía así que de Moisés haría una nueva creación, un motivo r3, lr Exhortación a no planear por adelantado los discursos en tales
similar al del Espíritu creativo y escatológico en nuestro pasaje. situaciones de testimonio
pues no sois vosotros los que hablóis sino el Espíritu Santo lou gar este 13, l2-13a Profecía sobre la traición y odio universal hacia los cristianos

hymeis hoi lalountes alla to pneuma to hagionl. Sobre el Espíritu como


13, l3b Exhortación a aguantar hasta el final

poder del discurso inspirado, cf. Nm 24,2-3;2Sm 23,2; I Re 22,24; etc. La llamada de atención en 13, 9a actúa como una rúbrica para \a períco-
En los profetas posteriores, en eljudaísmo intertestamentario y en el Nuevo pa entera, y las exhortaciones en 13, I I y 13, l3b se refieren directamente
Testamento este don del Espíritu para hablar indica la presencia de acon- a las profecías que las preceden. Estructuralmente, por tanto, la perícopa se
tecimientos escatológicos (por ejemplo, Mc 12,36-37) o bien él mismo es divide en dos partes principales: 13,9-l1y 13,12-13.
tal evento (por ejemplo, ls I l, I -2; 42, 1 ; 61, I -2; Jl 2, 28 SalSl. 17, 35-37 ;
Hch 4, 8.31; 13, 9-10). Asimismo, en las tradiciones rabínicas el Espíritu 13, 9-11. Pruebas y tesf imonio. La exhortación inicial que afecta a todo
Santo es a menudo el espíritu de la profecíae. cl pasaje, <Pero mirad a vosotros mismos>>, es una continuación lógica de
13. Pero quien aguante hasta elfinal, éste será salvo fho de hypomeinas la intensiflcación de las profecías sobre guerras y catástrofes en 13, 5-8:
eis telos, houtos sóthéseÍai). Es éste un ejemplo de casus pendens seguido tales acontecimientos pueden ser inquietantes, pero deben venir cosas aún
de un pronombre resumptivo, una locución especialmente característica de peores, porque las guerras, terremotos y hambres son sólo el principio del
la prosa semítica (cf. 13, I l, <sino lo que se os dé en esa hora eso diréis>). ¡rarto escatológico (cf. 13, 8d). Además, mientras el pasaje anterior pro-
El argumento de Maloney contra la influencia semítica en el caso presente, lctiza los desastres que afligirán el mundo entero, el presente describe las
a saber que las lenguas semíticas no utilizan un pronombre demostrativo en tribulaciones que atorrnentarán expresamente a los cristianos de la comu-
tales casosr0 es demasiado sutil; houtos es el término normal griego para el ¡ridad de Marcos; estos últimos por tanto, harán bien en mirar a sí mismos.
pronombre personal en el nominativo. Así pues, como con la frase <entiéndalo el lecton en 13, 14, la obertura
tlc nuestro pasaje está diseñada para dirigir la atención hacia los aconteci-
nrientos contemporáneos de importancia especial parala comunidad mar-
Comentario cana, en este caso persecuciones por parte de los consejos, funcionarios
sirragogales, mandatarios y reyes. La relación entre 13, 5-8 y 13,9-13 in-
Introducción Tras bosquejar brevemente los <dolores de parto> preli- sinúra que estas persecuciones procederán directamente de las agitaciones
minares de la nueva edad, los desastres que ocurrirán en la escena intema- internacionales dibujadas en el pasaje anterior, y a su vez sugiere que hay
cional, el Jesús marcano apunta directamente a los problemas que afligirán r¡uizás una referencia a losjuicios contra los cristianos relacionados con la
a la comunidad marcana en particular. rcbelión judía contra Roma (cf. nota a <<sanedrines> en 13,9)rr.
La mayor parte de 13, 9-13 es probablemente tradición premarcana, La profecía de Jesús sobre las persecuciones comienza con el verbo
pero 13, l0 debería atribuirse al evangelista mismo. Este versículo inte- ¡tut'odosousin (<os entregarán>, 13, 9b). Esta palabra es significativa por
rrumpe la relación natural entre la profecía de las persecuciones en 13,9 tlos motivos. El primero es su trasfondo de Is 52-53 LX){., donde el siervo
y la instrucción sobre cómo responder a estos acosos en 13, I I (cf. nota a suliiente del Señor es <entregadoD a una muerte ignominiosa, pero termina
<primero> en 13, l0). Además, todas las palabras principales en este ver- sicndo exaltado y glorificado (ls 52, l3; 53, l2); el verbo insinúa ya así la
sículo intermedio son típicamente marcanas (<primero>, <buena nueva)), salvación que Jesús profetiza al final de nuestro pasaje (<Pero quien aguan-
<deben, <proclamar>, <todo>, <naciones>). Parte, o toda, de la torpe ex- tc hasta el final, éste será salvo>, 13, l3b; cf. nota a <entregado> en l, 14)r2.
hortación introductoria de 13,9a (<Pero mirad a vosotros mismos>) y la l:l segundo aspecto importante de paradidomi radicaen su empleo en otros
exhortación final correspondiente en 13, l3b (<Pero quien aguante hasta Irrgares del evangelio, donde se aplica a la detención de Juan Bautista (1,
el finaf , éste será salvo>) pueden ser también marcanas (cf. nota a <Pero l-1), pero más a menudo a la propia traición a Jesús y a su muerte (3, l9;
(), 3l; 10, 331,14,10-11.18.21.41-42.441.15, 1.10.15). El vocablo rnismo,
mirad a vosotros mismos> en 13, 9).
El pasaje presenta un esquema altemante de profecía y estímulo: ¡rrres, implica lo que Jesús dice explícitamente al final del versículo: la
cntrega de los discípulos en manos de sus enemigos será <por mí>. Ésta es
13,9a Exhortación a estar atentos
stilo la primera de una serie de correspondencias entre lo que Jesús pronos-
13, 9b-10 Profecía sobre la comparecencia ante los mandatarios, que lleva a
un testimonio universal tica aquí y 1o que él mismo sufrirá pronto. Como sus seguidores, será trai-
t'ionado por un <hermano> (14, l0-11.43-45), detenido (14,46), entregado
9. Cf. S. E. Scháfer, Die Vorslellung von heiligen Geist üt der rabbinischen Literatur,
pas.sim. ll. J. R. Donahue, Are You the Christ?.217-224; J. Marcus,-/ewish War,448.
10. E. C. Maloney, Sentitic Intet'fet'ence,86-90. I 2. J. Marcus, The Way oJ the Lord, I 87- I 90.
t0t I Interludio (Mc 13, l-37) Mc 13, 9-13: Comenturio t 0l9

a un sinedrio (14, 53.55), golpeado (14,65;15, 15.19), presentado ante un rrrundial estaba casi cumplido (cf. Rom 15,23-24; Col 1,23), por lo que el
gobernante para serjuzgado (15, l-15), expuesto al desprecio de las masas I i rra I era inminente (cf . la Introducción general en el vol. I
, 96ss, y la intro-
(15, l6-36) y asesinado (15,37). Alfinal, sin embargo, é1, como ellos, será ,lttu'ión al capítulo 13). Así pues, al igual que el versículo redaccional 7,
<salvo> (16, l-8). .17, el versículo igualmente redaccional 13, l0 utilizaunpróton adverbial
La profecía sobre la entrega a los consejos fiudíos; cf. nota a <sanedri-
¡lrra delinear la cronología marcana de la salvación: la buena nueva ha ido
nesD en 13, 9) va unida quiásticamente a <ser azotado en las sinagogas> rr los judíos (7,21; cf. Rom l, l6), luego a los gentiles (13, l0)..., y ahora
(13,9c), que refleja una forma de disciplina sinagogal atestiguada en otros e L¡ando eso ha ocurrido, el fin vendrá rápidamente.
lugares de las fuentes judías y cristianas (cf. nota a <azotados en las sina- Pero la expresión de 13, 10, ((mas es preciso que primero sea anunciada
gogas)) en 13, 9). Es posible que nuestra profecía prevea estas comparecen- l;r buena nueva a todas las naciones>>, es susceptible de ser interpretada
cias ante cuerpos judiciales judíos, o audiencias preliminares, después de 1o irrcorrectamente: los miembros de la comunidad marcana podrían tener la
cual los cristianos serían entregados a una autoridad superior, gobernador o irrrpresión equivocada de que la extensión del mensaje evangélico, y de
monarca (cf. Hch 18, 12-17 ; 19, 3 5 -41 ; 21, 31 -22.29 ; 23, 23 -26.32). Aquí, rrlrí la llegada del eschator, dependían de sus propios esfuerzos, como si
otravez, hay un paralelo con el destino de Jesús (cf. 14, 53-15,20). r'llos pudieran <forzar el finab> proclamando la buena nueva por todas par-
Pero Dios puede hacer de la ira de los seres humanos un instrumento tcs. Este tipo de activista, promotor del pensamiento apocalíptico, que era
para su alabanza (cf. Sal 76, l0); aunque los enemigos de los cristianos de- liccuente al parecer entre los revolucionarios judíosrs, había sido ya com-
seen que sus acciones persecutorias sirvan para erradicar ese movimiento lrrrtido por la parábola de la semilla que crece por sí misma en 4,26-29 (cf .
advenedizo, Dios las usará como sistema para extender el evangelio has- t ottlenlerio a este pasaje). Ahora es corregido de nuevo por el hincapié de
ta los confines de la tiena (13,9c-10), como pasa también en el caso de .lcsús en que la proclamación del evangelio no es realmente una actividad
Jesús, cuya muerte producirá la conversión del centurión gentil (15,39). Irrrrnana, sino tarea del Espíritu. Los discípulos de Jesús, por tanto, no de-
Como afirma la famosa frase de Tertuliano, <la sangre de cristianos es la hcrr planear de antemano lo que deben deci¡ sino hablar lo que la divinidad
sernilla [de la iglesia]>r3. Los relatos antiguos de martirio muestran cómo lcs dé <en aquella hora> como testimonio ante las autoridades (13, ll).
los cristianos convirtieron sus juicios en ocasiones para dar testimonio del ,\t¡uí, como a menudo en el Nuevo Testamento, la <hora> es un término
mensaje cristiano, tanto por lo que dijeron como por lo que sufrieron. El tccnico para el tiempo de escatológico de prueba (cf. Mc 14, 4l; Jn 16,
modo como el testimonio cristiano podía extenderse (<a todas las naciones> .l I ; Rom 13, I 1; I ln 2, 18:, Ap 3, l0)16. Esta interpretación es apropiada al
a consecuencia de la persecución (13, l0) queda ilustrado por el retrato t ontexto, puesto que el Espíritu que proveerá lo de debe decirse (en aque-
lucano de Pablo cuando es llevado preso a Roma, el corazón del Imperio llir hora> es un don escatológico (cf. nota a (pues no sois vosotros los que
pagano, para defenderse delante del Emperador contra las acusaciones del lrlbláis, sino el Espíritu Santo> en 13, I l). Como a menudo en Marcos, van
Sanedrín (Hch 25-28). El Apóstol convierte en el camino a un mandatario tlc la mano la angustia del tiempo final y el fortalecimiento divino en esos
y al pueblo de Malta (Hch 28, l-10), y en Roma lleva un ministerio exitoso ruonrentos (cf. I Pe 4, l4).
a pesar de su arresto domiciliario (Hch 28, 30-3 I ). Como hemos señalado enla nota a <no penséis de antemano qué diréis,
El versículo redaccional 13, 10 sitúa en un contexto escatológico la sirro lo que se os dé en esa hora eso diréis> en 13, I l, esta profecía acerca
predicación de los cristianos ((a todas las naciones>: es uno de los acon- tlcl fbrtalecimiento para la palabra es un eco también de las historias vete-
tecimientos claves que deben pasar antes de que pueda llegar el final (cf. rote stamentarias de Moisés y Jeremías, dos personajes irnportantes que no
noÍa a <primero> en 13, l0). Es posible que esta idea represente una am- t orrfiaban en su elocuencia, pero a quienes Dios prometió que Él pondría
pliación de la perspectiva del Jesús histórico, que pudo haber pensado que
¡xrlabras oportunas en su boca. Como en otras coyunturas críticas en la his-
su mensaje tenía que llegar a todos sus connacionales judíos, o al menos I.ria de Israel, ahora, en el punto culminante de la historia, la proclamación
aquellos que estaban en Tierra Santa, antes de que pudiera llegar el fin (cf. tlcl rnensaje es demasiado importante para ser dejada a los expertos, a los
10,23). Cuando la mayor parte de los correligionarios de Jesús rechazaron oraclores con talento. Su promulgación depende más bien del poder divino,
ef mensaje cristiano, sus seguidores postpascuales se orientaron cada vez rr t¡Lrien encanta emplear instrumentos humanos torpes e improbables. Al
más a los gentiles, cuya evangelización quedó imbuida de una urgencia r¡similar los evangelistas de la comunidad marcana a las grandes figuras del
escatológica similar (cf. Rom 11,25-27: Ap 14, 6-7). Como miembro de ¡rasado de Israel, Jesús apoya y anima a gentes cuya autoirnagen ha queda-
la misión paulina (cf. Introducción en el vol. 1, 99-702)11, Marcos pensaba (l() por los suelos a causa de haberse hecho <odiosos a todos>, incluida la
probablemente que este requisito previo escatológico de la evangelización rrrayoría de Israel, a causa de su nombre.

I 3. Tertuliano, Apologético, 50. 15. Cf. M. Hengel, The Zealots, 123-12'7.


14. J. Marcus, Mark,lnterpreter of Paul. 16. H. Ciesen. Httra l7l.
Mc 13, 9-l3: Cont¿nlurio t02t
I 020 Interludio (Mc 13, 1-37)

su suegra; los enemigos de cada uno son la gente de su propia casa (LXX:
13,12-13 Traición y resistencia. Los cristianos de la comunidad marca- los enemigos de un hombre son todos los hombres de su casa; Targ. Jon.: los
na no sólo experimentarán la persecución por parte de gente de fuera (re- que odian a un hombre son los hombres de su propia casa). 7 Pero yo miraré
yes, mandatarios, autoridades sinagogales, Sanedrín), sino que serán trai- al Señor, esperaré (LXX:. hypomenó) alDios de mi salvación'8.
cionados también por miembros de su propia familia. Esta traición aparece
descrita en 13, 12 (cf. Mt 10,34-36 l/ Lc 12,51-53) con imágenes obteni- En este pasaje el odio en la familia, como hermanos que entregan a otros
das en gran parte del Antiguo Testamento, mediadas por la posterior lite- Irermanos a la muerte, o hijos que se rebelan contra los padres, es parte de la
ratura judía apocalípticar7. Las profecías escatológicas de ls 19,2 y 8238, clesintegración que caracteriza el tiempo final. Esta dimensión escatológica
21,por ejemplo, pintan a hermanos que se matan entre sí (o sea, una gueffa aparece reforzada en m. Sot.9, 15, donde se cita Miq7,6 en una profecía
civil), y I Hen. 56,7 evoca el último pasaje cuando dibuja el tiempo final cscatológica cuya presunción (húspAh) básica es que este odio aumentará
como un caos tumultuoso (sobre ls 19, 2, cf . noÍa a (pues se levantará una <en los pasos del mesías)), es decir, en el tiempo que precede inmediatamen-
nación contra otra y un reino contra otro> en 13, 8). Los Oráculos Sibilinos te a su llegada (cf . b. Sanh. 97a; Pesiq. Rab. 34, l)le. Pero Miqueas exhorta
8, 84-85 describen asimismo la enajenación de padres respecto a sus hijos, tarnbién a sus lectores a resistir con paciencia durante este período de desin-
y viceversa, aomo una ilustración del mal en el tiempo del fin. Entonces tegración y a esperar al Señor, ya que de El, al final, surgirá la salvación (cf.
aumentará <la impiedad y la aflicción más allá de toda esperanza)), y el que cl pasivo divino <será salvo> en Marcos 13, 13b)20.
habla en IQH 17 (9),34-36 se queja de que sus padres lo han abandonado La desintegración escatológica de la familia está descrita en Mc 13, l2
en los momentos de prueba escatológicos (cf. también Jub.23,l9). como un crescendo del horror. El hermano que traiciona al hermano es una
La alienación respecto a la familia como consecuencia de la conversión situación desagradable, pero no inesperada en un contexto bíblico (cf. Gn 4
era un rasgo que el cristianismo primitivo compartía con el judaísmo de y 37); el padre que traiciona al hijo es menos natural; lo peor de todo en una
la época. En José y Asenet ll-12, por ejemplo, una mujer convertida al sociedad patriarcal es la perspectiva de los hijos que se alzan contra sus pa-
judaísmo se queja emotivamente en términos sorprendentemente similares dres y los matan. Este tipo de rebelión no sólo viola el quinto mandamiento,
a los que encontramos en Mc 13,12-13 sobre la hostilidad que ha experi- sino que invierte también DI2l,18-21, donde un hijo que se amotina debe
mentado por parte de su familia: scr ejecutado por haber tenido tal idea. Pero el pasaje puede insinuar incluso
trna traición más inquietante aún, ya que <hermano> es un término común
Todo el pueblo ha llegado a odiarme,
y al frente de ellos mi padre y mi madre, rle I cristianismo primitivo para designar a los <compañeros cristianos> (cf.
porque yo también he odiado a sus dioses... t¡t¡Ía a<<mi hermano, mi hermana>> en 3,35), y sabemos que los apóstatas
Por tanto mi padre y mi madre y mi familia entera cristianos denunciaron realmente a sus <<hermanos y hermanas> a las autori-
han llegado a odiarme y han dicho: tlades, lo que a veces conducía a éstos a la persecución y la muerte2r.
<Asenet no es nuestra hija, Teniendo en cuenta la abrasadora naturaleza de estas traiciones, la con-
porque ha destruido nuestros dioses>.
clusión en 13, 13a, como hemos ya señalado, parece psicológicamente jus-
Y todo el pueblo me odia...
Y ahora, en mi humillación, todos han llegado a odiarme trficada aunque pudiera ser exagerada desde el punto de vista objetivo: <Y
y a regocijarse en mi aflicción (11,4-6; texto largo). scréis odiados por todos a causa de mi nombre> (cf. el paralelo de Q Mt 10,
22 ll Lc 6,22). Esta exageración, sin embargo, no carece de precedentes:
Puede ser significativa psicológicamente la alternancia en este texto, cl historiador romano Tácito, por ejemplo, escribe que los cristianos fue-
como en nuestro pasaje, entre el odio por parte de los miembros de la fa- r<rn culpados de causar el gran incendio en Roma en 64 d.C. odio humani
milia y el odio por <todos>: la gente rechazada por sus familias termina .qt,neris, debido al <odio delaraza humana>>22. En el contexto, esta frase
probablemente convencida de que el mundo entero los odia. significa probablemente <porque se creía que los cristianos odiaban a los
Un trasfondo particularmente importante para la interpretación de nues- cxtraños>>, pero Tácito da también la impresión de que los cristianos eran
tro pasaje acerca de la enajenación familiar se encuentra en Miq 7,1-7. tlcspreciados por la población. Estas dos reacciones estarían naturalmente
donde las versiones de los Setenta y del Targum son especialmente notables: rclacionadas, ya que el pueblo percibía que los misántropos -y se creía
2
Todos están al acecho de sangre, y cada uno caza a su hermano con una rccl
18. Cf. L. Hartman, Profecy Interpreted, 169.
(Targum Jonal¿í¡r: un hombre entrega a su hermano a la destruccióre). . . No
s

6pues 19. J. Klausner, The Messianic ldea in Israel,442-445; M. Dubis, Messianic Woes in
confies en el prójimo, no tengas confianza en el amigo'.. el hiio tralu
It¡t'.\tPeter,S-9.
al padre con desprecio, la hiia se levanta contra su madre,la nuera contril 20. L. Hartman, Prophecy Interpreted, 67 -1 69.
1

21. Cf.Tácito,Anales 15,44,5; Plinio el Joven, Epístolas 10,96,5-6.


22. Tácito, Anales | 5, 44, 2-4.
17. Cf. D. C.Allison, Q 12,51-53 and Mark9,ll-13,51-53.
I 022 Interlttdio (Mc' 1 3, l -37) Mc 13, I4-20: Notas 1023 I
comúnmente que judíos y cristianos lo eran- son a su vez odiados general- nación>, que <desuela> el Templo de Dios al profbnar su espacio santo e
mente (cf. In 7, 7; 15, 18-25; 17, 14; I In 2, 15; 3, l3). irnpulsa a los piadosos a que lo evitenr. Como al menos algunos lectores
A pesar de esta triste imagen de enajenación social, el Jesús marcano clc Marcos habrían probablemente reconocido la frase como una cita de
concluye la sección con una promesa: ((pero quien aguante hasta el final, éste la Escritura, en la traducción la presentamos entre comillas. En Daniel la
será salvo> ( 13, 13b). Según Gni1ka23, telos (<el fin>) indica probablemente liase es una referencia cifrada a la erección por parte de Antíoco Epífanes
tanto la muerte como el final del mundo, y <salvo> es también una expresión rle una imagen de una divinidad pagana, el dios sirio Baal Shemayin, el
con doble sentido; la continuación de Marcos l3 deja claro que Dios, para Señor de los cielos, sobre el altar del templo de Jerusalén en el año 168
conservar un resto de su pueblo elegido, <salvará> a algunos de ellos de la a.C. (cf. I Mac l, 54.59; 6,1; cf .2 Mac 6, 2). El autor del libro de Daniel,
muerte interrumpiendo la tribulación escatológica, que de otra manera los t¡ue tenía una mente apocalíptica, creyó que este sacrilegio sería seguido
borraría dela faz de la tierra (13, 20). Pero /os demás serán destruidos antes rirpidamente por una época de dificultades sin parangón (Dn 12, 1; cf. Mc
de que llegue el eschaton; esos últimos serán <salvos> en el mundo futuro, 13.20),luego por la resurrección general (Dn 12,2-3) y el fin del mundo
( Dn I 1, 35.40; 12, l3).
pero a costa de sus vidas en este (cf. 8, 35). Nadie puede predecir a cuál de
estas dos categorías va a pertenecer; lo importante es soportar el sufrimiento Pero esos últimos acontecimientos no ocurrieron. Un grupo de guerri-
que se le ha asignado, no permitir que <la tribulación o persecución debida a llcros judíos, los Macabeos, dirigió la rebelión contra los sirios, restauró el
la palabru pueda causar la esterilidad espiritual (cf.4, l7), y dejar en manos lcmplo en 164 a.C., y finalmente reestableció la dominación judía sobre
de Dios la decisión de si El salvará en esta vida o en la futura. I'alestina. Sin embargo, después de que los romanos se convirtieron en los
En el pasaje siguiente, Jesús aclara con precisión cuán terrible será el su- lnros supremos de Palestina en 63 a.C., el pueblo comenzó a reinterpretar
,<la abominación de la desolación> daniélica como una profecía de una futu-
frimiento de la comunidad marcana y el del mundo entero, justo en los días
antes del final, cuando se produzca un tiempo de tribulación como nunca hu- rl profanación del Santuario. Es posible que Jesús mismo usara el sintagma
bo desde la creación (13, l9). Sin embargo, las palabras pronunciadas en la rlc cste modo, quizás sin estar seguro exactamente qué forma adoptaría tal
,,rlcsolación>, aunque si profetizó la destrucción del Templo (cf. 13, 2),pro-
conclusión sirven también como titular implícito de ese cuadro de angustia
sin precedentes: <Pero quien aguante hasta el final, éste será salvo>. blblernente vinculó entre sí los dos acontecimientos inminentes. Algunos
irrrlíos y cristianos pensaron probablemente que la profecía daniélica estuvo
rr ¡runto de realizarse en 39-41 d.C., cuando el ernperador romano Calígula

5. Le eeoNarNACróN DE LA DESoLACTóN (13, 14-20) erigió que su propia efigie fuera erigida en el Templo. Muchos judíos esta-
Irrrn listos a ir ala guera para evitar este sacrilegio, y sólo el oportuno ase-

13 r4Y cuando veáis <<la abominación de la desolación>> erigida


sinato de Calígula evitó una camicería2. Algunos estudiosos creen que el
ni¡clco de Marcos l3 es un apocalipsis judío o cristiano compuesto durante
donde no debe -quien lea entienda-, entonces los de Judea huyan a las
lrr crisis de Calígula (cf . introducción al capítulo l3)r.
montañas, rs quien esté sobre su azotea no baje ni entre a tomar nada de
Para Marcos, sin embargo, que escribía treinta años después, la abomi-
su casa, 16y quien esté en el campo, no vuelva atríLs a tomar su manto. rurcitir.r esperada no podía ser ya el plan de Calígula de erigir su efigie, ya
¡Ay de las embarazadas y de las lactantes en aquellos días!
17
rluc uQuel peligro había pasado hacía tiempo. Quizás (¿como Jesús antes de
r8
Suplicad para que no pase durante una tormenta; repues aquellos trl'.)) no tuvo en mente ningún acontecimiento concreto, pero los estudiosos
días serán de una angustia como no ha habido tal desde el comienzo ( r'ccn generalmente que sí. Unosa argumentan que para Marcos <la deso-
de la creación, que creó Dios, hasta ahora y no la habrá.20Y si el Señor lrrci<in> es la destrucción del Templo por las legiones romanas al mando de
no decidiera acortar los días, no se salvaría nadie; pero gracias a los I iro en 70 d.C. (cf . Ir 22, 5; Ag I , 9; Tob 14, 4; TestLev. 1 5, I ; 23, 38-24,
). tcxtos todos que relacionan la destrucción del Templo con <la desola-
elegidos que escogió, acortó los días>.
, rtirr>). Pero el participio hestékota (lit. <que está de pie>) es masculino, a
¡rt'srrr de referirse a bdelygma (<la abominación>), que es neutro, lo que su-
Notas l rclc clue a los ojos de Marcos la abominación que desuela es una persona
\ n() un acontecimienlo como la destrucción del Templo.
l3r14. <La abominación de la desolación> fto bdelygma tes erémóseosl.
Esta frase misteriosa proviene del libro veterotestamentario de Daniel ( I I , l. C'f. G. Kittel, Erentos,660.
3l 12, I l; cf. 9, 27), donde se refiere a una estatua idolátrica, <una abomi- l. ('1. Filón, Legación a Gayo; Josefo, Bell. 2,184-203¡' Ant. 18,261-308; Tácito,
llt¡tttt 5.9.
itt.s
1. C'1. N. H. Taylor, Palestinian Chrisf ianiry and the Caligula Crisis.
-1. ('f . R. Pesch, Naher *^artungen. T'adition und Redoktion in Mk 13, 139-144.
23. J. Gnilka, El Evangelio según san Marcos 2,224.
I 024 Interludio ( Mc I 3, I -37 ) Mc 13. l4-20: Notu.s I 025

Algunos exegetas5 identifican esta persona con el general romano Tito, gún 4QFlor l,4-6,|a presencia de los gentiles en el Templo lo <desolaba>
responsable del exitoso sitio de Jerusalén y que entró en el Templo cuando (h,ímw); por tanto, el intento de los celotas de erradicar la influencia gen-
estaba ya en llamas para ver el sancta sanctorum6, algo prohibido según la lil del Templo podría haber sido considerada como la eliminación de la
ley judía a cualquier israelita excepto al sumo sacerdote en el Día de la Ex- <abominación de la desolación>, que en Daniel mismo es una profanación
piación, y con más razón prohibido a un general pagano. OwenT apoya esta causada por gentilesra. Es posible, pues, que la interpretación marcana, en
identificación con una gematria ingeniosa (cf. glosario): el valor numérico la que la abominación va vinculada al nacionalismo antipagano, fuera una
de las palabras hebreas Íqw; lmm = <la abominación de la desolación> de rcspuesta a la exégesis de los celotas, en Ia cual la abominación era la in-
Dn 12, I I es 876, como es el valor del nombre Titos,la versión hebrea del llr¡encia pagana, una suerte de inversión típicamente marcana (cf. nota a
latín <Titus>. Los cálculos numerológicos de Owen, sin embargo, no son <l.a piedra que rechazaron los constructoresD en 12, l0).
válidos, puesto que en hebreo el nombre de Tito se deletrea con una [e! y no Quien lea entienda fho anaginoóskón noeitó1. Aunque la posibilidad
con una taw como presupone Owen8, por lo que el valor numérico del nom- rlc una glosa por parte de algún escriba no pueda ser excluidars, es más
bre de Tito es 94 en vez de 876. El problema principal con la interpretación ¡rrobable que esta frase parentética sea una inserción del evangelista para
de Tito, sin embargo, no es numerológico, sino cronológico: ¿qué sentido strbrayar a sus destinatarios la importancia de la profecía sobre las persecu-
tiene recomendar la huida a las montañas (13, l4c) cuando el Templo y la ciones del tiempo final que está él transmitiendor6.
capital ya han sido destruidos y la gueffa se ha perdido totalmente? los de Judea huyan a los montañas lhoi en t{ Ioudaiq pheugetósan eis
La <abominación de la desolación> está relacionada quizás con una pro- ttt rtr(1. Sobre la alusión a Gn 19, lJ, cf. comentario a 13, 14-18. Como
fanación que precedió la destrucción de Jerusalén. El acontecimiento que scñala SowersrT, Judea es una región montañosa, y Jerusalén está construi-
mejor cuadra con el relato es la ocupación del Templo por los celotas cerca tll sobre un monte; por tanto, la prescripción de que los de Judea escapen
del principio de la guerra (inviemo de 67-68 d.C.), un acontecimiento unido ;r los montes sugiere la huida a una cadena diferente de montañas, proba-
con la usurpación por parte de los revolucionarios del sumo sacerdocioe. hlernente hacia el lado más lejano del valle del Jordán. Esta circunstancia
Josefo presenta estas acciones como una profanación de los recintos sagra- ¡:eográfica une nuestro pasaje con la tradición sobre la huida de la iglesia
dosro; las califica incluso de <abominaciones> (agesi)tt. Además, Marcos tlc .lerusalén a Pella, que está en las colinas de la sierra transjordana, antes
podría haber pensado que la ocupación del Templo por los revolucionarios o tlurante la guerra judíar8.
nacionalistas <desolabu el santuario privándolo de los gentiles, que ante- 15. quien esté sobre su azotea no baje lho epi tou dómatos me katabató).
riormente y con justicia rendían culto allí a Dios (cf. Mc I l, l7). Así pues, la l'.rr las viviendas palestinas antiguas, que eran por lo general pequeñas y mal
<abominación de la desolación> pudo ser un dirigente revolucionario como vcrrtiladas, laazotea era a menudo el refrigerador de la casa (cf. Jue 3,20),y
Eleazar, hijo de Simón, que ocupó el Templo y lo profanó con sangre, o scrvía como una especie de habitación privilegiada. Ciertos pasajes bíblicos
Fanías, el sumo sacerdote designado por los celotas, a quien Josefo descri- tlcscriben a gentes que utilizan sus azoteas para actividades como el asueto
be como deficiente mental y sin ascendencia de sumos sacerdotes, pecados (.lrrc 3, 20),para dormir (l Sm 9, 25-26; I Re 17, l9), orar (Hch 10, 9)y para
que habrían justificado el término <abominación>. Esta interpretación de la :rlruacenar bienes (Jos 2,6)".En 2Re 4, l0, la azotea se conviefte en un
<abominación de la desolación> marcana resuelve también el problema cro- ( ulrto de huéspedes completo con cama, mesa y silla. El acceso era por lo
nológico, pues la huida de Jerusalén era aún posible durante el invierno de lcncral por una escala exterior o por una escalera de piedra2O.
67-68 d.C., cuando los celotas ocuparon el Templo y designaron a Faníasr2. l7 . ¡Ay! louail. Se trata de uno de los dos únicos (ayes) en Marcos (cf.
Los revolucionarios judíos, sin embargo, pudieron haber tenido su pro- l-1. 2l). Hay, por el contrario, una serie entera de ayes en Mateo y Lucas
pia interpretación de la <abominación de la desolación> daniélicar3. Se- (Mr I l, 21 /l Lc 10, l3; Mt23, t3-23 /l Lc 1,42-52;Lc 6,24-26; Mr 18, 7
it Lc 17, l;Mt23,25-30 ;Mt24,19 ll Lc 21,23;Mt26,24 ll Lc 22,22).El
5. Por ejernplo, E. Brandenburger, Markus ljund die Apoknlyptik,82; D. Lührmann,
Das Markusevangel ium. 222. 1.1. Cf. J. Marcus, Jev'ish LI/ar,450-451.
6. Cf. Josefo, 8e11.6,260. I 5. Cf. R. Pesch, Das Markusevangelium 2,292.
7. O. T. Owen, One Hundred and Fifty three Fishes,53. | 6. Cf. J. Nolland, OrSib. 3,265-294, p. l6 I , sobre un cambio gramatical comparable
8. Cf. M. A. Jastrow, A Dictionory of the Thrgumim,530. , rr tttt pasaje de los Oráculos Sibilinos que indica una referencia contemporánea importante.
9. Josefo, Bell.4, l5l-57; 5, 5. Cf. S. Sowers, The Circumstances and Recollection 17. S. Sowers, The Circumstances and Recollection of the Pella Flight,319.
of the Pello Flight,3lT-319: W. L. Lane, The Gospel of Mark,469;J.Marcus,Jewish llor, ll'1. Cf. R. H. Smith, Pella of the Dacapolis, l, 83. Sobre la disputada cuestión de la
454-455; V. Balabanski, Eschatologt in the Making,124-132. lrsttrricidad de Ia huida a Pella. cf. V. Balabanski, Eschatologt in the Making,l0l - 134, que
10. Josefo, Bell. 4, 163.182-183.201.388; 6, 95 ( \l)()no un fuerte argumento a su favor.
1t. Ibid.,4, 163. 19. Cf. C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,321.
t2. cf. ibid., 4, 377 -3'79.413. 10. Cf. HBD 883; C. A. Evans, Mark 8.27- 16,20,321 ; P. J. King-L. E. Stager, Life in
13. Cf. M. Hengel, The Zealots,242-245, sobre la importancia de Daniel para los celotas. Ii t ltl iút I l.troel, 34-35,
I 02ó Interludio (Mc 13, l-37t Mc 13, l4-20: Notus I 027

lamento es una forma literaria del Antiguo Testamento característica sobre l:gipto sirvieron a menudo como modelo para los apocalípticos siguientes
todo de los Profetas (cf., por ejemplo, Is 5. 8-24; 10, 1-l l;Zac ll, l7), que (cl., por ejemplo, Ap 8, I - l I . I 9; I 5, l-16.211' ApAbr. 29. l4-16)'?8. Uno de
se encuentra también en la literatura posterior judía como los manuscritos cstos reciclajes de las tradiciones de las plagas del Exodo, Ap 16, 18, con-
del mar Muerto (por ejemplo 4QapocrJosué, [4Q378] 6 I .7) y en las tradi- licne un paralelo cercano a Mc 13, 19: <un terremoto tan grande cual no
ciones rabínicas2r. La forma habitual es <¡Ay!> + (porr) *laamenazade lrubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra>.
desastre, seguida a veces de una justificación de la amenaza. Los lamentos Hay también paralelos a Mc 13, l9 en la literatura no bíblica judía. El
pueden implicar una variedad de actitudes hacia su objeto, desde el dolor 'lL'.stamento
de Moisés 8, I, por ejemplo, menciona una visita de castigo e
(como aquí) a la satisfacción expresiva. ira divinas ((como nunca había ocurrido desde la creación hasta aquel tiem-
embarazadas 1t las lactantes ftais en gastri echousais kai tais thélazou- ¡ro>, y IQM l,ll-12 profetiza: ((es un tiempo de g[ran] tribulación (srfr)
sals]. Sobre el trasfondo tradicional de este lamento y su trasfondo posible ¡rara todo el pueblo que será redimido por Dios. De todas sus tribulaciones
en los años de la guerra judíos, cf. comenÍario a I 3, I 4- I 8. Josefo cuenta una rro ha habido ninguna como ésta, desde su rápida llegada hasta su complec-
historia particularmente horrible sobre una madre quien, durante el hambre citin en una redención eterna)).
terrible, resultado del sitio de Jerusalén, se comió a su propio hijo22. tlesde el comienzo de la creación que creó Dios lap'archés ktiseós hén
18. durante una Íormenta fcheimónosl. Es éste un término que puede t'l¡ti.sen ho theosl. La frase <que creó Dios> está ausente de D, @, 565 y
significar también <durante el invierno>, la estación del mal tiempo23. El rrlgunos otros manuscritos griegos, así como de la tradición de la Vetus La-
inviemo aparece vinculado con la persecución en un texto siríaco posterio¡ ti¡la. Sin embargo, la repetición de un verbo de la misma raíz corresponde
la Historia de Maryam (Shamone') y sus siete hijos: <No tembléis antes de rrl estilo marcano (cf. <los escogidos que él escogió> en 13,20)2e, además
un invierno de persecuciones>>ra. Pero es más probable que nuestro texto se rlc clue los testigos de la omisión no son particularmente impresionantes. La
refiera al peligro de que los que escapan hacia el este de Judea podrían ser str¡rresión se explica flácilmente como un intento de eliminar una torpe re-
incapaces de vadear el Jordán debido al tiernpo tempestuoso. Exactamente tlrrndancia, o como una asimilación a 24,21. Pero, aun cuando los escribas
esta situación fue la que encontraron los fugitivos gadarenos que trataron de
¡rosteriores no fueran muy afectos a ella, la repetición del texto marcano es
cruzar el Jordán en la otra dirección en la primavera de 68 d.C.rs útil: acenfua que, a pesar de los sufrimientos del presente, Dios no es impo-
19. En aquellos días serán de una angustia fesontai... hai hemerai ekei- tcnte y pronto reafirmará su control del mundo por él creado; cf. 4 Esd. 9,
nai thlipsisl. La frase de Marcos es torpe; uno esperaría <en aquel tiempo l: <Entonces sabrás que es el momento en el que el Altísimo está a punto
habrá tal angustia>, y tanto Mateo (24,21) como Lucas (21,23) allanan la tlc visitar el mundo que él ha hecho>> (subrayado mío). Compárese también
sintaxis. Pero la expresión marcana vehicula con exactitud el significado ctrn la primera línea del Qaddish (<Sea magnificado y santificado su gran
pretendido; cf. comentario a 13, 19-20, nornbre en el mundo que él ha creado>) y el Testamento de Abrahán,recen-
como no ha hqbido tal lhoia ou gegonen toiaufe-f. Sobre la idea apoca- sitin breve (familia E)7,191'13,9.
líptica tan extendida de que el eschaton será precedido por un período de 20. acortar fekolobosenf, lit. <acortó>>. Como indican Davies-Allison30,
sufrimiento sin par, cf . nota a (estas cosas son el principio de los dolores 1,,¡lt¡bottn significa literalmente (amputar) (cf. 2 Sm 4, 12)31 . Un paralelo
de parto> en 13, 8, y el comentario a 13,5-810. El pasaje veterotestamenta- ( crcano se encuentra en uno de los manuscritos del mar Muerto, 4QPseudo
rio más cercano a la formulación de Marcos es Dn 12, I (cf. comentario ¿,1
Lzcquiel (4Q385) 3 (4), l-7, donde el profeta ora así: <En vez de penar,
13,1,9-20), pero nuestro texto puede ser también un eco de varios pasajes lrrrz que mi alma se alegre y que los días se apresuren rápidamente, hasta
del Exodo que describen la dureza sin precedentes de las plagas de Egipto (luc puedan decir los hombres: 'En verdad los días se están apresurando de
(cf., por ejemplo, Ex I I, 6: <y habrá gran clamor por toda la tierra de Egip- rrroclo que los hijos de Israel puedan heredar'. Y Dios contesta: 'No voy a
to, cual nunca hubo, ni jamás habril; cf. Ex 9, I 8; 10, l4). Como comenta relcha]zarte, oh Ezequiel. Acortaré los días y los año[s]... de la angustia,
Beasley-Murray27, se trata de una alusión apropiada, ya que las plagas dc
,orrro dijiste'>> (hnfnlt gwddl hymym wI hienyfm1... m$'r k'ir 'mrt: tra-
tlr¡cción de Dimant, un tanto alterada)32. Aquí encontramos la idea de que
2l . Cf . H6v en D. Clines, The Dictionary of Clossical Hebreu' 2, 504 12) y M. A. Jas- l)ios abrevia el tiempo para ahorrar la tribulación al elegido33.
lrow, A Dictionarv of the Torguntim, 338.
22. Josefb, Bell. 6, 201-219.
23. Cf. Ias versiones latinas y siríacas y BDAG 1.082. lli. Cf. D. E. Aune, Revelation 2.499-502.
24. R. L. Bensly-W. E. Barnes, The Fourth Book of Maccabees, xxxvi; texto siríaco crr 19. V. Taylo¡ The Gospel According to Sainf Mark,5l4.
p. 105, línea 8. .10. W. D. Davies-D.C.Allison, TheGospel AccordingtoSt Matthew3,35l, nota 155.
25. Cf. Josefo, Bell. 4, 433 también 4, 286 y S. Sowers. The Circumstances and Rt,- .r r. cL BDAG 556.
collection of the Pella Flighr,319-320. ll. D. Dimant Qunrrttn Cave 4. XXI,38.
26. M. Dubis, Messianic l(oes in First Peter.5-36. -l-1. Dimant, García-Martínez, y Vermes traducen tns'r' como (un poco>; pero <(de) la
27. G. R. Beasley-Murray,Je.sus and the Lost Dats,4l9. ,rutrst.ia> es también posible, y encaja mejor con el contexto.
I 028 InÍerlud¡o (Mc 13. 1-37)
Mc 13, l4-20: Comenturio I 029

Este pasaje de Qumrán conesponde a un modelo extendido; las anti-


Mc I 3, I 4 -20 par ece estar compuesto por material tradicional proceden-
guas literaturas judía y cristiana expresan con frecuencia la esperanza o
tc de varios lugares, puesto que hay algunas tensiones internas en el relato
la convicción de que Dios apresurará la llegada de la nueva edad (cf., por
y las pafes individuales no siempre se suceden en una secuencia lógica.
ejemplo, Eclo 36, l0: [36, 7 Rahlfs]; LAB 19,13 4Esd. 4,26;2ApBar
l.os versículos 13, 14.17-18, por ejemplo, presuponen que los refugiados
20, l; 54, l; 83, l; cf. I Cor 7,29). Asimismo, en las tradiciones rabínicas,
cscatológicos tendrán tiempo para hacer un viaje de varios días, mientras
las circunstancias como la opresión excesiva por las naciones o el arrepen-
t¡ue 13, 15-16 presume que apenas tendrán tiempo ni para parpadear. Los
timiento de las masas de Israel pueden apresurar la llegada der eschaton
versículos 13,14-16.1 8 son instrucciones para la huida escatológica, pero
(cf. por ejemplo, Shir Rab. 2,7, 1; b. Sanh.98a)ra.
cl <ay> sobre las mujeres embarazadas y lactantes en 13, l7 no sólo tiene
Resulta desconcertante el empleo del aoristo ekolobósen (<acortó>) dos
una forma diferente, sino que carece también de una relación intrínseca con
veces en nuestro versículo, ya que el sentido parece exigir el futuro (cf. 13,
l9). Según algunos exegetas35, el aoristo reffeja la conciencia de Marcos
ll huida. Es posible que fuera un logion independiente que Marcos insertó
irc¡uí. Otros buenos candidatos para la edición marcana son: la exhortación
de que la angustia de la rebelión judía era efimera. pero para Marcos la
¡rarentética <quien lea entiendo> en 13, 14, que es probablemente el modo
tribulación debe todavía estar en progreso, pues cuando haya terminado,
rlcl evangelista de llamar la atención sobre un aspecto crucial de las tradi-
vendrá el final (cf. 13, 24-27). El aoristo debe interpretarse como analogía
eiones que transmite (cf. 13, 37), y <hasta ahora> en 13, 19, que tiene una
del <perfecto profetico> del Antiguo Testamento, que (aparece en medio de
lirrrción similar (cf . la Introducción en el vol. l, 47).
imperfectos en las descripciones de acontecimientos futuros> y su misión es
El pasaje se divide en dos partes: 13, l4-18, que es sobre todo parené-
<reflejar la imaginación o visión del profeta que contempla el futuro como
tica (cf. glosario),y 13,19-20, que es profética. La última sirve de funda-
si ya hubiese ocurrido>3ó. En otras palabras: Dios ha decretado que la tribu-
nre nto a la primera (cf . el gar = (pues)) en 13, l9).
lación escatológica se acorte; incluso si está en curso, es como si se hubiera
terminado. Para Fanning3T, el uso del futuro en el paralelo de Mateo a Mc
13, l4-18. Instrucciones escatológicas. Hasta este momento del capítulo
13,20 (24,22) apoya esta interpretación de <perfecto profético>38.
l-1, las advertencias del Jesús marcano sobre la angustia futura han sido ge-
no se salvaría nadie fouk an esothé pasa sarxl,lít. <ninguna carne sería
rrcrales, pero claras: habrá guerras, rumores de guerras, terremotos, hambres
salvada>. Pasa sarx es una expresión semítica referida a la totalidad del
y persecución por parte de miembros de familia y de las autoridades. En 13,
reino animal (cf., por ejemplo, Gn 6, 13.17 .l 9), pero el centro de atención
14, sin embargo, la advefencia se hace de repente más concreta y oscura:
se dirige generalmente a la humanidad (cf. Gn 6, 12; Nm 16, 22; Sal65,
surgirá <la abominación de la desolación> y será la señal para una salida
2; ls 40,5-6; Jr 25,31). Esóthé es un aoristo pasivo, de modo que la frase
gcncral de los cristianos de Judea. Pero ¿qué es esta <abominación>?
debería traducirse normalmente: <ninguna came se habría salvadoD, pero
Como hemos detallado enla nota a <la abominación de la desolación>
el contexto exige una traducción atemporal del aoristo, que se refiere a un
cn 13, 14, la frase está tomada del libro veterotestamentario de Daniel, don-
acontecimiento futuro (cf. nota a (acortaD, supra).
tlc se describe la profanación del Templo en tiempos de Antíoco Epífanes en
l6t3 a.C. Marcos, sin embargo, lo reinterpreta probablemente para referirse
Comentario rr un acontecimiento del siglo I, quizás la ocupación del Templo y el nom-
branriento por los celotas en el invierno de 67-68 d.C. de un sumo sacerdote
Introducción Hasta este punto del capítulo 13, Jesús ha aconsejado la rro apto para el cargo. Marcos subraya su reinterpretación de esta crucial
vigilancia (13, 5.9a), la confranza dependiente de Dios (13, ll) y la re- ¡rrol'ecía bíblica y la importanciaparala situación presente de su comunidad,
sistencia paciente al sufrimiento (13, l3b) como arrnas excelentes en la rul¡diendo una llamada de atención: <quien lea entiendu (13, l4b).
primera etapa de la batalla escatológica. Ahora, sin embargo, indica que La revelación de <la abominación> -continúa diciendo Jesús- es una
la misteriosa <abominación de la desolación> es la señal que exigirá una scñal para la huida de la comunidad cristiana a las montañas (13, 14c),
mayor actividad en la segunda fase. ¡rrobablemente una referencia ala fuga de la iglesia de Jerusalén a Pella en
llansjordania durante las etapas tempranas de la guerra3e. Esta huida a las
34. H. A. Jacobson, Commentary on Pseudo Philo 2,645. rnontañas, así como <la abominación de la desolación>, siguen un modelo
3j. Por ejemplo, H. Alford, The Greek Tbstament u,ith a Criticatly Revísed Text,240- biblico, desde que el sobrino de Abrahán, Lot y su familia fueron adverti-
241;H.B.Swete,The Gospel According to St Mark,290. tlos para que escaparan desde Sodoma a las colinas cuando ésta recibió la
-LXXj6.como
B. M. Fanning, Verbal Aspect in Neu, ksf ament Greek,2j l, que cita pasajes de los I
_
Gn 17 ,20' Sal 20, 7 [ 9, 7 LXX]; Is 9, 6; I , 9.
1
rncnaza del castigo divino (cf. Gn 19,17). Su salvación se convirtió en el
i

3'7. [bid.,273. I

38. Cf. OrSib. 5,414-428 y la nota de J. J. Collins en OTp 1,403, nota yr, para un
empleo similar de aoristo anticipativo en una profecía escatológica. -lt). Cf. Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica 3,5,3; Epifanio, Panarion,29,7,
/ li; -i0.2, 711d., Pesos y Medidas, 15.
I 030 Interludio (Mc l-1, l-37)
Mc 13. l4-20: Cotnetttut'itt t03I

prototipo del rescate escatológico del juicio en las tradiciones posteriores


lactantes en Lc 23,21-31, otro pasaje que une los horrores de la guerra
judías y cristianas (cf., porejemplo, Juh. 16,6:Lc 17,2g-32;21;e2,6_S¡to.
judía con el juicio escatológico.
Así, Jesús vincula implícitamente a Jerusalén con el arquetipo de la ciudad
Al igual que el ay sobre las madres lactantes y mujeres embarazadas, la
gentil y perversaar, y no es ésta la única inversión bíblica, ir-ónica, en nues-
prescripción final del pasaje, <Suplicad para que no pase durante una tor-
tro pasaje (cf. el final de la nota a <la abominación de la desolación> en
nrenta)) (13, l8), puede reflejar la situación marcana; el evangelista y otros
13, 14). Sin embargo, esta particular inversión tiene un precedente bíblico, judeocristianos de Jerusalén abandonaron probablemente la ciudad antes
puesto que Isaías había comparado ya a los mandatarios y pueblo de Judá
de la primavera de 68 d.C., cuando los romanos tensaron la soga y las fuer-
y Jerusalén con los ciudadanos de Sodoma y Gomorra (ls r, I .r0: cf. Mar-
tcs lluvias hicieron la fuga a través del Jordán difícil o imposible (cf . nota a
tirio de Isaíos 3, I 0- I 2; Ap I I , 8)42. <<durante una tormenta> en 13, l8). Así pues, la comunidad rnarcana pudo
La exhortación a dirigirse a los montes (13, l4c) va seguida de instruc- haber considerado su historia reciente y la huida propiciada a tiempo como
ciones más explícitas sobre la prisa necesaria ( 13, l5- l6): no se debe volver signos de que, a pesar de la intensidad de la tribulación que experimentaba,
a casa para hacer algunos paquetes (13, l5), ni volverse siquiera para reco- la presencia salvadora de Dios estaba aún con ellos. Así, en los versículos
ger un manto dejado en el campo ( I 3, I 6). Lo que se describe, pues, es t¡ue concluyen esta subsección (13, l7-18) vemos una combinación típica-
una
evacu¿ción de emergencia, como la que resulta necesaria cuando la gente rnente apocalíptica de ay escatológico y de liberación escatológica.
se enfrenta a un ejército que avanza rápidamentea3. Josefo utiliza una termi-
nología similar cuando dice que la mayor parte de la población de Jericó, 13, 19-20. La gran tribulación. En la coda del pasaje, Jesús describe
previendo la llegada de las legiones romanas en junio de 6g d.c., huyó a los trna prueba aún mayor de Ia gracia de Dios: éste acortará el tiempo de la
montesaa. Pero las exhortaciones en 13, r5-r6 evocan también Ia hisioria rrnsustia escatológica en la que vive (o muere) la comunidad marcana en
bí-
blica de Lot, ya que la prescripción del Jesús marcano de que nadie se vuel- cste momento. El vocabulario del primer versículo es un eco, una vez más,
va(mé epistrepsqto eis ra opisó:13, l6) recuerda el modo como la esposa de tlc Daniel. En verdad, es una cita virtual de Dn 12, lb LXX, que habla de
Lot no hizo caso a una advertencia simira¡ con consecuencias desastrosas rrrra angustia mayor que cualquiera de las conocidas por lsrael desde el
(mé periblepsfs eis ta opisó, en Gn 19, 17 .26 cf . Lc 9, 62; 17 ¡rrincipio hasta <ese día>47. La expresión Ílarcana, sin embargo, contie-
,31_32).
Sin embargo, la huida ala canera campo a través es más difícil para nc tura variante significativa respecto a la fuente daniélica; Jesús no dice
algunas personas que para otras, y el siguiente versículo selecciona dos ,,lrasta ese día>, sino (hasta ahora>. Este puede ser otro de esos lugares en
grupos relacionados que la encontrarían particularmente dificil: mujeres Ios rlue Marcos abandona la apariencia de transmitir un discurso del Jesús
embarazadas y madres lactantes (13, l7). El <ay> en Marcos 13, l7 puede, tcrrcnal a principios de los años 30 d.C. y permite ver a sus lectores que
pues, conservar un recuerdo de un aspecto particularmente doloroso
de t'l cuerpo del capítulo l3 es, al menos en parte, una instrucción del Señor
la huida de los cristianos de Judea: madres jóvenes que quedaron atrás rcsr¡citado a una cofflunidad marcana que está sufriendo actualmente una
necesariamente o, si iban con sus hijos, sufrirían enterme¿a¿es y muerte Llr'¿ur tribulación (cf. <quien lea entiendo> en 13, l4).
a lo largo del camino. Pero, como señala Evansas, este <ay> tiene también El pasaje concluye con un versículo que acentúa con más fuerza aún la
un trasfondo tradicional, ya que las embarazadas, lactantes y niños de pe- rrrtcnsidad de este sufrimiento: será tan penoso que amenazará con borrar
cho están presentes a menudo en el Antiguo Testamento y en los oráculos ¡r loclas las criaturas vivientes (13,20a; cf. nota a ((no se salvaría nadie> en
judíos sobre el juicio escatológico (cf., por ejemplo, Dt 32,25; Ir 44, I l. 20). Pero, por amor a sus elegidos, no destruirá a la humanidad, sino
71
Lam2, I 1; Os 13, 16; OrSib. 2, 190-193; 4 Esd. 6,21). Un pasaje det Libro (luc cn cambio acortará el tiernpo asignado a la tribulación del tiempo final
cuarto de Esdras, 16,44-46, advierte además sobre la inóonvlniencia de t I l, 20b). Aquí se unen varias ideas diferentes, por el fuerte influjo de un
tener hijos durante el período de confusión escatológica, y esta advertencia t on junto de textos del Antiguo Testamento.
viene después de una descripción de los dolores de párto escatológicos l)rirnero, si Dios no hubiera decidido refrenar su juicio, toda la humani-
(4 Esd. 16, 38-39; cf. Mc 13, 8)4ó. Jesús mismo menciona también ,lrrtl lallecería en la angustia escatológica. Aunque no exista una contrapar-
u .id..,
trtlir cxacta a este concepto en el Antiguo Testamento o en la literatura judía
rrrrtiuua, se tiene la impresión a partir de pasajes del Apocalipsis (capítulos
40. D. C. Allison, The Intertertual Jesus.Tg-94.
(': li. 6-9, 2l: 16) que los juicios del tiempo final serán tan temibles que
11 9{ C,R Beasley-Murray, Jesus and the Last Dats,4l2.
42. J.L.Kugel,Traditions of the Bibte,350. l¡r cxistencia misma de humanidad quedará amenazada. Los profetas del
11 9f Y Borg, Conflicr, Holiness and politics in the Teaching of Jesus,20B. .,\rrtir-l.ro Testamento, además, expresan a menudo la idea de que el juicio de
44. Josefo, Bell. 4, 451,
45. C. A. Evans, Mark 8,27-16.20,321. I )ios supone una amenaza honible para Israel mismo (cf., por ejemplo, Is l,
46. v. Balabanski, Eschatologv in the Moking, gl; B. pitre, Jesus, the Tribulatit¡n
und the End of the Erile, 317 .
17. Cf. W. L. Lane, The Gospel ofMark,47l.
Mc 13,21-23: Notus 1033
I 032 Interludio (Mc 13, l-37)

7-9; Zac 13, 8; y Amós, passim). Uno de estos pasajes proféticos, Is l, 9, es son días caracterízados por <la angustia>, sino que ellos son en realidad
similar a Mc 13, 20a en el vocabulario y la estructura gramatical, ya que am- la tribulación (cf. nota a <aquellos días serán de una angustia> en 13, 19).
bos comienzan con kai ei me... lqtrios: <y si el Señor Sabaot no nos hubiera Ningún tiempo de prueba ha habido tan terrible sobre la tierra desde su
dejado una semilla, habríamos sido como Sodoma y semejantes a Gomo- .r"uiión. Sin embargo, la afirmación superflua al parecer de que Dios hizo
rru. Así pues, el espectro de la destrucción de Sodoma sigue atormentando de veras este mundo (<que creó Dios>) insinúa también a la comunidad
nuestro pasaje (cf. supralos ecos de Gn l9 en Mc 13, 14.16). nrarcana asediada que Él no ha abandonado la creación una vez que la
Este pasaje de Isaías, sin embargo, supone también buenas noticias: llarnó a la existencia, tal como la angustia podría tentarlos a creer, sino
Dios hq dejado una semilla, ha conservado un resto y por causa de este que pronto la volverá a tomar en su mano con firmeza y decisión (cf . nota
resto salvará al pueblo de la destrucción totala8. El resto corresponde a los ,r udésde el comienzo de la creación que creó Dios> en 13, 19). En verdad,
<elegidos> (eklektoi) de nuestro pasaje (cf. la aplicación paulina del motivo ya l.ra comenzado ahacerlo así: ha acortado los días, extremo que se repite
del <resto> a los cristianos, y su ecuación con los <elegidos>, en Rom 9, e'nfáticamente dos veces (cf. nota a (acortaD) en 13,20). El acortamiento
27-29; ll, I-7: cf. Rom 8, 33; Col 3, 12: 2Tim 2, l0 I Pe l, 1-2; 2, 9). En rlc la tribulación está decidido en la mente divina, en el cielo, aunque no to-
muchos pasajes de los LXX y otro textos judíos posteriores, los eklektoi tluvía sobre la tierra; y lo que Dios se propone ocurrirá rápidamente (tanto
son el conjunto de Israel, ciertamente (cf., por ejemplo, Sal 105, 6.43 1104, cn Ia tierra como en el cielo>.
6.43 LXXI; 106, 5 [105, 5 LXX]; Is 43, 20; OrSib.2,174), pero algunas Pero para interpretar correctamente este mensaje esperanzador, los lec-
obras del Antiguo Testamento más tardías desarrollan la idea de que la ma- Iores de Marcos necesitarán oídos para oír y ojos para ver, mentes no dis-
yoría del pueblo no ha cumplido con su vocación, de modo que es necesa- rraídas por apariciones engañosas. Contra tales engaños Marcos advertirá a
rio que la nación sea cribada. Esta noción de resto se hace particularmente \us lectores en el siguiente pasaje.
importante en los manuscritos de Qumrán, donde <los elegidos> (bbyrym)
es un nombre común parala secta (cf., por ejemplo, lQS 8, 6;9, 14; ll ,
16; IQH 2 [0] 13f'. Aquí, pues, los <escogidos> se convierten en el resto
(r. E,L nerNo ENGAñoso (13,21-23)
fiel que sobrevivirá a los terribles juicios enviados por Dios para probar la
tierra en general y a ellos en particular. Una expresión especialmente sig- l3 2r(Y entonces, si alguien os dijera: 'Mirad, aquí está el Cristo;
22pues surgirán falsos cristos y falsos profetas
nificativa de esta idea se encuentra en Is 65, 8-10, donde Dios se abstiene nrirad, allí', no lo creáis;
de destruir a todo lsrael en consideración de sus elegidos (eklektoi; cf. 65, y tlarán signos y prodigios para extraviar, si es posible, a los elegidos.
15.23). En nuestro pasaje se expande este motivo, de modo que los escogi- '' l'sro vosotros atended; mirad, os he predicho todas las cosas>'
dos rescatan indirectamente no sólo a todo Israel, sino a toda (carne)), un
paralelo a la donación de su vida por parte de su Maestro (<como rescate
por muchos> ( 10, 45). Nr¡tas
En otros lugares en el texto isaiano de los LXX el rescate del resto fiel
de la angustia y la destrucción aparece como su salvación (cf., por ejemplo, 13,21. 'Mira, aquí está el Cristo; mira, allí'lide hade ho Christos, ide
judías sobre un
ls 10, 20-22; 33, 2:, 37 , 321' 45, 20-22; 66, l9), y esta circunstancia provee ,y',t,il. E,stas proclamaciones pueden reflejar concepciones
también de un nexo en cuanto al vocabulario con Mc 13,20, donde se habla ilrcsías presente, pero oculto (cf. por ejemplo Jn 7,21)t. Con todo, la idea
de la salvación de los escogidos. Más a propósito aún, el verbo sozein (<<sal- .lc r¡n nresianismo oculto es más clara en el paralelo de Mateo (l'4t24,26).
var, liberao) aparece también en Dn 12, lb, esa segunda mitad del versículo 22. cristos.falsos y fttseudochristoi frai]. Estas palabras faltan en el có-
que, como hemos visto ya, está prácticamente citada en Mc 13, 19. Allí rlicc Beza y otros manuscritos, pero su omisión puede ser debida a ho-
describe Daniel el modo como <todo el que se encuentra escrito en el libro> rrrcrrarcton (pseudo-; sobre el homeoarcton, cf. glosario).
origen de la
será salvo (sóthésetai) de la angustia por el poder absoluto de Dios. Asimis- ¡tnfetas falsos fttseudoproph¿tai]. Como indica Meeks2, el
mo, Mc 13,20habla del Señor que acorta el tiempo de la prueba por mor de ,orrccpción del falso profeta es la advertencia mosaica en Dt 13, l-5; 18,
su pueblo elegido, salvándolos así de la tribulación y la muerte. I s-22. Dt 1 3, l-3 habla de un profeta que espera ganar crédito por <un signo
Así pues, los versículos que concluyen nuestro pasaje utilizan el voca- , r
r rn portento >> (sémeion é teras), y Tg Neo.f. Dt 13, 2 llama expresamente
bulario bíblico para expresar una visión característicamente apocalíptica .,/irlso profeta> a esta figura3. En la literaturajudía posterior, este concepto
en dos niveles. Por un lado, las cosas parecen peores que nunca: no sólo
I. .ltrstino, Diálogo, 8, 4; b. Sonh 98a.
48. Sobre el concepto de resto, cf. C. Schrenk, Leimma; L. V. Meyer, Remnant. l. W. A. Meeks, Prophet-King,47-55.
49. Cf. E. P. Sanders. Paul and Palestinian Judaism,244-246. I Cf. C. A. Evans. Mark 8,27-16,20,323.
I 034 Inferludio (Mc' I 3. I -37 ) Mc 13, 21-23: Contcnturio I 035

se desarrolla en una dirección mitológica, en la cual Satán se convierte en la Mirad lidoul. Esta palabra falta en B, L, W V, 0235, 28, etc., así como
fuente úftima del poder del falso profeta (cf. comentario a 13,21-23). Los en los manuscritos coptos, pero está presente en N, D, C, @, 0104, f t'tt,y
profetas falsos, pues, son los imitadores demoníacos del profeta verdadero, la mayoría de los manuscritos griegos, así como en las versiones latinas
Moisés, que también operó signos y maravillas (cf. nota siguiente), y de su y siríacas y un manuscrito bohaírico. Hay, pues, una atestiguación impre-
sucesor, elesperado <profeta como Moisés> (cf. Dt 18, l5-19; CD 5,17-6, sionante para su inclusión, y su omisión en B, L, W etc. es explicable por
2; Hch 3, 19-22). Este trasfondo mosaico puede representar un vínculo en- su redundancia, que está de acuerdo, sin embargo, con el estilo marcano:
tre la situación marcana y la guerra judía, ya que algunos revolucionarios cf . blepete agrypneite (<Mirad, no os dunnáis>) en 13,33, horate blepete
judíos entendieron su misión como una repetición de la liberación de Israel (lit. (Ve, miru) en 8, 15 y akouete idou (<<Escuchad, mirad>) en 4, 3. En
de la esclavitud egipcia por parte de Moisés (cf. nota a <señal> en 8, I I ). el último caso, el paralelo mateano (13,3) elimina akouete, dejando sólo
darán fdósousln]. Este vocablo es sustituido en D, @, f t',28,565, etc. idou, que es exactamente lo que Mateo hace en su redacción de Mc 13, 23
por <harán> Qtoiesousin), que es mejor griego; sin embargo, la lectura más (cf. Mt 24,25) con un originalque lee blepete idou;cf. también Mt 16,6,
dificil y mejor atestiguada <darán> está moldeada según una expresión se- que reescribe Mc 8, l5 de un modo similar.
míticaa y es probablemente original.
signos y maravillas lsemeia kai terata). En los LXX esta frase y sus
componentes individuales están vinculados especialmente con los mila- Comentario
gros que Dios operó por medio de Moisés en el éxodo de Egipto (cf., por
ejemplo, Ex7,3: I l, 9-10; Dt 6,22;7,19' 11,3;28,46;29,3; Sab 8, 8; Jr Introducción En el pasaje anteriorJesús advirtió sobre un futuro período
32, 20 139,20 LXXI). Estos milagros eran <signos> porque indicaban la cle tribulación más catastrófico que cualquier otro que la tierra hubiera expe-
grandeza de Dios, aunque en el contexto presente pueda tener más sentido rirnentado. Sin embargo, señaló también que estas angustias serían paradóji-
pensar en la influencia demoníaca, y <maravillas> porque causaban asom- carnente un signo bueno, ya que indicarían que Dios estaba a punto de salvar
bro y sugerían una procedencia trascendentes. a su pueblo elegido terminando su aflicción; según 13, 27 loharáenviando a

para exlraviar, si es posible, a los elegidos lpros to apoplanan ei dyna- .lcsús para reunir a los elegidos en su reinado. Nuestro pasaje, sin embargo,
ton lolts eklektousl. Los comentaristas cristianos se han sentido molestos advierte de que este tipo de esperanza escatológica puede ser engañosa: el
durante milenios por esta frase, debido tanto a la evidente imperfección del tiempo final producirá también falsos mesías y profetas quienes, en vez de
conocimiento de Jesús (¿implica incertidumbre (si es posible>?) como a la congregar al pueblo de Dios, lo pervertirán con signos engañosos.
contradicción aparente con el resto del versículo. Por ejemplo, Gregorio el El último versículo de este pasaje es probablemente redaccional; con-
Grande6 escribe: <Sin embargo, ¿por qué se dice con duda 'Si era posible' tit:ne vocabulario marcano característico (<mira>, <todas las cosas>) y es,
cuando el Señor conoce de antemano 1o que va a ser?... Si son los elegi- corro indica Taylors, uno de los ejes editoriales del discurso entero (cf. las
dos, no es posible; y si es posible, no son los elegidos>> (citado por Tomás llarnadas de atención en 13,5b.9a.14b.33a.35.37). Es también posible que
de Aquino, Catena Aurea 2,264). La frase <si es posible> puede ser una cl sintagma <si es posible> en 13, 22 sea una glosa marcana o postmarcana
interpolación de Marcos o de un escriba posterior pararechazar el supuesto en un discurso escatológico preexistente (cf. nola a (para pervertir, si es
de que el elegido pueda perder su salvación. ¡rrrsible, a los elegidos)) en 13, 22,y sobre la teoría del <<pequeño apocalip-
sis>, cf. la introducciór al capítulo l3).
Los <elegidos> de Dios y los embaucadores escatológicos forman un
conjunto usual en los escritos apocalípticos judíos; éstos últimos no sotl Como el pasaje anterior, éste alterna la profecía (13, 2lab.22) con la
cr lrortación (13, 2l c.23).
elegidos por Dios, y por consiguiente se oponen a Él pervirtiendo a otrosT.
El texto qumránico I QH l0 [2], 13-16, por ejemplo, opone <los elegidos dc
13,21-23. Cristos y profetas.falsos. Las primeras palabras del pasaje,
la justicia> (bhyry sdq) a <<los mediadores del erron (mly;y t'wt) y a <úos
hombres del engaño> ('niy rmyh).
((y entonces)) (l3,2la), distancian un poco este momento del final del ver-
siculo anterior, que describía cómo Dios abreviaba la tribulación escatoló-
23. Pero vosotros atended lhymeis de blepetef. Hymeis es gramatical-
mente innecesario, por lo que es enfático; cf. comentario a 13,21-23 y la
lica para salvar a sus elegidos. La frase (y entonces)) retrasa el reloj del
re lato hasta la tribulación misma (cf. 13, l9).
nota a <dadles vosotros mismos> en 6,37 .
lln este tiempo de penalidades, Jesús predice que surgirán falsos mesías
r ¡rrof-etas. La
naturaleza insustancial de las esperanzas suscitadas por estas
4. Cf. V. Taylor, The Gospel According to Saint Mark, 516. list¡ras queda ya sugerida por el hecho de que la primera referencia a ellas
5. Cf. BDAG 999.
6. Gregorio el Grande, Homilías sobrc Ezequiel 1,9.
7. Cf. M. Reiser, Jeszs and Judgment,75. S. .V. Taylo¡ The Gospel According lo Saint Mark,5I7.
I 036 Interludio (Mc 1 3, 1-37) Mc I3, 21-23: Comenturitt I 037

menciona meros rumores de su advenimiento (<Si alguien os dijera: 'Mi- clel Jordánrs, o que cayeran los muros de la Jerusalén ocupadar6, salvando
rad, aquí está el Cristo'>) y por el cambiante lugar de su supuesta aparición cle la destrucción al Templo que ya ardíati. Es probable que los dirigentes
(<Mirad, aquí... mirad, allil). Hay así un paralelo al comienzo del discurso revolucionarios de 66-67 d.C. interpretaran también los éxitos militares de
escatológico, en el que Jesús hablaba de rumores (13,7) y de que habría los primeros meses de la guerra judía como <signos milagrosos de salva-
embaucadores que pretenderían ser él (13,6). Sin embargo, hay también ción> similares a los realizados en beneficio de Moisés y de la generación
una progresión más allá de aquel pasaje anterior: si los embaucadores en clel éxodo. Es plausible, pues, que el trasfondo de la descripción de Marcos
13, 6 afirmaban ser Jesús, reconociendo así implícitamente su supremacía, cle los falsos cristos y de los profetas que realizaban <signos y prodigios>
los embaucadores presentes afirman ser por derecho propio el mesías o un fuera el tumulto de la Gran Rebelión y de las figuras similares a la de Moi-
profeta. Además, si los embaucadores anteriores engañaban simplemente a sés que encabezaron aquella lucha.
<<muchos>>, éstos estarán cerca de engatusar a todos (13,22). Para Marcos, como para otros judíos y cristianos apocalípticos, tales
Aunque I 3, 2 I menciona sólo a personas de quienes se piensa que son el rnesías y profetas falsos eran un signo del tiempo final. Irónicamente, pues'
mesías, 13, 22 amplia esta referencia a falsos cristos y profetas, reflejando una parte de la respuesta a la pregunta de los discípulos en 13, 4 sobre
así probablemente la fusión de la figura del mesías con la del <profeta co- los <signos> del final es que cristos y profetas falsos realizarían <signos y
mo Moisés> en el siglo I tanto en el judaísmo como en el cristianismo. Es rnaravillas> que engañarían a los elegidos. Puesto que se esperaba que el
especialmente probable que se estuviera pensando en la figura del <profeta final fuera un tiempo de sufrimiento sin precedentes, también se suponía
como Moisés) porque éste, a diferencia del mesías, iba vinculado a menudo c¡Lre podría ser de un engaño sin par. Las palabras clave de nuestro pasaje
con la realización de milagros, como Moisés mismo (cf. nota a <señal>> en ( <profetas falsos>>, <<signos>>, <pervierten>, <elegidos>) aparecen una y otra

8, l1). El falso profeta es la contrapartida demoníaca del profeta verdadero, vez en la literatura apocalíptica judía y cristian a. Los Oráculos Sibilinos 2,
Moisés, y su sucesor escatológico (cf. nota a <falsos profetas> en 13,22); 165-169, por ejemplo, describen a <embaucadores en lugar de profetas>,
los personajes revolucionarios judíos a los que Marcos tenía probablemente t¡rrienes por el poder de Belial (= Satán), realizaránmuchos signos (semeia),
en mente se imaginaban ser como el Profeta, pero Marcos los designa como <confundiendo a los santos elegidos (eklekton) y al pueblo fiel>. Asimismo
Mesías. Estos <cristos y profetas falsos>> engañan a la gente mediante <sig- OrSib. 3,63-69 describen cómo Belial realiza signos, pervirtiendo @lanq)
nos y portentos), una expresión veterotestamentaria especialmente vincula- ¿rsí a incontables personas, entre ellos a (muchos fieles hebreos elegidos
da a Moisés (cf . nota a <signos y prodigios> en 13,22), pero un <signo> o (t'klekton)>> (cf. Ascls. 4,2-10)ts.lgualmente, en el libro neotestamentario
un <<prodigio> tiene una valencia negativa en el pasaje clásico sobre <el falso tlol Apocalipsis el <falso profetu opera <signos> demoníacos con los que
profeto: Dt 13, 1-3 (cf. nota a <profetas falsos> en 13,22). <cngaña> a la gente (Ap 13, 13-14; 19,20). Y en 2Tes2,8-12 Pablo, o uno
Así pues, la advertencia de 13, 22 está firmemente arraigada tanto en tlc sus seguidores, advierte contra un anticristo, <un hombre sin ley>, en un
las tipologías del Antiguo Testamento como en la realidad del siglo I. Jo- ¡rasaje que constituye una fascinante contrapartida a Mc 13,20-22:
sefo, por ejemplo, describe a los profetas revolucionarios que afirmaban Y entonces se revelará el inicuo..., que vendrá por obra de Satanás' con
ser capaces de realizar milagros salvíficose, que él mismo llama <signos>r0 gran poder, señales y milagros mentirosos (sémeiois kai terasin), y con todo
o <signos y prodigios>rr. Estos pretendidos taumaturgos ejercían una gran engaño inicuo en contra de los que han de perecer, por cuanto rechazaron el
influencia sobre la gente; el historiador los describe como <embaucado- amor de la verdad para ser salvados (sóthénai). Por tanto, Dios enviará sobre
res e impostores [que] impulsaban cambios revolucionarios gracias a una ellos un tremendo engaño (planés), para que crean en la mentira, para que
pretendida inspiración divina... y persuadían a la multitud a actuar como sean condenados todos los que no creyeron en la verdad, antes bien hallaron
placer en la iniquidad.
locos>>r2, instigando ese tipo de conmociones que abocaron a la guerra ju-
díar3. En los pasajes de Josefo, los milagros prometidos por los <profetas
En este pasaje, como en los Oráculos Sibilinos y el Apocalipsis, Sata-
falsos> se refieren a las esperanzas de victoria militar contra los romanos
rrlrsproduce <signos y maravillas> (cf. Mc 13,22)y realiza todos los es-
por intervención directa de Diosra, de quien se esperaba que daría <signos
lirerzos para impedir que el pueblo sea <salvado> (cf. Mc 13,20) enviando
de salvación>> (semeia tés sótérias) como hacer que se separaran las aguas
cl <engaño> (plané),una palabra de la misma raiz que <extraviar> (planan)
crr Mc 13, 22.Tanto2Tes2, ll-12 como Mc 13,21, además, hacen hinca-
9. Josefo, Ant. 20, 9'l .l'/0; Bell. 2, 261.
10. Josefo, sémeia, Bell. 6,285. ¡rió en los horribles resultados de creer Qtisteuein) en este mensaje engaño-
I l. Josefo, terata kai sémeia, Ant. 20, 168.
I 2. Josefo, Bell. 2, 259. 15. Josefo, Ant.20,97.
13. Cf. P. W. Bamett, The Jewish Sign Prophets; R. Gray, Prophetic Figr.tres in Late Sc- t6. Ibid.,20,170.
cond Temple Jewish Palestine. 17. Josefo, Bell. 6.285.
14. Cf. Josefo. 8e1L2.262-263. 18. C. A. Evans, MarkB,27-16,20,323.
I 038 Interludio (Mc 13. t-37) Mc 13.24-27: Nt¡tus I 039

so. Pero el guión marcano es aún más severo que


el paulino, ya que pablo cs de doble filo: prestad atención, porque vuestro estado como elegidos de
describe el engaño de ros condenados, de ros que <<rechazaron
el amor por l)ios no os aparta del reino de la oposición demoníaca (cf. 8, I 7- I 8; I Cor
la verdad> y <hallaron placer en ra iniquidaó, mientras
qu" vu*o, 10. l2). Al mismo tiempo, sin embargo, levantad vuestras cabezas, porque
tempfa la caida, <si fuere posible>, inclüso de los elegidos. "on- sr.,¡s los elegidos de Dios, y podéis descansar seguros de que É1, en última
Aunque Marcos n_o sea tan explícito como ros olácutos rnstancia, os liberará de ese reinado engañoso.
sibirinos y er
Apocalipsis sobre la dimensión demoníaca en la actividaa
o" ro, El Jesús marcano concluye el pasaje diciendo: <Mirad, os he predicho
falsos mesías y profetas, comparte probablemente "nguñáru
esta idea con otros tex- tt¡das las coscts>>, que constituye una inclusión parcial (cf. glosario) con
tos apocafípticos. La voz pasiva de egerthesontqi (üt.
la pregunta de los discípulos en 13,4 (<¿Cuál será la señal cuando vayan
: <surgirán>) es probablemente una expresión con
<serán levantados>
doble sentido. po, unu l curnplirse todas estas cosas?>). Esta declaración conclusiva tendría un
parte, su vinculación con ra oración final <para
extraviar... a los eregidos> ¡roderoso irnpacto retórico sobre los destinatarios que habían experimen-
(Mc 13,22) sugiere que los cristos y profetas falsos
no son actores uutóno- taclo el tipo de acontecimientos descrito en 13, 6-22; para ellos las pala-
mos, sino agentes <del padre de la mentira> (cf. Jn g,44), lrras implicarían: <Mirad, os he predicho todas las cosas que ahora os han
uque ut
mu1!o. enrero> (Ap 12,9), es decir, el Diablo (cf. tu^A¡¿i'noioá "qganu t¡turrido>>. Tal recordatorio, paradójicamente, generaría esperanza porque
nrigro. y
prodigios> en 13.22). por otra parte, sin embargo,
egerthésontal funciona scñalaría que las cosas terribles de las que se habla en esos versículos no
como un <pasivo divino>> que supone que el actoi último son razón alguna para poner en cuestión que Dios estaba y está con Jesús,
es Dios y asegura
a la comunidad marcana que incluso ei engaño que y por é1, con la Iglesia en lucha. Esto generaría también confianza de que
asarta a argunos de sus
miembros no significa que se han escapaáo de la mano ll siguiente profecía, que habla de la desintegración del universo y de la
de dios'u. como
me indica Bart Ehrman (en comunicacién privada), vtrelta de Cristo, se realizará rápidamente de igual modo.
hay una analogía vete-
rotestamentaria en Dn 7 para esta idea de la doble
autóría .u."unr, puru¡.
en el que los vientos del cielo (imprícitamente Dios)
remueven el mar del
caos del cual surgen ros monstruos diabóricos. Además, 7. E,r neronNo DEL Hr¡o o¡l- HoN¡ene (13,24-27)
en otros rugares de
Marcos mismo se presenta la autoría que se halla
detrás de los afánteci-
mientos horrorosos como argo comprejo; en las predicciones l3ra<Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol
de ra fasión,
por ejemplo, la <entrega> de Jesús es una acción
tanto de Judas cámo de sc oscurecerá y la luna no dará su luz,25y las estrellas caerán del cielo
Dios (cf. comentario a 10,33-34).
v los poderes que hay en los cielos se tambalearán. 26Y entonces verán
.--L-a-frase <si es posibre), que aparece más tarde en el mismo versícuro rrl Hijo del Hombre venir entre nubes con gran poder y gloria. 27Y en-
(13,22b), refuerza er mensaje de la superintendencia
divina, p.".i*nao ru lonces enviará a los ángeles y congregará a sus elegidos de los cuatro
impresión inicial de que el elegido puede apartarse permanentemente
der
camino de Dios. En el contexto glo-bal de Marcos, esta ¡runtos cardinales, desde el final de la tierra hasta el final del cielo>.
frase (¿redaccio-
nal?) presagia t4,35,.donde Jesús pregunta <si es posibl
áirotorl
que pase de él ese cáriz (r4,35). puede haber "" Gisustantiva
una vincuración Notas
entre estos dos casos de ei.dvnaton: lo que impide que
el engaño áe lo,
elegidos se haga una realidad es Ia aquiéscencia de 13r24-25. el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz... y los pode-
iesús ar l""nu^ po'
parte de Dios de su petición de que le ahorre la tr',\ que hay en los cielos se tambalearán
muerte. f"rfrr, puer, ,utuu lho hélios skotisthésetai kai hé
a los demás prescindiendo de la oportunidad de sarvarse tt'llné ou dosei to phengos autes... kai hai dynameis hai en tois ouranois
¿r n'iriro i"r. .,,
mentario a 15,29-32). \(tlL,ulh¿sonlai]. Cf. la nota siguiente respecto a la sugerencia de que los
La mención de los <eregidos>> (ekrektor) de Dios arfinar ( ucrpos celestes de estos versículos pueden ser el sujeto de <verán> en 13,
de 13,22 con-
duce al versículo concrusivo der pasaje, en el que se l(r. Tal personificación de los astros es cornún en la literatura antiguar y
acentúa el sujeto dc es
la frase: <Pero vosotros atendedri ¡i,23a; cf. ra nota eornpatible con las imágenes de nuestro versículo: los ojos de una persona
Como indica Nineham2', este hincapié ayuda a causar "orresponáiente¡.
la impresión de quc ¡rrrcclen ((oscurecerse> (cf. Sal 69,23 [68,24 LXX]; Lam 5, 17); <no dará
los tres discípulos a los que Jesús se dirige, así como srr luz>> implica volición por parte de la luna, <y se tambalearán> puede
ros lectores marcanos
en general, están entre ra élite: <Mirad y prestad t o¡rnotar miedo (cf. Sal 13, 4112, 5 LXXI; Ecl 12, 3).
atención a Io que ha sioo
dicho en los versículos 14-20 (y 22) sobre los elegidos>> 26. verán fopsontail. Este versículo es un eco de Dn 7, l3-14, pero
EI ."nru¡", pu.r,
el único queve en Dn 7 es el profeta mismo (Dn 7, 13 cf.7,2.4.6,etc.).
1? !"L*el pasivodivino,cf.glo.sarioyM.Reiser,Jarrs
20. D. E. Nineham. Sa¡nt Mari.355.
anclJudgment,266-273.
l. Cf. D. C. Allison, Studies in Matthew,2l-25.36-41.
I 040 lnrerludio (Mc' 13. I-37) Mc I3, 24-27: Nt¡ttt.t 104 I

¿Quién ve en Marcos? La mayor parte de los estudiososr entiende opsontai <(un como hijo de hombre> que viene <<con nubes>> y que es presentado ante
como un plural impersonal, equivalente a <la gente verá> o <el Hijo del cl <Anciano de días>, quien le concede su propia autoridad y gloria junto
Hombre será visto pon. Este tipo de construcción impersonal está atesti- con el reino. Estas imágenes proceden probablemente de la mitología cana-
guado en otros lugares en Marcos, incluido el capítulo l3 (cf. <os entrega- nea, en la cual eljoven dios de las tormentas, Baal, <que cabalga sobre las
rán> en 13,9 y el índice temático, lema <lmpersonal; empleo de la tercera rrubes>>, es entronizado en el consejo de la antigua divinidad 'Ela. Aunque
persona plural>), pero este tipo de opción exegética debería adoptarse sólo la figura de Dn 7 no reciba la designación de mesías, se identifica como tal
si la referencia a una persona es absurda. ¿Es éste el caso aquí? Tanto los cn la tradición judía posterior (ya en I Hen. 48, l0; 52,4), e incluso en al-
elegidos como los cristos y profetas falsos fueron mencionados unos ver- gunos textos rabínicos que se basan en Daniel el mesías recibe el apelativo
sículos antes ( 13, 22),y los elegidos serán inmediatamente mencionados en tlc <el Hombre de la nube>> ('nny: por ejemplo, Tanhunta [Buber] Toledot
13,27 . De los dos grupos, sin embargo, los cristos y profetas falsos parecen (r, 20 fTownsend l, I 671: TS. I Crónicas 3,24)i . Sin embargo, en el Nuevo
'l'estamento y
ser los candidatos más probables, ya que el pasaje marcano más parecido algunas tradiciones rabínicas se invierte el sentido del movi-
al nuestro atribuye la visión escatológica a los enemigos de Jesús (el sumo nrierrto: en vez de ascender a Dios por medio de las nubes, como en Dn 7,
sacerdote y sus socios en 14,62), por lo que esto podría sugerir que quienes I 3- 14, el Hijo del Hombre desciende a la tierra por medio de las nubes del

se oponen al evangelio, como cristos y profetas falsos, son los videntes de ciclo (cf. Mc I4, 62; b. Sanh. 98a)6. Esta inversión expresa probablemente
13,26. Esta posibilidad queda realzada por paralelos de la historia de las la csperanza de que esle mundo será transformado en el esc'hctton.
religiones; en I Henoc 62,2-ll , por ejemplo, los mandatarios de la tierra En Mc 13,26 el Hijo del Hombre viene <en nubes>. En el TM de Dn 7,
(ven y reconocen)) al Hijo del Hombre que se revela en gloria y se sienten l-1, sin embargo, ((un como un hijo de hombre> viene <con ( 'in) nubes>,
abatidos ante esta visión, ya que saben que su gloriosa aparición pronuncia lcctura que es seguida por Teodoción, la Vulgata y varios textos judíos y
su condenación eterna, y en OrSib.3,556-557,Ia Sibila advierte a los grie- cristianos (por ejemplo: Mc 14, 62; Ap I , 7; 4 Esd. 13, 3; Justino , Diálogo
gos: <Pero cuando la ira del poderoso Dios caiga sobre vosotros, entonces ,'tttt Trifón 3l ). Los LXX, sin embargo, leen <<sobre (epi) las nubes>, lectu-
reconoceréis la faz del poderoso Dios> (cf. 3, 693 y Sab 5, 2; 4 Esd. 7 ,78- rrr seguida por la Peshitta y Mt 24,30:,26,64, Ap 14, l4; Justino, I Apolo-
86; ApEl 35, 17; Ap I l, l2)3. ,qíu 511 . Probablemente tanto la lectura de Marcos, <en nubes>>, como la de
Pero en Marcos los oponentes que quedarán consternados ante la visión krs LXX, <sobre nubes>, son intentos de dar algún sentido a la lectura del
de Jesús que vuelve no pueden limitarse a los seres humanos; pueden ser lcxto masorético, vaga y confusa: <con nubes>.
también los tambaleantes cuerpos celestes de los versículos inmediatamen- 27. Los ángeles ltous angelozrs]. Algunos manuscritos significativos,
te precedentes (13,24-25). Es éste el modo más natural de interpretar gra- corlo N, A, C, O, V, 0104, /r'rr, Texto mayoritario y la mayor parte de las
maticalmente la tercera persona plural opsontai en 13,26, y en contextos rcrsiones latinas y siríacas añaden aulou (<<sus ángeles>), como el paralelo
antiguos es absolutamente normal pensar en cuerpos celestes como anima- nrateano (24, 3l). Esta adición, sin embargo, está en cor'lsonancia con la
dos y por lo tanto capaces de percepción, pensamiento y emociones (cf. cristología/angelología mateana (cf. Mt 16, 27) y con la cristología pos-
nota anterior e ls 13, l0 más Il2, 10, en donde el sol, la luna y las estrellas tcrior en general (cf. Heb | 2 acerca de la soberanía de Cristo sobre los
rehúsan emitir su brillo; tambiénIs24,21-23, en donde el sol y la luna se ringeles) por lo que es probablemente una armonización con Mateo. La
avergüenzan y ApAd 5, 10, en el cual <los ojos de los poderes de las lumi- lcctura breve está atestiguada por B, D, L, W 0235, así como por algunos
l uuruscritos bohaíricos.
narias> fes deciq el sol y la luna] se oscurecen). El contraste entre las dos r

presencias de dynamis (<podeo) en 13,25 y 13,26 está de acuerdo con .strs elegidos ltous eklektous autoul. Algunos de los manuscritos cita-
esta interpretación: los poderes hostiles del cielo serán sacudidos cuando tlos omiten <<su>> (atttou) antes de <los ángeles) (D, L, W, it; también V,
sepan que su fatal destino está cerca, como se confinxará inmediatamente lt. 28, etc.), y también delante de <elegidos)), pero esta vez el importante
cuando vean venir al Hijo del Hombre con un poder mayor que el suyo pro- lcstirnonio del Vaticano (B) se añade al de ñ, A, C, O, 083, /rr, 2427,Texto
pio. Cf. Rashi, quien interpreta la desaparición del cielo en Is 51, 6 como la rrrayoritario lat syr, que atestiguan la lectura larga.
victoria de Dios sobre los arcontes demoníacos. desde el .final de lo tierra hasfa el .final del cielo lap' akrou ges heós
al Hijo del Hombre venir entre nubes con gran poder y gloria lton huion ttl¡n¡u ouranoa]. PeschEexplica esta construcción sin par como una refundi-
tou anthrópou erchomenon en nephelais meta dynameós pollés kai doxé-sl.
El vocabulario está tomado de Dn 7, l3- 14, en donde el vidente contempla '1. Cf. J. A. Emerton, The Origin of the Son of Mun Imogerv. y J. J. Collins, Daniel.
I ( tntntentaty, 286-294.
r

5. Cf. G. Vermes,Jes¿r.r, 17l-172: J. J. Collins. Dctniel. A Contntenlur.t',311.


2. Cf. H. B. Swete, The Gospel According to St Mark,293'. R. Pesch, Das Markusevan- (r. N. Perrin, Rediscovering the Tbaching ol Jesus, I 64- I 85.
gelium2,303; R. H. Gundry, Mark. A Contntentar.y on His Apologv.for the Cros,s,745. 7. Cf. J. J. Collins, Daniel. A Contmenlar.t,,3lI.
3. R. Pesch, Das Markusevangeliunt2,43S. lJ. R. Pesch. Das Markusevungelium2.30l.
I 042 Interludio (Mc 13, I--17) Mc I 3, 24-27. Comantut'io I 043

ción de dos expresiones bíblicas: <desde un final del cielo al otro)) (ap'akrott ca, Mc 13, l9 incluido, una tribulación sin precedentes es el preludio inme-
tou ouranou heós akrou tou ouranou; cf. Dt 30,4; Sal 19, 6Í18,7 LXX]; cf. diato al cambio de edad (cf. 13, 19 y nolas a ((estas cosas serán el comienzo
Dt 4, 32) y <desde un final de la tierra al otro)) (ap' akrou t¿s gAs hetjs akrou de los dolores> en 13, 8, y a <y no la habrá> en 13, l9).
Íes g¿s', cf. Dt 13, 8:28, 64 Jr 12, l2', Jdt I l, 2l ). Es posible, sin embargo, Los acontecimientos posteriores a la tribulación comienzan con una ca-
que Marcos lo interpretara como una frase que implicara la distinción entre tástrofe cósmica descrita por un pastiche de profecías escatológicas vete-
los elegidos congregados <desde el final de la tierru : aquellos todavía vi- rotestamentarias. Am 5,20 había hablado ya <del día del Señou como de
:
vos en la parusía, y los elegidos reunidos <desde el final del cielo> los ya un tiempo de oscuridad; en algunos pasajes proféticos posteriores esta des-
fallecidos cuando Jesús vuelva. Cf . t Hen. 39,3-7, donde la morada de los cripción metafórica es interpretada literalmente, como un oscurecimiento
santos difuntos, <losjustos y elegidos>, está (al final del cielo> (cf. 70, l-4). clel sol, la luna y las estrellas (cf., por ejemplo, Is 13, 10; 24,21.23;34,4',
Mc 13,27, pues, pudo imaginar algo como en lTes 4, l5-17: Cristo baja l:,232,7-8; Jl2, 10.31; 3, l5)rr. Estas profecías van acompañadas frecuen-
del cielo; tanto los creyentes vivos como los difuntos suben a su encuentro ternente por descripciones de la conmoción del cielo y de la tierra (cf., por
y posteriormente ambos grupos están siempre ((con el Señou, en el aire. c' jempf o, ls 13, I 3:24, 18- I 9; Jl 2, l0;, cf . Ag2, 6.21), y generalmente tam-

bién por el dibujo deljuicio de los malvados, es deciq de los enemigos de


lsrael, y la salvación de éste gracias a una manifestación culminante de la
Comentario gloria divina. Esta tradición bíblica continúa en eljudaísmo postbíblico (cf.
¡ror ejemplo 4 Esd. 5, 4-5;7 ,391' OrSib. 2, 194-2021'3,796-803: 5, 344-350:
Introducción La última sección concluía: <Mirad, os he predicho todas [t'sf Lev. 4, l; AscMos l0), así como en obras cristianas como la Epístola de
las cosas> (13,23),y por tanto los lectores podrían suponer que Jesús había llt,rnabé ( 15, 5) y el libro del Apocalipsis:
llegado al final de su enseñanza escatológica. Sin embargo, resulta que esta
declaración conduce a la sección culminante del capítulo, en la cual Jesús Cuando abrió el sexto sello, miré y se produjo un gran terremoto; el sol se
tornó negro como arpillera, la luna llena se hizo toda como sangre, y las
profetiza la desintegración del universo y el retorno del Hijo del Hombre
estrellas del cielo cayeron a la tierra como la higuera deja caer su fruta sacu-
en gloria. dida por un fuerte viento. El cielo desapareció como un libro que se enrolla
Resulta dificil identificar la actividad redaccional marcana en este pasaje, (Ap 6, t2-l4a).
aunque <en aquellos días> en 13,24 (cf . I , 9; 13, I 7.19) puede ser editorial.
La perícopa se divide nítidamente en dos mitades de igual extensión: 13,24- Aquí. como en nuestro pasaje marcano. vemos el sol y la luna oscureci-
25, que describe las catástrofes cósmicas que preceden al advenimiento del tlos, las estrellas que caen sobre la tiena y los cielos estremecidos (también
Hijo del Hombre, y 13,26-27, que describen el advenimiento en sí. el terremoto evoca el contexto global marcano; cf. Mc 13,8). Además, el
srsuiente pasaje del evangelio empleará el crecimiento de la higuera como
13,24-25. Signos cósmicos. En el pasaje anterior, Jesús había hablado u¡rir rnetáfora parala llegada del eschaton (Mc 13, 28-29). Así pues, el Jesús
de mesías y profetas falsos que obrarían <signos y prodigios> engañosos, nlilrcano parece utilizar tradiciones apocalípticas conocidas sobre el derrum-
pensados para extraviar a los elegidos haciéndoles creer que el mesías ha- lrrnriento del cosmos, pero las reconfigura de manera original. El tema del
bía llegado. Jesús se dispone ahora a mencionar los signos verdaderos y ,(eitstigo de las naciones)), por ejemplo, está ausente de nuestro pasaje y en
se pregunta qué es lo que presagia la llegada del Hijo del Hombre: el os- r crtlad de todo este discurso escatológico; la única mención de las naciones
curecimiento del sol y de la luna, la caída de las estrellas, y la sacudida de t'slri cn 13, 10, donde aparecen como objeto de misión más que de condena-
los poderes celestiales (cf. Jl 2,30-3 l, que califica como <prodigios> el t itin. Esta inversión puede reflejar un interés peculiar del Jesús histórico (cf.
oscurecimiento del sol y de la luna, y también el Targum sobre este texto, f\41 l't, I l-l2llLc 13,28-29), pero es probablemente también un reflejo de la
que los denomina <signos>)e. marcana, en la que el mensaje cristiano ha sido rechazado por los
El pasaje comienza con una frase plena de resonancias bíblicas, <Pero 'ilrración
¡rrtlíos, pero abrazado por los gentiles (cf. comentario a 12, l-12).
en aquellos días>, que ya en el Antiguo Testamento puede referirse a un La profecía de Jesús comienza con una referencia al oscurecimiento del
acontecimiento escatológico que sirve de señal (cf., por ejemplo, Jr 3l ,29: srrl y de la luna (13,24). Gundryr2 sugiere que este hecho devuelve el uni-
33, l5-16; J\2,29 3,1;Zac8,23 cf. Mc 13, 17.19)r0. Las palabras que si- \ cls() a la situación anterior al cuarto día de la creación (Gn I, 14-19) y
guen a continuación, <después de aquella tribulación> (13,24a), confirman I ies-Allisonri señalan que esta idea es recogida por Jr 4, 23 (el cielo se
):rr
el matiz escatológico, puesto que en otros lugares de la literatura apocalípti-
ll. C'1.D. E.Aune. Revelation2,4l4.
9. Cf. L. Hartman, Prophecv lnlerp,eted,157, nota 35. ll. R. H. Gundry, Mark. A Commentar¡'on His Apolog,.for the Cross,782.
10. C. A. Evans. Mark 8.27-16,20,327 ' l.l. W. D. Davies-D. C. Allison. The Gospel Acconling to Saint Mattheu'3.358.
I 044 lnterludio (Mc 13, 1--17) Mt l3, 24-27: (\tnt'ntttt iu t045

toma negro y la tierra se convierte en (desierta y vacía> como en Gn l, 2) Jesús pronuncia su destrucción (1, 24; cf.5, 7). Si ahora leemos que /os
y por la Vida de los profetas 12, l3 (<los perseguidos por la serpiente en la ¡xtderes celestiales se tambalearl, y en el siguiente versículo aparece que
oscuridad como en el principio>). Hay también pruebas intemas en el evan- el Hijo del Hombre llega entre nubes <con granpoden>, está claro que el
gelio para apoyar la idea de esta reversión al caos primordial, ya que 13, l9 motivo del temblor tiene su correlato en el miedo de los demonios, y que la
yuxtaposición de los dos usos de dynamis sugiere que un poder sobrenatural
habla de una tribulación tan grande como jamás hubo <desde el principio
cstá desplazando al otro. Así pues, la concepción subyacente de Mc 13, 25b
de la creación>ra. Esta tipología <tiempo del principio / tiempo del final>
pudo haber sido correctamente barruntada por Eusebior6, quien utilizó el
continúa posiblemente en la descripción, en 13,25, de las estrellas que caen
del cielo y la sacudida de las <potencias> celestiales, ya que las estrellas vocabulario de Ef6, 12parapresentar nuestro pasaje como una referencia a
la derrota escatológica <de los principados y potestades... los gobernadores
fueron también creadas en el cuarto día y el relato del Génesis enfatiza su
cle las tinieblas de este mundo..., los malvados poderes espirituales de las
ordenado emplazamiento en la <firme estructura)) del cielo para servir como
alturas supracelestes> (cf. también Pisl¡s Sophia 1,2).
signos <de las estaciones, de los días y los años>>r5. Ahora, consecuentemen-
te, cuando tiembla el firme edificio celeste, las estrellas caen y se disuelve el
universo de espacio-tiempo estructurado por las <estaciones, los días y los 13,26-27. El advenimiento glorioso del Hijo del Hombre. Teniendo en
cuenta este contexto de batalla cósmica y la conexión gramatical entre la
años>. ^Ecl¿si astés Rabbah l, 2, 1 confirma que el oscurecimiento escatoló-
gico del sol y de la luna y la sacudida del firmamento podrían ser considera- [rltirna frase de 13,25 y el principio de 13,26, tiene sentido entender que el
sujeto irnplícito de opsontai (<<verán>>) sean las <potestades celestes> que
dos como una inversión de la obra de la creación:
sc tambalearán: los que verán en primer lugar al Hijo del Hombre que llega
R. Judá b. R. Simón dijo: Las siete <vanidades> mencionadas por el Kohelet cntre nubes serán los poderes celestes personificados a través de cuyo reino
corresponden a los siete días de la creación. Durante el primer día, <en el
hará él su descenso triunfal (cf. Ascls. 10, 29-31 Epistula Apostolorum
comienzo creó Dios el cielo y la tierra> (Gn I, l), pero está escrito: <Pues los
I 3t Plsl¡s Sophia 1, 28; cf. la nota a <verán> en 13, 26). Este descenso se
cielos se desvanecerán como humo, y la tierra envejecerá como la ropa> (ls
5,l,6). Durante el segundo día <Hágase el firmamento> (Gn 1,6); pero está rlescribe utilizando imágenes tomadas de Dn 7, l3-14, pero el sentido del
escrito: <Y el cielo se enrollará como un libro> (ls 34.4)... Durante el cuarto nrovimiento queda invertido: en vez de ascender entre nubes hacia Dios,
día, <Haya luminarias en el firmamento del cielo> (Gn I ' 14)' pero está escri- cl Hijo del Hombre vendrá entre nubes del cielo a la tierra (cf. noÍas a <<el
to: (Entonces la luna se avergonzaráy el sol quedará confundido> (Ls24,23). llijo del Hombre que entra en nubes con el gran poder y la gloriu en 13,
26. y a <y el Hijo del Hombre... que viene con las nubes del cielo> en 14,
Sin embargo, nuestro pasaje no describe solamente una reversión al caos, 62). Su llegada <entre nubes> es significativa, ya que las nubes acompañan
sino que insinúa también la victoria sobre é1. En el Antiguo Testamento y en liccuentemente a las teofanías (cf., por ejemplo, Dt 33, 26;2Sm 22, 12;
fuentes judías y cristianas, el oscurecimiento escatológico del sol, la luna y Sal 68, 4167,35 LXXI; Ez 1,4)17, y en Dn 7 el acompañamiento de las
las estrellas se conciben a menudo como el acontecimiento culminante de rrubes sugiere que (un como un Hijo del Hombre> es una figura divinars.
la batalla cósmica entre Dios y las fuerzas de mal (por ejemplo, Is 13, l0- l:l advenimiento entre nubes, por tanto, es uno de los varios modos por los
13 14, 12-13 24, 17-23; OrSib. 3, 801-807; Ignacio, Ef 19,2-3: Mekílta, (lue en Marcos el Hijo del Hombre que vuelve es como Dios (cf. infra sobre
Shirata 5 [Lauterbach 2,38]; Tttnhuma [Buber] Bereshit 1, l2 [Townsend 1, su envío de ángeles y la reunión de los elegidos). El <podeo y la <gloria>
8]). Esto es así porque se considera a los cuerpos celestes como animados; srrrr también atributos divinos, y el matiz de resplandor de estos últimos
la expulsión del cielo de Satán y de los demonios, por ejemplo, es compa- contrasta vistosamente con el telón de fondo oscuro de 13,24-25t'.
rada a la caída de las estrellas (cf . I Hen. 16,2-3; 54, 4-5; 90, 21 .24 Lc 10, Sin embargo, la importancia de DanielT para nuestro pasaje trasciende
I 8; Ap 12, 1-12; TestSal. 20, I 6- 1 8), y se designa a los malvados espíritus Ios motivos individuales. En primer lugar, la visión daniélica es probable-
cósmicos colno (potencias> vinculadas a los cuerpos celestes, e imaginados nrente relevante en la situación marcana ya que es plausible que inspirara
como residentes (en los lugares celestiales>> (por ejemplo, Job l, 6; TestLev. ¿r los revolucionarios judíos con su visión del derrocamiento de malvados
3, I -3; Ascls. 7, 9; 10, 29-30; Filón, Sobre los gigantes 6; Rom 8, 38; Ef I' irnperios de los gentiles y el traspaso de su reino terrenal a un Israel pu-
2l;2,2, etc.). En Marcos mismo, la idea de potencias/poderes (dynanis y lificado2O. Además, la escena daniélica incluye la mención de miríadas
vocablos etnparentados) está vinculada a la lucha entre Dios y Jesús, por tle ángeles que sirven a Dios (Dn 7, l0) y relaciona a (<un como un hijo de
una parte, y Satán y los demonios, por otra (cf. 3, 23-27, 5, 3; 9, 22-23.28-
29), y estos últimos han mostrado ya su pánico porque el advenimiento dc 16. Eusebio de Cesarea, Comentario a Isoías 2,7.
17. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel Accotding to Saint Mathew,3,362.
18. Cf. J. J. Collins, Daniel. A Commentary,290.
14. CL C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,328,
I 9. Cf. J. Gnilka, E/ Evangelio según san Marcos 2,234.
15. Cf. Filón. Sobrc la Crcación 36; Clemente de Alejandría, Eclogae prcpheticae' 52,
20. Cf. M. Hengel, The Zealots,índice.
2: Gn. Rab. 4. 2l G. Bertram, Stereos,609-61 l.
I 046 Interludio (Mc 13, 1-37) Mc 13, 28-32: Nt¡tu.s I 047

hombre> con un grupo escogido de gentes, <el pueblo de los santos del U. Le TNMTNENCTA DEL FrN (13,28-32)
Altísimo> (Dn 7, 27). Esta vinculación continúa en la literatura postbíbli-
ca; en I Hen. 37-77, por ejemplo, la figura del Hijo del Hombre, al que se 13 28(Y de la higuera, aprended el ejemplo: cuando su ramaje está
denomina <el Elegido>, va unida frecuentemente con los santos, llamados poniéndose tiemo y echa hojas, sabéis que la cosecha está cerca; 2e de la
también <los elegidos>> (39, 6; 40, 5; 45,3-5; 49-50;51, 3-5), y I Hen. 62, rnisma forma también vosotros, cuando veáis que estas cosas suceden,
l4-15 describe el destino de estos últimos como la comunión eterna con sabed que está cerca, a las puertas. 30Os aseguro (amén) que no pasará
el primero. Tanto <el Elegido> como <los elegidos>, además, están rela- csta generación hasta que todas estas cosas sucedan. 3rEl cielo y la tie-
cionados con los ángeles (cf. por ejemplo I Hen. 39, 4-7; 61,9-12)21. Por
rra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 32 Pero respecto a aquel día y
tanto, cuando el Jesús marcano habla del Hijo del Hombre que vuelve, que
Irora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el padre>.
envía a los ángeles, y de la reunión de sus elegidos, queda clara su estrecha
vinculación con ambos grupos, especialmente el último (<szs elegidos>),
y que todo ello está de acuerdo con Daniel 7 y con su reinterpretación en
Notas
I Henoc 37-71. Esto, pues, es el reverso de la unión de los discípulos mar-
canos con el Hijo del Hombre en el sufrimiento (cf.8,31-38; 10,32-40;
13,28. De la higuera, aprended el ejemplo lapo de tés sykes mathete
13,9-13), y es también la culminación del motivo de <estar con é1>, que ha
rln ¡tarabolenl, lit. <parábolu. El empleo del crecimiento de una planta
estado presente desde la constitución de los Doce como grupo (cf.3,14)22:
c()rro una metáfora para la manifestación del reinado de Dios es uno de
así como ellos han hollado con Jesús el fatigoso camino de <los días de su
Ios varios vínculos entre 13, 28-29 y el discurso parabólico en 4, 1-34.
carne)) (Heb 5, 7), igualmente volarán de forma exultante con él en el aire
Arnbos emplean la metáfora de la cosecha para significar la inminente con-
el día de su vuelta triunfante (cf. nota a <desde el final de la tierra hasta el st¡rrración escatológica (cf. 4,29), y ambos presuponen que las parábolas
final del cielo> en 13,27). r cc¡uieren interpretación (cf. 4, 33-34).
La reunión de los que han sido elegidos por Jesús, con la que concluye
cuando su ramaje está poniéndose tierno fhotan edé ho klados autes
el pasaje (13,27), está relacionada tanto con el estricto contexto marcano It,t¡tolos genétaif. Sweter indica que hapalos y los sustantivos emparen-
como con numerosas concepciones bíblicas de un modo amplio. Por una lrrtlos se emplean para la vegetación aún tiema en Lv 2, 14 (Aquila) y Ez
parte, esta reunión acaba con el maligno propósito de los falsos cristos y l7,4, añadiendo que en nuestro pasaje el adjetivo <denota el resultado del
profetas, que han hecho todo lo posible por extraviar a los elegidos (13, rrhlandamiento de la cubierta externa de los tallos, que se pone camosa por
22). Por otra, la frase sobre la <reunión> de los elegidos aporta la noción e lccto de la humedad y de la luz del sol primaveral>. Hepper2 especifica
bíblica de que el pueblo disperso va finalmente a ser reunido desde los (luc (con el vocablo 'tierno'[Jesús] pudo referirse a la abundancia de látex
cuatro puntos cardinales (cf., por ejemplo, Dt 30, 4; Is 43, 5-6; Zac 2, 6). lcclloso en las apretadas ramitas durante la primavera>3. El higo era pro-
Pero el Jesús marcano modifica un tanto el guión bíblico al describirse a sí vcrbial por esta sustancia; cf. un relato en Tanhuma [Buber] kzaveh 8, l0
mismo, y no a Dios, como la figura que efectuará esta reunión, y es su ad- ( lirwnsend 2,144-145) sobre R. Jonatán, hijo de Eliezer, <quien se sentaba
venimiento y no el de Dios- el que irá acompañado por el oscurecimien- lrrrio Lrna higuera en el verano y la higuera estaba llena de excelente fruta.
to de las luminarias celestes23. Así pues, aunque Jesús se distinguirá dentro l)cscendió el rocío y los higos exudaron miel>. El rabino Jonatán continúa
de poco <del Padre> por su carencia de conocimiento exacto sobre el ho- ,rrrnparando este espectáculo con el mundo futuro. Cf.4Bar. [paralipó-
rario escatológico (13,32), nuestro pasaje establece que cuando se trata rrrcnns de Jeremías] 5,4.24-31, en donde se dice que del hecho de que los
del conocimiento de la naturaleza del eschaton, Jesús está sumamente bien lriros todavía goteen leche es un signo de que el tiempo paralaredención
informado, y que é1 compartirá muchos de los atributos divinos cuando rrirrr no ha venido. Sobre la relación tradicional entre la higuera y el escha-
vuelva en la parusía. tttn. cf . comentario a 13,28-29a.
El guión escatológico que Jesús ha estado revelando desde 13, 5 ha sido lu c'osecha fto therosl, lit. (el verano)). Este concepto es una metáfora
ya totalmente desvelado; <todas estas cosas)) sobre las que los discípulos usrral en el Antiguo Testamento y en textos judíos y cristianos para aludir a
preguntaron en 13, 4 han sido ya reveladas. En el siguiente pasaje, por lrr consumación escatológica, y tiene a menudo connotaciones de juicio (cf.
tanto, Jesús puede volver a la cuestión original de cuándo ocurrirán <todas l. 29 y el comentario a4,26-29). En el contexto marcano inmediato, sin
estas cosas)).

l. H. B. Swete, The Gospel According to St Mark,295.


2l . Cf . J. Marcus, The Woy of the Lord, 169-17l . l. l-'., N. Hepper, Baker Encyclopedia of Bible Plonts,lll .
22. K. Stock, Boten aus dem Mit-lhm-Sein. I. Sobre este látex, c1'. I. J. Condit, The Fig,25.
23. Cf . L. Hartman, Prophecy Interpreted, 158. -+. ('f. A. Goor, The History of the Fig in the Holy Land, 130.
I 048 Interlud¡o (Mc 13, l-37) Mc 13, 28-32: Nt¡tu:; I 049

embargo, la imagen es optimista, ya que recuerda 13,27, en donde el Hijo 30. Os aseguro (amén) que no pasará esta generación hasta que todo
del Hombre que vuelve congrega (episynaxei) a los elegidos desde <los (.\tas cosas sucedan fAmén legó hymin hoti ou mé parelthl hé genea haute
cuatro vientos> (cf. Mt 25,24.26;Jn4,36, que emplean el verbo synagein, ntechris hou tauta panta genetai],lit. (Amén os digo). Compárese con Mc
de la misma raiz,para <cosechan). 9, I y Mt 10,23 (cf . Tabla 40), que tienen la misma estructura: <Amén, os
El higo florece en primavera y está listo para ser cosechado en el vera- rligo> + una afirmación que rsa ou m¿ para lo que no ocurrirá * una afir-
no, exprésado en hebreo por el término qayi;. En la misma lengua, la pala- rnación que usa heos an (<antes de que>), que determinaunplazo limitado
bra pira <final> es la homófona qes. En el oráculo de desgracias de Am 8, ¡rara la primera afirmación. Los exegetas discuten si Mc 9, I es una nueva
l-2 ie emplea ya unjuego de palabras entre los dos vocablos, lo que puede lirrmulación de Mc 13,3010, o lo contrariorr, y si Mt 10,23 es una revisión
ser parte del trasfondo de nuestra parábolas. nrateana de Mc 9, l, o una variante del logion conservada por separado
29. estas cosas llauta). Este sintagma es distinto de <todas estas cosas) cn Marcosr2. En cualquier caso, la semejanza en la forma sugiere que los
(tauta panta) en el siguiente verso; cf.13,4, donde <estas cosas)) se refieren lrcs pasajes pueden iluminarse mutuamente, lo que apoya la hipótesis de
a la destrucción del Templo, y (todas estas cosas)) al eschaton (cf. comenta- t¡uc <todas estas cosasD en 13, 30 se refiere a la parusía, ya que es el límite
rio a 13,3-4). Una distinción similar puede aplicarse aquí: (estas cosas)) son lcrrrporal en Mc 9, I y Mt 10,23.
acontecimientos en el presente y pasado reciente marcanos, que comienzan E,l modo más natural de interpretar (esta generación> es como refe-
con (la abominación de la desolación> en el Templo (13, l4), que muestran lcncia a los que viven en el momento del discurso de Jesúsr3: no morirán
que la gran tribulación está en marcha y que está cerca la intervención deci- Ioclos antes de que llegue el fin (cf. Mc 9, 1). Es posible un cálculo aún más
siva de Oios (<la cosecho>). Por el contrario, <todas estas cosas) en 13,30 e\acto de la cantidad de años que supone (esta generación>, ya que la frase
se refieren al plan completo de la cronología escatológica presentado en 13, lccuerda los andanzas por el desierto de los hijos de Israel, que duraron
5-27 , que incluye los signos cósmicos de 13, 24-25, el retorno del Hijo del t'rrarenta años (cf. nota a <<esta generación> en 8, l2). El cálculo de cuaren-
Hombie en 13,26 y <la cosecha> de los elegidos en 13,2J (cf . nota anterior lrr años para una generación está de acuerdo también con el modo griego de
y nota a <<Os aseguro, etc.) en 13, 30)6. Así, cuando los discípulos de Jesús ('ontar que se retrotrae a Hecateo de Mileto en el siglo VI a.C.ra. Además,
vean (estas cosas)), sabrán que el final está cerca (13,28-29), pero cuan- lir itlea de un lapso de cuarenta años entre el principio de la redención y su
do vean <todas estas cosas) que se refieren a la desintegración de cielos y lcrnrinación está atestiguado en otros lugares de la literatura judía apoca-
tierra ( I 3, 30-3 I ; cf . 13, 24-25), sabrán que el fi n ha llegado. lí¡rtica (cf. CD 20, l3-15).
está cercq, a las puertas fengys estin epi thyraisf. No hay ningún pro-
Tabla 40. Mc 9, l; Mc 13, 30 v Mr 10, 23
nombre en el griego, por lo que el sujeto podría ser cualquiera: el Hijo del
Hombre (sujeto en 13,26-27) o la cosecha, a la que se refiere 13, 28' Esta I
Marcos 9, Marcos 13, 30 Mateo 10, 23
última se halla gramaticalmente más cerca de 13,29, pero la dimensión { )s aseguro (amén) Os aseguro (amén) Os aseguro (amén):
personal del primero encaja mejor con la imagen de <estar a las puertas> t¡rrc hay algunos que es-
que no pasará esta gene- No acabaréis de recorrer
icf. Lc 12, iS-39; Ap 3, 20)?. La ambigüedad puede ser deliberada: la trrrr aquí que no probarán ración las ciudades de Israel
venida del Hijo del Hombre será la cosecha escatológica. <Las puertas>, l;l ntuerte
en plural, es una expresión frecuente; cf. st 5,9: <el Juez está a las puertas rrrrtcs de que vean venir el hasta que todas estas co- antes de que venga el Hi-
Qtro tón thyrón)>>. En los LXX el plural de
(puerta) puede alternar con rcirr¿rdo de Dios en poder. sas sucedan. jo del Hombre.
el singular, sin clara diversidad de referente (cf' Ex 40, 5-6; Lv l, 3'5;
Sin embargo, esta interpretación temporal <de esta generación> plantea
etc.)8. El plural no implica necesariamente una multiplicidad de apertu-
unrr dificultad hermenéutica, ya que prevé que el final del mundo ocurrirá
ras, sino que más bien se utiliza con frecuencia para <ciertos sustantivos
r ruis o rnenos unos cuarenta años después de la muerte de Jesús. Esto es pro-
concretos, y para denotar en principio lo que es largo o amplio, o pode-
Irrrblcrnente el modo como Marcos vio las cosas, pues esperaba que el fin del
res misteriosos>e. Otros ejemplos son: (cielos)> (ouranoi, muy frecuente),
r¡rrrrrrlo ocurriría pronto (cf. comentario a 13,30-31). Sin embargo, muchos
<mundos> / <siglos> / <edades> (aiones, por ejemplo: Heb l, 2; 71, 3), y
rrrlú'rpretes cristianos posteriores encontraron esta exégesis muy dificultosa,
(portonesD Qtylai,por ejemplo: Mt 16, l8).
lx)r'(lue suponía adscribir un enor a Jesús; por ello decidieron interpretar

5.Cf.F.,N.Heppe¡BakerEncyclopediaofBiblePlarls,lll-ll2;R'Pesch,DasMu'
kusevangelium 2,307 . f 0. Por ejemplo, G. R. Beasley-Murray, Jesus and the Last Days,444.
6. if.R. Pesch, Naherwartungen. Tradition und Redaktion ¡n Mk 13' 186' Il. Por ejemplo, J. Schlosser, Le Régne de Dieu dans les dits de Jésus l, 324-327.
7 . Cl. J. Ernst, Das Evangel ium nach Markus, 389'
ll. C'f. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According fo Saint Motthew2,l87-190
8. Cf. G. R. Beasley-Munay, Jesus and the Last Days, 438, nota 188' B. Cf. BDAG t9l [2].
e. BDF $ l4l [4]. l"t. ('f . E. Meyer, Forschungen zur alten Geschichte, 170-172.
Mc 13.28-32: Nt¡tu: 105 I
I 050 lnterludio (Mc 13, I-371

ción, como en nuestro pasaje. Hay, sin embargo, un contacto interesante


(esta generación> de un modo atemporal, a saber' como una referencia
a
Ningu.na dc estas con el empleo absoluto del <Hijo> en I Cor 15, 28: <Cuando todas las cosas
tor¡ua"ior, a los cristianos o a la raza humaua en generalr5. lc estén sometidas, entonces el Hijo también se someterá al que sometió a
reahnente una
interpretaciones está apoyada por el contexto, que contiexe úl todas las cosas, para que sea Dios todo en todos>. Aquí, como en nuestro
(cf. la parábola de la
rlteéncia clara ala idea áe la inminencia escatológica
¡lasaje, el término <el Hijo> aparece ((en un contexto sumamente apocalíp-
li;;;"" 13, 28-2g)t6.Además, como señalaba Beasley-Munay: (Aunque tico con un pronunciado toque subordinacionista>re.
debeadmitirseqttegeneaenelgriegoanteriorsignificabaelnacimiento,la Evidentemente, el que se niegue a Jesús un conocimiento sobre el día
áe los que descendian de un antepasado co-
;;;Ñ" y b ra)uel el sentido traducía muy frecuentemente el dór hebreo' y la hora del final fue sentido como un problema tremendo por los teólo-
rntñ, los LXX este vocablo gos ortodoxos posteriores; como señalaba Jerónimo20, nuestro versículo
"n
qr" tig"in"u la edad, la edad del género humlno o la generación en el sen-
que todos los otros usos ,<¡rroduce alegría a Arrio y a Eunomio> porque parece apoyar su posición
tido dJ contemporáneos)r7. Y continúa advirtiendo
aparecen en boca de Jesús y se refieren a rle clue el Hijo es inferior al Padre. Del mismo modo, como una respuesta
evangélicos de <esta generación))
Beasley-Mu- rr t'ste problema cristológico, Lucas omite Mc 13,32 al completo, e igual-
sus Jontemporáneos, por lo general de un modo alnenazante'
particularmente cercano' Mf 23' 36 (cf' Lc ll' 51):
,ruy uau"" un paralelo
rncnte en algunos manuscritos posteriores (por ejemplo, X) no aparece <ni
referencia evidente cl flijo> en nuestro pasaje ni tampoco frecuentemente en el paralelo de
<Todas estas cosas venárá^ sobre esta generaciónD, una
Jerusalén y su ternplo (cf' Mt 23' 38)' Mateo (está ausente cn la Vulgata, en la mayor parte de los testigos siríacos
a la destrucción de
31. El cielo y la tiena pisarán, psvo mis
palabras no pctsarán lho ou- v coptos, y en el Texto mayoritario; la omisión, además, está ya atestiguada
pareleusontaif' Hay ¡ror Orígenes)2r. Por rnotivos similares, algunos Padres de la Iglesia afir-
ranos kai hé gé pareleuroitoi, hoi de logoi mou ou me
una variante áe Lste dicho en Mt 5, I 8 ll Lc 16,17 Q'
: pero en esos pasajes nuln poco convincentemente que <ni el Hijo> no formaba parte del texto
permanecerá en vigor <hasta que orir-rinal, sino que había sido introducido en él por los arrianos22.
áttu inyy no las palabras de Jesús la que
(cf' Job 14' una idea en Sin embargo, el sintagma <ni el Hijo> estaba demasiado firmemente
;;;á ái"to y la tienu, esgeneral decir, siempre
judía de la eternidad
)2)'
de la Torá (por rrlraigado en la memoria cristiana como para ser tratado de manera arro-
ionronun.iu cón la doctrina
8' 6)18' Nuestro
á1"Ápr", Bar 4,1; Filón, v¡dá de Moisés 2,14; Dt' Rab' !,unte, por lo que se hicieron necesarias otras estrategias hennenéuticas.
motivo tradicional: aunque el cielo y ('orno señala Ulrich Luz2-r, los intérpretes posteriores de la Iglesia afinnan
puru:", Áin embargo, modifica este
teniendo vigencia trrsi unánimemente -sobre la base de pasajes como Mt 11,27; Jn 10, l5;
iu tiériu pornn ,"o1*ente,laspalabras de Jesús seguirán
(Gin. Ra'b.10, I se hace una adnnación similar sobre la Torá). Sobre el tras- 16. l5, y Hch l, 7- que Jesús conocía realmente el momento del fin2a. A
1 3' 30-3 l' Teniendo en lin tle cuentas, Jesús conocía los signos deljuicio futuro, por lo que debió
ion¿o ¿. este versículo en Is 5 l, 6, cf ' contenfario a
personificados lrlbcr sabido también el día y la hora2s. Muchos, como Agustín2r', afirman
cuenta 13,24-21 -en donde aparecen los cuerpos celestes
por éste (cf ',notas
po¿"t"s cósmicos opu",io' a Jesús-pero vencidos (luc el significado del versículo es que, aunque Jesús conociera <la hora>, no
"átno <verán> en 13'26' y los co-
a <el sol se oscurecerá, etó.> en 13,24-25,y a nurrrif'estó este conocimiento a sus discípulos. Uno de los textos prueba más
quiere decirse
mentarios a 13, 24-25 y 13, 26-27)-, lo que probablemente ( ()nrLlnes es Hch l, 7: <No os toca a vosotros
[discípulos] saber los tiempos
un papel activo en la des- o rlrornentos...>: Cristo no dice: <No me toca a mí sabeD), sino: <<...No
áqui que las palabras de Jesús desempeñarán
",
trucción y renovación del cosmos (cf ' comentario a 13
'
30-3 I )' El exegeta trs loca a vosotros saber...)), lo que implica que él sí sabe27. Una solución
cielo en Is 51.
nl"ál.uuí¡uaío Rashi interpreta asimismo la desaparición del nrcrros frecuente es la de Atanasio (Cuatro discursos conlra los arrianos 3,
6 como la victoria de Dios sobre sus arcontes demoníacos' .ll')'*, quien sostiene que Cristo conocía la hora en su naturaleza divina, pero
32. Ni et Hiio loude ho huios)' Es éste el único
caso en el evangelio dc
sin eiañadido del genitivo <de Dios>.y'sin una
Marcos del título <el Hijo> I t). E. Schweizer, Huios,37l .
sí la hay por
referencia implícita peró directa a éste, aunque indirectamente 10. Jerónimo, Comentario a Mateo,4.
<el Hijo> aparecc
el contraste ón <el Padre> = Dios. La forma absoluta ll. Cf. B. D. Ehrrnan, The Orthodox Corruption of Scripture,9l-92.
ll. CL, por ejemplo, Ar¡brosio, Sobre la .fe 5, 16. l9 I - 193; Jerónimo, Contentario o
tambiénenMtl .'2TyfrecuentementeenelevangeliodeJuan(3'17.35- \ l,ttLtt, 4.
generalmente en
36;5, 19-27;etc.), pero en estos pasajes el énfasis radica l.l. U. Luz, El evangelio segtin san Moteo 3,5'/8-579.
sobre su distirr-
iu ,""lpro.iiad e'igualdad entre ál eadre y el Hijo, nunca l-{. Ct-. lavisióndeconjuntoenT.C.Oden-C.A.Hall,Mark,l9l-l93,yespecialmente
, l lrrscin¿rnte artículo de K. Madigan, Chrisfus Nescien:;?
15. Cl., por ejemplo, Ambrosio, Comentario a Lucas 8, 35; ld., Sobre lafe 5, 16.206s.
Aquino, C at e n u At ¡ re a 2, 268 ; M. Künzi, D as N o h e retv' arf u tt gs l og ittt t
1 5. Cf. Tomás de J6. Agustín, Sobre la Trinidsd l,12. l.
Mctrkus 9,1 Pur-214-221 ' 17. Cf. Ambrosio, Sobre la fe 5, l7.212: Jerónimo, Contentario a Mateo,4; Agustín,
16. E. Éóvestam, Jes¿rs and This Generation' 8l-84' t tt,'tlitin 6O.
il. C. n. Beasley-Murray,Jesus and the Lctst Dots'444' lS. Atanasio, Cuatro Discursos confro los arrianos 3.46.
in the First Cenntries ol'the Christian Era l'269-2711'
l1
Mc 13, 28-32: (lonrcnturio 1053
I 052 Interludio (Mc 13, 1-37)

cosas pasarán33. Es posible que Marcos mismo sea el responsable de esta


no en la humana. Estas interpretaciones resbalan sobre el sentido simple del
unión de dichos por palabras clave, aunque también pudiera ser un engar-
versículo, pero para los teólogos ortodoxos no era <<imaginable sencillamen-
ce premarcano. Es más probable que Marcos sea el responsable de haber
te que el téxto pudiera significar lo que dice, ni tampoco que Jesús pudiera
introducido en el contexto presente la advertencia de que nadie conoce la
haber pensado io q.r. declara explícitamente>2e. Ahora bien, como los arria-
hora (13,32), que forma una transición a la perícopa siguiente, la final, del
nos comprendieron en su momento, y como los teólogos en nuestro propio
discurso escatológico. El inicio de nuestro pasaje, <De la higuera, aprended
tiempo han descubierto de nuevo, la admisión de ignorancia en Mc 13, 32
el ejemplo (lit. 'parábola')> (13,28a), está de acuerdo con esta actividad
tiene su propia importancia teológica; Ebeling30, por ejemplo, entiende la
redaccional: se trata probablemente de un toque editorial que corresponde
ignorancia ¿i les¡s aceÍcadel día y de la hora como una parte necesaria de
al hincapié marcano de hacer de las parábolas un instrumento de enseñanza
su participación en las limitaciones de la existencia humana'
como i nformación pri v i le giada (4, I 0 - | 2.33 -3 4).
Los historiadores críticos actuales están divididos sobre si 13, 32 fue
El pasaje está dividido en tres partes: la parábola de la higuera y su in-
dicho realmente por Jesús. Por una parte, la negación de la omnisciencia
tcrpretación (13,28-29), los dichos acerca de que todo pasará (13,30-31),
parece una señal de autenticidad; ¿habría inventado la Iglesia un dicho en
y la conclusión que advierte de que nadie conoce la hora (13,32).
Ll cual Jesús niega tener la sabiduría escatológica?3r Por otra parte, el he-
cho de que JesúJ hable aquí de si mismo como (el Hijo> es interpretado
po, unorlt como un signo de composición posterior por mano de cristianos 13,28-29. La parábola de la higuera. La penúltima sección del discur-
por rebajar la especulación apocalíptica en nombre del_Señor. so escatológico comienza con una parábola sobre una higuera, un símbolo
preocupados
-nsto
ei posible, pero parece más probable que Jesús pensara realmente utilizado anteriormente en el evangelio en una parábola acerca del destino
escatológico de Israel (11, 12-14.20-21). A diferencia de la mayoría de los
de sí miimo que era, en algún sentido especial, el hijo de Dios (cf. nota a
en 14,36), aunque reconocía, sin embargo, que no poseía ¿irboles que crecen en Israel, la higuera es de hoja caduca, y pierde su follaje
<c4bba [Padrel>
crr el inviemo, que brota de nuevo a finales de la primavera3a. Los agriculto-
ninguna idea especial sobre la fecha exacta del final.
rcs antiguos conocían muy bien estos procesos y podrían predecir fácilmen-
tc cuánto tiempo se necesitaría para que la fruta se desarrollase y quedara
Comentario lista para la cosecha; t. Seb. 4, 20, por ejemplo, subdivide así el período de
nraduración: <A partir del tiempo en el que aparecen las hojas hasta que el
Introducción En el pasaje anterior Jesús había profetizado que el tiem- higo joven esté formado, cincuenta días... A partir del tiempo en el que el
po de la gran tribulación -los momentos en los que la comunidad marcana lrigo aparece antes de que esté totalmente formado, cincuenta días>rs.
ie encontraba entonces viviendo- sería seguido por el derrumbamiento del Puesto que el higo pasa por estos cambios regulares y fiables, es una
cosmos y la vuelta del Hijo del Hombre en gloria. Esta profecía, sin em- rnctáfbra conveniente para las etapas finales en la complección del plan
bargo, déja abierta la cuestión de cuándo ocurrirán €sos acontecimientos tlivino sobre la historia. Este potencial está ya explotado en Is 34,4, espe-
y precisamente éste es el rompecabezas al que se enfrenta el e illmente en la versión de los LXX según el códice Vaticano y la revisión
"uláinanies,
texto presente. Irrci¿inica. Este pasaje veterotestamentario tiene una fuerte vinculación con
Esie pasaje parece estar compuesto de unidades independientes, algu- t'l contexto global marcano, porque el desarrollo de las hojas de la higuera
nas de las cuales no encajan bien entre Sí, cuyas variantes aparecen en rir unido con la llegadadel eschaton y la desintegración <de los poderes
contextos diferentes en otros lugares: la parábola de la higuera y su inter- t'rr cl cielo>:
pretación (13,28-29; cf. ll, 13-14); la profecía de la consumación esca-
iológica en el ámbito de una generación (13, 30; cf. 9' l); la profecía de Y los poderes que hay en los cielos (hai dynameis ton ouranón) se tamba-
learán (cf. Mc 13,25b),y el cielo se enrollará como un libro (cf. Ap 6, 14);
que las palabras de Jesús durarán más tiempo que el universo presentc
y todas las estrellas caerán (cf. Mc 13, 25a) como hojas de una vid, y como
1i:,:t;if. vt 5,18llLc 16, l7),yla aseveración de que nadieacentua excepto
hojas que caen de una higuera (cf. Mc 13,28-29).
pudt. conoce el tiempo del fin (13,32). Mientras 13,28-30 la
"l
inminencia del eschaton, 73 , 32 afirma que nadie conoce su hora, y I 3, 3 I
lrste pasaje isaíaco fue empleado más tarde en profecías escatológicas,
parece no conceder relevancia alguna a la cuestión de la inminencia, pero
¡rrrr c.jemplo, Ap 6,13-14 (cf . comentario a 13,24-25): y un midrás rabínico
Lbu", está vinculado laxamente a 13, 30 por la noción de que todas las
l.l Cf. W. G. Kümmel, Promise ond FulJillment, The Eschatological Messuge of Je-
29. K. Madigan, Christtts Nesciens?,261. v¡r.()1.
30. G. Ebeliñg Dogmatik des christlichen Glaubens 2,4'73 ' l-1. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint MafÍhew3,365.
3 I . Cf. W. D. baviés-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew
3,378-79.
l.s. CL A. Goor, The History of the Fig in the Holy Land, 130.
32. Por ejemplo, lJ. Luz, El evangelio segtin san Mateo 3, 5'17 -578'
I 054 Interludio (Mc I 3, I-37 ) Mc 1 3. 28-32: Comatttut'it¡ t055

posterior sobre este pasaje, Pirqe R. Eliezer 50 [51], contiene rasgos que La idea clave de todas estas imágenes veterotestamentarias en la parábo-
refuerzan el vínculo con el contexto marcanoi6: lrr cs que el escholon es inminente, al igual que en una higuera los brotes son
un signo de que la cosecha, una metáfora usual en el Antiguo Testamento
(Y todas las huestes del cielo (ls 34,4). Corno las hojas de la
se disolverán>>
y permanece como un árbol seco, pero de ¡rirra el fin, está al alcance de la mano (13, 28b; cf. nota a <la cosecha> en
vid y la higuera se decoloran, ésta
I 3. 28). Luego, tras haber pronunciado esta parábola escatológica, Jesús la
nu"uo u.úor florecen y generan brotes y producen nuevas y frescas hojas,
interpreta a sus discípulos (lo que concuerda con <la teoría de la parábola>
de la misma manera en el futuro toda las huestes del cielo se desvanecerán
como una vid y una higuera, y serán de nuevo renovadas ante El para dar a cnLrnciada en 4, 10-12.33-34): cuando sus seguidores vean ((estas cosas))
conocer qu" r. d"ruun"ie (lo que) (realmente) no se desvanece. Allí no exis- las tribulaciones descritas en 13, 14-23, por las que está pasando en es-
tirá más él mal, ni habrá plagas, ni (existirán) las antiguas desgracias, como tos momentos la comunidad marcana- sabrán que el Hijo del Hombre, o la
se ha dicho: <Ved que...o un nuevo cielo y una tierra nueva)) (ls 65, 17)37. cosecha (to theros), está cerca, a las puertas mismas (epi thyrais:juego de
¡rrrlabras con theros: cf . nota a <está cerca, a las puertas> en 13, 29). El men-
En este pasaje, la higuera no sólo pierde las hojas, como en Is 34, 4, sirie de Mc 13, 28-29, por tanto, es similar al de un pasaje apocalíptico judío
sino también sus brotes, y la producción de nuevas hojas -como en Mc ¡rtrsterior, 4 Esd.9,l-2: <Cuando veas que una parte de los signos predichos
13.28-29- se convierte en una metáfora escatológica; y esto pasa en un Ira pasado ya, entonces sabrás que éste es el tiempo en el que el Altísimo está
contexto en el que se utiliza la imagen isaíaca de la desintegración de los il llunto de visitar el mundo>. La comunidad marcana sabe que <una parte de
cuerpos celestes, como en Mc 13, 24-25, y se habla en términos isaíacos Ios signos predichos han pasado yD porque sus miembros han experimenta-
de lá creación de un nuevo cielo y de una nueva tiera (cf' Is 65, l7), lo tkr <estas cosas)): la guerrajudia, la persecución de los cristianos vinculada
cual supone que los antiguos han <pasado> (cf. Is 51,6), como en Mc l3' eon la guerra, la huida de Judea, y una angustia como nunca antes había
31. Parece, pu.r, qu" los pasajes isaíacos y sus interpretaciones tradicio- existido. Pero al situar estos sufrimientos cerca del punto final del trance
nales han ejércido una fuerte influencia sobre la sección entera de Mc 13, cscatológico, la parábola los relativiza: no son la realidad última, sino sólo
24-13,32 (cf. Tabla 4l; ¿es sólo una coincidencia que los pasajes isaíacos urr intermedio que pasará rápidamente. Lo que tales sufrimientos muestran,
aparezcan aquí básicamente en la misma secuencia?). El hincapié en estas tlc hccho, no es que los poderes del rral hayan triunfado -como podría estar
cbncepciones está de acuerdo con la tendencia global marcana a interpretar tcrrtada a pensar la apurada comunidad [larcana-, sino que <es el momento
la buena nueva como un cumplimiento de lo que <está escrito en Isaías, el e n cl que el Altísimo está a punto de visitar el mundo> (4 Esd. 9,2).
profetu (cf . comentario a 1, 2-3).
13,30-31. Qué perdurará y quéno. E,l siguiente versículo confirma esta
Tabla 4l . Morlvos tsni¡.cos eN Mc I 3, 24-32
esperanza escatológica: <todas estas cosas)), la culminación escatológica in-
Marcos Isaías t luida, tendrán lugar en el ámbito de la generación del discurso de Jesús en
24: El sol se oscurecerá y la luna no 13, l0: El sol se oscurecerá al salir, y e I ¡nonte Olivete. Ya que (una generación> bíblica supone aproximadamen-

dará su luz (ou dósei to phengos autés) la luna no daráya su brillo (ou dósei to le cuarenta años (cf. nota a <<Os aseguro [amén], etc.)) en 13, 30), y puesto
pfuts autés);cf.24,23. t¡trc Jesús murió a principios de los años treinta, nuestro pasaje sitúa la lle-
25: y las estrellas caerán del cielo 34,4c:Las estrellas caerán' gada del fin directamente dentro del lapso de tiempo del presente marcano
y los poderes que hay en los cielos se 34, 4a: El ejército de los cielos se es- (rrlrededor del 70 d.C.). Para Marcos, pues, el temporizador escatológico
iambalearán. fumará. cstá haciendo tictac, y la explosión podría darse en cualquier momento.
2g: La llegada del tiempo final se com- 34,4d La llegada del fin_ se compara a Tal como se insiste en 13,24-25, la llegada del eschaton tendrá conse-
paraa las ñojas quebroün de lahiguera t;,f t'trencias radicales no sólo para la vida humana sobre la tierra, sino para el
[.::'n,5,:f"\2^;fi iJiü;: rrrriverso entero, pues el destino de la humanidad está vinculado con el del
del fin se compara a las hojas de la hi-
guera que caen Y brotan de nuevo.
r'()sn1os; ambos dependen de la gracia y del juicio de Dios (cf. Rom 8, l9-

mis 1 , 6: Porque los cielos se desvanecerán


ll ). Por tanto, cuando llegue la ansiada consumación escatológica, no sólo
3I: El cielo y la tierra pasarán, pero 5
lrr rnaldad humana sino también <el cielo y la tierra pasarán> ( 13, 3 I a), para
palabras no pasarán. como humo, y la tierra envejecerá.como
la ropa..., pero mi salvación será para scr sustituidos probablemente por (<un nuevo cielo y una nueva tierro (cf.
siempre, mi liberación no tendrá fin; cf' I s (r5, I 7). Las palabras de Jesús, sin embargo, perrnanecerán ( I 3, 3 I b), y así

65, l7: nuevos cielos Y nueva tierra. t. ()nstituirán un puente entre la malvada edad presente y la por venir.

