Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EDITORIAL
¿Por qué escribir?
Juan Fernando Uribe A. ........................................................................................ 5
COLUMNA DE OPINIÓN
La urología colombiana. Modelo 2007
Pablo Gómez Cusnir .............................................................................................. 9
ARTÍCULOS ORIGINALES
Etiología y clasificación de la disfunción erectil
Volumen XVI Alonso Acuña Cañas ............................................................................................ 35
El pene fractal
Abril 2007 Juan Fernando Uribe Arcila ................................................................................ 51
El uroanálisis un gran aliado del médico
Publicación Germán Campuzano Maya y Mario Arbeláez Gómez ......................................... 67
de la Sociedad Reporte actual de las biopsias de próstata
Alejandro Vélez Hoyos y cols. ............................................................................. 99
Colombiana
Incontinencia urinaria masculina
de Urología Juan Manuel Aristizábal Agudelo ..................................................................... 149
ARTÍCULOS DE REVISIÓN
Tumores renales en pediatría
Jaime Francisco Pérez Niño y cols ....................................................................... 13
Tomografía por emisión de positrones en oncología urológica
Luis Javier López ............................................................................................... 119
Rehabilitación sexual post infarto agudo del miocardio
María Teresa Quintero T. y cols. ....................................................................... 127
Implantes peneanos y calidad de vida
Alejandro Carvajal O. ....................................................................................... 135
Cateter ureteral olvidado
Alfredo Mendoza Luna ...................................................................................... 139
ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN
Vesicostomía cutánea en la población pediátrica
Jaime F. Pérez Niño y cols. .................................................................................. 93
Estudio de farmacovigilancia en pacientes con hiperplasia
prostática benigna (HPB) sintomática tratados con tamsulosina
0,4 mg en 8 ciudades de Colombia
César González Encinales ................................................................................... 107
CONCURSO DE CUENTO
Bases del concurso ................................................................................... 159
NORMAS ..................................................................................................................... 161
Sociedad Colombiana de Urología y Revista “Urología Colombiana”
Calle 93 No. 14-20 Of. 410
PBX: (91) 2186700
Bogotá, D.C., Colombia
Correo Electrónico: scolurol@scu.org.co
Página Internet: www.scu.org.co
Advertencia
Las afirmaciones y opiniones emitidas en los artículos de la revista UROLOGÍA
COLOMBIANA son de entera responsabilidad del o de los autores y no reflejan la
opinión de la SOCIEDAD COLOMBIANA DE UROLOGÍA. La publicación de anun-
cios comerciales no garantiza respaldo en cuanto a calidad, actividad, eficacia, segu-
ridad u otros atributos expresados por los anunciadores.
La REVISTA UROLOGÍA COLOMBIANA y la SOCIEDAD COLOMBIANA DE URO-
LOGÍA se eximen de cualquier responsabilidad por lesiones corporales o a propie-
dades debidas a la utilización de los productos mencionados en los artículos o en las
propagandas comerciales.
Impresión:
Gente Nueva Editorial
Bogotá, D.C.
2007
Sociedad Colombiana de Urología
Junta Directiva Nacional
2005 - 2007
Presidente: Dr. Pablo Gómez Cusnir
Vicepresidente: Dr. Jorge Carbonell González
Secretario Ejecutivo: Dr. Jaime Francisco Pérez Niño
Tesorero: Dr. Eduardo Llinás Lemus
Secretario General: Dr. José Miguel Silva Herrera
Fiscal: Dr. Luis Alberto Lobo Jacome
Director Capítulo I: Dr. Carlos Eduardo Hernández García
Bogotá
Director Capítulo II: Dr. Gabriel Mantilla Solano
Bucaramanga
Director Capítulo III: Dr. Antonio Velilla Perdomo
Cartagena
Director Capítulo IV: Dr. Rodolfo Alfonso Raad Villa
Medellín
Directora Capítulo V: Dra. Myriam Lili Ceballos Posada
Cali
Director Capítulo VI: Dr. Rodrigo Silva Aguilera
Pereira
Director Capítulo VII: Dr. Juan Fernando Silva Pérez
Cúcuta
Director Capítulo VIII: Dr. Luis Eduardo Vargas Ramírez
Ibagué
Director Capítulo IX: Dr. Alonso Enrique Berrocal Canabal
Monteria
Director Capítulo X: Dr. Narses Acosta Márquez
San Juan del César
Comités
Comité de Auditoria y Ética Médica: Dr. Jesús De Los Ríos Osorio
Dr. Pablo Gómez Cusnir
Director de Capítulo correspondiente
Comité de Ética: Dr. Dieter Axel Traub Castillo (Coordinador)
Dr. Adolfo Serrano Acevedo
Dr. Juan Guillermo Cataño Cataño
Dr. David Duarte Mejía
Dr. Lupi A. Mendoza Aranibar
Dr. Milton Salazar Rey
Dr. Rodrigo Muriel Herrera
Dr. Pedro Turbay Burgos
Dr. Tomás Wilde Sonderman
Dr. Arnoldo Aristizábal
(Sicólogo-Filósofo- Experto en Estadística)
Comité de Refoma de Estatutos: Dr. Néstor Ricardo Botía Silva
Dr. Andrés Esparza Santos
Dr. Luis Fernando Zapata Madrid
Comité de Credenciales: Dra. Soledad De Los Ríos Osorio
Dr. Manuel Marrugo Grice
Dr. Manuel Díaz Caro
Directores de Secciones
Sección de Docencia: Dr. Hernán Alonso Aponte Varón
Sección de Oncología Urológica: Dr. Camilo Andrés Medina Márquez
Sección de Urología Pediátrica: Dr. Camilo Orjuela Rodríguez
Sección de Uroneurología y Urodinamia: Dr. Alvaro Gutiérrez Martínez
Sección de Litiasis, Endourología y Laparoscopia: Dr. Federico Escobar Jaramillo
Sección de Imágenes Diagnósticas
y Nuevas Tecnologías: Dr. Jaime Andrés Cajigas Plata
Sección de Sexualidad y Reproducción: Dr. Julio Eduardo Ferrer Montoya
Sección de Guías e Investigación Clínica: Dr. Mauricio Plata Salazar
Sección de Informática, Telemedicina
y Comunicaciones: Dr. Mauricio Moreno Jiménez
Sección de Cultura e Historia: Dr. A lonso Acuña Cañas
Comisión
Comisión de Salud Pública: Dr. Fabio Loaiza Duque
Dr. Guillermo Hermida Peña
Dr. Fernando Valero Cely
Dr. Ramón Horacio Clavijo Acero
Dr. Fernando Guzmán Chaves
Dr. Ricardo Schlesinger Piedrahita
Dr. Carlos Alberto Latorre Domínguez
Dr. Miguel Tonino Botta Fernández
Directores Anteriores
Dr. José Armando López López 1986 – 1989
Dr. Jesús De Los Ríos Osorio 1990 – 1996
Dr. Jaime Díaz Berrocal (QEPD) 1997 – 1999
Dr. José Miguel Silva Herrera 2000 – 2001
Dr. Pablo Gómez Cusnir 2002 – 2005
Editorial
Hemos iniciado un año trascendental sociedad y será fundamental para lograr que
para la Sociedad Colombiana de Urología, la Recertificación de los Urólogos Colombia-
tanto por el especial significado de celebrar nos se hecha bajo nuestro direccionamiento.
los 50 años de su Fundación en Cartagena,
como por la entrega que haremos a la futura Biometría y Base de Datos
Junta Directiva, en la que mostraremos el re- El registro biométrico (identificación por
sultado de nuestra gestión. huella) que con tanto éxito se inició en Ba-
El compromiso de proyectar la sociedad rranquilla y que continua ajustándose, le per-
para los próximos años ha sido serio y debe- mite a la sociedad contar con un registro de-
rá ser continuado para mantener el lugar de tallado de asistencia para todos los eventos,
privilegio, que como modelo de organización el cual se coordinará con puntajes para el
ocupamos en el concierto de las agremiacio- PCAU (Programa de Certificación y Actua-
nes médicas. lización en Urología); este año lo podremos
hacer vía Internet, articulándose a las reunio-
Solidaridad, Honestidad, Equidad, y Res-
nes periódicas de los capítulos y dando justo
peto han sido reconocidos como los 4 pilares
reconocimiento a todas las actividades que
fundamentales y valores absolutos sobre los
se realizan en e país.
continuará creciendo la sociedad.
Sobre esta inquebrantable cimentación, Teleconferencias
crecerá la sólida estructura del Fortalecimien-
Incrementaremos la transmisión de tele-
to Interno con Responsabilidad Social, la Ex-
conferencias a diferentes ciudades, aumen- '
celencia en la Educación y el Fortalecimiento
tando el número de puntos de conexión y con
Financiero, líneas bandera que permitirán
los ajustes requeridos en su calidad. Los uró-
proyectar la SCU para los próximos 10 años.
logos miembros de la SCU, de cualquier re-
Cada uno de estos 3 lineamientos cuenta gión tendrán así acceso más fácil a la educa-
con sólidos programas que hemos venido eje- ción continuada, con su respectivo reconoci-
cutando, cuyos resultados veremos con cla- miento en puntaje del programa de certifica-
ridad en el presente año y algunos de los cua- ción y actualización (PCAU).
les me permitiré mencionar:
Internacionalización de la Sociedad
Certificación ISO 9000
UROLOGIA COLOMBIANA
UROLOGIA COLOMBIANA
ARTÍCULO ORIGINAL
Etiología y clasificación de la disfunción
eréctil
Elementos clínicos y estado del arte
Alonso Acuña Cañas
Miembro emérito de la Sociedad Colombiana de Urología
Director de la Sección de historia
Resumen
El autor hace un recuento histórico de las clasificaciones históricas de la
disfunción eréctil. Enfatiza sobre lo que ha significado la denominación “psi-
cógena” que considera confusa y que debe ser reemplazada por la más precisa
de “situacional”. Divide dichas causas reactivas o situacionales en factores de
la relación de pareja, los cognoscitivos, los educativos, los de aprendizaje y los
factores emocionales. A su vez divive las causas endógenas u órganicas en
vasculares, endocrinas, neurológicas y peneanas. Hace consideraciones sobre
la etiología mixta y termina con el estado del arte actual en cuanto a trata-
mientos disponibles diviididos en de primera, segunda y tercera línea.
Pues cuando se trata de grupos médicos, la terferir con la respuesta erectiva al bloquear
frecuencia de la organogenicidad se presen- el arco reflejo en el punto de la concatena-
ta en porcentajes más elevados, hasta en un ción hipotálamo-medula-nervios periféricos-
71%12, 76%53 y un 84%4. Cuando en cambio genitales efectores. Reflejo que como se sabe
si la estadística se realiza con grupos de psi- es involuntario y el cual por noxas situacio-
coterapeutas que laboran en terapia sexual, nales (llamadas “psicológicas”), que señala-
remos, se ve inhibido ya que se bloquean los las disfunciones erectivas resultan organogé-
neurotransmisores efectores finales. nicas ya que existen, al fin de cuentas, en to-
dos los casos, incluyendo los llamados llama-
La ansiedad final causada por las noxas
dos “psicógenos”, una alteración en los neu-
situacionales produce un efecto antierectivo
rotransmisores que terminan por hacer insu-
en virtud de descargas adrenérgicas, que re-
ficiente el macanismo final vascular. Lo que
sultan inhibitorias para la fisiología que debe
bloquearía la erección en los homres o la lu-
desarrollarse dentro de los cuerpos caverno-
bricación vaginal en las mujeres. En las per-
sos; de tal manera que bloquean parcial o to-
sonas vulnerables y en los ansiosos sexuales
talmente el proceso de vasodilatación final
(Síndrome de Ansiedad Sexual) ante deter-
que conduce a la erección haciéndola impo- minadas circunstancias terminan por no erec-
sible o insuficiente6. En modelos animales (ra- tar o lubricar, sin que tengan una lesión or-
tas) bajo la acción de la apomorfina (sustan- gánica instrínseca demostrable; en estos ca-
cia erectogénica) en el grupo bajo estrés vi- sos es la descarga adrenérgica que se acom-
sual (efecto ansiogénico) se desencadena una paña de otras manifestaciones como sudora-
hiperactividad del sistema nervioso simpáti- ción excesiva, “piel de gallina”, taquicardia,
co con la consiguiente falla erectiva en com- polipnea e hipertensión, la encargada de blo-
paración con el grupo testigo45. quear el proceso de erección o de lubricación.
El reflejo de la erección es involuntario. Es conveniente tener en cuenta que pue-
Puede ser inhibido en la vía aferente por le- den coexistir con el síndrome de ansiedad
siones orgánicas periféricas medulares o neu- sexual causas organogénicas, v.gr. una vas-
rales, o en la eferente también por patología culopatía, que bloquea parcial o totalmente
orgánica de tipo neurovascular; pero en esta el mecanismo erectivo, con el resultado de
última vía se puede bloquear no solo por pa- causar ansiedad, que no es entonces causa
tología orgánica sino también por mecanis- sino resultado; lo que a su vez afecta emocio-
mos emocionales ansiogénicos que causan nalmente a la persona ocasionando descar-
bloqueo de las vías neuroquímicas de la va- gas adrenérgicas que bloquen más la erección,
sodilatación o activación de la vasoconstric- o la lubricación, ocasionando de nuevo más
ción desde el córtex-hipotálamo-médula y ner- ansiedad; en estas condiciones, la ansiedad
vios periféricos hasta su conexión con el apa- no es causa sino consecuencia; con frecuen-
rato vascular periférico intrapeneano. Ello cia estos casos se califican de “psicológicos”.
explica que en el Síndrome de Ansiedad
!& Sexual los hombres no erecten o las mujeres Etiología Reactiva
Reactiva. Causas Situacionales:
no lubriquen en el momento de pasar de la Se pueden considerar cinco factores o cau-
fase de deseo a la de excitación. sas8:
Las condiciones no orgánicas que pueden 1- Factores en la relación de pareja. Se
causar dificultades erectivas, tienen una re- pueden citar: bajo deseo específico, am-
lación muy estrecha con el estado que podría- biente antierótico, interacción sexual
mos denominar “vulnerabilidad emocional”. pobre, exigencias y presiones al inte-
En estos individuos las situaciones ansiogé- rior de la pareja, la hostilidad y la
nicas ocasionan descargas adrenérgicas en desconfianza, la celotipia, las divergen-
determinadas circunstancias –que para ellos cias serias en cuanto a las preferencias
UROLOGIA COLOMBIANA
para la rigidez) porque el flujo de salida ve- envejecimiento la acción moduladora del en-
noso está aumentado. “Síndrome venoso” o dotelio, que atenúa el efecto vasoconstric-
“Síndrome de erección inestable” por fallas tor de la Endotelina, disminuye; se forman
en el almacenamiento, que se puede deber, placas y hay aumento de la permeabilidad
además de una patología sui generis propia endotelial frente a las macromoléculas plas-
venosa, a patología de la albugínea, a pato- máticas, así como una alteración de la fun-
ción de barrera con tendencia al aumento de Las vasculopatías arteriales o venosas
las LDL56. pueden ser secundarias a tóxicos, como el
caso de la nicotina y alquitranes del cigarri-
En hombres mayores de 40 años existe la
llo, de tal manera que se señala que la DE es
posibilidad de asociar la disfunción eréctil con
doblemente frecuente en fumadores que en
la enfermedad coronaria. Esto se ha compro-
no fumadores10.
bado con estudios en los que después de la
inyección intracavernosa de fármaco vasoac- Ya se ha comentado que la etiología vas-
tivo tipo Bi o Trimix se compara el resultado cular y la diabetes resultan ser las causas or-
con el ECG de esfuerzo. Se encuentra que gánicas –y globales– más frecuentes en las di-
aquellos que tienen una velocidad diastólica versas series estadísticas, en especial en los
por debado de 35 cm/seg tienen un 50% de hombres mayores de 50 años.
valor predictivo para enfermedad isquémica
La hipertensión arterial es causa frecuente
coronaria con una especificidad del 100%. Y
de DE. El mecanismo principal por el cual se
a su vez, el valor predictivo de un ECG de
origina aquí la DE es una vasculopatía arte-
esfuerzo anormal con un pico sistólico intra-
rial del tipo de la arteriosclerosis de los vasos
cavernoso menor de 35 cm/seg fue del 100%.
cavernosos en el 89%. Se debe tener en cuenta
Afirman, además, que en los pacientes en los
que la mayoría son personas de edad mayor
que el pico sistólico del ecodoppler de pene
en las que hay etiologías múltiples. Y en el caso
bajo fármaco vasoactivo con valores meno-
específico de la hipertensión, además, el tra-
res de 35 cm/seg. tuvieron una incidencia del
tamiento antihipertensivo (dependiendo del
41.9% de isquemia coronaria64. Los mismos
medicamento y la dosis) causan interferencias
autores afirman que los factores de riesgo in-
químicas (en especial los betabloqueadores) o
cluyendo la edad, la hiperlipidemia, la dia-
hemodinámicas (en especial los diuréticos)
betes, la hipertensión, tabaco y la obesidad,
además del efecto sumatorio de la disminu-
no son indicadores suficientes, debido a su
ción de la presión arterial intrapeneana54.
baja sensibilidad y baja especificidad. Otros
autores señalan que la evaluación cardiovas-
Diabetes y etiología endocrina
cular debe indicarse en paciente con disfun-
ción eréctil que no respondan a los tests far- La diabetes sola puede representar hasta
macológicos intracavernosos, así sean asin- un 20% de las causas de D.E.26 y suele consi-
tomáticos cardiovasculares65. derarse como una entidad aparte de las etio-
Las alteraciones estructurales de la túni- logías endocrinas, de las vasculares y de las
neurológicas, en virtud de sus especiales ca-
"
ca albugínea pueden causar “síndrome veno-
oclusivo”. La túnica albugínea está compues- racterísticas. La diabetes de por sí es una en-
ta de dos capas o túnicas: interior, de fibras docrinopatía, que a su vez causa vasculopa-
circulares y exterior de fibras longitudinales. tía y neuropatía secundarias en proporcio-
El cuerpo esponjoso no tiene la exterior o lon- nes variables. Se ha discutido si es el factor
gitudinal ni columnas intracorporales lo que vascular o es la neuropatía (resultantes de esta
causa su baja presión durante la erección19. disendocrínea) quien causa la D.E. En la ma-
Las alteraciones de la túnica “por la edad y yoría de las series resulta ser la vasculopatía
factores concurrentes, aterosclerosis y cola- el factor etiológico más frecuente, aunque
genosis” causarían un daño en el grosor y re- también es frecuente que resulten afectados
UROLOGIA COLOMBIANA
sistencia de la túnica causándose una espe- ambos sectores. Aunque muchos autores se-
cie de “dispersión” de sus fibras, de tal ma- ñalan a la vasculopatía como la causa más
nera que las venas emisarias se tornan incom- directa y relacionada a su vez con la severi-
petentes y se abren canales de drenaje suple- dad de la diabetes siendo más frecuentes en
mentario, alterándose la fase de veno-oclu- los insulinodependientes21, sin embargo, otros
sión y almacenado17,20. autores indican que la neuropatía diabética
se presenta desde un principio en todos los ganogenicas es variable de acuerdo a los au-
casos, en especial por la alteración de las fi- tores, su tipo de actividad y criterios de clasi-
bras sensitivas antes que las motoras22, 23,27,28. ficación. En un análisis de 1.200 casos de D.E.
los de etiología orgánica fueron 696 casos
Dentro de las disendocríneas la hiperpro-
(58%), de los cuales 70 casos eran de etiolo-
lactinemia se ha invocado por parte de algu-
gía neurógena primaria que representan un
nos autores como una causa a tener en cuen-
5.8% de la serie y un 14% de los orgánicos.
ta. Según las diversas series su frecuencia es
De los 70 casos neurológicos 45 eran para-
variable: entre el 1% y el 16%24. Para otros
pléjicos5. En algunas series, cuando se inclu-
apenas alcanza el 1.6% 4 y aún menos, el
yen parapléjicos los porcentajes de etiología
0.5%5. Otros indican que su frecuencia es tan
neurológica aumentan hasta ocupar el segun-
baja que apenas si debe tenerse en cuenta. Se
do lugar entre las organogénicas32. En algu-
debe distinguir entre la hiperprolactinemia
nas series las causas neurológicas ocupan fre-
secundaria y la primaria. Es en esta cuando
cuencias cercanas a las vasculares, debido a
la D.E. es evidente, y se debe a hiperplasia o
que se incluyen allí las neurológicas secun-
adenoma hipofisiario. Se ha encontrado que
darias, v.gr. las debidas a diabetes o al alco-
en una tercera parte de casos de hiperprola-
holismo.
ctinemia la D.E. ha sido el único síntoma29.
En el modelo animal (perros) tanto la Prolac- Las causas neurológicas de D.E. se pue-
tina como el Factor u Hormona del Creci- den dividir en primarias y secundarias:
miento (GH) tienen un efecto similar consis-
Neurológicas primarias: Trauma perifé-
tente en que contrarrestan –o suprimen– la
rico (incluyendo ciclismo competitivo), Me-
relajación, o causan la contracción, de los
dular (paraplejia, cuadriplejia post-traumá-
músculos lisos peritraveculares de los cuer-
ticas), Esclerosis múltiple, Enfermedad de Par-
pos cavernosos. Se considera que este mode-
kinson, Neuropatías periféricas, Afecciones
lo animal es suficiente para explicar la DE.
medulares (inflamatorias, neoplásicas, dege-
de los prolactinomas o de la acromegalia46.
nerativas, congénitas como siringomelia).
Otras disendocríneas suelen ser menos Neurológicas secundarias: neuropatías
frecuentes causas de D.E., como sucede con
tóxicas, en especial la alcohólica, la diabéti-
los hipogonadismos (primarios o secunda-
ca, las traumáticas y las post-quirúrgicas (ci-
rios), aunque quienes trabajan en la geriatría
rugía abdómino perineal radical o extensa,
sexológica señalan que su frecuencia varía
prostatectomía radical).
" entre el 6% hasta el 45%26. A este respecto no
debe olvidarse que la etiología organogénica El Trauma Medular (TM), causante de
en individuos mayores de 60-80 años suele paraplejias/cuadriplejias y sus variantes, es
ser multifactorial, de tal manera que se im- un capítulo aparte y especializado dentro de
brican en ellos factores vasculares, neuropá- la neurología y la fisiatría, así como en la sexo-
ticos, disendocríneos y dismetabólicos. logía, que requiere conocimientos especiales;
en lo que se refiere a los tratamientos de la
La D.E. se puede presesentar como parte
disfunción sexual y erectiva resultante son
del cuadro clínico de otras disendocrinopa-
materia de la Rehabilitación Sexual. El 85%
tías como el hiper e hipotiroidismo (más fre-
de afectados suelen ser hombres. Las lesio-
cuente en este último), en la enfemedad de
nes resultantes del TM se dividen según la
UROLOGIA COLOMBIANA
Addison30,31 y en la acromegalia46.
altura de la lesión en dos grandes grupos (pu-
diendo existir intermedios) de acuerdo al seg-
Etiología Neurológica
mento medular afectado. Son entonces Le-
Ocupa un lugar importante en la D.E. Sin siones Altas (también denominada Neurona
embargo, las estadísticas sobre su frecuencia Motora Alta) o Bajas (o de Neurona Motora
general de la D.E. y dentro de las causas or- Baja). Según la severidad de la lesión trans-
versal, hay dos grupos: las Completas y las senta en el 93% y el coito exitoso se logra en
Incompletas. Las Altas suelen estar por enci- menor proporción: un 53%. En este grupo, la
ma de los centros medulares sacros -S-2, S-3 eyaculación tan solo existe en el 6%-8%.
y S-4- de la micción, defección y erección (lu-
En las Bajas Incompletas la erección se
bricación en las mujeres). Y Bajas, las que in-
presenta en promedio del 90%, siendo útiles
teresan estos centros sacros o por debajo de
para coito exitoso en el 80% y la eyaculación
ellos, en especial la cola de caballo. Las Com-
se presenta en el 70%. Sin embargo, recorde-
pletas o Incompletas se refieren a la severi-
mos que este es el grupo menos frecuente. En
dad de la lesión transversal, de tal manera
las lesiones Bajas Completas la erección se
que en las Completas la incomunicación mo-
presenta en el 26%, el coito es exitoso en el
tora y sensitiva es total. En las Incompletas
23% y la eyaculación se presenta en un
los grados de incomunicación son variables,
19% 4,32,33 .
desde mínimas hasta casi completas. Las le-
siones Altas son las más frecuentes (77.5%) Todo lo que se ha dicho para la erección
correspondiendo a las Bajas menor frecuen- es válido para lo que sucede con la lubrica-
cia (22.5%). Dentro de las Altas las Comple- ción vaginal en la mujer; lo mismo que para
tas son el 70% y las Incompletas el 30%. Den- el orgasmo en cuanto se trate de lesiones com-
tro de las Bajas, las Completas constituyen el pletas e incompletas4,32.
92% y las Incompletas el 8%. Esta clasifica- La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfer-
ción del TM es importante ya que el tipo de medad desmielinizante –posiblemente auto-
alteración que sufren la erección y la eyacu- minmune con algunos sustratos genéticos–
lación es distinto en cada uno de estos gru- del sistema nervioso central y de la medula y
pos32. Se forman así cuatro grupos, de los con frecuencia produce disfunción sexual. La
cuales las Altas Completas son las más fre- evolución de la D.E., consistente en altera-
cuentes (54%), le siguen las Altas Incomple- ción de la sensibilidad, disestesias y espasti-
tas (23%), las Bajas Completas (21%) y final- cidad; tiene evolución irregular, con altiba-
mente las Bajas Incompletas (8%). jos, remisiones espontáneas y recidivas, y en
En rehabilitación sexual se denomina coi- ocasiones se han presentado casos cuyo pri-
to exitoso aquel en el cual la erección es sufi- mer síntoma es la D.E. en el hombre o la Dis-
ciente para la penetración y se mantiene el lubricación en la mujer; la frecuencia en esta
tiempo suficiente para que haya satisfacción enfermedad es variable; pues mientras para
algunos autores es del 71% de los casos25 para
de la compañera. En las lesiones completas
(altas o bajas) no se percibe el orgasmo; en otros tiene amplias variaciones entre el 25%
"!
las incompletas se perciben diferentes grados y el 63%34. Los resultados de los estudios es-
de acuerdo a la cantidad de fibras interesa- pecializados suelen corresponder a una dis-
das. Muchos parapléjicos con lesiones com- función de variados niveles de la medula es-
pletas –y por supuesto los de incompletas pinal 25.
también– relatan durante el coito sensacio-
La Enfermedad de Parkinson (EP) es un
nes parestésicas agradables en las partes sen-
trastorno cerebral que causa temblor, rigidez
sibles de su cuerpo.
y debilidades musculares. No hay suficientes
En las lesiones Altas Incompletas se con- estudios que tipifiquen la patología existente
serva la erección en el 99% de los casos y el en los nervios periféricos y que se puedan re-
UROLOGIA COLOMBIANA
63% son capaces de llegar al coito exitoso. lacionar con la D.E. o la Dislubricación. En
Sin embargo por estar desconectado el ner- fases intermedias y avanzadas el acartona-
vio hipogástrico cuyas metámeras son altas miento de las facciones y los trastornos mo-
(T9-T10) la eyaculación se presenta de ma- tores son causa de baja autoimagen y episo-
nera variable entre un 2% hasta 60%. En las dios de depresión que pueden considerarse
lesiones Altas Completas la erección se pre- como causas situacionales de la disfunción
en estos casos; aunque también se debe con- En las intervenciones de exéresis total de
siderar que por su frecuencia en personas la vejiga, por variantes en la irrigación, pue-
mayores de 50-60 años, existan causas con- den quedar lesionadas ramas terminales de
currentes de D.E. (vasculopatía, dismeta- las arterias pudenas y por tanto las caverno-
bolia, disendocrínea, hipogonadismos, ade- sas de pene o del clítoris.
más de neuropatía periférica) o de Dislu-
En la prostatectomía radical retropúbica
bricación (en especial la insuficiencia estró-
(PRR) por carcinoma se ha anotado la fre-
geno-andrógeno). Estudios como el de Sin-
cuencia de lesión del nervio pélvico, aunque
ger y colaboradores indican que la DE tie-
desde 1982 Walsh señaló las posibilidades de
ne el doble de prevalencia que en los gru-
conservar la potencia con técnica de conser-
pos controles57.
vación del paquete de manera que las pisibi-
Neuropatías periféricas y Mielopatías. La lidades de conservar la potencia son mayo-
neuropatía periférica afecta los nervios del res en virtud del advenimento de estas nue-
somático (pudendos) y del sistema autóno- vas técnicas que evitan la lesión del nervio
mo (plejo pélvico e hipogástrico) que intervi- pélvico que ocurre cuando se efectúa la di-
nenen en el ciclo de respuesta sexual en su sección del pedículo lateral o en el momento
fase de excitación (erección). Las neuropatías de la división apical y la transsección de la
secundarias más frecuentes son la diabética uretra52. Aunque también se debe tener en
y la alcohólica. cuenta el estado de la neoplasia y la edad,
pues cuando el Ca. está confinado a la glán-
Existe una neuropatía primaria que con-
dula y se trata de individuos menores de 60
siste en la alteración de la sensibilidad vibra-
años la posibilidad de conservar la potencia
toria que se presenta en las personas de edad,
es mayor. Luego de algunos años (1993) de
sin que se encuentre una patología definida
practicar la cirugía con técnica de protección
que la explique como neuropatía secundaria.
del paquete del nervio pélvico, han apareci-
Esto sería casusa de D.E. por alteración de la
do revisiones que señalan que esto no es sufi-
vía aferente en las erecciones reflejas35.
ciente pues demuestran que los casos en que
En las medulopatías de tipo degenerati- se presenta DE. a pesar de la técnica de pro-
vo, neoplásico, inflamatorio o congénito, se tección del nervio pélvico, cuando se estudian
puede presentar D.E. con frecuencia varia- con ultrasonografía dinámica muestran que
ble en las diferentes series analizadas. En al- en el 40% de los pacientes operados existe
guna de las pocas series que se encuentran
"" sobre siringomelia y D.E. esta se presentó en
una disminución significativa de los diáme-
tros y flujo sanguíneo de las arterias caver-
un 30% de los casos de esta afección36. Algu- nosas, lo que indica que la DE eréctil pos-pros-
nos casos aislados de tumores del cono me- tatectomía radical es mixto y el daño vascu-
dular han tenido como manifestación inicial lar también sería un riesgo que juega un im-
un síndrome obstructivo urinario bajo o una portante papel48. A raíz de estas nuevas téc-
D.E. nicas las series indican resultados muy va-
El trauma perineal, las cirugías extensas riables: DE entre el 15 y el 71%, dependiendo
retroperitoneales y del abdomen bajo en trac- de la edad, el estado tumoral, la técnica de
to intestinal terminal y vésicoprostático, las preservación y experiencia del operador; el
prostatectomías –en especial las radicales– factor edad es primordial pues los resultados
UROLOGIA COLOMBIANA
pueden causar D.E. y trastornos eyaculato- suelen señalar favorabilidad en los menores
rios por lesiones en los plejos o nervios peri- de 55 años cuando el estado tumoral es T1 ó
féricos. Entre la cirugía gastrointestinal, la T2 y la técnica radical es retropúbica con pre-
cirugía por cáncer del colon, especialmente servación de los paquetes neurovasculares59.
del recto, se asocia a una alta incidencia de Es recomendable antes de emprender una
DE que varía entre el 43-59%58. PRR establecer si hay algún grado de DE,
pues no es infrecuente que paciente que lue- tad) se presenta la salida involuntaria del
go de la operación relacionan la DE con esta, pene durante el coito. Es pues una afección
al profundizar la anamnesis se encuentra que en la que se deben tener en cuenta otros fac-
ya había grados variables de DE. tores orgánicos y los reactivos (emocionales-
situacionales).
Dentro de la neurología se encuentran
casos raros tanto de hiposexualidad como En las incurvaciones congénitas del pene
hipersexualidad en trauma craneano, cuyo son más frecuentemente de tipo ventral.
mecanismo exacto no se ha podido explicar38. Cuando son muy pronunciadas causan los
Se informa de algunos casos con focos de mismos problemas coitales descritos para la
epilepsia del lobulo temporal asociados a D.E. E. de P. No suelen cursar con dolor local ni
debidos a hipogonadismo hipotalámico, así nodulaciones.
como de casos de lesiones (trauma, neopla- La Miopatía Ultraestructural de los cuer-
sias) del lóbulo temporal que cursan con D.E. pos cavernosos es una noxa que cada vez
aunque la líbido puede continuar igual38,39. cobra más interés desde cuando fue descrita
Etiología peneana en 1993. Por estudios ultraestreucturales de
los cuerpos cavernosos se ha encontrado que
En la etiología vascular se mencionó el en hombres potentes existen cambios histo-
Síndrome de Disrupción de la Albugínea des- lógicos musculares peritraveculares a partir
crito desde 198320 debido a cambios tisulares de los 30 años. Alteraciones cuya progresión
de la túnica como resultado de la edad19,20 y es difusa en la medida que aumenta la edad.
causante de D.E. por mecanismo de insufi- Se sugiere que estas alteraciones están regi-
ciencia venosa17. das por un patrón o programa genético, que
La Enfermedad de Peyronie (E de P) o Fi- corren paralelamente con factores de riesgo
brosis Nodular del Pene afección cuya etiolo- vascular41.
gía exacta no se conoce, se asocia con la re- La insuficiencia renal crónica (IRC) como
tracción palmar de Dupytren en un 3%, con causa de D.E. es multifactorial por las vas-
trauma coital y con diabetes (en frecuencia culopatías y disendocríneas que concurren
indeterminada). Ocurre con mayor frecuen- en esa enfermedad. La deficiencia de Zinc
cia entre los 40 y los 70 años37. Se asocia a en pacientes dializados influye en la hipo-
D.E. con frecuencias variables aunque en es- testosteronemia e hiperprolactinemia secun-
tos casos la causa de la disfunción puede ser darias en estos pacientes en los que además
por noxas asociadas como vasculopatías y se deben tener en cuenta los aspectos psicó- "#
fibrosis difusa intracavernosa originadas den- genos.
tro del pene o por alteración de la túnica al-
bugínea causadas por la misma afección o por El envejecimiento
causas orgánicas dables en personas mayo-
El proceso del envejecimiento humano y
res. En una serie de 100 casos se encontraron
la vejez, denominados inicialmente por Gre-
70% con D.E., de los cuales un 36% tenían
gorio Marañón en 1952 como el “climaterio
flujos arteriales disminuídos y en 34% se en-
masculino” y aún por autores modernos
contró disfunción veno-oclusiva40. A su vez
como “menopausia masculina”42, se ha pues-
el factor emocional como causa coadyuvan-
to en los últimos años en el tapete para ha-
te en la D.E. en esta afección juega un papel
UROLOGIA COLOMBIANA
mente las vasculopatías (primarias o secun- para las Severas mientras en el MMAS es el
darias), sin olvidar las dismetabolias, las dia- 9.6%, para el DENSA son las tercera parte:
betes, las disendocríneas y las neuropatías 3.2%. Lo cual puede indicar desviación de la
(primarias o secundarias), y por el lado reac- curva hacia grupos etáreos diferentes, o una
tivo principalmente la ansiedad cuya causa ausencia de criterios uniformes de clasifica-
a su vez es necesario establecer. ción (a pesar del cuestionario igual) para de-
terminar estos tres grados. O tal vez una va- de allí en adelante las líneas siguientes hasta
riación sociocultural y/o biológica/antropo- los más severos.
lógica difícil de demostrar como parámetro o
variable que defina tal diversidad de resulta- Propuestas prácticas de Clasificación
dos. Aunque, sin embargo, el resultado glo- de la DE
bal, de 52% de prevalencia de DE para el
Aunque los elementos definitivos para un
MMAS y 53.4% para el DENSA como cifra
mejor criterio diagnóstico y/o terapéutico
final sea similar.
prácticos es más conveniente fundamentar-
En el estudio DENSA se indican algunos los en la clasificación etiológica, sin embar-
de los criterios seguidos para la clasificación: go, puede resultar de utilidad final el compa-
la frecuencia de la percepción de las ereccio- ginar las dos clasificaciones. De tal manera
nes nocturnas-matinales. Así, en los no dis- que a cada una de las etiológicas (Endógena,
funcionales es casi diaria, en los de DE Míni- Reactiva y Mixta) a su vez se pueda agregar
ma se perciben entre 2 y 4 veces por semana, uno de los grados (Mínimo o Leve, Modera-
en los de Moderada 1 a 2 veces por semana y do, Severo), de tal manera que el resultado
en la Completa no se perciben. De otra par- sea una mejor orientación terapeútica.
te, los incluídos en la DE Completa o Severa,
Una clasificación que resulta práctica, sen-
en su mayoría no tienen actividad sexual coi-
cilla y acorde con los conocimientos más ac-
tal en los seis meses anteriores.
tualizados de la fisiopatología de la DE, es la
En el estudio DENSA se anota que tal vez presentada por Sachs y modificada por no-
la disparidad encontrada, en especial en el sotros, y es la que considera dos grupos: los
grupo de DE Mínima o Leve en el que para Orgánicos y los Situacionales55,63:
DENSA son el doble encontrados en el
1- De causa orgánica. Se divide en dos
MMAS, y los de Severa son el triple para el
grandes clases:
MMAS en relación al DENSA, se puede de-
ber a que en el estudio DENSA en la muestra A- Periféricas: Vascular – Neural – Endo-
de los hombres eran menores de 55 años un crina
55%, es decir una muestra menos añosa que B- Central: Neural – Endocrina – Depre-
la del MMAS. sión – Stress
Con fines epidemiológicos la clasificación 2- De causa Emocional-Situacional:
en grados (Mínima o Leve, Moderada y Se-
"& vera o Completa) puede llegar a ser últil, en A- En la persona misma
especial como dato global. En cuanto a los B- En la otra persona
tres subgrupos propuestos, será de interés
esperar a que los investigadores logren esta- C- En el medio ambiente
blecer otras razones más del por qué de la
El primer grupo sería el Endógeno y el
disparidad en el hallazgo de las frecuencias
segundo el Reactivo.
encontradas en estudios aparentemente simi-
lares, aunque la razón del DENSA cuando A su vez, deberán considerarse combina-
alude que su grupo etáreo es menos añoso ciones dentro de cada uno de los grupos y
que el del MMAS, inicialmente parece resul- entre ambos grupos, y cada uno de ellos cla-
sificarse como Leve, Moderado o Severo.
UROLOGIA COLOMBIANA
tar válida.
En el área clínica la clasificación en estos Tratamiento. Estado del Arte
grados puede resultar de interés para la
orientación terapéutica –casi elemental– en Tradicionalmente se ha hablado de la 1ª,
el sentido de que se ofrezcan terapias de pri- 2ª, y 3ª. Líneas: En la 1ª. la Medicación Oral
mera línea para los casos leves o mínimos y (Inhib.PDE5) y la tópica; los norteramerica-
nos suelen ubicar aquí el Vaccum o Campa- 8. ACUÑA A., NADER L., PALACIO M.L. Modelos de tra-
tamiento en disfunciones sexuales Ponencia-Abstr.-memorias,
na de Vacío; en la 2ª línea las inyecciones in- Soc.Mundial Sexol., XXI Congr. Valencia-España, 1997
tracavernosas (IIC) y en la 3ª. Línea la ciru-
9. PAPADOPOLOUS, C. Sexual problemas and vascular di-
gía vascular y las prótesis. sease Med. Asp.Hum.Sex. Nov.1986
El panorama es en realidad más amplio y 10. WAINBERG, A – Impotencia y patología vascular Congr.
Soc. Col. De Sexol., Cali, 1983
se debe iniciar por la profilaxis, además de
que entre la 2ª. y 3ª. Línea tradicionales, las 11. ELLIS, D. Impotence. Vascular etiology, J. Urol. Apr. 1984.
Combinaciones de las líneas anteriores pue- 12. VIRAG, R., SPENCER, P.R., FRYDMAN, D. Artificial erec-
tion in diagnosis and treatment of impotence, Urology, 24:157,
den dar resultados antes de pasar a la Línea 1984.
extrema final.
13. SEFTEL, A.D. Hypercolesterinemia impair neurogenic and
En esta forma, una propuesta moderna endothelium dependent responses rabbit Cavernosal arteries,
J.Urol. Apr. 1993.
es como sigue:
14. KIM, J.H. Experimental hypercolesterinemia in rabbists in-
1ª. Línea: Profilaxis. Salud general. Facto- duced cavernosal atherosclerosis J.Urol. Apr.1993.
res dietéticos, Evitar sedentariedad y 15. NEUMAN, N., NORTHUP, M. Mechanism of human erec-
tóxicos (nicotina, alcohol, psicoactivos). tion: an overview Urology, 17:399, 1981
Proteger endotelio. Ejercicio. 16. PADMA-NATHAM. Failure to-store corporal leakage, AUA
Congr. J.Urol. May,1987.
2ª. Línea: Medicación oral Inhibidores
17. GILBERT, H.W., GINGELL, J.C. Tunical compliance and
PDE5. Medicamentos tópicos aun no venous incompetence J.Urol. Apr.1993
encuentran clara efectividad. Terapia 18. GOLDTEIN, I . Haemodinamics of erection AUA Congr.
Hormonal de Reemplazo –THR– con Washington, May.1992
testosterona en casos de Hipogonadis- 19. GIENG-LONG HSU, LUE, T., TAHNAGO, E. et al. The
mo en el hombre mayor (LOH). three dimensional streucture of the human tunica albuginea:
anatomical and streuctural levels J.Urol. Apr. 1993.
3ª. Línea: Medicación por autoinyecciones
20. TUDORIU, T., BOUMER, H. Albuginea dispersion J. Urol.
intracavernosas (IIC). Bandas constric- Apr. 1993
toras. Vaccum. 21. JEVTICH, M., HERRERA, H. Diabetes: vascular factor Year
Book, 1983
4ª. Línea: Combinaciones de Oral, IIC,
Bandas Contrictoras, THR, Vaccum. 22. RIEU, L., AUBERT, T.L. La impuisance diabetic, la etiology
neurologique Comunicación periódica Hospital St. Anto-
5ª. Línea: Prótesis. Cirugía vascular en ca- ine, Paris, 1982
sos específicos. 23. SHERMAN, L. Neurophatic factor in the diabetic impotence
male J.A.M.A. 244:2430, 1980 "'
Bibliografía 24. NICKEL,C.J., LEONARD, M.P., MORALES, A. Hyper-
prolactinemia and impotence: Why, when and how to inves-
1. STECKEL, W, WOLTZ, O. – Impotence in the male – Tra- tigate J. Urol. 142:992, 1989
ductor, N.York, Liver right, 1927.
25. GOLDTEIN, I., SIROKY, M.B., SAX, D.S., KRANE, R.
2. KOLODNY, K.C., MASTERS, W.E., JOHNSON, V. Text- Neurologic abnormalities in multiple sclerosis J. Urol. 123:
book of sexual medicine – Little Brown Ed. Boston, 507, 541, 1982
1979.
26. MORLEY, J.E. Hypogonadism and impotence Am. J. Of
3. LOPICOLO, A. Taller de Terapia Sexual, Sociedad Colom- Med., 80:897, 1986
biana de sexología, Cali, Col. 1983.
27. LEHMAN, T.P., JACOBS, S.A., Etiology of diabetic impo-
4. ACUÑA, A. Etiopatogenia de la disfunción erectiva, Urol tence J. Urol. 129:291, 1988
Colomb. 1:50, 1986.
28. BUVAT, J., LEMAIRE, A, et al. Comparative investigation
UROLOGIA COLOMBIANA
5. ACUÑA, A. Diagnóstico y tratamiento de las disfunción in potent and impotent males J.Urol. 133:341, 1985
eréctil – Ponencia, Abstr.Memorias- Soc.Mundial Sexol.,
XXI Congr. Valencia-España, 1997. 29. ELLIS, D., DEMETRIUS, H.B., BAGLEY, D., et al. Prola-
ctin test: ¿it is necesary? AUA Congre. N. York, May. 1986
6. VICKERS Jr., M.A., et al. Angiotensín production by hu-
man coprporal cavernosal tissue – J.Urol, Apr.1992. 30. COPRA, I.J., TULCHINSKY, D. Status of strogen-andro-
gen balance hypertiroidism men with Graves J. Endocrinol.
7. BIANCO, H., Etiología de la impotencia – Sílabo, Curso Metab. 38_ 269, 1974
Soc. Venezola de urología, Caracas, 1986
31. CHERLIN, R.C. Sexual function in Addison disease Med. MEDEROS, N. Prevalence and associated risk factors of erec-
Asp. Hum. Sex. May. 1984 tile dysfunction in Colombia, Ecuador and Venezuela First
Consultation on Erectile Disfunction, Paris, Jul. 1999
32. COMMAR, A.E. Sexual function among pacients with spi-
nal cord injury Urol. Int. 25:134, 1970 51. GOLDTEIN, I., Impotence, Post-grad.Cours. AUA Con-
gr. S. Ant. USA, 1993
33. BORS, E., COMMAR, A.E. Neurological disturbances of
sexual function with special reference to 529 patients with 52. WALSH, P.C., DONKER, P.J. Impotence following radical
spinal cord injury Urol. Surv- 10_ 191, 1960 prostatectomy: insight into etiology and Prevention J.Urol.
128:492, 1982
34. VALLEROY, M.L., KRAFT, G.M. Sexual dysfunction in
multiple sclerosis Arch. Phys. Med. Rehab., 65:125, 1984 53. McMAHOM, C.G. Comparison of erectile response to diffe-
ring doses of PGE1 in a atemp to estándar Dise pharmacolo-
35. NEUMAN, A.F. Vibratory sensivity in penis Fertil.Steril. gical diagnosis of impotence, J. Urol. Apr. 1992.
21:781, 1970
54. Jensen J. Lenderf A. Stimpel H. Colbs. The prevalence and
36. PEREZ-MARRERO, R. Neurologic etiology and erectile dys- etiology of impotence in 101 male hypertensive outpatients.
function J.Urol. Apr. 1984. AJH 1.999; 12:271 - 275
37. LUE, T.F. Peyronie disease AUA psot-grasuate Courses, 55. Sachs B.D., The artificial organic-psychogenic distinction
AUA Congr. Washington, May.1992. and other problems in the classification of erectile dysfunc-
38. TRILOK, N., et al. Hypersexuality and hyposexuality in tion., Int J Im Res, 2001; 13 (Suppl 1)S13.
neurologic trauma Arch.Phsiq. Med. Rehabbil., 67: Jun. 56. Tokunaga O, et al., Atherosclerosis and age-related multi-
1986 mediated variant endothelial cells in primary culture from
39. SPARK, R.F., WILLIS, C.A., ROYAL, M. Hypogonadism, human aorta., Am J Pathol, 1989; 135:967.
hyperprolactinemia and temporal lobe Epilepsy in hyposexual 57. Singer C. Et al., Sexual Dysfunction in men with Parkinson´s
men Lancet, 1:413, 1984 disease., J Neurol Rehab, 1989; 199:204.
40. LOPEZ, J.A., JARON, J. Penile vascular evaluation of men 58. Levickis J. Et al., Blader and erectile dysfunction before and
with Peyronie disease J.Urol. 149: 53, 1993 after rectal surgery for cancer., Br J Urol 1995; 76: 752-756.
41. PADMA NATHAM, et al. Ultraestructural evidence in a 59. Geary E.Dendiger T, Freiha F., Stamey T., Nerve sparing
population of potent men for corporal smooth myophaty as psrostatectomy: a diferent view., J Urol, 1995; 154: 145-
an inherent process of aging Post-grad. Courses, AUA 149.
Congr., San Antonio, USA, May.1993.
60. Acuña A., Villalba C., Disfunción eréctil en mayores de 40
42. VANDENBER, T.L., HELLSTROM, J.G. Individualizing años., Urol Colomb, 2000; 9 (1) 21-31.
androgen replacement therapy Contemp. Urol. , 9:25, 1997
61. Debruyne F.M. Simpoisio: Erectil dysfunction in the aging
43. KINSEY, A.C., POMEROY, W.B., MARTIN, C.E. Sexual men., ESSIR, Memorias, Roma, Oct/2001.
behavior in the human male Ed. W.B.Sounders Co., Phila-
delphia, 1948 62. Melgarejo E. , Radicales libres y envejecimiento., Endotelio
y Ciencia, 2000: 1(1): 21-25.
44. FURLOW, W.L. Prevalence of impotence of the United Sta-
tes Med. Asp. Hum. Sex., Febr. 1985 63. Acuña A, Guerrero P, Nuevos conceptos de clasificación y
tratamiento en Disfunción Eréctil, XXXVIII Congreso Co-
45. BRIEN, S., ADAMS, M., HEATON, J., MORALES, A. lombiano de Urología, 2003.
# Sexual performance and anxiety: the debelopment of a rat
model J. Urol. 153, Abstr.852, 1995 64. Kawanishi Y, Lee KS, Koizumi, at al, Screening of ischemic
Herat disease with cavernous blood flor in erectile dysfunction
46. SHIBUN, L.A., et al. Prolactin and growth hormone (GH) patientes. Int J Impot Res, 2001; 13:100-103
directly supress relaxation or produce contraction of the cor-
pus cavernosum penis in vitro and in vivo in a dog, J.Urol. 65. Kim Sw, Paick J, Park DW, et al, Potential predictors of
153: Abstr.858, 1995 asyntomatic ischemic heart disease in patients with vasculo-
genic erectile dysfunction, Urology, 2001; 58:441-445
47. BRODERICK, G.A., ARGER, P. Penile blood flow study
age-specific reference ranges, J.Urol. 151: Abstr.371, 1994 66. Lannini E, A Pan-European perspective in premature ejacu-
lation – Perspectives and Sexual Healt, Dec/2004; 1: 20-
48. ABOSEIF, Sh., TANHAGO, E. Role of penile vascular 27
injury in erectile dysfunction after radical Prostatectomy
J.Urol. Apr. 1993 67. Montorsi F, Prevalecense of premature ejaculation: A global
and general perpective- Perpective and Sexual Health, Dec/
49. FELDMAN H.A., et al. Impotence and its medical and 2004; 1: 28-30
psychosocial correlates: results of the Massachusetts male aging
UROLOGIA COLOMBIANA
study, J.Urol. 151:54, 1994 68. Acuña A., Aponte H.A., Casos de anomalías arteriales in-
tracavernosas causantes de disfunción eréctil, Congreso Uro-
50. DENSA STUDY GROUP, MORILLO L.E., DIAZ, J., logía 2005, Cali.
ESTEVEZ, E., COSTA, A., MENDEZ, H., DAVILA, H,
ARTÍCULO ORIGINAL
Parte I
El pene fractal
Una conjetura matemática aplicando la geometría
fractal a la estructura peneana.
Uribe Arcila Juan Fernando
Miembro de número
Hospital Pablo Tobón Uribe -Medellín
Resumen
La geometría fractal es la utilizada por la naturaleza para fabricar estruc-
turas a todo nivel, en especial el anatómico. Usando este conocimiento univer-
sal, en este artículo se propone una singular conjetura matemática que descri-
be el pene como una estructura compleja que no es posible describir o medir
parcial, ni globalmente mediante la simple geometría Euclidiana tradicional.
Igualmente se propone que la estructura del pene posee alguna clase de auto-
semejanza en su construcción, posiblemente estadística, por medio de algorit-
mos que se expresan matemáticamente como un número complejo cuya esca-
la se desconoce, pero que sin duda constituye la base de lo que se considera
como la geometría fractal. La utilidad de este conocimiento tiene algunas apli-
caciones en el presente pero sobretodo será útil en el futuro para una mejor
compresión de patologías como las fracturas de pene, la enfermedad de Pe-
yronie y sobretodo el uso de la ingeniería genética y la aplicación de nanotec-
nologías en la estructura del pene. Más interesante es considerar la erección #
como un “sistema” y la disfunción eréctil como una desorganización de ese
sistema, aplicando los postulados de la “teoría del caos” que permiten aproxi-
marse al trastorno desde el punto de vista matemático y que será el objeto del
un próximo artículo sobre el tema.
mático) a las cosas o sucesos por indicios y gica sobre un órgano específico con una base
observaciones. En matemáticas, la expresión matemática que busca explicar tres cosas di-
conjetura se refiere a una afirmación que se ferentes:
En la Parte I que es el presente capítulo::
Recibido para publicación: Diciembre de 2006 Se presenta al pene como una estructura frac-
Aceptado para publicación: Enero de 2007 tal compleja. En la Parte II se presentará la
erección como el producto de un sistema eréc-
til y a la disfunción eréctil como parte de un
proceso entrópico que hace parte de la teoría
del caos y finalmente en la Parte III: Se pre-
sentará el pene como una potencial estructu-
ra con proporciones áureas y su posible rela-
ción con la espiral universal.
Parte I
El Pene como una estructura fractal
compleja
¿Qué son los fractales? Figura 1 . El Triángulo de Sierpinski diseñado por Waclaw
La definición de la geometría en general Sierpinsky. Uno de los fractales más conocidos
es la de “una ciencia que estudia las figuras en el
espacio”; los fractales son una parte de esa Un grupo de matemáticos comenzó a dar-
ciencia que se usa para el estudio específico se cuenta que en la naturaleza se daba muy
de los espacios complejos tan frecuentes en a menudo el fenómeno de ciertas irregulari-
medicina o biología y en general en la natu- dades que no eran excepciones de la regla
raleza puesto que los árboles, nubes, rocas, como se suponía, eran la norma. Entre los
montañas o tejidos humanos necesitan de una primeros investigadores que comenzaron a
geometría especial que los describa.1,2,3,4,5,6 demostrar estos problemas estaba George
Es diferente a la geometría lineal tradi- Ferdinand Cantor quien en sus trabajos sub-
cional descrita por el matemático griego dividió una recta en conjuntos sucesivos don-
Euclides (325- 265 a.c.) que se basa en rec- de se retira en cada vez el segmento central
tas, puntos, planos, esferas y en general en repitiendo el proceso en “n” veces hasta ob-
espacios simples y que es incapaz de expli- tener un “polvillo muy fino”, con divisiones
car estos espacios irregulares. Los fractales que teóricamente podrían ir hasta el infinito
usan en cambio algoritmos iterativos que formando otro de los fractales clásicos llama-
describen mejor los sistemas naturales, caó- do el “Conjunto de Cantor”. (Figura 2)(1,7)
ticos y dinámicos, por lo que también se le
# conoce como “geometría de la naturaleza” ,
puesto que permite describir con gran rea-
lismo las estructuras naturales como las an-
teriores y en el organismo los vasos sanguí-
neos, redes de neuronas, huesos, trabéculas
o pilares del pene.
Los objetos fractales fueron creados intui-
tivamente por el ingenio humano mucho an-
tes de desarrollarse formalmente la llamada Figura 2: El “Conjunto triádico o polvo de Cantor” de
“Geometría Fractal” por lo que pueden en- George F. Cantor. El segundo fractal clásico.
UROLOGIA COLOMBIANA
Figura 5. El conjunto de Mandelbrot que es el fractal complejo más conocido. Se muestran aproximaciones crecien-
tes (con zoom) de la misma figura en diferentes imágenes que teóricamente puede ir hasta el infinito
sajes basados en esas dimensiones fracciona-
rias (no enteras) que tienen un sorprende
parecido con estructuras anatómicas. (Ver fi-
guras 6 y 7).
tanto no se pregunta ¿cuánto mide un frac- aquellos que se generan a partir de números
tal?, sino ¿cuál es su dimensión?. Los fracta- complejos. La mayoría de los objetos fracta-
les matemáticos perfectos y teóricos tienen un les puramente matemáticos y naturales como
número infinito de iteraciones y detalles, ge- el pene mismo no son lineales. El ejemplo clá-
nerando unas imágenes llamadas “fractales sico de un fractal complejo matemático son
artísticos o computacionales” con extraños pai- conjuntos como el “Mandelbrot” (Ver figura
5) o el “de Julia” que se generan a través de
iterar una cierta cantidad de veces las ecua-
ciones complejas. (Ver figura 9)1, 5, 9
#&
Figura 12. Una red neural. Cortesía de: Paul B. Bell, Jr.
and Barbara Safiejko-Mroczka, Department of Zoology,
The University of Oklahoma. Con autorización.
van.
información (como en el sistema nervioso),
la absorción de nutrientes (como en el intes-
Otras estructuras anatómicas complejas tino), para facilitar la distribución o el trans-
muestran una disposición fractal. Los ejem- porte de sustancias (ductos biliares, cálices
plos clásicos además del árbol arterial y ve- renales, plexo coroidal, vellosidades corióni-
noso, incluyen las ramas de ciertos haces del cas placentarias). Con la edad y la enferme-
dad las estructuras fractales anatómicas pue- El pene está sometido por supuesto a las
den mostrar degradación en su complejidad diferentes leyes físicas universales como la de
estructural, como por ejemplo la perdida de Pascal o las de Newton que permiten su fun-
las ramificaciones dendríticas con la edad en cionamiento. Sin embargo es fundamental
las neuronas de la corteza gris del cerebro o la crear las estructuras adecuadas puesto que
fibrosis de la trabécula cavernosa..17,18,19,20,21,22 existe una dependencia de ellas para funcio-
nar como órgano.