Pero las palabras de Jesús son más que esto; como indica la parábola de
lrr scmilla de mostaza, son también en un cierto sentido el instrumento para
36. Cf. W. R. Telford, The Barren Temple and the Withered Fig Tree ,185'
37. Cf. C. Friedlandeq Pirké de Rabbi Eliezer,4ll-412' lnre r a la realidad esa nueva era (cf. 4, 14.30-32'. cf . comentario a 4,30-32)
I 056 Interludio (Mc 13, l-37) Mc 13,33-37: Nottts I 057

y la eliminación de la vieja (cf. nota a <<el cielo y la tierra pasarán, pero mls ¡r.rundoar. Y el 2 Apocalipsis de Baruc acentíJa repetidamente que sólo Dios
palabras nunca pasarán) en 13,31). Las palabras de Jesús tienen así la po- conoce el momento exacto del final (21, 8; 48, 3; 54, 1), pero ala vezhace
tencia destructiva y creativa de la palabra divina puesta en boca del profeta lrincapié también muchísimas veces en que el eschaton está cerca (23,7;
en Jr l,9-10. En verdad, lo que aquí se está diciendo no es solamente que 82. 2; 83, I ). Esto no es una contradicción, sino, como indica Gunkela2, un
las palabras de Jesús durarán más que el cielo y la tierra, sino que serán las reflejo de la doble preocupación de los escritores apocalípticos: proclamar
potentes armas de Dios para la demolición y renovación del cosmos. Otros la buena noticia de que los sufrimientos del presente están casi concluidos
cristianos primitivos ensalzaron a Cristo como el instrumento de la obra y advertir contra la pretensión de un conocimiento escatológico tan exacto
creativa de Dios <al principio> (cf. Jn 1,3; Col l, 16); Marcos lo alaba (lue comprometa la soberanía de Dios.
como instrumento para la obra destructiva y recreativa del tiempo final. Así Esta combinación -intensificar la esperanza de que el tiempo final está
pues, a pesar de la analogía parcial con el profeta Jeremías, se está formu- ccrca, por un lado, y prevenir contra la hybris, la desmesura apocalíptica,
lando aquí algo más elevado que la simple afirmación de que las palabras por otro- pone los fundamentos para el pasaje final del capítulo, que exhorta
de Jesús están llenas de poder profético. Jesús está siendo situado en una ir la comunidad marcana a la incesante vigilancia escatológica.
posición análoga a la de Dios: <porque los cielos se desvanecerán como
humo, y la tierra envejecerá como la ropa..., pero mi salvación será para
(). Lr-Rlr,leo¡ A LA vrcrLANCrA ESCAToLócrce (13,33-37)
siempre, mi liberación no tendrá fin> (Is 51, 6; sobre la palabra de Dios que
es imperecedera, cf. Is 40,8 y Sal 119,89).
l3 33
<Atended, manteneos despiertos; pues no sabéis cuándo es el
13r32. Nadie conoce la hora. Justamente, sin embargo, cuando el texto nlornento. 3aEs semejante a un hombre que sale de viaje, cuando deja
marcano parece dispuesto a sugerir que Jesús puede medirse con Dios, se- su casa y da poder a sus esclavos, a cada uno su trabajo, y al portero
ñala también una salvedad, a saber, el pasaje contrasta a Jesús con Dios de
lc cncarga vigilar. 35Vgilad, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de
un modo que los teólogos posteriores encontraron dificil de conciliar con la
lrr casa, si al atardecer, a media noche, al cantar el gallo o de mañana,
creencia en la divinidad de aqué1. Tan sólo Dios mismo, añade Jesús, cono-
ce el día y la hora de la llegada del eschaton; la divinidad no hace partícipes "'no sea que venga de repente y os encuentre dormidos.3TLo que os
de este conocimiento a ninguno de los seres menores, incluidos los ángeles rligo a vosotros lo digo a todos: vigilaó.
y el Hijo mismo. Los primeros exegetas se sintieron hondamente preocupa-
dos por los espinosos problemas cristológicos creados por esta declaración
(cf. nota a <ni el Hijo> en 13,32), y los intérpretes modernos han estado Notas
ocupados igualmente con sus ramificaciones escatológicas. Muchos sos-
13, 33. Manteneos despiertos lagrypneitel. Tanto agrypneite como gré-
tienen que la enf;ítica afirmación de que nadie -Jesús incluido- conoce la
.t,ot't'ife (13,34-35,37) tienen el significado básico de mantenerse despierto.
hora del final limita o neutraliza el elemento de inminencia encontrado en
34. Es semejante a lhósl. Sobre esta introducción tipica a las parábolas
los versículos anteriores38.
trrrrto evangélicas como rabínicas, cf. notas a (es como esto> en 4,26 y a
Ahora bien, ésta es una línea argumental engañosa, ya que intenta pro- (1cs como)) en4,31 .
teger a Jesús de haberse equivocado acerca del momento del fin; lamenta-
ttn hombre que sale de viaje lanthrópos apodémosl. Como señalamos
blemente, sin embargo, este presupuesto está equivocado, ya que muchos
t'n la sección exegética del comentario, para Marcos este hombre es Jesús.
textos judíos apocalípticos combinan sin cesura alguna la idea de que el
l'rrra el Jesús histórico, sin embargo, el hombre pudo haber sido Dios pro-
conocimiento <de la hora> está restringido a Dios con la convicción de la
lr:rblemente, para cuyo cercano advenimiento (el reinado de Dios) Jesús
inminencia de esa hora3e. El autor de los Salmos de Salomón, por ejemplo,
cree que el tiempo final está al alcance de la mano (cf .2,25-26)oo,y alavez. ¡rlcparaba a sus oyentesr.
.v da poder a sus esclavos, a cada uno su trabajo fkai dous tois doulois
afirma que el mesías surgirá <en el tiempo conocido [sólo] por ti, oh Dios>
,tut()tt t¿n exousian hekastQ to ergon autou]. Algunos manuscritos griegos
(17 ,21). Asimismo el ángel intérprete en 4 Esd. 4, 5l-52 confiesa que él no
{¡rol ejemplo, A, C", Texto mayoritario, K, M,./'''t) y algunas versiones
sabe si Esdras vivirá para ver el final, pero es evidente a partir de 14, 10-12
;rrlisuas (por ejemplo, lat, syro,h) añaden <y> después de <poderes>>. Con
que el autor mismo cree que está viviendo en la fase final de la historia dcl
t sllr lectura, que es una mejora de los escribas, el amo da a sus esclavos

38. Cf.M.D.Hooker,TrialandTribulation:D.H.Juel,Mark,l84.Cf.tambiénlavisit'rrr
A. Strobel, Ketygma nnd Apokalyptik, 16-30.
de conjunto de la investigación alemana en 'I I . Cf. A. Strobel, Kerygma und Apokalyptik, S6.
39. Cf. A. Strobel, Kerygnta und Apokalyptik, 85-88. .ll. Íl. Gunkel, Werte Buch Esra,359.
40. cf. oTP 2. 645. I . Cf. J. Jeremias,The Parables of Jesas, 53s; A. J. Hultgren, The Parobles of Jesu.s,265.
I 058 Interludio tMc 13, l-37) Mc 1 3, 33-37: Comenturtu¡ I 059
1

dos cosas separadas, autoridad y una tarea. Como afirma Swete2: <La au- 37. Vigilad lgrégoreitef. Sobre la altemancia en nuestro pasaje entre
toridad es concedida a los criados en conjunto...;latarea es asignada in- csta palabra y agrypneite (vv. 33 y 37) cf. nota a ((manteneos despiertos>
dividualmente>. Sin embargo, es posible que la torpe expresión de Marcos err 13, 33. El hecho de que la orden de mantenerse despierto, repetida dos
suponga una relación más estrecha entre exousiay ergon que la reconocida veces, vaya seguida inmediatamente por una referencia a la Pascua ( 14, I )
por Swete; el don divino de poderes autoritativos comporta una tarea cuyo rro es probablemente fortuito, ya que la Pascua es denominada noche de
cumplimiento permiten esos poderes. guardia (lit. <noche de vigiliu) en Ex 12, 42,y al menos en la época de los
porlero [thyrórQ]. Las tareas del portero eran excluir a los visitantes tanaítas algunos judíos tenían la costumbre de permanenecer despiertos
no deseados3 y admitir a otros a su llegada (cf. Jn 10, 3), incluido el amo toda la noche para celebrarla (cf. t. Pesah. 10, l2)e. Los exegetas judíos,
mismo (cf. Lc 12,36), ya que las puertas se cerraban desde el interio/. El ldemás, unen <la noche de guardio con la esperanza de una redención
incumplimiento de este deber podría tener graves o fatales consecuencias lirtura en la Pascua (cf., por ejemplo, Tg. Neof. Ex 12,42; b. Roi. Hai. 1lb
para los habitantes de la casa (cf. 2 Sm 4, 6-7 LXX; Est 2, 2l); el cargo cl'. Tg. Lam. 2,22)to. Es apropiado, por tanto, que la transición entre el ca-
requería, pues, una persona de absoluta confi.anza. Al mismo tiempo, el ¡rítulo 13, tan escatológico, y la historia de la muerte de Jesús en el tiempo
portero era normalmente un esclavo, por lo que esta función combinaba la tlc Pascua sea una orden de mantenerse despierto.
humildad con la responsabilidad; cf. Sal 84, l0: <Preferiría ser un portero
en la casa de mi Dios que vivir en las tiendas de la maldad>.
En la versión lucana, ampliada, de nuestra parábola (Lc 12,35-38), to- ( lomentario
dos los esclavos, no sólo el portero, perrnanecen despiertos. Pero Jeremiass
considera esta expansión un rasgo alegorizante, que refleja el empleo de la InÍroducción Tras las alusiones, en todas partes del capítulo 13, a que
parábola por parte de la comunidad eclesial. Hultgren6 sostiene lo contrario: cl a.schaton es inminente, el discurso escatológico concluye con una exhor-
<Uno esperaría, como en el relato de Lucas, que todos los esclavos estuvie- tlción a perrnanecer despierto, porque el Señor puede volver en cualquier
ran vigilantes>. Con todo, tras sopesar estas dos opiniones, la de Jeremias rrrornento. Nadie, ciertamente, conoce la hora exacta de su advenimiento,
parece más convincente, pues una situación en la que sólo el portero perrna- l)cro en opinión del Jesús marcano será pronto seguramente.
nece vigilante para dar la bienvenida al amo, que puede llegar o no, es más Este pasaje conclusivo, como la escena inicial en 13,7-4, parecen ser
realista que aquella en la que todos los esclavos se ven privados del sueño y, lriisicamente una composición del evangelista, aunque haya empleado al-
por tanto, serán menos aptos para sus tareas al día siguiente. rli¡n material tradicional, como la parábola en 13,34. Los versículos al
35. Si al atardecer, a media noche, al cantar el gallo o de mañana lC irricio y al fin (13, 33.31) parecen redaccionales; abundan en términos mar-
opse e mesonyktion ¿ alektorophónias e proil. MartinT argumenta que estas t'irnos: (<atended>, lit. <mirad>), <sabéis>, <tiempo>, <<manteneos despier-
cuatro designaciones temporales son una modificación de las cuatro vigi- trrs / vigilaór), y 13,33 muestra una frase con gar (<pues>) típicamente
lias de la noche en el sistema romano. En é1, la primera comienza alrededor nrirrcana, que aplica el pensamiento de 13, 32 a los discípulos e implícita-
de las 6 de la tarde; la segunda, alrededor de las 9; la tercera, alrededor de nrcrrte a la comunidad marcana, una extensión de la audiencia que 13,37
la medianoche y la cuarta, alrededor de las 3 de la mañana (el tiempo se lrrrcc explícita. Mc 13, 34 parece ser una versión condensada de la parábola
medía normalmente por medio de relojes de sol, pero la clepsidra se utili- rle I portero deLc 12,35-38 (<poden: griego exousian,palabra favorita de
zaba por la noche)8. Hacia mediados del siglo I este sistema modificado de lVlrrrcos, puede ser una adición editorial). La versión marcana carece de la
cuatro vigilias había sido adoptado por los judíos de Palestina (cf. Mc 6, , onclusión esperada, en la cual el hombre vuelve (¿en la medianoche?; cf.
48; Lc 12, 38:, Josefo, Ant. 18, 356:' Bell. 5, 5 10-5 I 1 ), en sustitución más o l\11 25, 6) para encontrar al portero dormido, aunque la idea esencial de esa
menos del sistema veterotestamentario y de las fuentes judías primitivas de , onclusión esté incorporada en la interpretación de 13, 35-37, que contiene
tres vigilas (cf., por ejemplo, Jlue 7,79;, Jub. 49, 10-121' cf. b. Ber. 3b sobrc trrnrbién mucho vocabulario redaccional (<vigilaó, <sabéis>, <<1a casa>>,
el conocimiento talmúdico de ambos sistemas). ,,r rcrre>, (temprano por la mañana)), una frase con gar). El pasaje, pues,
,'s t'onsiderablemente marcano, justo 1o que uno esperaría en un punto de
t r ;ulsición tan principal.
2. Cf. H. B. Swete, The Gospel According to St Mark,298.
3. Cf. Josefo, lnt. 17.90. lrl pasaje está estructurado alrededor de tres frases en imperativo plural:
4. Cf. E. Lóvestam, Spiritual Wakefulness in the New TestamenÍ,80-82; P. J. King- ,,.\tcnded, manteneos despiertos> de 13,33; <Vigilad> en 13,35 y <Mgi-
L. E. Stager, Life in Biblical Israel,80-83.
5. J. Jeremias, The Parables ofJesus,54.
6. A. J. Hultgren,The Parables ofJesus,267. (). ll. Glatzer, The Passover Haggadoh,22-25. Cf. M. Bar-llan, Tiqun Lel Shevuot,
7. T. W. Martin, Watch During the WaÍches (Mark 13,35). rr',.)0y2l.
8. Cf. G. J. Toomer, C/ocfrs. I 0. Il. Le Déaut, La Nuit pascale,253¡' J. Jeremias, Eucharistic Words ofJesus,206s.
Interludio (Mc 13, 1-37) Mc 13, 33-37: Comentario 1061

lad>> en 13,37. Cada una de las dos primeras frases en imperativo va seguida Aquí, como en Mc 13, la mayor parte de la humanidad se encuentra
de una oración encabezadapor gar, que explica la necesidad de la vigilancia extraviada por culpa de fuerzas sobrenaturales (cf . comentario a 13,21-23)
(13, 33b.35b), y luego, respectivamente, por la parábola del portero (13,34) y sumergida en (un sueño>> de despreocupación escatológica. Unos cuan-
y su interpretación (13, 35c-36). tos, sin embargo, logran mantener la vigilancia, al parecer por la gracia
de Dios, hasta que el amo llega. Sin embargo, los momentos posibles de
13, 33-37. Llamadq conclusiva a la vigilancia. Jesús comienza la sec- la llegada del amo enlos Oráculos Sibilinos son el alba, el mediodía y la
ción final de su último y amplio discurso en Marcos con una llamada a tarde, y no las cuatro horas de guardia mencionadas en Marcos. ¿Por qué
la vigilancia (<Atended, manteneos despiertos>, 13, 33a), señalando así la se da esta diferencia?
importancia de lo que va a seguir. Jesús une esta sección con el párrafo Llegar de noche es insólito, aunque no sin precedentes (cf. Lc 11,5),
anterior por un argumento implícito de mayor a menor: si él mismo no sabe puesto que los antiguos estaban poco dispuestos a viajar de noche debido a
la hora exacta del final, ¡cuánto menos van a ser capaces sus discípulos de los bandidos y otros peligros del caminor2. Puede ser que este rasgo refleje
conocerla! (13, 33b). Todos los seres humanos se encuentran en el mismo una versión más temprana de la parábola, en la cual el portero era sorpren-
estado de indeterminación escatológica radical, por lo que comparten un clido dormitando cuando su amo volvía tarde, por la noche (cf. la introduc-
imperativo común de vigilancia apocalíptica. ción al comentario). Pero la vuelta del amo por la noche tiene también una
Jesús deja este punto muy claro con la parábola del portero ( 1 3, 34), que dimensión teológica, basada en la noción común judía de que la era pre-
sigue un guión familiar de otras parábolas suyas: un hombre rico se mar- sente se parece a la noche, y la edad futura es como el día (cf. por ejemplo
cha y deja a sus esclavos como responsables de su propiedad (cf. Mc 12, I QM 1, 8-9; I Hen. 58, 3-5; Mekilta, Beshallal.t 7 [Lauterbach l, 253-54];
l-12, par.; Mt 24, 45-51 ll Lc 12, 42-46; Mt 25, 14-30; Lc 19, 12-27). La thth Rab.6, 4). Jesús, pues, vendrá como un ladrón por la noche (cf. I Tes
marcha del amo es una prueba implícita: ¿serán fieles los criados a su señor 5, 2; MI 24, 43) y a su llegada la oscuridad se tornará en luz, trayendo la
ausente? El hincapié marcano en el pasaje presente cambia de los esclavos alegría a los que son <<los hijos del díu (cf. I Tes 5, 5).
en general (13, 34b) al portero en particular (13,34c), cuya tarea es mante- Pero con estas buenas noticias viene también una amenaza implícita:
nerse despierto y abrir la puerta cuando vuelva el amo, incluso si éste llega (no sea que venga de repente y os encuentre dormidos> (13, 36)' En Mar-
en medio de la noche (cf. nota a <portero> en 13, 34). La parábola, pues, cos, a diferencia de los Oráculos Sibilinos 2, ser un creyente en Dios, in-
reduce el encuentro entre el amo y el esclavo a sus términos más estrictos: cluso uno <de los elegidos>>, no es garantía alguna de permanecer despierto
el amo vuelve y llama, y la cuestión es si el esclavo estará despierto real- hasta la vuelta del amo (cf. 13,22; contrástese con OrSib.2, 180- 181). Este
mente para abrirle la puerta (cf. Ap 3,20). En la alegoría de la parábola en ¡rcligro del sueño escatológico, continúa Jesús afirmando implícitamente,
su contexto marcano, el <señor> (lqtrios) es Jesús, que pronto se marchará, ir l'ecta no sólo a los cuatro discípulos a los que habla directamente (13, 3-4),

ascenderá al cielo en su resurrección, pero volverá en la parusía para con- sino a todos los que oirán esta historia a través de ellos, incluidos, ante y
gregar a sus elegidos y juzgar al mundo (cf. 12,35-36; 13,26-27; 14, 62; sobre todo, los miembros de la comunidad marcana (13,37a). Como en 13,
pero también la nota a <un hombre que sale de viaje> en 13, 34). 14, es probable que esta intención de dirigirse directamente a la audiencia
Sin embargo, el momento de este retorno es desconocido, por lo que nrarcana -incluyéndola entre los discípulos- refleje la preocupación del
Jesús exhorta a sus oyentes a la vigilancia por segunda vez (<<manteneos cvangelista por un asunto de extrema importancia parala supervivencia de
despiertos>; 13, 35a) y luego interpreta la parábola observando que nadie srr comunidad. Ciertamente, si se toma en serio 13, 22,lamayoría de los
sabe a qué hora de la noche volverá el amo (13, 35bc). Como señala Lóves- cristianos marcanos estaría enredada en las mallas de un reino engañoso,
tamrr, la parábola muestra la presunción, aparentemente fuera de lugar, de rlcmoníaco, quizás no sólo por su tendencia a seguir a falsos cristos (13,
que el amo volverá de noche más bien que de día. Los Oráculos Sibilinos .12), sino también por su propensión a desesperarse por el retraso de la
2, 177-183 proporcionan una comparación y contraste instructivos: vtrclta del verdadero (cf. 4, 38; 6, 48; en este último pasaje, Jesús viene en
e I i¡ltimo minuto posible, ¡en la cuarta vigila de la noche!, para salvar a sus
El Altísimo, que todo 1o ve, que habita en el éter,
tliscípulos inmersos en la lucha).
derramará el sueño sobre los hombres, que cerrarán sus párpados.
La inquietante perspectiva de ser encontrados dormitando en la paru-
¡Bienaventurados los siervos, cuantos su amo, al volver,
hallare vigilantes!; todos ellos se mantuvieron despiertos sírr produce una tercera -y final- llamada de atención, con la cual frnaliza
en todo momento, expectantes con insomnes prlrpados. e I pasaje (<Vigilaó: 13,37b). Esta repetición extraordinaria de la exhor-

Pues llegará al amanecer, o a la tarde o al mediodía. t¿¡ción a la vigilancia (el cuarto caso de un verbo sinónimo en cinco ver-
Llegará sin duda, y será como digo. siculos) es probablemente una expresión con doble sentido. Por una parte,

I 1. E. Lóvestam , Spiritual W'akefulness in the New Tbstament, 32-89. t2. cf. ibid.,82-83.
I 062 Interludio (Mc I 3, 1-37)

se trata de una última llamada para adoptar una actitud de vigilancia esca- 7
tológica que ha sido la urgente tarea de la perícopa. Esta actitud
-supone
Marcos- significa vivir la vida con ojos abiertos de par en par. Los burlones SEXTA SECCIÓN PRINCIPAL
pueden menospreciarla como propio de gente soñadora, cuya atención está (Mc 14, I-15,47)
fija en acontecimientos futuros (cf. Gn 37 , 19 2 pe 3,3-4: cf . también Jud
8), pero Marcos da a entender que son estos soñadores los que realmente
tienen sus ojos abiertos. <Los realistas>, por otra parte, los que piensan que
el mundo seguirá indefinidamente su curso acostumbrado, ¡están soñando
sencillamente!
Pero es también significativo que esta llamada de atención conclusiva
preceda inmediatamente a la sección final del evangelio, que contiene los
relatos de la pasión de Jesús (capítulos l4-15) y del descubrimiento de la
tumba vacía (16, l-8). Ahora bien, estos acontecimientos de la pasión y
resurrección son al menos un cumplimiento parcial de las profecías escato- l. INrnoouccróN. MuEnrE: EL RELATo oE r-a PnsróN
lógicas delcapítulo l3: con ellos viene el final. Los elegidos duermen (14,
37.40-41), huyen (14, 50-52.66-72), el sol se oscurece (15, 33), el Templo Hay buena parte de verdad en la famosa exageración de Martin Káhlerr,
sufre un daño que presagia su destrucción (15,38) y el Hijo del Hombre rr saber, que los evangelios son <narraciones de la pasión con amplias intro-
pasa por una vigilia que dura toda la noche hasta que finalmente, del otro rlucciones>. En el caso de Marcos, el evangelista ha estado preparándose
lado de la muerte cósmica, vuelve como heraldo de una nueva vida y una ¡rara la sección culminante del evangelio, el relato de la pasión de Jesús (=
edad nuevar3. Así pues, si el Jesús marcano exhorta a sus discípulos a man- srrliimiento), desde 2, 20, donde Jesús hablaba de sí mismo por alusiones,
tener los ojos abiertos, está llamando su atención no sólo hacia los signos collo un novio destinado a ser arrebatado (: asesinado), y desde 3, 6, don-
de los tiempos del día según Marcos, sino también hacia el último acto del tlc el narrador describía un complot de fariseos y herodianos para acabar
drama escatológico de la vida de Jesús, que está a punto de reverarse en la con é1. Nada de lo que ha hecho Jesús en el ínterim ha sido pensado para
conmocionante conclusión del evangelio. rlisminuir esta enemistad mortal, y en 12, 12a los sumos sacerdotes, los
cscribas y los ancianos (cf. 11,27)manifiestan un objetivo similar al de
krs fariseos y herodianos, aunque el apoyo popular había frustrado al com-
¡rlot contra Jesús. Ahora, por fin, esta conspiración, mucho tiempo retrasa-
tll, se pone en movimiento, y Marcos narra con economía de palabra pero
eon potencia la historia de la muerte de Jesús.

Estructura. El relato parece cuidadosamente construido. Está dividido en


rlos secciones principales con seis subdivisiones, como muestra laTabla42.
l:stas subsecciones se alteman según un modelo regular: un <emparedado>
tlc tres escenas seguido de dos subdivisiones de dos escenas. En la primera
sccción principal, que concluye con el prendimiento de Jesús, los personajes
nrris importantes son Jesús y los discípulos. En la segunda sección principal,
t¡rrc termina con su sepultura, los personajes importantes son Jesús y sus
o¡ronentes. Ciertamente, esta división no es rígida y absoluta; los oponen-
tcs de Jesús, que ahora cuentan también con Judas, enmarcan la historia de
ll unción al principio de la parte primera; el relato de la negación por uno
tlc sus discípulos, Pedro, enmarca la historia del proceso judío al principio de
lrr parte segunda (probablemente, la yuxtaposición de Judas y Pedro no es
;rccidental). Aunque no sea segura del todo, hay pruebas estructurales claras
¡rrra mostrar que la estructura que sugerimos es plausible.
13. Cf. R. H. Lightfoot, The Gospel Message of St. Mark The Gospel Me.ssage of St
Mark,48-59. I . M. Káhler, The So-Called Historical Jesus,80, nota II .
I 064 Sexta sección principal (Mt l4, l-15, 47)
Inlroducción I 065

¿Relato premarcano de la pasión? ¿euién es el responsable de esta cido con resultado de muerte. Como Marcos mismo deja en claro, la idea
narración tan cuidadosamente estructurada? ¿Marcos, o algún autor anóni-
de un mesías que sufre y muere era al menos insólita y posiblemente sin
mo cristiano antes de él? Probablemente, la respuesta no es (uno / otro>>,
precedentes en el judaísmoa. La proclamación de un salvador crucificado
sino <los dos>>; Marcos pudo haber utilizado una fuente con una estructura
cra un escándalo igualmente para judíos y gentiles no cristianos (cf., por
discernible, pero la amplió probablemente y la cambió de acuerdo con sus
cjemplo, I Cor l, 23; Orígenes, Contra Celso 2,35.44). Por tanto, un me-
propias tendencias y objetivos. El emparedado de tres escenas, por ejem-
sías <crucificado por debilidaü (2 Cor 13, 4) era una contradicción en sus
plo, es un formato típicamente marcano, pero Jn lg, 15-27 sugie." que
propios términos, y los cristianos habrían necesitado desde el principio un
pudo haber tenido su prototipo en una fuente premarcana.
relato de la pasión para contestar a la pregunta de por qué Jesús había ter-
Tabla42. Le Esrnucrun¡ DEL RELATo MARCANo DE LA pAsróN minado de ese modo.
2) En otras partes de los evangelios, Juan se distancia radicalmente de
Parte I: Jesús en libertad
I . Prólogo: Complot y unción ( I 4, I - I l) - Emparedado de tres escenas
los Sinópticos; la mayor parte de las historias sinópticas faltan en Juan, y
A. Complot contra Jesús (14, l-2) la rrayor parte de las joánicas están ausentes de los Sinópticos. Sólo en el
B. Unción de Jesús (14,3-9) rclato de la pasión existe un solapamiento considerable. Ya que Juan no pa-
A'. Complot contra Jesús (14, l0-1 I ) rcce ser directamente dependiente de los Sinópticos (cf. Introducción en el
2. Ultima Cena (14, 12-31) - Dos escenas vol. 1,14-76), esta excepción puede explicarse por la dependencia común
A. Preparación para la Cena (14, 12-16) tle Juan y los Sinópticos de un relato de la pasión preevangélico.
B. Ultima Cena (14, l7-31) 3) En otros lugares de Marcos, las indicaciones temporales son gene-
3. Acontecimientos en Getsemaní (14,32-52) - Dos escenas
rahnente inexistentes, o vagas (por ejemplo, <<después de algunos días>>: 2,
A. Agonía (14,32-42)
I ; <en aquellos días>: 8, I ), o dejan perplejos al lector (por ejemplo, <<seis
B. Prendimiento (14, 43-52)
Parte II: Jesús en cautividad tlías después>> en 9, 2). Sólo en el relato de la pasión se nos ofrece una
l. Proceso judío (14, 53-72) - Emparedado de tres escenas scrie de noticias temporales relacionadas entre sí que estructuran el relato
A. Pedro como espectador (14, 53-54) y ayudan a los lectores a seguir la historia que se desarrolla en las últimas
B. Interogatorio ante el Sanedrín (14, 55-65) Iroras de Jesús (cf. Tabla 33 en la introducción a los capítulos I 1-1 3). Esta
A'. La negación de Pedro (14,66-72)
irnomalía es explicable basándose en la teoría de que el relato de la pasión,
2. Proceso romano (15, l-20a) - Dos escenas
ir diferencia del resto del evangelio, eraya una narración bien ligada antes
A. Interrogatorio ante Pilato (15, 1-15)
B. Burlas(15,16-32) tlc que Marcos la utilizara.
3. Muerte y sepultura (15,33-47) - Dos escenas 4) Algunos pasajes en el relato marcano de la pasión no tienen sentido
A. Muerte (15, 33-41) corno unidades individuales, sino sólo como parte de un texto seguido. La
B. Sepultura (15, 42-47) historia de la preparación para la cena de Pascua (14, 12-16), por ejemplo,
hace necesaria la existencia del relato que sigue inmediatamente, que des-
En verdad, la mayor parte de los estudiosos piensa que Marcos, en la cribe la comida en sí (14, 17-25). Asimismo resulta dificil imaginar que la
composición de su historia de la pasión, depende de un relato anterior a él cscena en la cual Jesús profetizalanegación de Pedro (14,29-31) existiera
que había sido transmitido en la lglesia, en forma oral o escrita2. La alter- rrlguna vez aparte de la otra en la que esa profecía se cumple (14,66-72).
nativa es creer que Marcos mismo creó el relato de la pasión en lo esencial, Es teóricamente posible que en estos casos Marcos creara las dos histo-
ya de una piezao, más probablemente, a base de retales preexistentes de ¡'ias unidas y por tanto que no fuera dependiente de una fuente de la pasión
la tradición3. Tales opiniones, sin embargo, si se sopesan debidamente, no irrrterior a é1. Pero al menos en un caso esta hipótesis parece improbable.
parecen tan probables como la hipótesis de que Marcos depende conside- lrn el conjunto que trata de la negación de Pedro, uno de los versículos en
rablemente de una fuente anterior a él: lrr cscena de la profecía,14,28, parece ser redaccional, a saber, una adición
l) La iglesia habría necesitado un relato de la pasión de Jesús en una nrarcana a un relato previo (cf. introducción al comentario a 14,26-31).
etapa muy temprana de su existen cia, para responder a la apremiante pre- I labía, pues, una escena premqrcana en la que Jesús profetizaba la nega-
gunta de cómo fue posible que Jesús, el mesías proclamado, hubiera pade- citin de Pedro, que estaba ligada a una escenapremarcana en la que Pedro
ncgaba a Jesúss.
2. cf. un sumario de la investigación en R. E. Brown, Death of the Messiah, 46-57 , y
M. L. Soards, The Question of a Pre-Marcan passion Narrative.
3. Cf- por ejemplo, F. J. Matera, The Kinship of Jesus, y B. A. Mack, A Myth of Inno_ 4. Cf. especialmente 8, 3 I -32 y S. Mowinckel, He That Cometh,325-333.410-415.
cence.249-312. 5. Cf. R. Scroggs, en W. Kelber - A. Kolenkow - R. Scroggs (eds.), Reflections on the
t, ) t t t,.s I i o n, 509-5 13.523-528.
I 066 Sexto.sectión principal (M 14. l-15. 47) Inlrodttcción I 067

¿Qué extensión tenía el relato premarcano de la pasión? Juan carece de v (lue, en su opinión, está totalmente basada en profbcías del Antiguo Testa-
paralelos a la mayor parte de las historias sinópticas sobre el ministerio de nlento, temas antijudíos y otros motivos teológicos cristianos. Marcos hizo
Jesús en Jerusalén (Mc ll-13 y paralelos), aunque sí presenta la entrada rle esa fuente un relato más realista, desprovisto de detalles fantásticos como
triunfal (In 12,12-19),la purificación del Templo, aunque en un lugar dife- cl tcrremoto que ocuffe cuando el cadáver de Jesús es depositado sobre la
rente (Jn 2, 13-17), y muestra ecos ocasionales de otras historias sinópticas I iclra, o la cruz que habla y que sigue al Resucitado cuando emerge desde

(compárese, por ejemplo, Jn2,18 con Mc 11,28,y ln 14,26 con Mc 13, ll tumba. Ahora bien, ya que Marcos depende totalmente de este <Evange-
I I ). Juan carece también de paralelos a las importantes secciones en Mc lio de la cruz>>,y ya que éste es evidentemente no histórico, su propio relato
14, l-42, como la acción eucarística de Jesús en la Ultima Cena y su ago- tlc la pasión está muy alejado de la realidad histórica. Esta hipótesis ha sido
nía en Getsemaní (Mc 14,22-25.32-42), aunque incluya la intriga de los solnetida a una crítica severa por parte de Brownrr y de Schaefferr2: parece
dirigentes contra Jesús (Jn 11,45-52), la unción en Betania (Jn 12, 1-8) y irrtrínsecamente improbable que el relato fantástico del Evangelio de Pedro,
las profecías de Jesús acerca de que uno de sus seguidores lo traicionaría (¡lc es por lo demás un documento del siglo Il, fuera la fuente para el sobrio
(Jn 13, 18.21-30) y que Pedro lo negaría (Jn 13, 36-38). Algunas omisiones rclato de Marcos, del siglo I. De todos modos Crossan tiene razón en que la
joánicas podrían ser deliberadas; en Jn 12,27, por ejemplo, el evangelista ¡rrioridad no implica necesariamente la historicidad.
parece conocer, pero rechaza la tradición de que Jesús rezó para evitar la Aunque el presente Comentario es principalmente una exposición del
copa del sufrimiento (Mc 14, 36 par.), y la escatologia realizada en su ú1- tcxto marcano, no un intento de determinar qué pasó en realidad en los
tirno discurso (Jn l3-17) podría ser una revisión intencionada del tipo de tlías finales de la vida de Jesús, tales cuestiones históricas nos ocuparán en
escatología inminente pero futura que se encuentra en Mc l3 y sus para- csta sección final con más frecuencia que en las anteriores del evangelio,
lelos sinópticos. Es también posible que la escena joánica del lavatorio de crr parte porque lo que está en juego aquí es muy importante (cf. inJia,por
los pies (Jn 13, l-17) sea un trasunto del tema de las palabras eucarísticas e' jemplo, el tratamiento sobre el antijudaísmo). El punto de vista básico que

de Jesús en los Sinópticosó. lrcloptamos en el presente volumen es el de <ir por el camino del medio>.
Otras omisiones joánicas, sin embargo, son más dificiles de explicar si l:l relato marcano de la pasión, así como el evangelio de Marcos en gene-
Juan conociera el texto de Marcos o un relato de la pasión de tipo marcano, nrl. es una mezcla de recuerdos de la memoria y de perspectiva teológica,
especialmente la carencia del relato sobre el hallazgo del pollino para la en- rrn <drama en dos niveles>>ri. Por un lado, contiene rasgos que resultaban
trada triunfal de Jesús (Mc I l, I -6) y la escena paralela del descubrimiento c¡nbarazosos para los cristianos posteriores, como la desesperanza de Jesús
por parte de los discípulos de la sala parala Última Cena (Mc 14,12-16). crr Getsemaní, su negación por Pedro, el abandono por otros miembros de
Los dos evangelistas dan por supuesta la clarividencia de Jesús y probable- krs Doce y el grito de abandono en la cruz. Es improbable que estos rasgos
rnente habrían sido incluidas en su evangelio si Juan las hubiera conocido, crlrbarazosos hayan sido inventados por narradores cristianos primitivos.
ya que la previsión de su destino por parte de Jesús es un tema joánico muy Además, en el tiempo y lugar en los que fue compuesto el evangelio de
importanteT. Muchos estudiosos, por tanto, piensan que la forma primitiva Marcos (Siria, alrededor de 70 d.C., según nuestra reconstrucción) proba-
del relato de Ia pasión comenzó en un punto posterior en la historia, qui- blemente aún había personas en la zona que recordaban el contorno general
zás con el prendimiento de Jesús, donde los paralelos con Juan se hacen tlc la vida pública de Jesús, incluidas su pasión y muerte, y que podrían co-
más numerosos8. Puede ser, sin embargo, que Jeremiase tenga razón cuando rregir un relato extrañamente inexacto. Debe esperarse, pues, que el relato
postula que esta narración primitiva, más breve, de la pasión de Jesús fue r)larcano de la pasión conserve acontecimientos recordados. Por otra parte,
ampliada posteriormente hacia atrás hasta la entrada triunfal. cs también probable que Marcos, como otros autores evangélicos, haya
dcsarrollado el relato de la pasión para poner de manifiesto su importancia
¿Historicidad? La pruebas acumulativas de la existencia de un relato para sus lectores.
de la pasión premarcano no implican necesariamente que la narración de
Como veremos, muchos rasgos del relato marcano de la pasión, por
Marcos de los últimos días de Jesús sea históricamente exacta. Crossanr0, en
u'jernplo, se hacen eco de famosos pasajes del Antiguo Testamento¡4. La
verdad, afirma que el relato marcano de la pasión y resurrección se deriva de
iglesia antigua no tenía problema alguno en afirmar que estos relatos com-
la historia de la muerte de Jesús en el denominado <Evangelio de la cruz>>:
puestos con retazos bíblicos eran históricos, y los vio en verdad como prue-
una fuente reconstruida por él a partir del Evangelio de Pedro, del siglo Il,
ba de la nattraleza milagrosa del ministerio de Jesús: el mismo Dios que

6. Cf. D. M. Smith, John Among the Gospels,254-255.


7 . Cf . ibid., 214.228. IL R. E. Brown, i'ie Gospel of Peter; ld., Death of t he Messiah 2, 1.317 -1.349
8. Cf. M. L. Soards, The Question of a Pre-Marcan Passion Narrative. 12. S. E. Schaeffer, The Gospel ofPeter.
9. J. Jeremias, Eucharistics llords,96. 13. Cf. J. L. Martyn, The Gospel of John in Christian History,42.85-89.
10. J. D. Crossan, The Cross That Spoke. 14. Cf. J. Marcus. The lltay of the Lord, I 53- 98.
1
I 069
1068 Sexta sección principal (Mc 1 4, l- 1 5, 47) Introducción

había hecho que Jesús viviera, muriera y resucitara por mor de la huma- la dicotomía de Crossan entre <historia recordadu y <profecía historifica-
nidad había proporcionado también una visión anticipada de esos maravi- tla> es falsa; en ciertos puntos en el relato de la pasión tratamos más bien'
llosos acontecimientos en textos profeticos de las Escrituras unos cientos ¡rrobablemente, de una <historia escriturizado>re.
de años antes. Pero la cantidad de las alusiones al Antiguo Testamento en
el relato de la pasión hace que algunos estudiosos modernos se pregunten, ¿,
Antij udaís mo? Esta conclusión tiene importantes consecuencias para
como hace Crossanrs, si estamos tratando con una historia recordada o con cl aipecto más turbador del relato de la pasión: su descripción de la culpa-
una profecía historifi cada. bilidad de los judíos en la muerte de Jesús. Debido a la función que esta
Parece muy probable que en algunos casos los autores evangélicos, o inragen ha desempeñado a la hora de expandir el odio a los judíos, el tema
sus fuentes, historificaran las profecías, creando rasgos de la narración a importante con toda razón. Exegetas como Crossan20 y W' Stege-
"l; '.uy
partir de motivos veterotestamentarios. El relato marcano de la crucifixión ,rlunni' han argumentado que la descripción evangélica de la culpabilidad
de Jesús, por ejemplo, evoca nítidamente la descripción del justo sufriente judía es una invención del antijudaísmo cristiano primitivo, una antigua
del Salmo 22 (cf. comentarios a 15,20b-27.29-32 y 15, 33-34.38-39). Ma- l¿rlacia que ha conducido en última instancia al Holocausto. Según estos
teo, cuando edita este texto marcano, añade una alusión explícita al mismo cstudiosos, fueron el gobemador romano Poncio Pilato y sus cómplices, no
salmo al presentar a unos burlones que dicen lo siguiente: <Confió en Dios; las autoridades judías, los únicamente responsables de la muerte de Jesús.
líbrelo ahora, si lo quiere> (27, 431' cf. Sal 22, 8). Es muy probable que scñalan estos investigadores que el testigo pagano más antiguo de Jesús,
Mateo no poseyera un dato histórico adicional sobre este incidente; más cl escritor romano Tácito, del siglo II, no menciona el papel judío en la
bien caería en la cuenta de que el relato marcano estaba impregnado de e.jccución de aquéI, sólo el romano22. Además, al menos dos de los evan-
alusiones al Salmo 22 y amplió esta tendencia con una cita explícita del uclios posteriores, Mateo y Juan, muestran una tendencia clara a aumentar
mismo salmo. Y si Mateo historifica así la profecía al editar a Marcos, es la culpabilidad judía de una manera no histórica y sesgada (por ejemplo,
posible que éste, o sus fuentes, hubieran hecho ya lo mismo. El emplaza- Mt 27 ,24-25 y Jn 19, 12-16), lo que alimenta la sospecha de que el retrato
miento de las mujeres a distancia en Mc 15,40 puede serun ejemplo; Jn nrarcano de la función de los judíos puede ser también el resultado de la
pudieron haber
19,25-26, por el contrario, los acerca lo suficiente como para mantener una ¡rolémica más que de la memoria histórica. Los cristianos
conversación con Jesús. Este emplazamiento más cercano a Jesús puede icnido un motivo político para aumentar el papel de los judíos y disminuir
ser histórico'ó; Marcos o su fuente pueden haberlos alejado para acentuar cl de los romanos en la ejecución de Jesús, a saber, demostrar que ellos y
la soledad de Jesús (un tema importante del relato marcano de la pasión) y su f undador eran amigos del orden romano, a diferencia de los judíos, con
para que se cumpliera el Sal 38, I l: <Mis amigos y compañeros se mantu- liccuencia sediciosos.
vieron a distancia de mi aflicción, y mis más íntimos se quedaron lejos>>r7. A pesar de estos argumentos, la conclusión de que personajes y grupos
A la inversa, es también posible que el lugar de las mujeres, más distante jrrdíos no desempeñaron papel alguno en la muerte de Jesús es muy dudo-
en Marcos, sea histórico y que Juan las haya acercado por mor de la con- sarr. Tácito no tenía por qué mencionar la participación judía en la muerte
versación con Jesús que él ha inventadors. tlc Jesús, porque su objetivo era mostrar cuán facinerosos eran los cris-
Ciertamente, una consonancia básica con las Escrituras del Antiguo Tes- rianos -no los judíos- para la opinión pública romana desde el principio.
tamento no significa necesariamente que un relato evangélico sea no históri- La presentación evangélica básica de que fueron los judíos los iniciadores
co. Es concebible más bien que algunas palabras y acciones que han tenido y los romanos, los ejecutores de la maquinación contra Jesús concuerda
lugar en el último acto de la vida de Jesús correspondieran en realidad a ,-.on el famoso testimonio del historiador judío Josefo sobre é124, que pro-
textos del Antiguo Testamento, especialmente porque tanto Jesús como sus b¿rblemente no es una interpolación cristiana total2s. Además, los escritos
oponentes eran gentes versadas en las Escrituras, o fueron recordados de un cristianos de los siglos II y III citan ajudíos que sostenían que sus antepa-
modo influenciado por las Escrituras aunque los hechos no hubieran sido saclos hicieron bien en matar a Jesús (Justino, Dialogo 108; Orígenes, en su
creados por ellas. Parece improbable, por ejemplo, que los cristianos hubie- ('ontra Celso2,4,9),y las tradiciones rabínicas describen directamente la
ran atribuido a Jesús crucificado las palabras del Sal 22, 1 (<Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has abandonado?>) si él no las hubiera pronunciado, o al 19. Cf. M. Goodacre, Prophecy Historized or Histoty Scripturized'
menos si no hubiera expresado su desesperanza de algún modo. Por tanto, 20. J. D. Crossan, Ilho Killed Jesus.
21. W. Stegeman¡, Jüdische Beteiligung in der Kreuzigung Jesu'
12. Tácito, Anales 15.44,2-3.
15. J. D. Crossan, Who Killed Jesus,l-13. 23. Cf. A. M. Schwemer, I ntijudaismus in der Markuspassion?
16. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 2,204.222. 24. Josefo,Ant 18,64.
17. Cf. J. Marcus, The Role of Scripture on the Gospel Passion Narrative,212-213. 25' Cf. J. P. Meier, A Marginal Jew 1,57-69 R. E. dan Voorst, Jesas outside the Neu,
18. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 2, 1028-1029. li,Stuntent,8l - I 04; contra K. Á. Olson, Eusebius and The Testimonium Flavianum.
(M Mc 14, l-ll t07 I
I 070 Sestu.sact'ión ¡trincipul 14, I 15,47)

participación judía en su ejecución (cf., por ejemplo, b. Sanh.43a). La mo- clirigentes queda contrastada con la positiva del pueblo, una oposición que
tivación potencial de los cristianos posteriores por hacer un mayor hincapié sc tórna explícita en 12, 12, donde los mandatarios se abstienen de pren-
en la culpabilidad judía hubo de equilibrarse necesariamente a causa de der a Jesús por miedo a la muchedumbre, y en 14, l-2, donde los mismos
otrarazón potencial para minimizarla,ya que era una mala propaganda del dirigentes conspiran para detenerlo en secreto, no fuera que se produjera
supuesto mesías de los cristianos que los dirigentes religiosos de su propio Lrna-perturbación del orden público entre el pueblo. Sólo al final logran los
pueblo lo hubieran rechazado26. Por tanto, la descripción marcana del papel .abecillas manipular a la muchedumbre para que participe en su maquina-
de los judíos en la muerte de Jesús no puede ser simplemente amortizada ción destinada á condenar a muerte a Jesús (15, ll-13; cf. nota a <muche-
como un antijudaísmo polémico. durnbre> en 14,43).
De cualquier modo, no se debe negar que, en varios momentos en el Así pues, aunque no podamos absolver completamente a Marcos de
relato de la pasión, Marcos o sus precursores pudieran haber dramatiza- la acusación de antijudaísmo, deberíamos señalar que se trata de un tipo
do y agudizado la descripción de la culpabilidad judía. No es seguro, por rcstringido de reacción negativa, y que la mayor parte de ella y del antÜu-
ejemplo, cuánta información fiable pudieron tener los cristianos primitivos daísrno del Nuevo Testamento procede generalmente de los conflictos en
sobre lo ocurrido en la audiencia de Jesús ante el sumo sacerdote y otras Ios que Jesús y sus seguidores más tempranos sufrieron persecución por
autoridades judías, aunque la naturaleza secreta de tales procedimientos parte de su propio pueblo. Es vital tener esta situación en mente al pregun-
no excluya que pudieran filtrarse noticias sobre ella. Algunas partes del iarnos cómo esta polémica del Nuevo Testamento debe ser interpretada en
relato marcano, como la combinación de los tres títulos cristológicos más rruestro propio contexto radicalmente diferente, en el cual -durante los mil
importantes en Marcos (14,61-62), suena a dramatización de conviccio- sctecientos años pasados- han sido generalmente los cristianos quienes han
nes cristianas básicas más que a una narración históricatt, y es probable perseguido a losjudíos y no al contrario.
que ciertos narradores cristianos primitivos colorearon de modo similar la
historia con sus propias convicciones sobre la perfidia de cualquiera que se Escatología. Además de la profecía veterotestamentaria y de la propia
opusiera a Jesús (cf., por ejemplo, la conducta del Sanedrín en 14, 55.59) situación del evangelista, otro factor ha influido por doquier en el modo
y con sus propias experiencias ante tribunales judíos (cf. el paralelo entre corno Marcos ha vuelto a contar el relato del sufiimiento y muerte de Jesús:
la conclusión deljuicio contra Jesús en Mc 14, 61-65 y la conclusión del la convicción, ya señalada en el come n tario a 13, 33-31, de que los aconte-
juicio de Esteban en Hch 7, 55-58). Además, aunque sea probable que al- cimientos de la pasión y resunección de aquél eran el acto decisivo de un
gunos miembros de la jerarquía judía presionaron a Pilato para condenar clrama escatológico que habría de completarse pronto por su vuelta glorio-
a muerte a Jesús (Mc 15, l.3.ll), y aunque un cabecilla revolucionario sa. Estos tres factores, ciertamente, vanjuntos. Las experiencias horrorosas
pudiera haber sido liberado casi al mismo tiempo que Jesús fue condenado, clc la época de Marcos, la guerra judía contra los romanos, la consiguiente
la descripción marcana del incidente de Barrabás presupone una costumbre guerra civil dentro de Israel, y la persecución de los cristianos relacionada
romana inverosímil paru la cual no existe prueba externa alguna ( 15, 6-8). lon estos dos hechos, ayudaron a convencer al evangelista de que vivía en
Esta narración puede revelar en parte un interés teológico, a saber, repre- Ios úrltimos días. Y puesto que creían, él y su comunidad, que vivían en el
sentar la perversidad humana que valoró la vida de un asesino por encima Iunanecer del eschaton, estaban también convencidos de que su época era
de la del Hijo de Dios, y en pafte reflejar la situación marcana posterioq en cl tiempo en el cual habrían de realizarse las promesas y amenazas codifi-
la que algunos cristianos habían sufrido la violencia de los revolucionarios cadas hacia siglos en las Escrituras.
que en su propio tiempo habían usurpado el mando de la comunidad judía
(cf . comentario a 12, 6-9).
Sea cual fuere la causa exacta, el relato marcano de la pasión muestra 2. L¡ rnRva coNrRA JEsÚs v ln uNclÓN EN BErnul,q ( l4' I - I I )
realmente un notable amargor hacia los judíos implicados en la muerte de
Jesús, una generalización que es aún más verdadera en el caso de las des- l4 ry dos días después eran la Pascua y los Ácimos. Y los sumos
cripciones más extremas aún de la culpabilidad judía en Mateo y Juan. Pero sacerdotes y los escribas andaban buscando cómo matarlo tras pren-
en el caso de Marcos, al menos, ese amargor va dirigido principalmente tlerlo mediante engaño.
2
Pues decían: <No durante la fiesta, no sea que
contra los dirigentes judíos más que contra el pueblo en su conjunto28. En haya una revuelta del pueblo>.
todas partes del evangelio marcano, la reacción negativa contra Jesús de los .rY estando él en Betania, recostado en casa de Simón el leproso,
vino una mujer que traía un alabastron de ungüento perfumado de
26. Cf .. por ejemplo, Orígenes, Contro Cel:;o | , 52, 6l;2, 4-5,39.78.
nardo puro, magnífico; tras romper el frasco lo vertió sobre su cabeza.
27 . Cf . A. M. Schwemer, Antijudaismus in der Markuspassion'!, 14.
28. Cf. ib¡d..12.22. Había algunos que expresaban entre ellos su irritación: (¿Para qué
'
I 072 Sexta sección principal (Mc 14, I 15, 47) Mc 14, l-ll: Nt¡tus I 073

este derroche de perfume? s Pues este ungüento podría venderse por ejemplo, Ex 12,21 LXX1, Josefo, Ant. 3,248; Mc 14, 12; 1 Cor 5, 7); c) Ia
más de trescientos denarios y ser entregado a los pobres); y mostraban f-estividad de siete días de duración que comenzaba durante la noche de la
su enfado con ella. cena pascual (significado habitual del Nuevo Testamento); y d) en círculos
óPero Jesús dijo: <Dejadla. cristianos, la Pascua de los judíos (por ejemplo, Hipólito de Roma, Refuta-
¿Por qué le ocasionáis molestias? Hizo
por mí una buena acción. TPues tenéis pobres siempre entre vosotros ción de todas las herejías 8, 5). La cercanía fonética de pascha alapalabra
y, cuando queráis, podéis hacerles el bien, pero a mí no me tendréis griega paschein: <<sufrir> ayudó a la adopción cristiana de este término y
a relacionar a Jesús con el cordero de Pascua5.
siempre. sHizo lo que podía: se adelantó a ungir mi cuerpo parala
Y los Ácimos fkai to azyma], lit. <y los panes ácimos o sin levadura>; cf.
sepultura. ePero os aseguro (amén) que cuando se anuncie la buena
cl paralelo en I Esd (: el libro bíblico de Esdras,en la versión de la Vulgata)
noticia a todo el mundo, se hablará también en recuerdo suyo de lo l, 19: <Celebraron la Pascua y la fiesta de los Acimos durante siete días>.
que ésta hizo>. Originalmente la Pascua, una fiesta que duraba sólo una noche, y los siete
roY Judas Iscariote, uno de los Doce,
se dirigió a los sumos sacer- días festivos de los panes ácimos (ma;;6t) eran dos festividades distintas
dotes para entregárselo. rr Y ellos, al oírlo, se alegraron y prometieron celebradas en la primavera, pero se combinaron ya en tiempos del Antiguo
darle dinero. Y buscaba cómo entregarlo en el momento oportuno. Testamento6, y los siete días de fiesta se llamaban a menudo simplemente
<la Pascua> (cf. nota anterior); la redundancia del texto marcano, percibida
por algún escriba, puede explicar por qué el códice Beza y algunos otros
Notas rnanuscritos omiten <<y la fiesta de los Acimos>>. El kai puede ser epexegéti-
co, y explica el término arameo pascha (<4a Pascua, es decir, la fiesta de los
14, 1. Y dos días después eran... fén ... meta duo hémeras], lit. <eran
Acimos>); a favor de esta interpretación está el paralelo en Lc 22, I (<y la
después de dos días>>. Aquí, én (<<eran>>) tiene que significar algo parecido
fiesta de los Acimos que llaman la Pascuu). También es posible que Marcos
a emellen (lit. (iba a sen)r, un uso insólito, alterado enMt 26,2 y Lc 22,
csté tratando <la Pascua> y <los Ácimos) como dos aspectos diferentes de
l La frase de Marcos <dos días después> puede deberse más a un deseo
los rnismos días de fiesta, dado su origel diverso; cf. Josefo,lrt.3,249: <<La
de crear una <Semana Santa> y una alusión al Antiguo Testamento que al
l)ascua va seguida por la fiesta de los Acimos, que dura siete días>.
recuerdo histórico; en el momento comparable en su relato, Juan dice: <<seis
los sumos sacerdotes fhoi archierers]. Sobre la identidad de este grupo,
días antes de la Pascua> (Jn 12, 1), que es más plausible (cf. introducción
cl'. apéndice <Los dirigentes de los judíos en Marcos>.
al comentario). El único caso de <dos días después> en los LXX es la pro-
fecía escatológica de Os 6, 2, que era un testimonio bíblico importante en
matarlo... mediante engaño fen dolQ... apokteinosin.l. Los lectores bien
adoctrinados en temas bíblicos podrían caer en la cuenta de que aquí hay
el cristianismo primitivo y es relevante dentro del macrocontexto marcano,
una alusión a los Salmos; en Sal 10, 7-8 19,28-29 LXX], la referencia al
ya que se habla de la resurrección al tercer día2.
thtlos (<<engaño>) del enemigo va seguida inmediatamente por la intención
la Pascua lto pascha]. Este vocablo griego es una transcripción del
tlc rnatar (apokteinai) a su víctima inocente.
término arameo (pascua): pishd' o pasha'3, término que aparece en los
2. No durante lafesta lmé en t{ heortgl. El propósito de los dirigentes
LXX como interpretación regular del hebreo p esah : <<la Pascua> (Ex 12,
judíos queda frustrado, puesto que Jesús, según Marcos y los otros Sinópti-
11 .21 .27, etc.), lo que sugiere que el vocablo arameo se había establecido
cos, fue ejecutado durante el primer día de Pascua (cf. 14, l2). Sin embargo,
ya por todas partes en el mundo judío cuando se tradujeron los LXXa. En
las palabras de los mandatarios pueden ser una prueba de la tradición pre-
el cristianismo primitivo se convirtió igualmente en un término técnico que
nlarcana según la cual Jesús murió durante el día anterior a la Pascua, como
Mateo no glosa cuando 1o utiliza (26,2.17.18.19), ni tampoco otros pasajes
sc dice en Jn 19, 14.31.42 (cf. notas a (que venía del campo) en 15, 21 y
del Nuevo Testamento (Hch 12, 4; I Cor 5, 7; Heb 71,28; cf., sin embargo,
(ya que era el día de la preparación [es decir, el día antes del sábado]> en 15,
las explicaciones de Lc 22, I ; Jn 6, 4; Josefo, Ant. 3, 249). Lapalabra tiene
42)7. Sin embargo, es posible que Marcos pretendiera decir que las autori-
una variada gama de significados: a) la celebración de la Pascua durante
tlades judías tenían la intención de prender a Jesús fuera de la Pascua, pero
la noche del 15 de Nisán, en la cual se comía festivamente un cordero y
r¡uc los acontecimientos -y la voluntad de Dios- torcieron su designio8.
se rememoraba el éxodo de Egipto (la mayor parte de los pasajes del Anti-
guo Testamento; quizás también Mc 14, 16); b) el cordero de Pascua (por
5. Cf., por ejemplo, Tertuliano, Respuesta a losjudíos l0; Ireneo, Contra las herejías
..1. 10. l.
1. Cf. H. B. Swete, The Gospel According to St Mark,300. 6. Cf. R. deYaux,Ancient Israel2,484-493.
2. Cf . C. H. Dodd, According to the Scripture, T6-77 . 7. Cf. M. Dibelius, From Tradition to Gospel, l8l; G. Theissen-A. Merz, El Jesús
3. BDAG 784.Cf. M.A. M. Sokoloff,lDlctionaryofJewishPalestinianAramaic,43g. Iti,rrórico, 472-473.
4. Cf. J. Jeremias, Pascha,896-897. 8. Cf. L. Schenke, Studien zur Passionsgeschichte des Markus,49.
I 074 Sexta sección principo! (Mc 14, l-15,47) Mc 14, l-ll; Nt¡tus I 075

Jeremiase trata esta discrepancia de una manera diferente interpretando en case de Simón el leproso fen t/ oikiq Simónos Íou leprou]. No pode-
mé en lg heort( como <(no en presencia de la muchedumbre que acudía a la nros identificar con seguridad a este personaje, y el nombre era muy común
fiestu. Jeremias cita Jn 2,23, J, ll; Sal 74, 4 173,4 LXXI; 118,27 lll7, (cl. nota a <Simón... Pedro> en 3, 16). El texto lo denomina lepros,pero
27 LXX] y Plotino, Enéada 6, 6, 12 como otros pasajes en los que heorté cste término no es idéntico en significado a la lepra moderna (cf . nota a <<un
significa <la muchedumbre que acude a la fiesta> envez de <el tiempo de la hombre con enfermedad de escamas>> en 1,40). Sin embargo, como la <le-
fiestu (cf. Lc 22,6), y argumenta que esta interpretación da mejor sentido l)r¿r)) se consideraba ritualmente impura, el que Jesús se encontrara en esa
a la frase encabezada por gar (<pues>) en 14,2. Sin embargo, de los pa- casa está de acuerdo con las relaciones de Jesús con publicanos y pecadores
sajes citados por Jeremias, sólo el de Plotino es inequívoco, ya que pone a (cl. nota a <publicanos> y <pecadores)) en 2, l5).
heortén en paralelo con ochlon, straton, y plethos (<la muchedumbre>, <el una mujer [Synel.Juan (12, l-3) especifica que era María, la hermana
ejército> y <la multitud>). Por el contrario, hay dos pasajes joánicos, que dc Lázaro, y el incidente parece ocurrir en su casa; unos versículos más
Jeremias no menciona, que atribuyen claramente un significado temporal a tarde concreta el evangelista que el objetor a su pródigo comportamiento
en tf heortg (Jn 4, 45 12,20), como ocurre en varios usos de los LXX (Dt cra Judas (cf. nota a <algunos> en 14,4). En ambos casos la especifica-
16, 16;31, l0; 2Cro 5,3; 8, 13 fen t( heort( ton azymónf; Tob 2, l); y el ci(rnjoánica puede reflejar el deseo de un narrador posterior de prestar una
resto de los casos en los LXX parecen interpretar heorté como <la fiesta> identidad concreta a personajes anónimos y no una información histórica
y no <la muchedumbre festiva>>. Como carecemos en Marcos del tipo de stilidara. Esta tesis se apoya en la observación de que en Jn 11,2 el que el
pistas contextuales que señalan que el pasaje de Plotino es un uso insólito, luutor llame <María> a la mujer que ejecuta la unción parece ser una identi-
hay que asumir que el texto marcano se refiere al deseo de los dirigentes de licación nueva que no espera que conozcan sus lectores.
prender a Jesús fuera del tiempo de la Pascua, y así es ciertamente como ungüento perfumado de nardo puro lmyrou nardou pistikés polytelousl.
lo entienden los traductores latino y siríaco. Como señala Theissenr0, ade- 1.as tres primeras palabras griegas aparecen también en Jn 12, 3, un ejemplo
más, el macrocontexto de Marcos apoya esta lectura, ya que 14, ll habla raro de concordancia terminológica joánica con los Sinópticos. Este acuer-
de Judas que procura entregar a Jesús a las autoridades en <el momento rlo es especialmente notable porqte pistikes (<puro>) es una palabra rara y
oportuno)) (eukairós). cxtraña, que en otros lugares significa <fiel>. Los estudiosos han sugerido
3. Betania [Be-thaniq]. Sobre esta villa situada en las afueras de Jerusa- varias enmiendas, como Pisidikés (<de Pisidia>>), spikatés (<de especia de
f én, cf. nota a <<Betanio en I 1, l nardo>) o pistakés (<de pistacho>); el último vocablo puede ser el modo
recostado lkatakeimenoa]. Este vocablo significa probablemente (re- corno entiende esta palabra el traductor de syf, quien la transcribe en vez de
costado> en un canapé de comedor (cf. nota a <estaba reclinado> en 2, lraducirlars. El acuerdo de Juan con Marcos no significa necesariamente que
15, y Jn 12, 2: <<hicieron una cena para él>). En tiempos del Antiguo Tes- cl primero sea dependiente del segundo, puesto que la palabra de Marcos
tamento, por el contrario, el pueblo cenaba generalmente sentado, incluso para <precioso>>, polytelés, es más común que la palabra de Juan, polytimos,
aunque fueran personajes destacados o de la corte real (cf. Gn 37,25; Jue y de ahí que pueda haber desplazado a la tradición de Juan; en este par-
19,6; I Sm 20,5.25, etc.); recostarse en un canapé es considerado enAm ticular, pues, la versión joánica parece ser más primitiva que la marcana, y
6,4-7 un signo de lujo culposorr. Por influenciagriega, sin embargo, recli- ambas pueden provenir de una tradición oral común.
narse para comer se hizo común en Palestina (cf. Jdt 12, 15:' t. Ber. 4,8), y A pesar de la homofonía, myron no está relacionado con <mirra> 1ue
aparece por doquier en las referencias evangélicas a las comidas (cf. Mc viene del hebreo mór y se refiere a la goma resinosa de cierta planta- sino
2, 15; 14,18; Mr 8, 1l /l Lc 13,29;Mt23,6 ll Lc 14,7-8, etc.)r2. Sin em- rle la raíz griega mvr, que significa <ungin. Myron, pues, es un término
bargo, a excepción de la escena en el exterior en Mc 6, 39, las referencias general para el ungüento perfumador6. Los grecoparlantes que desearan
evangélicas suponen que la comida presente era un banquete especial y/o referirse a la mirra en particular usarían smyrna (cf.2, ll; Jn 19, 39; cf.
tenía lugar en la casa de una persona rica; el pueblo común no tenía espacio asmyrnismenon oinon: <vino mezclado con mirra> en Mc 15,23).
o dinero para canapés y comedores especiales, y por lo general se comía Como señala Dayagi-MendelesrT, los perfumes antiguos tenían como
sentado en el suelors. Así pues, la casa de nuestra historia era, al parecer, base el aceite a diferencia de los modernos, cuya base es el alcohol; y cuan-
acomodada.
14. Sobre tal proceso narrativo, cf. M. Dibelius, Fru¡m Tradition to Gospel, I l4; R. Bult-
9. J. Jeremias, The Eucharistic lVotds ofJesus,Tl-73. rnann, Historia de la tradición sinóptica, 125-126;' B. M. Metzge¡ Names.for the Nameless.
10. C. Theissen, The Gospels in Contexf, 167, nota 3. I 5. Cf. E., N. Bennett, St. John xii.3; E. Nestle, Dle unverfdlschte kóstliche Narde; A.,

I f. Cf. J. D. Dentzer, Aux origines de I'iconographie du banquet couché,226'227. N. Jannaris, NAPDOS PISTIKH; I. van Rompay, Griekse Vl/ootden,178-179.
12. Cf . NewDocs, l, 9. 16. Cf. LSJ I 155; W. Michaelis, M-vt'on, Myrizo,800, nota 2; ciertas versiones inglesas,
I 3. Cf. B. Bokser, The Origins of the Seder, 130, nota 48; Y. Hirscht'eld, The Palestinian corno RSV y NRSV que traducen mvron en Ap I 8, l3 como <mirra> están equivocadas.
Dwelling.274-275: B. Leyerle, Meal Customs ín the Greco-Rontan World,30-31 . 17. M. Dayagi-Mendeles, Perfumes ond Cosntetics in the Ancient lYorld.96.
I 076 Sexta sección principal (Mc 14, 1-l 5, 47) Mc 14, I-ll: Notas I 077

to más grasa era la base, más estable era el perfume. Por tanto, los ungüen- ¡rrerrsible parala mujer. Es inquietante que la reacción de estos espectado-
tos perfumados eran más densos que los perfumes modernos, y este hecho r('ri, cfue probablemente deben entenderse como los discípulos (cf. lanota
puede ser parte de la razón por la que myron suele traducirse generalmente ;rrrlcrior), sea tan parecida a la de los escribas en2,6.
por <ungüento> en las lenguas modemas. Pero hay quizá una razón más tlarroche [apóleia). Aunque este vocablo se use en Aristóteles para ex-
importante para esta traducción y es que los traductores se sienten incómo- ¡rrcsar <<basuru o <pérdida)), en el Nuevo Testamento suele emplearse para
dos con la idea de un Jesús muy perfumado. :rlrrtlir a la muerte y destrucción escatológicas (Mt 7, 13; Jn 17, 12; Hch 8,
tras romper el frasco (de alabastro) lsyntripsasa ten alabastron]. Un .'0; l{om 9,22; etc.)2t, y el verbo de la misma raí2, apollyml, es empleado
alabastron era un recipiente con un cuello largo y estrecho, hecho por lo cn Mc 3, 6; I l, l8 para el complot de los dirigentes judíos contra la vida de
general de alabastro, y con frecuencia usado para contener perfumesrs. Los le si¡s. Así pues, ya en 14, 4, el narrador presagia el nexo
-muy claro en 14,
comentaristas generalmente suponen que romper el cuello del tarro era una ¡i cntre el <derroche> del perfume y la pérdida de la vida de Jesús.
práctica común, pero no hay pruebas arqueológicas o literarias que apoyen 5. trescientos denarios fdénarión triakosionl. Según Mt 20,2, un dena-
esta tesis; más bien el cuello del alabastron estaba generalmente tapado r io cra el salario común de un trabajador agrícola en Palestina
-y parece que
con un trapo, pergamino o papiro. La retirada de este tapón permitía que al lr¡rnbién en Egipto22- por una jomada laboral. Así pues, este perfume vale
valioso y potente perfume saliera con un flujo delgado y fino, o que cayera cl salario de casi un año. Plinio23 afirma que el precio del nardo más caro
gota a gotare. El que la mujer hubiera quebrado el cuello del frasco permi- cla sólo de cien denarios por libra romana (aproximadamente tres cuartos
tió que el perfume fluyera en una cantidad mayor que la acostumbrada (cf. tlc una libra modema : unos 453 gramos), pero indica que el ungüento de
<vertió> en 14, 3 y <<¿Para qué este derroche de perfume?>> en 14, 4). Qui- t'irramomo (canela) podía alcanzar los trescientos denarios (13, l5).
zás este gesto indica también que no deseaba reutilizar para otro propósito 6. Una buena acción fkalon ergonl. Este sintagma no se emplea en los
un frasco cuyo contenido había sido dedicado a Jesús20. l.XX, pero se encuentra con frecuencia, tanto en singular como plural, en la
4. Algunos ltinesl.Mt26,8 y algunos manuscritos de Marcos (D, W @, litcratura pagana2a, en los apócrifos y pseudoepígrafos judíos (por ejemplo,
565, Í13) hacen que los objetores sean los discípulos, y Jn12,4 especifica ('ttrÍa de Aristeas 18; TesNef. 8, 5; 3 Bar. 15,2), en el Nuevo Testamento
que quien expresaba la queja era Judas, mientras que según Lc 7 ,39 en una ( Mt 5, 16; In 10, 32; I Tim 5, 25) y en la tradiciones rabínicas (ma'asím

historia relacionada con la nuestra, el que habla es un fariseo anónimo (hay tr)bím)2s . Sobre el dar sepultura como una buena acción, cf. Tob 7, 16-17 ,
una tendencia similar hacia la especificación de los protagonistas en los tex- tlonde entre los actos de caridad de Tobit (eleemosynas) se menciona el
tos posteriores que editan 14, 3 y en la historia del prendimiento de Jesús; crrtierro de los forasteros; á. Sot 14a, donde el sepelio de Moisés ordenado
cf. notas a <mujer> en 14, 3 y (uno de los presentes>> en 14, 41). Es probable por Dios mismo enDt34,6 es un modelo de <acción caritativu; y el trata-
que nuestra historia tuviera originalmente la intención de hablar de objetan- rrriento de Ia met miswah: la <buena acción de enterrar a los muertos> en
tes anónimos, pero Marcos, como Mateo y Juan, pudieron entenderlos como h Meg. 3b26. La profecía de Jesús de que esta buena acción de una mujer
discípulos, ya que desde 12, 43 hasta su prendimiento en 14, 46 Jesús está será rememorada siempre en el futuro recuerda un tanto a Prov 3 l, l0-3 l,
constantemente con ellos. Esta interpretación está de acuerdo con el interés donde <la mujer perfectu extiende su mano al necesitado (3 l, 20), y sus
general marcano por destacar la poca comprensión de los apóstoles. obras <la alaban en sus puertas> (31,31).
que expresaban entre ellos su irritación faganaktountes pros heautousf. por mí fen emoi], lit. <en mí>. Esta expresión refleja probablemente
Es discutible si los espectadores expresan su indignación oral y pública- la construcción hebrea/aramea con la preposición bé, que puede significar
mente o bien intemamente y en privado; la frase podría traducirse también ((en)) o <u (<<por mí>> / <<a mí>). Para este último matiz en conjunción con
por (<que se indignaban en su interiou; a favor de esta traducción está el los verbos'sh y'bd [: <hacen o <realizan], cf. Est 9, 5; Neh 9,24; Jr 18,
hecho de que aquí aparece en conjunción con un verbo (enebrimonto) que 23 lcf. LXXI; Dn I l, 7 [cf. Teodoción]; Zg. Gn. 31,43 [Geniza))21.
indica generalmente un estado intemo. Sin embargo, en otros lugares de
Marcos pros heautous significa siempre ((uno a otro)) o <entre ellos> (1,
2l. cf . BDAG 127.
27;9, l01'10,26; ll, 31; 12,7),y si la reacción de los espectadores fuera 22. Cf. N. Lewis, Life in Eg,'pt Under Roman Rule,208.
puramente interna, la respuesta de Jesús: <Dejadla. ¿Por qué le ocasionáis 23. Plinio, Historia natural 12,43.
molestias?>, sería un poco extraña, ya que su reacción resultaría incom- 24. Por ej emplo, Platón, B a nq u e t e I 7 8 ; Jenofonte, Me m or a b i I i a 2, l, 3 I ; Plutarco, Vida
de Alejandro 5,7.
25. Cf. H. L. Strack-P. Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und
18. Cf. las bellas fotografias de M. Dayagi-Mendeles, Perfumes and Cosmetics ín the Midrasch 4, 1, 536-537 .
Ancient World,95.99. 26. Cf. D. Daube, The New Tbstament and Rabbinic Judaism,3l5' J. A. Fitzmyer, Tb-
19. Cf. A. Veldhuizen, De alabasten flesch, y M. Dayagi-Mendeles, Perfumes and /rü, I 18.
Cosmetics ín the Ancient World, 101 .105.106. 27. Cf.M.Black,AnAramaicApproachtotheGospels,30l;K.Brockelmann,Lexikon
20. Cf. R. H. Gundry Mark. A Commentary on His Apologtfor the Cross,813. Svriacum,504.
I 078 Sexlu sec'ción principal (Mc 14, I-15, 47) Mc 14, 1-ll: ('ontenktrit¡ t079

8. Hizo lo que podía fho eschen epoiasen],lit. <lo que ella tenía, hizo>. cn recuerdo de su esposa, estela denominada mnCmosynés stélé (<<estela
En 12,42-44 otra mujer anónima echa, como limosna, todo lo que tenía lunerariu; lit. (de recuerdo>)3s. En EvPe. 12,54, además, las mujeres que
Qtanta hosa eichen) en el tesoro del Templo; cf. comentario a 14,3-9. se acercan a la tumba de Jesús en la mañana de Pascua deciden dejar la pa-
se adelantó fproelabenl,lit. <ha tomado antesD. En griego clásico pro- rafernalia del sepelio en la entrada de la tumba eis mnémosynén autou (<<en
lambanein puede significar (adelantarse aD, <anticiparse>, y se utiliza de recuerdo suyo>), un duplicado cercano a nuestra fórmula. Véase también
yez en cuando como verbo auxiliar2s, pero la expresión corresponde tam- la inscripción funeraria hebrea en Tarento, ltalia: nzkr ;dyq lbrkh (<Una
bién al qdm hebreo/arameo (<hacer de antemano>), utilizado frecuente- bendición piadosa en recuerdo de este justo>)36. Nuestra frase, por tanto,
mente como auxiliar (cf., por ejemplo, syt' en nuestro pasaje y Jon 4,2)2e. reproduce la terminología funeraria, transportada a clave escatológica en
Es posible, pues, que proelaben myrisai sea un semitismo3o. I Hen.99,3, donde se recuerdan las oraciones de losjustos y los pecados
a ungir [myrisail. Lamarchesr sugiere que la unción de Jesús por parte de los malvados (els mn?mosynon) delante de Dios en el Juicio.
de la mujer indica su estado de <ungido> (maiíah en hebreo : el <mesías>; Otro matiz posible de mncmosynon es el liturgico, ya que en Lv 2, 2.9.1 6
en griego christos: <cristo>; cf . el apéndice <<El significado de cristo : el cl término designa una oblación conmemorativa, es decir, la ofrenda de ce-
mesías>), mencionando la yuxtaposición de <ungir> con la proclamación rcales con la intención de que Dios se acuerde del que sacrifica. Este con-
en el mundo entero de la buena nueva (14, 9), cosa que este autor interpreta cepto se emplea en sentido figurado en Hch 10, 4: <Tus oraciones y tus
como el anuncio de una entronización (cf. comentario a 1, 1). Asimismo, lirnosnas han ascendido como recuerdo [oblación] (eis mnemosynon) ante
Davies-Allison32 señalan los pasajes del Antiguo Testamento en los que se l)ios> (cf. otros usos litúrgicos en Eclo 45,9.1l.l6; 50, l6)3?.
vierte aceite sobre la cabeza de una persona para indicar su consagración 10. Uno de los Doce lho heis tón dódekal,lit. <el [que era / pertenecía a]
como rey (l Sm 10, l; 2 Re 9,3.6); podemos añadir I Re 10,2.10, donde tle los Doce>. Esta expresión es un hápax marcano y del Nuevo Testamen-
las especias están entre los dones que la reina de Saba trae al rey Salomón t<t (cf. glosarlo); posteriormente, en este mismo capítulo (14,20.43), heis
de Jerusalén. Sin embargo, supone un problema para la interpretación me- ton dódeka (<uno de los Doce>) aparece dos veces sin el artículo definido
siánica que se use myrisai en vez de chrisai para el acto de la unción. /ro (el). La presencia del artículo en nuestro pasaje hace que la expresión
9. Os aseguro (amén) lamen de legó hymin, etc.]. La confirmación del sca torpe, pero ho heis está atestiguado en los papirosrs, donde al parecer
acto de la mujer en este versículo es probablemente redaccional (cf. in- significa <uno del grupo antes mencionado>3e o <el único del grupo>4O. El
troducción al comentario); <amén, os digo (lit.)> introduce a veces una último matiz da más sentido en el contexto presente: <<uno, el único, de los
inserción redaccional del evangelista (por ejemplo 9, I ; I 0, 151' ll , 23): y
[)oce que demostró ser un traidor o era capaz de serlo>>ar.
la frase con el <amén> falta en la versión joánica de nuestra historia. Es-
se dirigió fapalthenl, lit. <se marchó>. Un verbo cuyo uso es obvio
ta omisión apoya la tesis de la independencia joánica respecto a Marcos;
rucluí, pero en el contexto presente ofrece también probablemente la conno-
como señala Brown33: <Si Juan dependiera de Marcos, la omisión de esta
lación de apostasía (cf. Jn 6, 66).
alabanza sería dificil de entender, puesto que ll,2 supone que María era
bien conocida porque había ungido a Jesús>.
Como recuerdo suyo leis mnémosynon autésf,lit. <en memoria de ellu.
Comentario
Sobre la idea de ser recordado por una buena acción, cf. Neh 13, 14.22.
Eis mnémosynon autés, sin embargo, tiene probablemente un matiz más Introducción El relato de la pasión comienza con un ejemplo eficaz de
concreto, ya que se parece a la fórmula eis mneian/mnemén + genitivo la estructura marcana del <emparedado>> (sandwich) que contrapone las
(<en memoria de x>), que se halla con frecuencia en contextos funerarios,
rnaquinaciones mortales de los enemigos de Jesús a la clarividencia profé-
como inscripciones lapidarias y menciones de comidas conmemorativas tica de su propia muerte.
(por ejemplo 4 Mac 17, 8)31. La contrapartida femenina de nuestra palabra,
Aunque esta estructura de emparedado sea probablemente, como siem-
mnemosynon, se halla en una estela búlgara antigua erigida por un marido
¡rre, obra del evangelista mismo, eso no significa que cada parte del empa-
reclado sea una pura invención marcana. El versículo 14,2b, por ejemplo
28. Cf. LSJ r488.
29. Cf. M.-J. Lagrange. Évangile selon Saint Marc,369; L. Koehler-W. Baumgartner.
The Hebrewond Aramiac Lexicon 2, 1.069 [4]; M. Sokoloff, A Dictionory of ,lewish Bah.v- 35. Cf. G. Mihailov, Inscriptiones Graecue in Bulgaria Repertue2,8l4.
lonian Aramaic,985. 36. CIJ 629b. Cf. J. Jeremias, Mc 14,9, 105-106.
30. Cf. V. Taylor, The Gospel According to Sainf Mark, 533. 37. Cf. EDNT436.
31. P. Lamarche,Evangile de Marc,312-313. 38. Cf. V. Taylor, The Gospel Accordíttg to Saint Mark,534.
32. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gos¡tel According to Saint Matthev'3,445. 39. BGU 2, 614; 4, 1124:' P.Tebt. I, 138.
33. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,453. 40. P. Lond.7.2007.
34. Cf. BDAG 654-55:A. Bernard, Le Paneion d'El-Kanai's,146. 4 I . Cf. H. B. Swete, The Gospel According to St Mark, 307 .
1080 Sextasecciónprincipal(Mc 14, I 15,47) Mc 14, 1-11: Comenfario 1081

(<No durante la flestu), parece extraño, ya que según Marcos Jesús murió ción como acontecimientos escatológicos. Esta interpretación se apoya en
realmente durante la festividad de la Pascua, y la intención de los dirigentes las palabras que siguen inmediatamente después, las cuales inauguran con
de prenderlo antes de la fiesta es inverosímil, ya que se conceden sólo un solemnidad el relato marcano de la Pasión; <Y dos días después eran la
día más o menos para prenderlo (contrástese con Jn 17 , 45-53, donde la in- Pascua y los Ácimos> (14, 1a). Este nexo es significativo porque la Pascua
triga se incuba mucho antes de la Pascua). El v. 14, 2b,por tanto, puede ser se denomina <noche de guardiu (lit. <noche de vigilancia>) en Ex 12,42,
un remanente de una tradición premarcana, una opinión que queda reforza- clebido a que algunos judíos esperaban que la redención final habría de
da por su consonancia con la dataciónjoánica de la muerte de Jesús, que en ocurrir durante la festividad de la Pascua, y porque <Y dos días después>
este caso puede ser exacta (cf. nola a <Y dos días después> en 14, I y <No rccuerda Os 6, l-2, que es una profecía del socorro escatológico del Señor
durante la fiestu en 14,2)a2. Pero, aparte de 14,2b, el <emparedado> de (cf. notas a <Vigilaü en 13, 37 y a (Y dos días después> en 14, l). Así
14, 1-2.10-l I es probablemente una composición marcana, como muestra pues, mediante esta red de alusiones Marcos da a entender que el momento
la plétora de términos marcanos y el notable paralelo entre 14, lb y 14, I lb tle crisis apocalíptica, la noche de guardia escatológica, se está acercando a
(cf. el final del comentario). rnedida que la trama contra Jesús comienza a tomar forma.
Browna3 ofrece un provechoso cuadro de las versiones marcana, joánica
Tabla43. NennncroNps eveNcÉr-rc¡.s oe La uNcló¡l os Jesús
y lucana de la historia intercalada de la mujer que unge a Jesús (la versión (Adaptado de R. E. Brown, El evangelio según Juanl,450)
de Mateo es una forma abreviada de Marcos), que reproducimos en la Tabla
43. Brown concluye que estos pasajes se retrotraen a dos tradiciones inde- Marcos 14, 3-9 Juon 12, l-8 Lucas 7,36-38
pendientes, una sobre una mujer arrepentida que llora a los pies de Jesús, l)os días antes de la Pascua 6 días antes de la Pascua Durante el ministerio de
como en Lucas, y otra sobre una mujer que unge la cabeza de Jesús con un Jesús

perfume muy caro, como en Marcos. Algunas diferencias marcanas respec- I Jctania Betania en un contexto galileo
to a la historia joánica parecen mejoras secundarias, como la nota que el casa de Simón, el leproso no se especifica casa de Simón, el fariseo
perfume vale más de trescientos denarios (14,5; contrástese con Jn 12,5) y rnujer innominada María de Betania pecadora
la profecía de que la acción de la mujer será proclamada en todo el mundo eon unjarro de alabastro con una libra con un jarro de alabastro
(14,9: un versículo redaccional repleto de vocabulario marcano; cf. tam- rrrrgiiento perfumado de nar- de ungüento perfumado perfume (myrou)
bién la nota a <<Os aseguro [amén], etc.) en 14, 9). Es también probable que tlo puro (myrou nardou pis- de nardo puro (myrou nar-
Marcos haya invertido el orden de <tenéis pobres siempre entre vosotros) rika.s polytelous) dou pistikés polytelous)
y <unción para la sepultura>, de modo que esto último pueda conducir al derrama lágrimas sobre los
triunfante final de la profecía de su proclamación en el mundo entero. pies de Jesús
El pasaje se divide naturalmente en tres partes: breve mención de la tra- los enjuga con sus cabellos
ma de los dirigentes judíos ( 14, 1-2); narración amplia de la mujer que unge vicrte el perfume sobre la unge los pies unge sus pies
a Jesús (14,3-9), y mención breve del acuerdo entre Judas y los cabecillas cirbcza
judíos (14, 10-l l). La historia sobre la mujer se subdivide ulteriormente en
y los enjuga con su ca-
su acción (14,3), la objeción de los espectadores (14, 4-5) y la respuesta bello
de Jesús (14, 6-9). La amplitud de la última subsección es indicativa de la rrlllunos (discípulos) lo to- Judas se enfada Jesús critica a Simón (7,
importancia a ella concedida. nran a mal 44-46)
iulor: más de 300 denarios valor: 300 denarios
14, l-2. La maquinación de los dirigentes religiosos. Jesús ha termi- lcsírs defiende a la mujer Jesús defiende a María Jesús perdona a la mujer (7,
nado hace un momento de advertir a su círculo íntimo de discípulos que 48-50)
debe permanecer espiritualmente despierto, ya que no conoce el momento ,< I)cjadla>> <Dejadla>
del advenimiento glorioso del Hijo del Hombre (13,33-37). Se trata pri- ,,lcnéispobressiempreen- <Que lo guarde para el
mariamente de una profecía de la vuelta de Jesús entre nubes después de la trü vosotros, pero a mí no día de mi sepultura>
resurrección (cf. 13, 26-27), pero como hemos señalado en el comentqrio a srcrnpre me tendréis>
13,33-31 , el Jesús marcano incita también a los lectores a prestar atención <,tlngió mi cuerpo para la <Tenéis pobres siempre
a la sección siguiente del evangelio, que dibujará su muerte y resurrec- sc¡lrltura> entre vosotros, pero a mí
no siempre rne tendréis>
,,Sc hablará de ello en todo
42. Cf . M. Myllykoski, Die LeÍzten Toge Jesn l, 182.
43. R. E. Brown, Death of the Messiah I, 449-454. t l nrundo>
! 082 Serta sección principal (Mc 14, 1-l5, 47) Mc 14. l-11: Contenfurit¡ I 083 t

Sin embargo, los sumos sacerdotes y los escribas se lanzan a la acctón la cabeza de Jesús (14, 3b). Esta acción resulta inquietante en varios ften-
--ciegos ante el drama final que se está desarrollando ante ellos y cataliza- tes. Ante todo, la presencia misma de un personaje femenino libre puede
dos por la cercanía de la Pascua-, decididos a quitar de en medio a Jesús lracer arquear las cejas, y el acto de la unción a Jesús con ese perfume caro
antes de que llegara la festividad, no fuera que materializarael riesgo de aumenta indirectamente el escándalo, ya que en los documentos antiguos
una rebelión del pueblo (14, lb-z). Es éste un miedo razonable, puesto que el perfume, la unción y el estar recostado a la mesa se relacionan general-
durante la fiesta de la Pascua la población de Jerusalén, encerrada en un mente con el lujo y el sexo (cf. nota a <recostado) en 14, 3)47. Ciertamente,
espacio menor de l5 000 metros cuadrados, multiplicaba muchas veces su la mujer de nuestra historia no se acuesta con Jesús, unge su cabezay no
tamaño, llegando quizás a medio millón de personas. Esto generaba una sus extremidades inferiores (contrástese con Lc 7,38), y no se gana, como
situación explosiva agravada por el seductor recuerdo de la liberación de la mujer enLc7,36-50, el sobrenombre de <pecadora>; la sexualidad, por
la esclavitud de Egipto durante la Pascua, y la creencia de que la redención tanto, queda aquí sólo como una corriente subyacente.
escatológica tendría lugar en los mismos momentosaa. No es sorprendente, Más bien la objeción explícita contra la acción de la rnujer por parte de
por tanto, que el historiador judío Josefo mencione varias perturbaciones y los presentes, que deben entenderse probablemente como discípulos (cf.
levantamientos populares durante esta festividad en Jerusalén, y expresa- Itt nota a <algunos> en 14, 4), es que ha malgastado gran cantidad de un
mente en el Templo, la base del poder sacerdotala5. Tales disturbios habrían perfume caro (14, 4), cuya venta podría haber supuesto más de trescientos
sido una amenaza para la posición de los sumos sacerdotes y los escribas, tlcnarios para los pobres (el salario de aproximadamente un año; cf. nota
que eran también sacerdotes (cf. elapéndice <Los escribas y fariseos> en el a <trescientos denarios> en 14,5). Frases emotivas rodean esta objeción
vol. l,607-614), no sólo debido a la posibilidad de un asalto directo al san- (<expresaban su irritación entre ellos... y mostraban su enfado con ellu),
tuario (cf. 1 l, 15- l9), sino también porque los romanos sostenían a la élite y la respuesta indignada crea un paralelo con la de los enemigos jurados de
judía responsable de mantener el orden público, y probablemente recaía .lcsús en 14, l-2; ambas están más preocupadas por una conmoción durante
sobre ella la responsabilidad por cualquier fallo en tal orden (cf. Jn I l, 47- trrra fiesta que por el bienestar de Jesús (para otro paralelo, cf. la noto a (que
48)a6. La ansiedad sacerdotal ante las consecuencias <de una perturbación cxpresaban su irritación entre ellos> en 14, 4). La mención de trescientos
entre el pueblo> era por tanto comprensible. tlcnarios, además, evoca la referencia a doscientos denarios en Ia sarcásti-
cir pregunta en 6,37; ambos pasajes muestran a los discípulos demasiado
l4r3-9. La mujer que ungió a Jesús. Del espectro de una conmoción ¡rrcocupados por el dinero, a pesar de la enseñanza de Jesús al respecto en
en la esfera pública, la escena cambia a la intimidad de la privada: Jesús otro lugar (10, 17-27). Pero el paralelo con el capítulo 6 puede emplearse
está en Betania, en las afueras de Jerusalén(cf. nota a <Betania> en I l, l), tlrnbién a favor de los discípulos, porque la orden de Jesús (<Dadles voso-
en la casa de Simón, un hombre con una enfermedad de la piel (cf. nola a tros mismos algo de comer>) y la comida que sigue apunta hacia una pre-
<la casa de Simón, el leproso> en 14,3). La mención de esta enfermedad scncia continuada que superará las fronteras de la muerte y dará poder a sus
en proximidad a una referencia a las autoridades religiosas quizás tenga scgr-ridores para alimentar a un mundo que tiene hambre. Asimismo, en ese
por misión recordar Mc 1,40-44, donde Jesús <limpia) a un enfermo de ¡rusaje la respuesta de Jesús apunta hacia la marcha victoriosa postpascual
<lepra> y lo envía al sacerdote local para que confirme la curación, sugi- tlcl cvangelio (<que cuando se anuncie la buena noticia a todo el mundo>;
riendo así que la hostilidad de las autoridades contra Jesús, que se verá a la. 9) y a la continua función de los discípulos como instrumentos de su
continuación, no es culpa suya. Pero la presencia de un hombre con esta t'orrrpasión (cf. <cuando queráis podéis hacerles el bieu en 14,7)48.
misma enfermedad en una escena que presagia la muerte de Jesús quizás l-a respuesta de Jesús a la objeción emocional de los discípulos (<y mos-
recordaría también a los lectores que algún tipo de desorden, como la for- tnban su enfado con ello>) comienza también en el nivel emocional: <De-
ma de la enfermedad de Simón y la hostilidad mortal de los sumos sacer- 1;rtlla. ¿Por qué le ocasionáis molestias?> (14, 6a). Jesús presenta entonces
dotes y escribas, estaban arraigados demasiado profundamente como para :;r¡s rnotivos para defender a la mujer, comenzando con la afirmación de
ser eliminados sólo con un toque curativo. t¡rrc, lejos de descuidar sus deberes caritativos, ha realizado también una
Mas operan también otras influencias, como la pródiga generosidad de I'r¡crra acción ungiéndolo (14, 6b; cf . nota a <por mí> en 1 4, 6). Como reve-
una mujer anónima, al parecer desconocida parala familia de Simón (cf. lrrlli .lesús en este mismo momento (14, 8), la unción de su cuerpo con ese
nota a <<mujen en 14, 3), que entra en la sala donde Jesús está reclinado, a t ostoso perfume lo está preparando para su sepultura, con lo que esa acción
la mesa, rompe una botella de ungüento precioso, perfumado, y unge con él ('nlra dentro del modelo clásico judío de las obras de caridad (cf. nota a
,,rrna buena acción> en 14, 6).

44. Cf.E. P. Sanders. Judoism, Practice and Belief 63 BCE-66 CE., 126-128.
45. Josefo, Anr. 20, 105-12:' cf. Guerra 2, 10-13: Ant. 17 " 213-218: I 8, 29-30. 17. Cf. K. E. Corley, Private Women,104.
46. E. P. Sanders, Judaism, Proctice and Belief 63 BCE-66 CE,32l-322. .tR Cl. S. Henderson, Christology and Discipleship.
1 084 Sexta sección principal (Mc 14, I I 5, 47) Mc 14, 1-ll. Comenturi<t I 08s

Concedamos, sin embargo, que tanto la donación de dinero a los pobres los dichos con <<amén>>, cf. nota a <amén>> en 3, 28 y comentario a 3,28-
como la unción de Jesús son obras de caridad: ¿por qué tiene prioridad 30). Y la profecía que sigue sobre la proclamación de la buena nueva en
esta última sobre la primera? Jesús contesta a esta pregunta implícita insi- el mundo entero sugiere que la muerte de Jesús no es el final, o las nuevas
nuando su muerte inmediata: la ayuda a los pobres seguirá siendo posible no serían buenas. La acción de la mujer, por tanto, es el preludio no sólo al
en los días sucesivos, pero el tiempo para servir al Jesús terrenal se acerca último y triste episodio de la edad antigua, sino también al primer capítulo,
rápidamente a su fin (14,7). La primera parte de la declaración de Jesús en triunfante, de la nueva.
este momento evoca Dt 15, I l: <Porque nunca faltarán pobres en tu tierra>, Esta subsección concluye, pues, transportando la alabanza por parte de
un versículo que elogia a continuaciónlalargueza con los pobres. Jesús, .lesús de la mujer anónima y generosa a otra clave: no sólo ha realizado
pues, no devalúa hacer el bien a los pobres, sino que asume que continuará una buena acción por Jesús, sino que este hecho se mencionará, <<en me-
siendo un deber en el período que viene. Pero también señala hacia una rnoria suya>, en cualquier parte donde el evangelio sea proclamado. El
.lesús marcano emplea aquí probablemente una fórmula usual encontrada
circunstancia más apremiante en el futuro inmediato: su propia muerte que
se aproxima.
cn las lápidas funerarias y en otros contextos conmemorativos (cf. nota a
<en recuerdo suyo>). Este formula encaja bien en el contexto general en el
Al principio Jesús se refiere a esta última sólo por alusiones (<pero a
que Jesús ha estado hablando de su propia muerte y sepultura; sin embargo,
mí no me tendréis siempre>: 14, 7b), pero luego lo hace explícitamente
(<se adelantó a ungir mi cuerpo parala sepultura>: 14, 8b; cf. una progre- en un giro inesperado, Jesús habla ahora del recuerdo no de é1, sino de la
rnujer que acaba de ungirlo. Este giro indica la sorprendente inversión im-
sión similar en Jn 16, 16-28). En medio Jesús dice que la mujer ha hecho
plícita en la conclusión de esta subsección: la sepultura de Jesús no será un
cuanto podía (14, 8a), una declaración que nos recuerda su alabanza de
otra donante anónima en 12, 44 (cf. nota a <hizo 1o que podía> en 14, 8).
final, sino un principio. Jesús no necesitará un monumento a su memoria,
porque no perrnanecerá muerto, y el poder que su resurrección liberará en
lnmediatamente antes del capítulo 13, Jesús elogiaba a una mujer anónima
que <[dio lo que] teníu al Templo; y justo después elogia a otra mujer cl cosmos transformará las acciones de los que le sirven en episodios de la
rnarcha triunfal de la buena nueva por el mundo entero. Aunque el matiz
anónima que <[hizo] lo que podía> (lit. <tenía>) ungiendo su cuerpo para
primario de esta frase sea en realidad una referencia al período postpascual
la sepultura. Estos dos ejemplos de humilde y desinteresado servicio por
parte de mujeres constituyen un duro contraste con las acciones avaras y
y a la conservación por parte de la comunidad marcana del recuerdo de
la acción de la mujer anónima, es probable que tenga razón Jeremiassr al
destructivas de los varones en cada uno de los contextos (12, 38-40; 14,
1-2.10-ll; para otro ejemplo de las mujeres anónimas yuxtapuestas que ¡rcrcibir también un matiz de recuerdo escatológico ante Dios: lo que ha
hccho será mencionado en el Juicio Final, y Dios lo recordará para su bien
son modelos positivos a imitar, cf . comentario a 5,25-34).
(cl'. nota a (en recuerdo suyo> en 14,9). Esta interpretación se apoya en
Así pues, el perfume que la mujer vierte sobre Jesús es un preludio no a
cl contraste implícito entre la mujer y Judas Iscariote, mencionado conspi-
las relaciones sexuales, sino a la sepultura, otro uso principal del perfume
cuamente en el versículo siguiente. Mientras que la mujer da libremente de
en época antiguaae (cf . nota a (compraron especias aromáticas para ir a un-
sus bienes para hacer el bien a Jesús, Judas recibe dinero por traicionarlo;
girlo> en 16, l). Ya que las discusiones rabínicas sugieren que el deber de
nrientras que la mujer será recordada para su bien en el Juicio Final, sería
dar sepultura es superior a otras obligaciones (cf., por ejemplo, b. Ber. l4b
rrrcjor para Judas no haber nacido (cf. 14,21).
b. Meg.3b), incluso quizás más que la limosna (cf. b. Suk. 49b y t. Pe'ah 4,
l9)50, la importancia haláquica de la defensa por parte de Jesús de la acción
14, 10-11. Judas se une a los sumos sacerdotes. Marcos completa su
de la mujer está clara: es mejor gastar trescientos denarios en Jesús que
<<crnparedado>> literario volviendo a introducir a Judas en el relato (última
en los pobres, ya que la importancia de dar sepultura es superior a la de la
nrcnción en 3, l9). El acuerdo de Judas con los sumos sacerdotes para
limosna.
cnlregar a Jesús (14, l0) permite a éstos realizar su cruel propósito expre-
Pero el Jesús marcano no termina la perícopa con esta nota agridulce,
srrclo en 14, l-2. Su <marcha> para unirse a los enemigos de Jesús tiene
como ocurre en el evangelio de Juan; Jesús, en cambio, añade un dicho que
profetiza la proclamación triunfante de la buena nueva en todo el mundo ¡rrobablemente un matiz de apostasía (cf. Jn 6, 66). El versículo 14, lla
rncnciona la promesa de los mandatarios judíos de recompensar con di-
y completa la vindicación de la mujer aludiendo al papel que su acción
nero a Judas por su traición, pero en el relato marcano queda confuso si
desempeñará en el kerigma (14, 9; para <kerigma>>, cf. glosario). Ya la
lrrs finanzas constituyen su motivación principal (como en Jn 12,6) o son
introducción a este dicho, <Os aseguro (amén)> (74,9a), reafirma la auto-
sirnplemente un efecto secundario de una traición decidida por algún otro
ridad de Jesús sobre la muerte acerca de la que acaba de profetizar (sobre
olr.jctivo. Quizás Marcos deja deliberadamente en la sombra la motivación

49. Cf. A. L. Connolly, Frankincense and Myrrh, 130.


50. J. Jeremias, Salbungsgeschichte. 5I . J. Jeremias, Mc 14,9.
1086 Sexta sección principal (Mc I 4, 1-l 5, 47) Mc 14, I2-16: Notus I 087

última de Judas; ésta forma parte del <misterio de la iniquidaó (cf. 2Tes2, Notas
7) y, en última instancia, es un reflejo de la insondable voluntad divina (cf.
14,2la). Esta interpretación se apoya en el paralelo, al parecer deliberado, 14,12. Y el primer día de los Ácimos Ve prAE hémerq tón azymónl. En
entre 14, I y 14, 1lb: e I mundo greconomano se consideraba que el día comenzaba a la media-
noche o, con más frecuencia, a la salida del solr. Los judíos, sin embargo,
14, I 14, I1 contaban generalmente el día comenzado en el ocaso; Marcos muestra que
y los sumos sacerdotes y los escribas y él [Judas] buscaba (ezétei) conoce este método de cómputo en 1,32' 4,27 y 15,42 (cf. notas a <<Al
andaban buscando (ezétoun) atardecer..., etc.) en7,32, y <duerme y se levanta, noche y día> en 4,27).
cómo Qtós auton) cómo Qtós auton) lln este sistema judío el sacrificio de los corderos de Pascua no tenía lugar
prenderlo y matarlo (kraÍésantes apok- podría entregar(lo) @arado i) tlurante el primer día de la festividad de Pascua (15 de nisán), como dice
teinosin) ac¡uí Marcos, sino la víspera2, en algún momento tras el mediodía del 14 de
mediante engaño (en dolfl. oportunamente (euka irós) nisán (cf. la nota siguiente). Sin embargo, por el método de cálculo greco-
lrornano de <salida del sol> a <salida del sol>, esos momentos del sacrificio
Este paralelismo acentua el aterrador grado de corrupción por parte de los corderos tras el mediodía tendrían lugar durante el mismo día que
de Judas, tan completa que su voluntad se había mezclado con la de los la comida de Pascua (séder) ya avanzada la tarde. Algunos estudiosos, por
enemigos de Jesús; pero también sugiere que está operando otra voluntad, ta¡rto, han utilizado la frase <Y el primer día de los Acimos, cuando sacri-
sobrehumana, que moldea los acontecimientos para sus propios fines. El licaban la Pascua> como un argumento contra la judeidad del evangelista
lector despierto recordará que Jesús había profetizado tres veces que habría (por ejemplo, Bultmann: <completamente imposible según la manera judía
de ser entregado en manos de sus enemigos, pero que esta traición, que tlc expresarse>3; cf. la Introducción en vol. l, 34). Pero los judíos emplea-
cumple un plan divino, acabará en su resurección (8, 31; 9, 3l ; 10, 33-34). ban a veces el cómputo de <salida del sol> a <salida del sol>4, y hay ejem-
Por tanto, cuando los lectores se enteran de que Judas anda buscando <el ¡rlos antiguos de ello precisamente en relación con la Pascua5. Así pues, la
momento oportuno> para entregar a Jesús (14, I lb), reflexionarán proba- inconsistencia de Marcos sobre cuándo comienza el día no es impropia de
blemente sobre el solapamiento y la tensión entre (el momento oportuno) trn judío; tanto el Antiguo Testamento como las obras del historiador judío
desde el punto de vista de los adversarios de Jesús (cf. 14,2) y desde el .losefo muestran discrepancias similares6.
punto de vista de Dios. Cuando sacrfficaban la Pascua lhole to pascha ethyon]. Los corderos
Al principio del siguiente pasaje los lectores de Marcos recibirán otra 1o cabritos) de Pascua se sacrificaban en el Templo en la víspera de la fiesta
insinuación sobre cuál de estos dos puntos de vista va a ganar en última rr partir del mediodía, o desde un poco pasado el mediodía hasta el ocasoT.
instancia: a pesar de los deseos de los sumos sacerdotes y escribas (<no ('asey8 se imagina una situación en la que Jesús, en el Templo, mata un
durante la fiesto: 14, 2), Jesús es entregado <en el primer día de los Áci- cordero de su parte y de la de sus discípulos y simultáneamente contesta su
mos> (14, l2). ¡rregunta sobre dónde prepararlo. Ahora bien, ¿qué sentido tiene para Je-
s(rs. que está en el Templo en el centro de Jerusalén, decir a sus discípulos:
.<lcl a la ciudad>?e El plural, pues, probablemente es impersonal (<cuando
3. Ln IREIARACTóN IARA LA CeNR p¡.scuaL (14, 12-16) lrr gente sacrificaba...>), y el imperfecto es un reconocimiento de que el
sucrificio de tantos animales requería varias horas (imperfecto de acción
l4 t2Y el primer día de los Ácimos, cuando sacrificaban la Pascua, r'rrntinua), aunque también podría referirse alamatanza anual de los corde-
le dicen sus discípulos: (¿Dónde quieres que vayamos y preparemos ros y cabritos de Pascua como una cosa del pasado (imperfecto de acción
para que comas la Pascua?>>. r3Y envió a dos de sus discípulos y les
dijo: <Id a la ciudad y os saldrá al encuentro un hombre que lleva l. Cf. Plinio, Historianatural 2,79, 188.
2. Cf. Filón, Leyes especiales 2, 149; m. Pes. 5, l.
un cántaro de agua. Seguidlo. 'aY donde entre, decid al dueño que el .1. R. Bultrnann, Historio de la tradición sinóptico,323.
maestro dice: '¿Dónde está mi aposento, donde pueda comer la Pascua .1. Cf. S. Bacchiocchi, The Tinte of the Crucifixion,65-89.

con mis discípulos?'. 15Y él os indicará una sala grande en el piso su- 5. Cf. Filón, Leyes especiales 2, 149; Josefo, Ant. 3,248; m. Pes. 5, l.
6. Contrástese Ant.3, 248 con Guerra 4,582; para pasajes del Antiguo Testa-
Josefo,
perior, amueblada y dispuesta; y preparádnosla allí>. r6Y salieron los nrcnttr, cf. Introducción en el vol. 1,35.
discípulos y fueron a la ciudad y encontraron (todo) como les había 7 . Cf. Jttb. 49, I 0; Josefo, Guerra 6, 423; Filón, Preguntas y respuestas sobre Exodo l ,
I I : 1-¿,r'¿y especiales 2, 145; m. Pes. 5, I, 3. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,847.
dicho y prepararon la Pascua. l{. M. Casey, Aramaic Sources,222-223.
e. cf . ¡bid.,227.
I 088 Sexta sección princípal (Mc 14, 1-15,47) Mc 14, I2-16: Contenturio

repetida), en cuyo caso sería compatible con la datación del evangelio de cliferente; JeremiasrT sugiere que el hombre en nuestra historia sería un
Marcos después de la destrucción del Templo en 70 d.C. (cf. Introducción csclavo doméstico o un aguador. La teoría de que los discípulos siguen al
en vol. 1,56-58). hombre porque lo ven ocupado en una actividad insólita queda también en
13. Id a la ciudad lhypagete eis tén polinl. Se supone que el escenario cntredicho por la circunstancia de que es é/ quien se acerca a los discípulos
de esta orden de Jesús es Betania, en las afueras de Jerusalén (cf. nota a (<os saldrá al encuentro un hombre>)r8.
<Betania>> en I l, 1); Jesús ofrece a sus discípulos orientaciones para encon- 14. ¿Dónde está mi aposento...? fuou estin to katalyma mouf.Lospapi-
trar un lugar en la ciudad donde comer, ya que el cordero pascual debía ser ros contienen varios ejemplos de un funcionario que requisa o exige un fra-
sacrificado y consumido dentro del recinto de la ciudad. Aunque la Pascua tolyma cuando viene en misión oficia|e. <Mi aposento> implica la autoridad
comenzó como un rito doméstico, en el que se sacrificaba y consumía el cle Jesús (cf. comentario a este pasaje), pero también puede ser el cumpli-
animal en casa (Ex 12, 1-13), la reforma de Josías en el siglo VII a.C. la rlriento de 10, 29-30: al igual que aquellos a los que elogia, Jesús ha aban-
transformó en una fiesta con peregrinos de fuera, y el cordero de Pascua se donado su casa por el reinado de Dios, pero ha ganado las casas de otros.
convirtió en un sacrificio que había de ser realizado y comido en <el lugar 15. Sala... en el piso superior fanagaionl. Las casas israelitas tenían a
en el que el Señoq vuestro Dios, escogerá como morada de su nombre>, es rnenudo un segundo piso al que se llegaba por una escalera exterior de pie-
decir, en el Templo (Dt 16, 5-7)10. Esta restricción se vuelve a afirmar en dra o una escala interior de madera; este piso servía con frecuencia como
Jub. 49, 15-21 y I lQTemplo 17,8-9, aunque las tradiciones rabínicas am- zona principal de vida de familia2o. En las épocas helenística y romana, la
plían el área donde se puede comer al <gran Jerusalén> (cf. m. Pes. 7, 12: dcspensa y los depósitos de agua solían ocupar la planta baja de la casa, de
Sipre Num. 69,3)tt . Al pareceg los judíos de fuera de la capital celebraban rrrodo que, asimismo, el cuarto de estar y el comedor (triclinium) estaban
también la Pascua, y Filónr2 da a entender que esta celebración incluía el liecuentemente en la primera planta a la que se llegaba por una escalera
sacrificio y consumo de corderosr3. Sin embargo, un peregrino cuyo corde- interior o exterior2r.
ro fuera sacrificado en el Templo tendría que comerlo dentro de los límites
amueblada y dispuesta; y preparádnosla allí lestromenon hetoimon...
de ciudad, ya que cualquier otra cosa supondría una violación del concepto (kei hetoimasatel.St el aposento estaba ya preparado (hetoimon), ¿por qué
de peregrinación.
tienen que prepararlo los discípulos (hetoimasate)? Taylor22 responde: <En
un hombre que lleva un cántaro de agua fanthrópos... keramion hyda-
cierta medida los preparativos han sido ya realizados... pero los dos discí-
tos bastazónf. Se afirma regularmente en la bibliografía científicara que este
¡rulos deben completarlos>. Quizás el aposento estaba ya preparado, pero la
hecho resultaúa algo totalmente insólito, por lo que quizás fuera una señal
cornida no. Es también posible, por otro lado, que la yuxtaposición revele
convenida de antemano, ya que eran mujeres generalmente las que lleva-
cl trabajo editorial marcano (cf. introducción al camentario).
ban el agua en recipientes de barro, mientras que los varones la llevaban
en botas de piel. Esta sugerencia procede de la obra de Lagrangers, quien
vivió en Jerusalén en los inicios de siglo XX, y está basada sencillamente ('omentario
en su observación de los hábitos palestinos de su propio tiempo (<si es que
se puede juzgar a partir de una costumbre modernu). Es verdad que en el
lntroducción Después del tríptico de 14, l-ll, en el que hay una es-
Antiguo Testamento se describe a veces el acarrear agua como trabajo de
cura, que destaca a Jesús y sus discípulos, enmarcada por otras dos que
mujeres (Gn 24, ll-21; Ex 2, 16; I Sm 9, 1l), pero hay también pasajes
¡xrnen de relieve a sus enemigos, el centro de la atención se mueve por
veterotestamentarios que mencionan a varones que transportan agua (por
última vez en el evangelio hacia la familiaridad de Jesús con sus seguido-
ejemplo, Dt 29, l0-11; Jos 9,21-27). Los artistas grecorromanos repre-
lcs. El foco permanecerá orientado hacia allí treinta y un versículos (14,
sentan regularmente a esclavos portando jarras de vinor6 o de agua (por
l2-16.17-21.22-25.26-31.32-42), como si el evangelista se recreara en los
ejemplo, las muchas representaciones de <Acuario>, el joven portador de
i¡llirnos momentos de los discípulos con su Maestro. La primera parte de
agua), y no hay razón alguna para pensar que la costumbre judía fuera
t'sta sección de despedida describe los preparativos de los discípulos de lo
t¡trc resultará ser la última cena de Jesús (14, 12-16).
10. Cf. B. Bokser, Tle Origins of the Seder, 17.
I l. Cf. J. Jeremias, The Eucharislic Words of Jesus,42-43.
12. Filón, Leyes especiales 2, 145, 148; Cuásüones sobre et Éxodo 1, 10. 17. J. Jeremias, Jentsalem in the Time of Jesus,8.
13. Cf.Josefo, lnt.2,3l2;E.J.Sanders,JudaismPracticeandBelief63BCE-66CF,, 18. Sobre la iniciativa implícita en el verbo apanton, cf. LSJ 178 [I]: <Movimiento
133s; N. Martola, Eating the Passover Lamb; contra J. Tabory, The Passover Ritual,78-92. rlcstlc un lugar para salir al encuentro de una persono).
14. Por ejemplo, C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,374. 19. Cf., por ejemplo, PSI 4, 341, 8 y P Cair. Zen 2, 59254,3.
15. M.-J. Lagrange, Evangile selon Saint Marc,373. 10. Cf. P. J. King-L. E. Stager, Life in biblical Israel,28-35.
16. Por ejemplo, M. Rostovtzeff, The Social and Economic History of the Roman Ent- 21. Cf. Y. Hirschfeld, The Palestinian Dwelling, índice <Upper-story; Upper-room>.
pire.288. Plancha XLVI, * l. 22. V. Taylor, The Gospel According to Saint Mark,538.
I 090 Sexfa sección principal (Mc 14, l-15, 47) Mc 14, l2-16: ('ontenlurio I09t

Esta escena está enmarcada por dos casos de la combinación <discípu- 14, 12-16. La preparación para el <séder>. La historia de dos días ha
los... preparación... de la Pascua> (14, 12.16)2r, repetición que acentúa pasado a toda velocidad en el espacio de once versículos (cf. 14, l-2), pero
que las cosas se desarrollan como Jesús había predicho, tal como se declara Marcos echa ahora el freno al relato y dedica ciento ocho versículos a des-
explícitamente en 14, l6 (<y encontraron [todo] como les había dicho>). cribir las veinticuatro horas siguientes, que serán el escenario de la Última
En medio se hallan las instrucciones detalladas sobre cómo encontrar un ('ena, el prendimiento, los juicios, la crucifixión, muerte y sepultura de Je-
sitio para el séder (14, l3-15), que implica un movimiento cada vez más súrs ( 14, 12-15,47). Hemos llegado al corazón del evangelio marcano.
hacia el interior: a la ciudad (14, l3), a la casa (14, l4), y al aposento su- Esta sección crucial comienza con la escena de la preparación para la
perior (14, l5). La atrnósfera de misterio, que este movimiento provoca, tlltima Cena, sorprendentemente paralela a la escena de la preparación de
se intensifica por la aparición de dos personajes enigmáticos, anónimos, el la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén ( I 1, I -6). Una y otra acentúan tanto
hombre que lleva un jarro de agua (14, I 3) y el dueño de la casa (14, l4). ll omnisciencia sobrenatural como la soberanía de Jesús. Como señala Loh-
El movirriento hacia adentro va emparejado sintácticamente por la profun- rneyer:s, no es accidental que estas brillantes demostraciones de clarividen-
didad de la cita de 14, l3-15: Marcos cita a Jesús que dice a sus discípulos cia aparezcan precisamente en relación con los acontecimientos de la Se-
lo que deben deciq lo que incluye una cita directa de Jesús. rnana Santa. Estos hechos eran los que ponían más seriamente en duda la
Esta escena es sorprendentemente paralela a la del encuentro del po- soberanía de Jesús; si él era el mesías omnisciente de Dios, ¿por qué terminó
llino en ll, l-6 (cf. introducción al comentario a ll, l-ll y Tabla 35);En clavado en una cruz romana? La respuesta de Marcos es que la necesidad
verdad, como señala Hookerza, hay once palabras consecutivas en I l, I -2 tlivina estaba detrás de este ultraje evidente (cf. 8, 3l:9,12.311,10,33-34);
y 14, 13 que son idénticas. Esta semejanza, más la carencia de un paralelo ll intriga de Judas y los dirigentes judíos contra Jesús ( 14, l0- I I ) tuvo éxito
joánico junto con la omnisciencia de Jesús, han sugerido a algunos estu- stilo porque Dios había planeado las cosas así desde el principio (cf. 14,
diosos que ambas historias son ficticias2s. Esta decisión, sin embargo, es J l, que entreteje la responsabilidad de Judas y la providencia divina). El
innecesaria; en ambos casos puede haber habido una organización previa ¡rlralelo con ll, 1-6 subraya también el argumento marcano de que Jesús,
entre Jesús y algunos de su confederados en Jerusalén (cf. infra). iruuque sea el mesías davídico como demostró ya la entrada triunfal (cf. 11,
Es difícil identificar la redacción marcana en el pasaje. La tensión entre ()-10), manifestará precisamente este mesianismo por los sufrimientos de
<amueblada y dispuestu en 14, l5b y <preparádnosla allí> en 14, 15c pue- str rrruerte, a los que aluden sus palabras en la Última Cena (14, 21-25). Asi
de sugerir que se amplió la tradición redaccionalmente, aunque la tensión ¡rrrcs, sufrimiento y autoridad real coinciden en la persona de Cristo.
entre los dos términos no sea una contradicción rotunda; quizás se estén Los discípulos preguntan a Jesús dónde quiere que se hagan los prepa-
considerando aspectos diferentes de la preparación (cf. nota a (...amuebla- rrtivos de modo que <<puedas comer la Pascua> (14, l2b). Su morada pre-
da y dispuesta; y preparádnosla allí> en I 4, I 5). Sin embargo, el argumento scnte en Betania, un suburbio de Jerusalén (14,3), no es una opción válida,
paru la existencia de una redacción por parte de Marcos queda reforzado lr que se requiere que los peregrinos celebren la cena en la ciudad misma
por la observación de que (con mis discípulos> en 14, 14, <preparádnosla \tl'. nota a <ld a la ciudad> en 14, l3). El empleo de la segunda persona de
allí> en 14, 15 y <ellos prepararon la Pascua> en 14, 16 reflejan el tema (<de modo que puedas comen), cuando lo que se podría esperar
'irrsular
típico marcano de la participación de los discípulos en el ministerio de t'nr la primera persona de plural (<de modo que podamos comer>), acentúa
Jesúsr6. Así pues, la ampliación por parte del evangelista de una tradición l;r posición central de Jesús y la reverencia de los discípulos para con é1: es
premarcana es probablemente la responsable de la ambigüedad sobre si , rrrcial que é/ consuma la comida festiva. Al parecer, ellos comerán tam-
realmente el aposento estaba ya preparado. lriú'n, pero se abstienen modestamente de mencionarlo.
El pasaje está compuesto de tres partes desiguales: la pregunta de los I:n una demostración ulterior de esta soberanía, Jesús envía luego por
discípulos (14, 12),la respuesta de Jesús ( 14, I 3- 1 5) y el cumplimiento por tlclunte a dos de los discípulos para que le preparen el camino (cf. 1, 3), una
parte de los discípulos de sus directrices (14, 16). Las secciones primeray rt't'rrpitulación de lo ocurrido al principio de la escena de la entrada triunfal
tercera son sumamente breves. Lo importante son las instrucciones cuida- r I l. 2). Sin embargo, las instrucciones presentes de Jesús tienen mayor
dosamente detalladas de Jesús; casi no hay que decir que los discípulos les lx'so que las anteriores, puesto que los envía a la capital y no a uno de sus
prestan atención y que se cumplen las profecías de Jesúsr7. ',uhr¡rbios. En la ciudad les dice Jesús- se les acercará un hombre que
llt"u¿r rrn cántaro de agua (cf. lanota a esta frase en 14, l3). Deben seguirlo

23. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,458. ,r lrirvés de las calles, entrar en la casa en la que él entra y saludar a su amo
24. M. D. Hookeq A Contmentary on The Gospel According to St Mark,332. rrrlirrnándole de que el <Maestro>> dice: <¿Dónde está mi aposento, donde
25. Cf., por ejemplo, R. Bultmann, Hisforia de la tradición sinóptica,32l-324;D.E.
Ninehar¡, Saint Mark, 295.37 6. ¡rrrt'tla conrer la Pascua con mis discípulos?> (14, 13c-14). Esta pregunta
26. Cf. S. Henderson, Christolog¡t and Discipleship.
27 . Cf. E. Lohmeyer, Dos Evangelium des Markus,298. .ls. //,1¿l. 300.
I 092 Sexta sección principal (Mc 14, I I 5, 47) Mc 14, l7-21: Notas I 093

incrementa el énfasis sobre la soberanía de Jesús y constituye un notable sufiimiento y a la muerte (cf. 13, 9-13), tenía indudablemente la necesidad
paralelo con ll, 2-6, donde Jesús requisa para su servicio el asno de un particular de estar segura de que tal destino era compatible con la guía divi-
desconocido al parecer; en este momento, se asigna asimismo la casa de rra. Algunos lectores sentirían que el tema de la providencia divina quedaba
un hombre para su propio uso (<mi aposento); cf. nota a este vocablo en rclbrzado por el paralelo con I Sm 10, l-5, en el que la unción de Saúl pa-
14, l4). Esta soberanía queda subrayada por el empleo de la primera perso- ra serrey de Israel (cf. Mc 14, l-9) va seguida de un signo confirmatorio
na de singular (<dondepaeda comer>>) así como por el título de <Maestro>>, t¡ue tiene que ver con la gente con la que va a encontrarse, a saber, uno que
puesto que a partir del principio de su obra el evangelista ha relacionado lleva un pellejo de vino3r. El interés nuclear del relato marcano, como el de
este términos y otros emparentados con la autoridad sin par de Jesús (cf. I Samuel, es que Dios está con este rey ungido (cf' I Sm 10, 7). En Marcos
l, 2l-22.27 ; 4, 38-39; 6, 2-3; I l, I 8)2e. cste tema está resumido en las palabras culminantes de la perícopa: y los
Sin embargo, a pesar de este claro hincapié en la soberanía de Jesús, sus tliscípulos (encontraron (todo) como les había dicho> (14, l6a).
palabras al propietario así como las órdenes finales a sus discípulos, impli- El evangelista, sin embargo, no registra asombro alguno por parte de los
can también una identificación con sus seguidores, ya que habla de comer tliscípulos; pero en este punto del relato ellos y el lector se han acostumbra-
la Pascua (con mis discípulos> y les dice que la <preparen para nosotros) tlo a que ocurran milagros cuando Jesús está presente. Hay algo hermoso
( 14, 14b- 1 5). En la progresión de nuestro pasaje, por tanto, nos movemos de
c¡ la economía de nuestro relato; en vez de proferir exclamaciones acerca
la subordinación de los discípulos a Jesús (<para que puedas comer la Pas- tlc la extraordinaria clarividencia de Jesús, sus fieles discípulos se van sen-
cuu) a la relación de Jesús con ellos. Esta progresión tiene pleno sentido c i llamente a trabajar y a prepararle la cena ( 14, I 6b). No hay tiempo alguno
en el contexto marcano, ya que antes en el evangelio Jesús había anunciado y Marcos
¡rara exclamaciones superfluas; el momento de la crisis se acerca,
que los que se humillaran serían exaltados (9, 35). rluiere dar a entender probablemente que la respuesta sencilla y fiel de los
Las instrucciones de Jesús concluyen con la profecía de que el propie- rliscípulos debe ser un paradigma para los cristianos de su comunidad.
tario, en respuesta a la pregunta de los discípulos, les mostrará un aposen- Pero es ésta la última respuesta loable a Jesús por parte de los miembros
to en el piso superior, amueblado parala comida pascual (14, l5ab). Allí tlc su círculo íntimo; de aquí en adelante su camino se tornará bruscamente
deben terminar ellos los preparativos, disponiendo quizás los elementos cn un descenso pronunciado. De hecho, el siguiente pasaje se centrará en la
esenciales: el cordero, pan ácimo y las hierbas amargas (cf. m. Pes. 10, 5
¡rrofecía de Jesús de que uno de ellos lo traicionará.
y la nota a <amueblada y dispuesta; y preparádnosla allí> en 14, l5). El
pasaje termina con la observación del evangelista de que los dos discípulos
salieron e hicieron como Jesús les había ordenado, encontrando todo tal .1. .lesús pRoFErtzA LA TRAICIóN (14,17-21)
como les había dicho (14,16).
Esta cadena entera de acontecimientos podría interpretarse de modo no r8Y cuando estaban co-
l4tiY venida la tarde, llegó con los Doce.
sobrenatural, a sabeq como el reffejo de una organización previa pactada
ruiendo recostados a la mesa, dijo Jesús: (Con seguridad (amén) os
entre Jesús y el dueño del aposento (cf. comentario a ll, l-6). Jesús era un
tligo que uno de vosotros me entregará, el que come conmigo>. 'eY
hombre buscado por la autoridad, y pudo tener necesidad de comunicarse
('()rnenzaron a disgustarse y a decirle uno tras otro: (¿Acaso soy yo?).
clandestinamente con un cómplice en Jerusalén para lograr que fuera posi-
'" |)cro él les dijo: <Uno de los Doce, el que moja conmigo en el plato.
ble celebrar allíelséder de Pascua. Lavaga autodesignación de Jesús como
'r l)orque el Hijo del Hombre se va tal como está escrito de é1, pero
el <Maestro>>, así como su pregunta sobre su alojamiento en un <aposento>, ¡ay
podrían ser códigos pensados tanto para advertir a un compinche, como para tlc ese hombre por medio del cual el Hijo del Hombre es entregado!
despistar a un siervo no digno de confianza. Como indica Taylor3o, si no hu- Mcjor sería para ese hombre no haber nacido).
biera habido allí alguna comunicación previa, es dificil ver por qué el dueño
de la casa habría reaccionado según el modo descrito.
Esta lectura, sin embargo, no entiende absolutamente nada de lo que Notas
preocupa a Marcos. La historia marcana acentua que la clarividencia de
Jesús se extendía a la serie entera de acontecimientos que condujeron hasta 14, 18. Recostados lanakeimenón]. Sobre la costumbre de recostarse en
su última cena y de allí a los inquietantes eventos que la siguieron. La co- lrrscomidas, cf. nota a (recostado)> en 14,3. En este caso, el estar recostado
munidad marcana, cuyos miembros estaban siendo entregados entonces al sc lralla relacionado con el contexto de Pascua (cf.14,12).ApesardeEx12,
I I , c¡ue estipula que el sacrificio de Pascua debe ser comido aprisa y prepa-
29. Cf. ibid.,299; A.M. Ambrozic, New kaching with Power.
30. V. Taylor, The Gospel According to Saint Mark,537-538. I l. Cf. C. A. Evans, Mark 8,27-16,20,374.
I 094 Sexta sección principal (Mc 14, 1-t5,47) Mc 14, l7-21: Notas I 095

rados para ponerse en camino, los judíos posteriores ampliaron la comida 20. el que moja conmigo en un plato fho emba¡ttomenos mel'emou eis
de Pascua, el séder, haciéndolo un banquete en el cual se rerataba el éxodo ht,n tryblionf. La mayor parte de los manuscritos leen simplemente <en el
de Egipto de una manera tranquila y los participantes estaban reclinados a la ¡rlato> (ers to tryblion), pero (en un plato> (eis hen tryblion), que puede ser
mesa como signo de su estado de pueblo libre (cf. m. pes. 10, I -9)r. trn semitismor', tiene el apoyo de B, C*, O, 565 y un manuscrito de la ver-
me entregará lparadósei mel. El mismo verbo se utiliza en voz pasiva sión georgiana, una muestra muy diversa que incluye algunos manuscritos
en 14,2r y sirve así de marca al diálogo. Los LXX suelen emplear este irnportantes. Greeven y Güting7, sin embargo, prefieren el texto breve,
vocablo para expresar la entrega de gente a la muerte por parte deDios, ac- irrgumentando que el largo es una intento de añadir colorido a la historia;
ción vitoreada si se trata de los enemigos de Israel (como ocurre a menudo cstos estudiosos citan además a otro exegetas que piensan que el texto am-
en la historia deuteronómica y en 2 crónicas), o lamentada, si se trata de ¡rlio refleja una contaminación de la expresión mateana en l0 ltybli/ (<en
Israel o de su portavoz (como pasa a menudo en Jeremías, Ezequiel y los cl plato>; en : en, y hen : ((uno)) se pronunciaban idénticamente, mientras
salmos del justo sufriente). Ya que la continuación del versículo contiene t¡rre Marcos utiliza una palabra griega diferente para en, a saber, els). David
una alusión al Salmo 41, uno de los salmos del justo sufriente (cf. la nota Aclams, que se inclina también por el texto breve, sugiere que la versión
siguiente), es particularmente relevante que tales textos, incluido el 41, lulga podría ser una asimilación de algún escriba al empleo de <uno> re-
empleen las voces activa y pasiva de paradidonai para hablar de Dios que ¡rctido en 14, 18-20 (<uno de vosotros me entregará... uno tras otro... uno
entrega al portavoz de Israel a sus enemigos (Sal 27, 12126, 12 LXXI; 41, tlc los Doce>).
2I40,3 LXXI; 74, 19 173, l9 LXXI; etc.) . Asimismo Is 53, 6 LXX utiliza Sin embargo, ninguno de estos argumentos es constriñente. Es más pro-
la voz activa de paradidonai para hablar del Señor que entrega a su siervo birble que los escribas eliminen expresiones coloristas que las añadan, es-
sufriente a la muerte, y 53, 12 expresa el mismo pensamiento empleando ¡rccialmente si, como en este caso, son torpes. La contaminación de Mateo
dos veces la voz pasiva de este verbo. Aunque en nuestro versículo el su- lrirbría causado probablemente el cambio de els por en,y no una amalgama
jeto sea un ser humano y no la divinidad, Dios, al igual que Judas, pueden tlc las dos palabras. Respecto a la presencia de otros casos de (unoD en este
estar presentes en 14, 2l (cf. nota a <<por quien el Hijo del Hombre es en-
¡rirsaje: valdría lo mismo como argumento para defender un uso original
tregado> en 14,21). en nuestro texto como de razón para atribuir su presencia a un escriba pos-
uno que come conmigo fho esthión met'emoul. Las traducciones omi_ tcrior; y su elisión puede explicarse por la sensación de algún escriba de
ten generalmente el artículo definido o emplean otros expedientes para mi- r¡rrc el pasaje estaba sobrecargado con una presencia excesiva de <<unos>>,
tigar la torpeza de esta frase que aparece con retraso, pero tar torpeia puede es¡rccialmente después de la frase anterior: <uno de los Doce>s.
ser un signo de que el autor evoca el Sal 41, 9 [40, l0 LXX]: <pues inclu_ Mojar el pan en salsas y aditamentos era un rasgo común de las comidas
so mi amigo íntimo (lit. <el hombre de mi paz>), en quien confié, el que
lr,rccorromanase y se había hecho parte fija del séder de Pascua: <Todas las
come mi pan (ho esthion artous mou),ha levantado contra mí su calcañar> rrtrches mojamos el pan una vez, pero esta noche, dos veces> (m. Pes. 10,
(cf. Jn 13, l8). Elsalmo 41, 9 se cita también en leH 5,23-24 que, como l). trn ef séder del siglo I lo importante no era probablemente lo que se
los evangelios, se refiere a una persona dentro de la comunidad elegida. El nrojaba, sino el número de veces que se hacía, ya que cada repetición signi-
texto de Qumrán indica a continuación que, como en nuestro pasaje, esta licaba la comida tranquila, característica de un pueblo librer0.
traición escatológica reffeja la providencia divina tanto como la maláad hu- Ilasándose en parte en Jn 13, 26, algunos exegetasrr han sugerido que
mana (cf. nota anteriof). lrr liase <el que moja conmigo en un plato> se propone señalar a Judas, es
19. uno trts otro lheis kata heisf. Esta expresión insólita, que se repite tlccir. que era él quien mojaba su pan en aquel momento. Ahora bien, en
en Jn 8, 9, es probablemente <el resultado de una mezcla de una locución ,'l cuadro que siguer2 las frases de la izquierda parecen ser sinónimas; por
semítica en la que se repite el cardinal (cf . dyo dyo: ,de dos en dos'en Mc l;urlo, las de la derecha lo son probablemente también:
6,7), y la expresión helenística pronominal kat' heis o kata heis:.uno tras
uno; cada uno'r>3. l8
14, uno de vosotros el que come conmigo
14.20 uno de los Doce el que moja conmigo en un plato
¿Acaso soy yo? lméti egó;). Mé indica que la pregunta espera una res_
puesta negativaa. Eusebios piensa que entre los que hablaron estaba Judas,
que mostró así una astucia profetizada ya en Sal 109,2. ('. Cf. M. Casey,Aramaic Sources of Marks Gospel,250.
7. Il. Greeven-E. Güting, Tbxtkritik des Markusevangeliums,659.
l.i CL R. H. Gundry Mark. A Commentarv on His Apologt for the Cross,837 .
l. Cf. J. Jeremias, The Eucharistic Words of Jesus,48-49. '). Cf. B. Leyerle, Meal Customs in the Greco-Roman llorld,34-35.
2. Cf . J. Marcus, The lh¡'of the Lord, lj2-173.178. I 0. t'f. J. Elias, The Haggadah Passover,63, y la nota a <recostados> en 14, I 8.
3. E. C. Maloney, Semitic Interference, 154. I L Porejemplo, Jerónimo, Comenfario a Mateo,26,23.25;H. B. Swete, The Go.spel At
4. Cf. BDAC 3a. ,,ttilitu tt¡ StMark,313.
5. Eusebio de Cesarea, Demostración evangélica,10,3. I l. Tornada de W. L. Lane, The Gospel of Mark, 502, con modificaciones.
Mc 14, l7-2 I : Conrcnlurio I 097
I 096 Sexla sección príncipal (Mc 14, I-15,47)

Ni <el que come conmigo)) ni (el que moja conmigo en un plato)) seña- dc <<por quien> la indicación de que es Satanás el catalizador de la traictÓn
lan a una persona particular; ambos son probablemente ejemplos del em- .lc Judasjesta suposición está de acuerdo con otros pasajes evangélicos
(Lc
pleo semítico del artículo con sustantivos indefinidos (cf. en el índice temá- 22,3; Jn 6,70_i1; 13,2.27) cony el hincapié en Satanás en otros lugares
tico el <Artículo definido, con un sustantivo indefinido o con adjetivoD). Si tlcl relato marcano (cf. <Satanás> en el índice temático y I QS 3, 15-26, que
Jesús estuviera identificando abiertamente a Judas como el futuro traidor, rmplica a Dios, el <<Ángel de la oscuridad> y los <hijos del engaño> en la
se esperaría una reacción de los otros miembros de los Doce. producción de la maldad humana).
21. se va [hypagei]. La muerte como un viaje al otro mundo es una me-
táfora muy antigua. Hauck y Schulzr3 presentan ejemplos de la literatura
griega y del Próximo Oriente antiguo, aunque en la primera el término sea (lomentario
por lo general poreuesthai envez de hypagein; este modelo continúa en los
LXX (por ejemplo I Re 2, 2; Job I 0, 2l ; | 6, 22; Ecl 9, I 0; 12, 5 ; cf . TestRub. Introducción Después del relato que describe los preparativos, sobre-
rraturalmente dirigidos, de la Última cena de Jesús con sus discípulos
(14,
l,3). El empleo metafórico de <io para significar la muerte está también la que Jesús
I 2-16), la cena en sí se divide en dos secciones: la presente, en
atestiguado en textos judíos no griegos como -I¿¡ó. 36, l;4 Esd. 8,5; 2 ApBar.
14, ll;21,9: 48, 15. La metáfora aparece en conjunción con el sintagma predice su traición; y 14,22-25, en la cual dramatiza prolépticamente su
<hijo de hombre> en un dicho rabínico que habla de morir y resucitar: <<No ,lruerte en pro de (muchos> por la fracción del pan y por la copa que todos
(mar-
vuelve como se va ('zt) un hijo de hombre> Q,,. Ketub. 12,3 l35a; Neusner, cornparten. Así, el tema que domina todo el relato de la cena es la
22,3451 ll y. Kel. 9,3 l32b; Neusner, 4,27111' Gn. Rab. 100, 2)r1. Asimismo, clra> de Jesús (cf. 14,21).
Jn 14,28 dice que Jesús se va (morirá) y vuelve (vuelta en forma de espíritu; Aunque la escena de Jesús que predice su traición formaba probable-
cf. Jn 7, 33;8,21-22;13,3.33.36; etc.); cf. también la metáfora paulina de ,ncrrte párte del relato premarcano de la pasión (cf' Jn 13, 2l-30), ha sufri-
,1,, una sustancial edición por parte de Marcos. El versículo introductorio
<ausentarse> (ekdemein:2Cor 5,6.8.9), cercana al empleo de apodemein
( 14, 17) está repleto de vocabulario redaccional, y en el siguiente (14, l8)
como metáfora de la muerte en Platón, Apología 40E-41A. junto con
pero ¡qy de ese hombre...! Mejor sería para ese hombre no haber na- l,,s genitivos absolutos, <recostados a la mesa> y <comiendo>,
l. t'áse posterior <el que come conmigo>, pueden ser marcanos' Los tres
cido louai de tQ anthrópQ ekeinQ... kalon autQ ouk egenéth€ ho anthropos
vcrsículos siguientes (14, 19-21) contienen también elementos típicamente
ekeinosf,lit. (Habría sido bueno para él si no hubiera nacido ese hombre)). +
Aparte de su torpeza, este tipo de traducción literal podría hacer suponer ¡cclaccionales (<comenzaron a)) + infinitivo; <uno de los Doce>; meta
qcnitivo para <<conmigoD, (y como está escrito>)' Al mismo tiempo, las
erróneamente a los lectores que <él> y (ese hombre> son dos personas
diferentes. Sobre el empleo semítico del absoluto envez del comparativo, ,,ltrsiones a sal 41, 2.9 tienen su paralelo en Jn 13, 18.2 I (cf. nota a <<el
(luc come conmigo> en 14, l8), y el pasaje está lleno de semitismos que
cf . nola a <mejou en 9, 42. A pesar del escepticismo de Maloneyr5, Jere-
¡rrre<len reflejar la tradición
premarcana (cf. las notas a (uno tras otro) en
miasró probablemente tiene razón en que el uso pleonástico (cf. glosario) (pero ¡ay de ese
de ekeinos en este pasaje es también un semitismorT. La posición retrasada
l-1, l9; <el que moja conmigo en un plato> en 14,20, y
Irrrrnbre... ! Mejor sería para ese hombre si no hubiera nacido> en 14,21).
del sujeto en el final (lit. <si no hubiera nacido ese hombre>) es otra carac-
{.)rrizás la história premarcana consistía en la profecía de Jesús sobre su
terística semíticar8.
por medio del cttal el Hijo del Hombre es entregado [di'hou ho huios lrlición, influida por el salmo, la reacción preocupada de sus discípulos y
srr larnento sobre el traidor.
tou anthropou paradidotai]. Esta frase se traduce generalmente como (por
La repetición de términos domina el pasaje: <los Doce>>, <<el Hijo del
quien el Hijo del Hombre es entregadou pero la versión aún más literal que El re-
I l.rnrbre>>, <el hombre> y especialmente <traicionar>> Qtaradidonai).
ofrecemos aquí refleja un importante interés teológico: Jesús es entregado la traición + la reacción
l:rto se divide en tres partes: primera profecía de
a las autoridades por la traición de Judas, pero Dios es en última instancia
,lc los discípulos (14, 17-19); segunda profecía de la traición (14,20), y
responsable de su muerte (cf. <como está escrito> en la frase anterior).
¡rrrrlecía de su muerte * lamento sobre el traidor
(14,21). Las partes pri-
Orígenesre, sin embargo, ve en el empleo de <<por medio del cual) en vez el mismo número
,,'.r^ y tercera son bipartitas y tienen casi exactamente
,lc ¡ralabras, mientras que la segunda contiene más o menos la mitad. Pero
13. F. Hauck-S. Schulz, Poreuomai,567-569.
lrrs tlos primeras partes son también estructuralmente paralelas entre sí (cf'
14. Cf. M. Casey, Aramaic Sources of Markb Gospel,233-236.
15. E. C. Maloney, Semitic Inlerference in Marcan Syntar, l2l-126. ttttttt a <'<el qu" *ó¡u conmigo en un plato> en 14,20). La tercera tiene una
16. J. Jeremias, The Eucharistic Words ofJesus,183-184. (.slt.uctura intema que alterna <el Hijo del Hombre>> con <el hombre>2o:
17. Cf. M. Casey, Aramaic Sources of Mark's Gospel,243.
18. Cf . ibid.,50-51; E. C. Maloney, Semitic Interference in Marcan Syntax,5l-53.
19. Orígenes, Comentario o Moteo,83. ](). C|. W. D. Davies-D' C. Allison, The Gospel According to Sainl Matlhew 3,462.
Mc 14, l7-2 l: (\ttttc'ttturitt I 099
I 098 Sexta sección principal (Mt' 14, I I 5. 47)

el Hijo del Hombre se va... cntregado en manos de sus enemigos (cf. nota a ((me entregará)) en 14,
iay de ese hombre! liJ). El Jesús marcano se hace eco inmediatamente de uno de esos salmos
por medio del cual el Hijo clel Homórz es entregado cuando especifica que el traidor es uno (que come conmigoD: una alusión
mejor sería para ese ht¡mbre no haber nacido. cvidente a Sal41, 9 [40, l0 LXX] (cf. nota a <el que come conmigo) en
14, l8). Es quizás relevante que este salmo, como varios otros del
justo
14,17-21. Profec'ía de la traición La historia de la Última Cena comien- sutiiente, vaya encabezado por la frase eis lo telos: <paralhasta el final>
za con la llegada de Jesús y los Doce a la sala en el piso superior (cf. nota a cn los LXX. Por tanto, podría ser tomado fácilmente como una referencia
esta expresión en I 4, I 5) <venida la tarde> (14, 17). Es esta una designación il la muerte o una profecía escatológica, como en verdad ocurre en Qumrán
es para
de tiempo típicamente marcana (cf. 1,32; 4,351' 6, 47; 15,42), pero aqui (c f. 1
QH 5,23-24)'?3 . De modo correspondiente, la traición de Jesús
tiene una importancia adicional ya que la hora de la tarde significa que co- Marcos el principio de un drama apocalíptico trascendental que concluirá
mienza la festividad de la Pascua (cf. nota a <el primer día de los Ácimos> con la muerte y resurrección de Jesús.
en 14, l2). La llegada de la noche puede no sólo tener importancia crono- Sin embargo, la profecía de Jesús de este acto escatológico traicionero
lógica, sino también simbólica (cf. <Y era de noche) en Jn 13,30): está rro especifica un agente preciso, sino sólo que el autor será uno de los que
surgiendo la oscuridad cósmica del tiempo de prueba escatológico, como .,l,llpi.t"n la comida. Como respuesta, por tanto, cada uno de los discípulos
quedará inmediatamente claro por la profecía de Jesús sobre la traición (cf. .,,'.,-,'i"nru a preguntar si resultará él ser el culpable ( 14, I 9). La palabra grie-
comentario a 16, l-4 sobre la resonancia simbólica del alba como escenario r¿r que Marcos emplea para introducir la pregunta, meti, sugiere
que cada
en el relato de la tumba vacía). Como afirma un antiguo Comentario a Mar- ¡ll() se considera a sí mismo un candidato improbable, o al menos desea que
cos: (La tarde del día indica la tarde del mundo>2r. Ios demás lo piensen (cf. nota a (¿Acaso soy yo?> en 14' l9)'
Sigue inmediatamente otro detalle aparentemente prosaico pero de espe- En respuesta a la pregunta de los discípulos sobre la identidad del traidor,
cial importancia: tras su llegada, Jesús y los Doce se recuestan y comienzan .lcsírs reitéra su profecía, hablando esta vez del culpable como
(el que moja
a comer ( 14, l8a). La posfura recostada tiene una especial importancia aquí, t.rrnmigo en un plato> (14,20). Esta expresión no es realmente más concreta
porque en el contexto pascual es un deber ritual reclinarse como conviene |'¡trc la anterioq sino simplemente una referencia más a la Pascua que Jesús
a una persona libre (cf. nota a <<recostados> en 14, l8). En algunos círculos .:onrparte con sus discípulos; el que los participantes mojaran su pan en la
judíos se esperaba que el mesías aparecería en el tiempo de la Pascua para s¿¡lsa, así como el estar recostados, era una parte usual del oficio de Pascua,
cumplir la promesa de libertad en el presente (cf. la nota a <Vigilad> en 13, t¡rrc funcionaba como signo de un lujo prohibido a los esclavos, pero disfru-
37); el pasaje siguiente ampliará el tema de la Pascua al sugerir una analo- rirtlo por la gente libre, con lo que era así uno de los privilegios otorgados a
gía entre Jesús y Moisés, el gran libertador en la primera Pascua (cf. nota a l,,s rriiembros dela Alianza (cf . nota a <el que moja conmigo en un plato> en
<Esta es mi sangre de la Alianza> en 14, 24 y el comentario a 14,23-24). A l-1. 20). Esta relación hace aún más terrible que el hombre que está a punto
difbrencia de Moisés, sin embargo, Jesús derramará su propia sangre, no la tlc traicionar al mesías y a la nueva Alianza que va a inaugurar moje su pan
ilustra-
de los animales del sacrificio o la de los enemigos de Israel. Iunro con él; su perfidia queda destacada por su intimidad con Jesús,
En 14, 18, Marcos yuxtapone asimismo una imagen de libertad pascual tlrr gráficamente por la imagen de compartir plato (cf. Rut 2, l4). Un ejemplo
(estar reclinados) en discordancia con la solemne declaración de Jesús que ,irriilar, incluso más sangrante aún, de este abuso de la intimidad aparecerá
(14,45)21.
uno de los Doce lo entregará Qtaradosei, 14, I 8b). El empleo de paradósei l)ronto con el incidente del <beso de Judas>
puede ser irónico aquí, puesto que los LXX utilizan con frecuencia este 'fras profetizar dos veces su traición, Jesús concluye bosquejando sus
verbo para indicar cómo el Dios de la Alianza entrega en manos de su pue- ,,,,,*ecuéncias. Primero, lacónicamente, para sí mismo; luego' más amplia-
bfo escogido a sus enemigos,y 4Q246 2, l-9 individualiza esta esperanza ilrcnte, para su traidor (14,21). El resultado para él es que tendrá que <ir-
cuando dice que Dios los entrega en manos de su Hijo (probablemente el \c)): un áufemismo de la muerte que tiene un amplio trasfondo en la historia
mesías; cf. nota a <el Hijo del Hombre está siendo entregado a manos)) en tlc las religiones (cf. notq a <<se va)) en 14,21). La metáfora es paradójica,
14,41). Parafraseando a Bultmann22, en la teología marcana el que entrega Vit (Fle atribuye volición a un acto involuntario, y movimiento a un estado
a la muerte es entregado a ella. (luc ocurre sólo cuando el sujeto se ha convertido claramente en un ser
Hay además una fuente bíblica adicional para este último pensamiento: rirrrrtivil. Desde la Edad Media, los exegetas han defendido que su uso aquí
paradidonai se utiliza también con frecuencia en los salmos del justo su- rrt.c¡lúra la naturaleza voluntaria del sacrificio de Cristo25, pero esta inter-
friente, donde el hablante se queja de que, a pesar de su inocencia, ha sido
l-1. Cl. J. Marcus, The lAay of the Lord, 177-178.
21. Pseudo Jerónimo, Exposición de Marco:; 14. l7 [Cahill, 104]. l-1. ('t. Clemente de Alejandría, Pedagogo 2, 8, que une los dos pasajes'
22. R. Bul¡nann, Theology of the New Testament 1,33. 15. Clf. Tomás de Aquino, Catend Attrca sobre Mc 14' 17-21'
I 100 Sexta sección principal (Mc 14, I-15, 47) Mc 14, 22-25: Ntttt: I l0l

pretación ve demasiado en la metáfora, que de hecho es compatible con Lacoma[entrelasdosmitadesdelversiculol..'diviclclasdosideascon-


la noción de fallecimiento involuntario, como queda ilustrado por 4Esd. trariasqueatenazanjuntasnuestrasmentesantelatragcdia:eldestinoes
que se hace
8, 5 (siríaco): (lnvoluntariamente entraste en el mundo, y lo abandonarás irresistiüle y, sin embargo, somos culpables. Y la última línea,
la posibilidad, moralmente
eco del libio de iob t3;31, nos confionta con
(w'zl') sin tu consentimiento> (cf. 2ApBar.. 14,ll1'48, l5). En el contexto está la
destructiva, de una viáa qu. no rnttttt vivirse en absoluto' ¿Dónde
marcano, asimismo, las palabras siguientes implican un elemento de man-
bondad en tal mundo?
dato divino26; la <marcha> de Jesús es querida por Dios, ya que ocurrirá
(como está escrito)) en pasajes veterotestamentarios a los que se ha aludido
Nodebeesquivarseladensidadexistencialdeestapregunta'ypara
en versículos anteriores (cf. nota a (por medio del cual el Hijo del Hombre Marcos no se tráta sólo de un problema de Judas, puesto que todo
ser hu-
es entregado>> en 14,21b). pegajoso nexo entre el libre albedrío y
nrano se encuentra enredado en ese
Estos pasajes presentan alusiones a la traición de Jesús por Judas; por testimonio el abandono de Jesús por los otros
cl determinismo; de ello dará
tanto, una acción predestinada; sin embargo, y a pesar de ello, Judas sigue tliscípulos, bíblicamente profetizado (cf' 14, 2'7'49-52'66-72)' Sin
embar-
siendo personalmente culpable, como indica Jesús en 14,2lbc, donde se re- ,1,,, óspecto a la pregunia sobre dónde hay que enco.ntrar la bondad' es
fiere al castigo que merecerán sus acciones (<¡Ay de ese hombre... ! Habría indicara que en Jesús mismo' quien' a diferencia del
1rr,,UuUi" que Marcos
sido mejor para ese hombre no haber nacido>). El día del ajuste de cuentas que prevé
,rrrtor de I Henoc,se lamenta er yezde regodearse en el castigo
será el de la sesión del tribunal escatológico, como queda sugerido no sólo como descubrimos respecto al
l)lra ese discípulo que lo niega3r. Por tanto, aun-
por el paralelo a la formula <sería mejon en Mc 9, 42-47, sino también por crrpítulo 13 (cf . comentario a 73, 24-25), el texto marcano atempera'
la semejanza con la representación gráfica del Juicio Final en I Hen. 38,2. ,1,* no la erradique, la característica nota apocalíptica de venganza-
En este pasaje los pecadores son conducidos al castigo eterno por sus peca- Esta tendencia marcana a acentuar el aspecto positivo del
mesianismo
dos, en especial por haber <negado el nombre del Señor de los espíritus>. en el siguiente pasaje'
tlc .lesús que se abre a todo el mundo continuará
El veredicto pronunciado contra ellos es <<Sería mejor para ellos no haber enemigos, sino de sufrir una muerte
tkrnde Jesús hablará no de matar a sus
nacido> (sobre la fórmula <sería mejoo, cf. también m. Hag.2, l). Así pues, lcrlentora en pro de (muchosD (14,24)'
el destino escatológico de Judas es el apropiado para los apóstatas.
En el caso marcano, sin embargo, como en el henóquico, este juicio se
hace muy problemático, porque el ser humano parece predestinado a pecar 5. Jcsús TNTERnRETA EL pAN y EL vtNo DE LA ÚLrlMA CENA (14,22-25)
y por tanto parala destrucción (cf., por ejemplo, la atribución del pecado
humano a la influencia de los ángeles malvados en I Hen.69). Los exegetas l4 cuando estaban cenando, tomó pan, lo bendijo, lo partió' se
22Y
medievales y modemos han luchado vigorosamente contra esta conclusión, 23Y tomando una copa' dio
lo dio y dijo: <Tomad, esto es mi cuerpo)).
argumentando por ejemplo que (como está escrito> se aplica sólo al hecho 2aY les dijo: <Esta es mi
gr"cias y se la dio, y todos bebieron de ella'
de la muefe de Jesús, no a la manera de su ejecución27. Estos esfuerzos, sin 2sEn verdad (amén) os
:;,,ngr" áe la Alianza, derramada por muchos'
embargo, tiene su fundamento en 14, 18.20, versículos que se hacen eco de
textos bíblicos que hablan de traición; por tanto, los lectores familiarizados ,lig| que no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día, cuando lo
con la Biblia pensarían probablemente que Jesús profetizó bíblicamente bct'ra de nuevo en el reinado de Dios>.
su <idu, que incluía la traición que conducía hasta ella. Como observa
Calvino, Jesús no libera a Judas de la culpa simplemente porque hace lo
Notas
que Dios ha decidido28: por ello nuestro texto es una expresión clásica de
la misteriosa compenetración entre la soberanía divina y la responsabili- l4,22.Ycuandoestabancenando|kaieslhiontÓnautÓnf.Eneljudaís-
nro. las bendiciones se pronuncian generalmente al principio y al
dad humana, una zona grisácea que fascinó por igual ajudíos y cristianos final de
en la Antigüedad (cf., por ejemplo, Josefo, Bell. 2, 162-1631' Ant. 18, 13: lrrs comidas, no en medio de ellas (cf. nota a <bendijo> en 6,41), y el pan
m.'Abot 3, 15 [6]; y los Comentarlos antiguos a nuestro pasaje)2e. Druryt" principio de la comidar' En nuestro relato' sin
¡ror lo general se parte al
expresa elocuentemente la tensión implícita en nuestro pasaje: la bendición, la iraccién del pan y la bendición del vino tienen
",,.,[rarg"o, 18 y 14,22).
Itrgar d"urante la comida (cf. <cuando estaban cenando) en 14,
26. Cf. R. H. Gundry, Mark. A Commentary on His Apologtfor the Cross,838-839. modo extraño como un signo de que estamos ante
.1.'icnrias2 interpreta este
27 . Cf . Teoftlacto, Explicación de Mateo 26,23-25.
28. J. Calvino, Armonía sobre Mt 26,24.
29. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to SainÍ MatÍhew 3,462, -.1 l. Cf. Teofilacto, Explicación de Mateo 26,23-25'
nota 54. l. Cf. J. Jeremias' The Eucharistic Words ofJesus' 49'
30. J. Drury Luke,437. 2.. Ibid.,85-88.
I 102 Sextu sección principal (Mc I 4, I I 5. 47) Mt l4, 22-25: Nt¡tu.s I 103

un séder pascual, en el cual hay un plato preliminar sin acción de gracias israelitas de su inminente rescate de la esclavitud egipcia: ahora bien, esta
(verduras, hierbas amargas y puré de fruta) que precede a la liturgia, y la
clescripción puede reflejar el empleo de vino en las celebraciones de Pascua
comida principal en las que se pronuncian las acciones de gracias. pero no crr el momento de la composición de Jubileos (siglo ll a.C.). En tiempos de
tenemos ninguna prueba concreta sobre el orden de los acontecimientos en la Misná, tres siglos más tarde, el consumo de cuatro copas de vino en el
los séder del siglo I -Jeremias basa su opinión en testimonios posteriores sétler se había convertido en una exigencia religiosa (m. Pes. 10, 1.2.4.7).
como la Misná (,z.Pes. 10,3)-, pero al menos esta hipótesis proporciona 'fttsefia
Pes. 10,4 ofrece larazón de esta bebida, como la necesidad de estar
una posible explicación para un fenómeno insólito. rrlegre durante la festividad. Tradiciones posteriores, como Gn.Rab. 88,5,
Esto es mi cuerpo ltouro estin to soma moul. La interpretación del pan atribuyen importancia escatológica a estas copasT, y éste pudo haber sido el
como su cuerpo por parte de Jesús puede basarse en la costumbre judía de caso en tiempos de Jesús. (En séder modemos, las dos copas de vino antes
ofrecer una explicación durante el séder de los productos alimenticios es- rlc la comida miran hacia atrás, hacia el rescate en tiempos de Moisés, mien-
peciales que pudieran consumirse allí (cf. m.pes. 10,5)r. Ciertamente, no tras que las dos copas después de la comida miran hacia delante, hacia la
sólo ocurre que los testimonios de los séder en el siglo I son fragnentarios rcdención que va afraeÍ el mesías). El término (copaD en sí posee una con-
(cf. nota anterior), sino también que es discutible si la última cena fue en notación escatológica en el Antiguo Testamento, aunque la imagen es gene-
realidad un séder de Pascua, o bien tuvo lugar en vísperas de ra pascua (cf. ralr.nente negativa (la copa deljuicio o de la ira, por ejemplo, Is 51, l7-23; Jr
introducción al comenrario y la nota a <No durante la fiesta> en 14, 2). l-5, 15, lQpHab I I, l4-15; cf.la nota a (copa)) en 14, 36)E. Pero elAntiguo
Marcos, sin embargo, la describe como un .séder pascual (14, l2.l 6), por l'cstamento proporciona también la materia prima para el uso positivo de la
lo que las costumbres de la cena de Pascua son al menos relevantes para la irnagen de la copa (cf., por ejemplo, <la copa de salvación>> en Sal I 16, l3);
exégesis de su narración. A nivel del Jesús histórico, incluso si su última cl. también las observaciones sobre el simbolismo escatológico del vino en
cena ocurrió en vísperas de la Pascua envez de en la festividad misma, el lrr literatura de Qumrán enla nota a <de nuevo>> en 14,25.
ritual de la Pascua habría estado en su mente y en la de sus discípulos, por Algunos enemigos del alcohol mantienen que Jesús era un abstemio. y
lo que el simbolismo de la Pascua no habría eitado fuera lugar.n tul r¡uc el vino que él y sus discípulos bebieron en la Ultima Cena era lo que
aunque fuera un tanto llamativo. ""nu, la Biblia llama <vino nucvo)), que identifican con el jugo no fermentado
Los estudiosos que suponen que <las palabras sobre el pan)) son básica- tlc uvas. Sin embargo, esta <teoría de los dos vinos> es el resultado de la
mente históricas han discutido acerca del original arameo que pudo ser la
¡ricdad y no de los testimonios históricose. En muchos lugares del Antiguo
base subyacente al griego sómq, puesto que no hay ningún término común lcstamento se acepta la idea del poder del vino para hacer feliz a la gente,
para (cuerpo> en el arameo de la épocaa. Sin embargo, la teoría que ha y hasta para embriagarla (por ejemplo, Gn 9, 2l; Pr 3l , 6-7 , Jr 51 , 7; Zac
conseguido la mayor aceptación es que originalmente Jesús no identificó 10,7), incluso si es tíróí,que se traduce a veces como <vino nuevo> (cf.
el pan con su cuerpo, sino con su (carne)) (arameo bisra': hebreo basar). os 4, ll;Hch 2, l3)r0. Este efecto estimulante es la razón por la que con
<<carnerr es un término común, tanto en la Biblia como en er hebreo y ara- liecuencia se menciona al vino en relación con el banquete escatológico
meo posteriores, y sus usos veterotestamentarios son traducidos frecuen- {lror ejemplo, Is 25, 6-10; Jl 3, 18; lQSa 2, 18-22:2ApBar.29,5), una
temente por sóma en los LXX (porejemplo, Lv 15, 2.3.11, etc.: IRe 13, irnagen que proporciona parte del trasfondo para nuestro pasaje (cf. comen-
22.24.28.29). Cf. también el paralelo a <las palabras sobre el pan> en Jn 6, Ittt'ir¡ a 14,25). Esta es también la razón por la que en tiempos de Jesús el
5l : <El pan que yo os daré... es mi came>>s. virro se había convertido probablemente en parte regular de la celebración
23. una copa lpotérion]. La copa contenía vino, como es claro por el tlc la Pascua (cf. el párrafo anterior). Por tanto, parece lógico que el vino
sintagma <el fruto de la vid> (14,25). Probablernente era vino tinto, como rrtilizado en la Ultima Cena fuera el normal, es decir una bebida alcohólica
sugiere la comparación con la sangre en 14,24, aunque en palestina anti- rt l. tarnbién Jn 2, l- l I ).
gua se conocían tanto los tintos corno los blancos.. El vino desempañaba
.t' toclos bebieron de ella lepion ex alrtou pantes]. El texto hace especial
una función importante en los ritos de Pascua del Segundo Templo, aunque lrincapié en que todos los participantes bebieron (Judas incluido), por lo
no se mencione en las narraciones de Pascua veterotestamentarias. Sin em- t¡rrc este detalle formó parte de las discusiones posteriores acerca de la
bargo, aparece en Jub. 49,6 como parte del relato de la celebración de los ¡rirrticipación de comulgantes indignos en la E,ucaristíarr. En el contexto
¡r'cscrrte, sin embargo, puede ser que el autor no pensara especialmente
3. tbid..55-56.
4- cf. M. Casey, Arantoit' sources of Markrs Gospet,239, para algunas conjeturas, 7. C1. B. Bokser, Ifte Origins ol the Seder, índice, <<lline>>.
por ejemplogr?ph. pigra'y ga.icm.
ll Cl. H. Pafsch, Poterion, 142.
5. cf- J. Bonsirven, Hoc e.sr corpus meumi J. Jeremias, The Euchorisric lhotcls o/' 9. Para una relutación divertida. cf. M. M. Homan-M. A. Cstohl, Jesas the Teetofaler.
.Jesu.g. 198-201 .
10. Cf. J. F. Ross, Wine,849.
6. Cf. E. G. Hirsch-J. D. Eisenstein, I4zi¿e. I l. Cf.. por ejemplo, Teofllacto. Explictrción de Marcos 14,22-25.
I t04 Sexto sec'ción principal (Mc 14, l-l5, 47) Mc 1 4, 2 2-2 5 : ('()t,tL'ttlúr¡t, I 105

en Judas; es posible que Marcos pretendiera establecer un contraste entre 1'.Ditl. 9,2)tr y en parte sobre su relación con las val'as o vástagos, que
la generalidad de los que bebieron (<todos ellos bebieron>) y el número lccuerda las profecías del <vástago>> de ls I l, I ; Jr 33' I 5; Zac 3, 8; 6, 12te'
limitado de aquellos para los que esta bebida tiene efecto (<derramada por Sobre la importancia de Gn 49 en Marcos, cf . comenlario a 14,23-24.
muchos>). Como afirma el Pseudo Jerónimo: <La sangre del Nuevo Testa- ¿le nuevo fkainon]. Este adjetivo neutro singular en acusativo suele in-
mento, derramada por muchos, no limpia a todos>>r2. lcrpretarse como referido a genémato.r : <el fruto (de la vid)>; según esta
24. Esto es mi sangre de la Alianza ftouto estin to haima mou tes lcctura, Jesús beberá <vino nuevo>> enel eschalon'Tal lectura se apoya en 2,
diathék€s). Sobre la asociación del vino con la sangre, cf. Gn 49,1l y Dt32, 12. donde el <vino nuevo)) es un símbolo de la originalidad escatológica del
14, donde se denomina (sangre de uvas> (cf. Is 63, 3; Eclo 39,26;50, l5; ntinisterio de Jesús, aunque se use un término diferente para <nuevo>. Este
¡rilsaje y el nuestro pueden aprovechar las asociaciones ya existentes
Ap 14, 20)¡3. Nuestro dicho recuerda directamenteEx24,s (cf. comentario del
a 14,23-24). Pero el Jesús marcano pudo también aludir a Zac 9, I l, texto ((vino nuevo)>; en lQSa 2, 17-20, por ejemplo, el mesías bendice el pan y el
que se hace eco de Ex24,8ra, único pasaje veterotestamentario que une las virro nuevo (tyr*i) cuando se reúne la comunidad escatológica. El Rollo del
palabras ((sangre), <mi>, y <Alianzu: <A causa de la sangre de mi Alian- li'tnplo describe una <festividad del vino nuevo)) (mw'd htyrwí; 1 lQTemplo
za con vosotros, pondré en libertad a vuestros prisioneros>. En el Targum I 9, I I -2 l, I 0; 43, 7-9), que parece haber tenido una orientación escatológica
Jonatán este pasaje se entiende como una alusión a los acontecimientos del y cstar relacionada con la expiación (kpr:21, 8)20. El vino nuevo, pues, está
éxodo, relacionándolo así con el contexto pascual deMc 14,24. uniclo en Qumrán con el eschaton, el mesías y la expiación.
derramada por muchos lekchynomenon hyper pollónl. La idea de la muer- Pero los adjetivos neutros en acusativo pueden funcionar también como
te de una persona que funciona como un sacrificio expiatorio por <muchos>
:
rrtlverbios; Wallace2r cita usos neotestamentarios comop roton <primero>
es similara la imagen de Is 53, ll-12, aunque el único nexo en cuanto al {lror ejemplo, Mt 6, 33), perisson: <en abundancia> (Jn 10, l0) y loipctn
vocabulario sea el término <muchos>. Este concepto de muerte expiatoria <por último> (Hch27,20). Entendiéndolo como adverbio, que es grama-
fue recogido en el judaísmo postbíblico, debido en parte al impacto de los ticalmente más terso que como adjetivo, kainon modificaría a <bebo> en
martirios en tiempo de los Macabeos y en períodos posteriores, que sus- r cz de al <fruto de la vió; Jesús diría entonces que cuando llegue el rei-
citaron la cuestión de por qué Dios permite que la gente piadosa sufra un rr¿rclo de Dios, él beberá de nuevo, o de un modo nuevo. La traducción de
destino tan terrible; una de las respuestas que se dio a esto, y que ejerció Itttinon como <de nuevo)) encaja mejor con el contexto, que parece implicar
un gran influjo, fue que su sufrimiento expiaba los pecados del resto del rrrra intemrpción temporal seguida de una reanudación (<no beberé más del
puebfo, librándolo así de la ira escatológica (cf. 2 Mac 7, 37-38; 4 Mac 6, titrto de la vid hasta que... lo beba kainon>>). La interpretación adverbial
28-29: 17,21-22; IQS 8, 3-4). sü apoya en dos testigos siríacos antiguos, el Sinaítico y la Peshitta; ambos
25. no beberé más fouketi ou mé pióf, lit. <nunca más no beberé>. Je- lccn hadta'yit, una forma adverbial que significa <<de nuevo>>, <reciente-
remiasr5 argumenta que Jesús distribuye la copa de vino, pero no bebe de nlcnte> o <de un modo nuevo>>22.
ella porque está sujeto a un voto de abstinencia parecido al de los nazireos
(cf. Nm 6, l-4). Según tal interpretación, ((no beberé más> es como una
mirada hacia atrás, hacia la vida de Jesús cuando bebía vino, práctica que ('omentario
ahora suspende en cumplimiento de su voto. La interpretación más natural,
sin embargo, es que Jesús afirma que, aunque acaba de beber vino, no lo lntroducción Inmediatamente después de la profecía sobre la traición
hará nunca más. Parece improbable que diera gracias por el vino, pero que (l¡c causará su muerte, en 14, 17 -21, Jesús ejecuta una impactante acción ri-
rechazara beberlo. lLral que presenta este fallecimiento inminente como un sacrificio expiatorio.
de la vid ftes ampeloul. Como el vino y la copa (cf. not(t a <<copa> en 14, Sornos afortunados al tener un testimonio independiente de esta tradi-
23),la vid puede ser un símbolo escatológicor6, y ésta puede ser la razón de e itirr, el relato de Pablo en I Cor I1,23-25, similar a la mayor parte de los

por qué, al igual que la copa, aparece a menudo en las monedas de la primera nrarruscritos de Lc 22, l5-20 (cf. Tabla 44). Lucas mismo ha sido influen-
revuelta judíari. La hoja de la vid puede tener en estas monedas un matiz e iuclo por esta tradición paulina o un escriba posterior la ha interpolado en

expresamente mesiánico, basado en parte sobre Gn 49, 1l (cf . 2 ApBar. 39, cl tcxto del evangelista (está ausente del Códice Bezae).

12. Pseudo Jerónimo, Exposición de Marcos 14,23 [Cahill, 106]. llJ. Cf. M. Hengel, The Zealots,l16, nota 214.
13. J. P. Segal,The Hebrew Passover,35,nota7. 19. Cf. C. Rofh, Messianic Symbols,16l-162'
14. Cf. C. L. Meyers-E. Meyers, Zechariah 9-14, 138. 10. Cf. Y. Yadin, The Temple Sc'roll I , 108- I I I .
15. J. Jeremias, The Eucharistic Words ofJesus,207-212. I l. D. B. Wallace, Greek Grantmar Be¡'ond the Basics,293.
16. Cf. C. Roth, Messianic Symbols; W. Rordorf, La Vigne et le vin,498-503. 22. Cf. R. A. Payne Smith, I Contpendiotrs S)'riac Diclionarr', y K. Brockelmann, Le-
17 . Para ejemplos, cf. Y. Meshorer, Ancient Jewish Coinage 2, ilustraciones l7 y I tl. ttfu¡n Striacunt.
Tabla 44. L¡ rneorcróN DE LA CENA DEL SEñoR

Morcos 14,22-25 Mateo 26, 26-29 Lucas 22, 15-20 D, etc. Lucas 22, 15-20 I Corintios 11,23-25
Tbxto mayoritario
... que el Señor Jesús, la no-
che que fue entregado,
Y les dijo: Y les dijo:
<Con ansia he deseado co-
<Con ansia he deseado co-
mer esta Pascua con voso- mer esta Pascua con voso-
tros antes de mi pasión. tros antes de mi pasión.
co-
Os digo, pues, que no la Os digo, pues, que no la co-
meré meré
hasta que se cumpla en el hasta que se cumpla en el
reinado de Dios>. reinado de Dios>.
Y,habiendotomadolacopa, I habiendo tomado una
copa,
después de haber dado gra- después de haber dado gra-
cias, cias,
dijo: <Tomad esto y reparti- dijo: <Tomad esto y reparti-
dlo entre vosotros. dlo entre vosotros.
Os digo, pues, que desde Os digo, pues, que desde
ahora no beberé del fruto ahora no beberé del fruto
de la vid hasta que venga el de la vid hasta que venga el
Reino de Dios>. Reino de Dios>.
Y cuando estaban cenando, Y cuando estaban cenando,
tomó pan, tomó Jesús pan, Y tomando pan Y tomando un pan tomó pan;
lo bendijo, lo bendijo, y habiendo dado gracias, y habiendo dado gracias, y habiendo dado gracias,
lo partió, lo partió, lo partió lo partió lo partió,
se lo dio y dijo: lo dio a los discípulos y dijo: y se lo dio diciendo: y se lo dio diciendo: y dijo:

.,Ttrm¡d. .,TLrm¿d. comed-


cuerpo).
esto es mi esto es mi cuerpoD. (Esto es mi cuerpo>. (Esto es mi cuerpo (Esto es mi cuerpo
que es entregado por voso- por vosotros;
tros.
Haced esto en memoria haced esto en memoria de
mío. mí>.
Y tomando una copa, Y tomando una copa, Y la copa de la misma ma- Asimismo, también la copa,
nera,
después de haber cenado, después de haber cenado,
diciendo: diciendo:
dio gracias, dio gracias,
se la dio, se la dio diciendo:
y todos bebieron de ella. <Bebed todos de ella,
Y les dijo:
(Esto es mi sangre de la pues esto es mi sangre de la <Esta copa es la nueva <Esta copa es la nueva
Alianza, Alianza, alianzaen mi sangre, alianza en mi sangre.
Haced esto todas las veces
que bebiereis,
en memoria mia>.
derramada por muchos. derramada por muchos vertida por vosotros>.
para perdón de los pecados.
En verdad (amén) os digo Os digo:
que no beberé más del fruto no beberé desde ahora de
de la vid este fruto de la vid
hasta aquel día, hasta aquel día,
cuando lo beba de nuevo en cuando lo beba con vosotros
el reinado de Dios>. de nuevo en el reinado de mi
Padre>.
I 108 SexÍa sección principal (Mc 14, I-15,47) Mc 14, 22-25: Comcttl¿u'io I 109

En cualquier caso, la versión paulina presenta la mayor parte de los 14.31.42), es probable que estuviera profundamente imbuida de la atmós-
elementos importantes de la marcana (tomar el pan, la bendición, fracción fera de la festividad, por lo que el simbolismo de la Pascua acentuado en
del pan: <Esto es mi cuerpo>, y la identificación de la copa con una alianza Ios Sinópticos es oportuno (cf . nota a <Esto mi cuerpo> en 14,22).
sellada en la sangre de Jesús). Las adiciones marcanas más importantes La forma marcana del pasaje se divide en tres partes: bendición, distri-
respecto a Pablo son: (cuando estaban cenando>; la orden de Jesús de lo- bución e interpretación del pan (14,22); bendición, distribución e interpre-
mar el pan y la afirmación de que se lo dio; la bendición, distribución y tación del vino (14, 23-24); y el voto de no beber vino de nuevo hasta la
bebida de la copa; y el voto de Jesús de no beber de nuevo el fruto de la vid llegada del reinado de Dios (14,25).
hasta la llegada del reinado de Dios. Sin embargo, de estas diferencias sólo
<cuando estaban cenando> parece una probable adición marcanq ya que 14,22. Las acciones sobre el pan. El pasaje comienza con la bendición
muestra el gusto de Marcos por el genitivo absoluto que adapta este pasaje y la distribución del pan(74,22a).Estas acciones van
de Jesús, la división
al anterior, el cual comienza con una formula similar (cf. 14, 18)..Otros introducidas por un genitivo absoluto, kai esthionton autón: <y cuando
pluses marcanos pueden reflejar el desarrollo de la tradición de la Ultima estaban cenando>, que repite 14, l8 casi literalmente. Ambos pasajes conti-
Cena en contextos litúrgicos premarcanos. núan hablando de la muerte de Jesús, pero, como señalan Davies-Allison2s,
La reconstrucción y la interpretación de la Ultima Cena <históricu han la atmósfera cambia ahora de la tragedia a la redención.
sido un núcleo tormentoso de la investigación moderna23. Esta controversia La atmósfera de redención va unida totalmente al simbolismo del pan:
ha surgido en parte porque Jesús utiliza aquí acciones liturgicas para pro- Jesús relaciona su cuerpo con el pan, que no sólo es consumido y <destrui-
fetizar su muerte, y los que se muestran escépticos respecto a que previera do> (alusión a su muerte próxima), sino que también alimenta a los que
su muerte más los que sospechan que la iglesia ha retroproyectado su pro- lo ingieren. Jesús bendice el pan a mitad de la cena (<cuando estaban ce-
pia práctica eucarística al período prepascual consideran esta tradición no nando>), que es un emplazamiento insólito, pero que puede explicarse por
histórica en gran parte2a. Se ha discutido también el escenario pascual de la el orden del séder de Pascua (cf. nota a <cuando estaban cenando> en 14,
tradición, ya que sólo se menciona en el contexto general (14, 12.76), no 22). Si este incidente es histórico, la bendición habría sido probablemente
en el relato mismo de la institución eucarística, y porque Pablo sólo dice la que los judíos todavía pronuncian sobre el pan: <<Bendito seas, oh Señor,
que Jesús realizó este rito <en la noche en la que fue entregado> ( I Cor I 1 , Dios nuestro, rey del universo, que produce el pan de la tierru (cf. m. Ber.
23),no <en la Pascua>. Además, la cronología joánica y ciertos detalles del 6, I ). El cuerpo de Jesús, identificado por él con el pan, también será <pro-
relato marcano parecen contradecir la tesis de que la comida era un séder ducido> por la tierra gracias un acto creativo de Dios (cf. 16,6).
en sentido estricto (cf . nota a <No durante la fiestu en 14,2.). Por ello, los El pan consumido en la Pascua (y quizás en la última cena de Jesús, aun-
estudiosos han relacionado las acciones de la Última Cena con una gran que no fueraun séder) no era el normal -pan con levadura pero plano-, sino
variedad de trasfondos de la historia de las religiones, desde las comidas de cl pan ácimo, en hebreo massah. Este pan estaba relacionado en la hagga-
los cultos mistéricos paganos, hasta las comidas judías de acción de gracias dah (nanación popular de la historia del éxodo) tanto con la aflicción como
(tódah),las cenas de la comunidad de Qumrán y las celebraciones cristia- con la redención, nexos muy apropiados en el contexto de la última cena de
nas (agape: comunión amorosa). Unos han argumentado que la comida .lesús. El vínculo con la aflicción proviene del hecho de que massah no era
original de Jesús -que era de carácter escatológico, pero no expiatoria (cf. un artículo de lujo, sino el alimento lulgar y preparado de antemano comido
Did.9-10)- fue transformada por la iglesia primitiva en una conmemora- lror esclavos y pobres (cf . b. Pes. I I 5b- I 1 6a; Mekilta, Pisha l0 [Lauterbach
ción de su sacrificio expiatorio. l. 80-8ll); según Dt 16, 3, se trata de (un pan de afliccióu (lhm 'ny)26. La
Es imposible clarificar aquí (ni quizás en cualquier otro sitio) estas úrltima frase se refleja en un dicho arameo dificil de datar que finalmente
complicadas cuestiones; la iglesia pudo haber retroproyectado su propia cntró a formar parte del rito de la Pascua: <Es el pan de los pobres (lfum'
ceremonia eucarística en Jesús, pero entonces es posible que haya recibido 'n.v') que nuestros antepasados comieron en la tierra de Egipto>. A su vez,
los rudimentos de la Eucaristía a través de los recuerdos de lo que Jesús ll declaración de Jesús: <<Esto es mi cuerpo>27 puede ser un eco de lo dicho
había hecho <durante la noche en la que fue entregado)), como dice Pablo. acerca del pan de los pobres. El pan de Jesús es también (un pan de aflic-
Los pronunciamientos categóricos sobre su historicidad están fuera de lu- ci(rn>, ya que simboliza la muerte que está a punto de sufrir.
gar, pero igualmente 1o están las declaraciones categóricas sobre su origen Al mismo tiempo, sin embargo, elma;;ah, como el cuerpo de Jesús, está
ficticio; incluso si, como parece probable, la Última Cena ocurrió durante lclacionado con la redención, ya que sirve como recordatorio del día de la
la noche anterior al comienzo oficial de la Pascua, como afirma Juan (19,
25. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,464.
23. Para un sumario accesible, cf. G. Theissen-A. Merz, El Jesús histórico,45l-485. 26. Cf. R. Routledge, Passover and Last Supper,2l2.
24. Cf ., por ejemplo, R. W. Funk y R. W. Hoover, The Five Gospels,l18. 21. Cf. J. Jeremias, The Eucharistic Words ofJesus,60-61.
llt0 Sexta sección principal (Mc I 4, I I 5, 47)
Mc 14,22-25: ('ontattlut'io llll
liberación de la esclavitud egipcia, cuando los israelitas tuvieron que mo- No sólo a nuestros padres redimió El Santo, bendito sea, sino también a
verse tan rápido que su pan no tenía tiempo para solidificarse (cf. de nuevo nosotros con ellos.
Dt 16, 3). Esta relación entre el massah y el rescate de los israelitas aparece Como se ha dicho: <Y (Dios) nos sacó de allí, para traernos aquí, para dar-
explícitamente en la Misná: <fComemos] massah porque fnuestros antepa- nos la tierra que Él había.¡urado a nuestros padies> lDr6,23l.
sados] fueron redimidos> (m.Pes. 10,5). Además, ya en tiempos de Jesús
algunos judíos pudieron haber vinculado el mas;ah no sólo con el pasado De modo similar, el evangelio propone que los cristianos rememoren
rescate de Egipto, sino también con el futuro de la redención en el tiempo las palabras de Jesús sobre la institución y el relato de la pasión entera co-
final, especialmente porque habían establecido un nexo entre la Pascua y el rno si hubieran participado activamente en ellos. La probabilidad de que los
milagro del maná, del que esperaban que se repitiera al final de los días (cf. cristianos de la comunidad de Marcos conocieran las palabras de la Última
la nota a <y partió los panes, etc.) en 6, 4l)28. Así pues, el dicho sobre el pan Cena por sus propias celebraciones de la Eucaristía (ya eran conocidas por
sugiere no sólo la muerte de Jesús, sino también sus resultados redentores, l'}ablo y los corintios veinte años antes) animaria a fal identificación. Así
apuntando su naturaleza escatológica. y otras partes del relato de la pasión es el mismo
¡rues, el espíritu de ésta
En la historia de la interpretación, las palabras de Jesús sobre el pan en que el del <espiritual> afroamericano: <¿Estabas allí cuando crucificaron
nuestro pasaje y sobre el vino en 14,24 a modo de institución eucarística t ¡ni Señor?>.
han generado una inmensa controversia teológica: ¿Con qué literalidad
pretendió Jesús que se tomaran? Martín Lutero, en una ocasión en la que 14,23-24. Las acciones sobre el vino. F.sta atmósfera de rememoración
defendía el concepto de <verdadera presencia> de Cristo en la Eucaristía, inrpregna también las acciones de Jesús sobre la copa, que recuerdan la
dibujó con un trozo de tizaun famoso círculo sobre una mesa y escribió irctividad de Moisés en la inauguración de la alianza del Sinaí. Jesús trata
en su centro las palabras <Esto es mi cuerpo>, como si este gesto hubiera la copa de modo similar al pan, tomándola (14,23a), bendiciéndola (14,
resuelto definitivamente la cuestión2e. Por el contrario, su antiguo colega 2lb) y luego interpretándola (14,24; cf. Tabla 45). Esta estudiada repe-
Carlstadt, que se oponía a la idea de la presencia real, suponía que cuando tición refuerza la impresión de que estas acciones rituales se propusieron
Jesús dijo estas palabras estaba señalando a sí mismo, no al pan30. Inclu- también para ser recordadas y repetidas.
so aunque uno rechace tales hipótesis imaginativas, el significado exacto Si esta narración es histórica, la bendición que utilizó Jesús pudo ser
de <Esto es mi cuerpo> no queda claro; la expresión <Esto es...> puede rnuy bien la sencilla bendición que todavía se sigue empleando en las casas
irnplicar la identificación completa del significante con la cosa significa- judías: <Bendito seas, oh Señor, Dios nuestro, rey del universo, que creó el
da, pero no siempre es necesariamente así (cf., por ejemplo, Jn 15, l-6). liLrto de la vid>. Este <fruto de la vid>, es decir, el vino, era una parte natural
El que uno interprete las palabras de la Institución como que implican tlel séder pascual, ya que esa ceremonia conmemoraba un acontecimiento
una identificación total, un mero símbolo o algo intermedio dependerá de grande y alegre de liberación en el pasado y anticipaba uno aún mayor y
consideraciones doctrinales y hermenéuticas globales que no pueden ser rrrlrs alegre en el futuro (cf. notas a <Vigilaó en 13,37, <una copa> en 14,
decididas por la exégesis. 23, <y de nuevo)) en 14,25). Pero la interpretación de Jesús de este vino
Sin embargo, es cierto que el séder de Pascua contenía desde tiempos crrrnpartido como <mi sangre de la Alianza)) suena a cambio típicamente
lejanos la idea de la rememoración, que implicaba no sólo una visión de- nr¿u'cano de esta expectativa escatológica que identifica el vino de la nueva
sinteresada de los acontecimientos pasados sino volver a revivirlos (cf., ctlad con la sangre de Jesús, y de ahí con su muerte.
por ejemplo, Ex 12, 1 4; 13, 3.9; Dt | 6, 3; Jub. 49, 7; Josefo, Ant. 2, 3 1 7)3 r. Este vínculo se apoya en una red de alusiones veterotestamentarias. Las
Como dice la haggadah de la Pascua -basándose en un dicho atribuido a ¡rllabras sobre la copa comienzan haciéndose eco de la escena en la que
Rabban Gamaliel en m. Pes. 10, 5 y en la ampliación de un tema ya presen- Moisés asperjaba la sangre expiatoria sobre los israelitas en el Sinaí y les
te en los pasajes bíblicos que se citan-: rlcclaraba: <Esta es la sangre delaalianza que el Señor hace ahora con noso-
lros> (Ex 24,8). En este pasaje del Antiguo Testamento la sangre asperjada
En cada generación cada persona debería considerarse a sí misma como si sigrrifica que los israelitas incurrirán en falta de sangre si rompen la alianza
saliera de Egipto.
tlc Dios con ellos, pero antes del siglo I pudo haber sido interpretado tam-
Como se ha dicho: <Y dirás a tu hijo en ese día las palabras siguientes: <Es
biún como una referencia al sacrifico expiatorio. Los targumes Onkelos y
así por lo que el Señor hizo conmigo cuando salí de Egipto>i [Ex 13, 8].
I'scLrdo Jonatán, por ejemplo, entienden <sobre el pueblo> como <sobre el
lltar para expiar (los pecados) del pueblo>32. Los targumes ofrecen así un
28. Cf. L. A. Hoffinan, A Symbol ofSalvation in the Passover Seder, lll-115.
29. Cf. R. L. Bainton, Here I stand,249. ¡rirralelo cercano a nuestro versículo, en el cual <mi sangre de la alianza>
30. Cf. R. J. Sider, Andreas Bodensfein von Karlsfodt,293, nota 355.
3 I . Cf. O. Hofius, I/le Lord s Supper, I 04, nota I 64.
12. Cf. J. L. Kugel, Tradilions ofthe Bible,667.
1112 Sexta sección principal (Mc I 4, 1-l 5, 47) Mc 14, 22-25: Comentario 111 3

opera como un sacrificio expiatorio (<<por muchos>). Además, la inserción A diferencia de nuestro pasaje, sin embargo, los targumes palestinenses
de la palabra <<mi> ayuda a cambiar este recuerdo de la expiación pasada en a Gn 49 identifican la sangre con la de los enemigos de Dios, degollados
tiempos de Moisés en una expectativa de redención futura, ya que se hace por el mesías. Este tipo de constructum mesiánico y guerrero puede estar
eco de la profecía escatológica de Zac 9, I I (cf. nota a <Esta es mi sangre reflejado también en las monedas de la rebelión judía contra los romanos
delaalianza>> en 14,24).Y <derramada por muchos> especifica el medio de que pintan uncáIiz o una rama de vid con sus hojas (cf. nota a <vid> en 14,
liberación escatológica evocando a Is 53, l2: el siervo sufriente del Señor 25). Así pues, las palabras de Jesús sobre la copa y su juramento, que for-
salvará a su pueblo <vertiendo> su alma hasta la muerte por ellos (cf. nota a rnan el final de la perícopa de la Última Cena, utilizan quizás una relación
<<derramada por muchos> en 14,24). Este nexo entre el triunfo escatológico bien conocida del mesías con la vid, el vino, la sangre y la realeza, pero
y la muerte expiatoria no es una innovación total del Nuevo Testamento, cambian la sangre de los demás (la de sus enemigos) por la del mesías y esa
puesto que ya en el Deuteroisaías el sufrimiento expiatorio del Siervo del realeza por otra que se establece por su muerte (no la de ellos).
Señor se convierte en el medio paralavictoria en la guerra santa33.
14,25. Voto de no beber vino de nuevo. En un duro contraste con las
Tabla 45. AccroNps y IALABRAS soBRE EL PAN Y EL vtNo EN Mc 14,22-24 palabras sobre la copa, en las que el Jesús marcano habla de los beneficios
Pan Vino cle su acto redentor para muchas personas, la declaración que concluye el
pasaje comierza con una referencia al coste de ese acto que recae sobre una
y cuando estaban cenando, y
tomando una copa,
persona, a saber, Jesús mismo: <En verdad (amén) os digo que no beberé
tomó pan,
nrás del fruto de la vid.. .>> (14,25a). Como señalan Davies-Allison36, esta
lo bendijo, dio gracias
<profecía de una futura abstinencia es, en efecto, otra predicción de la Pa-
lo partió,
y se la dio, sión>; al decir que no beberá vino de nuevo, Jesús da a entender que nunca
se lo dio y dijo:
y todos bebieron de ella más comerá o beberá nada hasta <<aquel díu cuando lo haga de nuevo en
y les dijo: cl reinado de Dios.
<Esta es mi sangre de la Alianza, derra-
Esta renuncia es, en cierto sentido, similar al voto del nazireato, que
<Esto es mi cuerpo>.
mada por muchos>. irrcluía la abstinencia de vino (cf. Nm 6, l-4), y al modo santo de vida
tlc los recabitas, que también evitaban las bebidas alcohólicas (cf. Jr 35).
Otro pasaje del Antiguo Testamento puede estar en el trasfondo de la l)cro tal voto tiene un horizonte escatológico que no está presente en estos
interpretación de Jesús del vino: la referencia en Gn 49, 8-12 a un descen- prototipos veterotestamentarios: Jesús jura no beber vino hasta que Dios
diente de Judá que atará su pollino a una vid y lavará sus vestiduras con instaure su reinado en la tierra (14, 25b), en parte quizás para inducir a
el vino. Este pasaje, del que se había hecho ya eco Mc 11, 4 (cf. la nota a I)ios a actuar de la manera deseada3T. En cualquier caso, el voto conclusivo
<un pollino atado... en la calle>), es interpretado comúnmente como un rlc Jesús dirige la atención al futuro escatológico; por consiguiente, forma
testimonio mesiánico en textos judíos del Segundo Templo y posteriores rrrra unidad con la afirmación de Pablo de que cuando los cristianos coman
(cf., por ejemplo, 4QCommGenA[4Q252] 5, l-7; TbstJud. 24, 5-6, y los cl pan eucarístico y beban la copa, proclamaránla muerte del Señor <hasta
targumes). Los Padres de la iglesia lo vieron como una profecía del esta- (lue venga) (lCor 11,26). Esta idea se halla también de acuerdo con el
tus mesiánico de Jesús y de su muerte sangrienta, uniéndolo a veces con cspíritu de la Pascua, que no sólo conmemora la redención ocurrida en
las palabras sobre la copa de la tradición sobre la Última Cena3a. El nexo ticrrpos de Moisés en el pasado, sino que mira también hacia delante,hacia
es lógico, ya que el pasaje vincula al futuro vástago de Judá con varias l¿r rcdención mesiánica en el futuro, uniendo de esta manera el recuerdo del
imágenes relacionadas con nuestro pasaje: la vid, el vino, llamado (sangre úxodo con la anticipación esperanzadora de la fiesta escatol ógica (cf. notas
de las uvas>, y el cetro, parafraseado en algunos textos judíos como el rr <Vigilaó> en 13,37 y (copD en 14,23).
<<reinado> (malkúta'/ basileia), todo lo cual nos recuerda el vocabulario Contra toda esperanza, pues, y según una necesidad divina, el mesías
de Mc 14,23-25. Además, los targumes palestinenses interpretan la <san- rlcbe sufrir y morir; pero contra toda expectativa también, este fallecimien-
gre de las uvas) como una referencia literal a la sangre y la vinculan con Io señalará no la derrota, sino la victoria. Sin embargo, para que esta cadena
el mesías35. ruisteriosa de acontecimientos se ponga en movimiento, Jesús tendrá que
scl abandonado por sus seguidores más cercanos, una deserción que él pro-
33. Cf. J. Marcus, The Way of the Lord, 190.196. lcliz,ará en la siguiente perícopa.
34. Cf ., por ejemplo, Justino, l Apología,32, l-8; Tertuliano, Contra Marción 4,401'
Eusebio de Cesarea, Demostación del Evangelío 8, l, 72-7 8.
35. Cf. M. McNamara, The New Testament and the Palestinian Targum,230-233; R. .16. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,475.
Syrén, The Blessings in the Targum, I 02-1 1 1; D. E. Aune, Revelotion, 1 049- I 050. -.17. Cf. J. Jeremias, The Eucharistic Words of Jesus,214-216.
il14 Sexta sección principal (Mc 14, I 15, 47) Mc 14,26-3 l: Notu,t u15

6. Jssús pRoFErrzA LA DESERCIóN DE Los DocE (14,26-31) rencia más significativa de Marcos respecto a los LXX consiste en que en
csta versión Dios ordena a su espada: <<Hiere al pastor...>, mientras que
14 26Y después de entonar un himno, salieron para el monte de los cn Marcos es Dios mismo el que dice: <Heriré al pastor...>. La divinidad
Olivos. 27Y Jesús les dijo: <Todos os escandalizaréis, porque está es- cs en última instancia la responsable de la herida del pastor en los LXX,
crito: 'Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas'.28Pero después de pero Marcos hace más explícito lo que implican los LXX. Sin embargo, el
que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea>. 2ePero Pedro cvangelista introduce también una alusión a Isaías 53, en la cual el pueblo
le dijo: <<Aunque todos se escandalicen, yo no)). 30Y Jesús le dijo: <En clc Dios, comparado a las ovejas, se descarría, aunque a pesar de ello el
verdad (amén) te digo: Hoy, esta noche, antes de que cante el gallo dos Señor carga los pecados de aquél sobre su siervojusto, a quien hace sufrir
veces, tú me negarás tres veces). 3rPero Pedro insistía con vehemen-
por ellos (Is 53,4.6. l0). La referencia a las ovejas en el contexto amplio
rle lsaías es quizás parte de larazón por la que estos dos pasajes quedaron
cia: <Aunque tuviese que morir contigo, nunca te negaré>. Y todos
(cf. I Pe 2,25)3.
rrrridos muy pronto
ellos hablaban de la misma manera.
LacitadeZac 13,7 en Mc 14, 27 esparte de un conjunto de alusiones
o vínculos conZacarias9-14 en Mc 14, 24-28a:
Notas
Mqrcos Zacarías
14,26.Y después de entonar un himno lkai hymnesanres]. Cuando el |4,24:misangredelaalianza 9, ll
Segundo Templo estaba aún en pie, la sección bíblica conocida como el Ha- 14,25'. aquel día, reinado de Dios 14, 4.9
llel (<<Alabanza>), que consiste en los Salmos 113-118, se cantaba allí en la 14,26: monte de los Olivos 14,4
Pascua (cf . m. Pes. 5 , 7), al igual que ocurría en Tabemáculos, Hanukkah y 14,27:herir al pasto¡ y dispersión de las ovejas 13,7
Semanas (cf. nota a <Bendito el que viene en nombre del Señon en 11,9). 14,28: restauración de las ovejas dispersas 13, 8-9
Probablemente ya en tiempo del Segundo Templo los judíos comenzaron a
cantar el Hallel también al final del séder de Pascua (cf. m.Pes. 10,6-7t);
Además, en la exégesis judía posterior el terremoto en el monte de los
véanse las referencias <a la alabanza, bendición y glorificación del Señor>
Olivos de Zac 14, 4-5 permite a los muertos surgir por la hendidura que
durante la Pascua en Jub. 49, 6 y la entonación de himnos (hymnón, de la
rparece entonces (Targ. Cantar 8,5; sinagoga de Dura Europos; cf. el ms.
misma raíz que hymnésantes) en la Pascua, en Filón, Sobre las leyes espe'
l{euchlin del targum a Zac 74,4)s. Hay así una posible relación entre esta
ciales,2, 148.
sccción de Zacarías y el tema de la resurrección en Mc 14, 28.
27. Todos os escandalizaréis lskandalisthésesthef. Sobre este vocablo
(traducido como ((caen)> en 4, 1'7, <quedaron escandalizados)) en 6, 3, <<es- ¿Por qué esta plétora de alusiones aZacarías 9-14 en estos pocos ver-
sículos? Es posible que Jesús mismo recordara esta sección de Zacarías que
candalizan en 9, 42-43.45.47), cf . las nolas a (caenD en 4, 17, <<quedaron
tlata del clímax escatológico, cuando pasó de estar en el aposento superior
escandalizados)) en 6,3, y <escandalizan> en 9, 42. La raíz significa poner
rr su propia y futura crisis en el monte de los Olivos. Pero también puede
una trampa para hacer que alguien caiga en ella2, y el verbo tiene a me-
scr un ejemplo de la reflexión cristiana sobre una sección del Antiguo Tes-
nudo un matiz escatológico. Marcos no especifica el agente de esta trampa
y es posible que la idea sea que la propia estupidez de los discípulos o su tarnento que aporta su contribución a un relato evangélico (cf. la sección
miedo hagan que tropiecen. Pero la siguiente oración habla de Dios como sobre la historicidad enla introducción a los capítulos l4-15). Cuando Ma-
agente (<heriré al paston), y en contextos apocalípticos Dios opera a me- lco cuenta de nuevo el relato de la pasión, amplía las alusiones a Zacarias
() l4 introduciendo la narración de las treinta monedas de plata (27,3-10;
nudo por medio de Satanás, descrito con frecuencia como el que pervierte
al pueblo (cf. comentario a 13,5-8). tl'. Zac ll,12-13) y el terremoto tras la muerte de Jesús (27, 51-53; cf . Zac
Heriré al pastorl y se dispersarán las ovejas l¡tataxd ton poimena kai 14, 4-5)6. Quizás haya una implicación de ambos procesos: los cristianos
ta probata diaskorpisthesontai). Se trata de una cita de Zac 13,7, especial- ¡rrirnitivos recordaban la exégesis de Jesús de un corpus de textos crucial
mente cercana a la versión de los LXX representada por A y Q; algunos crr el Antiguo Testamento, pero a la vez también lo ampliaron.
manuscritos que traen nuestro versículo, como K, hacen que la semejanza
sea aún mayor añadiendo <del rebaño> después de <las ovejas>. La dife- 3. Cf. B. Lindars, New Testament Apologetic,l2'7-132.
4. Cf. J. Marcus, The lltay of the Lord, 154-164.
5. Cf. sobre este manuscrito, K. J. Cathcart-R. P. Gordon, TheTargum of the Minor
L D. Goldschmidf,The Passover Haggadah,62,nola 6; B. Bokser, The Origins ofthc I'tt4tltefs,223, nota 7 .
Seder,43-45. 6. CtD.C.Allison,TheEndoftheAgesHasCome,33-36;J.Marcus,TheRoleofSuip-
2. Cf. J. H. Moulton, Skandalon. ttttt' t¡n Ihe Gospel Passion Narrative,218-220.
il16 Sexto sección principal (Mc 14, I I 5, 47) Mc 14, 26-3 1 : Contenturio ilt7

28. iré delante de vosotros lproaxó hymasl. Proagein puede significar rcnte y es ignorada por Pedro. Además, la mayor parte del vocabulario de
(conducir), <guian o (ir antes de>7. El matiz último parece seguro en cste breve versículo es típicamente marcano (meta Ío + infinitivo,proagein
otros pasajes marcanos (6,451' I l, 9), está apoyado por las versiones latinas l<pleceden], <Galileo), y gran parte de él se reproduce en 16, 7, otro ver-
y siríacas, y encaja en el contexto presente -y en 16, 7, relacionado con és- sículo que rompe su contexto y parece ser redaccional (cf. introducción al
te- mejor que (conducir, guian; Jesús no dice que él guiará a los discípu- <ttmentario a 16, l-8). El v. 14, 3l b ((Y todos ellos hablaban de la misma
los hasta Galilea, sino que cuando lleguen ellos allí, encontrarán que él ha rnanera>) puede ser redaccional también, ya que contiene una de las pala-
llegado ya (cf. Jn2l, l-14). Sin embargo, teniendo en cuenta las imágenes bras favoritas de Marcos (pantes = <todos>) y acentúa uno de sus temas
del pastor en el versículo anterior, puede haber también una connotación lhvoritos, la falibilidad colectiva de los discípulos.
secundaria de <conducir> (cf. el empleo de agein en relación con las ove- La perícopa consiste en una transición que habla de un traslado (14,26);
jas en Jn 10, l6). En 4Q521 2 2, ll-13, Dios o su mesías no sólo curan al la profecía de Jesús del abandono por parte de los discípulos ( I 4, 27 -28); la
enfermo, resucitan a los muertos y proclaman buenas noticias a los pobres, cxención de Pedro de esa profecía hecha por sí mismo (14,29); la predic-
sino que también los guían Anhl). cirln de Jesús de la negación de Pedro (14,30); y la renovada protesta de
Sobre la teoría de que 14, 28 y 76,7 son referencias a la parusía, cf. la óste de que permanecerá fiel, repetida por los Once (14, 3l ). El foco, pues,
nota a <<Alli lo veréis> en 16,7 . cambia de los discípulos en general a Pedro en particular y vuelve atrás de
30. Hoy, esta noche lsémeron taut€ t€- nukti]. Esta frase está de acuerdo nuevo, haciendo de Pedro, aquí como en otros lugares, una figura paradig-
con el modo común judío de contar el tiempo, según,el cual el nuevo día nrática (cf.8,291,9,5-6;14,37-38), unida con el resto de los discípulos por
comienza en el ocaso (cf . nota a <el primer día de los Acimos> en 14, l2). la palabra pantes, que se repite regularmente (<todos> : | 4, 27 .29.3 1).
antes de que el gallo cante dos veces fttrin e dis alektora phóndsai]. En
Marcos, el gallo canta sólo Ltnayez, pero se indica que tal canto es el segun- 14,26-28. La profecía de Jesús de la deserción de los discípulos. En 14,
do (14, 72). Sobre este problema, cf. nota a <el patio delantero> en 14, 68. 12-25, Jesús usó el pan ácimo y el vino del séder de Pascua como punto
31. insistía lelaleil. El imperfecto podría reflejar simplemente la linea- rlc partida para una profecía de su muerte expiatoria. El y sus discípulos
lidad normal del discurso (cf. 2,2;7,351' 8,32), pero teniendo en cuenta cntonan ahora un himno cuando salen de la sala superior hacia el monte de
la repetición aquí de la sustancia de 14, 29,Ia palabra es probablemente lrrs Olivos (14,26). Esta práctica era conforme también con las costumbres

iterativa (cf . 4,33-34). tlc Pascua, puesto que el séder finaliza con la recitación del Hallel (Salmos
I I 3-l I 8; cf. nota a <Y después de entonar un himno> en 14, 26). Estos sal-
nlos son especialmente apropiados en el contexto presente, ya que hablan
Comentario tlcljusto que siente cómo va a arrastrarlo el mundo subterráneo, que cae en
lir arrgustia y el dolor, y apela a Dios para que salve su vida (116,3-4; cf .
Introducción La institución por parte de Jesús del sacramento esca- Mc 14, 32-42). También aseguran que la muerte de los fieles al Señor es
tológico del pan y del vino va seguida de una advertencia sobre pruebas ¡rrcciosa a sus ojos, que son los vivos y no los muertos los que lo alabarán
escatológicas: los Doce serán pesados en la balanza y resultará que son ( I 15, 17-18), que Dios levantará del polvo al humilde (113, 7) y lo librará

deficientes (cf. Dn 5,2'7). El comentario de Davies-Allisons al pasaje co- rlc la muerte ( I I 6, 8). Cerca de su conclusión, el salmo final del Hallel pro-
rrespondiente en Mateo se puede aplicar también a Marcos: es (como un t'lama: <No moriré, sino que viviré y declararé las obras del Señou, porque
bosquejo del resto del evangelio)), ya que profetiza el abandono de Jesús ,<cl Señor... no me ha entregado a la muerte> y <la piedra que rechazaron
por parte de los discípulos, la negación de Pedro y la muerte y resurrección Itrs constructores se ha convertido en piedra angulan (118, 17-18.22-23).
de Jesús. Es paficularmente importante que Jesús pronuncie esta detalla- l:stas palabras finales fueron las que el Jesús marcano había citado ya dos
da profecía directamente antes de la escena de Getsemaní; independiente- err¡rítulos antes refiriéndose a su resurrección (Mc 12, l0-l l).
mente de cuán profundo sea allí su sufrimiento, su destino es el que él ha Así pues, los salmos que concluyen el séder de Pascua prefiguran la
previsto y escogido. lrisklria de sufrimiento y triunfo que está a punto de revelarse; pero las Es-
e rituras citadas o aludidas en estos momentos presagian o profetizan tam-
Entre los versículos de este pasaje destaca 14,28 como adición marca-
na. La profecía de la deserción de los apóstoles en 14, 27 se une sin dificul- hión el abandono deljusto por sus seguidores rnás cercanos. En 2Sm 15,
tad con la protesta de Pedro en 14,29, pero la predicción de la resurrección l().-10-3 l, por ejemplo, el rey David y servidores abandonaron (exélrhon)
de Jesús en 14,28, que aparece en medio, se mueve en una dirección dife- .lcrusalén y subieron al monte de los Olivos; allí le llega la noticia a David
rle c¡ue ha sido traicionado por uno de sus consejeros íntimos; llora enton-
, es y suplica a Dios que invierta su situación. Asimismo, en nuestro pasaje
7. Cf. BDAG 864.
8. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saínt Matthew 3,488. .lcsirs, <el Hijo de David> (10, 47-48), abandona (exelthon; lit. <salen>)
il18 Sexta sección principal (Mc 14, I I 5, 47) Mc 14, 26-3 1 . Contenturio ilt9

Jerusalén con sus seguidores hacia el monte de los Olivos (14,26b), donde un nueva reunión de los discípulos en Galilea después de la resurrección,
sufrirá dolores de muerte, pedirá a Dios que 1o libere, pero finalmente será un nuevo principio en el que Jesús volverá al lugar donde comenzó su vida
traicionado por uno de su círculo íntimo (14,32-45)". ¡rirblica, y mostrará la misma compasión por las ovejas perdidas que marcó
Otra referencia veterotestamentaria al monte de los Olivos, Zac 14, 4, rrl lí su ministerio (cf. 6, 34).

proporciona también un trasfondo relevante para nuestro pasaje, ya que En esta interpretación de los textos de Zacarias, el Jesús marcano parece
forma parte de una serie de profecías del juicio y la redención escatológicos scguir una lectura común en círculos apocalípticos. Brownrr, por ejemplo,
(Zac9-14) que han influido intensamente en esta sección del evangelio (cf. scñala que el Documento de Damasco de Qumrán es similar a nuestro pasa-
nota a <Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas> en 14,27). E,l Jesús ic crr la lectura del texto del pastor herido / dispersión de las ovejas en Zac
I ..1, 7 como una referencia a un acontecimiento escatológico futuro (CD I 9,
marcano cita otro de estos pasajes en el siguiente versículo, donde profeti-
za que los Doce <se escandalizarán I caerán en una trampa) (¿por culpa de 7-9) y en la alusión - €n su contexto amplio a la idea de la salvación de un
ellos mismos?, ¿por Dios?, ¿por Satanás?; cf.lanota a <os escandalizaréis>> lcsto (CD 19, 10). Este contexto, además, habla <de la llegado del <mesías
en 14,27). Jesús apoya esta profecía añadiendo otra cita bíblica -<Heriré al tlc Aarón e Israel>, un análogo parcial a la referencia a la resurrección y al
pastor y se dispersarán las ovejas>- de Zac 13,7 . El original, sin embargo, litlcrazgo renovado de Jesús en Mc 14,28. Pero hay también una diferencia
no lee <Heriré al paston; por el contrario, presenta a Dios que da una orden sigrrificativa: en el Documenlo de Damasco, <el mesías de Aarón e [srael>>
en imperativo a su propia espada: <Hiere.. .>> (cf . nota a <Heriré al pastor y es una figura militar, que entregará a la espada al malvado (CD 19, 10-l l);
e rr Marcos, por el contrario, la espada herirá al mesías.
se dispersarán las ovejas> en 14,27)to. El sentido, tanto en los LXX como
Marcos, es que Dios es el responsable de la herida del pastor, pero Marcos
acentúa esta conclusión cambiando el imperativo por un futuro indicativo 14,29-31. Protesta de Pedro. Respuesta del Señor. La <heridu del
en primera persona, que refleja quizás la influencia de Is 53, 4.6.10. Si Jesús ¡rrsto¡ sin embargo, no será el final; Jesús concluye su profecía aludiendo
ha de sufrir, es porque <plugo al Señor herirlo; Él mismo ha dispuesto sus t'rr 14, 28 no sólo a su propia resurrección, sino también a la revivificación
penas)) (ls 53, 10, en cuanto al sentido). Aunque parezca cruel el hincapié rlc su relación con los Doce. Pedro no parece prestar atención a esta profe-
en la responsabilidad directa de Dios en la muerte de Jesús, el contexto del t il clc resurrección y restauración (cf. 8, 32, donde tampoco hace caso de
pasaje de Isaías, que habla de lanaturaleza redentora de ese sufrimiento, es rrrlr profecía de resurrección); en cambio, con un aire de inocencia herida,
también pertinente: <Todos, como ovejas, nos hemos extraviado. . .; mas el rcc()ge la profecía de Jesús sobre la deserción de los apóstoles, fijada en
Señor puso sobre él el pecado de todos nosotrosD (Is 53, 6). Tampoco es la el vocablo <todos> (pante.s). La respuesta de Pedro es que, aunque todos
única vez en el contexto inmediato que Is 53 aparece combinado con Zac rlcsaparezcan, él ciertamente no (14,29). Es peligroso hacer este tipo de
9-l4,ya que las palabras de Jesús sobre la copa en 14,24 mezclan alusiones ¡rnrf'ecías, en especial si uno utiliza la palabra (<nunca)), como hace Pedro a
a Is 53, ll-12 y aZac 9,11 (cf. comentario a 14,23-24)tt. torrtinuación (14,31); en la literatura generalmente el deseo de un perso-
rrrrjc o la afirmación de que todo resultará bien es a menudo el signo de un
Pero aunque las ovejas tropiecen y se dispersen posteriormente, pue-
r lesustre inminentera.
den ser también reunidas de nuevo, como aclara igualmente Zacarías. Por
todas partes enZac 9-14 se utilizan las imágenes del pastor y las ovejas l-a respuesta de Jesús a la afirmación de Pedro es una profecía detallada
para hablar no sólo de la destrucción sufrida por Israel a consecuencia de ,le su negación. Debido quizás a la importancia del vaticinio, éste rompe el
sus inicuos pastores (Zac ll,4- I 7), sino también del cuidado que el Señor,
nrotlclo marcano habitual de la doble designaciónr5; en este caso se alude
:r e lla con tres precisiones, y el número de palabras aumenta cadavez, ele-
su pastor verdadero, tiene para con ellas (Zac 9, I 6; 1 0, 3). Así, por ejem-
plo, dos versículos después de la profecía de la dispersión del rebaño en r;rntlo así ingeniosamente la tensión:
13,7, leemos acerca de un tiempo de prueba que caerá sobre Israel, tras tloy I palabra
cuyo final será restaurado el resto del pueblo, y en 10, 6-12 se dice que el esta noche 3 palabras en el griego
Señor, que ha dispersado al pueblo en su cólera, los reunirá de nuevo en su antes de que el gallo cante dos veces 5 palabras en el griego
compasión. Por tanto, la dispersión de Zac 13, 7 será seguida por una res-
tauración, sorprendentemente comparable a la profecía de Mc 14, 28, en la l.trcgo viene el apabullante desenlace en tres palabras, que profetiza
que Jesús pastorea de nuevo a su grey de discípulosr2. Este pasaje implica rrrr:r rrcgación triple y que deja para el último lugar lo que interesa enfatizar:
', I res veces me negarás> (así en el griego).

9. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,125.


10. Cf. J. Marcus, The Way of the Lord, 154. Ii. It. E. Brown, Death of the Messiah l,129.
n. Ibid. 11. ('f., por ejemplo, J.Lull, Richard III,73.
12. Ibid. 15. ('f . F. Neirynck, Duality in Mark.
t 120 Sexto sección principal (Mc 14, 1-15,47) Mc 14. 32-42: Nota.s 112t

Lapalabra aparn¿se (<<Ítegarás)) hiere el corazón de Pedro; éste respon- rsY adelantándose un poco, cayó a tierra y suplicaba que, si fuera
de indignado que jamás negará a Jesús, incluso aunque tenga que morir con posible, alejarade él aquel momento. 36Ydecía: <<¡Abba! ¡Padre!, todo
él (14, 31a). Tal aseveración se hace eco de 10, 35-45 -donde Santiago y tc es posible1. aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino
Juan intentan diferenciarse de los otros discípulos, y Jesús los orienta hacia lo que tu quieres>.
su muerte servil- y contrasta con 8, 3l-33, donde Pedro había reprochado a 3i
Se acerca y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: <<Simón,
Jesús haber profetizado esa muerte. Al menos, Pedro ha aprendido por ahora 3sVelad y
que (estar con Jesús> (cf. 3, 14) puede significar en última instancia <mo- ¿,duermes? ¿No has tenido fuerzas para velar ni una hora?
rir con é1> (esta última expresión probablemente recordaría a los lectores rezadpara que no caigáis en la tentación: el espíritu está presto, pero
de Marcos el bautismo; cf. Rom 6,4; Col 2, l2). Pero Pedro tiene aún que la carne es débil>.
reY, tras marcharse de nuevo, rezaba repitiendo las mismas pala-
aprender que este <morir con), y el discipulado que forma parte de é1, no se
alcanzan por el mero entusiasmo de la voluntad humana, sino que es un don bras. aoY acercándose de nuevo, los encontró dormidos, pues sus ojos
otorgado al lejano final de la traición (14,28;16,7; cf. Jn 21, 18-19). cstaban sobrecargados, y no sabían qué responderle.
ar
Así pues, mientras que 8, 32 había manifestado una cristología defectuo- Se acerca por tercera vez y les dice: <¿Vais a dormir y descansar
sa, 14, 31 revela una carencia de conocimiento de sí mismo, y estas dos per- cl resto de la noche? ¿Acaso está lejos la hora? ¡Ha llegado la hora!
cepciones erróneas están relacionadas: si los humanospudieran ser fieles a Mirad, el Hijo del hombre está siendo entregado en manos de los pe-
Dios por su propio impulso, no haría falta un mesías sufriente (cf . Gal2,2l).
cadores. a2 iLevanlaos, vamos, ved que se acerca el que me entrega!>.
Para los lectores marcanos, que tal vez vivían después del martirio de Pedro
en el 64 d.C., sus palabras en I 4, 3 I mezclaban con ironía verdad y mentira:
realmente Pedro <murió con) Jesús al final; incluso sufrió la crucifixión por Notas
él (cf. Jn 21 , I 8s), pero a corto plazo lo abandonó (cf. Mc 14, 66-12).
Pedro, sin embargo, no es el único de los Doce implicado en el autoen- 14,32. Getsemaní fGethsemanil. Las fuentes judías antiguas no men-
gaño de creerse seguidor absolutamente fiel de Jesús, sino que está unido a e ionan este topónimo. La etimología de la palabra, gat íémdní: <molino
los Once por la palabra <<todos>>, que aparece en otra progresión significati- tlc aceite>, refleja probablemente la función del lugar en algún momento.
va cerca del principio, en el medio y al final del pasaje: 33. sentir pavor y angustiarse fekthambeisthai kai ademonein]. Como
v.27 Jesús: <Os escandalizaréts todos>> scirala Brownl , ekthambeisthai <<indica un desorden profundo, expresado fi-
v.29 Pedro: <Aunque todos se escandalizaran, yo no) sicamente ante un acontecimiento aterrador, un estremecimiento de horroo,
v. 31 Narrador: <<Y todos ellos hablaban de la misma manera)). nricntras quelaraizde ademonein <tiene una connotación de estar separado
tlc otros, una situación que causa angustio. Sobre el hincapié marcano en
La progresión es irónica: Pedro se opone a su inclusión en la profecía e I aislamiento de Jesús, cf. la introducción al comentario, y sobre otros usos

de Jesús sobre <todos)), pero el final mina su protesta por la inclusión de los rrrirrcanos de ekthambeisthai, véase el comentario a 74,32-36.
Once junto con él en una afirmación testaruda de inocencia. 34. Triste está mi alma hasta la muerte lperilypos estín he psyché mou
El pasaje concluye así con una nota sombría e irónica, con Pedro y los Itt'ti.,; thanatoul.Laprimera parte de esta afirmación funde Sal 6,3 (<Mi al-
otros discípulos compitiendo por el título de <Soy más fiel que tú>, ciegos nt lhe psyché moul está turbada>) con el estribillo de los Sal 42,5.111.43,5
a la precariedad de su posición espiritual. Al parecer, nada puede detener l.ll.6.12;42,5 LXXI (<¿Por qué estás tan triste lperilyposl, alma mía?>)2.
el poder arrollador de la Oscuridad, que atrapará incluso a los que desean l'cltlnreier3 señala también Eclo 37,2, donde lypé... heós thanatou (<<tris-
permanecer leales a Jesús. De hecho, en el siguiente pasaje las sombras It'zir hasta la muerte>) es el resultado de que un compañero se convierte en
comenzarán a cernirse sobre Jesús mismo. ,'rrcrrrigo (cf. Mc 14,42). Gnilkaa sugiere que la afirmación de Jesús es un
,'t o también de Jon 4, 8-9 LXX, donde el profeta veterotestamentario dice
,¡rrc cstá tan triste que quiere morir: <Muy triste, a punto de muerte) (spho-
7. Jssús sUFRE y REZA EN GBrsevnNÍ (14,32-42) ,lr',r lalvpémai... heós thanatou); por tanto, <hasta la muerte>> significaría

l4 32Y llegan a un lugar llamado Getsemaní,


y drjo a sus discípu- L I{. E. Brown, Deathofthe Messiahl,l53.
los: <<Sentaos aquí hasta que termine de oran>. 33Y toma consigo a Pe- .1. ('f. D. J. Moo, The Old Testament in the Gospel Passion Narrative,240; J.Mar-
dro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentir pavor y a angustiarse. raY
, rrs. //¿¿, Ilav of the Lord, 173.
\. IL. Feldmeier, Die Krisis des Gottessohnes,154.
les dice: <Triste está mi alma hasta la muerte. Quedaos aquí y velad>. .t. .1. Gnilka, El evangelio según san Marcos 2,304.
I 122 Sexto sección principal (Mc 14, I 15, 47) Mc 14, 32-42: Notas rt23

que el sufrimiento de Jesús es de tal intensidad que ansía la muerte. Pero l¿r historicidad es postular que Jesús, como la gente en la antigüedad, reza-
en 14,36 Jesús suplica a Dios que no le haga beber de la copa, la copa de lra en voz alfae y la distancia era pequeña (no más de veinte o veinticinco
muerte (cf . nola a (copa) en 14,36), por lo que no parece que desee morir. nrctros, según Alford)ro, de modo que los discípulos <pudieron captar las
<Hasta la muerte> es más bien una imagen enfática del más profundo dolor: ¡xrlabras principales de la oración de nuestro Señor, antes de que la som-
el sufrimiento de Jesús es lo bastante intenso como para matarlo. nolencia los dominara>>rr. Pero Jesús tendría que haber estado rezando con
La exégesis postbíblica judía interpreta escatológicamente los salmos voz sumamente fuerte para ser entendido desde unos veinticinco metros de
6 y 42143, así como otros salmos del justo sufrientes; cf., por ejemplo, la tlistancia; mas, si fuera así, sus gritos atormentados probablemente habrían
alusión alSal 42,6 en IQH 8,32, que añade <hasta la muerte> a <mi alma rnantenido despiertos a los discípulos.
languidece dentro de mí>. lo que aumenta Ia semejanza con nuestro pasaje.
La exégesis del Sal 6, l-4 en 4Q117 (: 4QCatena^) 4, 7 -16 112-13 l, 2-lll Tabla 46. CoNcr-usróN DEL DlscuRso escnroLócrco (Mc 13,32-37)
y DD LA EscENA DE Gers¡v¡NÍ (Mc 14,32-42)
es también iluminadora:
Marcos 13,32-37 Marcos 14, 32-42
7
...para los últimos [d]ías, como David dijo: (YH[W]H, no [me re]prendas
en tu cólera fCompadécete de mí, YHWH, por]que me derrumbo. t[...] Mi .12: Nadie sabe la hora 35: Jesús Íeza para que pase esa hora
alma está muy conturbada; y ahora, YHWH, ¿hasta cuándo? Compadécete i4: Encargo al portero de vigilar (hina 37c: ¿,No has tenido fuerzas para ve-
de mí, salva [mi] vifda...>]... '' [...] el ángel de su verdad rescatará a todos gregorg) lar. . .(grégorésai)?
los hijos delaluz del poder de Belial... 13Este es el tiempo de la angustia l5ab: Mgilad (grégoreite), pues no sa- 34.37a: Yelad (grégoreife)... viene (er-
('t'nwt)... ra los fi]ustos se darán a la huida, pero la mano de Dios estará con lri'is cuándo vendrá (erchetai) chetai)
ellos para rescatarlos de todos los espíritus fde Belial]... 16[... Be]l[ia]l y l5c: si... al cantar el gallo 172: canto del gallo, escenario de la ne-
todos los de su lote serán des[truidos] para siempre, y todos los hijos de la gación de Pedrol
l[uz] serán congregados.. . (4Q177 [:4QCatena"] 4,7-16).
t6: no sea que venga (elthOn)... os en- 37a: Se acerca (erchetal) y los encuen-
t.ttcntre (heurg) dormidos (kalft eudonÍas) tra (heuriskei) dormidos (katheudontas)
En este texto David, el antepasado del mesías, a punto de derrumbarse,
se queja de que su alma está angustiada y pide a Dios que salve su vida. 17: Vigilad (grégoreite) 38: Velad @régoreite)
Además, el pasaje interpreta el sufrimiento de David como un anticipo
de la tribulación del tiempo final, en la cual Belial (: Satanás) atacará al ljs más probable que el motivo del sueño o el contenido de la oración
pueblo de Dios y tratará de controlarlo (cf. lQH 13 [5]:30-39). Pero la t('nua sus raíces en el arte del relato y la teología cristiana primitiva más
destrucción de Belial en último término está asegurada, ya que Dios y sus (luc en la memoria histórica. Davies-Allison argumentan que el motivo del
ángeles lucharán del lado de los hijos de la luz y los salvarán. ',rrcño es redaccional, ya que está de acuerdo con el énfasis marcano sobre
velad fgrégoreite]. Este verbo aparece de nuevo en 14, 37 .38; y dos de l:r irrcomprensión de los apóstoles. Además, la naturaleza potencialmente
estos tres casos están en segunda persona del plural del imperativo. Asimis- ( s(lndalosa de la imagen de Jesús que intenta evitar la muerte ha impresio-

mo, se usa tres veces en 13,34.35.37, dos de ellas también en segunda per- nrrtkl a muchos, empezando por Orígenesr2, como argumento en pro de su
sona del plural del imperativo (cf. Tabla 46).Tal correlación gramatical re- lrrsloricidad básica; ¿iba a inventar la iglesia una imagen tan embarazosa y
fuerza el nexo temático entre ambos pasajes (cf. comentario a 74,32-36). t:ur ír{il a sus enemigos? Mas, por otro lado, parece probable que el conte-
35. adelantándose un poco L¡troelthón mikron]. Si los discípulos esta- nrtlo de la oración haya sido elaborado basándose en nociones posteriores,
ban separados de Jesús un cierto trecho (un tiro de piedra, según Lc 22,41), \;r (luc parece repetir no sólo la Escritura veterotestamentaria (conocida por
y si dormían cuando Jesús concluyó su oración (Mc 14, 37), ¿cómo podían l,'sús). sino también el Padrenuestro y el vocabulario de la liturgia cristiana
- ellos o algún otro- conocer las palabras de su oración? Aunque Brown no ¡,r i r r r i t iva (cf . nota a <Abba [Padre]> en 14, 3 6 y comentario a 1 4, 32-36).
tiene en cuenta esta dificultad tildándola de <pregunta de ateo pueblerino>", (.)trizás sea posible una solución de compromiso, puesto que Heb 5, 7
esta cuestión ha suscitado el interés de intérpretes que no eran ateos ni l)rrtir un cuadro muy parecido a la escena de Getsemaní, aunque califica
necios. Algunas respuestas han sido tendenciosas: por ejemplo, que Jesús l,r orru^ión de Jesús pidiendo la liberación como una práctica frecuente y
había divulgado el contenido de su oración en una de sus apariciones tras la n( ) ( ()lno un acontecimiento único (cf . comentario a 14,32-36). Esta pers-

resurrección: así, Teodoro de MopsuestiaT y Luteros. Otro intento de salvar' ¡','t livl puede ser sustancialmente acertada: hacia el final de su ministerio,

5. Cf. J. Marcus, The Woy of the Lord,l77-179. ') W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Soint Matthew 3, 493, nota 13.
6. R. E. Brown, Death of the Messiah I , 174. lo ll. Alfbrd, The Greek Testament wüh a Critically Revised Text,273.
7. Teodoro de Mopsuestia, Comentario a Lucas 22,39-47 ÍPG 66,7251. t I ll¡id.
8. M.Lutero,WATischreden5,25S;cf.R.Feldmeier,DieKrisisdesGottessohnes,lST. I ' ( )rigcnes, Contra Celso 2,24.
I 124 Sexta sección principal (Mc 14, l-l 5, 47) Mt l4, 32-42: Notus 1125

los seguidores de Jesús observaban frecuentemente cómo éste luchaba con padre>); esta forma definida puede ser equivalente a <mi padre>) como se
Dios en la oración acerca de la cuestión de su destino, y cuando más tarde rnuestra en m. Sanh. 4, 5: <<'Abba' es mayor que tu padre>. Sin embargo,
los discípulos intentaron reconstmir la oración del Maestro en Getsemaní, contrariamente a la opinión de Jeremiasts, 'abba 'no es por noÍna una pa-
rellenaron los huecos de sus recuerdos sobre esta práctica combinando las labra infantilte.En m.'8d.5,7, por ejemplo, el que habla es un hombre
Escrituras, el Padrenuestro y la liturgia de la iglesia. hecho y derecho, en m. Sanh.4, 5 es cualquier ser humano, y en el arameo
cayó a tierra fepipten epi tés gésl. En el Antiguo Testamento, los orantes anterior, del tiempo de Jesús, 'abba'es, en los pocos casos atestiguados, un
aparecen a menudo postrados ante Dios como signo de sumisión a su vo- nombre propio, un patronímico, un título o posiblemente un término formal
luntad; en estos casos se emplean expresiones como <cayó sobre su rostro) para <padrer>2o. Por otro lado, es innegable que 'abba'puede tener a veces
(por ejemplo, Nm 16, 22.44-45; 20, 6), locución que reaparece en la litera- cl naliz de intimidad propio de un niño percibido por Jeremias, como en
tura intertestamentaria (por ejemplo, Jdt 9, 1)r3. En el caso presente puede una baraita (cf . glosario) encantadora en la cual se compara a Honí, el di-
haber una dimensión añadida al gesto, pues en la Biblia y en la literatura re- bujante de círculos, con un niño mimado, pero muy querido, que consigue
lacionada con ella <<caer a tierru es a menudo el resultado del juicio divino, lo que desea de su chiflado padre (b.Tan.23a).
y este gesto es frecuente en contextos escatológicos (cf. 2 Cro 20,24;E238, La idea de Dios como padre tiene profundas raíces dentro ya del Anti-
20;Am 3,14;2 Mac 3,27;Hch9,4;Ap6,13;9,I)ra. Hay unparalelo sig- guo Testamento, aunque el contexto es por lo general corporativo: Dios es
nificativo en el Antiguo Testamento en la historia del rey SaúI, que oyó una cl Padre de Israel, así como su Creador, Señor y Salvador (cf., por ejemplo,
profecía sobre su muerte violenta y cayó a tierra (epesen... epi tén g€n) con l)t 32, 6; Is 63, 16; Jr 3, l9). Este matiz corporativo se conserva tanto en
gran temor (l Sm 28,20 LXX). El paralelo resulta llamativo porque Saúl es las oraciones judías (por ejemplo, la invocación común 'Abínú malkenu,
el ungido del Señor (l Sm 10, l, etc.), pero entonces Dios lo habíarechaza- <Padre nuestro, Rey nuestro>>) y en la oración que Jesús enseña a sus dis-
do y rehusaba oír su oración (1 Sm 28, 6); y más tarde Saúl será <<entregado cípulos en 6, 9 (<Padre nuestro que estás en el cielo>; cf. Lc ll, 2). Pero
en manos) de sus enemigos (l Sm 28, 19) para ser asesinado. lrr tradición veterotestamentaria y judía presenta también el matiz personal
hora lhóral. Puede tratarse de una sinécdoque (cf. glosario) para ex- rrl dirigirse al Padre divino; en Sal 89, 26,por ejemplo, David o el rey se
presar el momento de su muerte previamente dispuesto, como por ejemplo tlirigen a Dios como (Padre mío>, y una persona invoca individualmente
en Jn2, 4;7,30;8, 20; etc.; también puede ser un término para designar la ¡r [)ios como Padre en la versión de los LXX de Eclo 23,1.4 (cf. Sab 2,
crisis escatológica, como en Est I 0, 3 LXX; Dn 1 I , 40, 45 LXX; Mc 13, 32: lr61 14,3)2r. Más cerca del tiempo de Jesús, dos textos de Qumrán -4Q460
Rom 13, l1 yAp 3, 10r5. El último pasaje, como el nuestro, une la noción de 5. 5 [9 1,6] y 4Q3721,16- presentan a personas que se dirigen a Dios
la hora con el de la prueba escatológica Qteirasmos). El uso aquí de <hora> irrdividualmente como 'abí: <<Padre mío>; es éste un paralelo interesante,
es uno de los muchos nexos entre nuestro pasaje y Mc 13, 32-37 (cf.Tabla
lx)rque en él José invoca a <Dios todopoderoso>>, a quien posteriormente se
46 y comentario a 14, 37 -42). tlirige como <<padre mío>, para que lo salve <de las manos)) de los gentiles.
36. Abba, Padre [Abba ho patérfi6. La frase Abba ho pater aparece ('orxo comparación y contraste, el Jesús marcano, tras orar al Padre, <<para
también en Rom 8, 15 y Gal 4,6; en los tres casos la expresión se emplea t¡rricn todas las cosas son posibles>>, suplicándole la salvación, es (entrega-
en vocativo, es decir, dirigiéndose a Dios, aun cuando se utilice paQr en tlo cn manos de los pecadores...D (14,4l). Estos pasajes restan todo valor
nominativo etvez del vocativo patertl . Los dos casos paulinos aparecen ;r la afirmación de Jeremias22 de que en las antiguas fuentes judías de Pa-
en un contexto litúrgico (<clamando>>); al parecer el empleo de Abba por lcstina <Padre mío> no es utilizado nunca como plegaria personal a Dios,
parte de Jesús fue considerado lo suficientemente importante no sólo pa-
v rnás aún a la tendenciosa afirmación de Hahn23, quien sostiene que el em-
ra ser traducido al griego, sino también para ser transmitido en el arameo
¡rlctr por Jesús de Abba es <absolutamente inconcebible en el vocabulario
original en la liturgia cristiana primitiva. ,'nrcional del judaísmo contemporáneo de Jesús>. También es verdad, sin
La palabra aramea 'abba'es la forma enfática (definida) de 'ab: (pa- ('nlbargo, que los estudiosos aún no han descubierto un texto precristiano
dre>, por lo que se traduce apropiadamente con el griego ho pater (<<el
t'n cl que una persona se dirija individualmente a Dios como 'abba', por lo
r¡rrc pudo haber algo distintivo en la expresión de Jesús24.
13. Cf. M. l.Gruber,Aspects of Non VerbalCommunication,123-138.140-145; E. Ehr-
lích, The Nonverbal Language, 37 -40.
14. Cf. R. Feldmeier, Die Krisis des Gottessohnes, 163-164.190-191. Ilt. J. Jeremias, The Prayers ofJesus,58.
15. Cf. J. Gnilka, E/ evangelio según san Marcos 2,306; W. D. Davies-D. C. Allison, 19. Cf. J. Ban, 'Abba'lsn't Daddy.
The Gospel According to Saint Matthew 3,501. 10. Cf. J. A. Filzmyer, Abbo and Jesus' Relation to God,21-22.
16. Sobre Abba, cf . J. A. Fitzmyeq Abba and Jesus' Relation to God, y R. E. Brown. I I . D. Winston , The Wisdom of Solomon,265-266.
Death of the Messiah I, 172-17 5. .ll. J. Jeremias, The Prayers of Jesus,29.
17. Cf. J. A. Fitzmyer, Abba and Jesus'Relation to God, 19, para otros ejemplos dc l.l. F. Hahn, The Titles ofJesus,307.
la sustitución del vocativo por el nominativo. l.l. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah l,173.
t t26 Sexta sección principal (Mc I 4, l-l 5, 47) Mc 14, 32-42: Notus It27

copa [pot¿rion]. Sobre esta imagen, cf. las notas a (copa) en 10, 38, y 54.66-72; 16, 7). Mateo 16, 17, además, emplea <Simón> de un modo muy
((una copa)) en 14,23. Como metáfora para una parte de la vida, la <copa> lhvorable. Incluso en Marcos es posible que el nombre no tenga una con-
puede tener una connotación positiva (por ejemplo, <<la copa de salvación> notación completamente negativa, ya que Jesús exhortará inmediatamente a
en Sal I 16, l3), pero por lo general es negativa. En el Antiguo Testamento los discípulos a mantener una vigilancia renovada (14, 38), y Sim'6n viene
(Sal 75, 8; Jr 25, 15-29; Ez 23,31-34; Hab 2, 16, etc.) y en la literatura in- tle una raíz que significa <oír, obedecen.
tertestamentaria (por ejemplo, SalS/. 8, t+-l 5; I epHab I l, 10. l4; 4epNah 38. tentación ftteirasmonl. Cf . comentario a 14,37-42 sobre la dimen-
4,5-6) la copa se relaciona abrumadoramente con el juicio escatológico de sión escatológica de este término, estrechamente relacionado en los parale-
Dios, en el que éste visitará al mundo pecador (cf. Ap 14, l0). En textos los de la historia de las religiones con la idea de un ataque demoníaco (cf.
judíos posteriores, este símbolo se utiliza también para significar la muerte Ap 2,9-10 y 4QFlor I 2,3 l-2; I Pe 4, l2-5,8; Ap 3, 9-10). Es probable
(cf., por ejemplo, <la copa de la muerte>> en kstAb. 1,3., 16, ll Tg. Neof. que el peirasmos de la escena marcana de Getsemaní tenga también una
Gn 40, 23 y Dt32, l). Nuestro pasaje parece combinar ambos aspectos: la tlinrensión demoníaca3o. El primer empleo marcano del verbo peirazein,
muerte de Jesús alavez que un cierto tipo de relación entre esa muerte y el tlc la misma raíz(l ,13), tiene a Satanás como sujeto implícito, y es per-
juicio que Dios efectúa sobre otras personas (cf. 14, 23-24, donde la copa e cptible también un matiz demoníaco en los casos siguientes (cf . la nota a

simboliza <mi sangre de la alianza... derramada por muchos>)25. ,<tcntándolo> en 8, I I y comentario a 10, 1-4). En otros lugares del Nuevo
'lcstamento
no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras fou ti egó theto atta ti syl. se conoce a Satanás como ho peirazón (<el que pruebu o <el
Esta frase puede ser un eco de Ia tercera petición de la versión de Mateo del tcntadon; cf . 4,3 y I Tes 3, 5, rnás I Cor 7 ,5), y en Mt 6, l3 <Líbranos del
Padrenuestro: <Hágase tu voluntad (to theléma sou)>> (6, l0)26. Es natural nral>> es paralelo a (No nos conduzcas al peirasmos>>.
que los cristianos, cuando contaron de nuevo la historia de la lucha de Jesús el espíritu está presto, pero la carne es débil lto men pneuma prothymon
con su destino, dibujaran al Maestro repitiendo la oración que él había en- ltt; de sarx asthenesl. Este contraste no refleja tanto el dualismo grecorroma-
señado a sus discípulos (aunque esta enseñanza aparezca sólo en Mateo y no en el que la oposición habitual se da entre el alma y el cuerpo- como el
Lucas, y no en Marcos o Juan). Para otro posible eco marcano de la versión l¡rocalíptico judío; las analogías más cercanas se hallan en dos textos de los
de Mateo de la oración del Señor, cf. nota a (para que vuestro padre en los rrrarruscritos del mar Muerto, IQH l2 141,29-32y 7 ll5l,24-25, donde la
cielos pueda perdonaros vuestras faltas> en 11,25. ((carne)) es la sede de la propensión humana hacia el pecado, y el <espíritu>
37. Se acerca y los encuentra dormidos ferchetai kai heuriskei autous cs la capacidad dada por Dios para vencer esta inclinación natural, diri-
katheudontas]. Del flujo del relato se deduce que el <los> se refiere aquí rir nuestros pasos corectamente y realizar acciones justas. Asimismo, en
probablemente al grupo de tres discípulos que Jesús había separado del nrrestro pasaje la carne -lo corpóreo, mortal, la dimensión de la humanidad
cuerpo principal de doce, y al que había exhortado a mantenerse despierto ¡nstintivamente interesada en ella misma- es <débil>, expuesta al ataque
con él en 14,33-34. Hacia el final de 14, 42, sin embargo, parece dirigirse al rlc luerzas hostiles invasoras, que la conducen fácilmente a la oposición a
conjunto completo de los discípulos, lo que de nuevo constituye una posible l)ios; el espíritu, por el contrario, es la parte de los seres humanos capaz de
indicación de una sutura redaccional (cf. la introducción al comentario). irrcitarlos a actuar conforme a la voluntad de Dios (cf. Rom 7,22-8, 10).
Simón fSimón]. Como señala Smith27, es ésta la última vez que Jesús se l stc espíritu, sin embargo, no es idéntico al Espíritu Santo, que en Marcos
dirige a Pedro en el evangelio. El mismo smith, como muchos otros intér- \c opone eficazmente a los espíritus impuros (cf . comentario a 1,7 -8) y que
pretes, piensa que es (seguramente significativo que el autor haya hecho es gcneralmente un don escatológico reservado a Jesús y a sus seguidores
que Jesús llame a Pedro por su nombre precristiano. Se niega a pedro su so- tlcspués de la resurrección (cf. Mc l, 8.10. 12;3,29; 13, I l; pero cf. también
brenombre de 'Roca'porque su comportamiento hasta ahora, y más durante I J, -36). El <espíritu> de 14, 38 parece pertenecer más bien a la dotación de
el relato de la pasión, muestra que es bastante menos que como una rocaD. t rrtla ser humano en la creación, similar a la situación presupuesta en algu-
Swete2s compara el empleo de <Simón, hijo de Juan> en un contexto joáni- rros textos de Qumrán (cf. IQH 9 [1], 15.27-31)3r.
co que tiene que ver con la rehabilitación del discípulo caído (Jn 21, l5-lg). Sería un error, sin embargo, hacer una distinción demasiado rígida en-
Brown2e, sin embargo, indica que Marcos utiliza también el nombre de <pe- tre cl espíritu humano y el Espíritu Santo cuando éste viene a Jesús y sus
dro> en este pasaje y que sigue empleándolo en las escenas que siguen (14, ,liscípulos después de la resurrección. En l, l0 el Espíritu Santo desciende
.'olrrc (lit. <en>) Jesús en su bautismo en2,8 Jesús conoce sobrenatural-
25. Cf. también R. Feldmeieq Die Krisis des Gotessohnes, 176-185. nrcnle (en su espíritu> los pensamientos secretos de sus enemigos (cf. 8,
26. Para otros vínculos entre el relato de Getsemaní en los evangelios y la oración clcl l.l). y en 13, 1l el Espíritu Santo hablará por medio de sus seguidores; en
Señor, cf. W. O. Walker, The Lord's Prayer in Matthew and John.
27. T.V. Smith, Petrine Controversies in the Earlv Church- 177.
28. H. B. Swete. i'áe Gospel According to St Uaik. lZS. 10. Cf. K. G. Kuhn, Neu,Light on Temptation,94-95.
29. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,195. 11. R. W. Kvalvaag, The Spirit in Human Beings.
1128 Sexta sección principal (Mc 14, 1,15, 47) Mc 14. 32-42: Notus t 129

estos casos, la línea de demarcación entre el <Espíritu Santo> y el espíritu


en 14, I I (cf. la referencia a él en 14,42). Pero ese versículo, sin embargo,
humano parece concebirse como muy tenue. Estos pasajes pueden ilumi-
se encuentra bastante lejos del presente, y nada en el contexto inmedia-
narse quizás por IQH 12 [4],31, que parece hablar de una recreación del
tamente precedente señalaría a lectores que se está hablando de asuntos
espíritu humano por un acto de Dios, y por leS 4,20-22, que describe
financieros o de Judas.
una purificación de lo interno del ser humano por el Espíritu Santo32. otro
Una altemativa atractiva, que es la adoptada aquí, consiste en traducir
documento de Qumrán, 4QCatena" (4el7i), parece vincular las pruebas
upechein por otro de sus significados comunes: <ser / estar distante>>. Blacka0
sufridas por la comunidad electa con su ser refinada mediante el Éspíritu
rnenciona la lectura del códice Beza, apechei to telos kai he hora (<está lejos
[Santo], uniendo así dos de los términos significativos de Mc 14, ig en cl final y la horu), que tiene este significado, pero que -en su opinión- es
un contexto escatológico33. Es dudoso, además, que los lectores cristianos (exactamente lo contrario de lo que requiere el contexto>. Black postula
de Marcos hubieran oído la frase <el espíritu está presto, pero la carne es
que apechei es la traducción griega del arameo réhíq, que podría ser fácil-
débil> sin pensar en su propia y continua batalla con la <cárne> y el apoyo
nlente una com:pción de déhíq: <apremiante)), un vocablo que encajaría
del Espíritu Santo (cf. Gal 5, t 7).
cn el contexto. Pero la hipótesis de una comrpción textual y el recurso a
41. ¿vais a dormir y descansar el resto de la noche?
lkatheudete to loi- la lectura del códice Beza resulta innecesaria si se entiende apechei como
pon kai anapauesthel. Sobre el empleo conativo (intencional) del presente,
una pregunta, que corresponde a la cuestión de la frase anterior (cf. nota a
cf. Smyth3a y Robertson3s. To loipon podría también traducirse por <desde
<¿,Vais a dormir y descansar el resto de la noche?>> al principio del versículo
ahora>>, <de aquí en adelante> o <mientras tanto>r3ó, pero el sentido literal
presente). Apechei, pues, significaría: <¿Está (acaso) lejos?>, una pregunta
<el resto [de la noche]> cuadra bien con el contexto y debe preferirse. La
contestada inmediatamente por <(No). Ha llegado la hora>ar.
frase podría también interpretarse como una simple declaración (<Estáis
el Hijo del hombre está siendo entregado en mqnos de lparadidotai ho
durmiendo y descansando>) o como una orden (<Dormid y descansad>).
Ituios tou anthrópou eis tas cheiras]. En el siguiente versículo se menciona
Esto último, sin embargo, parece improbable en el contexto presente, por-
cxpresamente el acto traicionero de Judas, por lo que en nuestro versícu-
que va seguido inmediatamente de la orden de levantarse (14,,42). La dife-
Irt el paradidolai pasivo (<está siendo entregado>) implica probablemente
rencia entre la interpretación declarativa y la interrogativa es insignificante,
rro sólo la ejecución del acto, sino también un matiz <de pasivo divino>
pero la segunda presenta una frase más fluida y constituye un paralelo a la
(cl-. glosario y el índice temático en este lema): la traición humana refleja
pregunta de Lc 22,4631 .
la voluntad divina. Feldmeie/2 señala que en la correspondencia paulina
¿Acaso está lejos la hora? ¡Ha llegado la hora! lapechei érthen he- hó- <Dios entrega [a Jesús]> (Rom 8, 32) y <éste fue entregado> (Rom 4, 25;
raf,lit. <¿Está lejos? Ha venido la hora>, pero por mor de la claridad hemos I Cor 11,23)parecen ser expresiones equivalentes. También puede haber
repetido el vocablo <hora>.
un matiz <de pasivo demoníaco>; cf . comentarío a 14,37-42.
Apechei es una famosa crux inrerpretum; para una visión de conjunto
de los pecadores ftón hamartólónl. El paralelo en 9, 31 habla del Hijo
de la historia de la interpretación, cf. Feldmeier3s y Brown3e. La palabra se
tlcl Hombre que es entregado en manos de los seres humanos (anthrópón),
entiende por lo general como una declaración más que como unapregunta,
vocablo que en algunos contextos marcanos puede acercarse al sentido de
y muchos intérpretes siguen la pista de Jerónimo que la traduc e comi sffi
<pecadores> (cf . 7, 7-8; 8, 33, y comentario a 7, 6-8). En muchos textos
cil (<bastu) en la vulgata. Sería, pues, una referencia a la oración triple
vcterotestamentarios y judíos, los enemigos a quienes se entrega el justo,
de Jesús y al triple fracaso de los discípulos. La atestiguación externa para
apechei con el significado de <basta> es ciertamente escasa; no hay ningún l)cro que serán entregados finalmente en manos del justo, son los paga-
nos hostiles (cf. comentario a 74,37-42), y en otros lugares <los pecado-
ejemplo anterior al Nuevo Testamento, y los posteriores son discutibles.
rcs> pueden ser casi sinónimos de <gentiles>> (cf., por ejemplo, Sal 96, l0
Pero <bastu está cerca de la significación más común de apechein enlos
l.XX; Sal,S/. 17,23-25; I Mac l, 34)43. Pero en nuestro contexto inmediato
papiros: <recibir el dinero por completo>. Algunos intérpretés han aplicado
,<los pecadores> a quienes Jesús es entregado son Judas y la partida que lo
este matiz literalmente a Judas, que recibió entonces el dinero prometido
lurresta enviada por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, todos
iuclíos, aunque las autoridades judías entregan posteriormente a Jesús al
32. Cf. ibid.,174. gobernador romano (15, l), quien finalmente lo entregará a los verdugos
Ji l*o cf. E. Tov, Electronic Library
34. H. W. Smyth,GreekGrammar,
[4et 77 I 0-l l, 9- | I ], que no apoya esre nexo. (15, 15). 10,33, asimismo, habla de la entrega del Hijo del Hombre a los
$ 1.878.
35. A. T. A. Robertson, Grammar of the Greek New Tbstament, 562.
36. Cf. BDAG 602[3a].
37.
40. M. Black, AnAramaic Approach to the Gospels,225-226.
Cf. R. E. Brown, Deoth of the Messiah I ,20g.
41. R.E.Brown,DeothoftheMessiah2,l.38l.Cf.J.T.Hudson,IronyinGethsemane?
38. R. Feldmeier, Die Krisis des Gotessohnes.20g-215.
39.
42. R. Feldmeier, Die Krisis des Gottessohnes,224.
R. E. Brown, Death of the Messiah2, 1.379-1.393.
43. Cf. K. H. Rengstorf, Hamartolos,325-326.
u30 Sexta sección principal (Mc 14, t_15, 47) Mc 14. 32-42: Conrcnturio

sumos sacerdotes y los escribas, quienes a su vez


lo entregarán a los gen_ señalar hacia una historia con toques literarios (cf., por ejemplo, la vuelta
tiles' Por.tanto, los <pecadores> de 14,4r incruyen p.obabieme,ri"iunto
u hacia los discípulos en 14,41, no precedida por un alejamiento en 14,40,
los enemigos judíos de Jesús como a los gentiles,
uunqu" to. fii*.ro, ,"un y las indicaciones que cambian si los que Jesús encuentra durmiendo, en
el referente inmediato.
14,37-42 son los Doce o sólo Pedro, Santiago y Juan; cf. notq a <Se acerca
y los encuentra dormidos> en 14, 37). Es una cuestión diferente si Marcos
combinó esas supuestas fuentes o si estaban ya unidas en la tradición pre-
Comentario
marcana; los únicos versículos que parecen llevar las huellas digitales de
Marcos son 14,33a (la separación de Pedro, Santiago, y Juan) y 14,40bc,
Introducción. En 14, 26-3r er Jesús marcano ha profetizado
directa- que repite el versículo redaccional 9, 6.
mente su muerte y resurrección hace un momento,
má^s cercanos le han proclamado su lealtad
! suS doce seguidores El pasaje se divide en dos mitades aproximadamente iguales: la primera
eterna. Aiora, sin emb"aryo, en plegaria (14, 32-36), la segunda y la tercera junto con los respectivos retor-
la famosa escena de Getsemaní, tanto la resolución de
iesús lu ¿" nos hacia donde están los discípulo s (14, 37 -42).
ellos parece derrumbarse. "o,,",á
El pasaje se ha estructurado cuidadosamente para recalcar
sus temas 14,32-36. La primera plegaria. El pasaje comienza con <Y llegan>> (kai
distintivos. Por ejemplo: está ileno de vocaburario en
torno a ra fierza, la crchontai:14,32a), el primero de una serie de empleos de kai (<y>) más
capacidad y la debilidad: <Si fuera posible> (dynaton:
t4, 3S¡;<todo te es crchesthai (<ir> o <venir/llegar>) para indicar las idas y vueltas de Jesús
posible>> (14,36); <¿no tenías la fueiza...?> qoík
ischysas', A,'Sl);nlu .u._ adelante y atrás desde su aislamiento para ponerse en contacto con sus
ne es débil> (14,38). Como ha señalado Brownaa,
esíructuralm"íí. cliscípulos (cf . 14,32.35.37.39.40.41). Como indica esta enumeración, este
de dos tripletes: tres movimientos de Jesús hacia "onrru
delante, hacia la oración ir y venir se hace más frenético hacia el final del pasaje. El objetivo <de la
(14,32'33-34 y 35-36), y tres movimientos hacia atrás,
hacia los discípu- llegadu en el versículo presente es ((un lugar llamado Getsemaní> que al
los ( 14,37--38 .39-40 y 4r-42);los dos tipos acentúan
el aisramiento siempre parecer estaba en el monte de los Olivos (cf. 14, 26). Aunque hoy día gene-
mayor de Jesús: éste se mueve cad,avez más lejos de
la compañiu L,u','unu, ralmente se denomina a este lugar <el huerto de Getsemaní>, los Sinópticos
y sus esfuerzos para asegurarse el acompañamiento
de sus i.g"i¿"*, a- lo llaman Getsemaní, pero no huerto, mientras que Juan se refiere a él como
llan repetidamente. El discurso de Jesús se destaca más
aún qrÉ sus movi- un huerto, pero sin llamarlo Getsemaní (Jn 18, l).
mientos; aparece <hablando> (tegein) cinco veces (14,32.34.3637.a\
y Tras su llegada a este sitio, Jesús deja al grupo principal de sus discípulos
<orando> Qtroseuches tha) dos veces ( I 4, 35.39)15.
Lu, pf"guriur-de'lesús ccrca de la entrada (14, 32) y se encamina al interior con sus tres íntimos
se transcriben cada vez más concisamente a
medida qu. p.oir.ru scguidores (14,33a). El interior, el lugar privado, es a menudo en Marcos el
14,35-36 ofrece todo ercontenido de ra primera ora"ióni
r+]:s es"ipu*¡.,
réru unu lugar de la revelación divina o de otras manifestaciones del poder milagroso
nota.sobre Jesús que <repite las mismas palabras>>, y
el tercer momento de (cf.4, 10.34; 7,33;9,2.28;13,3); aquí habrá también una revelación, pero
oración no se describe, sino que debe diducirse del contexto
El centro de gravedad recae, pues, en la primera plegaria, junto"n
il,' 4rou. rls una naturaleza diferente. Los tres compañeros de Jesús, Pedro, Santiago
conia an_ y.luan, son los primeros discípulos mencionados en la lista de 3, l6-19, y en
gustia que lo precipita, dos eventos ."rurnido, poi
narraáor (14, 33b.35) tlos ocasiones anteriores, la resurrección de la hija de Jairo (5, 37) y la trans-
antes de dar expresión a las propias palabras dé "t
Jesús (14, Z+a36jor.-
Muchos estudiosos han visto loi dobletes del pasaje'(poi ligLrración (9,2), Jesús se apartó con ellos. La transfiguración proporciona
tu rrna paralelo particularmente estrecho con nuestro relato; en ambos pasajes,
9r.ac19n
de Jesús expresada tanto en discurso directo "¡".pto,
in¿ir"iio
14,35-36: también 14,32133 y 14,41/42) como un "o,no'"n .lcsúrs <toma> consigo Qtaralambanel) a los tres (9, 2; 14,33) y se muestra
signo de la unión de "n
múltiples fuentesas. pero quienes se muestran contrarios rurte ellos como el Hijo de Dios (9, 7;14,36), y en ambos casos los discípu-
al análisis de fuen- Ios <<no saben qué responderle> (9,6;14,40)ae. Los tres fueron así testigos
tes, como Brown, responden que las repeticiones
son eficaces narrativa_ tlcl poder vivificante de Jesús y de su gloria transcendente; mas ahora se
mente, por lo que pueden haber sido compuestas por
un solo autor. Sin em_ convierten en los observadores de su fragilidad humana5o.
bargo, también es posible que un redactór haya combinado
sus fuentes de En Marcos aparece la relación más estrecha posible entre estos dos as-
un modo retóricamente eficaz, y hay ciertos ,urgo, del pasaje
qu. fu."."n
¡rcctos de Jesús, y esta coexistencia paradójica se acentúa al aplicar a Je-
s[rs un término particularmente marcano: <sentir pavoD) (ekthambeisthai:
11 B.E Brown, Death of the Messiah 1,202_203.
45' cf' w' D' Davies-D.. c . A*son, The GospeT iccording 14,33b). En otros lugares Marcos utiliza diferentes formas de (ek)tham-
¡o saint Matthew 3,49r.
46. Cf. M. Dibelius, Gethsemane-254.
11 qi RE. Brown, Deoth of rhe Messiah l, t35_t36. .19. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah I, l5l-152.
48. Cf., por ejemplo, K. G. Kuhn, Jesus in i"rii"ror". 50. Cf'. Teofilacto, Explicación de Mc 14,32-42.
It 52 Sexta sección principal (Mc 14, 1-15, 47) Mc 14, 32-42: Contenturio I133

beisthai para retratar a un Jesús que abruma a otros con la manifestación partes del relato marcano de la Pasión (cf. Tabla 47).En estos salmos, el
de un poder divino en sus palabras (10,24), sus milagros de curación (1, hablante se queja del dolor y de la persecución que sufre, da testimonio de
27), su semblante glorioso (9, l5) y, en última instancia, su resurrección su inocencia y afirma su confianza en la bondad de Dios que finalmente lo
(16, 5-6). En 10, 32, además, los discípulos se habían sentido abrumados vindicará. La queja de Jesús sobre su lamentable estado se sitúa así en un
por la perspectiva de acercarse a la ciudad donde Jesús, según había dado a contexto bíblico de confianza absoluta en los designios de Dios. Además,
entendeq iba a morir (cf. la referencia a los sumos sacerdotes en g, 31, más las quejas del justo sufriente se interpretaban ya antes del siglo I como
9,31) mientras él reiteraba con calma su profecía (10,33-34). Ahora, sin referencias a la tribulación escatológica del elegido, quien en el tiempo
embargo, Jesús mismo se siente angustiado y ansioso cuando debe afrontar final sería atacado por las huestes de Satanás, pero en última instancia sería
la muerte, y en un momento pedirá a Dios que retire <la copa>> que previa- librado por Dios (cf. de nuevo la nota a <<Triste está mi alma hasta la muer-
mente había aceptado (cf. I 0, 3 8; 14, 23-24)st . Estos rasgos contradicen el te> en 14,34). Un contexto escatológico similar puede deducirse de nues-
comportamiento anterior de Jesús así como la resistencia inquebrantable tro pasaje que, como veremos, está lleno de palabras que tienen un matiz
que se esperaba que habrían de tener los mártires, incluidos los cristianos, apocalíptico en otros lugares de Marcos, el resto del Nuevo Testamento y
cuando afrontaban la muerte, dando así testimonio de una verdad elevada la literatura antigua judía (por ejemplo <<velar>>, <<hora>>, (copa)), <dormir>
(cf., por ejemplo, 2Mac 6, l8-7, 42; 4Mac 6, l*18,23; Mc g, 35; Hch 6, y <se ha acercado>). Jesús, pues, está implicado no sólo en una confronta-
8-7, 60; Mart.Pol. 5)s2. ción personal con su propia muerte, sino en la guerra escatológica contra
las fuerzas cósmicas de mal, y su angustia es parte de una batalla en curso
El nplnro MARCANo oE r-¡ PnslóN
Tabla 47 .
por la salvación del mundo.
Y LOS SALMOS DEL SIERVO SUFRIENTE
Jesús, enfrentado a este desafio escatológico, impulsa a sus seguidores
Marcos Salmos nrás cercanos a mantenerse despiertos (grégoreite, 14, 34b), como hará
14, I matarlo... mediante engaño 10,7-9 ú'l rnismo en la primera de las tres apariciones de este verbo en nuestro
14, l8 el que come conmigo 41,9 ¡rcrícopa (cf. 14, 37.38). Gregorein se ha empleado ya escatológicamente
14,34 muy triste 6,3;42, 5.ll;'43,5 trcs veces al final del capítulo 13, y ésta es sólo la primera de una serie de
14,41 entregado en manos de los pecadores 140,4,8 conexiones temáticas y de vocabulario entre aquella sección y la presente
14,54 lo siguió de lejos 38, ll Gl-.la nota a <velad> en 14,34 y comentario a 14,37 -42 infra),todo lo cual
14,55 procuraban matarlo 37,32
sugiere que el matiz de tiempo final del capítulo 13 se conserva hasta aquí
14,57 testigos falsos 27, 12;35, ll ir propósito. La orden de mantenerse despiertos tiene un significado tanto
14,6l; 15,4-5 silencio ante los acusadores 38, l3-14
15, 3 ataque verbal vehemente 109,3 literal como metafórico; el primero será violado por los discípulos al que-
15,24 reparto de las vestiduras 22, l8 tlarse dormidos; el segundo, al no estar preparados cuando llega el desastre.
15,29 burlas, sacudida de las cabezas ))1 .lcsús mismo, sin embargo, tiene en cuenta su propio consejo y se mantiene
I 5, 30-3 I ¡Sálvese a sí mismo! 22,8 rlcspierto, y su distancia espiritual de los discípulos queda complementada
t5,32 insultos 22,6
15,34 grito de abandono ¡ror la física, cuando se aleja de ellos (14,35a) buscando al parecerel ais-
22, I
llrrniento necesario para la comunión con su <Padre>>.
15,36 le dieron vinagre para beber 69,21
15,39 reconocimiento por los gentiles )) )1 Sin embargo, Jesús no se aleja mucho, sino que avanza sólo <un poco>
15,40 mirar a lo lejos 38,1l
(tttikron) antes de caer a tiena (epipten epi tés gés: 14, 35b), gesto que
t5,43 reinado de Dios 22,28 cvoca la trágica historia del rey de Israel, ungido pero rechazado, Saúl (cf.
rrolu a <<cayó a tierra) en 14, 35). A diferencia de SaúI, sin embargo, Jesús,
Las primeras palabras de Jesús en la escena, <Triste está mi arma hasta iu.nlque literalmente aplanado por la angustia, permanece activo haciendo
la muerte> (14,34a), comienzan a situar estas extrañas inversiones en un Io irnico que le queda -a él y a todo el que se encuentra en una situación
contexto bíblico. Por un lado, expresan el dolor desesperado; pero por otro, sirrrilar-: rezar. La oración se repite por motivos de énfasis literario: Je-
evocan dos de los salmos deljusto sufriente, 6 y 42/43 (cf . la nota a <Triste sús pregunta (en estilo indirecto) si se pudiera alejar de él esa <horu (14,
está mi alma hasta la muerte> en 14,34). Esta alusión es parte de un es- l5e ), y luego (en estilo directo) pide a Dios que aparte de él <esta copa>
quema persistente, ya que los salmos del justo sufriente se repiten en todas t l.l, 36a); la petición indirecta va calificada por la frase <si fuera posible>,
nricntras que la directa va modificada por (pero no sea 1o que yo quiero,
si¡ro lo que tú quieres>53. Tanto la <<hora> como la (copa) son metáforas
51. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,170.
52. cf. también origenes, contra Celso 2,23-24; R. Feldmeier, Die Krisis des Goue.s-
sohnes, 145s; w. D. Davies-D. c. Allison, The Gospel According to saint Mauhew 3,492s. 53. R. E. Brown, Death of the Messiah 1 , 166.
t134 Sexta sección principal (Mc' 14, I 15,47) Mc 14, 32-42: Citmcnturio 1135

comunes parala muerte, pero también tienen una dimensión escatológica: le'f os, ya que su Jesús contradice, alavez que evoca, cl nirclco dc la tradición
<la horo es el tiempo designado para las pruebas escatológicas, para la tlc Getsemaní: <Ahora está mi alma turbada. ¿Y qué diró'/ ¿,Padre, sálvame
tribulación y la redención divina, como ya en Mc 13,32: y-la <copa> es tlc csta hora? [¡No!] Por esta razónhe llegado a esta hora)) (Jn 12,27).
la ira divina que ha de verterse en el tiempo final sobre uná tierra recalci- Los intérpretes cristianos han seguido a menudo los pasos de estos evan-
trante (cf. las notas a <<hora>> en 14, 35, y (copu,) en 14,36). Este contexto uclios posteriores a Marcos atenuando las ásperas aristas de la tradición de
de juicio escatológico probablemente es parte de la explicación de ( ictsemaní por medio de exégesis ingeniosas. Orígenes, por ejemplo, sacan-
esa reac-
ción angustiada de Jesús ante la perspectiva de su muerte: se acobarda no tkr demasiado partido de un giro estilístico marcano, señalaba que el texto
precisamente por la conclusión de su vida, sino ante todo por la perspectiva indica que Jes,ús comenzó a sentir pavor y angustia, pero no dice que llegara
de la ira divina vertida sobre la tierra5a. El oscuro escenario implícito, la e n realidad a tal estadosT (sobre la expresión típica de Marcos <<comenzó a>>,
noche, aporta un matiz similar de juicio divino (cf. Lc 22, 53;Jn i3, 30;, al \'l'. nota a <comenzó a enviarlos> en 6,7). Otros han argumentado, en contra
igual que la descripción de Jesús que cae a tierra (cf. nota a <<cayóa tierra>> rlcl sentido normal del texto, que el dolor de Jesús en Getsemaní no era por
en 14, 35) y sus importantes palabras sobre la entrega en manos de los pe_ til. sino por Judas y/o los judíos, que lo habían rechazado5s. La motivación
cadores (cf. notas a <el Hijo del Hombre están siendo entregado en manos
¡xrra tal dulcificación exegética es tanto cristológica como parenética (cf.
de> y <<los pecadores> en 14,4r). El verdadero horror no ei precisamente qhtscrrio). Hilario de Poitiers afirma que sólo los herejes dicen que Jesús
afrontar la muerte, sino afrontarla bajo la ira de Dios. tcrnió la muerte, ya que tal opinión contradice la verdad de que él era con-
Así pues, no es en absoluto asombroso que Jesús solicite a Dios, su sustancial con el Padre (Comentario a Mateo 31, 3), y Orígenes afirma que
Padre divino (cf. nora a <<Abba, Padre> en 14,36), que le conceda que esta lrr imagen de un Jesús temeroso minaría la disposición cristiana a soportar el
experiencia de tribulación escatológica (<la copo) se apafte de él (14, 36a). rrrlrtirio: <Si él hubiera mostrado miedo... ¿quién será valiente?>5e.
Sin embargo, Jesús termina por reconocer que ras cosas tienen que suceder Pero hay otra cara de la cuestión, y es probablemente el aspecto que
según la voluntad de Dios y no la suya propia. Estos rasgos son similares a l\4urcos quiere acentuar. Cuando los cristianos se sienten débiles y temero-
algunos aspectos del Padrenuestro, especialmente en la versión de Mateo: \()s ¿lnte la perspectiva de una muerte inminente y otros sufrimientos, como
<Padre nuestro... hágase tu voluntad... no nos dejes caer en la tentación> lcs ocurrió probablemente a muchos en la comunidad marcana perseguida,
(6,9-15:' cf. Lc I 1,2-4),y es posible que Ia comunidad de Marcos conociera
¡rrrcclen sentirse fortalecidos al recordar que su Señor también luchó con la
esta oración, aun cuando nunca la cite explícitamente; los paralelos, aquí y t r ibu lación, pero venció así al mundo (cf. Jn 16, 33). En esta línea algunos

en otros lugares del evangelio, hacen que esta hipótesis sea muy posible (ci. rnlórpretes consideraron significativa la descripción de la agonía de Jesús
las notas a <<para que vuestro padre en los cielos pueda perdonáós vuestras t'rr (jetsemaní precisamente porque lo muestra como un ser humano (cf. ya
faltas> en 11,25 y <no lo que yo quiero, sino lo quetú quieres> en 14, .lrrslino, Diálogo,99), y evocaron a menudo este retrato, cuando procuraba
36). si es así, los destinatarios del evangelio pueden comprender que Jesús, ,'r itar la copa y cuando la aceptaba, como prueba de que Jesús tenía una
cuando pide a Dios que aparte de él la copa, sólo ponía en práctica lo que en roluntad tanto humana como divina60. Y Jesús, al aparecer compartiendo
otros momentos él mismo había enseñado a otros que hicieran; los terrores l;r rlebilidad humana, es también un modelo para los cristianos débiles y
del tiempo final pueden ser una parte necesaria del plan divino que se va tlubitantes que pueden así sentirse reforzados por la gracia de Dios6r:
desarrollando, pero es natural querer evitarlos, y Jesús lo hace.
En los días de su carne, cuando ofrecia ruegos y súplicas con gran clamor y
Sin embargo, desde tiempos primitivos los críticos del cristianismo, así
lágrimas al que lo podía librar de la muerte, fue escuchado por su obedien-
como algunos cristianos, han considerado problemático el retrato marcano
cia... No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
de Jesús intentando huir de la muerte en Getsemaní. Así, para celso, el críti- flaquezas; sino uno tentado en todo a semejanza nuestra, pero sin pecado.
co pagano del siglo II, la lamentación y la plegaria de Jesús probaban que no Lleguémonos, pues, confiadamente al trono de su gracia, para alcanzar mise-
era divino55. A algunos cristianos también les costaba asumirlo; Lucai, por ricordia y hallar gracia oportuna en tiempo de necesidad (Heb 5, 7; 4, l5-16).
ejemplo, omite las referencias marcanas a un Jesús aterrorizado, angustiado.
dolorido, y dulcifica la escena presentando a Jesús arrodillado u"i d" por- <Gracia oportuna en tiempo de necesidad)): este es el mensaje oculto de
trado y orando sólo una vez(Lc22,39-42.45-46); Mateo hace"n cambios más imagen de Jesús en Getsemaní.
l;r ¡runzante
sutiles en Mc 14,35 que atenúan también su impacto (26,39)56.Juan va más
57. Orígenes, Comentario o Mateo,90.
5l{. Por ejemplo, Jerónimo, Comentario o Mateo,26,37.
!4 Cf R. Feldmeier, Die Krisis des GofÍessohnes,l44-146. 5t). Orígenes. Exhorlación al Marlirio,29.
55. Orígenes, Contra Celso 2,24. ()0. Cf ., por ejemplo, Tomás de Aquino, Sumnta Theologico 3, 18, l. citado por R. E.
56. Cf. B. D. Ehrman-M. A. plunkett, The Angel and the Agon.v,4ll; R. E. Brown. lrr()\n. Dcdl/r of the Messiah l,l'10-171.
Death o.[the Messiah 1,165. (r l. Cf . D. Dormeyer, Die Passion Jesu als Verhallensmodell.
u36 Sexfa sección principal (Mc 14, l-15, 47) Mc 14, 32-42: L'ontcnturio 1137