Si se penetra lo suficiente en cualquiera
de los tejidos vivos como hueso, cartílago, Una lista parcial de las estructuras con
músculo o neuronas siempre se encontrará potencial fractal del pene podría ser la si-
una estructura o diseño fractal. Adicional- guiente:
mente la manera de fabricar en serie esa mi-
· Un vaso sanguíneo: Fractal simple
croestructura de los tejidos y de las organe-
llas celulares es igualmente una explotación · La red vascular: Fractal complejo no
de esta geometría. En otras palabras cual- perfecto
quier organella celular o aún más pequeño, · Un nervio: Fractal simple
partícula del átomo necesita de una geome-
tría que permita su función y facilite su diseño · La red neural: Fractal complejo no per-
y esta es sin duda la microestructura fractal. fecto
· El sistema trabecular: Fractal comple-
El pene fractal jo no perfecto
Según la conjetura enunciada en este ca- · El sistema de los pilares: Fractal com-
pítulo, un órgano como el pene y su comple- plejo no perfecto
ja estructura interior poseen diferentes tipos
de ensambles fractales que explican la parti- · El esqueleto fibroso peneano: Fractal
cular ingeniería con la que fue construido el complejo no perfecto.
tejido y teniendo en cuenta que posee formas Bajo la piel, el pene se encuentra cubierto
desde tubulares, regulares, pasando por por una primera capa llamada fascia de
muchas irregulares de soporte (Figura Colles
Colles, compuesta de tejido conectivo y al-
13). 23,24,25 gunas fibras musculares lisas. Inmediatamen-
te por debajo de esta, se encuentra una se-
gunda capa, llamada fascia profunda o de
Buck que es una membrana más resistente #'
que rodea a ambos cuerpos cavernosos. Fi-
nalmente más interna se encuentra la túnica
albugínea formando la pared externa de los
cuerpos cavernosos cubriéndolos en toda su
extensión y que está compuesta de fibras elás-
ticas que forman una delgada red irregular
en la cual las fibras colágenas se apoyan.26,27,28
Los cuerpos cavernosos están soportados
por un esqueleto fibroso que incluye además
UROLOGIA COLOMBIANA
estadística, por medio de algoritmos, lo 13. Falconer, Kenneth. Fractal Geometry: Mathematical Foun-
dations and Applications. West Sussex: John Wiley & Sons,
que constituye la base de la geometría Ltd., 2003. ISBN 0-470- 84861-8
fractal.
14. Peitgen, Heinz-Otto, and Dietmar Saupe, eds. The Scien-
3. Desconocemos la escala que genera las ce of Fractal Images. New York: Springer-Verlag, 1988.
ISBN 0-387-96608-0
formas del pene, pero sin duda corres-
15. Falconer, Kenneth. Techniques in Fractal Geometry. John
ponde a un algoritmo que se expresa Willey and Sons, 1997. ISBN 0-471-92287-0
matemáticamente como un número
16. Saenz de Tejada I, et al. Phisiology of erectile function and
complejo. pathophysiology of erectile dysfunction. Chapter 10, 287.
4. En conjunto el pene es por tanto una 17. Bassingthwaighte, J. B., Liebovitch, L. S. & West, B.J.,
estructura que cumple los postulados (1994) Fractal Physiology (Oxford Univ. Press, New York).
para ser considerada fractal natural. 18. Glass, L. & Mackey, M. C., (1988) From Clocks to Chaos:
the Rhythms of Life (Princeton Univ. Press, Princeton.
5. Aunque sea lógico pensar desde el pun- 19. Peng, CK, Hausdorff, JM y Goldberger, AL (2000) in
to de vista matemático que la natura- Nonlinear Dynamics, Self-Organization, and Biomedicine,
leza utiliza una geometría fractal para ed. Walleczek, J. (Cambridge Univ. Press, Cambridge,
U.K.), pp. 66–96. www.physionet.org/tutorials/fmnc/
crear las diferentes estructuras penea-
20. Erdogruo T, Savas M, Yilmaz N, Baykara M: Are normal
nas, la aplicación práctica de estas ob- hemodynamic responses invariability associated with
servaciones necesita de estudios adicio- normal penile rigidity and potency?. International Jour-
nales. nal of Impotence Research 2001; 13:10-15.
21. Goldbeter, A., (1996) Biomedical Oscillations and Cellular
Bibliografía Rhythms: The Molecular Basis of Periodic and Chaotic Beha-
vior (Cambridge Univ. Press, Cambridge, U.K.).
1. http://www.quanta.net.py/zfractal/mainmenu.htm.
Consultada el 15 de enero de 2007. 22. Rodríguez, Javier, Álvarez, Luisa F, Marino, Martha E et
al. Variabilidad de la dimensión fractal del árbol corona-
2. http://www.arrakis.es/~sysifus/. Consultada el 15 de rio izquierdo en pacientes con enfermedad arterial oclu-
enero de 2007 siva severa. Rev. Colomb. Cardiol., July/Aug. 2004,
vol.11, no.4, p.185-192. ISSN 0120-5633.
3. http://www.math.yale.edu/users/mandelbrot/. Con-
sultada el 15 de enero de 2007. 23. Lue, Tom. Physiology of penile erection and pathophy-
$"
siology of erectile dysfunction and priapism. In Walsh,
4. Mandelbrot, Benoît B. The Fractal Geometry of Nature.
P, Retik A, Darracott E, Wein A. Campbell‘s Urology. 8a
New York: W. H. Freeman and Co., 1982. ISBN 0-7167-
ed. Saunders, Philadelphia, London, New York, St Lo-
1186-9
uis, Sydney, Toronto, 2002. pp 1589-1613.
5. http://coco.ccu.uniovi.es/geofractal/. Consultada el
17 de noviembre de 2006 24. Putz R, Pabsteds R.Pelvic diaphragm [floor]: Male and
female external genitalia. In: Putz R, Pabsteds R, eds.
6. http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volu- Sobotta Atlas of Human Anatomy. Philadelphia, PA:
men3/ciencia3/147/htm/sec_5.htm Consultada el 17 Lippincott Williams & Wilkins; 2001: 222–239.
de enero 2007.
25. Lacono F, Barra S, Dirosa G, Boscaino A, Lotti T. Micros-
7. Barnsley, Michael F., and Hawley Rising. Fractals tructural disorders of tunica albuginea in patients affec-
Everywhere. Boston: Academic Press Professional, 1993. ted by impotence. Eur Urol 1994: 26: 233-9.
ISBN 0-12-079061-0
26. Mundy AR, Healy JC. Muscles and fasciae of the peri-
8. Mandelbrot, Benoît B. Los Objectos Fractales: forma, azar y neum: true pelvis, pelvic floor and perineum. In: Stan-
dimensión. Spanish translation of Les objets fractals. Barce- dring S. ed. Gray’s Anatomy. 39th ed. London: Elsevier
UROLOGIA COLOMBIANA
lona: Tusquets Editores, 1993, 213 pp. Churchill Livingstone; 2005. p1365–71.
9. Ary L. Goldberger, Luis A. N. Amaral , Jeffrey M. Haus- 27. Claes H, Bijnens B, Baert L. The hemodynamic influence
dorff , Plamen Ch. Ivanov, C.-K. Peng *, and H. Eugene of the ischiocavernosus muscles on erectile function. J
Stanley. Fractal dynamics in physiology: Alterations with Urol. 1996;156:986–990.
disease and aging. PNAS | February 19, 2002 | vol. 99
| Suppl. 1 | 2466-2472 28. Brock G, Hsu GL, Nunes L, von Heyden B, Lue TF. The
anatomy of the tunica albuginea in the normal penis and
10. Winfree, A. T. (1994) Nature (London) 371, 233-236 Peyronie’s disease. J Urol. 1997;157:276–281.
29. Hsu GL, Brock G, Martinez-Pineiro L, et al: The three- 42. Hsu, GL, Hsieh CH, Wen HS, Hsu WL, Chen YC, Chen
dimensional structure of the human tunica albuginea: RM, et al. The effect of electrocoagulation on the sinus-
Anatomical and ultrastructural levels. Int J Impot Res oids in the human penis. J Androl 2004; 25: 954–9.
1992; 4:117–129.
43. Nehra A, Goldstein I, Pabby A, Nugent M, Huang YH,
30. Hsu GL, Brock G, Martinez-Pineiro L, et al: Anatomy de las Morenas A, et al. Mechanism of venous leakage: a
and strength of the tunica albuginea: its relevance to prospective clinico pathological correlation of corporeal
penile prosthesis extrusion. J Urol 1994;151:1205–1208. function and structure. J Urol 1996; 156: 1320–9.
31. Goldstein AMB, Padma-Nathan H: The microarchitec- 44. Nehra A, Azadzoi KM, Moreland RB, et al: Cavernosal
ture of the intracavernosal smooth muscle and the ca- expandability is an erectile tissue mechanical property
vernosal fibrous skeleton. J Urol 1990;144:1145–1146. which predicts trabecular histology in an animal model
of vasculogenic erectile dysfunction. J Urol 1998; 159:
32. Wespes E, Nogueira MC, Herbaut AG, Caufriez M, Schul- 2229–2236.
man CC. Role of the bulbocavernosus muscles on the
mechanism of human erection. Eur Urol. 1990;18:45–48. 45. Zhou-Jun SHEN, Xiao-Dong JIN, Zhao-Dian CHEN,
Yuan-He SH Effect of aging on penile ultrastructure De-
33. Hsu, Geng Lou. Hypothesis of human penile anatomy, partment of Urology, First Affiliated Hospital, Zhejiang
erection hemodynamics and their clinical applications. University School of Medicine, Hangzhou 310003, Chi-
Asian J Androl 2006; 8 (2): 225–234 na Asian J Androl 2001 Dec; 3: 281-284.
34. Schmidt MH, Schmidt HS. The ischiocavernosus and 46. Udelson D, Park K, et al. Axial penile buckling forces vs
bulbospongiosus muscles in ma-mmalian penile rigidi- RigiscanÔ radial rigidity as a function of intracaverno-
ty. Sleep. 1993;16:171–183. sal pressure: why rigiscan does not predict functional
35. Hsu GL, Hsieh CH, Wen HS, et al, Anatomy of the Hu- erections in individual patients. Int J Imp Res
man Penis: The Relationship of the Architecture Bet- 1999;11:327-339.
ween Skeletal and Smooth Muscles. Journal of Androlo- 47. Erdogruo T, Savas M, Yilmaz N, Baykara M: Are normal
gy, Vol. 25, No.3, May/June 2004. hemodynamic responses invariability associated with
36. Bitsch M, Kromann-Anderesen B. Schou J, Sjontoft E. normal penile rigidity and potency?. International Jour-
The elasticity and the tensile strength of tunica albugi- nal of Impotence Research 2001; 13:10-15.
nea of corpora cavernosa. J Urol 1990; 1943: 642-644 48. Hsu GL, Lin CW, Hsieh CH, Hsieh JT, Chen SH Distal
37. Basar MM, Atan A, Tekdogan UY. New concepts para- Ligament in Human Glans: A comparative Study of
meters of Rigiscan in differentation of vascular erectile Penile Architecture. Journal of Andrology, Vol. 26, No.
dysfunction: Is it a useful test?. International Journal of 5, September/October 2005.
Urology 2001;8:686-691. 49. http://www.geometriafractal.com/img/articles/
38. Adaikan PG, Ratnam SS: Pharmacology of penile erec- articlefractalesygeologia.htm. Consultado el 15 de ene-
tion in humans. Cardiovascular Intervent Radiol ro de 2007.
1988;11:191–194. 50. Hsu GL, Hsieh CH, Wen HS, Chiang HS. Penile venous
39. Andersson K-E, Wagner G: Physiology of penile erec- anatomy: application to surgery for erectile disturban-
tion. Physiol Rev 1995;75:191–236. ce. Asian J Androl 2002; 4: 61–6.
40. Hsieh CH, Wang CJ, Hsu GL, Chen SC, Ling PY, Wang T, 51. Martínez, M. Teoría Biocognitiva: Hacia Una Ciencia de
et al. Penile veins play a pivotal role in erection: the he- Bioinformación. Segundo Congreso Virtual de Psiquia-
modynamic evidence. Int J Androl 2005; 28: 88–92. tría, Interpsiquis 2001. Mesa Redonda: Psicosomática,
1 Febrero – 7 Marzo, 2001. $#
41. Chen SC, Hsieh CH, Hsu GL, Wang CJ, Wen HS, Ling
PY, et al. The progression of the penile vein: could it be
recurrent? J Androl 2005; 26: 53–60.
UROLOGIA COLOMBIANA
ARTÍCULO ORIGINAL
El Uroanálisis: Un gran aliado del médico
Campuzano Maya Germán(1), Arbeláez Gómez Mario(2)
Médico especialista en Hematología y Patología Clínica.(1)
Profesor ad honoren, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia.
Director Laboratorio Clínico Hematológico.
Médico especialista en Medicina Interna y Nefrología. Profesor Titular. Jefe, Sección de Nefrología.(2)
Departamento de Medicina Interna, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia
Los términos “uroanálisis”, “urianálisis”, Siglo II, Claudio Galenus de Pérgamo (Ga-
“análisis de la orina” “citoquímico de orina”, leno), recogió todo el conocimiento de la épo-
“parcial de orina” describen un perfil o gru- ca bajo su doctrina de la patología humoral,
po de pruebas tamiz con capacidad para de- en donde “no son los órganos sólidos el foco
tectar enfermedad renal, del tracto urinario de las enfermedades sino los cuatro fluidos o
o sistémica. Desde el punto de vista de los humores corporales: sangre, cólera, flema y
procedimientos médicos, la orina se ha des- melancolía y la enfermedad se produce por
crito como una biopsia líquida, obtenida de el desequilibrio de estos fluidos y la naturale-
forma indolora, y para muchos, la mejor he- za y localización de la misma puede estable-
rramienta de diagnóstico no invasiva de las cerse de la composición y apariencia de los
que dispone el médico. humores. Por lo tanto, una enfermedad tam-
bién se manifiesta en la orina”. Las enseñan-
Historia zas de Galeno dominaron el pensamiento
El estudio de la orina es la prueba de labora- médico hasta el siglo XVI y sobrevivieron
torio más antigua. Veamos algunos de los aspec- hasta el siglo XIX.
tos más relevantes en la historia de esta prueba: Siglo X, el médico árabe Isaac Judaeus,
Siglo V antes de Cristo, Hipócrates escri- basándose en el las teorías del humor de Ga-
bió un libro sobre uroscopia y los clínicos de leno, desarrolló un esquema con el que elevó
ese tiempo concentraron sus esfuerzos diag- los hallazgos en orina al nivel de criterio diag- $%
nósticos en dichos conceptos. Por ejemplo, nóstico casi “infalible” de todos los estados
diagnosticaban la diabetes, si al orinar el pa- patológicos conocidos para la época, teoría
ciente sobre el suelo, al poco tiempo abunda- que se denominó uromancia o uroscopia, la
ban las hormigas. Además, en los dibujos del cual fue practicada en la Edad Media. Bajo
hombre de las cavernas, en los jeroglíficos esta teoría se distinguían más de 20 matices
egipcios y en papiros quirúrgicos de Edwin de color de la orina, desde el cristalino, pa-
Smith, se observa al médico examinando su sando por el “tono pelo de camello”, el blan-
sabor y elaborando un diagnóstico al obser- co, el “rojo mora” y el verde pálido hasta el
var el color, la turbidez, el olor y el volumen. negro, de los que se extraían las conclusiones
correspondientes acerca de la enfermedad del
UROLOGIA COLOMBIANA
Siglo I, Caraka, un médico hindú, descri- paciente. Esta posición poco científica con-
bió diez tipos de orina, incluida la que con- dujo a la “adivinación por la orina”, dura-
tiene azúcar. mente criticada por los médicos del siglo XVI.
Siglo XVII, con la invención del microsco-
Enviado para publicación: Marzo de 2007
Aceptado para publicación: Marzo de 2007
pio, el uroanálisis adquirió gran importancia
al analizar el centrifugado, lo que dio origen El presente artículo tiene como objetivo
al estudio del sedimento, estudio ampliado revisar los aspectos más importantes del ci-
por Thomas Addis, para fines del siglo XIX toquímico de orina haciendo énfasis en los
ya existieron tratados completos sobre el exa- aspectos preanalíticos y analíticos que le per-
men macroscópico y microscópico de la orina. mitan al médico sacar el mayor provecho de
la prueba en la práctica clínica. El aspecto
1797, Carl Friedrich Gärtner propuso es-
morfológico más relacionado con el labora-
tudiar la orina en la cabecera del paciente y
torio clínico puede ampliarse consultando
William Cruikshank describió por vez prime-
otras revisiones sobre esta prueba1,2 y los ex-
ra la propiedad de coagulación (presencia de
celentes atlas de sedimento urinario disponi-
proteínas) de la orina al aplicar calor en al-
bles en el literatura médica colombiana3,4.
gunas muestras.
1827, Richard Bright, en “Reports of Me- Muestra de orina
dical Cases”, al describir la “naturaleza al-
Los resultados de las pruebas de labora-
buminosa de la orina”, inició la química cua-
torio son proporcionales a la calidad de la
litativa aplicada a la orina.
muestra: solo es posible tener resultados con-
1850, Jules Maumené es el padre de las fiables de muestras adecuadas5,6 y la orina es
tiras reactivas si se tiene en cuenta que para la prueba que con mayor frecuencia se ve in-
esa época impregnó una tira de lana de ove- fluenciada por esta circunstancia. Para tener
ja merino con “protocloruro de estaño” (clo- una muestra de orina adecuada para el estu-
ruro de estaño) la cual al aplicar una gota de dio es indispensable que el médico5 y el pa-
orina y calentándola con una vela, la tira se ciente conozcan las circunstancias que pue-
tornaba negra inmediatamente si la orina den afectarla y que el laboratorio clínico la
contenía azúcar. maneje, procese e informe adecuadamente.
1883, George Oliver comercializó sus “pa-
peles de prueba de orina”, papel de filtro im- Preparación del paciente
pregnado de los reactivos necesarios para la Una vez el médico le ha solicitado la prue-
facilitar la tarea del médico frente al pacien- ba el laboratorio clínico, el paciente debe con-
te. seguir en la farmacia o reclamar en el labora-
1904, la empresa Helfenberg AG inicia la torio clínico un recipiente adecuado para to-
comercialización de papeles reactivos y en- mar la muestra. El médico debe dar las pri-
$& tre ellos una prueba para detectar la presen- meras instrucciones, sobretodo en lo que tie-
cia de sangre en la orina mediante un méto- ne que ver con la suspensión de algunos me-
do de química húmeda que utilizaba benci- dicamentos o el aplazamiento de la iniciación
dina, mucho antes que una prueba similar de antibióticos u otros medicamentos que
de bencidina sobre papel apareciera en el puedan interferir con la prueba. Si es el labo-
mercado. ratorio clínico quien suministra el recipiente
debe ampliar la explicación de cómo tomar
1920, Fritz Feigl publica su técnica de la mejor muestra de orina e idealmente en-
“análisis inmediato” dando origen a lo que tregar instrucciones escritas para que el pa-
años más tarde serían las tirillas reactivas de ciente siga al momento de tomarla6.
hoy.
UROLOGIA COLOMBIANA
$'
Figura 2. Toma de muestra en mujeres. A. Lávese las
manos con agua y jabón durante 30 segundos. Abra el
Figura 1. Toma de muestra en hombres. A. Lávese las paquete que contiene las toallitas desechables que la en-
manos con agua y jabón durante 30 segundos. Abra el fermera le dió y póngalas en un lugar limpio y seco,
paquete que contiene las toallitas desechables que la en- cercano a usted. B. Destape el frasco para recoger la mues-
fermera le dió y póngalas en un lugar limpio y seco, tra y coloque la tapa con el lado plano hacia abajo. No
cercano a usted. B. Destape el frasco para recoger la toque el interior del recipiente o de la tapa. C. Siéntese
muestra y coloque la tapa con el lado plano hacia abajo. en el inodoro, lo más hacia atrás que pueda. Separe los
No toque el interior del recipiente o de la tapa. C. Prepá- labios vaginales con una mano, y mantenga los pliegues
rese para orinar (si no está circuncidado, deslice el pre- separados. D. Usando las toallitas, limpie bien la zona
UROLOGIA COLOMBIANA
pucio hacia atrás). Usando una toallita, limpie la cabeza entre los labios y alrededor de la uretra, vaya de adelan-
del pene empezando por la abertura uretral y continúe te hacia atrás. Use una toallita nueva en cada pase. E.
en dirección a usted, como muestra la ilustración. Cuan- Orine una pequeña cantidad de líquido en el inodoro.
do termine, bote la toallita usada. D. Orine una pequeña Después de pasar 1 o 2 segundos, coloque el frasco de-
cantidad de líquido en el inodoro. Después de pasar 1 o bajo del flujo urinario y recoja aproximadamente 1 onza
2 segundos, recoja aproximadamente 1 onza de orina de orina (30 mL) en el recipiente. No deje que el frasco
(30 mL) en el recipiente7. toque la piel en ningún momento7.
Manejo de la muestra con refrigeración6. Las muestras que requie-
ren investigación microbiológica deben ser
Siguiendo las instrucciones para la ade-
examinadas en menos de dos horas, y si esto
cuada toma de la muestra de orina, ésta debe
no es posible se deben refrigerar sin preser-
llevarse lo más pronto posible al laboratorio vativos y examinadas en menos de 24 horas,
clínico. y si esto tampoco es posible debe utilizarse
acido bórico como preservativo sólo o en com-
Conservación de la muestra binación con algún medio estabilizador (for-
El laboratorio clínico debe asegurarse que mato de sodio disuelto en glicerol9) y exami-
el estudio se realice dentro de las dos prime- nadas en menos de 48 horas6. Mayor infor-
ras horas después de haberse tomado la mues- mación, sobretodo desde el punto de vista
tra, situación que en el medio, por múltiples técnico consultar otro material orientado al
circunstancias que no son objeto de este mó- laboratorio clínico2-4,6,10-12.
dulo, se incumple con relativa frecuencia, Desde el punto de vista práctico, el uroaná-
sobre todo en los laboratorios clínicos con lisis está constituido por dos grandes grupos de
grandes volúmenes de muestras. Estas últi- estudios: los relacionados con los aspectos fisi-
mas se procesan fuera del tiempo requerido, coquímicos de la orina y sus elementos.
cuando puede haberse presentado destruc-
ción de leucocitos y eritrocitos, proliferación Aspectos fisicoquímicos de la orina
de bacterias, degradación bacteriana de la
glucosa, aumento del pH por formación de Aspectos físicos
amoníaco como resultado de la degradación Dentro de los diferentes aspectos físicos
bacteriana de la urea, y oxidación de la bili- de la orina, el laboratorio clínico debe eva-
rrubina y del urobilinógeno, entre otras8, si- luar el volumen (cuando se analiza orina de
tuaciones que dan resultados falsos positivos 24 horas), el aspecto, el color y el olor (anti-
y falsos negativos, como oportunamente será guamente se evaluaba también el sabor pro-
analizado y frecuentemente inducen a estu- bando la orina).
dios complementarios innecesarios.
Volumen
Cuando no es posible hacer el estudio den-
El volumen de la orina no hace parte del
tro de las dos primeras horas, las muestras
estudio rutinario3, pero es indispensable en
pueden ser conservadas en un recipiente bien
los estudios de orina de 12 y 24 horas (orina
cerrado en la nevera a 4°C.
% minutada). Normalmente en el adulto oscila
Para la mayoría de los constituyentes quí- entre 700 y 2.000 mL/día. Cuando el volu-
micos examinados por medio de tirillas no son men urinario es superior a 2.500 mL/día se
necesarios preservativos si el tubo es refrige- habla de poliuria, cuando es inferior a 500
rado y se realiza el análisis en menos de 24 mL/día de oliguria y cuando es inferior a 100
horas. Con respecto a los análisis químicos mL/día de anuria1,2.
cuantitativos, se conoce que algunas proteí-
nas específicas son inestables en orina pero Aspecto
que los preservativos pueden inhibir su de- El aspecto normal de la orina es transpa-
gradación. En el análisis de partículas, la rente o límpido y cualquier variación a este
muestra debe ser refrigerada si no será exa- criterio debe ser analizado y comprobado por
UROLOGIA COLOMBIANA
minada en menos de una hora, sin embargo, estudios complementarios, incluso en el mi-
puede ocurrir precipitación de uratos y fos- croscopio. Muchas causas pueden ser respon-
fatos. Además, mientras mayor sea el retraso sables de orinas turbias, ante este hallazgo
en el análisis de la muestra, será mas proba- debe investigarse la posibilidad de que esté
ble que ocurra citólisis, especialmente si el pH causado por el uso de medios de contraste
es alcalino y hay densidad relativa baja, aún utilizados en radiología, de lociones, de tal-
cos y de cremas o estar en presencia de célu- existencia de sales biliares que modifican la
las epiteliales, moco, espermatozoides, líqui- tensión superficial1,2. Si en la muestra existe
do prostático, materia fecal o menstruación. bilirrubina, la espuma será amarillo verdosa
También se puede tornar turbia cuando la o parda, en tanto que en su ausencia será li-
orina se guarda bajo refrigeración, por preci- geramente amarilla1,2. El aspecto turbio (tur-
pitación de uratos amorfos, con una precipi- bidez de la orina) también puede estar rela-
tación rosada o con una turbidez blanqueci- cionado con piuria, en infecciones masivas
na por fosfatos6. La formación de una peque- bacterianas o por hongos (recuento microbia-
ña cantidad de espuma, al emitir la orina o no >107/mL), o con lipiduria (lípidos en la
sacudir la muestra en un recipiente, es nor- orina) en presencia de síndrome nefrótico o
mal, pero cuando ésta es abundante y persis- en caso de proteinuria masiva6. La neumatu-
tente se debe sospechar una proteinuria o la ria, presencia de finas burbujas de gas, clíni-
camente es un síntoma poco frecuente que
Tabla 1. Variaciones en el aspecto y color de la orina y su
indica la presencia de una fístula entre el trac-
significado clínico2,6,10,12,18,19,23
to urinario y el intestino, usualmente con fe-
Color Causas patológicas Causas medicamentosas y
alimentarias
caluria (materia fecal en la orina)13-16. En la
Aspecto turbio Ácido úrico, bacterias, Dieta alta en alimentos tabla 1 se relacionan los principales cambios
cálculos (arenilla), ricos en purinas
carbonatos, contaminación (hiperuricosuria del aspecto y el color de la orina2.
con matéria fecal, eritrocitos,
espermatzodies, fosfaturia, Color
grumus, hperoxaluria,
leucocitos, levaduras,
líquido proostático, medio La orina normal tiene un color ámbar
de contraste radiopaco,
mucina (moco), pus, tejidos,
(amarillo claro) característico. El color de la
urato orina depende de los urocromos, que normal-
Aspecto Cremas vaginales, grasas,
lechoso lipuria, piuria mente se encuentran allí presentes, como
Café Pigmentos biliares, Leguminosas, levodopa, porfirinas, bilirrubina y uroeritrina. Es impor-
mioglobina metronidazol,
nitrofurantoina, algunos
tante aclarar que un color diferente al nor-
agentes antimaláricos mal no necesariamente indica enfermedad
Pardusco Ácido homogentísico, ácido Alfa-metildopa,
(castaño) a parahidroxifenilpirúvico, compuestos de hierro
negro fenol, melanina, (especialmente
metahemoglobina, intravenosos), levodopa, Tabla 2. Variaciones de importancia clínica en el olor de
mioglobina, pigmentos metronidazol, la orina2
biliares (bilirrubina), nitrofurantoína, quinina,
porfirinas resorcinol Olor importancia clínica
Verde o azul Biliverdina, infección del Acriflavina, amitriptilina,
%
tracto urinario por azul de Evans, azul de Alcohol intoxicación por etanol
Pseudomona metileno, cimetidina
intravenosa, complejo de Amoniacal infecciones del tracto urinario por
vitamina B, fenilsalicilato, bacterias que descomponen la urea
índigo carmín,
prometazina intravenosa,
(ureasa positivas), retención prolongada
timol, triamtereno de orina
Amarillo fuerte Pigmentos biliares Acriflavina, azogastrina, Fecaloide fístulas vesico-intestinales
a naranja (bilirrubina), urobilina colorantes de alimentos,
fenazopiridina, Fruta fresca o acetona en presencia de cetonuria, acidosis
fenotiazinas, metabólica (frecuentemente debida a
nitrofurantoína, orina
concentrada, Pyridium,
ayuno prolongado o diabetes mellitus
quinacrina, riboflavina, no controlada)
ruibarbo, serotonina,
Hedor hepático olor a rancio de la orina y el aliento en
sulfasalazina, zanahoria
Rojo o castaño Porfirinas, porfobilinógeno, Fenoltaleina, remolacha,
presencia de encefalopatías hepáticas
a púrpura uroporfirinas rifampicina, ruibarbo, Humedad fenilcetonuria
zarzamora
UROLOGIA COLOMBIANA
Aspectos citoquímicos
En la actualidad, y gracias a los avances
logrados con las tirillas para orina, el labora-
torio clínico está en capacidad de medir, con Figura 3. Principio de la determinación del pH en orina.
alto grado se sensibilidad y especificidad,
dentro de un uroanálisis de «rutina» los si-
guientes parámetros: gravedad específica, Interpretación de la prueba
pH, proteínas, glucosa, cuerpos cetónicos, Valores de referencia: 4,8 a 7,4 a lo largo
urobilinógeno, bilirrubina, nitritos, leucocitos del día y 5,5 a 6,5 en la orina de la primera
y eritrocitos. muestra de la mañana. Una de las principa-
pH urinario les funciones del riñón es mantener el equili-
brio ácido-base del organismo, de tal manera
Principio de la prueba que el pH sanguíneo se mantenga estable6.