14, 37 -42. Jesús ora y retorna hacia sus discípulos por segunda y terce- dentemente paralelo (cf. Tabla 46) y sugiere que Marcos ha conformado
rut vez. El Jesús marcano, sin embargo, no obtiene ayuda de sus seguidores deliberadamente el relato presente como un eco de las profecías escatoló-
en tiempo de necesidad. La segunda mitad de la perícopa se centra en los gicas del capítulo 13. Por tanto, la pregunta de Jesús a Pedro es de doble
intentos infructuosos de Jesús de despertarlos para que le ofrezcan compa- sentido, similar a la que Dios dirige a Adán en Gn 3, 9: <¿Dónde estás?>.
ñía y salvaguardar asi la propia salud espiritual de sus discípulos. No se trata sólo de una pregunta sobre dónde está Pedro fisicamente --€n un
Este intento comienza cuando Jesús vuelve de su oración, en la que in- estado de vigilia o de sueño-, sino también una cuestión sobre dónde está
voca a su Padre (Abba) y encuentra a sus discípulos dormidos (14, 37a). situado en relación con la enorme colisión de las edades que pronto tendrá
Es el segundo indicio (el primero fue la conclusión de la plegaria misma) lugar por la muerte y la resurrección de Jesús.
de que la respuesta a su oración será un <no>; Dios no apartará la copa Moviéndose desde el reproche hasta el remedio, Jesús prescribe vigi-
del sufrimiento de Jesús, ni proveerá compañía durante sus pruebas. Como larrcia y oración de modo que no flaqueen en la prueba Qteirasmon)'. <<El
añrma Cranfieldó2, <lo única respuesta que recibe la oración de Jesús es la espíritu está presto, pero la carne es débilD (14, 38ab). Aquí se emplea de
dura respuesta de los acontecimientos>. Así pues, esta sección del relato nuevo una locución evidentemente escatológi ca; pe irasmos, especialmente
de Getsemaní ha sido titulada con acierto <El silencio de Dios>63. Jesús, en cn conjunción con hora (<la hora>: 14,35.41), es un término técnico para
medio de este tenible silencio divino y confrontado al grupo durmiente de <la hora de la prueba que viene sobre el mundo entero, para probar a los ha-
sus antiguos devotos, se dirige a Pedro con palabras pensadas para todos bitantes de latierru (Ap 3, l0;cf. tambiénAp2,9-10; I Pe4,12; Hch 20,
los discípulos, como evidencia el cambio de la segunda persona singular en l9; 6, l3 llLc 11,4;4QCatena^ 2,10-11 VQl77l;4QFlor 2,l)ut. Kuhn66
14,37bc a la segunda plural en 14, 38. Pedro sigue siendo así el discípulo lra señalado las llamativas semejanzas entre este cuadro marcano de prue-
representativo (cf. la introducción al comentario a 14,26-31). Representa, bas escatológicas y el de Qumrán; en ambos, el punto de entrada para las
sin embargo, a un grupo de apóstoles que vacila en el borde de la apostasía, lüerzas atacantes es (la carne)> es decir, la corporalidad de los seres huma-
como se pondrá de manifiesto en las escenas siguientes, cuando los Doce nos, la concentración en sí mismos y la vulnerabilidad ante el pecado (cf.,
huyan tras el prendimiento de Jesús (14, 50; también 14,52) y Pedro lo nie- ¡ror ejemplo, IQM 4, 3; IQS ll,7-12), mientras que el arma principal de
gue (14, 66-72). Tal vez Jesús, al dirigirse a Pedro con su antiguo nombre, rcsistencia es el espíritu que Dios ha implantado en el mundo (cf. nota a
<Simón>, esté insinuando esta incipiente apostasía; envez de ser el <<Roca>, <cl espíritu está presto, pero la carne es débil> en 14, 38). Sin embargo,
el fundamento eclesiástico del edificio de Jesús para la nueva edad, Pedro t¿lnto en Qumrán como en Marcos la victoria del espíritu no está asegurada
corre el peligro de volver a caer en la antigua, donde Satanás tiene el mando cn ningún caso; la vulnerabilidad de la ((carne) ante los ataques da como
(cf . comentario a 8,31-33 y la nota a <Simón> en 14,37). rcsultado no sólo la lucha entre la comunidad elegida y los de fuera, sino
El retorno de Jesús a donde están los discípulos comienza con palabras también la apostasía y la división interna dentro mismo del grupo elegido6T.
que despiertan a Pedro y a la vez le informan de su estado: <¿Duermes? l.a luente última de estas tribulaciones es el asalto demoníaco (cf . la nota
¿No has tenido fuerzas para velar ni.una hora?> (14,37bc). Pedro ha estado r¡ <tentación>> en 14, 38); como afirma el famoso personaje de Dostoievski,
durmiendo en más de un sentido. El y los demás han estado literalmente l)imitri Karamazov: <Dios y el Diablo luchan por el mando supremo, y el
dormidos, pero el sueño en el Nuevo Testamento puede ser también un clrnpo de batalla es el corazón de hombre>68.
símbolo de un estado de ánimo que toma insensatamente su norte de la os- Este marco de guerra escatológica ayuda a explicar el creciente frenesí,
curidad de la antigua edad en vez de la luz de la nueva (cf. Rom 13, I l-14; irnplícito en los movimientos de Jesús al final de la escena (cf. introduc-
Ef 5, I I - l4; I Tes 5, 4- I 0)61. Este matiz escatológico queda realzado por los t ión a\ comentario). Este movimiento acelerado comienza con Jesús que se
vínculos verbales entre nuestro pasaje y las profecías del tiempo final en la rrlc.ja para rezar por segunda vez, utllizando las mismas palabras que antes
conclusión del capítulo 13, donde Jesús ha advertido ya a sus seguidores t 14, 39); por tanto, Jesús busca aún la huida de <<la horu y de <la copa).
que han de mantenerse despiertos no sea que (venga) el señor de la casa ('uando vuelve de nuevo a los discípulos, encuentra que sus ojos están <so-
y los <encuentre dormidos>. Jesús repite la exhortación a la vigilancia en lrlccargados> (14, 40), otra indicación probable de tribulación escatológica
14,341' pero poco tiempo después <el señor de la casu viene realmente y v tlc la opresión satánica (cf. el empleo de <sobrecargado> en un contexto
encuentra a sus discípulos dormidos, no una vez, sino tres veces (14,37a; escatológico enLc27,34,y la introducción al comentario a 8,27-33 sobre
cf . 14, 40.41), con lo que sugiere que la hora de la crisis anteriormente Sltanás como demonio cegador). Así pues Jesús, que sufre todavía por su
profetizada ha llegado ya. El fraseo en 13,32-37 y 14,32-42 es sorpren-
65. R. E. Brown, Death of the Messiah I, 159-161.
62. C. E. B. Cranfield, The Gospel According to Saint Mark,434. 66. K. C. Kuhn, New Light on Temptalion.
63. R. Feldmeier, Die Krisis des Gottessohnes, 186. 67. Cf. J. Marcus, Mark 4,10-12 and Marcan Epistemolog't,567-570.
64. Cf. C. Maurer, Hypnos,554. (rti. F. Dostoievski, Los hermanos Karamazov 1,3,3.
It38 Sexta sección principal (Mc 14, I 15, 47) Mc 14,43-52 It39

aislamiento y por el peso de la crisis escatológica, despierta al parecer a 140, 8 [39, 9 LXX]). Cuando tales cosas ocurren, el justo puede protestar
los discípulos una vez más, aunque no se relate. Su respuesta perpleja (q contra ellas con razón(cf., por ejemplo, ls 25, 5 LXX), y en el eschaton
no sabían qué responderle> 14, 40c) evoca la escena de la Transfiguración cesarán tales ultrajes; los pecadores, en cambio, serán entregados en manos
(<<No sabía qué decir, pues se habían atemorizado> 9, 6): no comprenden la del justo para el juicio (cf. I Hen.9l,12;95,3.7; cf. 38, 5; 98,121' lQpHab
gloria transcendente de Jesús, ni su vulnerabilidad humana, aunque éstas 9,9-12;4Ql7l 4,7-10 [-10 4, 7-10]). Nuestro pasaje, pues, representa
sean características inseparables de la nueva edad de Dios. El siguiente ver- una inversión de lo que se esperaba normalmente para el eschaton: los
sículo (14, 4la) implica que Jesús, incapaz de despertarlos para la acción, pecadores serían entregados aljusto, no al contrario.
se marcha a rezar por tercera vez; los lectores atentos pueden vincular así Es incluso más paradójico hablar del Hijo del Hombre qu'e va a ser entre-
la experiencia de Jesús en Getsemaní con un modelo bíblico de petición gado en manos de los pecadores. Constituye una llamativa inversión de Dn
angustiada y triple (cf. Sal 55, 17;2Cor 12,8-9; cf. b. Yoma 87a)6e. De estos 7,13-74, donde se entrega a ((un como un hijo de hombre el reino, la gloria
pasajes paralelos, 2Cor 72,8-9 es el más instructivo, ya que consiste en una y la realeza; y todos los pueblos, naciones y lenguas lo servirán>, incluidas
triple petición de Pablo rechazada por el Señor resucitado; al final, sin em- las perversas naciones que han oprimido a Israel. (Para otra inversión mar-
bargo, Pablo comprende que aunque Jesús no tiene intención de aliviar su cana de este pasaje, cf. nota a <el Hijo del Hombre no vino a ser servido
sufrimiento, Ie dará fuerzas para sobrellevarlo, ya que el poder escatológico sino a servin> en 10, 45). En un midrás tardío sobre Daniel 7 (4Q2462,1-9)
de Jesús se perfecciona en el marco de la débil senectud. Algo similar puede se denomina a la figura del Hijo del Hombre <Hijo de Dios> (2, l), y se
deducirse respecto a Jesús mismo al final de nuestro pasaje ( 14, 4lb-42); no dice que <<Dios.. . harála guerra por é1, y entregará los pueblos a su mano))
leemos, como ya hicimos en 14,39, que Jesús <repite la misma plegariu, y ('mmyn yntn bydh)1| . La expresión hebrea./aramea empleada aqui, ntn byd,
sus palabras de conclusión manifiestan que acepta su destino. se suele traducir en los LXX por paradidonai eis (tas) cheiras (<entregar en
Este sustancial anuncio conclusivo tiene varios aspectos importantes. manos de>). Así, la esperanza veterotestamentaria y la de Qumrán era que
Primero, proclama el advenimiento escatológico: <¡Ha llegado la hora!> Dios habría de entregar a las naciones pecadoras en manos del Hijo de Dios/
(14, 4lb; cf. nota a <<hora> en 14, 35). Segundo, vincula este advenimien- Hijo del Hombre; es probable que los revolucionarios judíos, cuya teología
to con la <entrega>r Qtaradidotai) del Hijo del Hombre a los <<pecadores>> militante forma el trasfondo de nuestro evangelio, abrazarancon fervor tales
presumiblemente para ser asesinado (l 4, 4l c; cf . 9, 3 I ; 1 0, 33 -3 4). Marcos cxpectativas. Sin embargo, en nuestro pasaje Jesús anuncia lo contrario: el
piensa probablemente que esta (entrega)) es a la vez divina y humana, y Hijo del Hombre está a punto de ser entregado en manos de los pecadores.
que puede verse en ella también una influenci a satánica, teniendo en cuenta
Al hacerlo así, obrará una salvación diferente, al aceptar el juicio divino
las alusiones a una acción demoníaca proporcionadas por el contexto (cf. que, como hemos visto, va unido a la idea de ser <entregado en manos de
notas a <todos os escandalizargis> en 14,27 y <tentación> en 14, 38, y <<el los pecadores>. Por tanto, 14, 4l expresa el mismo pensamiento básico que
Hijo del Hombre está siendo entregado en manos de> en 14,41). 10, 45 y 74,24, y el mismo de Pablo cuando habla de Cristo que se hizo
Sin embargo, el rompecabezas teológico central del pasaje es lo que (pecadoD para el bien de la humanidad (2 Cor 5,21).
se dice del Hijo del Hombre, a saber, que va a ser (entregado en manos
Mas para que Jesús cumpla este acto de salvación, debe morir; y para
de los pecadores> (14, 41c). La expresión <<entregado en manos de>> no se
que esto ocurra, debe ser entregado a las autoridades por alguien de su círcu-
encuentra en el griego secular, pero es frecuente en el Antiguo Testamen-
lo íntimo. En la conclusión de nuestro texto se anuncia esta traición como
to y en el judaísmo intertestamentarioT0. El sujeto explícito o implícito es inminente (14,42b), y sucederá inmediatamente en el siguiente pasaje.
generalmente Dios, que entrega a sus enemigos en manos de Israel en la
guerra santa (por ejemplo, Jos 2, 24; 6, 2.16; I Hen. 38, 5; 48, 9; 63, l), o
que entrega a Israel a sus enemigos cuando ha pecado y merece el castigo ll. Er pnsNuMrENro (14,43-52)
DE JESús
(especialmente en Jeremías y Ezequiel; cf., por ejemplo, Jr 21,10;22,25;
46, 24 126, 24 LXX); Ez 7, 2l ; l l, 9 ; 1 6, 39 ; cf . Ju b. 1, 1 3.19.21 -22; Tbs tAs.
14 43E inmediatamente, cuando estaba todavía hablando, se pre-
7 ,2; ParJer. 4, 6-7). <Entregar en manos de>>, por tanto, es lo contrario de
scnta Judas, uno de los Doce, y con él una muchedumbre de los sumos
la salvación y el equivalente del juicio, una equivalencia explícita enBz ll ,
sacerdotes, los escribas y los ancianos con espadas y palos. aaEl que
9 y 4Ql7l 2, 20 ll-10 2, 201. Por esta razón, Io que Jesús profetiza es lo
contrario de lo que el fiel espera; el salmista, por ejemplo, suplica: <<No me iba a entregarlo les había dado una señal con estas palabras: <Al que
entregues, Oh Señor. . . al pecadon> (me paradQs me lErie... hamartolQ: Sal yo bese, ese es; apoderaos de él y llevadlo con cuidado)). 45Y cuando
llcgó, acercándose inmediatamente a Jesús, le dijo: <Rabbí>, y lo be-
69. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saínt Matthew 3,500.
70. Cf. la visión de conjunto de su empleo en W. Popkes, Christus Traditus,l-129. 7 l. Cf. J. J. Collins, The Scepter and the Star,159.
I t40 Sexta sección principal (Mc 14, 1-l5, 47) Mc 14, 43-52; Nottt,¡ 114I

só. 46Y echaron sus manos sobre él y lo detuvieron.4TPero uno de los .lcsús el beso fuera todavía un modo norrral clc salrrdo, cl clc .ludas pudo ha-
presentes desenvainó una espada, golpeó al esclavo del sumo sacerdo- bcr sido una discreta acción concebida para idcntificar a Jcsúrs ante el grupo
(p¡e va a detenerlo sin alarmarlo, a él o a los Oncc. Algunos estudiosos, sin
te y le cortó su oreja.
a8Y respondió Jesús y les dijo: (¿Como contra un bandolero habéis cnrbargo, citan pasajes rabínicos como Gn. Rub. 10, l2 en apoyo de la hi-

salido con espadas y palos para prenderme? aeDurante el día estuve ¡rtitesis contraria, a saber, que el beso como saludo no era ya usual entre los
irrdíos del Israel del siglo Ia. Si ese fuera el caso, el beso de Judas pudo haber
ante vosotros enseñando en el Templo, y no me detuvisteis. Pero para
¡lrrecido a los espectadores algo más que un saludo, quizás una expresión
que se cumplan las Escrituras...>.
tlcl fuerte vínculo emocional de un discípulo para con su maestro (cf . m. Roí
soY abandonándolo, huyeron todos. srY ciertojoven lo seguía, en-
lltt,í.2,9; b. Ket. 103b)5. En línea con esta interpretación, Taylor argumentaó
vuelto en un paño de lino sobre su cuerpo desnudo; y se apoderaron de t¡trc la forma compuesta katephilésen en 14, 45, distinta del philésó simple
él. s2Pero éste, abandonando el paño de lino, huyó desnudo. t'n 14,44, debería ser traducida <lo besó apasionadamenteDT. i

llstos argumentos, sin embargo, resultan poco convincentes. Como con


nrtrchos otros verbos, la distinción clásica entre las formas simples y com- I

Notas
¡rrrcstas de philein no parece que siguiera en uso en el griego de la koiné8;
l,,rttt¡thilein, porejemplo, es utilizado en Gn 31,28.55 y Ex4,2'7 para in-
14, 43 . muchedumbre lochlos). Es dificil determinar la naturaleza exacta
tlic¿rr besos formales de saludo y despedida, nada fervientes. El cambio de
de esta muchedumbrer; la palabra puede designar una muchedumbre des-
organizada, y este matiz está de acuerdo con los palos de madera (xyloi) l,ltil[.so en 14,44 a katephilesen en 74,45, por tanto, puede ser tan sólo esti-
lrsticoe. Respecto al argumento de que los besos de salutación habían desa-
que llevaban sus miembros, que podrían ser el tipo de armas <de patrulla>
usadas por los civiles, aunque también los soldados manejaban a veces tales ¡rrrlccido ya entre los judíos del siglo I, Lc 7,45 parece presuponer que el
lreso representaba un saludo formalr0, y Filónrr habla de ello explícitamente
estacas2. La muchedumbre blandía asimismo espadas (machairai), portadas
(irunclue él era un judío de la Diáspora, no palestino). Además, las críticas
generalmente por soldados o la policía, pero a veces también las llevaban ci-
r¡rbínicas posteriores contra los besos iban dirigidas contra las costumbres
viles (cf. Lc22,49 Jn 18, l0). Sin embargo, la referencia a una muchedum-
t orrtcmporáneas, por lo que son un testimonio de aquello mismo a lo que se ,i

bre <de los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos) parece inclinar el
'l)oncn. El beso de saludo, pues, no era insólito en el mundo de Jesús. Ade-
{
equilibrio hacia un grupo comisionado por ese grupo (cf. Jn 18, 3). Además, ir

rrr:is los cristianos primitivos, y quizás ya el círculo de Jesús, pudieron ha-


pensando prácticamente, es cuestionable que las autoridadesjudías hubieran
I't'r arnpliado el empleo del beso debido a la idea de que todos los cristianos
dejado el prendimiento de Jesús a la discreción de una turbamulta. Es posi-
r'rur hermanos, y que el beso estaba permitido en esta <familia> cristiana
ble que la realidad histórica fuera un prendimiento por una delegación de la
tt'1. las referencias paulinas al <ósculo santo>> en Rom 16, 16; lCor 16,20
policía y/u otros agentes de las autoridades, pero Marcos utiliza la palabra
vaga <muchedumbre> porque desea ampliar la responsabilidad y presagiar
'( 'trl 13, 12; I Tes 5,26)12.
así 15, I l, donde la población de Jerusalén se vuelve contra Jesús. ¿,Qué parte del cueqpo de Jesús habría besado Judas? En el mundo gre-
( ()r'r'ornano, los besos no eróticos podían ser dados sobre varias partes del
44-45. bese... lo besó ftthilesó... katephilé-senl. El beso traidor tiene su
( ueryo, pero el beso de honor por lo general iba dirigido a las manosrr.
trasfondo en el Antiguo Testamento; cf. por ejemplo Prov 27,6 (<Profusos
I ue r)tcs rabínicas hablan especialmente de besos enla cabeza (el contexto
son los besos de un enemigo>) y 2Sm 20,9-10, donde Joab hace como
, '; crr general el de un maestro que besa a su alumno, y debemos imaginar-
que saluda con un beso a un Amasa confiado, y luego lo apuñala hasta la
r r, probablemente al estudiante que dobla su cabeza y al maestro que besa
muerte. Ciertamente no es raro que se relacione el beso con la muerte (cf. 's
l,r ¡rrrte superior); pero se habla también de besos en la mano, la boca, la ro-
la expresión <el beso de muerte>); cf. por ejemplo kstJb. 52, 8, donde el
beso de la Muerte mata a Job; la tradición recogida en b. B. Bat. 7Ja sobre
los santos bíblicos que murieron (por un beso de Dios>; y la idea medieval ,1. ('f .. por ejemplo, W. Klassen,
Krts (NT) 4, 91.
cristiana de <la muerte por un beso>3.
\. ll.E. Brown, Death of the Messiah 1,254-255.
tr. V Taylor, The Gospel According to Saint Mark,559.
En el Antiguo Testamento, la gente se besa frecuentemente como signo /. (' l. Jenofonte , Memorabilia 2, 6, 33.
de saludo (por ejemplo, Gn 33, 4;8x4,27;2Sm 15, 5); si en tiempos de R. ('f.A.T.A.Robertson,GrammaroJtheGreekNewkstament,606; J.V.Yoelz,The
Lttt'utt{a oJ the New kstament,938.
'). ('f . G. Stálín, Phileo, 140, nota240.
1. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah | ,247 . ttt ll¡id.,138.
2. Cf. Josefo, Guerra2,176. I l. I:ilón, Quién es el heredero,4l.
3. Cf. D. C. Allison, Testament of Abraham,395-397, y el índice de J. Perella, ?'/¡r' I '. 1.. E. Plrillips, The Ritual Kiss,15.
Kiss Sacred and Profane, lema, <Death and the Kiss>. I r. ('1. G. Stáhlin, Phileo,120-121.
I 142 Sexta sección principal (Mc 14, 1-15,47) Mc 14.43-52: Nt¡ttts I 143

dilla o el pierr. En este caso puede ser excluido seguramente un beso sobre lrlbcrle parecido redundante y torpe a un escriba; o bicn la ornisión pudo
las extremidades inferiores, porque sería dificil de ver para la muchedum- rlcbcrse a homeoteleuton (heis... lrs; sobre el homet¡lcleulon, cf . glosario).
bre, pero más allá de esta afirmación es imposible determinar la posición l.rr lcctura heis de t¿i se apoya en la mayoría de los rnanuscritos, incluidos
exacta (labios, cabeza, mano, quizás hasta los hombros o el pecho)' En el l]. (', D, @, W,./'t, a,l,vg, syh. La omisión está igualmente bien atestigua-
arte cristiano, sin embargo, se dibuja casi siempre un beso en el rostro, al rlrr (por ejemplo ñ, A, L, 579,700,2427, f, aur, sye's), y lrs podría ser una
parecer debido a su potencial dramático. llltrsa rnarginal o una asimilación a Lc 22,50 (en contraste con Mt 26, 51,
Unos han cuestionado la historicidad del beso de Judas debido a su au- t¡trc tiene lels solo). Pero heis no es probablemente lo bastante ambiguo
sencia en el evangelio de Juan. Stáhlinrs, sin embargo, indica que el acento ('()nro para ser glosado, y la asimilación a un texto lucano torpe es menos
del Cuarto evangelio en la soberanía de Jesús proporciona un motivo plau- ¡rnrbable que la asimilación al de Mateo, más sencillo.
sible para la omisión. Por medio de la frase <Yo soy> (Jn 18, 5-6), Jesús se Si heis de tis es la lectura original, un modo de interpretarla sería como
identifica a sí mismo en vez de quedar singularizado por el beso de Judas. r¡llr refbrencia a alguien que el autor conoce, pero que no desea mencio-
Como observa Smith16, además, <la ausencia del beso de Judas encaja bien rr;ur". En línea con esta interpretación, Lagrange2r piensa que Marcos sabe
con el sentido que tiene Juan de la dignidad y autoridad de Jesús: el que rluc cl espadachín es Pedro, como en Jn 18, 10, pero se lo calla por pruden-
traiciona a Jesús no puede tocarlo, y mucho menos besarlo>. , rrr. Theissen22, que rechaza la historicidad de la identificación con Pedro
44. llevadlo con cuidado lapagete asphalós). El diccionario de BauerrT (l:rs {radiciones posteriores tienden a poner nombre a los personajes anóni-
define aspahlos como <de modo que se asegure una detención continua- rnos), piensa además que el anonimato del espadachín en 14,47 y el joven
du. Mateo omite la frase; Davies-Allisonrs especulan que el evangelista ' luc
cscapa desnudo en 14, 5l-52 son probablemente recursos para proteger
pudo haber pensado que era muy problemático que se supusiera que Jesús ,r scguidores de Jesús que viven todavía, por lo que constituyen una indica-
podría escapar o resistirse al prendimiento. Por otro lado, asphalÓs podría , ¡irr de la procedencia temprana del relato premarcano de la pasión. Esta
también traducirse por (con cuidado>; quizás molestaba a Mateo la impre- lri¡rritcsis es posible, pero heis de tis puede señalar también a alguien que se
sión demasiado positiva de Judas que apagete asphalos podría dejar en el r lt'staca de un grupo mencionado anteriormente (cf. Jn ll ,491' Josefo, Ant. 3,

lector, a saber, como si tratara de proteger a Jesús. '()7: 13, 291:, Wda,290); entendido de este modo, el que esgrime la espada
45. Rabbí lRabbil. Sobre este término honorífico, cf. nota a <Rabbil> en ¡rotlr'ía ser un miembro del grupo atacante que de repente habría cambiado
9, 5, donde se señala su especial relación con el oficio docente; esta relación ,lt' irlc¿r (cf. la siguiente nota). Es también posible que sea simplemente un
continúa en nuestro pasaje (cf. <enseñando en el Templo>> en 14,49). r':rso (lc pleonasmo, propio del griego de la koiné (cf . glosario)23.
46. echaron sus manos sobre él fepebalon tas cheiras autQl. Sobre el tlt, los presentes lton parestékotonl. Un parestekos puede ser un ino-
trasfondo veterotestamentario de esta frase, cf. comentario a 14, 43-47. ( ('nlc que estaba por allí, o alguien implicado en la acción24. La mayor

Uno de esos ecos es Gn22, 12, en donde se ordena a Abrahán que no ponga l';rrtc cle los estudiosos opina que el atacante es uno de los discípulos, como
su mano sobre su hijo Isaacre (sobre la analogía entre el sacrificio de Jesús l\l:rtco, Lucas y Juan 1o interpretan (Mt26,51; Lc 22,49-50; Jn 18, l0),
y el de Isaac, cf. notas a <amado> en 1, I 1 y <Tenía aún un hijo amado> en \ l)irrcce lógico que uno del séquito de Jesús pudiera resistirse a su deten-
12,6). En nuestro pasaje, sin embargo, ninguna voz divina interviene para r rrirr. 1lrown25, sin embargo, aboga por la interpretación de alguien presen-
evitar que esas manos hostiles se apoderen de Jesús. r( Marcos habría aclarado el estado del hombre si hubiera querido dar a
detuvieron lekratésanf. Este verbo ha sido traducido por <apoderarse> ,'ntcnrlcr que era un discípulo, y ninguno de los otros casos de parestekos
en 14,44 y 5l; puede utilizarse para la acción fisica de poner las manos , n cl rcf ato marcano de la pasión denota a un seguidor de Jesús (14, 69.70'
sobre una persona o para expresar la idea más abstracta de controlar a otro. I '. 15.39). Pero más tarde en el relato, donde aparecen las mencionadas
En nuestro caso hay que entender este último significado, puesto que de otra r,'¡rcticiones del vocablo, la situación cambia a otros contextos más públi-
manera epebalon tas cheiras aulQ kai ekratésan auton seria tautológico. r rrs. cll los que la presencia de personas presentes pero no implicadas es
47 . Pero uno fheis de tisl. ^É1eis solo, que es la lectura de algunos manus- rrr:rs ¡rlausible que en la escena del prendimiento de Jesús. Nuestra historia,
critos, significaría <uno> al igual que lls solo; /rer,s de tis,por tanto, pudo ,r,['nlis, solo supone la presencia de Jesús, sus discípulos y el grupo de los

14. Cf. H. L. Strack-P. Billerbeck, Kommentar zttm Neuen kstament aus Talmud utnl '(). C'l'., por ejemplo,.Sófocles, Edipo Rey, I I 8.
Midrosch 1.995-996. .'1. M. J. Lagrange, Evangile selon soint Marc,394.
15. G. Stáhlin, Phileo, l4l. .'.1. (i. Theissen, The Gospels in Context, 184-l 89.
16. D. M. Smith, Jol¡r, 330. '\. A. T. A. Robertson, Grammar of the Greek New kstantent,675; BDAG 292 [3c1.
17. BDAG 147. r r l,lr l. l3; HchJn 60.63.
18. W D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Sainf Matthew 3,508. '.1. ('r: BDAG 778 [zba].
19. Cf. L. A. Huizenga, Der Jesus des Mallháusevangeliums,ST. '5. l{. E. Brown, Death of the Messiah 1,266.
I t44 Sexta sección principal (Mc 14, l-l 5, 47) Mc 14,43-52: Nt¡tttt I t45

que lo prenden. Y si el espadachín fuera uno de los discípulos, Marcos o la 5l . envuelto en un paño de lino sobre,stt (tt(t'l)() tlcsntttlt¡ lperibeblC-
tradición premarcana podrían haber tenido alguna motivación para oscure- tttt'u(),\ .tindona epi g,tmnou]. El término sintktn ¡todíu utilizarsc colno ves-
cer este hecho y la identidad del atacante (cf . comentario a 14,48-49). Hay t¡nrcnta exterior o interior-ra, pero aquí al parecer sc reliere a una suerte de
otras posibilidades, como que Marcos viera en el espadachín a un miembro ',rrs¡rcnsorior5. Smiths6 cita a Diógenes LaerciorT y afinna que no era una
arrepentido del grupo de los aprehensores2., pero en general la interpreta- r cstirnenta <apropiadu, es decir, el tipo ropa que se llevaría nonnalmente
ción de que era un discípulo parece la más probable. ,'rr 1r[rblico. Sin embargo, no se trataba de un trapo; el lino era costososE, y
49. Durante el día lkath' hcmeranf. Esta frase puede significar <día tras ('nlrt: los judíos se relacionaba especialmente con las vestiduras sacerdo-
dío / <cada dío o <durante el día>27. En el Nuevo Testamento significa ge- trrlcs (cf. Ex 28, 39.42; Lv 16,4.32; etc.). Ciertamente, el tema -aunque
neralmente <cada díu (cf., por ejemplo, Lc 9,23 I I , 3; Hch 2, 46-47 3,2; rro cl vocabulario de nuestro pasaje recuerda la descripción de la ropa
lCor 15,31'2Cor 11,28;' Heb 7, 27;10, ll)28. Esta interpretación, sin em- s¡rccrdotal en Ex 28, 42: <<Y les harás unos calzones de lino para cubrir las
bargo, no concuerda con la cronología marcana, según la cual Jesús enseña r crgtienzas (es deci¡ su desnudez) de su carne>.
en el Templo sólo durante dos días (ll, 17;11,27-12,44 cf. Tabla 33)2e. LJn pequeño número de manuscritos (W
"f ',
c, sy', sa'n") omite las pala-
Es más probable, pues, que Marcos entienda kath'hCmeral? como <durante lrrirs cpl gvmnou (<sobre su desnudez>>); Neirynckre piensa que se trata de
el díu, significado apoyado por el paralelo lucano (Lc 22, 53; cf. 21,37)30. rrrrir adición de algún escriba. Pero epi glmnou es la lectura más dificil, y
Este matiz encaja bien con el contexto marcano, en el que prenden a Jesús de ticne el objetivo claro de preparar el gymnos en 14,5240. Es más probable
noche y en donde niega que él sea un bandolero, es decir, el tipo de persona r¡rrc esta frase fuera omitida por los escribas debido a su torpeza gramati-
que actúa protegiéndose en la oscuridad (cf. Abd l, 5)3r. ,lrl o a sus implicaciones potencialmente escandalosast', y no que fuera
Pero para que se cumplan las Escrituras ... lall'hina plérothósin hai ;r¡luclida por ellos por un deseo de asegurarse que los lectores entendieron
graphail. Como en 9, 12, no se cita ningún pasaje específico del Antiguo .\:t ttttlos en 14, 52 como literalmente <desnudo> (así Neirynck; sobre las
Testamento, y el empleo de graphai en plural (<Escrituras>>) puede sugerir ¡rosibles traducciones de g,tmnos, cf . nofa a <abandonando la sábana, huyó
que se tenga en mente más de un pasaje. Ya que aquí hay una referencia al ,lcsrrudo>> en 14,52). Además, algunos manuscritos (e, f",565, pc, syn,
prendirniento de Jesús por medio de <el que iba a entregarlo>> (ho paradi- srr"'") leen peribeblemenos sindona glmnos: <envuelto en un paño de lino
dous) que conducirá a su muerte, uno de esos pasajes es probablemente Is tlcsnudo> y uno (H) lee peribeblémenos sindonct en gymnou, de irnposible
53,12, LXX: <Su alma fue entregada Qtaredothe-) a la muerte>. Otro puede trrrrltrcción, pero ambos pueden ser corrupciones del epi g,,mnouar. Cran-
f iclcl opinaa3, por el contrario, que epi gymnou puede ser una corrección de
ser Zac 13,7, que habla del pastor herido y de la dispersión de sus ovejas,
especialmente debido a que Ios versículos siguientes aluden a la dispersión .qt'ntnos, que a su vez fue el resultado de un salto del ojo del copista que
de los discípulos (14, 50-52)12. ¡rrrsó de sindona en 14, 5l a sindona gymnos en 14, 52. Ahora bien, esta hi-
50. huyeron todos fephygon pantesl. Pheugein se utiliza con frecuencia ¡rtitesis haría del epi g¡tmnou, atestiguado en los manuscritos más antiguos
en el Antiguo Testamento y en textos posteriores para hablar de la huida y rnejores (N, B, D, L, A, W, etc.), dependiente de una lectura atestiguada
presa del pánico que caracterizarála crisis que viene o los días anteriores srilo en el griego del siglo IX. La lectura epi gymnou, por tanto, explica
(cf., porejemplo, Is 10, 18.30; 13,14;Am 5, 19 9,1;Nah 2, 5;Zac2,6; rne'jor los otros textos y debe ser preferida.
I Hen. 62, l0)33. Como en nuestro pasaje, algunos de estos textos combinan 52. abandonando el paño de lino, huyó desnudo fkatalipón tCn sindo-
pheugein con formas diversas de pas (<todo>; cf . ls 22, 3; 43, 14; Ap 16, n(t gvmnos ephygenl. Algunos esfudiososaa lran argumentado que gymnos
20: cf.la idea de la huida general o universal enls 24,18; 30, 17; Ir 46,21 significa aquí <en ropa interior>, es decir, cubierto sólo con un <chitón>
(sobre esta clase de vestimenta, cf. notas a <dos túnicas> en 6,9 y (tras
[26,21 LXX]; 50, l6 127, 16 LXXI). En el Nuevo Tesramenro pheugein
aparece destacadamente en los pasajes escatológicos (cf. Mc 13, l4 par;3, rlrojar su manto)) en 10, 50). Ciertamente, éste es uno de los significados
7 ll Lc 3,7: 10,23;23,33; Ap 9, 6; 12, 6; t6,20;20, I l).
34. Cf. H. M. Jackson. Why the Youth Shed his Clook.279.
35. Cf: D. Edwards, Drcss and Ornamenlaf ion,236.
26. Cf., nota anterior y P. Lalnarche, Évangile cle Marc.,339. 36. M. Smith, Clentent d Alexandria, 176.
27. LSJ 883 B ll 2 y Vll. 37. Diógenes Laercio, Vidas de losflósofo.s 6,90.
28. CL BDAC st2 l2cl. 38. Cf. F. Neirynck, La./ilite du .jeune hontn¡e .237 .
29. Cf. E. Lohmeyer, Dcts Evongeliunt cles Markus,227. 39. rbid..62-64.
19 qL A !. Argyle. The Meuning o/'kath' h[merair; BDAC 512 [2a]. 40. Cf. H. M. Jackson, lVh¡, the Yc¡uth Shed lti,s ('ltxtk.278.
_ ^3
I. Filón, Entbajada u Govo, 122; Caritón, Quereas y Calirroe', l, lO, Z; g, g, l; 41. Cf . M. Smith, Clement of Alexandriu.t)I.185.
Epifanio, Pan¿trion, 69, 44, l. 42. Cl.H. M. Jackson, llhy the Yt¡uth Sltcd lti,s ('ltxtk.
32. Cf. D. J.Moo,The Old Te.stantent in the Gospel passion NarroÍive,109-110. 43. C. E. B. Cranfield, The Gospel Act\¡ftlinc tt¡.\uittt Nlurk.438.
33. Cl. J. Gnilka, E1 et,ongelio .según san Marcos 2,318. 44. Por ejemplo, F. Neirynck. Lu./it itc dtr j t'trrtt' I tt utt tttc. 63-65.
I 146 Sexla sección principal (Mc 14, 1*15, 47) Mc 14. 43-52: ('()nt('nt.u to I 147

posibles de gtmnosa5 y puede ser el matiz en Jn21 ,7a"; un equivalente en lrras en Getsemaní (14,32-42), Jesúts sólo tlicc ttltits .l0 crl lrr csccrtil presente
castellano sería (desvestido>, que puede significar completamente desnu- 114,43-52), únicamente 20 en el (proceso.jtrtlío> (l-+. 5l-72). stilo 2 en el
do o portando sólo la ropa interior. Pero <sobre su desnudez)> (epi gymnou) r<l)r'occSo romano))(15, l-15) y luego no habla ctt itbsolttto lrltsta sus pala-
en I 4, 5 I parece oponerse a esta interpretación no radical (sobre el lugar de lras finales enlacruz. Así pues, desde su prendirnicrrto.lcsú¡s sc surne en el
estas palabras en el texto, cf. la nota a <envuelto con un paño de lino sobre silcncio, lo que hace que sus raras manifestaciones scatr aittr rnlts llarnativas
su desnudez>> en 14,51). tlc lo que serían de otro modo. Desde un punto de vista, este silencio y
Pseudo Jerónimo, el primer comentarista de Marcos, cayó ya en la ¡rirsividad crecientes no sorprenden, puesto que en el pasaje anterior Jesús
cuentalT de que la fraseología de nuestro versículo evoca el caso de José, a rccptó cumplir no su propia voluntad, sino la de su Padre ( 14, 36).
quien la esposa de Putifar presionaba para que tuviera con ella relaciones El episodio del prendimiento de Jesús pudo haber sido transmitido in-
adúlteras; pero José dejó su ropa en manos de la mujer y huyó (katalipón rle¡rendientemente de los relatos anteriores. En su contexto presente, la de-
ta himaf ia qlttou en tais cheirsin autés ephygen: Gn 39, l2). La semejanza rrsnación de Judas como ((uno de los Doce>) incrementa el patetismo del
es aún mayor en TestJos. 8, 3 (kratei mou ton chitóna kataleipsas auton rrL^iclente y pone de relieve el cumplimiento de la profecía de Jesús sobre
ephygon gymnos'. aganó mi túnica; la abandoné y me escapé desnudo>). lrr traición por parte de uno de su círculo íntimo (14, 18.20). Pero podría
Waetjenas concluye que esta semejanza es parte de una tipología de José ';cl l.ambién un remanente de una etapa primitiva en el desarrollo de la tra-
que invade todo el evangelio de Marcos, aunque Fleddermanae no encuen- tliciírn, en la que la identificación era necesaria porque Judas no había sido
tra esa tipología de José en ningún otro lugar. Esta última afirmación no es rrirrr presentado. En los pasajes marcanos anteriores, además, no se dice que
totalmente verdadera (cf . nota a <Venid; matémosle ahora> en 12,7 y el lurlas se había apartado de Jesús y de los Once (cf. Jn 13,30), de modo
apéndice <Trasfondos de Historia de las religiones a la Transfiguración>), (luc su vuelta resulta una sorpresa5r. Es posible que una versión primitiva
pero una objeción más contundente a la tesis de Waetjen radica en que la tle la historia no incluyera las palabras de Jesús en 14,48-49, que suenan
huida de José era recomendable, mientras que la del joven marcano fue { onlo una apología y encajan mal con el contexto: tales palabras serían más
vergonzosa. Así pues, parece haber un eco verbal de la historia de José, ,r¡rnrpiadas si fueran dirigidas a los dirigentes judíos y no a sus emisarioss2.
pero es difícil saber qué podernos hacer con é150. ,,\rlcnrás, si se omite 14,48-49,Ia historia adquiere una progresión lógica:
rrro de los discípulos comete un acto desesperado de resistencia violenta
tl'1'.47lr, entonces él y sus cornpañeros se aterrorizan y huyen temiendo por
Comentario ',us vidas ( 14, 50). La declaración secundaria en 14,48-49 puede ser propia
,1.'ll redacción marcana; muchos de los términos y temas son típicos del
Inlroducción. Con el prendimiento de Jesús, carnbia el carácter del re- , irrrrgelista (<respondió Jesús y les dijo>; <habéis salido>; distinción entre
lato marcano. Jesús comienza a desempeñar una función más pasiva, papel lt'sús y los <bandoleros> [cf. 11,17; 15,27]; enseñanza en el Templo [cf.
que asumirá en el resto del evangelio. Mientras que antes de 14,43 ha sido I '. j-5, 38]; cumplimiento de las Escrituras). Talvez también es redaccional
el sujeto de la mayoría de los verbos principales en cualquier perícopa, en l,r rloble indicación temporal, típicamente marcana,en14,43, que incluye la
adelante será el objeto grarnatical de la mayor parte de la acción (como en ¡r;rlrrbr-a f-avorita de Marcos <inmediatamenteD y una de sus construcciones
1 4, 4546, 50) o el foco pasivo alrededor del cual gira ésta (como en 1 4, 43-
¡'re lcridas, un genitivo absoluto; y la designación de los remitentes del gru-
44.41 .51-52). Ciertamente, en nuestro pasaje y en el siguiente tal pasividad lro ct)nro <los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos> (14, 43),otra
queda interrumpida por una impactante declaración de Jesús que aparece , rr¡¡¡[.¡i11¿sió¡ típicamente marcana (cf. 8, 31' 11,27; 14,53¡' 15, l).
en cada caso aproximadamente pasadas las dos terceras partes del camino l:n su forma presente, el pasaje está estructurado en tres partes: el pren-
(14,48-49.62). Pero, en general, desde la escena presente el discurso de ,lrrnicnto en sí (14, 43-41), la declaración de Jesús (14,48-49) y la huida de
Jesús juega un papel que va disrninuyendo en el relato: mientras que había l,'s tliscípulos (14,50-52). Como es natural, el prendimiento recibe la ma-
pronunciado aproxirnadarnente 80 palabras en la Ultima Cena (14, 22-31), \()r l)¿rrte de la atención, pero la declaración de Jesús, debido a su posición
o unas I 35 si se incluye la profecía de la traición en 14, 18-21, más 85 pala- ( ('nlr'¿ll, ilurrina las otras dos partes.

45. Cf.. por ejernplo, Dernóstenes, Contra Midias,216. Cf. M-M 133; F. Neirynck. 11,43-47. Prendimiento de Jesús. Jesús acaba de advertir a sus discí-
La fuiÍe du jeune ltomme,64, nota 287; BDAG 208 [3]. I'r¡ltrs que se acerca el traidor Oa,aD; entonces, <inmediatamente, cuando
46. Cf. Dión Crisóstomo, Disursos,72, l. ,',t:rb¡ todavía hablando> aparece Judas (14,43a). Así pues, ya al principio
47. Pseudo Jerónimo, Exposición de Marcos 14,51-52 [Cahill, 109].
48. H. Waetjen, The Ending of Mark, 117-120.
49. H. Fleddermann,The Flight of a Naked Young Man,4l5. \ L ('1. W. D. Davies-D. C. Allison. The Gospel According lo Sl Matthev'3. 507. nota (r.
50. Cf. H. M. Jackson, IYhy Íhe Youth Shed his Cloak,283, nota 26. r-1. ('f. R. Bultrnann, Hilttorio de la tradición sinópfica,328.
I t48 Sexta sección principal (Mc 1 4, l-l 5, 47) Mc 14, 43-52: C¿tmcnturtu¡ I 149

mismo del pasaje, queda demostrado que Jesús es un profeta, un tema su- <Mi grande>r y que implicaba una adhesión personal (cf . nota a <Rabbbr en
brayado por la referencia a Judas como ((uno de los Doce>>, que recuerda t), 5). Ambas inversiones, sin embargo, encajan bien en un evangelio irónico
14, 18.20, donde Jesús había profetizado que un miembro de este grupo lo y paradójico en el que el rey ungido de Dios triunfa y surge en última instan-
traicionaría. ciaparala vida muriendo ignominiosamente en una cruzs6.
Sin embargo, Judas no viene solo, sino acompañado de una muchedum- <El beso de Judas>> logra su objetivo: los miembros del grupo que pren-
bre cuyos miembros van doblemente armados, con espadas y palos por un de a Jesús ponen sus manos sobre él y lo detienen (14,46). La frase ve-
lado, y con la autoridad de los sumos sacerdotes, escribas y ancianos por terotestamentaria <<poner las manos sobre) (epiballein tas cheiras) denota
el otro (14, 43b1' sobre la identidad de esta turbamulta, cf. nota a (muche- una acción hostil, que acaba a menudo en la muerte (por ejemplo 2 Sm 18,
dumbre>> en 14, 43). Esta gente no parece conocer a Jesús directamente, ya l2; I Re 20, 6;Hch 4, 3; Josefo, Bell. 2,491)s7, y tiene en muchos casos un
que necesitan que Judas lo identifique, lo cual indica que Jesús no era tan natiz de juicio (por ejemplo, Ex 7, 4; Is 5, 25; ll, 14-15; 25, ll). El uso
conocido como dan a entender a veces los relatos evangélicos (por ejemplo, q.ue hace Marcos de esta expresión continúa así un tema que subyacía a la
Mc l, 5; 3,7-81,11, l-10; Jn 11,45-48). Judas dice a estos aliados ocasiona- Ultima Cena y a la escena de Getsemaní: la pasión de Jesús es la hora de
les que identificará a Jesús besándolo; luego deben <llevarlo con cuidador>, la tribulación y del juicio escatológicos (cf. nota a (copa) en 14,23 y co-
es decir, bien custodiado (14, 44),Io que demuestra la ansiedad del traidor mentario a14,32-42). La frase es también el cumplimiento de otra profecía
de que Jesús pueda tratar de escapar o que sus seguidores deseen intentar de Jesús, puesto que en 9, 3l había predicho que el Hijo del Hombre sería
liberarlo. Estas suposiciones no eran del todo infundadas, aunque reflejen un entregado (en manos de seres humanos>58. Por tal medio, pues, Marcos
malentendido; en Getsemaní Jesús había rezado para liberarse de la muefe refuerza la impresión de que un misterioso designio divino está operando a
(14,36.39), pero había terminado disponiéndose a morir según la voluntad través del prendimiento de Jesús.
de Dios (14, 4l-42), y en la presente perícopa uno de sus discípulo s tratará Sin embargo, una persona innominada presente en la escena trata de
de evitar su detención, pero será regañado implícitamente (14,47-48). intemrmpir la serie aparentemente imparable de acontecimientos desen-
Tras encontrar a Jesús y los Once, Judas propina inmediatamente el vainando una espada y cortando la oreja del esclavo del sumo sacerdote,
beso de la traición (14,45). Es posible que el beso fuera un gesto usual de que al parecer formaba parte del grupo atacante (14,47). A diferencia de
salutación en el judaísmo del siglo I, pero su utilización como saludo pa- los relatos paralelos en los otros evangelios, el de Marcos no registra nin-
rece haberse expandido en las comunidades cristianas primitivas -y quizás guna reacción directa de Jesús o de alguien más. No se dice el nombre del
ya en el círculo de los discípulos de Jesús- como signo de participación en cspadachín, y no queda completamente claro si se trata de un discípulo o
la nueva familia escatológica (cf. la nota a (beso... besó> en 14,44-45). de un miembro arrepentido del grupo del prendimiento, aunque 1o primero
Sin embargo, el beso de Judas a Jesús traiciona esta nueva relación familiar parece lo más probable. Aquí, pues, como en 14,51-52, Marcos describe
y cumple así de algún modo la profecía del Maestro de que en el tiempo de un acto críptico y desesperado de un personaje anónimo sin motivación o
crisis escatológica el hermano entregará a su hermano a la muerte (13,12 consecuencias explícitas. Aunque pueda haber razones prudentes para esta
sobre otros cumplimientos de afirmaciones del capítulo 13 en esta sección ausencia de especificación (cf. nota a <<de los presentes>> en 74, 47), en el
de Marcos, cf. Tabla 46 y comentario a 14,32-42). contexto actual puede ser también simbólica: así como el mundo desciende
Los comentaristas cristianos han sentido siempre horror y fascinación al caos apocalíptico, tampoco los motivos o las identidades de los dramatis
ante la monstruosidad de esta traición53. Como afirma el primer comentario personae resultan claros.
a Marcos, <<el veneno del engaño> acompaña al beso de Judas5a. La ofensa
es especialmente flagrante porque el gesto del beso está relacionado con el 14r 48-49. La respuesta de Jesús. La violenta respuesta de la persona
afecto y con la donación de la vida (sobre esto último, cf. Gn 2,7;Jn20, presente en el prendimiento de Jesús podría ser fácilmente interpretada co-
22; JosAs. 19, l0-11; OdSal. 28,7-8)s5. En nuestro pasaje, sin embargo, este rno un acto de violencia revolucionaria. Jesús, sin embargo, se disocia in-
gesto de vida se hace vehículo de la entrega a la muerte, una inversión con rnediatamente de una acción de tal clase, negando que él sea un bandolero
precedente veterotestamentario (cf. de nuevo lanota a <beso... besó>> en 14, y criticando implícitamente al espadachín (14, 48). Esta respuesta refleja
44-45). Un mensaje doble similar aparece en el modo como Judas llama a probablemente la apologética cristiana primitiva; <bandolero o bandido>
Jesús <Rabbí), ya que éste es un título honorífico que significa literalmente cra un vocablo utilizado a menudo en clave para designar al tipo del re-

53. Cf.N.J.Perella,TheKissSacredandProfane,39;M.P.Penn,WhithaChasteand 56. Cf. P. Lamarche, Évangile de Marc,338-339; J. Camery-Hoggaft, Irony in Mark's
C I os ed Mo u t h, 229.23 I -232. ( )ospel.
54. Pseudo Jerónimo, Exposicíón de Marcos 14,43 [Cahill, 109]. 57. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,510.
55. Cf. C. Stáhlin, Phileo, 125-126; OTP 2, 233, nota m. 58. Cf. ibid.,3,506.
1150 Sexfa sección principal (Mc I 4. l-l 5, 47) Mc l 4, 43-52. ('ontt'tttttt'it¡ I15l

volucionario con motivaciones religiosas que desestabilizó Palestina en el rlcs¡rués (14, 50-52) y que curnple una prof'ecía vctcrotcstanrentaria citada
siglo anterior ala era cristiana y durante el siguiente (cf., por ejemplo, Mc ¡rtrr'Jesús unos versículos atrás (Zac 13,7: Mc 14.21). Este abandono se
15,2;Lc23,2-23; Jn 18,33-38)5e, y los cristianos se sintieron obligados tlcscribe ahora, primero de un modo general (14, 50), luego por medio de
a defender a Jesús contra la acusación de haber sido uno de ellos, ya que rrrr c.jenrplo concreto (14,51-52). Ambas partes usan el verbo <huin (pheu-
había sido ejecutado por los romanos como el supuesto <rey de los judíos>. ,r1r,in), que aparece también en la ref-erencia a la huida escatológica en 13,
Además, rasgos tales como el apoyo popular a Jesús, su aprecio por los l-1. E,ste solapamiento con el capítulo l3 refleja probablemente la convic-
pobres y su proclamación de la soberanía exclusiva de Dios se prestaron a t'irin marcana de que el prendimiento de Jesús inaugura los días finales (cf.
la opinión de que era un revolucionario social y político60. E,l Jesús marca- ttrtttr a <<huyeron todos> en 14, 50). La noticia general de que <<todos Qcan-
no, sin embargo, da a entender que <bandido> es un término inadecuado /(',\ ) huyeron)) ( 14, 50) va ligada tanto a la idea apocalíptica del pánico uni-
para designarlo; él es un maestro, como Judas acaba de indicar llamándolo rcrsal como a la profecía concreta de 14,27: <todos os escandalizaréis>63.
<Rabbí> (cf. nota a <Rabbí> en 14,45). Jesús no se había escondido en la l)c nuevo, pues, las circunstancias del prendimiento de Jesús cumplen la
oscuridad, como era costumbre de los bandoleros (cf. nota a <Durante el ¡rrrrlécía; nada ocurre que él no haya previsto, incluido el abandono por sus
dío en 14,49), sino que había enseñado abiertamente en el Templo, de día, scguidores. El motivo del abandono, sin embargo, increlnenta también el
sin que lo detuvieran. ¡rirtetismo de la escena al subrayar la soledad de Jesús.
Esta respuesta supondría también para los lectores marcanos que el Este patetismo aurlenta aún rnás en la historia del joven que escapa
prendimiento de Jesús por la noche era prueba de su apoyo popular: sus tlcsnudo, que sigue inmediatamente después (14, 5l-52). Como afirma
enemigos tuvieron que prenderlo de forrna encubierta porque no se atre- .lrrckson('r, tanto aquí colno en las narraciones sirnilares en la literatura gre-
vieron a proceder contra él abiertamente (cf. 12,121' 14, l-2). Pero el Jesús ..'orromana('s <la pérdida de la ropa que queda en poder del captor y la huida
marcano está sugiriendo también que hay una dimensión divina tanto en el tlc una persona desnuda, despojada al nivel poco digno de un animal)), crea
hecho de que hasta ese momento no hubiera sido detenido (<no me pren- rnra sensación repentina, desagradable. Como señala también este mismo
disteis>; 14, 49b) como en que estuviera siendo arrestado en esos momen- rrrrtr)r('6, tales descripciones son realistas, puesto que vestiduras como el slr?-
tos (<Pero para que se cumplan Escrituras>: 14, 49c)61. En este contexto es ,/¿¡¡r se llevaban generalmente envueltas alrededor del cuerpo, sin sujeción
significativa la amplitud del discurso de Jesús, ya que subraya su dominio rrlguna, y caían fácilmente, en especial a causa de un movimiento violento.
sobre la escena del prendimiento. Su palabra parece detener la caótica ac- Nr¡estro relato, por tanto, puede conservar un recuerdo histórico (o como
ción que da vueltas a su alrededor; aunque esté ya en manos de sus enemi- l)trdd afirma con ciefta gracia, <la nuda realidad>); la comunidad de Mar-
gos, Jesús pone en evidencia audazmente el doble rasero de éstos, y da a e os pudo incluso haber conocido al individuo en cuestión('7.

entender que sólo se rinde porque su entrega a la muerte es la voluntad de Pero aunque el incidente pueda tener una base histórica, tal como Mar-
Dios y el cumplimiento de las profecías bíblicas (cf. nota a <Pero para que cos lo vuelve a contar también tiene probablemente dimensiones simbólicas
se cumplan las Escrituras...) en 14,49). Para el relato marcano, éste era (sobre la historia de su interpretación, cf. el apéndice <<Eljoven que huyó
un punto importante que debía acentuarse, ya que el prendimiento de Jesús tlcsnudo [Mc 14, 5l-52]r). Una de estas tiene que ver con el discipulado;
constituía uno de los argumentos fuertes de la polémica anticristian a62 . La eljoven que huye desnudo es la contrapartida negativa del discípulo ideal
urgencia de la contrapolémica queda sugerida por el hecho de que ésta es csbozado en otros lugares en el evangelio. Por ejernplo, tal discípulo se des-
la cuarta vez que nuestro pasaje invoca el tema del cumplimiento de las t'r'ibe como <el que sigue> a Jesús (synekolouf hei). Aparte de éste, el único
profecías (cf. 14, 43.44.46). e¿rso Írarcano de este verbo compuesto, en 5,37,relaciona el seguirniento
t'ort Pedro, Santiago, y Juan, a quienes se ofrece un anticipo del poder de la
14,50-52. Huida de los discípttlos. La declaración sobre el cumplimien- rcsurrección cuando ven a Jesús que resucita a una muchachajoven de entre
to de las Escrituras en 14,49 es una afirmación con doble sentido; no sólo Ios rnueftos. Nuestro pasaje aplica ahora el mismo verbo a un joven que,
mira hacia atrás, a la referencia inmediatamente precedente a la entrega de ,'ouro los Doce, ha sido llamado para seguir a Jesús hasta la muerte fuen-
Jesús a la muerte (14, 49ab), sino también hacia delante, hacia la historia tc Írltima de aquel poder-, pero que, en cambio, corno hacen aquellos, lo
del abandono de Jesús por parte de los apóstoles, que viene inmediatamente lbandona. Además, como señala Brown68, Pedro recuerda a Jesús en 10, 28

59. Cf. J. Marcus, The Jeu'ish llar ttnd the Sitz im Leben qf Mark,449-451. 63. Cf. D. Senior, Z/re Pas.sion of Jesus,84.
60. Def'ensores modernos de esta opinión son, por ejernplo, S. G. F. Brandon, Jes¿¡s (r4. H. M. Jackson, I44t.t,the Youth Shed his Clook,280.
and the Zealots, y R.A. Horsley, Jesus and the Spiral of Wolence', entre los contrarios se 65. Por ejemplo, Lisias, Discur.so.s,3,12; Dernóstenes. Discurso 21,215-211
.

halla M. Hengel, Was Jesus a Ret'olutionisf? (16. H. M. Jackson, Ilhv the Y¡uth Shed his Cloak.280-285.
61. Cf. Teofilacto, Explicación de Mc 14,43-49. (r7. Cf.WD.Davies-D.C.Allison,TheGo:;pcl AccorclingtoSainlMutthew3,516.
62. Según Orígenes, Cr¡ntra Celso 2,31, Celso lo había calificado de vergonzoso. (ru. R. E. Brown, Death of ¡he Messiah 1,303.
It52 Serta sección ¡trincipal (Mc 14, I 15, 47) Mc 14.53-ó5: Nt¡ttt,: I153

que él y otros miembros de los Doce han abandonado todas las cosas para t'ontra con estas palabras: 58 (Le oímos dccir: 'Dcstruiré este templo
é1,
seguirlo, una forma de adhesión que el Maestro alaba. Posteriormente, en lrccho por manos humanas, y en tres días construiró otro no hecho por
el mismo capítulo, este tipo de sacrificio de los apóstoles se ilustra gráfica- nrunos humanas'>. se E incluso entonces su testimonio no concordaba.
mente con el caso de Bartimeo, que deja su ropa para seguir a Jesús ( 10, 50- ""Y se puso en pie el sumo sacerdote en el centro y preguntó a Jesús,
52)6'q. A diferencia de estas dos imágenes positivas del seguimiento, el joven
tlrciendo: <¿No respondes nada? ¿Por qué estos testifican contra ti?>.
de nuestra historia deja todo, incluida su ropa, paÍa escapqr de Jesús. Como
"r Pero é1 callaba y no respondía nada.
ejemplo negativo, este ((joven)) indefinido (neaniskos tls) corresponde a ese
Y el sumo sacerdote le preguntó de nuevo y le dijo: <¿Eres tú el
<uno> indefinido (heis de tis) en 14,47, que abandona el discipulado al tra-
('r'isto, el Hijo del Bendito?) 62Y Jesús dijo: <<Tú has dicho que yo
tar de detener mediante la violencia el prendimiento de Jesús, mientras que
el otro lo abandona huyendo presa del pánico. La apostasía y el celotismo, Io so!, y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y
por tanto, son imágenes especulares una de la otra y peligros gemelos que viniendo entre las nubes de cielo>.6rPero el sumo sacerdote rasgó su
acechan a la comunidad marcana (cf . Introducción en el vol. I , 4l -58); am- vcstiduras y dijo: (¿Para qué necesitamos testigos adicionales? 6aHa-
bos minan la teología de la cruz. bóis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?). Y todos dictaminaron en su
Además del tema del fracaso del discipulado, la viñeta marcana del contra que era reo de muerte. 6sY algunos comenzaron a escupirle y
joven que huye evoca también el tipo de ambiente apocalíptico tan impor- e rrbrir su cara, y golpearlo y decirle: <Profetiza>. Y los sirvientes lo
tante para entender el relato de la pasión y el evangelio en su conjunto. El r ccibieron a bofetadas.
texto probablemente recordaría a algunos lectores la profecía escatológica
de Amós 2, 16: <<El esforzado entre los esforzados huirá desnudo aquel
día>. Más cercanamente recuerda también la profecía escatológica de Mc Nr¡tas
13,14-16, ya que ésta incluye no sólo la idea de la huida en el tiempo final,
sino también una orden de no volver para recuperar el manto. Aunque 13, 14,53 al sumo sacerdoÍe fttros ton archierea]. Es deci¡ a la casa del
I 4- 1 6 sea una instrucción sobre lo que habría que hacer en la emergencia srrnro sacerdote, como interpreta Lc 22, 54 correctamenter. Esta casa pudo
del tiempo final, mientras que 14, 5 I -52 es un ejemplo de lo que no habría scr una mansión palaciega, una gran estructura herodiana de casi seiscien-
que hacer, el solapamiento entre los dos pasajes refuerza el eco deAmós: Ios cincuenta metros cuadrados construida sobre las ruinas de una mansión
el prendimiento de Jesús es parte de la crisis escatológica. rsnronea enlazona oriental de la ciudad alta2. El emplazamiento de la casa
En el guión apocalíptico normal, esta crisis implica el juicio, pensado a (luc r.nira hacia el monte del Templo, el esplendor de su construcción y sus
menudo como realizado por el mesías o el Hijo del Hombre (por ejemplo, Is nrt¡chos baños rifuales sugieren que pertenecía a una importante familia
I I ; Dn 7: SalSl. 17 : I Hen. 37 -7 l). Pero en el mundo al revés del evangelio srrccrdotal. La estructura excavada tiene un patio central de aproximada-
marcano, el juicio irá en primer lugar contra el mesías, en vez de ser presidi- rrrcnte 6,5 metros de lado, circundado al oeste y al norte por un salón gran-
do por é1. El siguiente pasaje describirá consecuentemente el primero de los tlc, cle aproximadamente 6 X 10,5 metros, enyesado con estuco moldeado
dos procedimientos judiciales contra <Cristo, el Hijo del Bendito>. e n blanco. El primero podría ser donde estaba Pedro en nuestra historia

( l-1. 54.66), mientras que el segundo podría ser el lugar donde se reunía el
Srurcdrín. Sin embargo, existe una dificultad respecto a esta identificación;
9. El SaNeoRiN coNDENA n Jesús poR BLASFEMo (14,53-65) Nlc 14, 66 da a entender que el patio central estaba debajo del salón donde
:e lcunía el Sanedrín, mientras que los dos espacios en la excavación ar-
l4 53Y condujeron a Jesús al sumo sacerdote, y se reunieron todos (lucológica se encuentran en el mismo nivel.
los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas. 5aY Pedro los siguió lll sumo sacerdote en cuestión aparece identificado como Caifás en Mt
a distancia hasta el interior, el patio del sumo sacerdote, y estaba sen- )(r. y Jn 1 l, 49; 18, 13.24. Según Josefo (Ant. 18,35), el nombre de pila de
-3

tado con los sirvientes y se calentaba junto alaluz. t'slc lrombre era José. Parece que <Caifás>) era un patronírnico; en 1990 se
55Y los sumos sacerdotes y ,le scubrió un osario muy elaborado, al parecer suyo, en la zona de Abu To¡
el sanedrín entero buscaban un testimo-
nio contra Jesús para matarlo, pero no lo encontraban. s6Pues muchos r'rr.lcrusalén, con la inscripción <Jehosef (: José), hijo de Qapa'/Qaypa'>r.
proferían falso testimonio contra é1, pero sus testimonios no concor-
daban. s7 Y algunas personas se levantaron y testimoniaban falsamerrtc l. (lf. R. T. Fortna, Jesus and Peter,373.
l. C'f . N. Avigad-H. Geva, Jent,salem, the Second Tentple Period, 733, para el plano
,l, l ctlillcio y la reconstrucción.
69. CL H. M. Jackson. LI/hv the Ynth Shed hís Cloak.288-289. l. Ct. urra fotografia en N. Avigad-H. Geva,Jent,saletn, the Second Tentple Period,756.
il54 Sexta sección principal (Mc 14, 1-l 5, 47) Mc 14, 53-65: Nt¡tus il55

Caifás, que sucedió a su suegro Anás, ejerció más años que nadie el cargo de 12, 1-3; Jub. 18,9; 48, 9)r0. La ironía en el caso presente es que los testigos
sumo sacerdote en el siglo I: desde 18 a37 d.C; al parecer era muy diestro y el sumo sacerdote se levantan para pervertir la justicia, un ultraje por el
en la utilización de un apropiado modus operandi con los romanos, lo que t¡Lre serán juzgados en el eschaton (14, 62).
sugiere una causa plausible para su preocupación respecto a activistas como 58. Destruiré fegó katalysó]. Sobre el matiz enlático de este pronombre
Jesús (cf. Jn 11,47-50). Fue depuesto de su cargo poco después de que su pcrsonal, superfluo, cf. comentario a 14, 55-6la y notq a <Dadles vosotros
patrono romano, Poncio Pilato, fuera destituido a consecuencia de los dis- nrismos> en 6, 37 . Es dificil encontrar testimonios explícitos para la expec-
turbios entre los samaritanos al final del 36 d.C.a tativa veterotestamentaria y judía de que el mesías destruiría el Templorr.
54. hasta el interior, el patio del sumo sacerdote lheós eso eis tén aulén Si el Templo hubiera de ser destruido, se esperaba generalmente que esta
tou archiereós]. Pero ¿cómo consiguió Pedro acceder a este espacio inte- tlestrucción fuera obra de Dios (cf., por ejemplo, 2Cro 36, 11-21; Jr 26;
rior dentro de la casa del sumo sacerdote? (cf. nota a ((sumo sacerdote) en l:.29,7-8;10, 18-19; 11,22-23; 1Hen.90,28). De modo similar, en la
14,53). El autor del Cuarto evangelio parece ser consciente de este proble- ¡rredicción propia de Jesús sobre la destrucción de Templo (Mc 13,2), el
ma, ya que cuenta que otro discípulo, que conocía al sumo sacerdote y a sus verbo crucial (katalythf,lit. <sea disuelto totalmente>) es un pasivo divino
siervos, le había facilitado el acceso (Jn 18, l5-16). (cf. glosario y comentario a 13, 7-2). Pero Dn 9,26-27 Theod. contiene
sirvientes fhypéretónl. Un hypéretés era un sirviente de cualquier tipo, la profecía críptica de que un <ungido> (christos) destruirá <la ciudad y el
aquí del Sanedrín, mencionado en 14,53.55. santuario>>, al parecer antes de ser aniquilado él mismor2.
luz f¡thósl. Así literalmenfe. Phós no es un término común para <fuego>s. este templo hecho por manos humanas flon naon touton ton cheiro-
Como señala Gnilka6, este uso insólito prepara para 14,67, donde una es- ¡xtieton]. Los pensadores grecorromanos se mofan de la superstición de las
clava reconoce a Pedro alaluz del fuego; sin embargo, puede tener también nr¿lsas, que tratan a Dios como si fuera un ser material que habita en san-
dimensiones simbólicas (cf. comentario a 14,53-54). En el pasaje corres- tt¡arios hechos por seres humanos y exige sacrificiosr3. Estos pensadores no
pondiente de su relato, Juan utiliza un término menos evocadoq anthrakian usan en estos contextos el vocablo cheiropoiétos, que indica algo <hecho
(<fuego de carbón>: Jn 18, 18). lx)r manos humanas> como distinto a lo que es obra de la naturalezata; sin
55. /os sumos sacerdotes fhoi... archiereisf. Archiere¿s es el plural de crnbargo, en las fuentes judías, en los LXX (cf. Lv 26, 1.30; Jdt 8, l8; Is 2,
archiereus, palabra traducida por (sumo sacerdote> en 14,63. Sobre la It3, etc.) y en la literatura intertestamentaria (cf. OrSib. 3, 604-606, 616-
relación de los sumos sacerdotes con el sumo sacerdote, cf. apéndice <<Los ('18, 722-723; 4, 28; Filón, Wda de Moisés 2, l68ts) este término va ligado
dirigentes judíos en Marcos>. continuamente con la idolatría tanto. Resulta sorprendente que Filón utilice
el Sanedrín entero [holon to synedrionl. SandersT y Mcl-arens argu- t'lteiropoiétos para el templo de Jerusalén sin connotación negativa, y talvez
mentan que en las fuentes primitivas (Josefo y el Nuevo Testamento), a nu¡di 'dm (<un templo de hombre> : humano) en 4QFlor 1 l, 6 tenga un
diferencia de la Misná, synedrion no es un término técnico, sino una de- rnatiz similar (un templo hecho por seres humanos)r6; con todo, esta frase
signación genérica para un cuerpo consultivo ojudicial congregado ad hoc ¡rtdría indicar un templo compuesto de seres humanosrT. En 4QFlorilegium,
por algún dirigente y por algún motivo, que no tenía miembros fijos ni lirnto este <templo de hombres> como el santuario original, que los extran-
tampoco momentos determinados para reunirse. Mclarene, sin embargo, icros <devastaron) por sus pecados (4QFlor I 1,5-6; cf. Mc 13, 14), se
reconoce que el empleo frecuente del artículo definido en el Nuevo Testa- tlistinguen del templo que las manos de YHWH establecerán al final de los
mento (Mc 14,55; 15,l;26,59; Hch 4,75;'5,21;6, 12;22,301, cf. Josefo, tlias (4QFlor I 1,2-3); cf. 4 Esd. 10,54, que habla del templo terrenal como
Ant.14,167) sugiere una peffnanencia que está en desacuerdo con esta ,.obra de la capacidad edificatoria del hombre> (opus aedificii hominis) que
descripción; esto resulta aún más verosímil en este caso, en el que <Sane- no sobrevivirá a la revelación de la ciudad de Dios (cf. Ap 21,22).
drín> está modificado por <todo/entero>, lo que sugiere el elenco completo Así pues, hay textos apocalípticos judíos, como 4QFlorilegium y 4 Esd.
de los miembros del grupo. 10, que presentan una cierta semejanza con Mc 74,58, a saber, que el tem-
57. se levantaron fanastanles]. Este verbo, que se repite referido al su- ¡rkr presente, relacionado con, o hecho por manos humanas, se distingue
mo sacerdote en 14, 60, tiene a menudo una connotación judicial; los tes-
tigos y jueces se levantan para impartir justicia (cf. Dt 19,771, Is 3, 13; Dn 10. G. W. E. Nickelsburg, Resurrection, Immortality, and Eternal Life, 1l-12.
I l. Cf. D. H. Juel, Messiah and Temple,197,y A. Cheste¡ The Sibyl and the Tbmple,55.
12. Cf. B. Pitre,Jesus, the Tribulation, and the End ofthe Exile,374,nofa364.
4. Josefo, Ant 18, 58-59.95. l.j. Cf., por ejemplo, Plutarco, Sobre las contradicciones estoicas,l034BC; Lactan-
5. Cf. sin embargo Jenofonte, Hellenica 6,2,29; I Mac 12, 28-29; BGU 4, 1.201, 10. t Í\. lt¡.\titltciones divinas 2,2, 14.
6. J. Gnilka, El evongelio según san Marcos 2,327. 14. Cf. K. Paesle¡ Das kmpelu'ort Jesu,2l0.
7. E. P. Sanders,Judaism, Practice and Belief63 BCE-66 CE.472-488. I5. Ct P. van der Horst, A New Altar,33; K. Paeslet Das Tempelwort Jesu,2ll-212.
8. J. S. Mcl-aren, Power and Politics,213-222. 16. Cf. D. R. Schwartz, The Three Temples of 4QFlorilegium.
9. rbid.,2l6. 17. Cf. D. Dimant, 4QFlorilegium.
1156 Sexfa sección principal (Mc 14, l-15,47) Mc 14, 53-65: Notul t 157

del templo permanente o de la ciudad edificada por Dios. Sin embargo, en le preguntó y le dijo leperóta auton kai lcgai uutQl. Its ésta una locución
estos textos judíos no se critica tan negativamente al templo presente como nrarcana frecuente (cf. 8,27; 9, ll1' 12, I 8; I 5, 4), que corresponde a una
en Marcos y en el discurso de Estaban en los Hechos. En este último pasa- cxpresión veterotestamentaria23, pero se trata del único caso marcano en el
je, se contrasta a Dios, cuya mano hizo todo, con las cosas hechas por ma- que legein es un verbo finito en vez de un participio y en el que se repite
nos humanas, como el Templo, cuya construcción fue un acto primigenio cl pronombre. Esta formulación específica puede sugerir que en el caso
de rebelión contra la voluntad divina (Hch 7, 47-51; cf . 17,24).Aquí, pues, presente Marcos desea que la frase sea algo más que un cliché. Ello está
como quizás en nuestro pasaje, cheiropoiétos tiene el matiz de idolatría ha- tlc acuerdo con el contexto, en el que Jesús interpreta la pregunta escéptica
bitual en los LXX y, como observa Barrettrs, <vincular tal vocabulario con rlcl sumo sacerdote como una declaración, aunque estuviera pensada clara-
el Templo debió de haber sido sumamente ofensivo para los oídos judíos>. nrente como una pregunta; eso significa que <le preguntó y le dijo> puede
La actitud judía más habitual está ejemplificada en OrSib.3,718-723, que cntenderse literalmente (cf. comentario a 14,6lb-65).
contrasta (cosas hechas por manos humanas, ídolos y las estatuas de hom- el Cristo, el Hijo del Bendito fho christos ho huios tou eulogétoal. <El
bres ya fallecidos> con el templo del Dios verdadero. llendito> es un circunloquio judío para Dios: las tradiciones rabínicas men-
en tres díqs construiré otro no hecho por manos humanas fkai dia trión cionan frecuentemente a la divinidad con la expresión <El Santo, bendito
hemeron allon acheiropoieton oikodomésóf. Aunque el evangelista lo lla- sca)), una inscripción sinagogal del 4l d.C., de Gorgippia en el Mar Ne-
me falso testimonio, probablemente piensa que contiene un elemento ver- gro, está dedicada <al Dios Altísimo, Todopoderoso, Bendito> (eulogétQ)24.
dadero: Jesús fundó la iglesia, un templo no hecho con manos humanas, al <<Cristo, el Hijo del Bendito>, es así equivalente a <Cristo, el Hijo de Dios>;
resucitar al tercer día de entre los muertos (cf. comentario a 14,55-6la). llgunos manuscritos, de hecho, combinan los dos términos (por ejemplo A,
Algunos manuscritos -como D, W it- añaden algo similar a esta frase a la Y, K, fI, 1346), o siguen el ejemplo de Mt 26, 63 sustituyendo <El Bendi-
profecía de Jesús en 13,2, haciendo así que la declaración de los testigos to)) por <Dios> (por ejemplo N, 579).
sea aún menos falsa. Pero ¿cómo se relacionan los títulos <Cristo> e <Hijo de Dios> en Mc
61. Pero él callaba y no respondía nada lho de esiópa kai ouk ape- 14,61? Suele interpretarse como un caso de aposición no restrictiva, o sea,
krinato oudenl. El silencio de Jesús evoca pasajes bíblicos sobre el sufri- como sinónimos. Con todo, más probablemente se trata de una aposición
miento paciente deljusto (cf. Sal 38, l2-15; 39,9; Lam 3,28-30; e Is 53, lcstrictiva, donde el segundo término califica al primero (cf. la distinción
7 que Hch 8,32-35 aplica a Jesús). Sin embargo, como señala Brownre, rabínica entre (el mesías, hijo de David> y (el mesías, hijo de José>)25. Tal
las menciones al silencio en nuestro pasaje no son del mismo tono que el fi¡nción restrictiva del segundo término de la aposición corresponde al mo-
de esos textos del Antiguo Testamento, y la voz medta apekrinato cones- tlclo general de la dualidad marcana26, es comparable Mc 6, 15, donde <<un
ponde al vocabulario técnico legal; por tanto, no se trata simplemente de
¡rrofeta> queda aclarado y enfatizado por la calificación ((como uno de los
un caso de <profecía historicizada>>20. Brown2r argumenta también que el
¡rrof'etas [de las Escrituras]>. Este fenómeno cuadra también con la obser-
silencio de Jesús en Marcos y Mateo es una muestra de su superioridad y r'¿rción de que, en el judaísmo del siglo I, cristo : el mesías : <ungido> era
desprecio hacia los que lo juzgan sin atenerse a las nonnas. Sin embargo, irrnbiguo y podía referirse a una figura sacerdotal o a una davídica27.
también es posible que el silencio pueda revelar una renuencia a negar 62. Tú has dicho que yo lo soy fsy eipas hoti egó eimil. La mayoría de los
categóricamente la acusación acerca del Templo, que acaba de formularse rrranuscritos no trae sy eipas hoti (<<Ti has dicho que...)), sino simplemente
(cf. comentario a 14, 55-6la)22. Esta interpretación queda reforzada por t'gó eimi (<yo [o] soy>). La variante larga está mal atestiguada, pero real-
la comparación con la obra de Aquiles Tacio, Leucipe y Clitofon 7,4,2.4, rucnte tiene un testigo temprano en Orígenes28, cuya lectura está apoyada
en donde una persona inocente, presente en ciertos hechos, <permanecía
¡ror algunos manuscritos posteriores griegos y, de entre las versiones anti-
silenciosa y no decía nada>> (esiópa kai elegen ouden) cuando se le interro- suas, especialmente las del tipo cesariense (q,, ftt,472,565,700, 1071, geo.,
gaba sobre los detalles de un asesinato sobre el que había atestiguado, ya rrrrn.). Según esta lectura, elegida por Streetefe y Taylor3o, el Jesús marcano
que temía que una respuesta más extensa fuera tomada como admisión de
haber colaborado en é1. El Jesús marcano, asimismo, pudo en parte haber
23. Cf. BDB 981.
guardado silencio porque una respuesta afirmativa, aunque parcialmente 24. Cf.L. I. Levine, The Ancienf Sinagogue, l14.
justificada, podría dejar una impresión equivocada. 25. Cf. J. Marcus, Mc 14, 61.
2ó. Cf. F. Neirynck, Duality in Mark.
27. Cf. J. Marcus, Mc 14, 6l; N. A. Dahl, Messianic ldeas,383-389. Cf. Teofilacto,
I 8. C. K. Banett, Acrs l, 373. l;r¡rlit'ución de Mc 14,61-ó5: <Pero había muchos cristos, es decir'ungidos', como los
19. R. E. Brown, Death of the Messiah l, 464. r. ycs y los sumos sacerdotes>>.
20. Contra J. D. Crossan, I(ho Killed Jesus,l-13. 28. Orígenes, Comentario a Juan 19,20.28.
2l . R. E. Brown, Death of the Messiah l, 464. 29. B. H. Streeter, The Four Gospels,322.
22. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,527. 30. V. Taylor, The Gospel According to Saint Mark,568.
Mc 14,53-(¡5; Nttttt t159
Il5¿l Sexta sección principal (Mc 14, l-15,47)

responde indirectamente afirmando las palabras de quien lo interroga, como crlrlícitas o tácitas (cf. 2, 8-9; 4,11-12:8,11-21; ll' 29-30; 12,l5-17l. 15'
ocurre también en la comparecencia ante Pilato en 15,2 (<<Tú lo dices>). .'). lll texto largo de Mc 14, 62a,además,es tambión trrra afirmación, aunque
El argumento más fuerte a favor de esta lectura larga es su acuerdo no rrrtlirecta, y por tanto es una respuesta apropiada en el cotrtexto.
sólo con el vocabulario de Mt 26, 64, donde la respuesta de Jesús presenta Ciertamente, algunos estudiosos arguyen tarnbién que las locuciones
la forma sy eipas (<Tú lo has dicho>), sino también con la sustancia de Lc ,, l úr dices>> o <habéis dicho> en los evangelios rechazan totalmente la pre-

22,70, donde Jesús dice: hymeis legete hoti ego eimi (<Vosotros decís que r,,rrnta fonnulada (<Tú lo has dicho, pero te equivocas>)' o expresan una
soy yo>). La lectura larga es uno más de los numerosos dobletes entre nues- rüse rva acerca del modo de plantear una pregunta (<Ese es tu modo de plan-

tra escena y el proceso ante Pilato (cf. Tabla 52 en el apéndice <Problemas tcrrrla, no el mío>), o procuran evadirla (<Esas son tus palabras; no hago
históricos del proceso judío en Marcos>). Además, como apunta Taylorrr, la rrirrgúr¡ comentario>)r8. Es más probable, sin embargo, que tales locuciones
lectura larga encaja con la teoría marcana del secreto mesiánico, a saber, que ¡ttc¡ten ser afirmativas (<Tú mismo, en este momento, has dicho coffec-
la identidad de Jesús no puede ser revelada realmente hasta su muerte (cf. el ti¡ltcnte que...>), como argumentan Catchpole y Brownre. Otros usos neo-
apéndice <El motivo del secreto mesiánico> en el vol. I ). lcstarnentarios de la locución confirman esta exégesis. Por ejemplo, en Mt
La explicación alternativa es que Marcos escribió originalmente <Yo .l(r. 25 la respuesta de Jesús a Judas con un sy eipas (<¿Soy yo acaso, Rab-
soy); tanto Mateo como Lucas cambiaron esta declaración directa en una lrí'/>), no puede ser negativa; Judas es con toda seguridad el que traicionará
respuesta indirecta que es un paralelo a la respuesta de Jesús a Pilato (15, rr .lcsús. Asimismo la respuesta del Jesús lucano a la pregunta del Sanedrín
2), y un escriba posterior asimiló el texto marcano aMt26,6432. Todo ello ,;olrre siél es el<Hijo de Dios> (<Tú dices que soy yoD: Lc22,70) no es
es posible, pero resulta desconcertante que Mateo y Lucas conformaran srrrc¿tstica o reservada, puesto que el lector del evangelio sabe ya desde l,
la clara respuesta de Mc 14 ala oscura de Mc 15, en vez de lo contrario. \5 c¡ue Jesús era el Hijo de Dios. En Marcos mismo, aunque el evangelista
Evans33 sugiere que Mateo, Lucas y el escriba posterior que está detrás ¡rrrcda abrigar alguna ambivalencia respecto al término
<cristo> : <<mesías>>,
del texto largo de Marcos pudieron haber querido atenuar la evidente pre- t.rluldo se combina con <Hijo de Dios> se convierte en un título apropiado
suntuosidad de la mera respuesta <Yo soy>, que podría haber ofendido a ¡rrrftr Jesús, ya que ésta es una designación que Dios
mismo ha utilizado
lectores judeocristianos (cf. ó. Sanh. 93b, en donde Bar Kochba queda de- t'¡r rlos ocasiones respecto a Jesús (1, ll; 9, 7). Mt 26,64 y Jn 18, 37 son
sacreditado por haber afirmado <Yo soy el mesías>). Parece más probable, t:rrDbién compatibles con la interpretación afirmativa. En Mateo, <Tú lo has
sin embargo, y más de acuerdo con el tipo de alteraciones que aparecen rlrcho> va seguido de pten (<pero>), que tiene a menudo un sentido adversa-
normalmente en los manuscritos del Nuevo Testamento, que un escriba rir 0, pero que también puede ser aseverativo (cf. 11, 22),y este último matiz
marcano cambiara una respuesta cristológica ambigua por otra explícita34. ('nca.ia mejor en el contexto. En Juan, <Tú dices que yo soy rey) no es una
Hay que afirmar, contra Evans, que los escribas neotestamentarios no son rregirción delarealeza,ya que Jesús acaba de reconocer que posee un reino
conocidos por su propensión a favor de los judíos, sino más a menudo por rell. aunque no sea de este mundo (Jn 18, 36).
la tendencia contraria3s, y que -a lavez- se conoce muy bien su tendencia a |créis fopseslfre]. Hirshmanao apunta a pasajes en textos rabínicos (por
cambiar pasajes en la dirección de una cristología más elevada o explícita. ( lcnrplo, Cant. Rab.7,3,317,8); Gn. Rab.83,5) en los que la fórmula <y
Así pues, <Yo soy> puede ser el tipo de <comrpción ortodoxa de la Escri- lrrcgo veremosD / (y luego verás> se utiliza para refutar las afirmaciones
turo descrito por Ehrman36. ,,r istianas de ser el verdadero lsrael; en el eschaton, según estos pasajes, se
Kempthorne3T argumenta que el texto breve da una respuesta más apro- lor.zará a los cristianos a reconocer que los judíos son los verdaderos hijos
piada a la pregunta real formulada en 14,61 y que concuerda mejor con la ,le I)ios. Así pues, las dos partes en el diálogo entre cristianos primitivos y
continuación en 14,62b-63, que parece dar por supuesto que Jesús acaba ¡rrtlítrs no cristianos sostuvieron que en el eschaton SUS oponentes recono-
de afirmar su filiación mesiánica y divina, incurriendo así en el pecado de ( r'ríall su efror, pero entonces sería muy tarde para arrepentirse'
blasfemia. Ahora bien, el Jesús marcano rechaza a menudo contestar direc- ;;cntado a la diestra lkathémenon ek dexiÓn]. Esta frase es una alusión al
tamente a las preguntas, o da respuestas ambiguas a cuestiones u objeciones s:rl ll0, I [109, 1 LXX], a cuyo propósito cf.lanota a <dijo el Señor a mi
,.t.rlor, etc.>> en 12,36. El salmo toma prestada una imagen de la literatura e
rt.,rrrografia egipcias, que dibuja con frecuencia al rey entronizado a la dies-
3t. Ibid.
32. Cf. R. Kempthome, The Marcan Text of Jesus'Answer to the High Priest,206s. rr;r tlcl dios, el lado de la fuerza. Esta coentronización significa la corregen-
33. C. A. Evans, Mark 8;27-16;20,450.
34. Cf. B. H. Streeter, The Four Gospels,322; J.D. G. Dunn, The Messianic Secret in
Mark, 127. lli. Cf. la visión de conjunto de la historia de la interpretación en D. R. Catchpole,
35. Cf. E. J.Epp,The Theological kndenq, of Codex Bezae. I lt, .lnsv'er Jesu lo CaiPhas.
36. B. D. Ehrman, Orthodox Corruplion, passint. 19. R. E. Brown, Deatlt of the Messiah 1,489-41)2.
37. R. Kempthorne,The Marcan Tbxt of Jesus'Answer to the High Priest,204-205. +0. M. C. A. Hirshman, Rivalry of Geni¿r.r'. l5-16.
I 160 Sexta sección principal (Mc 14, l-15, 47) 1161
Mc 14, 53-65: Notu.:

cia del rey con la divinidad y el apoyo de esta última a su reinado. Es posible
cl mesías, un título que equivale a veces a <el Hijo del Hombre>> (cf. co-
que esta relación se acfualizara ritualmente en la festividad de la realeza en
mentario a 14,6lb-65 y eI apéndice <El Hijo del Hombre> en el vol. I ); la
el otoño, en el antiguo Israel, cuando el monarca ascendía a un trono coloca-
consiguiente acusación de blasfemia por parte del sumo sacerdote recoge
do a la derecha del Arca: <<'sentado a la diestra de Dios'tendría entonces un
probablemente no sólo la afirmación implícita de Jesús de su filiación divi-
significado muy definido: el rey es entronizado con una autoridad asociada a
rra, sino también 1o que dice sobre el Hijo del Hombre elevado a la diestra
la de la divinidad (cf. I Re 2, l9); en esta posición de honor en la estructura
de Dios (cf. nota a <la blasfemia> en 14, 64).El Jesús marcano, pues, pare-
de poder de Dios, el rey se convierte en paficipante de la potencia de Yahvé
ce afirmar de un modo comprensible para su interlocutor que él es no sólo
en la batalla y en la victoria>>ar. Es ésta una descripción que se acomoda
cl Hijo de Dios, sino también el Hijo del Hombre.
bien al contexto marcano, en el cual Jesús profetiza su triunfo escatológico
Sobre la nube como medio de transporte, cf. Dn 7,131, Hch l, 9; Ap
sobre los enemigos que ahora lo persiguen. El salmo puede también aludir
I l, 12; 14, 14 TestAbr 9, 8, y textos posteriores catalogados por Allisonae.
al hecho de que el palacio real del monarca del reino de Judá estaba situado
Irl texto marcano es muy cercano a las versiones griegas deDn7,13, es-
en el lado derecho, es decir, al sur del Templo, una ubicación que era (<una
pecialmente la de Teodoción, en la que <un como hijo de hombre> (ños
expresión en piedra de la relación entre Dios y el reyr>a2.
huios anthrópou) llega (erchomenos) con las ntbes (meta tÓn nephelÓn)
del Poder ftés dynameós]. Dios está relacionado con el poder en el An-
al trono divino, donde es entronizado cabe Dios (7,14), logrando así que
tiguo Testamento (cf., por ejemplo, 7 Cro 29, 12; Job 26, 12; Sal 62, I I ;
cl entomo de la escena sea muy similar a la del Sal 1 10, l, con el cual va
65, 6; Is 40, l0); Sal 54, 1 establece un paralelismo entre el nombre de
runido el pasaje daniélico en nuestro texto marcano. Sin embargo, en Dn
Dios y su poder, que es casi una hipóstasis divina (cf. glosario): <<Oh Dios,
1, 13 la dirección del movimiento es ascendente, hacia el trono divino,
sálveme por tu Nombre, y vindícame por tu Poden>a3. Esta vinculación de
rnientras que en Marcos parece ser hacia abajo, puesto que <<la sesión a la
Dios con el poder continuó en el judaísmo intertestamentario; Filón, por
diestra del Podeo precede a <la llegada entre las nubes)). Uno de los textos
ejemplo, habla de Dios como da dynamis más grande y elevada>>aa, y el
de Qumrán tiene una relectura de Dn 7 similar a la de Marcos, ya que habla
autor de los Hodayot (himnos) de Qumrán lo alaba porque <te has revelado
<<clel rey del cielo> que baja a la tierra y es entronizado en ella (4Qlibro de
a ti mismo en tu poder como la luz perfecta>> ( I QH 12 l4l, 23)4s . Los judíos
los gigantesb t4Q530l 2, l6-19)so.
postbíblicos personificaron tales atributos de Dios, a veces en un escenario
63. rasgó sus vestiduras ldiarrexas tous chitónas autouf. Sobre el sig-
de trono real; por ejemplo, en la versión griega de I Hen. 14,20,Ia <<Gran
n ificado de chitón, cf . nota a <dos tunicas> en 6, 9. En la Misná, m. Sanh.
Gloriu toma asiento en su tronoa6. Asimismo las tradiciones rabínicas se 7, 5 , se prescribe que uno debe rasgar sus vestiduras al oír una blasfemia.
refieren a Dios como <<el Poden (haggébúrah), especialmente en el con-
l,a acción del sumo sacerdote, sin embargo, puede tener una dimensión
texto de la revelación de su poder real en el Sinaí (cf., por ejemplo, b. Sabb.
irónica, ya que Lv 21, l0 prohíbe expresamente que el que desempeñe
87".88b; b.'Erub. 54b; b.Yeb.l05b)47, y Hch 8, l0 menciona a ciertos sa-
csta función rasgue las vestiduras sagradas, como ya el papa León Mag-
maritanos que hablan <del Poder de Dios que llaman Grande>r. Respecto
no (León I) señaló al comentar la escena del proceso judío5t. Es posible
a la relación del mesías con el poder de Dios, en Is 9, 6 19, 5 heb] se hace
t¡ue Marcos no conociera esta prohibición, o puede también haber querido
referencia a la llegada del futuro rey davídico como maravilloso consejero
sugerir que el sumo sacerdote no portaba esas vestiduras; pero es posible
y como 'El Gibbdr (<Dios, el Poderoso>); lQH I I [3], l0 reinterpreta este
también, como sugieren Davies-Allisons2, que el evangelista desee dar a
pasaje como una referencia a una persona que será <<un maravilloso conse-
cntender que hubo otra violación de la Ley por un presidente de un tribunal
jero con el poder de su [¿Dios?]>a8.
(lue no se sintió estremecimiento alguno al conducir el proceso a Jesús de
el Hijo del Hombre... viniendo entre las nubes de cielo fton huion tou
una manera abiertamente perjudicial para el reo.
anthrópou... erchomenon meta ton nephelón tou ouranoul. Jesús no afirma
64. blasfemia fblasphémias). Ex 22,28 advierte contra los insultos a
explícitamente que él es el Hijo del Hombre que ha de venir y que él des-
l)ios, y Lv 24,10-23 prescribe la pena de muerte para cualquier persona
cribe aquí, sino que el sumo sacerdote le ha preguntado si él es el Cristo: ([re pronuncie el nombre de Dios y lo maldiga. siguiendo la línea del últi-
rrro pasaje, la Misná estipula que una persona no es culpable de blasfemia
41. H.-J. Kraus, Psalms 2, 348-349.
42. O. Keel, The Symbolism of the Biblical World,263-264.
ir no ser que pronuncie el nombre divino (m.Sanh.7,5)t', pero nuestro
43. Cf . C. R. A. Monay-J ones, Tran sformat i onal Mis t ic is m, 4. lrasaje no se atiene a esta norna (cf. el apéndice <Problemas históricos en
44. Filón, Wda de Moisés 1,lll.
45. C. R.A. Morray-Jones, Transformationol Misticism,3.
49. D. C. Allison, Testament of Abraham,2l3.
46. Cf.D. Flusseq Right Hand,44,nota8.
47. A. M. Goldberg, Sitzend zur rechten der Kraft; R. E. Brown, Death of the Mes- 50. Cf. L. T. Stuckenbruck, The Throne-Theophany of the Book of Giants.
5 l. León Magno, Sermón 57, Acerca de la pasión 2'
siah l,496-497.
52. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,533.
48. Cf. D. Flusser, Right Hand,44-45.
53. Cf. Filón, Vida de Moisés 2,206.
Mc I4. 53-ó5. (\ttttt'ttlttt itt I tó3
I tó2 Serta.sec'c'ión ¡trincipal (Mt 14, I 15, 47)

Dios... eS algo
l\4oisés, un ángel o un mesías divino se sietrta ctt cl trtllro clc
el proceso marcano ante el Sanedrín>). el sumo sacer-
E,n realidad, tanto
rrruy diferente a tener enfrente a un ser hut]ratro vivo quc predice que él
dote como Jesús utilizan circunloquios al hablar de Dios (<El Bendito> y
nrismo será entronizado así. Tal predicción podría parecer llluy cercana a la
<el Podeu), y el Talmud excluye expresamente tales circunloquios de su
illirrrración de Gayo (calígula) de ser un dios, o la aseveración del gober-
definición de blasfemia (cf., por ejemplo, y. Sanh. 7 , 8 l25a; Neusner, 3l ,
231-321y b.Sanh.60a). n¿rclor de Egipto de que era 'un destino constriñente', exigencias que tanto
olcndieron a Filón>.
¿Por qué, pues, condena el Sanedrín a Jesús por blasfemia según Mar-
cos? Es probable que su blasfemia consista en haberse situado implícita- 65. Profetiza ftropheteusorl. Tanto Mateo (26,68) como Lucas (22,64)
mente a la par con Dios por su uso del Sal I 10, I en 14, 62. Esta interpre- rrñaden aquí: <¿Quién es el que te ha golpeado?> (tis estin ho paisas se),
tación corresponde a la acusación de blasfemia por parte de los escribas rlto de los más impresionantes <acuerdos menores)) (cf. introducción en
en2,7 (cf. comentario a14.6lb-65), así como a lo que se ve en algunos cl vol. 1,65-68). Algunos manuscritos de Marcos presentan también esta
pasajes posbíblicos judíos. Filón5a denuncia corno blasfemo al que afirma iltlición (por ejernplo, N, W X, O, "/"), que tiene algún apoyo en las versio-
ser similar a Dios, al que da igual honor al Creador y a la criatura, o quien ilcs antiguas, no griegas, de Marcos, de modo que Streeters') concluía que
<adora a los que son nuestros hermanos por naturaleza>. Asimismo, en <<csta lectura tiene apoyos importantes en cada una de las tres corrientes
breve es
b.Senh.38b, R.José denuncia a R.Aqiba por profanar la presencia divina ¡rrincipales de la tradición textual>, pero la atestiguación del texto
nrucho más impresionante (N, A, B, C, D, etc.' lat' syp). Es posible, pues,
al interpretar <<los tronos>>, en plural en Dn 7, 9, como una referencia a la
t¡rrc las palabras en cuestión fueran al principio parte del texto marcano y
entronización del mesías al lado de Dios. En y.Ta'an.2, 1(65b; Neusner,
sc ouritieran por casualidad, pero es más probable que estuvieran desde el
18, 183) R.Abahu condena a cualquier persona que afirme ser dios, el Hijo
del Hombre, o haber subido al cielo. Esta suerte de ampliación del mono- ¡rrincipio ausentes bien de Mateo o de Lucas y fueran más tarde añadidas
¡.,,rr asimilación. Aunque la asimilación a Mateo
sea generalmente mucho
teísmo bíblico va unido con el motivo de alguien, además de Dios, que está
trr/rs común, en este caso varios estudiosos6o favorecen la asimilación a Lu-
sentado en el cielo en 3 Hen. 16,2-3: <Cuándo aquel me vio sentado en un
c¿rs debido <a la singularidad de la secuencia de Mateo: aunque no se haya
trono como un rey, con ángeles que me servían, de pie junto a mí como
siervos..., abrió su boca y dijo: hay en verdad dos poderes en el cielo> r,cnclado los ojos a Jesús, preguntan a éste quién lo ha golpeado, como si no
(cf . b. Hag. l5a Gn. Rab. 65,21)55. 3 Henoc y las tradiciones rabínicas son ¡rLrcliera ven (Neirynck).
posteriores cronológicamente al Nuevo Testamento, pero la misma idea lo recibieron a bo/étadas lrapismasin aulon elqbon]. Sobre este colo-
se expresa en un texto de Qumrán, llQShirShabb (llQl7) 7,4: <No se ..¡uialismo, cf. BDAG 584 (5).
sienten en sus gloriosos santuarios>>56. Esta prohibición tiene que ver con
la noción de que los inferiores han de estar de pie mientras los superiores
( lomentario
están sentados (cf. Mc 4, l; 10,37).
Ciertamente Bock57 ha mostrado que las leyendas judías elogian a fi- de Jesús va seguido inmediatamente por
Introducción El prendimiento
guras humanas como Adán, Abel, Abrahán, Job, Moisés y David, exaltados
cl proceso ante las autoridades judías, seguramente uno de los momentos
al cielo. A veces alguna de estas figuras se sienta en un trono separado en
lr.ascendentales del evangelio y uno de los más ricos teológicamente.
la sala celestial del trono divino (cf., por ejemplo, David en 4QDibHam"
Se discute en qué grado depende Marcos de una tradición anterior a él
[4Q504] l-2 4, 7 fl 7, 8l), o sobre el trono de Dios después de que és- cn este pasaje. Tanto en Marcos como en Juan, el interrogatorio de Jesús
te lo haya desocupado (cf., por ejemplo, Moisés en el Pseudo Ezequiel, del relato de la
Exagoge,63-89). En I Hen., además, el Elegido/Hijo del Hombre, poste- ¡rur el sumo sacerdote está intercalado entre dos secciones
ircgación de Pedro. La técnica del emparedado, o sandwich, es a menudo
riormente identificado con Henoc (7 1,14), se sienta en el trono de Dios,
rilr signo de redacción marcana, y algunos piensan que éste eS el caso en
quizás mientras Dios todavía está entronizado allí (5 1,3; 55,4; 61,8; cf.
rrucstio pasaje, lo que evidencia que Juan depende de Marcos6r. Sin em-
Ap 3,21: (para que se siente conmigo en mi trono, así como yo mismo...
bilr.go, hemos rechazado la tesis de la dependencia joánica de Marcos (cf.
me senté con mi Padre en su trono>). En las tradiciones judías, pues, los
lrrtroducción del vol. 1, 74-76),y en el caso presente el relatojoánico pare-
seres humanos pueden sentarse a veces en un trono divino sin incurrir en
e c a mbnudo menos complicado que el marcano tanto estilística como teo-
pecado de blasf-emia. Pero como indica Collins58: <Considerar que Henoc,
Itisiqsms¡1s, por lo que es difícil considerar a Juan como una revisión de

54. Filón,Sobrelossueños2,129-l3ll,Decálogo,6l-69;EmbajadaaGa-vo,353.357.367s.
55. P. S. Alexande¡ 3 Enoc and the Talmud,54-66: The Family of'Caesar,292. 59. B. H. Streeter, The Four Grtspels,325-326.
(r0. porejernplo.B.H.Streeter,TheFotrrGo,sptlr.--125s;F.Neirynck.Tis,Estinh,opuirus
56. Cf. C. Newsom, Songs oJ the Sabbath SocriJice.308-309.
57. D. Bock, Blosphent¡, qnf, Exallation in Judoisnt. ¡tas.sint. tilt,.29-32., W. D.'Davies-D. c. Allison. Tht' otxpt'l ,lct ot¿ing to saint Mattheu'3,536.
(r I . CL, por ejernplo, N. Perrin, Tlrc ('hrittoltry.t' t¡l Nlurk, 128'
58. A. Y. Collins, The Chorge o/ Bla,sphen.t in Mork 14.64,399.
I I64 Sexta sección principal (Mc I 4, l-l 5, 47) Mc 14, 53-65: Comenfario 1 165

Marcos (compárese Mc 14, 54b.55-59.61b-62.68a.71.72 con sus paralelos Tabla 48. Pnoc¡so ANTE EL suN4o s¡C't'lRl)orE
joánicos en la Tabla 48, y la notct a llJuz>> en 14, 54). La sola estructura del y LAs NEGACToNps oe Penno sN Mnnctts v Junl

emparedado no es suficiente para demostrar la dependencia, y es posible


Mancos 14,53-72 JueN 18, l3-27'
que tal estructura estuviera ya presente en el relato de la pasión premarca-
no62, que fue la inspiración para el abundante empleo de ese modelo por 53a: Y condujeron a Jesús al sumo sacer- 13: Y lo condujeron primero a Anás (el
parte de Marcos. dote [: Caifás] suegro de Caifás, el sumo sacerdote).

14, 53-54 parecen ser unos versículos introductorios, basados en una -53b: yse reunieron todos los sumos sa-
cerdotes, los ancianos y los escribas.
tradición premarcana (cf. de nuevo la Tabla 48), pero ciertos rasgos son
54a: Y Pedro los siguió a distancia hasta 15-16: Y Simón Pedro seguía a Jesús con
probablemente redaccionales: la lista de oponentes en 14,53b (el típico
cl interio¡ el patio del sumo sacerdote otro discípulo (quien facilita la entrada
triunvirato marcano de sumos sacerdotes, ancianos y escribas), la alusión a Pedro, y al él mísmo, al patio del sumo
a Pedro que lo siguió <a distancia hasta el interion en 14,54a (cf. 15, sacerdote).
40), y la referencia al mismo discípulo <calentándose junto a la luz>> en 17. La portera, una esclava, identifica a
14,54b. Es más dificil separar la tradición de la redacción en el resto del Pedro: esle niega a Jesús por vez prime-
pasaje, donde Marcos y Juan divergen radicalmente, pero es también posi- ra fcf. infral
ble que haya habido también en este pasaje una redacción sustancialmente 54b: y estaba sentado con los sirvientes y 18: Y estaban de pie los esclavos y sir-
marcana, ya que 14, 6l-62 ofrece un verdadero compendio de títulos de la sc calentabajunto a la luz. vientes, que habían hecho una hoguera
porque hacía frío, y se calentaban; y Pe-
cristología del Evangelista63, mientras que el diálogo joánico con el sumo dro estaba también de pie con ellos y se
sacerdote es teológicamente menos importante e intrínsecamente más plau- calentaba.
sible. Juan, en verdad, no presenta en absoluto la aparición de Jesús ante las 55-59: Ios sumos sacerdotes y el sane- 2. 79'. Jesús contesta a los que lo in-
autoridades judías como un proceso judicial, sino como un interrogatorio tlrín entero buscaban un testimonio con' crepan por la purirtcación del Templo:
por el sumo sacerdote y algunos de sus asociados; esto parece también más tru Jesús; declaran testigos falsos: <<Le <Destruid este templo. y en tres días lo
plausible que la imagen marcana de un verdadero procedimiento judicial, oímos decir: 'Destruiré este templo he- levantaré>.
completo con testigos y la imposición de una pena de muerte, durante la cho por manos humanas, y en tres días
construiré otro no hecho por manos hu-
primera noche de Pascua (cf. el apéndice <Problemas históricos del proce-
¡lranas'>>.
so judío de Jesús ante el Sanedrío). Y aunque <la acusación por el dicho
60-6la: El sumo sacerdote l: CaiJiis)
contra el Templo> (14, 58) pudo haberse producido cuando Jesús fue inte-
l)rcgunta a Jesús sobre el testimonio de
rrogado por las autoridades religiosas, la versión marcana de esta sentencia Ios lestigos; Jesús guarda silencio.
pudo haber sido influenciada por el pensamiento y el vocabulario cristiano 6l|'t: El sumo sacerdote pregunta a Jesús l9'. El sumo sacerdote l: Anásl pregunta
primitivo, especialmente en el contraste entre el Templo hecho por manos .ri él es el Cristo, el Hiio del Bendito (: sobre sus discípulos y su doctri-
humanas y otro no construido por tales manos (cf. Hch 7 , 48; 17 ,24; 2Cor I )ios ). il:"t
5, l; Ef 2, I I ; Col 2, ll; Heb 9, 11.24). 62 Jesús contesta que el sumo sacerdo- 20-21: Jesús contesta que él ha hablado
t( mismo ha dicho que él es el Cristo, y abiertamente en las sinagogas y en el
Nuestro pasaje se divide en tres partes: puesta en escena (14,53-54),
acusación por las palabras contra el Templo (14,55-61a), y pregunta sobre ¡ttofétiza la llegada del Hijo del Hombre Templo.
t'ttlre les nubes.
la identidad mesiánica de Jesús (14, 6lb-65); las dos últimas subdivisiones
63-64: El sumo sacerdote acusa a Jesús
contienen aproximadamente noventa vocablos cada una, mientras que la ,la blasfemia, y él y otros miembros del
primera es aproximadamente la mitad. Como hemos señalado en la intro- ,\ttnedrín lo condenan a muerte.
ducción al comentario del pasaje anterior, las dos perícopas están estructu- 65a'. Algunos escupen a Jesús, cubren su
radas de modo similar: en cada caso Jesús es ante todo el objeto pasivo de , ttro, lo golpean, y le piden que profetice.
las acciones de otros, pero rompe esa pasividad para hacer una declaración tr5b: Y los sirvientes (hyperétai) lo reci- 22;IJno de los servidores(heis... tón hy-
llamativa aproximadamente cuando se llega a las dos terceras partes del lricron a bofetadas (rapismasin). péreton) dio luna bofetada a Jes'(ts (edóken
episodio (14,48-49.62). En el caso presente, este pronunciamiento es el rapisma tQ lésou).
punto culminante del pasaje y una de las declaraciones más cargadas cris- 23: Jesús pregunta al servidor por qué lo
ha abofeteado.
tológicamente del evangelio.
24: Anós envía aJesús, atado, a Caifás.

62. Cf. R. T. Fortna, -/eszs and Peter.


63. Cf. G. Dautzenberg, Studien zur Theologie der Jesustradition,222-239. * Los pasajes subrayados divergen del orden marcano.
I t6ó Sexta seccíón principal (Mc I 4, I I 5, 47) Mc 14. 53-65 (l¡tttt'ttlttt'io I ló7

66-67a:YmientrasPedroestabaabajoen 25a: y Simón pedro estaba de pie y se cs una figura oscura, que coquetea con Ia deleccitin tratando aún de seguir
el patio, vino una las esclavas del sumo calentaba
sacerdote, y al ver a Pedro calentándose a <la luz>, tema sugerido por la opción insólita dc phós para designar la
67b: lo miró atentamente, y le dijo: hoguera al lado de la que intenta calentarse el apóstol (cf. nofa a <la luz>
l7a: Entonces la esclava. la portera. dijo
<También tú estabas con el nazareno, a pedro: <¿No eres tú uno de los discípu-
en 14, 54). Pero está siendo gradualmente arrastrado hacia el ámbito oscuro
Jesús>. los de ese hombre?>. de los enemigos de su Maestro, tal como acentúa la doble expresión, típica-
68a: Pero él lo negó diciendo: <No sé ni l7b: Él le düo: <No so]ry. mente rnarcana, <hasta el interior, el patio del sumo sacerdote>.
entiendo lo que dices>.
68b: Y salió fuera, al patio delantero. 14,55-61a. La acusación por el dicho contra el Templo. La escena
69:Y la esclava, al verlo, comenzó a de- 25b: y ellos le dijeron: <¿No eres tú uno cambia ahora del patio a las zonas interiores de la casa del sumo sacerdote
cir de nuevo a los presentes: <Este es uno de sus discípulosi>. (sobre la geografia de este edificio, cf. nota a <al sumo sacerdoteD en 14,
de ellos>.
53). Jesús comparece ahora en un proceso cuyo veredicto está ya decidi-
70a: Pero él lo negó de nuevo. 25c: El lo negó y dijo: <No soy>. do: <Y los sumos sacerdotes y el sanedrín entero buscaban un testimonio
70b: Y un poco después los presentes di-
26: uno de los esclavos del sumo sacer- contra Jesús para matarlo. . .)) ( 14, 55a). Esta frase parece ser un eco de otro
jeron una vez más a Pedro: <Realmente dote, que era pariente del hombre a quien
salrno deljusto sufriente, 37 ,32 136,32 LXXI: <Acecha el pecador al justo,
eres uno de ellos, porque eres galileo>.
pedro había-cortado la oreja, dijo: <<¿No
te vi yo en el huerto con él?>.
y procura matarlo>. El contexto del salmo parece contradecir al principio
71: Pero él comenzó a maldecir y a ju- 27a: pedro lo negó de nuevo.
cl relato marcano de la pasión, ya que el siguiente versículo dice que el
rar: <No conozco a ese hombre del que Scñor no abandonará al justo en las manos del malvado <ni permitirá que
habláis>. lo condenen cuando sea juzgado>> (37,33 136,33 LXXI). En Marcos, por
72a: E_inmediatamente el gallo cantó por 27b: E inmediatamente cantó el gallo. cl contrario, Jesús permanece realmente en manos de sus enemigos (cf.
segunda vez. 11.41),y es condenado en eljuicio (cf. 14,64), que parece minar la con-
72b: Y Pedro recordó las palabras que Je- vicción de que Dios librará aljusto. Pero ésta es la paradoja de la teología
sús le había dicho: <Antes de que el gallo nlarcana: Jesús será vindicado por Dios en última instancia. y sus enemigos
cante dos veces, me negarás tres>.
lo verán triunfar (cf. 14, 62),pero esta procesión triunfal debe pasar por el
72c: Y saliendo fuera, lloró.
ca¡nino de la cruz.
El medio concreto por el que los sumos sacerdotes y sus aliados tratan
14,53-54. Puesta en escena. Los dos primeros versículos disponen la tlc atrapar a Jesús es el testimonio de testigos falsos, que (se levantan>
escena para la acción que seguirá: 14, 53 parael proceso de Jesús ante las crrrrtra él (14, 55-57), otro eco más de los salmos del justo sufriente (27 , 12
autoridades judías (14, 55-65); y 14, 54, para la negación de pedro (14,
126, 12 LXXI). Condenarlo, sin embargo, no resulta nada fácil, y probable-
66-72)64. En el primer versículo quedan identificados tres grupos de agen- rrrcrrte los lectores de Marcos conjeturarían con facilidad larazón: Jesús no
tes hostiles: uno impersonal, <ellos>, los que conducen a Jesús al sumo ha hecho nada malo. El testimonio concreto que aportan los testigos es la
sacerdote (al parecer el grupo del prendimiento en el pasaje anterior), el liunosa acusación <por lo que ha dicho contra el Ternplo> (14, 58), según
sumo sacerdote mismo, los sumos sacerdotes, ancianos y los escribas que la cual Jesús había afirmado que destruiría el Templo hecho por manos
se reúnen para asistir al sumo sacerdote en sus deliberaciones. Irunlanas (el santuario de Jerusalén) y en tres días construiría otro no hecho
Apesar de esta agrupación de fuerzas hostiles, el versículo siguiente re- l)or Íranos humanas (cf . 26, 6l; Jn 2, l9; Hch 6, l4).
vela que Jesús no ha sido abandonado totalmente por sus seguidores. pedro Marcos afirma que es un testimonio falso (14,57), así que, a sus ojos,
está todavía allí, pues lo había seguido <a distanciu (apo makrothen: 14, tlcbe haber algo erróneo en é1, pero de ello no se sigue necesariamente
54a), la misma expresión que se utilizará más tarde para las mujeres que t¡trc esté completamente equivocado. Como señala Brown66, posteriormen-
ven morir a Jesús ( 15, 40). Esta expresión implica una críticaós, y este matiz tc cn el relato se burlarán de Jesús tanto por pretender ser el mesías como
crítico queda reforzado por el eco del Sal38, ll [37,12LXX], donde el ¡xrl afirmar que era el destructor y el nuevo constructor del Templo, y no
hablante se queja de que sus amigos más cercanos se mantienen a distancia lray indicación alguna de que una acusación sea completamente verdadera
(apo makrothen) de sus dolores. El salmista continúa diciendo que no abre y la otra, completamente falsa (15,29-32); ciertamente, en otros lugares de
su boca para quejarse (38, l4 I37, 14 LXX]), rasgo que aparece posterior- ll lristoria marcana tales escarnios refuerzan la verdad de las declaraciones
mente en el relato marcano (14, 61a). visto en este contexto bíblico, pedro srrlcásticas de los burladores (cf. 14,65;15, 16-19.26). Jesús, además, no
rcsponde cuando el sumo sacerdote le pregunta por qué no responde a la
64. Cf. R. E. Brown, Death o.f the Messiah l, 589.592.
65. Cf. Beda, Exposición de Marcos 14,54. 66. R. E. Brown, Death oJ the Messiah 1.446.
I t6¿l Sexta sección principal (Mc 14, 1-15, 47) Mc 14, 53-65: (ltttcttktrio I 169

acusación (14,60-6la), y esta carencia de respuesta puede ser una admi- los dos casos son también significativas: a dil'crcncia del Jesús marcano,
sión tácita de que lo que se dice es, en cierto modo, verdadero (cf. nota a el de Josefo no promete la erección de un tenrplo nucvo, y el resultado de ]

<Pero é1 callaba y no respondía nadu en 14, 6l). su encuentro con el gobemador romano no es la crucifixión , sino que fue
Pero ¿en qué sentido es verdadera, y en qué falsa? Marcos y su comuni- declarado loco y liberado.
dad probablemente conocen ya, o al menos pueden preverla, la destrucción Es posible que estas dos diferencias se debieran precisamente a las im-
del Templo de Jerusalén en 70 d.C., y probablemente también, en común plicaciones mesiánicas de la instauración de un templo nuevo, implicacio-
con muchos otros creyentes en Jesús de los primeros momentos, conside- nes que están ausente en el caso de Jesús hijo de Ananías y que apuntan
ran la comunidad cristiana como el Templo escatológico que sustituye a hacia una autoafirmación más elevada por parte de Jesús. Uno de los textos
fa vieja estructura (cf. I Cor 3, 16-17;2Cor 6, 161' Ef 2, 18-22: lPe 2, 5), del Antiguo Testamento que contribuyeron a la generación del mesianismo
una opinión con fuertes raíces en el Antiguo Testamento y en el judaísmo judío posterior, 2 Sm 7,13-14, profetiza que un descendiente de David, que
precristiano (cf, por ejemplo, 2Sm7,llb-16; lQS 8,4-10; 4QFlor I l, se convertirá en hijo de Dios, construirá el Templo (cf. Zac 6, l2). tJna
l-13;)67. La acusación de haber hablado contra el Templo es así verdadera composición de Qumrán, en gran parte un midrás sobre este pasaje bíblico,
en cuanto que el Templo será destruido y sustituido por uno nuevo. Pe- 4QFlorilegium, critica implícitamente al Templo actual por su impureza, y
ro también es falsa, quizás porque la destrucción y la reconstrucción del se complace en la construcción del santuario escatológico realizada sólo por
Templo no serán un acto autónomo de Jesús (contrástese el egó enfático las manos de Dios, relacionando este nuevo edificio tanto con el comienzo
en <Yo destruiré>), sino un milagro que <<del Señor vino y es maravilloso a del reinado divino como con la revelación del hijo de Dios, el <Vástago de
nuestros oj os>> (12, 1 l)68. David> o mesías (4QFlor I 1, 1- l3)70. Este tipo de esperanza en una recons-
Esta expectativa de destrucción y reconstrucción tiene precedentes en las trucción mesiánica del Templo estaba todavía vivo en épocas posteriores;
esperanzas escatológicas judías, que muestran a menudo la idea de que en OrSib. 5, 414-433, por ejemplo, describe cómo <un hombre bendito... del
el tiempo final habrá una renovación o una nueva erección del Templo (cf., cielo...>, con un cetro en la mano, instaura un nuevo Templo, y Tg. Is. 53,
porejemplo, 1Hen.90,28-29;4QFlor I 1, l-13; llQTemplo 29,8-10;Or- 5 y Tg. Zac. 6, 12 hablan del mesías que construye el templo del Señor.
Sib. 5,414-433)6e. La dicotomía <hecho> / <no hecho por manos humanas> Teniendo en cuenta este complejo de ideas, la transición entre nuestro apar-
es también propia del judaísmo apocalíptico; OrSib. 3,618, por ejemplo, tado y el siguiente es lógica: que se diga que alguien ha afirmado que va a
profetiza que en el tiempo final todas las <cosas hechas por manos huma- construir el templo escatológico suscita la cuestión de si el que sostiene tal
nas>> (cheiropoiéta) pasarán, y un pasaje bíblico clásico asocia la nueva edad cosa piensa de sí mismo que es el mesías / Hijo de DiosTr.
con una <piedra cortada no por manos...)) (aneu cheirón,Dn2,34.45). Sin Sin embargo, enfrentado a la pregunta del sumo sacerdote sobre lo que
embargo, sigue siendo sorprendente que nuestra perícopa una el Templo de se le acusa acerca del Templo, Jesús permanece en silencio, en currpli-
Jerusalén con las (cosas realizadas por manos humanas> de la antigua edad nriento en parte de su papel de justo sufriente de los Salmos y de lsaías
que se consideran siempre negativas, e incluso idolátricas. -53, pero en parte quizás porque la acusación acerca incidente del Templo
Para un judío del siglo I podría ser peligroso despreciar o amenazar cs verdadera de algún modo: Dios, dentro de una generación, destruirá el
al Templo de este modo con su disolución. Josefo, por ejemplo, narra la Templo actual. Esta destrucción estará relacionada con el destino de Jesús.
historia <de un rudo campesino>, Jesús hijo de Ananías, que anunció el Dios, por medio de Jesús, construirá un templo nuevo, que consistirá en los
juicio futuro de Dios contra Jerusalén y su templo cuatro años antes de la que se unen a él como el nuevo lugar de santidad sobre la tierra (cf. nota a
Gran Rebelión que comenzó en 66 d.C. (Bell. 6, 300-309; para el texto, <Pero él callaba y no respondía nado en 14,61). Y este proyecto de cons-
cf. comentario a 13, l-2). Este relato tiene fascinantes paralelos con la trucción comenzará en tres días.
historia de Jesús de Nazaret en este momento: los ciudadanos principales,
enfurecidos por las <palabras nefastas> del hijo de Ananías, lo detienen y 14, ó1b-65. El confiicto sobre la identidad mesiánica de Jesls. El sumo
castigan, y cuando este rechaza dejar de profetizar la destrucción, los diri- sacerdote, al percibir el significativo silencio de Jesús, afila más la pre-
gentes 1o entregan al gobernador romano, que hace que lo <desuellen hasta gunta: <¿Eres tu elCristo, el Hijo del Bendito?,, (14, 6lb). La pregunta va
los huesos a latigazos>. Además, este Jesús, como el nuestro, se abstiene introducida por las palabras <Y el sumo sacerdote le preguntó de nuevo y
de hablar con las autoridades judías y el gobernador, y rechaza contestar le dijo>. <De nuevo> (palin) y <le preguntó y le dijo> son expresiones fre-
las preguntas directas de este último. Por supuesto, las diferencias entre cuentes en Marcos, que por lo general no significan nada especial, pero en
cste caso el <de nuevo)) se une al hecho de que la pregunta del sumo sacer-

67. Cf. B. Gártner, The knple and the Community of Qumran.


68. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,439,447-448. 70. Cf. D. Flusser, Iwo Notes,99-104; D. Dinrant, 4QFlorilegiunt.
69. Cf. E. P. Sanders, -/esas and Judaism,TT-90; A. Chester, The Sibyl and rhe Temple. 71. CL O. Betz, Ilhat Do ll/e Knou',90; D. H. Juel. Messioh ond Temple, 170-209.
I t70 Sexfa set'c'ión principal (Mt 14. I 15,47) Mc 14. 53-ó5: ('t¡tnt'nlttt io llTl

dote sobre la identidad mesiánica de Jesús ( 14, 6l b), como hemos visto, es .¡uzgándolo-pronto se cambiarán las tornas y c¡uc vcrán a Dios vindicarlo y
una forma más directa de preguntar sobre la acusación acerca del Ternplo córno los envía a ellos al castigo eterno (cl. Sab 5, 2; I Hen. 62,3-51 ApEl
(14,60). La frase <Le preguntó y le dijo> es también significativa porque 35, 17; Ap I I, 12 y la nota a <<veréis> en 14. 62)7r.
sugiere que las palabras del sumo sacerdote pueden ser interpretadas tanto La variación marcana de este motivo, inspirada en el Sal I 10, I y Dn 7,
como una pregunta como una declaración, que es lo que Jesús se dispone l3-14, está de acuerdo, al menos en parte, con las interpretaciones previas
a hacer de inmediato. Este es, pues, uno de los varios casos irónicos en el .¡Lrdías de estos pasajes que hablan del triunfo escatológico del mesías. Un
relato marcano de la Pasión en los que los enemigos de Jesús proclaman texto fragmentario de Qumrán, por ejemplo, utiliza imágenes tomadas de
involuntariamente auténticas verdades cristológicas que ellos mismos abo- I)aniel 7 para hablar del <Hijo de Dios> -al parecer el mesías davídico-
necen (cf. 14, 2.65; I 5, 2.18.26.29-32). c¡ue aplasta a los enemigos de Dios y establece su reinado escatológico so-
Así pues, el sumo sacerdote da un tono escéptico e incluso sarcástico a bre la tierra (4Q246 2, l-10)14. Otro texto fragmentario, I lQMelquisedeq,
sus palabras, pero Jesús les da la vuelta y las interpreta como una asevera- presenta un guión similar en un pasaje influenciado al parecer por el Salmo
ción: <Tú has dicho que yo lo soy...)) ( I 4, 62a; cf. notq a esfa frase en 14, ll07i. Las diferencias, sin embargo, no son menos notables: inmediata-
62). Esta forma de respuesta se ilumina por algunos paralelos rabínicos; en nrente después de la predicción de su triunfo, el Jesús marcano, en vez de
t. Kelim B. Qam. l, 6, por ejemplo, R. Simeón responde al principio con el ¡rroceder a aniquilar a sus enemigos, es condenado, burlado y golpeado por
silencio a una pregunta provocativa de R. Eliézer, porque Lrna respuesta am- cllos ( 14, 64-65). De nuevo la teología marcana de la cruz transforma pero
plia apoyaría la opinión de este último; pero luego reacciona positivamente no elimina un guión usual escatológico.
a una pregunta ulterioq formulada como una declaración, al decir: <Tú lo La clave de la condenación del Jesús marcano por el Sanedrín radica en
has dicho> (cf . Eccl. Rab. 7, 12). Asimismo, el Jesús marcano permanece cl modo corlro se identifica implícitarnente Jesús con la imagen del Salmo
silencioso cuando el sumo sacerdote lo presiona con la acusación sobre I l0 de una figura entronizada al lado de Dios y con la descripción daniélica
el Templo, ya que tal cargo es al menos parcialmente verdadero; luego da dcl Hijo del Hombre que viene para el juicio entre nubes teofánicas de glo-
una respuesta indirectamente afirmativa a una pregunta sobre su filiación ria. Estos pasajes son las expresiones bíblicas de la teología real del antiguo
mesiánica divina, formulada como una declaración, con las siguientes pa- lsrael, que a veces borraba la línea divisoria entre Dios y el rey, y sobre la
labras: <Tú has dicho que yo lo soy>. El secreto mesiánico se conserva de cual muchosjudíos anteriores al siglo I habían desarrollado reservas, porque
este modo: Jesús no proclama su filiación mesiánica divina, sino que deja la imagen de un ser humano entronizado al lado de Dios parecía infringir la
a sus enemigos que la anuncien por é1. Y que lo hagan así, incluso contra unicidad divina implícita en el primer mandamiento y la Shemá (cf. nota a
su voluntad, es uno de los signos sutiles en el relato marcano de la Pasión <blasfemia> en 14, 64). No es sorprendente, por tanto, que el sumo sacer-
de que Dios sigue todavía controlando todo, y de que su marcha victoriosa tlote responda a la profecía de Jesús rasgando su vestiduras (14,63a), una
continúa a pesar del sometimiento evidente de Jesús al poder de sus ene- acción prescrita por la Misná (Sanh. 7,5) cuando se oye una blasfemia. Esta
migos. El pasaje, además, recuerda perícopas anteriores del evangelio en automutilación simbólica es un signo bíblico de tristeza (cf., por ejemplo,
las que los demonios proclaman a gritos la identidad de Jesús (l ,24;3,11'. (in 37, 34; 2 Sm l, I I - I 2; cf. Josefo, Bell. 2, 3 I 6), y ya en 2Re I 8, 32-19, 1

5, 7). De hecho, la formulación de la pregunta del sumo sacerdote (<¿Eres sc realiza esta acción en respuesta a una afiffnación blasfema que desprecia
tú el Cristo, el Hijo del Bendito?>) es casi idéntica a la aseveración de rl Dios de Israel. Además, en el Nuevo Testamento mismo, Bemabé y Pablo
los demonios en 3, 1l (<¡Tú eres el Hijo de Dios!>)7:. Por tanto, el sumo rasgan su vestiduras muy consternados cuando el pueblo de Listra los cree
sacerdote queda desenmascarado por su propia pregunta; no es Jesús el que rlioses y comienza a ofrecerles sacrificios (Hch 14, l4-15). En este texto,
está en el bando de Satanás, sino el sumo sacerdote y sus colaboradores (cf. corno en nuestro pasaje, rasgar las vestiduras es una respuesta a la gente
comenÍario a 3. 28-30). t¡Lre trata de borrar el límite esencial entre Dios y la humanidad (<¿Por qué
Tampoco es ésta la última vez que el sumo sacerdote y sus aliados dan hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros)): Hch
un testimonio involuntario de quien suponen que están juzgando; el Jesús 14. l5). Otro empleo anterior no del sustantivo, sino del verbo blasphemein,
marcano concluye sus palabras con la profecía de que en el eschaton ve- confirma esta definición de blasfemiat en2,7 los escribas se oponen a la de-
rán que el testimonio involuntario del sumo sacerdote queda confirmado
claración de Jesús del perdón de los pecados diciendo: <Blasfema. ¿,Quién
cuando contemplen a Jesús entronizado a la diestra de Dios y viniendo
¡ruede perdonar los pecados excepto uno, que es Dios?>.
<entre las nubes> para ejecutar el juicio (14,62b). Esta profecía refleja un
motivo usual martirológico: el testigo de la verdad divina lanza a la cara
de sus enemigos que -aunque ellos ahora lo persigan y piensen que estátt 73. J. Marcus, The lla.v ú the Lord, 166-167.
74. Cf. J. J. Collins, The Scepter antl tha Stur.154-l'72.
75. Cf. P. J. Kobelski, Melchizedek unl Meltltirai¿ ', 152-1551 J. Marcus, The Wa.r of
72. Cf. F. W. Danker. The Dentonic Secret.62. tltt' Lord. 133.
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t174 Sexta sección principal (Mc' 14, l-l 5, 47)
Mc 14. 66-72: Nt¡ttt.: I 175

do?>. La traducción escogida, sin embargo, es menos torpe, y es a la vez No conozco a ese hombre del que hublúi,s lottk oidu f on anthropon tou-
similar a fórmulas de negación judías como la de m. Seb. 8,3, 6 (<No sé lo lt¡n hon legetel. Algunos comentaristas de las primeras épocas, en su afán
que estás diciendo>) y la del TestJos. 13,2 (<Perdón, mi señor, no sé lo que
por defender el honor del primer discípulo de Jesús, interpretan de mo-
dices> louk oida ho legeisl). El último es una paralelo particulannente cer- do extravagante la expresión, que podría traducirse: <No conozco a éste a
cano a nuestro pasaje, puesto que en ambos casos la persona que pronuncia c¡uien llamáis hombre>, afinnando que Pedro no pecó, pues negó a Jesús
la negación tiene miedo de que una respuesta sincera conduzca al castigo.
corllo ser humano, siendo así que 1o conocía como el Hijo de Dios (16, l6)'q.
patio delantero lproaulion]. Para Marcos la aul¿ (14,54.66) parece ser 72. cantó el gallo lalektor ephónésenl. Brownro tiene un par de pági-
un recinto o patio dentro del edificio, mientras que el proattlion es el patio rras divertidas sobre investigaciones eruditas acerca del canto del gallo en
delantero que conduce a esta aule-'. Parece, por tanto, corresponder al ves- cl evangelio. Tales estudios han intentado contestar preguntas como las
tíbulo de la mansión palaciega de Jerusalén (cf. nota a ((surlo sacerdote> en siguientes: si la referencia al canto del gallo era simplemente un modo
14,53), que está dentro de la casa, pero antes del patio centrall. convencional de nombrar las horas desde la medianoche hasta las tres de
La frase sobre la salida de Pedro al patio delantero va seguida en rnanus- la mañana (cf. 13, 35; pero la explicación no encaja con nuestro pasaje); si
critos importantes, como A, C, D, @, f''t', syn'h, Eus, por (y el gallo cantó> cstaban permitidos los gallos en Jerusalén (m.B.Qam.7,7 parece prohi-
(kai alektor ephonAsen). Los testigos de la omisión, sin embargo, son más l"rirlos, pero m.'Ed.6, I conoce su existencia); si estaban permitidos en las
importantes (N, B, L, W y, 892, c, sy', sa'"', bo, Diatessaron), y es plausible cercanías de las viviendas de los sacerdotes (m. B. Qam. 7,7 prohíbe que
que un escriba posterior haya introducido un primer canto del gallo para sacerdotes los críen, pero nada dice sobre los vecinos); y cuándo exacta-
preparar para la referencia al segundo en 14,72. Mateo y Lucas advierten nrente acostumbraban los gallos de Jerusalén a cantar en tiempo de Pascua.
también esta torpeza y eliminan <dos veces> y <la segundayez> en sus pa- Lagrange, un erudito de finales del siglo XIX y comienzos del XX que re-
ralelos a 14,30 y 14,72, y algunos escribas de Marcos los siguen. sidía en Jerusalén, se quedó una vez toda la noche despierto para investigar
69. la esclava lhé paidiské). Algunos exegetas de la época precrítica, la últirna cuestión (informó de que hubo un canto de gallo muy pronto, a las
como Beda5, intentaron conciliar Marcos y el evangelio de Mateo, más dos y media de la mañana, pero dijo que la mayoría ocurrió entre las tres y
conocido, interpretando este sintagma corro una referencia a una segunda las cinco de la mañana). Brown, sin embargo, tiene razón al dejar al autor
esclava (cf. 26,71). Esta segunda esclava, sin embargo, parece ser una rornano Cicerón que tenga la última palabra: <¿Hay alguna hora, de noche
creación de Mateo, que pudo pensar que dos observaciones independien- o de día, en la que los gallos no canten?>>rr.
tes hechas a Pedro harían más dramático el relato, y que en otros lugares por segunda vez lek deuteroul. Como señala Brownr2, en las fuentes
muestra una propensión a duplicar los personajes marcanos (cf. 8,281'20, grecorromanas la alborada se relaciona con el segundo canto del gallorr.
29-34;21, I-ll)6. lrsto encaja con que la presente referencia al segundo canto del gallo vaya
70. porque eres galileo lkai gar galilaios eif. Marcos no especifica có- scguida inmediatamente por una alusión a la llegada de la mañana ( I 5, I ).
mo las personas presentes son capaces de adivinar la identidad regional de Pedro recordó lanemnesthé ho Petrosl. En otra ocasión en el evange-
Pedro, pero Mt 26,73 proporciona una conjetura plausible: es reconocido lio Pedro <recordó> una profecía de Jesús, la maldición sobre la higuera
por su acento galileo (cf. Hch 2,7; b. 'Erub. 53b)7 . que representaba a los dirigentes de Israel que lo habían rechazado (cf. I l,
7 l. maldecir yjurar fanathemalizein kai omnyeir]. Marcos no especifica
14.21). Ahora el mismo Pedro aparece al lado de esta pandilla al maldecir
el objeto de estos verbos, de modo que Pedro se maldice a sí mismo o a otro. y negar a Jesús, aunque no sea ésta la última palabra del evangelio sobre él
En la historia de la interpretación los exegetas han elegido generalmente la (cf. comentario a 14,70b-72).
primera alternativa, pero en otros lugares anathematizein parece ser siem- Y saliendo.fuera, lloró lkai epibalón eklaien). Es muy discutido el sen-
pre transitivo y no reflexivos. Y como habían preguntado a Pedro sobre su tido de epibalón. El significado básico de la palabra es <lanzar sobre> y
relación con Jesús, el objeto de su maldición fue también probablemente todos los otros usos marcanos parecen tener este matiz literal (4,37: las
Jesús, cuyo nombre pudo haber sido suprimido para motivos de respeto. olas que se lanzan sobre el barco; 1 1, 7: los discípulos que colocan su ropa
Sobre el modo como la acción de Pedro presagia a los cristianos posteriores sobre el asno; 14,46: el grupo del prendimiento que pone sus manos sobre
que maldicen a Cristo bajo coacción, cf . comentario a 74,70b-72. .lcsús). Este matiz, sin ernbargo, no encaja en el presente contexto a no ser
r¡ue se entienda el participio reflexivamente (Pedro comenzó a atacarse a sí
3. Cf . R. E. Brown, Death of the Messiah I , 593-594.
4. Cf. los dibujos en N. Avigad-H. Geva, Jentsalent, the Second Temple Period,733. 9. Cf.Hilario,ComenforioaMateo,3l,5; 32,4; Ambrosio,Contentarir.¡aLc10,82.
5. Beda, Exposición de Marcos 14,69-70. I 0. R. E. Brown, Death of the Messiah I , 606-607.
6. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matf hev, l, 87 . I l.
M. T. Cicerón, Sobre lo adivinatirin 2,26.56.
7. K. Beyer, The Arantaic Language,39. I 2. R. E. Brown, Death of the Mes.siuh I . 137 .
8. H. Merkel, Peteri Curse,67-68; G. W. H. Larnpe, St. Peterls Denial,354. f 3. Cf., por ejemplo, Aristófanes, Asantltlt'i.rtu,t,30s. 390s; .luvenal, Sátiras,9. 107s.
Mc 14, 66-72: Contattlut'it¡ I 177
I 176 Sexta sección principal (Mc 14, l-15, 47)

abajo: mientras que en el nivel superior unos tcstigos fálsos acusan a Jesús,
mismo, por ejemplo, golpeando su pecho)r4, en cuyo caso, sin embargo, se
que confiesa valientemente la verdad y paga con su vida por ello, en el
esperaría vt heauton (<a sí mismo>) o algo similar. El verbo se utiliza co-
múnmente en otros lugares para colocarse la ropa, por lo que algunos pien-
nivel inferior unos testigos dignos de confianza acusan a Pedro de ser un
seguidor de Jesús, cargo que niega vehementemente.
san que Pedro cubre su cabeza con su ropa, pero en este caso encontraría-
Como hemos argumentado en la introducción al comentario a 14,53-
mos probablemente una palabra como himation, asi como alguna mención
65, el modo como esta negación rodea al proceso de Jesús ante el sumo
ala cabezats. Otra posibilidad consiste en que epibalon tenga el significado
sacerdote -aunque vaya de acuerdo con el objetivo marcano de contrastar
<de comenzó a)), como en la lectura variante de D, @, 565,lat, sa*". IJno
las dos historias- no es probablemente una invención del evangelista, sino
de los pasajes comúnmente citados en pro de este significado, PTebt 50,
una herencia de la tradición premarcana de la Pasión. El paralelo joánico
12, en realidad se entiende mejor con el matiz regular de <atacar>; pero el
(Jn 18, 13-27) apoya esta hipótesis, aunque en Juan la primera negación
otro, Diógenes Laercio, Vidas 6, 27, parece apoyarlo realmente (epebale
preceda envez de seguir al proceso (Jn 18, 17; cf.Tabla 48). Parece más
teretizein: <comenzó a silban)r6. Pero aunque epiballein tenga el matizde
((comenzan) en uno o dos pasajes, este significado es raro, y uno se queda probable que Juan haya movido la primera negación a una posición ante-
preguntando por qué, si Marcos quiso indicar que Pedro comenzó a lloraq rior al juicio que Marcos haya unido negaciones primero dispersas; Jn 18,
25a parece como una repetición redaccional de 18, l8b, hecha necesaria
no usó su expresión favorita érxato + infinitivorT. Otra posibilidad consiste
por tal cambio (cf . la introducción al comentario a 3,7-12), y produce la
en que epibalón signifique Pedro <lanzó [en su mente]>, es decir, pensó en
sensación de que Juan hubiera querido acentuar el contraste entre Jesús
la predicción de Jesús'8. Brownre piensa que este matiz sería tautológico
después anemn¿sthe (<recordó>), pero el estilo marcano es a menudo repe-
y Pedro haciendo que las negaciones de este último rodeen la intrépida
autodefensa del primero. La comparación con Juan nos ayuda también a
titivo (cf. el índice temático <Expresiones dobles>); epibalón va separado
identificar el trabajo editorial marcano: el motivo de <estar con Jesús> en
de anemnesthá por una frase larga, y puede que la oración completa no sea
tan tautológica como piensa Brown (<Pedro recuerda primero las palabras
Mc 14, 67b22, el vocabulario típicamente epistemológico que tiene que ver
con la vista y la comprensión (14, 67-69.71), y los evocadores vocablos de
de Jesús, luego reflexiona sobre ellas, y finalmente llora>)2o.
la automaldición de Pedro en 14,71, que probablemente son un eco de las
La interpretación más probable, sin embargo, es la que comparten Ma-
experiencias de la comunidad marcana (cf. infra). Como pasa a menudo, la
teo (26,75) y Lucas (22,62): Pedro se <<autoexpulsa> de la casa. Esta exé-
gesis encaja bien con el significado literal de epiballein (aunque la palabra
expansión redaccional puede haberse dado también al principio y el final
del pasaje, en 14, 66a y 14, 72bc, que carecen de paralelos joánicos, están
deba ser interpretada de nuevo como reflexiva) y con la progresión geo-
gráfica implícita en el pasaje: Pedro comienza en el patio interior (14,66),
llenos de rasgos y motivos marcanos (el genitivo absoluto, las palabras de
Jesús y el recuerdo de Pedro [cf. I l, 2l]), y crean al menos una expresión
pasa al vestíbulo (14, 68) y finalmente sale de la casa. Explica también algo
que de otro modo resultaría desconcertante, a saber, cómo Pedro logra evi- torpe (la repetición de <Pedro> en 14,66-67a).
El pasaje puede dividirse en dos secciones de longitud casi igual (60-65
tar que 1o prendan a él también si sus lágrimas lo identifican como seguidor
palabras): las dos identificaciones por parte de la esclava + las dos primeras
de Jesús: está ya fuera de la casa cuando se demrmba.
negaciones de Pedro (14,66-70a); y la identificación por las personas pre-
sentes + la tercera negación de Pedro, el recuerdo de las palabras de Jesús
Comentario y su arrepentimiento (14,70b-72).