La prueba se basa en la combinación de En términos generales, a excepción de los
tres indicadores: el rojo de metilo, el azul de pacientes con acidosis tubular renal, el pH
bromotimol y la fenolftaleína, que reaccio- de la orina refleja el pH sérico. La incapaci-
nan con los iones de hidrógeno, presentes dad para acidificar la orina a un pH menor
en la muestra de orina. Las reacciones pro- de 5.5, a pesar de un ayuno prolongado y de
ducen cambios cromáticos, que van del na- la administración de una carga de ácido, es
considerado como el sello característico de la
ranja al verde amarillo y al azul, que el bac-
% teriólogo mediante una tabla de compara-
acidosis tubular renal. En la acidosis tubular
renal tipo I (distal), el pH sérico es ácido pero
ción puede leer o el lector de tirillas detectar
la orina es alcalina, esto es secundario a la
para determinar el pH de la orina. Antes de
incapacidad de secretar los protones en la
interpretar el pH de la orina vale la pena orina. La acidosis tubular renal tipo II (proxi-
recordar que los riñones normales producen mal) se caracteriza por una inhabilidad en la
orina con pH de 4,6 a 8,0, usualmente éste absorción del bicarbonato. Esta situación pro-
se encuentra alrededor de 5,5 a 6,5. La ori- duce la orina alcalina inicialmente, pero como
na se torna más alcalina después de las co- la carga de filtración de bicarbonato dismi-
midas; debido a la secreción de ácido por la nuye, la orina se torna más ácida19.
mucosa gástrica su pH es mas bajo en esta-
Utilidad clínica
UROLOGIA COLOMBIANA
alto o bajo, puede haber destrucción pre- los riñones de un paciente. La gravedad es-
matura de leucocitos y eritrocitos, lo que pecífica de la orina se aumenta en presencia
explica la combinación de resultados nega- de glucosuria, en el síndrome de secreción
tivos en el sedimento con una reacción po- inapropiada de la hormona antidiurética y
sitiva para alguna de estas células en la ti- puede estar disminuida por el uso de diuréti-
rilla. cos, en la diabetes insípida, en el hiperaldoste-
ronismo, en la insuficiencia suprarrenal y dando como resultado un sedimento urina-
cuando hay daño de la función renal24. En la rio negativo (falso negativo) mientras que la
mayoría de los pacientes con enfermedad re- reacción para eritrocitos y leucocitos es posi-
nal parenquimatosa, el margen de variación tiva en la tirilla (verdadero positivo).
de la gravedad específica se estrecha con el Interferencia con medicamentos
tiempo, hasta que finalmente el filtrado glo-
merular no se altera en su paso por el nefrón Los medicamentos, y cualquier otro tipo
en donde se fija en 1.010 o menos1,2. En el de sustancias, que modifican la diuresis pue-
paciente con oliguria, la densidad específica den dar resultados falsamente bajos o altos,
puede ayudar a distinguir entre insuficien- con valores que pueden oscilar entre 1.000 y
cia renal aguda, en la que hay isostenuria y 1.040, incluso en personas sanas10.
la oliguria por deshidratación, en la cual se
encuentra elevada1,2. Ejemplos de hipostenu- Proteínas
ria persistente son la diabetes insípida, la in- Principio de la prueba
gestión compulsiva de agua, la hipopotase-
La prueba se basa en el denominado error
mia grave, la hipercalcemia, enfermedades
de proteína de los indicadores de pH. En la
renales parenquimatosas fundamentalmen-
zona de reacción de la tirilla hay una mezcla
te del tipo de túbulo intersticial, la insuficien-
tampón y un indicador que cambia de color
cia renal aguda y los defectos tubulares re-
amarillo a verde en presencia de proteínas
nales1,2.
en la orina, aunque el pH se mantenga cons-
Además, la gravedad especifica puede ser tante. Estos cambios cromáticos pueden ser
de utilidad para evaluar la calidad de la detectados por el lector de tirillas o leídos por
muestra en estudios antidopaje y consumo el bacteriólogo mediante una tabla de compa-
de drogas de abuso ya que cuando está por ración para determinar la presencia de pro-
debajo de 1.005 es altamente sospechosa de teínas en la orina. La reacción es particular-
estar diluida10. mente sensible a la albúmina, siendo positiva a
Resultados falsos positivos o negativos partir de concentraciones de albúmina mayo-
res de 6 mg/dL. En la figura 4 se esquematiza
La gravedad específica tiende a estar fal- el principio sobre el cual se basa la prueba.
samente elevada en orinas con pH por deba-
jo de 6 y falsamente disminuida en orinas con
%" pH por encima 717,18. Cuando en la orina hay
pequeñas cantidades de proteínas (100 a 500
mg/día) o cetonuria, la gravedad específica
usualmente arroja valores un poco más altos
que los reales18.
Limitaciones de la prueba
La gravedad específica de la orina depen- Figura 4. Principio de la determinación de proteína en
de del estado de hidratación, la cual puede orina.
estar modificada, intencional o accidental-
mente, debido a la ingesta de éstos, la trans- Interpretación de la prueba
UROLOGIA COLOMBIANA
Los estados precomatosos y comatosos en la (6) Pacientes con algunas alteraciones me-
diabetes, a excepción del coma hiperosmo- tabólicas congénitas (síndrome de Fanconi).
lar, casi siempre van acompañados de ce- Interferencia con medicamentos
toacidosis. La carencia relativa o total de in-
sulina reduce el consumo de glucosa de las El captopril, la mesma (sal sódica del áci-
células grasas y musculares, provocando un do 2-mercaptoetanosulfónico) y otras sustan-
cias con grupos sulfhídrilo pueden producir urobilinógeno tiene variación diurna18, una
resultados falsos positivos. razón más para estandarizar la muestra a la
primera de la mañana.
Urobilinógeno
Resultados falsos negativos
Principio de la prueba
Se pueden presentar resultados falsos ne-
Una sal de diazonio estable, p-metoxiben- gativos cuando el paciente recibe antibióti-
ceno diazoniofluoborato presente en la tira cos por vía oral, debido a que éstos dismi-
reactiva, reacciona casi inmediatamente con nuyen significativamente el número de bac-
el urobilinógeno, dando lugar a la formación terias que degradarían la bilirrubina en la
de un colorante azoico rojo, que el bacterió- luz intestinal, cuando hay suspensión de la
logo mediante una tabla de comparación colepoyesis (estimulación de la producción
puede leer o el lector de tirillas detectar. En la de bilis) en el hígado por ejemplo en hepati-
figura 8 se esquematiza el principio sobre el tis viral severa y lesiones hepatotóxicas gra-
cual se basa la prueba. ves o cuando hay una obstrucción de los con-
ductos biliares, debido a que en este caso la
bilirrubina no pasaría al tracto digestivo18.
También se presentan resultados falsos ne-
gativos cuando la muestra se procesa más
allá del tiempo óptimo, debido a la oxida-
ción del urobilinógeno expuesto a la luz y
Figura 8. Principio de la determinación del urobilinóge- cuando la orina es conservada con formal-
no en orina. dehído a una concentración mayor de 200
mg/dL.
Interpretación de la prueba Resultados falsos positivos
Valores de referencia: negativo (<1 mg/ El pH alcalino de la orina aumenta la de-
dL). Normalmente la orina contiene sólo pe- puración del urobilinógeno y aumenta la can-
queñas cantidades de urobilinógeno, produc- tidad del urocromo en la orina18.
to final de la bilirrubina conjugada luego de
haber sido excretada por los conductos bilia- Interferencia con medicamentos
res y metabolizada en el intestino por la ac- Se presenta interferencia con las sulfona-
ción de las bacterias allí presentes. El urobili- midas, el PABA (ácido para-amino benzoíco) y %'
nógeno es reabsorbido a la circulación portal el ácido para-aminosalicílico ya que pueden
y eventualmente una pequeña cantidad es ocurrir resultados falsos positivos para uro-
filtrada por el glomérulo. La prueba de tirilla bilinógeno18. Otros fármacos que tiñen la ori-
es específica para el urobilinógeno y no se na de rojo o son de color rojo en un medio
afecta por los factores interferentes como ocu- ácido, como la fenazopiridina, también pue-
rre en la prueba de Ehrlich. den dar resultados falsos positivos18.
Utilidad clínica
Bilirrubina
El urobilinógeno se encuentra aumenta-
do en la orina de pacientes con enfermeda- Principio de la prueba
UROLOGIA COLOMBIANA
primera orina de la mañana. con una sal de diazonio para formar una tin-
ción violeta, que el bacteriólogo mediante una
(4) Almacenamiento prolongado de la
tabla de comparación puede leer o el lector
muestra a temperatura ambiente en el labo-
de tirillas detectar. En la figura 11 se esque-
ratorio clínico, situación que puede llevar a
matiza el principio sobre el cual se basa la
degradar los nitritos presentes originalmente
prueba.
en la muestra de orina.
Con respecto a la prueba de estearasa leu-
cocitaria es importante dejar claro que:
a) Como prueba tamiz es inadecuada a
no ser que se utilice combinada con la prue-
ba de nitritos.
b) A pesar de lo anterior puede reempla-
zar el estudio bacteriológico directo, Gram y
cultivo en el diagnóstico de la infección uri-
naria 34.
Figura 11. Principio de la determinación de leucocitos en
orina. Resultados falsos positivos
Se pueden presentar por contaminación
Interpretación de la prueba de la muestra con secreciones vaginales o
uretrales.
Valores de referencia: negativo (menos de
10 leucocitos por mL). Los leucocitos excre- Resultados falsos negativos
tados en la orina son casi exclusivamente Cuando en la muestra de orina hay
granulocitos (polimorfonucleares neutrófilos grandes cantidades de albúmina, ácido as-
y eosinófilos) y la tirilla reactiva detecta su córbico y glucosa, así como cuando la gra-
presencia mediante la actividad de la estea- vedad específica está muy elevada18. Tam-
rasa que poseen18. La prueba de estearasa bién puede presentarse en pacientes con
detecta la presencia de leucocitos a niveles neutropenia 18.
tan bajos como 5 células por campo de alto
Interferencia con medicamentos
poder, tanto íntegras como lisadas, situación
que explica porqué un resultado positivo en Se pueden resultados falsos negativos en
la tirilla puede ser negativo para leucocitos pacientes que consumen cefalexina, cefaloti-
en el sedimento18. na, nitrofurantoina, gentamicina, tetracicli-
Utilidad clínica nas y ácido oxálico (especialmente en toma-
dores de «té helado»)18. Medicamentos como
La prueba es muy buena cuando hay in- imipenem, meropenem y ácido clavulánico
fecciones urinarias con recuentos mayores de pueden inducir resultados falsos positivos.
10 5 UFC/mL y cuando se combina con la
& prueba de nitrito, con una sensibilidad del
Las bacterias, las tricomonas o los eritro-
citos presentes en la orina no afectan la reac-
84%, especificidad del 98,3%, valor predicti-
ción de forma significativa18.
vo positivo del 84% y negativo del 98,3%33.
La prueba de estearasa leucocitaria cuando Limitaciones de la prueba
se compara con el microscopio tiene una sen- Aún con piuria al microscopio, la estea-
sibilidad y especificidad de 80% y 70% res- rasa leucocitaria es un mal predictor de uro-
pectivamente18. Los microorganismos como cultivo positivo35.
Chlamydia y Ureaplasma urealyticum se de-
ben considerar en pacientes con piuria y con Sangre
cultivos negativos. Dentro de las causas de
Principio de la prueba
UROLOGIA COLOMBIANA
responsibility. Am Fam Physician. 1985;31:103-111. 26. Kutter D. Dry chemistry urinalysis of pathological pro-
teinuria. Clin Chem Lab Med. 1998;36:929-933.
6. Kouri T, Fogazzi G, Gant V, Hallander H, Hofmann W,
Guder WG. European Urinalysis Guidelines. Scan J Clin 27. Carroll MF, Temte JL. Proteinuria in adults: a diagnostic
Lab Invest. 2000;60:1-96. approach. Am Fam Physician. 2000;62:1333-1340.
7. Laboratorio Clínico Hematológico. Sistema Integrado 28. House AA, Cattran DC. Nephrology: 2. Evaluation of
de Gestión de la Calidad. Instructivo para toma de asymptomatic hematuria and proteinuria in adult pri-
muestras de orina. Medellín, Colombia. 2006. mary care. Cmaj. 2002;166:348-353.
29. Binder L, Smith D, Kupka T, et al. Failure of prediction 45. Siegel AJ, Hennekens CH, Solomon HS, Van Boeckel B.
of liver function test abnormalities with the urine urobi- Exercise-related hematuria. Findings in a group of ma-
linogen and urine bilirubin assays. Arch Pathol Lab Med. rathon runners. Jama. 1979;241:391-392.
1989;113:73-76.
46. Manoukian AA, Bhagavan NV, Hayashi T, Nestor TA,
30. Fleischner G, Arias IM. Recent advances in bilirubin for- Rios C, Scottolini AG. Rhabdomyolysis secondary to lo-
mation, transport, metabolism and excretion. Am J Med. vastatin therapy. Clin Chem. 1990;36:2145-2147.
1970;49:576-589.
47. Ricaurte B, Guirguis A, Taylor HC, Zabriskie D. Simvas-
31. Pels RJ, Bor DH, Woolhandler S, Himmelstein DU, tatin-amiodarone interaction resulting in rhabdomyoly-
Lawrence RS. Dipstick urinalysis screening of asympto- sis, azotemia, and possible hepatotoxicity. Ann Phar-
matic adults for urinary tract disorders. II. Bacteriuria. macother. 2006;40:753-757.
Jama. 1989;262:1221-1224.
48. Clarkson PM, Kearns AK, Rouzier P, Rubin R, Thomp-
32. Gallagher EJ, Schwartz E, Weinstein RS. Performance son PD. Serum creatine kinase levels and renal function
characteristics of urine dipsticks stored in open contai- measures in exertional muscle damage. Med Sci Sports
ners. Am J Emerg Med. 1990;8:121-123. Exerc. 2006;38:623-627.
33. Semeniuk H, Church D. Evaluation of the leukocyte es- 49. Fogazzi GB, Garigali G. The clinical art and science of
terase and nitrite urine dipstick screening tests for detec- urine microscopy. Curr Opin Nephrol Hypertens.
tion of bacteriuria in women with suspected uncompli- 2003;12:625-632.
cated urinary tract infections. J Clin Microbiol.
50. Kato Y, Kato T, Kasai H, Okuyama T, Uyemura K. Pre-
1999;37:3051-3052. paration and characterization of highly acidic proteins
34. Van Nostrand JD, Junkins AD, Bartholdi RK. Poor pre- from chick brain. J Biochem (Tokyo). 1977;82:43-51.
dictive ability of urinalysis and microscopic examina- 51. Sternheimer R, Malbin B. Clinical recognition of pyelone-
tion to detect urinary tract infection. Am J Clin Pathol. phritis, with a new stain for urinary sediments. Am J
2000;113:709-713. Med. 1951;11:312-323.
35. Bachman JW, Heise RH, Naessens JM, Timmerman MG. 52. Tyszkiewicz Z. Diagnostic value of Sternheimer-Malbin
A study of various tests to detect asymptomatic urina- cells in diseases of the urinary system. Experimental
ry tract infections in an obstetric population. Jama. part. Pol Med J. 1966;5:305-310.
1993;270:1971-1974.
53. Sternheimer R. A supravital cytodiagnostic stain for uri-
36. Grossfeld GD, Litwin MS, Wolf JS, et al. Evaluation of nary sediments. Jama. 1975;231:826-832.
asymptomatic microscopic hematuria in adults: the
American Urological Association best practice policy— 54. Badicut I, Poiata A, Tuchilus C, Badicut A, Buiuc D. A
part I: definition, detection, prevalence, and etiology. study for the improvement of the cytological urine exa-
Urology. 2001;57:599-603. mination performances in upper tract infection diagno-
sis. Roum Arch Microbiol Immunol. 2003;62:191-202.
37. Ahmed Z, Lee J. Asymptomatic urinary abnormalities.
Hematuria and proteinuria. Med Clin North Am. 55. Triger DR, Smith JW. Survival of urinary leucocytes. J
1997;81:641-652. Clin Pathol. 1966;19:443-447.
38. Fassett RG, Horgan BA, Mathew TH. Detection of glo- 56. Kauffman HM, Jr., Clark RF, Magee JH, et al. Lympho-
merular bleeding by phase-contrast microscopy. Lancet. cytes in Urine as an Aid in the Early Detection of Renal
1982;1:1432-1434. Homograft Rejection. Surg Gynecol Obstet. 1964;119:25-
'
36.
39. Brendler CB. Evaluation of the urologic patient: history,
physical examination and urinalysis. In: Campbell MF, 57. Nolan CR, 3rd, Anger MS, Kelleher SP. Eosinophiluria—
Walsh PC, eds. Campbell’s Urology (ed 7th ed). Phila- a new method of detection and definition of the clinical
delphia, USA: Saunders; 1998:144-156. spectrum. N Engl J Med. 1986;315:1516-1519.
40. Sutton JM. Evaluation of hematuria in adults. Jama. 58. Landais P, Goldfarb B, Kleinknecht D. Eosinophiluria
1990;263:2475-2480. and drug-induced acute interstitial nephritis. N Engl J
Med. 1987;316:1664.
41. Mohr DN, Offord KP, Owen RA, Melton LJ, 3rd.
Asymptomatic microhematuria and urologic disease. 59. Hadrick MK, Vaden SL, Geoly FJ, Cullen JM, Douglass
A population-based study. Jama. 1986;256:224-229. JP. Acute tubulointerstitial nephritis with eosinophilu-
ria in a dog. J Vet Intern Med. 1996;10:45-47.
42. Morimoto M, Yanai H, Shukuya K, Chiba H, Kobayashi
K, Matsuno K. Effects of midstream collection and the 60. Corwin HL, Korbet SM, Schwartz MM. Clinical correla-
menstrual cycle on urine particles and dipstick urinaly- tes of eosinophiluria. Arch Intern Med. 1985;145:1097-
sis among healthy females. Clin Chem. 2003;49:188-190. 1099.
UROLOGIA COLOMBIANA
43. Messing EM, Young TB, Hunt VB, Emoto SE, Wehbie 61. Zamora J, Korb S, Bentt L, et al. Eosinophiluria as an
JM. The significance of asymptomatic microhematuria indicator of kidney-pancreas transplant rejection. Trans-
in men 50 or more years old: findings of a home scree- plant Proc. 1993;25:948-950.
ning study using urinary dipsticks. J Urol. 1987;137:919- 62. Issa RM, Shalaby MA. Eosinophilia as a diagnostic va-
922. lue in patients suffering from schistosomiasis haemato-
44. Khan MA, Shaw G, Paris AM. Is microscopic haematu- bium comparing to eosinophiluria and egg count in the
ria a urological emergency? BJU Int. 2002;90:355-357. urine. J Egypt Soc Parasitol. 1999;29:431-449.
63. Reimert CM, Mshinda HM, Hatz CF, et al. Quantitative 71. Anglicheau D, Duvic C, Nedelec G. Sudden anuria due
assessment of eosinophiluria in Schistosoma haemato- to indinavir crystalluria. Nephron. 2000;86:364-365.
bium infections: a new marker of infection and bladder
morbidity. Am J Trop Med Hyg. 2000;62:19-28. 72. Hortin GL, King C, Miller KD, Kopp JB. Detection of
indinavir crystals in urine: dependence on method of
64. Ohsawa I, Ohi H, Takahashi K. Eosinophiluria in Churg- analysis. Arch Pathol Lab Med. 2000;124:246-250.
Strauss syndrome. Nephrol Dial Transplant.
2004;19:1333. 73. Gagnon RF, Alli AI, Edwardes MD, Watters AK, Tsoukas
CM. Low urine pH is associated with reduced indinavir
65. Wilson DM, Salazer TL, Farkouh ME. Eosinophiluria in crystalluria in indinavir-treated HIV-infected individuals.
atheroembolic renal disease. Am J Med. 1991;91:186- Clin Nephrol. 2006;65:13-21.
189.
74. Famularo G, Di Toro S, Moretti S, De Simone C. Sympto-
66. Graham JC, Galloway A. ACP Best Practice No 167: the matic crystalluria associated with indinavir. Ann Phar-
laboratory diagnosis of urinary tract infection. J Clin macother. 2000;34:1414-1418.
Pathol. 2001;54:911-919.
75. Daysog A, Jr., Campos PC. The nephrotic syndrome
67. Berns JS, Cohen RM, Silverman M, Turner J. Acute renal among Filipinos: clinical and histologic studies with spe-
failure due to indinavir crystalluria and nephrolithiasis: cial reference to doubly refractile fat bodies in the urine.
report of two cases. Am J Kidney Dis. 1997;30:558-560. J Philipp Med Assoc. 1966;42:779-794.
68. Antony SJ. Rapid development of indinavir-induced 76. Menendez LR, Bacon W, Kempf RA, Moore TM. Fat
asymptomatic crystalluria in a human immunodeficien- embolism syndrome complicating intraarterial chemo-
cy virus-negative patient. Clin Infect Dis. 1998;27:911- therapy with cis-platinum. Clin Orthop Relat Res.
912. 1990:294-297.
69. Trainor LD, Steinberg JP, Austin GW, Solomon HM. In- 77. Schumann GB. Cytodiagnostic urinalysis for the nephro-
dinavir crystalluria: identification of patients at increa- logy practice. Semin Nephrol. 1986;6:308-345.
sed risk of developing nephrotoxicity. Arch Pathol Lab
Med. 1998;122:256-259. 78. Eggensperger DL, King C, Gaudette LE, Robinson WM,
O’Dowd GJ. Cytodiagnostic urinalysis. Three years ex-
70. Tsao JW, Kogan SC. Images in clinical medicine. Indina- perience with a new laboratory test. Am J Clin Pathol.
vir crystalluria. N Engl J Med. 1999;340:1329. 1989;91:202-206.
'
UROLOGIA COLOMBIANA
ARTÍCULO ORIGINAL
Reporte actual de las biopsias de
próstata
Consenso de la Sociedad Internacional
de Patología - ISPU
Vélez Hoyos Alejandro(1), Mendoza Luna Alfredo(2), Uribe Arcila Juan Fernando(3)
Patólogo. Profesor titular de patología UPB y CES(1)
Residente III de Urología CES(2)
Urólogo(3)
Hospital Pablo Tobón Uribe
Medellín- Colombia
Resumen
Durante los últimos 40 años se han utilizado múltiples sistemas de clasifi-
cación para el cáncer de próstata, pero en la última década un sistema se
comenzó a utilizar de manera universal. Esta es el descrita por Donald F. Glea-
son de Minnesota – USA, que usando datos del Veterans Administration Coope-
rative Urological Research Group (VACURG) creó hace 41 años en 1966 un sis-
tema de clasificación para el carcinoma de próstata basado solamente en el
patrón arquitectural del tumor del 1 al 5 y sumando los dos grados más comu-
nes en la muestra del tumor, realizando luego una sumatoria que se reporta
como el “puntaje o score de Gleason”. En la clasificación original descrita por
Gleason no se describieron las nuevas variantes de adenocarcinoma de prósta-
ta como son: Carcinoma mucinoso, adenocarcinoma ductal y adenocarcino-
ma seudohiperplasico de próstata. Además, algunos patrones de adenocarci- ''
noma de próstata como aquellos con presentaciones glomeruloides y fibropla-
sia mucinosa (micronódulos de colágeno), no tenían un grado definido, moti-
varon la realización de un consenso de clasificación nuevo. El artículo descri-
be los cambios y menciona los elementos mínimos que debe tener un reporte
de biopsia actual: Grado primario de Gleason, grado secundario de Gleason,
Sumatoria de Gleason, Porcentaje o medición de compromiso del cáncer, com-
promiso neuronal o vascular y el PIN de alto grado (cuando existe).
como con “un extremo liso que usualmente lo gos reunidos en San Antonio en el 2005 pro-
rodea”. venientes de las academias estadounidenses,
canadienses y otros países de todo el mundo, dos como puntaje Gleason 1+1=2 correspon-
para elaborar un consenso sobre áreas con- den realmente a adenosis (hiperplasia ade-
troversiales relacionadas con las clasificación nomatosa atípica), con el uso de la inmuno-
de Gleason. histoquímica con citoqueratinas de alto peso
Las siguientes son algunas de las conside- molecular y P 63 se observa capa basal en
raciones del consenso. (ver gráfica 1) estas lesiones descartando cáncer. El Dr.
Mostofi, patólogo en Jefe de las Fuerzas Ar-
madas en Washington, solía decir que un
caso de Gleason 1 se debe guardar para la
colección de un museo por ser tan poco fre-
cuente.
Puntaje de Gleason 3 o 4 (2+1 o 1+2 o 2+2)
Los miembros del consenso consideran
que este diagnóstico de bajo grado sólo se debe
hacer ocasionalmente en especímenes de re-
fección transuretral
(RTU) y en ciertos especimenes de prosta-
tectomia radical.11,12,13
El grupo consideró que el diagnóstico de
Gleason 2+1 o 2+2 no puede hacerse en una
biopsia por aguja. En los centros de referen-
cia este puntaje de Gleason sólo corresponde
al 1 al 2% de los diagnósticos que se realizan
y algunos consideran que si un patólogo hace
Gráfica 1. Esquema de Gleason y del consenso de urólogos frecuentemente este diagnóstico es que tiene
más de 50 años, porque los jóvenes hacen este
diagnóstico sólo excepcionalmente.
Aplicaciones generales de la clasifi-
Las razones para no hacer este diagnósti-
cación de Gleason
co son:
La clasificación inicial se basa en criterios
- La pobre reproducción entre los exper-
de arquitectura usando lentes de bajo au-
tos que al recibir biopsia con gleason 2
mento 4X o 10X, después si se necesita mag-
nificación para verificar el grado se puede inmediatamente las aumentan a 3.
utilizar una lente de mayor aumento a 40X - La poca correlación con el grado al com-
Por ejemplo, con poca magnificación se tiene parar con la post-prostatectomia don-
la impresión de las glándulas fusionadas o de generalmente también aumenta.
necrosis, pero se puede requerir mayor mag-
- Un diagnóstico de sumatoria Gleason
nificación para confirmar adecuadamente
3 o 4 puede confundir a los clínicos y
estos hallazgos.2,3,4,5
al paciente a creer que tiene un tumor
UROLOGIA COLOMBIANA
Conclusiones
§ Luego de 40 años del sistema de clasi-
ficación de Gleason y continua siendo
el predictor mas poderoso del compor-
tamiento del cáncer de próstata.
§ Este sistema de clasificación se ha man-
tenido durante el tiempo con pocas
adaptaciones las cuales se han acomo-
dado a los cambios de la medicina.
§ Los patólogos por encima de 50 años
Foto 3. Compromiso perineuronal. de edad tienden a diagnosticar punta-
jes de Gleason 2- 4 más estadísticamen-
te significativos que los patólogos mas
Los criterios mínimos de cáncer de
jóvenes en biopsia por aguja que usan
prostata: más la combinación 3+3.
(Un trabajo del Hospital Pablo Tobón Uri- § En Europa se prefiere el puntaje glo-
be de Medellín) bal de la muestra de la biopsia por agu-
Se revisaron 200 biopsias de próstata de ja de diferentes grados de diferentes
biopsia con aguja número 18 diagnosticados muestras.
como cáncer realizados en los laboratorios de
patología del Hospital Pablo Tobón Uribe, Bibliografía
Universidad Pontificia Bolivariana y Dinámi- 1. Epstein J, Allsbrook W, Amin M, The 2005 International
ca IPS en Medellín, Colombia. Society of urological pathology (ISUP). Consensus Con-
ference on Gleason Grading of prostatic carcinoma. Am
En estas instituciones los urólogos y ra- J Surg Pathology, volume 29, number 9 Sept 2005 1228
-1242
diólogos realizan biopsias de diferentes áreas
de la próstata, con 6 a 8 cilindros de la mis- 2. Amin M, Boccon-Gibod L, Egevad, et al. Prognostic and #
predictive factors and reporting of prostate carcinoma
ma en cada lado, que luego fueron fijados in prostate needle biopsy specimens. Scand J Urol Ne-
en formol neutro al 10% y coloreados con phrol. 2005;39:20-33.
hematoxilina y eosina, El diagnóstico de cán- 3. Bailar JC 3rd, Mellinger GT, Gleason DF. Survival rates
cer se hizo usando el sistema de graduación of patients with prostatic cancer, tumor stage, and di-
fferentiation: preliminary report. Cancer Chemother Rep.
de Gleason y de Mostofi de la AFIP y OMS. 1966;50:129-136.