Introducción La descripción del juicio a Jesús (14, 53-65) va seguida 14,66-70a. Las dos primeras negaciones. Cuando las luces bajan de
inmediatamente por el <proceso> informal a Pedro, que es 1o contrario al intensidad en la escena en el gran recinto de la casa del sumo sacerdote,
donde Jesús está siendo atormentado con escupitajos y bofetadas, aumen-
de Jesús de varios modos2r. En verdad, parece que las dos escenas van
revelando simultáneamente una suerte de guión que se desarrolla arriba y tan en la de Pedro, que ha estado de pie, abajo, en el patio de la misma
casa durante todo el interrogatorio de Jesús (cf. 14, 54). Ahora, como si
hubieran sido catalizados por el veredicto negativo sobre Jesús, de repente
14. Cf. T. E. Boomershine , Peter b Denial, 59.
15. cf. BDAG 367 l2l. uno de los siervos del sumo sacerdote, una esclava, mira detenidamente a
16. Cf. G. Lee, St Mark xiv. 72 (Bib); Mark xiv. 72 (ExpT). Pedro (emblepsasa autQ) y lo reconoce como un hombre que ha <estado>
17. Cf. G. Schwarz, Und er begann zu weínen,19. con Jesús (14,66-61). En las secciones primeras del evangelio esta obser-
18. Cf. G. W. H. Lampe, Lexicon,5l7 [4]para los ejemplos deepiballein con signi-
ficado de (pensaD, <consideran.
vación habría sido positiva (cf.3, 14-15 y también Hch 4, l3), pero ahora,
19. R. E. Brown,Deathof the Messiah 1,610.
20. Cf. J. M. Danson, The Fall of St. Peter.
22. Cf . K. Sfock, Boten aus dent Mit-lhn-Sein, 18-19.
2l. Cf. W Reinbold. Der dlteste Bericht über den Tbd Jesu, 155.
I t78 Sexta sección principal (Mc 14. 1-l 5, 47) Mc 14, 66-72: (\¡n¡t'tttttt io I 179

debido a la condenación de Jesús por las autoridades, se ha convertido en comentario a 4,3-8), una suerte de <opacidad cstratégica> deliberada que
algo cuya admisión es peligrosa. crea un mayor sentido de profundidad en el pcrsonaje y mayor participación
Sin embargo, lo que se dice de Pedro es verdadero y la muchacha lo en el lector que la explicación detallada de todo <con explicaciones usuales
sabe, como lo da a entender el uso marcano del verbo emblepein, que en y tranquilizadoras))2s. Este tipo de <opacidad estratégicu es común en Mar-
sus empleos anteriores en el evangelio ha tenido unmatiz de revelación (cf. cos; en puntos claves, ciertos personajes, Jesús incluido, hablan y actuan
8,25; 10,21.27). Los dos usos del capítulo 10 aparecen en un contexto que por motivos no completamente explicables y por esta misma razón insinúan
tiene que ver con el discipulado, y el segundo va seguido inmediatamente tener una gran profundidad psicológica (cf., por ejemplo, 1,36.41;4, 12;6,
por la afirmación de Pedro de que él y los otros miembros de los Doce han 3.6.20.27 ; 8, 17 -21.30 14, 6l ; I 5, 5.34).
dejado todo para seguir a Jesús (10,28); esta afirmación está a punto de En este caso, como en muchos otros, la carencia de un motivo específico
convertirse en profundamente irónica cuando Pedro niega a Jesús tres ve- pudo haber sido concebida no sólo para profundizarlaparticipación de los
ces. Sin embargo, los ecos del capítulo l0 son un indicativo de esperanza lectores, sino también para sugerir que un designio oculto, divino, es la fuer-
así como de una cierta reconvención, ya que Jesús responde a la desespe- za subyacente a los acontecimientos que suceden26. Esta hipótesis se apoya
ración de los discípulos afirmando que lo humanamente imposible puede cn el empleo por parte de Pedro de una frase cuyo contenido epistemoló-
hacerse realidad por la gracia de Dios (10,21). Al final, esa gracia, en vez gico es doble: <<No sé ni entiendo 1o que dices> (14,68a), que amplía una
de su propia fidelidad, será la base para la esperanza de Pedro. lónnula usual de negación de un modo característicamente marcano con la
El tema del discipulado se muestra también en el pasaje por el modo intención de evocar el vocabulario de 4, I 1- I 2 sobre el misterio del reinado
como la esclava -lo hemos señalado ya- identifica a Pedro como alguien de Dios que aflige <a los de fuera>> (hoi exó; cf.8, 17-21) con una ceguera
que ha estado <con el nazareno, Jesús> (14,67b). Los lectores de Marcos perceptiva: <pueden miraE pero no ven; oír, pero no entienden>. Por tanto,
recordarían probablemente la llamada de Jesús a los Doce (para que estu- no es quizás ningún accidente que Pedro, inmediatamente después de su
vieran con él>, una relación que era la base para su actividad misionera (3, primera negación, salga fuera (exó), al patio delantero. Sin embargo, y a
l4-15)'?3. Y estas palabras resonarían al unísono con la propia experiencia pesar de esta deriva hacia <el exterion, Pedro no se ha convertido aún en
de la audiencia marcana de <estar con Jesús> por la oración, los sacramen- rrrrapóstata; todavía perrnanece dentro del edificio donde Jesús sufre aunque
tos y el encuentro con la palabra predicada (cf. comentario a 3, l3-15). Los parezca incapaz de correr en su a1uda, o de abandonarlo completamente.
perseguidores de la iglesia primitiva, además, preguntaban a veces a los ('omo comentan Davies-Allison27, <incluso su retirada es poco entusiasta>.
sospechosos si también ellos eran seguidores de Jesús, y los ejecutaban si Pero también es verdad que una marcha atrás plena sería una opción más
contestaban afirmativamente (cf. nota a <<También tú estabas con el nazare- segura que ese lento deambular por el patio delantero; Pedro experimenta
no, Jesús> en 14,67); así pues, la identificación inicial de Pedro por parte todavía tanto el tirón de la llamada de Jesús a seguirlo (cf. I , l6- l7) como la
de la esclava era probablemente un eco de la propia experiencia de la co- irrclinación natural humana a salvar su propia vida.
munidad marcana. El relato de Pedro en la casa del sumo sacerdote parece En este estado dividido, Pedro se ve enfrentado de nuevo con la esclava,
haber sido deliberadamente formado para inducir a los lectores marcanos c¡ue lo sigue hasta el patio delantero para verlo mejor, y luego lo acusa de
a verse a sí mismos en la historia y preguntarse: <¿Qué habría hecho yo?>. ntrevo de ser un seguidor de Jesús (14,69). Esta vez la acusación es pú-
Una respuesta posible y serena podría ser: <Yo habría negado a Jesús, co- blica, y sus palabras serían familiares de nuevo a los lectores ya veteranos
mo hizo Pedrori. El empleo por parte de Marcos del denso vocablo <negó> de la persecución: <Este hombre es uno de ellos>. Esta nota de hostilidad
(ernésato) para describir la respuesta de Pedro a la primera acusación de (<uno de ellos>) es palpable. Pedro niega a Jesús por segunda vez, pero no
la muchacha presagia de nuevo la experiencia de los cristianos posteriores, ¿rbandona la mansión; continúa siendo un hombre indeciso (14,70a).
pues las autoridades requerían a menudo que (se negara) a Jesús pública-
mente para evitar el martirio2a. 14,70b-72. Tercera negación y arrepentimiento. El pasaje ahora discu-
El Pedro marcano temía probablemente también por su vida, pero el tex- rre rápidamente hacia su clímax, pues tanto la acusación como la negación
to nunca especifica este motivo, y otras interpretaciones son posibles; pudo, lur-urentan su gravedad. Hasta el momento Pedro se ha visto enfrentado a un
por ejemplo, tratar de ganar tiempo por medio de su mentira porque espera- solo testigo de bajo estatus social (mujer y esclava), que lo ha acusado en
ba de algún modo rescatar a Jesús de sus captores. Las raíces de su compor- ¡lrivado y luego públicamente. Ahora, sin embargo, el coro de la acusación
tamiento se hallan así en un relato que muestra una laguna voluntaria (cf. suena más potente y va acompañado de una prueba corroborativa, cuando

23. Cf. ibid. 25. Cf. S. Greenblatt, Vt¡ill in the World,323-324.


24. Cf., porejemplo, Martü"io de Policarpo,9,2-3; Justino, lApología,31,6; G. W. 26. Cf. E. Auerbach, Mimesis,S-23.
H. Lampe, St. Peterb Denial,353; BDAG 132 [3b]. 2'1 . W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel Act't¡rdins to Saint Matthew l, 546.
il80 Sexta sección principal (Mc 14, I-l 5, 47) Mc 15, 1-15 1181

un grupo de personas allí presentes reafirma que Pedro es (<uno de ellos> (es Todo había sido previsto, incluso la negación de Pedro, pero ese acto desleal
decir, un seguidor de Jesús) y que su identidad galilea, revelada quizás por no es la última palabra; los lectores de Marcos sabrían ya que, después de la
su acento, lo demuestra (cf. nota a ((porque es un galileo> en 14, 70). Esta resurrección de Jesús, se había producido tal inversión del estado de apos-
tercera acusación sigue el modelo de los dos anteriores abriéndose hacia la tasía de Pedro que éste había muerto como mártir de la causa33. A lo largo
situación de los lectores de Marcos; tanto Plinio28 como el Martirio de Poli- de toda la historia de la Iglesia, los exegetas han citado el ejemplo de Pedro
carpo 9-10 atestiguan los interrogatorios triples de los cristianos2e. para confundir a los rigoristas que han insistido en que el pecado cometi-
En verdad, ha llegado el momento para Pedro; no puede continuar pre- do después del bautismo descalifica automáticamente para la salvación34.
tendiendo ser un espectador inocente, sino que debe declarar su lealtad a Je- Pedro, como el rey Manasés de Judá (2 Cro 33, 12-13.19), muestra que las
sús o romper sus lazos con é1. Escoge la última posibilidad, no sólo negando puertas del arrepentimiento están siempre abiertas35.
a Jesús una tercera vez, sino también maldiciéndolo (14,71). Esta negación Esta consecuencia esperanzadora, como tantas otras en el pasaje, pudo
tercera y final, como los dos anteriores, tendría una importancia temática reverberar sonoramente en la situación marcana en el entorno de la Guerra
para los lectores del evangelio, ya que se requería a los cristianos sospecho- judía, en la que algunos cristianos de la comunidad de Marcos habían res-
sos que maldijeran a Jesús para demostrar que no eran discípulos suyos, un pondido al parecer a la persecución y a las presiones renunciando a Jesús
acto, dice Plinio, que los cristianos verdaderos no pueden realizaf0. Pedro, paraabrazar otros <mesías> (cf. 13, 6,2z).Aunque Marcos contempla con
sin embargo, obra realmente así y con presteza; las palabras de su negación horror los actos de tales renegados, no elimina probablemente para ellos
suponen una escalada respecto a las anteriores, ya que ahora niega no sólo toda esperanza; el ejemplo del Príncipe de los apóstoles muestra que un ac-
la acusación, sino a Jesús mismo, y de un modo que se distancia sumamente to de renuncia a Jesús, o hasta tres, no hace apóstata, sino que puede ser el
de él: <<No conozco a ese hombre del que habláis>. preludio del arrepentimiento, la restauración, el desempeño de un cargo en
Ahora la ambigüedad parece haber quedado atrás; estas son acciones y la Iglesia y el martirio. Los cristianos, en opinión de Marcos, no son super-
palabras de un apóstata, y son aún más serias debido a la anterior profecía hombres, sino <<seguidores falibles>, tambaleantes y a menudo exasperan-
de Jesús que aquel que se avergonzara de él sería a su vez objeto de ver- temente incoherentes36. Sin embargo, como sugiere Pablo, tal falibilidad y
gienza en el eschaton (8,38; cf. nota a <negó>> en 14, 68). Además, por no la corrección espiritual, es el material humano con el que Dios prefiere
sus movimientos fisicos dentro de la perícopa, Pedro parece confirmar la operar, de modo que la <superabundancia de poder proceda de Dios y no
impresión de que es ((un extraño>> alafe. Parece haber pruebas, pues, para de nosotros>> (2Cor 4,7).
la posición de K. Dewey3r de que el Pedro marcano está maldito, y que el Esta consecuencia esperanzadora no cambia el hecho de que el resto
mensaje principal de la perícopa es que se debe evitar actuar como él y final del círculo íntimo de Jesús lo haya abandonado en esos momentos y
compartir así su destino. clue él haya sido condenado a muerte por la autoridad religiosa más alta de
Pero no es ésta la historia completa, porque ahora, en el punto culminan- lsrael. En el siguiente pasaje esta sentencia será ratificada por el goberna-
te del pasaje, sólo cuando las cosas parecen estar absolutamente negras, el dor romano quien entregará a Jesús a los verdugos.
canto de un gallo anuncia la llegada del alba (14,72a), y este anuncio puede
insinuar que viene una inversión de la condición espiritual de Pedro. Sugiere
también que sus negaciones son parte del plan divino, ya que este segundo I l. Prr.aro coNDENA A MUERTE ¡ Jpsús (15, l-15)
canto ocurre <inmediatamente> después de la tercera negación de Pedro, tal
como Jesús había profetizado: en el momento mismo en el que se burlan de 15 'E inmediatamente, por la mañana, los sumos sacerdotes, tras
Jesús como profeta (14,65), se cumple su profecía de la negación de Pedro haberse reunido con los ancianos, los escribas y el Sanedrín entero,
(14, 30), como el mismo discípulo confirma recordándola palabra por pala- tras atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. 2Y Pilato le pre-
bra(14,72b)32.Parala cuestión del destino de Pedro es muy importante que guntó: (¿Eres tu el rey de losjudíos?). Y él le contestó, diciendo: <Tú
esta profecía esté situada en un contexto de gracia: Jesús había pronosticado lo dices>. 3Y los sumos sacerdotes lo acusaron de muchas cosas. aY
que Pedro y los otros discípulos lo abandonarían, pero había añadido la coda
Pilato le preguntó de nuevo, diciendo: ((¿No respondes nada? Mira de
(una profecía que el ángel repetirá en la última escena del evangelio: 16, 7)
cuántas cosas te acusan)). 5 Pero Jesús no contestó nada más, de modo
que más tarde los conduciría de nuevo, al lado suyo, a la batalla (14,28).
que Pilato quedó asombrado.

28. Plinio, Epístolas 10, 96, 3.


29. Cf. G. W. H. Lampe, St. Peter's Denial,352. 33. Cf. J. Gnilka, El evangelio según san Marcos 2,298.
30. Plinio, Epístolas 10, 96, 5. Cf. Justino, I Apología,31,6. 34. Cf., por ejemplo, Teofilacto, Explicación de Mc 14,66-'72.
31. K. Dew ey, P eter's Curs e. 35. Cf. Epifanio, Panarion 59, 7, 7 Í59, l, 81.
32. Cf. D. H. Juel, Messiah and Temple,67-72. 36. Cf. E. S. Malbon, Fallible Followers.
t182 Serfa sección principal (Mc' 14, l-15,47) Mc I5. l-l5; Notus 1t83

6Pero durante la fiesta solía liberarles un preso, el que ellos habían tlcl ernperador en asuntos fiscales, mientras qLle un ¡trcl'ecto era su agente
pedido. l Había entonces un hombre llamado Barrabás, que había sido ¡rara asuntos civiles y crirrinaless. Pilato fue. por tanto, el funcionario ro-
hecho prisionero junto con los insurrectos que habían cometido un ase- nlano directamente responsable de la ejecución de Jesús('. Al parecer, ya
iultes de la época de Marcos, Pilato estaba tan finnemente relacionado con
sinato en la insurrección. 8Y subió la muchedumbre y comenzó a pe-
la muerte de Jesús en la memoria de los cristianos que el evangelista no
dirle que actuara como acostumbraba hacer por ellos. eY Pilato les con-
tcrría que explicar su identidad a los lectores. El punto más importante de
testó, diciendo: <¿Queréis que os libere al rey de los judíos?>r0Pues cste personaje para la historia cristiana es que é1, y no las autoridadesjudías
sabía que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia. II Pero en Jerusalén, era el que tenía autoridad para imponer la pena de muerte en
los sumos sacerdotes incitaron a la muchedumbre para que más bien .ludea; Josefo resume la amplitud de su jurisdicción diciendo que tenía po-
les liberara a Barrabás. r2Y Pilato les contestó de nuevo, y les decía: dcr <hasta para ejecutar>> (Bell. 2, 117).
<¿Qué, pues, queréis que haga con el que llamáis rey de los judíos?>. Marcos describe a Pilato como hombre sin deseos de ejercer este poder
rrY gritaron de nuevo: <Crucificalo). 14Y Pilato les decía: <Pues sobre Jesús, y los evangelistas posteriores lo pintan incluso menos dis-
¿qué
mal ha hecho?>. Pero ellos gritaban aún más: <Crucificalo>. r5Y Pilato, ¡rtresto aún a ejercitarlo (cf. 21,19.24; Lc 23,4.13-16, Jn 18, 29-31.38;
deseando satisfacer a la muchedumbre, les liberó a Barrabás, y entregó 19,4-8.12). Aunque pueda haber un elemento de verdad en esta imagen,
también ayudó a fonnarla el deseo de los evangelistas de desviar la culpa
a Jesúrs, después de azotarlo, para que lo crucificaran.
lracia los judíos (cf. la sección sobre el antijudaísmo en la introducción a
los capítulos 14-15) de modo que se muestre a los lectores grecorromanos
t¡ue el cristianismo era políticamente inobjetable. Lucas amplía esta última
Notas
tcndencia en Hechos, donde las autoridades gubernamentales son con fre-
l5rl. los sumos sacerdotes, tras haberse reunido con los ancianos, los cuencia comprensivas o al menos indiferentes hacia el movimiento cristia-
escribas y el Sanedrín entero lsyntboulion poiésantes hoi archiereis meta rro (cf., por ejemplo, Hch 19, 35-41,23,26-30;26,28-31'28, 3l ). Como
tón presbyteron kai grammateón kai holon to synedrion]. Se trata de uno scñala Schwartzl , una tendencia similar a la de exculpar a un líder político
de los numerosos dobletes entre el proceso ante el Sanedrín (14,53-65) rcsulta evidente en la pintura evangélica de Herodes Antipas, quien sólo de
y el juicio ante Pilato (15, l-20; cf. Tabla 52 en el apéndice <Problemas rnala gana consiente en el plan de su esposa de asesinar a Juan el Bautista
históricos en el proceso marcano ante el Sanedríu); ambos mencionan
(cl. Mc 6, 14-29). Josefo describe más verosímilmente aAntipas haciendo
una deliberación <del Sanedrín entero)) en torno a Jesús. Para Marcos, sin c¿ilculos sobre que <sería mucho mejor golpear primero y librarse fde Juan]
embargo, esto puede funcionar no como un doblete, sino como una refe- irntes de que su actuación condujera a un levantamiento> (Ant. 18, ll8),
tun razonamiento probablemente también operativo en la relación de Pilato
rencia hacia atrás, al primerjuicio, desde el interior del segundor; para una
referencia similar hacia atrás en un doblete evidente, cf. nota a <dando una con Jesús. La tendencia a rehabilitar a Pilato se desarrolló aún más en el
gran voz)) en 15,37. cristianismo posterior al Nuevo Testamento8.
tras atar ldesantes). En Cicerón2, se dice de un funcionario romano, Brown, sin embargo, argumenta que no deberíamos pensar en un Pilato
acusado de varias ejecuciones, <que ataba las manos a los reos, les tapaba
lristórico como un monstruo sanguinario al que los evangelios han blan-
t¡trcado a fondo. La imagen que de él surge en Josefo y otras fuentes es más
la cabeza y los colgaba del árbol de la vergüenza>>, al parecer un procedi-
bicn la de un gobernador tan corrupto como la mayoría de los funcionarios
miento habitualr. Al Jesús marcano le cubren la cabeza (14,65),le atan las
manos (15, l) y lo crucifican (15,24-25). Tapar la cabeza y atarlo ocuffen ¡rrovinciales y despiadado cuando se sentía amenazado por una revuelta
(cl. por ejemplo en Josefo, Bell.2, 175-177, sus violentas acciones contra
antes de que Jesús fuera condenado a la crucifixión; la correspondencia de
rrrra nruchedumbre que protestaba, y Lc 13, l-2), pero alavez alguien que
los tres elementos resulta llamativa.
Pilato [PilatQ]. Poncio Pilato fue el prefecto o gobemador de Judea del llstidiaba generalmente a sus súbditos judíos más por ignorancia que por
ruirlicia, y que a veces se aplacaba por la presión populare.
26 al 36 d.C., no el procurador, como a veces se afirma erróneamente ba-
sándose en Tácito, Anales 15,44 (cf. la inscripción de Poncio Pilato descu-
bierta en Cesarea)4. En época de Jesús, un procurador era el representante 5. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,336-37.
(r. Para una visión de conjunto, bien tarnizada. de lo poco que se sabe de su carrera.
, L l). R. Schwartz, Pontius Pilofe,y R. E. Brown, Deuth ol the Messiah l,693-705.
l. Cf. R. E. Brown, Dearh of the Messiah 1,417-420.631-662. 7 D. R. Schwartz, Pontius Pilale.
2. Cicerón, Pto Rabirio, 13. 8. CL R. M. Jensen. Hou'Pilafe Becane u Suint.
(). Cf.. por ejernplo. Josefo, Guerra 2, 169-174, y F-ilirn. Embajada a Ga¡to,299-305.
3. Cf. M. Hengel, Cnrcifxion in the AncienÍ World,44.
4. Esta inscripción aparece descrita en NEAEHL 1,213-274. tI W. I{einbold. Der ciltesÍe Bericht i¡ber den Ttxl.Jt',rtt.259-260.
I t84 Sexfa sección principal (Mc 14, 1-15,47) Mc 15, l-15: No¡a.s u85

2. ¿Eres tú el rey de los.judíos? lsy ei ho basileus tón loudaiónl. En el 7. un hombre Barrabás llamado lho legomenos Barabbasf,lit. (el lla-
Nuevo Testamento el título <rey de los judíos> aparece con una excepción nlado Barrabás>. Nada se sabe de este hombre aparte de las concisas noti-
(Jn 19, 21) en boca de no judíos (la contrapartida judía es (rey de Israel> cias en los evangelios. El nombre que aparece aquí es un patronímico que
como en Mc 15, 32). En pasajes de Josefo, sin embargo, los judíos llaman significa <hijo de Abbas> (cf. <Bartimeo> en 10, 46), y está atestiguado en
a dos dirigentes judíos anteriores, Alejandro Janneo y Herodes el Grande las fuentes judías (cf., por ejemplo, b. Ber 18b). Puesto que Abba por sí
<rey de los judíos> (Ant. 14, 361' 15, 373, 16, 3 I I ), y el título aparece tam- rnismo significa <el padre>, el relato puede tener la intención de presentar
bién en ánforas de vino importadas de Italia y encontradas en el palacio de rndirectamente un contraste entre Barrabás : <el hüo del padre>> y Jesús, el
Herodes el Grander0. Como observa Brownrr, en la Palestina del siglo I, por lrijo verdadero del Padre (celestial) (cf. 14,62). Aunque Marcos no efectúa
tanto, <la acusación de que Jesús era un pretendiente a ese título podía ser cxplícitamente este contraste, sus lectores no tendrían que ser hablantes
entendida por los romanos corno un intento de restablecer la realeza sobre rurameos para entender este juego, ya que serían capaces de unir los compo-
Judea y Jerusalén ejercida por los asmoneos... y Herodes el Grande>. nentes del nombre de Barrabás apartir de las traducciones proporcionadas
Tú lo dices fsy legeisl. Sobre la audacia de esta respuesta al gobemador cn 10,46 y 14,36.
romano, cf. comenlario a 15, l-5; sobre el aprecio helenístico por la parré- Algunos manuscritos de Mt27, 16-17, en especial del tipo cesariense
sla (<libertad de expresión>>), cf . nota a <<No te es lícito tener a la mujer de tu (por ejemplo @, /r,700*, sy'), leen <Jesús Barrabás> enyez de simple-
hermano> en 6, 18. Para un caso similar de audacia de Jesús frente a un diri- nlente <Barrabás>, y Orígenes indica que algunos de los manuscritos que
gente político, cf. su mensaje ((a ese zorro)) de Herodes Antipas en Lc 13,32. conoce atestiguaban esta lecturara. Muchos estudiosos piensan que <Jesús
4-5. ¿No respondes nada?... Pero Jesús no contestó nada más louk Ilarrabás> era la lectura original en Mateo y que el nombre fue suprimido
apokrinf ouden... ho de lésous ouketi ouden apekrithé1. El silencio de Je- ¡rosteriormente por escribas escrupulosos que pensaron, como Orígenes, que
sús ante sus acusadores no sólo es un eco de pasajes bíblicos como Is 53, 7 ningún pecador debería llamarse Jesúsrs. Esta hipótesis es aún más plausible
y Sal 38, l3- 14, sino que es similar también a la historia de Josefo sobre Je- si se observa que el nombre ha sido borrado de varios manuscritosr6.
sús, hijo de Ananías, que profetizó contra el Templo en los años anteriores Algunos exegetas, como TaylorrT, argumentan incluso que <Jesús Barra-
al estallido de la Gran Rebelión, en el 66 d.C., pero que mantenía silencio bhs> sería la lectura original en Marcos, dado que la frase <el llamado Ba-
cuando le interrogaban funcionarios judíos y el gobernador romano (Bell., rrabás> es torpe, y en otros lugares ho legomenos suele ir precedido por un
6,302-305; para el texto de Josefo y otros paralelos entre el hijo deAnanías rrombre de persona, y seguido por un título descriptivo o apodo (1,16 4,18'
y Jesús de Nazaret, cf. comentario a 13, l-2). I 0, 2; 27, 17 .22; Jn I 1, 1 6; 20, 24; 21, 2; Col 4, I I
). Hay casos, sin embargo,
6. Pero durante lafiesta solía liberarles un preso, el que ellos habían pe- cn los que ho legomeno,s no va precedido por un nombre de persona (26,
dido lkata de heorten apelyen autois hena desmion hon pargtounlo]. Fuera .3 . 1 4; Lc 22, 47 : In 4, 25; 9, 71; 19, 1 7), y las expresiones torpes son comu-

de Marcos y Mateo, carecemos de testimonios sobre una amnistía pascual, y rrcs en Marcos (cf. por ejemplo infra, la nota a <pedirle que actuara como
en verdad tal institución parece improbable: ¿habrían accedido los romanos rrcostumbraba hacer por ellos> en 15, 8). La teoría de Tayloq que carece de
a liberar regularmente a cualquier preso que la población judía solicitara, crralquier apoyo textual, es por tanto dudosa.
incluso un revolucionario asesino como Barrabás? Además, como señala insurrectos... insunección lstasiaston... stasei]. Estos términos supo-
Gnilkar2, si hubiera existido tal costumbre, Josefo, que por lo general trata rrcn generalmente una actividad revolucionariars, una suposición confirma-
de dibujar a los romanos en la mejor luz, probablemente la habría menciona- tlrr por la Vulgata, que los traduce por seditiosis y seditione, y por el ma-
do. El evangelio de Juan presenta un cuadro más plausible: el Pilato joánico r'r<lcontexto marcano, en el cual la contrapartida de Barrabás, que es Jesús,
atribuye la institución de la amnistía de Pascua a los judíos en vez de a los rlrarece descrito como (rey de los judíos> y es crucificado entre dos lgstai,
romanos (<<Tbnéis la costumbre de que os libere a alguien parala Pascua>: vocablo con el que Josefo suele designar a los revolucionarios judíos (cf.
Jn 18,39). Es plausible que los judíos hubieran pedido regularmente a los .lrr 18, 40, que describe a Barrabás como un l{stes). Brownre, sin embargo,
romanos que liberaran a cie¡tos prisioneros en el momento de la Pascua, rrrinimiza la dimensión política de slasls y stasiastés, prefiriendo traducir-
puesto que tal festividad celebraba un caso famoso de liberación del pueblo Itrs por <disturbio> y <alborotadon y afirmando que stasiastes se emplea
de la servidumbre extranjera, y es también plausible que los romanos de ver.
en cuando atendieran tales peticiones para aumentar su popularidadr3. | 4. Orígenes, Comentario a Mateo, l2 I [sobre 27 , 16-18].
f 5. Cf. B. M. Metzge¡ A Textual Commentan¡ on the Greek New Testament,68; R. E.
lt¡owt¡, Death of the Messiah I ,798.
10. Cf. D. Mendels, The Rise and Fall of Jewish Nationalisnt,2lT. I (r. Cf. F. C. Burkitt, Evangelion da-Mepharreshe 2,277 .
1 L R. E. Brown, Deaf h of the Messiah I ,731 . I 7. Cf. V. Taylor, The Gospel According to Suitrt Mark,58l .
12. J. Gnilka, El evangelio según san Marcos 2,357. rn. cf. BDAG940.
13. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,817. I 9. R. E. Brown, Death of the Messiah l. 787 .796-97 .
I t86 Sexta sección principal (Mc' 14, I 1 5, 47) Mc 15, l-15: Nt¡ttt.s I 187

en Josefo (para describir una amplia gama, desde un alborotador hasta un t.lnt. 18,63), y Brown fecha la protesta contra los cscudos alrededor del
rebelde> (cita Ant. 14,8: Bell. 6, 157). Ahora bien, la gran mayoría de los i I d.C.25 Aunque ni Josefo ni Filón digan c¡uc los rnanil'estantes en estos
usos del término en Josefo se refiere a insurrectos20, e incluso en el pasaje rrrcidentes derramaron sangre de los romarros cl de sus colaboradores, Jo-
que cita Brown para justificar el significado de <alborotador>>, Ant. 14, 8, el sclb informa de que pasó lo contrario en el disturbio del acueducto; ahora
<alborotador)) en cuestión es el padre de Herodes el Grande, Antípatro, cuya bien, su presentación tan unilateral de la violencia puede reflejar su deseo
agitación contra el rey asmoneo Aristóbulo condujo finalmente a la guerra tlc presentar a los judíos como generalmente pacíficos.
civil. Además, los tres casos del verbo stasiazein, de la misma raí2, en los 8. pedirle que qctuara como acostumbraba hacer por ellos laiteisthai
LXX hablan de insurrecciones (Jdt 7 , 151, 2Mac 4, 301, 14,6). El argumento l¡tt/hós epoiei aulois], lit. <pedir como él solía hacer por ellos>. La sintaxis
más fuerte parala traducción apolítica de Brown del término stas¿s es Hch es torpe. Taylor26 menciona la posibilidad de que epoiei debiera ser inter-
19,40, donde no parece revolucionario alguno, y donde los disturbios están ¡rletado impersonalmente: <tal como se solía hacer por ellos>. El flujo del
catalizados por un desacuerdo religioso. Por tanto, aunque la stasis no se re- rclato, sin embargo, hace más probable que el sujeto implícito sea Pilato.
fiera necesariamente a una guerra de liberación a gran escala, por lo general ( ) bien ha desaparecido algo del texto, como poiein (<hacen) después de
denota el malestar civil con una dimensión política y/o religiosa ausente de ,ritcisthai, o bien se trata de un ejemplo de elipsis (cf. glosario).
términos más neutros como thotybos (<perturbación>>; cf . 14,2). ll. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la muchedumbre fhoi de ar-
Nuestro pasaje se refiere a la gresca en la que estuvo implicado Ba- t ltiereis aneseisan ton ochlonl. La imagen marcana de la plebe de Jerusa-
rrabás como </a insurección>; Marcos la presenta, por tanto, como un lú'n como muy caprichosa (contrástese su apoyo a Jesús en ll, l-ll; 12,
incidente conocido, pero identificarla ha resultado muy difícil para los his- l2 14,2) corresponde a un tropo antiguo común; cf. por ejemplo Gruen27,
toriadores modernos. Las mayores y más conocidas rebeliones anteriores t¡uien describe a la muchedumbre en la historia de Susana como (voluble,
contra los romanos, que estallaron tras la muerte de Herodes el Grande en rrraleable, y fácilmente manipulable>> por los ancianos corruptos de la na-
4 a.C. (Bell. 2, 55-65; Ant. 17 ,269-285; Hch 5, 36-37), parecen demasiado e i(rnrs. Pero puede haber un núcleo de verdad histórica aquí, como Theissen
lejanas en el tiempo paraBanabás, quien en ese caso languidecería aún en v Merz advierten2e: Jesús pudo haber sido aclamado por los peregrinos ga-
la prisión treinta y cinco años más tarde. Respecto a las rebeliones posterio- I ilcos, que fueron a Jerusalén con él ( I I , I - I I , etc.), pero rechazado por los

res, la declaración de Tácitorr de que bajo Tiberio (emperador del 14 al 31 lrabitantes de la ciudad, muchos de los cuales dependían del Templo para
d.C.) todo estuvo tranquilo en Palestina ha hecho que algunos estudiosos su sustento y contrarios a Jesús por su profecía contra é1.
piensen que Marcos manipula las cosas. Price2z hace hincapié, sin embar- 12. el que llamáis rey de los judíos fhon legete ton basilea tón loudaiónl.
go, en que Tácito, que escribe en Roma alrededor del I l0 d.C., demuestra Aurrque las dos primeras palabras griegas (<el que llamáis> en la traduc-
un conocimiento muy incompleto de la Palestina de ochenta años antes, ci(rn) faltan en testigos importantes (A, D, W @, f''t',lat, sy', sa, etc.), eran
y sabemos por Josefo y Filón que de hecho no todo estuvo tranquilo allí
¡rrobablemente originales; parecen haber sido mejoradas por Mt 27,2230 y
durante ese período.
¡rodrían haber desaparecido porque un escriba comprendió la dificultad ló-
Dos incidentes mencionados por el último de estos dos escritores po- tica de que las autoridadesjudías no habían llamado antes a Jesús <el rey de
drían declararse como </a insurreccióu de Mc 15,7: los disturbios a cau- Iosjudíos>. La teoría alternativa, a saber, que las palabras han sido añadidas
sa del plan de Pilato de construir un acueducto para Jerusalén con fondos rrpara corgor la responsabilidad por el empleo del título 'rey de los judíos'
del Templo (cf. Josefo, Bell. 2, 175-1771, Ant. 18,60-62), y la protesta por sobre los sumos sacerdotes>>3r, es poco convincente, pues el lugar lógico
la introducción de escudos de oro en la ciudad2r. Josefo llama slas¿s al
¡rirra la introducción de este calificativo sería 15, 9 envez de 15, 12.
incidente del acueducto (Ant. 18,62), y Filón relata que los manifestantes 13. gritaron de nuevo: <Crucfficalo> lpalin ekraxan stauroson auton).
contra los escudos advirtieron a Pilato de que me stasiaze (<No incitara a la l.¡ rnuchedumbre pide a Pilato que crucifique a Jesús, pero no espera que
sedición>)24. Ambos incidentes, además, parecen haber ocurrido en torno al rcrrlice él mismo la ejecución, sino simplemente que diera la orden; cf . nota
momento de la crucifixión de Jesús; si el Testimonium Flavianun es autén- rr la frase de Herodes <al que yo mismo decapité> en 6, 16.
tico, el ministerio de Jesús y su muerte sucedieron <aproximadamente en
el mismo tiempo> (kata touton ton chronon) que el incidente del acueducto
25. R. E. Brown,Death of the Messiah 1,701 .
26. V. Tayfor, The Gospel According to Saint Mark, 583.
20. Cf. K. H. Rengstorf, Concordance to Flavius Josephus 2, 1.732-1.735, y M. Hen- 17. E. S. Gruen, Heritage and Hellenisnt, 1"76.
gel, The Zealots,382, nota 9. )8. Cf. Z.Yavetz, Plebs and Princeps,9-37. para una visión de conjunto de los pasa-
21. Tácito, Historias 5,9,2. t( s normalmente negativos sobre las muchedurrbres en las fuentes romanas.
22. J. Price, Jerusalem Under Siege,6. 19. G. Theissen-A. Merz, El Jesrls hislóric'o,2Q7.
23. Cf. Filón, Embajada a Gat,o,299-305. 30. Cf. B. M. Metzger, A Tbxtual Contmenfar.y,t¡n the Greek New Tbstament, l18.
24. Ibid..30l. 31. Ibid.
1188 Sexta secciónprincipal (Mc 14, 1-15, 47) Mc 15, 1-15: Comenturü¡ I I89

Palin (<<de nuevo)) es dificil, ya que es la primera vez que la muche- causativo de un verbo activo (: después de hacer que lo azotaran; para otros
dumbre pide la crucifixión de Jesús; la misma dificultad se halla en Jn 18, ejemplos marcanos de este fenómeno gramatical, cf. <decapité> en 6, 16
40, 1o que sugiere algún tipo de relación entre la tradición marcana y la <prendió>> y <<encadenó)) en 6, 17,y quizás <<hizo rodan en 15, 46)40. Blinz-
joánica (tanto Mateo como Lucas omiten palin). Es posible que la palabra ler¿t describe los diferentes instrumentos que podían ser utilizados para los
revele una sutura redaccional, o que pueda significar <<a su vez>>32. Black33 azotes: varas para los libres, bastones para los soldados, pero látigos para es-
sugiere que subyace una mala traducción del títb arameo, que puede sig- clavos y otros no ciudadanos: <<las correas de cuero de estos látigos llevaban
nificar tanto <<de nuevo)) como <después>. Sin embargo, el sentido literal a menudo pinchos o trozos de hueso o plomo unidos a ellas formando una
<de nuevo>> puede ser irónicamente relevante como alusión a 15, 9 (cf. cadenD). El desgaste fisico de un castigo con tales instrumentos acortaba
comentario a 15,6-15). generalmente el tiempo que tardaba el condenado en morir (cf. 15, 44); de
Sobre la posible natutaleza demoníaca de este grito, cf. comentario a hecho, los verdugos que deseaban ampliar la tortura de la crucifixión podían
15,6-15, y la inspiración satánica de la traición de Judas según Lc 22,3 y renunciar a los azotesa2.
Jn 13,2.27. El nexo entre la crucifixión y los demonios no es casual, ya que
una atmósfera misteriosa rodeaba a este modo honible de ejecución; cf. por
ejemplo el Liber Hermes Trismegisti 263a, en el que morir a causa de los de- Comentario
monios es paralelo a morir atado a:una cn)235; también eI Martirio de Pionio
13, 8, que recoge la calumnia de que Jesús realizaba con una cruz actos de Introducción El segundo de los dos juicios contra Jesús, su proceso
nigromancia y adivinación de espíritus; y finalmente, el empleo en conjuros ante el gobernador romano Poncio Pilato, va tras la negación de Pedro (14,
mágicos de uñas y otra parafemalia obtenida en las crucifixiones36. 66-72) y es increíblemente similar al primero, tenido ante el Sanedrín judío
14. aún más fperissós). Cf. nota a <<aún más>> en 10,26. ( 14, 53-65). El apéndice <Problemas históricos en el proceso marcano ante

15. deseando satisfacer a la muchedumbre, les liberó a Barrabas, y en- el Sanedrín> sugiere una explicación de estos paralelos desde la crítica de
tregó a Jesús, después de azotarlo lboulomenos tQ ochlQ to hikanon poié-sai luentes, a saber, que Marcos o un precursor conformó el relato del proceso
apelysen autois ton Barabban kai paredóken ton lésoun phragellósasl. Co- ante el Sanedrín sobre el modelo del juicio ante Pilato. Para Marcos, que
mo apunta Brown37, to hikanon poi€sai (<<satisfacen>, lit. <<hacer suficiente incluyó deliberadamente ambos relatos en su evangelio, hay probablemen-
paru) y phragell1sas (<después de azotarlo>r) son latinismos coffespon- te una razón teológica para este paralelismo: el mismo poder hostil que
dientes a satisfacere y flagellare, <por lo que probablemente son una imi- había dirigido la condenación de Jesús por las autoridadesjudías está ahora
tación deliberada del latín para crear la atmósfera parala decisión legal del llevando a cabo su condenación por los gentiles de una manera sorprenden-
gobernador romano)). Aunque fuera del Nuevo Testamento nada atestigua la temente similar. Sin embargo, por encima de esa fuerza maligna planea la
amnistía anual en la Pascua mencionada en 15, 6 (cf. nota a <<Pero durante voluntad de Dios que todo lo dirige (cf. 8, 31 y 9,12, y para la coexistencia
la fiesta solía liberarles un preso) en ese lugar), hay algunos testimonios de del determinismo tanto divino como demoníaco, IQS 3,15-26).
perdones ocasionales, y un ejemplo papiráceo (P. Flor 61, 59-63) contie- Según la hipótesis expresada arriba, había probablemente un relato an-
ne un llamativo paralelo verbal a nuestro pasaje: <Has sido reo de flagela- terior del proceso de Jesús ante Pilato, que sirvió también como base para
ción... pero te entrego a las muchedumbres>r (tois ochlois)38. la construcción del juicio ante el Sanedrín. En época antigua, más ingenua,
Sobre los azotes como el preámbulo habitual a la crucifixión, cf. Dión se pensaba a veces que esta narración de la audiencia ante Pilato se retro-
Crisóstomo, Filón y Josefo3e. El gobemador no habría azotado al preso traía a una transcripción romana del juicioa3, pero esta teoría es hoy gene-
directamente, sino que habría dejado la tarea a los soldados; <<después de ralmente rechazada, porque tales transcripciones, junto con el resto de la
azotarlo>>, como <<Crucificalo> en 15, l3-14, es probablemente un empleo parafernalia exigida por un proceso legal, no eran habitualmente realizadas
cn el caso de prisioneros vulgares en un contexto provincial. Más bien, el
gobernador tenía carta blanca para proceder según una simple cognitio, o
32. Cf. BDAG 753 [5].
33. M. Black, ln Aramaic Approach to lhe Gospels, 112. investigación, que determinara la inocencia o culpabilidad del preso con
34. W. Gundel, Neue astrologische Texte,79, líneas 30-31. poca atención a nimios detalles legales, y dictar cualquier sentencia que
35. Cf. M. Hengel, Crucifixion in the Ancient World,78.
._36. Por ejemplo, cf. Plinio, Historia naÍural 28, 11, 46; Lucano, Guena civil 6,547;
m. Sabb. 6, l0; Geniza23, 2, 18 [J. Naveh-S. Shaked, Magic Spells,220-2211. H. Fulda, Das 40. Cf. H. W. Smyth, Greek Grammaa $ 1 .71 1 ; D. B. Wallace, Greek Grammar Be-
Kreuz und die Kreuzigung,186. ttnd the Basics, 4ll-412.
37. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,850. 41. J. Blinzler, The Trial ofJesus,222.
38. Cf. A. Deissmann, Lightfrom the East,269. 42. Cf. Salustio, Historias, fr. 3, 9 sobre el castigo a los piratas; cf. M. Hengel, Crrz-
39. Dión Crisóstomo, Discursos,4,67; Filón, Contra Flaco,72;Flavio Josefo, G¡¡c- t i]i.tion in the Ancient World,29.40-41, nota 5.
rra 2,306;5,449. 43. Cf.ya Justino, IApología, l,35.48.
I 190 Sextct sección principal (Mt l 4, I I 5, 47) Mc 15, 1-15: (\ttttt'ntttt io 1191

considerara oportuna, incluida la pena de muerteaa. El relato marcano del .rllt¡ra lrasta este punto del relato, en el qur: .lcsirs sc tol)il con las autoridades
proceso ante Pilato, que contiene varias improbabilidades (la costumbre de rr )n)lrlas; entonces aparece cinco veces ( 15, 2.9. I 2. I 11.26) y se convierte en

la amnistía pascual, la liberación precisamente de un revolucionario asesi- , l tcnra principal de la sección+?. Sin enrbargo. cr'r csta primera aparición
no y la compasión del gobernador por Jesús), no se retrotrae probablemente l)iu'ccc como si surgiera de la nada; hay que presuponer que entre 1 5, 1 y I 5,
a los testimonios de los testigos, sino que se debe a la reconstrucción cris- .' los dirigentes judíos han informado a Pilato de la acusación contra Jesús,
tiana <de lo que debía de haber pasado>. rrrur laguna narrativa que rellena Lc 23,2. E,n Marcos, la oscuridad se aclara
Sin embargo, parece haber habido un substrato premarcano a la escena, nrlrs tarde en el relato, cuando Pilato se refiere a Jesús como <el que flos
como sugieren ciertos detalles como la superfluidad evidente de la delibe- tlirigentes judíos o la muchedumbre] llarran el rey de los judíos> (15, l2);
ración del Sanedrín ( I 5, I ) después de que yaha juzgado y condenado a Je- l'ilrrto, por tanto, pregunta a Jesús sobre su realeza porque las autoridades
sús a muerte (14, 63-64: cf. la primera nota a 15, I ) y las correspondencias ¡rrtlías han manifestado sus pretensiones reales y/o su reputación.
generales entre Marcos y Juanas. Este substrato premarcano probablemente lln las circunstancias presentes, sin embargo, tales pretensíones resultan
habría incluido, como mínimo, la pregunta <¿Eres tú el rey de los judíos?>, ('\lrañas, ya que el estado de impotencia simbolizada por la condición de
la respuesta <Tú lo dices>, el silencio de Jesús antes del interrogatorio si- ,'ncaclenado de Jesús es el contrario al poder sin trabas vinculado con la
guiente, el ofrecimiento de liberar al <rey de los judíos>, la opción de la rcirlcza; como ilustra 3,27,una persona atada está en poder de otro, que
rnuchedumbre a favor de Barrabás y no de Jesús. su grito repetido para que ¡rrrccle utilizarlo a voluntad. Sin embargo, a pesar de su aspecto de impoten-
crucificaran a Jesús, y la entrega de éste a la crucifixión, con otras palabras, , irr, cl Jesús marcano parece cualquier otra cosa menos impotente, puesto
el esqueleto básico del relato. Los rasgos marcanos serían: la lista de los r¡trc contesta irónicamente a la pregunta irónica de Pilato sobre su rcaleza,
oponentes, el empleo de euthys (<inmediatamente>) y paradidomi (<<en- rrrt¡strando la misma suefte de gallardía que tenía ante el sumo sacerdote en
tregan) en 15, 1,la doble negación en 15,5, el gar (<<pues>), la frase de 11,62'. <<Tri lo dices> (15,2b). Como en la réplica al sumo sacerdote, esta
15, 10 que tncluye paradidomi de nuevo, y quizás la especulación sobre el rcspuesta explota el hecho de que la pregunta de Pilato podría ser interpre-
rnotivo de Pilato en 15, l5a (<su deseo de satisfacer a la muchedurnbre>). l:rtl¿r como una declaración; Jesús no tiene ninguna necesidad de afirmar su

El pasaje está dividido en dos partes de desigual amplitud: la breve esce- reuleza, porque Pilato ya lo ha hecho por é1. Sin ernbargo, rnientras que la
r cs¡ruesta en 14, 62 fue expresada en aoristo (sy eipas: <Tú lo has dicho>),
na del interrogatorio de Jesús por Pilato ( 15, 1-5) y la escena más amplia de
sus negociaciones con la muchedumbre sobre Jesús y Barrabás (15, 6-15). lrr ¿rctual se expresa en presente (sy legeis: <Tú lo dices>), un cambio que
La longitud desigual es significativa: el relato se interesa por Pilato sólo t¡rrc anticipa el modo como el gobemador estará a favor de Jesús, refiriéndo-
algunos momentos para concluir que Jesús es inocente, pero el gobernador sc a él repetidamente como <el rey de los judíos> (15,9-14).
queda tan impresionado por este breve encuentro que realiza un esfuerzo lln el momento presente, sin embargo, la parcialidad de Pilato hacia Je-
prolongado para liberarlo. No tiene éxito, sin embargo, y de ello se forma si¡s no es otra cosa que una conclusión evidente, ya que la respuesta de Jesús

una triste inclusio: en 15, I el Sanedrín entregaaJesús a Pilato, y en 15, l5 tonlirma su aspiración al título <rey de los judíos>, título que ponía a los
11)r)rauos sumamente nerviosos (cf. notas a (¿Eres tú el rey de los judíos?>
Pilato entrega a Jesús a los soldados para que sea crucificadoa6.
r <<'fúr lo dices> en 15,2). No hubo un rey judío en Palestina desde el 4 a.C.,
t uando murió Herodes el Grande, aunque varios de sus hijos y algunos diri-
15, 1-5. Pilato interroga a Jestis. Después del interludio de la nega-
ción de Pedro (14, 66-72), el centro de la atención retorna a Jesús, a quien lcntes revolucionarios aspiraron alarealeza tras la rnuerte de aquelas. Final-
rncnte el emperador romano Augusto designó al hijo de Herodes, Arquelao,
los dirigentes judíos encadenan y entregan a Poncio Pilato, el gobemador
r'tnarca de Judea y prometió hacerlo rey si se mostraba dignoae; de hecho,
romano (15, 1; sobre su carrera, cf. nota a <Pilato> en 15, l). Aunque los
judíos hayan cedido técnicamente el control de Jesús, estos dirigentes ace- sirr eurbargo, Arquelao resultó ser un gobernante terrible y fue depuesto en
(, rl.C., lo que inició un período de gobiemo directo de los romanos. Este fue
chan desde el trasfondo, forman la audiencia en el interrogatorio siguiente
y permanecen listos para entrar en acción. irrtcrrurnpido sólo por el efímero reinado de Agripa I (41-44 d.C.) y por las
relreliones de66-13 y 132-135, que parecen haber sido dirigidas por (perso-
La imagen de un Jesús encadenado prepara para el tono sarcástico de la
rrirjcs reales>, es decir, mesiánicoss0. Por tanto, el título <rey de los judíos>
pregunta inicial de Pilato: <¿Eres tú el rey de los judíos?) (15,2a). Aunque
lcnía un potencial revolucionario antiimperial de largo recorrido, que expli-
los títulos con connotaciones parecidas, como <Cristo> e <Hijo de David>,
han aparecido ya en todas las secciones de Marcos, <rey de los judíos> no
-17. Cf. F. J. Matera, The Kingship o.f Jestr:;. 147-149.
:18. Cf. Josefo, Guerra2,55-65.
44. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,712.715-'116. -19. Josefb, Guerr¿t 2, 93 Ant. 17, 317.
45. Cf. W. Reinbold. Der iiltesfe Bericht über den Tod Jesu,258-259. 50. Cf.E.Schürer,TheHisforttof theJat'isltI'ttt¡tlt'irtthaAgeofJesusChrist1,330-
46. Cf. J. Gnilka, á/ etangelio según san Marcos 2,350. lli-{:.1. Marcus, Jev,ish War,458-459; R. E. Brorut. l)tutlr ol tltc Messiah l, 682-684.
It92 Sexta sección principal (Mc l4, l-15, 47) Mc 15, l-15: ('(,tn(iltdr¡(, I 193

ca la renuencia romana a permitir que los dirigentes judíos se designaran a Sin embargo, precisamente esta falta de respuesta, así como Ia audaz
sí mismos como reyes (cf. Jn 19, 12). En realidad, en el mundo romano en réplica en 15,2, muestra la soberana autoestima de Jesús; no se defiende
general, la afirmación de ser rey o cualquier desaire al emperador, verdadero ni trata de escaparse del destino brutal que pende sobre é1, sino que se
o imaginario, incluso en broma, era a veces suficiente para que se crucifi- arriesga a molestar a Pilato por su rechazo repetido a contestar preguntas
cara avÍa persona5r. El emperador en tiempos de Jesús, Tiberio, era espe- directas. Sin embargo,envez de provocar la ira de Pilato, el valiente si-
cialmente sensible a tales insultos, que podían costar la vida a la gente por lencio de Jesús provoca su asombro (15,5b), puesto que entonces, como
asuntos tan leves como cambiarse de ropa cerca de una estatua de Augusto, afirma Bengel55, <nadie suele permanecer silencioso cuando su vida está en
o llevar en un retrete o en un burdel un anillo o una moneda con la imagen
.juego>. Esta reacción es típica de las historias de martirio, en las que las au-
del emperador, o aceptar un honor el mismo día en el que le habían otorgado toridades examinadoras quedan asombradas a menudo ante la firmeza del
uno a é152. En épocas posteriores, se precisaron aún más los delitos contra la rlártir, que desdeña la posibilidad de salvarse, e incluso a veces se atreve
majestad del emperador para incluir a la gente que reclamaba cargos que no a provocarlos (cf., por ejemplo, 2Mac 7, ll-12). La reacción de Pilato es
les pertenecían o a los reyes de las naciones extranjeras que no aceptaban
sernejante al temor respetuoso, similar a la de los magistrados de la Guerra
someterse a la voluntad del pueblo romano5r.
.judía de Josefo (6,302-5), que concluyen del rechazo del otro Jesús, hijo de
La sustancia de la respuesta de Jesús, por tanto, no estaba calculada para Ananías, a contestar a sus preguntas que obra por un impulso sobrenatural
provocar sentimientos de comprensión en aquel subordinado del empera- (cf. comentario a 13,l-2).
dor, y su modo de afirmarla era también incorrecto, ya que con cierto desca-
Así pues, como en anteriores pasajes marcanos (por ejemplo l, 16-20;
ro hacía que la responsabilidad de una valoración positiva de la realeza de
2, 13-14 8, 14-21), Jesús rechaza dar las explicaciones requeridas por sus
Jesús recayera en Pilato mismo. Jesús no emplea figura alguna de la retórica
acciones y palabras; y el hecho de que, aun careciendo de tales explica-
respetuosa (<<mi señor>, etc.), como podría esperarse de un provinciano de
ciones, la gente se sintiera todavía atraída y hasta abrumada por él declara
clase baja que está en riesgo de ser condenado a muerte por el supremo que un poder divino está operando en Jesús incluso cuando camina inexo-
funcionario romano en Palestina (cf. el modo respetuoso de los cristianos
rablemente hacia la muerte. Esta impresión queda reforzada por el eco en
al dirigirse a los funcionarios en las escenas de juicio en Hch 24, l0;26, cl relato, aquí y en 15, 44, de la famosa profecía bíblica sobre el siervo
2-3.19.25-27). Al <replican más que respondeq Jesús muestra precisamen-
sufriente del Señor, que guarda silencio ante sus acusadores (Is 53,7), pero
te esa conciencia real acerca de la que está siendo interrogado, ya que nadie
arrte quien las naciones sienten asombro (thaumasontai) y los reyes man-
se atrevería a contestar de ese modo a un gobernante a no ser que se sintiera
tienen cerradas sus bocas (ls 52, l5 LXX). El eco de Isaías profundiza la
superior. Lo tajante de la respuesta queda aumentado por el hecho de que
irnagen marcana de una inversión paradójica de las apariencias: en vez de
se formula en presencia de miembros de la élite judía, ante quienes Pilato
scr derrotado por las autoridades mundanas que suponen estarjuzgándolo,
arriesga perder la reputación si no reacciona con forfalezasa.
.lesús, encadenado e impotente en apariencia,avanza en realidad hacia la
Se esperaría, pues, una respuesta punitiva de un gobemador movido a
victoria de la guerra santa.
lavenganza (cf. Hch 23,2), pero de hecho no sucede eso, una indicación
quizás de que Pilato ha comenzado ya a sentirse inclinado hacia Jesús. Los
15, 6-15. ¿.Jesús o Barrabás'? Esa victoria, sin embargo, se conseguirá
sumos sacerdotes, sin embargo, no opinan igual, y la sorprendente renuencia
por la muerte del siervo sufriente, muerte que, según lsaías 52, l3-53, 12, es
de Pilato a condenarlo los despierta y estimula a acusar a Jesús <de muchas
voluntad de Dios; y ningún poder humano, ni siquiera el de un gobernador
cosas)) (15,3). Marcos no especifica estas (cosas> y su silencio puede ser
comprensivo, puede oponerse en el camino del éxito de esa voluntad. Los
significativo, ya que al parecer serían de naturaleza política, como los cargos
csfuerzos de Pilato, pues, así como el similar esfuerzo de Herodes Antipas
detallados enLc 23,2 (<perversión de nuestra nación, prohibición del pago
por conservar la vida de Juan el Bautista (6, 14-29), resultan inútiles, demos-
de impuestos al emperador, y haber dicho que él es el mesías, el rep). Mar-
trando así la inanidad de la autoridad mundana, que gobierna sólo en apa-
cos tampoco describe directamente la reacción de Jesús ante estos cargos;
liencia en este mundo (10, 45; cf. Dn 4, 17;5,21 y comentario a 6,14-16).
sabemos indirectamente, por la pregunta de Pilato (15,4), que su primera
Por tanto, aunque el verbo <liberan (apolyein) domine la segunda parte,
respuesta fue el silencio y, por parte del narrador, que su siguiente respuesta
nrás extensa, de nuestra perícopa, que siempre tiene a Pilato como sujeto
a un interrogatorio ulterior de Pilato fue también el silencio ( 15, 5a).
( I 5, 6.9.1 1.15), es justamente 1o que Pilato no es capaz de hacersó.
La carencia de control por parte de Pilato queda ya sugerida por el re-
51. Cf., porejemplo, Petronio, Satiricón 53,3; Paulo, Sentencias,5,2l,3-4.
52. Cf. Suetonio, Wda de Tiberio,58, Cf. M. Hengel, Crucifixion in the Ancient Worl¿|,
torcido camino por el que intenta salvar a Jesús: utilizar una supuesta cos-
49, nota I l; 59.75.
53. Justiniano, Digesto, 48, 4, 3-4: cf. R. E. Brown, Death of the Messiah | , 719. 55. J. A. Benge| Gnomon of the Nav' Tcstumenl. Ml27 , 14.
54. Cf. J. Scott, Domination and the Arts of Resislance,202-227 . 56. Cf. J. Cnllka, El evangelio según .sun Marctts 2,349-350.
I t94 Serta .secc.irin principal (Mc 14, l-15, 47) Mc 15, l-15: ('()ttt(ttl(tt ¡(, I t95

tumbre romana de liberar por la Pascua un preso escogido por la población 17;6,2-3), en esta inversión radical puede clctectarse cl influjo de los espí-
judía (15,6). No tenemos ninguna otra prueba de una amnistía anual por la ritus malignos, que han aparecido de repente en otras partes del evangelio,
Pascua, y demuestra credulidad pensar que los romanos se someterían a tal que han surgido de no se sabe dónde, que agitan a la gente (cf.1,26;9,26)
institución (cf. nota a <Pero durante la fiesta solía liberarres un preso, el que y hacen que se oponga a Jesús (cf.1,23-24:5,6-7;8,33). Hay una analogía,
ellos habían pedido> en 15,6). Puede ser, más bien, que Marcos o su fuente además, entre nuestra escena y el exorcismo del endemoniado geraseno en
hayan generalizado una práctica ocasional romana para explicar cómo un 5,l-20, en el que los demonios quedan frustrados en su intento directo de
gobernador tan inclinado hacia Jesús terminó por ejecutarlo: sólo podía per- rechazar a Jesús, pero logran expulsarlo del país actuando indirectamente
donar a un hombre, pero la muchedumbre exigió que fuera Barrabás y no por medio de la población local (cf. comentario a 5, 14-17). De modo simi-
Jesús57. Lo crucial para Marcos, sin embargo, no es la amnistía pascuar, sino lar, en nuestra escena fracasan los intentos directos de los sacerdotes, pero
la comparación y el contraste entre Jesús y Barrabás, er ríder rwolucionario tienen éxito los indirectos por medio de la muchedumbre.
que termina siendo liberado. Tanto Jesús como Barrabás están atados ( I 5, l,
Esta explicación demoníaca de la indiferencia repentina del populacho
7),y la connotación militar del título <<rey de los judíos> sugiere que Jesús, rcspecto al destino de Jesús se apoya en la conclusión de la historia, en la
como Barrabás, están siendo presentados por sus enemigos como figuras cual la plebe va más lejos y exige su crucifixión... esta vez sin la incitación
revolucionarias. La comparación se hace aún más estrecha si los lectores cle los sacerdotes. La primera expresión de esta demanda se precipita ante la
de Marcos caen en la cuenta de que el nombre de Barrabás, que contiene pregunta de Pilato sobre qué desean que haga con el que la plebe misma lla-
la pafabra <Abbu, significa <el hijo delpadre> (cf.lanota a <un hombre
nra (rey de los judíos> ( 15, l2). El gobernador opera según la presunción de
llamado Barrabás> en I 5, 7) y si ellos recuerdan que en un pasaje anterior
c¡ue las aspiraciones de Jesús alarealezafluyen del apoyo popular, e intenta
Jesús oraba a su Padre, llamándolo <Abbo. pero Marcos quiere mostrar
cxplotar esta lealtad haciendo depender el destino de Jesús de un voto po-
también que esta comparación es errónea: Barrabás es un insurrecto y un
pular (procedimiento históricamente dudoso)58. Entonces aparece de nueva
asesino, mientras que Jesús concede la salud y la vida (5, 23:, cf . 9 43 .45;
, la espantosa respuesta: <Crucificalo> (15, l3). Observa Brownse: <A pesar
I 0, I 7.30) y no representa una amenaza parala pax romana (cf. 12, 13-17).
incluso de la actividad de los sumos sacerdotes, el brutal imperativo del gri-
Así pues, uno de los <hijos del padre> ha tratado en vano de instaurar el rei-
to de la muchedumbre contra Jesús en 15, l3 es estremecedor en el flujo de
nado del Abba divino por la violencia revolucionaria contra los romanos; el
la historiu. Este comentario es especialmente verdadero porque la descrip-
otro tendrá éxito en esta empresa al morir en una cruz romana. El genio de
ción de la muchedumbre <gritando (ekraxan) de nuevo> lleva la memoria
nuestra escena está bien expresado en el himno de viemes Santo de Samuel
del lector hacia atrás, hacia la última vez que se usó esta palabra, cuando la
crossman: <Salvan a un asesino y matan al príncipe de la vidu (<Mi can-
plebe jerusalemita desgranaba bendiciones sobre Jesús como <el que viene
ción es el amor desconocido> de 1664).
cn nombre del Señou, el sucesor del rey David ( I 1 , 9)60. Ahora, en cambio,
Pilato, al menos, parece captar un tanto esta diferencia entre Barrabás
la misma plebe de Jerusalén pide que <el rey de los judíos> sea crucificado,
y Jesús, y cuando la muchedumbre solicita que haga efectiva la amnistía
la primera vez que se Ltsa stauroun en el relato. Esta mutación chocante y
pascual acostumbrada (15, 8), aprovecha la oportunidad y propone que su
rnisteriosa desafia las explicaciones humanas, incluso suponiendo la mani-
objeto ese año sea aquel a quien llama <rey de los judíos> (15,9). Su mo-
pulación de los sumos sacerdotes; más bien parece estar operando un poder
tivación para querer la liberación de Jesús, y el estímulo de los sacerdotes
rnalvado más potente que el de éstos, como confirma la frecuencia con la
para desear matarlo, quedan ahora explícitamente declarados: <pues sabía
t¡Lre Marcos designa los gritos de demonios con el verbo krazein (3, ll;5,
que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidiu (15, l0). Esta
envidia refleja al parecer la popularidad de Jesús entre el pueblo, que hasta
5.7;9,26; cf. nota a <gritaron de nuevo: Crucificalo> en 15, 13). Ahora
bien, para el tiempo final hay que esperar un apogeo de la actividad demo-
este punto ha impedido a la élite moverse contra él (cf. 12,12; 14,2) y que
rríaca, incluido el odio (cf. I QH l3 [5], 5-39; Ap I I, 9- l0; 12, 10-12, etc.).
se condensa en el título <rey de los judíos>; aun cuando larealezahabía
desaparecido ya de Israel, Jesús es el tipo de persona a quien la población
Al igual que ha ocurrido antes con Jesús ( 13, l3), en la tribulación que viene
todos odiarán a los miembros de la comunidad elegida (cf. comentario a
escogería como su rey, como habían demostrado agasajándolo como un rey
13" 33-37 y 14,32-36 para otros paralelos entre el relato de la pasión y las
cuando entró en Jerusalén (l l, l-l l).
profecías escatológicas del capítulo 13). Así pues, el odio demostrado por la
Sin embargo, si se considera este apoyo previo a Jesús, es desconcertante
que en este momento la muchedumbre sea tan fácilmente manipulable como nluchedumbre en 15, l3-14 es un signo de que la oscuridad de los últimos
para abandonarlo y exigir en cambio la libertad de Barrabás (15, I l Como tlías está descendiendo ya en esta mañana de primavera en Jerusalén.
).
en casos anteriores de oposición repentina e inexplicable de otra manera (5,
58. Cf. R. E. Brown, Dearh of rhe Messiult 1,720-722.814-820.
59. tbid., t,824.
57. Cf. W. Reinbold, Der dlfeste Bericht iiber den Tbd Jesu,264.267. 60. Ihid.
1196 Sexta sección principal (Mc I 4, 1-l 5, 47) Mc 15, 16-32 1197

Pilato, desconcertado por la ferocidad del odio mostrado por la muche- de un drama a dos niveles que se repetía con frecuencia en su propio tiempo:
dumbre, formula la pregunta lógica: (¿Qué mal ha hecho?> (15, l4a). Es .lesús y sus seguidores habían sido rechazados y asesinados, mientras que
significativo que esta pregunta no reciba respuesta alguna. No puede haber el pueblo que se había entregado con pasión a una violencia revolucionaria,
ninguna, ya que Jesús no ha hecho más que el bien; sin embargo, en un lahabiapuesto en práctica con resultados desastrosos (cf. 13, 9-13.22). Sin
mundo sumido en la ignorancia, moralmente al revés, es ésta precisamente embargo, a pesar del deseo marcano de distinguir a Jesús de las esperan-
larazón por la que hay que oponerse a é1, difamarlo y finalmente matarlo zas revolucionarias de ese tipo que iba a conducir a sus compatriotas al
(cf. Platón, República 7, 517). Está operando el mismo odio ciego y de- desastre, es también importante para el evangelista afirmar que Jesús era
moníaco que hizo que las generosas curaciones de Jesús fueran atribuidas realmente <el rey de los judíos), un rey cuyo reinado se logra sufriendo y
al Diablo (3, 22) y las convirtiera en ocasiones para maquinar contra su no practicando la violencia, un mesías atravesado por lalanza en vez de uno
vida (3, 1-6). La muchedumbre, por tanto, ignora la pregunta de Pilato y clue atraviesa con su espada (contrástese con 4Q285 5 U,2-51)64.
grita simplemente con más ferocidad aún: <Crucificalo> (15, l4b). Con- En el siguiente pasaje del evangelio este rey será revestido con vesti-
frontado a este odio intenso, ilógico y persistente, Pilato se dem¡mba en un rnentas reales (por los soldados que le insultan), coronado (de espinas) y
instante y, deseando apaciguar la muchedumbre, entrega a Jesús para que aclamado como (rey de los judíos>> (en son de burla) por un pueblo que
sea crucificado (15, l5). Repite así el comportamiento de Herodes Antipas <mira y mira, pero nunca ve, que oye y oye, pero nunca entiende> esa ver-
cuando Juan el Bautista se enfrentó con él: aunque sentía terror ante un dad que hay en lo que dicen y hacen (cf.4, l2).
preso sobrenatural (15, 5; cf.6,20), lo entregó a la muerte para satisfacer a
otros (15, l5ab; cf. 6,26)6t. La situación apocalíptica descrita por Marcos
es similar a la representada en el famoso poema de Yeats <La Segunda 12. Buzu-es y cRUCrFrxróN DEL ((REy DE Los JUDios)) (15,16-32)
Venidu: <El mejor carece de toda convicción, mientras que el peor / está
lleno de apasionada intensidad>. Una vez más, el demrmbamiento moral 15 t6Y los soldados lo condujeron dentro del patio, es decir, del
de Pilato se debe probablemente no sólo a la debilidad de su carácter, sino pretorio, y convocaron a la cohorte entera. 17Y lo vistieron de púrpura,
a la acción de fuerzas sobrehumanas que hemos visto en acción en todo y trenzaÍonuna corona de espinas que colocaron sobre é1. t8Y comen-
nuestro pasaje; un cambio tan repentino -de estar al lado de Dios y de Jesús '/,aron a saludarlo: ((Salve, rey de los judíos>. reY golpeaban su cabeza
a pasarse al lado de <las cosas de los seres humanos>- sólo puede ser obra con una cafla,y le escupían y, anodillándose, lo adoraban. 20Y cuando
del Diablo (cf. 8, 29-33). se habían burlado de é1, le despojaron de la púrpura y le pusieron su
Es significativo tanto lo que Marcos dice como lo que excluye en su re- propia ropa.
lato de la entrega de Jesús a la muerte por Pilato. Aunque aluda a los azotes
Y lo condujeron fuera para crucificarlo. 2rY forzaron a un cierto
que eran el preludio usual de la crucifixión (cf. nota a <<deseando satisfacer
transeúnte, Simón de Cirene, que venía del campo, el padre de Alejan-
a la muchedumbre> en 15, l5), detalle que a los lectores podría recordarles
dro y de Rufo, a que llevara su cruz. 22Y lo llevaron al lugar llamado
de nuevo al siervo sufriente de Isaías (cf. Is 50, 6), Marcos no relaciona los
detalles de la sentencia. Esta omisión va unida indisolublemente a su falta de
<Gólgota>, que se traduce por (Lugar de la CalaveÍa>>.23Y trataban de
concreción respecto a las acusaciones contra Jesús de las autoridadesjudías tlarle vino con miffa, pero no lo tomó. 2aY lo crucificaron y dividieron
(15,1-2),y talvezrefleja la incomodidad de los cristianos ante la nafixaleza sus ropas, echando suertes sobre ellas para ver quién conseguiría qué.
política de los cargos por los que Jesús fue ejecutado62. Esta deducción se
rs
Y era la hora tercia y lo crucificaron. 26Y había una inscripción ins-
apoya en la observación de H. Kuhn de que, según nuestros conocimientos, crita con su acusación: <El Rey de los judíos>. 27Y con él crucificaron
desde el inicio de la ocupación romana (63 a.C.) hasta poco antes del estalli- a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
do de la rebelión (66 d.C.), en Palestina sólo fueron condenados a la muerte (28)2eY
los transeúntes blasfemaban contra é1, sacudiendo sus ca-
en cnn supuestos revolucionarios y sus simpatizantes63. l'rczas y diciendo: <¡Ajá! El que destruye el Templo y lo construye en
En la situación marcana, la necesidad de distinguir a Jesús y a sus se- lrcs días, 30 sálvese a sí mismo bajando dela cruz>>.3rDel mismo modo
guidores de tales revolucionarios aumentó probablemente por la reciente
Itls sumos sacerdotes, bromeando entre ellos junto con los escribas,
y abierta rebelión en Palestina. En verdad, para los lectores de Marcos, la
tlccían: <Salvó a otros; pero él mismo no puede salvarse. 32 ¿El cristo,
liberación de Barrabás y la condenación de Jesús fue probablemente parte
cl rey de Israel? Baje ahora delacruz, para que veamos y creamos)). Y
los crucificados con él lo injuriaban.
6l. F. J. Moloney, The Gospel of Mark, 315.
62. Cf. W. Reinbold, Der dlteste Bericht über den Tbd Jesu.260-261.
63. H. Kuhn, Kreuzes s s trafe, 27 4. 64. Cf. M. Abegg, Messianic Hope.
l l98 Sexfa sección principal (Mc 14, I I 5, 47) Mc 15, ló-32: Nttu.: I 199

Notas plo Jue 8,26; Est 8, l5) como en la literatura grecorrorlana?, incluidos los
tcxtos judíos del período (cf. por ejemplo I Mac 8, l4; I 0, 201' losefo, Ant.
15, 16. dentro del patio, es decir, del pretorio feso tes aules, ho estin ll,197). Por tanto, la frase <púrpura real> se convirtió en algo usual8. Sin
praitoriou]. Esta lectura implica una enmienda textual. La última palabra ernbargo, había tintes purpúreos más baratos y eran muy apreciados debido
en todos los manuscritos es praitórion, acusativo neutral singular, y con itl cachet social del colore; no es, pues, imposible que una vestimenta pur-
esta lectura se interpreta generalmente que la frase significa: <en el palacio, ¡rúrea hubiera estado a disposición de los verdugos de Jesús. Mt27,28, sin
es decir, el pretorio>. Así, aulé y praitórion son tomados como sinónimos, cmbargo, aumenta la plausibilidad de la escena al cambiar la ropa en una
con lo que l¿s aul¿s tendria el significado <del palacio>. Parece extraño, capa escarlata, la vestimenta tradicional de un soldado romanor0.
sin embargo, que Jesús debiera ser conducido al palacio de Pilato después 19. con una caña fkalamQl. Esta palabra significa generalmente <ca-
de que ha sido ya juzgado por é1. Y aunque aule puede significar palacio ña>, pero a veces denota un cayado o bastón; así, Artemidororr: <Es mala
real, denota por lo general un patior, y éste parece ser el significado de la suerte ser golpeado [en sueños]... por un bastón (kalamQ) debido al ruido
palabra en sus dos otras apariciones marcanas (14,54.66). El patio de un t¡ue hace>r2. Sin embargo, en tales casos la palabra normal sería rabdos (:
palacio parece también un lugar más conveniente que su interior para reu- <<barra, bastón, cayado, palo>); entonces kalamQ podría ser una alusión a la
nir un número grande de soldados (cf. la siguiente nota). Es posible, pues, .<caña quebrada> de ls 42,3 (cf. comentario a 15,16-20a).
que praitorion sea vna comrpción de un original praitóriou, genitivo sin- 20. le pusieron su propia ropa lenedysan auton ta himatia autottf. Bltnz-
gular neutro, que se diferencia de praitorion sólo por la letra final. Esta lcr¡'r y Davies-Allisonra contrastan pasajes de Dionisio de Halicamasor5,
conjetura se apoya en la Vulgata y ciertos manuscritos latinos -c, ff, l-, que .losefor6 y quizás Valerio MáximorT que suponen que los prisioneros eran
leen en in atrium praetorii (<<en el patio del pretorio>)2. conducidos desnudos a la ejecución. Sin embargo, las ejecuciones descritas
la cohorte entera lholén tén speiranf. Una cohorte era la décima parte ¡ror estos autores tuvieron lugar en Roma; puede ser que en Palestina los
de una legión y normalmente consistía en seiscientos hombres3; Josefo rolnanos evitaran la desnudez, incluso en prisioneros condenados a muerte,
(8e11.3,67), sin embargo, dice que diez de las veintitrés cohortes presen- cn consideración a la sensibilidad judía en este punto (cf. Jub. 3,30-31 7,
tes en Judea durante la Gran Rebelión tenían mil soldados de infantería 20'. m. San.6, 3)'0.
cada una. (Durante el tiempo de Jesús había menos tropas romanas en lo condujeron fuera lexagousin autonl. Ya que los soldados han con-
Palestina; Josefo LAnt. 19,365] dice que el número de cohortes durante tftrcido a Jesús al patio del pretorio al principio de nuestro pasaje (15, 16),
los años 40 d.C. era de cinco). Es probable que una cohorte estuviera esta- tcndría sentido tomar exagousin como una referencia a que lo condujeron
cionada permanentemente en Jerusalén (cf. Hch 21 ,31-32). Como indica litera de ese edificio al final de esta sección. Pero ya que el lugar de ejecu-
Browna, estas cohortes estaban formadas en su mayor parte por soldados ci(rn estaba fuera de las murallas, un hecho bien conocido por los cristianos
no judíos de la zona siro-palestina (cf. Josefo, Ant. 14,204; 19,365), mu- (cf. Heb 13, l2), es también posible interpretar exagousin como una refe-
chos de los cuales serían probablemente antijudíos debido a la fricción r.cncia a la crucifixión de Jesús fuera de Jerusalénre.
constante entre judíos y gentiles en esa zonas. La reunión de la cohorte 21. Simón de Cirene lSimóna lqtrenaionl. Como muestra su nombre
entera en el patio del pretorio, es decir, de todas las tropas romanas acuar- ¡rropio, este hombre era un judío, aunque obviamente de la Diáspora. A
teladas en Jerusalén, parece inverosímil; incluso aunque pudieran caber ¡rcsar de ello, algunos comentaristas medievales como Hilario de Poitiers
todos allí, Pilato habría querido probablemente que al menos algunos es- rlcmostraron su antijudaísmo afirmando que era un gentil, <pues un judío
tuvieran estacionados en otras partes de la ciudad para prevenir disturbios
(cf . comentario a I 5, l6-20a). 7. Cf.,porejemplo,Horacio, Odas1,35, 12; Plutarco,VidadeTiberioGraco, 14,2;
17. púrpura fuorphyranl. Aunque vestirse de púrpura no esfuviera res- lrstrabón. Geogrofia 14. 1.3.
tringido por la ley a sólo los monarcas en el siglo I, la alta concentración de 8. Cf., por ejemplo, Cicerón, Escaut"o,45; Apiano, Guerra contra Mitrídates 1,5.
9. Cf. M. Reinhold, History of Purple,passirz, que cita Lc 16, l9 y Hch 16, 14, entre
tinte púrpura, formada por un enoÍne número de diminutos moluscos, eran otlos pasajes.
tan difícil de producir y por consiguiente tan cara6 que estaba especialmen- 10. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew3,602.
te relacionada con la realeza tanto en el Antiguo Testamento (cf. por ejem- I l. Artemidoro, Oneirocritica 2,48.
r2. cf. BDAG s02l2).
13. J. Blinzler, The Trial ofJesus,244, nofa 17.
L Cf. M-M 9l-92; BDAG 150. 14. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew3,605.
2. Cf . F. Blass, Mc xii. 42, 186. 15. Dionisio de Halicamaso, Antigüedades romonas'7, 69,2.
3. Cf. R. E. Brown, Deoth of the Messiah 1,248. 16. Josefo Ant. 19,270.
4. Ibid. l,701, nota 64. I 7. Valerio Máximo, Memorabilia I ,7 , 4.
5. Cf. G. Theissen, The Gospels in Context,6l-80. llJ. R. E. Brown. Death of the Messiah 2,953.
6. Cf. Plinio, Historio narural 9,60-64. It). Cf. Juan Crisóstomo. Sobre Ia cruz v el ladr/tn,l.
I 200 Sexta sección principal (Mc 14, l-l 5, 47) Mc I5, I6-.1): Nt,t,t.t I20t

no era digno de llevar la cruz de Cristo>r0. Cirene era la capital de la pro- los pies y por el cuello, y cada uno llcv¿rbir su cruz. krs llonrtrres que eje-
vincia norteafricana de la cirenaica, que corresponde a la Libia moderna; cutan la sentencia añaden este espcctirculo scvclo y ¡rúblico al inevitable
los judíos formaban una parte importante de su población a partir del tiem- castigo como ejemplo para amedrentar a otros prisitlncros>. Sin embargo,
po de Ptolemeo I (finales del siglo IV o comienzos del III a.C.r'). Sirnón no scgún los evangelios sinópticos, Sirnón dc C'ircnc llcvti la cruz de Jesús. Al
era ni mucho menos el único judío cirenaico que vivía en Jerusalén en el parecer fue necesario un porteador debido a la flagclación y otros maltratos
siglo I (cf. Hch 2, l0; ll,19-20); los cireneos, de hecho, eran lo bastante infligidos a Jesús (cf. 14,65; 15, 15.19). Jn 19, 17, sin embargo, afirma
numerosos como para tener su propia sinagoga (cf. Hch 6, 9). cnérgicamente que Jesús llevó su propia cruz, una imagen que encaja con
otra opinión exegética curiosa sobre Simón es la del gnóstico Basírides, la tendencia general de Juan a evitar cualquier implicación de debilidad en
quien afirmaba que fue crucificado en lugar de Jesús. Este punto de vista se la representación de la pasión de Jesús27. Los comentaristas de la era pre-
apoya teológicamente en la dificultad gnóstica de que Jesús hubiera sufrido crítica, como Jerónimo2s, armonizan el relato joánico con el sinóptico afir-
tal muerte22, pero gramaticalmente pudo haber explotado una ambigüedad rnando que Jesús comenzó llevando su propia cnJz,y que después, cuando
del relato marcano; ya que el nombre propio <Jesús> no aparece entre 15, racilaba, se forzó a Simón a ejecutar este servicio. Esta armonización, que
l5 y 15, 34,y ya que Simón es el sujeto de 15,21, podría ser también él el todavía se conserva en las estaciones del vía crucis y en numerosas pelí-
sujeto de la crucifixión descrita en 15,22-2J23. culas de Hollywood, es ingeniosa pero poco convincente; Juan no parece
que venía del campo lerchomenon ap'agroul. Ap'agrou puede signifi- saber nada de Simón de Cirene, sino que da la impresión de que Jesús llevó
car <de la comarca> o <del campo>>2a, y tanto una como otra interpretación su cruz durante todo el camino, mientras que los Sinópticos no ofrecen
plantean un problema para la fecha sinóptica de la crucifixión de Jesús inc'licación alguna de que Jesús llevara su cruz, sino que dan la impresión
durante el primer día de la Pascua. Si la expresión significa <del campo>, tlc que sólo Simón lo hizo.
entonces Simón habría quebrantado el mandamiento de no trabajar los días 22. lo llevaron fttherousin auton). Pherein puede utilizarse para condu-
festivos (cf. Ex 12, l6). Si significa <de la comarca>, Simón podría haber cir a una persona de un lugar a otro, y esto es lo que el verbo significa por lo
transgredido la norma sobre los viajes de no pasar de los dos mil codos (= scneral en Marcos (cf . 1,321-2,3;7,32:-8,22;9,17.19-20)'ze. Su significado
aproximadamente un kilómetro) en sábado y las festividades como la pas- litcral, sin embargo, es (transportaD) o <(cargar>. Teniendo en cuenta el con-
cua (sobre los viajes en sábado, cf. Hch 1, 12 y m. 'Erub.4, 3). Así pues, el lcxto, este significado literal no puede ser excluido: no sólo había quedado
viaje de Simón desde el campo o la comarca es otro testimonio que prueba lcsúrs demasiado débil por la tortura para llevar su cruz ( I 5, I 5-l 9, 2 I ), sino
que Jesús no fue crucificado en realidad en la Pascua, sino en la víspera (cf. t¡uc también estaba demasiado débil para andar30.
nota a <<No durante la fiesto en 14,2)2s. ul lugar llamado <Gólgota>, que se traduce por <Lugar de la Calave-
el padre de Alejandro y Rufb lton patera Alexandrou kai Rouphoul. ttt> llon Golgothan topon, ho estin metherméneuomenon Kraniou Toposf.
Sobre Alejandro y Rufo como miembros de la comunidad marcana, cf. In- l.it.: <el 'Gólgota'lugar, que es traducido el'Lugar del Cráneo'>ir. Las
troducción en el vol. 1,44-45; sobre la identidad de Rufo, cf . Introducción. tkrs sugerencias más comunes sobre el emplazamiento del Gólgota son la
50. En 1962 N. Avigad publicó las inscripciones de un osario delsiglo I en iglcsia del Santo Sepulcro y la tumba del Huerto; la primera es la que más
el Valle del Cedrón en donde hay una en la que se lee, por un lado <Alejan- rr¡royo recibe de los estudiosos, en parte debido a la antigüedad de la tra-
dro, hijo de Simóu en griego y, en la tapa, 'lkíndrws qrnyt en hebreo, quc tlición que la favorece; ya a principios del siglo IV, cuando los arquitectos
puede significar <Alejandro el cireneo>. Es posible que ésta sea el osario tlc Constantino quisieron construir una iglesia sobre el lugar de la cruci-
de Alejandro, el hijo de Simón el Cireneo26. f ixi(ln y sepultura de Jesús, este emplazamiento estaba ya bien determinado
a que llevara su cruz fhina ar( ton stauron autou]. El sistema ordinario lx)r una tradición local que puede retrotraerse hasta la iglesia primitiva. La
era que el preso llevara su propia cruz, generalmente el madero transversal. trrnba del Huerto, por el contrario, contiene dos cámaras sepulcrales dis-
al lugar de ejecución, pues la humillación pública del trayecto formab¿r ¡rtrcstas a la manera típica de los enterramientos de los siglos IX al VII a.C.,
parte del castigo (cf. el apéndice <Crucifixión>). Cf. por ejemplo
euereu.: ¡ror lo que es muy improbable que sea <la tur.nba nucva)) mencionada en Jn
y Calirroe, de Caritón, 4,2,7: <Salieron encadenados los dos juntos por. 19,41. En el período bizantino, además, los bancos de esta tumba fueron
tlestruidos para hacer sarcófagos de piedra, lo c¡uc <indica claramente que
20. Hilario de Poitiers, Comentario a Mctteo,33,4.
2l . W. Gasque , Cyrene. 27. Cf. R. E. Brown, Death oJ the Mes.riult 2. () I6-() I7.
22. Cf. lreneo, Contra las herejíos 1,24,4. 2[i. Jerónimo, Comenlario a Mulet¡,27,32.
23. Cf. R. M. Grant, Earliest Lives ofJesus,l0. 2e. cf. BDAG l05l [2bb].
24. Cf. BDAG l5-16. -10. Cf. M. E. Boring, Truly Humatt,53.
25. Cf. G. Theissen, The Gospels in Context, 167. ll. Sobre la localización de esta coli¡rl. cl. V. ( . ( orl\t, (it¡lsollta; R. E. Brown,
26. Cf. P. van der Horst, Ancient Jewish Epifaphs, 140-141. l),',tllt of the Messiah2,937-940; J. Mulplty-(X'rrrnr¡. //r¡lt ltttttl,45-48.
I 202 Sexta sección principal (Mc 14, 1-15, 47) Mc 15, ló--12: Nottt.t I 203

los cristianos de los siglos IV al vl no creían que esta tumba fuera el lugar 24. y dividieron sus ropas, echandt¡ .sttt't'lt'.s st¡lu'c cllos fdiamerizonlai
de la sepultura de Cristo>ir. to himatia autou ballontes klCron ep'uutul. Hsta f'rase condensa otra del
Larazón del nombre <Gólgotu, que significa (cráneo> o (calavera)) en SaI22, l8 [2 l, l9 LXX]: diemerisanto tu hintotitt ntou heaulois kai epi ton
arameo, es un misterio. (El vocablo latino para <cráneo>> es calvaria, del Itimatismon mou ebalon kléron (<Dividieron mi ropa entre ellos, y sobre
cual se deriva nuestro <calvario>, término común para el lugar). Jerónimo33 mis vestiduras echaron suertes>). Quedarse con la ropa de los presos era,
rechaza la creencia de muchos de sus contemporáneos que derivan este por lo visto, una prerrogativa de los verdugos en el siglo I, hasta que en el
nombre de la creencia de la inhumación allí del cráneo de Adán; aunque el siglo II Adriano la suprimióar. Brownl examina si el reparto de la ropa de
instinto exegético de Jerónimo era certero, la tipología de Adán/cristo im- .lesús entre los verdugos significa que fue crucificado desnudo, o si le ha-
buida en esta creencia es interesante'tr. Jerónimo da su apoyo a otra teoría, brían permitido conservar un calzón o lienzo, como lo retrata generalmente
que algunos estudiosos modemos han aceptado, que el nombre proviene de
cl arte cristiano (cf. Hechos de Pilato 10, l). Artemidoro{ declara categó-
Ia fama del sitio como lugar de ejecución en el que podían verse ros huesos ricamente que los reos era crucificados desnudos. Es posible, sin embargo,
insepultos de los muertos, cráneos incluidos. Sin embargo, como los hue- c¡ue aquí, como en la procesión hasta la cruz, los romanos hicieran una
sos eran ritualmente impuros, parece improbable que hubieran sido dejados
cirncesión al horrorjudío por la desnudez (cf. nota a <le pusieron su propia
sin sepultura, o bien que su presencia fuera recordada con un topónimo en ropa)) en 15,20). Un hombre a quien le hubieran despojado de su himalion
arameois. Otra teoría importante entre los eruditos es que la colina, que es podía conservar algún tipo de cobertura; el ciego Bartirneo, que deja su
un otero que sobresale de la superficie circundante, se parece a un cráneo, Itimation a un lado para acercarse a Jesús ( I 0, 50), no se quedó desnudo por
aspecto que pudo haberse acentuado por las sombrías entradas a las tumbas cllo. De todos modos, en 15,24 Marcos no utiliza el vocablo himation en
en uno de sus ladosr6. Es posible que ambas teorías contengan un elemento sirrgular, que denota en particular la ropa exterioq sino himatia en plural,
de verdad; el Gólgota era un lugar de muerte, para el cual un cráneo era que significa la ropa en generalaa, y como apunta Brown, el paralelo joánico
un buen simbolo, y la identificación con el cráneo se vio reforzada por la (.ln 19, 23-24) (es tan concreto sobre las prendas de vestir fque quitaron a
forma redondeada y dentada del altozano. .lcsús] que se tiene la impresión de que no le dejaron nada>.
23. vino con mirra lesmyrnismenon oinonl. Se daba este tipo de bebi- 25. era la hora tercia, y lo crucificaron lén de hóra trite ka¡ estqurósun
da a los condenados como un acto de piedad, para hacerlos insensibles al tttttonl. La <hora tercia> son las nueve de la mañana, ya que el día romano
dolor de la ejecuciónr1 (cf. comentario a 15,20b-2j). Brownrs señala que correnzaba a las seis de la mañana (cf. nota a <Y el primer día de los Áci-
en los textos que aluden a estas circunstancias, los que proporcionaban el nros)) en 14, l2), una hora más bien temprana para una ejecución45. El Cuar-
vino anestésico eran por lo general la familia, amigos o gente piadosa que to evangelio es más plausible en este caso, puesto que Jesús es entregado a
ayudaba al condenado, rnientras que en nuestro pasaje son los soldados la cruz <sobre la hora sexta)), es deciq alrededor del mediodía (Jn 19, l4).
romanos los que lo proporcionan. Por esta razón, Lamarche3e piensa que lJl esquema marcano de las horas tercia, sexta y nona (cf. 15, 33-34) reffeja
este cuadro es poco realista y opina que refleja el deseo del evangelista de probablemente la concepción teológica de que la progresión exacta de los
exculpar a los romanos. ciertamente, el objetivo habitual de los verdugos acontecimientos es un testimonio del designio de la providencia divina de
en las crucifixiones era aumentar envez de aliviar el sufrimiento del con- que se lleve a cabo la muerte de Jesús (cf. nota a <si al atardecer, a media
denadoa0, y ésta puede ser parte de la razón por la que Mateo cambia la
noche, al cantar el gallo o de mañana> en 13, 35).
misericordiosa bebida marcana de vino con mirra a un brebaje de castigo, 27. bandidos ll(stasl. Algunas versiones traducen esta palabra por <la-
vino mezclado con hiel (27,34). Pero si hay algo de histórico en la imagen rlrones>, pero un lgstes es por lo general algo más que un ladrón, y como se-
evangélica de la compasión de Pilato por Jesús (cf. nota a <pilato> en 15, ñala Lanea6, ni el robo ni el hurto con violencia eran un crimen capital en el
I ), el gobemador pudo haber ordenado que se tuviera una consideración
derecho romano. En el contexto presente es probablemente una palabra en
especial con Jesús.
clave para designar a un revolucionario, como en otros lugares de Marcos
(cf. nota a <la guarida de bandidos>) en I l, I 7); cf. la referencia a insurrectos
32. J. Murphy-O'Connor, Holv Land, l4l . e insurrección en 15, 7 y la nola allí a <insurrectos... insurrección>>. Si es
33. Jerónimo, Contentario a A,Íateo,27,33.
así, casi seguramente eran judíos (cf . comenlario a 15,42-45).
34. Cf. J. Marcus, Son of Man.
35. Cf. K. W. Clark, Golgotha.
36. Cf. R. E. Brown, Death of rhe Messioh2,937. 41. Justiniano, Digesto,48,20,6. Cf. R. Fl. Brown,Deafh of'the Mes.sioh2,955.
37. Ct., por ejerrplo, el socorro proporcionado por mujeres nobles de Jerusalén, en 42. R. E. Brown, Death of the Messiolt l. 952-953.
b. sunlt. 43aay por los amigos de un cristiano condenado. en Tertuliano, so brc el a.vuno, 12,3.
43. Artemidoro. Oneirocri¡it a 2. 53.
38. R. E. Brown, Deoth of the Mes.siah 1.941-42. 44. Cf. BDAC 475.
39. P. Lamarch e, Évangiie de Marc'.386. 45. Cl. R. E. Brown, Death o/ rhe llla.:.siult ).960.
40. Cf. H. Fulda, Da,s Krcuz und die Krcuzigung, 158. 46. W L. Lane,The Gospel ol Murk.56t\.
I 204 Sexta sección principal (Mc 14, t,15,47) Mc 15, I6-32. ('ont(ttt(t ¡() I 205

Después de 15,27 muchos manuscritos añaden otro versículo, 15, 2g: ( lomentario
kai epléróthé hé grphe- ha legousa kai meta anomón elogisthe (<y se cum_
plió la Escritura que dice: 'y fue contado entre los inicuos'>). Esta frase es Introducción. Al fracasar los esfuerzos de Pilato por salvar a Jesús, éste
un eco de Is 53, l2 (cf. LXX; kai en tois anomois elogisthé,<y fue contado cs ahora entregado en manos de los verdugos, que se burlan de él (de 15,
entre los inicuos>), pero no se encuentra en los manuscritos más antiguos l6-20a) y lo ponen en una cruz (15,20b-21), donde de nuevo se hacen
y mejores del texto occidental y alejandrino de Marcos; probablemente es lrromas a su costa (15,29-32).
una asimilación a Lc 22,37, con el que concuerdan exactamente las cuatro El intento de descubrir la historia de la edición de nuestro pasaje co-
últimas palabras griegas. rrricnza con la observación de que contiene un buen número de dobletes
29. El que destruye el Tentplo y lo construye en tres días
lho kafalyón (cl. Tabla 49). Las burlas al concluir el proceso romano, por ejemplo (15,
Íon naon kai oikodomón en trisin hémeraisl. Las burlas contra Jesús como l6-20a), son similares a las de la conclusión deljuicio judío (14, 65), y
destructor y nuevo constructor del Templo van unidas a las burlas como ticne también en común el título <el rey de los judíos / de Israel> con los
<rey de los judíos> (15, 26.32). Sobre las expectativas de que el mesías irrsultos después de la crucifixión (15, 32); además, las burlas en 15,29-30
(¿destruyera?) y reconstruyera el Templo, cf . comentario a 14,55-61a.
y 15,3l-32 son similares a las de los dos procesos en tema y vocabulario.
30. bajando de la cruz lkatabas qpo tou sfaurou]. Otro tipo de litera- Mcrrcionar la crucifixión en 15,25, <Y era la hora tercia, y lo crucificaron>,
tura antigua conoce el rnotivo de alguien que baja de la cruz. En la novela
l)irece repetitivo después de 15, 24 (<y lo crucificaron>), y la bebida en
de Caritón, Quereas y Callirroe, por ejemplo, se dice a euereas, como a
nrrcstro pasaje (15,23) va pareja con la bebida de la siguiente perícopa
Jesús, que baje (katabéthi) de la cn)z, y realmente <bajó de la cruz>> (kate- (15. 36), que contiene un doble grito (15, 34.37). Bultmannr*, Taylole y
baine tou sraurou) cuando fue rescatado por la oportuna intervención del
otros piensan que la mayor parte de estas repeticiones son resultado de un
hombre que lo había condenado a muerte (4,3, 6). Josefo (Wda,420-421)
crrtrclazado de fuentes diversas de la Pasión (cf. el apéndice <Problemas
describe cómo intercedió en favor de tres amigos crucificados ante el ge-
lrist<lricos en el proceso marcano ante el Sanedrín>), pero algunos de ellos
neral romano Tito, que inmediatamente dio órdenes de que fueran bajados
y recibieran tratamiento. Pero la analogía con nuestro pasaje es inexacta, ¡rtrcclen deberse a la redacción marcana o incluso a la memoria histórica
(,,cs tan inverosímil que se hubieran burlado de Jesús como rey tanto en la
porque Quereas y los amigos de Josefo descienden de la cruz por la ayuda
errrrclusión del juicio como en la cruz?). Respecto al trabajo marcano de
de otros, mientras que si Jesús ha de descender de la cruz, debe hacerlo sin
ctlición, el repetitivo <era la hora tercia, y lo crucificaron)) en 15,25 y el
asistencia alguna o con ayuda sobrenatural (15,36b).
cs(plcma de las horas tercia, sexta y nona pueden ser invenciones marcanas
32. Y los crucificados con él lo injuriaban [kai hoi synestauromenoi syn
rliscñadas para subrayar la solemnidad y la resolución divina que subyace
autQ oneidizon auton]. Mt27,44 sigue aquí la historia marcana, pero en Lc
rr la crucifixión de Jesús (cf. comentario a15,2lb-27 infro)o'. En 15,31
23,39-43 sólo uno de los bandoleros injuria a Jesús. El otro recrimina a este
e I torpe sintagma <<junto con los escribas> refleja r-rn motivo típicamente
y pide a Jesús que se acuerde de él cuando entre en su reino. Jesús a su vez
nrrrcano, y en 15,32 <<para que veamos y creamos)) es probablemente un
le promete: <Hoy estarás conmigo en el paraíso>>, una fina expresión de los
eco frarcano deliberado de 4, 12.
temas lucanos del arrepentimiento humano y de la compasión del Señor.
Nuestro pasaje se suele dividir en dos o tres perícopas diferentes (15,
Jerónimo, sin embargo, resuelve el conflicto entre las imágenes de Marcos/
l6-20a y 15,20b-32, o 15,16-20a:15,20b-21 y 15,29-32), probablemente
Mateo y Lucas armonizándolas de un modo que ejerció gran influjo. Sugiere
que al principio ambos bandoleros injuriaban a Jesús, pero más tarde, des- l)()r un deseo de dar a la escena de la crucifixión la independencia que se
pués de los signos cósmicos (cf. Mc 15,33 l/ MfZj, 45 27, 5l-53 l/ Lc 23, ¡ricnsa que merece teológicamente. Para Marcos, sin embargo, el punto
44-45), uno de ellos se arrepintió y se volvió hacia él lleno de fea7. para una ¡rr incipal del pasaje son las burlas a Jesús, que preceden y siguen a la cruci-

armonización simila¡ cf . nota a (a que llevara su cruz)) en I 5, 2l .


liritin en sí, y en donde -en ambas partes- la gente desprecia las pretensio-
rrcs reales que tiene Jesús. En los dos casos estas burlas ridiculizan la idea
Las injurias a Jesús formuladas por los condenados con él puede ser un
rlc t¡ue Jesús es el rey de los judíos o de Israel, título que se destaca también
recuerdo histórico, aunque sirve también a los objetivos marcanos de des-
err cl segmento de la crucifixión (15,26). Mc 15, 16-32,por tanto, debe
tacar su aislamiento y distinguirlo del tipo de bandolero revolucionario con
t orrsiderarse como un pasaje único en tres partes, que trata de las burlas
el que los romanos 1o habían confundido al parecer. También puede ser una
strlrre la realeza de Jesús.
proyección hacia la situación de los cristianos de la comunidad marcana,
rechazados por los revolucionarios judíos como Jesús, que sufrió en manos
romanas igual que ellos.
.llJ. R. Bultmann, Hisloria de la tt'culi<'ititt sirrti¡ttica,333.
-lt). V. Taylor, The Gospel According to Sttittt ltfttrk. (r¿19-(r5l.
47. Jerónimo, Comentario a Mateo,27,44. 50. R. Bultmann, Hisloria de la lrolit ititt tittit¡rtit tt..l33-334.
I 206 Sexta sección principal (Mc 14. 1-15, 47) Mc 15, 16-32: Cr¡n¡cttlttt'io I 207

15, 16-20a. Los soldados se burlan de Jesús. La primera etapa de estas cr¿rn aveces coronados, vestidos de púrpLrra y aclarrados por sus soldados;
burlas ocurre cuando Jesús está en manos de los soldados romanos en el nuestro pasaje, pues, representa una especie de <antitriunfb>. Ciertamente,
pretorio, el palacio del gobernador (cf. nota a (dentro del patio, es decir cstas procesiones triunfales no llevaban consigo el elemento central de Mc
del pretorio> en 15, 16). Comienza cuando llevan a Jesús al patio de este 15, 16-20a, la manifestación y el reconocimiento de la realeza; los ritos
edificio (15, 16a), donde el grupo de soldados, a quienes ha sido confiado, irntiguos de acceso alarealezaproporcionan el trasfondo más próximo a la
convoca desinteresadamente a <la cohorte entero), para darle la posibilidad |r;presentación marcana de las burlas de Jesús. Los emperadores romanos,
de participar en la diversión de atormentar al preso ( 15, 16b; sobre el signifi- (lue no eran reyes, veían por lo general con malos ojos que otros reclama-
cado de <la cohorte>, cf. nota a <la cohorte entera) en 15, l6). La moviliza- ran el estatus real (cf. Jn 19, 15; Hch 17, 7), pero todavía existían reyes-
ción de toda una cohorte por este motivo resulta inverosímil; probablemente clientes en el Imperio, e incluso de tiempo en tiempo los había habido en
la frase es una generalización de la culpabilidad, como <el Sanedrín entero) l'alestina: Herodes el Grande y Agripa I y II fueron reyes, y los romanos
en Mc 14, 55; 15, lsr. Así pues, las autoridades judías y los soldados roma- prometieron a Arquelao la realeza si cumplía ciertas condiciones (cf. co-
nos coinciden en burlarse de Jesús y en entregarlo a la muerte. ntentario a 15, l-5). Además de que existiera ocasionalmente la realeza, su
rccuerdo era también un factor poderoso, tanto entre los judíos55 como en
Tabla 49. Doelpres EN LAS EscENAs MARCANAS
clárnbito no judío.
DE LA cRUClFrxróN v Ln MUERTE oe Jssús
El ejemplo paradigmático en este entorno eraAlejandro Magno, que ha-
trataban de darre vino con mi- bía asumido la parafernalia de un monarca oriental, incluidas la entroniza-
l*..1'' " ,1i;'.,.xüJlxi:#lH,?l""J"'#ril: ci(rn, la investidura con un traje purpúreo más la diadema y la genuflexión
caña y trató de dárselo para que bebiera...
tlc los asistentes56. El recuerdo de tales acontecimientos fue transmitido a
15,24: Y lo crucificaron. 15,25: Era la hora tercia, y lo crucificaron. nivel popular en parte por el teatro; Plutarco, por ejemplo, habla de actores
15,29-30: Y los transeúntes blasfemaban 15, 3l-32: Del mismo modo los sumos tlc teatro que imitaban la majestad y pompa de Alejandro, con su vestimen-
contra é1, sacudiendo sus cabezas y dicien- sacerdotes, bromeando entre ellosjunto con
ta purpúrea y su amplio tocado con la doble mitrasl , y Filóns8 describe las
do: <¡Ajá! El que destruye el Templo y lo los escribas, decían: <Salvó a otros; pero él
construye en tres días, sálvese a sí mismo mismo no puede salvarse. ¿El cristo, el rey
htrrlas reales hechas al loco Carabas (cf. infra), que se asemejaban a una
bajando de la cruz>. de Israel? Baje ahora de la cruz, para que lirrsa teatral. Además, aunque el emperador romano no era técnicamente un
veamos y creamos). rcy, el pueblo podía designarlo así (cf. de nuevo Jn 19, 15; Hch 17, l),y a
I 5, 34: Y en la hora nona gritó Jesús con I 5, 37: Pero Jesús, dando una gran voz.. .
vcces se le representaba de modo muy parecido alarealeza, especialmente
gfan voz... lircra de Roma5e. Por ejemplo, la famosa Gerna Augústea, un camafeo en
15, 35.36b: [Respuesta al grito:] Y algunos 15, 36a: [Respuesta al grito:] <Dejadme> ba.iorrelieve tallado en una piedra de ónice durante el reinado de Augusto, o
(tines) de los presentes, al oírlo, dijeron: * oferta de vinagre; cf. supra. ¡roco después, retrata al emperador entronizado como Júpiter, el rey de los
llama a Elías... Veamos si viene tlioses, coronado por una personificación del mundo habitado, con un cetro
"Mirad,
Elias a bajarlo>.
cn su mano izquierda y rodeado de imágenes de prosperidad, victoria y el
subyugamiento de los enemigos60. La imagen de la coronación real estaba
Sin embargo, hay un nivel más profundo en esta acción de convocar a la rrúrn muy viva en el Imperio romano en tiempos de Jesús.
cohorte, como lo hay también en las actividades de los soldados por todas Nuestro pasaje, sin embargo, es una burla en vez de una verdadera co-
partes en el pasaje; aunque ciertamente no pensaban que Jesús era un rey, su rrnación. Tales burlas podrían ser una actividad de tipo ritual6r. Pero más
burla apunta inconscientemente hacia esta propiedad de Jesús. Como seña- l rnenudo esas parodias surgían a causa de acontecimientos políticos lo-
lan Davies-Allisons2, el hecho de que sean soldados los que vistan, coronen ellcs. Una muchedumbre de griegos de Alejandría, por ejemplo, irritada
y aclamen a Jesús tiene un significado en sí mismo, puesto que, como indica I, que era
¡ror el ostentoso comportamiento en la ciudad del rey Agripa
Cirilo de Jerusalén: <Todo rey es proclamado por los soldados>53.
Por tanto, el que los burladores sean militares es importante; pero los
55. Cf. W. Horbury, Jewish Messianism and the Cult of Christ.
detalles de las burlas lo son aún más. Schmidt5a ha argumentado que estos 56. Cf. Quinto Curcio, Historia de Alejandro Mogno 6,6, 2-4; Pseudo Calístenes,
detalles reflejan los triunfos romanos, en los que los generales victoriosos ;ltrela de Alejandro Magno,95.
57. Plutarco Vida de Demetrio,4l,3-4.
58. Filón, Contra Flaco,38.
51. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 1,864. 59. Cf. P. Zanker,The Power ofImages,230-238.
52. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,598. 60. Cf. H. Káhler, Alberti Rubeni Disserfutio.
53. CirilodeJerusalén, Homilíascateguéticds, l3, 17.Cf. porejemplo, HistoriaAu- (rl. Cf.,porejemplo, ladescripcióndelasfiestassaceasenDiónCrisóstomo,Discur-
gtrsto, Jtrliano,2, 6-7;Tácito, Historias 2,79-81¡' Josefo, Guerra l, 670 l/ Ant. 17 , 195. :,r:.1,67-70, y de las saturnales en Séneca, A¡toutlor'.rnfosis. 8,2 y en el anónimo Martirio
54. T.F.. Schmidt. Mark 15, l6-32. ,lL, l)asio. l.
Mc 15, 16-32. ('t¡tttt'tttttt it¡ 209
I 208 Sexta sección principol (Mc 14, I 15,47) I

medio judío, se burló de él con la entronización paródica del loco Carabas, lS,20b-27. La crucifixión. Sin embargo, hay un problema que los sol-
a quien colocaron en un lugar elevado, (para que pudiera ser visto por tlados deben superar para cumplir su tarea: al parccer, Jesírs había quedado
todos> coronado con un trozo de papiro a modo de diadema, cubierto con tirn debilitado por su maltrato que era incapaz de llevar su cruz -o más
una manta a modo de traje real y un cetro también de papiro (cf. Mt 27,29), bien el madero transversal- hasta el lugar de la ejecución, situado a corta
rodeado por falsos guardaespaldas, unos jóvenes con palos, y aclamado tlistancia, como requiere la liturgia del castigo (cf. nota a (a que llevara su
corno <Señor>>62. Las burlas a Jesús, tan similares a las de Carabas, también cruz> en 15,21). Los soldados, por tanto, obligan a llevarla a un forastero
pudieron haber sido una respuesta a un acontecimiento local, una insurrec- t¡ue pasaba por allí, un judío llamado Simón, de la ciudad norteafricana
ción (cf. nola a <insurrectos... la insurrección> en 15,7), con la que los tlc Cirene (cerca del pueblo de Shahat en la Libia de nuestros días) ( 15,
2 | ). Marcos lo entiende probablemente como un acto paradigrnático: el
soldados vincularon probablemente al supuesto rey de los judíos (cf. 14,
48). ¿,Qué mejor modo de obtener yenganza de la violencia revoluciona- tliscípulo cristiano debe tomar su cruz y seguir a su Señor en el camino de
ria pasada y disuadir futuras acciones de la misma clase que torturando y lrr crucifixión (cf. 8, 34; 10, 521, Lc 23,26 hace que esta relación sea más
burlándose de su supuesto cabecilla, manifestando así la inanidad de sus cxplícita añadiendo <detrás de Jesús>). Para los lectores marcanos, esta
pretensiones a la realeza? irrterpretación de Simón como un discípulo honorario podría haberse visto
En el caso de Jesús, como en el de Carabas, la parodia comienza con lirvorecida probablemente por la circunstancia de que sus hijos, Alejandro
un traje y una coronación burlescos, seguidos de una aclamación real (15, y Rufo, se convirtieron más tarde en miembros de la comunidad marcana
(cl'. introducción en el vol. l, 44-45).
l7-18); en ambos casos, por tanto, la víctima recibe la librea de rey antes
de la aclamación como tal. A Jesús lo visten con un ropaje purpúreo, un Así pues, Jesús está perdiendo terreno ante el poder de la muerte que
'rvanza, en verdad, no sólo no puede llevar su cruz, sino que probablemente
color que estaba especialmente relacionado con la realeza (cf. nota a <do
vistieron de púrpuru en 15, l7), como lo estaban también las coronas; cs también incapaz de llevarse a sí mismo al lugar de la ejecución, y debe
Davies-Allison('r sugieren que, a los lectores del siglo I, la corona de es- scr llevado, o arrastrado, por los soldados (cf. nota a <Y lo llevaron> en
pinas de Jesús les podría recordar las coronas o diademas reales, de las 15.22). El sitio al que lo llevan tiene el nombre de <Lugar de la Calavera>
que emanaban rayos luminosos, que portaban los monarcas en la monedas ¡ror su forma o por los huesos de los criminales allí ejecutados (cf. nota a
<<al lugar llamado Gólgota>, en 15,22); en cualquiera de los dos casos la
ptolemaicas, seléucidas y romanas. E,l único elemento aquí que parece no
encajar son fos golpes en la cabeza a Jesús con una cafla (kalamQ), puesto vinculación judía entre huesos e impureza le habría prestado una atrnósfera
rle ausencia de pureza ritual; el cráneo, además, estaba especialmente rela-
que esta palabra significa por lo general <caña> y no bastón, que recorda-
cionado con la impureza (cf . t. 'Ohal. 4,2) y con la fatal retribución divina
ría un cetro (cf. nota a ((con una caña> en 15, l9). Puede ser que kalamQ
haya sido insertado aquí como alusión als 42, l-4, un pasaje que habla lrrrr los pecados pasados (cf . m. 'Abot 2,7).
En medio de esta escena de muerte e impureza, Jesús realiza un acto de
<de una caña quebrado) y que presenta varias conexiones temáticas con
lcsistencia, rechazando beber el vino con mirra que le ofrecen los soldados
nuestra sección del evangelio: el siervo del Señor, identificado con Israel
( l-5, 23). Se daba a los condenados este tipo de bebida para reducir el dolor
(cf. el título r<rey de los judíos / de Israel>), no deja oír su voz (14,61
rlc esos momentos; b. Sanh. 43a, por ejemplo, registra que <cuando alguien
I 5, 5), pero trae el juicio a la tierra ( I 5, 38) y es creído por los gentiles ( I 5,
cs conducido hacia la ejecución, le dan una copa de vino que contiene un
39; ¿cf. 15, 5.9. l4?). Este nexo parece especialmente plausible porque un
glano de incienso, para adormecer su cabeza, pues está escrito: 'Ofrece una
pasaje posterior de Isaías sobre el siervo del Señor, Is 50, 6 LXX, presenta
lrcbida fuerte al que fallece, y vino a los que están en amarga angustia' [Prov
también notables paralelos con el contexto marcano: <Ofrecí mi espalda a
I l, 6]D. El rechazo de Jesús a este tipo de alivio puede tener varias dimen-
los latigazos (cf. Mc 15, l5), y mis mejillas a las bofetadas (cf. Mc 14,65);
siones. A nivel práctico, el vino con drogas actuaba induciendo una em-
y no volví mi cara ante la vergüenza de los escupitajos> (cf. Mc 14, 65; 15.
briaguez extrema; Tertuliano6a, por ejemplo, cuenta la historia de un rnártir
l9). Por tanto, como en otros lugares de Marcos, la imagen del poderoso
cristiano que había sido tan <medicado> por sus amigos que en medio de ll
mesías real se funde extrañamente con el atormentado <hombre de dolo- i

r¡n fuerte hipo sólo podía eructar cuando le preguntaba el funcionario que
res> de lsaías (cf. 8,27-33).
Io examinaba, al que proclamó <Señor>. Jesús pudo haberse abstenido en
Cuando los soldados han concluido su diversión con Jesús, la quitan la
vestirnenta purpúrea con la que burlonamente lo habían ataviado y le de- l)lrte porque creyó que tal comportamiento poco digno perjudicaría la causa
vuelven su propia ropa (15, 20a; cf. nota a <<y le pusieron su propia ropa> ¡lrr la que sacrificaba su vida. Otra dimensión del rechazo puede ser soterio-
Irigica: el Jesús marcano da su vida ((corno rescate por muchos> (10, a5), y
en I 5, 20). La escena está ahora preparada parala crucifixión.
ctralquier intento de disminuir el dolor de su rnuerte podía ser sospechoso de

62. Cf. Filón. Contra Flaco.36-39.


63. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 3,602-603. 64. Tertuliano, Sobre el ayuno,12.3.
t210 Sexta sección principal (Mc 14, I-15, 47) Mc 15, I6-32: ('ontcnlurit¡ t21t

traición para su misión de padecer (un sufrimiento de muerte, de modo que srlciedades preindustriales, y en el mundo grecorrornano se trataba a menu-
por la gracia de Dios pudiera probar la muerte por todos> (Heb 2,9)ó5. Otra tlo de la pertenencia más valiosa que una persona poseía68. Marcos desta-
posible dimensión es la escatológica: en la Última Cena, Jesús hizo el voto, ca el oportunismo de los soldados romanos y la insensible indiferencia al
similar al de un nazireo, de que no bebería más <del fruto de la vid> hasta tlcstino de su víctima añadiendo las palabras (para ver quién conseguiría
que lo bebiera de nuevo en el reinado de Dios (cf. comentario a 14,25)66. qué> (trs ti arg), un eco del Sal 22, 18 (cf. nota a <dividieron sus ropas,
El rechazo puede tener también una dimensión mesiánica. Como acabamos cchando suertes sobre ellas> en 15,24). Este despojamiento añadido a la
de ver, Prov 31, 6 va unido en el Talmud con la práctica de la bebida como tlcshumanización del proceso de la ejecución, especialmente para los ju-
anestesia, y Num. Rab. 10, 4 afirma incluso que los Sabios dedujeron tal tlíos, que tenían horror a la desnudez (cf. notas a <y le pusieron su propia
práctica de ese versículo. Puede ser relevante, por tanto, que el pasaje inme- r()pa)) en 15,20 y <dividieron sus ropas, echando suertes sobre ellas> en
diatamente precedente en Proverbios advierta de que ((no es propio de reyes 15.24). No es sorprendente, por tanto, que en elSal22,18, el pasaje ve-
beber vino, o de gobemantes desear la bebida fuerte> (Prov 31, 4), un texto tolotestamentario citado por Mc 15,24b, tras la referencia a la división y
que Jesús o sus seguidores pueden haber interpretado mesiánicamente. sorteo de la ropa siga inmediatamente la mención de cómo los enemigos
Quizás, pues, una confluencia de motivos, desde el mundano al mesiáni- tlc la víctima se regodean a su costa; el salmo acentúa así el sentido de la
co, lleva al Jesús marcano a rechazar la bebida paliativa que le ofrecen. Tres víctima de estar desnudo y expuesto a la mirada hostil de los enemigos. Es
este rechazo, Jesús es crucificado sin más alharacas. Marcos describe este ú'sta sólo la primera de las varias alusiones al Salmo 22 en las escenas de
acontecimiento trascendental con una simplicidad extrema: <Y lo crucifica- la crucifixión y muerte en el evangelio (cf. Tabla 47), y al parecer Marcos
ron> (15,24a). Así pues, a diferencia de los modernos cuadros novelísticos cspera que sus lectores las reconozcan como un eco bíblico; a la vez que
y cinematográficos, Marcos y los otros evangelios evitan los detalles san- cl evangelista destaca la vergüenza de la experiencia de la crucifixión de
grientos de la crucifixión, relatando simplemente lo que ocurrió, dejando .lcsús, también da a entender que ha sido profetizado en las Escrituras y es
los detalles a la imaginación del lector (para una visión de conjunto de los parte del plan divino.
hechos básicos del procedimiento, que sería bien conocido por los lectores Esta idea se refuerza por la referencia al momento de la crucifixión como
marcanos, véase el apéndice <Crucifixión>). Aquí, si es en alguna parte, ll hora tercia, es decir, las nueve de la mañana ( 15, 25): la primera de las tres
el relato de Marcos está <cargado de trasfondo>>, aún más poderoso por su noticias temporales se produce en las escenas de la crucifixión y muerte;
desgarrador comedimiento6T. las otras dos son la alusión a la oscuridad cósmica que desciende a la hora
Sin embargo, a pesar de la carencia de detalles, la crucifixión está fuer- scxta ( 1 5, 33), y el grito de abandono de Jesús en la hora nona ( I 5, 34). Las
temente acentuada; de hecho, el verbo stauroun (<crucifican) y su com- tres son acontecimientos <negativos> que podrían dejar la impresión de que
puesto sysÍauroun (<crucificar con>) aparecen cinco veces en 15,20b-32 rrna catástrofe cósmica está en camino; pero la progresión ordenada de las
(15,20.24.25.27.32), y el sustantiyo stauros (<crua) aparece tres veces Iroras, tercia, sexta, nona, como la serie de sietes en el libro del Apocalipsis,
(15,21.30.32). El hincapié de Marcos en la muerte cruciforme de Jesús tla a entender que esta época oscura está, sin embargo, bajo el firme control
puede tener que ver parcialmente con el hecho de que este modo de eje- rlc un Dios omnipotente.
cución era entendido como una parodia burlesca de los ritos de la realeza, El mundo no se ha escapado de la divina superintendencia, porque para
incluso fuera del cristianismo (cf. el apéndice <Crucifixión>). Entronizado Marcos la muerte de Jesús es parte inseparable --en verdad el acto central-
en el asiento real de la cruz, el crucificado era el rey de los locos; pero para tls la manifestación de la realeza de Jesús y de Dios. La sección presente,
Marcos, la ironía suprema era que en el caso presente este hazmerreír de cn consecuencia, concluye con dos detalles que acentúan el tema real: la
<rey> estaba siendo instaurado en verdad como el monarca del universo. irrscripción en la cruz de Jesús (15,26) y la descripción de su crucifixión
Tras haber sido vestido, coronado y aclamado como rey en la sección ante- cntre dos bandidos (uno a su derecha y otro a su izquierdu (15, 27). Desde
rior, Jesús es entronizado ahora espléndidamente... en una cnz. cl punto de vista de los soldados, el contenido de la inscripción, <el rey de
los judíos>, es, naturalmente, una burla; la crucifixión de Jesús muestra que
Tras mencionar la crucifixión de Jesús, Marcos se apresura a describir
el reparto de sus vestiduras (15, 24b),unprocedimiento al que dedica cua- ciertamente no es ningún rey, por mucho que él afirme serlo. Para el lec-
tro veces más palabras que a la crucifixión en sí. Esta distribución tenía tor cristiano, sin embargo, se deduciría la conclusión contraria: la burlona
inscripción expresa inconscientemente la verdad. Es probable que la colo-
cierta importancia para los verdugos, ya que la ropa era (y es) cara en las
eación de Jesús entre dos bandoleros fuera también comprendida por los
lectores de Marcos como parte del boato real del acontecimiento, puesto
65. Cf. J. Gnilka, EI evangelio según san Marcos 2,371 , y R. E. Brown, Death of thc que los dos criminales crucificados con él a su derecha e izquierda podrían
Messiah 1,941-942.
66. P. Lamarche, Evangile ¿te Marc,386.
67. Cf. E. Auerbach. Mimesis.15. 68. Cf. J. J. Meggitt, Paul,60-62.
t212 Sexta sección princ'ipctl (Mc ll, I 15. 47) Mc 15, I6-32: ('()t,t(,ttut'¡() t2l3

verse como el séquito de un rey(,'). Esta sugerencia se apoya en la compa- El tema delarealeza, así como la ironía quc significa que Jesús sea pro-
ración con 10, 35-40, donde estar a la derecha e izquierda de Jesús implica clamado rey por sus enemigos, siguen hasta cl final del pasaje. La <blasfe-
la participación en su gloria real, y con Filón7', donde la burla a Carabas rnia> de los transeúntes es llamar a Jesús destructor y nuevo constructor del
como un rey incluía a <<jóvenes que llevaban palos sobre sus hombros co- 'femplo, y <del mismo modo> los sumos sacerdotes y escribas lo ridiculizan
rno larrceros, que estaban a uno y otro lado del desgraciado (hekateróthen como <el cristo, el rey de Israel> (15,29-32a)>. El sintagma <del mismo
heistékesan) a modo de guardaespaldas>. modo> en este pasaje tiene su sentido en el contexto marcano, porque en
verdad Jesús va a preparar la escena parala destrucción del templo de Je-
15, 29-32. Burlas a Jesús crucificado. Jesús está ahora clavado en la rusalén, y a inaugurar un santuario nuevo, espiritual, aunque por su muerte
cruz como el acontecimiento trascendental de la rnalhadada parodia de una y resurrección. Y así se mostrará que es el mesías, el rey de Israel (cf. los
coronación real. El movimiento frenético que ha caracterizado a Jesús en comentarios a 12, 10-121,14,55-67a, y 15, 38-39). En sus burlas ciegas, sin
la mayor parte del evangelio llega a su final. La inmovilidad de la vícti- ernbargo, los sumos sacerdotes y los escribas no son capaces de percibir el
r-t1a era uno de los aspectos más temidos de la muerte por crucifixión; se
drama salvífico que se desarrolla ante sus ojos y piden a Jesús que baje de
describe a menudo al reo como <fijo a lacruz>>7|, quien incluso no podía la cruz. A diferencia de los transeúntes plebeyos, estos cabecillas de la élite
evitar a los perros y las aves rapaces que, percibiendo su impotencia y la no se dirigen directamente a Jesús con sus burlas, sino que hablan entre sí;
cercanía de la muerte, llegaban para cebarse con su came72. Los transeúntes
como señala GnilkaTa, esta diferencia subraya su desprecio hacia é1.
se burlaban de la inmovilidad de Jesús (15, 29-30), al igual que los sumos
Los sumos sacerdotes y los escribas dicen que Jesús debería descender
sacerdotes (15, 3 l-32) y todos le desafiaban a bajar de la cruz. En su opi-
de la cruz (para que veamos (hina idómen) y creamos> (15,32a). Estas
nión, su parálisis demostraba la inanidad de su pretensiones a la reareza;
liases recuerdan irónicamente a 4, 12, donde a su vez se utilizaba el voca-
lejos de poseer la libertad ilimitada de un monarca, ha sido traspasado y se
bulario de Is 6,9-10 -un pasaje del Antiguo Testamento que tiene lugar en
halla desvalido. El prirner grupo de burlones, cuya libertad de movimiento
cl salón del trono de Dios-, que habla del propósito de Dios de cegar a los
acentúa el autor, proporciona el contraste: ellos son los que pasan por de-
lbrasteros (para que)) cuando miren, no vean (hina... me idósin). Por tanto,
lante y menean sus cabezas mientras lo hacen (15,29a).
incluso la burla ciega de Jesús como rey refleja la realeza de Dios y así,
Estas frases evocan elSal22,7-8121,7-8 LXXI, de modo que la sub-
irnplícitamente, la de Jesús. Ese <mirar> de los sacerdotes y escribas es una
sección presente comienza con otro eco del salmo al que se había aludido
fbma de miopía, una suerte de ceguera que no percibe ese modo inverso
ya en la referencia al reparto de la ropa de Jesús (15,24). Este eco, como
según el cual los designios Dios operan al revés, en un mundo donde una
aquel, ayuda a asegurar a los lectores bíblicamente instruidos que las in-
cruz puede convertirse realmente en un trono75. Y la demanda de los dirigen-
dignidades que Jesús sufre están dentro del plan divino. A diferencia de
tes que se realice un milagro para que ellos puedan ((creer)) da la vuelta a la
los burladores del salmo, que remiten a Dios para que salve a la víctima
dinámica marcana y del Nuevo Testamento, en la cual la fe en el reinado de
inocente, los de Marcos exhortan a Jesús a que se salve a sí mismo. Esta
Dios 1ue a veces se oculta bajo un aspecto contrario- precede el milagro
discrepancia, sin embargo, tiene su importancia teológica: los burrones no
c¡ue lo trae a la luz (cf . 2, 5; 5, 34.36 9, 23-24; 1 0, 52; I l, 22-24)76.
comprenden que Jesús y Dios están tan imbricados que el poder salvífico
A pesar de su ceguera, los sumos sacerdotes y los escribas reconocen
de Jesús es el poder de Dios (cf. contentario a 5, I 8-20) y que la realeza de
realmente un aspecto de la función redentora de Jesús, al admitir que ha
Jesús, lejos de ser una broma, participa de la de Dios. Marcos acusa a es-
<salvado> (es decir, ha curado) a otros (15,31b). Antes, en el evangelio,
tos burladores de <blasfemar)), y aunque en la superficie este término vehi-
la <salvación> del ciego Bartimeo realizada por Jesús había establecido la
cule simplemente la idea de injuria (cf. la nota a <lenguaje injurioso> en
verdad de la aclamación de Jesús como <Hijo de David> (10,46-52), título
J , 22)13,los lectores de Marcos podrían distinguir un matiz más profundo:
los que se oponen Jesús son culpables de <blasfemia> al separar a Jesús de
sinónimo al de <mesías) o (rey de Israel>. Pero los sumos sacerdotes y
cscribas dan a entender que Jesús no puede ser el <cristo, el rey de Israel>,
Dios y al ver su ineficacia presente como una indicación de un abandono
porque no puede salvarse a sí mismo. Para el evangelista, sin embargo, el
divino permanente (contrástese con 14, 6lb-64, donde Jesús es condenado
rechazo de Jesús a <salvarse a sí mismo> no es una contradicción, sino la
como blasfemo por vincularse demasiado estrechamente con el trono y el
poder real de Dios). confirmación de su realeza, pues los reyes (a quienes a menudo llamaban
<salvadores> en época helenística) demostraban su realeza confiriendo be-
rrcficios a su pueblo y salvándolos de sus enemigos (cf. Ez 34,l-10;Aristeas,
69. Cf. D. R. A. Hare, Matthev',320.
70. Filón, Contro Flaco,38.
7L Cf.. por ejemplo, Menipo, Frugntentos.25; Tácito, Anales I5, 44, 4. 74. J. Gnilka, El evangelio segtin san Murtt¡s 2,375.
72. Cf., por ejernplo, Eusebio de Cesarea, H¡stor¡a Eclesiltsticct 5, l,4l . 75. Cf. J. Marcus, Mark4,l0-I2 and Munun Epistentologv,,5'70-571.
73. Cf. BDAG 178 [e]. 76. Cf. G. Theissen, The Miracle Storics ol tlte Eorly Christian Tradition, l32.
t2l4 Sexto sección princ'ipal (Mc 14, 1-l5, 47) Mc 15.33-4L'Nt¡tct.t t215

187- I 88. 190.289 -292, Cicerón, Repúbl ica l, 35, 541' 2, 26, 4l)17 . Como se- Notas
ñala Juel7s, las burlas en 15, 3 l -32a expresan irónicamente el más profundo
secreto soteriológico de Marcos: el liberador compasivo de su pueblo, <el 15, 33. se hizo lu oscuridad por todu lu I icrru lskotos egeneÍo eph' holén
cristo, el rey de Israel>>, debe salvar a otros por su muerte expiatoria. y por r¿n gén). Contrariarnente a BDAG 196 (3), fu¡l¿n t¿n ge7 significa probable-
tanto no puede salvarse a sí mismo descendiendo de la cruz. rrente <la tierra entera>, y no da región entera [de Palestina]>. Como señala
Pero hay que pagar un enorrne precio por un amor tan implacable y que Gundryr, en los LXX y el Nuevo Testamento holé hc ga y su sinónimopasa
todo lo consume, que implica no sólo morir por otros, sino también hacerse hé gé casi siempre significan la tierra entera, excepto cuando se determina
tan próximos a los seres humanos dejados de la mano de Dios que se coffe por una frase adicional, como <de Egipto>. En Marcos, además, si gc no se
el riesgo de ser rechazado por ellos. Esto es, en verdad, lo que ocurre al refiere al suelo o a la costa (corno en 4, 1.5.8, etc.; 6, 41.53,etc.), signifi-
final de nuestro pasaje, donde Jesús termina siendo objeto de burla, no sólo ca siempre la tierra a diferencia del cielo (cf. 2, l0; 9,3; 13,27 .31), nunca
por los dirigentes judíos y los transeúntes, sino también por los bandidos un país particular. Ciertamente Ex 10,21-23 describe una de las plagas del
que comparten con él el destino honible de la crucifixión y de quienes por óxodo como oscuridad <sobre toda la tierra de Egipto> (LXX: epi pasan gen
tanto podría esperar alguna compasión. Estos, en cambio lo injurian (15, Aigyptou), y hay un vínculo entre el contexto de Pascua y nuestro pasaje:
32b), lo que sugiere que Jesús no es uno de ellos, no es un bandido, sino cl paralelo del Evangelio de Pedro, además, menciona una oscuridad que
una clase diferente de <rey de losjudios>, diversa de los dirigentes revolu- cayó sobre toda Judea (5, 15). Brownr, sin embargo, atribuye la restricción
cionarios quienes más tarde, en tiempos de Marcos, condujeron al pueblo clel Evangelio de Pedro a Judea <al feroz antijudaísmo> de este escrito, y
a una desastrosa confrontación militar con Roma (cf. nola a <Y los cruci- explica que Marcos pudo pensar que el juicio divino relacionado con Jesús
ficados con él lo injuriaban> en 15, 32). Pero sus ataques verbales indican tlebería ser mayor que el ocurrido bajo Moisés. El trasfondo más cercano a
también el sentido del aislamiento terrible en el que Jesús muere. nuestro pasaje se halla en las descripciones veterotestamentarias del <día del
En el siguiente pasaje se profundizará en este sentido, cuando Jesús se Señor>>, que parecen prever un oscurecimiento que afecta al mundo entero,
haya hecho no sólo próximo a los seres humanos dejados de la mano de no sólo a un país particular (cf. Il2, I-2.I0.30-3I; Am 8, 9-l0).
Dios, sino que experimente también el ser dejado de la mano de AquéI. Lc 23,45 clarifica la expresión rlarcana con el sintagma tou héliou
clilipontos, que probablemente significa <al eclipsarse el sol>r. Esta glosa,
sin embargo, no es válida como explicación de la oscuridad producida a
13. La MUERTE oE JEsús (15,33-41) la muerte de Jesús, ya que un eclipse solar ocurre cuando hay luna nueva,
nrientras que al principio de la Pascua es luna llena, circunstancia ya seña-
33Y cuando llegó la hora sexta, se hizo la oscuridad por toda la
l5 lada por Julio Africano en el siglo IIIa. Además, un eclipse solar dura menos
tierra hasta la hora nona. 34Y en la hora nona gritó Jesús con granvoz: tle ocho minutos, mientras que la oscuridad marcana se extiende durante
<Eloi, Eloi, lama sabachthani>), que se traduce: <Dios mío, Dios mío, trcs horas, como observó ya Juan Crisóstomos, y es probable que no se diera
rringún eclipse solar en los cuatro meses en torno a la muerte de Jesúst'. Un
¿por qué me has abandonado?>.
3sY algunos de los presentes, oyéndolo, dijeron: <Mirad, llama a cclipse solar, además, no cubriría la tierra entera, sino sólo una franja estre-
cha de ella, como señalaron ya ErasmoT y Calvino8. Se han ofrecido otras
Elías>. 3óY uno de ellos conió y empapó una esponja de vinagre, la pu-
cxplicaciones racionalistas del oscurecimiento del sol en la muerte de Jesús,
so en una cartay trató de dársela a beber, diciendo: <Dejadme. Veamos
conro efectos de las nubes, un siroco fuerte o erupciones volcánicas distan-
si viene Elías para bajarlo>. 37Pero Jesús, dando una gran voz, expiró.
tcs'), pero ninguno de estos fenómenos explicaría una oscuridad mundial de
38Y el velo del Templo se rasgó en dos de aniba abajo. 3eY el cen-
lrcs horas no registrada por los historiadores antiguos.
turión que estaba de pie frente a é1, al ver que había expirado de esa
manera, dijo: <Realmente este hombre era hijo de Dios>. l. R. H. Gundry, Mork. A Conmtentary on His Apologt'./br the Cross,964.
a0Y había también mujeres que estaban mirando desde lejos, y en- 2. R. E. Brown, De¿tth of the Messiah 2, 1035-1037.
tre ellas estaba María Magdalena y María, la madre de Santiago el Me- l. Cf. ibitl.2. 1038-1043.
-1. Citado por J. Syncelo. Crónica,610. Cf. D. C. Alison , Stu¿lies in Mathhev'.91 , nota 5 I .
nor y de Joseto, y Salomé o'qu., cuando estaba en Galilea, lo seguían y 5. Juan Crisóstomo, Hontilías sobrc Muteo,8tl [sobrc 27 , 45-48 l.
servían, y muchas otras que habían subido con él a Jerusalén. 6. R. E. Brown, Deqth of the Messiah2. l376,li.ia la crucifixión el 7 de abril de 30
rl ( . o el 3 de abril de 33 d.C.; para los eclipses solares unos años antes de esas fechas. cf.
tl,¡,1.2. l04l-1042.
77. D. Mendels, The Rise and Full ol Jewish Nationalisnt, 55-79', P. Blumenfeld, Ilc 7. Erasmo, Anolut'iones a Maleo,27,45.
Po I P a u I J u s t i c e, 20'7 .222-223 .228.23'7 -238.25 0.
I itit a ii. .f . Calvino, Arntonía,MÍ27,45.
78. D. H. Juel, Messiah and the Tbmple,48. 9. Cf. D. C. Allison. Studies in Mtttthav',88-\)6.
t2t6 Sexta sección principal (Mc 14, 1-15,47) Mc 15.33-4 l: Nt¡tus t217

hasta la nona Íheós hóras enatés]. Esta frase significa probablemente rplastante de los testimonios textuales, sin embargo, está a favor de enkateli-
que la oscuridad se extiende e incluye el momento en el que Jesús grita y ¡rr'.r; Ehrmanr5 sugiere que algunos escribas ortodoxos pudieron haber cam-
muere a la hora nonar0. Heós connota a veces el grado de espacio o tiempo biado este texto porque era utilizado por los gnósticos para apoyar su idea
que incluye su término; cf., por ejemplo, Mc 6,23 (<hasta [incluida] la tle que el Cristo divino abandonó al Jesús humano precisamente en la cruzr6.
mitad de mi reino>); 13, l9 (<hasta ahora y no la habrb); y 73,27 (<desde 36. vinagre foxousf. Como señala BrownrT, Plutarco afirmar8 que oxoJ
el final de la tierra hasta el final del cielo>). Ciertamente esta palabra puede ¡ruede denotar un vino avinagrado que aliviaba eficazmente la sed (cf. Nm
ser usada también en contextos en los que el término aparece expresamen- 6. 3; Rut 2, l4).
te; cf. por ejemplo 14,25 (<<no beberé más del fruto de la vid hasta aquel trató de dárselo a beber lepotizenl. El imperfecto epotizen tiene senti-
día, cuando lo beba de nuevo en el reinado de Dios>). IJnosrr, por tanto, rlo conativole. El sintagma adversativo ho de lésous (<Pero Jesús, dando
han argumentado que en Marcos la oscuridad acaba antes de que muera una gran voz, expiró>) en 15, 37 indica que fracasó el intento de hacer que
Jesús. Pero el grito de éste, por impulso quizás del Demonio, su queja de .lcsús admitiera esa bebida: en yez de aceptar el vinagre, cuya intención
verse abandonado y su muerte sugieren que los efectos de la oscuridad cós- cra posiblemente prolongar su vida (cf . la nota siguiente), Jesús emite una
mica son persistentes. Cf. EvPe. 6,22, en donde el sol comienza a brillar ltran voz y expira.
de nuevo después de la muerte de Jesús. diciendo: <Dejadme. Veamos...> flegon aphete idómen]. Como comenta
34. Eloi, Eloi, lama sabachthani. El tenor de la frase corresponde aproxi- llrown20, el flujo del relato es dificil de captar: <No está claro... por qué oír
madamente al Thrgum a Salmos y a la versión de la Peshitta de Sal 22, 1 lcquivocadamente) una llamada a Elías deba provocar que alguien ofrezca
l22,2hebl; la diferencia principal está en la palabra <por qué> (lémdnd' en vino avinagrado a Jesús..., o si, y por qué, ese ofrecimiento implica hacer
la Peshitta, mtúl mah en el targum).Hay muchas variantes en la transcrip- una pausa para ver si Elías viene para bajar a Jesús>. Aphienai significa
ción de los manuscritos griegosr2. Algunos testigos (por ejemplo, N, C, L, litcralmente <permitiE dejan>, que es el modo como lo interpreta Mt27,49.
A, W), tienen lema en vez de lama, que es mejor arameo e idéntico con Mt Al comentar el texto de Mateo, Goguel2r 1ue sigue aquí a E. Renan- su-
27,46. Sin embargo, precisamente por ello es muy probable que lema sea ricre que con la bebida se pretendía acelerar la muerte de Jesús, y que otras
una lectura secundaria; el texto original marcano pudo haber sido una mez- l)ersonas entre los presentes trataban de evitar su fallecimiento el tiempo
cla de hebreo (lama) y arameo (Eloi, sabachthani). Mateo mezcla también suficiente como para ver si Elías venía en su ayuda. Sin embargo, la teoría
las dos lenguas, pero de un modo diferente; su vocablo para <Dios mío>, tlc Renan sobre una bebida dañina no está basada en pruebas médicas ni en
Eli, es hebreo, pero lema es arameo. Algunas de estas diferencias pueden tcstimonios antiguos, sino en una glosa del siglo XIV de Nicolás de Lira y
ser debidas a los escribas que tenían nociones de una lengua o de la otra. rlos narraciones anecdóticas del siglo XIX en las que un hombre empalado
Es también posible que lama hubiera sido pronunciada lama ' en algunos y uno crucificado mueren después de que les dieran una bebida. Un amigo
dialectos arameos o por algunos hablantes. Eloi (: 'Elahí) y sabachthani rrrédico de Renan manifestó ya sus dudas al respecto, sosteniendo que en
(: íébdqtaní) siguen el modelo estándar de transcripción del arameo y del Ios casos del siglo XIX la conjunción de la bebida con la muerte había sido
hebreo al griegors. ¡rrobablemente una coincidencia22. Si no tenemos en cuenta la teoría de la
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? lho theos mou ho lrcbida dañina, el sentido del relato de Mateo puede ser que los presentes
theos mou eis ti enkatelipes mel. Esta frase es casi idéntica a la de los LXX, ¡ricnsan que Elías podía intervenir sólo en el momento de la muerte y no
pero éstos tienen hina ll (lit. <para que>) en vez de eis ti. t¡rrcrían retrasar ese momento por una bebida de sostenimiento.
El códice Beza y otros testigos occidentales (c, y, k, syrh, Porphyr) leen lll hilo del relato marcano es aún más dificil de seguir que el de Mateo,
óneidisas (<has injuriado>) en vez de enkatelipes (<has abandonado>). Har- lxlrque la persona que dice <Dejadme. Veamos si viene Elías>> es la misma
nackra consideraba esta lectura original porque la concordancia del códice ,luc ofiece a Jesús la bebida avinagrada. Esto es confuso porque, como afir-
Beza con Porfirio y algunos manuscritos de la Vetus latina atestiguan su rnl Brown23: <¿A quién va a detener 'alguien', si es él mismo el único que
amplia circulación en el siglo II, y es más fácil explicar que algún escriba
cambiara óneidisas por enkatelipes por asimilación a Mt 27 , 46 y al Sal 22, 15. B. D. Ehrman, Orthodox Corruption,143-145.
1 [21 , 2 LXX] que al revés, dar una razón del cambio a oneidisas. El peso 16. EvF\.68,27-29;lreneo,Contralasherejías1,8,2,3-4;3,11,7:cf.EvPe.5,19.
17. R. E. Brown, Death of the Messiah 2, 1062.
ll{. Pf utarco, Catón el Wejo, 1,7.
10. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 2, 1034. l(). Sobre el empleo del imperfecto conativo, cf. BDG g 326; Ch. Burchard, Markus
Il. Por ejemplo, R. H. Gundry Mark. A Commentary on His Apologtfor the Cross,964. / '. i./.9. nota 39, y el imperfecto conativo respecto a la bebida en 15,23.
12. Cf. R. J. Swanson. Mark,258 y R. E. Brown, Death of the Messiah 2, 105l-1052:' 10. R. E. Brown, Death of the Messiah 2, 1060.
P. J. Williams, Linguistic Background. J l. M. Goguel, The Life of Jesus,543.
13. Cf. P. J. Williams, lá¡d. ll. Cf. J. Pommier, Société Ernest Renon.
I 4. A. von Hamack, Probleme im Texte der Leidensgeschichte Jesu,97- I 0 I . ,1.1. R. E. Brown, Death of the Mes,siah 2, 1064.
12 t8 Sexta sección principal (Mc' 14, 1-15, 47) Mc' 15, 33-4 I : Ntttt.r 12 t9

actúa?D. Podemos obtener algún sentido del flujo del relato si aphete fun- creía, la radiante presencia de Dios- de la vista o cl acccso profanos (cf. Ex
ciona como un verbo auxiliar24 o significa <Dejad que alguien haga algo>25, 26,33; 40,3.211, Heb 10, 19-22), y protegía a los que estaban fuera de las
y si postulamos que el hombre con la esponjatrata de ampliar la vida de consecuencias potencialmente desastrosas de una irrupción del poder divi-
Jesús el tiempo suficiente como para dar ocasión a Elías para actuar. Esto rro (cf. Ex 19, 20-23). Este tipo de cortina era fbrriliar tanto a los lectores
último tiene buen sentido en el contexto marcano, pero ese hombre no está paganos como a los judíos, puesto que en los templos helenísticos se impe-
probablemente retratado en el evangelio como si creyera en la posibilidad día a menudo la visión directa de la divinidad por medio de una cortina, y
del rescate de Elías, al igual que tampoco los sumos sacerdotes y los es- la remoción de ese velo era un acto de revelación3r. En el caso del templo
cribas en 15, 32 creen en la posibilidad de que Jesús baje de la cruz; como dc Jerusalén, sin embargo, la cortina externa era también significativa, y era
ellos, su acción es más bien una burla. l¿icilmente visible y llamativa: esta cortina se elevaba hasta una altura de 55
El relato, sin embargo, es suficientemente oscuro como para apoyar la codos (: 24 metros), y estaba bordada con una magnífica imagen del cielo a
teoría de Taylor2ó: <En 15, 35s Marcos combina dos tradiciones separadas: base de hilos de colores azul, escarlata, púrpura y lino blanco fino32. Según
un relato de los presentes en 35, 36b, que gritan: 'Veamos si viene Elías a Ulansey33, estas imágenes astronómicas, aunque no son mencionadas en los
bajarlo', y, en 36a, la historia de un soldado compasivo que le ofreció vino evangelios, representan un argumento decisivo a favor de la hipótesis de la
a Jesús poco antes del final>. cortina externa, ya que la escena de la muerte de Jesús es en la mente del
37. dando una gran voz lapheis phónén megalen]. Esta frase, que prác- irutor un paralelo evidente al de su bautismo ( I, 9- I l), en el cual se rasgan
ticamente repite 15, 34 (eboésen... phón{ megal/: <gritó Jesús con gran It¡:; c'ielos. Pero el paralelo con la escena bautismal proporcionaría pruebas
voz>), no denota probablemente un segundo grito. sino que es una refe- igualmente fuertes para otra teoría, puesto que en el bautismo la apertura del
rencia retrospectiva al grito de abandono en l5 , 3427 . Sin embargo, al igual cielo permite que surja algo detrás de ellos en un acto revelador, que puede
que la repetición de <lo crucificaron)> de 15, 24-25, este doblete puede ser scr similar a lo que pasa en 15, 38-39 si la cortina que se rasga es la interior
el resuftado del entrelazamiento de dos versiones del mismo relato (cf . nota lcl'. comentqrio a 15,38-39)34. En general, las consideraciones de vocabula-
anterior y la introducción al comentario a 15, 16-32). rio y la mayor importancia religiosa del velo interior lo hacen el candidato
expiró fexepneusenl. Tal como hemos traducido, exepneusen significa rnhs probable a la referencia actual3s.
literalmente <expiró>; la idea subyacente es que, con el último jadeo se ex- 39. cenfurión fkentyriOnl. En el ejército romano un centurión mandaba
hala el aliento de vida y se muere por ello28. Aunque el hebreo y el arameo un grupo de cien hombres, la <centuria>; los centuriones constituían la
carecen de un verbo comparable, tienen un modismo similar; por ejemplo, cspina dorsal del ejército y eran apreciados por su capacidad de mando, su
la versión siríaca harklense de nuestro versículo dice que <el aliento de obcdiencia a sus superiores y su calma bajo la presión3ó. Una de sus res-
Jesús salió> (nphqr nimth; cf . m. Sabb.23,5)2e. ¡ronsabilidades principales era la disciplina, que incluía la ejecución de los
38. el velo del Tbmplo flo katapetasma Íou naouf. Los exegetas discuten cirstigos; por esta razón, el emblema del centurión era la vara de sarmien-
si esta frase indica el velo interior, que separaba el sancta sanclorum del lo (que sabía usar sobre las espaldas de sus hombres>37. La posición del
resto del Templo (Ex26,31-35; Lv 16,2; m. Yoma 5, l), o la cortina externa, ccnturión como vínculo crucial en la jerarquía militar se resume bien en la
que separaba el Templo propiamente tal de su patio delantero (Ex 26, 37;38, l;r¡ente Q, que dice en Lc 7, 8 (cf. 8, 9): <Ya que también soy un hombre
l8; Nm 3,26; Aristeas, 86). Ambos podían designarse como katapetasma sornetido a autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a uno: 'Ve'y va;
(<velo>, <cortina> o <pantallo), pero el término se usa más a menudo para v ¿r otro: 'Ven'y viene, y a mi esclavo: 'Haz esto'y lo hace>. Este respeto
el velo interiorr0. Naos, además, suele designar el lugar santo interior, mien- ¡ror la jerarquía y su función crítica en la cadena de mando, que en última
tras que hieron significa por lo general el complejo del templo en su conjun- instancia se deriva del Emperadoq quien podría ser llamado <hijo de Dios>
ro (cf. Mc I l, I l. I 5- I 6.27 ; 12, 35; I 3, 1.3; I 4, 49). Con rodo, a veces noos lcl'. comentario a 15,38-39), hace del centurión un personaje inesperado
denota la estructura completa (por ejemplo, Mc 14, 58; 15, 29; cf. 13,2). ¡rrrra enunciar la radical inversión de valores que ve en un criminal que
De los dos katapelasmaÍa, el interior era más significativo teológica- nrtrcre al Hijo verdadero de Dios.
mente, ya que protegía el sancta sanctorum --en el cual moraba, según se
:l l. Cf., por ejemplo, CIG 2, 2886; Ovidio, Fa.s¡os 2. 563; Apuleyo, Metamorfosis ll,
24. V. Taylor, The Gospel According fo Sainl Mark,595. 'r) ('1. C. Schneider, Katapetasma.
25. BDAG ls7 [5]. .ll. Cf. Josefo, Guerra 5,212-214.
26. V. Taylor, The Gospel According to Saint Mark,595. .13. D. Ulansey, The Heavenl! Veil.
27. Cf. R. E. Brown, Death of the Messiah 2, 1079. .1.1. Cf. Tácito, Historias 5,13.
28. Cf. D. C. Allison, Tbstament of Abraham,395-396. 15. cr'. BDAG 524.
29. D. Kramer, The Meanings of Death,24. 16. Cf. Polybio, Historia 6, 24, 9.
30. Cf. R. E. Brown, Deoth of the Messiah 2, I I I L l7 F. D. Gealy,Centurion.
t 220 Sexta sección principal (Mc I 4, 1-l 5, 47) Mc 15,33-41: Nt¡tus t 221

que estaba de pie frente a él fuarestekós ex enantias autouf. Aunque la couro que Jesús era el Hijo único de Dios o que él era uno de otros muchos
rotura del velo de Templo en 15, 38 parezca estar relacionada con la con- lrijos divinos. Es posible, pues, que la confesión del centurión sea irónica;
fesión del centurión en 15, 39, es dificil imaginarse la escena fisicamente: i'ste piensa simplemente que considera a Jesús como ((un hijo de Dios> es
si el centurión estaba frente a Jesús, que había sido crucificado fuera de las rlccir, un hombre divino, pero el lector sabe que é1, en realidad, lo está iden-
murallas en el Gólgota, al norte de la ciudad, probablemente estaba casi tilicando como el Hijo. Como señala Burchardaa,la expresión del centurión
de espaldas al Templo, situado enla zona oriental de la ciudad y orientado (<eru) puede reflejar también poca comprensión, ya que la filiación divina
hacia el este; incluso si estuviera en la posición correcta, y el velo rasga- rlc Jesús no había cesado ciertamente con su muerte. El centurión, pues, se
do era la cortina externa del Templo y no la interior, su vista habría tenido runiría a una larga lista de personajes en el relato marcano de la pasión que
que penetrar objetos interpuestos como la murallar8. Jacksonre sugiere que tlicen más de lo que saben.
Marcos pudo haber pensado que el Gólgota estaba en el monte de los Oli- Goodacreas va más lejos: la confesión del centurión no es sólo invo-
vos, situado al este de la ciudad y suficientemente elevado de modo que un lur.rtariamente irónica, sino deliberadamente sarcástica; para el centurión,
observador de pie sería capaz de ver la cortina externa del Templo; Gun- la muerte humillante de Jesús en la cruz refuta cualquier pensamiento que
dryaO apoya esta opinión vinculando una extraña etimología de <Gólgota> alguien tuviera de llamarlo hijo de Dios. A favor de esta sugerencia: otros
como <lugar para contar cabezas>> con la tradición de que en el monte de los romanos en el capítulo 15, Pilato y los soldados, han cuestionado o se han
Olivos había <un altar para reunir o contar las víctimas> (mépaqed)at . Pero burlado de las pretensiones de Jesús a larealeza (15,2.16-20) al igual que
aparte de la consolidada tradición que vincula al Gólgota con el lugar del han hecho todos los presentes mencionados hasta este momento (15,29-
Santo Sepulcro y la carencia de una relación con el monte de los Olivos (cf. -]2.35-36). Marcos, además, une expresamente las palabras del centurión
nota a <al lugar llamado Gólgota, que se traduce por 'Lugar de la Calave- con la manera como expira Jesús, y ésta podría ser considerada particular-
ra'>) en 15,22), es probable que Marcos hubiera nombrado explícitamente mente deshonrosa, en especial si se le da importancia a la relación entre la
el monte de los Olivos si lo hubiera tenido en mente, ya que esta colina apa- llerte voz de Jesús Qthónén megalen:15,37) y la de los demonios (1,26;
rece nombrada con frecuencia en otros lugares del evangelio. Además, ha- 5,7; cf . comentqrio a 15, 33-34). El breve tiempo que pasa Jesús en Ia cruz
bría servido al propósito de Marcos de recordar a sus lectores que Jesús fue (cf. 15, 44-45) podría ser considerado también deshonroso, ya que al no
crucificado en la misma colina desde donde había entrado en la ciudad en tlurar mucho tiempo sobre ella, su rápida muerte lo muestra como un ser
triunfo ( I l, I ), en la que había profetizado Ia destrucción del Templo ( I 3, 3) clébil. Incluso el detalle de que el centurión esté ex enantias autou (<<frente
y en la que había rezado durante la noche anterior a su muerte (14,26).Por a él [Jesús]>) podría ser citado en favor de la interpretación sarcástica de
tanto, el escenario físico de la confesión del centurión continúa siendo un sus palabras, puesto que enantios sugiere con frecuencia la hostilidada6. Tal
problema; es posible que Marcos no tuviera información suficiente sobre la interpretación podría considerarse compatible también con el motivo del
geografia de Jerusalén, o no hubiera hecho caso de ella. secreto mesiánico (cf. el apéndice <<El motivo del secreto mesiánico> en el
Realmente este hombre era hijo de Dios laleúOs houtos ho anthropos vol. 1), ya que el secreto se mantiene también en la cruz, y estaría de acuer-
huios theou énl. Huios theou no tiene el artículo definido, por 1o que la do con 9, 9, que establece el límite temporal del secreto en la resurrección,
frase podría ser traducida <<este hombre era un hljo de Dios>. Pero cuando, no en la crucifixión.
como aquí, un predicado en nominativo (<hijo de Dios>) precede a un ver- Estos argumentos, sin embargo, no son decisivos. Respecto al secreto
bo copulativo (én: <<era>), puede ser definido a pesar de la ausencia del mesiánico: su desvelamiento en la muerte de Jesús está también de acuerdo
artículoa2; la frase, pues, podría también ser traducida <este hombre era el con la cristología marcana. Ahora que el mesianismo y la filiación divina
Hijo de Dios>. Como muestra Hame13, el griego tiene modos inequívocos han sido calificados decisivamente por su crucifixión, es apropiado que se
de expresar un definido o un predicado indefinido en nominativo, y Marcos revelen en este momentoaT. Además, contra una interpretación sarcástica
utiliza estas formas con frecuencia en otros lugares (cf. 1, I l;3, ll;8,29; de las palabras del centurión está el nexo que el relato forja entre éste y las
70,44, etc.); mas, puesto que no lo hace así en este pasaje, pudo tener el rnujeres que están viendo la escena (cf . comentario a 15, 40-41). El relato
deseo de ser ambiguo, empleando una locución que podría ser interpretada sitúa al centurión junto a las mujeres después de la muerte de Jesús, no
.junto a los burlones antes de este acontecimiento. Las mujeres sienten pena
38. Cf. Ch. Burchard, Markus 15,34, 11, nota 49; R. H. Gundry Mark. A Commen- por Jesús, aunque estén fisicamente alejadas de él (cf. comentario a 15,
tary on His Apologyfor the Cross,970.
39. H. M. Jackson, The Dead of Jesus in Mark,24-25.
40. R. H. Gundry Mark. A Commentary on His Apologtfor the Cross,955. 44. Cf. Ch. Burchard, Markus 15,34.
41. Cf. E. L. Martin, Seuets of Golgotha, 12-19.58-64. 45. M. Goodacre, The Case against Q, 1 60, nota 28.
I
42. Cf . E. C. Colwell, Definite Rule for the Use of the Article. 46. Cf., por ejemplo, Hch26,9;28, 17; I Tes 2, l5; Tit 2, 8. Cf. BDAG 331 Í2).
43. P. B. Hamer, Qualitative Anarthrous Predicate Nouns. 47. Cf. C. E. B. Cranfield, The Gospel According to Saint Mark,444.
I 222 Sexta secc'ión principal (Mc' 14, I-15, 47) Mc 15, 33-41 : Nt¡tu.s t223

40-41), y parece lógico que el centurión, aunque esté frente a Jesús, tenga scrlte en la muerte de Jesús. Sin embargo, sería extraordinario en Marcos
hacia él los mismos sentimientos. Además, la confesión del centurión es rlLre se identificara a esta María por sus hijos Santiago y Joseto en vez de
una de las tres aclamaciones de Jesús como el Hijo de Dios en la arquitec- .lcsús, o que se refiriera al hermano de Jesús, que se convirtió en dirigente
tura del relato, similares en la forma y que parecen estructurar el evangelio clc la iglesia de Jerusalén y que se conocía comúnmente como <Santiago el
entero, ya que aparecen significativamente al principio, en medio y al final; .lusto>>, por el sobrenombre poco característico de <Santiago el Menor>sr.
y puesto que las otras dos ( I , I I ; 9, 7) proceden de la boca de Dios, tiene l:n contra de lo dicho se argumenta que el Jesús marcano había señalado
sentido que la tercera sea también reveladora. ya que su verdadera madre era la que hacía la voluntad de Dios y no su
40. María Magdalena y María, la madre de Santiago el Menor y de Jo- nradre física (3, 3 I -35), y que el centurión acaba de aclamar a Jesús como
seto, y Salomé fMaria hé Magdalené kai he Maria he lakobou tou mikrou cl Hijo de Dios (15,39), por lo que Marcos pudo haber intentado quitar
kai lósétos méter kai SalOme-1. No sabemos prácticamente nada sobre estas irnportancia a la relación física y mantener el foco de la atención sobre la
mujeres. Lc 8,2 presenta a las tres mujeres como receptoras del poder de filiación divina refiriéndose al hermano de Jesús despreciativamente como
curación de Jesús; de la Magdalena afirma que había expulsado de ella siete <<Santiago el Menor>52. Pero no hay otras pruebas de que se conociera al
demonios, pero esta tradición es probablemente más deudora de la opinión Irennano del Señor como <Santiago el MenoD y parece más probable que
lucana de Jesús como sanador compasivo que de la memoria histórica. La csta última designación fuera concebida para distinguir a este Santiago de
piedad posterior cristiana unió a la Magdalena exorcizada de Lc 8, 2 con los Santiagos más conocidos, el hermano del Señor y el hijo de Zebedeo.
la mujer pecadora del capítulo anterior (Lc 7, 36-50) y luego con María de l-a tradición posterior cristiana identificó a Santiago el Menor con el hijo
Betania, la hermana de Marta y de Lázaro, de la que se cuenta una historia ile Alfeo (cf. 3, l8) y lo contrapuso a <Santiago el Mayor>, hijo de Zebe-
similar (Jn 12, l-8). Magdalena se convirtió en una prostituta en la ima- dco (cf. l, l9;3, l7)5r. Esta plétora de Santiagos confundió a la gente en la
ginación popular porque sus transgresiones eran públicas y lo suficiente- rglesia primitivasa.
mente flagrantes como para darle el título de hamartolos (<pecadoru). En Los nombres marcanos de las mujeres pueden representar un esfuerzo
algunos de los evangelios gnósticos se amplía enormemente su papel, y se ¡ror conciliar las listas de las tradiciones preexistentes que hablan de la
la describe en el Evangelio de Felipe, de finales del siglo III, como la dis- scpultura de Jesús (15,47) y el descubrimiento de su tumba vacía (16,
cípula íntima de Jesús (59, 8-9; 63,33-6), a quien él besaba con frecuencia, l;cf. Tabla 50)s5. Mc 15,47 describe a la segunda María como <María
fuente de la fantasiosa idea de su matrimonio con el Maestro, que forma la tlc Joseto> mientras que 16, I habla de ella como <María de Santiago>.
base de la popular novela El Código da Vincias. l:l esquema de un nombre femenino * el nombre masculino en genitivo
Sin embargo, todo lo que sabemos con seguridad sobre María Magdale- idcntifica por lo general a una mujer especificada como esposa del hombre
na es que procedía de un lugar llamado Magdala, identificado por lo general cspecificadost', pero ya que las listas tienen dos nombres diferentes para el
con una ciudad llamada Migdal Núnnaya (<Torre del Pescado>>) en el Tal- Irombre, Joseto y Santiago, el evangelista pudo hacer de María la madre de
mud (cf. b. Pesah 46b). Esta designación aramea corresponde al lugar grie- los dos y no la esposa. Su objetivo al conciliar las listas sería asegurar en
go llamado Tariquea o Tarequea (<Pescado salado>). Según Josefo (Bell.2, Io posible que fueran las mismas mujeres las que atestiguaron la muerte de
634;3,445-502), fue ésta una ciudad galilea que estuvo en el centro de la .lcsúrs, su sepultura y su tumba vacía, de modo que los relatos de los tres
Gran Rebelión contra Roma, y que estaba situada en la orilla occidental del lcontecimientos se autentificaran mutuamente.
Mar de Galilea, aproximadamente un kilómetro y medio al norte de Tibería-
Tabla 50. Mu¡Enes EN LA cRUctFtxtóN, seruLrune v ruN¿e¡ vncí,{
des, localización que convierte en dudosa la identificación tradicional de la
Magdalena con María de Betania (cf . nota a (Betania)) en I l, I ). 40: Cnrcifuión Mc 15, 47: SepulÍura Mc 16, L' tumba vacía
tl4c' 15,
No es sorprendente que la segunda mujer se llamara también María y María Magdalena María Magdalena María Magdalena
que el nombre de la tercera fuera Salomé, ya que aproximadamente la mi-
María la madre de Santia- María !a esposal de Jo- María fla esposal de San-
tad de las mujeres judías en la Palestina del Segundo Templo y el período go el Menor y de Joseto seto tiago
de la Misná llevaban estos nombresae. Algunos estudiososs0 han pensado
que la segunda María es la madre de Jesús, que tenía otros dos hijos llama-
Salomé Salomé

dos Santiago y Joseto (cf. Mc 6,3), y que según In19,25-27 estuvo pre-
5I . Cf. R. T. France, The Gospel of Mark,664.
52. Cf. R. H. Gundry Mark, A Commentorlt on His A¡tologvJbr the Cross,977.
48. Cf. B. D. Ehrman, Truth and Fictíon ín <The Da Vinci Code>, l4l-162. 53. Cf. R. Bauckham, Jude and the Relatives of ,la.su.s.l4.20; D. A.Hagner,Jctntes.
49. Cf. T. llan, Notes on the Distribution of Jewish Woman Names, l9l-192. 54. Cf. D. A.Hagner,James.
50. Por ejemplo, J. D. Crossan, Mark anl lhe Relatives of Jesus, 105-l l0; R. H. Gun- 55. V. Taylor, The Gospel Accoruling to Suint Mttrk.65 l-653.
dry, Mark. A Commentary on His Apologt for the Crcss,977 . s6. cf. BDF $ 162 [4].
I 224 Sexto sección principal (Mc 14, I 15, 47) Mc 1 5, 33-4 I : Coment¿trit¡ I 225

Comentario y otros insólitos acontecimientos astronómicos se relacionaban a menudo


con la muerte de gente importante, como Julio César58. Podían ser un signo
Introducción El relato marcano de las últimas horas de Jesús alterna de que Dios o la naturaleza se afligían por el difunto5e, o que éste era en
las descripciones de maravillas cósmicas y terrenales (15,33.38), de su realidad divino o estaba en proceso de convertirse en tal60. La oscuridad so-
granvoz a la hora de morir y el fallecimiento de Jesús (15, 34.37) con las brenatural, por tanto, puede ser uno de los motivos por los que el centurión
reacciones de los presentes en su agonía y muerte (15,35-36.39-41). El aclama a Jesús como hijo de Dios6r.
tercero de estos tres elementos ocupa la mayor parte del espacio. Antes de Más importante es que la oscuridad sugiere que la muerte de Jesús es
la muerte de Jesús, las burlas dominan las reacciones; después, la compa- un momento decisivo en la historia de la salvación. Esta interpretación
sión y el temor. está en la línea de concepciones que son tanto paganas como judías. Vir-
Hay varias indicaciones de que en nuestro pasaje el relato de la muerte gilio, por ejemplo, afirma que en la muerte de Julio César el sol <veló su
de Jesús ha ido creciendo a medida que se relataba, algo esperable en una brillante fazy la convirtió en oscura penumbra, y una edad atea temió la
parte tan crucial de la historia cristiana. El detalle de Jesús que exclama eterna noche>u2; así pues, los contemporáneos de César tuvieron miedo de
con gran voz se repite (15, 34.37), y la reacción al primer grito es dificil de que el eclipse indicara que estaba comenzando la era del juicio divino. En
entender, quizás porque combina dos tradiciones diferentes: una es la res- contextos judíos y cristianos tales concepciones se convierten a menudo
puesta a una ofefa compasiva de bebida (15, 36a); otra, burlona, que tiene en otras de carácter escatológico. Antes, en el evangelio de Marcos, por
que ver con Elías (15,35.36b; cf. nota a <Dejadme. Veamos si viene Elías ejemplo, se dice que el oscurecimiento del sol era parte de los infortunios
para bajarlo> en 15,36). Marcos puede ser el responsable de esta amal- escatológicos (73,24), y hay motivos similares en la literatura judía (cf.,
gama, y es él probablemente el que está detrás del esquema de las horas, por ejemplo, OrSib. 5,346-3471. TestMos. 10, 5; LAB 19, 13) y en el libro
sexta y nona, al principio del pasaje, con el que va unido el primer grito57. del Apocalipsis (8, l2; 9,2; 16, l0).
Probablemente es también el responsable de 15, 40-41, al final: el tema de Esta interpretación escatológica de la oscuridad en Mc 15, 33 se apoya
<mirar a lo lejos> ( I 5, 40a) está de acuerdo con el fuerte interés marcano en en la observación de que el versículo parece ser un eco de un texto vete-
el aislamiento de Jesús en el relato de la pasión; la lista de mujeres en 15, rotestamentario, Amós 8, 9-10, cuyas semejanzas con nuestro pasaje han
40b parece combinar las de 15, 47 y 16, I (cf. nota a <<María Magdalena y sido ya señaladas por los comentaristas desde el siglo II (cf. nota a <aquel
María, la madre de Santiago el Menor y de Joseto, y Salomé> en 15, 40); día> en 2,20para una alusión marcana al texto deAmós al principio del
los términos <seguían> y <Galileu son redaccionales a menudo; su com- cvangelio)63. Este pasaje de Amós describe así el día deljuicio final:
binación es redaccional en 3, 7 (cf. 6, l), y 14,28 y 16,7, redaccionales,
combinan <Galileu e <iré delante> que implica el seguimiento discipular; Y acaecerá en aquel día, dice el Señor Dios, que haré que se ponga el sol
y el tema del servicio de las mujeres enmarca el evangelio entero (cf. l, al mediodía, y se oscurecerá el día claro. Y tornaré vuestras fiestas en luto,
y vuestros cantos en endechas... y los volveré como llanto por hijo único
31). Por tanto, las intervenciones redaccionales de Marcos en esta escena
(TM: yahíd;LXX agapetor: (muy amado>).
crucial parecen sustanciales.
El pasaje se divide en dos partes principales: los acontecimientos que En este pasaje el sol se oscurece al mediodía, que en el modo de contar
conducen hasta la muerte de Jesús, ésta incluida (15,33-37), y los eventos
rornano sería la hora sexta (cf . nota a <Y el primer día de los Acimos> en
inmediatamente después de ella (15,38-41). Cada una de estas secciones
14, 12), al igual que en el escenario del acontecimiento en Mc 15,33. En
puede subdividirse a su vez: la primera consistiría en el grito de abandono
el profetaAmós, además, esta oscuridad ocurre en medio de una festividad
(15,33-34) y la poca comprensión de los presentes más la muerte de Je- (contrástese con la Pascua de Marcos) y se compara con el llanto por un
sús (15, 35-37); la segunda, en la reacción del centurión (15, 38-39) y las
vuhíd (<<tnigénito))64. La palabra última resuena intencionadamente a la
mujeres que observan desde lejos (15,40-41).
historia bíblica de Abrahán que pretende -y en historias posteriores logra-
sacrificar a su amado hijo Isaac (Gn22,2.12.16), sacrificio al que se atribu-
15,33-34. El grito de abandono. La subsección que concluirá con la
muerte de Jesús comienza de manera bastante apropiada con la oscuridad
que se cieme sobre el mundo entero. Esta oscuridad no es probablemente 58. Cf.Virgilio,Geórgicas 1,466-68; Plutarco, César,69,3iJosefo,Ant.14,309.
59. Cf., por ejemplo, Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos,4,64.
una reminiscencia histórica, sino un rasgo simbólico con varias dimen- 60. Cf.Plutarco,Rómu|o,27,6-7;DiónCasio,HistoriadeRoma56,29,3-6[sobreAu-
siones. Puede ser un signo de la estatura espiritual de Jesús; los eclipses y.ustol; TbstAd. 3,6.
6 I . Cf. A. Y. Collins, The Son of Man among Greek and Romans,94.
62. Virgilio, Geórgicas l, 466-468.
57. Cf. R. Bultmann, Historia de Ia tradición sinóptica,334, y M. Myllykoski, Die let- 63. Cf. D. C. Allison, Studies in Mattew,80-81.
zen Tage Jesu 2, 125. 64. Cf. R. Pesch, Das Markusevangelium 2,493-494.
I 226 Sexta sección principal (Mc 14, I 15, 47) Mc 1 5, 33-4 L Contntut it¡ I 227

ye con frecuencia un poder expiatorio; además, se traduce en los LXX por Salmo 22, que Marcos ofrece en arameo, y que luego traduce a un griego
ctgapetou (u-uy amado)), término que la voz divina aplica a Jesús en Mc que corresponde al de los LXX (cf. notas a <<Eloi, Eloi, lama sabachtha-
1, 11 (cf. nota a <amado> en l, 11). Estos ecos intertextuales sugieren que ró> y <<Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?> en 15, 34).
aunque Jesús pueda sentirse abandonado por Dios, no por eso deja de ser el Anteriormente se ha aludido a este salmo en los relatos del reparto de las
vástago querido de un padre amante, y su muerte inocente tiene un objetivo vestiduras de Jesús (15,24;cf.Sal22, l8) y de las burlas al crucificado (15,
salvífico que se desarrolla en el drama de la redención. 29-32; cf. Sal 22,6-8), textos que fueron interpretados en la época del Se-
El pasaje de Amós continúa dando a entender que <el día del Señor> gundo Templo como una profecía de los sufrimientos del justo en el tiempo
es también una jornada de penumbra espiritual, en la que la gente no sólo final6e. Además, en la continuación del salmo el que habla se queja de la
se afligirá por su <unigénito>, sino también le será imposible oír la palabra repentina distancia que muestra Dios hacia él (<¿Por qué estás lejos de mi
de Dios (Am 8, 11-12). La oscuridad, pues, no es sólo un prodigio de la salvación?... No te alejes de mí>: 22, lb.ll), lo que está de acuerdo con la
naturaleza, sino un día de juicio como el descrito en el relato de las plagas ausencia divina implícita en la oscuridad marcana. Por tanto, como señala
de Ex 10, 21, <<una oscuridad que puede palparse>, y Jesús la siente. No es WilliamsT0, parece que se evoca todo el contexto del salmo con la cita de su
ningún accidente, por tanto, que la alusión a la oscuridad que envuelve al primer versículo.
mundo (15,33) vaya seguida inmediatamente por la mención del grito de Pero ¿en qué grado se alude también al contexto? Algunos exegetas re-
abandono por parte de Jesús ( I 5, 34)65. El juicio predicho por los Profetas cientes has observado que el Salmo 22 concluye triunfalmente con la pro-
ha caído sobre Jesús crucificado. clamación del reinado de Dios hasta los confines de la tierra (22,27-28),
Como deja claro el contexto del pasaje de Amós, Dios está detrás de por lo que unos procuran atemperar la dificultad de nuestro versículo pos-
este actojudicial. Pero el conjunto del relato marcano, en el que se acentua tulando que cuando Jesús citó el primer versículo, tenía en mente el final
tanto la acción demoníaca, puede implicar en estos momentos la interme- triunfanteTr. Pero aunque parece probable que el final del salmo estuviera
diación de Satanás, el <Ángel de las tinieblas> (cf. IQS 3, 17-26;cf. IQM cn la mente de Marcos cuando continuaba con su historia (cf. comentario
13, 4-6; I 6, 1 1; Ef 6, 12), quien a veces, como se creía, era el responsable a 15, 38-39), este final victorioso no debe anular su angustiado principio
de los fenómenos extraños astronómicos (cf., por ejemplo, Ascls. 4,5, en en la exégesis del grito de abandono por parte de Jesús. Este salmo, como
donde hace que la luna aparezca <en la hora sextu). También puede cul- otros lamentos acerca del justo sufriente (por ejemplo, los salmos 6,31,
parse a Satanás de la depresión que oscurece el ánimo de los elegidos de 69, 7 I y I 30), tienen cerca de su final un punto de transición de la queja a
Dios; en IQH l3 (5),24-34, por ejemplo, el que habla se queja de que debi- la alabanza; la confianza que el hablante posee en la conclusión no la tiene
do a las palabras burlonas de sus enemigos, que son (los hombres de Belial cn el principio, sino que se hace una realidad sólo cuando Dios responde
[: Satanás]>, llJaluz de mi rostro se ha convertido en sombras y oscuridad a su angustiada plegaria. El Jesús marcano no cita el final del Salmo 22,
profundo. Además, una de las tareas más importantes de Satanás es con- pero su principio, ese atormentado íncipit, corresponde perfectamente a la
vencer al pueblo de que Dios lo ha abandonado, de modo que lo maldigan situación de tormento en la que se encuentra un crucificado72.
y mueran (cf. Job l,ll;2,5.9)66. El Jesús marcano no maldice a Dios, pe- En el caso de Jesús es una situación de verdadero abandono. Antes, en
ro dentro de un momento se quejará amargamente del abandono evidente el relato de la pasión, Jesús ha sido abandonado por sus compañeros más
de la divinidad ( I 5, 34), algo que no había hecho nunca antes, ni siquiera en íntimos (14,50-52; cf. katalipón en 14,52), y en la escena de crucifixión
la agonía de Getsemaní. Jesús exclamará (con gran voz> aquí y en 15,37 , hasta los criminales condenados con él le han privado de toda compasión
que es exactamente lo que las personas endemoniadas -y sólo ellos- hacen (15,29-32). Ahora, en un momento tan trascendental, parece haber sido
en otros lugares del evangelio (l , 26; 5, 7 ; cf. 9 , 26)61 . Así pues, aunque abandonado (enkatelipes) también por Dios. Este último abandono con-
Marcos no lo diga tan explícitamente, es posible que deba inferirse de su tradice las nociones convencionales de la realeza; se suponía que los reyes
relato que Jesús sufre enla cnn un asalto satánico tan repentino e intenso tenían a Dios como ayudador, no como enemigo (cf. Mt 27,42-43; Josefo,
que se convierte de algún modo en un hombre poseído68. Ant. 17,195). Por tanto, como en el resto del capítulo 15, la afirmación
Tras describir las circunstancias del grito angustiado de Jesús en 15, rrarrativa delarealeza de Jesús tiene lugar en el ámbito cruel de unas cir-
33-34a (oscuridad mundial, la hora nona, voz fuerte), Marcos se dispone cunstancias que parecen cuestionarla radicalmente.
a citar sus palabras en 15, 34b. Son éstas una cita del versículo que abre el
69. Cf. J. Marcus, The Way of the Lord, 177-179.
70. P. J. Williams, Linguistic Background, l0-ll.
65. Cf. Ch. Burchard, Mark 15,34,6. 71. Cf, por ejemplo, H. Gese, Psalm 22, 192-196; R. Pesch, Das Markusevangelium
66. S. R. Garrett, The Temptations of Jesus in Mark's Gospel, l3l-132. 2. 494; L. P. Trudinger, Eli, Eli, Lama Sabochthoni.
67. R. Strelan, Recognizing the Gods,493-501. 72. Cf . G. Rossé, i"fte Cty of Jesu.s on the ('rts.s,t, I 03- I 07; U. Luz, El evangelio según
68. Cf. F. W. Danker, The Demonic Secret. son Mateo 4,445-447; Matthew 3,21-28.
I 228 Sexta sección principal (Mc 14, I 15, 47) Mc 15, 33-41: Contcnturit¡ I 229

Aunque algunos cristianos se han preocupado por este grito de abando- su acción con las palabras siguientes: <Dejadrne. Veamos si viene Elías para
no, otros lo han visto como una muestra de la identificación de Jesús con bajarlo> (15, 36b). Sin embargo, este acto aparentemente compasivo parece
la humanidad, y como una fuente de consuelo y fortaleza. En el nadir de estar motivado por el escamio; ese individuo no cree realmente que Elías
su existencia, Jesús experimenta la misma sensación de abandono divino venga a rescatar a Jesús, sino que desea prolongar su agonía (cf. nota a <<di-
que caracterizatan a menudo nuestras vidas; como afirma Agustín, Jesús ciendo: 'Dejadme. Veamos si'>> en 15, 36). Su exhortación, que comienza
<empleó el discurso de nuestra debilidad>73. Un fragmento de papiro de con las palabras <Dejadme. Veamos> es otra ilustración del tema marcano
los siglos III o IV utilizado probablemente como amuleto, incluye hasta el del <mirar sin ver> (cf.4, 12;8, l8), personificada hace un momento por las
grito en una serie de sustantivos y atributos que expresan la gracia de Dios, burlas de los sumos sacerdotes y los escribas (15, 32; cf. comentario a 15,
la salvación y su amor como el de un padre preocupado por sus hijosTa. 29-32)1e. Pero, éste es también un caso en el que un personaje del relato de
Paradójicamente, pues, el grito de abandono se convierte en una buena la pasión dice y hace más de lo que en realidad sabe, ya que el ofrecimiento
noticia, y tiene probablemente que ver con la soteriología paulina de Mar- del vinagre evoca inconscientemente otro salmo del justo sufriente:
cos: al identificarse con la perdición humana, el Hijo de Dios señala la vía
Las afrentas han quebrantado mi corazón,
de salida (cf .2Cor 5,21)15. Jesús entra en la oscuridad de la edad antigua de modo que estoy desesperado.
para que la humanidad pueda vivir en la luz de la nueva; Jesús da su vida Busqué la compasión, pero no había nadie;
como (rescate por muchos> (10, 45)76. Con su grito y con su muerte Jesús y consoladores, pero no encontré ninguno.
alcanza el objetivo de su misión: la identificación completa con la condi- Me dieron veneno como alimento,
ción servil y maldita de la humanidad, a la que corresponde una forma de y para mi sed me dieron a beber vinagre...
Oscurézcanse sus ojos de modo que no puedan ver (Sal 69,20-23).
muerte, la <muerte en cruz)) (cf. Flp 2,'7-8). El grito de abandono, pues, es
la extraña contrapartida marcana al grito de triunfo joánico: <Todo se ha
Como el que habla en el Salmo 69, el Jesús marcano recibe los insul-
cumplido> (Jn 19, 30), se ha alcanzado el objetivo, la humanidad ha sido
tos de quienes están a su alrededor; está inmerso en la desesperación, o al
redimida y Jesús, por tanto, puede morir.
nrenos cerca de ella; no encuentra a nadie que lo consuele; y le dan vinagre
para beber. El salmista, además, pide que los ojos de los burlones se os-
15, 35-37. Malentendidos y muerte. Sin embargo, antes de que esta
curezcan, de modo que no puedan ver; en el relato marcano, asimismo los
muerte pueda ocurrir, sucede un último caso de incomprensión humana. Al
burladores hablan de <<veD>, pero están ciegos realmente.
escuchar a Jesús invocando a Dios (Elóhi, que es como Marcos transcribe
El mundo, pues, se ha torcido tanto y la gente está tan ciega, que lo que
'ElAhi), algunos de los presentes piensan que se dirige a Elías ('EliyAhú), de
cn un principio parece un acto de socorro resulta estar motivado por el es-
quien probablemente se esperaba que había de preceder al mesías (cf. nota
carnio. Ya es tarde para los actos de bondad, incluso los burlones; el grito de
a <¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?> en 9,
irbandono por parte de Jesús es su grito de muerte y, tras emitirlo, deja esca-
1 1) y era considerado una especie de santa Bárbara, a quien la gente piadosa
¡rar su espíritu (cf. nota a <dando una gran voz)) en 15,37). El modo como lo
invoca en momentos duros (cf., por ejemplo, b. B. Qam. 60b)n. Quizás por
Irace es insólito, pues un crucificado suele perecer por asfixia, y en principio
los dos motivos, el grito de Jesús suscita la expectativa de que Elías pueda
no habría tenido aliento suficiente como para expirar con un grito (cf. el
salvarlo de la cruz (15, 35-36). El lector marcano, sin embargo, sabe que
tt¡téndice <La crucifixión>to). Por esto, Jacksonsr argumenta que exepneusen
estas esperanzas se apoyan también en un malentendido: Elías ha venidoya,
1<<expiró>; lit. <expiró su espíritu) se refiere al Espíritu de Dios, que opera
en la persona de Juan el Bautista, pero en vez de salvar a Jesús de la cruz, lo
haciendo emitir un gran grito en el momento de la expiración del aliento de
ha precedido en el camino del sufrimiento y la muerte, por el que Jesús debe
Jcsús; esta expulsión poderosa de su aliento es la que hace que la cortina del
ahora transitar hasta el fin (cf. comentario a 9, I l-13)?8.
l'cmplo se rasgue en dos. En esta línea, Gundry82 considera que el último
Sin saber nada de esto, uno de los presentes empapa rápidamente una
glito de Jesús es un grito de victoria divina. Pero el relato precedente apunta
esponja de vinagre y trata de dársela a Jesús para que beba, fijándola a una
cn dirección opuesta: Jesús muere desamparado, ridiculizado por sus enemi-
caña y levantándola hasta sus labios (15, 36a). Entonces explica o excusa
gos y abandonado por sus amigos, y su último grito, que puede ser motivado
¡xrr el Demonio, expresa la distancia de Dios tal como él la percibe.
73.
Agustín, Carta 140, a Honorato,5.
P.Heid. Inv. G 1359 = VHP 1, 5. Cf. A. Deissmann, Lightfrom East,405.
74.
75.
J. Marcus, Mark-lnterpreter of Paul. 79. J. Marcus, The Walt of the Lord, I 83- I 84.
Cf . I. Marcus, Mark 4,10-12 and Marcan Epistemolog),571-572.
76. ll0. Cf. Orígenes, Contra Celso 2,55, donde afirma que el clamoroso grito de muerte
77.
Cf . H. L. Strack-P. Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud uncl rle.lcsús es uno de los elementos sobrenaturales de la escena.
Midrasch 4,2,769-773. ftl. H. M. Jackson, TheDeath of Jesus in Murk,27-28.
78. Cf. Ch. Burchard. Markus 15.34-9. It2. R. H. Gundrv, Mark, A Commenturt'on tli.t Arxtlt¡st, the Cross,947-948.970.
principal (Mc 14, 1-l5, 47) Mc I 5. 33-41 : Comenturit¡ 1231
I 230 Sexta sección

mo refuta ahora la acusación del sumo sacerdote rasgando su propia ropa


15,38-39. La rotura del velo del Templo y la reacción del centurión.
ante lamuerte de aquel al que el centurión alabará como hijo de Dios (15,
Ahora bien, este grito y esta muerte en el desamparo no son la última pala-
39). Como Carol Shoun me indicó, mientras que la rotura humana es una
bra de la narración; el resto de la perícopa está ocupada por las reacciones
respuesta a la gente que trata de borrar el límite esencial entre Dios y huma-
sobrenaturales (15,38) y humanas (15,39-40) a la muerte de Jesús, que
nidad (cf. comentario a 14, 61b-65c), la divina es la respuesta de un Dios
transforman el triste paisaje en una escena de revelación. El primer acto
que escoge gentil, y legítimamente, eliminar en cierta medida ese límite.
es la rotura de la cortina del Templo (15,38), un rasgón que va de aniba
abajo: viene, pues, <de arriba>, es decir, de Dios (cf. Jn 3, 3.7.31;19, ll)'
Como da a entender ya este comentario, los aspectos negativos de la ro-
tura del velo del Templo no representan la historia completa; los pensadores
Pero ¿qué significa esta acción divina?
apocalípticos deseaban la llegada de los momentos escatológicos que ha-
Aquí, de nuevo, como en la oscuridad al mediodía, la imagen contiene
brían de traer no sólo el luto y el juicio (al impío), sino también la revelación
probablemente varias dimensiones. Considerando su violenta destructivi-
y Ia alegría (al justo; cf., por ejemplo, Dn 12,2; I Cor l, 18; Ap 12, 12; 18,
dad, un aspecto del rasgón es el juicio divino: anticipa la demolición del
20). Ambos miembros de esta ecuación apocalíptica están implicados pro-
Templo por los romanos aproximadamente cuarenta años después de la
bablemente en la rotura del velo del Templo, especialmente si, como parece
muerte de Jesús. El Jesús marcano había predicho la destrucción del Tem-
probable, la cortina que se rasga es el velo interior del santuario, detrás del
plo (13, 2),y el relato había unido esta predicción con su proceso (14, 58)
cual moraba la gloria divina como se creía (cf . nota a <el velo del Templo>
y crucifixión (15,29). Además, en la parábola de la vii'a (12,1-9), Jesús
cn I 5, 38). En este caso, su rotura ha de ser reveladora y destructiva: el velo
había profetizado que la viña (: Israel), incluida su torre (: ¿el Templo?),
se rasga, la gloria de Dios oculta tras él comienza a irradiarse hacia fuera,
sería destruida como castigo por la muerte <del hijo amado> (cf. nota a
hacia el mundo y, como reflejo inicial de esta revelación, un ser humano, un
<excavó un lagar subterráneo, construyó encima una torre> en 12, l). Esta
gentil por demás, proclama la filiación divina de Jesús por vez primera en el
<profecíu puede ser un caso temprano de la concepción cristiana de que
cvangelio. Esta interpretación se apoya en TestBen.9,3 (4), compuesto cla-
la destrucción del Templo era la retribución por el rechazo de Jesús (cf.
ramente como un comentario a nuestro pasaje: <El velo del Templo (naou)
comentario a 13, l-2). Estaría, pues, de acuerdo con esta teología del jui-
se rasgará (schizomenon), y el espíritu de Dios pasará a las naciones, como
cio que la muerte de Jesús fuera acompañada por un signo que apuntara
luego que se expande>. La misma interpretación de nuestro pasaje se pre-
hacia el destino del Templo. Esta interpretación concuerda también con
supone en Efrén sirio: <El Espíritu en el Templo deseó exaltarlo (a Jesús), y
el hecho de que el sumo sacerdote y los principales de los sacerdotes han
cuando fue crucificado rasgó [el velo] y salió>8s.
sido los mayores oponentes de Jesús en todo el relato de la Pasión (cf. 14,
Esta interpretación revelatoria de la rotura de la cortina de Templo tam-
| .10.43.47 , etc.); tiene sentido, por tanto, que el juicio de Dios deba recaer
hién está de acuerdo con otro empleo marcano del verbo schizein (<<ras-
sobre la base de su poder, el Templo. Diversos textos de la literatura judía
gau), que aparece en el bautismo de Jesús, donde los cielos se rasgan, el
corroboran esta interpretación; Josefo (8e11.6,288-300) y ciertas tradicio-
l:spíritu desciende sobre Jesús como una paloma, y unavoz divina declara
nes rabínicas (por ejemplo, b. Yoma 39b; y. Yoma 6, 3 l43c; Neusneq 14,
t¡ue él es el Hijo de Dios (1, l0-ll); aquí el resultado de la rotura de la
176]) relatan augurios de la destrucción del Segundo Templo ocurridos en
cortina divina es que de ella sale algo86. Por tanto, como en Ap 21,22-27,
los años anteriores al acontecimiento, en especial la apertura espontánea de
sus puertas. Las tradiciones rabínicas datan estos augurios unos cuarenta
cl resplandor de Dios, que anteriormente estaba limitado a la envoltura
protectora del interior del Templo, surge como manifestación pública en el
años antes de la destrucción real del Templo, es decir, aproximadamente en
llnanecer de la nueva edad, de modo que no sólo los judíos sino también
los momentos de la muerte de Jesús.
lls naciones, personificadas en el centurión pagano, puedan caminar en su
Sin embargo, los acontecimientos del juicio divino pueden ser también
Iuz. Mientras que otros testigos de la muerte de Jesús han mirado y mirado
actos de tristeza divina83, como se ilustra por las tradiciones rabínicas que
sin ver, el misterio del reino de Dios se otorga ahora al centurión (cf. 4, 1 I -
hablan de que Dios rasga sus ropas de púrpura por la tristeza ante el saco dc
l2); sólo élve alethós (<realmente>>). En el relato de la Pasión ha habido
Jerusalén (por ejemplo, Pesiq. Rab Kah. 15,3; Lam. Rab. 1,7,1;2,21; Lv'
rrrrrcha aclamación de Jesús qve no ha sido verdadera, sino burlesca. Sus
Rab. 6,5), una alusión evidente a la destrucción de uno o de los dos velos del
crremigos se han burlado de él como un profeta y como <rey de los judíos>
Templo (cf. Ex 26,31-35 38, l8). En el caso marcano, el luto divino queda
(14,65; 15,2.16-20.29-32) y lo han sometido a una forma de castigo con-
sugerido por el paralelo entre la rotura del velo de Templo y el acto del sumo
siderada en el mundo grecorromano como una parodia de la exaltación y la
sacerdote de rasgar su ropa apenado y encolerizado ante la <blasfemia> clc
rcaleza (cf. el apéndice <Crucif,xión>). Si ahora el centurión, al ver el mo-
Jesús, quien se sitúa al mismo nivel que Dios (14, 6l-63)'i4. Pero Dios mis-

tt5. Efrén, Himnos sobre la Natividad,25,16.


83. Cf. A. J. Heschel, The Prophets. t36. Cf. S. Motyer, The Rendingof the Veil.
D. Daube. The New Testament and Rabbinic Jttdaism,23-24.
I 232 Sexta sección principal (Mc' 14, l-15,47) Mc 15, 33-41: ('t¡tttctttttt io t 1))

do como muere Jesús, proclama que éI era realmente el hijo de Dios, esta sean seguidoras de Jesús al parecer, como sus accioncs siguientes confir-
afirmación implica que él era de hecho exactamente lo que sus enemigos nran (15, 42-41;16, 1-8), su mención corno gentes que observan <desde
habían representado burlonamente. lejos> (apo makrothen,l5, 40a) introduce una nota de reserva editorial, ya
La aclamación de Jesús por el centurión desafia así a aquellos para c¡ue las refiata como incapaces o poco dispuestas a correr en ayuda de Jesús
quienes la vista de un prisionero clavado, degradado y agonizando supone cn sus horas de angustia, quizás por el miedo de verse relacionadas con un
una burla de la noción misma de soberanía, con la cual el término <hijo de criminal condenado8e. La mención de las mujeres que observan desde lejos
Dios> estaba íntimamente relacionada; en verdad, tanto el mesías judío co- prepara así el terreno para el final del evangelio, en el que huirán llenas
mo el antiguo señor del centurión, el emperador, podrían ser denominados cle terror del lugar de la resurrección de Jesús (16, 8). Este hecho evoca
hijos de Dios87. Pero el representante local del poder romano, el centurión, también un salmo del justo sufriente, cuyo contexto general tiene de nuevo
ve que la revelación verdadera de la filiación divina, y por tanto de la so- conexiones con la escena marcana de la muerte de Jesús:
beranía real, no es el emperador ni sus oponentes revolucionarios, sino
Mi corazón está turbado, mi fuerza me ha abandonado;
<esle hombre) que acaba de morir en una cruz romana. Este mensaje sería y la luz de mis ojos no está conmigo.
oportuno para la comunidad marcana, que tal vez se había visto cogida en Mis amigos y compañeros se acercan frente a mí y se detienen, ii
el fuego cmzado de la rebelión judía contra los romanos, una insurrección y mis íntimos se mantienen a lo lejos (Sal 38, l0-ll [37, l1-12 LXX]).
conducida quizás por pretendientes mesiánicos (cf. Introducción en el vol.
1,52-56). La rebelión, además, había sido aplastada por Vespasiano, que Aquí tenemos no sólo la relación obvia con el cuadro de los conocidos
podría estar gobemando como emperador (del 69 al 79) cuando Marcos tle Jesús que observan desde lejos (apo makrother), sino también la irnagen
escribió su evangelio. El poder real revelado en la cruz es así lo contrario dc los espectadores que están frente a él(ex enantias mou;cf.15, 39) y del
de la coerción imperial, que vence a la humanidad por lafuerza, y de su sufi'iente turbado, abandonado (enkatelipen; cf. 15, 34), que va hacia la
reacción igual pero contraria, la violencia revolucionaria. oscuridad (cf. l 5, 33-34).
La revelación que tiene lugar con la muerte de Jesús vence también el Pero la pintura de las mujeres no es negativa en principio. Estas mismas
dualismo que atraviesa todo el evangelio: el enfrentamiento entre Dios y hu- liguras reaparecerán en los dos pasajes restantes del evangelio, donde darán
manidad, pues esta última estaba bajo el poder de Satanás (cf. 7, 7-8; 8, 33). tcstimonio no sólo de la sepultura de Jesús (15,42-47), sino también de la
Mas ahora, por la muerte de Jesús enla cruz, que actua como un exorcismo, tumba vacía, que proclamará su resurrección (16, l-8). Son, pues, como
se produce una bendita paradoja apocalíptica, gracias a ella surge el resplan- afinnan Davies-Allisoneo <testigos oculares de la tríada kerigmática: Jesús
dor de la nueva edad desde las profundidades de la debilidad y el dolor, y un rnurió, fue enterrado, resucitó> (cf. I Cor 15, 3-5). Marcos cataloga cuidado-
hombre sufriente se revela como el Hijo de Dios88. Al penetrar en el sentido sarnente sus nombres, de modo que sus lectores puedan caer en la cuenta de
de esta paradoja cristológica, el centurión, un ser ajeno a la <ciudadanía de cstas conexiones ( 15, 40b; cf. nola a <<María Magdalena y María, la madre
Israel>, <ajeno a las alianzas de la promesa>> (Ef 2, 12), un pagano de una tle Santiago el Menor y de Joseto, y Salomé>). El evangelista procede en-
tiena distante, se hace el primer ser humano del evangelio que capta la altura tonces a ofrecer una amplia visión restrospectiva sobre la experiencia ante-
y la profundidad de la identidad de Jesús. Así, inconscientemente, cumple rior de estas mujeres con Jesús, que mejora considerablernente la impresión
el final triunfante del salmo cuyas ardientes palabras han ido marcando la rrcgativa causada por su imagen como mujeres lejanas a su sufrimiento:
escena de Ia muerte de Jesús en el evangelio. (cf. 15, 24.29-32.34): habían seguido a Jesús cuando estaba en Galilea ( 1 5, 4l a), lo habían servido
Todos los confines de la tierra recordarán
lllí (15,4lb), y habían subido con él a Jerusalén (15,41c).
y se volverán al Señor; Estos detalles son paralelos a las menciones de los discípulos varones
y todas las familias de las naciones c¡r varios aspectos: ambos grupos siguen a Jesús (cf. l, l6-20; 6, l; 10, 28,
lo adorarán. 32), ambos están relacionados con su ministerio en Galilea (cf. I, 16.28-
Pues el reinado pertenece al Señor, 2c); 9, 30; 14,28; 16, 7), y ambos suben con él a Jerusalén (cf. I 0, 32-33).
y reina sobre las naciones (Sal 22, 27-28).
Además, como los doce varones, las tres mujeres son el núcleo de un grupo
rrrás amplio de muchos seguidores (cf . 3,7 .13-14;4, l0). Pero a diferencia
15,40-41. Las mujeres observan desde lejos. Después de la confesión
tlc los hombres, que escaparon cuando Jesús fue detenido (14,50-52), y
trascendental del centurión, el foco cambia a otros testigos de la muerte dc
como la mujer anónima que había ungido a Jesús en 14, l-9, estas rnujeres
Jesús, un grupo de reverentes mujeres (15,40-41). Aunque estas féminas

tt9. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Go.tpcl Att'onling to Suint Matthew3,637,


87. cf. A. Y. Cof lins, Son of God Among Jeu,s y Son of God Among Greeks,94-96. rrota 150.
88. Cf. P. G. Davis, Markb Christological Paradox. 90. tbid.,3,637.
I 234 Sextu secciórt printipul (Mt 14, I 1 5, 47) Mt 15. 4)-.17; N,tt,t¡ 1235

aparecen vinculadas con el último acto de servicio de Jesús, su muerte (cf. (cf. 14, 15:20,8)r. Por tanto, (Y llegacla yit lit tlrrtle. y¿r (lr.rc cra el día de la
10,45). Así pues, el servicio de las rnujeres a Jesús enmarca así el cvangc-
¡rreparación> puede ser una de las expresiorrcs tloblcs tíllicas de Marcos, en
lio entero (cf. 1, 31), y es posible que el evangelista solo mencione aquí el las que el segundo miembro califica al prinrct'o': cs ya rry.r'strt, pero aún no
ministerio anterior de las dos Marías y de Salomé -después de que la vida totalneute oscuro, y de ahí que el sábado aúll ntl ltaya ctlmenzado.
de Jesús se halla en el nivel mínimo-, porque su servicio está entrelazado ya que era el día de la preparación (e's deL'ir el díu untes del sábado)
misteriosamente con el propio acto sacrificial de Jesúser.
It,¡tei én paraskeue ho estin prosabbatonf. Puru.skcrrC puede denotar el <día
lnesperadamente. sin embargo, no serán estas mujeres. cuyo continua rlc preparación> bien para la Pascua (por ejemplo, Jn I9, I4) o para el sába-
vinculación a Jesús acaba de destacar el evangelista, sino un miembro de tlo (por ejernplo, Josefo, Ant. 16, 163; Jn 19, 3l). La tradición premarcana
la élite judía, que hasta ahorahabía sido abrumadoramente hostil, el que en sc refiere probablernente a lo primero, ya que lo probable es que Jesús fuera
el siguiente pasaje del evangelio asumirá la caritativa tarea de sepultarlo. crLrcificado durante el día anterior a la Pascua (cf . nota a <No durante la fies-
tu> en 14, 2)r. Por tanto, <Es decir el día antes del sábado> puede ser una
slosa marcana pensada para alinear la tradición con la propia cronología del
14. Sgpulruna oE JEsús (15,42-47) cvangelista. Esta teoría explica el hecho de que José sea capaz de comprar
trrr paño de lino, cuando las transacciones comerciales estarían prohibidas
15 IY
llegada ya la tarde, ya qLle era el día de la preparación (es rrorrnalmente en la Pascua (cf. Lv 23, 7 -8;' Neh I 0, 3 I ; Arn 8, 5).
decir, el día antes del sábado), a'rvino José de Arimatea, un miem- 43. José de Arimateallosaph apo Arimafhaia]' Algunos textos (8, D, el
bro destacado del Consejo, que estaba también esperando el reinado Sinaítico siríaco y algunos testigos bohaíricos) tienen el artículo definido fto
de Dios. Armándose de valor, entró donde Pilato y solicitó el cuer- (<<cl>) antes de apo (<de>), pero el significado es definido incluso si el ar-
po de Jesús. aa Pero Pilato se admiró de que estuviera ya muerto, y tras ticulo está ausente. En cuanto aArimateas, Eusebioo y Jerónimo7 la iden-
llamar al centurión, le preguntó si había muerto ya. "Y tras saberlo tilican con Ramá (<La altura>), lugar de nacimiento de Samuel, una ciudad
por el centurión, concedió el cadáver a José. a6Y tras comprar un paño cn la zona de colinas de Judea, a unos 37 kilómetros al este de la Jaffa
rnoderna. Esta identificación tiene sentido en el ámbito filológico; en I Sm
de lino, 1o bajó y lo envolvió en el paño y lo depositó en un sepulcro
que había sido tallado en la roca, ehizo rodar una piedra sobre la puer-
I, 19, Ana, que ha concebido a Samuel, vuelve aHaramata (<a Ramá>),
t¡rrc los LXX transliteran corlo Armathaim (l Sm 1, l9). Es interesante
ta del sepulcro. 17Y María Magdalena y María de Joseto contemplaban
t¡rrc después de que Samuel hubiera nacido en Ramá/Arimatea, Ana alaba a
donde había sido puesto. l)ios porque hace subir del Sheol a algunos ( I Srn 2, 6), que es exactamente
Io c¡ue Dios hará por Jesús en el siguiente pasaje de Marcos.
ntientbro destacado del Consejo feuschCmrln bouleufésl- Bouleutés indi-
Notas
c¡ tal vez que José es miembro de la boulé, el consejo dirigente de la Pales-
lina judía, que Marcos en otros lugares llama Sanedrín (cf. 14,55; 15, l, y
15, 42. Y lleguda ya la tarde lédé opsias genontenésf. Sería posible
.losefo, 8et1.2,405; sobre la sinonirnia de ambas palabras, cf . apéndice <<Los
traducir esta frase: <Cuando estaba llegando ya la tarde>, y sería lógico, ya
tlirigentes judíos en Marcos>). Es posible que el evangelista evite el ernpleo
que la motivación de José parece ser conseguir dar sepultura a Jesús antes
tlc <Sanedrín>> en este pasaje porque, dada la hostilidad de ese cuerpo hacia
de que el sábado llegue, al ocaso. Sin ernbargo, en otros lugares de Marcos
lcsús, la palabra está conompida. Euschémon tiene el n-ratiz de <noble>'
la construcción con genitivo absoluto más genomenou / genomenés indica ,,inlluyente>> o <rico> coluo en Hch 13,50; 17, 12 y en los papiross; por
por lo general la llegada efectiva de un rnornento temporal y no su aproxi-
trurto, la calificación de José como plousios (<rico>) enMt27,57 es una de-
mación (cf. 1,32 4,17;6,2.21.35.47;15, 33), aunque en 14,17 <cuando
tlLrcción lógica a partir de Marcos. Para otra indicación de la riqueza de José,
estaba llegando la tarde> es también una traducción posible para opsius
t'l'. ttota a <<hizo rodar una piedra sobre la ptrerta dcl sepulcro>> en 15, 46.
genomenés. Pero incluso si se entiende nuestro pasaje corno si supusiera
la llegada de la op,sia,la sepultura de Jesús por parte de José no es nece-
sariamente una violación de ley judía. Como señala Brownr, esta palabra 2. Cf. BDAG 746 [2].
puede designar no sólo el tiempo después de la puesta del sol (cf . 14, 23. l. CL F. Neirynck, Dualitt' in Mark.
.+. Cf. G. Theissen. The Gospels in ('tttttt'.tt. l6J
16,2), sino también la última hora del mediodía, antes de la tarde como tal 5. Cf. J. A. Pattengale, Arinntlrcu.
(r. Eusebio de Cesarea. Ottottttt,rliLttt¡,l'l{. lS.
7. Jerónirno, Contetúario a los I'ihn,s (¿' /it'lr'\. irr( il)rl
91. CLE,.S.Malbon.F¿rl/ibleFollowers,4l ;S.Miller.WomeninMarklsGo.spel,l69-173. S. Cf. M-M 266; V' Taylor. Tht'(itttl¡L'l l'r''tr'lttr.tl tt' \'tt¡ttt '1/ra'lt' 600: J' Gnilka. E/
l. R. E. Brown, Death of the Messiah 2, l2ll-1212. , r,trtgelio según san Morcos 2.390.
r 236 Sexta sección principal (Mc 14, 1-15, 47) Mc 15. 42-47: Nttrt: t237

que también estaba esperando el reinado de Dios los kai autus An pros- ,'l caso de Jesús, especialmente porque las tuntblrs lrrrligrrls.irrtlías cncontra-
dechomenos tén basileiqn tou theouf. El sentido de autos kai (lit. <y tambiérr tlrrs en un radio de unos 18 metros del Santo Sc¡rrrlclo sort tlcl lipo loculus.
él mismo>) es oscuro: en el contexto inmediato, ¿quién, además de José, I )cspués de un año, cuando la came se había clcsctlttt¡'rttcslo y tlcsaparecido,
estaba esperando el reinado de Dios? Probablemente no otros miembros del Ios huesos eran recogidos y colocados en osariosrr.
Sanedrín, aunque pudiera referirse a ellos de modo implícito por la mención Marcos no dice, como hace Mt27,60, que cl sopulcro cn cuestión era
de José como ((un miembro destacado del Consejo>>. Lührmanne sugierc ¡rlopiedad de José, y el hecho de que se lo identifique conro natural de Ari-
que es una referencia a Jesús y a sus discípulos; José, aunque no sea uno nurtea y no de Jerusalén podría sugerir lo contrario. Francerr, sin ernbargo,
de éstos, esperaba con ilusión como ellos el inicio del reinado de Dios. Los :usumenta que Mateo talvez tiene razón respecto a quc la turnba fuera
discípulos, sin embargo, no han sido mencionados desde que escaparon en ¡rnrpiedad de José, ya que es difícil ver cómo de lo contrario podría haber
14, 50-52. El referente más inmediato son las mujeres mencionadas en el tcnido acceso a un cenotafio de élite con un aviso tan rápido (sobre la natu-
pasaje precedente, que habían seguido a Jesús, lo habían servido en Galilea rrrlcza de la tumba, propia de la clase elevada, cf . la nota siguiente). Parece
y habían subido con él a Jerusalén (15,40-41), al parecer porque esperaban t'rtraño, sin duda, la posesión de un sepulcro de élite cerca de un lugar de
que el reinado de Dios se revelaría en la ciudad santa gracias a las palabras t' jccución, pero como señala Brownra, es posible que la cercanía a la ciudad

y hechos mesiánicos de Jesús (cf. Is 2, 2-3; SalSl. 17 ,30-34). \lnta compensara tal desventaja; hay un caso paralelo -añade Brown- en
45. el cadáver lto ptóma]. Muchos manuscritos (A, C, W V, 083, /r.tr, lrrs impresionantes fumbas del siglo I localizadas en el valle del Cedrón, a
33, así como el texto mayoritario, más los testigos latinos, coptos y siríacos ¡rcsar de su proximidad al indeseable valle de Hinnom (gehenna).
excepto el Sinaítico) leen aquí sóma (<<ouerpo>), como en 15, 43. Pero una hizo rodar una piedra sobre la puerta del septtlcro lproseleylisen lithon
poderosa combinación de manuscritos, incluidos el Sinaítico (griego y si- t'¡ti lCn thyran tou mnémeioul. La mayoría de las tumbas en cuevas de la
ríaco), V¿ticano y Beza, así como L, @, 565, están de acuerdo en la lectura i'¡roca del Segundo Templo en y alrededor de Jerusalén estaban selladas
ptoma. Este es el texto preferible, especialmente porque el cambio de algún ('()n piedras cuadradas o rectangulares; sólo cuatro de las novecientos o
escriba de ptóma a soma es más fácil de imaginar que el contrario; ptomo ¡r¿is tumbas descubiertas hasta ahora estaban selladas con piedras circu-
es un término duro que se refiere a un cadáveq especialmente de alguierr lrrrcs, y estas tumbas pertenecieron al parecer a gente rica y destacada (las
muerto violentamente, mientras que sóma es una palabra más solemne que nr¿is famosas, la familia herodiana y la reina Elena de Adiabene). Las pie-
se refiere a un cuerpo muerto o vivor0. La variación entre soma en 15,43 y tlras rectangulares, que pesaban aproximadamente 250 kilos, estaban cin-
ptóma en 15, 45 es aducida por Schonfieldrr como prueba de que Jesús fue ecladas para que encajaran como tapones en las aberturas de las tumbas y
bajado vivo de \a cruz, pero en estado de coma (cf. comentario a 15,42- lir rnaniobra para colocarlas en su sitio era difici|s. Las piedras redondas,
45): José, que sabía que Jesús estaba todavía vivo, solicitó sJ clterpo,perc, cn fbrma de disco, aunque mucho más pesadas (aproximadamente de 750 a
Pilato, sin saberlo, concedió a José su cadáver (sobre la teoría del coma, cl. I 500 kilos, según la estimación de Kloner), estaban colocadas en pequeños
el apéndice <La tumba vacía>). La variación, sin embargo, intenta reflejar clnales transversales, que habrían facilitado el movimiento hasta su lugar
probablemente la reverencia de José para con Jesús. r'()n ayuda de palancasr6.
46. lo depositó en un sepulcro lethéken auton en mnémeiQl. En las tum- KlonerrT, sin embargo, tras señalar la predominancia aplastante del tipo
bas típicamente judías de la Palestina romana, un pasillo corto conducía a t uadrado o rectangulaq sugiere que es éste el tipo que nuestro pasaje tiene
una o varias cámaras funerarias, que eran de techo bajo (aproximadamentc cn nrente; pro selgtlisen (<hizo rodar hacia>) -afirma no implica necesaria-
I metro de altura) pero relativamente espaciosas en sus dimensiones hori- r)rcnte que la piedra fuera redonda. Allisonrs, en apoyo de esta idea, señala
zontales (las dos cámaras en la Tumba 1 de Giv'at ha-Mivtar, por ejemplo. ¡rrrsajes de Diodoro Sículore, Jos 10, 18 y 2 Re 9, 33 en los que leylioun pue-
tienen cada una aproximadamente 3 metros y medio cuadrados). El modo tl"^ referirse a <<'rodar' o 'mover'un objeto no circular>. De todos modos

usual de enterramiento en las épocas helenística y romana era en loculi o l¡ylioun por lo general implica hacer rodar urr ob.icto rctlonclo, y puede ser así
kókím, que Brown llama <columbarios profundos>. En este sistema había cn los dos primeros pasajes citados por Allison, y y¿r cprc cstlt atestiguada la
nichos estrechos y largos, de un tamaño aproximado 60 x 60 x 180 centí-
I 2. Cf. R. E. Brown, Death of the Mes,s iah 2. I 24tt- I l'{()l ll. ll. Mc('anc, Rol I Back the
metros por lo general, tallados horizontalmente en las paredes de la cámara
.\tone,32-34.39-46.
funeraria; los cuerpos eran colocados en ellos con la cabeza hacia dentro. 13. R. T. France,The Gospel ofMark,666.
Es éste probablemente el modo de sepultura que debemos imaginarnos crr 14. R. E. Brown, Death of the Mes.siuh 2. I 250 I -) 5 L
15. Cf.A. Kloner,RollingStone;B.ll. Mt('¡rrrc, lit¡ll lltn A tln"\tottc.33.
I 6. Cf. J. Finegan, The Archaeoltry.t' rtf tln Nt'n I t stt ttttt ttt. .\ll.J.
9. D. Lührmann, Das Markusevangelium,26T. 17. A. Kloner, Rolling Stone.
10. cf. BDAG 895. 18. D. C. Allison, Resurrecting.lt',vrr.s, .l(r \. rtol;r lr'l
I

I l. H. J. Schonfield. The Passover Plot. l6l. I littt¡t t,t I /. ('X .'


I 238 Sexta sec'ción principal (Mc, 14, I t5.47) Mt' 15, 42-47. ( ()ntt'ttl(u ¡t) t239

existencia de algunas piedras redondas en la época del Segundo Templo en Nuestro pasaje parece incorporar una c()ncisa (rarlición flrreraria pre-
tumbas muy conocidas, parece más sensato pensar que la piedra en nuestro rtlarcana, que tanto el evangelista conlo .luan (19. 3lJ-42) I.ran asumido y
pasaje era de esta clase. No es inverosímil que José poseyera un sepulcro corregido a su manera2r. Un elemento prerrrarcano cs la descripción de José
de élite con este tipo de sellado especial, ya que aparece dibujado como un corro ((un miembro destacado del Consejo> cs dccir, un sanedrita, frase que
ciudadano principal de Jerusalén (cf. nofa a <miembro destacado del con- contiene dos hápax legomena marcanos (cf . gkt.sorio) y clue entra en conflic-
sejo> en 15,43). to con la presentación del evangelista de <el Sanedrín entero)) participando
Hay algunas dudas, sin embargo, sobre si José sería capaz de mover cn la condena de Jesús (14,55; 15, l). La presencia de la tradición queda
tal piedra solo, como una lectura de literal de 15,46 podría dar a entender. también sugerida por los nombres de las mujeres al final (15,47; cf. nota a
La mayor parte de las piedras circulares tienen al menos 1,20 metros de <<María Magdalena y María, la madre de Santiago el Menor y de Joseto, y
diámetro, y la piedra de la tumba herodiana tiene al menos 90 centímetros Salomé> en 15, 40). Además, la frase explicativa en 15,42 (<es deci¡ el día
de espesor. Incluso con la ayuda de palancas, la maniobra de corocar en su antes del sábado>) parece ser una glosa marcana a una formulación preexis-
lugar piedras tan pesadas sería muy dificil para una persona sola. Esta im- tcnte ((ya que era el día de la preparacióu); la mención temporal, al princi-
presión se apoya en las referencias literarias adernás de Mc 15,46. un poco
¡rio, en genitivo absoluto, típicamente marcano (kai édé opsias genomenés:
más tarde en el propio relato de Marcos, las tres mujeres que van al sepulcro .<y llegada ya la tarde>) transforma la frase anterior en una doble expresión
durante la mañana de Pascua piensa'r que no pueden mover la piedia por tcr.nporal característica de Marcos (cf. otros casos redaccionales de opsias
sus propios medios (16, 3), y el ethCkan en plural (<lo pusieron>) en 16, 6
,genomenCs en I ,32: 4,35:, y 14, 11). Es también posible que la pregunta de
puede contener un recuerdo de que José tenía ayudantes (cf. Jn lg,3g-42, l'i lato y la respuesta del centurión en 15, 44-45a sean marcanos; colxo seña-
donde le asiste Nicodemo). El códice Beza,Lc 23,53,dice que veinte hom- Ia Cnilkar2, se trata de un estilo indirecto y hay varias palabras típicamente
bres movieron la piedra con dificultad , y Evpe.8, 3l afirma que ponerla en nrarcanas (<se admiró>, <llamando>, <preguntó>, <tras saberlo>).
movimiento requirió el esfuerzo <de todos los que estaban allí>. Aunque al- La primera sección del pasaje (15,42-45) concienre a la petición de Jo-
gunos de estos pasajes pretendan refutar la acusación de que los discípulos sé a Pilato del cuerpo de Jesús, la sección segunda, lnás breve (15,46-47),
de Jesús irrumpieron en la turnba y robaron su cuerpo, pueden estar basados sc refiere a la sepultura de Jesús por José.
también en observaciones o inferencias auténticas.
¿Cómo, pues, movió José la piedra? Una respuesta posible es que Mar_ 15,42-45. Pelición a PilaÍo. Con la muefte de Jesús a las tres de la tarde,
cos no quiere dar a entender realmente que lo hizo él solo. proseltylisen scgún el cómputo marcano (cf. 15,34), se presenta en el relato la presión
puede reflejar más bien la tendencia rlarcana, especialrnente cuando se rlel tiempo: si Jesús debe ser enterrado antes de que comience el sábado, en
trata de funcionarios, a usar verbos causativos en yoz activa (cf. la nora en cl que está prohibido trabajar, hay que hacerlo antes del ocaso (cf. nofa a il
<deseando satisfacer a la muchedumbre, les liberó a Barrabás, y entregó a (ya que era el día de la preparación [es decir el día antes del sábado]> en
Jesús, después de azotarlo> en I 5, I 5)r0.
I 5, 42). Esta tarea cae sobre un personaje presentado bruscamente, llamado I

.losé. El único trasfondo que se nos da sobre esta figura es el nombre de su I

ciLrdad natal (cf. nota a <<José de Arimateo> en 15, 43), que él es <un miem-
Comentario
lrro destacado del Consejo>> (euschémón bouleutes) y que <estaba esperan-
tlo el reinado de Dios>.
Introducción En los últimos capítulos Jesús ha pasado de un movi_
miento casi constante que lo ha caracterizado a través de la mayor parte ¿Qué significan exactamente estas frases? A diferencia de Mateo (27,
57) y de Juan (19,38), Marcos no dice que José es un discípulo de Jesús, y
de su ministerio- al movimiento restringido de un preso, a la inmoviiidad
llrownrr argumenta que incluso puede no haber sido ni siquiera un simpa-
paralizante de un crucificado y finalmente a la inercia absoluta de la muer-
tizante; si fuera así, habría probablemente alguna indicación de coopera-
te. otros personajes, por tanto, deben convertirse ahora en los sujetos de la
ción entre él y las mujeres. José, además, estii probablemente retratado co-
acción. La figura dominante es aquí José de Arimatea, presentado de repen-
nro miembro del Sanedrín, el cuerpo judicial c¡ue había condenado a Jesús
te en 15, 42-43; el pasaje está completarnente tomado por sus enérgicas ac-
por una acusación capital (cf. nolct a <rricrnblo dcstacado del Consejo> en
ciones y las reacciones del pueblo hacia ellas. pero dos de ras tres mujeres
15, 43), y Marcos, a diferencia de Lc 2-1, .5 l. rro rncltciona ninguna frase
que habían sido mencionadas al final del pasaje anterior reaparecen al final
cxcluyente en el caso de José, ¿rccnluan(lo crr ¡lrsljcs anteriores que <el
de éste, y desempeñan aquí la función de testigos para confirmar lo que los
varones han dicho y han hecho.
21. Cf,. W. Reinbold. Der cilta.stt' IJL't'it ltt iilvr th tt li¡tl .lt'stt.l75-176.
22. J. Gnilka, El evangelio .st'stitt :tut ,4/rlirrr .). lSli.
20. Cf. M.-J. Lagrange, Évattgila selon Soint Mat.c,442. 23. R. E. Brown, Death ol lhc lTatsirrlr l. L) l.l L) li).
I 240 Sexlo sección principal (Mc 14, I-15, 47) Mc I5, 42-47: ('ontt'ttlrtt io t241

Sanedrín entero)) colaboró en la condenación (cf. 14,55 15, l). Esta teoría había sido abrumadoramente hostil a Jesús. La bucna voluntad de José de
de la hostilidad de José se apoya en Hch 13,27-29, que parece suponer que correr riesgos por enterrar a Jesús (cf. <Arrrrándosc dc valor>> en 15, 43c),
Jesús fue enterrado por sus enemigos. Para Brown, por tanto, las acciones aunque sea posible en alguien no simpatizante (cf. Tob I , 19), es más plau-
de José no fueron inspiradas por un compromiso hacia Jesús, sino por un sible en el caso de un partidario, y el hecho de que enterrara a Jesús en un
deseo de evitar la vergüenza de que un connacional judío, aunque fuera sepulcro costoso, de piedra, individual, enyez de en una tumba común para
pecadoq perrnaneciera en la cruz durante todo el sábado (cf. Dt 21,22-23; criminales ejecutados sugiere que no lo consideraba un infractor (cf . la nota
Josefo, (Bell. 4, 317; m. Sanh. 6,4). Según esta opinión, José se parece a a <hizo rodar una piedra sobre la puerta del sepulcro>> en 15, 46)30. Además,
Tobit, que está dispuesto a asumir el riesgo de enfrentarse a las autoridades el acto caritativo de José de dar sepultura a Jesús no incluyó a los tresjudíos
con tal de realizar la buena acción de enterrar a sus correligionarios muertos crucificados, sino sólo a Jesús, aun cuando los otros dos pudieron haber
(cf. Tob l, 16-20; 2, I -7). muerto al mismo tiempo (cf. Jn 19,31-33), y probablemente indica una
En línea con su interpretación negativa de la motivación de José, Brown solicitud especial por Jesús (sobre la nacionalidad judía <de los bandidos>
caracteriza la sepultura de Jesús como deshonrosa. Un entierro de esta na- crucificados con Jesús, cf. la nota a <bandidos>> en 15, 27).
turaleza era frecuente para personas condenadas por tribunales judíos (cf., Fuera o no realmente el José de Arimatea histórico un simpatizante de
por ejemplo, Josefo, Ant. 5,44 t. Sanh.9, 8) o ejecutados por los romanos2a. .lesús, es prácticamente seguro, sin embargo, que Marcos lo presenta como
McCane2s apoya la tesis de una sepultura deshonrosa indicando que el relato tal. La descripción del evangelista de José como uno <que estaba esperando
marcano omite dos rasgos indispensables del entierro honorable, a saber, cl reinado de Dios> lo vincula con la revelación de larealeza divina que ha
los ritos del luto y la colocación en un sepulcro familiar, y que el evangelio tenido lugar anteriormente, en el capítulo 15, donde Jesús fue crucificado
presenta sólo una mínima preparación del cuerpo del difunto. como <el rey de los judíos> y donde la confesión del centurión, en conjun-
Pero los datos pueden ser también interpretados como indicación de ción con el Sal 22,27-28, proclama que su muerte es la inauguración del
que José respetaba a Jesús. Los romanos permitían a veces el entierro ho- reinado de Dios (cf. comentario a 15,38-39). Es posible que José no fuera
norable de los que habían sido ejecutados, incluso de los crucificados, co- un discípulo en pleno sentido, pero era algo más que un judío piadoso; como
mo se demuestra por los testimonios literarios26 y por los restos arqueológi- cl perspicaz escriba en 12,34, <no estaba lejos del reinado de Dios>. Por su
cos del crucificado de Giv'at ha-Mivtar, enterrado en una tumba familiar2i. buena voluntad de asumir un riesgo en relación con Jesús ejecutado, se sitúa
La proximidad del sábado envez de un deseo de deshonrar a Jesús puede dentro de las promesas de8,34-9,1 y 10, 23-31, que vinculan el riesgo y la
explicar la naturaleza abreviada de los ritos sepulcrales por parte de José pérdida a causa de Jesús con la entrada en el reinado de Dios. Como afirma
(cf . comentario a 15, 46-47). Como señala Craig28, además, la falta de en- Seniofr: <Marcos retrata a José realizando algo que los discípulos tenían
terramiento de Jesús en una tumba familiar no indica necesariamente una rniedo de hacer: se vincula así con Jesús crucificado>. Por tanto, aunque fue-
sepultura deshonrosa; Jesús no era natural de Jerusalén, sino del lejano ra posible interpretar la imagen marcana de <la espera del reinado de Dios>
Nazaret, y los que morían lejos de la casa familiar eran generalmente ente- por parte de José en sentido negativo e irónico -José desconoce el hecho de
rrados donde habían fallecido (cf. Gn 35, 8.19-20). Respecto a Jerusalén en c¡ue el reinado de Dios ha llegado ya por la muerte de Jesús-, es más proba-
particular, Mt27,7 sugiere que los peregrinos que morían en la ciudad san- ble que Marcos 1o haya entendido positivamente: José ha comenzado a ser
ta eran enterrados allí en vez de ser transportado a sus casas. Y no es nada aprehendido por el reinado divino que había estado esperandos2.
claro que recibir sepultura en una tumba, como había ocurrido con Jesús, Armándose de valor y solicitando audazmente el cuerpo de Jesús ante
fuera alguna vez deshonroso; los casos bíblicos que conocemos, parecen Pilato (15,43c), José demuestra tanto su lealtad incipiente a Jesús como
implicar más bien que (se arrojaba el cadáver al suelo o se introducía en la la sorprendente iniciativa que surge cuando el reinado de Dios aparece en
tierra y se cubría con basura o piedras>2e. escena. Tal petición requería audacia, ya que Jesús había sido crucificado
Parece improbable, por tanto, que la sepultura de Jesús fuera vergon- como enemigo del estado, y cualquier acto caritativo hacia él podría identi-
zosa y aumenta la posibilidad de que el hombre responsable de ello fuera flcar al benefactor como miembro de un grupo subversivo33. El Pilato mar-
un simpatizante, aunque fuera incluso miembro de un cuerpo judicial que cano. sin embargo, instruido quizás por sus propios sentimientos positivos
hacia Jesús (cf. los comentarios a 15, I -5.6- I 5), no lo toma con resentimien-
24. Cf ., por ejemplo, Tácito, Anales 6, 29; Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástitu to, sino que expresa su asombro de quc Jcsírs haya muerto ya ( 15, 44a). El
5, 1, 6l-62.
25. B. R. McCane, Roll Back the Stone,89-108.
26. Cf., por ejemplo, Filón, Contra Flaco, 83; Justiniano, Digesfo, 48, 24. 30. Cfl. R. T. France, The Gospel tl Murk.666.
27. Cf . H. W. Kuhn, Der Gekretrzigte von Giv'at ha-Mitvar. 31. D. Senior, The Passion oJ Jcstr.s, l)3.
28. W. L. Craig, Was Jesus Buried in Shame?, 40'7 . 32. Cf. A. M. Ambrozic, The Hiddcn Kitrgtkttrt.2lO-243.
29. Ibid.,403. Cf'. Jos7,25-26;8,29;2Sm 18, l7; Jr 22, 19 26,23. 33. Cf. R. E,. Brown, Death of rha ll4c.svittlt l. ll I 7.
Sexto sección principal (Mc' 14, I-15, 47) Mc I5, 42-47: ('otttrtttttt ¡tt I 243

verbo utilizado aquí, fhaumazein, es el mismo que fue empleado en 15,5 pero es posible también que tenga una intptlrtattcilr tll¿is ¡llglunda: mientras
para manifestar el temor de Pilato ante el rechazo de Jesús a contestar. Este .losé y Pilato consideran que Jesús ha sido rctltrciclo al estado de cadáver, el
último pasaje recuerda el famoso testimonio de Isaías acerca del Siervo del narrador lo ve aún como ser animado, en línea cott el pensamiento común
Señor, que sufre silenciosamente ante quienes lo atormentan (cf. 53, 7); por del Antiguo Testamento <se reunió con su pueblo / cotr sus padres> (Gn 25,
tanto, la imagen completa del gobemador romano en el evangelio queda 8.17 : 49, 29 Jue2, 1 0, etc.) y con la práctica judía de una segunda sepultu-
enmarcada por su asombro ante Jesús, por lo que cumple la profecía de una rai7. Por tanto, el pronombre personal masculino repetido tres veces puede
parte anterior del rnismo texto veterotestamentario: <Asombrará a muchas presagiar la resurrección de Jesús.
naciones (lhaumasontai... ep'autQ), y los reyes cerrarán sus bocas ante él> Marcos describe lo que podríamos denominar una sepultura <básica>:
(ls 52, l5 LXX). A causa de la densidad de las alusiones al pasaje del siervo .losé compra un paño de lino que sirva de envoltorio, baja el cuerpo de
sufriente en estos versículos, es posible que el calificativo de José corno .lesús de la cruz, lo envuelve en el paño y lo coloca en el sepulcro que
euschemón, que denota a un hombre rico (cf. nota a <miembro destacado cree que será su lugar de reposo final (15,46a). Los ritos acostumbrados
del Consejo>> en 15,43), evoque el mismo texto, puesto que según ls 53, 9 cle preparación del cadáver, lavado y unción con perfumes (cf. Hch 9, 37;
el siervo del Señor tendrá su tumba entre los ricos3a. nt.Sabb.23,5), no se mencionan (contrástese con Jn 19,39-40), por lo
La causa concreta de la admiración de Pilato en este caso es que Jesús que algunos han considerado esta omisión como un signo de la falta de
hubiera muerto tan rápidamente, una noticia que Mateo (27, 58) y Lucas respeto hacia Jesús por parte de José38. Sin embargo, la necesidad de ha-
(23,52) orniten. Como señala Seniorrs, el verbo <morin aparece dos veces ber enterrado a Jesús antes del ocaso pudo haber impedido las exequias
en 15,44, y luego el centurión confirma el fallecirniento de Jesús en 15, lrabituales; aunque m. Sabb. 23,4-5 permite la preparación del cadáver en
45. Este hincapié en la realidad de la muerte de Jesús puede responder al sábado, prohíbe el movimiento, es decir, la sepultura del cuerpo. No hay
deseo de Marcos de refutar el rumor de que fue bajado vivo de la cruz (cf. el iluda de que el enterramiento podía haberse retrasado hasta que terminara
apéndice <La tumba vacía>); Marcos reconoce implícitamente la existencia el sábado; Brown aduce Sipre Dt. 5221 (cf. m. Sanh. 6,5), que indica que
de este rumor al rnismo tiempo que trata de ponerle coto acentuando que el <puede ser mejor dejar el cuerpo expuesto toda la noche que enterrarlo sin
centurión, que indudablemente había presidido rnuchas ejecuciones y sabía la preparación apropiado>. Reconoce, sin embargo, que tal permisividad
cuando alguien estaba muefto con sólo verlo, confirma el fallecimiento de podía no ser aplicable en la ciudad santa de Jerusalén. Y es posible también
Jesús. Mateo y Lucas, sin embargo, piensan al parecer que es preferible no que retrasar la sepultura de Jesús otro día y medio no fuera aconsejable
levantar bandera roja y, por tanto, no mencionan en absoluto el asunto. debido a la importancia política de la muerte de Jesús y la hostilidad hacia
Después de la confinnación de la muerte de Jesús, el centurión, que ha- él de la mayoría del Sanedrín.
bía desempeñado un papel tan impoftante en el pasaje anterior, desaparece Por tanto y sencillarnente, no hubo tiempo el viemes por la tarde para
silenciosamente en el trasfondo. Pilato por su pafte, tras recibir el testimo- r.rn lavado y unción apropiados del cuerpo de Jesús. En la historia lrlarcana,

nio del centurión, concede el cuerpo de Jesús a José (15,45) y abandona sin embargo, este déficit se compensa de dos modos. Prilnero, el cuerpo
silenciosamente también el relato. Los representantes del poder irnperial, de Jesús ha sido ya ungido por una mujer en Betania, que había vertido un
por tanto, se difuminan en la tramoya de una manera sorprendentemente ungüento precioso sobre su cabeza dos días antes de su muerte (cf. 14, 8).
discreta, quizás como ilustración de la opinión marcana de que ellos sólo Segundo, las mujeres que son testigos de las acciones de José intentarán
gobiernan en apariencia (cf. 10, 42). Otro tipo de imperio está a punto de compensar su omisión yendo al sepulcro para ungir el cadáver de Jesús
afirmar su dominio sobre el mundo (16, l-8). cuando se termine el sábado, dos días después de su muerte ( 16, l).
Después de la concisa descripción de la preparación del cuerpo, la tum-
15,46-47. La ,sepuhura. Primero, sin embargo, el cuerpo de Jesús debc ba en sí concentra la atención: Marcos nos informa de que había sido <ta-
ser depositado en un sepulcro, y esta acción se describe concisamente en llada en la roca> (15,46b). Ésta era la forma normal de la construcción de
15,46. El vocabulario utilizado para el cuerpo de Jesús es distinto aquí del tumbas en la primitiva Palestina romana; las trrrnbas se tallaban en la blan-
empleado en 15,43-45: José solicitó el cuerpo de Jesús, y Pilato le conce- da base de roca calcárea tan común en la zona. La gente por lo general era
dió el cadáver, pero ahora José lobaja, /o envuelve en un sudario y /o colo- enterrada en nichos sepulcrales (loculi\. cxcavaclos horizontalmente en las
ca en la tumba (los tres <1o> son en griego pronombre personal masculino: paredes de tales tumbas (cf. nota a <lo clc¡-rositti cn ttn sepulcro> en 15,46).
auton)36. Es posible que este cambio refleje sólo una variación estilística, Era usual que tales cenotafios fueran lttlnbls llrlrliliares; casi la mitad de las
tumbas judías excavadas en la Palcslirrl tl)ttl¿llla cs de una sola cámara, y
34. Cf. J. Gnilka, El evangelio segtin san Marco.s 2,391 .
35. D. Senior, Tlte Passion ofJesus,l34.
36. Cadáver. pt(tnto. es neutro en griego. rnientras que Ia r ersión castellana refleja trrr
37. Cf. E. M. Meyers, Jeu'i";h O';vttttt ir'r. I I l'l ¡'7rrtrrfut
rr¿rlor. lnascr¡lino singular. en griego. 38. Cf., por ejemplo, R. E. Brow¡1. l)ttrrlr rtl tltt' t\lt's:ittlt 2, 1243-1246.
I 244 Sexfa sección principal (Mc 14, l-15, 47)

las inscripciones indican generalmente que estas tumbas, así como algunas Epiloct-r
otras de varias cámaras, fueron utilizadas por un solo grupo de parientes.
Así pues, como afirma McCane: <Las tumbas judías en la Palestina romana LA TUMBA VACÍA ( 16, I -8)
eran un asunto de familia: el difunto era habitualmente puesto a descansar
con sus parientes más cercanos))3e. El enterramiento de Jesús en la tumba
de un extraño es en parte resultado del hecho de que muere lejos de su
casa familiar (cf. la referencia al <campo del alfarero para sepultura de los
forasteros> en Mt 27, 7), pero también acentúa el aislamiento que lo ha
caracterizado a 1o largo de todo el relato marcano de la Pasión.
Debemos imaginamos, pues, que José coloca el cuerpo de Jesús, en-
vuelto en un sudario, dentro de un nicho funerario, y que luego hace rodar
una piedra sobre la apertura de la tumba para sellarla (15,46c; cf. nota a 16 'Y cuando había pasado el sábado, María Magdalena y María la
2Y muy
<hizo rodar una piedra sobre la puerta del sepulcro>> en 15,46). El cuerpo de Santiago y Salomé compraron especias para ir y ungirlo.
de Jesús está encerrado triplemente, y al parecer de un modo seguro, por su temprano por la mañana, en el primer día de la semana, fueron a la
sudario, el loculus y la tumba, ocluida por una piedra. Y la descripción de tumba después de salir el sol. 3Y se decían unas a otras: <¿,Quiénhará
las acciones de José tienen un aire de final del personaje. Pero la conclusión 4Y al levantar
rodar para nosotros la piedra de la puerta del sepulcro?).
del pasaje con la noticia de las dos Marías que ven donde ha sido deposi-
la vista, contemplaron que la piedra había sido ya apartada (pues era
tado Jesús (15,47) insinúa que hay algo más que va a venir y mira hacia el
pasaje final del evangelio. rnuy grande).
5Y tras entrar en el sepulcro, vieron a unjoven sentado a la dere-
En tal pasaje, estas mismas mujeres volverán a la tumba el domingo
6Pero él les
por la mañana para completar la preparación del cadáver que José ha deja- cha, cubierto con una vestimenta blanca, y se asombraron.
do inacabada, pero serán incapaces de hacerlo. En el camino, las mujeres dijo: <No os asombréis. ¿Buscáis a Jesús el nazareno, el crucificado?
Ha resucitado; no está aquí. Ved el lugar donde lo colocaron. Pero id,
7
se preocuparán de cómo entrarán en el sepulcro sellado, pero esto no será
problema alguno. Y no será tampoco la última sorpresa que las espera en el decid a sus discípulos (y a Pedro) que va delante de vosotros a Galilea.
sepulcro de Jesús. Allí lo veréis, tal como os dijo>.8Pero ellas salieron y huyeron de la
tumba, pues el temor y el asombro se había apoderado de ellas. Y a
nadie dijeron nada; tenían miedo, pues.

Notas

16, l. compraron especias para ir y ungirlo légorasan aromata hina


elthousai aleipsósin autonl. Sobre el empleo de perfumes y especias para
-uerpos
preparar los parala sepultura, cf. 2Cro 16, 14; m.Sabb.23,5;
b.Ber.53a. El último pasaje dice que las especias se utilizan para eliminar
los malos olores; era, pues, un servicio no sólo a los muertos, sino también
a los que los sobrevivían, que debían pasar un cierto tiempo con el cadáver
en la cámara funeraria como parte de la ceremonia de la sepulturar.
3. <¿Quién hará rodar para nosotros lu piedra de la puerta del sepul-
cro?> ltis apolqtlisei h¿min ton lithon ek les lh)¡ras tou mnémeiou]. Sobre
el peso del tipo de piedra utilizada para sellar el sepulcro de Jesús, cf. la
nota a <<hizo rodar una piedra sobre la ptrcrta clel sepulcro> en 15, 46 Como
indica Lagrange2, las mujeres careccríatr probablemente del equipo nece-

1. Cf. M. Dayagi-Mendeles, Palirntt's tuul (ltstttt'ti< v in the Ancienf World, 125-133


39. B. R. McCane, Jews, Christians, and Burial, 56-57 . 2. M.-J. Lagrange, Evangile seknt.5i¡irl,4/trrr'.'l'l5.
r 246 Epílogo ( 16, 1-8) Mc 16, l-8: Nottt.s I 247

sario (palancas, etc.) para mover la piedra. E incluso si lo hubieran tenido 6. el nazareno lton Nazarénonl. Estas palabras lirltan en la primera ma-
y hubiesen sido capaces físicamente de realizar el trabajo, no habría sido rro de los códices Sinaítico y Beza; posiblemcntc el ojo del escriba saltó de
considerado probablemente <un trabajo propio de mujeres> mover una pie- este ton (el) al que va delante de estaurcmarrori (<crucificado>).
dra tan pesada3. Ha resucitado légertha], un verbo en aoristo pasivo de indicativo. El ao-
La frase de las mujeres pudo ser un lamento más que una verdade- risto puede usarse para una acción que acaba de ocurrirr(', y el cambio repen-
ra preguntaa. Interpretar de este modo la pregunta de las mujeres ayuda tino de estauromeno,?, un perfecto (<crucificado>), apoya tal interpretación
a responder la cuestión de por qué no pensaron antes en este problema. cn este casorr. El contexto del relato está también a su favo¡ pues acaba de
Ciertas expresiones del Antiguo Testamento que comienzan con mi yitten clespuntar el tercer día tras la muerte de Jesús; y las profecías de su resurrec-
proporcionan una analogía (<¿Quién dará?>> / <¿Quién daría?>>), frases que ción (8, 3l; 9, 3l; 10, 34) sitúan el acontecimiento <después de tres días> (:
<fexpresan] muy a menudo la dolorosa consciencia de la ausencia de una al tercer día; cf. nota a <<después de tres días> en 8, 3 I ). Este es tarrbién el
persona, cosa, estado, o acontecimiento)) y que son equivalentes a excla- rnodo como el autor del final largo de Marcos interpretó el égertha, ya que
macioness. La estructura de una frase que comienza con mi yitten se tra- 16, t habla de la resurrección de Jesús <temprano, por la mañana @rói) en
duce a veces en los LXX mediante l¿s + un verbo en futuro (cf. Dt5,29l' el primer día de la serrana)) (cf. la Postdata <El final de Marcos>).
Sal 55, 6 154,1 LXXI; Jr 9, I ). 7. a sus discípulos (y a Pedro) ltois mathetais autott kai tQ PetrQl. So'
Wilfand6 indica que tres de los cuatro usos del verbo apolryliein (<<ro- bre el empleo de Marcos del kai especificativo, cf. nota a <y pecadores>
dan) aparecen en Gn 29, 3-10, y que en las dos historias se trata de una cn 2, I 5, y sobre la expresión con doble sentido en este caso (<y a Pedro /
piedra que está en su sitio, de un pequeño grupo que lamenta su inhabilidad cspecialmente a>), cf. comentario a 16,5-8. La frase de Marcos refleja en
para moverla y cómo la piedra cambia de lugar por intervención divina. parte el estatus de Pedro cotno el primer discípulo varón que tuvo una apa-
5. un joven fneaniskonf. Probablemente el autor piensa en un ángel7. rición del Resucitado (cf. Lc 24,34, que menciona una aparición a él solo).
En el Antiguo Testamento, fuentes antiguas judías y también en el Nue- ('orno Marcos, Pablo distingue a Pedro del grupo de doce discípulos en la
vo Testamento, los ángeles tienen el aspecto de seres humanos y pueden rr-rención de las apariciones del Resucitado; <Se apareció a Cefas, y luego
confundirse con ellos (cf., por ejemplo, Gn 18,2.16.22, 19, l;2Mac 10, l los Doce> ( I Cor 15, 5).
29-31; 11, 8-12). En Jue 13, 6 se llama a un ángel <un hombre de Dios> va delanle de vosolros furoagei hymasf. Cf . nota a <iré delante de voso-
y en Hch l, l0-l I se menciona un par de ángeles que hacen de intérpre- tros)) en 14,28, donde se indica que proagein puede significar <conducir>
tes como <dos varones con tra.jes blancos>. Además, en 2Mac 3,26.33 rusí corno <ir por delante>. En 2Mac 10, I se utiliza el mismo verbo para
y Josefo, Ant. 5,277, se llama neaniql (<<jovenes>) a los ángeles, y es típi- el Señor que conduce a Judas Macabeo y sus seguidores a Jerusalén pa-
co en las representaciones religiosas que tengan el aspecto de un joven8. ra recuperar el Templo de mano de los sirios. En nuestro pasaje, por el con-
Y además, nuestro pasaje es formalmente similar a las angelofanías de Dn tlario, Jesús va delante i conduce a sus discípulos.fuera de Jerusalén y los
10,2-14; Mt I, l8-25; ApAbr. 10,1-17;y 2 Hen. 1,3-10, que constan de l)one en el camino de Galilea, donde su vida con élcomenzará de nuevo
una identificación introductoria de quienes las reciben, una descripción \cf . comentarlo a 16, 5-8).
de la aparición del ángel, una referencia al miedo de los receptores, unas Allí lo veréis lekei aufon opsesthel. Lohmeyerr2, seguido por Perrinri y
palabras de consuelo del espíritu, otras palabras de revelación y general- ()tros, argumenta que es una referencia a la parusía y no a las apariciones
mente una ordene. Sin embargo, hay un componente típico que falta visi- tras la resurrección; cf. 14,62, donde se utiliza opsestñe (segunda persona
blemente en el caso marcano: la respuesta obediente a la orden angélica
¡rltrral del futuro medio de horan) en una profecía sobre los enemigos de
por parte de los receptores. .lcsús <que lo verán> en la segunda venida, y en 13, 26, donde la tercera
Sobre la teoría de que el joven de 16,6-7 es idéntico al que aparece etr
l)crsona plural del mismo verbo se empleada en un contexto de parusía.
14, 51-52; cf. apéndice <El joven que se escapó desnudo (Mc 14, 5 1-52)). l'irra Lohmeyer, la forrna media del futuro de horan es un término técnico
¡rrla la visión de Jesús durante la parusía (cf. Jn I 6,16.11.191, I ln3,2; Ap
3. Cf. T. Ilan, Jev,ish Women in Greco-Rontan Palestine, 184-190, sobre el traba.jo | .1:22,4), mientras que el aoristo pasivo es otro término técnico para las
de la mujer en el judaísmo del Segundo Terrplo. rr¡rariciones tras la resurrección. Corro clcrrruestra Sealr4, sin embargo, este
4. Cf. BDF $ 496 sobre el empleo de preguntas retóricas para expresar la emocirirr
viva, Cf. las traducciones siríacas, en las que está explícita la nota de lamento cf. L. van :rnrilisis es simplista; los usos de opsastlta cn .ln 16, 16.l T y 19,por ejem-
Rompay. Oh! That I Had Wing.s.
5. L. van Rornpay, Oh! That I Had lVings. 'li',tltttttcttl.84l-843; MHT. I,
l (). Cf. A. T. A. Robertson. Grantntur of tlrc ( itt'cl¡ Nrrt 1 35.
6. D. Wilfand, The End of Mark,7-8. I l. Cf. V. Taylor, The Gospel Acutrtlitv tt¡ ,\ttittt ilhtrl',607 .
7. Cf. L. Schenke, Auferstehungst erkiindigung, 64. 12. E.Lohnreyer,DasEvongeliundt'sll,httl,tt.:..15().(l.ltl..GuliltiountlJentsalent,ll.
8. Cf. D. C. Allison, Testament of Abrahant,95. l-]. N. Perrin, Towards on Interpft'lut¡(trt ttf lln'(irts¡rl rtf llurk.26-27.
9. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison. The Gospel According to Saint Matthevt 2, 660-66 L l-+. W. O. Seal. The Parot¡sia in hlurl¡, 11 .\ 111 .
I 248 Epílogo (16, I-8) Mc 16, I-8: (\ttttL'ttlttt'io I 249

plo, son referencias a la comunión postpascual con Jesús resucitado, no a la tiene probablemente razón en que el motivo clcl silcncio (que aquí parece
parusía. Además, nuestro pasaje habla de que Jesús fue visto sólo por Pedro ser redaccional; cf. la introducción al ct¡nanturir.,) no es apologético; el
y los Doce. Este análisis está de acuerdo con la tradición de que Jesús resu- silencio encaja mejor con el motivo del secreto mesiánico, que no es apo-
citado se apareció primero <a Cefas, y luego a los Doce> ( I Cor 15, 5), que logético, sino de naturaleza kerigrnática (cf . el apéndice <<El motivo del
se diferencia del tipo de aparición universal prevista en las profecías de la secreto mesiánico> en el vol. 1).
parusía, como 13,26y 14,62. tenían miedo, pues lephobounfo gar]. Sobre la cuestión de si un libro
8. el temor y el asombro se había apoderado de ellas leichen gar autas puede concluir con un gar (<pues>), cf. la Postdata sobre el final marcano.
tromos kai ekstasis). Sobre el miedo como típica reacción bíblica a una La terminología es sorprendentemente similar a Gn 18, 15. En este pasaje
teofanía o una angelofania, cf. nota a <un joven> en 16, 5 y comentario a uno de los dos (varones)): los ángeles, que se aparece de repente aAbrahán
16, 5-8. Sobre el temor (lromos) y el verbo de la misma raíz en particular, profetiza que al cabo de un año su anciana esposa Sara dará a luz un hijo. Sa-
cf. Ex 15, l5-16; 1Esd4,36; Sal 104, 321103,32L){X},Dn4,37a;6,26 ra, que escucha tras la lona de la tienda, ríe en su incredulidad, pero cuando
16,27 Theod l; 10, 11; 2Mac 15,23;4Mac 4, 10. Respecto al asombro Dios por medio del ángel le pregunta por qué se ríe, niega que lo haya hecho
(ekstasis), cf. Gn 15,12l'1Sm 14, l5;2Cro 14,14:'15,5;Zac 14, 13. Esta asi, ephobéthe gar (<<tuvo miedo, pues>). Aquí, como en nuestra perícopa,
última palabra tiene a menudo una connotación negativa, el malvado se hay una promesa divina de vida que sobrepasa la muerte, una promesa que
sobresalta por el castigo de Dios, pero a veces posee también un matiz de la incredulidad humana, unida al miedo, encuentra imposible de aceptar.
miedo piadoso, como en Sal 30, I LXX; 31,22 (30,23 LXX) y Dn 7 ,28. Además, el hijo --cuyo nacimiento milagroso se promete-, Isaac, aparece en
En Gn 15, 12, además, como señala Wilfandr5, Abrahán responde con un otros lugares de Marcos como una imagen de Jesús (cf. notas a sobre <ama-
ekstasis (<asombro>) y phobo,s (<miedo>; cf. Mc 16, 8) a una teofanía que do> en l, 1 l, <tras volverse y ver a sus discípulos>> en 8, 33, <tome su cruz))
inaugura su alianza con Dios, y en Dn 7 ,28 las visiones de Daniel provo- en 8, 34, <Tenía aún un hijo amado> en 12,6, <Y echaron sus manos sobre
can el ekstasls, pero no son reveladas a los extraños. Cf. también Dn 10, 7 él> en 14, 461,y comentario a 15,33-34). Nótese también la semejanza entre
Theod., en donde un ekstasis cae sobre los presentes durante la visión de la descripción antropomorfa de los ángeles como ((varones> y la del ángel
Danief , y escapan llenos de miedo (/cal ephygon en phobQ). de nuestro pasaje como <unjoven> (cf. nota a <unjoven> en 16, 5).
Y a nadie dijeron nada fkai oudeni ouden eipan). Cuando Dios o un
ángel se aparecen en la Biblia, el receptor de esa aparición se queda mudo a
veces, bien debido al impacto (por ejemplo, Dn 10, l5) por el juicio divino Comentario
(por ejemplo 2 Mac 3, 29), o como un signo profético (por ejemplo, Ez 3,
26). Asirnismo en Lc l, 20-22, el mutismo de Zacarías es (un castigo por Introducción Al final del pasaje anterior, dos de las tres mujeres que ha-
su incredulidad, pero también el medio de conservar el contenido de la re- bían visto morir a Jesús observaron el lugar donde José de Arimatea había
velación aZacarias fuera del alcance de la gente>r6. En nuestro pasaje, sin depositado su cadáver. Ahora las tres vuelven al sepulcro para completar
embargo, no parece que las mujeres fueran incapaces de hablar, sino quc los ritos funerarios abreviados por la llegada del sábado. Pero sus propios
decidieron no hacerlo (cf. Dn 7,28, sobre el cual cf. nola anterior). litos no pueden ni siquiera empezaÍ a ejecutarse por una llamativa visión
Durante los últimos cien años más o menos, se ha interpretado con fre- c¡ue las saluda.
cuencia el motivo del silencio de las mujeres como un intento <de finales Esta relato de la tumba vacía no es probablemente una invención mar-
del siglo I> de explicar por qué nadie antes había oído la historia de la c¿rnare. Jn 20, 1-13, que parece ser literariamente independiente de los
tumba vacía. Según esta teoría, tal historia había sido inventada hacía po- Sinópticos, cuenta la misma historia básica, y de una manera que es en
co, bien por Marcos o por un precursorrT. Gundryr8 objeta que si el motivo irlgunos aspectos más primitiva (por ejemplo, una mujer en vez de tres,
hubiera sido explicar lo tardío del relato, el ángel habría instruido a las rro hay intérprete angélico)2o. Además, Mc 16, 7, que es probablemente re-
mujeres para que contaran a los discípulos lo de la tumba vacía, y no su tlaccional (su paralelo más cercano,l4,28, es también editorial y muestra
próximo encuentro con Jesús en Galilea. Esta objeción no es totalmentc una plétora de vocabulario marcano; cf. inlrotlucción al comentario a 14,
convincente, ya que las mujeres no refieren nada de lo que han experimen- l(r-3 1), interrumpe la historia en la que se inserta, ya que comienza con
tado en el sepulcro, incluido el hecho de que estaba vacío. Pero Gundry ut alla disyuntivo (<pero>), y rompe la progresión natural que va desde
ll visión de las mujeres de la tumba vacía y la rccepción del anuncio de la
15. D. Wilfand, The End of Mark, 17-18. rcsLrrrección de Jesús (16,5-6) hasta su rcuccirin cle miedo y huida (16,8).
l6. Cf. I. H. Marshall, The Gospel of Luke,6l .
17. Cf. la historia de esta interpretación en F. Neirynck, Tombeau vide el angélrrylnt
nie.247-251. 19. Contra P. Kirby, The Case Aguirt.st tlrt' l;rtr¡ttt"litnth.
18. R. H. Gundry, Mark. A Contntentary on His Apology for the Cross, 1013. 20. Cf. R. E. Brown, Virginal ('tsttt't,¡rtiott. ll0 Il l.
Epílogo ( 16. 1-¿t) Mc 16. l-B: ('ontanlut'it¡ t25t

Marcos, pues, ha inseftado probablemente este versículo que interrumpe judíos, es el tiempo del rescate de Dios cuando las fuerzas de la oscuridad
la fluidez de un relato existente. La lista de nombres en 16, I atestigua pierden terreno ante el ataque <del reino de la luz> ( IQS 10, I ); como afirma
también la procedencia prernarcana del pasaje, ya que I 5, 40, un versículo el Sal 30, 5: <E,l llanto puede durar toda la noche, pero la alegría viene con
redaccional, parece ser un intento de conciliar esta lista con la que hay en la rnañana> (eis to prói; cf. Sal 59, l6; 90, 14. 143, 8X4. En los LXX, prói
15,47 (cf . noÍa a <<María Magdalena y María, la madre de Santiago el Me- es el tiempo en el que Dios se revela a sí mismo (cf., por ejemplo, Ex 34,2)
nor y de Joseto, y Salomé>, en I 5, 40)rr. Además de 16, 7, hay otros rasgos y rescata al elegido de las manos de sus enemigos (cf., por ejemplo, Gn 19,
redaccionales en el pasaje que pueden ser: (muy temprano por la mañana) 27-29; Jue 6,28; I Sm 5, 4;ls37,36; I Mac 3,58). Es también elmomento
en 16,2, que cambia el versículo en una doble expresión temporal, típica- en el que libera a Daniel de la guarida del león, parecida a una tumba, sellada
mente marcana y utiliza vocablos redaccionales de otros lugares de Mar- con una gran piedra, y cuando se ve que ese sabiojudío, como Jesús, resulta
cos, más la última oración en 16, 8 (<Y a nadie dijeron nada; tenían miedo, clue está vivo por increíble que parezca (Dn 6, 17.19-20).
puesD), que emplea una doble negación característicamente marcana y una Es incluso más relevante que las últimas palabras de David comparen al
frase con gar (<pues>), repite el tema del miedo de 16, 8a y acentúa el mo- monarca que saldrá de su linaje con la luz de la mañana en la salida del sol
tivo marcano del secretozr. (2Sm 23, I -4), y en los LXX el rey agradece a Dios por haberlo <levantado>
El pasaje está dividido en dos partes principales: el desplazamiento de (crneste) para convertirse en ungido (christos), y vincula esta (resurrección>
las mujeres al sepulcro ( I 6, I -4) y su encuentro con el joven ( I 6, 5-8). Cada con el sol que se levanta por la mañana (anoteilai hélios to prol). Asimismo
parte consiste en una conversación (16,3b,6-7) incluida en el relato (16, el oráculo mesiánico de Nm 24, 11 habla de una estrella que se eleva (ara-
l-3a + 4 y 16, 5 + 8). La conversación de la segunda parte contesta implí- telei) de Jacob, y Lc 1,78 recoge este vocabulario para hablar del mesías
citamente a la pregunta planteada por la primera: Dios, que ha resucitado como <la luz creciente, la aurora (anatolé), que viene de lo alto>. Brown2s,
a Jesús de entre los muertos, ha solucionado el problema de las mujeres cita el empleo de la misma palabra en Mt 2, 2 (<su estrella en el oriente:
quitando la piedra de la entrada del sepulcro. que se levanto) y argumenta que el advenimiento del mesías se relaciona a
menudo con la luz creciente (cf. Ap 22, 161' TestLev. 18, I -3; Justino, Diálo-
16, l-4. El desplazamiento al sepulc'ro. Transcurrido ya el sábado' es el go 121,2), un nexo que continuó en el arte cristiano primitivo2r'.
momento de pasar a la acción para los que se preocupan por Jesús. Las tres Las tres mujeres, sin embargo, a pesar de su devoción a Jesús, se olvi-
n.rujeres mencionadas en 15,40, que vieron morir a Jesús, dos de las cua- dan de la promesa mesiánica implícita en la salida del sol que alumbra el
les fueron testigos también de su sepultura por José de Arimatea (15,47). sendero hacia el sepulcro. No piensan en Jesús como el mesías davídico a
compran especias aromáticas cuando el comercio vuelve a funcionar el quien ha ungido Dios, sino como un cadáver que debe ser ungidopor ellas,
sábado por la noche ( 16, I ). Muy de mañana al día siguiente' poco después ignorando al parecer que un par de días antes de la muerte de Jesús una mu-
de fa salida del sol, visitan la tumba (16,2). La noticia acerca del tiempo jer anónima, al ungirlo, había hecho que su acción fuera redundante (cf. 14,
es un detalle realista: sería mejor preparar el cuerpo, que ya había estado li). De repente recuerdan, sin embargo, que hay un obstáculo práctico para
en la tierra más de un día, antes de que se eleve la temperatura. Además, se que se realice el último servicio que tienen la intención de hacer a Jesús:
pensaba que el alma permanecía cerca del cuerpo durante tres días después <¿Quién hará rodar para nosotras la piedra de la puerta del sepulcro?> (16,
de la muerte (cf., por ejemplo,¡ Mo'ed Qat.3, 5 [82b]), por lo que los ritos 3), expresión que es probablemente más un lamento que una pregunta (cf.
funerarios todavía se ejecutarían apropiadamente en el tercer día2r. Ahora la nola a esta frase en I 6, 3).
bien, la posición al final, y por tanto enfática, del genitivo absoluto ana- Esta exclamación pone de relieve el problema al que se enfrentan las
teilantos tou héliou (<después de salir el sol>) sugiere que la referencia al rnujeres, y sirve también como complemento a la visión que tendrán en el
astro es también un detalle simbólico, una metáfora parala resurrección de versículo siguiente (16,4): la piedra ha sido ya apartada, a pesar de que era
Jesús. En el contexto marcano el ascenso del sol en la resurrección de Jesús rnuy grande. La visión de las mujeres de la piedra ya desplazada va prece-
invierte el descenso de la oscuridad en su crucifixión (cf. I 5, 33). clida por una mirada a lo alto (anablepsasai), una palabra que suena a 6,41
El nexo del relato de la tumba vacía con el sol naciente tiene también y 7 .34, donde Jesús había dirigido su mirada hacia el cielo antes de realizar
un trasfondo significativo veterotestamentario; es un signo de que el sol dc Lrn rnilagro; en los tres casos, la palabra prevé una revelación del poder
la justicia ha comenzado a surgir portando la curación en sus alas (Mal 4, divino a través de Jesús (cf. 8, 24, donde sc relaciona con la curación de
2). Proi,temprano por la mañana, en el Antiguo Testamento y en los textcts .lesús de un ciego). Así pues, una accitin cle [)ios ha logrado lo que estaba

21. E. L. Bode, Firs¡ Eosler,2l. 24. J. Gnilka, EI evangelio ,según .stut Mtu't'tt.s 2.39t).
22. Cf. J. Cnilka, E/ et,angelio según sart Marcos 2,396-397. 25. R. E. Brown,The Birth of tltc ll4es.tittlt.390-19 l.
23. Cf. D. Kramer, The Meanings o.f Death. 26. Cf. R. M. Jensen, Understuntlittg l'.ttt lr ('ltristitut .lrt.42-44.
I 252 Epílogo (16, 1-8) Mc 16. 1-8: (\nnenturil¡ I 253

fuera de la capacidad de las mujeres. Nuestro pasaje evoca así a 4,35-41, I 5; 4, 10; 5, 30; 10, 39-40; Rom 4, 25; I Cor I 5, 3-4)rr. La
versión marcana
que estaba estructurado sobre tres casos de megas (<amplio>, <grande>): tle esta confesión uttliza el participio perfecto pasivo, irnportante teológi-
la gran tormenta es sustituida por una gran calma, y esta manifestación de camente, parala crucifixión de Jesús (estauromenon), como hace pablo en
poder divino genera un gran temor en los discípulos (cf. introducción al lCor 1, 231'2,2; Gal 3, I (cf. Gal 6,14); Jesús sigue siendo <el Crucifi_
comentario a 4,35-41). En el caso presente el poder divino ha eliminado cado> incluso después de su resurrección3,. pero sigue también siendo el
también un obstáculo que era enorme (megas sphodra), y esto genera un hombre de Nazaret3r, por lo que la combinaci ón d,e ton Nazarenon con ton
miedo acongojante en los testigos humanos (cf. 16,5.8). (,\ f auromenon revela a la vez una semejanza
y diferencia con pablo; como
e lApóstol, Marcos se concentra en la importancia continuada
de la muerte
16, 5-8. El encuentro con el ángel. Este miedo comienza a penetrar en ile Jesús, pero a diferencia de Pablo, escribe un evangelio que proporciona
las mujeres cuando entran en la cámara funeraria (sobre las tumbas en Jeru- una introducción amplia a la pasión del Nazareno32.
salén en el siglo l, cf . nota a <lo depositó en un sepulcro> en 15, 46). Aquí Las mujeres, sin embargo, no deben perrnanecer con los ojos fijos en el
ven las mujeres a un joven con una vestimenta blanca, que se sienta en el cspacio vacío donde el cuerpo de Jesús había estado colocado; en cambio
lado derecho de la tumba ( 16, 5), una posición tradicionalmente relaciona- Qtlla = <oero>), el ángel les manda dejar el sepulcro para salir y proclamar
da con el poder y la victoria, y que es además un lugar propicio (cf. Mc 12, ol mensaje de la resurrección de Jesús a sus discípulos (16, 7a). Esta orden
36; 14,62; I Re 2, 19)21 . Aunque Marcos no llame a este joven <ángel>, es es típica también de las angelofanías, cuyo objetivo es a menudo trans-
probablemente lo que entiende que es, ya que los ángeles bíblicos tienen rnitir una orden divina (cf., por ejemplo, Jue 6, 25-26; 13, 13_14; Tob 12,
el aspecto de seres humanos (cf. nota a (un joven)> en 16,5). Que se lla- 20; Ap l, 19)33. En esta orden especial, la astuta adición <y a pedro> es
me joven al ángel (neaniskon) es también significativo; su juvenil aspecto ¡rrobablemente una expresión con doble sentido. por un ladó, las mujeres
sugiere la frescura y el vigor de la nueva era que acaba de amanecer28. Es clcben anunciar las noticias especialmente a pedro, el primer discípulo en
confuso, sin embargo, si las mujeres lo reconocen como un ser sobrena- scr llamado ( I , l6- I 8), el primero en reconocer el mesianismo de Jeiús (cf.
tural; cuando en la Biblia se llama <hombres> a ángeles o <jóvenes>, es li, 29) y el que, en un futuro próximo, tendrá la gracia de que le sea con_
generalmente porque parecen humanos a la gente que tiene un encuentro ccdida la primera aparición del Resucitado (cf. <allí lo veréis> en 16,7c y
con ellos. Es posible, pues, que el asombro inicial de las mujeres tenga que I Cor 15, 5). Mas, por otra parte, las mujeres deben proclamar el
mensaje
ver con el encuentro de un ser vivo en la tumba y no por haber reconocido ittc'luso a Pedro, el discípulo que hizo seguir a su confesión del mesianismo
inmediatamente en él a un ángel. Pero parece más probable que ellas lo tle Jesús un arrebato que le ganó el epíteto de <Satanás>, (g, 33), y a su
hubiesen percibido realmente como un ángel, puesto que su reacción de ¡rrotesta de fidelidad etema (14, 29-31),tres negaciones de Jesús en lás que
miedo y las palabras de tranquilidad de aquél corresponden a un modelo jtrraba no conocerlo (14,66-72). pero es imperioso
del todo punto que se
típico en la angelofanías bíblicas (cf., por ejemplo, Jue 6,22-23: Dn 8, l7; cxtienda más allá del sepulcro la mano de la reconciliación a eite disóípulo
10,7.12;Tob 12, l6-17;Lc2,9-10;Ap I, l7). caprichoso que no había reconocido la necesidad del sufrimiento de Jesús,
En cualquier caso el <joven> descubre la desazón de las mujeres y pro- rri tampoco la maldad humana, incluida la propia.
cede a tranquilizarlas (16, 6a). Pero sus palabras sólo aumentan su asom- EI mensaje del ángel es que Jesús va por delante de los discípulos a Ga-
bro, porque a continuación les informa que el Jesús que ellas buscan no lilca, donde ellos lo verán como habíayaprometido (l6,7bc). Este anuncio
está donde lo habían dejado hace dos días ( I 6, 6b); en vez de ser saludadas e varios pasajes marcanos anteriores. El más obvio es 14,27-2g, donde
'oca
por el cuerpo de Jesús, las mujeres encuentran un espacio vacío, al que el .lcsús había ya pronosticado su muerte (<Heriré al paston), la dispersión
de
ángel les invita a mirar (16, 6c). La ausencia sugiere aquí la presencia, o srrs seguidores (<y se dispersarán las ovejas>), su resurrección
l<después
más bien la acción divina; Iarazón del vacío de la tumba y de la inutilidad tlc que haya resucitado>) y su marcha victoriosa hacia su patria después de
de la búsqueda de las mujeres es que Jesús de Nazaret, el crucificado, ha lir resurrección (<<iré delante de vosotros a Galileu). La profecía anteriog
sido rescatado del reino de los muertos (cf. nota a <Ha resucitado> en 16, si. embargo, no dice explícitamente que los discípuros verán a Jesús en Ga-
6). Los sintagmas <el Nazareno) y (el Crucificado> suenan a puramente lilca. Pero nuestro pasaje recuerda también la escena galilea de la marcha
formales y superfluos en el contexto del pasaje, 1o que sugiere que el ángel strbre las aguas en 6,45-52, que por sí nrisma tenía una atmósfera resurrec-
marcano reproduce una confesión de fe cristiana primitiva que sigue la
línea <Jesús nazaÍeno, el crucificado, ha resucitado> (cf. Hch 2, 22-24;3.
.29. P.Lohmeyer, Das Evangeliurn des Mttrkus, -j54: V. Taylor, The Gospel Accorcling
tt, .\dit1t Mark,607; D. C. Allison, Resun.ct.ting./¿,.r¿r, 2J0-23 l.
10. Cf. M.-J. Lagrange, Evongile selon,Suint Murc,4l(t.
27. Jenofonte, Ciropedia 2, I , l: b. Hor. l2a; A. Gomatowski, Recá¡s und Links im An- 31. Cf. J. Gnilka, El evangelio según sun lVuntt.y 2. 101 .
t i ken A rylatt ben; W Grundm ann, D ex ios, 37 -38.
be 32. Cf. M. Káhler, The So-Called Hi.storit.ul .lt.¡.tt,t. ti0, not¡ I l.
28. Cf. Pedro Crisólogo, Sermón 82,y 2Mac3,26,33. 33. G. F. Moore, Tobit,272.
I 254 Epílogo ( 16, I-8) Mc ]6, 1-8. ('t¡tttt'ttlttt io I 255

cional y que había ocurrido cerca del alba, y en la que Jesús parecía estar de- Pero ¿qué es exactamente ese miedo dcl cluc sc habla en la frase final
cidido a ir delante de los discípulos a la orilla de enfrente (cf. comentario a ((pues tenían miedo>), y cómc se explica el silencio de las rnujeres? Co-
6, 48-50). Los discípulos vieron realmente a Jesús, y quedaron impresiona- rno hemos observado anteriormente, el rniedo es una reacción típica a una
dos con la visión. De cualquier modo, la presente indicación de que verán a teofanía o a un angelofanía, y el mutismo puede ser tarnbién resultado de
Jesús en Galilea proporciona una resonancia positiva a esa región especial- tales encuentros. Pero, como hemos señalado en la nola a <Y a nadie di-
mente relacionada con los inicios del ministerio de Jesús (cf . nota a <Gali- jcron nadu en 16, 8, el mutismo de las mujeres en nuestra historia parece
lea> en l, l4), en donde ahora han de comenzar de nuevo. surgir no de la imposibilidad física de hablar, sino de la desgana de hacerlo.
Jesús, pues, está en movimiento de nuevo, después de vencer la inmo- Puesto que no hay en el relato razón alguna clara de este silencio, ya que la
vilidad de su fijación a la cruz (cf. comentario a 15, 29-32); ahora toma ll'ase en la que está parece ser redaccional y el secreto de las mujeres con-
rumbo hacia el lugar donde la misión cristiana comenzará su andadura. cierne al kerigma de la resurrección, que Marcos cree ahora que debe ser
Como señala Catchpole3a, esta concepción de un ser divino en movimiento proclamado al mundo entero (13, l0), quizás deba buscarse la explicación
coresponde a un prototipo bíblico (cf., por ejemplo, Gn 18, l-16a',24,7', clel motivo en el nivel de la comunidad marcana, donde el miedo a la perse-
Ex 23, 20 33, 2 ; Tob 5, I 0; Mc 6, 45 -52; Lc 24, l3-3 5). Además, en Gn 24, cución generaba la tentación de silenciar el mensaje del evangelio (cf. 13,
9. I 1- l3). Así pues, el significado de 16, 7-8 puede ser similar a la del pasaje
7 y Ex 23,20, ese <ir por delante> de los seres divinos garantiza el éxito
de un proyecto que de otra manera no tendría esperanza alguna. Asimismo, cle Q en Mt 10, 26-33 // Lc 12, 2-9, que combina una llamada a confesar
en la teología del Nuevo Testamento, el poder activo que está detrás de la abiertamente a Jesús con un exhortación a no temer a los que perseguirán
misión cristiana es el movimiento de Jesús (cf. Flp l, 12)35. La primera hasta la muerte a los confesores de esta fe.

exigencia para incorporarse a esta victoriosa marcha divina es un encuentro Sin embargo, a diferencia del pasaje de Q, el nuestro no finaliza con
tuna nota de valiente proclamación sino con una de temeroso silencio y de
con el Señor resucitado, y esto es lo que el ángel promete a los discípulos
lruida, que muestra que las mujeres no eran esencialmente diferentes a los
por medio del mensaje que confia a las mujeres en 16,7c.
discípulos varones a quienes el ángel había intentado enviarlas3s. ¿Pudo
Pero éstas no lo transmiten; en cambio, huyen de la tumba llenas de
ser esta reacción ten-rerosa el final intencionado del evangelio de Marcos?
terror y no dicen nada a nadie ( 16, 8). Así pues, como en 5, l4- 15, los seres
humanos temen y escapan envez de agradecer a Dios el milagro que ha rea- ;,O se ha perdido la conclusión original? Exploraremos esta pregunta en la
l)ostdata que sigue a continuación.
lizado (cf. comentario a 5, 14-17). En nuestro pasaje se menciona dos veces
el miedo en el versículo conclusivo; es la razón de la huida de las mujeres así
como la motivación de su silencio. La huida es Ílícil de entender; las mujeres
acaban de encontrarse con un ángel, y han visto que la piedra estaba aparta-
da y la tumba vacía, allí donde esperaban un sepulcro sellado y con el cadá-
ver dentro. La mera incertidumbre de estos acontecimientos y la impresión
que causa el poder sobrenatural ayuda a explicar su temor y asombro. Su
silencio es más dificil de aclarar, aunque parezca estar irónicamente relacio-
nado con el que Jesús había impuesto anteriormente en el evangelio, cuando
aún no había llegado el momento oportuno para la revelación. Entonces, la
gente desobedecía la orden de guardar silencio y propalaba las noticias (1,
44-45;7,36); ahora, cuando ha pasado ya el tiempo del secreto (cf. 9, 9),
el ángel invita a la proclamación abierta, pero las mujeres huyen y no dicen
estas nuevas a nadier6. Al parecer, <el misterio del reinado de Dios> (cf. 4,
1l-12), según el cual la nueva edad ha llegado sin borrar todos los rastros del
miedo propio de la antigua, la poca comprensión y la oposición a la voluntacl
divina continúan después de la resurrección, y esta paradoja afecta no sólo al
mundo exterior, sino también a los seguidores de Jesúsr7.