Las características histológicas en las glán- 4. Baisden BL, Kahane H, Epstein JI. Perineural invasion,
dulas neoplásicas fueron: Infiltración del es- mucinous fibroplasia, and glomerulations: diagnostic
features of limited cancer on prostate needle biopsy. Am
troma 100%, ausencia de capa basal 100%, J Surg Pathol. 1999;23:918-924.
nucleolo prominente (96%), nucleolo margi- 5. Bostwick DG, Wollan P, Adlakha K. Collagenous mi-
UROLOGIA COLOMBIANA
nal (82%), múltiples nucleolos (56%), crista- cronodules in prostate cancer: a specific but infrequent
loides intraluminales (40%), material eosinó- diagnostic finding. Arch Pathol Lab Med. 1995;119:444-
447.
filo amorfo intraluminal (72%), micronodu-
6. Brinker DA, Potter SR, Epstein JI. Ductal adenocarcino-
los de colágeno (1%), estructuras glomeruloi- ma of the prostate diagnosed on needle biopsy: correla-
des (10%), invasión perineural (18%), retrac- tion with clinical and radical prostatectomy findings and
ción del estroma (32%) e invasión de la grasa progression. Am J Surg Pathol. 1999;23:1471-1479.
7. Cohen MB, Soloway MS, Murphy WM. Sampling of ra- 16. Gleason DF. Histological grading and clinical staging of
dical prostatectomy specimens: how much is adequate? prostatic carcinoma. In: Tannenbaum M, ed. Urologic
Am J Clin Pathol. 1994;101: 50-252. Pathology: The Prostate. Philadelphia: Lea & Feibiger,
1977:171-198.
9. Egevad L, Allsbrook WC, Epstein JI. Current practice of
Gleason grading among genitourinary pathologists. Hum 17. Hodge KK, McNeal JE, Terris MK, et al. Random syste-
Pathol. 2005;36:5-9. matic versus directed ultrasound guided transrectal core
biopsies of the prostate. J Urol. 1989;142:71-74.
10. Epstein JI, Lieberman PH. Mucinous adenocarcinoma
of the prostate gland. Am J Surg Pathol. 1985;9:299- 18. Hall GS, Kramer CE, Epstein JI. Evaluation of radical
308. prostatectomy specimens: a comparative analysis of
sampling methods. Am J Surg Pathol. 1992;16:315-324.
11. Epstein JI. Gleason score 2-4 adenocarcinoma of the pros-
tate on needle biopsy: a diagnosis that should not be 19. Kunz GM Jr, Epstein JI. Should each core with prostate
made. Am J Surg Pathol. 2000;24:477-478. cancer be assigned a separate Gleason score? Hum Pa-
thol. 2003;34:911-914. 21. Levi AW, Epstein JI. Pseudo-
12. Epstein JI, Algaba F, Allsbrook J, et al. Acinar adenocar- hyperplastic prostatic adenocarcinoma on needle biop-
cinoma. In: Eble JN, Sauter G, Epstein JI, et al, eds. sy and simple prostatectomy. Am J Surg Pathol.
World Health Organization Classification of Tumours. 2000;24:1039-1046. 22. Mellinger GT, Gleason D, Bailar
Pathology & Genetics: Tumours of the Urinary System J 3rd. The histology and prognosis of prostatic cancer. J
and Male Genital Organs. Lyon, France: IARC Press, Urol. 1967;97:331-337.
2004:179-184.
20. Mosse CA, Magi-Galluzzi C, Tsuzuki T, et al. The prog-
13. Epstein JI, Amin M, Boccon-Gibod L, et al. Prognostic nostic significance of tertiary Gleason pattern 5 in radi-
factors and reporting of prostate carcinoma in radical cal prostatectomy specimens. Am J Surg Pathol. 2004;
prostatectomy and pelvic lymphadenectomy specimens. 28:394-398.
Scand J Urol Nephrol. 2005;39:34-36.
21. Rubin MA, Bismar TA, Curtis S, et al. Prostate needle
15. Gleason DF, Mellinger GT. Prediction of prognosis for biopsy reporting: how are the surgical members of the
prostatic adenocarcinoma by combined histological gra- Society of Urologic Oncology using pathology reports to
ding and clinical staging. J Urol. 1974;11:58-64. 16. guide treatment of prostate cancer patients? Am J Surg
Pathol. 2004;28:946-952.
$
UROLOGIA COLOMBIANA
ARTÍCULO ORIGINAL
Incontinencia urinaria masculina
2=HJA1
Aristizábal Agudelo Juan Manuel
Miembro de número, Medellín
Resumen
La incontinencia urinaria masculina (IUM) es una condición devastadora
que se presenta mucho más frecuente de lo que se piensa y que afecta notoria-
mente la calidad de vida de los pacientes, convirtiéndose en un verdadero reto
para el urólogo tratante. El éxito de cualquier tratamiento radica en el conoci-
miento preciso de la anatomía y fisiología de la continencia urinaria en el va-
rón, en un adecuado diagnóstico y en elegir la mejor opción terapéutica para
cada paciente.
Al reconocer que la orina, al estar sometida a las leyes universales de los
fluidos, se mueve por diferencia de presiones, se demuestra que la continencia
urinaria resulta de la creación de una zona de mayor presión a nivel de la
uretra posterior que impide que la orina salga al exterior en condiciones nor-
males de almacenamiento. El papel que cumple cada uno de los integrantes
del tracto urinario inferior: la vejiga, el esfínter uretral y el piso pélvico en la
generación de ésta diferencia de presiones es analizado detenidamente ha-
ciendo énfasis en las bases anatómicas y fisiológicas de cada uno de ellos.
próstata, la Prostatectomía radical2, indirec- pañales, papel, tela, colectores externos, etc)
tamente se convirtiera cien años después en por pocos o pequeños que estos sean. Por ello,
el principal promotor del resurgimiento del a la incontinencia urinaria masculina difícil-
mente puede asignársele clasificación algu-
Enviado para publicación: Marzo de 2007. na en cuanto a su severidad que sea compar-
Aceptado para publicación: Marzo de 2007. tida a plenitud por médicos y pacientes. La
presente constituye la primera parte de un
artículo de revisión sobre este importante
tema que representa un verdadero dolor de
cabeza tanto para pacientes como para sus
urólogos tratantes:
1. Fisiología de la continencia y fisiopa-
tología de la incontinencia urinaria
masculina.
2. Epidemiología, Diagnóstico y Clasifica-
ción
3. Tratamiento.
Figura. 1. Fórmula de la continencia.
Fisiología de la continencia y fisiopa-
tología de la incontinencia urinaria en Siempre debe tenerse en mente los dos la-
el varón dos de la fórmula. Tan importante es que exis-
La orina como cualquier líquido en el uni- ta una mayor presión a nivel de la uretra
verso se mueve por diferencia de presiones. como que la vejiga mantenga bajas presiones
La continencia urinaria es la resultante de la de almacenamiento. Para entender el papel
interacción de todos los elementos del tracto que desempeña el tracto urinario inferior en
urinario inferior los cuales convierten la ex- el mantenimiento de la continencia urinaria,
creción continua, involuntaria e inconscien- analizaremos individualmente cada uno de
te de orina por parte de los riñones en una sus componentes.
excreción intermitente, voluntaria, conscien- 1. La vejiga
te y socialmente aceptada de la misma3. La
El aporte de la vejiga a la continencia es
vejiga y la uretra son órganos musculares
indiscutible. Como órgano central y más im-
huecos que se comunican entre sí sin que
portante del tracto urinario inferior, está di-
anatómicamente existan mecanismos valvu-
señada para ejecutar dos jornadas funciona-
lares que impidan a la orina que pase de la
les bien definidas: el almacenamiento y el va-
una a la otra. Desde el punto de vista de la
ciamiento urinario. Fuera de ser el único ór-
física pura, la continencia sólo es posible si
# existe una zona de mayor presión a nivel de
gano muscular liso del organismo que per-
mite el acceso de la voluntad, la vejiga es tam-
la uretra que controle el movimiento del flui-
bién, junto con el corazón, capaz de realizar
do desde la vejiga hacia el exterior, zona co-
dos acciones absolutamente antagónicas con
nocida tradicionalmente como “esfínter”. Sin
los mismos elementos estructurales anatómi-
embargo, no es una sola estructura la respon-
camente hablando, garantizando de esa for-
sable de mantener ésta zona de alta presión
ma la excreción de los metabolitos nocivos
uretral. Cada uno de los componentes del
provenientes del riñón, la protección de la
tracto urinario inferior (la vejiga, el esfínter
función renal y el maravilloso acto de la conti-
externo y el piso pélvico) juega un papel de-
nencia que permite al individuo desempeñar-
finitivo en la generación de ésta diferencia de
se como el ser social que es por naturaleza3.
presiones, hecho que puede exponerse en
UROLOGIA COLOMBIANA
2. El esfínter externo
La estructura anatómica del esfínter ure-
tral puede ser considerada una de los facto-
res más determinantes en el mantenimiento
de la continencia masculina y la clarificación
de sus componentes es el primer paso y el
UROLOGIA COLOMBIANA
el uno del otro. Myers et al24 sugieren que el para la continencia en el varón, son funda-
esfínter estriado y el elevador del ano tienen mentales para que los elementos proximal y
un papel fundamental en el mantenimiento distal del mecanismo esfinteriano actúen ade-
de la continencia urinaria en el varón al in- cuada y sincrónicamente durante la dinámi-
volucrar sincrónicamente a la uretra duran- ca de la micción que incluye tanto el almace-
te su contracción, el primero aumentando la namiento como el vaciamiento urinario. Tan
importante es el piso pélvico para contener portan como puntos de anclaje que le dan
la orina como para ayudar a vaciarla. soporte al mecanismo esfinteriano. También
han sido identificadas fibras nerviosas entre
Ventralmente el tejido conectivo prove-
los elementos fibromusculares de todas estas
niente de la fascia transversalis que cubre la
conexiones dorsomediales y ventrolaterales
vejiga y la próstata se condensa en lo que
del rabdoesfínter sugiriendo un mecanismo
constituyen los ligamentos puboprostáticos
suspensorio dinámico para la uretra prosta-
fijando el complejo esfinteriano al periostio a
to membranosa de manera que al producirse
nivel de la sínfisis del pubis conformando
el acortamiento de las fibras durante la con-
parte del mecanismo suspensorio uretral. Al
tracción muscular, el rabdo esfínter es atraí-
unirse con fibras propias de la fascia del mús-
do hacia el pubis manteniendo la presión crí-
culo elevador del ano, se conforma la por-
tica de cierre que garantiza la continencia
ción lateral de la fascia que envuelve la prós-
urinaria, tal y como lo muestran los estudios
tata y el complejo vasculo nervioso peripros-
radiológicos dinámicos durante el almacena-
tático. Desde allí emerge una nueva conden-
miento vesical, mientras que la elongación de
sación de tejído colágeno que terminará a
éste mecanismo y la relajación del esfínter
nivel de las espinas ciáticas bilateralmente
estriado permitirían la “embudización” de la
conocida como el arco tendíneo pélvico (o del
uretra posterior facilitando el vaciamiento
obturador). A nivel medial y posterior se fu-
normal de la orina.
siona con fibras provenientes de la fascia de
Denonvilliers conformando un rafé medio Como todos los sistemas esfinterianos de
aponeurótico que fija el complejo esfinteria- nuestro cuerpo, mientras esté en reposo, las
no a la membrana perineal específicamente fibras musculares del esfínter estriado esta-
a nivel del tendón central del periné a donde rán contraídas y la uretra se encontrará ale-
también se insertan fibras del músculo recto jada de la cara posterior del pubis gracias a
uretralis que se sitúa dorsalmente al comple- la acción de las estructuras músculo aponeu-
jo esfinteriano22 (Figura 6). róticas del piso pélvico facilitando de esta for-
ma el almacenamiento urinario. Durante el
Tanto las fibras musculares como las fas-
vaciamiento, se relajan las fibras del esfínter
cias del elevador del ano en sus diversas pro-
externo y se activan las estructuras pelvia-
yecciones hacia el anillo pélvico óseo se com-
nas acercando la uretra a la sínfisis pubiana
facilitando la embudización de la uretra
proximal permitiendo de esta forma el paso
de la orina hacia la uretra posterior. Figura 7.
##
UROLOGIA COLOMBIANA
Figura 6. Estructuras esfinterianas con relación a los ór- Figura 7. Conceptualización esquemática de la función
ganos pélvicos. del esfínter externo en el hombre
Algo similar fue descrito por Petros & Ul- rales del hiato urogenital y que está en inti-
msten cuando describieron la teoría integral mo contacto con la estructura esfinteriana y
de la continencia en la mujer, en donde seña- por supuesto de la uretra es considerablemen-
lan que la continencia es la resultante de el te mas gruesa que el resto del diafragma pél-
aumento de la presión a nivel de la uretra vico en los hombres vivos, sugiriendo que
media femenina como consecuencia de la cumple algún papel en la continencia mas-
aplicación de tres fuerzas vectoriales emana- culina. En nuestro tiempo podemos decir que
das de la dinámica del piso pélvico, siendo los músculos pubo perineales evidentemente
una de ellas, la anterior, quien devolvió la existen y al parecer son los responsables de
importancia funcional a los ligamentos pubo la continencia activa debido a la gran pro-
uretrales y uretropélvicos que dieron origen porcion de fibras II24 Figura 8.
al tratamiento con los cabestrillos sub uretra-
les25.
Alrededor de la uretra las fibras del ele-
vador del ano se diferencian de las otras fi-
bras esqueléticas del piso pelvico por ser mas
cortas y tener menos estriaciones. Desde el
siglo XVI Santorini había descrito por prime-
ra vez una estructura muscular caracteriza-
da como “un par de músculos que emergen
desde la rama inferior del pubis y se extien-
den hasta la parte posterior del bulbo ure-
tral, cuya función pienso, es la de halar ha-
cia delante la uretra, por los cual los llamaré
Figura 8. Musculos puboperinealis explícitos en un estu-
músculos proyectores”. Desde entonces la de- dio de resonancia magnética nuclar. Bl: vejiga; Pr: prós-
nominación y el estudio de esta porción mus- tata; U: uretra; R: recto; Pu: pubis; Cs: cuerpo esponjoso;
cular del elevador del ano ha fascinado y Pa: fascículo pubo anal del elevador del ano; Pp: Múscu-
confundido a numerosos anatomistas a tra- los puboperineales.
vés del tiempo, como lo reflejan los diferen-
tes nombres que ha recibido. Tabla 2.
Esta distribución explicaría el porqué la
Algo que no era posible ver en los estu- mayoría de los pacientes incontinentes luego
#$ dios anatómicos convencionales en cadáve- de una Prostatectomía radical son capaces de
res y que hoy puede evidenciarse gracias a la cortar el chorro urinario o de contraer «el
RMN es que la porción antero medial del ele- esfínter» cuando les realizamos una cistos-
vador del ano que conforma los límites late- copia de control.
Muchas de las disfunciones miccionales
Tabla 2. Designaciones históricas y sinónimos de los
músculos puboperineales
se originan en trastornos del vaciamiento uri-
nario por alteraciones en la fisiología del piso
Año Autor Nombre
1724 Santorini Musculos proyectores pélvico. Aunque en el varón no hay prolap-
1734 Albinus Compresores de la próstata sos, la deficiencia en el mantenimiento del
1809 Wilson Músculo de Wilson tono del piso pélvico contribuirá de una ma-
UROLOGIA COLOMBIANA
cipalmente hacia el tracto de salida, específi- cipalmente por compromiso del mecanismo
camente a la unidad esfinteriana, olvidando esfinteriano tal y como lo demuestran los
consistentemente a la vejiga, siendo esta una numerosos trabajos publicados al respecto.
de las causas principales del desprestigio de Por lo tanto todas aquellas medidas que se
los tratamientos quirúrgicos anti incontinen- dirijan hacia la prevención, fortalecimiento
cia realizados en las cuatro décadas anterio- y cuidado de la unidad esfinteriana y de las
estructuras del piso pélvico que la estabilizan 12. Monllor, J.; Martin, C. Conceptos actuales en anatomía,
fisiología y farmacología del tracto urinario inferior. En:
y le permiten su adecuada función serán las Salinas Casado J, Romero Maroto: Urodinámica Clíni-
más importantes herramientas para evitar la ca, 2ªed.
aparición de la incontinencia urinaria en el 13. Gosling, JA The autonomic innervation of the human
varón que desgraciadamente es más común and female bladder neck and proximal uretra. J. Urol.
1977, 118:302
de lo que pensamos o queremos aceptar.
14. Latiff A. Preservación de las fibras del cuello vesical en
la prostatectomía radical. Arch. Esp. Urol. 46, 2(95-98),
Bibliografía 1993.
1. Uhle, Charles A. Use of anteropubic fascial sling for 15. Blaivas, JG: Mechanism of micturition. En Chisholm, G:
treatment of surgical incontinence in the male. J. Urol. Scientific foundations in Urology, Heinemann medical
77(3): 478-484, 1957. Books. 1990, 40:340-350.
2. Rainer Maria Ernst Ángel. Hugh Hampton Young: father 16. Hutch JA: The internal urinary sphinter: a double loop
of American urology. J Urol. 2003 Feb;169(2):458-64 system. J. Urol. 1971, 105:375
3. Aristizábal JM. Fisiología del tracto urinario, en Funda- 17. GilVernet, S: Morfología y función de la musculatura
mentos de Cirugía: Urologia CIB, Ed 3ª, 2006. vésico-prostato-uretral. Trevisso, Ed. Canova. 1968
4. Ficazzola, Nitti V., The etiology of post-radical prosta- 18. Abrams P. Urethral pressure measurement. Uroynamic
tectomy incontinence and correlation of symptoms whit Investigations. Berlin Heidelbert. New Cork: Springer-
urodynamic findings. J Urol. 1998 Oct; 160(4):1317-20. Verlag. 1983, Chapter 3:48-61
Review.
19. Latiff A., Preservation of the Bladder neck fibres in radi-
5. Groutz A, Blaivas JG The pathophysiology of post-radi- cal prostatectomy, Urology, Vol 41 Nº6 (566-567), 1993.
cal prostatectomy incontinence: a clinical and video uro-
dinamyc study. J. Urol. 163, 1767-70, June 2000. 20. Romano, SV. Incontinencia urinaria masculina. Urodi-
námica aplicada Vol 18/Dic 2005
6. Goluboff, E. T., Saidi, J. A., Mazer, S. et al: Urinary con-
tinence after radical prostatectomy: the Columbia expe- 21. Tanagho EA. Anatomy of the lower urinary tract. En
rience. J Urol, 159: 1276, 1998 Campbell’s Urology. Sixth edition, Ed. Saunders, Wal-
sh, Retik, Stamey, Vaughan. 1992 Philadelphia, 40-69.
7. Leach, G. E., Trockman, B., Wong, A. et al: Post-prosta-
tectomy incontinence: urodynamic findings and treat- 22. Burnett Arthur, et al. In situ anatomical study of the
ment outcomes. J Urol, 155: 1256, 1996. male uretrhal sphinteric complex: relevance to continen-
ce preservation following mayor pelvic surgery. J. Urol.
8. Chao, R. and Mayo, M. E.: Incontinence after radical 160, 1998
prostatectomy: detrusor or sphincter causes. J Urol, 154:
16, 1995 23. Yasuhiro Sumino, Striated muscle fiber compositions of
human male urethral rhabdosphinter and levator ani. J.
9. Desautel, M. G., Kapoor, R. and Badlani, G. H.: Sphinc- Urol. 175, 1417-1421, April 2006
teric incontinence: the primary cause of post-prostatec-
tomy incontinence in patients with prostate cancer. Neu- 24. Myers R.P, et al. Puboperinealis: muscular boundaries
rourol Urodynam, 16: 153, 1997 of the male urogenital hiatus in 3D from magnetic reso-
#&
nance imaging. J. Urol 164:1412, 2000
10. Gudziak, M. R., McGuire, E. J. and Gormley, E. A.: Uro-
dynamic assessment of urethral sphincter function in 25. Petros P, Ulmstem, U. An integral theory and its me-
postprostatectomy incontinence. J Urol, 156: 1131, 1996 thod for the diagnosis and management of female uri-
nary incontinence. Scand J Urol Nephrol Suppl.
11. Elbadawi, A, et al: A new theory of the innervation of 1993;153:1-93.
bladder musculatura. J. Urol. 1974, 111: 613-615.
UROLOGIA COLOMBIANA
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Tumores renales en pediatría
Experiencia del hospital San Ignacio
2005-2006
Pérez Niño Jaime Francisco(1), Vizcaíno Valderrama Marta Patricia(2),
De los Reyes Valencia Iliana(2), Ramírez Casasfranco David(3), Forero Catalina(4)
Urólogo, Sección Urología Pediátrica Hospital San Ignacio(1)
Pediatra-Oncóloga, Centro Javeriano de Oncología(2)
Residente Urología Hospital San Ignacio - IV año(3)
Residente Pediatría Hospital San Ignacio(4)
Bogota – Colombia
Resumen
Propósito/objetivos: El 50% de la patología oncológica en pediatría corres-
ponde a masas o tumores sólidos, el 20% se localiza en el abdomen siendo el
Tumor de Wilms TW, la neoplasia maligna renal más frecuente en niños meno-
res de 15 años. Queremos mostrar una pequeña serie de pacientes vistos en
nuestro hospital y ofrecer al lector una extensa y actualizada revisión de la
literatura.
Método: Se presenta una serie de casos retrospectiva de todos los pacientes
pediátricos con masas renales, vistos en el Hospital Universitario San Ignacio
de Bogotá Colombia, durante los años 2005 y 2006.
Resultados: De los 6 casos de masas renales encontrados, cinco fueron
TW, todos en niñas con una edad de presentación entre 2 y 7 años. La masa y
el dolor abdominal fueron los síntomas de presentación más frecuentes. En
ningún caso se encontró alteración genética asociada. Tres pacientes fueron !
estatificadas como E III por ruptura tumoral, uno E IV por metástasis pulmo-
nares al diagnóstico y otra E V por compromiso bilateral. Sólo un caso tuvo
histología desfavorable. La quimioterapia fue indicada en los cinco casos de
TW y la radioterapia se inició en los primeros días del postoperatorio en los
casos indicados. Dos pacientes recayeron y reciben quimioterapia intensiva.
Conclusiones: El TW es la neoplasia renal más frecuente de la infancia. El
pilar del tratamiento continúa siendo la cirugía siempre y cuando el tamaño
del tumor permita una resección segura para evitar ruptura y complicaciones.
La quimioterapia con Vincristina y Actinomicina está indicada en los estados
UROLOGIA COLOMBIANA
Summary
Purpose/objetives: 50% of tumors in children are solid masses, 20% of
those are located into the abdomen where Wilms’s tumor WT, is the most fre-
quently find en children less than 15 years. We want to show a small series
observed in our hospital and offer to the reader an extensive and update in the
state of the art in this disease.
Methods: A retrospective series of pediatric patients with renal masses,
observed during a 2 years period in the University Hospital San Ignacio in
Bogotá Colombia
Results: Of the 6 patients with renal masses, 5 were WT, all girls with an
age of presentation between 2 and 7 years. Mass and abdominal pain were the
predominant symptoms. We didn’t find genetic disorder associated in none of
them. 3 patients were stage III by tumor rupture, 1 stage IV by pulmonary
metastases and other stage V by bilateral disease. Only one patient had unfa-
vorable histology. Chemotherapy was indicated in all cases and radiotherapy
in selected cases. Two patients relapsed and are in advanced chemotherapeu-
tic regimen.
Conclusions: WT is the most frequently renal neoplasm in children. The
first line treatment is nephrectomy in cases in which the tumor size permits a
safe resection, diminishing the risk of rupture and contamination. Chemothe-
rapy with Vincristine and Actinomycin D is indicated in low stages, and addi-
tion of Doxorubicin in higher stages. Ciclofosfamide and Etoposide are com-
plementary in cases of unfavorable histology. Prognostic depends of the stage,
70% are curate in advanced stages and 80% in low grade.
Key W ords: Wilms’s Tumor, Nephroblastoma, Children, Pediatrics, Renal
Words:
" Masses, Kidney Neoplasms.
Figura 1. Lesión sólida del polo superior del riñón izquierdo, redondeada de 62 mm con efecto compresivo sobre el
bazo y glándula suprarrenal sugestiva de tumor de Wilms.
UROLOGIA COLOMBIANA
Figura 33. Elementos epiteliales formando túbulos dilata- Figura 5. Elementos epiteliales formando túbulos dila-
dos de aspecto quístico, que corresponden a un nefroma tados de aspecto quístico, que corresponden a un Nefro-
mesoblástico. ma Mesoblástico, microfotografía con mayor aumento.
Figura 6. Estroma desmoplásico de componente quístico.
CASO 2 M.J.S. (Wilms derecho) Figura 8. pieza quirúrgica de 680 gr con medidas de 15 X
9,5 X 7 cm, con masa tumoral de 11 X 9 X 9 cm, blanca
Paciente femenina de 5 años con dolor amarillenta, friable con áreas de hemorragia en 30%,
abdominal difuso y masa dura, fija, no dolo- con vena renal izquierda sin tumor
rosa dependiente de riñón derecho e hiper-
tensión de 15 días de evolución. La ecografía
abdominal mostró masa heterogénea en el El estudio de anatomía patológica confir-
riñón derecho, con diámetro mayor 15,3 cm mó el diagnóstico de Tumor de Wilms (Figu-
y la tomografía de abdomen confirmó una ra 9) con histología favorable. Recibió radio-
lesión sólida heterogénea (12,6 x 9,5 x 9.8 cm) terapia sobre lecho tumoral (1080cGy) y ab-
que comprimía y desplazaba hígado y la vena dominal total (1080cGy) en el postoperatorio
cava inferior sin trombos. (Figura 7) La To- y quimioterapia durante 24 semanas con Vin-
mografía de tórax fue normal. cristina, Actinomicina y Doxorrubicina. Ac-
tualmente en seguimiento sin recidiva.
$
ra 8).
CASO 3 E.R.R (tumor de Wilms)
Complicaciones en el postoperatorio: obs-
trucción intestinal por intususcepción del in- Paciente femenina de 7 años, con hema-
testino delgado, que requirió manejo quirúr- turia macroscópica por lo cual se realizó eco-
gico y reintervención por obstrucción intesti- grafía y tomografía axial computarizada de
nal por bridas. abdomen y se demostró masa renal derecha.
Durante la nefrectomía presentó ruptura de
la capsula tumoral y se detectó trombo en
vena renal derecha sin compromiso de la vena
cava.
Patología confirma tumor de Wilms de
histología favorable con invasión de la vena
renal. Inició radioterapia (2160 cGy en frac-
ciones de 180 cGy) y quimioterapia con Vin-
cristina, Actinomicina y Doxorrubicina du-
rante 24 semanas. Actualmente en segui-
miento sin signos de recidiva tumoral.
CASO 4 E.T (tumor de Wilms bilateral)
Paciente femenina de 3 años, con dolor y
masa en flanco derecho de 3 meses de evolu-
ción. La tomografía de abdomen, mostró
masa renal bilateral (Figura 10); sin compro-
miso pulmonar. Figura 11. Ganglios mesentéricos aumentados de tama-
ño. La patología no mostró Tumor.
%
Figura 17. Riñón izquierdo con gran masa sólida, con áreas de necrosis
Figura 18. Nódulos pulmonares metastásicos
masa renal izquierda descrita como hetero- quimioterapia de rescate con Ifosfamida-Car-
génea (Figura 17) y nódulos múltiples pul- boplatino-Etopósido (ICE) por 3 ciclos y se
monares en radiografía simple y la tomogra- planteó baño pulmonar.
fía de tórax (Figuras 18,19) sin trombo en
vena cava.
'
Figura 19. RX de Tórax donde se observan las metásta-
sis (flechas)
Figura 23
23. Trombo tumoral en vena cava. (flecha negra).
UROLOGIA COLOMBIANA
NÛMERO
DE EDAD HISTOLOGÍA CONDUCTA QUIMIOTERAPIA RADIOTERAPIA
CASOS QUIRÚRGICA
13 a Nefroma
1 144 m Mesoblastico Observación No recibió No recibió
Tumor Vincristina
2 5a Wilms Nefrectomía Actinomicina D
58 m Estadio III Radical derecha Doxorrubicina 2160cGY
Histología 24 sem
Favorable
Tumor Vincristina
3 7a Wilms Nefrectomía Actinomicina D 2160 cGy
61 m Estadio III Radical derecha Doxorrubicina
Histología 24 sem
Favorable
Tumor Biopsia Renal Vincristina
4 3½a Wilms bilateral Actinomicina D
39 m Estadio V Nefrectomía Doxorrubicina No (EII-
Histología radical derecha 24 sem favorable)
Favorable Riñón derecho
Tumor Vincristina
Wilms Actinomicina D
5a Estadio IV Nefrectomia Doxorrubicina 2160 cGy
5 68 m Histología Radical izquierda Ciclofosfamida
Desfavorable Etopósido
Metástasis
pulmonar. ICE
Progresión
pulmonar
Tumor
Wilms Vincristina
Estadio III Actinomicina D
5a Histología Nefrectomía Doxorrubicina 2160 cGy
6 60 m Favorable Radical derecha
Recaída ICE
hepática y
recidiva vena
cava
Wilms
BECWITH- Macroglosia, 11p15 Duplicación < 5%
WIEDMANN organomegalias, alelo familiar
hemihipertrofia,
hipoglicemia neonatal,
tumores embrionarios
La ruptura del tumor produce hemorra- La enfermedad bilateral ocurre en 5% -
gia dentro de la cavidad peritoneal y se pre- 7% del TW, las lesiones pequeñas son a me-
senta como abdomen agudo. nudo identificadas en el riñón contralate-
ral en estudios con imágenes. A pesar de
La extensión del tumor dentro de la vena
tener TAC o RMN sin compromiso bilate-
renal, o cava inferior puede causar varicoce-
ral, no se puede pasar por alto la explora-
le, hepatomegalia (obstrucción de la vena
ción del riñón opuesto en el momento de la
hepática), ascitis y falla cardiaca congestiva,
cirugía; hasta en el 7% de TW bilaterales
estos síntomas se encuentran en <10%14. La sincrónicos no se identificaron anormalida-
hipertensión arterial se encuentra en el 25% des en el riñón contralateral en imágenes
de los casos con extensión tumoral intracava prequirúrgicas 15,19.
o intratrial, debido a la elevación de los nive-
les plasmáticos de renina15. Los pulmones son el sitio más común de
metástasis a distancia en niños con TW. Por
Durante el examen físico hay que buscar lo que se recomienda la evaluación con TAC
signos de los síndromes que se asocian con de tórax en dichos pacientes. Owens y cols20
TW tales con anirida, hemihipertrofia y ano- estudiaron 141 pacientes con TW con Rx de
malías genitourinarias. torax negativos para enfermedad metastási-
Los laboratorios solicitados son hemogra- ca, que al ser evaluados con TAC de torax,
ma completo, pruebas de función renal y he- mostraron nódulos tumorales en el 22% de
páticas, calcio sérico y uroanálisis. éstos.