34. D. Catchpole, The Fearful Silence,5.


35. J. L. Martyn, Galatians,2l0.
36. Cf. A. T. Lincoln. The Promise ond the Failure,290-291
.

37. Cf.J. Marcus, Mark4,10-12 and Marcan Epistemology,5T4. 38. Cf. E. S. Malbon. Fallihle litllotr,'t,¡
Posoern
EL FINAL DE MARCOS

FrN¡1,¡s sEcuNDARIos

El rompecabezas más peliagudo del enigmático evangelio de Ma¡cos se


halla en su conclusión: ¿cómo terminaba originariamente? Casi todos los es-
tudiosos convienen en que 16,9-20 no es maxcano y suscriben una de estas
tres teorías: la conclusión original se ha perdido; algo impidió a Marcos ter-
minar su evangelio, o quiso concluir con las mujeres que huían de la tumba
en la mañana de Pascua y que no dijeron nada a nadie por <<miedo>r (16, 8).
Esto último puede causar sorpresa a los lectores acostumbrados a edi-
ciones en las que 16, 8 va seguido de una serie de relatos de apariciones del
Resucitado (16,9-20, el llamado <<final largo>).

16 eY tras haber resucitado temprano por la mañana en el primer


día de la semana, se apareció en primer lugar a Mana Magdalena, de
la que había expulsado siete demonios. roEsta fue y 1o anunció a los
que habían estado con é1, yhacían duelo y lloraban. ilY cuando oye-
ron que estaba vivo y que había sido visto por ella, no la creyeron. r2Y
después de estas cosas, Jesús se manifestó con forma diferente a dos
13Y
de ellos cuando iban al campo. fueron y lo anunciaron a los demás.
Pero no los creyeron tampoco.
raY más tarde, se manifestó a los Once cuando estaban reclinados
a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque
no habían creído a los que lo habían visto después de que é1 hubiera
sido resucitado. lsY les dijo: <Id al mundo entero y proclamad la bue-
na nueva a toda criatura. 16 El que haya creído y haya sido bautizado se
salvará, pero el que no haya creído será condenado. r7Y estos signos
irán con los que hayan creído: expulsarán demonios en mi nombre,
hablarán en lenguas nuevas, rslevantarán serpientes, incluso si bebie-
ren cualquier veneno no les hará daño, pondrán las manos sobre lo
cnfermos, y quedarán sanos).
'eY el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue asunto al cielo
y se sentó a la diestra de Dios. 20Y ellos salieron y proclamaron el
rnensaje por todas partes, y el Señor cooperaba con ellos y confirmaba
la palabra por los signos que les seguían.
I 258 Posdafa (Mt ló,9-20) El .[tna! tla Mur< , t.: I 259

Estos versículos se encuentran en una mayoría aplastante de manus- cle Pedro> en la primera frase parece ser un intertttt clcliberado de afirmar la
critos, en todas las familias de testigos principales y están atestiguados ya primacía de Pedro y neutralizar así tanto la connotación negativa de Mc 16,
por lreneor en I 85 d.C. y quizás, aún antes, por Justino2. A pesar de todo es 7 como la posterior crítica pagana a Pedror". Además, la frase conclusiva
casi seguro que estos versículos no fueron compuestos por Marcos, y que con su lenguaje abstracto, entusiástico y de sabor helenístico (<el sagrado e
no eran la conclusión original del evangelio. Mateo y Lucas siguen estric- imperecedero anuncio de la salvación etemo) respira una atmósfera muy
tamente el relato de Marcos hasta 16,8, mientras que más allá divergen cliferente a la del resto de Marcosrr. Pero los rnanuscritos que tienen este
radicalmente, lo que sugiere que su versión de Marcos no contenía nada ñnal tat'dío antes del largo son prueba de que este último tampoco es una
después de 16,8r. Los versículos 9-20, además, no existen en nuestros parte original de Marcos; si hubiera sido, el final breve habría aparecido
mejores y más antiguos manuscritos griegos, el Sinaítico y el Vaticano, que después del largo, a cuyo lugar pertenece según el contexto¡2.
terminan los dos en 16,8, como también el Sinaítico siríaco, aproxima- Las probabilidades generadas por el sistema de copia de manuscritos,
damente cien manuscritos armenios, los dos manuscritos georgianos más cl vocabulario y las consideraciones estilísticas se ponen también en contra
antiguos (de 897 y 913 d.C.), y todos los coptos sahídicos excepto unoa. del final largo. Habría muchas razones para que los escribas posteriores
Además, cuando los versículos 9-20 aparecen en los textos, están a me- crearan tal lista de apariciones del Resucitado y esa descripción de la re-
nudo separados de 16, 8 por signos de escriba (asteriscos u óbelos) o por habilitación y del nuevo envío de los Once a predicar, mientras que habría
anotaciones que declaran o sugieren que esos versículos no se encuentran poco motivo para suprimirla; si los escribas hubieran sentido dificultades
en algunos testigoss. Varios Padres de la Iglesia corroboran la naturaleza ante las frases sobre el trato con serpientes y la ingestión de veneno, como
secundaria del final largo; Eusebio, por ejemplo, afirma en su escrito a srrgiere Fatmerrr, podrían haber eliminado 16, lSab en vez de tomar la
Marino que <las copias más exactas>> de Marcos concluyen con las mujeres tlrástica decisión de eliminar el pasaje entero. El final largo, además, está
huyendo de la tumba, y este testimonio es secundado por Jerónimo6, Hesi- lleno de hápax legomena maÍcanos (por ejemplo poreuesthai: <in, <an-
quio de Jerusalén7 y Severo de Antioquías. En una catena atribuida a Víctor rlar> en 16, 10.12.1 5; theasthai : ((ver)) en 16, I 1. heterai : (otra)) en 16,
de Antioquía (ca. 500), aunque se muestra partidario de considerarlos au- 12; hysteron: <más tarde> en 16,14) y otros usos que son ajenos al estilo
ténticos, se admite que incluso en su época la mayor parte de las copias de nonnal marcanora. La transición entre 16, 8 y 16, 9 es áspera; el sujeto en
Marcos carecían del final largoe. cl primer versículo son las mujeres, mientras que el sujeto implícito en el
En algunos manuscritos, además, el final largo no sigue inmediatamen- scgundo es Jesús. Considerando el cambio de escena y de sujeto, uno espe-
te a 16, 8, sino que va precedido por otro final más breve: laría una repetición de su nombrers.
Y anunciaron prontamente a los que estaban alrededor de Pedro todo lo que En general, 16,9-20 da la impresión de ser un resumen comprirnido de
se les había ordenado. Y después de esto, Jesús mismo envió por medio de apariciones del Resucitado relatadas en los otros evangelios (Jn 20, l4-18;
ellos, desde oriente a occidente, el sagrado e irnperecedero anuncio de la t.c 24, 13-43; Jn 20,27-29:28, l8-20,Lc 24,50-5\ Hch l, 9- I I ). Es cierto
salvación eterna. tlue teóricamente los relatos de resurrección de los otros escritos evangéli-
cos podrían ser extensiones de las noticias de Mc 16, 9-20. Pero Marcos es
Este final breve es demostrablemente tardío. Sólo aparece en un manus- gcneralmente más detallado que Mateo y Lucas en los pasajes que compar-
crito de la Vetus Latina (k), pero no encuentra apoyo alguno en los Padres de tcrr los tres. Por el contrario, los relatos en 16,9-20 son muy esquemáticos,
la Iglesia en esta forma o en combinación con el final largo. Su vocabulario y al rnenos uno de ellos, la historia de la aparición <en otra forma> a los
no es marcano; ocho de las doce palabras que no son preposiciones. artícu- tlos viajeros (Mc 16, 12-13), está tan comprimido que no tendría sentido
los, o nombres serían hápax legome,?a marcanos (cf. glosario), y la mitad de ¡rala los lectores que no conocieran de antemano la historia de Emaús de
ellos tienen paralelos dentro del Nuevo Testamento predominante o exclusi- l.ucas (24, l3-35)ró.
vamente en la literatura epistolar. Las palabras (a los que estaban alrededor Antes de dejar el tema del final largo, debemos señalar que el manus-
crito Washingtoniensis, un testigo del siglo lV o V que se halla en la Freer
l. Ireneo de Lyon. Contra las herejías 3, 10, 5.
2. Justino, I Apologío,45, alrededor de 155 d.C.
3. Cf. W. L. Lane, The Gospel ofMork,60l. 1 0. Cf. W. C. Kannaday, I pologetic Di:;t t¡ut',st'. 92- 93.
1 1

4. B. M. Metzger, A Texfual Contmento4¡ on fhe Greek Neu'Testoment, 122-123. Cl. I l. Cf. B. F. Westcott-F. J. A. Hort. lttlrtxltn'tiott l. -lft, .+4.
B. N. Birdsall, Reviev, of I,l/. R. Farnter, 154. I 2. Cf. K. Aland, Der u'iedetgefilndattt' l\1ttrl¡tt:s< ltltt.s.s'.', 447 -448.

5. Cf. K. Aland, Der u'iedergefundene Marhtsscltluss?,442-446. 13. Cf. W. R. Farmer, The Lctsl Tu't'lvt' tr"1'r.sl',s rtl ll'lurk.65-72.
6. Jerónimo, Epístola 120,3. 14. Cf. J. K. Elliott, The TexÍ urul lrrtr,qrt,r.q,':.1. ('. lhonras, Reconsideration of the
7. Hesiquio de Jerusalén, Colección de cli/icultode.s y soluciones IPG 93, 1440]. I tttling of Mark,410-412.
8. SeverodeAntioquía, Hontilía77.Cf.J.A. Kelhoffer, TheWitne.csof Eusebius,S3-91. 15. Cf.B.M.Metzger,ATertuul ('()t¡ntt('t¡ttttt'¡¡nlln'(it't'ckNawkslantenf. 125.
9. Cf. J. A. KelhofTer. ib¡d..104. 16. Cf. J. A. Kelhoffer, Miruclc ¡rrr¿l ,4/l.r.ri,¡rr. li7-li().
I 260 Posdata (Mc 16,9-20) Elfnal da M,rtt,,.s I26t

Gallery ofArt de Washington, D.C., incluye en su versión del final largo un De cualquier modo, la hipótesis del final perdido tiene más argumentos
dicho interesante de Jesús entre 16, 14 y 16, 15. Este dicho denominado el en su favor. Bultmannrs y Smith'e han sugcrido incluso que la historia de la
<Logion Freeo rezaasi: aparición que falta en este momento puede encontrarse en el final secunda-
rio de Juan (21,l-14); Smith indica que mientras que en Juan nada prepara
Y estos flos Once] se excusaban, diciendo: <Esta época de anarquía e incre-
para esta relato, tal aparición es una respuesta a la expectativa creada por
dulidad está bajo el poder de Satanás, que no permite que las cosas sucias
dominadas por los espíritus [: ¿los que están bajo el control de los espíritus Mc 16, 7 de una aparición en Galilea en la que los discípulos -y especial-
inmundos?] comprendan la verdad de Dios [y su] poder. Por tanto, revela ya mente Pedro- volverían de nuevo al favor de Jesús. Ahora bien, el estilo
tu justicia>. Esto dijeron aquellos a Cristo. Y Cristo les previno: <El límite de Jn 21, l-14 es básicamente joánico. La parataxis, tan característica de
de los años del imperio de Satanás se ha cumplido, pero se acercan otras co- Marcos, no se utiliza, y sólo hay unos pocos vocablos que son atípicos en
sas tenibles. Y por los pecados de esas gentes he sido entregado a la muerte, Juan, pero comunes en Marcos (syr : <con>, ischyein: (ser capaces de> y
para que puedan volverse hacia la verdad y no pecar más, para que puedan
el apo partitivo: <<de>>20. Si hubiere aquí una fuente marcana, ha sido reela-
heredar en el cielo la gloria espiritual e imperecedera de la justiciu.
borada a fondo por el redactorjoánico. Pero se crea realmente o no que Jn
2l contiene los rudimentos de la acción que falta en el relato marcano, no
Este dicho es estilística y temáticamente diferente del resto del final
es a primera vista improbable que el final de Marcos se haya perdido. La
largo, y resulta muy improbable que originalmente formara parte de dicho
relación de los <Códices utilizados en esta edición> (<Códices graeci et la-
pasaje. Aun así, no deja de tener interés tanto por su urgencia apocalíptica
tini in hac editione adhibiti>) de Nestle-Aland en su texto neotestamentario
como por el modo como presenta a los discípulos, alegando la opresión
confirma que los códices antiguos carecen con frecuencia de sus páginas
satánica como excusa para su deslealtad al abandonar a Jesúsr?. Aunque
iniciales y/o finales. A propósito de Marcos en particular, Croy2' señala
Marcos no se sintiera precisamente feliz con el tono quejumbroso adop-
que dos manuscritos antiguos, 2386 y Rom. Vat. Arab. 13, están truncados
tado aquí por los discípulos, sí que estaría de acuerdo tanto con el tenor
precisamente en Mc 16, 8 porque faltan las hojas siguientes.
apocalíptico del pasaje como con la opinión de que el abandono de Jesús
Sin embargo, Bart Ehrman me ha indicado en una comunicación perso-
por parte de los apóstoles reflejaba la influencia demoníaca (cf. 8, 33 y
nal que la mutilación textual es generalmente el resultado de décadas o in-
comentario a 14, 37 -42).
cluso siglos de desgaste, mientras que en este caso tendríamos que postular
una pérdida ocurrida en el lapso de una década más o menos desde su com-
Pero ¿es 16,8 elfinal? Si el final largo, con su lista de apariciones del
posición, antes de que Mateo y Lucas tuvieran en sus manos el trabajo de
Resucitado y su relato del envío de los apóstoles a predicar, es secundario,
Marcos. Croy22 cita ciertamente un ejemplo que, en su opinión, responde a
¿concluía originariamente el evangelio de Marcos con 16, 8? Numerosos cste tipo de objeción: un papiro descubierto en el siglo XX (P. Oxy. 412) que
exegetas, convencidos de que el evangelio no podía haber terminado con
tiene en una cara la conclusión del libro XVIII de la obra de Julio Africano,
unas mujeres que huyen y perrnanecen calladas, han supuesto que Marcos
Ke,sfoi (<<Bordados>), compuesta probablemente alrededor del 230 d.C., y
se vio impedido de concluir su relato por enfermedad, prisión o alguna
en la otra un documento datado durante el reinado del emperador Claudio
otra desgracia, o que se ha perdido la conclusión original que describía
Tácito (215-276)23. Bauer2a concluye de este documento que (era posible
la aparición del Resucitado profetizada en 14,28 y 16,'7. Una dificultad
que un manuscrito quedara dividido en piezas sueltas en el lapso de una
que aqueja a ambas teorías es que 16, 8 parece ser la terminación de la
generación desde su producción original>25. Es discutible, sin embargo, que
perícopa que comenzaba en 16, l, donde las mujeres van al sepulcro para
tun relato de la vida de Jesús hubiera sido tratado de una manera tan poco
ungir el cadáver de Jesús; luego, en una conclusión simétrica, huyen de
caballerosa como el texto excéntrico y misceláneo de Julio Africano.
la tumba después de haber oído el mensaje de su resurrección. Parece de-
Así pues, la tesis de la mutilación combina dos hipótesis muy impro-
masiado oportuno que Marcos hubiera sido detenido o que hubiera caído
bables: el deterioro sumamente rápido o la desmembración y la mutilación
enfermo inmediatamente después de acabar un pasaje, o que se le acabara
precisamente al final de una perícopa. Contra esta conclusión debe sopesarse
la página o que hubiera sido arrancada ésta precisamente en este punto
conclusivo (aunque véase más adelante como hay manuscritos posteriores
que parecen haber sufrido tal daño). Además, respecto a la hipótesis de la 18. R. Bultmann,John,705, nota 5.
detención o la enfermedad, puede uno preguntarse por qué, si Marcos fuc 19. D. M. Smith,John Among the Go.s¡tal.:,390.
20. Cf. R. E. Brown, Death of the Mas.siuh 2, 1079- 1080.
eliminado de la escena de repente, no completó el evangelio un miembro 21. N. C. Croy,The Mutilation ú Murk\ Oo.s¡x'|.143.
de su comunidad. 22. Ibid., t40-t4t.
23. Cf. J. R. Vieillefond. Les <Ccstt',t> lL'.lulitt.t ..1fi'itonus.277-283.
24. W. Baue¡ Orthodorv and Hcrcs.t' itt l'.ttt'licst (-ltri.ttiunit_t',159.
17. Cf. C. R. Gregory Freer-Logion. 25. Cf. B. P. Crenfell-A. S. Hunt. O.tt'rltrttt ltttv I\t¡tv¡i J,J$-i7.
I 262 Posdata (Mc 16, 9-20) El.ftnul de Mtrttot I 263

la presunta improbabilidad de un final intencionado como 16, 8. Croy indica Un final con gar, por tanto, resultaría instilito, pero no imposible. Y
que, antes de los años 60 del siglo pasado, <la discordante falta de cierre>> en ('roy no toma bastante en serio el argumento de que hay nucho en el texto
una terminación como la de 16, 8 indujo a la mayor parte de los estudiosos rle Marcos que es insólito, de modo que un final muy especial y abierto
a concluir que el final de Marcos se había perdido. Este mismo autor atri- rro es anómalo. Este evangelista pudo dibujar una imagen tan extraña de
buye el cambio posterior en el consenso de los investigadores no a factores ¡rura huida que Mateo y Lucas decidieron omitirla (14, 5l-52) y fue capaz
científicos, sino a cambios en las modas literarias como el surgimiento de de expresar la moraleja de otro relato con un comentario editorial que ha
la <Nueva Críticu con su hincapié en un (texto fijo> y al <espíritu sombrío rlesconcertado a los comentaristas hasta el día de hoy (6, 52). Es capaz
y cansado de la época posterior a la depresión del año 1929 junto con la también de retratar a un Jesús que se enfada con un hombre que le pide ser
Segunda Guerra Mundial>. Esta última época generó una antipatía hacia las curado, y a quien expulsa Ltnavez que le ha devuelto la salud (1,41-43);un
ideas clásicas de cierre de obra y finales felices, comprobables, por ejemplo, .lesús que rechaza al principio realizar una curación, o que fracasa en los
en la popularidad de las películas de género negro, de las obras teatrales rnomentos iniciales (6, 5:7,27;8,23-24); que habla a las muchedumbres
de Samuel Beckett. .. y en la aceptación de 16, 8 como final intencionado de en parábolas, no para instruirlas, sino para confundir sus mentes (a, 10-12);
Marcos26. Sin embargo, para Croy, la rareza de un final en 16, 8 es demasia- clue reprocha a sus discípulos su fracaso al no comprender un oscuro sím-
do pronunciada para que tal conclusión fuera plausible en un texto antiguo; bolo numérico (8, l7-21); que maldice un árbol porque no encuentra en él
cita, entre otros rasgos, la excentricidad estilística de terminar un libro con la fruta que esperaba (11,12-14): y a quien le gusta a menudo el secretismo
vn gar (<pues>); la peculiaridad temática de concluir una proclamación de irrcluso cuando falta una motivación clarapara ello, o no hay perspectivas
buenas noticias con una huida, miedo y silencio; y la contradicción lógica cle éxito si se actua así (1, 44;3, 121.5,431. efc.). Si Marcos puede crear
entre tal final y lo que implica el texto, a saber que los discípulos vieron cscenas tan crípticas o incluso chocantes, ¿podemos estar seguros de que
realmente a Jesús en Galilea (14,28 16, 7). Por el contrario, <si el relato de no decidió concluir su obra de una manera abrupta pero sugestiva, con una
Marcos continuara en un final ahora perdido, la continuación podría facil- historia que alude a apariciones del Resucitado sin describirlas, y que acaba
mente haber dejado en claro que el silencio no era permanente>27. con la conjunción gar?
Probablemente la cuestión del final del evangelio de Marcos no será Además, un final muy marcano en 16, 8 estaría de acuerdo con las
nunca decidida con certeza, y Croy ha hecho el mejor trabajo posible al preocupaciones características de Marcos sobre la fe, el miedo y el silencio
argumentar en contra de la terminación en 16, 8. Pero muchos de sus argu- (cf . comentario a 16,5-8). El miedo, y expresamente la ansiedad ante la
mentos están sujetos a crítica. Como él mismo reconoce, el hecho de que ¡rersecución como posible resultado de la proclamación del mensaje cris-
gar sea la última palabra en 16, 8 no refuta concluyentemente la tesis de tiano, parece ser una preocupación de la comunidad marcana (cf. 13, 9- l3),
que es el final intencionado del evangelio. Muchas frases griegas terminan cuyo estado emocional se refleja probablemente en la imagen de 4,35-41
con gar (para un importante ejemplo bíblico, cf. \a nota a (pues tuvieron cle unos discípulos sacudidos por la tempestad, rodeados por la oscuridad y
miedo> en 16,8), y hay otros casos en los que concluye así un capítulo28 o olas crecientes, y con el miedo de estar a punto de fallecer (cf. comentario
incluso un libro en su forma presente2e. Como señala Denyeq además, el a 4,37-39). Un final como el de 16, 7-8, que prescinde de describir las
discurso de 2 500 palabras de Protágoras en el diálogo platónico del mismo apariciones del Resucitado, refleja este miedo, y simultáneamente afirma
nombre finaliza con una frase de dos palabras, la segunda de las cuales es la resurrección de Jesús, y deja espacio para Ia duda, un cuadro que cones-
gat\.El Sócrates de Platón recuerda su propia reacción a este abrupto final ponde a la situación de una comunidad cristiana que cree en el kerigma de
como un éxtasis: después de la ejecución del discurso, propia de un virtuo- la Pascua, pero no ha visto a Jesús resucitado con sus propios ojos (cf. Jn
so de la oratoria, <todavía seguía yo mirando [a Protágoras], y esperando 20,29). En tal contexto, las mujeres que huyen proporcionan una imagen
que dijera algo, anhelando oírlo>. Según Denyer, es posible que Marcos es- rle lo que no se debe hacer, como huir presa del miedo u ocultar las maravi-
cogiera un medio similar para <dejar al lector en lo que es, después de todo, llosas noticias de la resurrección. Pero las féminas sugieren también la po-
un estado de ánimo apropiado para alguien que acaba de leer un evangelio: sibilidad de una reacción contraria: detener su carrera, enfrentarse al terror,
la idea de que la historia de Cristo resucitado no puede terminarse aún. y y proclamar la buena nueva a cualquier coste. Las mujeres pueden reflejar
anhela enterarse de más>. lsí la situación de algunos en la comunidad marcana, que se encuentran
indecisos entre el miedo y la fe, tentados a escapar hacia la seguridad del
nrundo, pero a la vez atormentados por el rnensaje de la resurrección3r.
26. N. C. Croy,The Mutilation of Mark's Gospel,33-44.
27. Ibid., 45-7 l, aqui 57. El que Marcos compusiera un final tan abierto es aún más plausible si
28. Por ejemplo, Musonio Rufo, 12, 48; Luciano, Diálogo de las cortesanas, 6, 4. sc considera que otros relatos premodcrnos acaban de un modo compara-
29. Plotino, Ennéada 5, 5. Cf. P. van der Horst, Car a book end with gar?; N. C. Croy,
The Muf ilation of Mark'.s Gospel, 47 -50.180- I 85; N. Denyer, Mc I6: 8 and Ploto.
30. Platón, Protágoras, 328D. 31. Cf. T. E. Boomershine, Mc l6: ll utul tltc A¡xt.stolic Contmission.238.
I 264 Posdata (Mc 16,9-20) Elfinal de Man,t.; I 265

ble, como ha argumentado Magnesss2. Los paralelos bíblicos son particular- Jonás profetizó el final del Imperio asirio y lucgo se fLe a casa3a. Yalqut Shi-
mente impresionantes; varios relatos del Antiguo y del Nuevo Testamento monihace que Jonás responda a la pregunta de Dicls cayendo sobre su rostro
tienen finales abruptos, y algunos de ellos concluyen aludiendo a, pero no y pidiendo a Dios que gobieme el mundo según el atributo de la piedad.
describiendo, acontecimientos importantes que tienen lugar después del Como apunta Sasson35, éstas y otras refecciones similares (como 3 Mac 6,
final del relato, pero que desde la perspectiva posterior de sus autores y 8, Vidas de los Profetas 10, l-l l) <prolongan la historia unos pasos más allá
lectores originales habían ocurrido ya. La historia deuteronómica que se ex- de 1o que hace la Escritura>, con lo que revelan el descontento hacia ésta.
tiende desde el Deuteronomio hasta 2 Reyes, por ejemplo, no concluye con Estas correcciones son comprensibles, ya que la conclusión original de
una nota triunfante de la vuelta de los judíos de su cautiverio babilónico, Jonás no ata todos los cabos sueltos, aunque señala realmente el tema prin-
aunque el autor y sus lectores conocían probablemente este acontecimiento cipal del libro, la gracia amorosa de Dios para con una humanidad indigna
trascendental, sino con una descripción del monarca babilonio que libera al e ignorante (e incluso para con los animales). Mas tal conclusión deja sin
rey de Judá de la prisión y lo hace sentar con él en su cofte (2 Re 25, 27 - oontestar la pregunta de si al final Jonás comprendió que Dios tenía el dere-
30), una conclusión que hace presagiar la vuelta de Israel de Babilonia pero cho de perdonar a quien quisiera, incluidos los enemigos de Israel, o si por el
que no la relata. Asimismo, en el Nuevo Testamento, el autor de Hechos no contrario se mantuvo reluctante a aceptar esa extrema gentileza divina. Los
describe la ejecución de Pablo en Roma bajo Nerón, aunque Pablo mismo lectores antiguos que daban por supuesto que el libro bíblico procedía de
haga una profecía velada de este acontecimiento a los ancianos de Efeso en Jonás mismo tal vez concluirían que al final el profeta israelita habría sido
20, 17-38. En cambio, Lucas concluye su obra en dos libros presentando a ganado por el partido de la gracia divina, pero el autor no lo dice. Asimismo,
Pablo que vive en Roma en arresto domiciliario <durante dos años enteros el final marcano de 16, 8 deja abierta la pregunta de si las mujeres vencie-
a sus expensas, y recibía a todos los que iban a verlo, y predicaba el reino de ron definitivamente su miedo y dijeron a los discípulos lo de la reunión en
Dios y enseñaba todo lo concemiente al Señor Jesucristo con toda libertad, Galilea, a la cual asistieron finalmente y donde quedó restaurado su vínculo
sin estorbo>. Lucas no dice qué pasó al final de aquellos <dos años enteros)), con Jesús. La mera existencia del relato sugiere una respuesta positiva. Pero
pero sus lectores sabían que la predicación abierta de Pablo condujo a su tanto el autor del Antiguo Testamento como el del Nuevo prescinden de des-
martirio; el final, pues, alude a su ejecución sin describirla. cribir la conversión de sus personajes cuya imagen estaba profundamente
El paralelo bíblico más sugestivo de todos es la conclusión del libro dañada en parte porque estos autores deseaban hacer hincapié en la compa-
veterotestamentario de Jonás. Incluso Croy33 admite que esta conclusión sión divina envez de en la capacidad humana de cambiat'6.
es abrupta y produce perplejidad. Jonás, que ha rechazado al principio la CroyrT cuestiona la importancia del paralelo de Jonás, argumentando
orden de Dios de predicar el arrepentimiento a Nínive, antigua enemiga de que el final de esta obra no <destruye la trayectoria del libro y no constituye
Israel, se arrepiente en el vientre del monstruo marino, recibe una segunda un anticlímax como ocurre con Mc 16, 8>. Cita luego la conclusión de W.
posibilidad, cumple su misión, y luego se enfurece tanto cuando Dios no Knox38 de que Jonás no es ningún precedente para el evangelio marcano
destruye la ciudad penitente que pide morir. Dios responde, en las palabras que termina en 16, 8, puesto que el autor de Jonás había completado ya su
de conclusión del libro, aludiendo aI qíqáy6n (: ¿un ricino?), planta que historia mientras que Mc 16, 8 se detiene justo antes del punto culminante
Dios había hecho crecer para proteger a Jonás del sol: de su relato. Pero este argumento presupone resuelta la pregunta crucial:
¿,es realmente un anticlímax una conclusión como 16, 8? J. Wellhausen3e,
Tienes piedad del ricino, por la cual no trabajaste, ni la hiciste crecer; que en
que no opinaba de este modo y en una respuesta que se hizo famosa, sugería
el espacio de una noche nació, y en el espacio de otra noche pereció. Y ¿no
que el final de Marcos <no carecía de nada; sería una vergüenza si viniera
voy a tener piedad de Nínive, esa gran ciudad donde hay más de ciento vein-
te mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su izquierda, después algo más>. En apoyo de esta opinión puede decirse que el fulcro
y también mucho ganado? (Jon 4, 10-l l). teológico del evangelio de Marcos, el punto de duradera importancia, no es
tanto la resurrección de Jesús sino su sufrimiento y su muerte, una tesis que
¿Qué tipo de final es <también mucho ganado>? ¿Es un final mejor que se sustenta en una mayor concentración marcana de elementos negativos
el de Marcos, <Tuvieron miedo, pues>? No es sorprendente que muchos en sus predicciones de la pasión y resurrección (8,31 9,31;'10,33-34), y
lectores antiguos y medievales parezcan haberse sentido confundidos ante en el empleo de verbos en perfecto para la crucifixión, y en aoristo para la
la abrupta conclusión de Jonás y hayan inventado finales más satisfactorios,
<cerrados> como Mateo y Lucas hicieron por Marcos. Josefo (Ant.9,214), 34. CL W. L. Knox, The Ending ol Mut'kls Gtt.tpt'|.22.
por ejemplo, omite todo el episodio del qíqáy6n, y en cambio señala que 35. J. M. Sasson, Jonah, 320, nota 24.
3ó. Cf. W. L. Craig, A Poetic's of Jottulr. 164- l6-5.
37. N. C. Croy,The Mutilation ú Murkl (itt.t¡r'1,()5-96.
32. J. L. Magness, Sense and Absence,25-85. 38. W. L. Knox, The Ending d Mut'k l'; ( io.s¡n'|. )2.
33. N. C. Croy, The Mutilation of Markb Gospel,95-96. 39. J. Wellhausen, Das Evangeliunt llhtn i, 137.
I 266 Posdata (Mc 16, 9-20) El.fina! da Mon,t: I 267

resuffección en 16, 6 (cf. comentario a 16,5-8). Pero esto no significa que nocido que la desobediencia humana y cl nricdo rro habían tenido la última
la resurrección no tenga importancia para Marcos (cf. 9, 9); el punto prin- palabra en el tema de la relación de Jesús con sr-ls discípulos.
cipal de 16, 1-8 es que Dios ha resucitado a Jesús de entre los muertos, un De todos modos no podemos ser dogmáticos: no hay pruebas suficien-
acontecimiento que explica la ausencia de su cuerpo en la tumba. Pero hacer tes para afirmar definitivamente si Marcos quiso que su obra terminara en
una relación detallada de la apariciones del Resucitado no es una conditio 16,8. Pero es así como concluye en nuestros manuscritos más primitivos
sine qua non para afirmar la realidad de la resurrección. Ninguna de las y mejores; entonces nos conviene, como incluso Croya2 reconoce, tratar
predicciones de la Pasión concluye con una referencia a tales apariciones, cle sacarle sentido a este final tal corno está. Una analogía cinernatográfica
sino sólo con una alusión al hecho de la resurrección de Jesús, que resulta lruede ser de nuevo provechosa. Si se hiciera una película del evangelio de
probada en el relato de Marcos por la historia de la tumba vacía. Un final en Marcos, lacámara, al final, grabaría a las mujeres que huyen de la puerta
16, 8, por tanto, tiene sentido, porque ya han sucedido los acontecimientos del sepulcro presas del pánico. Sin embargo, entonces, permanecería fijada
decisivos de la historia de la salvación, y las apariciones profetizadas sólo en la oscura abertura durante bastante tiempo antes del fundido en negro.
confirmarán lo que el ángel ya ha proclamado, que Dios ha resucitado a Las mujeres huyen, desaparecen de la pantalla, y el sonido de sus rápidos
Jesús pero que éste sigue siendo aún el Crucificado. pasos y de sus gritos aterrorizados se desvanece gradualmente; pero los es-
A pesar de la carencia de relatos de las apariciones del Resucitado, tales pectadores quedan enfrentados al tremendo misterio del profundo y silen-
apariciones se evocan alusivamente en 16,7 (<Allí lo veréis>). En verdad, cioso sepulcro. Su puerta abierta los enfrenta no ((con pruebas que exigen
la alusión puede ser un modo más poderoso de referencia que la descripción el veredicto>ar, sino con preguntas. ¿Qué significa todo esto? ¿Por qué era
rotunda, pues entonces, como dice Booth, ((se crea un sentido de unión con- necesario todo este sufrimiento? ¿Apunta la tumba vacía de Jesús hacia un
tra todos aquellos, ya dentro de la historia o fuera de ella, que no captan el triunfo sobre la muerte, incluso aunque se reconozca la terible realidad de
asunto>>4O. El modo como opera tal colusión puede intuirse imaginando una esa muerte? ¿Significa la ausencia de Jesús del sepulcro que está presente
película sobre la vida de John F. Kennedy que concluyera con la secuencia en otros lugares, quizás en cualquier parte donde se vuelva a contar su
de su fatídica visita a Dallas el 22 de noviembre de 1963. La hilera de auto- historia y se oiga con fe?
móviles desfila por las calles de Dallas; el presidente Kennedy y su mujer Ya que Marcos no liga todos los cabos sueltos, no tenemos otra alter-
están sentados en un descapotable abierto, moviéndose felizmente entre las nativa que volver al inicio de su relato <El comienzo de la buena nueva
muchedumbres bajo un sol radiante..., y la película termina en ese momen- de Jesucristor, ( l, l), y empezar a leerlo de nuevo como nurestra historiaaa.
to. No hay imagen alguna de los disparos que suenan de lejos, del presidente El evangelio de Marcos es sólo el principio de la buena nueva, porque la
que cae hacia delante, de la limusina que acelera, de la primera dama que historia de Jesús se ha convertido en la nuestra, y nosotros la tomamos en
acuna la cabeza del presidente en su regazo. Pero todos estos acontecimien- clonde Marcos la dela.
tos se evocan aún con más fuerza precisamente porque no se representan, y
porque cada uno sabe qué pasará después.
Puede ser que el final de Marcos tenga el propósito de operar de un mo-
do similar. Todos en la audiencia marcana sabían que la reunión en Galilea
profetizada en 14,28 y 16,7 había ocurrido en realidad. Las historias de
las apariciones del Resucitado circulaban ya al menos desde cuando Pablo
escribió I Corintios l5 en los años cincuenta y eran seguramente muy co-
nocidas cuando Marcos escribió su evangelio a finales de los sesenta o a
principios de los setenta. Los lectores de Marcos habrían entendido que la
aparición a Pedro y a otros miembros de los Doce los había mudado desde
ser unos renegados pusilánimes hasta convertirlos en valerosos pregoneros
del Evangelio; cuando se compuso Marcos, al menos dos de los Doce,
Pedro incluido, habían muerto como mártiresar. La audiencia habría reco-

40. W. C. Booth,The Rheloric of Fiction,304. Cf. D. C. Allison, The Jesus Tradition.


n7-n9.
41. Sobre la muerte de Pedro durante el reinado de Nerón. cf. Tertuliano, Scorpittct',
15, Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica 2,25,5-6. Cf. tarnbién I Clem. 5,4; J.1,. 42. N. C. Croy, The MuÍilotit¡n ol llttrh s ( io:¡rl. I6()- I70.
Kirsch, Petet Salnt; sobre los martirios de Santiago y quizás de Juan, cf. nota a Santiago cl 43. Cf. J. McDowell, Evidencc llt(tt l)t'tnttrt(1.\ tt l1'ttlit't.
de Zebedeo y su hemano Juan en l, 19 y comentario a 10, 35-40. 44. Cf. D. L. Bartlett. Fact utttl ltttitlt.lll.l.
I

LOS DIRIGENTES JUDÍOS EN MARCOS

Hay cuatro grupos principales de dirigentes judíos en Marcos: los es-


cribas, los fariseos, los sumos sacerdotes y los ancianos. Acerca de un po-
sible quinto grupo, los herodianos, cf. las notas a <<los herodianos) en 3, 6 y
12, 13. Para una visión de conjunto sobre las apariciones de estos vocablos,
cf. Tabla 51.
En la primera mitad del evangelio, los principales oponentes humanos
de Jesús son los escribas y los fariseos, que a veces actuan en parte de con-
suno. Como hemos dicho ya en el apéndice (Los escribas y los fariseos>
en el vol. l, los escribas eran los intérpretes profesionales de la Ley, salidos
probablemente de las filas de los sacerdotes y levitas. Los fariseos eran
también famosos por su interpretación de la Biblia, pero eran una secta más
que un gremio. Además de por la exégesis, gozaban también de renombre
por su hincapié en asuntos tales como la pweza ritual y la observancia del
sábado, énfasis que explica en parte los conflictos con Jesús que relatan los
evangelios.
Sin embargo, en la segunda mitad del evangelio de Marcos, tiene lugar
un cambio asombroso: los fariseos, que habían figurado tan destacadamente
en la primera mitad (diez apariciones entre 2, l6 y 8, I 5), desaparecen casi
de la vista, mostrándose sólo dos veces, y saliendo totalmente de la escena
después de 72, 13. Este hecho es en principio sorprendente porque otras
fuentes hablan de la actividad farisaica en Jerusalén; Josefo, por ejemplo,
describe sus intrigas durante el reinado de Juan Hircano, Salomé Alexandra
y Herodes el Grande, y tienen también una actuación destacada en la parte
jerusalemita de Hechos. Al parecer los fariseos no debieron de haber de-
sempeñado un papel crucial en el Sanedrín, que antes del 70 d.C. estaba do-
minado por sus oponentes, los saduceos (cf. el apéndice <Los saduceos>)r.
Ya que la mayor parte de las referencias a dirigentes judíos en la segunda
mitad del evangelio tiene que ver con la trama del Sanedrín contra la vida de
Jesús, tiene sentido el que los fariseos desaparezcan del relato2.
Esta desaparición de los fariseos se cc¡uilibra por la llegada a la escena
de los sumos sacerdotes y los ancianos. No ss rlenciona a ninguno de estos
dos grupos antes de la primera prcdiccitin clc la pasión en 8,3l (<<ancia-

I E. P. Sanders, Judaism, Pntdit't'tttttl llrli<'l ó.1 ll('l':-ó6 C8,458-490.


2 Cf. R. E. Brown, Death of tht' ll4cs:irth I. 14.12.
I 272 Apéndices Los dirigentes.i uditt.s <'tt trlttn,,t t273

nos)) en 7, 3.5 tiene un significado diferente, a sabeq los antiguos de quie- 14,55 Los sumos sacerdotes y el Sanedrín cntcro btlsca un testimonio contra Jesús
nes los fariseos habían recibido supuestamente su tradición); desde aquí 15, I Los sumos sacerdotes, después de tcncr un conscjo con los anciano.g, los
en adelante los <<sumos sacerdotes)) son mencionados catorce veces y los escribas y el Sanedrin entero, entregan a Jesúts cl.l lranos de Pilato
<<ancianos>>, cinco. El único grupo opositor que se destaca en las dos mita- I 3
5, Los sumos sacerdotes denuncian a Jesús ante Pilato
des del evangelio son los escribas, que aparecen muy frecuentemente (seis I l0
5, Pilato sabe que los sanos sacerdotes han entregado a Jesús por envidia
15, 11 Los sumos sacerdotes mueven a la muchedumbre a pedir que suelten a Ba-
veces) en la primera mitad, en donde van unidos con los fariseos la mitad
nabás,ynoaJesús
de las veces (2, 16;7, 1.5), y que en la segunda mitad aparecen con mayor
I 5, 3 1 Los sumos sacerdotes con los escrlóas se burlan de Jesús
frecuencia aún (quince veces), y van unidos con los sumos sacerdotes y los
ancianos un tercio de las veces (cf. de nuevo Tabla 5 I ).
Escribas Fariseos Herodianos Ancianos Sumos sacerdotes

Tabla 5 l. Los opoNe¡rres coLEcrvos HUMANoS op Jesús sN Mnncos

1,22 Jesús enseña como uno que tiene autoridad, y no como los escribas 2

2,6 Los escribas piensan que Jesús blasfema


2, 16 Los escribas de los.fariseos se oponen a que Jesús coma con publicanos y )18
pecadores ))a
2,18 Los discípulos de Juan y delosfariseos ayunan 1.6
2,24 Losfariseos se oponen a que los discípulos de Jesús ananquen espigas en
sábado
3.22
'7.
3,6 Losfariseos salen con los herodiano,s y conspiran para matar a Jesús 1

3,22 Los escribas que bajan de Jerusalén dicen que Jesús está poseído por Beel- 'r . l.)
zebul 7.5 . (')
7,1 Los fariseos y algunos escribas de Jerusalén se juntan
7\ Los fariseos y todos los judios se lavan las manos antes del comer, según la
l5
tradición (de los mayores)
7\ Losfariseos y los escribas preguntan a Jesús por qué sus discípulos no si-
guen la tradición (delos mayores)
8, II Losfariseos piden un signo divino a Jesús
8, l5 <Cuidaos de la levadura delosfariseos y de la de Herodes>
8, 3l <El Hijo del Hombre será rechazado por los ancianos, sumos sacerdotes y
los escribas>>
9, 11 <¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?>
9, t4 Los escribas discuten con los discípulos de Jesús
10,2 Losfariseos preguntan si le está permitido al varón divorciarse de su esposa
10,33 <El Hijo del Hombre será entregado alos sumos sacerdotes y alos escribas>>
I I, l8 Los sumos sacerdotes y los escribas oyen a Jesús justificar la purificación
del Templo y procurar matarlo
11,27 Los sumos sacerdotes,los escribas y los ancianos cuestionan la autoridad de
Jesús 278
12,13 <Ellos> envían a algunosfariseos y herodianos para tender una trampa ver- 14. 1

bal a Jesús 4. l0
12,28 Uno de los escribas pregunta a Jesús sobre el mandamiento más impofante
14.4f
12,32 Este escriba aprueba la respuesta de Jesús
12,35 <¿Cómo dicen los esuibas que el Cristo es el Hijo de David?> 14.53
12,38 <Guardaos de los escribas que gustan de pasear con largas vestiduras> 4.55
14, I Los sumos sacerdotes y los escribas procuran matar a Jesús l5- l
14, l0 Judas va alos sumos sacerdotes para disponer la traición de Jesús 5-3
14,43 Jesús se enfrenta a Judas y a una muchedumbre armada p or los sumos sacer-
t5. 10
dotes,los escribas y los ancianos
t4,53 Los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas se congregan con el sumo l5- 1l
sacerdote parajuzgar a Jesús 15,,31 _ : __
I 274 Apéndices Los dirigenles.judi().t ctt i'l(tt'( ().\ t275

De los tres grupos opositores que dominan la segunda mitad del evan- el Sanedrín tuviera regularmente setenta o setenta y un miembros, o incluso
gelio -los sumos sacerdotes, los ancianos, y los escribas- el más importante miembros fijos; parece más bien haber sido u¡r grupo consultivo informal
es el de los sumos sacerdotes, que de 10, 33 en adelante se mencionan más que era convocado por el sumo sacerdote ad hoc segúrn hubiera necesidad6.
a menudo que cualquier otro, y que casi siempre aparecen solos (14, 10.55; Así pues, no tiene sentido tratar de armonizar las tradiciones rabínicas con
15, 3.10.1l) o bien ala cabeza de la lista de oponentes (10, 33; 11, 18.27; los textos griegos postulando dos o más sanedrines fijos (uno <político>,
14,1.43.53 15, 1.31; la única excepción es 8, 3l). El término griego para otro <religioso) y un tercero como gobierno municipal para Jerusalén),
<(sumos sacerdotes>>, archiereis, es el plural de archiereus: sumo sacerdote, como han hecho a veces generaciones anteriores de estudiososT; es más
y parece referirse tanto al sumo sacerdote, a cualquier antiguo sumo sacer- razonable, tomar pistas de Josefo y del Nuevo Testamento y considerar los
dote, como a los miembros adultos varones de las familias sacerdotales de textos rabínicos como anacronismos o idealizaciones.
élite (cf. Hch 4, 5-6; Josefo, Bell. 6,1 l4)3. Por tanto, la importante función Los intereses sacerdotales dominaron claramente el sanedrín del Se-
desempeñada por los sumos sacerdotes en el relato de la Pasión corresponde gundo Templo. En Hch 4,5-7, por ejemplo, Pedro y Juan son interrogados
a su posición predominante en la sociedad judía. por un conjunto de funcionarios judíos que incluía cuatro grupos: a) (man-
El jefe de los sumos sacerdotes, el sumo sacerdote por anlonomasia, datarios>, <ancianos> y <escribas>; b) el antiguo sumo sacerdote Anás y
era la autoridad religiosa más prestigiosa en la Palestina judía del Segundo su yerno Caifás, el sumo sacerdote en ejercicio; c) Juan, que puede haber
Templo; era el oficiante supremo en el templo de Jerusalén y el jefe de sido el hijo de Caifás y futuro sumo sacerdote, y Alejandro, desconocido
su enorme poder económico, social y políticoa. Como los judíos tuvieron por otra parte; y d) <cuantos eran de alto linaje sacerdotal> (hosoi ésan ek
prohibido generalmente por sus dueños imperiales tener un rey durante este genous archieratikou). Así pues, el Consejo parecia estar dominado por
período, el sumo sacerdote era también generalmente el funcionario judío varones de los altos círculos sacerdotales (b, d, y probablemente c), es de-
político más importante, y los romanos lo mantuvieron como responsable ci¡ lo que el Nuevo Testamento llama generalmente (sumos sacerdotes), y
delorden público (cf. Jn 11,47-55). Un poco del prestigio y de la influencia también probablemente por personas de fuera esos círculos, a). Pero inclu-
que iban unidos a esta figura como consecuencia de su cargo se mantenía so el grupo a) incluía probablemente a sacerdotes, ya que los escribas eran
aún aunque fuera depuesto (eventualidad que aconteció a muchos sumos muy probablemente <sacerdotes y levitas> (cf. el apéndice <Los escribas y
sacerdotes, especialmente en tiempos del dominio romano). Así, un anti- los fariseos> en el vol. l,607-614). Su maestría en la ley judía era induda-
guo sumo sacerdote, como por ejemplo Anás en Hch 4, 6, podía ser desig- blemente un activo inestimable para los tareas del Consejo en el gobierno
nado todavía <el sumo sacerdote>, como ocurre con antiguos presidentes de Judea, donde el poder político estaba imbricado con la legitimidad reli-
de los Estados Unidos a los que se sigue llamando <Señor Presidente>; y al giosa y por ello con la exégesis bíblica.
parecerAnás conservó bastante más poder que los expresidentes norteame- A pesar del predominio en su seno de los intereses sacerdotales, el Sa-
ricanos generalmentes. nedrín incluía también claramente a profanos destacados. En el Nuevo Tes-
En las fuentes existentes, en especial en el Nuevo Testamento y en las tamento estos personajes se denominan generalmente presbyteroi: ancia-
obras del historiadorjudío Josefo, el sumo sacerdote en ejercicio y los otros nos, un término que significa literalmente en griego (persona de avanzada
sacerdotes principales formaban el núcleo del consejo dirigente judío co- edad> y refleja el hecho de que el Israel antiguo, como otras sociedades
nocido por varios términos griegos como synedrion, gerousia y boule, qu.e tradicionales, buscaban la sabiduría y el gobierno en los varones ancianos.
pueden todos traducirse por <Consejo>. El término más común en el Nuevo E,n el Antiguo Testamento, por ejemplo, presbyteros designa generalmente
Testamento para este cuerpo es synedrion (lit. (el grupo que se sienta jun- a una persona rica, respetada, poderosa, típicamente un varón avanzado en
to>), una palabra cuya forma hebrea, Sanhedrín, se encuentra en fuentes años8. En el libro veterotestamentario tardío de Esdras (5, 5.9; 6,7-8.14;
rabínicas de la Misná en adelante. En la Misná el <Gran Sanedrín> consis- 10, 8) tales personajes influyentes componían una asamblea judía autóno-
tía en setenta y un miembros (cf., por ejemplo, m. Sanh. l, 6); este número nra que en textos posteriores se denomina Gerousia o Senado, cuyo signifi-
está básicamente de acuerdo con los cuerpos dirigentes de setenta miem- cado es <consejo de ancianos> (cf., por ejernplo, I Mac 12, 6; 2 Mac l, l0).
bros establecidos durante la Guena judía según Josefo (Bell. 2, 570-571;4, tlste grupo dirigente de <ancianos)), que era el precursor del Sanedrín de
334-544). Es improbable, sin embargo, que en época del Segundo Templo,
6. Cf. E. Schürer, The Hisfor¡, ol thc .lawi.slt l't't4tlc itr tlrc Age dJe.sus Christ 2, 199-
E. Schürer, The History ofthe Jewish People tu the Age ofJesus Christ 2,232-236:
3. Cf. 126; J. S. Mclaren, Power ond Politits, ¡ttt.s.sirtr A. .1. Saltlarini, Sanhedrin; E. P. Sanders,
E. P. Sanders, -/z tdaism, Practice and Belief 63 BCE-66 CE,327 -332; BDAG i 39. .lttdaism, Practice and Belief 63 BCE-ó6 ('/:. 471-.lSlt; I{- ll. Brown, Deoth of the Messiah
4. Sobre la historia del alto sacerdocio en el período del Segundo Templo, cf. J. C. t.339-372.
VanderKam, Joshua lo Caiaphas. 7. Cf. la revisión de la bibliogralit al rcs¡rcclo crr ll. Mantel, Studies in the Historlt of
5. Cf.E.Schürer,TheHistotl,oftheJewishPeopleintheAgeofJesusChrisr2,22T' tlrc Sanhedrin.
236: E. P. Sanders, Jndaisnt, Practice and Belief 63 BCE-66 CE,319-32'7 . 8. Cf. R. A. Campbell, The Eldt'r.:.
I 27ó Apéndices

época del Nuevo Testamento, estaba compuesto tanto por sacerdotes como 2
por miembros de la aristocracia laica (cf. 2 Cro 19, 8; I Mac 7 , 33; ll, 23;
14,28). En tiempos del Nuevo Testamento, sin embargo, el término <ancia-
EL SIGNIFICADO DE (CRISTO)-(MESÍAS)
nos> estaba generalmente restringido a los miembros laicos. En ciertos pa-
sajes marcanos (8, 3 I ; 14, 43.53; 1 5, I ), por ejemplo, el Sanedrín consiste
en los sumos sacerdotes, los escribas (que eran también sacerdotes), y los
ancianos (que al parecer eran laicos)e. Asimismo en Qumrán, los ancianos
se distinguen tanto de los sacerdotes como del resto del pueblo (lQS 6,
8-9). Sin embargo, la terminología en tiempos del Nuevo Testamento era
todavía fluida; Lc 22,66, por ejemplo, utlliza presbyterion (<<el consejo de
ancianos>) para un grupo de la élite que incluía a sumos sacerdotes y escri-
bas. Presbyteroi, ptes, es un término algo vago, similar de alguna manera <Cristo> es la traducción de christos, que significa <ungido> o <el un-
a las designaciones generalizadoras de Josefo parala élite como <la gente gido>, y éste es la traducción griega de maiíah hebreo y méiíhd'arameo.
destacada / conocido (hoi gnorimoi)> y <los poderosos> (hoi dynatoi)>. Estos términos se emplean en la literatura antigua judía y cristiana para
Independientemente de su categoría como grupo de élite, y quizás en parte designar un futuro monarca del linaje de David que desempeñará un papel
porque eran generalmente laicos, los <ancianos) aparecen a veces en las vital en la redención escatológica. Con todo, el Antiguo Testamento no usa
fuentes como los representantes de la nación en general (cf. <los ancianos el vocablo <mesías> así. En el Israel antiguo tanto los reyes como los sumos
del pueblo> en I Mac 7, 331' 21, 23; 26, 3.47 ; 27, I ; <los ancianos de lsrael> sacerdotes investidos de su cargo eran ungidos con aceite como signo del
en I Mac 11,23;y <los ancianos del país> en I Mac 14,28)to. f avor divino; en el Antiguo Testamento, mdiíah puede referirse, por tanto,

De lo dicho hasta el momento debería quedar claro por qué los sumos a cualquier sumo sacerdote en ejercicio (Lv 4, 3.5.16; 6,2216, l5 heb]) o
sacerdotes y los ancianos adquieren importancia en el momento en el que la ¿r un monarca como Saúl (l Sm 24, 6.10124,7, 11 hebl; 26,16;2 Sm l,
historia de Marcos centra la atención en Jerusalén y la muerte próxima de 14.16), David (2 Sm 19, 21 l19,22hebl;23,1) o a un rey davídico (Sal2,
Jesús en la ciudad. El Templo estaba en Jerusalén, y era la base del poder 2). Incluso el Deuteroisaías lo utiliza en sentido figurado para un monarca
de los sumos sacerdotes; el consejo dirigente al que pertenecían tanto los extranjero, el rey persa Ciro, que es <ungido> por Dios para cumplir latarea
sumos sacerdotes como los ancianos, y que aparece en Marcos como el que de acabar con el exilio de Israel (Is 45, l; quizás también 61, l-4).
decide la necesidad de la muerte de Jesús, se reunía también normalmente Varios pasajes del Antiguo Testamento hablan realmente de las esperan-
en Jerusalén. Algunos escribas pertenecían también a este grupo, aunque zas en un futuro rey davídico que eliminará el yugo extranjero sobre Israel
otros fueran sacerdotes locales dispersos por Palestina; de ahí que los escri- e inaugurará una era de paz mundial, prosperidad y de cumplimiento de la
bas marcanos se encuentren tanto en Galilea como en Jerusalén. voluntad de Dios (por ejemplo, Is 9, l-7; 11, 1-10; Jr 23, 5-6; Miq 5, 2-4;
Lac 9,9-10); estos pasajes, sin embargo, no llaman <ungido> a este rey que
ha de venir. Este paso sólo se da en textos y tradiciones judías postvetero-
tcstamentarios (por ejemplo, SalS/. 17, 32; 18, 5.7; I Hen. 48, 8-10; 52, 4;
2 ApBar. 29,3;30, 1; 4 Esd. 7 ,28-29; 12,32', tradiciones rabínicas) y en el
Nuevo Testamento. En las tradiciones judías, la llegada del <Ungido> es ge-
rreralmente la de un rey ideal del linaje de David, aunque algunos círculos,
como la secta de Qumrán, esperaba también la venida de un sacerdote ungi-
tlo de la línea de Aarón (por ejemplo I QS 9, I I ); en verdad, en Qumrán, este
rlresías sacerdotal era la figura más importanter. Esta expectativa dual, que
cstá también presente en los apócrifos Te,stamentos de los Doce Patriarcas
(TestLev. I 18 TestJud. 24), refleja pasajes dcl profeta veterotestamentario
lacarias que prevén el gobierno conjunto clc un rey davídico y de un sumo
sacerdote aaronita (Zac 3,6-8; 4, l3- l4; 6. 9- l3)r. Ciertas tradiciones rabí-

9. Cf. J. Jeremias, Jerusalem in the Time ofJesus,222-232; E. Schürer, The History ol


l. Sobre el mesianismo en Qumrán, cl. .1. .1. ('ollins, 'fhe Scepfer and the Star.
the Jewish People in the Age of Jesus Christ 2,200-209; R. E. Brown, Death of the Messiulr
2,1428-1429. 2. Sobre esta diarquía bíblica, cf . S. litltrtott. Iltt'('tntcapls r1f MAíral3 and Messianism,
10. Cf. J. Jeremias, Jentsalem in the Time of Jesus,222-232. I 06- I 07.
I 278 Apéndices El s ign ificodo ¿la c ri.s I t t- tt tt's t t t¡ I 279

nicas posteriores esperan también dos mesías, aunque el segundo habría de vhstago de David acentúan también el aspccto rrlilitar (pol ejernplo, Is ll,
ser descendiente de José y no de Aaróni. -lr Sa/S/. 17, 22-25;4Q285 5, 2-6; 2 ApBur. 39-40; 4 l:sd. 13, 3-1 1). A causa
Sin embargo, la mayor pafte de los judíos del siglo I incluso los miem- tlc esta asociación con el militarismo, el mesiatlist.t.lt.r clavídico fue probable-
bros de la secta de Qumrán, habrían pensado probablemente en términos nlente un factor impoftante en el chispazo qtre prendió las grandes rebelio-
de una figura davídica en el caso de que hubieran oído el título absoluto ncs judías contra los romanos en los siglos I y II?. La orientación militar y
<El Ungido>>. Ahora bien, es algo universalmente admitido que este uso ¡rolítica del mesianismo davídico se refleja también en algunos pasajes del
absoluto no aparece en la literatura judía anterior al final del siglo I d.C. Nuevo Testamento (por ejemplo, Hch l, 6; Ap 19, ll-21), aunque se expre-
fuera del Nuevo Testamento, aparte de un caso cuestionable en un texto scn también reservas sobre este matiz (por ejemplo, Jn 6, 15).
fragmentario de Qumrán (lQSa 2,ll-12 pero cf. <elungido de lajusticia> Pero sería un elror reducir el mesianismo davídico al aspecto militar-
en 4QCommGenA [4Q252] 5,3-4, y, más tarde en ese mismo siglo, 4 Esd. rcligioso; el rey davídico de Is I l, 1-10 no sólo es un guelrero de éxito, sino
12,32; 2 ApBar. 29,3:30, 1). Sin embargo, expresiones similares como <el tarnbién un juez justo sobre quien reposa el espíritu de sabiduría; el <cristo>
ungido del Señop y <mi/su ungido> aparecen con frecuencia (por ejemplo, de los Salmos de Salomón l7 no sólo aplasta a los ejércitos de los paganos,
Sa/S/. 18, 5: I Hen.48, 10; 52, 4: 2 ApBar. 39,7: 40, l:72,2), en donde la sino que tiene compasión de las naciones y pastorea su pueblo en santidad.
característica real es casi siempre obvia, como es también el caso en los usos
('omo afirma De Jonges: <El hincapié principal [en los pasajes de los Salmos
veterotestamentarios de estas frases (por ejemplo I Sm 2, 10.35; Sal 2, 2). ,lc Salomón) radica en los aspectos espirituales de su reinado>. Tampoco
En el Nuevo Testamento asimismo, <El ungido> o <El mesías>>: Christos cl mesías davídico es invariablemente un personaje de este mundo, como
es el rey escatológico esperado del linaje de David (cf., por ejemplo, Mt l, lran defendido algunose: en 4 Esd., por ejemplo, el mesías es preexistente
l; Mc 10, 47-481' I1,9-10; Rom 1,3). Por tanto, como afirma De Jongea, en (12,32 13,25-26)', en 13, 1-4 vuela entre las nubes de cielo como el Hi-
jtr de Hombre de Dn 7; I Hen.3l-71 une los rasgos del Hijo de hombre
el tiempo de Jesús el término <ungido> estaba en camino de convertirse en
una expresión usual para designar al futuro monarca davídicos. tfaniélico con los del mesías davídico; y el personaje de 4Q521 2 2,1-2,
que puede ser el mesías davídicoro, exige obediencia no sólo por parte del
Ciertamente, algunos judíos pudieron soñar y realmente lo hicieron con
la futura redención del mundo por parte de Dios sin asignar una importancia ¡rueblo, sino también del cielo y la tierrarr. Incluso las tradiciones rabínicas,
t¡ue suelen imaginar al mesías como una figura con características humanas,
primaria a un mesías davídico o incluso sin invocarlo en absoluto. A veces
hablan ocasionalmente de su exaltación a un estado casi divino (por ejemplo
se esperaba que el sumo sacerdote escatológico o un ángel importante fue-
ran las figuras principales de esta redención (así, Dn 10,12-13;12, 1; I Hen.
lt Sanh.38b). Estas representaciones <elevadas> del mesías se retrotraen en
último término a la elevada concepción que los antiguos israelitas tenían de
10; I QSa 2, 12-14; I I QMelq; TestLev. l8); otras veces se esperaba la vuelta
sus reyes, y siguen una tradición exegética de los textos del Antiguo Testa-
de un héroe veterotestamentario como Elías (por ejemplo , li4.al 4,5-6; Eclo
nrento que es evidente en los LXX (cf. Nm 24, 17: Sal 72, 17 l7 l, I 7 LXXI;
48, 10), y en otras se creía que Dios operaría la redención sin intermediario
I I 0. 3 ! 09, 3 LXXI; Is 9, 6) y continúa en los targumesr2.
alguno (por ejemplo I Hen. l)6. Sin embargo, entre las figuras escatológicas
Una idea que no parece haber recibido ninguna atención destacada en
esperadas, el mesías davídico era probablemente la más famosa, y tal im-
cl judaísmo precristiano es la del mesías sufriente; ningún texto judío pri-
portancia ayuda a explicar por qué Jesús fue considerado como el mesías a
rnitivo habla de tal figura. Para los cristianos la idea de un mesías que sufre
pesar de una trayectoria vital tan poco mesiánica (cf . infra).
¡rarece natural, pero esto sucede porque está profundamente arraigada en
En el Antiguo Testamento y eljudaísmo antiguo, el mesías davídico sue-
una comprensión cristiana del Antiguo Testamento. En el judaísmo, sin em-
le relacionarse con los antiguos elementos políticos de la función propia del
lrlrgo, el mesías davídico está relacionado con el triunfo, no con la derrota y
rey, que incluía el éxito militar. Esta es en parte la razón por la que un as-
lrr nruerte; la reacción sobresaltada de Pedro al anuncio del Jesús marcano
pecto importante de la imagen davídica, desde la historia de David y Goliat,
rlc su pasión futura (Mc 8,31-32) es, pues, rrruy realista. El Deuteroisaías
es la habilidad en las batallas (l Sm l7; 2 Sm 8 y 22; etc.). Asimismo en el
Salmo 2, que se convirtió en el hontanar de ciertas concepciones mesiánicas
7. Cf. M. Hengel,The Zealols; R. A. Horslcy-.|. S. llanson. llundils. Prophefs ¿tnd Mes-
posteriores, los reyes de la tierra se rebelan contra el Señor y <su ungido> RelaÍed Slrangers,6.
'rrl¡.r': S. G. Wilson.
el monarca davídico reinante, pero son aplastados con la barra de hierro dc tl. M. de Jonge,The Use of the Word 'Am¡itttttl'.1J6.
este último. Otros tradiciones veterotestamentarias y judías sobre el futur<l 9. Por ejemplo, E. Jenni, Messiah, Jctrislt"361.
10. Cf. E,. Puech, Une opocalipse nrcs.sitrrtit¡rrt'.
I f . Para otras interpretaciones de esto tc\(() lilgrrre rrlrrlio. cl. W. Stegernarn,The Libru-
3. Sobre el mesías, hijo de José, cf. J. Klausner, The Messianic ldea in lsrael, 483-50 1 . ,t rl Qurnran,3l-32', J. J. Collins, Tltt',*c¡ttt'r'(ttttl tlt(,S¡¡a'. ll8-122; K. W' Niebuhr'
4. M. de Jonge, The Use of the Word'Anointed', 147. l()5:t.2ll ein eschatobgischer Pxrlu¡ lr. ltt¡cch. '\t)tttt'll(t)¡urk\ on 4Q246 and 4Q521,
5. Cf. W. Horbury, Jev'ish Messianisnt ond the Cult of Christ. l( c lhora lmiyhv, como plural y sugierc t¡trc sc tcliclt'rtl lllt'sí:ts lcal y al sacerdotal.
6. Cf. M. Smifh, Variet.y of Messianic Figures. 12. Cf. W. Horbury, Jeu,ish Ma,s,vitttti.sttt tttt,l tlt,'( ttlt ttl ( lrt'itl. ¡tttt.sint.
I I 280 Apéndices

habla sin duda alguna del siervo del Señor que sufre y muere una muerte 3
expiatoria (Is 50, 4-9; 52, 13-53, 1 2), pero esta figura no se identificaba con
el mesías. Ciertamente, aunque el Targum ve referencias al mesías en Isaías LA TRANSFIGURACIÓN A LA LTJZ
53, asigna el sufrimiento del pasaje de Isaías a los enemigos del mesías, no DE LA HISTORIA DE LAS RELIGIONES
a é1r3. Las tradiciones rabínicas posteriores que hablan de la muerte del me-
sías hijo de José estaban probablemente influidas por el cristianismo o por
la muerte del dirigente de la Segunda Rebelión judía, Bar Kochba, y no
por un concepto preexistente judío de un mesías sufrientera. Por tanto, la
noción neotestamentaria del mesianismo sufriente es una mutación del me-
sianismo anterior judío y no una directa continuación de él'5.
Pero ¿por qué fue considerado Jesús como el mesías sin más, si no
encajaba en el guión usual? Algunos estudiososr6 han teorizado que esta
valoración surgió sólo después de la resurrección, y que fue el resultado de
Se han invocado diferentes paralelos de la historia de las religiones para
la percepción de que Dios había vindicado a Jesús precisamente por ella.
aclarar el relato de la Transfiguración. En lo que sigue los trataremos divi-
Sin embargo, no parece ser ésta una explicación suficiente, puesto que no
existían expectativas conocidas en el antiguo judaísmo de que el mesías didos en tres categorías: motivos generales (epifanías de dioses, diviniza-
habría de resucitar de entre los muertos, y otras figuras piadosas que -como ción de seres humanos, etc.), personajes especiales del Antiguo Testamento
se creía- habían superado la muerte no habían sido consideradas como el
y del judaísmo posterior (el mesías, Moisés, etc.), y una festividad judía
mesías (por ejemplo, Elías, Jeremías, y Juan el Bautista, según las opinio-
(Tabernáculos).
nes citadas en Mt 16, l4; o Isaac, según algunas versiones dela'aqedahtT).
Parece más probable que Jesús fuera ya identificado como el mesías por la
opinión popular durante su vida; al menos explicaría por qué fue crucifica- Monvos cENERALES

do por los romanos como <el rey de los judíos>r8.


Epfanías de dioses, diosas, o ángeles enforma humana. Marcos utiliza
Sin embargo, dilucidar exactamente por qué fue considerado así, es una
cuestión compleja. No había esperanza bíblica fija de que el mesías iba a
el verbo metamorphousthai (<<transformarse>) para indicar el cambio que
sufren el cuerpo y la ropa de Jesús (9,2). En el ámbito grecorromano este
obrar milagros, pero es posible que 4Q521 mencione la capacidad del me-
sías de obrar milagros de sanación, y Mt 11,2-6 // Lc 7 ,18-23 parecen con-
verbo y el sustantivo de la misma raiz, metamorphosis, se emplean para
siderar tales milagros como prueba del mesianismo; así pues, la reputación
cxpresar todos los tipos de cambios mágicos (cf., por ejemplo, la Meta-
de Jesús como taumaturgo puede haber sugerido a algunos observadores un
morfosís de Ovidio), que incluyen los incidentes en los que los dioses se
estatus mesiánico (cf. nota a ((una señal> en 8, l l). Otro factor puede haber
transforman en seres humanos y al revés, por lo que Zellert considera que
sido que los choques de Jesús con las autoridades despertaran esperanzas tales leyendas ofrecen los paralelos más cercanos al relato marcano de la
políticas en tomo a su figura, y que tales esperanzas fueron atraídas por el Transfiguración.
imán de la imagen davídica, una atracción que habría aumentado si Jesús En estas historias las divinidades disfrazadas, cuando están a punto de
fuera de linaje davídico, como afirma el Nuevo Testamento. También pudo volver al cielo al final de su estancia terrenal, revelan a menudo su ver-
desempeñar un papel su reputación de maestro carismático y su relación cJadera naturaleza por medio de una transformación Jísica o una epifanía;
con los pobres, ya que estos factores se destacan en la descripción del rey como afirma un escolio (cf. glosario) a Homero, ilíada 2,791: <Cuando se
futuro en un pasaje importante del Antiguo Testamento, Is 11, 1-5, Es más rnarchan los dioses metamorfoseados, dejan generalmente detrás de ellos
dificil decir si Jesús mismo compartía esta valoración mesiánica de su mi- una señal>. Estos signos pueden ser: un crecimiento enoffne de tamaño2 o
l¿r demostración de un atractivo sobrenalural o unos ojos radiantes3, y los
nisterio, como suponen Mc 8, 27-30 y 14,61-62.
tcstigos humanos reaccionan generalmentc con terror. El Himno a Deméter
pseudo-homérico (268-269; 27 5-283) proporciona un magnífi co ejemplo
rlel género:
13. Cf. S. Mowinckel, He That Cometh,330-333.
14. Cf. J. Klausner, The Messianic ldea in Israel,483-501.
I 5. Cf. R. E. Brown, Intoducción a la cristología del Nuevo Testamento, 179- I 80. l.D. Zeller, La métamorphose de .Jtj.stt.s t'ttturrrt' <:¡ti¡tlttruic', ld., Bedeutung und religi-
I 6. Por ejemplo, R. Bultmann, Theology of the New Testoment I ,26-32. , tt r s gechichllicher Un tergrund der Ve rut u I I t rg.
r t t t

I 7. Sobre esta leyenda, cf. S. Spiegel, The Last Trial, cap. 4o. 2. Por ejemplo, Nonno, Dion)'siuctt 45, l.l.l- 1.15.
18. Cf. N. A. Dahl, The Crucified Messiah. 3. Por ejemplo, Virgilio, Eneitlu 5,647-619.
I 282 Apéndices La Transfiguroción y la historiu dc lus rL,ligiones I 283

<<Yo solt Deméter la honrada, el mayor describir el aspecto cambiado de Jesús. En Apuleyo las transformaciones
beneficio y alegría para dioses eternos y los mortales ...> del héroe alcanzan su punto culminante en su iniciación en el culto de Isis,
Con estas palabras la diosa cambió su Íamaño 1:.forma, donde se prohíbe también que revele ese misterio a los extraños. Sólo pue-
abandonando lavejez a medida que volvía a ella la belleza.
de manifestar lo siguiente:
De stsfi'aganfes velos un olor encantador
emanaba, y de la piel inmortal de la diosa, una luz Me acerqué alos confnes de la muerte... y antes de volver viajé por todos
brillante, cuando su rubia cabellera se derramaba sobre sus hombros, los elementos. En Ia quietud de la noche vi brillar el sol con su brillante es-
y la sólida mansión se llenaba de un re.splandor como el del relámpago. plendor. Esfuve en presencia de los dioses de abajo y de los dioses de arriba,
La diosa abandonó la mansión. La reina se tantbaleó, y los adoré como al alcance de la mano (El asno de oro,1 1, 23, 8).
y permaneció muda durante mucho tiempo, olvidando
recoger del suelo a su niño.
Posteriormente revisten a Lucio con unas vestimentas que parecen in-
dicar su divinización (el vestido es <olímpico> y la guirnalda en tomo a
En este texto, como en Mc 9. 2-8, la identificación de un ser divino
su cabeza tiene hojas de palma que se proyectan y se parecen a los rayos
(aquí una autoidentificación) va acompañada de una metamorfosis que su-
del sol en los retratos de los dioses), y perrnanece durante varios días en el
pone una transformación mágica de su vestimenta y una irrupción de luz
recinto del templo de Isis debido <al placer indescriptible de contemplar la
sobrenatural; en ambos casos, además, la reacción del observador humano
estatua de la diosu (ibid., ll,24-25). Las semejanzas con la transfiguración
es el temor. Un ejemplo judío del mismo género. con varias semejanzas
de Jesús son las siguientes: el motivo de la revelación secreta a unos pocos
con Mc 9, 2-8, aparece en Tob 12, 6-22: el arcángel Rafael, que ha acom-
escogidos (Mc 9, 2.9), el esplendor sobrenatural, la vestimenta gloriosa (9,
pañado a Tobías en sus viajes disfrazado de ser humano, inicia una con-
2-3),el diálogo con los seres divinos (9,4)y el anhelo de quedarse en el
versación privada con Tobit y Tobías (Tob 12, 6; cf. Mc 9, 2), los exhorta
lugar de la revelación (9, 5). Hay también en el pasaje marcano, como en
a seguir en el camino de la justicia (Tob 12,6-10;cf. Mc 9,7) y revela su
el de Apuleyo, un nexo con el tema de la muerte, por la yuxtaposición del
identidad (Tob 12,151' cf. Mc 9,1). El miedo los vence (Tob 12, 16; cf. Mc
evento con la profecía de la pasión en 8, 31,
9,6) y el ángel desaparece (Tob 12, 2l; cf . Mc 9, 8)4.
Otra paralelo cercano a Mc 9, 2-8 se encuentra en el relato de las pala-
Zeller reconoce que la transfiguración de Jesús no ocurre al fnal de
bras de un discípulo al sabio neoplatónico Jámblico:
su estancia terrenal, como es habitual en tales historias de epifanía, pe-
ro señala un paralelo en Jámblico, Vida de Pitágoras 9l-93, en el que el Ha llegado hasta nosotros el rumor... de que cuando rezas a los dioses te
sabio-fiIósofo, hacia la mitad de su vida, revela su divinidad a un discípulo elevas al parecer sobre la tierra más de diez codos; que tu cuerpo y tus ves-
mostrándole su muslo de oro. tiduras se mudan en un hermoso tono dorado; y luego, cuando concluye tu
plegaria, tu cuerpo se vuelve como era anfes de orar, y luego desciendes a la
Divinización de los seres humanos. No sólo los dioses y los ángeles asu- tierra v fe relacionas con nosotrosT.
men temporalmente una forma humana para volver luego a transformarse,
sino que los seres humanos pueden también convertirse en dioses. Estas Aquí, como en la transfiguración marcana, una metamorfosis -en don-
divinizaciones se dan generalmente al final de la vida del héroe, cuando es de parecen también vestiduras radiantes- va seguida de una vuelta a la
asumido en el cielo (cf. la sección siguiente). Pero no siempre. Los cultos existencia normal, descrita como un descenso y que implica la reanudación
de misterios, por ejemplo, parecen haber prometido a sus discípulos que, si deldiálogo con los discípulos.
pasaban por un rito simbólico de muerte y regeneración, podrían lograr Ia
inmortalidad y un estatus divino ya en esÍct vida, como muestra. por ejem- Ascensiones al cielo. La divinización está a veces relacionada con una
plo, el vocabulario de <renacimiento> en Apuleyos, la referencia del mismo ascensión al cielo, por lo que Fossum8 ha sugerido que las historias de tales
autor a un nuevo <cumpleaños>> (11,24,5), y la inscripción del mitreo de ascensiones proporcionan un estrecho paralelo a la transfiguración marcana.
Santa Prisca en Roma: <piadosamente renacido.. .>>6. Las melamorfosis de E,stas relatos se hallan a menudo en el mundo pagano, donde se suele con-
Lucio en la novela de Apuleyo del mismo nombre proporciona los para- trastar a los dioses etemos, como Zeus, con los <inmortales> como Hércules
lelos más interesantes a Mc 9, 2-8, que comienza también con la palabra o Dioniso, generalmente productos de la cópula entre un dios y un ser hu-
<metamorfosis>, sustantivo de la misma raíz que emplea Mc en 9,2 partl mano, que a su muerte son divinizados (u¡totcosis) y ascienden al cieloe. La

4. M. Frenschkowski, Offenborung und Epiphonie 2,38-45. 7. Eunapio, Vidas de los./ilóso/os, l3 l45tll; ct¡rsivas nuestras. Cf. D. Zeller, La méta-
5. Apufeyo, Metomorfosis ll. 16,2; 11,21, 6. norphose de Jésus comme épiphoni¿. ltlS- ll{5.
6. Cf. R. Reitzenstein, Mvslen, Relígions,333-33'7: W. Burkert, l¡rcient M¡tsler.r, Cult,s. 8. J. E. Fossum, Ascensio, Mekrnrtr¡tlut.ti,t.
99-l0l; M. W. Meyer, Mvstent Religion.s. 9. Ct. C. H. Talbert, What Ls u Go.t¡n'| .'.16-35.
I )¿t4 Apéndices La Tronsfiguración y la hisloriu tlL' lu.t tcligittres I 285

traslación del héroe puede ser atestiguada directamenter0, o bien deducida otro anticipo de la gloria que experimentará cl elegido en el eschaton. La
del hecho de que no deja ningún resto fisico sobre la tierrarr. idea de que los santos brillarán en la gloria escatológica tiene raíces en el
Fossum, además, no se concentra sólo en tales ejemplos paganos sino Antiguo Testamento y en las tradiciones judías. Según Dn 12,3, en la nueva
en los relatos judíos de viajes al cielo después de la muerte. Tales ascensio- edad, el sabio <<brillará como el resplandor del cielo, y los que conducen a
nes incluyen a veces el motivo de la entronización (implícito por ejemplo muchos a la justicia, serán como estrellas por siempre jamás>>, un versículo
en las coronas que reciben enAscls.7,22;9,24-25) y/o en la investidura que ha dejado una gran huella en los textos judíos (por ejemplo I Hen. 39,
con una vestimenta nueva (por ejemplo, Ascls. 7 , 22; 8, 14-15: 9, 24-25; 7;104,2;108,13 4 Esd.7,97.125), en el Nuevo Testamento (por ejemplo,
2 Hen. 22,8-10). En 3 Hen. 12, l-5 además Henoc recibe de Dios <un Mt 13, 43) y en la literatura cristiana posterior (por ejemplo , ApEl. 4, l9).
vestido de gloria en el que estaban prendidas toda clase de luces>> (cursi- En IHen. 62, 15, además, el elegido será revestido ((con vesliduras de glo-
vas nuestras); esta acción va unida con su instauración como vicerregente ria>> y en el libro del Apocalipsis se describen varias veces con un ropaje
de Dios en el cielo. La combinación de subida, recepción de un vestido blanco (Ap 3, 4.5, 18; 4,4; 6, 1l1,7,9.13-14), dos rasgos compartidos por
radiante y la entronización recuerda la subida de Jesús al monte, su vesti- el Jesús transfigurado. La idea del brillo de los santos va combinada a veces
menta gloriosa, y su reconocimiento como Hijo de Dios (un título real; cf. con la de la inmortalidad astral, es decir, con la noción de que los justos
nota a <<Tí eres mi Hrjo...> en l, I I ). se convertirán en estrellas a su muerte, o en algo parecido a un astro (cf.
de nuevo Dn 12,3 y. LAB 33,5; TestMos. 10, 9; I Hen. 104,2;2 ApBar
Apariciones de resucitados. E,l motivo de la ascensión al cielo está rela- 51, l0; 4 Mac 17 , 5), y se relaciona también con la idea extendida de que
cionado con el de la resurrección. Ciertamente, para algunos autores neotes- su futuro estado será como el de los ángeles (cf. Mc 12,25 I Hen. 104,
tamentarios, la resurrección de Jesús del reino de los muertos y sus aparicio- 4;2 ApBar.5l, 5, 10; Testls.4,38-43). Generalmente se pensaba que este
nes póstumas sobre la tierra señalan la primera etapa de su tránsito al cielo estado era luminoso (cf., por ejemplo, Dn 10, 6; TestJob.3,l;4, I [cf. 5,
(cf. Jn 20, I 7; Hch l, I - 1 I ). Varios estudiososr2 han encontrado paralelos tan 2l;28,3; Hch 6,151,2 Cor ll, l4) o que estaban equiparados a las estrellas
sorprendentes entre la Transfiguración y las apariciones tras la resurrección (cf., por ejemplo, Dn 8, I 0; I Hen. 43, l-41' 86, I -6; 90, 20-27 ; Ap l, 201' 9,
que consideran que la primera es una historia postpascual del Resucitado l-2;12,4)ra. Jesús transfigurado, por tanto, se parece a un ángel, y la gloria
retroproyectada al ministerio de Jesús. Los dos tipos de acontecimientos angélica es similar al esplendor del elegido en el eschator; Jesús muestra
reveladores tienen en común su localización en la cumbre de una montaña así a sus seguidores la gloria que tendrán en la nueva edad.
(Mc 9, 2; cf. Mt 28, 16),la luminosidad de Jesús (Mc 9, 3; cf. Hch 9, 3-4:
Ap l, 14-15; Carta de Pedro a Felipe 134,9-13), el empleo del término Epifanías reales. El modo como la transfiguración de Jesús presagia
óphthé: <se apareció> (Mc 9, 4; cf . Lc 24,341' I Cor 15, 5-8), la nube (Mc su resurrección señala también hacia un posible trasfondo en las antiguas
9,7; cf. Hch l, 9) y la designación de Jesús como Hijo de Dios (Mc 9,7; cf. tradiciones reales, puesto que en algunas tradiciones cristianas primitivas
1n20,281. Rom 1,4). Además, 2 Pedro 1, l6-18 identifica la transfiguración la resurrección era entendida como una entronización a la diestra de Dios
de Jesús con la ocasión en la que recibió <honor y gloriu de Dios, palabras (por ejemplo, Mc 14, 62; Hch 2,32-36; Rom 8, 34); así pues, inte¡pretar
que sugieren un estatus postpascual (cf. Jn I 7, 5; Rom 2, 7, l0; Ap 4, I I ). la Transfiguración como un anticipo de la resurrección equivale a repre-
Y la presencia de Elías y Moisés con Jesús podría apuntar hacia la misma sentarla como una entronización o una demostración de su poder real. Una
dirección, puesto que en el relato bíblico Elías fue asunto vivo al cielo (2 Re razón adicional para ver un trasfondo de imágenes reales en la Transfi-
2, ll),y algunosjudíos posteriores como Josefo (Ant.4,326) parecen haber guración es su semejanza con narraciones antiguas en las que los reyes
creído que Moisés <volvió a la divinidad> sin morirr3. o futuros monarcas hacían apariciones públicas imponentes. Tales apari-
ciones pueden ocurrir en el acceso del rey al trono, en su cumpleaños o
Luz, estrellas y ángeles escatológicos. La resurrección de Jesús es natu- en su llegada a una provincia distanter5. Como señala Horburyr6, sabemos
ralmente un anticipo de la resurrección general; y por tanto, sus vestiduras de estas manifestaciones no sólo en el caso de los emperadores romanos,
brillantes como un nuevo personaje pueden considerarse también como sino también de algunas figuras judías a partir del período herodiano, como
Arquelao y Agripa Ir7. Estos pasajes nrencionan la brillante vestimenla del
rey, su entronización y las aclamac'it¡ne,s recibidas de la muchedumbre, que
10. Por ejemplo, Suetonio, lagusfo, I 00, 4; Justino, I Apología,21.
I I . Por ejemplo, Diógenes Laercio, Empedocles,8, 67-68; Filóstrato, Vida de Apolt>
nio de Tiana 8,30. 14. Cf.D.C.Allison, WhatWosÍl¡e Stur.(r3.notaT,y.lesusof Nazareth, l78,nota35.
12. Por ejemplo, R. Bultmann, Historia de la tradícíón sinóptica,3l8-321; T. J. Wcc- 15. Cf. S. R. F. Price, Riluals ond l\¡trar, ¡xt.t.tirtt.
den, Mark: Traditions in Conflict,l l8-126; W. Schmithals, Der Markusschluss; J. M. Robin- 16. W. Horbury Jev,ish Messiunisttt tttttl tltc ('trlt ol ('hri.sÍ, 134-135.
son, Jeszs, 8-9. 17. Cf.,porejemplo,Josefo, (,'¿c¡'rrr2. l-l:7. )t)-Jl:Ant. 17,200-202;19,343-346;
13. Cf. C. Begg, Josephus' Portraval. l:ilón, Contra Flaco,37-39; Hch 12, 20-2..1.
I 286 Apéndices La Tronsfiguración v lo hislori(t lt' ltr.s t't'ligiorte.s I 287

suponen a veces la concesión de títulos, rasgos todos que están presentes en procede en parte de Nm 24, 17, que habla de una estrella que se eleva de
el relato marcano de la Transfiguración. Jacob y aplasta a los enemigos de Israel; este oráculo fue tan influyente que
La descripción en Ant. 19, 343-350 del aspecto de Agripa I en Cesarea el apodo del mesías judío del siglo ll, Bar Kochba (<hijo de una estrellu)
en 44 d.C. es particularmente apropiadaparala comparación con Mc 9, 2-8: procede de ahí. Las fuentes cristianas mantienen esta relación del adveni-
Durante el segundo día de los espectáculos, revestido de una vestimenta
rniento del mesías con la luz (cf., por ejemplo, Ap 22, 16; TestLev. 18, l-3;
tejida completamente en plata de modo que su fexfura.fitera en verdad ma- ApEl. 3,3; Epístola de los Apóstoles, 16, y comentario a 16, 1-4).
ravillosa, entró en el teatro al amanecer. Entonces la plata, iluminada por Aunque es tardía, la amplia descripción del mesías en Pes. Rab. 37, l-2
el toque de los primeros rayos del sol, era extraordinariamenfe radiante y vale para una comparación particulaffnente interesante con Mc 9,2-8, ya
por su brillo inspiraba miedo y femor a los que la miraban con atención. Al que incluye la profecía que en el eschaton Dios exaltará al mesías a lo más
punto sus aduladores levantaron sus voces desde varias direcciones, aunque alto del cielo, lo cubrirá con el resplandor de su gloria, y lo vestirá <<con
no para su bien, dirigiéndose a él como a un dios. <Senos propicio>, aña-
una vestimenta cuyo esplendor se extenderá desde un.final del mundo hasta
dieron ellos, <y si hasta ahora te hemos ternido como un hombre, de ahora
en adelante estamos de acuerdo que tu ser es algo más que un mortal> (cf. el otro>>. Dios hará también para él siete pabellones de piedras preciosas, y
también Hch 12,20-23). todos los justos de cada generación lo mirarán con atención. El tema de la
exaltación en este texto es similar al motivo de la subida de Jesús al monte, y
En este pasaje, como en el relato marcano de la Transfiguración, la ra- la brillante vestimenta del mesías corresponde a las vestiduras radiantes del
diante vestimenta de un personaje real inspiraba temor, e iba unida con el Jesús marcano. Además, los siete pabellones recuerdan la sugerencia de Pe-
reconocimiento de su estado divino. La descripción de Josefo de la epifanía dro de que los discípulos hicieran tres tiendas (Mc 9, 5), y el modo como es
del dirigente revolucionario judío Simón bar Giora al final de la rebelión visto el mesías por las gentes de todas las generaciones evoca la comunión
contra los romanos (Bell. 7, 29-31) refleja probablemente también tradi- de Jesús con figuras venerables del pasado (Elías y Moisés: 9,4).
ciones sobre las apariciones reales: Simón se vistió con un par de túnicas
blancas, a las que iba sujeta una capa de púrpura (lo que daba a entender Adán. Segin Rubin y Kosmanre, la sección dela Pesikta Rabbati que
su estado real) y surgió desde la tiena sobre el lugar del Templo en ruinas; acabamos de citar atribuye una importancia ulterior a la vestimenta glorio-
los espectadores de esta epifanía, incluidos los soldados romanos, fueron sa del mesías: es la vestidura radiante de Adán, que la humanidad perdió
al principio presa del temor (se recuperaron, sin embargo, rápidamente y por la caída, pero que será restaurada por el descendiente escatológico de
detuvieron a Simón). Vestiduras blancas, supuesta realeza, atmósfera má- Adán, el mesías, una idea asumida por otros textos judíos y cristianos2o. Es-
gica (<surgió desde la tierru), posición superior (monte del Templo) y ta noción apunta hacia otra faceta del relato marcano de la Transfiguración:
la reacción de temor son características similares al relato marcano de la su semejanza con la pintura del Adán anterior a Ia caida en las leyendas ju-
Transfiguración. días; parece ser que la idea subyacente era que el mesías recuperará lo que
perdió Adán. Las tradiciones judías relacionan a Adán generalmente con la
luz (,,. Sabb. 2, 6 l5b; Neusner, I 1, I l4l, etc.) y se detienen casi obsesiva-
Flcunns PARTICULARES DEL ANTIGUo TESTAMENTo Y DEL JUDAÍSMo n-lente en el tema de sus vestiduras radiantes (por ejemplo los targumes so-
bre Gn 3,21: Gn. Rab.20,12; Pirqe R. El. l4), un motivo que puede estar
El mesías. El incidente de Simón está relacionado también respecto a
irnplícito yaenEz28,13, donde el hombre primordial es cubierto con unas
su transfondo con nuestra segunda categoría de materiales, a saber tradicio-
vestiduras de joyas preciosas (cf. Eclo 49, 19, que menciona el esplendor
nes sobre figuras particulares del Antiguo Testamento y deljudaísmo poste-
cle Adán; CD 3,20; I QS 4, 23, que mencionan su gloria; y kstAb. I 1 , 8-9,
rior, ya que el aspecto de Simón con vestimenta real estaba probablemente
clue habla de su ser <ataviado con la glorio>)2r. Ese mismo pasaje del profe-
vinculado a su autoconciencia mesiánicar8. Y es lógico buscar un trasfondo
ta Ezequiel sitúa al primer ser humano sobre <el monte santo de Dios> (28,
al relato marcano de la Transfiguración en las expectativas judías sobre el
l4), una posición recogida también por las interpretaciones posteriores,
mesías, puesto que en el punto culminante del relato el Jesús marcano es
aclamado por la voz divina como <mi Hijo>, e <Hijo de Dios> era un título .judías y cristianas, de Gn 1-3r1. Así Ia posición en la cumbre de una mon-
mesiánico (cf. de nuevo la nola a <<T,it eres mi Hrjo...o en l, 11).
Las tradiciones judías sobre el mesías tienen otros puntos de contac- 19. N. Rubin-A. Kosman, The Clotltittc ol tlrc l)rirnrn'dial Adatn. 169-173.
20. Cf., por ejemplo, Tg. NeoJ./Ps.-.lt¡¡¡. a ( in -1. 2 | ; Gr¡. Rab. 12,6; Efrén, Comentario
to con la imagen marcana del Jesús transfigurado. El mesías se relacionu ¡ Gn 2,4 [sobre Gn 2, 7]. Cf. R. Scroggs. 'fltc Ltt.st .l tltttn.I I .55; G. A. An derson, Garntenfs
regularmente con la luz, especialmente la del sol naciente. Esta relación ,tI Skin1S. Brock, The Luntinou:; Elr,. 115-()7.
21. Cf. D. C.Allison, Testdnant rtf ,lltttrltttnr.?1().
22. Por ejemplo I Hen. 24,3-4r 25. 1-5. .lttl¡. .1. 16: ll. 19l. Tg Ps.-Jon. a Gn 2, l5;
18. Cf. J. Marcus, The Jev,ish War and the Sitz im Leben of Mark,458-459. l:.1\'én. Himnos del Paraíso. 1.4.
I 288 Apéndices Lo Transfiguración y la historiu dc lus rcligittnes t 289

taña del relato de la Transfiguración encaja también en un marco adámlco. en Marcos. El Pseudo Filón escribe que <la luz de su faz sobrepasaba el
Una relación ulterior entre las tradiciones de Adán y el relato marcano de la esplendor del sol y la luna...) (LAB 12, 1), manera análoga a la de Marcos
Transfiguración consiste en que en las tradiciones adámicas las vestiduras cuando describe las vestiduras de Jesús que se tornan tan blancas como
del primer ser humano van ligadas a su estado como <el primogénito del <ningún batanero sobre la tierra podría blanquearlas>2s. Cada narración
mundo> (Num. Rab. 4,8; Tanhuma [Buber] Toledot 6, 12 [Townsend l, acentua el resplandor incomparable de su héroe.
157]), mientras que en las de Jesús éste parece revestido de esplendory es En Marcos, sin duda, es la vestimenta de Jesús la que brilla, mientras
proclamado Hijo de Dios por unavoz divina. La alusión de Pedro a las tres que en el Éxodo y en las tradiciones posteriores judías, Pseudo Filón in-
tiendas en 9, 5 podría también interpretarse como una referencia adámica, cluido, eslafaz de Moisés la que está radiante. (Mateo y Lucas enmiendan
ya que las tradiciones rabínicas hablan <de los pabellones de gloriu en los a Marcos y aluden también ala caru de Jesús, al parecer para conformar el
que habita Adán en el Paraíso (por ejemplo, b. Baba Bathra 75a; Pes. Rab. relato al texto de Ex 34). Pero el Jesús marcano con sus brillantes vestidu-
Kah.26,3; Pesik. Rab. 14, l0). ras está en la misma línea que algunas tradiciones mosaicas postbíblicas,
puesto que los textos samaritanos, Memar Marqah 4,6 y ciertos pasajes del
Moisés. Ahora bien, la figura del Antiguo Testamento y del judaísmo Defter describen a Moisés vestido de luz o con una vestimenta superior a la
más sorprendentemente similar al Jesús transfigurado de Marcos no es de cualquier rey26. Uno de los pasajes del Defter describe también a Moisés
Adán ni el mesías, sino Moisés. Los lectores de Marcos habrían caído in- en el Sinaí cubierto de una nube27, lo que recuerda a Mc 9,7 (<<Y se produjo
mediatamente en la cuenta de esta tipología mosaica gracias a las cuatro
una nube, cubriéndolos con su sombru) a diferencia del relato de Exodo,
primeras palabras de su narración <Y seis días después)), que conesponden
en el que la nube cubre el monte en vez de a la persona que está en é1. La
a los seis días mencionados en 8x24, l6; la semejanza es particularmen-
referencia a la filiación divina de Jesús en9,7 puede ser vista también a
te impresionante porque las indicaciones de tiempo fuera del relato de la
la luz del trasfondo mosaico, ya que Filón describe a Moisés transformado
pasión son raras y tienden a ser vagas (cf. nota a (seis días después> en 9,
en un dios sobre el Sinaí28. Ezequiel el Trágico llega incluso a imaginar
2). Hay otros paralelos entre el relato marcano de la transfiguración y las
que Dios hace sentar a Moisés en su trono en el Sinaí, dando a entender así
descripciones de la ascensión de Moisés al Sinaí en Exodo 24y 34, subidas
que Moisés es su príncipe heredero2e. Así pues, la tipología mosaica en la
que se combinaban a veces unas con otras en las tradicionesjudías (cf., por
Transfiguración es muy extensa.
ejemplo, LAB ll,5-12,1; Dt. Rab.3, 12)23'.

Marcos Exodo José. Podemos mencionar también a otro personaje del Antiguo Tes-
9,2a seis días después 24,16 tamento: José. El regalo de Jacob a José de una túnica ornamental no es
9,2a _
compañeros
tres únicos 24, 1 .9 sólo una expresión de su especial amor por su joven hijo, sino también una
9,2b subida a la montaña 24,9.12-13.15.18;34,4 designación de José como heredero principal de su padre. Como afirma
9,2b-3 brillo del cuerpo / vestiduras 34,29 Levenson30: <El decimoprimer hijo biológico de Jacob se convierte en su
9,7a Dios se revela en una forma velada por las nubes 24, 15-16, 18
primogénito legal>. Asimismo el Jesús marcano es el Hiio amado (9,7),
9,7b voz desde la nube 24,16 cuya posición especial como heredero legal de Dios queda patente por las
vestiduras gloriosas que su Padre le concede (9, 3). La novela pseudoepi-
El paralelo con la tradición de Moisés se hace incluso más llamativo gráfica José y Asenet desarrolla el retrato bíblico en una escena de epifanía
cuando se indica que <lo escuchan> en Mc 9,7 ,lo cual es una cita virtual que de algún modo está aún más cerca de la historia marcana de la Transfi-
de Dt I 8, 1 5, donde la persona que debe ser escuchada es ((un profeta como guración: José se viste con una exquisita túnica blanca (5, 5), está relacio-
Moisés>. nado con la luz (6, 4, 6), y es llamado <hijo de Dios> (5, 5); además, como
Los desarrollos postbíblicos de las historias de Moisés las situan aún el Jesús marcano, es una figuraregia (cf.7, l)rr.
más cerca de la transfiguración marcana. Filón, por ejemplo, utiliza me-
taballein (<cambian) y metamorphousthai (<transformarse>), la palabra
empleada por Marcos en 9, 2, para describir el éxtasis profético que sc 25. Cf. también Filón, Vida de Moisés 2,7O.
apoderó de Moisés2a. Además, los intérpretes posteriores describen el res- 26. Para los pasajes del Defter, cf'. A. Il. ('owlcy, The Santaritart Liturglt 1,32,40-
plandor de Moisés en Ex 34, 29 de modo similar a la descripción de Jesús 11.61-62. Cf. J. E. Fossum, Ascensio, Melunutrytlutsis,T4.
27 . A. E . Cowley, The Samaritan Liturg.r' I , 40-41 .

28. Filón, Vida de Moisés 1,158.


23. H. A. Jacobson, Commentary on Pseudo-Philo 1,483. 29. Ezequiel Trágico, Exogoge,6tt-1t2. ('1. W. A. Mceks, Moses as God and King'
24. Filón, Vida de Moisés 1,57;2,280. Cf. W A. Meeks, Moses as God and King,y l). 30. J.D.Levenson,TheDe¿tthundll<'.sttrntlittrtttf thcBelovedSon,57-58.
Zeller, Bedeutung und religionsgeschichtlicher Hintergund der Verwandlung Jesu,3lls. 31. OTP2,208, nota k.
I
Apéndices Lu Tran,sfiguración .t'lo lti.t/t¡t'itt (l(' l(t\ n'l¡N¡()ttas t29 t

Ln l,l'srlvlDRD JUDÍA DE Los TABERNÁcuLos Súkkót está relacionada con la entronizacitin clc l)ios (cf-.. por ejemplo, Zac
14,9.16), y este hecho apunta hacia al esclrutt¡tt. al igual que el relato mar-
Además de estas tradiciones en torno a figuras concretas del Antiguo cano de la Transfiguración que revela el estatus rcal de Jesús (9, 7) y lo sitúa
Testamento y del judaísmo posterior, es posible que exista también un tras- en un contexto escatológico (9, 1.9-13).
fondo para el relato rlarcano de la Transfiguración en ciertos aspectos de Muchas de estas dirnensiones escatológicas de Súkk6t se resumen en
una festividad particular judía, a saber, la de los Tabernáculos o Chozas Is 4, 5-6, un pasaje que se cita con frecuencia en las descripciones poste-
(Súkkót). Riesenfeldr2 fue el primero en argumentar detalladamente en pro riores de esta festividad, y que presenta varios paralelos con el relato de la
de estas similitudes, tomando como punto de partida la sugerencia de Pedro Transfiguración:
en 9, 5 de que los discípulos deberían construir tres tiendas, o chozas, en el
Y creará el Señor sobre el lugar entero del monte Sión y sobre sus lugares
monte para conmemorar la experiencia.
de asamblea una nube de dia y hutno y .fircgo brillanle que arde por la no-
El hecho que dos de las chozas en la Transfiguración sean para cele- che. En verdad, sobre toda la gloria habrá un pabellón (huppah) que servirá
bridades del pasado, Moisés y Elías, y que la tercera sea para Jesús, quien como fienda (sukkah), para dar sombra en el calor del día, y rcfugio y pro-
une la experiencia de la transfiguración con su propia resurrección (9, 9), tección de la tormenta y el aguacero.
sugiere que esas tiendas puedan tener algo que ver con la existencia post
mortem. Esta relación está en consonancia con tradiciones judías y neotes- Aquí, como en Marcos 9,2-8, el escenario es una montaña, y la pintu-
tamentarias, según las cuales lo justos ya fallecidos residen en chozas, tien- ra incluye una iluminación milagrosa, un pabellón o tienda, una nube de
das o pabellones (cf., por ejernplo, Lc 16, 9: b. B. Bat. 75a; Lev . Rab. 25, gloria llena de la presencia divina, y la sombra/refugio/protección. En Pes.
2; cf . 2 Cor 5, I -5). Ahora bien, esta relación con la existen cia post mortem Rab. 37, 1, además, este mismo pasaje de lsaías se refiere al mesías:
y escatológica sugiere también una relación con la fiesta de los Tabernácu-
a la vista de los justos y lo intro-
Y el Santo, bendito sea, abrazará al mesías
los, puesto que tal festividad no sólo mira hacia atrás, a las tiendas en las ducirá en el pabellón donde todos losjustos, los piadosos, los santos, y los
que vivieron los israelitas durante su errabundeo de cuarenta años por el hombres poderosos en la Torá de cada generación, lo mirarán con atención.
desierto, sino también hacia delante, a la edad futura, cuando Israel morará
<bajo la nube de la Shekhinah>> (cf. CanÍ. Rab. 2,6). Vemos aquí que el mesías no sólo mora en un pabellón, como Pedro
Este pasaje de un midrás tardío ilustra la relación entre las chozas de sugiere que haga Jesús, sino también el gozo de una intimidad especial con
Súkkót y el motivo de la nube, y sugiere que la nube en la transfiguración Dios mientras los justos miran con atención, rasgos que están presentes
rnarcana pueda ser un motivo que tiene como trasfondo la festividad de los también en nuestro pasaje.
Tabernáculos. En verdad, las chozas en las que vivieron los israelitas duran-
te el período del éxodo se comparan a menudo con <<las nubes de gloria>,
radiantes y protectoras, que los habían acompañado en sus vagabundeos por Vnr-oRncróN
el desierto y que reaparecerán en el eschator (cf., por ejemplo, Mekiha Pi-
sha 14 [Lauterbach l, 108] y Sipra 'Emor lJ fNeusneq 3,270D. La transfi- ¿Qué puede hacerse con esta serie desconcertante de paralelos a la
guración marcana, asimismo, rnenciona un resplandor sobrenatural (9,2-3) Transfiguración de la historia de las religiones? Ante todo, los trasfondos
y una nube llena de la presencia divina (9, 7). Además, se dice que esta nube no tienen por qué ser mutuamente exclusivos. Ya en los rollos de Qumrán,
daba sombra a Jesús, Moisés y Elías, quizás de modo protector (cf . la nota por ejemplo, la gloria de Adán aparece combinada con la de Moisés (cf.
en (no vieron a nadie> en9,7), y este motivo es similar al de la sombra 4DibHam" : aQ50a]); la idea subyacente al parecer era que la faz brillante
protectora proporcionada por la sukkah y las nubes de gloria relacionadas de Moisés restaura la gloria que Adán había perdido en la caídar5. Además,
con ella (cf., por ejemplo, Gn. Rab.48, 10; Ex. Rab.34,3; t. Sor. 11, l; y las concepciones sobre la exaltación y entronización de Moisés y el mesías
la bendición haikibéru [<Haz que nos reclinemos>] de la liturgia judía)rr. cstaban probablernente influidas por las apariencias públicas de los reyes
lncluso puede haber una relación entre estas nubes gloriosas del éxodo y terrenales, y no sería sorprendente que esas apariciortes estuvieran también
Ia blancura de la ropa de Jesús en la transfiguración marcana, puesto que, relacionadas con el motivo de la divinizaci<in, con las concepciones de la
según Dl. Rab. 7, I I, la ropa de la generación del éxodo no envejecía (cf. realeza divina en Egipto e Israelr". Las irniigcnes de Adán y del redentor
Dt 8, 4) porque la columna de nubes la frotaba y la blanqueaóara. Además, cscatológico se influenciaron mutuanlcrtlc. Y pasajes como el de Ezequiel
cl Trágico, Exagogé 68-82, y Filtirr. l'itltt tlc llú¡i:;é,s I, 155-158, muestran
32. H. Riesenf-eld, Jés us t rons/i gu ré.
33. Sobre esta bendición, cf. I. Elbogen, Jewish Liturg¡,770. 35. CL A. A. Orlov. Ve:¡ted :L"itlt .'ltLtttt\ (ilt,t r.
34. Cf. J. L. Rubenstein. The S.vntbolism ol'Súkkót y The Histor.v o./'Súkkót 253.301s. 36. Cf. W. Horbury. Jeu'i,sh ll4c.:.ritttti.sttt tttttl lltt ('ttll ol ('ltrist.
I 292 Apéndices La Transfiguración v lo hi,rtt¡t itt th' ltr ttligitstrc.t t 293

que en la época del Nuevo Testamento la historia de Moisés había sido ya También excede los testimonios quc clisponcnros sostener que el relato
influida por los relatos no judíos de las ascensiones al cielo. Puesto que de la Transfiguración es la transposición de una aparición postpascual, aun-
Marcos no muestra en otros lugares ninguna fobia ante tradiciones mixtas que es posible que ciertos rasgos de la historia hayan recordado a algunos
(compárense los trasfondos bíblicos combinados en 1,2-3, 11; 12,361' 14, lectores cristianos la resurrección de Jesús. Sin embargo, la mayor parte
24.27.62) o la fusión de imágenes bíblicas (en 6, 30-44, por ejemplo, el de los rasgos característicos de las apariciones postpascuales faltan aquí,
Jesús marcano se parece a Moisés, a Eliseo y al pastor del Salmo 23), es y los rasgos comunes son a menudo triviales o detalles propios de la esce-
posible que el evangelista y/o su fuente tuvieran en mente varios trasfondos na. Algunas diferencias, además, son llamativas. Como señala Stein4r, por
diferentes cuando compilaron el relato de la Transfiguración. ejemplo, Jesús se mantiene silencioso en la Transfiguración, mientras que
No todos los paralelos, sin embargo, son igualmente iluminadores. La siempre se dirige a los discípulos en las apariciones postpascuales; y en la
tipología de Moisés ofrece los ecos verbales más fuertes en el relato mar- Transfiguración viene una voz del cielo, mientras que nunca pasa eso en los
cano de la Transfiguración (<seis días después>, <escuchadlo>); aunque relatos de las apariciones postpascuales transmitidas por la tradición. Ade-
los detalles paralelos funcionan de formas diferentes, su mero número es más, las historias de tales apariciones comienzan siempre con la escena de
impresionante, e incluso Fossum, que acentúa las diferencias, se ve forzado los discípulos privados de la presencia de Jesús, mientras que en el relato
a admitir que los relatos de Moisés han influido en la historia de la Transfi- de la transfiguración Jesús está con ellos en todo momento. Por otra parte,
guración37. Hay también numerosos paralelos entre la Transfiguración por algunos presuntos paralelos entre los dos tipos de historia son inexactos;
una parte y las tradiciones sobre Súkk6t y las epifanías reales, por otra. La en la Transfiguración, por ejemplo, no es Jesús el que <se aparece>, sino
importancia para la Transfiguración de las tradiciones sobre el mesías se Elías y Moisés.
sustenta en el hecho de que dentro del relato marcano la voz divina llama a Para concluir, pues, los trasfondos más importantes para la transfigu-
Jesús <Hijo de Dios>, que es un título mesiánico.
ración marcana son las tradiciones sobre Moisés, la fiesta de los Taber-
Otros trasfondos tienen un tipo de relación más distante con el rela- náculos y las epifanías reales; puede ser que Marcos tuviera en mente uno
o varios de estos trasfondos deliberadamente cuando escribía su relato de la
to marcano de la Transfiguración. Por ejemplo, no hay ninguna indicación
Transfiguración. Otros trasfondos que hemos explorado son más remotos.
dentro de la historia de Marcos de que la naturaleza humana de Jesús sea
Sin embargo, como me indica David Adams en una comunicación privada,
simplemente una máscara, como ocurre con los dioses y ángeles en las his-
son también parte <del tesoro -o tesoros- de historias, conceplos, noticias,
torias de epifanía greconomanas; la participación total del Jesús marcano
etc. que fundamentan la imaginación en cualquier cultura, y este tesoro,
en la condición humana, que culmina en su muerte dolorosa y hasta deses-
incluso aunque alguna de sus partes fueran 'remotas', pudo permitir a los
perada, parece excluir tal posibilidad. Asimismo es improbable que 9, 2-8
primeros lectores captar el material -captarlo como inmediato y plausible-
sea el momento en el que Jesús es divinizado dentro del evangelio, como
de un modo que no sería posible, que no estaría tan a mano, si no hubiera
en la descripción de Apuleyo de la iniciación de Lucio; en la Transfigura-
existido tal fu ndamento imaginativo>.
ción, Jesús muestra lo que ya es (cf. 1, 11) en vez de convertirse en algo
que no era antes38. Además, las <transfiguraciones> como las de Jámblico
son recurrentes y no un acontecimientos único, y reflejan una teología en la
que la divinidad es una cualidad alcanzada por una persona y no un estatus
concedido por un dios3e. La importancia de las historias de traslación al cie-
lo queda atenuada por la circunstancia de que Marcos no describe expresa-
mente la subida de Jesús al monte como un ascenso a otro mundo; así como
tampoco proporciona ningún apoyo firme a tal idea el otro relato marcano
que se desarrolla en una montaña, la llamada de los Doce (3, I 3- I 9). Óhler'"
propone que el relato de la Transfiguración ha transpuesto el género de un
viaje al cielo convirtiéndolo en una descripción de la llegada del reino de los
cielos a la tierra. Es posible, pero la sugerencia de que el relato marcano ha
tapado los rastros de un género anterior es imposible de justificar.

37. J.E. Fossum. Ascensio, Metamorphosis.


38. Cf. D. Zeller, La métantorphose de Jésus comnte épiphanie,185.
39. Ibid., t84.
40. M. Óhler, Die Verkldrung,215-216. 41. R. H. Stein, Tronsfiguntliott .'lt t ottttt
IT rl

El ¡itulo <Hijo tlt l),trt,l,, I 295 l

4 linaje de David (por ejemplo, Is I l, l- l6; Jr 2-1. 5-6; 33, l5; Ez 34,23-24;
37,24', Miq 5,2-4;Zac 3,8;6, l2), el autor del escrito pseudoepigráfico
EL TÍTULO (HIJO DE DAVID) judío del siglo I a.C., los Salmos de Sak¡ntón, suplica a Dios que envíe a
los israelitas ((su rey, el hijo de David> (SalS/. 17 ,21\, un dirigente militar
y político que derrocará el dominio pagano, que purgará a Jerusalén de los
impuros gentiles, y gobemará a su pueblo con sabiduría y justicia. Poste-
riormente, en ese pasaje, se menciona a la rnisma figura como <el Señor me-
sías> (o <el mesías del Señon: 17,32). Asimismo las bendiciones décimo
cuarta y décimo quinta de la importantísima oración judía, las Dieciocho
Bendiciones, mencionan la casa y el <vástago> de David cuando hablan
del mesías, aunque las revisiones palestinas y babilonias de esta oración se
La designación de Jesús como <<Hijo de David> aparece en tres ocaslo- diferencien en detalles y se discute acerca de la fecha de su formulación2.
nes en el evangelio de Marcos. dos veces en boca de Bartimeo, un ciego Los rollos de Qumrán vinculan también las esperanzas mesiánicas con una
a quien Jesús cura posteriormente (10, 47-48), y una en labios de Jesús figura davídica (cf., por ejemplo,4QFlor; QpIs [aQl6l] 8-10 3,11-2513,
(12,35). Otra referencia explícita a Jesús en su función davídica se halla l5-291;4Q285 5 ['7),2-5, 4Q252 6 5, 1-5)3, y las tradiciones rabínicas se
en la entrada triunfal (11,9-10), donde la muchedumbre yuxtapone sus refieren con frecuencia al más importante de los dos <ungidos> como <el
gritos que aclaman a Jesús como <el que viene en nombre del Señou con mesías, el hijo de David>4.
otra exclamación sobre <el reinado que viene de nuestro padre Davió (cf.
2) En el Antiguo Testamento, sin embargo, la única persona que se de-
nomina explícitamente <el hijo de David> es el sucesor de David, Salomón
también 2,25-26, donde Jesús invoca el ejemplo de David para justificar
(1 Cro 29,22: Prov l, l;Ecl I, l;cf. 1 Re l, 13;2,1;l Cro23,l;etc.).
su propio comportamiento).
En la literatura posterior judía, en parte debido a la reputación bíblica por
A pesar de estos testimonios, los estudiosos discuten si Marcos entiende
positivamente el título <Hijo de David>, y en qué grado, debido a la am-
su sabiduría (cf. I Re 4,29-34), se conoce a Salomón como un gran mago,
con poderes que incluyen la curación milagrosa y especialmente el exor-
bigüedad del evangelio al respecto. Por un lado, 10, 47-48 y 1 1, 9-10 (con
cismos. En el kstamento de Salomón, una obra del siglo II d.C. que puede
2,25-26) parecen sustentar la imagen davídica; mientras que, por otra, 12,
haber sufrido la influencia del cristianismo, un anciano suplica a Salomón
35-37 parece cuestionarla. Los que han intentado hallar una consistencia
que proteja a su hijo, que resulta estar poseído por el demonio, con estas
en la actitud marcana han sustentado dos puntos de vista diferentes. Unos
palabras: <Rey Salomón, hijo de David, ten compasión de mí> (20, l; cf . l,
han afirmado que las aclamaciones de Bartimeo y de la muchedumbre son
7), palabras idénticas a las de Bartimeo en Mc 10,47-48. <El hijo de Da-
ilusorias; Bartimeo es, después de todo, un ciego, y las muchedumbres
vid> se encuentra también en pasajes que tratan de Salomón, el mago, en
marcanas acaban dándole la espalda a Jesús. Otros han argumentado que
textos arameos de conjuros6. E,l Nuevo Testamento, además, apoya el matiz
12,35-37 no llega a ser una denigración de la imagen davídica; el punto
exorcístico, salomónico del título <Hijo de David>, ya que el evangelio de
crucial de la perícopa es afirmar que Jesús es Íanto hijo de David como
Mateo une especialmente este sintagma con los exorcismos (12,22-23;15,
hijo de Dios. Ahora bien, puesto que ninguno de estos argumentos es exe-
22) y otras curaciones milagrosas (9, 27 : 20, 30-3 I ; 21, 9.1 4- I 5)7.
géticamente convincente (cf. los comentarios a las perícopas respectivas),
Sería un error, sin embargo, defender en exclusiva una interpretación
nos quedamos con la irnpresión de que Marcos tiene una actitud realmente
exorcística y salomónica del título <Hijcl de David> contra una mesiánica
ambivalente hacia la imagen davídica. Esta ambivalencia puede reflejar el y davídica8. David es un exorcista en la Biblia (l Sm 16,23) y Salomón,
disgusto ante la usurpación de la imagen davídica por los dirigentes de las una figura real. El <vástago> de Jesé, cl rey ideal, descendiente de David,
rebeliones judías contra los romanosr.
en Is 11, l-16, no sólo es un concluistador nlilita¡ sino también un juez
Considerado desde el punto de vista del trasfondo de la historia de las justo, lleno de sabiduría y entenclirlicnto, virtndes más relacionadas con
religiones, el título marcano <Hijo de David> tiene dos aspectos interrela-
cionados:
2. Cf. R. Kimehnan, The Messiuh tl tln, .lrttithtlt-
l) Este título caracteriza a Jesús como el rey que viene del linaje dc 3. Cf. J. J. Collins, The St'eptcr ttttrl ltt,,\tttt. íntlicc: <[)avid>.
David, es deciq el mesías (cf. el opéndice <El significado de cristo : el mc-
t

4. Cf'. B. D. Chilton. Jesu.s bt'n 1)rrllrl, l(X)t .1. Mulcus. ll4t' l4:61.
sías>). Sobre la base de los pasajes bíblicos que hablan de un futuro rey dcl 5. Cf.,porejemplo,Josefb,4rr. l{,.If--l()l l,.llt6l).3 lcl.{)TP2,373,notael; b.Git.68A.
6. Cf. D. C. Duling. Solonu¡n. li.tt¡n i:ttt. ruttl tlk, ,\)tt tl Davicl,246-247.
7. Cf. D. C. Duling, ibitt.,y l\.1). ('lriltorr. .lt'.sttt l¡L'tt l)ut'id.
I . Cf. J. Marcus, The Way of the Lord. 137 -152. 8. Como hice yo mismo en'l'ltr lllt¡ rtl tln ltttil. l5l- 152.
i-r

129() Apéndices

Salomón que con David. Además, 2 Samuel 7, un texto clásico del Antiguo 5
Testamento que fue interpretado como mesiánico por algunos escritores
judíose, es en su contexto original una profecía de la fidelidad de Dios a LOS SADUCEOS
Salomón, y 4QFlorilegium 1o cita para proclamar que (una rama) de Da-
vid se establecerá sobre el trono de su realeza, en cuyo reinado el Templo
será construido (como ocurrió con Salomón), y que Belial, Satanás, se-
rá derrotado. Este pasaje, pues, combina imágenes mesiánicas con rasgos
relacionados con Salomón, derrota del Diablo incluida. Asimismo como
señala R. B. Wrightr0, hay numerosas semejanzas entre el retrato bíblico de
Salomón y el del mesías en SalSl. l7:
Los dos son denominados <hijo de David, los dos amplían sus fronteras;
ambos restauran y embellecen Jerusalén, y los dos son defensores del culto
Los saduceos eran una secta judía influyente a partir del siglo II a.C.
a Yahvé. Reciben ambos el tributo de los monarcas extranjeros, que vienen hasta la destrucción del Templo en 70 d.C. El Nuevo Testamento es una
para ver su gloria, y superan a los demás mandatarios de la tierra en sabi- de las fuentes principales para reconstruir sus creencias. Sin embargo, son
duría yjusticia. mencionados sólo una vez en Marcos y en Lucas (Mc 12, 18 ll Lc 20,27;
cf .22,23). Aparecen con mayor frecuencia en Mateo, pero la mayor parte
En el judaísmo precristiano, por tanto, la imagen del mesías guerrero y de estas referencias los retratan de una manera poco histórica, como si
davídico pudo ya haber comenzado a combinarse con la del sabio, incluso constituyeran un frente unido con los fariseos contra Jesús (Mt 3,7; 16,
con la del rey Salomón como taumaturgo (cf. 4Q521, en el que el mesías 1.6.11-121, cf. también 22,34). En Hechos, Lucas es más realista y presenta
de Dios puede usar su conocimiento sobrenatural para realizar milagros de a los saduceos como oponentes y rivales de los fariseos; tres de las cinco
curación, incluida la un ciego). referencias están en el discurso de defensa de Pablo ante el Sanedrín, donde
se identifica como fariseo enjuiciado por su creencia en la resurrección de
los muertos, opuesto así al escepticismo saduceo (Hch 23, 6-8). En Hch
4, I y 5, l7 los saduceos son caracterizados como el partido del alto clero
sacerdotal, vinculado con el Templo.
Nuestra otra fuente principal, Josefo, confirma la mayor parte de estas
noticias. Sin embargo, ni Josefo ni cualquier otra antigua autoridad fiable
explica el porqué del nombre (saduceos)). Probablemente se deriva de Sa-
doq, un descendiente de Aarón que vivó en tiempos de David y Salomón
(2 Sm 8, 17; 15, 24; 1 Re I , 34; I Cro 72,28) y cuya posteridad constitu-
yó la línea legítirna del sumo sacerdocio en tiempos bíblicos posteriores (Ez
40,46'43, 19' etc.). Aunque el cargo de sumo sacerdote fuera usurpado por
los monarcas asmoneos en los siglos II y I a.C., algunos sadoquitas y sus
partidarios aristocráticos, que finalmente fueron conocidos como saduceos,
continuaron siendo muy influyentes en la gerencia del Templo y del país en
general. Josefo (Ant. 20, 191-199) dice que Ánano 1: Aná¡) ll, sumo sacer-
dote en 62 d.C., era un saduceo, y Meier argumenta que Anano I, padre de
Ánano II, y cinco hijos de este último, y su yerno Caifás (el sumo sacerdo-
te cuando fue ejecutado Jesús), eran probablemente también saduceos. Si
fuera así, el sumo sacerdote fue un sadt¡ceo clurante treinta y cuatro de los
sesenta años de dominación directa ronrana (6-66 d.C.)r.
Los saduceos eran, pues, un grup() rico" tlc la élite, relacionado con el
sumo sacerdocio (cf. Josefo, Ant. 13,29tt; ltt. l7). También según Josefo
(Bell.2,165), no creían en reconrpcnsas y castigos en una vida después de
9. Cf. D. H. Juel, Messianic Exegesis,59-88.
10. R. B. Wright, OTP 2, 641. I . Cf. J. P Meier, I Marginul .l<'w .1, .l()(r'l()().
lli
129,\ Apénclic'e.s Los lsulttct'os I 299

la muerte; su doctrina (era que las almas fde los seres humanos] f'allecen Torá enseñe la resurrección de los muertos. Aclenrás. tendría sentido socio-
con sus cuerpos, e insisten sólo en la observancia de las leyes>> (Ant. 18, l6). lógico el que un grupo de élite como el de krs saduceos desconfiara de los
Rahmanir desconfia de tales noticias, y apunta al predorninio de las tumbas Profetas por sus incendiarias denuncias contra Ios ricos. Al mismo tiempo,
individuales, más la sepultura secundaria en osarios, en Jerusalén a partir ni Josefo ni explícitamente el Nuevo Testamento mencionan el rechazo de
aproximadamente de la rnitad del período herodiano (15-20 d.C.) hasta 70 los Profetas y de los Escritos por parte de los saduceos. Es posible que los
d.C., lo que indica -según él- que este sistema funerario implica la creencia Padres de la Iglesia confundieran una pref'erencia por la Torá una predi-
en la resurrección y que algunos de los enterrados en ellas debían de haber lección compartida probablemente por los fariseos, conro lo era también
sido saduceos. Esta irltima conjetura puede sustentarse ahora por el descu- por los rabinos posteriores con una concentración exclusiva en ella, o que
brimiento de un osario con una inscripción que lleva el nombre de Qyp o confundieran a los saduceos con los samaritanoss. Es posible que en Mc
Qwp, que podría ser una referencia a Caifás, el surno sacerdote la época de 12,26, Jesús respondiera con un texto del Pentateuco no porque sabía que
Jesús, cosa probable como hemos señalado anteriormente'r. los saduceos rechazaban otras partes de la Biblia hebrea, sino porque éstos
Las conclusiones de Rahmani, sin embargo, no gozan de la aproba- habían citado también un texto del Pentateuco, entonces Jesús les contesta
ción general. Algunos estudiosos sostienen que la sepultura individual y con uno de la misma clase. Y las referencias a la resurrección en los Profetas
el segundo enterrarniento en un osario implica la creencia en la existencia y en los Escritos no son necesariamente una refutación de la idea de que los
después de la muerte, pero no necesariamente una resurrección literal de saduceos sólo aceptaban aquella parte de la Biblia, ya que este grupo pudo
los cuerpos de los fallecidosa. Otros niegan que el enterramiento en osarios haber interpretado aquellas referencias de manera no literal, es decir, como
signifique necesariamente la creencia en una vida después de la muerte, alusiones a la vida que, tras la muerte sólo continua en los hijos, como dice
indicando la falta de cualquier prueba positiva que confirme este nexo, y el Padre de la Iglesia Hipólito de Roma que ellos sosteníane. Es inseguro,
sugiriendo otros motivos posibles para la extensión de este modo de sepul- por tanto, concluir que los saduceos aceptaban sólo el Pentateucoro.
tura, como factores económicos y la influencia de las costumbres romanass. Algunos estudiososrr piensan que la afirmación de Jesús de que los
Además, Mc 12, 26-27 y Hch 23,8 se unen a Josefo al afirmar que los rnuertos resucitados son ((como los ángeles que están en el cielo> en Mc
saduceos no creían en ningún tipo de existenciapost mortem, por lo que es 12,25 combate no sólo la incredulidad de los saduceos en la resurrección,
muy inseguro no tener en cuenta el testimonio inequívoco de tres fuentes sino también su falta de fe en la existencia de los ángeles. El testimonio
literarias independientes en pro de deducciones especulativas a partir de un principal de tal escepticismo es Hch23,8; <Los saduceos dicen que no hay
cambio de costumbres funerarias . resurrección, ni ángeles, ni espíritu; pero los fariseos aceptan las tres>. Sin
La afirmación de Josefo de que los saduceos <insisten en la sola ob- embargo, Davies-Allisonrr y Meierrr, entre otros, argumentan que como los
servancia de las leyes>> se interpreta generalmente como una referencia a saduceos aceptaban el Pentateuco corno autoridad, debían de haber creído
su rechazo de las tradiciones orales de los fariseos y a su creencia de que en los ángeles (cf. los ángeles en Gn 19, l:28, 12, etc. y las frecuentes apa-
la Torá escrita era la única fuente de autoridad legal (cf. Ant. 13,297). F.s riciones del <ángel del Señou en el Pentateuco). Daubera resuelve la difi-
también posible, sin embargo, interpretarla corno lo hacen algunos Padres cultad interpretando <ángel> o <espíritu> en Hch 23, 8 corro una referencia
de la Iglesia como Orígenes6 y Jerónimo7, a sabeq que los saduceos, como a un componente del ser humano que sobrevive a la muerte. Pero, como
los samaritanos, aceptaban sólo el Pentateuco. Esta teoría podría ayudar a señala Meierrs, la frase de Hch 23,8-9 sugiere que <ángel> y <espíritu> son
explicar el rechazo por parte de los saduceos de la idea de la resurrección. entidades separados una de la otra, así como de los seres humanos con los
ya que ésta se encuentra más claramente en los Profetas (ls 26, 19: Ez 37\ que se relacionan. La solución de Meier es argumentar que Hch 23, 8 puede
y en los <Escritos> (Dn 12,2.3). Este hecho podría dar razón también de ser simplernente un error de Lucas. Sin ernbargo, la expresión exacta de
por qué Jesús contesta a la pregunta escéptica de los saduceos sobre la resu- Ant. 18,16 sugiere otra posible explicación: <Los saduceos insisten en que
rrección citando un texto de la Torá (Mc 12, 26 par.) y el que una tradición sólo hay que observar las leyes. puesto que consideran una virtud disputar
posterior rabínica, m. Sanh. 10, l, anatematice a la gente que niega que la con los maestros de sabiduría lo que ellos defienden> (cursivas mías). Es-

2. L.Y. A. Rahmani, Catalogue oJ Je,nish Ossuaries,53-54. 8. Cf. E. Schürer. Tlte Hi.rlr¡t'.r'of tln'.)t'tti.slt l)L't1tlt' in tlrc Age of Jesus Christ2.408-
3. Cf. R. Reicl't, Caiaphas Name, pero cL tarnbién el escepticismo de C. A. Evans. .109; J. P. Meier, I Marginol Jcu'3,400.
Jesus and the Ossuaries, I 06- I 08. 9. Hipólito, Refutación 9,29,2. ('l. l'. ll. ( . varr liilk. Morriage and Virginity.2l3.
4. Cf. E. M. Meyers. Jev,ish Ossuaries,pas.sin4 B. R. McCane,Jews, Christians, unl 10. Cf. R. Beckwith. The Old T(.\tdut('tlt ( i¿rror¡. S(r-() I .
Burial.72-78. I l. Por ejemplo, R. H. Gundry ll4urk. ¡l ( ()nutk'ttt(u't'(,n lti.r Apolog,.for the Ctoss,705.
5. Cf. S. Fine, A Nole on Ossuoty Burial; J. Magness Ossuaries and Íhe Burials of Jesus 12. W. D. Davies-D. C. Allison. 7'ltL'(it¡.sl¡t'l .'lt\'(,t(lit.'g k¡ Sainl Matfheu,3,227.
and Jantes,129-140. 13. J. P. Meieq I Marginal Jt'rt 3.1Ol.
6. Orígenes, Contra Celso I , 49. 14. D. Daube. On Acts 23.
7. Jerónimo, Cotnenturio ¿t MoÍeo,22.31-32. 15. J. P Meier,,4 Marginol .lt'rt .1. -l0li ,lO()
I 300 Apéndices

tas frases podrían significar que los saduceos, como algunos rabinos pos- 6
terioresl6, pensaban que sólo la halakah (es decir, los aspectos legales de
la Biblia) eran vinculantes. Uno era libre de discutir o incluso demostrar EL JOVEN QUE ESCAPO DESNUDO
su incredulidad respecto a los asuntos de la haggadafr (los relatos), como (Mc 14, 5I-52)
ángeles, espíritus, y la resurrección; de ahí la reputación de los saduceos de
discutir hasta con sus propios maestros sobre asuntos <de la sabiduríu'7.