La Tomografía con Emisión de Positrones niños con tumor de wilms y otros tumores
con los análogos de glucosa como el 2-Deoxy- renales, por medio de estudios e investigacio-
2Fluoro-D-Glucosa es promisorio en imáge- nes de la epidemiología y biología molecular
nes de tumor renal, esta técnica puede pro- de este tipo de tumor ha llevado a tener res-
veer imagen anatómica de tumor primario y puestas exitosas a las estrategias de trata-
metástasis35,36,37. miento planteados en estos pacientes.
Se encuentra en Internet como una pagi- contralateral por que se han encontrado 7%
na web, como NWTSG patient information de falsos negativos en la tomografía axial
page, asi los familiares de los niños que pa- computarizada y posteriormente el tratamien-
dezcan de este diagnostico pueden acceder a to con quimioterapia, según el hallazgo his-
todo tipo de información. tológico del espécimen quirúrgico.
El NWTSG tiene como principio de trata- La otra línea de estadificación para el tra-
miento en los tumores de wilms, realizar ne- tamiento del tumor de wilms es el SIOP (In-
frectomía radical mas exploración del riñón ternational Society of Pediatric Oncology),
de estructuras vitales.
IV Presencia de metástasis hematógenas Metástasis hematógena (pulmones-hígado-
o metástasis en nodos linfáticos huesos-cerebro-etc.) o metástasis a nodos
distantes linfáticos en la región abdomino-pélvico.
V Compromiso renal bilateral al tiempo Diagnostico de tumor renal bilateral.
del diagnostico
fue creada en Europa, exactamente en Ma- También se encuentran los componentes
drid, España. El SIOP también tiene como epiteliales o estromales heterólogos, que in-
metas mejorar los conocimientos para el tra- cluyen epitelio escamoso o mucinoso, mús-
tamiento del tumor de wilms, también tiene culo esquelético, cartílago, tejido osteoide y
pagina web para los familiares que tengan grasa 1.
pacientes con esta patología.
La anaplasia es el indicador más impor-
La estrategia de tratamiento del SIOP es tante de pobre pronóstico, tiene tres caracte-
diferente a la NWTSG, ya que esta sociedad rísticas: 1. aumento del núcleo 3 o más veces
tiene como manejo inicial quimioterapia pre- el diámetro de las células adyacentes, 2. hi-
quirúrgica como medida de seguridad al mo- percromasía del núcleo, 3. figuras mitóticas
mento de ser llevado a la nefrectomía y ade- anormales.
más sirve para pronosticar la sobrevida del pa-
Rara vez se encuentra en pacientes me-
ciente según la respuesta a la quimioterapia.
nores de 2 años y se asocia definitivamente
con resistencia a la quimioterapia1.
Histología
El sarcoma de células claras y el rabdoide
La histología es el indicador pronóstico
maligno del riñón, fueron incluidos inicial-
más poderoso en el TW. Estudios retrospecti-
mente como una variedad de histología des-
vos de muestras patológicas del NWTSG-1
favorable de TW, ahora son considerados dis-
mostraron que la anaplasia (figuras mitóti-
tintos tipos de tumor, con una distribución
cas irregulares, gran tamaño nuclear e hiper-
de metástasis diferente a la del TW11.
cromasia) se asocia con resultados adversos16.
La clasificación histológica definida por
El TW clásico esta compuesto de 3 tipos
NWTSG y SIOP difiere por que el protocolo
de células: blastemales, estromales y epitelia-
de SIOP usa quimioterapia prequirúrgica.
les (Trifásico) que pueden estar presentes en
diferentes proporciones. La clasificación del SIOP refleja los cam-
bios histológicos inducidos por la quimiote-
Cuando predomina el componente epite-
rapia, incluyendo cambios “regresivos” de la
lial el grado de agresividad del tumor es bajo
diferenciación celular. (ver tabla)
y la gran mayoría son estadio I, aunque pue-
den ser resistentes a la terapia si se presentan En cambio NWTSG clasifica el TW basa-
en estado avanzado. do en la presencia o ausencia de anaplasia.3,4
& Aquellos en los que predomina el compo- 1- TRATAMIENTO Y PRONOSTICO:
nente blastemal, son altamente agresivos aun- El tratamiento del TW se realiza con dife-
que con buena respuesta a la quimioterapia. rentes protocolos; El NWTSG recomienda la
HISTOLOGIA FAVORABLE:
a- nefroblastoma de tipo multiquistico
b- nefroblastoma con estructuras fibroadenomatosas
HISTOLOGIA ESTANDAR:
a- tipo epitelial
b- tipo blastemal
UROLOGIA COLOMBIANA
c- tipo mixto
HISTOLOGIA DESFAVORABLE:
a- nefroblastoma con anaplasia focal y difusa
b- sarcoma de células claras del riñón *
c- tumor rabdoide del riñón *
*considerados como tumores renales que son diferentes al nefroblastoma
exploración quirúrgica como abordaje inicial, a estas; la sobrevida a 2 años en pacientes
realizando nefrectomía en los casos unilate- con estadio IV tratados así fue de 81%.
rales y biopsia en los bilaterales, seguido del
El SIOP solo evalúa con rayos X de tórax,
protocolo neoadyuvante (quimioterapia o
si las metástasis desaparecen completamen-
quimioterapia y radioterapia), dependiendo
te con la quimioterapia no se administra ra-
de la estadificación e histología tumoral.
dioterapia, con este manejo el SIOP reporta
El NWTSG recomienda quimioterapia pre- una tasa de sobrevida a 4 años de 83%.3,19,20,27
quirúrgica bajo ciertas circunstancias: tumor
en riñón único, o bilateral, tumor en riñón en Manejo quirúrgico y complicaciones
herradura, trombo tumoral en la vena cava La terapia inicial en la gran mayoría de
por encima de la vena hepática y si hay com- los pacientes con TW es la nefrectomía radi-
promiso respiratorio por la presencia de me- cal, esta debe ser hecha por vía transperito-
tástasis tumoral extensa. neal.
En contraste el SIOP, recomienda la ad- La estadificación que haga el cirujano de
ministración de quimioterapia por 4 semanas acuerdo a los hallazgos intraoperatorios es
antes de la cirugía, ambos tienen excelentes primordial para el manejo subsecuente. An-
resultados.
tes de la nefrectomía, hay que explorar la
cavidad abdominal en su totalidad, buscan-
Conceptos a favor y en contra de los
do lesiones en hígado, metástasis gangliona-
manejos de NWTSG y SIOP:
res y siembras peritoneales. El riñón opuesto
Los argumentos expresados a favor del debe ser inspeccionado y palpado en todo su
NWTSG se basan en una adecuada estadifi- contorno, buscando lesiones tumorales o res-
cación quirúrgica e histológica, que permite tos nefrogénicos, por lo que es necesario abrir
planificar la administración de agentes qui- la fascia de Gerota para este fin.
mio y radioterapeúticos, disminuyendo las
Hay que palpar la vena renal inferior y la
posibles complicaciones y efectos secundarios
cava, antes de la ligadura de los vasos, para
a largo plazo. Otro beneficio es que la biolo-
determinar la presencia de trombos tumora-
gía molecular del tumor no se altera por la
les que pueden encontrarse hasta en un 6%
quimioterapia1.
de los casos y ser asintomático hasta en un
Los proponentes del SIOP, aducen que se 50% de estos32.
disminuye el volumen tumoral y por ende la
No obstante que las imágenes diagnósti-
'
posibilidad de ruptura y diseminación intrao-
cas pueden sugerir la irresecabilidad de cier-
peratoria, reportada hasta en un 10% de los
tos tumores, solo durante la exploración qui-
casos13, además se “disminuye el estadio” del
rúrgica, el cirujano será capaz de determi-
tumor.
nar si es así o no.
Otro argumento del SIOP es que la res-
Muchos tumores que parecen adherirse a
puesta a la quimioterapia da un indicador de
órganos vecinos en realidad son resecables.
su pronóstico.
Hoy en día no se justifica realizar resec-
En el SIOP 93-01 no se encontró tumor en
ciones en bloque del tumor junto con órga-
el 5% de los pacientes tratados con quimiote-
UROLOGIA COLOMBIANA
sentándose en el 62% de los pacientes con lin- raro compromiso bilateral, con manifestacio-
foma especialmente tipo Burkitt, siendo raro nes clínicas consistentes en dolor, hiperten-
el linfoma renal primario. Los hallazgos clí- sión, hematoma, masa en flanco, hipercalce-
nicos más frecuentes son la hematuria, dolor mia y policitemia. Al ser una masa benigna
en flanco, perdida de peso y masa palpable. permite tratamiento con resección local con-
Ocasionalmente puede manifestarse con obs- servando tejido renal normal circundante.28
Referencia Bibliográfica at diagnosis: Results of the Second National Wilms’ Tu-
mor Study. J Clin Oncol 1985;3:521–531.
1. Walsh, P., Retik. A., Partin, A.: Pediatric Urologic Onco-
18. Weitzman, S., De Kraker, J., Voute, P. Preoperative stra-
logy, Wilms’ Tumor. Campbell’s urology 8th edition. 2002;
tegies in the management of Wilms’ tumor. Hematology
70
/ Oncology Clinics of North America, vol 9, No 6, Dec
2. Graf N, Tournade MF, deKraker J: The role of preopera- 1995, pp 1275 – 1285
tive chemotherapy in the management of Wilms’ tumor.
19. Tournade, M., De Kraker, J., Burgers, J. Optimal Dura-
Urol Clin North Am 2000;27:443–454.
tion of Preoperative Therapy in Unilateral and Nonme-
3. Metzger, M., Dome, J.: Current Therapy for Wilms’ Tu- tastatic Wilms’ Tumor in Children Older Than 6 Months:
mor. The Oncologist. 2005; 10:815-826 Results of the Ninth International Society of Pediatric
Oncology Wilms’ Tumor Trial and Study. Journal of Cli-
4. Breslow N, Olshan A, Beckwith JB, Green DM: Epide- nical Oncology. 2001; 19: 488-500
miology of Wilms’ tumor. Med Pediatr Oncol 1993;
21:172–181. 20. Owens CM, Veys PA, Pritchard J, et al: Role of chest
computed tomography at diagnosis in the management
5. Brown KW, Malik KT. The Molecular Biology of Wilms’ of Wilms´ tumor: a study by the United Kingdom
Tumour: Expert Reviews in Molecular Medicine 2001; 1- Children´s Cancer Study Group. J Clin Oncol 2002,20:
14 2768-2773
6. Beckwith, J.B., Kiviat, N.B. and Bonadio, J.F. 1990) Ne- 21. His-Yang, W., Snyder, H., D’angio. G. Wilm’s Tumor
phrogenic rests, nephroblastomatosis, and the pathoge- Management. Current Opinion in Urology: 2005;15: 273
nesis of Wilms’ tumor. Pediatr Pathol 10, 1-36, PubMed – 276.
ID: 90192493
22. Ritchey ML, Green DM, Breslow NB, Guthrie KA. Re: is
7. Huff, V. and Saunders, G.F. (1993) Wilms tumor genes. contralateral exploration of the kidney necessary in pa-
Biochim Biophys Acta 1155, 295-306, PubMed ID: tients with Wilms tumor? J Urol 1997;158:186.
94092696
23. Argani P, Perlman EJ, Breslow NE, Browning NG, Green
8. Coppes, M.J., Campbell, C.E. and Williams, B.R. (1993) DM, D’Angio GJ, et al. Clear cell sarcoma of the kidney:
The role of WT1 in Wilms tumorigenesis. Faseb J 7, 886- a review of 351 cases from the National Wilms Tumor
895, PubMed ID: 93345768 Study Group Pathology Center. Am J Surg Pathol 2000;
9. Grundy, P.E. et al. (1994) Loss of heterozygosity for 24:4–18.
chromosomes 16q and 1p in Wilms’ tumors predicts an 24. D’Angio GJ. Pre- or post-operative treatment for Wilms
adverse outcome. Cancer Res 54, 2331-2333, PubMed tumor? Who, what, when, where, how, why and which.
ID: 94215166 Med Pediatr Oncol 2003;41:545–9.
10. Radice, P. et al. (1995) Allelotyping in Wilms tumors 25. Shamberger RC, Guthrie KA, Ritchey ML, Haase GM,
identifies a putative third tumor suppressor gene on Takashima J, Beckwith JB, et al. Surgery related factors
chromosome 11. Genomics 27, 497-501, PubMed ID: and local recurrence of Wilms tumor in National Wilms
96047336 Tumor Study 4. Ann Surg 1999; 229:292–7.
11. Powlesland, R.M. et al. (2000) Loss of heterozygosity at 26. Ritchey ML, Pringle K, Breslow N, et al: Management and
7p in Wilms’ tumour development. Br J Cancer 82, 323- outcome of inoperable Wilms’ tumor: A report of Natio-
329, PubMed ID: 20110804 nal Wilms’ Tumor Study. Ann Surg 1994;220:683–690.
12. Malkin, D. et al. (1994) Mutations of the p53 tumor
suppressor gene occur infrequently in Wilms’ tumor.
27. Ritchey ML, Shamberger RC, Haase G, et al: Surgical
complications after nephrectomy for Wilms tumor: Re-
!!
Cancer Res 54, 2077-2079, PubMed ID: 94228520 port from the National Wilms Tumor Study Group. Pe-
13. Sredni ST, de Camargo B, Lopes LF, et al: immunohisto- diatrics 1999;104:816–817.
chemical detection of p53 protein expression as a prog- 28. Weirich, A., Ludwig, R., Graf, N. Survival in nephroblas-
nostic indicator in Wilms tumor. Med Pediatr Oncol toma treated according to the trial and study SIOP-9/
2001,37:455-458 GPOH with respect to relapse and morbidity. Annals of
14. Ritchey ML, Othersen HB, Jr, deLorimier AA, et al: Renal Oncology 15: 808-820, 2004.
vein involvement with nephroblastoma: A report of Na- 29. Lowe L, et al. Pediatric renal mases: Wilms tumor and
tional Wilms’ Tumor Study-3. Eur Urol 1990;17:139– beyond. Radiographics 2000; 20: 1585-1603
144.
30. White KS, Grossman H, Wilms’ and associated renal
15. Voute PA, Van Der Meer J, Staugaard-Kloosterziel W: tumors of childhood. Pediatr Radiol 1991; 21: 81-88
Plasma renin activity in Wilms’ tumour. Acta Endocri-
UROLOGIA COLOMBIANA
nologica 1971;67:197–202. 31. Cela de Julion ME, et al. Carcinoma de células renales.
An Esp Pediatr 2002; 57 (4): 369-372
16. Ritchey ML, Green DM, Breslow NE, Norkool P: Accura-
cy of current imaging modalities in the diagnosis of syn- 32. Charles AK, Vujanic GM; Berry PJ, Renal tumours of
chronous bilateral Wilms tumor. Cancer 1995;75:600– chldhood: Histopathology 1998; 32: 293-309.
604.
33. Ritchey ML, Kelalis PP, Breslow N, et al: Intracaval and
17. Breslow NB, Churchill G, Beckwith JB, et al: Prognosis atrial involvement with nephroblastoma: Review of Na-
for Wilms’ tumor patients with nonmetatastic disease tional Wilms’ Tumor Study-3. J Urol 1988;140:1113–1118.
34. Hamilton T, Green D, et al: Bilateral Wilms´ tumor with gressive systemic disease?. Int Urol Nephrol. 2006; Nov
anaplasia: Lesson from the Nacional Wilms´ Tumor Stu- 16. PMID: 17111087.
dy. J Ped Surg. 2006; 41: 1641-1644
39. Simpson, L., He, X., Pins, M. Renal medullary carcino-
35. Shulkin, B., Chang, E., Strouse, P. PET FDG Studies of ma and ABL gene amplification. J urol. 2005: 173 (6):
Wilms Tumors. J Ped Hematol Oncol. 1997;19 (4):334 – 1883 – 1888
338.
Lecturas recomendadas de la literatura colombiana
36. Francis, I. Detection, staging and surveillance in renal
cell carcinoma. Cancer Imaging. 2006; 6:168 – 174. 40. Suarez, Mesa, Rengifo, Terselich, Viña, Vizcaino. Tumor
de Wilms. Guias de practica clinica en enfermedades
37. Lawrentschuck, N., Davis, I., Bolton, D. Positron emis- neoplasicas. Instituto Nacional de Cancerologia 2001. p
sion tomography (PET), immuno-PET and radioimmu- 351-363.
notherapy in renal cell carcinoma: a developing diagnos-
tic and therapeutic relationship. BJU Int. 2006; 97 (5): 41. Salazar, H.D. Tumor de Wilms. Revista Medicina de
916 – 922. Caldas. 1982: 6 (3).
38. Tefekli, A., Baykal, M., Binbay, M., Lymphoma of the 42. Vallejo, J.M. Masas abdominales en niños. Revista Uni-
kidney: Primary or initial manifestation of rapidly pro- versitas Medica. 2002: 43 (3).
!"
UROLOGIA COLOMBIANA
ARTÍCULO
oncología urológica
Revisión de la literatura
López Luis Javier
Residente II de Urología - Universidad CES
Medellín - Colombia
Resumen
La tomografía de emisión de positrones (PET) es una técnica de imágenes
relativamente nueva que tiene la capacidad única de ser un estudio no invasi-
vo de procesos bioquímicos específicos del organismo tales como el metabolis-
mo de la glucosa en los tumores. El PET esta basado en el descubrimiento que
ciertas clases de radioisótopos declinan por vía de la liberación de positrones,
o de electrones cargados positivamente. La liberación de estas substancias radio-
activas puede ser cuantificadas por vía de un detector nuclear y luego regis-
tradas por medio de una tomografía computarizada (CT). Esta tecnología ha
sido aplicada en el estudio de la bioquímica y la fisiología de varios tejidos en el
cuerpo por la ligadura natural que ocurre entre estos radioisótopos y sus subs-
tratos. La combinación de PET/CT es un avance sobre el registro logrado indi-
vidualmente con datos de PET y datos independientes de CT, porque combina
imágenes morfológicas y funcionales en el mismo paciente simultáneamente.
Esto contribuye a una más precisa localización de regiones de captación, me-
jorando la aplicación clínica particularmente en la detección precisa y en el
estadiaje de carcinomas, incluyendo malignidades del tracto genitourinario. '
Abstract
Positron emission tomography (PET) is a relatively new imaging technique
that has the unique capability of noninvasively studying specific biochemical
processes such as tumor glucose metabolism within the body. PET is based on
the discovery that certain classes of radioisotopes decay via release of posi-
trons, or positively charged electrons. The release of these radioactive substan-
ces can be quantified via a nuclear detector and then depicted by means of
computed tomography (CT). This technology has been subsequently applied
UROLOGIA COLOMBIANA
to study the biochemistry and physiology of various tissues within the body by
tagging these radioisotopes to naturally occurring substrates. Combined PET/
CT is a major advance over co-registration of PET with independt CT data,
Introducción
Aunque PET existe desde 1960, no tuvo
una aceptación clínica completa hasta hace
una década, cuando Di Chiro y colaborado-
res1 demostraron la hablidad de PET para di-
ferenciar entre la recurrencia tumoral cere-
bral y la necrosis por radiación. Esto puntua-
lizó el reconocimiento de ésta técnica como
método valido en la imagenología tumoral.
Figura 1. FDG
El uso de PET en oncología particularmen-
te, se está expandiendo rápidamente por su
principio básico como herramienta metabó- detectable en la zona tumoral exclusivamen-
lica que ayuda a resolver los problemas de la te. El radiotrazador en éste inestable estado
imagenología convencional. Algunos de és- emite positrones que interactúan con electro-
tos incluyen la dificultad en distinguir tejido nes en los tejidos circundantes, resultando en
benigno del infiltrado por malignidad, la in- una reacción de aniquilación con la emisión
capacidad para detectar focos neoplásicos pe- de 2 rayos gamma a 180 grados uno del otro.
queños, la limitación en la identificación de Poniendo un detector anillado alrededor del
ganglios linfáticos aumentados de tamaño por paciente, pueden detectarse ésos rayos (foto-
cáncer o simplemente reactivos, la alta dosis nes) coincidentes y se registran así imágenes
de radiación particularmente con la Tomo- 2D o 3D de alta calidad, permitiendo la loca-
grafía Computarizada (TC), y la falla para lización anatómica de la fuente de radiación.3
definir recurrencia tumoral de cambios por
El radiotrazador FDG en PET se usa de
cirugía o radioterapia previas.2
rutina con gran éxito en el estadiaje primario
Las células del cáncer tienen mayor acti- de varios tipos de cáncer incluyendo los de
vidad metabólica que las células de los teji- pulmón, cabeza y cuello, esófago, seno, colo-
dos normales. La tasa aumentada de glucóli- rectal, linfoma, sarcoma, glioma y melano-
sis ha sido la característica más explotada en ma. Además aporta en la evaluación de la
PET, usando radiotrazadores, de los cuales respuesta al tratamiento y en el monitoreo de
el más comúnmente usado es el análogo de recurrencias sospechadas, como en el caso de
la glucosa 18–fluoro–2-deoxiglucosa (FDG). la elevación de marcadores tumorales.4, 5, 6
Figura 1.
El uso de PET en Oncología Urológica está
Después de la aplicación intravenosa, el menos definido y las investigaciones han
FDG es transportado al interior de las célu- mostrado diferentes resultados. En algunas
UROLOGIA COLOMBIANA
las, allí es fosforilado por la enzima hexoqui- aplicaciones ha demostrado gran potencial
nasa y convertido a FDG-6-fosfato. Este me- en la detección y estadiaje de tumores al mo-
tabolito es atrapado en el interior de las célu- mento de presentación y en caso de recurren-
las y no puede proseguir a lo largo de la vía cias luego del tratamiento, en seguimiento y
metabólica aumentando anormalmente su monitoreo de la respuesta al tratamiento, y
concentración con gran actividad, la cual es en estudios funcionales de la biología y fisio-
patología del cáncer. En otras aplicaciones sus catrices, inflamación, hiperplasia prostática
resultados han sido decepcionantes en el benigna (HPB) y recurrencia tumoral luego
diagnóstico oncológico. Un potencial proble- de prostatectomía radical o radioterapia, es
ma es que el radiotrazador es excretado a tra- difícil con FDG. Adicionalmente la ablación
vés de riñones y orina, con dificultades para androgénica puede disminuir la capatación
diferenciar entre enfermedad y excreción del radiotrazador FDG a nivel del tumor pri-
normal del FDG.7, 8 mario. 10,11,12,13,14
Se realiza entonces una revisión de la lite- Oyama y colaboradores han encontrado
ratura con el fin de evaluar los avances, las que la captación es mayor al aumentar el gra-
indicaciones y la aplicabilidad de PET en la do de Gleason. La probabilidad de encontrar
práctica clínica de la oncología urológica. un PET/TC positivo también aumenta con
niveles elevados de Antígeno Prostático Es-
Cáncer de Próstata pecífico (APE). Seltzer y colaboradores repor-
El carcinoma de próstata es una de las taron en su estudio con 45 pacientes maneja-
malignidades más comunes en los hombres. dos con prostatectomía radical y radiotera-
Con el aumento en su incidencia hay un gran pia con sospecha de recurrencia, que el 50%
interés en mejorar el estadiaje de la enferme- de ellos tenían evidencia de metástasis en PET
dad ya que el tratamiento depende de la de- cuando el APE estaba por encima de 4 ng/.
terminación adecuada del estadío tumoral, Además en la detección de ganglios linfáti-
con fines curables en aquellos pacientes que cos locales comprometidos parece haber ma-
tienen enfermedad órgano confinada. yor captación del FDG a pesar de tener PET
negativo para el tumor primario. La razón
Las técnicas radiológicas convencionales postulada para éste hallazgo parece es que
como la Tomografía Computarizada y la Eco- hay una mayor actividad proliferativa y me-
grafía transrectal no definen adecuadamen- tabólica en las metástasis. Sin embargo otros
te la extensión de la enfermedad. El uso de la estudios han mostrado que FDG - PET tiene
Resonancia Nuclear Magnética con antena un valor predictivo mayor (98%) para me-
endorectal es promisorio para mejorar el es- tástasis óseas y viscerales que para las gan-
tadiaje local del Carcinoma de próstata, sin glionares principalmente cuando éstas últi-
embargo provee información insuficiente en
mas son menores de 5 mm.
la enfermedad metastásica. La combinación
de PET/TC se constituye en un gran avance Para mejorar la efectividad de PET en el
ya que ofrece datos morfológicos y funciona- estudio del Cáncer de Próstata localizado con
les simultáneos que contribuyen a la locali- PET se han utilizado otros radiotrazadores
zación de las regiones de captación, mejoran- como la 11 C – Metionina, 11 C - Acetato y la
do la exactitud en el diagnóstico.9 11 C – Colina. Esta última se excreta en can-
tidades insignificantes y provee utilidad en
Los estudios con FDG – PET han encon-
la identificación de tumores localmente avan-
trado que más del 80% de los tumores pri-
zado y también en metástasis. La mayor li-
marios de próstata bien diferenciados tienen
mitación para utilizarlo de rutina es su vida
una relativamente baja actividad glicolítica
media corta requiriendo de un ciclotrón per-
y por lo tanto no acumulan altas concentra-
manentemente en el sitio de realización del
ciones del radiotrazador en el tejido. Además
estudio, para su producción.15,16,17,18,19,20,21,22,23
UROLOGIA COLOMBIANA
UROLOGIA COLOMBIANA
Figura 2. Paciente con antecedente de cáncer de próstata tratado. Se observa lesión hipermetabólica en lado
izquierdo del lecho prostático, sugestiva de recurrencia o masa residual tumoral.
Además presenta 3 lesiones focales que captan el FDG a nivel de L3, sacro y fémur proximal derecho, sospechosas
de metástasis por el mismo adenocarcinoma prostático.
basados en su habilidad de detectar activi- Aunque el papel de PET Es limitado en el
dad metabólica. estadíaje de tumores vesicales primarios de
bajo grado, tiene alguna utilidad conjunta-
Como en el Cáncer de Próstata, el uso de
mente con otros estudios radiológicos conven-
PET para los tumores vesicales ha sido limi-
cionales, en la detección de lesiones localmen-
tado por la excreción urinaria del FDG con
te avanzadas, metástasis a distancia y adi-
la subsiguiente pobre diferenciación de las
cionalmente diferenciando enfermedad recu-
lesiones vesicales y ganglionares contiguas.
rrente de cambios post radioterapia.
Se ha usado como radionúclido la 11 C Me-
thionina ya que se excreta poco en orina y
Cáncer Renal
muestra superioridad sobre FDG, sin embar-
go identifica la presencia tumoral solo en 78% Existen múltiples estudios sobre la aplicación
de los casos de acuerdo al estadiaje del tu- del FDG-PET en el Cáncer de Células Renales.
mor (Ahlstrom y cols). Sin embargo ha mos- Dichas investigaciones muestran que éste tumor
trado ser útil en identificar extensión tumo- es ávido por FDG y puede ser detectable a pe-
ral local y a distancia. Estudio de Kosuda y sar de la excreción renal del radiotrazador.
cols encontró 100% de efectividad de PET Los estudios de Bachor, Miyauchi y Ram-
para detección de metástasis pulmonares, dave son consistentes en los hallazgos de PET
óseas y ganglionares a distancia, y de 67% positivos en los pacientes que tenían tumores
en ganglios pélvicos (% igual al estudio de de mayor grado por mayor captación del tra-
Heicappell y cols). Las recurrencias locales o zador. Sin embargo no se encontró ésta rela-
tumores residuales no fueron identificados ción con el tamaño tumoral.
adecuadamente (60%) debido a la acumula-
ción del radiotrazador excretado en la vejiga a Otras ventajas de PET sobre otros estu-
pesar la utilización de métodos como la irriga- dios imagenológicos como la TC, son la dife-
ción vesical y el drenaje con sonda vesical. 25,26,27,28 renciación adecuada entre tumores renales y
quistes, y mejor la definición de metástasis a
ganglios linfáticos locales, incluso en aque-
llos menores de 1 centímetro no evaluables
adecuadamente por TC.
En la enfermedad a distancia se ha en-
contrado que PET influencia el tratamiento
en más del 40% de los pacientes por identifi- !
cación de metástasis, evitando así manejos
innecesarios y constituyéndose en un buen
estudio en la valoración prequirúrgica. Exis-
ten reportes de casos en los que PET ha sido
efectivo en la identificación de metástasis
óseas no vistas por gamagrafía. Las recurren-
cias locales pueden ocurrir en el 5% de los
pacientes y su manejo adecuado ofrece bue-
nas tasas de curación. La evaluación de las
recurrencias a través de la TC ha tenido difi-
UROLOGIA COLOMBIANA
emission tomography in the diagnosis and staging of 40. Early JF. Nuclear medicine in cancer diagnosis. Lancet.
urinary bladder cancer. Acta Radiol. 1996;37:180-185. 1999;354:853-857.
26. Bachor R, Kotzerke J, Reske SN, Hautmann R. Lymph 41. N Lawrentshcuk, I Davis, D Bolton and A Scott.. Positron
node staging of bladder neck carcinoma with positron emission tomography and molecular imaging of the pros-
emission tomography. Urologe 1999; 38: 46–50. tate: an update. 2006 BJU Internacional. 97; 923 – 931.
27. Kosuda S, Kison PV, Greenough R, Grossman HB, Wahl
RL. Preliminary assessment of fluorine-18 Fluoro-
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Rehabilitación sexual post infarto agudo
del miocardio
Quintero T. María Teresa, Zuleta V. Lina María(1), Caraballo G. Domingo(2)
Enfermeras Especialistas en Rehabilitación, Magíster en Educación y Desarrollo Humano(1).
Profesoras Facultad de Enfermería.
Profesor titular de Fisiología y Bioquímica. Facultad de Medicina(2).
Universidad de Antioquia. Medellín- Colombia.
Resumen
Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de
morbimotalidad en el mundo. En Colombia, como en muchas partes del mun-
do, la enfermedad coronaria ocupa el primer puesto, según las ultimas cifras
del DANE. Es frecuente que los pacientes que han sido afectados por una
enfermedad cardiovascular, sientan que su vida sexual ha llegado a su fin, que
ya no son atractivos, ni interesantes para su pareja; lo que hace que se sientan
inseguros, desorientados y que tengan el sentimiento de ser personas incom-
pletas. Hay trabajos que muestran que el gasto energético durante el acto sexual,
con el compañero (a) habitual y en la posición habitual, es equivalente a 3 a 4
METS. Los profesionales de la salud tienen la responsabilidad de prestar ase-
soría, información y educación completa al paciente que ha sufrido IAM y a
su pareja. El asesoramiento sexual debe basarse en recomendar a los pacientes
estar en un programa de rehabilitación cardiaca, explicarle que puede reanu-
dar su actividad sexual de tres a cuatro semanas, después de haber logrado la
estabilidad clínica y si es posible haber realizado una prueba de esfuerzo elec-
trocardiográfica, que permita observar si alcanza un nivel de ejercicio mayor
de 5 METS o mas sin signos ni síntomas de isquemia. %
Summary
The cardiovascular illnesses are one of the principal causes of morbid mor-
tality in the world.
According to the latest figures from DANE (National Statistic Administra-
tive Department) the coronary illness ranks the first place in Colombia as well
as in other parts of the world.
Quite often patients, who have been affected by a cardiovascular illness,
UROLOGIA COLOMBIANA
feel their sexual lives have arrived to an end, they feel not being appealing nor
interesting to their partner, which leads to feelings of insecurity, disorienta-
tion, and incompleteness.
v HDL baja
maria así como también debido a mejoría te-
rapéutica del infarto.2 v Diabetes Mellitus ( Glicemia > 126 mg/
dl).
En Colombia, según las últimas cifras del
DANE, ocupa el primer lugar como causa de Factores de riesgo condicionales
mortalidad. v Hipertrigliceridemia
v Pequeñas partículas de LDL Candidatos de riesgo moderado
v Lipoproteína (a) sérica elevada. Para prevención primaria en aquellas per-
v Homocisteina sérica elevada. sonas con 2 o más factores de riesgo.
arterioesclerótica
Infarto no complicado Infarto no complicado (De Infarto no complicado
(Hace más de 6 semanas) 2-6 semanas) (Hace menos de 2 semanas)
Enfermedad valvular leve Enfermedad vascular
moderada a severa
Nyha clase I Nyha clase II Nyha clase III o IV
logrado la estabilidad clínica y si es la depresión, si es que esta instaurada.
posible haber realizado una prueba de Gracias a eso, mejorara la libido y con-
esfuerzo electrocardiográfica, que per- secuentemente su actividad sexual. Se
mita observar si alcanza un nivel de puede recomendar al paciente la mas-
ejercicio mayor de 5 METS o mas, sin turbación como una forma adecuada
signos ni síntomas de isquemia. en un comienzo, para luego reanudar
su actividad sexual, resaltando las si-
- Los primeros encuentros: Al principio
guientes ventajas: como actividad re-
conviene estimular la comunicación y
quiere un gasto mas bajo de energía
los juegos amorosos, sin llegar a rela-
que el que existe en el coito con la pa-
ciones sexuales completas, esta activi- reja, el peligro para la salud es míni-
dad genera confianza, estimula la libi- mo, ayudando a aumentar la confian-
do y permite descubrir la presencia de za en si mismo y en su capacidad de
síntomas. Hay que recalcar la impor- tener relaciones sexuales completas en
tancia de los juegos pre-sexuales simi- una etapa posterior con su pareja.
lar al calentamiento exigido antes de
cualquier actividad física. Por ultimo, toda persona que ha tenido
en evento cardiovascular, debe idealmente
- El ambiente. Es conveniente realizar portar un carné en donde esté su nombre,
el acto sexual en un lugar conocido, evento que tuvo, medicaciones que recibe,
bajo condiciones cómodas desde el medico tratante y familiar o amigo a quien
punto de vista de calor y humedad; podría llamarse en caso de emergencia.
después del reposo o sueño y abstener-
se después de un esfuerzo físico y emo- Referencias Bibliográficas
cional, comida copiosa, consumo de
1. Ridker P. MD; Manson J. MD, Gaziano JM, MD and
alcohol o una ducha caliente. Hennekens CH, MD. y colaboradores. Primary Preven-
tion of Ischemic Heart Disease. Cardiovascular Thera-
- Posiciones. Se puede aconsejar la re- peutics. A companion to Braunwald´s Heart Disease.
novación de la actividad sexual en las Edited by Thomas W. Smith, MD. W.B. Saunders Com-
posiciones a las que esta acostumbra- pany. 1996.
do el paciente y que son de su prefe- 2. Manson JE, Tosteson H, Ridker PM, Satterfield S, Hebert
P, O’Connor GT, Buring JE and Hennekens CH. The Pri-
rencia mary Prevention of Myocardial Infarction. N Engl J Med
1992; 326:1406-1416.
- Vigilancia de los signos de alarma:
! Al mismo tiempo que se debe tranqui- 3. Libro La Salud En Colombia. Diez años de información.
Ministerio de Salud. 1994. Archivos Maestros de defun-
lizar al paciente y a su pareja, es nece- ciones del DANE. Pag SS2 y anexo estadístico SS.
sario instruirlos para que sepan identi-
4. Smith S. Jr, MD et al. Prevention Conference V Beyond
ficar la aparición de los posibles signos Secondary Prevention: Identifying the High-Risk Patient
de alarma: dolor precordial, mareo o for Primary Prevention. Circulation, 2000;101:111-116.
visión borrosa, pulso irregular, pulso 5. Pearson T A Circulation, 2002;105:886-892.
rápido o disnea de esfuerzo, en forma 6. Muller JE et al. JAMA 1996;275:1405
persistente, debilidad severa y cefalea 7. Ueno M. Jap L Legal Med 1963;17:333
durante o después de la relación
8. Cheitlin M. Sexual activity and cardiac risk. En Am J
sexual. En estos casos es necesario que Cardiol 2005; 96 suppl):24M-28 (Consulta: Marzo 15-
el paciente le informe a su medico tra- 2007). www.AJConline.org
UROLOGIA COLOMBIANA
tante, con el fin de definir conducta. 9. Caraballo D. Fisiología del ejercicio. En Rehabilitación
en salud. Una mirada medica necesaria. Editorial Uni-
- Conviene aconsejar que el paciente par- versidad de Antioquia. 1995. 95-103.
ticipe en un programa de rehabilitación 10. Kostis J. et al. Sexual dysfunction and cardiac risk (the
cardiaca para aliviar la sintomatología, second Princeton Consensus Conference). En Am J Car-
mejorar su auto percepción y disminuir diol 2005; 96:313-321) (Consulta: Marzo 15-2007).
www.AJConline.org
11. De Busk, et al. Am J Cardiol 86: 176-181, 2000 15. Duran Escribano M. La intimidad del cuidado y el cui-
dado de la intimidad. En Revista Rol de Enfermería.
12. Hellerstein HK. Med Asp Human Sex 1969;3:70 Vol. 22 no 4; 1999. P 303.
13. Akdolun N Terakye G. Sexual problems before and af- 16. Brunner L., Suddarth D. Enfermería Medicoquirúrgica.
ter myocardial infarction: “patients’ needs for informa- Ed McGraw-Hill Interamericana. Vol.1 Octava edición
tion” en Rehabilitation Nursing. Volumen 26, numero 1 México 1996
de Julio – Agosto 2.001.
17. Zuleta LM, Quintero MT. Una mirada a la rehabilitación
14. Asters W. Jhonson V. Kolodny, R. La Sexualidad huma- sexual de las personas con infarto agudo del miocardio.
na. Colombia: Editorial Grijalbo ,1991. p718 Monografía. Universidad de Antioquia. 2000.
!!
UROLOGIA COLOMBIANA
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Implantes peneanos y calidad de vida
Carvajal O. Alejandro
Urológo Universidad CES
Andrólogo Fundación Puigvert
EAA Clinical Andrology Certification
Resumen
La disfunción eréctil en el 2007 tiene un numero de opciones efectivas de
tratamiento. Las prótesis peneanas se asocian con un alto nivel de satisfacción
del paciente y su pareja. El presente artículo es una revision corta acerca de
algunas publicaciones sobre el tema de los pacientes con cirugías de implante
peneano.
Summary
Erectile dysfunction is 2007 has a number of effective treatment options.
Penile prosthesis are associated with a high level of patient and partner satis-
faction. This is a short review about some publications in that topic from pa-
tients with penile implant surgery.
Palabras claves: Prótesis peneanas - Satisfacción - Cuestionarios.
Luego de la entrada al mercado del silde- todos los tipos de terapia y que tienen un daño
nafilo en 1998, las opciones terapéuticas en severo e irreversible de su mecanismo de erec-
disfunción eréctil han aumentado considera- ción y que requieren una opción de tratamien-
blemente, y se ha replanteado y reorganiza- to quirúrgico.
do el algoritmo de tratamiento en dicha pa-
tología.
Las prótesis de pene son mecanismos di- !#
señados para producir un fenómeno similar
Es así como, similar a la organización de a la tumescencia producida por el influjo de
prioridades y necesidades, las terapias en dis- sangre a las trabéculas cavernosas y que en
función eréctil han sido rotuladas por mu- condiciones normales es producida por diver-
chos autores en líneas de tratamiento, como sos tipos de estímulos.
ha sido usual en entidades oncológicas. A
Después de que Wooten en 1902 sugirie-
pesar de los avances en farmacoterapia oral,
ra la cirugía venosa como una alternativa
intracavernosa, tópica y la utilización de
quirúrgica para el tratamiento de la disfun-
mecanismos de vacío, hay un grupo no des-
ción eréctil1, se realizaron varios tipos proce-
preciable (aproximadamente el 15% de los
dimientos para tratar dicha condición quirúr-
UROLOGIA COLOMBIANA
tament scale), que eran cuestionarios básicos para ser autodiligenciadas18,19. Este cuestio-
para pacientes con disfunción eréctil a los que nario, como el IIEF, fueron diseñados para
se le ha ofrecido algún tipo de tratamiento8. evaluar los tratamientos farmacológicos, por
Posterior a esto se han venido publicando tra- lo que han aparecido algunas modificaciones,
bajos de evaluación directa o indirecta de la como la realizada al EDITS por Levine y cols,
satisfacción post cirugía; la mayoría de ellos ya que se ajustan más al paciente al que se le
ha implantado una prótesis y permite eva- para objetivar los resultados de dichos estu-
luar tanto la satisfacción del paciente como dios.
de su pareja20. Rajpurkar y Dhabuwala utili-
zaron el EDITS para comparar la satisfacción Conclusión
de la terapia oral, intracavernosa y la próte- Las prótesis peneanas son mecanismos
sis peneana y donde encontraron unos ma- diseñados para producir una tumescencia y
yores índices de satisfacción con la última rigidez peneana suficiente para la actividad
opción21. sexual e intentar mejorar la calidad de vida
Aunque los porcentaje de satisfacción de de los pacientes que sufren disfunción eréctil
la mayoría de los estudios encontrados son que no responde a otros tratamientos. Las
bastante altos, un estudio retrospectivo de tasas de satisfacción reportadas en la litera-
Salama y Cols22 realizado con cuestionarios tura superan el 75% en la mayoría de los es-
al paciente y a su pareja demuestra una tasa tudios, lo que las hace una excelente alterna-
de satisfacción del 70 y 57% respectivamente tiva para los pacientes que posean indicación
con utilización de prótesis maleables en una quirúrgica.
población de 50 pacientes. Algunos de los
estudios hacen una subcategorización sobre Bibliografía
el tipo de prótesis y la marca de la misma, 1. Gerstenberguer DL, Osborne D and Furlow WL. Inflata-
como el estudio de Brinkman y cols, donde ble penile prosthesis: Follow-up study of the patient-
partner satisfaction. Urology; 14 (6): 583-587, 1979.
se comparan resultados de varios modelos y
marcas23. Una de las más recientes y nume- 2. Shah J. Erectile dysfunction through the ages. BJU Int;
90: 433-441, 2002.
rosas revisiones de satisfacción fue realizada
3. Carson CC, Mulcahy JJ, Govier FE and AMS 700CX Stu-
por Minervini y cols, donde se analizaron los dy Group. Efficacy, safety and patient satisfaction out-
datos de 540 procedimientos, se anotaron la comes of the AMS 700CX inflatable penile prosthesis:
complicaciones y se realizó una encuesta per- Results of a long-term multicenter study. J Urol; 164:
376-380.
sonal o telefónica para evaluar la satisfacción
4. Govier FE, Gibbons RP, Correa RJ, Pritchett TJ and Kra-
de los pacientes, que fue del 81% (mayor para mer-Levien D. Mechanical reliability, surgical complica-
las inflables que para las maleables), aunque tions, and patient and partner satisfaction of the mo-
no se tuvo en cuenta la satisfacción de la pa- dern three-piece inflatable penile prosthesis. Urol; 52(2):
282-286, 1998.
rejas24. Un estudio europeo con prótesis in-
5. Montague DK and Angermeier KW. Contemporary as-
flable de 3 elementos AMS con 200 pacien- pects of penile prosthesis implantation. Urol Int; 70:
tes, tuvo un seguimiento promedio de 59
meses y se demostró que un 92.5% de las pa- 6.
141-146, 2003.
Porena M, Mearini L, Mearini E, Marzi M and Zucchi A.
!%
rejas tenían actividad sexual al final del mis- Penile prosthesis implantation and couple´s satisfac-
tion. Urol Int; 63: 185-187, 1999.
mo, y tenían unas tasas de satisfacción para
el individuo y su pareja de 92 y 96% respecti- 7. Lewis RW. Long-term results of penile prosthetic im-
plants. Urol Clin of N Amer; 22 (4): 847-856, 1995.
vamente25.
8. Jaworski TM, Richards JS and Lloyd LK. Retrospective
Es importante recalcar que existen infini- review of sexual and marital satisfaction of spinal cord
injury and diabetic males post penile injection or im-
dad de artículos que intentan aproximarse al plant. Urology; 40(2): 127-131, 1992.
tema de satisfacción en los pacientes que re-
9. Montorsi F, Guazzoni G, Bergamaschi F and Rigatti P.
ciben tratamiento para la disfunción eréctil, Patient-partner satisfaction with semirigid penile pros-
pues sin duda, es una condición que deterio- thesis for peyronie‘s disease: A 5-year followup study. J
UROLOGIA COLOMBIANA
!&
UROLOGIA COLOMBIANA
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Catéter ureteral olvidado
Mendoza Luna Alfredo
Residente III Universidad CES
mal, es el primer catéter de auto retención, lo producen una menor reacción sobre la
que dificultaba la migración provocada por mucosa urotelial. Además algunos se
el peristaltismo ureteral y se podía utilizar por le recubre con materiales que disminu-
largos periodos de tiempo5.
yen su coeficiente de fricción, así como
Este concepto se aplico al catéter Doble – J la capacidad de infección y calcifica-
o “doble cola de cerdo”, nombre con el que ción. El tiempo de duración recomen-
dado varía entre 6 y 12 meses depen- Fisiopatología
diendo del material.
Todo material colocado en la vía urinaria
durante el tiempo suficiente terminará calci-
Aspectos epidemiológicos
ficado. Las consecuencias de la acción de la
El tiempo trascurrido para llamarlo “olvi- orina, el urotelio, las bacterias y el tiempo
dado” no esta bien establecido. Depende del sobre los materiales del catéter se resumen en
material y forma del catéter, de la indicación tres eventos.
por la cual fue colocado, de las condiciones 1. Formación de una biop elícula o “Bio-
biopelícula
propias del paciente, la periodicidad en los film” (figura 1). Se forma por la adhesión a
film
seguimientos y de la presencia o no de com- la superficie del catéter de las macromolécu-
plicaciones. las de la orina, principalmente proteínas como
Las razones más comunes por la que se la albúmina, fibrinogeno, fibronectina, y tam-
olvida un catéter son: bién de la urea y los electrolitos. Este proceso
se inicia dentro de los primeros minutos a
1. El 10% de los pacientes no presentan horas de haber sido colocado15, y depende de
sintomatología, y este porcentaje dis-
minuye cuando se utilizan materiales
compuestos11, por lo que algunos no
tienen la preocupación de consultar en
el tiempo estipulado.
2. Mala adherencia al tratamiento, y se
pierden en los controles.
3. Desconocimiento de que se debe ex-
traer el catéter, o no sabe que lo tiene
puesto.
Figura 1. Formación de una biopelícula o “Biofilm”.
4. Demora en la atención por problemas
administrativos.
La incidencia general de catéteres olvida-
dos es muy variable, Ather y colaboradores
reporta una incidencia del 12.5% al 1.2%12. "
Hay casos reportados en la literatura con
duración de 10 y 17 años de haber sido colo-
cados los catéteres13,23.
En cuanto a las complicaciones, éstas au-
mentan directamente proporcional con el
tiempo transcurrido. El-Faqih y colaborado-
res, realizo un seguimiento a 299 cateteres por
un periodo máximo de 18 meses. Encontró
impactación del 9.2% antes de las 6 sema-
nas, 47.5% entre las 6 y las 12 semanas, y
UROLOGIA COLOMBIANA
1. Imágenes diagnósticas
diagnósticas. Al inicio pue- 4. Desobstruir al paciente
paciente. Cerca de un
de ser suficiente una radiografía sim- 30 % de los catéteres ureterales produ-
ple de abdomen, idealmente con pre- cen algún grado de obstrucción a los
paración intestinal, para determinar la tres meses, y el 10% de los pacientes
presencia y localización de calcificacio- con catéter ureteral olvidado presen-
tan una obstrucción total. Idealmente que este calcificado y no fue posible
se debe intentar por vía retrograda, con detectarlo por imágenes, y/o que se
un catéter ureteral delgado (4fr), pa- encuentre adherido al urotelio. En
sarlo adyacentemente al catéter obs- este caso la posibilidad de lesión ure-
truido. Pero este procedimiento es difí- teral es alta, entonces se le puede
cil y si no es posible se debe derivar con manejar como un catéter calcificado,
nefrostomía percutánea. pero sugestivo de extracción cistos-
cópica o definitivamente reprogra-
La clasificación mar el paciente a retiro bajo aneste-
Según los hallazgos imagenológicos, se le sia general como si fuera un catéter
clasifica al paciente en tres grupos de manejo: calcificado y/o con seguridad de es-
tar retenido 20.
1. Catéter no calcificado y/o sin duda de
2. Catéter calcificado, pero sugestivo de
estar retenido.
extracción cistoscópica
cistoscópica.
2. Catéter calcificado, pero sugestivo de
Este es el caso en que las calcificaciones
extracción cistoscópica.
son mínimas y principalmente de localización
3. Catéter calcificado y/o con seguridad distal. Al paciente se le debe informar que es
de estar retenido. muy probable que el procedimiento falle y que
requiera de procedimientos adicionales.
1. Catéter no calcificado y/o sin duda de
estar retenido. Hay que tener en cuenta las siguientes si-
tuaciones que se pueden presentar.
Este es el paciente que se cree va a ser
fácil la extracción del catéter y se lleva a re- · Presencia de calcificación del extre-
tiro de la manera convencional. Pero este no mo distal. Se debe fragmentar con pin-
es una extracción común y corriente y se za endoscopia inicialmente. Nunca in-
debe tener en cuenta las siguientes precau- tentar el paso por la uretra sin fragmen-
tación previa, por el riesgo de trauma-
ciones:
tizarla. Si no es posible o definitivamen-
· La tracción debe ser lenta y suave. te el fragmento es muy grande, se re-
Debido a la acción corrosiva de la ori- programa a cistolitotomía endoscópi-
na y sobretodo en aquellos que llevan ca bajo anestesia general20,21.
mas un año, o en aquellos que por lo · Dolor o resistencia. Hay que evaluar
"" difícil de su colocación pudo producir de manera intuitiva la posibilidad o no
alguna torcedura del catéter, es muy de extracción por cistoscopia cuando
probable que tengan algún grado de esta situación se presenta. General-
deterioro del material, lo que lo hace mente la recomendación en dolor es
mas friable y propenso a fragmentar- suspender el procedimiento y manejar-
se. En caso que esto suceda se debe ex- lo como un catéter calcificado y/o con
traer el fragmento en vejiga y progra- seguridad de estar retenido. Pero en
mar al paciente a retiro bajo anestesia cuanto a la resistencia ésta puede co-
general con ureteroscopia y posible rresponder a calcificaciones mínimas
nefroscopia percutánea, en caso de que en algunos segmentos del catéter, y en
persista algún fragmento en cavidades algunos casos puede resolver al pasar
UROLOGIA COLOMBIANA
renales (esta última se obviaría con un una guía de alambre adyacente al ca-
uretroscopio flexible)24. téter20. Si el catéter se logra retirar par-
cialmente y luego ofrece un aumento
· Atención al dolor o al exceso de re- de la resistencia de manera significati-
sistencia. Son signos inequívocos de va, estando el extremo distal esta por
que se encuentra impactado, sea por fuera del meato uretral, se le debe pa-
sar una guía a través del catéter y com- medico tratante, para ofrecer el mayor éxito
probar si esta resistencia es debida, o terapéutico con el menor número de sesiones.
no a una calcificación proximal. En al-
gunos casos, la guía puede desprender Este tipo de catéter tiene tres maneras de
el fragmento proximal, pero si no, se presentarse (ver figura 4):
desprende con pinza endoscópica el 1. Extremo distal calcificado. Correspon-
segmento ya retirado del catéter y se de al catéter que tiene una calcificación en su
maneja como un catéter fragmentado. extremo distal lo suficientemente grande
3. Catéter calcificado y/o con seguridad como para no intentar fragmentación cistos-
de estar retenido. cópica o a los que se les intento inicialmente
por esta vía sin éxito. Deben estar sin eviden-
Corresponde al catéter con calcificación cia de calcificación proximal o en el trayecto
significativa y/o sospecha de extracción difí- del uréter que pueda retener el catéter una
cil, con necesidad de procedimientos adicio- vez resuelta la calcificación distal.
nales. También en aquellos que se les intento
el retiro por vía cistoscópica sin éxito. El manejo inicial se decide según el tama-
ño de la calcificación25.
Entre los procedimientos que se le ofrece
al paciente siempre desde lo menos invasivo · Hasta 2.5 cm. El manejo inicial es con
como es la litotricia extracorpórea, pasando cistolitotomía endoscópica, la cual pue-
por la ureteroscopia más litotricia endoscó- de ser con pinza, litotriptor endoscó-
pica o láser, la nefrolitomía percutánea, ciru- pico, sea electro hidráulico o neumáti-
gía laparoscópica, hasta la más invasivo que co, y el láser. Aunque con éste último
es la cirugía abierta. hay autores que no lo recomiendan, por
las características de poca dureza de
Pero la decisión sobre el tipo de procedi- estos cálculos, y se debe reservar para
miento a ofrecer inicialmente debe indivi- fragmentos pequeños o cuando halla
dualizarse a las características del caso, a la riesgo de perforación vesical con la son-
disponibilidad de recursos y a la habilidad del
"#
UROLOGIA COLOMBIANA
Figura 4. Algoritmo de manejo para Catéter calcificado y/o con seguridad de estar retenido.
da del litotriptor endoscópico26. Millán la calcificación. Luego al quedar libre
y cols, recomienda realizar litotricia de cálculos se procede a la extracción
extracorpórea a estos cálculos como del catéter bajo visión cistoscópica.
manejo inicial, pero hay pocos repor- Siempre con una tracción lenta y sua-
tes en la literatura y generalmente se ve, y estando alerta a signos de dolor o
recomienda en calcificaciones peque- de resistencia. Si no es posible la extrac-
ñas 27. Es ideal instrumentar a estos ción o se fragmenta el catéter, se le pro-
pacientes con equipos de calibre am- grama a retiro por ureteroscopia (ideal-
plio y con canal de trabajo recto, que mente flexible, porque se puede nece-
permita una mejor instrumentación y sitar ingresar a cavidades renales), y en
extracción posterior de los fragmentos. caso de no poder extraerse, se le pro-
En caso de falla se progresa a cistolito- grama a retiro por cirugía percutánea.
tomía percutánea, y si falla esta, cisto- · Nefrolitotomía percutánea. Aceptada
litotomía abierta. generalmente para cálculos grandes,
· Entre 2.6 y 8 cm. Es la zona gris. Don- como terapia de primera línea. O en
de se puede intentar fragmentar vía en- cálculos pequeños en los que fallo de
doscópica. Se debe tener en cuenta la litotricia extracorpórea más ureteros-
posibilidad de falla y de necesitar cis- copia22. Avarantinos y cols21, propone
tolitotomía percutanea o cistolitotomía realizarla de primera opción. Las ra-
abierta, o iniciar directamente con cual- zones que expone son: 1. A pesar de
quiera de estas dos25. ser más agresiva, esto se compensa con
un número menor de intervenciones;
· Mayores de 8 cm. Definitivamente se
2. Permite fragmentar el cálculo y reti-
deben llevar a cistolitotomía abierta.
rar el catéter al mismo tiempo; 3. Me-
2. Extremo proximal calcificado. Gene- nos molestias y cólicos por fragmentos
ralmente la presencia de calcificación en el residuales, al dejar una sonda de ne-
extremo proximal hace que el catéter se en- frostomía; 4. Menor número de segui-
cuentre retenido y no se recomienda intentar mientos al paciente. Pero mencionan
extracción cistoscópica. el hecho de que la mayoría de pacien-
El manejo se recomienda ir de lo menos tes en su servicio tiene una incrusta-
invasivo a lo más. Al menos que por el tama- ción significativa en el tracto urinario
superior. Y se reservan el uso de litotri-
"$ ño se prefiera iniciar con un procedimiento
un poco mas agresivo. cia extracorpórea como primera op-
ción en caso de cálculos < 1.5 cm.
· Litotricia extracorpórea. Es considera-
da la primera opción de manejo en cál- · Cirugía laparoscópica o abierta. Se
culos pequeños22, 26. Es mas eficaz cuan- reserva para aquellos casos en los que
do el tamaño de la calcificación es < todo lo anterior a fallado22, 29. La ciru-
1.5 cm28 y se garantiza un adecuado gía laparoscópica se prefiere por ser
drenaje urinario. Algunos autores re- menos invasiva, pero se debe seleccio-
comiendan iniciar siempre con este nar muy bien el caso.
procedimiento, auque sea de un tama- 3. Calcificación proximal y distal y/o en
ño grande, porque favorece el resulta- el trayecto ureteral. El manejo este caso es una
UROLOGIA COLOMBIANA
cia extracorpórea. Pero eso si, siguiendo el 8. Gibbons RP, Mason JT, and Correa RJ Jr: Experience with
indwelling silicone rubber ureteral catheters. J Urol 111:
mismo orden de distal a proximal27. 594–599, 1974.