El extraño pasaje marcano sobre el joven que se escapó despojándose


de su paño de lino en el prendimiento de Jesús (Mc 14,51-52) ha generado
tanto interés como perplejidad entre los comentaristas cristianos; esta úl-
tima reacción ayuda probablemente a explicar por qué ni Mateo ni Lucas
lo vuelven a contar cuando reelaboran el relato marcano, y por qué no
tiene paralelo alguno en el evangelio joánico. En el comentario a 14,50-52
hemos argumentado que el pasaje puede conseryar un recuerdo histórico,
pero que tiene también una resonancia simbólica, deducible en parte del
contraste con las imágenes del discípulo ideal en otros lugares del evange-
lio, y en parte también de la profecía escatológica deAm 2, 16. Algunos
comentaristas, sin embargo, han obtenido más cosas del pasaje, por lo que
una visión de conjunto de algunas de sus interpretaciones proporciona un
fascinante estudio temático sobre el ejercicio de la imaginación exegéticar.
Una forma de exégesis que ha gozado de aceptación ha sido vincular al
joven con un discípulo conocido. En el período patrístico, la identificación
más común era con Juan, el hijo de Zebedeo, el <otro discípulo>, según la
interpretación tradicional que,junto con Pedro, siguió a Jesús después de su
prendimiento (Jn 18, l5-16)'?. El comentarista medieval Teofilacto3 mencio-
na otra teoría: eljoven era Santiago, el hermano del Señor quien, según una
tradición patrística, usó ropa de lino toda su vidaa.
Teofilacto además menciona otra opinión, que retrotrae a Víctor de An-
tioquía: eljoven era uno que vivía en la casa en la que se había celebrado
la Ultima Cena. En los siglos XIX y XX, esta hipótesis tuvo un desarrollo
que encontró gran aceptación: se sugirió que el joven no era otro que Juan
Marcos, el autor de nuestro evangelio, que vivía en Jerusalén en la casa
de su madre, María (Hch 12, 12' sobre la cuestión de si el evangelista era
en realidad Juan Marcos, cf. Introdut't' ión en el vol. l, 3 l-40). Así pues, el

I . Cf. F. Neirynck, La fuite clu .jartnt' ltotttttt<', y [i. E. Brown, Death of the Messiah 1,
295-304.
2. Cf., por ejemplo, Ambrosio, E.rptt.ticirirr tlt'l ,Sttltnt¡ 3ó, 60; Pedro Crisólogo, Sermón
16. Cf. M. D. Hen Aggadah. 78, que une a los dos hombres dicien(lo r¡uc.luan sc cscapó desnudo, pero Pedro se hizo
17. Para otros temas de la doctrina y práctica de los saduceos, incluidas sus tradicioncs moralmente desnudo cuando él negri a .lcsús.
legales y su incredulidad en la predestinación, cf. el excelente tratamiento de J. P Meier,,4 3. Teof,rlacto, Explicaciónde Nlt l1,5o-51.
Marginal Jew 3,389-487 . 4. Cf. Eusebio de Cesarea. Lli,tloritt l')'lr:itislit tt 2.23.6.
,ll

I 302 Apéndice.s El joven c¡ue extt¡tit (l('.\tilttl(t I 303

anonimato del joven surgiría no de la ignorancia del nombre por parte del Como afirma Morton Smithrr: <Esta intclprctaci(rn olvida los hechos prin-
evangelista, sino de la propia modestia; nuestra breve noticia se parece al cipales: este joven abandonó a Cristo y se salv(r>.
autorretrato de un artista en una esquina discreta de una pintura llena de Por cierto, el documento que Smith misuro publicó, el Evangelio secreto
gentes. Además de la explicación del anonimato del joven, esta teoría, que de Marcos, vincula también al joven de Mc 14, 5l-52 con el bautismo, ya
también se propuso en la antigüedad6, ofrece un modo ingenioso de dar que menciona a un joven (neaniskos) a quien Jesús resucita de entre los
cuenta de su escasa ropaT: Marcos se había acostado cuando concluyó la muertos, que posteriormente viene a él por la noche ((con un paño de lino
Ultima Cena, que había tenido lugar en su casa; de repente, desvelado por que cubría su desnudez>>, y a quien Jesús enseña <el misterio del reino de
el ruido que hacían los invitados cuando se marchaban y preso de la curio- Dios> (cf. Mc 4, | 1). La descripción del atavío de este joven es idéntica con
sidad por saber lo que pasaría con Jesús, salió precipitadamente detrás de la deljoven de nuestro pasaje, y Smithrs atribuye un simbolismo bautismal a
é1, vestido tan sólo con su ropa interior. Esta teoría es muy ingeniosa, pero su resurrección de los muertos y a la entrada en el reino de Dios. Pero puesto
se basa en una red de presunciones cuestionables; la más dudosa de ellas es que hay sospechas crecientes de que fue Smith mismo el que falsificó el
que un evangelista que había estado presente en el prendimiento de Jesús y Evangelio secretot3, los testimonios proporcionados por este (evangelio)
había observado su respuesta valerosa, hubiera renunciado a mencionar su puede que sean irrelevantes para la cuestión que estamos tratando.
estatus de testigo visual, y de ahí a la oportunidad de autentificar su testi-
monio (contrástese con Jn 19,35; 21,24).
Como consecuencia de un creciente escepticismo sobre tales recons-
trucciones, este tipo de exégesis novelística de Mc 14, 5l-52 ha cedido
el paso en años recientes a interpretaciones más simbólicas y teológicas,
aunque a veces no son menos especulativas que sus precursores novelís-
ticos. La de mayor aceptación de estas interpretaciones simbólicas es la
teoría bautismal, que vincula o identifica a nuestro joven con el otro joven
vestido de blanco que se aparece a las mujeres en la mañana de Pascua
para anunciarle el mensaje del evangelio (16,5)8. El punto de partida de
esta teoría, aparte del término neaniskos, es elegante: como un candidato
al bautismo, el joven pierde su ropa y queda desnudo, pero sólo para ser
revestido de blanco cuando alborea la Pascuae. A veces se identifica al jo-
ven con Cristo (en parte basándose en 15,46, donde se envuelve al Jesús
muerto en una síndone, como el joven en nuestra historia, o en parte sobre
la base de Jn 20, 5-7, donde el Jesús resucitado ha abandonado sus ropas
terrenales); a veces también se identifica con la comunidad marcanq, y a
veces, finalmente, con los dos, Cristo y la comunidad. Aparte del hecho de
que Marcos no proporciona indicación explícita alguna de cómo identificar
a esos dos neaniskoi, el problema principal de esta teoría es la separación,
entre el comportamiento lleno de pánico del joven y el valor demostrado I

por Cristo, valor que se espera también de los cristianos: el joven huye de
Jesús para salvar su vida, mientras que se espera que los cristianos perrna-
nezcan fieles a Jesús incluso ante la amenaza de muerte (cf. 8,34-38)r".

5. Cf. Th Zahn, Einleitung in das Neue Tbstament 2,245 o la breve aparición de Alficd
Hitchcock en una de sus películas, una cornparación muy común en el Internet de hoy.
6. Cf. la catena citada por F. Neirynck, Lafuite du jeune homme,nova246.
7. Cf. especialmente Th. Zahn, Einleitung in das Neue Testament 2,243-245.
8. Cf., por ejemplo, A. Vanhoye, La fuite du jeune homme nu; R. Scroggs-K. I. Groll.
Boptisnt in Mark; J. D. Crossan, Empty Tomb, 147-148. I l. M. Smith, Clement of Alc.rutnlritt ttntl .\u n't l\htt'k: Tha Socre at the End of the First
9. Sobre la vigilia bautismal de Pascua en la iglesia primitiva, cf. E. Yarnold, The Au'a- Decade,457, nota 19.
Inspiring Ri tes, I 5-36. 12. M.Smith,ClementtlAle.r<tntlritttttttl ,\tn't (ittt¡tL'l of Mork, 167-188.
10. R. E. Brown, Death of the Messiah l, 303-304. 13. Cf. B. D. Ehrman, Lost ('l¡t'i.ttitutili'r: S. ( . ( r'lson, The Gospel Hoax.
i"
Eljuicio untc t'l ,\¿tnth itt I 305

claramente prohibido, puesto que el día de Pascua comenzaba aquel año


en víspera de sábadorr', y en cualquier caso estaba prohibido todo <trabajo>
PROBLEMAS HISTORICOS durante la festividad).
DEL JUICIO ANTE EL SANEDRIN E,N MARCOS 3) Sanedrín 4, I determina también que (en casos de pena capital pue-
de alcanzarse un veredicto de absolución durante el mismo día, pero un
veredicto de condena no antes del día siguiente>. Según Marcos, Jesús es
condenado durante el mismo día.
4) Sanedrín 7, 5: <<Un'blasfemo' no es reo de muerte a no ser que
pronuncie el Nombre mismo> (es decir, YHWH, el nombre de cuatro letras
de Dios). De acuerdo con esta noffna, Jesús no dijo nada en el proceso que
pudiera haber sido interpretado como blasfemia.
5) Según Sanedrín II, 2, el lugar regular de encuentro del alto tribunal
era la <Cámara de Piedra Tallado. Según Marcos, el proceso fue celebrado
Las dificultades históricas relacionadas con la presentación marcana en la casa del sumo sacerdote.
del proceso de Jesús ante el cuerpo judío dirigente, el Sanedrín, son muy 6) Sanedrín 4, 1 determina que (en casos de pena capital debe comen-
complicadasra. Algunos problemas, como el grado de autonomía judía y la
zarse por los motivos para la absolución y no puede iniciarse con los moti-
autoridad del Sanedrín para condenar a muerte en tiempos de Jesús, son vos para la condena>. Según Marcos, el proceso comienza con un testimo-
demasiado enrevesados como para explorarlos aquí detalladamente. Brown nio (falso) contra Jesús; no hay testigo alguno parala defensa.
tiene probablemente razón al afirmar que los romanos permitían a los judíos
7) Sanedrín 4, 5 deterlr'ina que los testigos deben ser solemnemente
ejecutar a los intrusos en el Templo, adúlteros y otros infractores claros de advertidos y hay que examinar con todo cuidado su testimonio. Marcos no
ciertos preceptos religiosamente graves, pero que les era preciso entregar relata ningún procedimiento de este estilo, ni sugiere que los testigos falsos
a las autoridades imperiales otros delincuentes, para que aquellas tuvieran fueran imputados de cualquier modo por su testimonio falso.
la última palabra sobre si debía o no condenarse a la pena capital. De cual-
quier modo, podemos discutir aquí concisamente otras tres cuestiones: los
Sin embargo, como Juel, Brown y otros han indicado, es problemático
conflictos con la leyjudía, las discrepancias con el evangelio de Juan, y los
usar la Misná para determinar la práctica judicial del Sanedrín en el tiempo
dobletes con el proceso ante Pilato.
de Jesús, más de ciento cincuenta años antes. En el siglo I, por ejemplo,
es posible que el vocablo <<sanedrín>> no designara un cuerpo legislativo /
Conflictos con la ley judía. Los conflictos con la ley judía tienen que judicial con miembros y un lugar de encuentro fijos, como se hace en la
ver con la diferencia entre lo que ocuffe en el relato marcano del proceso Misná, sino una reunión ad hoc del sumo sacerdote y sus consejeros (cf.
de Jesús ante el Sanedrín y las directrices de la Misná, un compendio de
el apéndice <Los dirigentes judíos en Marcos>). Además, la pandilla diri-
principios y discusiones legales editadas alrededor del 200 d.C. Juel resu- gente en los sanedrines del tiempo de Jesús era probablemente saducea, y
me algunas de las diferencias más llamativasr5:
la interpretación de la Ley por parte de los saduceos era generalmente más
l) [Misná] Sanedrín 4, I determina que (en casos de pena capital debe dura que la de los fariseos, los antepasados espirituales de los rabinos cuyas
realizarse el proceso durante el día, e igualmente debe alcanzarse un vere- opiniones son recogidas en la Misná. Es posible, pues, que los procedi-
dicto durante el díu. Según Marcos, el proceso y el veredicto tienen lugar mientos del Sanedrín a principios del siglo I hubieran violado de hecho las
de noche. directrices (más tardías) de la Misná.
2) Sanedrín 4, I determina también: <Por tanto, no puede celebrase utr Dicho esto, queda la cuestión de si ulgún tribunal oficial judío de prin-
juicio en víspera de sábado o en vísperas de un día festivo>. Según Marcos, cipios del siglo I, correctamente constituiclo, habría procedido del modo tan
el proceso fue celebrado la víspera de la Pascua (Juel yerra aquí; según el abiertamente partidista como se pinta or Mc 14, 53-65. ¿No habría habido
modo habitual judío de contar los días, el proceso marcano ante el Sanedrin ni una sola protesta u objeción de uno o varicls de los miembros del cuerpo
se celebró no en vísperas de la Pascua, sino en el día de Pascua lcf. noÍu judicial (cf. Jn 7,50-52) sobre lo ¡roco apro¡riado de un juicio celebrado
a <Y el primer día de los Ácimos> en 14, l2]. Aun así, tal juicio estaría por la noche (cf. Leucipe y Clitúiitt t{. 9)'l ('ualquier respuesta es especula-

I4. Para la historia de interpretación, cf. R. E. Brown, De ath of the Messiah l, 328-391, 16. Es decir, según el modo clc corrlur rrctulrl eI vicnres dura hasta las doce de la noche,
15. D. H. hel, Messiah and Temple, 59-60; para otras divergencias, cf. R. E. Brown. lrabría comenzado el viernes al anocltcccl v sr' prolonllrrí¿r durante el sábado hasta el ano-
Death of the Messiah I, 358-359. checer, momento en el que corlcnz¿rrí¡r kr t¡rrt'lroy llruruunos domingo.
1306 Apéndices El .juitio ¿tnlc al ,\ttttnlrítt I 307

tiva; pero hay que tener en cuenta que la pintura de un tribunal títere cabe a los cargos formulados contra él; sin ernbargo, la respuesta de Jesús es el
realmente en los estereotipos cristianos posteriores sobre la maldad de los silencio: no <<contesta nada>. En ambos, aclentás, la figura dotada de autori-
judíos contra Jesús y sus seguidores (cf., por ejemplo, I Tes 2, l5-16; Hch dad pregunta a Jesús sobre su identidad como Cristo o el rey de los judíos,
2,23;10,39;13,28). que son títulos sinónimos, y en ambos esta pregunta es una expresión con
Esta línea de razonamiento, sin embargo, conduce a otra pregunta: ¿era doble sentido involuntario, ya que podría ser entendido como una decla-
el grupo judío que interrogó a Jesús durante la noche anterior a su muerte ración (<Tú eres el Cristo, el rey de los judíos>). En ambos casos Jesús
<un tribunal correctamente constituido)), o era algo diferente? Aunque se contesta la pregunta afirmando que la figura dotada de autoridad misma
denomine synedriona esa reunión en 14, 55 y 15, I, y aunque ambos pasa- ha dado testimonio de su mesianismo y realeza, y en los dos Jesús termi-
jes utilicen incluso el sintagma <el Sanedrín entero), acabamos de señalar na siendo condenado a muerte, y recibiendo burlas, escupitajos y golpes.
que este término era empleado a menudo para las reuniones ad hoc de la Aunque sea posible que Jesús haya sufrido cosas similares en dos juicios
élite que actuaba como el (grupo de expertos> del sumo sacerdote. Así diferentes, la cantidad de similitudes, hasta en las palabras, hace que otra
pues, es posible que la comparecencia de Jesús ante el Sanedrín no hubiera interpretación sea más probable: el relato del proceso judío ha sido elabo-
sido un verdadero juicio, como lo presenta Marcos, sino algo parecido a rado sobre la base del romano. E,sta duplicación continuó existiendo en
una sesión informal de un jurado, un interrogatorio llevado a cabo por el el desarrollo posterior de la tradición evangélica. Mf 26, 64, por ejemplo,
sumo sacerdote para determinar si las transgresiones de Jesús eran sufi- omite el <Yo soy> de Mc 14,62, con lo que hace que el Jesús de Mateo
cientemente graves como para justificar la entrega a los romanos para su responda al sumo sacerdote de una manera aún más similar a su respuesta
castigo. Esta hipótesis se apoya en realidad en el paralelojoánico a nuestra a Pilato (Mt27, ll ll Mc 15,2).
historia, en el cual Jesús no es fonnalmente acusado ni convicto de nada
de eso, sino que es simplemente interrogado por el sumo sacerdote y luego
Tabla 52. Doelergs EN LAS ESCENAS MARcANAS DEL pRocESo ¡ JEsús

entregado a los romanos (Jn 18, 13-14.19-241'cf.Lc22,54.66-11, en donde Proceso anle el Sanedrín Proceso ante Pilato:
tampoco hay una condena formal). Mc 14. 53-65 Mc 15, l-20
14, 53: Y condujeron (apégagon) ¿ 15, 1: E inmediatamente, por la mañana, los
Discrepancias con Juan. Lo dicho hasta aquí nos conduce a la segunda Jesús al sumo sacerdote, y se reunie- sumos sacerdotes, tras haberse reunido con
categoría de dificultades planteadas por la pintura marcana del proceso de ron todos los sumos sacerdotes, los los ancianos, los escribas y el Sanedrín ente-
Jesús ante el Sanedrín: las discrepancias con el evangelio de Juan. Aunque ancianos y los escribas (cf. 14, 55: se ro, tras atar a Jesús, lo llevaron (apénenkan)
reúnen los sumos sacerdotes con todo y lo entregaron a Pilato.
haya algunas semejanzas básicas en la estructura, especialmente al prin-
el Sanedrín).
cipio y el final, el contenido real de los procesos es bastante diferente en
los dos evangelios, como puede verse estudiando la Tabla 48. En Marcos,
14, 60: Y el sumo sacerdote se puso 15,4: Y Pilato le preguntó de nuevo, dicien-
y preguntó a Jesús, do: <¿No respondes nada (ottk apokring ou-
en pie en el centro
el debate entero gira en torno a la cuestión de quién es Jesús, y 14,61-62 diciendo: <¿No respondes nada? (ouk den)? Mira de cuántas cosas te acusan )).
ofrece un compendio de los principales títulos cristológicos del evangelio apokrin( ouden). ¿Por qué estos testi-
(Cristo, Hijo de Dios, Hijo del Hombre), y Jesús afirma que esos títulos fican contra ti?>.
corresponden a lo que es é1. En Juan, por el contrario, el sumo sacerdote 14, 61: Pero él callaba y no respondía 15, 5: Pero Jesús no contestó nada más (or-
pregunta a Jesús simplemente sobre sus discípulos y enseñanza, y Jesús nada(ouk apekrinato ouden). keti ouden apekrirhe).
contesta que siempre ha hablado abiertamente de una y otra cosa, respuesta 14, 6l: Y el sumo sacerdote le pre- 15,2: Y Pilato le preguntó: <¿Eres tú el
valiente pero que no contiene información alguna con lo que se gana una guntó de nuevo y le dijo: <Eres tú el rey de los judíos (s-vel ho basileus ton lou-
bofetada. El relato marcano, pues, está más desarrollado teológicamente cristo (sy ei ho chrisfos), el Hijo del duión\'!>.
Bendito?>.
que el joánico, que en este caso parece más plausible (cf. introducción al
comentario a 14, 53-56). I 4, 62: Y Jesús dijo: <<Tú has dicho que l-5. 2: Y cll le contestó, diciendo: <Tú lo di-
yo lo soy>. CCS)).

Dobletes con el proceso anle Pilato. ¿Cómo, pues, se desarrolló la his- 14, 64: Y todos dictaminaron en su l-5. l-S¿rbd: Y Pilato... entregó a Jesús... para
contra que era reo de muerte. t¡uc lo crucificaran.
toria marcana del juicio ante el Sanedrín? La tercera categoría de los tes-
timonios puede aportarnos una pista: los dobletes con el proceso romano 14, 65: Y algunos comenzaron a cs- l-5. l5c I6-10: Pilato azota a Jesús; los sol-
cupirle y cubrir su cara, y golpearlo y rlirtlos sc burlan de él por su pretendida rea-
en 15, l-20. Como puede observarse al estudiar la Tabla 52, varios rasgos
decirle: <Proletiza>. Y los sirvicntcs lcz;r, gol¡rclrr srr cabeza con una caña y le
de los relatos de los dos procesos son análogos o incluso idénticos. Ambos lo recibieron a bofetadas. cscUl)cn.
comienzan cuando Jesús es <conducido> al personaje dotado de autoridad
que lo interrogará,y en ambos esa figura le pregunta por qué no respondc
t:

I 308 Apéndices

Esta conclusión sobre el carácter en parte ficticio del proceso marcano 8


ante el Sanedrín tiene sentido: a pesar deLc23,51 1ue es un versículo
apologético-, es improbable que cualquier discípulo o futuro seguidor de
LA CRUCIFIXIÓN
Jesús estuviera presente en el interrogatorio de éste por el sumo sacerdote
(José de Arimatea era todo 1o más un simpatizante, y es dudoso que pos-
teriormente se identificara como cristiano, pues de ser así habría produ-
cido un impacto mucho mayor sobre las tradiciones cristiana primitivas;
cf. comentario a 15,42-45)n. Por tanto, el conocimiento por parte de los
cristianos de aquel acontecimiento era necesariamente incompleto, y los
cristianos primitivos complementaron probablemente el cuadro, del mismo
modo que representaron la escena Getsemaní basándose en sus conviccio-
nes teológicas y en ciertas profecías del Antiguo Testamento que creían ser La crucifixión era un modo espantoso de ejecución empleado por los
un avance de la vida de Jesús (cf.lanota a <<Y adelantándose un poco)) en persas, seléucidas, cartagineses y romanos aproximadamente desde el siglo
14,35). Esta hipótesis de la elaboración literaria sobre la base del proceso IV a.C. hasta el IV d.C.' Este castigo generalmente era evitado en Israel du-
ante Pilato se convierte en más probable aún por el hecho de que, si se rante los períodos de autonomía, en parte quizás debido a la creencia expre-
tomara literalmente, hay un aspecto del doble relato que crea un auténtico sada en Dt21,23, <maldito de Dios el que cuelgue de un madero>, aunque
rompecabezas lógico: si todo el Sanedrín ya había condenado a muerte a el texto se refiere a la suspensión de una víctima muerta y no a la crucifixión
Jesús (14, 64), ¿por qué se reúnen de nuevo al amanecer para decidir qué de uno vivo. Ciertamente, Josefo señala que un rey judío, Alejandro Janneo,
hacer con él (15, l)?r8 había crucificado a ochocientos enemigos (Bell. 1,97; Ant. 13, 380) y la
Lo dicho no significa que la presentación marcana del proceso de Jesús denuncia en un pasaje de Qumrán, 4QpNah 3-4 1,6-8, parece confirmar esta
ante el Sanedrín sea una completa ficción. Más bien el recuerdo históri- noticia: el <león enfadado> que <colgó a hombres vivos> de un árbol, una
co de un interrogatorio de noche por el sumo sacerdote, asistido quizás abominación que nunca antes se había conocido en Israel. Sin embargo, no
por algunos consejeros (un <sanedrín>), fue reelaborada en la línea de las todos los miembros de la comunidad de Qumrán eran contrarios al empleo
convicciones cristianas primitivas, incluidas las de Marcos mismo (cf. la de la crucifixión como castigo; el autor de I lQTemplo 64, 10-l I invierte el
introducción al comentario a 74,53-65). orden de palabras enDt 21,22 y entiende lo siguiente: una persona a quien
<colgarás de un árbol y morirá>. Aun así, la crucifixión era generalmente
evitada por los tribunales judíos en favor de métodos más rápidos y supues-
tamente más humanos de ejecución, como el apedreamiento.
Para los romanos, era la inhumanidad de la crucifixión la que precisa-
mente la recomendaba: creían que la tortura infligida a criminales servía
para disuadir a los que de otra manera podrían verse inclinados a una con-
ducta criminal similar. Por regla general, la pena no era impuesta a los ciu-
dadanos romanos u otras personas de rango, sino que estaba restringida a
esclavos, rebeldes extranjeros, bandoleros y otros que se hallaban fuera de
los límites de la protección de las normas legales2. El aborrecimiento que
provocaba y la vergüenza con la que estaba relacionada son palpables en la
descripción ciceroniana de la ejecución de Gavio de Mesana:
Colgaba allí fpara] sufrir las peores torturas infligidas a los esclavos. Atar a
un ciudadano romano es un crimen, azotarlo es una abominación, matarlo
es casi un acto de asesinato. Crucificarlo... ¿,qué será? Posiblemente no hay
palabra alguna apropiada que pucda dcscribir un hecho tan horrible (Contra
Verues 2,5.66.170).

1. Para una visión de conjunto ¿rcccsiblc soblc cstc tcnr¿r. cf. M. Hengel, Crucifxion in
t7. R. E. Brown, Death of the Messiah 2, 1228, nota 59. the Ancient World.
18. Cf. D. E. Nineham, Saint Mork, 401. 2. Cf. ibid.,33-63.
1.1 10 Apéndices La cnrtili-tirirt t311

El horror del castigo era probablemente parte de la razón por la que La muerte, pues, llegaría cuando la víctinla cstuviera demasiado agota-
no tenemos ninguna descripción detallada de ella en la antigüedad; los re- da como para levantarse y exhalar. Esta tcoría cxplicaría por qué muchas
latos de la Pasión en los evangelios son nuestras narraciones más elabo- cruces disponían deunsedile (<asiento>), una pequeña clavija o el banqui-
radas. Como sostiene HengeF: <Ningún escritor antiguo quiso detenerse llo sobre el que descansaban las nalgas de la víctirna crucificada: el asiento
demasiado tiempo en este procedimiento cruel>. Estos rastros escasos en permitiría a la víctima seguir respirando más tiempo y prolongaría así su
los textos literarios se complementan por un único hallazgo arqueológico agonía. Aclararía también por qué quebrar las piernas, como en Jn 19,31-
importante, el esqueleto de un varón crucificado descubierto en Giv'at ha- 33, sería el golpe de gracia: haría imposible que la víctima se levantara y
Mivtar cerca de Jerusaléna. tomara aliento.
Sin embargo, es posible reconstruir a partir de las fuentes disponibles Zugibel ha ofrecido argumentos en contra de la teoría de la asfixia ba-
algunos elementos comunes de las crucifixiones romanass. Antes de la cru- sándose en experimentos realizados por é1 con voluntarios, que simulaban
cifixión misma, la víctima a menudo era azotada con grandes dolores (cf. ciertos aspectos de la crucifixión, y monitorizando sus reacciones físicas;
la nota a <deseando satisfacer a la muchedumbre, les liberó a Banabás y ninguno de ellos -explica en su informe- experimentó dificultades respi-
entregó a Jesús, después de azotarlo, para que lo crucificarao en 15, l5). ratorias. Sin embargo, como indican Maslen y Mitchells, las simulaciones
Luego se forzaba al reo a llevar el patibulum, o viga transversal, que podía de Zugibe omiten aspectos importantes del proceso de la crucifixión (por
pesar entre 35 y 60 kilos, al lugar de la ejecución. Allí lo tumbaban en el sue- ejemplo los azotes, estar clavado enla cruz y la deshidratación). He aquí
lo y lo ataban, o sujetaban sus muñecas al madero con clavos (los romanos sus breves y contundentes palabras: <El hecho de que ninguna de las nue-
preferían este último sistema). Se alzaba el patibulum unido a un s/lpes, un vas investigaciones haya crucificado a nadie significa que esos estudios só-
pesado poste recto de madera sin pulir permanentemente hincado en tierra, lo tienen una importancia muy limitada para juzgar los casos auténticos>.
y se ataban o clavaban a él los pies del prisionero. La muerte podía tardar Además, el hecho de que Zuglbe situara a sus voluntarios sobre réplicas de
varios días (cf. la sorpresa de Pilato en 15,44 ante el rápido fallecimiento cruces y en posiciones que corresponden a la iconografía cristiana y no a
de Jesús), y durante ese lento proceso, los insectos, las rapaces y los perros los testimonios históricos y arqueológicos, y que los bajara de las cruces
podían cebarse de la carne de la víctima traspasada y desvalida.
en cuanto comenzaban a experimentar molestias, debilita enormemente su
La causa habitual de muerte en la crucifixión es materia de controver- refutación de la teoría de la asfixia. Sin embargo, la asfixia no era cierta-
sia; los dos factores más comúnmente mencionados eran el shock y las difi- mente el único factor que inducía la muerte en las antiguas crucifixiones, y
cultades respiratorias. En estas últimas hace hincapié un artículo publicado
víctimas diferentes morían probablemente por causas diferentes.
enelJournal of the American Medical Association, en 1986: Independientemente de la causa exacta de la muerte, la crucifixión era
El peso del cuerpo, que presionaba los brazos extendidos y los hombros, -desde el punto de vista de los verdugos- una forma apropiada de eje-
tendería a mantener rígidos los músculos intercostales en el momento de cución cruel para los delincuentes más peligrosos. Es probable también
la inhalación, por lo que se dificultaba la expiración pasiva... Una adecua- que fuera considerada apropiada porque la elevación de la víctima sobre
da expiración requería que se levantase el cuerpo empujando por medio de
el suelo era una burla de la autoexaltación por la que estaban siendo cas-
los pies, doblando los codos y estirando los hombros- Sin embargo, esta
tigados. El evangelio de Juan emplea cuatro veces para la crucifixión de
maniobra situaria todo el peso del cuerpo sobre el tarso [los huesos en los
pies cerca del tobillo], lo que produciría un dolor insoportable. Además, la Jesús el verbo en pasiva <ser levantado>> (hypsothénai'. Jn 3, 14; 8,281, 12,
flexión de los codos causaría la rotación de las muñecas sobre los clavos 32.34), un término utilizado para describir la entronización real y otras
de hierro y causaría un tremendo dolor en los nervios dañados por ellos. El formas de conspicua relevancia social (cf. Sal 68, 18 [67, l9 LXX]; 89, l9
levantamiento forzado del cuerpo produciría también mucho dolor al tocar [88, l8LXX]; 110,7[09,7LXX]; I Sm2, l0).Además, Jn12,32sugiere
las heridas de los latigazos la áspera madera del stipes. Calambres muscr.r- que (ser levantado> : <ser crucificado> era una equiparación comúnmente
lares y parestesias [sensaciones de pinchazos o de cosquilleo] de los brazos
entendidae. Este solapamiento de vocabulario no es probablemente acci-
extendidos y elevados añadirían una gran incomodidad. Por consiguiente,
dental, sino una ilustración del principio de que el castigo debería ser pro-
cada esfuerzo respiratorio sería un fatigoso tormento y conduciría finalmen-
te a la asfixiau. porcionado al crimen, ya que las personas e.jecutadas por crucifixión eran a
rnenudo gente que había tratado de <elevarse>> por encirna de su estatus. La
venganza consistía en elevarlos sobre cl suclo, a veces en una postura se-
3. Cf. ibid.,25. dente que imitaba la entronización rcal (cl. la cxpresión de Séneca ((sentar-
4. Cf. H. W. Kuhn, Der Gekreuzigte von Giv'at ha-Minar; J. Zias-E. Sekeles. I/¡r'
Crucified Man front Giv'at ha-Mitvar; J. Zias, Cntcifixion in AnliquiF.
5. Cf. H. Fulda, Das Kreuz und die Kreuzigung. 46-189, para las fuentes y un trata- 7. F. T, Zugibe, The Cnrci.firitn of .lc:rt.s.
miento detallado del tema. 8. M. W Maslen-P. D. Mitchcll. l\htlitttl Iltt't¡t it,¡.
6. W. D. Edwards-W. J. Gabel-F. E. Hosmer. Phvsical Death. 1461. 9. Cf. E,. Hirsch, Das vierte Evtngclit¡ttt.7l .
l{

1.1 I2 Apéndices

se en la cruz>)ro. Esta interpretación de la crucifixión como entronización 9


paródica se apoya en la descripción de las fiestas sacianas de los persas en
Dión Crisóstomo, Discursos, 4,67-701t. En un pasaje con numerosos para- LA TUMBA VACÍA
lelos con Mc 15, l6-32 (vestimentas reales, desnudo posterior, flagelación
y crucifixión), Dión concluye que la crucifixión de un rey persa temporal
se proponía mostrar <a la gente estupida y perversa> que tendrían <el final
más vergonzoso y desgraciado posible> si intentaban insolentemente con-
seguir el poder real. Así pues, las burlas a Jesús como (rey de los judíos>
no eran anómalas, sino una ilustración del elemento paródico inherente a
la crucifixiónr2.

Como señala Straussr, el contraste entre la vida y la muerte es una


dicotomía básica de la existencia, por lo que la afirmación de que una per-
sona muerta ha recobrado la vida, se considera nofrnalmente increíble. Los
que se muestran incapaces de aceptar que Jesús fue una excepción a esta
ley de la naturaleza han cuestionado habitualmente uno u otro aspecto del
relato evangélico: que estuviera realmente muerto cuando fue bajado de la
crvz, o que fuera visto vivo después. En el primer caso, las dudas sobre la
historia evangélica de la tumba vacía desempeñan a menudo una impor-
tante función.
Crossan2, por ejemplo, desacredita la historia de la tumba vacía como
una invención apologética de la iglesia primitiva. En su opinión, el cuerpo
de Jesús probablemente no recibió nunca sepultura; o fue abandonado en
la cruz para ser devorado por los carroñeros, que era el destino habitual de
lo crucificados3, o bien fue arrojado a una tumba común para los criminales
ajusticiados. En uno u otro caso, los cristianos primitivos no sabían dónde
se encontraba su cuerpo, por lo que, avergonzados, inventaron la historia
de José de Arimatea. Esta opinión está basada en parte en declaraciones de
fuentes judías y romanas sobre la prohibición de una sepultura honorable
para los criminales ajusticiados (cf. comentario a 15,42-45), en parte tam-
bién sobre referencias en fuentes palestinasjudías a tumbas colectivas para
los que habían muerto vergonzosamente, incluidos los criminales ajusticia-
dos (cf., por ejemplo, m. Sanh. 6, 5; y t. Sanh. 9, 8; Mt 27, 5-8), y en parte
finalmente sobre la persuasión de que las historias sobre el enterramiento y
la tumba vacía de los evangelios contienen rasgos apologéticos. La confir-
mación de la muerte de Jesús en Mc 15, 44-45, por ejemplo, es una réplica
al rumor de que estaba todavía vivo cuando fue bajado de la cruz. Los
testigos del lugar de la sepultura en Mc 15, 47 par. servían para demostrar
que las mujeres no fueron a una tumba equivocada en la mañana de Pascua.
La historia de la guardia romana en Mt 27 , 62-66 y 28, I I - l5 refuta la acu-
sación de que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús. Y la tumba
vacía confirma el hecho de su resurrección.

10. Séneca, Epístola, l0l. Cf. D. F. Strauss, The LiJ'e of Jesu.s ('ritiutll.v [').x¿tmined,735-736.
I l. Dión Crisóstomo, 4, 67 -7 0.
D iscursos, J. D. Crossan, Ilho Killed .le.:u,s, l(r0- 177.
12. Cf. J. Marcus, Crucifixion as Parodic Exaltation. Cf. Horacio, Epístolas l. I 6, 4ttl Artctttitloro, ( )trci ntcril ica 2, 53.
1314 Apéndices La tumba wtt íu 1315

Ahora bien, es posible aceptar que existen rasgos apologéticos en los leza misma de las cosas, pero tampoco pueden refutarse, y hay que sopesar
relatos de la tumba vacía sin concluir que esas narraciones son completa- su inverosimilitud contra la improbabilidad aún mayor de que una persona
mente ficticias. Como afirma McCanea, el argumento de Crossan ((es como muerta vuelva a la vida8. Los propios presupuestos de cada uno dictarán
un ejercicio de tirar al bebé con el agua de la bañero>, y la tradición de José aquí qué puede considerarse plausible o inverosímil.
de Arimatea no se descarta tan fácilmente. Allisons cita a favor de su his- Si el cadáver de Jesús no fue robado, hay otra posibilidad: que no fuera
toricidad entre otros argumentos: está en conflicto con late\ndencia total de realmente un cadáver cuando fue depositado en la tumba. Pudo haber sido
los evangelios de presentar al Sanedrín negativamente; el vínculo de José más bien un cuerpo vivo en estado de coma, del que se recuperó tras ser
con Arimatea, un lugar obscuro y sin importancia; la referencia prepaulina enterrado. Solo, o con la ayuda de sus cofrades, Jesús podría haber salido
a la sepultura de Jesús en I Cor 15, 4; los testimonios de que las autorida- posteriormente de la tumba, 1o que explicaría por qué se encontró ésta vacía
des romanas concedían a veces los cuerpos de los criminales ajusticiados, al día tercero. Como ocurre con la teoría del cuerpo robado, hay testimonios
incluidos los crucificados, a sus familias y amigos (cf. comentario a 75,42- de que la teoría del cuerpo que había salido de un coma se difundió en los
45); y la verosimilitud de que los cristianos primitivos conocieran el lugar primeros años del cristianismo, ya que la polémica de Mc 15, 44-45, así
donde Jesús había sido enterrado, puesto que su muerte había ocurrido en como la de Orígenese, parece haber sido diseñada como réplica a la opinión
público y había suscitado enoffne interés. En opinión de Allison, además, de que Jesús sólo murió en apariencia. Esta teoría fue resucitada en tiempos
si el cadáver de Jesús hubiera sido arrojado por sus enemigos a una tumba modernos y popularizada por Bahrdt en el siglo XVIII, por Venturini en el
común para criminales, los autores cristianos primitivos habrían interpreta- XIX y por Schonfield en el XXro. La plausibilidad de una revivificación
do probablemente esta acción como el cumplimiento de Is 53, 9 (<Pusieron de Jesús tras la crucifixión suele apoyarse en un relato paralelo enla Vida de
su tumba entre los malvados>). Josefo (420-421), que habla de tres amigos del autor que fueron bajados aún
Sin embargo, si -contra Crossan- el cue¡po de Jesús fue depositado vivos de la cruz tras la petición del mismo Josefo a Tito; dos de ellos murie-
por José de Arimatea en una tumba particular, todavía cabe preguntarse si ron posteriormente, pero el tercero cobró vida de nuevo (ezesen).
esa tumba quedó vacía por un milagro. El cuerpo, por ejemplo, pudo haber Hay algunas dificultades, sin embargo, con esta hipótesis de la resuci-
sido robado por los discípulos. La inverosímil historia, y casi seguramente tación. Aunque Josefo hable de la vuelta a la vida de su amigo crucificado,
ficticia, de la guardia romana en la tumba, que aparece sólo en Mateo entre no dice explícitamente que éste parecía estar muerto, y mucho menos que
los evangelios canónicos, fue diseñada probablemente para replicar a esta el oficial responsable de su ejecución confirmara su muerte. En un punto
teoría, que por tanto debió de haber circulado en tiempos de Mateo; y don- crítico, por tanto, la analogía con Jesús no vale. Como señala Straussrr,
de hay humo (la negación de que el cuerpo fue robado), puede haber fuego además, si Jesús sobrevivió alacruz, no lo hizo por mucho tiempo, porque
(el cuerpo fue robado). Esta es la línea de ataque adoptada por Reimarus6 de otra manera sus apariciones habrían continuado probablemente durante
en su trabajo seminal sobre el Jesús histórico. El problema principal de esta meses o años y habrían concluido con su muerte natural, que habría sido se-
teoría es que presenta a los discípulos como increíblemente persistentes en ñalada por alguien. Jesús, por tanto, debió de haber muerto pronto después
cometerun fraude alavez que, al menos tres de ellos, Pedro y los hijos de la crucifixión, presumiblemente como consecuencia de las heridas y del
de Zebedeo, estaban dispuestos a morir por la creencia de que Dios había maltrato allí sufrido. Pero como indica el mismo Strauss en otro lugarr2, es
resucitado a Jesús sobrenaturalmente de entre los muertos. difícil de ver cómo la visión de Jesús apenas vuelto a la vida tras el coma,
Pero cualquier otro pudo haber robado el cuerpo de Jesús. Las sospe- medio muerto aún, podría haber engendrado la creencia en su resurrección
chas se han centrado a menudo en José de Arimatea, y se han utilizado co- con la fiereza con la que la sostuvo la iglesia primitiva:
mo argumentos varios motivos para explicar el robo del cadáver de Jesús,
Es imposible que un ser que había sido robado medio muerto del sepulcro,
desde su hostilidad hacia Jesús hasta su fe en é1. Se han mencionado tam-
que se arrastraba débil y enfermo, que requería tratamiento médico, venda-
bién otros candidatos, como el jardinero anónimo de Jn 20, 15; es también jes, ayuda e indulgencia y que finalmente hubo de ceder a sus sufrimientos,
posible, como sugiere Allison7, que las autoridades judías trasladaran a otro podría haber dado a los discípulos la impresión de que él era el Conquistador
lugar el cuerpo de Jesús para prevenir su veneración, o que los nigromantes de la muerte y de la tumba, el Príncipe de la vida, una impresión que subyace
lo robaron debido a las supuestas propiedades mágicas del cadáver de un al trasfondo de su futuro ministerio.
hombre santo ejecutado. Tales conjeturas no pueden probarse por la natura-
8. Cf. ibid.,334-335.
9. Orígenes, Contra Celso 2,56.
4. R. McCane, Roll Back the Stone, 100. 10. Cf. D. F. Strauss, The Life of Jesu.s Criticull.v E.rumined,737-739; H. J. Schonfield,
5. D. C. Allison, Resurrecting Jesas, Excursus II. The Passover Plot, 151-162.
6. H. S. Reimarus, Fragments,153-165. Il. Cf. D. F. Strauss, The Li/b of .le.rus ('ritintll.t'li.ronined,734.
'1
. D. C. Allison, Resurrecting Jesus, 202-203.33 4. 12. Cf. Id., The New Life 1,412.
t3tó Apéndices

\
Ciertamente, es posible que Jesús rro convenciera a sus discípulos de 10
que él había resucitado de entre los muertos; y que hubieran sido más bien
sus cofrades los que habían urdido un complot para simular su muerte, VOCABULARIO
quizás con la ayuda de drogas, para luego proclamar su resurrección des- REDACCIONAL DE MARCOS
pués de que se hubiera reanimador3. Pero este tipo de teoría de la conspi-
ración de enfrentarse a muchas preguntas: ¿por qué, por ejemplo, un Jesús
reanimado iba a aparecer sólo a sus seguidores, mientras que una aparición
ante el gran público habría sido más eficaz una vez perpetrado el ansiado
fraude? Y como ocurre con la teoría del cuerpo robado, surge la pregunta
de por qué algunos discípulos habrían estado dispuestos a sufrir el martirio
por una proclamación que ellos sabían que era fraudulentara. Schonfieldrs
intenta responder a esta última objeción incluyendo a los discípulos en el
grupo de los engañados por la muerte fraudulenta de Jesús; los únicos co-
frades fueron José de Arimatea y quizás Nicodemo. Schonfield, sin embar- Esta recopilación refleja el análisis redaccional en el cuerpo del comentario,
go, no logra hacer creíble esta hipótesis, según la cual un par de hombres normalmente en la introducción a cada sección de Comentario.
del estamento superior del poder en la Palestina judía estaban tan com-
prometidos con Jesús que estuvieron dispuestos a ayudarle a falsificar su d,yo,vaxtéto: 10,41 dvcrle¡rorilto: 14,71
muerte. ¿Si eran hombres de una sensibilidad religiosa sincera, no habrían dyvoéo: 9, 32 d,vcrxeT¡rcn: 14, l8
quedado consternados por el engaño en el que se habían embarcado? y si &yogú: 7,4 d,vo,péoov:7,31
no lo eran, ¿por qué se habrían molestado en ligar su destino a una figura &.¿ogólor: 6, 37 &,vap4rvr¡oxro : 1 l, 2l ; 14, 7 2
peligrosamente marginal de Galilea en vez de atenerse a las formas más &1gunvéto: 13, 33 d,va¡cúr¡:6,31
convencionales de la piedad? &6el.cpóg: 5, 37 'Av6géag: 13,3
Así pues, esta visión de conjunto de nuestro tema ha mostrado que al- á6úvcrroE: 10,27 üvüpornoE: 10,27
gunas teorías sobre la tradición de la tumba vacía son más probables que d(u¡rog: 14, I üvm:"og'.7,2
otras. Es improbable que esa tradición sea una invención total de la comu- crígo: 2, 9; 8, 19; 8,20 d,viorq¡rr,: 7, 241' 9, l0
nidad cristiana primitiva, o que José de Arimatea sea un personaje comple- airéo: 10,38 dnaiqol:2,20
tamente ficticio, o que Jesús estuviera todavía vivo cuando fue depositado d,xáüngrog: 3, I 1.30; 6, 7; 7, 25 ápne)'óv: 12,9
en el sepulcro, o que sus discípulos o José de Arimatea robaran su cuerpo. dxor¡: l,28 &,vcrBc,iv<o: 4, 8; 10, 33
Sigue siendo posible que el cuerpo fuera robado por alguna otra persona. áxol.ouüéor: 2, I 5; 6, l? ; 10,28.32.52; d,vayx<i(co: 6,45
Pero es también posible que Jesús no estuviera allí el tercer día por larazón 14,54:' 15,41 dvepoE:6,51
que los evangelios mismos dan: porque había resucitado corporalmente de dxoúor: 2, 17; 3, 8; 4, 3.24; 6, d,vr9pornog: 8, 2; 12, 14; 14, 21
entre los muertos. 11.16.20; 7, 14.25;8, l8; 10, 4l; ll, &,viort¡pr: 9, 9.27 ; 10, 1.34
14.18;12,28.37;14.11 &xollpcl:2,20?
ól.crg: 9, 50 &ncg: 11,32
dl.eicpro: 6, 13 &aayyétrtro: 5, 19; 6,30
d,i'extogoptrrvia: 13, 35 &nc,pvéo¡raL 14,72
&Léxr,ap:14,72 drég1o¡rcl: 5, 17.20; 6, 32.46; 7, 24;
&l.r¡rler.c: 12, l4 8, l3;12,12:'14,10
d),rlürlg: 12, la ónr"oría: 6, 6: 9.24
&).),a: 3, 26: 9, 13:. 14, 28: 16, 7 dnoüvr¡onol: 15, 44 (2x)
d},}.rjl"oE: 8,l6; 9, 50 &noxcrür,oróvco:9, l2
ül.l"og: 6, 15 (2x); 7, 4; 12, 5.9; 1 5, 41 &noxepcrtrilor:6, l6
&pr¡v:10, 151'14,9 dnoxgivopav.8,29;9, 6; 10, 24; ll,
ci¡"rgoóov: I l, 4 22; I 2, 28.34.35; 14, 40.48
13. Cf. A. Schweitzer, The Quest of the Historical Jesus 120011,37-46.
14. Cf. Orígenes,Contra Celso,2,56; Cf. D. F. Strauss, The Life of Jesus Critically ávcpcivro: 10, 33 d¡oxreivo: 10,34; 14, I
_ <'r¡ol"úto: 6,45; 8, 9
Examined,737-739. &vcpl.énol: 10, 52
15. H. J. Schonfield, The Passover Plot,151-175. ávcryrvóoxor'. 13,14 ünó)"}.u¡rl: 3, 6; 11, 18
l3t8 Voca bu la r i o redacc iona I de Marc'os
Vocabulario redart:ionol d¿ Murttt.t r319

d¡oo¡él.l"or: 3, 14; 6, : 12, 13 yr,vóoxor (ol6c¡: 1,34; 2, 10: 4, 13: 7 ,


dnóoro),og: 6, 30
7
el6ev: l, 2, 14;4,3;6,33.
10.16.19; é(trr{)tv: 7, 15.18
24: 8, 17 ;9,6.30; I 0, 38 12, 12.14.15: 34.48.50; 8, 15.33; 9, 9.14.15; 10, énay1él.l"o¡rcrL: 14, I 1
dnotciooo¡ra,c 6,46 13,33.35; 14,40; 15. 10.45 28.33: ll,20.21: 12, 15.28.34; 13, é¡avo: 14,5
dgyúgLov:14, ll ygap¡rareúg: l, 22; 2, 6; 3, 22; 7, I ; g, 1; 14,62.67.69; 15,32; 16,7 éno,úgr.ov: ll, l2
ciggroorog: 6, l3 31:9, I l.l4;10, 33; ll,
18.27; 14, eíp'i1:2,7;5,37;6, 5; 10, l8;
14, I énegurrcro: 7, 17 ; 9, 16.28.32; 10, l0:,
cigtog: 6, 52; 8, l4(2x).16.17.t9 1.43.53; 15,31 eipt: 9, 41 ; 13, 4: 14, 2.66: 1 5, 40.41.42 12,34; 13,3; 15, 44
dqlrt: l, I yQdgo: l, 2: 9, 12.13; t4, 2t eigr¡veúo:9,50 i,rurBa),Lrur:14,72
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eig: énryrvóoxo: 2, 8: 6,33
53; 15, l0 yuvrl: 12,23; 15,40
ciglo¡rcL: l, 45; 4, l; 5, 17.20; 6, {tg2,7;6, 15; 10, 18:12,28; 13, l; Énú"avrlcr,vo¡ral: 8, I 4
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ll, l5; 12, l: 14, 19.33
eioég1o¡rar,: l, 45 2, l; 3, l; 7, 11.24; Éniorc,¡lar: 14, 68
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I 321
I 320 Vocabulario redaccional de Marcos Vocabulario redaccitt nul dt' Mut't'os

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'Ieqoootrúpov 3,8.22;7, 1; 10, 33; xúx\og:6,6 oótoE: 13,2.4(2x)
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ll , l .l1 .l5 .2l ; 15, 41 xúgrog: 5, l9; 13,35 ¡rvr¡póouvov: 14, 9 oüttog: 2,7.8;7,18
'Iqooúg: 10, 24.27.38.39.42; 12, 351' xó¡rr¡: 6, 6.56; 8, 26; ll,2 p.óvoE: 6,47 oúy:4,21
14,48.67.12; 15,34 ócpücr},póg: 8, l8; 14,40
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'Iogóúvr¡E:3,8; 10, I l;14,9.53 vex,góE:9,9.10 8, 1.34; 9, 14.15; 10, l -46; I 1, 18.32;
'Iou6aia: l, 5; 3, 7 ; 10, I l"apBcv<o:8, l4 ví:og:2,22 (final) 12,12.37;15,10
'Iou6cIoE: 1,5;7,3 l,avüávor: 7,24 vtcpéLq 14,62 órpé: 1 1, 191'13,35
'IoúócE: 14, l0 l,éyor (einev): 3, 11.23.30; 6, 15 (2x). vr¡oreúol: 2, 18a.20? órpi<r: l, 32; 4, 35; 14, 17 ; 15, 42
'Ioxcprór9: 14, l0 16;8, 14.19.20.30; 9, 13.24; 10, 15. vinr,a:7,3
íotr¡¡1.: Il,5 23.24.26.32.38.39(2x).42;t 1,3(2x). voéal:7, l8;8, 17; 13, 14 ¡ar"6iov:9,24
ioXúo:9, l8 2l; 12, 12.38; 13, 1.4.37(2x); 14, 2. vóoog: 1,34 nó)"crl: 15,44
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l,iav: 6, 5l;16,2 vúv: 10,30; 13, 19 l. I 3; 10, l(2x).12.24'32; ll' 27
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\eoróg 7,4
zcrüóE: 1, 2; 9, 131, ll, 6; 14, 2l fr¡gcrivol: 11,21
12,l.t2;13,28
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fúl"ov: 14,48
xapóg: 10,30; ll, 13:'12,2;13,33 naqó.¿o:2, 14

x&xeir9ev: 9,30 é6óE: 6, 8;8,27;9,33-34 10, 17.32' ncrpa6í6or¡1,: l, 14; 3, l9; I 0' 33(2x);
xaxóg éXov: l, 32.34; 6, 55 52;12, 14 14, l0.ll;15, l0
xal.éo¡: I l, 17 oí6cr: 14, 68.71 ncrqaxol"éot: 5, 17.18; 6, 56
xa)'ñ,El.12,28 oixicr:6, 4;7,24;9,33; 10, 10; l3' 35 nagcr)'cr¡rPcv a: 7 ,4; 10,321, 14,33
xaq6ia: 2, 6.8; 3, 5; 6, 52: I, ll, 23 oixoóopq: 13, 1.2 ncrgaruogeúopcrl: 9, 30; I l, 20
17 ;
xcrcBcrivor: 3,22;9,9 oixoE: 5, 19; 7, 18; 9,28; ll' l7(2x) ncrpatiür¡¡rr,: 6,41
xcrrcrBcrgúvo: 14,40 oivog: 2, 22 (frnal) ncqéq1o¡ro,t: 6,48
xcrraxqivo: 10, 33 ó}.íyog: 6, 3l n<rEr6¡¡oig: 8, 32
I 322 Vocabulario redaccional de Marcos
Vocabulario reduccionul lt Mutrtt.t I 323

ndg: l, 5(2x).32; 2, t3; 4, 1.t3.3t.32. norcnóE: 13, l(2x) ou¡rBcrúvo: 10, 32 uióE r1e oú: 3, ll; 14,61
34: 5, 20; 6, 30.33.50; 7, 3.1 4.18.t9; ¡óre: 13, 4.33.35
9, 12.15; 10, 27.28; lt, 17.18.24; notr]grov: 7, 4; 10, 3g.39
ouprpoúl,r,ov: 3, 6 óntiyto: 5, l9;6,31.33; ll,2;16,7
13,4.10.23.37; 14,31 ou¡rnóor.o,: 6, 39 ónóxpr.or.g: 12, l5
nqaoLá: 6,40
núo1a,: 14, l.16 ou¡,rroqeúopat: 10, I únopévro: 13, l3?
ngeoBúreqoE : 7 , 3; ll , 27; 14, 43.53
naoyur:9, 12 ouvóyor: 4,1;6,30;7,1
npív:14,72
:trorúei 9,24 ouvcry<o.¿r¡: l, 39 ócrqr.oo[og: 2, 18a(2x); 3, 6; 7, 1.3;
nqoóyo: 6,45; 14,28; 16,7 ouvaxol,our9éo¡rcu: 5, 37
ne(fl:6,33 rtpóBcrrov: 6, 34 8, lt.14
neqó(<o: 8, I I ouvcrvo,Bcívtrl'. I 5, 4 | cpnlor:6,31.37
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f[€vr0,xroxí¡.üor.: 8, l g ouv6gó¡,lto: 6, 33 cpavegóg / cpcveqóg: l, 45 3, l2; 4,
nproociBpcrov: 15,42
fiéwe:8, l9 oúveor.g: 12, 33 22;6, 14
nqooég1opc t: 6,33 12,2g
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rgooeulr¡: 9,29; ll, 17
négav: 3,8; 4,35; 8, l3; 10, I ouwel,éo: 13,4 l0
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npooeúXo¡rcu 6,46; 13, lg
neqr,óyor:6,6 o1í(or: l, l0? qol3éopar: 9, 32; 10, 32 ll, 18.32
npooxal,éo¡rat: 3, 23; 6, 7; 7, 14; g,
negi aúróv (cúroúE): 3,34;4, l0;9, 14
o(r[to: 10,26;13,13? 12, 12: 16,8
1.34; 10, 42; t2, 43; t5,44
neplaútoü:14,21 qul.cxrj: 6,48
npool,c¡rBávopcr.: g, 32 tc,póoo<o: 6, 50
negiroútou:10, l0 cpúl,l,ov: ll, 13
npooninrot: 3, I I réxvov: 7,27;10,24
negfl,Éno: 3, 5.34 10, 23 qanéruo:14,72
ngoorirlq¡rr.: 4, 24 tÉtrog: 3, 26;13,13?
negrnarétrl:2,9 cporvr¡: 15, 34
nqoorgé1ol: 9, l5 rércrprog: 6, 48
ff€Qr,ooór€Qov: 7,36 cpóE: 14,54
nqóoonoE: 12, 14 retpcrxr.olil"lor: 8, 20
negrcoóg: 10,26
ruqoqrlrqE: 1, 2; 6, l5(2x); 11, 32 tír9r'¡¡rt: 4, 30; 10, 16
negíXopoE: 1,28
ngrot: I 1, 20 13, 35; 16, 2 r,rg: 2, 6; 7, 1.2; 8, 3; 12, 13; 13, 4.5 loiqtrr: 14, ll
nérgog: 10, 28; I 1, 2l; 13, 3: 14, 33. nqórov: 7, 27 ; 9, 12; 13, 10 yo.'Lxiov;7,4
66.72;16,7 r.oLpwul:12,34
nuy¡tr1:7,3 tónoE: l, 45; 6, 31.32.35 Xerpóv: 13, 18
nívco: I 0, 38(2x).39(2x)
norqótrr: 6,52;8, 17 tor,e: 2,20? yúp:7,3; 10, l6
nroreúco: 9, 23.24.42; I l, 23; I 5, 32
nóqorr.g:3,5 TOU1 eAfW: l,¿ ler,ponoíqroE 14,57
nior,tg: 11,22
nóE: 3, 23; 4, 13: 9, 12; 10, 23.24:, 11, rge1E: 10,34 1qfr¡ra: 10,23
¡l,aváor: 12, 27 ; 13, 5
nl.eioroE: 4, I
l8;14, l.ll r.pig:14,72 xoQfctl0J: /, ¿ l
nl,flr9oE: 3, 8 TQrroE: l),25 1geúc: 11, 3
QcBpí: I l, 2l XqloróE: 9,41; 14,61
8, l9
rul,r¡gr¡E: tgúBl,r.ov: 14, 20
Q{pa: 9, 32 14,72 Túpog:3,8;7,31 Xógc:1,5;6,55
nl,r¡góor: 14, 49
nl"r]gorpc: 6,43;8,20 )cl,ópq: 15,40
¡),oiov: 4, 1: 5, 18; 6, 32;9, 10. l4 or¡¡re[ov: 13,4
i:yvf6: 7,34 ópa: 6, 35; 15, 25.33(2x).34
n),oúoLoE: 12,41 uióg roú óvrlgónou: 9,9.12; 10,33: óoaúrolE: 14,31
Xr,óóv: 3,8:7,3t
nveú¡rc: 2,9; l, I 1.30; 6, 7;7,25 oxórog: 15,33
14,21.62 óote:1,45:4,1
¡roÉu¡: 3, 8.12.16; 5, 19.20;6, 30; I l, oóg:5, 19
17; 14,9; 15, t5 oocpLa:6,2
nowiLog:1,34 oneipa: 4,32
6,34
xot¡t"i1v: onéq¡ra:4,3l
nól.rg: l, 45;6,33.56; l, t9 orur]l.o,r,ov: ll, 17
nol,úg: 1,34;2,15; 3, 8.10; 6,2.13 orul,o1ví[o:6,34
(2x).31.33.34.35; 7, 4: 8, t; 9, t2. oruuqig: 8,20
14; 10, 22.31 12, 5.27.37.41(2x); otcrugóo: 15,25
15,41 ouyyeveúE: 6, 4
¡uol,l.<i (adv.): l, 45: 3, t2; 4, 2; 5, 43; ou(rpéo: 8, ll; 9, 9.14.16;12,2g
6,34;8,31 ouxr¡: I I, 13.21:, 13, 28
nóoog: 8, 19.20 oul.l,c¡rBcvo 14,48
GLOSARIO

Anacoluto: Una oración inacabada en la cual el pensamiento original o la es-


tructura sintáctica no se completa hasta el final.
Anafórico: Expresión referida a algo escrito anteriormente, una palabra o frase.
Por ejemplo, el artículo definido unido a <Jesús> en todas partes de Marcos
después de I , 9, o la frase <resucitar de entre los muertos> en 9, I 0 (cf. 9, 9).
Apocalíptico: Lo que tiene que ver con la revelación del plan de Dios de cum-
plir sus propósitos y establecer su reinado <en la tierra como está en el cie-
lo>; a menudo es un sinónimo aproximado de <escatológico>.
Apódosis: Segunda parte de una sentencia condicional; suele comenzar con <lue-
go)), o (entonces> (véaseprótasis).
Aporía: En griego significa ((que no tiene salido, <dificultaó; tofpeza nana-
tiva en un texto, que apunta la posibilidad de un desarrollo con el tiempo.
Asíndeton'. Según la retórica griega, ausencia de partículas o conjunciones usua-
les. En griego clásico se usa a veces con carácter enfático; sin embargo, su
empleo frecuente en el Nuevo Testamento se ha interpretado a veces como
indicación del carácter popular del griego de estos escritos.

Baraíta: Tradición rabínica <foránea>, es decir, que no ha sido incluida en la


Misná, pero que se supone de origen tanaítico y que aparece citada anóni-
mamente en el Talmud.

Catequético: Relativo a la instrucción oral en asuntos de fe.

Decálogo: Los <Diez Mandamientos> (lit. <Diez Palabras>) del Antiguo Testa-
mento (Ex 20,1-17:'Dt 5,6-21).
Deuteroisaías: La segunda mitad del libro veterotestamentario de Isaías (capí-
tulos 40-66), que proceden probablemente del período persa (siglos VI-V
a.C.). Estos capítulos amplían el pensamiento del profeta Isaías, que vivió en
el siglo VIII a.C. y cuyos oráculos forman el núcleo del Primer Isaías (capí-
tulos l-39). Algunos estudiosos piensan que el capítulo 35 perteneció origi-
nariamente al Deuteroisaías, y otros muchos opinan que los capítulos 56-66
fueron compuestos por otro profeta más tardío, denominado Tritoisaías.
Diminulivo: En griego y en otras lenguas, como el cadtellano, un nombre o adje-
tivo en una forna especial que se utiliza para indicar pequeñez (de tamaño),
familiaridad o cercanía afectiva.
Dísimilaridad: Criterio utilizado para indicar que una palabra o escena se re-
trotrae al Jesús histórico; rasgos de la tradición que están en conflicto con
eljudaísmo y con la enseñanza o práctica de la Iglesia posterior, por lo que
resulta probable que sean auténticos de Jesús.
DitograJía: Error de escribas por el cual una letra, palabra o línea se repiten equi-
vocadamente.
l-t2ó Glosario Gk¡.sltrit¡ I 327

Docetismo'. Herejía cristiana según la cual Jesús era humano únicamente en Kerigma: <Predicación>) o (proclamación); contenido del mensaje cristiano pri-
apariencia (gr. dokein), siendo en realidad sólo un ser divino. mitivo sobre Jesús.
Dos fuentes, teoría de /as: Hipótesis ampliamente aceptada por los estudiosos de Koiné: Lengua griega (comúnD del período helenístico por oposición al griego
los evangelios sinópticos. Sostiene que, cronológicamenie, Marcos fue el pri- clásico; lengua en la que está compuesta la mayor parte del Nuevo Testa-
mer evangelio y la fuente principal de la que Mateo y Lucas toman su conte- mento, el evangelio de Marcos incluido.
nido; ambos contaban también con otra fuente distinta de Marcos, llamada
e.
Laguna: Discontinuidad intencionada dentro de una narración, como cuando hay
Elipsis: construcción gramatical en la cual se omiten deliberadamente una o una disparidad entre una parábola y su explicación, o cuando aparecen moti-
varias palabras, que se sobreentienden por el contexto. vos que no se esperan, acciones improbables o excesivas, o cuando hay dis-
Endíadis: Literalmente (una cosa por medio de dos>. Figura retórica en la que continuidades en la trama del relato (por ejemplo, finales que no se cuentan).
un segundo término combina con otro anterior, cuya idea repite simplemen- Se distingue del <hueco>.
te. añadiendo a veces un nuevo matiz. Lex talionis o <Ley del talión>: <Ley de lavenganza equilibradu; por ejemplo:
Éschaton: Fin de las edades, tal como se espera en las teologíasjudía y cristiana; la ley del <ojo por ojo, diente por diente> de Ex 2l ,23-25.
es la transcripción de una palabra griega que significa uúltimor. Ley casuística: ley o norma sobre casos concretos. Describe un caso o una con-
Escolio: Breve comentario interpretativo colocado al lado de un texto por un dición mediante una frase que comienza por <<si> o <cuando>; la descripción
comentarista antiguo o medieval. del castigo comienza con un (entonces)) implícito. Esta ley se diferencia de
la apodíctica o absoluta. Se trata de una forma común usada para las leyes
Gematría: Técnica numerológica en la que se suman los valores numéricos de del Antiguo Testamento; cf., por ejemplo, las normas de Ex 2l-22.
las letras de una palabra. A veces, el resurtado se une al valor numérico de las Logion: Dicho de Jesús.
letras de otras palabras hasta formar una suma única. El ejemplo bíblico más ZXX: <Septuaginta> o Setenta. Traducción griega antigua de la Biblia hebrea.
famoso es 666 en Ap 13, 18.
Gentil: No judío, en el sentido de pagano. Misná: Compilación autoritativa de la Ley judía, promulgada bajo la autoridad
Gézérah ídwdh'. En hebreo, literalmente: <de igual categoría>; regla hermenéu- de R. Judá el Príncipe, al comienzo del siglo III d.C.
tica rabínica según la cual dos pasajes que contienen expresioñes idénticas o
similares tratan del mismo tema y se iluminan mutuamente. Parataxis: Simple coordinación de palabras, frases, sentencias y pánafos con la
partícula (y). El estilo de Marcos es mayoritariamente paratáctico, como lo
Halákico: Relacionado con la observancia de la ley judía. son las partes narrativas del Antiguo Testamento.
Hápax legómenon: Palabra que aparece una sola vez en un determinado corpus Parenético: Lo que tiene que ver con la exhortación (griego paraínesis).
literario, por ejemplo en el Antiguo o en el Nuevo Testamento. Paronomasia: Juego de palabras que se aprovecha del empleo de términos que
HaplograJía: omisión inadvertida de letras, palabras o líneas en la trasmisión tienen el mismo sonido, o simila¡ en dos sentidos diferentes.
textual. Parusía'. La esperada <segunda venida> de Jesús al final de los tiempos; provie-
Hermenéufico: Lo que tiene que ver con la interpretación (griego hermeneía). ne de la palabra griega casi homófona que significa <llegada> o <presencia>.
Hipóstasis: objetivación o personificación de un rasgo de DioJ(por ejemplo, su Pasivo divino: Uso de la voz pasiva de un verbo como circunloquio para re-
Nombre o Sabiduría) o de la existencia humana (por ejemplo, li Fortuna), ferirse a la acción de Dios (por ejemplo: <ha sido dado>, en lugar y con el
por el cual la entidad en cuestión asume identidad propia. sentido de <Dios ha dado>).
Hipotaxis: Sistema elaborado de subordinación gramatical de las oraciones en- Patronímico: Vocablo que identifica a alguien por el nombre de su padre (del
tre sí (<oraciones subordinadas>), en oposición a la parataxis. griego onoma: <<nombre>> y pat¿r : <padre>); por ejemplo: <Simón Bar
Homeoarcton: En crítica textual, caso en el que dos palabras tienen un mismo Jona> (<Simón, hijo de Jonás>) en Mt 16, 17. En tiempos anteriores a que
principio, lo cual puede ser causa para la omisión de una de esas palabras en los apellidos se hicieran comunes, era el modo usual de diferenciación entre
su transmisión por los escribas. gentes que compartía el mismo nombre de pila.
Homeoteleuton: En crítica textual, caso en el que dos palabras tienen un mismo Perícopa: Unidad autosuficiente de un texto de la Biblia; proviene de una pala-
final, que es causa frecuente de omisión de una de esas palabras en su trans- bra griega que significa <cortado en tomo).
misión por los escribas. Peshitta: Traducción siríaca habitual de la Biblia cristiana, completada en las
Hueco: Incoherencia inadvertida, o fallo, que deja un <hueco>r en el proceso primeras décadas del siglo V d.C.
informativo de una narración; se distingue de <Laguna>. Pleonasmo'. Uso de más palabras que las precisas para el sentido; redundancia.
Posiciónfinal o enfática: Principio ret(rrico según el cual aquello que viene al
Inclusión: unidad literaria que se crea por el uso de una misma palabra, o pala- final recibe un mayor énf-asis.
bras semejantes, al comienzo y al final de un texto. Prótasis: La primera frase de una oracirin condicional. La segunda frase de la
Intra.nsüivo'. verbo que gramaticalmente carece de objeto directo; ejemplo: <mo- oracional condicional se dcnornina apridosis y suele contener un <luego> o
:
rin, contrapuesto a (matar> (a alguien complemento directo). (entonces), la mayoría de las vcccs irnplícitos.
1328 Glosario

p: Fuente hipotética del material compartido por Mateo y Lucas que no está BIBLIOGRAFIA
presente en Marcos.
Quiasmo, quiástico: Construcción con estructuraABA', ABCB'A', de modo que
se forma un esquema cruzado (paralelismo invertido). Proviene de la letra
griega <<ji> ( X ), con las dos partes de la letra invertidas (como en ><).
Qumrán: Lugar en el Desierto de Judea, cerca del mar Muerto, donde se encon-
traron los así conocidos como Rollos del mar Muerto; sede de una sectajudía
dualista, que se identifica (o se relaciona) con los esenios.

Redacción: Proceso de edición de un texto; suele utilizarse para describir la adap-


tación que hace un evangelista de las tradiciones que han llegado hasta é1. Abbott, E. A., The Fourfold Gospel. Section Y'. The Founding of the New Kingdom or
Life Reached Through Death,Cambridge 19,l7.
Sapiencial: Relacionado con la sabiduría. Abegg, M., Messianic Hope and 4Q2 85 : A Reassessment JBL I I 3 ( I 994) 8 I -9 l.
Segundo diezmo: Según la ley del período del Segundo Templo (5 l3 a.C. al 70 Achtemeier, P. J., y otros (eds.), Harperb Bible Dictionary, San Francisco 1985.
d.C.), debía darse una décima parte de los ingresos a los sacerdotes levíti- Aland, K., Did the Early Church Baptize Infants?, London 1962.
cos; pero había un segundo diezmo que debía emplearse para sufragar las -Der wiedergefundene Markusschluss? Eine methodologische Bemerkung zur lexlkriti-
propias comidas sacrificiales en Jerusalén de los oferentes mismos. schen Arbeit:ZTK67 (1970) 3-13.
pu-
Sinécdoque: Figura de discurso en la cual una parte está por el todo o viceversa. -Synopsis quattuor evangeliontm. Locis parallelis evangeliorum apooyphorum et
Por ejemplo: <treinta cabezas de ganado> o <la ciudad dormía>. trum adh i bits,Stuttgart r5 I 995.
Sinópticos (evangelios): Mateo, Marcos y Lucas, los tres primeros evangelios Alexander, P.5.,3 Enoch and the Talmud: JSi l8 (1987) 40-68.
del Nuevo Testamento; se llaman así porque pueden colocarse en columnas -The Family of Caesor and the Family of God: The Imoge of the Emperor in the Hekho-
paralelas y leerse sin-ópticamente (con una misma mirada). lot Literature, en L. Alexander (ed.), Images of Empire (JSOTSup 122), Sheffield
1991,276-297.
Talmud: Significa <enseñanza>. Comentario a la Misná, que aparece en dos for- Alford, H., The Greek Testament with a Critically Revised Tbxt, a Digest of Various Rea-
mas: el Talmud palestino o de Jerusalén (del siglo VI d.C.) y el de Babilonia dings, Matginal References to Verbal and ldiomatic (Jsage, Prolegomena - A Critical
(redacción más amplia, del siglo VIII d.C.). and Exegetical Commentary ( I 849-60), Chicago I 958.
Tanna/Tana, Tannaítico: <Repetidoo de tradiciones; maestro rabínico desde el Allen, W. C.,The Aramaic Element in St. M¿trk: ExpT l3 (1901-1902) 328-330.
tiempo de Hilel y Shammai (en tomo al tiempo de Jesús) hasta R. Judá el Allison, D. C., <Elijah Must Come First¡: JBL 103 (1984) 256-258.
-Anticipating the Passion: The Literary Reach of Matthew 26:47-27:56: CBQ 56 1994)
(
Príncipe y sus compañeros, al comienzo del siglo III d.C. Las opiniones de
los tannqim (plural de tanna) están compiladas en la Misná. 701-714.
Targum: En arameo, <traducción>. Traducción judía de la Biblia hebrea al ara- -The End ofthe Ages Has Come: An Early Interpretation ofthe Passion and Resttrret-
meo. Los targumes (plural de targum; se usa también targumim) existentes tion ofJesus, Philadelphia 1985.
fueron compuestos en los primeros siglos de la era cristiana. -The Intertextual Jesus: Scripture in Q,Yalley Forge 2000.
Tetragrámmaton'. Las cuatro letras hebreas del nombre de Dios, YHWH. -Jesus of Nazareth: Millenarian Prophet, Minneapolis 1998.
TM o Texto masorético: forma tradicional del texto original hebreo y arameo del -The Jesus Tradition in Q,Yalley Forge 1997.
Antiguo Testamento, con el añadido de las vocales a la base consonántica -Mark 1 2.28-3 I and the Decalogue, en C. A. Evans-W. Stegner (eds.), The Gospels and
the Scriptures of Israel(JSNTSup 104/SSEJC 3), Sheffield 1994,2'70-278.
Torá: Palabra hebrea que significa <<enseñanzo> o <ley>. Se refiere a menudo a
los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, especialmente a las por- -The New Moses: A Mauhean Typologt, Edinburgh 1993.
ciones legales de esos libros. -Q l2:5I -53 and Mork 9:11-l 3 and the Messianic Woes, en B. D. Chilton-C. A. Evans
(eds.), Authenticoting the Words of Jesus (NTTS 38.2), Leiden 1999, 289-310'
Transifivo: Verbo que tiene un objeto o receptor directo de la acción del verbo.
York/
Un ejemplo sería el verbo <golpean [a]. -Resurrecting Jesus: The Earliest Christian Tradition and Its Interpre¡¿rs, New
London 2005.

Versículo: Diminutivo de <verso>r o unidades de un poema. Suele utilizarse el -studies in Mallhew: Interpretation Pasl and Present,Grand Rapids 2005'
diminutivo para referirse a cada una de las partes en las que se dividen los -Testament of Abraham (CEJL), Berlin/New York 2003.
capítulos de la Biblia, tanto en las partes poéticas como en las de prosa. -What Was the Star That Guided the Mttgi'l: BRev 9.6 (1993) 20-24.63.
Alt, A., Das Verbot des Diebstahls int Dckulog, en ld., Kleine Schriften zur Geschichte
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Tabla 37. La parábola de los viñadores homicidas en los evangelios si-
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Tabla 38. El dicho sobre el pago del tributo al César 942


5 .................
Tabla 3g.Versiones de Dt 6, 964

Tabla 40.Mc 9, l; Mc 13,30 y Mt 10,23 .......... """"""' 1049

Tabla 4 t . Motivos isaíacos en Mc 13, 24-32 I 054

Tabla 42.La estructura del relato marcano de la pasión " 1064


Tabla 43.Narraciones evangélicas de la unción de Jesús """"""""""' l08l
Tabla 44.La tradición de la Cena del Señor """""""""" I 106

Tabla 45.Acciones y palabras sobre el pan y el vino en Mc 14, 22-24 " 1112
I 3ó2 indice de rablas

Tabla 46. Conclusión del discurso escatológico (Mc 13, 32-37) y de la INDICE TEMATICO
escena de Getsemaní (Mc 14, 32-42) tt23
Tabla 47. El relato marcano de la Pasión y los salmos del Siervo ........ tt32
Tabla 48. Proceso ante el sumo sacerdote y las negaciones de Pedro en
Marcos y Juan I 165
Tabla 49. Dobletes en las escenas marcanas de la crucifixión y la
muerte de Jesús t206
Tabla 50. Mujeres en la crucifixión, sepultura y tumba vacía .............. t223
Tabla 51. Los oponentes colectivos humanos de Jesús en Marcos ....... 1272 Índice temático de la obra completa. Las páginas I -640 corresponden al volu-
Tabla 52. Dobletes en las escenas marcanas del proceso a Jesús ......... t307 men I; las páginas 641-1364, al volumen ll.

Aarón:613 Anonimidad
Abatimiento o falta de esperanza de los que -<le los personajes de Marcos: 409, 422,
piden ayuda a Jesús: 98, 243,510,561 774, 1075, 1084, r090, 1 143, 1 149, l l5ls
Abba (<padre> en arameo): I l24s -de Marcos: 32, 4l
Abiatar: 269s Anthropos'. cf. Ser humano, humanidad
Abominación de la desolación: 52,54,376, Antijudaísmo: 692, 1069s, 1199, 1306
909, 995, 997, 1001, 1022s, 1024s, 1028- Aoristo: cf. Tiempos verbales
1030, 1048 Apariciones: cf. Resurrección
Abrahán: 827 ,925, 1225 Apertio:558, 563
Acción demoníaca en exorcismos y en Apocalíptica: cf. Escatología apocalíptica
otros milagros: 319s, 322, 396, 438, 465, Apologética cristiana: 38, 165, 175,464
5lr,590,617 Apostasía: 695s,703, 804, 841,851, 1021,
Acción, humana y divina: 157s,184,326s, 1079, 1085, 1 100, 1137, l l74s, l l79s
355s, 373 Apóstoles: 296, 450, 484-487
Ácimo, pan: 1073, I 109 Apotegmas: cf. Historias declarativas
Acuerdos menores: cf. Concordancias me- 'Aq¿ddh (sacrificio de Isaac): 174, 694,
nores 706,924, 1142, 1225
Adán (y Eva): 146, 167, 180-184, 187s, Arameo, arameísmo: 33,55,298,3 10, 341,
276, 412, 535, 691, 728, 733, 815, 978, 382, 458, 557s, 584, 67 9, 7 07, 7 66, 842,
1137,1287s, l29l 887, 930, 998, 1009, 1014,1072, n73,
Admiración / Asombro: 206, 208, 213, 247, 1216, 122'l: cf. también Hebraísmo; Se-
396s, 407, 419, 436-M0, 496, 499, 504s, mitismo
839, 844, 8sl-8s6, 902, 93t, 938, 944, -se retiene al hebreo o arameo en las histo-
948, t034,1093, t248 rias de curaciones: 418, 430
Adopción: 774 Armonización: 827 ,967 , l04l, 1201, 1204
Adulterio: 709, 8l6s Arrepentimiento: 159, 188, 263, 343, 347,
Agripa I: 195,280 445,450,453
Agripa II: 280 Artículo definido, con nombre o adjetivo in-
Alegoría: 353-355, 357s, 359, 933, 963 definido: 3 10, 358, 380, 545
Alejandro (hijo de Simón de Cirene): 4l , ¿14 Asesinato: 278s
Amanecer: 493s, 50 1 Asíndeton: 460, 629, 7 60, 820, 935, I 0 l 0
Amén (dicho): 3 1 1s, 323 Asno: 887, 893
Amnistia: cf. Pascua Asombro: cf. Admiración
Anciano, el (fuente de Papias): 37 Asuero:460,463
Ancianos/presbíteros: 5 I 4s, 526, 607 , 692, Atar y desatar: 311,392,556, 558
902, r29, n64, t27t,1275 Augusto:677,689
Ángeles: 721, 952, 958s, 961, 973, 1045, Ausencia de Jesús: 105,264,327, 500, 504s
1246, 1248, 1252-1255, 1285, 1299 Autoría de Marcos: 3l-3ó
I 364 Indice temáÍico indice tanútitt¡ l-l(r5

Autoridad: 199, 209s, 218, 246, 257 , 265, 449, 501, 526, 566,604, 674s, 683s, Confesión de fe cristiana: 690,701,1252 5137.591. (r16. (r7-1. 6ti7. 6()7. 75(). 75.1-
428, 449, 462, 482, 534, 586, 591, 623, 687, 698, 77 1 , '778, 855, 87-5s, 878-88 I , Conservador; Marcos como un evangelio 756. 762.7(r7. U l.l. t{77s. () 12. 9l-s. 9..}11.
684s, 754, 785s, 809, 813, 878, 884, 889, 893,944 conservador: 82-85 957,973,9tt2, 1034, l0-.17s. 1044. 1050.
895, 912, 916, 932s, 938, 968, 97 l, 973, Caminos, dos caminos, motivo de los: 788, <Contestó/Respondió y dijo>: 314, 544, 1061, 1127, 1129, 1133, ll37s, 1170.
976,989,1089, l09l 796,988 55 1, 690, 700, 803, 839, 972, 976 ll87-1190, ll94s, 122t, 1226, 1230,
Ayuno'. 259 -266, 604, 608 Canastos: cf. Cestas Contexto de las citas del Antiguo Testamen- 1260; cL Exorcismosi Espíritus impuros
Casa, familia: 220, 31 0-3 I l, 320, 327, 397, to:806s, 1226s Denario: cf. Moneda
Bandidos, bandoleros: 900, 902, 907, I I 44, 416,522,546 Contradicciones bíblicas: cf. Biblia: contra- Dentro, los de: 326, 328, 343-348, 354, 366
1149,1203s,1214 Casa, gobiemo de:681, 769,777,816, 1025 dicciones Desierto: I 46, I 8 l, 266, 47 0, 47 5, 480, 485,
Banquete: 251s, 441, 467 -469, 47 4, 489s, Castigo escatológico: 788, 791, 796-800, Contrapregunta: 813, 919 487 . 490, 567 , 567 , 572, s76, 578, 58 l,
543, s82 926,983 Controversia, historias de: 80, 234,248, 583, 587, 591s, 602; cf. Soledad
Barca: 287s, 293, 334, 37 9s, 384, 420, 494, Causativo, verbos activos como causati- 253s, 281 ,292, 522, 546, 589 -tradiciones del: cf. Éxodo
499s, 598 vos: 1189, 1238 Copa:859,865s, ll02s, 1126, ll33s, ll37 Desnudez: 806, 873, 1145, ll5l, 1199,
Barrabás: ll84s, 1193s Ceguera: 344, 347 -350, 354, 363, 367, 442, Corazón: 238s, 279, 497, 522, 530, 534- 1203,1210s, l30l-1303
Bastón, para caminar: 443s,450 554s, 559, 565-567 , 58 1, 590, 600-602, 536, s38, 567,598,602 Despedida, discurso de: 995s
Bautismo: 145 602, 604, 673, 67 5, 678s, 682-688, 696, Cosecha: 1048,1055 Determinismo: 301, 33'7, 341, 347-350,
como contexto del evangelio de Marcos: 93 704, 7 53, 870, 872, 875-881, 957, 967, Cosidos, junturas narrativas: 329, 577 355, 358, 366,373, 438
de adultos: 867, 874, 880, 1303, I 120 n37, |79, 1213, t229, l25t Creación: 47, 146, 153, 174, 178s, 213, Día del Señor: 1043,1215,1226
-de Juan Bautista: cf. Juan Bautista Cena: cf. Última Cena 220, 271,27s-277, 302, 330, ss9, s6s, Diablo: cf. Satán
-de niños: 820, 823s César: cf. Emperador romano 574s,603 Dieta, leyes sobre: cf. Comida, leyes sobre la
ie prosélitos en eljudaísmo: 165 Cestas: 48 l, 575, 597 , 602 -del mundo:806,808,8l l,978, 1027, 1033, Diez mandamientos: cf. Decálogo
-de sufrimientos: 859, 864-866 Cielo: 892,916 t043 Diminutivos: 542, 545, 573, 629
-muerte como: 503 Cinco: 474, 487 , 490, 581, 602 ex nihilo:841 Dinastía davídica: cf. David
-reflejado en textos marcanos: ló8s, 175s, Cinco mil: 481, 490, 581, 602 -nueva creación: 146, 177, 182, 190,220, Dios altísimo: 392-394
1 83s, 1 88-190, 244s, 424,445, 558, 563 Cínicos:444 296, 302, 37 8, 442, 562s, 57 4, 978, I 0l 6 Dios, Jesús comparable con: cf. Jesús de Na-
Beelzebul: 308, 310s, 319; cf. Satán Clarividencia de Jesús: 239, 27 8, 283, 285, Creatividad de Marcos: 82-85 zaret, Divinidad y cuasi-divinidad de Jesús
Bendición patema:822 289, 41 4. 425. 500: cf. Perspicacia Cristianos como verdadero Israel: 927, 936s Dirigentes judíos: 408s,420-422, 512, 521,
Bernabé: 32s Códigos de deberes domésticos: 82 I s, 83 I , Cristo, como título de Jesús: 700s; cf. Me- 552, 625, 692, 702, 809, 884, 898, 902,
Betsaida: 491, 494,507-509, 584, 597 973s sías, mesianismo 918-922, 924s, 931,934, 945,978, 997,
Biblia, bíblico: Collage, Marcos como: 84 Cristología: 105, 248, 27 l, 27 5, 498, 61 6 1002s, 1069s, 1175, 1129, 1234, l27 ls:'
=contradicciones de la Biblia: 741,743s, <Comenzó a>>'. 442s, 690, 1010, I 135 -alta: 245s,381, 387; cf. también Divini- cf. Sumos sacerdotes, Ancianos, Escribas
815,973s,977 Comida: 441s, 482,504, 550s, 566, 571, dad, cuasi-divinidad de Cristo Discípulos, discipulado: 103-105, 195, 200s,
-cumplimiento de profecías, etc.: 738s, 743s, s78, s82 -como correctivo: I 02-l 06 223-225, 255-257, 259s, 299s. 413, 44t.
1144,1150s, l2ll,1308 -leyes sobre la:442,506, 521s, 525,529, Crucifixión, cruz: 706,7 I 5, 720, 85 l, I I 88, 491-493, 578, 673, 694, 698, 704, 7 13,
-fórmulas de cita: 739 534-536,539, s4s,609 1200s, 1204, 1209-1212, 1228, 1231, 753, 822, 827, 844, 850s, 875, 889s,
-inversión en la: 861, 930, 1025, 1030, Comparativo en vez de superlativo:771,984 1240, 1309-1312; cf. también Muerte de ll43s, 1150s, 1178, 1233, 1301
1041, 1043s, 1085, 1139, 1148, 1181, Comparativo por positivo: cf. Positivo Jesús y Teología de Ia cruz -distintos de Jesús, vinculados a sus enemi-
1193,1195,1219 Comunidad de Marcos; lectores, contexto -fecha de la: cf. Ultima Cena gos: 1063, 1076s, 1083, 1 136, 1150, 1260
Biografia: 88-92 vital, etc. de Marcos: 31, 41-58, 85, 92s, Cuatro: 575 -incomprensión de los discípulos: cf. In-
Blasfemia: 245s,324,387, 533, 617, I 161s, 95s, 99, I 03- I 06, 1 55, 192-194, 201, 203, Cuatro mil: 575,581-583, 592,602 comprensión de Jesús por los discípulos
117t,1212, t230,1305 213, 246, 256s, 265s, 294, 302, 318, 324- y por otros
--€ontra el Espíritu Santo: 323s, 590 326, 327 , 330, 344, 349, 355-357, 364s, David, descendencia davídica, imagen daví- -instrucción privada a los discípulos: 105,
Boanerges: 298, 303s 374, 376-378, 384-389, 405-407, 426, dica, rey davídic o: 54, 269-27 6, 433, 47 2, 329, 343s, 370, 471, 482, 522, 534s,
Bondad de Dios y de Jesús: 827s,832-836 439, 45t-453, 490, 494, 500-503, 506, 477, 888, 891, 896s, 9l l, 930, 945, 972- 596, 727, 7 51, 763, 769, 77 l, 8l l, 816,
Brujería: 3 19, 501 ; cf. Magia 528s, 535, 538, 566, 598s, 618, 676, 7 16, 978, 986, lllT, 1120, 1122, l25t, 1277 899,995, 1000, 1003s
Burlas: I 205- I 208, 1210-1214, 1218, 1224, 721, 723, 728, 733, 7 57 , 763,'179s, 786, Decálogo (Diez mandamientos): 502, 506, -lectores de Marcos, identificados con los
1229,1231s, l3l2 796, 837, 845, 856, 902, 907, 909, 914s, 5 I 8, 532, 537, 574,773,803,828,832- discípulos: 108, 497, 501, 60ls
Burro: cf. Asno 921, 949, 961, 97 0, 990, 995, 998s, I 0 I 1 s, 835, 962s, 967,1171 -recriminados por Jesús: 346,353, 522,
f013, 1017, 10t9, 1022, 1031, 1033, Decápolis: 391, 397, 547 -549, 554, 557, 577 s34,538,593, 600
Cafamaún: I 9 l, 202, 223 s, 282, 507 1044, 1052, 1055, 1059, 1085, 1092, Demonios, poderes demoníacos: 98s, l0l, -restauración del discipulado: lll9, ll80s
Caifás: 1153s, 1298 1 1 20, 1 1 34s, 1 1 50, 1 1 78, 11 8 1, 1 1 96, 168s, 203, 206, 210, 219-221, 225, 23t, -tema añadido en escenas de Marcos: 254,
Calígula: 995, 1023 1204, 1232, 1255, 1263, 1302 233, 285s, 29t-295, 305, 307, 309, 316, 282, 3 17, 390, 417, 420, 437, 439
Camino de Jesús, de Dios y de los discí- Concordancias menores (entre Mt y Lc): 324, 349,355s, 387-389, 394s,398, 402- -unidos a Jesús, mediadores de su poder,
pulos: 87, 94, 149s, 152, 156-158, 267s, 67 s, 340, 723, 7 55, 966s, I I 63 407. 468. 545, 552,555-557, 559, 562, partícipes de su sufrimiento, etc.: 269,
I 36ó Indice temático lndit'e lcntilit't¡ I 367

27 4, 282, 300, 441, 45 t, 469, 47 l, 482- Enemigos de Jesús, humanos y demonía- Espíritu, el (= Esp'r'tu Santo): 145, 161s, Farisctrs: -¡4s. 231. 250-253, 255-259,262-
489, 5 t6, 573, 577, 582, 676, 698, 702s, cos: 98, 233,285-287, 405-407, 600, 166-173, 177, l8ls, 199, 2ll, 214, 223, 264. 268. 272-274, 2'17 -286, 294, 318,
712s, 732, 745, 754, 756, 85ó, 863s, 753s, 76'7, 813, 877s, 912, 935, 938, 261, 266, 323s, 472, 557, 972, 1016, 1 127 506. 5 I I -525, 527-530, 535, 545, 557,
864-867, 872, 909, 96t, 1012, t046, 947 ,982, t0ll Espíritus: ll27,ll37 567, 583-585, 588-590, 592, 595-599,
1057s,1083,1090 Enfermedad -impuros: 203,210,391, 400s, 402, 449, 603s, 607 -614, 802, 813-81 5, 902, 920,
Discurso directo e indirecto: 94, 197,252, -espiritual: 253 513, 541, 548; cf. Demonios 945-947 ,951 , 127 I, 1297
307,4t6,444,595 -y demonios: 219, 231, 294 Esquema literario: 85-88 Fe: 106, I 88s, 243, 381, 388, 414-418, 421,
Divinidad y cuasi-divinidad de Jesús: 194, -y pecado: cf. Pecado Estar con Jesús: 302, 317 ,384, 406, 577 424-426, 438-440, 445, 468, 5 0, 549s, 1

246, 258, 289, 301, 304, 386-389, 407, Enseñanza, Jesús como maestro, etc.: 98, Ester: 460, 466 753, 758-762, 795, 880, 903, 906, 913s,
490, 492, 496, 502s,505s, 5 I 0 200, 203, 206, 21 4, 233, 262, 266, 334, Estilo de Marcos: 83, 89s, 107,222,351 12t3, t263,1267
Doble: cf. Expresiones/afirmaciones dobles 380, 428, 446, 449, 472, 482-485, s09, Estrellas: 1040,1042 Fidelidad: cf. Fe
Doble negación: 310, 316, 321,401,727, 526, 581, 595, 598, 612, 690, 697 s, 7 02, Eucaristía: 105,244. 469, 476-480, 488- Fiestas: cf. Banquete
888, 939, 944,967 , 1250 714,768,772,786,8l l, 813, 832s, 883, 490, 506, 572s, 582, 592, 597s Filiación divina: cf. Hijo de Dios
Dobletes: 39, 62-64, 288, 399, 570, 576, 913,944,975, il50 Eusebio: 36s Flavio Josefo: 1146, 1290
581, 752, 781, 822, I 130, I 157s, I 174, Entrega Qnradidonai) de Juan Bautista, de Euthj's: cf . <lnmediatamente> Forasteros: ll79
lL82,1205,1218,1306s Jesús y de los discípulos: 691,739s,744s, Eva 412; cf. Adán (y Eva) Fuentes premarc anas'. 7 9-82, 682s, 695,'7'7 l,
Doce 764-768, 853-856, 1017, r038, 1086, Evangélica, Marcos como obra: 45, 91s 884,994s, 1000, 1035, 1064-1066, 1096,
-los Doce (grupo íntimo de discípulos de Je- 1092s, 1096s, 1124, 1129, l l38s, l lzl4 Evangelio secreto de Marcos'. 68-72,872, 1t30, t47, 1177, r2t8, 1223, 1250; cf .
sús): 29ós, 299-302, 343, 406, 446, 450, Entronización: 859, 864s, 867 I 303 Secciones introductorias al comentario en
45 l, 485s, 489, 505, 582, 599s Envío de los discípulos: 87, l9l, 194,196, Exhortación: cf. Parenesis cada uno de los pasajes
-significado del número: 419, 475, 480s, 200, 255, 299-302, 441, 449 ; cf. Vocación Éxodo, tipología del: 160, 200,322,399, Fuera, los de (oatsiders): 325-328,340,343-
490,602s Epifanía: 288, 494,499-50 l, 504, 583 444, 449,450s, 474s, 480s, 487-492, 349, 358, 366,37 1,438, 590, 599s, 615
Doctrina de Jesús: cf. Enseñanza Escamas, enfermedad de:. 226, 229-232, 497 , 501-503, 505s, 509, 562, 567-570, Futuro, imperativo como futuro: 773
Dolores de parto del mesías y tiempo futu- r075, l 082 581, 592, 594, 598, 601; cf. también
ro: l0l ls, 1026, 1030, 1043; cf. Tribula- Escatología: 1009s Moisés, Tipología mosaica, Sinaí Galilea, galileos: 144, 185, 187,194,197,
ción escatológica -apocaliptica: 96s, 146, I 58, 170, 177 s, 189, - éxodo y el nuevo éxodo, tradiciones del: 207,222,225, 449, 464, 487, 524, 540,
Dominio de Dios: cf. Reinado de Dios 211,220s,260s,266,283, 3 l l s, 3 1 8, 335, 684,704,755s, ll04 60'1,6t2,689, 893, 1174, 1180, 1233,
Dormir: 386,416s, 428-430; cf. Sueño 352,355,366s,370, 374s, 385, 404, 410, Exorcismos: 98s, 168s, 200s, 206s, 2ll, 1247, t253,1265s
Dualismo: 210, 366, 378, 438 415,483,525s,535,539 219, 229-231, 233, 244, 292, 294, 302, -fariseos en: 607,612s
Dureza de corazón: 279,284s,348s, 497, -aspecto escatológico de los textos de Mar- 309, 3 1 9, 322-324, 327 , 334, 384, 387s, -Mar de: 194, 197,398, 500, 507s,554,597
504s,567,598, 600 cos: passim 39l, 393s, 399-401, 402, 416, 429s, 437 , Gar (<por>), cláusulas: \97, 208, 254, 263,
Dynasthai (ser capaz de): 98,230,321 ,356, --expectación de los fariseos: 259 449, 453,509, 545, 549, 552,555-558, 292,306,360, 398, 482, 498, 504
37 t ,393, s72 --expectación en Marcos: 96s, 375s, 585; 561-563, 565, 590, 617, 678, 694, 697, Gehenna: 791, 797s, 1237
cf. Escatología apocalíptica 703, 746-751, 7 53-756,761s, 767s, 783- Generación, (esta)) o <aquella>: 452,567,
Edad futura: 686,842,849; cf. Tiempo final -inminente: 1013, 1056s 787, 797, 877, 899, 9 12, 97 8, 1232, 1295; 586s, 590-592, 708s, 721, 748, 755s,
Edén,jardín del: 167s, 180, 374, 730s, 815; -realízada: 7 | l, 77 9, 787, 850s, 960s cf. Demonios, poderes demoníacos 760s,1049
cf. Paraiso, vuelta al -y sabiduría secular: 718,772s Expiación: 706, 861s, 869, I 103-l 105, I I I l- Género: 88-94, 143
Editor, Marcos como: 82-85 -y tiempo final: l0l ls, l0l5s il13 Genesaret: 491, 507-5 l0
Elección: cf. Determinismo Esclavos, esclavitud: 773, 860, 869s Expresiones/afirmaciones dobles: 215, 217, Genitivo absoluto: 473, 577
Elegido, electo: 727, 733, 784, 925, 932, Escribas: 209, 233, 238, 240s, 249, 251, 222, 310, 37 l, 379, 47 l, 4'14s, 510, 558, Gentiles: 34-36, 207, 240, 247, 257, 266,
t027, 1031, 1034-1039, 1046, 1049, 255s, 259, 307, 317 -320, 324, 409, 438, 595, 723, 749, 822, 893, 941, 1034s, 270s, 293s, 328, 368-370, 377s, 384s,
106t, ll37 51ls, 514, 519-524, 607, 612-614, 692, 1120, 1147, ll57s, 1167, 1179, 1239, 392-394. 398, 401, 406s, 420, 433, 436,
Elías: 150, 160, 167s, 182,193, 196, 198s, 7s3, 7s6, 8s4, 884, 902, 908, 912, 919, 1250 439, 445, 494, 508, 516, s2s, 532, 535s,
463, 46s, 474, 483, 494, 542, 547, 699, 926, 961s, 966-974, 979-985, 987s, 992, 540-s53. 557, 5s9, s63-566, 572-578,
7 23-7 25, 7 29-7 38, 7 40-7 45, 1228 1077, 1082, 1086, ll29s, 1164, 1205, Falso profeta: cf. Profeta 583, 608, 625, 630,897s, 90 l, 912, 932,
Eliseo: 196, 198s, 205, 413, 474,483, 548, 1271,1275 Falsos cristos y profetas: I 04, l4'7, 444, 584, 977,995, 1024, 1043, 1045, ll29s, 1232
t292 -como sacerdotes y levitas: 613 s88 Geografia, conocimiento de lal. 36, 290,
Emparedado, estn¡ctura literaria: I 64, 242, -relación con los fariseos: 612-614 Familia: 17, 835,845, 848s, 91 5, 999, 1020
7 293,391, s54
3t5, 4t9, 446, 46t,893, 906s, 9 I 3, 9 I 8, Escucha: 326, 332-335, 338s, 342s, 357,
-abandono, separación de la: 201, 3 1 8, 325, Gézdrdh ídwdh (razonamiento por analo-
1063s,1079 359s, 360-365, 37 I , 412, 424, 548s,558, 435-439 gía): 901
Emperador romano: 698, 940, 945-950, 563,565,597 -de Jesús: 317 , 324-326,344, 437 Gloria: 624, 864,868, 1045
n92 Escupir:555-558,56ls
-nueva: 325s, 414,426 Gnósticos, gnosticismo: 38, 172
<En aquellos días>: I 44, I 75, 566,57 I ,576s Esenios: 607 Faraón: 284, 322, 348, 399, 404, 407, 463, Gricgo, lengua griega: 33,541
Encíclica, Marcos como: 42-45 Espíritu humano: 239 497,505 (iriegos: 541,544
I 3óB Indice temático Indfu'e lennitit o t-169

Guerra judía: 52-55, 146, 157,264,270, Hipotaxis: 242, 630, 933, 955 526, 538, 559,564,581s, 595-602, 604, -solcck¡tl ctt cl lcl:tlo tlc la l'usit'rn: l(Xtll,
349, 490, 50r, 513, s2s, ssz, 592, 603, Historias declarativas (apotegmas): 223, 234, 615, 694,728, 736, 767s, 775-778, 821, I t2 t. I t..t I. I l]7. t204. 1214. 1224.

607, 698, 701, 7 14, 7 45, 849, 855, 88 l, 435, 589 824, 845,863, 879, 1076s, 1 1 16, l l23 1227s. 1244
897 , 901, 910-912, 927 , 935s, 940, 949, Historicidad de las narraciones marcanas: Increencia: 388, 434, 438-440, 486 Jesús histórico: cf. Jesirs de Nazaret
977, 997, 1007, 101 l, t018, 1023, 1029, 77, 82-85, 145, 168, 188, 253s, 265, Iniciativa de Jesús: I 98, 326, 398, 403, 425, Jesús, hijo de Ananías: 919, 1002, I lóti,
1034, 1036s, 1046, 1055, 1071, 1139, 269s, 280, 295-299, 312, 317 , 321, 385, 491, 498-s00, 578 1184, lt93
<lnmediatamente>> (Eut hys): I 7 0, 197, 203, Jonás: 380-382, 384-386
1 1 50, 1 1 68, 1 1 8 1 , 11 86s, 1 l9l s, 1 1 96, 399, 4ts, 43s, 4s9, 464, 467, 485, 492,
1204, 1222, 1232, 1278s, 1295 508, 516, 527, 535, 546, 549s, 596, 207, 214s,460, 887, I 190 Jordán, río: 1026, 1031, 1037
Guerra santa: I 99s, 2 I l, 213,264, 277, 394, 615s,622,629 lnmersión: 515; cf. Bautismo José de Arimatea: 1234-1244
404, 525, 675, 698, 76 l, 855s, 880, 887, Hombre divino, Jesús como: 103 -de camas: 515s Josué: 472,490, 585, 87 I , 878, 880
897, I I l3; cf. Militar, imaginería Hombre, hombres: 272,481; cf. Seres hu- -de utensilios: 5 l3-5 ló Juan Bautista: 144, 149-153, 155-169, 175s,
Guerrero de Dios: 675,857,871 manos lnminencia: cf. Tiempo final 184, 189, 225, 259, 263, 453, 455, 461,
-sentido genérico de: 619 Instrucción privada: cf. Discípulos, disci- 463-471, 482-484,515, 548, 604, 607,
Hallel: 890, 1114, l1l7 Hora: 1019, 1124, 1133-1137 pulado 699,739s,744,917 ,919-924, 1017 , 1228
Hambre:571,581 Hosanna: 890,896s Intercalación: cf. Emparedado, estructura -paralelos con Jesús: 144, 1 56s, 465s, 47 0
Hanukkah:890, 1l14 Hospitalidad: 780-782 literaria Juan Marcos: 32-40, l30l-1303
Hebreo, hebraísmos: 557, 930, 939, 1014, Hoti (<que>>) Interrogatorio de cristianos: cf. Tribulación, Juan, evangelio de: 74-7 6, 482, 507
1048, 1216; cf. también Arameo, arameís- -€omo pronombre relativo: 382 Juicio de cristianos coincidencia (léxica) con Marcos: 1075
mos; Semitismos -recitativo, en citas directas:307 ,416,427 , Ira de Jesús: 227,231,284 -discordancias con Marcos o los Sinópti-
Helenización 595 Ironía: 285, 429, 462, 467, 526, 872, 1 1 49, cos: 1073, 1306
-de la Decápolis: 397 Huecos en la narración: 70,329,335,354, 1170, ll72, 1178, 1191, 1193, 1206, Juan, hijo de Zebedeo: 195,297 ,303s, 428,
629s,688, ll78s t213 , 1221 , t229, l24t 785,867,879, l30l
-deljudaísmo:95
Herencia: 827 , 832s, 925-927 , 932, 935, Huérfanos: 7 81, 849, 980-982 Isaac, sacrificio de: 1249; cf. 'Aqedah (sa- Judaísmo: cf. también Helenización del ju-
944,946 crificio de Isaac) daísmo
Hermanos y hermanas Identidad de Jesús: 699s Isaías: 675, 686, 698, 880 --conocimiento que Marcos tiene del judaís-
Idolatría: 250, 352, 543, 940, 946-949, lsrael:- passim mo: cf. Judío, carácter judío de Marcos
-como ténninos para los cristianos: 314,
326,848, 1148 l15ó, l168 -nuevo o verdadero: 301 s, 3 I 5, 488, 490, 603 -relación de Marcos y de la comunidad
Ignacio de Antioquia: 77 4 marcana con el judaísmo: 52-55, 203,
-de Jesús: 312-315
Herodes Antipas: 184, 280, 454, 457 -47 1, Ilegitimidad, Jesús acusado de: 434 Jerarquía en el reinado de Dios: 858, 867s 220, 232, 246, 262,266, 524, 552s
595, 597s, 603s, 607 Imperativo como futuro: 773 Jeremías: 1015, 1019 Judas Iscariote: 298s, 304, 724, 796, 853,
Herodes el Grande: 280,454,457 Imperfecto (tiempo verbal): cf. Tiempos Jerusalén: 50s, 53, 57s, 86s, 154, 157, 166, 856, 1 038, 1 063, 1 076, 1 080, 1 085s,
Herodes, familia herodiana, herodianos: 677, verbales 185, 27 1, 290, 293, 307, 3 t9, 368, 523, 1091,1128, ll47s
689, 698, 902, 938s, 944-947 Impersonal, uso de la tercera persona como: 677, 8ss, 872, 878, 881s, 892, 896s, Judeocristianos: 266, 318, 512, 521, 528,
Herodianos: 27 9s, 285, 294, 595, 604, 607 677 906,923,927,935, 976, 1024, 1029, 545,594
, 1082, 1088, 1247 , 1, 1276 Judío, carácter judío de Marcos : 33-36, 96,
Herodías: 456-459, 464-468 -plural impersonal: 203, 216, 237, 314, 1037 127

Higuera: 893, 898s, 902, 907, 1043, 1047, 396, 4s4, 472, 508, 554, 573, 819, l 166 - escribas en: 6 13 513s,516
I 053 lmposición de manos: 409, 677 s, 683, 820, -fariseos en:607,612 Juicio escatológico: 452,59 l-593, 603,621,
Hijo de David: 54, 274, 463,871s, 877, 823,826, 1t42, |49 -iglesia en: 32, 48, 5l ,53, 55-58, I 02s, I 95, 625, 695, 708, 718, 791, 795, 800, 842s,
881, 891, 973-978, lll9, 1213; cf. Da- lmpotencia humana: 7 55-7 5'7, 7 60 297,303,317 908, 926, 932, 980-984, 987-989, I 00 I ,
vid, descendencia de, imagen Impureza: 205, 210s, 227, 23t-233, 250- -nueva: 603 1003, 1005-1009, 1015, 1029, 1043,
Hijo de Dios: 54, 103s, 148, 173,221,294s, 253, 255-258, 391, 398, 40t, 410-413, Jesús de Nazaret 1047, lL26, 1134, il38, n49, 1152,
1 I 55, 1 I 70s, 1225, 1230
315, 407, 616s, 624, 733s, 891, 978, 420-425, 445, 512, 5 l 5s, 5 l 9-52 1, 525, -como revolucionario: I 149s, 1 196
1050, 1139, 1157s, 1161s, 1169s, 1185, 529s, 533-536, 541, 545-548, 556, 562, -*omparable con Dios: 653, 757, 782, Juicios contra los cristianos: I I 72s, I 1 78s
1194, 1219, 1222, 1225, 1232, 1284, 566, 608 834s,1046,1056, ll6ls Justo sufriente: cf. Salmos deljusto sufriente
1288, t292,1306 lmpuros. espíritus: cf. Espíritus -distinto de Dios: 860, 867, 1046, 1050s, Justo, pueblo justo, justicia: 253, 257 s
Hijo de Hombre : 103s, 246s, 27 5s, 304, 3 12, Inclinación mala o perversa: 352, 537 ,594, lt34
324, 6t9-625, 69t, 702, 708, 720, 736- 598s, 604 -falibilidad o conocimiento incompleto de: Ky'rlos (Señor): 888, 895,926; cf. Señor
739, 743, 767, 857, 861, 864, 869, 973, Inclusión: 144, 154, 244, 446, 546, 597, 10, 721, 993s, 1009, 1034, 1046, 1049,
7

1040s, 1045-1049, 1055, 1062, 1129, 630; cf. Marco nanativo 1 05 1, 1 056, 1 060, 1 r 34 Lagunas narrativas: cf. Huecos en la narra-
ll38s, 1152, 1160-1163, I 171, 1306 Incógnito, divinidades, héroes, etc. de:774, -Jesús histórico: 785, 810, 892, 895, 900, ción
Hillel:725,802,8ll 782 955,974,977, 993, 1001, 1018, 1023, Latinisrnos: 49s, 940, 987, I 188
Hina (<<a fin de que>): 340-342,359,363, Incomprensión de Jesús por parte de los dis- 1 043, 1 057, 1,102, 1314 Lavatorio de manos: 34, 512-514, 516, 520,
409,421 cípulos y otros: 105, 318, 345, 413,441, -pasividad de: 856s, I 146 522-524, 528, 532, 536, 607 ,609-6 I I
Hipócritas, hipocresía: 511, 526, 595, 604 482, 486s, 489, 496, 499, 503, 505, 522, -¿poseído?:1226 Lectores (y oyentes) de Marcos: 4 I -58, 5 I 4
I 370 Ind¡ce Íemático Indice Íentátitt¡ t37 I

Lenguaje inclusivo: 705 Marcos, el nombre: 3l Muchedumbre: 291-294, 331, 333s, 422, Padre. Jesús y Dios como: 822, 835, 850
Lepra: cf. Enfermedad de escamas Marcos: cf. Juan, Juan Marcos 425,469,485, 487s, 491, s08, 523,533, Padrenuestro: 906, 1 123, 1 126, l l34
Levadura: 567, 58 , 593s, 597-60 1 , 603s
1 --€structura del evangelio de Marcos: ó74, 552, 577, 7 12, 7 50, 76 l, 8 I 3, 926s, 93 l, Padres
Leví: 248s, 255,298 727 ,996, 1063s 938, 978, 1071, 1 140, 1187, l l94s -honrar a los: 518s,527
Leviatán: 480 Marcos/Q, solapamientos: cf. Q Muchos, los: 862s, 869,922, 1104 -piden curación para los hijos: 42 I , 548
Levitas: 249,979s,983 María, madre de Jesús: 3 15, 433s Mudez'. 421,556-566 Paganos: cf. Gentiles
Ley casuística: cf. Torá Mártires: 1132, 1170, l l8l, 1193, 1266 Muerte Palabra: 201, 237, 242, 351, 354s, 357, 359,
Ley del talión: 710.'797.936 Martirio, teología del: 388, 456,462,469s, -de Jesús: 100, 265, 294s,428,453,461, 364, 369,374,378, 453, 465, 525-528,
Ley mosaica: cf. Ley judia (Torá) 492 616s,621s 530, 545, 555, 558
Ley, cristianismo judío observante de la: Masá y Meribá: 567, 586, 590s
-pena de: 278,287 , 527 , l16l, I | 64, I 304s Palabras de Jesús: 1050, 1055
cf. Judeocristianos Matzah, ma;;ót: cf . Pan ácimo l,
-triunfo de Jesús sobre la: 287,409,419, Palabras gancho o clave: 7 69, 77 795
Ley judía (Torá): 33-36, 100, 102, 105s, Médico: 412,422s 422,427-430, s03-50s Pan 271, 274, 474, 476, 480,485-490,
l 58, 21 6, 220, 228, 23t-233, 23s, 2s6, -Dios y Jesús como médicos: 253,257 Mujeres: 215, 423, 468, 544-547 , 551 502, 505, 512, 522, 536, 545, 567, 5'72,
267 , 272, 309, 3 I 8, 319, 424, 465, 472, Medida escatológica: 368, 375s Murmuración, tradiciones de murmuración: s8l, s87, 594,59'1-599
485, 487 ,490, 506, 517 , 521, 525, 534- Menstruación: 41 0-41 3, 420, 424 581, s83,587 -un pan: 593,597,599
s36, s39, 552, 57 4, 599, 609, 6t3, 632, Mesa, comunidad de: 25 I s, 255-257 , 609 Papías: 33, 36-40,47
814, 832-834, 837, 839, 954, 961, 963s, Mesías, mesianismo: 146, 148,205, 274- Naciones: cf. Gentiles Parábolas: 79s, 263, 265, 320, 327 -332, 339,
966-969,1050,1298s; 276, 29s, 368, 373, 38 I, 389, 393, 404, Narración: cf. Tumba vacía, Marco narrati- 345, 351, 353s, 358-360, 371,521,529,
Líbano: 554 432, 440, 463, 472, 477, 480, 523, s42, vo, Huecos en la narración 53 I -534, 922s, 988, I 263
Líderes: cf. Dirigentes 585, 6 I 6s, 620-622,624,684s,698, 700-
-retomar la narración: 241, 290s, 299, 37 | -de contraste: 369s
--en el gobiemo de Herodes Antipas: 459, 03, 7 13, 721, 726, 732s, 37 s, 42-7 44,
7 7 7
-retraso narrativo: 220s, 284, 391, 421 s, 468 -explicación o interpretación de las: 345,
465,468 '763,767,855, 877, 881, 887-892, 895, Nazareno: 204 521,529,531, 933, 936, 1047, 1054s,
Limpieza, limpiar: cf. Pureza 898, 910-912, 917, 930, 946, 972-978, Nazireo: 204 I057s
Liturgia, función de Marcos en la 92-74 1005-1009, l0ll, 1033, 1036s, 1061, Negación: -teoría de las parábolas: 345-350, 350, 363,
Locura: 306s, 3 I 7s, 325, 556 1070, 1078, 1091, 1098, 1104, lll3, -de Jesús: 715, I 173, I 178 438
Lot, esposa de: 793, 1029s lll9s, 1122, 1152, 1155, ll57-1160, -de uno mismo: 7l 5, 838 Paraíso, vuelta al: 806, 815; cf. Edén
Luna: 1040, 1042s 1169, 1172, ll8l, ll9ls, 1204, 1208, -dialéctica:775 Paralelismo bíblico: 150, 187, 239, 347, 619
l2l3s, 1232, 1251, 1277-1280, 1286s, Nerón: 47-49,456 Parataxis: 107, 184, 242, 630, 933, 945, 955,
Maesho: cf, Enseñanza, Jesús como maestro l29l; cf. Secreto mesiánico Niño, niños: 773s, 780s, 789,822,83 l, 846 957
Magia, magos: 204, 211, 220, 319, 394, Miedo: 388, 396, 405s, 414, 417,420, 426,
-abandono de: 781 Parenesis:1029
402, 412s, 41 8, 455, 494, 496, 50 1, 555- 503-505; cf. Temor Niveles, narración en dos: 3M,426,536,617 Pares'. 443,449
558,561,566,6t6 Milagros, historias de: 67 3, 684, 7 00, 7 49, Nombre, nombrar, renombrar: 204, 211, Parodia: cf. Burlas
l
Malentendidos: cf. Incomprensión de los 763, 875, 879, 1036, 1280 297 , 301 , 303, 394, 402s, 450 Parusía, tardanza de la: 7l I
:)l
discípulos y otros -interpretación racionalista: 417, 479, 493 Nombre de Dios: 323,496,503 Pasado usado como futuro: 1028
Maná: 441, 450, 473s, 480, 487 , 490, 502, Militar, imágenes militares: 154, 157,200, Nombre de Jesús: 780, 783s, 788, 1 005, l 0l 0 Pascua: 474s, 488, 50 I s, 574, 582, 594, 598,
506, 567 , 57 I , 578,582s, 590, 592 222, 224s, 403s, 7 04s, 7 l3s, 8 I 3 ; cf. Gue- Nube: 725s, 732, 1041, 1045, I l6l, 1290s 602s, 890, 1059, 1072, 1080-1082, 1087,
Mandamientos, diez: cf. Decálogo rra santa Números, simbolismo numérico, numerolo- 1091, 1095, 1098, l l0t-1 103, l l05-l l l l,
,i Mano:764,790, 798s; cf. también Imposi- Minor agreeme¡¿ls: cf. Concordancias me- gia:474s,480s, 485, 490, 583, 596,602s lll4, lll7, 1164, 1200, 12t5, t225,
ción de manos nores 1235,1304s
-derecha: 859, I 159s, 1252 Misná: 1304s Ojo: 677, 683, 686, 792, 798s -amnistía pascual: I 184, I 188, I 194
-izquierda: 859 Misterio del reino de Dios: cf. Reino de Dios
l
-malo: 533 -cordero pascual: 1087
Mar'. 254,288, 333, 387,389, 475, 493- Moisés, tipología mosaica: 160, 240, 300s, Oración del Señor: cf. Padrenuestro Pasión, relato de la: 883
496,501s,506 399, 413, 424, 441, 472, 485, 487 , 490, Oración: 244, 498,500, 751, 762s,903, -predicciones de la pasión: 674s,689-692,
'
-asociado con la muerte: 500,503 492, 494, 500-503, 506, 534, 559, 574, 90ó, 914s, 982,984, ll33 694-697, 70t, 77 5, 85 l-855, 1012, I 086
-asociado con tribulación escatológica: 50 I 583, 585, 588-592, 602, 722s, 728-733,
-de intercesión: 421 Pasividad de Jesús: cf. Jesús de Nazaret
--como poder demoníaco: 212, 385s,480 735, 739s, 7 46, 7 53s, 7 56, 772, 803, 809, Orales, tradiciones: 42s Pasivo demoníaco: 392, 401
I

rl -:cn)zar el:482,501s,508, 567, 570, 588, 813, 880, 954s, 1015, 1019, 1033-1037, Oscuridad: 1134, 1144, 1215, 1224-1227 , Pasivo divino: 227, 230, 237s, 247, 339,
592 1098, 1ll1-lll3, 12t5, t284, 1288s, 1233,1250s 364, 392, 432, 456, 562, 586, 588,
-Mar de los Juncos (Mar Rojo): 501,581, 1292; cf . Profeta: como Moisés Ovejas, pastores : 472, 47 5, 47 7, 485 -490 630,797,860, 1008, 1012, 1038, 1r29,
s90 Moneda: 899, 941,946s, 987s, 107'1, 1104, I t55
-Mar de Galilea: cf. Galilea lll3 Pablo: 32s, 37,42,55,99-102, 105. 187. Pastor: cf. Ovejas, pastores
-rescatados del: 379s, 384, 499, 502 Montaña: 299s, 492, 498, 500-502, 506 195s, 340, 352, 367, 442, 529, 53 l, 535. Patriarcas (Abrahán, Isaac y Jacob): 832,
.: Marco narrativo: 770, 885, 918s, 945, 1035, Monte de los Olivos: 883, 887, 893, 903, 542,553 952. 959s
1039 999, 1003, l l l5, l l l7s, ll3l, 1220 Paz: 4 I 5s, 426s,793, 80 1 , 8 1 8
,I
-influencia en Marcos: 804. I 0I 8s. I 22tt
I 372 indice temático Indice temátiu¡ 1373

Pecado Presencia de Jesús: 105, 169, 264s,327, Recompensa(s): cf. Retribución Rezo: cf. Plegaria
506, 509 Redacción, crítica de la: 82-85 Rhosis barbarik¿ (conservación del lenguaje
-e impureza: 250s
-que no puede perdonarse:322-324 Presente (tiempo verbal): cf. Tiempos ver- Redención: 8óls, 869, 881, 921 original en las historias de milagros): 418,
-y enfermedad: 244, 247, 253 bales Regio / real, simbolismo: 154, 173, 209, 430, 557s, 561
Pecadores: 250s, 253, 255-257 , 283, 607- Presente histórico: 107, 179, 420, 46 l, 501, 268,27s,309,374 Ricos: cf. Riqueza
609, 625, l l29s, 1 134, 1 138 551 Reinado / reino de Dios: 147, 183, 185-188, Riqueza: 830s, 836, 839-847, 850, 854,
Peces: 47 4, 476-481, 487 -489, 573, 582 Probar (poner a prueba): I 80- I 84, 469, 552, 190, 209, 242, 247, 264, 287, 321, 327, 862, 886, 986-992, 1235s, 1242, 1297
Pedro: 36-40, 42, 47 , 194, 215, 217s,220, 557, 567, 570, 578,586s, 590s, 602; cf. 331, 336-338, 357, 364, 367-369, 37 I, Roma: 37,48-51
237, 297,299, 302-304, 318, 426, 428, Tentación 373-378,383, 389s, 404,428, 468, 582, Ropa, ropaje: cf. Vestimenta
534, 604, 673, 694-696, 700-704, 72s, Profecías incumplidas: 998 673-67 5,7 09s, 721, 77 5, 778s, 7 87, 796, Rufo: 41, 44, 50
727, 734, 777, 877, 913, 999, t012, Profeta, profetas, autoridad profética, etc. : 820s, 825, 83 I, 838, 840, 843s, 849, 858,
lll9s, ll26s, 1136, ll53s, 1166, ll77- l 99. 389. 452,467 , 529 868, 887, 893, 90s, 914,917,945,961, Sábado: 209, 216s, 220, 260, 268, 27 I -27 9,
lt8t, 1247, 1253,1266, l30l -falsos profetas: 919, l0l I, 1033-1037, 1046 966, 971, 977, 982, 1057, 1089, 1108, 282-285, 604, 609, 623, 677 ,722. t234.
Pela / Pella: 55, 1025, 1029 -Jesús como profeta: 435, 439, 455,463, lll3, 1150, n69, t2t3, t227, 1232, t240,1249, t271,1305
Pena de muerte: cf. Muerte, pena de 490, 699, 985, 989, 1148, ll50s, 1172, 1236, l24t Sabiduría: 266, 432, 437s, 502, 59tl
Percepción: cf. Ver I180 -entrada en el: 82 I , 826,846 Sacerdotal, Mesías sacerdotal y aspectos
Perdón de los pecados: 145,159,164-167, -perfecto profético: cf. Pasado usado como -misterio del: 289, 327, 33 l, 335-340, 345, sacerdotales de Jesús: 205
237 -241, 242-247, 323, 347 s, 906, 9 I 5s futuro 366, 37 6, 452, 589, 673, 7 67, 787, 8t3, Sacerdotes: 231, 233, 238, 515, 5 19, 609;
Perfecto (tiempo verbal): cf. Tiempos ver- -profetas de signos: cf. Signos 839, 844, 87 9, I 179, 123 t, 1254, t303 cf. Sumo sacerdote; Sumos sacerdotes
bales -rechazo y asesinato de profetas: 705,921s, Reino de Satan: 309, 320-322,325,327,367 -escribas como sacerdotes: 613
Perfume: 1075s, 1082, 1084 927,934 Repeticiones: 2ll ,222, 227 ,229s,233,238, -relación con reglas fariseas de pureza: 608-
Perros: 536, 542-545, 548-55 I -un profeta como Moisés: 585,'726,732, 241, 254, 290-292, 334, 37 I , 383s, 399, 6t2
Persecución de los cristianos y de la comuni- 1033s, 1035s 403, 466, 484, 509s, 576; cf. Dobletes Saduceos: 514, 595,607, 918, 920,950,
dad de Marcos: 4547 , 106,193,271,280, Projimo: 964 Reprensión (en los exorcismos, elc.):212, 9s5, 960, t27 t, 1297 -1300, l30s
290, 3 l 8, 327 , 349, 3s6, 364, 385, 387, Pronombre personal (redundante, enfáti- 380, 387-389 Saliva: 677, 679,684
40s,4s3, 492, sOt, s04, 699,7t7,732, co):690,814,841 Reproches: 682, 690, 694-696, 702s, 7 50, Salmos del justo sufriente: 701s, 738,
745, 781, 796, 838, 842, 850, 862, 915, Prosélitos del judaísmo 761, 819s, 824,841,877 1068, 1094, 1099, 1122, n32, 1t67,
921,934, 937, 961, 1014, 1021, 1055, -<<acercamiento> de los: 572 Requisa: 888 1226-1229,1233
t07 I, t092, I t35, I 179, lLqt, t255, 1263 -bautismo de: 165 Rescate: cf. Redención Salomé: 457-460, 468s
Personajes anónimos : cf. Anonimidad Prueba: cf. Tentación Resto:1032, ll19 Salomón: 877,881, 891,896, 1295
Perspicacia sobrenatural: 875, 878 Publicanos: 249s,254-256, 60'7 , 610 Resurrección : 232, 386, 4 | 6-419, 428-43 l, Salvación: 410, 414s, 418-422, 424-426,
-de Jesús: 780, 829, 836, 846, 894, 947, <Pueblo de la tierra>: 250, 253, 513 455 509, t022, t032, t034
988, l09l ; cf. también Clarividencia Puerta: 1 048, 1 055, 057- 060 1 1 -apariciones: 194, 492, 503s, 1247, 1263, -historia de la: 440, 550-553
Pescadores, pesca: 194- 196, 199s,222, 255 Punto de vista: 501 1265,1293 Samaritanos: 595
Plegaria: cf. Oración Pureza: 205, 230, 232, 252, 258, 525, 529s, -de Jesús: 219,243,247, 406, 419, 443, Sándwich, estructura de: cf. Emparedado
Pobres, pobreza: 827, 830, 837, 846,982, 533-536, 538s, 547, 609-ól I 446, 453, 503, 562,578, 616s, 621s, Sanedrín: 1014, 1018, 1152-1154, 1162,
991 ó87s, 693, 729, 736, 740-i42, 76l-763, fl7ls, 1182, 1235, 1239, 1243, 1271,
Poder, poderes: 675s, 758, 1040, 1043-1045, Q:72-74,145, 150, 163s, 176, lSls, 250, 857, 863, 93t,937,gss,960, 978, 1008, 1274s,1304-1308
1053, I 160 3 1 2, 3 I 5s, 322,329,340, 359s, 365,369- 1il5, ll!7,1151, t243 Sangre, sangrar: 410-412, 422s
Polémica: 100s, 173, 241,307,309, 455, 37 l,
446-449, 575, 587s, 589, 63 1 -curación como resurección: 761 Santiago, hermano de Jesús: 318
5l3-5t7 , 522-525, 599, 603,609, 624 Quiasmo, estructura quiástica: 242,316,321, -de los muerlos (resunección general): 730, Santiago, hijo de Zebedeo: 195,297 ,303s,
Poncio Pilato: 1069, 1 154, 1 182s, l l90-1 197, 328,498, s10, 561, 577, s89,631, 683, 735s, 743, 764, 791, 841, 951-956, 958- 428,867 , 879
1202, l24ls 7 13, 727, 778s, 841, 955, 976 961, 1000, 1023, 1073, 111s, \1s1, 1297 Santo, santidad: 205, 2ll, 257, 284, 513,
Posesión demoníaca: cf. Exorcismo Retribución: 7 88, 796, 844 608s,616
Positivo por comparativo: 789, 840, 1096 Rabi, rabbouni: 725, 874, 913, I 142, I 148s Revolucionarios, judíos: cf. Rebeldes ju- Satán, Satanás: 98, 143, 147, 168, 180-
Pospascuales, realidades, anticipadas por las Racionalización: 417, 478s, 493, 549; cf. díos, Guerra judía 183, r87, 189, 200, 20s, 207, 2t0-2t4,
historias de Marcos: 105, 169, 185,232, Milagros, interpretación racionalista Rey, realeza: 454, 461-466, 468, 472, 620, 233, 286, 295, 305,307s, 310s, 322-
243s, 294, 302s, 385, 405s, 443, 450-453, Raíz'.352,356,364 680, 684s, 721, 860s, 868, 877, 896, 324, 326s, 352, 356, 364, 387, 392s,
516, 535, 559, 561, s6s,s73,s82, 6t7 Rebeldes judíos: 52-55, 147 , 157 , 199-201, 910,977,979, 1018, ll59s, l l90s, 1205, 396, 401-403, 405, 438, 542, 5s8, 562,
Pregunta retórica: 206,260,269, 576, 581 , 2t3, 247, 257, 277, 373, 490, 525, 566, 1207s, 1210-1214, 1227, 1231, 1285s, s87, 590, 604, 673, 687 , 694-696, 702-
59t s92,603,624 1289, t29t 704, 761, 768, 797, 813, 899, 947, 957,
Preguntas de los discipulos a Jesús: 768 Rechazo: cf. Reproches Rey davídico: cf. David 982, l0l 1, t034, 1037, t044, 1114, 1127,
-directas e indirectas: 678 Reclinarse a la mesa: 1074, 1082, 1093s, Rey de los judíos o de Israel: I 184, I I90- I 133, I t36-l 138, 1t87-l 190, 1226, t232,
7I8 I 098 1197 , 1204-t208, t214, t241, t279, 1307 1253, t260,1296
-retóricas:
I 374 Indice temático lndica lcnnitit o

'l'ribt¡s, lits tlicz l. \ /\.


Saúl (primer rey de lsrael): 946,1124,1133, Simón de Cirene: 4l -nuevo velo del Templo: 1218s, 1230 ¡rt'ttlitllts: lll (r(l I

1277 Sinagoga: 202s, 209, 222, 245, 408s, 437, -templo celestial: 934 l
'funrhir v¿rcíir: Lll I lltr
Secretismo: 221, 397, 418, 428-430, 522, 513,980, 1014s, l0l7s Tentación (pelras mos): 813, I 124, I 127, I 137
5ó0s Sinaí, monte: 300, 492, 57 4, 7 22, 75 5, 1287 s Teofanía: 179, 414, 504s Última ('cnl: .lxli. 571
Secreto mesiánico, motivo del: 217,221, Sinécdoque: 889, ll24 Teología de la cruz: 100s,407 Última C'cna y crtrcilixirin, lL'e lrir rlc lrr: I()7.1,

229, 292, 295, 363, 406, 431, 547 , 615- Sinóptico, problema: 59-64 Tercera persona del plural usada como im- 1080s. I lOlt. l2(X), l2.l.l. l.\l)-ls
ó18, 681s, 688, 701, 708, 740-742, 767, Siria: 52-56, 541,554 personal: cf. Impersonal Unidad dc [)ios: cl. ,\7¡,rr,i
89 1, I 1 58, 1170, 122t, t248-1255 Sodoma y Gomorra: 775,793,998, 1030 Terremotos: I 008s, 1012, 1042, lll5 Variantes tcxtu¿rlcs: (r7tls. (rll2s. 717, 750s,
Secta, fariseos como: 607s,610 Sol: 1042s, 1062, 1215, 1225s, 1250s Tiempo, indicaciones temporales en el re-
786, 789s, tt02. 1t07. ltl9. t{2¡1. t{.1(). l'152s.
Seguimiento de Jesús: 7 53, 87 5s, 879 Subordinación de Jesús a Dios: 156, 436, lato: 1065, 1147, 1211, 1224, 1288s
860, 873, 903. 905s, 9 I l{. 94 I. 95 I s. 979.
Semana santa: 1073, l09l 562s Tiempo, reconocer el: 35, 368
985s, 100ó, 1014. 1027. 103.{. 1041.
Semanas, festividad de las: 890, 1114; cf. Suciedad: cf. Impureza Tiempo final, abreviación o inminencia del:
1051, 1057, 1073, lOe-s. I105, I129,
Tabemáculos Sueño: 735, 1057-1062, 1133, ll36; cf. l0l8s,1027s 1l42ss, ll57s. ll(r3. 1174. 1176, lltt5s.
Semitismos: 296, 358, 382, 443, 47 4s, 529, Dormir Tiempos verbales 1198, 1204, I 2 I ó, I 23(r, 1246. 1251 -1267
567 , 57 l-573, 588, 689, 735, 789, 819, Sufrimiento: 675s 3 I 0, 359, 395, 410, 420, 46I, 50I,
-aoristo: Velo del Templo: cf. Tcrnplo
916, 930, 939s, 979,998, 1016, 1034, -del mesías: 702s,705,744s, 1279s 561
Ver, vista, visión: 197, 201,237,256,326,
1077, 1094-1098; cf. Arameísmos, ara- -del siervo sufriente: 675, 701s, 764, 853, -imperfecto: 394s, 461,480, 509, 680s, 330, 342, 358, 365. 409, 4t2, 4t7. 425s,
meo; Hebreo, hebraísmos 857, 869, l0l7s, 1112, l ll5, 1 169, 1171s, nt6, t2t7 428, 440, 492, 498s,526, 595s, ó00, 604,
Sentado, posición de:772,780, 985s, 988, 193, 1 196, t208, 1242, t280
-perfecto: 564,7 11,738, 1253, 1265
1
677-688, 696, 700, 704, 753, 941, 967,
r003, I 162 Sujeto, falta de claridad del: 396, 455, 508, : 179, 501, 564,764,952,1128;
-presente 970, I 0l 0, I I 59, I I 77s, 1213, t229, 1253
Señor: 150-152, 156s, 544; cf. Kyrios 573; cf. Impersonal (uso impersonal de cf. Presente histórico Vergüenza escatológica: 713, 707s, '120.
Septuagentismo: 382 la tercera persona del plural) Título del evangelio: 32
Seres humanos, humanidad (en oposición
lt80
Sú kkót: cf . Tabemáculos Tocar: 52 I Vestimenta, vestido: 444, 873, 880, I 145,
a Dios): 98s, 209s, 359, 453,530, 536- Sumarios: 87, l9l, 207, 217, 235, 288, -danar tocando: 219s,291 , 413, 418, 420- 1151, ll6l, 1171, 1203, l2l0s, l28l-
539, 697 s, 7 03, 7 65, 7 67, 7 86, 8I 6, 834, 441, 509 423, 425,508-5 I I 1293, t3t2
920, 12321' cf. también Acción, humana Sumo sacerdote: 7 02, 979, 984, I I 53s, 1 161,
Tomás, Evangelio de: 76-78 -ruración como efecto de tocar las vestidu-
y divina; Enemigos de Jesús, humanos 1170, 1178, 1230s, 1274, 1297, 1306,
Torá: cf. Leyjudía ras:412s, 508-5 I I
y demoníacos l 308
Tradición, tradiciones: 209,475,5 I l, 5 l4s, Vicios, catálogos de: 536
Servicio, servir: l8l, 215,219 Sumos sacerdotes: 607, 692, 7 02, 854, 902,
sl1, s24-528,530, 539 Vida escatológica: 718
Sexo, diferenciación sexual: 806s, 815 908s, 912, 916, 918s, 926,984, 1082,
Traición: cf. Entrega -vida eterna: 826s, 832s, 838, 842, 84'7,
-cópula:815 1085s, I 129s, 1154, I 164, I l9l, I 194s,
Tres 8s0, 862
-pecado sexual: 460, 466, 532,538, 797-801 1230,127t,1274s
Shammai: 725,802,811 Suspirar: 556, 561s, 587, 591 -días: 57 I , 578, 692,766 Virginal, nacimiento: 312-3 I 5
-grupo dentro de los Doce: 303,428 Vocación, nanaciones de vocación: 197,
Shemá: 245,8 I 8, 827s, 832-834,836,962s,
Tribulación escatológica: 1035, 1043, 1055, 200s, 253 -255, 3 I 3, 325, 489
968-972, ll7 I Tabernáculos, festividad de Sítkkót: 730,
I149; cf. Dolores de parto del mesías Votos:519
Siervo, servicio : 7 7 3, 7 81, 860, 868; cf. Es- 890, 899, I I 14, 1290s; cf. Semanas, fes-
clavos, esclavitud tividad de las
-siervo sufriente: cf. Sufrimiento Temerosos de Dios: 544
Siete: 474, 480, 572-574, 581-583, 596, 602s Temor: 851, 854s, 1248, 125l-1255,1263,
Signos, profetas de: 584s,592 1267; cf. Miedo
Signos milagrosos: 583-587, 590,602, 1004s, Templo: 52s, 56-58, 524,552,608, 881s,
1034 884, 890-894, 896-9t4, 9t6, 919, 922,
-petición de signos: 567,583-591 930, 934, 937 , 962, 968, 970, 976, 981,
Silencio: 988-992, 998-1005, 1023, t037, 1048,
-de Jesús: 1147, 1156, 1167s, 1172, 1184, 1062, 1082, 1087s, ll14, ll55s, 1213,
I 193 1220, 1274, 1276. 1296s, 1304
-de los que reciben teofanías o angelofa- -acusación de destruir el Templo: 1156,
nías: 1248, 1254,1263 |64, lt67,1172, t204, l2t3
-impuesto por Jesús: 221, 229, 231, 292- -destrucción del Templo: 900, 905, 909,
29s, 397, 406, 43t, s47, s64, ól 5, 68t s, 9l3ss, 919, 922, 935, 992, 998-1005,
688, 697, 7 42, 8t6, 87 3, 87 7
00, 7 40-7 t0t2, 1023, t037, 1048, t062, llss, trs,
-desobedecen silencio impuesto por Jesús: ll67s, l2M, 1213, 1220, 1230,1279
232,564,617
Simón 1= Pedro): cf. Pedro
--escatológico o nuevo: 302, 470, 937, I 1 55s,
1164. ll67s SXiE?ii:38

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