9. Denstedt JD, Wollin TA, and Reid G: Biomaterials used
Conclusión in urology: current issues of biocompatibility, infection,
and encrustation. J Endourol 12: 493–500, 1998.
La frecuencia de catéteres ureterales ol-
UROLOGIA COLOMBIANA
Resumen
Objetivos: Evaluar el desenlace de un grupo de 20 pacientes pediátricos
derivados con vesicostomía cutánea con seguimiento por un período de 9 años.
Métodos: Se realizó un análisis retrospectivo descriptivo de 20 pacientes
en un periodo de tiempo de 9 años, desde 1997 a 2006
Resultados: El rango de edad en el cual se realizó la vesicostomía fue entre
0 y 60 meses, con un promedio de 14,4 y mediana de 5. Las patologías por las
cuales se realizó la vesicostomía fueron: Valvas de la uretra posterior (8 pa-
cientes), Reflujo vesicoureteral de alto grado5, Malformación ano rectal3, veji-
ga neuropática2, Síndrome de evacuación disfuncional y Síndrome de Prune
Belly (1 paciente en cada grupo).
En todos los pacientes se encontró estabilización o mejoría en la función
del tracto urinario durante el seguimiento, ningún paciente presento progre- '!
sión o aumento de la hidroureteronefrosis luego de la derivación. La gamagra-
fía renal con DMSA, mostró estabilización de la función en todos sin aparición
de nuevas cicatrices.
Conclusiones: La vesicostomía logra derivar de forma efectiva y segura el
tracto urinario en casos seleccionados de obstrucción infravesical y/o trastor-
nos hidrodinámicos severos secundarios a reflujo vesicoureteral de alto grado
o patología vesical que condicione altas presiones.
Palabras claves: Vesicostomía Cutánea, Pediatría, Derivación Urinaria,
Valvas uretrales, Vejiga Neuropática, Reflujo Vesico Ureteral.
UROLOGIA COLOMBIANA
Resultados
Se incluyeron 20 pacientes, 15 niños y 5
niñas. El rango de edad en el cual se realizó
la vesicostomía fue entre 0 y 60 meses, con
un promedio de 14,4 y mediana de 5. El pro-
medio de seguimiento fue 47,2 meses. '#
Todas las vesicostomías se realizaron con
la técnica de Blockson y se cateterizó el esto-
ma por 24 horas con una sonda Foley 24fr2.
Las patologías por las cuales se realizó la
vesicostomía fueron: Valvas de la uretra pos-
terior (8 pacientes), Reflujo vesicoureteral de
alto grado (5 pacientes), Malformación ano
rectal (3 pacientes), vejiga neuropática (2 Figura 2. Complicaciones de los Pacientes derivados con
pacientes), Síndrome de evacuación disfun- Vesicostomía
UROLOGIA COLOMBIANA
nuestra serie, puede explicarse por que cuan- Hutcheson, en su serie mostró que la vesi-
do los pacientes derivados consultan al ser- costomía permanente6 es una alternativa útil
vicio de urgencias por cuadro febril, les rea- para el manejo de los pacientes con vejiga
lizan uroanálisis que muestra bacteriuria, neuropática. En nuestra experiencia realiza-
dada por colonización del tracto urinario mos este tipo de vesicostomía en los pacien-
bajo. En ninguno se documentó pielonefritis tes con vejiga neuropática asociado a dificul-
tades para realizar autocateterismo vesical teral de alto grado o patología vesical que
limpio intermitente, como aquellos con retar- condicione altas presiones.
do mental profundo, lesiones medulares al-
Es una derivación segura con bajas tasas
tas con secuelas de cuadriplejia, entre otras.
de complicaciones, que logra una estabiliza-
En los pacientes con diagnóstico de reflu- ción de la función renal sin asociación con
jo vesicoureteral primario de alto grado o infecciones urinarias altas, conduce a una
acompañado de valvas uretrales, se observa disminución de la dilatación del tracto uri-
disminución del calibre ureteral en todos, nario, permitiendo realizar una cirugía re-
aunque solo hay desaparición del reflujo en constructiva del tracto urinario en pacientes
un paciente, esto contrasta con lo encontra- en mejores condiciones de crecimiento y de-
do por Queipo, quien mostró resolución del sarrollo.
reflujo vesicoureteral en 5 de 7 4. Surge la
duda en el paciente con desaparición del re- Bibliografía
flujo, si esto esta dado por la baja presión a la 1. Llinas, E. Pérez J. Derivación Urinaria En Pacientes Pe-
que funciona su vejiga durante el tiempo de diátricos. Urología Colombiana. 2004 (13) N° 2: 61
derivación, o porque el reflujo resolvió como 2. Blocksom, B.H. Bladder Pouch for prolonged tubeless
consecuencia de la maduración del trígono. cystostomy. J Urol (1957) 78: 398.
3. Duckett, J. W. Cutaneous vesicostomy in childhood: the
En la literatura esta descrito utilizar boto- Blocksom technique. Urol Clin North Am 1: 485.
nes de gastrostomía (Bard, Mic-Key), para 4. Queipo, J. A. Vesicostomia en la edad pediátrica. Nues-
desfuncionalizar la vesicostomía durante un tra experiencia en 43 pacientes. Actas Urol Esp (2003)
tiempo prudencial, y evaluar su función mien- 27: 33.
tras esta «cerrada»11. 5. Morrisroe S. N. Vesicostomy revisited: the best treatment
for the hostile bladder in myelodysplastic children? BJU
Nuestra experiencia con el único caso en Int. (2005) 96: 397.
el que utilizamos el botón Mic-Key (Kimber- 6. Hutcheson J. C. The use of vesicostomy as permanent
ly Clark, Ballard Medical Devices, UTHA urinary diversion in the child with myelomeningocele. J
Urol. (2001) 166:2351.
USA), fue desalentadora, ya que el paciente
nunca pudo orinar con la vesicostomía ce- 7. Norman H. N. Cutaneous Vesicostomy Experience In
Infants and Children. J Urol. (1985) 134: 301.
rrada, extravasó orina de forma importante y
8. Krahn C.G. Cutaneous Vesicostomy in the Young Child:
presentó celulitis del estoma, lo que obligo a
Indications and Results. Urology. (1993) 41: 558.
retirar dicho botón a los 10 días de colocado.
9. Cain M. P. Long-term followup and outcome of conti-
'& Conclusiones
nent catheterizable vesicocstomy using the Rink modifi-
cation. J Urol. (2002) 168:2583.
La vesicostomía logra derivar en casos 10. Puri. A. Initial Surgical Treatment as a Determinant of
Bladder Dysfunction in Posterior Urethral Valves. Pe-
seleccionados, de manera eficiente el tracto diatr Surg int (2002) 18: 438.
urinario cuando hay obstrucción infravesical
11. Badiola F. New Aplication of the gastrostomy button
y también cuando hay trastornos hidrodiná- for clinical and Urodynamic Evaluation Before Vesicos-
micos severos secundarios a reflujo vesicoure- tomy Closure. J. Urol. (1996) 156: 618.
UROLOGIA COLOMBIANA
DE INVESTIGACIÓN
Estudio de Fármacovigilancia en pacientes
con Hiperplasia Prostática Benigna (HPB)
ARTÍCULO
sintomática tratados con Tamsulosina
0.4mg en 8 ciudades de Colombia
Gonzáles Encinales César(1) , Rozo Maragua Luis Ernesto(2),
Castro Muñoz Juan Carlos(3), Reyes Calderón Jesús Antonio(4)
Urólogo del Hospital Central de la Policía Nacional. Bogotá, Colombia(1)
Médico en el área de investigación Departamento Médico Boehringer-Ingelheim S.A. Colombia(2)
Departamento Médico Boehringer-Ingelheim S.A. Colombia(3)
Bioestadística Universidad del Bosque. Profesor Asociado Facultad de Medina.
Especialista en sistemas de información
Resumen
La Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) es una condición muy frecuente
que afecta hombres de mediana edad y de edad avanzada. Para ser adecua-
damente evaluados estos pacientes deben tener preferiblemente el Puntaje In-
ternacional de Síntomas Prostáticos (Internacional Prostate Symptom Score I-
PSS). Las terapias de elección van desde la observación médica hasta las inter-
vención quirúrgica (Resección Transuretral de Próstata RTUP o adenomecto-
mía abierta según el caso), pasando por las principales opciones farmacológi-
cas como son alfa bloqueadores e inhibidores de la 5 alfa reductasa. Dentro de
los alfa bloqueadores el único diseñado específicamente para tratar la HPB, es
la tamsulosina. En Colombia, no hay información acerca de evaluación de
severidad de síntomas, calidad de vida y frecuencia de eventos adversos con el %
uso de bloqueadores alfa.
Objetivo Primario: Evaluar en un grupo de pacientes de las principales
ciudades de Colombia, con diagnóstico de STUB/HPB tratados con Tamsulo-
sina 0.4 mg, la frecuencia de mareo en cuatro grupos de edad: 50 – 59, 60 –
69, 70 – 79 y 80 y más.
Materiales y Métodos: Se trata de un estudio observacional, descriptivo,
prospectivo, abierto, no aleatorizado, no controlado en un grupo de pacientes
con diagnóstico de STUB/HPB. Un total de 2666 pacientes fueron incluidos
por 201 médicos investigadores. El estudio consistió en una visita de inicio y
UROLOGIA COLOMBIANA
Summary
The Benign Prostate Hyperplasia (HPB) is a very frequent condition that
affects middle-aged and old men. To evaluate suitably these patients they
must have preferably a score of the International Prostate Symptoms (Interna-
tional Prostate Symptom Score I-PSS). The election therapies go from a simple
medical examination to the operation (Transurethral Resection of the Prostate
TURP or opened adenomectomy according to the case), going through the
main pharmacological options as alpha blockers and inhibitors of the 5th alpha
reductase. Within the alpha blockers the only one designed specifically to treat
the HPB, is Tamsulosine. In Colombia, there is no information about severity
of symptoms evaluation, quality of life and frequency of adverse events with
the use of alpha blockers.
Main Objective
Objective: Evaluating dizziness frequency in a group of patients
with diagnosis of STUB/HPB treated with Tamsulosine 0.4 mg in four groups
of age: 50 - 59, 60 - 69, 70 - 79 and 80 and more at the main cities of Colombia.
Materials and Methods
Methods: This is an observational, descriptive, and pros-
pective, opened, and not randomized study, not controlled in a group of pa-
& tients with STUB/HPB diagnosis. A total of 2666 patients were including by
201 investigating doctors. The study consisted of a visit of beginning and later
attendance to 2 visits more for control. In case of appearing of adverse events,
they were reported in the report of cases format that was included at the For-
mat Report Case (FRC). Data were analyzed using Epi Info V 3.2.2 for Windo-
ws, and SPSS V 14.0.
Results
Results: 2144 patients fulfilled inclusion criteria. As final primary point:
only 6 patients reported dizziness. 2120 patients have an average IPSS of 17.16
(2.00 - 35), in the initial visit showed reduction up to 7,97 in the last visit
(p=0.000), and the average in scale of QoL, improved from 4,58 to 2 (p=0.000).
Only 2,7% of patients presented adverse events.
UROLOGIA COLOMBIANA
Discussion: With this study it is inferred that Tamsulosine 0,4 mg oral via
for the treatment of patients with STUB/HPB, evaluated in our surrounding,
offers security and effectiveness that could be demonstrated in Literature.
Key W ords
Words
ords: Tamsulosine, Benign Prostatic Hyperplasia (BPH), Dizziness,
anejaculation, Colombia.
Introducción opciones farmacológicas como son alfa blo-
queadores e inhibidores de 5 alfa reductasa.
La Hiperplasia Prostática Benigna (HPB)
Aunque el manejo de estos pacientes debe
es una condición muy frecuente que afecta
hacerse a la luz de la mejor evidencia clínica
hombres de mediana edad y de edad avan-
disponible, un aspecto muy relevante para
zada1,2. Se estima que un hombre mayor de
elegir la terapia es la identificación de cuales
40 años tiene aproximadamente entre un 30
son los síntomas que interfieren en mayor
a 40% de probabilidades de ser operado de
medida en la vida diaria del paciente a fin de
la próstata cualquiera que sea su origen si
evitar riesgos innecesarios y optimizar el efec-
alcanza los 80 años, siendo la intervención
to de la terapia a utilizar.
sobre la próstata la segunda en frecuencia en
el adulto mayor masculino en los países occi- Con respecto a el concepto mencionado
dentales después de la cirugía de cataratas anteriormente, para que un paciente con esta
oculares.3 Los estudios epidemiológicos ha- patología sea evaluado adecuadamente, debe
blan de que con el paso de los años se au- hacerse objetiva la severidad de los síntomas
menta la prevalencia de esta enfermedad, de su enfermedad (STUB/HPB), y este análi-
observándose en un 50% de los hombres a sis ayudará sin duda a evaluar la necesidad
los 60 años de edad y en un 90% a los 85 o no de tratamiento. La mejor manera de
años 4,5,6-9. hacerlo es conocer la severidad de los sínto-
En los años 80 se pensaba que la HPB se mas con el Puntaje Internacional de Sínto-
debía a un crecimiento benigno de la prósta- mas Prostáticos (International Prostate
ta, que producía obstrucción al flujo de sali- Symptom Score I-PSS)11, y además el impac-
da de la orina y se asociaba con síntomas del to sobre la vida diaria con la pregunta que
tracto urinario bajo (STUB). Actualmente, se evalúa calidad de vida (QoL)12.
tiene claridad en el sentido que el crecimien- El tratamiento de este tipo de pacientes
to benigno de la próstata, la obstrucción al debe ser enfocado a el impacto y severidad
flujo de salida de la orina y los STUB se con- de los síntomas urinarios, calidad de vida,
sideran como diferentes entidades aunque la tasa de falla de tratamiento y un punto muy
mayoría de las veces coexisten10. Es decir, que importante que habla del balance, frente a la
puede haber muchos otros factores detrás de incidencia de eventos adversos asociados di-
la obstrucción que pueden contribuir al de- rectamente con el tratamiento.
sarrollo de STUB, como enfermedades del sis-
Los pacientes que presentan esta patolo-
tema nervioso central, anormalidades vesica-
gía tienen en promedio de edades mayores a
'
les, hiperactividad del detrusor y reducción
50 años, la probabilidad de compromiso car-
de la contracitilidad del mismo. Los síntomas
de HPB aparecen por las siguientes condicio- diovascular y medicación concomitante para
nes interrelacionadas: Cambios hiperplásicos la presión arterial es alta. Por lo tanto, el ries-
en la próstata que llevan a crecimiento prostá- go de administrar un medicamento que po-
tico mediado por las células epiteliales y del tencie una alteración en la regulación de las
músculo liso, que a su vez inducen obstruc- cifras de presión arterial, predispondrá en
ción urinaria incrementando la resistencia al mayor medida a complicaciones secundarias
flujo de salida. La presencia de STUB hace a hipotensión ortostática las cuales van des-
de esta una entidad compleja y por lo tanto de mareo hasta una caída con fractura de
UROLOGIA COLOMBIANA
exige que el manejo sea apropiado e indivi- huesos largos, siendo una catástrofe para
dualizado para cada paciente. Las terapias cualquier paciente13.
de elección van desde la observación médica Esta consideración debe primar cuando
hasta la intervención quirúrgica (RTUP o ade- el médico decida formular a un paciente con
nomectomía abierta según el caso), pasando STUB/HPB y vaya ha utilizar alfa bloquea-
por intervenciones mínimamente invasivas y dores. Dentro del grupo de los alfabloqueao-
dores, aquellos que tienen la característica de miento por lipotimia22; el metanálsisis de es-
bloqueo no específico por los receptores alfa tudios europeos mencionado anteriormente17,
1A y alfa 1B, tienen que ser administrados realizado con tamsulosina mostró que un to-
bajo titulación de dosis y con mayor probabi- tal de 25 pacientes (7% de 381) y 15 pacien-
lidad de potenciar efectos vasomotores. Sin tes (8% de 193 ) en el grupo placebo interrum-
embargo, dentro de este grupo de medicamen- pieron los estudios, 17 pacientes (4.5%) de los
tos Tamsulosina, a diferencia de otros anta- grupos de tamsulosina lo hicieron por even-
gonistas de los receptores adrenérgicos alfa1, tos adversos y 7 pacientes (3.6%) tratados con
no fue desarrollada como agente antihiper- placebo abandonaron a causa de eventos
tensivo sino específicamente para tratar la adversos. Los eventos adversos más comunes
STUB/HPB, mediante el bloqueo de los re- fueron eyaculación anormal, (4.5%), mareos
ceptores alfa 1A, y alfa 1D; receptores más (3.4%) e infección (3.1%) en el grupo tamsu-
comúnmente ubicados a nivel de próstata, losina y (3.1%) por mareos y síndrome gripal
uretra y vejiga14. De esta manera, se tiene la (2.6%) en el grupo placebo.
ventaja de no tener que titular dosis para lle-
A pesar de que es bien conocido el perfil
gar a la dosis máxima brindándole al pacien-
de eficacia y seguridad de tamsulosina, co-
te la seguridad de no tener problemas secun-
bra especial importancia este estudio como
darios a hipotensión ortostática. Por otra par-
herramienta de fármacovigilancia, para los
te, es de anotar que la aneyaculación (eyacu-
médicos urólogos de las principales ciudades
lación retrógrada, volumen eyaculatorio re-
de Colombia como investigadores desde su
ducido o ausencia de eyaculado), resultado
consultorio; la cual fue diseñada con el pro-
del bloqueo de los receptores alfa 1 A y/o alfa
pósito de evaluar la frecuencia de eventos
1D a nivel central y periférico (vasos defe-
adversos que se presentan en los pacientes
rentes, cuello de la vejiga y vesículas semina-
bajo tratamiento con un medicamento de es-
les), se presenta en algunos casos secundario
tas carácterísticas, en el manejo de los STUB
a la utilización de alfa bloqueadores en gene-
asociados a HPB. Y poder con esto contar con
ral. En estudios placebo controlados, se ha
información sólida acerca del comportamien-
reportado a la tamsulosina como el bloquea-
to farmacológico de la tamsulosina en el tra-
dor alfa asociado a trastornos de la eyacula-
tamiento de STUB/HPB en un grupo de pa-
ción. Aproximadamente, 4 a 5% en estudios
cientes colombianos.
europeos y 6 a 11% en estudios america-
nos.15,16-19 Sin embargo, menos del 1% de pa- Específicamente, este estudio tuvo como
cientes que reportan eyaculación anormal en objetivo principal evaluar en un grupo de
estos estudios, descontinúan el tratamiento a pacientes de las principales ciudades de Co-
causa de este evento adverso; permanecien- lombia, con diagnóstico de STUB/HPB tra-
do incluso más tiempo en los estudios que tados con Tamsulosina 0.4 mg, la frecuencia
aquellos quienes no reportaron ningún even- de mareo en cuatro grupos de edad: 50 – 59,
to adverso20. 60 – 69, 70 – 79 y 80 y más. De igual manera,
En Colombia, para el 2005 la prevalencia el cambio de la medición desde la línea basal
de HPB se estimaba en 260 por 1000 hom- en el puntaje total del índice Internacional
bres21. Sin embargo, no hay información acer- de Síntomas.
ca de evaluación de severidad de síntomas,
Materiales y Métodos
UROLOGIA COLOMBIANA
Desviación
Mínimo Máximo Promedio Mediana N
Estándar
Edad 50,00 91,00 62,70 62,00 8,48 2124
TAS 90,00 190,00 130,78 130,00 13,37 2132
TAD 60,00 136,00 80,42 80,00 8,40 2130
FC 47,00 109,00 76,86 76,00 7,33 2104
Tas: Tensión arterial sistólica, Tad: Tensión arterial diastólica, Fc: Frecuencia cardiaca
N : Número de datos válidos.
Nicturia 3 ,1 ,1
UROLOGIA COLOMBIANA
Dolor suprapúbico 2 ,1 ,1
Prostatectomía transversal 1 ,0 ,0
tática, lipotimia o síncope y caídas con pos- mente significativa esta diferencia. (p=0.000).
teriores fracturas. En este orden de ideas, los
resultados de este estudio refuerzan más la Es un estudio descriptivo, el cual permite
idea de que es mucho más importante eva- inferir que la frecuencia de mareo, hipoten-
luar y establecer la seguridad cardiovascu- sión, lipotimia y síncope en un grupo de pa-
cientes colombianos tratados con tamsulosi-
lar, a la hora de escoger un tratamiento con
na 0.4 mg MR con diagnóstico de STUB/ Referencias
HPB, es baja y que está acorde con lo descri- 1. US Department of Health and Human Services, Agency
to en la literatura mundial. La frecuencia de for Health Care Policy and Research Clinical Practice.
alteraciones de la eyaculación está acorde con Guideline Number 8: Benign Prostatic Hyperplasia:
Diagnosis and Treatment. Rockville, Md: 1994. AHCPR
lo encontrado en el análisis de 3 estudios alea- publication no. 94-0582.
torizados europeos, en los que de 1027 pa-
2. Alam AM, Sugimura K, Okizuka H, Ishida J, Igawa M.
cientes que recibieron tamsulosina, 34 pacien- Comparison of MR imaging and urodynamic findings in
tes (3.3%) reportaron eyaculación anormal benign prostatic hyperplasia. Radiat Med. 2000;18:123-128.
como un evento adverso, y solamente 3 pa- 3. Smith DR, Tanagho EA, McAninch JW. Smith’s general
cientes de estos (0.3%) descontinuaron el tra- urology. 14th ed. Norwalk, Conn.: Appleton & Lange;
tamiento por esta razón. 1995.
4. Barry MJ, Roehrborn CG. Benign prostatic hyperplasia.
Dentro de este escenario, es interesante Bmj. 2001 Nov 3;323(7320):1042-6.
comentar, que se debe siempre documentar 5. Dobs A, Rosner W, Wilson J. Hiperplasia prostatica be-
el estado eyaculatorio de los pacientes que nigna (Crecimiento de la próstata). J Clin Endocrinol
asisten a consulta, y que presentan STUB/ Metab. 2005 October 1, 2005; 90(10):0-a-.
HPB antes de iniciarles un tratamiento. 6. Simpson RJ. Benign prostatic hyperplasia. Br J Gen Pract.
1997 Apr;47(417):235-40.
Los resultados estuvieron acorde con lo
7. Raad R, Escobar F, Uribe C, Aristizábal J. Evaluación
conocido y publicado hasta ahora en térmi- urodinámica pre y post tratamiento con doxazosina en
nos de eficacia y seguridad del tratamiento pacientes con hiperplasia prostática benigna (HPB). Re-
con tamsulosina 0.4 mg MR en pacientes con vista Colombiana de Urología. 1999; 8(2).
STUB/HPB. 8. Hutchison A, Farmer R, Verhamme K, Berges R, Nava-
rrete RV. The Efficacy of Drugs for the Treatment of
Actualmente, después de este estudio se STUB/HPB, A Study in 6 European Countries. Eur Urol.
tienen datos de la frecuencia de mareo, hipo- 2006 Jun 27.
tensión ortostática, alteraciones de la eyacu- 9. Gómez P, Valero F, Guzmán C, Cagua E. Guía de prác-
lación en un grupo de pacientes colombia- tica clínica hiperplasia prostática benigna. Diagnóstico
y tratamiento. Bogotá DC.: Sociedad colombiana de uro-
nos tratados con tamsulosina, y además que logía.; 2000.
no son diferentes a lo que ya se conocía pre-
10. Speakman M. Inicial Choices and Final Outcomes in
viamente. Lower Urinary Tract Symptoms. Eur Urol 2001;40(su-
ppl 4 ):21.30
Se deja el mensaje claro de que a causa de
la elevada frecuencia de pacientes hiperten- 11. Denis L, McConnell J, Yoshida O, Khoury S, Abrams P,
Barry M, Bartsch G, Cockett A, Corriere J, Dreikon K,
sos y con riesgo cardiovascular que padecen
$ de STUB/HPB se hace más que necesaria una
Gibbons R, Griffiths K, Hald T, Holtgrewe L, Jardin A,
Koyanagi T, Mebust W, Murphy W, Murphy G, Roehr-
valoración integral de los mismos, llevando born C, Smith P. The Members of the Committees. Re-
commendations of the International Scientific Commit-
así a que la decisión de administrar un alfa- tee: The evaluation and treatment of lower urinary tract
bloqueador alfa 1A, alfa 1D uroselectivo sea symptoms (LUTS) suggestive of benign prostatic obs-
la más apropiada a fin de disminuir un ma- truction; in Denis L, McConnell J, Yoshida O, Khoury,
Cockett ATK,McConnell K J, Chatelain C, Murphy G,
yor riesgo de eventos vasomotores. Yoshida O (eds): Proceedings of the 4th International Con-
sultation on BPH. Plymouth, Plymbridge Distribution
Este estudio, como muchos otros sirve Ltd.1998, pp 669-684.
como herramienta a la fármacovigilancia
12. Barry MJ, Fowler FJ Jr, O´Leary MP, Bruskewitz RC,
para estudiar en condiciones de vida real el Holtgrewe HL, Mebust WK, Cockett AT: The American
comportamiento de los medicamentos en Urological Association. J Urol 1992; 148:1549-1557
UROLOGIA COLOMBIANA
nuestro país. 13. Narayan P, Evans C, Moon T. Long Term Safety and
Efficacy of Tamsulosin for the treatment of lower urina-
Conflicto de Intereses ry tract symptoms Associated with Benign Prostatic
Hyperplasia. J Urol 170: P 1 498 – 205
La financiación del presente estudio estu- 14. Price D. Potential Mechanism of action of superselective
vo a cargo de Boehringer-Ingelheim S.A. Co- alpha 1 adrenoceptor antagonists. Eur Urol 2001; 40
lombia. (suppl 4): 5 -11.
15. Djavan B, Chapple CR, Milani S, Marberger M. State of 19. Lepor H. Long term evaluation of tamsulosin in benign
the art on the efficacy and tolerability of alpha1-adreno- prostatic prostatic hyperplasia: placebo.controlled, do-
ceptor antagonists in patients with lower urinary tract uble-blnd extension of phase III Trial. Tamsulosin Inves-
symptoms suggestive of benign prostatic hyperplasia. tigator Group. Urology 1998;51:901-6
Urology 2004; 64:1081-8
20. Debruyne F, Narayan P. Tamsulosin improves sexual
16. Abrams P, Shulman CC, Vaage S. Tamsulosin, a selecti- function with minimal abnormal ejaculation in patients
ve á1c-adrenoceptor antagonist: a ramsomized. Con- treatyed for lower urinary tract symptoms suggestive of
trolled trial in patients with benign prostatic obstruction benign prostatic hyperplasia. BJU Int 2002;90 (suppl 2).
(symptomatic BPH). The EUROPEAN Tamsulosin Stu- (P.1.2.01).
dy Group. Br J Urol 1995;76:325-326
21. Organización Panamericana de La Salud. Hallado en
17. Chapple CR, Wyndaele JJ, Nording J, Boeminghaus F, http://www.paho.org/Spanish/SHA/coredata/tabu-
Ypms AF, Abrams P. Tamsulosin, the first prostate-se- lator/newTabulator.htm. Acceso el 12 de Marzo de
llective á 1A adrenoceptor antagonist. A metanalysis of 2007.
two ransomised, placebo-controlled, multicentre studies
in patients with benign prostatic obstruction. (Sympto- 22. Díaz J, Silva J, Jaramillo A. Adherencia al tratamiento
matic BPH). European Tamsulosin Study Group. Eur de pacientes diagnosticados con Hiperplasia Prostáti-
Urol 1996;29: 155-67 ca Benigna y manejados con alfabloqueadores. Halla-
do en http://www.urologiacolombiana.com/revistas/
18. Lepor H. Phase III multicenter placebo-controlled study diciembre-2005/024.htm. Acceso el 5 de Marzo de
of tamsulosin in benign prostatic hyperplasia. Tamsulo- 2007.
sin Investigator Group. Urology 1998;51: 892-900
%
UROLOGIA COLOMBIANA
CONCURSO DE CUENTO
LA SOCIEDAD COLOMBIANA DE UROLOGIA Y
LA REVISTA “UROLOGIA COLOMBIANA”
CONVOCAN
9. La revista «Urología Colombiana» publicará las obras premiadas y algunas otras que
por su calidad lo amerite en la edición «50 años» de la revista. Los ganadores serán
exaltados en Cartagena durante la cena de gala que ofrecerá la Sociedad por los 50
años de existencia.
10. La coordinación general estará a cargo del Dr. Alonso Acuña director de la sección
de «Cultura e Historia» de la Sociedad.
CONCURSO DE CUENTO
LA SOCIEDAD COLOMBIANA DE UROLOGIA Y
LA REVISTA “UROLOGIA COLOMBIANA”
CONVOCAN
9. La revista «Urología Colombiana» publicará las obras premiadas y algunas otras que
por su calidad lo amerite en la edición «50 años» de la revista. Los ganadores serán
exaltados en Cartagena durante la cena de gala que ofrecerá la Sociedad por los 50
años de existencia.
10. La coordinación general estará a cargo del Dr. Alonso Acuña director de la sección
de «Cultura e Historia» de la Sociedad.